•REGLAS SOBRE LAS BENDICIONES DE LA TORÁ• 1) A pesar de no entender lo que está estudiando de Torá, se considera estudio y debe decir antes las Birjot Hatorá. 2) Las mujeres también deben decir cada mañana las Birjot Hatorá. Si están en duda si las dijeron o no, no es preciso volver a decirlas. 3) Se encuentra a mitad de Bendiciones extensas como Asher Iatzar o Elokay Neshamá e incluso Hamaabir Jeblé Shená, puede interrumpir para contestar Kadish o Kedushá de la misma forma como lo hace en medio del Keriat Shemá. En cambio, en las Bendiciones conceptuadas como breves, no se interrumpe para responder Amén o Kedushá. 4) Quien está escuchando las

Bendiciones Matutinas de un compañero, no debe contestar Amén después de la Bendición Hamaabir Jeblé Shená sino hasta que finaliza la siguiente Bendición de Gomel Jasadim Tobim. 5) Cuando recita el párrafo de Vehaareb Na, al decir Vetzeetzaenu, Vetzeetzae Tzeetzaaenu, etc. Culanu Iod’e Shemeja Velomde Torateja, etc. (Y nuestra descendencia y los descendientes de nuestra descendencia, etc., seamos todos sabedores de Tu Nombre y estudiosos de tu Torá), debe pensar en sus hijos y anhelar que tengan el Zejut (privilegio) de ser estudiosos de la Torá, educados y temerosos de Hashem. Extraído del Ialkut Iosef.

•PARA TODA BAT ISRAEL• El Nabí en Ieshaiahu nos invita a observar los actos de nuestros patriarcas, y el sendero que ellos nos marcaron “Habitu El Abraham Abijem Veel Sará Tejolaljem”. Abraham y Sará nos enseñaron las bases para formar un hogar de Israel y son para nosotras el modelo a imitar. Como se mencionó en el número, una nube posaba sobre el Ohel de Sará, reflejando la Presencia Divina que reinaba en él. También nosotras tenemos que abrir las puertas de nuestras casas para permitir que entre allí Boré Olam y pose con nosotras Su Shejiná. Desde que se destruyó el Bet Hamikdash, la Shejiná posa en cada Bait Iehudí, con la condición que nosotras le permitamos el acceso. Todo matrimonio que vive con Shalom, abre las puertas a la Presencia de Hashem y la Shejiná está con ellos, siendo éste el motivo del éxito, la Parnasá, la Berajá y todas las cosas buenas que vendrían como

Leiluy Nishmat:

consecuencia de esto. A veces estamos tan sumergidos en nuestros quehaceres cotidianos que confundimos valores, dejando lo primordial en un costado tomándonos de lo secundario, y es ahí cuando ponemos nuestra fuerza y dedicamos nuestra preocupación en casas vanas y pasajeras, olvidándonos de lo principal que es la necesidad de sentirnos cerca de Hakadosh Baruj Hu, para que Él nos acompañe en cada paso de nuestra vida. Desde el momento que formamos nuestro hogar, tenemos que saber que estamos solos, y que Hashem se une a nosotras en cada acto, en cada pensamiento, en cada sentimiento, siempre y cuando le permitamos entrar, cuando nuestra conducta refleje pureza y santidad. Recordemos que esta es la clave para toda la Berajá que tanto anhelamos. ¡Shabat Shalom!

S H AU L A B A D I B E N R E I N A

AÑO: 23 - NÚMERO 1066 Publicación Semanal de la Asociación Unión Israelita Sefaradí “Luz Eterna” (Or Torah), B r a n d s e n 1 4 4 4 - 1 2 8 7 - B u e n o s A i r e s , Te l é f o n o : 4 3 0 1 - 3 4 2 6 AHORA UD. PUEDE LEER, BAJAR Y/O IMPRIMIR ESTA REVISTA DESDE LA DIRECCIÓN WEB: www.bybrapac.blogspot.com

ENC.

DE

VELAS VIERNES 13 NOV. 2015: 19:14 HS. SHABAT 14 NOV. 2015, 2 KISLÉV 5776. FIN.: 20:15

HS.

