Colaboran en este número:

Luceli Patiño Martha Fajardo Luz Angela Castaño CORUNIVERSITARIA

Diseño: Centro de Recursos Educativos

Corporación Universitaria de Ibagué CEDIP. No.35, Mayo - junio de 2001.1.000 ejemplares

Maestro,estudiante y discurso Prieto Castillo, Daniel. Notas sobre el trabajo discursivo, driza, Alejandra, et al. El discurso pedagógico, San José de Costa Rica, RNTC, 1992. pp. 83-107.

A Daniel Prieto Castillo le hemos conocido por li­ bros como “El sentido de educar(1993)” y un her­ moso estudio sobre el maestro Simón Rodríguez lla­ mado “ Utopía y comunicación” (1987). En “El dis­ curso pedagógico” (1992) este escritor argentino toca un tema crucial dentro de la enseñanza: El discurso dei maestro, su forma de comunicarse con el estu­ diante. Desde su característico estilo sencillo y ame­ no, Prieto Castillo propondrá la narratividad como condición básica del discurso pedagógico .

estructura y de la forma; de la belleza originada en la selección de cada término y en su ubicación en el torrente del discurso”.(1992:12) Junto a la narratividad se encuentra la competen­ cia, entendida como “el ser competente para”... Des­ de los planteamientos del autor, el maestro debe estar en capacidad de construir una narración con su tema de clase y hacerlo vivo para sus estudian­ tes.

Pero, ¿qué entiende Prieto Castillo por narratividad? Para este escritor, la condición básica de un discur­ El autor contesta desde cinco postulados que mere­ so pedagógico es su capacidad narrativa y la ca­ racterística fundamental de la narratividad es la de cen ser analizados uno a uno. estar volcada hacia el interlocutor, hacia el otro. Esto 1. La capacidad de hacer fluido y atractivo un dis­ significa un discurso fluido, atractivo, apelaciones curso. Incluye aquí aspectos verbales y no verba­ a seres y situaciones humanas, una estructura a la les, pero todos direccionados hacia la enseñan­ manera de un relato con elementos de interlocución y con belleza expresiva. za. 2. La apelación a seres, a situaciones humanas. Un llamado a incorporar elementos cotidianos y sig­ Así, el énfasis en las relaciones discursivas maes­ tro- estudiante resulta rico e interesante, ya que la nificativos al aula. 3. La estructuración del discurso a la manera de un pedagogía misma cobra sentido desde la palabra y relato: Todo transcurre en un espacio, en un con­ la relación de los sujetos. El objetivo de la ense­ texto con sus características naturales y socia­ ñanza sería la construcción de la interlocución. Para les. Ésta es una importante reflexión sobre la ubi­ el maestro argentino, “Cuando un discurso se vuel­ cación témpora -espacial como factor de desa­ ca hacia el otro no puede dejar de lado la estrategia narrativa: La condición básica de un discurso pe­ rrollo de la inteligencia. 4. La interlocución. La práctica narrativa no es un dagógico es su capacidad narrativa. Cuando ella hecho aislado. El espacio privilegiado de la falta se cae en la despersonalización, en la pobre­ narratividad es el de la relación cotidiana, el de la za expresiva, en las relaciones de lejanía, sea en el conversación. Ésta se podría ver como una vuel­ tiempo o en el espacio”.(1992: 23) ta a los postulados pedagógicos de los griegos. 5. La belleza expresiva. En palabras del maestro Acostumbrado a tratar aspecto por aspecto del pro­ Prieto, “ Nada más triste que un acto pedagógico blema, Prieto Castillo arriesga algunas respuestas carente de belleza expresiva, de la belleza de la a la pregunta sobre cómo lograr el ejercicio narrati1

vo en clase. Ante todo, propone el taller como instru­ mento. Sin embargo, el autor hace la salvedad de que debe ser un taller realizado con compromiso y seriedad y no, con la irresponsabilidad con la que se asumió en "las décadas pasadas.

llegamos, mucho más preparados, más enriquecidos que si hubiéramos intentado una carrera destinada a arrojar sólo un ganador”.(1992: 23) Para esta propuesta, las relaciones sociales mejoran err un ambiente en el que existe la interlocución. Tanto eL maestro como el estudiante “entreaprenden” el uno del otro, personalizan el acto educativo y logran el tan an-~ helado sentido. La narratividad y la interlocución, conceptos aportados por Daniel Prieto Castillo, se cons­ tituyen en una visión pedagógica que reconoce al otro y,” sobre todo, intenta devolver a la educación, un norte y~ una relación con la humanidad.

