Sinopsis Deseosa por aprender todo lo que pueda sobre sus nuevos poderes como una inmortal, Ever regresa a su amado Damen para que este le enseñe el camino. Pero justo cuando sus poderes comienzan a crecer, los de Damen comienzan a menguar. En un intento por salvarlo, Ever viaja a la mágica dimensión de Summerland, en dónde el a descubre los tortuosos secretos del pasado de Damen, un pasado que él siempre le ha mantenido oculto. Pero en su búsqueda para curar a Damen, Ever descubre un antiguo texto que explica detal adamente el funcionamiento del tiempo. Ahora Ever debe decidir entre regresar al pasado y salvar a su familia del accidente que clamó sus vidas, o quedarse en el presente y salvar a Damen, quien cada día se debilita más...

CAPITULO 1 “Cierra tus ojos e imagínalo. ¿Puedes verlo?" Yo asiento con la cabeza, con mis ojos cerrados. “Imagínalo justo en frente tuyo. Ve su textura, forma y color. ¿Lo captaste?” Yo sonrío, reteniendo la imagen en mi cabeza. “Bien. Ahora extiende tu mano y tócalo. Siente sus contornos con la punta de tus dedos, acuna su peso en la palma de tus manos, luego combina todos tus sentidos: vista, tacto, olfato y sabor. ¿Puedes saborearlo?” Yo muerdo mi labio y suprimo una risa. “Perfecto. Ahora combina eso con el sentimiento. Tienes que creer que eso existe justo frente a ti. ¡Siéntelo, velo, tócalo, pruébalo, acéptalo, manifiéstalo!” Él dice. Y lo hago. Hago todas esas cosas y cuando el gruñe, abro mis ojos para verlo por mí misma. “Ever.” Él sacude su cabeza. “Se supone que pienses en una naranja. Esto ni siquiera parece una naranja.” “No, no hay nada frutoso en él.” Yo río mientras sonrío a mi réplica de Damen. La réplica que manifesté justo frente a mí, y la versión de carne y hueso que tengo al lado mío. Ambos igualmente altos, oscuros y tan devastadoramente guapos, que difícilmente parecen reales. “¿Qué voy a hacer contigo?” Pregunta el Damen real intentando mostrar una mirada desaprobadora, pero fal ando miserablemente. Sus ojos siempre traicionándolo, mostrando nada más que amor. “Hmmm…” Yo miro a mis dos novios: uno real y el otro conjurado. “Supongo que podrías venir y besarme, pero si estas demasiado ocupado se lo pediré a él. No creo que le moleste.” Yo me acerco al Damen manifestado, riendo cuando él sonríe y me guiña, aún cuando sus bordes se están desvaneciendo y pronto se habrá ido.

Pero el Damen real no ríe. Él solo sacude la cabeza otra vez y dice, “Ever, por favor. Necesitas ser más seria. Hay mucho por enseñarte.” “¿Por qué tanta prisa?” Me encojo de hombros, abrazando mi almohada y golpeando el espacio al lado mío, deseando que él se mueva de mi escritorio y me acompañe. “¿No se supone que lo más que tenemos es tiempo?” Sonrío y cuando él me mira, todo mi cuerpo se acalora, mi respiración se detiene en mi garganta y no puedo evitar el preguntarme si alguna vez me acostumbraré a su increíble bel eza, su suave piel oliva, su lustroso pelo marrón, su cara perfecta y su delgado y escultural cuerpo. El perfecto ying para mi yang. “Creo que encontrarás en mi a una estudiante bastante entusiasta,” le digo mientras mis ojos se encuentran con los suyos, dos oscuras ruedas de insondable profundidad. “Eres insaciable,” él susurra, sacudiendo su cabeza y moviéndose junto a mi, tan atraído a mi, como yo lo estoy hacia él. “Estoy tratando de reponer todo el tiempo perdido,” murmuro, siempre tan ansiosa por estos momentos, los momentos cuando solo estamos él y yo y no tengo que compartirlo con nadie. El hecho de que sé que tenemos toda la eternidad no me hace menos codiciosa. Él se inclina para besarme, claramente olvidando nuestra lección. Todos los pensamientos para manifestar, ver lo remoto, telepatía; todos esos asuntos psíquicos reemplazados por algo mucho más inmediato, mientras él me recuesta sobre una pila de almohadas y cubre mi cuerpo con el suyo, ambos fundiéndonos como dos viñas disfrutando del calor del sol. Sus dedos serpentean bajo mi blusa y luego se deslizan por mi estómago hacia el borde de mi sostén mientras yo cierro mis ojos y susurro, “te amo.” Palabras que una vez guardé para mí. Pero luego de decirlo por primera vez, es casi todo lo que digo. Escucho como gime suavemente mientras suelta el cierre de mi sostén, sin mucho esfuerzo, todo es tan perfecto, sin nada de incomodidad o torpe nerviosismo. Todo movimiento que él hace es tan grácil, tan perfecto, Tal vez, demasiado perfecto. “¿Qué pasa?” Él pregunta, mientras yo lo alejo. Su respiración esta entrecortada mientras sus ojos buscan los míos. El área alrededor de sus ojos tensándose y contrayéndose en esa manera en que ya me he acostumbrado. “No pasa nada.” Le doy la espalda mientras arreglo mi blusa, contenta por haber completado mi lección de cómo escudar mis pensamientos, ya que es la única cosa que me permite mentir. Él suspira y se levanta de la cama, negándome el hormigueo de su tacto y el calor de su mirada mientras camina de un lado a otro frente a mí, y cuando finalmente se detiene y me encara, presiono mis labios sabiendo lo que viene. Ya hemos pasado por esto antes. “Ever, no estoy tratando de presionarte ni nada. De verdad que no lo estoy,” él dice con su rostro lleno de preocupación. “Pero en algún momento vas a tener que terminar con esto y aceptar quién soy. Puedo manifestar cualquier cosa que desees, mandarte pensamientos por telepatía e imágenes cada vez que estamos separados, llevarte a

Summerland en cualquier momento. Pero la única cosa que jamás podré hacer es cambiar el pasado. Simplemente así es.” Yo me quedo mirando al suelo, sintiéndome pequeña, necesitada y completamente avergonzada. Odiando que sea tan incapaz de ocultar mis celos e inseguridades, odiando que el os sean tan transparentes y claramente expuestos. Porque no tiene caso, sin importar que clase de escudo cree. Él ha tenido seiscientos años para estudiar el comportamiento humano, para estudiar mi comportamiento, mientras que yo solo tengo diecisiete. “Solo, solo dame un poquito de tiempo para acostumbrarme a todo esto,” le digo, jugueteando con un hilo suelto del forro de mi almohada. “Han pasado solo unas semanas.” Me encojo de hombros, recordando cómo maté a su ex esposa, le dije que lo amaba y sel é mi destino inmortal, y todo eso pasó hace menos de tres semanas. Él me mira con sus labios tensos y ojos dudosos, y aunque estamos a solo pulgadas de distancia, el espacio que nos divide es tan pesado y cargado, que se siente como un océano. “Me refiero a esta vida,” le digo, mi voz acelerándose, volviéndose más alta, intentando l enar el vacío y aliviar el ambiente. “Como no puedo recordar mis otras vidas, es con lo único que tengo que lidiar. Solo necesito un poco más de tiempo. ¿Esta bien?” Sonrío nerviosa, mis labios sintiéndose torpes y flojos, y luego exhalando aliviada cuando él se sienta al lado mío, llevando sus dedos hasta mi frente, buscando el espacio donde solía estar mi cicatriz. “Bueno esa es una cosa que nunca nos faltará.” Él suspira, trazando con sus dedos la línea de mi mandíbula mientras se inclina para besarme, sus labios haciendo una serie de pausas en mi frente, en mi nariz y luego otra vez en mi boca. Y cuando creo que él me va a besar otra vez, él aprieta mi mano y se aleja caminando directamente hacia la puerta y dejando en su lugar un hermoso tulipán rojo.

CAPITULO 2 Aunque Damen puede sentir el momento exacto en que mi tía da la vuelta por la carretera y entra al camino que lleva a la casa, esa no es la razón por la cuál él se fue. Él se fue por mí. Por el simple hecho de que él ha estado tras de mi durante cientos de años, buscándome en todas mis reencarnaciones, para que podamos estar juntos. Solo que nunca hemos estado juntos. Lo que significa que nunca lo hemos hecho. Aparentemente cada vez que estábamos a punto de dar el siguiente paso y consumar nuestro amor, su ex esposa Drina se las arreglaba para aparecerse y matarme. Pero ahora que la he matado, que la he eliminado con un bien ubicado (aunque admito que fue débil) golpe al chakra de su corazón, no hay absolutamente nada o nadie que intervenga en nuestro camino. Excepto yo. Porque aunque amo a Damen con todo mi ser, y definitivamente quiero dar el siguiente paso, no puedo dejar de pensar en los pasados seiscientos años. En como él decidió vivirlos (descabel adamente, según él), con quién decidió vivirlos (muchas más han sido aludidas, además de su ex esposa Drina) y, aunque odio admitirlo, el saber todo eso me hace sentir un poco insegura. Bueno, quizá demasiado insegura. No es como si mi patéticamente escasa lista de chicos que he besado se podrían alguna vez comparar con sus seiscientos años de conquistas y aunque sé que es

ridículo, aunque sé que Damen me ha amado durante siglos, lo cierto es que el corazón y la razón no siempre son amigos y en mi caso el os casi ni se hablan. Aún así, cada vez que Damen viene para mis lecciones, siempre me las arreglo para convertirlas en una prolongada sesión de besos, cada vez pensando: ¡Esta es! ¡Esta vez sí pasará! Solo para luego empujarlo como si fuera la peor de las enfermedades y la verdad es que es exactamente como él dijo. Él no puedo cambiar su pasado. Simplemente así es. No se puede deshacer algo que ya está hecho. No hay reversa. No hay marcha atrás. La única cosa que una persona puede hacer es seguir hacia delante y eso es exactamente lo que yo necesito hacer. Dar el gran salto hacia delante sin vacilar, sin mirar hacia atrás ni una sola vez. Simplemente olvidar el pasado y forjar el futuro. Ojala fuera así de fácil. “¿Ever?” Sabine sube las escaleras mientras yo corro frenéticamente por mi habitación, tratando de ordenarlo antes de sentarme frente a mi escritorio y hacer todo un barul o para aparentar que estoy ocupada. “¿Sigues despierta?” El a pregunta, asomando su cabeza al interior de la habitación y aunque su ropa esta arrugada, su pelo está caído y sus ojos están rojos por el cansancio, su aura esta ahí, irradiando un bonito matiz verdoso. “Estaba terminando una tarea,” le digo, apartando mi computadora portátil como si la hubiera estado usando. “¿Comiste?” El a se reclina contra el marco de la puerta, con sus ojos entrecerrados y llenos de sospechas, mientras su aura se acerca a mí. Es su detector de mentiras portátil, el cuál lleva a todas partes sin el a saberlo. “Por supuesto,” le digo. Asintiendo y sonriendo y haciendo lo mejor que puedo para parecer sincera, pero la verdad es que en mi rostro se siente falso. Odio tener que mentir. En especial a el a después de todo lo que ha hecho por mí, de haberse hecho cargo de mí después del accidente en donde toda mi familia murió. O sea, el a no estaba obligada a hacer eso. El que el a fuera el único familiar que me quedaba vivo no le impedía decir que no y créanme, la mitad del tiempo probablemente desearía haber dicho que no. Antes de que yo l egara su vida era mucho menos complicada. “Me refiero a algo además de esa bebida roja.” El a hace señas hacia la botel a en mi escritorio, el líquido rojo opaco con el extraño y amargo sabor el cual ya no odio tanto como solía hacerlo. Lo cual es bueno porque, según Damen, estaré tomándolo durante el resto de mi eternidad. Pero tampoco es que no pueda comer comida de verdad, es solo que ya no quiero. Mi jugo inmortal provee todos los nutrientes que podría necesitar y siempre me siento satisfecha sin importar si bebo mucho o poco. Pero de todas formas sé lo que ela está pensando y no solo porque puedo leer todos sus pensamientos, si no porque yo solía pensar lo mismo sobre Damen. Yo solía molestarme mucho cuando lo veía apartar su plato, rechazar la comida o fingir que comía. Hasta que descubrí su secreto, claro. “Yo, eh, comí algo antes,” finalmente digo, intentando no presionar mis labios, apartar la mirada o contraerme. Todas las cosas que usualmente me delatan. “Con Miles y Haven,” añado esperando que eso explique la ausencia de platos sucios, aunque sé que el dar

muchos detal es es malo. Como una señal con luces rojas anunciando ¡mentirosa al frente! Además de que Sabine es abogada, es una de las litigadoras con más prestigio en la firma en donde trabaja y eso la hace increíblemente buena en detectar farsantes. Aunque ella utiliza ese don exclusivamente para su trabajo. En su vida privada, el a prefiere confiar. Excepto hoy. Hoy no me está creyendo ni una palabra. En cambio me mira y me dice, “Estoy preocupada por ti.” Yo me giro para así quedar frente a el a y así parecer que estoy abierta y lista para escuchar todas sus preocupaciones, aunque la verdad es que estoy bastante asustada. “Estoy bien,” le digo. Sonriendo y reafirmando con la cabeza para que el a me crea. “De verdad. Mis calificaciones son buenas, me estoy l evando bien con mis amigos, Damen y yo-” Hago una pausa, dándome cuenta de que nunca antes había hablado con el a sobre mi relación con él. Nunca la he definido y me la he guardado para mí y la verdad es que, ahora que he comenzado el tema, no sé cómo seguirlo. O sea, referirme a nosotros como novio y novia suena tan mundano e inadecuado ahora que nuestro pasado, presente y futuro son uno solo, porque obviamente toda nuestra historia compartida nos hace mucho más que eso. Pero aún así, tampoco es que vaya a proclamarnos públicamente como compañeros eternales o almas gemelas. Eso sería demasiado extraño y la verdad es que prefiero no definirlo. Ya estoy bastante confundida así como están las cosas. Además ¿qué podría decirle? ¿Qué nos hemos amado durante siglos, pero aún no lo hemos hecho? “Bueno las cosas entre Damen y yo van muy bien,” digo finalmente, tragando con dificultad cuando me doy cuenta que he dicho bien en lugar de grandioso, lo cual vendría siendo la única verdad que he dicho en todo el día. “Así que él estuvo aquí.” El a pone en el suelo su maletín de cuero marrón y me mira. Ambas completamente conscientes de lo fácil que caigo en sus trampas de litigado profesional. Yo asiento, mentalmente pateándome por haber insistido en quedarnos aquí en lugar de irnos a su casa, como él originalmente quería. “Vi su carro pasar a toda velocidad.” El a dirige su mirada hacia la cama deshecha y las almohadas desordenadas y cuando me vuelve a mirar, no puedo evitar estremecerme. En especial cuando presiento lo que me va a decir. “Ever.” El a suspira. “Siento que no esté aquí la mayoría del tiempo y que no podamos pasar mucho tiempo juntas y aunque sé que aún estamos acostumbrándonos a estar juntas, quiero que sepas que estoy aquí para ti. Si alguna vez quieres hablar con alguien, yo te escucharé.” Yo presiono mis labios y asiento con la cabeza, sabiendo que el a aún no ha terminado, pero deseando que termine pronto si me mantengo cal ada y complaciente. “Porque aunque probablemente pienses que soy demasiado vieja para entender por lo que estas pasando, yo sí recuerdo cómo era tener tu edad. Lo insoportable que puede ser la presión constante de tener las medidas de las modelos y actrices y otras imágenes imposibles que ves en la TV.” Yo trago en seco y evito mirarla, intentando no reaccionar

de manera exagerada, de no irme sobre la borda defendiéndome ya que es mejor que el a crea esto y que no sospeche la realidad. Desde que fui expulsada, Sabine ha estado observándome de cerca más que nunca y desde que se compró todos esos libros de auto ayuda, libros como: Cómo Criar Un Chico Cuerdo En tiempos Locos Como Este y Tu Adolescente y Los Medios de Comunicación (¡y qué puedes hacer!), se ha vuelto mil veces peor. Ahora se la pasa marcando y subrayando todos los comportamientos adolescentes más alarmantes y luego me examina, buscando síntomas. “Pero quiero que sepas que eres una chica preciosa, mucho más hermosa de lo que yo fui a tu edad y eso de estar pasando hambre para competir con todas esas celebridades flacuchas que pasan la mitad de su vida entrando y saliendo de rehabilitación no es solamente una meta irrazonable e inalcanzable, también terminará enfermándote.” El a me miró enfáticamente, deseando poder atravesarme, que sus palabras se quedaran dentro de mí. “Quiero que sepas que eres perfecta así como eres y me duele mucho verte pasar por esto y si es por Damen, entonces tengo que decirte que-” “No soy anoréxica.” Ella me mira. “No soy bulímica, no estoy bajo ninguna dieta absurda, no me estoy dejando morir de hambre, no me estoy forzando a ser tal a cero y no estoy intentando parecer una gemela Olsen. En serio, Sabine ¿parezco que me estoy dejando morir de hambre?” Me paro para que el a pueda ver sin obstrucciones toda mi gloriosa estructura vestida con jeans ajustados, porque en todo caso, me siento todo lo contrario a una flacucha. Creo que me he desarrol ado muy bien. Ella me mira. De verdad me mira. Comenzando desde el tope de mi cabeza, hasta la punta de mis pies y parando en mis pálidos y expuestos tobil os. No me quedó de otra que enseñarlos cuando descubrí que mis jeans favoritos me quedan demasiado cortos y tuve que enrollarlos. “Yo creía-” Ella se encoje de hombros, insegura de qué decir ahora que la evidencia presentada ante el a señala claramente un veredicto no culpable. “Porque nunca te veo comiendo y siempre estas tomando esa-” “¿Así que asumiste que de alcohólica pasé a ser anoréxica?” Yo río para que el a vea que no estoy enojada. Un poco molesta tal vez, pero más conmigo misma que con el a. Debí haber fingido mejor. Debí al menos fingir que comía. “No tienes nada de que preocuparte.” Sonrío. “De verdad. Para que estemos claras, tampoco tengo ninguna intención de usar o vender drogas, experimentar con modificaciones en mi cuerpo, cortarme, marcarme, hacerme algún piercing, o lo que sea que encuentres en tu lista de Los Primeros Diez Comportamientos Mal Ajustados Para Buscar En Tu Adolescente de esta semana. Y para que lo sepas, el que beba de ese líquido rojo no tiene nada que ver con intentar ser delgada como las celebridades o intentar complacer a Damen. Simplemente resulta que me gusta y eso es todo. Además yo sé que Damen me ama y me acepta exactamente como-” Me detengo sabiendo que he comenzado un tema completamente distinto del cual no tengo ganas de hablar y antes de que el a pueda apenas formular las palabras que tiene en la cabeza, yo levanto una mano y digo, “Y no. No me refiero a eso. Damen y yo estamos-” enganchados, saliendo, somos novios, amigos con beneficios, eternamente unidos, “bueno, estamos juntos. Ya sabes, comprometidos como pareja. Pero no estamos durmiendo juntos.” Todavía.

Ella me mira con su rostro tan ceñido e incómodo como yo me siento en mi interior. Ninguna de las dos quiere hablar de este tema, pero contrario a mí, ella siente que es su deber. “Ever, yo no estaba insinuando-” El a comienza, pero luego me mira y yo la miro y luego el a se encoje de hombros decidiendo que es mejor dejarlo así porque ambas sabemos que sí lo estaba insinuando. Y estoy tan aliviada de que todo haya acabado relativamente fácil, que me toma completamente desprevenida cuando el a dice, “Bueno, como parece ser que en realidad te importa este jovencito, creo que será mejor que yo lo conozca. Así que vamos a programar una fecha para ir todos a cenar. ¿Qué tal este fin de semana?” ¿Este fin de semana? Yo trago con dificultad y la miro, sabiendo exactamente lo que ela quiere hacer: matar dos pájaros con una cena. Ha encontrado la oportunidad perfecta para verme comer un plato lleno de comida, mientras interroga a Damen. “Bueno eso sería grandioso, pero la obra de Miles es este viernes” yo lucho por mantener mi voz calmada y segura, “y luego se supone que harán una fiesta la cual probablemente acabará muy tarde y-” Ella asiente con sus ojos fijos en los míos y su mirada es tan extraña, que me hace sudar. “Pues probablemente no se pueda hacer,” termino de decir, sabiendo que eventualmente tendré que hacerlo, pero deseando que no sea hasta mucho tiempo después. O sea, yo quiero mucho a Sabine y amo a Damen, pero no estoy segura si los vaya a querer juntos, especialmente cuando comience el interrogatorio. Ella me mira por un momento, luego asiente y da la vuelta, y cuando estoy a punto de exhalar aliviada, el a mira sobre sus hombros y dice, “Bueno, el viernes queda fuera, pero todavía queda el sábado. ¿Por qué no le dices a Damen que esté aquí a las ocho?”

CAPITULO 3 Aunque dormí hasta tarde, logre salir por la puerta y llegar a lo de Miles a tiempo. Supongo que es porque no me toma tanto tiempo estar lista ahora que Riley no está por acá para distraerme. Y aun cuando solía molestarme la manera en la que solía posarse en mi armario con su traje de Hal oween mientras me interrogaba sobre novios y criticando mi ropa, desde que la convencí de que siguiera adelante, de que cruzara el puente hacia donde nuestros padres y nuestro perro Buttercup la esperaban, no he podido verla. Lo que quiere decir que el a estaba en lo correcto. Solo puedo ver los espíritus que se quedaron atrás, no los que han cruzado al otro lado. Y como siempre que pienso en Riley, mi garganta se contrae y mis ojos comienzan a picar, y me pregunto si alguna vez voy a acostumbrarme a que se haya ido. Quiero decir, que se haya ido de forma permanente e irreversible. Pero supongo que ya debería de saber lo suficiente sobre perdidas como para darme cuenta de que uno nunca deja de extrañar a las personas – aprende a vivir a través del enorme vacío de su ausencia. Se me seco los ojos y aparco en lo de Miles, recordado la promesa de Riley, de que me enviaría una señal, algo para mostrar que está bien. Y aun cuando estuvo atenta juramento, me mantuve alerta, vigilante a algún indicador de su presencia – hasta ahora no conseguí nada. Miles me abren la puerta y justo cuando estoy por decir “hola”, alza su mano y dice, “No hables. Solo mira mi cara y dime lo que ves. ¿Qué es lo primero que notas? Y no mientas.” “Tus hermosos ojos marrones,” Digo, escuchando los pensamientos en su cabeza y

deseando, no por primera vez, poder mostrarles a mis amigos como escudar sus pensamientos y mantenerlos en privado. Pero eso significaría divulgar mi poder para leer mentes, sentir auras, psíquicamente conocer secretos, y no puedo hacerlo. Miles niegan Con la cabeza y sube, acercándose al espejo retrovisor y examinando su barbil a. “Eres una mentirosa. Mira, ¡Esta justo ahí! Bril ante y rojo, no lo puedes ignorar, así que ni siquiera intentes pretender que no lo ves.” Lo miro de rejo mientras salgo de la entrada de su casa, viendo la espinilla que se atrevió a aparecer en su cara, aunque es la pintura de uñas rosa lo que roba mi atención. “Lindas uñas.” Me río. “Es para la obra.” Sonríe, todavía mirando su barbil a. ¡No puedo creer esto! Es como que estoy derrumbándome justo cuando todo estaba saliendo perfecto. Los ensayos están saliendo bárbaro, se todas mis líneas tan bien como los demás… creí que estaba totalmente preparado, y ¡ahora esto!” Señala su cara. “Son solo los nervios.” Digo, ojeándolo justo cuando la luz cambia a verde. “Exacto” Asiente. “Lo que prueba que soy un aficionado. Porque los profesionales, los realmente profesionales, no se ponen nerviosos. Solo entrar en la zona creativa y… crean. Quizás no estoy hecho para esto” Me mira, su cara tensa con preocupación. “Quizás no esta bien que haya ganado el papel principal.” Lo miro, recordando como Drina dijo que se había metido en la cabeza del director para que elija a Miles. Pero aun si eso es verdad, eso no quiere decir que no pueda con el o, eso no quiere decir que no haya sido el mejor. “Eso es ridículo.” Meneo la cabeza. “Muchos actores se ponen nerviosos, sufren de pánico escénico o lo que sea. De verdad. No creerías la cantidad de historias que Riley solía…” Freno, los ojos enormes, la boca abierta, sabiendo que no puedo terminar esa oración. Que no puedo divulgar las historias que mi muerta hermana pequeña me contó ya que espía a las estrel as de Hol ywood. “Como sea, no tienes que usar como una tonelada de maquil aje” Me relojea. “Seh. Así que. ¿Cuál es el punto? La obra es el viernes, lo que, para tú información, es mañana. Esto no se va a ir para entonces.” “Quizás.” Me encojo. “Pero lo que quise decir es que puedes usar maquil aje para cubrirlo.” Miles revolea los ojos y protesta. “¿Ves esto?" No hay forma de cubrirlo. ¡Tiene ADN propio! "¡Está dando sombra!” Me estaciono en la escuela, en el lugar que generalmente uso, al lado del lustroso BMW de Damen. Y cuando miro Miles nuevamente me siento atraída a tocar su cara. Como si mi dedo índice estuviera inexplicablemente atraído por el granito en su barbilla. “¿Qué estás haciendo?” Pregunta, alejándose. “Solo… Solo quédate quieto,” Susurro, sin tener idea de lo que estoy haciendo, o por qué lo estoy haciendo siquiera. Lo único que sé es que mi dedo tiene un destino en mente. “Bueno no lo toques” Grita, en el momento justo que hago contacto. “Genial, esto es

genial. Ahora segur que tiene el doble de tamaño.” Él menea la cabeza y se baja de auto, y yo no puedo evitar sentirme algo desalentada al ver que la espinil a sigue ahí. Supongo que estaba esperando haber desarrol ado alguna habilidad curativa. Desde que Damen me dijo, justo después de decidir aceptar mi destino y empezar a tomar el jugo inmortal, que podía esperar algunos cambios, cualquier cosa conectada con mis habilidades psíquicas (lo que no estaba esperando con ansias) como otras habilidades sobrenaturales (algunas podrán venir bien y tener algunos beneficios) o algo completamente diferente a lo que ya tengo (como habilidad para curar a otros, lo que tiene mi8 voto ya que sería muy cool), he estado a la espera de algo extraordinario. Pero hasta ahora, lo único nuevo son unos pocos centímetros de más, lo que no hace mucho por mí más que obligarme a comprar nuevos jeans. Y eso, hubiera pasado de un momento a otro igualmente. Tomo mi mochila y bajo del auto, mis labios encontrándose con los de Damen el segundo que el aparece por mi lado. “Okey, de verdad. "¿Cuánto más puede durar esto?” Ambos nos separamos y miramos a Miles. “Si, les hablo a ustedes.” El mueve los dedos. “Todos esos besos, y abrazos, y no nos olvidemos de los susurros constantes.” Entrecierra los ojos. “De verdad. Creí que ya lo habrían superado para ahora. Quiero decir, no me malinterpreten, entramos todos muy felices de que Damen haya vuelto a la escuela, de que se hayan encontrado de nuevo, y que seguramente vayan a vivir felices por siempre. Pero de verdad, ¿no creen que sea tiempo de cortarla un poquito? Porque algunos de nosotros no somos tan felices como ustedes. Algunos de nosotros estamos algo privados de amor.” “"¿Vos estas privado de amor?” Me río, ni un poco ofendida por lo que acaba de decir, sabiendo que tiene más que ver con su ansiedad por la obra que con Damen y yo. “¿Que le paso a Holt?” “Holt?” Él niega. “Ni siquiera me hables de él" Ni siquiera vayas ahí Ever!” Menea la cabeza y da la vuelta, dirigiéndose hacia Haven que está en la puerta esperando. “¿Cuál es su problema?” Damen pregunta, tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos, mirándome con los ojos llenos de amor, a pesar de lo que paso ayer. “Mañana es la apertura.” Me encojo. “Así que está asustado, tiene un granito en la barbilla, y naturalmente, decidió hacernos responsables.” Digo, viendo mientras Miles toma a Haven del brazo y la dirige a clases. “No les vamos a hablar a ellos,” Dice, mirando por sobre su hombro hacia nosotros. “Estamos en huelga hasta que dejen de actuar tan enamorados, o esta espinil a se vaya, lo que sea que venga primero.” Asiente, hablando solo mitad en broma. Haven ríe y se va con él, mientras Damen y yo nos vamos a la clase de inglés. Pasando justo por delante de Stacia Miller quien le sonríe a él y trata de meterme la traba. Pero justo cuando el a está por poner la mochila en mi paso, esperando humillarme cuando me caiga, la veo levantarse, y la… siento…. chocar justo contra su rodil a. Y aun cuando siento el dolor yo también, estoy feliz de haberlo hecho.

“Owww!” Protesta, fregando su rodilla y mirándome, aun cuando no tiene ninguna prueba de que yo sea de alguna manera responsable. Pero yo solo la ignoro y me siento en mi lugar. Me he hecho mejor en ignorarla. Desde que el a hizo que me suspendieran por beber en el colegio, he hecho lo posible por quedarme fuera de su camino… a veces no puedo conmigo misma. “No deberías de haber hecho eso,” Susurra Damen, intentando mirarme enojado mientras se acerca a mí. “Por favor. Vos sois el que quiere que practique.” Me encojo. “Parece que las lecciones están dando sus frutos.” Me mira meneando la cabeza y dice, “Ya ves, es peor de lo que imagine, porque lo que acabas de hacer no es una manifestación, sino que utilizaste psicoquinesias. "¿Ya ves cuanto aprendes?” “Psico.. "¿¿¿Qué???” miro de soslayo, sin saber que significa el termino, aunque hacerlo fue verdaderamente divertido. Él toma mi mano, una sonrisa jugando en la esquina de los labios mientras dice, “He estado pensando…” Miro mi reloj, viendo que ya pasaron 5 minutos desde las nueve y sabiendo que el Sr. Robins está dejando el aula de profesores. “El viernes a la noche. "Que dices si vamos a un lugar… especial” Sonríe. “Como Summerland?” Miro a Damen, mis ojos enormes y bril antes mientras mi pulso se acelera. He estado queriendo volver e ese lugar mágico y místico. La dimensión entre dimensiones, donde puedo manifestar océanos, elefantes, y puedo mover las cosas mucho más que solo proyectar bolsos de Prada… solo que necesito a Damen para l egar ahí. Pero él solo ríe y niega. “No. No Summerland. Aunque regresaremos ahí, lo prometo. "Estaba pensando algo mas así como el Montage, o el Ritz ¿quizás?” Sube las cejas. “Pero la obra de Miles es el viernes y le prometí que estaría ahí” Digo, dándome cuenta como convenientemente había olvidado la obra cuando creí que se trataba de Summerland. Pero ahora que Damen quiere ir a uno de los hoteles más ostentosos… mi memoria de pronto vuelve. “Esta bien entonces, ¿qué te parece después de la obra?” Me ofrece. Pero en cuanto me mira, cuando ve como dudo, como presiono mis labios buscado una forma educada para decir que no, agrega, “O no. Fue solo una idea.” Lo miro de reojo, sabiendo que debería aceptar, que quiero aceptar. Escuchando la voz en mi cabeza que dice: ¡Di que si! ¡Di que si! Te prometiste que ibas a avanzar, sin mirar hacia atrás, esta es tu oportunidad… ¡solo hazlo! ¡SOLO DI QUE SI! Pero aun cuando se que es tiempo de seguir adelante, aunque amo a Damen con todo mi corazón, y estoy determinada a dejar atrás su pasado y tomar el siguiente paso, lo que sale de mi boca es totalmente diferente. “Ya veremos,” Digo, evitando su mirada y concentrándome en la puerta, justo cuando el Sr. Robins entra.

CAPITULO 4 Cuando finalmente suena la campana del cuarto periodo, me levanto de mi escritorio y me acerco al Sr. Muñoz. “¿Estas segura que terminaste?” Él pregunta, levantando la vista y mirándome a través de la pila de papeles en frente de él. “No hay ningún problema si necesitas más tiempo.” Yo miro a mi hoja de examen y digo que no con la cabeza, preguntándome qué él haría si alguna vez supiera que terminé el examen aproximadamente 45 segundos después de que él me lo entregara y que luego pasé los restantes 50 minutos fingiendo que lo hacía. “Estoy bien,” le digo, sabiendo que es cierto. Una de las cosas con las que tengo que lidiar siendo psíquica, es que ya no tengo que estudiar porque ya sé todas las respuestas, y aunque a veces es tentador presumir y pasar todos mis exámenes con un porcentaje perfecto, usualmente intento evitarlo cometiendo a propósito algunos errores porque es importante no exagerar. Al menos eso es lo que Damen dice. Él siempre está recordándome lo importante que es no sobresalir mucho para así al menos dar una apariencia normal, aunque eso es lo menos que somos. La primera vez que él lo dijo, no pude evitar recordarle las veces que él manifestó los tulipanes cuando nos conocimos, pero él dijo que se tuvieron que hacer algunas excepciones porque de alguna manera tenía que l amar mi atención y que tuvo que repetirlo más de lo necesario puesto que yo no entendí el significado de las flores -amor eterno- hasta el último momento. Le entregué la hoja al Sr. Muñoz, estremeciéndome cuando la punta de nuestros dedos hicieron contacto. Aunque fue un simple roce, fue suficiente para mostrarme más de lo que jamás necesitaría saber. Permitiéndome una visión detal ada de cómo fue toda su mañana, todo sobre su departamento increíblemente desordenado, la mesa de cocina que está cubierta de envases para l evar y múltiples versiones del manuscrito en el que ha estado trabajando durante los último siete años, él cantando Born to Run a todo pulmón mientras intenta conseguir una camisa limpia para luego ir a Star Bucks en dónde tropieza con una chica rubia, quién le derrama su café latté helado encima, dejándole una molesta mancha, la cual olvida por completo al ver la hermosa sonrisa de la chica… una gloriosa sonrisa que al parecer no puede olvidar… una gloriosa sonrisa que… ¡pertenece a mi tía! “¿Quieres esperar a que lo corrija?” Yo digo que sí con un movimiento de cabeza, prácticamente híper ventilando cuando, mientras observo su bolígrafo de tinta roja, repito en mi mente la escena y nuevamente l ego a la misma horrorosa conclusión: ¡A mi maestro de historia le gusta Sabine! No puedo permitir que eso suceda. No puedo dejar que el a vuelva a ese lugar. O sea, el que el os sean inteligentes, lindos y solteros no significa que tienen que ser pareja. Me quedo al í paralizada e incapaz de respirar, mientras intento bloquear los pensamientos en su cabeza concentrándome en la punta de su bolígrafo. Observando mientras él deja un trazo de pequeños puntos rojos los cuales se convierten en equis en el número diecisiete y veinticinco, justo como lo planeé. “¡Solo dos errores! ¡Muy bien!” Él sonríe, rozando con sus dedos la mancha de su camisa, mientras se pregunta si alguna vez la volverá a ver. “¿Quieres ver las contestaciones correctas?” “Pues…” En realidad lo quiero es salir de ahí lo antes posible para legar a la mesa de almuerzo. No solo porque quiero ver a Damen, si no porque no quiero estar ahí en caso de que él comience a fantasear

con mi tía otra vez. Pero sabiendo que lo normal sería estar interesada, respiro profundamente, sonrío y digo que sí con la cabeza, como sí ver las contestaciones fuera lo más que deseara. Cuando el me entrega la hoja clave de las contestaciones, sigo la corriente diciendo, “¡Oh, mira eso, puse la fecha que no era!” y “¡Claro! ¿Cómo no pude saber eso?” ¡Pero él solo asiente con la cabeza porque está otra vez pensando en la rubia mejor conocida como la-única-mujer-en-todo-el-universo-la-cuál-le-es-completamente-prohibida! Está pensando si el a estará al í mañana, a la misma hora y en el mismo lugar y aunque el tema de los maestros y la lujuria me parece de lo más grotesco, este maestro en particular desea a una persona que es prácticamente como una madre para mí, y eso simplemente no va a pasar. Pero entonces recuerdo que hace solo unos meses tuve una visión de Sabine estando de pareja con un chico guapo del edificio en donde trabaja y, puesto que Muñoz trabaja aquí y Sabine trabaja al á, supongo que en realidad no hay ninguna amenaza de que mis dos mundos se colisionen. Pero solo en caso de que me equivoque, me las arreglo y digo, “Eso fue pura casualidad.” Él me mira ceñudo tratando de descifrar mis palabras y, aunque sé que estoy yendo demasiado lejos y sé que estoy a punto de decir algo que es completamente fuera de lo normal, la verdad es que siento que no tengo otra alternativa. No puedo permitir que mi maestro de historia salga con mi tía. No puedo tolerarlo. Simplemente no puedo. Así que señalo a la mancha en su camisa y digo, “Ya sabes; el a, Srta. Latte Helado.” Asiento con la cabeza, viendo la alarma en su rostro. Debería retractarme, la verdad es que ela no va muy seguido a ese lugar. Luego, antes de que pueda decir algo más que destruya sus sueños y confirme lo rara que soy, cuelgo mi bolso sobre mi hombro y corro hacia la puerta, contrayéndome con lo los últimos rastros de la energía del Sr. Muñoz mientras me dirijo a la mesa en donde Damen está esperándome. Estoy ansiosa por estar con él otra vez luego de haber estado muchas horas separados. Pero cuando llego, no recibo la bienvenida que esperaba. Hay un nuevo chico sentado al lado de él, justo en el lugar en donde yo usualmente me siento, y está absorbiendo tanta atención, que Damen casi ni se fija en mí. Me reclino contra el borde de la mesa, observando como todos estal an en risas por algo que el chico nuevo dijo. No quiero interrumpir ni parecer grosera, así que me siento en frente de Damen, en lugar de sentarme al lado de él como normalmente hago. “¡Oh dios mío, eres tan gracioso!” Dice Haven, inclinándose, tocando brevemente la mano del chico nuevo y sonriendo de una manera que deja perfectamente claro que su nuevo novio Josh, a quién el a misma proclamó como su alma gemela, ha sido temporalmente olvidado. “Que malo que te lo perdiste, Ever. Él es tan gracioso que hasta Miles ha olvidado ponerse triste por su granito.” “Gracias por recordármelo.” Dice Miles mientras busca en su barbilla el lugar en donde se supone esté el granito, pero este ya no está allí. Sus ojos se ponen enormes, mirándonos a todos, buscando una confirmación de que su enorme granito, la causa de su desgracia, se ha ido realmente y no puedo evitar preguntarme si yo hice que el granito desapareciera cuando lo toqué esta mañana en es estacionamiento, porque entonces significaría que tengo habilidades curativas. Pero entonces, mientras estoy pensándolo, el chico nuevo dice, “Te dije que iba a funcionar.” Pero entonces, mientras estoy pensándolo, el chico nuevo dice, “Te dije que iba a funcionar. Esta cosa es muy buena. Quédate con el resto, por si vuelve a salir,” y yo lo miro con los ojos entrecerrados, preguntándome cómo es que pudo tener el tiempo suficiente para lidiar con los complejos de Miles, cuando es la primera vez que lo veo. “Le di un ungüento,” él dice, girándose hacia mi. “Miles y yo estamos en el mismo salón. A

propósito, soy Roman.” Lo miro y me fijo en su aura amaril o bril ante que revolotea alrededor de él, sus bordes extendidos como si estuviera dando un amistoso abrazo grupal. Pero cuando me fijo en sus profundos ojos azul oscuro, en su piel bronceada, en su pelo rubio y alborotado y en su ropa casual; a pesar de que se ve bien, mi primera reacción es alejarme de él. Incluso cuando él me dirige uno de esos gestos despreocupados, fáciles, que hace que – tu – corazón – estal e a risas. Estoy muy nerviosa. Y no puedo perecer devolverlo. “Y tu debes ser Ever.” Dice él. Retirando su mano, la única cosa que ni siquiera había notado que estaba extendida y esperando ser estrechada hasta que el la apartara. Eche un vistazo a Heaven quien claramente estaba horrorizado por mi mala educación. Luego en dirección a Miles que estaba demasiado ocupado mirando fijamente el espejo como para notar mí metida de patas. Pero cuando Damen llega por debajo de la mesa y aprieta mi rodil a, aclaro mi garganta, miro a Roman, y digo. “Um, sí, soy Ever.” Y aunque él me planta esa sonrisa de nuevo, todavía no funciona, simplemente hace que mi estomago vaya todo nervioso y mareado. “Parece que tenemos mucho en común.” Dice él. Aunque no puedo imaginarme lo que posiblemente podría ser. “Me siento dos filas detrás de ti en historia. Y la manera en que estabas esforzándote, no podría ayudar pero podía pensar, que bien que hay una chica que odia la historia tanto como yo.” “No odio la historia.” Dijo, solo que sale demasiado rápido, demasiado a la defensiva, mi voz conteniendo una aguda irritación abrasiva que hace que todos me miren. Así que le echo un vistazo a Damon, buscando confirmarlo, seguro no puedo ser la única que siente la corriente inestable de energía que empieza con Roman y fluye directo hacia a mí. Pero el solo de encoje de hombros y bebe a sorbos su bebida roja como si todo fuera perfectamente normal y el no haya notado gran cosa. Así que me dirijo de nuevo a Roman e investigo en su mente, escuchando furtivamente un flujo constante de inofensivos pensamientos que son ligeramente juveniles por cierto, son básicamente inapropiados. Lo que más o menos significa que el problema es mío. “¿En serio?” Roman levanta sus cejas y se inclina hacia a mí. “Todo eso de investigar el pasado, explorar todos aquel os lugares y fechas – de hace años, examinar las vidas de personas que vivieron siglos atrás y que no tiene absolutamente relevancia ahora — ¿eso no te molesta? "O te aburre a muerte” Solo cuando aquel as personas, lugares, y fechas involucran a mi novio y a su estar en la tierra por seiscientos años de edad. Pero solo lo pienso. No lo digo. En cambio, solo me encojo de hombros y digo. “Lo hice bien. De hecho, fue fácil, casi perfecto” El asiente, sus ojos rozan sobre mí, sin perder una pulgada. “Es bueno saberlo.” El sonríe. “Muñoz solo me ha dado el fin de semana para ponerme el día, ¿quizás tú puedas enseñarme?” Le echo un vistazo a Haven, mirando como sus ojos oscuros crecen y su aura se torna de un envidiable verde vomito. Luego miro a Miles quien pasa a hablar de su grano a sus mensajes de texto caliente, y entonces miro a Damon que obviamente se ha olvidado de nosotros dos, su mirada fija a lo lejos, enfocado en algo que no puedo ver. Y aunque sé que estoy siendo ridícula, que a todos los demás parece agradarles y debo hacer lo que pueda para ayudar, simplemente me encojo de hombros mientras digo. “Oh, estoy segura que eso no es necesario. Tu no me necesitas.” Incapaz de ignorar la punzada de mi piel y el sonido en mi estomago cuando sus ojos se encuentran con los míos – revelando un par de impecables dientes blancos cuando dice. “Bien por ti en darme el beneficio de la duda, Ever. Aunque no estoy seguro si deberías.”

CAPITULO 5 “¿Que pasa contigo y el nuevo chico? Haven pregunta, retrasándonos cuando todos los demás se dirigen a clases “Nada”. Me quito su mano y forma delante de mí, una energía que derrama directamente hacia mí mientras yo miro a Román, Miles y Damen que se ríen y continúan como si el os fueran viejos amigos. “Por favor”. El a entorna sus ojos. “Es tan obvio que no le gustas” “Eso es ridículo”. Digo, mis ojos enfocaron Damen, mi novio magnífico y glorioso \ el compañero de alma \ el compañero eterno \ la compañía (realmente tengo que encontrar la palabra exacta) quien apenas me ha hablado desde esta mañana en inglés. Y espero no sea debido a la razón que pienso---debido a mi comportamiento ayer y mi rechazo que cometí este fin de semana. “Soy totalmente serio. " El a me mira. "Es como---esto se parece a que tu odias a las personas nuevas o algo". Lo cual resultó salir mucho más amables que las palabras reales en su cabeza. Presiono mis labios juntos y miro fijamente todo derecho, oponiéndome (resistiéndome) al impulso de hacer rodar mis ojos. Pero ella solamente me mira detenidamente, con la mano en la cadera, sus grandes ojos bizcos de bajo el flameaban un horizonte rojo en sus pensamientos. "porque si yo recuerdo bien, y sabemos que lo hago, tu adiaste a Damen cuando por primera vez vino a esta escuela." “No odié Damen, " digo, entrecerrando mis ojos a pesar de mi voto reciente a no. Pensando: Corrección, sólo tuve el aspecto de odiar Damen. Cuando la verdad es, lo amé aquel tiempo entero entero… Bien, excepto aquel período corto de tiempo cuando realmente lo odié. Pero de todos modos, aún entonces, lo amé. Solamente no quise admitirlo... "Um, perdóneme, pero yo la cama para diferenciarse, " dice el a, mientras ingeniosamente el pelo negro se cae en su cara. "¿Recuerda cómo tú no lo invitaste a tu fiesta de Hal oween? " Yo suspiro, completamente molesta por todo esto. Todo lo que quiero hacer es ir a clase entonces puedo pretender prestar la atención mientras yo hablo telepáticamente con Damen. “ Sí, y si tu recordaras esto fue también la noche en que conectamos", finalmente digo, aunque en el segundo que pasa lo lamento, lo lamento. Haven nos encontró a fuera por la piscina, e hice que su corazón se rompiera. Pero el a solamente no hizo caso de ello, decidido para hacer más caso a la nueva visita que al pasado particular. “O tal vez tú estabas celosa porque Damen tiene un nuevo amigo. Tú sabes, otro alguien que tú. " Esto es ridículo, " digo, aunque esto salió demasiado rápido para alguna vez me creyera. " Damen tiene muchos amigos, " añado, aun cuando nosotras sepamos que es mentira. Ella me mira, `presionando sus labios completamente inmóvil Pero ahora que he llegado muy lejos,

no tengo ninguna otro opción, sólo seguir, entonces digo, " Él tiene a ti, y Miles, y..." a mí. Yo pienso, pero no quiero decirlo porque esto es una pequeña lista triste, que es exactamente su punto. Y la verdad es, Damen nunca esta con Haven y Miles a no ser que yo esté allí también. Él gasta cada momento libre conmigo. Y las veces que no estamos juntos él enviara una corriente estable de pensamientos e imágenes para compensar la distancia. Es como si siempre estamos conectados. Y tengo que admitir que me gusta esto. Como sólo con Damen puedo ser yo misma... escuchar los pensamientos, sentir las auras, ver espíritu. Sólo con Damen yo puedo bajar mi guardia y ser yo misma. Pero cuando miro Haven, no puedo al menos preguntarme si tal vez el a tiene razón. Tal vez soy celosa. Tal vez Román realmente es algún chico agradable y normal que se mudó a una nueva escuela y solamente quiere hacer algunos nuevos amigos---a diferencia de la amenaza espeluznante que asumo que él sea. Tal vez realmente me he hecho tan paranoica, celosa, y posesiva que automáticamente asumo que solamente porque Damen no está como enfocado mí como él por lo general es, estoy a punto de ser substituida. Y si este es el caso, pues esto es un camino demasiado patético para admitir. Entonces solamente sacudo mi cabeza y falsifico una risa cuando digo, " Otra vez, ridículo. Todo esto es seriamente ridículo. “Entonces trato de mirar como si yo realmente significara eso. ¿" Sí? ¿Bien, en cuanto a Drina, entonces? ¿Cómo explica tu esto? “El a sonríe con satisfacción y dice, "Tu la adiaste a partir del momento en que la vistes, y aún no trates de negarlo. Y luego, una vez que tú averiguaste que el a conocía a Damen, tú la adiaste aún más. " Me abato cuando el a lo dice. Y no sólo porque es verdadero, pero porque el oír el nombre de la exesposa de Damen siempre me hacía abatirme. No lo puedo remediar, solamente esto hace. Pero no tengo ni idea como explicárselo al Haven. Todo que el a sabe es que Drina fingió ser su amiga, deshacerse de el a en una fiesta, y luego desapareció para siempre. El a no tiene ninguna memoria de Drina que trataba de matarla con el bálsamo venenoso que el a usó para aquel tatuaje espeluznante que el a recientemente no había quitado de su muñeca, ninguna memoria de... ¡Ah mi Dios! ¡El bálsamo! ¡Román le dio un bálsamo a Miles para su zit! Yo sabía que había algo extraño sobre él. ¡Yo sabía que no era lo que acabado! ¿"Haven, qué clase tiene Miles ahora? “Pregunto, mis ojos que explorando el campus, incapaz de encontrarlo y también de una gran prisa para utilizar la teledetección, que yo todavía no dominaba. " Creo que en inglés, ¿por qué?” El a me da una mirada extraña. “Nada. Solamente... yo tengo que correr. Bien. Como sea. ¡Pero solamente entonces tu sabes, todavía pienso que tu odias a las nuevas personas!” el a grita. Sin embargo, permanece detrás de mí. Ya me había ido. Yo voy a través del campus, enfocando la energía de la Miles e intentando sentir en el aula que él está. Y mientras yo doy la vuelta en la esquina y veo una puerta a mi derecha sin pensarlo, yo entro en el. ¿"Puedo ayudarle? “el profesor pregunta, dirigiéndose lejos del escritorio, sosteniendo un pedazo roto de tiza blanca en su mano. Estoy de pie ante la clase, abatiendo como los seguidores de Stacia se burlan de mí mientras lucho por recuperar mi aliento. " Miles, " jadeo, señalándolo. " Tengo que hablar con Miles. Esto sólo tomará un segundo." prometo, como su profesor cruza sus brazos y me da una mirada dudosa. “Es importante, " añado, echando un vistazo a las Miles quien ahora ha cerrado sus ojos y sacude su cabeza. ¿Asumo que usted tiene un pase de pasil o? “su profesor pregunta, una persona quisquillosa para las reglas. ¡Y aun cuando sé esto, muy bien podría enajenarlo y terminar por trabajar contra mí, no tengo el tiempo para estar atascada en todo este papeleo, la burocracia de instituto diseñada para mantenernos en una caja fuerte pero que es en realidad, en este mismo momento, impidiéndome manejar un asunto que es claramente de vida y muerte!

O al menos podría ser. No estoy segura. Aunque me gustaría una oportunidad para averiguarlo. Y estoy tan frustrada, solamente sacudo mi cabeza y digo, " Escuche, tu y yo sabemos no tengo un pase de pasil o, pero si usted solamente me hiciera el favor de dejarme hablar con Miles fuera para un segundo, prometo enviárselo exactamente como antes. " Él me mira, aunque su mente cernido todas las alternativas, todos los caminos diferentes que esto podría l egar a su fin: echarme, el escoltarme a la clase, el escoltarme a la oficina del principal Buckley... antes de ver a Miles suspirando cuando él dice, "Bien, que sea rápido" En un segundo nos dirigimos por el pasillo y la puerta se cierra detrás de nosotros, miro Miles y digo, " Dame el bálsamo. " ¿" Qué? “Él bosteza. “El bálsamo. Román te le dio. Dámelo. Tengo que verlo, " le digo, extendiendo mi mano y meneando mis dedos. ¿" Estas loca? “él susurra, mirando alrededor aun cuando solamente hay la alfombra de pared a pared, paredes pistadas de grises amaril entas, y nosotros. "Tú no tienes idea de cuán grave es," Yo le digo, mis ojos en el suyo, no lo quiero asustar, aunque si tengo que hacerlo. "Ahora vamos, no tenemos todo el día." “Está en mi mochila. " Él se encoge. "Entonces, anda a conseguirlo." “Ever seriamente, ¿Qué...?” Solamente doblo mis brazos y guiño. "Vamos. Voy a esperar". Miles sacude la cabeza y desaparece en el interior de la habitación. Emergiendo un momento más tarde con una expresión agria y un pequeño tubo de color blanco en la palma de su mano. "Aquí está. ¿Feliz ahora?". El me lo deja caer. Tomo el tubo y lo examino, girándolo entre mi pulgar e índice. Esto es una marca que reconozco, de una tienda que frecuento. Y no entiendo cómo podría ser. "Tu sabe, en caso de que tu lo hayas olvidado, mi juego es mañana, y realmente no necesito todos los drama y el estrés extras en este momento, así que si no te importa ..." Él extiende su mano, esperando que me devuelva la bálsamo para que pueda volver a clase. Sólo no estoy dispuesta a entregarlo todavía. Estoy buscando algún tipo de agujero de la aguja de punción o marca, algo que probar que ha sido manipulado, que no es lo que parece. “Quiero decir, hoy en el almuerzo cuando vi cómo tu y Damen susurrando del asunto de los besos, yo estaba listo con los cinco alerta, pero ahora es como si tú lo has substituido por algo peor en el camino. Es decir, en serio, Ever. Desenrosca la tapa y úselo, o devuélvemelo ya”. Pero no lo devuelvo. En cambio, cierro mis dedos alrededor de el o y trato de leer su energía. Pero esto es solamente alguna nata de zit estúpida. La clase que en realidad trabaja. ¿"Que estamos haciendo aquí? “Él me mira con ceño fruncido. Me Encojo y devuelvo el tubo. Decir que estoy avergonzado sería ponerlo suavemente. Pero cuándo las Miles lo mete en su bolsil o y se dirige a la puerta, no puedo decir menos que, "¿Entonces tú lo notaste?” Las palabras se sienten calientes y pegajosas en mi garganta. "¿Notar qué?“ Él se para, claramente molesto. "¿El, Um, la ausencia del todo el asunto de besuquearse?" Miles se da vuelta, realizando un despliegue exagerado de ojos antes de nivelar su mirada justo en el mío. "Sí, me di cuenta. Pensé que se estaban tomando mi amenaza en serio." Yo lo miro. "Esta mañana cuando me dijiste... Haven y yo estábamos en huelga, hasta tú estabas parada CON TODO SU..." Él sacude la cabeza. "Lo que sea. ¿Puedo ir a clase, por favor?"

"Lo siento". Guiño. "Perdón por todas las..." Pero antes de que pueda terminar, que ya había ido, cerrando la puerta firmemente entre nosotros.

