HOMENAJE AL “PRÓCER” D. SEGISMUNDO MORET En mi artículo Réquiem por el tren Madrid‐Cáceres‐Portugal: 1865‐2012, publicado por este diario el domingo 12 de agosto de 2012 en la sección Culturas y Sociedad, página 40, la obligada reducción de espacio aligeró algunas consideraciones que vienen hoy muy a cuento, con ocasión del homenaje a D. Segismundo Moret. En el epílogo de mi artículo concluía que las modificaciones de los trazados extremeños de la línea férrea del Tajo (M.C.P., 1881), con lógicas tan absurdas como privar a las ciudades de Plasencia y Cáceres de estaciones en línea, se impusieron por los intereses económicos de Moret, que desde su posición política privilegiada consiguió monopolizar intereses mineros y ferroviarios, mediante la propiedad de la Sociedad General de Fosfatos de Cáceres (1876) y de la “Sociedad de los Ferrocarriles de Cáceres a Malpartida de Plasencia y a la frontera portuguesa”, constituida ante notario en la ciudad de Cáceres el 18 de junio de 1879, así como de los contratos para su construcción y explotación. Como el presunto éxito que se esperaba de la exportación de fosfatos pronto se truncaría y a los ocho años de explotación esta línea era ya deficitaria, debiendo dar paso al tráfico de otras mercancías y pasajeros, con atino calificó el Periódico El Extremeño estas prácticas monopolistas al afirmar: “Como el Sr Moret nos tiene por desgracia acostumbrados a que todos sus negocios no sean más que redondos para él y perjudiciales para los puntos en que se fija para explotarlos, llamamos la atención de nuestra Diputación para que esté sobre aviso y no se deje engañar por el gitano financiero que sólo sabe hacer ferrocarriles hilvanados” (EL EXTREMEÑO, Plasencia, 17 de septiembre de 1882). A lo que yo añado: “El Ayuntamiento de Cáceres cambió el nombre de la calle Corte (s. XVI) por Moret en 1913, en homenaje callejero al prócer gaditano D. Segismundo Moret y Prendergast, jefe del partido liberal, presidente del Gobierno y del Congreso de los Diputados y presunto benefactor urbano por traer el ferrocarril a Cáceres, cuando en realidad lo hizo para provecho de sus negocios de fosfatos con un ramal desde Aldea Moret que finiquitaba en una estación aldeana en fondo de saco”. (CAMPESINO, A.‐J. (1990: “Centro ciudad y revitalización funcional: las calles cacereñas de Pintores y Moret”, en OESTE, Revista de Arquitectura y Urbanismo, Cáceres, COADE, pp. 119‐134). Si a tenor de lo visto, D. Segismundo Moret y Prendergast es un prócer ilustre por su absoluta honradez y modelo para todos los políticos actuales, más que una declaración de principios parece un diagnóstico sublime del actual estado de corrupción. Cáceres, 16 de noviembre de 2013. Prof. Dr. Antonio‐José Campesino Fernández Catedrático de Análisis Geográfico Regional Universidad de Extremadura