Página

1

Página

2

¡Apoya al autor, comprando sus libros! Este documento fue hecho sin fines de lucro, ni con la intención de perjudicar al Autor(a). Ninguna correctora, traductora o diseñadora del foro recibe a cambio dinero por su participación en cada una de nuestros trabajos. Todo proyecto realizado por Paradise Books es a fin de complacer al lector y así dar a conocer al autor. Si tienes la posibilidad de adquirir sus libros, hazlo como muestra de tu apoyo.

¡Disfruta de la lectura!

Staff Moderadora de Traducción Carolina Shaw

Traductoras Lipi-Lipi

Alessa Masllentyle

Lizi_0696

Stefffya

Alysse Volkov

Ahtziri29

Meeny

July Styles Tate

Michelle M

Jacqui_15

Andreeapaz

Moderadora de Corrección Alessa Masllentyle

Correctoras Andrea95 Fiioreee Sapphire

Elizabeth Scarhood Alessa Masllentyle Agus Winchester

Lucero Rangel

*Andreina F*

3

Nyssa Meeny July Styles Tate

Lectura & Revisión Final

Página

*Andreina F*

Diseño Mae

Índice Sinopsis Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15 Capítulo 16 Capítulo 17 Capítulo 18 Capítulo 19

Página

4

Sobre el autor

Sinopsis "Santa calentura. Hazte a un lado, Gideon y Eva. La escena de la ducha en FallingStar es la más sexy que he leído." —Hot HeroesBooks. "Estoy sin palabras después de leer esto. Una vez que empecé no pude parar; me encantó cada segundo de este libro." —Sammie's Book Blog. "Las vueltas y giros en este libro, hacen de esta historia apasionante una adictiva secuela. Por no hablar de la química sexual que salta de la página." —Jackie'sFavoriteReads. El adicto al sexo,Jake, se sorprendió después de escuchar el impactante secreto de Star, ella no es quien él pensaba que era, y ahora quiere mantenerla a distancia, con miedo de hacerle daño. Pero cuanto más ignora a Star, más sagaz está ella para su atención. Y con la joven y bella actriz siendo obligada por su contrato a vivir en la casa de Jake, no pueden alejarse el uno del otro tampoco. Pero la llegada de un tercero cambia el juego. Y cuando Star no vuelve a casa, o al set el día siguiente...

Página

5

Jake sabe que podría haber perdido para siempre.

“En todo caos hay un cosmos, en todo desorden un orden secreto.”

Página

6

—Carl Jung.

1 Star Traducido por lipi-lipi Corregido por Andrea95

Oh, oh, me hallaba en serios problemas. No pretendía llegar tan lejos, pero no podía detenerme. Jake estaba caliente, más caliente, que cualquier otro chico con el que alguna vez me lié. Aparte de que el orgasmo que me dio rasgó mi mundo. Mi primera vez, alguna vez, con un chico. Me dejó destrozada, confundida, con ganas de más. Fue la más grande e inesperada sorpresa de mi vida. Incluso nunca ningún hombre estuvo cerca de hacerme eso. Quiero decir, que lo hubiese intentado, pero habría fracasado miserablemente. Antes, siempre fui capaz de descansar y contar ovejas. Es como un poder, supongo. Sabiendo que nunca tenía que dejar ir el control, sobre todo porque, sentía que no existía algo especial sobre ello. Pero mi experiencia con Jake se sentía surrealista. Era casi como si yo, Star Davis, ni siquiera me encontraba allí, pero alguna fuerza interior se hizo cargo. La tentación de entregarme a él era insoportable, pero sabía lo que sucedería: me jodería y luego nunca querría tener algo que ver conmigo otra vez. Sólo una conquista. En el último segundo, casi antes de que fuera demasiado tarde, salí de la dimensión desconocida al mundo real.

Página

7

—Jake, se acabó la fiesta —dije, dándole un empujón. Mi voz era temblorosa. Las palabras salieron de mi boca, aunque mi alto ego se horrorizara, de que estropeaba toda la diversión. Pero lo dije enfáticamente, así no quedaba mal interpretado—. Lo digo en serio. Esto es todo lo que puedo hacer. Acostada sobre su sofá, vulnerable me abracé a él, me hizo perder mi sentido común. Dejé a la emoción vencerme y sabía que si quería mantener el control y la distancia profesional que necesitaba tenía que conseguir un agarre. Este papel de Skye en Skye´sTheLimit es mi segunda oportunidad, tal vez la última y no podía arruinar las cosas. Tenía que confesar la verdad. La verdad de mi Virginidad, y cuando se lo dije vi su

rostro, rompiéndose en sentido figurado. Se veía tan sorprendido, casi sentí lástima por él. Pero entonces me acordé rápidamente de que era un hombre. Hombres. ¿El noventa y nueve por ciento de ellos? Idiotas. A menos que, por supuesto, los tengas a todos bajo control. La mendicidad. Salivando por más. Entonces pueden ser mininos. Adelante, me llaman injusta. O una perra. Pero esta información útil fue inculcada por mi madre desde que aprendí a hablar. O por lo menos, escuchar. ¿Mi padre? No es mi padre biológico. Es el hombre que vino y recogió a mi mamá del suelo cuando estaba embarazada de mí. Él, el bastardo que la embarazó, aquel de quien se enamoró perdidamente, simplemente despegó “para perseguir otra falda”, como me decía a menudo mamá cuando se encontraba en uno de sus estados de ánimo habladores. Así que, tanto como mi padre me cabreaba, le debía una. Lo intentó. Me levantó como pudo y no fue su culpa que mamá nunca se enamorara verdaderamente de él. De todos modos, aunque me sentí poderosa por un segundo con Jake, y triunfante, no pasó mucho tiempo antes de que me aplastara con su tipo de despreocupada actitud de "¿a quién mierda le importa la niñita? No puedo perder mi tiempo en ti de todas formas". Estaba allí, el anhelo de él para abrazarme, para profesar su eterno amor o algo así por mí. Pero sólo sonrió arrogante como si no fuera nada para él. Una molestia. Supongo que lo era... Nada, quiero decir. Él podría conseguir a cualquiera. Y lo hacía. La lista era larga, más larga que las estrellas de cine patilargasy modelos que “pasaron de moda” una tras otra. —Vístete, Star. Vamos a salir —anunció Jake, todavía acostado en el sofá, desnudo. —¡Oh!, está bien, genial. —Me sentí renovada y esperanzada. Me iba a llevar a alguna cena romántica a la luz de las velas para cortejarme de otras maneras. Poco a poco. Tomándose su tiempo.

Página

8

Me levanté del sofá y me dirigí a la habitación, preguntándome qué debía usar. Algo elegante. Sexy. Algo más maduro, que demostrara que era una dama y no sólo una adolescente. Tenía algunos aretes de diamantes que podría llevar y un sexy vestido de jersey de Stella McCartney color negro que resaltaría mis curvas. Pero cuando hacía mi camino por las escaleras, mis reflexiones románticas fueron aplastadas al instante. Jakehablabaal teléfono. —Genial, Leo, nos vemos allí… Sí. Trae a toda la gente, si quieres. Cuanto más, mejor.

Y así fue como las cosas continuaron después de nuestro "episodio" en el sofá. Jake se aseguró de que nunca estuviésemos solos. Amigos, productores, amigos de amigos. Y actrices. En todas partes. Mirándolo hacia arriba, sonriéndole estúpidamente como salas enteras llenas de gatos de Cheshire, directamente de Alicia en el país de las maravillas. Estábamos constantemente rodeados, pero al mismo tiempo, no me quitaba los ojos de encima, no porque estuviera loco por mí, me di cuenta, era para asegurarse de que no iba a escapar y salir a beber grandes tragos de vodka o algo así. Y luego, en la semana que siguió, pensé que volvería a ignorarme, pero fue peor. Mucho peor. Era dulce y tierno. Al igual que un hermano mayor. Poniendo su brazo a mi alrededor, pero de una manera muy sexual. Escuchando cada palabra con atención. Una vez que empezamos a filmar lo haría retomar en caso de que no estuviera contento con la toma. Todo sobre mí, pero en un modo de “director considerado”.Era repugnante. Me hizo odiarlo. Obsesionarme con él. No era que se me aguaba la boca, era yo. Dentro. Y cuando digo “dentro” esto es lo que quiero decir. Debajo de mi cintura, era un desastre caliente. Cada vez que me tocaba, quería gritar de frustración. Recordando el regalo que me dio de descubrir mi sexualidad, aún tratándolo como si no fuera nada. Me hallaba en estado de agitación. Era sólo otra chica más, alguien que podía ser feliz sin eso. Sin embargo, su bondad me mataba. "Matándome suavemente". Jake no sabía, que no necesitaba ningún licor para drogarme. Porque él era, en cierto modo, peor que cualquier otra droga. Constantemente tenía más ansias. De él.

Página

9

—Star, ¿le gustaría otro refresco? ¿Un café? ¿Un bocadillo? —Era Biff, la ayudante de Jake, que me preguntaba por enésima vez si necesitaba algo. Ella se convirtióen mi mano derecha. Sí,“hombre”, con su tendencia de voz profunda y como un toro. Al principio me quedé horrorizada, le dije a Jake que no la quería cerca de mí. Después de lo que me pasó cuando era una niña. Pero, Biff resultó ser el personaje más dulce y más suave, así que dejé que se acercara. Qué ironía, no era Jake Wild quien se acercó a mí, era Biff. —Estoy bien, gracias, Biff. —Estábamos en el set, con maquillaje y vestuario como en una cárcel, a la espera de mi escena. Hubo un cabello en la puerta y el camarógrafo quería ir de nuevo. Una pena, porque la toma había sido pura perfección. —Y… acción—ladró Jake. El lugar de repente quedó bañado en un extraño silencio. Meryl miró al espacio, luego rodó sus ojos sólo un toque al lado. Para cualquier persona normal, parecía que no estuviera haciendo nada, pero en la empresa sabían que no era así. Esta fue otra actuación

digna de un Oscar, fusionado con sutileza y genialidad. No me cansaba de observarla y no me importaba esperar una eternidad para hacer mi escena. El set de la película había sido mi escuela de arte dramático de todos estos años y ahora más que nunca. Algunos de los otros actores se hallaban en sus remolques, haciendo crucigramas o navegando en sus computadoras portátiles. Pero me quedé clavada en el set porque quería ver a Jake y Meryl trabajar. Lo vi acercarse a ella y murmurar en su oído. A pesar de que ella era una estrella consumada y Jake tan joven, no se sentía intimidado por ella. Vi su visto bueno y luego rieron, como si lo que hubiera dichofuera una idea fantástica. Leo fue corriendo alrededor y comprobó que las cosas se hallaban en orden, los maquillistas y estilistas se abalanzaron sobre Meryl con peines y polvos para la cara. Dejó que le espolvorearan la nariz y la frente para deshacerse de cualquier brillo, metió las rodillas debajo de ella, cerró los ojos y respiró hondo. Preparándose para la siguiente toma, aquella en la que realmente vemos cómo de loco es su personaje. Biff agarróla silla de director y se acercó a mi lado. —¿Qué opinas de Meryl? —susurró. —Creo que es la mejor actriz que he visto en mi vida —dijo—. Es la actriz favorita de todos los tiempos de Bobby de Niro, ¿lo sabías? —Eso es una alabanza viniendo de él. —Seguro que lo es. —Me gustaría quedarme, pero tengo que ir a recoger a la novia de Jake al aeropuerto. Sentí mi estómago caer mil pies. Levanté la vista de mi taza de café a Biff. Seguramente cometió un error. —¿Novia? —susurré—. Jake no tiene novia. —Lo sé, ¿verdad? Pero sigue refiriéndose a ella como su novia. Una novedad para mí pero, bueno yo soy su asistente, no puedo hacer demasiadas preguntas personales, no es asunto mío.

Página

10

Sentí olas verdes fluorescentes lavando a través de mí. Los celos eran una emoción a la que no me hallaba acostumbrada. —Bueno, realmente es tu asunto, Biff—dije. En un esfuerzo loco para darle sentido a todo esto—. Tienes que estar por delante de él en todos los sentidos. Entender sus necesidades, sus caprichos, sus debilidades. Es decir, si quieres ser el ayudante perfecto—añadí manipuladoramente. Sabía que iba a ser capaz de sonsacar información de Biff en cualquier momento. Y este tema de la “novia”, estaría en lo alto de mi lista de prioridades.

Los ojos de Biff eran de cachorro inocente, deseosos de complacer. — Quiero ser un gran asistente, amo lo que hago. Me encanta mi trabajo, tanto que quiero que él esté contento. —Un asistente tiene que ser como un segundo cerebro, un segundo corazón. Tienes que saber todo acerca de Jake para ser su brazo derecho. Biff me miró con amor. —Ojalá tú fueras su novia —dijo. Luego nos seguimos mirando la una a la otra, incluso después de que la película terminó. —¿Yo? No saldría con Jake Wild si fuera el último hombre vivo. — Las palabras salieron de mi boca, no podía detenerlas. Me reí demasiado fuerte y falso. Meryl me miró desde el otro lado del lugar. Sonrió distraídamente, y se deslizó de vuelta a sus pensamientos. Sentí las lágrimas en mis ojos y un nudo en la garganta. Biff me tocó la mano. —¿Estás bien, Star? ¿Puedo ofrecerte algo? —Estoy preparando mi siguiente escena —mentí—. Entonces, ¿quién es esta novia? —Su nombre es Cassie… Cassandra. —Ella le traerá mala suerte —bromeé. —¿Por qué? Jugué con mi cabello carcelario, anudado. Iban a cardarlo para mi próxima escena, debía tener un aspecto áspero. —¿No sabes acerca de la leyenda griega? Cassandra tenía el don de la profecía, pero nunca le creyeron. Ella podía ver el futuro, pero todo el mundo pensaba que estaba loca. —Tengo skype con ella —dijo Biff—. Ella no es su tipo habitual. —Oh, sí. ¿Qué aspecto tiene? —Y luego con más urgencia—. ¿De dónde se conocen? —Sin novedad en el set, por favor, vamos a otra toma—gritó Leo. Allí estaba el fuerte chasquido de la claqueta—. Toma seis: Y luces, cámara. Silencio por favor, rodar cámara.

Página

11

—¡Y acción! —dijo Jake. No me podía concentrar. Mi pulso latía tan fuerte que pensé que podría estropear la toma, de que los ingenieros de sonido podían escuchar el “boom boom” de mi corazón martillando a través de mi pecho con sus auriculares sensibles, que recogían el más pequeño de los ruidos. Meryl pinchaba su brazo con un objeto punzante, su boca se torció con disgusto consigo misma.

—Y… corten, perfecto, Meryl. ¿Que hemos conseguido en la cárcel? —Sólo el control de la puerta —dijo, Leo. Agarré a Biff por la muñeca. —¿Dónde la conoció, Biff? —Es una ex. Bueno, algo así. —¿Una ex? ¿Es bonita? —Bueno, supongo. Nada en especial. Nada como tú, Star. —Entonces, ¿cómo se engancharon de nuevo? —Traté de sonar vaga, como si estuviera haciendo una conversación casual. No. —No estoy seguro. Es algo desde hace mucho tiempo. Ya sabes, una cosa de adolescentes reavivado. —¿Renació? —Miré a Jake, que sonreía de felicidad y daba golpes al aire con el puño. —No puedo esperar para ver los diarios, estuvo perfecto —le decía a Leo. Jakese volvió hacia mí, capturando mis ojos, su sonrisa torcida de nuestro momento efímero, dulce y penetrante siempre presente en la memoria, me perseguía por un segundo. Pero a mí mirada en cambio, se añadieron fragmentos de vidrio. Forcé una sonrisa de vuelta. Llevaba uniforme, suelto en sus caderas, mirando su duro estómago a través de él. Su cabello rubio oscuro despeinado, una capa de sombra de las cinco en punto en la mandíbula, que le daba un aspecto sexy cansado. Un hombre que había trabajado un poco duro, pero su pasión le daba un aire de triunfo personal. ¿Pasión? La idea de la palabra se sentía gruesa en mi cerebro… ¿Pasión por quien? ¿Por Cassandra? ¡Ugh! Sin embargo, ¿qué derecho tenía yo sobre él? No era mi novio y no me había hecho ninguna promesa. Al contrario me advirtió contra sí mismo, diciendo que era "malo" y que debería mantenerme alejada de él. Se paseó hacia mí, sin dejar de sonreír. Sentí una lágrima rodar espontáneamente por mi mejilla. Frunció el ceño. —Star, ¿qué pasa?¿Tu papá?¿Que está mal? ¡Tienes una novia, es lo que está malditamente mal!

Página

12

—Nada. Ya sabes, solamente que me sentí emocional tras la escena de Meryl. —Sí, ella es la mejor. A la espera de la tuya después. —Miró su reloj—. ¿Estás lista? Deberíamos ser buenos para rodar en diez minutos más o menos. Levanté la vista hacia él.

—Pensé que podía restarle importancia, ¿sabes? Discreta. Así puedo entrar al final. —Bueno, planeaba comenzar con un plano medio. —Si puedes hacer un primer plano primero me harías un favor. ¿Si a Meryl no le importa? Siento la escena en este momento, ¿sabes? Si pudiéramos ir pronto, eso sería genial. —Sin duda, Star. —Se mantuvo de pie y gritó—:Quiero la siguiente toma lista en cinco minutos. Leo, consigue este primer plano que si va. Sí, primer plano, dile aPaulal igual que ahora. ¿Maquillaje?,¿cabello?, estamos listos. Mi estilista Miriam, vino volando y comenzó a ocuparse. Tenía polvo de color marrón en la punta de un cepillo. Debía mirar con ojos anchos y huecos, lo que era una buena cosa. Porque repentinamente, después de la noticia de la novia maravilla. Sentí que aparecería en las noticias por muerte recalentada. Diez minutos más tarde, después de que Jake llamó “acción”, inmóvil, comencé la escena. Dejé que las lágrimas se acumularan poco a poco, brotaran y sedesbordarana raudales por mi cara sin sacudirlas lejos. Me quedé mirando a Meryl, imaginando que ella era la ex, Cassandra, la que se lleva mi luz a distancia. Me imaginé a mi hermano y el daño que hizo. Levanté la vista y me quedé mirando el techo. Podía oír el rodar de las cámaras y el silencio danzaba en torno a mis oídos. Eché un vistazo a Meryl. Sus labios se torcieron en angustia rencorosa, su personaje llevándola sobre el comando mientras dejaba un destello de una media sonrisa sobre sus labios. Pero la cámara se encontraba sobre mí, no en ella; una primera toma. Sólo mi cara y el cuello, por lo que cualquier expresión que hice sería gigante en la pantalla. Meryl estaba siendo generosa. Como siempre ayudando a que mi personaje Skye, sienta dolor. En un instante, sentí el rasgón. Un rugido se me escapó, como un animal salvaje atrapado en una trampa. Propuse mi actuación llena de pequeños matices, pero mi instinto asumió el control. Me sentía inmersa en la soledad. Una sola estrella en el cielo. Sola. Agarré mi cabello, usando mis manos como garras y empecé a tirar así que mi cuero cabelludo se sentía crudo. ¿Sobreactuaba? Tal vez, pero lo sentí en el interior. Realmente lo hice. Finalmente dije mis líneas, apretando los dientes.

Página

13

—Tú… eres… una malvada… perra. —El silencio rodó durante veinte segundos. Mantuve mi mirada, fija en los ojos de Meryl. Ella sonrió, su personaje una fuerza cruel de la naturaleza bastarda. —¡Corten! —dijo Jake, en voz baja. Pero la cámara siguió rodando. Esto es lo que a veces sucede cuando un equipo pasa a invertir en una escena. Continué actuando, a pesar de que Jakedijo“corten”. Podía oír ese maravilloso sonido, relajante de la cámara… un sonido que era como mi segundo aliento… mi vida… mi existencia…—. Eso es una envoltura por

ahora. —Y luego más fuerte—. ¡Corten!—Dejé que mis ojos se perdieran en el rostro de Jake. Y luego articuló en silencio—:Te amo. Volteó mi estómago. ¿En serio? ¿Lo leí bien? Pero luego añadió en voz alta—: Te amo, Star. Te amo, Meryl. Los amo a todos ustedes por filmar el mejor día de mi vida.