CAPITULO 6 Cuando llegue a la sexta clase de arte. Estoy aliviada al ver que Damen ya está allí. Desde que el Sr. Robins nos mantuvo tan ocupados en ingles y apenas hablamos en el almuerzo. Espero con impaciencia un poco de tiempo a solas con él. O al menos tan a solas como puedas estar en un aula de clases con otros treinta estudiantes. Pero después de ponerme mi delantal y recoger mis suministros del armario, mi corazón se hunde cuando veo que, una vez más, Roman ha tomado mi lugar. “Oh, hey, Ever.” El asiente, colocando su flamante-nuevo lienzo en blanco en mi cabal ete mientras estoy parada al í, sosteniendo mis materiales en mis brazos e ignorando a Damen quien está tan inmerso en su pintura que es completamente ajeno a mí. Y estoy a punto de decirle a Roman que se largué cuando recuerdo las palabras de Haven, como el a dijo que yo odiaba a la gente nueva. Y temiendo que podría tener razón, esfuerzo una sonrisa en mi rostro y pongo mi lienzo en el cabal ete al otro lado de Damen, prometiéndome l egar aquí mucho más temprano mañana y así poder recuperar mi espacio. “Así que díganme. "¿Qué estamos haciendo aquí, compañeros?” pregunta Roman. Alojando un pincel entre sus diente delanteros, y echando un vistazo entre Damen y yo. A esa es otra cosa. Normalmente, encuentro acentos británicos realmente atractivos, pero con este chico, son solo chirridos. Pero eso probablemente es porque esto es totalmente ficticio. Quiero decir, es tan obvio la manera en que el solo mete las patas cuando quiere parecer genial. Pero tan pronto como lo pienso, me siento culpable de nuevo. Todos sabemos que esforzarse demasiado para parecer genial es solo otra señal de inseguridad. ¿Y quién no se sentiría un poco inseguro en su primer día en esta escuela? “Estamos estudiando los ismos*” le digo. Decidida a jugar bien a pesar del persistente sonido molesto en mi intestino. “El mes pasado llegamos a escoger nuestra propia selección, pero este mes, todos estamos haciendo el foto realismo desde que nadie escogió esa ultima vez.” Roman me mira, comenzando con mi creciente-ojeada y visualizando su camino hasta llegar a mis sandalias Hawaiana doradas – un placentero crucero lento a lo largo de mi cuerpo que hace que mi estomago vaya todo nervioso y torcido – y no de un buen modo. “Correcto. Así que tu lo haces parecer real entonces, como una fotografía.” Dice él. Sus ojos sobre los míos. Encuentro su mirada. Una mirada que él insiste en sostener durante varios segundos demasiado largos. Pero me niego a retorcerme o mirar hacia otro lado primero. Estoy decidida a permanecer en el juego todo el tiempo que tome. Y aunque puede parecer totalmente ridículo en la superficie, algo sobre el o se siente oscuro, amenazador, como una clase de reto. O quizás no. Porque justo después de que pienso eso, el dice. “Estas escuelas americanas son impresionantes" Allá en casa, en el viejo Londres—“. El pestañea. “todo siempre era la teoría sobre la práctica.” E inmediatamente estoy avergonzada por todos mis pensamientos sin juicio. Porque aparentemente, el no solo es de Londres, lo que significa que su acento es real, sino que Damen, cuyos poderes

psíquicos son mucho más refinados que los míos, no muestran la mas mínima alarma. Si en algo, el perece agradarle. Que es incluso peor para mí, porque prácticamente demuestra que Haven tiene razón. Realmente soy celosa, y posesiva, y paranoica. Y aparentemente odio a la gente nueva también. Así que tomo un profundo suspiro y lo intento de nuevo. Hablando más allá del nudo en mi garganta y el nudo en mí estomago, decidida a sonar amistosa, incluso si eso significa que tengo que fingir al principio. “Puedes pintar lo que quieras.” Le digo, usando mi optimista voz amistosa, que en mi antigua vida, antes de que mi familia entera muriera en el accidente y Damen me salvara haciéndome inmortal, era ciertamente la única voz que alguna vez use. “Solo tienes que hacerlo parecer real, como una fotografía. En realidad, se supone que usamos una fotografía real para mostrar la base de inspiración, y, por supuesto, para clasificar objetivos también. Ya sabes, así podemos probar que logramos lo que nos propusimos.” Le echo un vistazo a Damen, preguntándome si esta escuchando algo de esto y si se siente molesto ya que prefiere su pintura en vez de comunicarse conmigo. “¿Y que está pintando él?” pregunta Roman, cabeceando al lienzo de Damen, una perfecta representación de los campos florecidos de Summerland. Cada hoja de césped, cada gota de agua, cada pétalo de flor, tan luminoso, tan de textura, tan tangible – que es como estar al í. “Parece como el paraíso.” El asiente con la cabeza. “Es…” susurro, tan asombrada por la pintura que conteste demasiado rápido, sin tiempo para pensar en lo que acabo de decir. Summerland no es solo un lugar sagrado – es nuestro lugar secreto. Uno de los muchos secretos que he prometido guardar. Roman me mira, con sus cejas levantadas. “¿Así que es un lugar real entonces?” pero antes de que pueda contestar. Damen sacude su cabeza y dice. “Ya lo quisiera. Pero yo lo hice, solo existe en mi cabeza.” Luego me manda una mirada, clavando con tachuelas un mensaje telepático de – cuidado. “¿Así que como haces tan bien la tarea, entonces? "¿Si no tienes una foto para probar que existe?” pregunta Roman, pero Damen solo se encoje de hombros y vuelve a pintar. Pero con Roman mirando todavía entre Damen y yo, sus ojos claramente desaprobando y cuestionando, sé que no puedo dejarlo así. Así que lo miro y digo. “Damen no es tan bueno en seguir las reglas. Prefiere hacer lo propio.” Recordando todas las veces que él me convenció de no ir a la escuela, apostar en la pista, y cosas peores. Y cuando Roman asiente y gira hacia su lienzo, y Damen me envía un ramil ete telepático de tulipanes rojos, se que funciono – nuestro secreto está a salvo y todo está bien. Así que me sumerjo en mi arbusto de alguna parte de la pintura y vuelvo a trabajar. Ansiosa por que suene la campana y así podamos dirigirnos a mí casa, y dejar que la verdadera lección empiece. Después de las clases, recogemos nuestros materiales y nos dirigimos al estacionamiento. Y a pesar de mi intento de ser amable con el nuevo chico, no puedo menos que sonreír cuando veo que ha aparcado claramente en el otro lado. “Te veo mañana.” Le digo. Aliviada por poner un poco de distancia entre nosotros, porque a pesar del encaprichamiento inmediato de todos con él, solo no lo siento de esa manera, no importa que tan fuerte lo intente. Abro mi auto y tiro mi bolso en el suelo, comenzado a deslizarme en mi asiento mientras digo a Damen. “Miles tiene ensayo y me dirijo directamente a casa. "¿Quieres venir?” Y giro, sorprendida al encontrarlo parado ante mí, balaceándose siempre tan ligeramente de un lado a otro con una mirada tensa en su rostro. “¿Estás bien?” colocando la palma de mi mano en su mejilla. Tratando de percibir calor o humedad, algún signo de malestar, aun cuando realmente no espero encontrar

alguno. Y cuando Damen sacude su cabeza y me mira, por una fracción de segundo todos los colores de agotamiento aparecen enseguida. Pero luego desaparecen tan pronto como parpadeo. “Perdón, solo que – mi cabeza se siente un poco extraño.” Dice él, pel izcando el puente de su nariz y cerrando sus ojos. “Pero pensé que tu nunca te enfermabas, que nosotros no nos enfermábamos” le digo. Incapaz de poder esconder mi alarma mientras alcanzo mi maletín. Pensando que un sorbo de jugo inmortal podría hacerle sentirse mejor desde que el requiere mucho más que yo. Y aun cuando no estamos exactamente seguros del por qué. Damen supone que seis siglos de estar bebiéndolo han causado una especie de dependencia, requiriéndole consumir mas y mas con cada año que pasa. Que probablemente significa que tarde o temprano requeriré más también. Y aun cuando perece todavía muy lejano, solo espero que él me muestre como hacerlo para entonces, y así no tendré que molestarlo por volverlo a l enar todo el tiempo. Pero entes de que pueda llegar a el a. El alcanza su propia botella y toma un largo trago voraz. Llevándome hacia él y presionando sus labios en mi mejil a cuando dice. “Estoy bien. De verdad. Carreras hasta tu casa”

CAPITULO 7 Damen maneja rápido. Demasiado rápido. Quiero decir, solo porque ambos tenemos un radar psíquico avanzado, lo que sirve para detectar policías en la zona, no agarrar tráfico, no pisar animales sueltos, y todo lo demás que podría ponerse en nuestro camino, eso no significa que deberíamos abusar. Pero Damen piensa de forma diferente. Es por eso que ya me está esperando frente a la casa antes de que yo pueda estacionar y bajar del auto. “Pensé que no l egarías nunca” Se ríe, siguiéndome a mi cuarto, donde se tira en mi cama, empujándome con él, se acerca para darme un hermoso beso… un beso que, si por mi fuese, no terminaría nunca. Felizmente pasaría el resto de la eternidad enredada en sus brazos. Solo sabiendo que tenemos un número infinito de días para pasar uno al lado del otro me da más felicidad de la que puedo soportar. Aunque no me sentí siempre así. Estaba bastante disgustada cuando aprendí la verdad. Tan angustiada que pase tiempo lejos de él hasta que pude aclarar mi cabeza. Quiero decir, no pasa todos los días que alguien te dice: Oh, por cierto, soy inmortal, y te hice inmortal a ti también. Y aunque estaba bastante reacia a creerle en un principio, después de que me explico todo, recordándome como había muerto en el accidente, como había mirado justo a sus ojos el momento en que volví a la vida, y como había reconocido esos ojos el primer día que vino a la escuela, no había dudas de que decía la verdad. Aunque eso no quiere decir que yo estuviese dispuesta a aceptarlo. Era suficientemente raro tener que luchar con la barrera de mis habilidades psíquicas que había adquirido por mi ECM (experiencia cercana a la muerte… Insisten en llamarla cercana, aun cuando yo realmente morí), y como empecé a escuchar los pensamientos de otras personas, conocer la historia de sus vidas al tocarlas, hablar con los muertos, y más aún. Sin mencionar que ser inmortal, por muy cool que pueda sonar, también significa que nunca voy a poder cruzar el puente. Nunca voy a llegar al otro

lado para ver a mi familia nuevamente. Y cuando lo piensas, eso no es una pavada. Me alejo, mis labios reacios a dejar los suyos mientras miro a sus ojos… Los mismos que miro hace 400 años. Aunque no importa cuánto lo intente, no puedo recordar nuestro pasado. Solo Damen, quien ha estado igual desde hace 600 años… sin morir ni reencarnar… tiene la llave. “¿En qué piensas?” Pregunta, sus dedos acariciando la curva de mi cuel o, dejando un camino tibio a su paso. Respiro profundo, sabiendo cuan cometido esta en quedarse en el presente, pero determinada a saber más de mi historia… nuestra historia. “Estoy pensado en cuando nos conocimos por primera vez,” Digo, viendo como levanta las cejas mientras niega con la cabeza. “¿De verdad? ¿Y qué recuerdas exactamente de esa vez?” “Nada.” Me encojo. “Nada de nada. Y es por eso que esperaba que tú me cuentes. No tiene que decirme todo… Quiero decir, se cuanto odias mirar hacia atrás. Solo que estoy curiosa de cómo comenzó todo… como nos conocimos.” Él se aleja y gira sobre su espalda, su cuerpo quieto, sus labios sin moverse, y temo que esa sea la única respuesta que vaya a recibir. “¿Por favor?” Murmuro, acercándome a él y curvando mi cuerpo con el suyo. “No es justo que tu tengas todos los detal es mientras yo me quedo afuera en la oscuridad. Solo dame algo con lo que seguir. ¿Donde vivíamos? ¿Cómo me veía? ¿Cómo nos conocimos? ¿Fue amor a primera vista?” Él se levanta lentamente, luego se recuesta sobre su lado, enterrando su mano en mi pelo mientras dice, “Fue en Francia, en 1608.” Yo trago saliva, inhalo rápidamente mientras espero escuchar más. “Paris, a decir verdad.” ¡Paris! Inmediatamente me imagino vestidos elaborados, besos robados en el Pont Neuf, cuchicheando con Maria Antonieta… “Asiste comer en casa de unos amigos…” Hace una pausa, su mirada perdida en siglos atrás. “Y tu trabajabas como sirviente” ¿Una sirvienta? “Una de sus sirvientas. El os eran ricos. Tenían muchas” Yo me quedo tirada ahí, aturdida. Eso no era lo que yo estaba esperando. “No eras como las demás,” Dice, su voz casi un susurro. “Eras hermosa. Extraordinariamente hermosa. Te parecías mucho a como eres ahora.” Sonríe, tomando un mechón de mi cabello y jugando con él entre sus dedos. “Y también como ahora, eras huérfana, habías perdido a tu familia en un incendio. Y sin plata, sin alguien que te mantenga, fuiste empleada por mis amigos.” Trague fuerte, sin saber como sentirme al respecto. O sea, ¿para que existe la reencarnación si uno esta forzado a vivir los mismos momentos dolorosos una y otra vez? “Y sí, para que lo sepas, fue amor a primera vista. Yo me enamore completamente de ti. En el momento justo en que te vi supe que mi vida nunca sería la misma.” Me mira, sus dedos en mi sien, su mirada seduciéndome, presentando el momento como realmente

intenso, desdoblando la escena como si yo estuviese ahí mismo. Mi cabello rubio escondido bajo una gorra, mis ojos azules tímidos y con miedo de hacer contacto, y con ropas tan desgarbadas y dedos tan cal osos, mi bel eza es fácilmente pasada por alto. Pero Damen la ve. En el momento que entro a la habitación sus ojos me encuentran. Viendo mas al á de mi exterior desaliñado hacia el espíritu que se rehúsa a esconderse. Y el es tan morocho, tan notable, tan refinado, tan apuesto… Yo me doy vuelta. Sabiendo que los botones de su abrigo valen más de lo que yo gano en un año. Sabiendo que esta fuera de mí alcance… “Aun así, tenia que moverme con cuidado porque…” “¡Porque ya estabas casado con Drina!” Susurro, viendo la escena en mi cabeza y escuchando como uno de los invitados pregunta por el a, nuestros ojos encontrándose brevemente mientras Damen dice: “Drina esta en Hungría. Hemos tomado caminos diferentes.” Sabiendo que será fuente de escándalos, pero queriendo que lo escuche más de lo que le importa lo que el os piensen… “El a y yo ya estábamos viviendo separados, así que no fue un problema. La razón por la que tenia que ser cuidadoso era por que fraternizar fuera de la clase de uno estaba muy mal visto en aquel entonces. Y como tu eras tan inocente, tan vulnerable en tantas formas, no quería causarte ningún problema, especialmente si no sentías lo mismo.” “¡Pero yo sí sentía lo mismo!” Digo, viendo como pasamos de largo esa noche, y como cada vez que iba al pueblo me las arreglaba para cruzarme con él. “Me temo que recurrí a seguirte.” Me mira, su cara contraída. “Hasta que nos encontramos tantas veces, que empezaste a confiar en mi. Y entonces…” Y entonces nos encontramos en secreto… besos robados justo afuera de la puerta para sirvientes, un abrazo apasionado en un cal ejón oscuro o dentro de su carruaje… “Solo ahora se que no fue tan secreto como creí que lo era…” Él suspira. “Drina nunca estuvo en Hungría, el a estuvo ahí todo el tiempo. Mirando, planeando, determinada a ganarme nuevamente…sin importar el costo.” Toma un trago de aire, el pesar de 4 siglos escrito en su cara. “Quería cuidarte, Ever. Quería darte cualquier cosa, y todo lo que tu corazón quisiese. Quería tratarte como la princesa que naciste para ser. Y cuando finalmente te convencí para que te escaparas conmigo, nunca me había sentido tan feliz, tan vivo. Teníamos que encontrarnos a medianoche…” “Pero yo nunca aparecí,” Digo, viéndolo a él preocupado, afligido, convencido de que yo había cambiado de parecer… “No fue hasta el día siguiente que me entere que habías muerto en un accidente, atropellada por una carroza en tu camino a encontrarte conmigo.” Y cuando me mira, me muestra pesar… un dolor insoportable, consumidor, partidor de almas. “En ese momento, nunca se me ocurrió que Drina fuese responsable, no tenía idea hasta que te lo confesó a ti. Parecía un accidente, un horrible y desafortunado accidente. Y supongo que estaba

demasiado entumecido por dolor como para sospechar algo mas…” “¿Cuantos años tenía yo?” Pregunto, casi sin poder respirar, sabiendo que era joven, pero queriendo saber los detalles. Él me acerca, sus dedos siguiendo las líneas de mi rostro mientras dice, “Tenías 16, y tu nombre era Evaline.” Sus labios juegan en mi oreja. “Evaline” Susurro, sintiendo una colección instantánea con mi antiguo yo, huérfana joven, amada por Damen, y muerta a los 16… No tan diferente de mi actual yo. “No fue hasta años después cuando te vi en Nueva Inglaterra, habiendo reencarnado en la hija de un puritano… que comencé a creer en la felicidad de nuevo.” “¿La hija de un puritano?” Miro en sus ojos, viendo mientras me muestra una chica morocha, de piel pálida en un vestido azul severo. “¿Fueron todas mis vidas tan aburridas?” Meneo la cabeza. “¿Y qué horrible accidente me tomo esa vez?” “Te ahogaste.” Suspira, y en el momento en que lo dice, me supera con su dolor nuevamente. “Estaba tan devastado que navegue a Londres nuevamente, donde viví por muchos años. Y estaba justo por irme a Túnez cuando resurgiste como una hermosa, adinerada, y bastante malcriada debo aclarar… hija de un terrateniente en Londres.” “¡Muéstrame!” Le pido, ansiosa por ver una vida más glamorosa, sus dedos siguiendo mi ceja mientras una linda castaña en un hermoso vestido verde con un peinado complicado y muchas joyas aparece en mi mente. Una rica y mimada chica coqueta… su vida una serie de fiestas y paseos de compras… cuyos ojos estaban puestos en alguien más… hasta que conoció a Damen… “¿Y esa vez?” Pregunto, triste de verla desaparecer, pero necesitando saber cómo se fue. “Una caída terrible.” Cierra los ojos. “Para ese entonces, estaba seguro de estar siendo castigado… con una vida eterna, pero una vida sin amor.” Él toma mi cara entre sus manos, de forma tan amorosa, tan reverencial, con un delicioso y tibio hormigueo… Cierro los ojos y me acomodo más cerca. Concentrándome en sentir si piel mientras nuestros cuerpos se presionan suavemente, todo a nuestro alrededor desaparecer hasta que quedamos solo nosotros… sin pasado, sin futuro, nada más que este momento en el tiempo. Quiero decir, estoy con él, y el conmigo, y esa es la manera en la que debe de ser eternamente. Y aun cuando esas vidas anteriores pueden ser interesantes, su único propósito era traernos a ésta. Y ahora que Drina ya no está, no hay nada que se pueda poner en nuestro camino, nada que nos detenga de seguir adelante…salvo yo. Y aun cuando quiero saber todo lo que paso antes, por ahora puedo esperar. Es tiempo de que yo supere mis celos e inseguridades, de dejar de encontrar excusas y finalmente comprometerme a dejar todo atrás después de todos estos años. Pero justo cuando estoy por decírselo, el se aleja tan abruptamente, que hay un vacío hasta que logro llegar a su lado. “¿Qué pasa?” Lloro, viendo sus dedos presionando si sien mientras lucha por respirar. Y

cuando me mira, no me reconoce. Su mirada pasa por encima de mí. Pero justo en cuanto lo percibo, pasa. Reemplazado por el tibio amor al que ya me acostumbre, mientras él se friega los ojos y menea la cabeza, mirándome mientras dice, “No me he sentido así desde antes que…” Él frena y mira a la nada. “Bueno, quizás nunca.” Pero cuando ve la preocupación en mi cara, agrega, “Pero estoy bien, de verdad.” Y cuando me rehúso a soltarlo, sonríe y dice, “Hey, que tal un viaje a Summerland?” “¿De verdad?” Digo, con los ojos encendidos. La primera vez que visite ese sitio encantador, esa dimensión mágica entre dimensiones… yo estaba muerta. Y yo estaba tan atrapada por su hermosura que me encontraba reacia a dejarlo. La segunda vez que lo visite fue con Damen. Y desde que me mostró todas sus gloriosas posibilidades, he querido volver. Pero como a Summerland solo pueden acceder los espiritualmente avanzados (o aquel os que ya han muerto), no puedo entrar sola. “¿Por qué no?” Se encoje. “Bueno, ¿qué hay de mis lecciones?” Digo, tratando de simular estar interesada en estudiar y aprender nuevos trucos, cuando la verdad es que, preferiría ir a Summerland donde todo lo logro sin esfuerzo y es instantáneo. “Sin mencionar que no estás sintiéndote bien” Presiono su brazo nuevamente, notando como el calor y cosquil eo común todavía no ha regresado del todo. “Hay lecciones que aprender en Summerland también.” Sonríe. “Y si me alcanzas mi jugo, me sentiré lo suficientemente bien como para hacer el portal.” Pero aun cuando le paso el jugo y el toma varios tragos, no puede hacerlo aparecer. “¿Quizás yo pueda ayudar?” Digo, mirando el sudor en su frente. “No…solo tengo que…casi lo tenía. Solo dame un segundo,” Murmura, fijando la mandíbula, determinado en lograrlo. Así que espero. A decir verdad, dejo que los segundos se vuelvan minutos, y nada. “No lo entiendo,” Protesta. “Esto no me ha pasado desde… desde que aprendí a hacerlo por primera vez.” “Quizás es porque no te sientes muy bien.” Miro mientras el toma otro trago, seguido de otro, y otro más. Y cuando cierra los ojos y lo intenta nuevamente, obtiene el mismo resultado que antes. “¿Puedo intentarlo?” “Olvídalo. No sabes cómo hacerlo,” Dice, su voz enojada, mientras trato de no tomarlo de forma personal, sabiendo que tiene que ver más con su frustración consigo mismo que conmigo. “Se que no sé cómo hacerlo, pero pensé que quizás me podías enseñar y yo…” Pero antes de poder terminar, él se levanta de la cama, alejándose de mí. “Es un proceso, Ever. Me tomo años aprender a llegar ahí. No puedes saltar al final del libro sin leer la parte del medio.” Menea la cabeza y se apoya en mi escritorio, su cuerpo rígido y tenso, sus ojos esquivando mi mirada.

“¿Y cuándo fue la última vez que vos leíste un libro sin saber de antemano el principio, medio y final?” Sonrío. Me mira, su cara l ena de durezas y ángulos, pero solo un momento antes de suspirar y acercarse a mí, tomando mi mano mientras dice, “¿quieres intentarlo?” Asiento. Me mira de arriba abajo, claramente dudando de que funcione, pero queriendo darme el gusto más que nada. “Está bien entonces, ponte cómoda, pero no te cruces de piernas así. Corta el Chi.” “¿Chi?” “Una palabra elegante para energía.” Sonríe. “A menos que quieras sentarte en la posición del loto, eso está perfectamente bien.” Me saco las sandalias y presiono las suelas contra la alfombra de suelo, poniéndome tan cómoda como me es posible, tan relajada como mi asía me permite. “Generalmente requiere una serie larga de meditación, pero para hacerlo rápido, y como ya estas bastante avanzada, vamos a ir directo al grano, ¿está bien?” Asiento, ansiosa por empezar. “Quiero que cierres los ojos y te imagines un velo bril ante de luz dorada alrededor tuyo,” Dice, enlazando sus dedos con los míos. Entonces lo hago, imaginando la réplica exacta del que me había l evado al í la primera vez, la vez que Damen lo puso en mi camino para salvarme de Drina. Y es tan hermoso, tan bril ante, y tan luminoso, mi corazón se regocija en alegría mientras yo elevo mi mano hacia él, queriendo sumergirla en la lluvia de luz radiante, queriendo volver a ese lugar místico. Y justo cuando mis dedos hacen contacto y están a punto de sumergirse, se encoge y desaparece de mi vista y estoy de nuevo en mi habitación. “¡No lo puedo creer! Estaba tan cerca,” Dice. Y aun cuando sus ojos son tiernos, su sonrisa es forzada. “¿Qué te parece si lo intento de nuevo? ¿Qué te parece si lo hacemos juntos esta vez?” Digo, mi esperanza desapareciendo en el momento en el que él niega con la cabeza y se aleja. “Ever, lo estábamos haciendo juntos,” Murmura, limpiando su ceño y corriendo la mirada. “Me temo que no resulte un muy buen profesor.” “Eso es ridículo” Eres un profesor fantástico, solo estas teniendo un mal día, eso es todo.” Pero cuando lo miro, esta claro que no está conforme. Así que cambio de táctica, haciéndome blanco de la culpa cuando digo, “Es mi culpa. Soy una mala estudiante. Soy vaga, descuidada, y me paso la mayor parte del tiempo tratando de distraerte de las lecciones para poder besarnos.” Aprieto su mano. “Pero ya no lo voy a hacer mas. Y estoy a punto de ponerme en serio. Así que dame una oportunidad mas, ya verás.” Me mira, dudando de que funcione, pero no queriendo decepcionarme, toma mi mano y lo intentamos de nuevo, los dos con los ojos cerrados, imaginando el portal de luz glorioso. Y justo cuando está tomando forma Sabine atraviesa la puerta del frente y empieza a subir las escaleras, tomándonos con la guardia tan baja, nos alejamos a lados opuestos del cuarto. “Damen, me pareció que era tu auto el de la entrada.” Se saca la chaqueta y cubre el

espacio de la puerta a mi escritorio en un par de pasos. La energía extenuante de su trabajo aun en el a mientras le da la mano y se concentra en la botel a que hace equilibrio en su rodil a. “Así que tu eres el que hizo a Ever adicta a eso.” El a nos mira, sus ojos entrecerrados, labios presionados, como si tuviese toda la evidencia que necesita. Miro a Damen de reojo, pánico subiendo por mi garganta, preguntándome como hará para explicarlo. Pero él solo ríe mientras dice, “¡Culpable! A la mayor parte de la gente no les gusta, pero por alguna razón, a Ever parece gustarle.” Y luego sonríe de esa forma que suele ser persuasiva, si no encantadora, y si me lo preguntan logra ambas. Pero Sabine continua con la mirada fija en él, sin moverse. “Eso es todo lo que parece importarle últimamente. Compro bolsas y bolsas de comida, pero el a se rehúsa a comer.” “¡Eso no es verdad!” Digo, enojada porque el a está empezando con esto nuevamente, especialmente en frente de Damen. Pero cuando veo la mancha de café en su camisa, mi enojo se vuelve furia. “¿Cómo te paso eso?” Señalo la mancha como si fuese una marca de desgracia, sabiendo que debo hacer lo posible para que no vuelva a ese lugar. Ella baja la vista a su blusa, sus dedos frotándola mientras frena a pensar, luego menea la cabeza y se encoje de hombros cuando dice, “Me choque con alguien.” Y la manera en que lo dice, tan casual, sin importancia, es obvio que no quedo tan impresionada con el encuentro como Muñoz pareció estar. “Así que, ¿vamos a ir a cenar el sábado al final?” Pregunta. Trago con esfuerzo, telepáticamente advirtiéndole a Damen que solo asienta y sonría aun cuando no tiene la menor idea de que está hablando el a, ya que yo ni siquiera se lo mencione. “Hice reservaciones para las 8.” Mantengo la respiración, viendo como el asiente y sonríe justo como se lo pedí. Yendo aun mas lejos cuando dice, “No me lo perdería por nada.” Él saluda a Sabine y se dirige a la puerta, sus dedos entrelazados con los míos, enviando una calidez hermosa a mi cuerpo. “Perdón por todo lo de la cena,” Digo, mirándolo. “Supongo que esperaba que estuviese ocupada y se olvidara del asunto.” ÉL presiona sus labios contra mi cachete, luego entra a su auto. “El a se preocupa por ti. Quiere asegurarse de que soy lo suficientemente bueno, sincero, y que no quiero lastimarte. Créeme, ya hemos pasado por esto. Y aun cuando llegue a estar cerca una o dos veces, no recuerdo haber fallado a la inspección nunca.” Sonríe. “Ah, sí, el padre puritano tan estricto,” Digo, imaginándome que es el esteriotipo de padre sobre protector. “Te sorprenderías.” Damen ríe. “El terrateniente era mucho más sobre protector. Y aun así, me las arregle para pasar el examen.” “Quizás un día me muestres tu pasado,” Digo. “Ya sabes, como era tu vida antes de conocernos. Tu casa, tus padres, como te convertiste…” Mi voz desaparece, viendo el pesar pasar por sus ojos y sabiendo que aun no está preparado para discutirlo. Siempre se cierra, se rehúsa a compartir, lo que únicamente me vuelve más curiosa al respecto. “Nada de eso importa,” Dice, soltando mi mano y acomodando sus espejos, todo para

evitar mi mirada. “Lo que importa es el ahora.” “Si, pero Damen…” Empiezo, tratando de explicarle que no es solo por curiosidad, pero que quiero acercarme a él, vincularme, deseando que confiara en mí todos esos secretos antiguos. Pero cuando lo miro nuevamente, me doy cuenta que no debo presionar. Además, quizás es tiempo de que yo extienda mi confianza un poco también. “Estaba pensando…” Digo, mis dedos jugando con un botón de mi remera. Él me mira, su mano en los cambios, listo para retroceder. “¿Por qué no haces esa reservación?” Asiento, mis labios presionados, mi mirada en la suya. “ya sabes, para el Montage o el Ritz?” Agrego, sin respirar mientras sus hermosos ojos oscuros revisan mi cara. “¿Estás segura?” Asiento. Sabiendo que lo estoy. He estado esperando por este momento por cientos de años, así que por que esperar más. “Más que segura,” Digo, mis ojos encontrando su mirada. Sonríe, su cara encendiéndose por primera vez en todo el día. Y me siento tan aliviada al verlo tan normal de nuevo después del comportamiento tan extraño de antes… su lejanía en la escuela, su incapacidad de lograr abrir el portal, él hecho de que no se haya sentido bien… todo eso tan raro en el Damen que conozco. ÉL es siempre tan fuerte, sexy, hermoso, e invencible… inmune a los momentos débiles y días malos. Y viéndolo tan vulnerable me ha dejado más agitada de lo que estoy dispuesta a admitir. “Considéralo hecho.” Dice, l enando mis brazos con tulipanes rojos antes de alejarse.

CAPITULO 8 A la mañana siguiente cuando me encuentro con Damen en el estacionamiento, todas mis preocupaciones desaparecen. Porque en el momento en que abre mi puerta y me ayuda a salir de mi auto, me doy cuenta que tan saludable se ve, de que tan devastadoramente guapo es, y cuando miro en sus ojos, es claro que todo eso o la rareza de ayer ha terminado. Y estamos más enamorados que nunca. En serio hasta el final de la clase de Ingles apenas puede mantener sus manos lejos de mí. Constantemente apoyándose hacia mi escritorio y susurrando en mi oído, para el Sr. Robins es mucho más molesto, y para Stacia y Honor es repugnante. Y ahora que estamos en el almuerzo no ha dejado ni por un momento de estar acariciando mi mejilla y mirando fijamente a mis ojos. Pasando solo a tomar el ocasional sorbo de su bebida antes de volver justo de donde salió, murmurando dulcemente nada en mi oído. Normalmente cuando actúa así, no es parte del amor, y en parte a todos aquel os bajos sonidos y energías – todos los lugares al azar, sonidos, y colores que constantemente me bombardean desde que rompí el escudo psíquico que había hecho unos meses atrás, un escudo que me excluyo de todo y me hizo tan desorientada a como era antes de que muriera y me volviera psíquica, aun he de encontrar la manera de reemplazar eso que me permitirá canalizar las energías que quiero mientras bloqueo las energías que no quiero. Y desde que Damen nunca ha lidiado con esto, no está seguro de cómo enseñarme. Pero ahora que el está de regreso en mi vida, ya no parece todo tan urgente, porque el simple sonido de su voz puede silenciar el mundo, mientras el toque de su piel hace que mi cuerpo entero hormigueé, y cuando miro en sus ojos, bueno, simplemente digamos que al instante estoy vencida por este cálida, y maravil osa, atracción magnética – como si solo estuviera él y yo y todos los demás hubieran dejado de existir. Damen es como mi perfecto escudo psíquico. Mi última otra

mitad. Y aun cuando no podemos estar juntos los pensamientos telepáticos e imágenes que envía probablemente causan ese mismo efecto tranquilizante. Pero hoy, todos esos dulces recuerdos no son solo para protegerme – son a cerca de nuestros próximos planes. Al igual que la reserva que hizo en el resort Montage. Y como él ha anhelado tanto tiempo por esta noche. “¿Tienes alguna idea de lo que esperar algo durante cuatrocientos años?”. El susurra, sus labios se posan mordisqueando la curva de mi oreja. “¿Cuatrocientos? "Pensé que has estado alrededor de seiscientos” digo, apartándome para obtener una mejor vista de su cara. “Desafortunadamente un par de siglos tuvieron que pasar antes de que te encontrara” el susurra, sus mordisco haciendo su camino desde mi cuel o hasta mi oreja. “Dos siglos muy solitarios, podría añadir.” Yo trago difícilmente. Conociendo la soledad a la que él se refiere no necesariamente significa que él estaba solo, de hecho, todo lo contrario, pero aun así, no me dirijo a él, de hecho, no digo una palabra. Me comprometí a dejar pasar todo eso, superando mis inseguridades y avanzando, justo como prometí que lo haría. Me reusó a pensar en como paso aquel os primeros doscientos años sin mí. O como paso los siguientes cuatrocientos años superando el hecho de que me había perdido. Ni siquiera comenzare a considerar la cuenta inicial de los seis-cientos años que él no ha estado estudiando y practicando las – um – artes sensuales. Y absolutamente, y contundentemente, no pensare en todas las hermosas, mundanas, y experimentadas mujeres que él conoció en el lapso de esos años. No. No yo. Me niego incluso a l egar allí. “¿Te regojo a las seis?” pregunta el, juntando mi cabel o en mi nuca y torciéndolo en una larga trenza rubia. “Podemos ir a cenar primero” “Excepto, que realmente no comemos” le recuerdo. “Ah sí, buen punto.” El Sonríe, soltando mi cabello para que este fluya de nuevo alrededor de mis hombros y caiga bajo mi cintura. “Aunque estoy seguro que podemos encontrar algo mas en que ocupar nuestro tiempo” Yo sonreí, ya habiendo dicho Sabine que siempre estoy contándoselo a Haven y esperando que el a no intente seguir. El a solía ser muy buena cachándome cuando hablaba de más, pero desde que fui cachada bebiendo, y fui suspendida, y básicamente deje de comer. Ha estado tan propensa de seguir investigando. “¿Estás segura de que estás de acuerdo con todo esto?” pregunta Damen, leyendo equivocadamente la mirada sobre mi cara como de indecisión, cuando realmente son solo nervios. Le sonrió y me inclino para besarlo, ansiosa por borrar cualquier duda persistente mía más que suya, justo mientras Miles deja caer su maletín en la mesa y dice. “¡Oh, Haven, mira!” Están de vuelta. Los enamorados han vuelto. Yo me aparto, mi cara ruborizándose por la vergüenza mientras Haven ríe y se sienta al lado de él, sus ojos explorando la mesa mientras dice, “¿Donde está Roman?, ¿Alguien lo ha visto? “Estaba en el aula de clases” Miles se encoje de hombros, removiendo la tapa de su yogurt y encorvándose para leer su escritura.

Y él estaba en historia, creo recordar como lo ignore toda la clase entera, a pesar de sus numerosos esfuerzos para obtener mi atención, y como después de que la campana sonó, espere de nuevo, pretendiendo buscar algo en el maletín, prefiriendo el peso de la mirada penetrante del Sr. Munoe y sus pensamientos conflictivos sobre mis buenas cualidades contra mi rareza innegable que tratar con Roman. Haven se encoje de hombros y abre su caja de pastelitos, suspirando cuando dice, “Bueno, fue agradable mientras duro.” “"¿De qué estás hablando?” Miles mira hacia arriba mientras el a apunta directamente adelante, sus labios torcidos hacia los lados, sus ojos completamente abatidos mientras todos seguíamos su dedo, todo el camino a donde Roman estaba hablando y riendo con Stacia, honor, Craig, y el resto del grupo de la lista-A. “Gran reparto” el se encoje de hombros, “Si, solo espera, el regresara.” “Tu no sabes eso” dice Haven, sacudiendo la falda de su pastelito rojo aterciopelado. Su mirada fija todavía en Roman. “Por favor, lo hemos visto un mil ón de veces antes. Cada chico nuevo con el más mínimo potencial de ser cool ha terminado en esa mesa en algún momento. Solo el verdaderamente cool nunca dura mucho tiempo-porque el verdaderamente cool terminan aquí” el se ríe, dando golpecitos en la mesa de fibra de vidrio amaril o con la punta de sus uñas rosa radiante. “No yo” digo, ansiosa por cortar la conversación lejos de Roman, sabiendo que soy la única quien es feliz de ver que el nos ha abandonado por una muchedumbre mucho mas cool. “Yo empecé aquí a partir del primer día.” Les recuerdo. “Si, como olvidarlo,” Miles ríe. “Aunque me refería a Damen. ¿Recuerdas como lo hicieron a un lado durante un tiempo? Pero finalmente volvió en si sus sentidos y encontró su camino de regreso. Al igual que Roman.” Miro abajo hacia mi bebida, dándole vueltas a la botel a alrededor de mi mano. Porque aunque sé que Damen nunca fue sincero en su breve coqueteo con Stacia, que solo lo hizo para llegar a mí, verlo de esa manera si me importa, las imágenes de el os dos juntos estando tan cerca están siempre quemándose en mi cerebro. “Si, lo hice,” dice Damen, apretando mi mano y besando mi mejilla, sintiendo mis pensamientos aun cuando no siempre puede leerlos. “Ciertamente volví a mis sentidos.” “¿Lo ves?" Así que, solo podemos tener fe en que Roman lo hará también.” Miles asiente. “Y si no lo hace, entonces nunca fue realmente cool para empezar, ¿verdad?” Haven se encoje de hombros y hace rodar sus ojos, chupando su dedo pulgar y balbuceando. “Como sea” “¿Por qué sin embargo te importa tanto?” Miles la mira detenidamente, “Pensé que estabas del todo con Josh?” “Estoy del todo con Josh” dice ella, evitando su mirada mientras limpia algunas

inexistentes migajas de su regazo. Pero cuando la miro y veo la forma en que su aura duda y l amea una tonalidad engañosa de verde. Puedo decir que no es cierto. El a está afectada y eso es todo lo que hay en el o. Y si Roman está afectado también, entonces es el aura de Josh, ¡hola! Escalofriante chico nuevo. Abro mi paquete de almuerzo, pasando los movimientos de pretender que todavía estoy interesada en la comida cuando oigo. “Ay, amigo. A que hora es el estreno” “El telón es a las ocho. ¿Por qué? Vienes” Miles pregunta, sus ojos se iluminan, su aura bril ando de manera que es bastante obvio que el espera que el vaya. “No me lo perdería” dice Roman, deslizándose en el espacio al lado de Haven y golpeando su hombro buscando agradarle, de la manera más sincera, claramente consiente del efecto que provoca y sin miedo de explorarlo. “Así que como era la vida entre la lista- ¿A todo lo que soñaste que sería?” pregunta el a en un tono de voz que, si no pudieras ver su aura, pensarías que ella estaba coqueteando, pero sé que lo decía en serio, porque las auras no mienten. Roman se acerca hacia el a, apartando suavemente su flequil o de su cara. Un gesto tan intimo que sus mejillas se ruborizaron de un rosa brillante. “¿Qué es eso ahora?” dice él, su mirada fija en el a. “Ya sabes, la mesa en donde te sentabas” ela balbucea, luchando por mantener su compostura mientras esta bajo su hechizo. “El sistema de clases sociales de la hora del almuerzo” dice Miles, rompiendo su encantamiento y apartando su medio-yogurt consumido a un lado. “Es lo mismo en cada escuela. Cada uno se divide en grupos exclusivos diseñados para dejar fuera a otros. El os no pueden evitarlo, solo lo hacen. ¿Y esas personas que deseaste ser? Son la cúspide del grupo exclusivo, que, es el sistema de las clases sociales del instituto, el os hacen las reglas. A diferencia de la gente con la que estas sentándote ahora-“. El se apunta a sí mismo. “Quienes por otra parte son conocido como los intocables.” “"¡Burros!” dice Roman, alejándose de Haven y abriendo el empaque de su soda. “Una completa basura, que no compro.” “No importa si lo haces. Aun es un hecho.” Miles se encoje de hombros., mirando fijamente hacia la mesa A. porque a pesar de cómo el continua diciendo que nuestra mesa es la mesa verdaderamente genial. La verdad es, que él es dolorosamente consiente que a los ojos de la opinión del cuerpo estudiantil, no hay nada genial sobre el o. “Puede ser tu hecho, pero no es el mío. No lo hago por este método de segregación, amigo. Me gusta una sociedad libre y abierta, vagar alrededor de la habitación y explorar todas mis opciones.” Luego, mirando a Damen, el dijo. “¿y tú qué?" "¿Crees en todo esto?” Pero Damen solo se encoje de hombros y continua mirando fijamente en mi. No podría menos importarle sobre la lista-A y la lista-B. Quien es genial y quien no lo es. Soy la única razón por la que él se inscribió en esta escuela, y soy la única razón por la cual

se queda. “Bueno, es bueno tener un sueño” suspira Haven, inspeccionando la punta de sus uñas de nuevo. “Pero es aun mejor cuando hay una remota posibilidad de que se vuelva realidad” “Ah, pero ahí es donde estas equivocada, amor, no es un sueño, para nada” Roman sonríe de cierta manera que hace que su aura emita un radiante bril o rosa. “Hare que pase. Ya lo veras” “¿Y qué?" "Tú mismo te proclamas como el che Guevara de la opinión de la secundaria” mi voz contiene un sarcasmo que no me molesto en ocultar. Aunque para ser honesta, estoy más sorprendida por el uso de la palabra proclamar que el tono de mi voz. Quiero decir, ¿desde cuándo hablo así? Pero cuando echo un vistazo a Roman y veo su amplia, abrumadora, aura amaril o-naranja. Sé que me está afectando también. “Más bien prefiero proclamar eso, si” el sonríe con su sonrisa floja. Sus ojos mirando fijamente los míos tan profundamente. Sintiéndome como si estuviera desnuda – como si el viera todo, supiera todo, y no hubiera ningún lugar para esconderse. “simplemente piensa en mí como un revolucionario, porque a finales de la próxima semana, este sistema de clases sociales a la hora del almuerzo acabara. "Vamos a romper estas barreras auto-impuestas, ponemos todas las mesas juntas, ¡y tendremos una fiesta!” “"¿Esa es tu predicción?” estreche mi mirada, tratando de desviar toda su energía intrusa lejos. Pero el solo sonríe sin la menor pisca de estar ofendido. Una risa que, superficialmente, es tan cálida, atractiva, y que envuelve a todos – nadie haría suposiciones en el mensaje subyacente bajo – un borde escalofriante, el toque de malicia, la amenaza escasamente oculta dirigida solamente para mí. “Lo creeré cuando lo vea” dice Haven, limpiando las rojas migajas de sus labios. “Ver es creer.” Dice Roman, sus ojos directamente sobre los míos. “Así que, ¿cuál es tu punto de vista en todo eso?"Pregunte, justo después de que la campana sonó y Roman, Haven, y Miles se dirigen a clases mientras Damen y yo nos quedamos detrás. “¿Todo de qué?” le pregunta, obligándome a una parada. “De Roman. "Y de todas sus tonterías de la revolución en la mesa a la hora del almuerzo” le digo, desesperada por alguna aclaración de que no soy celosa, posesiva, o loca – que Roman es realmente un tramador – y que eso no tiene nada que ver conmigo. Pero Damen solo de encoje de hombros. “si no te importa, preferiría no centrarme en Roman justo ahora. Estoy mucho más interesado en ti.” El tira de mi hacia él, dándome un largo, y profundo, beso- que me quita el aliento. Y aun cuando estamos parados en medio de los cuartil os, es como si todo alrededor ya no existe. Como si el

mundo entero se hubiera deducido a este único momento. Y cuando me separo, estoy tan diferente, tan acalorada, y tan jadeante (sin aliento), que apenas puedo hablar. “Vamos a llegar tarde” finalmente me las arregle. Tomando su mano y tirando de, él hacia la clase. Pero el más fuerte que yo. Así que el simplemente se quedo quieto. “Estaba pensando – ¿qué dices si nos escapamos?” le susurra, sus labios en mi sien, en mi mejil a, y luego en mi oreja. “Ya sabes, simplemente escapar el resto del día – ya que hay tantos otros, mejores lugares donde podríamos estar.” Yo lo miro fijamente, casi influenciada por su magnetismo, pero sacudo mi cabeza y me aparto. Quiero decir, entiendo que el termino la escuela hace cientos de años y ahora encuentra todo bastante aburrido. Y aunque encuentre todo demasiado aburrido también, desde tener conocimiento inmediato de todas las cosas que el os intentan enseñar y que realmente lo hace parecer bastante inútil, es todavía una de las pocas cosas en mi vida que se siente de alguna manera normal. Y después del accidente, cuando comprendí que nunca sería normal de nuevo, bueno, hace que valore eso mucho más. “Pensé que dijiste que se supone de debíamos mantener una fachada normal a como dé lugar,” le dije, jalándolo cuando el de mala gana de queda detrás. “el no asistir a clases y fingir interés no es parte de esa fachada” “¡Pero que podría ser más normal que dos hormonas adolecentes, abandonando la escuela y saliendo temprano un fin de semana!” el sonríe, la calidez de sus hermosos ojos oscuros casi me atraen. Pero niego con mi cabeza de nuevo y sosteniendo firmemente, lo agarre del brazo aun más firme mientras lo arrastro hacia la clase.

CAPITULO 9 Como vamos a pasar la noche juntos, Damen no me sigue hasta mi casa después de la escuela. En cambio, nos damos un breve beso en el aparcamiento antes de subir a mi auto y dirigirme al centro comercial. Quiero comprar algo especial para esta noche… algo bonito para la obra de Miles y mi gran cita… ambos siendo protagonistas de una gran noche. Pero luego de mirar mi reloj y ver que no tengo tanto tiempo como pensé, me pregunto si no debería de haberle seguido la corriente a Damen cuando dijo de ratearnos hoy. Me apresuro por el aparcamiento preguntándome si debería tratar de encontrar a Haven. No hemos pasado mucho tiempo juntas desde que las cosas se pusieron raras por Drina, y luego cuando conoció a Josh, bueno, aun cuando él no asiste a nuestra escuela, el os han estado prácticamente pegados el uno al otro desde entonces. Él incluso se las arregla para acompañarla a sus grupos de adicciones. Su ritual después de clases de asistir a grupos al azar en iglesias, comiendo un par de gal etitas, mientras inventa historias sobre la adicción del día. Y hasta ahora, no me ha importado verla menos ya que parece tan feliz. Como si finalmente hubiese encontrado alguien a quien no solo le gusta el a sino que es bueno con el a. Pero últimamente, he comenzado a extrañarla, y estoy pensando que un rato juntas me podría hacer algún bien. La veo a ella con Roman apoyados en su deportivo rojo, miro como Haven toma su brazo y ríe a algo que él dice. La severidad de sus jeans negros, su cardigan del mismo color, su remera de Fal Out Boy, y su pelo negro alborotado adrede con mechas rojas, toda rodeada de su aura rosa, sus bordes expandiéndose, hasta que los cubre a ambos. Sin dejar a dudas que Roman siente lo mismo, Josh pronto va a ser reemplazado. Y aun cuando estoy determinada a frenarlo antes de que sea

demasiado tarde, estoy justo por frenar al lado de el os, cuando Roman mira por sobre su hombro, su mirada en mi tan insistente, tan intima, tan l ena de intención… piso el pedal y sigo de largo. Porque aun cuando todos mis amigos piensan que es muy cool, a pesar de que Damen no parece estar alarmado… a mi no me agrada. Aunque mis sentimientos están basados en nada más que una molestia en mí estomago cada vez que él esta cerca… el tema es que: ese chico nuevo de verdad que me da escalofríos. Como hace calor, me dirijo al centro comercial de Scrach Coast Plaza, en vez del mundano Fashion Island, aun cuando las personas locales habrían hecho lo contrario. Pero yo no soy local, yo soy de Oregon. Lo que quiere decir que estoy acostumbrada a que la época anterior a la primavera sea mas…bueno, parecida a la primavera. Ya sabes, lluvias, mucho barro. Como una verdadera primavera. No este caluroso, raro y poco natural verano que trata de hacerse pasar por primavera. Y por lo que he escuchado, solo se va a poner peor. Lo que hace que extrañe mi hogar aun más. Normalmente, trato de evitar lugares como este… un lugar tan atestado de personas y ruidos y esta energía acumulada que siempre me sobrepasa y me pone al borde. Y sin Damen a mi lado, actuando como mi escudo psíquico, estoy de nuevo con mi Ipod en las orejas. Aunque me rehúso a usar mi capucha y anteojos como solía hacerlo, me rehúso a parecer un bicho raro. En cambio, trato de mirar solo lo que tengo justo en frente, y bloquear mi visión periférica como me enseño Damen. Me pongo los auriculares y subo el volumen, dejando que e ruido barra todo lo demás, pero sintiendo un arcoíris de auras (porque aunque reduzca mi campo de visión, las tengo justo enfrente también). Ycuando me dirijo hacia Victoria’s Secret, hacia los camisolines, estoy tan enfocada e inmersa en mi misión, que no veo a Stacia y Honor justo hacia un lado. “¡Oh, Mi Dios!” Stacia canta, acercándose con tanto propósito que uno creería que tengo escrito: GUCCI, MITAD DE PRECIO. “No puedes hablar en serio,” Mira al salto de cama en mi mano, su perfectamente manicurada uña señalando el encaje que tiene tanto en la parte de arriba como abajo, encontrándose en el medio donde tiene algunos detal es de cristal incrustado. Y aun cuando solo estaba curiosa, y ni siquiera pensaba comprarlo, viendo su cara y escuchando la burla en su mente me hace sentir totalmente estúpida. Lo pongo de nuevo en su lugar y juego nerviosa con mi auricular, como si nunca hubiese escuchado nada mientras me dirijo a la parte de algodón que son más mi estilo. Pero justo cuando estoy viendo un par de conjuntos rosas y naranjas con rayas, me doy cuenta de que eso no es lo que mas le gustaría a Damen, él probablemente preferiría algo un poquito más picante. Algo con menos algodón y un poco más de encaje. Algo que pueda ser l amado sexy. Y sin siquiera mirar, se que tanto Stacia como su perro faldero me siguieron. “Aw, mira Honor. La rara no puede decidir entre sexy y dulce.” Stacia menea la cabeza y me sonríe. “Créeme, ante la duda, siempre ve por lo atrevido. Es casi una cosa segura. Además, por lo que recuerdo de Damen, no esta muy en lo dulce.” Me quedo helada. Pero solo por un momento antes de que me obligue a mi misma a seguir buscando, sin dejar que el a piense, siquiera por un segundo, que sus palabras tuvieron algún efecto en mí. Además, ya estaba enterada de lo que había pasado entre el os, y estoy feliz de poder decir que no fue ni atrevido ni dulce. Porque a decir verdad no paso absolutamente nada. Damen solo actuaba interesado en el a para poder l egar a mí. Y aun así, solo el pensar en el actuando como que le gustaba el a me pone incomoda.

“Dale, vamos, no puede oírte,” Dice Honor, tomándola del brazo y mirando de la una a la otra, luego mirando su celular para ver si Craig contesto su mensaje. Pero Stacia permanece en su lugar, disfrutando tanto del momento que no se quiere dar por vencida tan rápido. “Oh, me puede escuchar bien,” Dice una sonrisa jugando al borde de sus labios. “No dejes que el Ipod y los auriculares te engañen. El a puede escuchar todo lo que decimos y lo que pensamos. Porque Ever no solo es rara, es una bruja.” Me doy vuelta y me dirijo al otro lado de la tienda, recorriendo filas de corpiños y corsés, diciéndome: ignórala, ignórala, solo concéntrate en las compras y se va a alejar. Pero Stacia no se va a ningún lado, en cambio, me agarra del brazo y me empuja hacia el a, diciendo “Vamos, no seas tímida. Muéstrale. "¡Muéstrale a Honor lo rara que eres!” Sus ojos miran a los míos, enviando una corriente de energía oscura que pasa justo por mí mientras el a aprieta mi brazo tan fuerte que su dedo pulgar e índice casi se juntan. Y yo se que lo que ella esta intentado hacer, incitándome, sabiendo exactamente de lo que soy capaz después de la vez que perdí el control en los pasil os del colegio. Solo que aquella vez el a no lo hizo a propósito… ella no tenia idea de lo que podía hacer. Honor se empieza a incomodar, parada justo al lado de el a l oriqueando. “Vamos Stacia. Vayámonos de aquí. Esto es aburrido.” Pero Stacia la ignora y me toma aun mas fuerte del brazo, sus uñas clavándose en él mientras+ murmura, “Vamos, díselo. "¡Dile lo que eres!” Cierro mis ojos, mi estomago revolviéndose mientras mi cabeza se l ena de imágenes similares a las que había visto antes. Stacia peleando por la pirámide de popularidad, maltratando más de lo necesario a todas aquel as por debajo de el a. Incluyendo a Honor, especialmente a Honor, que tiene tanto miedo de no ser popular que no hace nada para defenderse…. Podría decirle la horrible amiga que Stacia realmente era, exponerla por la espantosa persona que se que es… Podría hacer que Stacia me suelte y hacerla volar por la vidriera hasta fuera del negocio… Solo que no puedo. La ultima vez que me deje l evar en la escuela, cuando le dije a Stacia todas las cosas horribles que se sobre el a, fue un error colosal… uno que no puedo cometer de nuevo. Hay tanto más que esconder ahora, secretos aun más grandes… secretos que no me pertenecen solo a mí sino que también a Damen. Stacia se ríe mientras yo intento mantenerme calmada y sin actuar. Recordándome a mi misma que, aunque parecer débil esta bien, darme por vencida ante la debilidad no lo esta. Es absolutamente imperativo aparentar ser normal, sin saber lo que esta pasando, y dándole la ilusión que el a es mas fuerte que yo. Honor mira su reloj, rodando los ojos, queriendo irse. Y justo cuando estoy por tirar para alejarme, e inclusive empujar… sin querer… a Stacia mientras lo hago, veo algo horrible, tan repulsivo que choco contra lencería que cae al suelo mientras intento soltarme. Corpiños, bombachas, corsés… todo cae al suelo en un amontonado revoltijo. Conmigo como cereza de postre arriba. “¡Oh mi Dios!” Stacia ríe, agarrando a Honor mientras ambas se desdoblan de la risa de mí. “¡Eres una persona verdaderamente torpe!” Dice, agarrando su celular para capturar el momento con un video, haciendo zoom mientras yo intento quedar libre de una bata roja que quedo enrol ada en mi cuel o. “Mejor te apuras y limpias esto!” El a me mira de soslayo, ajustando el ángulo mientras yo intento pararme. “Ya sabes lo que dicen, si lo rompes lo pagas!” Me logro parar, viendo mientras Stacia y Honor se alejan en el

momento justo en el que un vendedor se acerca. Stacia dando una pausa lo suficientemente larga como para mirarme por encima de su hombro y decir, “Te estoy vigilando Ever. Créeme, no he terminado contigo.” Antes de alejarse corriendo.

CAPITULO 10 De momento yo siento a Damen cruzando en mi calle. Corro al espejo (de nuevo) y agito mi ropa, asegurándome de que todo esté donde debería estar - el vestido, el sostén, la nueva ropa interior con la esperanza de que todos se mantenga en su lugar. (Bueno, hasta que llegue el momento de caerse). Después de que la vendedora de Victoriaś Secret y yo limpiamos el desorden, ella me ayudó a elegir este bonito juego de sostén y panty que no esta hecho de algodón, ni es vergonzosamente sexy, y honestamente tampoco de mucho apoyo en cubrir cualquier cosa, pero supongo que ese es el punto. Despues fui a Nordstrom donde compré un bonito vestido verde y algunas cuñas Strappy a juego con el vestido. De regreso a casa me detuve para una rápida manicura / pedicura, que es algo que aunque no lo haya hecho desde, bueno, desde antes del accidente en que me robaron mi vieja vida para siempre, cuando yo solía ser popular y femenina como Stacia. Solo que yo realmente nunca fui como Stacia. Quiero decir, pude haber sido popular y porrista pero yo nunca fui un obstáculo. “¿Qué estás pensando?” Damen me pregunta, dirigiéndose directamente hasta mi habitación ya que Sabine no está en casa. Yo lo observo, viendo como él se inclina contra la puerta y sonríe. Con sus atractivos pantalones vaqueros obscuros, camisa y chaqueta oscura así como sus botas negras de motociclista que siempre usa, mientras siento mi corazón saltar dos veces. "Yo estaba pensando en los últimos cuatrocientos años". Respondo, mientras sus ojos se vuelven obscuros y preocupados, "pero no en la forma en que tú piensas", añado deseosa de asegurarle que yo no estaba obsesionada pensando en su pasado una vez más. "Yo estaba pensando en todas nuestras vidas juntos, y cómo nunca... nosotros..." Él levanta la frente mientras una sonrisa juega en sus labios. Supongo que satisfecho de que esos cuatrocientos años han acabado". Yo balbuceo, viendo como se mueve hacia mí, deslizando sus brazos alrededor de mi cintura, y tira de mí apretándome hacia su pecho. Mis ojos paseándose en su plano rostro, sus ojos obscuros, su suave piel y sus irresistibles labios, apreciando todo de él. "Estoy muy contento", dice, sus ojos viendo los míos. "No, pensándolo bien, es mucho más que eso, porque la verdad es, que yo estoy explotando de alegría, de hecho estoy extasiado”. Él sonríe, pero un momento más tarde frunce sus cejas, diciendo: "No, eso todavía no lo explica. Creo que necesitamos una nueva palabra". Él se ríe acercando su boca a mi oído susurrando: "tú nunca has estado más bel a que esta noche. Y quiero que todo sea perfecto yo quiero que sea todo lo que soñabas que sería, sólo espero no decepcionarte aún" Me paro, frente a su cara, preguntándome como él aún podría pensar tal cosa cuando todo este tiempo he sido yo la que ha estado preocupada sobre no decepcionarlo. Él coloca su dedo debajo de mi mentón, levantado mi cara hasta que mis labios se encuentran con los suyos. Y yo le devuelvo el beso con tal fervor, que retrocede y dice: “Tal vez nosotros deberíamos dirigirnos directamente al Montage”. “Okey”, murmuro buscando sus labios. Lamentando la broma cuando se aleja y veo como la esperanza es él. "Excepto que no podemos, Miles me matará si me olvido de su debut”. Sonrío, esperando a que él sonría también. Sólo que no lo hace. Y cuando él me mira con su cara tan estirada y seria. Yo sé, trato más de cerca

con la verdad. Todas mis vidas siempre se tambaleaban durante esta noche, esta noche nosotros habíamos planificado estar juntos. Y en una resistente víspera no recuerdo los detal es, él claramente si lo hace. Pero luego con la misma rapidez regresa el color y toma mi mano cuando dice. "Bueno, por suerte para nosotros que está bastante estupendo ahora, por lo que no hay nada que nos separe.” Lo primero que me doy cuenta mientras nos dirigimos para nuestros asientos es que Haven está al lado de Román. Aprovechando al máximo la ausencia de Josh, presionando su cabeza contra su hombro de una manera que permita tener su mirada sobre él con adoración y sonriendo a todo lo que dice. La segunda cosa, es que tengo la sensación de que mi asiento también está al lado del de Román. A diferencia de Haven, no estoy en absoluto encantada. Pero siento a Damen, ya reclamando el asiento posterior, y no quiero hacer un espectáculo grande de movimiento, de mala gana me hundo en el mío, su atención es tan incómoda, que no puedo dejar de retorcerme. Miro fijamente alrededor del teatro todo l eno, tratando de mantener fuera de mi mente a Román, y estoy aliviada cuando veo a Josh por el pasil o, con su habitual conjunto de jean apretado negro, correa de tachones, la fresca camisa blanca y corbata fina a cuadros, sus brazos están ocupados con los caramelos y botel as de agua, mientras su negro pelo se arroja en sus ojos. No puedo evitar soltar un suspiro de alivio, viendo como él y Haven son perfectos el uno para el otro, y yo estoy gritando ya que no ha sido sustituido. "¿Agua?". Él pregunta, con las compras en el asiento del otro lado de Haven y pasa dos botel as hacia mí. Tomo una para mí y trato de pasar otra a Damen, pero él solamente sacude su cabeza y bebe sorbos de su bebida roja. ¿" Qué es eso? “. Román me pregunta señalando hacia la botel a, su inoportuno toque envía un escalofrío por mi piel. “Tú chupas esa cosa como si estuviera enriquecida. En tal caso, compartan la riqueza. Nosotros no tenemos aquí para el frío” Él se ríe, ampliando su mano y meneando sus dedos, echando un vistazo entre nosotros con una pizca de desafío en sus ojos. Estoy a punto de iniciar con los peros, temiendo que Damen podría estar de acuerdo, con darle a Román una probadita, la cortina se despliega y la obra comienza. Y aun cuando Román se rinde y se inclina hacia atrás en su asiento, su mirada fija no se separa de mí. Miles estuvo asombroso. Tan asombroso que de vez en cuando me encuentro realmente enfocada en las líneas que él habla y las letras que cantan, mientras el resto del tiempo mi mente está preocupada por el hecho de que estoy a punto de perder mi virginidad, por cada primera vez, en cuatrocientos años. Quiero decir, es tan asombroso pensar que de todas aquel as encarnaciones, de todas las veces que nos encontramos y nos enamoramos, nunca, ni una vez hemos logramos sel ar el trato. Pero esta noche, todo Cambiará. Esta noche enterraremos el pasado y pasaremos hacia el futuro de nuestro amor eterno. Cuando la cortina finalmente se cierra, nos levantamos y nos dirigimos a los bastidores. Pero mientras alcanzamos la puerta de atrás, doy vuelta hacia Damen y digo: " ¡Damen! olvidamos parar por la tienda y recoger algunas flores para Miles”. Pero Damen sólo sonríe, sacude su cabeza y dice: "¿Qué dices? Tenemos todas las flores que necesitamos aquí”. Me retuerzo, vagando hasta donde él está, alzando mis ojos, él está con las manos vacías como yo, "¿de qué estás hablando?" Susurro, sintiendo la maravil osa carga eléctrica caliente en mí, mientras él coloca su mano sobre mis brazos. "Ever" Dice con un divertido mirar en su rostro. "Esas flores ya existen en el nivel cuántico. Si deseas acceder a el as en un plano físico, todo lo que tienes que hacer es manifestarlo como te enseñé”. Miro alrededor, asegurándome que nadie está escuchando nuestra extraña conversación y avergonzándome cuando admito que no puedo, “No sé como” digo, deseando que él sólo haga las flores y termine de una vez por todas. Este no es momento para una sesión. Pero Damen no lo creé. “Claro que puedes. ¿No te he enseñado nada?” Presiono mis labios y miro

fijamente el suelo, porque la verdad, es que él ha intentado enseñarme mucho. Pero yo soy una mala estudiante y fui tan vaga que es mejor si dejo que él manifieste las flores. “Hazlo tú.” Digo, ceñuda ante la desaprobación que transforma su cara. “Eres mucho más rápido que yo. Si yo lo intento, esto se va a convertir en una escena, la gente se va a dar cuenta, y nos van a obligar a explicarlo…” Él menea la cabeza, sin dejarse l evar por mis palabras. “¿Cómo vas a aprender si siempre lo hago yo?” Suspiro, sabiendo que tiene razón pero sin querer perder nuestro precioso tiempo, en intentar manifestar un ramo de rosas que bien podría nunca aparecer. Lo único que quiero es tener las rosas en mis manos, decirle bravo a Miles, e irnos al Montage y seguir con nuestros planes. Y hace unos momentos parecía que eso era lo mismo que él quería. Pero ahora se puso todo serio y profesional, y para ser honesta, esta poniéndome de mal humor. Tomo un respiro y sonrío dulcemente, mis dedos alrededor de su solapa cuando digo, “Tienes razón, y prometo mejorar. Pero estaba pensando que quizás sólo por esta vez, lo podrías hacer tú, ya que eres mucho más rápido que yo…” lo acaricio suavemente sabiendo que está a punto de darse por vencido. “Quiero decir, cuanto más rápido consigamos el ramo, más rápido vamos a poder irnos, y luego…” Y ni siquiera llego a terminar porque él cierra los ojos, extiende una mano como para agarrar un ramo, mientras miro a nuestro alrededor, asegurándome de que nadie nos mira, esperando terminar con esto pronto. Pero cuando vuelvo mi mirada a Damen entro en pánico. Porque no sólo su manos están vacías, su sudor baja por sus cachetes por segunda vez en 2 días. Lo que no llamaría la atención si no fuese porque Damen no suda. Así como nunca se enferma y nunca tiene días malos, el tampoco suda. No importa que temperatura haga, sin importar cuál sea la tarea que tenga que hacer, el siempre se mantiene fresco, calmado y perfectamente capaz de enfrentar lo que este delante de él. Hasta ayer, cuando no pudo entrar al portal. Y ahora, que no puede manifestar un simple ramo para Miles. Y cuando le toco el brazo y le pregunto si está bien, recibo solo una mínima parte de las cosquil as y calor que recibo siempre. “Claro que estoy bien.” Él dice, abriendo los parpados solo para mirarme, antes de cerrarlos fuertemente de nuevo. Y aun cuando lo vi brevemente, lo que l egue a divisar en su mirada hace que me sienta fría y débil. Esos no eran los amorosos y cálidos ojos a los que estoy acostumbrada. Esos ojos eran fríos, distantes, remotos… justo como los que vi antes esta semana. Y veo como se concentra, su ceño fruncido, su labio superior lleno de sudor, determinado a terminar con esto para que podamos seguir con nuestra noche perfecta. Y sin querer que esto llegue más lejos o que se repita lo del día anterior cuando no logró abrir el portal, me paro al lado de él y cierro los ojos. Viendo un hermoso ramo de una docena de rosas rojas en sus manos, inhalando su dulce aroma mientras siento los suaves pétalos… “¡Ouch!” Damen se l eva un dedo a la boca, aun cuando sana mucho antes de llegar a sangrar. “Me olvide de hacer un florero,” Dice, claramente convencido de que él hizo las flores solo, y tengo toda la intención de que así sea. “Déjame intentarlo,” Digo, haciendo un esfuerzo por complacerlo. “Tienes toda la razón, necesito practicar.” Agrego, cerrando los ojos e imaginando el que está en el living de mi casa, el que tiene esos complicados dibujos con facetas luminosas.

