lógico, “ayudar a los Iehudim”, “esto es por el bien de ellos, para que estos bebés el día de mañana no tengan que soportar la esclavitud, es conveniente que no vivan”. Estas palabras que Parhó les decía a las parteras para que maten a los bebés al nacer, parecen muy entendibles y, hasta podríamos decir “¡que piadoso que era Parhó…!” ¡Esto no es un crimen! Pero estas parteras sabían muy bien cuál era la estrategia que utiliza el Ieser Hará para la persona tropiece en lo más grave, inventándole creer que todavía está haciendo una obra de bien. Ellas sabían que si se oponían Parhó llamaría a otras personas para que cumplan con su propósito. Por eso frente a él no se opusieron, pero en el momento de la práctica, arriesgaron sus vidas para hacer vivir a los chicos que nacían, sin hacer cuentas, sin hacer cálculos sobre lo que les espera en un futuro. Ellas se entregaron por cumplir con la orden de Boré Olam, sin temer de nadie, ni siquiera del propio Parhó y, no sólo que no los mataban, sino que se preocupaban por alimentarlos, vestirlos, cantarles, tranquilizarlos y hacerlos vivir en todo el sentido de la palabra. Destacamos de esta actitud dos puntos muy importantes: 1) En primer lugar el Irat Shamaim. No temer de ningún ser humano. Cuando uno sabe que está cumpliendo con la voluntad de Hashem, no hay que temer por las reacciones de las personas que se opongan a esto. Durante todas las generaciones Am Israel demostró entregar la vida por el cumplimiento de las Mizvot, a pesar de los decretos que salían en contra de aquél que se comportaba como Iehudí. Hoy en día también tenemos que saber vivir entregándonos por cumplir con la

voluntad de Hashem, a pesar que alrededor nuestro se presentan muchos impedimentos, obstáculos y tropiezos que no son los decretos de los Goím justamente… Si no nuevas mentalidades que surgen de nuestro propio comportamiento lamentablemente, que nos limitan a crecer y a comportarnos como verdaderos Iehudim. Pero la fuerza de las parteras y de todo los Iehudim que no se quebraron ante nadie, late dentro de nosotras, esa chispa de Janucá que encendimos semanas atrás, al igual que los Macabeos en su momento, sigue ardiente y nos da la fuerza de mantener la vela encendida, sin que ningún viento ajeno la apague. 2) Lo que vale la vida de un Iehudí. A veces hay mujeres que limitan la natalidad, sin consultar a los Rabanim, por cuentas personales que a sus ojos les parece muy cierto y correcto. Las mujeres Iehudiot en Mizraim, no se privaron de traer hijos al mundo y, las parteras los hicieron vivir, a pesar, que sabían que luego serían arrojados al Nilo. Pero ellas no hicieron cuentas, sólo cumplieron con la voluntad de Hashem, entendiendo que por el Zejut de traerlos, podían ingresar al Olam Habá cuando Hashem lo determine. (Ya que para que las Neshamot puedan entrar al Olam Habá, es indispensable que pasen por este mundo) Gracias a esta fortaleza, nació Moshé Rabenu, el salvador de Israel. Si su madre hubiese impedido que naciera, por miedo a los decretos, todavía estaríamos allí… Traslademos este mensaje a nuestras vidas y, reflexionemos. ¿Quién sabe qué mamá va a traer al Mashiaj que tanto esperamos? ¡Shabat Shalom!

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AÑO: 24 NÚMERO

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Publicación Semanal de la Asociación Unión Israelita Sefaradí “Luz Eterna” (Or Torah), B r a n d s e n 1 4 4 4 - 1 2 8 7 - B u e n o s A i r e s , Te l é f o n o : 4 3 0 1 - 3 4 2 6 AHORA UD. PUEDE LEER, BAJAR Y/O IMPRIMIR ESTA REVISTA DESDE LA DIRECCIÓN WEB:

VELAS VIERNES 20 ENE. 2017: 19:48

www.bybrapac.blogspot.com HS.

SHABAT 21 ENE. 2017, 23 TEBÉT 5777. FIN.: 20:47

HS.