Página

14

Y volví de nuevo a la tierra. Me pregunto si alguna vez volvería a escuchar esas palabras de verdad.

2 Jake Traducido por Alessa Masllentyle Corregido por Elizabeth Scarhood

―Tomen cinco, todo el mundo, necesitamos una pausa rápida. En realidad, digamos quince minutos. Leo me sonrió. ―Buen día, mi amigo, buen día. ―Lo hiciste muy bien, Leo. Amo esas sombras afiladas que has planeado para Paul. Meryl luce jodidamente loca. Y Star… bien, ¿qué puedo decir? ―Es una gran actriz… perfecto reparto, Jake. ¿En esa última escena? No se podía oír caer un alfiler. ¿Quieres agarrar una cerveza?

Página

15

Sonrío. Amo el acento ruso de Leo y cómo consiguió expresiones confusas. ―Seguro, vamos a mi remolque. ―Para que todos pudieran escuchar, grité―: De vuelta en diez, todo el mundo. Leo y yo hacemos nuestro camino a través del lote, y una vez en mi remolque, me dejé caer en el sofá, mientras Leo tomó algunas cervezas heladas de la nevera y agarró algunos bocadillos de la pequeña cocina. Arrojó los paquetes en la mesa donde tengo puestos mis pies. Me sentía muerto de cansancio, pero al mismo tiempo en lo alto de la excitación y energía. Star me mostraba de lo que se encontraba hecha. Joder, esa chica podía actuar. Es resistente pero vulnerable al mismo tiempo. Me enciende en todas las formas —mentalmente, psicológicamente, emocionalmente— pero la razón interviene dentro de mi cabeza manteniéndome deletreando en voz alta y clara. No, Jake. Déjala sola. Es una chica joven. Demasiado joven. Una maldita virgen, en primer lugar de todo. Déjala. Sola.

―¿Mirando hacia adelante a las Badlands1? ―preguntó Leo, desgarrando una bolsa de papas fritas. ―Sí, mucho. Excepto… ―¿Qué? ―Se sienta y me entrega una cerveza. ―Las cosas van a ser un poco diferentes. Ya sabes, con Cassie a bordo. ―Así que, ¿quién es Cassie, esa jovencita acerca de la que me hablaste? ¿Es guapa? ―No realmente. Quiero decir, sí, hermosa, pero no el tipo que llama la atención. Te lo dije, Leo. He terminado con las nenas. He terminado de joder. Pero al mismo tiempo me está volviendo loco estar abstinente. He decidido que necesito una novia real. Alguien estable. Inteligente. Alguien en quién pueda confiar con mi vida. ―¿Tu vida? ¿Volaste a Marte o algo así? ―Sólo una buena, agradable, ingeniosa mujer para mantenerme cuerdo. Nada de drama, nada de juegos locos, nada de drogas o fiestas. Sólo una dulce, sin complicaciones, sencilla chica. Nos conocemos de toda la vida. Somos viejos amigos. Siempre ha estado ahí para mí. Loca por mí. ―Genial, ¿un partido así como Star?... Quiero decir, ¿libre? Me congelé. La idea de cualquier persona, mucho menos Leo, tocando a Star, causa una oleada de adrenalina en mi sistema para golpear, como si estuviera corriendo al lado de un oso o león. ―Muy gracioso, Leo. Deja mis miembros de reparto solos. ―De todos modos, no estoy seguro de que se trate de Cassie. Si te gusta Star―dice Leo, asintiendo como si supiera todo―. Star es la chica para ti. ―Fuera de los límites, Leo ―digo, dándome cuenta de que obviamente hice mis sentimientos por Star evidentes―. Te lo dije. ¡No va a suceder! Es por eso que envié por Cassie… debería llegar en cualquier momento. Le di el trabajo del guion para que tuviera algo que hacer. Quiero ver si puedo hacer funcionar una relación real. Una cosa novia/novio real.

Página

16

―¿Y luego qué?

Las badlands o baldías son un tipo de paisaje de características áridas y de litología rica en lutitas, extensamente erosionado por el agua y el viento, debido a la falta de vegetación. 1

―¿Qué quieres decir? ―¿Cuándo consigas aburrirte de la Señorita-Mosquita-Muerta? ¿Después de cinco largos minutos? ―Es muy astuta. Fue a Oxford, es licenciada en Obras Clásicas. Es inteligente, no conseguiré aburrirme… es una gran conversadora. Leo se echó a reír. ―Sí, los coños pueden realmente hablar.

Página

17

―Hay más en la vida que un magnífico coño, Leo. Mira, será mejor que regresemos al estudio de filmación. Quiero una tenue, muy artística apariencia para la siguiente escena, en preservación con ese último plano angular de Meryl. Me encanta lo que hiciste por cierto, Leo… las ideas que le diste a Paul. Pensaba que él era el mejor director de fotografía que he tenido, pero hombre, estás haciendo cosas grandes, Leo. Sigue así y podrás trabajar para mí durante todo el tiempo que quieras.

3 Star Traducido por Stefffya Corregido por Andrea95

De vuelta en mi remolque, esperé a Narissa, la DoctoraDeal, como prefiere ser llamada. Los paparazzi estuvieron siguiéndome a todas partes, desde que se enteraron del hecho de que vivía en la casa de Jake. "La joven pareja más hermosa de Hollywood" decían. “¿La nueva Brangelina?". Otro titular decía "Mira este espacio". Bueno miraba este espacio y empezaba a cansarme de verlo vacío.

Página

18

Todo comenzó después del “episodio” cuando Jake me aseguró que nunca estaríamos solos juntos. Restaurantes o casas de amigos, o él los invitaba a su lugar, donde fuera excepto una situación íntima. Me animó a invitar a mis amigos también; Janice y Madie, y quien quisiera juntarse. Vaya séquito que éramos. Leo, y la mitad de la pandilla saliendo,Jake y yo nunca estábamos solos. Aun así, la prensa ahora sabía dónde encontrarme porque no me escondía. Si salíamos siempre volvíamos a la casa de Jake antes de medianoche, estábamos quemando arduamente unas velas hasta su fin, sin beber. Pero esto era agotador incluso para mí: la consumada chica fiestera. Agotada principalmente, ya no me drogaba o bebía, así que era consciente del tiempo pasando como en cámara lenta. Estando con él pero incapaz de tocarlo. Sabiendo que el precioso momento que compartimos fue la única vez, un tropiezo por el que él se preocupó de nunca se repetirá. Al final de cada atardecer, Biff me acompañaría a mi habitación literalmente, como algún estricto chaperón, apagando la luz. Anhelaba permanecer sola en casa con Jake, en la manera en la que estábamos antes del "evento" sin suerte. Algunas noches me sentía tentada a huir, sólo para obligarlo a venir a buscarme, para que reaccionara, demostrándome que le importaba, pero las alarmas de la casa estaban encendidas y si me metía por una ventana me atraparían. Además,

algunas veces lo escuchaba encender su auto, se iba a algún lugar después de apagar las luces pero nunca me diría donde. Mi psiquiatra cuidadosamente tocó en la puerta de mi remolque, sacando mis pensamientos de Jake. —Adelante—grité. Ella entró, subiendo cuidadosamente las escaleras, su liso cabello corto plata suave, asomando sus ojos azules y un conjunto con falda de tubo dándole un aire de elegancia de modelo Vogue. Bueno, una modelo de Vogue de los 50´s. —Podrías acomodar una familia de seis aquí —comentó la Dra. Deal. —Sí, bueno, el remolque donde me crie era menos que la mitad de este. Muchas gracias por venir, esto se está haciendo una especie de locura con la prensa, me seguirían a tu oficina, por supuesto. Realmente no necesito "Star Davis fue vista en el psiquiatra" en primera página ahora mismo. Adelante, siéntate. »¿Algo para beber? ¿Té, café, jugo? —Un poco de agua sería encantador. —¿Sin gas, con gas? ¿Saborizada? —Me dirigí a la cocina. —Estás siendo tratada como la realeza por lo que veo —dijo ella, mirando alrededor—. Cualquier agua estaría bien. Le serví agua mineral. —¿Hielo, limón? —No gracias. —Iremos mañana a un sitio al sur de Dakota a las Badlands así que este será mi pequeño santuario por un tiempo. —¿Es por eso que este remolque es tan grande, porque hay dos de ustedes? —¿Dos? Narissa asiente. —Oh, comprendo —digo—. Has estado escuchando las noticias ¿eh?

Página

19

—No tenía elección. Me gusta mantenerme al tanto con mis clientes. Cancelaste nuestras últimas tres sesiones así que, creí que existía una razón. Demasiado enrollada con alguien para verme, esa fue mi suposición. —Trabajo, eso es todo. Ningún novio. No creas lo que lees. —Me senté y le pasé el agua a Narissa—. Mira,Narissa, todo eso de "Star Davis anda de un lado a otro con hombres como pañuelos desechables", no es cierto. Quiero decir, está bien, he tenido una serie de novios pero realmente nada serio. Sexualmente hablando, de todos modos. —No estoy aquí para juzgarte, Star.

—Soy virgen —solté—. Y eso es un hecho. Esto es algo que guardo para mí misma. Sus tenues ojos azules me contemplaron con fascinación, como si fuera algo raro, en el puente de especies en extinción —No estoy bromeando —agregué. Se inclinó en sus codos plantados sobre la mesa, y me miró fijamente a los ojos. —Entonces, ¿por qué? ¿Por qué permites que el mundo crea lo contrario? Sólo tienes 19 años. Ser una virgen es algo para estar orgulloso, no negarlo. Me encogí de hombros. —Realmente no quiero estar en un cartel de virginidad para chicos con una V mayúscula. —Pero serias feliz en un cartel de chicos para... para... —No finalizó su frase. —¿Recuerdas a BrookeShields? —pregunté—. Su estrellato fue antes de que naciera, pero hicimos un trabajo juntas hace unos años, ella interpretó a mi mamá. Agradable persona. Revisé sus viejos comerciales en YouTube… ya sabes, siempre me gusta ver el trabajo de mis compañeros de trabajo antes de empezar a rodar, en 1981 se hallaba acostada en el piso seductoramente, sus ajustados jeans como el infierno y decía directo a la cámara: “¿Quieres saber qué hay entre mis Calvins y yo? Nada”. Narissa quedó en blanco. Aclaré—: ¿El comercial? ¿Lo hizo para Jeans Calvin Klein cuando era aún una adolescente? ¿Representando en la virtud total, la virginidad? ¿Y al mismo tiempo un símbolo sexual internacional?

Página

20

Narissa asintió con una expresión confusa grabada en su rostro. —No quiero un gran reparto ¿sabes? Esto en especial es perverso, personas especulando sobre tu virginidad, cuando estás en el ojo público. Esto es mi vida privada. Virginidad no suena así con rock 'n roll, tampoco —digo—. Vamos, en mi último trabajo bailaba como desnudista… Si ellos pensaban que era totalmente inocente, nunca habría conseguido el reparto. No puedes darles demasiada información o estarán en contra tuya. Por ejemplo, ¿por qué hacen que los actores gays pretendan ser heterosexuales? Porque si las personas saben que son gays, no los harían interpretar a los galanes. ¿Rock Hudson, Montgomery Clift? ¿Piensas que ellos podrían haber besado a Liz Taylor si todos supieran que eran homosexuales? Y hay suficientes estrellas de cine gays hoy en día, sólo que el público en general no tiene idea de quienes son, y esos actores hacen todo lo posible para mantenerse de esa manera. El mismo principio

va para mí. No quiero perder buenas partes basadas en prejuicios que hacen de mí. Déjalos pensar lo que quieran, yo sé quién soy. Narissa fijó sus ojos con los míos —¿Eres tú, Star? ¿Realmente tú? Ahí estaba, un ruidoso golpe en la puerta. Salvada por la campana. Tirándome su última pregunta. ¿Sé quién soy? Actualmente, si tuviera que ser honesta conmigo misma, no, no lo sé. —¿Si? —grité. La puerta de mi remolque se abrió y un rostro se asomó: una mujer, en algún lugar entre los veinticinco y treinta años. Tenía cabello castaño corto y un tipo de corte de hada. Delgada. Realmente delgada. Usaba converse de basquetboly jeans rasgados. Atractiva pero no gran cosa. Me pregunté qué hacía aquí, nunca antes la había visto. —Oh, lo siento, estoy buscando a Jason, así que, ¿esta no es su casa motorizada? —Su acento era muy británico. “Casa motorizada”, arrastrando las silabas. Muy "elegante" al estilo DowntonAbbey. —¿Jason?... No conozco a Jason y estoy considerablemente familiarizada con todos los nombres del grupo. Este es el grupo para Skye’sTheLimit ¿Estás perdida o algo? Jugueteaba con la manija de la puerta. —Oh, cierto, lo olvidé, todos lo llaman Jake, debí haberme presentado. Debes ser Star. Soy Cassie, Jason es… quiero decir Jake es... Um, bueno otra mitad, por decirlo así. Una oleada de náuseas lavó a través de mí. —¿Otra mitad de qué? —Me oí decir. Cassandra rio nerviosamente. No la invité a entrar—.Mucho gusto —digo en un dulce tono pero no extendiendo mi mano—. Te invitaría a entrar, pero estoy en medio de una reunión. —Oh, yeah. Lo siento, que grosero de mi parte. ¿Yeah, que demonios fue esa especie de charla "yeah"? —Bueno, estoy trabajando en esta película también —dijo ella—. Así que nos veremos mucho la una a la otra, supongo.

Página

21

Tragué duro, mi garganta se sintió como madera. ¿Cuánto peor se podrían las cosas? —¿Cuál es tu trabajo? —pregunté tratando de no sonar como si quisiera golpearla en su cara.

—Oh, soy la chica de continuidad2. Cubriendo a Susan mientras estamos en Badlands. Quería decirle, calamidad, no continuidad. Se rió y puso su mano sobre su boca como si hiciera una falsaimitación. —¡Jah! Eso no es muy P.C. ¿no? En América, quiero decir. Nadie dice chica, ya no, o actriz. Soy Continuidad. —Las mejillas de Cassandra se sonrojaron con vergüenza, busco en Narissapor apoyo—. Adiós —dijo torpemente haciendo un adiós con la mano, y entonces saltó a las escaleras. Rebotando. Alegre. Molestamente animada. La odiaba ya. ¿Continuidad? Quería que diera vuelta a Inglaterra, y jamás volviera. ¿Jake se llamaba realmente Jason? No queda para nada con él. Me hizo consciente de lo poco que realmente lo conozco. Le di una débil sonrisa, tratando de no ser una perra. No es su culpa que esté en mi camino. ¿O sí lo era? ¿Cuándo la involucró Jake en su vida? ¿Recientemente, como Biff parecía pensar? ¿O fueCassandra—Cassie— todo el tiempo? ¿Cuándo abrió mis piernas en su sofá, con su cabeza entre mis piernas, era ella su novia entonces? Me preguntaba exactamente cómo materializó ella esa escena. Mi escena. Dónde ella absolu-maldita-mente no pertenece. —P.C —murmuré. —Políticamente competencia?

correcto

—dijo

Narissa—.

¿Pienso

que

es

la

—¿Competencia? —Sí, la novia del hombre que te gusta. —¿Te importa, Narissa? Creo que he terminado con nuestra sesión por ahora, no estoy sintiéndome muy calurosa. Fue a las cinco, tú sabes. ¿Podemos posponerlo para otra sesión? —Vas a tener que enfrentar las consecuencias más pronto que tarde, Star, y no pienso que esto es una buena política para ti, habitualmente terminas nuestras sesiones antes de que el tiempo asignado acabe. —Oh. —Pienso que necesitamos hablar sobre tu relación con Jake Wild. — Quería rodar mis ojos pero me detuve. Esta loquera era implacable.

Página

22

—No tenemos una relación, como tal. Es la persona que se coloca al lado del director o en un lugar donde vea perfectamente lo que se está rodando y se fija si en el plano que se está grabando, el actor cogió el lápiz con la mano derecha o la izquierda, si el vaso de vino que bebe la actriz está lleno o vacío, si el cigarrillo está ya consumido o casi entero, etc. 2

—Viven en esta casa, eso es una relación, con o sin sexo. —Esta es la última noche. Estaré en este remolque en la locación de mañana, entonces volveré a mi hogar después de terminar de filmar allí. Él es mi director, eso es todo. Podía sentir mis ojos humedecerse, así que giré mi cabeza y, limpiando una lágrima, pretendiendo alisar un mechón de mi cabello. —¿Entonces por qué tengo el presentimiento de vulnerabilidad cuando menciono su nombre? —Estoy bien. —¿Qué es lo que quieres de la relación? ¿A él? Sacudí mi cabeza. —No lo sé. Supongo que lo quiero. —Me detuve. Quiero que me ame. —¿Esto es sobre control, Star? ¿O sobre sentimientos genuinos y sinceros? —No lo sé —dije, y era cierto. No estoy segura. Siempre tengo que actuar con un hombre y no podría saber si me sentía loca por Jake porque no se sentía enamorado de mí, o si realmente lo quería. Todo lo que sabía era que la posibilidad de que Jake amara a otra mujer me hacía sentirme enferma del estómago. Y todo el tiempo que entraba en una habitación, mi corazón se regocijaba, y cuando sonreía hacía que todo mi cuerpo se estremeciera, y cuando me tocaba prácticamente me desintegraba. —Bueno —concluye Narissa, mirando su reloj—. Supongo que cualesquiera que sean tus sentimientos, deberías ponerlos a un lado, porque tiene novia. Podía sentir que un arranque de furia pinchaba mis venas. —Entonces,¿por qué estamos discutiendo esto? —espeté—. ¿Por qué estás tratando de sacar emociones si esto es una causa perdida de todos modos? ¿Qué consigues al expulsar esto?

Página

23

Narissa permaneció impasible, sus ojos helados no consiguieron alejarse. —Claro que no, Star. Sólo quiero que seas consciente de tus sentimientos y tus motivaciones, eso es todo. Y una vez que comprendas la raíz de ellos. Esto te ayudara a seguir adelante. Vamos a hablar sobre todo esto cuando vuelvas de tu locación. Buena suerte con el rodaje y no hagas nada malo en las Badlands. No sonreí a su chiste aburrido. Sólo dije—: No digas “buena suerte”. —¿Por qué no?

—Porque en mi negocio, en el teatro al menos, desearles a las personas buena suerte es mala suerte. Diles “rómpete una pierna”. Una vez una persona me deseó buena suerte y caí en las escaleras. —Bueno, rómpete una pierna, Star.

Página

24

—Gracias, lo haré.

4 Jake Traducido por Meeny Corregido por AlessaMasllentyle

—¿Qué demonios crees que haces? —Bueno, hola a ti también, Star. —¿Estás solo? Miré mi reloj. —Tengo diez minutos. ¿Qué puedo hacer por ti, Star? —¿Por qué estás jugando conmigo? —Había desafío en sus ojos pero también brillaban como si pudiera echarse a llorar en cualquier momento. —Cálmate, Star. Ni siquiera sé de qué hablas. —Deshazte de ella. —¿De quién? —¡Sabes muy bien quién!, ¡tu novia! Miré hacia abajo a mi guión y me di cuenta de que había una toma importante faltante de la próxima escena, que Star estuviese tanto por aquí me hacía perder la concentración. —Mi novia no es de tu incumbencia.

Página

25

—¡Sí, lo es! No puedo trabajar. ¡No puedo concentrarme! Me reí. —Ha estado aquí sólo durante dos horas y ni siquiera has empezado tu próxima escena aún. De hecho, a menos que esté equivocado, tu próxima escena es en Badlands y ya terminaste por hoy, así que por qué no vas a casa, tomas una ducha y te veré más tarde. —¿Estás loco? Crees que voy a volver a tu casa a escuchar los resortes de tu cama rechinar mientras te follas a esa… esa… inglesa… —Su nombre es Cassie.