El autor postula algunas posibilidades abiertas por la modalidad del taller, entre ellas, el ambiente educativo, .el espacio, el tiempo, la producción discursiva, la personalización, los momentos lúdico-poéticos, las di­ gresiones, la memoria del proceso. Desde su punto de -vista, “cada una de ellas constituye un ámbito de prácti­ ca discursiva, no de simple prédica o de teorización mal entendida. Dicho de otra manera: cada una permite pro­ ducir discurso y es sólo a través de la producción como Reseña elaborada por: Martha Fajardo Valbuena. Cedip. podemos apropiarnos de este recurso.” (1992:11) Coruniversitaña. Desde el punto de vista anterior, el principal objetivo de un maestro es desarrollar su capacidad discursiva: se­ guridad en la comunicación, construcción sólida, goce con las palabras y las imágenes, designación de los detalles del contexto, dibujo de personajes y situacio­ nes, pintura de la propia existencia. Según palabras de -Prieto, “Se puede ser «enseñador» sin ninguna de estas cualidades, pero nunca un buen pedagogo”. (1992: 22) La propuesta de Prieto Castillo pretende lograr que el maestro reflexione sobre su estudiante como un interlo­ cutor que necesita tiempo para responder, asociarse e interesarse. El estudiante y el profesor deben construir su discurso a partir de sí mismos. Es enriquecedor ha­ blar de las propias experiencias, de lo conocido para llegar a lo desconocido. “ ¿Toca hablar de educación? Bien: ¿cómo la percibes?, ¿cómo fuiste educado?, ¿cuál fue tu peor experiencia educativa?, ¿cuál es la educa­ ción que no deseas para tus hijos?” (1992: 23)

La reseña como estrategia de enseñanza Las habilidades de pensamiento son aquellas que, se supone, debe trabajar un maestro en el aula con el obje­ tivo de desarrollar la inteligencia de sus estudiantes. C a d a sujeto, idealmente hablando, debería desarrollar al máxi­ mo su capacidad de abstracción. Sin ella no puede acceder a un conocimiento real brindado por la escuela . — Jerarquizar, comparar, describir, ordenar, investigar, re­ lacionar, sintetizar, seguir instrucciones son algunas de" las operaciones de pensamiento planteadas por la Psi-_ cología del aprendizaje como importantes para el desa­ rrollo de la inteligencia. Todas ellas se llevan a cabo en" el ejercicio de elaboración de la reseña.

El autor asegura que este enfoque permite vivir un en­ cuentro, un acompañamiento del proceso, una ruptura -de los hábitos individualistas de estudio y, a la vez, pro­ duce construcción de conocimientos desde el grupo.

La reseña implica un modo de escritura que tiene comofin dar cuenta tanto de las ideas del autor como de l a estructura del texto reseñado. Elaborar una síntesis de este tipo requiere de una cuidadosa lectura y de la comprensión real de las ¡deas planteadas por el es-.— critor.

-Un punto llamativo y, a la vez, polémico, de los plantea­ mientos de Prieto es el referido al manejo del tiempo. Este escritor asegura que el tiempo debe dejar de ser - una preocupación para el maestro. Poniendo en practi­ ca los planteamientos Vigotskianos, plantea que en el aula ’’construimos sin prisa. Nos detenemos en un con­ cepto y lo relacionamos con otros. Si el aprendizaje es tarea común, no hay razón para correr hacia quién sabe dónde. Tenemos puntos de llegada, por supuesto, pero vamos a nuestro ritmo y a nuestra manera. Y siempre

Además, la reseña permite mantener actualizada bibliografía utilizada por el profesor ya que él puede asignar lecturas de artículos de revistas que cumplan con este objetivo. Una reseña bien elaborada estimu­ la la lectura total de los escritos originales, condensa información y permite la socialización de materiales diversos sobre la mayoría de temas de clase. Es portante anotar que el maestro de cualquier asignatu­ ra puede utilizar las reseñas como estrategia de en­ señanza e, incluso, de evaluación.

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