Traducido por Jeremías Scholz. Twitter @Jerescholz

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CAPITULO I ANNABETH

HASTA QUE CONOCIÓ A LA ESTATUA EXPLOSIVA, Annabeth pensó que estaba preparada para cualquier cosa. Había paseado por la cubierta de su buque de guerra volador, el Argo II, controlando y volviendo a controlar, las ballestas para asegurarse de que estuvieran bloqueadas. Confirmó que la bandera blanca de "Venimos en paz" ondeara en el mástil. Ella había revisado el plan con el resto de la tripulación y el plan de seguridad y el plan de respaldo para el plan de seguridad. Lo más importante puso a un lado su loco-guerrero acompañante, el entrenador Hedge Gleeson, y lo animó a tomar la mañana libre en su camarote y lo animo a que repase artes marciales mixtas de campeonatos. Lo último que necesitaban, como ya que volaban en un buque de guerra hacia territorio romano potencialmente hostil era un sátiro de mediana edad en ropa de gimnasia agitando un palo y gritando — "¡Muere!" Todo parecía estar en orden. Incluso ese misterioso escalofrío que había estado sintiendo desde que la nave había puesto en marcha se había disipado, al menos por ahora. El buque de guerra descendió a través de las nubes, pero no podía dejar de Annabeth dudando. ¿Y si se trataba de una mala idea? ¿Qué pasa si los romanos se asustan y atacan a la vista? El Argo II definitivamente no parecía amable. Doscientos metros de largo, con un casco de bronce cromado, montado con repetidas ballestas de proa a popa, un dragón de metal en llamas por un mascarón de proa, y dos ballestas giratorias en medio del barco que podían disparar pernos explosivos lo suficientemente poderosos como para acabar con hormigón... bueno, no era el viaje más apropiado para una reunión para conocerse con los vecinos. Annabeth había tratado de dar a los romanos unas cabezas en alto. Le había pedido a Leo a enviar a uno de sus inventos especiales de holográfica de desplazamiento para alertar a sus amigos dentro del campamento. Esperemos que el mensaje hubiera llegado a través. Leo había querido pintar un mensaje gigante en la parte inferior del casco, ¿Cómo Andan? con una cara sonriente, pero Annabeth vetó la idea. Ella no estaba segura de que los romanos tenían un sentido del humor. Demasiado tarde para echarse atrás. Las nubes se abrieron alrededor de su casco, revelando la alfombra dorada y verde de las colinas de Oakland por debajo de ellos.

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Annabeth se apoderó de uno de los escudos de bronce que se alineaban en la borda de estribor. Sus tres compañeros de tripulación tomaron sus lugares. En el alcázar de popa, Leo corría por ahí como un loco, revisando sus indicadores y palancas de lucha libre. Más timoneles hubieran estado satisfechos con la rueda de un piloto o un timón. Leo había instalado también un teclado, monitor, controles de aviación de un Learjet, una caja de resonancia Dubstep, y de control de movimiento sensores de una Nintendo Wii. Podía disparar a los enemigos pulsando el acelerador, escuchar un CD o subir las velas agitando sus controladores de Wii realmente rápido. Incluso para los estándares de semidioses, Leo tenía un grave caso de TDAH. Piper caminaba de un lado a otro entre el palo mayor y las ballestas, practicando sus líneas. — "Bajen sus armas", murmuró. "Sólo queremos hablar." Su hechizo oral era tan poderoso, las palabras fluyeron a través de Annabeth, llenándola con el deseo de dejar la daga y tener una larga charla agradable. Para una hija de Afrodita, Piper se esforzó por restar importancia a su belleza. Hoy estaba vestida con vaqueros rotos, unas raídas zapatillas de deporte y una camiseta blanca con rosa diseños Hello Kitty. (Tal vez como una broma, pero Annabeth nunca podría estar seguro halando de Piper.) Su pelo estaba trenzado marrón entrecortado por el lado derecho con una pluma de águila. Luego estaba el novio de Piper: Jason. Se puso de pie en la proa de la plataforma elevada donde estaba la ballesta, donde los romanos fácilmente lo podrían detectar. Sus nudillos estaban blancos sobre la empuñadura de su espada dorada. De lo contrario, parecía tranquilo para un tipo que se estaba haciendo a sí mismo un objetivo. Con sus vaqueros y su camiseta naranja del Campamento Mestizo, se había puesto una toga y un manto púrpura, símbolos de su rango como pretor. Con el viento se revolvió el pelo rubio, con los ojos azules de hielo, se veía guapo y en control, al igual que un hijo de Júpiter debería. Se había criado en el Campamento Júpiter, así que espero que su cara familiar hiciera que los romanos permitan volar la nave por el cielo. Annabeth trató de ocultarlo, pero ella seguía sin confiar completamente en el chico. Él actuó demasiado perfecta y simplemente siguiendo las reglas, siempre haciendo lo honorable. Incluso parecía demasiado perfecto. En el fondo de su mente, ella tenía un persistente pensamiento: ¿Y si se trata de un truco y nos traiciona? ¿Qué pasa si navegamos en el campamento de Júpiter, y dice: ¡Hey, romanos! Denle un vistazo a estos presos y esta nave fresca que te traje? Annabeth puso en duda lo que iba a suceder. Aun así, no podía mirarlo sin tener un sabor amargo en la boca.

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Había sido parte del “Programa de Intercambio” de Hera para introducir a los dos Campamentos. Su Majestad la más molesta, la reina del Olimpo, había convencido a los otros dioses que los dos conjuntos de niños, las fuerzas romanas y griegas se tenían que combinar para salvar al mundo de la Diosa mala Gea, que estaba despertando de la tierra, y a sus hijos los horribles gigantes. Sin previo aviso, Hera había arrancado Percy Jackson, el novio de Annabeth, le limpió la memoria, y lo envió al campamento romano. A cambio, los griegos encontraron a Jason. Nada de eso fue culpa de Jason, pero cada vez que Annabeth lo veía, recordaba cuánto echaba de menos a Percy. Percy... que estaba en algún lugar por debajo de ellos en estos momentos. Oh, dioses. El pánico brotó en su interior. Ella se obligo a calmarse. No podía permitirse el lujo de sentirse abrumada. Soy una hija de Atenea, se dijo. Tengo que mantener mi plan y no distraerme. Sintió de nuevo ese estremecimiento general, como si un muñeco de nieve psicótico se había deslizado detrás de ella y respiraba abajo su cuello. Se dio la vuelta, pero no había nadie allí. Deben ser los nervios. Incluso en un mundo de dioses y monstruos, Annabeth no podía creer que un nuevo buque de guerra podría ser embrujado. El Argo II estaba bien protegido. Los escudos de bronce celestiales a lo largo del carril estaban encantados para evitar monstruos, y su sátiro bordo, el entrenador, habría olido a cualquier intruso. Annabeth deseó poder rezar a su madre como guía, pero eso no era posible ahora. No después del mes pasado, cuando había tenido que encuentro terrible con su mamá y conseguido el peor regalo de su vida.... El frío se apretó aún más. Le pareció oír una voz apagada por el viento, riendo. Cada músculo de su cuerpo tensó. Algo estaba a punto de ir terriblemente mal. Estuvo a punto de pedir a Leo para revertir el curso. Luego, en el valle, los cuernos sonaron. Los romanos los habían avistado. Annabeth pensaba que sabía que esperar. Jason había descrito el Campo de Júpiter a su gran detalle. Aun así, tenía problemas que sus ojos crean. Rodeado por las colinas de Oakland, el valle era por lo menos dos veces el tamaño del Campamento Mestizo. Un pequeño río que serpenteaba alrededor de un lado y curvado en el centro como una G mayúscula, que desemboca en un azul brillante lago. Justo debajo de la nave, situada en el borde del lago, la ciudad de Nueva Roma brillaba a la luz del sol. En ella había reconocido algunos hitos que Jason le había dicho como el hipódromo, el Coliseo, los templos y parques, la barrio de las Siete Colinas con sus calles sinuosas, casas coloridas, y jardines con flores. Ella vio evidencia de la batalla de los romanos reciente con un ejército de monstruos. La bóveda estaba abierta en una edificio supuso era la Casa del Senado. La amplia plaza del foro estaba llena de cráteres. Algunas fuentes y estatuas estaban en ruinas.

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Decenas de niños en togas corrían fuera de la sede del Senado para obtener una mejor visión del Argo II. Más romanos surgieron de las tiendas y cafeterías, embobados y señalando que la nave descendía. A una media milla al oeste, donde los cuernos soplaban, un castillo romano en una colina. Se veía como las ilustraciones Annabeth había visto en la historia militar de los libros, con una trinchera defensiva llena de picos, altos muros y torres vigías armadas con ballestas escorpión. En el interior, perfectas hileras de barracones blancos se alineaban en la carretera principal de la Via Principalis. Una columna de semidioses surgió de las puertas, las armaduras y lanzas brillando mientras se apresuraban hacia la ciudad. En medio de sus filas había un elefante de guerra real. Annabeth quería aterrizar el Argo II antes de que esas tropas llegaran, pero el suelo estaba todavía varios cientos de pies a continuación. Recorrió la multitud, con la esperanza de echar un vistazo a Percy. Entonces algo detrás de ella fue ¡BOOM! La explosión casi la tiró por la borda. Se dio la vuelta y se encontró cara a cara con una estatua enojado. — "¡Inaceptable!" Gritó él. Al parecer, había estallado en la existencia, allí mismo, en la cubierta. Humo amarillo sulfuroso salió de sus hombros. Término apareció alrededor de su pelo rizado. De la cintura para abajo, no era más que un pedestal de mármol cuadrado. De la cintura para arriba, él era una figura muscular humano en una toga tallada. — "No voy a tener armas dentro de la Línea Pomerian!", Anunció con voz profesor quisquilloso. "¡Y ciertamente no permitiré Griegos!" Jason tiro Annabeth una mirada que decía, yo me encargo. — "Término", dijo. "Soy yo. Jason Grace”. — "Oh, me acuerdo de ti, Jason!" Término gruñó. "¡Pensé que tenías más sentido que asociarte con los enemigos de Roma!" — "Pero ellos no son enemigos" — "Así es," saltó al instante Piper "Sólo queremos hablar. -Si pudiéramos " — "¡Ja!", Espetó la estatua. "No intentes usar tu Hechizo Oral en mí, señorita. Y baja esa daga antes de que te abofetee con tus manos! " Piper miró la daga de bronce, el cual aparentemente había olvidado que tenía en la mano. — "Um... bien. Pero, ¿cómo haría lo de la bofetada? Usted no tiene ningún arma". — "Impertinencia" Hubo un fuerte POP y un destello de color amarillo. Piper gritó y dejó caer la daga, que desde ahora destellaban y salía chispas. — "Por suerte para ti He estado a través de una batalla", anunció Término. "Si estuviera con todas mis fuerzas, ¡Hubiera sacado del cielo esta monstruosidad voladora! "

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— "Espera." Leo dio un paso adelante, moviendo el controlador de Wii. "¿Acabas de llamar a mi nave una monstruosidad? Yo sé que no hiciste eso". La idea de que Leo pudiera atacar a la estatua con su dispositivo de juego fue suficiente para romper Annabeth fuera de su shock. — "Vamos todos a calmarnos." Ella levantó las manos para demostrar que no tenía armas. "Supongo que usted es Término, el dios de límites. Jason me dijo que protege la ciudad de Nueva Roma, ¿no? Estoy Annabeth Chase, hija de…" — "Oh, ¡Sé lo que eres!" Miró la estatua hacia ella con los ojos en blanco. "Un niño de Atenea, Minerva en su forma romana. ¡Escandaloso! Ustedes los griegos no tienen ningún sentido de la decencia. Los romanos conocen el lugar adecuado para esa Diosa. " Annabeth apretó la mandíbula. Con esta estatua no sé es fácil ser diplomático. — "¿Qué es exactamente lo que quieres decir, que diosa? Y lo que es tan escandaloso-" — "¡Muy bien!", Interrumpió Jason. "De todos modos, Término, estamos aquí en una misión de paz. Nos encantaría tener tu permiso para aterrizar, tan solo podemos-" — "¡Imposible!" Chilló el dios. "¡Bajen sus armas y ríndanse! ¡Dejad mi ciudad inmediatamente! " — "¿Qué hay que hacer?", Preguntó Leo. "¿Rendirnos o irnos?" — "Ambos", dijo Término. "Rendíos, después se van. ¡Golpearía tu cara por hacer una pregunta tan estúpida, muchacho ridículo! ¿Cree usted que…? " — "Wow". Dijo Leo a Término estudiándolo con interés profesional. "Estás en términos, bastantes apretados. ¿Tienes algunos engranajes allí que necesiten aflojamiento? Podría echar un vistazo. " Cambió el mando de Wii por un destornillador de su mágico cinturón de herramientas y golpeó el pedestal de la estatua. — "¡Deja de hacer eso!", Insistió Término. Otra pequeña explosión hizo caer Leo su destornillador. "Las armas no se permiten en suelo romano dentro de la Línea Pomerian”. — "¿La qué?", Preguntó Piper. — "Los límites de la ciudad," Tradujo Jason. — "Y este barco cuenta con un arma", dijo Término. "¡No se puede aterrizar!" Abajo, en el valle, los refuerzos de la legión estaban a medio camino a la ciudad. La multitud en el foro eran más de cien personas. Annabeth escaneo las caras y… oh, dioses. Lo vio. Estaba caminando hacia la nave con sus brazos en torno a dos otros niños como si fueran los mejores amigos, un muchacho fornido con el pelo corto y negro, y una niña que llevaba un casco romano de caballería. Percy se veía tan a gusto, tan feliz. Llevaba una capa púrpura como la de Jason, la marca de un pretor. El corazón de Annabeth se puso a cien. — "Leo, detén el barco", le ordenó.

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— "¿Qué?" — "Ya me oíste. Tenemos que mantenernos justo donde estamos. " Leo sacó su controlador y tiró de él hacia arriba. Todos los noventa remos se congelaron en su lugar. La nave dejó de hundirse. — "Término", Annabeth dijo, "no hay ninguna regla en contra de estacionarnos arriba de Nueva Roma, ¿verdad?" La estatua frunció el ceño. — "Bueno, no..." — "Podemos mantener la nave en el aire", dijo Annabeth. "Vamos a utilizar una escalera de cuerda para llegar al foro. De esta forma, el barco estaría en suelo romano. No técnicamente”. La estatua parecía reflexionar sobre esto. Annabeth se preguntó si él se rascaba la barbilla con las manos imaginarias. — "Me gustan los tecnicismos", admitió. "Sin embargo..." — "Todas las armas se quedarán a bordo de la nave", prometió Annabeth. "Supongo que los romanos, incluso los refuerzos marchando hacia nosotros también tiene que respetar las reglas dentro de la Línea Pomerian si les dices que lo hagan" — "Por supuesto", dijo Término. "¿Me veo como que tolerar rompen las reglas?" — "Uh, Annabeth...", dijo Leo. "¿Estás segura que es una buena idea?" Cerró los puños para evitar que se mueva. Esa sensación de frío todavía estaba allí. Flotaba justo detrás de ella, y Término ahora que ya no estaba gritando y causando explosiones, pensó que podía oír a la presencia riendo, como si estuviera encantado por las malas decisiones que ella estaba haciendo. Pero Percy estaba allí... él estaba tan cerca. Tenía que llegar a él. — "Va a estar todo bien", dijo. "Nadie va a estar armado. Podemos hablar en paz. Término se asegurará de que cada parte obedezca las reglas. "Miró a la estatua de mármol. "¿Tenemos un acuerdo?" Término olió. — "Supongo. Por ahora. Ustedes pueden bajar por la escalera a Nueva Roma, hija de Atenea. Por favor, trata de no destruir a mi pueblo”.

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CAPITULO II ANNABETH UN MAR DE SEMIDIOSES apresuradamente se separaron de Annabeth mientras caminaba a través del foro. A algunos se los veía tensos, algunos nervioso. Algunos estaban vendados de su reciente batalla con los gigantes, pero nadie estaba armado. Nadie atacó. Familias enteras se habían reunido para ver a los recién llegados. Annabeth vio parejas con bebés, los niños pequeños se aferraban a las piernas de los padres, e incluso algunas personas de edad avanzada en una combinación de trajes romanos y ropa moderna. ¿Eran todos ellos semidioses? Annabeth se sospechaba que sí, aunque nunca había visto un lugar como este. En el Campamento Mestizo, la mayoría de los semidioses eran adolescentes. Si sobrevivías lo suficiente para graduarse de la escuela secundaria, o bien se quedarías como consejero o iniciarías un viaje para sobrevivir lo más que puedas en el mundo mortal. En este caso, se trataba de una comunidad multi generacional. En el otro extremo de la multitud, Annabeth vio a Tyson el Cíclope y el Perro del Infierno de Percy, la señorita O'Leary-quienes habían sido el primer grupo de exploración desde el Campamento Mestizo con la misión de llegar al Campamento Júpiter. Parecían estar de buen humor. Tyson saludó con la mano y sonrió. Llevaba una bandera SPQR como un babero gigante Una parte de la mente de Annabeth registraba la belleza de la ciudad, el olor de las panaderías, el gorgoteo de fuentes, las flores que florecen en los jardines. Y la arquitectura... dioses, las columnas de mármol dorado, deslumbrantes mosaicos, arcos monumentales, adosados y villas. Frente a ella, entre medio de los semidioses se le dio paso a una chica con una armadura romana completa y una capa púrpura. El pelo oscuro cayó sobre sus hombros. Sus ojos eran tan negros como la obsidiana. Reyna. Jason la había descrito bien. Aun sin eso, Annabeth la habría señalado como el líder. Medallas de decoró estaban en su armadura. Se manejaba con tanta confianza entre los demás semidioses que retrocedió y evitó su contemplar. Annabeth reconocido algo más en su rostro, demasiado duro en el conjunto de su boca y la forma deliberada de ella. Levantó la barbilla como si estuviera listo para aceptar cualquier reto. Reyna estaba forzando una expresión de valor, mientras que retenía una mezcla de esperanza, preocupación y el miedo que no podía mostrarle al público. Annabeth conocía esa expresión. Lo veía cada vez que miraba en un espejo.

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Las dos chicas se veían una a otra. Los amigos de Annabeth se desplegaron a ambos lados. Los romanos murmuraron el nombre de Jason, mirándolo con asombro. Entonces alguien apareció entre la multitud, y la visión de Annabeth se oscureció. Percy sonrió, la sonrisa sarcástica y alborotadora, que le había molestado durante años, pero con el tiempo se había convertido entrañable. Sus ojos verde mar eran tan guapos como ella recordaba. Su pelo oscuro estaba barrido a un lado, como si hubiera acabado de llegar de un paseo por la playa. Se veía incluso mejor de lo que había hace seis meses, bronceado y más alto, más delgado y musculoso. Annabeth estaba demasiado aturdida para moverse. Ella sentía que si conseguía acercarse a él, todas las moléculas de su cuerpo podrían entrar en combustión. Había estado secretamente enamorada de él desde que tenían doce años. El verano pasad o, se había enamorado de él duramente. Ellos habían sido una pareja feliz durante cuatro meses, y luego desapareció. Durante su separación, algo había sucedido con los sentimientos de Annabeth. Habían crecido dolorosamente e intensamente, como se hubiera visto obligada a vivir de un medicamento que salva vidas. Ahora no estaba segura de que era más insoportable, vivir con esa ausencia horrible, o estar con él otra vez. La pretor Reyna se enderezó. Con reticencia aparente, se volvió hacia Jason. — "Jason Grace, mi antiguo colega..." Ella pronunció la palabra COLEGA como si fuera una cosa peligrosa. "Te doy la bienvenida casa. Y a éstos, a tus amigos-" No era la intención de Annabeth, pero ella se lanzó hacia delante. Percy corrió hacia ella al mismo tiempo. La multitud se puso tensa. Algunos buscaron por espadas que no estaban allí. Percy le echó los brazos alrededor de ella. Se besaron, y por un momento le importaba nada más. Un asteroide podría golpear el planeta y acabar con toda la vida, y a Annabeth no le hubiera importado. Percy olía al aire del mar. Tenía los labios salados. Sesos de Alga, pensó vertiginosamente. Percy se apartó y se estudió su rostro. — "Dioses, nunca pensé-" Annabeth le agarró la muñeca y la pasó por encima del hombro. El se estrelló contra el pavimento de piedra. Los romanos gritaron .Algunos se lanzaron hacia delante, pero Reyna gritó: — "¡Alto! ¡Retírese! "

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Annabeth puso su rodilla sobre el pecho de Percy. Le puso el antebrazo contra su garganta. No le importaba lo que los Romanos pensaban. Un bulto rojo blanco de la ira se expandió en el pecho, un tumor de preocupación y amargura que había tenido que cargar desde el pasado otoño. — "Si alguna vez me dejas de nuevo", dijo, con los ojos irritados, "Lo juro por todos los dioses te…" Percy se atrevió a reír. De repente, el nudo de emociones calientes se fundió dentro de Annabeth. — "Considérame advertido," dijo Percy. "Yo también te extrañé." Annabeth se levantó y le ayudó a ponerse en pie. Quería besarlo otra vez, pero se las arregló para contener se ella misma. Jason se aclaró la garganta. — "Así que, sí... Es bueno estar de vuelta." Él introdujo a Reyna a Piper, que se parecía un poco molesta que no había llegado a decir las líneas que había practicado, y luego a Leo, que sonrió y mostró un signo de paz. — "Y esta es Annabeth", dijo Jason. "Uh, y normalmente no lo hace una llave de Judo al pueblo". Reyna ojos brillaron. — "¿Estás seguro de que no eres una Romana Annabeth? ¿O una amazona? " Annabeth no sabía si eso era un cumplido, pero me tendió la mano. — "Yo sólo ataco a mi novio así “prometió. "Encantada de conocerte." Reyna estrechó la mano con firmeza. — "Parece que tenemos mucho de qué hablar. ¡Centuriones! " Algunos de los campistas romanos empujaron hacia adelante al parecer, los oficiales superiores. Dos niños aparecieron al lado de Percy, los mismos que Annabeth había visto con él antes. El tipo fornido asiático con el corte de pelo tenía unos quince años. Era lindo en una especie de gigante Oso panda-mimoso. La chica era más joven, tal vez trece años, con ojos color ámbar y la piel de tono chocolate, su pelo era rizado y largo. Su casco de caballería estaba bajo el brazo. Annabeth podía decir por su lenguaje corporal que se sentían cercanos a Percy. Estaban de pie junto a él protectoramente, como si hubieran compartido muchas aventuras. Ella reprimió una punzada de celos. ¿Era posible Percy y esta chica…? No. La química entre los tres de ellos no era así. Annabeth se había pasado la vida entera aprendiendo a leer a las personas. Era una habilidad de supervivencia. Si tuviera que adivinar, diría que el chico asiático grande era el novio de la chica, a pesar de que sospechaba que no habían estado juntos mucho tiempo.

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Había una cosa que no entendía: ¿Qué estaba la chica mirando? Ella seguía con el ceño fruncido en dirección de Piper y Leo, como si reconociera a uno de ellos y el recuerdo fuera doloroso. Mientras tanto, Reyna estaba dando órdenes a sus oficiales. — "... Decir a la legión que se retiren. Dakota, alertar a los espíritus en la cocina. Diles que prepararen una fiesta de bienvenida. Y, Octavian…" — "¿Estás dejando que estos intrusos entren al Campamento?" Un hombre alto, de pelo rubio y fibroso se abrió paso hacia adelante. "Reyna, los riesgos de seguridad…" — "No están tomando al campamento, Octavian." Reyna le lanzó una mirada severa. "Vamos a comer aquí, en el foro". — "Oh, mucho mejor", se quejó Octavian. Parecía ser el único que no aceptaba a Reyna como su superior, a pesar del hecho de que era flaco y pálido, y por alguna razón había tres ositos de peluche colgando de su cinturón. "Ustedes quieren relajarse a la sombra de su buque de guerra". — "Estos son nuestros huéspedes." Reyna era cortante en cada palabra. "Vamos a darles la bienvenida, y vamos a hablar con ellos. Como augur, debe quemar una ofrenda para agradecer a los dioses para traer Jason de nuevo a nosotros con seguridad. " — "Buena idea" propuso Percy "Ve a quemar tus osos, Octavian." Reyna se veía como si estuviera tratando de no sonreír. — "Tienen mis órdenes. Vayan". Los agentes de dispersaron. Octavian tiro a Percy una mirada de desprecio absoluto. Luego le dio a Annabeth una mirada sospechosa y se alejó. Percy puso la mano detrás de Annabeth. — "No te preocupes por Octavian," dijo. "La mayoría de los romanos son buena gente como Frank y Hazel aquí, y Reyna. Vamos a estar bien. " Annabeth se sentía como si alguien hubiera cubierto un paño frío en la nuca. Oyó la risa susurrante otra vez, como si la presencia la hubiera seguido desde el barco. Levantó la vista hacia el Argo II. Su casco de bronce macizo brillaba a la luz del sol. Una parte de ella quería secuestrar Percy en este momento, subir a bordo, y salir de aquí mientras aún podía. Pero no podía evitar la sensación de que algo muy malo iba a pasar. Y no había manera de que lo haga, siempre estaba el riesgo de perder Percy nuevo. — "Vamos a estar bien", repitió, tratando de creerlo. — "Excelente," dijo Reyna. Se volvió hacia Jason, Annabeth pensaba que había una especie de hambre brillosa en sus ojos. — "Vamos a hablar, y podemos tener una reunión adecuada".

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CAPITULO III ANABETH A ANNABETH LE HUBIERA GUSTADO TENER APETITO, porque los romanos sabían cómo comer. Los conjuntos de sillas y mesas bajas fueron acarreadas hasta el foro que se asemejaba a una sala de exposición de muebles. Había romanos en grupos de 10 a 20 chicos, hablando y riendo mientras los espíritus del viento/aurae, se arremolinaba por encima de ellos, habiendo una interposición de un sinfín de pizzas, sándwiches, patatas fritas, refrescos y galletas recién horneadas. A la deriva a través de la multitud había fantasmas púrpura , Lares, con togas y armaduras de legionario. Alrededor de los bordes de la fiesta, los sátiros (Faunos NO, Annabeth se pensaba) trotaban de mesa en mesa, mendigando comida y monedas. En la misma región, el elefante de guerra jugueteaba con la señora O'Leary, y los niños jugaban alrededor de las estatuas de Término que se alineaban en los límites de la ciudad. Toda la escena era tan familiar y tan completamente ajena que le daba vértigo a Annabeth. Lo único que quería era estar con Percy, preferiblemente a solas. Sabía que tendría que esperar. Si su búsqueda iba a tener éxito, necesitaban a estos romanos, lo que significaba conseguir conocerlos y construir algo a buena voluntad. Reyna y algunos de sus oficiales (incluyendo al chico rubio Octavian, recién de regresado de la quema de un oso de peluche para los dioses) se sentó con Annabeth y su tripulación. Percy se unió a ellos con sus dos nuevos amigos, Frank y Hazel. Como un tornado de platos de comida se estableció sobre la mesa, Percy se inclinó y le susurró: — "Quiero mostrarle alrededor de Nueva Roma. Sólo tú y yo. El lugar es increíble”. Annabeth se había sentido muy emocionada. Sólo tú y yo eran exactamente lo que quería. En su lugar, un resentimiento creció en la garganta. ¿Cómo podría Percy hablar con tanto entusiasmo acerca de este lugar? ¿Qué pasaba con el Campamento Mestizo, su campamento, su hogar? Trató de no mirar a las marcas nuevas de Percy antebrazo, un tatuaje SPQR como Jason. En el Campamento Mestizo, los semidioses tenían collares de cuentas para conmemorar la cantidad de años de entrenamiento que llevaban. Aquí, los romanos tatuaron en su carne, como si dijeran: Usted pertenece a nosotros. Permanentemente. Ella tragó algunos comentarios mordaces. — "Está bien. Seguro". — "He estado pensando", dijo nerviosamente. "Tuve esta idea…"

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Se detuvo cuando Reyna llamo un brindis por la amistad. Después de las presentaciones de todos, los romanos y los compañeros de Annabeth empezaron a intercambiar historias. Jason explicó cómo había llegado al Campamento Mestizo sin su memoria, y cómo había ido en una misión con Piper y Leo a rescatar a la diosa Hera (o Juno, como se llame era igual de molesta como Griega o Romana) de la prisión en él La Casa del Lobo en el norte de California. — "¡Imposible!" Rompió Octavian "Ese es nuestro lugar más sagrado. Si los gigantes hubieran encarcelado a una diosa allí " — "Ellos la han destruido", dijo Piper. "Y culparas a los Griegos, y empezaras una guerra contra nosotros. Ahora, cállate y deja que Jason termine". Octavian abrió la boca, pero no salió ningún sonido. Annabeth se dio cuenta del Hechizo Oral de Piper. Reyna miro hacia atrás y hacia adelante entre Jason y Piper, la frente arrugada, como si apenas comenzara a darse cuenta de que ellos dos eran una pareja. — "Así que," Jason continuó, "así es como nos enteramos de la diosa Gea. Ella está todavía media dormida, pero tiene la culpa de la liberación de los monstruos del Tártaro y el aumento de los gigantes. Porfirión, el tipo grande, el líder que luchó en La Casa del Lobo: dijo que se retiraba hacia la antigua Grecia, sí, las tierras. Planea despertar a Gea y destruir a los dioses… ¿Cómo se Dice? Talando sus raíces" Percy asintió con su cabeza, pensativo. — "Gea ha estado ocupada aquí, también. Teníamos nuestro propio encuentro con la reina de las Cara Sucia". Percy contó su versión de los hechos. Habló sobre el despertar en la Casa del Lobo sin recuerdos a excepción de un nombre: Annabeth. Cuando se enteró de eso, Annabeth tuvo que tratar de no llorar. Percy les contó cómo había viajado a Alaska con Frank y Hazel, cómo habían derrotado al gigante Alcioneo, liberado el dios de la muerte Tanatos, y regresar con el escudo: Un Águila de oro gigante que regresaría la suerte al campamento. Cuando Percy había terminado, Jason silbó apreciativamente. — "No me extraña que te hayan hecho pretor". Octavian resopló. — "¡Lo que significa que ahora tenemos tres pretores! ¡Las reglas establecen claramente que sólo se puede tener dos! " — "En el lado positivo", dijo Percy, "Tanto Jason y como yo somos tus superiores, Octavian. Así que los dos podemos decirte que te calles. "

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Octavian se volvió púrpura como la remera Romana. Jason dio un golpe de puño Percy. Incluso Reyna consiguió esbozar una sonrisa, aunque sus ojos eran tormentosos. — "Vamos a tener que averiguar el problema del pretor adicional después", dijo. "En este momento tenemos problemas más graves a los que enfrentar”. — "Voy a dar un paso a un lado para Jason", dijo Percy con facilidad. "No es una gran cosa." — "¿No es gran cosa?" Se atragantó Octavian. "¿El pretor de Roma no es gran cosa?" Percy no le hizo caso y se volvió hacia Jason. — "Tú eres el hermano de Thalía Grace, ¿eh? Wow. Ustedes se parecen en... nada." — "Sí, me di cuenta", dijo Jason. "De todos modos, gracias por ayudar a mi campamento mientras yo no estaba. Hiciste un trabajo increíble”. — "Después de usted", dijo Percy. Annabeth le dio una patada en la espinilla. Odiaba interrumpir un romance en ciernes, pero Reyna tenía razón: tenían graves cosas que discutir. — "Tenemos que hablar de la gran profecía. ¿Parece que los romanos son conscientes de ello también? " Reyna asintió. — "Lo llamamos la Profecía de los Siete. Octavian, ¿Te la tienes que saber de memoria? " — "Por supuesto", dijo. "Pero, Reyna…" — "Recita, por favor. En Inglés, no latino”. Octavio suspiró. — "Siete mestizos contestarán al llamado. Por tormenta o fuego el mundo debe caer" — "Un juramento que mantener hasta el último aliento", continuó Annabeth. "Y los enemigos llevan armas a las puertas de la muerte." Todo el mundo la miraba, a excepción de Leo, que había construido un molinete de papel de aluminio con envoltorios de tacos y fue derribada por un espíritu del viento. Annabeth no estaba seguro de por qué había soltado las líneas de la profecía. Sólo se había sentido obligada. El chico mayor, Frank, se inclinó hacia delante, mirándola con fascinación, como si le hubiera crecido un tercer ojo. — "¿Es cierto que eres un niño de Miner… Quiero decir, Atenea?" — "Sí," dijo ella, sintiéndose de repente defensiva. "¿Por qué, es una sorpresa?" Octavian se burló. — "Si eres verdaderamente un hijo de la diosa de la sabiduría"

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— "Basta ya", espetó Reyna. "Annabeth es lo que dice ser. Ella está aquí en paz. Además..." Ella le dio una mirada Annabeth de respeto a regañadientes. "Percy ha hablado muy bien de usted." Annabeth no tuvo tiempo de descifrar los matices en la voz de Reyna. Percy miró hacia abajo, de repente interesado en su hamburguesa con queso. La cara de Annabeth se sentía caliente. ¡Oh, dioses!... Reyna había tratado de tener algo con Percy. Eso explicaba el matiz de amargura, tal vez incluso la envidia, en sus palabras. Percy le había rechazado por Annabeth. En ese momento, Annabeth perdonó a su novio ridículo que todo lo que había hecho mal. Ella quería lanzar sus brazos alrededor de él, pero se mando mantener la calma. — "Uh, gracias", dijo a Reyna. "De todos modos, algunas cosas de la profecía están cada vez más claras. Los enemigos que llevan armas a la Las puertas de la muerte... eso significa que los romanos y los griegos. Tenemos que unir esfuerzos para encontrar esas puertas. " Hazel, la chica con el casco de caballería y el pelo largo y rizado, recogió algo al lado de su plato. Se veía como un gran rubí, pero antes de que Annabeth pudiera estar segura, Se la metió en el bolsillo de su camisa de mezclilla. — "Mi hermano, Nico, fue a buscar a las puertas", dijo. — "Espera", dijo Annabeth. "¿Nico di Ángelo? ¿Él es tu hermano? " Hazel asintió con la cabeza como si fuera obvio. Una docena de preguntas más lleno en la cabeza de Annabeth, pero ya estaba girando como el molino de Leo. Decidió dejar que el asunto vaya. — "Está bien. ¿Qué decías? " — "Desapareció". Hazel se humedeció los labios. "Me temo que... no estoy segura, pero creo que algo le ha pasado." — "Vamos a buscarlo", prometió Percy. "Tenemos que encontrar las puertas de la muerte de todos modos. Tanatos nos dijo que encontraríamos ambas respuestas en Roma, La Roma Original. Eso está en el camino a Grecia, ¿no? " — "¿Tanatos te dijo eso?" Annabeth trató de envolver su mente alrededor de esa idea. "¿El dios de la muerte?" Había conocido a muchos dioses. Incluso había estado en el Inframundo, pero la historia de Percy sobre la liberación de la encarnación de la muerte era en sí realmente descolocada. Percy dio un mordisco a su hamburguesa. — "Ahora que la muerte es libre, los monstruos que se desintegran vuelven al Tártaro como antes, como los de antes. Pero mientras las puertas de la muerte están abiertas, ellos sólo seguirán regresando. "

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Piper torció la pluma en el pelo. — — — —

"Como el agua que se escapa a través de una presa", sugirió. "Sí". Percy sonrió. "Tenemos un agujero en la presa." "¿Qué?", Preguntó Piper. "Nada", dijo. "Dentro de la broma. El punto es que tendremos que encontrar las puertas y cerrarlas antes de que podamos ir a Grecia. Es la única manera en que tengamos una oportunidad de derrotar a los gigantes y asegurarnos de que se mantengan derrotados”.

Reyna sacó una manzana de una bandeja de fruta que pasaba. Le dio la vuelta entre sus dedos, el estudio de la superficie de color rojo oscuro. — "Ustedes proponen una expedición a Grecia en su buque de guerra. ¿Te das cuenta de que las tierras antiguas y el Mare Nostrum son peligrosas? " — "¿Mary quién?", Preguntó Leo. — "Mare Nostrum", explicó Jason. "Nuestro mar. Es como los antiguos romanos llaman al Mediterráneo”. — Reyna asintió. "El territorio que una vez fue el Imperio Romano no sólo es el lugar de nacimiento de los dioses. También es el hogar ancestral de los monstruos, titanes y gigantes... y cosas peores. Viajar aquí, en América es muy peligroso, ir allá sería diez veces peor. " — "Dijiste que Alaska estaría mal," Percy le recordó. "Hemos sobrevivido a eso." Reyna negó con la cabeza. Sus uñas cortadas en media luna envolvieron la manzana. — "Percy, que marches en Mediterráneo es un diferente nivel de riesgo por completo. Ha estado fuera del alcance de los semidioses romanos durante siglos. Ningún héroe en su sano juicio podría ir allí. " — "¡Entonces estamos bien!" Leo sonrió por encima de su molinete. "Debido a que estamos todos locos, ¿no? Además, el Argo II es un buque de guerra arriba de los estándares. Nos va a conseguir pasar el mar. " — "Vamos a tener que darnos prisa", añadió Jason. "No sé exactamente lo que los gigantes están planificando, pero Gea se está volviendo más consciente todo el tiempo. Ella está invadiendo los sueños, apareciendo en lugares extraños, convocando a más y más poderosos monstruos. Tenemos que destruir a los gigantes antes de que puedan despertarla por completo. " Annabeth se estremeció. Ella había tenido su propia parte de las pesadillas últimamente. — "Siete mestizos deben responder a la llamada", dijo. "Tiene que ser una mezcla de ambos campamentos. Jason, Piper, Leo y yo. Eso es cuatro”. — "Y yo", dijo Percy. "Junto con Hazel y Frank. Eso es siete. " — "¿Qué?" Octavian se paro. "¿Sólo estamos dispuestos a aceptar eso? ¿Sin una votación en el Senado? ¿Sin un debate adecuado? Sin-" — "Percy" Tyson se acercaba hacia ellos con la Srta. O’Leary pisándole los talones.

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En la parte posterior del perro del infierno se sentaba una arpía flaca que Annabeth nunca había visto-una joven de aspecto enfermizo con el pelo rojo fibroso, un vestido de cilicio, y alas rojas. Annabeth no sabía de dónde la arpía había venido, pero su corazón se calentaba al ver la remera de Tyson toda rasgada. y la bandera de SPQR hacia atrás sobre el pecho. Había tenido algunas experiencias bastante malas con cíclopes, pero Tyson era un amor. Él era el medio hermano de Percy (larga historia), que le hizo casi como de la familia. Tyson se detuvo en su banco y se estrujo las manos. Su ojo marrón gigante estaba lleno de preocupación. — "Ella está asustada" dijo. — "Nn-no más barcos", murmuró para sus adentros la arpía, recogiendo furiosamente en sus plumas. "Titanic, Lusitania, Pax... los barcos no son para arpías". Leo miró. Miró a Hazel, que estaba sentada a su lado. — "¿Esa chica gallina acaba de comparar mi nave con el Titanic?" — "Ella no es una gallina." Hazel evitó sus ojos, como si Leo la pusiera nerviosa. "Ella es una arpía. Es sólo un poco... nerviosa”. — "Ella es bonita", dijo Tyson. "Y asustada. Tenemos que llevárnosla, pero ella no quiere ir en el barco. " — "No barcos", repitió Ella. Miró a Annabeth. "Mala suerte. Ahí está. La hija de la sabiduría camina sola…" — "Ella" estaba Frank de repente. "Tal vez no sea el mejor momento-" — "La Marca de Atenea Arde a través de Roma", continuó Ella, ahuecando las manos sobre las orejas y levantando la voz— "Los gemelos sofocan el aliento del ángel, Aquél que sujeta las llaves de la muerte infinita. La perdición de los gigantes se mantiene dorada y pálida. La victoria a través del dolor de una jaula tejida… " El efecto fue como si alguien dejar caer una granada explosiva sobre la mesa. Todo el mundo se quedó mirando a la arpía. Nadie hablaba. El corazón le latía con fuerza a Annabeth. La marca de Atenea... Ella resistió el impulso de comprobar su bolsillo, pero ella podía sentir la moneda de plata cada vez más caliente, el regalo maldito de su madre. Sigue la marca de Atenea. Hazme justicia. Alrededor de ellos, los sonidos de la fiesta continuaron, pero ellos estaban silenciados y distantes, como si su pequeño grupo de sillas y mesas se hubiera metido en una dimensión más tranquilo. Percy fue el primero en recuperarse. Se puso de pie y tomó el brazo de Tyson. — "Lo sé", dijo con entusiasmo fingido. "¿Qué tal si se llevan a Ella a respirar un poco de aire fresco? Vos y la señora O'Leary - "

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— "Espera". Octavian agarró uno de sus osos de peluche, estrangulándolo con manos temblorosas. Tenía los ojos fijos en Ella. "¿Qué fue lo que dijo? Sonaba como-" — "Ella lee mucho", exclamó Frank fuera. "La encontramos en una biblioteca". — "¡Sí!", Dijo Hazel. "Probablemente algo que leyó en un libro". — "Los libros", murmuró Ella amablemente. "Ella le gustan los libros." Ahora que ella le había dicho a su pieza, la arpía parecía más relajada. Se sentó con las piernas cruzadas en la espalda de la señora O'Leary, acariciándose las alas. Annabeth dio a Percy una mirada curiosa. Obviamente, él y Frank y Hazel estaban escondiendo algo. Así como obviamente, Ella había recitado una profecía, una profecía de que le preocupaba. La expresión de Percy decía: Ayuda. — "Esa fue una profecía", insistió Octavian. "Sonó como una profecía." Nadie respondió. Annabeth no estaba muy segura de lo que estaba pasando, pero ella entendió que Percy estaba al borde de un gran problema. Ella forzó una sonrisa. — "En realidad, ¿Octavian? Tal vez arpías son diferentes aquí, en el lado romano. La nuestra tiene sólo inteligencia suficiente para limpiar las cabañas y los almuerzos de cocción. ¿Las de aquí por lo general predicen el futuro? ¿Las consultas para sus augurios? " Sus palabras tuvieron el efecto deseado. Los oficiales romanos se rieron nerviosamente. Algunos miraron hacia Ella, luego miraban a Octavian y reían. La idea de que una dama pollo emitía profecías aparentemente era igual de ridículo a los romanos, ya que era para los griegos. — "Yo..." Octavian dejó caer su osito de peluche. "No, pero-" — "Ella simplemente soltando las líneas de un libro", dijo Annabeth ", como sugirió Hazel. Además, ya tenemos una verdadera profecía de que preocuparse. " Se volvió a Tyson. — "Percy tiene razón. ¿Por qué no te tomas Ella y la señora O'Leary y la llevas a la sombra por un tiempo. ¿Ella parece bien? " — "'Los perros grandes son buenos'", dijo Ella. "Fiel amigo de 1957, con guión de Fred Gipson y Tunberg William." Annabeth no estaba seguro de cómo tomar esa respuesta, pero Percy sonrió al igual que el problema estaba resuelto. "¡Perfecto!", Dijo Percy. "Haremos un mensaje Iris para contactarnos con ustedes más tarde, ¿Si?."

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Los romanos vieron Reyna, en espera de su sentencia. Annabeth contuvo el aliento. Reyna tenía una cara de póquer excelente. Estudió a Ella, pero Annabeth no podía adivinar lo que estaba pensando. — "Está bien", dijo el pretor al fin. "Vallan". — "Yay!" Tyson fue alrededor de los sofás y le dio a cada uno un gran abrazo, incluso a Octavian, que no parecía contento con ella. Luego se subió de nuevo la señora O'Leary con Ella, y perro del infierno se limito hasta estar fuera del foro. Se zambulló directamente en una sombra en la pared de la Casa del Senado y desapareció. — "Bueno." Dijo Reyna con su manzana sin comer. "Octavian tiene razón en una cosa. Tenemos que obtener la aprobación del Senado antes de dejar que cualquiera de nuestros legionarios vayan de una búsqueda, especialmente tan peligroso como ustedes sugieren. " — "Todo este asunto huele a traición", se quejó Octavian."¡Esa cosa no es un barco de la paz!" — "Ven a bordo, el hombre", ofreció Leo. "Te voy a dar un paseo. Puedes dirigir el barco, y si eres realmente bueno te voy a dar el sombrero que dice CAPITAN de papel para que te pongas". Las fosas nasales se dilataron Octavian. — "¿Cómo te atreves-" — "Es una buena idea", dijo Reyna. "Octavian, ve con él. Ve el barco. Vamos a convocar una reunión del Senado en una hora. " — "Pero..." Octavian se detuvo. Al parecer, él podía decir que la expresión que Reyna tenía el tema no era discutible. "Bien". Leo se levantó. Se volvió hacia Annabeth, y cambió su sonrisa. Todo sucedió muy rápidamente, Annabeth pensó que lo había imaginado, pero sólo por un momento otra persona parecía estar de pie en lugar de Leo, sonriendo fríamente con una cruel la luz en sus ojos. Entonces Annabeth parpadeó, y Leo era solo el regular y viejo Leo, con su habitual sonrisa traviesa. — "Volveré pronto", prometió. "Esto va a ser épico". Un escalofrío terrible se apoderó de ella. Cuando Leo y Octavio se dirigían a la escalera de cuerda, pensó en llamarlos de nuevo, pero ¿Cómo iba a explicar eso? ¿Decirle a todo el mundo me estaba volviendo loca, ver cosas y de sentir frío? Los espíritus del viento comenzaron a limpiar los platos. — "Uh, Reyna," dijo Jason, "Si no te importa, me gustaría mostrar Piper los alrededores antes de la reunión del Senado. Ella nunca ha visto Nueva Roma". La expresión de Reyna se endureció. Annabeth se preguntó cómo Jason podía ser tan ingenuo. ¿Era posible que realmente no entendiera lo mucho Reyna gustaba de él? Era bastante obvio para Annabeth. Pidiendo si

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podía mostrarle a su nueva novia los alrededores de la ciudad era como frotarle sal en una herida, para Reyna. — "Por supuesto", dijo Reyna con frialdad. Percy tomó la mano de Annabeth. — "Sí, yo también. Me gustaría mostrar Annabeth-" — "No", espetó Reyna. Percy frunció el entrecejo. — "¿Cómo?" — "Me gustaría hablar un momento con Annabeth", dijo Reyna. "A solas. Si no te importa, mi compañero pretor”. Su tono dejó claro que no estaba realmente pidiendo permiso. El frío se extendió por la espalda de Annabeth. Se preguntó qué Reyna lo estaba haciendo. Tal vez el pretor no le gustaba la idea de dos hombres que la habían rechazado estén dándoles giras a sus novias por su ciudad. O tal vez había algo que quería decirle en privado. De cualquier manera, Annabeth se resistía a estar sola y sin armas con el líder romano. — "Ven, hija de Atenea." Reyna se levantó de su banca. "Camina conmigo"

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CAPITULO IV ANNABETH

ANNABETH QUERÍA ODIAR NUEVA ROMA. Pero como aspirante a arquitecta, no podía dejar de admirar los jardines en terrazas, las fuentes y templos, las villas sinuosas y las calles empedradas, brillantes blancas. Después de la Guerra de Titán el pasado verano, había logrado cumplir su sueño de trabajo rediseñando los palacios del Monte Olimpo. Ahora, que caminaba por esta ciudad en miniatura, pensaba que debería haber hecho una cúpula de ese estilo. Me encanta la manera en que esas columnas conducen a ese patio. Quien diseñó la Nueva Roma había invertido claramente un montón de tiempo y amor al proyecto. — "Tenemos a los mejores arquitectos y constructores en el mundo", dijo Reyna, como si hubiera leído sus pensamientos. "Roma siempre lo hacía, en los tiempos antiguos. Muchos semidioses se quedaron a vivir aquí después de su estancia en la legión. Van a nuestra universidad. Se establecen para formar una familia. Percy parecía interesado en este hecho”. Annabeth se preguntaba qué significaba eso. Ella debe haber frunció el ceño con más fuerza de lo que se dio cuenta, porque Reyna se echó a reír. — — — —

"Eres una guerrera, muy bien", dijo el pretor. "Hay fuego en tus ojos." "Lo siento." Annabeth intentó bajarle el tono a la luz. "No lo hagas. Yo soy la hija de Belona. " "¿La Diosa romana de la guerra?"

Reyna asintió. Se dio la vuelta y lanzó un silbido como si estuviera llamando a un taxi. Un momento después, dos perros de metal corrieron hacia ella, dos autómatas, uno de plata y otro de oro. Le rozaron las piernas a Reyna y consideraron a Annabeth con sus brillantes ojos de rubí. — "Mis mascotas", explicó Reyna. "Aurum y Argentum. ¿No te importa si andan con nosotros? " Una vez más, Annabeth dio la sensación de que no era realmente una solicitud. Señaló que los galgos tenían dientes como el acero como puntas de flecha. Tal vez las armas no se les permitirían el interior de la ciudad, pero las mascotas de Reyna aún podían romperte en pedazos si lo elegía.

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Reyna le llevó a un café al aire libre, donde el camarero claramente la conocía. Él sonrió y le entregó una copa para ir, entonces le ofreció uno a Annabeth. — "¿Quieres un poco?", Preguntó Reyna. "Ellos hacen un chocolate caliente maravilloso. No es realmente una bebida romana. " — "Pero el chocolate es universal", dijo Annabeth. — "Exactamente". Era una calurosa tarde de junio, pero Annabeth aceptó la taza con agradecimiento. Los dos caminaban muy cerca de ella, Los perros de Plata y Oro de vigilancia cerca. — "En nuestro campamento", dijo Reyna, "Atenea es Minerva. ¿Estás familiarizada las diferencias entre sus formas romana y griega? " Annabeth realmente no había considerado antes. Recordó la forma Término había llamado a esa diosa Atenea, como si fuera un escándalo. Octavian había actuado como si la existencia de Annabeth fuera un insulto. — "Supongo que Minerva no es... uh, ¿Tan respetado aquí?" Reyna soplaba el vapor de la taza. — "Respetamos Minerva. Ella es la diosa de la artesanía y la sabiduría... pero no es realmente una diosa de la guerra. No para los romanos. Ella es también una diosa virgen, al igual que Diana... la que ustedes llaman Artemisa. No vas a encontrar hijos de Minerva aquí. La idea de que Minerva tenga hijos, francamente, es un poco chocante para nosotros. " — "Oh." Annabeth sintió su rubor en su cara. Honestamente no quería entrar en los detalles de cómo los niños de Atenea nacen directamente de la mente, al igual que la propia Atenea había nacido de la cabeza de Zeus. Hablar de eso hacía que Annabeth se sienta expuesta, como si fuera una especie de monstruo. La gente por lo general le preguntaba si no tenía un ombligo, ya que ella había nacido por arte de magia. Por supuesto que tenía un ombligo. No podía explicar cómo. Ella realmente no quería saber. — "Entiendo que ustedes, los griegos no ven las cosas de la misma manera", continuó Reyna. "Pero los romanos hacen votos de doncellas muy en serio. Las vírgenes vestales, por ejemplo... si rompían sus votos y se enamoró de alguien, serían enterradas vivas. Así que la idea de que una diosa doncella iba a tener hijos-" — "Lo tengo." Chocolate caliente Annabeth repente sabía a polvo. No es de extrañar que los romanos habían estado mirándola extraño. "Yo no debo existir. E incluso si el campamento tenía hijos de Minerva " — "No sería como ustedes", dijo Reyna. "Puede ser que sean artesanos, artistas, asesores quizá, pero no guerreros. No los líderes de misiones peligrosas”. Annabeth empezó a objetar que no era el líder de la misión. No oficialmente. Pero se preguntó si sus amigos en el Argo II estarían de acuerdo. En los últimos días, habían estado buscando

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órdenes de ella, incluso Jason, que podría tener el rango comprado por ser el hijo de Júpiter y hasta el entrenador Hedge, que no recibe órdenes de nadie. — "No hay más". Reyna chasqueó los dedos, y su perro de oro, Aurum, trotó. El pretor le acarició las orejas. "La arpía... Ella hablaba de una profecía, las dos lo sabemos. ¿Verdad? Annabeth se puso incomoda. Algo en los ojos de rubí de Aurum la inquietaba. Había oído que los perros podían oler miedo, incluso de detectar cambios en la respiración y el ritmo cardíaco de un humano. Aunque no sabía si se aplicaba a los perros de metal encantados, pero decidió que sería mejor decir la verdad. — "Sonó como una profecía", admitió. "Pero nunca he conocido a Ella anteriormente, y nunca he oído exactamente esas líneas”. — "Yo sí", murmuró Reyna. "Al menos algunas de ellas-" A unos metros de distancia, Argentum ladró. Un grupo de niños se derramaron de un callejón cercano y se reunieron alrededor él, acariciándolo y riendo, enfrentando sus afilados dientes. — "Hay que seguir adelante", dijo Reyna. Terminaron su camino hasta la colina. Los galgos siguieron, dejando a los niños atrás. Annabeth no dejaba de mirar el rostro de Reyna. Un vago recuerdo comenzó a tirar de ella, la manera Reyna apartó el pelo detrás de la oreja, el anillo de plata que llevaba con el diseño de una Antorcha y una Espada. — "Nos hemos visto antes", aventuró Annabeth. "Tú eras más joven, creo." Reyna le dedicó una sonrisa seca. — "Muy bien. Percy no se acordaba de mí. Por supuesto, vos hablaste con mi hermana Hylla, que ahora es la reina de las amazonas. Se fue esta mañana, antes de que llegaras. En cualquier caso, cuando nos reunimos por última vez, yo era un simple aprendiz en la casa de Circe". "Circe..." Annabeth recordó su viaje a la isla de la hechicera. Tenía trece años. Percy y ella llegaron a una isla en el mar de los Monstros. Hylla los había acogido. Había ayudado a Annabeth a limpiarse, peinarse y le había dado un vestido nuevo. A continuación, Circe le propuesto algo: si Annabeth se quedó en la isla, podría tener una formación mágica e increíble poder. Annabeth había sido tentada, tal vez sólo un poco, hasta que se dio cuenta de que el lugar era una trampa, y Percy se había convertido en un roedor. (Esta última parte parece graciosa ahora, pero en ese momento, había sido aterrador) En cuanto a Reyna... había sido una de las criadas que la habían peinado. El pelo de Annabeth. "Tú..." Annabeth dijo con asombro. "¿Y Hylla es la reina de las amazonas? ¿Cómo lo lograsteis?"

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"Es una larga historia", dijo Reyna. "Pero me acuerdo de ti también. Fuiste muy valiente. Yo nunca había visto a nadie negarse a la hospitalidad de Circe, y mucho menos una persona mas lista. No es de extrañar Percy te cuide tanto. " Su voz era melancólica. Annabeth pensó que podría ser más seguro no responder. Llegaron a la cima de la colina, donde una terraza daba a todo el valle. — "Este es mi lugar favorito", dijo Reyna. "El jardín de Baco". Enredaderas entretejidas hacían un dosel. Las abejas zumbaban a través de madreselva y jazmín, que llenaron la tarde de aire con una vertiginosa mezcla de perfumes. En el centro de la terraza había una estatua de Baco en una especie de posición de ballet, usando nada más que un taparrabos, con las mejillas hinchadas y los labios fruncidos, chorros de agua salían y en una fuente. A pesar de sus preocupaciones, Annabeth casi se echó a reír. Ella sabía que el dios en su forma griega, era Dioniso o el señor D, ya que lo conocía como el director de actividades en el Campamento Mestizo. Al ver a su viejo director del campamento inmortalizado en piedra, usando un pañal y escupiendo agua por la boca, le hizo sentir un poco mejor. Reyna se detuvo en el borde de la terraza. La vista era la pena el ascenso. Toda la ciudad se extendía bajo ellos como un mosaico 3-D. Hacia el sur, más allá del lago, un grupo de templos encaramado en una colina. Al norte, un acueducto marchaba hacia las colinas de Berkeley. Los equipos de trabajo fueron la reparación de una sección rota, probablemente dañada en la reciente batalla. — "Yo quería saber de ti", dijo Reyna. Annabeth se volvió. — "¿Que quieres saber de mi?" — "La verdad", dijo Reyna. "Convénceme que no estoy cometiendo un error al confiar en ti. Háblame vos misma. Cuéntame sobre el Campamento Mestizo. Tu amiga Piper tiene magia en sus palabras. Pasé bastante tiempo con Circe saber distinguir un hechizo oral cuando lo escucho. No puedo confiar en lo que dice. Y Jason... bueno, él ha cambiado. Parece lejano, ya no muy romano”. El dolor en su voz era tan nítido como el cristal roto. Annabeth se preguntó si ella había sonado de esa manera, todos estos meses que había pasado en busca de Percy. Al menos había encontrado a su novio. Reyna tenía a nadie. Y era ella la de que el campamento funcione por sí mismo. Annabeth podía sentir Jason amaba a Reyna. Pero desapareció, sólo para regresar con una nueva novia. Mientras tanto, Percy se había elevado a pretor, pero él había rechazado a Reyna también. Ahora Annabeth había venido a llevárselo. Reyna se quedó sola de nuevo, asumiendo un trabajo destinado a dos personas. Cuando Annabeth había llegado al Campamento de Júpiter, que había estado dispuesto a negociar con Reyna o incluso luchar contra ella si necesario. Pero no se había preparado para sentir lástima por ella.

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Mantuvo ese sentimiento oculto. Reyna no parecía como alguien quien quería ser lastimada más. En cambio, ella le dijo a Reyna cosas sobre su propia vida. Le habló de su padre y madrastra y sus dos hermanastros en San Francisco, y cómo se había sentido como una extraña en su propia familia. Ella habló de cómo ella se había escapado cuando tenía sólo siete años, la búsqueda con sus amigos Luke y Thalía y su camino hacia el Campamento Mestizo en Long Island. Describió el campamento y sus años creciendo allí. Habló de reunión Percy y las aventuras que habían tenido juntos. Reyna era una buena oyente. Annabeth se sintió tentada de decirle acerca de los problemas más recientes: s u lucha con su mamá, el don que venía con la moneda de plata, y las pesadillas que había estado teniendo, sobre un antiguo miedo tan paralizante, que casi había decidido que no podía seguir esta búsqueda. Pero no se atrevía a abrirse muy mucho. Cuando Annabeth había terminado de hablar, Reyna miró sobre Nueva Roma. Sus galgos de metal olfatearon alrededor del jardín, cortando a las abejas en la madreselva. Finalmente Reyna señaló que el grupo de templos en la colina distante. — "El edificio rojo pequeño," dijo ella, "Donde no hay otro. Ese es el templo de mi madre, Belona. "Reyna se volvió hacia Annabeth. "A diferencia de tu madre, Bellona no tiene equivalente griego. Ella es plenamente romana. Ella es la diosa de la protección de la patria". Annabeth dijo nada. Sabía muy poco acerca de la diosa romana. Lamentó no haberlo estudiado, pero el latín nunca fue tan fácil para ella como el griego. Abajo, el casco del Argo II brillaba mientras flotaba sobre el foro, al igual que algunos globos de oro macizos que habían quedado del ataque. — "Cuando los romanos van a la guerra", continuó Reyna, "en primer lugar visitamos el Templo de Belona. Dentro hay un parche simbólico de tierra que representa el suelo enemigo. Lanzamos una lanza en ese terreno, lo que indica que estamos en guerra. mira, los romanos siempre han creído que el ataque es la mejor defensa. En la antigüedad, cuando nuestros antepasados se sentían amenazados por sus vecinos, invadían para protegerse. " — "Ellos conquistaron todo el mundo alrededor de ellos", dijo Annabeth. "Cartago, los galos-" — "Y los griegos." Reyna dejo ese comentario medio colgado. "Mi punto, Annabeth, es que no es la naturaleza de Roma a cooperar con otras potencias. Cada vez que los semidioses griegos y romanos se han reunido, han luchado. Los conflictos entre los dos lados han iniciado algunas de las guerras más horribles en la historia humanaespecialmente las guerras civiles”. — "No tiene por qué ser de esa manera", dijo Annabeth. "Tenemos que trabajar juntos, o gea nos va a destruir a todos".

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— "Estoy de acuerdo", dijo Reyna. "Pero, ¿es posible la cooperación? ¿Qué pasa si el plan de Juno es erróneo? Incluso las diosas pueden cometer errores”. Annabeth esperaba que a Reyna la ataque un rayo o se convierta en un pavo real. Desafortunadamente, Annabeth compartía las dudas de Reyna. Hera había cometido errores. Annabeth había tenido más que problemas a partir de esa diosa arrogante, y nunca iba perdonar Hera por llevarse a Percy lejos, aunque fuera por una causa noble. — "No me fío de la diosa", admitió Annabeth. "Pero yo me fío de mis amigos. Esto no es un truco, Reyna. Podemos trabajar juntos. " Reyna terminó su taza de chocolate. Dejó la taza en la baranda y miró la terraza sobre el valle como si estuviera imaginando líneas de batalla. — "Creo que lo dices en serio", dijo. "Pero si usted van a las tierras antiguas, especialmente la propia Roma, hay algo que debes saber acerca de su madre. " Los Hombros de Annabeth se tensaron. — "¿Mi-mi madre?" — "Cuando vivía en la isla de Circe", dijo Reyna, "hemos tenido muchos visitantes. Una vez, tal vez un año antes de que tú y Percy llegó, un hombre joven llegó a la orilla. Estaba medio loco por la sed y el calor. Él había estado a la deriva en el mar durante días. Su las palabras no tenían mucho sentido, pero me dijo que era un hijo de Atenea. " Reyna hizo una pausa como esperando una reacción. Annabeth no tenía ni idea de que niño podría haber sido. Ella no estaba al tanto cuales eran los otros niños que habían ido en una misión al Mar de los Monstruos, pero todavía se sentía una sensación de temor. La luz se que se filtraba a través de las vides parecía retorcerse en sombras por el suelo como un enjambre de insectos. — "¿Qué le pasó a este semidiós?", se preguntó ella. Reyna hizo gesto con la mano como si la pregunta era trivial. — "Circe le convirtió en un conejillo de indias, por supuesto. No hizo bastante como un roedor. Pero antes de eso, siguió delirando sobre que su búsqueda falló. Dijo que había ido a Roma, después algo sobre la Marca de Atenea. " Annabeth agarró la barandilla para mantener el equilibrio. — "Sí", dijo Reyna, al ver su malestar. "Siguió murmurando hijo de la sabiduría, la Marca de Atenea, y sobre los gigantes sobre la estatua de oro y plata. Lo mismo Ella estaba recitando líneas. Pero dices que has oído esto antes de hoy? " — "No. No esos versos, nunca" La voz de Annabeth era débil. No estaba mintiendo. Nunca había oído esa profecía, pero su madre le había encargado que siga la Marca de Atenea, y mientras le pensaba una moneda en el bolsillo, una horrible sospecha comenzó a echar raíces en su mente. Recordó las palabras hirientes de su madre.

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Pensó en las extrañas pesadillas que había estado teniendo últimamente. "¿Este semidiós, te explicó su misión?" Reyna negó con la cabeza. — "En ese momento, no tenía ni idea de qué estaba hablando. Mucho más tarde, cuando me convertí en pretor del Campamento de Júpiter, empecé a sospechar". — "Sospechar... ¿qué?" — "Hay una vieja leyenda que los pretores del Campamento Júpiter han transmitido a través de los siglos. Si es verdad, puede explicar por qué nuestros dos grupos de semidioses nunca han sido capaces de trabajar juntos. Puede ser la causa de nuestra enemistad. Hasta esta vieja cuenta se liquidará finalmente, por lo que cuenta la leyenda, los romanos y los griegos nunca estará en paz. Y los La leyenda se centra sobre -" Un sonido agudo atravesó el aire. La luz brilló en la esquina de los ojos de Annabeth. Se volvió a tiempo de ver una explosión de un nuevo cráter en el foro. Un sofá ardiente caía por el aire. Los semidioses se dispersaron en pánico. — "¿Gigantes?" Annabeth busco inmediatamente su daga, que por supuesto no estaba allí. "¡Yo pensaba que su ejército había sido derrotado!" — "No son los gigantes." Los ojos de Reyna tenían rabia. "Ustedes han traicionado nuestra confianza". — "¿Qué? ¡No! " Tan pronto como lo dijo, el Argo II lanzó una segunda descarga. Su puerto ballesta disparó una lanza enorme envuelta en Fuego griego, que navegó directamente a través de la cúpula rota de la Cámara del Senado y explotó en el interior, iluminando el construcción como una calabaza de Halloween. Si alguien hubiera estado allí... — "Dioses, no." Una oleada de náusea estuvo a punto de rodillas Annabeth hebilla. "Reyna, no es posible. ¡Nunca haría eso! " Los perros de metal corrieron al lado de su ama. Le gruñeron a Annabeth, pero caminaban vacilantes, como si quisieran atacar. — "¿Estás diciendo la verdad?" juzgadas Reyna. "Tal vez no estabas al tanto de esta traición, pero alguien tiene que pagar." Abajo, en el foro, el caos se extendía. Las multitudes estaban empujando y empujando. Peleas estallaban. — "Derramamiento de sangre", dijo Reyna. — "¡Tenemos que detenerlo!" Annabeth tenía la horrible sensación de que esto podría ser la última vez que Reyna y ella estuvieran de acuerdo, pero juntas corrían colina abajo.

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Si las armas se habían permitido en la ciudad, los amigos de Annabeth ya estarían muertos. Los semidioses romanos en el foro se habían fundido en una turba enfurecida. Algunos lanzaron platos, la comida, y rocas en al Argo II, que no tenía sentido, ya que la mayoría de las cosas que volvían a caer en la multitud. Varias docenas romanos habían rodeado Piper y Jason, que estaban tratando de calmarlos sin mucha suerte. El Hechizo oral de Piper no funcionaba con tantos romanos gritando, enojados. La frente de Jason estaba sangrando. Su manto morado había sido hecho pedazos. No dejaba de suplicar: "¡Yo estoy de tu lado!", pero su camiseta naranja del Campamento Mestizo no mejoraba las cosas, ni la sobrecarga de un buque de guerra, disparando lanzas de fuego en Nueva Roma. Una cayó cerca, haciendo una tienda de togas escombros. — "Por las Hombreras de Plutón," maldito Reyna. "Mira". Legionarios armados corrían hacia el foro. Dos equipos de artillería habían instalado una catapulta afuera de la Línea de Pomerian y se preparaban para disparar al Argo II. — "Eso sólo va a empeorar las cosas", dijo Annabeth. — "No me gusta mi trabajo", gruñó Reyna. Ella se fue corriendo hacia los legionarios, con sus perros a su lado. Percy, pensó Annabeth, corriendo al foro desesperadamente. Preguntándose ¿Dónde estás? Dos romanos trataron de agarrarla. Se agachó junto a ellos, sumergiéndose en la multitud. Como si los romanos enojados, sofás ardientes y edificios en explosión no fueran lo suficientemente confuso, cientos de fantasmas púrpura flotaban en el foro, pasando directamente a través de los cuerpos de los semidioses y gimiendo incoherencias. Los faunos también habían tomado ventaja del caos. Ellos invadieron las mesas de comedor, cogiendo comida, platos y tazas. Uno corrió cerca de Annabeth con sus brazos llenos de tacos y una piña entera entre sus dientes. Una estatua de Término explotó, justo en frente de Annabeth. Él le gritó en latín, sin duda, llamándola una mentirosa y una infractora, pero ella empujó la estatua al costado y siguió corriendo. Finalmente vio a Percy. Él y sus amigos, Hazel y Frank, estaban de pie en medio de una fuente que Percy usaba para repeler a los romanos con chorros de agua. La toga de Percy estaba por los suelos, pero parecía ileso. Annabeth le llamó cuando otra explosión sacudió el foro. Esta vez el destello de luz estaba directamente encima de la cabeza. Una de las catapultas romanas habían disparado, y el II Argo gimió y se inclinó hacia un lado y burbujeante llamas sobre su casco de bronce. Annabeth notó una figura aferrándose desesperadamente a la escalera de cuerda, tratando de bajar. Fue Octavian, su túnica despedía vapor y el rostro estaba negro de hollín. Junto a la fuente, Percy atacó a la multitud romana con más agua. Annabeth corrió hacia él, agachándose un esquivando un puño romano y un plato volador de bocadillos.

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— "Annabeth" llamado Percy. "¿Qué…?" — "¡No sé!", gritó ella. — "¡Te diré lo que pasa!" Gritó una voz desde arriba. Octavian había alcanzado la parte inferior de la escalera. ¡"Los griegos dispararon contra nosotros! ¡Tu compañero Leo ha apuntado sus armas en contra de roma! " El pecho de Annabeth se lleno de hidrogeno liquido. Se sentía como si pudiera romperse en mil pedazos congelados. — "Estás mintiendo", dijo. "Leo no lo haría" — "¡Yo estaba allí!" Gritó Octavian. "¡Lo vi con mis propios ojos!" El Argo II devolvió el fuego. Los legionarios se dispersaron cuando una de sus catapultas se redujo a astillas. — "¿Lo ves?", Gritó Octavio. "¡Romanos, matar a los invasores!" Annabeth gruñó con frustración. No había tiempo para que cualquiera pueda averiguar la verdad. La tripulación del Campamento Mestizo era superada en número de cien a uno, y aunque Octavian había logrado poner en escena una especie de truco (que ella considera probable), nunca sería capaz de convencer a los romanos antes de ser invadidos y matados. — "Tenemos que irnos", dijo Percy. "Ahora". Él asintió con gravedad. — "Hazel, Frank, tienes que tomar una decisión. ¿Vas a venir? " Hazel miró aterrorizada, pero ella se puso su casco de caballería. — "Por supuesto que iré. Pero nunca llegan a la nave a menos que se compren algo de tiempo. " — "¿Cómo?", Preguntó Annabeth. Hazel lanzó un silbido. De forma instantánea una imagen borrosa de tiro de color beige entro en el foro. Un caballo majestuoso se materializó junto a la fuente. Se encabritó, relinchando y dispersando a la multitud. Hazel se subió a la espalda como si hubiera nacido para montarlo. Atado a la silla de montar a caballo había una espada de caballería romana. Hazel desenvainó su espada dorada. — "Envíame un mensaje Iris cuando estás a salvo, y nos reuniremos" dijo. "Arión, ¡Arre!" El caballo se movió a través de la multitud con una velocidad increíble, haciendo retroceder los romanos y provocando el pánico de masas. Annabeth sintió un rayo de esperanza. Tal vez se podría lograr salir de aquí con vida. Luego, desde el otro lado del foro, oyó gritos Jason.

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— "Romanos", exclamó. "¡Por favor!" Él y Piper estaban siendo atacados con placas y piedras. Jason trató de ponerse como escudo para proteger a Piper, pero un ladrillo encima de lo atrapó el ojo. Se desplomó, y la multitud se lanzó hacia delante. — "¡Vuelve!" Gritó Piper. Su Hechizo oral dio la vuelta a la multitud, por lo que dudaban, pero Annabeth sabía que el efecto no iba a durar. Percy y ella no podrían llegar a tiempo para ayudar. — "Frank", dijo Percy, "Te toca. ¿Puedes ayudarme? " Annabeth no entendía cómo Frank podía hacer eso por sí mismo, pero se tragó nerviosamente. — "Oh, dioses," murmuró. "Está bien, seguro. Solo suban por las cuerdas. ¡AHORA! ". Percy y Annabeth se lanzaron hacia la escalera. Octavian seguía aferrada a la parte inferior, pero Percy le arrancó y le echó en la multitud. Empezaron a subir cuando legionarios armados inundaron el foro. Las flechas silbaban junto a la cabeza de Annabeth. Una explosión casi la tiró de la escalera. A mitad de camino, oyó un rugido abajo y miró hacia abajo. Romanos gritaban y se dispersaban cuando un dragón de un tamaño gigante inundaba el foro completo, una bestia aún más aterradora que el mascarón de proa del Argo II. Tenía la piel áspera gris como la de un dragón de Komodo y alas de cuero de murciélagos. Las flechas y piedras rebotaron inofensivamente fuera de su piel, ya que avanzó pesadamente hacia Piper y Jason, los agarró con sus largas garras, y saltó en el aire. — "¿Eso es...?" Annabeth no podría incluso poner el pensamiento en palabras. — "Frank", confirmó Percy, a pocos metros por encima de ella. "Tiene un talento especial." — "Transformación", murmuró Annabeth. "¡Sigue subiendo!" Sin el dragón y el caballo de Hazel para distraer a los arqueros, nunca lo habrían hecho por la escalera, pero finalmente subieron delante de una fila de remos rotos aéreas y sobre la cubierta. El aparejo estaba en llamas. El trinquete se había rasgado por la mitad, y el buque estaba mal inclinado hacia el estribor. No había ni rastro del entrenador Hedge, pero Leo se puso en medio del barco, con calma volvía a cargar la ballesta .A Annabeth se le torció intestino con horror. — "Leo", gritó ella. "¿Qué estás haciendo?" — "Destruirlos..." Se enfrentó a Annabeth. Sus ojos estaban vidriosos. Sus movimientos eran como los de un robot. "Destruirlos a todos”. Se volvió hacia la ballesta, pero Percy lo derribó. Su cabeza golpeo con el duro bronce del piso, y sus ojos dorados se volvieron blancos.

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El dragón gris se elevó a la vista. Se dio la vuelta al barco una vez y aterrizó en la proa, depósito a Jason y a Piper, ambos se derrumbaron — "¡Ya!", Gritó Percy. "¡Salgamos de aquí!" Con un sobresalto, Annabeth se dio cuenta de que estaba hablando con ella. Corrió hacia el timón. Ella cometió el error de mirar por la borda y vio a cerrar filas armadas legionarios en el foro, preparando flechas encendidas. Hazel había estimulado a Arión, y salió corriendo de la ciudad con una turba persiguiéndolos. Más catapultas se lo llevaban dentro del rango. A lo largo de la línea de Pomerian, con las estatuas de Término estaban púrpura que brillan intensamente, como si la aportara energía de algún tipo de ataque. Annabeth miró por encima de los controles. Maldijo a Leo por hacerlos tan complicado. No hay tiempo para fantasear y maniobras, pero ella sabía que un comando básico: Up. Agarró el acelerador de la aviación y tiró de él hacia atrás. El barco crujía. El arco inclinado hacia arriba en un horripilante ángulo. Las líneas de amarre se rompieron y el II Argo disparó a las nubes.

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CAPITULO V LEO

LEO DECEO PODER INVENTAR una máquina del tiempo. Volvería dos horas atrás y des acería todo lo que hubiera estado haciendo. O eso, o él podría inventar una máquina de Golpea a Leo en la Cara para castigarse a sí mismo, aunque dudaba que doliera tanto como el aspecto de la mirada que Annabeth le estaba dando. — "Una vez más", dijo. "¿Exactamente qué pasó?" Leo se desplomó contra el mástil. Su cabeza todavía palpitaba por golpear la cubierta. A su alrededor, su nuevo y hermoso barco estaba en ruinasen las ballestas había colas de madera rota. El trinquete estaba hecho jirones. La constelación de satélites que era impulsado por Internet y la TV fueron volados en pedazos, que había hecho realmente el entrenador Hedge se volviera loco. El mascarón de proa, su dragón, Festus estaba tosiendo humo como si tuviera una bola de pelo, y Leo podría decir de los gemidos sonidos en el lado de babor de que algunos de los remos aéreos habían sido golpeados fuera de la alineación o se rompieron por completo, lo que explicaría por qué la nave estaría lista y estremeciéndose mientras volaba, los jadeos del motor como sonaban como un asmático al lado de un tren a vapor. Se ahogó un sollozo. — "No lo sé. Es difuso". Hay demasiadas personas que lo miraban: Annabeth (Leo odiaba hacerla enojar; esa chica le daba miedo), el entrenador Hedge con sus peludas patas de cabra, su camisa de polo naranja y su bate (¿tenía que llevarlo a todas partes?) y el recién llegado, Frank. Leo no estaba seguro de qué hacer con Frank. Tenía el aspecto de un luchador de sumo bebé, aunque Leo no era tan estúpido como para decir eso en voz alta. La memoria de Leo era lejana, pero mientras él había estado semiconsciente, estaba bastante seguro de que había visto un dragón de color tierra en el barco, un dragón que se había convertido en Frank. Annabeth se cruzó de brazos. — "¿Quieres decir que no te acuerdas?" — "Yo..." Leo se sentía como si estuviera tratando de tragar una canica. "Me acuerdo, pero es como si estuviera viendo a mí mismo hacer las cosas. Yo no podía controlarlo". El entrenador Hedge golpeó su bate contra la cubierta. En su ropa de gimnasia, con la gorra calada sobre sus cuernos, se veía justo como lo hacía antes en la Escuela Wilderness, donde

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había pasado un año de incógnito como Jason, Piper y Leo como profesor. La forma en que el viejo sátiro estaba ceñudo, Leo casi se preguntó si el entrenador le iba a pedir a hacer flexiones de brazos. — "Mira, chico", dijo Hedge Hiciste estallar algunas cosas. Atacaste a algunos romanos. ¡Grandioso! ¡Excelente! ¿Pero lo tenías que eliminar a los canales por satélite? Yo estaba justo viendo la mitad de una pelea en la jaula. " — "Entrenador", Annabeth dijo, "¿por qué no te aseguras de que todos los fuegos están apagados?" — "Pero yo ya lo hice." — "Hazlo de nuevo". El sátiro penosamente apagado, murmuraba por lo bajo. Incluso Hedge no era lo suficientemente loco como para desafiar a Annabeth. Se arrodilló junto a Leo. Sus ojos grises eran tan férreos como rodamientos de bolas. Su cabello rubio caía suelto alrededor de sus hombros, pero Leo no la encontraba tan atractiva. No tenía ni idea de donde el estereotipo de las rubias tontas que se ríen venía. Desde que había conocido a Annabeth en el Gran Cañón del invierno pasado, cuando ella se dirigió hacia él con esa expresión de: DAME A PERCY JACKSON O TE MATO, Leo pensó que las rubias demasiado eran muy peligroso. — "Leo", dijo con calma, "¿Octavian te ha engañado de alguna manera? ¿Te acorralo, o…? " — "No." Leo pudo mentir y culpar a ese semidiós romano, pero no quería hacer una mala situación peor. "El tipo era un idiota, pero no disparó sobre el campamento. Lo hice. " El nuevo chico, Frank, frunció el ceño. — "¿A propósito?" — "¡No!" Leo apretó los ojos cerrados. "Bueno, sí... Quería digo, yo no quería hacerlo. Pero al mismo tiempo, me sentí como si quisiera. Algo me obligo a hacerlo. Había una sensación de frío dentro de mí" — "Una sensación de frío." Annabeth tono cambió. Parecía casi... con miedo. — "Sí", dijo Leo. "¿Por qué?" Debajo de la cubierta, Percy llamó, — "Annabeth, te necesitamos". Oh, dioses, pensó Leo. Por favor, díganle que Jason va a estar bien. Tan pronto como habían llegado a bordo, Piper había tomado Jason. El corte en la cabeza había parecido bastante malo. Leo sabía más que nadie de Jason en todo el Campamento Mestizo. Eran los mejores amigos. Si Jason no lo lograba... — "Él va a estar bien." Annabeth expresión se suavizó. "Frank, voy a estar de vuelta. Sólo... mira Leo. Por favor. "

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Frank asintió. Si era posible que Leo se sienta peor, lo hizo. Annabeth ahora confió en un semi-dios romano que había conocido hacía tres segundos, confiaba más de lo que lo hacía en Leo. Una vez que se fue, Leo y Frank se miraron el uno al otro. El tipo grande parecía bastante extraño en su toga/sábana, con su camiseta gris y pantalones vaqueros, un arco y un carcaj de flechas al hombro. Leo recordó el momento en que había estado con las Cazadores de Artemisa, un montón de chicas lindas en ropa plateada, ágiles, todas armados con arcos. Se imaginó Frank retozando junto con ellos. La idea era tan ridícula, que casi le hizo sentirse mejor. — "Entonces", dijo Frank. "¿Tu nombre no es Sammy?" Leo frunció el ceño. — "¿Qué clase de pregunta es esa?" — "Ninguna", dijo Frank rápidamente. "Solamente nada. Acerca de la leña en el campamento... Octavian podría estar detrás de ti como por arte de magia o algo así. No quería que los romanos para se llevasen bien con ustedes. " Leo quería creer eso. Estaba agradecido de que este chico no lo odie. Pero él sabía que no había sido Octavian. Leo había ido a una balista y comenzó a disparar. Una parte de él sabía que estaba mal. Se había preguntado: ¿Qué diablos estoy haciendo? Pero él lo había hecho de todos modos. Tal vez se estaba volviendo loco. El esfuerzo y el trabajo todos estos meses en el Argo II tal vez habían hecho crack. Pero no podía pensar en eso. Tenía que hacer algo productivo. Sus manos necesitaban estar ocupadas. — "Mira", dijo, "Debo hablar con Festus y obtener un informe de daños. ¿Te importa...? " Frank le ayudó a levantarse. — "¿Quién es Festus?" — "Mi amigo", dijo Leo. "Su nombre no es Sammy tampoco, en caso de que te lo estés preguntando. Vamos. Me voy a presentar”. Afortunadamente, el dragón de bronce no estaba dañado. Bueno, aparte del hecho de que el invierno pasado había perdido todo, excepto la cabeza, pero Leo no contaba eso. Cuando llegaron a la proa del barco, el mascarón giró ciento ochenta grados para mirarlos. Frank gritó y retrocedió. — "Está vivo", dijo. Leo se habría reído si no hubiera sentido tan mal.

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— "Si. Frank, este es Festus. Solía ser un dragón de bronce completo, pero tuvimos un accidente. " — "Hay una gran cantidad de accidentes", señaló Frank. — "Bueno, algunos de nosotros no puede convertirse en dragones, así que tenemos que construir nuestro propio." Leo arqueó las cejas hacia Frank. "De todos modos, yo lo reviví como un mascarón de proa. Es una especie de interfaz principal de la nave ahora. ¿Cómo están las cosas, Festus? " Festus resopló humo e hizo una serie de chillidos, ruidos. Durante los últimos meses, Leo había aprendido a interpretar este lenguaje de máquina. Otros semidioses podían entender el latín y el griego. Leo podía hablar Crack y Bruum. — "Uf", dijo Leo. "Podría ser peor, pero el casco está comprometido en varios lugares. Los remos aéreas puerto tienen que estar bien fijado antes de que podamos ir a toda velocidad otra vez. Vamos a necesitar algunos materiales de reparación: bronce Celestial, alquitrán, cal" — "¿Por qué se necesita cal?" "Amigo, cal. El carbonato de calcio, que se utiliza en el cemento y un montón de otras… Ah, no importa. El punto es que esta nave no va a durar mucho a menos que podamos arreglarlo. " Festus hizo otro ruido de clic crujido que Leo no reconoció. Sonaba como AY-Zuhl. — "Oh... Hazel," descifro él. "Esa es la chica con el pelo rizado, ¿no?" Frank tragó saliva. — "¿Está bien?" — "Sí, está bien", dijo Leo. "De acuerdo con Festus, su caballo está corriendo a lo largo de nosotros abajo. Nos está siguiendo. " — "Tenemos que aterrizar, entonces", dijo Frank. Leo lo estudió. — "¿Ella es tu novia?" Frank se mordió el labio. — "Sí". — "No pareces seguro." — "Sí. Sí, definitivamente. Estoy seguro. " Leo levantó las manos. — "Está bien, está bien. El problema es que sólo podemos manejar un aterrizaje. La forma del casco y los remos son, no vamos a ser capaces de levantarse de nuevo hasta que los reparemos, por lo que tendremos que asegurarnos de que en algún en la tierra tenga todos los suministros”. Frank se rascó la cabeza.

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— "¿De dónde sacas bronce Celestial? Usted no puede simplemente abastecerse en una Ferretería. " — "Festus, hacer un análisis". — "¿Él puede buscar bronce mágico?", Frank se maravillo. "¿Hay algo que no puede hacer?" Leo pensó: Debiste haberlo visto cuando él tenía un cuerpo. Pero él no dijo eso. Era demasiado doloroso, recordar la forma que Festus tenía. Leo le miró por encima de la proa del barco. El valle central de California estaba pasando abajo. Leo no tenía muchas esperanzas de que puedan encontrar lo que necesitan en un solo lugar, pero tenía que intentarlo. También quería poner distancia hasta posible entre él y Nueva Roma. El Argo II podría cubrir grandes distancias con bastante rapidez, gracias a su motor mágico, pero Leo pensó que los romanos tenían métodos mágicos de viaje por su cuenta. Detrás de él, las escaleras crujían. Percy y Annabeth subieron, con las caras sombrías. Corazón de Leo tropezó. — "¿Es Jason-?" — "Está descansando", dijo Annabeth. "Piper está manteniendo un ojo sobre él, pero él debe estar bien." Percy le dirigió una mirada dura. — "Annabeth dice que quisiste disparar la ballesta?" — "Hombre, yo-yo no entiendo cómo sucedió. Lo siento mucho-" — "¿Cómo?", Gruñó Percy. Annabeth puso una mano sobre el pecho de su novio. — "Vamos a averiguarlo más tarde. En estos momentos, tenemos que reagruparnos y hacer un plan. ¿Cuál es la situación con la nave? " Leo piernas le temblaban. La forma en que Percy lo miró le hizo sentir lo mismo que cuando Jason convocado rayo. La piel de Leo se estremeció, y cada instinto en su cuerpo gritaba, ¡TORPE! Le dijo Annabeth sobre el daño y los suministros que se necesitan. Al menos se sentía mejor hablando de algo solucionable. Él se lamentaba de la escasez de bronce Celestial cuando Festus empezó a zumbar y hacer ruido. — "Perfecto." Leo suspiró con alivio. "¿Que es perfecto?", Dijo Annabeth. "Me vendría bien algo perfecto Y ahora". Leo esbozó una sonrisa.

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— "Todo lo que necesitas en un solo lugar. Frank, ¿Por qué no te conviertes en un pájaro o algo así? Vuela hacia abajo y dile a tu novia que va a reunirse con nosotros en Salt Lake City en Utah. " Una vez que llegamos allí, no hubo un aterrizaje bastante bonito. Con los remos dañados y la vela de Proa rota, Leo apenas podía manejar un descenso controlado. Los demás se fueron por debajo, a excepción del entrenador Hedge, quien insistió en aferrarse al riel hacia delante, gritando: "¡SÍ! Ven hacia mí, Lago! "Leo estaba a popa, solo a la cabeza, y apuntó lo mejor que pudo. Festus crujió y chirrió en señales de advertencia, que se comunican a través de un intercomunicador al alcance. — "Lo sé, lo sé", dijo Leo, apretando los dientes. No tuvo mucho tiempo para disfrutar del paisaje. Una ciudad se acurrucaba en la falta de una sierra, bañada de azul y morado con las luces del atardecer. Un paisaje de un llano desértico se extendía hacia el sud. Directamente debajo de ellos el gran Lago Salado brillaba como una lámina de aluminio, con la línea de la costa bañada de pantanos de sal blanca que a Leo le recordaban las fotos aéreas de Marte. — "¡Entrenador!", Gritó. "Esto va a doler". — "¡Yo nací para sentir dolor!" ¡WHOOM! Una oleada de agua salada inundó el barco, rociar Hedge entrenador. El Argo II se movió peligrosamente a estribor, luego se enderezó y se meció en la superficie del lago. La maquinaria tarareaba cuando los remos aéreos trabajaban para pasar al modo náutico. Tres bancos de remos robóticos se sumergieron en el agua y el barco empezó a moverse hacia adelante. — "Buen trabajo, Festus", dijo Leo. "Llévanos hacia la costa sur." — "¡Sí!" gritaba entrenador Hedge sus puños en el aire. Estaba empapado de sus cuernos hasta las pesuñas, pero sonreía como una cabra loca. "¡Hazlo otra vez!" — "Uh... tal vez más tarde", dijo Leo. "Sólo quédate encima de la cubierta, ¿de acuerdo? Puedes vigilar, en el caso, ya sabes, si el lago decide atacarnos o algo así. " — "Voy por ello", prometió Hedge. Leo hizo sonar la campana de Todo está despejado y se dirigió a las escaleras. Antes de llegar allí, un ruidoso taca-taca-taca sacudió el casco. Un semental moreno apareció en cubierta con Hazel Levesque en su espalda. — "¿Cómo?" Murió pregunta de Leo en la garganta. "¡Estamos en el medio de un lago! ¿Puede esa cosa volar? " El caballo relinchó con enojo. — "Arión no puede volar", dijo Hazel. "Pero puede correr a través de casi cualquier cosa. El agua, superficies verticales, pequeñas montañas -Nada de eso le molesta. "

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— "Oh". Hazel miraba con extrañeza, como había hecho durante la fiesta en el foro, como si estuviera buscando algo en su cara. Sintió la tentación de preguntarle si la había visto antes, pero estaba seguro de que no. Él lo haría recordaría a una muchacha bonita que prestara tanta atención a él. Eso no pasa muy frecuentemente. Ella es la novia de Frank, se recordó. Frank seguía adelante, pero Leo casi deseaba que el tipo grande terminara de subir las escaleras. La forma en que Hazel estaba estudiando… Le hacía sentirse incómodo y cohibido. El entrenador Hedge se arrastró hacia delante con su bate de béisbol, mirando el caballo mágico con suspicacia. — "Valdez, ¿esto cuenta como una invasión?" — "¡No!", Dijo Leo. "Um, Hazel, es mejor que vengas conmigo. He construido una bajo establos cubiertos, si quieres-Arión… " — "Está bien, pero él es un espíritu libre." Hazel se deslizó fuera de la silla de montar. "Va a ir pastar alrededor del lago hasta que le llame. Pero quiero ver el barco. Muéstrame el camino. " El Argo II fue diseñado como un trirreme antiguo, apenas el doble de grande. La primera cubierta tenía un pasillo central con cabinas de la tripulación de uno y otro lado. En un trirreme normal, la mayor parte del espacio hubiera sido tomada con tres filas de bancos para unos pocos cientos de hombres sudorosos que hacían el trabajo manual, pero los remos de Leo eran automatizados y retráctiles, por lo que tomaron muy poco espacio en el interior del casco. El poder de la nave provenía de la sala de máquinas en la segunda cubierta, en donde también se encontraban la enfermería, el almacenamiento y las caballerizas. Leo inició la marcha por el pasillo. Se había construido el barco con ocho cabinas y siete para los semidioses de la profecía, y un espacio para el entrenador Hedge (En serio- ¿Quirón lo consideraba un acompañante adulto responsable?). En la popa había un gran salón o estudio desordenado, que era donde Leo dirigía. En el camino, pasaron habitación de Jason. La puerta estaba abierta. Piper se sentaba a un lado de la cama, la mano de Jason mano mientras él roncaba con una bolsa de hielo en la cabeza. Piper miró a Leo. Ella se llevó un dedo a los labios pidiendo silencio, pero no parecía enfadada. Eso era algo. Leo trató de forzar a su culpabilidad irse, y siguió caminando. Cuando llegaron al comedor, se encontraron con los otros-Percy, Annabeth, y Frank-sentado abatidos alrededor de la mesa del comedor. Leo había hecho el salón tan agradable como fuera posible, ya que pensó que pasarían mucho tiempo allí. El armario estaba lleno de vasos mágicos y platos del Campamento Mestizo, que se llenan con cualquier alimento o bebida que desee el que lo tiene. También había una hielera con bebidas enlatadas mágicas, ideal para picnics en tierra. Las sillas eran reclinables y

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cómodas con mil dedos para masajear, tenían integradas auriculares, y soporte para espada, bebida y todas las necesidades de un semidiós. No había ventanas, pero las paredes estaban encantadas para mostrar imágenes en tiempo real desde el Campamento Mestizo, la playa, el bosque, los campos de fresa, aunque ahora Leo se preguntaba si este hecho hacía sentir personas nostalgia en vez de felicidad. Percy estaba mirando con nostalgia a una vista de la puesta del sol desde el porche de la Gran Casa, donde el vellocino de oro brillaba en las ramas de un pino alto. — "Así que hemos aterrizado", dijo Percy. "¿Y ahora qué?" Frank sacó su arco. — "¿Averiguar la profecía? Quiero decir... fue una profecía lo que Ella habló, ¿verdad? ¿De los libros sibilinos? " — "¿Los que?", Preguntó Leo. Frank explicó cómo su amiga arpía era monstruosamente buena en memorizar los libros. En algún momento en el pasado, se había inhalado una colección de antiguas profecías que supuestamente habían sido destruidos por la caída de Roma. — "Es por eso que no le dijeron a los romanos:" adivinado Leo. "No quería que la capturaran para obtener las profecías de Ella." Percy se quedó mirando la imagen de la Colina Mestiza. — "Ella es sensible. Era una cautiva cuando la encontramos. Yo sólo no quería... "Hizo un puño. "No importa ahora. Envié a Tyson un mensaje Iris, le dijo que llevara Ella al Campamento Mestizo. Estarán a salvo. " Leo dudaba que alguno de ellos estuviera a salvo, ahora que se había levantado un campamento de romanos enojados, eran un gran problema, sumados a los que ya tenían con Gea y los gigantes, pero se mantuvo en silencio. Annabeth enlazó sus dedos. — "Denme tiempo para pensar en la profecía, pero en este momento tenemos problemas más inmediatos. Tenemos que sacar este barco rápido. Leo, ¿qué necesitamos? " — "Lo más fácil es alquitrán." Leo estaba contento de cambiar de tema. "Podemos conseguir en la ciudad, en algún lugar de suministros o algo así. Además, bronce Celestial y cal. Según Festo, podemos encontrar ambas cosas en una isla en el lago, al oeste de aquí. " — "Vamos a tener que darnos prisa", advirtió Hazel. "Conozco a Octavian, él está buscándonos con sus augurios. Los romanos van enviar una fuerza de ataque tras de nosotros. Es una cuestión de honor”. Leo sintió los ojos de todos sobre él. — "Miren muchachos... No sé lo que pasó. Honestamente, yo-"

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Annabeth levantó la mano. — "Hemos estado hablando. Estamos de acuerdo en que no podía haber sido tú, Leo. Esa sensación de frío que has mencionado... yo también lo sentí. Debe haber sido algún tipo de magia, ya sea Octavian o Gea o uno de sus secuaces. Sino hasta que entendamos lo que pasó " Frank lanzó un gruñido. — "¿Cómo podemos estar seguros de que no volverá a suceder?" Los dedos de Leo se calentaron como si estuviera a punto de incendiarse. Uno de sus poderes como hijo de Hefesto era que él podría convocar llamas a voluntad, pero que tenía que tener cuidado de no hacerlo por accidente, especialmente en un barco lleno de explosivos y materiales inflamables. — "Estoy bien ahora", insistió, aunque le gustaría poder estar seguro. "Tal vez deberíamos utilizar el sistema de compañeros. Nadie va a ninguna parte solo. Podemos dejar a Piper y el entrenador Hedge a bordo con Jason. Enviar un equipo de la ciudad para conseguir alquitrán. Otro equipo puede ir tras el bronce y la cal". "¿Dividirnos?" Percy dijo. "Eso suena como una idea realmente mala". — "Va a ser más rápido", propuso Hazel "Además, hay una razón que por lo general las búsquedas sean de tres semidioses, ¿no?" Annabeth levantó las cejas, como si nueva valoración de los méritos de Hazel. — "Tienes razón. La misma razón por la que necesitamos al Argo II... acampar afuera, siete semidioses en un lugar atraería demasiada la atención monstruos. La nave está diseñada para ocultar y protegernos. Debemos estar lo suficientemente seguros a bordo, pero si nos vamos de expediciones, no debemos viajan en grupos de más de tres. No tiene sentido alertar a más monstruos de Gea, más de lo que ya hacemos. " Percy todavía no parecía muy contento al respecto, pero él tomó la mano de Annabeth. — "Siempre y cuando seas mi compañera, estoy bien." Hazel sonrió. — "Oh, eso es fácil. Frank, ¡Como eres increíble te conviertes en un dragón de nuevo! ¿Puedes volver a volar para llevar a Annabeth y Percy a ciudad por el alquitrán? " Frank abrió la boca como si quisiera protestar. — "Yo... supongo. Pero, ¿qué hay de ti? " — "Voy a ir con Arión y con Sam… Leo, aquí." Ella jugueteaba con su empuñadura de la espada, lo que puso a Leo inquieto. Tenía incluso más energía nerviosa que él. "Vamos a conseguir el bronce y la cal. Todos podemos acordar volver aquí al anochecer. "

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Frank frunció el ceño. Obviamente, no le gustaba la idea de que Leo se valla con Hazel. Por alguna razón, la desaprobación de Frank hacia Leo le hizo querer ir. Tenía que demostrar que era digno de confianza. Él no iba a despedir a cualquier ballesta aleatoriamente de nuevo. — "Leo", Annabeth dijo, "si conseguimos los suministros, ¿Cuánto tiempo te llevaría arreglar el barco?" — "Con suerte, tan sólo unas horas." — "Bien", decidió. "Nos encontraremos de nuevo aquí lo antes posible, pero manténganse a salvo. Nos vendría bien un poco de buena suerte. Eso no significa que lo vamos a conseguir”.

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CAPITULO VI LEO MONTAR A ARIÓN FUE LO MEJOR QUE LE HABIA PASADO a Leo todo el día, lo cual no era decir mucho, ya que su día había apestado. Los cascos del caballo trotaron en la superficie del lago, formando la niebla salina. Leo puso su mano contra el costado del caballo y sentía los músculos que están trabajando como una máquina bien engrasada. Por primera vez, comprendió por qué los motores de automóviles se medían en caballos de fuerza. Arión era un Maserati de cuatro patas. Delante de ellos se extendía una isla, una línea de arena tan blanca, que podría haber sido pura sal de mesa. Detrás de se extendía una porción de dunas cubiertas de yerbas y grandes rocas. Leo se sentó detrás de Hazel, con un brazo alrededor de su cintura. El contacto lo hizo un poco incómodo, pero era la única manera de permanecer a bordo (o como se llama cuando estás en un caballo). Antes de irse, Percy le había lo tirado a un lado para contar la historia de Hazel. Percy sonaba como si le estuviera haciendo un favor a Leo, pero había habido un tono como si te metes con mi amiga, yo personalmente te voy a dar de alimento a un tiburón blanco. Según Percy, Hazel era una hija de Plutón. Ella había muerto en la década de 1940 y ha vuelto a la vida sólo un hace unos meses. Leo encontró difícil de creer. Hazel parecía cálida y muy viva, no como los fantasmas o los mortales renacidos con los que Leo se había enredado. Ella parecía buena con la gente, también, a diferencia de Leo, que era mucho más fácil con las máquinas. Vivir cosas, como andar a caballos y las niñas, no tenía idea de cómo relacionarse. Hazel también era novia de Frank, por lo que Leo sabía que debía mantener las distancias. Sin embargo, su cabello olía bien, y montar con ella hizo que su corazón corriera en contra de su voluntad. Debe haber sido la velocidad del caballo. Arión tronó a la playa. Pisó sus cascos y relinchó triunfante, como el entrenador Hedge cuando da gritos de guerra. Hazel y Leo desmontaron. Arión pateó la arena. — "Tiene que comer", explicó Hazel. "A él le gusta el oro, pero-" — "¿Oro?", se preguntó Leo. — "Aunque va conformarse con hierba. Vamos, Arión. Gracias por el paseo. Yo te llamo”. Al segundo el caballo se había ido y no dejo nada más que un rastro de vapor por el lago. — "Caballo rápido", dijo Leo, "y caro para alimentarse." — "No realmente", dijo Hazel. "El oro es fácil de encontrar para mí."

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Leo levantó las cejas. — "¿Cómo es el oro fácil? Por favor, dime que no estás relacionada con el Rey Midas. No me gusta ese tipo". Hazel apretó los labios, como si lamentaba plantear el tema. — "No importa". Eso hizo que Leo se sienta aún más curioso, pero decidió que sería mejor no presionarla. Se arrodilló y tomó un puñado de arena blanca. — "Bueno... un problema resuelto, al menos. Esta es la cal. " Hazel frunció el ceño. — "¿Toda la playa?" — "Si. ¿Ves? Los granos son perfectamente redondos. En realidad no es arena. Es carbonato de calcio. "Leo sacó una bolsa Ziploc de su cinturón de herramientas y metió la mano en la cal. De repente se quedó inmóvil. Recordó todas las veces que la diosa de la tierra Gea se le había aparecido en la tierra-su rostro dormido hecho de polvo o arena o tierra. A ella le encantaba burlarse de él. Se imaginaba sus ojos cerrados y su sonreír somnoliento girando en el calcio blanco. A pie, pequeño héroe, Gea, dijo. Sin ti, el buque no se puede arreglar. — "Leo", preguntó Hazel. "¿Estás bien?" Dio un suspiro tembloroso. Gea no estaba aquí. Fue sólo el mismo volviéndose loco. — "Sí," dijo. "Sí, está bien." Empezó a llenar la bolsa. Hazel se arrodilló junto a él y le ayudó. — "Deberíamos haber traído un cubo y pala". La idea animó a Leo. Incluso sonrió. — "Podríamos haber hecho un castillo de arena." — "Un castillo de cal". Sus miradas se cruzaron por un segundo demasiado largo. Hazel miró hacia otro lado. — "Eres tan parecido a:" — "¿Sammy?" Supuso Leo. Ella cayó de espaldas.

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— "¿Sabes?" — "No tengo ni idea de quién es Sammy. Pero Frank me preguntó si yo estaba seguro de que no era mi nombre. " — "Y... ¿no lo es?" — "¡No! Por Dios. " — "Usted no tiene un hermano gemelo o..." Hazel se detuvo. "¿Tu familia es de Nueva Orleans?" — "Nah. Houston. ¿Por qué? ¿Ese Sammy es un chico que conocías? " — "Yo... No es nada. Te ves exactamente como él". Leo se dio cuenta de que estaba demasiado avergonzado para decir más. Pero si Hazel era del pasado, ¿Significa eso Sammy vivía a partir de la década de 1940? Si es así, ¿cómo podría Frank saber de ese tipo? ¿Y por qué Hazel creía que Leo era Sammy, todos estas décadas más tarde? Terminó de llenar la bolsa en silencio. Leo la metió en su cinturón de herramientas y la bolsa desaparecido-sin peso, sin masa, sin volumen, aunque Leo sabía que iba a estar allí tan pronto como lo quiera. Cualquier cosa que pueda caber en los bolsillos, la bolsa de Leo entraba. Amaba a su cinturón de herramientas. Él sólo quisiera que los bolsillos eran lo suficientemente grandes para una sierra de cadena, o tal vez un bazooka. Se puso de pie y se examinaron las dunas de la isla blanca, mantas de hierba y rocas estaban incrustadas de sal como helar. — — — —

"Festus dijo que el ronce celestial estaba cerca, pero no estoy seguro de dónde-" "En ese camino". Hazel señaló a la playa. "Alrededor de 500 yardas". "¿Cómo-?" "Los metales preciosos", dijo Hazel. "Es una cosa de Plutón".

Leo recordó lo que había dicho sobre el oro es fácil. — "La niña talentosa. Muéstrame el camino, señorita detector de metales”. El sol empezó a ponerse. El cielo se volvió una extraña mezcla de púrpura y amarillo. En otra realidad, Leo podría haber disfrutado de una caminata por la playa con una chica bonita, pero cuanto más lejos se fueron, el más afilado que sentía. Finalmente Hazel se volvió hacia el. — "Estás seguro que es una buena idea", pregunté. — "Estamos cerca", prometió. "Vamos". Un poco más lejos de las dunas, vieron a la mujer. Se sentó en una roca en medio de un campo cubierto de hierba. Una motocicleta negra y cromada se encontraba estacionada cerca, pero cada una de las ruedas tenía un sector circular grande eliminado de los radios y de las llantas, de manera que se parecían a Pac-Man. De ninguna manera una motocicleta podría ser conducida en esa condición. La mujer tenía el pelo rizado negro y un cuerpo huesudo. Llevaba pantalones de motociclista de cuero negro, botas altas de cuero, y una chaqueta de cuero de color rojo sangre-una especie de Michael Jackson con un poco de Infierno Ángeles. Alrededor de sus pies, el suelo

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estaba lleno de lo que parecían conchas rotas. Estaba encorvada, arrastrando los nuevos de un saco y agrietándolos al abrirlos. ¿Descascarando ostras? Leo no estaba seguro de si había ostras en el Gran Lago Salado. No lo creía. No estaba ansioso de acercarse. Había tenido malas experiencias con señoras extrañas. Su niñera de chico, Tía Callida, resultó ser Hera y tenía la mala costumbre de ponerlo para dormir la siesta en chimeneas ardientes. La diosa de la tierra Gea había matado a su madre en un incendio del taller cuando Leo tenía ocho años. La diosa de la nieve Khione había intentado convertirlo en una estatua de hielo en Sonoma. Pero Hazel siguió adelante, así que no tenía mucha opción excepto seguirla. A medida que se acercaban, Leo notó detalles inquietantes. Adjunta al cinto de la mujer había un látigo doblado. El cuero rojo chaqueta tenía un diseño sutil, retorcidas ramas de un manzano poblado de pájaros esqueléticos. Las ostras que estaban descascaradas en realidad eran galletas de la fortuna. Una pila de galletas rotas yacía alrededor de sus tobillos. Siguió tirando nuevas de su saco, las agrietaba para abrirlas y leer la fortuna. La mayoría las echaba a un lado. Algunas le hicieron murmurar con tristeza. Deslizaba el dedo sobre la hoja la hoja de papel la desmanchaba, a continuación, la inscribía y volvía a cerrar la galleta mágicamente y echarla en una canasta cerca. — "¿Qué estás haciendo?", Preguntó Leo antes de que pudiera detenerse. La mujer levantó la vista. Leo pulmones se llenaron tan rápido, pensó que podría explotar. — "Tía Rosa", se preguntó. No tenía sentido, pero esta mujer era exactamente como su tía. Tenía la misma nariz ancha con un lunar en un lado, la misma boca amarga y ojos duros. Pero no podía ser de Rosa. Ella nunca usaría ropa como esa, y todavía estaba en Houston, en lo que Leo sabía. No estaría agrietando galletas abiertas fortuna en el medio del Gran Lago Salado. — "¿Es eso lo que ves?", Preguntó la mujer. "Interesante. ¿Y tú, Hazel, querida? " — "¿Cómo-?" Hazel dio un paso atrás con alarma. "Usted-se parece a la Sra. Read. Mi maestra de tercer grado. A usted la odiaba”. La mujer se rió. — "Excelente. Te molestaba, ¿Eh? ¿Ella te juzgaba injustamente? " — "Usted-golpeo mis manos por portarme supuestamente mal", dijo Hazel. "Ella llamó a mi madre una bruja. Me culpo de todo lo que no hice y… No. Ella tiene que estar muerta. ¿Quién eres tú? " — "Oh, Leo lo sabe", dijo la mujer. "¿Cómo te sientes acerca de la tía Rosa, mijo?" Mijo. Eso es como la mamá de Leo siempre le había llamado. Después de que su madre murió, Rosa había rechazado Leo. Ella lo había llamado un hijo del diablo. Lo había culpado por el fuego que había matado a su hermana. Rosa se había vuelto contra él su familia y él se escapo, un flaco huérfano de ocho años de edad-a merced de los servicios sociales. Leo había saltado

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de hogar de crianza temporal a otra casa hasta que por fin había encontrado un hogar en el Campamento Mestizo. Leo no odiaba a mucha gente, pero después de todos estos años, la cara de la tía Rosa le hizo hervir con resentimiento. ¿Cómo se sentía? Quería vengarse. Quería venganza. Sus ojos se dirigieron a la motocicleta con el Pac-Man ruedas. ¿Dónde había visto algo así antes? Cabina 16, de vuelta en el Campamento Mestizo, el símbolo por encima de su puerta había una rueda rota. — "Némesis", dijo. "Tú eres la diosa de la venganza." — "¿Lo ves?" La diosa sonrió a Hazel. "Él me reconoce." Némesis agrio otra galleta y arrugó la nariz. — "Usted tendrá una gran fortuna cuando menos te lo esperes", leer. "Eso es exactamente el tipo de tonterías que odio. ¡Alguien abre una galleta, y de repente tienen una profecía de que van a ser ricos! Culpo a la tramposa de Tyche. ¡Siempre dando mala suerte a las personas que o se lo merecen! " Leo miró el montón de galletas rotas. — "Uh... ya sabes los que no son profecías reales, ¿no? No son más que relleno en las galletas en algunos restaurantes " — "¡No trates de excusarla!", Espetó Némesis. "Es como Tyche hace para que la gente obtenga esperanza. No, no. Tengo que luchar contra ella. "Némesis movió un dedo por la hoja de papel, y las letras cambiaron a rojo. "Usted va a morir dolorosamente cuando menos lo esperes. ¡Ya está! Mucho mejor. " — "¡Eso es horrible!", Dijo Hazel. "¿Usted dejaría que alguien lea su galleta de la fortuna, y se haga realidad?" Némesis se burló. Fue realmente espeluznante, al ver esa expresión en la cara de la tía Rosa. — "Mi querida Hazel, ¿no me digas que nunca has tenido sentimientos o deseos de que algo terrible le pase a la Sr. Read que te trato tan mal?” — "¡Eso no significa que yo quiero que se hagan realidad!" — "Bah". Dijo la diosa resellando la galleta y tirándola a la cesta. "Tyche sería Fortuna para ustedes, supongo, en su ser romano. Como los demás, ella está en una forma horrible en estos momentos. ¿Yo? No estoy afectada. Soy llamada Némesis tanto para los griegos como para los romanos. Yo no cambio, porque la venganza es universal. " — "¿De qué estás hablando?", Preguntó Leo. "¿Qué estás haciendo aquí?" Némesis abrió otra galleta. — "Números de la suerte. ¡Ridículo! ¡Eso ni siquiera es suerte de verdad! "Aplastó la galleta y las piezas se esparcieron alrededor de sus pies. — "Para responder a su pregunta, Leo Valdez, los dioses están en muy mal estado. Siempre sucede cuando una guerra civil se está gestando entre vosotros los romanos y los griegos. Los olímpicos se debaten entre sus dos naturalezas, llamados por ambos

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lados. Llegan a ser bastante esquizofrénicos, me temo. Dolores de cabeza de la división. Desorientación”. — "Pero no estamos en guerra", insistió Leo. — "Um, Leo..." Hazel se estremeció. "Excepto por el hecho de que recientemente hiciste explotar una gran parte de la Nueva Roma". Leo la miró fijamente, preguntándose qué lado estaba. — "¡No fue a propósito!" — "Lo sé..." Hazel dijo, "pero los romanos no se dan cuenta de eso. Y llevarán a cabo una represalia por lo que paso. " Némesis se rió. — "Leo, escucha a la chica. La guerra está llegando. Gea lo ha comenzado, con tu ayuda. ¿Y se puedes adivinar quienes son los culpables en esta complicación? " La boca de Leo sabía cómo carbonato de calcio. — "A mí". La diosa resopló. "Bueno, no tienes una buena opinión de tu mismo. No eres más que un peón en el tablero de ajedrez, Leo Valdez. Me refiero, eres el jugador que estableció la gran idea de la búsqueda, que los griegos y los romanos viajen juntos. Los dioses culpan Hera o Juno si prefieren ¡La reina de los cielos ha huido para escapar del enojo de su familia en el Olimpo! ¡No hay que esperar ninguna ayuda más a su patrón! " La cabeza de Leo palpitaba. Tenía sentimientos encontrados acerca de Hera. Ella se había entrometido en su vida desde que era un bebé, moldeándolo para que pueda cumplir esta profecía, pero al menos había estado de su lado, más o menos. Si ella estaba fuera de la foto ahora... — "¿Entonces por qué estás aquí?", Preguntó. — "¿Por qué?, ¡Para ofrecer mi ayuda!" Némesis sonrió maliciosamente. Leo miró a Hazel. Parecía que le hubieran ofrecido una serpiente gratis. — "Tu ayuda", dijo Leo. — "Por supuesto", dijo la diosa. "Disfruto de derribar los soberbios y poderosos, y no hay nadie que se merece ser derribado como Gea y sus gigantes. Sin embargo, debo advertirle que no voy a sufrir éxito inmerecido. La buena suerte es una farsa. La rueda de la fortuna es un esquema Ponzi. El verdadero éxito requiere sacrificio. " — "¿Sacrificio?" La voz de Hazel era tensa. "Perdí a mi madre. Morí y volví a la vida. Ahora mi hermano está desaparecido. ¿No es eso suficiente sacrificio por ti? " Leo podría haber reaccionado igual. Quería gritar que había perdido a su madre también. Toda su vida había sido una miseria después de otra. Había perdido a su dragón, Festus. Él casi se había matado a sí mismo tratando de terminar el Argo II. Ahora que había disparado contra el

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Campamento romano, probablemente comenzó una guerra, y tal vez perdió la confianza de sus amigos. — "Ahora", dijo, tratando de controlar su ira, "lo único que quiero es un poco de bronce celestial." — "Oh, eso es fácil", dijo Némesis. "Es un poco más de la subida. Lo encontrará con las amantes”. "Espera", dijo Hazel. "¿Qué amantes?" Némesis se metió una galleta en su boca y se lo tragó, fortuna y todo. — "Ya lo verás. Tal vez te enseñará una lección, Hazel Levesque. La mayoría de los héroes no pueden escapar a su naturaleza, aun cuando se le da una segunda oportunidad en la vida”. Ella sonrió. "Y hablando de tu hermano Nico, no tenéis mucho tiempo. Vamos a ver... es 25 de Junio? Sí, después de hoy, seis días más. Después morira, junto con toda la ciudad de Roma. " Hazel ojos se abrieron como platos. — "¿Cómo? ... ¿qué?" — "Y en cuanto a ti, hijo del fuego." Se volvió hacia Leo. "Tus peores dificultades están por venir. Siempre estarás afuera, la Séptima Rueda. No encontrarás un lugar entre sus hermanos. Pronto te enfrentarás a un problema que no puedes resolver, aunque te podría ayudar... por un precio. " Leo olía a humo. Se dio cuenta de los dedos de la mano izquierda estaban en llamas, y Hazel lo miraba con terror. Se metió la mano en el bolsillo para extinguir las llamas. — "Me gusta resolver mis propios problemas". — "Muy bien". Némesis sacudió migas de galletas de su chaqueta. — "Pero, bueno, ¿qué tipo de precio estamos hablando?" La diosa se encogió de hombros. — "Uno de mis hijos recientemente ha negociado un buen ojo por la capacidad de hacer una diferencia real en el mundo”. Leo estómago se revolvió. — "Tú... quieres un ojo?" — "En su caso, tal vez sea otro sacrificio el que pida. Algo muy doloroso. Aquí."Ella le entregó una galleta de la fortuna intacta. "Si necesitas una respuesta, rompe esto. Y tu problema será resuelto. " La mano de Leo tembló mientras sostenía la galleta de la fortuna. — "¿Qué problema?"