—Eres un verdadero insensible bastardo, ¿lo sabes? —gritó, y luego murmuró en voz baja—: Te odio, Jake Wild. —Se detuvo en la entrada de mi tráiler, sin dar un paso dentro, pero sin irse tampoco. —No, no me odias. Ven aquí, Star, hablémoslo. —Me miraba con el ceño fruncido, todavía en su uniforme de prisionera, su cabello era una maraña andrajosa. El maquillaje la hacía ver amarillenta y amoratada, pero incluso así se veía tan hermosa como siempre. —¿Dónde está ella? —demandó Star. —En una reunión con los productores. —¿Aquí, en el lote? —No, condujo a Century City. —¿Pensé que Biff le hacía de chofer? —No, Cassie está usando mi auto. —¿Está conduciendo tu Tesla S?, ¿tu hermoso nuevo auto eléctrico? —Se lo presté. —¡Agh! —Entra, Star, y cierra la puerta. Realmente no creo que necesitemos que nadie más sea parte de ninguna escena dramática fuera del set. Star dio un portazo y se quedó allí de pie, sin palabras. ¿Qué podría decir? No era mi novia y me dejó claro que si quería más que un beso necesitaría prácticamente pedirle su mano en matrimonio. Era una chica de diecinueve años a quien le gustaba, nada más, y toda esta no-aventura necesitaba ser cortada de raíz. Ahora. Antes de que se saliera de control. —Creo que estás siendo muy poco profesional al usar para la Continuidad a alguien que no está entrenada. Este no es un trabajo fácil y comprometes la calidad de ésta película al emplearla. —Star, Cassie ha trabajado para la BBC y en platós antes. No es una completa novata.

Página

26

—¿Entonces, por qué se hace pasar por una Supervisora de Continuidad?, ¿no tiene auto-respeto? Su puesto de trabajo es “Supervisora de Guión”. No me gusta este aire de no-profesionalismo. Quiero saber que puedo confiar en el equipo, y que no están por ahí follándose a mi director en alguna parte. Sus celos empezaban a ponerme duro. Podía olerla, dulce, como a jazmín o a rosas... sus ojos encendidos, el azul en sus irises, más verdes que lo normal. ¿Era cierto?, ¿se ponía la gente verde de la envidia? Mis labios se curvaron en una gran sonrisa. —¿Mi director?

—Sí, eres MI director, Señor Wild. Crees que cuando la audiencia esté mirando este filme dirá: ¿Qué fabulosa Continuidad? Estarán hablando sobre mí desempeño. Estarán discutiendo el gran elenco, la fantástica historia, pero seguro como el infierno no estarán discutiendo la Continuidad con una copa de vino en la cena, créeme, a menos que, por supuesto, Cassandra la cague, que estoy segura lo hará, porque sólo está aquí por ti, no porque esté dedicada a su trabajo. ¡Entonces podrás ver Skye’sTheLimit en Los peores errores de películas de todos los tiempos en YouTube y sentirte avergonzado de ti mismo por haber sido un idiota poco profesional! Quiero que esa mujer se vaya esta noche. La quiero en el siguiente avión rumbo a Inglaterra, a donde pertenece. —No pongas una pistola en mi cabeza, Star. No está en tus manos. —O sí, sí que lo está, ¡o no interpretaré el papel de Skye en primer lugar! No se preocupe, Señor Wild, si no la despides, lo haré yo. —Star todavía tenía su mano en la puerta del tráiler, lista para hacer su salida. —Simplemente no puedes soportar que tenga novia, ¿o sí? Esto no tiene nada que ver con el profesionalismo. No puedes controlar mi vida, Star. Soy tu director, y tú eres una miembro de mi elenco. Nos divertimos un poco, pero dejaste muy claro cuáles son sus límites y lo respeto. Eres joven y vulnerable, simplemente no me voy a aprovechar. Hay una gran cantidad de hombres por ahí que sustentarán tu mierda… te prometerán todo tipo de cosas sólo para follarte y luego romperán tu corazón. Estoy siendo honesto. Tengo veintiséis años, soy un maldito adicto al sexo, por el amor de Dios. No voy a ofrecerte matrimonio, bebés y contarte una historia sobre cómo fuimos hechos el uno para el otro, cuando difícilmente te conozco siquiera. —Oh, me conoces muy bien, estamos cortados de la misma tela. Y tú me quieres: todo el maldito paquete. ¡Simplemente eres demasiado cobarde para admitirlo! Demasiado débil para entregarte a mí al cien por ciento, porque sabes que te enamorarás de mí y perderás el control. De hecho, estás enamorado de mí. Anda, fóllate a esa flaca Betty la fea, para lo que me importa; ¡será conmigo con quien fantasearás! —Star abrió la puerta y salió del remolque.

Página

27

Era difícil para mí admitirlo, pero lo que decía se encontraba cerca de la verdad. —Star, esto es ridículo, por favor… Se dio la vuelta y sus ojos miraron fijamente los míos. —Puedes llamarme Señorita Davis a partir de ahora. No quiero que me hables a menos que me estés dirigiendo. ¿Está claro? —Cerró la puerta de golpe y se fue. La dirigiría, bien. Necesitaba que hiciera justamente lo que se le decía, por una vez en su maldita vida. Antes de que se apoderara de mí por completo.

5 Star Traducido por JulyStylesTate Corregido por *Andreina F*

Conmocionada, saqué mi celular de mi bolsillo del uniforme de la prisión y me di cuenta de lo ridícula que debo haber lucido hace un momento, gritándole a Jake en este traje horrible y él diciéndome lo mucho que me quería. No. —Brian —dije, al oír un silbido en el otro extremo de la línea. —Star, es un placer escuchar tu voz. ¿Qué puedo hacer por ti? —Quiero un nuevo Supervisor de Guion, despide a la mujer contratada para la Continuidad. Ahora. —¿El reemplazo de Susan mientras estás en los Badlands? ¿La chica Inglés, Cassie? —Sí, ella. —Era la única persona que podía conseguir de última hora, Susan tiene un funeral al que ir en el extranjero. Cassie la suplanta durante una semana. —Quiero que se vaya, Brian. No se sabe lo que podría suceder si no. —¿Qué estás diciendo, Star?

Página

28

—Se rumorea que toma drogas. —Sabía que era cruel, pero las palabras salieron volando de mi boca. Se rió estruendosamente. Me imaginé su enorme vientre ondulante con diversión, era un cliché como productor de Hollywood. —¿Qué, la pequeña señorita perfecta? —dijo con un resuello, riéndose mientras hablaba—. Lo dudo. —Sólo haz que eso ocurra, Brian. —Presioné FIN. Quería sentir remordimiento. No fue culpa de Cassie y yo me comportaba como una

perra de primera. Pero era cierto, la necesitaba fuera de la vista. La idea de Jake tocándola me llenó… de furia… no… dolor. Fuera lo que fuera, me hizo sentir náuseas. Tenía que hacerlo todo mío o me volvería loca. Me di la vuelta y me dirigí de vuelta a su remolque. Una fuerza me impulsaba para hacerlo, aunque no sé lo que haría cuando llegara allí, o lo que diría. Calor crecía a través de mí. Temblaba. Indignación. Furia. Venganza. El rencor. No me molesté en llamar. Estrellé la puerta y me sorprendió que no se hallara sentado allí como lo estuvo cinco minutos antes. Podía oír la ducha. Cerré la puerta detrás de mí, así no seriamos molestados, lista para darle más infierno, y pisé fuerte hacia el baño. Podía oler el champú de lavanda, o gel de ducha, lo que de alguna manera calmó mis sentidos. Entonces observé su bello, ágil y fuerte cuerpo a través de la mampara de cristal. Se encontraba cubierto en espuma, los músculos de sus brazos flexionados mientras se lavaba el cabello, su estómago delgado y duro. La ira se transformó en deseo y me encontré despojándome de mi traje de prisión, allí mismo. —¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¿Leo? ¿Ese eres tú? —gritó Jake sobre el torrente de agua. Abrí la puerta de acordeón de vidrio y de pie ante él, desnuda. El agua salía a borbotones sobre su cabeza, tenía jabón en los ojos, pero se dio la vuelta y me miró de soslayo a través de la espuma. Di un paso en la ducha derecho a sus fuertes brazos. Me abrazó, apretando mi cuerpo, al ras contra el suyo. —Señorita Davis. —Inhaló en mi oído—. ¡Qué sorpresa increíble! — Me sujetó contra la pared y nuestras bocas se abalanzaron juntas en una frenética carrera de necesidad y emoción. Mi lengua enredada con la suya; lamiendo, azotando, chupando. Podía sentir su dureza presionar contra mi estómago, su polla, enorme, y sabía que podría ser esto. Este podría ser el final de mi virginidad y ni siquiera me importaba nada. Lo necesitaba. Lo quería a él. Y dejaría que me tuviera. —Señor Wild —Respiré en su boca—, sea mi director. Dígame qué hacer.

Página

29

—Oh, nena —dijo—, apuesta a que lo haré.

6 Jake Traducido por JulyStylesTate Corregido por *Andreina F*

Jesús, estaba duro. Si Star hubiera sido cualquier otra chica me habría follado su culo, allí mismo. Sus tetas eran redondas y bien formadas, todas las curvas bonitas y largas piernas, su cabello enredado suavizado por la espalda con el torrente de agua, su maquillaje goteando por su cara, rayas de colores de un arco iris corriendo por su frente, sobre sus pezones rosado pálido. Agarré su firme trasero, la atraje hacia mí mientras chupaba su lengua y luego mordí su labio inferior con suavidad. —Joder, eres sexy. —Gemí en su boca, mi erección presionando contra su estómago tenso—. Todo lo que pienso las veinticuatro horas del día es jodidamente tú, Star. Sacó su lengua y lamió a lo largo de mis labios. Mi polla se tensó, todo de mí se conectó. Sentí su delgada mano tomar mi palpitante erección, mientras el agua caliente se derramaba por encima de nosotros. El calor, su tacto, y mi fuerte deseo tenían mi cabeza desvanecida. Me tranquilicé a mí mismo contra la pared de la ducha.

Página

30

—Es enorme. —Jadeó, y su boca se abrió. —Agárrala fuerte, bebé. Mueve tu mano hacia arriba y abajo. —Hizo lo que le fue dicho y eso me emocionó, que quisiera complacerme, hormigueos se dispararon a través de mi ingle directo a los dedos de mis pies, mis párpados medio abiertos en éxtasis mientras su mano se movió de arriba abajo, de la raíz a la punta—. Quiero que chupes mi polla, nena, ¿puedes hacer eso por mí? —Va a ser la primera —dijo ella. Tenía sus ojos muy abiertos e inocentes, sus labios carnosos de color rojo y suave, y lo único que podía pensar era lo bien que me sentiría dentro su boca caliente—, pero quiero probar —agregó.

—Inclínate y toma tanto de mí como te sientas cómoda. Si es demasiado, simplemente lame de arriba abajo. Al igual que un helado o un caramelo. —La palabra “caramelo” me hizo sentir culpable. Era todavía una adolescente y probablemente no fue hace tanto tiempo que lamía piruletas reales. Aun así, Dick empezaba a tomar el control de mi cerebro y no había vuelta atrás. Mi descarada calentura era imparable en la parte superior de la escala de Richter. Se arrodilló, su cabello mojado cayendo sobre su cabeza mientras tentativamente lamía la gran cabeza de mi polla. Su cálida lengua se movía rápidamente en mi corona y gemí ruidosamente. No quería forzarla o intimidar a este pequeño gatito. Ella necesitaba "descubrirme” por sí misma. Este era un gran problema para un primerizo. Me recosté contra la pared y flexioné las caderas hacia ella. —Mantente aferrada a ella, Star. Agarra fuerte la base. Aprieta. Abre la boca y envuelve tus labios alrededor de ella. ¿Ves cómo de enorme y duro está? Eso es todo por ti, nena. No puso mi polla en su boca como le sugerí, pero en cambio, comenzó a rodear mi corona hinchada con su lengua, dando vueltas y vueltas. Agarré mi mano sobre la suya y la guié hacia arriba y abajo en mi polla, lentamente al principio, pero luego cada vez más rápido. —Sigue haciendo lo que estás haciendo, Star, se siente jodidamente genial. —No existía manera de que me embutiera a mí mismo dentro de su boca ahora, ni empujar hacia abajo su cabeza, ni exigirle que me llevara a la base de su garganta. Lo hacía simplemente genial para un principiante y lo último que quería hacer era desalentarla de por vida siendo un idiota. Sólo sus labios en mi punta me volvían loco y pude sentir la acumulación de calor en la ingle mientras guiaba su mano de arriba abajo, de arriba abajo en mi longitud. Entonces hizo algo inesperado: tomó mi mano, me agarró del culo, tirando de mí más cerca de sus labios, y se llevó la mayor parte de mi polla dentro de su boca. Eso fue todo. En cuestión de segundos sabía que iba a explotar, hice mi advertencia de último minuto/último segundo. —Voy a venirme, Star, aleja tu boca, bebé, es posible que no te guste.

Página

31

Pero me chupó más duro, con los ojos cerrados con fuerza en concentración. Yo gemía mientras cogía su boca húmeda y caliente, mi fantasía haciéndose realidad, aunque me sentí mal por ella, tantas semanas de abstinencia, todo explotando en su inocente boca virgen… —¡Star! —grité, mi orgasmo intenso, profundo y alucinantemente poderoso. Y entonces, las últimas palabras en el mundo que quería, escaparon de mis labios, palabras que no tenía derecho a estar diciendo—. Te amo. —Gemí—. Yo… —Y me callé, deteniéndome de cavar mi tumba más profundo de lo que ya era.

7 Star Traducido por Lipi-Lipi Corregido por Nyssa

Hay una primera vez para todo, pero nunca me imaginé sentirme tan íntima con un hombre. Jake era enorme y a pesar de que debería haber sido intimidada por su tamaño, sentía una fascinación cruda; darle una mamada era mi manera de acercarme a él. Empecé sólo ligeramente besando la punta de su erección, pero antes de que me diera cuenta, un hambre surgió en mí; un hambre de poder y control. Este hombre prácticamente lloraba de placer y se sentía increíble. Por eso tomé todo de él en mi boca. Se encontraba en éxtasis, pero al mismo tiempo, atento en mi nombre, no me obligó, no de la manera en que imaginé que eran la mayoría de los hombres: arrogantes, egoístas y codiciosos. Me sentía especial y venerada y me hizo quererlo más. Cuando dijo “te amo, Star”, el momento era pura magia.

Página

32

Lamí las últimas gotas alrededor de mi boca, saboreando la calidez salada que evité durante tantos años con otros hombres, porque la idea me daba asco. Miré hacia arriba a través de mis pestañas mojadas al hermoso estómago firme de Jake, a su magnífico pecho, y finalmente a sus ojos, medio cerrados, llenos de sexo, lujuria, y lo más importante, amor. —Star, eso fue increíble. —Me tomó por los hombros y me levantó a una posición de pie, el estiramiento se sentía bien en mi espalda. Estuve agachada sobre él, el agua caía sobre nosotros y no me di cuenta en mi momento de pasión, que había estado bastante incómoda. Me dio la vuelta para que mi espalda estuviera contra él y empezó a masajear mi cabello con champú. Nadie me lavaba el cabello desde mamá y había olvidado lo relajante que era; un gesto suave de cariño y amor. Simple pero puro—un acto desinteresado—lavar el cabello de otra persona. Y, chico, mi cabello necesitaba algo de cariño y cuidado después de las escenas de la prisión. »Tienes un cabello tan hermoso, Star.

Me apoyé contra él, dejando escapar un largo suspiro, y me entregué por completo cuando masajeó mi cuero cabelludo, sus firmes dedos fuertes y decididos amasando en mí. Necesitándome. En ese momento sentí que Jake Wild estaba enamorado de Star Davis y que íbamos a vencer cualquier obstáculo. Su problema pasajero de la novia se enjuagaría con el agua como la limpieza de la espuma de mi cabello, se reiría sobre Cassie siendo despedida, y sería todo mío. Era evidente por la forma en que me tocaba: bastante áspero para mostrarme que yo era su posesión, y lo suficientemente suave como para hacerme saber que haría cualquier cosa por mí. Todavía se encontraba duro como una roca, podía sentir su vara contra mi trasero, y mi vientre empezaba a hacerse una piscina de deseo. Jake arrastró besos a lo largo de la nuca, sus pulgares se dirigieron desde el cuero cabelludo hacia abajo, presionando suavemente en los músculos anudados en mis hombros. Me relajé completamente, entregándome a él. —Eres tan, tan hermosa, Star, ¿lo sabías? —Jake sopló en mi oído y sus palabras bailaron con el contoneo a través de mí como una brisa suave. Me mordisqueó el lóbulo de la oreja y mi cuerpo parecía que se hallaba en llamas.

Página

33

Sus hábiles dedos se abrieron camino por mi espalda hasta la cintura, hasta el pliegue en el trasero, rozando por delante de la palpitación dentro de mis muslos, luego se arrastraron de nuevo hasta mi cintura, alrededor de mi estómago y hasta mis pechos. Sentí que mis pezones se endurecían con la proximidad de sus grandes manos mientras hacía círculos alrededor de ellos, bromeando, no tocando mis pezones. Gemí, el calor palpitando entre mis piernas, en silencio deseando que hiciera más. Cuando pellizcó cada pezón entre el pulgar y el índice, tirando suavemente, un potente cosquilleo se disparó directamente a mi clítoris. Podía sentir mi humedad, me sentía lista para dejar que me tomara. Él se hallaba enamorado de mí y eso era todo lo que importaba. Dijo la palabra y podía sentir el poder de la misma en su toque, su necesidad de mí; la forma en que adoraba mi cuerpo. De repente me hizo girar por lo que mi espalda se encontraba contra la pared de la ducha, fresca contra las baldosas, sólo el vapor creciendo entre nosotros. Se arrodilló y chupó un pezón, tirándolo en su boca, gimiendo; un sonido salvaje que venía de lo profundo de su garganta, su manzana de Adán palpitante de deseo. Arrastré mis ojos de los músculos tensos en flexión de su abdomen a la línea tenue de vello fino por debajo de su ombligo que me llevó a su enorme erección. Sentí otra oleada de humedad en mi coño y un dolor que nunca experimenté antes, de querer a un hombre dentro de mí. —Voy a acariciar tu clítoris, bebé, no te preocupes, no voy a entrar en ti todavía. Todo lo que podía hacer era gemir y cerró mis sonidos de lloriqueo con su boca, sus labios sobre los míos, lanzando su lengua dentro,

silenciando mis gritos. Deslizando sus dedos dentro de mi humedad, primero uno, luego dos, luego tres, su pulgar rodeando mi clítoris al mismo tiempo, y yo retorciéndome contra la pared de la ducha. Sacó sus dedos y los metió en su boca, el agua cayendo sobre los dos. —Joder, que sabroso tu sexo, gatita. —Jake, me encanta lo que me haces —murmuré, mis párpados revoloteaban en un estupor carnal. Se agachó a mi nivel, con las piernas plantadas a lo ancho, y agarrando su enorme erección, la guió hacia mi apertura. Gemí cuando de repente me dio una bofetada con su sólida, gruesa polla. Empujé mis caderas hacia él. Luego deslizó su erección hacia arriba y hacia abajo de mi raja, con cuidado de no entrar en mí, literalmente jodiendo mi clítoris con su ancha, corona aterciopelada. Todas mis emociones se hallaban encerradas entre mis muslos. Luego cambió el ritmo; dando palmadas en mi entrada de nuevo, en la que cada célula de mi cuerpo parecían estar reunidas en un frenético clamor, entonces condujo su erección directamente sobre mi clítoris hasta que veía estrellas, que iban a venir en cualquier momento. —No voy a follarte aquí en la ducha, Star. No, bebé. Voy a hacer que te corras y después te llevaré a mi cama donde puedas estar encima de mí y montarme. Continuó deslizando su polla de arriba abajo en mi dura protuberancia, cada ahora y después ingresaba medio milímetro, suficiente para obtener todas y cada una de las sensaciones, golpes, palpitaciones, hormigueos, uniéndose en una armonía dichosa. Arqueé mi espalda y agarré sus hombros mientras continuaba sus bromas, de placer tortuoso, dando vueltas, golpeando; usando su erección dura como una piedra, no para conseguir a sí mismo afuera, sino para darme placer. Un juguete de sexo en vivo, empezaba a volverme salvaje. Sí, “Salvaje3”.