“¿De cristal?” se ríe. “¿Cuánto quieres que crea que gastamos en esto?” Me rio también, aliviada de que toda la incomodidad haya pasado y que este bromeando de nuevo, tomando el florero que deposita en mis manos, mientras dice: “Aquí tienes. Dale esto a Miles mientras yo voy a buscar el auto y lo estaciono a la vuelta.” “¿Estás seguro?” Pregunto, notando como la piel alrededor de sus ojos parece pálida y tirante, y su frente está un poco pegajosa y húmeda. “Porque bien podríamos entrar, darle nuestras felicitaciones, y salir. No tiene por qué ser gran cosa.” “De esta manera podemos evitar la larga fila de autos y ser más rápidos cuando queramos irnos.” Sonríe. “Creí que estabas ansiosa por irnos.” Lo estoy. Estoy tan ansiosa como él. Pero también estoy preocupada. Preocupada, porque no puedo hacer una manifestación, preocupada por la mirada fría de sus ojos… manteniendo la respiración mientras toma un trago de su bebida, recodándome cuán rápido sanó su herida, convenciéndome de que eso es una buena señal. Y sabiendo que mis preocupaciones solo lo van a hacer sentir peor, aclaro la garganta y digo, “Esta bien. Tu ve a dejar el auto y yo te encuentro adentro.” Sin poder ignorar la frialdad de sus cachetes cuando le doy un beso.

CAPITULO 11 Cuando llego a tras bastidores, Miles está rodeado por su familia y amigos y aún esta vestido con las botas blancas go-gó y el mini vestido que utiliza Tracy Turnblad en la última escena de Hairspray. “¡Bravo! ¡Estuviste fantástico!” Le digo, ofreciéndole las flores en lugar de un abrazo. Estoy tan nerviosa, que no me puedo arriesgar a recibir más energía cuando apenas puedo lidiar con la mía. “En serio, no tenía idea de que pudieras cantar así.” “Si lo sabías.” Él mueve a un lado su larga peluca y sumerge su nariz entre los pétalos. “Me has escuchado cantar en el auto muchas veces.” “Pero no así.” Sonrío y lo que estoy diciendo lo digo en serio. De hecho, él estuvo tan bien, que hasta estoy planeando asistir a otra presentación en otra noche que no esté tan nerviosa como en esta. “¿Y dónde está Holt?” Le pregunto, aunque ya sé la respuesta. Simplemente estoy intentando hacer conversación hasta que l egue Damen. “De seguro ya se han arreglado…” Miles frunce el ceño y hace un gesto con la cabeza, señalando a su padre, mientras yo me encojo y le digo “Lo siento”, por lo bajo, olvidando que, aunque todos sus amigos saben que él es gay, sus padres aún no lo saben. “No te preocupes, todo está bien.” Él susurra, aleteando sus falsas pestañas y acariciando sus rizos dorados. “Tuve un mal momento, pero ya está todo perdonado y

olvidado. Hablando del príncipe encantador…” Yo me giro hacia la puerta, ansiosa por ver a Damen caminar por el a. Mi corazón se desboca por el solo hecho de pensar en él, por lo maravil oso y glorioso que es pensar en él… y no hago mucho para disimular mi desencanto cuando me doy cuenta que él se refiere a Haven y Josh. “¿Qué opinas?” Él pregunta, señalándolos con la cabeza. “¿Crees que lo logren?” Yo observo como Josh desliza su brazo alrededor de la cintura de Haven, curveando sus dedos y acercándola más hacia él. Pero no tiene caso. No importa lo mucho que se esfuerce. A pesar del hecho de que son perfectos juntos, el a ha puesto toda su atención en Román, observando la manera en que él se para, la manera en que él echa para atrás su cabeza cuando ríe, la manera en que él sostiene las manos… Toda la energía de ella fluye directamente hacia él, como si Josh no existiera. Y aunque Román parece no estar interesado, desafortunadamente él es del tipo que estaría más que dispuesto a invitarla a salir y sacarle partido. Me giro hacia Miles y finjo que me encojo de hombros de manera casual. “En casa de Heather habrá una fiesta con todos los actores.” Dice Miles. “Iremos pronto para allá. ¿Ustedes quieren ir?” Yo lo miro completamente en blanco. Ni siquiera sé quién es ella. “El a interpretó a Penny Pingleton.” Tampoco sé quién es esa, pero sé muy bien que no debo dejarle saber eso, así que asiento con la cabeza como si supiera quién es. “¡No me digas que ustedes estuvieron haciendo cositas durante todo el espectáculo y no vieron nada!” Él mueve la cabeza de una manera que deja claro que está en parte bromeando. “¡No seas ridículo, lo vi todo!” Le digo, pero mi cara esta tan roja que sé que él nunca me va a creer, aunque es más o menos cierto. Porque, aunque nos estábamos comportando y de ninguna manera estábamos haciendo cositas, era como si nuestras manos lo estuvieran haciendo por la manera en que Damen cruzó sus dedos con los míos y nuestros pensamientos lo estuvieran haciendo, con todos esos pensamientos que compartimos telepáticamente. Porque, aunque mis ojos estuvieron todo el tiempo observando el espectáculo, mi mente estaba en otra parte, en nuestra habitación en el Montage. “¿Vas a ir o no?” Pregunta Miles, aunque en su mente ya supone que voy a decir que no y no está tan molesto como yo pensé que iba a estar. “¿Y a dónde van a ir ustedes? ¿Qué podría ser más emocionante que una fiesta con los actores y el equipo de producción?” Y cuando lo miro, estoy tan tentada de decirle, de compartir mi gran secreto con alguien que conozco y en quien confío. Pero cuando me convenzo de decirle, Román

se acerca con Josh y Haven pegados a los tobil os. “Nos estamos yendo. ¿Alguien quiere que lo l eve? Mi auto solo tiene dos asientos, pero puedo acomodar a alguien más.” Román me hace un gesto con la cabeza, presionando y retando con su mirada, incluso cuando miro hacia otra parte. Miles dice que no con la cabeza. “Yo voy a ir con Holt, y Ever tiene un plan ultra secreto del cual se rehúsa a hablar.” Román sonríe y las esquinas de sus labios se curvean mientras sus ojos viajan sobre mi cuerpo y, aunque técnicamente hablando, sus pensamientos se podrían considerar como un halago, la verdad es que él hecho de que vengan de él, me dan escalofríos. Yo evito mirarlo, viendo hacia la puerta, sabiendo que Damen ya debería estar aquí y estoy a punto de mandarle un mensaje telepático diciéndole que venga aquí y se reúna conmigo cuando soy interrumpida por la voz de Román diciendo: “Debe de ser un secreto incluso para Damen porque él ya se fue.” Yo me giro, mis ojos encontrando los suyos y sintiendo ese indudable vuelco en mi interior, mientras el frío arropa mi piel. “Él no se fue,” le digo sin ni siquiera intentar disimular el enojo en mi voz. “Él sólo fue a buscar el auto.” Pero Román se encoje de hombros y me mira con lástima. “Lo que digas, soló pensé que deberías saber que justo ahora, cuando salí a fumar, vi a Damen salir del estacionamiento y alejarse a toda velocidad.”

CAPITULO 12 Salgo por la puerta a toda velocidad, l ego al callejón y observo todo a mi alrededor mientras mis ojos se acostumbran a la obscuridad de ese espacio ocupado solo por una hilera de abarrotados contenedores, vidrios rotos, un gato hambriento, pero nada de Damen. Me adentro más en el cal ejón y mis ojos buscan implacablemente mientras mi corazón late tan rápido que temo que vaya a romper mi pecho. Me niego a creer que él no está aquí. Me niego a creer que él me dejó plantada. ¡Román es terrible! ¡Él está mintiendo! Damen jamás se iría y me dejaría así. Mis dedos trazan la pared de ladril os, buscando una guía. Cierro mis ojos e intento sintonizar la energía de él, l amándolo a través de un mensaje telepático de amor, necesidad y preocupación. Pero lo único que consigo como respuesta es un vacío negro. Luego, con mi célular presionado contra mi oído, zigzagueo entre todos los autos que esperan para salir, mientras observo por las ventanas y dejo una serie de mensajes en su correo de voz. Cuando se rompe el tacón de mi sandalia derecha, los arrojo a un lado y sigo caminando. No me importan mis zapatos. Puedo crear cientos de pares. Pero no puedo crear a otro Damen. Mientras el lote se vacía lentamente, y aún sigo sin señales de él, me desmorono en la acera sintiéndome sudada, exhausta y desanimada, mientras observo como los cortes y ampol as de mis pies se curan simultáneamente y deseo poder cerrar mis ojos, tener acceso a su mente y poder leer sus pensamientos y saber su paradero. Pero la verdad es que nunca he sido capaz de entrar a su cabeza. Es una de las cosas que más me gustaron de él. El que él sea psíquicamente inaccesible me hizo sentir normal. Quién diría que lo que una vez fue tan atrayente es la misma cosa que ahora está en contra mía. “¿Quieres que te lleve?” Levanto la vista y me encuentro con Román parado frente a mí, haciendo tintinear sus l aves con una mano y con la otra sosteniendo mis sandalias rotas. Muevo la cabeza y miro hacia otra parte, sabiendo que no estoy en posición de negarme a un aventón, aunque preferiría arrastrarme por un camino de carbones calientes y vidrios rotos en lugar

de meterme con él en un auto para dos. “Vamos,” él dice. “Prometo no morder.” Recojo mis cosas, tiro mi celular dentro de mi bolso y aliso mi vestido mientras me levanto y digo: “Estoy bien.” “¿De verdad?” Él sonríe, acercándose tanto que la punta de nuestros pies casi se tocan. “Porque, honestamente, no te ves muy bien.” Doy la vuelta y me dirijo a la salida, sin preocuparme en detenerme cuando él dice, “Me refería a que la situación no se ve muy bien. O sea, mírate Ever, estás despeinada, descalza y, aunque no estoy seguro, parece que tu novio te ha dejado plantada.” Respiro profundamente y sigo caminando deseando que él pronto se canse de este juego, se canse de mí, y se vaya. “Y aún así, incluso en ese frenético y desesperado estado, debo admitir que sigues siendo sexy, si no te molesta que te lo diga.” Me detengo súbitamente y me giro para encararlo, a pesar de que me propuse seguir avanzando. Avergonzándome mientras sus ojos recorren lentamente todo mi cuerpo, deleitándose con mis piernas, mi cintura y mi pecho, con una malicia inconfundible. “Hace a uno pensar en qué está pensando Damen porque, si me lo preguntas…” “Nadie te ha preguntado nada,” le digo, sintiendo que mis manos están comenzando a temblar y me recuerdo a mi misma que aquí yo estoy completamente al mando; que no tengo ninguna razón para temerle. Que, aunque luzca como la clásica chica indefensa, soy todo lo contrario. Soy más fuerte de lo que solía ser, tan fuerte que si de verdad lo quisiera, podría derribarlo de un solo puño. Podría agarrarlo por los pies y tirarlo al otro lado de la calle. Y ni pienses que no estoy tentada a probarlo Él sonríe con esa sonrisa despreocupada que convence a todos menos a mí y sus férreos ojos azules miran directamente a los míos de una manera tan conocedora, tan personal y divertida, que mi primer impulso es largarme de allí. Pero no lo hago. Porque todo en él se siente como un reto y de ninguna manera voy a dejar que él gane. “No necesito que me l eves,” digo finalmente, girándome para seguir caminando y sintiendo un escalofrío al estar él justo detrás de mí, con su aliento frío en mi nuca, diciendo, “Ever, por favor, detente un minuto ¿Sí? No quería hacerte sentir mal.” Pero yo no me detengo, sigo caminando determinada a poner entre nosotros toda la distancia que pueda. “Vamos, ven aquí.” Él ríe. “Solo estoy intentando ayudar. Todos tus amigos se han ido, Damen se ha largado, el equipo de limpieza se fue, lo cual me deja a mí como tu única esperanza.” “Tengo bastantes opciones,” digo entre dientes, deseando que se largue de una vez para poder intentar manifestar un auto, zapatos y poder irme.

“Yo no veo ninguna.” Yo muevo mi cabeza y sigo caminando. Esta conversación ha terminado. “¿Entonces prefieres caminar todo el trayecto hasta tu casa en lugar de ir en el auto conmigo?” Alcanzo el final de la calle y presiono el botón de peatones una y otra vez, deseando que la luz cambie a verde para poder llegar al otro lado y deshacerme de él. “No sé a qué se deba todo este mal comienzo, pero es claro que me odias y no tengo idea de porqué.” Su voz es suave y tentadora, como si de verdad quisiera que volvamos a comenzar y hacer las paces; borrón y cuenta nueva y esas cosas. Pero no quiero hacerlo. No quiero hacer las paces con él. Yo solo quiero que se vaya a alguna otra parte y me deje sola para poder encontrar a Damen. Pero aún así, no puedo dejarlo ir. No puedo dejar que él tenga la última palabra, así que miro sobre mis hombros y digo, “No te halagues tanto Román. Te tiene que importar alguien para poder odiarlo, lo cual en este caso es imposible, así que no puedo odiarte.” Luego, aunque la luz aún no ha cambiado a verde, comienzo a caminar por la cal e, bailando alrededor de varios autos que aceleran antes de que la luz amaril a se vuelva roja y sintiendo el insistente frío de su mirada. “¿Y tus zapatos?” Él grita. “Es una pena que los dejes así. Estoy seguro que el tacón se puede arreglar.” Pero yo solo sigo caminando. Viendo como él hace una profunda reverencia, haciendo un exagerado arco con su mano y mis sandalias colgando de la punta de sus dedos. Y su risa toda acompasada me persigue a través del boulevard y la carretera.

CAPITULO 13 En el momento en que cruzo la cal e me agacho detrás de un edificio, espío por la esquina, y espero que el Aston Martin rojo cereza de Roman salga a la cal e y se aleje. Luego espero un par de minutos más hasta estar convencida de que él realmente se fue y no va regresar pronto. Necesito encontrar a Damen. Necesito saber qué es lo que le paso, por que desapareció sin decir nada. O sea, él espero (nosotros esperamos…) esta noche por cuatrocientos años, así que el hecho de que no este acá conmigo prueba que algo ha salido terriblemente mal. Peor primero necesito un auto. No puedes ir a ningún lugar en Orange Country sin uno. Así que cierro los ojos e imagino lo primero que se me viene a la mente… un VW Bug azul cielo…justo como el que Shayla Sparks, la persona más popular que paso alguna vez por Hillcres High, solía manejar. Recordando su figura de dibujito animado, redondeado, y con el techo negro que parecía tan glamoroso y aun así inconveniente cada vez que llovía. Imaginándolo tan claramente como si estuviese frente a mi… brillante, curvado y adorable. Sintiendo mis dedos agarrando el picaporte de la puerta, y sintiendo el suave cuero mientras me deslizo por el asiento, y cuando planto un único tulipán rojo justo en frente mío, abro los ojos y veo que mi coche esta completo. Solo que no sé cómo ponerlo en marcha. Me olvide de imaginarme la llave. Pero como eso nunca pareció frenar a Damen, solo cierro los ojos nuevamente y enciendo el coche, recordando el ruido exacto que hacía el motor del e Shayla mientras mi mejor amiga Rachel y yo estábamos paradas en el estacionamiento, mirando con envidia sus súper populares amigos apilarse en los asientos delanteros. Y en el momento en que se enciende, me dirijo a Coast Highway. Pensando que lo mejor será empezar en Montage, el lugar donde supuestamente nos teníamos que encontrar. El tráfico es denso a esta hora de la noche, pero eso no me detiene. Solo me concentro en los autos

de alrededor, sabiendo cual va a ser el movimiento siguiente de los demás, y luego acomodando los míos a los de el os. Me muevo rápido y sin problemas a los espacios vacíos, hasta que llego a la puerta de entrada, salto fuera del Bug, y corro por el lobby. Parando solo cuando el val et me l ama a mis espaldas y dice “¡Hey! ¡Espera! ¿Qué hay de las llaves?” Hago una pausa, mi respiración agitada, dándome cuanta en cando lo veo mirando mis pies que no solo no tengo llave pero sin zapatos también. Y aun así, sabiendo que no puedo hacer una manifestación justo delante de él, corro y atravieso la puerta gritando, “¡Déjalo encendido, me voy a tardar solo un segundo!” Llego hasta una fila frente al mostrador del frente, paso a las personas amontonadas con valijas, y me cruzo frente a una pareja de mediana edad que era la siguiente, mientras los de la fila comienzan a protestar. “¿Se ha chequeado Damen Auguste ya?” Pregunto, ignorando las protestas de detrás, mientras mis dedos se curvan con la forma del borde del mostrador y yo lucho por controlar mis nervios. “Lo siento, ¿qué?” La encargada le lanza una mirada a la pareja de detrás de mí, una que dice: ¡no se preocupen, terminare con esta malcriada pronto! “Damon Auguste.” Le repito lentamente, con más paciencia de la que realmente tengo. Ella me relojea, sus labios apenas moviéndose cuando dice, “Lo siento, esa información es confidencial,” tirando su cola de caballo por sobre el hombro en un movimiento final, que quiere decir que termino conmigo, como un punto al final de una oración. Entrecierro los ojos, concentrándome en su aura naranja sabiendo que significa que organización y auto-control son las virtudes que el a mas aprecia… algo de lo que yo mostré muy poco cuando me salte la fila hace unos momentos. Y sabiendo que tengo que agradarle si quiero obtener algo de información, resisto la tentación de actuar indignada, y en voz calmada le explico que yo soy la otra persona que se va a quedar en el cuarto. Ella me mira, mira a la pareja detrás de mí luego dice, “Lo siento, pero vas a tener que esperar tu turno como todo el mundo.” Y sé que tengo menos de diez segundos antes de que l ame a seguridad. “Lo sé” Bajo mi voz y me acerco mas a el a. “Y realmente lo siento, es solo que…” Me mira, sus dedos acercándose al teléfono, mientras yo miro si larga y estrecha nariz, labios finos sin adornar, y la hinchazón debajo de los ojos, y justo ahí, me doy cuenta de cómo puedo hacer para ganarla. La han dejado plantada. La han dejado plantada recientemente y todavía l ora por las noches por eso. Reviviendo lo que paso todos los días, todo el día… la escena persiguiéndola a donde quiera que vaya, cuando esta despierta y en sus sueños. “Es solo que…” Hago una pausa, tratando de que parezca como si doliese demasiado decir las verdaderas palabras, cuando la verdad es que ni siquiera sé que las palabras exactas que voy a utilizar. Luego meneo la cabeza y hablo de nuevo, sabiendo que siempre es mejor que tenga algo de verdad para que la mentira parezca sincera. “Él no se presento cuando debería de haberlo hecho, y por eso…bueno… ni siquiera sé si el va a venir.” Trago con dificultad, asombrándome cuando noto que las lagrimas en mis ojos son verdaderas. Pero cuando la miro nuevamente, viendo como su cara se suaviza… la mueca en su boca, los ojos

entrecerrados, el gesto petulante de su barbil a… de pronto transformados por la compasión, solidaridad y unidad… se que funciono. Somos como hermanas ahora, miembros leales de una tribu puramente femenina, recientemente abandonada por los hombres. Veo como ella anota algo en la computadora, penetrando su energía para poder ver lo que el a ve… las letras de la pantalla aparecen frente a mí, mostrando nuestro cuarto, la suite 309, todavía vacía. “Estoy segura que solo está l egando tarde,” dice, aunque no lo cree. En su mente, todos los hombres son basura, de eso está convencida. “Pero si me muestras alguna identificación y me muestras quien eres yo podría…” Pero antes de que termine de hablar yo ya me fui, corriendo hacia afuera. No necesito una llave. No podría entrar jamás a esa habitación triste y vacía, esperando a mi novio que claramente no va a aparecer. Necesito seguir moviéndome, seguir buscando. Necesito ir a los únicos 2 otros lugares en los que él podría estar. Y mientras salto a mi auto y me dirijo a la playa… ruego encontrarlo.

CAPITULO 14 Aparco cerca del Shake Shack y me dirijo al océano, atravesando el camino oscuro, determinada a localizar la caverna secreta de Damen aun cuando estuve ahí solo una vez, que resulta ser la vez que estuvimos también cerca de… hacerlo. Y lo hubiésemos hecho… si no hubiese sido por mí. Creo que tengo una larga historia poniendo los frenos en los momentos cruciales. Eso, o termino muriendo. Así que obviamente estaba esperando que esta noche fuese diferente. Pero en el momento que mis pies tocan la arena y me dirijo al escondite, me siento triste de ver que está casi tal cual lo dejamos: Mantas y toal as dobladas en una esquina, las tablas de surf contra la pared, un traje de baño sobre una sil a… pero no hay rastros de Damen. Y con solo un lugar por registrar en la lista, cruzo los dedos y corro a mi coche. Asombrada por la manea en que mis miembros se mueven con tanta rapidez y gracia, mis pies apenas rozan la arena, cubriendo la distancia en tan poco tiempo, apenas empecé y ya estoy en mi auto, saliendo de donde estacione. Preguntándome hace cuanto que puedo hacer esto, y cuantas otras maravil osas habilidades tengo. Cuando l ego a la puerta, Sheila, la guardia de turno quien está acostumbrada a verme y ya sabe que estoy en la lista de visitantes aceptados de forma permanente de Damen, solo sonríe y me deja entrar. Y mientras me dirijo arriba de la colina hacia la casa de él y aparco en la entrada, lo primero que noto es que las luces están apagadas. Y me refiero a todas el as. Incluyendo la que se encuentra arriba de la puerta que él siempre deja encendida. Me quedo sentada en el auto, con el motor encendido mientras miro esas ventanas frías. Parte de mi quiere tirar abajo la puerta, subir las escaleras, y entrar a su “cuarto especial”… En el cual el guarda sus más valiosas posesiones… los portarretratos suyos pintados por Picasso, Van Gogh, y Velázquez, junto con pilas de tomos de primeras ediciones... reliquias invaluables de su largo pasado, todas puestas en una habitación sobre poblada y mal iluminada. Aun cuando no puedo verlo, se que no necesito entrar para saber que él no está ahí. El frío, desolado exterior, con sus paredes recubiertos en piedra, techos de dos aguas, y ventanas vacías, está completamente desprovista de su cálida y amorosa presencia. Cierro los ojos, luchando por recordar las últimas palabras que él dijo… algo sobre ir a buscar el auto así podíamos hacer una aún más rápida escapada. Seguro que él dijo Nosotros… que NOSOTROS íbamos a hacer una rápida escapada así podíamos estar finalmente juntos… nuestra búsqueda de cuatrocientos años culminando en esta noche perfecta. Quiero decir, él no podía estar buscando una forma rápida de escaparse de mí… ¿O si? Tomo un largo respiro y salgo del auto, sabiendo que la única forma de obtener respuestas es seguir moviéndose. Las suelas de mis pies mojados y fríos patinando por el camino de entrada mientras yo busco la llave, recordando demasiado tarde que la deje en casa, sin pensar en que la podía necesitar

esta noche de entre todas las noches. Me paro frente a la puerta, memorizando su arco de entrada curvo, sus detal es osados, antes de cerrar los ojos y me imagino uno justo igual. Viendo la puerta imaginaria sin trabar, abriéndose, sin haber intentado esto nunca, pero sabiendo que es posible después de haber visto a Damen destrabar una puerta en el colegio… Una que había estado bien cerrada unos momentos antes. Y cuando abro los ojos nuevamente, todo lo que logre manifestar es otra puerta enorme de madera. Y sin saber como deshacerme de el a (ya que todo lo que hice hasta ahora es manifestar cosas que quería quedarme, me apoyo contra la pared y me dirijo hacia el fondo. Hay una ventana en la cocina, la que está justo detrás de los grifos que el siempre deja destrabada. Y después de deslizar mi dedo debajo de la ventana y deslizarla toda hacia arriba, gateo sobre la pileta de la cocina llena de botel as de vidrio antes de saltar al suelo, mis pies aterrizando sin ruido mientras me preocupo si la pena por entrar sin permiso a una casa se aplica también a novias preocupadas. Miro alrededor del cuarto, divisando la mesa de madera y las sil as, la cafetera de alta tecnología, juguera… toda una colección de los más modernos aparatos para la cocina que la plata puede comprar y Damen puede manifestar. Seleccionados con cuidado para dar la apariencia de una casa normal, como accesorios en una casa moderna y decente, perfectamente combinados. Reviso su heladera, esperando ver la abundancia usual en botel as llenas de jugo rojo, solo para encontrar una pequeña porción de las mismas. Y cuando reviso las alacena, el lugar donde deja que las nuevas fermenten y se marinen o lo que sea que hagan en la oscuridad por tres días… me sorprende encontrarla con pocas botel as también. Me quedo parada ahí, mirando las pocas botel as, mi estomago encogiéndose, mi corazón acelerado, sabiendo que algo está terriblemente mal con lo que veo. Damen es siempre tan obsesivo en dejar mucho jugo a mano… más aún ahora que es responsable de darme algunas a mi también… que nunca dejaría que las cosas l eguen a este punto. Pero de nuevo, el está pasando por muchísimo últimamente, tomando hasta el punto que su consumición se ha redoblado. Asíque es posible que no haya tenido tiempo de hacer nuevas. Lo que suena bien en teoría, claro, pero no posible en absoluto. Quiero decir, ¿a quien quiero engañar? Damen es totalmente organizado con estas cosas, casi rayando lo obsesivo. Él nunca dejaría que esto se le pase… ni siquiera por un día. No a menos que algo este muy mal. Y aun cuando no tengo prueba alguna, lo sé en mi interior que la manera en la que está actuando últimamente… las repentinas miradas en blanco que son imposibles de pasar desapercibidas sin importar cuán rápido se pasen, sin mencionar el sudor, los dolores de cabeza, la inhabilidad de manifestar objetos, o acceder a Summerland… bueno, cuando sumo todo eso, está claro que el está enfermo. Solo que Damen no se enferma. Y cuando se pincho el dedo con la rosa hace un rato, vi como sanaba justo delante de mí. Pero aún así, quizás debería empezar a l amar a los hospitales… solo para estar segura. Excepto que Damen jamás iría a un hospital. Lo vería como una forma de debilidad, de derrota. Hay muchas más posibilidades de que gatee como un animal herido, escondiéndose en algún lugar donde pueda estar solo. Sólo que él no tendría herida alguna porque se cura instantáneamente. Además, el nunca se alejaría sin antes decírmelo. Pero de nuevo, yo también estaba convencida de que él nunca se hubiese ido sin mí, y miren como termino saliendo todo. Reviso sus cajones, buscando las Páginas Amaril as… otro accesorio para parecer normal. Porque aún cuando es verdad que Damen nunca iría al hospital por sí mismo, si hubiese habido un accidente, o algún evento fuera de su control, entonces es posible que alguien más lo haya llevado al hospital sin su consentimiento. Y mientras que eso contradice lo que Román (seguramente por maldad) dijo, de haber visto a Damen alejarse a toda marcha, eso no me frena de llamar a los hospitales de Orange County,

preguntando si Damon Auguste ha sido admitido, y consiguiendo un no cada vez. Cuando termino de llamar al último hospital, considero llamar a la policía pero decido no hacerlo rápidamente. O sea, ¿Qué les voy a decir? ¿Que mi novio de cientos de año, inmortal esta desaparecido? Tendría la misma suerte cruzando Coast Highway, buscando un BMW negro con ventanas polarizadas y un conductor buen mozo… lo que sería una aguja en un pajar en Laguna Beach. O… siempre puedo quedarme aquí, sabiendo que él va a volver eventualmente. Subo las escaleras a su cuarto, y me conformo a mi misma pensando que aun cuando no puedo estar con él, al menos puedo estar con sus cosas. Y mientras me acomodo sobre su cama, miro las cosas que él mas aprecia, esperando seguir siendo una de el as también.

CAPITULO 15 Mi cuello duele, mi espalda se siente rara y cuando abro mis ojos y observo a mi alrededor, se a qué se debe el dolor. Pase la noche en este cuarto. Justo aquí en esta antigua butaca de terciopelo, la cual fue originalmente creada para un ligero descanso, o para flirtear, pero definitivamente no para dormir. Me esfuerzo en levantarme y mis músculos se contraen en protesta mientras me estiro con los brazos en alto y luego hacia lo largo de mis piernas. Luego de mover mi torso de lado a lado y mover mi cuel o hacia arriba y abajo, me dirijo hacia las gruesas cortinas de terciopelo y las muevo a un lado, llenando la habitación con una luz tan bril ante que hace que mis ojos se lastimen, a penas teniendo tiempo para acostumbrarse antes de cerrarlas nuevamente, asegurándome de que las esquinas estén bien cubiertas, de que ningún rayo de luz pueda atravesar, retornando el espacio a su eterno estado de total oscuridad, ya que Damen me ha advertido que los rayos solares del sur californiano pueden dañar el contenido de la habitación. Damen. El solo pensar en él hace que mi corazón se inflame de tanto anhelo, de tanto dolor. Comienzo a sentirme mareada, todo mi cuerpo se tambalea y cuando me apoyo de un elaborado gabinete de madera, agarrando su detal ado borde, mis ojos buscan en la habitación y recuerdo que no estoy tan sola como pensé. A todos lados que veo, está su imagen. Las pinturas capturadas por los grandes maestros del mundo, enmarcadas en cuadros dignos de museos y montados en las paredes. El Picasso con el traje oscuro y sobrio, el Velázquez montando en el cabal o blanco. Cada uno de el os representando el rostro que pensé que conocía tan bien, solo que ahora los ojos parecen distantes y burlones, el mentón levantado y desafiante y esos labios, esos cálidos y maravil osos labios que ansío tanto que hasta puedo probarlos, parecen tan remotos y exasperantemente distantes, que parecen advertirme que no me acerque. Cierro los ojos determinada a bloquear todo. Estoy segura de que mi estado de pánico está influenciándome a pensar lo peor, así que me fuerzo a tomar varios respiros profundos antes de volver a intentar l amar a su celular, l enando su correo de voz con otra ronda de: Llámame… ¿Dónde estás?… ¿Qué pasó?… ¿Estás bien?… Llámame. Mensajes que ya he dejado un sin fin de veces. Vuelvo a guardar el celular en mi bolso y observo la habitación por última vez. Con mucho cuidado, mis ojos evitan observar sus retratos mientras me convenzo a mi misma de que no me he perdido nada. De que no he pasado por alto ninguna pista de su desaparición, ninguna pequeña e insignificante clave que pueda explicar el por qué y cómo. Cuando estoy satisfecha de que he hecho todo lo posible, tomo mi bolso y me dirijo a la cocina, deteniéndome un momento para dejar una nota repitiendo las mismas palabras que dije en el teléfono, y sé que una vez salga por la puerta, mi conexión con Damen se sentirá más tenue de lo que ya es. Respiro profundamente y cierro mis ojos, imaginando el futuro que ayer parecía tan seguro, el futuro en donde Damen y yo somos felices y estamos juntos y completos. Desearía que fuera

posible manifestar algo así, pero en el fondo sé que no tiene caso. No puedes manifestar a otra persona. Al menos no por mucho tiempo. Así que concentro mi atención en algo que sí puedo crear e imagino el tulipán más perfecto con pétalos sedosos y su largo tal o húmedo; el símbolo ideal para nuestro amor eterno y cuando siento que ha cobrado forma en mi mano, regreso a la cocina, rompo la nota y dejo el tulipán en su lugar.

CAPITULO 16 Extraño a Riley. La extraño tanto que duele. Porque el segundo que me di cuenta que no tenía otra opción que informarle a Sabine que Damen no iba a venir a cenar (y espere a hacer hasta 10 minutos antes de las 8 cuando ya estaba claro que no iba a aparecer), empezaron las preguntas. Y siguieron viniendo como un recuerdo de lo que paso el fin de semana, con las preguntas como: ¿Qué pasa? Sé que algo está pasando. Desearía que hablaras conmigo. ¿Por qué no me lo cuentas? ¿Tiene que ver con Damen? ¿Están ustedes dos peleados? Y aunque sí hable con el a (durante la cena cuando de alguna manera me las ingenie para comer lo suficiente para convencerla de que verdaderamente no tengo un desorden alimenticio), tratando de asegurarle que todo está bien, que Damen solo estaba ocupado, y que yo estaba sumamente cansada después de pasar una larga, y llena de diversión, noche en lo de Haven… estaba claro que el a no me creía. O al menos no la parte que yo estaba bien. Se creyó totalmente la parte en que yo me quede en lo de Haven. En cambio, el a seguía insistiendo en que debía de haber una mejor explicación por mis suspiros constantes y mis cambios de humor, que iban de taciturna a maniática, y luego de nuevo al principio. Pero aún cuando me sentía mal por mentirle… mantuve mi historia. Creo que era más fácil ya que el mentirle a Sabine hacia más fácil el mentirme a mí misma. Temiendo que al contar nuevamente la historia, explicando cómo aunque mi corazón se rehúsa a creerlo, mi cabeza no puede dejar de preguntarse si él no me habrá dejado plantada a propósito… pueda l egar a hacerlo realidad. Si Riley estuviese aquí, las cosas seria diferentes. Podría hablar con el a. Podría contarle toda la historia desde el principio al final. Sabiendo que ella no solo entendería, pero encontraría respuestas también. El hecho de que este muerta hace que tenga una especie de pase con accesos abierto a todo. Haciendo posible que vaya a cualquier lugar que el a quiera con tan solo pensarlo. Haciendo que ningún lugar este fuera de los límites posibles… el planeta entero es un parque de diversiones. Y no tengo dudas de que el a sería mucho más efectiva que todas mis l amadas desesperadas y visitas juntas. Porque al final,…toda mi torpe, inconexa, e inefectiva investigación me llevo a: ………. (Nada) Dejándome tan desconcertada este lunes por la mañana como estaba el viernes, la noche en que ocurrió. Y no importa cuántas veces llame a Miles o a Haven, su respuesta es siempre la misma… nada que reportar, pero te l amaremos si algo cambia. Pero si Riley estuviese aquí, el a cerraría el caso en un santiamén. Obteniendo resultados rápidos y respuestas… sería capaz de decirme con qué exactamente me estoy enfrentando, y como proceder. Pero el hecho es que, Riley no está aquí. Y a pesar de que me prometió una señal, segundos antes de irse, estoy empezando a dudar de que pase. Y quizás, solo quizás, es tiempo de que deje de buscar y vuelva a vivir mi vida. Me pongo unos jeans, meto los pies en unas sandalias, me pongo una remera, y sobre ella una remera de mangas largas… y justo cuando estoy por salir por la puerta para ir a la escuela, me doy

media vuelta y agarro mi IPod, mi capucha y mis anteojos, sabiendo que mejor me preparo para lo peor ya que no tengo idea con qué me voy a encontrar. “¿Lo encontraste?” Meneo la cabeza, viendo como Miles sube a mi auto, tira la mochila al suelo, y me mira con lastima. “Trate de l amar” Dice, sacándose el pelo de la cara, sus uñas todavía pintadas de rosa. “Incluso trate de pasar por su casa pero no me dejaron pasar ni por el portón principal. Y créeme, no quieres meterte con la Gran Sheila. El a se toma su trabajo muy en serio.” Se ríe, esperando aliviar el ambiente. Pero yo sólo me encojo, deseando poder reírme con él, pero sabiendo que no puedo. He estado destruida desde el viernes y la única cura es ver a Damen nuevamente. “No deberías preocuparte tanto,” Dice Miles, girándose hacia mí. “Estoy seguro de que está bien. O sea, no es que sea la primera vez que desaparece.” Lo miro de reojo, sintiendo los pensamientos antes de que las palabras salgan por su boca. Sabiendo que se refiere a la última vez que Damen desapareció, la última vez que yo lo aleje. “Pero eso fue diferente,” Le digo. “Créeme, eso no fue nada como esto.” “¿Cómo puedes estar tan segura?” Su voz es cuidadosa, medida, sus ojos siguen en mí. Tomo un largo respiro y miro fijo la ruta, preguntándome si debería decirle. Quiero decir, no he hablado con alguien en tanto tiempo, no he confiado en un amigo desde antes del accidente… antes de que todo cambiara. Y algunas veces, el tener que tener todos estos secretos puede hacerme sentir realmente sola. Quiero salir de debajo de todo el peso de eso y chismear como una chica normal de nuevo. Miro a Miles, segura de que puedo confiar en él, pero no tan segura de poder confiar en mí. Soy como una lata de gaseosa que se ha caído y ha sido batida, y ahora todos mis secretos están tratando de salir. “¿Estás bien?” Pregunta, mirándome cuidadosamente. Trago con dificultad. “¿El viernes a la noche? ¿Después de tu obra?” Hago una pausa, sabiendo que tengo toda su atención. “Bueno… nosotros, um… nosotros habíamos hecho planes.” “¿Planes?” Se inclina hacia mí. “Grandes planes.” Asiento, una sonrisa en el costado de mis labios, instantáneamente perdiéndose cuando recuerdo que todo salió trágicamente mal. “¿Cuán grandes?” Pregunta, sus ojos en los míos. Meneo la cabeza, mirando la carretera mientras digo. “Oh, sólo lo usual de un viernes por la noche. Ya sabes, una habitación en el Montage, nueva lencería, frutil as bañadas en chocolate, y dos copas de champagne…” “Oh mi Dios, ¡No lo hiciste!” Él chilla. Lo miro de reojo, viendo como su cara se desarma cuando se da cuenta de la verdad. “Oh Dios, quiero decir, realmente no lo hiciste. No tuviste la oportunidad para hacerlo, ya que él…” Me mira. “Oh Ever, lo siento tanto.” Me encojo de hombros, viendo lo devastada que me siento reflejado en su cara. “Escucha,” Dice, tomándome del brazo mientras yo freno en un semáforo, luego sacándola recordando que a mí no me gusta que me toquen a menos que sea Damen, sin

saber que es solo porque intento no tener ningún tipo de intercambio de energía a no solicitado. “Ever, eres hermosa, de verdad. Quiero decir, más ahora que has dejado de usar esas capuchas horribles y…” Menea la cabeza. “De todas formas, creo que es seguro decir que no hay manera de que Damen te haya dejado plantada voluntariamente. O sea, seamos sinceros, el chico está totalmente enamorado, cualquiera puede verlo. Y créeme, la manera en que ustedes están continuamente el uno sobre el otro, todo el mundo lo ha visto. ¡No hay forma posible de que se haya escapado!” Lo miro de reojo, queriendo recordarle lo que Roman dijo sobre Damen, y que tengo este terrible presentimiento de que de alguna manera está conectado con lo que paso, incluso podría ser responsable… pero justo cuando estoy a punto de hacerlo, me doy cuenta de que no puedo. No tengo evidencia, nada con que probarlo. “¿Llamaste a la policía?” Pregunta, su expresión de pronto seria. Presiono mis labios miro el semáforo de soslayo, odiando el hecho de que sí l ame a la policía. Sabiendo que si todo termina estando bien, y Damen aparece ileso, va a estar bastante molesto de que haya atraído toda esa atención hacia él. ¿Pero que se suponía que haga? O sea, si hubiese habido un accidente o algo, me imagine que serian los primeros en saberlo. Asique el domingo por la mañana, fui hacia la estación de policía y l ene un reporte, respondiendo todas las preguntas usuales como: Hombre, caucásico, ojos marrones, castaño… hasta que llegamos a la edad y casi me ahogo porque estuve a punto de decir: um… tiene aproximadamente seiscientos diecisiete… “Si, l ene un reporte,” Digo finalmente, acelerando en cuanto la luz se pone verde y viendo el velocímetro subir. “Se l evaron la información y dijeron que lo iban a chequear.” “¿Eso es todo? ¿Me estas cargando? Es menor de edad, ¡Ni siquiera es un adulto!” “Si, pero está emancipado. Que es una circunstancia totalmente diferente, lo hace legalmente responsable de sí mismo, y otras cosas que no entiendo del todo. De todos modos, no es que yo tenga muchos conocimientos de sus técnicas de investigación, no es que me dijeron qué es lo que planeaban hacer,” Digo, bajando la velocidad ahora que entramos a la zona de la escuela. “¿Crees que deberíamos repartir volantes? ¿O hacer una vigilia con velas como en las noticias?” Mi estomago se encoge cuando lo dice, aún cuando sé que está siendo súper dramático como de costumbre, aunque tiene buenas intenciones. Pero hasta ahora, ni siquiera me imagine llegando a eso. Quiero decir, seguro que Damen aparece pronto. Tiene que hacerlo. ¡Es inmortal! ¿Qué le podría pasar a él? Pero no termino de pensarlo que estaciono y lo veo bajándose de su auto. Tan elegante, tan sexy, tan hermoso… uno pensaría que todo está perfectamente normal. Que los últimos días jamás ocurrieron. Piso los frenos, mi auto lanzándose hacia adelante y luego para atrás, haciendo que el conductor de atrás mío pise los frenos también. Mi corazón corriendo, mis manos temblando, mientras veo a mi totalmente hermoso, y hasta ese momento mi novio, pasar una mano sobre su pelo tan insistentemente, y con una concentración que daría a pensar que es su más importante

preocupación. Esto no es lo que esperaba. “¿Qué diablos?” Grita Miles, mirando a Damen mientras toda una fila de autos toca bocina detrás de nosotros. “¿Y qué demonios hace estacionado al á? ¿Por qué no está estacionado en el segundo mejor lugar guardándonos el mejor a nosotros?” Y como no sé la respuesta a ninguna de sus preguntas, estaciono al lado de Damen, pensando que quizás el sí. Bajo la ventana, sintiéndome inexplicablemente vergonzosa y extraña cuando el apenas si me mira para alejar su mirada. “Um, ¿Está todo bien?” Pregunto, contrayéndome de dolor cuando él solo asiente, que es casi la más imperceptible forma de reconocer mi presencia que podía dar. Él toma su mochila del auto, tomando la oportunidad para mirarse en el reflejo de la ventana del conductor mientras yo trago con dificultad y digo, “Porque como que desapareciste el viernes por la noche… y no te pude encontrar en todo el fin de semana… y me preocupe un poco… e incluso deje algunos mensajes… ¿Los recibiste?” Presiono mis labios y me encojo ante mi patética, inefectiva y tonta encuesta. ¿Como que desapareciste? ¿Me preocupe un poco? Cuando lo que en realidad quería gritar era: HEY TÚ... TODO VESTIDO DE NEGRO… ¿¿QUE DIABLOS PASO?? Viendo como acomoda la mochila en su hombro y me mira, su poderoso caminar achicando la distancia entre nosotros en pocos segundos. Pero solo la distancia física, no la emocional, porque cuando miro a sus ojos parece estar a kilómetros de distancia. Y justo cuando me doy cuenta que estuve manteniendo la respiración, él se apoya contra la ventana, su cara cerca a la mía cuando dice, “Sí, recibí tus mensajes. Los cincuenta y nueve mensajes.” Puedo sentir su cálido aliento en mi cachete mientras mi boca se abre por la sorpresa y mis ojos buscan los suyos, tratando de encontrar el calor que su mirada siempre provee, y temblando cuando la encuentro fría, oscura y vacía. Aunque no es nada como la falta de reconocimiento que vi el otro día. No, esto es mucho peor. Porque ahora cuando mío sus ojos… está claro que me conoce… sólo que desearía no hacerlo. “Damen yo…” Mi voz se parte cuando un auto toca la bocina detrás mío y Miles murmura algo inentendible por lo bajo. Y antes de tener el tiempo de aclarar la garganta para empezar de nuevo, Damen está negando con la cabeza y alejándose.

CAPITULO 17 “¿Estás bien?” Pregunta Miles, su cara mostrando el dolor y angustia que yo no puedo sentir por estar tan adormecida. Me encojo de hombros, sabiendo que no lo estoy. O sea, ¿Cómo puedo estar bien cuando ni siquiera sé que es lo que está mal? “Damen es un idiota,” Dice, su voz dura. Pero yo solo suspiro. Aún cuando no puedo explicarlo, y aún cuando no lo entiendo, yo solo siento en mi interior que las cosas son mucho más complicadas de lo que parecen. “No, no lo es,” Murmuro, saliendo del auto y cerrando la puerta más fuerte de lo debido. “Ever, por favor… Quiero decir, siento ser el que lo saque a relucir, pero ¿Acabas de ver lo que yo vi, no?” Me dirijo hacia Haven que nos espera en la puerta. “Créeme, lo vi todo,” Digo. Viviendo la escena

nuevamente en mi cabeza, siempre pausando en sus ojos distantes, tibia energía, y su completa falta de interés en mí… “¿Así que estás de acuerdo? ¿En que es un tarado?” Miles me mira fijamente, diciéndose a sí mismo que no soy el tipo de chica que dejaría que un chico la trate así. “¿Quien es un tarado?” Haven pregunta, mirándonos. Miles me mira, sus ojos pidiendo permiso, y luego de que me encojo de hombros, mira a Haven y dice, “Damen.” Haven me mira de soslayo, su mente inundándose de preguntas. Pero yo ya tengo varias preguntas propias, preguntas que probablemente no obtengan respuesta. Como por ejemplo: ¿Qué diablos paso ahí atrás? Y ¿Desde cuándo Damen tiene aura? “Miles te puede decir lo que pasó,” Digo, mirando del uno al otro antes de alejarme. Deseando más que nunca poder ser normal, poder apoyarme en el os y llorar en sus hombros como una chica común. Pero hay más en esta situación de lo que ven los ojos mortales. Y aunque no puedo probarlo aún… si quiero respuestas, voy a tener que ir directamente a la fuente. Cuando llego a clases, en vez de dudar en la puerta, como creí que iba a hacer, me sorprendo a mi misma al entrar sin más. Y cuando veo a Damen apoyado en el borde del escritorio de Stacia, sonriendo, haciendo bromas y coqueteando con ella… me parece hacer entrado en un caso enorme de dejá vu. Tú puedes con esto, pienso. Ya has pasado por esto. Recordando el momento, no hace mucho tiempo, en que Damen pretendía estar interesado en Stacia, pero solo para l egar a mí. Pero cuanto más me acerco, más cuenta me doy que esto no es nada como esa vez. En ese entonces lo único que tenía que hacer era mirarlo a los ojos para encontrar un mínimo de compasión, un hilo de arrepentimiento que no podía esconder. Pero ahora, mirando mientras Stacia juega con su pelo, pronuncia su escote, menea las pestañas… Es como si yo fuese invisible. “Am, perdón,” Digo, haciendo que levanten la mirada, claramente molestos por la interrupción. “Damen, podría, um, ¿Podría hablar contigo un segundo?” Meto mis manos en los bolsil os así él no las ve temblar, forzándome por respirar como una persona normal y relajada haría… adentro y afuera, despacio y acompasado, sin jadear. Viendo como él y Stacia intercambian miradas, luego se largan a reír al mismo tiempo. Y justo cuando Damen está por hablar, el Sr Robins entra y dice, “¡A sus asientos todo el mundo! ¡Quiero verlos a todos sentados!” Asique apunto a nuestro banco y digo “Por favor, después de ti.” Lo sigo, resistiendo las ganas de agarrarlo de los hombros, hacerlo girar, y forzarlo a mirarme a los ojos mientras grito: ¿Por qué me dejaste? ¿Qué diablos te paso? ¿Cómo pudiste hacer eso… esa noche… entre todas las noches? Sabiendo que la confrontación tan directa sólo va a jugarme en contra. Que si quiero llegar a algún lado, entonces voy a tener que actuar tranquila, calmada. Tiro mi mochila al suelo, poniendo mi libro, mi notebook y lapicera en el escritorio. Sonriendo como si no fuese más que una amiga interesada en una charla de lunes por la mañana cuando digo, “Así que, ¿Qué hiciste este fin de semana?” Él se encoje, relajeándome antes de posar sus ojos e los míos. Y pasa un momento antes, de darme

cuenta que los horribles pensamientos que estoy escuchando son los suyos Bueno, si voy a tener una acechadora al menos esta buena, piensa, mientras sus cejas se unen en el medio mientras yo instintivamente tomo mi IPod, queriendo no escucharlo, pero sabiendo que no puedo arriesgarme a perderme algo importante, sin importar cuanto pueda doler. Además, nunca había podido entrar en la mente de Damen antes, nunca pude escuchar lo que pensaba. Pero ahora que puedo, no estoy segura de quererlo. Y cuando él hace una mueca con la boca y entrecierra los ojos pensando: Una lástima que este totalmente loca… definitivamente no vale la pena arriesgarse. Sus palabras son como una estaca en el pecho. Y me choca tanto la crueldad casual, que me olvido que no lo dijo en voz alta cuando digo “¿Disculpa? ¿Qué acabas de decir?” Haciendo que todos mis compañeros se den vuelta a mirar, sus simpatías con Damen por tener que sentarse al lado mío. “¿Pasa algo?” Pregunta el Sr Robins, mirándonos. Y me quedo sentada ahí, totalmente sin poder hablar. Mi corazón hundiéndose cuando Damen mira al Sr Robins y dice, “Yo estoy bien. El a es la rara.”

CAPITULO 18 Lo seguí. No estoy avergonzada de admitirlo. Tenía que hacerlo. No me dejo alternativa. O sea, si Damen insiste en evitarme, entonces vigilarlo es mi única opción. Asique lo seguí cuando dejo Ingles, lo espere después del segundo periodo… el tercero y cuarto también. Me quede atrás observando desde lejos, deseando haber aceptado cuando propuso transferirse a todas mis clases como él quería, pero me había parecido muy escalofriante, muy dependiente, así que no lo deje. Asique ahora me veo forzada a quedarme fuera del aula, escuchando las conversaciones que tiene así como también los pensamientos… pensamientos que, horriblemente, son depresivamente vanos, narcisistas, y vacios. Pero ese no es el verdadero Damen. De eso estoy convencida. No que crea que es un Damen manifestado porque esos nunca duran más que unos minutos. Lo que quiero decir es que, algo le paso. Algo serio que hace que piense y actué como… bueno, como la mayoría de los chicos de esta escuela. Porque aún cuando nunca tuve accesos a su mente antes, yo sé que él no pensaba de esa forma antes. Él no actuaba de esa forma tampoco. No, este nuevo Damen es como una totalmente nueva criatura, y solo el exterior es familiar… mientras que el interior es totalmente diferente. Me dirijo hacia la mesa para almorzar, tomando coraje por lo que puedo llegar a encontrar, aunque no es hasta que abro mi almuerzo y le saco bril o a la manzana con la manga, que me doy cuenta que la verdadera razón por la que estoy sola no es que llegue temprano. Es porque todos los demás me han abandonado también. Levanto la mirada, escuchando la risa familiar de Damen, solo para verlo rodeado de Stacia, Honor, y Craig, con todo el grupo de populares. Que no sería tan sorprendente por la manera en que están saliendo las cosas, si no fuese porque Miles y Haven están también ahí. Y mis ojos barren el largo de la mesa, dejo caer la manzana y mi boca se queda seca cuando veo que todos en la mesa están juntando las cabezas. Los leones están almorzando con los corderos. Lo que quiere decir que la predicción de Roman se hizo realidad. El sistema de castas de la hora de almuerzo en la escuela Bay View ha llegado a su fin. “¿Así que, qué piensas?” Dice Roman, sentándose en el banco frente al mío, mientras su sonrisa se ensancha. “Perdón por caerte así de sorpresa, pero te vi admirando mi trabajo, asique pensé en frenar para charlar. ¿Estas bien?” Se acerca a mí, su cara aparentemente preocupada, aunque por suerte no soy tan estúpida como para creerle. Encuentro su mirada, determinada a mantenerla tanto como pueda. Sintiendo que él es el responsable por el comportamiento de Damen, de que Miles y Haven se hayan alejado, y de que

toda la escuela este viviendo en harmonía y paz… pero no tengo evidencia para probarlo. Quiero decir, para todos los demás es un héroe, un verdadero Che Guevara, un revolucionario de la hora del almuerzo. Pero para mí es un peligro. “¿Así que asumo que l egaste a tu casa a salvo?” Pregunta, tomando un poco de gaseosa aunque sus ojos siguen en mí. Dirijo mi mirada a Miles, viendo como le dice algo a Craig que hace que ambos se rían, luego miro a Haven, viendo como se acerca a Honor, susurrándole algo al oído. Pero no miro a Damen. Me rehúso a ver como mira a Stacia, pone su mano en la rodil a de el a, y le dirige su mejor sonrisa mientras sus dedos viajan por su pierna… Ya vi suficiente de eso en la clase de Ingles. Además, se que sea lo que sea que están haciendo es solo e juego previo… el primer paso hacia las cosas horribles que vi en la cabeza de Stacia. La visión me puso tan mal que hice que se cayeran unos cuantos corpiños por el pánico. Y aun así, para el momento en que me puse en pie, estaba segura de que lo había hecho a propósito, nunca considerándolo como una profecía. Y aunque sigo pensando que el a la creo únicamente por despecho, y el que se haya hecho realidad es solo una coincidencia, tengo que admitir que es bastante molesto ver como se hace realidad. Pero aún cuando me rehúso a mirarlo, trato de escuchar… esperando escuchar algo pertinente, alguna información vital. Pero justo cuando trato de concentrarme y prestar atención para entrar en tono, me encuentro con un gran muro de sonido… todas esas voces y pensamientos juntos, haciendo imposible distinguir alguno en particular. “¿Por lo del viernes por la noche?” Sigue Roman, sus largos dedos tamborileando los lados de la lata, rehusándose a salir de la línea de cuestionario, aún cuando me niego a participar. “¿Cuando te encontré sola? Tengo que decírtelo Ever, me sentí horrible por dejarte así, pero, tu insististe.” Lo miro de reojo, desinteresada de participar en este juego pero pensando que si respondo sus preguntas, quizás se vaya. “Llegue a casa bien. Gracias por tu preocupación.” Él sonríe, una sonrisa que seguramente hace que cientos de corazones se hundan… pero a mí solo me da escalofríos. Luego se acerca y dice, “Aw, mira eso, estas siendo sarcástica, ¿No es cierto?” Me encojo de hombros y miro mi manzana, haciéndola girar por la mesa. “Solo quisiese que me dijeras que es lo que he hecho para que me odies tanto. Estoy seguro que debe de haber una manera de encontrar una solución pacifica, alguna forma de solucionar esto.” Presiono mis labios y miro fijo a mi manzana, haciéndola girar sobre su lado mientras la empujo fuerte contra la mesa, sintiendo como la carne se ablanda y como la piel empieza a romperse. “Déjame llevarte a cenar,” Dice, sus ojos azules enfocados en los míos. “¿Qué dices? Una cita. Solo nosotros dos. Lavo el coche, me compro ropa nueva, hago una reservación en algún lindo lugar… ¡está garantizado que la vamos a pasar bien!” Meneo la cabeza y revoleo los ojos, la única respuesta que estoy dispuesta a dar. Pero Roman sigue, rehusándose a darse por vencido. “Aw, vamos Ever. Dale a este chico una oportunidad de cambiar tu opinión. Puedes elegir el momento que quieras, honor de Scout. Diablos,

incluso si quieres podemos proponer una palabra clave. Ya sabes, si en algún momento crees que las cosas han l egado demasiado lejos y no te sientes cómoda, solo dices la palabra, toda la actividad cesara, y ninguno de los dos volverá a hablar del tema.” Corre la gaseosa a un lado y mueve las manos hacia las mías, la punta de sus dedos tan cerca, que yo corro los míos hacia atrás. “Vamos, déjate l evar un poco, ¿Si? ¿Cómo puedes decirle que no a una oferta como esa?” Su voz es profunda y persuasiva, su mirada en la mía, pero yo solo sigo rodando la manzana, viendo como la piel se desprende. “Prometo que no va a ser nada como las citas de porquería a las que Damen probablemente te ha l evado. Además, yo nunca dejaría a una chica tan hermosa como tú para que se las arregle sola en un estacionamiento.” Me mira, una sonrisa jugando en sus labios cuando dice, “Bueno, supongo que deje una chica hermosa como tu sola en el estacionamiento, pero solo porque le estaba haciendo honor a lo que me pediste. ¿Ves? Ya he probado que estoy a tu servicio, listo para hacer o que digas cuando lo digas.” “¿Que pasa contigo?” Digo finalmente, mirando esos ojos azules sin pestañar o bajar la mirada. Deseando que me deje en paz y se vaya a la única otra mesa para almorzar del colegio, a la que todos son bienvenidos menos yo. “Quiero decir, ¿Tienes que agradarle a todo el mundo? ¿Es eso? Y si ese es el caso, ¿No crees que es un poco inseguro de tu parte?” Se ríe. Y me refiero a una risa genuina de esas que se golpean la pierna en el proceso. Y cuando finalmente se clama, menea la cabeza y dice, “Bueno no, no todo el mundo. Aunque tengo que admitir que generalmente es así.” Se acerca a mí, su cara solo a centímetros de la mía. “¿Qué puedo decir? Soy un chico que agrada. La mayoría de la gente me encuentra bastante encantador.” Meneo la cabeza y miro a otro lado, cansada de que juegue conmigo y queriendo ponerle fin a esto. “Bueno, siento tener que decirte esto, pero me temo que me vas a tener que contar entre las pocas personas que no están para nada encantadas contigo. Pero por favor, haznos a ambos un favor e intenta no verlo como un reto y deja de intentar cambiar mi opinión. ¿Por qué no vuelves a tu mesa y me dejas en paz? O sea, ¿Para qué juntar a todo el mundo si no vas a disfrutar de la diversión?” Me mira, sonriendo y meneando la cabeza mientras se desliza para salir del banco, sus ojos en los míos cuando dice, “Ever, estas seriamente buena. De verdad. Y si no supiese mejor, creería que estas tratando de volverme loco a propósito.” Ruedo los ojos y miro a otro lado. “Pero sin querer ponerme pesado y reconociendo cuando alguien está tratando de echarme, creo que solo voy a…” Él apunta con un dedo a la mesa donde toda la escuela está sentada. “Aunque, por supuesto, si cambias de opinión y quieres acompañarme, estoy seguro de que puedo convencerlos de hacerte un lugar.” Meneo la cabeza y le hago un gesto para que se vaya, mi garganta caliente y tirante, sin poder hablar, sabiendo que a pesar de todas las apariencias, no he ganado… a decir verdad, ni siquiera estuve cerca. “Oh, y creí que querrías esto,” Dice, poniendo mis zapatos sobre la mesa, como si mis

zapatos con correa, que simulan ser de piel de serpiente fuesen una oferta de paz. “Pero no te preocupes, no tienes por qué agradecerme.” Ser ríe, mirando por sobre el hombro para decir, “Tendrías que tomártelo con calma con la manzana igual, le estas dando una buena golpiza.” Presiono más fuerte, viendo como se dirige directo hacia Haven, acaricia con un dedo el largo de su cuel o y presiona sus labios en la oreja. Haciendo que apriete la manzana tan fuerte que explota en mi mano… su pegajoso juego corriendo por mis dedos y hacia mi muñeca… mientras Roman mira hacia mi lado y ríe.

CAPITULO 19 Cuando llegue a arte, me dirijo directamente hacia el armario de suministros, me pongo mi delantal, y justo cuando me dirijo de nuevo al cuarto veo a Damen parado en la entrada, l evando una extraña mirada en su rostro. Una mirada que, si bien puede ser extraña, también me llena de esperanza, mientras sus ojos vacios, su mandíbula floja, y parece perdido e inseguro, como si él pudiera necesitar mi ayuda. Sabiendo que tengo que aprovechar el momento mientras está parado ahí con la mandíbula floja ante mí, me acerco hacia él, tocando suavemente su brazo mientras digo. “Damen?” mi voz débil, áspera, como si sea la primera vez que la he usado en todo en día. “Damen, cariño, estas bien?” mis ojos se posan sobre él, conteniendo el impulso de presionar mis labios fuertemente contra los suyos. El me mira con un destel o de reconocimiento que pronto se une con bondad, nostalgia, y amor. Y cuando mis dedos van hacia su mejil a, mis ojos se llenan de lágrimas, al ver su aura de color rojizo marrón marchitarse y sabiendo que él es mío una vez más. Y entonces. “Oye amigo, muévete, muévete, estas frenando el flujo del tráfico aquí.” Y simplemente así, el viejo Damen se ha ido, y nuevo Damen regresa. El me empuja pasando, su aura fluctuando, sus pensamientos repulsivos por mi toque. Entonces me poyo contra la pared, avergonzada mientras Roman sigue detrás, accidentalmente rozando su cuerpo contra el mío. “Perdón por eso, amor” sonríe, su rostro mirando de soslayo. Cierro mis ojos y agarro la pared para apoyarme. Mi cabeza oscilando mientras el eufórico remolino de su bril ante y radiante aura – su intensa, extensiva, energía optimista – pasa justo a través de mi. Llenado mi mente con imágenes tan esperanzadoras, tan amistosas, tan inofensivas, l enándome de vergüenza – vergüenza por todas mis sospechas – vergüenza por ser tan desagradable y cruel. Y sin embargo – hay algo que no está bien sobre el o. Algo fuera de ritmo. La mayoría de las mentes son una mescla de ritmos, un torrente de palabras, un remolino de imágenes.; una combinación de desagradables sonidos cayendo todos juntos como el jazz mas desarticulado. Pero la mente de Roman es ordenada, organizada, con un pensamiento fluyendo fácilmente hacia el siguiente. Haciéndolo sonar forzado, poco natural, como un guión pregrabado “Por tu aspecto, querida, parece que fue casi tan bueno para ti como lo fue para mí. ¿Estás segura de que no cambiaras tu opinión acerca de esa cita?” Su respiración fría choca contra mi mejil a, sus labios tan cerca que temo que él pudiera intentar besarme. Y justo cuando estoy a punto de apartarlo, Damen camina pasándonos y dice. “Amigo, en serio, que estás haciendo? Esta tonta no merece tu tiempo.” Esta tonta no merece tu tiempo. Esta tonta no merece tu tiempo. Esta tonta no merece tu tiempo. Esta tonta no merece tu tiempo. Esta tonta no merece tu tiempo. Esta tonta no.