•SHABAT SHEMOT• Bat-Sheva Ester Kanievsky, Z’L, fue la esposa del Rab Jaim Kanievsky, a su vez hijo éste, del Rab Iaacob Kanievsky, Z’L, más conocido como el Estaipeler. La Rabanit Bat-Sheva Ester desplegó una tarea impresionante junto a su esposo y a la par de él. Quienes tuvieron el Zejut de conocerla, pueden escribir historias e historias que llenarían bibliotecas, nosotros nos remitimos a algunas de ellas que figuran en el hermoso libro Umatok Haor del Rab Levinstein, que quien quiera conocer más, las puede encontrar allí. Aharon Karob, era Capitán del Ejército Israelí. Al día siguiente de su casamiento, fue convocado para una misión. Él se paró frente a la puerta de una casa, cuando entra, una bomba escondida en la parte superior de la puerta estalló y le afecta su cabeza. Fue llevado de inmediato y se le practicó una operación muy delicada y complicada. El doctor Yekson limpió el cerebro de las esquirlas de la bomba y lo rearmó nuevamente. Si nos guiamos por las estadísticas médicas, no había ninguna esperanza que quedara con vida. Aun si esto sucediera, nadie podía asegurar que su cerebro volviera a funcionar en forma común y normal. El Rab Menahem Rosemberg, rabino de Kupat Jolim y el Rab Shemuel Hartman rabino del Hospital Belinson, que sabían del caso bien de cerca, le sugirieron a la esposa que vaya y vea a la Rabanit Kanievsky. Ellos viajaron con la señora, acompañados del padre de Aharon y de la madre de la señora. La Rabanit los recibió, se interesó en saber el caso, todos los detalles, se acercó a la joven esposa, la abrazó y la besó de todo corazón. Conmovida, la

esposa de Aharon, comenzó a llorar en forma desgarradora, ninguno de los presentes quedó ajeno frente al drama que veían sus ojos. Cómo una esposa joven, recién casada, se enfrentaba a esa tragedia. Se podía decir que hasta las paredes rompieron a llorar, todos sin excepción se sentían tocados por la situación. La Rabanit Kanievsky miró a la esposa, dejó de llorar y le dice: ¿Por qué lloras? ¡¡Él se va a curar!! Yo te digo que él se va a curar. La esposa sigue llorando y le dice: Sí, está bien, pero yo quiero tener hijos con él. Correcto, contestó la Rabanit Kanievsky. De acá a un año, tú vendrás a mi casa y, con la ayuda de Hashem, tendremos buenas noticias. Quienes estaban presentes, sintieron que las palabras de la Rabanit fueron como pompas de jabón; próximas a estallar en cualquier momento. Era incomprensible que lo dicho por la Rabanit tuviera visos de verdad, era como asegurar un viaje en ómnibus a la luna. Aharon se debate entre la vida y la muerte y la Rabanit promete hijos. Es inconcebible. Luego de esto, la Rabanit se acercó a la pila de libros de su esposo, el Rab Kanievsky, puestos a la venta. Tomó uno de ellos y escribió una dedicatoria para Aharon. Alguien de los presentes se dijo a sí mismo: ¿Por qué se burla de esa joven esposa? ¿Tiene sentido hacer una dedicatoria a una persona muerta? Los presentes se retiraron y lo imposible sucedió. El Capitán Aharon Karob se levantó, se paró sobre sus propias piernas y, al año y medio del atentado, sostenía a su pequeña hijita en brazos. Las palabras de la Rabanit se cumplieron completamente. Bisjar Nashim Sidkaniot Shebeotó Hador,