Su charla sucia realmente me encendía, la idea del placer puro mezclado con un poco de dolor me tenían jadeando mientras seguía jodiendo mi clítoris. Podía sentir la acumulación a punto de estallar en un crescendo de emoción. Me embistió una vez más, y sentí que me venía duro. Realmente duro. —Oh, Jake, ¡oh, Dios mío!

Página

34

—Me puedes montar cuando estemos en la cama, Star, y controlar el ritmo tú misma. Bajas tu caliente, y apretado, coño en la punta de mi polla y me dejas estirarlo, abrirlo poco a poco, tu pequeño coño virgen puede controlar el ritmo, así no te abres tanto por mi tamaño.

Caía en mil pedazos. 3

Hace referencia al apellido del protagonista, que inglés significa “salvaje”.

Su boca se hallaba sobre la mía, mi clímax tan intenso, corriendo por todo mi núcleo como olas de un tsunami fuera de control. —Dime que me amas de nuevo —le dije, con urgencia en mi voz, agarrando su cuero cabelludo con mis uñas. Pero se mantuvo en silencio, seguía besándome como si no hubiera escuchado. —Dime de nuevo esas palabras que dijiste antes, Jake, dime que me amas. —Otro espasmo del orgasmo rasgó a través de mí. —Star, bebé, me preocupo por ti —susurró. Todavía me venía pero confundida, mi cerebro una neblina. —Dijiste que me amabas, Jake —susurré en su boca. Murmuró—: En serio, ¿verdad? ¿Qué? ¿A qué demonios jugaba? Me enfurecí regresando al planeta Tierra, mis golpes producidos después del clímax murieron, sus nuevas palabras con un giro total de ciento ochenta grados, de veinte minutos antes. —¡Jake, me dijiste que me amabas! Sus labios se inclinaron en una sonrisa y finalmente soltó su polla: la “herramienta” que me deshizo por completo y me convirtió en este naufragio vulnerable. —Star, bebé, la primera lección que cualquier mujer debería aprender es que si un hombre le dice que la ama mientras que él se viene al mismo tiempo, no debería creerle. —Me guiñó un ojo como si lo que dijo fuera lindo y divertido. Lo empujé lejos de mí o traté. Era fuerte. —¿Qué estás diciendo? ¿Que lo que me dijiste era mentira? —Giré la cabeza hacia un lado así sus labios ya no estarían en los míos, y apreté las manos contra su pecho, tratando de hacer palanca lejos de él. —Debió haber significado en el calor del momento, pero… —¡Gilipollas! —grité—. ¡Suéltame! —Te recuerdo que yo me duchaba inocentemente y tú saliste un paso a la derecha directamente a unirte a mí, Star. Desnuda y sin sentido, esto fue idea tuya, no mía.

Página

35

Odiaba admitirlo, pero él tenía razón. —¡Dame el acondicionador y sal de la ducha, imbécil! Se rió de nuevo, y me dio un beso en la frente, no tomando en serio mi ataque verbal. —¡Esta es mi ducha! Mi remolque —dijo—. Eres mi invitada. —Entonces deberías tratar a tus invitados con más cortesía. Sólo dame un poco de acondicionador para el cabello enredado y me iré. —Mi

corazón latía con fuerza en mi pecho. Furia. Incredulidad. Pero al mismo tiempo la ira más pronunciada que tenia era hacia mí misma. Jake Wild era un jugador. Todo el mundo lo sabía. Él mismo admitió que era un adicto al sexo, y que debería mantenerme bien lejos de él. Y lo más importante de todo: ¿Holaaa-a, Star? ¿En qué pensabas?¡TIENE UNA NOVIA! —No tengo ningún acondicionador, lo siento —fue todo lo que dijo. No, “Bebé, no quise decir eso, por supuesto que te amo”, pero, ¿lo siente porque no tenía ningún maldito acondicionador? ¡Papel higiénico! —¡Fuera de mi camino, pedazo de… de… director —le susurré, luchando por las palabras adecuadas—. Estás en la profesión equivocada, Jake. Deberías ser un actor en su lugar. Me tenías bastante convencida, antes, que tenías sentimientos reales hacia mí, pero era tu polla la que hablaba, no tú. Supongo que debería darte las gracias por lo menos ser honesto. —Lo empujé fuera del camino, abriendo la puerta de la ducha y agarré una toalla. Mi cabello era un enmarañado lío, era evidente que, a diferencia de sus habilidades de actuación, su lavado del cabello era menos que profesional. ¡Ugh! —Star, nunca te hice ninguna promesa, ¿de dónde viene todo esto? Sabías el resultado. ¡Pensé que lo entendías! —Oh, entiendo, bien. Entiendo alto y claro, que eres un idiota de dos tiempos, que tu ego es del tamaño del edificio EmpireState4, y que mientras le mientas a las mujeres, nunca encontrarás la felicidad. He sido una idiota por venir a cualquier lugar cerca de ti y lo lamento. Mis palabras de ironía me golpearon duro en el intestino. Venir a cualquier lugar cerca, sí, me vine, bien. Gran tiempo. Y fue la mejor experiencia sexual de mi vida. Las lágrimas brotaron de mis ojos. Rompió mi corazón con su te amo de mierda que yo creí como la tonta crédula que era. —Esto no volverá a suceder —añadí con amargura—, puedo garantizártelo. No me gustan los mentirosos.

Página

36

—No era exactamente una mentira —dijo, tratando de agarrar mi muñeca, pero me lo quité de encima, ya era demasiado tarde, el daño estaba hecho. Agarré dos toallas más, así que no había nada que le quedara para secarse, envuelta con una alrededor de mícabello, otra sobre mis hombros, y una alrededor de mí cintura, y salí de su remolque, dejando mi traje atrás. Terminamos con las escenas de la prisión, él podría tener mi vestimenta como un recuerdo de lo gilipollas que había sido.

Rascacielos situado en la intersección de la Quinta Avenida y West 34th Street, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. 4

Mamá tenía razón. Los hombres, todos ellos… ¡Son unos BASTARDOS MENTIROSOS! Y le di gracias a mi buena estrella (sin juego de palabras) de que mi virginidad seguía intacta. Llamada cercana.

Página

37

Una llamada muy, muy cerca.

8 Jake Traducido por jacqui_15 Corregido por Nyssa

¡Eso era todo! Era la segunda y última vez que caía en el jode-pollas juego de Star. ¿En qué pensaba? Sus mamadas alcanzaron un épico nivel de profesionalismo. Y cada vez, caí completamente. ¡Había tenido malditamente suficiente! Me senté, humillado, goteando agua por todo mi tráiler —Star se llevó todas las toallas. Tomé su camiseta del suelo para secarme pero empecé a desmayarme en su aroma en su lugar. Como Al Pacino en Scarface con su coca, empujé incontrolablemente mi nariz sobre la tela que estuvo tocando su piel e inhalé —su dulce sudor, su esencia— e instantáneamente la extrañé, mi cabeza girando en un ensueño y deseando que hubiese seguido con la “historia de amor”. ¿Por qué no? La mayoría de los hombres lo hacía. Monogamia serial. Follando una persona tras otra, bajo la excusa de estar saliendo seriamente con cada pareja en una relación “para siempre”, todo el tiempo. La gente incluso lo hacía con los matrimonios. Mi papá, por ejemplo. “Comprometiéndose” un cien por ciento, luego largándose si no funcionaba. Por lo menos yo era honesto.

Página

38

¿O no lo era? Realmente eché a perder las cosas. ¿Qué pensaba al involucrar a Cassie? Ella era una chica dulce y no lo merecía. La usaba para mis propios beneficios y sabia —oliendo en la camiseta de Star una vez más— que tener sexo con Cassie sería como masturbarse en una central playboy. No sentiría nada más que gratificación física. Si follaba a Cassie, mi mente estaría en Star. ¿Estaba enamorado de esa jode-pollas? No podía estarlo, ¡apenas la conocía! Sin embargo, me encontraba obsesionado con ella. Poseído por ella, y eso jodía mi cabeza. Necesitaba recuperar mi poder y controlarme. No me hallaba acostumbrado a esta clase de sentimientos: mi estómago como una mezcladora de cemento cuando ella me tocaba, mi

cerebro una constante vía láctea “estrellada”, pensando en ella veinticuatro-siete. Me senté ahí, aún mojado, y empuñé mi dura polla, flashes de memoria de ella en su exuberante, cálida boca, sus labios envueltos estrechamente a mi alrededor, sólo veinte minutos antes. Y me masturbé frenéticamente, tratando de encontrar algún alivio, sabiendo que sí, en realidad, esas palabras que dije podrían ser verdad: estaba jodidamente enamorándome.

Página

39

De una virgen jode-pollas, manipuladora y maniática del control: Star jodida Davis.

9 Star Traducido por jacqui_15 Corregido por JulyStylesTate

Salí corriendo directo hacia Biff mientras pisoteaba lejos del tráiler de Jake (bien, no realmente pisoteando ya que me hallaba descalza). —Star, vas a pescar un resfriado. Déjame llevarte a casa. —¿Casa? —Sí, a casa de Jake. Ya has terminado de grabar por hoy. —Biff conocía mi horario mejor de lo que yo lo hacía. —Necesito ir a mi propia casa primero —dije—. Necesito ver al contratista. —No tenía intención de volver jamás a casa de Jake. ¿Así podía torturarme con su novia “real”? Ni en sueños. Pensé que quizá podría quedarme en el apartamento del ama de llaves sobre mi garaje, ya que mi casa sería un desastre polvoriento; si no, volvería a mi tráiler a pasar la noche o a un hotel, donde sea menos a casa de Jake. Biff hizo una mueca de dolor. —Lo siento, Star. No puedo hacer eso. Jake se pondría furioso conmigo, podría despedirme. A menos queJake me lo pida directamente, nunca haría nada a sus espaldas. —No importa, regresaré a mi tráiler ahora para arreglar mi cabello. —Déjame ir contigo. —Su grave voz me recordó que ella era lesbiana y que yo me encontraba envuelta únicamente en toallas.

Página

40

—Estoy bien, Biff. Te veré después. De vuelta en mi tráiler, vacié la mitad de una botella de acondicionador en mi cabello y pasé un peine por entre los nudos. Tomé otra ducha y lavé a ese hijo-de-puta “fuera de mi cabello”, cantando la canción mientras lo hacía, y luego me puse en un largo y suelto vestido hippie. Nada sexy o provocativo, aunque sí me puse ropa interior negra a juego y medias al muslo. Algo sexy debajo para hacerme sentir bien, pero

virginal y puro en el exterior —lo suficiente para coquetear— eso me metía en problemas. No más juegos en general. La única persona a la que hería era a mí misma. Llamé a Janice. —Hola,Star, ¿qué tal? —Ven y recógeme en el estacionamiento, les dejaré saber a los de la puerta que vienes. —¿Está todo bien? —No. Necesito salir de aquí e ir a casa, pero todos me están espiando. Tal vez puedes llamar su atención y podemos armar un plan. — Escuché un golpe en mi puerta—. ¿Sí? —¿Star? Soy yo, John, sólo chequeaba que estuvieras bien. Jake me ha dicho que te lleve a casa. Gran John, el guardaespaldas. El guardaespaldas de Jake quien puede incluso haber estado escuchando a hurtadillas. ¿Quién sabe? Quizá mi tráiler tenía micrófonos ocultos. —Estoy ocupada justo ahora —le grité—. Espera, Janice —Y luego—. Voy a tomar una ducha, John. —Estaré listo en quince minutos —dijo John. —Hazlo una hora —grité a través de la puerta—. Quiero repasar mis líneas primero. —Bien, estaré justo aquí, esperando afuera. ¿Esperando afuera? ¿Sólo se iba a sentar ahí sin moverse? Necesitaba escapar, ir a mi casa, no existía forma de que pasara la noche en la de Jake, con o sin mi propia cama. Biff podía tristemente no ser corrompida, bueno, tal vez podría haberla presionado más, pero pobrecita, no hubiese sido justo. No había manera de que Gran John me dejara escabullirme con Janice. Llamé a Leo desde mi celular. Jake confiaba en él. —Leo —dije dulcemente. —¿Qué hay, nena? —dijo, en su grueso acento ruso. —¿Sigues aquí en el estacionamiento? —Claro, ¿qué puedo hacer por ti? —Amaba la forma en que él captaba las expresiones ligeramente mal.

Página

41

—No quiero que Gran John me lleve a donde Jake. —¿Por qué no? —Porque —Suspiré—, a veces me mira… —Traté de encontrar un adjetivo que no fuese tan incriminatorio—, de una forma coqueta y no me siento cómoda con él.

—Hablaré con Jake, esto es una mierda, ¡él es tu guardaespaldas! —No es mi guardaespaldas real. Mis chicos han sido puestos en espera por toda la duración de la película, los productores no confiaban en ellos, querían contratar a los suyos propios. —Entonces, ¿qué quieres que haga? ¿Le digo a Jake? —No, no digas una palabra y por favor no le menciones a nadie lo que te dije sobre Gran John, no quiero que pierda su trabajo. Lo único que quiero es que me lleves a casa. —Tu casa tiene obreros, ¿no? ¿En construcción? —Está siendo remodelada. Quiero ir y hablar con el contratista. —Son las seis de la tarde, Star, dudo que siga ahí. —Por favor, Leo. —Bien. Llamaré a Jake. —¡No! —Star, tengo que preguntarle a Jake primero. Él es mi jefe. Podría perder el trabajo. Gruñí. ¡Esto era una pesadilla! —Mira, lo llamaré ahora desde mi otro celular. —Dirá no, Leo.

Página

42

—Lo manejaré. Puedo ser tu guardaespaldas, sólo por hoy.

10 Jake Traducido por AlessaMasllentyle Corregido por Andrea95

Cassie se sentó en mi remolque, con lágrimas en sus ojos. Me sentí como un bastardo, pero, ¿qué podía hacer? —Primero me entero que estoy fuera del trabajo y ahora esto. — Lloriquea—. Todo este viaje ha sido una pérdida de tiempo, por no hablar del lavado de cerebro, Jason. Sostuve su mano. Aún seguía mojado de la ducha. —Lo siento, Cass, Brian dijo que era una cosa del sindicato. Debían tener a alguien del sindicato. No tengo ni idea de por qué no cuestionaron eso. Siento que estés fuera del trabajo. —¡Bueno, obviamente no lo sientes o no estarías enviándome a mi casa! —No tiene sentido que hayas venido todo el camino a las Badlans para juguetear con tus pulgares, sin nada que hacer, excepto mirar fijamente el paisaje durante todo el día. —Se trata de nosotros, Jason, no del maldito trabajo. Me escribiste un correo electrónico tan hermoso. Realmente creí que querías hacer que funcionara entre nosotros. “Dos mentes similares" dijiste, “dos necesidades haciéndose un todo" dijiste. Bajé la cabeza, avergonzado. Comportamiento imperdonable, jugar con un corazón como este.

43

—Lo siento, Cass.

Página

—Dijiste que era lo que querías. —Yo quería, Cass. Juro que lo hacía. Pero somos tan viejos amigos que…

Ondeó con la mano a mi excusa. —Simplemente no me quieres. Por supuesto que no. ¿Por qué me querrías cuando tienes tantas hermosas actrices tan atractivas y sexys esperando en los bastidores? Sólo eso… también… pensé que habías crecido fuera de eso y quería una relación real basada en más que sexo. —Mereces algo mejor que yo, Cassie. Mucho mejor. Probablemente te sería infiel. Probablemente. Es como una broma.Me preguntaba si podía oler a Star en mí ahora. No era bueno para cualquier mujer, y menos para alguien como Cassie, que era pura y buena, amable y honesta. —Cass, acerca de ese apartamento en Londres… el que fuiste a ver en Bow que dijiste que te gustaba… lo voy a comprar para ti. La boca de Cassie presionó en una apretada línea dura. Entonces dijo—: No quiero tu dinero, ¿no entiendeseso? —Eres una de mis más viejas amigas, Cass. Los amigos se ayudan unos a otros. Quiero hacer esto para ti. Me haría sentir mejor. —Siempre se trata de tiy lo quetú quieres, ¿no? No puedes comprar el amor y la amistad, menos como una forma de aliviar tu comportamiento de mierda. —Lo siento, Cass, sólo quiero tratar de hacer las paces contigo de alguna manera. —Tu teléfono está sonando. Cógelo —dijo. —Puede esperar —le respondí rápidamente, el bastardo en mí tratando de darle un poco de respeto. Esta "ruptura" antes de que incluso lo "inventáramos" era ridícula, la pobre mujer acababa de llegar a Los Ángeles. Mis ojos echan un vistazo a la cara de Cassie; sus delgados labios, su cabello demasiado corto, y secretamente deseaba que fuera Star. Esa Star era la "niña buena" que guardaría mi comportamiento de mujeriego, que me rescataría de mí mismo. Me hubiera gustado que, de alguna manera, Star y yo pudiéramos hacer que funcione.

Página

44

—Toma tu maldito teléfono, si no lo haces, yo lo haré —ladró Cassie. Yo aún seguía mojado. Desnudo, la camiseta de Star cubriendo mi entrepierna, con la esperanza de que Cassie no notara el uniforme de prisión de Star y sus bragas tiradas en el piso. Las bragas que probablemente lleve conmigo a la cama más tarde. Cassie deslizó el teléfono zumbando sobre la mesa hacia mí. Lo miré. Era Leo. —¿Qué? —le dije—. Has esto rápido.

—Star quiere ir a casa —dijo en la línea. —Entonces déjala ir, ha terminado por hoy. —¡Star, Star, Star! Su nombre comenzaba a volverme jodidamente loco. ¿Qué clase de nombre era Star, de todos modos? Ni siquiera sabía su nombre real, y aquí estaba, obsesionado con ella. ¡Maldita chupadora! Calor rodó por mi tripa en una ola de náuseas. Furia. Desesperanza. Deseo sexual. Desesperación—. Mira, Leo, no tengo tiempo para esto, tú lidia con ella. —Pero no quiere que John… —Toma una decisión ejecutiva, por el amor de Dios. ¡Trata con ella, estoy ocupado! —Presioné el botón rojo, cortando a Leo en seco. Cassie merecía algo mejor que sentarse aquí escuchando los caprichos y fantasías de Star Davis—. Lo siento, Cass, ¿dónde estábamos? Pero ya era demasiado tarde. Seguí la mirada de Cassie a donde el uniforme de prisión de Star yacía en el suelo, junto con sus bragas marfil de seda. —¿Qué pensaba? —dijoCassie, una lágrima fresca deslizándose por su mejilla, sus ojos fijos en las bragas endebles que eran una excusa de ropa interior—. Necesito examinar mi cabeza. ¡Tan tonta! ¡Soy una idiota! ¿Por qué me enamoré de tu mierda, Jason? —Se puso de pie, me miró por un segundo y luego me abofeteó con fuerza en la cara. Sentí un zumbido en mi oreja izquierda y un escozor fuerte, casi saboreé el dolor. —Adelante, Cass, hazlo de nuevo, o dame un golpeesta vez, me lo merezco, continúa. Golpéame en la cara, si eso te hace sentir mejor. — Quise decir lo que dije. Me senté allí, sin poder hacer nada, agarrando la camiseta de Star en mi ingle, excepto que no era capaz de perseguir a Cassie —desnudo como me encontraba— cuando salió de mí remolque gritando. —¡Tú, culo egoísta! ¿Sabes qué? Necesitas ayuda psiquiátrica. Nunca serás feliz hasta que cures tu adicción al sexo.