“Ever has crecido?” miro arriba para encontrar a Sabine parada a mi lado, dándome una taza recién enjuagada para ponerla en el lavaplatos. Y es solo después de que parpadeo un par de veces recuerdo que es mi trabajo ponerlo allí. “Perdón, que?” Pregunto, mis dedos agarran la porcelana mojada enjabonada mientras fácilmente lo pongo en el estante. Incapaz de pensar en nada mas sino en Damen y en las palabras hirientes con las que suelo torturarme, reproduciéndolas una y otra vez. “Parece que has crecido. De hecho, estoy segura de ello. ¿No son esos los jeans que te acabo de comprar?” Miro hacia abajo a mis pies, desconcertada de encontrar varias pulgadas de mi tobil o expuestas. Que es aun más extraño cuando recuerdo de cómo justo esta mañana el dobladil o se arrastro por el suelo. “Um... tal vez.” Mentí, sabiendo que ambas sabemos como estaban. Ella entrecierra los ojos, y sacudiendo su cabeza mientras dice. “Pensé con seguridad de que serian del tamaño correcto. Parece que estas pasando por un crecimiento acelerado” se encoje de hombros. “pero por supuesto, solo tienes dieciséis, así que supongo que no es demasiado tarde.” Solo dieciséis, pero estoy cerca de los diecisiete, pienso, anhelando el día cuando tenga dieciocho, me gradúe, y me dirija por mi propia cuenta, y así poder estar sola con mis extraños secretos raros y Sabine pueda recuperar su regular horario de vida. Sin tener ni idea de cómo algún día recompensare su bondad, y ahora al agregar un par de jeans excesivamente caros a la cuenta. “Fui creciendo alrededor de los quince, pero parece que tu vas a terminar mucho más alta que yo.” Ella sonríe, dándome un manojo de cucharas. Yo sonrió débilmente, preguntándome simplemente que tan alta l egare a ser y esperando no convertirme en alguna clase de loca gigantona, algún Ripley créelo o no! Cover girl (modelo de portada). Sabiendo que las tres pulgadas crecientes en el trascurso del día no es ningún crecimiento acelerado – ni mucho menos. Pero ahora que ella lo menciona, también he notado que mis uñas están empezando a crecer tan rápido que tengo que cortarlas casi cada día, y que mi flequillo ahora ha pasado de mi barbil a aunque solo haya estado dejándolo crecer durante las ultimas semanas. Por no mencionar como el azul de mis ojos parece ser más profundo, mientras mis dientes delanteros ligeramente torcidos se han corregido, y no importa cuánto abuse de el os, cuanto irregularmente limpie, mi cutis permanece claro, sin poros, y completamente libre-de manchas. ¿Y ahora he crecido tres pulgadas desde el desayuno? Obviamente, solo puede ser una cosa, el jugo inmortal que he estado bebiendo. Quiero decir, aunque he sido inmortal por más de la mitad del año, nada realmente cambio (Bueno, otras son mis capacidades curativas instantáneas) hasta que empecé a beberlo. Pero ahora que lo tengo, es como si todos mis mejores rasgos físicos de repente se magnificaran y realzaran, mientras que los únicos mediocres son totalmente mejorados. Y mientras parte de mi se siente emocionada por la perspectiva y la curiosidad por ver que más puede hacer, la otra parte no puede dejar de notar como me desarrol o a tiempo hacia la plena capacidad inmortal para pasar el resto de la eternidad sola. “Debe ser ese jugo que siempre estas bebiendo,” Sabine se ríe. “Tal vez debería probarlo. ¡No me molestaría romper la barrera de cinco-pies-a cuatro sin la ayuda de tacones altos!” “¡No!” digo, la palabra derramándose de mis labios antes de que pueda detenerla, sabiendo que contestando así solo aumentará su interés. El a me mira, cejas fruncidas,

esponja húmeda en la mano. “Quiero decir, estoy segura de que no te gustara. De hecho, lo más probable es que lo odiaras. En serio, tiene una clase de sabor extraño.” Asiento, intentando una expresión tranquila común, queriendo que el a no supiera como su declaración me ha dejado completamente perpleja. “Bueno, no lo sabré hasta que no lo intente, ¿no?” dice ella, sus ojos todavía en los míos. “Sin embargo, ¿donde lo conseguiste? No recuerdo nunca haberlo visto en tiendas. De hecho, nunca le he visto una etiqueta tampoco. Incluso ¿cómo lo consigues?” “Lo obtengo de Damen.” Digo, disfrutando la sensación de su nombre en mis labios, aun cuando no sirve de nada para l enar el vacío de su ausencia que se ha marchado. “Bueno, pídele que me consiga unos también, quieres?” Y en el momento en que lo dice, sé que esto ya no es solo acerca del jugo, el a está intentando convencerme de hablar, explicar su ausencia de nuestra cena del sábado por la noche, y cada día desde entonces. Cierro el lavaplatos y doy vuelta. Pretendiendo limpiar una barra que ya está limpia y evitando sus ojos cuando digo. “Bueno, realmente no puedo hacer eso. Sobre todo porque... estamos, um... estamos dándonos un especie de tiempo.” Digo, mi voz que se quiebra de la manera más penosa. Ella se acerca hacia a mí, queriendo abrazarme, consolarme, decirme que todo estará bien, y aun cuando mi espalda gira de modo que no puedo verla de manera física, todavía puedo verla dirigiéndose hacia a mí, así que doy un paso a un lado y me muevo fuera de su alcance. “Oh Ever, cuanto lo siento... no sabía-“. Dice el a, sus manos colgando torpemente a sus lados, insegura de que hacer con el as ahora que me he movido. Yo asiento, sintiéndome culpable por ser mi usual ego tan distante. Deseando que pudiera explicar de algún modo que no puedo arriesgarme al contacto físico porque no puedo arriesgarme a saber sus secretos. Que solo me distraerán y me proporcionara imágenes que no necesito ver. Quiero decir, apenas manejo mis propios secretos, así es que no estoy deseosa de añadir los suyos a la mezcla. “Fue – fue algo repentino,” digo, sabiendo que el a no está dispuesta a dejar el resto de la causa hasta que haya obtenido un poco mas de mi. “Quiero decir, simplemente fue algo que paso y bueno, realmente no se que decir…” “Estoy aquí si necesitas hablar.” “No estoy lista para hablar de el o aun. Es, es demasiado nuevo y todavía estoy intentando ordenar todo al fin. Tal vez después.” Me encojo de hombros, esperando que el momento después llegue, que Damen y yo volvamos a estar juntos de nuevo, y todo el asunto entero este resuelto.

CAPITULO 20 Cuando llego a casa de Miles estoy un poco nerviosa porque no sé qué esperar. Pero cuando lo veo sentado frente a su casa esperando, dejo escapar un leve suspiro de alivio porque sé que las cosas no

están tan malas como pensaba. Me estaciono frente a la casa, bajo la ventana y le llamo, “Oye, Miles ¡Móntate!” Luego veo cómo él deja su celular, me mira y mueve la cabeza mientras dice, “Lo siento, pensé que te lo había dicho. Craig me va a llevar.” Yo lo miro boquiabierta, con mi sonrisa petrificada mientras repito en mi cabeza sus palabras. ¿Craig? ¿El novio de Honor? ¿El atleta cromañón sexualmente confundido, del cuál he conocido sus verdaderas preferencias escuchando sus pensamientos? ¿El que vive prácticamente burlándose de Miles porque eso lo hace sentir “seguro”, como si él no fuera uno de “ellos”? ¿Ese Graig? “¿Desde cuando eres amigo de Craig?” Le pregunto, moviendo la cabeza y mirándolo con los ojos entrecerrados. Miles se levanta sin muchas ganas, viene a mi lado y, haciendo una leve pausa en lo que estaba escribiendo en su celular, me dice, “Desde que decidí tener una vida, abrirme y expandir mis horizontes. Tal ves tú también deberías intentarlo. Él es bastante buena onda una vez lo conoces bien.” Yo observo como sus pulgares comienzan a trabajar nuevamente con su celular, mientras me esfuerzo en procesar lo que él dijo. Sintiéndome como si hubiera aterrizado en un universo alterno loco en donde las porristas chismorrean con góticas y los atletas se la pasan con los raritos del drama. Un lugar tan poco natural que jamás podría existir. Excepto que sí existe. En un lugar l amado Bay View High. “¿Es este el mismo Craig que te golpeó y l amó maricón en el primer día de clases?” Miles se encoge de hombros. “La gente cambia.” Eso parece. Solo que no es así. La gente no cambia tanto en un día, a menos que tengan una buena razón para hacerlo, o a menos que alguien tras bastidores los apremie, los maneje a su antojo. Alguien que los manipule en contra de su voluntad y los haga decir y hacer cosas que normalmente no harían y todo eso sin su permiso, sin que el os ni siquiera se den cuenta. “Lo siento, pensé que te lo había dicho, supongo que estuve muy ocupado. Pero ya no tienes que venir más. Ya lo tengo todo cubierto,” él dice, desechando nuestra amistad con un movimiento de hombros. Como si no fuera más importante que un aventón a la escuela. Yo trago con esfuerzo, aguantando las ganas de cogerlo por los hombros y exigirle que me diga que fue lo que pasó, por qué está actuando así, por qué todo el mundo está actuando así y por qué todos unánimemente han decidido volverse en contra mía. Pero no lo hago. De alguna manera me las arreglo para contenerme, principalmente porque tengo la terrible sospecha de que ya sé la respuesta y si resulta que tengo razón, entonces Miles no es responsable. “Está bien. Es bueno saberlo.” Digo asintiendo y forzando una sonrisa que definitivamente no siento. “Entonces te veré luego,” le digo mientras mis dedos golpean la palanca de cambio y espero por una respuesta que no vendrá y finalmente me alejo cuando Craig se detiene detrás de mi, suena la bocina dos veces y me hace señas para que me mueva. En la clase de inglés es aún peor de lo que anticipaba y todavía no he cruzado ni la mitad del pasillo cuando veo que Damen ahora esta sentado junto a Stacia. Y están tan cerca uno del otro que incluso están tomados de la mano, pasándose notas y susurrándose cosas, mientras yo me quedo sola atrás como una total rechazada.

Presiono mis labios mientras me dirijo a mi escritorio y escucho todos los susurros de mis compañeros: “¡Loca! ¡Cuidado, loca! ¡No te caigas, loca!” Las mismas palabras que he estado escuchando desde que salí del auto y aunque no tengo idea de cuál sea su significado, no puedo decir que me molestaban mucho… hasta que Damen también comenzó a decirlas. Porque al momento que él comienza a reír y adoptar un aire despectivo como los demás, lo único que quiero es regresar a mi auto y regresar a mi casa donde estoy a salvo. Pero no lo hago. No puedo. Necesito mantenerme firme, asegurarme de que es algo temporal, que pronto l egaré al fondo de esto, que es imposible que haya perdido a Damen para siempre. De alguna manera, esto me ayuda a sobreponerme. Bueno, eso y que el Sr. Robins mandara a callar a todos. Así que cuando la campana finalmente sonó y todo el mundo salió, estoy casi en la puerta cuando escucho: “¿Ever, podría hablar contigo un momento?” Agarro el picaporte de la puerta y mis dedos están listos para girarlo. “No tardaré mucho.” Y yo respiro profundamente y me rindo, mis dedos bregando con el sonido de mi iPod al segundo que veo su cara. El Sr. Robins nunca me hace quedar después de clases. Él no es del tipo que le guste conversar y todo este tiempo estuve segura de que completar mis asignaciones y sacar buenas notas en mis exámenes me librarían de este tipo de cosas. “No estoy seguro de cómo decir esto y no quiero meterme demasiado, pero en verdad siento que debo decir algo. Es sobreDamen.” Es sobre mi verdadero compañero del alma. Mi amor eterno. El que ha sido fan mío durante los últimos cuatrocientos años y ahora me repulsa completamente. Y de cómo esta mañana él pidió que lo cambiaran de sil a porque él piensa que soy una acosadora. Y ahora, el Sr. Robins mi maestro de inglés que ha sido recientemente divorciado, quien tiene buenas intenciones, pero no tiene ni idea de quién soy yo ni Damen, ni nada que no sea novela viejas escritas por autores que l evan muertos mucho tiempo, quiere explicarme cómo funcionan las relaciones de pareja. Quiere explicarme cuan intenso es el amor joven. Como todo se siente tan urgente, como si fuera la cosa más importante en el mundo, cuando en realidad no lo es. Habrán muchos otros amores, pero primero tengo que dejar ir este. Y tengo que dejarlo ir. Es imprescindible. Mayormente porque: “Porque acosar no es la respuesta,” él dice. “Es un crimen. Un crimen muy serio y con serias consecuencias.” El arruga el entrecejo, esperando que yo capte la seriedad de todo este asunto. “Yo no lo estoy acosando,” le digo y me doy cuenta muy tarde que el defenderme contra la palabra A, antes de seguir con los pasos usuales de: ¿Él dijo qué? ¿Por qué haría eso? ¿A qué se refiere? Como haría una persona normal, como haría una persona que no sabe nada, me hace parecer sospechosamente culpable. Así que trago con dificultad cuando añado, “Escuche, Sr. Robins, con todo el respeto, sé que su intención es buena y no sé que fue lo que Damen le habrá dicho, pero lo miro a los ojos, viendo exactamente lo que Damen le dijo: que estoy obsesionada con él, que estoy loca, que conduzco a su casa día y noche, que lo llamo una y otra vez, dejando mensajes espeluznantemente obsesivos y patéticos, lo cual podría ser parcialmente cierto, pero aún así… Pero el Sr. Robins no me deja terminar, él solo mueve su cabeza y dice, “Ever, lo menos que quiero es ponerme del lado de alguien o meterme entre tú y Damen porque, francamente, eso no es asunto mío y es algo que tú tienes que solucionar y, a pesar de tu pasada expulsión, a pesar de que tú

apenas prestas atención a la clase y dejas tu iPod prendido a pesar de que te pido que lo apagues, sigues siento una de mis alumnas más bril antes y odio ver que juegues con lo que podría ser un bril ante futuro y todo por un chico.” Cierro mis ojos y respiro profundamente. Me siento tan humil ada que desearía poder simplemente desaparecer en el aire. No. En realidad es mucho peor que eso. Me siento mortificada, desgraciada, horrorizada, deshonrada y todas esas cosas que definen el querer desaparecer por la vergüenza. “No es lo que tú piensas,” le digo observándolo a los ojos y pidiéndole en silencio que me crea. “A pesar de lo que sea que Damen te haya dicho, esto no es lo que aparenta ser,” añado mientras escucho al Sr. Robins suspirar mientras piensa como le gustaría compartir conmigo como fue que él se sintió cuando su esposa e hija se fueron, como él pensó que no podría sobreponerse, pero piensa que sería inapropiado decirme eso, lo cual es cierto. “Si te das un poco de tiempo y enfocas tu atención en alguna otra cosa,” él dice, de verdad queriéndome ayudar, pero aún así sintiendo miedo de meterse demasiado. “Pronto te darás cuenta que...” La campana suena. Cuelgo mi bolso en mi hombro, presiono mis labios y lo miro. Y observo mientras mueve la cabeza y dice, “Esta bien. Te escribiré una excusa por llegar tarde. Puedes irte.” CAPITULO 21 Soy una estrella de YouTube. Al parecer el cortometraje de mí desenredándome de un aparentemente sin fin de sostenes, correas, y ligueros de Victoria's Secret, no sólo me ha ganado el apodo inteligente de torpe, si no que ha sido visto 2323 veces. Lo que resulta ser solamente el número de estudiantes matriculados aquí en la Bay View. Bueno, con algunos de los miembros de la facultad lanzando detalles. Haven es quien me dice. La encuentro en su casil ero después de pasar por un gentío gritando " ¡Eh!, ¡torpe! ¡No te caigas, torpe!” ella es bastante amable no sólo para decirme el origen de mi recién descubierta celebridad, sino para conducirme al vídeo así puedo mirar el espectáculo de mí torpeza al í mismo en mi iPhone. "Oh, esto es genial" Yo le digo, sacudiendo la cabeza, a sabiendas de que es el último de mis problemas, todavía. “Esta mierda, es bastante mala ", el a agrega, cerrando su casil ero y mirándome con una expresión que sólo puede ser leída como pena, bien, piedad en un momento de verdad con sólo unos pocos segundos a gastar en una tonta como yo. "Así que ¿algo más? Porque es necesario ponerse en marcha, Le prometí a Honor“ La miro, quiero decir, realmente la miro. Viendo como su cabel o de l ama roja ahora es de color rosado, y cómo su habitual piel pálida, y su estilo dark, como su look de Emo ha cambiado por un bronceado en spray, un vestido bril ante, pelo esponjoso igual a los clones de conjuntos cliquey de los que el a se burlaba. Pero a pesar de su nuevo código de vestimenta, a pesar de su nueva lista de miembros-A, a pesar de todas las pruebas presentadas ante mí, todavía no creo que el a sea responsable de lo que usa, dice, o hace en este punto. Porque Haven aunque tiene tendencia a adherirse a otros y a imitar su forma-el a todavía tiene sus normas. Y sé de hecho, que la brigada de Honor y Stacia es un grupo al que nunca aspiró a unirse. Pero aún así, sabiendo que esto no es fácil de aceptar. Y aunque sé que es inútil, incluso duro está claro que no va a cambiar nada. Sigo mirándola y digo. “No puedo creer que ustedes sean amigos de ellos. Quiero decir, después de todo lo que me han hecho.” Niego con la cabeza, queriendo que

sepa lo que eso duele. Y aunque he oído su respuesta unos segundos antes, y sirve de poco para suavizar el golpe cuando dice. “¿Te empujaron el os? ¿El os te empujaron o tú te tropezaste o te hicieron caer sobre la parte superior de ese estante? ¿O lo hiciste todo por tu propia cuenta? El a me mira, con las cejas levantadas, labios fruncidos, estrechando sus ojos enfocándose en los míos, como yo estoy al í aturdida, muda, mi garganta tan caliente que se chamusca no podría hablar si lo intentara. Es como - aligerarte, ¿verdad? El a rueda sus ojos y sacude su cabeza. “Para el os fue gracioso. Y serías más feliz siendo menos intensa si solamente pudieras abrirte, deja de tomarte a ti y todo lo que te rodea tan seriamente. A la mierda con eso y aprende a vivir un poco. Quiero decir, en serio Ever, ¿Piensa sobre eso, Okey?” Ella se da vuelta, mezclándose a la perfección con la multitud de estudiantes, todos los estudiantes, todos el os dirigiéndose a la nueva mesa larga en su nuevo éxodo a la hora de comer, mientras hago una carrera a la puerta. Quiero decir, ¿Por qué torturarme a mi misma? ¿Por qué perder el tiempo solo para que pueda ver a Damen coquetear con Stacia y ser l amada Loca por mis amigos? ¿Por qué tener todas estas avanzadas capacidades psíquicas si no voy a explotarlos y darles buen uso como dejando la escuela? “¿Saliendo tan pronto?” Ignoro la voz detrás de mí y sigo a delante. Roma es la última persona con la que estoy dispuesta a hablar en estos momentos. “! Ever, hey, espera, en serio ¡” El se ríe, igualando mi ritmo hasta que esta junto a mí. “¿Dónde está el incendio?” Desbloqueo mi coche con la diapositiva, doy un tirón a la puerta y teniéndola casi cerrada, hasta que la detiene con la palma de la mano. Aun cuando sé que soy más fuerte, que si realmente quisiese podría cerrar de golpe la puerta y estar sobre mi camino, el hecho de que todavía no estoy tan acostumbrada a mi nueva fuerza inmortal es lo único que me detiene. Porque por mucho que me desagrade, estoy un poco indispuesta a cerrar de golpe tan duro que pueda cortarle la mano. Yo más bien guardo ese tipo de cosa para cuando realmente las necesite. “Si no te importa, yo de verdad necesito ponerme en marcha.” Tiro la puerta otra vez, pero él solamente la agarra apretando más. Y cuando se combinan la mirada divertida de su rostro con la sorprendente fuerza en sus dedos, siento el sonido metálico más extraño en mi tripa cuando comprendo que aquel as dos cosas aparentemente arbitrarias apoyan mis sospechas más profundas. Pero cuando lo miro otra vez, viendo como levanta la mano para disfrutar su refresco, exponiendo su muñeca libre de toda marca, que no guardan ningún tatuaje de una serpiente comiendo su propia cola -símbolo mítico Ouroboros que pasa a ser el signo de un inmortal convirtiéndose en villanoesto simplemente no cuadra. Porque el hecho es, no sólo come y bebe, no sólo son sus pensamientos y aura accesible (bueno, para mí de todos modos), por más que odie admitirlo, por lo que puedo ver, no l eva ningunas señales externas del mal. Y cuando se pone todo eso junto, es obvio que mis sospechas no son solo paranoicas, sino carece de fundamentos. Lo que quiere decir que él no es el villano malévolo inmortal que se supone. Si no también quiere decir que él no es responsable de que Damen me deje, o Miles o Haven se alejen. No, esto me señala nuevamente. Y aunque todos los elementos de prueba lo apoyan, me niego a aceptarlo. Porque cuando lo miro una vez más, mi pulso se acelera, el estómago gruñe, y me superan los sentimientos de inquietud y temor. Lo que me hace imposible creer que el solamente algún joven alegre de Inglaterra que termino en nuestra escuela y se encuentra enamorado de mí.

Porque la única cosa que sé con certeza es: Todo estaba bien hasta que el llegó. Y nada ha sido lo mismo "Saltándote el almuerzo, ¿no?” Hago rodar mis ojos. Quiero decir, es bastante obvio que no voy a gastar ni una pizca de mi tiempo con una respuesta. “Y veo que hay espacio para uno más. ¿Te importa si me uno?” “De hecho, si. Si fueras tan amable de quitar tu..." Hago señas hacia su mano, chasqueando mis dedos en el signo internacional para que se largue. Él levanta sus manos en forma de rendición, sacudiendo la cabeza cuando dice. “No sé si lo has notado, Ever, pero mientras más me evadas, más te persigo, sería mucho más fácil para ambos si tu solamente dejas de correr " Estrecho mi mirada fijamente, tratando de ver por delante de la aureola solar y los pensamientos bien ordenados, pero soy bloqueada por una barrera tan impenetrable que es el final del camino, o él es el peor de lo que pensé. “Si tu insistes en la persecución” yo digo, con la voz más segura de lo que siento. “Entonces es mejor que empieces a entrenarte. Porque amigo mío, estas en un maratón” El se estremece, retrocede su cuerpo, abre sus ojos como si lo hubieran picado. Y si no lo supiera mejor, pensaría que es verdad. Pero el hecho es, realmente lo conozco mejor. El solamente está practicando algunas expresiones faciales para el efecto dramático, y no tengo tiempo para ser parte de su broma. Foro Purple Rose Cambio a reversa y me echo atrás en mi espacio, esperando dejar esto. Pero él solamente ríe, dándole bofetadas a la capota de mi coche cuando dice. “Como tu desees, Ever, que empiece el juego.”

CAPITULO 22 No voy a mi casa. Comencé a hacerlo. De hecho, tenía todas las intenciones de conducir hacia mi casa, correr escaleras arriba, tirarme en mi cama, esconder mi cara en una pila de almohadas y llorar hasta que se me salieran los ojos como una patética llorona. Pero luego, justo cuando estaba a punto de entrar a mi carretera. Cambié de idea. O sea, no me puedo permitir ese tipo de lujos. No puedo malgastar el tiempo. Así que en cambio doy un giro en U y me dirijo al centro de la ciudad de Laguna, abriéndome paso entre esas empinadas y angostas carreteras; pasando de largo casas adineradas con hermosos jardines y las mansiones con jardines dobles que están al lado, mientras me dirijo hacia la dirección de la única persona que conozco y sé que puede ayudarme. “Ever.” El a sonríe, apartando de su rostro su ondulado y castaño cabel o, mientras sus enormes ojos marrones se fijan en los míos y, aunque he l egado sin avisar, el a no parece estar sorprendida. Pero es que es muy difícil tomarla de sorpresa, siendo el a psíquica. “Siento mucho haber venido sin haber l amado antes, supongo que...” Pero ella no me deja terminar. El a solo abre la puerta y me hace señas para que entre, conduciéndome

hacia la mesa de la cocina donde ya en una ocasión me había sentado la última vez que estuve en problemas y no tenía otro lugar a dónde ir. Yo solía odiarla. La odiaba de verdad y todo empeoró cuando comenzó a convencer a Riley de cruzar al más al á, de cruzar el puente que l evaba hacia dónde nuestros padres y Buttercup estaban esperando. Pero, aunque solía colocarla entre mis peores enemigos además de Stacia; ahora todo eso parece demasiado lejano y mientras el a se mueve por toda la cocina sirviendo gal etas y preparando té verde, yo la observo sintiéndome culpable por no llamarla más a menudo y solo presentarme cuando necesito ayuda desesperadamente. Intercambiamos los usuales saludos de cortesía, luego el a se sienta en la sil a frente a mí y toma su tasa mientras dice, “¡Cómo has crecido! ¡Sé que soy bajita, pero tú ya pareces una torre al lado mío!” Yo me encojo de hombros sin saber cómo reaccionar a esto, pero sé que tendré que acostumbrarme. La gente tiende a notar cuando creces varias pulgadas en cuestión de días. “Supongo que tengo desarrol o tardío, o estoy pasando por una racha de crecimiento o algo,” le digo y mi sonrisa se siente torpe en mis labios al darme cuenta que tengo que inventarme una respuesta más convincente, o al menos aprender a contestar con más convicción. Ella me mira y asiente sin creer ni una palabra de lo que le digo, pero decidiendo dejarlo pasar por alto. “¿Y cómo esta funcionando el escudo?” Yo trago con dificultad, pestañeando una y otra vez. Estaba tan concentrada en mi misión, que olvidé el escudo que el a me había ayudado a crear. Ese escudo que bloqueaba todos los ruidos y sonidos la última vez que Damen se fue, y el mismo escudo que desmantelé cuando él regresó. “Ah, yo, este, me deshice de el,” le digo encogiéndome mientras las palabras salen de mis labios,recordando lo mejor que serían los atardeceres si solo lo volviera a poner. Ella sonríe, alzando la vista de su tasa. “Eso no me sorprende. Ser normal no es tan bueno como solía ser, una vez descubres que hay algo más.” Yo tomo un pedazo de mi gal eta de avena y me encojo de hombros sabiendo que si dependiera de mi, yo sí escogería ser normal. “Entonces, si esto no es sobre el escudo, entonces ¿qué es?” “¿Quieres decir que no lo sabes? ¿Qué clase de psíquica eres?” Digo riendo demasiado alto para una broma tan boba. Pero Ava solo se encoje de hombros, trazando el borde de su tasa con su dedo mientras dice, “Bueno, yo no soy una leedora de mentes tan avanzada como tú, aunque sí presiento algo bastante serio.” “Es sobre Damen,” comienzo y me detengo para presionar mis labios. “Él… Él ha cambiado. Se ha vuelto frío, distante, incluso cruel y yo-” Bajo la mirada, la verdad escondida tras esas palabras hacen que sea aún más difícil de decir. “Él no contesta mis l amadas, no me habla en la escuela, incluso se cambió de sil a en la clase de inglés y ahora él, él esta saliendo con esta chica que, bueno el a es terrible. O sea, de verdad terrible y ahora él también es terrible-” “Ever-” ela comienza con una voz cálida y gentil y sus ojos l enos de bondad. “No es lo que crees,” le digo. “No es eso. Damen y yo nunca rompimos y tampoco

estábamos teniendo problemas, no fue nada de eso. Es como si un día todo estuviera bien y al otro día no.” “¿Pasó algo que precipitara este cambio?” Su rostro esta pensativo y sus ojos están fijos en los míos. Sí, apareció Roman. Pero como no puedo explicar mis sospechas de que él sea un inmortal malo (a pesar de que todas las evidencias digan lo contrario) que esta empleando cierta cantidad de control mental o hipnosis o algún hechizo (lo cual ni siquiera estoy segura de que sea posible) en todos los estudiantes de Bay View; simplemente le digo sobre el extraño comportamiento que Damen había estado teniendo, los dolores de cabeza, los sudores y una que otra cosa que son seguras para hablar y no secretas. Luego me quedo al í sentada conteniendo la respiración mientras el a toma un sorbo de su té y mira por la ventana el hermoso jardín y luego su mirada regresa a mí, mientras dice, “Dime todo lo que sabes sobre Summerland.” Yo observo las dos mitades de mi gal eta de avena y cierro mis labios. Nunca había escuchado que se mencionara Summerland tan abiertamente y con tanta casualidad. Siempre pensé sobre él como el lugar sagrado mío y de Damen. Nunca pensé que los meros mortales también podrían saber de él. “Seguramente lo has visitado ¿cierto?” El a pone su tasa sobre la mesa y alza las cejas. “Tal ves lo visitaste cuando casi moriste.” Yo asiento, recordando mis dos visitas, la primera cuando estaba muerta y la segunda con Damen y estaba tan sobrecogida con esa magia y mítica dimensión, con sus vastos y fragantes campos y palpitantes árboles, que me rehusaba a dejarlo. “¿Y visitantes los templos mientras estuviste allí?” ¿Templos? Yo no vi ningún templo. Elefantes, playas y cabal os -cosas que ambos manifestamospero definitivamente nada de edificios o viviendas de ningún tipo. “Summerland es legendario por sus templos o Grandes Pasil os de Aprendizaje, como son llamados. Yo creo que tus respuestas están allí.” “Pero ni siquiera estoy segura de cómo llegar al í sin Damen. O sea, cuando estuve casi muerta y eso…” Yo la miro. “¿Cómo tu sabes de eso? ¿Has estado allí?” Ella dice que no con la cabeza. “He intentado entrar por años y, aunque varias veces he estado a punto de entrar, nunca he logrado a travesar el portal. Pero quizá si unimos nuestra energía, tal vez logremos cruzar.” “Es imposible,” le digo, recordando la última vez que intenté entrar de esa manera y aunque Damen ya estaba comenzando a dar señales de aflicción, aún así es más poderoso que Ava en su mejor día. “No es tan fácil. Incluso si uniéramos nuestra energía, sigue siendo más difícil de lo que crees.” Pero ella solo mueve la cabeza y sonríe, levantándose de su sil a mientras dice, “Pero nunca lo sabremos hasta que lo intentemos ¿cierto?”

CAPITULO 23 La sigo abajo hacia un corto vestíbulo. Mis sandalias sonando contra el tejido de alfombra roja

mientras pienso: esto nunca funcionara. Quiero decir, si no podía acceder al portal con Damen, como es posible acceder a el o con Ava? Porque aunque el a parezca ser una psíquica bastante dotada, sus habilidades son principalmente guardadas para la partes de cartas. Diciendo el futuro por medio de una carta sobre una mesa plegable, adornándolos en espera de una generosa propina. “Nunca funcionara si no crees” dice ella, haciendo una pausa antes de abrir una puerta índigo. “Necesitas tener fe en el proceso. Y así que, antes de que entremos, necesito que aclares tu mente de todo lo negativo. Necesito que te deshagas de cualquier pensamiento triste o infeliz, o cualquier otra cosa que te arrastre y que atienda a la palabra no se puede.” Tomo un profundo suspiro y miro a la puerta, luchando contra el impulso de rodas mis ojos mientras pienso: genial, debería haberlo sabido. Este es el tipo de cosas melodramáticas que estas obligada a tolerar cuando estas tratando con Ava. Pero todo lo que digo es. “No te preocupes por mí, estoy bien.” Asintiendo de cierto modo que espero que sea convincente, queriendo evitar su mediación habitual de veinte-pasos, o cualquier práctica woo-woo que el a pudiera tener en mente. Pero Ava solo permanece parada al í, manos en las caderas, ojos sobre los míos. Negándose a dejarme entrar hasta que esté de acuerdo con aliviar mi carga emocional. Así que cuando el a dice, “Cierra los ojos.” Lo hago. Pero solo para apresurar las cosas. “Ahora quiero que te imagines largas y delgadas raíces creciendo desde la punta de tus pies y cavando en lo profundo de la tierra, tal ando en la tierra y extendiendo sus límites. Cavando en lo profundo y más profundo del suelo hasta que hayan alcanzado el centro de la tierra y no puedan ir más lejos. ¿Entendido?” Yo asiento, imaginando lo que ella pide, pero solo para que podamos conseguir este espectáculo en el camino y no porque no creo en ello. “Ahora respira profundo, toma varias respiraciones profunda y deja que tu cuerpo entero se relaje. Siente tus músculos aflojarse, mientras tu tensión se desvanece. Permitiendo cualquier pensamiento negativo persistente o emociones desaparecer. Solamente derrítelos de tu campo de energía y diles espero no volverlos a ver nunca. ¿Puedes hacer eso?” Um, como sea, pienso. Simplemente yendo a través de emociones y sintiéndome bastante sorprendida cuando mis músculos realmente empiezan a relajarse. Y quiero decir, a realmente relajarse. Como si estuviera en paz después de una larga y difícil batalla. Supongo que no era consciente de justamente cual tensa he estado o cuanta negatividad estaba cargando hasta que Ava me hiciera liberarlo. Y aunque estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para entrar en ese cuarto y acercarme a Summerland, tengo que admitir que algunas de estas cosas mambo-jumbo podrían realmente funcionar. “Ahora presta mucha atención hasta que estés concentrada en la corona tu cabeza, el área en la derecha de la parte superior. E imagina una viga solida de la más clara luz blanca dorada penetrando esa misma mancha y facilitando su camino a todo tu cuel o, extremidades, torso, todo el camino hasta tus pies. Siente esa calurosa, y maravil osa luz curando cada parte de ti, cubriendo cada última célula tanto dentro como fuera, y

permitiendo que la ira o cualquier tristeza persistente sea transformada en energía amorosa por esta poderosa fuerza curativa. Siente la luz surgiendo dentro de ti como una viga estable de luminosidad, amor, y perdón sin principio ni fin. Y cuando empieces a sentirte más ligera, cuando empieces a sentirte limpia y purificada, abre tus ojos y Mírame, pero solo cuando estés lista.” Así que lo hago, pasando a través de todo el ritual de luz blanca, decidida a participar o al menos pretender tomar estos pasos en serio desde que es importante para Ava. Y tal como me imagino la viga dorada pasando a través de mi cuerpo, cubriendo mis células y todo eso, también intento calcular, justamente cuánto tiempo debería tardar abrir mis ojos para no parecer demasiado falsa. Pero entonces, algo extraño pasa. Me encuentro sintiéndome más ligera, feliz, fuerte, y a pesar del estado de desesperación que l egue-a sentir. Cuando abro mis ojos, vero que ella esta sonriéndome, su cuerpo entero rodeado por la más bella aura violeta que alguna vez he visto. Abre la puerta y yo la sigo adentro. Parpadeando y detal ando mientras me adapto a las paredes de color purpura profundo de esta pequeña habitación que, desde el aspecto de la misma, parece doblarse como un santuario. “¿Es aquí donde das tus lecturas?” pregunto. Recorriendo la gran colección de cristales y velas y símbolos religiosos que cubren las paredes. Mirando mientras el a sacude su cabeza y coloca un cojín de un bordado tal ado en el piso, dando golpecitos justo al lado de el a y haciéndome señas para sentarme también. “La mayoría de la personas que viene aquí ocupan un espacio emocional oscuro, y no puedo arriesgarme a dejarlos entrar. He trabajado muy duro para mantener la energía de este cuarto pura, limpia, y libre de toda oscuridad, y no permito que nadie entre hasta que su energía se aclare, incluyéndome. Ese ejercicio de limpieza por el que te puse, lo hago primero también cada mañana, justo después de que me levanto, y luego de nuevo antes de entrar en este cuarto. Y te recomiendo hacerlo también. Porque aunque se que lo consideras una tontería, también se que estas sorprendida por lo mucho mejor que te sientes.” Presiono mis labios juntos y aparto la mirada. Sabiendo que el a no tiene que leer mi mente para saber lo que pienso, mi cara siempre me traiciona – es incapaz de mentir. “Conseguí esta cosa de la luz curativa” digo, mirando las persianas de bambú cubriendo la ventana y el estante alineado con estatuas de piedras de dioses de todas partes del mundo. “Y tengo que admitir que me hizo sentir mejor. Pero, ¿qué era esa cosa de la raíz? Parecía un poco rara.” “Eso se llama conectarse con la tierra,” el a sonríe. “cuando l egaste a mi puerta, tu energía se sentía muy dispersa y esto ayuda a contenerlo. Sugiero que realices ese ejerció a diario también.” “Pero no nos impedirá localizar Summerland” Ya sabes, por conectarnos con la tierra aquí” Ella ríe. “No. Si algo, te ayudara a concentrarte a donde realmente quieres ir.” Foro

Purple Rose Miro alrededor del cuarto, notando como esta tan lleno de cosas, es complicado mantenerlo todo adentro. “¿Así que este es como tu espacio sagrado?” finalmente digo. Ella sonríe, su dedo envolviéndose en un hilo suelto sobre su cojín. “Es el lugar donde vengo a rendir culto y a meditar y a intentar alcanzar las dimensiones del mas al á. Y tengo una fuerte corazonada de que esta vez, l egare al í.” Ella dobla sus piernas en posición de yoga y me hace señas para hacer lo mismo, y al principio no puedo dejar de pensar que mi nuevo largor, y mi par de piernas nunca se doblaran ni entrelazaran como las suyas. Pero al momento después estoy impresionada por la manera en que acaba resbalándose apropiadamente en su puesto, doblándose una con la otra de cierta que es tan natural y cómoda sin la más mínima resistencia. “¿Lista?” pregunta el a con sus ojos castaños sobre los míos. Me encojo de hombros, mirando hacia la punta de mis pies, sorprendida de verlos tan visibles mientras descansan encima de mis rodil as, y preguntándome que clase de ritual el a nos pondrá a realizar. “Bien. Porque ahora es tu turno de ir al frente,” ella ríe. “Nunca he estado al í antes. Así que estoy contando contigo para que nos muestres el camino.”

CAPITULO 24 No tenía idea de que sería tan fácil. No creí que fuésemos capaces de llegar allí. Pero después de dirigirnos a través del ritual de cerrar los ojos e imaginar un portal brillante con luz resplandeciente, ambas juntamos nuestras manos y lo atravesamos, aterrizando juntas en esa extraña y flotante grama. Ava me mira con los ojos y su boca bien abiertos, pero incapaz de poder articular palabras. Yo solo asiento y miro alrededor, sabiendo exactamente como el a se siente porque, aunque ya he estado aquí antes, eso no lo hace menos surrealista. “Oye, Ava,” digo levantándome y sacudiendo la parte trasera de mis jeans, dispuesta a servir de guía turística y mostrarle cuan mágico puede ser este lugar. “Imagina algo. Cualquier cosa, como un objeto, un animal, incluso una persona. Solo cierra tus ojos y velo tan claro como puedas y luego…” Yo observo como el a cierra sus ojos y mi emoción crece mientras el a frunce el entrecejo y se concentra en el objeto que eligió. Y cuando el a abre otra vez sus ojos, se lleva las manos a su pecho y mira directamente al frente, l orando, “¡Ay! No puede ser… pero mira… ¡se parece tanto a él y es tan real!” Ella se arrodil a en la grama, juntando sus manos y riendo con emoción mientras un hermoso Golden Retriever salta a sus brazos y acaricia sus mejil as a lengüetazos y el a lo abraza fuerte contra su pecho, murmurando su nombre una y otra vez, y yo sé que es mi deber advertirle que él no es real. “Eh, Ava, lo siento, pero me temo que él no-” Pero antes de que pueda terminar, el perro se deshace de su agarre, borrándose como un patrón de vibrantes píxeles que pronto desaparecerá por completo y cuando veo la devastación en su rostro, mi estómago da un vuelco sintiéndose culpable por haber iniciado este juego. “Debí haberte explicado,” le digo, deseando no haber sido tan impulsiva. “Lo siento mucho.” Pero ella solo asiente, pestañeando para evitar las lágrimas mientras se sacude la grama de sus rodillas. “Esta bien. De veras. Sabía que era demasiado bueno para ser real. Pero nada más verlo así

otra vez, haber tenido solo ese momento-” El a se encoje de hombros. “Bueno, incluso si no hubiese sido real, no me arrepiento ni por un segundo. Así que tú tampoco lo hagas ¿bueno?” El a toma mi mano y la aprieta. “Lo he extrañado mucho y el haberlo tenido por esos breves segundos fue como un regalo muy valioso. Un regalo que experimenté gracias a ti.” Yo asiento, tragando con esfuerzo y deseando que sus palabras sean sinceras y aunque podríamos pasar las próximas horas manifestando todo lo que nuestros corazones quieran, la verdad es que mi corazón solo desea una cosa. Además, después de ver la reunión de Ava y su amada mascota, los placeres de los bienes materiales ya no parecen valer la pena. “Así que esto es Summerland,” el a dice, mirando todo a su alrededor. “Esto es,” yo asiento. “Pero lo único que siempre he podido ver es este campo, ese arrol o y un par de cosas que no existían hasta que yo las manifesté. Ah, ¿y ves ese puente, más allá en la distancia, en donde está la niebla?” Ella gira, asintiendo cuando lo ve. “No te acerques a él. Lleva hacia el otro lado. Ese es el puente del que Riley te contó, el puente que al final la convencí a cruzar, luego de que tú la persuadieras un poco.” Eva se le queda mirando y sus ojos se entrecierran cuando dice, “Me pregunto que pasaría si intentaras cruzarlo. Ya sabes, sin morir, sin esa clase de invitación.” Pero yo solo me encojo de hombros, no tengo ni la más mínima curiosidad de intentarlo para saber. “Yo no lo recomendaría,” le digo, mirando la apariencia de su mirada y dándome cuenta de que el a en realidad esta considerándolo. Se está preguntando si el a debería intentar cruzarlo solo por simple curiosidad. “Podrías no regresar,” añado, intentando transmitir la potencial seriedad del asunto, ya que el a no parece entenderlo. Pero supongo que Summerland tiene ese efecto. Es tan hermoso y mágico, que te tienta a arriesgarte a hacer cosas que normalmente no harías. Ella me mira, aún sin estar completamente convencida, pero deseosa de seguir viendo cosas en lugar de quedarse aquí sentada. Así que enlaza su brazo con el mío y dice, “¿Por dónde comenzamos?” Como ninguna de las dos tenemos idea de por dónde comenzar, comenzamos por caminar, dirigiéndonos hacia la pradera de flores danzantes, abriéndonos camino entre los árboles pulsantes, cruzando el arroyo cuya agua es de todos los colores como el arcoíris y esta habitado por toda clase de peces, hasta que finalmente encontramos un sendero que, luego de vagar por muchas curvas y serpenteos, nos conduce hacia una carretera vacía. Pero no es una carretera de ladril os amaril os, o pavimentada con oro. Esta es una carretera regular, hecha con el asfalto que ves todos los días, como el tipo de carreteras que ves en tu casa. Aunque debo admitir que es mejor que las carreteras de casa porque esta está limpia e inmaculada, sin hoyos ni marcas de gomas. De hecho, todas las cosas aquí son tan resplandecientes y nuevas, que pensarías que nunca antes han sido usados, cuando la verdad es -o al menos la verdad según Ava- que Summerland es más antiguo que el tiempo. “¿Exactamente qué sabes sobre estos templos, o Grandes Salones de Aprendizaje, como tú les l amas?” Le pregunto, levantando la vista para observar un impresionante edificio de mármol blanco con toda clase de ángeles y criaturas míticas tal adas en sus columnas y me pregunto si ese será el lugar que estamos buscando. O sea, luce elaborado, serio e

impresionante, pero no es exactamente formidable como yo imaginé que sería un salón de aprendizaje superior. Pero Ava se encoje de hombros, como si ya no le interesara el tema. Lo cual me parece bastante descomprometido para mi agrado. Ella estaba tan segura de que las respuestas estaban aquí, fue tan insistente en juntar nuestra energía y viajar juntas, pero ahora que lo hemos hecho, esta demasiado prendada con el poder de la manifestación instantánea para concentrarse en nada más. “Sólo sé que existen,” el a dice con sus manos extendidas ante el a y girándolas de un lado a otro. “He leído sobre el os varias veces en mis estudios.” Y yo pienso ¡Pero ahora lo único que pareces estar estudiando son esos anil os con enormes joyas incrustadas que has manifestado en tus dedos! sin decir las palabras, pero sabiendo que, si el a está lo suficientemente interesada para observar, vería el desagrado estampado en mi cara. Pero ella solo sonríe y manifiesta su brazo l eno de pulseras que combinen con sus nuevos anil os y cuando comienza a mirar a sus pies, pensando en manifestar nuevos zapatos, sé que es hora de traerla de vuelta. “¿Qué debemos hacer una vez l eguemos allí?” Le pregunto, determinada a lograr que el a se concentre en la verdadera razón por la cual estamos aquí. O sea, yo hice mi parte, así que lo menos que el a podría hacer es ser recíproca y ayudarme a encontrar el camino. “¿Y qué es lo que debemos investigar una vez lo encontremos? ¿Dolores de cabeza repentinos? ¿Repentinas oleadas de incontrolable sudor? ¿Nos dejaran entrar, siquiera?” Yo me volteo, esperando un sermón sobre mi persistente negatividad, mi rampante pesimismo que desaparece por un tiempo, pero jamás desaparece por completo… pero me encuentro con que el a ya no está allí. ¡Y me refiero a que el a está completamente, inconfundiblemente, cien por ciento desaparecida! “¡Ava!” Le llamo, dando vueltas y vueltas, tratando de ver entre la bril ante niebla, el resplandor eterno que emana de ningún lugar en específico, pero se las arregla para cubrir todo aquí. “¿Ava, dónde estás?” Grito, corriendo hacia el centro del largo y vacío camino y deteniéndome para observar por las ventanas y puertas y preguntándome por qué hay tantas tiendas, restaurantes, galerías de arte y salones, cuando no hay nadie alrededor para usarlas. “No la vas a encontrar.” Doy la vuelta y me encuentro con una menuda chica de cabel o oscuro parada frente a mí. Su pelo lacio le l ega a los hombros y sus ojos casi negros están enmarcados por un flequil o tan severo que parece que ha sido cortado con una navaja. “La gente se pierde aquí. Pasa todo el tiempo.” “¿Quién- quién eres?” Le pregunto, reparando en su blusa blanca almidonada, falda escocesa, chaqueta azul y medias hasta la rodil a. El atuendo de una típica chica de escuela privada, pero sé que esta no es una estudiante cualquiera. No si está aquí.

“Soy Romy,” ella dice. Pero sus labios no se mueven y la voz que escuché viene de detrás de mí. Y cuando me doy la vuelta, me encuentro exactamente con la misma chica riéndose mientras dice, “y el a es Rayne.” Yo me giro otra vez y veo que Raybe sigue detrás de mío, mientras Romy se le une. Dos chicas idénticas paradas frente a mí. Todo sobre el as -el pelo, la ropa, la cara, los ojos- son exactamente igual. Todo, excepto por las medias a la rodil a. Las de Remy se han caído, mientras que las de Rayne están ajustadas y bien puestas. “Bienvenida a Summerland.” Romy sonríe, mientras Rayne me mira con sospecha. “Sentimos lo de tu amiga.” El a golpea a su hermana, y como esta no responde, dice, “Sí, incluso Rayne lo siente. Solo que no lo va a admitir.” “¿No sabes dónde puedo encontrarla?” Pregunto mirándolas a ambas y preguntándome de dónde habrán venido. Romy se encoge de hombros. “El a no quiere ser encontrada, así que en cambio te encontramos a ti.” “¿De qué estas hablando? ¿De dónde vienes?” Le pregunto ya que en mis visitas anteriores nunca había visto a nadie. “Eso fue porque tú no querías ver a ninguna otra persona,” dice Romy, contestando el pensamiento en mi cabeza. “Nunca lo habías deseado hasta ahora.” Yo la miro con mi rostro inexpresivo y mi mente da vueltas ¿el a puede leer mis pensamientos? “Los pensamientos son energía,” el a se encoje de hombros. “Y Summerland consiste de energía rápida, intensa y magnificada. Tan intensa que puedes leerla.” Cuando el a dice eso, recuerdo mi visita con Damen y como éramos capaces de comunicarnos telepáticamente. Pero en ese entonces pensé que nosotros éramos los únicos. “¿Pero si eso es cierto, entonces por qué yo no pude leer la mente de Ava? ¿Cómo fue el a capaz de desaparecer así?” Rayne pone los ojos en blanco, mientras Romy se inclina hacia delante, su voz suave y baja, como si estuviera hablando con niño pequeño, incluso cuando el as lucen más jóvenes que yo. “Porque tienes que desearlo para que lo puedas hacer.” Luego, al ver la expresión de mi rostro, ella explica, “En Summerland todo es posible. Todas las cosas. Pero primero tienes que desearlo para traerlo a la existencia. De lo contrario será solo una posibilidad -una de tantas posibilidades- sin manifestar e incompletas.” Yo la miro intentando comprender sus palabras. “la razón por la cual no viste gente antes es porque no quisiste. Pero ahora, mira alrededor y dime lo que ves.” Y cuando miro alrededor, veo que el a tiene razón. Las tiendas y restaurantes ahora están l enas de gente, una nueva exposición de arte cuelga en la galería y un tumulto de gente se agrupa en las escaleras del museo. Y mientras me concentro en la energía de el os y en sus pensamientos, me doy cuenta de lo diverso que es este lugar. Hay nacionalidades y religiones de todo tipo, y todos

coexisten en paz. Vaya, pienso mientras mis ojos miran a todas partes, tratando de captar todo. Romy asiente con la cabeza. “Y al momento que deseaste encontrar el camino hacia el templo, vinimos para ayudarte mientras Ava desaparecía.” “¿Entonces yo hice que el a desapareciera?” Pregunto, comenzando a comprender la verdad en todo esto. Romy ríe, mientras Rayne dice que no con la cabeza y pone los ojos en blanco, mirándome como si yo fuera la persona más idiota que haya conocido. “Difícilmente.” “Entonces toda esta gente-” Yo señalo a la muchedumbre. “¿Todos el os están muertos?” Le dirijo la pregunta a Romy porque ya me he rendido con Rayne. Y observo como el a se inclina y susurra en el oído de su hermana, causando que Romy se aleje y diga, “Mi hermana dice que haces demasiadas preguntas.” Rayne hace una mueca, golpeándola fuerte en el brazo con su puño, pero Romy solo ríe. Y mientras yo observo a las dos, reparando en la mirada calmada de Rayne y la insistencia de Remy en hablar con acertijos, me doy cuenta que, con todo y lo entretenido que sea, están comenzando a fastidiarme. Tengo cosas que hacer, templos que encontrar y envolverme en este tipo de bromas confusas se esta convirtiendo en una enorme pérdida de tiempo. Y Recuerdo muy tarde que el as dos pueden leer mis pensamientos cuando Romy asiente con la cabeza y dice, “Como gustes. Te enseñaremos el camino.”

CAPITULO 25 Ellas me conducen hacia abajo a una serie de cal es, las dos marchando una al lado de la otra, sus pasos agigantados tan moderados y rápidos que me esfuerzo por seguir. Pasamos los vendedores promoviendo todo tipo de mercancías – todo desde velas de baño para los adornos de madera – sus clientes alineándose cuidadosamente por aquel as mercancías envueltas y ofreciendo solo una palabra amable o sonrisa a cambio. Caminamos junto a las fruterías, dulcerías, y algunas boutiques de moda, antes de hacer una pausa en una esquina cuando un carruaje l evado por cabal os cruza nuestro camino seguido por un chofer manejando un Rol s Royce. Y justo cuando estoy a punto de preguntar como todas estas cosas pueden existir en un lugar, como aparentemente edificios antiguos pueden encontrarse al lado de los refinados, y los diseños más modernos, Romy me mira y dice, “Ya te lo dije. Summerland tiene la posibilidad de cualquier cosa. Y ya que gente muy diferente desea cosas muy diferentes, más todo lo que puedas pensar ha sido traído a crearse.” “¿Así que todo esto fue manifestado?” digo, mirando alrededor con asombro, mientras Romy asiente y Rayen continua directamente hacia adelante. “¿Pero quién está manifestando estas cosas?” ¿El os son excursionista como yo? O ¿están vivos o muertos? Miro entre Romy y Rayne, sabiendo que mi pregunta aplica para el as también, porque aunque parecen ser normales por fuera, hay algo muy extraño en el as, algo casi – misterioso – y eterno también. Y justo cuando mi mirada se posa en Romy, Rayne decide dirigirse a mí por primera vez hoy, diciendo, “Deseaste encontrar los templos así que estamos ayudándote, pero no te confundas, no estamos bajo ninguna obligación de contestar tus preguntas. Algunas cosas en Summerland no son de tu incumbencia.” Trago con dificultad, mirando a Romy, y preguntándome si el a intervendrá y se disculpara por su hermana, pero el a solo nos conduce abajo a otra cal e bien-poblada, a un cal ejón vacio, y a una

avenida tranquila donde se detiene ante un magnífico edificio. “¿Dime lo que ves?” pregunta el a, tanto el a y su hermana miran detenidamente hacia mí. Miro fijamente el magnífico edificio ante mí, mis ojos ensanchándose mientras mi boca se deja caer de asombro, contemplando sus hermosos y complicados detal es, su gran tejado sobresaliendo, sus imponentes columnas, sus impresionante y cambiante, evocación de imágenes de Partenón, el Taj Mahal, la gran pirámide de Giza, el templo de Lotus, mi mente tambaleándose con imágenes mientras el edificio se transforma y se transforma, hasta que todos los templos y maravil as del mundo son claramente representados en su continua – fachada cambiante. ¡Lo veo – lo veo todo! Pienso, incapaz de pronunciar una palabra. La impresionante bel eza ante mi me ha dejado muda. Doy vuelta hacia Romy, preguntándome si ela ve lo que yo veo, y viendo cuando ella jala fuertemente del brazo a Rayne mientras dice, “Te lo dije,” “El templo se construye por medio de energía, amor, y conocimiento de todas las cosas buenas,” sonríe. “Aquel os que pueden ver eso se les permite entrar.” Es la segunda vez que oigo eso, corro hasta los grandes escalones de mármol, ansiosa por pasar esta magnífica fachada y ver lo que hay dentro. Pero justo cuando alcanzo la gran puerta doble, me giro para decir, “¿Vienes?” Rayne solo se queda mirando, sus ojos apaciguándose, sospechosos, deseando que el as nunca se hubieran topado conmigo. Mientras Romy niega con la cabeza y dice. “Tus respuestas se encuentran adentro. Ya no necesitas de nosotras ahora.” “¿Pero donde comienzo?” Romy mira detenidamente a su hermana, un intercambio privado pasa entre el as, luego gira hacia a mí y dice, “Debes buscar los registros Akashi, es un registro permanente de todo lo que alguna vez se ha dicho, pensado, o hecho – o lo que alguna vez se dirá, pensara, o hará. Pero solo los encontraras si te lo propones, si no“ el a se encoje de hombros, deseando dejarlo ahí, pero la mirada de puro pánico en mis ojos la l eva a continuar, “Si no quieres saberlo, entonces no lo sabrás. Es tan simple como eso.” Parada allí, pensando como eso no era lo menos tranquilizador, y sintiéndome casi aliviada cuando ambas giran para marcharse. “Y ahora debemos irnos, señorita Ever Bloom” dice el a, usando mi nombre completo aun cuando estoy segura que nunca lo reverle. “Aunque estoy segura que nos encontraremos de nuevo.” Miro mientras el as se alejan, recordando una última pregunta cuando digo, “pero como regreso? ya sabes, una vez que termine aquí?” Mirando como Rayne da la vuelta rígidamente y Romy gira, una sonrisa paciente se extiende por su cara mientras dice. “De la misma manera en que llegaste, por el portal, por supuesto.”