•PERASHA TOLEDOT• Una de las preguntas que sabios y filósofos trataron de responder y no pudieron es: ¿Para qué Hashem hizo el universo? Debido a la falta de una respuesta correcta inventaron un sin fin de teorías, que apuntan en su esencia, a que ocurrieron accidentes y de ellos se formó el universo. La posición de nuestros sabios es que: al ser Boré Olam el atributo de la bondad, si ésta no tiene una expresión práctica, deja de serlo. Pensemos –imaginemos, que hay un benefactor, quiere ayudar, tiene los medios para hacerlo y está sólo, sin nadie en el mundo, ¡¡nunca podrá demostrar su bondad!! Este ejemplo es el que toman nuestros Jajamim para explicar la creación del mundo y todo lo que hay en él. Es para que el deseo de Hashem de dar Su compasión llegue a quien Él mismo creó. Forma a la primera pareja, Adam – Java, les da la Mizvá de tener hijos y que cuiden el hermoso mundo creado por Boré Olam. Adam y Java tienen un hijo llamado Kain. La palabra Kain deriva de Kinian –adquisición- él tenía todo, podía vivir sólo sin necesidad de ayuda, era autosuficiente. La pareja tiene otro hijo al que llaman Hebel. La palabra Hebel deriva de Habal –aliento, valor- que se aplica como equivalente de algo vano. Al nacer Hebel la Torá dice que “tuvo a su hermano a Hebel”. Bien sabemos que no hay palabras demás en la Torá, con que hubiera dicho a Hebel era suficiente, ¿Qué necesidad de agregar, a su hermano a Hebel? Para

comprender la respuesta hagamos otra pregunta, ¿Para que hacía falta que Kain tuviera un hermano? Que sea tal como Hashem hizo una sola pareja, del mismo modo, que cada matrimonio tenga un solo hijo. La respuesta es que hay dos conceptos antagónicos, estos son: el egoísmo y el altruismo. Ser egoísta significa pensar en uno mismo solamente, no importan los demás. Ser altruista es hacer el bien a los otros. Es pensar y actuar a favor de los restantes. Si Boré Olam hubiera hecho que todos tengan un solo hijo, éste nunca sabrá lo que es dar, lo que es compartir, sería egoísmo puro. De ese modo, el mundo no funciona. Hashem hizo que a Kain le naciera un hermano para que aprenda a conllevar, a servir. En última instancia, que copie a Hashem. La convivencia entre los hermanos resulta ser en general conflictiva. Que cada cuál vea a su propia familia y a las conocidas, para que lo afirme. Pero el deseo de D’s., es que la persona trabaje sobre su tendencia natural al egoísmo y que llegue también al altruismo. Que de receptor se transforme en dador. Abraham Abinu tuvo primero a Ishmael cuando todavía se llamaba Abram. Luego cuando Boré Olam le cambia el nombre y lo llama Abraham, le nace Isaac Abinu. La Torá cuenta que Ishmael quería matar a Isaac, tanto físicamente –le tiraba flechas que lo rozabancomo espiritualmente. Lo quería pervertir. Todo se aprende de la palabra Mesajek –tal como

dicen los sabios-. Interviene Sara y le ordena a Abraham que lo eche a él y a su madre. Siente disgusto Abraham Abinu y Hashem le dice que Sara tiene razón. Viene luego la Akedá, el casamiento de Isaac con Ribka y 20 años de Tefilot de ruegos para que Ribka quede embarazada, hasta que luego de ese tiempo, a la edad de 60 años de Isaac, nacen los mellizos, Esav y Iaacob. Los dos recibieron la misma educación, seguro habrán tenido los mismos Morim, la misma dedicación de Isaac para cada uno de sus hijos. Eso fue hasta la edad de 13 años. En esa edad, se bifurcan los caminos, Iaacob Abinu queda estudiando en la Ieshibá y Esav es un callejero, un vago que no quiere estudiar. “Vaieehab Isaac Et Esav Ki Said Befiv Veribká Ohebet Et Iaacob”-y amó Isaac a Esav porque éste lo engañaba y Ribká amaba a Iaacob. ¿Cuál era el engaño de Esav a su padre? Venía Esav y le decía a su padre ¿Cómo se saca el diezmo de la paja? De la paja no se saca el diezmo, por lo que pensaba Isaac que tenía un hijo meticuloso en el cuidado de las Mizvot. Desde los 13 a los 15 años, Esav lo hacía a escondidas, hasta que a partir de esa edad ya lo hacía abiertamente, como también vendió su derecho a trabajar en el Bet-Hamikdash, por ser el Bejor, el primogénito. A la edad de 123 años de Isaac Abinu, 63 años de Esav y Iaacob, llama a su hijo Esav y le pide que le haga unos manjares, así le dará una Berajá. Ribka, que por accidente escucha la conversación, quiere cambiar la decisión de Isaac Abinu, pero Esav ya corrió a preparar la comida para su padre. Insta Ribka a que vaya Iaacob y que se haga pasar por Esav y que él reciba las Berajot de Isaac Abinu. No quiere Iaacob y la madre le dice que no tema, que nada le pasará. Iaacob va con los manjares en su mano y se presenta delante de su padre que hace años que está ciego. Iaacob le pide las Berajot, sospecha Isaac de que su hijo no sea Esav y lo examina, lo abraza, lo besa, siente el aroma de sus ropas, le da una Berajá y le dice también: “¡Mira! El perfume de mi hijo es como la fragancia del campo que bendijo Hashem” y le da las Berajot. Queremos detenernos en este punto y seguir la explicación que trae el