Página

45

Su profecía tenía razón. Reflexioné sobre mis comportamientos de mierda por un segundo y me sentí como una víctima de mi hombría. Los hombres se conectan de esta manera. Ojos --> cerebro --> polla… o… cerebro --> ojos --> polla. Sin pasar por los centros superiores de la razón. O tal vez era el olor de Star. Lo que sea, tenía poder sobre mí. Ella me intoxicaba… embrujaba, incluso. Quería controlar más de una idea en mi cabeza, pero no pude. Me sentí tan mal por Cassie, pero todo lo que podía pensar era en Star. Hasta que fuera completamente mía, sabía que iba a volverme loco. —Necesito una reunión de adictos al sexo anónimos —murmuré para mí mismo, levantándome y cogiendo un poco de ropa para gimnasio de una bolsa de lona—. Tengo que ir a correr y compartir… conseguir mi lamentable culo bajo control. O más bien, Polla Bastarda bajo control.

11 Star Traducido por Liz de Rossi Corregido por Sapphire

Vi a Cassie forzar el tráiler de Jake antes de que ella lo obtuviera, y era todo lo que necesitaba para agravar la humillación que sentía, y la ira de fuego que se estuvo acumulando desde que él y yo nos separamos. Ella era su novia, y yo era el pedazo de pelusa a un lado, por suerte puse fin a las cosas antes de la Humillación, con H mayúscula, comprendiendo completamente. Jake Wild era un egoísta, ególatra que consiguió sus emociones al tener múltiples mujeres enamoradas de él al mismo tiempo. Necesitaba su masaje diario al ego para sentirse especial. ¿Por qué caí por sus encantos? No tenía ni idea, cuando era obvio que nunca cambiaria. Él fue una víctima de Hollywood dañada y, de todas las personas, debería haber sabido que no podía jugar con los productos defectuosos. Leo conducía cuando me senté en el asiento delantero del auto del estudio con mis pies descalzos en el tablero de instrumentos, cantando junto a la música. Irónicamente, fue esa canción, “A Sky Full Of TheStars”de Coldplay. Cielo lleno de estrellas. Skye/Star, eso fue cuando éramos intercambiables. Quería pensar que Jake me veía como un cielo lleno de estrellas, pensando sólo en mí y su película, su película y yo, pero sabía que no era así y respiré hondo, deseando distanciar mi fantasía de ilusión.

Página

46

—Así que a Jake ni siquiera le importaba, ¿eh? —le pregunté a Leo— . ¿No le importó que no fuera a casa con John? —Él se hallaba ocupado. Furioso. Me dijo que tomara una decisión ejecutiva. Pensé que podríamos tener algo de comer, Star. ¿Tienes hambre? —Se volvió hacia mí y me mostró su sonrisa de megavatios de Rusia, acompañado de un guiño.

—Claro —dije. Tenía hambre, con lo que sucedió el comer había sido la última cosa en mi mente antes, cuando me concentraba en el rodaje de una escena tan intensa. Leo tenía una mano en el volante y el codo casualmente en el alféizar de la ventana abierta. Una brisa fresca llenó el ambiente del brillante y negro Lexus, ya que tarareaba “La Ciénaga Boulevard”, y azotó su flexible cabello oscuro de su cara. Las mangas de su camisa arremangadas y revelando, en un antebrazo, un oso, y en el otro un símbolo, pero el tatuaje fue mal hecho, hecho en casa. —¿Qué es esa porquería? —¿Cuál? Tengo tantos. —El borrón en el brazo con el azulado de tinta… no puedo distinguir lo que es. —Nada sobre lo que necesites saber —dijo con una sonrisa enigmática. Despertó mi curiosidad. —¿Lo hiciste tú mismo? —No. —Si has decidido hacerte un tatuaje, ¿por qué no vas a un profesional? Se echó a reír. —No lo decidí, Star. Fue como si no pudiera. »Tatuajes —me dijo—. Son siempre una opción… tal vez una mala, pero…

—Suena perfecto. —Miré cómo sus tendones se tensaban nuevamente en su antebrazo, donde vivía el tatuaje borroso. Sus músculos se flexionaban mientras maniobraba el coche en una curva. Había algo áspero y crudo sobre Leo. No como Jake, que era elegante… no, Leo era robusto y podría haber pasado fácilmente por mi guardaespaldas. Supuse que es por eso que le dejaron llévame a casa, porque él podría haber golpeado a alguien, hecho algún daño; excepto que no llevaba armas, por supuesto. Por lo menos, no lo creo, aunque lo hace parecer el tipo de tener un Colt.455 metida detrás de la cintura de sus pantalones vaqueros. »¿Cuál es tu historia, Leo?

Página

47

»Oh, bueno, están ahora. —No era una pregunta sino una afirmación—. ¿Para qué comida estas de humor? —preguntó, cambiando de tema—. Oh, sí, lo recuerdo, no carne, etcétera. Hay un lugar cercano donde venden comida de Medio Oriente… para llevar, pero buena. ¿Te gusta el falafel, pan de pita, hummus?

5

El .45 Colt(11,43 x 33 R) es un cartucho para revólver desarrollado en 1872 por Colt.

El fantasma de una sonrisa brilló en sus labios. —Es una larga… tal vez algún otro día. —¿Familia? —Algo así. Me reí. —Sí, eso es lo que siento. —Puse mis pies más arriba en el tablero de instrumentos y noté que pasó sus relucientes ojos verdes en el pedacito de mi muslo expuesto donde mi vestido se levantó, revelando la parte superior de mi media. Luego obligó a su mirada de nuevo a la carretera. »¿Qué te trajo a Los Ángeles? —le pregunté. —Jake Wild. —Lo siento, eso era una pregunta tonta. Olvidé que te descubrió en la competencia de la escuela de cine de Londres. Así que eso es lo que te llevó a Londres… ¿tienes un lugar para estudiar cine? —No, mi tío tenía un trabajo para mí en Londres. Pero antes tenía dinero ahorrado, fui a la escuela de cine… sacando el infierno del trabajo. —Eso está mal, ¿eh? ¿Cuál fue el trabajo? —Nada bueno. —¿Atendiendo mesas? —No, nada respetable como eso. —¿Algún tipo de trabajo de baja categoría? ¿Voltear hamburguesas o algo así? —Tenía que pagar la deuda haciendo algunos… —Se interrumpió a media frase—. Por favor, Star, no me preguntes sobre mi pasado, no es bastante. —Hizo crujir los nudillos, y de repente me dio la foto: Leo era una especie de chico que craqueaba sus nudillos. De ninguna manera había estado cocinando hamburguesas; su trabajo debe haber sido algo mucho más clandestino. Oscuro. Peligroso. Sus tatuajes hablaron más que mil palabras. No como el tatuaje de León de Jake; bellamente ejecutado, artístico, con una gran variedad de colores y atención al detalle. No, Leo decía una historia diferente… ¿qué era esa historia? Quería averiguar.

Página

48

—¿Así que eres cercano a tu tío? —le pregunté, con la esperanza de una pista. —Lo último que supe, algo descendió y le dispararon —dijo Leo, sin emoción alguna. —Lo siento —le ofrecí, tentativamente.

—No lo hagas. —Se desvió el coche de repente en un estacionamiento—. Aquí estamos, Star. ¿Quieres esperar en el auto? ¿Mientras lo traigo? O podríamos comer dentro del restaurante. —¿Está lleno? No quiero acabar firmando autógrafos durante toda la noche. —Espera aquí. Iré por ello enseguida. Vi el borde de su cuerpo alto y sólido desde el coche y arrogancia resueltamente hacia el restaurante. Se volvió y apretó las cerraduras en el auto con el mando a distancia. Una buena atención al detalle. Protección. Me sentí segura con Leo y deseaba que fuera mi guardaespaldas real. Existía algo erótico en un hombre que daría su vida por ti, que te protegería bajo cualquier circunstancia. Son embargo, mis guardaespaldas y John —el que contrataron para mí especialmente para la película— apenas tenía ojos dulces como Leo. Le observé mientras sostenía la puerta del restaurante abierto para dos adolescentes que salían. Empezaron riéndose de su gesto galante, prácticamente desmayadas como si hubieran visto una estrella de rock. Me había dado cuenta a su alrededor, que mantenía las puertas abiertas para las mujeres y se ponía de pie cada vez que alguien del sexo opuesto entraba en la habitación o se levantaba de la mesa para ir al baño cuando estábamos en un restaurante. Inusual, sobre todo para un hombre de nuestra generación. Un diamante en bruto. Oí las chicas chillar entre sí con entusiasmo. Moví mi asiento del acompañante hacia atrás, jugueteando con la estación de radio y me recosté, estirando las piernas. Tendría un cerrar de ojos rápido, decidíhacerlo, todo el drama de Jake, me agotó, sobre todo cuando me recordé a mí misma lo estúpida que fui, jugar con un hombre que tenía novia. Un director de cine, nada menos. Lo que es un cliché de Hollywood. Sí, me sentía agotada y sentí mis pesados párpados cerrarse mientras“TheWorst”de JheneAiko flotaba en mi subconsciente.

Página

49

*** Me desperté con un sobresalto y observé un par sólido de piernas de pie allí, junto a la puerta del pasajero. Leo se inclinó y puso las bolsas de compra de salida en el suelo delante de mí. —La Bella Durmiente —dijo en voz baja, tranquila—. Siento despertarte, Star. Puse mi mano sobre mi boca y bostecé.

—No había línea, siento haber tardado tanto. —Se inclinó más cerca y pude sentir su aliento en mi cara. Olía a menta y un poco de aroma varonil —débil muy débil— terrenal, como el bosque en la primavera después de un fuerte ataque de lluvia. Pensé por un segundo que iba a besarme, pero sólo me abrochaba el cinturón de seguridad. —¡Oh, Dios mío! Es ella. ¡Es ella! ¡Es Star Davis! ¡Te lo dije! Levanté mis ojos y vi un grupo de adolescentes y un par de chicos jóvenes reparar en nosotros, sus teléfonos inteligentes señalando a través de la puerta abierta del coche. Leo se cuadró, cerró la puerta, me encerró y se quedó allí, bloqueándome de nuestro nuevo público. Por suerte, el auto tenia vidrios polarizados, pero ya habían conseguido su tiro, o peor, mini película. Rápidamente corrió alrededor de su lado, saltó en el coche, y gritó fuera. —El dolor en el cuello, debe volverte loca —dijo, sacudiendo la cabeza con fastidio. —Estoy acostumbrada a ello. ¿Quieres ser mi nuevo guardaespaldas a tiempo completo? —le dije medio en broma. —No hay probabilidad en el infierno. Perdería los estribos, probablemente. —Rodamos de la playa de estacionamiento, losiPhones de las personas señalaban la parte trasera del coche. —Esto está alimentando a YouTube o escribiendo en Twitter en este momento, garantizado —le dije—. Muévete antes de que nos sigan. —¿A dónde vamos? —Vivo en Hancock Park. —¿Polla en Mano6? Me encanta el nombre —dijo Leo con una sonrisa. —Lo sé, ¿verdad? —Saqué un refresco de una de las bolsas de llevar, saqué el anillo, atrapado en una pajilla y tomé un sorbo—. Pero mi barrio es muy anticuado. Antiguas mansiones grandes, con enormes patios de una familia típica. Fue diseñado y construido en la década de 1920 y no ha cambiado mucho desde entonces. Es un barrio histórico. —Le di a Leo mi lata de Coca-Cola pero él no quería. —No es el tipo de lugar habitual para una joven estrella de cine — dijo. —Por eso lo elegí. Sólo quiero una vida normal y discreta, ¿sabes?

Página

50

—¿Familia típica?

6

Hand cock, aquí hace una pequeña analogía entre Hancock y handcock.

—Un día, sí. —También yo. —¿En serio? ¿Tú? ¿Me estás tomando el pelo? —¿Por qué tan sorprendida? Tuve una infancia problemática. Quiero hacer lo correcto. Incluso los chicos como yo, con tatuajes malos, tienen sueños, ¿no? Condujimos en silencio y yo rumiaba sobre Jake y me sentí mal por él, que no parecía querer las cosas buenas de la vida. Familia. Niños. Una vida estable. O si lo hacía, no quería esas cosas conmigo, pero sí con alguien aburrida, como la inmaculada Cassie. Pensé en Mindy y me pregunté si Leo sería un buen partido para ella, ahora que me di cuenta que no era el jugador que imaginé que seria. O tal vez lo fue. Tal vez la fantasía de una familia típica de la que acaba de hablar. Los hombres aman hacer eso. Obtener esperanzas de las mujeres, sólo para conseguirlas en la cama. Leo es más “¿Qué tan fuerte vas a gritar cuando te folle?” Cuando nos conocimos no había funcionado, así que ahora él trataba con una nueva táctica, más sutil. Inteligente. Finalmente llegamos a mi casa, una colonia española, a unos diez mil metros cuadrados de puro cielo, con seis dormitorios, nueve baños y una oficina, en un lote de doble esquina de casi un acre. En este momento, el techo estaba siendo reparado, y convertiría el loft en una habitación extra. No podía esperar para volver. Tenía una sala de teatro en la sala con un proyector de películas de última generación y una pantalla. Junto a ella: un bar (ahora abastecido con sólo refrescos y agua Perrier). El comedor era de paneles de madera con una despensa. Tenía incluso una bodega y una cocina que era del tamaño de apartamentos enteros. El jardín trasero (no lo llamo un "patio trasero", ya que era mucho más) fue ajardinado con fuentes y arbustos perfectamente recortados. Una espumosa, piscina de mosaicos, con spa y una pérgola, sentado en el medio, y en la parte delantera, en el lado de mi casa, un garaje para tres coches, con un apartamento de dos dormitorios arriba, donde vive mi ama de llaves a tiempo completa. Zumbaban las puertas de seguridad abriéndose y mientras nos dirigíamos a la entrada curva, respiré en su belleza (a pesar del andamiaje temporal), y cuando le di un vistazo a Leo, se miraba atónito.

Página

51

—Todo esto y sólo eres... ¿qué edad tienes? —dijo, sus ojos verdes muy abiertos. —Diecinueve. Lo sé, es bastante impresionante. —Pensaba en mi próximo movimiento, mi plan para hacerlo quedarse aquí y agitar al Leo apagado, o convencerlo de alguna manera, que no teníamos que ir de nuevo a donde Jake—. Ven, te voy a mostrar todo —le dije. Pero antes de que pudiera salir del coche Leo corrió en torno a mi puerta y la abrió. Y entonces, sucedió algo: se vino abajo en mí como si hubiera tenido un

repentino derrame cerebral: la cabeza golpeando contra el borde de la azotea del coche mientras prácticamente se posó en mi regazo. Ahí es cuando yo también, vi borroso.

Página

52

Todo se volvió negro.

12 Jake Traducido por JulyStylesTate Corregido por Lucero Rangel

Mi pulso se aceleró mientras preparaba mentalmente mi discurso, pero lo que salió fue un lío confuso. —Hay algo acerca de esta chica — comencé—, que me hace… literalmente volverme loco. ¡Obsesionado! No puedo controlarme. Lo que me hace pensar que esto debe estar mal, ¿verdad? Quiero decir, el amor está destinado a ser dulce y considerado y solícito… pero esta chica, casi quiero estrangularla…. ella me vuelve así... ¡loco! Y entonces la sensación de la droga regresa. Intensa. Pero no son las drogas las que se me antojan, sino ella. —Sudaba. Vine directamente aquí en mi carrera y me puse unos pantalones cortos y las zapatillas, probablemente apestando con mal olor pero me sentía mejor después de gastar tanta energía acumulada. Necesitaba el ejercicio. —Esto funciona si trabajas en ello —dijo alguien, y luego todos corearon—. Gracias por compartir, Jason.

Página

53

Quería seguir, pero un fisicoculturista en una camiseta sin mangas elevó la voz—: Recaí anoche. Jodí a dos mujeres en fila. Una después de la otra. Recogí a la primera en el gimnasio, me la tiré y luego me desvié por otra, más bonita, la conocí en el bar. Me siento mal, hombre, como un verdadero idiota. Y el sexo no era ni siquiera tan bueno. Peor aún, no usé protección. El grupo asintió con la cabeza. Pero me sentí mal escuchando todos los demás detalles sórdidos. Star era diferente. Star era hermosa. Divina. Especial. Sentí que la manché de alguna manera, compartiendo información acerca de ella con extraños. Necesitaba conseguir el infierno fuera de esta desagradable reunión y verla en persona. Decirle que quería intentar hacer esto. Una relación real. Flores, cenas. Todo el maldito lote. Necesitaba saber si era amor lo que sentía o simplemente lujuria, y la única manera posible de saber con seguridad era cortejándola.

A la manera antigua. Salí de la reunión, pero, con mi cabeza en mis manos, fui a toda velocidad y me estrellé con alguien pegado a su iPad. Nosotros estábamos culpándonos a ambos. —Lo siento —dijimos ambos al mismo tiempo. Miré hacia arriba. —¿Holly? —Jake, ¡qué casualidad! —Entonces frunció el ceño—. Vine a esta sucursal porque pensé que era incógnita. —Rió. —Yo también —admití. Ambos fuimos atrapados. —Así que, ¿cómo te va con Skye’sTheLimit? —Genial —digo—. ¿Cómo están las cosas con mi tío? ¿Te está tratando bien? —Es un sueño —respondió con una sonrisa. Había conseguido el trabajo de Holly. La jodí y luego me sentí culpable: una especie de indemnización por despido—. ¿Qué hay de esa niña salvaje, Star Davis? — Continuó—: Has tenido un montón en tu plato con ella. —Está bien, de verdad —le dije, deseando poder tener algún tipo de anonimato en esta maldita ciudad. —¿Veo que está teniendo un buen rato con tu director de arte? — dijo Holly con una sonrisita. —¿Qué? Empujó su iPad en mi cara. —Twitter. Es por eso que me estrellé contigo. Esta es una de las tendencias mientras hablamos. Miré a la pantalla. Ahí se encontraba Leo, sus labios a centímetros de la cara de Star, mientras Star lo miraba con sus jodidos grandes ojos azules. Mi corazón empezó a latir descontroladamente.

Página

54

—El estacionamiento de Eat-A-Pita, no podían mantener sus manos fuera uno del otro aparentemente. Chico atractivo tu director de arte. Cuando ha hecho esto con él, pasar a mi manera. Me quedé allí, estupefacto. Star me castigaba. O tal vez no. Tal vez realmente no le importaba un comino. ¿Y cómo de interesado se sentía Leo? Él estaba jodidamente despedido. Y si fuera por mí nunca más trabajaría en esta ciudad. ¡Maldita sea, confié en él! ¡Le dije que Star era fuera de su límite! Pero entonces, pobre chico, hasta él sabía que yo todavía estaba con Cassie. ¡Y había sido mi propia maldita culpa que él acompañara a Star a casa en primer lugar! No, no lo despediría, pero… —Bueno, adiós, Jake, te veré en los alrededores. Buena suerte con esa pequeña zorra. Se rumorea que está nominada para ganar un Oscar, la gran actuación que todos están hablando. Pienso en los primeros días,

¿eh? Si está saliendo con un ruso, son grandes en chupitos de vodka y divertirse con fuerza… —Adiós, Holly —interrumpí—. Dile hola a mi tío por mí que lo llamaré pronto. Dejé mi teléfono detrás así no podría llamar a Leo. ¡Bastardo! ¡Tenía que detenerlos! ¡Ahora mismo!

Página

55

Empecé a correr más rápido de lo que había corrido en mi vida.