CAPITULO 26 En el momento que me vuelvo hacia la puerta se abre delante de mí. Y como no es una de esas automáticas como las que tienen en los supermercados, supongo que significa que puedo entrar. Entro a un espacio amplio lleno de la más brilante y tibia luz… una cascada luminosa y radiante que, como el resto de Summerland, llega a cada rincón, cada esquina, todos los espacios llenos de el a, sin dejar ninguna sombra o lugar oscuro, y no parece venir de ningún lado. Luego paso por un pasil o que a ambos lados tiene filas de columnas de mármol blanco decoradas al estilo de la antigua Grecia, donde los monjes con togas se sientan en mesas de madera, con shamanes, rabinos, curas y todo tipo de religiosos. Todos el os sentado en mesas que levitan con grandes bolas de cristal…

cada uno estudiando las imágenes que aparecen. Hago una pausa, preguntándome si seria maleducado interrumpir la tarea y preguntar si me pueden señalar la dirección hacia los archivos akashic. Pero el cuarto esta tan silencioso y el os están tan concentrados, no puedo molestarlos, así que sigo mi camino en cambio. Pasando por una seria de estatuas magnificas hechas en el más puro mármol blanco, hasta que entro a un cuarto adornado como las catedrales de Italia (o al menos por lo que he visto en fotos). Con los mismos cielos abovedados, los vidrios pintados, y unturas elaboradas con imágenes gloriosas que harían que Miguel Ángel llore. Me paro en el centro, con la cabeza echada hacia atrás luchando por verlo todo. Dando vueltas y mas vueltas hasta que me canso y mareo, dándome cuenta que es imposible verlo todo de una vez. Y sabiendo que ya he perdido suficiente tiempo, cierro levemente los ojos y sigo las instrucciones de Romy… debo desear primero algo antes de poder conseguirlo. Y justo después de pedir ser llevada a las respuestas que busco, abro los ojos y un largo corredor aparece. Su luz es mas opaca de lo que me acostumbre… es algo así como resplandeciente, incandescente. Y aun cuando no se a donde me lleva, empiezo a caminar. Siguiendo la hermosa alfombra Persa que parece seguir hasta el infinito, corriendo mis manos por la pared cubierta de jeroglíficos, la punta de mis dedos rozando las imágenes mientras éstas aparecen en mi cabeza… la historia completa desarrol ándose solo por el tacto, con una especie de braille telepático. Entonces, de repente, sin señal o aviso previo, me encuentro parada a la entrada de otro cuarto. Solo que este esta decorado de forma diferente… no por murales u ornamentos… sino por su pura e inmaculada simplicidad. Sus paredes circulares son brillosas y lisas, y aun cuando a primera vista parecen ser simplemente blancas, mirándolas con mas atención me doy cuenta que no hay nada simple en el as. Es un verdadero blanco, un blanco en el sentido más puro. Uno que solo puede ser el resultado de la combinación de todos los colores… una combinación infinita de pigmentos todos entrelazados para crear el color de la luz… justo como aprendí en la clase de arte. Y además de la masiva cantidad de prismas que cuelgan del techo, lo que deben de ser cientos de cristales finamente cortados, todos ellos bril ando y reflejando resultando en un calidoscopio de colores que ahora da vueltas por la habitación, el único objeto en este espacio es un banco de mármol solitario que es extrañamente cómodo y tibio, especialmente cuando el mármol no se supone que lo sea. Y luego de tomar asiento y poner las manos en mi regazo, miro como las paredes detrás de mí crecen como si el pasil o que me llevo ahí nunca hubiese existido. Pero no estoy asustada. Aun cuando no parece haber salida y parece que estoy atrapada en este cuarto circular, me siento segura, en paz, cuidada. Como si el cuarto estuviese acunándome, confitándome, sus paredes circulares como grandes y fuertes brazos en un abrazo de bienvenida. Tomo un largo respiro, deseando por respuestas a todas mis preguntas, y viendo como una larga hoja de cristal aparece frente a mí, flotando en lo que antes era espacio vacío, esperando que yo tome el próximo paso. Pero ahora que estoy tan cerca de la respuesta, mi pregunta ha cambiado de pronto. Así que en vez de concentrarme en: ¿Qué es lo que le paso a Damen y como hago para arreglarlo? Pienso: Muéstrame todo lo que necesito saber sobre Damen. Pensando que esta puede ser mi única oportunidad para aprender todo lo que puedo sobre el pasado que se niega a discutir. Convenciéndome a mi misma que no estoy entrometiéndome, sino que estoy buscando una solución y toda la información que pueda conseguir puede ayudarme. Además, si verdaderamente no soy merecedora de saberlo, entonces no se me va a revelar nada. ¿Así que qué hay de malo en preguntar? Y en cuento el pensamiento se completa, el cristal empieza a zumbar. Vibrando con energía mientras un caudal de imágenes llena el espacio, la imagen tan clara que parece televisión de alta definición. Hay un pequeño taller saturado, sus ventanas cubiertas con telas de un algodón grueso, pesado y oscuro, sus paredes encendidas por una cantidad de velas. Y Damen esta ahí, no mayo que tres años, usando una túnica marrón que le llega más allá de las

rodillas, sentado en una mesa llena de frascos burbujeantes, una pila de rocas, latas llenas de polvos de colores, morteros, hierbas y viales de tinte. Mirando mientras su padre moja la pluma en un pequeño frasco de tinta y escribe el trabajo del día en una serie de símbolos complicados, pausando de vez en cuando para leer de un libro llamado: Focinos Corpus Hermeticism, mientras Damen lo copia, escribiendo en su propio trozo de papel. Y se ve tan adorable, con esos cachetes redondos y cara de querubín, con la forma en que su pelo cae sobre esos ojos oscuros y se riza en la base de su cuel o de bebe, no puedo evitar estirar mi mano hacia él. Todo parece ser tan real, tan accesible, y tan cercano, estoy totalmente convencida que si tan solo logro hacer contacto, puedo experimentar el mundo que se encuentra frente a mí. Pero en cuanto mis dedos se van acercando, el cristal se calienta hasta un nivel inaguantable y yo retiro mi mano, viendo como mi piel burbujea y se quema por un momento antes de sanar nuevamente. Sabiendo que los limites están ahora impuestos, que me esta permitido ver pero no interferir. La imagen se adelanta hasta el décimo cumpleaños de Damen, un día tan especial que esta marcado por regalos y dulces y una visita por la tarde al taller de su padre. Ambos comparten más que el pelo ondeado, la piel olivácea, y una mandíbula bien definida, pero también una pasión por perfeccionar la formula alquímica que promete no solo transformar las cosas en oro sino también prolongar la vida por tiempo indefinido… La perfecta piedra filosofal. Se ponen a trabajar, con la rutina establecida, Damen moliendo hierbas con el mortero, para luego medir cuidadosamente las sales, aceites, líquidos de color, y minerales, que su padre luego agrega al frasco burbujeante. Haciendo una pausa antes de cada paso para anunciar que es lo que esta haciendo, y enseñándole a su hijo sobre la tarea: “Transmutación es lo que estamos tratando de conseguir. Cambiar de enfermedad a salud, de vejez a juventud, de plomo a oro, y posiblemente, inmortalidad también. Todo nace de un elemento fundamental, y si lo podemos reducir hasta su núcleo, entonces podemos crear todo desde ahí”. Damen escucha, absorto en cada palabra que su padre dice aún cuando escucho exactamente el mismo dialogo muchas veces antes. Y aunque hablan en italiano, un idioma que yo nunca he estudiado, de alguna manera entiendo cada palabra. Nombra cada ingrediente antes de agregarlo, luego decidiendo, sólo por hoy, no agregar el último. Convencido de que este componente final, esta hierba que parece rara, va a crear aún más magia si se agrega luego de que el elixir descanse por tres días. Luego de pasar el jugo rojo a un frasco más pequeño, Damen lo tapa con cuidado y luego guarda en un mueble bien escondido. Y el os recién terminaron de limpiar el último desorden cuando su madre… una mujer de piel cremosa, hermosa, en un vestido de seda, con su pelo dorado encrespado a los lados y agarrado detrás por una cofia… pasa para l amarlos a comer. Y su amor es tan obvio, tan tremendamente claro, ilustrado en la sonrisa que reserva para su marido, y la mirada que le dirige a Damen, sus oscuros ojos un espejo de los de él. Y justo cuando se están preparando para irse a la casa a comer, 3 hombres entran a la fuerza. Reduciendo al padre de Damen y demandando el elixir, mientras la madre esconde al hijo en el armario en el que esta guardado… advirtiéndole que se quede quieto, que no haga sonido alguno, hasta que sea seguro salir. Él se acurruca en el oscuro, reducido espacio, espiando por un agujero en la madera. Viendo como el tal er de su padre… el trabajo de su vida… es destruido por los hombres en la búsqueda. Pero aun cuando su padre entrega las notas, no es suficiente para salvarlos. Y Damen tiembla, viendo sin poder hacer nada, mientras sus padres son asesinados. Yo me quedo sentada en el banco de mármol, mi mente tambaleante, mi estomago encogiéndose, sintiendo todo lo que Damen siente, sus emociones un torbel ino, sus mas profundas desesperaciones… mi visión borrosa por las lagrimas, mi respiración caliente, áspera, igual a la de él. Ahora somos uno. Los dos unidos por un pesar inimaginable.

Ambos habiendo sufrido el mismo tipo de perdida. Ambos creyendo que estamos de alguna manera en falta. ÉL lava sus heridas y cuida sus cuerpos, convencido de que cuando los 3 días pasen, va a agregar el ingrediente final, esa hierba rara, y va traerlos a ambos de vuelta. Solo para ser despertado el tercer día por un grupo de vecinos alertados por el olor, encontrándolo hecho un bol ito al lado de los cuerpos, la botel a con el elixir en una mano. Él trata de luchar contra el os, tomando la hierba y desesperadamente tirándola dentro. Determinado a l egar a sus padres, para hacerlos tomar a ambos, pero sus vecinos se lo l evan antes de que pueda lograrlo. Porque están convencidos de que está practicando algún tipo de brujería, es declarado un pupilo de la iglesia, aunque devastado por la perdida y alejado de todo lo que conoce y ama, es abusado por clérigos determinados a sacarle el diablo de adentro. Él sufre en silencio, sufre por años… hasta que Drina llega. Y Damen, ahora un fuerte y atractivo chico de 14 años, es transfigurado por la visión de su pelo rojo, sus ojos verde esmeralda, su piel de alabastro… su bel eza hace difícil dejar de mirarla. Los veo juntos, apenas capaz de respirar mientras el os empiezan un vinculo tan protector, tan cuidadoso, me arrepiento de haber pedido de ver esto. Fui tonta, impulsiva, y descuidada… no me tome el tiempo para pensarlo. Porque aun cuando el a ya esta muerta y no es una amenaza, viéndolo a él cayendo bajo su hechizo es mas de lo que puedo soportar. Él atiende las heridas que el a sufre a manos de los sacerdotes, tratándola con mucha reverencia y cuidado, negando su innegable atracción, determinado únicamente en protegerla, salvarla, ayudarla a escapar… él día l egando mucho más rápido de lo esperado cuando la plaga l ega a Florencia… la temida Muerte Negra que mato a mil ones de personas, reduciéndolas a todas a hinchazón, pus, y sufrimiento. Él ve sin poder hacer nada como muchos de los huérfanos se enferman y mueren, pero no es hasta que Drina cae que él vuelve al trabajo de la vida de su padre. Recreando el elixir que maldijo todos estos años… asociándolo con la pérdida de todo aquel o a lo que quería. Pero ahora, sin otra alternativa, y reacio a perderla, hace que Drina tome. Dejando un poco para sí y los otros huérfanos, queriendo solo salvarlos de la enfermedad, sin tener idea de que les daría la inmortalidad también. Infundados por un poder que no entienden e inmunes a los l antos agónicos de los clérigos muriendo, los huérfanos se escapan y separan. Dirigiéndose a las cal es de Florencia donde saquean a los muertos, mientras Damen, con Drina a su lado, esta interesado en conseguir sólo una cosa: Venganza contra los tres que mataron a sus padres, hasta que los encuentra solo para enterarse que sin el ingrediente final, han sucumbido a la plaga. Él espera por la muerte de los hombres, tentándolos con la promesa de la cura que nunca piensa entregar. Sorprendido por el vacío de la victoria cuando sus cuerpos sucumben, se vuelve hacia Drina, buscando paz en sus brazos… Cierro los ojos, determinada a bloquear todo el conocimiento que acabo de recolectar, pero es imposible, por mucho que lo intente. Porque saber que el os fueron amantes por momentos por casi seiscientos años es una cosa. Tener que ver como sucede… es otra. Y aún cuando odio admitirlo, no puedo evitar notar como el viejo Damen con su crueldad, avaricia, y vanidad… tiene un horrible parecido con el nuevo Damen… el que me dejo por Stacia. Y después de ver más de un siglo de ellos unidos por una lujuria y avaricia que no parece terminar, ya no estoy interesada en l egar a la parte en que nos conocimos. Ya no estoy interesada en las versiones anteriores de mí. Si significa tener que ver otros cien años de esto, entonces simplemente no vale la pena. Y justo cuando cierro los ojos y ruego… ¡Tan solo llévame al final! ¡Por favor! ¡No puedo soportar ver otro minuto de esto!... el cristal bril a mientras las imágenes borrosas pasan rápidamente por él, avanzando a tal velocidad e intensidad que apenas si puedo distinguir una imagen de la siguiente Viendo solo un pequeño flash de Damen, Drina, y yo en mis muchas encarnaciones… una morocha, una pelirroja, una rubia… todo pasa volando frente a mí… la cara y cuerpo irreconocibles, aunque

los ojos siempre parecen familiares. Aún cuando cambio de opinión y pido que vaya más lento, las imágenes siguen pasando rápidamente. Culminando en una imagen de Roman… sus labios curvados hacia atrás, sus ojos llenos de regocijo… mientras mira un ya muy viejo, muy muerto Damen. Y entonces… Y entonces… nada. El cristal se pone en blanco. “¡No!” Grito, mi voz rebotando en las paredes del alto y vacío cuarto, haciendo eco. “¡Por favor!” Ruego. “¡Vuelve! Lo haré mejor. ¡De verdad! Prometo no ponerme celosa o enojarme. ¡Veré todo completo si tan solo vuelves atrás!”. Pero no importa cuanto ruegue, no importa cuando pida verlo de nuevo, el cristal se ha ido, desapareció de la vista. Miro alrededor, buscando a alguien que me pueda ayudar, alguna especie de bibliotecario que me ayude con los escritos akashic, aún cuando soy la única aquí. Dejando caer la cabeza en mis manos, preguntándome como pude ser tan estúpida para déjame llevar por mis celos e inseguridades nuevamente. Quiero decir, no es que no haya sabido sobre Drina y Damen. No es que no gaya sabido que es lo que iba a ver. Y ahora, como fui demasiado cobarde como para aguantarlo y manejar a información delante de mí no tengo idea de cómo salvarlo. Ni idea de cómo pudimos ir de una hermosa A a una tan horrible Z. Todo lo que sé es que Roman es responsable. Una confirmación patética de lo que ya había adivinado. De alguna manera ha debilitado a Damen, dando vuelta su inmortalidad. Y si quiero salvarlo, necesito tener una idea de cómo y por qué. Porque si hay algo de lo que estoy segura es que Damen no envejece. Ha estado en la tierra por más de seiscientos años y aun parece un adolescente. Dejo caer la cara n las manos, odiándome por ser tan insignificante, pequeña, tonta… odiosa y patética, que me robe a mi misma de las respuestas que vine a buscar. Deseando poder rebobinar toda la sesión y empezar de nuevo… deseando poder volver atrás… “No puedes volver atrás.” Me doy vuelta, escuchando la voz de Romy viniendo de mi espalda, y preguntándome como encontró el camino hasta este cuarto, hasta que me doy cuenta que ya no estoy en el espacio circular, estoy de nuevo en el hal . Unas mesas más lejos de donde los monjes, curas, shamanes y rabinos estaban. “Y nunca debes adelantar hacia el futuro. Porque cada vez que lo haces, te robas a ti misma del viaje, el momento presente, que, al final, es todo lo que hay.” Me giro, preguntándome si ella se refiere a lo que paso con el cristal o a la vida en general. Pero ella solo sonríe. “¿Estás bien?” Me encojo y miro hacia otro lado. O sea, ¿para que molestarme en explicar? Probablemente el a ya lo sepa de todas formas. “No.” Se apoya en la mesa y niega con la cabeza. “No sé nada. Lo que haya pasado ahí dentro es tuyo y solo para ti. Yo sólo te escuche llorar así que pensé en pasar. Eso es todo. Nada más, nada menos.” “¿Y donde esta tu gemela maldita?” Pregunto, mirando alrededor, preguntándome si no se estará escondiendo en algún lugar. Pero Romy solo sonríe y me hace señas de que la siga. “Esta afuera, vigilando a tu amiga.” “¿Ava esta aquí?” Pregunto, sorprendida por lo aliviada que eso me hace sentir. Especialmente considerando como sigo enojada con el a por dejarme de esa forma.

Pero Romy solo me hace señas nuevamente, llevándome por la puerta del frente hacia fuera hacia los escalones donde Ava está esperando. “¿Donde has estado?” Pregunto, mi pregunta sonando más como una acusación. “Me desvié un poco.” Se encoge. “Este lugar es magnifico…” Me mira, deseando que me tranquilice y no me enoje, y desviando la mirada cuando se da cuenta que no será así. “¿Como llegaste hasta aquí? Romy y Rayne...” Pero cuando me doy la vuelta me doy cuenta que ya no están. Me mira de soslayo, sus dedos jugando con los nuevos aros de oro en sus orejas. “Quería encontrarte, así que termine aquí. Pero no puedo entrar.” Se acerca a la puerta. “¿Así que este es el lugar? ¿Este es el hal que estabas buscando?” Asiento, viendo sus zapatos y cartera de diseñador, y enojándome cada vez más. Yo la traigo a Summerland así me ayuda a salvar la vida de alguien, y todo lo que el a quiere hacer es salir de compras. “Lo sé,” Dice, respondiendo a los pensamientos en mi cabeza. “Me deje l evar, y lo siento. Pero estoy lista para ayudarte si todavía lo necesitas. ¿O ya conseguiste todas las respuestas que buscabas?” Presiono mis labios juntos y miro el suelo, meneando la cabeza cuando digo, “Yo um… me encontré con algunos problemas.” Una ola de vergüenza me sobrepasa, especialmente cuando recuerdo como el problema fue por mi culpa. “Y me temo que estoy de nuevo donde empecé,” agrego, sintiéndome como la perdedora más grande del mundo. “¿Quizás yo pueda ayudar?” Sonríe, apretando mi brazo para que sepa que es sincera. Pero yo sólo me encojo, dudando que pueda hacer mucho a estas instancias. “No te rindas tan fácilmente,” Dice. “¡Después de todo esto es Summerland, todo es posible aquí!” La miro, sabiendo que es verdad, pero también sabiendo que tengo trabajo serio que hacer en casa en el plano de La Tierra. Trabajo que va a requerir toda mi atención y concentración, sin distracciones permitidas. Así que mientras lidero la caminata para bajar los escalones, la miro y digo, “Bueno, hay una cosa que podes hacer.”

CAPITULO 27 Pero Romy solo me hace señas nuevamente, l evándome por la puerta del frente hacia fuera hacia los escalones donde Ava está esperando. “¿Donde has estado?” Pregunto, mi pregunta sonando más como una acusación. “Me desvié un poco.” Se encoge. “Este lugar es magnifico…” Me mira, deseando que me tranquilice y no me enoje, y desviando la mirada cuando se da cuenta que no será así. “¿Como llegaste hasta aquí? Romy y Rayne...” Pero cuando me doy la vuelta me doy cuenta que ya no están. Me mira de soslayo, sus dedos jugando con los nuevos aros de oro en sus orejas. “Quería encontrarte, así que termine aquí. Pero no puedo entrar.” Se acerca a la puerta. “¿Así que este es el

lugar? ¿Este es el hal que estabas buscando?” Asiento, viendo sus zapatos y cartera de diseñador, y enojándome cada vez más. Yo la traigo a Summerland así me ayuda a salvar la vida de alguien, y todo lo que ella quiere hacer es salir de compras. “Lo sé,” Dice, respondiendo a los pensamientos en mi cabeza. “Me deje l evar, y lo siento. Pero estoy lista para ayudarte si todavía lo necesitas. ¿O ya conseguiste todas las respuestas que buscabas?” Presiono mis labios juntos y miro el suelo, meneando la cabeza cuando digo, “Yo um… me encontré con algunos problemas.” Una ola de vergüenza me sobrepasa, especialmente cuando recuerdo como el problema fue por mi culpa. “Y me temo que estoy de nuevo donde empecé,” agrego, sintiéndome como la perdedora más grande del mundo. “¿Quizás yo pueda ayudar?” Sonríe, apretando mi brazo para que sepa que es sincera. Pero yo sólo me encojo, dudando que pueda hacer mucho a estas instancias. “No te rindas tan fácilmente,” Dice. “¡Después de todo esto es Summerland, todo es posible aquí!” La miro, sabiendo que es verdad, pero también sabiendo que tengo trabajo serio que hacer en casa en el plano de La Tierra. Trabajo que va a requerir toda mi atención y concentración, sin distracciones permitidas. Así que mientras lidero la caminata para bajar los escalones, la miro y digo, “Bueno, hay una cosa que podes hacer.” “... tan, tan agradable como tenerte unida a nosotros, no puedo evitar preguntarme de lo que se trata", Roman dice, sus ojos todavía en mí. Pero todavía miro Damen. Mirando como él presiona sus labios contra la mejilla de Stacia, antes de comenzar a trazar su camino alrededor de su oreja y abajo la longitud de su cuel o... "Porque tanto como me gustaría fingir que tú fuiste vencida por ser innegablemente bueno y mi encanto, Yo sé mucho. Entonces dime, Ever, ¿qué pasa?” No puedo oír hablar Roman, su voz zumba en el fondo como un vago zumbido incesante que es fácil de ignorar, pero mi mirada se queda en Damen - el amor de mi vida, mi alma eterna de la que desconocía por completo el hecho de que aún existe. Mi estómago que tuerce mientras sus labios frota sobre su clavícula antes de dirigirse de nuevo a su oído, su boca que mueve suavemente mientras él le susurra, tratando de engatusarla a dejar el resto de sus clases entonces el os pueden dirigirse de nuevo a su casa... Espera - ¿engatusándola? ¿El está tratando de convencerla a ela? ¿Esto quiere decir que el a no está lista y dispuesta? ¿Soy la única aquí que sólo asume que el os ya habían saltado a sus cuerpos de cada uno? Pero así como estoy a punto de sintonizar a Stacia y ver a qué el a posiblemente podría obtener por haciéndose de rogar, el Roman da un toque a mí brazo y dice, “¡Ah!, vamos, Ever. No seas tímida. Dime lo que tú hace aquí. Dime exactamente qué es lo que te pone al límite." Y antes de que pueda contestar, Stacia me mira y dice, “¡Jesús!, Loca, ¿miras mucho?” No respondo. Solamente finjo que no me enteré mientras enfoco Damen. Rechazando reconocer su presencia, a pesar de que están tan entrelazados que están prácticamente fundido. Deseando que él sólo de la vuelta y verme - verme realmente - en la forma en que solía. Pero cuando él finalmente mira realmente, su mirada l ega a través de mí, como si yo no mereciera la molestia, como si yo soy invisible ahora. Y verlo a través de mi mirada, me deja entumecida, sin aliento, congelada, incapaz de moverme. “Um, ¡Ho-la!” Stacia grita, lo suficientemente alto para que todos puedan escuchar.

"Quiero decir, en serio. ¿Podemos ayudarte? ¿Alguien puede ayudarte?". Echo un vistazo a Miles y Haven que se sienta solamente a unos pies lejos, mirando como el os sacuden sus cabezas, ambos deseando nunca haber tenido nada para hacer conmigo. Entonces trago con fuerza y me recuerdo que el os no están en el control - que el Roman es el escritor, el productor, el director, y el creador de este horrible espectáculo. Encuentro la mirada fija de Roman, mi estomago torciéndose, sonando metálicamente, mientras miro detenidamente en los pensamientos en su cabeza. Decidida a excavar más al á de la capa superficial de las cosas de costumbre estúpida, curiosidad por ver si hay algo más en la cornea, molesto, el dulce-adicto que retrata para ser. Porque el hecho es, yo no lo compro. La imagen que yo vi sobre aquel cristal, con la mala sonrisa amplia de victoria se extiende a través de su cara, indica a un lado mucho más oscuro. Y como crece su sonrisa amplia y su mirada se estrecha en los míos - todo lo oscurece. Todo excepto Roman y yo. Me lanzo por un túnel, tiró más rápido y más rápido por la fuerza más al á de mi control. Deslizándome de modo incontrolable en el abismo oscuro de su mente, mientras Roman selecciona cuidadosamente las escenas que me quiere enseñar. Damen lanzando una fiesta en nuestra suite en el Montage, la fiesta que incluye Stacia, Honor, Craig, y todos las otras bromas que nunca nos dirigieron a nosotros antes, una fiesta que dura varios días, hasta que él finalmente es echado como basura del lugar. Forzándome de todas la manera a ver de actos desagradables, cosas que yo preferiría no ver - culminando sobre la imagen final que yo vi sobre el cristal ese día - la misma última escena. Me caigo de mi asiento hacia atrás, aterriza sobre la tierra en un enredo de miembros, todavía cogidos en su apretón. Finalmente entorno a la escuela entera que se rompe en un coro de burla chil ón “¡Torpe!” Y viendo con horror como mi derramado elixir rojo se derrama a través del tablero y gotea por todos lados. "¿Estás bien?" Romano pregunta, mirándome fijamente como lucho para estar de pie. "Sé que es difícil de ver, créeme, Ever, he estado al í. Pero es todo para mejor, realmente lo es. Y tengo miedo tú solamente tienes que confiar en mí sobre esto”. "Sabía que eras tú", susurro, estando de pie ante él, temblando con la rabia. " Yo lo sabía todo a la larga.” “Entonces tú lo hiciste. " él ríe. “Entonces tú lo hiciste. Puntuación uno para ti. Aunque yo te caliente, estoy todavía a unos buenos diez puntos por delante. " "Tú no te escaparás con esto," digo, mirando con horror como se sumerge su dedo medio en el charco de mi derramada bebida de color rojo, permitiendo que las gotas caigan en su lengua de un modo tan deliberado, moderado, es como si él tratara de decirme algo, darme un empujón. Pero así como una idea comienza a formar en mi cabeza, él lame sus labios y dice, “Pero mirar, esto es donde tú te equivocas." Girando su cabeza en un camino que muestra la marca sobre su cuel o, el tatuaje finamente detal ado de un Ouroboros ahora que destella ahí y a la vista. “Ya he salido impune ello, Ever.” Él ríe. “Ya he ganado. "

CAPITULO 28 No fui a la clase de arte. Me fui luego del almuerzo. No, tacha eso. La verdad es que me fui en medio del almuerzo. Segundos después de mi horrible encuentro con Roman, corrí hacia el estacionamiento (perseguida por un interminable coro de ¡torpe!), de un salto entré a mi auto y luego me alejé de al í a toda velocidad mucho antes de que la campana sonara. Necesitaba alejarme de Roman. Poner un poco de distancia entre ese espeluznante tatuaje y yo, ese complicado diseño del uróboro que aparece y desaparece en cuestión de segundos, igual que solía hacer el tatuaje que Drina tenía en la muñeca.

El símbolo innegable que marca a Roman como un inmortal malévolo, como había pensado. Y aunque Damen no logró advertirme sobre el os, él ni siquiera sabía que existían hasta que Drina se volvió mala, todavía no puedo creer que me haya costado tanto tiempo descubrirlo. O sea, aunque él come y bebe, aunque su aura sea visible y sus pensamientos se puedan leer (bueno, al menos por mi), ahora me doy cuenta que todo eso era una fachada. Como esos edificios de Hollywood que están cuidadosamente construidos de manera que luzcan como algo que no son. Eso es lo que Roman hizo: él proyectó a propósito toda esta falsa apariencia del chico inglés alegre y despreocupado, con su bril ante aura y pensamientos felices y cachondos, cuando en realidad en el fondo él es todo menos eso. El Roman de verdad es siniestro y malvado. Y todo lo que pueda aplicar como malo. Pero es aún peor el hecho de que él planea matar a mi novio y yo todavía no sé por qué. Porque el motivo fue lo único que no logré ver en mi breve y perturbadora visita al interior de su mente. Y el motivo sería algo muy importante si alguna vez me veo forzada a matarlo porque, para deshacerse de él por siempre, es imperativo golpear el chacra correcto y el no saber el motivo significa que podría fallar. O sea, podría golpear el primer chacra -o el chacra raíz, como a veces le llaman- el centro de la furia, la violencia y la codicia. O tal ves el chacra ombligo, o el centro sacro, en donde vive la envidia y los celos. Pero como no tengo idea de cuáles son sus motivos, sería demasiado fácil golpear el chacra equivocado. Lo cual, no solo lograría que no lo matara, si no que también lo pondría increíblemente enojado y me dejaría con seis chacras más de dónde escoger y para ese entonces me temo que ya él me habría atrapado. Además, matar a Roman demasiado pronto solo me lastimará a mí, porque eso solo aseguraría que él se l eve consigo el secreto de qué le hizo a Damen y al resto de la escuela. Y eso es un riesgo del cual no me puedo dar el lujo, sin mencionar que, de todas maneras, tampoco me gusta mucho la idea de matar a alguien. Las únicas veces que tuve que recurrir a la violencia física fue porque mi única opción era luchar o morir. Y tan pronto me di cuenta de lo que le había hecho a Drina, deseé no tener que volver a hacerlo nunca. Porque, aunque el a me había matado en todas mis vidas anteriores, aunque el a admitió que mató a toda mi familia -incluyendo a mi perro- eso no hace mucho por aliviar mi culpa. O sea, el saber que yo soy la responsable de su muerte me hace sentir horrible. Y cómo otra vez estoy básicamente en dónde empecé, decidí volver al principio, girando a la derecha en Coast Highway y dirigiéndome a la casa de Damen, planeando sacar provecho del próximo par de horas mientras el os aún están en la escuela, colarme en su casa e investigar todo. Me detengo en el puesto del guardia, saludo a Sheila con la mano y continúo hacia la entrada, asumiendo con naturalidad que esta se abrirá ante mí, pero tengo que utilizar los frenos de sopetón para evitar dañar la parte frontal de mi auto porque la entrada se mantiene cerrada. “Disculpa. ¡Disculpa!” Grita Sheila, apresurándose hacia mi auto como si yo fuera una especie de intrusa, como si nunca me hubiera visto cuando la verdad es que, hasta la semana pasada, yo estaba aquí casi todos los días. “Oye, Sheila.” Yo sonrío de una manera amigable dejando claro que no represento ninguna amenaza. “Solo voy a casa de Damen, así que si me pudieras abrir la entrada, estaría de camino en” Ella me mira con sus ojos entrecerrados y sus labios presionados hasta formar una fina línea. “Tendré que pedirte que te vayas.” “¿Qué? ¿Pero por qué?”

“Estas fuera de la lista,” el a dice, con sus manos plantadas firmemente en sus caderas y su cara no revela ni la más mínima señal de remordimiento después de todos esos meses de sonrisas y saludos. Yo me quedo al í sentada, con mis labios presionados, permitiéndome procesar bien las palabras. Estoy fuera de la lista. Estoy fuera de la lista permanente. Estoy en la lista negra, o como quiera que se le diga cuando tienes prohibido por tiempo indefinido el acceso a una gloriosa comunidad con acceso controlado. Lo cual ya es malo de por si, pero es aún peor el tener que escuchar por medio de la enorme Sheila la noticia de nuestro rompimiento oficial, en lugar de que sea Damen quién me lo diga. Yo miro a mis muslos y aprieto la palanca de cambios tan fuerte, que este amenaza con reventar en mis manos. Luego trago con dificultad y la miro mientras digo, “Bueno, como obviamente ya te habrán informado, Damen y yo terminamos, pero yo solo quería ir a su casa rapidito y tomar algunas de mis cosas porque como podrás ver-” Yo abro mi bolso y rápidamente meto mi mano. “Todavía tengo la llave.” La alzo en lo alto, observando como el sol se refleja en el dorado y brilloso metal, demasiado atrapada en mi propia mortificación para prever que el a extiende su mano y me arrebata la l ave. “Ahora, te pido muy amablemente que salgas de los alrededores,” el a dice, guardando la l ave en su bolsil o y su forma es aún visible mientras la tela se presiona contra sus pechos de Mamut y ni siquiera me da tiempo para que mi pié presione el pedal de la gasolina y alejarme de allí antes de que ella añada, “Vete ahora. Retrocede. No me hagas pedírtelo otra vez.” CAPITULO 29 Esta vez cuando llego a Summerland, me paso de largo el aterrizaje en el campo, eligiendo en cambio caer justo en el medio de lo que ahora me gusta pensar como la calle principal. Luego me levanto, me sacudo, asombrada de ver a todos a mí alrededor solo siguiendo con sus asuntos, como si ver alguien caer del cielo a la vereda fuese algo normal, algo que ocurre todos los días. Aunque supongo que por estas partes lo es. Me abro camino pasando por bares, karaokes y salones para el cabello, caminando los mismos pasos que Romy y Rayne me mostraron, sabiendo que podría solo desear estar ahí en cambio, pero aun ansiosa por aprender los caminos. Y luego de pasar rápidamente por el cal ejón y un giro repentino en el boulevard, corro por los escalones de mármol y me paro frente a esas puertas enormes del frente, viendo como se abren para mí. Entro al hal de mármol, notando como esta mucho mas lleno que la vez anterior. Revisando las preguntas en mi cabeza, no muy segura si necesito los registros Akashic o si puedo encontrar mis respuestas justo aquí. Preguntándome si mis preguntas como ¿exactamente quien es Román? Y ¿Cómo puedo frenarlo y salvarle la vida a Damen? Requieren ese tipo de acceso asegurado. Pero entonces, sintiendo que debo simplificar y unirlo todo en una oración ordenada, cierro los ojos y pienso: Básicamente, lo que quiero saber es esto: ¿Cómo puedo volver todo a como era antes? Y en cuanto el pensamiento se completa, una puerta se abre frente a mí, su calida luz invitándome a entrar a un cuarto blanco y sólido, ese blanco como arco iris. Solo que esta vez, en vez del banco blanco de mármol, hay un reclinador de cuero. Me muevo hacia él, tirándome en el asiento, extendiendo el apoya pies, y acomodándome. Sin darme cuenta que estoy sentada en la réplica exacta de la sil a preferida de mi papa hasta que veo las iniciales R.B. y B.B. en los apoya brazos. Jadeando cuando reconozco las marcas exactas que convencía a Riley hacer con su cuchillo de girl scout. Las marcas exactas que no solo prueban que éramos las culpables pero también nos hicieron ganar una semana de castigo. O al menos hasta que la mía se extendió hasta 10 días porque mis papas se enteraron que yo la había

incitado… algo que, a sus ojos, me hizo la autora real que claramente merecía un tiempo extra. Corro los dedos por el cuero, mis uñas ciñéndose en la curva donde la R era demasiado profunda. Ahogando el l anto cuando me acuerdo de ese día. Todos esos días. Cada uno de esos deliciosos y encantadores días que una vez di por sentados pero ahora me encuentro extrañando tanto que apenas puedo soportarlo. Haría lo que fuese para poder volver. Lo que sea si pudiese volver y ponerlo de la manera en La que alguna vez fue… Ni apenas el pensamiento se completa, cuando el espacio antes vacío empieza a transformarse. Rearreglandose de un cuarto casi vacío con solo el reclinador a una réplica exacta de nuestro viejo estudio en Oregon. El aire perfumado con el olor de los famosos brownies de mi mama, mientras las paredes se transforman de un blanco perlado a un suave beige que ella prefería llamar “madera perlada”. Y cuando la colcha de tres azules que mi abuela tejió de repente cubre mis rodillas, miro hacia la puerta, viendo la correa de Buttercup colgando de la manija de la puerta, y las viejas zapatillas de Riley tiradas al lado de las de mi papa. Viendo como todas las piezas se acomodan en sus lugares, hasta que cada foto y libro esta presente. Pedí que todo volviese a como estaba antes. Porque la verdad es que, me estaba refiriendo a Damen y a mi… ¿O no? O sea, ¿es realmente posible volver atrás en el tiempo? ¿O es esta réplica de vida, este repentino panorama familiar, lo mas cerca que l egare jamás? Pero justo en cuanto me cuestiono mí alrededor y el verdadero significado de lo que quise decir, la televisión se enciende, y una serie de colores corren por la pantalla… una pantal a hecha de cristal, justo como el cristal que vi el otro día. Arreglo la manta a mí alrededor, apretándola bajo mis rodilas, mientras las palabras L´HEURE BLEUE llenan la pantal a. Y justo cuando me estoy preguntando que podrían significar, una definición escrita en la más hermosa caligrafía aparece, diciendo: Una expresión francesa, “la hora azul” se refiere a la hora entre el amanecer y la noche. Un momento reverenciado por la cualidad de su luz, y también por ser el momento en el que el olor de las flores es más fuerte. Miro de soslayo a la pantal a, mientras las palabras desaparecen y la imagen de una luna aparece en su lugar… una luna llena gloriosa… brillando del más hermosos azul… un matiz que es casi igual al cielo. Y entonces… y entonces me veo a mi… en esa misma pantal a. Vestida de jeans y un suéter negro, mi pelo suelto, mirando por una ventana a la misma luna azul… mirando mi reloj como si esperase algo… algo que esta pronto a llegar. Y a pesar del estado borroso, como si fuese parte de un sueño, de verme a mí a pesar de no ser realmente yo, puedo sentir lo que el a siente, escuchar lo que ella piensa. Ansiosamente esperando el momento en que el cielo se torne del mismo tono que la luna, un hermoso azul profundo y oscuro sin rastros del sol… sabiendo que es la única oportunidad que tiene de encontrar su camino de vuelta a este cuarto y volver a un lugar que alguna vez creyó perdido. Yo miro, mi vista pegada a la pantalla, jadeando mientras el a levanta una mano, presiona un dedo en el cristal, y es llevada en el tiempo.

CAPITULO 30 Salgo del salón a toda velocidad y bajo por las escaleras. Mi vista está tan nublada y mi corazón late tan fuerte, que no me doy cuenta que Romy y Rayne están allí hasta muy tarde cuando Rayne ya esta tirada en el suelo. “Ay Dios mío, lo siento tanto, yo-” Me inclino y le ofrezco mi mano, esperando que ella la agarre y así poder ayudarla a ponerse en pie. Y mientras le pregunto varias veces si está bien, me estremezco de la vergüenza cuando el a ignora mi mano y pasa el trabajo de ponerse en pie el a sola. La observo mientras se arregla su falda y se

sube las medias y observo asombrada como sus rodil as flacuchas se curan instantáneamente, porque nunca antes había considerado la posibilidad de que el as podrían ser como yo. “¿Tú- tú eres-?” Pero antes de que pueda pronunciar la palabra, Rayne mueve la cabeza y dice, “Por supuesto que no.” Asegurándose de que sus medias estén exactamente a la misma altura. “Nosotras no somos nada como tú,” dice el a entre dientes, alisando su chaqueta azul y falda de cuadros. Luego el a mira a su hermana, que es más amable, y esta está moviendo su cabeza. “Rayne, por favor. Recuerda tus modales.” Romy frunce el ceño. Pero aunque Rayne continúa mirándome fulminantemente, su voz es más suave cuando dice, “Bueno, no lo somos.” “¿Entonces- entonces tú sabes lo que soy?” Le pregunto mientras escucho a Rayne pensar: ¡Pues claro! Mientras Romy asiente solemnemente. “¿Y piensas que soy mala?” Rayne pone los ojos en blanco, mientras Romy sonríe gentilmente y dice, “Por favor, ignora a mi hermana. Nosotras no pensamos nada de eso. No estamos en posición de juzgar.” Yo las observo a ambas, reparando en la piel pálida, en sus enormes ojos oscuros, en el flequil o cortado de manera sesgada, como si hubiese sido con una navaja y en los delgados labios. Sus rasgos son tan exagerados que parecen personajes de manga y no puedo evitar pensar lo extraño que es que dos personas sean tan idénticas por fuera y tan diferentes por dentro. “Dinos que has aprendido,” dice Romy sonriendo, mientras toma la delantera en la carretera, asumiendo que la vamos a seguir, lo cual hacemos. “¿Encontraste las respuestas que buscabas?” Y más. Me he quedado sin habla y con los ojos enormes desde que ese cristal se quedó en blanco. No tengo idea de qué hacer con todo es conocimiento que se me ha dado. Pero sé muy bien que tiene el potencial de cambiar, no solo mi vida, si no la del mundo entero y aunque debo admitir que tener acceso a un conocimiento tan poderoso es increíble; la responsabilidad que eso conl eva es enorme. O sea ¿qué se supone qué haga ahora que lo sé? ¿Me habrán dado esa información por alguna razón de carácter global? ¿Estarán esperando algo de mí y yo ni siquiera lo sé? Y si no es así, ¿entonces para qué? En serio ¿por qué a mí? Seguramente no soy la primera persona que pregunta este tipo de pregunta. ¿O lo soy? Y la única respuesta convincente que imagino es que tal ves se supone que yo regrese al pasado. Quizá se supone que regrese. No para detener asesinatos, detener guerras y básicamente cambiar el curso de la historia; simplemente no creo que sea la chica adecuada para ese trabajo. Pero sí creo que se me ha mostrado esta información por una razón, una que l eva directamente a lo que he estado pensando durante todo este tiempo: que todo el asunto del accidente, mis poderes psíquicos y el que Damen me haya hecho inmortal fue un terrible error. Y si puedo volver en el tiempo e impedir que el accidenta suceda, entonces todo podría ser de la manera que era antes. Podría regresar a Oregón y regresar a mi antigua vida como si esta vida nunca hubiera ocurrido. Lo cual es lo que he estado deseando todo el tiempo. ¿Pero y qué pasará con Damen? ¿Él también regresará al pasado? Si eso pasara ¿seguirá él estando con Drina hasta que el a se las arregle para matarme y hacer que todo vuelva a ocurrir? ¿Estaré solo retrasando lo inevitable? ¿Seguirá todo igual, excepto por mí? ¿Morirá Damen a manos de Roman, mientras yo estoy en Oregón completamente ignorante de su existencia? Y si ese es el caso ¿cómo podría dejar que eso sucediera? ¿Cómo puedo darle la espalda a la única persona que he

amado? Sacudo mi cabeza y veo que Romy y Rayne aún me están observando, esperando por mi respuesta. Pero no tengo la menor idea de qué decir, así que en cambio me quedo allí parada y boquiabierta como una idiota pensando cómo, incluso en Summerland, un lugar de amor y perfección absoluta, sigo siendo una boba. Romy sonríe y cierra sus ojos mientras sus brazos se l enan de tulipanes rojos. Hermosos tulipanes rojos que ella pronto me ofrece. Pero yo me rehúso a tomarlos y las miro con los ojos entrecerrados, mientras retrocedo y me alejo. “¿Qué estas haciendo?” Las observo a ambas y mi voz es tenue y frágil mientras me doy cuenta que el as se ven igual de confundidas que yo. “Lo siento,” dice Romy intentado calmarme. “No estoy segura de por qué lo hice. El pensamiento simplemente apareció en mi cabeza y-” Yo observo como los tulipanes se disuelven en sus dedos, regresando al lugar de donde vinieron. Pero el que ellos hayan desaparecido no hacen ninguna diferencia y todo lo que quiero es que el as también se vayan. “¿Aquí nada es privado?” Grito, sabiendo que estoy exagerando, pero soy incapaz de detenerme porque si esos tulipanes fueron algún tipo de mensaje, si el a estaba escuchando mis pensamientos y estaba intentando persuadirme de que dejara el pasado y me quedara aquí, bueno, eso definitivamente no es asunto suyo. El as podrán saber todo sobre Summerland, pero no saben nada sobre mí y no tienen ningún derecho a meterse. El as nunca han tenido que tomar una decisión como esta. Ellas no tienen idea de cómo se siente el perder a todas las personas que alguna vez amaste. Retrocedo otro paso y veo como Rayne frunce el ceño, mientras Romy mueve la cabeza y dice, “No hemos escuchado nada. De verdad. No podemos leer todos tus pensamientos, Ever. Solo leemos los que se nos permiten. Lo que sea que viste en los registros akashicos es solo tuyo. Nosotras estamos solo preocupadas por tu sufrimiento. Eso es todo. Nada más y nada menos.” Yo entrecierro mis ojos sin confiar en el a ni por un segundo. Probablemente han estado todo el tiempo fisgoneando en mis pensamientos porque de otra manera ¿Por qué me darían los tulipanes? ¿Por qué manifestar eso? “Yo ni siquiera estaba visitando los registros akashicos,” le digo. “Esta habitación era-” hago una pausa, tragando con dificultad mientras recuerdo el olor de los brownies de mi mamá, cómo se sentía la manta de mi abuela y sé que puedo volver a tener todo eso. Lo único que tengo que hacer es esperar el día y la hora correcta para poder regresar con mi familia y amigos. Yo sacudo la cabeza y me encojo de hombros. “Esta habitación era diferente.” “El Salón Akashico tiene muchas caras.” Romy asiente. “Se transforma en lo que sea que necesites.” Ella me mira, sus ojos estudiando mi cara mientras me dice, “Nosotras nos presentamos nada más que para ayudar, no para hacerte sentir mal o confundirte.” “¿Qué? ¿Ahora ustedes son como mi ángel de la guarda o guía espiritual? ¿Dos hadas madrinas vestidas como colegialas?” “No.” Dice Romy riendo. “¿Entonces quiénes son ustedes, qué están haciendo aquí y cómo es que siempre se las

arreglan para encontrarme?” Rayne me fulmina con la mirada y toma a su hermana por la manga, urgiéndola a irse. Pero Romy se queda inmóvil, mirándome a los ojos cuando dice, “Nosotras estamos aquí solamente para asistir y ayudar. Eso es todo lo que necesitas saber.” Yo la miro por un momento, luego a su hermana, y después sacudo la cabeza y me voy. Ellas son deliberadamente misteriosas, demasiado raras y algo me dice que sus intenciones no son buenas. Aún cuando Romy me llama, yo sigo caminando determinada a poner cierta distancia entre nosotras mientras me acerco a una mujer con pelo castaño que está esperando afuera del teatro. Una mujer que, al menos de espalda, se parece mucho a Ava.

CAPITULO 31 La enorme desilusión que sentí cuando toque a esa mujer de cabel o castaño rojizo en el hombro solo para descubrir que el a no era Ava, me hizo comprender justamente cuanto necesito hablar con el a. Así que salgo de Summerland y regreso a tierra a mi auto. Deslizándome en el asiento del conductor justo en frente del supermercado Joe’s en el estacionamiento Crystal Cove Promenade, donde una sobresaltada compradora confiada deja caer vergonzosamente sus bolsas, esparciendo numerosas latas de café y sopas debajo de la hilera repleta de autos. Y me prometo a mi misma que desde ahora, me asegurare de que mis salidas y entradas sean un poco más discretas. Cuando llego a donde Ava, el a se encuentra en medio de una lectura, así que espero en su bril ante y resplandeciente cocina mientras el a termina. Y aun cuando se que esto no es asunto mío, aun cuando se que no debería husmear, salgo justamente por mi remota cuenta, y accedo a su sesión, sorprendida por la cantidad de exactitud y detalles que Ava proporciona. “Impresionante,” digo, después de que su cliente se ha ido y el a entra en la cocina para acompañarme. “Muy impresionante. En serio, no tenía ni idea.” Sonrió, mirando mientras ella desempeña su habitual ritual de l enar la tetera para hervir, y luego poniendo algunas gal etas en un plato y empujándolo hacia mí. “Ese es un verdadero cumplido viniendo de ti,” sonríe, tomando asiento justo en frente de mi. “Aunque sí recuerdo bien, también te di una lectura bastante exacta una vez.” Alcanzo una gal eta, sabiendo que eso era de esperarse, y cuando lamo los pequeños trocitos de azúcar de encima, no pueda dejar sentir tristeza de que ya no tenga el encanto que solía tener. “¿Recuerdas esa lectura? En la noche de Hal oween?” ella me mira de cerca. Asiento. Lo recuerdo bien. Esa fue la noche que descubrí que el a podría ver a Riley. Hasta entonces había estado segura que era la única quien podría comunicarse con mi hermanita muerta, y no estaba muy feliz al saber que ese ya no era el caso. “¿le dijiste a tu cliente que el a está destinada a ser una perdedora?” parto la gal eta por la mitad. “Que él la engaña con alguien que el a piensa que es una amiga y que el a debería deshacerse de ambos lo más pronto posible?” pregunto, quitando algunas migajas que cayeron en mi regazo.

“Literalmente,” dice el a, levantándose para ir en busca de nuestro te al momento en que la ol a empieza a silbar. “Aunque solo puedo esperar a que aprendas a suavizar el mensaje si alguna vez decides dar lecturas.” Hago una pausa, superando una repentina punzada de tristeza cuando comprendo justamente hace cuanto ha sido la última vez que pensé en mi futuro, en lo que podría querer ser cuando creciera. Pase por tantas fases – queriendo ser una guardabosques, maestra, astronauta, supermodelo, estrel a pop – la lista era interminable, pero ahora que soy inmortal, ahora que estoy en condiciones de probar todas esas cosas en el transcurso de los próximos mil años – o más – ya no siento esa ambición. Últimamente, en todo lo que he estado pensando es en cómo recuperar a Damen. Y ahora, después de este último viaje a Summerland, en todo lo puedo pensar es en volver a mi viejo yo, quiero decir, tener el mundo entero a mis pies no es tan atractivo cuando no hay nadie con quien compartirlo. “Yo – todavía no estoy segura de lo que quiero hacer. Realmente no he pensado en el o.” Miento, preguntándome si será fácil para mí volver a mi antigua vida – si decido regresar a el a, es eso. Y si todavía querré ser una estrel a pop como solía ser, o si los cambios que he experimentado aquí seguirán al í. Pero cuando miro a Ava, viendo como ella levanta su tasa a sus labios y sopla dos veces antes de beber a sorbos, recuerdo que no he venido aquí para hablar de mi futuro, vine para hablar de mi pasado. Decidí brindarle mi confianza y compartir algunos de mis más grandes secretos. Convencida no solo de que puedo confiar en el a sino que el a podrá ayudarme también. Porque la verdad es, que necesito alguien con quien pueda contar. No hay manera en que pueda hacerlo sola. Y no se trata de ayudarme a decidir si debería quedarme o ir, porque comienzo a comprender que realmente no tengo más opción. Me refiero al pensar en dejar a Damen – al pensar que nunca lo veré de nuevo – es casi tan doloroso de lo que puedo soportar. Pero cuando pienso en mi familia, y en como sacrificaron inocentemente sus vidas por mi – ya sea a causa de una estúpida sudadera azul por la que insistí a papa a regresar, que finalmente causo el accidente que mato a todos – o porque Drina intencionalmente echo a correr el ciervo delante de nuestro auto para que pudiera deshacerse de mí y tener a Damen para el a – siento que tengo que hacer algo y hacerlo bien. Porque de cualquier manera en que lo mires, conduce de vuelta a mí, es mi culpa que el os no vivan sus vidas, es mi culpa que su radiante y bril ante futuro fue cortado tan trágicamente. Si no hubiera estado en el camino, nada de esto hubiera pasado. Y aunque Riley insistió que todo resulto de la manera que tenía que ser, el hecho de que tenga que tomar la decisión demuestra que tengo que sacrificar mi futuro con Damen para que el os puedan tener el suyo. Es lo correcto. Es lo único que hay que hacer. Y de la manera como van las cosas, con mi destierro social de la escuela, Ava es casi el único amigo que me queda, lo que significa que la necesitare para reconstruir algunas piezas perdidas que pude dejar atrás. Llevo la taza a mis labios, y luego de nuevo abajo sin beber. Trazando mis dedos alrededor de la curva de la porcelana mientras suspiro profundamente y digo. “Creo que alguien está envenenando a Damen,” miro sus perturbados ojos mientras el a bosteza. “Cre... – Creo que alguien está manipulando su – “Elixir” – su bebida favorita. Y lo esta haciendo actuar – “Mortal” – normal, pero no de una buena manera.” presiono mis labios y me acomodo en mi asiento, dándole apenas una oportunidad para respirar cuando digo, “Y desde que tengo prohibida la entrada, voy a necesitarte para que me ayudes a forzar la entrada.”

CAPITULO 32 “Bueno, ya estamos aquí. Actúa normal,” digo, agachándome en la parte de atrás mientras Ava se acerca a la entrada. “Nada más sonríe y dile el nombre que te dije.” Yo junto mis piernas, intentando hacerme más pequeña, menos prominente. Una tarea que hubiese sido condenadamente más fácil si hubiese sido dos semanas antes, cuando aún no pasaba por esta ridícula racha de crecimiento. Intento agacharme aún más y me cubro con una manta mientras Ava baja su ventana y sonríe a Sheila mientras dice que se llama Stacia Miller (mi reemplazo en la lista de invitados de Damen), la cual espero que no haya venido aquí muchas veces para que Sheila no la reconozca. Cuando la entrada se abre y nos encaminamos hacia la casa de Damen, hecho la manta a un lado y me siento en el asiento mientras observo a Ava observar el vecindario con envidia, moviendo la cabeza y diciendo “ostentosos” por lo bajo. Yo me encojo de hombros y también observo a mí alrededor ya que nunca antes le había prestado atención. Siempre veía este lugar como una imagen borrosa de falsas granjas toscanas y haciendas españolas con jardines bien cuidados y garajes subterráneos. Cosas que tienes que pasar antes de llegar a la elegante y falsa hacienda francesa de Damen. “No tengo idea de cómo él puede pagar esto, pero seguramente es bueno vivir aquí,” ella dice mirándome. “Él apuesta en carreras de caballos,” digo por lo bajo, concentrándome en la puerta del garaje, mientras ella se detiene frente a la casa, y me concentro en todos sus detal es antes de cerrar mis ojos para desear e imaginar que se abre y luego abro mis ojos justo para ver que se mueve un poco, pero luego vuelve a caer con un sordo ruido. Una señal indiscutible de que todavía me falta mucho para dominar la psicoquinesis o el arte de mover cosas más pesadas que un bolso Prada. “Eh, creo que será mejor ir a la parte de atrás como usualmente hago,” digo sintiéndome avergonzada por haber fallado tan miserablemente. Pero Ava no me hace caso. Ella agarra mi bolso y se dirige a la puerta principal y aunque yo la sigo diciéndole que no tiene caso, que está cerrada y que es imposible entrar por ahí; ella sigue caminando diciendo que entonces tendremos que abrirla. “No es tan fácil como crees,” le digo. “Créeme, lo he intentado antes y no funciona.” Y observo a la puerta que manifesté la última vez que estuve aquí; la misma puerta que aún sigue reclinada contra la pared más alejada, el mismo lugar en el cual yo la dejé. Aparentemente Damen está tan ocupado siento popular y persiguiendo a Stacia, que no ha tenido tiempo para deshacerse de ella. Pero al momento de pensar en eso, desearía no haberlo hecho. El pensamiento me deja triste, vacía y sintiéndome más desesperada de lo que quiero admitir. “Bueno, esta vez me tienes a mí para ayudarte,” el a sonríe, “y creo que ya hemos comprobado lo bien que trabajamos juntas.”

No puedo ver alguna razón para negarme a intentarlo por la manera en que el a me mira con tanta anticipación y optimismo, así que cierro mis ojos mientras ambas juntamos las manos e imaginamos que la puerta se abre ante nosotros y segundos después la puerta se abre, permitiéndonos entrar. “Después de ti.” Ava asiente, mira a su reloj y frunce el ceño mientras dice, “¿Me puedes decir otra vez cuánto tiempo tenemos para estar aquí?” Yo miro a mi muñeca, observando el brazalete de herradura de cristal que Damen me dio aquel día en la pista, el mismo que hace que mi corazón se inflame de nostalgia cada vez que lo veo y aún así me rehúso a quitármelo. O sea, simplemente no puedo. Es el único recuerdo físico que tengo de lo que una vez tuvimos. “¿Oye, estas bien?” Ella pregunta, su cara llena de preocupación. Yo trago con dificultad y digo que sí con la cabeza. “Probablemente estemos a tiempo, aunque debo advertirte que Damen tiene como hábito cortar clases y llegar a la casa más temprano.” “Entonces será mejor que comencemos.” Ava sonríe, escabulléndose en el vestíbulo y mirando a su alrededor, sus ojos viajando desde el enorme candelabro en la entrada, hasta el elaborado pasamanos de hierro que lleva hasta el segundo piso. “¿Este chico tiene diecisiete años?” Yo voy hacia la cocina sin molestarme en contestar, puesto que el a ya sabe que él tiene diecisiete años. Además, ya tengo demasiadas cosas en la cabeza como para también explicar cómo un chico de diecisiete años, que no es ni actor ni estrel a pop, puede ser dueño de semejante casa. “Oye, espera,” ella dice tomándome del brazo y deteniéndome. “¿Qué hay en el segundo piso?” “Nada.” Y al segundo que lo digo, sé que lo he echado a perder porque he contestado demasiado rápido para que el a me crea. De todas maneras, lo menos que necesito es que Ava vaya a fisgonear y se tope con la habitación “especial” de él. “Vamos,” ella dice sonriendo como una adolescente rebelde cuyos padres se han ido por el fin de semana. “¿A qué hora termina la escuela? ¿Dos y cincuenta?” Yo digo que sí con un movimiento leve de la cabeza, pero aún así es suficiente para animarla más. “¿Y luego cuánto tiempo toma en l egar aquí? ¿Diez minutos?” Como dos minutos.” Yo sacudo la cabeza. “No, tacha eso. Como diez segundos. No tienes idea de lo rápido que conduce Damen.” Ella le echa otra ojeada a su reloj y luego me mira con una sonrisa asomándose en las esquinas de sus labios cuando dice, “Bueno eso nos deja tiempo suficiente para echarle una rápida ojeada a la casa, cambiar las bebidas e irnos.” Y cuando la miro, todo lo que escucho es la voz en mi cabeza gritando: ¡Di no! ¡Di no! ¡SOLO DI QUE NO! Una voz a la cual debería prestar atención. Una voz que es inmediatamente cancelada por la suya cuando ella dice, “Ay vamos, Ever. Yo no tengo la oportunidad de ver una casa así todos los días. Además podríamos encontrar algo útil. ¿No has pensado en eso?” Yo presiono mis labios y asiento con dolor, siguiéndola con desgana mientras ella corre emocionada como una colegiala que va a ver la habitación del chico que le gusta, cuando la verdad es que ella es diez años mayor que yo. Ava se dirige a la primera puerta que ve abierta, la cual resulta ser la de su

habitación, y mientras la sigo al interior no estoy segura de estar sorprendida o aliviada al ver que la habitación sigue igual que como la dejé la última vez. Solo que más desorganizado. Mucho más desorganizado. Y me rehúso a pensar cómo pasó eso. De todas maneras, las sábanas, los muebles, incluso la pintura en las paredes -ninguna de ellas, estoy feliz de reportar- han sido cambiadas. Todas son las mismas cosas que yo le ayudé a escoger hace unas cuantas semanas cuando yo me negaba a pasar un minuto más en ese mausoleo espeluznante suyo en donde, créanlo o no, él solía dormir. O sea, besarse entre todos esos polvorientos recuerdos de verdad estaba comenzando a ponerme de nervios. Sin mencionar el hecho de que, técnicamente hablando, yo también soy uno de esos polvorientos recuerdos. Pero incluso luego de que todos los muebles nuevos fueran instalados, yo seguía prefiriendo estar en mi casa. Supongo que se sentía, no sé, seguro. Como si el que Sabine pudiera llegar en cualquier minuto me mantuviera a salvo de hacer algo que no estaba segura de estar lista para hacer. Lo cual ahora, luego de todo lo que ha pasado, me parece bastante ridículo. “¡Vaya, mira este cuarto de baño!” Dice Ava, mirando la ducha de Damen que tiene un diseño en mosaicos y suficientes grifos como para bañar a veinte. “¡Yo podría acostumbrarme a vivir así!” El a se sienta en el borde del jacuzzi y juega con los grifos. “¡Yo siempre quise uno de estos! ¿Lo has usado?” Yo miro a otro lado, pero no sin antes ella captar un atisbo del sonrojo en mis mejil as. O sea, solo porque dejé escapar algunos secretos y le permití venir aquí, no significa que el a vaya a tener acceso a toda mi vida privada. “Tengo uno en casa,” finalmente digo, deseando que eso sea suficiente para así terminar con este recorrido y hacer lo que tenemos que hacer. Necesito bajar al primer piso para poder intercambiar el elixir de Damen con el mío y si el a se queda aquí sola, me temo que nunca se irá. Así que le doy un golpecito a mi reloj, para recordarle quién es la que está al mando. “Esta bien,” ella dice prácticamente arrastrando los pies mientras la l evo fuera de la habitación hasta l egar al pasil o. Pero luego nos detenemos unas cuantas puertas después y dice, “bien rápido ¿qué hay aquí?” Y antes de que pueda detenerla, el a está entrando a La Habitación; el espacio sagrado de Damen. Su santuario privado. Su espeluznante mausoleo. Pero esta cambiado. Y me refiero a que esta drástica y dramáticamente cambiado. Todos los últimos rastros del tiempo personal de Damen han desaparecido por completo; sin ningún Picasso, Van Gogh y butaca de terciopelo a la vista. Todo eso ha sido reemplazado por una mesa de bilar de felpa roja, una muy bien equipada barra de mármol negro con lustrosos taburetes cromados y una larga fila de reclinadores en frente de una pared cubierta de televisores de pantal a plana y no puedo evitar el preguntarme qué habrá pasado con todas sus cosas, todos esos invaluables artefactos que solían ponerme los nervios de punta, pero ahora que han sido reemplazados con estos modernos diseños, son como símbolos perdidos de tiempos mejores. Extraño al viejo Damen. Extraño a mi novio bril ante, apuesto y cabal eroso; que aún estaba muy apegado a su pasado renacentista. Este acicalado Damen del nuevo milenio es un extraño para mí y mientras miro una vez más alrededor de esta habitación, me pregunto si será muy tarde para salvarlo. “¿Pasa algo?” Ava pregunta, mirándome detenidamente. “Tu cara se ha puesto blanca.” Yo agarro su brazo y la arrastro hacia las escaleras. “Necesitamos darnos prisa,” le digo.

“¡Antes de que sea tarde!”

CAPITULO 33 Escapo bajando las escaleras y por la cocina, gritando. “¡Agarra la bolsa por la puerta y dámelo a mí!” Corro hacia la nevera, ansiosa por vaciar su contenido y cambiarlos por los míos. Necesito terminar todo antes de que Damen pueda llegar a casa y cacharnos. Pero cuando abro su refrigerador de gran tamaño-cero, al igual que la habitación de arriba, no es lo que esperaba en absoluto. En primer lugar, está lleno de comida. Y me refiero a la cantidad y cantidad de comida – como si estuviera planeando realmente una gran fiesta – una que durara al menos tres días. Estoy hablando de cantidades de carne, trozos de filete, pedazos gigantes de queso, medio pol o, dos grandes pizzas, salsa de tomate, mayonesa, recipientes surtidos – ¡y más! Sin mencionar varios paquetes de a seis cervezas todos alineados a lo largo de estante del fondo. Y aun cuando parece ser totalmente normal, aquí la cosa es: que Damen no es normal. El realmente no ha comido en seiscientos años. Y tampoco bebe cerveza. Jugo inmortal, agua, y la ocasional copa de champaña – si. Heineken y Corona – no mucho. “¿Qué es esto?” pregunta Ava, dejando caer la bolsa en el suelo y mirando sobre mi hombro, intentando deducir por lo que estoy tan inquieta, y abriendo el congelador solo para encontrarlo totalmente abastecido de vodka, pizzas congeladas, y varios tarros de Ben & Jerry's (helado) “De acuerdo….así que él ha estado recientemente en el supermercado… ¿hay algún motivo por el cual alármese que no entiendo? “Normalmente los dos manifiestan toda su comida cada vez que tienes hambre” Niego con mi cabeza, sabiendo que no puedo decirle que Damen y yo nunca somos tan hambrientos. Solo porque el a sabe que somos psíquicos con la habilidad de manifestar cosas aquí y en Summerland, no significa que necesite saber la otra parte de la historia, el – oh, sí, mencione que ambos somos inmortales – también. Todo lo que el a sabe es lo que le dije – que tengo una fuerte sospecha que Damen está siendo envenenado. Lo que no le dije es que el está siendo envenenado de cierta forma que bloquea todas sus habilidades psíquicas, su gran fuerza física, su gran inteligencia, sus cuidadosamente refinados talentos y habilidades, incluso sus recuerdos a largo-plazo de lo que paso antes – todo está siendo borrado lentamente, mientras regresa a la forma mortal. Pero mientras él puede aparentar ser solo el joven promedio de tu escuela – pues, uno extremadamente atractivo, tapado a billete, emancipado, y a cargo de una suma multimillonaria – es solo cuestión de tiempo antes de que el empiece a envejecer. Y luego a deteriorarse. Y luego – en última estancia – morir. Como lo vi sobre aquella pantalla. Y es por eso exactamente que necesito cambiar estas bebidas. Tengo que devolverle el saludable jugo para que pueda empezar a fortalecer su fuerza y milagrosamente reparar algún daño que ya haya sido hecho. Mientras intento averiguar un antídoto que lo salvara milagrosamente y devolverlo a la forma que una vez fue. Y si su desordenada casa, remodelada habitación, y su gran abastecida nevera son algún indicio, Damen está progresando mucho más rápido de lo que asumí. “Ni siquiera veo esas botel as de las que estás hablando,” dice Ava. Echando un vistazo por encima de mi hombro y mirando más allá de la luz del refrigerador. “¿Estás segura que aquí es donde las guarda?”