hermoso libro, Maian Hashabua. Isaac Abinu hace una introducción antes de darle la Berajá. Dice la Torá, que sintió el aroma de sus ropas. Todos los comentaristas dicen ¿Cómo se pudo asombrar del olor de la ropa, si el hedor a chivo que cubrían sus brazos, no es agradable? ¿Cómo fue que le gustó a Isaac Abinu? Responden los Jajamim que entró con él el perfume del Gan Eden. ¿Quién tenía la fragancia del Gan Eden: las ropas o Iaacob mismo? Si al final Isaac Abinu, dice: El aroma de mi hijo –Reiaj Beni-. ¿Qué mensaje está oculto aquí? ¿Qué sintió Isaac Abinu, la esencia de la ropa o de Iaacob? El Rab Iehuda Sadka, Z’L, trae una respuesta impresionante. Iaacob Abinu por su conducta, por lo que él era, no necesitaba ninguna Berajá, su imagen está en el trono de Boré Olam. ¿Quién necesitaba la Berajá? La respuesta es que nosotros mismos que somos sus descendientes, precisamos de la Berajá. El perfume del Gan Eden salía de Iaacob. Pero Isaac Abinu quiere que los sucesores de Iaacob sean como él, que la cadena que arrancó con los patriarcas no se corte nunca. ¿Qué hace falta para que esto suceda? Las emanaciones de sus ropas. ¿A qué ropas se refería Isaac Abinu? Las indumentarias son los hijos, tal como lo dice el profeta Ieoshua, el sumo sacerdote, que le saquen las ropas sucias, que eran de sus hijos mal casados. Isaac Abinu está feliz con el perfume de Iaacob, con el aroma del Gan Eden. Él quiere que las ropas también estén perfumadas, que los hijos sean como Iaacob Abinu, que siga la continuación hasta el Mashiaj. Para ellos va la Berajá: “que te de Hashem del rocío del cielo y la fertilidad de la tierra”. Teniendo a Iaacob Abinu, teniendo hijos como él, ellos se merecen la Berajá de Boré Olam. El mensaje sale sólo. Se llama familia cuando las generaciones siguen la misma línea, igualmente las Mizvot, como las costumbres, sin cambiarlas. De esa manera se entrelazan las generaciones pasadas con las presentes. La misma Berajá que decían en la época del Rey David a la manzana, es la que decimos hoy. Habiendo continuidad, hay vida, hay placer material y espiritual.