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— "Lo sabrás cuando llegue el momento." — "No, gracias", dijo Leo con firmeza. Pero su mano, como si tuviera una voluntad propia, deslizó la galleta en su cinturón de herramientas. Némesis tomó otra galleta de su bolsa y la abrió. — "Va a haber motivos para reconsiderar tus opciones pronto. Oh, me gusta eso. No hay cambios necesarios aquí. " Ella volvió a cerrar la galleta y la lanzó a la canasta. — "Muy pocos dioses serán capaz de ayudarles en la búsqueda. Muchos ya están incapacitados, y su confusión empeorará. Una cosa solo podría traer la unidad al Olimpo de nuevo- un viejo mal finalmente vengado. ¡Ah, eso sería dulce en efecto, las escalas finalmente equilibrada! Pero no va a suceder a menos que aceptes mi ayuda. " — "Supongo que no nos dirías lo que está hablando", murmuró Hazel. "¿O por qué mi hermano Nico tiene sólo seis días de vida? ¿O por qué Roma va a ser destruida? " Némesis rió entre dientes. Se levantó y colgó el saco de galletas encima del hombro. — "Oh, está todo relacionado, Hazel Levesque. En cuanto a mi oferta, Leo Valdez, piénsalo un poco. Eres un niño bueno. Un trabajador duro. Podríamos hacer un buen negocio. Pero me he detenido con ustedes demasiado tiempo. Deben visitar el espejo de agua antes de que la luz se desvanezca. Mi pobre niño maldito se pone bastante agitado... cuando la oscuridad llega. " Leo no le gustaba el sonido de eso, pero la diosa se subió a su motocicleta. Al parecer, era manejable, a pesar de esas ruedas con forma de Pac-Man, porque Némesis aceleró su motor y desapareció en una nube de hongo de color negro como el humo de cigarrillo. Hazel se agachó. Todas las galletas rotas y la fortuna ya habían desaparecido a excepción de un resbalón de papel arrugado. Ella lo recogió y leyó: "Si usted se ve a sí mismo en el reflejo, tiene una razón para desesperarse." "Fantástico", gruñó Leo. "Vamos a ver lo que significa."

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CAPITULO VII LEO — "¿QUIÉN ES TIA ROSA?", PREGUNTO HAZEL. Leo no quería hablar de ella. Pero las palabras de Némesis todavía estaban zumbando en sus oídos. Su cinturón de herramientas parecía más pesado ya que había puesto la galleta allí, lo cual era imposible. Sus bolsillos podían llevar cualquier cosa sin añadir peso extra. Incluso las cosas más frágiles nunca se romperían. Sin embargo, Leo se imaginó la que podía sentir allí, arrastrándolo hacia abajo, en espera de ser abierta. — "Es una larga historia", dije. "Ella me abandonó después de que mi madre murió, me dio a una casa de hogar." — "Lo siento." — "Sí, bueno..." Leo estaba ansioso por cambiar de tema. "¿Qué hay de ti? ¿Qué dijo Némesis de tu hermano? " Hazel parpadeó como si hubiera metido la sal en los ojos. — "Nico... él me encontró en el Inframundo. Él me trajo de nuevo al mundo mortal y convenció a los romanos en el Campamento Júpiter a aceptarme. Le debo mi segunda oportunidad de vida. Si Némesis esta en lo correcto, y Nico peligra... Tengo que ayudarlo”. — "Claro", dijo Leo, aunque la idea le inquietaba. Dudaba que la diosa de la Venganza diera consejos de bondad desde el corazón. "¿Y qué decía Némesis de que tu hermano tiene seis días de vida, y que Roma va a ser destruida... ¿Alguna idea de lo que quería decir?" — "Ninguna", admitió Hazel. "Pero me temo que ..." Todo lo que ella estaba pensando, decidió no compartirlo. Subió una de las mayores rocas para obtener una mayor vista. Leo trató de seguir y perdió el equilibrio. Hazel le cogió la mano. Ella tiró de él hacia arriba y se encontraron en la cima de la roca, de la mano, cara a cara. Sus ojos pardos brillaban como el oro. El oro es fácil, había dicho ella. No le parecía a Leo -no cuando él la miró. Se preguntó quién era Sammy. Leo tenía la sospecha persistente de que él debería saber, pero no podía encontrar el nombre. Quienquiera que fuese, tenía suerte si Hazel cuidaba de él. — "Um, gracias." El dejo su mano, pero aún estaban de pie tan cerca, que podía sentir el calor de su aliento. Definitivamente ella no parecía una persona muerta.

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— "Cuando estábamos hablando con Némesis", dijo Hazel se inquieto, " las manos... vi las llamas". — "Sí," dijo. "Es un poder Hefesto. Por lo general, lo puedo mantenerla bajo control. " — "Oh." Ella puso una mano protectora sobre su camisa de mezclilla, como si estuviera a punto de decir el Juramento a la Bandera. A Leo le dio la sensación de que quería alejarse de él, pero la roca era demasiado pequeña. Genial, pensó. Otra persona que piensa que soy un monstruo aterrador. Miró al otro lado de la isla. La orilla opuesta era sólo unos pocos cientos de metros de distancia. Entre aquí y allí estaban dunas y macizos de rocas, pero nada parecido a un espejo en el agua. Siempre serás un extraño, Némesis le había dicho, La Séptima Rueda. No encontrarás un lugar entre tus hermanos. Bien podría haber vertido ácido en sus oídos. Leo no necesita a nadie para decirle que estaba en discordia. Él había pasado meses solo en Bunker 9 en el Campamento Mestizo, trabajando en su barco mientras sus amigos entrenaban juntos, compartían almuerzos y jugaban a capturar la bandera por diversión y premios. Incluso sus dos mejores amigos, Piper y Jason, a menudo lo trataban a él como un extraño. Desde que habían empezado a salir, su idea de "tiempo de calidad" no incluía Leo. Su único otro amigo, Festus al dragón, se había reducido a una figura cuando su disco de control había quedado destruido en su pasada aventura. Leo no tenía la capacidad técnica para repararlo. La séptima rueda. Leo había oído hablar de una rueda de una quinta pieza extra, inútil del equipo. Pensó en que una séptima rueda era peor. Había pensado que tal vez esta misión sería un nuevo comienzo para él. Todo su trabajo duro en el Argo II sería rentable. Tendría seis buenos amigos que lo admirarían y lo apreciarían, que iría navegando en la salida del sol para combatir gigantes. Tal vez, Leo secretamente esperaba, incluso se iba a encontrar una novia. Hizo sus cálculos, se sorprendió. Némesis tenía razón. Él podría ser parte de un grupo de siete, pero aún estaba solo. Había disparado contra los romanos y trajo a sus amigos solo problemas. No encontrarás un lugar entre sus hermanos. — "¿Leo?", preguntó Hazel suavemente. "No puedes tomar lo que Némesis dijo en serio." Él frunció el ceño. — "¿Y que si es cierto?" — "Ella es la diosa de la venganza," Hazel le recordó. "Tal vez está de nuestro lado, tal vez no, pero ella existe para revolver el resentimiento”. Leo deseaba poder despedir a sus sentimientos tan fácilmente. No pudo. Sin embargo, no fue culpa de Hazel.

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— "Hay que seguir adelante", dijo. "Me pregunto qué significaba lo que Némesis dijo, que tratemos de terminar antes que oscurezca". Hazel miró el sol, que estaba tocando el horizonte. — "¿Y quién es el chico maldito que mencionó?" Debajo de ellos, una voz dijo: — "Maldito muchacho mencionó." En un primer momento, Leo vio a nadie. Entonces sus ojos se acostumbraron. Se dio cuenta de una mujer joven estaba de pie tan sólo diez metros de la base de la roca. Su vestido era una túnica de estilo griego del mismo color que las rocas. Su pelo desordenado estaba en algún tono entre marrón y rubio y gris, por lo que se mezcla con la hierba seca. Ella no era invisible, exactamente, pero era casi perfectamente camuflada hasta que se movió. Incluso entonces, Leo tenía problemas para concentrarse en ella. Su cara era bonita, pero no recordable. De hecho, cada vez que Leo parpadeaba, no podía recordar qué aspecto tenía, y tenía que concentrarse para encontrarla de nuevo. — "Hola", dijo Hazel. "¿Quién eres tú?" — "¿Quién eres tú?", Respondió la chica. Su voz sonaba cansada, como si estuviera cansada de responder a esa pregunta. Hazel y Leo se miraron. Con esta suerte de semidiós, nunca se sabía lo que había quedado en. Nueve veces de cada diez, que no era bueno. Una chica ninja camuflada en tonos tierra no golpeó a Leo como si fuera algo con lo que quisiera tratar ahora. — "¿Eres tú el chico maldito mencionado por Némesis?", se preguntó Leo. "Pero tú eres una niña." — "Eres una niña", dijo la niña. — "¿Perdón?", Dijo Leo. — "Perdón", dijo la chica miserablemente. — "Me está repitiendo..." Leo se detuvo. "Oh. Espera. Hazel, ¿No había algún mito sobre una niña que repite todo-? " — "Eco", dijo Hazel. — "Eco", coincidió la muchacha. Ella se movió, su vestido cambiando con el paisaje. Sus ojos eran del color del agua salada. Leo intentó memorizar en sus rasgos, pero no pudo. — "Yo no recuerdo el mito", admitió. "¿Fuiste condenada a repetir lo último que has escuchado?" — "Has escuchado," Eco dijo. — "Pobrecita", dijo Hazel. "Si no recuerdo mal, ¿Una diosa hizo esto?" — "Una diosa hizo esto", confirmó Echo. Leo se rascó la cabeza.

Traducido por Jeremías Scholz. Twitter @Jerescholz

— "Pero no es que fue hace miles de años... oh. Tú eres uno de los mortales que volvieron a través de las puertas de la muerte. Realmente me gustaría que pudiéramos dejar de correr a los muertos. " — "Los muertos", dijo Eco, como ella lo estaba castigando. Se dio cuenta de Hazel estaba mirando a sus pies. — "Uh... lo siento", murmuró. "Yo no lo dije en ese sentido". — "En ese sentido". Eco señaló hacia la orilla de la isla. — "¿Quiere mostrarnos algo?", preguntó Hazel. Bajó a la roca, y siguió Leo. Incluso de cerca, Eco era difícil de ver. De hecho, ella parecía estar más invisible cuanto más la mirabas fijamente. — "¿Estás segura de que eres real", se preguntó. "Quiero decir... ¿De carne y hueso?" — "De carne y hueso". Ella tocó la cara de Leo y le hizo estremecerse. Sus dedos eran cálidos. — "¿Así que tienes que repetir todo?", Preguntó. — "Todo". Leo no pudo evitar sonreír. — — — — — — — — — — —

"Eso podría ser divertido." "Divertido", dijo con tristeza. "Elefantes azules." "Elefantes azules." "Bésame, tonto". "Tonto". "Hey!" "Hey!" "Leo", declaró Hazel, "No te burles de ella." "No te burles de ella", coincidió Eco. "Está bien, está bien," dijo Leo, aunque tuvo que resistir el impulso. No todos los días se encontró con alguien con una característica de repetir todo lo que escucha. "Entonces, ¿qué estabas señalando? ¿Necesita nuestra ayuda? " — "Ayuda", coincidió Eco enfáticamente. Ella hizo un gesto para que ellos sigan y corrió por la pendiente. Leo sólo podría seguir su progreso por el movimiento de la hierba y el brillo de su vestido, ya que cambiaba para coincidir con las rocas. — "Será mejor que te des prisa", dijo Hazel. "O vamos a perderla." Encontraron el problema-si se puede llamar a una multitud de chicas guapas un problema. Eco les conducía a un prado cubierto de hierbas con forma de cráter explosión, con un pequeño estanque en el centro. Reunidos en la orilla del agua eran varias docenas de ninfas. Al menos, Leo había adivinado que eran ninfas. Al igual que las que estaban en el Campamento Mestizo, éstas llevaban vestidos de gasa. Sus pies estaban desnudos. Tenían rasgos élficos, y su piel tenía un tinte ligeramente verdoso.

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Leo no entendía lo que estaban haciendo, pero todas juntas en el mismo lugar, frente a la laguna y dando empujones para obtener una mejor vista. Varias cámaras de teléfonos se levantaron, tratando de conseguir una toma por encima de las cabezas de los demás. Leo pensó que nunca había visto ninfas con los teléfonos. Se preguntó si estaban buscando a un cuerpo muerto. Si es así, ¿por qué estaban saltando arriba y hacia abajo y riendo tan emocionadas? — "¿Qué están mirando?" Se preguntó Leo. — "Mirando", suspiró Eco. — "Hay una forma de averiguarlo." Hazel marcho hacia adelante y comenzó empujando a las ninfas de su camino. "Disculpe. Perdóneme”. — "Hey!", Se quejó una ninfa. "¡Nosotras llegamos primero!" — "Sí", otro olió. "No va a estar interesada en ti." La segunda ninfa tenía grandes corazones rojos pintados en sus mejillas. Por encima de su vestido, que llevaba una camiseta que decía: OMG, I <3 N !! — "Uh, negocios de semidiós", dijo Leo, tratando de sonar oficial. "Hagan lugar. Gracias”. Las ninfas se quejaron, pero se separaron para revelar un joven de rodillas en el borde del estanque, mirando fijamente al agua. Leo por lo general, no le prestaba mucha atención a como lucían los otros chicos. Supuso que venía dando vueltas desde Jason-alto, rubio, robusto, y básicamente todo lo que Leo nunca podría ser. Leo estaba acostumbrado a no ser notado por las niñas. Al menos, sabía que nunca conseguiría una chica por su aspecto. Esperaba que su personalidad y sentido del humor lo hicieran algún día, aunque sin duda no había trabajado todavía. De todos modos, Leo no podía pasar por alto que el tío sentado en la laguna era muy guapo. Tenía un rostro cincelado, y unos ojos y boca que estaban en el límite de Masculino o femenino, lo cual lo hacía hermoso. Cabello oscuro recorría su frente. Él podría tener diecisiete o veinte años, era difícil de decir, pero tenía contextura de bailarín, con largos brazos y piernas gráciles y musculares, postura perfecta y un aire de calma real. Llevaba una simple camiseta blanca y jeans, con un arco y un carcaj a la espalda. Las armas que obviamente no habían sido utilizadas desde hace tiempo. Las flechas estaban cubiertas de polvo. Una araña había tejido una red en la parte superior del arco. Cuando Leo se acercó, se dio cuenta de la cara del tipo era inusualmente de oro. En la puesta del sol, la luz rebotaba en una gran hoja plana de bronce celestial que yace en el fondo del estanque, reflejando las características del Sr. Guapo en un caluroso destello. El tipo parecía fascinado con su reflejo en el metal. Hazel respiró hondo. — "Es hermoso". A su alrededor, las ninfas gritaron y aplaudieron de acuerdo.

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— "Lo soy", murmuró el joven soñador, con la mirada todavía fija en el agua. "Soy muy hermoso." Una de las ninfas mostró la pantalla de su iPhone. — "Su último vídeo de YouTube tiene un millón de visitas en como una hora. ¡Creo que yo fui la mitad de esas! " Las otras ninfas se rieron — "¿Video de YouTube?" Preguntó Leo. "¿Qué es lo que hace en el video, cantar?" — "¡No, tonto!" Reprendió la ninfa. "Solía ser un príncipe, y un cazador maravilloso y esas cosas. Pero eso no importa. Ahora sólo... bueno, mira! "Ella mostró Leo el vídeo. Era exactamente lo que estábamos viendo en la vida real el chico mirando de sí mismo en el estanque. — "¡Él es increíblemente caliente!", Dijo otra chica. Su camiseta de lectura: MRS. Narciso. — "¿Narciso?", se preguntó Leo. — "Narciso", coincidió Eco con tristeza. Leo había olvidado Eco estaba allí. Al parecer ninguna de las ninfas había fijado en ella tampoco. — "¡Oh no, otra vez!" Trató de empujar a Eco a una gran distancia de Narciso, pero calculó mal donde la niña estaba camuflada y terminó empujando a varias otras ninfas. — "Tuviste tu oportunidad, Eco", dijo la ninfa con el iPhone. "¡Él te dejó hace cuatro mil años! Es claro que no eres lo suficientemente buena para él ". — "Para él," dijo amargamente Echo. — "Espera." Hazel claramente tenía problemas para alejar los ojos lejos del chico guapo, pero lo consiguió. "¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué Eco nos trajo aquí? " Una ninfa rodó los ojos. Ella tenía en la mano una pluma de autógrafos y un cartel arrugado de Narciso. — "Eco era un ninfa como nosotras, hace mucho tiempo, ¡pero era una charlatana total! Cotilleaba, bla, bla, bla, todo el tiempo. " — "¡Lo sé!" Gritó otra ninfa. "Como, ¿quién podría soportarla? Justo el otro día, le dije a Cleopeia, saben, la que vive en la roca al lado de la mía, le dije: Deja de esparcir rumores o acabarás como Eco. Cleopeia es tiene una boca tan grande! ¿Has oído lo que dijo acerca de la ninfa y sátiro de la nube? " — "Totalmente", dijo la ninfa con el cartel. "Así que de todos modos, como castigo por parlotear, Hera maldijo a Eco para que pudiera sólo repetir las cosas, que está bien con nosotras. Pero entonces Eco se enamoró de nuestro hombre magnífico, Narciso, como si volvería a fijarse en ella. " — "Como si…", dijeron una media docena de otras. — "Ahora ella tiene una idea extraña que necesita ser salvado", dijo la señora Narciso. "Ella debe desaparecer." — "Vete", gruñó a Echo hacia atrás.

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— "Estoy muy contenta de que Narciso haya vuelto a vivir", dijo otra ninfa con un vestido gris. Ella tenía las palabras NARCISO + LAIEA escrito arriba y abajo en los brazos con marcador negro. "¡Es como el mejor! Y está en mi territorio. " — "Oh, basta, Laiea", dijo su amiga. "Yo soy la ninfa del estanque. No eres más que la ninfa de roca". — "Bueno, yo soy la ninfa de hierba", protestó otro. — "No, es obvio que vino aquí porque le gustan las flores silvestres", dijo otro. "¡Esas son mías!" La multitud entera comenzó a discutir mientras Narciso se quedó mirando el lago, haciendo caso omiso de ellos. — "Un momento", gritó Leo. "Señoras, ¡Esperen! Tengo que preguntarle algo Narciso”. Poco a poco las ninfas se calmaron y volvieron a tomar fotografías. Leo se arrodilló al lado del tío guapo. — "Así que, Narciso. ¿Qué pasa? " — "¿Te Puedes mover?", se preguntó distraídamente Narciso. "Estás arruinando la vista." Leo miró en el agua. Su propia reflexión ondulada junto a Narciso en la superficie del bronce sumergido. Leo no tenía ningún deseo de mirarse a sí mismo. En comparación con Narciso, parecía un duende de bajo la tierra. Pero lo que había ahí sin duda era una lámina martillada de Bronce Celestial, más o menos circular, de unos cinco pies de diámetro. ¿Qué estaba haciendo en este estanque?, Leo no estaba seguro. El Bronce celestial cae a la tierra en lugares extraños. Había oído que la mayoría piezas eran expulsadas de diversos talleres de su padre. Hefesto perdía los estribos cuando los proyectos no funcionaban, y él tiraba las piezas en el mundo mortal. Esta pieza parecía que podría haber sido pensado como un escudo para un dios, pero no había resultado bien. Si Leo pensaba en las reparaciones de la nave, sería bronce justo para repararla. — "Ok, bien dicho", dijo Leo. "Estoy feliz de moverme, pero si no lo estás utilizando, ¿puedo simplemente tomar esa hoja de bronce?" — "No", dijo Narciso. "Yo lo amo. Es tan hermosa”. Leo miró a su alrededor para ver si las ninfas estaban riendo. Esto tenía que ser una broma enorme. Pero fueron desvaneciéndose y asintiendo con la cabeza en acuerdo. Hazel sólo parecía consternada. Ella arrugó la nariz como si hubiera llegado a la conclusión de que Narciso olía peor de lo que parecía. — "El hombre", dijo Leo a Narciso. "Te das cuenta de que estás viendo a ti mismo en el agua, ¿no?" — "Yo soy tan grande," suspiró Narciso. Extendió una mano con nostalgia a tocar el agua, pero se contuvo. "No, no puedo hacer ondas. Arruinaría la imagen. Wow... estoy muy bien. "

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— "Sí," murmuró Leo. "Pero si me das el bronce, aún podes verte en el agua. O aquí... "Metió la mano en su cinturón de herramientas y sacó un simple espejo del tamaño de un monóculo. "Te lo cambio". Narciso tomó el espejo, de mala gana, y admiraba a sí mismo. — "¿Incluso tu llevas una imagen de mi? Yo no te culpo. Yo soy precioso. Gracias”. Él puso el espejo hacia abajo y volvió su atención hacia el estanque. "Pero ya tengo una mejor imagen. El color me favorece, ¿no te parece? " — "Oh, dioses, ¡Sí!", Gritó una ninfa. "¡Cásate conmigo, Narciso!" — "¡No con migo!" Gritó otro. "¿Me firmas mi cartel?" — "¡No, fírmame la camisa!" — "¡No, fírmame mi frente!" — "No, fírmame mi…" — "¡Basta!", Espetó Hazel. — "¡Basta!", coincidió Eco. Leo había perdido de vista eco de nuevo, pero ahora se dio cuenta de que ella estaba de rodillas en el otro lado de Narciso, agitando su mano delante de su cara como si tratara de romper su concentración. Narciso ni siquiera parpadeó. El club de ninfas fans trató de empujar a Hazel fuera del camino, pero ella sacó su espada de caballería y las obligó a dejarla volver. — "Déjate de eso", gritó ella. — "No va a firmar su espada", se quejó la ninfa cartel. — "No se va a casar contigo", dijo la chica iPhone. "¡Y no se pueden llevar su espejo de bronce! ¡Eso es lo que lo mantiene aquí! " — "Eres ridícula", dijo Hazel. "¡Esta concentrado de sí mismo! ¿Cómo es posible que les guste? " — "Posible que les guste," suspiró Echo, todavía agitando la mano delante de su cara. Las otras suspiraron con ella. — "Estoy muy caliente", dijo Narciso simpáticamente. — "Narciso, escucha." Hazel mantenido su espada en la mano. "Eco nos trajo aquí para ayudarte. ¿No, Eco? " — "Eco", dijo Eco. — "¿Quién?", Dijo Narciso. — "La única chica a quien le importa lo que te está pasado, al parecer", dijo Hazel. "¿Te acuerdas de morir?" Narciso frunció el ceño. — "Yo... no. Eso no puede estar bien. Yo soy demasiado importante para morir”. — "Moriste mirándote ti mismo", insistió Hazel. "Recuerdo la historia ahora. Némesis era la diosa que te maldijo, porque habías roto tantos corazones. Tu castigo fue enamorarte de tu propio reflejo. "

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— "Yo me quiero tanto, tanto", Concordó Narciso. — "Usted finalmente murió", continuó Hazel. "No sé qué versión de la historia es verdadera. Usted mismo se ahogó o se convierte en una flor colgando sobre el agua… Eco, ¿cuál es? " — "¿Cuál es?", Dijo ella desesperadamente. Leo se levantó. — "No tiene importancia. El punto es que está vivo otra vez, hombre. Usted tiene una segunda oportunidad. Eso es lo que Némesis nos estaba diciendo. Puedes levantarte y seguir adelante con tu vida. Eco está tratando de salvarte. O puedes quedarte aquí y mirar a ti mismo hasta que mueras otra vez. " — "¡Quédate aquí!", Gritaban todas las ninfas. — "¡Cásate conmigo antes de morir!" Chilló otra. Narciso negó con la cabeza. — "Sólo quiero mi reflejo. Yo no te culpo, pero no lo puedes detener. Yo pertenezco a mí. " Hazel suspiró con exasperación. Miró el sol, que se hundía rápidamente. Entonces ella hizo un gesto con la espada hacia el borde del cráter. — "Leo, ¿podemos hablar un momento?" — "Disculpe", dijo Leo a Narciso. "Eco, ¿quieres venir?" — "Venir," Echo confirmo. Las ninfas se agruparon en torno a Narciso de nuevo y comenzaron a grabar nuevos videos y tomar más fotos. Hazel empezó la marcha hasta que estuvieron fuera del alcance del oído. — "Némesis tenía razón", dijo. "Algunos semidioses no pueden cambiar su naturaleza. Narciso se va a quedar allí hasta que muera otra vez. " — "No", dijo Leo. — "No," estuvo de acuerdo Echo. — "Necesitamos el bronce", dijo Leo. "Si se lo quito, podría ser una razón para que Narciso se marche de ahí. Y Eco podría tiene la oportunidad de salvarlo. " — "La oportunidad de salvarlo", dijo Eco agradecido. Hazel clavó a su espada en la arena. — "También podría hacer que varias decenas de ninfas se enojen con nosotros", dijo. "Y Narciso todavía podría saber cómo disparar su arco." Leo pensó eso. El sol estaba a punto de bajar. Némesis había mencionado que Narciso se agitaba por la noche, probablemente porque no podía ver su reflejo más. Leo no quería quedarse lo suficiente para q que la diosa se refería con agitación. También había tenido experiencia con las turbas enloquecidas de ninfas. No estaba ansioso por repetirlo.

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— "Hazel", dijo, "Tu poder con metales preciosos, ¿puedes solamente detectarlos, o puedes que convocarlos hacia ti?" Ella frunció el ceño. — "A veces los puedo llamar. Nunca lo he intentado con un pedazo de bronce celestial tan grande antes. Yo podría ser capaz traerlo bajo tierra, pero tendría que estar bastante cerca. Haría falta mucha concentración, y no sería rápido”. — "Sería rápido", advirtió Eco. Leo maldijo. Tenía la esperanza de que pudieran volver a la nave, y si Hazel podía teletransportar el bronce celestial de un distancia segura. — "Está bien," dijo. "Vamos a tener que intentar algo arriesgado. Hazel, ¿Intenta convocar el bronce a aquí? Haz que se hunden en la arena y un túnel hacia ti, entonces agárralo y llévalo hacia la nave. " — "Pero Narciso se está mirando todo el tiempo", dijo. — "Todo el tiempo", se hizo eco de Eco. — "Ese va a ser mi trabajo", dijo Leo, odiando a su propio plan ya. "Eco haré una distracción". — "Distracción", se preguntó Echo. — "Voy a explicártelo", prometió Leo. "¿Está usted dispuesta?" — "Dispuesta", dijo Echo. — "Genial", dijo Leo. "Ahora, esperemos no morir”.

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CAPITULO VIII LEO LEO SE MENTALIZO a sí mismo para recibir un cambio de imagen extremo. Llamó a algunas pastillas de menta y un par de gafas de soldadura de su cinturón de herramientas. Las gafas no eran exactamente gafas de sol, pero que lo tendrían que ser. Se arremangó las mangas de su camisa. Usó un poco de aceite de máquina para engrasar hacia atrás su cabello. Metió una llave en el bolsillo de atrás (¿Por qué exactamente?, no estaba seguro) y Hazel de dibujo un tatuaje en su bíceps: HOT UFF ST, con una calavera y dos huesos cruzados. — "¿En qué demonios estás pensando?" Ella sonaba bastante nerviosa. — "Trato de no pensar", admitió Leo. "Esto interfiere con ser loco. Lo mejor es concentrarse en mover ese bronce celestial. Eco, ¿estás lista? " — "Lista", dijo. Leo tomó una respiración profunda. Se pavoneaba hacia el estanque, esperando verse increíble y no como si tuviera un tipo de aflicción nerviosa. — — — — — — — —

"¡Leo es el más fresco!", Gritó. "¡Leo es el más fresco!", Gritó Echo hacia atrás. "Sí, nena, ¡Échenme un vistazo!" "¡Échenme un vistazo!", Dijo Echo. "¡Abran paso al rey!" "¡Al rey!" "¡Narciso es débil!" "Débil"

La multitud de ninfas se esparcieron por la sorpresa. Leo les espantó como si lo estuvieran molestando. — "No pidan autógrafos, chicas. Sé que quieres un poco de tiempo con Leo, pero soy demasiado cool. Es mejor pasar el rato en torno a ese feo y débil de Narciso. ¡Es cojo! " "Cojo", dijo Echo con entusiasmo. Las ninfas murmuraron enfadadas. — "¿De qué estás hablando?" Preguntó una. — "Usted es cojo", dijo otro. Leo se ajustó las gafas y sonrió. Él flexionó sus bíceps, aunque él no tenía mucho, y mostró su tatuaje de HOT ST UFF. Tenía la atención de las ninfas, aunque sólo sea porque se quedaron atónitas, pero Narciso se fijaba todavía en su propio reflejo.

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— "¿Ya saben cómo es Narciso de feo?", se preguntó Leo la multitud. "Es tan feo, que cuando nació su mamá pensó era un centauro dado vuelta con la culata de un caballo por cara. " Algunas de las ninfas se quedaron sin aliento. Narciso frunció el ceño, como si le fuera vagamente consciente de un mosquito zumbando alrededor de su cabeza. — "¿Saben por qué el arco tiene telarañas?", Continuó Leo. "Él lo utiliza para cazar citas, ¡pero no puede encontrar una!" Una de las ninfas se rió. Las otras pronto le dieron un codazo en silencio. Narciso se volvió y frunció el ceño a Leo. — "¿Quién eres tú?" — "¡Soy del tamaño de McShizzle, hombre!", Dijo Leo. "Soy Leo Valdez, el chico malo supremo. Y las señoras aman a un niño malo". — "¡Aman a un niño malo!", Dijo Eco, con un chillido convincente. Leo sacó una pluma y autografió el brazo de una de las ninfas. — "¡Narciso es un perdedor! Él es tan débil, que no puede sacar un Kleenex de su caja. Él es tan cojo, cuando busca cojo en wikipedia, arriba tiene una imagen de Narciso de sólo él, y la imagen es tan fea, nadie lo comprueba. " Narciso empezó a fruncir las cejas hermosas. Su rostro estaba pasando de bronce a rosa salmón. Por el momento, se había totalmente olvidado de la laguna, y Leo podía ver la hoja de bronce que se hunde en la arena. — "¿De qué estás hablando?" Exigió Narciso. "Soy increíble. Todo el mundo lo sabe. " — "Ser Increíble solamente apesta", dijo Leo. "Si yo apestaría como vos, me ahogaría. Oh, espera, ya lo hiciste. " Otra ninfa se rió. Luego otra. Narciso gruñó, lo que le hizo parecer un poco menos atractivo. Mientras tanto, Leo sonrió y movió las cejas por encima de sus gafas y extendió las manos, haciendo un gesto de aplauso. — "¡Eso es!", Dijo. "¡Equipo de Leo por la victoria!" — "Equipo de Leo por la victoria", gritó Eco. Se había camuflado en la multitud de ninfas, y porque era tan difícil ver, las ninfas aparentemente pensaron que era la voz de una de las suyas. — "¡Oh, Dios mío, estoy tan impresionante!", Gritó Leo. — "¡Tan impresionante!" Gritó Eco hacia atrás. — "Es divertido", aventuró una ninfa. — "Y lindo, de una manera escuálido", dijo otra. — "¿Escuálido?", se preguntó Leo. "Bebe, yo inventé lo escuálido. Escuálido es el nuevo caliente. Y yo tengo lo ESCUALIDO. ¿Narciso? Él es un perdedor, hasta el Inframundo no lo quería. No podía invitar a las chicas fantasmas a salir con él. "

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— "Eww", dijo una ninfa. — "¡Eww!" Acordado Echo. — "¡Alto!" Narciso tiene a sus pies. "¡Esto no es justo! Esta persona no es, obviamente, impresionante, por lo que debe ser... "El luchó por encontrar las palabras adecuadas. Probablemente había sido un largo tiempo desde que había hablado de otra cosa que no sea sí mismo. "Él nos debe estar engañando." Al parecer, Narciso no era completamente estúpido. La realización amaneció en su rostro. Se volvió hacia el estanque. — "¡El espejo de bronce se ha ido! ¡Mi reflejo! ¡Devuélveme a mí! " — "¡Equipo de Leo!" Chilló una de las ninfas. Sin embargo, los otros volvieron su atención a Narciso. — "¡Yo soy el que es hermoso!", Insistió Narciso. "¡Él ha robado mi espejo, y yo voy me voy a ir a menos que lo consigamos de nuevo!" Las chicas se quedaron sin aliento. Uno de ellas lo señaló. — "¡No!" Hazel estaba en la cima del cráter, corría tan rápido como podía mientras cargaba con una gran hoja de bronce. — "¡Traedlo de vuelta!" Gritó una ninfa. Probablemente en contra de su voluntad, Echo murmuró, — "Traedlo de Vuelta". — "¡Sí!" Narciso descolgó su arco y cogió una flecha de su carcaj polvoriento. "El primero que consigue que el bronce, me gustara casi tanto como me gusto. ¡Yo incluso podría darle un beso, justo después de besar mi reflejo! " — "¡Oh dioses!", Gritaron las ninfas. — "¡Y maten a esos semidioses!", Añadió Narciso, mirando muy generosamente a Leo. "¡No son tan cool como yo!" Leo podía correr muy rápido cuando alguien trataba de matarlo. Por desgracia, el no había tenido mucha práctica. Supero a Hazel, que era fácil, ya que ella estaba luchando con cincuenta libras de bronce celestial. Tomó un lado de la placa de metal y miró hacia atrás. Narciso estaba apuntando una flecha, pero era tan vieja y frágil, que se rompió en astillas. — "¡Ay!", Gritó muy atractivo. "¡Mi manicura!" Normalmente, las ninfas eran rápidas, por lo menos las que están en el Campamento Mestizo sí, pero estos estaban cargadas con carteles, Camisetas y Narciso ™ mercancías. Las ninfas tampoco eran grandes en el trabajo en equipo. Se mantuvieron tropezando entre sí, empujándose y empujándose. Eco empeoraba las cosas al correr entre ellas, tropezar y hacer frente a tantas como pudiera. Sin embargo, se estaban cerrando rápidamente.

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— "¡Llama a Arión!" Jadeó Leo. — "¡Ya lo hice!", Dijo Hazel. Corrieron hacia la playa. Llegaron a la orilla del agua y se podía ver el Argo II, pero no había manera de llegar allí. Era demasiado lejos para nadar, incluso si no habrían ido con una placa de bronce. Leo se volvió. La multitud se iba apoderando de las dunas, Narciso a la cabeza, sosteniendo su arco como el jefe de un grupo importante con su bastón de mando. Las ninfas habían conjurado armas clasificadas. Algunas sostenían rocas. Algunos tenían palos de madera adornados con flores. Algunas de las ninfas del agua tenían armas de agua que no parecían tan terrible, pero la mirada en sus ojos era aún asesina. — "Oh, hombre," murmuró Leo, convocando a fuego en su mano libre. "La fuerza y la lucha no es lo mío." — "Mantén bronce celestial." Hazel sacó su espada. "¡Quítate de delante de mí!" — "¡Quítate de delante de mí!" Eco repitió. La chica camuflada estaba corriendo por delante de la multitud ahora. Ella se detuvo frente a Leo y se volvió, extendiendo sus brazos como si quisiera protegerlo personalmente. — "¿Eco?" Leo casi no podía hablar con el nudo en la garganta. "Eres una ninfa valiente". — "¿Ninfa valiente?" Su tono hizo una pregunta. — "Estoy orgulloso de tenerte en el equipo de Leo", dijo. "Si sobrevivimos a esto, tendrías que olvidarte de Narciso". — "¿Olvídate de Narciso?", Dijo con incertidumbre. — "Eres demasiada buena para él." Las ninfas los rodearon en semicírculo. — "Engaño", dijo Narciso. "No me amas, ¡Chicas! Todos me quieren, ¿no es así? " — "¡Sí!", Gritaban las chicas, a excepción de una ninfa confundida con un vestido amarillo que chilló, "¡Equipo de Leo!" — "¡Mátenlos!" Narciso ordenó. Las ninfas se lanzaron hacia delante, pero un hubo un estallo en frente de ellos. Arión salió corriendo de la nada, rodeando la multitud tan rápidamente creó una tormenta de arena, duchando a las ninfas en blanco cal, rociando sus ojos. — "¡Me encanta este caballo!", Dijo Leo. Las ninfas se derrumbaron, con tos y arcadas. Narciso tropezó a ciegas, balanceando su arco como si estuviera tratando de golpear una piñata. Hazel se subió a la silla, alzó el bronce, y le ofreció una mano de Leo. — "No podemos dejar a Eco", dijo Leo. — "Dejar a Echo", repitió la ninfa. Ella sonrió, y por primera vez, Leo pudo ver claramente su cara. Ella era realmente bonita. Tenía los ojos más azules de lo que se había dado cuenta. ¿Cómo había perdido eso?

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— "¿Por qué?", preguntó Leo. "¿No crees que aún puedes salvar Narciso...?" — "Salvar a Narciso", dijo con confianza. Y a pesar de que era sólo un eco, Leo di cuenta de que lo decía en serio. Le había dado una segunda oportunidad en la vida, y estaba decidida a utilizarla para guardar al chico que amaba, aun cuando él era un completo inútil e (aunque muy guapo) idiota. Leo quiso protestar, pero Eco se inclinó hacia delante y lo besó en la mejilla, y luego lo empujó suavemente. — "¡Leo, vamos!" Llamaba Hazel. Las otras ninfas estaban empezando a recuperarse. Se limpió la cal fuera de sus ojos, que eran ahora de color verde brillante con ira. Leo buscó Eco de nuevo, pero ella se había disuelto en el paisaje. — "Sí", dijo, con la garganta seca. "Sí, está bien." Subió detrás de Hazel. Arión despegó a través del agua, las ninfas gritando detrás de ellos, y Narciso gritando, "¡Tráiganmelo de vuelta! ¡Tráiganmelo de Vuelta! " Cuando Arión corría hacia el Argo II, Leo recordó lo que había dicho Némesis sobre Eco y Narciso: Quizás les van a enseñar una lección. Leo había pensado que había sido Narciso, pero ahora se preguntaba si la verdadera lección para él era Eco - Invisible para sus hermanas, condenada a amar a alguien que no le prestaba atención. Una Séptima rueda. Trató de sacudirse ese pensamiento. Se aferraba a la lámina de bronce como un escudo. Estaba decidido a no olvidar nunca la cara de Eco. Ella se merecía que al menos una persona la viera y sepa lo buena que era. Leo cerró los ojos, pero el recuerdo de su sonrisa ya estaba desapareciendo.

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CAPITULO IX PIPER PIPER NO QUERÍA USAR SU CUCHILLO. Pero sentada en la cabina de Jason, esperando a que se despierte, se sentía sola y desamparada. El rostro de Jason era tan pálido, que podría haber estado muerto. Recordaba el sonido horrible de ladrillo que golpear a su frente, una lesión que había sucedido sólo porque él había tratado de protegerla de los romanos. Incluso con el néctar y ambrosía que se las habían arreglado para que ingiera, Piper no podía estar segura de que iba a estar bien cuando se despierte. ¿Y si hubiera perdido sus recuerdos de nuevo, pero esta vez, los recuerdos de ella? Ese sería el truco más cruel que los dioses podrían jugarle, y ya le habían jugado algunos trucos bastante crueles. Oyó a Hedge Gleeson en la puerta de la habitación de al lado, tarareando una canción- militar "Barras y Estrellas para siempre", ¿Tal vez? Dado que la televisión por satélite estaba rota, el sátiro estaba probablemente sentado en su litera leyendo números viejos de la revista Guns & Ammo. Él no era un acompañante malo, pero era sin duda la cabra vieja más belicosa que haya conocido. Por supuesto, ella estaba agradecida del sátiro. Él había ayudado con su padre, actor de cine Tristán McLean, a volver sobre sus pies después de haber sido secuestrado por los gigantes del pasado invierno. Hace unas semanas, Hedge había dejado a su novia, Mellie, a cargo de la casa de McLean para que pudiera venir a ayudar en esta búsqueda. El entrenador Hedge había tratado de hacer que la idea de volver al Campamento Mestizo había sudo suya, pero Piper sospechaba que había algo más. En las últimas semanas, cuando Piper llamaba a su casa, su padre y Mellie le habían preguntado que estaba mal. Tal vez algo en su voz había avisado. Piper no podía compartir las visiones que había visto. Eran demasiado inquietantes. Además, su padre había tomado una poción que borro todos los secretos de Piper como semidiós de su memoria. Pero todavía podía sentir cuando estaba molesta, y ella estaba bastante segura de que su padre había alentado al Entrenador a cuidar de ella. No debería desenvainar su espada. Sólo la haría sentirse peor. Por último, la tentación fue demasiado grande. Ella desenvainó Katoptris. No se veía muy especial, sólo una hoja triangular con una empuñadura sin adornos, pero había sido una vez propiedad de Helena de Troya. El nombre de la daga significaba "Espejo".

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Piper miró la hoja de bronce. Al principio, sólo vio su reflejo. Entonces una luz ondulada a través del metal. Vio una multitud de semidioses romanos reunidos en el foro. El rubio hijo de un espantapájaros, Octavian, estaba hablando con la multitud, agitando el puño. Piper no podía oírle, pero la esencia era obvio: ¡Tenemos que matar a los griegos! Reyna, la pretor, se hizo a un lado, con la cara estremecida por una emoción reprimida. ¿Amargura? ¿Ira? Piper no estaba segura. Había estado preparada para odiar a Reyna, pero no pudo. Durante la fiesta en el foro, Piper había admirado la forma en Reyna mantuvo sus sentimientos bajo control. Reyna había notado la relación de Piper y Jason de inmediato. Como hija de Afrodita, Piper podía sentir este tipo de cosas. Sin embargo, se había quedado bajo control y cortés. Había puesto las necesidades de su campamento delante de sus emociones. Le había dado a los griegos una oportunidad justa... justa hasta el Argo II había comenzado la destrucción de su ciudad. Casi había hecho que se sintiera culpable por ser la novia de Jason, aunque eso era una tontería. Jason no había sido nunca novio de Reyna, en realidad no. Tal vez Reyna no era tan mala, pero eso no importaba ahora. Se había estropeado la oportunidad para la paz. El poder de Piper de persuasión había, por una vez, hecho absolutamente nada. ¿Su miedo secreto? Tal vez ella no se había esforzado lo suficiente. Piper nunca había querido hacer amistad con los romanos. Estaba demasiado preocupado por perder a Jason en su antigua vida. Tal vez inconscientemente ella no había puesto su mejor esfuerzo en el Hechizo Oral. Ahora Jason estaba herido. La nave había sido casi destruida. Y de acuerdo con su daga, el loco niño-espantapájaros con Osos de Peluches, Octavio, instaba a los romanos a entrar en un frenesí de guerra. La escena en la hoja cambió. Hubo una serie rápida de imágenes que había visto antes, pero todavía no las entendía: Jason montaba a caballo en una batalla, sus ojos de Oro en vez de Azules; una mujer en un viejo vestido del Sureño, de pie en un parque con el océano y palmeras, un toro con cara de hombre y con barba, que surgía de un río, y dos gigantes en la combinación de togas amarillas, Izaban una cuerda en un sistema de poleas, levantando una gran vasija de bronce fuera de un pozo. Luego vino la peor visión: Se vio con Jason y Percy, de pie hasta la cintura en el agua en el fondo de una cámara oscura circular, como un pozo gigante. Formas fantasmales se movían a través del agua a medida que aumentó rápidamente. Piper arañó las paredes, tratando de escapar, pero no había ningún lugar para ir. El agua llegó a sus pechos. Jason fue tirado hacia bajo. Percy tropezó y desapareció.

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¿Cómo puede un niño del dios del mar ahogarse? Piper no lo sabía, pero se vio en la visión, sola y siendo arrasada por oscuridad, hasta que el agua se elevó por encima de su cabeza. Piper cerró los ojos. No lo muestres de nuevo, le suplicó. Muéstrame algo útil. Se obligó a mirar la hoja de nuevo. Esta vez, ella vio un corte de carretera vacía entre los campos de trigo y girasoles. En un marcador de kilometraje se leía: T OPEKA 32. En el hombro de la carretera había un hombre con pantalones cortos de color caqui y una camisa púrpura del campamento. Su rostro se perdía en la sombra de un sombrero ancho, el ala envuelta en enredaderas de hoja verde. Alzó una copa de plata y le hizo señas a Piper. De alguna manera ella sabía que él le estaba ofreciendo algún tipo de regalo, una cura, o un antídoto. — "Hey," gruñó Jason. Piper se asustó tanto que dejó caer el cuchillo. — "¡Estás despierto!" — "No suenas tan sorprendida." Jason tocó la cabeza vendada y frunció el ceño. "¿Qué... qué pasó? Recuerdo las explosiones, y-" — "¿Recuerdas quién soy yo?" Jason trató de reír, pero se convirtió en una dolorosa mueca de dolor. — "Que yo sepa, tú eras mi impresionante novia Piper. ¿A menos que algo haya cambiado desde que yo no estuve? " Piper estaba tan aliviada que ella casi sollozaba. Ella lo ayudó a incorporarse y le dio un poco de néctar para beber para que se pueda mejorar más rápido. Estaba explicándole el plan de Leo para arreglar la nave cuando oyó los cascos del caballo retumbar por la cubierta sobre sus cabezas. Momentos más tarde, Leo y Hazel tropezaron con una parada en la puerta, llevando una hoja grande de bronce martillado entre ellos. — "Dioses del Olimpo." Piper miró a Leo. "¿Qué te ha pasado?" Tenía el pelo engrasado de nuevo. Tenía gafas de soldadura en la frente, una marca de lápiz de labios en su mejilla, tatuajes de todo su brazo, y una camiseta que decía HOT UFF ST, chico malo, y T EAM LEO. — "Es una larga historia", dijo. "¿Los otros ya están de vuelta?" — "Todavía no", dijo Piper. Leo maldijo. Entonces se dio cuenta de que Jason estaba sentado, y se le iluminó su rostro. — "Hey, hombre! Me alegro de que estés mejor. Voy a estar en la sala de máquinas. " Él se escapó con la hoja de bronce, dejando a Hazel en la puerta. Piper alzó una ceja.

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— "¿Equipo de Leo?" — "Nos encontramos a Narciso", dijo Hazel, que en realidad no explicaba mucho. "También con Némesis, la diosa de la venganza." Jason suspiró. — "Echo de menos la diversión." En el piso de arriba, algo sonó THUMP, como si una criatura pesada había aterrizado. Annabeth y Percy se acercaron corriendo por el pasillo. Percy estaba sosteniendo una humeante cubeta de cinco galeones. Annabeth tenía un parche de material negro pegajoso en el pelo. La camisa de Percy estaba cubierta de eso. — "¿Alquitrán para techos?" Adivinó Piper. Frank tropezó detrás de ellos, lo que hizo que el pasillo quede repleto de semidioses. Frank tenía una gran mancha de lodo negro por la cara. — "Me encontré con algunos monstruos de alquitrán", dijo Annabeth. "Hey, Jason, me alegro de que estés despierto. Hazel, ¿dónde está Leo? " Ella señaló hacia abajo. — "Sala de máquinas". De repente, el barco entero se estremeció. Los semidioses tropezaron. Percy casi derramó su balde de alquitrán. — "Uh, ¿qué fue eso?", Exigió. — "Oh..." Hazel parecía avergonzado. "Podemos haber enfurecido a las ninfas que viven en este lago. Como... a todas ellas. " — "Grande". Percy entregó el cubo de alquitrán a Frank y Annabeth. "Ustedes ayuden a Leo. Voy a mantener a raya a los espíritus del agua siempre que me sea posible. " — "¡En ello!", Prometió Frank. Los tres de ellos salieron corriendo, dejando a Hazel en la puerta de la cabina. El buque se estremeció otra vez, y Hazel abrazó a su estómago como si estuviera a punto de vomitar. — "Sólo voy a..." Ella tragó saliva, señaló débilmente por el pasillo, y salió corriendo. Jason y Piper se mantuvieron por debajo mientras el barco se balanceaba hacia atrás y hacia adelante. Para ser un héroe, Piper se sentía bastante inútil. Olas se estrellaban contra el casco y como voces airadas se escuchaban a lo lejos- Percy gritaba, y también gritaba el entrenador Hedge en el lago. Festus el mascarón de proa respiró varias veces soltando incendios. Al final del pasillo, Hazel gimió miserablemente en su camarote. La habitación del motor, abajo, sonaba como Leo y los demás estuvieran haciendo un baile irlandés en línea con yunques atados a sus pies. Después de lo que parecieron horas, el motor empezó a tararear. Los remos crujieron y gimieron, y Piper sintió como el buque se elevaba en el aire.

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El balanceo y la agitación se detuvieron. El barco se convirtió en silencio, salvo por el zumbido de las máquinas. Finalmente Leo surgió desde la sala de máquinas. Él estaba cubierto de sudor, polvo de cal, y el alquitrán. Su camiseta parecía que había quedado atrapado en una escalera mecánica y hecha pedazos. El TEAM LEO en el pecho ahora lee: AM LEO. Pero él sonreía como un loco y anunció que estaban a salvo y en marcha. — "Reuníos en el comedor, una hora", dijo. "Día loco, ¿eh?" Después de que todos se habían limpiado, el entrenador Hedge tomó el timón y los semidioses nos reunimos para la cena. Fue el primera vez que todos nos sentamos juntos, sólo el siete de ellos. Tal vez su presencia debería haber sido tranquilizadora para Piper, pero a ver todos ellos en un único lugar le recordó que la Profecía de los Siete se estaba desarrollando. No había que esperar a que Leo termine el barco. No hay día más fáciles en el Campamento Mestizo, simulando que el futuro era todavía un largo camino afuera. Estaban en marcha, con un montón de romanos enojados detrás de ellos y las antiguas tierras por delante. Los gigantes estarían esperando. Gea estaba subiendo. Y a menos que lo lograron en esta búsqueda, el mundo sería destruido. Los otros debían estar sintiendo mismo. La tensión en el comedor era como una tormenta eléctrica, lo que era totalmente posible, teniendo en cuenta los poderes de Percy y Jason. En un momento incómodo, los dos muchachos trataron de sentarse en la misma silla en la cabecera de la mesa. Chispas literalmente volaron de las manos de Jason. Después de un breve enfrentamiento en silencio, como si estuvieran los dos pensando, ¿En serio, amigo?, se cedió la silla a Annabeth y se sentaron al lado de ella, opuestos. El equipo comparó notas sobre lo que había ocurrido en la ciudad de Salt Lake, pero la historia ridícula de Leo acerca de cómo se engañaron a Narciso fue suficiente para animar al grupo. — "Entonces, ¿dónde vamos ahora?", Preguntó Leo con un bocado de pizza. "Hice un trabajo de reparación rápida para salir del lago, pero todavía hay una gran cantidad de daños. En realidad, deberíamos parar de nuevo y arreglar las cosas antes de que nos dirijamos a través del Atlántico. " Percy estaba comiendo un pedazo de pastel, que por alguna razón era completamente azul, relleno, la corteza, incluso la crema batida. — "Tenemos que poner algo de distancia entre nosotros y el Campamento Júpiter," dijo. "Frank vio algunas águilas cerca de Salt Lake City. Nos damos cuenta de que los romanos no están muy lejos detrás de nosotros. " Eso no mejoró el estado de ánimo en torno a la mesa. Piper no quería decir nada, pero se sentía obligada... y un poco culpable. — "No, ¿Creo que deberíamos volver atrás y tratar de razonar con los romanos? Tal vez, tal vez no traté trate demasiado duro con mi Hechizo Oral”. Jason le tomó la mano.

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— "No fue tu culpa, Pipes. O de Leo ", añadió rápidamente. "Lo que pasó, fue culpa de Gea, para separar los dos Campamentos. " Piper estaba agradecida por su apoyo, pero todavía se sentía incómoda. — "Tal vez si pudiéramos explicar que, si bien-" — "¿Sin pruebas?", se preguntó Annabeth. "¿Y ninguna idea lo que realmente sucedió? Te agradezco lo que estás diciendo, Piper. Yo no quiero que los romanos estén como nuestros enemigos, pero hasta que no entendamos lo que hizo Gea, nos estaríamos, prácticamente suicidando. " — "Tiene razón", dijo Hazel. Ella todavía parecía un poco mareada, pero estaba tratando de comer unas pocas galletas saladas. El borde de su plato estaba incrustado con rubíes, y Piper estaba bastante segura de que no habían estado allí en el comienzo de la comida. "Reyna podría escuchar, pero Octavian no. Los romanos tienen honor. Ellos han sido atacados. Van a disparar primero y hacer preguntas después". Piper miró a su propia cena. Los platos mágicos podían evocar una gran selección de cosas vegetarianas. A ella en especial le gustó la quesadilla con aguacate y pimienta a la parrilla, pero esta noche no tenía mucho apetito. Pensó en las visiones que había visto en su cuchillo: Jason con ojos dorados, y el toro con cabeza humana, los dos gigantes con togas amarillas elevando una jarra de bronce de un pozo. Lo peor de todo, se recordó a sí misma ahogándose en agua negra. A Piper siempre le había gustado el agua. Tenía buenos recuerdos de surf con su padre. Pero desde que había empezado a ver esa visión en Katoptris, había estado pensando más y más de una vieja historia Cherokee su abuelo solía contar para mantenerla lejos del río cerca de su cabaña. Él le dijo que los Cherokees creían en espíritus del agua buenas, como las náyades de los griegos, pero también creían en espíritus malignos agua, los caníbales de agua, que cazaban a los mortales con flechas invisibles y eran especialmente aficionados a ahogar niños pequeños. — "Tienes razón", decidió. "Tenemos que seguir adelante. No sólo por los romanos. Tenemos que darnos prisa. " Hazel asintió. — "Némesis dijo que tenemos sólo seis días hasta que Nico muera y Roma sea destruida." Jason frunció el ceño. — "¿Quieres decir que Roma original, no Nueva Roma?" — "Creo", dijo Hazel. "Pero si es así, eso no es mucho tiempo." — "¿Por qué seis días?" Se preguntó Percy. "¿Y cómo van a destruir Roma?" Nadie respondió. Piper no quería añadir más malas noticias, pero sentía que tenía que hacerlo. — "No puedo más", dijo. "He estado viendo algunas cosas en mi cuchillo".

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El chico mayor, Frank, se congeló con un tenedor lleno de espaguetis a medio camino de su boca. — "¿Cosas como...?" — "Cosas que realmente no tienen sentido", dijo Piper, "sólo imágenes confusas, pero vi a dos gigantes, vestidos igual. Tal vez gemelos”. Annabeth se quedó mirando el canal de video mágico desde el Campamento Mestizo en la pared. Ahora mismo mostraba una habitación en la Casa Grande: un acogedor fuego en la chimenea y Seymour, el peluche cabeza de leopardo, roncando satisfecho por encima de la chimenea. — "Gemelos, al igual que en la profecía de Ella", dijo Annabeth. "Si pudiéramos descubrir esas líneas, podrían ayudar." — "La Hija de la Sabiduría camina sola", dijo Percy. "La Marca de Atenea arde a través de Roma. Annabeth, tiene que referirse a vos. Juno me dijo... bueno, ella dijo que tenía una dura tarea por delante de Roma. Ella dijo que dudaba que pudiera hacerlo. Pero yo sé que está mal”. Annabeth dio un largo suspiro. — "Reyna estaba a punto de decirme algo justo antes de que la nave dispararon contra nosotros. Ella dijo había una vieja leyenda entre los pretores romanos, algo que tenía que ver con Atenea. Ella dijo que podría ser la razón por la cual los griegos y los romanos nunca pudieron llevarse bien. " Leo y Hazel intercambiaron miradas nerviosas. — "Némesis mencionó algo similar", dijo Leo. "Ella habló de una vieja cuenta pendiente que tenía que ser resuelta-" — "La única cosa que podría llevar a las dos naturalezas de los dioses en armonía", recordó Hazel. "'Un viejo mal finalmente vengado". Percy dibujó una cara triste en su crema batida azul. — "Yo sólo fui pretor por cerca de dos horas. Jason, ¿Nunca escuchaste una leyenda como eso? " Jason seguía sosteniendo la mano de Piper. Los dedos de él se habían vuelto fríos y húmedos. — "Yo... eh, no estoy seguro", dijo. "Voy a darle un poco de pensamiento". Percy frunció el ceño. — "¿No estás seguro?" Jason no respondió. Piper quería preguntarle qué le pasaba. Se dio cuenta de que no quería hablar de esa vieja leyenda. Le llamó la atención, y se le declaró en silencio, después. Hazel rompió el silencio.

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— "¿Qué pasa con las otras líneas?" Giró sus rubíes incrustados el plato. "Los gemelos sofocan el aliento del ángel, Aquél que sujeta las llaves de la muerte infinita. " — "La perdición de los gigantes se mantiene dorada y pálida.", añadió Frank, "La victoria a través del dolor de una jaula tejida…" — "La Perdición de los Gigantes", dijo Leo. "Cualquier cosa que sea una pesadilla para los gigantes es bueno para nosotros, ¿no? Eso es probablemente lo que necesitamos encontrar. Si podemos ayudar a los dioses en su bipolaridad esquizofrénica, es bueno". Percy asintió. — "No podemos matar a los gigantes sin la ayuda de los dioses". Jason volvió hacia Frank y Hazel. — "Yo pensé que ustedes mataron un Gigante en Alaska sin la ayuda de un dios, sólo ustedes dos. " — "Alcioneo era un caso especial", dijo Frank. "Era sólo inmortal en el territorio en el que volvió a nacer- Alaska. Pero no en Canadá. Ojalá pudiera matar a todos los gigantes arrastrándolos a través de la frontera desde Alaska a Canadá, pero... "Se encogió de hombros. "Percy tiene razón, vamos a necesitar a los dioses". Piper miró las paredes. Ella realmente no le había encantado la idea de las paredes hechizadas con imágenes del Campamento Mestizo. Era como una puerta de entrada a la casa que ella nunca podrías pasar. Observó la fogata de Hestia, el ardor era verde porque las cabañas habían apagado las luces, ya había sonado el toque de queda. Se preguntó cómo los semidioses romanos, Frank y Hazel, se sentían respecto a esas imágenes. Ni siquiera habían estado en Campamento Mestizo. ¿Parecían ajenos a ellos, o injusticia que el amento Júpiter no estaba representado? ¿Hacia qué echaran de menos su casa? Las otras líneas de la profecía resultaron en la mente de Piper. ¿Que era una cárcel tejida? ¿Cómo podría gemelos apagar la respiración de un ángel? La clave de la muerte sin fin no sonaba muy alegre, tampoco. — "Así que..." Leo empujó su silla de la mesa. "Lo primero es lo primero, supongo. Vamos a tener que parar en la mañana para terminar las reparaciones. " — "En algún lugar cerca de una ciudad", sugirió Annabeth, "en caso de que necesitemos suministros. Pero en algún lugar en el camino, por lo que los romanos tendrán problemas para encontrarnos. ¿Alguna idea? " Nadie hablaba. Piper recordó su visión en el cuchillo: el hombre extraño, de color morado, sosteniendo una copa y haciendo señas a ella. Él había estado de pie delante de un cartel que decía T OPEKA 32. — "Bueno", se aventuró, "¿Cómo te sientes acerca de Kansas?"

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CÁPITULO X PIPER PIPER ESTABA TENIENDO PROBLEMAS PARA CONCILIAR EL SUEÑO. El entrenador Hedge pasó la primera hora después del toque de queda nocturno cumpliendo con su deber, caminando hacia arriba y abajo en el pasillo gritando: — "¡Apaguen las luces! ¡Duérmanse! ¡Traten de salir a hurtadillas, y voy a pegarles llevarlos a Long Island de un golpe! " Él golpeó su bate de béisbol contra una puerta de la cabina cada vez que oía un ruido, gritando a todo el mundo que vallan a dormir, lo que hacía imposible que alguien pueda ir a dormir. Piper pensó que era lo más divertido del sátiro desde que se había hecho pasar por un profesor de educación física en la Escuela Wilderness. Se quedó mirando las vigas de bronce en el techo. Su camarote era bastante acogedor. Leo había programado sus cuarteles para ajustar automáticamente la temperatura preferida de los ocupantes, por lo que nunca hacía demasiado frío o demasiado calor. El colchón y las almohadas estaban llenos de plumas de pegasos (ningún Pegaso fue dañado o herido en la fabricación de los productos, Leo estaba seguro de eso), por lo que eran súper-cómodas. Una lámpara de bronce colgaba del techo, brillando en la intensidad que Piper deseaba. Los lados de la lámpara fueron perforados con agujeros, así que por la noche las constelaciones brillaban tenuemente a través de las paredes de bronce. Piper tenía tantas cosas en su mente, ella pensó que nunca volvería a dormir. Pero había algo tranquilo, el balanceo del barco y el zumbido de los remos aéreos, ya que navegaba a través del cielo. Finalmente consiguió que sus párpados pesados se cerraran. Parecía que sólo unos pocos segundos habían pasado antes de que ella se despertara por la campana del desayuno. — "¡Soy yo, Piper!" Leo llamó a su puerta. "¡Estamos aterrizando!" — "¿Aterrizando?" Se sentó encima de ella aturdida. Leo abrió la puerta y asomó la cabeza por la puerta Tenía la mano sobre los ojos, lo que hubiera sido un buen gesto si es que no hubiera estado mirando a través de sus dedos. — — — — —

"¿Estas decente?" "¡Leo!" "Lo siento.", Sonrió. "Hey, lindo pijama de los Power Rangers." "¡No son los Power Rangers! ¡Son águilas Cherokee! " "Sí, claro. De todos modos, nos estamos estableciendo a unos pocos kilómetros fuera de Topeka, conforme a lo solicitado. Y, um... "Miró el pasillo, luego se inclinó hacia

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dentro de nuevo. "Gracias por no odiarme, sobre el bombardeo hacia los romanos ayer." Piper se frotó los ojos. ¿La fiesta en Nueva Roma había sido sólo ayer? — "Está bien, Leo. No tenías el control de ti mismo. " — "Sí, pero aún así... no tenías dar la cara por mí." — "¿Estás bromeando? Eres como el hermano poco molesto que nunca tuve. Por supuesto que me estaré para ti. " — "Uh… ¿Gracias?" Desde arriba, el entrenador Hedge gritó: — "¡Arríen las Verlas! ¡Kansas a la vista, ahoy! " — "Santo Hefesto," murmuró Leo. "Realmente tiene que trabajar en su acento pirata. Será mejor que vaya a cubierta. " Piper se ducho, cambio, y cogió un panecillo, desde el comedor, podía oír la nave extender el tren de aterrizaje. Se subió a cubierta y se unió a los otros cuando el Argo II se instaló en el medio de un campo de girasoles. Los remos se retractaron. La pasarela se desplegó. El aire de la mañana olía a riego, plantas calientes y tierra fertilizada. No es un mal olor. A Piper le recordó el hogar de abuelo Tom en Tahlequah, Oklahoma, de vuelta en la reserva. Percy fue el primero en fijarse en ella. Él sonrió en señal de saludo, que por alguna razón sorprendió a Piper. Vestía pantalones vaqueros desteñidos y una nueva camiseta naranja del Campamento Mestizo, como si nunca hubiera estado fuera del lado griego. La nueva ropa probablemente había ayudado a su estado de ánimo y por supuesto el hecho de que él estaba de pie junto a la barandilla con su brazo alrededor de Annabeth. Piper estaba feliz de ver a Annabeth con un brillo en sus ojos, porque nunca había tenido una mejor amiga que ella. Por meses, Annabeth había estado atormentándose a sí misma, cada momento era consumido por la búsqueda de Percy. Ahora, a pesar de la peligrosa misión que se enfrentaban, por lo menos ella tenía su novio de vuelta. — "¡Entonces!" Annabeth arrancó el panecillo de las manos de Piper y le dio un mordisco, pero no le molesto. En el Campamento, tenían una broma sobre robarse la una a la otra el desayuno. "Aquí estamos. ¿Cuál es el plan? " — "Quiero que a la salida de la autopista", dijo Piper. "Encuentren un letrero que dice Topeka 32." Leo hizo girar su mando de Wii en un círculo, y las velas se redujeron. — "No deberíamos estar lejos", dijo. "Festus y yo calculamos el aterrizaje lo mejor que pudimos. ¿Qué esperas de encontrar en el marcador de milla? " Piper le explicó lo que había visto en el cuchillo, el hombre de color morado con una copa. Ella guardó silencio sobre las otras imágenes, aunque, al igual que la visión de Percy, Jason, y

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ahogándose. No estaba segura de lo que significaba, de todos modos, y todo el mundo parecía con sus ánimos mejor esta mañana, ella no quería arruinar el estado de ánimo. — "Camisa púrpura", se preguntó Jason. "¿Vides en el sombrero? Suena como Baco”. — "Dioniso", murmuró Percy. "Vinimos hasta Kansas para ver al señor D-" — "Baco no es tan malo", dijo Jason. "No me gustan mucho sus seguidoras....” Piper se estremeció. Jason, Leo, y ella habían tenido un encuentro con las ménades hace unos meses y habían quedado hechos pedazos. — "Pero el dios mismo está bien", añadió Jason. "Le hice un favor, una vez en el país del vino". Percy lo miró horrorizado. — "Lo que sea, hombre. Tal vez es mejor en el lado romano. Pero ¿por qué iba a estar en una carretera alrededor de Kansas? ¿No era que Zeus prohibió el contacto con los mortales a rodos los Dioses? " Frank lanzó un gruñido. El gran hombre vestía un chándal azul esta mañana, como si estuviera listo para ir a correr en los campos de girasoles. — "Los dioses no han sido muy buenos en seguir esa orden", señaló. "Además, los dioses han estados esquizofrénicos entre dos personalidades- como Hazel dijo antes" — "Y Leo lo dijo también", agregó Leo. — Frank frunció el ceño. — "Entonces, ¿quién sabe lo que está pasando con los olímpicos? Podría ser algo bastante malo por allí”. — "¡Suena peligroso!" Convino Leo alegremente. "Bueno... mientras ustedes se divierten. Tengo que terminar las reparaciones en el casco. Entrenador Hedge va a trabajar en las ballestas rotas. Y, uh, Annabeth- Me vendría bien tu ayuda. Eres la única otra persona que entiende incluso un poco de ingeniería”. Annabeth miró como disculpándose a Percy. — "Él tiene razón. Debería quedarme y ayudar. " — "Voy a volver a usted" Él le dio un beso en la mejilla. "Lo prometo". Era tan fácil para ellos, Que a Piper le agarro un dolor en el corazón. Jason era genial, por supuesto. Pero a veces actuaba tan distante, como la noche anterior, cuando había sido reacio a hablar sobre esa vieja leyenda romana. Así que a menudo parecía estar pensando en su antigua vida en el campamento de Júpiter. Piper se preguntó si alguna vez sería capaz de romper esa barrera. El viaje al Campamento Júpiter, ver a Reyna en persona, no había ayudado. Tampoco el hecho de que Jason había decidido usar una camisa púrpura hoy -el color de los romanos. Frank deslizó el arco por su hombro y la apoyó contra la barandilla.

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— "Creo que debería convertirme en un cuervo o algo y volar alrededor, mantener un ojo hacia fuera por si veo agilas romanas. " — "¿Por qué un cuervo?", se preguntó Leo. "Hombre, puedes volar como un dragón, ¿por qué no solo te conviertes en un dragón cada vez? Ese es el más fresco. " Cara de Frank parecía que se estaba impregnada de jugo de arándano. — "Eso es como preguntar por qué no haces press de banca en su máximo peso cada vez que te levantas. Debido a que es difícil, y que te hace daño. Convertirte en Dragón no es fácil”. — "Oh." Asintió Leo. "No lo sé. No levanto pesas”. — "Si. Bueno, tal vez deberías considerarlo" Hazel se interpuso entre ellos. — "Te voy a ayudar, Frank," dijo ella, lanzando una mirada de desaprobación a Leo. "Puedo llamar a Arión y explorar en debajo tuyo". — "Claro", dijo Frank, todavía mirando a Leo. "Sí, gracias". Piper se preguntó qué estaba pasando con esos tres. Los chicos trataban de lucirse frente a Hazel y competían entre sí, por lo que ella entendía. Sin embargo, casi parecía como Hazel y Leo tenía una historia. Por lo que ella sabía, se conocieron por primera vez de ayer. Se preguntó si alguna otra cosa había sucedido en su viaje al Gran Lago Salado, algo que no habían mencionado. Hazel se volvió hacia Percy. — "Ten cuidado cuando vayas por ahí. Un montón de campos, lotes de cultivos. Podrían haber Karpoi en el camino". — "¿Karpoi?", se preguntó Piper. "Espíritus de cereales", dijo Hazel. "No quieres encontrártelos." Piper no veía como un espíritu de cereales podría ser tan malo, pero el tono de Hazel la convenció de no preguntar. — "Eso deja a tres de nosotros para comprobar el marcador de la milla", dijo Percy. "Yo, Jason, Piper. No estoy emocionado de ver al Sr. D de nuevo. Ese tipo es un dolor. Sin embargo, Jason, si usted está en mejores condiciones con él” — "Sí," dijo Jason. "Si lo encontramos, voy a hablar con él. Piper, es tu visión. Deberías tomar la iniciativa. " Piper se estremeció. Había visto a los tres ahogados en ese oscuro pozo. ¿Fue Kansas donde pasaría? No le parecía, pero no podía estar seguro. — "Por supuesto", dijo, tratando de sonar optimista. "Vamos a encontrar el camino." Leo había dicho que estaban cerca. Su idea de "cerca" necesitaba un poco de trabajo.

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Después de caminar penosamente media milla a través de campos calientes, las picaduras de mosquitos y los golpes en la cara con girasoles, finalmente llegaron a la carretera. Un viejo cartel para Grub Gas Bubba 'n indicaba que seguían cuarenta millas llegarían a la primer salida de Topeka. — "Corrige mis matemáticas", dijo Percy, "¿Pero no significa que tenemos ocho kilómetros para caminar?" Jason miró a ambos lados por la carretera desierta. Tenía mejor aspecto hoy, gracias a la curación mágica de la ambrosía y el néctar. Su color había vuelto a la normalidad, y la cicatriz en su frente casi había desaparecido. La nueva gladius que Hera le había dado el invierno pasado colgaba de su cinturón. Para la mayoría de los chicos sería incomodo caminar con una funda atada alrededor de la cintura, pero sobre Jason parecía perfectamente natural. — "No hay coches...", dijo. "Pero supongo que no queremos hacer dedo". — "No," estuvo de acuerdo Piper, mirando nerviosamente por la autopista. "Ya hemos pasado demasiado tiempo yendo por tierra. Y la tierra es territorio de Gea”. — "Hmm..." Jason chasqueó los dedos. "Puedo llamar a un amigo para un paseo." Percy levantó las cejas. — "¿Ah, sí? Yo también. Vamos a ver qué amigo llegue primero”. Jason lanzó un silbido. Piper sabía lo que estaba haciendo, pero él había logrado convocar a Tempestad sólo tres veces desde que habían conocido el espíritu tormenta, en la Casa del Lobo el invierno pasado. Hoy en día, el cielo era tan azul, Piper no veía cómo podría funcionar. Percy simplemente cerró los ojos y se concentró. Piper no lo había estudiado de cerca antes. Después de escuchar tanto en el Campamento Mestizo sobre Percy Jackson esto y Percy Jackson aquello, pensó que se vería... bueno, normal, especialmente al lado de Jason. Percy era más delgado, alrededor de 5 centímetros mas petizo, con el pelo más largo y oscuro. En realidad no era el tipo de Piper. Si ella lo hubiera visto en el centro comercial en alguna parte, probablemente habría pensado que era un skater bonito de manera desaliñada, un poco en el lado salvaje, sin duda, un alborotador. Se habría mantenido al margen, ya había suficientes problemas en su vida. Pero ella podía ver por qué a Annabeth le gustaba, y definitivamente podía ver porque Percy necesitaba a Annabeth en su vida. Si alguien podía mantener un tipo así bajo control, era ella. Un trueno resonó en el cielo despejado. Jason sonrió. — "Rápido". — "Demasiado tarde". Señaló Percy hacia el este, donde una figura negra con alas se dirigía hacia ellos. Al principio, pensó Piper que Frank podría ser en forma de cuervo. Entonces se dio cuenta de que era demasiado grande para ser un pájaro.

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— "¿Un Pegaso negro?", Dijo. "Nunca he visto uno así." El caballo alado aterrizo. Él trotó hacia Percy y le acarició el rostro, luego volvió la cabeza inquisitivamente hacia Piper y Jason. — "Blackjack", dijo Percy, "se trata de Piper y Jason. Son amigos”. El caballo relinchó. — "Uh, tal vez más tarde", respondió Percy. Piper había oído que Percy podía hablar de los caballos, siendo el hijo de Poseidón, el señor de los caballos, pero nunca lo había visto en acción. — "¿Qué quiere Blackjack?", Pregunte. — "Donuts", dijo Percy. "Siempre donuts. Él nos puede llevar a los tres si-" De repente, el aire se volvió frío. Orejas de Piper se congelaron. A unos cincuenta metros de distancia, un ciclón en miniatura tres pisos de altura rasgó el cielo a través de las copas de los girasoles como una escena de El Mago de Oz. Se posó en la calle al lado de Jason y tomó la forma de un caballo, un corcel de niebla con un rayo parpadeando a través de su cuerpo. — "Tempestad", dijo Jason, sonriendo ampliamente. "Paso mucho tiempo, mi amigo." El espíritu se encabritó y relinchó una tormenta. Blackjack se puso inquieto. — "Tranquilo, muchacho", dijo Percy. "Él es un amigo." Le dio una mirada de Jason impresionado. "Linda mascota, Grace." Jason se encogió de hombros. — "Me hice amigo de él durante nuestra lucha en la Casa del Lobo. Es un espíritu libre, literalmente, pero hace tiempo que ésta para ayudarme siempre que lo necesito. " Percy y Jason subieron en sus caballos respectivos. Piper nunca se había sentido cómoda con Tempestad. Montar a completo galope una bestia que podría vaporizarse en cualquier momento le ponía un poco nerviosa. Sin embargo, aceptó la mano de Jason y se subió. Tempestad corrió por el camino al lado de Blackjack. Afortunadamente, no pasaron autos, o podrían haber causado un accidente. En muy poco tiempo, llegaron a la marca de treinta y dos millas, que se veía exactamente como Piper lo había visto en su visión. Blackjack aterrizo. Ambos caballos pateaban el asfalto. Tampoco parecía satisfecho de haber tenido que bajar tan de repente, justo cuando había llegado a una velocidad estable. Blackjack relinchó. — "Tienes razón", dijo Percy. "No hay señales del tipo de vino." — "¿Cómo dices?" Dijo una voz desde el campo Tempestad se volvió tan rápidamente, que Piper casi se cayó.

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El trigo se separo, y el hombre de la visión apareció a la vista. Llevaba un sombrero de ala ancha envuelto en vides, una camisa purpura manga corta, pantalones cortos caqui y unas sandalias Birkenstocks con calcetines blancos. De unos treinta, con una ligera barriga, como un chico de fraternidad que no se había dado cuenta aún la universidad había terminado. — "¿Alguien me llamó el tío vino?", se preguntó con una voz cansina perezosa. "Es Baco, por favor. O el Sr. Baco. O Señor Baco. O, a veces, Oh-Mis-Dioses-Por favor-No-MeMate, Señor Baco”. Percy instó a Blackjack a irse adelante, aunque el Pegaso no parecía contento. — "Te ves diferente", dijo Percy dios. "Flaco. Tu cabello es más largo. Y tu camisa no es tan extravagante. " El dios del vino entrecerró los ojos hacia él. — "¿De qué diablos estás hablando? ¿Quién eres y dónde está Ceres? " — "Uh... ¿qué serie?" — "Creo que quiere decir Ceres", dijo Jason. "La diosa de la agricultura. llámale Deméter”. Él asintió con la cabeza respetuosamente al dios. "Señor Baco, ¿te acuerdas de mí? Te ayudé con leopardo que faltaba en Sonoma”. Baco se rascó la barbilla sin afeitar. — — — —

"Ah... sí. John Green”. "Jason Grace". "Lo que sea", dijo el dios. "¿Ustedes son enviados de Ceres, entonces?" "No, Señor Baco", dijo Jason. "¿Esperaba encontrarse con ella aquí?"

El dios soltó un bufido. — "Bueno, yo no he venido a Kansas a una fiesta, muchacho. Ceres me llamó a aquí para un consejo de guerra. Con Gea ascendiendo, los cultivos se están marchitando. Las sequías se están propagando. Los Karpoi están en rebelión. Incluso mis uvas no son seguras. Ceres quería un frente unido en la guerra de las plantas. " — "La guerra de las plantas", dijo Percy. "¿Vas a armar todas las pequeñas uvas con rifles de asalto pequeños?" El dios entrecerró los ojos. — "¿Nos conocemos?" — "En el Campamento Mestizo," Percy dijo: "Eres el Sr. D-Dionisio". "Ag.!" Baco hizo una mueca y se llevó las manos a las sienes. Por un momento, su imagen parpadeó. Piper vio una persona diferente más gorda, pelada, de una manera mucho más fuerte, con estampados de leopardo camisa. Luego regresó a Baco. "¡Deja de hacer eso!", Exigió. "¡Deja de pensar en mí en forma griega!" Percy parpadeó.

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— "Uh, pero-" — "¿Tienes alguna idea de lo difícil que es mantener la concentración? ¡La división, los dolores de cabeza todo el tiempo! ¡Nunca sé lo que voy a hacer o voy a ir! ¡Constantemente me pongo de mal humor! " — "Eso suena bastante normal para usted", dijo Percy. Las ventanas de la nariz del dios se abrieron. Una de las hojas de parra en su sombrero estalló en llamas. — "Si nos conocemos del otro campamento, es un milagro que te haya convertido en un delfín. " — "Se discutió," Percy le aseguró. "Creo que eras demasiado perezosos para hacerlo". Piper había estado observando con fascinación horrorizada, la forma en que se podría ver un accidente de coche en marcha. Ahora ella se dio cuenta de que Percy estaba empeorando las cosas, y Annabeth no estaba allí para controlarlo, su amiga nunca perdonaría si le devolvía a Percy transformado en un mamífero mar. — "Señor Baco" interrumpió ella, deslizándose por la espalda de Tempestad. — "Piper, con cuidado", dijo Jason. Ella le lanzó una mirada de advertencia: yo me encargo. — "Lamento molestarlo, señor", le dijo al dios, "pero en realidad vinimos aquí para obtener su consejo. Por favor, necesitamos su sabiduría”. Ella utilizó su tono más agradable, vertiendo un poco de su Hechizo Oral. El dios frunció el ceño, pero el resplandor púrpura se desvaneció en sus ojos. — "Estas hablando bien, chica. Asesoramiento, ¿eh? Muy bien. Lo haría para evitar el karaoke. Realmente, las fiestas temáticas, en general, están fuera de moda. En estos tiempos de austeridad, la gente está buscando una fiesta simple, sin asunto, con aperitivos orgánicos producidos localmente y…"— "No es acerca de las fiestas," interrumpió Piper. "A pesar de que es un consejo muy útil, señor Baco. Teníamos la esperanza de usted nos ayudará en nuestra misión. " Explicó sobre el Argo II y su viaje para detener a los gigantes que querían despertar a Gea. Ella le contó lo que Némesis había dicho: que en seis días, Roma sería destruida. Ella describió la visión reflejada en el cuchillo, en donde Baco le ofreció una copa de plata. — "¿Copa de Plata?" El dios no parecía muy emocionado. Agarró una Pepsi de dieta que apareció de la nada y la parte superior de la látase abrió. — "Usted bebe Coca-Cola Light", dijo Percy. — "No sé de qué estás hablando", espetó Baco. "En cuanto a esta visión de la copa, señorita, no tengo nada para beber a menos que quieras una Pepsi. Júpiter me ha puesto bajo órdenes estrictas de no dar vino a menores de edad. Molesto, pero ahí lo tienen. En cuanto a los gigantes, los conozco bien. He luchado en la Gigantomaquia en primer lugar, por lo que sé”.

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— "Se puede luchar", preguntó Percy. Piper deseó que no hubiera sonado tan arrogante. Dionisio gruñó. Su Pepsi de Dieta se transformado en una plantilla de cinco pies envuelta en hiedra, cubierto con una piña. — "Un tirso", dijo Piper, con la esperanza de distraer al dios antes de que golpeara a Percy en la cabeza. Ella había visto armas como esa antes en manos de las ninfas locas, y no estaba encantada de ver una vez más, pero trató de parecer impresionado. "¡Oh, lo que es un arma poderosa!” — "De hecho", coincidió Baco. "Me alegro de que alguien en el grupo sea inteligente. ¡La piña es una herramienta temible de destrucción! Yo era un semidiós en la primera Guerra del gigante, ya sabes. ¡El hijo de Júpiter! " Jason se estremeció. Probablemente él no estaba muy emocionado que recordar que el Tío del vino era técnicamente su hermano mayor. Baco se movió en el aire, a pesar de su barriga casi le hizo perder el equilibrio. — "Por supuesto que fue mucho antes de inventar del vino y hacerme inmortal. He luchado codo con codo con los dioses y semidiós alguno que otra vez... Harry Cleese, creo. " — "¿Heracles?", Sugirió Piper cortésmente. — "Lo que sea", dijo Baco. "De todos modos, yo maté a los gigantes de Efialtes y su hermano Otis. Patanes horribles, esos dos. ¡Piña en la cara a los dos! " Piper contuvo el aliento. De repente, se reunieron varias ideas en la cabeza- las visiones en el cuchillo, las líneas de la profecía que habían estado discutiendo la noche anterior. Se sentía como cuando hacía buceo con su padre, y él le alcanzaba la máscara submarina. De repente, todo estaba más claro. — "Señor Baco", dijo ella, tratando de controlar el nerviosismo en su voz. "Los dos gigantes, Efialtes y Otis... ¿Que resultan ser gemelos?” — "¿Hmm?" El dios parecía distraído por un momento, pero asintió. "Sí, gemelos. Eso es correcto. " Piper volvió hacia Jason. Se dio cuenta de que estaba siguiendo sus pensamientos: Gemelos que sofocan el aliento del ángel. En la hoja de Katoptris, había visto dos gigantes con túnicas amarillas, levantando una jarra de un pozo profundo. — "Es por eso que estamos aquí", dijo Piper al dios. "¡Usted es parte de nuestra misión!" Baco frunció el ceño. — "Lo siento, mi niña. Yo no soy un semidiós más. Yo no hago las misiones. " — "Pero los gigantes sólo pueden ser asesinados por héroes y dioses que trabajan juntos", insistió. "Tú eres un dios ahora, y los dos gigantes contra los que tenemos que

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luchar son Efialtes y Otis. Creo... creo nos están esperando a nosotros en Roma. Ellos van a destruir la ciudad de algún modo. La copa de plata que vi en mi visión, tal vez ha significado como símbolo de su ayuda. ¡Usted nos tiene que ayudarnos a matar a los gigantes! " Baco fulminó con la mirada, y Piper se dio cuenta de que había elegido mal sus palabras. — "Mi niña", dijo fríamente: "Yo no tengo que hacer nada. Además, yo sólo ayudo a los que me dan tributo apropiado, algo que nadie ha conseguido en muchos, muchos siglos. " Blackjack relinchó con inquietud. Piper no podía culparlo. No le gustaba el sonido del tributo. Se acordó de las ménades, las seguidoras enloquecidas de Baco, que querían romper a los que no lo amaban con sus propias manos. Y eso fue cuando estaban en un buen estado de ánimo. Percy expresó la duda de que ella estaba demasiado asustada para preguntar. — "¿Qué tipo de homenaje?" Baco agitó su mano con desdén. — "Nada de lo que podrías manejar, griego insolente. Pero te voy a dar un poco de libre asesoramiento, ya que esta chica tiene buenos modales. Busquen al hijo de Gea, Forcis. Él siempre ha odiado a su madre, y no lo puedo culpar. Él no tenía mucho uso como sus hermanos los gemelos, tampoco. Lo encontrarás en la ciudad que fue nombrada por la heroína- Atalanta”. Piper vaciló. — "¿Te refieres a Atlanta?" — "Eres única." — "Pero esto Forcis", dijo Jason. "¿Es un gigante? ¿Un Titán? " Baco se rió. — "Ni cerca Busquen el agua salada. " — "Agua salada..." Percy dijo. "¿En Atlanta?" — "Sí", dijo Baco. "¿Estás con problemas de audición? Si alguien puede darles una idea sobre Gea y los gemelos, es Forcis. Sólo ten cuidado con él”. — "¿Qué quieres decir?", Preguntó Jason. El dios miró el sol, que había subido casi hasta mediodía. — "Ceres no es de llegar tarde, a menos que sintió que algo era peligroso en esta área. O... " El rostro del dios de pronto se aflojó. — "O una trampa. ¡Bueno, tengo que irme! Y si yo fuera ustedes, ¡Haría lo mismo! "

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— "¡Señor Baco, espere!" Protestó Jason. El dios brilló y desapareció con un ruido como de un refresco. El viento susurraba a través de los girasoles. Los caballos se paseaban en agitación. A pesar del día seco y caluroso, Piper se estremeció. Una sensación de frío... Annabeth y Leo ambos describieron una sensación de frío.... — "Baco esta en lo correcto", dijo. "Tenemos que salir-" Demasiado tarde, dijo una voz soñolienta, tarareando por los campos a su alrededor y resonando en el suelo donde estaban los pies de Piper. Percy y Jason desenvainaron sus espadas. Piper se puso en el camino entre ellos, paralizada por el miedo. El poder de Gea, de repente todo el mundo los miraba. Los girasoles se volvieron hacia ellos. El trigo se inclinó hacia ellos como un millón de guadañas. Bienvenida a mi fiesta, Gea murmuró. Su voz recordaba a Piper un cultivo de maíz, un crujido, silbido, caliente y un ruido persistente que solía escuchar en casa del abuelo de Tom en esas noches tranquilas en Oklahoma. ¿Qué dijo Baco? la diosa se estaba burlando. ¿Muy simple, una discreta fiesta con aperitivos orgánicos? Sí. Para mi fiesta, yo necesita sólo dos: la sangre de un semidiós femenino, y la sangre de un hombre. Piper, mí querida, es hora de que elijas al semidiós que va a morir contigo. — "Gea" Jason gritaba. "Deja de esconderte en el trigo. ¡Muéstrate! " Eres atractivo, Gea susurró. Pero el otro, Percy Jackson, también tiene un gran aspecto. Elige, Piper McLean, o lo haré yo. El corazón de Piper se aceleró. Gea tenía la intención de matarla. Eso no fue una sorpresa. Pero, ¿qué era eso de elegir uno de los chicos? ¿Por qué dejar que el resto se valla? Tenía que ser una trampa. — "Estás loca", gritó ella. "¡No voy a elegir nada por ti!" De repente, Jason se quedó sin aliento. Él se irguió en la silla. — "Jason", exclamó Piper. "¿Qué tiene de malo-?" Él la miró, su expresión calma mortal. Sus ojos ya no eran azules, Brillaban como oro macizo. — "¡Percy, ayuda!" Tropezó Piper al volver hacía Tempestad. Pero Percy galopó lejos de ellos. Se detuvo unos diez metros por la carretera y giro a su Pegaso. Él levantó la espada y apuntó la punta hacia Jason. — "Uno va a morir", dijo Percy, pero la voz no era la suya. Era profunda y hueca, como si alguien estaba susurrando desde el interior del Gran Cañón.

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— "Voy a elegir", contestó Jason, en la misma voz hueca. — "¡No!", Gritó Piper. Todo a su alrededor, los campos de crujían y silbaban, riendo en voz de Gea como Percy y Jason se acusaban el uno al otro, con sus armas preparadas.

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CAPITULO XI PIPER SI NO FUERA LOS CABALLOS PIPER ESTARÍA MUERTA. Jason y Percy se acusaban entre sí, pero Tempestad y el Blackjack se resistieron lo suficiente para que Piper saltara de fuera del camino. Ella rodó hasta el borde de la carretera y miró hacia atrás, aturdida y horrorizada, como los chicos chocaban espadas, el oro contra bronce. Saltaron chispas. Sus hojas se veían borrosas – Chocaban y se alejaban -y tembló el suelo. El primer intercambio sólo duró un segundo, pero Piper no podía creer la rapidez de su lucha con espada. Los caballos se separaron uno del otro, Tempestad tronó en señal de protesta, mientras Blackjack batía sus alas. — "¡Basta!", Gritó Piper. Por un momento, Jason prestó atención a su voz. Sus ojos dorados se volvieron hacia ella, y al acusado Percy, golpeando su hoja en la de Jason. Gracias a los dioses, Percy movió su espada, tal vez a propósito, tal vez accidentalmente, por lo que la parte plana golpeó el pecho de Jason, pero el impacto fue aún suficiente para derribar a Jason de su montura. Blackjack galopeo tan lejos como Tempestad, alocados por la confusión. El caballo espíritu cargo contra los girasoles sobrecargándolos y haciéndolos despedir humo. Percy luchaba para controlar a su caballo de nuevo. — "Percy" Piper gritó. "Jason es tu amigo. ¡Suelta el arma! " El brazo de Percy soltó el arma, que cayó al suelo. Piper podría haber sido capaz de ponerlo bajo control, pero desafortunadamente Jason llegó a sus pies. Jason rugió. Un relámpago se arqueó el cielo azul claro. Rebotó en el gladius y tiró a Percy fuera de su caballo. Blackjack relinchó y se refugió en los campos de trigos. Jason cargo contra Percy, que ya estaba de espaldas, con la ropa humeando por la explosión del rayo. Por un momento horrible, Piper no pudo encontrar su voz. Gea parecía estar susurrándole: Debes elegir uno. ¿Por qué no dejas que Jason le mate? — "¡No!", Gritó ella. "¡Jason, para!" Se quedó inmóvil, con la espada quince centímetros de la cara de Percy. Jason volvió, los ojos dorados reflejaban una luz integrante. — "No puedo parar. Uno debe morir”.

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Algo en su voz... no era Gea. No era Jason. El que hablaba era vacilante, como si el inglés fuera su segundo idioma. — "¿Quién eres tú?" Exigió Piper. La boca de Jason se torció en una sonrisa espantosa. — "Nosotros somos los Eidolones. Vamos a vivir de nuevo. " — "¿Eidolones...?" Piper pensaba rápidamente. Ella había estudiado todo tipo de monstruos en el Campamento Mestizo, pero ese término no le era familiar. "TU ESTAS¿Eres una especie de fantasma?" — "Él tiene que morir." Jason volvió su atención a Percy, pero Percy se había recuperado más rápido de lo que lo haría normal. Barrió sus piernas y golpea a Jason en los pies. Jason cabeza golpeó el asfalto con un golpe hueco. Percy se levantó. — "¡Basta!" Gritó Piper de nuevo, pero no logró usar su Hechizo oral en su voz. Ella gritaba con desesperación absoluta. Percy levantó a Riptide sobre el pecho de Jason. El pánico cerró la garganta de Piper. Quería atacar a Percy con su daga, pero sabía que no serviría de nada. Lo que lo controlaba tenía todas las habilidades de Percy a su control. No había manera de que pudiera vencerlo en combate. Se obligó a concentrarse. Vertió toda su ira en su voz. — "Eidolon, para." Percy se quedó helado. — "Mírame", ordenó Piper. El hijo del dios del mar se volvió. Sus ojos eran de oro en vez de verde, con el rostro pálido y cruel, nada como Percy. — "No has elegido", dijo. "Así que él va a morir". — "Usted es un espíritu del inframundo", adivinó Piper. "Y estás poseyendo a Percy Jackson. ¿Eso es todo? " Percy se burló. — "Voy a volver a vivir en este cuerpo. La Madre Tierra lo ha prometido. Voy a ir a donde me plazca, controlar a quien quiera". Una ola de frío se apoderó de Piper. — "Leo... eso es lo que le pasó a Leo. Él estaba siendo controlado por un Eidolon".

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La cosa en el cuerpo de Percy se rió. — "Demasiado tarde te das cuenta. Puedes confiar en nadie”. Jason aún no se movía. Piper no tenía ayuda, no había manera de protegerlo. Detrás de Percy, algo crujió en el trigo. Piper vio la punta de un ala negro, y Percy comenzó a girar hacia el sonido. — "¡No haga caso de él!" Gritó ella. "Mírame". Percy obedeció. — "No me puedes detener. Voy a matar a Jason Grace”. Detrás de él, Blackjack surgió del campo de trigo, moviéndose con sigilo sorprendente para un animal tan grande. — "No vas a matarlo", ordenó Piper. Pero ella no estaba mirando a Percy. Cerró los ojos concentrándose en el Pegaso, vertiendo todo su poder en sus palabras y esperando que Blackjack lo entienda. "Lo vas a noquear." El Hechizo Oral se apoderó de Percy. Cambió el peso indeciso. — "Yo... ¿Lo voy a noquear?" — "Oh, lo siento." Sonrió Piper. "No estaba hablando contigo." Blackjack se volteó y golpeó la cabeza de Percy con su casco. Percy se desplomó en el pavimento junto a Jason. — "¡Oh, dioses!" Piper corrió a los chicos. "Blackjack, no lo mataste, ¿verdad?" El Pegaso resopló. Piper no podía hablar caballo, pero ella pensó que él podría haber dicho: Por favor. Y conozco mi propia fuerza. Tempestad no estaba por ningún lado. El corcel rayo había regresado al parecer a cualquier lugar donde los espíritus tormentas vivían los días claros. Piper registro a Jason. Su respiración era constante, pero dos golpes en el cráneo en dos días no podían haber sido buenos para él. Luego examinó la cabeza de Percy. No vio nada de sangre, pero un gran nudo se formaba en el lugar donde el caballo le dio una patada. — "Tenemos que llegar rápido a la nave", dijo a Blackjack. El Pegaso inclinó la cabeza en acuerdo. Se arrodilló en el suelo, a fin de que Piper pudiera subir a Percy y Jason sobre su espalda. Después de un montón de trabajo duro (los chicos inconscientes eran pesados), ella consiguió que estén razonablemente asegurados, subió sobre la espalda de la de Blackjack, y se fueron para la nave.

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Los otros estaban un poco sorprendidos cuando Piper volvió en un Pegaso con dos semidioses inconscientes. Mientras Frank y Hazel atendían a Blackjack, Annabeth y Leo ayudaron a Piper a llevar a los chicos a la enfermería. — "A este paso, nos vamos a quedar sin ambrosía", se quejó el entrenador Hedge mientras atendía sus heridas. "¿Cómo es que nunca me invitan en estos viajes violentos?" Piper se sentó a lado de Jason. Ella se sentía bien después de un trago de néctar y algo de agua, pero todavía estaba preocupada acerca de los chicos. — — — —

"Leo", dijo Piper, "¿Estamos listos para navegar?" "Sí, pero-" "Establece curso hacia Atlanta. Te lo explicaré más tarde. " "Pero... bien." Él se apresuró apagado.

Annabeth no discutió con Piper tampoco. Estaba demasiada ocupada examinando la abolladura en forma de herradura en la parte posterior de la cabeza de Percy. — "¿Qué le dio?" Exigió. — "Blackjack", dijo Piper. — "¿Qué?" Piper intentó explicarle mientras que el entrenador Hedge aplicaba alguna curación pegajosa en la cabeza de los chicos. Nunca había estado impresionada con las habilidades de enfermería de antes, pero él debió haber hecho algo bien. Eso, o el espíritu que poseían los muchachos habían hecho también los resistentes extra. Ambos gimieron y abrieron los ojos. A los pocos minutos, Jason y Percy estaban sentados en sus literas y capaz de hablar en oraciones completas. Ambos tenían recuerdos borrosos de lo que había sucedido. Cuando Piper describió su duelo en la carretera, Jason se estremeció. — "Noqueado dos veces en dos días", murmuró. "Algún semidiós." Él miró tímidamente a Percy. "Lo siento, amigo. Yo, no sé qué decir por el rayo". Camisa de Percy estaba salpicada de agujeros de quemaduras. Su pelo era aún más despeinado de lo normal. A pesar de eso, logró una risa débil. — "No es la primera vez. Tu hermana mayor me tiro uno bueno en el campamento. " — "Sí, pero... Podría haberte matado." — "O podría yo haberte matado", dijo Percy. Jason se encogió de hombros. — "Si hubiera habido un océano en Kansas, tal vez." — "Yo no necesito un océano" — "Chicos", interrumpió Annabeth, "Estoy seguro de que ambos habrían sido maravilloso en matarse unos a otros. Pero en este momento, necesitan un descanso. "

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— "La comida es primero", dijo Percy. "¿Por favor? Y realmente tenemos que hablar. Baco dijo algunas cosas que no…" — "¿Baco?" Annabeth levantó la mano. "Está bien, está bien. Tenemos que hablar. El pasillo en un lío. Diez minutos. Les diré a los demás. Y por favor, Percy... cámbiate de ropa. Hueles como si hubieras sido atropellado por un caballo eléctrico”. Leo dio el timón al entrenador Hedge otra vez, después de que el sátiro le hubiera prometido no llevarlos a un centro militar "por diversión". Se reunieron alrededor de la mesa del comedor, y Piper le explicó lo que había pasado en OPEKA 32, su conversación con Baco, la trampa surgido por Gea, los Eidolones que habían poseído los chicos. — "¡Por supuesto!" Gritó Hazel la mesa, que sorprendió tanto a Frank, que dejó caer su burrito. "Eso es lo que le sucedió a Leo también. " — "Así que no fue mi culpa." Leo exhaló. "Yo no empecé la Tercera Guerra Mundial. Había sido poseído por un espíritu maligno. ¡Eso es un alivio! " — "Pero los romanos no lo saben", dijo Annabeth. "¿Y por qué iban a tomar nuestra palabra como cierta?" — "Podríamos contactar Reyna", sugirió Jason. "Ella nos creería." Al oír que Jason había dicho su nombre, fue como si hubiera sacado su pasado afuera. El corazón de Piper se hizo un fregadero. Jason se volvió hacia ella con un brillo de esperanza en sus ojos. — "Podrías convencerla, Pipes. Sé que puedes”. Piper sentía como toda la sangre de su cuerpo iba a sus pies. Annabeth la miró con simpatía, como si estuviera diciendo: Los chicos son tan despistados. Incluso Hazel hizo una mueca. — "Yo podría intentarlo", dijo sin mucho entusiasmo. "Pero Octavian es el que tiene que preocuparse. En mi hoja de la daga, vi que él toma el control de la multitud romana. No estoy seguro de Reyna pueda detenerlo. " La expresión de Jason se ensombreció. Piper no recibió ningún placer de estallar su burbuja de felicidad, pero los otros romanos, Hazel y Frank, asintieron con la cabeza. — "Tiene razón", dijo Frank. "Es tarde, cuando estábamos explorando, vimos águilas de nuevo. Estaban muy lejos, pero se acercaban rápidamente. Octavian está al pie de una guerra. " Hazel hizo una mueca. — "Este es exactamente el tipo de oportunidad Octavian ha deseado siempre. Él va a tratar de tomar el poder. Si Reyna objeta, va a decir que tiene compasión por los griegos. En cuanto a las águilas... Es como si nos pudieran oler. "

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— "Se pueden", dijo Jason. "Las águilas romanas pueden cazar semidioses por su aroma mágico incluso nos huelen mejor que los monstros. Este barco nos puede ocultar un poco, pero no completamente, no de ellos. " Leo tamborileó con los dedos. — "Genial. Debería haber instalado una cortina de humo que hace que nos haría oler como una gigantesca Nugget de Pollo. Recuérdame inventar eso, la próxima vez. " Hazel frunció el ceño. — "¿Qué es una Nugget de pollo?" — "Oh, hombre..." Leo sacudió la cabeza con asombro. "Eso es la cosa. Te has perdido el último como setenta años. Bueno, mi aprendiz, un Nugget de pollo es-" — "No importa," interrumpió Annabeth. "El punto es que vamos a tener un tiempo difícil para explicarle la verdad a los romanos. Incluso si ellos nos creen…" — "Tienes razón". Jason se inclinó hacia delante. "Deberíamos seguir adelante. Una vez que estamos en el Atlántico, estaremos a salvo-al menos de la legión”. Parecía tan deprimido, Piper no sabía si sentir lástima o resentimiento por él. — "¿Cómo puedes estar tan seguro?" -le preguntó. "¿Por qué no nos seguirán?" Él negó con la cabeza. — "Ya has oído hablar de Reyna de las antiguas tierras. Son demasiado peligrosas. A los semidioses romanos se les han prohibido ir allí por generaciones. Incluso Octavian no podría manipular por esa regla. " Frank se tragó un bocado de burrito como se hubiera tragado un pedazo de papel. — "Así que si vamos allí..." — "Vamos a estar fuera de la ley, así como traidores", confirmó Jason. "Cualquier semidiós romano tendría el derecho de matarnos a la vista. Pero yo no me preocuparía por eso. Si conseguimos ir a través del Atlántico, van a renunciar a perseguirnos. Ellos asumen que vamos a morir en el Mediterráneo: el Mare Nostrum". Percy apuntó con su rebanada de pizza a Jason. — "Usted, señor, es un rayo de sol." Jason no discutió. Los semidioses se quedaron mirando el plato, a excepción de Percy, que siguió disfrutando de su pizza. ¿Dónde poner toda esa comida?, Piper no sabía. El hombre podía comer como un sátiro. — "Así que vamos a planificar el futuro", sugirió Percy ", y asegurarnos de que no muramos. El Sr. D… digo Baco, ¡Uf!, ¿Tengo que llamarlo Mr. B ahora? De todos modos, se refirió a los gemelos en la profecía de Ella. Dos gigantes. Otis y, uh, ¿Algo que comenzó con un F? "

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— "Efialtes", dijo Jason. — "Gigantes gemelos, como Piper vio en su hoja..." Annabeth pasó el dedo por el borde de la taza. "Me acuerdo de una historia sobre gigantes gemelos. Trataron de llegar al Monte Olimpo apilando un montón de montañas". Frank casi se ahogó. — "Bueno, eso es genial. Gigantes que pueden usar montañas como bloques de construcción. ¿Y dices Baco mató a estos chicos con una piña en un palo? " — "Algo así", dijo Percy. "No creo que debamos contar con su ayuda en este momento. Quería un homenaje, y él dejado bastante claro que sería un tributo que no podríamos manejar”. Se hizo el silencio en torno a la mesa. Piper podía oír por encima entrenador Hedge cantando "Blow the Man Down", solo que no sabía la letra, por lo que en su mayoría cantaba, "Bla-blahum-de-dum-dum". Piper no podía evitar la sensación de que Baco estaba destinado a ayudarles. Los gemelos gigantes estaban en Roma. Estaban ocultando algo de los semidioses, algo necesario en una vasija de bronce. Fuera lo que fuera, ella tuvo el sentimiento de que era la respuesta para sellar las puertas de la muerte, la clave de la muerte sin fin. Ella también estaba segura de que nunca podrían derrotar a los gigantes sin ayuda de Baco. Y si no podía hacerlo en cinco días, Roma sería destruida, y el hermano de Hazel, Nico, moriría también. Por otro lado, si la visión de Baco ofreciéndole una copa de plata era falsa, tal vez las otras visiones no sean verdad, sobre todo la de ella, Percy y Jason ahogándose. Tal vez eso era sólo simbólico. La sangre de un semidiós femenino, Gea había dicho, y la sangre de un hombre. Piper, mi querida, elige al héroe que morirá contigo. — "Ella quiere a dos de nosotros", murmuró Piper. Todos se volvieron a mirarla. Piper odiaba ser el centro de atención. Tal vez eso era extraño para una hija de Afrodita, pero ella lo había visto en su papá, la estrella de cine, hacer frente a la fama durante años. Recordó cuando Afrodita la había reclamado en la hoguera en delante de todo el campamento, usando su magia de la belleza para hacerla quedar bonita. Ese había sido el más embarazoso momento de su vida. Incluso en este caso, con sólo seis otros semidioses, Piper se sentía expuesta. Son mis amigos, se dijo. Está bien. Pero tenía una sensación extraña... como si más de seis pares de ojos estaban mirando. — "Hoy en día, en la carretera," dijo ella, "Gea me dijo que necesitaba la sangre de sólo dos semidioses, uno femenino y uno masculino. Ella, ella me pidió que elija al niño iba a morir. " Jason apretó la mano.

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— "Pero ninguno de los dos murió. Nos ha salvado. " — "Lo sé. Es que... ¿Por qué iba a querer eso? " Leo silbó suavemente. — "Chicos, ¿Recuerdan la Casa del Lobo? ¿Nuestra princesa de hielo favorita, Khione? Habló de derramar la sangre de Jason, Cómo mancharía el lugar por generaciones. Tal vez la sangre semidiós tiene algún tipo de poder. " — "Oh..." Percy dejó la tercera rebanada de pizza. Se echó hacia atrás y miró fijamente a la nada, como si el tiro de caballos en la cabeza acababa de ser registrado. — "¿Percy?" Annabeth apretó el brazo. — "Oh, malo", murmuró. "Malo, malo."Miró al otro lado de la mesa a Frank y Hazel. "¿Ustedes recuerdan Polibotes?" — "El gigante que invadió el campamento de Júpiter", dijo Hazel. "El anti-Poseidón, le golpeaste en la cabeza con una estatua de Término. Sí, creo que me acuerdo. " — "Tuve un sueño", dijo Percy, "cuando estábamos volando hacia Alaska. Polibotes estaba hablando con las Gorgonas, y dijo él… él dijo que él me quería prisionero, no muerto. Él dijo: 'Lo quiero encadenado a mis pies, para que yo pueda matarlo cuando llegue el momento. ¡Su sangre regará las piedras del monte Olimpo y la Madre Tierra se levantará después! " Piper se preguntó si los controles de temperatura de la habitación estaban rotos, porque de repente no podía dejar de temblar. Era la misma sensación que había sentido en la carretera fuera de Topeka. — "¿Crees que los gigantes usarán nuestra sangre... la sangre de dos de nosotros?" — "No lo sé", dijo Percy. "Pero hasta que lo averigüemos, le sugiero que todos tratemos de evitar ser capturados." Jason gruñó. — "Estoy de acuerdo." — "Pero, ¿cómo averiguarlo?", Preguntó Hazel. "La Marca de Atenea, los gemelos, la profecía de Ella... ¿Cómo lo unimos?" Annabeth apretó sus manos contra el borde de la mesa. — "Piper, le dijiste a Leo que establezcamos tumbo a Atlanta ¿Cierto?" — "Correcto", dijo Piper. "Baco nos dijo que debemos buscar a... ¿cómo se llamaba?" — "Forcis", dijo Percy. Annabeth miró sorprendido, como si ella no estuviera acostumbrada a su novio tenga las respuestas. — "¿Lo conoces?" Percy se encogió de hombros.