Nighalu Abotenu Mimisraim. Explico Avirá: en recompensa por las mujeres virtuosas de esa generación, salieron nuestros padres de Egipto. En el momento que iban a sacar agua, hacía Hashem que encontraran pececitos en sus cántaros; la mitad agua, la mitad pececitos. Cocinaban en ollas, una de ellas agua y en la otra los pescaditos. Llevaban las ollas al campo junto a sus esposos. Los lavaban, los arreglaban, les daban la comida y los incitaban. Cuando llegaba la fecha en que tendrían familia, iban al campo y se ponían a la sombra del manzano, y allí los tenían. Venían los egipcios y querían matarlos; se les hacía un milagro y se hundían en la tierra. Los egipcios traían arados arrastrados por toros, y araban la zona. Luego que los egipcios se iban, salían de la tierra como vegetales. Cuando crecían, iban a la casa de sus padres como rebaños. Cuando Hashem se les reveló en el cruce del mar, dijeron: éste es mi Hashem, éste es el que me salvó y al que vi en aquellos días (Sotá 11/B). El padre de la Rabanit Kanievsky, Z´L, el Rab Iosef Shalom Eliashib, en su libro, Dibré Agadá pregunta: ¿Cuál fue el Zejut de esas señoras de ser llamadas Sidkaniot? Pudiera ser porque prendían velas de SHabát? ¿Porque sacaban Jalá? Esas Mizvot se dieron luego. Entonces, ¿por qué razón fueron llamadas Sidkaniot? La respuesta está en el mismo texto de la Guemará. Esas mujeres se esforzaron al máximo, con la intención de traer niños y niñas al pueblo de Israel. Buscaban tener la mayor cantidad de hijos posible. Cuando se conoce el decreto del faraón de tirar los niños

al río, Amram, que era el Gadol Hador, el referente de todos, dijo: ¿Tiene sentido que tengamos hijos? Decidió pues divorciarse de su esposa. Los demás, al ver lo que hizo, copiaron su conducta y se divorciaron también. Su hija Miriam, con poco más de cinco años, le dice al padre: ¡¡Tú eres peor que el faraón!! Él decretó sobre los varones y tú lo has hecho con los varones y las nenas. El faraón es perverso, y se verá si su decreto se cumple, pero tú eres Sadik, el tuyo sí se cumple. El faraón los saca de este mundo, pero tú los sacas de este mundo y del mundo venidero. Si un niño no nace, no puede ir a Olam Habá, al mundo venidero. Tal el relato de la Guemará Sotá, 12/A. Aceptó Amram las palabras de su pequeña hija y volvió a casarse. De esa unión salió Moshé. Hagamos nuevamente la pregunta: ¿Para qué las mujeres de Mizraim querían tener hijos? ¿Para aumentar la fábrica de esclavos? ¿Para que terminaran en las paredes de las construcciones? ¿Para que fueran degollados y en su sangre se bañara el faraón? ¿Para qué esas mujeres virtuosas deseaban tener hijos? La respuesta es que ellas querían que esos hijos tuvieran el mérito de ir a Olam Habá. Si nacían, aunque sea un instante de vida, ya su alma podía ir al Olam Habá y ser eternos. No hay mayor favor que ayudar a un alma a volver al mundo espiritual de donde vino, al mundo de luz, de paz, de donde salieron. ¡¡Vale la pena sufrir y pasar todos esos contratiempos y dolores, con tal que tengan Olam Habá!! Es simplemente, vivir para ayudar.

•MAASE SEMANAL• Quienes están en puestos jerárquicos, no llegaron a ellos por simple gracia. Fue a través de mucho estudio, trabajo y dedicación al mismo. Por ello son reconocidos y dirigen las grandes empresas. Para ser un grande, hay que trabajar mucho, poner mucho esfuerzo. El Gaón Ribi Reuben David Navy Z’L era el bisabuelo de Ribi Iehuda Fetaia Z’L, alumno de Rab Iosef Jaim, autor de libros sobre Kabalá. El bisabuelo fue jefe del tribunal rabínico de la ciudad de Bagdad en Irak. Rab Iosef Jaim lo llamó un gigante en la Torá. Una vez estaba estudiando un tema muy complejo de la Guemará –una Suguiá- y luego de mucho esfuerzo pudo entenderla, adaptarla al contenido de la misma, responder todas las preguntas que surgían de ella e hizo unos

apuntes de la misma para no olvidarse. Le pide a su Shamosh que le apague la luz que se iba a dormir, cosa que el Shamosh hace. Pasa una media hora, escucha el Shamosh que el rabino lo llama y le pide que le prenda nuevamente la luz. Luego que se la prende, baja de su cama, se dirige adonde había dejado sus apuntes y escribe algo sobre ellos. Le pide al Shamosh que le apague la luz, que quiere acostarse, y éste apaga. Sin embargo, no pasa media hora y se repite de vuelta lo anterior. Le pide que encienda, se baja de la cama, escribe, se vuelve a acostar y le dice que se la apague. Vuelve a pasar una tercera vez, todo en la misma noche. Luego de la Tefilá de la mañana, el Shamosh le pregunta al rabino: “¿Qué pasó rabino que tantas veces se