•MAASE SEMANAL• Muchos de los hechos históricos sólo se comprenden con el transcurso de la historia. Hubo comunidades que se formaron luego de hechos que nadie pensó que pudieran suceder. Cuando analizamos los detalles de lo sucedido, en el fondo vemos la mano de Hashem. Ribi Abraham Ibn Dahud Z’L relata, en su libro Sefer Hacabalá, de qué modo la Torá fue pasando de generación en generación hasta su época y cómo la mano de Hashem se preocupó para que la misma se estudie en el pueblo de Israel. Durante muchas generaciones el centro de la Torá mundial estuvo en Babel. Allí concluyó el Talmud, los Gueonim siguieron enseñando en las Ieshibot de Sura y Pumbedita y todo el mundo se dirigía allí a aprender Torá. Cuando comenzaron las persecuciones ideológicas y las Ieshibot fueron raleadas, la relación entre Babel y el resto del mundo judío se cortó por lo peligroso de los viajes y las continuas guerras. Llegó el momento de fundar nuevos lugares de Torá en el mundo y he aquí la historia de los cuatro cautivos. En el año 4750, o sea, hace más de 1000 años, el gobernador de Córdoba de España, Abad el Rajman il Nasser manda a su capitán Ibn il Rumjas que llegue con su barco hasta las islas del Mar Egeo y saquee a los barcos cristianos, les quite el botín y sus tripulantes sean vendidos por esclavos. Sale a cumplir la orden que le dio y su barco captura un barco con cuatro Rabinos que habiendo salido de Babel se dirigían a juntar fondos para las comunidades allí existentes. Uno de ellos era Ribi Jushiel, quien fuera el padre de Rabenu Jananel. El otro era Ribi Moshé quien viajaba con su esposa e hijo, quien era Ribi Janoj, muy joven en esa época. El tercero era Rabenu Shemaria Beribi Eljanan. Del cuarto no se conoce su nombre. Quisieron los piratas abusar de la esposa de Ribi Moshe. Ella le preguntó a su marido en hebreo si se ahogaba en el mar, si tenía luego resurrección. Él le respondió que sí con un Pasuk. Ella no dudó, se lanzó al agua y se ahogó en el mar. El capitán, que desconocía quiénes eran, vendió a Rabenu Shemaria en Alejandría, y allí lo pusieron como Rosh Ieshibá. Ribi Jushiel fue vendido en Túnez y

la gente de Kiruan pagó su rescate. Allí estableció una Ieshibá y allí le nació su famoso hijo Rabenu Jananel. Cuando el capitán vuelve a Córdoba, vende allí a Ribi Moshé y a su hijo. En la Comunidad creían que se trataba de una persona sin conocimientos. En aquella época no sabían tanto. De cualquier modo, con lo poco que sabían, hacían un lugar de estudio y aprendían del juez Ribi Natan, que no era muy versado en la Torá, pero era muy humilde y virtuoso. Ribi Moshe se sentó en un extremo del Bet Midrash y escuchaba cómo Ribi Natan enseñaba la Guemará Iomá cuando explica el trabajo del Cohen Gadol en el día de Kipur: Éste entraba con la sangre del vacuno y del chivo al Kodesh Hakodashim, salpicaba con su dedo frente al Arón, una para arriba y siete para abajo, y hemos estudiado que con cada vez que salpicaba hace una inmersión, una Tebilá. En este punto explicó Ribi Natan que el Cohen iba a la Tebilá con cada vez que salpicaba. Se levantó Ribi Moshe de su asiento y le preguntó: “Si es como usted explica, le sobran Tebilot. Sabemos que el Cohen hacía cinco Tebilot, pero según lo que usted explica llegaríamos a la cuenta de casi cincuenta Tebilot. No puede ser como usted dice”. Piensa Ribi Natan, quedó bloqueado por la observación, como todos sus alumnos, y le pregunta: “¿Y cómo se entiende lo que dice que en cada salpicada hacía una inmersión, hacía una Tebilá?”. Le contesta Ribi Moshe: “La explicación es que cada vez que salpicaba volvía a sumergir su dedo en el recipiente de la sangre y luego salpicaba”. Se asombraron de su respuesta y le preguntaron de otros temas que tenían dudas y se las aclaró con lo inmenso de su estudio. Fuera del Bet Midrash aguardaban litigantes para dilucidar temas pendientes y esperaron hasta que termine su lección. Cuando se levanta Ribi Natan con sus alumnos, vienen los litigantes a su encuentro a resolver los temas. Los ataja y les dice: “No soy mas el juez de aquí. Este nuevo visitante, con sus ropas raídas, es el nuevo juez, él es el nuevo Rabino. Y yo soy su alumno a partir del día de hoy”. Extraído del Maian Hashabua.

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Iaacob va con los manjares en su mano y se presenta delante de su padre que hace años que está ciego. Iaacob le pide las Berajot, sospecha Isaac de que su ...

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