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— "Yo no reconocí el nombre al principio. Entonces Baco mencionó el agua salada, y se prendió la lamparita. Forcis es un antiguo dios del mar desde antes de la época de mi padre. Nunca lo conocí, pero se supone que es un hijo de Gea. Yo todavía no puedo entender lo que es un dios del mar estaría haciendo en Atlanta. " Leo soltó un bufido. — "¿Qué esta, un dios del vino, haciendo en Kansas? Los dioses son raros. De todos modos, hay que llegar a Atlanta para mañana al mediodía, a menos que otra cosa salga mal”. — "No siquiera digas eso", murmuró Annabeth. "Se nos está haciendo tarde. Todos deberíamos dormir un poco. " — "Espera", dijo Piper. Una vez más, todo el mundo la miraba. Estaba perdiendo rápidamente su valor, preguntándose si sus instintos estaban equivocados, pero se obligó a hablar. — "Hay una última cosa", dijo. "Los Eidolones, los espíritus que poseen. Todavía están aquí, en esta sala".

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CAPITULO XII PIPER PIPER NO PODÍA EXPLICAR COMO LO SABÍA. Las historias de fantasmas y almas torturadas siempre la habían asustado. Su padre solía bromear con las leyendas Cherokee de su abuelo Tom cuando volvían de la reserva, pero incluso en casa, en su gran mansión de Malibú, mirando hacia el Pacífico, siempre que su padre relataba historias de fantasmas, nunca podían salir de su cabeza. Los espíritus Cherokee eran siempre inquietantes. A menudo pierden su camino a la Tierra de los Muertos, o se quedaban atrás viviendo de pura terquedad. A veces ni siquiera se daban cuenta de que estaban muertos. Cuanto Piper mas aprendía acerca de ser un semidiós, más convencida estaba de que las leyendas y mitos Cherokee y las Griegas no eran tan diferentes. Estos Eidolones estaban actuados mucho como los espíritus en las historias de su padre. Piper tenía un sentido visceral de que todavía estaban presentes, simplemente porque nadie les había dicho que se fueran. Cuando terminó de explicarles, los demás la miraron incómodamente. Arriba, en cubierta, Hedge cantaba algo que sonaba como "In the Navy" mientras Blackjack hacía ruido con sus pesuñas, relinchando de protesta. Finalmente Hazel se exalto. — "Piper tiene razón." — "¿Cómo puedes estar segura?", Preguntó Annabeth. — "He conocido Eidolones", dijo Hazel. "En el mundo Inframundo, cuando yo estaba... ya saben." Muerta. Piper se había olvidado que Hazel estaba en su segunda oportunidad de vida. A su manera, Hazel también era un fantasma renacido. — "Así que..." Frank pasó la mano por su pelo como si algunos fantasmas podrían haber invadido su cuero cabelludo. "¿Crees que estas cosas están al acecho en el barco, o…? "— "Es posible que acechen dentro de algunos de nosotros", dijo Piper. "No lo sé". Jason apretó el puño.

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— — — —

"Si eso es cierto…" "Tenemos que tomar medidas", dijo Piper. "Creo que puedo hacer esto." "¿Qué?", Preguntó Percy. "Sólo escucha, ¿de acuerdo?" Tomó Piper una respiración profunda. "Todo el mundo escuche."

Los ojos de Piper los miraron, una persona a la vez. — "Eidolones", dijo ella, usando su Hechizo Oral ", levanten la mano." Se hizo un silencio tenso. Leo se rió nerviosamente. — "¿De verdad crees que van a…?" Su voz se apagó. Su rostro se aflojó. Él levantó la mano. Jason y Percy hicieron lo mismo. Sus ojos se habían vuelto vidriosos y de oro. Hazel se quedó sin aliento. Al lado de Leo, Frank salió a toda prisa de su silla y apoyó la espalda contra la pared. — "Oh, dioses." Annabeth miró a Piper implorante. "¿Los puedes curar?" Piper quería lloriquear y esconderse debajo de la mesa, pero tenía que ayudar a Jason. No podía creer que hubiera tenido con las manos con... No, ella se negó a pensar en ello. Se concentró en Leo porque él era el menos intimidante. — "¿Hay más de ustedes en este barco?", Preguntó. — "No," dijo Leo con voz hueca. "La Madre Tierra envió tres. Los más fuertes, los mejor. Vamos a vivir de nuevo. " — "No aquí, no," gruñó Piper. "Los tres de ustedes, escuchen con atención." Jason y Percy se volvieron hacia ella. Esos ojos de oro eran desconcertantes, pero al ver a los tres chicos en ese estado alimentó la Ira de Piper. — "Va a dejar esos cuerpos", ordenó. — "No", dijo Percy. Leo dejó escapar un suave silbido. — "Hay que vivir". Frank buscó su arco. — "¡Marte Todopoderoso, que es espeluznante! ¡Fuera de aquí, espíritus! ¡Dejen a nuestros amigos en paz! " Leo se volvió hacia él.

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— "No se nos puede mandar, niño de la guerra. ¡Tu propia vida es frágil! Tu alma se puede quemar en cualquier momento”. Piper no estaba segura de lo que eso significaba, pero Frank se tambaleó como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago. Sacó una flecha, temblaban sus manos. — "Yo-he enfrentado a cosas peores que tú. Si quieres una pelea” — "Frank, no lo hagas." Dijo Hazel. Junto a ella, Jason sacó su espada. — "¡Alto!" Ordenó Piper, pero la voz le temblaba. Estaba perdiendo rápidamente la fe en su plan. Había hecho los Eidolones aparecer, pero ¿ahora qué? Si no podía persuadirlos a salir, cualquier derramamiento de sangre sería culpa suya. En un costado de su mente, casi podía oír risas de Gea. — "Escucha a Piper.", Hazel señaló la espada de Jason. La hoja del oro pareció hacerse pesada en su mano. Se derrumbó hacia la mesa y Jason se dejó caer en su silla. Percy gruñó en una manera nada como Percy. — "La hija de Plutón, puedes controlar las gemas y los metales. No puedes controlar a los muertos. " Annabeth llegó hacia él como si quisiera detenerlo, pero Hazel le despidió con la mano. — "Escuchen, Eidolones", dijo Hazel severamente: "No soy de aquí. Puede que no te mande, pero sí Piper. Obedécela. " Se volvió hacia Piper, su expresión era clara: Inténtalo de nuevo. Puedes hacer esto. Piper reunió todo su valor. Ella miró a Jason, recto a los ojos que era de donde lo controlaban. — "Van a dejar estos cuerpos", repitió Piper, incluso con más fuerza. El rostro de Jason se tensó. Tenía la frente perlada de sudor. — "Nosotros, vamos a dejar a estos cuerpos". — "Juran por el Rio Estigio que nunca van a volver a esta nave” prosiguió Piper, "y nunca poseerán a algún miembro del equipo ". Leo y Percy dijeron algo entre dientes en señal de protesta. — "Lo prometen por el Rio Estigio", insistió Piper. En un momento de tensión podían sentir su voluntad luchando contra la otra. A continuación, los tres Eidolones hablaron al unísono: — — — —

"Nosotros lo prometemos por el Rio Estigio”. "Estás muerto", dijo Piper. "Estamos muertos", estuvieron de acuerdo. "Ahora, vete."

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Los tres muchachos se desplomaron hacia adelante. Percy cayó de bruces en su pizza. — "Percy" Annabeth lo agarró. Piper y Hazel cogieron los brazos de Jason mientras se deslizaba fuera de su silla. Leo no tuvo tanta suerte. Cayó hacia Frank, que no hizo ningún intento de interceptarlo. Leo cayó al suelo. — "¡Ay!" Gimió. — "¿Estás bien?", Preguntó Hazel. Leo se incorporó. Tenía un pedazo de espagueti en la forma de un 3 pegado en la frente. — "¿Funcionó?" — "Funcionó", dijo Piper, sentirse bastante seguro de que tenía razón. "Yo no creo que van a volver de vuelta." Jason parpadeó. — "¿Eso significa que puedo dejar de recibir heridas en la cabeza ahora?" Piper se echó a reír, exhalando todo su nerviosismo. — "Vamos, chico rayo. Vamos a tomar algo de aire fresco. " Piper y Jason se paseaba por la cubierta. Jason seguía estando inestable, por lo que Piper le animó a envolver su brazo alrededor de ella para usarla de apoyo. Leo se puso a la cabeza, conferenciando con Festus a través del intercomunicador, sabía por experiencia dar a Jason y Piper algo de espacio. Dado que la televisión por satélite estaba de nuevo, el entrenador Hedge estaba en su camarote felizmente poniéndose al día con su mezcla de artes marciales y partidos en jaula. El Pegaso de Percy Blackjack había volado a alguna parte. Los otros semidioses estaban se estaban asentando en la noche. El Argo II corrió hacia el este, cruzando varios cientos de metros por encima del suelo. Debajo de ellos pequeños pueblos pasaron por igual que pequeñas islas en el mar oscuro de la pradera. Piper recordó el pasado invierno, volando a Festus el dragón hacia la ciudad de Quebec. Nunca había visto algo tan hermoso, o se sentía tan feliz de tener los brazos de Jason a su alrededor, pero esto era incluso mejor. La noche era cálida. El barco navegó más suavemente que un dragón. Lo mejor de todo, estaban volando lejos del Campamento Júpiter tan rápido como fuera posible. No importa lo peligroso que eran las antiguas tierras, Piper no veía la hora de llegar allí. Esperaba que Jason estuviera en lo cierto de que los romanos no los seguirían al otro lado del Atlántico. Jason se detuvo en medio del barco y se apoyó en la barandilla. La luz de la luna le daba toques de plata en su pelo dorado.

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— "Gracias, Pipes", dijo. "Me salvaste de nuevo." Él puso su brazo alrededor de su cintura. Pensó en el día en que había caído en el Gran Cañón, la primera vez que había aprendido que Jason podía controlar el aire. Él la había abrazado con tanta fuerza, podía sentir su latido del corazón. Luego habían dejado de caer y flotaron en el aire. MEJOR. NOVIO. SIEMPRE. Quería besarlo ahora, pero algo la detuvo. — "No sé si Percy se confía de mí", dijo. "No después de que deje que su caballo lo noqueara". Jason se rió. — "No te preocupes por eso. Percy es un buen tipo, pero me da la sensación de que necesita un golpe en la cabeza de vez en cuando. " — "Podrías haberlo matado." Jason sonrisa se desvaneció. — "Ese no era yo." — "Pero casi me dejas", dijo Piper. "Cuando Gea dijo que tenía que elegir, vacilé y...” Ella parpadeó, maldiciéndose por llorar. — "No seas tan dura contigo mismo", dijo Jason. "Nos has salvado a los dos." — "Pero si dos de nuestro equipo realmente tienen que morir, un niño y una niña-" — "Yo no acepto eso. Vamos a dejar de Gea. Los siete de nosotros vamos a regresar con vida. Te lo prometo. " Piper deseaba que él no lo hubiera prometido. La única palabra que le recordaba a la Profecía de los Siete: Un juramento para mantener con un último aliento. Por favor, pensó, preguntándose si su madre, la diosa del amor, la oía. No dejes que sea el aliento definitivo de Jason. Si el amor significa algo, que no se lo llevara. Tan pronto como hizo el deseo, se sintió culpable. ¿Cómo podría soportar ver a Annabeth en ese tipo de dolor si Percy moría? ¿Cómo podría vivir consigo misma si cualquiera de los siete semidioses moría? Ya, cada uno de ellos había sufrido mucho. Incluso los dos chicos nuevos romanos, Hazel y Frank, a quien apenas conocía, Piper los sentía como familiares. En el campamento de Júpiter, Percy había contado su viaje a Alaska, que sonaba tan sobrecogedora como algo que Piper había experimentado. Y de la manera Hazel y Frank trataron de ayudar durante el exorcismo, ella se dio cuenta que eran personas valientes, buenos. — "La leyenda de que Annabeth se mencionó," dijo ella, "sobre la Marca de Atenea... ¿por qué no quieres hablar de eso?” Tenía miedo que Jason la hiciera callar, pero él simplemente bajó la cabeza como si hubiera estado esperando la pregunta.

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— "Pipes, no sé qué es verdad y qué no lo es. Esa leyenda... que podría ser muy peligrosa. " — "¿Para quién?" — "Todos nosotros", dijo con gravedad. "La historia dice que los romanos robaron algo importante de los griegos, allá por los tiempos antiguos, cuando los romanos conquistaron las ciudades de los griegos”. Piper esperaba, pero Jason parecía perdido en sus pensamientos. — "¿Qué han robado?", Preguntó. — "No lo sé", dijo. "No estoy seguro de que nadie en la legión lo sepa. Pero de acuerdo a la historia, esta cosa fue llevada a Roma y escondida allí. Los hijos de Atenea, semidioses griegos, nos han odiado desde entonces. Siempre han despertado a sus hermanos contra los romanos. Como he dicho, no sé cuánto de eso es cierto-" — "Pero ¿por qué no decirle a Annabeth?", se preguntó Piper. "Ella no va a odiarte de repente." Parecía tener problemas para concentrarse en ella. — "Espero que no. Pero la leyenda dice que los hijos de Atenea han estado buscando esto desde hace milenios. Cada generación, unos pocos son elegidos por la diosa para encontrarlo. Al parecer, son guiados a través de roma por una pisa o señal... La Marca de Atenea. " — "Si Annabeth es uno de los buscadores... deberíamos ayudarla." Jason vaciló. — "Tal vez. Cuando nos acercamos a Roma, voy a decirle lo poco que sé. Honestamente. Pero la historia, por lo menos la manera en que yo la oí, dice que si los griegos encuentran lo que fue robado, ellos nunca nos perdonarán. Destruirían la legión y Roma, de una vez por todas. Después de lo que dijo Némesis a Leo, que Roma sería destruida dentro de cinco días a partir de ahora... " Piper estudió el rostro de Jason. Era, sin duda, la persona más valiente que jamás había conocido, pero se dio cuenta de que tenía miedo. Esta leyenda, la idea de que podría destrozar su legión y a una ciudad, absolutamente lo aterrorizaba. Piper se preguntó qué podría haber sido robado a los griegos que sería tan importante. No podía imaginar cualquier cosa que haga a Annabeth volverse de repente vengativa. Por otra parte, Piper no podía imaginar la elección de un semidiós de vida sobre otro, y hoy en esa carretera desierta, sólo por un momento, Gea casi la había tentado... — "Lo siento, por cierto", dijo Jason. Piper se limpió la última lágrima de su cara. — "¿Perdón por qué? Era el Eidolon el que atacó-"

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— "No es por eso." Se notaba la pequeña cicatriz en el labio superior de Jason, por la incandescencia blanca de la luna. Siempre había querido esa cicatriz. La imperfección que hacía que su rostro sea mucho más interesante. "Fue estúpido pedirte que contactes a Reyna", dijo. "No estaba pensando claramente". — "Oh." Piper miró hacia las nubes, y se preguntó si su madre, Afrodita, influyo de alguna manera en él. Su disculpa parecía demasiado buena para ser verdad. No te detengas, pensó. "En realidad, no pasa nada." — "Es que... Nunca me sentí de esa manera hacia Reyna," dijo Jason, "así que no pensaba en que te sintieras incomoda. No tienes nada de qué preocuparse, Pipes”. — "Quería odiarla", admitió Piper. "Tenía tanto miedo de que te gustaría volver al Campamento Júpiter". Jason miró sorprendido. — "Eso nunca sucedería. No a menos que se vengas conmigo. Te lo prometo. " Piper le tendió la mano. Ella esbozó una sonrisa, pero estaba pensando: Otra promesa. Un juramento de mantener con un último aliento. Trató de sacar esos pensamientos de su mente. Sabía que sólo debería disfrutar de este momento de tranquilidad con Jason. Pero al mirar a un lado de la nave, no pudo evitar recordar lo mucho que la pradera por la noche se parecía al agua, como el pozo oscuro en donde había visto ahogándose en su cuchillo.

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CAPITULO XIII PERCY OLVIDEN LA CORTINA DE HUMO CON OLOR A NUGGET DE POLLO. Percy quería Leo invente un sombrero anti-sueños. Esa noche tuvo pesadillas horribles. Primero soñó que estaba de vuelta en Alaska en su misión buscando el águila de la legión. Estaba subiendo por una carretera de una montaña, pero en cuando salió del pavimento, fue tragado por una ciénaga, cieno pantanoso, lo había llamado Hazel. Se estaba asfixiando en el barro, incapaz de moverse, ver o respirar. Por primera vez en su vida, comprendió lo que era ahogarse. Es sólo un sueño, se dijo. Voy a despertar. Pero eso no lo hacía menos aterrador. Percy nunca le había tenido miedo de agua. Era el dominio de su padre. Pero la experiencia de la ciénaga, le había desarrollado miedo a ahogarse. No podía admitirle eso a nadie, pero se ponía nervioso aún metiéndose en el agua. Sabía que era una tontería. No podía ahogarse. Pero también sospechaba que si no empezaba a controlar su miedo, el miedo podría empezar a controlarlo. Pensó en su amiga Thalía, quien tenía miedo a las alturas a pesar de que ella era la hija del dios del cielo. Su hermano, Jason, podía volar con la convocatoria de los vientos. Thalía no podía, tal vez porque estaba demasiada asustada para intentarlo. Si Percy empezaba a creer que podía ahogarse... El barro apretaba contra su pecho. Sus pulmones querían reventar. Deja de tener miedo, se dijo. Esto no es real. En el momento en que no podía aguantar la respiración por más tiempo, el sueño cambió. Estaba de pie en un espacio oscuro y vasto como un estacionamiento subterráneo. Había filas de columnas de piedras en todas direcciones, sosteniendo el techo a unos seis metros por encima. Braseros iluminaban el techo con una sombría luz roja. Percy no podía ver muy lejos en la sombra, pero colgando en el techo había sistemas de poleas, bolsas de arena y filas de luces del teatro apagadas. Apilados en torno a la cámara, había cajas de madera que estaban etiquetadas como: “ATREZZO”, “ARMAS”, y “TRAJES”. Uno decía: “SURTIDO DE LANZAMISILES” Percy oyó crujir una maquinaria en la oscuridad, enormes engranajes girando, y el agua corriendo por las tuberías. Entonces vio al gigante... Percy adivinó que era un gigante.

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Tenía unos doce metros de altura, una altura respetable para un cíclope, pero solo la mitad de la altura comparada con los otros gigantes con los que Percy había tratado. Él también parecía más humano que un típico gigante, sin las patas de dragón de sus parientes más grandes. Aún así, su pelo morado estaba peinado en una coleta de rastas, llenas de monedas de plata y oro, por lo que Percy supuso que las rastas serían la última moda entre los gigantes. Vestía una gigantesca túnica negra de cuello alto que Percy había visto antes, pantalones negros y unos zapatos negros de cuero con unas puntas tan largas y giradas que podrían haber sido unas babuchas. Se paseaba de un lado a otro delante de una plataforma elevada, examinando un jarrón de bronce del tamaño de Percy. — "No, no, no", murmuró el gigante a sí mismo. "¿Dónde está la mancha? ¿Dónde está el valor? “Gritó en la oscuridad, "Otis" Percy oyó pies arrastrándose a la distancia. Otro gigante apareció de la oscuridad. Llevaba exactamente el mismo traje negro, hasta los zapatos de cuero. La única diferencia entre los dos gigantes fue que el segundo tenía el cabello verde en vez de púrpura. El primer gigante maldijo. — "Otis, ¿por qué me haces esto todos los días? Te dije que llevaba traje negro de cuello de tortuga hoy. ¡Puedes usar cualquier cosa, pero siempre usas el de cuello de tortuga negro! " Otis parpadeó como si acabara de despertar. — "Pensé que usarías la toga amarilla hoy". — "¡Eso fue ayer! ¡Cuando apareciste en la toga amarilla! " — "Oh. Cierto. Lo siento, Ephie". Su hermano gruñó. Tenían que ser gemelos, ya que sus rostros eran idénticamente feos. — "Y no me llames Ephie", exigió Ephie. "Llámame Efialtes. Ese es mi nombre. O puede usar mi nombre artístico: ¡El gran F! " Otis hizo una mueca. — "Todavía no estoy seguro de que el nombre artístico". — "¡Tonterías! Es perfecto. Ahora, ¿Cómo van los preparativos? " — "Están bien." Otis no parecía muy entusiasmado. "El tigre devorador de Hombres, los cuchillos giratorios... Pero sigo pensando que unas pocas bailarinas estarían bien. " — "¡No hay bailarinas!" Efialtes rompió. "Y esta cosa." Él saludó con la mano la jarra de bronce con disgusto. "¿Qué hacer? No es emocionante”. — "Pero ese es el punto de todo el show. Muere al menos que los otros traten de rescatarlo. Y si llegan a tiempo-" — "¡Ah, vale!", Dijo Efialtes. "Primero de Julio, las Calendas de Julio, sagradas para Juno. Fue entonces cuando madre quiere destruir esos semidioses estúpidos y realmente

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frotárselo en la cara a Juno. ¡Además, yo no voy a pagar horas extras a los gladiadores fantasmas! " — "Bueno, entonces, todos se mueren", dijo Otis, "y comenzará la destrucción de Roma. Al igual que madre quiere. Va a ser perfecto. A la multitud le va a encantar. Los fantasmas romanos adoran este tipo de cosas. " Efialtes no parecía muy convencido. — "Pero la vasija sólo se queda ahí. ¿No podríamos suspenderlo por encima de un fuego, o disolverlo en una piscina de ácido o algo así? " — "Lo necesitamos vivo por unos días más", recordó a su hermano Otis. "De lo contrario, el siete no morderán el anzuelo y correrán a salvarlo". — "Hmm, supongo. Todavía me gustaría un poco más gritos. Esta muerte lenta es aburrida. Ah, bueno, ¿qué pasa con nuestra talentosa amiga? ¿Está lista para recibir a su visitante? " Otis hizo una mueca amarga. — "Realmente no me gusta hablar con ella. Me pone nervioso". — "¿Pero ella está listo?" — "Sí", dijo Otis regañadientes. "Ella ha estado lista desde hace siglos. Nadie va a sacar esa estatua. " — "Excelente". Efialtes se frotó las manos con anticipación. "Esta es nuestra gran oportunidad, mi hermano." — "Eso es lo que dijo sobre nuestro último truco", murmuró Otis. "Yo estuve colgado en ese bloque de hielo suspendido sobre el Río Lethe durante seis meses, y no conseguí la atención de los medios. " — "¡Esto es diferente!", Insistió Efialtes. "¡Vamos a establecer un nuevo estándar para el entretenimiento! ¡Si la madre nos lo permite, podemos escribir nuestro propio boleto hacia la fama y la fortuna! " — "Si tú lo dices," suspiró Otis. "Aunque sigo pensando que los trajes de bailarina del Lago de los Cisnes parecería precioso-" — "¡Sin ballet!" — "Lo siento." — "Ven", dijo Efialtes. "Vamos a examinar los tigres. ¡Quiero estar seguro de que tienen hambre! " Los gigantes pesadamente desaparecieron en la oscuridad, y Percy se volvió hacia la vasija. Tengo que ver el interior, pensó. El hizo que su sueño se adelantara, a la derecha a la superficie de la jarra. Luego pasó a través. El aire en el frasco olía a rancio aliento y metal deslustrado. La única luz provenía de un tenue resplandor púrpura de una espada oscura, su hoja de hierro del rio Estigio se fijaba contra un lado del recipiente. Acurrucada junto a ésta había un muchacho de aspecto abatido con vaqueros rotos, una camisa negra y una chaqueta de aviador antigua. En su mano derecha, un anillo con la forma de calavera de plata brillaba.

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— "Nico", llamó Percy. Pero el hijo de Hades no podía oírle. El recipiente se selló completamente. El aire se estaba volviendo venenoso. Los ojos de Nico estaban cerrados, su respiración era poco profunda. Parecía estar meditando. Su rostro estaba más pálido y delgado de lo que Percy recordaba. En la pared interior de la jarra, parecía que Nico había arañado tres marcas de control con su espada, ¿Tal vez hacía tres días que estaba prisionero? No parecía posible que pudiera haber sobrevivido tanto tiempo sin ahogarse. Incluso en un sueño, Percy había empezando a sentir pánico, luchando por conseguir suficiente oxígeno. Entonces notó algo entre los pies de Nico-una pequeña colección de objetos brillantes del tamaño de los dientes de leche. Percy se dio cuenta, semillas. Semillas de granada. Tres habían sido comidas y escupidas. Cinco estaban todavía encerradas en su coraza rojo oscuro. — "Nico", dijo Percy, "¿Dónde se encuentra este lugar? Vamos a rescatarte.... " La imagen se desvaneció, y la voz de una niña le susurró: — " Percy" En un primer momento, Percy pensó que todavía estaba dormido. Cuando había perdido la memoria, se había pasado soñando semanas con Annabeth, la única persona que recordaba de su pasado. A medida que sus ojos se abrieron y se aclaró la visión, él se dio cuenta que ella estaba realmente allí. Estaba de pie junto a su litera, sonriéndole. Su cabello rubio caía sobre sus hombros. Sus ojos grises tormenta brillaban con diversión. Se acordó de su primer día en el Campamento Mestizo, hacía cinco años, cuando se había despertado de un ataque y Annabeth se encontraba sentada en el pie de su cama. Ella había dicho, Babeas cuando duermes. Ella era sentimental de esa manera. — "¿Q-qué está pasando?", Preguntó. "¿Ya llegamos?" — "No," dijo, su voz era baja. "Estamos en mitad de la noche." — "¿Quieres decir qué...?" el corazón de Percy comenzó a correr. Se dio cuenta de que estaba en pijama, en la cama. Probablemente hubiera estado babeando, o haciendo ruidos extraños mientras soñaba. No hay duda de que tenía un caso difícil de peloalmohada y su aliento no olía muy bien. "¿Te metiste en mi cabina?" Annabeth puso los ojos. — "Percy, tendrás diecisiete en dos meses. No puede estar seriamente preocupado por tener problemas con el entrenador Hedge”. — "Uh, ¿has visto su bate de béisbol?"

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— "Además, cerebro de algas, pensé que podríamos dar un paseo. No hemos tenido tiempo para estar a solas. Yo quiero mostrarte algo, mi lugar favorito en el barco. " — El pulso de Percy estaba todavía agitado, pero no fue por temor a meterse en problemas. "¿Puedo, ya sabes, cepillarme los dientes en primer lugar?" — "Más te vale", dijo Annabeth. "Porque yo no te voy a besar hasta que lo hagas. Y cepíllate el cabello, mientras que estás en el. "

Para un trirreme, el barco era enorme, pero era comodo para Percy, como el edificio de la Academia Yancy, o cualquier de los otros internados de los que había sido expulsado. Annabeth y se arrastró escaleras abajo hacia el segundo piso, que Percy no había explorado con excepción de la enfermería. Ella lo llevó más allá de la sala de máquinas, parecía muy peligroso, gimnasio que parecía una selva mecanizada, con tubos y pistones y tubos que sobresalían de una esfera central de bronce. Cables gigantes que parecían fideos se deslizaban por el piso y corrían por las paredes. — "¿Cómo es que esta cosa aún funciona?", Preguntó Percy. — "No tengo idea", dijo Annabeth. "Y yo soy la única que, además de Leo, pueden operarlo". — "Eso es tranquilizador". — "Debería estar bien. Esto sólo amenazó con estallar una vez. " — "Es una broma, espero." Ella sonrió. — "Vamos". Fueron más allá de los cuartos de suministro y la armería. Hacia la popa de la nave, hasta que llegaron a un conjunto de maderas, puertas dobles que daban a un gran establo. La habitación olía a heno fresco y mantas de lana. En el revestimiento de la pared izquierda había tres caballerizas vacías como las de antes para guardar pegasos en el campamento. La pared de la derecha había dos jaulas vacías lo suficientemente grandes como para animales del zoológico de gran tamaño. En el centro de la planta había un panel transparente de 6 metros cuadrados. Mucho más abajo, el paisaje nocturno eran millas de campo oscuro atravesados por carreteras iluminadas como los hilos de una telaraña. — "Un barco con fondo de cristal", preguntó Percy. Annabeth agarró una manta de la puerta más cercana y lo extendió sobre la parte del piso de vidrio. "Siéntate conmigo”. Se relajaron en la manta como si estuvieran haciendo un picnic, y veían el mundo pasar por debajo.

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— "Leo construyó los establos de pegasos aquí para que pudieran entrar y salir fácilmente", dijo Annabeth. "Sólo que él no se dio cuenta de que pegasos prefieren vagar libremente, por lo que los establos están vacíos. " Percy se preguntó dónde estaba Blackjack, seguramente vagando el cielo en algún lugar, es de esperar después de sus acciones. La cabeza de Percy todavía palpitaba de conseguir el golpe de la pezuña de Blackjack, pero no culparía por eso el caballo. — "¿Qué quieres decir cuando dices que van y vienen con facilidad?", se preguntó. "¿No sería para un Pegaso molesto tener que bajar dos tramos de escaleras?” Annabeth golpeó con los nudillos en el cristal. "Estas son puertas de bodega, como de bombardeo". Percy tragó saliva. — "¿Quieres decir que estamos sentados en las puertas? ¿Y si se abren? " — "Supongo que caeríamos a nuestra muerte. Sin embargo, no se abrirán. Probablemente”. — "Buenísimo". Annabeth se rió. — "¿Sabes por qué me gusta estar aquí? No se trata sólo de la vista. ¿A qué te recuerda este lugar? " Percy miró a su alrededor: las jaulas y establos, la lámpara de bronce celestial que colgaba de la viga, el olor del heno, y por supuesto Annabeth sentada cerca de él, con su rostro fantasmal y hermoso en la luz ámbar suave. — "Ese camión zoológico", decidió Percy. "El que nos llevó a Las Vegas." Su sonrisa le dijo que había llegado la respuesta correcta. — "Eso fue hace mucho tiempo", dijo Percy. "Estábamos en mal estado, luchando por todo el país para encontrar ese estúpido rayo, atrapados en un camión con un montón de animales maltratados. ¿Cómo se puede sentir nostalgia por eso? " — "Porque, Seso de algas, es la primera vez que realmente hablamos, tú y yo. Yo te hablé de mi familia, y..."Ella sacó su collar campamento, encadenado con anillo de la universidad de su padre y una colorida cuenta de arcilla por cada año en el Campamento Media Sangre. Y había algo más en el cordón de cuero: un colgante con la forma de coral rojo que le había regalado cuando comenzaron a salir. Los había traído desde el palacio de su padre en el fondo del mar. "Y", Annabeth continuó, "me recuerda el tiempo que nos conocemos el uno al otro. Teníamos doce, Percy. ¿Puedes creerlo? " — "No", admitió. "Así que... ¿Te gustaba en ese momento?" Ella sonrió.

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— "Yo te odiaba al principio. Me molestabas. Entonces, te empecé a tolerar por unos años. Y después… " — "Está bien, está bien." Ella se inclinó y le dio un buen beso, correcto sin que nadie los esté mirando, ningún romano o griego, ningún sátiro gritando. Ella se apartó. — "Te extrañé, Percy." Percy quería decir la misma cosa, pero parecía un comentario demasiado pequeño. Mientras que él había estado en el lado romano, se mantuvo con vida casi únicamente por el pensamiento de Annabeth. Echaba de menos que realmente no ocurriera eso de nuevo. Recordó a principios de la noche, cuando Piper había obligado a los Eidolones a dejar su cuerpo. Percy no había estado presente de su presencia hasta que ella había usado su Hechizo oral. Después de que el eidolon se había ido, se sintió como si un clavo caliente hubiera sido removido de su frente. No se había dado cuenta de cuánto dolor había sentido sino hasta que el espíritu se fue. Entonces sus pensamientos se hicieron más claros. Su alma se acomodó de nuevo en su cuerpo. Sentado aquí con Annabeth le hizo sentir la misma manera. En los últimos meses podría haber sido uno de sus extraños sueños. Los acontecimientos en el Campamento Júpiter parecían tan confusos e irreales como la pelea con Jason, cuando ambos habían sido controlados por los Eidolones. Sin embargo, él no lamentaba el tiempo que había pasado en el campamento Júpiter. Su mente se había abierto en muchos aspectos. — "Annabeth", dijo tímidamente, "en Nueva Roma, los semidioses pueden vivir toda su vida en paz." Su expresión se volvió reservada. — "Reyna me lo explicó. Pero, Percy, nosotros pertenecemos al Campamento Mestizo. Esa es otra vida " — "Lo sé", dijo Percy. "Pero mientras estuve allí, vi tantos semidioses viviendo sin miedo: los chicos iban a la universidad, parejas que se casaban y criaban a sus familias. No hay nada como eso en el Campamento Mestizo. No dejaba de pensar en ti y yo... y tal vez algún día, cuando esta guerra con los gigantes termine... " Era difícil saberlo en la luz dorada, pero pensó que Annabeth se sonrojándose. — "Oh", dijo. Percy tenía miedo de haber dicho demasiado. Tal vez él la había asustado con sus grandes sueños del futuro. Ella en general era uno de los planes. Percy se maldijo en silencio.

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Mientras que conocía a Annabeth, sentía como si entendiera muy poco de ella. Incluso después de que habían estado saliendo durante varios meses, su relación había sido siempre nueva y delicada, como una escultura de cristal. Estaba aterrorizado de hacer algo mal y romperlo. — "Lo siento", dijo. "Yo sólo... yo tenía que pensar en seguir adelante. Para darme esperanza. Olvida que he mencionado-" — "¡No!", Dijo. "No, Percy. Dioses, eso es tan dulce. Es sólo que...bombardeamos el foro. Si no podemos reparar las cosas con los romanos, bueno, los dos conjuntos de semidioses nunca se han llevado bien. Es por eso que los dioses nos mantuvieron separados. No sé si alguna vez pueda estar allí. " Percy no quería discutir, pero no podía dejar de lado la esperanza. Sintió que era importante, no sólo para él y Annabeth, sino para todos los demás semidioses. Tenía que ser posible pertenecer en dos mundos diferentes a la vez. Después de todo, eso es lo que es ser un semidiós, no pertenecían al mundo mortal pero tampoco al Olimpo, trataban de hacer paz entre los ambos lados de su naturaleza. Por desgracia, eso le hizo pensar acerca de los dioses, la guerra que se enfrentaban, y su sueño sobre los gemelos Efialtes y Otis. — "Yo estaba teniendo una pesadilla cuando me despertaste", admitió. Le contó a Annabeth lo que había visto. Incluso las partes más preocupantes no parecieron sorprenderla. Ella sacudió la cabeza con tristeza cuando describió el encarcelamiento de Nico en la jarra de bronce. Ella tenía un brillo furioso en sus ojos cuando él le habló de los gigantes y de la planificación de alguna especie de acto de apertura para la destrucción de Roma, que llevaría muertes insoportables al comienzo. — "Nico es el cebo", murmuró. "Las fuerzas de Gea le debe haber capturado de alguna manera. Pero no sabemos exactamente dónde nos esperan. " — "En algún lugar de Roma", dijo Percy. "En algún lugar bajo tierra. Sonaba como si Nico todavía tenía un par de días de vida, pero no veo cómo puede aguantar tanto tiempo sin oxígeno”. — "Cinco días más, de acuerdo con Némesis", dijo Annabeth. "Las calendas de julio. Al menos el plazo tiene sentido ahora”. — "¿Qué son las calendas?" Annabeth hizo una mueca, como si estuviera contenta de que volvieran a sus patrones naturales, Percy ignorante y ella explicándole cosas. — "Es simplemente el término romano para el primer día del mes. De ahí es donde viene la palabra calendario. Pero, ¿cómo puede Nico sobrevivir tanto tiempo? Deberíamos hablar con Hazel. " — "¿Ahora?" Ella vaciló.

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— "No. Puede esperar hasta mañana. No quiero que la noticia la golpee en la mitad de la noche. " — "Los gigantes mencionaron una estatua", recordó Percy. "Y algo sobre una amiga, con talento que la estaba cuidando. Fuera quién fuese este amigo, asustaba a Otis. Cualquier persona que puede asustar a un gigante... " Annabeth miró hacia abajo en una carretera que serpenteaba a través de las colinas oscuras. — "Percy, ¿has visto últimamente Poseidón? ¿Ha habido algún tipo de señal de él? " Él negó con la cabeza. — "No desde... Wow. Supongo que no he pensado en ello. No desde el fin de la Guerra del Titán. Lo vi en el Campamento Mestizo, pero eso fue en agosto pasado."Una sensación de temor se apoderó de él. "¿Por qué? ¿Has visto a Atenea? " Ella no lo miró a los ojos. — "Hace unas semanas", admitió. "Es... no era bueno. Ella no parecía ella misma. Tal vez sea la esquizofrenia Griega / Romana que Némesis describió. No estoy segura. Ella dijo cosas hirientes. Me dijo que yo le había fallado. " — "¿Fallado?" Percy no estaba seguro de haber oído bien. Annabeth era la hija semidiós perfecta. Ella era todo lo que una hija de Atenea debería ser. "¿Cómo has podido siempre…?" — "No lo sé", dijo rotundamente. "Además de eso, he estado teniendo pesadillas por mi cuenta. Y no tienen sentido como las tuyas”. Percy esperó, pero Annabeth no compartió más detalles. Quería que se sintiera mejor y decirle que lo estaría bien, pero sabía que no podía. Quería arreglarlo todo para que los dos pudieran tener un final feliz. Después de todos estos años, incluso los dioses más crueles tenían que admitir, se lo merecía. Pero tenía el presentimiento de que no había nada que pudiera hacer para ayudar a Annabeth esta vez, que no sea simplemente estar allí. La Hija de la Sabiduría camina solo. Se sentía como atrapado e indefenso como cuando se había hundido en el barro. Annabeth logró una leve sonrisa. — "Menuda velada romántica, ¿No? No más cosas malas hasta la mañana”. Ella lo besó de nuevo. "Vamos a resolverlo todo. Hemos de regresar. Por ahora, eso es todo lo que importa. " — "Correcto", dijo Percy. "No hablemos mas sobre los planes de Gea, Nico retenido como prisionero, el fin del mundo, los gigantes…" — "Cállate, Sesos de algas", le ordenó. "Sólo abrázame." Se sentaron juntas acariciándose, disfrutando de la calidez. Antes de que Percy lo supiera, el zumbido de los motores de la nave, la luz tenue, y la sensación de estar cómodo con Annabeth hizo que sus ojos se vuelvan pesados, y que se ponga a dormir.

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— Cuando despertó, la luz del día entraba a través del suelo de cristal, y la voz de un chico dijo: "Oh... Están en tantos problemas”.

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CAPITULO IV PERCY

PERCY HABÍA VISTO A FRANK RODEADO DE OGROS CANIVALES, mirando desde abajo a un gigante imposible de matar, e incluso desencadenando a Tánatos, el dios de la muerte. Pero nunca había visto a Frank con una mirada tan aterrorizada como en ese momento, encontrándolos dormidos en los establos. — "¿Qué...?" Percy se frotó los ojos. "Oh, simplemente nos quedamos dormido." Frank tragó. Estaba vestido con zapatillas, pantalones oscuros y una remera de Las Olimpiadas de Invierno de Vancouver con su insignia de Centurión romano en el cuello (que parecía triste o esperanzador, ahora que estaban renegados). Frank desvió la mirada como si la vista de ellos juntos podría quemarlo. — "Todo el mundo piensa que han sido secuestrados", dijo. "Hemos estado recorriendo la nave. Cuando el entrenador Hedge se entere… oh, dioses, ¿Ha estado aquí toda la noche? " — "Frank", los oídos de Annabeth eran tan rojos como las fresas. "Sólo vinimos a hablar. Nos quedamos dormidos. Accidentalmente. Eso es todo. " — "Y nos hemos besado un par de veces", dijo Percy. Annabeth lo miró. — "¡No estás ayudando!" — "Será mejor que..." Frank señaló las puertas del establo. "Uh, se supone que debemos reunirnos para el desayuno. ¿Podrían explicar lo que hicieron, o lo que no hicieron? Quiero decir... Yo realmente no quiero eso, quiero decir el fauno / sátiro va a matarme. " Frank se corrió. Cuando todo el mundo se reunió finalmente en el comedor, no fue tan malo como Frank había temido. Jason y Piper se sintieron principalmente aliviados. Leo no podía dejar de sonreír y murmurar, "Clásico. Clásico. "Hazel Sólo parecía escandalizada, tal vez porque ella era de la década de 1940. Seguía abanicándose la cara y tratando de no encontrar la mirada de Percy. Naturalmente, en entrenador Hedge se puso loco, pero a Percy le pareció difícil tomarse en serio al sátiro que tenía apenas cinco pies de altura. — "¡Nunca en mi vida!", Gritó el entrenador, blandiendo el bate y golpeando un plato de manzanas. "¡Contra las reglas! ¡Irresponsables! " — "Entrenador", Annabeth dijo, " fue un accidente. Estábamos hablando, y nos quedamos dormidos. "

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— "Además", dijo Percy, "estás empezando a sonar como Termino". Hedge entrecerró los ojos. — "¿Eso es un insulto, Jackson? Porque si lo es… ¡Termínalo, amigo! " Percy trató de no reírse. — "No va a suceder de nuevo, entrenador. Te lo prometo. Ahora, ¿No tenemos otras cosas que discutir? " Hedge echaba chispas. — "¡Muy bien! Pero te estoy vigilando, Jackson. Y vos, Annabeth Chase, pensé que tenías más sentido " Jason se aclaró la garganta. — "Así que coge un poco de comida, todo el mundo. Vamos a empezar. " El encuentro fue como un consejo de guerra con donuts. Por otra parte, de vuelta en el Campamento Mestizo donde solían tener sus más serias discusiones alrededor de la mesa de ping-pong en la sala de grabación con galletas con chispas, por lo que Percy se sintió como en casa. Les habló de sus sueños, los gigantes gemelos planeando una recepción para ellos en un estacionamiento subterráneo con lanzamisiles, Nico di Ángelo atrapado en una Vasija de bronce, muriendo lentamente por asfixia con semillas de granada en sus pies. Hazel ahogó un sollozo. — "Nico... oh, dioses. Las semillas”. — "¿Sabes lo que son?", le preguntó Annabeth. Hazel asintió. — "Me las mostró una vez. Son del jardín de nuestra madrastra". — "En tu paso... oh", dijo Percy. "¿Te refieres a Perséfone?" Percy había conocido a la esposa de Hades vez. No había sido exactamente cálida y soleada. También había visto el Jardín subterráneo de ella, un lugar espeluznante lleno de árboles y flores de cristal que florecen con color a rojo sangre y fantasma blanco. — "Las semillas son un alimento de último recurso", dijo Hazel. Percy podía decir que estaba nerviosa, porque todos los cubiertos en la mesa estaba empezando a moverse hacia ella. "Sólo los hijos de Hades las pueden comer. Nico siempre tiene unas pocas con él por si tiene algún problema. Pero si él es realmente encarcelado…" — "Los gigantes nos están tratando de engañar", dijo Annabeth. "Están asumiendo que vamos a tratar de rescatarlo." — "Bueno, ¡Tienen razón!" Hazel miró alrededor de la mesa, su confianza al parecer se desmoronó. "¿No es así?"

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— "¡Sí!", Gritó el entrenador Hedge con la boca llena de servilletas. "Va a implicar lucha, ¿no?" — "Hazel, por supuesto lo vamos a ayudar", dijo Frank. "¿Pero cuánto tiempo nos queda antes de…? Eh, quiero decir, ¿cuánto tiempo puede Nico aguantar? " — "Una semilla, un día", dijo Hazel miserablemente. "Eso es si él se pone en trance de muerte." — "¿Trance de muerte?" Annabeth frunció el seño. "Eso no suena muy divertido." — "Le impide consumir todo su aire", dijo Hazel. "Al igual que la hibernación, o estado de coma. Una semilla puede mantenerlo por un día, a duras penas. " — "Y él tiene cinco semillas restantes", dijo Percy. "Son cinco días, incluido hoy. Los gigantes deben haberlo previsto de alguna manera, por lo que tendríamos que llegar en primero de Julio. Suponiendo que Nico se esconde en algún lugar de Roma” — "Eso no es mucho tiempo", resumió Piper arriba. Ella puso su mano sobre el hombro de Hazel. "Lo vamos a encontrar. Por lo menos sabemos cuáles son las líneas de la profecía que se aplican ahora Los gemelos sofocan el aliento del ángel, Aquél que sujeta las llaves de la muerte infinita, El apellido de tu hermano es Di Ángelo. Ángelo es en italiano ángel. — "Oh, dioses," murmuró Hazel. "Nico..." Percy miró a su donut con jalea. Tenía una historia rocosa con Nico di Ángelo. El tipo una vez le había engañado para que vaya al palacio de Hades como visitante, y Percy había terminado en una celda. Pero la mayor parte del tiempo, Nico se puso del lado de los buenos. Él ciertamente no merecía la asfixia lenta en un jarrón de bronce, y Percy no podía soportar ver a Hazel con dolor. — "Vamos a rescatarlo", le prometió. "Tenemos que hacerlo. La profecía dice que él tiene la llave de la muerte sin fin. " — "Eso es correcto", dijo Piper alentando. "Hazel, tu hermano fue a buscar las puertas de la muerte en el Inframundo, ¿verdad? Él debe de haberlas encontrado”. — "Él puede decirnos dónde están las puertas", dijo Percy, "y cómo cerrarlas." Hazel tomó una respiración profunda. — "Sí. Bueno”. — "Uh..." Leo se movió en su silla. "Una de las cosas. Los gigantes están esperando que hagamos esto, ¿verdad? ¿Así que estamos entrando en una trampa? " Hazel miró a Leo como si hubiera hecho un gesto grosero. — "¡No tenemos otra opción!" — "No me malinterpreten, Hazel. Es que su hermano, Nico... él sabía de los dos campamentos, ¿no? " — "Bueno, sí", dijo Hazel. — "Ha estado yendo y viniendo", dijo Leo, "y no le dijo ni a uno ni a otro lado." Jason se inclinó hacia delante, con una expresión sombría. "Te estás preguntando si podemos confiar en este muchacho. Yo también”

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Hazel tiro a sus pies. — "No lo puedo creer. Él es mi hermano. Él me trajo de vuelta desde el inframundo, ¿Y no quieren ayudarlo? " Frank puso su mano sobre su hombro. "Nadie está diciendo eso." Él miró a Leo. "Es mejor que nadie diga eso". Leo parpadeó. — "Miren, muchachos. Lo que quiero decir es: " — "Hazel", dijo Jason. "Leo está mostrando a un punto justo. Recuerdo a Nico del Campamento Júpiter. Ahora me entero de que él también visitó el Campamento Mestizo. Eso sí me parece que sea... bueno, un poco de sombro. ¿Sabemos realmente cuáles son sus lealtades? Sólo tenemos que tener cuidado. " Las manos de Hazel temblaban. Una bandeja de plata voló hacia ella y chocó contra la pared a su izquierda, salpicando los huevos revueltos. — "Tú... El gran Jason Grace... el pretor que yo admiraba. Eras tan justo, tan buen líder. Y ahora tú... "Hazel le pisó el pié y salió del comedor. — "Hazel" la llamó Leo "Ah, cielos. Lo que debería…" — "Ya has hecho suficiente", gruñó Frank. Se levantó para seguirla, pero Piper hizo un gesto para que esperara. — "Dale tiempo", advirtió Piper. Luego frunció el ceño ante Leo y Jason. "Ustedes, están siendo bastante fríos." Jason miró sorprendido. — — — —

"¿Estoy siendo frío? ¡Sólo estoy siendo cauteloso! " "Su hermano se está muriendo", dijo Piper. "Voy a ir a hablar con ella", insistió Frank. "No", dijo Piper. "Deja que se enfríe primero. Confía en mí. Iré a ver cómo está en unos minutos. " — "Pero..." Frank resopló como un oso irritado. "Está bien. Voy a esperar”. Desde arriba llegó un zumbido como un taladro grande. — "Eso es Festus", dijo Leo. "Lo tengo en piloto automático, pero debemos estar llegando a Atlanta. Voy a tener que llegar hasta allí ... uh, suponiendo que sabemos dónde aterrizar. " Todos se volvieron a Percy. Jason levantó una ceja. — "Usted es el capitán de agua salada. ¿Alguna idea del experto? "

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¿Eso fue resentimiento en su voz? Percy se preguntó si Jason estaba secretamente enojado sobre el duelo en Kansas. Jason había bromeado al respecto, pero Percy pensó que ambos se albergaban un poco de resentimiento. No se podía poner dos semidioses en una pelea y no preguntar quién era más fuerte. — "No estoy seguro", admitió. "En algún lugar central, en lo alto para que podamos tener una buena vista de la ciudad. ¿Tal vez un parque con un bosque? No queremos introducir un buque de guerra en el centro de la ciudad. Dudo incluso que la niebla pueda cubrir algo tan enorme”. Leo asintió. — "A por ello". Él corrió hacia las escaleras. Frank se recostó en su silla, inquieto. Percy se sentía mal por él. En el viaje a Alaska, había visto como Frank y Hazel se iban acercando. Sabía como Frank sentía esa necesidad de protegerla. También notó la mirada enojada que Frank le estaba dando a Leo. Decidió que sería una buena idea para sacar a Frank fuera de la nave por un tiempo. — "Cuando lleguemos a tierra, voy a explorar un poco de Atlanta", dijo Percy. "Frank, me vendría bien tu ayuda." — "¿Te refieres a convertirse en un dragón de nuevo? Honestamente, Percy, no quiero pasarme la misión siendo el taxi volaros de todos". "No", dijo Percy. "Yo te quiero conmigo porque tienes la sangre de Poseidón. Tal vez puedas ayudarme a resolver dónde encontrar agua salada. Además, tú eres bueno en una pelea. " Eso pareció hacer sentir mejor a Frank. — "Por supuesto. Supongo”. — "Genial", dijo Percy. "Debemos tener una más. Annabeth-" — "¡Oh, no!" Hedge Coach ladró. "Señorita, usted está conectada a la nave." Annabeth miró como si estuviera hablando un idioma extranjero. — "¿Perdón?" — "¡Tú y Jackson no van a ninguna parte juntos!", Insistió Hedge. Él miró a Percy, desafiándolo con la boca cerrada. — "Voy a ir con Frank y el Sr. Rebelde. ¡El resto de la nave que cuídenla y asegúrese de que Annabeth no rompe ninguna otra regla! " Maravilloso, Percy pensó. Un día de chicos con Frank y un sátiro sediento de sangre, en busca de agua salada en una ciudad sin costa. — "Esto…", dijo, "va a ser muy divertido".

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CAPITULO XV PERCY PERCY SALIÓ A CUBIERTA Y DIJO: "WOW." Habían aterrizado cerca de la cima de una colina boscosa. Un complejo de edificios blancos, como un museo o una universidad, se escondía en un bosque de pinos a la izquierda. Debajo de ellos se extendía la ciudad de Atlanta, un grupo de la ciudad era de color marrón ya dos millas de distancia se encontraban los rascacielos plateados, pasando lo que parecía una interminable extensión plana de carreteras, vías férreas, casas, y franjas verdes de los bosques. — "Ah, lugar encantador." El entrenador Hedge inhaló el aire de la mañana. "Buena elección, Valdez". Leo se encogió de hombros. — "Acabo de aterrizar en esta gran colina. Esa es una biblioteca presidencial o algo por parecido. Al menos eso es lo que Festus dice. " — "¡Yo no sé nada de eso!" Hedge ladró. "Pero, ¿te das cuenta de lo que pasó en esta colina? ¡Frank Zhang, debe saberlo! " Frank se estremeció. — — — — — —

"¿Por qué habría de hacerlo?" "Un hijo de Ares estuvo aquí", Hedge exclamó indignado. "Soy romano... así que Marte, en realidad." "¡Lo que sea! ¡Es un lugar famoso en la guerra civil Americana! " "Soy canadiense, en realidad." "¡Lo que sea! General Sherman, líder de la Unión. Se puso de pie en la colina mirando a la ciudad de Atlanta que estaba creciendo. Causo destrucción todo el camino desde aquí hasta el mar. Ardor, saqueo, pillaje, ¡Eso era un verdadero semidiós! "

Frank avanzó lejos del sátiro. — "Uh, está bien." A Percy no le importaba mucho la historia, pero se preguntó si el aterrizaje aquí era un mal presagio. Había oído que las guerras civiles comenzaron como luchas entre los semidioses griegos y romanos. Ahora estaban de pie en el lugar de una de esas batallas. La ciudad entera debajo de ellos había sido arrasada por orden de un hijo de Ares. Percy podía imaginar algunos de los niños en el Campamento Mestizo dar esa orden. Clarisse La Rue, por ejemplo, no lo dudaría. Pero no podía imaginar Frank siendo tan duro. — "De todos modos", dijo Percy, "vamos a tratar de no quemar la ciudad esta vez."

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El entrenador parecía decepcionado. — "Está bien. Pero ¿a dónde vamos? " Percy señaló hacia el centro. — "En caso de duda, comenzamos en el centro." Tomar un taxi ahí era más fácil de lo que parecía. Los tres se dirigieron a la biblioteca presidencial-que resultó ser el Centro Carter y le preguntamos al personal si podían llamar a un taxi o darles instrucciones con precisión de donde se encontraba una parada de autobús. Percy podría haber convocado Blackjack, pero él se resistía a pedir la ayuda de Pegaso tan pronto después de su último desastre. Frank no quería transformarse en nada. Y, además, Percy estaba esperando a viajar como un ordinario mortal para un rato. Una de las bibliotecarias, cuyo nombre era Esther, insistió en conducir personalmente. Ella era tan agradable con ellos, que Percy pensó que debía de ser un monstruo disfrazado, pero Hedge la llevó aparte y se aseguró que Esther huela como un ser humano normal. — "Con un toque de popurrí", dijo. "Dijo. Pétalos de rosa. ¡Sabroso! " Se amontonaron en gran Cadillac negro de Esther y se dirigieron hacia el centro. Esther era tan pequeña que apenas podía ver sobre el volante, pero eso no parecía molestarle. Ella manejaba su coche a través del tráfico, mientras que les contaba historias sobre las familias más locas de Atlanta, los dueños de las plantaciones viejas, los fundadores de Coca-Cola, las estrellas de los deportes, y la gente de noticias CNN. Sonaba tan bien informado que Percy decidió probar suerte. — "Uh, entonces, Esther," dijo, "aquí es una pregunta difícil para usted. Agua salada en Atlanta. ¿Qué es lo primero que viene a la mente? " La anciana se rió entre dientes. — "Oh, cariño. Eso es fácil. ¡Los tiburones ballena! " Frank y Percy intercambiaron miradas. — "¿Los tiburones ballena?", Preguntó Frank nerviosamente. "¿Tienen de esos en Atlanta?" — "En el acuario, dulce," dijo Esther. "¡Muy famoso! Justo en el centro. ¿Es ahí donde querían ir? " Un acuario. Percy lo consideró. No sabía lo que un dios griego antiguo mar haría en un acuario en Georgia, pero no tenía ninguna idea mejor. — "Sí", dijo Percy. "Ahí es donde vamos." Esther les dejó en la entrada principal, donde una línea ya estaba formando. Ella insistió en darles una tarjeta con su número de teléfono en caso de emergencia, el dinero para un taxi de regreso al Centro Carter, y un frasco de conservas con melocotón, que por alguna razón que

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guardaba en una caja en su maletero. Frank se metió el frasco en su mochila y dio las gracias a Esther, que ya había cambiado ya de llamarlo dulce a hijo. Mientras ella se alejaba, Frank dijo: — "¿Todas las personas en Atlanta son bonito?" Hedge gruñó. "Espero que no. No puedo luchar contra ellos si son amables. Vamos a golpear a algunos tiburones ballena. ¡Suenan peligrosos! " No se le había ocurrido a Percy que podrían tener que pagar la entrada, o hacer cola detrás de un montón de familias y niños de campamentos de verano. En cuanto a los estudiantes de escuela elemental en sus coloridas camisetas de varios campamentos de día, Percy sintió una punzada de tristeza. Debería estar en el Campamento Mestizo ahora mismo, acomodándose en su cabaña para el verano, dando lecciones de lucha con espada en la arena, planificando bromas a los otros consejeros. Estos niños tenían ni idea de lo loco que un campamento de verano podría ser. Él suspiró. — "Bueno, supongo que esperar en línea. ¿Alguien tiene dinero? " Frank revisó sus bolsillos. — "Tres monedas de plata desde el Campamento Júpiter. Cinco dólares canadienses. " Hedge palpó los pantalones cortos de gimnasia y sacó lo que encontró. — "Tres cuartas partes de dos, diez, una banda de goma y… ¡Bingo! Un trozo de apio. " Empezó a comerse el apio, mirando el cambio y la banda de goma como los siguientes. — "Genial", dijo Percy. Sus bolsillos estaban vacíos excepto por su pluma / espada, Riptide. Estaba pensando si no podían colarse en alguna manera, cuando una mujer en una camisa azul y verde del Acuario de Georgia se acercó a ellos, sonriendo alegremente. — "¡Ah, los visitantes VIP!" Había hoyuelos alegre mejillas, gafas de montura gruesas, tirantes, y el pelo muy rizado negro se detenía en los contados en coletas, de modo que a pesar de que ella estaba probablemente en sus treinta años, parecía una colegiala nerd del tipo linda, pero de una manera extraña. Junto con su camisa polo del Acuario de Georgia, llevaba pantalones oscuros y zapatillas de deporte negras, y rebotaba en la punta de los pies, como ella simplemente no podía contener su energía. En su placa de identificación se podía leer: KAT E. — "Usted tiene su pago, ya veo," dijo ella. "¡Excelente!" — "¿Qué?", Preguntó Percy. Kate se llevó los tres denarios de la mano de Frank.

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— "Sí, eso está bien. ¡Por aquí! " Ella se giró y se alejó trotando hacia la entrada principal. Percy miró entrenador Hedge y Frank. — ¿"Una trampa?" — "Probablemente", dijo Frank. — "Ella no es mortal", dijo Hedge, olfateando el aire. "Probablemente una especie de devora-cabras y destruye-semidioses demonio del Tártaro”. — "No hay duda", coincidió Percy. — "Impresionante." Hedge sonrió. "Vamos a ir." Kate les superó a la cola de entrada y en el acuario sin ningún problema. — "Por aquí". Kate sonrió a Percy. "Es una maravillosa exposición. Usted no estará decepcionado. Es tan raro que tengamos visitantes VIP”. — "Uh, quieres decir semidioses", preguntó Frank. Kate le guiñó un ojo con picardía y se llevó un dedo a la boca. — "Así que aquí es la experiencia de Agua Fría, con pingüinos y ballenas beluga y otras cosas. Y allí... bueno, esos son algunos peces, obviamente. " Para un trabajador de acuario, ella no parecía saber mucho ni le importaba mucho acerca de los peces más pequeños. Pasaron junto a un enorme tanque lleno de especies tropicales, y cuando Frank señaló a un pez en particular y le preguntó qué era, Kate dijo: — "Oh, esos son los amarillos”. Pasaron por delante de la tienda de regalos. Frank se desaceleró hacia abajo para ver una tabla de holguras con la ropa y los juguetes. — "Toma lo que quieras", Kate le dijo. Frank parpadeó. — "¿En serio?" — "¡Por supuesto! Usted es un VIP! " Frank vaciló. Luego metió unas camisetas en su mochila. — "Amigo", dijo Percy, "¿qué estás haciendo?" — "Ella me dijo que podía", murmuró Frank. "Además, no tengo más ropa. ¡Yo no empacar para un viaje largo! " Añadió una bola de nieve a su escondite, que no parecía ropa para Percy. Entonces Frank cogió un trenzado cilindro del tamaño de una barra de chocolate. Él entrecerró los ojos en él.

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— "¿Qué es esto?" — "Una trapa china para dedos", dijo Percy. Frank, que era chino-canadiense, parecía ofendido. — — — —

"¿Cómo que es chino?" "No lo sé", dijo Percy. "Así se llaman. Es como regalar una mordaza”. "¡Vamos, muchachos!" Kate llamó desde el otro lado del pasillo. "Te lo voy a demostrar después", prometió Percy.

Frank metió las esposas en su mochila, y siguió caminando. Pasaron a través de un túnel de vidrio. Peces nadaban sobre sus cabezas, y Percy sintió pánico irracional hacía el edificio en su garganta. Esto es tonto, se dijo. He estado bajo el agua un millón de veces. Y ni siquiera estoy en el agua. La verdadera amenaza es Kate, se recordó. Hedge había detectado ya ella no era humana. En cualquier momento podría convertirse en una criatura horrible y los atacaría. Desafortunadamente, Percy no vio más remedio que jugar al tonto tour VIP hasta que pudieran encontrar a Forcis el dios del mar, incluso si se estuvieran encaminando mas hacía la trampa. Salieron a una habitación donde todo era azul. Al otro lado de una pared de cristal estaba el acuario más grande que Percy había visto nunca. Navegando en círculos había docenas de grandes peces, entre ellos dos tiburones manchados, cada uno tenían el doble del tamaño de Percy. Ellos eran gordos y lentos, con la boca abierta y sin dientes. — "Los tiburones ballena", gruñó Hedge entrenador. "¡Ahora vamos a luchar hasta la muerte!" Kate soltó una risita. — "Sátiro tonto. Los tiburones ballena son pacíficos. Sólo comen plancton”. Percy frunció el ceño. Se preguntó cómo Kate sabía que el entrenador era un sátiro. Hedge llevaba pantalones y tenía los zapatos con relleno, que los sátiros usaban para mezclarse con los mortales. La gorra de béisbol cubría sus cuernos. Kate se rió y actuó simpática, y a Percy no le gustaba, pero el entrenador Hedge no parecía perturbado. — "¿Los tiburones son pacíficos?", Dijo el entrenador con asco. "¿Qué sentido tiene eso?" Frank leyó la placa al lado del tanque. — "Los únicos tiburones ballena en cautiverio en todo el mundo", reflexionó. "Eso es algo que increíble. " — "Sí, y estos son pequeños", dijo Kate. "Deberías ver algunos de mis otros bebés en el medio silvestre". — "¿Tus bebes?", preguntó Frank.

Traducido por Jeremías Scholz. Twitter @Jerescholz

A juzgar por el brillo malvado en los ojos de Kate, Percy estaba bastante seguro de que no querías conocer a los bebés de Kate. Él decidió que era hora de ir al grano. No quería ir más lejos en este acuario de lo que ya estaba. — "Por lo tanto, Kate", dijo, "estamos buscando a un chico... me refiero a un dios, llamado Forcis. ¿Por casualidad lo conoces? " Kate soltó un bufido. "¿Si lo conozco? Él es mi hermano. Es ahí a donde vamos, tonto. Las exposiciones reales son yendo derecho desde aquí”. Hizo un gesto hacia la pared del fondo. La superficie era ondulada de color negro sólido, y llevaba a otro túnel, que los llevaba a un tanque luminoso morado. Kate paseó por dentro. La última cosa que Percy quería hacer era seguir, pero si Forcis estaba realmente en el otro lado, y si tenía información que podría ayudar a su búsqueda... Percy tomó aire y siguió a sus amigos en el túnel. Tan pronto como entraron, el entrenador Hedge silbó. — "Eso sí que es interesante." Volando si motor por encima de ellos había medusas multicolores del tamaño de los botes de basura, cada una con cientos de tentáculos que parecían como alambre de púas sedoso. Una medusa tenía paralizado a un pez espada de tres metros que estaba enredado en un tentáculo. La medusa lentamente envolvía sus tentáculos más y más fuerte alrededor de su presa. Kate sonrió Hedge entrenador. — "¿Ves? ¡Olvídese de los tiburones ballena! Y hay mucho más. " Kate les condujo a una cámara aún más grande, más llena de acuarios. En una pared, un letrero rojo que brillaba intensamente y proclamó: ¡MUERTES EN AGUAS PROFUNDAS! Patrocinado por Monster Donut. Percy tuvo que leer el cartel dos veces debido a su dislexia, y luego dos veces más para que el mensaje se grabara — "¿Monster Donut?” — "Oh, sí", dijo Kate. "Uno de nuestros patrocinadores corporativos". Percy tragó saliva. Su última experiencia con Monster Donut no había sido agradable. Había participado una serpiente con muchas cabezas que escupen ácido, muchos gritos, y un cañón. En un acuario, una docena de hipocampos nadaban con las colas de pescado sin rumbo. Percy había visto a muchos hipocampos en la naturaleza. Incluso había cabalgado unos pocos, pero nunca había visto a ninguno en un acuario. Trató de hablar con ellos, pero simplemente flotaban alrededor, de vez en cuando chocaban contra el cristal. Su mente parecía podrida. — "Esto no está bien", murmuró Percy.

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Se dio la vuelta y vio algo aún peor. En la parte inferior de un tanque más pequeño, dos Nereidas-espíritus del mar mujeres-reposaban con las piernas cruzadas, frente a frente, jugando una partida de Go Fish. Se veía increíblemente aburrido. Su largo cabello verde flotaba lánguidamente alrededor de sus rostros. Sus ojos estaban medio cerrados. Percy s sintió tan enojado, que apenas podía respirar. Miró a Kate. — "¿Cómo puedes retenerlas aquí?" — "Lo sé." Suspiró Kate. "Ellas no son muy interesantes. Tratamos de enseñarles algunos trucos, pero sin suerte, estoy con miedo. Creo que te gustará este tanque, por aquí, es mucho mejor. " Percy empezó a protestar, pero Kate ya se había movido. — "Santa madre de las cabras", exclamó el entrenador Hedge. "¡Mira estas bellezas!" Se sorprendió frente a dos serpientes marinas, monstros de diez metros de largo con brillantes escamas azules y las mandíbulas que podrían morder a un tiburón ballena y dejarlo a la mitad. En otro depósito, se asomaba desde su cueva de cemento, un calamar del tamaño de un camión, con un pico como gigantesco cúter. n tercer tanque guardaba una docena de criaturas humanoides con unos lacios cuerpos de foca, caras perrunas y manos humanas. Estaban sentados en el fondo del tanque, construyendo cosas con Lego, aunque las criaturas parecían estar tan entretenidas como las nereidas. — "Son los que-?" Percy luchaba para formar la pregunta. — "¿Telkhines?", Dijo Kate. "¡Sí! Los únicos en cautiverio”. — "Pero ellos lucharon por Cronos en la última guerra", dijo Percy. "¡Son peligrosos!" Kate puso los ojos en blanco. — "Bueno, no podríamos llamarlo "Muerte en aguas profundas "si no tuviéramos especímenes peligrosos. No te preocupes. Los mantenemos bien sedados”. — "¿Sedados?", preguntó Frank. "¿Eso es legal?" Kate parecía no haberlo oído. Ella siguió caminando, señalando otras exposiciones. Percy miró a los Telkhines. Uno de ellos era obviamente un joven. Estaba tratando de hacer una espada con piezas de Lego, pero parecía demasiado aturdido para poner las piezas en orden. A Percy nunca le habían gustado los demonios del mar, pero ahora sentía pena por ellos. — "Y estos monstruos marinos", Kate narraba por delante "puede crecer hasta 500 pies de largo en el océano profundo. Ellos tienen más de mil dientes. ¿Y estos? Su comida favorita son los semidioses…" — "¿Semidioses?" Gritó Frank.

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— "Pero ellos se comen ballenas o botes pequeños, también." Kate se volvió a Percy y se sonrojó. "Lo siento... ¡Soy un monstruo nerd! Estoy seguro de que sabes todo esto, siendo el hijo de Poseidón, y todo eso. " Las orejas de Percy sonaban como campanas de alarma. No le gustaba mucho cómo Kate sabía de él. No le gustaba la forma en casualmente desechó la información acerca de drogar a las criaturas cautivas o cuál de sus hijos le gustaba devorar semidioses. — "¿Quién eres tú?", Exigió. "¿Kate tiene que representar algo?" — "¿Kate?" Ella le miró momentáneamente confundido. Luego miró a la etiqueta con su nombre. "Oh..." Ella se echó a reír. "No, es-" — "Hola" dijo una voz nueva, en resonando por todo el acuario. Un hombre pequeño se escabulló en la oscuridad. Caminó de lado con las piernas arqueadas como un cangrejo, con la espalda encorvada, los brazos levantados a ambos lados como si estuviera sosteniendo placas invisibles. Vestía un traje de buzo con unos chillones tonos de verde. Unas brillantes letras plateadas estaban imprimidas a un lado y decían: LOS DISPARATES DE PORKY. Tenía un micrófono entre sus pelos rizados y blancos. Sus ojos eran de un azul lechoso, uno más alto que el otro y a pesar de que sonreía, no parecía amistoso, era como si le estuvieran dando justo en la cara con un cañón de aire. — "¡Los visitantes!", Dijo el hombre, la palabra tronando a través del micrófono. Tenía una voz de DJ, profunda y resonante, que no coincidía en absoluto a su aspecto. "Bienvenidos a Los disparates de Porky!" Barrió sus brazos en una dirección, como si dirigir su atención a una explosión. No pasó nada. — "Maldita sea", se quejó el hombre. "¡Telkhines, que es su señal! Muevo mis manos, y ustedes saltan con energía en su tanque, hacer un giro sincronizado doble, y bajo el agua hacen en la formación de pirámide. ¡Practicamos esto! " Los demonios del mar no le prestaron atención. El entrenador se inclinó hacia el hombre cangrejo y olió su traje brillante mojado. — "Bonito traje". No sonaba como si estuviera bromeando. Por supuesto, el sátiro vestía uniformes de gimnasia por diversión. — "¡Gracias!" El hombre sonrió. "Soy Forcis". Frank cambió el peso de un pie a otro. — "¿Por qué tu traje dice Porky?" Forcis gruñó. — "¡Empresas de uniformes estúpidos! Ellos no pueden hacer nada bien”.

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Kate tocó la etiqueta con su nombre. — "Les dije que mi nombre era Keto. Ellos lo escribieron mal, como Kate. Mi hermano... bueno, ahora es Porky”. — "No lo soy", espetó el hombre. "No soy ni un poco Porky. El nombre no funciona con Disparates, tampoco. ¿Qué tipo demostración de que se llama Los disparates de Porky? Pero ustedes, la gente no quiere oír nuestras quejas.¡ He aquí la grandeza admirable de la calamar gigante asesino! " Hizo un gesto espectacular hacia el tanque de calamar. Esta vez, los fuegos artificiales se disparado en frente en el momento justo, levantando géiseres de destellos dorados. Música creció de los altavoces. Las luces iluminaron y reveló la majestad admirable de un tanque vacío. El calamar se escondía al parecer de nuevo en su cueva. — "Maldita sea", gritó Forcis nuevo. Hizo girar a su hermana. "Keto, la formación del calamar era tu trabajo. Malabares, te dije. Tal vez un poco de carne desgarrada para el final. ¿Es eso mucho pedir? " — "Es tímido", dijo Keto defensiva. "Además, cada uno de los tentáculos tiene sesenta y dos púas con veneno que tienen que estar afiladas a diario". Ella se volvió hacia Frank. "¿Sabías que el pulpo monstruoso es la única bestia sabe que comen semidioses enteros, armaduras y todo, sin conseguir indigestión? ¡Es cierto! " Frank tropezó alejándose de ella, abrazando a su tripa como si asegurarse de que estaba todavía en una pieza. — "Keto" Porky espetó, literalmente, ya que él chasqueó los dedos pulgares como pinzas de cangrejo. "Usted llena a nuestros visitantes con tanta información. ¡Menos educación, más diversión! Hemos hablado de esto”. — "Pero-" — "¡Nada de peros! ¡Estamos aquí para presentar 'Muerte en aguas profundas!' ¡Patrocinados por Monster Donut! " Las últimas palabras resonaron a través de la habitación con eco extra. Luces parpadearon. Nubes de humo se elevaron desde el piso, en forma de una rosquilla que olía a una de verdad. — "Disponible en la mesa de entrada", aconsejó Forcis. "¡Pero ustedes han pagado un costo en denarios para obtener la gira VIP, y se la daremos! ¡Vengan conmigo! " — "Um, espera", dijo Percy. Forcis sonrisa se derritió en una manera fea. — "¿Sí?" — "Tú eres un dios del mar, ¿no es así?", Preguntó Percy. "¿Hijo de Gea?" El hombre suspiró cangrejo.

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—Cinco mil años y sigo siendo conocido como el hijo pequeño de Gea. No importa que sea uno de los más ancestrales dioses del mar de la historia. ¡Más viejo que tú presuntuoso padre, por cierto! ¡Soy el dios de las profundidades ocultas! ¡Padre de cientos de monstruos! Pero, no, nadie sabe nada de mí. Cometí un pequeño error, poniéndome de lado de los titanes en su guerra, y soy exiliado del océano, a Atlanta, de todos los lugares. — "Pensamos que los olímpicos, habían dicho Atlantis", explicó Keto. "La idea era una broma, supongo, y nos enviaron aquí en su lugar." Percy frunció el ceño. — "Y tú eres una diosa?" "¡Keto, sí!" Sonrió felizmente. "¡Diosa de monstruos marinos, naturalmente! Ballenas, tiburones, calamares, y otras vidas gigantes del mar, pero mi corazón siempre perteneció a los monstruos. ¿Sabías que las serpientes marinas jóvenes pueden regurgitar la carne de sus víctimas y se mantienen alimentados durante un máximo de seis años en la misma comida? ¡Es cierto! " Frank seguía agarrándose el estómago como si estuviera a punto de vomitar. El entrenador Hedge silbó. — "¿Seis años? Eso es fascinante”. — "¡Lo sé!" Keto estaba radiante. — "¿Y cómo hace exactamente un calamar asesino desgarrar la carne de sus víctimas", se preguntó Hedge. "Me encanta la naturaleza". — "Oh, bien…" — "¡Alto!" Exigió Forcis. "¡Estás arruinando el espectáculo! Ahora, sean testigos de las nereidas gladiadoras que lucharan hasta la muerte" Un una bola de espejos cayó en la exhibición de las Nereida, haciendo danzar el agua con luces multicolor. Dos espadas cayeron al fondo y golpearon en la arena. Las Nereidas no les hicieron caso y siguieron jugando Go Fish. — "¡Maldita sea!" Pisoteó Forcis sus piernas hacia los lados. Keto hizo una mueca al entrenador Hedge. — "No importa Porky. Él es un charlatán. Ven conmigo, mi buen sátiro. Te voy a mostrar un diagrama a todo color de los hábitos de caza de los monstruos”. — "¡Excelente!" Antes de Percy podría objetar, Keto se había llevado entrenador Hedge a distancia a través de un laberinto de cristal del acuario, dejando a Frank y a él solo con un dios del mar de mal humor. Una gota de sudor trazaba su camino hasta el cuello de Percy. Intercambiaron una mirada nerviosa con Frank. Sintió como si estuvieran usando la estrategia: Divide y Vencerás. No veía la forma de que eso terminara bien. Una parte de él quería atacara Forcis ahora, por lo menos

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darle la sorpresa, pero no habían encontrado ninguna información útil todavía. Percy no estaba seguro de poder encontrar el entrenador Hedge nuevo. Ni siquiera estaba seguro de poder encontrar la salida. Forcis debió leer su expresión. — "Oh, ¡está bien!" El dios le aseguró. "Keto puede ser un poco aburrida, pero ella va a cuidar bien de su amigo. ¡Y honestamente, la mejor parte de la gira que está por venir! " Percy intentó pensar, pero le estaba empezando a doler la cabeza. No estaba seguro de si era de lesión en la cabeza ayer, los efectos especiales Porky, o la conferencia de su hermana en el hábitat de sus nauseabundos monstros marinos. — "Así que..." se las arregló. "Dionisio nos envió aquí. " — "Baco", corrigió Frank. — "Así es." Percy trató de mantener su enojo bajo control. Apenas podía recordar un nombre para cada dios. Dos nombres eran demasiado. "El dios del vino. Lo que sea. "Miró a Forcis. "Baco dijo que podrías saber lo que tu madre Gea está planeando, y estos hermanos gemelos gigantes, Efialtes y Otis. Y si por casualidad usted conoce algo de la Marca de Atenea-" — "¿Baco pensaba que iba a ayudarte?", Preguntó Forcis. — "Bueno, sí", dijo Percy. "Quiero decir, eres Forcis. Todo el mundo habla de ti. " Forcis inclinó la cabeza para que sus ojos no coincidan casi en fila. — — — —

"¿Ellos lo hacen?" "Por supuesto. ¿No es así, Frank? " "Oh... claro!", Dijo Frank. "La gente habla de ti todo el tiempo." "¿Qué es lo que dicen’", se preguntó el dios.

Frank parecía incómodo. "Bueno, que tienes una gran pirotecnia. Y la voz de un locutor. Y, um, una bola de discoteca." — "¡Es cierto!" Los dedos de Fortis resonaban. "¡También tengo la colección más grande de mar en cautividad monstruos en el mundo!" — "Y que sabes cosas", agregó Percy. "Como lo de los gemelos y lo que se traen entre manos." — "¡Los gemelos!" Su voz hizo eco. Fuegos artificiales salieron frente al tanque de serpiente de mar. "Sí, lo sé todo acerca de Efialtes y Otis. ¡Los aspirantes! Nunca encajaron con los otros gigantes. Demasiados débiles, y las de las serpientes pies”. — "¿Serpientes en los pies?", Recordó Percy los zapatos largos y rizados que los gemelos habían estado usando en su sueño. — "Sí, sí", dijo Forcis impaciencia. "Ellos sabían que no podían sobrevivir con su fuerza, por lo que decidieron ir a por el drama y las ilusiones, trucos de escenario, ese tipo de cosas. Miren, Gea forma de sus hijos gigantes para teniendo enemigos en mente. Cada gigante nació para matar a un dios determinado. Efialtes y Otis... bueno, así que eran una especie de anti-Dionisio ".

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Percy trató de envolver su mente alrededor de esa idea. "Así que... ¿quieren reemplazar todo el vino con jugo de arándano o algo así? " El dios del mar soltó un bufido. — "¡Nada de eso! Efialtes y Otis siempre quise hacer las cosas mejor, más llamativas, ¡más espectaculares! Oh, por supuesto que quería matar a Dioniso. ¡Pero primero hacer que sus fiestas parecieran patéticas! " Frank miró las luces de bengala. — "¿Mediante el uso de cosas como fuegos artificiales y bolas de discoteca?" La boca de Forcis se parecía como si estuviera siendo soplada con un tubo de viento. — "¡Exactamente! Le enseñé todo lo que sabía a los gemelos, o al menos lo intenté. Nunca escucharon. ¿Su primer gran truco? Trataron de llegar Olimpo apilando montañas en la parte superior de uno al otro. Era sólo una ilusión, por supuesto. Les dije que era ridículo. 'Usted debe empezar poco a poco, le dije. "Cortando unos a otros en medio, sacando Gorgonas de un sombrero. Ese tipo de cosas. Y a juego trajes de lentejuelas. ¡Los Mellizos necesitan esos! '" — "Un buen consejo", coincidió Percy. "Y ahora los gemelos hacen…" — "Oh, se preparan para su show del fin del mundo en Roma" se mofó Forcis. "Es una de las ideas tontas de Madre. Están manteniendo un prisionero en una vasija gigante de bronce." Él se volvió hacia Frank. "Eres un hijo de Ares, ¿no es así? Ese olor…. Los gemelos encarcelaron a tu padre de la misma manera, una vez. " — "Hijo de Marte", corrigió Frank. "Espera... ¿estos gigantes atraparon a mi papá en una jarra de bronce?" — "Sí, otro truco estúpido", dijo el dios del mar. "¿Cómo puedes mostrar tu prisionero si él está en una jarra de bronce? No hay valor de entretenimiento. ¡No como mis muestras preciosas! " Hizo un gesto hacia el hipocampo, que fueron chocaba sus cabeza apáticamente contra el cristal. Percy intentó pensar. Se sentía como el letargo de las criaturas del mar podridos estaba empezando a afectarle. — "¿Usted dijo que esta- este espectáculo del fin del mundo fue idea de Gea?" — "Bueno... los planes de la madre siempre tiene un montón de capas." Él se echó a reír. "¡La Tierra tiene capas! ¡Supongo que tiene sentido! " — "Uh-haha", dijo Percy. "Y por lo que su plan...” — "Oh, ella puso una recompensa general sobre algún grupo de semidioses", dijo Forcis. "Ella realmente no le importa que los maten, siempre los matan. Bueno... ha dicho. Ella fue muy específico que dos deben ser respetados. Uno de los niños y una chica. El Tártaro sólo sabe por qué. En cualquier caso, los gemelos tenían su pequeño espectáculo previsto, esperando atraer a estos semidioses a Roma. Supongo que el

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preso en la jarra es un amigo de ellos o algo así. Eso, o tal vez piensan que este grupo de semidioses será tan tonto como para entrar en su territorio en busca de la Marca de Atenea. "Forcis le dio a Frank un codazo en las costillas. "¡Ja! Buena suerte con eso, ¿eh? " Frank rió nerviosamente. — "Si. Ja, Ja. Eso sería muy tonto, porque, uh... " Forcis entrecerró los ojos. Percy metió la mano en el bolsillo. Cerró los dedos alrededor de Riptide. Incluso este antiguo dios del mar debería ser lo suficientemente inteligente para darse cuenta de que ellos eran los semidioses y que la recompensa estaba puesta en sus cabezas. Pero Forcis se limitó a sonreír y dio un codazo a Frank otra vez. — "¡Ja! Muy buena, hijo de Marte. Supongo que tienes razón. No tiene sentido hablando de ello. Incluso si los semidioses encuentren ese mapa en Charleston, ¡nunca lograrían llegar a Roma con vida! " — "Sí, el MAPA EN CHARLESTON", dijo Frank en voz alta, dando a Percy una mirada con los ojos abiertos para asegurarse de que no se había perdido la información. No podía haber sido más evidente si se hubiera celebrado un letrero grande que decía ¡¡PISTA!! — "Pero las cosas educativas son bastante aburridas", dijo Forcis. "Ustedes ha pagado por el tour VIP. ¿No le gustaría, por favor, al menos terminar la gira? La cuota de tres denarios no es reembolsable, ya sabes. " Percy no estaba entusiasmado con más fuegos artificiales, humo perfumado de rosquilla o deprimentes animales marinos en cautiverio. Sin embargo, Frank miró y decidió que sería mejor seguir al dios del mar malhumorado, al menos hasta que se encuentren con el entrenador Hedge y tengan una salida. Además, podrían ser capaces de obtener más información de Forcis. — "Después de esto", dijo Percy, "¿podemos hacer preguntas?" — "¡Por supuesto! Te diré todo lo que necesitas saber. "Forcis aplaudió dos veces. En la pared debajo de un resplandeciente signo rojo, apareció un nuevo túnel, que conducía a otro tanque. — "¡Caminen en ese sentido!" Forcis se hundió caminando de lado. Frank se rascó la cabeza. — "¿Tenemos que-?" Se volvió hacia los lados. — "Es sólo una forma de hablar, hombre", dijo Percy. "Vamos".

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CAPITULO XVI PERCY EL TÚNES SE DIRIGÍA HASTA EL SUELO DE UN gimnasio del tamaño del tanque. A excepción de agua y algunas decoraciones baratas, parecía majestuosamente vacía. Percy había adivinado que había cerca de cincuenta mil galones de agua sobre sus cabezas. Si el túnel se rompía por alguna razón... No es gran cosa, Percy pensó. He estado rodeado de miles de veces más agua. Esta es mi cancha. Pero su corazón latía con fuerza. Recordó hundiéndose en el en el frío y negro pantano de Alaska, el barro que cubría sus ojos, boca y la nariz. Forcis se detuvo en medio del túnel y extendió los brazos con orgullo. — "La exhibición hermosa, ¿no es así?" Percy trató de distraerse concentrándose en detalles. En una esquina del tanque, se acurrucaba en un falso bosque de algas, era una costado había una casa de jengibre de plástico donde desde la chimenea salían burbujas. En la esquina opuesta, una escultura plástica de un hombre en un traje de buzo antiguo se arrodillaba al lado de un cofre del tesoro, que se abría cada pocos segundos, arrojaba burbujas, y cerraba de nuevo. Sembrado por el suelo de arena blanca había canicas de vidrio del tamaño de bolas de boliche, y una extraña variedad de armas como tridentes y arpones. La pared exterior de visualización del tanque era un anfiteatro con capacidad para varios centenares. — "¿Qué quieres mostrar aquí?", preguntó Frank. "¿Un pez dorado gigante asesino?" Forcis enarcó las cejas. — "Oh, ¡eso sería bueno! Pero, no, Frank Zhang, descendiente de Poseidón. Este tanque no está hecho para peces de colores”. En descendiente de Poseidón, Frank se estremeció. Dio un paso atrás, agarrando su mochila como una maza que estaba dispuesto a revolear. Una sensación de miedo corría por la garganta de Percy como el jarabe para la tos. Por desgracia era una sensación a la que se estaba acostumbrando. — "¿Cómo sabe el apellido de Frank?", Exigió. "¿Cómo sabes que ha descendido de Poseidón?" — "Bueno..." Forcis se encogió de hombros, tratando de parecer modesto. "Fue probablemente una de las descripciones proporcionadas Gea. Ya sabes, por la generosidad, Percy Jackson. "

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Percy destapó su pluma. Al instante, Riptide apareció en su mano. — "No me traiciones, Forcis. Prometiste responder a todas mis preguntas”. — "Después del tratamiento VIP", coincidió Forcis. "Le prometí que le dirá todo lo que necesitas saber. La cosa es, sin embargo, que usted no necesitas saber nada. "Su sonrisa estirada era grotesca. "Mira, incluso aunque llegues a roma, que es muy poco probable, nunca podrían derrotar a mis hermanos los gigantes si ayuda de un dios. ¿Y qué a Dios le gustaría ayudar? Así que tengo un plan mejor. No te irás. Tú eres VIP: ¡Very Important Prisioners! " Percy se abalanzó. Frank arrojó su mochila a la cabeza del dios del mar. Y Forcis simplemente desapareció. La voz de Dios resonó a través del sistema de sonido del acuario, haciendo eco por el túnel. — "Sí, bueno, ¡La lucha es buena! Verás, mi madre nunca me ha confiado tareas grandes, pero ella estaba de acuerdo que puedo mantener lo que atrapo. Ustedes dos serán una exhibición: los únicos descendientes de Poseidón en cautiverio en todo el mundo. 'Demigod Terrors', sí, ¡me gusta eso! Ya tenemos patrocinio con Bargain Mart. Pueden luchar entre sí todos los días a las once de la mañana y a la una del mediodía, con un espectáculo de cierre a las siete P.M”. — "Estás loco", gritó Frank. "¡No te pongas loco!", Dijo Forcis. "¡Vas a ser nuestra mayor atracción!" Frank corrió hacia la salida, sólo para chocar contra una pared de cristal. Percy corrió hacia otro lado y se encontró bloqueado. Su túnel se había convertido en una burbuja. Él puso su mano contra el cristal y se dio cuenta de que estaba ablandando, derritiendo como el hielo. Pronto el agua se vendría abajo. — "No vamos a cooperar, Forcis!", Gritó. — "Oh, soy optimista", tronó la voz del dios del mar. "Si no van a luchar entre sí al principio, ¡no hay problema! Puedo enviar monstruos de mar frescos todos los días. Después de acostumbrarse a la comida de aquí, podrán estar debidamente sedados y seguirán direcciones. Créanme, llegarán a amar a su nuevo hogar. " Sobre la cabeza de Percy, la cúpula de cristal se agrietó y comenzó a gotear. — "¡Yo soy el hijo de Poseidón!" Percy trató de mantener el miedo en su voz. "N o me puedes encarcelar en agua. Es donde me siento más fuerte. " Forcis risa parecía venir de todos a su alrededor. — "¡Qué casualidad! También es donde yo soy más fuerte. Este tanque está especialmente diseñado para contener semidioses. Ahora bien, que se divierten, los dos. ¡Nos vemos en la hora de comer! " La cúpula de cristal se hizo añicos, y el agua se estrelló contra ellos.

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Percy contuvo la respiración hasta que no pudo soportarlo. Cuando por fin se llenó los pulmones de agua, se sentía respirando normalmente. La presión del agua no le molestaba. Sus ropas ni siquiera se mojaban. Sus habilidades bajo el agua eran tan buenas como siempre. Es sólo una fobia estúpida, se aseguró. No me voy a ahogar. Entonces recordó a Frank, y de inmediato sintió una oleada de pánico y culpa. Percy había estado tan preocupado por mismo que se había olvidado de su amigo que era sólo un lejano descendiente de Poseidón. Frank no podía respirar bajo el agua. Pero, ¿dónde estaba? Percy dio una vuelta completa. Nada. Luego levantó la vista. Sobre él pasaba un pez gigantesco. Frank se había convertido con ropa, mochila, y todo en un koi del tamaño de un muchacho adolescente. Amigo. Percy envió sus pensamientos a través del agua, la forma de hablar con otras criaturas marinas. ¿Un pez de colores? Voz de Frank volvió a él: Me asusté. Estábamos hablando de peces de colores, por lo que estaba en mi mente. Solo pasó. Estoy teniendo una conversación telepática con un koi gigante, Percy dijo. Grande. ¿Te puede s convertir en algo más...útil? Silencio. Tal vez Frank estaba concentrado, aunque era imposible de decir, ya que los Koi no tienen muchas expresiones. Lo siento. Frank parecía avergonzado. Estoy atascado. Eso pasa a veces cuando me asusto. Bien. Percy apretó los dientes. Vamos a encontrar la manera de escapar. Frank nadó alrededor del tanque y informó que no había salidas. La parte superior estaba cubierta de malla de bronce celestial, como las cortinas que ruedan hacia abajo sobre las tiendas cerradas en el centro comercial. Percy intentó cortarlas con Riptide, pero no pudo hacerle ni una abolladura. Trató de romper la pared de vidrio con empuñadura de su espada de nuevo, sin suerte. Luego repitió sus esfuerzos con varias de las armas situadas en la parte inferior del tanque y logró romper tres tridentes, un espada y fusil. Finalmente trató de controlar el agua. Quería que se expanda y rompa el tanque, o que explote la parte superior. El agua no obedecía. Tal vez estaba encantada, o bajo el poder de Forcis. Percy se concentró hasta que sus oídos se taparon, pero lo mejor que podía hacer era volar la tapa del cofre del tesoro de plástico. Bueno, eso es todo, pensó con desánimo. Voy a tener que vivir en una casa de pan de jengibre de plástico el resto de mi vida, luchar contra mi amigo el pez dorado gigante y esperando la hora de comer.

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Forcis había prometido que iba a aprender a amarla. Percy pensó en los Telkhines aturdidos, las Nereidas y los hipocampos, todos nadando en círculos aburridos, perezosos. La idea de acabar como ellos no ayudó a bajar el nivel de ansiedad Se preguntó si Forcis tenía razón. Incluso si se las arreglaron para escapar, ¿cómo iban a derrotar a los gigantes si los dioses no los ayudaban? Baco podría ser capaz de ayudar. Él había matado a los dos gigantes una vez antes, pero sólo se uniría a la lucha si conseguían un homenaje imposible, y la idea de dar a Baco cualquier tipo de homenaje realizado por Percy, prefería ser amordazado con una Monster Donut.. ¡Mira! Frank dijo. Fuera del cristal, Keto estaba llevando al entrenador Hedge por el anfiteatro, dando una conferencia sobre algo mientras el entrenador asentía con la cabeza y admiraba los asientos del estadio. ¡Entrenador! Percy gritaba. Entonces se dio cuenta de que era inútil. El entrenador no podía oír gritos telepáticos. Frank se golpeó la cabeza contra el cristal. Hedge no parecía darse cuenta. Keto caminó rápidamente por el anfiteatro. Ella ni siquiera miró a través de la vidrio, probablemente porque asumió que el tanque estaba todavía vacío. Señaló hacia el otro extremo de la habitación, como si dijera: Vamos. Más horribles monstruos marinos están en esta dirección. Percy se dio cuenta de que tenía sólo unos segundos antes de que el entrenador se haya ido. Nadó tras ellos, pero no sirvió de nada que el agua se mueva como de costumbre. De hecho, parecía que lo empujaba hacia atrás. Dejó caer Riptide y empezó a utilizar los brazos. El entrenador Hedge y Keto estaban a cinco pies de distancia de la salida. En su desesperación, Percy recogió una bola gigante y la lanzó como a una bola de boliche. Golpeó el cristal con un golpe, no tan fuerte como para atraer la atención y a el Corazón de Percy dio un vuelco. Pero el entrenador Hedge tenía las orejas de un sátiro. Miró por encima del hombro. Cuando vio a Percy, su expresión fue cambiando en cuestión de microsegundos, la incomprensión, la sorpresa, la indignación, y luego una máscara de calma. Antes de que Keto lo pueda notar, Hedge apuntaba hacia la parte superior del anfiteatro. Parecía como si fuera a estar gritando, Dioses del Olimpo, ¿qué es eso? Keto se volvió. El entrenador Hedge rápidamente se quitó el pie falso y como un ninja le dio una patada en la parte posterior de la cabeza con su pezuña de cabra. Keto se desplomó en el suelo.

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Percy se estremeció. Su cabeza hace latía mas del susto que de simpatía, pero nunca había sido tan feliz de tener un acompañante que le gustaba ver partidos de artes marciales en jaula. Hedge corrió hacia el cristal. Él alzó las palmas como: ¿Qué estás haciendo ahí, Jackson? Percy dio un puñetazo en el cristal y con la boca: ¡Rómpelo! Hedge gritó una pregunta que podría haber sido: ¿Dónde está Frank? Percy señaló el koi gigante. Frank hizo un gesto con la aleta dorsal izquierda. ¿Qué pasa? Detrás Seto, la diosa del mar comenzó a moverse. Percy la señaló frenéticamente. Hedge sacudió la pierna como si estuviera calentando su pezuña por la patada, pero Percy agitó los brazos, No. No podían mantener a Keto noqueada por siempre. Como que era inmortal, no podría permanecer así, y no los sacaría de este tanque. Era sólo cuestión de tiempo antes de Forcis volviera a ver cómo estaban. A la de tres, Percy dijo con la boca, levantando tres dedos y luego haciendo un gesto hacia el cristal. Todos nosotros lo golpeamos al mismo tiempo. Percy nunca había sido bueno en la mímica, pero Hedge asintió como si entendiera. Golpear las cosas era un idioma que el sátiro conocía bien. Percy levantó otra canica gigante. Frank, te necesito. ¿Puede cambiar de forma todavía? Tal vez a humano. ¡Humano está muy bien! Aguanta la respiración. Si esto funciona .. Keto se puso de rodillas. No hay tiempo que perder. Percy contó con los dedos. Uno, dos, ¡tres! Frank volvió a humano y la empujó con el hombro contra el cristal. El entrenador hizo una patada de Chuck Norris con su casco. Percy usó toda su fuerza para golpear con el mármol en la pared, pero hizo más que eso. Hizo un llamado a la agua a obedecerle, y esta vez se negó a aceptar un no por respuesta. Se sintió toda la presión acumulada dentro del tanque, y la puso en práctica. Al agua le gusta ser libre. Con el tiempo, el agua puede superar cualquier barrera, y odiaba ser atrapada, al igual que Percy. Pensó en volver a ver a Annabeth. Pensó en la destrucción de esta horrible prisión por mar las criaturas. Pensó en sacarle el micrófono de Forcis, ese feo. Cincuenta mil galones de agua respondieron a su ira. La pared de cristal se agrieto. Las líneas de fractura en zigzag desde el punto de impacto, y de repente el tanque estalló. Percy era succionado en un torrente de agua. Cayó en el piso con del anfiteatro junto a Frank, algunas canicas grandes, y una mata de algas de plástico. Keto estaba poniéndose de pie cuando la estatua del buzo se estrelló contra ella como ella quisiera un abrazo.

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El entrenador Hedge escupió agua salada. — "¡Pan de pipas, Jackson! ¿Qué estabas haciendo ahí? " — "¡Forcis!" Farfulló Percy. "¡Trampa! ¡Corre! " Las alarmas sonaron cuando huían de los objetos expuestos. Corrieron pasando el depósito de las Nereidas, entonces los Telkhines. Percy los quería liberar, pero ¿cómo? Estaban drogados y lentos, y eran criaturas del mar. No sobrevivirían a menos que encontrara la manera de transportarlos al océano. Además, si Forcis los atrapó, Percy estaba bastante seguro de que el poder del dios del mar podría superar el suyo. Y lo haría Keto se encargaría de ellos también, lista para darles de comer a sus monstruos marinos. Estaré de vuelta, Percy había prometido, pero si las criaturas en las exposiciones podían oírlo, no dieron ninguna señal. En el sistema de sonido, la voz de Forcis resonó: — "¡Percy Jackson!" Flashes y luces de bengala estallaron al azar. Humo con olor a Donuts llenó los pasillos. Dramática música y cinco o seis diferentes canciones sonaron simultáneamente por los altavoces. Aparecieron luces y se incendió cuando se prendieron los efectos especiales de todo el edificio. Percy, el entrenador Hedge y Frank salieron a trompicones del túnel de vidrio y se encontraron de nuevo en la habitación del tiburón ballena. La sección mortal del acuario se llenó de gritos multitudes, familias y grupos de campamentos corrían frenéticamente, mientras que el personal estaba tratando de asegurar a todos que era sólo un sistema de alarma defectuoso. Percy lo sabía mejor. Él y sus amigos se unieron a los mortales y corrieron hacia la salida.

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CAPITULO XVII ANNABETH ANNABETH INTENTABA ANIMAR A HAZEL, contándole los mejores momentos de Percy Sesos de Alga, cuando Frank irrumpió en el comedor y apareció en su camarote. — “¿Dónde está Leo?” Tosió. “¡Despegad! ¡Despegad!” Ambas chicas se pusieron de golpe en pie. — “¿Dónde está Percy?” preguntó Annabeth “¿Y la cabra?” Frank se agarró las piernas, intentando respirar. Sus ropas eran húmedas y tibias, como si estuvieran hechas de puro almidón. — “En cubierta. Están bien. ¡Nos están siguiendo!” Annabeth salió por detrás de él y subió las escaleras de tres en tres, con Hazel detrás de ella y Frank siguiéndole, aún boqueando en busca de aire. Percy y Hedge estaban en cubierta, parecían exhaustos. Hedge no tenía sus zapatos. Sonreía al cielo, murmurando: — “Increíble, increíble.” Percy estaba cubierto de rasguños y arañazos, como si acabara de saltar desde una ventana. No quería decir nada, pero agarró la mano de Annabeth débilmente como si quisiera decir: “Ahora estoy contigo, justo cuando el mundo deje de dar vueltas”. Leo, Piper y Jason, que habían estado comiendo en el comedor, subieron corriendo las escaleras. — “¿Qué? ¿Qué?” gritó Leo, sujetando un sándwich de queso a medio comer “¿Acaso no puedo darme un descanso para comer? ¿Qué sucede?” — “¡Nos siguen!”Gritó Frank de nuevo. — “¿Seguidos por quién?”Preguntó Jason. — “¡No lo sé!” Gritó Frank “¿Ballenas? ¿Monstruos marinos? ¡Quizá Kate y Porky!” Annabeth quería estrangular al chico, pero estaba segura de que sus manos no alcanzarían a todo su cuello. — “Eso no tiene ningún sentido. Leo, será mejor que nos saques de aquí.” Leo se puso el sándwich entre los dientes, al estilo pirata, y corrió al timón. En un momento, el Argo II se alzaba en el cielo. Annabeth manejaba la ballesta de popa. No vio ninguna señal de que les siguieran ballenas, pero aún así, Percy, Frank y Hedge no comenzaron a recuperarse hasta que la línea del horizonte de Atlanta era una línea difusa en el horizonte.

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— “Charleston” dijo Percy, agarrándose al pasamano como un anciano. Seguía sonando conmocionado. “Poned rumbo a Charleston.” — “¿Charleston?” Jason dijo la palabra como si le trajera malos recuerdos. “¿Qué encontrasteis exactamente en Atlanta?” Frank bajó la cremallera de su mochila y comenzó a sacar sus recuerdos. — “Unos melocotones en conserva, un par de camisetas, una bola de nieve y unas trampas no demasiado chinas para dedos” Annabeth se obligó a mantenerse calmada. — “¿Por qué no comienzas por el principio de la historia, y no por la mochila?” Se reunieron en el puesto de mano para que Leo pudiera escuchar la conversación mientras navegaban. Percy y Frank se turnaron para explicar lo que había pasado en el Acuario de Georgia, con el entrenador Hedge interviniendo de tanto en cuanto, “¡Eso fue increíble!” o “¡Y entonces le pegué una patada en la cabeza!” Al menos el entrenador parecía haber olvidado lo de Percy y Annabeth quedándose dormidos en los establos la noche anterior. Pero al juzgar por la historia de Percy, Annabeth tenía peores problemas por los que preocuparse que estar castigada. Cuando Percy explicó lo de las criaturas marinas cautivas en el acuario, entendió porqué parecía tan preocupado. — “Es horrible” dijo. “Tenemos que ayudarles.” — “Lo haremos” le prometió Percy. “En su debido tiempo. Pero tenemos que averiguar cómo. Me gustaría…” negó con la cabeza. “No importa. Primero tenemos que sobrellevar una recompensa por nuestras cabezas.” El entrenador Hedge perdió el interés en la conversación, probablemente porque no era sobre él, y se fue a la proa del barco, practicando sus patadas mientras entrenaba su técnica. Annabeth agarró el mango de su daga. — “Una recompensa por nuestras cabezas… como si no tuviéramos bastante con atraer monstruos.” — “¿Tenemos carteles de SE BUSCA?” preguntó Leo. “¿Y tienen nuestras recompensas en, algo como, un tipo de lista de valores?” Hazel arrugó la nariz. — “¿De qué estás hablando?” — “Me pregunto cuánto valdré ahora mismo” dijo Leo. “Quiero decir, entiendo que no valga tanto como Percy o Jason, quizá… pero valgo tanto como, por ejemplo, dos o tres veces más que Frank.” — “¡Eh!” se quejó Frank. — “Dejadlo ya” les ordenó Annabeth. “Al menos sabemos que nuestro próximo paso es ir a Charleston y encontrar ese mapa.”

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Piper se inclinó hacia el panel de control. Se había hecho las trenzas con plumas blancas y parecían pegarle con su pelo marrón oscuro. Annabeth se preguntaba cómo había podido tener tiempo para ello. Annabeth apenas podía recordar haber podido peinarse ella misma. — “Un mapa” dijo Piper. “¿Un mapa a qué?” — “La Marca de Atenea” Percy miró cautelosamente a Annabeth, como si tuviera miedo de haberse pasado de la raya. Ella debió de haber puesto una cara como diciendo “No quiero hablar de esto”. — “Sea lo que sea” siguió. “Sabemos que lleva a algo importante en Roma, algo que puede curar las disputas entre romanos y griegos.” — “La perdición de los gigantes” añadió Hazel. Percy asintió. — “Y en mi sueño, los gemelos gigantes dijeron algo sobre una estatua.” — “Eh” Frank daba vueltas a sus trampas no demasiado chinas para dedos en sus manos. “Según Forcis, tenemos que estar muy locos como para querer encontrarlo. ¿Pero qué es?” Todo el mundo miró a Annabeth. Se le puso la piel de gallina, como si todo su cerebro se estuviera removiendo: una estatua… Atenea… griegos y romanos, sus pesadillas, y su discusión con su madre. Vio cómo las piezas se juntaban, pero no podía creer que fuera cierto. La respuesta era demasiado grande, demasiado importante y demasiado aterradora. Vio a Jason estudiándola, como si supiera exactamente qué era lo que estaba pensando y que no le gustaba mucho más de lo que le gustaba a ella. De nuevo no hizo más que preguntarse cosas: “¿Por qué este chico me hace sentir tan nerviosa? ¿Está de mi lado?” O quizá fuera su madre hablando… — “Estoy… pensando una respuesta” dijo. “Sabré más cosas cuando encuentre ese mapa. Jason, la forma en la que has reaccionado ante el nombre de Charleston… ¿has estado ahí antes?” Jason miró incómodo a Piper, a pesar de que Annabeth no supo por qué. — “Sí” admitió. “Reyna y yo hicimos una misión ahí hace un año. Fuimos a rescatar armas de oro imperial del CSS Hunley.” — “¿El qué?” preguntó Piper. — “¡Guau!” dijo Leo. “Ese fue el primer submarino militar fructuoso. De la guerra civil. Siempre lo he querido ver.” — “Fue diseñado por semidioses romanos” dijo Jason. “Tenía un almacén secreto de torpedos de oro imperial, hasta que los rescatamos y los devolvimos al Campamento Júpiter.” Hazel se cruzó de brazos. — “¿Así que los romanos lucharon en el lado confederado? Como nieta de cuya abuela fue una esclava, ¿puedo decir que no fue muy guay?”

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Jason puso su mano delante de él, con las manos levantadas. — “Yo no estaba vivo entonces. Y no estaban todos los griegos y todos los romanos en el mismo lado. Pero sí, no fue demasiado guay. Algunas veces los semidioses hacemos malas elecciones” miró tímidamente a Hazel. “Como cuando sospechamos cosas. Y hablamos sin pensar.” Hazel se le quedó mirando. Lentamente pareció entender que se estaba disculpando. Jason le pegó un codazo a Leo. — “¡Au!” gritó Leo. “Quiero decir, sí, malas elecciones. Como no confiar en los hermanos de la gente, quienes necesitan ser rescatados. Hablando hipotéticamente.” Hazel apretó los labios. — “Vale. En cuanto a Charleston. ¿Estás diciendo que quieres volver allí a comprobar ese submarino de nuevo?” Jason se encogió de hombros. — “Bueno… sólo se me ocurren dos lugares de Charleston donde deberíamos mirar. El museo dónde está guardado el Hunley, ese es uno de ellos. Tiene muchas reliquias de la Guerra Civil. Un mapa podría estar escondido ahí. Conozco el territorio. Podría liderar un equipo hacia allí. — “Yo voy” dijo Leo. “Suena guay.” Jason asintió. Se giró hacia Frank, que intentaba sacar sus dedos de las trampas chinas para dedos. — “Tú también deberías venir, Frank. Te podríamos necesitar.” Frank parecía sorprendido. — “¿Por qué? No he hecho demasiado en el acuario.” — “Lo hiciste genial” le aseguró Percy. “Fue un trabajo en equipo.” — “Además, eres hijo de Marte” dijo Jason. “Los fantasmas de los vencidos te sirven a ti. Y el museo de Charleston está lleno de fantasmas de confederados. Necesitaremos que los mantengas a ralla.” Frank tragó saliva. Annabeth recordó el comentario de Percy sobre Frank convirtiéndose en un pez de colores gigante, y evitó sonreír. Nunca podría volver a mirar al grandullón sin verle como una carpa. — “Vale” dijo Frank. “Claro.” frunció el cejo, intentando librarse de la trampa. “Eh, ¿cómo…?” Leo chasqueó la lengua. — “Tío, ¿nunca has tenido una de esas antes? Hay un truco muy fácil para librarte de ellas.”

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Frank se removió sin suerte. Incluso Hazel intentaba no reírse. Frank puso cara de concentración. De repente, desapareció. En cubierta dónde había estado de pie, una iguana verde se paseaba cerca de un par de trampas chinas para dedos vacías. — “Bien hecho, Frank Zhang” dijo Leo, secamente, imitando al centauro Quirón. “Es exactamente así cómo la gente se libra de las trampas chinas para dedos. Convirtiéndose en iguanas.” Todo el mundo echó a reírse. Frank volvió a ser humano, cogió las trampas chinas para dedos y se las guardó en su mochila. Esbozó una leve sonrisa tímida. — “De cualquier manera” dijo Frank, claramente queriendo cambiar de tema. “El museo es un lugar en el buscar. Pero, eh, Jason, ¿no has dicho que habían dos?” La sonrisa de Jason desapareció. Fuera lo que fuera que había pensado, Annabeth diría que no era nada agradable. — “Sí” dijo. “El otro lugar se llama Battery, es un parque cerca del puerto. La última vez estuve allí con… Reyna” miró a Piper y prosiguió. “Vimos algo en el parque. Un fantasma o algún tipo de espíritu, como una dama sureña de la guerra civil, brillando y flotando por allí. Intentamos acercarnos, pero desaparecía siempre que nos acercábamos. Entonces Reyna tuvo una sensación, dijo que debería intentarlo sola. Como si sólo quisiera hablar con una chica. Fue a buscar el fantasma ella sola y estoy seguro de que habló con ella.” Todo el mundo aguardó. — “¿Qué dijo?” preguntó Annabeth. — “Reyna nunca me lo dijo” admitió Jason. “Pero tuvo que ser importante. Parecía… conmovida. Quizá recibió una profecía o malas noticias. Reyna nunca actuó de la misma manera conmigo después de aquello.” Annabeth pensó en aquello. Después de la experiencia con los Eidolones, no le gustaba la idea acercarse a un fantasmas, especialmente a uno al que cambiaba la opinión de las cosas con malas noticias o profecías. Por otro lado, su madre era la diosa del conocimiento, y el conocimiento era la mayor arma. Annabeth no podía ignorar aquella posible fuente de información. — “Entonces, es una aventura de chicas” dijo Annabeth. “Piper y Hazel pueden venir conmigo.” Ambas asintieron, aunque Hazel parecía nerviosa. No había duda de que su estancia en el Inframundo le había dado bastantes experiencias con fantasmas para dos vidas. Los ojos de Piper brillaron con desafío, como si cualquier cosa que pudiera hacer Reyna, ella también. Annabeth se dio cuenta de que si seis de ellos iban en aquellas dos misiones, eso dejaba a Percy solo en el barco con el entrenador Hedge, algo por lo que una novia atenta no tendría que hacerle pasar. Tampoco estaba demasiado emocionada por perder de vista a Percy de

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nuevo, no después de haber estado separados durante tantos meses. Por otro lado, Percy parecía tan preocupado por su experiencia con aquellas criaturas marinas encarceladas, pensó que quizá podría tomarse un descanso. Buscó su mirada, haciéndole una respuesta silenciosa. Él asintió diciendo: “Sí. Estaré bien”. — “Así que ya está todo preparado” Annabeth se giró a Leo, que estudiaba su consola, escuchando a Festus chirriando y chasqueando por el interfono. “Leo, ¿cuánto tardaremos en llegar a Charleston?” — “Buena pregunta” murmuró. “Festus acaba de detectar un gran grupo de águilas detrás de él, con el radar de largo alcance, pero no están a la vista.” Piper se inclinó por encima de la consola. — “¿Estás seguro de que son romanas?” Leo puso los ojos en blanco. — “No, Pipes. Podría ser un grupo aleatorio de águilas gigantes volando en perfecta formación. ¡Por supuesto que son romanas! Supongo que podríamos dar la vuelta al barco y luchar…” — “Eso sería muy mala idea” dijo Jason, “y eliminar cualquier duda de que somos enemigos de Roma.” — “O tengo otra idea” dijo Leo. “Si fuéramos directos a Charleston, llegaríamos allí en unas pocas horas. Pero las águilas nos alcanzarían y las cosas se pondrían complicadas. En vez de eso, podríamos enviar un señuelo para engañar a las águilas. Podríamos dar una vuelta con el barco, ir por el camino largo hasta Charleston y llegaríamos allí mañana por la mañana…” Hazel comenzó a protestar, pero Leo levantó su mano. — “Lo sé, lo sé. Nico está en problemas y tenemos que darnos prisa.” — “Estamos a veintisiete de junio” dijo Hazel. “Después de hoy, tenemos cuatro días más. Entonces morirá.” — “¡Lo sé! Pero esto puede apartar a los romanos de nuestra pista. Deberíamos tener suficiente tiempo como para llegar a Roma.” Hazel frunció el ceño. — “Cuando dices “Deberíamos tener suficiente”…” Leo se encogió de hombros. — “¿Cómo te sientes si te dijera “casi casi a tiempo”?” Hazel puso sus manos sobre su cabeza. — “Suena muy típico de nosotros.”

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Annabeth decidió tomarlo como una oportunidad para intervenir. — “Vale, Leo. ¿De qué tipo de señuelo estaríamos hablando?” — “¡Me alegro de que preguntes!” presionó un par de botones en la consola, rotó la plataforma giratoria, y presionó repetidamente el botón A muy rápido en su mano de la Wii. Llamó por el interfono: — “¿Buford? Ven aquí, por favor.” Frank dio un paso atrás. — “¿Hay alguien más en este barco? ¿Quién es Buford?” Una nube de vapor salió por la escalera, y la mesa automática de Leo llegó a cubierta. Annabeth no había visto demasiado a Buford durante el viaje. La mayor parte del tiempo se la había pasado en la sala de motores. (Leo insistía en que Buford tenía una relación secreta con el motor). Era una mesa de tres patas con la base de caoba. Su base de bronce tenía varios cajones y engranajes, con una serie de tubitos que expulsaban vapores. Buford cargaba una bolsa como un saco de correo atado a una de sus piernas. Llegó al timón e hizo un sonido como el pitido de un tren. — “Este es Buford” anunció Leo. — “¿Le pones nombre a tu mobiliario?” preguntó Frank. Leo soltó una risotada. — “Tío, ya te gustaría tener muebles igual de guay que este. Buford, ¿listo para la Operación Fin de Mesa?” Buford soltó vapor. Dio un paso a la barandilla. Su base de caoba se dividió en cuatro partes, que se convirtieron en hojas de madera. Las hélices giraron y Buford despegó. — “Una mesa helicóptero” murmuró Percy. “Tengo que admitirlo, es muy guay. ¿Qué hay en la bolsa?” — “Lavandería sucia de semidiós” dijo Leo. “Espero que no te importe, Frank.” Frank se atragantó. — “¿Qué?” — “Eso apartará las águilas de nuestro olor.” — “¡Esos eran mis pantalones extra!” Leo se encogió de hombros. — “Le he pedido a Buford que los lavara, planchara y doblara mientras esté fuera. Con suerte, lo hará”. Se frotó las manos y sonrió. “¡Bueno! Yo a esto lo llamo un buen día de trabajo. Voy a calcular nuestra ruta de viaje. ¡Os veo para cenar!” Percy se durmió pronto, lo que dejó a Annabeth con nada que hacer a excepción de quedarse mirando su ordenador.

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Se había llevado el portátil de Dédalo, por supuesto. Hacía dos años, había heredado la máquina del mayor inventor de todos los tiempos, y estaba lleno de ideas de inventos, esquemas y diagramas, la mayor parte de los cuales Annabeth seguía intentando averiguar cómo funcionaban. Después de dos años, un portátil normal se habría quedado desactualizado, pero Annabeth supuso que la máquina de Dédalo llevaba cincuenta años fuera de moda. Podía expandirse a un portátil, encogerse a una tablet, o doblarse por la mitad del tamaño de una oblea de metal más pequeña que un móvil de teléfono. Iba más rápido que cualquier ordenador, podía acceder a cualquiera de los programas por satélite de Televisión Hefesto del Monte Olimpo, y programar cualquier tipo de programa que podían hacer cualquier cosa menos atarte los cordones. También debía de haber alguna aplicación para aquello, pero Annabeth aún no lo había encontrado. Estaba sentada en su litera, usando uno de los programas de representación 3D para estudiar un modelo del Partenón de Atenas. Siempre había querido visitarlo, por que adoraba la arquitectura y porque era uno de los templos más famosos dedicados a su madre. Ahora que quizá podía conseguir cumplir su deseo, si vivían lo suficiente para llegar a Grecia. Pero cuanto más pensaba en la Marca de Atenea, y la vieja leyenda romana que Reyna había mencionado, más nerviosa se ponía. No quería, pero recordó su discusión con su madre. Incluso después de tantas semanas, las palabras seguían resonándole. Annabeth había cogido el metro desde el Upper East Side después de visitar la madre de Percy. Durante aquellos largos meses en los que Percy había estado desaparecido. Annabeth había hecho un viaje al menos una vez a la semana, en parte para darle a Sally Jackson y su marido Paul noticias sobre la búsqueda, y en parte porque Annabeth y Sally necesitaban animarse y convencerse la una a la otra de que Percy estaría bien. La primavera había sido especialmente difícil. Por aquel entonces, Annabeth tenía razones para pensar que Percy seguía vivo, ya que el plan de Hera parecía involucrar enviarle al lado romano, pero no podía estar segura de dónde estaba. Jason había recordado la localización de su viejo campamento más o menos, pero ni toda la magia griega (incluso la de los campistas de la cabaña de Hécate), no podía confirmar que Percy estaba allí, o en cualquier lugar. Parecía haber desaparecido de la faz del planeta. Rachel, la oráculo, había intentado leer el futuro, y mientras que no la viera demasiado, había confiado en que Leo necesitara acabar el Argo II antes de que pudieran contactar con los romanos. Aún así, Annabeth se había pasado cada rato libre todas las fuentes para cualquier rumor sobre Percy. Había hablado con los espíritus de la naturaleza, había buscado pistas en el ordenador de Dédalo, y se había gastado cientos de dracmas en mensajes Iris con todo espíritu simpático, semidiós, o monstruo que hubiera conocido, todo sin suerte. Aquella tarde en especial, volviendo de casa de Sally, Annabeth se había sentido más destrozada de lo normal. Ella y Sally habían llorado y se habían intentado calmar, pero tenían los nervios crispados. Finalmente Annabeth cogió el metro en la avenida Lexington hasta Grand Central.

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Había otros caminos para volver a su instituto desde el Upper East Side, pero a Annabeth le gustaba ir a través de la terminal de Grand Central. El hermoso diseño y el gran espacio abierto le recordaba al Monte Olimpo. Los edificios grandes le hacían sentirse mejor, quizá porque estar en un lugar tan permanente, le hacía sentirse más permanente. Había pasado Sweet on America, la tienda de dulces donde la madre de Percy acostumbraba a trabajar, y estaba pensando en entrar a comprar caramelos azules en honor a los viejos tiempos, cuando vio a Atenea estudiando el mapa del metro en la pared. — “¡Madre!” Annabeth no se lo podía creer. No había visto a su madre en meses, no desde que Zeus había cerrado las puertas del Olimpo y prohibido toda comunicación con los semidioses. Muchas veces, Annabeth había intentado llamar a su madre, pidiéndole guía, enviando ofrendas ardientes con cada comida del campamento. No había tenido respuesta. Ahora allí estaba Atenea, vestida con tejanos y botas de escalada y una camiseta roja de franela, con su pelo negro cayéndole por encima de sus hombros. Llevaba una mochila y un palo de excursionista como si estuviera preparada para un largo viaje. — “Debo volver a mi hogar” murmuró Atenea, estudiando el mapa. “El camino es complejo. Ojalá Odiseo estuviera aquí. Él me entendería.” — “¡Mamá!” dijo Annabeth. “¡Atenea!” La diosa se giró. Parecía ver a través de Annabeth sin reconocerla. — “Ese era mi nombre” dijo la diosa, soñolienta. “Antes de que saquearan mi ciudad, se llevaran mi identidad, y me hicieran esto” miró sus ropas con disgusto. “Debo volver a mi casa. Annabeth dio un paso atrás, sorprendida. — “¿Eres… eres Minerva?” — “¡No me llames así!” los ojos grises de la diosa brillaban con furia. “También acostumbraba a llevar una lanza y un escudo. Sujetaba la victoria en la palma de mi mano. Yo era mucho más que esto.” — “Madre” la voz de Annabeth tembló. “Soy yo, Annabeth. Tu hija.” — “Mi hija…” repitió Atenea”. Sí, mis hijos me vengarán. Deben destruir los romanos. Terribles, deshonrosos y copiones romanos. Hera dijo que no deberíamos mantener a los dos campamentos separados. Yo dije: No, dejadles luchar. Dejad que mis hijos destruyan a los usurpadores.” El latido de Annabeth le golpeaba en los oídos. — “¿Tú querías eso? Pero tú eres sabia. Tú sabes mejor que nadie que los enfrentamientos bélicos son…” — “¡Tiempo atrás!” dijo la diosa. “Sustituida. Saqueada. Mostrada como un trofeo y expulsada de mi querida tierra. Perdí tantas cosas. Juré que nunca lo olvidaría. Ni tampoco mis hijos” se centró en Annabeth. “¿Tú eres mi hija?”

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— “Sí.” La diosa sacó algo del bolsillo de su camiseta, un billete de metro antiguo, y lo dejó en la mano de Annabeth. — “Sigue la Marca de Atenea” dijo la diosa. “Véngame.” Annabeth miró la moneda. Mientras la observaba, cambió de billete de metro de Nueva York a un antiguo dracma de plata, el mismo que usaban los atenienses. Tenía un búho, el animal sagrado de Atenea, con una rama de olivo a un lado y una inscripción griega en el otro. La Marca de Atenea… En aquél momento, Annabeth no sabía qué quería decir. No entendía por qué su madre actuaba de aquella manera. Minerva o no, no debería estar tan confundida. — “Mamá…” intentó sonar tan razonable como fuera posible. “Percy no está. Necesito tu ayuda” comenzó a explicarle el plan de Hera para juntar a ambos campamentos para la batalla contra Gea y los gigantes, pero la diosa de la sabiduría golpeó su palo contra el suelo de mármol. — “¡Nunca!” dijo. “Todo el mundo que ayude a Roma debe perecer. Si te unes a ellos, ya no serás nunca más hija mía. Ya me has fallado.” — “¡Madre!” — “No me importa nada este Percy. Si se ha ido con los romanos, déjale perecer. Mátale. Mata a los romanos. Encuentra la Marca, síguela hasta su origen. Sé testigo de cómo Roma me ha desgraciado y finaliza mi venganza.” — “Atenea no es la diosa de la venganza” las uñas de Annabeth se clavaron en sus manos. La moneda de plata parecía calentarse en su mano”. Percy es todo para mí.” — “Y la venganza es todo para mí” le espetó la diosa. “¿Cuál de las dos es más sabia?” — “Algo va mal contigo. ¿Qué ha pasado?” — “¡Roma ha pasado!” dijo la diosa. “Mira lo que han hecho, romanizándome a mí. ¿Querían que fuera su diosa? Entonces déjales probar su propia medicina. Mátales, hija.” — “¡No!” — “Entonces no eres nada” la diosa se giró al mapa del metro. Su expresión se suavizó, confundida. “Si pudiera encontrar el rumbo, la forma de volver a casa, entonces quizá… Pero no. Véngame o abandóname. Ya no eres hija mía.” Los ojos de Annabeth le escocían. Pensó en cientos de cosas terribles que quería decir, pero no podía. Se giró y se fue. Había intentado lanzar la moneda de plata, pero simplemente reaparecía en su bolsillo, igual que Contracorriente lo hacía con Percy. Por desgracia, el dracma de Annabeth no tenía poderes mágicos, al menos nada útil. Sólo le daba pesadillas, y no importaba lo que intentara, no se podía deshacer de él.

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Entonces, sentada en su camarote a borde del Argo II, podía notar calentarse la moneda en su bolsillo. Miraba el modelo del Partenón en la pantalla de su ordenador y pensó en su discusión con Atenea. Frases que había oído en los últimos días le daban vueltas en su cabeza: “Una amiga talentosa, preparada para su visitante.”, “Nadie podrá recuperar aquella estatua”, “La hija de la sabiduría anda sola”. Tenía miedo de que hubiera entendido finalmente de lo que significaba. Rezó a los dioses para que estuviera equivocada. Un golpe en su puerta la hizo botar en el sitio. Esperó que fuera Percy, pero en vez de él Frank Zhang metió la cabeza en el camarote. — “Eh, perdón” dijo. “¿Puedo…?” Ella se sorprendió tanto de verlo, que le llevó un momento darse cuenta de que quería pasar. — “Claro” dijo. “Sí.” Entró, mirando por el camarote. No había demasiado que ver. En su escritorio había un montón de libros, un diario y un bolígrafo, una fotografía de su padre volando en su biplano Sopwith Camel, sonriendo y levantándole el pulgar. A Annabeth le gustaba aquella fotografía. Le recordaba a su tiempo en el que se había sentido cerca de él, cuando había destrozado un ejército de monstruos con ametralladoras de bronce celestial para protegerla, mucho mejor de lo que una chica podía esperar de un regalo de su padre. Colgando de un gancho en la pared estaba su gorra de los Yankees de Nueva York, su posesión más preciada de su madre. En su tiempo, había tenido el poder de convertir en su portador invisible. Desde la discusión de Annabeth con Atenea, la gorra había perdido su magia. Annabeth no estaba segura de por qué, pero se la había llevado a aquella misión. Cada mañana intentaba ponérsela, esperando que funcionara de nuevo. En ese momento, sólo servía para recordarle la furia de su madre. A excepción de eso, su camarote estaba vacío. Lo mantenía limpio y sencillo, lo que le ayudaba a pensar. Percy no se lo creía porque siempre sacaba notas excelentes, pero como la mayoría de los semidioses, tenía TDAH. Cuando había demasiadas distracciones en su espacio personal, nunca era capaz de concentrarse. — “Así que Frank…”preguntó. “¿Qué puedo hacer por ti?” De todos los chicos del barco, Frank era el único al que no esperaba recibir. No se sintió menos confundida cuando se sonrojó y sacó sus trampas chinas para dedos de sus bolsillos. — “No me gusta estar a oscuras con esto” murmuró. “¿Puedes enseñarme el truco? No me siento cómo preguntándoselo a nadie más.” Annabeth procesó sus palabras con un ligero retraso. Espera… ¿Frank estaba pidiéndole ayuda? Entonces se le ocurrió: Frank estaba avergonzado. Leo había estado metiéndose con él bastante. A nadie le gustaba ser el centro de risas. Por la expresión de Frank de determinación supuso que nunca quería que le pasara de nuevo. Quería entender el puzle, sin la solución de la iguana.

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Annabeth se sintió extrañamente honrada. Frank confiaba en que ella no se riera de él. Además, sentía debilidad por todo aquel que fuera en busca de su conocimiento, incluso algo tan simple como las trampas chinas para dedos. Golpeó con cariño su litera. — “Claro, siéntate.” Frank se sentó al borde del colchón, preparado para una huida rápida. Annabeth cogió las trampas chinas para dedos y las colocó al lado del ordenador. Pulsó el botón del escáner infrarrojo. Unos segundos más tarde un modelo 3D de las trampas chinas para dedos aparecieron en la pantalla. Le giró el portátil a Frank para que pudiera verlo. — “¿Cómo has hecho?” se maravilló. — “Tecnología punta de la Antigua Grecia” dijo. “Vale, mira. La estructura es trenzada biaxial y cilíndrica, por lo que tiene una resistencia excelente” manipuló la imagen para que se contrajera como un acordeón. “Cuando pones tus dedos en su interior, se afloja. Pero cuando intentas sacarlos, la circunferencia se encoge mientras el tejido se endurece. No hay manera de que puedas librarte de ello apretando.” Frank se le quedó mirando. — “¿Pero cuál es la respuesta?” — “Bueno…” le mostró algunos cálculos: cómo las trampas podrían resistirse bajo increíbles esfuerzos, dependiendo del material usado en el trenzado. “Es increíble para una estructura tejida, ¿verdad? Los doctores la usan para la tracción y los electricistas…” — “Eh, ¿pero y la respuesta?” Annabeth se rió. — “No luches contra las trampas. Pon más adentro tus dedos, no para fuera. Eso relaja el tejido.” — “Oh” Frank lo intentó y funcionó. “Gracias, pero… ¿no podrías habérmelo explicado sin el programa 3D y los cálculos?” Annabeth vaciló. Algunas veces la sabiduría venía de los lugares más extraños, incluso de un gigantesco pez de colores adolescente. — “Supongo que tienes razón. Eso ha sido un poco tonto. Yo también he aprendido algo.” Frank intentó librarse de las trampas de nuevo. — “Es fácil cuando sabes la solución.” — “Muchas de las mejores trampas son sencillas” dijo Annabeth. “Sólo tienes que reflexionar, esperando que tus víctimas no lo hagan.” Frank asintió. Parecía reacio a salir.

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— “Ya lo sabes” dijo Annabeth, “Leo no intentaba ser bordes. Es un poco bocazas. Cuando la gente le pone nervioso, usa el humor en forma de defensa.” Frank frunció el ceño. — “¿Por qué le pongo nervioso?” — “Eres el doble de su tamaño y puedes convertirte en un dragón” “Y le gustas a Hazel”, pensó Annabeth, aunque no dijo aquello. Frank no parecía convencido. — “Leo puede convocar el fuego” giró las trampas. “Annabeth, alguna vez, ¿quizá me podrías ayudar con otro problema que no es tan sencillo? Tengo un… supongo que lo llamas un talón de Aquiles.” Annabeth se sintió como si acabara de beber un trago de chocolate caliente romano. Nunca había sentido los conceptos “cálido” y “acogedor”, pero Frank le transmitía aquello. Era como un gran osito de peluche. Sabía por qué le gustaba Hazel: — “Me encantaría” dijo. “¿Alguien sabe acerca sobre este talón de Aquiles?” — “Percy y Hazel” dijo. “Y nadie más. Percy… realmente es un buen chaval. Le seguiría a cualquier lugar. Aunque creo que eso ya lo sabes.” Annabeth le dio golpecitos en el brazo. — “Percy tiene buen ojo escogiendo buenos amigos, como tú. Pero, Frank, puedes confiar en cualquiera de este barco. Incluso en Leo. Todos somos un equipo. Tenemos que confiar los unos con los otros.” — “Supongo…” — “Así que… ¿cuál es esa debilidad por la que estás preocupado?” La campana de la cena sonó y Frank pegó un bote. — “Quizá… quizá más tarde” dijo. “Es difícil hablar sobre ello. Pero gracias, Annabeth” le enseñó las trampas chinas. “No te compliques.”

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CÁPITULO XXIII ANNABETH

ESA NOCHE, ANNABETH DURMIO SIN PESADILLAS, lo que la hacía sentirse incómoda cuando se despertó, como la calma antes de una tormenta. Leo atracó el barco en un muelle en el puerto de Charleston, justo al lado del dique. A lo largo de la orilla estaba el histórico barrio de mansiones de altura, palmeras y cercas de hierro forjado. Antiguos cañones apuntando al agua. Cuando Annabeth subió a cubierta, Jason, Frank, y Leo ya se había ido para el museo. Según el entrenador Hedge, habían prometido estar de vuelta antes del anochecer. Piper y Hazel estaban listos para ir, pero primero Annabeth se volvió a Percy, que estaba apoyado en la barandilla de estribor, mirando a la bahía. Annabeth le cogió la mano. — "¿Qué vas a hacer cuando nos hayamos ido?" — Saltar del puerto", dijo casualmente, como otro niño podría decir, yo voy a tomar un aperitivo. "Quiero probar la comunicación con las Nereidas locales. Tal vez me puedan dar algunos consejos sobre cómo liberar a los cautivos en Atlanta. Además, creo que el mar podría ser bueno para mí. Estar en ese acuario me hizo sentir... inmundo " Tenía el pelo oscuro y enmarañado como siempre, pero Annabeth pensó en la raya de color gris que solía tener en un lado. Cuando los dos se tenían catorce, habían tomado turnos (de mala gana) para sostienen el peso del cielo. El esfuerzo dejó a ambos con un poco de pelo gris. Durante el año pasado, mientras que Percy había desaparecido, las rayas grises que los dos tenían habían desaparecido finalmente, lo que hizo a Annabeth sentirse triste y un poco preocupado. Se sentía como si hubiera perdido a un simbólico vínculo con Percy. Annabeth le dio un beso. — "Buena suerte, Sesos Algas. Solo vuelve a mí, ¿de acuerdo? " — "Lo haré", prometió. "Uno hace lo mismo". Annabeth trató de empujar hacia abajo su creciente inquietud. Se volvió a Piper y Hazel. — "Está bien, señoras. Vamos a ver el fantasma de Battery". Después, Annabeth deseó haber saltado al puerto con Percy. Incluso hubiera preferido un museo lleno de fantasmas.

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No es que le importaba salir con Hazel y Piper. Al principio, lo pasamos muy bien caminando por el Battery. De acuerdo a las señales, el parque junto al mar fue llamado White Point Gardens. La brisa del mar arrasó con el calor sofocante de la tarde de verano, era agradable y fresco a la sombra de los árboles de palmito. El revestimiento de la carretera eran viejos cañones de la Guerra Civil y las estatuas de bronce de figuras históricas, que hizo estremecer Annabeth. Pensó acerca de las estatuas en Nueva York durante la Guerra Titán, que había venido a la vida gracias a comando de la secuencia de Dédalo de veintitrés. Se preguntó cuántas estatuas de todo el país fueron secretamente autómatas, a la espera para ser activado. Charleston Harbor brillaba al sol. Hacia el norte y el sur, franjas de tierra se extendían como brazos que rodean la bahía, y sentado en la boca del puerto, sobre una milla fuera, había una isla con un fuerte de piedra. Annabeth tenía un vago recuerdo de que esa fortaleza había sido importante en la Guerra Civil, pero no paso mucho tiempo pensando en ello. Mayormente respiraba en el aire del mar y pensaba en Percy. Gracias a los Dioses ella nunca tuviera que romper con él. Ella había nunca habría tenido la posibilidad de visitar el mar de nuevo sin recordar su corazón roto. Se sintió aliviada cuando se dio la vuelta del dique y exploró el lado interior de los jardines. El parque no estaba lleno. Annabeth se imaginó que la mayor parte de la gente del lugar había ido de vacaciones de verano, o estaban encerrados en casa tomando una siesta. Caminaron a lo largo del South Battery Street, que estaba llena de coloniales mansiones de cuatro pisos. Las paredes de ladrillo estaban cubiertas de hiedra. Las fachadas se alzan en columnas blancas como templos romanos. Los jardines delanteros estaban llenos de rosales, madreselva, buganvilla y floración. Se veía como si Deméter se tomaba el tiempo de ajustar el temporizador en todas las plantas para hacerlas crecer hace varias décadas, y luego se olvida de volver y chequearlos. — “Me recuerda un poco a Nueva Roma", dijo Hazel. "Todas las grandes mansiones y los jardines. Las columnas y los arcos". Annabeth asintió. Ella recordaba haber leído cómo el americano del sur hacía a menudo comparaciones a Roma de nuevo antes de la Guerra Civil. En los viejos tiempos, su sociedad había sido todo sobre arquitectura impresionante, honor, y los códigos de caballería. Y por el lado malo, había sido también de la esclavitud. Roma tenía esclavos, algunos sureños habían discutido: ¿Por qué no deberían? Annabeth se estremeció. Le encantaba la arquitectura aquí. Las casas y los jardines eran muy bonitos, muy romano. Pero se preguntó por qué las cosas hermosas tuvieron que ser envueltas con la historia del mal. ¿O fue al revés? Tal vez la historia mala haya hecho necesaria la construcción de cosas bellas, de ocultar los aspectos más oscuros. Ella negó con la cabeza. Percy la odiaría poniéndose tan filosófica. Si ella tratara de hablar con él sobre cosas así, sus ojos se tornarían vidriosos.

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Las otras chicas no dijeron mucho. Piper seguía mirando alrededor como si esperara una emboscada. Ella le había dicho que había visto a este parque en la hoja de su cuchillo, pero no dio más detalles. Annabeth supuso que tenía miedo. Después de todo, la última vez Piper había intentado interpretar una visión de su cuchillo, Percy y Jason habían matado a casi uno al otro en Kansas. Hazel también parecía preocupada. Tal vez ella estaba entrando en su entorno, o tal vez ella estaba preocupada por su hermano. En menos de cuatro días, a menos que lo encontraron y lo liberaran, Nico estaría muerto. Annabeth sentía que ese plazo que pesaba sobre ella, también. Ella siempre había tenido sentimientos encontrados acerca de Nico di Ángelo. Sospechaba que él había tenido un enamoramiento en ella desde que rescató a él ya su hermana mayor Bianca de que los militares en la academia en Maine, pero Annabeth nunca había sentido ninguna atracción por Nico. Era demasiado joven y demasiado temperamental. Había una oscuridad en el que la inquietaba. Sin embargo, ella se sentía responsable de él. Antes, cuando se habían conocido, ninguno de ellos sabía de su media hermana, Hazel. En ese momento, Bianca había sido la única familiar que viva de Nico. Cuando ella murió, Nico se convirtió en un huérfano sin hogar, a la deriva por el mundo. Annabeth podía relacionarse con eso. Estaba tan absorta en sus pensamientos, que podría haber seguido caminando por el parque para siempre, pero Piper agarró del brazo. — "Allá". Ella señaló al otro lado de la bahía. A cien metros, una figura blanca brillante flotaba en el agua. En primer lugar, Annabeth pensé que podría ser una boya o un barco pequeño que refleja la luz del sol, pero sin duda era brillante, y se movía con más facilidad que un barco, hacia una línea recta hacia ellos. A medida que se acercaba, Annabeth podía decir que era la figura de una mujer. — "El fantasma", dijo. — "Eso no es un fantasma", dijo Hazel. "Ninguna clase de espíritu que brilla intensamente". Annabeth decidió tomar su palabra por hecha. Podía imaginar que Hazel, muriendo a una edad tan joven y volviendo de los infiernos, sabía más sobre los muertos que los vivos. Como si estuviera en trance, Piper cruzamos la calle hacia el borde del dique, evitando un carro de caballos. — "Piper”,llamo Annabeth. — "Será mejor que le sigamos", dijo Hazel.

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Por el momento Annabeth y Hazel la alcanzaron, la aparición fantasmal estaba a sólo a unos pocos metros de distancia. Piper miró como si fuera la vista la ofendiera. — "Es ella", se quejó. Annabeth miró al fantasma, pero ardía demasiado brillante para distinguir los detalles. Luego de la aparición flotaba sobre el dique y se detuvo frente a ellos. El resplandor se desvaneció. Annabeth se quedó sin aliento. La mujer era una belleza impresionante y extrañamente familiar. Su rostro era difícil de describir. Sus facciones parecían pasar de los de una estrella de cine glamorosa a otro. Sus ojos brillaban juguetonamente, a veces verde o azul o ámbar. Su cabello cambia de largo, rubio y liso para rizos chocolate oscuro. Annabeth estaba instantáneamente celosa. Siempre había querido tener el pelo oscuro. Se sentía como si nadie la tomara en serio como una rubia. Tuvo que trabajar el doble para obtener reconocimiento como un estratega, un arquitecto, un alto consejero, cualquier cosa que tenía que ver con la inteligencia. La mujer estaba vestida como una belleza sureña, al igual que Jason había descrito. Su vestido tenía un escote de corte bajo de seda rosa y una falda de aro de tres niveles con el cordón festoneado blanco. Llevaba guantes de seda blanca de altura, y tenía una pluma rosa y negro hacia su pecho. Todo en ella parecía calculado para hacer que Annabeth se sienta inadecuada: la gracia fácil con la que llevaba el vestido, el maquillaje perfecto y sencillo, la manera en que ella irradiaba encanto femenino que ningún hombre podría resistir. Annabeth se dio cuenta de que sus celos eran irracionales. La mujer la hacía sentirse así. Había tenido este experimentar antes. Reconoció que esta mujer, a pesar de que su rostro cambió en un segundo, era cada vez más y más hermosa. — — — —

"Afrodita", dijo. "¿Venus?", preguntó Hazel con asombro. "Mamá", dijo Piper, sin entusiasmo. "Niñas" La diosa abrió sus brazos como si quisiera un abrazo de grupo.

Las tres semidiosas no estaban obligadas. Hazel se apoyo en un árbol de palmito. — "Estoy tan contenta de que estés aquí", dijo Afrodita. "La guerra se acerca. El derramamiento de sangre es inevitable. Así que hay realmente una sola cosa que hacer”. — "Uh... ¿Y qué es eso?", Aventuró Annabeth. — “¿Por qué, tomar el té y charlar’, obviamente. Vengan conmigo.

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Afrodita sabía hacer el té. Los condujo hasta el pabellón central de los jardines, un gazebo blanco de pilares, donde había una mesa con cubiertos, tazas de porcelana, y por supuesto una olla humeante de té, la fragancia cambiaba con tanta facilidad como la apariencia de Afrodita. A veces era de canela o jazmín o menta. Había platos de bollos, galletas y magdalenas, mantequilla fresca y mermelada, todo lo cual, Annabeth tenía figurado, eran increíblemente engordadores, a menos que, por supuesto, fueses la diosa del amor inmortal. Afrodita se sentaba -o tenía su corte- en una silla de mimbre pavo real. Se sirvió el té y pasteles servidos sin obtener una mancha en su ropa, su postura siempre es perfecto, su sonrisa deslumbrante. Annabeth odiaba más y más mientras más tiempo estaban sentadas. — "Oh, mis dulces niñas", dijo la diosa. "Yo hago el amor aquí en Charleston! Las bodas que he asistido en este mirador, traen lágrimas a mis ojos. Y los elegantes Bals de la época del Old South. Ah, eran preciosas. Muchos de estas mansiones todavía tienen estatuas de mí en sus jardines, aunque me llamaron Venus”. — "¿Qué es usted?", Preguntó Annabeth. "¿Venus o Afrodita?" La diosa tomó un sorbo de té. Sus ojos brillaban con picardía. — "Annabeth Chase, te has convertido en todo un bella joven. Lo que realmente debería hacer algo, es con su pelo. Y, Hazel Levesque, tu ropa" — "¿Mi ropa?" Hazel miró hacia abajo a su jean arrugado, no conscientemente, pero desconcertada, como si no pudiera imaginar lo que estaba mal con ellos. — "¡Madre!", Dijo Piper. "Me estás avergonzando". — "Bueno, yo no sé por qué", dijo la diosa. "Sólo porque no aprecias mis consejos de moda, Piper, no significa los otros no lo harán. Yo podría hacer un cambio de imagen rápida para Annabeth y vestidos Hazel, quizás un vestido de seda como el mío " — "¡Madre!" — "Bien," suspiró Afrodita. "Para responder a su pregunta, Annabeth, me siento a la vez Afrodita y Venus. A diferencia de muchos de los mis compañeros olímpicos, he cambiado casi nada de una edad a otra. De hecho, ¡Me gusta pensar que no han envejecido ni un poco! " Sus dedos revolotearon alrededor de la cara aprecio. — "El amor es el amor, después de todo, si eres griego o romano. Estas guerras civiles no me afectaran tanto como lo hará el resto. " Maravilloso, pensaba Annabeth. Su propia madre, la deportista olímpica más sensata, se redujo a una loca y viciosa despistada en una estación de metro. Y de todos los dioses que la puedan ayudar, Los únicos no afectados por el trastorno Griego-Romano parecían ser Afrodita, Némesis, y Dionisio. El amor, la venganza, el vino. Muy útil. Hazel mordisqueó una galleta de azúcar.

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— "No estamos en una guerra, sin embargo, mi señora." — "Oh, querida Hazel." Afrodita desdobla su abanico. "Este optimismo, sin embargo, todavía tienes días desgarradores por delante. Por supuesto la guerra está viniendo. El amor y la guerra siempre van de la mano. ¡Ellos son los picos de la emoción humana! El mal y el bien, belleza y fealdad”. Ella sonrió a Annabeth a como si supiera lo que había estado pensando antes sobre el Old South. Hazel dejó la galleta de azúcar. Tenía unas migajas en la barbilla, y a Annabeth le gustaba el hecho de que sea Hazel, que no sabía o no le importaba. — "¿Qué quieres decir?", Preguntó Hazel, "¿Con días desgarradores?" La diosa se rió como si Hazel fuera un perrito lindo. — "Bueno, Annabeth puede darte alguna idea. Una vez prometí hacer su vida amorosa interesante. ¿Y no lo hice? " Annabeth casi rompió el asa de su taza de té. Durante años, su corazón había sido arrancado. Primero fue Luke Castellan, su primer amor, que la había visto sólo como una hermana pequeña, luego se había vuelto malo y decidió que le gustaba a su derecha antes de morir. Luego vino Percy, que era exasperante pero dulce, sin embargo, parecía estar cayendo por otra chica llamada Rachel, y luego estuvo a punto de morir, en varias ocasiones. Cuando finalmente Annabeth había conseguido a Percy para sí misma, sólo para tenerlo desaparecido durante seis meses y perder la memoria. — "Interesante”, dijo Annabeth, "es una forma suave de decirlo." — "Bueno, no puedo tomar crédito por todos sus problemas", dijo la diosa. "Pero sí giros y vueltas del amor en una historia de amor. Oh, todas ustedes tienen unas excelentes historias me refiero, chicas. ¿Tú haces que me sienta orgulloso! " — "Madre", Piper dijo, "¿hay una razón por la que estás aquí?" — "¿Hmm? Ah, ¿Te refieres además del té? A menudo vengo aquí. Me encantan las vistas, la comida, la atmósfera de sólo oler el romance y la angustia en el aire, ¿no? Siglos de ella. " Señaló a una mansión cercana. — "¿Ves ese balcón en la azotea? Tuvimos una fiesta allí la noche de en que la Guerra Civil Americana comenzó. El bombardeo de Fort Sumter. " — "Eso es todo", recordó Annabeth. "La isla en el puerto. Ahí es donde el primer enfrentamiento de la Guerra Civil pasó. Los confederados bombardearon las tropas de la Unión y tomó la fortaleza. " — "Oh, ese partido", dijo Afrodita. "Un cuarteto de cuerdas, y todos los hombres en sus uniformes de oficiales elegantes. La vestidos, Lo deberías haber visto! Bailé con Ares, ¿o era Marte? Me temo que yo estaba un poco mareada. Y las ráfagas de luz hermosas

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de todo el puerto, el rugido de los cañones, ¡que dan a los hombres una excusa para poner sus brazos alrededor de sus novias asustados! " El té de Annabeth estaba frío. Ella no había comido nada, pero se sentía como si quisiera vomitar. — "Estamos hablando sobre el comienzo de la guerra más sangrienta de la historia de EE.UU… Más de 600.000 personas murieron, más americanos que en la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial juntos”. — "¡Y los refrescos!", Continuó Afrodita. "Ah, ellos eran divinos. El propio general Beauregard hizo una aparición. Era un sinvergüenza. Él estaba en su segunda esposa, entonces, pero debías ver el aspecto que tenía Lisbeth Cooper-" — "¡Madre!" Piper echó el bollo a las palomas. — "Sí, lo siento", dijo la diosa. "Para hacer la historia corta, estoy aquí para ayudarlas, chicas. Dudo que ustedes hayan estado viendo a Hera mucho. Su pequeña búsqueda ah hecho un poco difícil darle la bienvenida en el salón del trono. Y los otros dioses son bastante indispuestos, como ustedes saben, divididos entre sus lados romanos y griegos. Algunos más que otros. "Afrodita fija su mirada en Annabeth. "¿Supongo que le has contado a tus amigos acerca de su pelea con tu madre?" El calor subió a las mejillas de Annabeth. Hazel y Piper miraron con curiosidad. — "¿Pelea?", preguntó Hazel. — "Un argumento", dijo Annabeth. "No es nada". — "¡Nada!", Dijo la diosa. "Bueno, yo no sé nada de eso. Atenea era la más griega de todas las diosas. La patrona de Atenas, después de todo. Cuando los romanos conquistaron... oh, adoptaron Atenea en cierto modo. Ella se convirtió en Minerva, la diosa de la artesanía y el ingenio. Pero los romanos tenían otros dioses de guerra que estaban más a su gusto, más fiables y romanos, como Bellona " — "Madre de Reyna," murmuró Piper. — "Sí, por supuesto", de acuerdo a la diosa. "Tuve una conversación encantadora con Reyna hace un tiempo, aquí en el parque. Y los romanos tienen Marte, por supuesto. Y más tarde, hubo Mitra, ni siquiera propiamente griego o romano, pero los legionarios estaban locos por su culto. Yo siempre lo encontré terriblemente grosero y nouveau dieu, personalmente. En cualquier caso, los romanos bastante marginaron a la pobre Atenea. Se llevaron la mayor parte de su importancia militar. Los griegos nunca perdonaron a los romanos por ese insulto. Tampoco Atenea”. Los oídos de Annabeth zumbaban — "La Marca de Atenea", dijo. "Esto lleva a una estatua, ¿no es así? Conduce a... a la estatua”. Afrodita sonrió. — "Eres inteligente, al igual que tu madre. Entiende, sin embargo, sus hermanos, los hijos de Atenea, la han estado buscando durante siglos. Ninguno de ellos ha tenido éxito en la recuperación de la estatua. Mientras tanto, ha mantenido viva la pelea entre los

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griego y los romanos. Toda guerra civil... tanto derramamiento de sangre y sufrimiento... ha sido orquestada en gran parte por los niños de Atenea”. "Eso es..." Annabeth quería decir imposible, pero recordó las palabras amargas de Atenea en Grand Central Station, el odio ardiendo en sus ojos. "¿Romántico?" Ofreció Afrodita. "Sí, supongo que es." "Pero..." Annabeth trató de despejar la niebla de su cerebro. "La Marca de Atenea, ¿Cómo funciona? ¿Se trata de una serie de pistas, o un sendero establecido por Atenea?" "Hmm." Afrodita miró amablemente aburrido. "Yo no podría decirlo. No creo que Atenea haya creado la Marca conscientemente. Si ella sabía dónde estaba su estatua, ella simplemente les diría dónde encontrarlo. No... Yo diría que la marca es más como un rastro espiritual de migas de pan. Es una conexión entre la estatua y los hijos de la diosa. La estatua quiere ser encontrado, ya ves, pero sólo puede ser liberado por el más digno". "Y durante miles de años", dijo Annabeth, "nadie lo ha conseguido". "Un momento", dijo Piper. "¿De qué estatua estamos hablando?"

La diosa se rió. — "Oh, estoy segura de Annabeth te puede introducir. En cualquier caso, la ayuda que necesitas está cerca: un mapa escaso, que dejaron los hijos de Atenea en 1861, un recuerdo que les recete al principio de su camino, al llegar a Roma. Pero como dijiste, Annabeth Chase, nadie ha tenido éxito en el seguimiento de la Marca de Atenea a su fin. Allí se enfrentará a su peor temor: el temor de todos los niños de Atenea. E incluso si sobrevives, ¿cómo vas a utilizar su recompensa? ¿Para la guerra o para la paz? " Annabeth se alegró por el mantel, porque debajo de la mesa, sus piernas temblaban. — "Este mapa", dijo,"¿Dónde está?" — "¡Chicos!", Señaló Hazel hacia el cielo. Circulando por encima de los árboles de palmito fueron dos grandes águilas. Más arriba, descendiendo rápidamente, era un carro volador tirado por pegasos. Al parecer, el desvío de Leo con Buford la mesa al final no había funcionado, al menos no por mucho tiempo. Afrodita untaba mantequilla en un panecillo como si tuviera todo el tiempo del mundo. — "Oh, el mapa está en el Fuerte Sumter, por supuesto. "Ella señaló con el cuchillo de la mantequilla hacia la isla a través del puerto. "Parece que los romanos arribaron detrás de ustedes. Si fuera yo me gustaría volver rápido a la nave. ¿Le apetece algunos pastelillos para el té? "

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CAPITULO XIX ANNABETH ELLOS NO LLEGARON A LA NAVE A medio camino a través del muelle, tres águilas gigantes descendieron enfrente de ellos. En cada una había depositado un Comando Romano en púrpura y dril con brillantes armaduras de oro, espadas y escudos. Las águilas volando, y un romano en el centro, que era más escuálido que los otros, levantaron la visera. — "¡Ríndete ante Roma!" Gritó Octavian. Hazel sacó su espada de caballería y se quejó, "Buena Oportunidad, Octavian". Annabeth maldijo en voz baja. Por sí mismo, el augur flaco no le habría molestado, pero los otros dos chicos parecían guerreros experimentados-mucho más grande y más fuerte que Annabeth quería tratar, sobre todo porque Piper y ella estaban armados sólo con puñales. Piper alzó las manos en un gesto conciliador. — "Octavian, lo que pasó en el campamento era una trampa. Lo podemos explicar”. — "¡No te escucho!" Gritó Octavio. "Cera en los oídos, procedimiento estándar al luchar sirenas malvadas. Ahora, tirad las armas y dar la vuelta lentamente para que pueda enlazar sus manos" — "Déjame apuñalarlo", murmuró Hazel. "Por favor". La nave estaba a sólo cincuenta metros de distancia, pero Annabeth no vio señales del entrenador Hedge en cubierta. Era probablemente porque estaba viendo sus programas estúpidos de artes marciales. El grupo de Jason no se debía volver hasta el atardecer, y Percy seguiría bajo el agua, sin darse cuenta de la invasión. Si Annabeth podía subir a bordo, que podría usar las balistas, pero no había manera de evitar estos tres romanos. Se estaba quedando sin tiempo. Las águilas sobrevolaban la zona, dando voces como para alertar a sus hermanos: Hey, algo sabroso ¡Semidioses griegos por aquí! Annabeth no podía ver el carro volador más, pero asumí que estaba cerca. Ella tenía que averiguar algo más antes de llegada de los romanos. Necesitaba ayuda... una especie de señal de socorro con el entrenador Hedge, o incluso mejor, Percy. — "¿Y bien?" Exigió Octavio. Sus dos amigos blandieron sus espadas.

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Muy lentamente, utilizando sólo dos dedos, Annabeth sacó su daga. En lugar de dejarla caer, lo tiró lo más lejos que pudo en el agua. Octavio hizo un sonido chirriante. — "¿Qué fue eso? ¡Yo no he dicho lanzarlo! Eso podría haber sido la evidencia. ¡O botín de guerra! " Annabeth trato con una sonrisa de rubia tonta como: Oh, que tonta soy. Nadie que la conociera se habría engañado. Pero Octavian parecía a comprarlo. Él resopló con exasperación. — "Ustedes dos..." Señaló la espada en Hazel y Piper. "Pongan sus armas en el muelle. No divertidas" Alrededor de los romanos, Charleston Harbor estalló como una fuente de Las Vegas haciendo un espectáculo. Cuando la pared de agua de mar se había calmado, los romanos tres estaban en la bahía, farfullando y frenéticamente tratando de mantenerse a flote en su armadura. Percy estaba en el muelle, sosteniendo la daga de Annabeth. — "Se te cayó esto", dijo, con cara de póquer totalmente. Annabeth le echó los brazos al cuello. — "¡Te amo!" — "Chicos," interrumpió Hazel. Ella tenía una pequeña sonrisa en su rostro. "Tenemos que darnos prisa." Abajo en el agua, Octavio gritó: — "¡Sácame de aquí! ¡Te voy a matar! " — "Tentador", llamado Percy abajo. — "¿Qué?", Gritó Octavio. Tenía en la mano a uno de sus guardias, que estaba teniendo problemas para mantener a los dos a flote. — "¡Nada!", Gritó Percy espalda. "Vamos, chicos." Hazel frunció el ceño. — "No podemos dejar que se ahogan, ¿podemos?" — "No van", prometió Percy. "Tengo el agua circulando alrededor de sus pies. Tan pronto como estemos fuera de rango, los voy a escupir ellos en tierra. " Piper sonrió. — "Cool". Subieron a bordo del Argo II, y Annabeth corrió al timón. — "Piper, ve abajo. Utiliza el fregadero de la cocina para un mensaje Iris. ¡Advierte a Jason a volver aquí! "

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Piper asintió con la cabeza y salió corriendo. — "¡Hazel, ve a buscar el entrenador Hedge y dile que traiga sus cuartos traseros peludos a cubierta!" — "¡Muy bien!" — "Y Percy, vos y yo tenemos que conseguir llevar el barco a Fort Sumter." Percy asintió y corrió hacia el mástil. Annabeth tomó el timón. Sus manos volaron a través de los controles. Ella tenía la esperanza de saber lo suficiente como para hacerlos funcionar. Annabeth había visto a Percy control total del tamaño de los barcos de vela antes sólo con su fuerza de voluntad. Esta vez, no me decepciono. Cuerdas voló sobre sus propios liberadores de los lazos de muelle, con un peso del ancla. Las velas desplegadas y alcanzó el viento. Mientras tanto Annabeth disparó el motor. Los remos extendidos con un sonido como el fuego de ametralladora, y el II Argo se apartó del muelle, en dirección a la isla en la distancia. Las tres águilas aún sobrevolaban la zona, pero no hicieron ningún intento de aterrizar en el barco, probablemente debido al macarrón abollado de Festus en proa soplaba fuego cada vez que se acercaban. Más águilas volaban en formación hacia Fort Sumter, al menos una docena. Si cada uno de ellos llevaba un semi-dios romano... había un montón de enemigos. El entrenador Hedge vino golpeando las escaleras con Hazel en sus cascos. — "¿Dónde están?", Exigió. "¿A quién debo matar?" — ¡No matar!", Ordenó Annabeth. "¡Sólo defender el barco!" — "Pero ellos interrumpieron una película de Chuck Norris!" Piper surgido desde abajo. — "Tengo un mensaje a Jason. Un poco confuso, pero ya está en camino. Él debe ser-¡Oh! ¡Ya está! " Elevándose sobre la ciudad, en dirección hacia ellos, era un águila calva gigante, a diferencia de las aves de oro romanas. — "Frank", dijo Hazel. Leo se aferraba a los pies del águila, e incluso de la nave, Annabeth le oía gritando y maldiciendo. Detrás de ellos voló Jason, cabalgando el viento. — "Nunca he visto volar Jason antes", se quejó Percy. "Se parece a una Superman rubia." — "¡Este no es el momento!" Piper le regañó. "¡Mira, estás en problemas!" Efectivamente, el romano carro volador había descendido de una nube y buceaba hacia ellos. Jason y Frank se salieron del camino, yendo hacia arriba para evitar ser pisoteados por los pegasos. Los aurigas dispararon sus arcos.

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Las flechas silbaban bajo los pies de Leo, lo que lo hizo gritar y maldecir más. Jason y Frank se vieron obligados a pasar del Argo II y volar hacia Fort Sumter. — "¡Voy a por ellos!", Gritó el entrenador Hedge. Giró la balista puerto. Antes de que Annabeth pudiera gritar, "¡No seas estúpido!" Hedge disparo. Un lanza llamas disparo hacia el carro. Explotó sobre las cabezas de los pegasos y entraron en un pánico. Por desgracia, también quemó las alas de Frank y le termino en un espiral fuera de control. Leo se resbalo de las garras. El carro disparo hacia Fort Sumter, chocando contra Jason. Annabeth miró con horror como Jason, obviamente aturdido y dolorido, se abalanzó sobre Leo, se asió de él, y luego luchó para ganar altura. Él sólo atinó a frenar su caída. Desaparecieron detrás de las murallas de la fortaleza. Frank se desplomó después de ellos. Luego el carro cayó en algún lugar dentro y golpeó con un crujido de huesos demoledor. Una rueda rota giró en el aire. — "Entrenador", gritó Piper. — "¿Qué?" Exigió Hedge. "¡Eso fue sólo un tiro de advertencia!" Annabeth destrozo a tiros los motores. El casco se estremeció mientras aumentaba la velocidad. Los muelles de la isla eran sólo una cientos de metros de distancia ahora, pero más de una docena de águilas volaban por encima, cada uno con un semi-dios romano en sus garras. La tripulación del Argo II se vería superada en número por lo menos tres a uno. — "Percy", Annabeth dijo, "vamos a entrar duro. Te necesito para controlar el agua para que no estrellarse contra el muelle. Una vez que estás allí, vas a tener que mantener a raya a los atacantes. El resto de ustedes ayudará a proteger el barco. " — "Pero-Jason", dijo Piper. — "Frank y Leo!", Añadió Hazel. — "Voy a encontrarlos", prometió Annabeth. "Tengo que averiguar dónde está el mapa. Y estoy bastante seguro de que soy la única que puede hacer eso. " — "La fortaleza está llena de romanos", advirtió Percy. "Vas a tener que luchar en tu camino, encontrar a nuestros amigos - suponiendo que están bien - encontrar este mapa, y traer a todos de vuelta con vida. ¿Todo por su cuenta? " — "Sólo un día promedio." Annabeth le dio un beso. "Hagas lo que hagas, ¡No dejes que tomar esta nave!"

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CAPITULO XX ANNABETH

LA NUEVA GUERRA CIVIL había comenzado. Leo se había escapado de algún modo su caída ileso. Annabeth lo vio agacharse de pórtico a pórtico, disparando fuego en las águilas gigantes descendiendo sobre él. Semidioses romanos intentaron perseguirlo, tropezando con montones de balas de cañón y esquivando a los turistas, que gritaban y corrían en círculos. Los guías turísticos seguían gritando, — "Es sólo una recreación" A pesar de que no parecía seguro. La Niebla podía solo hacer mucho para que los mortales cambiaran lo que veían. En el centro del patio, un elefante crecido - ¿Que podría ser Frank? -Arrasado alrededor de los mástiles, dispersando guerreros romanos. Jason estaba a unos cincuenta metros de distancia, combatiendo a espada con un fornido centurión cuyos labios se tiñeron de color rojo cereza, como la sangre. Un aspirante a vampiro, o tal vez un monstruo Kool-Aid? Cuando Annabeth miró, Jason gritó: — "¡Lo siento, Dakota!" Saltó recto sobre la cabeza del centurión como un acróbata y cerró el puño de su gladius en la parte posterior de la cabeza del romano. Dakota se cayó. — "Jason" llamado Annabeth. Echó un vistazo al campo de batalla hasta que la vio. Señaló que el Argo II fue atracado. — "¡Que los demás suban a bordo! ¡Retírense! " — "¿Qué hay de ti?" Gritó. — "¡No esperes por mí!" Annabeth volteo antes de que pudiera protestar. Ella tenía un tiempo difícil maniobrar a través de las multitudes de turistas. ¿Por qué tanta gente quiere ver a Fort Sumter en un día de verano sofocante? Pero Annabeth se dio cuenta rápidamente que las multitudes habían salvado sus vidas. Sin el caos de todos estos mortales en pánico, los romanos ya habrían rodeado su equipo en inferioridad numérica.

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Annabeth esquivó a una pequeña habitación que debe de haber sido parte de la guarnición. Trató de sostener la respiración. Se imaginó lo que habría sido ser un soldado de la Unión en esta isla en 1861. Rodeado de enemigos. La disminución de los suministros de alimentos y, sin refuerzos que vienen. Algunos de los defensores de la unión habían sido hijos de Atenea. Se había escondido un mapa importante aquí, algo que no querían caer en manos del enemigo. Si Annabeth hubiera sido uno de esos semidioses, ¿dónde lo habría puesto ello? De repente, las paredes brillaban. El aire entró en calor. Annabeth se preguntó si estaba alucinando. Estaba a punto correr hacia la salida cuando la puerta se cerró de golpe. El mortero entre las piedras se ampollo. Las burbujas empezaron a estallar, y el número de miles de pequeñas arañas negras aumentó sucesivamente. Annabeth no podía moverse. Su corazón parecía haberse detenido. Las arañas cubrieron las paredes, arrastrándose sobre una otra, esparciendo por el suelo y poco a poco le rodea. Era imposible. Esto no puede ser real. El terror le sumió en los recuerdos. Tenía siete años de nuevo, sola en su dormitorio, en Richmond, Virginia. Las arañas se produjeron en la noche. Se arrastraron en oleadas desde su armario y esperé en la sombra. Ella gritó por su padre, pero su padre estaba de viaje por trabajo. Siempre parecía estar fuera por trabajo. Su madrastra entró inmediatamente. “No me importa ser el policía malo”, l dijo al padre de Annabeth, cuando creía que Annabeth no podía oír. “Es sólo tu imaginación”, su madrastra dijo acerca de las arañas. “Estás asustando a tus hermanos del bebé”. “No son mis hermanos”, Annabeth argumentó, que hizo endurecer a su madrastra la expresión. Tenía los ojos casi tan temibles como las arañas. “Ve a dormir ahora”, su madrastra insistió. “No más gritos”. Las arañas de regresaron tan pronto como su madrastra salió de la habitación. Annabeth trató de esconderse bajo las sábanas, pero no era bueno. Finalmente se quedó dormida de puro agotamiento. Se despertó por la mañana, pecosa pon picaduras, telarañas que cubrían sus ojos, la boca y la nariz. Las picaduras se desvanecieron antes de que ella se vistiera, así que ella no tenía nada que demostrar su madrastra salvo telarañas, Que la madrastra pensó que era un truco. “Basta de hablar de arañas”, la madrastra dijo con firmeza. “Eres una chica grande ahora”.

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La segunda noche, las arañas se repitieron. Su madrastra continuó siendo el poli malo. A Annabeth no se le permitió llamar a su padre y que le “molestan” con estas tonterías. No, no iba a volver a casa temprano. La tercera noche, Annabeth se escapó de casa. Más tarde, en el Campamento Mestizo, se enteró de que todos los niños de Atenea temen a las arañas. Hace mucho tiempo, Atenea le había enseñado la mortal tejedora Aracne una dura lección, maldiciendo por su orgullo por haberla convertido en la primera araña. Desde entonces, las arañas habían odiado a los hijos de Atenea. Pero eso no hizo que su miedo más fácil de tratar. Una vez, que casi había matado a Connor Stoll en el campamento por poner una tarántula en su litera. Años más tarde, había tenido un ataque de pánico en un parque acuático en Denver, cuando Percy y fuera asaltado por las arañas mecánicas. Y en las últimas semanas, Annabeth había soñado con arañas de casi todas las noches, arrastrándose sobre ella, sofocándola, envolviéndola en telarañas. Ahora, de pie en el cuartel de Fort Sumter, que estaba rodeado. Sus pesadillas se habían hecho realidad. Una voz soñolienta murmuró en su cabeza: Pronto, mi querida. Se encontrará con el tejedor pronto. — "¿Gea?" Murmuró Annabeth. Temía la respuesta, pero me preguntó: "¿Quién-quién es el tejedor" Las arañas se emocionaron, pululando por las paredes, girando alrededor de los pies de Annabeth como un brillante negro en una bañera de hidromasaje. Sólo la esperanza de que pudiera ser una ilusión había mantenido Annabeth, sin desmayarse de miedo. Espero que sobrevivas, niña, la voz de la mujer, dijo. Yo te prefería como mi sacrificio. Pero hay que dejar que el tejedor tome su venganza... Gea voz se desvaneció. En la pared del fondo, en el centro del enjambre de arañas, un símbolo rojo brillaba a la vida: la figura de un lechuza como la de la dracma de plata, mirando directamente a Annabeth. Entonces, al igual que en sus pesadillas, la marca de Atenea quema a través de las paredes, la incineración de las arañas hasta que la habitación estaba vacía excepto por el olor dulzón de cenizas. Ve, dijo una nueva voz de Annabeth-Madre. Hazme justicia. Sigue la Marca. El símbolo ardiente del búho desapareció. La puerta se abrió de golpe guarnición. Annabeth se puso aturdida en el medio de la habitación, sin saber si había visto algo real o sólo una visión. Una explosión sacudió el edificio. Annabeth recordar que sus amigos estaban en peligro. Ella había estado aquí mucho demasiado tiempo. Se obligó a moverse. Aún temblando, ella tropezó exterior. El aire de mar ayudó a despejar su mente. Miró a través del patio, más allá de donde los turistas pánico y la lucha semidioses, al borde de las murallas, una gran Mortero señaló hacia el mar.

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Podría haber sido la imaginación de Annabeth, pero la pieza de artillería vieja parecía ser de color rojo brillante. Corrió hacia ella. Un águila se abalanzó hacia ella, pero ella se agachó y siguió corriendo. Nada podría asustarla tanto como las arañas. Semidioses romanos habían formado filas y avanzaban hacia el Argo II, pero una tormenta se había reunido en miniatura sobre sus cabezas. Aunque el día estaba claro a su alrededor, el trueno retumbó, y el relámpago brilló por encima de los romanos. La lluvia y el viento los empujó hacia atrás. Annabeth no se detuvo a pensar en ello. Llegó el mortero y puso la mano sobre la boca. En el tapón que bloquea la apertura, la marca de Atenea empezó a brillar, el contorno rojo de un búho. — "En el mortero", dijo. "Por supuesto." Ella arrancó en el enchufe con los dedos. No hubo suerte. Maldiciendo, sacó su daga. Tan pronto como el bronce Celestial tocó el enchufe, el enchufe se contrajo y se aflojó. Annabeth lo logró y metió la mano en el interior del cañón. Sus dedos tocaron algo frío, suave y metal. Ella sacó un pequeño disco de bronce del tamaño de un plato de té, grabado con letras delicadas e ilustraciones. Ella decidió examinarlo más tarde. Se lo metió en su mochila y se volvió. — "Corriendo a afuera", se preguntó Reyna. El pretor estaba a tres metros de distancia, en armadura de combate, sosteniendo una lanza de oro. Sus dos galgos de metal gruñeron a su lado. Annabeth escaneó la zona. Estaban más o menos solas. La mayor parte del combate se había movido hacia el muelle. Esperando que sus amigos hubieran subido a bordo, tendrían que zarpar de inmediato o tener el riesgo de ser invadidos. Annabeth tenía que darse prisa. — "Reyna", dijo, "lo que pasó en el campamento de Júpiter fue culpa de Gea. Eidolones, Espíritus que poseen a las personas " — "Guarde tus explicaciones", dijo Reyna. "Las vas a necesitar para el juicio." Los perros gruñían y avanzó hacia delante. Esta vez, no parecía importar a los que Annabeth estaba diciendo la verdad. Trató de pensar en un plan de escape. Dudaba que pudiera vencer a Reyna en uno combate uno a uno. Con los perros de metal, ella no tenía ninguna posibilidad en absoluto. — "Si dejas que Gea vuelva a separar nuestros campamentos", dijo Annabeth, "los gigantes ya han ganado. Van a destruir a los romanos, los griegos, los dioses, el mundo mortal entero".

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— "¿No crees que lo sé?" La voz de Reyna era tan dura como el hierro. "¿Qué otra opción me has dejado? Octavian huele sangre. Ha batido la legión en un frenesí, y no puedo evitarlo. Entrégate a mí. Te voy a llevar de vuelta a Nueva Roma para un juicio. No va a ser justo. Serás dolorosamente ejecutada. Pero puede ser suficiente para detener la violencia. Octavian no estará satisfecho, por supuesto, pero creo que puedo convencer a los demás que se retiren". — "¡No era yo!" — "¡No importa!", Espetó Reyna. "Alguien tiene que pagar por lo que pasó. Que seas tú. Es la mejor opción. " La piel de Annabeth empezó a temblar. — "¿Mejor que qué?" — "Usa esa sabiduría de ustedes", dijo Reyna. "Si se escapan hoy, no vamos a seguir. Como ya te he dicho, ni siquiera un loco cruzaría el mar a las tierras ancestrales. Si Octavian no puede tener venganza en su barco, que va a dirigir su atención a Campamento Mestizo. La legión marchará hacia su territorio. Vamos a arrasar hasta la sal de sus tierras". Mata a los romanos, oyó a su madre rogar. Nunca pueden ser tus aliados. Annabeth quería llorar. Campamento Mestizo era el único hogar verdadero que jamás había conocido, y en un intento para amistad, le había dicho Reyna exactamente dónde encontrarlo. No podía dejarlo a merced de los romanos y viajar al otro lado del mundo. Pero su búsqueda, y todo lo que había sufrido para llegar Percy de nuevo... si no iba a las tierras ancestrales, todo lo que hizo significaría nada. Además, la marca de Atenea no tendría que llevarla a la venganza. Si pudiera encontrar la ruta, su madre le había dicho, el camino a casa... ¿Cómo vas a utilizar la recompensa? , Afrodita le había pedido. ¿Para la guerra o la paz? Hubo una respuesta. La marca de Atenea podría producir allí, si ella sobreviviera. — "Me voy", le dijo a Reyna. "Estoy siguiendo la Marca de Atenea hacia Roma". El pretor negó con la cabeza. — "No tienes idea de lo que te espera." — "Sí, así es", dijo Annabeth. "Este resentimiento entre nuestros campamentos... puedo arreglarlo." — "Nuestro rencor es miles de años. ¿Cómo puede una persona que arreglarlo? " Annabeth deseó poder dar una respuesta convincente, mostrarle un diagrama en 3-D o un esquema brillante, pero no podía. Ella sólo sabía que tenía que intentarlo. Recordó que la mirada perdida en el rostro de su madre: Tengo que volver a casa. — "La búsqueda tiene que tener éxito", dijo. "Puedes tratar de detenerme, en cuyo caso tendremos que luchar hasta la muerte. O puedes dejarme ir, y voy a tratar de salvar a

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nuestros dos campamentos. Si tienen que marchar hacia el Campamento Mestizo, por lo menos tratar de retrasar las tropas. Baja lentamente a Octavian". Los ojos de Reyna se estrecharon. — "De una hija de una diosa de la guerra a otra, respeto su audacia. Pero si te vas ahora, condenarás a tu campamento a la destrucción. " — "No hay que subestimar el Campamento Mestizo", advirtió Annabeth. — "Nunca has visto a la legión en guerra", respondió Reyna. Durante los muelles, una voz familiar gritó por encima del viento: — "¡Mátenlos! ¡Mátenlos a todos! " Octavian había sobrevivido a su baño en el puerto. Se agazapó detrás de sus guardias, gritando aliento a otros semidioses romanos mientras luchaban hacia el barco, levantando sus escudos como si eso pudiera desviar la tormenta furiosa a su alrededor. En la cubierta de la II Argo, Percy y Jason estaban juntos, con las espadas cruzadas. Annabeth tuvo un hormigueo por su columna vertebral al darse cuenta de los chicos estaban trabajando como uno solo, convocando el cielo y el mar para cumplir sus órdenes. Agua y viento, agitándose juntos. Olas fueron lanzadas contra la muralla y relámpagos brillaron. Águilas gigantes fueron eliminadas del cielo. Los restos del carro volador quemado en el agua, y el entrenador Hedge abrió una ballesta montada, disparando a los pájaros romanos, que ya sobrevolaban la zona. — "¿Lo ves?", Dijo Reyna amargamente. "La lanza se lanza. Nuestro pueblo está en guerra". — "No, si tengo éxito", dijo Annabeth. Expresión de Reyna tenía el mismo aspecto que tenía en el campamento de Júpiter cuando se dio cuenta de que Jason había encontrado a otra chica. La pretor estaba muy sola, demasiado amarga y traicionada a creer cualquier cosa podría ir bien para ella nunca más. Annabeth esperó a atacar. En su lugar, Reyna sacudió la mano. Los perros de metal retrocedieron. — "Annabeth Chase," ella dijo, "cuando nos volvamos a encontrar, seremos enemigos en el campo de batalla. " La pretor dio la vuelta y caminó a través de las murallas, sus galgos tras ella. Annabeth temía que pudiera haber algún tipo de truco, pero no tenía tiempo para pensar. Ella corrió hacia la nave. Los vientos que azotaron los romanos no parecían afectarla. Annabeth corrió a través de sus líneas. Octavio le gritó: "¡Deténganle!" Una lanza pasó cerca de la oreja. El II Argo ya estaba alejándose del muelle. Piper estaba en la pasarela, su mano extendida.

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Annabeth saltó y agarró la mano de Piper. La pasarela cayó al mar, y las dos chicas se desplomaron sobre la cubierta. — "¡Ya!", Gritó Annabeth. "¡Vamos, vamos, vamos!" Los motores retumbaban bajo sus pies. Los remos se revolvieron. Jason cambió el curso del viento, y Percy convoco una ola masiva, que levantó la nave más alta que las paredes de la fortaleza y la empujó hacia el mar. En ese momento el II Argo alcanzó la velocidad máxima, Fort Sumter fue sólo una mancha en la distancia, y fueron corriendo a través de las ondas hacia el tierras ancestrales.

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CAPITULO XXI LEO

DESPUÉS DE ASALTAR UN MUSEO LLENO DE fantasmas confederados, Leo no creía que su día podría ser peor. Estaba equivocado. No habían encontrado nada en el subsuelo o en otras partes del museo de La Guerra Civil, sólo unos pocos turistas de edad avanzada, un guardia de seguridad durmiendo, y cuando trataron de inspeccionar los artefactos, todo un batallón de tíos zombi brillantes en gris uniformes. ¿La idea de que Frank debe ser capaz de controlar los espíritus? Sí... prácticamente fracasó. Cuando Piper le envió un Iris-mensaje advirtiéndoles sobre el ataque romano, ya estaban a mitad de camino de vuelta al barco, después de haber sido perseguido por el centro de Charleston por un grupo de furiosos confederados muertos. Entonces, ¡Oh, muchacho! – Leo tuvo que meterse en las garras Frank como el Amigo del Águila para poder luchar contra un montón de romanos. Un rumor debe haberse esparcido, de que Leo era el que había disparado en su pequeña ciudad, porque los romanos parecían especialmente ansiosos de matarlo. ¡Pero espera! ¡Había más! El entrenador Hedge les disparo desde la nave; Frank se cayó (que no fue un accidente), y que se estrelló al aterrizar en Fort Sumter. Ahora, como el Argo II se corrió por las olas, Leo tuvo que usar toda su habilidad sólo para mantener el barco en una sola pieza. Percy y Jason eran un poco demasiado buenos para crear tormentas masivas. En un momento dado, Annabeth estaba a su lado, gritando contra el rugido del viento: — — — —

"¡Percy dice que habló con una nereida en el puerto de Charleston!" "Me alegro por él", gritó a Leo. "La Nereida dijo que debemos buscar la ayuda de los hermanos de Quirón." "¿Qué significa eso? ¿Los Party Pony? "Leo nunca había conocido a los parientes locos centauro Quirón, pero oyó que había rumores de tipo combates espada, concursos de beber cerveza de raíz y mangueras súper rellenas de crema batida a presión. — "No estoy seguro", dijo Annabeth. "Pero tengo coordenadas. ¿Podes ingresar latitud y longitud en esta cosa? " — "Puedo poner gráficos de entrada estrella y ordenar un Smoothie*, si lo deseas. ¡Por supuesto que puedo ingresar latitud y longitud! "

*Smoothie: (Del ingles SMOOTH: Suave) Batido frutal comercializada con ese nombre.

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Annabeth recitó los números. Leo las arregló para darle un puñetazo, mientras sostiene la rueda con una mano. Un punto rojo apareció en la pantalla de visualización de bronce. — "Ese lugar está en el medio del Atlántico", dijo. "¿The Party Pony tienen un yate?" Annabeth se encogió de hombros. — "Sólo tienes que pulsar el barco juntos hasta que lleguemos más lejos de Charleston. ¡Jason y Percy mantendrán el viento! " — "¡Tiempo de diversión!" Parecía una eternidad, pero finalmente se calmó el mar y murieron los vientos. — "Valdez", dijo el entrenador Hedge, con delicadeza sorprendente. "Deja que te saque del timón. Usted ha estado dirigiendo por dos horas. " — "¿Dos horas?" — "Si. Dame el timón". — "¿Entrenador?" — "¿Sí, chico?" — "No puedo aflojar mis manos." Era cierto. Dedos de Leo se sentía como si hubiera vuelto de piedra. Sus ojos ardían de tanto mirar el horizonte. Sus rodillas eran malvaviscos. El entrenador Hedge logró entrometerse del timón. Leo echó un último vistazo a la consola, escuchando la charla de Festus y el zumbido de un informe de estado. Leo sintió como si estuviera olvidando algo. Miró fijamente a los controles, tratando de pensar, pero no sirvió de nada. Sus ojos apenas podían concentrarse. — "Sólo ve por si hay monstruos ", dijo al entrenador. "Y ten cuidado con el estabilizador dañado. Y-" — "Ya lo tengo cubierto" El entrenador Hedge prometió. "Ahora, ¡vete de aquí!" Leo asintió con cansancio. Se tambaleó por la cubierta hacia sus amigos. Percy y Jason se sentaron con la espalda apoyada en el mástil, con la cabeza hundida en el agotamiento. Annabeth y Piper estaban tratando de conseguir que tomen un poco de agua. Hazel y Frank estaba justo fuera del alcance del oído, con el argumento de que muchos de los involucrados agitando el brazo y la cabeza temblorosa. Leo no tendría que haberse sentido complacido al respecto, pero sí parte de él. La otra parte de él se sentía mal de que se sintiera complacido. El argumento se detuvo bruscamente cuando vio a Leo Hazel. Todo el mundo se reunió en el mástil. Frank frunció el ceño como si estuviera tratando de convertirse en un bulldog. — "No hay señales de persecución", dijo.

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— "O la tierra", añadió Hazel. Se veía un poco verde, pero Leo no estaba seguro de si eso era desde el balanceo del barco o de discutir. Leo escudriñó el horizonte. Nada más que océano en todas direcciones. Eso no debería haberle sorprendido. Había pasado seis meses construyendo un barco que él sabía que iba a cruzar el Atlántico. Pero hasta hoy, su embarcación en un viaje para las antiguas tierras no parecía real. Leo nunca había estado fuera de los EE.UU. antes de que, a excepción de un vuelo de dragón rápido hasta Quebec. Ahora estaban en el medio del mar abierto, completamente solos, navegando hacia el Mare Nostrum, donde todos los monstruos que dan miedo y gigantes desagradables habían venido. Los romanos no pudieron seguirlos, pero no podían contar con algún tipo de ayuda desde el Campamento Mestizo, tampoco. Leo acarició la cintura para asegurarse de que su cinturón de herramientas todavía estaba allí. Por desgracia, eso sólo le recordaba a Némesis y la galleta de la fortuna, escondido dentro de uno de los bolsillos. Siempre serás un extraño. La voz de la diosa aún se retorcía en su cabeza. La séptima rueda. Olvídate de ella, Leo se dijo. Concéntrese en las cosas que se pueden arreglar. Se volvió a Annabeth. — "¿Encontraste el mapa que querías?" Ella asintió con la cabeza, aunque estaba pálida. Leo se preguntó lo que había visto en el Fuerte Sumter que podría haberla sacudido tan mal. — "Voy a tener que estudiarlo", dijo ella, como si ese fue el final de la asignatura. "¿Qué tan lejos estamos de esas coordenadas?" — "A la velocidad de remo superior, alrededor de una hora", dijo Leo. "¿Alguna idea de lo que estamos buscando?" — "No", admitió. "¿Percy?" Percy levantó la cabeza. Sus ojos verdes estaban inyectados en sangre y caídos. — "La Nereida dijo que los hermanos de Quirón estaban allí, y quieren escuchar acerca del acuario en Atlanta. No sé a qué se refería, pero... "Hizo una pausa, como si hubiera agotado todas sus energías diciendo eso. "Ella también me advirtió que tuviera cuidado. Keto, la diosa del acuario: es la madre de monstruos marinos. Ella podría estar atrapada en Atlanta, pero todavía puede enviar a sus hijos después de nosotros. La Nereida dijo que deberíamos esperar un ataque. " — "Maravilloso", murmuró Frank. Jason intentó ponerse de pie, que no era una buena idea. Piper le agarró para que no se caiga, y él se deslizó hacia atrás por el mástil. — "¿Podemos conseguir que la nave vaya en el aire", se preguntó. "Si pudiéramos volar-"

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— "Eso sería grandioso", dijo Leo. "A menos que Festus me dice que el estabilizador del puerto aéreo quedó pulverizado cuando el buque se pasó contra el muelle de Fort Sumter. " — "Estamos con prisa", dijo Annabeth. "Trata de ahorrar." — "Y me ahorro es para una causa muy noble", coincidió Leo. "Sólo estoy diciendo que va a tomar algún tiempo para arreglarlo. Hasta entonces, estamos sin volar en cualquier lugar. " Percy flexionó los hombros e hizo una mueca. — "Me parece muy bien. El mar es bueno”. — "Habla por ti mismo." Hazel miró al sol de la tarde, que estaba casi hasta el horizonte. "Tenemos que ir rápido. Hemos quemado otro día, y Nico sólo tiene tres más a la izquierda. " — "Podemos hacerlo", prometió Leo. Esperaba que Hazel le había perdonado por no confiar en su hermano (hey, Parecía una sospecha razonable), pero que no quería volver a abrir esa herida. "Podemos llegar a Roma en tres días, Suponiendo que, ya sabes, nada inesperado ocurre. " Frank lanzó un gruñido. Parecía que todavía estaba trabajando en esa transformación bulldog. — "¿Hay alguna buena noticia?" — "En realidad, sí", dijo Leo. "De acuerdo a Festus, nuestra mesa voladora, Buford, lo hizo de nuevo de forma segura mientras estábamos en Charleston, así que las águilas no lo agarraron. Por desgracia, perdió la bolsa de lavandería con los pantalones”. — "¡Jódeme!" Ladró era Frank, Leo pensó que probablemente blasfemia grave para él. Sin duda, Frank habría maldecido un poco más-que hay caramba y Dios Mío, Percy fue interrumpido por un gemido. — "¿El mundo acaba de girar al revés?", se preguntó. Jason se llevó las manos a la cabeza. — "Sí, y está girando. Todo es de color amarillo. ¿Se supone que ser amarillo? " Annabeth y Piper intercambiaron miradas interesadas. — "Convocar la tormenta realmente ha minado su fuerza", dijo Piper a los chicos. "Uno tiene que descansar". Annabeth asintió con la cabeza. — "Frank, ¿puedes ayudarnos a llevar a las cubiertas inferiores a los chicos?" Frank miró a Leo, sin duda reacios a dejarlo solo con Hazel. — "Está bien, hombre", dijo Leo. "Sólo trata de no caer en el camino por las escaleras."

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Una vez que los otros estaban abajo, Hazel y Leo se enfrentaron con torpeza. Estaban solos, excepto para el entrenador Hedge, que estaba de vuelta en el alcázar cantar el tema musical Pokémon. El entrenador había cambiado las palabras a: Gotta Kill 'Em All, y Leo no quería saber por qué. La canción no parecía ayudar con la náusea de Hazel. — "Ugh..." Ella se inclinó y abrazó a sus lados. Tenía el cabello muy rizado agradable y marrón dorado como rizos de canela. Su pelo recuerda a Leo un lugar en Houston que hacia excelentes churros. La idea le hizo hambre. — "No se incline sobre", aconsejó. "No cierres los ojos. Esto hace que el mareo peor”. — "¿Lo hace? ¿Estás mareado también? " — "No mareado. Pero los coches me causan nauseas, y ... " Él se detuvo. Quería decir hablando con las chicas, pero decidió mantenerlo para sí mismo. — "¡Autos?" Hazel se enderezó con dificultad. "Puedes navegar un barco o volar un dragón, ¿los coches que te enferma?" — "Lo sé, ¿verdad?" Leo se encogió. "Yo soy especial de esa manera. Mira, mantén los ojos en el horizonte. Ese es un punto fijo. Eso te va a ayudar". Hazel respiró hondo y miró a lo lejos. Sus ojos eran de oro brillante, como el cobre y el bronce de los discos dentro de la cabeza mecánica Festus. — "¿Mejor?", Preguntó. — "Tal vez un poco." Ella sonaba como si ella sólo estaba siendo amable. Mantuvo los ojos fijos en el horizonte, Leo tenía la sensación de que estaba definiendo su estado de ánimo, teniendo en cuenta lo que dicen. — "Frank no se cae a propósito", dijo. "Él no es así. Es sólo un poco torpe a veces. " — "Oops", dijo Leo, con su mejor voz de Frank Zhang. "Abandonado a Leo en un pelotón de soldados enemigos. ¡Jódeme! " Hazel intentó reprimir una sonrisa. Leo pensó sonriendo era mejor que vomitar. — "Hazlo fácil con él", dijo Hazel. "Tú y tus bolas de fuego que Frank nervioso". — "El hombre puede convertirse en un elefante, ¿y yo le pongo nervioso?" Hazel mantuvo sus ojos en el horizonte. No parecía tan mareada, a pesar del hecho de que el entrenador Hedge era todavía cantando su canción Pokémon a la cabeza. — "Leo", dijo, "lo que pasó en el Gran Lago Salado ..." Aquí viene, pensó Leo. Recordó su encuentro con la diosa Némesis venganza. La galleta de la fortuna en su cinturón de herramientas comenzó a sentirse más pesado. Ayer por la noche, ya que voló desde Atlanta, Leo había permanecido en su camarote y pensó en lo enojado que había hecho

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Hazel. Había pensado en maneras que podrían hacer las cosas bien. Pronto se enfrentará a un problema que no puede resolver, Némesis había dicho, aunque te puedo ayudar... por un precio. Leo tomó la galleta de la fortuna de su cinturón de herramientas y la colocó en sus dedos y se preguntó qué precio lo haría tiene que pagar si la rompía al abrirla. Tal vez había llegado el momento. — "Estoy dispuesto", dijo a Hazel. "Yo podría usar la galleta de la fortuna de encontrar a tu hermano." Hazel miró atónito. — "¿Qué? ¡No! Quiero decir... Yo nunca te pediría que hacer eso. No después de lo que dijo Némesis sobre el costo horrible. ¡Apenas nos conocemos el uno al otro! " El comentario de que Apenas se conocen hirió a leo, aunque Leo sabía que era verdad. — "Así que... ¿eso no es lo que querías hablar?", Preguntó. "Uh, qué querías hablar de la retención de manos el otro momento, en las rocas? Porque-" — "¡No!" Dijo ella rápidamente, abanicándose la cara de esa manera linda que hace cuando está nerviosa. "No, sólo estaba pensando sobre la forma en que engañaste a Narciso y las ninfas esos ... " — "Oh, está bien." Leo miró tímidamente a su brazo. El tatuaje HOT STUFF no se había desvanecido por completo. "Parecía un buena idea en ese momento. " — "Estuviste increíble", dijo Hazel. "He estado dándole vueltas, lo mucho que me recordó-" — "Sammy", supuso Leo. "Me gustaría que me diga quién es." — "¿Quién era él?," Hazel corrigió. El aire de la noche era cálida, pero se estremeció. "He estado pensando... tal vez pueda mostrarte. " — "¿Te refieres a una foto?" — "No. Hay una especie de flashback que me pasa a mí. No he tenido una en mucho tiempo, y nunca he tratado de hacer que suceda a propósito. Pero ya compartimos uno con Frank una vez, así que pensé ... " Hazel ojos fijos en él. Leo empezó a sentirse nervioso, como si le hubieran inyectado con café. Si este retroceso fue algo que Frank había compartido con Hazel... bueno, ya Leo no quería saber nada de él, o él definitivamente quería intentarlo. No estaba seguro de qué. — "Cuando dices retroceso..." Tragó saliva. "¿Qué es exactamente lo que estamos hablando? ¿Es seguro? " Hazel le tendió la mano.

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— "Yo no te pido que hagas esto, pero estoy segura de que es importante. No puede ser una coincidencia que nos conozcamos. Si esto funciona, puede que por fin podremos comprender cómo estamos conectados". Leo miró de nuevo a la cabeza. Todavía tenía una persistente sospecha de que había olvidado algo, pero el entrenador Hedge parecía estar haciendo bien. El cielo estaba claro por delante. No había ninguna señal de problemas. Además, un flashback sonaba como algo muy breve. No sería malo dejar que el entrenador a cargo de unos cuantos minutos más, ¿verdad? — "Está bien", él cedió. "Muéstrame". Tomó la mano de Hazel, y se disolvió el mundo.

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CAPITULO XXII LEO ESTABAN DE PIE EN EL PATIO de un compuesto antiguo, como un monasterio. Paredes de ladrillo rojo estaban cubiertas de enredaderas. Grandes árboles de magnolia habían roto el pavimento. El sol caía a plomo, y la humedad era de 200 por ciento, incluso más pegajosa que en Houston. En algún lugar cercano, Leo olía a fritura de pescado. Arriba, la cobertura de nubes fue baja y gris, rayado como una piel de tigre. El patio era del tamaño de una cancha de baloncesto. Un fútbol desinflado viejo sentado en un rincón, en la base de una estatua de la Virgen María. A lo largo de los lados de los edificios, las ventanas estaban abiertas. Leo podía ver destellos de movimiento en el interior, pero fue misteriosamente tranquilo. No veía ninguna señal de aire acondicionado, lo que significa que debe haber sido un millar de años atrás en ese país. — "¿Dónde estamos?", Preguntó. — "Mi vieja escuela", dijo Hazel junto a él. "St. Agnes Academia para niños de color e indios". — "¿Qué clase de nombre?" Se volvió hacia Hazel y gritó. Ella era un fantasma, sólo una silueta vaporosa en el aire lleno de vapor. Leo miró hacia abajo y se dio cuenta de su propio cuerpo se había convertido en niebla también. Todo a su alrededor parecía sólida y real, pero era un espíritu. Después de haber sido poseído por un eidolon hace tres días, no le gustaba la sensación. Antes de que pudiera preguntar, sonó un timbre en el interior: no es un sonido electrónico moderno, un zumbido pasado de moda de una martillar sobre metal. — "Este es un recuerdo", dijo Hazel, "Nadie nos ve. Mira, allá vamos”. — "¿Nosotros?" De todas las puertas, decenas de niños se derramaron en el patio, gritando y empujándose unos a otros. En su mayoría eran Afroamericanos, con un poco de aspecto hispano, los niños tan jóvenes como de niños de kínder y tan viejos como estudiantes de secundaria. Leo podría decir que esto fue en el pasado, porque todas las chicas llevaban vestidos y zapatos con hebillas de cuero. Los chicos vestían camisas de blanco con cuello y pantalones sostenidos por tirantes. Muchos llevaban gorras desgastadas de caballo tipo jockeys. Algunos niños se fueron a almorzar. Muchos de ellos no lo hicieron. Sus ropas estaban limpias, pero gastadas y descoloridas. Algunos tenían agujeros en las rodillas de sus pantalones o zapatos con los talones separados.

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Algunas de las chicas comenzaron a jugar saltar la cuerda con un viejo trozo de cuerda. Los chicos mayores lanzaron una pelota de béisbol Ratty de ida y vuelta. Los niños con almuerzos se sentaron juntos y comieron y charlaron. Nadie le prestó ninguna atención al fantasma de Hazel o Leo. Entonces Hazel –Hazel desde el pasado, entró en el patio. Leo la reconoció sin ningún problema, a pesar de que miró a su alrededor dos años más joven que ahora. Llevaba el pelo recogido hacia atrás en un moño. Sus ojos dorados recorrieron el patio con inquietud. Llevaba un vestido oscuro, a diferencia de las otras chicas de su algodón blanco o estampados florales en colores pastel, por lo que se desatacaba como un doliente en una boda. Se agarró una bolsa de almuerzo lienzo y se trasladó a lo largo de la pared, como si tratando de no llamar la atención. No funcionó. Un niño gritó: — "¡Niña bruja!" Él avanzó pesadamente hacia ella, llevándola hacia un rincón. El niño podría haber sido de catorce o diecinueve años. Era difícil de decir, porque él era tan grande y alto, fácilmente el más grande hombre en el patio de recreo. Leo pensó que había sido retenido un par de veces. Llevaba una camisa sucia del color de trapos de grasa, raída pantalones de lana (en este calor, no podría haber sido cómodo), y sin zapatos en absoluto. Tal vez los maestros estaban demasiado aterrorizados para insistir en que este niño use zapatos, o tal vez simplemente no tenían ningún problema. — "Eso es Rufus", dijo el fantasma Hazel con disgusto. — "¿En serio? De ninguna manera su nombre es Rufus ", dijo Leo. — "Vamos", dijo el fantasma de Hazel. Ella se desvió hacia la confrontación. Leo seguido. No estaba acostumbrado a ir a la deriva, pero había montado un Segway una vez y fue algo así como eso. Él simplemente se apoyó en la dirección que él quería ir y se deslizó a lo largo. El gran Rufus tenía características planas, como si se pasara la mayor parte de su tiempo de plantando la cara en la acera. Tenía el pelo cortado tan planamente en la parte superior, por lo que los aviones en miniatura podrían haberlo utilizado para una pista de aterrizaje. Rufus tendió la mano. — "El almuerzo". La Hazel del pasado no protestó. Ella entregó su bolsa de lona, parecía que esto era un hecho cotidiano. Unas pocas niñas mayores derivaron a ver el espectáculo. Una risita a Rufus. — "No quiero comer eso", advirtió. "Probablemente es veneno". — "Tienes razón", dijo Rufus. "¿Tu mamá bruja hace esto, Levesque?" — "Ella no es una bruja," murmuró Hazel.

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— Rufus dejó caer la bolsa y se paro en ella, rompiendo el contenido bajo su talón desnudo. "Puedes tenerlo de vuelta. Yo quiero un diamante, sin embargo. Oigo tu mamá puede hacer que los de la nada. Dame un diamante”. — "Yo no tengo diamantes", dijo Hazel. "Vete". Rufus apretó los puños. Leo había estado en suficientes escuelas y los hogares de acogida para detectar cuando las cosas estaban a punto de ponerse feas. Quería intervenir y ayudar a Hazel, pero era un fantasma. Además, todo esto hubiera ocurrido décadas atrás. Luego otro niño tropezó fuera de la luz del sol. Leo contuvo el aliento. El muchacho se veía exactamente como él. — "¿Lo ves?", Preguntó el fantasma de Hazel. El Leo FALSO fue de la misma altura que el Leo Original, sentido él fue corto. Él tenía la misma energía nerviosa- ajustando sus dedos contra sus pantalones, rozando en su camisa blanca de algodón, ajustando la gorra de jockey sobre su pelo castaño rizado. (En realidad, pensó Leo, personas de baja estatura no deben usar tapones de jinete a menos que fueran jinetes.) El Leo Falso tenía la misma sonrisa diabólica que el Leo original tenía siempre que se miraba en un espejo, una expresión que hizo que los maestros inmediatamente gritaran: "¡Ni siquiera lo pienses!" y plop él estaba en la primera fila. Al parecer, el Leo falso acababa de ser regañado por un profesor. Tenía en la mano una gorra – Un cono de cartulina honesto y simple que decía BURRO. Leo pensó que se trataba de algo que sólo se veía en los dibujos animados. Podía entender por qué el Leo falso no lo llevaba. Ya es bastante malo para que parezca un jockey. Con ese cono en su cabeza, hubiera parecía un gnomo. Algunos o respaldaron cuando el Leo falso entro en escena. Otros se dieron unos codazos entre sí y corrieron hacia él como si esperaran un espectáculo. Mientras tanto, El pesado de Rufus estaba tratando de obligas a Hazel a sacar diamante, ajeno a que el Leo falso había llegado. — "Vamos, chica." Rufus se cernía sobre Hazel con los puños apretados. "¡Dámelo!" Hazel se apretó contra la pared. De repente, del suelo en sus pies se presiono, sonó como una ramita romperse. Un perfecto diamante del tamaño de un pistacho brillaba entre sus pies. — "¡Ja!" Rufus ladró cuando lo vio. Comenzó a inclinarse hacia abajo, pero Hazel gritó: "¡No, por favor!", Como si estuviera genuinamente preocupada por el matón grande. Fue entonces cuando el Leo falso se acerco. Aquí viene, pensó Leo. El Leo falso va a reventar algunos al estilo jiujitsu del Entrenador Hedge. En su lugar, el Leo falso puso la parte superior del gorro de burro a la boca como un megáfono y gritó:

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— "¡Corten!" Lo dijo con tal autoridad todos los otros niños por un momento se quedaron helados. Incluso Rufus se enderezó y retrocedió en confusión. Uno de los niños pequeños se rió en voz baja: — "Hammy Sammy". Sammy... Leo se estremeció. ¿Quién diablos era ese chico? Sammy / Leo falso asaltaron a Rufus con su gorro de burro en la mano, mirando enojado. — "¡No, no, no!", Anunció, agitando su mano libre salvajemente a los otros niños, a quienes se reunieron para ver el espectáculo. Sammy se volvió a Hazel. — "Miss Lamarr, su línea es..." Sammy miró a su alrededor con desesperación. "¡Diablos! ¿Hedy cuál es la línea de Lamarr? " — "'¡No, por favor, villano!'" Anuncio uno de los chicos fuera. — "¡Gracias!", Dijo Sammy. "Miss Lamarr, se supone que debes decir: ¡No, por favor, villano! Y tú, Clark Gable-" El patio entero estalló en risas. Leo sabía vagamente Clark Gable era un actor viejos tiempos, pero sabía mucho más. Aparentemente, sin embargo, la idea de que Rufus podría ser Clark Gable era de risa para los niños. — "Mr. Gable-" — "¡No!", Exclamó una de las chicas. "Hazlo Gary Cooper". Más risas. Rufus miró como si estuviera a punto de estallar una válvula. Él cerró los puños como si quisiera golpear alguien, pero no podía atacar a toda la escuela. Estaba claro que odiaba que se rieran, pero su mente era un poco lenta, no podía averiguar lo qué Sammy estaba haciendo. Leo asintió en agradecimiento. Sammy era como él. Leo había hecho el mismo tipo de cosas con los matones durante años. — "¡Muy bien!", Gritó Sammy imperiosamente. "Mr. Cooper, que usted dice: ¡Oh, pero el diamante es mío, Mi querida traicionera! ¡Y luego recoges el diamante como este! " — “ ¡Sammy, no!", Protestó Hazel, pero Sammy cogió la piedra y se la guardó en el bolsillo de su uniforme en un movimiento. Giró hacia Rufus. — "¡Quiero qué emociones! ¡Quiero que las chicas en la audiencia se desmayen! Señoras, ¿el Sr. Cooper las hace, a ustedes desmayar justo ahora? " — "No," llamó a varios de ellos de nuevo.

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— "No, ¿ves?", Exclamó Sammy. "Ahora, ¡Desde el comienzo!", Gritó en su gorro de burro. "¡Acción!" Rufus estaba empezando a salir de su confusión. Se acercó a Sammy y le dijo: — "Valdez, voy a-" La campana sonó. Los niños pululaban las puertas. Sammy sacó Hazel fuera de la manera como la pequeña ,-quien actuaba si estaban en la nómina de Sammy conducidos Rufus con ellos por lo que fue llevado dentro de una como estaba Sammy el control- Rufus y el resto fueron llevados dentro por una marea de niños de kinder. Poco después Sammy y Hazel estaban solos excepto por los fantasmas. Sammy recogió almuerzo roto de Hazel, hizo un movimiento de sacar el polvo de la bolsa de lona, y lo presentó a su con una profunda reverencia, como si se tratara de su corona. — "Miss Lamarr". Hazel desde el pasado tomó su almuerzo arruinado. Parecía que estaba a punto de llorar, pero Leo no sabía si eso era desde el socorro o la miseria o la admiración. — "Sammy... Rufus te va a matar." — "Ah, él sabe que no debe enredarse conmigo." Sammy dejó caer el gorro de burro en la parte superior de su gorra de jockey. Se puso de pie con la espalda recta y sacó su pecho escuálido. El casquillo de burro cayó. Hazel rió. — "Usted es ridículo". — "Vaya, gracias, señorita Lamarr". — "De nada, mi amor traicionero". Sammy sonrisa vaciló. El aire se volvió incómodo. Hazel se quedó mirando el suelo. — "Usted no debería haber tocado ese diamante. Es peligroso". — "Ah, vamos," dijo Sammy. "¡No es para mí!" Hazel lo observó con recelo, como si quisiera creerlo. — "Las cosas más malas pueden suceder. No deberías-" — "No lo voy a vender", dijo Sammy. "¡Te lo prometo! Voy a mantenerlo como un símbolo de su sabor. " Hazel forzó una sonrisa. — "Creo que te refieres muestra de mi favor." — "¡Ahí lo tienes! Hay que ponerse en marcha. Es hora de que nuestra siguiente escena: Miss Lamarr casi se muere de aburrimiento en la clase de Inglés". Sammy le tendió codo como un caballero, pero lo Hazel lo rechazó juguetonamente.

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— "Gracias por estar ahí, Sammy”. — "Miss Lamarr, siempre voy a estar allí para usted", dijo alegremente. Los dos de ellos corrieron de vuelta a la escuela. Leo se sintió más como un fantasma que nunca. Tal vez había sido en realidad un eidolon toda su vida, porque este chico que había acabado de ver debería haber sido el verdadero Leo. Él era más inteligente, más fresco y divertido. Coqueteó tan bien con Hazel que tenía obviamente robado su corazón. No era de extrañar que Hazel mirara a Leo tan extraña cuando se conocieron. No es de extrañar que ella hubiera dicho Sammy con mucho sentimiento. Pero Leo no era Sammy, no más que Rufus era Clark Gable. — "Hazel", dijo. "Yo-yo no-" El patio del colegio disuelto en una escena diferente. Hazel y Leo eran todavía los fantasmas, pero ahora se paró frente a una casa destartalada junto a una zanja de drenaje, había jardín invadido de maleza. Un grupo de árboles de plátanos colgaban en el patio. Encaramado en la escalera, una vieja radio de moda reproduce música de conjunto, y en el porche con sombra, sentado en una mecedora, un anciano flaco miró el horizonte. — "¿Dónde estamos?", Preguntó Hazel. Ella no era más que vapor, pero su voz estaba llena de alarma. "¡No se trata de mi vida!" Leo sintió como si su yo espiritual se espesaba, cada vez más real. Este lugar parecía extrañamente familiar. — "Es Houston," se dio cuenta que él. "Sé que este punto de vista. Esa zanja de drenaje... Este es el barrio viejo de mi madre, donde ella creció. Hobby Airport es más de esa manera. " — "¿Esta es tu vida?", Dijo Hazel. "¡No lo entiendo! ¿Cómo -? " — "¿Perdón, estas preguntando?" Demando Leo. De repente, el anciano murmuró: — "¡Ah, Hazel ..." Un choque subió columna de Leo. Los ojos del anciano estaban fijos todavía en el horizonte. ¿Cómo sabía que estaban aquí? — "Supongo que se acabó el tiempo", continuó el anciano soñador. "Bueno ..." No terminó la idea. Hazel y Leo se quedaron muy quietos. El anciano no hizo señal de que los vio o escuchó. Leo Cayó en la cuenta que el tipo había estado hablando para sí mismo. Pero entonces, ¿por qué había dicho el nombre de Hazel?

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Tenía la piel curtida, pelo rizado blanco y las manos nudosas, como si hubiera pasado toda la vida trabajando en un taller mecánico. Él llevaba una camisa de color amarillo pálido, estaba impecable y limpio, con pantalón gris y tirantes y pulidos zapatos negros. A pesar de su edad, sus ojos eran agudos y claros. Se sentó con una especie de serena dignidad. Miró a la paz, divertida, incluso, como si estuviera pensando, Wang, ¿He vivido tanto tiempo? ¡COOL! Leo estaba bastante seguro de que nunca había visto a este hombre antes. Entonces, ¿por qué parece familiar? Entonces se dio cuenta que el hombre daba golpecitos con los dedos sobre el brazo de su silla, pero el tapping no fue al azar. Él estaba usando código Morse, al igual que la Madre de Leo solía hacer con él... y el viejo estaba tocando el mismo mensaje: Te quiero. La puerta mosquitera se abrió. Una mujer joven salió. Llevaba unos vaqueros y una blusa turquesa. Llevaba el pelo cortado en una cuña negro corto. Era bonita, pero no delicada. Había sido muy musculosos brazos y manos callosas. Al igual que el viejo hombre, sus ojos marrones brillaban con diversión. En sus brazos era un bebé envuelto en una manta azul. — "Mira, mijo", le dijo al bebé. "Este es tu bisabuelo. Bisabuelo, ¿Que quiere cogerlo? " Cuando Leo oyó su voz, lloró. Fue su madre más joven que él la recordaba, pero muy viva. Eso significaba que el bebé en sus brazos... El viejo se rompió en una sonrisa enorme. Tenía unos dientes perfectos, tan blancos como su pelo. Su rostro arrugado con las líneas de expresión. — "¡Un muchacho! ¡Mi bebito, Leo! " — "¿Leo?" Susurró Hazel. "¿Eso-que eres tú? ¿Qué es un bisabuelo? " Leo no pudo encontrar su voz. Bisabuelo, quería decir. El anciano tomó el bebé de Leo en sus brazos, riendo con satisfacción y cosquilleo barbilla y el bebé y el Fantasma de Leo finalmente se dio cuenta de lo que estaba viendo. De alguna manera, el poder de Hazel a visitar el pasado había encontrado el único evento que conecta la vida de ambos, donde Donde la línea de Leo de había tocado con la de Hazel. Este viejo .. — "Oh..." Hazel pareció darse cuenta de que él estaba en el mismo momento. Su voz se hizo muy pequeña, a punto de lágrimas. "Oh, Sammy, no..." — "Ah, el pequeño Leo," dijo Sammy Valdez, envejecido bien entrados en los setenta años. "Vas a tener que ser mi doble en los trucos, ¿eh? Eso es como lo llaman, creo. Dile por mí. ¡Tenía la esperanza de que estaría con vida, pero, ay, no tengo la maldición! "

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Hazel sollozó. — "Gea Gea... me dijo que había muerto de un ataque al corazón, en la década de 1960. Pero este no es-no puede ser... " Sammy Valdez siguió hablando con el bebé, mientras la madre de Leo, Esperanza, miraba con una sonrisa de dolor, tal vez un poco preocupada de que el bisabuelo de Leo estaba divagando, un poco triste que estaba hablando tonterías. — "Esa señora, Doña Callida, me advirtió." Sammy movió la cabeza con tristeza. "Ella dijo que el gran peligro de Hazel no lo iba a suceder en mi tiempo de vida. Pero le prometí que estaría allí para ella. Usted tendrá que decirle que lo siento, Leo. Ayúdala si es que pueda. " — "Bisabuelo", dijo Esperanza, "usted debe estar cansado." Ella extendió los brazos para tomar al bebé, pero el viejo lo abrazó un momento más. Bebé Leo parecía perfectamente bien con eso. — "Dile que lo siento por vender el diamante, ¿eh?", Dijo Sammy. "Rompí mi promesa. Cuando desapareció en Alaska... ah, hace tanto tiempo, por fin pude utilizar ese diamante, me mudó a Texas como siempre lo soñé. Empecé mi taller. ¡Comencé mi familia! Era una buena vida, pero Hazel tenía razón. El diamante viene con una maldición. Nunca la volví a ver. " — "Oh, Sammy", dijo Hazel. "No, la maldición no era alejarme. Yo quería volver. ¡Yo morí! " El anciano parecía no escuchar. Él sonrió al niño, y le dio un beso en la cabeza. — "Te doy mi bendición, Leo. ¡Eres primer varón bisnieto! Tengo la sensación de que eres especial, al igual que Hazel era. Tú eres más que un bebé normal, ¿no? Vas a seguir para mí. Usted la verá algún día. Dile hola para mí. " — "Bisabuelo", dijo Esperanza, un poco más insistente. — "Sí, sí". Rió Sammy. "El viejo loco solo divaga. Estoy cansado, Esperanza. Usted tiene razón. Pero voy a descansar pronto. Eh tenido una buena vida. Levante lo bueno, nieta”. La escena se desvaneció. Leo estaba de pie en la cubierta de la II Argo, de la mano de Hazel. El sol se había puesto, y la nave se iluminó sólo por las linternas de bronce. Ojos de Hazel estaban hinchados de tanto llorar. Lo que había visto era demasiado. El océano entero tiró debajo de ellos, y ahora, por primera vez sintieron como si estuvieran totalmente a la deriva. — "Hola, Hazel Levesque," dijo él, su voz grave. Su barbilla temblaba. Ella se volvió y abrió la boca para hablar, pero antes de que pudiera, la nave se sacudió a un lado.

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— "Leo" El entrenador Hedge gritó. Festus zumbó en alarma y sopló las llamas en el cielo nocturno. Campana de la nave sonó. — "¿Esos monstruos por los que estaban preocupados?", Gritó Hedge. “ ! Uno de ellos nos encontró!”

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CAPITULO XXIII LEO LEO MERECIA UN GORRO DE BURRO Si él hubiera estado pensando bien, hubiera cambiado el sistema de detección de radar de la nave a sonar tan pronto como dejaron el puerto de Charleston. Eso es lo que se le había olvidado. El diseño el casco para resonar cada pocos segundos, el envío de ondas a través de la niebla y Festus alertaría sobre los monstruos cercanos, pero sólo funcionaba en un modo a la vez: agua o aire. Había estado tan sacudido por los romanos, luego de la tormenta, a continuación Hazel, que se había olvidado por completo. Ahora, una monstruo estaba justo debajo de ellos. El barco se inclinó a estribor. Hazel se apoderó de los aparejos. Hedge gritó: — "Valdez, ¿qué botón hace estallar monstruos? ¡Toma el timón! " Leo subió a la cubierta corriendo y logró agarrar la barandilla de babor. Empezó a trepar hacia los lados hacia el timón, pero cuando vio que el monstruo superficie, se olvidó de cómo moverse. La cuestión era la duración de su nave. En la luz de la luna, parecía un cruce entre un camarón gigante y una cucaracha, con una rosa concha quitinosa, una cola de cangrejo plana, y piernas de ciempiés de tipo ondulante hipnóticamente como el monstruo raspó contra el casco del Argo II. Su cabeza apareció última, una cara viscosa de color rosa de un enorme pez gato con ojos vidriosos muertos, una boca sin dientes abierta, y un bosque de tentáculos que brotan de cada ventana de la nariz, haciendo que los espesos bigotes y las barbas bajo la nariz hicieran sentir incomodo a Leo. Leo recordó especiales cenas viernes por la noche, él y su mamá la utilizaban para compartir en un restaurante de mariscos de la zona en Houston. Comían camarón y bagre. La idea ahora le daba ganas de vomitar. — "Vamos, Valdez," gritó Hedge. "¡Toma el volante para que pueda obtener mi bate de béisbol!" — "Un palo no va a ayudar", dijo Leo, pero él hizo su camino hacia el timón. Detrás de él, el resto de sus amigos tropezaron por las escaleras. Percy le gritó: — "¿Qué va-Gah! ¡Shrimpzilla! "

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Frank corrió al lado de Hazel. Se estaba aferrando a los aparejos, todavía aturdida por su flashback, pero hizo un gesto de que ella estaba bien. El monstruo se estrelló la nave de nuevo. El casco se crujió. Annabeth, Piper, y Jason cayó a estribor y casi rodaron por la borda. Leo llegó al timón. Sus manos volaron a través de los controles. Durante la intercomunicación, Resonaban Festus y los clics mientras revisaba las fugas bajo cubierta, pero la nave no parecía estar en peligro de hundirse, al menos no todavía. Leo alternar los remos. Podrían convertirse en lanzas, que debería ser suficiente para impulsar a la criatura. Por desgracia, se habían atascado. Shrimpzilla debe haberlos eliminado de la alineación, y el monstruo estaba en tiro de piedra, lo que significaba que Leo no podía usar las balistas sin ajustar el Argo II en fuego también. — "¿Cómo llegó tan cerca?", Gritó Annabeth, tirando de ella hacia arriba en uno de los escudos de ferrocarril. — "¡Yo no sé!" Gruñó Hedge. Miró a su alrededor por su bate, que rodó por el alcázar. — "¡Yo soy estúpido!" Leo se regañó. "¡Estúpido estúpido! ¡Olvidé activar el sonar! " El barco se inclinó más hacia estribor. O el monstruo estaba tratando de darles un abrazo, o estaba a punto de zozobrarlos. — "¡Sonar?" Exigió Hedge. "¡Pan de pipas, Valdez! Tal vez si no hubiera estado mirando a los ojos de Hazel, de la mano durante tanto tiempo " — "¿Qué?" Gritó Frank. — "¡No fue así!" Protestó Hazel. — "No importa", dijo Piper. "Jason, ¿puedes llamar a algún rayo?" Jason se puso en pie. — "I-" Él sólo pudo sacudir la cabeza. Convocando a la tormenta antes había tomado demasiado mucho de él. Leo puso en duda la pobre podría hacer estallar una bujía en la forma que él era . — "Percy", Annabeth dijo. "¿Puedes hablar con esa cosa? ¿Sabes lo que es? " El hijo del dios del mar sacudió la cabeza, claramente perpleja. — "Tal vez es sólo curiosidad por el barco. Tal vez-" Tentáculos del monstruo atacó por la cubierta tan rápido, Leo no tuvo tiempo ni de gritar, ¡Cuidado! Un golpe Percy en el pecho y lo envió estrellándose abajo los escalones. Otra envuelto alrededor de las piernas de Piper y la arrastraron, chillando, hacia el carril. Docenas de zarcillos rizado alrededor de los mástiles, rodeando las ballestas y rasgando abajo del aparejo.

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— "¡Nariz de pelo de ataque!" Hedge arrebato hasta el bate y entraron en acción, pero sus éxitos sólo rebotó inofensivamente fuera de los zarcillos. Jason sacó su espada. Trató de liberar a Piper, pero aún estaba débil. Su hoja de oro pudo cortar los zarcillos sin problema, pero más rápido de lo que podía cortar, más tomaron su lugar. Annabeth desenvainó su daga. Corrió por el bosque de tentáculos, esquivando y apuñalando a cualquier cosa que pudo encontrar. Frank sacó su arco. Disparó a un lado el cuerpo de la criatura, alojamiento flechas en las rendijas de su caparazón, pero eso sólo pareció molestar al monstruo. Solo gritó y sacudió la nave. El mástil crujió como si podría quitarlo. Ellos necesitaban más potencia de fuego, pero no pudieron usar ballestas. Tenían que entregar una explosión que no destruiría la nave. Pero, ¿Cómo...? Los ojos de Leo se fijaron en una caja al lado de los pies de suministro de Hazel. — "Hazel", gritó él. "¡Esa caja! ¡Ábrela! " Ella vaciló, luego vio la caja que quería decir. La etiqueta leer ADVERTENCIA . NO ABRIR. — "Ábrelo" gritó Leo otra vez. "Entrenador, ¡Tome el volante! Gire a nosotros hacia el monstruo, o nos va a volcar”. Hedge bailó a través de los tentáculos con sus ágiles patas de cabra, rompiendo lejos con gusto. Saltó hacia el timón y los mandos y lo tomo. — "¡Espero que tengas un plan!", Gritó. — "Uno malo." Leo corrió hacia el mástil. El monstruo se aplasto contra El Argo II. La cubierta se tambaleó a cuarenta y cinco grados. A pesar de los esfuerzos de todos, los tentáculos eran demasiados numerosos para luchar. Parecía capaz de alcanzar todo lo que quería. Pronto tendrían el Argo II completamente enredado. Percy no había aparecido desde abajo. Los otros estaban luchando por sus vidas nariz contra pelo — "Frank" Leo llamó mientras corría hacia Hazel. "! ¿Nos Compras un poco de tiempo?! ¿Te puedes convertir en un tiburón o algo así? " Frank miró, frunciendo el ceño, y en ese momento un tentáculo chocó contra el gran hombre, tirando por la borda. Hazel gritó. Había abierto la caja de suministro y casi dejó caer los dos viales de vidrio que tenía en la mano. Leo los capturo. Cada uno era del tamaño de una manzana, y el líquido en su interior brillaba verde venenoso. El cristal era caliente al tacto. El pecho de Leo se sentía como que podría explosionar de la culpa. Usaba de carnada a Frank y posiblemente saldría muerto, pero no podía pensar en ello. Tenía que salvar el barco.

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— "¡Vamos!" Le dio a Hazel uno de los viales. "¡Podemos matar al monstruo y salvar a Frank!" Esperaba que no estuviera mintiendo. Para llegar a la barandilla de babor era más como escalar en roca que caminar, pero finalmente llegaron. — "¿Qué es esto?" Jadeó Hazel, acunando a su frasco de vidrio. — "Fuego griego" Sus ojos se abrieron. — "¿Estás loco? Si esto se rompe, ¡Vamos a quemar todo el barco! " — "Su boca", dijo Leo. "Sólo tienes que tirar hacia abajo su-" De repente, Leo fue aplastado contra Hazel, y el mundo se volvió hacia los lados. A medida que se elevó en el aire, se dio cuenta de que había estado envuelto en un tentáculo. Los brazos de Leo estaban libres, e izo todo lo que pudo para mantener el asimiento de su frasco de fuego griego. Hazel luchaba. Sus brazos estaban inmovilizados, lo que significó un momento a otro el vial atrapado entre ellos se podrían romper... y eso sería extremadamente malo para su salud. Los levantaron a tres metros, veinte pies, diez metros por encima del monstruo. Leo alcanzó a ver a sus amigos en una batalla perdida, gritando y rozando en pelos de la nariz del monstruo. Vio al entrenador Hedge luchando para mantener el buque y no volcar. El mar estaba oscuro, pero a la luz de la luna le pareció ver un objeto brillante flotando cerca del monstruo- tal vez el cuerpo inconsciente de Frank Zhang. — — — —

"Leo", exclamó Hazel: "Ya no puedo-mis brazos" "Hazel", dijo. "¿Confías en mí?" "¡No!" "Yo tampoco", admitió Leo. "Cuando esto nos deja, contén la respiración. Hagas lo que hagas, trata de tirar el frasco lo más lejos de la nave como sea posible. " — "¿Por qué, por porque nos dejaría caer?" Leo se quedó mirando la cabeza del monstruo. Esto sería un golpe duro, pero no tenía elección. Levantó el frasco en su mano izquierda. Apretó la mano derecha contra el tentáculo y convocó a fuego en su palma un estrecho centrado, Fuego blanco apareció. Eso llamó la atención de la criatura. Un temblor recorrió todo el camino hasta el tentáculo cuando su leo toco su carne llena de ampollas. El monstruo levantó sus fauces, gritando de dolor, y Leo echó fuego griego hacia abajo su garganta. Después de eso, las cosas se pusieron borrosas. Leo sintió el tentáculo liberarlos. Cayeron. Él oyó una explosión sorda y vio a un destello verde de luz en el interior de la pantalla gigante de color rosa del cuerpo del monstruo. El agua golpeó la cara de Leo como un ladrillo envuelto en papel de lija, y se hundió en la oscuridad. Apretó la boca cerrada, tratando de no respirar, pero él podría sentir que perdía la conciencia.

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A través de la picadura del agua salada, le pareció ver la silueta borrosa de casco del buque por encima de un óvalo oscuro rodeado de una corona de fuego verde, pero no pudo decir si el barco estaba realmente en el fuego. Asesinado por un camarón gigante, Leo pensó con amargura. Al menos deja al Argo II sobrevivir. Dejo que mis amigos estén bien. Su visión comenzó a apagarse. Sus pulmones ardían. Justo cuando estaba a punto de rendirse, un rostro extraño se cernía sobre él, un hombre que se parecía a Quirón, su entrenador de regreso al campamento Mestizo. Tenía el mismo pelo rizado, barba hirsuta y los ojos-una mirada inteligente en algún lugar entre hippie salvaje y profesor paternal, excepto la piel de este hombre era el color de un haba. El hombre se levantó silenciosamente una daga. Su expresión era sombría y de reproche, como si dijera: Ahora, quédate quieto, o no puedo matarte correctamente. Leo perdió el conocimiento. Cuando Leo se despertó, se preguntó si era un fantasma en otro flashback, porque estaba flotando sin peso. Sus ojos se ajustaron lentamente a la penumbra. — "Ya era hora". La voz de Frank tenía demasiada reverberación, como si estuviera hablando a través de varias capas de papel de plástico. Leo se sentó... o más bien se movió en vertical. Él estaba bajo el agua, en una cueva del tamaño de un garaje para dos coches. Musgo fosforescente cubría el techo, bañando la habitación con un resplandor azul y verde. El suelo era una alfombra de mar Erizos, lo que habría sido incómodo para caminar, por lo que Leo se alegró de que estuviera flotando. No entendía cómo podía respirar sin aire. Frank levitaba cerca, en posición de meditación. Con su rostro regordete y su expresión de mal humor, se veía como un Buda que había alcanzado la iluminación y no fue advertido al respecto. La única salida a la cueva fue bloqueada por una enorme concha de abulón, su superficie brilla en perla y rosa y turquesa. Si esta cueva era una prisión, al menos tenía una puerta impresionante. — "¿Dónde estamos?", Preguntó Leo. "¿Dónde está todo el mundo?" — "¿Todo el mundo?" Frank se quejó. "No lo sé. Por lo que yo sé, estamos sólo usted, yo y Hazel aquí abajo. El caballo-pescado chico tomo Hazel hace una hora, dejándome con usted. " Tono de Frank dejó claro que no estaba de acuerdo con esas disposiciones. No parecía herido, pero se dio cuenta de Leo que ya no tenía su arco o carcaj. Presa del pánico, Leo dio unas palmaditas en la cintura. Su cinturón de herramientas ya no estaba. — "Ellos nos buscaron", dijo Frank. "Tomó todo lo que pudiera ser un arma." — "¿Quién?" Exigió Leo. "¿Quiénes son estos peces, caballos?"

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— "Caballo de pez muchachos", aclaró Frank, aunque no era muy clara. "Nos tienen que haber agarrado cuando caímos en el océano y nos arrastraron... No importa”. Leo recuerda lo último que había visto antes de perder el conocimiento-el rostro del hombre coloreado lima-Abba con barba y la daga. — "El camarón monstruo. ¿El Argo II-es el barco está bien? " — "No lo sé", dijo Frank oscuramente. "Los otros podrían estar en problemas o heridos, o-o algo peor. Pero supongo que te importa más información sobre el barco de tus amigos”. Leo sintió que su rostro se había golpeado sólo el agua de nuevo. — "¿Qué cosas estúpidas dices?" Entonces se dio cuenta de por qué estaba tan enojado Frank: el flashback. Las cosas habían sucedido tan rápido con el ataque de un monstruo, Leo casi había olvidado. El entrenador Hedge había hecho ese comentario estúpido sobre Leo y Hazel tomados de la mano y mirándose a los ojos del otro. Probablemente no ayudó que Leo había conseguido que Frank sea golpeado por la borda después de eso. De repente, Leo le resultaba difícil encontrar la mirada de Frank. — "Mira, hombre… Lo siento, nos metió en este lío. Estoy totalmente en shock por las cosas. "Él tomó una respiración profunda, que se sentía sorprendentemente normal, teniendo en cuenta que estaba bajo el agua. "Yo y Hazel tomados de la mano... no es lo que piensas. Ella quería mostrarme este flashback de su pasado, tratando de entender mi relación con Sammy. " Expresión enojada Frank comenzó a neutra, sustituido por la curiosidad. "¿Ella... te diste cuenta?" — "Sí", dijo Leo. "Bueno, algo así. No tuvimos la oportunidad de hablar acerca de ello más tarde a causa de Shrimpzilla, pero Sammy fue mi bisabuelo. " Él le dijo a Frank lo que habían visto. La rareza no se había registrado completamente todavía, pero ahora, tratando de explicar en voz alta, Leo casi no lo podía creer. Hazel había sido dulce por su bisabuelo, un hombre que había muerto cuando Leo era un bebé. Leo no tenía hecha la conexión antes, pero tenía un vago recuerdo de los miembros mayores de la familia llamando a su abuelo Sam Junior. Lo que significaba que Sam padre era Sammy, bisabuelo de Leo. En algún momento, Tía Callida-Hera-ella misma había hablado con Sammy, consolarlo y darle una mirada hacia el futuro, lo que significaba que Hera había estado dando forma a Leo desde generaciones antes de que él naciera. Si Hazel se había quedado en la década de 1940, cuando se había casado con Sammy, Leo podría haber sido su bisnieto. — "Oh, hombre", dijo Leo cuando terminó la historia. "No me siento muy bien. Pero juro por el Rio Estigio, que es lo que vi ".

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Frank tenía la misma expresión que el monstruo de cabeza de bagre de ancho ojos vidriosos y la boca abierta. — "Hazel Hazel... ¿Le gusta tu bisabuelo? ¿Es por eso que le gustas? " — "Frank, sé que esto es raro. Créeme. Pero no me gusta Hazel-no de esa manera. No estoy interesado en tu chica". Frank frunció el entrecejo. — "¿No?" Leo esperaba que no se sonrojándose. A decir verdad, no tenía ni idea de cómo se sentía acerca de Hazel. Era impresionante y linda,y Leo tenía una debilidad por los impresionantes chicas lindas. Sin embargo, el retroceso ha complicado sus sentimientos mucho. Además, el barco estaba en problemas. Creo que se preocupan más por su barco de tus amigos, Frank había dicho. Eso no es cierto, ¿verdad? El Padre de Leo, Hefesto, había admitido una vez que él no era bueno con las formas de vida orgánicas. Y, sí, Leo siempre había sido más cómodo con las máquinas que personas. Pero sí se preocupan por sus amigos. Piper y Jason... los había conocido por más tiempo, pero los otros eran importantes para él también. Incluso Frank. Eran como familia. El problema era que había pasado tanto tiempo desde que Leo había tenido una familia, que ni siquiera podía recordar cómo se sentía. Claro, el invierno pasado se había convertido en consejero sénior de cabaña de Hefesto, pero la mayor parte de su tiempo había pasado la construcción de la nave. Le gustaban sus compañeros de cabina. Él sabía cómo trabajar con ellos, pero ¿Él realmente los conoce? Si Leo tenía una familia, fueron los semidioses en el Argo II-y tal vez el entrenador, que Leo nunca admitiría en voz alta. Siempre serás un extraño, advirtió la voz de Némesis, pero Leo trató de empujar ese pensamiento a un lado. — "Bien, así que ..." Él miró a su alrededor. "Tenemos que hacer un plan. ¿Cómo estamos respirando? Si estamos bajo el océano, ¿no deberíamos ser aplastado por la presión del agua? " Frank se encogió de hombros. "El Pez-caballo mágico, supongo. Recuerdo que el tipo verde tocando mi cabeza con la punta de un daga. Entonces pude respirar”. Leo estudió la puerta abulón. — "¿Se puede reventar hacia fuera? A su vez en un tiburón martillo ¿o algo así? "

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Frank movió la cabeza con tristeza. — "Mi forma-desplazamiento no funciona. No sé por qué. Tal vez me maldijo, o tal vez soy demasiado desordenado para enfocar. " — "Hazel podría estar en problemas", dijo Leo. "Tenemos que salir de aquí." Nadó hasta la puerta y se pasó los dedos por el abalón. No podía sentir ningún tipo de seguro u otro mecanismo. O bien la puerta sólo se puede abrir por arte de magia o pura fuerza era necesario-ninguna de las cuales era la especialidad de Leo. — "Ya lo he intentado", dijo Frank. "Incluso si nos vamos, no tenemos armas". — "Hmm ..." Leo levantó la mano. "Me pregunto". Se concentró, y el fuego parpadeaba sobre sus dedos. Por una fracción de segundo, Leo estaba emocionado, porque no tenía esperanza de que funcione bajo el agua. Entonces su plan comenzó a trabajar un poco demasiado bien. Fuego corrió por su brazo y sobre su Cuerpo hasta que fue completamente cubierto con un velo fino de llama. Trató de respirar, pero estaba inhalando puro calor. — "Leo" Frank se sacudió hacia atrás como si estuviera cayendo de un taburete de la barra. En lugar de correr a la ayuda de Leo, abrazó a la pared tratando de llegar lo más lejos posible. Leo se obligó a mantener la calma. Él entendía lo que estaba pasando. El fuego en sí no podía hacerle daño. Él quiso que las llamas se extingan y contó hasta cinco. Respiró profundo. Tenía oxígeno de nuevo. Frank se detuvo tratando de fusionarse con la pared de la cueva. — "Estás... estás bien?" — "Sí," gruñó Leo. "Gracias por la ayuda." — "L-lo siento." Frank miró horrorizado y avergonzado por lo que era difícil para Leo a permanecer enojado con él. "Yo sólo... ¿Qué pasó?" — "Magia Habilidosa", dijo Leo. "Hay una delgada capa de oxígeno que nos rodea, como una piel extra. Debe ser auto-regeneración. Eso es lo que estamos respirando y nos mantiene secos. El oxígeno dio la inflamación del combustible, excepto el fuego también me ahogaba. " — "Yo realmente no..." Frank tragó saliva. "No me gusta que la convocación de fuego que haces." Él empezó conseguir acogedor con la pared de nuevo. No era la intención de Leo, pero no pudo evitar reírse. — "Hombre, no te voy a atacar". — "Fuego", repitió Frank, al igual que una palabra lo explicaba todo.

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Leo recordó lo que Hazel le había dicho, el fuego pone a Frank nervioso. Había visto la molestia en la cara de Frank antes, pero no lo había tomado en serio. Frank parecía mucho más poderoso y temible que Leo era. Ahora se le ocurrió que Frank podría haber tenido una mala experiencia con el fuego. La propia madre de Leo había muerto en un incendio en una tienda de máquinas. Leo había sido culpado por ello. Había crecido siendo llamado un monstruo, un pirómano, porque siempre que se enojaba, quemaba cosas. — "No me reí," dijo, y lo decía en serio. "Mi madre murió en un incendio. Entiendo que tener miedo de él. Quizá, eh... ¿Algo así sucedió con vos? " Frank parecía estar sopesando cuánto decir. — "Mi casa... la casa de mi abuela. Se quemó. Pero es más que eso ... "Él miró a los erizos de mar en el piso. "Annabeth me dijo que podía confiar en el equipo. Incluso tú. " — "Incluso yo, ¿eh?", Se pregunta cómo Leo que había surgido en la conversación. "Wow, un gran elogio." — "Mi debilidad..." Frank comenzó, como si las palabras cortaran su boca. "Hay un pedazo de leña" La puerta abulón se enrollo y se abrió. Leo dio la vuelta y se encontró cara a cara con Pallar El hombre, que no era en realidad un hombre. Ahora que Leo podía verlo claramente, el tipo era, con mucho, la más extraña criatura que había conocido, y eso era decir mucho. De la cintura para arriba, estaba más o menos humana - un delgado torso desnudo tipo con una daga en la cintura y una banda de conchas de mar atada sobre su pecho como una bandolera. Su piel era de color verde, la barba rala marrón y el pelo bastante largo estaba recogido en un pañuelo de algas. Un par de pinzas de langosta sobresalía de su cabeza en forma de cuernos, girar y romperse al azar. Leo decidió que no se parecen tanto a Quirón. Se parecía más a al cartel de la Mama de Leo usaba en su espacio de trabajo- ese viejo bandido mexicano Pancho Villa, excepto con conchas marinas y los cuernos de langosta. De la cintura para abajo, el tipo era más complicado. Tenía las patas delanteras de un caballo azul-verde, como una especie de centauro, sino hacia la parte de atrás, su cuerpo caballo se transformó en una larga cola de pez a unos tres metros de largo, con un arcoíris coloreado, con la aleta finalizada e forma de V. Ahora Leo entendido lo que quería decir sobre Frank tipos de caballos de pescado. — "Soy Bythos", dijo el hombre verde. "Voy a interrogar a Frank Zhang." Su voz era tranquila y firme, sin dejar espacio para el debate. — "¿Por qué nos capturan?" Exigió Leo. "¿Dónde está Hazel?"

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Bythos entrecerró los ojos. Su expresión parecía decir: ¿Esta pequeña criatura acaba de hablar conmigo? — "Tú, Leo Valdez, irás con mi hermano. " — "¿Tu hermano?" Leo se dio cuenta de que una figura mucho mayor se cernía detrás de Bythos, con una sombra tan amplia, La cual llenó toda la entrada de la cueva. — "Sí", dijo Bythos con una sonrisa seca. "Trata de no hacer enojas a Aphros".

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CAPITULO XXIV LEO PHROS SE PARECÍA A SU HERMANO, excepto que era de color azul en lugar de verde y mucho, mucho más grande. Tenía abdominales y brazos como los de Arnold en Terminator, y una cabeza cuadrada, brutal. Una enorme espada al estilo Conan estaba colgada de su espalda. Incluso su pelo era más grande, un globo enorme de color azul-negro tan denso que cuernosgarra de langosta parecían ahogarse mientras trataban de nadar su camino hacia la superficie. — "¿Es por eso que lo llaman Aphros?" Preguntó Leo mientras se deslizaban por el camino de la cueva. "¿Debido a la Afro?" Aphros frunció el ceño. — "¿Qué quieres decir?" — "Nada", dijo Leo con rapidez. Por lo menos él nunca tendría problemas para recordar cual pescado era cual. "¿Así…que son exactamente?” — "Ichthyocentauros", dijo Aphros, como si fuera una cuestión que estaba cansado de responder. — "¿Uh, Icky qué?" — "Centauros peces. Somos los medios hermanos de Quiron. " — "¡Oh, él es un amigo mío!" Aphros entrecerró los ojos. "La que se llama Hazel no dijo lo mismo, pero vamos a determinar la verdad. Ven”. A Leo no le gustaba como sonaba determinar la verdad. Eso le hizo pensar en cuartos de tortura y atizadores al rojo vivo. Siguió al centauro a través de peces y bosques marinos de algas. Leo se podría haber lanzado a un lado y perderse en las plantas con facilidad, pero no lo intentó. Por un lado, pensó en que Aphros podía viajar mucho más rápido en el agua, y el hombre podría ser capaz de apagar la magia que ayudaba a leo a moverse y a respirar. Dentro o fuera de la cueva, Leo era igual de cautivo. Además, no tenía ni idea de dónde estaba. Iban a la deriva entre las hileras de algas tan altas como edificios de apartamentos. Las plantas verdes y amarillas se balanceaban sin peso, como columnas de globos de helio. En lo alto, Leo vio una mancha de color blanco que podría haber sido el sol. Supuso que significaba que había estado aquí toda la noche. ¿El Argo II había zarpado? ¿Los habían abandonado, o sus amigos los seguían buscando?

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Leo ni siquiera podía estar seguro de lo profundas que estaban. Las plantas podían crecer aquí, así que no demasiado profundo, ¿no? Sin embargo, sabía que no podía simplemente nadar a la superficie. Había oído hablar de personas que subían demasiado rápido y desarrollaban burbujas de nitrógeno en la sangre. Leo quería evitar sangre coagulada. Se dejó llevar por no más de medio kilómetro. Leo se sintió tentado a preguntar a dónde Aphros lo llevaba, pero la gran espada atada a la espalda del centauro desanimaba cualquier tipo de conversación. Por último, el bosque de algas se abrió. Leo se quedó sin aliento. Estaban de pie (flotando, lo que sea) en la cumbre de una alta colina submarina. Bajo ellos se extendía a toda la ciudad de edificios de estilo griego en el fondo marino. Los techos estaban alicatados con la madre perla. Los jardines estaban llenos de corales y anémonas de mar. Hipocampos pastaban en un campo de algas. Un equipo de Cíclopes colocaba un techo abovedado de un nuevo templo, con una ballena azul como grúa. Y nadaban a través de las calles, pasando el rato en los patios, practicando combate con tridentes y espadas en la arena, había docenas de tritones y sirenas, sin discriminar personas mitad peces. Leo había visto un montón de cosas locas, pero él siempre había pensado las gente del agua eran pura ficción, como Los Pitufos o Muppets. No había nada tonto o lindo gente sirena de estos, sin embargo. Incluso desde la distancia, parecían feroces y no seres humanos. Sus ojos brillaban de color amarillo. Tenían dientes como un tiburón y la piel curtida en colores que van del coral rojo a tinta negra. — "Es un campamento de entrenamiento", se dió cuenta Leo. Él miró con asombro Aphros. "¿Formando a los héroes, de la misma manera Quiron hace?" Aphros asintió con la cabeza, con un brillo de orgullo en sus ojos. — "¡Hemos capacitado a todos los famosos héroes sirenas! Nombra un héroe sirena, y seguro lo hemos capacitado, a él o ella! " — "Sí, claro", dijo Leo. "Al igual que... um, ¿La Sirenita?" Aphros frunció el ceño. — "¿Quién? ¡No! ¡Al igual que Tritón, Glauco, Weissmuller, y Bill! " — "Oh." Leo tenía ni idea de que alguna de esas personas eran. "¿Se entrenó Bill? Impresionante”. — "¡Por supuesto!" Aphros golpeó el pecho. "Entrené Bill por mí mismo. Un tritón grande”. — "Usted enseña combate, supongo." Aphros alzó las manos con exasperación. — "¿Por qué todo el mundo piensa eso?" Leo miró la espada enorme en el lomo del pez chico.

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— "Uh, yo no lo sé". — "Enseño música y la poesía", dijo Aphros. "¡Habilidades para la vida! ¡Ama de casa! Esas cosas son importantes para los héroes. " — "Por supuesto." Leo trató de mantener una cara seria. "¿Costura? ¿Cómo hornear galletas caseras? " — "Sí. Me alegro de que usted entienda. Tal vez más tarde, si lo van a matar, voy a compartir mi receta de brownies. "Aphros señaló detrás de él con desprecio. "Mi hermano Bythos, enseña el combate". Leo no estaba seguro de si se sentía aliviado o insultado de que el entrenador de combate estaba interrogando a Frank, mientras que Leo tenía al maestro de economía del hogar. — "Así, muy bien. Este es el campamento... ¿cómo lo llaman? ¿Peces media-sangre? " Aphros frunció el ceño. — "Espero que era una broma. Esto es __________ Camp. "Él hizo un sonido que eran pings y silbidos. — "Tonto de mí", dijo Leo. "Y, usted sabe, ¡quisiera saber la receta de los brownies! Entonces, ¿qué tenemos que hacer para llegar a la etapa de no matarme? " — "Cuéntame tu historia", dijo Aphros. Leo vaciló, pero no por mucho tiempo. De alguna manera sentía que debía decirle la verdad. Empezó por el principio, Como Hera lo había sido su niñera y lo había puesto a dormir en brazas calientes, cómo su madre había muerto a causa de Gea, que Leo tenía identificada como su enemiga. Habló de cómo había pasado su infancia rebotando en hogares de acogida, hasta que él y Jason y Piper se unieron al Campamento Mestizo. Explicó la Profecía de los Siete, la construcción del Argo II, y su búsqueda para llegar a Grecia y derrotar a los gigantes antes de Gea antes de que despierte por completo. Mientras hablaba, Aphros sacó algunos clavos de metal de aspecto malvado de su cinturón. Leo tenía miedo de que hubiera dicho algo mal, pero después sacó un poco de hilo de algas de su bolsa y empezó a tejer. — "Adelante", exhortó. "No te detengas". En el momento en Leo explicaba sobre los Eidolones, el problema con los romanos, y todos los problemas del Argo II cruzando los Estados Unidos y saliendo al mar desde Charleston, Aphros había tejido un gorrito de bebé completo. Leo esperó a que el centauro pescado guardara sus provisiones. Los cuernos-garra de langosta de Aphros se mantenían moviendo en su pelo, y Leo tuvo que resistir la tentación de tratar de rescatarlos. — "Muy bien", dijo Aphros. "Te creo". — "¿Tan simple como eso?"

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— "Soy muy bueno sabiendo quien me miente. He oído nada de ti. Tu historia también encaja con lo que Hazel Levesque nos dijo. " — "¿Ella esta…?" — "Por supuesto", dijo Aphros. "Ella está bien." Se puso los dedos a la boca y silbó, sonaba extraño bajo el agua, como un delfín gritando. "Mi pueblo la traerla aquí en breve. Usted debe entender... nuestra ubicación es un secreto muy bien guardado. Usted y sus amigos aparecieron en un buque de guerra, perseguido por uno de los monstruos del mar Keto. Nosotros no sabíamos de qué lado estaban. " — "¿Es el barco está bien?" — "Estropeado", dijo Aphros ", pero no terriblemente. El skolopendra se retiró después de que le dieron ese bocado de fuego. Un buen toque”. — "Gracias. ¿Skolopendra? Nunca he oído hablar de él. " — "Considérese afortunado. Son criaturas repugnantes. Keto realmente les debe odiar. En cualquier caso, rescatamos a usted y a los otros dos de los tentáculos de la criatura, ya que se retiraron a las profundidades. Tus amigos están todavía por encima, en busca de ustedes, pero hemos oscurecido su visión. Teníamos que estar seguros de que no eran una amenaza. De lo contrario, habríamos tenido que tomar... medidas”. Leo tragó saliva. Estaba bastante seguro de tomar medidas no significaba hornear bizcochos de chocolate extra. Y si estos tipos eran poderosos que podían mantener su campamento escondido de Percy, que tenía todos los poderes del agua Poseidón, no eran buenas personaspescados con las que meterse. — "Así que... ¿nos podemos ir?" — "Pronto", prometió Aphros. "Tengo que consultar con Bythos. Cuando termine de hablar con su amigo-Gank " — "Frank". — "Frank. Cuando terminen, les enviaremos de nuevo a su barco. Y podemos darles algunas advertencias. " — "¿Advertencias?" — "Ah.", Señaló Aphros. Hazel salió del bosque de algas, escoltado por dos cosas de aspecto de sirenas, que estaban enseñando los colmillos y silbando. Leo pensó que Hazel podría estar en peligro. Entonces vio que estaba completamente a gusto, sonriendo y hablando con sus escoltas, y Leo se dio cuenta de que las sirenas estaban riendo. — "¡Leo!" Hazel remó hacia él. "¿No es este maravilloso lugar?" Ellos se quedaron solos en la cresta, que debe haber significado que Aphros realmente se fiaba de ellos. Mientras que el centauro y las sirenas se fueron a buscar a Frank, Leo y Hazel flotaban por encima de la colina y miraban hacia abajo en el campamento bajo el agua. Hazel le dijo cómo las sirenas se habían conectado con ella de inmediato. Aphros y Bythos habían estado fascinados por su historia, ya que nunca habían conocido a un niño de Plutón antes. Además de eso, habían oído muchas leyendas sobre el caballo Arión, y se maravillaron de que Hazel le había ofrecido su amistad.

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Hazel se había comprometido a visitarlos de nuevo con Arión. Las sirenas habían escrito su número de teléfono en tinta a prueba de agua en el brazo de Hazel para que pudiera mantenerse en contacto. Leo no quería ni siquiera preguntar cómo las sirenas tenían cobertura de telefonía móvil en el medio del Atlántico. Cuando Hazel hablaba, su cabello flotaba alrededor de su cara en una nube de polvo marrón como la tierra y el oro en el molde de un minero. Ella parecía muy segura de sí misma y muy hermosa, no en todo como la chica tímida y nerviosa en ese patio de la escuela de Nueva Orleans con su bolso de lona roto de almuerzo a sus pies. — "Nosotros no tuvimos la oportunidad de hablar", dijo Leo. Era reacio a hablar del tema, pero sabía que esto podría ser su única oportunidad de estar a solas. "Me refiero a Sammy". Su sonrisa se desvaneció. — "Lo sé... Sólo necesito algo de tiempo para dejar que se lo entienda. Es extraño pensar que vos y él..." No le hacía falta para terminar el pensamiento. Leo sabía exactamente lo extraño que era. — "No estoy seguro poder explicarle esto a Frank," agregó. "De ti y de mí, de la mano." No iba a encontrarse con los ojos de Leo. Abajo, en el valle, el equipo de trabajo de Cíclopes vitoreaba porque habían puesto el techo del templo bien. — "Hablé con él", dijo Leo. "Yo le dije que no estaba tratando de... ya sabes. Hacer problemas entre ustedes dos. " — "Oh. Bueno”. ¿Sonaba decepcionada? Leo no estaba seguro, y no estaba seguro de querer saberlo. — "Frank, um, parecía bastante asustado cuando me llamó niño de fuego." Leo explicó lo que había ocurrido en la cueva. Hazel miró atónito. — "Oh, no. Eso le aterroriza. " Se llevó la mano a la chaqueta de mezclilla, como si estuviera comprobando algo en el bolsillo interior. Ella siempre usaba esa chaqueta, o algún tipo de Sobre camisa, incluso cuando estaba haciendo calor afuera. Leo había asumido que ella hacía por modestia, o porque era mejor para montar a caballo, como una chaqueta de la motocicleta. Ahora empezó a dudar. Su cerebro se desplazaba a alta velocidad. Recordó lo que Frank había dicho acerca de su debilidad... un trozo de leña. Él había pensado por qué este chico tendría un miedo al fuego, y por qué Hazel estaría tan en sintonía con esos sentimientos. Leo había pensado en algunas de las historias que había oído en el Campamento Mestizo. Por razones obvias, tendía a prestar atención a leyendas sobre el fuego. Ahora recordaba que él no había pensado en meses.

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— "Había una vieja leyenda acerca de un héroe", recordó. "Su línea de vida estaba atada a un palo en una chimenea, y cuando eso pedazo de madera sea quemada ... " Expresión de Hazel se volvió oscura. Leo sabía que había golpeado en la verdad. — "Frank tiene ese problema", supuso que. "Y el trozo de leña..." Señaló chaqueta de Hazel. — "¿Te lo dio para que lo custodies?" — "Leo, por favor, no... no puedo hablar de ello." Los instintos de Leo le dijo que ella lo estaba rechazando. Él comenzó a pensar en las propiedades de la madera y la corrosividad del agua salada. — "¿Está bien la leña en el océano? ¿La capa de aire que nos rodea llega a protegerlo? " — "Está bien", dijo Hazel. "La madera ni siquiera puede mojarse. Además, está envuelta en varias capas de tela y plástico y-"Ella se mordió el labio con frustración. "¡Y yo no debo hablar de eso! Leo, el punto es que si Frank parece tener miedo de vos, o se siente incómodo, tienes que entender ... " Leo se alegró de que estuviera flotando, porque probablemente habría estado demasiado mareado como para ponerse de pie. Se imaginó estar en la posición de Frank, su vida tan frágil, que literalmente se podría quemar en cualquier momento. Se imaginó la confianza que se necesitaría para darle su línea de vida, su destino a toda otra persona. Frank había elegido Hazel, obviamente. Así que cuando él había visto a Leo, un tipo que podría convocar a fuego a voluntad se movía hacia su chica... Leo se estremeció. No es de extrañar que a Frank no le guste. Y de repente la capacidad de Frank de convertirse en un montón de diferentes animales no parecía tan increíble, si no que venía con un gran peligro. Leo pensó en su línea menos favorita en la Profecía de los Siete: Por tormenta o fuego el mundo debe caer. Por un largo tiempo, se había calculado que Jason o Percy representaban la tormenta, tal vez los dos juntos. Leo era el tipo del incendio. Nadie había dicho esto, pero era bastante claro. Leo era uno de los comodines. Si hacía las cosas mal, el mundo podría caer. No... Debe caer. Leo se preguntó si Frank y su leña tenían algo que ver con esa línea. Leo ya había cometido algunos errores épicos. Sería tan fácil para él poner accidentalmente a Frank Zhang en llamas. — "¡Ahí estás!" La voz de Bythos hizo inmutar a Leo. Bythos y Aphros flotaban sobre ellos con Frank al medio, pálido pero bien. Frank estudió Hazel y a Leo con cuidado, como si tratara de leer lo que habían estado hablando. — "Son libres de ir", dijo Bythos. Abrió sus alforjas y volvió sus suministros confiscados. Leo nunca había sido tan feliz como al ponerse de vuelta su cinturón de herramientas. — "Dile a Percy Jackson que no se preocupe", dijo Aphros. "Hemos entendido su historia sobre las criaturas del mar confiscadas en Atlanta. Keto y Forcis debe ser detenidos.

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Vamos a enviar una misión de héroes-sirenas para derrotarlos y librar a sus cautivos. ¿Quizás Cyrus? " "O Bill," ofreció Bythos. "¡Sí! Bill sería perfecto ", coincidió Aphros. "De todos modos, estamos agradecidos de que Percy nos haya dado la información". "Deberías hablar con él en persona", sugirió Leo. "Quiero decir, hijo de Poseidón, y todo eso." Los dos centauros pescados sacudieron la cabeza solemnemente.

"A veces es mejor no relacionarse con la cría de Poseidón" Aphros dijo. — "Somos amigos con el dios del mar, por supuesto, pero la política de deidades submarinas es... complicado. Y valoramos nuestra independencia. Sin embargo, dale a Percy las gracias. Haremos lo que podamos que naveguen mas rápido por el Atlántico sin tener que preocuparse por los monstruos de Keto, pero ten cuidado: en el antiguo mar, el Mare Nostrum, más peligros los esperan. " Frank suspiró. — "Por supuesto". Bythos aplaudió el gran hombre en el hombro. — "Vas a estar bien, Frank Zhang. Sigue practicando aquellas transformaciones en fauna marina. El pez koi es bueno, pero trate un pez portugués de guerra. Recuerda lo que te enseñé. Todo está en la respiración. " Frank miró mortalmente avergonzado. Leo se mordió el labio, decidido a no sonreír. — "Y tú, Hazel," Aphros dijo, "¡Ven a visitarnos de nuevo, y trae ese caballo tuyo! Sé que estás preocupada por el tiempo perdido, por pasar la noche en nuestro reino. Estas preocupada por tu hermano, Nico.... " Hazel agarró la espada de caballería. — "¿Es él?-¿sabe usted dónde está?" Aphros negó con la cabeza. — "No exactamente. Pero cuando uno se acerca, Sentimos su presencia. ¡Nunca miedo! Debes llegar a Roma el día después de mañana si vas a salvarlo, pero todavía hay tiempo. Y cuidarlo". — "Sí," estuvo de acuerdo Bythos. "Será esencial para tu viaje. No estoy seguro de cómo, pero tengo la sensación de que es verdad. " Aphros plantó su mano en el hombro de Leo.

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— "En cuanto a ti, Leo Valdez, quédate cerca de Hazel y Frank cuando llegue Roma. Tengo la sensación de que habrá problemas... dificultades mecánicas que sólo tú puedes superar. " — "¿Dificultades mecánicas?", se preguntó Leo. Aphros sonrió como si eso fuera una gran noticia. — "¡Y tengo regalos para ti, valiente navegante del Argo II!" — "Me gusta pensar en mí como capitán", dijo Leo. "O comandante supremo". — "Brownies", dijo con orgullo Aphros, empujando una cesta de picnic pasada de moda en los brazos de Leo. Estaba rodeado por una burbuja de aire, lo que Leo esperaba mantener los brownies de convertirse en masa con agua salada. "En esta cesta también encontrarás la receta. ¡No mucha mantequilla! Ese es el truco. Y te he dado una carta de presentación para Tiberino, el dios del río Tíber. Al llegar a Roma, su amiga, la hija de la diosa Atenea tiene que tener esto". — "Annabeth...", dijo Leo. "Está bien, pero ¿por qué?" Bythos rió. — "Ella sigue la marca de Atenea, ¿no es así? Tiberino puede guiarla en esta búsqueda. Él es un dios antiguo, orgulloso, que puede ser... difícil, pero las cartas de presentación son todo para espíritus romanos. Esta convencerá a Tiberino para ayudarla. Eso espero. " — "Ojalá", repitió Leo. Bythos produjo tres pequeñas perlas rosadas de sus alforjas. — "¡Y ahora, lárguense, semidioses! ¡Buena navegación! " Lanzó una perla en cada uno de ellos, a su vez, y tres burbujas brillantes rosas de energía se fueron formado a su alrededor. Comenzaron a subir a través del agua. Leo apenas tuvo tiempo de pensar: ¿Un ascensor bola de hámster? Luego ganó velocidad y se disparó hacia el resplandor lejano del sol de arriba.

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CAPITULO XXV PIPER PIPER TENÍA UNA NUEVA ENTRADA en la lista de las 10 veces en la que Piper se sentía inútil. ¿Luchar contra Shrimpzilla con una daga y una voz bonita? No es tan eficaz. Entonces, el monstruo se había hundido en las profundidades y desaparecido junto con tres de sus amigos, y ella había sido incapaz de ayudarlos. Después, Annabeth el entrenador Hedge y Buford corrieron por el barco para repararlo y que no se hundiese. Percy, a pesar de haberse agotado, buscaba en el océano a sus amigos desaparecidos. Jason, también agotado, volaba alrededor del perímetro como un Peter Pan rubio, tratando de extinguir los incendios que había provocado el fuego verde cerca del palo mayor. En cuanto a Piper, lo único que podía hacer era mirar a Katoptris, su cuchillo, tratando de localizar a Leo, Hazel y Frank. Las únicas imágenes que vinieron a ella eran las que no quería ver: tres camionetas negras conduciendo al norte de Charleston, lleno con semidioses romanos, Reyna sentada al volante del coche de plomo. Águilas gigantes les acompañaban desde arriba. De vez en cuando a menudo, espíritus brillantes morados aparecían en carros fantasmas atrás de ellos, tronando hasta la I-95 hacia Nueva York y el Campamento Mestizo. Piper se concentró más. Vio las imágenes de la pesadilla que había visto antes: el toro con cabeza humana creciendo en el agua, el pozo oscuro en forma de sala llenándose con agua negra cuando Percy, Jason y ella luchaban para mantenerse a flote. Envainó a Katoptris, preguntándose cómo Helena de Troya se había quedada sano durante la guerra de Troya, si esta hoja había sido su única fuente de noticias. Entonces se acordó de que todo el mundo alrededor de Helena había sido sacrificado por el ejército invasor griego. Tal vez ella no se había quedado sana. Cuando salió el sol, ninguno de ellos había dormido. Percy había fregado el suelo marino y encontrado nada. El Argo II ya no estaba en peligro de hundirse, aunque sin Leo, no podían hacer reparaciones completas. La nave era capaz de navegar, pero nadie sugirió abandonar el área, no sin sus amigos desaparecidos. Piper y Annabeth enviado un mensaje Iris al Campamento Mestizo, advirtiendo a Quirón de lo que había sucedido con los romanos en el Fuerte Sumter. Annabeth explicó su intercambio de palabras con Reyna. Piper transmitió la visión de su cuchillo sobre las camionetas yendo al norte. El rostro del centauro amablemente parecía la edad de treinta años, durante el curso de su conversación, pero les aseguró que iba a ver las defensas del campamento. Tyson, Mrs. O'Leary, y Ella habían llegado bien. Si era necesario, Tyson podía reunir una línea de cíclopes para la defensa del campamento, y Ella y Rachel ya estaban comparando profecías, tratando de aprender más acerca de lo que deparaba el futuro. El trabajo de los siete semidioses a bordo del Argo II, Quirón les recordó, era terminar la misión y volver con seguridad.

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Después del mensaje Iris, los semidioses se pasearon por la cubierta en silencio, mirando el agua y esperando un milagro. Cuando finalmente llegaron tres burbujas gigantes de color rosa que estallaron en la superficie de la proa de estribor y expulsaron Frank, Hazel y Leo, Piper se puso un poco loca. Gritó con alivio y se lanzó directamente en el agua. ¿En qué estaba pensando? No tomó una cuerda o un chaleco salvavidas ni nada. Pero por el momento, ella era tan feliz que nadaba hacia Leo y le dio un beso en la mejilla, el tipo se sorprendió. — "¿Me besas?", Se rió Leo. Piper se puso repentinamente furiosa. — "¿Dónde estabas? ¿Cómo están ustedes vivos? " — "Es una larga historia", dijo. Una cesta de picnic se balanceaba a la superficie junto a él. "¿Quieres un brownie?" Una vez que llegaron a bordo y se secaron la ropa (el pobre Frank tuvo que pedir prestado un par de pantalones demasiados pequeños de Jason) la tripulación se reunió en el comedor para desayunar, excepto Hedge que no quería celebrar, se quejaba de que la atmósfera estaba demasiado tierna para su gusto y bajó a elaborar algunas abolladuras en el casco. Mientras que Leo se desvivía para arreglar algunas cosas, Hazel y Frank relataban la historia de los peces-centauros y su formación del campamento. — "Increíble", dijo Jason. "Estos son los brownies están realmente buenos." — "¿Ese es tu único comentario?" Exigió Piper. Él pareció sorprendido. — "¿Qué? Escuché la historia. Peces-centauros. Seres marinos. Carta de introducción al dios del río Tíber. Lo tengo. Pero estos brownies-" — "Lo sé," dijo Frank, con la boca llena. "Trata de comerlos con la mermelada de melocotón de Esther". — "Eso", dijo Hazel, "es muy desagradable". — "Pásame la jarra, hombre", dijo Jason. Hazel y Piper intercambiaron una mirada de exasperación total. Chicos. Percy, por su parte, quería oír todos los detalles sobre el campamento acuático. Seguía volviendo a un punto: — "¿Ellos no querían encontrarse conmigo?" — "No es eso", dijo Hazel. "Sólo... la política de los submarinos, supongo. La gente sirena es territorial. La buena noticia es van a tomar medidas en ese acuario en Atlanta. Y van a ayudar a proteger el II Argo mientras cruzamos el Atlántico”. Percy asintió con aire ausente.

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— "¿Pero no querían verme?" Annabeth le dio un manotazo en el brazo. — "¡Vamos, sesos de algas! Tenemos otras cosas de qué preocuparnos. " — "Tiene razón", dijo Hazel. "Después de hoy, Nico tiene menos de dos días. Los pecescentauros dijeron que tenemos que rescatarlo. Es esencial a la búsqueda de alguna manera. " Miró a su alrededor la defensiva, como si esperara a alguien para discutir. Nadie lo hizo. Piper intentó imaginar lo qué Nico di Ángelo estaba sintiendo, atrapado en un frasco con sólo dos semillas de granada que le quedaban para mantenerse con vida, y si ni idea de que sería rescatado. Hizo que Piper se sienta ansiosa por llegar a Roma, a pesar de que tenía la horrible sensación de que estaba navegando hacia su propia tipo de prisión, un cuarto oscuro lleno de agua. — "Nico debe tener información acerca de las puertas de la muerte", dijo Piper. "Vamos a salvarlo, Hazel. Podemos hacerlo en tiempo. ¿Bien, Leo? " — "¿Qué?" Leo arrancó sus ojos de los controles. "Oh, sí. Debemos llegar al Mediterráneo mañana. A continuación, pasaremos el resto de ese día navegando Roma, o volando, si consigo fijar el estabilizador para entonces.... " Jason repente parecía como si su brownie con mermelada de durazno no supiera muy bien. — "Lo que nos pondrá en Roma en el último día posible para Nico. Veinticuatro horas para encontrarlo, en un lugar grande. " Percy cruzó las piernas. — "Y eso es sólo una parte del problema. Ahí está la marca de Atenea, también. " Annabeth no parecía contenta con el cambio de tema. Apoyó la mano en su mochila, que, desde que se había ido de Charleston, siempre parecía tenerla con ella. Abrió el bolso y sacó un disco de bronce fino del diámetro de un donut. — "Este es el mapa que encontré en Fort Sumter. Es... " Se detuvo bruscamente, mirando a la superficie lisa de bronce. — "¡Es blanco!" Percy lo tomó y examinó los dos lados. — "¿No era así antes?" — "¡No! Yo estaba mirando en mi cabaña y... "Annabeth murmuró en voz baja. "Debe ser como la marca de Atenea. Sólo puedo ver cuando estoy sola. No se mostrará a otros semidioses”. Frank deslizó hacia atrás como el disco podría explotar. Tenía un bigote de zumo de naranja y una barba de migas de brownies que hizo a Piper entregarle una servilleta.

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— "¿Qué tenía en él?", Preguntó Frank nerviosamente. "¿Y cuál es la marca de Atenea? Yo todavía no lo entiendo. " Annabeth se llevó el disco de Percy. Lo puso a la luz del sol, pero seguía en blanco. — "El mapa era difícil leer, pero mostraba una mancha en el río Tíber en Roma. Creo que ahí es donde empieza mi búsqueda... el camino que tengo que tomar seguir la marca. " — "Tal vez ahí es donde te encuentras a Tiberino el dios del río", dijo Piper. "¿Pero que es esa marca?" — "La moneda", murmuró Annabeth. Percy frunció el ceño. — "¿Qué moneda?" Annabeth buscó en su bolsillo y sacó un dracma de plata. — "He estado llevando esto desde que vi a mi mamá en el Grand Central. Es una moneda ateniense”. Se lo pasaron el uno al otro. Si bien cada semidiós miró, Piper tenía una ridícula memoria de ver y contar en la escuela secundaria. — "Una lechuza", señaló Leo. "Bueno, eso tiene sentido. ¿Supongo que la rama es una rama de olivo? Pero lo que es esta inscripción: α ε θ -¿Área o efecto? " — "Es alfa, theta, épsilon", dijo Annabeth. "En griego, que significa atenienses... o se puede leer como hijos de Atenea. Es una especie de lema ateniense”. — "Al igual que SPQR para los romanos," adivinó Piper. Annabeth asintió. — "De todos modos, la marca de Atenea es un búho, al igual que uno. Aparece en rojo ardiente. Lo he visto en mis sueños. Y después, dos veces en el Fuerte Sumter”. Ella describió lo que había sucedido en el fuerte, la voz de Gea, las arañas en la guarnición, la Marca que las quemaba. Piper podría decir que no fue fácil para ella de qué hablar. Percy tomó la mano de Annabeth. — "Yo debería haber estado allí para ti." — "Pero ese es el punto", dijo Annabeth. "Nadie puede estar allí para mí. Al llegar a Roma, voy a tener que actuar por mí misma. De lo contrario, la marca no aparecerá. Voy a tener que seguir a... a la fuente. " Frank tomó la moneda de Leo. Miró fijamente a la lechuza. — "La perdición de los gigantes se mantiene dorada y pálida. La victoria a través del dolor de una jaula tejida "Él miró hacia Annabeth. "¿Qué es esta cosa... la fuente?" Antes de que Annabeth pudiera responder, Jason habló.

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— "Una estatua", dijo. "Una estatua de Atenea. Por lo menos... esa es mi suposición. " Piper frunció el ceño. — "Dijiste que no lo sabías." — "No lo hago. Pero cuanto más pienso en ello... sólo hay un artefacto que cabe en la leyenda. "Se volvió a Annabeth. "Lo siento. Debería haberte dicho todo lo que he oído, mucho antes. Pero, honestamente, yo estaba asustado. Si esta leyenda es verdadera…” — "Lo sé," dijo Annabeth. "Me lo imagino, Jason. Yo no te culpo. Pero si logramos salvar la estatua, los griegos y los romanos podrán convivir juntos... ¿No lo ves? Podría cerrar la brecha”. — "Espera". Percy hizo un gesto de tiempo de espera. "¿Qué estatua?" Annabeth llevó la medalla de plata y se la guardó en el bolsillo. — "El Atenea Partenos", dijo. "La estatua griega más famosa de todos los tiempos. Era de doce metros de altura, cubierta de marfil y oro. Se colocaba en el centro del Partenón de Atenas. " El barco se quedó en silencio, a excepción de las olas contra el casco. — "Está bien, voy a interrumpir", dijo Leo por fin. "¿Qué le pasó?" — "Desapareció", Annabeth dijo. Leo frunció el ceño. — "¿Cómo una estatua de doce metros de altura en medio del Partenón desaparece?" — "Esa es una buena pregunta", dijo Annabeth. "Es uno de los misterios más grandes de la historia. Algunas personas pensaban que la estatua fue fundida por su oro, o destruida por los invasores. Atenas fue saqueada varias veces. Algunos pensaban la estatua fue llevada fuera…" — "Por los romanos," terminó Jason. "Por lo menos, eso es una teoría, y se ajusta a la leyenda que escuché en el Campamento Júpiter. Para romper espíritu de los griegos, los romanos saquearon el Partenón de Atenas cuando se hicieron cargo de la ciudad de Atenas. Lo escondieron en un santuario subterráneo en Roma. Los semidioses romanos juraron que nunca volvería a ver la luz del día. Ellos literalmente robaron a Atenea, por lo que ya no podía ser el símbolo del poder militar griego. Ella se convirtió en Minerva, diosa mucho más doméstica”. — "Y los hijos de Atenea han estado buscando la estatua desde entonces", dijo Annabeth. "La mayoría no sabe acerca de la leyenda, pero en cada generación, unos pocos son elegidos por la diosa. Se les da una moneda como la mía. Ellos siguen la Marca de Atenea... una especie de sendero mágico que los une a la estatua... con la esperanza de encontrar el lugar de descanso de él Atenea Partenos y obtener la estatua de nuevo. " Piper los miró, a Annabeth y Jason, con asombro silencioso. Hablaban como un equipo, sin cualquier hostilidad o culpa. Los dos, ellos nunca habían confiado realmente entre sí. Piper

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estaba lo suficientemente cerca de dos de ellos para saber eso. Pero ahora... si pudieran discutir un problema tan grande con tanta calma, la fuente del odio Griego / Romano, tal vez había esperanza para los dos Campamentos, después de todo. Percy parecía estar teniendo pensamientos similares, a juzgar por su expresión de sorpresa. — "Así que si, me refiero a ti, debes encontrar la estatua... ¿Qué hacemos con ella? ¿Acaso se puede mover? " — "No estoy segura", admitió Annabeth. "Pero si pudiéramos salvarla de alguna manera, se podría unir a los dos bandos. Podría curar a mi madre de este odio que tiene, rasgando sus dos aspectos separados. Y tal vez... tal vez la estatua tenga algún tipo de poder que nos pueda ayudar contra los gigantes. " Piper miró a Annabeth con asombro, empezando a apreciar la enorme responsabilidad que su amiga había aceptado. Y tenía la intención de hacerlo sola. — "Esto podría cambiar todo", dijo Piper. "Podría terminar miles de años de hostilidad. Podría ser la clave para derrotar a Gea. Pero si no te puedo ayudar... " No terminó la frase, pero la pregunta parecía flotar en el aire: ¿Sería posible guardar a salvo la estatua? Annabeth cuadró los hombros. Piper sabía que debía estar aterrorizada por dentro, pero hacía un buen trabajo ocultándolo. — "Tengo que tener éxito", dijo Annabeth simplemente. "El riesgo vale la pena." Hazel hizo girar su pelo pensativo. — "No me gusta la idea de que arriesgues tu vida sola, pero tienes razón. Vimos lo que recuperar el estandarte del Águila Real ha hecho por la legión romana. Si esta estatua es el símbolo más poderoso de Atenea jamás creado…" — "Podría darnos un buen botín", ofreció Leo. Hazel frunció el ceño. — "Esa no era la forma en que lo hubiera dicho, pero sí". — "A menos que..." Percy tomó la mano de Annabeth nuevo. "Ningún hijo de Atenea la ha encontrado. Annabeth, ¿lo que está abajo allí? ¿Qué la guarda? ¿Y si tiene que ver con las arañas-? " — " La victoria a través del dolor de una jaula tejida ", recuerda Frank. "¿Tejida, como tela?" La cara de Annabeth se volvió tan blanca como el papel de la impresora. Piper sospecha que Annabeth sabía lo que le esperaba... o tenía una idea muy buena. Ella estaba tratando de mantener controlada una ola de pánico y terror. — "Nos encargaremos de eso cuando lleguemos a Roma", sugirió Piper, poniendo un poco su hechizo oral en su voz para calmar los nervios de sus amigos. "Va a salir bien. Annabeth vas a tener un gran botín, también. Ya lo verás. "

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— "Sí", dijo Percy. "Lo aprendí hace mucho tiempo: nunca apostar en contra de Annabeth." Annabeth miró a ambos con gratitud. A juzgar por sus desayunos comido media, los otros todavía se sentían incómodos, pero Leo logró sacudirlos fuera de él. Él pulso un botón y una fuerte explosión de vapor explotó en la boca Festus, haciendo saltar a todos. — "Bueno", dijo. "Buen rally de historias, pero todavía hay un montón de cosas que arreglar en este barco antes de llegar a la Mediterráneo. ¡Por favor, busquen al Comandante Supremo Leo para que les de su lista de quehaceres Superdivertidos! "

Piper y Jason se hicieron cargo de la limpieza de la cubierta inferior, que era un caos después del ataque del monstruo. La reorganización de la enfermería y limpieza en el área de almacenamiento les toco a ellos, la mayor parte del día, pero a Piper no le importaba. Por uno cosa, tenía que pasar tiempo con Jason. Por otra parte, las explosiones de anoche le habían dado Piper un saludable respeto por el Fuego griego. No quería que ampollas sueltas de esas cosas rodando por los pasillos en medio de la noche. A medida que arreglaba las caballerizas, Piper pensaba en la noche en que Annabeth y Percy habían pasado aquí accidentalmente. Piper deseó poder hablar con Jason durante toda la noche, sólo recostarse en él piso y hablar con él. ¿Por qué no romper las reglas una vez? Pero Jason no era así. Estaba programado para ser un líder y un buen ejemplo. Romper las reglas no era algo natural para él. Sin duda Reyna admiraba eso de él. Piper también lo hacía... la mayor parte del tiempo. La única vez que se había convencido de que era un rebelde, era en la Escuela Wilderness, cuando se había colado en el techo por la noche para ver una lluvia de meteoritos. Ahí es donde habían tenido su primer beso. Por desgracia, ese recuerdo era un truco de la niebla, una mentira mágica implantada en su cabeza por Hera. Piper y Jason estaban juntos ahora, en la vida real, pero su relación se había fundado en una ilusión. Si Piper intentaba que el verdadero Jason se escape a hurtadillas con ella, ¿iba a hacerlo? Amontonaba el heno en montones. Jason fijaba una puerta rota en uno de los establos. La tapa del piso de cristal mostraba a océano, una extensión verde de la luz y de la sombra que parecía estar para siempre. Piper no dejaba de mirar una y otra vez, con miedo de ver la cara de un monstruo que se adentraba furtivamente, o los caníbales de agua de viejas historias de su abuelo, pero todo lo que vio era una escuela ocasional de ataque. Mientras observaba el trabajo de Jason, admiraba la facilidad con que hacía cada tarea, ya estuviera arreglando una puerta o engrase sillas de montar. No era sólo sus fuertes brazos y

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sus manos hábiles, aunque a Piper les gustaba también, pero la forma en que actuaba tan optimista y confiado. Hizo lo que tenía que hacer sin quejarse. Mantuvo su sentido del humor, a pesar del hecho de que el tipo tenía que estar muerto después de no haber dormido la noche anterior. Piper no podía culpar a Reyna por haberse enamorado de él. Cuando llegaba el trabajo y el deber, Jason era romano hasta la médula. Piper había estado pensando en la fiesta de té de con su madre en Charleston. Se preguntó qué le había dicho a Reyna hace un año, y por qué había cambiado la forma de tratar a Jason. ¿Afrodita habría alentado o desalentado a Reyna en cuanto a Jason? Piper no estaba segura, pero deseaba que su madre se le hubiere aparecido en Charleston. Madres regulares eran suficiente embarazosas. Mamás glamorosas que invitaban a tus amigas a tomar el té y hablar, del chico que te estaba mortificando. Afrodita había prestado tanta atención a Annabeth y Hazel, que había hecho a Piper sentirse inquieta. Cuando su mamá se interesaba en la vida amorosa de alguien, por lo general era una mala señal. Significaba que un problema se avecinaba. O como lo diría Afrodita, vueltas y revueltas. Pero también, estaba herida en secreto por no haber tenido a su mama para ella misma. Afrodita la había mirado apenas. No le dijo ni una palabra acerca de Jason. No se había molestado en explicar su conversación con Reyna en absoluto. Era casi como si Afrodita ya no encontrara a Piper interesante. Piper había llegado a su hombre. Ahora le tocaba a ella para que las cosas funcionen, y Afrodita se había trasladado a nuevas parejas tan fácilmente como tirar una vieja copia de una revista sensacionalista. Todas ustedes son unas excelentes historias, Afrodita había dicho. Quiero decir, chicas. Piper no lo había apreciado, pero parte de ella había pensado: Bueno. Yo no quiero ser un cuento. Quiero una vida estable con mi nuevo novio. Ella sabía más como hacer buenas relaciones en el trabajo. Se suponía que tenía que ser un experto, siendo la jefa de la cabina de Afrodita. Otros campistas en el campamento mestizo iban a pedirle consejo todo el tiempo. Piper había intentado dar lo mejor de ella, pero con su propio novio, ella no tenía ni idea. Estaba constantemente dudando de si misma, leyendo demasiado las expresiones de Jason, sus estados de ánimo, sus comentarios bruscos. ¿Por qué tenía que ser tan difícil? ¿Por qué no podían sentirse felices todo el tiempo como si montaran hacia el horizonte? — "¿Qué estás pensando?", Preguntó Jason. Piper se dio cuenta de que había estado haciendo una mueca amarga. En el reflejo de las puertas de cristal del establo, se veía como si hubiera tragado una cucharadita de sal. — "Nada", dijo. "Quiero decir... un montón de cosas. De todo a la vez. " Jason se rió. La cicatriz en su labio casi desaparecía cuando sonreía. Teniendo en cuenta todo lo que había pasado, era increíble que pudiera estar en un buen estado de ánimo.

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— "Esto va a funcionar", prometió. "Tú mismo lo dijiste." — "Sí," estuvo de acuerdo Piper. "Excepto que estaba diciendo eso para hacer sentir bien a Annabeth" Jason se encogió de hombros. — "Aún así, es cierto. Estamos casi en las tierras ancestrales. Hemos dejado atrás a los romanos”. — "Y ahora están en camino hacia el Campamento Mestizo para atacar a nuestros amigos." Jason vaciló, como si fuera difícil para él para darle un giro positivo al respecto. — "Quiron encontrará una manera de detenerlos. A los romanos los podría tomas semanas encontrar el campamento mestizo y planear su ataque. Además, Reyna hará lo que pueda para frenar las cosas. Ella todavía está de nuestro lado. Yo sé que lo está. " — "Tú confías en ella." Voz de Piper sonaba a hueca, incluso para sí misma. — "Mira, Pipes. Te lo dije, no tienes nada de que estar celosa. " — "Ella es hermosa. Ella es poderosa. Ella es tan... Romana". Jason dejó el martillo. La tomó de la mano, que envió un escalofrío por su brazo. El padre de Piper la había una vez llevado al Acuario del Pacífico y le mostró una anguila eléctrica. Él le dijo que la anguila enviaba pulsos que conmocionaban y paralizaban a su presa. Cada vez que Jason la miraba y la tocaba, Piper se sentía de esa manera. — "Eres hermosa y poderosa", dijo. "Y yo no quiero que seas romana. Yo quiero que seas Piper. Además, somos un equipo, tú y yo. " Ella lo quería creer. Habían estado juntos, en realidad, desde hace meses. Aun así, no podía deshacerse de sus dudas, más de lo que Jason podría librarse del tatuaje de SPQR de su antebrazo. Sobre ellos, la campana del barco sonó para la cena. Jason sonrió. — "Será mejor que vallamos. No queremos que el entrenador Hedge nos ate campanas alrededor del cuello”. Piper se estremeció. El entrenador Hedge había amenazado con hacerlo después del escándalo de Percy / Annabeth, para que supiera si alguien se escabullía en la noche. — "Sí", dijo con pesar, mirando las puertas de cristal debajo de sus pies. "Creo que tenemos que ir a cenar... y tener una buena noche de descanso".

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CAPITULO XXVI PIPER A LA MAÑANA SIGUIENTE PIPER DESPERTO con una bocina de barco diferente, un ruido de explosión que literalmente la tiro de la cama. Se preguntó si Leo estaba haciendo otra broma. Entonces el cuerno resonó de nuevo. Parecía que venía de varios cientos de metros de distancia, desde otro buque. Ella se apresuró a vestirse. En el momento en que se llegó a cubierta, los otros se habían vestido y reunidos a toda prisa, excepto Hedge, quien se había retirado de la guardia nocturna. La camisa de Frank de las Olimpiadas de Vancouver estaba dada vuelta. Percy vestía el pantalón de pijama y una coraza de bronce, que fue una declaración de moda interesante. El pelo de Hazel estaba volado de un lado a otro, como si hubiera caminado a través de un ciclón, y Leo había accidentalmente se había prendido fuego. Su camiseta estaba hecha jirones carbonizados. Sus brazos estaban humeando. Alrededor de un centenar de metros a babor, un crucero enorme se deslizó al lado. Los turistas les saludaron con la mano desde quince o dieciséis hileras de balcones. Algunos sonrieron y tomó fotografías. Ninguno de ellos parecía sorprendido al ver un trirreme griego antiguo. Tal vez la niebla hizo que pareciera un barco de pesca, o tal vez los turistas pensaban que el Argo II era una atracción turística. El crucero sopló su cuerno de nuevo, y el Argo II tuvo un temblor. El entrenador Hedge se tapó lo oídos. — "¿Qué tienen que es tan fuerte?" — "Están diciendo hola", especuló Frank. — "¿QUÉ?" Hedge gritó de nuevo. El barco pasó junto ellos, en dirección hacia el mar. Los turistas se mantenían saludando. Si les resultaba extraño que el Argo II estaba poblado por niños medio dormidos con pijamas y armaduras y un hombre con patas de cabra, no lo demostraron. — "¡Adiós!" Dijo Leo, alzando la mano humeante. — "¿Puedo usar las ballestas?", preguntó Hedge. — "No," dijo Leo con una sonrisa forzada. Hazel se frotó los ojos y miró a través del agua reluciente verde. — "¿Dónde están?, oh... Wow."

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Piper siguió su mirada y se quedó sin aliento. Sin el crucero bloqueando su vista, vio una montaña que sobresalía del mar a menos de media milla hacia el norte. Piper había visto antes impresionantes acantilados. Había conducido a lo largo de la carretera 1 en la costa de California. Incluso había caído el Gran Cañón con Jason y volado hacia arriba. Pero tampoco era tan increíble como ese puño masivo de rocas blancas hacia el cielo. Por un lado, los acantilados de piedra caliza eran casi completamente puros, cayendo en el mar a más de mil metros más abajo, tan cerca como Piper podía entender. En el otro lado, la montaña se inclinaba en gradas, cubiertas de bosque verde, por lo que todo el asunto recordó Piper de una esfinge colosal, venida hacia abajo a través de los milenios, con una enorme cabeza blanca y el pecho, y un manto verde sobre su espalda. — "El Peñón de Gibraltar", dijo Annabeth con temor. "En la punta de España. Y allí…"Ella señaló al sur, a una tramo más lejano de colinas rojas y ocres. "Eso debe ser África. Estamos en la boca del Mediterráneo”. La mañana era cálida, pero Piper se estremeció. A pesar de la amplia extensión de mar en frente de ellos, se sentía como si estuviera de pie en una barrera infranqueable. Una vez en el Mediterráneo, el Mare Nostrum, donde estarían las antiguas tierras. Si las leyendas eran ciertas, su búsqueda sería diez veces más peligrosa. — "¿Y ahora qué?", Preguntó. "¿Navegamos?" — "¿Por qué no?", Dijo Leo. "Es un gran canal de navegación. Barcos entran y salen todo el tiempo. " No trirremes llenos de semidioses, Piper pensaba. Annabeth miró al Peñón de Gibraltar. Piper reconocía la expresión de meditación sobre la cara de su amiga. Y casi siempre significaba que ella anticipaba problemas. — "En los viejos tiempos", dijo Annabeth, "esta zona se llamaba Los Pilares de Hércules. La Roca se suponía que era una pilar. La otra era una de las montañas africanas. Nadie estaba seguro de cuál. " — "Hércules, ¿eh?" Frunció el ceño Percy. "Ese tipo era como el Starbucks de la antigua Grecia. A cualquier lado que vallas, el esta ahí. " Un auge tronador sacudió la II Argo, aunque Piper no estaba seguro de dónde venía esta vez. No ve ninguna otros buques, y los cielos estaban claros. Tenía la boca seca de repente sentí. — "Así que... estas columnas de Hércules. ¿Son peligrosas? " Annabeth se quedó centrado en los acantilados blancos, como esperando que la marca de Atenea arda a su vista. "Para los griegos, el pilares marcaban el fin del mundo conocido. Los romanos dijeron que los pilares tenían inscriptos una alerta en latín” — "Non plus ultra", dijo Percy. Annabeth miró atónito.

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— "Si. No hay nada más allá. ¿Cómo lo supiste? " Percy señaló. — "Porque estoy mirando." Justo delante de ellos, en medio de los estrechos, una isla cobró vida. Si Piper estaba en lo correcto esa isla no estaba hace unos minutos. Era una pequeña masa de tierra montañosa, cubierta de bosques y rodeada de playas de arena blanca. No muy impresionante en comparación con Gibraltar, pero en frente de la isla, que sobresalía de las olas alrededor de un centenar de metros de la costa, Había dos columnas blancas griegas tan altas como el mástil del Argo. Entre las columnas, las palabras de plata brillaban enormes bajo el agua, tal vez una ilusión, o tal vez incrustada en la arena: NON PLUS ULTRA. — "Chicos, me doy la vuelta", se preguntó Leo con nerviosismo. "O ..." Nadie respondió, quizá porque, como Piper, habían notado una figura de pié en la playa. Cuando el barco se acercó a las columnas, vieron a un hombre de cabello oscuro con túnicas moradas, con los brazos cruzados, mirando fijamente a la nave como si la estuvieran esperando. Piper no podía decir mucho más de él desde esa distancia, pero a juzgar por su postura, no era feliz. Frank respiró hondo. — "¿Ese podría ser…?" — "Hércules", dijo Jason. "El semidiós más poderoso de todos los tiempos." El Argo II estaba a solo unos pocos cientos de metros de las columnas ahora. — "Necesito una respuesta", dijo Leo con urgencia. "Puedo dar vuelta, o podemos despegar. Los estabilizadores están trabajando de nuevo. Pero necesito saberlo rápido " — "Tenemos que seguir adelante", dijo Annabeth. "Creo que el cuida estos estrechos. Si ese es realmente Hércules, nadando o volando no importará. Querrá hablar con nosotros. " Piper se resistió a la tentación de usar Hechizo Oral. Quería gritarle a Leo: ¡Vuela! ¡Sácanos de aquí! Desafortunadamente, tenía la sensación de que Annabeth estaba en lo correcto. Si querían pasar al Mediterráneo, no podían evitar esta reunión. — "Hércules está de nuestro lado ¿No?", preguntó ella esperanzada. "Quiero decir... él es uno de nosotros, ¿verdad?" Jason gruñó. — "Él era un hijo de Zeus, pero cuando murió, se convirtió en un dios. Nunca se puede estar seguro con los dioses. " Piper recordó su reunión con Baco en Kansas, otro dios que solía ser un semidiós. No había sido exactamente útil.

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— "Genial", dijo Percy. "Siete de nosotros ante el Hércules". — "¡Y un sátiro!" Hedge añadido. "Puedo ir." — "Tengo una idea mejor", dijo Annabeth. "Enviamos embajadores a tierra. Un grupouno pequeño o dos como máximo. Que traten de hablar con él. " — "Voy a ir", dijo Jason. "Es un hijo de Zeus. Yo soy el hijo de Júpiter. Tal vez pueda ser agradable para mí. " — "O tal vez él te odie", sugirió Percy. "La mitad de los hermanos no siempre se llevan bien." Jason frunció el ceño. — "Gracias, Sr. Optimismo". — "Vale la pena un tiro", dijo Annabeth. "Por lo menos Jasón y Hércules tienen algo en común. Y tenemos nuestro mejor diplomático. Alguien que es bueno con las palabras. " Todos los ojos se volvieron hacia Piper. Trató de evitar gritar y saltar por la borda. Un mal presentimiento roía sus entrañas. Pero si Jason iba a bajar a tierra, ella quería estar con él. Tal vez este dios inmensamente poderoso llegaría a ser útil. Tenían que tener buena suerte de vez en cuando, ¿no? — "Bien," dijo. "Déjenme cambiarme de ropa." Una vez que Leo había anclado el Argo II entre los pilares, Jason llamó al viento para llevarlo a tierra con Piper. El hombre, de color morado les esperaba. Piper había oído un montón de historias de Hércules. Había visto varias películas cursis y dibujos animados. Antes de hoy, si ella pensaba en él, imaginaba un tío estúpido, peludo de unos treinta años con un barril pecho y barba de hippie bruto, con una piel de león sobre su cabeza con un garrote, como un hombre de las cavernas. Ella se imaginaba que olería mal, eructaría, y se rascaría mucho, y hablaría en su mayoría con gruñidos. No esperaba esto. Sus pies estaban desnudos, cubiertos de arena blanca. Sus ropas le hacían parecer un sacerdote, aunque no podía recordar Piper qué rango de los sacerdotes se vestía de púrpura. ¿Era que los cardenales? ¿Obispos? ¿Y el color púrpura significa que él estaba en su versión romana de Hércules en lugar del griego? Su barba era elegantemente desaliñada, como el padre de Piper y sus amigos actores que llevaban la suya… el tipo de me acabo de acordar que no me he afeitado por dos días pero me veo increíble. Él estaba bien construido, pero no demasiado robusto. Su cabello era negro muy corto, al estilo romano. Tenía sorprendentes ojos azules como Jason, pero su piel era cobriza, como si se hubiera pasado toda su vida en una cama de bronceado. Lo más sorprendente: tenía como máximo 20 años. Definitivamente no más. Era guapo de un modo abrupto, aunque no en todo como el hombre de las cavernas. Lo hizo, de hecho tenía un gran garrote, que yacía en la arena

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junto a él, pero era más como un bate de béisbol de grandes dimensiones, de cinco metros de largo, un cilindro pulido de caoba con una empuñadura de cuero tachonado en bronce. El entrenador Hedge se habría puesto celoso. Jason y Piper aterrizaron en el borde de las olas. Se acercaron lentamente, con cuidado de no hacer ningún movimiento peligroso. Hércules los miró sin emoción particular, como si se tratara de algún tipo de ave marina que nunca había notado antes. — "Hola", dijo Piper. Siempre es un buen comienzo. — "¿Qué pasa?", Dijo Hércules. Su voz era profunda, pero casual, muy moderna. Era un saludo de vestuario de escuela secundaria — "Uh, no mucho." Hizo una mueca Piper. "Bueno, en realidad, mucho. Soy Piper. El es Jason. Nosotros…" — "¿Dónde está tu piel de león?" Interrumpió Jason. Piper quería darle un codazo, pero Hércules parecía más divertido que molesto. — "Hace noventa grados aquí afuera", dijo. "¿Por qué me pongo mi piel de león? ¿Usarías un abrigo de piel en la playa? " — "Supongo que eso tiene sentido." Sonaba Jason decepcionado. "Es sólo que las fotos siempre te muestran con la piel de león”. Hércules miró al cielo acusadoramente, como si quisiera tener palabras de su padre, Zeus. — "No creas todo lo te enteras de mí. Ser famoso no es tan divertido como parece”. — "Dímelo a mi…", suspiró Piper. Hércules fijó sus ojos azules brillantes en ella. — "¿Eres famosa?" — "Mi papá... él aparece en películas." Hércules gruñó. — "No me parezco en las películas. Dioses del Olimpo, nunca sale nada bien. ¿Has visto una película sobre mí, en donde me parecen a mí? " Piper tuvo que admitir que tenía razón. — "Me sorprende que eres tan joven." — "¡Ja! Ser inmortal ayuda. Pero, sí, yo no estaba tan viejo cuando morí. No para los estándares modernos. Hice mucho durante mis años como un héroe... mucho, de verdad. "Sus ojos se derivaron a Jason. "Hijo de Zeus, ¿eh?" — "Júpiter", dijo Jason. — "No hay mucho diferencia", se quejó Hércules. "Papá es molesto en cualquier forma. ¿Y yo? Me llamaba Heracles. Entonces los romanos llegaron y me empezaron a decir Hércules. Yo realmente no cambié mucho, aunque últimamente solo de pensar en la división me da dolores de cabeza ..."

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El lado izquierdo de su rostro se nubló. Su túnica brillaba, momentáneamente se ponía blanca, luego de vuelta a púrpura. — "De todos modos," dijo Hércules, "si eres el hijo de Júpiter, es posible que lo comprendas. Es mucha presión. Suficiente nunca es suficiente. Eventualmente te agarra un bloque de depresión". Se volvió a Piper. Se sentía como si mil hormigas subían por su espalda. Había una mezcla de tristeza y oscuridad en sus ojos que no parecían muy sensatos, y, definitivamente, no estaban seguros. — "En cuanto a ti, querida," Hércules dijo: "Ten cuidado. Los hijos de Zeus puede ser... bueno, no importa. " Piper no estaba seguro de lo que eso significaba. De repente, ella quería irse lo más lejos de este dios como sea posible, pero trató de mantener una expresión serena, cortés. — "Entonces, Hércules", dijo, "estamos en una búsqueda. Nos gustaría tu permiso para pasar a través del Mediterráneo”. Hércules se encogió de hombros. — "Es por eso que estoy aquí. Después de que morí, papá me hizo el portero del Olimpo. Le dije: ¡Genial! ¡Deber en el palacio! ¡Partidos todo el tiempo! Lo que no mencionó es que yo estaría vigilando las puertas a las tierras ancestrales, atrapado en esta isla para el resto de la eternidad. Un montón de diversión. " Señaló las columnas que se elevan desde la montaña. — "Columnas estúpidas. Algunas personas afirman que creé el Estrecho de Gibraltar por empujar montañas separadas. Algunas personas dicen que las montañas son los pilares. Qué montón de estiércol. Los pilares son pilares”. — "Correcto", dijo Piper. "Por supuesto. Así que... ¿podemos pasar? " El dios se rascó la barba de moda. — "Bueno, tengo que darle la advertencia estándar acerca de los peligros que se encuentran en las tierras antiguas. No cualquier semidiós puede sobrevivir en el Mare Nostrum. Debido a eso, tengo que darles una misión para que completen. Demuestren lo que valen, blah, blah, blah. Honestamente, yo no hago gran cosa. Por lo general, le doy semidioses algo tan simple como un viaje de compras, cantando una canción divertida, ese tipo de cosas. Después de todos esos trabajos que tenía que completar para mi primo Euristeo mal, bueno... yo no quiero ser ese tipo, ¿sabes? " — "Te lo agradezco", dijo Jason. — "Hey, no hay problema." Hércules sonaba relajado y atento, pero todavía ponía a Piper nerviosa. Ese destello oscuro sus ojos le recordó carbón empapado en queroseno, listo para quemarse en cualquier momento. — "Así que de todos modos," Hércules dijo: "¿cuál es su misión?"

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— "Gigantes", dijo Jason. "Nos vamos a Grecia para que dejen de tratar de despertar a Gea". — "Gigantes", murmuró Hércules. "Odio a esos tipos. Antes, cuando yo era un héroe semidiós... ah, pero no importa. ¿Qué dios te puso en esto? ¿Papa? ¿Atenea? ¿Tal vez Afrodita? "Él levantó una ceja Piper. "Tan bonita como tú, supongo que es tu mamá. " Piper debería haber estado pensando más rápido, pero Hércules le había perturbado. Demasiado tarde, se dio cuenta de que la conversación se había convertido en un campo de minas. — "Hera nos ha enviado", dijo Jason. "Ella nos ha unido a los…" — "Hera." De repente expresión Hércules era como los acantilados de Gibraltar, una lámina sólida e implacable de piedra. — "Le odio también", dijo Piper rápidamente. Dioses, ¿por qué no se le había ocurrido? Hera había sido el enemigo mortal de Hércules. "No quería ayudarla. Ella no nos ha dado muchas opciones, pero…" — "Pero aquí estás," dijo Hércules, su amabilidad se había ido. "Lo siento, ustedes dos. No me importa cuán digna es de su búsqueda. Yo no haré nada que Hera quiera. Nunca. " Jason miró perplejo. — "Pero pensé que se habían amigado cuando te convertiste en dios." — "Como he dicho," Hércules se quejó: "No te creas todo lo que escuchas. Si desean pasar el Mediterráneo, me temo que tengo que darles una aventura extra dura”. — "Pero somos como hermanos", protestó Jason. "Hera se ha metido con mi vida, también. Te entiendo " — "Ustedes no entienden nada", dijo Hércules con frialdad. "Mi primera familia: muerta. Mi vida desperdiciada en misiones ridículas. Mi segunda esposa muerta, después de haber sido engañado para envenenarme y me dejó a una muerte dolorosa. ¿Y mi indemnización? Yo llegué a convertirme en un dios menor. Inmortal, por lo que nunca pude olvidar mi dolor. Atrapado aquí como un portero, un portero, un... mayordomo de los olímpicos. No, ustedes no entienden. El único dios que me entiende es Dionisio. Y por lo menos él inventó algo útil. No tengo nada que mostrar excepto malas adaptaciones cinematográficas de mi vida. " Piper encendió su Hechizo Oral. — "Eso es horriblemente triste, Señor Hércules. Pero, por favor danos algo fácil. No somos malas personas”. Pensó que había tenido éxito. Hércules vaciló. Luego, su mandíbula apretada, y él negó con la cabeza. — "En el lado opuesto de la isla, a través de las colinas, se encuentra un río. En medio de ese río vive el viejo dios Aqueloo. " Hércules esperó, como si esta información debía enviarlos corriendo en terror.

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"Y...", se preguntó Jason. "Y", dijo Hércules, "Quiero que le rompan el otro cuerno y me lo traigan." "Tiene cuernos", dijo Jason. "Espera... ¿el otro cuerno? ¿Qué-? " "Figura hacia fuera", espetó el dios. "Esto debería ayudar."

Dijo que la palabra Ayuda como si fuere Daño. De debajo de su túnica, Hércules tomó un pequeño libro y se lo lanzó a Piper. Apenas logro agarrarlo. La cubierta brillante del libro mostraba un montaje fotográfico de los templos griegos y los monstruos sonrientes. El Minotauro estaba dando el pulgar hacia arriba. El título decía: La Guía de Hércules para el Mare Nostrum. — "Tráeme ese cuerno de la puesta del sol", dijo Hércules. "Solo están ustedes dos. No se pongan en contacto con sus amigos. Su nave va a permanecer donde está. Si tienes éxito, podrán pasar el Mediterráneo”. — "¿Y si no lo hacemos?", Preguntó Piper, bastante seguro de que no quería la respuesta. — "Bueno, Aqueloo te va a matar, obviamente", dijo Hércules. "Y voy a romper tu nave por la mitad con mis propias manos y enviar a tus amigos a una muerte prematura. " Jason movió los pies. — "¿No podríamos cantar algo divertido?" — "Creo que iré", dijo Hércules con frialdad. "Cuando baje el sol. O sus amigos están muertos”.

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CAPITULO XXVII PIPER LA GUÍA DE HERCULES PARA EL MARE NOSTRUM no ayudó mucho con las serpientes y mosquitos. — "Si se trata de una isla mágica", Piper se quejó, "¿por qué no podía ser una isla mágica agradable?" Ellos descansaron encima de una colina y hacia abajo se veía un bosque muy frondoso, con cuidado de evitar las serpientes a rayas negras y rojas tomando el sol en las rocas. Los mosquitos se abalanzaron sobre aguas estancadas en las zonas más bajas. Los árboles eran principalmente atrofia, olivo, ciprés y pinos. El chirring de las cigarras y el calor opresivo recordó Piper de al camino hacia Oklahoma durante el verano. Hasta ahora no había encontrado ningún río. — "Podríamos volar", sugirió Jason otra vez. — "Podríamos perdernos de algo", dijo Piper. "Además, no estoy segura de querer visitar a un dios hostil. ¿Cuál era su nombre? Achet-a-Quel? " — "Aqueloo." Jason estaba tratando de leer la guía, mientras caminaban, así que siguió corriendo hacia los árboles y tropezando con las rocas. "Aquí dice que es un potamus". — "¿Es un hipopótamo?" — "No. Potamus. Un dios río. De acuerdo con esto, él es el espíritu de los ríos en Grecia”. — "Ya que no estamos en Grecia, vamos a suponer que se ha movido", dijo Piper. "No es necesitamos un buen Augurio para saber que ese libro no va a ser de utilidad. ¿Algo más? " — "Dice que Hércules luchó con él hace tiempo", ofreció Jason. — "Hércules luchó el noventa por ciento de todo lo que hay en la antigua Grecia". — "Si. Vamos a ver. Columnas de Hércules... "Jason pasó una página. "Aquí dice que esta isla no hay hoteles, no hay restaurantes, no hay transporte. Actividades de Hércules en los dos pilares. Huh, esto es interesante. Se supone que el signo de dólar, la S con las dos líneas a través de ella, viene del escudo del armamento español, que habían puesto una pancarta entre las dos columnas, uniéndolas. " Genial, pensó Piper. Jason finalmente se lleva bien con Annabeth, y sus tendencias de cerebrito empiezan a frotar de la nada. — "¿Alguna cosa útil?", Preguntó. — "Espera. Aquí hay una pequeña referencia de Aqueloo: Contra este dios del rio Hércules luchó por la mano de la bella Deyanira. Durante la lucha, Hércules rompió uno de los cuernos del dios del río, que se convirtió en el primera cuerno de la abundancia”. — "¿El Cuerno de qué?"

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— "La decoración de acción de gracias", dijo Jason. "¿El cuerno con todos los accesorios que hay en exceso? Tenemos algunos en los pasillos en el Campamento Júpiter. No sabía que el original era en realidad un tipo de cuerno. " — "Y se supone que le debemos llevar el otro", dijo Piper. "Supongo que no será tan fácil. ¿Quién fue Deyanira? " — "Hércules se casó con ella", dijo Jason. "Creo que... no dice aquí. Pero creo que algo malo le pasó a ella. " Piper recordó lo que Hércules había dicho: su familia muerta en primer lugar, su segunda esposa muerta después de haber sido engañada para envenenarlo. Le estaba gustando este desafío cada vez menos. Caminaron a través de un valle entre dos colinas, tratando de mantenerse a la sombra, pero Piper estaba empapada ya con transpiración. Los mosquitos dejaron ronchas en sus tobillos, brazos, y cuello, por lo que probablemente se veía como una víctima de la viruela. Por fin había conseguido un poco de tiempo a solas con Jason, y esto fue lo que pasó. Estaba irritada con Jason por haber mencionado a Hera, pero ella sabía que no debía culparlo. Tal vez debía simplemente estar irritada con él en general. Desde el Campamento Júpiter, que había estado llevando consigo de una gran cantidad de preocupación y resentimiento. Se preguntó qué Hércules había querido hablarle de los hijos de Zeus. ¿No se podía confiar? ¿Estaban bajo mucha presión? Piper intentó imaginar a Jason convertirse en un dios cuando muera, de pie en una playa guardando las puertas de un océano mucho después de que Piper y todos los demás que él conocía de su vida mortal estuvieran muertos. Se pregunto si Hércules había sido alguna vez optimista como Jason, o más optimista, seguro, rápido para mayor comodidad. Era difícil de imaginar. A medida que caminaron hacia el valle siguiente, Piper se preguntó lo que estaba sucediendo en el Argo II. Tenía la tentación de enviar un mensaje Iris, pero Hércules les había advertido que no se comuniquen con sus amigos. Esperaba Annabeth que pudiera adivinar lo que estaba pasando y no trate de enviar a otros a tierra. Piper no estaba seguro de lo que haría Hércules si se le molestaba más. Se imaginó al entrenador Hedge impaciente y buscando una ballesta para matar al hombre dorado, o Eidolones poseer a la tripulación y obligándolos a cometer suicidio por Hércules. Piper se estremeció. No sabía qué hora era, pero el sol ya empezaba a hundirse. ¿Cómo era que el día pasó tan rápido? Ella habría acogido con satisfacción la puesta del sol para las temperaturas más frías, excepto que era también su fecha límite. Una brisa fresca de noche no significaría mucho si estuvieran muertos. Además, mañana es 1 de julio, de las calendas de julio. Si su información es correcta, sería el último día Nico di Ángelo con vida, y el día en que Roma sería destruida. — "Detente", dijo Jason.

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Piper no estaba segura de lo que estaba mal. Entonces se dio cuenta de que podía oír el agua corriendo por delante. Se arrastraron a través de los árboles y se encontraron en la orilla de un río. Fue tal vez cuarenta pies de ancho pero en el fondo sólo eran unos pocos centímetros, una hoja de plata corría sobre el agua en un lecho de piedras lisas. Unos metros más abajo, los rápidos se sumían en una oscuridad como un agujero en la piscina azul. Algo sobre el río le molestaba. Las cigarras en los árboles habían quedado en silencio. No había pájaros cantando. Era como si el agua estuviera dando una conferencia y sólo permitiría su propia voz. Pero cuanto más Piper escuchaba, más atractivo el río parecía. Ella quería tomar una copa. Tal vez debería quitarse los zapatos. A sus pies vendría bien un baño. Y nadar hacia el agujero... sería tan agradable para saltar con Jason y relajarse a la sombra de los árboles, flotando en el agua fresca y agradable. Así tan romántico. Piper se sacudió. Estos pensamientos no eran de ella. Algo andaba mal. Se sentía casi como el río tenía hechizo oral. Jason se sentó en una piedra y empezó a quitarse los zapatos. Él sonrió al agujero de la piscina como si no pudiera esperar a tirarse. — "¡Ya basta!", Gritó Piper al río. Jason miró sorprendido. — "¿Basta qué?" — "No vos", dijo Piper. "Él". Se sentía tonta apuntando al agua, pero estaba segura de que estaba haciendo algún tipo de magia, manejando sus sentimientos. Justo cuando pensaba que había perdido y Jason se lo diría así, el río habló: Perdóname. El canto es una de los pocos placeres que me queda. Una figura emergió del agujero de la piscina como si subiendo en un ascensor. Los hombros de Piper se tensaron. Era la criatura que había visto en la hoja del cuchillo, el toro con rostro humano. Su piel era tan azul como el agua. Sus pezuñas levitaban sobre la superficie del río. En la parte superior de su cuello bovino había un hombre con el pelo rizado y negro, una barba hecha en rizos estilo griego clásico, ojos profundos, tristes detrás de anteojos, y una boca que parecía situada en un mohín permanente. En el lado izquierdo de su cabeza brotaba su único cuerno, un negro y una blanco como guerreros que podrían convertirse en copas. El desequilibrio se dirigió a la inclinación de la cabeza la izquierda, de modo que parecía que estaba tratando de sacar el agua de la oreja. — "Hola", dijo con tristeza. "Vienen a matarme, supongo." Jason se puso los zapatos de nuevo y se levantó despacio. — "Um, bien"

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— "¡No!" Intervino Piper. "Lo siento. Esto es vergonzoso. No quiero molestarte, pero Hércules nos ha enviado. " — "Hércules" suspiró el hombre-toro. Sus pezuñas patearon el agua como si estuviera listo para cargar. "Para mí, siempre será Heracles. Ese es su nombre griego, ya sabes: la gloria de Hera”. — "Curioso nombre", dijo Jason. "Desde que la odia." — "De hecho", dijo el hombre-toro. "Tal vez por eso no protestó cuando los romanos lo rebautizaron como Hércules. Por supuesto, ese es el nombre por el que la mayoría de la gente lo conoce... su marca, si se quiere decir así. Hércules es nada si no es consciente de su imagen. " El toro-hombre hablaba con amargura pero con familiaridad, como si Hércules fuera un viejo amigo que había perdido su camino. — "¿Eres Aqueloo?", se preguntó Piper. El hombre-toro dobló las patas delanteras y bajó la cabeza en un arco, que Piper encontró dulce y un poco triste. — "En su servicio. Río Extraordinario Dios del Rio. Una vez el espíritu del río más caudaloso de Grecia. Ahora condenado a vivir aquí, en el lado opuesto de la isla de mi viejo enemigo. ¡Oh, los dioses son crueles! Nos ponen tan cerca para castigarme, o a Hércules, nunca he estado seguro”. Piper no estaba seguro de lo que quería decir, pero el ruido de fondo del río estaba invadiendo su mente de nuevo, recordándole su calor y la sed que sentía, lo agradable que un baño sería. Ella trató de concentrarse. — "Soy Piper", dijo. "Se trata de Jason. No queremos pelear. Es sólo que HeraclesHércules-sea quien sea, está enojado con nosotros y nos envió aquí”. Explicó sobre su búsqueda por las antiguas tierras de detener a los gigantes de desertar a Gea. Ella describió cómo su equipo de los griegos y los romanos se habían juntado, y cómo Hércules había lanzado un berrinche cuando se enteró de Hera estaba detrás de él. Aqueloo se había mantenido inclinando su cabeza hacia la izquierda, por lo que Piper no estaba seguro de si estaba dormido o tratar con un solo cuerno lo fatigaba. Cuando terminó, Aqueloo la miró como si estuviera desarrollando una erupción en la piel lamentable. — "Ah, mi querida... las leyendas son ciertas, ya sabes. Los espíritus, los caníbales del agua." Piper tuvo que luchar contra un gemido. Ella no le había dicho nada de eso Aqueloo. — "¿C…cómo?"

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— "Los buenos ríos sabemos muchas cosas", dijo. "¡Ay, te estás centrando en la historia equivocada! Si hubieras llegado a Roma, la historia de la inundación habría servido mejor. " — "Piper", se preguntó Jason. "¿De qué está hablando?" Sus pensamientos se vieron repentinamente revueltos como el cristal caleidoscopio. La historia de la inundación... Si hubieras hecho lo que Roma. — "Yo no estoy segura", dijo, aunque la mención de una historia de la inundación le hizo sonar una campana distante. "Aqueloo, que no entiendo… " — "No, no", simpatizaba el dios del río. "Pobrecita. Otra chica enamorada de un hijo de Zeus". — "Espera un minuto", dijo Jason. "Es Júpiter, en realidad. ¿Y cómo es que hace de ella una Pobrecita? " Aqueloo le hizo caso. — — — —

"Mi niña, ¿sabes la causa de mi lucha con Hércules?" "Fue por una mujer", recordó Piper. "¿Deyanira?" "Sí". Aqueloo exhaló un suspiro. "¿Y sabes lo que le pasó a ella?" "Uh..." Piper miró a Jason.

Sacó su guía y comenzó a hojear las páginas. — "En realidad no-" Aqueloo resopló indignado. — "¿Qué es eso?" Jason parpadeó. "Sólo... La Guía de Hércules para el Mare Nostrum. Él nos dio la guía de lo que se…” — "Eso no es un libro", insistió Aqueloo. "Él te dio eso para meterse debajo de mi piel, ¿no? Él sabe que yo odio esas cosas. " — "¿Odias los libros...?", se preguntó Piper. — "¡Bah!" La cara de Aqueloo se fue convirtiendo de azul a púrpura. "Eso no es un libro". Él pateó el agua. Corrió tan rápido como un cohete miniatura y aterrizó delante de él. Él la empujó para abrirlo con sus pezuñas. El viejo pergamino amarillo se desplegó, cubierto con la escritura descolorida Latina y dibujos a manos de elaboradas imágenes. — "¡Este es un libro!", Dijo Aqueloo. "¡Oh, el olor de la piel de oveja! El ambiente elegante del pergamino desenrollado bajo mis pezuñas. Ustedes simplemente no pueden duplicar en algo como eso. " Él asintió con la cabeza con indignación en la guía en la mano de Jason.

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— "Ustedes los jóvenes de hoy y sus herramientas novedosos. Páginas enlazadas. Pequeños cuadrados compactos de texto que no son cascos de usar. Es un libro encuadernado, un b-book, si es necesario. Pero no es un libro tradicional. ¡Nunca va a sustituir a la vieja usanza rollo! " — "Um, voy a guardar esto ahora." Jasón colocó la guía en su bolsillo cuidadosamente como si estuviera envainando su espada. Aqueloo pareció calmarse un poco, lo cual fue un alivio para Piper. Ella no tenía por qué ser atropellado por un toro con un solo cuerno con una obsesión de desplazamiento. — "Ahora", dijo Aqueloo, tocando una imagen en su desplazamiento. "Se trata de Deyanira". Piper se arrodilló para mirar. El retrato pintado a mano era pequeño, pero se dio cuenta que la mujer había sido muy hermosa, con el pelo largo y oscuro, ojos oscuros y una sonrisa juguetona que probablemente volvía a los chicos locos. — "Princesa de Calidón," dijo el dios río con tristeza. "Ella fue prometido a mí, hasta que el torpe de Hércules insistió en combatir". — "¿Y él rompió su cuerno?" Jason adivinado. — "Sí", dijo el Aqueloo. "Yo nunca podría perdonarlo por eso. Terriblemente incómodo, con un solo cuerno. Pero la situación era peor para la pobre Deyanira. Ella podría haber tenido una vida larga, feliz casada conmigo. " — "Un hombre con cabeza de toro", dijo Piper, "que vive en un río". — "Exactamente", coincidió Aqueloo. "Parece imposible que ella se negaría, ¿eh? En cambio, ella se fue con Hércules. Ella escogió al héroe guapo, llamativo sobre el marido bueno y fiel que la habría tratado bien. ¿Qué pasó a continuación? Bueno, ella debería haberlo sabido. Hércules estaba demasiado envuelto en sus propios problemas para ser un buen marido. Él ya había asesinado a una mujer, ya sabes. Hera lo maldijo, por lo que montó en cólera y mató a toda su familia. Horrible negocio. Es por eso que tenía que hacer los doce trabajos como penitencia. " Piper se sentía horrorizada. — "Espera... Hera lo volvió loco, y ¿Hércules tenía que hacer la penitencia?" Aqueloo se encogió de hombros. — "Los olímpicos nunca pagan pos sus crímenes. Y Hera siempre ha odiado a los hijos de Zeus o Júpiter... ". Él miró con desconfianza a Jason. "De todos modos, mi pobre Deyanira tuvo un final trágico. Ella se puso celoso de muchos asuntos de Hércules. Él enamoraba en todo el mundo, ya ves, al igual que su padre Zeus, el coqueteaba con todas las mujeres que conocía. Finalmente Deyanira estaba tan desesperada que escuchó un mal consejo. Un astuto centauro llamado Nessus le dijo que si quería ser fiel a Hércules para siempre, debe extenderse un poco de sangre centauro en el interior de la camisa favorita de Hércules. Desafortunadamente Nessus estaba mintiendo porque quería vengarse de Hércules. Deyanira siguió sus instrucciones, pero en vez de hacer un Hércules un fiel marido "

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— "La sangre de Centauro es como ácido", dijo Jason. — "Sí", dijo el Aqueloo. "Hércules tuvo una muerte dolorosa. Cuando Deyanira dio cuenta de lo que había hecho, ella... "El dios del río trazó una línea en el cuello. — "Eso es horrible", dijo Piper. — "Y la moraleja, ¿querida?", Dijo Aqueloo. "Cuidado con los hijos de Zeus". Piper no podía mirar a su novio. Ella no estaba segura de que podría enmascarar la inquietud en sus ojos. Jason nunca sería como Hércules. Pero la historia jugaba en todos sus miedos. Hera había manipulado su relación, como lo había manipulado la de Hércules. Piper quería creer que Jason nunca podría entrar en un frenesí asesino como Hércules lo hacía. Por otra parte, sólo cuatro días antes había sido controlado por un eidolon, casi mató a Percy Jackson. — "Hércules es un dios ahora", dijo Aqueloo. "Se casó con Hebe, la diosa de la juventud, pero aún no se encuentre normalmente en casa. Él habita en esta isla, guardando esos pilares tontos. Él dice que Zeus le hace hacer esto, pero creo que él estar aquí que en el Monte Olimpo, amamantando a su amargura y el dolor de su vida mortal. Mi presencia le recuerda sus fracasos, en especial a la mujer que finalmente lo mató. Y su presencia me recuerda a la pobre Deyanira, que podría haber sido mi esposa. " El hombre-toro golpeó el pergamino, que se enrolló y se hundió en el agua. — "Hércules quiere mi otro cuerno para humillarme", dijo Aqueloo. "Tal vez le haría sentirse mejor acerca de sí mismo, sabiendo que yo soy miserable también. Además, el cuerno se convertiría en un cuerno de la abundancia. Buena comida y bebida se derivarían de el, al igual que mi poder hace que el río fluya. No hay duda de Hércules mantendría el cuerno de la abundancia para sí mismo. Sería una tragedia y un desperdicio”. Piper sospechaba que el ruido del río y el sonido de la voz somnolienta de Aqueloo todavía estaban afectando sus pensamientos, pero no podía dejar de estar de acuerdo con el dios río. Estaba empezando a odiar a Hércules. Este pobre hombre-toro parecía tan triste y solitario. Jason agitó. — "Lo siento, Aqueloo. Honestamente, has llegado a una vaga conclusión. Pero tal vez... bueno, sin el otro cuerno, puede que no sea tan desigual. Puede ser que te sientas mejor. " — "Jason" protestó Piper. Jason levantó las manos. — "Es sólo una idea. Además, yo no veo que tenemos muchas opciones. Si Hércules no consigue este mismo cuerno, nos matará a nosotros y a nuestros amigos. " — "Tiene razón", dijo Aqueloo. "No tienes elección. Es por eso que espero que me perdones. " Piper frunció el ceño. El dios del río sonaba tan afligido, quiso acariciar la cabeza.

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— "¿Perdonarte por qué?" — "No tengo otra opción tampoco", dijo Aqueloo. "Te tengo que parar". El río estalló, y un muro de agua se estrelló sobre Piper.

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CAPITULO XXVIII PIPER

EL CHORRO DE AGUA LA AGARRO COMO UN PUÑO Y LA TIRO A LAS PROFUNDIDADES. La lucha era inútil. Apretó la boca cerrada, obligándose a no inhalar, pero ella apenas podía dejar de entrar en pánico. No podía ver nada más que un torrente de burbujas. Sólo podía oír su propia paliza y el rugido sordo de los rápidos. Acababa de decidir que iba a morir ahogada en una pileta natural en una isla que no existía. Entonces, tan repentinamente como había sido tirada hacia abajo, fue empujada a la superficie. Se encontró en el centro de un hidromasaje, capaz de respirar, pero incapaz de liberarse. A unos metros de distancia, Jason salió a la superficie y se quedó sin aliento, con la espada en una mano. Estaba cono loco, pero no había nada a lo que atacar. A unos seis metros a la derecha de Piper, Aqueloo se levantó del agua. — "Lo siento mucho por esto", dijo. Jason se abalanzó hacia él, llamando a los vientos para sacarlo del río, pero Aqueloo era más rápido y de más alcance. Un rizo de agua se estrelló contra Jason y le envió una vez más bajo. — "¡Basta!" Gritó Piper. No era fácil usar el poder de su voz mientras estaba en un remolino, pero llamó la atención de Aqueloo. — "Me temo que no puedo parar", dijo el dios-río. "No puedo permitir que Hércules obtenga mi cuerno. Sería mortificante. " — "¡Hay otra manera!", Dijo Piper. "¡No hace falta que nos mates!" Jason se abrió camino hacia la superficie. Una nube de tormenta en miniatura se estaba formando arriba de su cabeza. Un trueno retumbó. — "Nada de eso, hijo de Júpiter", reprendió Aqueloo. "Si llamas a un relámpago, vas a electrocutar a tu novia." El agua tiró a Jason abajo otra vez. — "¡Déjalo ir!" Piper cargo su voz con toda la persuasión que pudo obtener. "¡Prometo que no dejaré que Hércules obtenga tu cuerno! " Aqueloo vaciló. El medio galope hacia ella, con la cabeza inclinada hacia la izquierda.

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— "Creo que quieres decir eso." — "¡Sí!", Prometió Piper. "Hércules es despreciable. Pero, por favor, deja ir a mi amigo. " El agua paro y Jason se fue abajo del agua. Piper quería gritar. ¿Cuánto tiempo más iba a aguantar la respiración? Aqueloo la miró a través de sus ojos bifocales. Su expresión se suavizó. — "Ya veo. Usted sería mi Deyanira. Serías mi novia para compensar mi pérdida”. — "¿Qué?" Piper no estaba seguro de si lo había oído bien. El jacuzzi estaba literalmente haciéndole escuchar cosas. "Uh, en realidad estaba pensando…" — "Oh, lo entiendo", dijo el Aqueloo. "Tú eras demasiado modesta para sugerir esto delante de su novio. Tienes razón, por supuesto. Yo te trataría mucho mejor de lo que un hijo de Zeus haría. Yo podría hacer las cosas bien después de todos estos siglos. No pude salvar a Deyanira, pero puedo salvarte. " ¿Ya pasaron 30 segundos? ¿Un minuto? Jason no podía aguantar mucho más. — "Uno tiene que dejar a sus amigos morir", continuó Aqueloo. "Hércules se va a enojar, pero te puedo proteger de él. Podríamos ser muy felices juntos. Empecemos por dejar que se ahogue tu compañero Jason, ¿eh? " Piper apenas podía mantenerse unida, pero tenía que concentrarse. Necesitaba ocultar su miedo e ira. Ella era una hija de Afrodita. Tenía que utilizar las herramientas que le dieron. Sonrió tan dulcemente como pudo y levantó los brazos. "Levántame, por favor." El rostro de Aqueloo se ilumino. Tomó las manos de Piper y la sacó de la bañera de hidromasaje. Nunca había montado un toro antes, pero se había montado en la espalda de un Pegaso en el Campamento Mestizo, y ella Recordó que hacer. Utilizó su impulso, balanceando una pierna sobre el lomo del Aqueloo. Luego encerró los tobillos al cuello, pasó un brazo alrededor de su garganta, y sacó su cuchillo con la otra. Apretó la hoja bajo la barbilla del dios río. "Libera a Jason". Ella puso toda su fuerza en la voz. "¡Ahora!" Piper se dio cuenta de que había muchas fallas en su plan. El dios del río podría simplemente disolverse en el agua. O podría tirarla abajo y esperar a que se ahoguen. Pero al parecer su Hechizo Oral había funcionado. O tal vez Aqueloo pensó la situación con claridad. Probablemente él no estaba acostumbrado a chicas guapas que amenazan con cortar la garganta. Jason salió disparado del agua como una bala de cañón humana. Se abrió paso entre las ramas de un olivo y se desplomó sobre la hierba. Eso no podría haberse sentido bien, pero él se puso en pie, jadeando y tosiendo. Levantó la espada, y las oscuras nubes se espesaron sobre el río.

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Piper le lanzó una mirada de advertencia: Todavía no. Todavía tenía que salir de este río sin ahogarse o salir electrocutada. Aqueloo arqueó la espalda como si contemplara un truco. Piper apretó el cuchillo con más fuerza contra su garganta. — "Sé un buen toro", advirtió. — "Lo prometiste," Aqueloo dijo con los dientes apretados. "Me prometiste que Hércules no obtendría mi cuerno". — "Y no lo hará", dijo Piper. "Pero yo lo haré." Ella levantó su cuchillo y cortó de cuerno del dios. El bronce celestial lo corto como si fuera arcilla húmeda. Aqueloo rugió de rabia. Antes de que pudiera recuperarse, Piper se puso de pie sobre su espalda. Con el cuerno en una mano y su daga en la otra, saltó a la orilla. — "Jason", gritó ella. Gracias a los dioses, el comprendió. Una ráfaga de viento la atrapó y se la llevó con seguridad sobre el banco de arena. Piper golpeo el suelo y cuando termino de rodas su pelo quedo como nunca lo había visto. Un olor metálico llenó el aire. Se volvió hacia el río justo cuando fueron segados. ¡BOOM! Un rayo agito el agua haciéndola hervir, soltando vapor y silbando con la electricidad. Piper parpadeó para sacar las manchas amarillas de sus ojos cuando el dios Aqueloo gimió y se disolvió debajo de la superficie. Su expresión de horror parecía estar preguntando: ¿Cómo has podido? — "¡Jason, corre!" Estaba todavía mareada y enferma de miedo, pero ella y Jason se adentraron en el bosque. Mientras subía la colina, sosteniendo el cuerno de toro sobre su pecho, Piper se dio cuenta de que estaba llorando, aunque no estaba segura si era de miedo o alivio, o vergüenza por lo que le había hecho al antiguo dios del río. Ellos no se detuvieron hasta que llegaron a la cima de la colina. Piper se sentía tonta, pero ella seguía rompiendo en llanto mientras le decía a Jason lo que había ocurrido mientras él estaba luchando bajo el agua. — "Piper, no tenías otra opción." Me puso la mano en el hombro. "Me salvaste la vida". Se secó los ojos y trató de controlarse. El sol se acercaba al horizonte. Tuvieron que volver a Hércules rápidamente, o sus amigos se morirían. — "Aqueloo te forzó a hacerlo", añadió Jason. "Además, dudo que rayo lo matara. Es un antiguo dios. Habría que destruir su río para acabar con él. Y si puede vivir cuernos. Si, tuviste que mentir acerca de no darle el cuerno a Hércules, pero para bien. " — "Yo no estaba mintiendo".

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Jason la miró fijamente. — "Pipes... no tenemos otra opción. Hércules va a matar-" — "Hércules no se merece esto." Piper no estaba segura de donde venía esa rabia, pero nunca se había sentido más segura de nada en su vida. Hércules era un imbécil amargo y egoísta. Él había hecho herido a mucha gente, y quería seguir haciéndoles daño. Tal vez había tenido algunas malas roturas. Tal vez los dioses le habían pateado. Pero eso no es excusa. Un héroe no tiene que controlar a los dioses, sino que debe ser capaz de controlarse a sí mismo. Jason nunca sería así. Él nunca no culparía a los otros por sus problemas o poner primero un rencor que hacer lo que está bien. Piper sabía que no se iba a repetir la historia de Deyanira. Ella no iba a estar de acuerdo con lo que Hércules quería sólo porque era guapo, fuerte y aterrador. No podía salirse con la suya esta vez, no después de amenazar sus vidas y enviándolos a Aqueloo como castigo por ayudar a Hera. Hércules no se merecía un cuerno de la abundancia. Piper le iba a poner en su lugar. — "Tengo un plan", dijo. Ella le dijo a Jason que hacer. No se dio cuenta que estaba usando Hechizo Oral hasta que VIÓ sus ojos vidriosos. — "Lo que tú digas", prometió. Entonces parpadeó un par de veces. "Vamos a morir, pero estoy dentro" Hércules estaba esperando justo donde había estado cuando se fueron. Tenía la vista fija en el II Argo, atracado entre los pilares y el sol encuentra detrás de él. El barco se veía bien, pero el plan de Piper había comenzado parecerle loco. Demasiado tarde para recapacitar. Ya había enviado un mensaje Iris a Leo. Jason estaba preparado. Y, viendo a Hércules de nuevo, se sentía más seguro que nunca de que ella no podía darle lo que quería. Hércules no se alegro exactamente cuando vio el cuerno del toro en su mano, pero su ceño disminuyó. — "Bien," dijo. "De acuerdo. En ese caso, usted es libre de irse. " Piper miró a Jason. — "Ya lo has oído. Él nos dio permiso. "Se volvió hacia el dios. "¿Eso significa que nuestro barco será capaz de pasar en el Mediterráneo? " — "Sí, sí". Hércules se sonó los dedos. "Ahora, el cuerno". — "No", dijo Piper. El dios frunció el ceño.

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— "¿Perdón?" Ella levantó la cornucopia. Desde que se había cortado la cabeza Aqueloo, el cuerno se había vaciado, llegando a ser suave y oscuro el interior. No parecía mágico, pero Piper sentía su poder. — "Aqueloo tenía razón", dijo. "Eres la maldición de él, tanto como él es la tuya. Usted es un penoso ejemplo de héroe. " Hércules se quedó mirándola como si estuviera hablando en japonés. — "Te das cuenta de que podía matarte con un movimiento de mi dedo" dijo. "Yo podría tirar mi garrote por encima de su barco y partirlo en dos como una línea recta. Yo podría…" — "Te podrías callar", dijo Jason. Sacó su espada. "Tal vez Júpiter y Zeus sean diferentes. Porque yo no podría ser el hermano de alguien que actúa como tú. " Las venas en el cuello de Hércules se volvieron tan púrpura como su túnica. — "No sería la primera vez que he matado un semidiós". — "Jason es mejor que tú", dijo Piper. "Pero no te preocupe. No vamos a pelear contigo. Vamos a salir de esta isla con el cuerno. no se te lo mereces como premio. Yo lo voy a guardar, para acordarme de lo que no debe ser un semidiós, y además me recuerdan a los pobres de Aqueloo y Deyanira”. Ventanas de la nariz del dios quemado. — "¡No menciones ese nombre! No puedes pensar seriamente que tu novio es mejor que yo. Nadie es más fuerte que yo. " — "Yo no dije más fuerte", corrigió Piper. "Dije que es mejor". Piper señaló la boca del cuerno hacia Hércules. Dejó de lado el resentimiento y la ira y la duda que había sido albergada desde el Campamento Júpiter. Se concentró en todas las cosas buenas que había compartido con Jason Grace: Volado hacia arriba en el Gran Cañón, caminando en la playa al Campamento Mestizo, tomados de la mano en el karaoke y mirando las estrellas, sentado junto a los campos de fresas juntos en las tardes perezosas y escuchar a los sátiros tocar sus flautas de pan. Pensó en un futuro en el que los gigantes habían sido derrotados, Gea estaba dormida, y vivirían felices para juntos, no hay celos, no hay monstruos ni batallas. Ella llenó su corazón con esos pensamientos, y sintió el cuerno de la abundancia crecer caliente. El cuerno soltó un torrente de comida tan potente y abundante como Aqueloo había dicho. Un torrente de fruta fresca, productos horneados, y jamones ahumados enterraron completamente a Hércules. Piper no entendía cómo todo eso podría pasar por la entrada del cuerno, pero pensó que los jamones habían sido completamente apropiados.

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Cuando la isla se hubiese llenado de alimentos, el cuerno se detendría. Piper oyó gritar a Hércules mientras trataba de escapar. Al parecer, incluso el más fuerte de dios en el mundo podría ser atrapado con la guardia baja y ser enterrado bajo productos frescos. — "¡Ya!", Dijo a Jason, que había olvidado su parte del plan y miraba con asombro a la pila de fruta. "¡Vamos!" Él agarró la cintura de Piper y llamó al viento. Fueron disparados fuera de la isla con tanta rapidez, que Piper estuvo a punto de doblarse la cervical, pero no fue un segundo muy rápido. A medida que la isla se retiraba de su vista, la cabeza de Hércules rompió por encima del montón de comida. La mitad de un coco que estaba partido a la mitad como un vaso, lo llevaba como un casco de guerra. — "¡Los voy a matar!" Gritó él, al aunque ya hubiera tenido mucha práctica diciendo esa frase. Jason aterrizó en la cubierta de la II Argo. Por suerte, Leo había hecho su parte. Los remos de la nave ya estaban en el modo de antena. El ancla se había levantado. Jason convocó a una tormenta tan fuerte, que los empujó hacia el cielo, mientras que Percy envió una ola de tres metros de altura frente a la costa, golpeando Hércules por segunda vez, con una cascada de agua de mar y piñas. Cuando el dios recuperó sus pies y empezó a lanzarles coco ya estaba muy abajo, el Argo ya navegaba a través de las nubes sobre el Mediterráneo.}

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CAPITULO XXIX PERCY PERCY NO ESTABA AMANDOSE. Ya era bastante malo que hubiera sido expulsado de Atlanta por los malignos dioses del mar. Entonces no había logrado detener el ataque de un camarón gigante en el Argo II. Y los Ichthyocentauros, hermanos de Quirón, ni siquiera querían reunirse con él. Después de todo eso, habían llegado a las Columnas de Hércules, y Percy tenía que quedarse a bordo del barco, mientras que el gran Jason iba a visitar a su hermano. Hércules, el semidiós más famoso de todos los tiempos, que Percy nunca llegaría a conocer. Bueno, claro, Piper después dijo que Hércules era un imbécil, pero aún así... Percy estaba un poco cansado de permanecer a bordo del barco y pasear por la cubierta. El mar abierto se suponía que era su territorio. Se suponía que Percy avanzaría, estaría a cargo y mantendría a todos a salvo. En cambio, en el Atlántico, había hecho prácticamente nada, salvo tener una pequeña charla con tiburones y escuchar al entrenador Hedge cantar canciones de televisión temáticas. Para empeorar las cosas, Annabeth había estado distante desde que habían salido de Charleston. Pasó la mayor parte de su tiempo en su camarote, estudiando el mapa de bronce que había recuperado del Fuerte Sumer, o buscando información en la laptop de Dédalo. Cuando Percy se detuvo a verla, ella estaba tan metida en sus pensamientos que la conversación fue algo como esto: Percy: "Oye, ¿cómo te va?" Annabeth: "Uh, no, gracias". Percy: "Está bien... ¿has comido algo hoy?" Annabeth: "Creo que Leo está en servicio. Pregúntale a él. " Percy: "Así que, mi pelo está en llamas." Annabeth: "Está bien. Es por un tiempo”. Se ponía así a veces. Era uno de los retos de salir con una hija de Atenea. Aún así, Percy se preguntó qué tenía que hacer para llamar su atención. Estaba preocupado por ella después de su encuentro con las arañas en el Fuerte Sumter, y no sabía cómo ayudarla, especialmente si le cerraba las puertas.

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Después de salir de las Columnas de Hércules, son problemas a excepción de algunos cocos que quedaron en el casco de bronce, la nave viajaba como un avión a cientos de millas. Percy esperaba que las antiguas tierras no fueran tan malas como había odio. Pero era casi como un comercial: ¡Usted notará la diferencia inmediatamente! Varias veces por hora, algo atacaba el barco. Una bandada de pájaros Estínfalo, que son carnívoros, se precipitaron fuera del cielo nocturno, y Festus les prendió fuego. Espíritus tormenta se arremolinaba alrededor del mástil, y Jason les atacaba con un rayo. Mientras que el entrenador Hedge estaba cenando en la cubierta de proa, un Pegaso salvaje apareció de la nada, fue como una estampida hacia las enchiladas del entrenador, y voló lejos de nuevo, dejando pezuñas impresas en toda la cubierta. — "¿Qué fue eso?" Preguntó el entrenador. La vista del Pegaso hizo a Percy desear que Blackjack esté ahí. No había visto a su amigo en días. Tempestad y Arión tampoco se habían mostrado. Tal vez no querían aventurarse en el Mediterráneo. Si era así, Percy no podía culparlos. Finalmente alrededor de la medianoche, después del ataque aéreo noveno o décimo, Jason volvió hacia él. — "¿Y si tratas de dormir un poco? Voy a mantenerme en el cielo y vigilar todo el tiempo que pueda. Luego podemos ir por mar durante un tiempo, y puedes hacerte cargo”. Percy no estaba seguro de que sería capaz de dormir con el balanceo en barco a través de las nubes, ya que estaba sacudido por los espíritus del viento, pero la idea de Jason tenía sentido. Fue bajo cubierta y se estrelló en su litera. Sus pesadillas, por supuesto, eran cualquier cosa menos tranquilas. Soñó que estaba en una caverna oscura. Sólo podía ver a unos metros delante de él, pero el espacio debía haber sido enorme. El agua goteaba desde algún lugar cercano, y el sonido retumbó en las paredes distantes. La forma en que el aire se había movido a Percy le parecía que venía de muy, muy arriba. Oyó unos pasos pesados, y los gemelos Efialtes y Otis salieron arrastrando los pies de la penumbra. Percy podría distinguirlos sólo por el pelo, Efialtes tenía trenzas verdes tejidas con monedas de oro y plata, Otis tenía el cabello color purpura trenzado con... ¿Eran misiles? De lo contrario, iban vestidos de forma idéntica, y sus trajes sin duda pertenecían a una pesadilla. Llevaban un juego de pantalones marineros blancos y remeras de oro con escote en V, que mostraba demasiado vello del pecho. Una docena de dagas estaban enfundadas en los cinturones de imitación de diamante. Sus zapatos eran sandalias de punta abierta, lo que demostraba que, en efecto, tenían serpientes en lugar de pies. Las correas envolvían las cabezas de las serpientes. Algunas cabezas de serpientes acurrucadas debían ser los dedos del pié. Las serpientes sacudieron la lengua con entusiasmo y volvieron

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sus ojos dorados en todas direcciones, como los perros, mirando por la ventana de un coche. Tal vez había pasado mucho tiempo desde que había tenido zapatos con vistas. Los gigantes se pararon frente a Percy, pero no le prestaron atención. En su lugar, miraron hacia la oscuridad. — "Estamos aquí", anunció Efialtes. A pesar de su resonante voz, sus palabras se disiparon en la caverna, repitiéndose hasta que sonaba pequeña e insignificante. Muy por encima, algo que respondió: — "Sí. Puedo ver eso. Esos trajes son difíciles de perder. " La voz hizo dar un vuelco al estomago de Percy. Sonaba vagamente femenina, pero no del todo humana. Cada palabra era un siseo ilegible en varios tonos, como si un enjambre de abejas asesinas africanas había aprendido a hablar inglés al unísono. No era Gea. Percy estaba seguro de eso. Pero fuera lo que fuera, los gigantes gemelos se pusieron nerviosos. Se movieron con las serpientes-pies y inclinaron la cabeza. — "Por supuesto, Su Señoría", dijo Efialtes. "Traemos noticias de…" — "¿Por qué están vestidos así?", Preguntó la cosa en la oscuridad. Ella no parecía estar acercándose, lo cual le parecía bien a Percy. Efialtes le disparó a su hermano una mirada irritada. — "Mi hermano tenía que llevar algo diferente. Desafortunadamente… " — "Dijiste que hoy yo sería el lanzador de cuchillos", protestó Otis. — "¡Me dijiste que yo era el lanzador de cuchillos! ¡Vos ibas a ser el mago! Perdone señora, no queremos hacerla escuchar nuestras peleas. Vinimos como usted solicitó, para traerle noticias. El barco se acerca. " Su señoría, lo que fuera, hizo una serie de silbidos violentos como un neumático que se cortaba varias veces. Con un estremecimiento, Percy se dio cuenta de que se estaba riendo. — "¿Cuando?", Preguntó. — "Deben aterrizar en Roma poco después del amanecer, creo", dijo Efialtes. "Por supuesto, tendrán que pasar del chico de oro”. Él se burló, como si el chico de oro no era su persona favorita. — "Espero que lleguen con seguridad", dijo su señoría. "Estropearía nuestra diversión si los capturaran antes. ¿Sus preparaciones están terminadas? " — "Sí, Su Señoría." Dio un paso adelante Otis, y la caverna tembló. Una grieta apareció bajo las serpientes izquierdas de Otis. — "¡Cuidado, idiota!" Gruñó su señoría. "¿Quieres volver al Tártaro por las malas?" Otis se volvió hacia atrás, su rostro flojo de terror. Percy se dio cuenta de que el suelo, que parecía de piedra sólida, era más como el glaciar que había pisado en Alaska, en algunos lugares sólidos, en otros lugares... no tanto. Se alegró no pesaba nada en sus sueños.

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— "Queda poco de este lugar unido", advirtió Su Señoría. "A menos que, por supuesto, use mi habilidad. Siglos de cólera hacia Atenea solo se pueden contener bien, y la Gran Madre Tierra se agita debajo de nosotros en su sueño. Entre esas dos fuerzas, bueno... mi nido está bastante erosionado. Debemos esperar que este niño de Atenea resulte ser una víctima digna. Ella puede llegar a ser mi último juguete”. Efialtes tragó saliva. Mantuvo sus ojos en la grieta en el suelo. — "Pronto no importará, Su Señoría. Gea se elevará, y todos vamos a ser recompensados. Y usted ya no tendrá que guardarse en este lugar, o mantener sus trabajos ocultos. " — "Quizás," dijo la voz en la oscuridad. "Pero voy a perder la dulzura de mi venganza. Hemos trabajado bien juntos lo largo de los siglos, ¿no es así? " Los gemelos se inclinaron. Las monedas brillaban en el cabello de Efialtes, y Percy se dio cuenta de con nauseabunda certeza de que algunos de ellos eran dracmas de plata, exactamente como el que Annabeth había recibido de su madre. Annabeth le había dicho que en cada generación, algunos niños de Atenea eran enviados a la misión de recuperar la estatua faltante del Partenón. Ninguno de ellos lo había conseguido nunca. Hemos trabajado bien juntos durante los siglos.... El gigante Efialtes tenía monedas de valor de hace siglos, cientos de trofeos. Percy se imaginó a Annabeth de pie en este lugar oscuro, sola. Se imaginó que el gigante le sacaba esa moneda y la agregaba a su colección. Percy quería sacar su espada y darle al gigante de un corte de pelo a partir del cuello, pero él no tenía poder para actuar. Él sólo podía mirar. — "Uh, Su Señoría", dijo Efialtes nerviosamente. "Le recuerdo que Gea quiere que la niña sea capturada viva. Puede atormentarla. Conducirla a la locura. Todo lo que quiera, por supuesto. Pero su sangre debe ser derramada en las rocas antiguas”. Su Señoría siseó. — "Otros podrían ser utilizados para tal fin." — "S-sí", dijo Efialtes. "Pero esta chica es la preferida. Y el muchacho, hijo de Poseidón. Usted podrá ver por qué esos dos son los más adecuados para la tarea. " Percy no estaba seguro de lo que eso significaba, pero quería romper el piso y enviar estos estúpidos oro gemelos de camisa hasta el olvido. Él nunca dejaría a Gea derramar su sangre para cualquier tarea y no había manera de que él hubiera dejado que alguien hiera a Annabeth. — "Vamos a ver", se quejó Su Señoría. "Déjenme ahora. Atiendas sus preparativos. Ustedes tendrán su espectáculo. Y yo... voy a trabajar en la oscuridad. " El sueño se disolvió, y Percy se despertó con un sobresalto.

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Jason llamó a su puerta que estaba abierta. — "Nos hemos establecido en el agua", dijo, mirándolo completamente agotado. "Tu turno". Percy no quería hacerlo, pero despertó a Annabeth. Pensó que al entrenador Hedge no le importaría que hablen después del toque de queda si tenía que darle información que podría salvar su vida. Estaban de pie en cubierta, solos, excepto por Leo, que seguía manejando el timón. El tipo debía estar exhausto, pero se negó a ir a dormir. — "Yo no quiero más sorpresas como Shrimpzilla", insistió. Todos habían tratado de convencer a Leo que el ataque skolopendra no habían sido culpa suya, pero no quiso escucharles Percy sabía cómo se sentía. No perdonar sus propios errores era uno de los mayores talentos de él. Eran como las cuatro de la mañana. El tiempo era miserable. La niebla era tan espesa, Percy no podía ver a Festus al final de la proa, y la llovizna tibia flotaba en el aire como una cortina de cuentas. Mientras navegaban a veinte pies del agua, el mar agitado por debajo de ellos, Percy podía oír a la pobre Hazel en su cabina... también agitada. A pesar de todo, Percy estaba agradecido de estar de vuelta en el agua. Él prefería estar en el agua antes que volar y ser atacados por espíritus tormenta, pájaros carnívoros y Pegasos enojados. Se puso de pie con Annabeth en el carril hacia adelante mientras le hablaba de su sueño. Percy no estaba seguro de cómo iba a tomar la noticia. Su reacción fue aún más preocupante de lo que esperaba: No parecía sorprendida. Ella se asomó a la niebla. — "Percy, tienes que prometerme algo. No le digas a los demás acerca de este sueño. " — "¿Hacer qué? Annabeth…" — "Lo que vimos fue acerca de la Marca de Atenea", dijo. "Que los demás lo sepan no va a ayudar. Sólo se van a preocupar, y se va a hacer más difícil para mí ir por mi cuenta. " — "Annabeth, no puedes estar hablando en serio. Esa cosa en la oscuridad, la cámara grande con el desmoronamiento del suelo " — "Lo sé." Su cara se veía extrañamente pálida y Percy sospechaba de que no era sólo la niebla. "Pero tengo que hacer esto sola”. Percy se tragó su ira. No estaba seguro de si estaba enojado con Annabeth, o su sueño, o todo el mundo Griego / Romano que había soportado y como la historia de 5 mil años tenía una cosa en mente: Succionar la vida de Percy Jackson tanto como sea posible. — "Sabes lo que hay en esa cueva", supuso. "¿Tiene que ver con las arañas?"

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— "Sí," dijo ella en voz baja. — "Entonces, ¿cómo puedes siquiera...?" Se obligó a detenerse. Una vez que Annabeth tomaba una decisión, peleando con ella no iba a servir de nada. Se acordó de la noche hace tres años y medio, cuando habían salvado Nico y Bianca di Ángelo en Maine. Annabeth había sido capturada por el Titán Atlas. Durante un tiempo, Percy no estaba seguro de si estaba viva o muerta. Había viajado por todo el país para salvarla del Titán. Había pasado los días más difíciles de su vida, no sólo por los monstruos y la lucha, sino por la preocupación. ¿Cómo podía él intencionalmente dejarla ir ahora, sabiendo que ella se dirigía hacia algo más peligroso? Entonces cayó en la cuenta: la forma en que se había sentido en aquel entonces, por unos días, fue probablemente cómo Annabeth había sentido por los seis meses que había estado perdido y con amnesia. Eso hizo que se sintiera culpable, y un poco egoísta, por estar aquí discutiendo con ella. Tenía que ir en esa búsqueda. El destino del mundo podría depender de ello. Pero una parte de él quería decir: Olvida el mundo. Él no quería estar sin ella. Percy se quedó en la niebla. No podía ver nada a su alrededor, pero tenía la ubicación perfecta en el mar. Sabía sus exactas de latitud y longitud. Sabía la profundidad del océano y de qué manera las corrientes fluían. Sabía la velocidad del buque, y podía sentir sin rocas, bancos de arena, u otros peligros naturales en su camino. Sin embargo, la ceguera era inquietante. No habían sido atacados, ya que habían tocado el agua, pero el mar parecía diferente. Percy no había estado en la Atlántico, si en el Pacífico, hasta el Golfo de Alaska, pero este mar se sentía más antiguo y poderoso. Percy podía sentir sus capas como remolinos debajo de él. Cada héroe griego o romano había navegado estas aguas, desde Hércules hasta Eneas. Monstruos todavía habitaban en lo más profundo, tan profundamente envueltos en la niebla que dormía casi todo el tiempo, pero Percy podía sentir que se agitaban, respondían al casco de bronce Celestial de un trirreme griego y la presencia de sangre semidiós. Ellos están de vuelta, los monstruos parecían decir. Por fin, sangre fresca. — "No estamos muy lejos de la costa italiana", dijo Percy, sobre todo para romper el silencio. "Tal vez un centenar de millas náuticas a la desembocadura del Tíber”. — "Bien," dijo Annabeth. "Al amanecer, deberíamos…" — "Parar". Percy sintió piel lavada con hielo. "Tenemos que parar". — "¿Por qué?", preguntó Annabeth. — "¡Leo, para!", Gritó. Demasiado tarde. El otro barco apareció entre la niebla y chocó contra ellos de frente. En esa fracción de segundo, Percy entrelazaba la información al azar; otro trirreme, velas, pintado de negro con una cabeza de Gorgona, guerreros corpulento, no del todo humanos, lleno de gente en la parte delantera de la embarcación en armadura griega, las espadas y las lanzas listas, y un carnero de bronce en el nivel del agua, golpeando contra el casco del Argo II.

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Annabeth y Percy fueron casi arrojados por la borda. Festus sopló fuego, el envío de una docena de guerreros muy sorprendidos y gritando a zambullirse en el mar, pero esperaban más para subir a bordo del Argo II. Ganchos estaban en líneas envolviendo los rieles y el mástil, empezaron a excavar con garras de hierro las planchas del casco. En el momento en que Percy había recuperado su ingenio, el enemigo estaba en todas partes. No podía ver bien a través de la niebla y la oscuridad, pero los invasores parecían ser parecidos a los humanos, a delfines o seres humanos Gente Delfín. Algunos tenían hocicos grises. Otros celebraron sus espadas en aletas atrofiadas. Algunos tenían piernas fusionadas parcialmente, mientras que otras tenían aletas para pies, que recordaban a Percy zapatos de payaso. Leo hizo sonar la campana de alarma. Él echó a correr hacia la más cercana balista pero cayó bajo un montón de guerreros delfines parloteando. Annabeth y Percy retrocedieron hacia atrás, ya que lo habían hecho muchas veces antes, desenfundaron sus armas. Percy intentó Convocar a las olas, esperando que pudiera separar las naves o incluso volcar el barco enemigo, pero no pasó nada. Casi se sentía como si algo estuviera empujándolo contra su voluntad, arrebatando al mar desde su control. Levantó a Riptide, dispuesto a luchar, pero fueron superados en número sin remedio. Varias docenas de guerreros bajaron sus lanzas e hicieron un círculo alrededor de ellos, sabiamente se mantenían fuera de distancia de ataque de la espada de Percy. Los hombres delfín, abrieron sus hocicos e silbaron, apareciendo ruidos. Percy nunca había considerado lo vicioso que sonaba el ruido de un delfín. Trató de pensar. Tal vez podría romper el círculo y destruir a invasores poco a poco, pero no sin atraparan a los demás y Annabeth. Por lo menos los guerreros no parecían interesados en matarlos de inmediato. Mantuvieron Percy y Annabeth contenidos mientras más de sus compañeros inundaban bajo cubierta y aseguraban el casco. Percy oía romper las puertas de las cabinas, sus amigos peleando. Incluso si los demás semidioses no habían estado durmiendo, no habrían tenido una oportunidad contra tantos. Leo fue arrastrado por la cubierta, semi-consciente y gimiendo, y lo arrojaron sobre un montón de cuerdas. A continuación, se escucharon sonidos de lucha. Cualquiera de los otros habían sido sometidos o... o Percy se negó a pensar en ello. A un lado del anillo de lanzas, los guerreros de delfines se apartaron para dejar a alguien a través. Parecía ser completamente humana, por la forma en que los delfines cayeron delante de él, él era claramente el líder. Iba vestido de armadura griega de combate, sandalias, falda escocesa, y grebas, una coraza decorada con elaborados diseños monstruo marino y todo lo que llevaba era de oro. Incluso su espada, una hoja griega como Riptide, era oro en lugar de bronce. El chico de oro, Percy pensó, recordando su sueño. Van a tener que pasar el chico de oro.

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Percy estaba realmente nervioso por el chico del casco. Su visera era una mascarilla facial formada como el de una Gorgona con su cabeza curva y con horribles colmillos, características apretadas en una mueca, y el pelo rizado serpiente de oro alrededor de la cara. Percy se había reunido antes con las Gorgonas. El parecido era bueno, un poco demasiado bien para su gusto. Annabeth se volvió así que estaban hombro con hombro. Quería poner su brazo alrededor de ella protectoramente, pero dudaba que ella le agradeciera el gesto, y él no quería renunciar a este tipo de oro ninguna indicación de que Annabeth era su novia. No tenía sentido que el enemigo lo aplaque mas de lo que ya estaba. — "¿Quién eres tú?" Exigió Percy. "¿Qué quieres?" El guerrero dorado se rió entre dientes. Con un movimiento de su espada, más rápido que Percy podría seguir, él golpeó Riptide de la mano de Percy y lo envió volando hacia el mar. Él puede ser que también han lanzado pulmones de Percy al el mar, porque de repente Percy no podía respirar. A él nunca lo habían desarmado con tanta facilidad. — "Hola, hermano". Era la voz del guerrero dorado era rica y aterciopelada, con un exótico acento de Oriente Medio, tal vez, le resultaba vagamente familiar. "Siempre dispuesto a robar a un compañero hijo de Poseidón. Soy Crisaor. La espada dorada. Y respecto a que quiero..." Volvió la máscara de metal hacia Annabeth. "Bueno, eso es fácil. Quiero todo lo que tienes. "

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CAPITULO XXX PERCY EL CORAZÓN DE PERCY DAVA SALTOS mientras Crisaor caminaba hacia adelante y hacia atrás, inspeccionándolos como ganado preciado. Una docena de sus guerreros hombres-delfines hacían un aro alrededor de ellos, con sus lanzas niveladas al pecho de Percy, mientras que decenas más saqueaban el barco, golpeando y rompiendo todo alrededor y bajo cubierta. Uno de ellos llevaba una caja de ambrosía por las escaleras. Otro llevaba una brazada de flechas de ballesta y una caja de fuego griego. — "¡Cuidado con eso!", Advirtió Annabeth. "Van a hacer explotar el barco". — "¡Ah!", Dijo Crisaor. "Sabemos todo sobre el fuego griego, chica. No te preocupes. Hemos estado saqueando y robando a los buques en el Mare Nostrum durante millones de años. " — "Tu acento suena familiar", dijo Percy. "¿Nos conocemos?" — "No he tenido el placer." La máscara dorada de Gorgona le gruño, aunque no podía decir si la expresión del rostro había cambiado. "Pero he oído hablar de ti, Percy Jackson. Oh, sí, el joven que salvo Olimpo. Y su compañera fiel, Annabeth Chase. " — "Yo soy compañero de nadie", gruñó Annabeth. "Y, Percy, su acento suena familiar porque suena como su madre. La matamos en Nueva Jersey. " Percy frunció el ceño. — "Estoy bastante seguro de que el acento no es New Jersey. ¿Quién es tu…? Oh. " Todo cayó en su lugar. El emporio de Gnomos de Jardín de la Tía Em, la guarida de Medusa. Hablaba con el mismo acento, al menos hasta que Percy le cortó la cabeza. — "¿Medusa es tu mamá?", Preguntó. "Amigo, eso apesta." A juzgar por el sonido en la garganta Crisaor, él estaba gruñendo bajo la máscara, también. — "Eres tan arrogante como el primer Perseo", dijo Crisaor. "Pero sí, Percy Jackson. Poseidón era mi padre. Medusa era mi madre. Después Medusa fue transformada en un monstruo por la diosa Atenea... "La máscara de oro se encendió y miro a Annabeth. "Esa sería su madre, creo que... dos niños de Medusa quedaron en su interior, incapaz de nacer. Cuando el original Perseo cortó la cabeza de Medusa…” — "Lo dos niños salieron", recordó Annabeth. "Pegaso y usted." Percy parpadeó. — "Así que tu hermano es un caballo alado. Pero también eres mi medio hermano, lo que significa que todos los caballos alados son mis... ¿Sabes qué? Olvidémoslo”.

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Había aprendido años atrás era mejor no pensar demasiado en que estaba relacionado con quién en su lado divino cosas. Después de que adopto a Tyson el cíclope como a un hermano, Percy decidió que eso era por lo que él quería ampliar la familia. — "Pero si eres el hijo de Medusa", dijo él, "¿por qué no he oído hablar de ti?" Crisaor hizo una mueca desagradable. — "Cuando tu hermano es Pegaso, uno se acostumbra a ser olvidado. ¡Oh, mira, un caballo alado! ¿Alguien se preocupa por mí? ¡No! "Él levantó la punta de su espada en los ojos de Percy. "Me subestiman. Mi nombre significa la Espada de Oro por una razón. " — "¿Oro Imperial?" Percy adivinado. — "¡Bah! Oro encantado, sí. Más tarde, los romanos le llamaron oro imperial, pero yo fui el primero en empuñar jamás un cuchillo de ese material. ¡Debería haber sido el héroe más famoso de todos los tiempos! Desde los que los que cuentan leyendas decidieron ignorarme, me convertí en un villano en su lugar. Decidí poner su patrimonio para mi uso. Como hijo de Medusa, me gustaría inspirar terror. ¡Como hijo de Poseidón, que gobernaría el mar! " — "Te convertiste en un pirata", resumió Annabeth arriba. Crisaor extendió los brazos, que a Percy le parecía bien ya que no tenía más la unta de la espada en los ojos. — "El mejor pirata", dijo Crisaor. "He navegado estas aguas durante siglos, saqueando cualquier semidioses tan tonto como para explorar el Mare Nostrum. Este es mi territorio ahora. Y todo lo que tengo es mío. " Uno de los guerreros de delfines arrastraba al entrenador Hedge desde abajo. — "¡Déjame ir, atún!" Bramó Hedge. Trató de dejar el guerrero, pero su casco resonó fuera de la armadura de su captor. A juzgar por las huellas en forma de pezuñas en el pectoral del delfín y el casco, el entrenador ya había hecho varios intentos. — "Ah, un sátiro", reflexionó Crisaor. "Un poco viejo y fibroso, pero los cíclopes pagarán bien por un bocado como él. Llévenlo las cosas arriba. " — "¡Mi carne de cabra no es de nadie!", Protestó Hedge. — "Gag, a él también", decidió Crisaor. — "¿Que dorado poco…?" el insulto de Hedge se vio inconcluso cuando un humano-delfín le puso u trapo en la boca. Luego, el entrenador fue atado como un ternero de rodeo y lo desecharon con las cajas de cajas de alimentos, armas adicionales, incluso el hielo mágico del congelador. — "¡No puedes hacer esto!", Gritó Annabeth. La risa de Crisaor resonó en el interior de su máscara de oro. Percy se preguntó si estaba horriblemente desfigurado bajo allí, o si su mirada podía petrificar a la gente lo hacía su madre.

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— "Puedo hacer lo que quiera", dijo Crisaor. "Mis guerreros han sido entrenados a la perfección. So viciosos, y asesinos…" — "Los delfines", señaló Percy. Crisaor encogió de hombros. — "Sí. ¿Y qué? Tenían Tuvieron mala suerte hace unos milenios, secuestraron a la persona equivocada. Algunos de su tripulación se volvieron completamente en delfines. Otros se volvieron locos. Pero estos... estos han sobrevivido como criaturas híbridas. Cuando los encontré bajo el mar y les ofrecí una nueva vida, se convirtieron en mi leal tripulación. ¡No le temen nada! " Uno de los guerreros charlaba con él nerviosamente. — "Sí, sí", gruñó Crisaor. "Tienen miedo de una cosa, pero poco importa. Él no está aquí”. Una idea empezó a hacer cosquillas en la base del cráneo de Percy. Antes de que pudiera continuar, más de los guerreros delfín subieron por las escaleras, arrastrando al resto de sus amigos. Jason estaba inconsciente. A juzgar por los nuevos moretones en su rostro, había intentado para luchar. Hazel y Piper estaban atados de pies y manos. Piper tenía una mordaza en la boca, al perecer los delfines habían descubierto su poder. Frank fue era único que faltaba, aunque dos de los delfines tenían picaduras de abeja cubriendo sus rostros. ¿Podría Frank en realidad convertirse en un enjambre de abejas? Percy esperaba que sí. Si él estaba libre a bordo en algún lugar de la nave, podría ser una ventaja, suponiendo que Percy pudiera encontrar la manera de comunicarse con él. — "¡Excelente!" Se regodeó Crisaor. Él dirigió a sus guerreros a atar a Jason a las ballestas. Luego examinó la las niñas como si fueran regalos de Navidad, lo que hizo a Percy apretar los dientes. — "El niño es inútil para mí", dijo Crisaor. "Pero tenemos un trato con la bruja Circe. Ella va a comprar a las mujeres, ya sea como esclavas o hechiceras en formación, en función de su habilidad. No es cierto, preciosa Annabeth”. Annabeth retrocedió. — "No me vas a tocar igualmente." La mano de Percy se deslizó al bolsillo. Su pluma había aparecido de nuevo en sus vaqueros. Sólo necesitaba un momento de distracción para sacar su espada. Tal vez si él pudiera acabar con Crisaor rápidamente, su tripulación se asuste. Él deseaba saber algo acerca de las debilidades de Crisaor. Por lo general, Annabeth le proporcionaba ese tipo de información, pero al parecer Crisaor no tenía leyendas, por lo que ambos estaban en la oscuridad. El guerrero dorado chasqueó la lengua.

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— "Oh, por desgracia, Annabeth, no te quedarás conmigo. Me encantaría eso. Usted y su amigo Percy sean negociados. Una cierta diosa está pagando una alta recompensa por ustedes vivos, si es posible, aunque no dijo que tenían que estar sanos y salvos”. En ese momento, a Piper le dio un ataque de desesperación. Ella gimió en voz tan alta que se oía a través de su mordaza. Luego se desmayó frente al guardia más cercano, golpeando sobre él. Hazel tuvo la misma idea y se desplomó sobre la cubierta, pateando y golpeando sus piernas como si estuviera teniendo un ataque. Percy sacó Riptide y atacó. La hoja debería haber ido directamente a través del cuello Crisaor, pero el guerrero de oro era increíblemente rápido. Él lo esquivó y esquivó a los guerreros de delfines que hacían de seguridad, protegiendo a los otros cautivos al mismo tiempo que el capitán peleaba. Charlaban y chillaban, incitándolo, mientras Percy solo conseguía perder la esperanza de ganar mientras sospechaba que la tripulación estaba acostumbrada a estos encuentros. No sentían que su líder estaba en ningún tipo de peligro. Percy no había cruzado espadas con un oponente así desde... bueno, desde que había luchado contra el dios de la guerra Ares. Crisaor era tan bueno. Muchos de los poderes de Percy se habían vuelto más fuerte con los años, pero ahora, demasiado tarde, se dio cuenta de que el manejo de la espada no era uno de ellos. Él estaba oxidado, al menos contra un adversario como Crisaor. Luchó lado a otro, empujando y parando. Sin querer, Percy oyó la voz de Luke Castellan, en su primera lucha con espada, el era mentor en el Campamento Mestizo, lanzando sugerencias. Pero no sirvió de nada. La máscara de Oro con la cara de la Gorgona era tan desconcertante. La niebla caliente, los tablones lisos, el parloteo de los guerreros… Nada de eso le ayudó. Y en la esquina de su ojo, Percy podía ver a uno de los hombres, un delfín sosteniendo un cuchillo en la garganta de Annabeth en caso de que se quisiera meter en la pelea. Él hizo una finta y metió en tripa Crisaor, pero Crisaor anticipó el movimiento. Tiró a la espada de Percy fuera de su mano de nuevo, y una vez más Riptide voló hacia el mar. Crisaor reía con facilidad. Ni siquiera estaba sin aliento. Apretó la punta de su espada de oro contra el esternón de Percy. — "Un buen intento", dijo el pirata. "Pero ahora vas a ser encadenado y transportado a los deformes de Gea. Ellos están muy ansiosos de derramar tu sangre y despertar la diosa. "

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CAPITULO XXXI PERCY NADA COMO LA FALTA TOTAL de habilidad para generar grandes ideas. Percy se quedó allí, desarmado y superado, un plan se formó en su cabeza. Estaba tan acostumbrado a que Annabeth proporcionara información de las leyendas griegas que era una especie sacudida tener que acordarse de algo útil, pero lo había hecho que actuar rápido. No podía permitir que les pase nada a sus amigos. No iba a perder Annabeth… no otra vez. Crisaor no podía ser mejor. Al menos no en un combate singular. Pero sin su tripulación... tal vez entonces podría abrumarse si semidioses suficiente le atacaban inmediatamente. ¿Cómo lidiar con la tripulación de Crisaor? Percy trataba de poner las piezas juntas: los piratas se habían convertido en hombres de delfines miles de años atrás, cuando habían secuestrado a la persona equivocada. Percy conocía esa historia. Vamos, la persona equivocada en cuestión los había amenazado con convertirlos en un delfín. Y cuando Crisaor dijo que la tripulación no tenía miedo a nada, uno de los delfines habían nerviosamente le corrigió. Sí, Crisaor dijo. Pero él no está aquí. Percy miró hacia la popa y vio a Frank manchado, en forma humana, asomándose desde detrás de una ballesta, esperando. Percy resistió el impulso de sonreír. El gran hombre decía ser torpe e inútil, pero siempre parecía estar exactamente el lugar correcto cuando Percy lo necesitaba. Las chicas... Frank... el pecho de hielo. Era una idea loca. Pero, como siempre, eso era todo lo Percy tenía. — "Está bien", gritó Percy, tan fuerte que él llamó la atención de todos. "Llévanos lejos, si nuestro capitán nos lo permite." Crisaor volvió la máscara de oro. — "¿Qué capitán? Mis hombres registraron la nave. No hay nadie más”. Percy levantó las manos dramáticamente. — "El dios aparece sólo cuando lo desea. Pero él es nuestro líder. Dirige nuestro campamento para semidioses. ¿No es así, Annabeth? " Annabeth fue rápida. — "¡Sí!" Ella asintió con entusiasmo. "¡Mr. D! ¡El gran Dionisio! " Una oleada de inquietud pasó por los hombres-delfín. Uno dejó caer su espada.

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— "¡Levántate rápido!" Bramó Crisaor. "No hay más dios en este barco. Ellos están tratando de asustarlos". — "¡Deberían estar asustado!" Percy miró a la tripulación pirata con simpatía. "Dioniso se pondrá realmente molesto con ustedes por haber retrasado el viaje. Él castigará a todos nosotros. ¿No saben de sus seguidoras, las chicas del vino? " Hazel y Piper se habían detenido de los ataques temblorosos. Estaban sentadas en la terraza, mirando a Percy, pero cuando las miró intencionadamente, comenzaron gemir para arriba otra vez, temblando y dejándose caer por ahí como peces. Los hombres-delfín cayeron sobre sí mismos tratando de escapar de sus cautivos. — "¡MENTIRAS!" Rugió Crisaor. "Cállate, Percy Jackson. El director del campamento no está aquí. Fue llamado al Olimpo. Este es un conocimiento común”. — "Así que admites Dioniso es nuestro director", dijo Percy. — "Fue", Crisaor corregido. "Todo el mundo lo sabe." Percy hizo un gesto hacia el guerrero dorado como si acabara traicionado a sí mismo. "¿Ves? Estamos condenados. Si no lo hacen créanme, ¡vamos a ver el pecho de hielo! " Percy asaltó a la nevera mágica. Nadie trató de detenerlo. Llamó a la puerta abra la tapa y rebuscó a través del hielo. Tenía que haber una. Por favor. Encontró una lata roja y plateada. Él lo blandió a los guerreros delfines como si rociándolos con repelente de insectos. — "He aquí", gritó Percy. "La bebida preferida del Dios. ¡Tiemblen ante el horror de la Coca-Cola Light! " Los hombres-delfín comenzaron a entrar en pánico. Estaban en el borde de la retirada. Percy podía sentirlo. — "El dios se llevará a su barco", advirtió Percy. "Él va a terminar su transformación en delfines, o que se vuelvan locos, ¡o transformarlos en delfines locos! ¡Su única esperanza es nadar lejos ahora, rápido! " — "¡Ridículo!" Resultó voz estridente de Crisaor. No parecía seguro a donde llevar su espada, al cuello de Percy o a su tripulación. — "¡Cuidaos a vosotros mismos!", Advirtió Percy. "¡Es demasiado tarde para nosotros!" Entonces él abrió la boca y señaló el lugar donde Frank se escondía. — "¡Oh, no! ¡Frank se está convirtiendo en un delfín loco! " No pasó nada. — "Dije:" Percy repitió: "¡Frank se está convirtiendo en un delfín loco!" Frank salió a trompicones de la nada, haciendo un gran show agarrandose la garganta. — "Oh, no", dijo, como si estuviera leyendo un teleprompter. "Me estoy convirtiendo en un delfín loco".

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Él comenzó a cambiar, la nariz se alargó a un hocico, su piel se volvió lisa y gris. Cayó al piso como un delfín, su cola golpeaba contra las tablas. La tripulación pirata se disolvió en terror, charlando y haciendo clic al caer sus armas, se olvidaron de los cautivos, ignoraron las órdenes Crisaor, y saltaron por la borda. En la confusión, Annabeth se movió rápidamente para cortar los lazos de Hazel, Piper, y Hedge. En cuestión de segundos, Crisaor estaba solo y rodeado. Percy y sus amigos no tenían armas excepto el cuchillo de Annabeth y las armaduras, pero miraban al guerrero con miradas acecinas que decían: ESTAS CONDENADO. Se retiró al borde del carril. — "Esto no ha terminado, Jackson," gruñó Crisaor. "Tendré mi venganza" Sus palabras fueron interrumpidas por Frank, que había cambiado de forma de nuevo. Un oso pardo de unas 800 libras puede detener una conversación. Él rozó a Crisaor y le sacó la máscara con la garra. Crisaor gritó, al instante se cubrió el rostro con los brazos y cayó en el agua. Corrieron a la barandilla. Crisaor había desaparecido. Percy pensó en perseguirlo, pero él sabía que las aguas lo fortalecían, y él no quería enfrentarse a ese tipo solo de nuevo. — "¡Eso fue genial!" Annabeth le dio un beso, que le hizo sentir un poco mejor. — "Fue desesperante", corrigió Percy. "Tenemos que deshacernos de este trirreme pirata". — "¿Quemarlo?", se preguntó Annabeth. Percy miró a la Coca-Cola Light en la mano. — "No. Tengo otra idea. " Les tomó más tiempo de lo que Percy quería. A medida que lo hacían, él no dejaba de mirar al mar, esperando a Crisaor y sus delfines piratas volviendo, pero no lo hicieron. Leo se podía parar, gracias a un poco de néctar. Piper atendido las heridas de Jason, pero él no estaba tan malherido como parecía. Mayormente no era más que vergüenza porque lo habían vencido de nuevo, lo que podría relacionarse con Percy. Volvieron todos sus propios suministros a los lugares adecuados y pusieron orden desde la invasión, mientras que el entrenador Hedge tenía un día de campo en el barco enemigo, rompiendo todo lo que encontraba con su bate de béisbol. Cuando hubo terminado, Percy cargó las armas de sus enemigos en el barco pirata. Su despensa estaba llenas de tesoros, pero Percy insistió que no tocaran nada. — "Puedo sentir que lo que está a bordo vale más de seis millones de dólares", dijo Hazel. "Más diamantes, rubíes y …" — "¿Seis millones de dólares?" Tartamudeó Frank. "¿Dólares canadienses o estadounidenses?"

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— "Déjalo", dijo Percy. "Es parte del homenaje." — "Tributo", preguntó Hazel. — "Oh." Asintió Piper. "Kansas". Jason sonrió. Había estado allí cuando habían conocido al dios del vino. "Loco. Pero me gusta. " Finalmente Percy fue a bordo de la nave pirata y se abrieron las válvulas de inundación. Le pidió a Leo para perforar agujeros extra en la parte inferior del casco, con sus herramientas de poder, y Leo estuvo feliz de hacerlo. La tripulación del Argo II se montado en la barandilla y cortó las líneas de agarre. Piper sacó su nuevo cuerno de abundancia y, en la dirección de Percy, él quería arrojar su Coca-Cola de dieta, que salió con la fuerza de una manguera de bomberos, apagando la cubierta enemiga. Percy pensó que tardaría horas, pero el barco se hundió muy rápido, llenándose de Coca-Cola Light y agua de mar. — "Dioniso", llamó Percy, sosteniendo la máscara de oro de Crisaor. "O Baco, lo que sea. Usted hizo esta victoria posible, incluso si no estabas aquí. Tus enemigos temblaban en su nombre... o su Coca-Cola de dieta, o algo así. Así que, sí, gracias”. Las palabras eran difíciles de conseguir, pero Percy no logró las que quería. — "Le damos a esta nave a usted como tributo. Esperamos que le guste. " — "Seis millones de dólares en oro", murmuró Leo. "Será mejor que le guste." — "Shh," Hazel regañó. "El metal precioso no es de lo mejor. Créeme”. Percy arrojó la máscara de oro a bordo del buque, que estaba hundiéndose aún más rápido, marrón líquido efervescente salía de las ranuras de los remos y burbujas de la bodega de carga, convirtiendo el mar espumoso de color marrón. Percy convocó a una ola, y la nave enemiga se inundó. Leo sacó al Argo II de allí a medida que el barco pirata desaparecía bajo el agua. — "¿No es eso contaminante?", se preguntó Piper. — "No te preocupes", le dijo Jason. "Si le gusta a Baco, el buque debe desaparecer." Percy no sabía si eso iba a pasar, pero se sentía como si hubiera hecho todo lo que podía. No tenía fe en que Dionisio quiera oír ni le importara, y mucho menos les ayudará en su batalla contra de los gigantes gemelos, pero tenía que intentarlo. A medida que el Argo II se dirigía hacia el este en la niebla, Percy decidió que por lo menos algo bueno había salido de su pelea de espadas con Crisaor. Se sentía humilde, incluso lo suficientemente humilde como para rendir homenaje al tío del vino. Después de su combate con los piratas, decidieron volar el resto del camino a Roma. Jason insistió en que estaba lo suficientemente bien para tomar la posta, junto con el entrenador Hedge, que todavía estaba tan cargado de adrenalina que cada vez que el barco golpeaba por turbulencia, blandía el bate y gritaba: "¡Muere!"

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Tenían un par de horas antes del amanecer, por lo que Jason sugirió a Percy tratar de conseguir un par de horas más de sueño. — "Eres un buen hombre", dijo Jason. "Dale a alguien la oportunidad de salvar el barco, ¿eh?" Percy estuvo de acuerdo, aunque una vez en su camarote, tenía problemas para conciliar el sueño. Se quedó mirando el farol de bronce balanceándose desde el techo y pensó en lo fácil que Crisaor le había sacado la espada en esgrima. El guerrero dorado podría haberlo matado sin romper a sudar. Sólo había mantenido con vida porque Percy alguien pagaba por el privilegio de matarlo más tarde. Percy se sentía como si una flecha se hubiera deslizado en una grieta de su armadura, como si él todavía tuviera la bendición de Aquiles, y alguien hubiera encontrado su punto débil. Cuanto más viejo se volvía, cuanto más tiempo sobrevivía como un mestizo, más sus amigos alzaban la vista hacia él. Ellos dependían de él y se basaban en sus poderes. Ya los romanos le había esculpido en un escudo y le hicieron pretor, y sólo los había conocido durante un par de semanas. Pero Percy no se sentía poderoso. Mientras más cosas heroicas el hacía, más se daba cuenta lo limitado que era. Se sentía como un fraude. No soy tan grande como piensan, quería advertir a sus amigos. Sus fracasos, como esta noche, parecían demostrarlo. Tal vez por eso había empezado a temerle a la asfixia. No estaba tan ahogado en la tierra o en el mar, pero el sentía que se hundía en demasiadas expectativas, literalmente, en su cabeza. Wow... cuando empecé a tener pensamientos de ese tipo, él sabía que había estado pasando mucho tiempo con Annabeth. Atenea una vez le había dicho su defecto fatídico: Era supuestamente muy leas a sus amigos. No podía ver la imagen completa. Él salvaría a un amigo, incluso si eso significaba destruir el mundo. A la vez, Percy se había encogido de hombros en esto. ¿Cómo podría ser la lealtad es algo malo? Además, las cosas funcionaron bien contra los Titanes. Había salvado a sus amigos y derrotado a Cronos. Ahora, sin embargo, empezó a dudar. De buena gana se tiraba a cualquier monstruo, dios, gigante para mantener a sus amigos protegidos. Pero ¿y si él no estaba a la altura? ¿Qué pasa si alguien más lo tenía que hacer? Eso fue muy duro para admitirlo. Incluso tuvo problemas con cosas simples como dejar que Jason de una vuelta de vigilancia. Él no quería depender de alguien más para protegerlos, alguien que pudiera salir lastimado en su cuenta. La mamá de Percy había hecho eso por él. Se había quedado en una mala relación con un hombre mortal bruto porque pensó que iba a salvar a Percy de los monstruos. Grover, su mejor amigo, había protegido a Percy durante casi un año antes de Percy siquiera se diera cuenta de que era un semidiós, y Grover había quedado casi muerto por el Minotauro.

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Percy no era un niño. Él no quería que a nadie le gustara tomar un riesgo por él. Tenía que ser lo suficientemente fuerte para ser su propio protector. Pero ahora tenía que dejar que Annabeth se valla por su cuenta para seguir la Marca de Atenea, sabiendo que podría morir. Si tenía que tomar una decisión, Salvar a Annabeth o terminar la búsqueda, ¿Podría elegir la búsqueda? El agotamiento por fin lo alcanzó. Se quedó dormido, y en su pesadilla, el estruendo de un trueno se convirtió en la risa de la diosa de la tierra Gea. Percy soñó que estaba de pie en el porche delantero de la casa grande en el Campamento Mestizo. El rostro dormido de Gea apareció en el lado del, sus características formadas a partir de su sombra en la tierra. Sus labios no se movían, pero su voz resonaba en todo el valle. Así que esta es tu casa, Gea murmuró. Toma una última mirada, Percy Jackson. Deberías haber regresado aquí. Al menos entonces podrías haber muerto con tus compañeros cuando los romanos invadan. Ahora, tu sangre será derramada lejos de casa, en las antiguas piedras, y me levantaré. La tierra se sacudió. En la parte superior de la colina del Campamento Mestizo, el Pino de Thalía estalló en llamas. El temblor volvió la hierba en arena, el bosque se desintegraba convirtiéndose en polvo. El río y el lago se secaron. Las cabañas y la Casa Grande estaban reducidas a cenizas. Cuando el temblor se detuvo, el Campamento Mestizo parecía un desierto después de una explosión atómica. Lo único que quedaba era el porche donde Percy estaba. Junto a él, el polvo se arremolinaba y se solidifica en la figura de una mujer. Tenía los ojos cerrados, como si se tratara de sonambulismo. Sus ropas eran de bosque verde, salpicado de oro y blanco como la luz del sol cambiante a través de sucursales. El cabello de ella era tan negro como el alquitrán. Su rostro era hermoso, pero incluso con una sonrisa soñadora en sus labios parecía fría y lejana. A Percy le dio la sensación de que podía ver a semidioses morir o quemar las ciudades, y esa sonrisa no lo haría vacilar. — "Cuando reclame la tierra", dijo Gea: "Voy a dejar este lugar desierto para siempre, para acordarme de su clase y como impotentemente trataban de pararme. No importa si usted se caen, o mis peones como Forcis o Crisaor o mis gemelos queridos. Van a caer, y yo estaré allí para devorarlos. Su única opción ahora... ¿Caer solos? Vengan a mí, traigan a la chica. Tal vez voy a prescindir de este lugar luego. De lo contrario... " Gea abrió los ojos. En ellos se arremolinaba el color verde y el negro, tan profundo como la corteza de la tierra. Gea vio todo. Su paciencia era infinita. Ella tardó en despertar, pero una vez que se levantara, su poder sería imparable.

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La piel de Percy hormigueaba. Sus manos fueron adormecidas. Miró hacia abajo y se dio cuenta que se estaba desmoronando a polvo, como todos los monstruos que alguna vez había derrotado. — "Disfruta el Tártaro, mi pequeño peón", ronroneó Gea. Sonó un metálico CLANG-CLANG-CLANG, Percy se sacudió de su sueño. Sus ojos se abrieron de golpe. Se dio cuenta de que acababa de oír que el tren de aterrizaje estaba bajado. Alguien llamó a la puerta, y Jason asomó la cabeza. Los moretones en su rostro se habían desvanecido. Sus ojos azules brillaban de emoción. — "Hey, hombre", dijo. "Estamos descendiendo sobre Roma. Realmente deberías mirar esto. " El cielo era de un azul brillante, como si el mal tiempo no hubiera pasado. El sol se elevaba sobre las colinas distantes, por lo que todo por debajo de ellos brillaba y brillaba como si toda la ciudad de Roma acababa de salir del túnel de lavado. Percy había visto antes de las grandes ciudades. Él era de Nueva York, después de todo. Pero la inmensidad de Roma lo agarró por la garganta y le hacía difícil respirar. La ciudad parecía tener ningún respeto por los límites de la geografía. Se extendía a través de colinas y valles, saltaba sobre el Tíber con decenas de puentes, y se mantenían extensos hasta el horizonte. Calles y callejones zigzagueaba sin ton ni son a través de de los barrios. Edificios de cristal de oficinas estaban juntos a los sitios de excavación. Una catedral de pie junto a una hilera de columnas romanas, que se situaba al lado de un estadio de fútbol moderno. En algunos barrios, villas antiguas con techos de tejas rojas llenaron las calles empedradas, por lo que si Percy concentraba sólo en aquellas áreas, podía imaginar que estaba de regreso en la antigüedad. Por donde veía, había amplias plazas y calles obstruidas de tráfico. Parques atravesando la ciudad con una loca colección de palmeras, pinos, enebros y olivos, como si Roma no pudiera decidir a qué parte del mundo pertenecía a, o tal vez creía que todo el mundo todavía pertenecía a Roma. Era como si la ciudad sabía del sueño de Percy sobre Gea. Sabía que la diosa de la tierra destinada a arrasar toda la civilización humana, y esta ciudad, que había permanecido durante miles de años, estuviera diciéndole de respuesta: ¿Quieres disolver esta ciudad, Cara sucia? Date un tiro. En otras palabras, era el entrenador Hedge de las ciudades mortales, sólo que más alto. — "Vamos a establecernos en dicho parque” anunció Leo, que apuntaba a un amplio espacio verde salpicado de palmeras. "Vamos a esperar que la niebla nos haga ver como una paloma grande o algo así. " Percy quiso que la hermana de Jason, Thalía estuviera aquí. Siempre había tenido una manera de doblar la niebla para que la gente viera lo que ella quería. Percy nunca había sido muy bueno en eso. Siguió pensando: No nos miren, y esperaba que los romanos se les escape de la

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mira el trirreme gigante de bronce descendiendo sobre la ciudad en medio de la hora pico de la mañana. Parecía funcionar. Percy no se dio cuenta de los autos desviándose de la carretera o romanos apuntando al cielo y gritando, "¡Los extranjeros!" Establecieron el Argo II en el parque de hierba y se retractaron de los remos. El ruido del tráfico estaba a su alrededor, pero el parque en sí era tranquilo y desierto. A su izquierda, un césped verde se inclinaba hacia la línea de árboles. Había una antigua villa situada a la sombra de unos pinos de aspecto extraño con finas curvas y troncos que se medían treinta o cuarenta pies, luego brotaron en marquesinas hinchadas. Le recordó a Percy los arboles de los cuentos del Dr. Seuss que su madre le contaba cuando era pequeño. A su derecha, serpenteaba a lo largo de la cima de una colina, una muralla de ladrillos con ranuras en la parte superior para los arqueros, tal vez una línea defensiva medieval, quizás romana. Percy no estaba seguro. Hacia el norte, a unos dos kilómetros a través de los pliegues de la ciudad, la parte superior del Coliseo se elevaba por encima de los tejados, buscando al igual que lo hacía en las fotos de los recorridos. Ahí es cuando las piernas de Percy comenzaron a temblar. De hecho, era aquí. Había pensado que su viaje a Alaska había sido bastante exótico, pero ahora estaba en el corazón del antiguo Imperio Romano, el territorio enemigo para un Semidiós Griego. En cierto modo, este lugar había formado parte de su vida tanto como Nueva York. Jason señaló a la base del muro de los arqueros, donde los pasos conducían a una especie de túnel. — "Creo que sé dónde estamos", dijo. "Esa es la Tumba de los Escipiones". Percy frunció el ceño. — "Scipio... ¿El Pegaso de Reyna?" — "No", Annabeth dijo "Ellos eran una familia noble romana, y... wow, este lugar es increíble." Jason asintió. — "He estudiado los mapas de Roma antes. Siempre he querido venir aquí, pero ... " Nadie se molestó en terminar la frase. En cuanto a las caras de sus amigos, Percy se notaba que estaban tan asombrados como él. Lo habían hecho. Habían aterrizado en Roma, La Roma. — "¿Planes?", preguntó Hazel. "Nico tiene como mucho hasta el atardecer. Y esta ciudad todo es supuestamente destruida hoy”. Percy salió de su aturdimiento. "Tienes razón. Annabeth... concéntrate en el punto de tu mapa de Bronce "

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Sus ojos grises se oscurecieron como una tormenta extra, que Percy podría interpretar bien: ¿Recuerdas lo que dije? Amigo. No digas a nadie sobre el sueño. — "Sí," dijo ella con cuidado. "Está en el río Tíber. Creo que puedo encontrarlo, pero debo hacerlo… " — "Llevarme a lo largo", terminó Percy. "Sí, tienes razón." Annabeth miró con la mirada como dagas. — "Eso no, es…" — "Seguro", terminó la frase. "Un semidiós caminando por Roma en paz. Yo iré con vos hasta el Tíber. Podemos utilizar la carta de presentación, espero socializar con el dios Tiberino. A lo mejor le puede dar un poco de ayuda o un consejo. Entonces puedes ir sola a partir de ahí. " Tenían un concurso en silencio mirándose fijamente, pero Percy no dio marcha atrás. Cuando Annabeth y él empezaros a salir, su madre le había metido en la cabeza: Es de buena educación a su cita hasta la puerta. Si eso era cierto, tenía que ser bueno que la acompañe al punto de partida de una misión suicida. — "Bien," murmuró Annabeth. "Hazel, ahora que estamos en Roma, ¿crees que se puede determinar la ubicación de Nico?" Hazel parpadeó, como si saliera de un trance de ver el Show Percy / Annabeth. — "Um... con suerte, si me acerco suficiente. Voy a tener que caminar por la ciudad. Frank, ¿quieres venir conmigo? " Frank sonrió. — "Por supuesto." — "Y, uh... Leo", añadió Hazel. "Podría ser una buena idea si nos acompañas. Los centauros-pescado dijeron que íbamos a necesitar tu ayuda con algo mecánico”. — "Sí," dijo Leo, "no hay problema". La sonrisa de Frank se transformó en algo parecido a la máscara de Crisaor. Percy no era un genio cuando se trataba de relaciones, pero ni siquiera él podía sentir la tensión entre los tres. Nunca desde que habían entrado en el Atlántico, habían actuado igual. No eran sólo los dos chicos que compiten por Hazel. Era como si los tres de ellos estaban encerrados juntos, representando una especie de misterio de asesinato, pero todavía no había descubierto cuál de ellas era la víctima. Piper sacó su cuchillo y lo puso sobre la barandilla. — "Jason y yo podremos cuidar la nave. Veré lo que pueda de Katoptris. Pero, Hazel, si ustedes si consiguen la ubicación de Nico, no vayan allí por vosotros mismos. Vuelvan a buscarnos. Todos vamos a luchar contra los gigantes. "

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Ella no dijo lo obvio: Aunque todos ellos juntos no sería suficiente, a menos que tuvieran un Dios de su lado. Percy decidió no mencionar eso. — "Buena idea", dijo Percy. "Qué tal si planeamos reunirnos de nuevo aquí, en... ¿qué?" — "¿Tres de la tarde?", Sugirió Jason. "Eso es probablemente lo más tarde que podemos si todavía esperamos luchar contra los gigantes y salvar a Nico. Si algo sucede que pueda cambiar el plan, intenten enviar un mensaje Iris”. Los otros asintieron con la cabeza, pero Percy notó a varios de ellos mirando a Annabeth. Otra cosa que nadie quería decir: Annabeth tendría un horario diferente. Ella podría estar de regreso a las tres, o mucho más tarde, o nunca. Sino que ella estaría sola, en busca de la Atenea Partenos. El entrenador Hedge gruñó. — "Eso me dará tiempo para comer los cocos, me refiero a cavar los cocos de nuestro casco. Percy, Annabeth... no me gusta que ustedes dos vallan por tu cuenta. Sólo recuerden: se comportan. Si me entero de cualquier negocio divertido, los golpearé hasta que el Rio Estigio se congele”. La idea de estar controlados cuando estaban a punto de arriesgar sus vidas era tan ridícula, Percy no pudo evitar sonreír. — "Volveremos pronto", prometió. Miró a su alrededor a sus amigos, tratando de no pensar que esa sería probablemente la última vez que estuvieran todos juntos. "Buena suerte a todos." Leo bajó la escalerilla, y Percy y Annabeth fueron los primeros en bajar del barco.

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CAPITULO XXXII PERCY EN OTRAS CIRCUNSTANCIAS, vagando por Roma con Annabeth hubiera sido bastante impresionante. Se mantenían agarrados de las manos mientras navegaban por las sinuosas calles, coches locos y esquivando los conductores, apretados a través de las multitudes de turistas, y vadeando a través de los océanos con palomas. El día se calentaba rápidamente. Una vez que se alejaban de los coches y las avenidas principales, el aire olía a pan recién horneado y flores cortadas. Su punto de ubicación era el Coliseo, ya que fue un monumento fácil, pero llegar a él era más difícil de lo que Percy pensaba. La ciudad que mirando desde arriba era grande y confusa, era aún más en el suelo. Varias veces que se perdieron en callejones sin salida. Encontraron hermosas fuentes y monumentos enormes por accidente. Annabeth comentó sobre la arquitectura, pero Percy mantuvo los ojos abiertos para otras cosas. Una vez vio a un brillante y púrpura Lar mirándolos desde la ventana de un edificio de apartamentos. En otra ocasión vio a una mujer vestida de blanco, tal vez una ninfa o una diosa que sostenía un cuchillo de aspecto malvado, deslizándose entre columnas e ruinas de un parque público. Nada les atacó, pero Percy sentía como que estaban siendo observados, y los vigilantes no eran amables. Por fin llegaron al Coliseo, donde una docena de tipos en trajes baratos de gladiadores que estaban forcejeando con policías, espadas de plástico contras garrotes. Percy no estaba seguro de lo que hacían, pero él y Annabeth decidieron seguir caminando. A veces los mortales eran aún más extraños que monstruos. Caminaron hacia el este, parando de vez en cuando para preguntar cómo llegar al río. Percy no había considerado que – duh – la gente en Italia hablaba italiano, mientras que él no lo hacía. Al final resultó que, sin embargo, que no era un gran problema. Unas cuantas veces se acerco a la calle y preguntaba, Percy los miraba confundido, y pasaban al inglés. Siguiente descubrimiento: los italianos utilizaban euros, y Percy no tenía ninguna. Lamentó esto tan pronto como se encontró con un turista que vendía refrescos. Para entonces ya era casi mediodía, y se estaba poniendo muy caliente, Percy estaba empezando a desear volver al trirreme lleno de Coca-Cola Light. Annabeth resolvió el problema. Ella hurgó en su mochila, sacó portátil de Dédalo, y escribió unos pocos comandos. Una tarjeta de plástico fue expulsada de una ranura en el lado. Annabeth se agitó triunfalmente.

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— "Tarjeta de Crédito Internacional. En caso de emergencia”. Percy la miró con asombro. — "¿Cómo-? No. No importa. No quiero saber. Sigue siendo impresionante”. Las sodas ayudaron, pero aún estaban calientes y cansados para cuando llegaron al río Tíber. La orilla estaba con bordes de un terraplén de piedra. Un surtido de almacenes caóticos, apartamentos, tiendas y cafeterías llenas estaban a la orilla del río. El propio Tíber era ancho, perezoso, y de color caramelo. Algunos cipreses altos se cernían sobre los bancos. El más puente más cercano parecía bastante nuevo, hecho de vigas de hierro, pero justo al lado de ella había una línea d de arcos de piedra desmoronándose que se detenían a mitad de camino a través de las ruinas del río, que podría haber sido dejados de los días de los Césares. — "Este es". Annabeth señaló el viejo puente de piedra. "Lo reconozco desde el mapa. Pero, ¿qué hacemos ahora? " Percy se alegró de que haya dicho Hacemos. No quería que le dejara todavía. De hecho, él no estaba seguro de poder hacerlo por sí mismo cuando llegara el momento. Las palabras de Gea volvieron a él: ¿Vas a caer solo? Se quedó mirando el río, preguntándose cómo podrían ponerse en contacto con el Dios Tiberino. Él no tenía ganas de saltar dentro del Tíber, ya que no parecía ser mucho más limpio que el East River a la vuelta de su casa, donde había tenido demasiados encuentros con espíritus del río de mal humor. Hizo un gesto a una cafetería cercana con mesas con vistas al agua. — "Se trata de la hora del almuerzo. ¿Qué tal probar tu tarjeta de crédito otra vez? " Aunque era mediodía, el lugar estaba vacío. Eligieron una mesa al aire libre junto al río, y un mozo llegó para atenderlos. Parecía un poco sorprendido de verlos, sobre todo cuando dijeron que querían comer. — "¿Americanos?", preguntó, con una sonrisa apenada. — "Sí", dijo Annabeth. — "Y… me gustaría una pizza", dijo Percy. El camarero parecía que estaba tratando de tragarse una moneda de euro. — "Por supuesto que sí, señor. Y déjeme adivinar: ¿Una Coca-Cola? ¿Con hielo? " — "Impresionante", dijo Percy. No entendía por qué el chico le estaba dando una cara agria. No era como si Percy había pedido una coca-cola azul. Annabeth ordenó un panini y un poco de agua con gas. Después de que el camarero se fué, le sonrió a Percy.

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— "Creo que los italianos comen mucho más tarde en el día. No le ponen hielo en sus bebidas. Y sólo hacer pizza para turistas”. — "Oh." Percy se encogió de hombros. "¿La mejor comida italiana, y ni siquiera se come?" — "Yo no diría eso frente al camarero". Se tomaron de las manos sobre la mesa. Percy estaba contento con mirar a Annabeth en la luz del sol. Eso siempre le hacía cabello tan brillante y cálido. Sus ojos adquirieron los colores del cielo y los adoquines, alternativamente de color marrón o azul. Se preguntó si debía decirle a Annabeth su sueño sobre Gea de la destrucción del Campamento Mestizo. Decidió no hacerlo. No necesitaba nada más sobre lo que ya tenía, ya tenía suficiente con lo que se enfrentaba. Pero le hizo preguntarse... ¿qué hubiera pasado si no se hubieran asustado a los piratas de Crisaor? Percy y Annabeth habría sido encadenados y llevado a los esbirros de Gea. Su sangre habría sido derramada en las Antiguas Piedras. Percy había adivinado que significaba que habrían sido llevados a Grecia para algún horrible sacrificio. Pero ya había estado en un montón de feas situaciones con Annabeth. Podrían haber descubierto un plan de escape, salvar el día... y Annabeth no estaría frente a esa solitaria misión en Roma. No importa si caes, Gea había dicho. Percy sabía que era un deseo terrible, pero él casi se lamentó de no haber sido capturados en el mar. Al menos Annabeth y él habrían estado juntos. — "No debes estar avergonzado", dijo Annabeth. "Estás pensando Crisaor, ¿verdad? Las espadas no puede resolver todos los problemas. Al final nos salvaste”. A pesar de lo que pensaba de sí mismo, Percy sonrió. — "¿Cómo haces eso? Siempre sabes lo que estoy pensando. " — "Te conozco", dijo. ¿Y te gusto de todos modos? Percy quería preguntar, pero se detuvo. — "Percy," dijo ella, "no puedes cargar con el peso de esta búsqueda tu solo. Es imposible. Es por eso que hay siete de nosotros. Y tendrás que dejarme buscar la Atenea Partenos por mi cuenta. " — "Te extrañé", confesó. "Durante meses. Una gran parte de nuestra vida se la llevaron. Si te perdiera de nuevo… " El almuerzo llegó. El camarero parecía mucho más tranquilo. Una vez aceptado el hecho de que eran americanos, él había decidido al parecer que perdonarlos y tratarlos con cortesía. — "Es una vista hermosa", dijo él, asintiendo con la cabeza en dirección al río. "Disfruten, por favor."

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Una vez que se fue, comieron en silencio. La pizza era una plaza blanda, pastosa, sin mucho queso. Tal vez, Percy tenía el presentimiento, es por eso que los romanos no la comían. Pobres romanos. — "Vas a tener que confiar en mí", dijo Annabeth. Percy casi pensó que estaba hablando con su sándwich, porque no lo miraba a los ojos. "Uno tiene que creer que va a volver." Se tragó otro bocado. — "Yo creo en ti. Ese no es el problema. ¿Pero volver de dónde? " El sonido de una Vespa los interrumpió. Percy miró a lo largo de la orilla del río e hizo una toma doble. La moto era un modelo pasado de moda: grande y celeste. El conductor era un hombre con un traje gris sedoso. Detrás de él estaba sentada una joven mujer con un pañuelo en la cabeza, con las manos alrededor de la cintura del hombre. Se pasó entre las mesas de café hasta detenerse junto a Percy y Annabeth. — "Vaya, hola," dijo el hombre. Su voz era grave, casi ronca, como la de un actor de cine. Su cabello era corto y engrasado de la cara escarpada. Era guapo como de 1950, un típico padre de televisión .Incluso sus ropas parecían anticuadas. Cuando salió de su moto, la cintura de sus pantalones estaba muy por encima de lo normal, pero de alguna manera todavía se las arreglaba para parecer varonil y elegante y no como un goober total. Percy tenía problemas para adivinar su edad, tal vez treinta y tantos años, aunque la moda del hombre y la manera parecía un abuelo. La mujer bajó de la moto. — "Hemos tenido la mañana más hermosa", dijo ella sin aliento. Ella tenía alrededor de veintiún años, también vestida con un estilo pasado de moda. Su falda llegaba hasta el tobillo y su blusa color blanca caléndula estaba apretada con un cinturón de cuero grande, dándole una estrecha cintura que Percy nunca había visto. Cuando ella se quitó el pañuelo, su corto cabello negro ondulado rebotó en perfecto estado. Tenía los ojos oscuros y brillantes y un sonreír juguetón. Percy había visto náyades que parecían menos adorables que esta señora. El sándwich de Annabeth se le cayó de las manos. — "¡Oh, dioses. ¿Cómo-haces...?!" Ella parecía tan aturdida que Percy pensó que sabía algo de estos dos. — "Ustedes se ven familiar", decidió. Pensó que podría haber visto sus caras en la televisión. Parecía como que eran de un espectáculo viejo, pero eso no podía ser cierto. No habían envejecido en absoluto. Sin embargo, señaló al tipo y dijo una suposición. "¿Es usted ese tipo en Mad Men?" — "Percy" Annabeth miró horrorizada. — "¿Qué?", Protestó. "Yo no miro mucha televisión".

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— "Ese es Gregory Peck" los ojos de Annabeth eran anchos, y su boca se caía abierta. "Y... ¡oh dioses! ¡Audrey Hepburn! Conozco ésta película. Vacaciones en Roma. Pero fue de la década de 1950. ¿Tratamientos? " — "¡Oh, querida!" La mujer hizo se movía como un espíritu del aire y se sentó a su mesa. "¡Tengo miedo de que me has confundido con alguien más! Mi nombre es Rhea Silvia. Yo era la madre de Rómulo y Remo, miles de años atrás. Pero tú eres tan amable en decir que me veo tan joven como en la década de 1950. Y este es mi marido... " — "Tiberino", dijo Gregory Peck, estrechando la mano a Percy de una manera varonil. "Dios del río Tíber." Percy le estrecho la mano. El hombre olía a loción de afeitar. Por supuesto, si Percy fuera el Dios del Tíber, probablemente, usaría colonia también para enmascarar ese olor. — "Uh, hola", dijo Percy. "¿Es que ustedes dos siempre se ven como estrellas de cine estadounidenses?" — "¿Es cierto?" Tiberino frunció el ceño y se miró la ropa. "No estoy seguro, la verdad. La migración de la civilización occidental va en ambos sentidos, ya sabes. Roma afectó al mundo, pero el mundo también afecta a Roma. No parece haber una gran cantidad de influencia estadounidense últimamente. He perdido la cuenta a través de los siglos. " — "Está bien", dijo Percy. "Pero... ¿Estamos aquí para ayudarte?" — "Mis náyades me dijeron que ustedes dos estaban aquí". Tiberino puso sus ojos oscuros hacia Annabeth. "¿Tienes el mapa, mi querida? ¿Y la carta de presentación? " — "Uh..." Annabeth le entregó la carta y el disco de bronce. Ella estaba mirando el dios del río con tanta atención que Percy empezó a sentir celos. — "En-Entonces..." tartamudeó, "¿Ha ayudado a otros niños de Antena con esta misión?" — "¡Oh, querida!" La señora bonita, Rea Silvia, le puso la mano en el hombro de Annabeth. "Tiberino es siempre muy servicial. Salvó a mis hijos Rómulo y Remo, ya sabes, y los trajo a la diosa loba Lupa. Después, cuando ese viejo rey viajó para matarme, Tiberino se apiadó de mí y me hizo su esposa. He estado gobernando el reino río a su lado desde entonces. ¡No es más encantador! " — "Gracias, querida", dijo Tiberino con una sonrisa irónica. "Y, sí, Annabeth Chase, he ayudado a muchos de sus hermanos... para empezar por lo menos su viaje con seguridad. Una pena, todos ellos murieron dolorosamente más adelante. Bueno, tus documentos parece en orden. Hay que ponerse en marcha. ¡La marca de Antena espera! " Percy le agarró la mano a Annabeth, probablemente un poco demasiado apretado. — "Tiberino, déjame ir con ella. Sólo un poco más lejos”. Rea Silvia se rió dulcemente. — "Pero no puedes, muchacho tonto. Usted debe regresar a su nave y recoger sus otros amigos. ¡Enfrentar los gigantes! De la forma en que aparece en el cuchillo de tu amiga Piper. Annabeth tiene un camino diferente. Ella debe caminar sola".

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— "De hecho", dijo Tiberino. "Annabeth debe enfrentar el guardián del santuario por sí misma. Es la única manera. Y Percy Jackson, tienes menos tiempo de lo que te das cuenta para rescatar a tu amigo del frasco. Debes darte prisa. " La pizza de Percy se sentía cono un bulto en el estomago. — "Pero-" — "Está bien, Percy." Annabeth apretó la mano. "Tengo que hacer esto". Él empezó a protestar. La expresión de ella se lo impidió. Estaba aterrorizada, pero haciendo todo lo posible por ocultarlo, por su bien. Si trataba de argumentar, sólo haría las cosas más difíciles para ella. O peor, tendría que hacer que ella se lo diga. Entonces ella tendría que vivir con el conocimiento de que se había retractado de su mayor desafío... suponiendo que sobrevivían, con Roma a punto de ser destruida y Gea a punto de levantarse y destruir el mundo. La estatua de Atenea tenía la clave para derrotar a los gigantes. Percy no sabía por qué ni cómo, pero Annabeth era la única que podía encontrarla. — "Tienes razón", dijo, forzando las palabras. "Ten cuidado." Rea Silvia se rió como si fuera un comentario ridículo. — "¿Estás seguro? ¡En absoluto! Pero es necesario. Ven, Annabeth, hija. Te mostraremos donde tu camino se inicia. Después de eso, estás por tu cuenta. " Annabeth besó Percy. Ella vaciló, como si se estuviera preguntando qué más decir. Luego cargó su mochila y se subió a la parte trasera de la moto. Percy lo odiaba. Él hubiera preferido luchar contra cualquier monstruo en el mundo. Él hubiera preferido una revancha con Crisaor. Pero se obligó a permanecer en su silla y ver como Annabeth se alejaba en una moto por las calles de Roma con Gregory Peck y Audrey Hepburn.

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CAPITULO XXXIII ANNABETH ANNABETH POENSABA QUE LE PODRÍA HABER SIDO PEOR. Si tenía que ir en una búsqueda horrible y solitaria, al menos había llegado a almorzar y llegar a orillas del rio Tíber con Percy. Ahora tenía que tomar un paseo en moto con Gregory Peck. Ella sólo sabía de esa vieja película debido a su papá. Durante los últimos años, ya que se habían arreglado, habían pasado más tiempo juntos, y ella se había enterado de que su padre tenía un lado cursi. Claro, a él le gustaba la historia militar, armas y aeroplanos, pero también amaba las películas antiguas, comedias románticas sobre todo a partir de los años 1940 y 1950. Vacaciones en Roma era una de sus favoritas. Había hecho que Annabeth la vea. Ella pensó que la trama era una tontería, una princesa escapa de sus guardaespaldas y se enamora de un periodista estadounidense en Roma, pero sospechaba que a su padre le gustaba porque le recordaba a su propio romance con la diosa Atenea: otro emparejamiento imposible que no podría terminar felizmente. Su padre era nada como Gregory Peck. Atenea ciertamente no era nada como el estilo Audrey Hepburn. Pero Annabeth sabía que la gente veía lo que quería ver. Ellos no necesitaban la Niebla para deformar sus percepciones. A medida que la moto celeste se adentraba por las calles de Roma, la diosa Rhea Silvia le dio a Annabeth comentarios sobre cómo la ciudad había cambiado a lo largo de los siglos. — "The Sublician Bridge estaba allí", dijo, señalando a un recodo del Tíber. "¿Ya sabes, donde Horacio y sus dos amigos defendieron la ciudad de un ejército invasor? ¡Ahora, había valientes romanos! " — "Y mira, querida", agregó Tiberino ", este el lugar donde Rómulo y Remo llegaron a la orilla." Parecía estar hablando de un punto en la orilla del río donde algunos patos estaban haciendo un nido de de bolsas rotas de plástico y envoltorios de caramelos. — "Ah, sí", suspiró Rhea Silvia felizmente. "Fuiste tan amable cuando inundaste el rio para lavar y llevar mis bebés a tierra para los lobos le encuentren. " — "No fue nada", dijo Tiberino. Annabeth se sentía mareada. El dios del río estaba hablando de algo que había sucedido hace miles de años, cuando esta zona era nada más que pantanos y tal vez algunas chozas. Tiberino salvó dos bebés, uno de los cuales fundó el mayor imperio del mundo. No fue nada. Rhea Silvia señaló un gran edificio de apartamentos moderno.

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— "Esto solía ser un templo a Venus. Después se convirtió en una iglesia. A continuación, un palacio. Y por último, un edificio de apartamentos. Se quemó tres veces. Ahora es un edificio de apartamentos de nuevo. Y ese lugar allí mismo… " — "Por favor", dijo Annabeth. "Me estoy mareando". Rea Silvia se rió. — "Lo siento, cariño. Capas y capas de historia, pero no es nada comparado a Grecia. Atenas era vieja cuando Roma recién era una colección de chozas de barro. Ya la verás, si sobrevives. " — "No ayuda", murmuró Annabeth. — "Aquí estamos", anunció Tiberino. Se detuvo frente a un edificio de mármol, la fachada estaba cubierta de mugre de la ciudad, pero igualmente hermosa. Tallados ornamentales estaban los dioses en el techo. La entrada masiva se prohibía con puertas de hierro, muy cerradas con candado. — "¿Yo voy a entrar ahí?" Annabeth quisiera haber traído a Leo, o al menos prestado algunos cortadores de alambre de su cinturón de herramientas. Rea Silvia se cubrió la boca y soltó una risita. — "No, querida. No ahí. Por ahí”. Tiberino señaló un conjunto de escalones de piedra en el de la construcción, si ente lugar fuera Manhattan unos escalones como esos conducirían a un sótano. — "Roma es caótica sobre el suelo", dijo Tiberino, "pero eso no es nada en comparación con el subsuelo. Debe descender en la ciudad enterrada, Annabeth Chase. Encuentra el altar del dios extranjero. Los fracasos de tus predecesores te guiarán. Después de eso... no sé. " La mochila de Annabeth pesaba sobre sus hombros. Ella había estado estudiando el mapa de bronce desde hace días, y trataba de que la laptop de Dédalo le diera alguna información. Desgraciadamente, las pocas cosas que había aprendido hechas esta misión parecían aún más imposibles. — "Mis hermanos... ¿ninguno de ellos llegó hasta el santuario, o lo hicieron?" Tiberino negó con la cabeza. — "Pero usted sabe el premio que le espera, si es que lo puedes liberar." — "Sí", dijo Annabeth. — "Podría traer paz entre los hijos de Roma y Grecia", dijo Rea Silvia. "Podría cambiar el curso de la guerra que se avecina”. — "Si es que vivo", dijo Annabeth. Tiberino asintió con tristeza. — "¿Debido a que sabes a que te tienes que enfrentar?" Annabeth recordó las arañas en el Fuerte Sumter, la voz silbante en el sueño de Percy.

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— "Sí". Rhea Silvia miró a su marido. — "Ella es valiente. Tal vez es más fuerte que los demás. " — "Eso espero", dijo el dios del río. "Adiós, Annabeth Chase. Y buena suerte. " Rea Silvia estaba radiante. — "¡Tenemos una hermosa tarde planeada! ¡No para ir de compras! " Gregory Peck y Audrey Hepburn salieron a toda velocidad en su moto celeste. Entonces Annabeth se volvió y descendió los escalones por sí sola. Había estado un montón de veces en lugares subterráneos. Pero a mitad de la escalera, se dio cuenta de cuánto tiempo había pasado desde que había se había aventurado por sí misma. Se quedó helada. Dioses... que no había hecho algo como esto cuando era una niña. Después de huir de casa, había pasado unos pocas semana sobreviviendo por su cuenta, viviendo e los callejones y escondiéndose de los monstruos hasta que Thalía y Luke la tomaron bajo su alas. Luego, una vez que había llegado al Campamento Mestizo, había vivido allí hasta que tuvo doce años. Después de eso, en todas sus misiones había estado con Percy y sus amigos. La última vez que se había sentido tan asustada y sola, tenía siete años de edad. Recordó el día en que Thalía, Luke, y ella se habían metido en la guarida de unos Cíclopes en Brooklyn. Thalía y Luke habían sido capturados, y Annabeth había tenido que liberarlos. Todavía se recordaba temblando en un rincón oscuro de la mansión en ruinas, escuchando a los Cíclopes imitando las voces de sus amigos, tratando de engañarla para salir a la luz. ¿Y si se trataba de un truco, también? , se preguntó. ¿Y si los otros niños de Atenea habían muerto porque Tiberino y Rea Silvia les habían conducido a una trampa? ¿Gregory Peck y Audrey Hepburn podrían hacer algo como eso? Se obligó a seguir adelante. No tenía otra opción. Si la Atenea Partenos estaba realmente aquí, podría decidir la suerte de la guerra. Más importante aún, podría ayudar a su mamá. Atenea la necesitaba. En la parte inferior de los escalones llegó a una puerta de madera vieja con un anillo de tiro de hierro. Por encima del anillo era un metal plano con un ojo como cerradura. Annabeth comenzó estudiando la manera de forzar la cerradura, pero tan pronto como tocó el anillo de tracción, una forma de fuego ardió en el centro de la puerta: la silueta de la lechuza de Atenea. Humo salía del ojo de la cerradura. La puerta se abrió hacia dentro. Annabeth miró por última vez. En la parte superior de la escalera, el cielo era un cuadrado de color azul brillante. Los mortales estarían disfrutando de una cálida tarde. Parejas se agarraban de la mano en los cafés. Los turistas estarían visitando las tiendas o los museos. Los romanos regulares hacían sus negocios diarios, probablemente sin considerar los miles de años de historia bajo sus pies, y definitivamente sin darse cuenta de los espíritus, dioses y monstruos

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que aún habitaban aquí, o el hecho de que su ciudad sería destruida hoy menos que un cierto grupo de semidioses lograran detener a los gigantes. Annabeth entró por la puerta. Se encontró en un sótano que era un cyborg arquitectónico. Paredes antiguas de ladrillo se entrecruzaban con modernos cables eléctricos y de plomería. El techo se llevaba a cabo con una combinación de andamios de acero y viejas columnas de granito. La mitad delantera del sótano estaba llena de cajas. Por curiosidad, Annabeth abrió unas pocas. Algunos estaban llenos de carretes de cable fino multicolor, como para cometas o artesanías y los proyectos de manualidades. Otras cajas estaban llenas de espadas baratas de plástico. Tal vez en algún momento había sido una zona de almacenamiento de una tienda para turistas. En la parte trasera de la planta baja, el piso había sido excavado, revelando otra serie de escalones, estos de piedra blanca llevando aún más profundo bajo tierra. Annabeth se arrastró hasta el borde. Incluso con la luz proyectada por la daga, estaba demasiado oscuro para ver a continuación. Apoyó la mano en la pared y encontró un interruptor de luz. Ella se cayó. Evidente por las bombillas fluorescentes blancas que iluminaban las escaleras. A continuación, vio a un piso de mosaicos decorados con ciervos y faunos, tal vez una de las habitaciones antiguas de una villa romana, apenas escondida bajo este sótano moderno a lo largo de con las cajas de hilo y espadas de plástico. Ella bajó. La habitación tenía unos seis metros cuadrados. Las paredes habían estadas pintadas con colores vivos, pero la mayoría de los frescos se habían pelado o atenuados. La única salida era un agujero excavado en una esquina del piso donde el mosaico se detenía. Annabeth se agachó junto a la abertura. Se dejó caer hacia abajo en una cueva más grande, pero no podía ver el fondo. Oyó correr el agua unos treinta o cuarenta metros más abajo. El aire no olía como un acantilado, sino como a viejo, mohoso y ligeramente dulce, como flores pudriéndose. Tal vez era una antigua línea de agua de los acueductos. No había manera ir hacia abajo. — "No estoy saltando", murmuró para sus adentros. Como en respuesta, algo brillo en la oscuridad. La marca de Atenea ardió en el fondo de la caverna, revelando ladrillos brillantes a lo largo de un canal subterráneo cuarenta metros más abajo. El búho de fuego parecía estar burlándose de ella: Bueno, este es el camino, chica. Así que será mejor que te ocurrirá algo. Annabeth consideró sus opciones. Demasiado peligroso para saltar. No había escaleras o cuerdas. Pensó acerca de los préstamos de un andamio de metal de arriba para usar como un poste de bombero, pero estaban todos cerrados en su lugar. Además, ella no quería causar el derrumbe del edificio en la parte superior.

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La frustración se arrastró a través de ella como un ejército de termitas. Se había pasado la vida viendo las ganancias de los poderes de otros semidioses. Percy podía controlar el agua. Si él estuviera aquí, podría elevar el nivel del agua y simplemente flotar. Hazel, por lo que ella había dicho, podría encontrar su camino bajo tierra con una precisión impecable e incluso crear o cambiar el curso de túneles. Ella podría fácilmente hacer un nuevo camino. Leo se buscaría solo las herramientas adecuadas de su cinturón y construiría algo para hacer lo que tenía que hacer. Frank podría convertirse en un pájaro. Jason podría simplemente controlar el viento y flotar hacia abajo. Incluso Piper con su Hechizo Oral... podría haber convencido a Tiberino y Rea Silvia a ser un poco más amables. ¿Qué tenía Annabeth? Una daga de bronce que no hacía nada especial, y una moneda de plata maldita. Ella tenía en su mochila la portátil de Dédalo, una botella de agua, unas pocas piezas de ambrosía para situaciones de emergencia, y una caja de cerillas, probablemente inútiles, pero su padre le había introducido en la cabeza que debía tener siempre una manera de hacer fuego. Ella no tenía poderes asombrosos. Incluso su objeto que tenía verdadera magia, la gorra de los Yankees de invisibilidad, había dejado de de funcionas, y todavía estaba en su cabina en el II Argo. Tienes tu inteligencia, una voz dijo. Annabeth se preguntó si Atenea estaba hablando con ella, pero probablemente sea una ilusión. Inteligencia... como el héroe favorito de Atenea, Odiseo. Se había ganado la Guerra de Troya con astucia, no fuerza. Podía superar todo tipo de monstruos y dificultades con su ingenio rápido. Eso es lo que Atenea valoraba. La Hija de la Sabiduría camina sola. Sola no quería decir que sin los demás, se dio cuenta. Quería decir sin ningún poder especial. Bien... ¿si llegara allí con seguridad tenía que asegurarse de que tenía una manera de salir de nuevo si era necesario? Subió de nuevo al sótano y miró las cajas abiertas. El cable fino y las espadas de plástico. La idea de se acercó era tan ridícula, que casi se echó a reír, pero era mejor que nada. Se puso a trabajar. Sus manos parecían saber exactamente qué hacer. A veces le pasaba, al igual que cuando tenía que ayudar a leo con la maquinaria de la nave o dibujar planos de arquitectura en el equipo. Nunca había hecho nada con cable fino y/o espadas de plástico, pero parecía sencillo y natural. A los pocos minutos ella había usado una docena de pelotas de cable y una docena de espadas para crear una escalera, una cuerda improvisada de líneas trenzada, tejida para que sea fuerte pero no muy gruesa, con espadas para colocar los dos pies en intervalos y para servir de mano y puntos de apoyo. Como prueba, se ató un extremo en torno a una columna de soporte y se apoyó en la cuerda con todas sus fuerzas. Las espadas de plástico se doblaban debajo de ella, pero proporcionaron

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un poco de volumen extra para los nudos de la cuerda, así que al menos podría mantener un mejor agarre. La escalera no ganaría ningún premio de diseño, pero podría llevarla al fondo de la caverna con seguridad. En primer lugar, metió su mochila con los carretes de hilo sobrantes. No estaba segura de por qué, pero eran un recurso más, y no demasiado pesado. Se dirigió de nuevo al agujero en el suelo de mosaico. Aseguró un extremo de la escalera con precisión en una parte de los andamios, bajó la cuerda en la caverna, y trepó hacia abajo.

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CAPITULO XXXIV ANNABETH CUANDO ANNABETH FLOTABA EN EL AIRE, bajando mano sobre mano con la escalera mientras se balanceaba de un lado a otro, agradeció a Quirón para todos esos años de formación en el curso de escalada en el Campamento Mestizo. Se había quejado en voz alta y con frecuencia de que escalar una cuerda no le ayudaría a vencer a un monstruo. Quiron había solamente sonreído, como si supiera que este día llegaría. Finalmente Annabeth llego a la parte inferior. Echaba de menos el borde de ladrillo y aterrizó en el canal, pero resultó ser de sólo unos pocos centímetros de profundidad. El agua congelada se metió en sus zapatos para correr. Ella levantó la daga brillante. El canal poco profundo corría por el medio de un túnel de ladrillo. Cada pocos metros, tubos de cerámica sobresalían de las paredes. Supuso que los tubos eran los desagües, parte del antiguo sistema de tuberías de Roma, aunque era increíble para ella que un túnel como éste hubiera sobrevivido, con todas las penas de de los siglos pasados como tuberías, sótanos y desagües. Un repentino pensamiento le heló aún más que el agua. Hace unos años, Percy y ella habían ido en una misión en el Laberinto de Dédalo, una red secreta de túneles y habitaciones, muy encantadas y atrapadas, que se desarrollaban en todas las condiciones de las ciudades de América. Cuando Dédalo murió en la batalla del laberinto, el laberinto entero se había derrumbado, o eso creía Annabeth. Pero ¿Y si eso fue sólo en Estados Unidos? ¿Y si se trataba de una versión anterior del laberinto? Dédalo le dijo una vez que su laberinto tenía una vida propia. Crecía y cambiaba constantemente. Tal vez el laberinto podría regenerarse, como un monstruo. Eso tendría sentido. Era una fuerza arquetípica, como Quiron diría, algo que nunca podría realmente morir. Si esto era parte del laberinto... Annabeth decidido no pensar en eso, también decidió no asumir que sus conclusiones eran correctas. El laberinto no tenía sentido de la distancia. Si no tenía cuidado, podía caminar seis metros en la dirección equivocada y terminar en Polonia. Sólo para estar seguro, ató el final de un cable fino en la escalera. Así podía volverse atrás si se perdía. Un viejo truco, pero bueno. Debatió sobre qué camino tomar. El túnel parecía igual en ambas direcciones. Luego, a unos cincuenta metros a su izquierda, la Marca de Atenea ardió contra la pared. Annabeth podría jurar que la estaba mirando fijamente con esos ojos ardientes grandes, como si dijera, ¿Cuál es tu problema? ¡Date prisa!

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Estaba empezando a odiar esa lechuza. Para cuando llegaron al lugar, la imagen se había desvanecido, y se había quedado sin cuerda de su primer carrete. Cuando estaba atando una nueva línea, miró a través del túnel. Había una sección rota en la obra de albañilería, como si un martillo hubiera golpeado contra la pared y hiciera un agujero. Se acercó a echar un vistazo. Introdujo su daga a través de la apertura para la luz, Annabeth podía ver una cámara inferior, larga y estrecha, con un piso de mosaico, paredes pintadas, y bancos en ambos lados. Tenía la forma de una especie de un vagón de metro. Metió la cabeza en el agujero, esperando que nada la mordiera. En el extremo más cercano de la habitación había ladrillos trabando la puerta. En el otro extremo había una mesa de piedra, o tal vez un altar. Hmm... Siguió su camino por el túnel, pero Annabeth estaba segura de que ese era el camino. Recordó lo que Tiberino había dicho: Encuentra el altar del dios extranjero. No parecía haber ninguna salida de la sala del altar, pero era una pequeña caída hasta el primer banco. Ella debería haber sido capaz de salir fácilmente. Sin soltar la cuerda, ella se sentó abajo. El techo de la habitación era en forma de barril con arcos de ladrillo, pero a Annabeth no le gustaba el aspecto de los soportes. Directamente por encima de su cabeza, en el arco más cercano a la puerta tapada que era la piedra angular estaba roto por la mitad. Las fracturas por este corrían a través del techo. El lugar había estado probablemente intacto durante dos mil años, pero decidió que no prefería gastar demasiado tiempo aquí. Con suerte, podría colapsar en los próximos dos minutos. El suelo era un mosaico largo y estrecho con siete cuadros en una fila, como una línea de tiempo. A los pies de Annabeth era un cuervo. El siguiente fue un león. En varios otros aparecían guerreros romanos con varias armas. El resto estaban dañadas o demasiadas cubiertas de polvo para Annabeth que Annabeth pueda distinguir los detalles. Los bancos de ambos lados estaban cubiertos de cerámica rota. La las paredes estaban pintadas con escenas de un banquete: un hombre vestido con una gorra de curva como una bola de helado, sentado al lado de un más grande hombre que irradiaba rayos de sol. De pie alrededor de ellos había portadores de antorchas y sirvientes, y diversos animales como cuervos y lobos vagaban en el fondo. Annabeth no estaba segura de lo que la imagen representaba, pero no le recordaba a ninguna otra inscripción griega que ella conociera. En el otro extremo de la habitación, un altar estaba esculpido elaboradamente con un friso con un hombre de hielo con un sombrero de copo de nieve sosteniendo un cuchillo en el cuello de un toro. En el altar había una estatua de piedra de un hombre hundido hasta las rodillas en la roca, una daga y una antorcha en la mano se veían. Una vez más, Annabeth no tenía ni idea de lo que esas imágenes significaban.

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Ella dio un paso hacia el altar. Su pie hizo crunch. Miró hacia abajo y se dio cuenta de que acababa de poner su zapato a través de una caja torácica humana. Annabeth se tragó un grito. ¿De dónde había salido eso? Bajó la mirada un momento antes y no había visto ningún hueso. Ahora, el suelo estaba lleno de ellos. La caja torácica era obviamente vieja. Se convirtió en polvo mientras quitaba el pie. Cerca había una daga de bronce corroído muy parecida a la suya. Esta persona había estado llevando el arma, o era de quién la hubiera matado. Ella le tendió la hoja de su daga para ver frente a ella. Un poco más lejos por el camino se extendía por los mosaicos más esqueletos completos y uno con una túnica bordó, como un hombre del Renacimiento. El cuello y el cráneo se habían quemado, como si el hombre hubiera decidido lavarse el pelo con un soplete. Maravilloso, pensaba Annabeth. Levantó los ojos hacia la estatua altar, que tenía una daga y una linterna. Una especie de prueba, Annabeth decidido. Estos dos chicos habían fracasado. Corrección: no eran sólo dos chicos. Más huesos y restos de ropa estaban esparcidos por todo el camino hasta el altar. No podía adivinar cómo muchos esqueletos estaban representados, pero estaba dispuesto a apostar que todos eran semidioses del pasado, los niños de Atenea en la misma búsqueda. — "No voy a ser otro esqueleto en el suelo", le gritó a la estatua, esperando que ella sonaba valiente. Una niña, dijo una voz aguada, haciendo eco a través de la habitación. Las niñas no están permitidas. Un semidiós mujer, dijo una segunda voz. Inexcusable. La cámara retumbó. El polvo cayó del techo agrietado. Annabeth corrió hacia el agujero por el que había llegado, pero había desaparecido. Su cadena se había roto. Ella se encaramó en el banquillo y golpeó la pared donde el agujero había estado con la esperanza de que la ausencia del agujero fuera sólo una ilusión, pero la pared era solida. Estaba atrapada. A lo largo de los bancos, una docena de fantasmas brillaban resplandecientes en existencia, los hombres de color púrpura en togas romanas, al igual que los Lares que había visto en el campamento de Júpiter. Se miraron fijamente como si hubiera interrumpido su reunión. Ella hizo lo único que podía. Ella se bajó del banco y se puso de espaldas contra la puerta bloqueada. Trató de lucir segura, aunque los fantasmas púrpuras enojados y los esqueletos de semidioses a sus pies le hacían querer hacerse una tortuga en su camiseta y gritar. — "Soy una hija de Atenea", dijo, lo más valientemente que pudo. — "Un griego", dijo uno de los fantasmas con disgusto. "Eso es aún peor".

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En el otro extremo de la sala, un fantasma de aspecto viejo se levantó con dificultad (¿Los fantasmas podían tener artritis?) Estaba junto al altar, con sus ojos oscuros fijos en Annabeth. Su primer pensamiento fue que se parecía al Papa. Él tenía una resplandeciente túnica, un sombrero puntiagudo y un cayado de pastor. — "Esta es la caverna de Mitra", dijo el viejo fantasma. "Usted ha perturbado nuestros rituales sagrados. No puedes mirar nuestros misterios y vivir. " — "No quiero mirar a sus misterios", Annabeth le aseguró. "Estoy siguiendo la Marca de Atenea. Muéstrenme la salida, y seguiré mi camino. " Su voz sonaba tranquila, lo que la sorprendió. No tenía ni idea de cómo salir de aquí, pero sabía que tenía que éxito donde sus hermanos habían fracasado. Su camino conducía más adelante, más profundamente en las capas subterráneas de Roma. Los fracasos de sus predecesores te guiarán, Tiberino había dicho. Después de eso... no sé. Los fantasmas hablaron entre dientes el uno al otro en latín. Annabeth había entendido unas pocas palabras amables sobre los semidioses mujeres de Atenea. Por último, el fantasma del sombrero del Papa golpeó su cayado contra el suelo. Los otros lares se quedaron en silencio. — "Su diosa griega no tiene poder aquí", dijo el Papa. "¡Mitra es el dios de los guerreros romanos! ¡Él es el dios de la legión, la diosa del imperio! " — "Ni siquiera era romano", protestó Annabeth. "¿No era, como, Persa o algo así?" — "¡Sacrilegio!" Gritó el viejo, golpeando su bastón en el suelo un par de veces más. "¡Mitra nos protege! Yo soy el pater de esta hermandad " — "El padre", Annabeth traducido. — "¡No interrumpas! Como pater, tengo que proteger a nuestros misterios. " — "¿Qué misterios?", se preguntó Annabeth. "¿Una docena de chicos muertos en togas sentados en una cueva?" Los fantasmas murmuraron y se quejaron, hasta que el pater los puso bajo control silbando como llamando un taxi. El viejo tenía un buen conjunto de pulmones. — "Eres claramente incrédula. Como los demás, debes morir. " Los otros. Annabeth hizo un esfuerzo para no mirar a los esqueletos. Su mente trabajaba furiosamente, se aferraba a nada de lo que sabía acerca de Mitra. Tenía un culto secreto para los guerreros. Era popular en la legión. Era una de los dioses que había suplantado a Atenea como una deidad de la guerra. Afrodita le había mencionado en la charla en Charleston. Aparte de eso, Annabeth no tenía ni idea. Mitra no era uno de los dioses de los cuales te enseñaban en el campamento mestizo. Dudaba que los fantasmas la esperaran mientras sacaba la portátil de Dédalo y hacía una búsqueda. Recorrió los siete pisos de mosaico cuadros en una fila. Estudió a los fantasmas y se dio cuenta a todos ellos llevaban algún tipo de tarjeta de identificación en su toga un cuervo, o una antorcha, o un arco.

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— "Hay ritos de pasaje", espetó ella-. "Siete niveles de membrecía. Y el nivel superior es el pater”. Los fantasmas dejaron escapar un suspiro colectivo. Entonces todos empezaron a gritar a la vez. — — — — —

"¿Cómo lo sabes?" Preguntó uno. "¡La niña ha encontrado nuestros secretos!" "¡Silencio!", Ordenó el pater. "Pero ella podría saber acerca de los suplicios", exclamó otro. "¡Los suplicios!", Dijo Annabeth. "¡Yo sé acerca de ellos!"

Otra ronda de un incrédulo jadeo. — "Ridículo", gritó el pater. "¡La niña miente! Hija de Atenea, elija tu camino de muerte. ¡Si no lo elijes, el dios elegirá por ti! " — "El fuego o una daga," adivinó Annabeth. Incluso el pater miró atónito. Al parecer, no acordaba de que allí estaban las víctimas de su castigo, en el suelo. — "¿Cómo-cómo lo hiciste...?" Él tragó saliva. "¿Quién eres tú?" — "Un niño de Atenea", dijo Annabeth nuevo. "Pero no es cualquier niño. Yo soy... eh, el mater en mi hermandad. La Magna Mater, de hecho. No hay misterios para mí. Mitra no puede ocultar nada de mi vista. " — "La magna mater" un fantasma gimió con desesperación. "¡La gran madre!" — "¡Mátala!" Uno del fantasma dijo, con las manos como estrangulándola, pero pasó a través de ella. — "Estás muerto", Annabeth le recordó. "Siéntate". El fantasma la miró avergonzado y se sentó. — "No necesitamos a matarla nosotros mismos", gruñó el pater. "¡Mitra deberá hacerlo por nosotros!" La estatua en el altar comenzó a brillar. Annabeth apretó sus manos contra la puerta tapiada en su espalda. Eso tenía que ser la salida. El mortero se desmoronó, pero no era lo suficientemente débil como para que lo pueda romper con fuerza bruta. Ella miró desesperadamente alrededor del cuarto, el techo agrietado, el mosaico del piso, las pinturas de la pared, y el tallado altar. Empezó a hablar, tirando las deducciones a partir de la parte superior de la cabeza. — "Esto no es bueno", dijo. "Yo sé todo. Usted prueba a sus iniciados con fuego porque la antorcha es el símbolo de Mitra. Su símbolo es la otra daga, que es por lo que también los pueden probar con la hoja. ¿Me quieres matar, al igual que... eh, como Mitra mató al toro sagrado?".

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Era una suposición total, pero el altar mostraba a Mitras matando a un toro, por lo que Annabeth pensó que debería ser importante. Los fantasmas gimieron y se taparon los oídos. Algunos abofetearon su cara como si quisieran despertar de un mal sueño. — "¡La gran madre sabe!", Dijo uno. "¡Es imposible!" Sin mirar la habitación, Annabeth pensaba, su confianza era cada vez mayor. Ella miró al fantasma que acababa de hablar. Tenía una placa cuervo en su toga, el mismo símbolo que en el suelo a sus pies. — "Usted es sólo un cuervo," ella le reprendió. "Ese es el rango más bajo. Cállate y déjame hablar a su pater”. El fantasma se encogió. — "¡Piedad! ¡Misericordia! " En la parte delantera de la habitación, el pater temblaba, ya sea de la rabia o el miedo, Annabeth no estaba segura de cuál. Su sombrero de papa se inclinaba hacia un lado de su cabeza, como un medidor de gas cayendo hacia el vacío. — "De cierto, sabes mucho, Gran Madre. Su sabiduría es grande, pero eso es una razón más por la que no puede salir. La tejedora nos advirtió que ibas a venir. " — "La tejedora..." Annabeth sentía que se estaba hundiendo por lo que el Pater estaba hablando: la cosa en la oscuridad del sueño de Percy, el guardián del santuario. Este fue un momento que deseó no saber la respuesta, pero trató de mantener la calma. "La tejedora me teme. Ella no quiere que yo siga la Marca de Atenea. Pero me debes dejar pasar". — "¡Debes elegir un calvario!", Insistió el pater. "¡El fuego o una daga! ¡Sobrevive a uno, y luego, tal vez! " Annabeth miró los huesos de sus hermanos. Los fracasos de sus predecesores le guiarán. Todos habían elegido uno u otro: el fuego o una daga. Tal vez había pensado que podría superar el calvario. Pero todos habían muerto. Annabeth necesitaría una tercera opción. Se quedó mirando la estatua en el altar, que inmensamente brillante y brillaba cada vez más. Podía sentir su calor a través de la habitación. Su instinto le decía que no se concentrase en la daga o la antorcha, sino que se concentrara en la base de la estatua. Se preguntó por qué sus piernas estaban atrapadas en la piedra. Entonces se le ocurrió: tal vez la pequeña estatua de Mitra no estaba atrapada en la roca. Tal vez estaba saliendo de la roca. — "¡Ni la antorcha ni el puñal!", Annabeth dijo con firmeza. "Hay una tercera prueba, que voy a pasar." — "¿Una tercera prueba?" Preguntó el pater.

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"Mitra nació de una roca", dijo Annabeth, esperando que ella tener razón. "Salió bien desarrollado de la piedra, celebrando una daga y una antorcha”. Gritos y lamentos se escucharon que significaba que había adivinado correctamente. — "La gran madre lo sabe todo", exclamó un fantasma. "¡Ese es nuestro secreto mejor guardado!" Entonces tal vez usted no debe poner una estatua de él en un altar, Annabeth se pensaba. Pero estaba agradecida por los estúpidos hombres fantasmas. Si hubiesen dejado entrar a mujeres guerreras en su culto, podrían haber aprendido algo de sentido común. Annabeth hizo un gesto dramáticamente por la pared de la que había venido. — "¡Yo nací en piedra, al igual que Mitra era! Por lo tanto, ¡Ya he pasado por una dura prueba! " — "¡Bah!" Escupió el pater. "¡Has venido de un agujero en la pared! Esa no es la misma cosa. " Bien. Así que al parecer el pater no era un completo idiota, pero Annabeth seguía confiando. Echó un vistazo a la techo, y otra idea vino a ella, todos los detalles hicieron click juntos. — "No tengo control sobre las mismas piedras." Ella levantó sus brazos. "Pero voy a demostrar que mi poder es mayor al de Mitra. Con un solo golpe, voy a bajar esta cámara”. Los fantasmas gimieron y se estremecieron, miraron al techo, pero Annabeth sabía que no habían visto lo que ella. Estos fantasmas eran guerreros, no ingenieros. Los hijos de Atenea tenían muchas habilidades, y no sólo el combate. Annabeth había estudiado arquitectura desde hacía años. Ella sabía que esta cámara antigua estaba al borde del colapso. Reconoció que las fracturas por estrés en el techo significaban, que todo emanaba de un punto, la única parte superior del arco de piedra justo encima de ella. Un golpe final, estaba a punto de derrumbarse, y cuando eso sucediera, esperaba que pudiera correr bien... — "¡Imposible!", Gritó el pater. "La tejedora nos ha pagado mucho para que destruyamos a los hijos de Atenea que entren al templo. Nunca la he defraudado. No podemos dejarle pasar. " — "¡Entonces le teméis mi poder!", Dijo Annabeth. "¡Usted admite que podría destruir su cámara sagrada!" El pater frunció el ceño. Se enderezó el sombrero con inquietud. Annabeth sabía que ella lo había puesto en una situación imposible. Él no podía dar marcha atrás sin parecer cobarde. Haz lo peor, hija de Atenea", decidió. "No se puede bajar la caverna de Mitra, sobre todo con un solo golpe. ¡En especial, no una niña! "

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Annabeth levantó su daga. El techo era bajo. Podía llegar a la cúspide con facilidad, pero tendría que dar un solo golpe maestro. La puerta detrás de ella estaba bloqueada, pero en teoría, si la habitación se empezaba a derrumbarse, los ladrillos se debían debilitar y desmoronarse. Debía ser capaz de escapar corriendo antes de que el techo se venga abajo, suponiendo, por supuesto, que hubiera algo detrás de la pared de ladrillo, no sólo la tierra sólida, y suponiendo que Annabeth fuera lo suficientemente rápida, lo suficientemente fuerte y tenga suerte. De lo contrario, estaba a punto de convertirse en panqueque de semidiós. — "Bueno, muchachos", dijo. "Parece que eligieron al Dios de la guerra equivocado". Golpeó la piedra angular. La hoja de bronce celestial se rompió como un terrón de azúcar. Por un momento, nada que pasó. — "¡Ja!", Se enorgullecía el pater. "¿Ves? ¡Atenea no tiene poder aquí! " La sala se estremeció. Una fisura corrió a través de la longitud del techo y cayó al fondo de la caverna, pasando entre los lares y la estatua. Más grietas se ensancharon. Los ladrillos cayeron de los arcos. Los fantasmas gritaron y corrieron, pero no pudieron pasar a través de las paredes. Al parecer, se después de la muerte iban a estas cámaras. Annabeth dio media vuelta. Corrió contra la entrada bloqueada y se estrello con todas sus, y los ladrillos cedieron. Mientras que la caverna de Mitra se derrumbaba detrás de ella, se lanzó a la oscuridad y se encontró cayendo.

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CAPITULO XXXVI ANNABETH EL TUNER ERA RECTO Y LISO, pero después de caer, Annabeth decidió no arriesgarse. Utilizaba la pared como apoyo y golpeaba el suelo delante de ella con una muleta para asegurarse de que no había trampas. Mientras caminaba, el olor dulzón se hizo más fuerte y le ponía los nervios de punta. El sonido del agua se desvaneció detrás de ella. En su lugar llegó un coro de susurros seco como un millón de voces diminutas. Parecían venir de dentro de las paredes, y eras cada vez más fuerte. Annabeth trató de acelerar, pero no podía ir mucho más rápido sin perder el equilibrio o le doliera el tobillo roto. Cojeó hacia adelante, convencida de que algo la estaba siguiendo. Las voces pequeñas se agrupaban, cada vez más cerca. Tocó la pared, y su mano volvió cubierto de telarañas. Ella gritó, y luego se maldijo a sí misma por hacer ruido. No es más que una red, se dijo. Pero eso no impedía escuchar el rugido en sus oídos. Había esperado arañas. Ella sabía lo que le esperaba: La Tejedora. Su Señoría. La voz en la oscuridad. Y las telas le hacían darse cuenta de lo cerca que estaba. Su mano temblaba cuando se la limpiaba en las piedras. ¿En qué había estado pensando? Ella no podía hacer esta búsqueda sola. Demasiado tarde, se dijo. Sigue adelante. Ella hizo su camino por el pasillo un paso doloroso a la vez. Los sonidos susurrantes se hicieron más fuertes detrás de ella hasta que sonaron como millones de hojas secas arremolinadas por el viento. Las telarañas se volvían en más gruesas, llenando el túnel. Pronto empezó a empujarlas fuera de su cara, haciendo estragos las cortinas de gasa que la cubrían como Serpentinas en aerosol. Su corazón quería salirse de su pecho y correr. Ella tropezó en grande, y se levantó tratando de ignorar el dolor en el tobillo. Por último, el corredor terminaba en una puerta hasta la cintura hecha de madera vieja. Parecía como si alguien hubiera intentado abrirla a barricadas. Eso no presagiaba nada bueno, pero Annabeth usó su muleta para alejar las telarañas lo mejor que podía. Se arrastró sobre el montón restante, obteniendo una docena de astillas en su mano libre. En el otro lado de la barricada había una cámara del tamaño de una cancha de baloncesto. La planta se había hecho con mosaicos romanos. Los restos de tapices colgaban de las paredes.

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Dos antorchas apagadas con apliques estaban al costado de la puerta, ambas cubiertas de telarañas. En el otro extremo de la habitación, la marca de Atenea ardía sobre otra puerta. Por desgracia, entre Annabeth y esa salida, el suelo estaba dividido en dos por un abismo de cincuenta pies de ancho. Abarcando el hoyo dos vigas paralelas, demasiado separadas para los dos pies, pero cada una demasiada estrecha para caminar a menos que Annabeth fuera un acróbata, que no era, y no tuviera un tobillo roto, lo cual tenía. El corredor por el que había venido de se llenó de ruidos silbantes. Las telarañas temblaban y bailaban como cuando la primera araña apareció: No más grande que una gomita, pero gorda y negra, deslizándose por las paredes y el piso. ¿Qué tipo de arañas? Annabeth no tenía ni idea. Sólo sabía que iban a venir por ella, y ella sólo tenía segundos de averiguar un plan. Annabeth quería llorar. Quería que alguien, cualquier persona, estuviera aquí para ella. Quería Leo con sus habilidades de fuego, o Jason con su rayo, o Hazel para colapsar el túnel. La mayor parte de todo lo que quería era Percy. Siempre se sentía más valiente cuando Percy estaba con ella. Yo no voy a morir aquí, se dijo. Voy a ver Percy de nuevo. La primera araña ya estaba en la puerta. Tras ella llegó un grueso del ejército, un mar negro de bichos. Annabeth cojeaba hacia una de las lámparas de pared y cogió la antorcha. El finar estaba revestido de una tela fácil de encender. Sus dedos se sentían como el plomo, pero buscó en su mochila y encontró las cerillas. Golpeó una y puso a la antorcha en llamas. Se lo metió a la puerta. La madera vieja y seca lo cogió inmediatamente. Las llamas saltaron a las telarañas y rugieron por el pasillo haciendo fuego instantáneo, miles d arañas se estaban tostando. Annabeth se apartó de su hoguera. Se había ganado algo de tiempo, pero dudaba de que hubiera matado a todas las arañas. Se reagruparían en un enjambre tan rápido cuando el fuego de apagaría. Se acercó al borde del abismo. Ella iluminó el vacío, pero no podía ver el fondo. Saltar sería un suicidio. Podría tratar de cruzar agarrándose de las barras con las manos, pero no confiaba en su fuerza en los brazos, y no sabía cómo iba a ser capaz de acarrearse con una mochila llena y una fractura de tobillo, una vez que llegara al otro lado. Se agachó y estudió las vigas. Cada una tenía un juego de ganchos como ojos de hierro a lo largo de la parte interior, fijadas en intervalos de un pie. Tal vez los rieles habían sido los lados de un puente y los tablones del medio había sido retirado o destruido. ¿Pero los ganchos en forma de ojo?

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No eran para apoyar tablones. Más como... Echó un vistazo a las paredes. El mismo tipo de ganchos se había utilizado para colgar los tapices triturados. Se dio cuenta de las vigas no se extendían como un puente. Eran una especie de telar. Annabeth lanzó su antorcha encendida al otro lado del abismo. Ella no tenía la fe de su plan funcionaría, pero tiró toda la cadena de su mochila y comenzó a tejer entre las vigas, tendido patrón de Un gato da vuelta a la cuna y pasando de gancho a gancho de ojo a ojo, duplicando y triplicando la línea. Sus manos se movían con velocidad de vértigo. Ella dejó de pensar en la tarea y sólo lo hizo, enlazaba y ataba líneas, poco a poco extendiendo su red tejida sobre la fosa. Se olvidó el dolor en su pierna y la barricada de fuego unos metros después que ella. Avanzó sobre el abismo. El tejido aguantaba su peso. Antes de darse cuenta, estaba a mitad de camino. ¿Cómo había aprendido a hacer esto? Es Atenea, se dijo. Mi madre me dio habilidad con artesanías útiles. Tejer nunca había parecido especialmente útil para ella, hasta ahora. Echó un vistazo a su espalda. El fuego estaba muriendo. Algunas arañas se estaban arrastrando en torno a los bordes de la puerta. Desesperada, continuó tejiendo, y finalmente lo llegó al final. Ella cogió la antorcha y se la puso en su puente tejido. Las llamas corrieron a lo largo de tejido. Incluso las vigas se incendiaron como si hubieran sido previamente empapadas en aceite. Por un momento, el puente quemado fue un patrón, una clara línea de fuego formando dos búhos idénticos. ¿Realmente Annabeth los había tejido, o fue algún tipo de magia? Ella no lo sabía, pero cuando las arañas empezaron a cruzar el puente se derrumbó y cayeron en el pozo. Annabeth contuvo el aliento. Ella no veía ninguna razón por la que las arañas no podían alcanzarla trepando por las paredes o el techo. Si comenzaran a hacer eso, tendría que correr para salvarse, y estaba segura de que no podía moverse lo suficientemente rápido. Por alguna razón, las arañas no la siguieron. Ellas se concentraron en el borde de la fosa, una alfombra negra, un hervidero de horror. Luego se dispersaron, inundando de nuevo en el foso quemado, casi como si Annabeth ya no fuera interesante. — "O pasé una prueba", dijo en voz alta. Su antorcha ya no iluminaba, dejándola con sólo la luz de su daga. Se dio cuenta de que había dejado su improvisada muleta en el otro lado del abismo. Se sentía exhausta y sin trucos, pero su mente estaba clara. Su pánico se parecía haber quemado junto con el puente tejido.

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La tejedora, pensó. Tengo que estar cerca. Por lo menos sé lo que viene. Camino por el pasillo siguiente, saltando en una pierna para mantener el peso en su pie bueno. Aunque no tuvo que ir muy lejos. Después de seis metros, el túnel desembocaba en una caverna tan grande como una catedral, tan majestuosa que Annabeth tenía problemas para procesar todo lo que veía. Supuso que era la habitación del sueño de Percy, pero no estaba a oscuras. Braceros de bronce con luz mágica, como los que los Dioses de Olimpo utilizaban, brillaban alrededor de la circunferencia de la habitación, intercaladas con tapices preciosos. El piso de piedra estaba cruzado por fisuras, como una capa de hielo. El techo era tan alto, que se perdía en la oscuridad y en capas sobre capas de telarañas. Las hebras de seda tan gruesas como pilares del techo corrían por toda la habitación, encajadas de las paredes y el suelo como los cables de un puente colgante. Telarañas rodeaban el centro de la capilla, que era tan intimidante que Annabeth tenía problemas para juntar valor y mirarlo. Sobre ella se cernía una estatua de doce metros de altura de Atenea, con la piel de marfil luminosa y un vestido de oro. En su mano extendida, Atenea celebraba una estatua de Niké, la diosa de la victoria alada, una estatua que parecía diminuta desde aquí, pero probablemente era tan alta como una persona real. Por otro lado Atenea se posaba sobre un escudo tan grande como una valla publicitaria, con una serpiente esculpida que se asoma por detrás, como si Atenea la protegiera. El rostro de la diosa era sereno y amable... y se parecía a Atenea. Annabeth había visto muchas estatuas no se parecían a su madre en absoluto, pero esta versión en gigante, hecha miles de años atrás, le hizo pensar que el artista se había reunido con Atenea en personas. Él la había capturado perfectamente. — "Atenea Partenos", murmuró Annabeth. "Esta realmente aquí". Toda su vida había querido visitar el Partenón. Ahora ella estaba viendo la atracción principal que se utilizaba, y ella era la primera hija de Atenea hacerlo en milenios. Se dio cuenta de su boca estaba abierta. Se obligó a tragar. Annabeth habría podido soportar allí todo el día mirando a la estatua, pero había logrado solo la mitad de su misión. Había encontrado la Atenea Partenos. Ahora, ¿cómo iba a sacarlo de esta caverna? Las hebras de telarañas cubrían como el pabellón como una gasa. Annabeth sospechaba que sin las telas, la estatua habría caído al suelo hace mucho tiempo. A medida entraba en la habitación, podía ver que las grietas debajo eran tan amplias, podría haber perdido el pie en ellas. Por debajo de las grietas, no se veía nada más que oscuridad vacía. Un escalofrío se apoderó de ella. ¿Dónde estaba el guardián? ¿Cómo podría Annabeth liberar la estatua sin colapsar el piso? No podía muy bien meter la Atenea Partenos por el pasillo que había venido.

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Recorrió la sala, con la esperanza de ver algo que podría ayudar. Sus ojos vagaron por los tapices, que hacían que su corazón duela de lo hermosos que eran. Una mostraba una escena pastoral tan tridimensional, que podría haber sido una ventana. Otro tapiz mostraba a los dioses luchando contra los gigantes. Annabeth vio un paisaje del inframundo. Junto a él estaba el horizonte de la Roma moderna. Y en el tapiz a la izquierda... Ella contuvo el aliento. Era un retrato de dos semidioses besándose bajo el agua: Annabeth y Percy, el día de sus amigos los habían arrojado al lago en canoa en el campamento. Era tan real que se preguntó si la tejedora había estado ahí, acechando en el lago con una cámara a prueba de agua. — "¿Cómo es eso posible?", Murmuró. Por encima de ella en la oscuridad, una voz habló. — "Durante años he sabido que ibas a venir, amor." Annabeth se estremeció. De repente, ella tenía siete años otra vez, escondida debajo de las sábanas, esperando a que las arañas la atacaran por la noche. La voz sonaba igual a la que Percy había descrito: un zumbido enojado con tonos múltiples, femenino, pero no humano. En las bandas por encima de la estatua, algo se movió, algo oscuro y grande. — "Te he visto en mis sueños", dijo una voz dulzona y mala, como el olor en los pasillos. "Tuve que asegurarme de que eras digna, la única hija de Atenea lo suficientemente inteligente como para pasar mis pruebas y llegar a este lugar con vida. De hecho, usted es su hija más talentosa. Esto hará que su muerte sea mucho más dolorosa para mi vieja enemiga cuando fracases por completo. " El dolor en el tobillo de Annabeth era nada comparado con el ácido glacial que estaba llenando sus venas. Quería correr. Quería pedir clemencia. Pero no podía mostrar debilidad, no ahora. — "Eres Aracne", dijo en voz alta. "La tejedora que se convirtió en una araña." La sombra descendió, cada vez más clara y más horrible. — "Maldecida por tu madre", dijo. "Despreciada por todos y convertida en un monstruo… porque yo era la mejor tejedora”. — "Pero perdiste la contienda", dijo Annabeth. — "¡Esa es la historia escrita por el ganador!", Exclamó Aracne. "¡Mira en mi trabajo! ¡Descúbrelo por ti misma! " Annabeth no tenía que hacerlo. Los tapices eran los mejores que había visto nunca, mejor que el trabajo de la bruja Circe, y, sí, incluso mejor que algunos tejidos que había visto en el monte Olimpo. Se preguntó si su madre realmente había perdido, si ella había escondido a Aracne lejos y haber cambiado la verdad. Pero en este momento, no tenía importancia. — "Has estado guardando esta estatua desde los tiempos antiguos", adivinó Annabeth. "Pero no es de aquí. Lo estoy tomando de nuevo. "

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— "Ja", dijo Aracne. Incluso Annabeth tenía que admitir su amenaza sonaba ridícula. ¿Cómo podría una chica en un tobillo deforme como una burbuja sacar esta enorme estatua de su cueva? — "Me temo que me tendrías que derrotar primero, mi dulce", dijo Aracne. "Y por desgracia, eso es imposible." La criatura salió de las cortinas de bandas, y Annabeth se dio cuenta de que su búsqueda era inútil. Ella estaba a punto de morir. Aracne tenía el cuerpo de una viuda negra gigante, con una marca de reloj de arena roja peludo en la parte inferior de su abdomen y un par de hileras que supuran. Sus ocho patas delgadas estaban llenas de púas curvas tan grandes como la daga de Annabeth. Si la araña llegaba más cerca, su olor dulce por sí solo habría sido suficiente para que Annabeth se sienta débil. Pero la más parte horrible era su rostro deforme. Una vez ella podría haber sido una mujer hermosa. Ahora sus mandíbulas negras salían de su boca como colmillos. Los otros dientes se habían convertido en agujas blancas. Bellos bigotes oscuros salían de sus mejillas. Sus ojos eran grandes, sin párpados, y solamente negros, con dos ojos más pequeños que salían de su sien. La criatura hizo un sonido como rip-rip-rip violentamente que podría haber sido la risa. — "Ahora voy a hacer un festín con vos, mi dulce", dijo Aracne. "Pero no tienes que temer. Voy a hacer un hermoso tapiz que represente tu muerte".

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CAPITULO XXXVII LEO LEO DESEABA NO SER TAN BUENO. Realmente, a veces era vergonzoso. Si no hubiera tenido un ojo para las cosas mecánicas, nunca podría haber encontrado un canal secreto, perdido en la tierra, y haber sido atacado por tíos de metal. Pero él solo no podía ayudarse a sí mismo. Parte de la culpa era de Hazel. Para una chica con súper sentidos subterráneos, no era muy buena en Roma. Ella los mantuvo caminando alrededor y alrededor de la ciudad, mareándolos, y doblando hacia atrás. — "Lo siento," dijo ella. "Es sólo que... hay tanto en lo subterráneo, tantas capas, es abrumador. Es igual que estar en el medio de una orquesta y tratar de concentrarte en un único instrumento. Me estoy volviendo sorda”. Como resultado, ellos dieron un tour en Roma. Frank parecía feliz avanzando laboriosamente como si fuera un perro pastor grande (hmm, Leo se preguntó si él podría convertirse en uno de ellos, o incluso mejor: un caballo que pudiera montar). Pero Leo empezó a impacientarse. Su pies le dolían, el día estaba soleado y caliente, y las calles estaban ahogadas por los turistas. El Foro estaba bien, aunque era una casi-ruina cubiertas de arbustos y árboles. Tomó mucha imaginación verlo como el animado centro de la Antigua Roma. Leo sólo lo consiguió porque había visto Nueva Roma, en California. Pasaron por delante de grandes iglesias, arcos independientes, tiendas de ropa y restaurantes de comida rápida. Una estatua de algún tío Antiguo Romano parecía estar apuntando a un McDonald cercano. En las calles más anchas, el tráfico de automóviles estaba absolutamente loco, Hombre, pensó que la gente de Houston enloquecerían, pasaban la mayor parte de su tiempo manejando en pequeñas calles, al encontrarse con fuentes y pequeños cafés donde a Leo no se le permitía descansar. — "Nunca pensé que iba a llegar a ver Roma", dijo Hazel. "Cuando yo estaba vivo, me refiero a la primera vez, Mussolini estaba en cargo. Estábamos en guerra”. — "¿Mussolini?" Leo frunció el ceño. "¿No fue como el mejor amigo de Hitler?" Hazel miró como si fuera un extraterrestre. — — — —

"¿Mejor amigo?" "No importa". "Me encantaría ver la Fuente de Trevi," dijo ella. "Hay una fuente en cada cuadra", gruñó Leo.

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— "O la Plaza de España", dijo Hazel. — "¿Por qué vienes a Italia para ver la Plaza de España?", se preguntó Leo. "Eso es como ir a China para la comida mexicana, ¿Cierto?" — "No tienes remedio", se quejó Hazel. — "Eso me han dicho." Se volvió hacia Frank y le cogió la mano, como si Leo hubiera dejado de existir. — "Vamos. Creo que deberíamos ir por este camino”. Frank le dio una sonrisa difusa a Leo, como si no pudiera decidir si se debía presumir o darle gracias a Leo por ser un bobo, pero alegre de que Hazel le agarrara. Después de caminar mucho, Hazel se detuvo frente a una iglesia. Al menos, Leo asumió que era una iglesia. La sección principal tenía un techo abovedado grande. La entrada tenía un techo triangular, típicas columnas romanas, y una inscripción en la parte superior: M. AGRIPPA u otra cosa. "¿En latino Consigue un Apretón?", Especuló Leo. — "Esta es nuestra mejor opción." Hazel sonaba como si tuviera todo el día. "Debería haber un pasadizo secreto en algún lugar en su interior. " Los grupos de turistas se arremolinaban pasando. Guías levantaba pancartas de colores con diferentes números y dieron una conferencia en distintos tipos de lenguas como si estuviera jugando una especie de bingo internacional. Leo escuchó el guía de turismo español durante unos segundos, y luego le informo a sus amigos: — "Este es el Panteón. El edificio fue construido por Marco Agripa como un templo a los dioses. Después de que se quemó, el emperador Adriano lo reconstruyo, y ha estado en pie durante dos mil años. Es uno de los edificios romanos mejor conservados del mundo. " Frank y Hazel miró fijamente. — "¿Cómo lo sabes?", Preguntó Hazel. — "Soy naturalmente brillante". — "Caca de Centauro", dijo Frank. "Espiaba a un grupo de turistas." Leo sonrió. — "Tal vez. Vamos. Vamos a buscar ese pasaje secreto. Espero que este lugar tenga aire acondicionado. " Por supuesto, no había aire acondicionado. En el lado positivo, no había líneas y no prohibición en la exhibición, por lo que sólo se fueron mas allá de los grupos de turistas y caminaron.

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El interior era bastante impresionante, teniendo en cuenta que había sido construido hace dos mil años. El suelo de mármol fue modelado con cuadrados y círculos, como un Tic-Tac-Toe, el juego romano. El espacio principal es una cámara enorme, con una rotonda circular, como una especie de nuevo edificio construido como en los Estados .El revestimiento de las paredes eran diferentes santuarios y estatuas y tumbas y esas cosas. Pero el verdadero punto de atracción era la sobrecarga de cúpula. Toda la luz en el edificio de venía de una abertura circular en la parte superior derecha. Un rayo de luz del sol se inclinaba sobre la rotonda y brillaba en el suelo, como si fuera que Zeus estaba allí con una lupa, tratando de freír débiles humanos. Leo no era arquitecto como Annabeth, pero podía apreciar la ingeniería. Los romanos habían tomado la cúpula fuera de paneles de piedra grandes, pero habían vaciado cada panel en un patrón de cuadrados dentro de cuadrados. Se veía bien. Leo sabía que también había hecho la cúpula más ligera y más fácil de soportar. No se lo mencionó que a sus amigos. Dudaba que le importara, pero Annabeth hubiera estado ahí, habrían gastado han todo el día hablando de ello. Lo que hizo pensar como le estaría yendo en su expedición de la Marca de Atenea. Leo nunca pensó que se sentiría así, pero estaba preocupado por esa chica rubia que le daba miedo. Hazel se detuvo en medio de la habitación y se volvió en un círculo. — "Esto es increíble. En los viejos tiempos, los hijos de Vulcano venían aquí con armas para rendir tributo al dios. Aquí es donde se encantaba el Oro Imperial. " Leo se preguntó cómo funcionaba. Se imaginaba un montón de semidioses con ropas oscuras que intentan rodar tranquilamente una ballesta escorpión a través de las puertas delanteras. — "Pero no estamos aquí por eso", supuso que. — "No", dijo Hazel. "Hay una entrada, un túnel que nos llevará hacia Nico. Puedo sentir lo cerca. No estoy seguro dónde”. Frank lanzó un gruñido. — "Si el edificio es de dos mil años de antigüedad, tiene sentido que todavía haya un antiguo pasaje de las épocas Romanas”. Fue entonces cuando Leo hizo su error de simplemente ser demasiado bueno. Recorrió el interior del templo, pensando: Si yo tuviera que diseñar un pasadizo secreto, ¿dónde lo pongo? A veces podía entender cómo una máquina trabajaba poniendo su mano sobre ella. Había aprendido a volar un helicóptero de esa manera. Había entendido a Festus el dragón de esa manera (antes de que se estrellara e incendiara). Una vez que él incluso había reprogramado las carteleras electrónicas en Times Square para que diga: TODAS LAS DAMAS DENLE AMOR A LEO... accidentalmente, por supuesto. Ahora trataba de percibir el funcionamiento de este antiguo edificio. Se volvió hacia un altar de mármol rojo de aspecto algo con una estatua de la Virgen María en la parte superior.

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— "Por ahí", dijo. Marchó con confianza hacia el santuario. Tenía la forma de una especie de chimenea, con un ábside en la parte inferior. El manto estaba inscrito con un nombre, como una tumba. — "El pasaje es de por aquí", dijo. "Este tipo descansa al final de un túnel. ¿Alguien llamado Raphael? " — "Pintor famoso, creo", dijo Hazel. Leo se encogió de hombros. Él tenía un primo llamado Rafael, y nunca había pensado sobre el nombre. Se preguntó si podía producir un cartucho de dinamita de su cinturón de herramientas y hacer una demolición un poco discreta, pero pensó que los cuidadores de este lugar probablemente no lo aprobarían. — "Espera..." Leo miró a su alrededor para asegurarse de que no estaban siendo vigilados. La mayoría de los grupos de turistas estaban embobados en la cúpula, pero un trío volvían a Leo incomodo. A unos cincuenta metros de distancia, algunos tipos de mediana edad con sobrepeso hablaban en inglés, quejándose entre sí acerca del calor. Se veían como manatíes de peluche con ropa de playa, pantalones cortos, sandalias para caminar, camisetas Turísticas y gorros flexibles. Sus piernas eran grandes y pastosas y cubiertas de arañas vasculares. Los chicos actuaron muy aburridos, y Leo se preguntó por qué estaban dando vueltas. No le estaban mirando. Leo no estaba seguro de por qué le ponían nervioso. Tal vez él no le gustaba los manatíes. Olvídate de ellos, Leo se dijo. Se deslizó por el lado de la tumba. Se pasó la mano por la parte de atrás de una columna romana, hasta llegar a la base. En la parte inferior, una serie de líneas habían sido grabadas en los numerales romanos de mármol. — "Heh", dijo Leo. "No es muy elegante, pero eficaz". — "¿Cuál es?", Preguntó Frank. — "La combinación de una cerradura." Sintió que alrededor de la parte posterior de la columna un poco más y descubrió un agujero cuadrado aproximadamente del tamaño de un enchufe eléctrico. "La llave de desbloqueo ha sido sacada, probablemente en algún momento del vandalismo en los últimos siglos. Pero debería ser capaz de controlar el mecanismo interior, si pudiera ... " Leo puso la mano en el suelo de mármol. Podía sentir viejos engranajes de bronce bajo la superficie de la piedra. El bronce normal se hubiera corroído y hubiera quedado inutilizable hace mucho tiempo, pero se trataba de bronce celestial, la obra de un semidiós. Con un poco

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de fuerza de voluntad, Leo les instó a moverse, usando los números romanos para guiarlos. Los cilindros vueltas, clic, clic, clic. A continuación, Diez clics. En el suelo junto a la pared, una sección de baldosas de mármol se deslizaron debajo de otra, dejando al descubierto una abertura cuadrada oscuro apenas suficientemente grande como para moverse a través. — "Los romanos debieron haber sido pequeños." Leo miró a Frank apreciativamente. "Tendrías que comer algo más delicado para pasar por aquí. " — "¡Eso es grosero!" Reprendió a Hazel. — "¿Qué? Simplemente decía…" — "No te preocupes por eso", murmuró Frank. "Tenemos que ir a buscar a los demás antes de explorar. Eso es lo que dijo Piper. " — "Caminaríamos como media ciudad", Leo le recordé. "Además, uh, no estoy seguro de que pueda cerras esta escotilla. Los mecanismos son bastante viejos. " — "Genial", dijo Frank. "¿Cómo sabemos que es seguro ahí abajo?" Hazel se arrodilló. Puso su mano sobre la abertura como si controlara la temperatura. — "No hay nada con vida... al menos no por varios cientos de pies. El túnel se dirige hacia abajo, luego se nivela y va hacia el sur, más o menos. No siento ninguna trampa ... " — "¿Cómo puedes saber todo eso?", Preguntó Leo. Ella se encogió de hombros. — "De la misma forma se puedes abrir cerraduras en columnas de mármol, supongo. Me alegro de que estés en eso de robar bancos…". — "Oh... bóvedas del banco", dijo Leo. "Nunca pensé en eso." — "Olvida que dije algo." Suspiró Hazel. "Mira, no son las tres todavía. Al menos podemos explorar un poco, tratare de determinar la ubicación de Nico antes de ponernos en contacto con los demás. Ustedes dos quédense aquí hasta que los llame. Quiero ver algunas cosas, asegurarme de que el túnel se encuentra en buenas condiciones estructurales. Voy a ser capaz de decir una vez más que estoy bajo tierra. " Frank frunció el ceño. — "No puedo dejarte ir por su cuenta. Podrías salir lastimada. " — "Frank, puedo cuidar de mí misma", dijo. "Ir bajo la tierra es mi especialidad. Es más seguro para todos nosotros si voy primero”. — "A menos que Frank quiere convertir en un topo", sugirió Leo. "O un perro de la pradera. Esas cosas son increíbles. " — "Cállate", murmuró Frank. — "O un tejón." Frank apuntó con un dedo a la cara de Leo. — "Valdez, te lo juro…"

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— "Ustedes dos, cállense," Hazel regañó. "Voy a estar de vuelta pronto. Denme diez minutos. Si no oyen nada de mí... no importa. Voy a estar bien. Sólo traten de no matarse el uno al otro mientras yo esté ahí abajo”. Se dejó caer por el agujero. Leo y Frank no la podían ver aunque quisiesen. Estaban de pie hombro con hombro, tratando de parecer casuales, como si fuera completamente natural que dos chicos adolescentes dando vueltas alrededor de la tumba de Rafael. Los grupos de turistas iban y venían. La mayoría ignoraba a Leo y Frank. Algunas personas los miraban con aprensión y se mantenían caminando. Tal vez los turistas pensaban empezarían a mendigar. Por alguna razón, Leo ponía nerviosa la gente cuando él sonreía. Los tres turistas manatíes americanos todavía estaban pasando el rato en el medio de la habitación. Uno de ellos llevaba una camiseta en la que decía ROMA, como si se olvidaría de que estaba en esa ciudad si no la vestía. De vez en cuando, miraba por encima de Leo y Frank como si se encontrara en presencia de alguien de mal gusto. Algo sobre ese tipo molestaba a Leo. Deseaba que Hazel se diera prisa. — "Ella me habló antes", dijo Frank abruptamente. "Hazel me dijo que descubrió acerca de mi línea de vida." Leo se agitó. Casi se había olvidado que Frank estaba de pie junto a él. — "Tu línea de vida... oh, el palo ardiendo... Claro "Leo resistió la tentación de poner su mano en llamas y gritar: ¡Muajaja! La idea era divertida, pero no era tan cruel. "Mira, hombre", dijo. "Está bien. Nunca haría nada que te ponga en peligro. Estamos en el mismo equipo”. Frank jugueteó con su insignia de centurión. — "Siempre supe que el fuego podría matarme, pero desde la mansión de mi abuela se quemó en Vancouver... parece mucho más real”. Leo asintió. Sentía simpatía por Frank, pero el chico lo hacía más fácil cuando hablaba de su mansión familiar. Algo así como decir, estrellé mi Lamborghini, y esperar a que la gente diga: ¡Oh, tu pobre bebé! Por supuesto, Leo no le dije eso. — "¿Tu abuela, murió en ese incendio? No lo mencionaste”. — "Yo-yo no lo sé. Ella estaba enferma y bastante vieja. Dijo que iba a morir en su propio tiempo, a su manera. Pero yo creo que lo hizo después del fuego. Vi esta ave volando de las llamas. " Leo pensó en eso. — "¿Así que toda la familia tiene la cosa de cambiar de forma?"

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— "Supongo", dijo Frank. "Mi mama lo hacía. La abuela piensa que es lo que la mató en Afganistán, en la guerra. Mamá trató de ayudar a algunos de sus amigos, y... no sé exactamente lo que pasó. Había una bomba incendiaria. " Leo hizo una mueca de simpatía. — "Así que ambos perdimos a nuestras madres a fuego." No había estado pensando en ella, pero le dijo a Frank toda la historia de la noche en el taller cuando Gea se le apareció, y su madre murió. Los ojos de Frank se pusieron húmedos. — — — —

"Nunca me gusta cuando la gente me dice: Siento lo de tu mamá." "Nunca se siente genuino", coincidió Leo. "Pero yo siento lo de tu mamá." "Gracias".

No había señales de Hazel. Los turistas estadounidenses seguían dando vueltas al Panteón. Parecían estar circulando más cerca, como si estuvieran tratando de acercarse sigilosamente a la tumba de Rafael, sin darse cuenta. — "De regreso en el Campamento Júpiter", dijo Frank, "el Lar de nuestra cabaña, Reticulus, me dijo que tenía más poder que el resto de los semidioses, por ser hijo de Marte, además de tener la habilidad de cambiar de forma desde el lado de mi madre. Dijo que es por eso que mi vida está ligada a una madera. Es una debilidad enorme que equilibra otro tipo de cosas. " Leo recordó su conversación con Némesis diosa de la venganza en el Gran Lago Salado. Había dicho algo similar sobre el deseo de equilibrar la balanza. La buena suerte es una farsa. El verdadero éxito requiere sacrificio. Su galleta de la fortuna se encontraba todavía en el cinturón de herramientas, a la espera de ser abierta. Pronto te enfrentarás a un problema que no podrás resolver, aunque te pueda ayudar... por un precio. Leo deseaba poder arrancar el recuerdo de su cabeza y lanzarlo al cinturón de herramientas. Le estaba ocupando demasiado espacio. — "Todos tenemos debilidades", dijo. "Yo, por ejemplo soy mortalmente bonito y divertido. " Frank soltó un bufido. — "Es posible que tengas puntos débiles. Sin embargo, tu vida no depende de un pedazo de leña”. — "No", admitió Leo. Empezó a pensar: y si el problema de Frank fuera su problema, ¿cómo lo solucionaría? Si cada fallo del diseño pudiera ser arreglado. "Me pregunto ..."

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Miró al otro lado de la habitación y se tambaleó. Los tres turistas norteamericanos venían en camino, sin más vueltas o a escondidas. Estaban haciendo una línea recta hacía la tumba de Rafael, y los tres fueron miraban a Leo. — "¿Uh, Frank?", Preguntó Leo. "¿Han pasado diez minutos ya?" Frank siguió su mirada. Los americanos parecían enojados y confundidos, como si fueran sonámbulos a través de una pesadilla muy molesta. — "Leo Valdez," llamó el chico de la camisa ROMA. Su voz había cambiado. Era hueca y metálica. Habló el inglés como si fuera un segundo idioma. "Nos reunimos de nuevo." Los tres turistas parpadearon y sus ojos se volvieron de oro macizo. Frank gritó. — "¡Eidolones!" Los manatíes apretaron los puños carnosos. Normalmente, Leo no se hubiera preocupado por ser asesinado por chicos con sobrepeso con sombreros de goma, pero sospechaba que los Eidolones eran peligrosos incluso en esos cuerpos, sobre todo porque a los espíritus no les importaría si sus anfitriones sobrevivían o no. — "No pueden caber en el agujero", dijo Leo. — "Correcto", dijo Frank. "Bajo tierra suena realmente bien." Se convirtió en una serpiente y se deslizó por el borde. Leo saltó tras él, mientras que los espíritus comenzaron a gritar arriba, — "¡Valdez! ¡Matar a Valdez! "

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CAPITULO XXXVIII LEO UN PROBLEMA RESUELTO: la escotilla por encima de ellos se cerró automáticamente, cortando a sus perseguidores. También cortando toda la luz, pero Leo y Frank podía lidiar con eso. Leo sólo esperaba que no tuviera necesidad de salir de la misma forma en que entró porque no estaba seguro de que pudiera abrir la baldosa por debajo. Al menos los manatíes poseídos estaban del otro lado. Sobre la cabeza de Leo, el suelo de mármol se estremeció, como si pies gordos turísticos estuvieran pateando. Frank debe de haber vuelto a su forma humana. Leo le oía silbidos en la oscuridad. — "¿Y ahora qué?", Preguntó Frank. — "Está bien, no te asustes", dijo Leo. "Voy a convocar a un pequeño fuego, solo para poder ver." — "Gracias por la advertencia." El dedo índice de Leo ardía como una vela de cumpleaños. Delante de ellos se extendía un túnel de piedra con un techo bajo. Como Hazel como había predicho, inclinado hacia abajo, luego se estabilizaba e iba hacia el sur. — "Bueno", dijo Leo. "Esto sólo va en una dirección". — "Vamos a encontrar Hazel", dijo Frank. Leo no tenía ningún problema por cómo iban. Caminaban por el pasillo, Leo primero con el fuego. Estaba contento de tener a Frank en su espalda, grande y fuerte, capaz de convertirse en animales de miedo por si los poseídos turistas rompían de alguna manera la escotilla, se exprimían en el interior, y los seguían. Se preguntó si los Eidolones podrían de salir de esos cuerpos, filtrarse bajo tierra, y poseer uno de ellos en su lugar. ¡Oh, ahí está mi pensamiento feliz para el día! Leo se regañó. Después de unos cientos de metros más o menos, doblaron una esquina y se encontraron a Hazel. A la luz de la espada de caballería dorada, estaba examinando una puerta. Estaba tan absorta, que no los notó hasta que Leo dijo: — "Hola". Hazel se volvió, tratando de balancear su spatha. Afortunadamente para la cara de Leo, la hoja era demasiada larga para moverse en el pasillo. — "¿Qué estás haciendo aquí?" Exigió Hazel.

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Leo tragó saliva. — "Lo siento. Nos encontramos con algunos turistas enojados. "Le dijo lo que había sucedido. Ella susurró en la frustración. — "No me gustan los Eidolones. Pensé que Piper les había hecho prometer que se mantendrían alejados. " — "Oh..." Frank dijo, como si él acababa de tener su propio pensamiento feliz todos los días. "Piper les hizo prometer a permanecerían fuera de la nave y no poseerían ninguno de nosotros. Pero si ellos nos siguen y utilizan otros organismos para atacarnos, entonces no están técnicamente rompiendo la promesa.... " — "Genial", murmuró Leo. "Eidolones que también son abogados. Ahora realmente los quiero matar". — "Está bien, olvídalos por el momento", dijo Hazel. "Esta puerta me está dando jaqueca. Leo, ¿puede puedes probar abrirla con tu habilidad para el desbloqueo? " Leo hizo crujir los nudillos. — "Hazte a un lado para el maestro, por favor." La puerta era interesante, mucho más complicada que el bloqueo numeral romano de la combinación anterior. La puerta entera estaba recubierta de oro imperial. Una esfera mecánica del tamaño de una bola de bolos estaba incrustada en el centro. La esfera constituía cinco anillos concéntricos, cada uno inscrito con símbolos del zodiaco, el toro, el escorpión, etcétera y números aparentemente aleatorios y letras. — "Estas letras son griegas", dijo Leo con sorpresa. — "Bueno, un montón de romanos hablaban griego", dijo Hazel. — "Supongo", dijo Leo. "Pero esta mano de obra... sin ofender a ustedes ni al Campamento Júpiter, pero es demasiada complicada para ser romana". Frank soltó un bufido. — "Mientras que a los griegos le encanta hacer las cosas complicadas". — "Hey", protestó Leo. "Lo único que digo es que esta maquinaria es delicada y sofisticada. Esto me recuerda a..."Leo miró la esfera, tratando de recordar dónde había leído o escuchado acerca de una antigua máquina similar. "Es una especie más avanzada de bloqueo", decidió. "Se alinean los símbolos de los diferentes anillos en el orden correcto, y se abre la puerta". — "Pero ¿cuál es el orden correcto?", Preguntó Hazel. — "Buena pregunta. Esferas griegas... astronomía, geometría... "Leo tenía una sensación de calor en el interior. "Oh, no. Me pregunto... ¿Cuál es el valor de pi? "

Frank frunció el ceño.

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— "¿Qué clase de pie*?" — "Lo que quiere decir es el valor del número," adivinó Hazel. "Lo aprendí en la clase de matemáticas una vez, pero-" — "Se utiliza para medir círculos", dijo Leo. "Esta esfera, si está hecha por el hombre que estoy pensando..." Hazel y Frank lo miraron sin comprender. — "No importa", dijo Leo. "Estoy bastante seguro de que pi es, uh, 3,1415, bla, bla, bla. El número es infinito, pero la esfera tiene sólo cinco anillos, por lo que debería ser suficiente, si estoy en lo correcto. " — "¿Y si no lo estás?", Preguntó Frank. — "Bueno, entonces, Leo pierde, hace bum. ¡Vamos a ver! " Dio vuelta los anillos, a partir de la parte exterior moviéndolos. Él ignoró los signos del zodiaco y las letras, alineando los números correctos que hacían el valor de pi. No pasó nada. — "Soy estúpido", murmuró Leo. "Pi se expandiría hacia el exterior, porque es infinito". Invirtió el orden de los números, comenzando en el centro y trabajando hacia el borde. Cuando se alineó el último anillo, algo dentro de la esfera clic. La puerta se abrió. Leo sonrió a sus amigos. — "Eso, buena gente, es la forma en que hacemos las cosas en Mundo de Leo. ¡Adelante! " — "No me gusta el Mundo de Leo", murmuró Frank. Hazel rió. Dentro había suficiente material fresco para mantener Leo ocupado durante años. La habitación era del tamaño de la parte posterior de la fragua en el Campamento Mestizo, con el bronce encima de mesas de trabajo a lo largo de las paredes, y las cestas llenas de herramientas para trabajar metales antiguos. Docenas de esferas de bronce y oro, como pelotas de baloncesto Steampunk se encontraban en distintas etapas de desmontaje. Engranajes sueltos y cableado cubrían el suelo. Cables gruesos de metal se desenrollaban entre cada mesa hacia el fondo de la sala, donde había un desván cerrado como una cabina de sonido de teatro. Las escaleras conducían a cabinas de los dos lados. Todos los cables que parecían correr hacía ellas. Al lado de las escaleras a la izquierda, una hilera de cubículos se llenó cilindros de cuero, probablemente las formas de desplazarse antes. Leo estaba a punto de dirigirse hacia las mesas cuando miró a su izquierda y casi saltó fuera de sus zapatos. Flanqueando la puerta había dos maniquíes similares a espantapájaros blindados, esqueleto hechas de tubos de bronce, equipados con trajes completos de armadura romana, escudo y espada. — "Amigo". Leo caminó a uno. "Estos serían increíbles si se movieran". Frank se apartó de los maniquíes.

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— "Esas cosas van a cobrar vida y atacarnos, ¿no?" Leo se rió. — "No es una casualidad. Ellos no están completos. "Tocó el cuello del maniquí más cercano, donde el cables sueltos de cobre saltaron de debajo de su coraza. "Mira, el cableado de la cabeza ha sido desconectado. Y aquí, en el codo, el sistema de poleas para este conjunto está fuera de alineación. ¿Mi opinión? Los romanos estaban tratando de duplicar un griego diseño, pero no tienen la habilidad. " Hazel arqueó las cejas. — "Los romanos no eran lo suficientemente buenos para hacer cosas complicadas, supongo." — "O delicados", añadió Frank. "O sofisticados". — "Hey, yo sólo lo llamo como yo lo veo." Leo sacudía la cabeza del maniquí, y lo hacía asentir como si estuviera de acuerdo con él. "Sin embargo... el intento es bastante impresionante. He oído leyendas que los romanos confiscaron los escritos de Arquímedes, pero "— "¿Arquímedes?" Hazel miró desconcertado. "¿No era un antiguo matemático o algo así?" Leo se rió. — "Era mucho más que eso. No era más que el hijo más famoso de Hefesto que jamás haya existido”. Frank se rascó la oreja. — "He oído su nombre antes, pero ¿cómo puedes estar seguro de que este maniquí es su diseño?" — "¡Tiene que ser!", Dijo Leo. "Mira, yo he leído todo acerca de Arquímedes. Él es un héroe para la Cabina Nueve. El tipo era griego, ¿no? Vivía en una de las colonias griegas del sur de Italia, antes de que Roma se expandiera y se hiciera cargo de todo. Finalmente los romanos entraron y destruyeron su ciudad. Un general romano quería evitar a Arquímedes, porque era muy valioso, algo así como el Einstein del mundo antiguo, pero un soldado romano estúpido lo mató. " — "Ya estás otra vez", murmuró Hazel. "Estúpido y romano no siempre van de la mano, Leo." Frank gruñó acuerdo. — "¿Cómo sabes todo esto, de todos modos?", Exigió. "¿Hay un guía turístico español por aquí?” — "No, hombre", dijo Leo. "No se puede ser un semidiós en el equipo de construcción y no saber de Arquímedes. El tipo estaba realmente en la Élite. Calculó el valor de pi. Él hizo todas estas cosas, y las matemáticas todavía utilizamos para la ingeniería. Inventó un tornillo hidráulico que podría mover el agua a través de tuberías. "

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Hazel frunció el ceño. — "Un tornillo hidráulico. Perdón por no saber acerca de ese logro impresionante”. — "Él también construyó un rayo de la muerte de espejos que pueden quemar las naves enemigas", dijo Leo. "¿Eso es bastante impresionante?" — "He visto algo de eso en la televisión", admitió Frank. "Demostraron que no funcionó". — "Ah, eso es sólo porque los mortales modernos no saben cómo utilizar bronce celestial", dijo Leo. "Esa es la clave. Arquímedes también inventó una garra enorme que podría oscilar en una grúa y arrancar las naves enemigas fuera del agua”. — "Está bien, está bien", admitió Frank. "Me encanta el brazo capturador de los juegos". — "Bueno, ahí lo tienes", dijo Leo. "De todas formas, todos sus inventos no fueron suficientes. Los romanos destruyeron su ciudad. Arquímedes fue asesinado. Según las leyendas, el general romano era un gran admirador de su trabajo, por lo que allanaron el Taller de Arquímedes y se llevaron un montón de recuerdos de vuelta a Roma. Desaparecieron de la historia, excepto... "Leo agitó las manos en las cosas en las mesas. "Aquí están." — "¿Pelotas de baloncesto Metal?", Preguntó Hazel. Leo no podía creer que no les gustara lo que estaban viendo, pero trató de contener su irritación. — "Chicos, Arquímedes construyó las esferas. Los romanos no podían entender. Ellos pensaban que eran sólo para decir el tiempo o constelaciones, porque estaban cubiertas de fotografías de estrellas y planetas. Pero eso es como encontrar una rifle y pensando que es un bastón”. — "Leo, los romanos fueron los ingenieros de primer nivel," Hazel le recordó. "Construyeron acueductos, caminos-" — "Las armas de asedio", añadió Frank. "Saneamiento Público". — "Sí, está bien", dijo Leo. "Pero Arquímedes estaba en una clase superior. Sus esferas podían hacer todo tipo de cosas, sólo que nadie está seguro ... " De repente, Leo tuvo una idea tan increíble que su nariz se incendió. Lo palmeo para que se apagara de inmediato. Hombre, era vergonzoso cuando eso sucedió. Corrió hacia la hilera de cubículos y examinó las marcas en los pergaminos. — "¡Oh, dioses! ¡¿Esto es?! " Él levantó cautelosamente uno de los rollos. Él no era genial leyendo griego antiguo, pero podía decir que la inscripción en el pergamino decía Construcción de Esferas. — "Chicos, este es el libro perdido" Sus manos temblaban. "Arquímedes escribió esto, describiendo su construcción y sus métodos, pero todas las copias se perdieron en la antigüedad. Si puedo traducir esto... "

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Las posibilidades eran infinitas. Para Leo, la búsqueda había ahora totalmente adquirido una nueva dimensión. Leo tenía que obtener las esferas y se desplazarlas con seguridad fuera de aquí. Tenía que proteger estas cosas hasta que pudiera volver a Bunker 9 y estudiarlo. — "Los secretos de Arquímedes", murmuró. "Chicos, esto es más grande que la laptop de Dédalo. Si hay un ataque romano en el Campamento Mestizo, estos secretos podrían salvar el campamento. ¡Nos pueden dar incluso ventajas sobre Gea y los gigantes! " Hazel y Frank se miraron con escepticismo. — "Está bien", dijo Hazel. "No hemos venido aquí para un rollo, pero creo que podemos llevarlo con nosotros." — "Suponiendo," Frank añadió, "que no le importara compartir los secretos con nosotros, los estúpidos romanos sin complicaciones." — "¿Qué?" Leo miró fijamente sin comprender. "No. Mira, yo no tenía la intención de insultar… Ah, no importa. ¡El punto es que esto estas son buenas noticias! " Por primera vez en días, Leo sintió muy esperanzador. Naturalmente, ahí es cuando todo salió mal. En la mesa de al lado de Hazel y Frank, uno de las esferas hizo clic y zumbó. Una hilera de piernas flacas se extendió desde su ecuador. El orbe se levantó, y dos cables de bronce salieron disparados de la parte superior, llegando a Hazel y Frank como cables Taser. Ambos amigos de Leo se desplomaron en el suelo. Leo se lanzó para ayudarlos, pero los dos maniquíes blindados que no podía moverse se movieron. Agarraron sus espadas y dieron un paso hacia Leo. El de la izquierda acomodo su casco torcido, que tenía la forma de una cabeza de lobo. A pesar del hecho de que no tenía cara o la boca, una voz hueca familiar le habló desde detrás de su visera. — "No te nos puede escapar, Leo Valdez," dijo ella. "No nos gustan las máquinas para poseen, pero son mejores que los turistas. No vas a salir de aquí con vida. "

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CAPITULO XXXIX LEO LEO ACORDABA CON NEMESIS en una cosa: la buena suerte era una farsa. Por lo menos cuando se trata de la suerte de Leo. El invierno pasado había observado con horror mientras que una familia de cíclopes se preparaba para asar a Jason y Piper con salsa picante. Él había tramado una estrategia y salvado a sus amigos por sí mismo, pero al menos había tenido tiempo para pensar. Ahora, no tanto. Hazel y Frank había sido eliminado por los cables de una bola de bolos steampunk que los poseía. Dos armaduras con malas actitudes estaban a punto de matarlo. Leo no podía volarlas con fuego. Las armaduras no se verían perjudicadas por ello. Además, Hazel y Frank estaban demasiado cerca. Él no quería quemarlos, o accidentalmente incendiar el trozo de leña del que dependía la vida de Frank. A la derecha de Leo, el traje de armadura con el casco de la cabeza de un león, crujió el cuello mirando a Hazel y Frank, que aún yacían inconscientes. — "Un semidiós hombre y mujer", dijo Cabeza de León. "Estos van a ser, si los demás mueren." Su máscara hueca se volvió a Leo. "No es necesario, Leo Valdez". — "¡Oh, hey!" Leo intentó una sonrisa ganadora. "¡Siempre se necesita a Leo Valdez!" Abrió las manos y esperaba parecer seguro y útil, no desesperado y aterrorizado. Se preguntó si era demasiado tarde para escribir TEAM LEO en la camisa. Lamentablemente, las armaduras no eran tan fácilmente influenciadas como el Club de Fans de Narciso había sido. El del casco con cabeza de lobo gruñó: — "He estado en tu mente, Leo. Te ayudé a iniciar la guerra. " La sonrisa de Leo se derrumbó. Dio un paso atrás. — "¿Eras vos?" Ahora entendía por qué los turistas le había molestado de inmediato, y por qué esto voz sonó tan familiar. Lo había oído en su mente. — "¿Usted me hizo disparar la ballesta?" Exigió Leo. "¿A eso le llamas ayudar?"

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— "Sé lo que piensas," dijo el casco del Lobo. "Yo conozco tus límites. Eres pequeño y estás solo. Necesitas amigos que te protejan. Sin ellos, no eres capaz de soportarme. Prometí no poseerte más, pero todavía puedo matarte. " Los tíos armados se adelantaron. Las puntas de sus espadas se cernían a unos cuantos centímetros de la cara de Leo. El miedo de Leo se transformó en un montón de. Este eidolon en el casco del lobo le había avergonzado, controlado, y hecho atacar Nueva Roma. Había puesto en peligro a sus amigos y frustrado su intento. Leo miró a las esferas latentes en las mesas de trabajo. A su juicio, su cinturón de herramientas. Pensó en el desván detrás de él, el área que parecía una cabina de sonido. Presto: Operación pila de Basura iniciada. — "Primero: no me conoces", dijo a Cabeza de Lobo. "Y en segundo lugar: Adiós." Se lanzó hacia la escalera y saltó a la cima. Las armaduras eran de miedo, pero no eran rápidas. Como Leo sospechaba, el loft tenía puertas a ambos lados, puertas de metal plegables. Las habitaciones en caso de que sus obras se volvieran locas... como ahora. Leo cerró ambas puertas cerradas y convocó a fuego en sus manos, fusionando las cerraduras. Las armaduras se acercaban a uno y otro lado. Sacudieron las puertas, tratando de cortarlas con sus espadas. — "Esto es una tontería", dijo Cabeza de León. "Sólo retrasas tu muerte." — "El retraso de la muerte es uno de mis pasatiempos favoritos." Leo escaneó su nuevo hogar. El taller costaba de un solo tablón, como un mando de control. Estaba lleno de basura, pero la mayor parte Leo entendió rápido: un diagrama para una catapulta humana que nunca iba a funcionar, una extraña espada negra (Leo no era bueno con las espadas), un gran espejo de bronce (La reflexión de Leo se veía muy mal), y un conjunto de herramientas que alguien había roto, ya sea en la frustración o la torpeza. Se centró en el proyecto principal. En el centro de la mesa, alguien había desmontado una esfera de Arquímedes. Engranajes, resortes, palancas y barras estaban llenas a su alrededor. Todos los cables de bronce de la habitación estaban conectados a una placa en la parte inferior a la esfera. Leo podía sentir el bronce celestial que atraviesa el taller como las arterias de un corazón listo para conducir la energía mágica de este lugar. — "Uno de baloncesto que gobierna al resto", murmuró Leo. Esta esfera era un regulador maestro. Estaba de pie en el control de la antigua misión romana. — "¡Leo Valdez!" Gritó el espíritu. "¡Abre la puerta o te mato!" — "Una oferta justa y generosa", dijo Leo, con los ojos todavía en la esfera. "Sólo déjame terminar esto. Una última petición, ¿de acuerdo? "

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Eso debe de haber confundido a los espíritus, porque se detuvieron momentáneamente los golpeteos en las puertas Las manos de Leo volaron sobre la esfera, volviendo a montar las piezas que faltaban. ¿Por qué los romanos estúpidos tenían que desmontar una máquina tan hermosa? Habían matado a Arquímedes, robado sus cosas, entonces se habían metido con un pedazo de equipo que nunca iban a entender. Por otra parte, por lo menos hubiera tenido el sentido común de guardarlo bajo llave, para que Leo pudiera recuperarla. Los Eidolones empezaron a golpear las puertas de nuevo. — "¿Quién es?" Dijo leo. — "¡Valdez!" Bramó cabeza del lobo. — "¿Valdez quién?", Preguntó Leo. Finalmente, los Eidolones se darían cuenta de que no podrían entrar. Entonces, si realmente el Lobo sabía que había en la mente de Leo, sabría que había otra manera de forzar su cooperación. Leo tenía que trabajar más rápido. Conectó los engranajes, hizo algo mal, y tuvo que empezar de nuevo. ¡Granadas de mano de Hefesto, era difícil! Finalmente tuvo su última pieza que arreglar. Los romanos torpes habían arruinado casi el ajustador de tensión, pero Leo sacó un conjunto de herramientas de relojero de su cinturón e hizo algunas calibraciones finales. Arquímedes fue un genio, suponiendo que esto efectivamente funcione. Terminó la bobina de arranque. Los engranajes comenzaron a girar. Leo cerró la parte superior de la esfera y estudiado los círculos similares al concéntrico que había en la puerta de la bóveda. — "Valdez" golpeó la cabeza del lobo en la puerta. "¡Nuestro tercer camarada va a matar a tus amigos!" Leo maldijo por lo bajo. Nuestro tercer camarada. Echó un vistazo a la bola Taser que había noqueado a Hazel y Frank. Se había figurado que tres Eidolones se escondían en el interior de esa cosa. Pero todavía tenía que deducir la secuencia de la derecha para activar esta esfera de control. — "Sí, está bien", gritó. "Me tienes a mí. Sólo... sólo un segundo. " — "¡No hay segundo más!", Gritó Cabeza de Lobo. "Abra esta puerta ahora, o se mueren." La pelota Taser poseída arremetió por medio de los cables y envió otro choque a través de Hazel y Frank. Sus cuerpos inconscientes se estremecieron. Ese tipo de electricidad podría haber hecho que sus corazones dejaran de palpitar. Leo contuvo las lágrimas. Esto era demasiado duro. No podía hacerlo.

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Se quedó mirando la cara de los siete anillos de la esfera, cada uno cubierto con diminutas letras griegas, números y signos del zodiaco. La respuesta no sería pi. Arquímedes nunca haría la misma cosa dos veces. Además, con sólo poner su mano en la esfera Leo sintió que la secuencia se había generado al azar. Era algo que sólo Arquímedes sabría. Supuestamente, las últimas palabras de Arquímedes había sido: No toque mis círculos. Nadie sabía lo que eso significaba, pero Leo lo podía aplicar a este ámbito. La cerradura era demasiada complicada. Tal vez si Leo tuviera unos pocos años, podría descifrar las marcas y averiguar la combinación correcta, pero él no tenía ni siquiera una unos segundos. Estaba fuera de tiempo. Fuera de suerte. Y sus amigos iban a morir. Un problema que no puedes resolver, dijo una voz en su mente. Némesis... le había dicho que esperara hasta ese momento. Leo metió la mano en el bolsillo y sacó la Galleta de la Fortuna. La diosa le había advertido de un gran precio por su ayuda, tan grande como la pérdida de un ojo. Pero si no lo intentas, tus amigos morirían. — "Necesito el código de acceso para este ámbito", dijo. Él rompió la galleta.

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CAPITULO XL LEO LEO DESPLEGÓ EL PEQUEÑO TROZO DE PAPEL. DECÍA LO SIGUIENTE: ¿ESA ES TU PETICIÓN? ¿EN SERIO? (AL DORSO) En la parte posterior, se leía: Y NUESTROS NÚMEROS DE LA SUERTE SON: DOCE, JUPITER, ORION, DELTA, TRES, THETA, OMEGA. (SIEMBRA VENGANZA HACIA GEA, LEO VALDEZ.) Con dedos temblorosos, Leo volvió a los anillos. Fuera de las puertas, la cabeza del lobo gruñó con frustración. — "Si tus amigos no son importantes, tal vez necesitas más incentivo. ¡Tal vez debería destruir estos pergaminos invalorables de obras sobre, Arquímedes! " El último anillo hecho clic en su lugar. La esfera zumbaba con el poder. Leo se pasó las manos por la superficie, sintiendo pequeños botones y palancas en espera de sus órdenes. Mágicos pulsos eléctricos corrían a través de los cables de bronce celestial, y se apoderaron de toda la sala. Leo nunca había tocado un instrumento musical, pero se imaginaba que debía ser así, sabiendo cada tecla o nota para así que realmente no pensar en lo que sus manos estaban haciendo. Sólo se concentrarse en el sonido que querías crear. Él comenzó de a poco. Se centró en una esfera de oro razonablemente intacta en la sala principal. La esfera de oro se estremeció. Se hizo un trípode de patas y cayó a la pelota de Taser. Un pequeño círculo salió de la cabeza de oro que estaba arriba, y comenzó a cortar en el cerebro de la bola de Taser. Leo trató de activar el otro dispositivo. Éste estalló en una nube en un pequeño hongo de bronce de polvo y humo. — "Oops", murmuró. "Lo siento, Arquímedes". — "¿Qué estás haciendo?" Exigió la cabeza del lobo. "¡Déjate de tonterías y entrégate!" — "¡Oh, sí, me rindo!", Dijo Leo. "¡Estoy totalmente rendido!" Trató de tomar el control de una tercera esfera. Que se rompió también. Leo se sintió mal por arruinar todos estos inventos antiguos, pero esto era de vida o muerte. Frank lo había acusado de preocuparse más por las máquinas que las personas, pero si todo se reducía a preservar esferas antiguas o sus amigos, no había otra opción.

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El cuarto intento fue mejor. Un aparato rubí incrustado apareció su parte superior y desarrolló aspas de helicóptero. Leo estaba contento de que Buford la mesa no estuviera aquí, él hubiera caído en el amor. El orbe rubí giró en el aire y navegó directamente hacia los cubículos. Delgados brazos de oro se extendieron desde su centro y se hicieron con los preciosos pergaminos de instrucciones. — "¡Basta!", Gritó Cabeza de Lobo. "Voy a destruir el…" Se volvió a tiempo de ver la esfera de rubí despegar con los rollos. Hizo zic-zac a través de la habitación y permaneció en el extremo esquina. — "¿Qué?", Exclamó Cabeza de Lobo. "¡Mata a los prisioneros!" Él debe haber estado hablando con el balón Taser. Por desgracia, la bola Taser no estaba en condiciones de cumplirlas. La esfera de Oro de Leo estaba sentada en la parte superior de su cabeza recortada y abierta, recogiendo todo a través de sus engranajes y cables como si estuviera destripando una calabaza. Gracias a los dioses, Hazel y Frank comenzaron a agitarse. — "¡Bah!" Cabeza de Lobo hizo un gesto de cabeza de León en la puerta de enfrente. "¡Ven! Vamos a destruir a los semidioses nosotros mismos. " — "Yo no lo creo así, chicos." Leo se volvió hacia la cabeza del león. Sus manos trabajaban en la esfera de control, y sintió un choque al caer al piso. Cabeza de León se estremeció y bajó la espada. Leo sonrió. — "Usted está en el Mundo de Leo, ahora." Cabeza de León se volvió y se marchó escaleras abajo. En lugar de avanzar en Hazel y Leo, se dirigió hasta las escaleras opuestas y se enfrentó su compañero. — "¿Qué estás haciendo?" Exigió la cabeza del lobo. "Tenemos que-" ¡Blong! Cabeza de León golpeó su escudo en el pecho de Cabeza del Lobo. Él rompió el pomo de su espada en el casco de su compañero, por lo que se convirtió en Cabeza de Lobo plano, Cabeza de Lobo deformado, no muy feliz. — "¡Deja de hacer eso!", Exigió Lobo Cabeza. — "¡No puedo!", Se lamentó Cabeza de León. Leo estaba recibiendo lo que pasaba ahora. Él ordenaba a ambas armaduras que dejaran sus espadas y escudos y se chocaran a cada otro repetidamente. — "Valdez" llamado Cabeza de Lobo con voz de trino. "¡Morirás por esto!" — "Sí," llamado a Leo a salir. "¿Quién posee que ahora, Casper?"

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Los hombres máquina rodaron por las escaleras, y los obligó a bailar jitterbug como en 1920 moviendo sus brazos como alas. Sus articulaciones comenzaron a humear. Las esferas de todo el cuarto comenzaron a estallar. Demasiada energía fue surgiendo a través de un sistema antiguo. La esfera de control de la mano de Leo creció se empezó a calentar demasiado. — "¡Frank, Hazel!" Leo gritó. "¡Cúbranse!" Sus amigos estaban aturdidos todavía, mirando con asombro a los chicos bailando jitterbug de metal, pero entendieron su advertencia. Frank y Hazel se pusieron debajo de la mesa y cubrieron su cuerpo. Un último giro de la esfera y Leo envió una sacudida masiva a través del sistema. Los guerreros armados volaron en pedazos. Roces, pistones, y fragmentos de bronce volaron por todas partes. En todas las tablas, las esferas se desgranaban como latas de refrescos calientes. La esfera de oro de Leo se congeló. Su orbe volador de rubí cayó al suelo con los casos de desplazamiento. La habitación era de repente tranquila excepto por algunas chispas al azar y llamas. El aire olía a un motor de un coche en llamas. Leo bajó corriendo las escaleras y se encontró a salvo a Frank y Hazel bajo su mesa. Nunca había sido tan feliz de verlos abrazados. — "¡Están vivos!", Dijo. Ojo izquierdo Hazel tenía un Tic, quizás por el choque Taser. De lo contrario, se veía bien. — "Uh, ¿qué pasó?" "Arquímedes pasó", dijo Leo. "Sólo la suficiente potencia en las máquinas viejas para un espectáculo final. Una vez que tenía el código de acceso, fue fácil. " Acarició la esfera de control, que navegaba en una mala manera. Leo no sabía si se podía arreglar, pero por el momento estaba feliz de que estuvieran a salvo. — "Los Eidolones", dijo Frank. "¿Se han ido?" Leo sonrió. — "Mi último comando sobrecargó su presa interrumpiéndolos, básicamente bloqueando todos sus circuitos y fundiendo sus núcleos. " — "En Inglés", preguntó Frank. — "Atrapé a los Eidolones dentro del alambrado", dijo Leo. "Entonces les derretí. No van a estar molestando a nadie. " Leo ayudó a sus amigos ponerse de pié. — "Nos has salvado", dijo Frank. — "No suenas tan sorprendido." Leo miró a su alrededor el taller destruido. "Es una pena que todo esto quedó destrozado, pero por lo menos me salvé los manuscritos. Si

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puedo volver al Campamento Mestizo, tal vez pueda aprender a recrear las Invenciones de Arquímedes”. Hazel se frotó el costado de su cabeza. — "Pero yo no lo entiendo. ¿Dónde está Nico? Ese túnel se suponía que nos llevan a Nico”. Leo casi había olvidado por qué había venido aquí en primer lugar. Nico, obviamente, no estaba aquí. El lugar era un callejón sin salida. ¿Entonces por qué...? — "Oh." Él se sentía como si hubiera una esfera hubiera cortado sus circuitos, removido sus cables y engranajes. "Hazel, ¿cómo exactamente sigues a Nico? Quiero decir, ¿Puedes sentirlo cerca, porque él es tu hermano? " Frunció el ceño, sin dejar de mirar un poco tambaleante de su tratamiento de choque eléctrico. — "No, no del todo. A veces me puede decir cuando él está cerca, pero, como he dicho, Roma es tan confusa, los túneles y las cuevas se encuentran tantas veces-" — "Usted lo rastreabas con tu sentido de ubicación", supuso Leo. "¿Su espada?" Ella parpadeó. — "¿Cómo lo sabes?" — "Será mejor que vengas aquí". Dirigió a Hazel y Frank hasta la sala de control y señaló la espada negro. — "Oh. Oh, no. "Hazel habría colapsado si Frank no la hubiera atrapado. "¡Pero eso es imposible! Espada de Nico estaba con él en la jarra de bronce. ¡Percy lo vio en su sueño! " — "O el sueño estuvo mal", dijo Leo ", o los gigantes movieron la espada aquí como un señuelo." — "Así que esto era una trampa", dijo Frank. "Nos atrajeron aquí". — "Pero ¿por qué?", Exclamó Hazel. "¿Dónde está mi hermano?" Un silbido llenó la cabina de control. Al principio, pensó Leo los Eidolones estaban de vuelta. Entonces se dio cuenta que el espejo de bronce humeaba sobre la mesa. Ah, mis pobres semidioses. El rostro dormido de Gea apareció en el espejo. Como de costumbre, hablaba sin mover su boca, que sólo podría haber sido más espeluznante si hubiera tenido un muñeco ventrílocuo. Leo odiaba esas cosas. Tuviste tu elección, Gea, dijo. Su voz resonó en la habitación. Parecía venir no sólo del espejo, sino de los muros de piedra también. Leo se dio cuenta de que estaba a su alrededor. Por supuesto. Estaban en la tierra. Habían pasado por muchos problemas con el Argo II para ir por aire y agua, y habían terminado en la tierra de todos modos.

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Le ofrecí la salvación a todos ustedes, Gea, dijo. Podrían haber vuelto. Ahora es demasiado tarde. Ustedes ha llegado a la antiguas tierras donde yo soy más fuerte, donde voy a despertar. Leo sacó un martillo de su cinturón de herramientas. Golpeó el espejo. Al ser de metal, sólo temblaba como una bandeja de té, pero se sentía bien para aplastar la nariz de Gea. — "En caso de que no lo hayas notado, Cara Sucia", dijo, "tu pequeña emboscada fracasó. Sus tres Eidolones han fundidos en bronce, y estamos bien. " Gea se rió en voz baja. Oh, mi dulce Leo. Ustedes tres han sido separados de sus amigos. Ese era el gran plan. La puerta del taller se cerró de golpe. Ustedes están atrapados en mi abrazo, Gea, dijo. Mientras tanto, Annabeth Chase se enfrenta a su muerte sola, aterrorizada y lisiada, de la mano de la mayor enemiga de su madre. La imagen en el espejo cambió. Leo vio Annabeth tendida en el suelo de una caverna oscura, levantando su cuchillo de bronce como si aguardara a un monstruo. Su rostro estaba demacrado. Su pierna estaba envuelta en algún tipo de férula. Leo no podía ver lo que estaba viendo, pero era obviamente algo horrible. Quería creer que la imagen era una mentira, pero tenía un mal presentimiento de que era real y lo que estaba sucediendo en estos momentos. Los otros, Gea dijo Jason Grace, McLean Piper, y mi querido amigo Percy Jackson, perecerán en minutos. La escena cambió de nuevo. Percy estaba sosteniendo Riptide, llevando Jason y Piper por una escalera de caracol hacia la oscuridad. Sus poderes se les traicionan, Gea, dijo. Morirán en sus propios elementos. Yo casi esperaba que sobrevivieran. Ellos hubieran sido un mejor sacrificio. Pero, por desgracia, Hazel y Frank, lo tendrán que hacer. Mis subordinados irán a recogerlos dentro de poco y os traeré al lugar antiguo. La sangre me despertara por fin. Hasta entonces, les permitiré ver sus amigos perecer. Por favor... disfruten de esta última visión de que su misión fracaso. Leo no podía soportarlo. Su mano ardía al rojo vivo. Hazel y Frank estaban a su espalda mientras apretaba su mano contra el espejo que se fundía en un charco de baba bronce. La voz de Gea se quedó en silencio. Leo sólo se oía el rugido de la sangre en sus oídos. Dio un suspiro tembloroso. — "Lo siento", dijo a sus amigos. "Ella me estaba molestando". — "¿Qué vamos a hacer?", Preguntó Frank. "Tenemos que salir y ayudar a los demás". Leo escaneó el taller, ahora cubierto de trozos humeantes de las esferas rotas. Sus amigos aún lo necesitaban. Este seguía siendo su show. Mientras él tenía su cinturón de herramientas, Leo Valdez no iba a sentarse alrededor sin poder hacer nada viendo el Canal Muerte de Semidiós. — "Tengo una idea", dijo. "Pero va a tomar los tres de nosotros."

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Empezó contándoles el plan.

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CAPITULO XLI PIPER

PIPER INTENTABA SACAR LO MEJOR DE LA SITUACIÓN. Una vez que ella y Jason se habían cansado de pasear por la cubierta y escuchar al entrenador Hedge cantar "Old McDonald" (con armas en lugar de animales), decidieron hacer un picnic en el parque. Hedge accedió de mala gana. — "Quédense donde pueda verlos." — "¿Que somos, niños?", Preguntó Jason. Hedge resopló. — "Los niños son las cabras bebé. Son muy cariñosas, y tienen un gran valor social. Definitivamente no son niños”. Extendieron una manta debajo de un sauce junto a un estanque. Piper entregó su cuerno de la abundancia y derramó comida cuidadosamente, toda clase de sándwiches envueltos, bebidas enlatadas, fruta fresca, y (por alguna razón) una torta de cumpleaños con formación de hielo púrpura y las velas ya encendidas. Ella frunció el ceño. — "¿Es el cumpleaños de alguien?" Jason se estremeció. — "Yo no iba a decir nada". — "Jason" — "Hay demasiadas cosas", dijo. "Y honestamente... antes del mes pasado, yo ni siquiera sabía que día era mi cumpleaños. Thalía me lo dijo que la última vez que estuvo en el campamento. " Piper se preguntó cómo sería, ni siquiera saber el día en que naciste. Jason había sido dado a Lupa el lobo cuando tenía sólo dos años de edad. Él nunca había conocido a su madre mortal. Sólo había podido reunirse con su hermana pasado invierno. — "Primero de julio", dijo Piper. "Las calendas de julio". — "Sí". Jason sonrió. "Los romanos reservan este día del para Julio César. Y el día sagrado de Juno. Yippee”. Piper no quería empujarlo, o hacer una fiesta si no tenía ganas de celebrar.

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"¿Dieciséis?", se preguntó ella. Él asintió con la cabeza. — Oh, muchacho. Puedo obtener mi licencia de conducir. " Piper se rió. Jason había matado a tantos monstruos y salvó al mundo tantas veces que la idea de él sudando un examen de conducir parecía ridícula. Ella lo imaginó al volante de un viejo Lincoln con un signo de CONDUCOR ESTUDIANTE en la parte superior y un maestro gruñón en el asiento del copiloto con un pedal de freno de emergencia. — "¿Y bien?", Instó. "Sopla las velas." Jason lo hizo. Piper se preguntó si habría un deseo, espero que él y Piper sobrevivieran esta búsqueda y pudieran permanecer juntos para siempre. Decidió no preguntarle. No quería que mala suerte en lo que deseó, y definitivamente no quería encontrar que él había deseado algo diferente. Desde que salieron de las Columnas de Hércules, ayer por la tarde, Jason parecía distraído. Piper no podía culparlo. Hércules había sido una decepción bastante grande como un hermano mayor, y el antiguo dios del río Aqueloo había dicho algo las cosas poco halagadoras acerca de los hijos de Júpiter. Piper miró el cuerno de la abundancia. Se preguntó si Aqueloo estaba acostumbrando a no tener cuernos en absoluto. Así lo esperaba. Claro, él había tratado de matarla, pero Piper todavía se sentía mal por el dios antiguo. No entendía cómo un solitario, espíritu deprimido podría producir un cuerno de la abundancia que disparara piñas y tortas de cumpleaños. ¿Podría ser que la cornucopia hubiera agotado todo lo bueno de él? Quizás ahora que el cuerno no estaba, Aqueloo se podría llenar con un poco de felicidad y guardarlo para sí mismo. Ella también pensaba en el consejo de Aqueloo: Si llegas a Roma, la historia de la inundación tendría que servir mejor. Ella sabía la historia que estaba hablando. Pero no sabía cómo iba a ayudar. Jason cogió una vela apagada de su pastel. — "He estado pensando." Eso trajo a Piper de vuelta al presente. Viniendo de su novio, he estado pensando era una especie de línea de miedo. — "¿Acerca de?", se preguntó ella. — "Campamento Júpiter", dijo. "Todos los años he entrenado allí. Siempre estábamos impulsando el trabajo en equipo, trabajando como una unidad. Yo pensé que entendía lo que quería decir. ¿Pero honestamente? Yo era siempre el líder. Incluso cuando era el más joven” — "El hijo de Júpiter", dijo Piper. "El niño más poderoso de la legión. Fuiste la estrella”. Jason parecía incómodo, pero él no lo negó.

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— "Estar en este equipo de siete... no estoy seguro de qué hacer. No estoy acostumbrado a ser uno de tantos, bueno, es igual. Me siento como que estoy fallando”. Piper tomó la mano. — "No estamos fallando". — "Estoy seguro que eso era lo que sentía cuando Crisaor nos asaltó", dijo Jason. "He pasado la mayor parte de este viaje noqueado e indefenso". — "Vamos", le reprendió. "Ser un héroe no quiere decir que seas invencible. Sólo significa que eres lo suficientemente valiente para ponerse de pie y hacer lo que se necesita. " — "¿Y si no sé lo que se necesita?" — "Eso es para lo que son los amigos. Todos tenemos diferentes puntos fuertes. Juntos, vamos a averiguarlo”. Jason la miró. Piper no estaba segura de que él entendía lo que estaba diciendo, pero se alegraba de que pudiera al fin confiar en ella. A ella le gustaba que él tenga un poco de dudas. No tuvo éxito todo el tiempo. No creía que el universo le debía una disculpa cuando algo salió mal, a diferencia del otro hijo del dios del cielo que recientemente había conocido. — "Hércules era un idiota", dijo, como si hubiera leído sus pensamientos. "No quiero volverme así. Pero yo no habría tenido el coraje de enfrentarme a él sin que antes hayas tomado la delantera. Fuiste la heroína en ese momento”. — "Podemos tomar turnos", sugerí. — "No te merezco". — "No estás permitido a decir eso". — "¿Por qué no?" — "Es una línea de ruptura. A menos que estés terminando conmigo… " Jason se inclinó y la besó. Los colores de la tarde romana de repente parecían más agudos, como si el mundo hubiera pasado a la alta definición. — "No hay rupturas", prometió. "Puedo haberme roto la cabeza un par de veces, pero yo no soy tan estúpido". — "Bien," dijo. "Ahora, sobre ese pastel" Su voz se quebró. Percy Jackson estaba corriendo hacia ellos, y Piper podía decir por su expresión que traía malas noticias. Se reunieron en cubierta para que el entrenador Hedge pudiera oír la historia. Cuando Percy la contó, Piper todavía no lo podía creer. — "Así que Annabeth fue secuestrada en una moto", resumió ella hacia arriba ", de Gregory Peck y Audrey Hepburn". — "No fue secuestrada, exactamente", dijo Percy. "Pero tengo este mal presentimiento...." Él respiró hondo, como si estuviera tratando de difícilmente de no

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enloquecer. "De todos modos, ella, ella se ha ido. Tal vez no debería haberla dejado, pero…" — "Tenías que hacerlo", dijo Piper. "Sabías que tenía que ir sola. Además, Annabeth es fuerte e inteligente. Ella va a estar bien. " Piper ponía un poco de su hechizo oral en su voz, que tal vez no era genial, pero Percy tenía que ser capaz de concentrarse. Si fuera a una batalla, Annabeth no quisiera que se lastime porque estaba demasiado distraído por ella. Sus hombros se relajaron un poco. — "Tal vez tengas razón. De todos modos, Gregory… Quiero decir… dijo Tiberino teníamos menos tiempo para rescatar a Nico de lo que pensábamos. ¿Hazel y los chicos no han vuelto todavía? " Piper miró la hora en el control del timón. Ella no se había dado cuenta de lo tarde que se estaba volviendo. — "Son las dos de la tarde. Dijimos tres para una cita. " — "A más tardar", dijo Jason. Percy señaló daga de Piper. — "Tiberino dijo que se podía encontrar la ubicación de Nico... ya sabes, con eso". Piper se mordió el labio. Lo último que quería hacer era comprobar Katoptris para más imágenes aterradoras. — "He tratado", dijo. "La daga no siempre muestra lo que quiero ver. De hecho, casi nunca se hace. " — "Por favor", dijo Percy. "Vuelve a intentarlo". Se declaró con esos ojos verde mar, como una foca bebé linda que necesitaba ayuda. Piper alguna vez se preguntó cómo Annabeth había ganado una discusión con este tipo. — "Bien," ella suspiró y sacó su daga. — "Mientras estás en ello", dijo el entrenador Hedge ", vea si puedes obtener los últimos resultados del béisbol. Los italianos no cubren béisbol, frijoles, vale la pena. " — "Shh." Piper estudió la hoja de bronce. La luz brillaba. Vio a un apartamento tipo loft lleno semidioses romanos. Una docena de ellos estaban en pie alrededor de una mesa de comedor, Octavian habló y señaló un mapa grande. Reyna se paseaba junto a la ventana, mirando hacia abajo en el Parque Central. — "Eso no es bueno", murmuró Jason. "Ellos ya han creado una base de avanzada en Manhattan". — "Y ese mapa muestra Long Island", dijo Percy. — "Están explorando el territorio", adivinó Jason. "Hablan de rutas de invasión". Piper no quería ver eso. Se concentró más difícil. La luz se ondulaba a través de la hoja. Vio algunas ruinas… paredes desmoronadas, una sola columna, un piso de piedra cubierta de

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musgo y enredaderas muertas, todo agrupado en una ladera cubierta de hierba salpicado de pinos. — "Yo estaba allí", dijo Percy. "Eso está en el antiguo Foro." La vista hizo zoom a un lado, un conjunto de escaleras había sido excavado, que conducía a una moderna puerta de hierro con un candado. La imagen ampliada de la cuchilla era recta a través de la puerta, por una escalera de caracol, y una cámara oscura, cilíndrica como el interior de un silo de grano. Piper dejó caer la hoja. — "¿Qué pasa?", Preguntó Jason. "Nos está mostrando algo." Piper se sentía como el barco estuviera de vuelta en el océano, balanceándose debajo de sus pies. — "No podemos ir allí." Percy frunció el ceño. — "Piper, Nico se está muriendo. Tenemos que encontrarlo. Y sin decir, Roma está a punto de ser destruida. " Su voz no iba a funcionar. Ella había mantenido esa visión de la sala circular a sí misma durante tanto tiempo, ahora que lo encontró imposible hablar. Tenía la horrible sensación de que explicárselo a Percy y Jason no cambiaría nada. No podía dejar de hacer lo que estaba por suceder. Cogió el cuchillo de nuevo. Su empuñadura parecía más fría que de costumbre. Se obligó a mirar la hoja. Vieron dos gigantes de gladiador armadura sentados en sillas de pretores de gran tamaño. Los gigantes brindaban el uno al otro con copas de oro, como si acabaran de ganar una pelea importante. Entre ellos se encontraba un jarrón de bronce de gran tamaño. La visión fue ampliada de nuevo. En el interior del frasco, Nico di Ángelo estaba acurrucado como una pelota, ya no se movía, todo el semillas de granada estaban comidas. — "Hemos llegado demasiado tarde", dijo Jason. — "No", dijo Percy. "No, no me lo puedo creer. Tal vez ha entrado en un trance profundo para ganar tiempo. Tenemos que darnos prisa. " La superficie de la cuchilla quedó a oscuras. Piper la deslizó en su vaina, tratando de mantener a sus manos que temblaban en control. Ella esperaba que Percy tuviera razón y Nico todavía estuviera vivo. Por otro lado, ella no veía cómo esa imagen relacionada con la visión de la sala de ahogamiento. Tal vez los gigantes brindaban porque ella y Percy y Jason estaban muertos.

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— "Tenemos que esperar a que los demás", dijo. "Hazel, Frank, y Leo debe estar de vuelta pronto." — "No podemos esperar", insistió Percy. El entrenador Hedge gruñó. — "Son sólo dos gigantes. Si ustedes quieren, puedo tomar…” — "Uh, entrenador," dijo Jason, "eso es una gran oferta, pero necesitamos que un hombre en el buque o la nave. Lo que sea. " Hedge frunció el ceño. — "¿Y ustedes tres tienen toda la diversión?" Percy agarró el brazo del sátiro. — "Hazel y los demás lo necesitan aquí. Cuando vuelvan, ellos van a necesitar de tu liderazgo. Usted es su roca”. — "Sí". Jason logró mantener una cara seria. "Leo siempre dice que eres su roca. Usted puede decirles dónde hemos desaparecido y que ande en el buque alrededor hasta encontrar el foro". — "Y aquí." Desató Piper Katoptris y lo puso en las manos del entrenador Hedge. Los ojos del sátiro se ensancharon. Un semidiós nunca dejaba su arma detrás, pero Piper estaba harta de visiones del mal. Ella prefería enfrentarse a su muerte sin ningún adelanto. — "Mantener un ojo sobre nosotros con la cuchilla", sugirió. "Y puedes comprobar los resultados del béisbol." Aquello selló el trato. Hedge asintió con gravedad, dispuesto a hacer su parte para la misión. — — — — —

"Está bien," dijo. "Pero si alguno de los gigantes vienen aquí…" "Siéntete libre de aplastarlos", dijo Jason. "¿Qué sobre los turistas molestos?" "No," dijeron todos al unísono. "Bah. Bien. Eso sí, no tomen demasiado tiempo, o yo voy detrás de ustedes con ballestas en llamas. "

(Página 205)

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CAPITULO XLII PIPER ENCONTRAR EL LUGAR FUE FÁCIL. Percy les llevó derecho al mismo, en un tramo abandonado en una colina mirando las ruinas del foro. Entrar fue fácil también. Espada de oro de Jason cortó el candado y la puerta metálica se abrió. No vieron mortales. No se activaron alarmas. Escalones de piedra en espiral se dirigían hacia abajo en la oscuridad. — "Yo voy primero", dijo Jason. — "¡No!" Gritó Piper. Los dos chicos se volvieron hacia ella. — "Pipes, ¿qué es?", Preguntó Jason. "Esa imagen en la hoja... ya lo has visto antes, ¿verdad?" Ella asintió con la cabeza, con los ojos picadura. — "Yo no sabía cómo decírtelo. Vi la habitación de allí llenándose de agua. Vi a los tres ahogándonos". Jason y Percy fruncieron el ceño. — "No me puedo ahogar", dijo Percy, aunque sonaba como si estuviera haciendo una pregunta. — "Tal vez el futuro ha cambiado", especuló Jason. "En la imagen que nos mostró hace un momento, no había agua”. Piper deseaba que él tuviera razón, pero sospechaba que no sería tan afortunado. — "Mira", dijo Percy. "Voy a echarle un vistazo primero. Está bien. Vuelvo enseguida”. Antes de Piper podría objetar, él desapareció por el hueco de la escalera. Contó en silencio mientras esperaban que volviera. En algún momento después de llegar a treinta y cinco, oyó sus pasos, y apareció en la parte superior, aunque parecía más desconcertado que aliviado. — "Buenas noticias: no hay agua", dijo. "Malas noticias: no veo ninguna salida por allí. Y, uh, noticias raras: Bueno, deberíamos haber previsto eso.... " Bajaron con cuidado. Percy se puso por delante con Riptide brillando. Piper seguido, y Jason caminaba detrás de ella, cuidando sus espaldas. La escalera era un sacacorchos estrecho de mampostería, no más de dos metros de diámetro. Incluso aunque Percy había dado el "todo

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despejado", Piper mantuvo sus ojos abiertos por trampas. Con cada vuelta de la escalera, anticipaba una emboscada. Ella no tenía ninguna arma, sólo el cuerno de la abundancia en un cordón de cuero al hombro. Si las cosas se ponían mal, las espadas de los chicos no harían mucho bien en este lugar tan angosto. Tal vez Piper podía disparar a sus enemigos con jamones ahumados a alta velocidad. A medida que se abrieron paso bajo tierra, Piper vio pintados en las piedras grafitis y dibujos: números romanos, nombres y frases en italiano. Eso significaba que otras personas habían estado aquí más recientemente que el Imperio Romano, pero Piper no se tranquilizó. Si los monstruos estaban debajo, habrían de ignorar los mortales, esperando unos semidioses jugosos que lleguen solos. Finalmente, llegaron a la parte inferior. Percy se volvió. — "Cuidado con este último paso." Se puso en el suelo de la habitación cilíndrica, que estaba cinco metros por debajo de la escalera. ¿Por qué alguien diseñaría un sistema de escaleras así? Piper no tenía ni idea. Tal vez la habitación y el hueco de la escalera había sido construido durante diferentes períodos de tiempo. Quería dar media vuelta y salir, pero no podía hacer eso con Jason detrás de ella, y no podía dejar Percy ahí abajo. Ella caminó hacia abajo, y siguió a Jason. La habitación era justo como lo había visto en la hoja Katoptris, excepto que no había agua. Las paredes curvadas habían sido pintadas con colores frescos, que se desvanecieron ahora solo había cascaras de pintura blanca y de colores. El techo abovedado estaba unos cincuenta metros más arriba. Alrededor de la parte de atrás de la sala, frente a la escalera, nueve alcobas estaban talladas en la pared. Cada nicho era de unos cinco metros desde el suelo y lo suficientemente grande para una estatua de tamaño humano, pero cada uno estaba vacío. El aire era frío y seco. Y como Percy había dicho, no había otras salidas. — "Está bien." Percy levantó las cejas. "Esta es la parte extraña. Vean”. Se hizo a la mitad de la habitación. Al instante, una luz verde y azul ondulaba a través de las paredes. Piper escuchó el sonido de una fuente, pero no había agua. No parecía haber ninguna fuente de luz a excepción de las hojas de Percy y Jason. — "¿Hueles el océano?", Preguntó Percy. Piper no se había dado cuenta al principio. Ella estaba de pie al lado de Percy, y siempre olía a mar. Pero él tenía razón.

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El olor del agua salada y de la tormenta estaba cada vez más fuerte, como los huracanes que se acercan en verano. — "¿Una ilusión?", Preguntó ella. De repente, se sintió extrañamente sedienta. — "No lo sé", dijo Percy. "Siento que debería haber agua aquí, mucha agua. Pero no hay nada. Nunca he estado en un lugar como este”. Jason se trasladó a la fila de nichos. Tocó el estante inferior de la más cercana, que estaba justo a su nivel del ojo. — "Esta piedra... está integrada con conchas marinas. Este es un ninfeo. " Boca Piper se secaba definitivamente. — "¿Un qué?" — "Tenemos uno en el Campamento Júpiter", dijo Jason, "en Temple Hill. Se trata de un santuario dedicado a las ninfas. " Piper pasó la mano por la parte inferior de otro nicho. Jason tenía razón. La alcoba estaba tachonada con caracoles, caracolas y conchas de peregrino. Las conchas marinas parecían bailar en la luz acuosa. Eran heladas al tacto. Piper siempre había pensado en las ninfas como amigables espíritus tontos y coquetos, generalmente inofensivos. Se llevaban bien con los hijos de Afrodita. Les encantaba compartir consejos de belleza y chismes. Este lugar, sin embargo, no se sentía como el lago de canoas en el Campamento Mestizo, o los arroyos en los bosques donde normalmente se reunían Piper y las ninfas. Este lugar se sentía no natural, hostil y muy seco. Jason dio un paso atrás y examinó la hilera de nichos. — "Santuarios como este estaban por todos lados en la antigua Roma. Los ricos los tenían fuera de sus casas y adorar a las ninfas, para asegurarse de que el agua local este siempre fresca. Algunos santuarios eran construidos alrededor de manantiales naturales, pero la mayoría estaban hechos por el hombre. " — "Así que... las ninfas nunca vivieron aquí", se preguntó Piper esperanzado. — "No estoy seguro", dijo Jason. "Este lugar donde estamos parados habría sido una piscina con una fuente. Muchas veces, si el ninfeo pertenecía a un semidiós, que invitaba a las ninfas a que se mudaran allí. Si los espíritus se instalaban, se consideraba buena suerte”. — "Para el propietario," Percy adivinado. "Pero también las ninfas se unían a la pileta, lo que era bueno si la fuente se encontraba en un parque soleado agradable, con agua fresca bombeada a través de los acueductos…" — "Pero este lugar ha estado bajo tierra durante siglos", adivinó Piper. "Seco y enterrado. ¿Qué pasaría con las ninfas? " El sonido del agua cambió a un coro de silbidos, como serpientes fantasmales. La luz cambió de la ondulación del mar azul y el verde a la cal púrpura y enfermiza. Por encima de ellos, los nueve nichos brillaban. Ya no estaban vacíos.

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De pie en cada una había una marchita vieja, tan seca y quebradiza que recordó a Piper las momias, excepto que las momias no se movían normalmente. Sus ojos eran de color púrpura oscuro, como si el agua azul clara de su fuente de vida estuviera condensada y capturada dentro de ellos. Sus vestidos de seda fina ahora estaban hechos jirones y se desvanecía. Su pelo había sido apilado en rizos, dispuestas con joyas en el estilo de mujeres de la nobleza romana, pero ahora sus mechones estaban desaliñados y secos como paja. Si los caníbales del agua existían en realidad, Piper pensó, que se parecerían a esto. — "¿Qué pasaría con las ninfas?", Dijo a la criatura en el nicho central. Ella estaba en una situación aún peor que las demás. Tenía la espalda encorvada como el mango de una jarra. Sus manos esqueléticas tenían sólo la capa muy delgada de piel parecida al papel. En su cabeza, una corona de laureles de oro maltratada brillaba en su pelo desarreglado. Fijó sus ojos púrpuras en Piper. — "Qué pregunta tan interesante, querida. Tal vez las ninfas seguirían estando aquí, sufriendo, a la espera de venganza. " La próxima vez que tuviera la oportunidad, Piper juró que haría fundir a Katoptris y venderla como chatarra. El cuchillo estúpido nunca le mostraba toda la historia. Claro, había visto a sí misma ahogándose. Pero si ella se había dado cuenta de que nueve desecadas ninfas zombies estarían esperando por ella, nunca hubiese bajado hasta allí. Consideró correr para las escaleras, pero cuando se dio la vuelta, la puerta había desaparecido. Naturalmente. Nada era pero, ahora había una pared en blanco. Piper sospechaba que no era más que una ilusión. Además, ella nunca podría haber llegado al otro lado de la habitación sin que las ninfas zombies le saltaran enzima. Jason y Percy se pusieron a ambos lados de ella, con las espadas listas. Piper estaba contento de tenerlos cerca, pero sospechaba que sus armas no les servirían de nada. Había visto lo que pasaría en esta habitación. De alguna manera, estas cosas iban a derrotarlos. — "¿Quién eres tú?" Exigió Percy. La ninfa Central volvió la cabeza. — "Ah... nombres. Una vez tuvimos nombres. ¡Yo era Hagno, la primera de las nueve! " Piper pensó que era una broma cruel que una bruja como ella sea nombrada Hagno, pero decidió no decir eso. — "Las nueve", repitió Jason. "Las ninfas de este santuario. Siempre había nueve nichos”. — "Por supuesto". Hagno enseñó los dientes en una sonrisa cruel. "Pero somos las nueve originales, Jason Grace, los que asistieron al nacimiento de su padre. " Espada de Jason se apago por un instante. — "¿Te refieres a Júpiter? ¿Estaban allí cuando nació? "

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— "Zeus, se llamaba entonces", dijo Hagno. "Un cachorro tan pequeño. Asistimos a Rhea en el parto. Cuando el bebe nació, lo escondimos para que su padre, Cronos, no se lo coma. ¡Ah, tenía los pulmones, ese bebé! Hicimos todo lo que pudimos para ahogar su ruido y que cronos no lo encontrara. Cuando Zeus creció, se nos prometió honores eternos. Pero eso estaba en el viejo país, en Grecia. " Las otras ninfas gemían y arañaban sus nichos. Parecían estar atrapadas en ellos, Piper se dio cuenta, era como si sus pies estuvieran pegados a la piedra junto con las conchas decorativas. — "Cuando Roma tomo el poder, nos invitaron aquí", dijo Hagno. "Un hijo de Júpiter nos tentó con favores. Una nueva casa, prometió. ¡Más grande y mejor! Sin pago inicial, un excelente barrió. Roma va a durar para siempre. " — "Para Siempre", susurraron las otras. "Cedimos a la tentación", dijo Hagno. "Salimos de nuestros pozos y manantiales sencillos en el monte Liceo y nos mudamos aquí. ¡Durante siglos, nuestras vidas eran una maravilla! Fiestas, sacrificios en nuestro honor, vestidos y joyas nuevas cada semana. Todos los semidioses de Roma coqueteaban con nosotras y nos honraban". Las ninfas gimieron y suspiró. — "Pero Roma no duró," gruñó Hagno. "Los acueductos fueron desviados. Nuestra villa maestra fue abandonada y llevada hacia abajo. Nos olvidaron, sepultadas bajo la tierra, pero no podíamos salir. Nuestras fuentes de vida estaban ancladas a este lugar. Nuestro viejo maestro nunca tuvo la bondad de liberarnos. Durante siglos, nos hemos marchitado aquí en la oscuridad, con sed... mucha sed. " Las otras se clavaban las uñas en la boca. Piper sintió que su propia garganta se cerraba. — "Lo siento por ti", dijo ella, tratando de usar su Hechizo oral. "Debe haber sido terrible. Pero nosotros no somos sus enemigos. Si podemos ayudarlas…" — "¡Oh, una voz tan dulce!", Exclamó Hagno. "Estas hermosas facciones. Una vez fui joven como tú. Mi voz era tan suave como un arroyo de montaña. Pero, ¿sabes lo que pasa en la mente de una ninfa, cuando ella se encuentra atrapada en la oscuridad, sin nada para alimentarse, pero con odio, sin nada de beber pero con pensamientos de violencia? Sí, querida. Usted nos puede ayudar”. Percy levantó la mano. — "Uh... yo soy el hijo de Poseidón. Tal vez pueda convocar a una nueva fuente de agua”. — "¡Ja!", Exclamó Hagno, y los otros ocho se hizo eco: "¡Ja! ¡Ja! " — "De hecho, el hijo de Poseidón", dijo Hagno. "Conozco a tu padre muy bien. Efialtes y Otis prometieron que ibas a venir. " Piper le puso la mano en el brazo de Jason para equilibrarse.

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— "Los gigantes", dijo. "¿Están trabajando para ellos?" — "Ellos son nuestros vecinos". Hagno sonrió. "Sus cámaras están más allá de este lugar, donde el agua del acueducto fue desviada, para los juegos. Una vez que nos hayamos ocupado de... una vez que nos han ayudado... los gemelos han prometido que se no sufriremos de nuevo. " Hagno volvió hacia Jason. — "Tú, hijo de Júpiter por la traición horrible de su predecesor, que nos ha traído aquí, deberás pagar. Sé sobre los poderes del dios del cielo. ¡Yo lo crié cuando era un bebé! Hace tiempo, las ninfas controlaban la lluvia por encima de nuestros pozos y manantiales. Cuando terminemos con usted, vamos a tener ese poder de nuevo. Y Percy Jackson, hijo del dios del mar... de ti, vamos a tomar agua, un suministro interminable de agua”. — "¿Interminable?" Lanzó los ojos de Percy de una ninfa a la otra. "Eh... mira, yo no sé nada sobre Interminable. Pero tal vez podría ahorrar unos cuantos litros”. — "Y tú, Piper McLean." Los ojos morados de Hagno brillaron. "Tan joven, tan hermosa, tan dotada con su dulce voz. De vos, vamos a recuperar nuestra belleza. Hemos guardado nuestros últimos esfuerzos de vida para este día. Estamos con mucha sed. ¡De ustedes tres, vamos a beber! " Los nueve nichos brillaron. Las ninfas desaparecieron, y el agua empezó a brotar de sus alcobas, enfermiza agua oscura, como el petróleo.

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CAPITULO XLIII PIPER

PIPER NECESITABA UN MILAGRO, no un cuento para dormir. Pero en ese momento, de pie en estado de shock mientras el agua se derramaba alrededor de sus piernas, recordó la leyenda que Aqueloo había mencionado, la historia de la inundación. No la historia de Noé, la versión Cherokee que su padre le contaba, con los fantasmas que bailaban y el esqueleto de perro. Cuando era pequeña, se acurrucaba junto a su padre en su sillón grande. Miraban por las ventanas de la costa de Malibú, y su padre le contaba la historia que había oído de su abuelo Tom en la reserva de Oklahoma. — "Este hombre tenía un perro", decía su padre para empezar. — "¡No se puede iniciar una historia de esa manera!" Protestaba Piper. "Hay que decir Había una Vez." Papá se rió. — "Pero esta es una historia Cherokee. Son bastante sencillas. Así que, de todos modos, este hombre tenía un perro. Cada día el hombre llevaba a su perro a la orilla del lago a buscar agua, y el perro ladraba furiosamente al lago, como si estuviera enojado con él”. — "¿Lo estaba?" — "Ten paciencia, cariño. Finalmente el hombre se enfadó mucho con su perro por ladrar mucho, y lo regañó. ¡Perro malo! Deja de ladrar en el agua. ¡No es más que agua! Para su sorpresa, el perro lo miró directamente a él y comenzó a hablar." — "Nuestro perro puede decir Gracias", ofreció Piper. "Y puede ladrar". — "Más o menos", dijo su padre estuvo de acuerdo. "Pero este perro habló frases enteras. El perro dijo: Un día, pronto, las tormentas van a venir. Las aguas se levantarán, y todos se ahogarán. Podrías salvarse y su familia mediante la construcción de una balsa, pero primero que tendrá que sacrificarme. Me tienes que tirar al agua.” — "¡Eso es terrible!", Dijo Piper. "¡Yo nunca ahogaría a mi perro!" — "El hombre dijo probablemente la misma cosa. Pensó que el perro estaba mintiendo, quiero decir, una vez superado el shock que su perro pudiera hablar. Cuando protestó, el perro dijo: Si no me crees, mira la nuca de mi cuello. Yo soy ya está muerto.” — "¡Eso es triste! ¿Por qué me cuentas esto? " — "Porque me lo pediste," su papá le recordó. Y, en efecto, algo acerca de la historia fascinaba a Piper. Ella la había oído docenas de veces, pero seguía pensando en ella. "De todos modos", dijo su padre, "el hombre agarró al perro por la piel de su cuello y

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vio que su piel y su pelo ya estaban separadas. Debajo había nada más que huesos. El perro era un perro esqueleto. " "Desagradable". "Estoy de acuerdo. Así que con lágrimas en los ojos, el hombre le dijo adiós a su molesto perro esqueleto y lo arrojó al agua, donde rápidamente se hundió. El hombre construyó una balsa, y cuando vino el diluvio, sobrevivió él y su familia”. "Sin el perro". "Sí. Sin el perro. Cuando la lluvia amainó y aterrizó la balsa, el hombre y su familia eran los únicos vivos. El hombre oyó ruidos procedentes del otro lado de una colina, como de miles de personas riendo y bailando, pero cuando corrió a la parte superior de ésta, por desgracia, más abajo no vio nada excepto huesos esparcidos por el suelo, miles de esqueletos de todas las personas que habían muerto en el diluvio. Se dio cuenta de que los fantasmas de los muertos habían estado bailando. Ese fue el sonido que había oído”.

Piper esperaba. — "¿Y?" — "Y, nada. El final”. — "¡No se puede acabar con ella de esa manera! ¿Por qué los fantasmas estaban bailando? " — "No lo sé", dijo el papá. "Tu abuelo nunca sintió la necesidad de explicar. Tal vez los fantasmas estaban felices de que una familia haya sobrevivido. Tal vez estaban disfrutando de la vida futura. Son fantasmas. ¿Quién puede decir? " Piper estaba muy insatisfecha con eso. Tenía tantas preguntas sin respuesta. ¿La familia nunca encontró otro perro? Obviamente, no todos los perros se habían ahogado, porque ella misma tenía un perro. No podía deshacerse de la historia. Nunca miró a los perros de la misma manera, preguntándose si alguno de ellos podría ser un perro esqueleto. Y ella no entendía por qué la familia tenía que sacrificar a su perro para sobrevivir. Sacrificarse por tu familia parecía algo noble, algo muy parecido a lo que el perro había hecho. Ahora, en el ninfeo en Roma, el agua oscura se elevaba hasta la cintura, Piper se preguntó por qué el dios del río Aqueloo había mencionado esa historia. Deseó tener una balsa, pero ella temía que ella era más como el perro esqueleto. Ya estaba muerta.

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CAPITULO XLIV PIPER LA CUENCA SE RELLENABA A UNA VELOCIDAD ALARMANTE. Piper, Jason, y Percy golpeaba en las paredes, en busca de una salida, pero se encontraban con nada. Subieron a las alcobas para ganar algo de altura, pero con agua saliendo de cada nicho, era como tratar de equilibrarse al borde de una cascada. A pesar de que Piper estaba en un nicho, el agua estaba pronto hasta sus rodillas. El piso, estaba probablemente a ocho pies de profundidad y llenándose rápido. — "Yo podría tratar con un rayo", dijo Jason. "¿Tal vez la explosión de un agujero en el techo?" — "Eso podría reducir toda la habitación y aplastarnos", dijo Piper. — "O electrocutarnos", agregó Percy. — "No hay muchas opciones", dijo Jason. — "Déjame buscar en el fondo", dijo Percy. "Si este lugar se construyó como una fuente, tiene que haber una manera de drenar la cosa. Ustedes, comprueben los nichos por salidas secretas. Tal vez las conchas marinas son botones, o algo así." Era una idea desesperada, pero Piper estaba contenta de hacer algo. Percy saltó en el agua. Jason y Piper pasaron de nicho a nicho, pateando y empujando, moviendo conchas marinas incrustadas en la piedra, pero no tuvieron suerte. Más pronto de lo esperado Piper, Percy salió a la superficie, jadeando y agitándose. Ella le ofreció su mano, y él casi la tiró antes de que ella pudiera ayudarle a levantarse. — "No podía respirar", se atragantó él. "El agua... no es normal. Apenas pude volver. " La fuerza de vida de las ninfas, Piper pensaba. Estaba envenenada y lo maliciosa, incluso un hijo del dios del mar no podía controlarlo. A medida que el agua se elevó a su alrededor, Piper se sintió demasiado afectada. Los músculos de sus piernas temblaban como si hubiera estado caminando durante millas. Sus manos se volvieron arrugadas y secas, a pesar de estar en el medio de una fuente. Los chicos se movieron lentamente. El rostro de Jason estaba pálido. Parecía estar teniendo problemas para mantener su espada. Percy se mantenía empapado y tiritando. Su pelo no parecía tan oscuro, como si el color se estuviera drenando. — "Están tomando nuestro poder", dijo Piper. "Nos Drenan". — "Jason", Percy tosió, "haz el trueno". Jason levantó la espada. La sala retumbó, no apareció un rayo. El techo no se rompió. En su lugar, una miniatura tormenta se formó en la parte superior de la cámara. La lluvia caía, llenando la fuente aún más rápido, pero no era lluvia normal. La cosa era tan oscura como el agua de la piscina. Cada gota picaba la piel de Piper.

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— "No es lo que yo quería", dijo Jason. El agua estaba hasta su cuello ahora. Piper podía sentir como su fuerza vital se desvanecía. La historia del abuelo de Tom sobre los caníbales del agua era cierta. Las ninfas malas robarían su vida. — "Vamos a sobrevivir", murmuró para sus adentros, pero su hechizo oral no podía ayudarla a salir de ésta. Pronto el agua venenosa taparía sus cabezas. Ellos tendrían que nadar, y esta cosa les paralizaba. Ellos se ahogarían, al igual que en las visiones que había visto. Percy comenzó a empujar el agua con el dorso de la mano, como si estuviera espantando un perro malo. — "¡NO PUEDO…no puede controlarlo!" Tendrás que sacrificarme, como el perro esqueleto había dicho en la historia. Me tienes que tirar al agua. Piper se sentía como si alguien le hubiera agarrado la piel del cuello y expuesto sus huesos. Ella se aferró a su cornucopia. — "No podemos luchar contra esto", dijo. "Si combatimos, sólo nos haremos más débiles." — "¿Qué quieres decir?", Gritó Jason durante la lluvia. El agua le llegaba a la barbilla. Unos centímetros más, y que tendrían que nadar. Pero el agua no estaba a medio camino del techo todavía. Piper esperaba que significara que aún tenía tiempo. — "El cuerno de la abundancia", dijo. "Tenemos sobrecargar a las ninfas con agua fresca, les daremos más de lo que puedan utilizar. Si somos capaces de diluir esta cosa venenosa…" — "¿Puede el cuerno hacer eso?" Percy luchaba para mantener la cabeza fuera del agua, lo que obviamente era una experiencia nueva para él. Parecía asustado en su interior. — "Sólo con tu ayuda." Piper estaba empezando a entender cómo funcionaba la bocina. Las cosas buenas que produjo no surgieron de la nada. Sólo había podido enterrar a Hércules en el supermercado cuando ella se había concentrado en todas sus experiencias felices con Jason. Para crear agua dulce limpia suficiente para llenar esta habitación, tenía que ir aún más profundo, tocar sus emociones aún más. Por desgracia, estaba perdiendo la capacidad de concentración. — "Necesito que canalicen, ambos, todo lo que puedan en la cornucopia", dijo. "Percy, piensa en el mar." — "¿Agua salada?"

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— "¡Eso no importa! Mientras que está limpia. Jason, piensa en las tormentas de lluvia, mucho más. Ambos mantendrán el cuerno de abundancia”. Se acurrucaron juntos mientras el agua los levantaba de sus repisas. Piper intentó recordar las lecciones de seguridad de su papá le había dado cuando había empezado a practicar surf. Para ayudar a alguien que se está ahogando, pones tu brazo alrededor de ellos por la espalda y haz patadas con las piernas adelante tuyo, moviéndote hacia atrás como si estuvieras nadando al revés. No estaba segura de si la misma estrategia podría funcionar con dos personas, pero ella puso un brazo alrededor de cada chico y trató de mantener que se mantuvo a flote el cuerno de la abundancia entre ellos. No pasó nada. La lluvia caía a montones, todavía oscura y ácida. Piper se sentía las piernas como plomo. El agua se arremolinaba en aumento, amenazando con tirarlos abajo. Podía sentir su fuerza desvaneciéndose. — "¡No está funcionando!", Gritó Jason, escupiendo agua. — "Estamos llegando a ninguna parte", coincidió Percy. — "Hay que trabajar juntos", exclamó Piper, esperando tener razón. "Ambos piensen en agua limpia en una tormenta. No guarden nada. Imaginen todo su poder, toda su fuerza dejándolos. " — "¡Eso no es difícil!", Dijo Percy. — "¡Pero la fuerza hacia fuera!", Dijo. "Ofrezcan a todo, al igual que… como si estuvieran muertos, y su único objetivo es ayudar a la ninfas. Tiene que ser un regalo... un sacrificio”. Se hizo el silencio en la palabra. — "Vamos a intentarlo otra vez", dijo Jason. "Juntos". Esta vez Piper se inclinó toda su concentración hacia el cuerno de la abundancia también. Las ninfas querían su juventud, su vida, ¿Su voz? Bien. Se lo entregaría voluntariamente y se imaginó todo su poder saliendo de ella como una inundación. Yo ya estoy muerta, se dijo, tan tranquila como el perro esqueleto. Esta es la única manera. Agua clara atacó desde el cuerno con tal fuerza, que los empujó contra la pared. La lluvia cambió a un blanco torrente, tan limpia y fría, que hizo jadear Piper. — "¡Funciona!", Exclamó Jason. — "Muy bien", dijo Percy. "¡Estamos llenando la habitación incluso más rápido!" Él tenía razón. El agua subió tan rápido, que el techo estaba ahora a tan sólo unos metros de distancia. Piper podría haber alcanzado y tocado las nubes de lluvia en miniatura. — "¡No te detengas!", Dijo. "Hay que diluir el veneno hasta que las ninfas sean limpiadas". — "¿Y si no pueden ser limpiadas?", se preguntó Jason. "Ellas han estado aquí abajo volviéndose malas por más de un siglo".

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— "Solo no te detengas", dijo Piper. "Da todo. Incluso si nos hundimos…" Su cabeza golpeó el techo. Las nubes de lluvia se disiparon y se fundieron en el agua. El cuerno de la abundancia seguía mandando un torrente masivo de agua limpia. Piper tiró a Jason mas cerca y la besó. — "Te amo", dijo. Las palabras simplemente salieron de ella, como el agua de la cornucopia. Ella no podía decir cuál fue su reacción: porque entonces estaban bajo el agua. Ella contuvo el aliento. La corriente rugía en sus oídos. Las burbujas se arremolinaban a su alrededor. Luz todavía recorría el ambiente, y Piper se sorprendió de que pudiera ver. ¿Estaba el agua cada vez más clara? Sus pulmones estaban a punto de estallar, pero Piper vertió su energía en la cornucopia. Agua corriente continuó saliendo, aunque no había espacio para más. ¿Los muros se romperían bajo la presión? La visión de Piper quedó a oscuras. Ella pensó que el rugido en sus oídos era su propio latido del corazón muriendo. Entonces se dio cuenta de que la habitación estaba temblando. El agua se arremolinaba más rápido. Piper sintió que se hundía. Con sus últimas fuerzas, dio una patada hacia arriba. Su cabeza salió a la superficie y se quedó sin aliento. El cuerno de la abundancia detuvo. El agua se drenaba casi tan rápido como había llenado la habitación. Con un grito de alarma, Piper se dio cuenta de que los rostros de Percy y Jason estaban todavía debajo del agua. Ella les levanto. Al instante, Percy tragó saliva y empezó a golpear, pero Jason era tan inerte como una muñeca de trapo. Piper se aferró a él. Ella gritó su nombre, lo sacudió y le dio una bofetada. Apenas se dio cuenta de que toda el agua se había evaporado y estaban en el suelo húmedo. — "Jason" Ella trató desesperadamente de pensar. ¿Debía darlo vuelta? ¿Darle palmadas en la espalda? — "Piper", dijo Percy, "Yo puedo ayudar". Se arrodilló junto a ella y le tocó la frente de Jason. El agua salía a borbotones de la boca de Jason. Sus ojos se abrieron de golpe, y un trueno echó hacia atrás a Percy y Piper. Cuando la visión de Piper se aclaró, vio a Jason sentado, todavía jadeando, pero el color volvía en su rostro. — "Lo siento", tosió. "No quise…"

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Piper lo derribó con un abrazo. Ella le habría besado, pero no quería asfixiarlo. Percy sonrió. — "En caso de que te estés preguntando, era agua limpia la que había en los pulmones. La podía hacer salir sin problema". — "Gracias, hombre." Jason le apretó la mano débilmente. "Pero creo que Piper es el verdadero héroe. Ella nos salvó a todos. " Sí, lo hizo, una voz resonó en la sala. Los nichos brillaban. Nueve figuras aparecieron, pero ya no eran criaturas marchitas. Eran jóvenes, ninfas hermosas en trajes brillantes azules, con sus rizos negros brillantes agarrados con broches de plata y oro. Sus ojos eran suaves tonos de azul y verde. Mientras Piper las miró, ocho de las ninfas se disolvieron en vapor y flotaron hacia arriba. Sólo la ninfa en el centro se mantuvo. — "¿Hagno?", se preguntó Piper. La ninfa sonrió. — "Sí, querida. No pensé que existía tal desinterés en los mortales... sobre todo en semidioses. Sin ofender". Percy se puso de pie. — "¿Cómo podemos tomarlo como ofensa? Sólo trató de ahogarnos y succionarnos la vida”. Hagno hizo una mueca. — "Lo siento. No era yo misma. Pero tú me has recordado al sol y la lluvia y los arroyos en los prados. Percy y Jason, gracias a ti, recordé el mar y el cielo. Estoy limpia. Y sobre todo, gracias a Piper. Ella compartió algo aún mejor que el agua clara". Hagno volvió hacia ella. "Tienes una naturaleza buena, Piper. Y yo soy un espíritu de la naturaleza. Sé de lo que estoy hablando. " Hagno señaló al otro lado de la habitación. Las escaleras a la superficie volvieron a aparecer. Directamente por debajo, una circular apertura cobró vida, como una tubería de alcantarillas, apenas lo suficientemente grande para gatear por ella. Piper sospechaba que fue así como el agua se había drenado. — "Pueden volver a la superficie", dijo Hagno. "O, si insisten, puede seguir la vía fluvial a los gigantes. Elijan rápidamente, debido a que ambas puertas se desvanecerán pronto después de que me haya ido. Ese tubo se conecta a la línea de acueducto viejo, que alimenta tanto este ninfeo y el hipogeo que los gigantes llaman casa". — "Ugh." Presionado Percy en las sienes. "Por favor, no hay palabras más complicadas". — "Oh, Hogar no es una palabra complicada". Hagno sonaba completamente sincera. "Yo pensaba que lo era, pero ahora nos han liberado de este lugar. Mis hermanas han ido a

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buscar nuevos hogares... unos arroyos de montaña, tal vez, o un lago, en una pradera. Las voy a seguir. No puedo esperar a ver los bosques y praderas de nuevo, y el agua clara corriendo”. — "Uh", dijo Percy nerviosamente, "las cosas han cambiado en la superficie en estos últimos miles de años." — "Tonterías", dijo Hagno. "¿Qué tan malo puede ser? Pan no permitiría que la naturaleza se contamine. No puedo esperar a verle, de hecho. " Percy miró como si quisiera decir algo, pero se contuvo. — "Buena suerte, Hagno", dijo Piper. "Y gracias." La ninfa le sonrió por última vez y se vaporiza. En resumen, el ninfeo brillaba con una luz más suave, como una luna llena. Piper olía a especias exóticas y a conjuntos de rosas. Ella oyó música y las voces distantes felices hablando y riendo. Supuso que estaba oyendo cientos de años de fiestas y celebraciones que se habían celebrado en este santuario en la antigüedad, como si los recuerdos hubieran sido liberados junto con los espíritus. — "¿Qué es eso?", Preguntó Jason con nerviosismo. Piper deslizó su mano a la suya. — "Los fantasmas están bailando. Vamos. Será mejor que vallamos al encuentro con los gigantes. "

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CAPITULO XLV PERCY PERCY ESTABA CANSADO DE AGUA. Si lo decía en voz alta, probablemente lo echarían de Scouts Marinos junior de Poseidón, pero no le importaba. Después de sobrevivir a duras penas el ninfeo, quería volver a la superficie. Quería estar seco y sentir el cálido sol durante mucho tiempo, de preferencia con Annabeth. Desafortunadamente, él no sabía dónde estaba Annabeth. Frank, Hazel, y Leo estaban desaparecidos en combate. Todavía tenía que salvar Nico di Ángelo, suponiendo que el tipo no estuviera muerto. Y les tenía que importar unos poros gigantes tratando de destruir Roma, despertar a Gea, y apoderarse del mundo. En serio, estos monstruos y dioses tenían miles de años. ¿No podían tomarse unas décadas y dejar a Percy vivir en paz su vida? Al parecer, no. Percy tomó la delantera cuando se arrastraban por el tubo de drenaje. Después de diez metros, se abrió en un túnel más ancho. A su izquierda, en algún lugar a lo lejos, Percy escuchaba retumbos y crujidos, como una enorme máquina necesitara de lubricación. No tenía absolutamente ningún deseo de saber lo que estaba haciendo ese sonido, así que pensó que debían seguir el camino. Varios cientos de metros más adelante, llegaron a un recodo del túnel. Percy levantó la mano, señalando a Jason y Piper que esperaran. Se asomó por la esquina. El pasillo desembocaba en una amplia sala de veinte pies de altura y filas de columnas de soporte. Parecía que la misma área del estacionamiento subterráneo que Percy había visto en sus sueños, pero ahora mucho más llena de cosas. El crujido y estruendo provenía de enormes engranajes y sistemas de poleas que subían y bajaban las secciones de la planta sin ninguna razón aparente. El agua fluía a través de zanjas abiertas (oh, genial, más agua), proveyendo alimentación a las ruedas hidráulicas que movían algunas de las máquinas. Otras máquinas estaban conectadas a ruedas de hámster enormes con perros del infierno en el interior. Percy no podía dejar de pensar en la señora O'Leary, y lo mucho que le hubiera gustado estar atrapada en el interior de una de esas. Colgado del techo había jaulas de animales vivos con un león, varias cebras, una manada entera de de hienas, y hasta una hidra de ocho cabezas. Correas transportadoras de cuero y bronce con un aspecto antiguo transportaban montones de armas y armaduras, una especie de almacén como el de las amazonas en Seattle, excepto que este lugar era obviamente mucho más antiguo y no tan bien organizado.

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A Leo le encantaría, pensó Percy. Toda la habitación era como una enorme, máquina de miedo, poco fiable. — "¿Qué es eso?" Susurró Piper. Percy no estaba seguro de cómo responder. No vio a los gigantes, por lo que hizo un gesto a sus amigos de que se asomarán para echar un vistazo. Cerca de veinte pies adentro de la puerta, un contorno de tamaño natural de madera de un gladiador apareció desde el suelo. Hizo click y zumbó a lo largo de una cinta transportadora, se enganchó en una cuerda, y ascendió a través de una ranura en el techo. Jason murmuró: — "¿Qué diablos?" Entraron. Percy escaneó la habitación. Había varias miles de cosas que ver, la mayoría de ellas en movimiento, un buen aspecto de un semidiós con TDHA es que se siente comodo con el desorden. Alrededor de cien metros de distancia, vio a un estrado con dos sillas vacías de pretor de gran tamaño. De pie entre ellos había un jarrón de bronce lo suficientemente grande como para mantener a una persona. — "Mira." Él señaló a sus amigos. Piper frunció el ceño. — — — —

"Eso es demasiado fácil". "Por supuesto", dijo Percy. "Pero no tenemos otra opción", dijo Jason. "Tenemos que salvar a Nico." "Sí". Percy comenzó a caminar por la habitación, buscando su camino alrededor de las cintas transportadoras y las plataformas móviles.

Los perros del infierno en las ruedas de hámster no les prestaron atención. Estaban demasiado ocupados corriendo y jadeando, sus ojos color rojos brillaban como faros. Los animales en las otras jaulas tenían un aspecto aburrido, como si dijeran, te mataría, pero tomaría demasiada energía. Percy intentó tener cuidado con las trampas, pero aquí todo se parecía a una trampa. Recordó cuántas veces había estado a punto de morir en el laberinto unos años atrás. Él realmente deseaba que Hazel estuviera aquí para que pudiera ayudarla con sus habilidades de ubicación (y por supuesto para que pudiera reunirse con su hermano). Saltó una zanja de agua y se metió debajo de una fila de lobos enjaulados. Estaban a mitad del camino para llegar a la jarra de bronce cuando el techo se abrió sobre ellos. Una plataforma bajó. De pie en él como un actor, con una mano levantada y su alta cabeza, estaba Efialtes, el gigante de cabello púrpura. Al igual que Percy había visto en sus sueños, el Gran F era pequeño para los estándares de los gigantes, unos doce metros de altura, pero tenía que tratar de compensarlo con su fuerte traje. Se había quitado la armadura de gladiador y ahora llevaba una camisa hawaiana que

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incluso Dionisio habría encontrado vulgar. Tenía un estampado llamativo, formado por héroes muriendo, horribles torturas y leones comiéndose esclavos en el Coliseo. El cabello del gigante estaba trenzado con monedas de oro y plata. Tenía una lanza de tres metros a la espalda, que no era una combinación de moda que iba bien con la camisa. Llevaba pantalones blancos brillantes y sandalias de cuero con su... bueno, no pies, sino cabezas de serpiente curvadas. Las serpientes sacudieron sus lenguas y se retorcían como si no apreciaran sostener el peso de un gigante. Efialtes sonrió a los semidioses como si estuviera muy, muy contento de verlos. — "¡Por fin!", Gritó él. "¡Estoy muy contento! Honestamente, no pensé que lograrían ir más allá de las ninfas, pero es mucho mejor que lo hicieran. Mucho más entretenido. ¡Llegan justo a tiempo para el evento principal! " Jason y Piper cerraron filas a cada lado de Percy. Tenerlos allí le hizo sentir un poco mejor. Este gigante era más pequeño que una gran cantidad de monstruos a los que se habían enfrentado, pero algo le hizo poner la piel de gallina a Percy. Los ojos Efialtes es bailaban con una luz loca. — "Estamos aquí", dijo Percy, que sonó bastante obvio una vez que él lo había dicho. "Vamos a ir por nuestro amigo." — "Por supuesto", dijo Efialtes. "Aunque me temo que está un poco pasado de su fecha de caducidad. Otis, ¿dónde estás? " Una piedra callo a lo lejos, el suelo se abrió, y el otro gigante se levantó sobre una plataforma. — "Otis, ¡por fin!", Exclamó su hermano con alegría. "¡Tú no te has vestido igual que yo! Tú eres... "expresión Efialtes es se convirtió en horror. "¿Qué llevas puesto?" Otis parecía la bailarina de ballet más grande del mundo. Llevaba un ceñido leotardo celeste que Percy realmente deseaba haberlo dejado a la imaginación. Las puntas de sus zapatillas de baile masivas estaban cortadas para que sus serpientes pudieran sobresalir. Una tiara de diamantes (Percy decidió ser generoso y pensar en ella como la corona de un rey) se encontraba en su verde, bola de cabello trenzado. Parecía triste y miserablemente incómodo, pero se las arregló para hacer un truco de bailarín, que no debió de ser fácil con los pies de serpiente y una lanza enorme en su espalda. — "Dioses y Titanes", gritó Efialtes. "¡Comienza el espectáculo! ¿En que estabas pensando? " — "Yo no quería llevar el traje gladiador", se quejó Otis. "Sigo pensando que un ballet sería perfecto, ya sabes, mientras que el Armagedón está pasando. "Él arqueó las cejas con suerte a los semidioses. "Tengo algunos disfraces-extra" — "¡No!", Espetó Efialtes, y por una vez, Percy estaba de acuerdo. El gigante de cabello púrpura se puso en frente de Percy. Él sonrió dolorosamente, se veía como si estuviera siendo electrocutado. — "Por favor, disculpe mi hermano", dijo. "Su presencia en el escenario es horrible, y no tiene sentido del estilo."

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— "Está bien." Percy decidió no hacer comentarios sobre la camisa hawaiana. "Ahora, en cuanto a nuestro amigo..." — "Oh, él" se burló Efialtes. "Íbamos a dejarlo terminar morir frente al público, pero no tiene valor de entretenimiento. Ha pasado todos los días durmiendo acurrucado. ¿Qué tipo de espectáculo es eso? Otis, vuelca el frasco. " Otis caminó hacia el estrado, deteniéndose de vez en cuando para hacer un jetee. Él tiró la jarra, la tapa se desprendió, y Nico di Ángelo se derramó. La visión de su rostro pálido mortal y demasiado flaco hizo que Percy casi tenga un paro cardíaco. No sabía si estaba vivo o muerto. Quería correr una y comprobarlo, pero Efialtes se interpusiera en su camino. — "Ahora tenemos que darnos prisa", dijo el Gran F. "Tenemos que llevarlos a sus direcciones en el escenario. ¡El hipogeo está todo listo! " Percy estaba listo para cortar este gigante de la mitad y salir de allí, pero Otis estaba de pie junto a Nico. Si la batalla comenzó, Nico no estaba en condiciones de defenderse. Percy necesitaba comprar un poco de tiempo para su recuperación. Jason levantó su Gladius de oro. — "No vamos a ser parte de cualquier programa", dijo. "¿Y qué es una hipo… como quieras que lo llamaste?" — "Hipogeo", dijo Efialtes. "Tú eres un semidiós romano, ¿no? ¡Deberías saber! Ah, pero supongo que si hacemos nuestro trabajo justo aquí en las galerías subterráneas, realmente no sabrías si él hipogeo existe”. — "Se la palabra", dijo Piper. "Es el área bajo un coliseo. Albergaba todos los jugadores y maquinaria utilizados para crear efectos especiales. " Efialtes aplaudieron con entusiasmo. — — — — —

"¡Exactamente! ¿Es usted una estudiante de teatro, mi niña? " "Uh... mi papá es un actor." "¡Maravilloso!" Efialtes se volvió hacia su hermano. "¿Has oído eso, Otis?" "Actor", murmuró Otis. "Todo el mundo es un actor. Nadie puede bailar”. "¡Hay que ser agradable!" Efialtes regañó. "En cualquier caso, mi niña, tienes toda la razón, pero este hipogeo es mucho más que el Backstage para un coliseo. ¿Has oído que en los viejos tiempos algunos gigantes fueron encarcelados bajo la tierra, y de vez en cuando causaban terremotos cuando se querían liberar? ¡Bueno, hemos hecho algo mucho mejor! Otis y yo fuimos encarcelados bajo Roma durante millones de años, pero nos hemos mantenido ocupados construyendo nuestro propio hipogeo. ¡Ahora estamos listos para crear el mayor espectáculo que Roma haya visto nunca, y el último! "

A los pies de Otis, Nico se estremeció. Percy sentía como si una rueda de hámster con un perro del infierno en algún lugar de su pecho había comenzado moverse de nuevo. Al menos Nico estaba vivo. Ahora sólo tenía que derrotar a los gigantes, preferiblemente sin destruir la ciudad de Roma, y salir de aquí para encontrar a sus amigos.

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— "¡Aja!", Dijo Percy, con la esperanza de mantener la atención de los gigantes en él. "¿Posiciones en el escenario, has dicho?" — "¡Sí!", Dijo Efialtes. "Ahora, sé que la paga generosa que se da si usted y la chica Annabeth son mantenidos con vida, pero, sinceramente, la chica ya está condenada, así que espero que no te importe si nos desviamos del plan”. Boca de Percy sabía al agua de las Ninfas malas. — "Ya condenada. No te refieres a que ella está…" — "Muerta", se preguntó el gigante. "No. Todavía no. ¡Pero no te preocupes! Tenemos a tus otros amigos encerrados, sabes. " Piper hizo un sonido estrangulado. — "¿Leo? ¿Hazel y Frank? " — "Son esos" Efialtes acordado. "Así que podemos utilizarlos para el sacrificio. Podemos dejar que la chica de Atenea muera, a favor de, Su señora. ¡Y podemos utilizar tres para el show! Gea estará un poco decepcionada, pero en realidad, esto es ganar-ganar. Sus muertes serán mucho más entretenidas. " Jason gruñó. — "¿Quiere entretenerse? Te voy a dar el entretenimiento. " Piper se adelantó. De alguna manera se las arregló para tener una dulce sonrisa. — "Tengo una idea mejor", dijo a los gigantes. "¿Por qué no nos vamos? Eso sería un giro increíble. Valor de entretenimiento asombroso, y lo demostraría al mundo lo genial que eres. " Nico se agitó. Otis bajó la mirada hacia él. Sus pies de serpientes sacudieron la lengua en la cabeza de Nico. — "Además", dijo Piper rápidamente. "Además, podemos hacer algunos movimientos de baile mientras escapamos. ¡Tal vez un número ballet! " Otis olvidó por completo de Nico. Él avanzó pesadamente hacia efialtes y movió el dedo. — "¿Ves? ¡Eso es lo que te estaba diciendo! ¡Sería increíble! " Por un segundo, Percy pensó que Piper iba a lograrlo. Otis miró a su hermano implorante. Efialtes tiró en la barbilla como si estuviera considerando la idea. Al fin meneó la cabeza. — "No... no, me temo que no. Ya ves, mi niña, yo soy el anti Dionisio. Tengo una reputación que defender. ¿Dionisio cree que sabe de fiestas? ¡Está equivocado! Sus fiestas son mansas en comparación con lo que puedo hacer. A nuestros viejos trucos los pulimos, por ejemplo, cuando apilamos montañas para llegar al Olimpo” — "Te dije que nunca iba a funcionar," murmuró Otis.

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— "Y el tiempo que mi hermano se cubrió de carne y corrió a través de una carrera de obstáculos con Drakons…" — "Dijiste que Hefesto TV lo mostraría en horario estelar", dijo Otis. "Nadie siquiera me vio." — "Bueno, este espectáculo será aún mejor", Efialtes prometió. "¡Los romanos siempre quieren pan y circos con comida y entretenimiento! Al destruir su ciudad, voy a ofrecerles los dos. ¡He aquí una muestra! " Algo cayó del techo y cayó a los pies de Percy: una hogaza de pan de molde en una envoltura de plástico blanco con puntos rojos y amarillos. Percy lo recogió. — "¿Pan maravilloso?" — "Magnífico, ¿no es así?" Bailaban los ojos de emoción Efialtes es una locura. "Te puedes quedar con ese. Mi plan es distribuir millones al pueblo de Roma cuando yo los destruya. " — "El pan maravilloso es bueno", admitió Otis. "Aunque los romanos tiene que bailar por él." Percy miró a Nico, que estaba empezando a moverse. Percy quería que fuera por lo menos lo suficientemente consciente para arrastrarse fuera del camino cuando comenzaron los enfrentamientos. Y Percy necesitaría más información de los gigantes acerca de Annabeth, y donde sus otros amigos se mantenían. — "Tal vez", aventuró Percy "deberías traer a nuestros amigos aquí. Ya sabes, las muertes espectaculares... cuanto más mejor, ¿verdad? " — "Hmm". Efialtes jugueteó con un botón de su camisa hawaiana. "No. Es realmente demasiado tarde para cambiar la coreografía. Pero nunca miedo. ¡Los circos serán maravilloso! Ah... no es el tipo de circo moderno, claro está. Eso requeriría payasos, y yo odio a los payasos”. — "Todo el mundo odia a los payasos", dijo Otis. "Incluso los otros payasos odian a los payasos". — "Exactamente", dijo su hermano estando de acuerdo. "¡Pero tenemos entretenimiento mucho mejor planeado! Los tres morirán en agonía, allá arriba, donde todos los dioses y los mortales los puedan ver. ¡Pero eso es sólo el acto de inauguración! Los viejos juegos, se prolongaban durante días o semanas. Nuestro espectáculo, la destrucción de Roma va a durar un mes completo hasta que Gea despierte". — "Espera," dijo Jason. "¿Un mes, para que Gea despierte?" Efialtes desechó la pregunta. — "Sí, sí. Algo sobre el que primero de agosto es la mejor fecha para destruir toda humanidad. ¡No es importante! En su infinita sabiduría, la Madre Tierra ha convenido que Roma puede ser destruido en primer lugar, lentamente y espectacularmente. ¡Es lógico! "

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— "Así que..." Percy no podía creer que estaba hablando del fin del mundo, con una hogaza de pan maravilloso en la mano. — "Eres el calentamiento para el acto de Gea". Efialtes rostro se ensombreció. — "¡Este no es el calentamiento, semidiós! Vamos a liberar a los animales salvajes y monstruos a las calles. Nuestro departamento de efectos especiales producirá los incendios y terremotos. ¡Hundimientos y volcanes aparecerán aleatoriamente a cabo de la nada! Los fantasmas se levantarán rampantes”. — "Lo fantasmas no van a funcionar", dijo Otis. "Nuestros grupos de enfoque dicen que no levantará el rating." — "Escépticos", dijo Efialtes. "¡Este hipogeo puede hacer trabajar cualquier cosa!" Efialtes asaltó a una gran mesa cubierta con una sábana. Él tiró de la sábana, dejando al descubierto una colección de palancas y perillas casi tan complicadas como los controles de Leo en el Argo II. — "¿Este botón?", Dijo Efialtes. "Esto va a extraer una docena de lobos rabiosos en el Foro. Y éste convocará autómatas gladiadores de batalla para turistas en la Fuente de Trevi. ¡Esto va a hacer que el Tíber inunde los bancos para recrear una batalla naval justo en la Piazza Navona! ¡Percy Jackson, debe apreciarlo, como hijo de Poseidón! " — "Uh... Sigo pensando que la idea de dejarnos ir es mejor", dijo Percy. — "Tiene razón", intentó Piper de nuevo. "De lo contrario nos metemos en esto toda confrontación. Ustedes luchan contra nosotros. Nosotros contra ustedes. Arruinamos sus planes. Usted saben, hemos derrotado a un montón de gigantes últimamente. No me gustaría que las cosas se salgan de control”. Efialtes asintió con la cabeza. Pensativo. — "Tienes razón". Piper parpadeó. — "¿Yo?" — "No podemos dejar que las cosas se salgan de control", acordó el gigante. "Todo tiene que estar perfectamente sincronizado. Pero no se preocupen. He coreografiado sus muertes. Les van a encantar. " Nico empezó a arrastrarse, gimiendo. Percy quería que se moviera más rápido y haga menos gemidos. Considero arrojarle pedacitos de su pan maravilloso. Jason cambió su mano de la espada. — "¿Y si nos negamos a cooperar con su espectáculo?" — "Bueno, no nos pueden matar." Efialtes se echó a reír, como si la idea era ridícula. "No tienen dioses con ustedes, y eso es la única manera de poder llegar a triunfa. Así que en realidad, sería mucho más sensato que morir dolorosamente. Lo sentimos, pero el show debe continuar”.

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Este gigante era incluso peor que Forcis, el dios del mar en Atlanta, Percy se dio cuenta. Efialtes no era tanto el anti Dionisio. Era un Dioniso loco con esteroides. Claro, Dioniso era el dios de la juerga y las fiestas fuera de control. Pero Efialtes era todo sobre disturbios y ruinas para el placer. Percy miró a sus amigos. — "Me estoy cansando de la camisa de este tipo." — "¿Tiempo de combatir?" Piper tomó su cuerno de la abundancia. — "Odio el pan Maravilloso” dijo Jason. Juntos, cargaron contra ellos.

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CAPITULO XLVI PERCY LAS COSAS SALIERON MAL NMEDIATAMENTE. Los gigantes desaparecieron en dos bocanadas de humo. Reaparecieron medio de la habitación, cada uno en un lugar diferente. Percy corrió hacia Efialtes, pero ranuras se abrieron entre sus pies, y paredes metálicas se dispararon a ambos lados, separándolo de sus amigos. Las paredes empezaron a cerrarse sobre él como los lados de una tenaza. Percy se levantó de un salto y agarró la parte inferior de la jaula de la hidra. Captó un breve vistazo de Piper saltando a través de un patrón de rayuela de pozos de fuego, abriéndose paso hacia Nico, que estaba aturdido, sin armas y siendo acosado por un par de leopardos. Mientras tanto, Jason cargaba contra Otis, quien sacó su espada y dejó escapar un gran suspiro, como si él preferiría bailar el Lago de los Cisnes antes de matar a otro semidiós. Percy registró todo esto en una fracción de segundo, pero no había mucho que pudiera hacer al respecto. La hidra espetó a sus manos. Se volvió y se dejó caer, aterrizando en un bosque de árboles de madera contrachapada pintado que surgieron de la nada. Los árboles cambiaron de posición cuando trataba de correr a través de ellos, por lo que redujo el bosque entero con Riptide. — "¡Maravilloso!" Efialtes lloró. Se puso de pie en su panel de control de unos veinte metros a la izquierda de Percy. "Vamos a considerar esto como un ensayo general. ¿Voy a dar rienda suelta a la hidra en la Plaza de España ahora? " Él tiró de una palanca, y Percy miró detrás de él. La jaula de donde se acababa de colgar estaba subiendo hacia una escotilla en el techo. En tres segundos la hidra se podría ir. Si Percy atacaba al gigante, la hidra quedaría suelta en la ciudad. Maldiciendo, él lanzó Riptide como un boomerang. La espada no fue diseñada para eso, pero la hoja de bronce Celestial cortó las cadenas de suspensión de la hidra. La jaula cayó de lado. La puerta se abrió, y el monstruo salió fuera justo en frente de Percy. — "¡Oh, eres un aguafiestas, Jackson!" Efialtes llamado. "Muy bien. Pelea que aquí, si es necesario, pero tu muerte no va a ser tan buena para el público si no tienes energía”. Percy se adelantó para enfrentarse al monstruo, cuando se dio cuenta de que acababa de tirar su arma. Un poco de mala planificación de su parte. Rodó hacia un lado como cuando las ocho cabezas de la hidra escupieron ácido, convirtiendo el suelo donde había estado de pie en un cráter de piedra derretida con vapor. Percy realmente odiaba las hidras. Era casi una cosa buena que hubiera perdido su espada, ya que el instinto de su intestino hubiera sido cortar las cabezas, y a la hidra simplemente le crecían dos por cada una que le cortabas.

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La última vez que se enfrentó a una hidra, había sido salvado por un barco de guerra con cañones de bronce que arremetieron contra el monstruo piezas. Esa estrategia no podía ayudarlo ahora... ¿O podría? La hidra atacó. Percy se agachó detrás de una rueda de hámster gigante y examinó la habitación, en busca de las cajas que había visto en su sueño. Recordó algo sobre lanzacohetes. En el estrado, Piper custodiaba a Nico mientras los leopardos avanzaban. Apuntó y disparó su cornucopia un asado sobre las cabezas de los gatos. Debe haber olido bastante bien, ya que los leopardos corrieron tras él. Cerca de veinticinco metros a la derecha de Piper, Jason luchaba contra Otis, espada contra espada. Otis había perdido su tiara de diamantes y lucía enojado al respecto. Probablemente podría haber empalado a Jason varias veces, pero el gigante insistía en hacer una pirueta con cada ataque, lo que le ralentizaba. Mientras tanto Efialtes se reía mientras apretaba botones de su panel de control, arrancando las cintas transportadoras en alta marcha y la apertura de las jaulas de los animales al azar. La hidra cargó alrededor de las ruedas de hámster. Percy hizo zigzag y se escondió detrás de una columna, cogió una bolsa de basura llena de pan maravilloso, y lo arrojó al monstruo. El ácido escupió hidra, que fue un error. La bolsa y los envoltorios de disolvieron en el aire. El pan maravilloso absorbió el ácido como espuma del extintor y salpicó contra la hidra, cubriéndolo con una capa pegajosa, dejando vapor de altas calorías-venenoso. A medida que el monstruo se tambaleaba, agitando sus cabezas y el ácido maravilloso entraba en sus ojos, Percy miró a su alrededor desesperadamente. No vio las cajas de lanzadores de cohetes, pero escondido contra la pared del fondo había un artilugio extraño como el caballete de un artista, equipado con hileras de lanzadores de misiles. Percy vio una bazooka, un lanzagranadas, una vela romana gigante, y una docena de otras armas de aspecto malvado. Todas parecían estar conectadas entre sí, apuntando en la misma dirección y conectadas a una única palanca de bronce en un lado. En la parte superior del caballete, escrito en claveles, estaban las palabras: ¡FELIZ DESTRUCCIÓN, ROMA! Percy corrió hacia el dispositivo. La hidra siseó y lo siguió después de él. — "¡Lo sé!" Efialtes gritó alegremente. "¡Podemos empezar con explosiones a lo largo de la Via Labicana! No podemos mantener nuestro público esperando para siempre. " Percy se apresuro a ir detrás del atril y se volvió hacia Efialtes. Él no tenía la habilidad de Leo con máquinas, pero sabía cómo apuntar un arma. La hidra estaba en su mira, bloqueando la visión del gigante. Percy esperaba que este artilugio tuviera suficiente potencia de fuego para acabar con dos objetivos a la vez. Tiró de la palanca. No se movió. Los ocho cabezas de la hidra se cernían sobre él, listo para fundirse en un charco de lodo. Tiró de la palanca de nuevo. En ese momento el caballete tembló, y las armas comenzaron a silbar.

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— "Agáchense y cúbranse", gritó Percy, esperando que sus amigos recibieran el mensaje. Percy saltó a un lado cuando el caballete salió despedido. El sonido era como una fiesta en medio de una explosión de pólvora fábrica. La hidra vaporiza al instante. Por desgracia, el retroceso golpeó el caballete lateral y envió más proyectiles rodando por toda la habitación. Un trozo de techo se derrumbó y aplastó una rueda hidráulica. Más jaulas fueron soltadas de sus cadenas, soltando dos cebras y una manada de hienas. Una granada explotó sobre la cabeza de Efialtes, lo tiro de sus pies. El tablero de control ni siquiera tuvo daños. Al otro lado de la habitación, sacos de arena llovieron alrededor de Piper y Nico. Piper trató de que Nico estuviera a salvo, pero uno de las bolsas le dio en el hombro y la tiró al suelo. — "Piper", exclamó Jason. Corrió hacia ella, olvidando por completo de Otis, quien apuntó con su lanza a la espalda de Jason. — "¡Cuidado!", Gritó Percy. Jason tenía reflejos rápidos. Cuando Otis lanzó, Jason rodó. El punto pasó por encima de él y Jason movió su mano, convocando una ráfaga de viento que cambió de dirección de la lanza. Voló por la habitación y ensartó a Efialtes por su costado justo cuando estaba llegando a sus pies. — "Otis" Efialtes tropezó fuera de su tablero de control, agarrando la lanza mientras comenzaba a desmoronarse en monstruo polvo. "Por favor, ¡Dejen de matarme!" — "¡No es mi culpa!" Otis apenas había terminado de hablar cuando el artilugio de lanzamiento de misiles de Percy escupió una última esfera de fuego de la Vela Romana. La bola de fuego de color rosa de la muerte (por supuesto que tenía que ser de color rosa) golpeó el techo por encima de Otis y explotó en una hermosa ducha de luz. Chispas coloridas daban piruetas con gracia alrededor de la gigante. A continuación, una sección de tres metros de techo se derrumbó y lo aplastó dejándolo plano. Jason corrió al lado de Piper. Ella gritó cuando le tocó el brazo. Su hombro se veía extrañamente doblado, pero murmuró: "Está bien. Estoy bien”. Junto a ella, Nico se sentó, mirando a su alrededor con asombro como si acabara de darse cuenta de que se había perdido una batalla. Lamentablemente, los gigantes no habían terminado. Efialtes ya se estaba reformando, con la cabeza y los hombros resucitando del montículo de polvo. Él estiró sus brazos libres y fulminó con la mirada a Percy. Al otro lado de la habitación, el montón de escombros se movió, y Otis apareció. Su cabeza estaba ligeramente hundida. Todos los petardos en su pelo había explotado, y sus trenzas humeaban. Su malla estaba por los suelos, lo cual era casi la única forma en que podría haber un aspecto menos atractivo para él. — "Percy" Jason gritaba. "¡Los controles!"

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Percy se descongeló. Encontró a Riptide en el bolsillo una vez más, destapó su espada y se abalanzó sobre el cuadro. Él cortó la hoja en la parte superior, decapitando a los controles en una lluvia de chispas de bronce. — "¡No!" Efialtes se lamentó. "¡Has arruinado el espectáculo!" Percy se volvió muy lentamente. Efialtes blandió su lanza como un bate y le golpeó en el pecho. Cayó de sus rodillas, el dolor de estómago era parecido al de la lava quemando. Jason corrió a su lado, pero Otis fue pesadamente tras él. Percy logró levantarse y se encontró hombro a hombro con Jason. Por el estrado, Piper estaba todavía en el suelo, incapaz de levantarse. Nico estaba apenas consciente. Los gigantes estaban sanando, cada vez más fuertes a cada minuto. Percy no lo estaba. Efialtes sonrió disculpándose. — "¿Cansado, Percy Jackson? Como ya he dicho, no puedes matarnos. Así que supongo que estamos en un callejón sin salida. ¡Oh, espera... no, no lo estamos! ¡Debido a que podemos matarte! " — "Eso", se quejó Otis, recogiendo su lanza caída "es la primera cosa sensata que has dicho en todo el día, hermano." Los gigantes apuntaron con sus armas, dispuestos a convertir Percy y Jason en un kabob de semidiós. — "No vamos a renunciar", gruñó Jason. "Los vamos a cortar en pedazos como hizo Júpiter a Saturno". — "Eso es correcto", dijo Percy. "Ustedes dos están muertos. No me importa si tenemos a un Dios de nuestro lado o no. " — "Bueno, eso es una vergüenza", dijo una nueva voz. A su derecha, otra plataforma bajaba del techo. Apoyándose casualmente en un bastón cubierto de piñas había un hombre con una camisa de campo púrpura, pantalones cortos color caqui y sandalias con calcetines blancos. Levantó su sombrero de ala ancha, y el fuego púrpura brilló en sus ojos. "No me gustaría pensar que hice un viaje especial a cambio de nada".

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CAPITULO XLVII PERCY PERCY NUNCA HABÍA PENSADO EN EL SR. D como una influencia tranquilizadora, pero de repente todo se volvió silencioso. Los ruidos de las máquinas hicieron un alto. Los animales salvajes dejaron de gruñir. Los dos leopardos que se paseaban, todavía lamiéndose los labios del asado de Piper, embistieron con la cabeza cariñosamente contra las piernas del dios. Sr. D que les rascó la oreja. — "Realmente, Efialtes," reprendió. "Matar a los semidioses es una cosa. ¿Pero el uso de leopardos para tu espectáculo? Eso cruzar la línea”. El gigante hizo un sonido chirriante. — "Esto…esto es imposible. D..D…" — "Es Baco, en realidad, mi viejo amigo", dijo el dios. "Y por supuesto que es posible. Alguien me dijo que había una fiesta. " Él tenía el mismo aspecto que tenía en Kansas, pero Percy todavía no podía superar las diferencias entre Baco y su viejo no-tan-mucho-amigo, el Sr. D. Baco era más malo y más ligero, con menos barriga. Tenía el pelo más largo, como si tuviera más primavera, y mucha más ira en sus ojos. Incluso se las arregló para hacer una que una piña en un palo se vea intimidante. La lanza de Efialtes se estremeció. — "¡Tú…tú dioses están perdidos! ¡Váyase, en nombre de Gea! " — "Hmm." Baco sonaba impresionado. Caminó a través de los restos de las ruinas, con plataformas, y efectos especiales. "Pegajoso". Hizo un gesto con la mano a un gladiador de madera pintada y luego se volvió a una máquina que parecía un gran tamaño rodillo salpicado con cuchillos. "Barato. Aburrido. Y esto... "Él inspeccionó el artilugio de lanzamiento de cohetes, que era todavía humeante. "Hortera, barato y aburrido. Honestamente, Efialtes. No tienes sentido del estilo. " — "¿ESTILO?" El rostro del gigante se sonrojó. "Tengo montañas de estilo. Defino estilo. Yo...Yo…" — "Mi hermano rezuma estilo", sugirió Otis. — "¡Gracias!" Efialtes lloró. Baco se adelantó, y los gigantes se tambalearon hacia atrás. — "¿Se habéis puesto más cortos?", se preguntó el dios.

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— "Oh, eso es bajo", gruñó Efialtes. "¡Mi altura es suficiente para matarte, Baco! Ustedes dioses, siempre escondidos detrás de sus héroes mortales, confiando en la suerte del Olimpo a los gustos de éstos. " Se burló de Percy. Jason levantó su espada. — "¿Señor Baco, vamos a matar a estos gigantes o qué?" — "Bueno, yo espero que sí", dijo Baco. "Por favor, adelante." Percy lo miró fijamente. — "¿No has venido aquí para ayudar?" Baco se encogió de hombros. — "Oh, he apreciado el sacrificio en el mar. Un barco lleno de Coca-Cola Light. Muy bonito. A pesar de que hubiera preferido Pepsi de Dieta”. — "Y seis millones de dólares en oro y joyas", murmuró Percy. — "Sí", dijo Baco ", aunque los semidioses se quedan con la quinta parteo más la propina que está incluida, así que no fue necesario”. — "¿Qué?" — "No importa", dijo Baco. "De todos modos, tienes mi atención. Estoy aquí. Ahora tengo que ver si eres digno de mi ayuda. Adelante. Batalla. Si estoy impresionado, me tiro en la gran final. " — "Clavamos una lanza a uno", dijo Percy. "Al otro se le cayó el techo. ¿Cuáles considera más impresionante? " — "Ah, una buena pregunta..." Baco movió su cetro. Luego sonrió de una manera que hizo que Percy pensar, Uh-oh. "¡Tal vez necesitas inspiración! El escenario no se ha ajustado correctamente. ¿Llamas a esto un espectáculo, Efialtes? Te voy a enseñar cómo se hace. " El dios se disolvió en niebla púrpura. Piper y Nico desaparecieron. — "Pipes", gritó Jason. "Baco, ¿de dónde has…?" Todo el suelo retumbaba y comenzó a subir. El techo se abrió en una serie de paneles. La luz del sol se vertió sobre ellos. El aire brillaba como un espejismo, y Percy oyó el rugido de la multitud por encima de él. El hipogeo ascendió a través de un bosque de columnas de piedra resistido, en medio de las ruinas de un coliseo. El corazón de Percy dio un salto mortal. Esto no era cualquier coliseo. Era el Coliseo. Las maquinas de efectos especiales habían trabajado tiempo extra, habían puesto a través de tablones de apoyo en las vigas en ruinas, por lo que la arena tenía un suelo adecuado de nuevo.

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Las gradas se repararon hasta que quedaron de un blanco resplandeciente. Un dosel gigante rojo y dorado estaba extendido sobre la cabeza para proporcionar la sombra del sol de la tarde. La caseta del emperador estaba cubierta con seda, flanqueada por banderas y águilas de oro. El rugido de aplausos vinieron de miles de brillantes fantasmas púrpuras, los Lares de Roma e para un estaban de vuelta para una impresionante presentación. Ventanas se abrieron en el suelo y aparecieron en arena al otro lado de la arena. Enormes pilares se levantaron, de tamaño de un garaje-montañas de yeso, columnas de piedra, y (por alguna razón) un corral de plástico para animales de talla normal. Un pequeño lago apareció a un lado. Las zanjas se entrecruzaban en el piso de la arena en caso de que alguien estaba de humor para la guerra de trincheras. Percy y Jason se pusieron juntos frente a los gemelos gigantes. — "¡Este es un show de verdad!" Retumbó la voz de Baco. Se sentó en el palco del emperador, vestido con túnicas moradas y laureles de oro. A su izquierda se sentó Nico y Piper, el hombro estaba siendo atendido por una ninfa con uniforme de enfermera. Al derecho de Baco se agachaba un sátiro, que le ofrecían desde Doritos hasta las uvas. El dios levantó una lata de Pepsi de Dieta y la multitud estaba respetuosamente silenciosa. Percy lo miró a los ojos. — "¿No vas a hacer más que sentarte ahí?" — "¡El semidiós es justo!" Bramó Efialtes. "¡Luchamos en contra de ti, cobarde! Um, sin los semidioses”. Baco sonrió perezosamente. — "Juno dice que ha reunido a un equipo digno de semidioses. Muéstrenme. Entreténganme, héroes del Olimpo. Denme una razón para hacer más. Ser un dios tiene privilegios". Abrió y alzo su lata de refresco, y animó a la multitud.

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CAPITULO XLVIII PERCY PERCY HABÍA LUCHADO EN MUCHAS BATALLAS. Incluso había peleado en un par de escenarios, pero nada como esto. En el enorme Coliseo, con miles de fantasmas vítores, el dios Baco mirándole fijamente, y la amenaza de los dos gigantes de cuatro metros sobre él, Percy se sentía tan pequeño e insignificante como un error. Él también se sentía muy enojado. Lucha contra gigantes era una cosa. Que Baco lo convierta en un juego era algo diferente. Percy recordó lo que Luke Castellan le había dicho años atrás, cuando Percy había vuelto de su primera búsqueda: ¿No te das cuenta de lo inútil que es todo? ¿Todos los actos heroicos del ser peones de los olímpicos? Percy tenía casi la misma edad que Luke había tenido en ese momento. Podía entender cómo Luke llegó a ser tan rencoroso. En los últimos cinco años, Percy había sido un peón demasiadas veces. Los olímpicos parecían turnarse con él para sus esquemas. Tal vez los dioses eran mejores que los Titanes, o los gigantes, o Gea, pero eso no les hacía buenos o sabio. Esto no hacía que a Percy le gustara la estúpida batalla en la arena. Por desgracia, no había mucho de donde elegir. Si iba a salvar a sus amigos, tenía que tratar de vencer a los gigantes. Él tenía que sobrevivir y encontrar Annabeth. Efialtes y Otis tomaron la decisión más fácil de atacar. Juntos, los gigantes cogieron una montaña falsa tan grande como el apartamento de Percy en Nueva York y se la arrojaron a los semidioses. Percy y Jason se voltearon. Se zambulleron dentro de la zanja más cercana y la montaña se destrozo por encima de ellos, rociándolos con yeso como una metralla. No era mortal, pero pica como loco. La multitud se burlaban y gritaban de sangre. — "¡Lucha! ¡Lucha! " — "¿Voy a tomar Otis otra vez?" Dijo Jason encima del ruido. "¿O es que lo quieres esta vez?" Percy intentó pensar. La división era el curso natural de los que luchan contra gigantes uno contra uno, pero eso no había funcionado tan bien la última vez. Se dio cuenta de que necesitaban una estrategia diferente. Este viaje, Percy se había sentido responsable de dirigir y proteger a sus amigos. Estaba seguro de que Jason sentía lo mismo manera. Habían trabajado en pequeños grupos, con la esperanza de que fuera más seguro. Habían luchado como individuos, cada semidiós haciendo lo que él o

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ella hacía lo mejor. Pero Hera había hecho un equipo de siete personas por una razón. Las pocas veces Percy y Jason habían trabajaron juntos, convocando a la tormenta en el Fuerte Sumter, ayudando a la II Argo escapar de las Columnas de Hércules, incluso llenando el ninfeoPercy se había sentido más seguro, más capaz de entender los problemas, como si hubiera sido un cíclope toda su vida y de repente se despertara con dos ojos. — "Atacamos juntos", dijo. "A Otis en primer lugar, porque es más débil. Tenemos que llevarlo a cabo rápidamente y pasar a Efialtes. Bronce y el oro juntos, tal vez eso va a impedir que se vuelva a formar más rápido. " Jason sonrió secamente, como si acabara de enterar que iba a morir de una manera vergonzosa. — "¿Por qué no?" Él estuvo de acuerdo. "Pero Efialtes no va a estar allí y esperar mientras matar a su hermano. A menos que-" — "Hay buen viento hoy," ofreció Percy. "Y hay algunas tuberías de agua que funcionan bajo la arena." Jason entendió inmediatamente. Se echó a reír, y Percy sintió una chispa de amistad. Este hombre pensaba de la misma manera que él en un montón de aspectos. — "¿A la de tres?", Dijo Jason. — "¿Por qué esperar?" Cargaron fuera de la zanja. Como Percy se sospechaba, los gemelos habían levantado otra montaña de yeso y estaban esperando una oportunidad clara. Los gigantes la elevaron por encima de la cabeza, preparándose para lanzar, y Percy hizo que una tubería de agua estallara a sus pies, sacudiendo el suelo. Jasón envió una ráfaga de viento contra el pecho de Efialtes. El gigante de cabello púrpura cayó hacia atrás y Otis perdió su agarre en la montaña, que rápidamente se derrumbó encima de su hermano. Sólo Solo los pies serpiente de efialtes se veían fuera, lanzando sus cabezas alrededor, como si se preguntaran donde el resto de su cuerpo se había ido. La multitud rugió con aprobación, pero Percy sospechaba que Efialtes sólo estaba aturdido. Tenían unos segundos en el mejor de los casos. — "¡Hey, Otis!", Gritó. "¡Las mordeduras de Cascanueces!" — "¡Ahhhhh!" Otis le arrebató la lanza y la arrojó, pero estaba demasiado enojado para apuntar directamente. Jason la desvió de la cabeza de Percy y fue al lago. Los semidioses retrocedieron hacia el agua, gritando insultos sobre ballet, que era una especie de reto, Porque Percy no sabía mucho de él. Otis corrió hacia ellos con las manos vacías, al parecer antes de darse cuenta de que A) Estaba con las manos vacías, y B) Cargar hacia un lugar lleno de agua contra un hijo de Poseidón no era una buena idea.

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Demasiado tarde, trató de parar. Los semidioses rodaron a ambos lados, y Jason llamó al viento, con para impulsar al gigante a caer al agua. Cuando Otis luchaba por levantarse, Percy y Jason atacaron al unísono. Ellos se lanzaron al gigante y clavaron sus hojas sobre la cabeza de Otis. El pobre no tenía ni siquiera la oportunidad de una pirueta. Él estalló en polvo en la superficie del lago como un enorme paquete de bebida mix. Percy batió al lago en un remolino. La esencia Otis trataba de reformarse, pero cuando su cabeza apareció en el agua, Jason llamó a un rayo y le devolvió de nuevo al mismo polvo. Hasta ese momento todo estaba bien, pero no podían mantener a Otis así para siempre. Percy ya estaba cansado de su lucha subterránea. Su pansa todavía le dolía por conseguir el golpe con el asta de la lanza. Podía sentir su fuerza menguante, y todavía tenía otro gigante con quién tratar. Como si fuera una señal, la montaña de yeso explotó detrás de ellos. Un Efialtes rosa, bramaba de ira. Percy y Jason esperaron mientras él avanzaba pesadamente hacia ellos, con la lanza en la mano. Al parecer, quedar aplastado bajo una montaña de yeso sólo lo había excitado. Sus ojos bailaban con luz asesina. El sol de la tarde brillaba en sus monedas trenzadas en el cabello. Hasta sus pies serpiente parecían enfadados, enseñando los colmillos y silbando. Jason llamó otro rayo, pero Efialtes lo atrapó en su lanza y desvío la explosión, fundiendo a una vaca de plástico de aspecto natural. Golpeó una columna de piedra de su camino como una pila de bloques de construcción. Percy trató de mantener la agitación del lago. No quería que Otis se uniera a la lucha, pero como Efialtes se acercaba y estaba a unos metros, Percy tenía que cambiar de enfoque. Jason y el corrieron contra el gigante. Se lanzaron en torno a Efialtes, punzando y cortando en una imagen borrosa de oro y bronce, pero el gigante paraba todos los ataques. — "¡No voy a ceder!", rugió Efialtes. "¡Es posible que hayan arruinado mi espectáculo, pero todavía Gea va a destruir su mundo!" Percy arremetió, cortando la lanza del gigante de la mitad. Efialtes no se inmutó siquiera. El gigante barrió bajo con los restos y tiró a Percy de sus pies. Percy aterrizó fuerte con el brazo de la espada, y Riptide se escapó fuera de su control. Jason trató de tomar ventaja. Entró en la guardia del gigante y lo apuñaló en el pecho, pero de alguna manera Efialtes repelió el ataque. Clavó la punta de su lanza en el pecho de Jason, que rasgó su camisa púrpura dejándolo en un chaleco. Jason se tambaleó, mirando la delgada línea de sangre por su esternón. Efialtes le dio una patada hacia atrás. En la casilla del emperador, Piper gritó, pero su voz se ahogó en el estruendo de la multitud. Baco miraba con una sonrisa divertida, comiendo de una bolsa de Doritos.

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Efialtes era mucho más alta que Percy y Jason, las dos mitades de su lanza rota estaban suspendidas sobre su cabeza. El brazo que con el que Percy usaba la espada estaba entumecido. La gladius de se había deslizado por el piso de la arena. Su plan había fracasado. Percy miró a Baco, decidiendo que maldición le iba a decir al inútil dios del vino, cuando vio una forma en el cielo sobre el Coliseo, un gran óvalo oscuro descendiendo rápidamente. Desde el lago, Otis gritó, tratando de advertir a su hermano, pero su media disuelta cara podría decir solamente: "Uh-umhmoooo!" — "¡No te preocupes, hermano!", Dijo Efialtes, con los ojos fijos en los semidioses. "¡Los voy a hacer sufrir!" El Argo II apareció en el cielo, presentando su costado de babor, y un fuego verde ardiendo desde la balista. — "En realidad", dijo Percy. "Mira detrás de ti." Él y Jason se alejaron cuando Efialtes se volvió y gritó con incredulidad. Percy se dejó caer en una zanja al mismo tiempo que la explosión sacudió el Coliseo. Cuando salió de nuevo, el Argo II se acercaba para aterrizar. Jason asomaba la cabeza por detrás de su refugio improvisado de un caballo de plástico. Efialtes yacía carbonizada y gimiendo en el piso de la arena, la arena alrededor de él se le incrustaba siendo un halo de vidrio formado por el calor del fuego griego. Otis se hundía en el lago, tratando de reformarse, pero de los brazos hacia abajo, parecía un charco de avena quemada. Percy se tambaleó hacia Jason y le dio una palmada en el hombro. La multitud fantasmal les dio una ovación de pie mientras el Argo II ampliaba su tren de aterrizaje y se posaba en el piso de la arena. Apareció la cabeza de Leo, Hazel y Frank sonreían a su lado. El entrenador Hedge bailaba alrededor de la plataforma de tiro, agitando el puño en el aire y gritando: — "¡De eso estaba hablando!" Percy se volvió a la caja del emperador. — "¿Y bien?" Le gritó a Baco. "¿Eso fue lo suficientemente entretenido para usted, usted aliento de vino poco…" — "No hay necesidad para eso." De repente, el dios estaba de pie junto a él en la arena. Se sacudió el polvo de Doritos de su túnica morada. "He decidido que son socios dignos de este combate". — "¿Socios?" Gruñó Jason. "¡Usted no hizo nada!" Baco se acercó al borde del lago. El agua fue drenada al instante, dejando un montón de Otis con cabeza gacha. Baco se abrió paso hasta el fondo y miró a la multitud. Levantó su tirso. La multitud se burlaba y gritaba, señalando con el pulgar hacia abajo. Percy nunca había estado seguro de si eso significaba vivir o morir. Lo había oído en ambos sentidos.

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Baco eligió la opción más entretenida. Golpeo la cabeza de Otis con su piña personal, y la pila gigante de Otis-avena desintegró completamente. La multitud se volvió loca. Baco salió del lago y se pavoneaba a Efialtes, que aún yacía despatarrado, quemado y humeante. Una vez más, Baco alzó tirso. — "¡Haz lo!" Rugió la multitud. — "¡NO LO HAGAS!" Efialtes se lamentó. Baco golpeó al gigante en la nariz, y Efialtes se desmoronó en cenizas. Los fantasmas aplaudieron y se lanzaron confeti espectral cuando Baco caminaba alrededor de la cancha con los brazos en alto triunfales, exultante en la adoración. Sonrió a los semidioses. — "¡Eso, amigos míos, es un espectáculo! Y, por supuesto que hice algo. ¡Maté a dos gigantes! " Los amigos de Percy desembarcaron del buque, la multitud de fantasmas brilló y desapareció. Piper y Nico bajaron por debajo de la caja del emperador mientras las renovaciones mágicas del Coliseo comenzaron a convertirse en niebla. La arena del suelo se mantuvo sólida, pero por lo demás del estadio parecía como si no se hubiera organizado una buena matanza de gigantes en eones. — "Bueno", dijo Baco. "Eso fue divertido. Tienes mi permiso para continuar su viaje. " — "¿Su permiso?" Gruñó Percy. — "Sí." levantó una ceja Baco. "A pesar de tu viaje sea un poco más difícil de lo que esperaban, hijo de Neptuno”. — "Poseidón", Percy le corrigió automáticamente. "¿Qué quieres decir acerca de mi viaje?" — "Tal vez debas esperar algo en el estacionamiento trasero del Edificio Emmanuel", dijo Baco. "El mejor lugar para abrirse paso. Ahora, Adiós, amigos míos. Y, ah, buena suerte con esa otra pequeña cosa. " El dios fue vaporizado en una nube de vapor que olía un poco de zumo de uva. Jason corrió al encuentro de Piper y Nico. El entrenador Hedge trotó hasta Percy, con Hazel, Frank, y Leo caminando cerca por detrás. — "¿Ese era Dionisio?" Hedge preguntó. "¡Yo amo a ese tipo!" — "¡Están vivos!", Dijo Percy con los demás. "Los gigantes dijeron que habían sido capturados. ¿Qué ha pasado? " Leo se encogió de hombros. — "Oh, sólo un plan brillante de Leo Valdez. Te sorprenderías de lo que puedes hacer con una Esfera de Arquímedes, una chica que puede sentir cosas bajo tierra, y una comadreja”. — "Yo era la comadreja", dijo Frank con tristeza.

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— "Básicamente," Leo explicó: "He activado un tornillo de Arquímedes hidráulico, que va a ser impresionante una vez que lo instale en la nave, por cierto. Hazel sintió el camino más fácil para perforar la superficie. Hicimos un túnel suficientemente grande para una comadreja, y Frank entro con un transmisor simple que yo construí. Después de eso, se era sólo una cuestión de piratear los canales favoritos del Entrenador y decirle que nos vaya a rescatar. Después de que nos encontró, dar con ustedes fue fácil, gracias a ese espectáculo de luz divina en el Coliseo”. Percy entendió el diez por ciento de la historia de Leo, pero decidió que era suficiente, ya que tenía una cuestión más apremiante. — "¿Dónde está Annabeth?" Leo hizo una mueca. — "Sí, sobre eso... ella aún está en problemas, por lo que pensamos. Herida, pierna rota, por lo menos, de acuerdo con que las visiones de Gea nos muestran. Rescatarla es nuestra próxima parada. " Dos segundos antes, Percy había estado a punto de derrumbarse. Ahora, otra oleada de adrenalina corría por su cuerpo. Quería estrangular a Leo y al resto porqué el Argo II no había salido a rescatar a Annabeth primero, pero pensaba que podía sonar un poco ingrato. — "Háblame de la visión", dijo. "Cuéntame todo". El suelo tembló. Los tablones de madera comenzaron a desaparecer, derramando arena en los pozos del hipogeo de abajo. — "Vamos a hablar a bordo", sugirió Hazel. "Será mejor que despeguemos mientras podamos." Navegaron por el Coliseo y fueron hacia el sur, sobre los tejados de Roma. Todo alrededor de la Piazza del Coliseo, el tráfico había llegado a un punto muerto. Una muchedumbre de los mortales se había reunido, probablemente pensando en las extrañas luces y sonidos que venían de las ruinas. En cuanto a Percy podía ver, ninguno de los planes espectaculares de los Gigantes para la destrucción había llegado con éxito. La ciudad tenía el mismo aspecto que antes. Nadie parecía darse cuenta del enorme trirreme griego que se elevaba hacia el cielo. Los semidioses se reunieron alrededor de la cabeza. Jason estaba vendando esguince de Piper en el hombro mientras que Hazel se sentaba en la popa, alimentando a Nico con ambrosía. El hijo de Hades apenas podía levantar la cabeza. Su voz era tan tranquila, Hazel tenía que sostenerlo cada vez que hablaba. Frank y Leo contaron lo que había pasado en la habitación con las esferas de Arquímedes, y las visiones de Gea en el espejo de bronce. Pronto decidieron que su mejor pista para encontrar a Annabeth era la pista que Baco les había proporcionado: el edificio de Emmanuel, fuera lo que

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fuera. Frank comenzó a escribir en la computadora del timón de mientras que Leo golpeaba con furia a sus controles, murmurando, — "Edificio Emmanuel. Emmanuel Building."El entrenador Hedge trataba de ayudar con un mapa de roma. Percy se arrodilló al lado de Jason y Piper. — "¿Qué tal el hombro?" Piper sonrió. — "Va a sanar. Ambos lo hicieron muy bien. " Jason dio un codazo a Percy. — "No somos un mal equipo, tú y yo." — "Mejor que las justas en un campo de maíz de Kansas", coincidió Percy. — "¡Allí está!", Exclamó Leo, señalando a su monitor. "¡Frank, eres increíble! Yo lo cree por supuesto. " Frank encogió de hombros. — "Acabo de leer el nombre de la pantalla. Algunos turistas chinos lo marcaron en Google Maps". Leo sonrió a los demás. — — — —

"El lee chino". "Sólo un poquito", dijo Frank. "¿No es genial?" "Chicos," rompió Hazel, "No me gusta interrumpir la sesión de admiración, pero ustedes deben escuchar esto".

Ella ayudó a Nico a pararse. Siempre había estado pálido, pero ahora su piel se veía como la leche en polvo. Sus oscuros y hundidos ojos recordaban a Percy los prisioneros de guerras liberados, que Percy adivino, Nico lo era. — "Gracias", con voz áspera dijo Nico. Sus ojos se movían nerviosamente alrededor del grupo. "Yo había perdido la esperanza." La semana pasada, Percy había imaginado muchas cosas hirientes que pudiera decir a Nico cuando se reunieran de nuevo, pero el tipo parecía tan frágil y triste, Percy no podía reunir mucha ira. — "Supiste de los dos campamentos siempre", dijo Percy. "Podrías haberme dicho quien yo era el primer día que llegué en el campamento de Júpiter, pero no lo hiciste. " Nico se desplomó contra el timón.

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— "Percy, lo siento. Descubrí al Campamento Júpiter el año pasado. Mi papá me llevó allí, aunque no estaba seguro de por qué. Él me dijo que los dioses habían mantenido los campamentos separados durante siglos y que yo no le podía decir nadie. Los tiempos no estaban bien. Sin embargo, dijo que sería importante para mí saber... "Él se dobló en un ataque de tos. Hazel sostenía sus hombros hasta que pudiera presentarse de nuevo. — "Yo…Creí que papá lo quería decir por Hazel", continuó Nico. "Yo iba a necesitar un lugar seguro para llevarla. Pero ahora... Creo que él quería que sepa acerca de los dos campamentos, así entendería la importancia de mi misión, y me gustaría buscar el Puertas de la Muerte. " El aire se volvió eléctrico, literalmente, como si Jason comenzara a lanzar chispas. — "¿Encontraste las puertas?", preguntó Percy. Nico asintió. — "Yo era un tonto. Pensé que podía ir a cualquier parte en el mundo terrenal, pero caminé justo hacia la trampa de Gaia. Bien podría haber intentado correr por un agujero negro”. — "Um..." Frank se mordió el labio. "¿Qué clase de agujero negro está hablando?" Nico empezó a hablar, pero lo que sea que quería decir, era muy aterrador. Se volvió a Hazel. Ella puso su mano sobre el brazo de su hermano. — "Nico me dijo que las puertas de la muerte tiene dos caras, una en el mundo mortal, otra en el Inframundo. La parte mortal de las puertas se ubica en Grecia. Está fuertemente custodiada por las fuerzas de Gea. Ahí es donde trajo a Nico el portal, al mundo superior. Luego lo trasladaron a Roma”. Piper debió de haber estado nerviosa, porque su cuerno de la abundancia escupió una hamburguesa con queso. — "¿En qué parte exacta de Grecia están las puertas?" Nico respiró débilmente. — "La casa de Hades. Es un templo subterráneo en el Epiro. Puedo marcarlo en un mapa, pero… pero el lado mortal del portal no es el problema. En el inframundo, las puertas de la muerte están en... en... " Un par de manos frías hicieron Bitzi Itzi araña bajando por la espalda de Percy. Un agujero negro. Una parte ineludible del inframundo donde incluso Nico di Ángelo no podía ir. ¿Por qué Percy no había pensado en esto antes? Había estado al borde mismo de ese lugar. Todavía tenía pesadillas. — "Tártaro", supuso. "La parte más profunda del inframundo".

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Nico asintió. — "Me arrastraron al pozo, Percy. Las cosas que vi allí abajo... "Su voz se quebró. Hazel apretó los labios. — "Ningún mortal ha estado alguna vez en el Tártaro", explicó. "Por lo menos, nadie ha ido en y regresado con vida. Es la prisión de máxima seguridad de Hades, donde los Titanes de antaño y los otros enemigos de los dioses están consolidados. Es el lugar donde van todos los monstruos cuando mueren sobre la tierra. Es... bueno, nadie sabe exactamente lo que es. " Sus ojos se dirigieron a su hermano. El resto de su pensamiento no necesitaban ser hablados: Nadie, excepto Nico. Hazel le entregó su espada negra. Nico se apoyó en ella como si fuera un bastón viejo. — "Ahora entiendo por qué Hades no ha sido capaz de cerrar la puertas ", dijo. "Incluso los dioses no entran en el Tártaro. Incluso el dios de la muerte, Tánatos por sí mismo, no se acercaría ese lugar. " Leo miró por encima de la rueda. — "Así que me imagino. Vamos a tener que ir allí. " Nico sacudió la cabeza. — "Es imposible. Yo soy el hijo de Hades, y aún sobreviví a duras penas. La fuerza de Gaia me abrumó al instante. Están poderosa ahí abajo... ningún semidiós tendría ninguna posibilidad. Casi me volví loco. " Ojos de Nico parecían cristales rotos. Percy se preguntó con tristeza si algo dentro de él se había roto definitivamente. — "Entonces vamos a zarpar hacia Epiro", dijo Percy. "Vamos a cerrar las puertas de este lado". — "Ojalá fuera así de fácil", dijo Nico. "Las puertas tienen que ser controladas en ambos lados para ser cerradas. Es como un candado doble. Tal vez, sólo tal vez, si los siete de ustedes trabajaran juntos podrían derrotar a las fuerzas de Gea en el lado mortal, en la Casa de Hades. Pero a menos que tengan un equipo luchando al mismo tiempo por el lado del Tártaro, un equipo lo suficientemente potente como para derrotar a una legión de monstruos en su casa/territorio " — "Tiene que haber una manera," dijo Jason. Nadie ofreció ideas brillantes. Percy pensó que su estómago estaba hundiendo. Entonces se dio cuenta de toda la nave estaba descendiendo hacia un gran edificio como un palacio.

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Annabeth. Las noticias de Nico era tan horrible que Percy se había olvidado momentáneamente de que todavía estaba en peligro, lo que le hizo sentirse increíblemente culpable. — "Vamos a averiguar el problema Tártaro después", dijo. "¿Este es el edificio de Emmanuel?" Leo asintió. — "¿Baco dijo algo acerca de un estacionamiento grande en la parte trasera? Bueno, ahí está. ¿Y ahora qué? " Percy recordó su sueño de la cámara oscura, la voz zúmbate malvada del monstruo. Su Señoría. Él recordó cómo como había visto a Annabeth sacudida después de su encuentro con las arañas en el Fuerte Sumer. Percy había empezado a sospechar lo que podría haber en dicho santuario... literalmente, la madre de todas las arañas. Si estaba en lo correcto, y Annabeth se había quedado atrapado allí a solas con esa criatura por horas, con la pierna rota... En este punto, no le importaba si su búsqueda era solitaria o no. — "Tenemos sacarla de ahí", dijo. — "Bueno, sí", coincidió Leo. "Pero..." Parecía como si quisiera decir: ¿Qué pasa si llegamos demasiado tarde? Sabiamente, cambió de táctica. — "Hay un montón de aparcamiento en el camino." — Percy miró al entrenador Hedge. "Baco dijo algo acerca abrirse el paso. ¿Entrenador, usted todavía tiene munición para las ballestas? " El sátiro sonrió como una cabra salvaje. — "Pensé que nunca lo preguntarías".

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CAPITULO XLIX ANNABETH ANNABETH HABÍA LLEGADO AL LÍMITE DE TERROR. Había sido asaltada por los fantasmas idolatras. Se había roto el tobillo. Había sido perseguida por un túnel por un ejército de arañas. Ahora, con mucho dolor, con su tobillo vendado con tablas y burbujas de plástico, y llevando ningún arma además de su daga, se enfrentó a Aracne, una un monstruo medio araña que quería matarla y hacer un tapiz conmemorativo sobre ella. En las últimas horas, Annabeth estaba estresada, sudaba, gemía, y parpadeaba para contener tantas lágrimas que su cuerpo se resistía a tener miedo. Su mente dijo algo así como: Bueno, lo siento. No puedo estar más asustada de lo que ya estoy. Así que en vez, Annabeth empezó a pensar. La monstruosa criatura se abrió paso hacia abajo desde la parte superior de la estatua cubierta de tela de araña. Se movía de cadena en cadena, silbando con placer, con los cuatro ojos brillantes en la oscuridad. O ella no tenía prisa, o ella era lenta. Annabeth esperaba que fuera lenta. No es que importara. Annabeth no estaba en condiciones de correr, y no le gustaban sus posibilidades en combate. Aracne probablemente pesaba varios cientos de libras. Esas piernas con púas eran perfectas hechas para capturar y matar a su presa. Además, Aracne probablemente tenía otros poderes, una horrible mordida venenosa o habilidades pR moverse soltando red como un griego clásico Spider- Man. No. El combate no era la respuesta. Eso la dejaba con trucos y su cerebro. En las antiguas leyendas, Aracne se había metido en problemas a causa de orgullo. Se había jactado de que sus tapices eran mejores que los de Atenea, que había conducido al Monte Olimpo al primer Reality de Castigos: ¿Crees que puedes tejer mejor que una diosa? Aracne había perdido de una gran forma. Annabeth sabía algo acerca de ser orgullosa. Era su error fatal también. A menudo tenía que recordarse que ella no podía hacerlo todo solo. No era siempre la mejor persona para cada puesto de trabajo. A veces tenía una visión limitada del panorama y se olvidaba de lo que otros necesitaban, incluso de Percy. Y se podría distraer fácilmente hablando de sus proyectos favoritos. ¿Pero podía utilizar esa debilidad frente a la araña? Tal vez si ganara tiempo... aunque no estaba segura de cómo ese estancamiento la ayudaría. Sus amigos no serían capaz de llegar a

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ella, aunque sabían a dónde ir. La caballería vendría. Sin embargo, el estancamiento era mejor que morir. Trató de mantener expresión de calma, que no era fácil con un tobillo roto. Ella cojeó hacia el tapiz mas cercano, un paisaje urbano de la antigua Roma. — "Maravilloso", dijo. "Háblame de este tapiz." Los labios de Aracne se curvaron sobre sus mandíbulas. — "¿Por qué te importa? Estás a punto de morir”. — "Bueno, sí", dijo Annabeth. "Pero la forma en que has capturado la luz es increíble. ¿Usaste hilo de oro real para los rayos de sol? " El tejido era realmente impresionante. Annabeth no tenía que fingir estar impresionada. Aracne se permitió una sonrisa de suficiencia. — "No, niña. No oro. Yo mezclo los colores, un contraste de color amarillo brillante con tonalidades más oscuras. Eso es lo que le da un efecto tridimensional. " — "Hermoso" La mente de Annabeth estaba dividida en dos niveles: uno que llevaba en la conversación, y el otro trataba de aferrarse a algún plan para sobrevivir. Nada venía a ella. Aracne había sido vencida una sola vez, por la propia Atenea, y que había usado la magia divina y habilidad increíble en un concurso de tejido. — "Así que...", dijo. "¿Has visto esta escena por ti misma?" Aracne entre dientes, la boca era espumosa de una manera no muy atractiva. — "Estás tratando de retrasar su muerte. No funcionará". — "No, no", insistió Annabeth. "Simplemente parece una vergüenza que estos bellos tapices no puedan ser vistos por todos. Ellos pertenecen en un museo, o ... " — "¿O qué?", Preguntó Aracne. Una idea loca surgió totalmente formada a partir de la mente de Annabeth, al igual que su madre saltando de bocha de Zeus. Pero, ¿podría que hacer que funcione? — "Nada." Ella suspiró con nostalgia. "Es una idea tonta. Es una lástima. " Aracne se escabulló por la estatua hasta que estuvo en lo alto de la cabeza de la diosa. Incluso desde esa distancia, Annabeth podía oler el hedor de la araña, como una panadería entera llena de pasteles que dejaron podrir por un mes. — "¿Qué?" La araña presionado. "¿Qué piensas que es una tontería?" Annabeth tenía que obligarse a no retroceder. Con el tobillo roto o no, cada nervio de su cuerpo palpitaba de miedo, diciéndole que se alejarse de la enorme araña que se cierne sobre ella. — "Oh... es sólo que me pusieron a cargo de rediseñar el Monte Olimpo", dijo. "Ya sabes, después de la Guerra Titán. He completado la mayor parte de la obra, pero necesitamos un montón de arte pública de calidad. El salón del trono de los dioses, por ejemplo... yo Estaba pensando en su trabajo sería perfecto para exhibir allí. Los

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olímpicos finalmente podrían ver lo talentosa que eres. Como ya he dicho, era un pensamiento tonto”. El abdomen peludo Aracne se estremeció. Sus cuatro ojos brillaban como si tuviera un pensamiento independiente y detrás de cada estaba tratando de tejer en una banda coherente. — "Se está rediseñando el Monte Olimpo", dijo. "Mi trabajo... en el salón del trono." — "Bueno, en otros lugares también", dijo Annabeth. "El pabellón principal podría usar varios de estos. Uno con el paisaje de Grecia, a las Nueve Musas le encantaría. Y estoy seguro de que los otros dioses se pelean por su trabajo también. Habían competir para tener sus tapices en sus palacios. Supongo que, aparte de Atenea, ¿ninguno de los dioses ha visto lo que puede hacer? "Aracne chasqueó sus mandíbulas. — "No lo creo. En los viejos tiempos, Atenea rompió todos mis mejores trabajos. Mis tapices representan los dioses en formas bastante poco halagadoras, ya ves. A tu madre no le gustaba eso. " — "Más bien hipócrita", Annabeth dijo, "ya que los dioses se burlan de uno al otro todo el tiempo. Creo que el truco sería el de enfrentar a un dios contra otro. Ares, por ejemplo, me encantaría un tapiz de él burlándose de mi madre. Siempre está resentida con Atenea". La cabeza de Aracne estaba inclinada en un ángulo antinatural. — "¿Se podría trabajar en contra de su propia madre?" — "Sólo estoy diciendo lo que Ares le gusta", dijo Annabeth. "Y Zeus le encantaría algo burlándose de Poseidón. Oh, estoy seguro de si los olímpicos vieran su trabajo, se darían cuenta de lo increíble que eres, y que tendría que negociar un licitación de guerra. En cuanto a trabajar en contra de mi madre, ¿por qué no habría de hacerlo? Ella me envió aquí a morir, ¿verdad? La última vez que la vi en Nueva York, ella básicamente me repudió. " Annabeth le contó la historia. Ella compartió su amargura y tristeza, y debe haber de haber sonado genuino. La araña no se movía. — "Esa es la naturaleza de Atenea", susurró Aracne. "Ella deja de lado incluso su propia hija. La diosa nunca permitiría que mis tapices se pusieran en la sala del trono. Ella siempre tuvo celos de mí. " — "Pero imagínese si pudieras conseguir tu venganza de una vez." — "¡Al matarte!" — "Supongo". Annabeth se rascó la cabeza. "O... permitiéndome ser su agente. Que podría conseguir su trabajo en el monte Olimpo. Podría organizar una exposición para los otros dioses. Cuando mi madre se enterara, sería demasiado tarde. Los olímpicos finalmente verían que su trabajo es mejor. " — "¡Entonces lo admites!", Exclamó Aracne. "¡Una hija de Atenea admite soy mejor que ella! Oh, esto es dulce a mis oídos. "

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— "Pero lo haces mucho mejor", Annabeth señalo hacia afuera. "Si muero aquí, sigues viviendo en la oscuridad. Gea destruye los dioses, y ellos no se dan cuenta que eras la mejor tejedora”. La araña siseó. Annabeth tenía miedo a que su madre de repente se pudiera aparecer y maldecirla con cierta aflicción terrible. La primera lección que todos los niños de Atenea aprendían: Mamá era el mejor en todo, y nunca deben sugerir lo contrario. Sin embargo, nada malo pasó. Tal vez Atenea entendía que Annabeth estaba diciendo estas cosas para salvar su vida. O tal vez Atenea estaba en tan en mal estado, dividida entre sus personalidades griegas y romanas, que ni siquiera le estaba prestando atención. — "Eso no va a suceder", se quejó Aracne. "No lo puedo permitir". — "Bueno..." Annabeth se movió, tratando de mantener su peso sobre el tobillo palpitante. Una nueva grieta apareció en el suelo, y ella se movió cojeando. — "¡Cuidado!", Espetó Aracne. "¡Los cimientos de este templo se han comido lo largo de los siglos!" Latido del corazón de Annabeth se tambaleó. — "¿Comido?" — "No tienes idea de cuánto odio se reduce por debajo de nosotros", dijo la araña. "Los pensamientos rencorosos de tantos monstruos que tratan de llegar a la Atenea Partenos y destruirla. ¡Mi cinta es la única cosa que mantiene la habitación junta, chica! ¡Un paso en falso y te vas a caer en camino al Tártaro, y créanme, a diferencia de las puertas de la muerte, esto sería un viaje sin retorno, una caída muy fuerte! Yo no te haré morir antes de que me digas tus planes para mi arte. " La boca de Annabeth sabía a óxido. ¿Durante todo el camino al Tártaro? Trató de mantener la concentración, pero no fue fácil ya que escuchaba el crujido suelo y el crack, derramando escombros hacia el vacío de abajo. — "Bien, el plan", dijo Annabeth. "Um... como ya he dicho, me encantaría tomar tus tapices al Olimpo y colgarlos en todas partes. Podrías frotar tus trabajos en la cara de Atenea por toda la eternidad. Pero la única manera de hacer eso... No. Es demasiado difícil. Es lo mismo que seguir adelante y matarme. " — "¡No!", Exclamó Aracne. "Eso es inaceptable. Ya no me da ningún placer de contemplar. ¡Tengo que tener mis trabajos en el Monte Olimpo! ¿Qué debo hacer? " Annabeth negó con la cabeza. — — — —

"Lo siento, no debí haber dicho nada. Sólo me empújame al Tártaro o algo así. " "¡No quiero!" "No seas ridículo. Mátame". "¡Yo no recibo órdenes de usted! ¡Dime lo que debo hacer! O... o "

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— "¿O me vas a matar?" — "¡Sí! ¡No! "Presionó La araña sus patas delanteras contra la cabeza. "Tengo que mostrar mi obra en el monte Olimpo." Annabeth trató de contener su emoción. Su plan podría funcionar... pero todavía tenía que convencer a Aracne de hacer algo imposible. Se acordó de un buen consejo Frank Zhang le había dado: Mantenlo Simple. — "Supongo que podría tirar de algunos hilos", reconoció. — "Tengo éxito en eso", dijo Aracne. "¡Soy una araña!" — "Sí, pero para llegar a su trabajo mostrado en el monte Olimpo, necesitaríamos una audición correcta. Que tendría que lanzar la idea, presentar una propuesta, armar una cartera. Hmm... ¿tiene algunas ideas de demostración? " — "¿Ideas de demostración?" — "Negro brillante y blanco... Oh, no importa. La pieza de audición es lo más importante. Estos tapices son excelentes. Pero los dioses requerirán algo muy especial, algo que muestre su talento en el extremo”. Aracne gruñó. — "¿Estás sugiriendo que estos no son mi mejor trabajo? ¿Estás retándome a un duelo? " — "¡Oh, no!", Se rió Annabeth. "¿Contra mí? Dios, no. Eres demasiado buena. Sólo sería un concurso contra usted mismo, para ver si realmente tienes lo que se necesita para mostrar su obra en el monte Olimpo. " — "¡Por supuesto que lo soy!" — "Bueno, yo te creo. Sin embargo, la audición, ya sabes... es una formalidad. Me temo que será muy difícil. ¿Estás segura de que no sólo quieres matarme? " — "¡Deja de decir eso!" Gritó Aracne. "¿Qué debo hacer?" — "Te voy a mostrar". Annabeth se descolgó la mochila. Sacó portátil de Dédalo y la abrió. El logo delta brillaba en la oscuridad. — "¿Qué es eso?", Preguntó Aracne. "¿Algún tipo de telar?" — "De alguna manera", dijo Annabeth. "Es para tejer ideas. Contiene un diagrama de la obra de arte que se podrían construir. " Sus dedos temblaban sobre el teclado. Aracne se agachó para mirar directamente por encima del hombro de Annabeth. Annabeth no podía dejar de pensar en la facilidad con que los dientes como agujas podrían hundírsele en el cuello. Abrió el programa de imágenes en 3D. Su último diseño seguía ahí, la clave del plan de Annabeth, inspirado la musa más improbable: Frank Zhang. Annabeth hizo algunos cálculos rápidos. Ella aumentó las dimensiones del modelo, luego mostró a Aracne como se podrían crear hebras de material tejido en tiras trenzadas, creando u cilindro largo. La luz dorada de la pantalla iluminó el rostro de la araña.

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— "¿Quieres que yo haga eso? ¡Pero esto no es nada! ¡Tan pequeño y sencillo! " — "El tamaño real sería mucho mayor", advirtió Annabeth. "¿Ves estas medidas? Naturalmente, debe estar lo suficientemente grande como para impresionar a los dioses. Puede parecer simple, pero la estructura tiene propiedades increíbles. Su seda de araña sería el perfecta un material suave y flexible, pero fuerte como el acero”. — "Ya veo..." Aracne frunció el ceño. "Pero esto no es ni siquiera un tapiz." — "Es por eso que es un reto. Está fuera de su zona de confort. Una obra como ésta, una escultura abstracta, es lo que el dioses que busca. Estaría de pie en el vestíbulo de entrada de la sala del trono olímpico para todos los visitantes de ver. Serías famosa para siempre " Aracne hizo un zumbido descontento en la garganta. Annabeth se dio cuenta de que le gustaba la idea. Sus manos se empezaron a sentir frías y sudorosas. — "Esto podría tener una gran cantidad de tela", se quejó de la araña. "Más de lo que podía hacer en un año." — Annabeth había estado esperando eso. Había calculado la masa y el tamaño en consecuencia. "Necesitarías desentrañar la estatua ", dijo. "Reutilizar la seda". Aracne parecía a punto de objetar, pero Annabeth saludó a la Atenea Partenos como si nada. — "¿Que es más importante, proteger esa estúpida y antigua estatua o demostrar que tu arte es el mejor? Por supuesto, tienes que ser muy cuidadosa. Necesitas dejar las correas que unen la sala. Pero si piensas que es demasiado difícil." — "¡Yo no he dicho eso!" "Está bien. Es sólo que... Atenea, dijo que la creación de esta estructura trenzada sería imposible para cualquier tejedor, incluso ella. Si piensas que no puedes…” — — — —

"¿Atenea dijo eso?" "Bueno, sí". "¡Ridículo! ¡Yo puedo hacerlo! " "¡Genial! Pero necesitas comenzar de inmediato, antes de los olímpicos elijan a otro artista para sus instalaciones. "

Aracne gruñó. — "Si usted me está engañando, niña…" — "Me tienes aquí como rehén", Annabeth le recordó. "No es como si pudiera ir a cualquier parte. Una vez que esta escultura este completa, estarás de acuerdo que es la pieza más increíble que has hecho. Si no, con mucho gusto moriré " Aracne vaciló. Sus piernas con púas estaban tan cerca, podrían haber empalado Annabeth con un golpe rápido. — "Bien," dijo la araña. "¡Un último desafío, contra mí!" Aracne se subió a su red y comenzó a desentrañar la Atenea Partenos.

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CAPITULO L ANNABETH ANNEBETH PERDIÓ LA NOCIÓN DEL TIEMPO. Podía sentir la ambrosía que había comido antes le empezaba a curar la pierna, pero aún le dolía tanto que el dolor palpitaba hasta el cuello. A lo largo de las paredes, pequeñas arañas se escabullían en la oscuridad, como si esperaran órdenes de su ama. Miles de ellas crujían detrás de los tapices, haciendo que las escenas de los tejidos se movieran como viento. Annabeth sentía que el suelo se desmoronaba y trataba de conservar su fuerza. Mientras Aracne no la estaba mirando, ella trataba de obtener algún contacto con sus amigos por la portátil de Dédalo, pero por supuesto que no tenía suerte. Que la dejó sin nada más que hacer, solo mirar a Aracne con asombro y horror tejiendo, sus ocho patas que se moviéndose con velocidad hipnótica, poco a poco desentrañando los hilos de seda alrededor de la estatua. Con sus ropas de oro y su luminosa cara de marfil, la Atenea Partenos era aún más aterradora que Aracne. Te contemplaba con severidad como diciendo: Tráeme sabrosos aperitivos o si no. Annabeth podía imaginar que un griego antiguo, entrando en el Partenón y al ver a esta diosa con su enorme escudo, lanza y la pitón, con la mano libre sosteniendo Niké, el espíritu con alas de la victoria. Hubiera sido suficiente para que cualquier mortal se enrede en su túnica. Más que eso, la estatua irradiaba poder. Mientras Atenea era desenvuelta, el aire a su alrededor se hizo más cálido. Su piel de marfil brillaba con vida. Por toda la habitación, las arañas más pequeñas se agitaron y empezaron a retroceder de nuevo en el pasillo. Annabeth supuso que las redes de Aracne habían de alguna manera enmascarado y humedecido la magia de la estatua. Ahora que era libre, la Atenea Partenos llenó la cámara con la energía mágica. Siglos de oraciones mortales y holocaustos se había convertido en su presencia. Estaba influenciada con el poder de Atenea. Aracne no parecía darse cuenta. Ella siguió murmurando para sí misma, contando metros de seda y el calculando el número de hebras que su proyecto requeriría. Cada vez que ella dudaba, Annabeth la estimulaba y le recordaba lo maravilloso que sus tapices se verían colgados en el Monte Olimpo. La estatua se hizo tan caliente y brillante que Annabeth podía ver más detalles del santuario, la mampostería romana que probablemente había sido una vez un blanca resplandeciente, los huesos oscuros de las víctimas pasadas de Aracne y las redes y los cables masivos que conectaban el techo con el suelo. Annabeth ahora veía la fragilidad de las losas de mármol que estaban bajo sus pies. Estaban cubiertos de una fina capa de malla, malla como para mantener unida a un espejo roto.

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Cada vez que el Atenea Partenos se movía en lo más mínimo, más grietas se extendían y se ampliaban a lo largo del suelo. En algunos lugares, había agujeros tan grandes como tapas de cesto de residuos. Annabeth casi deseaba que estuviera oscuro otra vez. Incluso si su plan tenía éxito y derrotaba a Aracne, no estaba segura de cómo podría salir de esta cámara con vida. — "Tanto la seda", murmuró Aracne. "Yo podría hacer veinte tapices…" — "¡Sigue adelante!" Llamado Annabeth. "Estás haciendo un trabajo maravilloso." La araña siguió trabajando. Después de lo que pareció una eternidad, una montaña de seda brillante se amontonaban a los pies de la estatua. Las paredes de la sala estaban todavía cubiertas de telarañas. Los cables de soporte que sostienen la misma habitación no habían sido perturbados. Pero el Atenea Partenos era libre. Por favor, despierta, Annabeth le rogó a la estatua. Madre, ayúdame. No pasó nada, pero las grietas parecían estar extendiéndose por el suelo más rápidamente. De acuerdo con Aracne, los pensamientos maliciosos de monstruos habían carcomido los cimientos de la capilla de los siglos. Si eso era cierto, ahora que la Atenea Partenos estaba gratis podría atraer aún más la atención de los monstruos en el Tártaro. — "El diseño", dijo Annabeth. "Debería darse prisa." Levantó la pantalla del ordenador para que Aracne lo vea, pero la araña espetó: — — — — —

"Lo he aprendido de memoria, hijo. Tengo un ojo de artista para el detalle. " "Por supuesto que sí. Pero hay que darse prisa. " "¿Por qué?" "Bueno... para que podamos presentar su trabajo al mundo!" "Hmm .Muy bien”.

Aracne comenzó a tejer. Era un trabajo lento, girando hilos de seda en tiras largas de tela. La cámara retumbó. Las grietas en los pies de Annabeth hicieron más amplia. Si Aracne lo había notado, no parecía importarle. Annabeth había considerado tirar a la mujer al hueco, pero rechazó la idea. No había un agujero lo suficientemente grande, y además, si el suelo cedía, podría Aracne probablemente colgarse de su seda y escapar, mientras que Annabeth y la antigua estatua caerían en el Tártaro. Poco a poco, Aracne terminaba las largas tiras y las trenzaba entre sí. Su habilidad era perfecta. Annabeth no pudo evitar sentirse impresionada. Sintió otro atisbo de duda acerca de su propia madre. ¿Qué pasa si Aracne era en serio mejor tejedora que Atenea? Pero la habilidad de Aracne no era el punto. Ella había sido castigada por ser orgullosa y grosera. No importaba lo increíble que eras, no podías ir por ahí insultando a los dioses. Los olímpicos son un recordatorio de que siempre hay alguien mejor que tú, así que no deberías

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tener una cabeza grande. Sin embargo... convertirse en una monstruosa araña inmortal era un duro castigo para presumir. Aracne trabajaba más rápido, colocando los filamentos juntos. Pronto, la estructura se hizo. A los pies de la estatua había un cilindro trenzado de cintas de seda, cinco pies de diámetro y tres metros de largo. La superficie brillaba como el caparazón de una concha marina, pero no parecía hermosa. Era funcional: una trampa. Sólo sería hermosa si funcionaba. Aracne se volvió hacia ella con una sonrisa hambrienta. — "¡Ya está! ¡Ahora, mi recompensa! Demuéstrame que puedes entregar lo que has prometido. " Annabeth estudiado la trampa. Ella frunció el ceño y se acercó a su alrededor, inspeccionando el tejido desde todos los ángulos. Entonces, teniendo cuidado de su tobillo malo, se puso de rodillas y se arrastró dentro. Había hecho las mediciones en su cabeza. Si se hubiera equivocado, su plan estaba condenado. Pero ella se deslizó a través del túnel de seda, sin tocar los lados. La cinta estaba pegajosa, pero no imposible de soltarse. Se arrastró por el otro extremo y sacudió la cabeza. — "Hay una falla", dijo. — "¿Qué?", Exclamó Aracne. "¡Imposible! Seguí sus instrucciones…." — "Adentro", dijo Annabeth. "Entra y míralo por ti mismo. Está justo en el medio, un defecto en el tejido." Aracne soltaba espuma por la boca. Annabeth tenía miedo de que ella la hubiera presionado demasiado, y la araña se apoderarse de ella. Se volvería más que otro conjunto de huesos en las telarañas. En cambio, Aracne puso sus ocho patas puntudas. — "Yo no cometo errores". — "Oh, es pequeño", dijo Annabeth. "Es probable que pueda solucionarlo. Pero yo no quiero mostrar nada a los dioses, que lo mejor que puedas hacer. Mira, ve adentro y compruébalo. Si se puede arreglar, entonces vamos a mostrárselo a los olímpicos. Vas a ser el la artista más famosa de todos los tiempos. Probablemente despidan a las Nueve Musas y para contratarte como supervisora de arte. La diosa Aracne... sí, No me sorprende. " — "La diosa..." La respiración de Aracne se volvió superficial. "Sí, sí. Voy a arreglar este fallo. " Asomó la cabeza por el túnel. — "¿Dónde está?" — "Justo en el medio", instó a Annabeth. "Adelante. Podría ser un poco apretado para ti. " — "¡Estoy bien!", Espetó ella, y se retorció.

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Como Annabeth había esperado, el abdomen de la araña entraba en parte, pero sólo apenas. A medida que se abrió pasó en las tiras trenzadas de seda se ampliado para complacerla. Aracne teníae todo el camino hasta sus hileras. — "No veo ninguna falla", anunció. — "¿En serio?", Preguntó Annabeth. "Bueno, eso es extraño. Salid y voy a echar otro vistazo. " Era el momento de la verdad. Aracne se retorció, tratando de salir. El túnel de tejido se contrajo y la sostuvo rápido. Trató de escabullirse hacia adelante, pero la trampa ya estaba pegada a su abdomen. No podía pasar por esa vía tampoco. Annabeth había tenido miedo de que las púas en las patas de la araña puedan perforar la seda, pero las piernas de Aracne estaban presionadas fuertemente contra su cuerpo que apenas podía moverlos. — "¿Qué…qué es esto?" Gritó. "¡Estoy atrapada!" — "Ah", dijo Annabeth. "Se me olvidó decirte. Esta obra de arte se llama Esposas chinas. Por lo menos, es una gran variación en esa idea. Yo lo llamo Agarra-Arañas chinos”. — "¡Traición!" Vitoreo Aracne y rodó y se retorció, pero la trampa de la abrazó con más fuerza. — "Era una cuestión de supervivencia", corrigió Annabeth. "Usted me iba a matar de cualquier manera, si te ayudaba o no, ¿verdad?" — "¡Bueno, por supuesto! Eres una hija de Atenea. "La trampa se quedó inmóvil. "¡Quiero decir... no, por supuesto que no! Yo respeto mis promesas. " — "Uh-huh." Annabeth dio unos pasos más atrás mientras el tubo se empezó a mover de nuevo. "Normalmente, estas trampas se hacen de bambú tejido, pero la seda de araña es aún mejor. Esto te agarrara rápido, y es demasiado fuerte para romperlo, incluso para usted”. — "¡Gahhhh!" Aracne rodó y se retorció, pero Annabeth se trasladó fuera del camino. Incluso con un tobillo roto, ella lograba evitar una trampa de seda dedo gigante. — "¡Te voy a destruir!", Prometió Aracne. "Quiero decir... no, voy a ser muy agradable si me dejas salir". — "Guardaría mi energía, si fuera tu." Annabeth respiró hondo, relajándose por primera vez en horas. "Voy a llamar a mis amigos. " — "¿Tú… vas a contarles acerca de mi obra de arte?", se preguntó Aracne esperanzada. Annabeth escaneó la habitación. Tenía que haber una manera de enviar un mensaje Iris al Argo II. Tenía un poco de agua que le quedaba en la botella, ¿Pero como hacía para crear suficiente niebla con luz en una caverna? Aracne comenzó a rodar de nuevo. — "¡Estás llamando a sus amigos para que me maten!" Gritó ella-. "¡No voy a morir! ¡No voy a morir así!” — "Cálmate", dijo Annabeth. "Vamos a dejarte vivir. Sólo queremos la estatua". — "¿La estatua?"

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— "Sí." Annabeth debería haber dejado en eso, pero el miedo se estaba convirtiendo en ira y resentimiento. "¿La obra de arte que voy a mostrar más prominente en el Monte Olimpo? No va a ser tuya. La Atenea Partenos pertenece allí, justo en el parque central de los dioses. " — "¡No! ¡No, eso es horrible! " — "Oh, no va a suceder de inmediato", dijo Annabeth. "Primero vamos a echar la estatua con nosotros a Grecia. Una profecía nos dijo tiene el poder de ayudar a derrotar a los gigantes. Después de eso... bueno, no podemos devolverle al Partenón. Eso sería plantear demasiadas preguntas. Estará más seguro en el Monte Olimpo. Se unirá a los hijos de Atenea y traerá la paz entre los romanos y griegos. Gracias por mantenerla a salvo por los siglos. Has hecho un gran servicio a Atenea”. Arranche gritó y se sacudió. Una hebra de seda tiro salió del abdomen monstruo y se unió a un tapiz en la pared del fondo. Aracne contrajo el abdomen y ciegamente arrancado el tejido. Siguió rodando, disparando al azar seda, tirando braseros de fuego mágico y rasgando azulejos del piso. La cámara se sacudió. Los tapices empezaron a arder. — "¡Deja de hacer eso!" Annabeth trató de moverse a un lado de la seda de la araña. "¡Vas a bajar la caverna entera y matarnos a los dos!" — "¡Mejor que verte ganar!" Gritó Aracne. "¡Hijos! ¡¡Ayúdame! " Oh, genial. Annabeth había esperado que el aura de la estatua mágica la mantenga alejada de las arañas pequeñas, pero Aracne continuó gritando, suplicando que le sirvan. Annabeth estaba considerando matar a la mujer araña para hacerla callar. Sería fácil usar el cuchillo ahora mismo. Pero dudaba en matar a cualquier monstruo cuando era tan indefenso, incluso Aracne. Además, si ella le apuñalaba a través de la seda trenzada, la trampa se puede desarmar. Y Aracne podría liberarse antes de que Annabeth pudiera acabar con ella. Todos estos pensamientos llegaron demasiado tarde. Arañas comenzaron enjambre en la cámara. La estatua de Atenea brillaba más brillante. Las arañas claramente no querían acercarse, pero se adelantaban como si estuvieran reuniendo su coraje. Su madre gritaba pidiendo ayuda. Finalmente se derramarían en Annabeth, abrumándola. — "¡Aracne, basta!", Gritó ella. "Voy a…." De alguna manera Aracne se retorció en su prisión, señalando su abdomen hacia el sonido de la voz de Annabeth. Una hebra de seda le golpeó en el pecho como un guante de peso pesado. Annabeth se cayó, su pierna quemaba de dolor. Ella cortó salvajemente la cuerda con su daga cuando Aracne tiró de ella hacia sus hileras de patas. Annabeth logró cortar la hebra y arrastrarse, pero las pequeñas arañas se estaban cerrando a su alrededor. Se dio cuenta de todos sus esfuerzos no habían sido suficientes. No iba a lograr salir de aquí. Los niños de Aracne la mataría a los pies de la estatua de su madre.

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Percy, pensó, lo siento. En ese momento, la cámara se sacudió, y el techo de la caverna estalló en una explosión de luz ardiente.

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CAPITULO LI ANNABETH ANNABETH HABÍA VISTO COSAS EXTRAÑAS ANTERIORMENTE, pero nunca había visto autos lloviendo. A medida que el techo de la caverna se derrumbaba, la luz del sol la cegó. Ella consiguió un breve vistazo de la que del Argo II atravesándose. Debe de haber utilizado sus ballestas para destruir un agujero directamente a través del suelo. Los pedazos de asfalto tan grande como puertas de garaje se derrumbaban, junto con otros seis o siete coches italianos. Uno habría aplastado la Atenea Partenos, pero el aura resplandeciente de la estatua se comportaba como un campo de fuerza, y el coche rebotó. Por desgracia, cayó directamente hacia Annabeth. Ella saltó a un lado, retorciendo su pie malo. Una ola de agonía casi le hizo perder el conocimiento, pero volvió su vista justo para ver un Fiat 500 Slam caer en la trampa de seda de Aracne, perforando el suelo de la caverna y desapareciendo con la Atrapa-Arañas china. Cuando Aracne cayó, gritó como un tren de carga en curso de colisión, pero su llanto se desvaneció rápidamente. Alrededor de Annabeth, más trozos de escombros se estrellaron en el suelo, dejando enigmáticamente agujeros. La Atenea Partenos permaneció intacta, aunque el mármol bajo su pedestal tenía fracturas que destellaban. Annabeth estaba cubierta de telarañas. Ella arrastró las hebras de seda de araña sobrantes de sus brazos y piernas como las cuerdas de una marioneta, pero de alguna manera, sorprendentemente, ninguno de los escombros la había golpeado. Quería creer que la estatua tenía protección, aunque ella sospechaba que podría haber sido más que suerte. El ejército de arañas había desaparecido. Todos ellos había o huido a la oscuridad o se habían caído en el abismo. Luego la luz del día inundó la caverna, Los tapices de Aracne se transformaron en polvo, que apenas podía Annabeth soportar ver, especialmente el tapiz que representa a ella y Percy. Pero nada de eso importaba cuando oyó la voz de Percy desde arriba: — "¡Annabeth!" — "¡Aquí!" Sollozó. Todo el terror pareció dejarla en un grito masivo. A medida que el Argo II descendía, vio a Percy inclinado sobre el carril. Su sonrisa era mejor que cualquier tapiz que había visto nunca.

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La habitación seguía sacudiéndose, pero Annabeth logró ponerse de pie. El suelo a sus pies parecía estable por el momento. Su mochila había desaparecido, junto con el ordenador portátil de Dédalo. Su cuchillo de bronce, que había tenido desde que tenía siete años, también estaba desaparecido, probablemente caído en un hoyo. Pero a Annabeth no le importaba. Ella estaba viva. Se acercó al agujero hecho por el Fiat 500. Annabeth podía ver que las ásperas paredes de roca se hundieron en la oscuridad. A unos pequeños salientes sobresalían aquí y allá, pero Annabeth no veía nada más que eso, sólo hebras de seda de araña se derramaban hacia los lados como oropel de Navidad. Annabeth se preguntó si Aracne había dicho la verdad sobre el abismo. ¿Había caído la araña todo el camino al Tártaro? Trató de sentirse satisfecha con esa idea, pero la entristecía. Aracne había hecho algunas cosas hermosas. Ella ya había sufrido durante eones. Ahora sus últimos tapices se habían derrumbado. Después de todo eso, cayendo en el Tártaro parecía un final demasiado duro. Annabeth era vagamente consciente de que el Argo II estaba flotando hasta detenerse a unos cuarenta metros del suelo. Bajó una cuerda escalera, pero Annabeth estaba en las nubes, mirando hacia la oscuridad. Entonces, de repente Percy estaba al lado de ella, aferrando sus dedos en los de ella. La giró suavemente lejos de la fosa y envolvió sus brazos alrededor de ella. Enterró la cara en su pecho y rompió a llorar. — "Está bien", dijo. "Estamos juntos". Él no dijo estás bien, o estamos vivos. Después de todo lo que habían pasado en el último año, sabía que lo más importante era que estaban juntos. Ella lo amaba por decir eso. Sus amigos se reunieron a su alrededor. Nico di Ángelo estaba allí, pero los pensamientos de Annabeth eran tan difusos, que eso no parecer se sorprendente para ella. Parecía que él hubiera estado con ellos siempre. — "Su pierna." Piper se arrodilló a su lado y examinó las tablas con burbujas de plástico. "Oh, Annabeth, ¿qué pasó?" Ella comenzó a explicar. Hablar era difícil, pero a medida que avanzaba, sus palabras salían con más facilidad. Percy no permitió que le soltara la mano, lo que también le hizo sentir más confianza. Cuando terminó, las caras de sus amigos eran con holgura asombro. — "Dioses del Olimpo", dijo Jason. "Hiciste todo eso solo. Con un tobillo roto. " — "Bueno... algunas de ellas con un tobillo roto." Percy sonrió. — "¿Hiciste a Aracne tejer su propia trampa? Sabía que eras buena, pero Annabeth Santa Hera, así fue. Por generaciones los niños de Atenea han intentado y han fracasado. Encontraste el Atenea Partenos "

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Todo el mundo miró a la estatua. — "¿Qué hacemos con ella?", Preguntó Frank. "Es enorme". — "Vamos a tener que llevarla con nosotros a Grecia", dijo Annabeth. "La estatua es poderosa. Nos ayudará detener a los gigantes”. — "La perdición de los gigantes se mantiene dorada y pálida" Hazel citado. "La victoria a través del dolor de una jaula tejida." Miró a Annabeth con admiración. "Era la jaula de Aracne. La engañaste para que la teja”. Con mucho dolor, Annabeth se pensaba. Leo levantó las manos. Hizo un marco de imagen alrededor del dedo como Atenea Partenos que estaba tomando mediciones. — "Bueno, puede ser que tome un poco de reorganización, pero creo que la puedo pasar por las puertas de la bodega en el establo. Si ella sobresale al final, voy a tener que envolver una bandera alrededor de sus pies o algo así. " Annabeth se estremeció. Se imaginó la Atenea Partenos que sobresalía de su trirreme con una pancarta a través de su pedestal que decía: CARGA PESADA. Entonces pensó en las otras líneas de la profecía: Los gemelos sofocan el aliento del ángel. Aquél que sujeta las llaves de la muerte infinita. — "¿Qué pasa con ustedes?", Preguntó. "¿Qué pasó con los gigantes?" Percy le habló de rescate Nico, la aparición de Baco, y la lucha con los gemelos en el Coliseo. Nico no dijo mucho. El pobre hombre parecía como si hubiera estado vagando a través de un páramo durante seis semanas. Percy explicó lo que Nico se había enterado de las puertas de la muerte, y cómo tenían que ser cerradas por ambos lados. Incluso con la luz del sol que entra desde arriba, las noticias de Percy hacían que la caverna de vuelva oscura otra vez. — "Así que la parte mortal se encuentra en Epiro," dijo ella. "Por lo menos eso es un lugar donde podamos llegar". Nico hizo una mueca. — "Pero en el otro lado está el problema. Tártaro. " La palabra parecía hacer eco a través de la cámara. El hoyo detrás de ellos soltó una ráfaga de aire frío. Fue entonces cuando Annabeth los upo con certeza. El abismo iba directamente a los infiernos. Percy debió de haberlo sentido también. La guió un poco más lejos de la orilla. La seda de sus brazos y piernas caían al agujero, como un velo nupcial. Hubiera querido tener su daga para cortar esa basura fuera. Ella casi le preguntó Percy si podía hacer los honores con Riptide, pero antes de que pudiera, él dijo,

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— "Baco mencionó algo acerca de que mi viaje era más difícil de lo que esperaba. No sé por qué…" La cámara rugió. La Atenea Partenos se inclinó hacia un lado. Su cabeza estaba atrapada en uno de los cables de apoyo de Aracne, pero los cimientos bajo el pedestal de mármol se estaban desmoronando. Nauseas hincharon el pecho de Annabeth. Si la estatua caía en el abismo, todo su trabajo sería en vano. Su misión fracasaría. "¡Asegúrenla!” Gritó Annabeth. Sus amigos entendieron inmediatamente. — "Zhang", exclamó Leo. "Llévame a cubierta, ¡Rápido! El entrenador esta allí solo. " Frank se transformó en un águila gigante, y los dos se dispararon hacia la nave. Jason envolvió su brazo alrededor de Piper. Se volvió hacia Percy. — "Volveré por ustedes en un momento." Él llamó el viento y salió disparado en el aire. — "¡El piso no va a durar!", Advirtió Hazel. "El resto de nosotros debe llegar a las escalera." Las columnas de polvo y telarañas caían en los agujeros del suelo. Los cables de seda de araña de apoyo temblaban como masivas cuerdas de guitarra y comenzaron a romperse. Hazel se lanzó hacia la parte inferior de la escalera de cuerda y le indicó a Nico que la siga, pero Nico no estaba en condiciones de correr. Percy agarró las manos de Annabeth muy fuerte. — "Vamos a estar bien", murmuró. Alzó la vista y vio líneas saliendo desde el Argo II y envolviéndose alrededor de la estatua. Una enlazó a Atenea por cuello como una soga. Leo gritó órdenes desde el timón mientras Jason y Frank volaban frenéticamente de una línea a otra, tratando de asegurarlos. Nico acababa de llegar a la escalera cuando un agudo dolor se disparó pierna mala Annabeth. Ella jadeó y tropezó. — "¿Qué es?", Preguntó Percy. Trató de escalonar hacia la escalera. ¿Por qué se mueve hacia atrás en su lugar? Sus pies se resbalaron, estaban yendo barrida hacia atrás y ¿cayó sobre su rostro. — "Su tobillo", gritó Hazel de la escalera. "¡Córtalo! ¡Córtalo! " La mente de Annabeth estaba ciega de dolor. ¿Cortar el tobillo?

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Al parecer, Percy tampoco se daba cuenta de lo que Hazel se refería. Entonces, algo la tiró hacia atrás y arrastró a Annabeth hacia la fosa. Percy se abalanzó. Él la agarró del brazo, pero el impulso lo llevó adelante también. — "¡Ayúdenlos!", Gritó Hazel. Annabeth vislumbro a Nico yendo en su dirección, Hazel tratando de desentrañar su espada de caballería de la cuerda escalera. Sus otros amigos se estaban centrando todavía en la estatua, y Hazel los gritos de Hazel se perdían en el grito general y la caverna. Annabeth sollozó cuando ella golpeó el borde de la fosa. Sus piernas se fueron por la borda. Demasiado tarde, se dio cuenta de lo que era sucediendo: estaba enredada en la tela de araña. Debería haberlo cortado inmediatamente. Ella había pensado que era sólo una línea floja, pero con todo el suelo cubierto de telarañas, no se había dado cuenta de que una de las cadenas estaba envuelta alrededor de su pie, y el otro extremo había dirigido directamente a la fosa. Estaba adjunta a algo pesado en la oscuridad, algo que la estaba tirando. — "No", murmuró Percy, luz brillaba en sus ojos. "Mi espada ..." Pero no podía llegar a Riptide sin soltar el brazo de Annabeth, y la fuerza de Annabeth se había ido. Ella se deslizó del borde. Percy cayó con ella. Su cuerpo se estrelló contra algo. Debió haberse desmayado brevemente por el dolor. Cuando pudo ver de nuevo, se dio cuenta de que había caído parcialmente dentro de la fosa y estaba colgando sobre el vacío. Percy había logrado apoderarse de una cornisa unos quince metros por debajo de la parte superior del abismo. Él se aferraba con una mano, agarrando la muñeca de Annabeth con la otra, pero el tirón en la pierna era demasiado fuerte. No hay escape, dijo una voz en la oscuridad de abajo. Yo voy al Tártaro, y tú vienes también. Annabeth no estaba segura de si realmente oyó la voz de Aracne o si era sólo en su mente. El pozo se estremeció. Percy era lo único que la mantenía de caerse. Apenas se aferraba de una repisa tamaño estantería. Nico se inclinó sobre el borde del abismo, metiendo la mano, pero estaba demasiado lejos para ayudarlos. Hazel estaba gritando a los otros, pero incluso si la oían por encima de todo el caos, nunca lo lograrían a tiempo. La pierna de Annabeth parecía que estaba tirando libremente de su cuerpo. El dolor era como lava hirviendo. La fuerza del Inframundo le tiraba con su oscura gravedad. Ella no tenía la fuerza para luchar. Sabía que estaba demasiado lejos para ser salvada. — "Percy, déjame ir", dijo con voz ronca. "No se puede tirar de mí hacia arriba." Su rostro estaba pálido por el esfuerzo. Podía ver en sus ojos que él sabía que era inútil. — "Nunca", dijo. Miró a Nico, quince metros más arriba. "¡El otro lado, Nico! Nos vemos allí. ¿Entiendes? "

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Los ojos de Nico se abrieron como platos. — "Pero…" — "Guíalos allí ", gritó Percy. "¡Prométemelo!" — "Yo…yo lo haré." Debajo de ellos, la voz se rió en la oscuridad. Sacrificios. Hermosos sacrificios para despertar a la diosa. Percy aumentó la presión sobre la muñeca de Annabeth. Su rostro estaba demacrado, raspado y sangriento, con el pelo espolvoreado con telarañas, pero cuando lo miró a los ojos, ella pensó que nunca había parecido tan guapo. — "Nos vamos a quedar juntos", prometió. "No estarás alejada de mi. Nunca más. " Sólo entonces entendió lo que iba a suceder. Un viaje de ida. Una caída muy fuerte. — "Tanto, como estemos juntos", dijo. Oyó a Nico y Hazel gritando por su ayuda. Vio la luz del sol lejos, muy por encima, tal vez el último rayo de sol que vería. Entonces Percy se soltó de su pequeña repisa, y juntos, tomados de la mano, él y Annabeth cayeron en la oscuridad sin fin.

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CAPITULO LVII LEO LEO TODABÍA ESTABA EN SHOCK. Todo había sucedido tan rápido. Se estaba liando tratando de asegurar las líneas de la Atenea Partenos cuando el piso cedió y quebró las columnas finales de correas. Jason y Frank fueron hacia abajo para salvar a los demás, pero sólo se habían encontrado con Nico y Hazel colgando de la escalera de cuerda. Percy y Annabeth se habían ido. El hoyo al Tártaro los había enterrado bajo varias toneladas de escombros. Leo sacó el Argo II de las cavernas segundo antes de que el sitio entero explotara, llevándose al resto de la playa de estacionamiento de la misma. El II Argo estaba estacionado ahora en una colina con vistas a la ciudad. Jason, Hazel y Frank habían regresado a la escena del la catástrofe, con la esperanza de cavar entre los escombros y encontrar una manera de salvar a Percy y Annabeth, pero que volvieron desmoralizados. La caverna había desaparecido simplemente. La escena estaba llena de policías y trabajadores de rescate. Ningún mortal había salido herido, pero los italianos se rascarán la cabeza durante meses, preguntándose cómo un sumidero masivo apareció justo en el medio del estacionamiento y se tragó una docena de coches en perfecto estado. Aturdidos por el dolor, Leo y los demás cargaron con cuidado la Atenea Partenos en la bodega, con la nave usando los tornillos hidráulicos con una asistencia de Frank Zhang, siendo parcialmente elefante. La estatua encajaba bien, lo que iban a hacer con ella, Leo tenía ni idea. El entrenador Hedge estaba demasiado miserable para ayudar. Siguió paseando por la cubierta con lágrimas en los ojos, tirando de su barba de chivo y golpeándose el lado de la cabeza, murmurando: "¡Yo les debería haber salvado! ¡Debería haber volado más cosas! " Finalmente Leo le dijo que fuera bajo cubierta y asegure todo para poder irse. No estaba haciendo nada bueno para el mismo. Los seis semidioses se reunieron en el alcázar y miraron a la columna de distante de humo que seguía en aumento desde el lugar de la implosión. Leo puso la mano en la esfera de Arquímedes, que ahora estaba sentada en el timón, listo para ser instalada. Él debería estar emocionado. Era el mayor descubrimiento de su vida, incluso más grande que Bunker 9. Si él podía descifrar los pergaminos de Arquímedes, iba a ser capaz de hacer cosas realmente asombrosas. Apenas se atrevía a esperar, sino que incluso podría ser capaz de construir un nuevo disco de control seguro para su amigo dragón. Aún así, el precio había sido demasiado alto. Casi podía oír las risas de Némesis. Te dije que podía hacer negocios, Leo Valdez.

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Había abierto la galleta de la fortuna. Había recibido el código de acceso para la esfera y salvado a Frank y Hazel. Pero el sacrificio había sido Percy y Annabeth. Leo estaba seguro de ello. — "Es mi culpa", dijo rotundamente. Los otros se le quedaron mirándolo. Sólo Hazel pareció entender. Ella había estado con él en el Gran Lago Salado. — "No", insistió. "No, esto es culpa de Gea. No tenía nada que ver con usted. " Leo quería creer eso, pero no podía. Habían comenzado este viaje estropeado por Leo, disparando a Nueva Roma. Habían terminado en la antigua Roma con Leo rompiendo una galleta y pagando un precio mucho peor que un ojo. — "Leo, escúchame." Hazel agarró la mano. "No voy a permitir que tomes toda la culpa. No lo podría soportar después-después de Sammy ... " Ella se emocionó, pero Leo sabía lo que quería decir. Su bisabuelo se había culpado de la desaparición de Hazel. Sammy había vivido una buena vida, pero se había ido a la tumba creyendo que todo había pasado por un diamante maldito y había condenado a la chica que amaba. Leo no quería poner a Hazel triste de nuevo, pero esta vez era diferente. El verdadero éxito requiere sacrificio. Leo había decidido romper esa galleta. Percy y Annabeth habían caído en el Tártaro. Eso no podía ser una coincidencia. Nico di Ángelo se acerco arrastrando los pies, apoyado en su espada negra. — "Leo, no están muertos. Si así fuera, yo lo podría sentir. " — "¿Cómo puedes estar seguro?", Preguntó Leo. "Si ese pozo realmente se los llevó a… ya sabes... ¿cómo puedes sentirlos de tan lejos?" Nico y Hazel compartieron una mirada, tal vez comparando notas sobre el radar de muerte de Hades / Plutón. Leo se estremeció. Hazel no parecía una hija del dios del inframundo con él, pero Nico di Ángelo, el tipo era espeluznante. — "No podemos estar cien por ciento seguro", admitió Hazel. "Pero creo que Nico tiene razón. Percy y Annabeth todavía con vida... al menos, hasta ahora. " Jason dio un puñetazo contra la barandilla. — "Yo debería haber estado prestando atención. Podría haber volado hacia abajo y agarrarlos". — "Yo, también", se quejó Frank. El tipo grande parecía al borde de las lágrimas. Piper puso su mano en la espalda de Jason.

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— "No es tu culpa, de ninguno de los dos. Estaban tratando de salvar la estatua. " — "Tiene razón", dijo Nico. "Incluso si el pozo no hubiera sido tapado, no podían haber volado en él sin ser tirados hacia abajo. Yo soy el único que ha estado realmente en el Tártaro. Es imposible describir lo poderoso que es el lugar. Una vez que te acercas, te chupa hacia adentro, nunca tienes una oportunidad. " Frank sollozó. — "¿Entonces Percy y Annabeth no tienen ninguna oportunidad tampoco?" Nico se torció el anillo de calavera de plata. — "Percy es el semidiós más poderoso que haya conocido. Sin ánimo de ofender a ninguno de ustedes, pero es verdad. Si alguien puede sobrevivir, es el, especialmente si tiene Annabeth a su lado. Van a encontrar una manera de pasar a través del Tártaro" Jason se volvió. — "A las puertas de la muerte, quieres decir. Pero nos dijiste que están custodiadas por las fuerzas más poderosas de Gaia. ¿Cómo podrían posiblemente, solo dos semidioses…? " — "No lo sé", admitió Nico. "Pero Percy me dijo que los lleve a Epiro, al lado mortal de la puerta. Está pensando en reunirse con nosotros allí. Si somos capaces de sobrevivir a la morada de Hades, abrirnos camino a través de las fuerzas de Gea, a continuación, tal vez podamos trabajar juntos con Percy y Annabeth y sellar las puertas de la muerte de ambos lados. " — "¿Y conseguir que Percy y Annabeth vuelvan sanos y salvos?"preguntó Leo. — "Tal vez." A Leo no le gustaba la forma Nico lo decía, él no compartía todas sus dudas. Además, Leo sabía algo de cerraduras y puertas. Si las puertas de la muerte debían ser selladas por ambos lados, ¿cómo iban a hacer eso a menos que alguien permaneció en el Inframundo, atrapado? Nico tomó una respiración profunda. — "Yo no sé cómo lo van a manejar, pero Percy y Annabeth se encuentra un camino. Ellos viajan a través del Tártaro y van a encontrar las puertas de la muerte. Cuando lo hagan, tenemos que estar preparados”. — "No va a ser fácil", dijo Hazel. "Gea arrojará todo lo que tiene en nosotros para evitar que lleguemos a Epiro". — "¿Qué otra cosa nueva?", Suspiró Jason. Piper asintió. — "Tenemos otra opción. Tenemos que cerrar las puertas de la muerte antes de que tratemos de detener a los gigantes que quieren despertar a Gea. De lo contrario sus ejércitos, no morirán jamás. Y tenemos que darnos prisa. Los romanos se encuentran en Nueva York. Pronto, van a marchar hacia el Campamento Mestizo ".

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— "Tenemos un mes a lo sumo," añadió Jason. "Efialtes, dijo que Gea despertaría en exactamente un mes." Leo se enderezó. — "Podemos hacerlo". Todo el mundo lo miró fijamente. — "La esfera de Arquímedes puede actualizar el barco", dijo, esperando que tener razón. "Voy a estudiar los antiguos rollos que tenemos. Tiene que haber todo tipo de armas nuevas que puedo hacer. Vamos a llegar a los ejércitos de Gea con un conjunto nuevo de arsenal de dolor. " En la proa de la nave, Festus crujía la mandíbula y lanzó fuego desafiante. Jason esbozó una sonrisa. Le dio una palmada en el hombro de Leo. — "Parece un buen plan, almirante. ¿Desea establecer el curso? " Ellos bromeaban, llamándose Almirante, pero por una vez Leo aceptó el título. Esta era su nave. No se había llegado tan lejos para ser detenido. Ellos encontrarían esta Casa de Hades. Tomarían las puertas de la muerte. Y por los dioses, si Leo tuvo que diseñar un brazo metálico lo suficiente grande para arrebatar a Percy y Annabeth fuera del Tártaro, entonces eso es lo que haría. ¿Némesis quería vengarse de Gea? Leo estaría feliz de hacerlo. Iba a hacer que Gea se lamente haberse metido en algún momento con Leo Valdez. — "Si." Él tomó una última mirada al paisaje urbano de Roma, volviéndose al rojo sangre en la puesta del sol. "Festus, iza las velas. Tenemos algunos amigos a salvar”.

PROXIMAMENTE 2013 Los Héroes del Olimpo, Libro 4 LA CASA DE HADES

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LISTA DE CAPITULOS Capítulo I : Annabeth Capítulo II: Annabeth Capítulo III : Annabeth Capítulo IV : Annabeth Capítulo V : Leo Capítulo VI : Leo Capítulo VII : Leo Capítulo VIII : Leo Capítulo IX : Piper Capítulo X : Piper Capítulo XI :Piper Capítulo XII : Piper Capítulo XIII : Percy Capítulo XIV : Percy Capítulo XV : Percy Capítulo XVI : Percy Capítulo XVII : Annabeth Capítulo XVIII : Annabeth Capítulo XIX : Annabeth Capítulo XX : Annabeth Capítulo XXI : Leo Capítulo XXII : Leo Capítulo XXIII : Leo Capítulo XXIV : Leo Capítulo XXV :Piper

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Capítulo XXVI: Piper Capítulo XXVII: Piper Capítulo XXVIII: Piper Capítulo XXIX : Percy Capítulo XXX : Percy Capítulo XXXI : Percy Capítulo XXXII: Percy Capítulo XXXIII: Annabeth Capítulo XXXIV : Annabeth Capítulo XXXV: Annabeth Capítulo XXXVI: Annabeth Capítulo XXXVII : Leo Capítulo XXXVIII : Leo Capítulo XXXIX: Leo Capítulo XL: Leo Capítulo XLI: Piper Capítulo XLII: Piper Capítulo XLIII: Piper Capítulo XLIV: Piper Capítulo XLV: Percy Capítulo XLVI: Percy Capítulo XLVII: Percy Capítulo XLVIII: Percy Capítulo XLIX: Annabeth Capítulo L: Annabeth Capítulo LI: Annabeth Capítulo LII: Leo

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Mi nombre es Jeremías Scholz, soy administrador del blog (http://theheroesofolympussaga.blogspot.com.ar/) y es el primer libro que traduzco, perdón si hay algún pequeño error, tarde dos meses en lograrlo por completo asique apreciaría de verdad que si van a usar mi traducción, o me pidan permiso o me nombren. Lo dejo al servicio de todos, léanlo, está muy entretenido, y cuando salga The House Of Hades lo traduciré también. Desde ya muchas gracias. Jeremías Scholz

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