13 Star Traducido por Alysse Volkov Corregido por Fiioreee

Abrí mis ojos, esperando encontrar la luz, pero observé fijamente en la oscuridad sin fin. Cogí mi aliento, entrando en pánico por el silencio inquietante y negro profundo en el que se hallaba ahora mi visión. No tenía idea de qué hora era, ni dónde diablos me encontraba. Tenía algún tipo de ropa de cama debajo de mí. Era negra, negra como el carbón. Mi cabeza se sentía mareada y dolía, pero no con un dolor de cabeza cuando tienes un dolor detrás de los ojos por demasiado alcohol o algo, sino una sensación confusa, similar a la gripe, jugueteaba en mi cerebro. Traté de recordar algo —cualquier cosa— pero todo lo que vino a la mente era el hecho que de que debo estar tarde y debería estar en el set. Es cierto—me acordé de repente—estaríamos volando temprano a Dakota del Sur. Mis manos se alejaron delante de mí y sentí un desconocido, duro colchón debajo de mí, algunas sábanas ásperas, y me di cuenta de que temblaba. Saqué las sábanas alrededor de mí y sentí mi cuerpo desnudo, aunque todavía tenía mi sujetador, bragas y medias puestas. El colchón se hallaba directamente sobre el piso. Pasé mis dedos hasta el borde de la cama y sentí la adherencia de linóleo. Traté de levantar la cabeza y sentarme.

Página

56

Mis párpados se sentían pesados, hinchados, y mi cabeza y hombros cayeron en un ruido sordo. Me sentía entumecida otra vez y me permití dejarme llevar en un borroso, aturdido sueño.

14 Jake Traducido por Ahtziri29 Corregido por Andrea95

Se fueron por doce horas. Sin noticias. Desaparecidos en el aire. Entre más descubría, más dolorosa era la traición. Star traicionando su profesión y Leo traicionándome a mí. Le di una oportunidad. Lo arranqué de la oscuridad. A Star también le fue dada una oportunidad por el estudio, el papel de su vida, y lo tiraba todo. ¿Por qué? ¿Así que tuvimos una escena en mi tráiler?... Se enojó conmigo. ¿Y qué? No era razón para abandonar la película en sí misma. Todavía no podía creer que lo que me decían era verdad. Algo no encajaba. Brian nos sirvió otro café. Eran las seis de la mañana. Estábamos en mi cocina, esperando por más noticias de los investigadores privados que contraté. La ley no reconocía “personas desaparecidas” cuando ni si quiera se habían ido por veinticuatro horas. Además, era su derecho como adultos, hacer cualquier cosa que quisieran. ¿Por qué iban a gastar el dinero de los contribuyentes cazando a una pareja fugitiva “enamorada”? El video de diez segundos en YouTube se reproducía una y otra vez en mi cabeza. Leo reclinándose y diciendo “Bella durmiente” y los ojos de Star medio cerrados, llenos de lujuria, o llenos de algo.

Página

57

Brian todavía hablaba, me hallaba sólo medio poniendo atención; mi mente concentraba en perder a Star por Leo. Él divagaba en—: “Así que rompieron sus contratos, entonces ‘demándalos’”, me dijo un policía, pensando que estaba siendo listo. A la ley no le importa un carajo, Jake. Hiciste lo correcto al contratar investigadores privados, los policías no van a levantar un dedo para ayudarnos. Tienen tiroteos de pandillas en South Central, una estrella cinematográfica fugitiva y su acompañante son lo último de sus problemas.

Miré a mi reloj de nuevo. Para este momento ya deberíamos estar en el aeropuerto, acomodándonos en nuestras cabinas más tarde esta mañana y programando escenas para la hora dorada esta tarde, cuando estaríamos comenzado la persecución de coches. —Sólo no es como Star —repitió Brian por enésima vez. —¿Cómo sabes que es o no es “como Star”? —rompí—. Es una alcohólica/drogadicta, Brian, ha hecho este tipo de mierda antes. —No lo ha hecho,Jake. Tal vez se haya aparecido borracha al set, pero aun así aparecía. Es una profesional. “El show debe continuar”…esa es la clase de persona que es. Simplemente no abandonaría su trabajo sólo así, cualquier problema personal que esté teniendo. —No puedo superar lo de Leo. —murmuré—. ¿Cómo pudo hacerme eso? ¿Después de todo lo que he hecho por él? —¡Vamos, Jake! Es un oportunista, un pobre chico de Rusia… —Ucrania, no Rusia, hay una diferencia Brian. —No realmente. No puedes engañarme que debería ser parte de Europa con toda esta mierda de Unión Europea. Todavía tiene la mentalidad de Cortina de Hierro, su gente se está medio muriendo de hambre. Desfavorecidos es lo mismo por todo el mundo, especialmente en el Este. Un pobre niño de clase trabajadora, ese es Leo. Me dijiste que con historial criminal. Presidiario. Tiempo servido. Star tiene dinero. Es Hermosa. Él debe haber pensado que todas sus navidades habían venido al mismo tiempo, signos de dólares destellando en sus ojos.

Página

58

Tenía ganas de explicarle a Brian que era yo con quien estuvo, a mía quien deseaba, pero no quería darle el placer de decir “te lo dije” y eso era mi culpa por estar tonteando con una adolescente tan vulnerable, recién salida de rehabilitación , traje esto a todos nosotros. Además, Brian tenía razón. Y tal vez la cosa de Cassie realmente le llegó a Star. Tal vez los sentimientos de Star por mí eran genuinos y yo realmente la herí. Pero entonces la visión de ella y Leo, casi besándose, mandó una nueva espina de celos rasgando a través de mis venas, podía sentir la presión de mi boca, mis puños apretados, quería golpear a alguien. Quería golpear mi propio reflejo en un espejo. La jodí. A lo grande. Brian siguió—: Sus pasaportes están con ellos, o al menos, perdidos, así que debieron habérselos llevado. Maletas hechas, con ropa perdida también, todo esto confirmado por la asistente de Janice, y el Porsche de Star desaparecido. ¿Piensas que tal vez decidieron adelantarse hacia las Badlands? —Si fuera así, su Porsche hubiera sido estacionado en uno de los aeropuertos. A menos que decidieran tomar un viaje por carretera y

alcanzarnos en unos días. Hacer algo de excursionismo en el Monte Rushmore, o las Black Hills, o algo. —Pero Star sabía que deberíamos estar grabando esta tarde, no sólo no se aparecería. —Pero sus teléfonos fueron dejados, Brian. Dejados en la mesa de la cocina de Star. Eso deletrea abandono para mí. Han escapado a algún lugar para estar juntos. Aunque sólo no lo entiendo. Tan jodidamente no profesional. —Eso es lo que estoy diciendo,Jake. ¿Leo? Sí. ¿Star? No hay una posibilidad. Ha estado en este negocio desde los dos años. “El show debe continuar”, ese es el mantra de cada actor. Es parte del ADN de un actor. Ven a llover o brillar, ningún actor digno de su peso abandona un proyecto a la mitad del camino. Es como un marinero con su barco. Hay reglas no dichas. Esto sólo no tiene sentido. —Así que,¿qué hacemos ahora? Brian se encogió de hombros. MasticabaJuicyFruit y bebía café al mismo tiempo. —¿Filmar sin ella? Eso es lo que Pearl Chevalier quiere que hagamos. Usar la especialista que contratamos y una doble para la persecución de carro y esperar hasta que Star aparezca para hacer los primeros planos y dobles tomas. Tal vez sólo se ha ido AWOL7 por veinticuatro horas. Necesitando aclarar su cabeza. ¿Quién sabe? Pero tenemos un montón de dinero en juego aquí, Jake. Nóminas, uniones, sólo no pienso que podamos persuadir al seguro de cubrir esto. No es un “accidente” o algo así. Estamos en un aprieto, una situación extraña. Es por eso que un guardaespaldas fue contratado especialmente para vigilarla —Me alzó sus cejas tupidas—, así este tipo de cosas no pasarían. Creo que todo lo que podemos hacer es mantener a los investigadores en ello, ver si pueden rastrearlos, lo cual no será fácil sin sus celulares actuando como GPS y esperar a que ella llame.

Página

59

—Si llama —murmuré. Gruesa culpa se arremolinó en mi garganta. Era mi culpa que se le hubiera dado el pase a John para que dejara que Leo trajera a Star de regreso a mi casa. Él probablemente no hubiera estado de acuerdo si no hubiera visto a Cassie en ríos de lágrimas, rogándole que la llevara al aeropuerto y arrojando sus brazos sobre su cuerpo como de oso, una damisela en peligro. Ella quería alejarse de mí lo más rápido posible, así que cuando marcó mi teléfono le dije que sí, que llevara a Cassie al 7AWOL:

Significa “absentwithout oficial leave” es un término usado en el ejército estadounidense para un soldado que ha dejado su puesto sin permiso.

aeropuerto, para registrarla en primera clase, usara la tarjeta de crédito de la compañía, la cual pagaría de vuelta y que le dieran el dinero que tuviera, que también pagaría, y sí, que estaba bien para Leo acompañar a Star a casa. Pero “casa” resultó ser la casa de Star, no la mía, donde planeó su huida.

Página

60

Que maldito fiasco.

15 Star Traducido por Alessa Masllentyle Corregido por Agus Morgenstern

—¿Sabes que hay más estrellas en el mundo entero que todos los granos de arena juntos? Termino de trenzar el cabello de mi Barbie y levanto la mirada de donde estoy, en el piso del remolque. Veo un par de rodillas sucias. Su bota se planta justo encima de la cara de Ken. —Esto demuestra cuán comunes son las estrellas. Nada especial. Tu nuevo nombre es estúpido. Eres estúpida. —Por favor, quita tu bota grande y fea de la cara de Ken —le digo. —El gay de Ken, ¿no sabes esto? Se está tirando a tus peluches detrás de la espalda de la perra estúpida de Barbie. —Él no lo es. —Lo es demasiado. Empujo la pálida, pecosa pierna de mi hermano lejos, o lo intento, pero aplasta su pie más duro en los ojos pequeños y brillantes de Ken, y su cabeza de plástico desaparece de inmediato. Mamá consiguió a Ken y Barbie de Goodwill —quería darles un hogar para siempre, otra oportunidad, un poco de amor— y ahora mira. Puedo sentir una lágrima amenazando con caer, pero no voy a llorar. No delante de ÉL. —Le diré a mamá que dijiste una maldición —digo.

Página

61

Se ríe de mí, se dobla hacia arriba, su nariz de cerdo apretujada. —Mierda, mierda, MIERDA. No te escuchará porque está durmiendo. Tomando algunas azules8. 8

Droga

—Aléjate de mí, Travis. Quiero estar sola. —Eres una mocosa malcriada, ya lo sabes, Diane. Muere,Anne. Me gustaría que lo hicieras. Me gustaría que sólo te hubieras ido y MUERTO así papá y yo podríamos vivir en paz. *** Me desperté con un sobresalto, mi sueño tiene que haberme dado una pista. —¿Travis? —grité—. ¿Dónde estoy? —Pero todo lo que escuché fue el silencio zumbando en mis oídos. Mi cabeza todavía se sentía pesada y sentí un moretón en el lado derecho de mi cuello. Me lancé a mí misma arriba pero caí directo hacia abajo, así que gateé en mis manos y rodillas hasta que sentí, no el colchón debajo de mí, pero sí el suelo de linóleo. Olí alimentos, ¿al igual que la comida que Leo compró ayer/hoy? No tenía noción del tiempo. Era masa de garbanzos, y me recordó que nunca comimos, mi estómago rugía de hambre, pero también olía a blanqueador. Los dos olores se entremezclaban de alguna manera. »¿Hola? —grité tan fuerte como pude—. ¿Hay alguien ahí? Oí un gemido bajo proveniente de la esquina del espacio, de la habitación, o donde quiera que estuviese. La oscuridad me devoraba. Aún dirigiéndome a oscuras. No podía hacer nada. »¿Leo? Otro gemido. Me las arreglé para arrastrarme hasta que sentí una pared, y me puse de pie, caminando y sintiendo la pared al mismo tiempo. Mis manos frenéticamente paseaban de arriba abajo, con la esperanza de encontrar un interruptor de luz en alguna parte. Entonces oí una sirena en la distancia; mis oídos se acostumbraban al sonido más pequeño, y algo me hizo sospechar que estábamos en lo alto, en un rascacielos, tal vez. Pude distinguir el repiqueteo solitario de tráfico, tal vez veinte pisos abajo.

Página

62

—Star, ¿eres tú? —Era Leo, su voz amortiguada, seguida por otro gemido como si estuviera en dolor. —Leo, no puedo verte. ¿Estás bien? —Quería correr hacia él, con el sonido de su voz, pero mis piernas se sentían débiles, y sabía que iba a derrumbarme sin la pared para sostenerme. —Creo que estoy bien —se quejó—. ¿Dónde estamos? Seguí barajeando mi camino alrededor del borde de la habitación, sintiendo la pared mientras caminaba. Era el mismo tipo de superficie

como las salas de ensayo de piano. Insonorizadas. Madera contrachapada, con pequeños agujeros para hacer rebotar el sonido. Por último, sentí algo. Encendí un interruptor y la luz fluorescente inundaba la habitación. Leo gritó, el destello de luz, obviamente, lo cegó. —Ah, Jesús, como cuando salí de la celda hacia el exterior. —Lo siento. —¿Celda? ¿Estuvo en la cárcel? Protegí mis ojos con mis manos para detener el fulgor deslumbrante. Después de treinta segundos más o menos, me alcanzó su punto máximo, dejando que la luz se filtrara entre mis dedos. Mi visión casi se había ajustado en sí. Estábamos en un espacio de oficina vacía. Papel negro se sostenía con cinta plateada sobre las ventanas. La puerta se encontraba a mi lado. Sin cerradura. También insonorizada. La habitación se hallaba vacía excepto por un colchón doble, y en un rincón había otra puerta, que tal vez llevaba a un cuarto de baño, ya que tenía una cerradura. Leo se dobló en la otra esquina, agarrándose el vientre como si le doliera. No había sangre, gracias a Dios. Se encontraba desnudo, excepto por sus calzoncillos bóxer. Más de esos tatuajes borrosos decorando su pecho y bíceps. Parecía fuera de lugar. Como un hombre de aspecto rudo en una situación de vulnerabilidad. Sentí una punzada en mi plexo solar. Un anhelo de abrazarlo y decirle que todo estaría bien. Pero no estaba bien. Ni por asomo. Empecé a correr hacia él, pero mis piernas cedieron y me caí, justo en el piso. En lugar de tratar de levantarme, me arrastré hacia adelante y, como bebés curiosos que quieren comprobarse el uno al otro, ambos nos dirigimos al otro en nuestras manos y rodillas. Prácticamente me estrellé contra él, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello, con las lágrimas picando los ojos. —Lo siento mucho —le dije. Me abrazó y me sentí momentáneamente a salvo en su fuerte agarre, aunque sabía que no era así. Nuestra situación era terrible. Nosotros dos solos. Desnudos. Magullados. Pero podría haber sido peor: al menos nos teníamos el uno al otro. Por ahora, al menos. Me besó en la frente y me mantuvo apretada en su abrazo.

Página

63

—¿Por qué lo sientes, Star? ¿Qué carajos pasó? —No lo sé. Estábamos en el Lexus, en el camino de entrada a mi casa, y después no recuerdo nada. Pero tengo una idea. Es él; sé quién es. —¿Quién? —preguntó, con voz débil. —Travis, mi hermanastro. Quiere castigarme. Este es exactamente el tipo de cosa que haría. —Mis ojos se deslizaron a la puerta de nuevo. Me

revolví en los brazos de Leo y me arrastré a lo largo del piso—. Estoy esperando que sea un cuarto de baño —dije—. Tengo que hacer pis. Lo era. Tenía una ducha básica, un inodoro y un lavabo. Y un espejo. Alcancé a ver mi reflejo y me estremecí. Tenía un moretón enorme en mi cuello y sangre seca que parecía un chupetón. Había sido pinchada con una aguja. Sí, eso tenía sentido. El programa de televisión favorito de ese hijo de puta era Dexter. Travis nos inyectó alguna droga para noquearnos, al estilo Dexter. ¿Qué es lo que Dexter utiliza en sus víctimas? Travis me lo dijo una vez. ¿Etorfina? Suficiente como para derribar un elefante. Inmovilizar incluso los animales más peligrosos. Los veterinarios la utilizan. Eso explicaba por qué Leo se había sometido, inmóvil e inconsciente al instante. La única oportunidad que Travis tenía de noquear a un hombre tan grande y fuerte como Leo. Estuve esperando que algo como esto sucediera —de ahí mis guardaespaldas— aunque no imaginé un escenario como éste. No era el público al que le temía pero sí a mi hermano psicótico, que había tenido sobre mí para el momento en que puso los ojos en mí cuando tenía cinco años de edad. Él tenía nueve años en ese tiempo. No hay mucha diferencia ahora, pero un intervalo de cuatro años era mucho entre jóvenes hermanos entonces. ¡Idiota! Encendí el grifo y lavé mi cara con agua fría. Y bebí varios tragos, me hallaba sedienta. Había una barra de jabón y un par de toallas. Un tubo de pasta de dientes también, y un par de cepillos de dientes nuevos de marca en su empaque. La idea de generosidad de Travis, probablemente. Me dejé caer en el asiento del inodoro, bajé mis bragas y dejé un torrente de orina desbordarse. Tiré de la cadena, pero simplemente me senté allí. Mi cansada y dolorida cabeza sostenida por mis manos, mis codos apoyados en las rodillas. Me sentía agotada. —¿Estás bien, Star? —Oí llamar a Leo. No, no estaba bien. Todo lo bueno en mi vida llegó a un abrupto final. —Claro —grité de nuevo a través de la puerta cerrada, con lágrimas en mis ojos, preguntándome cuál sería el juego final de Travis. ¿Me quería, literalmente, muerta? ¿O tenía algún tipo de rescate en mente? Lo peor de todo era…

Página

64

Nadie sabía que estábamos aquí.

16 Jake Traducido por July Styles Tate Corregido por July Styles Tate

Todavía sin saber nada. No podía concentrarme. Otras seis horas pasaron desde que llegamos a nuestras cabañas en las Badlands. No existía manera de que sería capaz de grabar nada, y mucho menos filmar a la doble de Star, quien fue contratada en el último minuto. No se parecía a Star de cerca, pero tenía la misma constitución, el cabello y el tono de piel, todo para hacerte mirarla dos veces (sin doble sentido) y me hacen creer que Starregresó al set. Un bache momentáneo. Quizás. Pero, no. Star estaba bien y se ha ido, y por ahora, no me sentía enfadado o celoso, me hallaba jodidamente preocupado.

Página

65

Debería haber estado maravillado por el paisaje impresionante. Impresionante en el verdadero sentido de la palabra. Las cumbres extraordinarias de la tierra y los barrancos de color arco iris, todos alguna vez bajo el agua, se levantaban majestuosamente en mini montañas, iluminada en tonos rosa y naranja por el sol poniente. Vi algunos bisontes en la distancia. Toda esta belleza para nada. ¿Dónde, dónde, dónde estás,Star? era todo lo que podía pensar, todo lo que podía sentir. La extrañaba y anhelaba su descarada, listilla personalidad para venir pomponeándose a nuestro "set", nuestra película. Éramos socios, ella y yo. Socios en la creación. Y quería que fuera mi compañera de otras maneras también. Saqué mi celular y marqué al productor, Pearl Chevalier. No había ninguna maldita manera de que pudiera filmar. No hasta que Star estuviera en frente de ese objetivo. —Hola, Jake —dijo Pearl, su voz tranquila—. Lo siento mucho por lo de Star. No hay noticias de tu objetivo ¿obviamente? —Nada de nada —dije—. Mira que no hay manera…

—No, por supuesto que no —me corta Pearl—, tendremos que posponer hasta que regrese. Tenemos gente en ello. La encontraremos. —¿Gente? —Sí, mi marido tiene contactos, ya sabes, la gente que está acostumbrada a este tipo de cosas. —¿Cosas? —Mi mente se encontraba en blanco; no podía pensar con claridad. —En las sombras, del trabajo de detective, ya sabes. Tienen formas de encontrar a personas desaparecidas. —Así que usted no cree que Star huyó —No. Quería este papel, Jake. Desesperadamente. Es una profesional, a pesar de sus travesuras. Nunca la hubiera contratado si pensara lo contrario. Su bebida y las drogas nunca la han detenido de estar en el set antes. Si ese es el caso. Me quedé en silencio, rayos dorados del sol calentando mis ojos cerrados. No sabía qué contestar. —La encontraremos, Jake, no te preocupes. Presioné FINALIZAR ahogándome en lágrimas.

para

detener

el

nudo

en

la

garganta

Tenía a PerlChevalier en el ojo de mi mente. La esposa de un multimillonario que se podría haber pasado prácticamente por el doble de CharlizeTheron. Una mujer que lo tenía todo: riqueza, poder, belleza, una familia feliz y no necesitaba esta película como yo. No necesitaba a Star como yo. Probablemente trataba de aplacarme. Hacerme sentir como si todo sería miel sobre hojuelas cuando sabíamos que nos dirigíamos a una especie de pesadilla. Debido a que eso iluminó de repente sobre mí: Star Davis es una megaestrella. ¿Qué pasa si algún bastardo la secuestró? Entonces pensé en Leo y descarté esa posibilidad. No, él podría haber pasado por uno de sus guardaespaldas y era un tipo de protección; no habría permitido que nadie se acerque a ella. Nada tenía sentido.