“Confía en mí, ellas están allí.” Busco intensamente a través de la larga colección de condimentos de todo mundo, antes de detectar el elixir. Deslizando mis dedos alrededor del cuello de varias botel as que luego doy a Ava. “Tal como pensaba.” Asiento, finalmente haciendo algún progreso. Ava me mira, sus cejas arqueadas cuando dice. “¿No te parece extraño que el todavía este bebiéndolo? Porque si realmente esta envenenado, ¿no crees que el sabor debió haber cambiado?” Y simplemente así, empiezo a dudar. Quiero decir. ¿Que, si estoy equivocada? ¿Que, si esto no es lo que parece? ¿Qué pasa si Damen solo se canso de mí, si todos se cansaron de mí, y si Roman no tiene nada que ver con esto? Agarro una botel a y la l evo a mis labios, deteniéndome solo cuando Ava grita, “¿No vas a beber eso, o si?” Pero solo me encojo de hombros y tomo un sorbo, determinado solo una manera de saber con seguridad si esta envenenado, y esperando que un pequeño sorbo no haga daño. Sabiendo al segundo sorbo porque Damen no noto la diferencia – porque no hay una. Al menos no hasta que el sabor se me hace conocido. “¡Agua!” grito, apresurándome hacia el fregadero y echando mi cabeza hacia abajo del grifo, tragando toda el agua que pudo del grifo hasta que ese sabor horrible se diluye. “¿Tan mal?” Asiento, limpiando mi boca con mi manga. “Peor. Pero si alguna vez has visto a Damen beberlo, sabrías porque no lo noto, el traga aquel a cosa como-“, comienzo a decir como un hombre moribundo, pero comprendo que está próximo a llegar a casa. Así que trago con dificultad y digo. “Como alguien que está muy sediento.” Luego le doy las botellas restantes a Ava para que pueda ponerlas al lado del fregadero, colocando los frascos envenenados a lo largo del borde después de empujar todos los platos sucios a un lado para hacer espacio. Las dos trabajamos totalmente sin problemas, ayudándonos la una a la otra, dándole finalmente la última botel a, cuando me inclino para coger las botel as “seguras” de mi bolso. Sabiendo que el as son seguras ya que Damen me las suministro hace unas semanas, mucho antes de que Roman apareciera. Intentando ponerlas justo donde la otras estaban, así Damen nunca sospechara que estuve aquí. “¿Así que, que debería hacer con estas pasadas?” pregunta Ava. “¿Tirarlas? O guardarlas como evidencia.” Y justo cuando miro arriba para contestar, Damen camina por la puerta de al lado y dice, “¿Qué diablos estás haciendo en mi cocina?”

CAPITULO 34 Me congelo. Dos botellas de la poción incorrompida cuelgan a mitad del camino entre la nevera y yo. Consciente de que había estado tan preocupada con pensar en Damen que me olvidé, me olvidé de sintonizar y sentir si él estaba en alguna parte cerca. Ava bosteza, su cara muestra el mismo asombro con los ojos muy abiertos, abre su boca en una enorme máscara de pánico que estoy tratando de ocultar. Entonces miro Damen y aclaro mi garganta antes de decir, "¡Esto no es lo que tú piensas!". Que es bastante poco convincente, la cosa más ridícula yo podría haber dicho ya que es exactamente lo que él piensa. Ava y que irrumpimos en su casa por lo que podría alterar su

suministro de alimentos. Puro y simple. Él deja caer su bolso y se mueve hacia mí, sus ojos enfocaron los míos. "Tú no tiene ni idea lo que yo pienso". Ah, pero lo hago. Estremeciéndome a los horribles pensamientos que da vueltas por su cabeza, su acusación mental de: ¡Acosadora! ¡Anormal! Y cosas mucho peor que estas. "¿Y cómo diablos entraste tú aquí?” él pregunta, mira entre nosotras. "Um, Sheila me dejó entrar," digo, no exactamente seguro que hacer con la botel a que todavía sostengo en mi mano. Una vena palpita en su sien mientras él sacude su cabeza y aprieta sus puños, y comprendo que nunca lo he visto enfadado antes, y me doy cuenta de que nunca lo he visto así ni siquiera sabía que era capaz de eso, y sienta bastante repugnante saber que yo lo inspiré. "Voy a tratar con Sheila,” dice él, su carácter apenas en control. "Lo que quise decir era, ¿qué haces tú aquí? ¿En mi casa? Metiéndote en mi refrigerador-" él estrecha los ojos. “¿Qué diablos crees que estás haciendo?” Echo un vistazo Ava, avergonzada de tener a el a de testigo de que mi amor verdadero se dirige hacia mí de este modo. "¿Y qué pasa con el a?" él señala a Ava. “¿Tú traes a su psíquico de fiestas para echar una especie de hechizo? " "¿Tú recuerdas eso?" Yo bajo la botella a mi lado. Yo había estado preguntándome que él tal vez haya conservado nuestro pasado, y aun cuando es oculto, el hecho que él se acuerde de haber encontrado a Ava en la reunión me l ena de la esperanza. "¿Recuerdas la noche de Halloween?" Yo susurro, recordando la primera vez que besó, afuera por la piscina, nosotros dos vestidos perfectamente adecuados con los trajes de María Antonieta y su amante, Conde Fersen, sin haberlo planificado. "Sí, me acuerdo." Él sacude la cabeza. “Y lamento romper eso según tú, pero ese fue un momento de debilidad, eso nunca pasará otra vez. Solo que tú te lo tomaste demasiado en serio. Y créame, si yo supiera lo que un monstruo como tú resultaría ser, Yo no me habría molestado, Esto no lo merecía." Trago con fuerza y parpadeo conteniendo las lágrimas. Sintiendo un vacío, un hueco, en mi interior excavado y abandonado, sin ninguna posibilidad de reclamar nuestro amor - la única cosa que hace que valga la pena vivir la vida - se quita del alcance. Y aun cuando me recuerdo que aquel as son las palabras de Roman no de el - que el verdadero Damen no sea capaz de tratar a alguien así - no me hacen menos daño. "Damen, por favor", finalmente gestiono. "Sé que se ve mal. Realmente, yo lo sé. Pero puedo explicarlo. Verás, estamos sólo tratando de ayudarte." Él me mira, con su mirada de manera irónica que me llena de vergüenza. Pero Yo fuerzo a mi misma a seguir, sabiendo al menos que tengo que intentarlo. “Alguien está tratando de envenenarte." Yo trago, encontrando sus ojos. “Alguien que tú conoces." Él sacude su cabeza, no comprando ni una palabra de el o. Convencido que yo deliro completamente y debería ser encerrada inmediatamente. "Y esta persona responsable de envenenarme, esta persona que resulto saber, esto, por casualidad, ¿eres tú?” Él da otro paso hacia mí. "Porque tú eres la que irrumpe en mi casa. Tú eres la que sacas todo de mi refrigerador y lo desordenas con mis bebidas. Pienso que pruebas hablan por sí mismas." Sacudo mi cabeza, hablando por delante del calor que chamusca mi garganta cuando digo, “Sé cómo luce, ¡pero tú tienes que creerme!, todo es verdad, ¡no estoy haciendo eso!". Él da otro paso más cerca, avanza hacia mí de una manera intencional, tan lento y deliberado, es como si él acechara su presa. Así que decido ir por él, dejando salir todo. Quiero decir, No tengo nada que perder de todos modos. “Es Roman, ¿Okey?”. Aspiro mi aliento, mirando su cambio de expresión de acusatorio a ultraje. “Tu nuevo amigo Roman es -" Echo un vistazo a Ava, sabiendo que no puedo decir lo que Roman en realidad es - un pícaro inmortal que está dispuesto a matar a

Damen por alguna razón que aún tengo que determinar. Pero esto no se parece a esos asuntos de todos modos. Damen no tiene ninguna memoria de Drina o de ser inmortal, él hasta ahora se ha ido él nunca lo entendería. “Fuera”, él dice, la mirada en sus ojos tan frío el os me enfrían más que el aire que fluye de su refrigerador. "Váyanse al infierno antes de que yo l ame a la policía." Miro detenidamente en Ava, viéndola verter el contenido manipulado abajo el desagüe en el segundo él hace la amenaza. Entonces miro fijamente a Damen, agarrando su teléfono, su índice ya presionando el nueve, seguido del uno, y luego-Tengo que pararlo. De ningún modo puedo permitir que el complete aquel a l amada. De ninguna manera puedo arriesgarme a tener la policía implicada. Entonces miro fijamente a sus ojos, aun cuando él rechace mirarme. Solamente concentro toda mi energía en él, mis pensamientos llegan a él, tratando de armonizarlo e influenciarlo. Llenándolo con un susurro más cariñoso, tranquilo y compasivo, "No necesito un problema."Yo despacio retrocedo. "Tú no tienes que l amar a nadie, nosotras nos marchamos ahora mismo." Manteniendo mí aliento mientras él mira fijamente el teléfono, sin entender porque no puede presionar el último número. Él levanta la mirada, y por un breve momento, solo por un parpadeo realmente, el viejo Damen retorna. Mirándome en la forma en que solía - enviando un delicioso hormigueo caliente en toda mi piel. Y a pesar de que se ha ido tan pronto como parece felizmente me conformaré con lo que consigo. Él deja caer su teléfono en el mostrador sacude su cabeza. Y conociendo que nosotras teníamos que movernos rápido antes de mis influencias terminen, Yo agarro mi mochila y me dirijo hacia la puerta. Volteándome mientras él vacía sus armarios y su refrigerador hasta la última botella de jugo. Quitando sus tapas y vertiendo su contenido sin rodeos al desagüe, convencido de que no es seguro para su consumo, ahora que he manipulado con ellos.

CAPITULO 35 “¿Qué va a pasar ahora que ya no tiene la bebida? ¿Va a ponerse mejor o peor?” Esa fue la pregunta que Ava hizo apenas llegamos al auto. Y la verdad es que, no tenía idea de cómo responder. Todavía no lo sé. Así que no dije nada. Solo me encogí. “Lo siento,” Dijo el a, descansando las manos en el regazo, mirándome de manera que probaba si sinceridad. “Me siento responsable.” Pero yo solo meneé la cabeza. Porque aunque fue en parte su culpa por perder tanto tiempo cuando insistió en recorrer la casa, yo fui a la que se le ocurrió la bril ante idea de irrumpir. Yo fui la que tan concentrada en la tarea que estaba haciendo me olvide de prestar atención a la puerta. Así que si hay que culpar a alguien es a mí. Pero aun peor que haber sido atrapada es saber que a los ojos de Damen, pase de ser una chica rara que lo acosa, a una patética, loca perdedora. Muy convencido de que trate alterar su bebida con algún tipo de loca magia negra, esperando que él me quisiera de nuevo. Porque eso es justo lo que Stacia le hizo creer después de que se lo contara. Y eso es justo lo que él decidió creer. A decir verdad eso es lo que toda la escuela cree. Incluyendo algunos de mis profesores. Lo que hace ir al colegio una experiencia aun más miserable que antes. Porque ahora, no solo debo sufrir incontables gritos de ¡Perdedora! Y Bruja pero también me han pedido que me quede después de clases, no uno, sino dos de mis profesores. Aunque no puedo decir que el pedido del Sr. Robins haya sido una sorpresa. O sea, ya que ya

tuvimos una pequeña charla sobre mi supuesta inhabilidad de seguir adelante y construir una vida por mi misma después de Damen, no puedo decir que estuviese shokeada cuando me hizo quedar después de clases para discutir el incidente. Lo que si me sorprendió fue la forma en que yo reaccione. Cuán rápido me puse en la postura que nunca creí que iba a adoptar… me hice la abogada. “Perdón,” Dije, cortándolo antes de que pudiera terminar. No interesada en ninguna de sus bien intencionadas palabras, pero que cruzaban el límite de los consejos de relación que mi recientemente divorciado, medio alcohólico profesor de Ingles estaba por dar. “Pero la última vez que acequie era solo un rumor. Un evento supuesto sin evidencia que lo respalde.” Lo mire, encontrando sus ojos a pesar de que acababa de mentir. O sea, aunque Ava y yo fuimos agarradas con las manos en la masa, no es que Damen haya tomado una fotografía. No es que haya otro video más mío viajando por youtube. “Así que a menos que sea oficialmente juzgada…” Hice una pausa para aclarar la garganta, para darle un aire dramático y porque no podía creer lo que estaba a punto de decir. “Voy a permanecer inocente hasta que se pruebe que soy culpable.” Él se preparo para hablar, pero yo no había terminado. “Así que a menos que tenga que discutir mi comportamiento en esta clase, que usted y yo sabemos que es ejemplar, o mis notas, que son más que ejemplares, a menos que esté interesado en discutir cualquiera de esas dos cosas… creo que hemos terminado aquí.” Por suerte el Sr. Muñoz fue más fácil. Pero eso es probablemente porque yo me acerqué a hablarle a él. Pensando que mi profesor de historia obsesionado con renacimiento es justo el hombre para ayudarme a encontrar el nombre de una hierba en particular para hacer el elixir. Anoche, cuando la busque en Google, me di cuenta que no tenía ni idea que poner en la casil a de búsqueda. Y con Sabine aun vigilándome como un halcón aun cuando como y tomo y actúo tan normal como puedo, escapándome a summerland, aunque sea por unos minutos, era imposible. Lo que hace del Sr. Muñoz mi última esperanza… o al menos mi esperanza más inmediata. Porque ayer, cuando Damen tiro todas las botel as por la cañería, se fue la mitad de mi ya escasos suministros de elixir. Lo que significa que debo hacer más- Mucho más. No solo para mantener mí fuerza entre ahora y cuando me vaya, pero también necesito suficiente para la recuperación de Damen. Y como nunca me dio la receta, todo lo que tengo para seguir es lo que vi en el cristal cuando vi a su padre prepararlo, nombrando los ingredientes, antes de parar a susurrar el ultimo en la oreja de su hijo, hablando tan suave que no había manera de que lo escuche. Pero el Sr. Muñoz termina no siendo de ayuda alguna. Y luego de buscar en un par de libros y salir con las manos vacías, él me mira y dice, “Ever, me temo que no puedo encontrarle una respuesta a esto. Pero ya que estas aquí…” Levanto mi mano, bloqueando las palabras para que no siga más al á. Y aún cuando no estoy orgul osa de como maneje al Sr. Robins, si Muñoz no se frena va a recibir la misma respuesta. “Créame, sé a dónde va.” Asiento, mis ojos en los suyos. “Pero lo ha entendido todo mal. No es lo que usted piensa…” Freno, dándome cuenta que en cuanto a la negación, esta se está volviendo una realmente tonta. O sea, acabo de aludir al hecho de que mientras

que podría haber ocurrido… no ocurrió como él cree. Lo que básicamente se resume en declararse culpable… pero con circunstancias extenuantes. Meneo la cabeza, mientras por dentro rodeo los ojos a mí misma, pensando: Bien hecho Ever. Sigue así y vas a necesitar que Sabine te represente. Y luego é me mira, y yo lo miro, y ambos meneamos la cabeza, decidiendo dejarlo ahí. Pero justo cuando agarro mi mochila y empiezo a irme, el se estira hacia mí, su mano tocando mi manga cuando dice, “Aguanta. Todo va a estar bien.” Y eso es todo lo que se necesita. Ese simple gesto es todo lo que necesito para saber que Sabine ha estado en Sturbucks, todos los días. Ambos disfrutando del coqueteo que, aunque (gracias a Dios) no ha pasado por más que una sonrisa, Muñoz espera ansioso el día que sí lo haga. Y aunque sé que debo hacer lo imposible para que no l eguen a citarse, por el momento, no tengo tiempo para esto. Me saco de encima su energía y me dirijo hacia la puerta, apenas l egando al hall cuando Roman se acerca, ajustando su paso al mío. Mirándome de reojo cuando dice, “¿Fue Muñoz de alguna ayuda?” Yo sigo mi camino, encogiéndome cuando su aliento fresco choca contra mi mejil a. “Se te está acabando el tiempo,” él dice, su voz suave como el abrazo de un amante. “¿Todo está yendo bastante rápido ahora, no lo crees? Y antes de que lo sepas, todo habrá terminado. Y luego…bueno….seremos solo tú y yo.” Me encojo, sabiendo que eso no es exactamente verdad. He visto el pasado. Vi lo que paso en la iglesia. Y si no me equivoco, hay 6 huérfanos inmortales que posiblemente siguen caminando por la tierra. 6 pequeños huérfanos que podrían estar en cualquier lado… probando que lo lograron. Pero si Roman no sabe eso, bueno, no está en mí decírselo. Así que lo miro a los ojos, resistiendo la calidez azul profunda, cuando digo, “Que afortunada soy.” “Y yo.” Sonríe. “Vas a necesitar alguien que te ayude a arreglar tu corazón roto. Alguien que te entienda. Alguien que sepa lo que realmente eres.” Pasea sus dedos por lo largo de mi brazo, su contacto asombrosamente frío, aun a través del algodón de mi remera, rápidamente me alejo. “No sabes nada sobre mí,” Digo, mis ojos fijos en su cara. “Me subestimaste. Si fuese tú, tendría más cuidado de celebrar tan pronto. Estas a un largo trecho de ganar ésta.” Y aun cuando quería que fuera una amenaza, mi voz se resquebraja demasiado para ser tomada en serio. Así que vuelvo a caminar, dejando su risa burlona atrás mientras me dirijo a mi mesa en el comedor donde Miles y Haven esperan. Me deslizo por el banco, sonriendo mientras miro de uno al otro. Parece haber pasado tanto tiempo desde la última vez que estuvimos juntos, que el verlos sentados acá me hace ridículamente feliz. “Hey chicos,” Digo, sin poder dejar de sonreír, viendo como el os me miran primero a mí y luego el uno al otro, asintiendo con sus cabezas al mismo tiempo como si lo hubiesen practicado. Miles bebe un trago de su soda, una bebida a la que nunca se hubiera acercado antes. Sus uñas rosa bril ante golpeando el lado de la lata mientras mi estomago se revuelve. Debatiendo si escuchar o no sus pensamientos, sabiendo que me va a preparar para lo que sea por lo que están aquí, pero decido no hacerlo ya que prefiero no escucharlo 2 veces. “Tenemos que hablar,” dice Miles. “Es sobre Damen.”

“No,” Haven lo interrumpe, dándole a Miles una mirada antes de sacar una bolsa de palitos de zanahoria de su bolsa, la marca de comida 0 calorías de las chicas de la lista A. “Es sobre Damen y tu.” “¿Qué hay que hablar? O sea, él está con Stacia, y yo estoy… soportando.” Ellos se miran, intercambiando una mirada que está cargada pero es breve. “¿Pero tú estás aguantando?” Pregunta Miles. “Porque de verdad, Ever, irrumpir en su casa y hacerle algo a su comida es bastante raro. No son las acciones de alguien que quiere seguir adelante con su vida…” “¿Entonces, que? ¿Ustedes crees cada rumor que escuchan? Todos esos meses de amistad, todas esas veces que se quedaron en mi casa, y me creen capaz de eso…” Giro los ojos y meneo la cabeza, sin ir más allá. O sea, si todo lo que logre sacarle a Damen fue un instante de reconocimiento antes de ser reemplazado por desdén, cuando tenemos un lazo que se remonta a siglos atrás… ¿qué puedo esperar lograr con Miles y Haven que conozco hace menos de un año? “Bueno realmente no veo por qué Damen inventaría algo por el estilo,” Dice Haven, sus ojos en los míos, su mirada tan dura y prejuiciosa que me doy cuenta que el a no vino aquí realmente a ayudar. Porque aunque el a actué como que tiene las mejores intenciones de corazón, la verdad es que, el a está disfrutando de mi caída. Después de perder a Damen conmigo, después de ver a Roman perseguirme aunque el a le hizo ver su interés, ella está contenta de verme en el suelo. Y la única razón por la que se digno a sentarse aquí ahora es para verme a los ojos mientras se regocija. Bajo la mirada a la mesa, sorprendiéndome por cuanto duele. Pero trato de no juzgarla o ponérselo en su contra. Sé muy bien lo que se siente estar celosa, y no hay nada racional en el o. “Necesitas dejarlo ir,” dice Miles, tomando otro trago, aunque sus ojos nunca dejan los míos. “Necesitas olvidar y seguir adelante.” “Todos saben que lo persigues,” Haven dice, cubriéndose la boca con sus uñas pintadas del color de zapatil as de bal et en vez del negro usual. “Todos saben que irrumpiste en su casa… dos veces… que sepamos. De verdad, estas fuera de control, actúas como loca.” Miro fijo la mesa preguntándome hasta donde va a seguir esto. “Como sea, como tus amigos, solo queremos convencerte que lo mejor es que lo dejes ir. Necesitas retirarte y seguir adelante. Porque la verdad es que, tu comportamiento da miedo, sin mencionar…” Haven sigue, presionando todos los puntos que estoy segura de que arreglaron de antemano. Pero yo deje de escuchar después de que dijo como tus amigos. Queriendo quedarme4 con eso y descartar todo lo demás, aun cuando ya no es

verdad. Meneo la cabeza y levanto la mirada, viendo a Roman sentado en su mesa con la mirada fija en mí. Tocando su reloj, luego apuntando hacia Damen de manera tan amenazadora, me levanto de mi asiento. Dejando la voz de Haven atrás mío, distante, mientras corro hacia mi auto, castigándome a mi misma por perder tiempo con estas cosas cuando hay cosas mucho más importantes que hacer.

CAPITULO 36 Paso a través de la escuela. Sometiéndome a la invariable exposición de tortura cada día. Quiero decir, ¿Cuál es el punto de ir cuando no consigo nada con Damen, con Roman burlándose de mí y sermoneada por los profesores y pseudo - buen intencionados ex amigos? Además, si las cosas salen como espero, entonces pronto estaré de vuelta en mi vieja escuela en Oregón, viviendo mi vida como si esto nunca hubiera existido. Entonces no hay ninguna razón en pasar otra vez por esto. Me dirijo a Broadway, zigzagueando en mi camino a través del tráfico peatonal dirigiéndome hacia el cañón, esperando ir a algún lugar tranquilo donde pueda hacer aparecer el portal sin asustar a ningún comprador inesperado. Sin recordar hasta que me he estacionado que este es el mismo lugar donde ocurrió mi primera confrontación con Drina – una confrontación que resultó en mi primera visita a Summerland cuando Damen creó el camino. Me hundo en mi asiento, con aquel velo dorado de luz cerniéndose sobre mí, y aterrizando en frente del gran salón de conocimiento, apenas dándome tiempo para notar la magnificencia de la fachada cambiante antes de apresurarme a la gran sala de mármol con mis pensamientos enfocados en 2 cosas: 1. ¿Hay algún antídoto para salvar a Damen? 2. Y ¿cómo localizo la hierba secreta, el ingrediente final necesario para preparar el elixir? Repitiendo las preguntas una y otra vez mientras espero que aparezca la puerta de entrada a los registros Akashic. Sin obtener nada. No globos, no hojas de cristal, no cuartos blancos circulares o TV’s híbridas. Nothing, Nada, Nien. Solo una dulce voz detrás de mi diciendo “Es demasiado tarde”. Me doy vuelta esperando ver a Romy pero me encuentro a Rayne en su lugar. Siguiéndome detrás mientras yo pongo mis ojos en blanco y me dirijo hacia la puerta, ansiosa de poner distancia entre nosotras mientras el a repite esas mismas palabras otra vez. No tengo tiempo para esto. No tengo tiempo para descifrar un montón de tonterías de la gemela más espeluznante del mundo. Porque aunque sé que no existe el concepto de tiempo en Summerland, donde todo sucede en un estado constante del ahora, yo se que de hecho ese tiempo que gasto aquí será seriamente notado de regreso a casa. Lo cual significa continuar, mantenerme moviéndome hacia delante, avanzando por la cal e tan rápido como puedo hasta que su voz se convierte en un susurro. Sabiendo que debo salvar a Damen antes de regresar el tiempo e ir a casa. Y si las respuestas no están aquí entonces buscaré en algún otro lugar. Empiezo a correr. Doy vuelta en un cal ejón justo cuando soy asaltada por un insoportable y repentino dolor, me desmorono en el piso. Mis dedos sujetos firmemente en mi sien, mi cabeza doliendo como si estuviera siendo apuñalada por todas partes, mientras un torbel ino de imágenes se revela en mi mente. Una serie de bocetos, uno tras otro como las páginas de un libro, seguidos por una descripción detallada de lo que incluye. Y cuando voy en la tercera página me doy cuenta que estas son las instrucciones para hacer el antídoto para salvar a Damen incluyendo hierbas plantadas durante luna nueva, cristales raros, y minerales de los cuales nunca escuche, bolsas de seda bordadas por monjes Tibetanos. Todos estos ingredientes necesitando ser ensamblados cuidadosamente en una serie de pasos muy precisos antes de absorber la energía de la próxima luna llena. Y justo después de mostrárseme la hierba necesaria para completar el elixir inmortal, mi cabeza se

borra como si nunca hubiera pasado. Entonces busco en mi bolsa un pedazo de papel y una pluma, apuntando el paso final cuando Ava aparece. “Hice el portal” el a dice, su cara radiante cuando sus ojos se encuentran con los míos. “No pensé que pudiera, pero esta mañana cuando me senté para mi meditación usual, Pensé: “¿Que daño causaría con intentarlo? Y la siguiente cosa que sabía -” “¿Has estado aquí desde la mañana?” le digo, viéndola en su hermoso vestido, zapatos de diseñador, brazaletes de oro, y joyas adornando sus dedos. “No existe el tiempo en Summerland” me regaña. “Tal vez, pero en casa es pasado de medio día”, le digo, observándola mientras niega con la cabeza, rechazando adentrarse en las tediosas reglas del plano de la tierra. “¿A quién le importa? ¿Qué me podría estar perdiendo? ¿Una larga línea de clientes esperando que les diga que se convertirán en mil onarios, y famosos aunque la evidencia diga lo contrario?” Cierra sus ojos y suspira “Estoy cansada de eso, Ever. Cansada de la rutina. Pero aquí todo es maravilloso, “¡Estoy pensando en que tal vez me quede!” “No puedes” Digo, rápidamente, automáticamente, pensando que tal vez no estoy segura que es verdad. “¿Por qué no?” el a se encoje de hombros, levantando sus brazos hacia el cielo y girándolos a su alrededor “¿Por qué no puedo quedarme aquí? Dame una buena razón.” “Porque” Comienzo, deseando poder dejarlo así, pero como ella no es una niña estoy forzada a alegar algo mejor. “Porque no está bien” termino esperando que me escuche. “Tienes trabajo que hacer. Todos tenemos trabajo que hacer. Y escondiéndonos aquí es como – hacer trampa.” “¿Quién lo dice?” el a bizquea “¿Me estás diciendo que toda estas personas están muertas?” Miro fijamente a mí alrededor, observando las aceras atestadas, la larga fila para el cine, y los bares de karaoke, dándome cuenta de que no tengo idea de cómo responder. Quiero decir, ¿cuántos de el os son como Ava – cansados, hartos, almas desilusionadas que encontraron el camino hacia aquí y decidieron abandonar el plano de la tierra y nunca regresar? Y ¿cuántos de el os han muerto y se han negado a cruzar al otro lado como Riley lo hizo? Miro a Ava, sabiendo que no tengo derecho de decirle que hacer con su vida, especialmente cuando recuerdo lo que he elegido hacer con la mía. Después tomo su mano y le sonrío cuando le digo, “Bueno, en este momento, te necesito. Cuéntame todo lo que sepas sobre astrología.”

CAPITULO 37

¿Entonces? Me inclino hacia Ava, con los codos puestos sobre la mesa tratando de mantenerla enfocada en mí y no en los monumentos y sonidos de Saint-Germain. “Yo sé que soy una Aries” el a se encoje, sus ojos prefiriendo el Río Siena, el Pont Neuf, la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, y la Catedral de Notre Dame (los cuales, están todos alineados en hilera en esta versión de Paris) que a mí. “¿Es todo?” Muevo mi cappuccino, preguntándome por qué incluso me moleste en ordenarlo al chico parecido a una caricatura con bigote, camisa blanca, y chaleco negro, ya que no tengo la intención de beberlo. Ella suspira, volteando a verme cuando dice “Ever, ¿no puedes tan solo relajarte y disfrutar del paisaje? ¿Cuándo fue la última vez que estuviste en Paris de cualquier forma?” “Nunca”, contesto, poniendo mis ojos en blanco de una forma que el a no puede perderse “Nunca he estado en Paris. Y odio arruinártelo, Ava, pero esto-” tomo un momento para mirar alrededor, señalando el Louvre, que está justo al lado de la tienda departamental Printemps, la cual está al lado del Museo d’Orsay - “no es Paris. Es como si tomaras una pila de fol etos de viaje, tarjetas postales francesas y escenas de la adorable caricatura de Ratatouil e, lo mezclas todo y voilá, creas esto. Quiero decir, “¿viste al mesero? ¿Notaste como trató de mantenerse inclinado y girar y ni una vez se cayó?, dudo que el Paris real tenga meseros como ese.” Pero aunque pienso que estoy actuando como la mayor aguafiestas, Ava solo sonríe. Balanceando su cabel o ondulado color castaño sobre su hombro y dice “Bueno, para tu información, esto es exactamente como yo lo recuerdo. Tal vez estos monumentos no estaban todos alineados, pero es mucho más bonito así. Yo realmente asistí a la Sorbona tu sabes. De hecho “he mencionado la vez cuando -” “Eso es estupendo Ava, de verdad” digo. “Y adoro escuchar todo sobre eso, si no estuviera contra reloj. Entonces lo que quise preguntar era ¿que si conoces sobre astrología o astronomía o lo que sea que involucre la variación de los ciclos de la luna?” Ella corta un pedazo de Baguette y le unta mantequil a por un lado diciendo, “¿Puedes ser un poco más específica?”. Busco dentro de mi bolsa y tomo el pedazo de papel en donde anote todo después de mi visión, volteándola a ver mientras le digo “Esta bien, ¿qué es exactamente una luna nueva y cuando ocurre?” Ella le sopla a su café, fijando su vista en mí cuando dice, “la luna nueva es cuando el sol y la luna, ambos, están en conjunción, lo que significa que cuando los ves desde la tierra, ambos parecen ocupar el mismo espacio en el cielo y por eso la luna no refleja la luz del sol, lo que también significa que no se puede ver porque su lado oscuro da hacia la tierra.” “Pero eso ¿qué significa? ¿Simboliza algo?” Ella asiente partiendo otro pedazo de baguette cuando dice, “Es un símbolo para nuevos comienzos, rejuvenecimiento, renovación, esperanza, cosas como esas. Es también un buen tiempo para hacer cambios, dejar malos hábitos o incluso malas relaciones” Dejando claro el punto con su mirada. Pero yo solo la ignoro y sigo adelante sabiendo que el a se refiera a Damen y yo, sin tener idea de que no solo planeo terminarlo, planeo eliminarlo. Porque por mucho que lo ame, por mucho que no pueda imaginar un futuro sin él, realmente creo que es lo mejor para todos. Nada de esto debería de haber pasado. Es antinatural. No está bien, y ahora es mi trabajo ponerlo todo de vuelta.

“Entonces ¿cuándo ocurre eso en relación a la luna llena?” pregunto, viendo como cubre su boca cuando mastica. “La luna llena ocurre alrededor de 2 semanas después de la luna nueva. Es cuando la luna reflecta al máximo la luz del sol, lo cual desde la tierra, la hace parecer completa, ya que no es como si se fuera a alguna parte. Oh ¿y en cuanto a lo que simboliza? ¿Tú quieres conocer eso no?” Sonríe. “La luna llena es todo sobre abundancia, complemento, una especie de maduración de las cosas en todos sus poderes. Y desde que la energía de la luna es la más poderosa en este punto, está también l ena de poder mágico.” Asiento, tratando de digerir todo lo que acaba de decir, y tomando la más pequeña indicación de entendimiento por lo que esas frases son tan importantes para mí plan. “Todas las fases de la luna simbolizan algo” Ava se encoje. “La luna juega un rol poderoso en la ciencia antigua y como se dice controla las mareas. Y desde que nuestros cuerpos están constituidos en su mayor parte de agua, algunos dicen que nos controla. ¿Sabías que la palabra lunático proviene de la palabra luna en latín (luna)? Oh y no olvides la leyenda del hombre lobo¡todo alrededor de la luna l ena!” Por dentro, pongo mis ojos en blanco. No hay tales cosas como hombres lobo, vampiros o demonios – solo inmortales y los inmortales renegados que quieren matarlos. “¿Puedo preguntar por qué estás preguntando todo esto?” el a dice, bebiendo el último sorbo de su expreso y dejando la taza a un lado. “En un minuto” digo, mis palabras recortadas, concisa, mucho menos conversadora que el a. Pero a diferencia de el a yo no estoy vacacionando en Paris, solamente soporto la vista para obtener las respuestas que necesito. “Una última cosa, ¿qué es tan especial de la luna llena durante l’heure bleue, u hora azul como es comúnmente llamada?” Ella me voltea a ver, sus ojos desorbitados, su voz sin aliento cuando dice “¿Te refieres a la luna azul?” Yo asiento, recordando como la luna estaba tan azul en la imagen, que prácticamente se mezclaba con el cielo. Después analizando este símbolo de una luna azul real de color brillante y palpitante. Yo digo “Sí, pero la luna azul específicamente durante la hora azul, ¿qué sabes sobre eso?” Ella inhala profundamente mirando a la distancia mientras dice, “lo que la corriente principal piensa es que la segunda luna llena en un mes constituye la luna azul. Pero hay otra escuela de pensamiento esotérico que dice que la verdadera luna azul ocurre cuando hay 2 lunas llenas no necesariamente dentro del mismo mes, pero si dentro del mismo signo astrológico. Es considerado un día santo, donde la conexión entre las dimensiones es muy poderosa, haciéndolo el tiempo ideal para la meditación, orar, y viajes místicos. Se dice que si aprovechas la energía de la luna azul durante l’heure bleue (hora azul) todo tipo de magia puede ocurrir. Las únicas limitaciones, como siempre, son las propias” Ella me mira, preguntándose qué planeo, pero no estoy lista para compartirlo todavía. Después ella sacude su cabeza, “Pero solo para que lo sepas, una luna azul genuina es muy rara, solamente ocurre cada 3 o 5 años.” Mi estómago se retuerce y mis manos se tensan a cada lado de la silla “¿Y conoces cuándo ocurrirá la siguiente luna azul?” Mientras pienso: ¡Por favor que sea pronto, por favor que sea pronto! Sintiéndome como si fuera a vomitar y echar todo cuando el a sacude la cabeza y dice, “No tengo

idea”. ¡Pero claro! lo más importante que necesito conocer – es lo que el a no sabe. “Pienso que sé donde lo podemos averiguar”. Ella sonríe. Sacudo mi cabeza, solo para informarle que es todo lo que puedo decirle, mi acceso a los registros Akashic ha sido revocado, cuando el a cierra los ojos, un segundo después aparece una iMac plateada. “¿Google, para cualquiera?” Ella ríe, empujándola hacia mí.

CAPITULO 38 Aunque me sentí como una idiota en el segundo que Ava manifiesta aquel ordenador portátil (Quiero decir, dah, ¿por qué no pensé en esto?), realmente conseguimos nuestras respuestas bastante rápido. Aunque desafortunadamente, esta no era las buenas noticias que yo esperaba. De hecho, era nada de eso. Justo cuando todo se une, parece como si fuera destinada a ser - esto todo se deshizo en el segundo que aprendí que la luna azul, que el más raro de las lunas l enas sólo vienen cada tres a cinco años, que también resulta ser mi primera y única ventana para viajar en el tiempo, ha programado su próxima aparición - mañana. "Todavía no puedo creerlo," Digo, subiendo de mi coche mientras Ava alimenta el medidor de un ordenado con una pila en la palma de su mano. "Pensé que esto era solamente otra luna llena, yo no sabía que había una diferencia, o que el os son tan raros. Quiero decir, ¿Qué se supone que haga?" Ella cierra su cartera y me mira. “Bien, desde donde lo puedo ver, tú tienes tres opciónes." Presiono mis labios juntos, no segura que quiera oír cualquiera de el as. "Tú no puede hacer nada en absoluto, y solamente te recuesta y miras mientras todo lo que tú amas y cuidas se deshace completamente, tú puede decidir manejar solamente una cosa a costa de todo lo demás, o tú puedes decirme exactamente qué es lo que pasa aquí, entonces puedo ver si puedo ayudar." Suspiro y la miro que esta adelante de mí, con su atuendo habitual de vaqueros descoloridos, anillos de plata, una túnica blanca de algodón, y sandalias marrones de cuero. Siempre allí, siempre disponible, siempre dispuesta a ayudarme, incluso cuando no comprendo lo necesito. Incluso antes cuando yo era despectiva (y si voy a ser honesta - un poco más mezquina), Ava estaba justo ahí, esperando por mí que viniera, nunca celebraba de mi mala actitud contra mí, ni una vez me dio la espalda o evitándome en la forma que yo la evité. Es como si el a ha estado preparando todo ese tiempo, esperando para intervenir como mi hermana psíquica grande. Y ahora, ella es casi la única que me queda - la única con la que puedo contar - la única que viene guardando el conocimiento de mi verdadero yo - incluso la mayor parte de mis secretos. Y a la luz de todo solamente aprendo, no tengo ninguna otra opción, sólo decirle. No hay manera de que me pueda ir por sí sola, como yo esperaba. "Okey", cabeceo, convenciéndome a mí misma que no es sólo lo correcto, pero es la única que hacer. "Aquí está lo que necesito hacer." Y como encabezamos sobre el secreto, le digo lo que yo vi ese día sobre el cristal. Para explicar tanto como puedo evitando la palabra - honrando mi promesa a Damen que nunca divulgaré nuestra inmortalidad. La narración a Ava es que Damen necesitará el antídoto de modo que él pueda mejorarse, seguido de su "la energía especial roja beben" entonces él puede reconstruir su fuerza. Explicando que estoy frente a la posibilidad de elegir entre estar con el amor de mi vida, o salvar cuatro vidas de su fin. Por lo tanto, en el momento en que estamos de pie fuera de la tienda donde el a trabaja, la tienda que he pasado muchas veces antes, pero juré que yo nunca entraría - ella me mira, abriendo su boca para decir algo, antes de cerrarla de nuevo. Repitiendo este escenario unas cuantas veces hasta que

finalmente pueda balbucear, “Pero mañana, Ever, ¿Tú puedes dejar esto pronto?" Me encojo, mi estomago se hunde cuando yo oigo que habla en voz alta. Pero el saber que no puedo esperar otros tres a cinco años, yo cabeceo más segura de lo que me siento cuando la miro y digo, "Y esto es exactamente por lo qué te necesito para ayudarme con el antídoto y entonces encontrar una manera de conseguir que él junto con el elix-" Me detengo, con la esperanza de que no he despertado sus sospechas, tratando de recuperarme cuando digo “- esa bebida energética roja - para que pueda mejorar. Quiero decir, ahora que sabe cómo entrar en su casa, estoy pensando que puede encontrar una manera de, no sé, echarlo en su bebida o algo," Digo, a sabiendas de que suena como el peor plan de siempre, pero decidida a ver si funciona. “Y entonces, cuando este mejor - cuando el viejo Damne devuelva - puede explicarle todo lo que ha pasado, y darle la - la bebida de color rojo”. Ella me mira con una expresión de desacuerdo que no estoy segura como leerlo, entonces falsifico todo derecho. "Sé que probablemente me parece que lo que yo escogí va contra el - pero no lo es. Realmente no lo es. De hecho, hay una buena probabilidad de que nada de esto será necesario. Hay una buena probabilidad de que cuando vaya al pasado, todo lo demás volverá también.” "¿Es eso lo que has visto?" El a pregunta, su voz suave, apacible. Niego con la cabeza. "No, es sólo una teoría, aunque creo que tiene sentido. Quiero decir, No me puedo imaginar ninguna otra manera. Por lo tanto, todas estas cosas que estoy diciendo ahora son sólo por precaución, ya que ni siquiera sea necesario. Lo que significa que no recordaras esta conversación, ya que será como si nunca hubiera ocurrido. De hecho, tú no tendrás ningún recuerdo de haberme conocido. Pero por si acaso estoy equivocada - que estoy segura de que no estoy - pero en el caso que lo este, tengo que tener un plan en su lugar - tú sabe, sólo en ese caso", Yo balbuceo, preguntándome a quien estoy tratando de convencer, a el a o a mí. Ella agarra mi mano, sus ojos llenos de compasión cuando dice, “Estás haciendo lo correcto, y tienes suerte. No muchas personas tiene la oportunidad de ir al pasado." La miro, mis labios curvándose en una sonrisa. "¿No muchos?". "Bien, nadie yo puedo pensar así de pronto." Ella ríe. Pero aun cuando nosotras reímos, cuando la miro otra vez mi voz es seria cuando digo, "Enserio, Ava, No puedo soportar cualquier cosa que le suceda a él. Quiero decir, Yo - Yo me moriría si yo de alguna manera me entero de que lo hizo - y que era culpa mía..." Ella aprieta mi mano y abre la puerta de la tienda, l evándome dentro mientras susurra: "No te preocupes. Puedes confiar en mí." Sigo su pasado lleno de estantes de libros, un muro de CD, y todo un rincón dedicado a figuras de ángel, antes de pasar a una máquina para reclamar auras fotografiadas mientras nosotras nos dirigimos al mostrador donde una mujer mayor con una larga trenza gris está leyendo un libro. "¿No me di cuenta que usted estaba en el calendario de hoy? El a pone abajo su novela y echa un vistazo entre nosotras. "No Estoy." Ava ríe "Pero mi amiga Ever aquí -" El a cabecea hacia mí. "Ella necesita el cuarto de atrás. " La mujer me estudia, obviamente tratando de vislumbrar mi aura y conseguir un sentido a mi energía, entonces fusila a Ava con un interrogatorio en su mirada cuando el a sale vacía. Pero Ava ríe y cabecea en comentario, señalando que soy digna de acceso " al cuarto de atrás", independientemente de lo que es. “¿Ever?” la mujer dice, sus dedos que se arrastran hacia su cuel o, preocupados por el pendiente turquesa que cuelga en su col ar de hueso. Una piedra que, como recientemente aprendí en mi breve estudio de minerales y cristales sobre el iMac en Summerland, ha sido usada para amuletos destinados a curar y proteger durante unos cientos de años. Y con la forma en que acaba de decir mi nombre, y por la sospechosa mirada en su cara, no es como si yo necesitara tener acceso a su mente para saber que el a se pregunta si el a pudiera necesitar la protección por mí. Ella vacila, mirando entre Ava y yo, luego enfocándose únicamente en mí mientras el a dice, "Soy Lina."

Eso es todo. Ningún apretón de manos, ningún abrazo de bienvenida. El a sólo dice su nombre y, a continuación, va a la puerta, tirando el signo que cuelga de el ¡ABIERTO! A ¡REGRESO EN 1O! Entonces hace señas para que nosotros la sigamos abajo un pasillo corto con una puerta bril ante púrpura al final. "¿Puedo preguntar sobre qué es esto?” El a revuelve en su bolsil o un juego de llaves, todavía indecisas en cuanto si realmente el a nos dejará entrar. Ava asiente hacia mí, señalando que es mi turno desde aquí. Entonces carraspeo mi garganta y meto mi mano en el bolsil o de mis vaqueros recientemente manifestados cuyos dobladil os, agradecida, que todavía lleguen al piso. Recuperando el arrugado pedazo de papel mientras digo, "Um, yo necesito algunas cosas." Me estremezco cuando Lina lo arrebata de mi mano y lo mira. Dejando levantar su frente, dijo gruñendo algo ininteligible bajo su aliento, y escudriñándome una vez más. Y solo cuando parece que el a está a punto de cambiar de parecer, el a empuja la lista de regreso a mi mano, abre la puerta, y hace señas hacia nosotras dentro de la habitación que yo no esperaba. Quiero decir, cuando Ava me dijo que este era el lugar que obtendría lo que necesito, Yo estaba más que un poco nerviosa. Estaba segura de me empujaría en algún escalofriante sótano oculto l eno de todo tipo de extraños, espantosos, cosas de rituales, muñecas Voodoo - cosas como que se ven en películas o en televisión. De hecho, esto se parece bastante a su promedio, más o menos bien organizado un closet de almacenamiento. Bien excepto por las paredes bril antes violetas decoradas por tótems tal ados por mano y máscaras. Sin embargo, el archivo de gabinete es bastante estándar, y cuando el a abre un armario y comienza a registrar, trato de echar una ojeada sobre su hombro, pero no puedo ver ni una cosa hasta que el a me da una piedra que parece incorrecta de todos modos. "Piedra Lunar", dice, notando la confusión en mi cara. Yo mirando en ella, sabiendo que no se ve como debería, y si bien no lo puedo explicar, algo sobre que se siente libre. Y no deseo ofenderla ya que sin duda el a no vacilaría a echarme, trago con fuerza, el tornil o encima de mi coraje, y digo, “Um, necesito esto en la materia prima y sin bril o, en su forma absoluta más pura - éste solamente parece demasiado liso y bril ante para mis necesidades." Ella cabecea, casi imperceptiblemente, pero de todos modos está allí. Solo la inclinación más breve de su cabeza y rizo de sus labios antes de que el a lo sustituya por la piedra que yo pregunté. "Eso es todo," digo, sabiendo que solamente pasé su prueba. Mirando fijamente la Piedra Lunar esto no es ni bril ante o bonito, pero con esperanza hará este intento, que es la ayuda en los nuevos comienzos. "Y entonces voy a necesita un cuenco de cristal de cuarzo, uno que este sintonizado con el séptimo chakra, una bolsa roja de seda bordadas por monjes tibetanos, cuatro cristales de cuarzo pulido rosado, una pequeña estrella - no, ¿staur-o-lite? ¿Así es como se dice?" La miro justo a tiempo para ver su asentimiento. "Ah, y la materia prima más grande de zoisita que usted tenga" Y Cuando Lina solo está de pie allí con sus manos sobre sus caderas, sé que ella se pregunta como todos estos artículos aparentemente arbitrarios posiblemente pueden caber juntos. "Ah, y un pedazo de turquesa, probablemente como el tamaño del que usted se lleva," digo, haciendo señas hacia su cuello. Ella me mira, dándome un fresco, asentimiento superficial, antes de darme la espalda y recolectando los cristales. Envolviéndolos de un modo casual que pensarías que empaquetaba comestibles en Productos de alimentación Enteros. "Ah, y aquí está una lista de hierbas," digo, metiendo la mano en mi otro bolsillo y recuperando una hoja arrugada de papel, que entonces le doy a ella. "Preferiblemente plantado durante la nueva luna y tendido por monjas ciegas en India," añado, asombrada cuando el a solo toma la lista y cabecea sin el estremecimiento. "¿Puedo preguntar para qué es esto?" ella pregunta, sus ojos sobre los míos. Pero solamente sacudo mi cabeza. Fui apenas capaz de decirle a Ava, y ella es una buena amiga. Entonces no hay ningún modo que le diga a esta señora, no importa cuán extremo pueda parecer. "Um, yo preferiría no decir." Me encojo, esperando el a respetará esto y en lo cierto ya que se

manifiestan estos elementos no funcionan, es imperativo que la primavera sea su fuente original. Nos miramos la una a la otra, nuestras miradas fijas, firmes. Y aun cuando planifico soportar mi razón el tiempo que sea necesario, es poco antes de que ella se separe y comience a hojear rápidamente el archivador, sus dedos que tiran cientos pasados de paquetes mientras digo, "Ah, y una más cosa." Averiguando mi mochila para mi bosquejo de los raros, difícil-encontrar la hierba que a menudo era usada en el Renacimiento Florencia. El ingrediente final tuvo que traer el elixir a la vida. Entregándosela mientras pregunto, "¿esto le parece familiar?" Piedra Lunar: Otro cuarzo Zoisita: Una piedra utilizada para curar Turquesa: Una piedra o rubí o cuarzo Staur-o-lite: El a quiere decir si es así como se pronuncia, ya que en el libro a parece Star o Staurolite Imperativo: Exigente

CAPITULO 39 Con todos los ingredientes reunidos-, bueno, todo excepto el agua primaveral, el aceite de oliva extra virgen, las velas blancas de forma cónica (las cuales, extrañamente, Lina no tenía, considerando que era la cosa más normal que le pedí), cáscara de naranja, y la foto de Damen que no esperaba que el a tuviera – regresamos a mi carro. Y justo cuando estoy abriendo mi puerta Ava dice, “Creo que caminare a casa desde aquí, ya que esta justo a la vuelta de la esquina.” “¿Estás segura?” Ella extiende sus brazos como queriendo abrazar a la noche. Sus labios curvándose en un sonrisa mientras dice, “Es tan hermoso estar al aire libre, solo quiere disfrutarlo.” “¿Tan hermoso como Summerland?” pregunto, cuestionándome ¿por qué de su nuevo estado de felicidad?, considerando lo seria que estaba en el cuarto trasero de Lina. Ella se ríe, echando su cabeza hacia atrás, su pálido cuel o expuesto, nivelando su mirada a la mía cuando dice, “No te preocupes, no te preocupes no pienso abandonar a la sociedad y mudarme allí de tiempo completo. Es solo que es bueno tener el acceso cuando necesito escapar un poco.” “Solo ten cuidado en no visitarlo demasiado,” le digo, haciéndome eco la misma advertencia que Damen una vez me hizo. “Summerland es adictiva,” agrego, observando cómo rodea su cuerpo con sus brazos y se encoje, sabiendo que estoy gastando mis palabras ya que es obvio que regresará pronto y tan seguido como pueda. “Entonces, ¿conseguiste todo lo que necesitabas?” Asiento y me apoyo en la puerta del carro, “Y el resto lo recogeré de regreso a casa.” “¿Y estás segura de que estás lista?” me observa, su cara tornándose seria otra vez. “Tú sabes, ¿dejar todo esto? ¿Abandonar a Damen?” Trago fuerte, prefiriendo no pensar en eso. Prefiero mantenerme ocupada, enfocada en mi tarea, hasta que mañana l egue y sea el tiempo de decir adiós. “Porque una vez que algo se ha hecho, no puede ser deshecho.” Me encojo de hombros, mirándola a los ojos cuando digo, “Aparentemente eso no es cierto.” Observo como inclina su cabeza hacia un lado, su cabel o castaño claro flotando sobre su cara antes de

que capturar los mechones atrás de su oreja. “Pero cuando hayas regresado a – bueno, te has dado cuenta que volverás a ser normal. No tendrás acceso a esos conocimientos, estarás completamente ignorante – ¿estás segura que quieres regresar a eso? ” Fijo mi mirada en el suelo, pateando una roca pequeña en lugar de voltear a verla. “Mira no voy a mentir. Todo esto está sucediendo más rápido de lo que esperaba – y esperaba tener más tiempo para – para terminar algunas cosas. Pero finalmente – bueno, pienso que estoy lista.” Me detengo, repitiendo las palabras que acabo de decir, y sabiendo que no transmitían lo que quería decir. “Quiero decir, sé que estoy lista, de hecho, estoy definitivamente lista. Porque al poner todo de vuelta en su lugar, de la forma en que debería ser – bueno – se siente como que es la correcta forma de hacerlo, ¿tú sabes?” E incluso cuando pienso que no es lo que pretendía que ocurriera, mi voz se quiebra al final, haciendo que suene más como una pregunta que como la aseveración que intentaba hacer. Sacudo mi cabeza y digo, “Lo que quise decir era, absolutamente, positivamente y 100% la mejor acción por hacer.” Agregando, “Sino, ¿para qué más se me concedió el acceso a esos archivos?” Ava me ve, su mirada fija, firme. “Además ¿no tienes alguna idea de lo emocionada que estoy de estar con mi familia otra vez?” Ella me agarra, abrazándome fuertemente hacia su pecho, susurrando. “Estoy tan feliz por ti. De verdad. Y aunque creo que te voy a extrañar, estoy honrada porque hayas confiado lo suficiente en mi como para terminar el trabajo.” “No tengo idea de cómo agradecértelo,” murmuro, con un nudo en mi garganta. Me alejo, admirando esta gloriosa noche, en esta encantadora ciudad playera, costándome creer que dejare todo esto. Dándoles la espalda a Sabine, Miles, Haven, Ava – Damen – todos el os – a todo – como si nunca existió. “¿Estas bien?” me pregunta, su voz calmada y gentil intentando interpretar mi expresión. Yo asiento, aclarando mi garganta señalando hacia la pequeña bolsa de papel morado a sus pies, con el nombre de la tienda de MÍSTICOS & RAYOS DE LUNA en letras doradas. “¿Estás segura de que entendiste, respecto a cómo manejar las hierbas? Necesitas mantenerlas en un lugar oscuro y frío, y no debes mezclarlas o agregarlas al – jugo rojo – hasta el último día – el tercer día.” “No te preocupes.” Se ríe “Lo que no está aquí,” recoge la bolsa y la sostiene contra su pecho, “está aquí.” Apunta a su cabeza y sonríe. Yo asiento, parpadeo para evitar que salgan las lágrimas, sabiendo que esto es solo el comienzo de una serie de despedidas. “Mañana pasaré por tu casa y te dejare el resto de las cosas,” le digo. “Solo en caso de que al final lo necesites, pero dudo de que lo necesitarás.” Entonces me subo al carro, arranco el motor, y me alejo. Me dirijo hacia el Océano, sin la agitación de la despedida, sin mirar atrás. Sabiendo que mi única opción ahora es ver hacia el futuro y enfocarme en eso. Después de hacer una parada en la tienda para recoger las demás cosas, l evo las bolsas a mi cuarto y vacío su contenido sobre mí escritorio. Sorteando a través de pilas de aceites y hierbas y velas, hasta l egar a los cristales ya que requerirán de más trabajo. Todos el os necesitando ser programados individualmente de acuerdo a su tipo, antes de ser colocados en la bolsa de seda bordada y dejarlos afuera donde puedan absorber la mayor cantidad de rayos lunares posible, mientras manifiesto un mortero y pistilo (los cuales olvide comprar en la tienda, pero ya que se trata

solamente de una herramienta y no de un ingrediente, creo que estaría bien solo manifestarlo), así puedo pulverizar algunas de las hierbas y hervirlas en algunos recipientes (que también manifesté), antes de mezclarlas todas las demás planchas y minerales y polvos de colores que Lina vertió en pequeños frascos de cristal que cuidadosamente etiquetó. Todos estos necesitando ser completados en 7 pasos precisos, que comienzan a hacer resonar la vasija de cristal que ha sido específicamente sintonizada para vibrar a los 7 chakras para que provea inspiración, percepción más allá del tiempo y el espacio, y una gran cantidad de otras cosas que conectan con lo divino. Y mientras veo el montón de ingredientes apilados ante mí, no puedo evitar sentir una pequeña ola de entusiasmo, a sabiendas de que finalmente todo vendrá junto después de cargas de salidas en falso. Decir que estaba preocupada sobre ser capaz de encontrar todo esto en un lugar era poco. Era una gran y variada lista, Ni siquiera estaba segura si estos artículos existían, lo cual me hacía sentir condenada antes de empezar. Pero Ava me aseguro que Lina no solamente podría tenerlos, sino que también era de confianza. Y mientras aunque todavía no estoy segura de esa última parte, no es como si tuviera algún otro lugar a donde ir. Pero la forma en que Lina mantenía su vista en mí, su mirada estrechada en la mía, mientras el a reunía los polvos e hierbas, comenzaba a ponerme al borde. Y sosteniendo la lista me señala y me dice, “¿Qué es exactamente lo que estás practicando aquí? ¿Es alguna clase de alquimia?” Estaba segura de que había cometido un terrible error. Ava miró hacia mí y justo cuando comenzaba a avanzar hacia mí sacudo mi cabeza y hago el esfuerzo por reírme y decir, “Bueno, si quieres decir alquimia en el sentido de dominar la naturaleza, evitar el caos, extender la vida por una cantidad indeterminada de tiempo” – una definición que recientemente memoricé después de buscar el significado – “entonces no, me temo que mis intenciones no se acercan para nada a eso. Solo estoy tratando con un poco de magia blanca – con la esperanza de lanzar un conjuro que me ayude a pasar los exámenes finales, conseguir una cita para el baile de graduación, y tal vez eliminar mis alergias, las cuales están por alocarse, ya que se acerca la primavera y yo no quiero una nariz que este pegajosa para las fotos, ¿tú sabes?” Cuando veo como eso no ha resultado para convencerla, especialmente la parte de las alergias, añado, “Por lo cual necesito ese cuarzo rosa ya que como sabes, se supone que es para atraer el amor, oh y el turquesa -” Señalo el colgante que usa. “Bueno, tu sabes que es famoso para la curación, y….” Y aunque sé que estoy preparada para continuar, recitando la lista completa de cosas que aprendí hace solo una hora antes, decido cortar ahí y terminar con encogerme de hombros. Desenvuelvo los cristales, teniendo mucho cuidado cada uno en la palma de mi mano, cerrando mis dedos a su alrededor, y capturando una luz bril ante que se reflejaba desde el núcleo, representando el paso más importante, “limpieza y purificación,” que de acuerdo a lo que leí en internet, es la primera etapa de en la programación de las piedras. La segunda etapa es pedirles (en voz alta) absorban la energía poderosa de la luna para que puedan suministrar el servicio natural al que están destinados. “Turquesa” susurro, echando un vistazo a la puerta, asegurándome de que está cerrada, imaginando lo embarazoso que sería si Sabine irrumpiera y me atrapara hablándole a una pila de rocas. “Te pido que sanes, purifiques, y ayudes a equilibrar los chakras como naturalmente estás destinada a hacer.” Después aspiro profundo y cargo a la piedra con la energía de mis intenciones antes de deslizarla dentro de la bolsa y tomo la siguiente, sintiéndome ridícula, pero sabiendo que no tengo otra opción más que continuar. Me muevo hacia el cuarzo rosa, recogiéndolos individualmente y cargándolos con luz blanca, antes de repetir 4 veces por separado, “Podrías traerme amor incondicional y paz infinita.” Deslizándolos cada uno dentro de la bolsa de seda, observando cómo se acomodan alrededor de la turquesa antes de alcanzar la staurolite – una piedra preciosa que se cree se forma del llanto de las hadas, y pidiéndole que provea la sabiduría ancestral, la buena suerte, y ayuda para la conexión con otras dimensiones, antes de dirigirme al gran pedazo de zoisita, y sosteniéndola entre mis dos manos.

