Comprometidos con el desarrollo regional
Universidad de Ibagué, Oficina de Publicaciones. Nº 88. Diciembre de 2012 - 300 ejemplares
Un propósito para el 2013 Luz Ángela Castaño González * El comienzo de un nuevo año trae esperanza, expectativas de cambio y nuevas ideas y proyectos. Muchos no prosperarán y se reducirán a hacer parte de las celebraciones de fin de año. Pero otros, podemos hacer que sucedan. Y, aquí va uno: ¿Por qué no pensar y tomar la determinación de escribir y publicar en el próximo año? ¿Qué tal proponerse a hacer el ejercicio de registrar la experiencia de enseñanza de un curso en el semestre A 2013 para escribir unas Notas Universitarias y usarlas como apoyo en clase? O, ¿escribir un artículo para una revista? La
escritura
académica
es
aquella
que
desarrollamos los docentes e investigadores, con el fin de enriquecer nuestro trabajo en el aula y registrar nuestra producción intelectual. Se suele dirigir a pares académicos o a estudiantes y busca complementar la docencia, indagar sobre un asunto de interés, revisar temas, ofrecer un ejercicio didáctico y aportar reflexiones propias o perspectivas diferentes, en relación con un proyecto de interés académico. Así, los profesores escribimos notas de clase, monografías, artículos de divulgación, derivados de investigación o dirigidos a revistas indexadas, ensayos, reseñas, módulos, ponencias o disertaciones, entre otros. Comenzar a escribir no es fácil y los docentes sentimos que nos falta tiempo para hacerlo. Si bien, cuando uno toma la decisión de escribir lo hace porque conoce del tema o le interesa indagar sobre él, una vez uno está frente a la pantalla comienza la preocupación de sentir que nos falta profundizar y decidimos, antes de escribir, abordar otras lecturas o repasar las ya leídas para estar más seguros. Con los primeros párra-
fos uno siente que está expresando argumentos débiles, obvios y hasta aburridos; que no aportan mucho y que el lector nos va a juzgar muy fuerte. Finalmente, dejamos la tarea para después. A todos nos ha pasado: Posponemos estos ejercicios académicos, a veces indefinidamente, o los dejamos para último momento, cuando ya no hay tiempo suficiente para dedicarle a esa parte tan importante del proceso de escritura como es la revisión. Este estado de angustia y preocupación paraliza la creatividad del docente. Proponemos, entonces, una alternativa para facilitar la escritura, aunque va en dirección opuesta a la idea generalizada de comenzar a escribir solo cuando uno haya leído todo lo que siente que requiere para poder escribir. La propuesta va a que, en lugar de pensar en documentarnos más, dediquemos más tiempo a delimitar el tema y planificar, con cierto detalle, el contenido del escrito. Esto significa definir los subtemas, las evidencias y los argumentos que sustentan cada una de las ideas, así como la posición que el autor va a asumir frente al texto. Este paso lo puede efectuar el docente con una lista organizada y detallada, un plan de temas, un mapa conceptual o cualquier otro sistema de trabajo que prefiera. Parte de este esquema incluye abrir, desde el principio, un espacio para las conclusiones y otro, para la bibliografía, de manera que el profesor, a medida que avanza, pueda registrar sus notas de cierre y sus fuentes. Es importante, también, que el docente escriba para un lector definido (¿Los estudiantes? ¿Los pares?), y que tenga en mente la extensión del
texto y la intención con la que escribe. Esta información le
aprendizaje, revisar el estilo, en nuestro caso, significa
ayudará a delimitar el tema y a definir el contenido. Debe, también, recordar que el mensaje debe ser claro para el
escribir con un lector en mente y este es el estudiante universitario o el par académico. No es lo mismo
lector. La claridad que usted alcance en relación con el
escribir para los estudiantes que hacerlo para los pares
enfoque de su artículo ya le va a dar tranquilidad.