Página

66

Nada tenía ningún puto sentido.

17 Star Traducido por Michelle M Corregido por Sapphire

Me acurruqué en los brazos de Leo, nunca necesité tanto a un hombre en toda mi vida. Después de ir al baño, nos quedamos dormidos juntos, la droga haciéndonos efecto, noqueándonos de nuevo, tan pronto despertamos. Por lo menos nos sentíamos cómodos en el ritmo de nuestras respiraciones, me alegro de no estar sola en este horror. De alguna manera, me siento a salvo con Leo, aunque sabía que no lo era así. *** Desperté, no sé cuan tarde y la primera cosa que hice fue masajear el moretón en mi cuello, donde la aguja se había clavado, en la esperanza, por Dios que Travis no me hubiera inyectado una especie de virus letal utilizado para una guerra química, o una locura así, si realmente fue Travis, todavía no podía estar cien por ciento segura. ¿Si hubiéramos sido secuestrados por un demente? Era una posibilidad. Leo se sentó, luciendo menos pálido que antes. Entrecerró los ojos. La luz neón se hallabaencendida. —¿De verdad crees que tu propio hermano podría hacer algo así? Extendí mis brazos por encima de mi cabeza.

Página

67

—Me odia, Leo. —¿Cómo alguien puede odiar a su propia hermana? Es imposible, ¿no? —Celos. Siente que su vida llegó a su fin cuando su padre conoció a mi mamá. Tenía un complejo de ser un pelirrojo pecoso. También era

asmático. Yo realmente actuaba. Él era disléxico y no podía aprenderse las líneas. Lo intentó. Mi agente lo tomó pero no funcionó. No podía actuar para salvar su vida. Yo era el sostén de la familia. Tengo buenas calificaciones en la escuela; él apestaba. Fue un montón de cosas. —Sí, pero… eres un adulto ahora. Consiga una vida. —¿Consiga una vida? —Me reí del acento de Leo, siempre olvidaba los pronombres. Era lindo cuando hablaba. —Me muero de hambre —dijo—. Siento como una mierda. Todavía dolor de cabeza. —Yo también. —Me las arreglé para estar de pie y me dirigí al bote de basura, lidiando con el olor del hummus y pan de pita. Recogí la bolsa de comida para llevar de la basura y la olí—. Que se joda. —¿Por qué? —Derramo blanqueador en la comida. Sí, es Travis quien nos secuestró, justo el tipo de cosas que haría. —Un recuerdo volvió a mí de él fastidiando en mi cumpleaños. ¡Orinó en mi pastel de cumpleaños! Así de jodido era. Miro alrededor de la habitación cuadrada que obviamente una vez fue una oficina. La cama se encontraba vacía excepto por las sábanas. Nuestras ropas no se hallaban a la vista. Nuestros celulares se habían ido. El reloj de Leo: se fue. Me arrastré hasta una de las ventanas oscurecidas, sintiéndome un poco expuesta en sólo mi sujetador, bragas, y ligueros—. Hay cinta gruesa en todo esto. ¿Eres capaz de levantarte y ayudarme? Leo se tambaleó en sus pies, su alto y musculoso cuerpo, tratando de encontrar el equilibrio. Se agarró la cabeza con sus manos. —Siento como si alguien me rompió la cabeza con un bate de béisbol. —Bueno, al menos no despertamos envueltos en celofán como momias, con un cuchillo en la mejilla. —¿Qué? —Dexter. ¿Has mirado esa serie? —Oh sí, una o dos veces. Tengo esperanza de que tu hermano no sea un asesino serial.

Página

68

—No, sólo un come cereales y un psicópata enloquecido. —Sí, bueno, si fue quien nos hizo esto, debe estar bastante jodido. Necesito un trago. —Leo se tambaleó al cuarto de baño y lo oí beber del grifo frenéticamente. Obviamente, la droga nos deshidrató. Arañé mis uñas en los bordes de la cinta adhesiva de color gris brillante, recogiéndola y tratando de tirarla toda. —Esto se ha pegado bien —grité.

Leo volvió a aparecer, el agua salpicando toda su cara y cuerpo. —Necesitamos un cuchillo. Traté de reírme. —Desnudo y puñal. Nos pusimos a trabajar en la cinta adhesiva, mis uñas rompiéndose en el proceso. Finalmente, una esquina salió, luego más, hasta que nos las arreglamos para sacar todo el papel negro. La ventana era de triple acristalamiento. —Mierda —dijo Leo. Y entonces gritó con enojo—: ¡Es jodidamente incapaz de abrirse! Nos miramos el uno al otro y entonces vista abajo. Estábamos en lo alto, bien. Probablemente el trigésimo piso. Los únicos rascacielos en Los Ángeles se encontraban en el centro de la ciudad. Y debido a los terremotos, eran escasos. Reconocí algunos de los edificios de más abajo. —Bueno, al menos sabemos dónde estamos —dije. —sin embargo, eso no sirve de nada. No tenemos ninguna manera de decirle a nadie. Por lo menos podemos apagar esa luz fluorescente. Todavía me siento como una mierda. No se puede pensar con claridad. ¿Y ahora qué? —Miró hacia el techo—. Crees que podamos romper y encontrar los conductos de aire acondicionado, ¿alguna manera de salir de una puta vez de aquí? —Necesitamos una escalera. Tal vez seas lo suficientemente fuerte para romper a través. ¿Yo? Apenas puedo estar de pie. —Podemos intentar más tarde. Siento que me han extraído toda mi energía —dijo Leo—. Tenemos que descansar. Obtener fuerzas de nuevo. Me encogí de hombros. —No hay nada que comer. No hay TV. No hay libros. No hay manera de comunicarse con nadie, a menos que gritemos hasta ponernos azules de la cara, pero parece que la habitación está insonorizada. Podemos tomar una ducha, dormir y contar historias, y espero que mi hermano aparezca, así puedo averiguar qué quiere de mí y poner fin a esto.

Página

69

—Mientras tanto podemos… —La mirada de Leo es lasciva, con sus ojos medio cerrados. Sexo. Eso es lo que Leo contiene: sexo. Él era sexo— sin tapujos—en las piernas. Incluso en este lamentable estado. —Buen intento, Leo. —Eres hermosa, Star. Estás desnuda, a excepción de aquellas diminutas bragas negras, medias y sujetador. ¿Crees que no me he dado cuenta de tu delicioso cuerpo en ese atuendo sexy? Mis labios se inclinaron en una media sonrisa torcida.

»Eres hermosa, Star —dijo de nuevo. Su mirada era intensa. Yo diría que me desnudaba con sus ojos, pero como que ya estaba prácticamente desnuda. Pensé en Jake, cómo me dijo que me amaba y luego me tragué sus palabras. Mis ojos se movieron hacia abajo en los cincelados abdominales de Leo y su pecho bien definido. También era hermoso. Una cruda, sucia belleza, el tipo que no traerías a casa de tu madre pero fantaseabas con él por la noche. La clase que deseabas abusar en secreto cada pulgada de su cuerpo. Pero yo no. Buscaba una relación real. El cuento de hadas. Y hasta que eso viniera, no me daría a nadie, menos a un fuerte ruso, revestido de tatuajes que habitualmente se metía con un montón de mujeres, bebía grandes cantidades de Vodka, probablemente apostaba y de seguro se metía en peleas. Ruso/Ucraniano, lo que fuera. —Realmente me gustaría hacer el amor contigo, Star. Follarte, también. Pero hacer el amor… saborear tu cuerpo, degustarte, hacerte venir de cien maneras diferentes. —Acuna su ingle, estaba duro. Típico. Ahí se hallaba él, destruido por la droga, pero todavía podía tener una erección. Su descaro hizo que me dieran ganas de reír pero la situación en la que estábamos era cosa seria. —Ahora no, Leo. Tenemos que averiguar la forma de salir de aquí. —Si nos vamos a morir, o salir en pedacitos o lo que sea, lo menos que podemos hacer es sacar la pasión de las venas. Ciertamente tenía la facilidad de palabra y no pude evitar sonreír. —Deseo que tuviéramos algo de comer —dije, cambiando de tema. —Puedo comer tu coño. Nos ofreceremos mutuamente el suficiente alimento. Sonreí y empujé su duro pecho como una piedra. —No, Leo. —Sólo una probada, también tengo hambre. Chico, era persistente. Me dirigí a la puerta y golpeé mis puños en ella con todas mis fuerzas, gritando tan fuerte como mis pulmones podían.

Página

70

—¡Ayuda! ¡Que alguien nos ayude! —Pero mis sonidos eran amortiguados, la sala tragaba mis gritos. Parecía imposible. Total y absolutamente sin esperanza.

18 Jake Traducido por Andreeapaz Corregido por Meeny

Eran las seis de la mañana cuando el teléfono sonó. Pasaron treinta y seis horas desde que desaparecieron. Me levanté del sofá de un salto, sabiendo que las noticias serían o muy buenas o desastrosas. —¿Hola? —Finalmente me quedé dormido, hace apenas cinco minutos. —Disculpa por despertarte, Jake. Te habla Alexandre Chevalier. —El acento era francés, la voz profunda. Por un segundo no pude descifrar quién era. Entonces recordé: el hombre que hizo que Mark Zuckerberg9 y Twitter compitieran por su dinero, no, que se precipitaran por su dinero. Alexandre Chevalier, director ejecutivo de HookerUp, la compañía de comunicación más grande de la historia, que a su vez compró la mitad de Hollywood. El joven esposo de Pearl. Endiabladamente poderoso y rico para su edad. Para cualquier edad. Una potencia. Me dijeron que era un despiadado hombre de negocios, pero la vez que me reuní con él fue encantador. Continuó. »Hemos estado entrevistando a los amigos de Star y al equipo para conseguir algún tipo de pista —dijo—. Parece prometedor. Aunque su celular estaba limpio ―sin mensajes ni llamadas―, los que se la llevaron sabían lo que hacían.

Página

71

Respondí atontado—: ¿Qué has descubierto? —El celular pudo haber sido limpiado, pero todavía podemos extraer los datos —dijo—. Sólo quería decirte que te quedes tranquilo otro día, más o menos. No vuelvas al rodaje todavía. Danos unos cuantos días más. Llegaremos ahí. Mi sobrina está en ello. 9

Uno de los cofundadores de la conocida red social Facebook.

Esta conversación se ponía más surrealista con cada segundo que pasaba. ¿Quién era este tipo?—¿Tu sobrina? —Elodie. Entre tú y yo, ella es buena en este tipo de cosas: hackeando, metiéndose en las computadoras de otras personas, etcétera. Los investigadores privados que contrataste parecen un poco lentos en la investigación, así que necesitamos actuar. De todos modos, Jake, no te muevas, cubriremos todos los gastos; obviamente todos mantendrán su sueldo completo. Dile al elenco y al equipo que pueden hacer turismo, ver las cabezas de los presidentes o lo que sea. Te mantendré al tanto. — Colgó. Fue una gran sensación saber que otras personas también se preocupaban, pero si los Chevalier pensaban que simplemente me iba a sentar y a jugar con mis pulgares hasta que encontrarán a Star, obtendrían algo muy diferente. Tenía que encontrarla, meterme en el caso. La imagen de Starse hallaba grabada en mi mente: su amplia sonrisa, su resplandor, sus hipnóticos ojos azules, su largo cabello rubio que caía en cascada a mí alrededor cuando me besaba en los lugares que ahora me hacen estremecer. Sus labios rellenos y sexys. Su inocencia y su arrogancia, su vulnerabilidad y su descaro. Su peculiar inteligencia. Respiré profundamente y rogué en silencio a quien estuviera escuchando que la trajera de vuelta a mí. En una sola pieza. Y entonces se me ocurrió algo: mi perro. Star y Fierce se habían vuelto cercanos. Su ropa todavía se encontraba en mi casa. Él tenía un maravilloso sentido del olfato, después de todo, los crestados rodesianos10 eran originalmente perros de caza. Decidí ir a la casa de Star donde el Lexusfue abandonado por el Porsche.

Página

72

Quizás Fierce podría olfatear su aroma.

Crestado o Ridgebacks hace referencia a una raza de perro de origen Rodesiano, musculosa, de gran porte, extremadamente ágil y veloz principalmente usado para la caza, guardia y compañía. 10

19 Star Traducido por andreeapaz & July Styles Tate Corregido por Agus Winchester

Leo y yo pasamos un par de horas tratando de entrar por el falso techo a la habitación. Él podía levantarme, pero sin herramientas que nos ayudaran no podía hacer otra cosa que golpear con mis puños. Y con ninguna escalera o sillas en la habitación, él tampoco podía conseguir que yo estuviera lo suficientemente alto para ejercer la fuerza adecuada. —¿Qué haría James Bond ahora? —preguntó Leo —Tendría algún tipo de reloj laser que podría cortar paredes en dos o tendría algún otro aparato novedoso. Me dirigí con mi medio calcetín, ninguno de los dos tenía zapatos, hacia el único lugar que podíamos sentarnos cómodamente, y me dejé caer en el colchón, agotada por nuestros esfuerzos. No habíamos comido por lo que parecía más de cuarenta y ocho horas y nuestros estómagos sonaban. No nos habíamos duchado y no quedaba nada más que hacer que descansar. Me acosté de espalda, con mi cabeza apoyada en mis manos. Leo también vino a acostarse en la cama. Nosotros exactamente no teníamos ningún otro mueble alrededor así que esta cama era todo. —¿Estabas en la cárcel? —pregunté. —Sí, ¿cómo lo sabes?

Página

73

—Lo que dijiste sobre la luz cegadora que viste después de que saliste de tu celda. ¿Por qué estuviste ahí? —Robo, rompiendo la caja fuerte. También homicidio. Tragué saliva. Bonito, me hallaba colgada de un asesino. —¿A quién mataste? —Al violador de mi hermana.

—No me digas. Por Dios, ¿ella está bien? —Escuché mis palabras: más preocupada por su hermana, no importando que haya matado a un hombre. Curiosamente lo admiraba por ello. —Ninguna mujer está bien después de una violación. Eso es lo que la gente no entiende. La violación nunca sale de su alma, de su memoria. Nunca puede ser la misma persona que fue antes. Leo fue la primera persona que conocí que había matado a alguien. De todos modos, alguien que no se encontraba en las fuerzas armadas. —¿Cómo lo mataste? —Sólo con las manos. Mi temperamento se hizo cargo, ¿sabes? —Pero no estuviste mucho tiempo por homicidio. Quiero decir, tienes sólo veintiséis. —Mi tío lo arregló todo para mi escape. Entonces me fui a Londres. —Ya veo. —Me quede ahí y cerré los ojos tratando de imaginarme todo. Si Leo logró escapar de prisión, tal vez podría pensar en una manera de salir de aquí—. ¿Cómo llegaste afuera? —Mi tío sobornó a un guardia. Es una larga historia. No es bonita. ¿Y que hay acerca de ti, Star? ¿Tienes alguna historia sobre tu pasado? —Sólo soy una chica de la basura del parque de remolques que lo hizo bien —dije, sintiendo que esto era casi cierto, aunque era tan atrás en mi historia que no parecía real. —¿Basura? Nunca. Naciste como una princesa. Me senté y abrí los ojos. Leo me miraba con genuina admiración. Sentí que mi pecho se apretaba. —Bonitos tatuajes —le dije, sin saber que más decir. Se echó a reír. —No seas sarcástica. —En realidad, soy un poco asombrosa, en una extraña manera. ¿Qué quieren decir?

Página

74

—Jerarquía, desgracia, logro. Toma uno a elección. En Ucrania los tatuajes cuentan la historia de los convictos o los criminales: fecha y lugar de nacimiento, crímenes cometidos, campamentos o prisiones donde estuvieron y cuento tiempo, incluso un perfil psicológico. Me moví más cerca de él. —¿Qué significa este gato? —pregunté, pasando mi dedo a lo largo de la curva de su bíceps y alrededor de su brazo, siguiendo al gatito negro con la cola borrosa. —Significa que soy un ladrón.

—¿Eso es un logro o una desgracia? —¿Te acuerdas de Robin Hood? Era ese tipo de robo. Así que creo que los dos. —¿Por qué tus tatuajes son así…? —¿Jodidos? —Asentí con la cabeza—. Los tatuajes son ilegales en la cárcel —explicó Leo—. Por lo que los presos hacen sus tatuajes fundiendo los tacones de las botas y mezclando el resultado con sangre. El tipo que lo hizo utilizó una cuerda de guitarra afilada unida al motor de una grabadora antigua. Es por eso que el mío se ve así. La forma que otros hacen sus tatuajes depende de lo que tienes. A veces los chicos te mantienen quieto y te obligan a hacerte uno. —¿Qué es lo que se considera malo? —Las ratas significan que robaste a otros convictos. Un corazón encerrado en un triángulo blanco, significa que fuiste violado por otros presos. No es increíble, obviamente. Esos tipos son violados por otros presos todo el tiempo. —¿Fuiste violado? —No, tuve la manera de protegerme a mí mismo. —Suertudo. Asintió con la cabeza. —La prisión engendra violencia. Nadie encuentra el arrepentimiento ahí. —Dejó caer su cabeza. Sus palabras llenaron la silenciosa habitación. Yome hallaba sufriendo lo que sufrió él a través de eso. Algo así. Estábamos encerrados. Incapaces de escapar. Pero a diferencia de la cárcel real, no hicimos algo para saber por qué estábamos aquí. Delicadamente tracé mi pulgar alrededor de la imagen de un león y la bandera parada rasgada con espadas filosas, empezaba en su pecho y terminaba el último musculo de su abdomen. —¿Y esté?

Página

75

—Este significa que soy inconformista, es mi filosofía. Pienso fuera de una caja. Entendí eso. Un hombre que venía de un mundo rudo, un mundo terrorífico y tenía las pelotas y la imaginación para empezar con una escuela de filmación, lo hacía inusual. Jakenació dentro de las películas, fue fácil para él. Pero Leo tuvo que pelear por sus sueños. —Me dijiste que tienes una hermana, ¿algún otro hermano? — agregué, sin pausas para recuperar el aliento, hambrienta de información—. ¿Qué hay de tus padres?

—Mis padres están muertos. Mi mamá no era una buena comunista. Ella “murió” en un accidente de auto justo después de que yo naciera. Papá tenía distrofia muscular. No era una broma en mi país cuando no podías pagar por las cuentas médicas. Mi hermana, es todo lo que tengo. —Lo siento mucho. —El peso de sus palabras me llegó hasta la médula. Me habría gustado haber sido capaz de hablar de mi hermano con tanto amor, con tanta compasión—. ¿Dónde está ahora? —En Londres. Trabaja como niñera para unos niños. Ella es inteligente, mi hermana. —¿Cuál es su nombre? —Larissa —¿No es una broma? Mi psiquiatra se llama Narissa con una N. —¿Tienes que ir al psiquiatra? ¿Por qué? —No es un gran problema. Todos los estadounidenses tienen psiquiatras que tienen que afrontar. Bueno, terapeutas de cualquier forma. Alguien que le pagas para que te escuche hablar de historias de mierda lastimeras. De esa forma no aburres a tus amigos. Leo se echó a reír. —Nunca podrías ser aburrida, Star. ¿Star, es tu nombre real? —No, Diane es mi nombre real. Pero mi agente se decidió por Star cuando yo tenía como siete años y se quedó. Ya no sé quién es Diane. —No puedes huir del pasado en todo caso. —Tienes razón. En mi corazón y mi alma todavía soy una pequeña niña que creció en un remolque. Una vez que fuiste pobre, no importa cuánto dinero tienes, el sentimiento nunca se va. —Sí, tuve suficiente sopa aguada el último tiempo en mi vida. Suficiente tazas de té. —Pero todavía te gusta tu Vodka Ruso. Se rió de nuevo.