Después de limpiarla con energía blanca, cierro mis ojos y susurro, “Por favor transforma todas las energías negativas en positivas, y ayudar en la conexión mística con los otros reinos, y podrías –” “¿Ever? ¿Puedo entrar?” Echo un vistazo hacia la puerta, sabiendo que solo es una pulgada y media (3.81 cm) de separación entre Sabine y yo. Después miro hacia la pila de hierbas, aceites, velas, y polvos, junto con la roca en mi mano a la que estoy hablándole. “Y por favor ayuda en la recuperación, enfermedades, y cualquier otra cosa que hagas” susurro, apenas consiguiendo que las palabras salgan antes de empujarla a la bolsa. Solo que no cabe. “¿Ever?” Empujo la piedra otra vez, tratando de hacerla entrar, pero la entrada es tan pequeña y la piedra demasiado grande para que pueda entrar sin rasgar las costuras. Sabine toco la puerta otra vez, 3 golpes firmes que son para informarme que sabe que estoy aquí, y sabe que estoy haciendo algo, y que su paciencia esta por acabar. Y aunque sé que no tengo tiempo para platicar, no tengo otra opción más que decir “¡Um, solo un segundo!” Forzando a la piedra a entrar mientras corro al balcón y la dejo sobre una mesa pequeña con la mejor vista de la luna, antes de apresurarme a regresar adentro rápidamente cuando Sabine toca otra vez y aprovecho para entrar al cuarto – mirando lo que el a tal vez vea, y sabiendo de que no tengo tiempo para cambiarlo. “¿Ever? ¿Estás bien?” llama, con igualdad de irritación y preocupación. “Si – solo –” Tomo del borde de mi camiseta y le doy un tirón sobre mi cabeza, dándole la espalda a la puerta mientras digo, “Um, puedes entrar ahora – solo estaba –” Y en el momento en el que entra, deslizándome otra vez a donde estaba, fingiendo modestia, no puedo soportar verla hacerse cargo de mi cuando yo no me ha preocupado antes. “Yo – solo me estaba cambiando,” balbuceo, viendo como frunce las cejas al verme, olfateando el aire de los restos de la ol a, alcohol, restos de cigarro, o cualquier cosa que la prevenga su nuevo libro crianza de su hijo adolescente. “Tienes algo en tu –” Señala hacia el frente de mi playera, “Algo – como rojo – bueno – que probablemente no se quitará.” Tuerce su boca hacia un lado mientras bajo mi mirada hacia el frente de mi playera, que esta manchada de rojo e inmediatamente reconociéndola sabiendo que es un rastro del polvo que necesito para el elixir. Y sé que se ha filtrado de la bolsa, cuando veo que se ha derramado por todo mi escritorio y el piso debajo de él. Genial. Como apareció sí se supone que me la acabo de cambiar. Pienso, poniendo mis ojos en blanco mentalmente mientras el a se acerca a mi cama y se sienta en la orilla y cruza sus piernas, su celular en la mano. Y solo necesito un solo vistazo a su aura gris rojiza sabiendo que su mirada de preocupación en su cara tiene menos que ver con mi aparente falta de ropa limpia y más que ver conmigo – mi extraño comportamiento, mi secretismo, mi forma de alimentación – todo lo cual va a dar a algo más siniestro. Y estoy tan concentrada en cómo explicar todas estas cosas que no me di cuenta cuando dijo, “Ever, ¿te saltaste la escuela el día de hoy?” Me congelo, observando cómo mira mi escritorio, fijándose en todo el desastre de hierbas, velas, aceites y minerales y todo ese tipo de cosas raras que no está acostumbrada a ver – al menos no todas agrupadas de esa forma – como si tuvieran un propósito – como si el arreglo no ha sido hecho de forma aleatoria. “Um, si, Tenía dolor de cabeza. Pero no es gran cosa” Me dejo caer sobre el sillón del

escritorio girándolo hacia delante y hacia atrás, esperando que eso lo distraiga de lo que ve. Ella se arroja entre el gran experimento alquímico y yo, y al momento en el que iba a hablar yo digo, “Bueno, quiero decir, que no es gran cosa ahora que ya se me ha quitado. Pero créeme, lo era en ese momento. Tenía una de mis migrañas. ¿Tú sabes cómo me pongo a veces?” Me siento como la peor sobrina del mundo – una ingrata mentirosa – una absurda charlatana insincera. El a no tiene idea de lo afortunada que es al verse librada de mi muy pronto. “Tal vez es porque no estás comiendo lo suficiente.” Señala, quitándose los zapatos de una patada y estudiándome de cerca mientras dice, “Y a pesar de eso, parece que sigues creciendo como la maleza. ¡De hecho estas más alta de lo que estabas hace unos días!” Bajo mi mirada hacia mis tobil os, sorprendida de ver que mis nuevos pantalones manifestados me quedan una pulgada (2.54 cm) más chicos que en la mañana. “¿Por qué no fuiste a la enfermería si no te sentías bien? Tu sabes que no tienes permiso de irte así como así.” Fijo mi mirada en el a, deseando poder decirle que no se preocupe, que no desperdicie otro segundo más preocupándose en eso ya que terminará pronto. Porque por mucho que la vaya a extrañar, no dudo que su vida mejorará. El a se merece algo mejor que esto. Merece algo mejor que yo. Y es bueno saber que pronto tendrá un poco de paz. “El a es una especie de curandero” digo “Una partidaria de la aspirina, y sabes que eso nunca funciona en mí. Solo necesitaba regresar a casa y acostarme por un rato. Es la única cosa que me funciona. Entonces, solamente – me fui.” “¿Y tú?” se inclina hacia mí.”¿Viniste a casa?” y en el momento en el que nuestras miradas se cruzan sé que me está desafiando. Me está probando. “No” señalo, mirando hacia la alfombra mientras agito mi bandera blanca. “Conduje hacia el cañón y yo solo –” Ella me mira, esperando. “Y yo solo me perdí por un rato.” Aspiro profundamente y trago fuerte, sabiendo que es lo más cercano a la verdad de lo que puedo contarle. “Ever, ¿todo esto es por Damen?” Y en el momento en que mis ojos se cruzan con los suyos, no lo aguanto más, y me pongo a l orar. “Oh cielo,” murmura, abriendo sus brazos, mientras me separo de mi sil a y me dejo caer. Todavía desacostumbrada a mis larguiruchas extremidades, soy torpe y casi la golpeo contra el piso. “Perdón” digo. “Yo –” Pero no soy capaz de terminar. Una nueva carga de lágrimas me sobrepasa, y sollozo nuevamente.

Acaricia mi pelo mientras continuo l orando, murmurando, “Se lo mucho que lo extrañas. Se lo difícil que esto debe ser.” Pero al segundo de que lo dice, me alejo. Sintiéndome culpable por actuar como si esto solo fuera por Damen cuando la verdad solo una parte es por él. Y sobre perder a mis amigos – en Laguna y en Oregón. Y sobre perder mi vida – la que construí aquí y aquel a a la que regresaré. Porque aunque es obvio que el os estarán mejor sin mí, y quiero decir todos, inclusive Damen, ni siquiera eso lo hace más sencillo. Pero se tiene que hacer. Realmente no hay opción. Y cuando lo pienso de esa forma, bueno, no me lo hace más sencil o. Porque la verdad es, cualquiera que sea la razón. Se me ha dado una sorprendente oportunidad que solo se da una vez en la vida. Y ahora es tiempo de ir a casa. Solo desearía tener un poco más de tiempo para despedirme. Y al pensar en eso comienzo a llorar nuevamente, Sabine me abraza fuertemente y susurra palabras de aliento, mientras me aferro a el a sostenida en el capul o de sus brazos donde todo se siente a salvo – y cálido – y bien- y seguro. Como si todo fuera a salir bien. Y mientras me acurruco más cerca, mis ojos se cierran, mi cara enterrada en el lugar en donde se unen sus hombros y su cuello, mis labios moviéndose suavemente, silenciosamente, diciendo adiós.

CAPITULO 40 Me levanto temprano. Supongo que como es el último día de mi vida, o al menos el ultimo día de la vida que construí aquí, estoy ansiosa por sacarle todo el jugo. Y aunque estoy segura de que voy a ser recibida con un coro completo de ¡Perdedora! Y los más recientes ¡Bruja!, sabiendo que es la última vez que voy a ser objeto de todo eso maca la diferencia. En el colegio Hillcrest (la escuela a la que estoy regresando), tengo montones de amigos. Lo que hace el presentarse de lunes a viernes mucho más l amativo, sino divertido. Y no recuerdo ni una vez haberme sentido tentada a faltar (como estoy haciendo casi todo el tiempo acá), y no estaba deprimida por no encajar. Y para ser honesta, creo que por eso es que estoy tan ansiosa por volver. Porque además de la emoción obvia de estar con mi familia de nuevo, tener un buen grupo de amigos que me aman y me aceptan, y con los que puedo ser yo misma… hace que la decisión se mucho más fácil. Una decisión que ni siquiera me pondría a considerar si no fuese por Damen. Pero aunque no puedo terminar de creer que no voy a volverlo a ver nunca más… nunca voy a tocar su piel de nuevo, el calor de su mirada, o sentir sus labios sobre los míos… estoy dispuesta a renunciar a todo eso. Si significa reclamar mi vieja yo y volver a mi familia… entonces no hay opción. O sea, Drina me mato para poder tener a Damen para el a. Y Damen me trajo de vuelta así podía tenerme para él. Y por mucho que lo amo, por mucho que todo mi corazón duele ante la perspectiva de no verlo nunca más, sé que el momento en que él me volvió a la vida, él cambio el orden real de las cosas. Haciéndome algo que nunca debí ser. Y ahora es mi trabajo volverlo todo a como estaba. Me paro frente a mi placard y agarro mis jeans más nuevos, un suéter con escote en V, y mis chatitas nuevas… justo como estaba usando en la visión que tuve. Luego paso los dedos por mi pelo, me pongo un poco de lápiz de labios, me pongo los pequeños aritos de diamante que mis padres me regalaron para mi cumpleaños 16 (ya que definitivamente notaran si faltan), junto con el brazalete da cabal os de cristal que Damen me dio que no tiene lugar en la vida a la que regreso, pero no me lo sacare de ninguna forma. Luego tomo la mochila, miro alrededor de mi ridículamente grande cuarto una última vez, y salgo por la puerta. Ansiosa por mirar una última vez a la vida que no siempre disfrute y que seguramente no recuerde, pero aun así necesitando decir algunos adiós y enderezar algunas cosas antes de irme

para siempre. En el segundo que entro en el estacionamiento del colegio, empiezo a buscar a Damen. Tratando de encontrarlo a él, a su auto, cualquier cosa, por pequeña que sea, lo que pueda encontrar. Queriendo ver lo más que pueda de él mientras puedo. Y sintiéndome decepcionada cuando no lo encuentro. Estaciono mi auto y me dirijo hacia las clases, tratando de no hacer conclusiones antes de tiempo o actuar de manera exagerada solo porque no l ego aun. Porque aunque se está convirtiendo en una persona totalmente normal mientras el veneno irrumpe el progreso de cientos de años, por cómo se veía ayer… aun hermoso, aun sexy, y todavía sin envejecer… adivino que el fin no llegara hasta dentro de varios días. Además, sé que él aparecerá eventualmente, o sea, ¿Por qué no lo haría? Es la estrel a indiscutible de aquí. El mas apuesto, el más rico, el que hace las mejores fiestas… o al menos eso es lo que escuche. Prácticamente obtiene una ovación solo por aparecer. Y dime, ¿Quien podría resistirse a eso? Me muevo por entre los estudiantes, mirando a todas las personas con las que nunca hable, y que apenas me hablaron salvo para gritarme algo hiriente. Y aunque estoy segura de que no van a extrañarme, no puedo dejar de preguntarme si alguna vez van a notar siquiera que ya no estoy. O, si todo va a terminar como pienso… vuelvo en el tiempo, el os también, y el tiempo que pase aquí deja de tener importancia en sus vidas. Tomo un largo suspiro y me dirijo a la clase de inglés, esperando ver a Damen con Stacia, pero encontrándola sola en cambio. O sea, el a esta cuchicheando con Honor y Craig como siempre, pero Damen no se encuentra en ningún lado a la vista. Y cuando paso por su lado camino a mi banco, lista para cualquier cosa que el a este por poner en mi camino, pero me encuentro solo con silencio, una sólida negación a siquiera reconocer mi presencia, mucho menos tratar de hacerme caer, lo que me llena de miedo e incomodidad. Y luego de tomar asiento y acomodarme, me paso los siguientes 50 minutos mirando entre el reloj y la puerta, mi ansiedad creciendo con cada momento que pasa. Imaginándome todo tipo de horribles escenarios hasta que la campana suena yo corro hacia el hal . Y para el cuarto periodo cuando él todavía no apareció, estoy por tener un ataque de pánico cuando entro a la hora de historia y Roman desapareció también. “Ever,” Dice el Sr. Muñoz, mientras yo estoy parada junto a él, mirando fijo al asiento vacío de Roman mientras mi estomago se revuelve. “Tienes mucho que hacer para ponerte al día.” Lo miro de reojo sabiendo que quiere discutir mis faltas, mis trabajos sin entregar, y otras cosas irrelevantes que no quiero escuchar. Así que salgo corriendo por la puerta, pasando por las mesas de comedor antes de frenar, respirando aliviada cuando lo veo. O no lo veo a él, pero si a su auto. El BMW negro que él solía apreciar tanto, que ahora tiene una gruesa capa de mugre estacionado en la parte de Prohibido Estacionar. Aún así, a pesar de que está sucio, lo miro como si fuese la cosa más linda que nunca vi. Sabiendo que si su auto esta aquí, entonces el también. Y todo está bien. Y justo cuando estoy pensando que debería moverlo para que no lo multen, una garganta se aclara detrás mío y una voz dice, “Perdón, ¿Pero no deberías estar en clase?” Me giro, mi mirada cruzándose con la del director Buckley cuando digo, “Um, si, pero primero tengo que…” Señalo hacia el auto de Damen como si estuviese haciéndole un favor no solo a un amigo sino también a la escuela. Pero Buckley está menos interesado en las violaciones de estacionamiento que en personas que suelen dejar las clases, como yo. Y todavía enojado por nuestra última confrontación cuando Sabine se hizo cargo de mi caso y cambio de expulsada a suspendida, el se encoje mientras me mira de arriba abajo y dice, “Tienes dos opciones. Puedo llamar a tu tía y pedirle que deje el trabajo para venir aquí, o…” Hace una pausa, tratando de matarme con el suspenso aun cuando no se tiene que ser psíquico para saber a dónde va esto. “O puedo l evarte de nuevo a clase. ¿Cuál prefieres?” Por un momento, estoy tentada de elegir la opción número uno… solo para saber qué es lo que él haría.

Pero al final, me dirijo nuevamente a clase. Sus zapatos golpeando el cemento mientras me l eva por el hal antes de depositarme en la puerta del Sr. Muñoz donde mi mirada se fija en Roman que no solo está ocupando su asiento sino que también menea la cabeza riéndose mientras yo me dirijo al mío. Y aun cuando Muñoz está acostumbrado a mi errático comportamiento ya, él sigue intentando l amarme la atención. Preguntándome todo tipo de preguntas sobre historia, tanto las que estudiamos como las que no. Y mi mente esta tan preocupada con Roman y Damen y mi plan que yo solo respondo de forma robótica, viendo las respuestas que él tiene en la cabeza y repitiéndolas. Así que cuando él dice, “Así que dime Ever, ¿Qué cene ayer por la noche?” Yo automáticamente digo, “Dos porciones de pizza que quedaron y una vaso y medio de Chianti.” Mi mente esta tan concentrada en mis dramas personales que tardo un momento en notar que se ha quedado con la boca abierta. De hecho, todos se han quedado así. Bueno, todos salvo Roman que solo niega con la cabeza y se ríe más alto. Y justo cuando la campana sueña y yo trato de salir al corredor, Muñoz se para frente a mí y dice, “¿Cómo lo haces?” Presiono mis labios juntos y me encojo de hombros mientras hago como que no tengo idea de que está hablando. Aunque está claro que él no lo va a dejar pasar, se lo ha preguntado por semanas. “¿Cómo haces para... saber cosas?” Él dice, sus ojos entrecerrados. “Sobre acontecimientos históricos al azar que nunca estudiamos… ¿sobre mi?” Miro al suelo y tomo un largo respiro, preguntándome si estaría mal tirarle un hueso. O sea, me voy esta noche, y seguramente él ni siquiera recuerde esto, así que ¿Qué daño haría decirle la verdad? “No lo sé,” Me encojo. “No es que yo haga nada. Imágenes e información aparecen en mi cabeza.” Me mira, luchando entre creerme o no. Y sin tener tiempo o ganas de tratar de convencerlo, pero aun así queriendo dejarlo con algo bueno, digo, “Por ejemplo, sé que no deberías darte por vencido con tu libro porque va a ser publicado algún día.” Él toma aire, sus ojos bien abiertos, su expresión entre esperanza y completa incredulidad. Y aún cuando me mata agregarlo, aun cuando la idea me hace querer vomitar, sé que hay algo más que necesita ser dicho, es lo correcto. Además, ¿Qué podría salir mal? O sea, me voy de todas formas, y Sabine se merece salir y divertirse un poco. Y además de su preferencia por bóxers de los Rol ing Stone, las canciones de Bruce Springsteen, y su obsesión con el renacimiento… el parece ser inofensivo. Sin mencionar que no va a l egar a ningún lado ya que la vi volviendo con un hombre que trabaja en su edificio… “Su nombre es Sabine,” Digo, antes de pensarlo dos veces y cambiar de opinión. Luego, viendo la confusión en sus ojos, agrego, “Ya sabes, ¿la rubia pequeña de Starbucks? ¿La que volcó café en tu remera? ¿La chica en la que no puedes dejar de pensar?” Y cuando me mira, es obvio que se quedo sin palabras. Y queriendo dejarlo así, junto mis cosas y me dirijo a la puerta, mirando por sobre mi hombro para decir, “Y no deberías tener miedo de hablar con ella. De verdad. Sólo toma valor y háblale de una vez por todas. Te vas a dar cuenta de que es realmente buena.”

CAPITULO 41

Cuando salgo de la habitación, medio espero para encontrarme a Roman esperando por mí con ese mismo destello insultante en sus ojos. Pero no es él. Y cuando llego a la mesa del almuerzo, se por qué. El está actuando, orquestando a todos alrededor de él, dirigiendo cada cosa que el os dicen y hacen – como el líder de la orquesta, como un maestro titiritero, como el cabecilla de las funciones de circos. Y así como un rastro de algo toca quisquil osamente la parte de atrás de mi mente, así como una percepción muy eficaz empieza a tomar forma - lo veo. Damen. El amor de todas y cada una de mis vidas, tropezando ahora hacia la mesa del almuerzo, tan inestable, tan despeinado y demacrado, no hay duda de que las cosas han avanzado de una manera alarmante. Nos estamos quedando sin tiempo. Y cuando Stacia da vuelta, hace una cara, y silba, “Simplón” estoy tan sorprendida de comprender que la burla no es para mí. Es para Damen. Y en cuestión de segundos, la escuela entera se une. Todas las burlas que una vez fueron reservadas para mí ahora son para él. Echo un vistazo hacia Miles y Haven, viendo como ellos suman sus voces al coro, entonces me apresuro hacia Damen, alarmada al encontrar su piel tan húmeda y fría. Aquel os pómulos altos de una vez ahora alarmantemente descarnados, y aquel os ojos de un profundo oscuro que una vez mantuvieron tal promesa y calidez, ahora llorosos y lagañosos y apenas capaces de enfocar. Y aun cuando sus labios están demasiados secos y resquebrajados, todavía siento un innegable anhelo de presionar los míos contra el os. Porque no importa que apariencia tenga, no importa cuánto cambio, el sigue siendo Damen. Mi Damen, joven o viejo, sano o enfermo, no tiene importancia. El es el único por quien realmente me he preocupado – y el único a quien alguna vez he amado – y nada que Roman o alguien más haga puede cambiar eso. “Oye” susurro, mi voz quebrándose cuando mis ojos se l enan de lagrimas. Terminado las burlas chil onas que nos rodean mientras me enfoco únicamente en el. Odiándome por dar mi espalda lo bastante para permitir que esto pasara, sabiendo que él nunca hubiera dejado que esto me pasara. El da vuelta hacia a mí, sus ojos tratando de enfocar, y justo cuando creo que he captado un vislumbre de reconocimiento – este se ha ido tan rápido que estoy segura que me lo imagine. “Salgamos de aquí,” digo, tirando de su manga, tratando de l evarlo junto a mí. “¿Qué dices si nos escapamos?” sonrió, esperando recordarle nuestra rutina habitual del viernes. Simplemente llegando hasta la puerta, cuando Roman aparece. “¿Por qué te molestas?” dice él, sus brazos cruzados, y la cabeza inclinada hacia un lado, dejando su tatuaje de Ouroboros centel ar y a la vista. Agarro el brazo de Damen y estrecho la mirada, decidida a pasar a Roman como sea necesario. “En serio, Ever.” El sacude su cabeza, echando un vistazo de Damen a mí. “¿Por qué pierdes tu tiempo? El es viejo, débil, prácticamente decrepito, y, lamento decirlo, pero como se ven las cosas, no durara mucho en esta tierra. ¿Seguramente no estarás planeando gastar tu dulce néctar en este dinosaurio?” El me mira, con sus ojos azules ardiendo, labios curvándose, mirando la mesa del almuerzo justo cuando el chil ido de insultos golpea el otro nivel. Y simplemente así lo sé. La idea que me ha estado dando codazos, husmeando el filo, y tratando de l amar ni atención, se ha escuchado finalmente. Y aunque no estoy segura de si tengo razón, y sabiendo que no tendré más

remedio sino andar furtivamente sobre la vergüenza si estoy equivocada. Recorro la muchedumbre, mis ojos moviéndose de Miles a Haven a Stacia a Honor a Craig a cada uno de los chicos quienes hacen todo de manera superficial o mecánica, haciendo lo mismo, imitando lo que todos – los demás hace o dicen, sin detenerse ni una vez a preguntar, sin preguntar ni una vez por qué. Luego respiro profundo, cierro mis ojos, y centro toda mi energía en el os cuando grito: “¡¡¡DESPIERTA!!!”. Luego estoy parada allí, demasiado avergonzada para mirar ahora que todas sus burlas han pasado de Damen a mí. Pero no puedo dejar de detenerme, se que Roman está l evando a cabo alguna clase de hipnosis en masa, poniéndolos en alguna especie de trance estúpido donde todos hacen su voluntad. “Ever, por favor. Sálvate a ti misma mientras aun puedas” Roman ríe. “Ni siquiera puedo ayudarte si insistes en continuar.” Pero no lo escucho – no puedo escuchar. Tengo que encontrar una manera de detenerlo – ¡de detenerlos! ¡Tengo que encontrar una manera de despertarlos a todos, sacarlos fuera de esto!* ¡Lo tengo!* ¡Eso es! Solo tengo que chasquear mis dedos y – respiro profundo, cierro mis ojos, y grito lo más fuerte que puedo: ¡ACABAR CON TODO ESTO! Lo que solo resulta en mis compañeros ir más salvajes, su ridículo estruendo – se eleva al siguiente nivel mientras una gran cantidad de sodas son lanzadas a mi cabeza. Roman suspira, mirándome cuando dice, “Ever, en serio. Insisto. ¡Tienes que detener esta locura, ahora! ¡Estas haciéndote una necia sangrienta de ti misma si piensas que eso va a funcionar! ¿Qué vas a hacer después? ¿Abofetear a todos sus mejillas?” Parada al í, mi respiración entra en pequeños jadeos cortos, sabiendo que no estoy equivocada, a pesar de lo que él dice. Estoy segura de que los tiene hechizados, capturada sus mentes por alguna especie de trance – y luego recuerdo este viejo documental que una vez vi en tv, donde el hipnotizador no trajo al paciente de vuelta por alguna bofeteada, o chasquear los dedos sino por aplaudir a la cuenta de tres. Respiro profundamente, viendo como mis compañeros de clase suben enciman de las mesas y bancos, el mejor lugar para tirarme su comida no consumida. Y sé que esta es mi última oportunidad, que si esto no funciona – bueno – no sé lo que haré. Así que cierro mis ojos y grito: “¡DESPIERTEN!” Luego cuento de tres a uno y aplaudo con mis manos dos veces al final. Y luego Y luego – nada. La escuela entera se queda cal ada mientras el os vuelven en si lentamente. Frotan sus ojos, parpadean, bostezan, y se estiran como si despertaran de una siesta muy larga, mirando alrededor la confusión, preguntándose porque están encima de la mesa con las mismas personas que una vez consideraron como frikis. Craig es el primero en reaccionar, encontrándose tan cerca de Miles, sus hombros prácticamente tocándose, el se aparta tan lejos como puede. Tranquilizándose con la compañía de sus amigos deportistas, recuperando su masculinidad con un puñetazo en el brazo. Y cuando mira a Haven con sus palitos de zanahoria lo hace con una mirada de aversión absoluta, que no puedo dejar de sonreír, sabiendo que la gran familia feliz regresa a habitual rutina de insultos, hacer rodar los ojos, y despreciándose los unos a otros en defensa de sus habituales grupos exclusivos, retornando al mundo donde la antipatía y el odio aun gobiernan. Mi escuela regresa a la normalidad de nuevo. Doy vuelta hacia la puerta, preparada para hacer a un lado Roman, pero el ya se ha ido. Así que agarro a Damen mas firme, llevándolo fácilmente al otro lado del estacionamiento a mi auto donde Miles y Haven, los dos mejores amigos que he extraño tanto y que nunca veré de nuevo, como

imitan a los demás. “¿Chicos, ustedes saben que los quiero, verdad?” Echo un vistazo entre el os, sabiendo que el os estarán desconcertados, pero tiene que ser dicho. Ellos se miran unos a otros, intercambiando una mirada de alarma, ambos preguntándose que podría haberle pasado posiblemente a la chica que una vez denominaron como la Reina de Hielo. “Um, de acuerdo…” dice Haven, sacudiendo su cabeza. Pero solo rio, y los agarro a ambos llevándolos hacia mí, apretándolos fuertemente cuando susurro a Miles, “hagas lo que hagas no dejes de actuar o cantar, eso te llevara” me detengo, preguntándome si debo decirle que acabo de ver un destel o de luces bril antes y Broadway, pero no queriendo privarle del viaje por siempre mirar más al á. Le digo, “Eso te traerá gran felicidad” Y antes de que incluso el pueda responder, me doy vuelta hacia Haven, sabiendo que tengo que terminar con esto rápido, y así poder l evar a Damen donde Ava, sino decidida a encontrar una manera de hacerle ver la importancia de quererse más, para dejar de perderse a sí misma en otros, y ese Josh vale la pena conservarlo independientemente del tiempo que dure. “Tú vales mucho,” le digo. “Tienes tanto para dar – simplemente me gustaría que pudieras ver como tu estrella luminosa realmente bril a.” “Um, bromeas!” dice el a, riéndose cuando se libera de mi agarre, “¿Estás bien?” mirando de reojo entre Damen y yo, “¿Y que pasa con él? ¿Por qué esta todo caquis bajo así?” Sacudo mi cabeza y subo adentro, no teniendo tiempo que perder. Y cuando me echo atrás a mi espacio, miro por la ventana y digo, “Hey, chicos, ¿saben donde vive Roman?”

CAPITULO 42 Jamás imaginé que estaría agradecida por mi súbita racha de crecimiento y desarrol ados músculos, pero es por mi nuevo tamaño y fuerza (sin mencionar la escualidez de Damen) que yo prácticamente lo cargo todo el camino desde mi auto hasta la puerta frontal de Ava en solo uno cuantos pasos. Mientras golpeo la puerta de Ava, sostengo su cuerpo y estoy totalmente preparada para tumbar la puerta si es necesario, pero luego estoy aliviada cuando el a contesta y nos invita a entrar. Me dirijo al pasillo con Damen a mi lado dando traspiés, me detengo frente a la puerta de añil y miro boquiabierta a Ava cuando esta duda en abrirla. “Si tu habitación es tan sagrada y pura como tú crees que es, entonces ¿no crees que eso ayudará a Damen? ¿No crees que necesita toda la energía positiva que pueda tomar?” Le digo, sabiendo que el a tiene conflictos en dejar entrar la energía “contaminada” de un hombre enfermo y moribundo, lo cual es tan ridículo que ni si quiera sé por dónde comenzar. Ella me mira, sosteniendo mi mirada por más tiempo del que mi disminuida paciencia preferiría y cuando finalmente se da por vencida, yo me apresuro a entrar, dejándola atrás, acomodo a Damen en el futón de la esquina y cubro su cuerpo con una manta de lana que hay allí cerca. “El jugo está en mi baúl, junto con el antídoto,” le digo a Ava, mientras le aviento las llaves. “El jugo no estará listo hasta dentro de dos días, pero él se pondrá mejor esta noche, cuando salga la luna llena y el antídoto esté listo. Luego le podrás dar el jugo más tarde, para así ayudar a recuperar su fuerza. Aunque él probablemente ni lo necesite porque de todas maneras todo regresará al principio.

Pero de todas maneras, por si acaso.” Yo asiento con la cabeza, deseando poder sentirme la mitad de segura de lo que aparento. “¿Estas segura de que esto va a funcionar?” Ella pregunta mientras observa como yo saco de mi bolso la última botel a de elixir. “Tiene que funcionar.” Yo miro a Damen, tan pálido, tan débil, tan… viejo. Pero aún así, él sigue siendo Damen. Todavía siguen presente trazos de su increíble belleza, estropeados levemente por la aceleración de los años, dejando como resultado su pelo plateado, su piel casi translúcida y una línea de arrugas rodeando sus ojos. “Es nuestra única esperanza,” añado, apartándola con la mano mientras me arrodil o y la puerta se cierra detrás de mí, mientras suavemente aparto el cabel o de su cara y con delicadeza lo obligo a beber. Al principio él se niega, moviendo su cabeza de un lado a otro y manteniendo su boca firmemente cerrada, pero cuando queda claro que yo no me voy a dar por vencida, él cede permitiendo que el líquido fluya por su garganta, mientras su piel recobra el color y el calor. Y cuando el termina la botella, me mira con tanto amor y reverencia, que yo me lleno de emoción por solo saber que él ha regresado. “Te extrañé,” murmuro, asintiendo, pestañeando y tragando con dificultad. Mi corazón está repleto de anhelo, mientras presiono mis labios contra su mejilla. Todas las emociones que me he esforzado tanto en aguantar durante todo este tiempo, ahora se apresuran por salir a flote, rebosando alrededor mientras lo beso una y otra vez. “Vas a estar bien,” le digo. “Muy pronto volverás a ser lo que eras.” Y mi repentina oleada de felicidad se termina como un globo explotado mientras su mirada se vuelve sombría y me mira directo a la cara. “Me dejaste,” él susurra. Yo digo que no con la cabeza, queriendo que él sepa que no es cierto. Yo nunca lo dejé. Él me dejó. Pero no era su culpa y lo perdono. Le perdono por todo lo que alguna vez hizo, o dijo, aún cuando ya es muy tarde, aún cuando ya en realidad no importa. Pero en lugar de eso digo, “No. No te dejé. Has estado enfermo. Muy enfermo. Pero ya todo terminó y pronto estarás mejor. Solo tienes que prometerme que beberás el antídoto cuando-” Cuando Ava te lo dé. Esas son las palabras que no puedo soportar. No las diré. No quiero que él sepa que este es nuestro último momento juntos. Nuestro último adiós. “Todo lo que necesitas saber es que estarás bien. Pero tienes que tener cuidado con Roman. Él no es tu amigo. Él es malvado. Está intentando matarte. Así que tienes que recobrar tu fuerza para poder vencerlo.” Yo presiono mis labios contra su frente y sus mejillas, incapaz de detenerme hasta que he cubierto toda su cara con mis besos y saboreo mis propias lágrimas saladas en la curva de sus labios, mientras aspiro su aliento, intentando grabar su olor, su sabor, la sensación de su piel. Quiero llevar su memoria a donde quiera que vaya. Pero aún así, luego de que le digo que lo amo, luego de que me acuesto a su lado, lo acomodo en mis brazos y presiono su cuerpo contra el mío. Luego de que me quedo así durante varias horas, acostada a su lado mientras él duerme. Aún cuando cierro mis ojos y me concentro en mezclar mi energía con la de él, intentando curarlo con mi amor, mi esencia, mi ser; intentando dejar grabada en él una pequeña parte de mi. Aún después de todo eso, al momento de irme, él lo dice otra vez.

Una acusación dirigida hacia mí, desde su estado soñoliento. “Me dejaste.” Y no es hasta que digo mi último adiós y cierro la puerta detrás de mí, que comprendo que él no se refiere al pasado. Él esta profetizando nuestro futuro.

CAPITULO 43 Me dirijo por el vestíbulo y a la cocina, mi corazón pesado, mis piernas de madera, y cada paso lejos de Damen solo lo hace peor. “¿Estas bien?” pregunta Ava, parada al pie de la estufa, preparando algo de té. Como si todas esas horas simplemente no pasaran. Sacudo mi cabeza, y me apoyo contra la pared, insegura de como responder, incapaz de hablar. Porque la verdad es que, bien es seguramente lo último que siento. Vacía, hueca, perdida, horrible, deprimida – si. Pero ¿Bien? No mucho. Pero eso es porque soy una criminal, una traidora. Soy la peor persona que podrías encontrarte alguna vez en la vida. Todas las veces que intento imaginar esa escena, intento imaginarme como sería mi último momento con Damen, nunca pensé que esto alguna vez acabaría así. Nunca pensé alguna vez que me encontraría culpable. Aun cuando ciertamente merezca serlo. “No tienes mucho tiempo,” el a mira el reloj en la pared, luego a mí. “¿Quieres un poco de té antes de irte?” Sacudo mi cabeza, sabiendo que todavía tengo algunas cosas para decirle, y algunas paradas más por hacer entes de irme para bien. “¿Así que ya sabes qué hacer?” pregunto, viéndola asentir cuando el a l eva su tasa a sus labios. “Porque estoy confiando en ti, Ava. Si esto no funciona de la manera en que pienso, si lo único que regresa soy yo, entonces tu eres mi única esperanza.” Mi mirada se cierne sobre la suya, necesitando que el a entienda exactamente qué tan serio es todo esto. “Tienes que cuidar de Damen, él es – él no se merece nada de esto, y-” mi voz se quiebra cuando presiono mis labios y aparto mi mirada. Sabiendo que tengo que seguir adelante, que hay todavía más para decir, pero necesitando un tiempo antes de que pueda seguir. “Y ten cuidado con Roman. El es guapo y encantador, pero todo es una fachada. En el interior, el es malo, el intento matar a Damen, el es el responsable de lo que se convirtió.” “No te preocupes,” el a se acerca a mí. “No te preocupes por nada. Tengo las cosas fuera de tu camino, el antídoto esta en el armario, el jugo esta – fermentándose, y le agregare las hierbas al tercer día como tu dijiste. No es que aun lo necesitemos, ya que estoy segura que todo irá exactamente lo planeado.” La miro, viendo la sinceridad en sus ojos, tranquila de que al menos sea capaz de dejar las cosas en sus competentes manos. “Así que apenas aterrices en Summerland, yo me ocupare del resto,” dice ella, l

evándome a sus brazos y abrazándome fuertemente contra su pecho. “¿Y quién sabe? ¿Tal vez algún día te encuentres en Laguna Beach y nos encontremos de nuevo?” Ella ríe cuando lo dice y desearía poder reír junto con el a. Pero no puedo, lo extraño de decir adiós es que nunca se hace fácil. Me aparto, asintiendo en lugar de palabras, sabiendo que decir algo más me hará completamente más daño. Apenas me las arreglo para dejar salir un “Gracias” antes de que ya este en la puerta. “No tienes nada que agradecerme,” dice el a, siguiéndome por detrás. “Pero, Ever, ¿estás segura de que no quieres echar una ojeada a Damen, solo por última vez?” Doy vuelta, mi mano sobre la manija de la puerta, considerando, pero solo por un momento antes de respirar profundamente y negar con mi cabeza. Sabiendo que es inútil prolongar lo inevitable y acercándome a mi auto. “Además, no tengo mucho tiempo. Hay todavía una última parada que tengo que hacer.”

CAPITULO 44 Entro a la calle de Roman, me estaciono frente a su casa, me apresuro hacia su puerta y la derribo de una patada, mientras observo como la madera se agrieta y se hace astil as mientras se deshace de sus goznes y se tambalea abierta ante mí y espero poder atraparlo por sorpresa para poder golpear todos sus chacras y terminar con él de una buena vez. Entro sigilosamente mientras mis ojos registran todo mi alrededor, reparando en las paredes de color cáscara de huevo, jarrones de cerámica l enos de flores de seda, copias enormes de The Starry Night de Van Gogh, The Kiss de Gustav Klimt y una enorme réplica de The Birth of Venus de Botticel i enmarcada en oro y colgada justo sobre la mesa. Todo el o aparentando tanta normalidad, que no puedo evitar dudar si he entrado en la casa equivocada. Yo esperaba ver una casa polvorienta con una decoración post-apocalíptica, con sil ones de cuero negro, mesas cromadas, muchos espejos y arte confuso. Algo con mucho brillo y bohemio, cualquier cosa menos este alborotado palacio; es imposible imaginar que alguien como Roman vive aquí. Recorro la casa, verificando cada habitación, cada armario, incluso bajo las camas. Pero cuando es claro que él no está en la casa, me dirijo directo a su cocina, encuentro su suministro de jugo inmortal y los vacío en el fregadero. Sé que es infantil, inútil y probablemente no haga ni la más mínima diferencia porque al momento que regrese al pasado todo también ira en reversa, pero si esto le causa un poco de inconveniencia, al menos él sabrá que esa inconveniencia la causé yo. Luego rebusco en sus gavetas hasta encontrar un pedazo de papel y bolígrafo porque necesito hacer una lista de todas las cosas que no me puedo dar el lujo de olvidar. Una simple lista de instrucciones que no sean muy confusas para alguien que probablemente no recuerde lo que signifique y aún así sea lo suficientemente claro y conciso para evitar que yo repita otra vez los mismos errores. Así que escribo: 1. ¡No regreses por la sudadera! 2. ¡No confíes en Drina! 3. Sin importar qué pase, ¡no regreses por la sudadera! Y luego, para no olvidarlo por completo y deseando que esto pueda traer algún tipo de recuerdo, añado: 4. Damen Después de verificar una vez (y otra más), asegurándome de que todo esté ahí y no se ha quedado nada, lo doblo en un cuadrado, lo guardo en mi bolsil o y me dirijo a la ventana para mirar al cielo

sin sol que se ha vuelto de un azul oscuro con la luna l ena colgando a un lado. Luego, sabiendo que ya es hora, respiro profundamente y me dirijo al feo sofá de estampado floral. Cierro mis ojos y extiendo mi mano hacia la luz, deseando sentir por última vez ese glorioso resplandor mientras aterrizo en la suave grama de ese vasto y fragante campo. Auxiliada por su flotabilidad y rebote, voy corriendo, saltando y girando a través del prado, haciendo piruetas mientras las puntas de mis dedos rozan las gloriosas flores de pétalos pulsantes y delicioso y dulce aroma, mientras me abro camino entre los vibrantes árboles que bordean el colorido arroyo. Estoy determinada a memorizarme cada detal e y deseo que haya alguna manera de capturar este increíble sentimiento y mantenerlo por siempre. Y luego, porque tengo un poco de tiempo, porque necesito verlo una vez más y necesito estar con él de la manera en que solíamos estar, cierro mis ojos y manifiesto a Damen. Y lo veo como la primera vez que él se apreció ante mí en el estacionamiento de la escuela, con su lustroso y oscuro cabel o que casi le l egaba a los hombros y se ondulaba alrededor de sus mejillas, esos ojos almendrados tan profundos, oscuros y, incluso en aquel tiempo, extrañamente familiares. ¡Y esos labios! Esos seductores labios con forma de arco de Cupido, seguidos de un largo, delgado y muscular cuerpo que lo sostenía todo. Mi recuerdo es tan potente, tan tangible, que cada matiz, cada poro está presente. Y cuando abro mis ojos, él esta ante mi haciendo una reverencia, ofreciendo su mano para nuestro último baile. Así que pongo mi mano en la suya mientras el pone su brazo alrededor de mi cintura y me dirige a través de ese glorioso campo en una serie de anchos y amplios arcos, mientras nuestros cuerpos se bambolean y nuestros pies flotan al compás de una melodía que solo nosotros dos escuchamos. Y cada vez que él comienza a resbalar de mis manos, yo cierro mis ojos y lo creo otra vez, resumiendo nuestros pasos sin flaquear. Como el Conde Fersen y María, Albert y Victoria, Antonio y Cleopatra, somos los amantes más grandes del mundo. Somos todas las parejas que alguna vez fuimos y escondo mi rostro en el cálido y dulce arco de su cuel o, reacia a dejar que nuestra canción termine. Pero aunque en Summerland no existe el tiempo, allí es a dónde voy. Así que recorro con mis dedos los planos de su rostro, memorizando la suavidad de su piel, la curva de su mandíbula y el grosor de sus labios mientras los presiono contra los míos, convenciéndome de que es él de verdad. Incluso después de que se ha desvanecido he ido. ... Al momento de que salgo del campo, me encuentro con Romy y Rayne esperando justo al final y por la apariencia de sus rostros, sé que han estado observando. “Se te está acabando el tiempo,” dice Rayne, mirándome con esos ojos del tamaño de un plato que nunca dejan de ponerme los nervios de punta. Pero yo solo muevo la cabeza y continúo caminando, molesta por saber que el as han estado espiándome y cansada de que sigan entrometiéndose. “Lo tengo todo listo,” digo, mirándolas sobre mi hombro. “Así que siéntanse libres de-” pero me detengo, sin tener ninguna idea de qué el as hacen cuando no me están fastidiando. Así que levanto mis hombros y lo dejo así, sabiendo que lo que sea que ellas tramen, ya no es de mi incumbencia. Ellas corren a mi lado, mirándose una a la otra y comunicándose en su privado lenguaje de gemelas antes de decir, “Algo no está bien.” El as me miran detenidamente, apurándome a escuchar. “Algo se siente terriblemente mal.” Sus voces se mezclan en perfecta armonía. Pero yo solo me encojo de hombros, no me interesa descifrar su código, y cuando veo ante mí esas escalinatas de mármol, me adelanto con prisa y observo las estructuras más hermosas del mundo antes de apresurarme a entrar. Mientras las voces de las gemelas se silencian al cerrarse las puertas tras de mí, me detengo en la gran entrada con los ojos cerrados y espero que no se me niegue el paso como la última vez. Deseo poder volver al pasado y pienso: Estoy lista. Estoy realmente y

honestamente lista. Por favor, déjenme regresar. Déjenme regresar a Eugene, Oregón. Déjenme volver con mi papá, mi mamá y Riley y Buttercup. Por favor, déjenme volver… y arreglar todo… Y lo próximo que sé, es que un pasil o corto aparece y me dirige hacia una habitación que esta al final. Una habitación que está vacía, excepto por un taburete y un escritorio. Pero no es cualquier escritorio, este es uno de esos escritorios largos de metal, como los que usaban en el laboratorio de química de mi vieja escuela y mientras me deslizo en la silla, un enorme globo de cristal levita ante mí, parpadeando y destel ando hasta que se estabiliza en una imagen de mi sentada en este mismo escritorio de metal, trabajando en un examen de ciencias. Y, aunque es una escena que jamás escogería para repetir, sé que esta es mi única oportunidad para volver. Así que respiro profundamente, presiono mi dedo contra la pantal a y lanzo un grito ahogado cuando todo mi alrededor se torna negro.

CAPITULO 45 “O – dios mío. He reprobado totalmente este,” Rachel gime, lanzando su cabel o ondulado sobre su hombro y poniendo sus ojos en blanco, “Quiero decir, apenas si estudie anoche. De verdad. Además estuve despierta hasta tarde mandando mensajes de texto –” El a me mira, sus ojos muy abiertos mientras sacude su cabeza. “De todos modos. Todo lo que necesitas saber es que mi vida como la conocías se acabó. Entonces mírame bien porque una vez que las calificaciones se publiquen y mis padres se enteren, estaré castigada de por vida. Lo que quiere decir que esto sea lo último que verás de mí.” “Por favor.” Pongo mis ojos en blanco. “Si alguien reprobó, ambas sabemos que fui yo. ¡He estado perdida en esta clase todo el año! Y no es como si fuera a ser científica o algo así. No es como si fuera a utilizar esa información.” Me detengo cercas de su casil ero mientras el a lo abre y avienta una pila de libros adentro. “Solo estoy agradecida de que se acabo y que las calificaciones no saldrán hasta la próxima semana. Lo que significa que mejor disfruto mientras puedo. Y hablando de – ¿Cómo a qué hora paso por tu casa hoy en la noche?” me pregunta, alzando las cejas tan alto que quedan ocultas bajo su flequil o. Mueve mi cabeza suspirando, dándome cuenta que no le he dicho todavía y que se va a enojar. “Sobre eso…” Camino junto a el a mientras nos dirigimos al estacionamiento, metiendo mi cabel o rubio detrás de mis orejas mientras digo, “Hubo un pequeño cambio de planes. Mi mamá y mi papá van salir y se supone que debo cuidar de Riley.” “¿Cómo es ese pequeño cambio de planes?” Rachel se detiene cercas del estacionamiento sus ojos escaneando las filas de carros, determinada a ver quien sube con quien. “Bueno, pensaba que tal vez después de que el a se fuera a dormir, tú podrías venir y –” Me detengo, no molestándome en terminar ya que el a no me está escuchando. Al segundo en que mencione a mi hermana menor, la perdí. Rachel, quien es hija única y

nunca fantaseó con tener un hermano o hermana. Compartir el foco de atención, no es lo suyo. “Olvídalo,” dice “Gente pequeña, tiene dedos pegajosos y orejas grandes, no puedes confiar en el os. ¿Qué tal mañana?” Sacudo mi cabeza “No puedo. Es día familiar. Todos iremos al lago.” “Comprendo” asiente con la cabeza. “Ese es exactamente el tipo de cosas con las que no tienes que tratar cuando tus padres están separados. En mi casa, el día familiar es cuando todos nos reunimos en la corte para pelear por el pago del cheque de manutención.” “No sabes lo afortunada que eres,” le digo, arrepintiéndome de la broma al segundo de que la dije. No solo porque es una completa mentira, es porque algo de eso me deja sintiéndome muy triste y culpable y desearía no haberlo dicho. Pero no es como si Rachel me hubiera escuchado de cualquier forma. Esta demasiado ocupado tratando de obtener la atención de la fascinante Shayla Sparks, quien es la alumna más popular del último año que camina por los pasil os de la escuela. Agitando frenéticamente y se detiene antes de saltar arriba y abajo como una groupie, tratando de obtener la atención de Shayla mientras el a sube a su escarabajo VW azul cielo rodeada de todos sus amigos populares. Después baja su mano pretendiendo rascarse la oreja, cuando me doy cuenta de que no está ni un poquito avergonzada de que Shayla no la reconozca. “Créeme ese carro no es tan grandioso,” digo, checando mi reloj y mirando alrededor del estacionamiento, preguntándome donde esta Brandon ya que debería estar aquí. “El Miata se maneja mejor.” “¿Disculpa?” Rachel me alcanza, su ceño fruncido en completa incredulidad. “¿Desde cuando has manejado uno?” Bizqueo escuchando las palabras repetidas en mi cabeza y sin tener idea porque las dije. “Um, No lo he hecho.” Me encojo de hombros. “Yo – supongo que lo leí en alguna parte.” Ella me mira, sus ojos se entrecierran mientras se deslizan por mi vestimenta, mirando mi Jersey negro en cuel o V bajando hasta mis jeans que se arrastran por el piso. “Y de dónde sacaste esto?” el a toma mi muñeca. “Por favor. Lo has visto un mil ón de veces. Lo obtuve la última navidad,” le digo, tratando de zafarme de su agarre mientras Brandon se dirige hacia mí, pensando en lo lindo que luce, cuando su cabel o cae sobre sus ojos. “¡El reloj no tonta, esto!” dice golpeteando el brazalete que esta junto al reloj, el que tiene herraduras de plata con incrustaciones de cristal rosa – el que no me es ni un poquito familiar y hace que mi estomago se sienta raro cuando lo veo. “Yo – yo no lo sé,” murmuro, haciendo una mueca cuando veo que el a me observa con la boca abierta como si fuera posible que no lo notara. “Quiero decir, Creo que mi tía tal vez me lo envío, tu sabes, de la que te conté, la que vive en Laguna Beach –”

“¿La que vive en Laguna Beach?” pregunta Brandon, deslizando sus brazos alrededor de mi, mientras Rachel lanza miradas entre nosotros, desviando su mirada cuando él se inclina para besarme. Pero algo sobre cómo se sienten sus labios sobre los míos es muy extraño e inquietante, así que rápidamente me alejo. “Llegaron por mí” Rachel dice, corriendo hacia la SUV (vehículo todo terreno) de su mamá y l amando sobre su hombro para decir, “Hazme saber si algo cambia – ¿tú sabes, sobre hoy?” Brando voltea hacia mí, apretándome fuertemente contra él hasta que casi estoy fusionada con su pecho, lo cual solo hace que mi estomago se sienta extraño otra vez. “¿Sí cambia qué?” pregunta, ajeno a la forma en que me retuerzo entre sus brazos, ignorante de mi repentina falta de interés, lo cual es un alivio ya que no tengo ni idea de cómo explicarlo. “Oh, el a quiere ir a la fiesta de Jaden, pero estoy programada como niñera,” le digo, dirigiéndome hacia su Jeep y dejando mi bolsa en el piso bajo mis pies. “¿Quieres que pase por ahí?” sonríe. “¿Tú sabes, en caso de que necesites ayuda?” “¡No!” digo, muy forzado, muy rápido. Sabiendo que necesito retractarme rápido cuando veo su mirada en su cara. “Quiero decir, Riley siempre esta despierta hasta tarde, entonces probablemente no sea una buena idea.” El me mira, observándome como si el también lo sintiera, eso que se cierne sobre nosotros y que no se puede identificar, haciendo que todo se sienta endemoniadamente extraño. Después el solo se encoge y continúa hacia el camino. Escogiendo manejar en silencio el resto del camino. O al menos él y yo estamos callados. Su estéreo a todo volumen. Y aunque pienso que eso generalmente me vuelve loca, hoy, estoy agradecida. Prefiero enfocarme en música de mierd…, que en el hecho de que no quiero besarlo. Lo veo, realmente lo veo en la forma en que no lo había hecho desde que me a costumbre a nosotros como pareja. Deteniéndome de golpe en sus grandes ojos verdes con un ligero toque noruego haciéndolo imposible de resistirse – excepto hoy. Hoy es fácil. Y cuando recuerdo como justo ayer estaba cubriendo mi cuaderno con su nombre, bueno, no tiene ningún sentido. Gira, me cacha observándolo y sonríe mientras toma mi mano. Entrelazando sus dedos con los míos apretándolos en una forma que hace que mi estomago se revuelva. Pero me forzó a devolvérselo, ambos la sonrisa y el apretón, sabiendo que es lo que se espera, lo que una buena novia hace. Después miro por la ventana, controlando las nauseas mientras admiro el paisaje, la l uvia empapando las cal es, las casas de madera, los pinos, feliz de estar en casa pronto. “¿Entonces, esta noche?”, todo en silencio mientras él se inclina hacia mí y me ve de la forma en que él lo hace. Pero yo solo junto mis labios y busco mi bolsa, sosteniéndola contra mi pecho como un escudo, una defensa solida para mantenerlo alejado. “Te enviare un mensaje de texto,” refunfuño, evadiendo su mirada, mientras hecho un vistazo por mi ventana, viendo a mi vecino con su hija jugando a atrapar la bola, mientras busco la manija de la puerta, desesperada por alejarme de él e ir hacia mi cuarto. Y justo cuando abro la puerta y saco una pierna fuera, “¿No estás olvidando algo?”

“Miro abajo hacia mi mochila, sabiendo que es todo lo que traje, pero cuando lo veo, me doy cuenta de que no se refiere a eso. Y sé que solo hay una forma de salir de esto sin despertar ninguna otra sospecha de él o mía, me inclino hacia él, cerrando mis ojos mientras presiono mis labios contra los de él, encontrándolos objetivamente suaves, dóciles, pero básicamente neutrales, sin ninguna chispa usual.” “Yo – um, te veré más tarde” digo entre dientes, esperando salir de su Jeep y limpiarme la boca con la manga cuanto antes mejor. Corro adentro yendo directamente hacia mi guarida, cuando soy bloqueada por una batería de plástico, una guitarra sin cuerdas, y un pequeño micrófono negro que se quebrará si Riley y su amiga no dejan de pelear por este. “Ahora si estamos de acuerdo,” Riley dice, tirando del micrófono hacia ella. “Yo canto las canciones cantadas por chicos, y tu cantas todas las de chicas. ¿Cuál es el problema?” “El problema,” su amiga se queja, tirando de él incluso más fuerte. “Es que casi no hay canciones de chicas. Y tú lo sabes.” Pero Riley solo se encoje de hombros. “Eso no es mi culpa. Agárrala contra rock band (video juego), no conmigo.” “Lo juro eres tan –” Su amiga se detiene cuando me ve parada en la puerta de entrada, sacudiendo mi cabeza. “Ustedes chicas necesitan tomar turnos,” digo, mirando seriamente a Riley, contenta de que se me presente un problema que puedo manejar, aunque no pidieron mi opinión. “Emily tu cantas la siguiente canción y Riley tú la que sigue y así continúan. ¿Creen que podrán hacerlo?” Riley pone sus ojos en blanco mientras Emily le arrebata el micrófono de la mano. “¿Sabes dónde está mamá?” le pregunto, ignorando el ceño fruncido de Riley, ya que ya estoy acostumbrada. “Está en su cuarto. Alistándose.” Dice, viendo como me voy mientras le susurra a su amiga “Bien. Yo canto Dead on arrival (canción de la banda punk fall out boy lanzada en el 2003), y tú puedes cantar Creep (es el primer sencil o lanzado por la banda británica de rock alternativo Radiohead, en 1993).” Paso por mi cuarto, tiro mi bolsa al piso, y después voy al cuarto de mi mamá, me apoyo en el arco que separa al cuarto del baño y observo cómo se maquil a, recordando como solía adorar esto cuando era pequeña y creía que mi mamá era la mujer más glamorosa en el planeta. Pero ahora que la veo, es decir, la veo objetivamente, me doy cuenta de que realmente tiene un toque de glamur, al menos para el tipo de mujer de los suburbios. “¿Cómo estuvo la escuela?” me pregunta, girando su cabeza de lado a lado, para

asegurarse de que ha quedado uniformemente. “Bien” me encojo, “tuvimos un examen en ciencias, el cual probablemente reprobé,” le digo, aunque realmente no crea que me fue tan mal, pero sin saber cómo expresar lo que realmente quiero decir – todo se siente extraño, incierto, como si estuviera fuera de balance, faltándome algo – y esperando por cualquier reacción que pueda obtener de el a. Pero ella solo suspira y pasa a sus ojos, su pincel haciendo pequeñas barridas sobre sus parpados y en todo el pliegue mientras dice “Estoy segura de que no reprobaste.” Me mira a través del espejo. “Estoy segura de que lo hiciste bien.” Trazo mi mano sobre una mancha en la pared, pensando que debería irme, irme a mi cuarto y relajarme por un rato, escuchar un poco de música, leer un buen libro, o algo para vaciar mi mente. “Perdón esto fue de último minuto,” dice, bombeando su máscara adentro y afuera del tubo. “Sé que probablemente tenías planes.” Me encojo, tuerzo mi muñeca atrás y adelante, observando la forma en que los cristales en mi brazalete parpadean y destel an, bril ando en la luz fluorescente y tratando de recordar de donde lo saque. “Todo está bien,” le digo. “Habrá muchos más viernes por la noche.” Mi mamá entrecierra sus ojos, máscara en mano, deteniéndose a medio camino mientras dice, “¿Ever? ¿Eres tú?” se ríe. “¿Hay algo que deba saber? Porque eso no sonó como mi hija.” Tomo un aliento profundo y levanto los hombros, deseando poder decirle que definitivamente algo pasa, algo que no tiene lugar, algo que se siente muy diferente a mí. Pero no lo hago, es decir, apenas puedo explicármelo a mí, mucho menos a el a. Todo lo que sé es que ayer me sentía bien – y hoy – totalmente lo opuesto a bien. Incluso como alíen – como si no encajara – soy una chica redonda en un mundo cuadrado. “Tú sabes está bien si invitas algunas amigas a venir” dice, siguiendo adelante con sus labios, poniendo una capa de lápiz labial antes de darle un poco de brillo con el gloss. “Siempre y cuando lo mantengas a un mínimo de 3, y tanto como no ignores a tu hermana.” “Gracias,” cabeceo, forzando una sonrisa para que el a piense que estoy bien. “Pero creo que prefiero una noche libre de todo eso.” Me voy a mi cuarto y me dejo caer sobre mi cama, completamente satisfecha con solo mirar el techo, hasta que me doy cuenta que patético es y busco el libro en mi mesita de noche en su lugar. Inmersa en la historia de un chico y una chica tan unidos, hechos perfectamente el uno para el otro, su amor trasciende el tiempo. Deseando que yo pudiera estar en el interior de las páginas y vivir ahí para siempre, prefiriendo su historia que la mía. “HEY HEY.” Mi papá mete su cabeza en mi cuarto. “He venido a decirte hola y adiós. Vamos tarde, entonces nos iremos pronto.” Lanzo mi libro a un lado y corro hacia mi papá, abrazándolo tan fuerte que él se ríe y sacude su cabeza. “Es bueno saber que no eres tan grande como para abrazar a tu viejo.” Sonríe, mientras me alejo, horrorizada que hay realmente lágrimas en mis ojos, ocupándome con algunos libros en la repisa hasta que estoy segura de que la amenaza a pasado. “Asegúrate de que tu hermana y tú tengan todo empacado y listo para salir. Quiero estar de camino

mañana temprano.” Asiento, perturbada por el extraño hueco que siento invadir mi tripa mientras él se va. Preguntándome no por primera vez, que demonios está pasando conmigo.

CAPITULO 46 “Olvídalo. ¡Tú no me mandas, Ever!” Riley dijo exaltada, brazos cruzados, ceño fruncido, negándose a ceder. Es decir, ¿quién hubiera imaginado que una niña de 90 libras (40.82 kg) con 12 años de edad podría ser una fuerza de la naturaleza? Pero no hay forma de que me rinda. Porque al segundo de que mis padres se fueron y Riley estuvo bebida y comida, le envía a Brandon un mensaje, diciéndole que viniera como a las 10 pm, lo cual será en cualquier minuto entonces es imperativo que la tenga en la cama. Niego con mi cabeza y suspiro, deseando que no fueran tan terca, pero completamente preparada para enfrentar la batal a. “Um, odio tener que decírtelo” le digo, “pero estás equivocada. Yo mando aquí. Desde el momento en que mamá y papá se fueron hasta que regresen, estoy 100% segura que soy quien te manda. Y puedes argumentar todo lo que quieras, pero no cambiaré nada.” “¡No es justo!” Me mira. “Lo juro, en cuanto cumpla 13 va a haber algo de igualdad aquí.” Pero yo solo me encojo, ansiosa porque l egue ese momento. “Bien, así no tendré que cuidarte nunca más y puedo tener mi vida de vuelta,” le digo, observando cómo pone sus ojos en blanco y zapatea la alfombra. “Por favor. ¿Crees que soy estúpida? Piensas que no sé qué Brandon viene?” sacude su cabeza. “Gran cosa, De todas formas ¿a quién le importa? Todo lo que quiero hacer es ver mi programa de televisión – eso es todo. Y la única razón por la que no me dejas es porque quieres estar a solas con tu novio para que puedas hacerlo en el sofá. Y eso es exactamente lo que les voy a decir a mamá y papá si no me dejas ver mi programa.” “Gran cosa. ¿A quién le importa?” le digo, haciendo una perfecta imitación de el a. “Mamá dijo que podría invitar a mis amigos, por lo que.” Pero al momento que lo digo, no puedo más que arrepentirme, preguntándome ¿quién es la niña aquí, ella o yo? Muevo mi cabeza, sabiendo que es una amenaza vacía, pero dispuestas a tomar cualquier oportunidad, le digo, “Papá quiere salir temprano, lo que quiere decir que necesitas dormir un poco para que así no estés toda gruñona e irritable por la mañana. Y para tu información, Brandon no va a venir.” Sonrío, esperando que cubra el hecho de que soy una terrible mentirosa. “¿Oh si?” sonríe, sus ojos iluminándose mientras se enfocan en mí. “Entonces ¿por qué esta su Jeep estacionado justo en la entrada?” Me doy la vuelta, observando hacia fuera de la ventana, después mirándola, suspirando tranquilamente mientras digo, “Esta bien. Ve tu programa. O lo que quieras. Como si me importara. Pero si te causa pesadil as, no vengas l orando conmigo.” “Vamos Ever ¿cuál es tu problema?” Brandon dice, su expresión cruce entre curiosidad y

molestia, en cuestión de segundos. “He esperado durante una hora para que tu hermanita se vaya a dormir para que así pudiéramos estar los dos juntos y ahora empiezas a actuar así. ¿Qué sucede?” “Nada,” murmuro, evadiendo su mirada mientras reajusto mi top. Observándolo de reojo mientras sacude su cabeza y se abrocha el pantalón – pantalón que nunca le pedí que desabotonara en primer lugar. “Esto es ridículo,” murmura, sacudiendo la cabeza y ajusta su cinturón. “Conduje todo el camino hacia aquí, tus padres no están, y ahora estas actuando como –” “¿Como qué?” susurro, queriendo que lo diga. Esperando que lo resuma a unas cuantas palabras, defina lo que es eso por lo que estoy pasando. Porque antes, cuando cambie de parecer y le envíe el mensaje para que viniera, pensé que así lo regresaría todo a la normalidad. Pero al momento en que abrí la puerta, mi primer instinto era cerrarla otra vez. Y no importa que lo mucho que lo intenté, no puedo entender porque me siento así. Es decir, cuando lo veo, es obvio lo afortunada que soy. Es lindo, atractivo, juega fútbol, tiene un buen carro, es uno de los, más populares – sin mencionar el hecho de que me gustaba desde hace mucho tiempo y no podría creer cuando supe que le gustaba. Pero ahora todo es diferente. Y no es como si pudiera forzarme a sentir cosas que no siento. Aspiro profundamente, completamente consciente del peso de su mirada mientras juego con mi brazalete. Girándolo y girándolo, tratando de recordar como llego ahí. Consciente de que hay algo molestándome en el fondo de mi mente, algo sobre –. “Olvídalo,” dice, levantándose para irse. “Pero, es en serio, Ever. Necesitas decidir qué es lo que quieres pronto, porque esto…” Miró hacia él, preguntándome si terminará la oración y preguntándome porque parece no importarme de cualquier manera. Pero el solo me voltea a ver si sacude su cabeza, tomando sus llaves mientras dice, “Como quieras. Que te diviertas en el lago.” Observo como la puerta se cierra detrás de él, después me muevo hacia el reclinable de papá, tomo la manta de punto que la abuela tejió para nosotros no hace mucho antes de morir, y tiro de el a hasta mi barbil a y la meto por debajo de mis pies. Recordando como hace solo una semana le estaba diciendo a Rachel que estaba considerando seriamente recorrer todo el camino con Brandon, y ahora – ahora apenas puedo soportar que me toque. “¿Ever?” Abro mis ojos. Riley está parada frente a mí, su labio inferior tiembla, sus ojos azules en los míos. “¿Se ha ido?” Mira alrededor del cuarto. Asiento. “¿Te sentarías conmigo mientras trato de dormir?” me pregunta, mordiéndose el labio inferior, dándome esa mirada triste de cachorro que es imposible de resistir. “Te dije que ese programa era demasiado terrorífico para ti,” digo, mi mando sobre su hombro mientras nos dirigimos por el pasil o, antes de asegurarla y acomodarla antes de acomodarme a su lado. Deseándole dulces sueños y retirando el cabel o de su cara

mientras le susurro, “No te preocupes. Duerme. Los fantasmas no existen.”