académicos. Es en esta etapa cuando el escritor debe leer su
El proceso de escritura Luego de contar con una planificación detallada, que se
trabajo con cuidado para revisar sus argumentos y concentrarse en el desarrollo del texto, de manera que
puede concretar mientras avanza su experiencia en el aula, usted puede concentrarse en un solo subtema y
este sea un documento lógico, fluido, organizado e interesante. Debe, además, anticiparse a los posibles
comenzar a redactarlo. Si siente que no cuenta con
contraargumentos del lector. Si lo considera apropiado,
información suficiente sobre un punto específico, en el momento en que se percate de ello hágase notas al
piense en agregar estrategias didácticas y actividades dirigidas a los estudiantes. Estas pueden planearse
margen sobre los aspectos en los que deba profundizar y las posibles fuentes para hacerlo, y siga adelante con su
para ejecutar en el aula o fuera de ella; pueden ser grupales, individuales, escritas u orales. Lo importante
escritura hasta terminar el texto. Este ejercicio le delimitará sus lecturas posteriores. También, le evitará la pará-
es que ellas les faciliten la comprensión. Los propósitos de un año nuevo solo se
lisis del escritor frente a la magnitud de la tarea porque
materializan en la medida en que tomemos la
usted está abordando un solo tema. En este punto, no es importante preocuparse por los errores en la redacción.
determinación de hacerlo y el inicio de nuevas cátedras es un buen momento para comenzar. Una manera de
Ya tendrá ocasión de revisar y perfeccionar el texto. Después de haber finalizado el primer borrador en
lograrlo es aprovechar la posibilidad de grabar los contenidos en la medida en que ejercemos nuestra
su totalidad, el paso siguiente es más sencillo. Usted
docencia, como lo sugerían el pofesor G.Cataño (1995) en su libro La Artesanía intelectual y el profesor S.
podrá dedicarse a leer, registrar posibles conclusiones y precisar la bibliografía de uno solo de los subtemas. La
Downes en el encuentro sobre Pedagogía y TIC de
ventaja de intentar esta propuesta está en que el docente escritor enfoca sus lecturas y escritura hacia un tema. Así,
Ávaco, 2012. La escritura académica nos enseña a pensar en
diluye el problema grande de no contar con mucho tiempo para escribir porque podrá hacerlo por períodos de tiempo
nuestro propio aprendizaje; nos ayuda a dejar de ser solo consumidores del conocimiento y nos lleva a
relativamente cortos y tendrá la satisfacción de haber
aprender en la medida en que producimos ideas y
terminado algo y haber registrado alguna conclusión. Ahora sí comienza la etapa de revisión. En este
desarrollamos nuestra propia voz intelectual, por medio de la lectura y una escritura argumentada y autónoma.
momento es importante leer con un propósito diferente: el de asegurarse de que todas sus afirmaciones estén
Bibliografía
argumentadas y sustentadas y de que las fuentes se han referenciado en su totalidad. Recuerde que, en su plan inicial, ya ha abierto la sección de bibliografía. Así no olvidará incluir todas las referencias en la medida en que avanza en las lecturas. En cuanto al estilo, déjelo para el final, cuando haya terminado de escribir. El perfeccionismo en el vocabulario, en el primer borrador, puede ser un motivo de bloqueo para el ejercicio. Como nuestro propósito final es ofrecer al estudiante una herramienta de
Cataño, Gonzalo. (1995) La artesanía intelectual. Bogotá, Plaza & Janés. Downes, Stephen, (2012) The virtual learning organization. En http://www.youtube.com/watch?v=RRCN11HbGG4&list=UU6 mk-nJCobXFBXE9AUZtDzQ&index=1. Consultado el 6 de diciembre de 2012. Hiatt, Gina. The academic ladder. en http://www.academicladder.com. Consultado el 23 de septiembre de 2012. Zaid, Gabriel (2011) . Procrastinar, en El Malpensante. Abril 2011. No 118. http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display contenido&id=1864. Consultado el 10 de agosto del 2012.
* Luz Ángela Castaño González es MA en Literatura Comparada de la Universidad de lowa en USA. Es la directora de la Oficina de Publicaciones de la Universidad de Ibagué.
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