acostaba, se levantaba, escribía y se volvía a acostar? ¿No podía dormir?”. El rabino le dice: “Luego que conseguí aclarar la Guemará, la acomodé de forma tal que se respondían de esa manera todas las preguntas y me fui a dormir. Se me aparece en sueños el Rif, Ribi Isaac Alfasi Z’L que me felicita por mi trabajo, pero dice que no coincide con su pensamiento, por lo que me esforcé mucho más y vi la forma de que también vaya de acuerdo a su forma de pensar. En ese momento te pedí que vuelvas a encender la luz, escribí lo que había pensado y volví a la cama. Me acuesto y veo al Rambam que me dice lo mismo. Volví a repasar todo lo estudiado, lo repasé y logré que de cierta manera coincida con la opinión del Rambam. Fue ahí que te llamé para que prendas la luz y lo escribí para no olvidarme. Me acuesto y sueño con el Rosh que me dice lo que me habían dicho antes tanto el Rif como el

Rambam, por lo que nuevamente hice el esfuerzo de explicarla de forma que también pueda ir como él”. Nosotros, simples lectores de este hecho, comentamos lo siguiente: ¡¡No entendemos!! Si el Gaón Navy Z’L tuvo el Zejut de que se le aparezcan estos tres que sobre ellos descansa toda la jurisprudencia, ¿por qué no fueron ellos mismos los que le enseñaban de qué modo adaptarla a su forma de pensar, en vez de que él solo debiera hacer el esfuerzo y levantarse tres veces en la misma noche? La respuesta es simple. Cuando hay esfuerzo personal, hay Berajá. La Torá no se regala, no cae del cielo. La única forma de adquirirla es poniendo todo lo propio. Luego puede venir la ayuda de Hashem, pero es uno mismo el que debe trabajar para conseguirla. Extraído del Maian Hashabua.

•REGLAS SOBRE VIDUY, YAG MIDOT Y NEFILAT APAIM• 1) Los que se habituaron a no decir Viduy y Nefilat Apaim en los aniversarios de la desaparición de Tzadikim o Admorim, llevan una costumbre equivocada y no hay base para hacer tal cosa. Solamente el día 33 del Omer 18 de Iyar según el calendario hebreo-, fiesta de Rabi Shimon Bar Iojay, no dicen Viduy. En consecuencia, si ocurre que tiene que ir a decir Tefilá con éstos que no dicen Viduy en los aniversarios de cada Sadik y no está en su mano el impedirles, ésta obligado a decir el Viduy en forma individual, sin que esto signifique presunción. 2) Acostumbran que en el día que introducen un nuevo Sefer Torá al BetHakeneset, si se celebra a la hora de la Oración Vespertina, no dice Viduy en ese rezo. Y tienen en que apoyarse.

3) Cuando celebran la terminación de un tomo del Talmud, el que festeja y sus invitados no dicen Viduy y Nefilat Apaim en la Tefilá de Minjá antes de la comida-celebración. Y en general todos los que se asocian a esta comida están exentos de decir Viduy. Con mucha más razón, si estudiaron en grupo un tomo completo, están libres de recitar el Viduy todos los asistentes a la oración de Minjá que rezarán antes de la Seudat Mizvá. 4) Los días en que no se dice Viduy y Nefilat Apaim, la costumbre es generalizada en cuanto a no decir también, Lamenatzeaj Mizmor Ledavid Iaanjá Hashem Beiom Tzará, etc., como asimismo Tefilá Ledavid Hate Hashem Ozneja Aneni, etc. Extraído del Ialkut Iosef.

•PARA TODA BAT ISRAEL• En esta Perashá descubrimos la imagen de dos mujeres de Israel, virtuosas y valientes, quienes forman las grandes responsables del exilio de Mizraim. Ellas son las famosas “parteras”,Shifrá (Iojebed) y Puá (Miriam)-. Cuando los astrólogos le dijeron a Parhó que un hombre

Iehudí salvará a los Iehudim de Egipto, él ordenó a estas parteras, que asesinen a los bebés en el momento de nacer. Por supuesto que él no les dijo directamente cuál era el motivo del decreto, sino que les “disfrazó” esta orden con un argumento que parecía bastante

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