CAPITULO 47 “Ever estás lista? Necesitamos irnos pronto! No queremos que nos toque el tráfico!” “Ya voy!” grito, aunque pienso que no. Solo sigo parada ahí, justo en el medio de mi cuarto mirando un pedazo de papel que había encontrado en el bolsil o delantero de mis jeans. Y a pesar de que esta escrito con mi letra, no tengo idea de cómo llegó ahí, mucho menos lo que significa. Leo: 1. No regresar por la sudadera! 2. No confiar en Drina! 3. No regresar por la sudadera sin importar nada. 4. Damen Y por quinta vez que lo leo, sigo igual de confundida que al principio. Es decir, cuál sudadera? Y por qué se supone que no debo de regresar por el a? Sin mencionar, conozco incluso a alguna Drina? Y quién demonios es Damen, y porque hay un corazón en su nombre? Quiero decir, por qué escribí una cosa como esa? Cuándo la escribí? Y qué puede significar? Y cuando mi papá me l ama otra vez, seguido del sonido de sus pasos al subir la escalera, dejo el papel de lado, observándolo aterrizar en el tocador antes de caer al piso, proponiéndome averiguarlo cuando regresemos. Como suponía, el fin de semana fue bueno para mí. Bueno para alejarme de la escuela y para alejarme de mis amigos (y novio). Bueno para pasar tiempo con mi familia de una forma que no hacemos tan seguido. De hecho, me siento mucho mejor ahora, eso mientras regresamos a la civilización, de regreso a donde mi celular alcanza señal, voy a mandarle un mensaje a Brandon. No quiero dejar las cosas como las dejamos. Y verdaderamente creo que cualquier cosa extraña que experimentaba ahora es pasado. Tomo mi mochila y la coloco sobre mi hombro, lista para irme. Pero mientras miro alrededor del campo una última vez, no puedo quitarme el sentimiento de que he dejado algo. Incluso aunque sé que mi mochila esta lista y todo parece estar bien, continúo parada ahí, mi mamá llamándome una y otra vez, hasta que se rinde y finalmente manda a Riley. “Hey” dice, jalando fuerte mi manga. “Vamos, todo mundo esta esperando.” “En un minuto,” murmuro. “Solo tengo que –” “Tienes que?” sonríe. “Tienes que quedarte parada junto a las brasas por otra hora o dos? En serio Ever, cuál es tu problema?” Solo me encojo, jugando con el broche de mi brazalete, sin tener idea de cuál es mi problema, pero sin poder quitarme el sentimiento de que algo está mal. Bueno, no exactamente mal, más bien como que perdido o sin hacer. Como algo que se supone que debería de estar haciendo y que no lo estoy haciendo. Y no puede decir que es. “En serio. Mamá quiere que nos apuremos, papá está preocupado porque no quiere agarrar el tráfico, incluso Buttercup quiere que te apures para que pueda sacar la cabeza por la ventana y disfrutar de la brisa. Oh, y yo quiero regresar a casa antes de que los buenos programas se acaben. Entonces, que dices nos vamos, bien?” Pero como no me muevo, como no hago mucho, el a suspira y dice, “Olvidaste algo? Es eso?”

Evaluándome cuidadosamente antes de mirar sobre su hombro hacia nuestros padres. “Tal vez.” Sacudo mi cabeza. “No estoy segura.” “Tienes tu mochila?” Asiento. “Traes tu celular?” Golpeo sobre mi mochila. “Traes tu cerebro? Me río, sabiendo que actúo raro y ridículamente y extraña como el diablo, pero después de los últimos días se pensará que debo de haberme acostumbrado. “Tienes tu sudadera del campamento de porristas del lago Pinecone” sonríe. “Eso es!” digo, mi corazón latiendo muy rápido. “La deje en el lago! Dile a mamá y papá que regresaré por el a!” Pero en cuanto me doy la vuelta, Riley tira de mi manga y me regresa. “Tranquila” sonríe “Papá la encontró y la dejó en el asiento trasero. De veras. Entonces ya nos podemos ir?” Recorro con la vista el campo una última vez, después sigo a Riley al carro. Me siento atrás mientras mi papá toma el camino y me celular suena. Y aunque acabo de sacarlo de la mochila y no he tenido tiempo de leer el mensaje, Riley ya está tratando de ver sobre mi hombro y leerlo. Obligándome a torcerme rápidamente, Buttercup se mueve, lanzándome una mirada que me hace saber de que no está contento. Pero incluso después de eso, Riley sigue intentado ver el mensaje. Entonces pongo mis ojos en blanco y hago lo de siempre, me quejo “Mamá!” Observando cómo cambia la página de su revista sin perderse nada, automáticamente diciendo, “Deténganse las dos.” “Pero ni siquiera viste!” digo. “No estaba haciendo nada! Riley no me deja en paz.” “Eso es porque te quiere,” dice mi papá, buscando mis ojos por el espejo retrovisor. “El a te quiere mucho y quiere estar cerca de ti todo el tiempo, simplemente no se cansa de ti.” Palabras envían inmediatamente a Riley hasta el otro lado del asiento, pegándose a la puerta y dice “Gag!” balanceando sus piernas tan lejos como puede, molestando al pobre de Buttercup otra vez. Estremeciéndose dramáticamente, como si el pensamiento fuera demasiado desagradable de soportar, mientras mi papá encuentra mi mirada y ambos nos reímos. Abro mi celular, leyendo el mensaje de Brandon que dice: Disculpa, estuve mal, llámame en la noche. E inmediatamente contesto con una sonrisa en mi cara, esperando que esta nueva emoción me permita enviar algo más. Y justo cuando me inclino en la ventana y empiezo a cerrar mis ojos Riley se voltea hacia mí y dice, “No puedes regresar Ever. No puedes cambiar el pasado. Simplemente es así.” Le echo un vistazo sin tener idea de lo que habla. Pero en cuanto comienzo a preguntar, el a mueve su cabeza y dice, “Es nuestro destino. No el tuyo. Alguna vez te detuviste a pensar que tal vez se suponía que debías de sobrevivir? Que tal vez, no solamente fue Damen quien te salvó?” Miro hacia ella, mi boca totalmente abierta, tratando de darle sentido a sus palabras. Y cuando

miro alrededor del auto preguntándome si mis padres también lo escucharon, y veo que todo se ha congelado. Las manos de mi papá sostienen fijamente el volante, sus ojos mirando hacia el frente sin pestañear, mientras que la página de la revista de mi mamá está atascada a la mitad del cambio, y la cola de Buttercup se ha capturado a media asta. E incluso aunque veo por la ventana, me doy cuenta de que inclusive los pájaros están congelados a medio vuelo, mientras que los otros conductores se han pausado alrededor de nosotros. Y cuando veo hacia Riley otra vez, su mirada intensa sobre la mía mientras se inclina hacia mí, está claro que somos las únicas dos que nos movemos. “Tienes que regresar,” dice, su voz en tono confidencial, firme. “Tienes que encontrar a Damen antes de que sea demasiado tarde.” “Demasiado tarde para qué?” l oro, me inclino hacia el a, desesperada por entender,. “Y quién diablos es Damen? Qué significa –” Pero antes de que pueda terminar, ella ya está poniendo sus ojos en blanco y alejándome pensando que nada de esto pasó. “Vaya, ahora me acechas?” sacude su cabeza. “Quiero decir, en serio, Ever, hay límites! Porque independientemente de lo que él piensa,” señala a papá, “No tengo ningún interés en ti.” Pone sus ojos en blanco y se aparta, cantando sola con su iPod, su voz rasposa, desafinada, croando una canción de Kel y Clarckson en una versión que nunca se inventó. Ajena a mi mamá que sonríe golpeando ligeramente su rodil a, ajena a mi papá, quien me ve por el espejo retrovisor, nuestras sonrisas encontrándose al mismo tiempo, compartiendo una broma que solo nosotros dos comprendemos. Sostengo mi sonrisa, mientras un enorme camión nos embiste de frente y golpea de lado nuestro carro, haciendo que todo se vuelva negro.

CAPITULO 48 Lo siguiente que sé es que estoy sentada en mi cama, boca abierta en un grito silencioso que nunca tuvo la oportunidad de ser oído. Después de haber perdido a mi familia por segunda vez en un año, dejándome con sólo el eco de las palabras de Riley: Tú tienes que encontrar a Damen - ¡Antes de que sea demasiado tarde! Yo brinco de mi cama y hecho cerrojo a mi estudio, yendo directamente al mini refrigerador y encuentro que el elixir y el antídoto que no están. Insegura de que si esto quiere decir soy la única que volvió en el tiempo mientras que todos los demás se quedaron el mismo, o si estoy justo donde lo dejé con Damen en peligro y yo corriendo. Yo corro bajando la escalera, moviéndome tan rápido que el os tienen un aspecto borroso bajo mis pies, teniendo ni idea de que día es, o aún qué hora, pero sabiendo que tengo que l egar a Ava antes de que sea demasiado tarde. Pero justo cuando l ego a aterrizar, Sabine l ama. "¿Ever? ¿Eres tú?" Y me congelo, mirando como el a da la vuelta por la esquina, l evando un plato pintado l eno de brownies en la mano. "Ah, bueno." El a ríe. "Solamente intenté la receta de tu mamá - ¿Sabes lo que el a siempre utiliza para hornear? Yo quiero que tu pruebes uno y me dice lo piensa."

Me congelo, incapaz de hacer nada pero parpadeo. Forzando una paciencia que realmente no tengo cuando digo, "Estoy segura que el os están bien. Escucha, Sabine Yo-" Pero ella no me deja terminar. El a solamente ladea su mano a un lado y dice, "Bien, ¿al menos no vas a probar uno?" Y sé que esto no se trata sólo de verme comer, es también sobre el deseo de aprobación mi aprobación. El a ha estado preguntándose si realmente ella es apta para cuidar de mí, preguntándose si ella es de algún modo responsable de mis problemas de conducta. Pensando que si el a sólo lo hubiera manejado mejor, nada de esto habría pasado. Quiero decir, mi bril ante, exitosa, tía de alto rendimiento, que nunca ha perdido un caso en el tribunal quiere mi aprobación. "Sólo uno", El a insiste. "¡No es como si te estoy tratando de envenenar!" Y cuando sus ojos se encuentran con los míos, no puedo dejar de notar su elección aparentemente aleatoria de palabras, preguntándose si es algún tipo de mensaje, empujándome a apresurarme, pero sabiendo que tengo que salir de esto primero. “Sé que probablemente no están tan buenos como los de tu mamá, porque el a es indiscutiblemente mejor, pero es su receta y por alguna razón me desperté esta mañana con esta abrumadora urgencia de hacerlos. Y entonces pensé-" Sabiendo que el a es capaz de entrar de l eno en la apertura del argumento en su búsqueda de brownies. Yendo para el cuadrado más pequeño, calculando que solamente lo comeré y correré. Pero cuando veo la evidente letra E tal ada justo en su centro - Lo sé. Es mi señal. El que yo he estado esperando todo el tiempo. Justo cuando yo había perdido las esperanzas, Riley se detuvo allí. Marcando el brownie más pequeño del plato con mis iniciales en la misma forma que solía hacerlo. Y cuando miro para el más grande y veo una R tal ado en él, definitivamente sé que es de el a. El mensaje secreto, la señal que me prometió, justo antes de que ella me dejara para siempre. Pero aún así, por no querer ser una persona delirantemente loca que le encuentra un sentido en secreto en un plato con producto de panadería, miro Sabine y digo: "¿Lo hiciste?-" señalo mi Brownie, el único con mis iníciales tal adas en el medio. "¿Tú lo has puesto?" Ella mira de reojo, en primer lugar a mí, y luego al brownie, luego se mueve la cabeza y dice: "Oye, Ever, si no quieres probarlo, entonces ciertamente no tiene que hacerlo. Yo pensé-" Pero antes de que pueda terminar, ya he quitado uno fuera del plato y lo dejó caer en mi boca, cerrando los ojos mientras saborea su dulzura masticándolo, sumergiéndome inmediatamente en la sensación del hogar. Ese lugar maravil oso que fui suficientemente afortunada para volver, no importa cuán poco tiempo, por último me doy cuenta que no es designado a un solo lugar único, es donde quiera que sea. Sabine me mira. Su rostro ansioso, esperando mi aprobación. "Lo intenté una vez antes, pero por alguna razón no resultó tan bueno como los de tu mamá." Se encoge de hombros, me miraba con timidez, esperando con impaciencia mi veredicto. "El a decía en broma que el a utiliza un ingrediente secreto, pero ahora me pregunto si eso podría haber sido verdad." Trago saliva, limpiando las migajas de mis labios, y sonrío cuando digo. "Hay un ingrediente secreto". Al ver caer la expresión, preguntándose si eso significaba que no es bueno. "El ingrediente secreto es el amor", le digo. "Y tú debe de haber utilizado un montón, porque estos son impresionantes." “¿De veras?” Sus ojos se iluminaron. "Enserio". La abrazo, pero sólo por un momento antes de alejarme. "Hoy es viernes, ¿verdad?" Ella me mira, sus cejas unidas. "Sí, es viernes. ¿Por qué? ¿Estás bien?" Pero yo simplemente asiento y huyo por la puerta, sabiendo que el tiempo es incluso menos de lo que pensaba.

CAPITULO 49 Me detengo frente a la casa de Ava, y aparco mi coche descuidadamente - con las ruedas traseras

sobre el cemento, las ruedas delanteras en la hierba, moviéndome hacia la puerta con tanta rapidez que apenas reconozco las escaleras. Pero tal como lo alcanzo, doy un paso atrás - algo se siente extraño, apagado, extraño en una forma que yo no puedo explicar. Como demasiado tranquilo, demasiado cal ado. A pesar de que la casa aparece justo como la dejé - maceteros a ambos lados de la puerta, la alfombra colocada de bienvenida – hay una estática en una forma que parece inquietante. Y mientras levanto mis nudil os para l amar, apenas la golpeó cuando se abre ante mí. Me dirijo a través de la sala y la cocina, llamando a Ava y notando cómo todo está como lo dejé taza de té sobre el mostrador, las gal etas en un plato, todo en su lugar usual. Pero cuando me asomo por el armario y veo que el antídoto y elixir no están, no estoy segura de qué pensar. Sin saber si eso significa que mi plan funcionó y que no era necesaria después de todo, o si es todo lo contrario, y que algo salió mal. Corro hacia la puerta de color índigo, al final de la sala, deseosas de ver si Damen está aún al í, pero estoy bloqueada por Roman que está justo antes de el a. Con su amplia en la cara, mientras él dice, "Qué bueno tenerte de vuelta, Ever. Aunque le dije que así sería a Ava. Sabes lo que el os dicen ¡no se puede volver a casa otra vez!" Yo noto en su pelo deliberadamente enredado como enmarca perfectamente el tatuaje Ouroboros sobre su cuel o - sabiendo que a pesar de mis avances, a pesar de despertar a la escuela, sigue siendo el que manda aquí. "¿Dónde está Damen?" Mis ojos sobre su cara, mis entrañas retorciéndose. "Y ¿Qué has hecho con Ava?" "Ahora, ahora." Él sonríe. "No te preocupes por eso. Damen está donde lo dejaste. Aunque no puedo dejar de preguntarme cómo Damen se sentiría si supiera. Apuesto él te menospreciaría también." Trago saliva, recordando las últimas palabras de Damen: tú me dejaste. Sabiendo que no me menospreciaría en absoluto, él sabía exactamente cuál es el camino que había elegido. "Y en cuanto a Ava". Roman sonríe. "Te alegrará saber que no he hecho nada con el a. Tú debe saber ahora que sólo tengo ojos para ti,” murmura, moviéndose tan rápido que apenas he tenido la posibilidad de parpadear cuando el ya está a unas pulgadas de mí. "Ava se marchó a su propia voluntad. Lo que nos permite nuestra privacidad. Y ahora esto es una cuestión de -" Él hace una pausa para echar un vistazo a su reloj. “Bueno - de segundos realmente, hasta que tú y yo podamos hacerlo oficial. Ya sabes, menos toda esa horrible culpa que hubieras sentido, nos hubiéramos juntado pronto - antes de que él hubiera tenido la oportunidad de pasar. No es que yo me hubiera sentido culpable, pero me parece que eres de ese tipo de chicas que les gusta pensar que son buenas, puras, bien intencionadas y toda esa basura, que, a decir verdad, realmente es un poco sentimental para mis gustos. Pero estoy seguro que encontraremos un modo de trabajar en eso." Puedo sintonizar su debilidad, su kriptonita, su chakra más vulnerables. Ya que él bloquea la misma puerta por la que tengo que pasar, la puerta que conduce a Damen, no tengo ninguna otra opción tengo pero tengo que pasar por él. Aunque tengo que tener cuidado de cómo proceder. Porque cuando tengo que hacer un movimiento, tiene que ser rápida, inesperada, justo en el blanco. De lo contrario, estoy en una batal a que nunca podré ganar. Él levanta su mano a mi cara y acaricia mi mejilla, y le pego de tal manera que el crujido de sus huesos perfora el aire mientras sus dedos arrugados se bambolean y cuelgan ante mí. "Ay". Él sonríe, moviendo la mano mientras flexiona sus dedos curándose instantáneamente. "Eres una luchadora, ¿no? Pero tú sabe que eso sólo me excita, ¿no?"Ruedo los ojos, sintiendo su aliento frío en mi mejil a, mientras él dice, "¿Por qué seguir luchando conmigo, Ever? ¿Por qué empujarme lejos cuando soy todo lo que queda?” "¿Por qué haces esto?" Pregunto, mi estómago contrayéndose mientras sus ojos se oscurecen y estrechan, mostrando una falta total de luz y color. "¿Qué algunas vez Damen te hizo algo?" El inclina la cabeza hacia atrás, mirándome detenidamente cuando dice: "Es realmente simple, querida". Su voz cambia de repente, dejando el británico y adoptando un tono en el que nunca lo he oído hablar antes. "Él mató a Drina. Así que lo estoy matando. Y después de todo aún. Caso

cerrado." Y en el segundo que lo dice, sé exactamente cómo hacerlo caer y conseguir lo que está detrás de esa puerta. Porque junto con el quién y el cómo, he ahora el por qué. El difícil motivo que he necesitado todo este tiempo. Y ahora el único golpe sólido es al chakra del ombligo de Román, o el centro sacro como sea que se l ame - el centro de los celos, la envidia y el deseo irracional de poseer. Un golpe sólido y Roman es historia. Pero aún así, antes de que caiga, hay otra cosa más que hacer. Así que lo miro, mi mirada fija y firme, cuando digo. "Pero Damen no mató a Drina. Yo lo hice". “Buen intento.” Se ríe. "Patético, un poco sentimental como dije, pero me temo que no va a funcionar. No puedes salvar a Damen de esa manera." “Pero ¿Por qué no? Si tú estás muy interesado en la justicia, ojo por ojo y todo eso entonces tú debes saber que yo soy la que lo hizo". Yo asiento, mi voz adquirió una nueva urgencia y fuerza. "Yo soy la que mató a que perra". Viendo como se balancea, muy ligeramente, pero aún me basta para darme cuenta. "El a siempre estaba dando vueltas, totalmente obsesionado con Damen. Tienes que haber sabido eso, ¿no? ¿Qué el a estaba totalmente obsesionada con él?" Hizo mueca de dolor. No confirmando ni negando, pero esa mueca de dolor es todo lo que necesitaba para seguir adelante, sabiendo que dado en el blanco. "El a me quería fuera del camino para que el a pudiera tener a Damen para sí misma, y después de meses tratando de ignorarla y con la esperanza de que se fuera, fue lo suficientemente estúpida como para entrar en mi casa y tratar de confrontarme. Y - bien - cuando el a se negó a dar marcha atrás y se fue tras de mí en su lugar Yo la maté." Me encojo de hombros, transmitiendo la historia con mucha más calma de lo que yo sentía en ese momento, asegurándome de dejar de lado mi propia ineptitud, desorientación, y temores. "Y fue tan fácil". Sonrío, sacudiendo mi cabeza como si volviendo a vivir el momento una vez más. "En serio. Tendrías que haber visto. Es como, si de momento el a estuviera de pie delante de mí todo su l ameante pelo rojo y su piel blanca - y lo siguiente – ¡se había ido! Y, por cierto. Damen no se manifestó hasta que la acción fue realizada. Así que, como tú ves, si alguien es culpable, soy yo y no él. " Mi mirada está en él, mis puños listos para atacar, moviéndome a la derecha en su espacio cuando digo: "Entonces, ¿qué dices? ¿Todavía quieres salir conmigo? ¿O prefiere matarme? De cualquier manera, lo entenderé." Pongo mi mano sobre su pecho y empujo con fuerza contra la puerta. Pensando en lo fácil que sería sólo para bajarlo a unos cuantos centímetros, un pinchazo realmente con fuerza, y terminar con todo esto. "¿Tú?" Él dice, la palabra más bien como una pregunta, una crisis de conciencia, que una acusación como él lo quiso decir. "¿Tú y no Damen?" Asiento con la cabeza, mi cuerpo tenso, listo para la lucha, sabiendo que nada me impide entrar en esa sala, y levantando el puño como él dice, "¡No es demasiado tarde! ¡Todavía podemos salvar!" Me congelo, mi puño en la mitad de camino, insegura si estoy siendo jugada. Viendo como el mueve la cabeza, visiblemente afectado, cuando dice: "Yo no sabía - Estaba seguro que era él - me dio todo. Me dio la vida - ¡esta vida! Y yo estaba seguro de que él-" El se mueve a mi alrededor y huye por el pasil o, llamando, "¡Tú anda a ver lo! - ¡Voy a por el antídoto!"

CAPITULO 50 Lo primero que veo cuando voy a través de la puerta es Damen. Todavía tirado en el sillón, con

aspecto delgado y pálido como estaba cuando lo dejé. La segunda cosa que veo es a Rayne. Acurrucada a su lado, presionando un paño húmedo en su cara. Sus ojos cada vez más amplios cuando me ve, su mano se adelanto ayudando antes de que el a pudiera gritar. “¡Ever no! ¡No te acerques más! Si desea salvar a Damen, detiene allí - ¡no rompas el círculo!" Miro fijamente hacia abajo, viendo alguna sustancia granulada blanca que parece justo como la sal, formando un anillo perfecto que mantiene a el os dos en él y a mí afuera. Entonces la miro, preguntándome, lo que el a quiere, lo que el a posiblemente podría tener en mente la agachada al lado de Damen y avisándome distanciarme. Dándome cuenta de que se ve aún más extraña fuera de Summerland con su rostro pálido fantasmal, rasgos diminutos, y ojos grandes negros como el carbón. Pero cuando mi mirada cambia a Damen, mirando como él lucha y lucha por cada aliento - sé que tengo que estar con él, sin importar lo que el a diga. Esto es mi culpa que esté así. Lo abandoné. Lo olvidé. Yo era estúpida, y egoísta, y bastante ingenua para pensar que todo se resolvería bien solo porque yo quería, y que Ava se quedaría para recoger los pedazos. Doy un paso adelante, mi dedo del pie l ega solo a las afueras de la frontera mientras Roman entra precipitadamente detrás de mí y grita, "¿Qué demonios hace el a aquí?" Él amplia los ojos por el shock mientras él mira a Rayne, todavía agachada al lado de Damen detrás de la barrera. "¡No confíes en él!" el a dice, sus ojos se lanzan entre nosotros. "Él sabía que yo estaba aquí todo el tiempo." "¡Yo no sabía ninguna cosa tal! ¡Yo nunca te he visto antes!" Él sacude su cabeza. "Quiero decir, cariño, pero lamentablemente las escuelas para chicas católicas solo no es mi tipo. Yo prefiero mi mujer un poco más excitante, como Ever, aquí." Él l ega a mí, arrastrando sus dedos abajo la longitud de mi espalda, enfriando mi piel de una manera que me hace querer reaccionar - pero no lo hago. Solo suspiro y trato de quedarme tranquila. Enfocando su otra mano - en el que sostiene el antídoto - la l ave para salvar a Damen. Porque al final, esto es la única cosa que importa - todo lo demás puede esperar. Arrebato la botel a y desenrosco la tapa. Y estoy a punto de penetrar en el círculo de Rayne de protección cuando Roman pone su mano en mi brazo y dice, "No tan rápido." Hago una pausa, mirando entre el os, Rayne mirándome a los ojos cuando dice, “¡No lo hagas Ever! Cualquier cosa que él te haya dicho, no lo escuches. Escúchame únicamente a mí. Ava vertió el antídoto y se escapó con el elixir no mucho después de que tú te fueras, pero por suerte estuve aquí justo antes de que él lo hiciera." Ella hizo gestos hacia Roman, sus ojos como puntos de ira de la noche más oscura. "Él te necesita para romper el círculo entonces él puede entrar, porque él no puede l egar a Damen sin ti. Sólo el digno puede tener acceso al círculo, sólo aquel os con buena intención. Pero si tú intervienes ahora, Roman te seguirá, Entonces si tú te preocupas por Damen, si tú realmente quieres protegerlo, tú tienes que esperar hasta que Romy esté aquí." Foro Purple Rose “¿Romy?” Rayne asiente con la cabeza, mirando entre Roman y yo. "Ella es la que traerá el antídoto, que estará listo antes del anochecer, ya que necesita de la energía de la luna l ena para estar completo". Pero Roman solo sacude su cabeza, riendo mientras él dice, "¿Qué antídoto? soy el único con el antídoto. Demonios, soy el que hizo el veneno, Entonces ¿qué diablos sabe el a?" Y cuando él ve la confusión en mi cara, él añade, "yo realmente no veo que tú tengas muchas opciones. Si tú escucharas al único" - él chasquea su dedo hacia Rayne - "Damen morirá. Pero si tú me escuchas, él no lo hará. La matemática es bastante simple, ¿no crees?" Miro a Rayne, viendo como el a sacude su cabeza y me advierte que no lo escuche, que espere por Romy, que espere la caída de noche, que está todavía horas lejos. Pero entonces miro fijamente a Damen al lado de el a, su aliento que se hace más fatigoso, el color agotado de su cara"¿Y si tú tratas de engañarme?" Digo, toda mi atención ahora enfocada en Roman. Conteniendo el aliento mientras él dice, "Entonces él muere." Trago con fuerza y miro fijamente al piso, insegura que hacer. ¿Confío en Roman, el inmortal

pícaro quién es responsable de todo esto en primer lugar? ¿O confío en Rayne, la gemela espeluznante con su doble discurso y una agenda secreta que nunca ha sido clara? Pero cuando cierro los ojos y tratar de concentrarse en mis entrañas, a sabiendas de que rara vez se equivoca, aunque a menudo lo ignoro, es aún frustrante. Entonces mirando a Roman cuando él dice, "Pero si no te engaño, entonces él vive. Así que realmente no sé cómo tú tienes muchas opciones-“ "No lo escuches," dice Rayne. "Él no está aquí para ayudarte, ¡Yo sí! Fui la que te envió la visión en Summerland ese día, soy la que te mostró a ti todos los ingredientes requeridos para salvarlo. Tú fuiste excluido de los registros akashicos porque ya habías hecho su elección. Y mientras tratamos de mostrarte el camino, mientras tratamos de ayudarte y parándote la salida, tú rechazaste escuchar, y ahora-" "¿Pensé que tú no sabía mi negocio?" Estrecho mi mirada. "Pensé que tú y tu hermana espeluznante no podían tener acceso-" hago una pausa, mirando a Roman, sabiendo que tengo que tener cuidado con lo que estoy a punto de decir. "Pensé que tú no podía ver ciertas cosas." Rayne me mira, su cara afligida, sacudiendo su cabeza mientras el a dice, "Nunca te mentimos, Ever. Y nunca te engañamos. No podemos ver ciertas cosas, esto es verdad. Pero Romy es una empata y yo soy una adivina, y juntas tenemos presentimientos y visiones. Así es como te encontramos por primera vez, y hemos estado tratando de guiar desde entonces, utilizando la información que sentimos. Desde que Riley nos pidió que te cuidáramos-" "¿Riley?" Me quedo con la boca abierta, mi estómago que se arremolina con la náusea. ¿Cómo podría el a estar implicada en algo de esto? "La conocimos en Summerland y le mostramos el alrededor. Hasta fuimos a la escuela juntas, un internado privado que ella manifestó, que es por lo que llevamos esto. “El a hace señas a su falda de manta de viaje y chaqueta, el uniforme que el a y su hermana siempre l evan. Y recuerdo como Riley siempre soñaba con ir al internado, diciendo que así el a podría alejarse de mí. Entonces esto tiene sentido que el a lo manifestara. "Entonces, cuando el a decidió-" ella hace una pausa, mirando a Roman antes de que el a siga, "atravesar, el a nos pidió cuidar de ti si nosotros te viéramos alrededor." "No te creo," digo, aun cuando yo no tenga ninguna razón. "Riley me habría dicho, el a tendría..." Pero entonces recuerdo como ella una vez me dijo algo sobre encontrar a algunas personas que le mostraron alrededor, y me pregunto si el a se refería a las gemelas. "También conocemos a Damen - él - él nos ayudó una vez - hace mucho tiempo..." Y cuando ella me mira, estoy a punto de doblarme cuando el a dice, "Pero si usted solamente pudieras esperar unas horas más hasta que el antídoto este completo, entonces Romy estará aquí y..." Echo un vistazo a Damen, su cuerpo demacrado, su piel pálida, húmeda, sus ojos que aparecen hundidos, su aliento desigual, cada inhalar y exhalar, cada vez más débil - y sé que hay sólo una opción para hacer. Entonces giré mi espalda a Rayne y miro a Roman cuando digo. "Bien, solo dime qué hacer."

CAPITULO 51 Roman asiente, sus ojos en los míos cuando quita el antídoto de mi agarre y dice, “Necesitaremos algo más fuerte.” Entrecierro los ojos, no entendiendo nada realmente. “¿De que estás hablando? Si ese es realmente el antídoto como dijiste, entonces ¿por qué el no puede solo beberlo? Quiero decir, está listo, ¿verdad?” mi estomago retorciéndose bajo el peso de su mirada, tan firme y enfocada en mi. “Este es el antídoto. ¿Es solo que requiere de un ingrediente final para que este completo?” Aspiro profundamente, sabiendo que debería haberlo sabido mejor, que no puede ser tan fácil cuando Roman está involucrado. “¿Qué es?” digo, mi voz tan inestable

como me siento por dentro. “¿Qué clase de juego estás jugando?” “Oh, vamos,” sonríe. “No te preocupes, no es demasiado complicado – y ciertamente no tomara horas.” El sacude su cabeza hacia Rayne. “todo lo que necesitamos conseguir para que este espectáculo empiece a rodar son solo una o dos gotas de tu sangre, eso es todo.” Lo miro fijamente, sin comprender. Quiero decir, ¿cómo podría hacer eso la mas mínima diferencia entre la vida y la muerte? Pero Roman solo me mira, respondiendo a la pregunta en mi cabeza cuando dice, “Para salvar a tu compañero inmortal, el debe consumir un antídoto que contenga una gota de sangre de su verdadero amor. Créeme, es de la única manera.” Trago con dificultad, mucho menos asustada de derramar sangre que estar jugando como una tonta y perder a Damen para siempre. “Seguramente no estarás preocupada de que no seas realmente el verdadero amor de Damen – ¿no?”. El pregunta, sus labios curvándose un poco. “¿Tal vez debería llamar a Stacia?” Agarro un par de tijeras cercanas y la apunto hacia mi muñeca, y casi estoy a punto de hundirlas cuando Rayne grita. “Ever, ¡no! ¡No lo hagas! ¡Es una trampa! ¡No le creas! ¡No escuches una palabra de lo que él dice!” Miro a Damen, viendo la fatiga subiendo y bajando de su pecho tan lento y regular ahora no hay tiempo que perder. Se en mi corazón que el solo tiene pocos minutos, no horas. Entonces clavo las tijeras con fuerza, viendo como su punta afilada penetra en mi muñeca, casi partiéndola en dos. Disparando un chorro de sangre en el aire, antes de que la gravedad se haga cargo y la mande hacia abajo. Escuchando a Rayne gritar, un gemido tan penetrante que corta el sonido de todo lo demás, mientras Roman se agacha debajo de mí, recogiendo mi sangre. Y para otros que se sienten débiles, y mareados en lo más mínimo, es solo cuestión de segundos antes de que mis venas se fusionen y mi piel este toda curada. Así que agarro la botel a, ignorando las protestas de Rayne, y penetro el círculo, empujándola hacia un lado mientras caigo en mis rodillas, deslizando mis dedos bajo el cuel o de Damen obligándolo a beber. Viendo como su respiración se hace más y más débil – hasta que se detiene completamente. “¡NO!” l oro. “¡No te puedes morir – no puedes dejarme!” fuerzo el liquido a bajar por la garganta, decidida a traerlo de vuelta, regresarlo a la vida, como él una vez lo hizo conmigo. Lo sostengo sobre mi regazo, obligándolo a vivir. Todo alrededor de nosotros está completamente desconectado mientras me centro en Damen, pareja de mi verdadera alma, mi eterno compañero, mi único amor, negándome a decir adiós, negándome a dejar la poca esperanza. Y cuando la botella está vacía, me derrumbo sobre su pecho, presionando mis labios contra los suyos, llenándolo con mí aliento, mi ser, mi vida. Cuando murmuro las palabras que él una vez me dijo: “¡Abre tus ojos y mírame! Una y otra vez. Hasta que el finalmente lo hace. “Damen!” l oro, un torrente de lagrimas corriendo bajo mi mejilla y cayendo sobre su cara. “¡Oh, gracias a Dios, has vuelto! ¡Te extrañe tanto – y te amo – y prometo nunca jamás abandonarte de nuevo! Solo – solo perdóname – por favor-” Sus ojos parpadean abriéndose mientras su boca trata de moverse, articulando palabras que no puedo oír. Y cuando bajo mi oreja a sus labios, tan agradecida de estar con él otra vez, nuestra encuentro se interrumpe por una serie de aplausos.

Lentas, y contantes aplausos viniendo de Roman que ahora está parado detrás mío. Habiendo penetrado el círculo mientras Rayne se agacha en un lejano rincón de la habitación. “Bravo!” dice, su cara de burla, divertida, mientras el mira entre Damen y yo. “Bien hecho, Ever. Debo decir, que todo eso fue muy – conmovedor. No muy a menudo uno es testigo de una reunión tan sentida.” Trago con dificultad, mis manos temblando, mi estomago comenzando a sonar, preguntándome lo que el posiblemente podría hacer. Quiero decir, Damen está vivo, el antídoto funciono, ¿qué otra cosa podría ser? Miro a Damen, viendo la contante subida y bajada de su pecho mientras él se vuelve a dormir, entonces miro hacia Rayne que esta mirándome con ojos extremadamente abiertos y una expresión de escepticismo. Pero cuando miro a Roman de nuevo, estoy segura de que acaba de disfrutar de la última oportunidad de diversión, una muestra patética de valentía ahora que Damen se ha salvado. “¿Así que, quieres ir tras de mi ahora? ¿Es eso?” digo, totalmente lista para atacarlo si tengo que hacerlo. Pero el solo sacude su cabeza y ríe. “¿Ahora por qué querría hacer eso? ¿Por qué querría liberarme de una forma de diversión que solo acaba de empezar?” Me congelo, pánico subiendo dentro de mí, pero intentando no demostrarlo. “No tenía idea de que serias tan fácil, tan predecible, pero entonces de nuevo, eso es amor, ¿verdad? Tiendes a parecer un poco loca, un tanto impulsiva, incluso irracional, ¿no crees?” Entrecierro mis ojos, sin tener idea de hacia dónde está avanzando pero sabiendo que no puede ser bueno. “Y sin embargo, es sorprendente que tan rápido caíste en el o, no hay alternativas en lo absoluto. En serio, Ever, acabas de abrirte por ti misma sin prácticamente hacer preguntas. Lo que se remonta a mi punto original, nunca subestimes el poder del amor – o, en tu caso, ¿fue la culpa? Solo tu sabes con seguridad.” Lo miro fijamente, una devastadora comprensión cultivándose dentro de mí, sabiendo que he cometido un grave error – que de alguna manera he jugado. “Estabas tan desesperada de negociar tu vida por la suya, tan dispuesta de hacer cualquier cosa para salvarlo – que todo salió a la perfección, mucho más fácil de lo que esperaba. Aunque a decir verdad, se cómo te sientes. De hecho, habría hecho lo mismo por Drina – si solo hubiera tenido la opción.” Me fulmina con la mirada, sus parpados tan estrechos que sus ojos son como de ira en la oscuridad. “Pero, ya que sabemos cómo termino eso, supongo que te gustaría saber cómo termina esto también, ¿verdad?” Miro a Damen, asegurándome de que el todavía está bien, viéndolo dormir mientras Roman dice, “si, todavía está vivo. No atormentes tu linda cabeza por eso. Y solo para que sepas, lo más probable es que él permanezca así por muchos, muchos, muchos años por venir. No tengo planes de ir tras el de nuevo, así que no te preocupes. De hecho, nunca fue mi intención matar a uno de ustedes, a pesar de lo que podrías haber pensando. Aunque, de cualquier modo, supongo que debería advertirte que toda está felicidad tiene un costo.” “¿Qué es?” susurro, mirando fijamente a Roman, sin tener idea de lo que podría querer aparte de que Drina ya se ha ido. Además, sea cual sea el costo, lo pagare. Si eso significa tener a Damen de vuelta, hare lo que sea necesario.

“Veo que te he alterado,” dice exagerando, y sacudiendo su cabeza. “Ahora que te he dicho que Damen estará bien. De hecho, más que bien. Estará recuperándose mejor que nunca. Solo míralo, ¿quieres? Mira como su color ha vuelto, como su forma adquiere más volumen. Muy pronto el volverá a ser ese chico atractivo, ese robusto joven que te has convencido que amas tan perdidamente que harías cualquier cosa para salvarlo, sin cuestionar-” “Ve al grano,” digo, mis ojos en los suyos, molesta por la forma en que estos picaros inmortales siempre insisten en hacer de cada momento de suma importancia para el os. “Oh no,” sacude su cabeza. “He esperado este momento por años, y no voy a apresurarme. Veras, Damen y yo estuvimos en el pasado. Volviendo al principio, en Florencia, donde nos encontramos.” Y cuando él vio mi expresión, añadió, “Si, era un chico huérfano, el huérfano más joven, y cuando él me salvo de la peste lo vi como a un padre.” “Lo cual haría a Drina tu madre” dije, viendo su mirada endurecerse antes de relajarse de nuevo. “Casi” sonríe. “Ves, ame a Drina, no tengo miedo de admitirlo. La ame con todo mi corazón. La ame de la misma manera que crees amarlo a él.” Hizo señas hacia Damen, quien volvió a la forma que era cuando nos conocimos. “La amaba con cada gramo de mi ser, hubiera hecho cualquier cosa por el a – y nunca la hubiera abandonado como lo hiciste con el.” Trago con dificultad, sabiendo que me merezco eso. “Pero siempre se trataba de Damen. Siempre. Sobre Damen. Eso es todo en lo que el a podía centrarse. Todo lo que podía ver. Hasta que te conoció – la primera vez – y Drina volvió a mí,” sonrió brevemente, pero rápidamente se desvaneció cuando dijo. “Por amistad” prácticamente escupiendo la palabra. “Y por compañía. Y por un fuerte hombro para l orar.” El frunce el ceño. “Le habría dado cualquier cosa que quisiera – cualquier cosa en el mundo – pero el a ya lo tenía todo – y todo lo que quería era la única cosa que no podría darle. No le daría su – Damen. Sodding. Auguste.” Sacude su cabeza. “Y desafortunadamente para Drina, Damen solo te quería a ti. Y así empezó – un triangulo amoroso que duro cuatrocientos años, cada uno de nosotros implacables, decididos, sin jamás perder las esperanzas, hasta que fui obligado a – porque tú la mataste. Asegurándome que nunca estaríamos juntos. Asegurándome que nuestro amor nunca sabría-” “¿Sabias que yo la mate?” jadeé, mi estomago torciéndose en un nudo horrible. “¿Todo este tiempo?” El rodo sus ojos, “Bueno, duh!” se ríe. Realizando una imitación perfecta de Stacia en su forma más ridícula. “Lo tenía todo planeado, aunque debo decir, que realmente me desconcertaste por un momento cando lo abandonaste a él así. Te subestime, Ever. Realmente lo hice, pero aun así, conserve mis planes, le dije a Ava que estarías de vuelta.” Ava. Lo miro fijamente, mis ojos amplios, sin estar segura de si quiero saber lo que le pasó a la única persona en que pensé que podría confiar. “Ah, sí, tu buena amiga Ava. La única con quien podrías contar, verdad?” el asiente. “Bueno, como veras, el a me dio una lectura una vez, una bastante buena podría decir, y

bueno, seguimos en contacto. Sabes que el a prácticamente escapo de la ciudad al momento en que te fuiste? Tomo todo el elixir también. Dejo a Damen solo en este cuarto, vulnerable, indefenso, a la espera de mí. Ni siquiera se quedo bastante tiempo para ver si tu pequeña teoría era cierta – pensando que tu estaría bastante lejos, así que, de cualquier manera, nunca sabrías la diferencia. Ya sabes, realmente deberías tener más cuidado sobre en quien confías, Ever. No deberías ser tan ingenua.” Trago con dificultad y me encojo de hombros. No hay nada que pueda hacer al respecto ahora. No puedo volver a tras, no puedo cambiar el pasado, la única cosa que puedo cambiar ahora es lo que pase luego. “Oh, y me encanto como seguiste mirando mi muñeca, buscando mi tatuaje Ouroboros.” el ríe. “Poco te das cuenta que lo l evamos en cualquier parte donde escojamos, así que escogí mi cuel o.” Me quedo parada silenciosamente, esperando escuchar más. Damen ni siquiera sabía que había inmortales picaros hasta que Drina fuera mala. “Así empecé,” el asiente, su mano derecha sobre su corazón. “Soy el padre fundador de la tribu de picaros inmortales. Es cierto que tu amigo Damen nos dio la primera bebida, cuando los efectos emperezaron a desaparecer, el nos dejo envejecer y marchitarnos, negándose a darnos mas.” Me encogí de hombros e hice rodar mis ojos. La concesión de alguien de más de un siglo de vida es casi lo que llamaría egoísta. “Y fue entonces cuando empecé a experimentar, aprendiendo de los más grandes alquimistas del mundo hasta que hubiera superado el trabajo de Damen.” “¿Llamas a eso un triunfo? ¿Volviéndote malo? ¿Tomando y dando vida a tu antojo? ¿Jugando a ser dios?” “Hago lo que tengo que hacer,” el se encoje de hombros, inspeccionando sus uñas. “Al menos no deje a los huérfanos restantes marchitarse. A diferencia de Damen, me importaban lo suficiente como para encontrarlos y salvarlos. Y si, de vez en cuando reclutaba a alguien nuevo. Aunque te aseguro que no he hecho daño a inocentes, solo aquel os que lo merecen.” Nuestros ojos de encuentran, pero rápidamente miro lejos. Damen y yo deberíamos haber visto esto venir, no deberíamos haber asumido que Drina era el final. “Así que imagina mi sorpresa cuando aparecí aquí, al encontrar este pequeño – grupillo – agrupándose con Damen en su pequeño círculo mágico, mientras su espeluznante gemelo corre por ahí, intentando juntar las piezas de un antídoto antes de que la noche caiga?” Roman ríe. “Una búsqueda bastante acertada también. Podría agregar. Deberías haber esperado, Ever. Deberías no haber roto en círculo. Los dos se merecen mucho más crédito del que estaba dispuesto a darles, pero entonces, como dije, tienes una tendencia en confiar en los malos. Como sea, mientras tanto de vuelta en bungaló. Simplemente me arrastre hasta aquí, esperando que tu te presentaras y rompieras el sel o protector, como sabia que lo harías,”

“¿Por qué?” miro a Damen, luego a Rayne, todavía acurrucada en el rincón, demasiado asustada para moverse. “¿Qué diferencia hay?” “Bueno, es lo que lo mato,” se encoje de hombros. “Podría haber vivido durante varios días, no tenias que interrumpir completamente así. Por suerte para ti tenía el antídoto a la mano para traerlo a él de vuelta. Y aunque hay un precio, un enorme precio, lo que está hecho esta hecho, ¿verdad? Y ahora no hay marcha atrás. No. Hay marcha. Atrás. Tu lo entiendes mejor que cualquiera de nosotros ahora, ¿no?” “Suficiente.” Digo, mis manos apretadas en puños. Pensando que debería deshacerme de él ahora. Eliminarlo para siempre. Quiero decir, Damen está a salvo, Roman no es necesario, que daño puede hacer? Excepto que no puedo. No es correcto. Quiero decir, Damen está a salvo. Y no puedo ir simplemente eliminando personas solo porque considero que no es bueno. No puedo abusar de mi poder de esa manera. Se espera mucho de aquel os que dan y todo eso. Relajo mis puños, desdoblando mis dedos mientras él dice, “Esa es una decisión sabia, no quieres hacer algo demasiado imprudente, aunque pronto estarás tentada. Porque como ves, Ever, mientras Damen va a estar bien, perfectamente bien y saludable y básicamente todo lo que podrías querer que él fuera, me temo que va a hacerlo todo mas difícil cuando comprendas que nunca pueden estar juntos.” Lo miro, mis dedos temblando, mis ojos ardiendo, negándome a creerle. ¿Damen va a vivir – yo voy a vivir – así que posiblemente que podría separarnos? “¿No me crees?” se encoje de hombros. “Está bien, adelante. Consume tu amor y descúbrelo. No es que me importe. Mi lealtad a Damen se acabo hace siglos. Así que no tendré absolutamente ningún reparo cuando saltes sobre sus huesos y termine muerto.” Sonríe, sus ojos directamente sobre los míos y cuando ve la mirada incrédula en mi rostro, su sonrisa se transforma en una risa. Una risa tan grande que alcanza el techo y sacude las paredes de este cuarto, antes de que se coloque alrededor de nosotros como una manta de sentencia. “¿Alguna vez te he mentido, Ever? Adelante, piénsalo. Esperare. ¿No he sido sincero todo el tiempo? Oh, claro que puedo haber omitido un poco de los más pequeños e insignificantes detalles al final, que, aunque puede ser bastante travieso de mi parte, realmente le añade diversión. Pero ahora, parece que hemos llegado al punto de plena revelación, así que me gustaría dejar claro, muy claro, que ustedes dos nunca podrán estar juntos. Ningún intercambio de ADN en lo absoluto. Y en caso de que todavía no entiendas lo que eso significa, entonces me permito deletrearlo detalladamente declarando que ningún fluido corporal de cualquier tipo nunca puede ser intercambiado. Y solo en caso de que necesites una traducción de lo que está bien, significa que no puedes besar, lamer, escupir en las bocas uno al otro, compartirse el elixir – oh, y por supuesto, tampoco puedes hacer lo que aun puede hacerse. Demonios, ni si quieras puedes llorar

sobre su hombro por el hecho de que no puedes hacer lo que aun puede hacerse. En resumen, no puedes hacer nada o al menos no el uno con el otro. Porque si lo haces, Damen morirá.” “No te creo.” Digo, mi corazón palpitando fuertemente, las palmas de mis manos llenas de sudor. “¿Cómo es eso incluso posible?” “Bueno, puedo no ser un medico o científico de profesión, pero estudie con algunos de los más grandes anteriormente. ¿Alberto Einstein, Max Planck, el Señor el Isaac Newton, o Galileo significan algo pata ti?” me encojo de hombros, deseando que deje a un lado los nombres y continúe con esto ya. “Entonces, en términos más simples, déjame decir que mientras el antídoto solo lo hubiera salvado deteniendo los receptores de multiplicar adicionalmente la edad y daños celulares, al momento en que añadimos tu sangre, nos aseguramos de que en cualquier reiniciación futura de su ADN solo hará activarlas de nuevo, invirtiendo en proceso entero y matándolo. Pero no necesitamos todo el canal de ciencia aquí (Science Channel), solo sepa que nunca pueden estar juntos de nuevo. Nunca entendido? Porque si lo haces, Damen muere, y ahora que ya te lo dicho – el resto depende de ti.” Me quedo mirando al suelo, preguntándome lo que he hecho, como pude haber sido tan estúpida para confiar en él. Apenas escuchando cuando él dice, “Y si no me crees, entonces adelante. Salta a bordo e inténtalo. Pero cuando él se desmaye, no vengas llorando a mí.” Nuestros ojos se cierran como l ave, y al igual como ese día en las mesas al almuerzo en la escuela, soy aspirada dentro del abismo de su mente. Sintiendo su deseo por Drina, su deseo por Damen, su deseo por mí. Mi deseo por estar en casa, y sabiendo que todo resulto en esto. Sacudo mi cabeza, alejándome de su control mientras él dice, “Oh, mira, se está despertando! Y se ve tan magnífico y corpulento como siempre. Disfruta de tu reencuentro, querida, Pero recuerda, no lo disfrutes demasiado!” Miro sobre mi hombro, viendo que Damen empieza a moverse, estirando su cuerpo y frotando sus ojos, luego arremeto contra Roman, queriendo herirlo, destruirlo, hacerle pagar por todo lo que él hizo. Pero el solo se ríe y se aparta fuera de mi camino, dirigiéndose hacia la puerta y sonriendo mientras dice, “Créeme, no quieres hacer eso. Podrías necesitarme algún día.” Me quedo parada ante él, temblando de rabia, tentada de hundir mi puño en su chacra mas vulnerable y mirarlo desaparecer para siempre. “Sé que no lo crees ahora, pero por qué no tomarte un momento para pensarlo, ahora que ya no puedes abrazarte con Damen, estas a punto de llegar a estar muy sola, muy rápido. Y ya que estoy orgul oso de mi por ser de tipo misericordioso, estaría más que dispuesto de llenar tu vacio.” Sus ojos se encuentran con los míos mientras respiro profundamente. “Y desde que lo creé, lo único que se con seguridad. Así que, como lo veo, tú me eliminas, y eliminas cualquier esperanza de que ustedes dos alguna vez puedan estar

juntos. ¿Es un riesgo que estas dispuesta a tomar?” Nos quedamos allí, los dos nosotros unidos de la manera más horrible, nuestros ojos mirándose fijamente, inmóviles, hasta que Damen llama mi nombre. Y cuando giro, tolo lo que veo es a él. Retornando a su habitual resplandor mientras él se levanta del sofá y me lanzo a sus brazos. Sintiendo su maravilloso calor cuando el presiona su cuerpo contra el mío, mirándome de la manera en que solía – como la cosa más importante en su mundo. Meto mi cara en su pecho, su hombro, su cuello, mi cuerpo entero estremeciéndose con el hormigueo y el calor cuando susurro su nombre una y otra vez, mis labios moviéndose en el algodón de su camisa, convocando su calidez, su fuerza, preguntándome como encontrare las palabras para confesar la horrible cosa que he hecho. “¿Qué paso?” pregunta el, sus ojos en los míos mientras él se aparta. “¿Estas bien?” Miro alrededor del cuarto, notando que Roman y Rayne se ha ido. Entonces miro detenidamente en sus oscuros y profundos ojos cuando digo. “¿No lo recuerdas?” Él sacude su cabeza. “¿Nada de esto?” se encoje de hombros. “Lo último que recuerdo es la noche del viernes, en la obra. Y luego después-” mira de reojo. “¿Qué es este lugar? ¿Seguro este no es el Montage?” me apoyo en su cuerpo mientras nos dirigimos hacia la puerta. Sabiendo que tengo que decirle – tarde que temprano – pero queriendo posponerlo tanto como pueda. Queriendo disfrutar el hecho de que está de vuelta – de que está vivo, y está bien y estamos juntos de nuevo. Bajando las escaleras y abriendo mi auto mientras digo. “Estabas enfermo, muy enfermo. Pero ahora estas mejor. Y es una larga historia, así que-” meto la llave en el encendido, mientras el pone su mano en mi rodilla. “¿Así que a donde vamos después de aquí?” pregunta, mientras piso el acelerador en reversa. Sintiendo su mirada mientras tomo un profundo suspiro y avanzo hacia la calle. Determinada a ignorar mucho más la cuestión de su pregunta, cuando sonrió y digo. “A donde queramos. El fin de semana empieza ahora.” Fin Traducido en: Foro Purple Rose

Alyson Noël Inmortales 02 Blue Moon.pdf

Yo asiento con la cabeza, con mis ojos cerrados. “Imagínalo justo en frente tuyo. Ve su textura, forma y color. ¿Lo captaste?” Yo sonrío,. reteniendo la imagen ...

1MB Sizes 5 Downloads 71 Views

Recommend Documents

Alyson Noël Inmortales 01 Evermore.pdf
Sign in. Loading… Whoops! There was a problem loading more pages. Retrying... Whoops! There was a problem previewing this document. Retrying.

Alyson Noël Inmortales 05 Desafio.pdf
Page 1 of 172. Irresistible. Adictivo. Arrollador. Así es el amor. Así es el fenómeno literario que ya ha cautivado a más de cinco millones de lectores. en todo el ...

Alyson Noël Inmortales 03 Shadowland.pdf
Tercer libro de la Saga "The Immortals". Page 3 of 240. Alyson Noël Inmortales 03 Shadowland.pdf. Alyson Noël Inmortales 03 Shadowland.pdf. Open. Extract.

blue moon alyson noel pdf free download
There was a problem previewing this document. Retrying... Download. Connect more apps... Try one of the apps below to open or edit this item. blue moon ...

Eternidad - Alyson Noel.pdf
+ !&# ,. - . # ! #'. # ! #. ' ' . # . # ! # - . !# !# / !# ' !# !# 0 !# !# (. () (/) () () !"# !# !# !# !# !$# !# !# !# !# !%# !# !# !# !# !&# !# !# !# !# Page 2 of 2. Eternidad - Alyson Noel.pdf. Eternidad - Alyson Noel.pdf. Open. Extract. Open with

Read [PDF] Larousse Gran Diccionario: Ingles-Espa~nol, Espa~nol-Ingles Full Pages
Larousse Gran Diccionario: Ingles-Espa~nol, Espa~nol-Ingles Download at => https://pdfkulonline13e1.blogspot.com/9702206561 Larousse Gran Diccionario: Ingles-Espa~nol, Espa~nol-Ingles pdf download, Larousse Gran Diccionario: Ingles-Espa~nol, Espa

Eternidad - Alyson Noel.pdf
Page 1 of 2. Stand 02/ 2000 MULTITESTER I Seite 1. RANGE MAX/MIN VoltSensor HOLD. MM 1-3. V. V. OFF. Hz A. A. °C. °F. Hz. A. MAX. 10A. FUSED.

Noel Alyson - Eternidad.pdf
Page 1 of 218. lecturaycinecr.blogspot.com. 1. Irresistible. Adictivo. Arrollador. Así es el amor. Así es el libro del año. Ever guarda un secreto: puede oír los ...

Eternidad - Alyson Noel.pdf
Eternidad - Alyson Noel.pdf. Eternidad - Alyson Noel.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In. Main menu. Displaying Eternidad - Alyson Noel.pdf. Page 1 of 201.

1 Eternidad - Alyson Noel.pdf
INSIDE OUT Wall Calendar 19 Month (2016) PDF. INSIDE OUT Wall Calendar 19 Month (2016) by Day Dream. Spend the year with Disney Pixar's latest fillm ...

2 Espejismos - Alyson Noel.pdf
Page 2 of 186. Irresistible. Adictivo. Arrollador. Así es el amor. Así es el fenómeno literario que ya ha cautivado a más de un millón de lectores en todo el mundo.

1 Eternidad - Alyson Noel.pdf
There was a problem previewing this document. Retrying... Download. Connect more apps... Try one of the apps below to open or edit this item. 1 Eternidad ...Missing:

1660-02-02
Jun 29, 2017 - ... awarded to any vessel under the Tennessee numbering system ... on each side of the vessel on the windows located nearest the main ...

1660-02-02
Jun 29, 2017 - signs to be temporarily but firmly mounted upon or attached to the vessel ... (e) Vessels with a valid document issued by the United States Coast ...

1660-02-02
Jun 1, 2017 - on each side of the vessel on the windows located nearest the main operator ... if not equipped with windows, the decal shall be placed in the ...

1720-02-02
Aug 1, 2017 - Repeal filed September 16, 2016; effective August 1, 2017. 1720-02-02-.02 REPEALED. Authority: T.C.A. § 49-9-209(e) and Public Acts of ...

1720-02-02
Aug 1, 2017 - Authority: T.C.A. § 49-9-209(e) and Public Acts of Tennessee, 1839-1840, Chapter 98, Section 5, and. Public Acts of Tennessee, 1807, Chapter 64. Administrative History: Original rule filed September 15,. 1976; effective October 15, 197

blue tide blue tide.pdf
blue tide blue tide.pdf. blue tide blue tide.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In. Main menu. Displaying blue tide blue tide.pdf.

Alyson Noel - [The Immortals 05] - Night Star (e4ebooks.com).pdf ...
Page 2 of 14. www.e4ebooks.com http://www.amazon.com/?_encoding=UTF8&camp=1789&creative=390957&linkCode=ur2&tag=e4ebookscom-20. Page 2 of 14. Page 3 of 14. Alyson Noel - [The Immortals 05] - Night Star (e4ebooks.com).pdf. Alyson Noel - [The Immortals

Alyson Noel - [The Immortals 05] - Night Star (e4ebooks.com).pdf ...
... and Damen's love is chal enged like never before, and the story ends with a ... Now I can't wait til July for the second book, to see what happens next.”.

Alyson Noel - [The Immortals 05] - Night Star (e4ebooks.com).pdf ...
Alyson Noel - [The Immortals 05] - Night Star (e4ebooks.com).pdf. Alyson Noel - [The Immortals 05] - Night Star (e4ebooks.com).pdf. Open. Extract. Open with.

2014 02 02 Newsletter February 02 2014.pdf
were originally celebrated on one occasion, at the end of the cate- chumenal journey, normally at the Easter Vigil. The path of for- mation and gradual ... and defend the faith, ... to confess the name of Christ boldly, and. never to be ashamed of hi