Página

76

—Tú tomas al niño fuera del vodka pero no sacas el vodka del niño. —Así que yendo a la escuela de cine y trabajando en las películas fue un gran cambio, ¿huh? ¿Ser creativo? —Traté de sonar optimista. Al escuchar la historia sobre sus padres muertos, su tiempo en la cárcel, lo que su hermana tuvo que pasar y la situación en la que estábamos ahora, me hizo querer llorar. Me identifiqué mucho con él. Pero las lágrimas no nos iban a llevar a ningún sitio. La gente siempre piensa que en los tiempos difíciles tienes que actuar de una forma determinada. La gente espera de mí que esté

llorando. Pero cuando no hay certeza de nada, tu mente te protege. Cuando te golpea la verdaderaadversidad, algo sobre lo que no tienes control, tiendes a permanecer en calma. Eso es lo que estoy tratando de hacer: mantener la calma. —El cine ha salvado mi alma. Salvó mi vida —dijo en voz baja. Pensé en Jake. De cómo debería estar en el set en este momento y eso me mataba. Como pensó probablemente que lo dejé. Con Leo también, me preguntaba si todo el mundo sospechaba que corrimos a algún lugar, juntos. Sentí un nudo en mi garganta. —Así que,si Jake ha hecho tanto por ti, dandote una gran oportunidad en las ligas mayores, ¿por qué venías hacia mí? —le dije de la nada. Las palabras salieron antes de haber tenido tiempo para pensar lo que decía. Leo me lanzó una mirada dura. —Porque Jake tiene novia. No es justo tener el pastel y comértelo también. Sus palabras eran como un cuchillo. Lo que decía era tan cierto. Jake tenía una novia y si yo significaba algo para él, algo en absoluto, se habría asegurado de mantener a Leo lejos de mí. Leo apartó un mechón de mi cabello sobre mi cara y trazó con el pulgar una caricia por la línea de la mandíbula. »Y el mayor punto, es que siendo un vínculo entre nosotros. Te vi en el uniforme de prisión e hizo algo en mí. Cómo actuaste, Star. Es como si fueras yo. Igual a mí, pensé. Tú sabías. Tú sabes. ¿Cómo? No actuabas, eso fue real. Un escalofrío se disparó por mi espalda y me puso la piel de gallina repartiéndose por mis brazos y piernas. ¿Qué podía decir? ¿Qué era real para mí? ¿Es por eso que cuando actúo, siento todo desde la punta de mi cabeza hasta los pies? Soy un personaje. Me transformo y siento cada respiración que mi personaje siente, cada emoción. Ser actor no es nada fácil. Vives como un esquizofrénico, tienes múltiples personalidades y puede ser doloroso y confuso. —No es solo tu belleza, Star. Es más profundo. Estoy atraído por tu alma, tu corazón, lo que hay dentro de ti.

Página

77

Volví a pensar en la forma que debería estar filmando ahora, no aquí en esta situación horrorosa. —Tengo frío —dije y así me sentía. —Ven aquí, nena, déjame entrarte en calor. Nos acostamos juntos y me acaricié mi fría nariz con el pecho cálido de Leo. Él era completamente cálido, otra razón de por qué lo necesitaba.

Envolvió sus brazos alrededor de mis hombros y me cubrió con una manta, mientras acariciaba mi pelo. El sonido de su respiración me envió en un profundo sueño. Travis me está reteniendo, sus manos en mis muñecas mientras estoy pateando y gritándole que me deje ir. —Brad, vamos, te lo dije, es tuya, puedes joder a mi hermana, eres mi invitado. —Déjame ir, ¡gilipollas! —chillo, tan cerca de su oído como puedo. Trato de golpearlo con mis rodillas en la espalda, pero él se desliza a un lado y fallo. Brad se para allí y ríe nerviosamente, sus manos apretadas dentro de los bolsillos de sus largos pantalones cortos de natación floridos. Está fumando un porro. —Pero ella es una virgen, amigo y no quiere. Levanto mi pierna de nuevo. —Déjame malditamente ir, ¡ustedes gilipollas! —¿Alguien más? Ella es para la toma, tíos. Mi hermana tiene que perder su virginidad, primero en llegar, primero en ser servido. —Lo haré, Trav, ella es caliente. —Ese es su compañero imbécil, Caleb. Su lengua está prácticamente colgando, sus grandes orejas de Dumbo aleteando de emoción, los granos en su frente relucen como el tomate en la pizza fresca. Siseo hacia él: —Re acercas, imbécil, y te juro que verteré ácido por todo tu nuevo auto. —Guau, calmarte, ¡puta zorra! —Lo digo en serio, chicos. Cualquiera me toca y es hombre muerto. —¡Pequeña señorita remilgada soplapollas, calientapollas! —grita mi hermano en mi cara—. Mereces ser violada porque calientas las pollas de los chicos y los engañas.

Página

78

—¡Déjame ir, Travis, o te juro que voy a huir de casa y no habrá dinero para cualquiera de ustedes! ¿Lo entiendes? ¡Sin dinero! Todos ustedes tendrán que recibir vales de comida porque ¡Star Bank Incorporated estará cerrado! Él grita con la risa. —¡No lo creo, perra! ¡Papá tiene el control hasta que tengas dieciocho así que chúpate esa, puta!

—¿Qué está pasando aquí? —Ese era papá, de pie en la puerta, con voz temblorosa—. Suelta a Diane, ahora mismo, joven. ¿Y tú? Billy, ¿no es así? —Brad, señor. —Sal de esta casa con tu... Tus drogas, inmediatamente. Tú también, Caleb. Y también, Robby. No se hagan más los tontos. Miro a mi padre con gratitud, pero él dice—: Y tú, Diane. Somos una familia. Todos trabajamos muy duro para mantenerte donde estás. Todos somos responsables de tu éxito. Somos un equipo. No quiero volver a oír amenazas como esa de nuevo. Somos una familia amorosa y miramos el uno por el otro. Ahora quiero que ustedes dos hermanos se disculpen el uno al otro. —Pero, papá, Travistrataba de… —No voy a tener esta tontería en mi casa. Todo lo que puedo pensar para mí misma es, me estoy yendo a la mierda de este nido de víboras disfuncional al segundo que pueda. ***

Página

79

Cuando me desperté, se hallaba totalmente oscuro de nuevo. Me di cuenta de que Leo y yo íbamos a tener que marcar el tiempo que pasaba, tal vez con jabón en la pared del baño, ya que no teníamos nada más para hacer eso. Ninguna pluma. Nada de nada. Era la primera vez que había estado sin mi celular desde que podía recordar. Un silencio metálico sonaba en mis oídos. No podíamos oír nada fuera de esta habitación, excepto las sirenas débiles ocasionales que pasaban, o bocinazos del tráfico, tenue y bajo en la distancia a través de las ventanas de triple acristalamiento. Todo lo que teníamos era uno al otro y eso me hizo saber que necesitaba a Leo. Lo necesitaba. Nunca necesité a nadie antes. Tener una madre adicta y ganar todo el dinero para toda la familia puede hacer que una persona sea considerablemente autosuficiente. Pero la riqueza y el dinero significaban mierda ahora. Me senté, Leo seguía a mi lado, profundamente dormido. Un fuerte olor a comida llega a mis narices. —Leo —le susurré—. Así que, lo siento, pero voy a tener que encender la luz. —Le cubrí su cara con la sábana y sentí mi camino a la puerta. Siendo tan alto quiere decir que no había farolas para iluminar la habitación. No podía encontrar de dónde venía el fuerte aroma de comida. ¿Mi imaginación? ¿Al igual que cuando la gente ve un espejismo de agua en el desierto? La luz fluorescente inundó la habitación desnuda y justo al lado de la puerta sin manija, había varias bolsas de la compra de comestibles. Diez

o menos. Salté sobre ellas como un niño por dulces, sin entender cómo nos perdimos nuestra única oportunidad de atacar a nuestro visitante y obtener el infierno fuera de nuestra prisión cuando tuvimos la oportunidad. Pero todavía teníamos esa droga en nuestras venas, junto con la debilidad de no haber comido durante tanto tiempo, no es de extrañar que nos quedáramos fuera de combate. Agarré los comestibles. En su mayoría latas de artículos y cosas no perecederos que durarían años. Eso me puso nerviosa, la cantidad de alimentos derramándose fuera de las bolsas; ¿iba a ser este es nuestro nuevo hogar? Y, ¿por qué? ¿Qué quería mi hermano de mí? Entonces miré las latas. Eran de tipo anticuado que necesitabas un abrelatas. Mi corazón se hundió. Otro juego mental de Travis. —¿Qué está pasando? —gruñó Leo, su cabeza enterrada debajo de una almohada para bloquear la luz penetrante. —La comida ha llegado. Pero… —¿Cómo? —Alguien empujó todo a través de la puerta cuando estábamos durmiendo. —¿Cómo diablos nos perdimos eso? —No sé y me cabrea. Podríamos haberlo saltado si hubiéramos estado más en la pelota. —Saqué un asado ya hecho gallina que debe haber sido lo que olí. Todo se hallaba bien en una lata que no se podía abrir, o carne. No abrelatas. Paquetes de salami, jamón y pavo. Lágrimas, lágrimas que ni siquiera pensaba que tenía en mí, comenzaron a fluir de mis ojos punzantes. —El hijo de puta. —Podía sentir mi cuerpo sacudirse. —Star, ¿qué está mal, bebé? —No como carne. Este es el juego de poder de Travis. Quiere romperme. —Tamizando a través de las bolsas un poco más. Carne, carne y más carne. Y… un paquete de tamaño familiar de preservativos. Sabía bien lo que quería decir ese mensaje. Leo saltó del colchón. —Lo siento, ¿es realmente tan malo, Star? Tienes hambre, así que

Página

80

come. —No puedo comer un animal que ha sido torturado. Sufriendo en una pequeña jaula tan pequeña que no puede dar la vuelta, inyectándole antibióticos, con su pico cortado y… —No quería seguir. No existía nada peor que el sermoneo de un vegano. Cada uno con lo suyo. Pero no quería ser sermoneada por nadie.

—No tienes que verme comer, pero estoy hambriento —dijo—. Dame ese pollo, ¿quieres? —Leo hincó los dientes en el pollo delicioso, para sus estándares, pero no había un solo bocado para mí aquí que no me haría vomitar. Podía escuchar a Travis riendo ahora, una divertidísima broma, toda para mí, su hermana pequeña patética. Qué psicópata. Me escondí en el cuarto de baño, sin saber a dónde más ir. Después de cepillarme mis dientes y lavarme, me arrastré hacia la cama, puse la sábana sobre mi cabeza y evoqué la más bella imagen que pude: agua caliente del Caribe y la arena blanca como el azúcar. Una palmera haciendo moteada sombra, yo yaciendo debajo. El sonido de las olas rompiendo suavemente. Una enorme, sandía jugosa. Traté de tranquilizarme para dormir. *** Sentí el calor familiar del fuerte cuerpo de Leo apretado contra mí, los dos en la posición de cuchara. Apagó la luz deslumbrante y nos envolvió una vez más en la oscuridad. Me hizo el favor de cepillarse los dientes; lo escuché por un total de quince minutos en el baño antes. Podía sentir su aliento mentolado en mis hombros mientras envolvía sus brazos musculosos alrededor de mi cuerpo ahora flaco, débil con hambre. Yo estaba a la deriva fuera. Sentí besos susurrantes en la nuca, mientras pasaba sus dedos por mi cabello. El ritmo de su respiración se hizo más profunda, más fuerte y un dedo trazó abajo de mi columna vertebral causando un escalofrío correr por mi columna vertebral. Mis pezones se enarbolaron mientras sentí la cresta de su dura erección presionar contra mí.

Página

81

—Eres tan hermosa, Star —susurró en mi oído—. Lo siento por las cosas crudas que dije antes, te tomaba el pelo. Sólo por ser un chico sucio. Fingí que no lo escuché. Pero mi cuerpo no podía ayudarse a sí mismo. Este muchacho sucio me excitaba. Mi parte inferior se recostó contra él, confortada por su calidez, su proximidad. Eso fue todo lo que necesitó para animarle. Sus grandes manos se deslizaron alrededor de mi frente, lentamente agarrando mi cintura y la altura de mis pechos. Su toque fue inesperadamente suave, no el bruto que imaginé en absoluto. Rodó su pulgar y el dedo en mi pezón y mis párpados empezaron a revolotear por el deseo. Quería detenerlo pero no pude. Me oí dejando escapar un pequeño gemido.

»Oh, cariño, sé que te sientes como si estuvieras en el infierno ahora mismo, pero te puedo llevar al cielo, si me lo permites. —Era el tipo de línea de levante de la que normalmente me hubiera reído, pero junto con su toque sensual, tenía sentido total. Sensual/sentido mi hambre me tenía casi delirante. Me hallaba propensa a los niveles bajos de azúcar en el mejor de los tiempos y todo lo que tuve era agua. En este momento no me sentía de humor para luchar contra él. Leo continuó acariciándome, sus manos viajando hacia el sur. Lo sentí deslizar un dedo en mi ropa interior y colocarlo en mi clítoris. Golpeó este ligeramente. Repitió esto varias veces, el ritmo cambiando, rodeando su otra mano alrededor de mis pechos, sin tocar el pezón. Añoraba por más, queriendo el contacto directo en mis zonas erógenas, él sabía lo que hacía. Esperaba a que yo diera la señal. —Por favor. —Oí gemir la voz de una chica que apenas reconocí como mía. Quería más. Mi corazón latía de forma errática. Deslizó su dedo unos centímetros más abajo. —Tan mojada, mi hermosa, Star. —Su dedo descansó dentro de mí mientras su enorme erección presionaba contra mi trasero, luchando contra sus calzoncillos bóxer. Besó mi cuello de nuevo, apasionado esta vez, pellizcándome, mientras hundía sus dedos más profundos, y gimió en mi oído. Sentí a mi cuerpo girarse así me hallaba frente a él y en la oscuridad nuestros labios se encontraron. Mi mente era un torbellino, una especie de hermoso caos flotante, soñando, trascendiendo la realidad terrenal, pero mi cuerpo físico cedía. Quería controlarme, pero no sabía sí podía resistir más.

Página

82

Me sentí como si estuviera cayendo...

Próximo Libro

La historia continúa… En un giro terrible de los acontecimientos Star descubre la verdad acerca de quién es su secuestrador. No puede confiar en nadie. Pero antes de que tenga la oportunidad de procesar sus revelaciones sucede algo que cambia su vida para siempre. ¿Pero está ella enamora del hombre equivocado? ¿Y hasta dónde está dispuesta a llegar para protegerse? Esta es la tercera y última parte de la trilogía Beautiful Chaos. Lenguaje sensualmente fuerte y situaciones eróticas.

Página

83

Próximamente sólo en Paradise Books

Sobre el autor Arianne Richmonde es una escritor y artista que pasó sus años de formación, tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos. También ha vivido en España y Francia. Ella ha viajado a muchos rincones del mundo y conocer gente de todas las clases sociales y de diferentes países es una pasión suya. Habla con fluidez el español y francés, y actualmente vive en Francia con su marido y mascotas. Está encantada por el gran éxito que ha tenido con sus más vendidas novelas de la Serie Pearl: Shades of Pearl, Shadows of Pearl, Shimmers of Pearl, Pearl and Belle Pearl. Shades of Pearl es una de las novelas mejor vendidas según el USA TODAY.

Página

84

Ha lanzado recientemente su novela de suspenso, Stolen Grace, que ya es un éxito de ventas de Amazon.

Traducido, corregido & diseñado por:

¡VISÍTANOS Y ENTÉRATE DE NUESTROS PROYECTOS!

Página

85

¿Qué esperas? http://www.paradisebooks.org/

2º Falling Star.pdf

Sapphire Agus Winchester Meeny. Lucero Rangel July Styles Tate. Lectura & Revisión Final. *Andreina F*. Diseño. Mae. Page 3 of 85. 2º Falling Star.pdf.

1MB Sizes 3 Downloads 66 Views

Recommend Documents

PDF Lightness Falling (Lightness Saga Book 2) Full Online
Online read PDF Lightness Falling Lightness Saga Book 2 by Stacey Marie Brown ... Pdf Lightness Falling Lightness Saga 2 Series epub mobi pdf lrf pdb txt html ...

Falling Stars (Falling Stars, #1) by Sadie Grubor.pdf
Page 1 of 1. Page 1 of 1. Falling Stars (Falling Stars, #1) by Sadie Grubor.pdf. Falling Stars (Falling Stars, #1) by Sadie Grubor.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In. Main menu. Page 1 of 1.

falling short - WordPress.com
1 Apr 2015 - could be fine today. But if they were not over-pre- pared in 1983, then they are falling short today. To address the adequacy of retirement prepared- ness, the Center for .... brief stay in a nursing home, long-term care costs represent

Squat Fix: Falling Backward - CrossFit
But why does it happen? And how can it be fixed? The Causes. Pat Sherwood, a Certified CrossFit Coach (CF-L4) and former member of CrossFit's Level 1 ...

the-falling-of-love-falling-1-by-marisa-oldham.pdf
There was a problem previewing this document. Retrying... Download. Connect more apps... Try one of the apps below to open or edit this item.

Falling into place - Amy Zhang.pdf
There was a problem previewing this document. Retrying... Download. Connect more apps... Try one of the apps below to open or edit this item. Falling into ...

falling into you celine dion.pdf
falling into you celine dion.pdf. falling into you celine dion.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In. Main menu. Displaying falling into you celine dion.pdf. Page 1 of ...

the debate over falling participation - Utah.gov
corresponding job losses, but none have been accompanied by the amount of labor force participation decline like this recession. Is the drop in participation a ...

Falling in love with food
sion commercial for candy features a series of vignettes in which what a won does for others (such as making a ... cial featuring a woman feeding herself candy has the tagline "From you to you. In many of these ..... to be attractive-the junk food in

season 3 falling skies.pdf
Falling. Page 3 of 4. season 3 falling skies.pdf. season 3 falling skies.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In. Main menu. Displaying season 3 falling skies.pdf.

the debate over falling participation - Utah.gov
labor force the debate over falling participation. T a national loss of 3 million workers —is it the aging baby boomers or are job seekers abandoning their search?

Falling into lust - selene chardou.pdf
Page 1. Whoops! There was a problem loading more pages. Retrying... Falling into lust - selene chardou.pdf. Falling into lust - selene chardou.pdf. Open. Extract.

Falling Angel by William Hjortsberg.pdf
Page 1 of 1. Falling Angel by William Hjortsberg.pdf. Falling Angel by William Hjortsberg.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In. Main menu. Page 1 of 1.

wayside-school-is-falling-down-wayside-school-2-by.pdf
Retrying... wayside-school-is-falling-down-wayside-school-2-by.pdf. wayside-school-is-falling-down-wayside-school-2-by.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In.

falling skies season sub.pdf
Falling skies s5 archivesanimakosia download watch anime. Tidus gamecomics falling. skies temporada 4 12/12 sub. Subtitles falling skiesa more perfect union ...

Criss Copp - Falling In Silence.pdf
Astrea75. CJ Alex. Khira Sullivan. Gasper Black. Bibliotecaria70. Ivettelaflaca. Erienne. Yani. MadHatter. Roxx. Page 3 of 164. Criss Copp - Falling In Silence.pdf.

real time falling animation.pdf
Sign in. Loading… Whoops! There was a problem loading more pages. Retrying... Whoops! There was a problem previewing this document. Retrying.Missing: