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Revisión Final Kuami

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Índice Sinopsis Graduación Primer avistamiento El Wilde Ride La casa de Ryder Un largo día La noche más larga Plan B Avena Entrar y salir El arrastrado de Brent Partido duro Confesiones Flores Problemas Salir por una Carrera La mascota del maestro

Doble D y mensajes de texto Noche en la ciudad Fiesta en el Wilde Ride El cumpleaños de Ryder Victoria’s Secret ¿Quieres dar una vuelta? El Ataque Secuela De vuelta a casa Tengo que marcharme Devon ¿A quién eliges? Recordando Epilogo: Ryder Próximo Libro

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U

Sinopsis

n vergonzoso encontronazo la deja con ganas de más. Ella Scott, lista para un cambio y con la oportunidad de escapar de la tragedia familiar, se dirige a la conocida Del Mar, California, después de graduarse en la universidad.

Nadie podía haberla preparado para lo que se encontraría. Después de comenzar su nuevo trabajo como profesora de secundaria, un encuentro aterrador con unos matones locales y los avances y la atención no deseada de un compañero de trabajo, envía a Ella a los brazos de Ryder Wilde, propietario de un bar local. Pero Ryder viene con sus propias complicaciones. Como presidente de su club de moteros, Mayhem, Ryder debe escoger entre los planes de su clan de moteros y cualquier oportunidad de futuro que pueda tener con Ella. Contiene situaciones sexuales y lenguaje gráfico.

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Capítulo 1 Graduación

F

inalmente después de cuatro años, hoy es mi último día en la universidad Northeastern. Acabo de graduarme con un título de enseñanza y pronto dejaré Boston, Massachusetts, y continuaré mi camino hacia la hermosa Del Mar, California, donde he aceptado un puesto como profesora de literatura en la preparatoria Del Mar Regional. Cada verano, cuando era pequeña, mi madre y mi padre nos llevaban a mi hermano y a mí a la ciudad de Del Mar durante dos semanas. Me encantaba ir allí, y era en todo lo que pensaba durante el año escolar. Todo terminó el verano anterior a mi último año de secundaria, cuando mi familia y yo tuvimos un grave accidente automovilístico que cambió mi vida para siempre. Todo el mundo dijo que tuve suerte, a pesar de ser la única superviviente. No sé si debo sentirme afortunada, teniendo en cuenta que toda mi familia murió y que mi torso inferior está cubierto de cicatrices por el accidente. Mi mejor amiga Payton y su familia me acogieron durante mi último año de secundaria. Ellos me amaron tanto como yo los amé. La mayoría de los adolescentes les hubiera encantado estar viviendo con su mejor amiga, pero para mí era un recordatorio constante de que no me quedaba realmente ninguna familia. La familia de Payton Clare, eran maravillosos. Su madre y su padrastro me ayudaron a entrar en la universidad y organizaron la residencia y la matrícula, con la ayuda de la herencia de mis padres. A pesar de que vivían en la misma ciudad, Karen la madre de Payton, quería que experimentara una "verdadera" experiencia universitaria. De momento hoy es el día de mi graduación, y soy la mejor estudiante de mi clase. En poco tiempo, voy a dar mi discurso de despedida. La única cosa que podría hacerme más feliz es que todos los que me importaban, estuvieran aquí para compartir este momento tan especial.

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—Estoy tan orgullosa de ti Ella, y sé que tu madre, tu padre y tu hermano lo habrían estado también —dice Karen interrumpiendo mis pensamientos. —Lo sé, sólo desearía que pudieran estar aquí conmigo —confieso con la amenaza de lágrimas, formándose en mis ojos. —Ellos están aquí, Ella. Están siempre aquí contigo, no importa lo que hagas o donde vayas y te puedo asegurar que estarían muy orgullosos de ti por todo lo que has logrado. Siempre he pensado que te pareces a tu madre. Eres una mujer hermosa, inteligente, fuerte e independiente. Ella está viviendo dentro de ti y lo estará mientras vivas —dice ella metiendo los cabellos sueltos detrás de mis orejas. —Me gustaría que Payton y tú fueran conmigo a California. —Vamos a ir por unos días para ayudarte con la mudanza. Después de eso, estamos a sólo una llamada de distancia cariño. Ella tiene la cualidad de hacerme sentir como si fuera su propia hija. Lo que realmente, supongo, me convertí en los últimos años. —Hey Ella, ¡esto es tan emocionante! —Payton chilla corriendo hacia nosotras. —¡Lo sé! Estoy volviéndome loca. No creo que pueda hacer esto. No me gusta hablar delante de la gente. —Sí, puedes. ¿Qué vas a hacer cuando estés delante de una clase llena de adolescentes? —Karen pregunta. —Es completamente diferente, seré el único adulto y será mi trabajo. Es una situación totalmente diferente a dar un discurso —digo señalando lo obvio. —Sólo finge que todo el mundo está desnudo —dice Payton señalando a la multitud, sonriendo—. Sobre todo, ese tipo —ronronea señalando a un tipo al azar mientras a la vez me guiña el ojo. —Um. Creo que eso me pondría aún más nerviosa —replico, teniendo en cuenta a todas las personas de la habitación, especialmente el chico que Payton está señalando. ¡Oh, genial! Probablemente voy a imaginarlo desnudo ahora. ¡Muchas gracias, Payton! —La única cosa que la gente estará pensando es “Ojalá pudiera ser tan hermosa e inteligente como ella” —dice Payton. Ojalá fuera así de fácil. Ella no creció siendo la que siempre se escondía detrás de las chicas guapas, populares de la escuela secundaria y la universidad. Quiero decir, no soy atractiva en absoluto, pero tampoco no es que no puedas ni mirarme. Mi cabello ondulado es de color castaño oscuro y cae justo después de mis hombros. Tengo la piel blanca como la nieve y

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ojos marrones. No me pongo ropa muy reveladora debido a mis cicatrices, pero si no fuera por ellas, supongo que tendría un cuerpo equilibrado. —Estoy segura de que es en lo que van a estar pensando, Payton — digo resoplando. —Dios, no tienes confianza en ti misma. ¿Dónde está Matt? Tal vez, él pueda hacer entrar en razón —dice Payton girando los ojos. —Él está por aquí, en alguna parte —le respondo. Matt mi novio y compañero de posgrado—. Pero, no creo que haya nada que pueda decir, que me haga sentir menos nerviosa para salir a ese escenario —suspiro. De repente, los funcionarios anuncian el nombre del Valedictorian1 y la invitan a la etapa de su presentación. ¡Oh, Mierda! Esa soy yo. ¿Cómo voy a salir de esto? Doy un paso hacia el escenario, apoyándome en el podio y agarrándome al borde con tanta fuerza que los nudillos se vuelven blancos. Puedes hacer esto Ella. Mantente fuerte, pienso. Tomando una respiración profunda, miro hacia el público, evitando al tipo que Payton me señaló, y comienzo mi discurso. A mitad de camino hago contacto visual con tres personas: Payton, Karen y Matt. Mis chicas me miran con expresiones de orgullo y alegría. Cuando me encuentro con la mirada de Matt, me guiña un ojo y grita: —Esa es mi chica. ¡Lo estás haciendo impresionante, Ella! —Al instante me sonrojo y miro hacia otro lado, continuando con mi discurso. Antes de darme cuenta, estoy llegando a la conclusión de mi discurso. Para ser honesta, estaba tan nerviosa ahí arriba, que podría no haber dicho nada. No parecía haber ido tan mal porque todo el mundo aplaude. Me vuelvo a sentar con mis compañeros de graduación y esperamos a que nos llamen para aceptar nuestros diplomas. Mientras espero que mi nombre sea nombrado, veo como Matt acepta su diploma y mis pensamientos derivan a mi vida pasada y presente amorosa, si se puede llamar así. Sólo he tenido dos novios. Cuando ocurrió el accidente, estaba saliendo con el mariscal de campo del equipo de fútbol de nuestra escuela secundaria. Jason terminó conmigo un par de semanas después de que me dieran de alta en el hospital, alegando que no podía hacer frente a la fatalidad y tristeza de la situación. Bonito, ¿eh? Me alegro de no haberle dado mi virginidad a ese idiota. Conocí a mi actual novio, Matthew Hoffe, durante mi segundo año de estudios. Tiene algo de aspecto de “chico tímido”. Tiene el cabello corto de color marrón oscuro, ojos marrones, sonrisa perfecta y está bastante bien

Valedictorian: El estudiante con el rango académico más alto en una clase que entrega el discurso de despedida en la graduación 1

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construido, sin parecer un idiota total. Quiero decir que es guapo y todo eso, pero como que me gusta el look de chico malo, sabes lo que quiero decir. Aunque estábamos en la misma clase desde el primer año, en realidad nunca nos conocimos hasta el año siguiente. Yo estaba en la biblioteca estudiando una noche, cuando Matt se acercó y puso sus libros sobre la mesa y me preguntó si podía acompañarme. La mayoría de las chicas en la escuela lo encontraba absolutamente hermoso y morirían por tener la oportunidad de salir con él, pero esa noche me eligió a mí, para invitarme a salir en una cita para el siguiente fin de semana. A partir de esa primera cita, nos hicimos inseparables, no salíamos el uno del lado del otro. Si veías a Matt, yo estaba cerca detrás o viceversa. Por desgracia, las cosas no habían vuelto a ser lo mismo desde el año pasado. Solo nos veíamos una o dos veces por semana, fuera de las clases. El entusiasmo inicial que había en nuestra relación ya no parecía existir. Realmente no sé lo que va a suceder durante el verano, cuando salga para California. Matt ha tomado un puesto en una escuela privada en la ciudad de Nueva York. Me encanta Matt, pero no de la manera que debería. Sé que no voy a perder nuestra relación, pero lo voy a extrañar cuando nos separemos. Pase lo que pase, espero que podamos seguir siendo amigos. Incluso con los cerca que hemos estado, Matt y yo aún no hemos mantenido relaciones sexuales. Todavía soy virgen a los veintidós años de edad. Sé, que estás pensando, patético, ¿no? Tenía miedo de que una vez que viera lo monstruosa que soy con mis cicatrices, nunca quisiera tener nada que ver conmigo. O tal vez, la verdadera razón era que Matt no era el ideal. La única persona que podía traerme tan nerviosa con el deseo, que me olvidaría totalmente de lo que parece mi cuerpo y me entregaría a la pasión. No pensé que alguna vez encontraría el ideal para mí, hasta que fui a Del Mar una semana el verano pasado.

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Capítulo 2 N

Primer avistamiento unca olvidaré el día en que por primera vez le vi.

Yo estaba fuera, en mi carrera habitual de la mañana, corriendo a lo largo de la calle principal de la ciudad escuchando a Miranda Lambert Fastest Girl in Town en mi iPod, cuando oí y sentí ruido sobre mi música. No sabía qué hacer con ello, pero era fuerte y retumbaba por todo mi cuerpo. Las vibraciones enviaban sensaciones dulces desde la parte superior de mi cabeza hasta la punta de los dedos de los pies. Cuando me di la vuelta por curiosidad, había un grupo de alrededor de dieciséis motos rugiendo hacia mí. Juro que era igual que verlas en uno de esos programas de motoristas macarras. Giré la cabeza de vuelta a la carretera después de que terminara de mirar y moví rápidamente la cabeza hacia el gran poste de luz que sobresalía del suelo. Genial ¿Cómo diablos no he podido ver algo como eso? Todo se volvió negro. Cuando abrí los ojos, pensé que estaba en el cielo. El hombre más hermoso que había visto en mi vida estaba justo en frente de mi cara diciéndome algo que no podía entender. Finalmente pude entender lo que estaba diciendo cuando él me sacó los auriculares de los oídos. —¿Estás bien? —Sosteniendo dos dedos me preguntó—: ¿Cuántos dedos? —Dos —le contesté. Dios, era guapísimo. Tenía el cabello enmarañado, castaño oscuro cayéndole en la barbilla, enmarcándole unos bellos ojos azules. Pude ver un tatuaje en el cuello que asomaba del cuello de la chaqueta de cuero que decía “Sólo Dios puede juzgarme”. Fue totalmente rudo y excitante. Mis dedos se morían por alcanzar y trazar las letras en tinta en su piel. Estaba tan fascinada que no me daba cuenta de que aún me estaba hablando, así que le pedí que repitiera lo que me estaba diciendo.

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—¿Crees que te puedes sentar o necesitas que te llevemos a un hospital? Tenía la voz más sensual que jamás había escuchado. Debía de tener a las chicas cayendo a sus pies y sin bragas. —Creo que voy a estar bien —le dije. Cuando fui a ponerme de pie, se aferró a mi brazo para ayudar a estabilizarme. Podía sentir la electricidad de los dedos donde me sostenía. —Estoy más que bien —balbuceé. Él me miró divertido y finalmente soltó mi brazo, todavía hormigueaba donde me había tocado. Me sentí un poco mareada y supe que me balanceaba cuando me di cuenta de que los edificios frente a mí iban de lado a lado. —¡Ah! —grité cuando casi caigo de nuevo al suelo, pero eso nunca sucedió. En su lugar me encontré aferrada con fuerza al cuerpo más duro que había sentido o había puesto los ojos en él. Las siguientes palabras que salieron de la boca del sexy motero fueron: ―Vaya nena, realmente estás perdiendo el sentido por mí, ¿no es así? A pesar de que estaba bastante segura de que tenía una conmoción cerebral, o sufría de daño cerebral y no pensaba bien, sabía que él estaba siendo un engreído y arrogante. Las siguientes palabras que salieron de mi boca fueron: —¿QUE DEMONIOS? ¡Podría haberme matado y me estás diciendo frases graciosas! Estoy bastante segura de que Jax Teller no haría eso en Sons of Anarchy —que es una de mis series favoritas de televisión—. ¿En serio? Él es caliente y todo, pero todo lo que tenía en su mente era él. —Parecía una buena idea en el jodido momento —dijo, seguida de una sexy sonrisa torcida. —Supongo que me vas a decir a continuación que tienes un espejo en el bolsillo, y puedes verte a ti mismo en los pantalones. Se inclinó hacia mí, con la boca rozó mi oreja y dijo—: En realidad te iba a invitar a una fiesta, hermosa. —¿En serio? —le pregunté un poco demasiado entusiasmada. —Sí... una fiesta en mis pantalones. —Se rio en voz alta. A pesar de que estaba siendo un idiota, todavía parecía hacerme estar excitada y molesta. Lo empujé tan fuerte como pude y seguí corriendo en dirección a la casa de alquiler en la que me quedaba, mientras le oí gritarme:

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—¡Nos vemos nena! —Y escuché a todos los otros chicos reírse con el motorista. —En tus sueños, ¡Vete a la mierda! —le dije mientras le sacaba el dedo, lo que llevó a los chicos reírse aún más fuerte. A pesar de que no fue el encuentro más romántico —nada parecido a lo que ves en las películas—, había algo acerca de este hombre que no podía sacarme de mi cabeza. Para mi decepción, nunca volví a ver al misterioso motorista el resto de mi viaje. Nunca lo olvidé De hecho, casi estuve obsesionada con él durante el siguiente año.

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Capítulo 3 D

El Wilde Ride

espués de la graduación, tuve un par de meses para pasar tiempo con Payton y su familia, y rompí con Matt. Se sorprendió cuando le dije que sentía que éramos más amigos que novio/novia. Le dije que le echaría de menos y siempre me preocuparía por él y me encantaría que siguiéramos siendo amigos. No era una mirada de felicidad la que vi en su rostro cuando se lo estaba explicando. También tuve que señalar que él estaría viviendo en la costa Este y yo estaría en la costa Oeste. ¿Cómo podríamos hacer que funcionase una relación a distancia? Digamos que no le gustaba el hecho de que estuviese rompiendo con él. Si yo le hubiese importado tanto, se habría esforzado más, mientras salíamos. Tal vez, no ayudó que no pudiese sacar de mi mente a cierto motorista macarra.

Ahora estamos a mediados de Agosto y estoy finalmente en la soleada Del Mar. Payton y Karen me ayudaron con la mudanza y se quedaron conmigo durante un par de días. Mientras estaban aquí, les mostré algunos de los lugares a los que me encantaba ir en la ciudad. También me ayudaron a desempacar todas mis cosas y decorar mi apartamento. Mi apartamento era tan acogedor que sólo quería acurrucarme en el sofá con mi eReader y nunca dejarlo. Por desgracia, tuve que dejar mi pequeño y acogedor apartamento porque comenzaba hoy mi nuevo trabajo en la preparatoria Del Mar Regional. Estoy sentada en mi clase repasando el plan de estudio para esta mañana antes de que los estudiantes se presenten a las clases, cuando Brent Walker, el profesor de Educación Física, entra por la puerta. Él es atractivo, con cabello rubio claro, ojos verdes y hoyuelos increíbles. Brent me lanza una sonrisa con hoyuelos.

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—Hola Ella, ¿cómo va tu primer día? —Hasta ahora, muy bien. He examinado algunos de los archivos de mis estudiantes para familiarizarme en donde están con sus habilidades y me he reunido con algunos de los otros profesores, también. Ahora, solo estoy haciendo mi plan de estudios para esta mañana. —Joder, mujer. ¿A qué hora llegaste para haber logrado todo eso ya? —Supongo, que hace más o menos una hora. —Creo que todavía estaba en la cama hace una hora. No es difícil de decir que es tu primer día porque pareces ansiosa y demasiado emocionada. Date un par de días y se te pasará. —Estoy segura de que una vez que me acostumbre a ello. —Así que, me preguntaba. ¿Quieres tomar una copa conmigo esta tarde, después del trabajo? —me pregunta con nerviosismo. —Claro, me encantaría Brent. —Él es atractivo, ¿por qué no?—. Está bien, te veré en la sala de profesores a las cuatro —dice él, lanzándome una sonrisa y caminando fuera de mi clase. Es justo después de las cuatro de la tarde. Cuando Brent se ofrece a llevarme al bar, que está a unos cinco minutos en coche de la escuela. Cuando llegamos a nuestro destino, no puedo dejar de pensar para mí misma “¿En serio, aquí es donde vamos a conseguir algo de beber?“. La pintura en el exterior del edificio se está pelando. Un par de las ventanas están agrietadas y hay varias motos estacionadas delante del bar. Miro lo que llevo puesto, que es una camiseta blanca con un pequeño suéter gris de cachemira, una falda lápiz negra y tacones de aguja negros y mi cabello está recogido en un moño. Sí, no creo que vaya a encajar aquí. Brent, siente mi malestar e intenta tranquilizarme diciendo—: Te ves muy bien, Ella. Vamos a estar bien. He venido aquí un par de veces con algunos amigos y no pasó nada. Está todo bien. Me suelto el cabello y paso mis dedos a través de él. Así está mejor, me siento un poco más informal. El letrero sobre la puerta dice: “Wilde Ride” y no puedo dejar de pensar en el motorista sexy del verano pasado y sobre el tipo de viaje salvaje que podría tener con él. Vaya, ¿de dónde diablos salió eso Sta. Virgen? Sofoco una risa y entro en la entrada del bar con Brent cerca de mí, con su mano presionando mi espalda. El interior del bar se ve tan deteriorado como el exterior. El lado positivo, es que tiene aspecto de limpio. Está realmente lleno aquí y no puedo dejar de notar que la mayoría de los clientes son mujeres atractivas, vistiendo ropas muy reveladoras y están bien dotadas. Miro hacia mi escote y me pregunto si debo bajar mi camiseta un poco para mostrar mis niñas. Nah, no seas estúpida, Ella.

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Localizamos dos taburetes en la barra y rápidamente vamos para cogerlos antes de que alguien más lo haga. El camarero se da la vuelta y hago contacto visual con un familiar —y he mencionado magnifico— par de ojos azules. No puedo evitar el escalofrío que recorre todo mi cuerpo. Por supuesto, me gustaría encontrarme con él aquí. Trato de no mirar su cuerpo con esa camiseta blanca, apretada sobre su pecho. ¡Oh Dios, él todavía se ve increíble! —¿Qué les puedo conseguir? —él pregunta, sacándome del estupor de mirar su pecho, preguntándome cómo se ve debajo. Me pilla totalmente. Se nota por la sonrisa sexy que me hace derretir en el taburete de la barra. ¿Se acuerda de mí? Dios, eso espero. Ahora, estoy realmente repensando la cuestión del escote. Debería haber ajustado sin duda mi camiseta para mostrar mis bienes. Sonrío a mis malos pensamientos. Brent me pregunta lo que me gustaría tomar y yo le digo una Budweiser. —Dos Buds, por favor. No sé si me lo he imaginado, pero casi parece que frunce el ceño hacia Brent antes de alejarse para conseguir nuestras cervezas. Regresa con nuestras botellas y luego camina hacia el extremo opuesto de la barra para servir a otras mujeres que esperaban allí. No puedo dejar de notar su reacción ante él mientras está tomando sus pedidos. Constantemente se acercan y lo tocan, riéndose de las cosas que dice y lo miran con ojos lujuriosos. Qué montón de putas, pienso para mí misma. Durante todo el tiempo Brent me ha estado hablando, pero en realidad no he podido concentrarme en lo que me está diciendo, porque puedo sentir un par de ojos azules férreos en mí. Me hace retorcerme en mi taburete de la barra. Brent se excusa para ir al cuarto de baño y tan pronto como esto sucede, ciento una oleadas de aire caliente golpear la parte trasera de mi cuello y escucho en mi oído un susurro—:Pasa de ese idiota y nos vemos de nuevo aquí, cuando salga a las ocho. Ni siquiera pienso en ello, asiento y respondo entrecortadamente—: Está bien. —Él sonríe, se vuelve y se aleja de mí. Brent vuelve y me pregunta si me gustaría ir a su casa a tomar una copa. Yo le miento diciéndole que estoy muy cansada y necesito llegar a casa para descansar un poco para mañana por la mañana, pero tal vez en otro momento. No puedo creer lo fácil que es para mí mentirle, para poder pasar algún tiempo con mi motorista. ¡OMD! Mi motorista, no puedo creérmelo.

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Poco después de terminar nuestras bebidas, nos levantamos y nos dirigimos hacia la puerta para salir. Tomando una última mirada hacia la barra antes de salir, me doy cuenta de que el camarero nos mira. Él hace un guiño y dice movimiento solo los labios: “Más tarde, nena“. Brent me lleva de vuelta a la escuela para recuperar mi coche.

Ahora son las ocho y he vuelto al Wilde Ride. Estoy sentada en la barra esperando ansiosamente. Noto a alguien deslizarse a mi lado y sentarse en el taburete junto a mí. —¡Hols nena! —Mi nombre es Ella Scott, no nena —afirmo tratando de mirarlo ferozmente. —Ryder Wilde. Ya te dije, que nos veríamos por ahí. Esto responde a mi pregunta anterior. Él sí me recuerda. ¡Yupiiii! —¿Ryder Wilde? —¿Wilde, como el Wilde Ride? ¿Eres el dueño de este elegante establecimiento? —pregunto con sarcasmo. —Sí, Ryder Wilde y yo somos dueños de este lugar —responde—. ¿Quieres cerveza, preciosa? —¿Esa frase funciona con todas las chicas? —preguntó. Realmente, este hombre es un pedazo. Pedazo de qué, aún no estoy del todo segura. Sí, él grita un fuerte ego masculino, pero ¿puede sacar una conversación diciendo más de cinco palabras a la vez y no gruñir? —Lo sabrías si eso fuese una frase, sol —Ryder dice arrastrando las palabras. Su voz es una mezcla de sexo, pasión, y testosterona—. Es obvio que no estás acostumbrada a la escena de los bares —añade. Él es el protagonista de mis fantasías, todo por el sonido de su voz. Dios, soy una imbécil, una imbécil sin vida. Le miro sobre la botella de cerveza que él ordenó para mí. Su musculoso cuerpo está oculto —pero no muy bien— en una ajustada camiseta y unos desgastados vaqueros oscuros desteñidos. Pensando en la primera vez en que nos encontramos el uno con el otro, no podía dejar de recordar lo duro que era su cuerpo. Este es el tipo de persona que te empujaría contra la pared en un arrebato de pasión y haría su sucio camino contigo, cada vez que quisiera, donde quisiera y como quisiera. Oh Dios, estoy en problemas. —¿Qué te hace pensar que no frecuento bares? Tienes que saber, que era una habitual, en varios bares de mi ciudad natal —contrarresto.

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—Desafortunadamente, los bares elegantes de vino no cuentan, princesa. —¿Esto es una estratagema para hacer que me emborrache por rencor y puedas aprovecharte de mí? —Espero realmente que ese sea su motivo ulterior. No soy la persona más lanzada del mundo. Aunque él me pueda tener, pensando en saltar sobre sus huesos, nunca lo llegaría hacer y ni lo admitiría sin el amortiguador del alcohol involucrado. —Lo siento, pero cuando haga mi camino contigo, y lo haré, no habrá alcohol involucrado. Quiero que recuerdes y saborees cada jodido “momento“, porque será el mejor maldito momento de tu vida. Te lo puedo garantizar. —¡Eres un hijo de puta arrogante! Si alguien alguna vez te ha dicho, que todo ese acto es encantador, te estaban mintiendo. No puedo creer que volviera aquí para aguantar esta mierda. —Este hombre debe ser una broma. Tiene toda esa cosa de personalidad de macho alfa/motorista, que realmente me gusta —gracias a SOA y mis amados libros de Kristen Ashley—, pero Ryder lo está llevando a un nivel completamente nuevo. —Escucha cariño, me gustas. Incluso puedo aguantar tus pequeños remilgos, pero tienes que entender que soy así, y no vas a cambiar eso — Ryder escupe justo cuando tres hombres vestidos de los pies a la cabeza de cuero, entran en el bar. Honestamente, alguien tiene que explicar a estos chicos que es una exageración de cuero. —Tienes que estar bromeando —Ryder sisea. Yo realmente no pensé mucho sobre los motorista de la pandilla S&M que se dirigían hacia nosotros. Ese fue mi primer error. Mi segundo fue no darme cuenta de lo tenso que Ryder se puso cuando se acercaron. El tercero sería no escuchar lo suficientemente rápido lo que Ryder me susurraba. —Ella, sé que esto no es un buen momento, pero necesito que permanezcas muy tranquila y te dirijas a la puerta detrás de la barra. Se abre a las oficinas administrativas y salas de stock. Cierra la puerta detrás de ti hasta que te diga que es seguro. La tercera, yo le culpo a este cerdo machista de hombre que me está hablando en susurros, cuando estoy en mi burbuja personal. Él envía escalofríos por mi espina dorsal cuando siento su aliento caliente en mi oreja y el cuello. ¿En qué demonios me he metido? Podría estar tomando una copa esta noche con un muy agradable, guapo y seguro Brent. Pero no, no yo. Ella Scott nunca toma el camino fácil. Un brazo de motorista sudoroso y peludo se envuelve alrededor de mis hombros y me sacude de mi aturdimiento temporal. Creo que ni siquiera oigo a Ryder gruñir mientras me lanza una mirada que sólo puede ser

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descrita como una caliente, enojada, dueño del bar motero, cabreado porque no le escuché lo suficientemente rápido. —¡Saca tus putas sucias manos fuera de ella ahora! ¡Ella es mía! — gruñe Ryder. ¿Carajo que está pasando? Traté de moverme para salir de su abrazo, pero lo ponía cada vez más estrecho con cada movimiento que hacía. —Bueno, vamos a ver lo que tenemos aquí —dice el aterrador motorista con demasiado cuero. —No lo voy a decir de nuevo. No jodas con lo que es mío. ¿De qué está hablando? ¿Qué suyo? Trato de aflojar su control sobre mí otra vez sin suerte. Ese hijo de puta tiene un asimiento tan apretado sobre mí que el que tendría una boa constrictora sobre su presa. —Umm, ¡su nuevo coño nuevo huele genial! ¿Por qué no le muestro a tu señorita lo que un hombre de verdad puede hacer? —ofrece el aterrador motorista con demasiado cuero. ¡Oh Dios mío, Oh Dios mío! —Por favor, déjame ir —gimo. Lo siguiente que sé, es que estoy siendo tirada hacia atrás mientras un puño va por el aire y golpea a la derecha en la cara del aterrador motorista con demasiado cuero. —¡Te dije que la dejes! ¡Ahora lárgate de mí bar! —Ryder grita. Otro tipo aterrador, con los brazos tatuados y un lío de rastas en el cabello, me agarra y me da un tirón alejándome del tipo aterrador actual y de repente me transportaba a la parte trasera. Oh, Dios mío, ¿Qué va a hacer este chico conmigo? —¡Ayuda! ¡Que alguien me ayude! —Está bien. No voy a hacerte daño. Ryder estará aquí en un minuto — dice el hombre. —Um... Ok. —Soy Axel, uno de los chicos de Ryder. —Lo que sea que eso significa. Entonces él sale y cierra la puerta tras de sí. —Oh Dios mío, Oh Dios mío —digo a punto de tener un ataque de pánico. ¿Qué voy a hacer? Tengo que salir de aquí. No hay ventanas. Miro al alrededor y es una típica oficina. En la esquina derecha hay un viejo escritorio y una silla cubierta de papeles por todas partes. Y en el otro lado de la oficina hay un sofá de cuero negro. —Por supuesto, el cuero—. Corro hacia el sofá y me hago un ovillo sobre el mismo. BANG, BANG, BANG

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¡¡¡OH MI DIOS!! ! ¿Qué coño es eso? ¿He oído disparos? Apenas se pueden oír los gritos y los forcejeos desde el interior de la oficina. Es entonces cuando me pongo a llorar. Tengo miedo, nunca he sido parte de algo como esto. Miro a mi alrededor buscando algo que podría utilizar para protegerme si alguien entra. Algo de plata llama mi atención, pero es difícil de ver con todas las lágrimas en mis ojos. Me levanto y me acerco y lo pongo en mi mano y me doy cuenta que es un bate de aluminio. Perfecto. Lo agarro con fuerza en mis manos y me escondo detrás de la puerta. Si alguien viene, ¡van a obtener algo más antes de atraparme! Poco a poco dejo de temblar y llorar, y estoy lista para una pelea. Soy una mujer adulta. Ningún hombre me va a asustar. Aunque, Ryder me asusta de más maneras que cualquier hombre puede asustar a una mujer. Oigo moverse la manilla de la puerta. Me muevo un poco y preparo el bate listo para pivotar. Si alguien viene aquí, no sabrán lo que les golpeó. Hmm, me gusta eso, y mucho. GI Jane. Esa soy yo. No me jodas o te joderé. La puerta se abre y no puedo ver por las lágrimas, así que golpeo de todos modos. Oh mierda, traigo algo sólido. —¿Qué carajo mujer? —Esa voz me suena. Es la voz que me perseguía durante todas las noches el último año. Ryder. —¡Oh, Dios mío! ¡Lo siento mucho! ¿Estás bien? Mierda, ¡mira tu cara! Ryder tiene el labio roto y un ojo hinchado. —Estoy bien nena —intenta asegurarme Ryder. —¿Qué fue eso? ¿Qué está pasando? —le pregunto. Él me mira a los ojos, tratando de evaluar lo que estaba sintiendo y pensando. —¿Estás bien? —me pregunta. —¡NO! —lloro—. ¿Qué fue eso? ¿Qué está pasando? ¿Les dijiste que era tuya? —Esos tipos son miembros de un club rival —responde. —¿Club rival? —Mis chicos y yo formamos el Club de Motoristas Mayhem. Soy el presidente. Hunter y sus muchachos son miembros de Los Discípulos Del

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Diablo y están metidos en alguna mierda grave. Digamos que nuestra relación no es amistosa. Es una situación muy hostil. Ellos vinieron aquí esta noche sólo para joderme, porque me ven aquí con un trozo tan dulce como tú y saben que nunca tendrán nada como eso —responde. Vaya fue bueno, demasiado bueno. —Yo no soy tuya —declaro. —Nena, vendrás a mi casa esta noche —dice. —No, lo siento, no voy. Yo tengo mi propio lugar, muchas gracias. —Escucha, ahora estas en el radar de ellos, y les gusta realmente joder a la gente. No van a ser amables contigo. ¡Ellos te destrozarían! —Jodida mierda. ¿Qué va a ser de mi vida? Me hace moverme de la puerta hacia el sofá mientras toma el bate de mi mano y la apoya contra la pared. En silencio, se ríe y sacude la cabeza mientras mira el bate. —Tú te quedaras conmigo esta noche. Haremos una parada en tu casa y conseguiremos tu mierda, luego iremos a mi casa —me informa. —Voy a estar bien. Voy a tomar este bate y devolvértelo cuando todo esté bien. —¿Estás jodidamente bromeando? —me pregunta. —Quiero quedarme en mi apartamento. —Nena lo siento, pero estarás mucho más segura en mi casa y voy a hacer todo lo posible para mantenerte a salvo —promete. —¿Por qué? —pregunto. Quiero decir, apenas me conoce. Esta es sólo la segunda vez en la que hemos estado juntos. ¿Por qué debería importarle si me pasa algo? —Porque un hombre como yo nunca debería tener la oportunidad de algo tan dulce como tú. Entraste en mi mundo y no voy a dejar jodidamente que te vayas. Todo lo que he podido hacer desde que corriste hacia ese poste y te sostuve hasta que estuviste bien, fue pensar en la posibilidad de ser capaz de tener ese dulce. Luego volviste a mí otra vez. No estoy a permitir que te alejes de mí esta vez. Así que voy a hacer lo que tengo que hacer para mantenerte a salvo y ver qué sale de esto. Guau. Eso es dulce, en una especie de motorista macarra. Mierda, creo que acabo de hacer crema mi ropa interior. Sí, lo hice. —Venga vámonos. Podemos dejar el coche aquí. Voy a hacer que uno de mis chicos lo lleven a mi casa más tarde. —Um... ¿de acuerdo? —No estoy segura de qué pensar. Quiero decir, lo acabo de conocer. ¿Qué pensaría la gente de mí sobre irme a casa de un chico que acabo de conocer? ¡Puta! Eso es lo que yo pensaría de alguien.

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¡Oh, Dios mío! Agarra mi mano entrelazando nuestros dedos y empieza a caminar hacia el bar, donde estaba todo el mundo. —No creo que pueda hacer esto —confieso. —¿Hacer qué? —Salir de aquí con un hombre que acabo de conocer. —No me acabas de conocer. Nos conocimos hace un año, ¿recuerdas? —Él tiene un punto válido. Usando solo una palabra, pregunta—: ¿Llaves? Yo le entrego las llaves y se las da a uno de sus chicos. Me agarra del brazo y me lleva hacia la entrada principal y me dirige al lado del bar donde una elegante Harley-Davidson negra, con un montón de detalles en cromo, se encuentra estacionada. —¿Tienes una chaqueta, Ella? —No, yo no la necesitaba esta tarde y pensé que estaría conduciendo a casa en mi coche, no en la parte trasera de una Harley. Con eso, se arranca la chaqueta de cuero y la pone sobre mí. Huele a una combinación de cuero, jabón y menta. Es un olor embriagador. Luego coloca un suave beso en mis labios. Juro que me oigo gemir. Mete la mano en las alforjas de cuero sobre su motocicleta y aparece con un casco, el cual me coloca y me da un toque suave a la parte superior de mi cabeza. —Siempre, protejo lo que es mío. Creo que mi corazón deja de latir cuando dice esto. Mi mano va a mi pecho, sintiendo el ritmo constante de mi corazón. No, todavía está en marcha. Me quedo mirando a la moto, sacudiendo la cabeza, diciendo—: No hay manera de que pueda montar en esa cosa. En caso de que no lo hayas notado, llevo una falda. —Oh, jodidamente me he dado cuenta, nena. —Él me guiña un ojo y después comprueba hacia fuera mi falda—. No hay problema. Él me ayuda a subir en la parte trasera de la Harley levantándome por mi cintura, sentándome en el asiento de largo. Luego agarra el dobladillo de mi falda y la desliza por mis muslos hasta que está descansando en mis caderas y desplaza una de mis piernas sobre el asiento hasta que yo estoy mirando hacia delante. Ryder sonríe ampliamente y luego sube para sentarse delante de mí. Mis muslos instintivamente le aprietan a él, en medio de ellos. Cuando acelera la moto y arranca el motor, siento las vibraciones del tarareo disparar por todo mi cuerpo; Juro que creo que tengo un orgasmo. Entre la sensación de él y de las vibraciones, es casi insoportable.

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Me inclino hacia Ryder y aprieto mis brazos alrededor de su cintura. Voy a disfrutar de este paseo. La combinación del hombre entre mis piernas, el aire que sopla fresco en mi cara y las estrellas en el cielo, es una de las experiencias más increíbles que he tenido.

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Capítulo 4 La casa de Ryder

C

uando llegamos a mi complejo de apartamentos, Ryder me ayudó a bajarme de la moto y a quitarme el casco. —Entonces, ¿cómo fue?

—¡Fue realmente increíble! Quiero tener mi propia Harley. —Me siento como a punto de saltar y gritar como una niña, pero me detengo. —¿Cuál sería la diversión en eso? Entonces no tendría tus sexys piernas y brazos envueltos a mí alrededor y no podría escuchar esos gemidos excitados en mi oído. —Puedo sentir el calor de mi cuerpo, levantándose por mi cuello hacia mi cara cuando dice esto. Él golpea suavemente mi culo y me dice que me dé prisa en recoger suficiente mierda para unos días, que si luego necesito algo más, él puede regresar a por ello. Empaco mi llamada mierda y regreso en un tiempo record. No me puedo creer la emoción que estoy sintiendo solamente por estar con Ryder. Podría acostumbrarme a este sentimiento. —Vámonos, nena. Así que nos vamos, como dijo el hombre. Donde nos dirigíamos, no tenía ni idea, pero confiaba en él por alguna razón desconocida.

Conducimos fuera de los límites de la ciudad, en la autopista. Después de unos diez minutos Ryder gira en un pequeño camino de tierra y en pocos minutos llegamos a una hermosa casa estilo rancho, rodeada de árboles y con un lago situado en la parte trasera de la casa. Cuando nos detenemos y el motor se apaga, le pregunto—: ¿Esta es tu casa? —Sí, ¿te gusta lo que ves?

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Quiero responder con “En más de un sentido” pero sólo digo—: Es hermoso aquí, tan tranquilo y pacífico. —Vamos querida, quiero mostrarte el resto del lugar. —Ah, he —le respondo. ¿Qué demonios fue eso? De repente, no sé cómo hablar más. Agarra mi mano una vez más, y me arrastra hacia la puerta principal de su casa. Tan pronto como entramos, Ryder cierra y bloquea la puerta y sin previo aviso me tiene contra dicha puerta. El me quita su chaqueta de encima y la tira al suelo. Sus manos recorren arriba y abajo por los lados de mi cuerpo, y entierra su cabeza en mi cuello. Su lengua se mueve hacia afuera y la arrastra por mi piel, dejando un rastro húmedo caliente desde la base de mi cuello hasta mi lóbulo de la oreja. Siento sus dientes pellizcarme por entre la línea de mi cuello y oreja, enviando escalofríos por mi espina dorsal. Por ahora, no soy una experta, pero estoy bastante segura de que realmente tuve un orgasmo esta vez. Quizás, también me lo he imaginado, pero te juro que lo siento y lo oigo inhalar en mi cabello. ¡Oh Mi Dios! ¿Acaba de oler el cabello? —Hueles tan jodidamente bien, Ella. Sí, definitivamente lo hizo. —Hueles a manzanas de caramelo. Es mi nuevo champú y gel de baño. Supongo que voy a comprarlo de nuevo. —Me pregunto si sabes igual de bien. ¿Qué? ¿Acaba de decir eso? Luego posa su boca sobre la mía, con fuerza. Su lengua se abre paso en mi boca y la mía en la suya. Es el beso más increíble que he tenido en mi vida. —Sí, sabes tan bien aquí. No puedo esperar para verte y probarte en cualquier otro sitio. Puedo sentirlo bien a través de mi alma y el aumento de humedad en mi ropa interior. Él comienza a mover sus manos sobre mí, encima de mi ropa. A continuación, va a mis pechos y sus pulgares se deslizan a través de mis pezones. Oh Dios. Se siente increíble, cuando comienza a rodar mis pezones entre sus pulgares y los dedos. Demasiado, es demasiado. —Oh Dios, Oh Dios. —Todo mi cuerpo está sintiendo cosas que nunca he experimentado antes en mi vida, ¡Es increíble! Puedo sentir algo apretando dentro de mí, buscando la salida perfecta.

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—¡OH! ¡DIOS! ¡MIO! —grito, ya que me vengo duro. Sé que sin duda he tenido un orgasmo esta vez. Ryder gime en mi oído mientras yo estoy gritando. —Jesús, ¿acabas de venirte conmigo, apenas tocándote? Eso es jodidamente excitante —gruñe. —Yo… tengo que decirte, oh Dios. —Estaba apenas componiéndome lo suficiente para hablar. —¿Qué nena? —Yo… yo soy virgen. —Ahí es cuando el calor sale de mi cuerpo y estoy de repente suelta. Ryder se encuentra a pocos metros de mí. —Carajo, eres virgen. Está bien, tengo que tomar una ducha fría. Volveré. Ponte cómoda. —El calor estaba todavía en sus ojos, y se podía ver su erección a través de sus pantalones vaqueros descoloridos. —¿Por qué no terminamos lo que empezamos? Eso fue increíble — ronroneo, todavía bajando de mi clímax. —Nena lo siento, pero no puedo hacer eso. No de esta manera. Te mereces más. Te mereces pétalos de flores, habitación de hotel, ya sabes, toda esa mierda, y yo no puedo hacer esa mierda. Ese no soy yo. —Eso no es lo que te pedí. —Pero eso es lo que mereces y necesitas. —No me digas lo que necesito. No sabes nada acerca de mí, así que no tienes que decirme lo que necesito. —Ahora vuelvo. —Se podía ver que estaba luchando con todas sus fuerzas para no regresar conmigo en ese mismo momento. Pero cuanto más pensaba en ello, ¿realmente, después de todos estos años quería perderla así? Era evidente que el estar con Ryder me hacía no pensar con claridad. Sobre todo, cuando estaba ya pensando en buscar el hotel, tienda de lencería, floristería y tienda de comestibles más cercana —por lo básico, como las fresas, nata, algo atrevido que llevar, ya sabes todo lo necesario— en mi Smartphone. Yo lo quería y mal. Nunca me había sentido así antes, Matt nunca me había hecho sentir así. Camino por la sala de estar que sorprendentemente no contiene muebles de cuero y me encuentro con la cocina. Decido husmear un poco y echar un vistazo a lo que tiene en el refrigerador. Su contenido es cerveza y envases antiguos de comida para llevar. Arrugo la nariz, porque huele apestoso allí. Cierro la puerta de la nevera y me inclino contra ella, y hago un viaje por el pasado, mientras trato de controlar mis hormonas en ebullición. La relación entre Matt y yo era más bien de compañeros. Me doy cuenta de que sueno como una vieja viuda, pero honestamente nunca hubo esa

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sensación de electricidad entre nosotros. Sí que era fresco, caliente, dulce, y pensé que me adoraba, pero por alguna razón no había nada de la pasión que nos rodea a Ryder y a mí. Matt fue uno de mis mejores amigos, pero nunca sentí que realmente pudiera ser yo misma en su presencia. Una de mis principales razones para desarraigarme de la vida que tenía y mudarme a Del Mar era el tratar de hacerlo por mi cuenta. Amaba a la familia de Clare y ellos me amaban a mí, pero no importa lo mucho que ellos trataban de consolarme, no eran mi familia. Estaba sola en este mundo y tenía que enfrentarme a ese hecho en mi cabeza. —Estás llena de sorpresas, ¿no es así? —La voz áspera de Ryder rompe a través de mis pensamientos mientras se arrastra detrás de mí. Al menos tiene la decencia de vestir un par de pantalones vaqueros de baja altura y una camiseta de manga larga Henley, después de salir de la ducha. Creo que me hubiese desmayado al verle solo con una toalla alrededor de su cintura. Apuesto a que ni siquiera tiene esa profunda V destacando su punto de venta masculino. ¿Dónde me estoy metiendo? —Supongo que esto cambió los planes que habías inventado para nosotros esta noche —le sonreí. —No te preocupes, nena. Ryder siempre tiene un plan B. —Me regala esa sonrisa torcida de nuevo. Realmente espero que el Plan B tenga que ver con una cama grande y con él, esta noche. Mi móvil empieza a sonar en mi bolso y al instante reconozco el tono de llamada personalizado, “Don´t Cha” de The Pussycat Dolls. —Nena, ¿vas a contestar? —Me muevo hacia mi bolso y leo lo que pone en la pantalla, “llamando Payton”. Sonrío. —¿Hola? —Bueno, ¿cómo está la nueva profesora sexy de la escuela en la ciudad? —me pregunta con entusiasmo—. ¿Rompiste corazones jóvenes hoy? —Um. Bueno —digo seguido de—: No, yo no rompí ningún corazón hoy. —Echando un vistazo a Ryder, me doy cuenta de que sus cejas se arquean. —No pareces tan segura. Siento moverse a Ryder detrás de mí y acaricia el cabello de alrededor de mi cuello y lentamente pone sus brazos alrededor y me dice al oído—: He estado toda mi vida, esperando esto. —¡Jodida mierda! ¿Qué dices a eso? —Hola, ¿puedes oírme? —grita Payton. —Oh rayos, lo siento Payton, estaba distraída. —¿Qué estás haciendo? —Yo estaba tratando de alejarme cuando me planta un suave beso en la nuca.

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—Um... —Absolutamente no podía alejarme. —¿Estás con alguien? —ella pregunta. —Umm... Sí —confieso con culpa. —¿Quién? ¡OMD2! ¿Es ese tipo motorista del año pasado? —Ella suena demasiado emocionada. —Sí. —Chica, tómale una foto y envíamela. Tengo que ver el gran problema que es. —¡No voy a tomarle una foto y enviártela! Es entonces cuando el teléfono es arrancado de mi mano por Ryder y empuja algunos botones y se acurruca cerca de mí y dice—: Di queso. —Así que sonrío. Toma una foto de nosotros, después presiona un par de botones y dice en el teléfono—: Compruébalo. —¡Dios mío! —Arranco el teléfono de su mano—. Payton, ¿la conseguiste? —¡Maldita! ¡Él es sexy! No puedo esperar a visitarte y poner mis manos en su culo —dice en tono de broma. Conociendo a Payton como lo hago, eso es lo primero que hará cuando lo vea. —Sí, lo sé. —Me río. —Ahora sé por qué has estado obsesionada con él, el año pasado. Me coge el teléfono de la mano de nuevo y esta vez dice—: Se acabó el tiempo, se tiene que ir. —Él da la vuelta al teléfono cerrándolo y lo tira sobre la mesa de la cocina. —Oye, no había terminado de hablar con Payton —le digo. —Sí, habías terminado —me informa. —No eres mi jefe. —Ya veremos —tira de vuelta. —Ryder, estoy cansada y tengo que trabajar mañana por la mañana temprano. ¿Dónde está la habitación de invitados? Para mi sorpresa, me dice—: Al final del pasillo, la última puerta a la izquierda. —Pensé que me iba a querer en su cama esta noche y no en la habitación de invitados. Cuando entro en la habitación y veo la decoración y la ropa masculina que cubre el suelo, tengo una ligera sospecha de que estoy en la habitación equivocada. Me doy cuenta de mi bolsa de viaje, está apoyada a los pies de la cama. —¿Estás seguro de que este es el cuarto de invitados? 2

¡OMG!: Abreviatura de "¡Oh Dios mío!

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—No, es mi habitación, nena. —Sí, definitivamente la habitación equivocada. Ahora que estoy pensando con claridad, lo que hizo apenas entramos por la puerta principal, fue manosearme. Ahora espera que duerma en la misma cama con él. Eso no va a suceder sin que yo pierda mi tarjeta de “V”. —Esto no va a funcionar para mí. —¿Qué no funciona para ti? —Compartir esta cama. —¿Tienes planes de invitar a algunos amigos a una fiesta de pijamas? —Él me mira con una sonrisa divertida en su rostro. —Pensé que nosotros compartiríamos la cama esta noche. —Nop. —Realmente hacer resonar la “p” cuando dice esto. Pasa al otro lado de la puerta, cerrándola detrás de él. ¿Qué demonios? ¿Realmente acaba de salir? ¿No va a dormir aquí conmigo? Pensé que me quería. Ese culo caliente de hombre me confunde totalmente. Quiero decir, en un minuto me tiene contra la puerta y parece que quiere estar dentro de mí, y al siguiente me deja en su habitación sola y ni siquiera darme un beso de buenas noches. Entro en el cuarto de baño para usar el servicio, cepillarme los dientes y lavarme la cara. Luego me pongo mi cómoda vestimenta para dormir, que consiste en una camiseta blanca y pantalones de pijama de algodón. Entonces salgo del baño, todavía espero ver a Ryder allí, pero la habitación está vacía. Me meto en la cama con sus suaves sábanas y edredón y pongo mi cabeza en la almohada. Puedo oler el aroma de Ryder en la almohada (que huele GE-NI-AL) y dejo escapar un pequeño suspiro. Creo que con los acontecimientos de hoy, voy a ser capaz de conciliar el sueño nunca. Apenas acabo de pensar esto, cuando caigo en un sueño profundo.

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Capítulo 5 Un largo día

M

e despierto con el olor del café recién hecho. Si no me equivoco, también huelo cocinar tocino. ¿Cómo puede ser eso? Todo lo que tiene Ryder en su frigorífico son envases viejos de comida y no comida real. Me levanto de la cama y camino tranquilamente por el pasillo. Al entrar en la cocina, me doy cuenta de que Ryder está de pie en frente del fogón dando la vuelta al tocino en la sartén. Sólo lleva un par de pantalones vaqueros desteñidos de cintura baja. Ryder sin camisa, ¡Sí, por favor! Su cabello todavía se ve húmedo por la ducha. Mmm, Ryder húmedo y jabonoso. Tengo que dejar de fantasear con Ryder en la ducha. ¡Céntrate Ella! Puedo ver que el tatuaje en su cuello no es el único tatuaje en su cuerpo. Él tiene uno en su bíceps izquierdo, en la espalda y en la parte interior de su antebrazo derecho. Mi atención pasa al tatuaje de su espalda. A la luz del día, consigo echar mi primer buen vistazo a su tatuaje más predominante. Tiene un segador de perfil que sostiene una guadaña, que muy bien podría cubrir la totalidad de la espalda. La palabra MAYHEM en intrépidas letras negras, está encima del segador y abarca los omóplatos. Dios, se ve tan delicioso que casi no puedo concentrarme en la comida que está preparando. Los músculos de su espalda se ondulan cuando le veo agarrar una barra de pan de una bolsa de papel sobre la encimera y poner dos rebanadas en la tostadora. —¿Cuándo has ido de compras? —pregunto—. Muy casero —digo reprimiendo una risita. Se da la vuelta, pero se detiene para darme una mirada apreciativa de pies a cabeza. A la luz de la mañana, casi no puedo notar el corte en el labio de la noche anterior. Pensé que iba a tener un ojo negro también, pero la hinchazón ha bajado y no veo ninguna contusión. Dios, parece tan sexy por la mañana.

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—Salí hace un par de horas y me detuve en una de esas tiendas de 24 horas de comestibles en la carretera y compré todo lo necesario para el desayuno. Pensé que tendrías hambre cuando te despertaras esta mañana, teniendo en cuenta que no llegamos a cenar anoche —dice esto sonando con doble sentido. —Vaya, eso es muy considerado. Huele muy bien y me muero de hambre —le digo mientras mi estómago gruñe. Ryder se ríe. Dios, me encanta ese sonido. Me siento en una de las dos sillas ubicadas cerca de la isleta en la cocina. Ryder me da una taza de café y coloca un poco de crema y el azúcar en frente. También hay dos vasos de jugo de naranja y rodajas de algunas frutas en un plato en la encimera. Mientras estoy preparando mi café, coloca la comida en los platos y se apropia de algunos utensilios y luego los coloca frente a mí también. Una chica podría acostumbrarse a esto. —A comer. Así que lo hago. ¡Que rico! Cuando terminamos de comer, Ryder me dice que vaya a ducharme y a prepararme para el trabajo, mientras que él limpia los platos. Antes de salir de la habitación para ir a la ducha, le doy un suave beso en los labios y susurró—: Gracias por el desayuno y todo lo demás. —Me giro y me dirijo hacia el baño rápidamente, antes de que tenga la oportunidad de responder. Una vez que he terminado de hacer todas las cosas de chicas que hago para prepararme para afrontar el día, escojo un bonito conjunto de blusa de seda color rosa pálido con un dobladillo asimétrico que cae en todos los lugares correctos, pantalón de vestir gris de pierna ancha y botas altas de ocho centímetros de tacón. Entro en la sala de estar y Ryder me está esperando. Una vez más, él me mira y sonríe. —¿Qué? —le digo. —Te ves hermosa. —Gracias. —¿Qué haces, cariño? —me pregunta. —¿Perdón? —No estoy segura de lo que está preguntando. —Tu trabajo, ¿qué haces? —Oh, soy maestra. —¿La escuela primaria? —No, enseño en el Instituto Regional Del Mar. —No es bueno nena —dice frunciendo el ceño. —¿Por qué no es bueno, Ryder? —le pido.

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—Cariño, yo era un adolescente punk con las hormonas alteradas, ya sabes. —Entiendo eso Ryder, pero ¿qué tiene que ver con mi enseñanza? —Bueno, te ves tan ardiente con lo sexy que te vistes, estoy pensando en que los chicos que van a estar excitados durante todo el día. No van a aprender demasiado —dice—. Además, sabes que cuando piden permiso para salir, ellos van al baño para masturbarse. ¡OMD! ¡No puedo creer lo que acaba de decir! Ahora voy a pensar en eso, cada vez que un estudiante solicite un permiso. ¿Y dice que me visto sexy? Me sonrojo en respuesta. Camina lentamente hacia mí, tocando mi cara con una mano y murmura—: Me encanta esto. No puedo esperar para ver si todo tu cuerpo se vuelve de ese color, cuando estás excitada. Quita su mano de mi mejilla para agarrar mis dedos. Siento que sitúa algo en mi mano. Miro hacia abajo, a mis llaves del coche. —Vamos a tu trabajo, nena. —Puedo ir a trabajar bien yo sola, sabes. —Sólo voy a seguirte para asegurarme de que llegas allí sana. ¡Awwww! Eso es muy tierno. ¿Quién es este chico y que ha hecho con Ryder? Me dirijo a mi coche y Ryder se dirige a por su impresionante Harley. Estoy tan celosa de él en estos momentos. Cuando oigo arrancar ese chico malo, recuerdo como monté en la parte trasera de su moto con él anoche y lo mucho que lo disfruté. Sonrío ampliamente. Cuando le miro por el espejo retrovisor, Ryder está señalando con las manos para movernos. Así que yo me muevo. Cuando llegamos a la plaza de estacionamiento de la escuela secundaria, apago mi coche a la vez que Ryder está estacionando junto a mí. Salgo de mi coche y él desmonta de la Harley y me tira contra su pecho. —¿Cuánto tiempo has estado enseñando? —me pregunta. —Ayer fue mi primer día. —¿Sabes cuántas fantasías voy a tener hoy sobre mi traviesa maestra sexy? —No. —Demasiadas para contarlas con la mano. ¡OMD! —Ahora que has llegado hasta aquí de una sola pieza, voy a ir al bar y hacer un poco de trabajo de preparación antes de abrir. —Está bien, ten un buen día en el trabajo Ryder

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—Tú también, magnífico... Oh, ¿y Ella? —¿Sí? —Ven al bar cuando termines de trabajar, pero no lleves a ese imbécil con el que estabas ayer. —¿Y si me pide que vaya a tomar algo de nuevo? —Dile que estás conmigo ahora para parar toda esa mierda. —No puedo hacer eso. —¿Por qué diablos no? —gruñe. Y ahí va dulce Ryder. —Bueno, no estoy contigo. No estamos juntos, juntos. Solo me proteges de esos tipos locos que estaban en el bar, la noche pasada. —Tú estás conmigo. Y estamos juntos, juntos. Tal vez no follamos anoche, pero lo haremos. Ahora, ¿qué vas a decir al Chico Brenty si te pide ir a tomar algo más tarde? —¿Cómo sabes su nombre? —le pregunto. —Presté atención anoche, nena. Oí todo lo que hablasteis, por lo que te oí llamarlo por su nombre —responde—. Ahora, ¿qué vas a decir? —A-A-A la mierda y que estoy contigo. —Eso es lo que me gusta oír. Con eso, sonríe, cierra de golpe su boca contra la mía para un beso de despedida y luego da marcha atrás hacia su motocicleta. Dios, tiene un culo para morirse. Podría mirarlo durante todo el día. Con ese pensamiento, se sube a su Harley, arranca el motor y sale fuera de la zona del estacionamiento. Cuando me doy la vuelta, Brent está mirándome como si hubiera un monstruo de tres cabezas comiendo mi cara. Viste una camiseta de manga corta blanca con pantalones de chándal azul marino y zapatillas de deporte. Tiene los brazos cruzados sobre el pecho y se ve mayormente cabreado. —¿Qué fue eso Ella? —pregunta, atacando. —Eso fue Ryder —le contesto. —¿Es el camarero de anoche? —Sí lo es, pero también es el dueño y tiene un cuerpo muy sexy. —Oh, mierda ¿Acabo de decir eso? —Um... bueno, ¿pensé que nosotros teníamos algo? —Lo siento Brent, no me di cuenta de que eso era lo que estabas pensando cuando me preguntaste para tomar algo. Sólo pensé que era como amigos.

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—No Ella, ¿por qué crees que te invité a mi casa? ¿En serio? ¿Ese tipo? Es conflictivo. —Se podía ver la ira en sus ojos. Quiero decir ¿Qué está pasando? ¿Por qué está siendo así? —¡Lo siento Brent! Pero no estoy interesada en ti de esa manera. Sólo pensé que querías pasar el rato y tomar una copa. Soy nueva en la ciudad y me vendría bien algún amigo. —Por lo menos yo no solo quiero meterme en tus pantalones como ese tipo Reker quiere. —Vociferó. —Um, ¿perdón? Por un lado su nombre es Ryder, y por otro, no se ha metido en mis pantalones. Y PARA TU INFORMACION, nunca te dejaría entrar en los míos. ¿Qué es lo que te pasa? Empiezo a alejarme de su lado, pero algo me atrapa por la parte superior del brazo. En serio, ¿otra vez? Me doy la vuelta y tiro del brazo a distancia, mientras que siseo. —¡No vuelvas a poner tus manos sobre mí de nuevo! De repente, el rostro de Brent se ve pálido y se puede ver el miedo en sus ojos. Nunca pensé que G.I. Jane3 diera miedo. Lindo, me gusta. Ves, ¡nadie me jode! Eso hace que la situación sea mucho mejor. —Eh bombón, mete tu culo en la escuela —alguien detrás de mí me exige. —¿Qué? Me doy la vuelta y hay él hombre más aterrador que he visto en mi vida. Él mide por lo menos dos metros y pesa alrededor de ciento cuarenta kilos. Apenas se puede ver su rostro, ya que está cubierto de mucho vello facial — Santo Sasquatch4— y su cabello está recogido en una cola de caballo en la parte posterior de la cabeza. Lleva una camiseta blanca ajustada a sus músculos y sobre ella, un chaleco negro de cuero descolorido, junto con un par de jeans oscuros que habían sido hechos para él. Quiero decir ¡Guau! —He dicho que a la escuela. ¡No te lo voy a decir de nuevo! —¿Quién eres tú? —le pregunto. Quiero decir que si alguien va a estar diciendo a G.I. Jane qué hacer, ella quiere saber quién es. Él no contesta. —Está bien. Él sólo se va a ir —le digo. —No, él y yo vamos a tener unas palabras. No puede tratar a una mujer de esas maneras —gruñe. —¿Qué coño has dicho? —Brent pregunta sonando divertido.

3G.I.

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Jane es una película estadounidense de 1997.

Sasquatch (Big Foot) es una criatura mitológica de aspecto simiesco que habita los bosques, principalmente en la región del noroeste del Pacífico en América del Norte.

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—Confía en mí imbécil, que no quieres saber lo que pasará si no me escuchas. —Guau, es aterrador. —Sí, bueno, puedes seguir tu camino, Ella y yo vamos a tener unas palabras que no son de tu incumbencia —Brent responde. ¿Es estúpido? Quiero decir, Ryder da miedo, pero este chico es diez veces más temible. —No, lo siento Brent, hemos terminado y no te acerques a mí otra vez —le digo. —Si te vuelves a acercar a ella y estarás buscando problemas —dice Sasquatch. —Está bien, me voy ahora. —Está bien, Caramelo, voy a estar por aquí. —Es Ella, no Caramelo. —Ok, Caramelo. —Se ríe. Supongo que será mi apodo, de ahora en adelante. —Yo estaré aquí si me necesitas. Tengo que ir a llamar a Ryder y contarle lo que acaba de suceder. —Oh, él es uno de los chicos de Ryder. —De verdad que no tienes que cuidarme. Estaré bien. Él no necesita saber nada sobre esto. —Probablemente no, porque estoy seguro de que ese idiota te dejará en paz ahora —Sasquatch está de acuerdo mientras camina a través del estacionamiento hacia un SUV negro. Este va a ser un día largo. Afortunadamente, como Brent es el maestro de Educación Física, sus clases están en el gimnasio. Eso significa que se encuentra en el lado opuesto de la escuela, de donde se encuentra mi clase. Las posibilidades de toparme con él son casi nulas. Estoy sentada en mi escritorio en mi clase tratando de luchar a brazo partido con lo que acababa de ocurrir. Tal vez, hoy vaya a almorzar fuera, me digo a mi misma. De esa manera puedo evitar entrar en la sala de profesores y los problemas potenciales con Brent. No me preocupaba llegar a un acuerdo sobre el hecho de que G.I. Jane había sido maltratada por alguien que parecía ser el mejor hombre del mundo. ¡Oh, no!, estaba más desconcertada por el pequeño detalle que Ryder había olvidado mencionarme. Bueno, supongo que no tan pequeño, ya que es un gran hijo de puta Sasquatch. Ryder podía haberme avisado. Tengo que decidir de una puta vez si este sentimiento en la boca del estómago se debe a que estoy asustada o más bien es por los sentimientos que estoy empezando a tener hacia mi atractivo, tempestuoso motorista. Al parecer, él era el mío, ¡me gustara o no!

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Ahora son las tres de la tarde y mi última clase se ha acabado. ¡Dios qué día! Me gustan mucho mis alumnos. Ellos son en su mayoría de buen comportamiento, pero siempre hay uno o dos listillos, pero son inofensivos. Y gracias a Dios, ¡sólo un estudiante masculino pidió un permiso para salir! También estoy contenta de que no me encontré con Brent en todo el día, ya que hubiera sido totalmente incómodo. Me estoy dirigiendo al estacionamiento cuando veo la moto de Ryder rugir. ¿Qué hace aquí? Además, pensé que quería que yo fuera allí después del trabajo. Estaciona su moto y se dirige hacia mí. Puedo ver la expresión tensa en el rostro. No se ve feliz. —Cariño, ¿por qué no me llamaste? —me pregunta. —¿Qué quieres decir? —Sobre ese maldito idiota. —Bueno, no quería molestarte. No fue nada. —Cuando otro hombre pone sus malditas manos sobre ti, siempre es algo. Según lo que dice Gunner, fue bastante áspero. Todavía quiero saber ¿Por qué no me llamaste? —Bueno, no sé tú número y no tenía exactamente un listín telefónico a mano —le respondo sonando sarcástica. No sé por qué, pero sus labios se convierten en una leve sonrisa cuando digo esto—. Además, no era nada que no pudiera manejar —agrego. —No nena, nunca debes tener que aguantar esa mierda. ¿Hiciste un informe en la oficina? —No, no creo que vaya a hablarme de nuevo. —Gracias a Dios—. ¿Así que su nombre es Gunner? ¡Yo lo llamo Sasquatch! —Ryder lanza su cabeza hacia atrás y tiene la risa más increíble que he oído en mi vida. —Sólo tú puedes sacarme de un ambiente cabreado y hacerme reír. — Oh, Dios mío. Me encanta el Ryder dulce. —Bueno, me alegro de que te divierta, pero realmente creo que el nombre le encajaría mejor. —¿Por qué no te llevo a cenar? —Está bien. —Podemos volver a por tu coche después. Me toma de la mano y me lleva hasta su moto, donde me pasa mi casco. Me lo pongo y me subo en la parte posterior de la moto con las piernas y la ingle abrazando el culo de Ryder, y mis manos apretadas sosteniéndose alrededor de su abdomen. Guau se siente jodidamente increíble.

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Capítulo 6 La noche más larga

C

uando Ryder y yo terminamos de cenar y me lleva a recoger mi auto. Ahora nos dirigimos a su casa para pasar la noche. Él se detiene detrás de mí en el camino de entrada y apaga su Harley. Cuando voy a salir de mi auto, Ryder se acerca a mí, poniendo un brazo alrededor de mi espalda, un brazo debajo de mis rodillas y me levanta. Esto me hace reír. —Joder, eres adorable —dice sonriéndome. —¿Qué? —le pregunto confundida. —Cuando ríes, se te arruga la nariz, te ves y suenas malditamente adorable. —No puedo creerlo. El gran malo, el tipo motorista Ryder piensa que soy adorable. Me lleva hacia la casa, me deja en el suelo y, me da un beso en la frente. —Vete a la cama, cariño. Mañana tienes que levantarte temprano otra vez ―dice, caminando hacia la televisión en la sala de estar. —¿Qué vas a hacer? —pregunto. —Ver la televisión —dice acostándose en el sofá. Mientras enciende el televisor con el mando a distancia, le digo—: Buenas noches, Ryder. Sé que lo he dicho antes, pero gracias de nuevo por todo. Él murmura—: No hay problema, nena. Ahora ve a poner tu bonito culo, listo para la cama. Me he dado cuenta de que Ryder no me dice buenas noches a cambio. No voy a mentir y a decir que eso no me molesta, porque definitivamente lo hace. Me doy vuelta y camino hacia su habitación para prepararme para ir a cama.

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Una vez más hago mis rituales nocturnos y decido usar mis short de encaje rosa y en la parte superior una camiseta sin mangas. Había sentido calor la noche pasada con los pantalones del pijama. Me meto en la enorme y cómoda cama extra-grande. No soy mucho de dormir, así que decido sacar mi eReader y leer un rato. Realmente estoy inmersa en mi libro, cuando se abre la puerta del dormitorio. Ryder entra en la habitación y coge algo de su cajón de la cómoda, luego se va al baño y cierra la puerta. Un par de minutos más tarde, emerge con un par de calzoncillos que cabalgan indecentemente bajos en sus caderas. Creo que tengo que recoger mi mandíbula del piso. Él empieza a caminar en dirección a la cama. Oh, Dios mío, ¿qué está haciendo? Llega a la colcha. —¿Q… ¿Qué estás haciendo? —tartamudeo. —Ir a la cama —responde. —No, no lo estás. —Ella, nena. El sofá es una mierda. No hay manera de que jodidamente duerma allí de nuevo. —¿Y la habitación libre? —La habitación no es en realidad un dormitorio. Lo convertí en un gimnasio en su lugar. —No me importa. No vamos a dormir en la misma cama —le digo en tono de pánico. —Es mi cama, cielo. Si quiero dormir en ella, voy a hacerlo. Relájate. No voy a intentar nada contigo. Sólo dormir. Lo prometo. —Está bien, supongo —le digo, a través de un suspiro. Pongo mi eReader sobre la mesita de noche y apago la luz. Giro hacia un lado, dando la espalda a Ryder. —Buenas noches, nena —dice, dándose la vuelta, agarrando mi barbilla y girando mi cara hacia la de él. Planta un endiablado beso en mis labios. Entonces me deja ir y se gira, así que estamos espalda contra espalda otra vez. —Buenas noches, Ryder. Hay un leve movimiento en la cama y oigo algo que suena como una tela cayendo al suelo. Me tenso. Um, ¿qué fue eso? Me acuesto a su lado sintiendo el calor de su cuerpo por lo que parece una eternidad. Con el tiempo, su respiración se ralentiza y ronca ligeramente. Me doy la vuelta para mirarlo. ¡Maldita sea! ¡Incluso sus ronquidos son sexys!

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Bajo la mirada y veo la sábana que lo cubre sólo hasta la cintura, muestra su duro y musculoso pecho y abdominales. Alzo la sábana por curiosidad, y descubro que Ryder duerme desnudo. ¡Oh Mi Dios! El ruido era sus bóxer cayendo al suelo. También carga un importante equipo, ¡Es enorme! Pensaba que el día era largo. La noche iba a ser aún más larga.

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Capítulo 7 Plan B

E

cho un vistazo al despertador en la mesita de noche. La pantalla muestra la una y treinta y dos de la madrugada.

¡Vamos, Ella! ¡Duérmete! Vas a estar cansada mañana por la mañana. ¿Qué es lo que te pasa? Oh sí, estas acostada en una cama con un atractivo, desnudo, tatuado Ryder. No me extraña que no puedas conciliar el sueño. Poco a poco me levanto de la cama y agarro mi almohada. Cuando voy hacia la puerta, mi dedo gordo del pie golpea con la esquina de la cómoda. —¡Hijo d...! —Me tapo la boca, a mitad de palabra. ¡Mierda! Espero que no le haya despertado. Me quedo quieta y escucho. Ryder sigue roncando, así que todo está bien. Abro la puerta y salgo al pasillo. Cerrando con cuidado la puerta, me vuelvo y busco en el armario de la ropa para encontrar una manta. Una vez que tengo una manta, entro en la sala de estar y hago mi cama en el sofá. No sé sobre que Ryder se quejaba, porque en cuanto a sofás se refiere, este es bastante cómodo. Por fin puedo descansar. Antes de darme cuenta, estoy fuera por esa noche. O al menos eso creo.

Brrrrr. —¿Por qué hace tanto frio? —digo en voz alta, despertándome. Me doy cuenta de que la manta no está en ninguna parte donde pueda encontrarla. La habitación está aún en penumbra, por lo que todavía tiene que ser de noche. —Cariño, ¿qué coño estás haciendo? —me pregunta con rabia, sobresaltándome.

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—¡Ryder! ¡Me asustaste! No podía dormir, así que decidí venir aquí, no te molestes. Su voz se suaviza cuando responde: —Vuelve a la cama, cariño. —Niego con la cabeza, pero me doy cuenta de que probablemente no pueda ver esa acción. —No, no puedo dormir contigo a mi lado. Es demasiada maldita distracción. —Se ríe en voz baja, mientras digo esto—. ¿Siempre duermes desnudo? —agrego. —Sí, no me gusta usar ropa interior, y punto. Siempre voy desnudo, pero me he puesto los boxes antes de meterme en la cama contigo, para que no te asustaras como la mierda —responde. Me pregunto si él se ha puesto sus calzoncillos de nuevo, así que le pregunto mirando hacia arriba: —¿Todavía estás desnudo? Se ríe y dice: —Así es. ¡Maldita sea! Él está de pie junto a mí, sin llevar nada. ¡Genial! No sólo estoy totalmente despierta, sino que también, estoy excitada ahora. —¿Qué hora es? Voy a estar agotada mañana. —No son más que las dos. Todavía tienes un montón de tiempo para dormir. —Sí, pero estoy bien despierta. No hay manera de que me vuelva a dormir ahora —suspiro mientras me siento. —Oh, creo que puedo hacer algo que te cansara y te hará dormir de nuevo —dice, mientras se mueve más cerca. —Ah, sí, ¿qué es? —le pregunto tensa. —Plan B —responde. Trago. ¡Oh, Dios mío! Mi cuerpo está de repente en llamas mientras puedo sentir un rubor, que me golpea todo el cuerpo. En cuestión de segundos, él está de rodillas en el suelo con su cuerpo situado entre mis muslos. Tiene las manos en mis caderas, con los dedos deslizándose sobre el borde de encaje de mis shorts. Uh-Oh, creo que estoy en problemas. —Alza los brazos —ordena. Estoy pensando en que no hay forma en que me desnude esta noche. Él va a ver mis cicatrices y probablemente se va a espantar. Espera un minuto. Está muy oscuro aquí, no hay forma de que pueda ver nada. Es entonces cuando le oigo inclinarse hacia la lámpara de la mesa del final. Le agarró del brazo y grito:

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—¡No! —Entonces digo con calma—: Quiero decir que estoy un poco nerviosa en estos momentos. Podrías olvidarte de la luz, ¿Por favor? —Claro, sólo por esta vez, nena. La próxima vez quiero ver todo. —Está bien —gimo. Liberando su brazo de mí agarre. Mis brazos suben y en el momento en que lo hacen, siento a Ryder agarrar mi camiseta por el borde inferior y levantarla hacia arriba, por encima de mi cabeza. A continuación, la lanza detrás del sofá. Siento uno de sus dedos hacer sendero desde el hueco de mi garganta por entre mis pechos, terminando en el ombligo. Luego desciende más allá y traza el borde de mi ropa interior entre mi coño y el muslo. Exhala lentamente y dice: —Quiero poner mi boca en ti, Ella. —Está bien —le respondo, incluso antes de que termine de decir mi nombre. Siento un tirón en mi ropa interior y luego un sonido que rasga y se han ido. ¡OMD! ¡Él sólo arrancó mis bragas! Me muerdo el labio y gimo. Dios, me tiene tan excitada, estoy empapada entre mis piernas. Los labios de Ryder están de repente sobre lo míos y mordisquea suavemente el labio inferior, tirando de él de entre sus dientes. Luego sigue el mismo camino con su boca que hizo antes con su dedo. Lamiendo mi ombligo, le oigo decir—: Mueve tu culo hacia el borde del sofá. Tiene las manos en mis caderas para ayudar a moverme en la posición correcta. Siento sus dos manos ásperas en el interior de mis muslos. Los empuja rápidamente, pero con cuidado para separarlos. Escucho un gruñido y luego dice—: Dios, puedo oler lo excitada que estas. —Cállate. ¡No puedes! —grito totalmente humillada. —No te avergüences, nena. Eso jodidamente me pone cachondo. —Oh, está bien. Procede a besar más abajo, en la parte inferior de mi cuerpo. Va totalmente a bajar en mí. En respuesta a sus acciones, mi cuerpo se tensa. Sintiendo mi malestar, deja de hacer lo que está haciendo. Por favor, no te detengas, me digo a mí misma. Trato de relajar mi cuerpo para que él siga adelante, pero no mueve ni un músculo. No soy católica ni nada, pero estoy tan excitada en este punto, que voy a rezar un millón de avemarías para asegurarme de que esto suceda. No puedo esperar a ver qué tipo de magia puede hacer su boca allí. Gracias a Dios que decide continuar porque siento su aliento caliente entre mis piernas. Luego coloca besos hambrientos en la unión entre el coño

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y el muslo. Oh Dios, mejor date prisa o juro que me voy a venir con solo hacerme eso. Con el primer golpe de su lengua caliente, mis plegarias son contestadas. Es el David Copperfield del sexo oral. Espero que no se haga desaparecer. Eso sería una verdadera lástima. Separa los labios de mi sexo con los dedos y luego continúa el asalto con su lengua. Su pulgar rodea lentamente mi clítoris y en cuestión de segundos he culminado contra su lengua. —¡Oh dulce Jesús, David Copperfield! —clamo, respirando con dificultad. De inmediato detiene lo que está haciendo y dice—: ¿Qué? —No preguntes, no estoy segura de lo que acabo de decir. —Rio. Ryder se ríe conmigo. —Sabes increíble nena, malditamente dulce. Se mueve y se levanta en el sofá, arrastrándome sobre él. Acaricia suavemente mi espalda desde la nuca del cuello hacia mi coxis. Dios, acabo de llegar y me está excitando otra vez acariciándome la espalda. Me incorporo rápidamente y me siento a horcajadas sobre sus muslos. Incluso la caricia de los vellos de sus piernas en el interior de mis muslos me excita. ¿Qué es lo que no me enciende de este hombre? Le siento crecer con más fuerza contra el interior de mi muslo, sé que también tengo que probarle. —¿Puedo, um tu sabes, en ti? —pregunto tímidamente. —En serio, ¿tienes que hacer esa pregunta? Manos a la obra, nena. —En realidad nunca lo he hecho antes, así que tal vez podrías darme algunos consejos. —Oh, voy a darte un consejo muy bueno —se ríe. Suavemente le toco en el pecho. —Sabes lo que quiero decir. —Cariño, estoy seguro de que todo lo que harás con tu boca en mi polla, se sentirá increíble. Sólo ten cuidado con tus dientes. Me inclino hacia delante y lamo su pezón izquierdo hasta que se endurece. Luego me centro igualmente en el otro pezón. Él arquea la espalda, así que me imagino que debe gustarle. Deslizo mi lengua por el pecho y el abdomen y sigo bajando hasta que llego a la veta madre. Envolviendo mi mano alrededor de la base de su pene bajo mi boca y lamo la cabeza, como si fuera un cono de helado. Ryder gime en señal de aprobación. —Chúpalo, hermosa —ordena. ¿Por dónde empezar?

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Meto lentamente la polla en mi boca. Al principio, solo chupo la cabeza, pero Ryder agarra suavemente mi cabello con las manos y empuja sus caderas lentamente hacia arriba. Esta acción le lleva hasta la parte posterior de mi garganta. ¿Esto es todo? Pensé que seguro tendría nauseas. No, G.I. Jane. Soy un soldado. Sigo tragando su polla, hasta que sus embestidas se vuelven agresivas y no estoy segura, pero me parece que le oigo gruñir. —Nena, tienes que parar o voy a correrme en tu boca —se queja, y puedo sentir como arquea la espalda de nuevo. Murmuro un—: Sí —en torno a su eje y agarro sus muslos, tirando de él hacia mí. Con mis señales de aprobación, grita—: ¡Mierda! ¡Las vibraciones de la garganta se sienten “malditamente” increíbles! —Unos segundos más tarde, siento su liberación salada golpear la parte trasera de mi garganta e instintivamente trago. Sentada poco después, tengo una gran sonrisa en mi cara. Acabo de dar mi primera mamada. Tengo ganas de bailar. Dios, soy tan cursi. —Ella, tu boca se sentía como locura en mi polla. Tienes un don natural, porque fue la mejor mamada que he tenido alguna vez. —No puedo dejar de sentirme un poco orgullosa de mi misma ¡Puta! Me río dentro de mi cabeza. Ryder me aleja de él y luego se baja del sofá. ¿Qué? ¿A dónde va? Él solo no se va a ir y dejarme después de que acabamos de tener sexo oral. Empiezo a estar cabreada con él. ¡Gilipollas! Cuando mis ojos se han ajustado un poco a la oscuridad, le veo caminar detrás del sofá y recoger mi camiseta de tirantes. Retiro lo dicho, no es un gilipollas. Coge mi ropa interior también y camina de vuelta a la parte delantera del sofá. Mira hacia abajo, a ellas durante un minuto y se ríe. Entregándome mi camiseta, dice—: La buena noticia es que tu camiseta sobrevivió. Siento tener que decirte esto, pero tu ropa interior no lo ha hecho. —Se ríe de nuevo. —Eso está bien. Eran bonitas, pero tengo muchas más para reemplazarlas. —Camina hacia la cocina y las tira en el cubo de la basura mientras me estoy poniendo de nuevo en mi camiseta. Vuelve a la sala de estar, atrapa mi almohada y me levanta del sofá, dirigiéndose por el pasillo hacia su dormitorio. Me en el suelo, me alcanza un par de calzoncillos y me los pongo. Me siento tan saciada y cansada que me meto en la cama y me acuesto. No estoy al tanto de cualquier otra cosa hasta que la alarma suena a las seis de la mañana.

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Capítulo 8 Avena

M

e acerco tratando de apagar el despertador. ¿Qué botón apaga esta maldita cosa? Finalmente pulso el botón de la derecha, silenciando la alarma, cuando siento un brazo duro, caliente alrededor de mi cintura y arrastrándome hacia atrás. —Desearía que no tuvieras que ir a trabajar, nena. Me encanta sentir tu pequeño cuerpo caliente contra el mío. Oh. Mi. Dios. —Tengo que prepararme para el trabajo Ryder. Yo no soy mi propio jefe como tú. Estoy bastante segura de que la junta escolar desaprobaría que no apareciese por el colegio —le digo, tratando de salir de su agarre. Dios, pero lo que yo no daría por hacer novillos y permanecer en esta cama cálida con él, todo el día. —Ya lo sé, cariño. Sólo lo decía. —Él juguetonamente golpea con fuerza en mi culo, cuando finalmente me libera de su agarre. Cojo mi ropa para el día y me dirijo hacia el baño, cuando le oigo decir: —¿Necesitas algo de ayuda para enjabonarte, nena? Me paralizo, esperando poder escaparme de esta situación. Si me ve en la ducha desnuda a plena luz del día, sin duda va a ver mis cicatrices. Eso no puede pasar. —Um. Realmente tengo que prepararme para el trabajo Ryder, y estoy bastante segura de que si te unes a mí en la ducha, nos distraeríamos y llegaría tarde al trabajo. Él sonríe y dice—: Probablemente. —Definitivamente eso no va a suceder —replico. —Está bien, Ella. Ve a ducharte. Voy a desayunar.

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Me ducho rápidamente y me visto. Casi he terminado de secarme el cabello cuando escucho un golpe en la puerta. Apagando del secador de cabello, pregunto—: ¿Sí? —Abre, nena. Te traje un poco de café. —Ay. Es tan dulce Ryder. Abro la puerta para encontrar a Ryder vistiendo sólo su bóxer y sosteniendo una taza de café hacia mí. Oh Dios, necesito mi dosis de Ryder esta mañana, no de cafeína. Cojo la taza de él y tomo un sorbo mientras sus ojos están puestos en mí. —El desayuno está listo —me informa. —Está bien, sólo dame cinco minutos. Cinco minutos más tarde, entro en la cocina para ver a Ryder sentado en la mesa comiendo algo de un tazón. —¿Qué demonios es eso? —le pregunto. —Avena —responde. Arrugo mi nariz. Puaj, ¡siempre he odiado la avena! —¿Qué clase de cabronazo, motorista come avena en el desayuno? — le pregunto tomando asiento en la mesa. —Bueno al parecer este motorista cabronazo lo hace —responde empujando mi plato hacia mí—. Cómetelo. Es bueno para ti. Eso es algo dulce. No me va a gustar. Tomo una cucharada y lo pongo en mi boca. Es muy sabroso. —Umm, sabe mejor de lo que recuerdo. Me voy a la nevera a buscar un vaso de jugo de naranja. Cuando abro la puerta, veo que está completamente equipada. —De hecho, tienes comida en la nevera —digo, mirando a Ryder. —Bueno, ya que te vas a quedar conmigo una temporada, pensé que tendría que mantener ese cuerpo tuyo alimentado. Vas a necesitar toda la energía que puedas conseguir para estar a mi lado, nena —dice guiñándome un ojo. Me sonrojo mientras camino de regreso a la mesa con mi jugo y vuelvo a sentarme. Después de nuestro sorprendentemente delicioso desayuno, Ryder me sigue de nuevo al trabajo. A medida que entramos en el estacionamiento y estacionamos, veo a Brent salir de su camioneta. Cuando miro a Ryder, veo que ha notado a Brent también. Oh-oh, esto no va a terminar bien. Ryder va como una tormenta hacia él y le pone un dedo sobre el pecho. Siseándole—: Si vuelves a tratar a Ella de forma jodidamente incorrecta, tendrás que responder ante mí. Deja la mierda lejos, ella no es tuya. Ella es mía. ¿Estoy siendo claro?

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—Nadie la posee. Ella está en mí y yo estoy en ella. No hay nada que puedas hacer al respecto —se burla. Disculpa. ¿Acaba de decir que estoy en él? ¿Puede ser más delirante? —¿Quieres hacer una apuesta con eso? Sólo haz algo, cualquier cosa, para que pueda disfrutar de romperte esa cara de niño bonito tuya. —Sí, lo haré realmente. La tendré en mi cama antes del final de la semana. ¿Qué vas a hacer al respecto? —pregunta desafiando a Ryder. —En serio quieres hacerlo de esta jodida manera. ¡Ya la he tenido en mi cama, imbécil! —Ryder sisea y aprieta los dientes. Puedo ver los puños de sus manos a ambos costados. Brent me mira con una mirada de desilusión y luego vuelve su atención sobre Ryder. Él abre la boca para decir algo, pero antes de que las cosas puedan subir y ponerse más calientes, estoy entre los dos hombres y trato de separarlos. —Está bien, muchachos. Basta. ¿Van a empezar a hacer pis en mí para marcar su territorio? —Sí, jodidamente voy a hacerlo —responde Ryder sonriéndome. —¿En serio? —pido, moviendo rápidamente la cabeza hacia él. Escucho un movimiento, me giro de nuevo alrededor y noto a Brent escapándose hacia la escuela. Suspiro de alivio. Eso fue muy torpe y un poco espeluznante. —Nena, hay algo acerca de ese tipo. Si te hace algo, házmelo saber. No confío en él. Si tengo que tirar de algunos machos, hombres alfa de mierda para asustarlo lejos de ti, entonces eso es lo que voy a hacer. Me preocupo por ti y nadie se va a meter contigo —dice mientras me acariciaba la mejilla con el dorso de la mano. Él se preocupa por mí. Me preocupo por él. De hecho, estoy bastante segura de que me estoy enamorando de él. Da un poco de miedo teniendo en cuenta que en realidad sólo lo conozco desde hace dos días. ¿Cómo puede ser eso? Sólo hay una especie de tirón sobre mí, desde ese primer encuentro del año pasado. —Me tengo que ir nena —dice metiendo algunos cabellos sueltos detrás de mí oreja y besándome suavemente en la boca—. Nos vemos. —Más tarde, Ryder —suspiro. Una vez más, veo subir su estupendo trasero en su motocicleta y sacarlo de la plaza de estacionamiento.

Unas horas más tarde, estoy en la cafetería a la hora del almuerzo, a punto de sentarme a comer mi sándwich, cuando mi móvil empieza a sonar en mi bolso un tono de llamada que nunca he oído antes. La canción Born

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to be Wild de Hinder blares. ¿Qué demonios? Lo cojo, miro en la pantalla y me río cuando veo, “Ryder llamando”. ¿Cuándo programo su número y el tono de llamada en mi teléfono? Recojo y digo—: Oye, guapo. —Hola, preciosa. —Ryder, ¿cómo es que está tu número programado en el teléfono? — pregunto. —Lo programé la primera noche que te quedaste en mi casa. Lo hice mientras estabas durmiendo. —Él es un bastardo astuto, pero es un bastardo furtivo caliente. —Así que ahora tienes mi número, por si alguna vez tienes que llamar —señala. Así que por eso él estaba conteniendo una sonrisa cuando le dije que no tenía su número. —Gracias. Oh, me gusta tu tono de llamada —digo medio riendo. —Pensé que lo haría —dice riendo a cambio. —¿Por qué llamas, Ryder? —Ha surgido algo con Mayhem con lo que tengo que lidiar. No voy a ser capaz de verte hasta esta noche. Puse una llave para mi casa en tu llavero la otra noche, así que podrás entrar. No habrá nadie del Club siguiéndote después de tu trabajo, porque todos van a estar ocupados. Mantén un ojo en tu entorno y mantente a salvo. Si ves algo, y me refiero a cualquier cosa me llamas y luego llamas a la policía. ¿Entiendes? Asiento. —Ella, ¿entiendes? —Oh, sí, él no puede ver eso. ¡Obviamente! —Sí, lo entiendo. ¿Puedo ir a mi apartamento y recoger unas cuantas cosas que me olvidé la otra noche? —Claro, pero como he dicho, vigila y si algo parece fuera de lugar llámame. —Te llamare, lo haré. —Nena Adiós. Nos vemos más tarde, esta noche. —Está bien Adiós, hasta luego. —Desconecto. ¿Qué está pasando con Mayhem, me pregunto? ¿Me lo contará si le pregunto? Dios, va a ser un día muy largo si tengo que esperar hasta esta noche para ver a Ryder de nuevo. Acabo de terminar de comer mi sándwich, cuando suena la campana que señala el final de la comida. Me dirijo de nuevo hacia mi clase para dar mis tres últimas materias del día.

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Capítulo 9 Entrar y salir

F

inalmente, después de un largo día de enseñanza, conduzco hacia mi casa para recoger algunas cosas que no tomé la otra noche y llevaras a casa de Ryder. ¡Estoy enamorándome él! Él es increíble, dulce, cariñoso y apasionado. Dios es siempre apasionado. Me hubiera gustado haber ido más lejos sexualmente, de lo que hicimos anoche. Paseo por el callejón y entro en mi apartamento. Al entrar tengo la sensación de que algo se siente diferente. No sé cómo explicarlo, pero algo se siente mal. Doy una pequeña vuelta y riego mis plantas. Nunca he sido buena manteniéndolas, pero cuando me mudé aquí necesitaba algo que me hiciese sentir en casa. ¿Qué mejor manera que tener plantas? Entro en el dormitorio y agarro una de mis maletas de mano fuera del armario. Me acerco hacia mi tocador y noto algo extraño. ¿Por qué está el cajón abierto con mi ropa interior por todas partes? Estoy bastante segura de que no hice todo este lio la otra noche, cuando vine a recoger mis cosas. Debo haberlo hecho y no lo puedo recordar, ya que Ryder me tiene tan hipnotizada. Nadie más podría haber estado aquí. Pongo algunas cosas que necesitaba en mi bolsa y agarro algo un poco más sexy para Ryder esta noche. Cruzando los dedos, espero que las cosas vayan un poco más allá de lo que hicieron anoche. Joder, lo que hace de mí. Nunca había sido así con ningún otro hombre. Entro en el cuarto de baño para coger algunas cosas y observo que las cosas están por todas partes. Parece que alguien saqueó el lugar. ¿Qué demonios? Me digo a mí misma. Ahora, estoy segura de que no toqué nada aquí. Busco mi bata de seda que suele estar colgada detrás de la puerta, pero no la encuentro. Eso es raro, ¿dónde está mi ropa? Compruebo el armario y el cesto, pero no está allí. Voy a llamar a Ryder para ver si ha mandado

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alguno de sus chicos a tomar unas cuantas cosas. Saco mi teléfono y lo dejo sonar. —Hola Ryder —lo saludo. —Hola nena, ¿qué pasa? ¿Todo bien? —me pregunta. —Te dije que iba a ir a mi casa para recoger algunas cosas. Tengo que preguntarte, ¿has mandado a alguno de tus chicos venir aquí a recoger alguna cosa? —No, ¿por qué? —Bueno debo haber sido yo, porque cuando fui a la cómoda para recoger algo de ropa interior, el cajón estaba abierto y algunas cosas estaban colgando. Luego fui al baño y todo estaba desordenado y no puedo encontrar mi bata —le digo. —Ella, sal de la vivienda ahora mismo, vete a tu coche y cierra. Estaré allí tan pronto como pueda. —¿Crees que pueden haber sido los motoristas del bar? —Ese no es por lo general su modus operandi. Si Hunter iba a meterse contigo, lo sabrías. ¡Vete ahora, Ella! —vocifera. —Está bien —digo corriendo fuera del apartamento a mi coche. ¿Habrá alguien todavía aquí? Debe haber sido un entrar y salir, pero nada había desaparecido, además de mi bata. Quiero decir, ¿Quién entraría para robar mi bata? Súper espeluznante. Podrían faltar más cosas, pero no lo sé. Me siento en mi coche con las puertas cerradas, a la espera de Ryder. Parece una eternidad, cuando oigo las tuberías de su Harley. Salgo y corro hacia su moto. —¿Qué está pasando? —le pregunto temblando. —Está bien, nena —dice. —¿Crees que hay alguien todavía ahí? —Voy a echar un vistazo —dice comenzando a ir hacia el apartamento. —Yo voy contigo —le digo —No, espera en el auto —dice. —A la mierda, me voy contigo —dice G.I. Jane Entramos en el apartamento y le digo que todo estaba bien en la sala de estar y cocina. Lo llevo hacia mi dormitorio. Ojalá que esto fuera bajo circunstancias diferentes. —Este es cajón el que estaba abierto y tenía todas las cosas colgando hacia fuera. Se mueve hacia el cajón y calor parpadea a través de mi cuerpo sabiendo lo que hay ahí.

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—Voy a echar un vistazo para asegurarme de que no falte nada —dice. Puedo ver la sonrisa diabólica propagándose por su rostro. —Desde luego, que lo harás —digo. Mierda, espero que no se dé cuenta del vibrador que Payton me dio como regalo de graduación, el cual tengo escondido en el fondo del cajón. —Ella, no me digas que tienes un amigo que se llama BOB. —Se ríe. —Payton me lo dio como una broma por la graduación. Nunca lo he utilizado. ¡Todavía está en la caja como puedes ver! —le digo sonrojándome de pies a cabeza. —Mi traviesa maestra de escuela—susurra. Bueno, basta del cajón de ropa interior. Lo cierro y le agarro la mano y lo llevo al baño. Le muestro donde todo se suponía que debía estar mi bata y no está ahora. —¿Estás segura de que no tocaste algo? —me pregunta. —No, nunca. Tengo un poco de TOC5 y me gustan las cosas de cierta manera —digo. —Bueno, recoge tus cosas y vete de aquí. Voy a mantener este lugar bajo radar y los chicos mantendrán un ojo sobre el —dice. Mientras caminamos a través de la sala de estar para salir, me doy cuenta de que algo está fuera de lugar. Algo de lo que no me di cuenta anteriormente. Suelto la mano de Ryder y camino hacia una de las mesas del fondo cerca del sofá. —¿Qué pasa, nena? Estoy mirando una foto de mi hermano, mis padres y mía. Me tiemblan las manos. —Esto estaba en la otra mesa del final. Alguien la movió. Por eso sentí algo diferente cuando entré por primera vez en mi apartamento. Se trataba de una diferencia tan sutil, que no me di cuenta de inmediato. —¿Estás segura? —pregunta. —TOC, recuerdas —respondo—. ¿Por qué alguien entraría en mi apartamento para mirar una foto de mi familia y robar mi bata? Eso es tan enloquecidamente desagradable. —No lo sé. ¿Dónde está el conserje de tu vivienda? —me pregunta. —En el piso de abajo, en el apartamento 4A, ¿por qué? —¿Quieres preguntarle si vio algo sospechoso?

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TOC: Trastorno Obsesivo Compulsivo.

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Agarra mi mano y lo siguiente que sé, es que estamos de pie delante de la puerta que dice 4A. Ryder golpea. El conserje abre la puerta y Ryder le pregunta—: ¿Has visto algo extraño anoche u hoy? —¿Quién es usted? —pregunta con curiosidad. —Mi mujer vive aquí. Ha estado fuera por un par de días y ha pasado a recoger algo de sus cosas y se ha dado cuenta de que alguien había estado en su apartamento. Así que voy a preguntar de nuevo, ¿Has visto algo? —No vi nada hoy, pero ayer por la noche vi que alguien irrumpía en uno de los apartamentos en la planta baja, así que llamé a la policía. Después de que llegaron, los policías descubrieron que había habido varios robos denunciados en los últimos dos días. —Es bueno saber que otras personas fueron asaltadas. Ahora puedo estar tranquilo sabiendo que alguien no viene a por mi mujer. Era sólo un entrar y salir aleatorio “Sin decir Adiós” o “Bésame el culo” ni nada. —Ryder agarra mi mano y tira de mí hacia mi coche. —Entra, nos encontraremos en mi casa. —Está bien. —Se inclina, y me da un beso antes de cerrar la puerta y subir a su Harley. Nos dirigimos de nuevo a su hogar. Una vez dentro de la casa de Ryder, me dirijo hacia el dormitorio. Ryder me sigue y me pregunta: —¿Estás bien, cariño? —Sí, sólo me siento un poco asustada —le contesto. —Escucha, es evidente que no era una cosa personal. Tal vez se metió en tu casa y no pudo encontrar nada digno de robar y apenas estuvo alrededor. —Sí, pero ¿por qué robar mi bata? ¿No crees que es raro? —Tiene sentido. Tal vez el hombre tiene una mujer y la robó para ella. ―No lo digo en voz alta, pero eso es una excusa poco convincente. Ryder camina hacia mí y me abraza. Me siento tan segura entre sus fuertes brazos. ¿Por qué no podemos permanecer así para siempre? Sonrío al pensarlo. —¿En qué estás pensando, nena? —pregunta. —Sólo pienso, en cómo me siento segura, aquí en tus brazos. Puedo sentir sus brazos alrededor de mí tirando con más fuerza. Dios, esto se siente increíble. El calor que irradia su cuerpo sobre el mío es tan relajante. Cierro los ojos y acurruco mi lánguido cuerpo más cerca de su duro cuerpo. Alejándose de mí, pierdo todo de ese impresionante calor de su cuerpo. Ryder dice—: Cámbiate por algo más cómodo, mientras voy a preparar la cena.

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—Está bien. —Me besa suavemente en los labios y sale de la habitación. Una vez dentro de la habitación, me decido por tomar una buena ducha caliente. Después de salir de la ducha, me seco el cabello y lo recojo en una coleta. Decido ponerme mis pantalones de yoga favoritos y mi cómoda sudadera con capucha de los Huskies de la Universidad de Northeastern. Camino hacia la sala de estar y noto la puerta del patio abierta. Al instante me dirijo hacia ella y salgo a la calle. Camino en la terraza y me doy cuenta de que Ryder está de pie junto a la parrilla girando unos filetes. —Te ves bien —le digo. Ryder se da la vuelta, mirándome de pies a cabeza, dice—: Lo mismo para ti, nena. Oh, estoy tan segura. —Como si no estuviera segura de verme realmente caliente. No hay nada más sexy que los pantalones de yoga y una sudadera con capucha — digo girando los ojos. —Nena, tú lo debes saber. Te ves malditamente sexy como el infierno, no importa lo que lleves puesto. Cuando dice esto, al instante quisiera no estar vestida. ¿Por qué no podemos estar ambos desnudos y en su dormitorio? Le quiero tanto, que duele. No debería ser así. Soy una virgen inexperta, ¿Cómo puedo sentir que solo quiero arrancarle la ropa y tener la oportunidad de ser picara con él? Nunca había tenido estos pensamientos cuando había estado saliendo con Matt. Tiene que haber algo seriamente mal en mí. —Filetes hechos. pensamientos.

Vamos

a

comer

—dice

interrumpiendo

mis

Nuestra cena, consiste en carne, ensalada y patatas al horno. Para ser un tipo duro, seguramente Ryder puede cocinar. Yo prácticamente gruño, cuando tomo mi primer bocado de mi carne a la plancha, que está perfectamente sazonada. —Mmmm, Ryder lo que haces sabe tan bien. Definitivamente, puedes cocinar, eso es seguro —digo metiéndome en la boca, otro bocado de comida. —Tengo habilidades locas —dice sonriendo. Después de terminar nuestra comida, limpiamos los platos y la cocina. Ryder entonces agarra mis brazos y me lleva a la habitación. Al cerrar la puerta, se vuelve hacia mí y baja mis pantalones de yoga hacia el suelo. Yo los pateo fuera cuando llegan a los tobillos. ¡Diablos, sí! Ya es de estar desnudos. Él me recoge y me acuesta en la cama, cubriéndome con el edredón. —Voy a tomar una ducha. Vuelvo en un minuto, cariño —dice caminando hacia el baño tomando su camiseta y cerrando la puerta. La

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última cosa que recuerdo es el sonido del agua cuando la abre, antes de caer en un profundo sueño.

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Capítulo 10 El arrastrado de Brent

A

la mañana siguiente, entro en la sala de profesores para tomar una taza de café. Miro alrededor, con la esperanza de no encontrarme a Brent por ninguna parte. No está. Hago mi café y me siento en el sofá, bebiendo lentamente del brebaje caliente, con mis pensamientos derivando de nuevo a la noche anterior. Estoy tan molesta conmigo misma por haberme quedado dormida. Estoy segura de que si no lo hubiera hecho, Ryder y yo sin duda habríamos tenido sexo. Mi estómago se agita ante la idea de Ryder y yo juntos en la cama desnudos. Pienso en su duro cuerpo frotándose contra el mío, mientras se prepara para entrar en mí. Estoy tan consumida por mis pensamientos sobre Ryder que apenas presto atención sobre lo que algunos de los otros profesores están discutiendo. Me las arreglo para entender algo sobre una reunión la próxima semana, mantener un ojo sobre cierto estudiante problemático y un profesor suplente. Céntrate Ella, hay otras cosas en que pensar aparte de Ryder, oh y sexo con Ryder. Termino mi café y salgo de la sala de profesores para ir a mi clase. Cuando estoy abriendo la puerta para salir, mi cara choca contra un pecho duro. Mirando hacia arriba, noto a Brent con una sonrisa de comemierda. ¡Joder! Realmente no necesito esto. —Hola Ella, ¿cómo te va? ¿Tomamos una copa en mi casa esta noche? —Eso no va a suceder, Brent —le contesto. —No seas así —dice agarrando mi brazo y arrastrándome hacia el pasillo. —¡Quítame las manos de encima! —grito esperando a que alguien de la sala de profesores me escuche.

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—Ella, cálmate de una puta vez. ¿Cuál es tu maldito problema? —Mi problema es que estoy con Ryder ahora. Te lo he dicho y Ryder te lo ha dicho, pero sigues detrás de mí. Estamos juntos, así que no va a suceder. Tienes que aceptarlo Brent. —Tú me quieres Ella. Y te deseo. Esto va a suceder, te guste o no — dice con voz amenazadora. Agarra mi brazo con tanta fuerza que estoy bastante segura de que va a dejarme moretones. —Estás muerto. ¿No te dijo Ryder que no te metieras conmigo? —¿Qué es lo que tu precioso camarero va a hacer? Él podrá ser parte de algunos motociclistas macarras, pero todo es una fachada. Él es un coño y puedo patearle el culo en cualquier momento. Sonrío mientras suelta mi brazo de su agarre. —Tú sigue creyéndotelo, Brent —digo regresando a mi salón de clases. No puedo dejar de pensar que así va a conseguir su culo pateado. Brent puede ser caliente como el infierno, pero sin lugar a dudas es un estúpido idiota. Cuando llego a mi aula, enciendo las luces y noto algo escrito en la pizarra. Me acerco y jadeo al leer el mensaje: ¡ERES JODIDAMENTE MIA, NO SUYA! Cojo el teléfono para sacar una foto del mensaje que ha dejado para mí, antes de borrarlo. Está bastante claro quien lo escribió. Si no iba a conseguir su culo pateado antes, definitivamente lo hará ahora. De repente estoy asustada y enferma del estómago. No estoy segura de sí Brent se va a convertir en un problema serio. Me dirijo a la oficina para informar a Susan, la secretaria, que estoy enferma y tengo que salir el resto del día. Me dice que vaya a casa y descanse un poco. El nuevo maestro sustituto está en la oficina con el director y ella conseguirá que cubra mis clases del día. ¡Gracias a Dios por los sustitutos! Conduciendo de vuelta donde Ryder, noto una camioneta familiar siguiéndome. Parece que mi equipo de seguridad está de vuelta en su lugar. Entro en el camino de entrada y apago el coche. Metiendo la mano en mi bolso, saco mi móvil e inmediatamente mando un mensaje a Ryder. Hola guapo, no me sentía bien. Voy a tomar el resto del día libre. Estoy en tu casa ahora, nos vemos cuando te vea. :( Inmediatamente me da una respuesta. Nena, tómalo con calma. Estaré allí pronto. Ryder es tan impresionante. Me encanta la forma en que deja lo que está haciendo para cuidarme. Acostada en la cama, no puedo dejar de pensar en Brent. El tipo tiene algunos problemas graves y no estoy segura de lo que es capaz. Enrollo las

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mangas de la blusa y me doy cuenta de que algunos moretones comienzan a formarse en mi piel. ¡Mierda! Ryder va a enloquecer cuando vea que Brent me dejó marcas. Aproximadamente media hora después, oigo el estruendo familiar de la moto de Ryder. Mi estómago se altera al instante, sabiendo que Ryder pronto estará conmigo. Oigo la puerta abrirse y cerrarse y pasos de botas caminando por el pasillo hacia mí. La puerta se abre y Ryder se queda ahí observándome con una mirada de preocupación en su rostro. —Hola —murmuro, sosteniendo mis brazos hacia él. Ryder camina hacia mí y se acuesta a mi lado, tomándome en sus brazos. —¿Qué está pasando? ¿Estás enferma? —me pregunta, claramente preocupado. Le cuento todo lo que pasó entre Brent y yo. Cuando muestro a Ryder mis brazos y la foto del mensaje dejado para mí, puedo sentir su cuerpo tensarse contra el mío. Levanto la vista hacia él y veo la expresión más oscura adueñarse de su cara. —Ese hijo de puta lo va a pagar. Después de que haya terminado con él, no volverá a molestarte nunca más. Confía en mí —dice con los dientes apretados. Oh, confío en él. Nunca dejaría que nada me sucediese. Me acurruco contra su cuerpo cálido y acaricio su cuello con mi cara, mientras frota patrones suaves por mi espalda. Me duermo de esa manera, entre los brazos de Ryder. Me despierto y miro el reloj de la alarma. Son las 14:20. ¡Mierda! He dormido la mayor parte del día. Me doy cuenta de que estoy sol en la cama. Me estiro, salgo de la cama y me dirijo hacia el pasillo. Caminando hacia la sala de estar, puedo escuchar la voz airada de Ryder. Suena totalmente cabreado. Camino en silencio hacia la habitación y me coloco detrás del sofá espiando su conversación. —Tengo que enseñarle a ese hijo de puta una lección. Él no se va a meter con Ella sin lidiar con las consecuencias. Averigua dónde vive. Voy a hacerle una visita. —Hay una pequeña pausa en la conversación mientras Ryder escucha a quien está en la otra línea—. Tienes diez minutos. Llámame con la dirección. —Él desconecta la llamada. —Sé que estás ahí, nena —dice. —Ryder, ¿qué vas a hacer? ¿No iras a matarle? —le digo en tono preocupado. Realmente no quiero tener que visitarlo en la cárcel. Definitivamente nunca vamos a tener sexo si eso sucede.

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—Nena, no voy a matar al imbécil. Sólo voy a joderlo. No puede decir que no se lo advertí. El bastardo va a tener lo que se merece —se burla. —¿No vas a meterte en problemas con la policía? —pregunto. —Escúchame nena, él puso sus manos sobre ti y dejó marcas. Él te asustó y está tratando de reclamarte como suya. NO. ES. JODIDAMENTE. GENIAL. Así que un par de los chicos y yo vamos a hacerle una visita con un mensaje. Te puedo garantizar que cuando hayamos terminado con él, no va a querer ir a la policía. —Está bien, sólo que no quiero tener que ir a visitarte a un centro penitenciario, cuando hayas terminado de enviar el mensaje —digo sentada a su lado en el sofá. Deja escapar una carcajada profunda y me jala hacia él, atrapándome entre sus brazos. —Entonces, ¿qué es lo que quieres hacer por el resto del día? —Creo que hemos terminado de hablar sobre la situación con Brent. —¿No tienes que trabajar? —pregunto. Niega con la cabeza. —¿Qué es lo que quieres hacer? —repite. Me encojo de hombros y digo—: No sé. ¿Qué tal si vemos una película y nos acurrucamos en el sofá? —Suena como un plan. —Se levanta para tomar una película de su enorme colección, ahí me entero de que no le gustan las películas románticas o de terror y me sorprende ya que ama las películas de animación. Mientras él está mirando a través de los DVD, suena el móvil. Respondiendo, pregunta—: ¿Lo tienes? —Luego cuelga. Voy a adivinar y decir que quien estaba en el teléfono le dio la dirección de Brent. Si no fuese un imbécil loco, probablemente sentiría pena por él. Finalmente escoge una película que él dice es una mierda y la mete en el reproductor. La película que escoge es sobre un pequeño pez payaso que se separa de su padre. Estoy de acuerdo con él, ¡Es una puta mierda! Pasamos el resto de la noche viendo películas de dibujos animados, solo tomándonos un descanso cuando llega la pizza que ordenamos. En la cuarta película, me quedo dormida en los brazos de Ryder.

Al día siguiente, estoy en la sala de profesores a la hora del almuerzo y escucho a alguno de los profesores hablando sobre Brent. Al parecer, las palabras que dan vueltas, es que él estaba corriendo esta mañana antes de la escuela y lo asaltaron. Lo golpearon bastante mal, así que va a estar fuera por lo menos durante la próxima semana, hasta que sus heridas se desvanezcan. No puedo evitar sentirme un poco culpable, sabiendo la

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verdadera razón por la que Brent faltara al trabajo, pero me siento aliviada. Sonrío y pienso para mis adentros, ¡T.G.I.F!6

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T.G.I.F: Thanks God It's Friday es decir Gracias a Dios que Es Viernes.

Capítulo 11 Partido duro

U

na semana después…

Es una hermosa tarde de viernes. El sol brilla y la temperatura es agradable y cálida. No he visto a Brent, ya que aún no ha regresado al trabajo después de su “asalto” de la semana pasada. El poco tiempo con Ryder desde que aquello ocurrió ha sido increíble. Hemos pasado todas las noches juntos, acurrucándonos en el sofá, viendo películas o frotándonos como adolescentes en celo, pero todavía sin sexo ¿Qué está mal conmigo? Pensé que realmente le gustaba. Lo sé, sólo ha sido poco tiempo, pero es un chico. ¿Qué chico no quiere sexo? Soy una mujer dispuesta y necesitada. Tengo que hacer esto con él. Sé que es el indicado. Nunca me he sentido de esta manera con Matt o Jason entonces, ¿cuál es el problema? Sé que Ryder se está aburriendo, así que le dije anoche que deberíamos hacer algo este fin de semana aparte de ver películas y acurrucarnos. Me encanta, pero tenemos que hacer algo más que eso. Me pregunto si ya ha hecho planes. Saco mi teléfono del bolsillo y le llamo. —Hola, maestra sexy —responde. Bueno, eso no suena como si no estuviera interesado. —Hola Ryder. —¿Qué sucede? —¿Qué quieres hacer esta noche? —Vamos a tener una fiesta con Mayhem y sus mujeres. —Oh... de acuerdo, ¿necesitas que compre algo en la tienda? — pregunto.

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—Ellos quieren traer sus propias bebidas. Sólo consigue lo que sea que necesites y puedes conseguirme algunas Coronas. Ah, y necesitamos patatas fritas y casa como esa. —Está bien. Ahora voy a la tienda, después tengo que pasar por mi apartamento, recoger algo de ropa y luego te veré en tu casa —digo. —Nos encontramos en la tuya. —No tienes que hacer eso Ryder. Voy a estar bien —trato de tranquilizarlo. Sabe lo asustada que estuve al entrar en mi apartamento la semana pasada. No he vuelto allí por mí misma desde entonces. —No. Te veré allí, Ella. No vas a ir sola —dice. —De verdad, Ryder, voy a estar bien —le imploro. Quiero conseguir algo realmente sexy para sorprenderlo en la fiesta. —Tú podrás estar bien, pero yo no lo estaré, sabiendo que estás sola y algún desgraciado podría estar esperándote. No, nos veremos allí. Oh Dios. Me encanta el Ryder dulce. —Está bien, nene. Debería estar allí en veinte minutos —le digo. ¿Cómo puedo discutir con él después de eso? —Nos vemos, nena —cuelga. Voy a la tienda de licores y compro algunos vinos y cervezas (sin estar segura lo que beberán las chicas). Prefiero el vino antes que la cerveza, pero lo que realmente quiero es encajar en la imagen motera para Ryder. Agarro la cerveza que quiere y la pago. A continuación me acerco a la tienda de comestibles y compro patatas fritas, alitas y comida para comer con los dedos. Nunca he dado una fiesta antes, así que quiero que sea buena. Consigo un montón de fruta para cortar. Espero que eso esté bien. Llego a mi apartamento y miro la puerta mientras un escalofrío recorre mi cuerpo. De repente, un ruido en mi ventana me hace saltar y gritar. Cuando giro mi cabeza, veo que es Ryder con una sonrisa cansada en sus labios. La puerta se abre de golpe. —Jesús, nena, ¿estás bien? —Sí, sólo me diste un susto de muerte. Me saca del coche y me lleva a sus brazos. Adoro esto. Definitivamente sabe cómo consolarme y cuidarme. —Está bien. Nada va a hacerte daño, lo prometo —murmura en mi oído, mientras alisa mi cabello con su mano. —No sé a quién estás tratando de convencer, Ryder, pero soy G.I. Jane; nada me asusta —afirmo, y me tapo la boca con la mano.

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Oh mierda, ¿en qué estaba pensando diciéndolo en voz alta? Ahora se va a ir y nunca va a querer estar conmigo de nuevo. Probablemente está pensando que soy un jodido bicho raro. Pero Ryder se aleja lo suficiente para tirar su cabeza hacia atrás y echarse a reír tan fuerte que estoy temblando con él. —¿G.I. Jane? —pregunta riendo a carcajadas de nuevo. —No es gracioso. Te puedes ir ahora —le digo. Puedo sentir el calor en mi rostro por la vergüenza. —¿De qué estás hablando, Ella? No me voy a ninguna parte. —¿Por qué quieres estar con una rara como yo, que se llama a sí misma G.I. Jane? —pregunto. Ryder pone las dos manos en mis hombros, me mira directamente a los ojos y dice—: Ella, no me voy a ninguna parte. Nunca. Nunca pienses eso. Eres la única chica que puede llamarse G.I. Jane y verse tan sexy que hace doler a mi polla, es tan difícil. —Ummmm... —Coge lo que necesites y vamos a casa. Tal vez podamos tener un poco de diversión, mientras esperamos que los chicos aparezcan —sugiere. —Me voy a dar prisa. —Agarro su mano y lo arrastro a la puerta, y sigue riéndose. Guardo algunas ropas que creo que son lindas y sexys, esperando que Ryder las quiera rasgar más tarde. Vamos hacia a su casa. Una vez que estamos allí, Ryder dice—: Entra y yo meteré las cosas. —Está bien. Gracias —digo. —No hay problema, nena. Mientras se ocupa de los comestibles y la cerveza, voy a la habitación y cuelgo mis ropas. Cuando vuelvo Ryder está trayendo la última bolsa. —Jesús nena, ¿has comprado toda la jodida tienda? —pregunta con diversión en su rostro. —No, pero tengo que hacer algo de comida para picar y pensé que alguna fruta cortada estaría bien también. —Nena, somos un grupo de chicos. No nos importa una mierda lo que tenemos; siempre y cuando tengamos cerveza, estamos listos. —Sólo haré las alitas y patatas fritas, entonces. —Suena bien, sexy. Voy a tomar una ducha —dice mientras dobla en la esquina hacia el baño. Oh, cómo me gustaría unirme a él. Puedes hacerlo. Ve por ello. En el momento en que llego al baño el agua se está cerrando y él está saliendo con sólo una toalla envuelta alrededor de su cuerpo sexy.

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—Hola —dice con deseo y calor en los ojos. Me acerco a él, envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y digo—: Tómame, Ryder. Con esas palabras, su boca se estrella con la mía y la humedad en mis bragas se triplica. Me empuja a la pared y su toalla se cae. Guau, que hermosa vista. Me pongo de rodillas, lo tomo en mi mano y me veo acariciando su eje. Lo llevo a mi boca y empiezo a chuparlo duro y profundo. Está agarrando mi cabello en sus puños empujando más y más rápido, cuando oímos el golpe fuerte en la puerta y un grupo de hombres gritando y riendo. —¡Ryder, ven aquí y trae a esa sexy mujer tuya contigo! —Lo siento, nena. Límpiate y nos vemos ahí fuera —dice ayudándome a levantarme. —¡Ni siquiera pienses en moverte! —ordena G.I. Jane. Lo llevo de vuelta a mi boca y lo chupo aún más duro y más rápido que antes, hasta que gruñe su liberación en mi boca. Tal vez eso le va a dejar con ganas de más después. —Dios Ella, lo que me haces. Quiero follarte duro ahora mismo. No tienes idea —susurra en mi oído mientras me levanta. —Sigamos, entonces. Pone su mano en mis pantalones y empieza a trabajar en mí rápido y duro mientras agarra mis pechos con la otra mano y muerde a través de mi ropa. —Oh Dios, Ryder —gimo. Mete dos dedos en mí y eso es todo, exploto alrededor de él liberando mis gemidos en su boca, esperando que nadie me pueda oír. —Jesús, eres hermosa y jodidamente increíble —dice. —Hola Ryder, hermano, ¿estás ahí? —Una de las voces de los chicos se hace más fuerte. —Sí, estaremos allí. Nos estamos preparando. —De acuerdo, hombre. —Prepárate Ella. Voy a salir —dice saliendo por la puerta con su culo desnudo. Me lavo la cara, retoco el maquillaje, y arreglo mi cabello. Entro en el dormitorio y miro la elección de ropa que escogí. Finalmente elijo una camiseta púrpura con un gran cuello en uve, junto con un par de desteñidos jeans ajustados, un cinturón negro con tachas y zapatos con tacón aguja. Oigo un golpe en la puerta y luego se abre. Me vuelvo para ver quién es y veo a Ryder. Mierda, está bueno. —Joder, Ella, te tienes que cambiar —ordena.

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—¿Por qué? —Creo que me veo bien y es la parte de ser su mujer. —Jesús nena, te ves más caliente que un jodido volcán. Te tienes que cambiar o no vamos a lograrlo a través de la fiesta sin que te folle delante de todos —gruñe. Umm. Me gusta esa idea. Espera, ¿qué? ¿De verdad? No, no delante de la gente, sólo me gusta la idea de follar con él. —Esto es todo lo que tengo, Ryder —le digo. —Bueno, te tienes que poner algo más. No te voy a dejar ir por ahí con mis chicos viéndote así y sabiendo lo que están pensando —dice. —Pues muy mal. —No creo que me guste el Ryder idiota, pero como que me gusta el lado celoso que está mostrando. Paso más allá de él y me uno a la fiesta. Voy a la nevera y empiezo a servir mi vino cuando miro a mi alrededor y veo que todas las mujeres aquí están bebiendo cerveza. Así que vuelvo a ponerle el corcho y lo pongo en la nevera. Consigo una Corona para mí y trato de girar la parte de arriba, pero no puedo. Siento un fuerte par de brazos familiares pasando a mí alrededor y toman la botella de mis manos. —¿G.I. Jane no puede quitar esto? —se ríe. —Eso no es tan gracioso Ryder. Dejar de burlarte de mí —le digo enojada con él. —Lo siento. Ten, bebe —dice. —¿Por qué? ¿Estás tratando de emborracharme así puedes meterte en mis pantalones? —le pregunto con un gruñido. Sé muy bien que no quiere entrar allí. —Sabes que quiero meterme en tus pantalones, pero no todavía —dice. Durante la mayor parte de la noche, me mezclo entre la multitud con Ryder y me presenta a casi todo el mundo aquí. Diesel, Pepper y su mujer Abbi, Buckshot y Lemon, Dodge y Lily, Vaden y Mya, Digger, Spider, y Bishop. Por supuesto ya conozco a Axel y Gunner. Hay otras mujeres allí que Ryder no me presenta, pero realmente no tengo que preguntar por qué debido a la forma cachonda con que se visten y cómo se están comportando con los hombres. Es bastante seguro decir que no son las mujeres de ninguno de los chicos. Me estoy empezando a sentir un poco mareada así que me siento con algunas de las chicas en la mesa y todas charlamos un rato. Sé que a ellas les gusta hablar de cómo lo hicieron la noche anterior, de día o por aquí. ¡Quiero decir, realmente! Me siento como una verdadera idiota no poder participar en la discusión con ellas porque no lo hemos hecho todavía. Macie, la rubia alta que parece sacada de una revista Playboy, y la que me está apuñalando con la mirada, es la última de la mesa. Me siento un poco insuficiente con la doble D de Macie.

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—Así que, ¿cómo os conocisteis? —pregunta con una poco de celos en su tono. —Yo estaba corriendo un día y me golpeé contra un poste de luz. —Y cuando se despertó estaba allí. Pensé en ella todos los días durante un año. Entonces entró en mi bar una noche hace dos semanas, y supe que no podía pasar otra noche sin que fuera mía —termina él, hablando por mí. ¡Vaya, lo amo! —Guau eso suena taaaaaaaaaaaaaaaan dulce. —Se puede escuchar el sarcasmo en su voz—. Apuesto a que no es tan buena como yo, Ryder, nene —ronronea. —Vete a la mierda —suelta Ryder. —Puedo hacer que te sientas mejor de lo que nunca podría hacer cualquier pequeña virgen —le dice seductoramente. —He estado allí, hecho eso, es una mierda. No lo voy a hacer de nuevo —señala—. ¡Ahora sal de aquí puta, no me obligues a decirlo otra vez! —Bien, ya sabes dónde estaré cuando te des cuenta de que estoy en lo cierto —dice, mientras se dirige hacia la puerta. —No contengas la respiración. ¿Por qué dejaría algo que puede ser suyo y sólo suyo por algo que probablemente haya estado con cada chico aquí? —Oh, cariño, no tienes ni idea, ¿verdad? A estos chicos les gusta así, la más guarra es la mejor. Tu inexperiencia no lo mantendrá satisfecho por mucho tiempo, y buscará en otros lugares por satisfacción y voy a estar allí. Con eso se va y cierra la puerta detrás de ella. ¿En serio, que perra? Voy hacia la puerta y agarro la perilla de la puerta cuando Ryder me toma en sus brazos. —Cálmate, Ella —susurra en mi oído. —Vete a la mierda, Ryder —digo tirando de sus brazos. —¿Qué hice? —pregunta. —Bueno, la mejor pregunta es, ¿a quién no se lo hiciste? —siseo. Nunca he estado tan enojada en toda mi vida. Sé que ella tiene razón, así que creo que me estoy enloqueciendo conmigo sabiendo que no voy a ser capaz de mantenerlo. —Nena, estás borracha. Vamos a hablar de esto por la mañana — sugiere. —Sí, como quieras —digo alejándome. Durante las próximas horas, mi ira se aquieta y nos sentamos bebiendo, hablando, riendo y básicamente teniendo un buen momento. Cuando todo el mundo se va, voy a la baño, me quito el maquillaje y me cepillo los dientes. Me pongo la lencería que traje conmigo para Ryder.

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Me siento horrible por enojarme antes. Sé que esa mujer sólo estaba siendo una perra y tratando de causar problemas. Entro en el dormitorio y Ryder está sentado en el borde de la cama con la cabeza entre las manos. Me mira y sus ojos cambian de somnolencia a deseo en segundos. —Jódeme. Estás tan malditamente sexy, Ella. —Se levanta de un salto y me agarra por la cintura, tirándome hacia la cama. —Oh Dios, Ryder, lo siento por lo de antes. Sé que ella tiene razón y creo que eso es lo que me hizo enojarme. No debería haberla agarrado contigo. —Le beso para demostrarle cuanto lo siento Se aleja con una mirada molesta. —¿Qué mierda Ella? Estás completamente equivocada. ¿Crees que quiero pasar un jodido segundo con algo como eso? Es una follada fría. Me has dado más placer que cualquiera con quien he estado y aún no hemos follado —dice. —Está bien, espero que tengas razón. ¿Podemos saber si será suficiente para ti? ―pregunto. Estoy tan lista para tener sexo con Ryder. ¡Provócalo! —Ella, no hagas eso. Eres más que suficiente para mí. Estoy más asustado de que yo no sea lo suficiente para ti —dice. Lentamente me acerco a él y acuno su rostro en mis manos. —Ryder, tu eres lo que quiero para el resto de mi vida. Quiero que me hagas el amor —le digo. —No puedo Ella, todavía no. —¿Qué quieres decir? ¿Por qué? ¿Es tan malo que sea una virgen para que me toques? —Estaba desesperada y molesta al mismo tiempo. Podía notar las lágrimas acumulándose en mis ojos. —No cuando estamos borrachos. Quiero que sea especial para ti, Ella. Te mereces eso, especialmente de mí. —Es especial Ryder, siempre y cuando sea contigo. —Lo siento nena, pero no puedo. Quiero que estés al cien por cien cuando tengamos relaciones por primera vez, así recordarás cada pequeño detalle. —Voy a recordar, recuerdo todo lo que dices y me haces, Ryder. —No puedo. Lo quiero mucho, pero no puedo Ella. —Bien, supongo que tendré que ir otro lugar para conseguirlo entonces. Hay un montón de chicos que querrán follarme. —Voy hacia el baño para cambiarme e irme, pero Ryder me pilla por la cintura y tira de mí de nuevo hacia él. —Nunca digas eso de nuevo —sisea. —Bueno, quiero que me quieras Ryder, voy a hacer lo que tenga que hacer para me desees.

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—¡Jesús jodidamente Cristo, Ella! ¡No hay nada que desee más! ¿No entiendes lo difícil que es para mí no hacer esto? Dios, estás jodidamente hermosa y sexy. Apenas puedo mantener mis malditas manos para mí. Cuando hagamos esto, quiero que sea perfecto no sólo para ti, sino para nosotros nena —dice. Me encanta cuando es dulce, pero estoy borracha, caliente como el infierno, y cabreada. —Da igual Ryder, voy a dormir en la sofá. —Camino hacia el pasillo. Oigo sus pasos detrás de mí. —¡Y una mierda lo harás! —grita. —No puedes decirme qué hacer. ¿Quién mierda te crees que eres? —le grito. —No dormirás en el sofá. Nunca vas a dormir en el sofá otra vez. Es en la cama o no duermes —dice. —Está bien, no voy a dormir, entonces —siseo. —Está bien —Me agarra del brazo y me empuja contra la pared, tomando mi boca en un beso ardiente que pasa a través de cada pulgada de mi cuerpo haciendo que me duela el núcleo con necesidad. Deja un rastro de besos calientes y chupa a lo largo de mi cuello, y luego, de repente, cae de rodillas y rasga mis bragas. —¡Oh Dios, sí! —gimo. Pone su cara entre mis muslos y chupa duro mi clítoris mientras bombea dos dedos en mi coño. —Oh Dios Ryder, me voy a venir. No se detiene, sólo toma lo que quiere, que es que me deje ir. Y confía en mí, lo hago. Fue tan intenso que mis rodillas apenas me sostienen hasta que Ryder se pone de pie y mis manos van a la hebilla de su cinturón tratando de deshacerlo. —Jesús Ella, quiero que mi polla esté tan profunda dentro de ti, que la sentirás por semanas. Te deseo tanto, pero no así, no esta noche. ¿Así que eso es suficiente ti para que dejes de estar enojada conmigo por tratar de hacer lo correcto —pregunta. —¡Vete a la mierda, Ryder! —le digo, saliendo de la habitación y cerrando la puerta. Me tumbo en la cama por un rato tratando de encontrar el sueño, pero lo único que puedo pensar es en lo perra que fui, actuando de la manera que lo hice. Espero que Ryder entre, pero no lo hace, así que lloro hasta dormirme pensando que he jodido todo como siempre lo hago.

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Me despierto sintiéndome como la mierda. No puedo recordar la última vez que bebí tanto. Me doy la vuelta en la cama y me doy cuenta que Ryder no está allí. ¿Qué diablos? Oh, mierda. Todo vuelve a mí. Estuve actuando como una perra en celo. Salgo a buscarlo por la casa, pero no está en ninguna parte. Oh Dios, realmente ahora lo hice. Él no quiere saber nada conmigo. Las lágrimas comienzan a deslizase por mi cara, mientras me apresuro al dormitorio y empaco mis cosas. Corro hacia mi auto y me alejo, tan rápido como puedo. Iba a ir a mi apartamento, pero me doy cuenta de que no quiero volver allí, soy demasiado miedosa después de lo que pasó la última vez. A la mierda. Decido buscar una habitación de hotel por una noche. Hay dos hoteles en la ciudad, así que voy al más barato y reservo una habitación para mí. La habitación es muy pequeña. La decoración anticuada y no estoy completamente segura, pero tiene que haber un cadáver oculto en algún lugar, porque el olor es desagradable. Lanzo mi bolso en la silla, me acuesto en la cama y lloro un poco más. No quiero perderlo, pero creo que es demasiado tarde para eso. Ojalá no hubiera bebido anoche. No voy a hacer eso otra vez. Ordeno alguna comida para llevar y me refugio en mi habitación por la noche, llorando y golpeándome emocionalmente por mi estupidez. ¿Dónde está G.I. Jane ahora? A la mañana siguiente, al despertarme en la habitación de mierda del hotel, decido ducharme y prepararme para salir y hacer algo. Es bastante seguro decir que Ryder y yo terminamos. Sacando el teléfono de la cartera para llamar a Payton para informarle sobre lo que está pasando, me doy cuenta de que la batería está muerta. Conecto el móvil para cargarlo y decido ponerme unas sandalias para ir a dar un paseo por la ciudad y tratar de averiguar qué hacer. Camino y camino un poco más. Unas horas más tarde, termino en la playa. Sentada en la arena, miro hacia el agua, tratando de encontrar una manera de hacer las cosas mejor. Realmente la hice esta vez. No creo que quiera hablarme nunca más. Mi estómago gruñe. Bueno, al menos alguien está hablándome, diciéndome que es hora de comer. Camino de regreso a mi habitación para cambiarme, pero cuando llego a la puerta, está parcialmente abierta. —No, esto no está sucediendo de nuevo —me digo a mí misma. ¿Qué le pasa a la gente que entra en donde me alojo? Lentamente me dirijo hacia la puerta, queriendo llamar a Ryder, pero me doy cuenta que no puedo. Mi corazón duele sabiendo que no está allí para mí. Con cautela empujo la puerta y miro dentro. Puedo ver a alguien sentado en mi cama con la cabeza hacia abajo. No puedo ver quién es porque las cortinas están cerradas y las luces apagadas. La persona se pone

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de pie. Se acerca a mí, y me envuelve en un abrazo. Ahí es cuando sé es Ryder. Su familiar olor me envuelve. —Jesús Ella, ¿estás bien? ¿Qué mierda estás haciendo? ¿Es aquí donde has estado escondiéndote? —pregunta. Puedo ver el alivio y las líneas de preocupación en su rostro. —¿Qué estás haciendo aquí Ryder? Me has dado un susto de muerte. —¿Qué quieres decir? Llegué a casa del bar, y tu auto y tus cosas no estaban. He estado buscándote por todas partes. ¿Por qué te fuiste? ¿Me estás dejando? Lo siento Ella. No me dejes —dice, enterrando su cara en mi cuello. —¿De qué estás hablando Ryder? Nunca te dejaría. Me dejaste, una vez que te diste cuenta de que soy una perra. No necesitas eso. Sé que sabes que mereces algo mejor. —Cristo nena, yo nunca te dejaría. Eres todo lo que quiero para el resto de mi vida —dice. Te Amo Ryder. Tengo tantas ganas de decirlo, pronto.

pero es demasiado

—¿En serio? —pregunto. —Sí nena, vamos a casa —dice. —Está bien. —Una pregunta más antes de que nos vayamos. ¿Por qué mierda no contestaste el teléfono cuando te llamé? —La batería del teléfono murió. Lo siento. —Nunca me pegues un susto de esa manera de nuevo. ¿Entendido? — Asiento en respuesta. Camino hacia la cama para recoger mis cosas. Está todo guardado y yo lista para irme. Dios lo amo. Toma mi mano y me lleva al coche, poniéndome en el asiento del pasajero. —¿Qué estás haciendo? ¿Dónde está tu moto? —pregunto—. No importa, no contestes eso. Déjame adivinar, ¿le pedirás a alguno de los chicos que la recoja? —No había una opción. No saldré de aquí sin ti, Ella. ¡GUAU! —Está bien. Nos dirigimos a casa en un silencio cómodo. Disfrutando de la compañía del otro y sabiendo que estamos bien. Después de que Ryder cierra el coche, caminamos de la mano hacia su puerta delantera. Estamos de pie dentro de su porche después de cerrar la puerta, cuando Ryder me ataca. No de una mala manera, sino en buen sentido. Su lengua se empuja con fuerza mis labios y entra en mi boca. Me encanta el

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sabor de Ryder. Gimo en su boca y Ryder responde empujándome contra la pared y moliendo su excitación dentro de mí. Oh Dios, lo necesito ahora.

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Capítulo 12 Confesiones

R

yder y yo pasamos a trompicones a través de la puerta de su dormitorio en una masa enredadas de extremidades y lenguas. Me empuja contra la cómoda y siento el borde clavarse en mi espalda. Sus labios dejan acalorados rastros en mi mandíbula, detrás de la oreja y terminando en mi clavícula. Hace tanto calor que mi cerebro ni siquiera puede funcionar. Es como si estuviera en una niebla de sexo. Desesperadamente quiero atacarlo con dureza y arrancar su ropa y manosearle también. Lo único que puedo llegar a hacer es agarrarme fuertemente en sus bíceps y continuar asaltando con mi lengua en su boca. Es entonces cuando Ryder decide subir la apuesta. Sus ásperas manos acarician mis pechos a través de mi camiseta. Roza mis pezones con los pulgares hasta que se ponen erectos, enviando escalofríos por mi espalda. Luego pone su boca en uno de mis pezones y suavemente tira de él con los dientes. Gimo. —¿Te gusta eso? —Asiento en respuesta—. Está a punto de ponerse mucho mejor. Sus manos se deslizan por mi estómago y sus dedos juegan con el borde de mis jeans de cintura baja. Al siguiente instante, está abriendo el botón y bajando el cierre, luego sus manos están en mis bragas. Sus dedos rondan mi clítoris un par de veces, pero luego los retira y siento dos de sus dedos entrar entre mis piernas. —¡Joder! —grito de placer. Sus dedos se detienen. —Eso es lo que planeo hacer, nena.

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—No, quiero decir. ¡Joder! ¡Eso se siente jodidamente increíble! ¡No te detengas, joder! —¿Qué pasaba con la palabra con J? ¿He sido de pronto diagnosticada con el síndrome de Tourette7 o algo así? —No pienso detenerme —dice, continuando el movimiento con sus dedos y mi orgasmo golpea y pulsa contra su mano. Antes de saber lo que está pasando, Ryder nos mueve de la cómoda y me tiene al pie de la cama. Quita mi ropa en milésimas de segundo, y me empuja hacia ella. Su abrasadora y lujuriosa mirada empieza a caer por mi cuerpo desnudo. De repente la niebla de sexo se despeja y sé que tengo que detenerlo. —¡Espera! ¿Puedes apagar las luces? —pregunto sonando aterrorizada, rodando rápidamente hacia mi lado, tratando de agarrar el borde de la colcha para cubrir mi cuerpo. —No ésta mierda de nuevo. Te lo dije, quiero verlo todo. He pensado en verte así desde el maldito primer día que puse mis ojos en ti. No vuelvas a sentir vergüenza de mostrarme tu cuerpo. Eres condenadamente hermosa —afirma, mientras sigo tratando de cubrir mi cuerpo. Sus ojos aterrizan en mi caja torácica, vientre y costados. Es cuando me doy cuenta de ha visto mis cicatrices. La mirada que me da es tan intensa que siento como si tuviera que alejarme de él. Se ve peligroso—. ¿Qué diablos? —gruñe. —No son nada, Ryder. Déjalo ya —digo. —Nena, ¿cómo te hiciste esas putas cicatrices? Si alguien te hizo esto, ¡me los voy a joder! —dice con un gruñido enojado. Oh-oh, el siniestro Ryder está de regreso. —Estuve en un accidente de auto cuando era una adolescente. Siento la cama hundirse y veo Ryder abrirse camino gateando. Sus labios recorren mi cuerpo y coloca suaves besos en cada una de las cicatrices de mi estómago, costados y caja torácica. —Explica. —No creo que pueda hablar de esto contigo. —Soy tuyo, nena. Puedes decirme lo que sea. —¿Por dónde empiezo? —Por donde quieras, cariño. Dios esto es tan difícil, pero aquí va.

Síndrome de Tourette: es un trastorno neurológico caracterizado por movimientos repetitivos, estereotipados e involuntarios y la emisión de sonidos vocales llamados tics. Quizás los tics más dramáticos y que producen mayor discapacidad incluyen los movimientos motores automutilantes, tales como golpearse la cara o tics que incluyen la coprolalia (el decir obscenidades) o ecolalia (repetir palabras o frases de otras personas) 7

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—Cuando tenía diecisiete años, mis padres, mi hermano Joshua y yo decidimos ir a una nueva pizzería. Mi padre y mi hermano tenían debilidad por la pizza. Era la noche familiar semanal de la familia Scott, que siempre era la noche del viernes. Salíamos a comer y luego terminábamos en el cine, o el boliche o nos íbamos a casa para pasar un rato con juegos en familia. De camino al restaurante, nos detuvimos en un semáforo en rojo y cuando se puso en verde mi padre aceleró y avanzó hacia la intersección. Nos embistió en el lateral un camión de transporte que se saltó el semáforo en rojo. Posteriormente la policía descubrió que el conductor acababa de salir de un bar local y estaba totalmente embriagado. Mi padre y hermano murieron en el acto, pero mi madre y yo sobrevivimos al impacto inicial. — Hago una pausa, tratando de contener las lágrimas, y miro a Ryder. —Continúa, te estoy escuchando —dice pasando suavemente sus dedos sobre la cicatriz debajo de mi ombligo. —No puedo recordar mucho sobre el propio accidente. Pero, puedo recordar el momento después del impacto al despertar y escuchar a mi madre gritar de dolor. Había sangre por todas partes. Mis heridas fueron muy graves por los fragmentos de vidrio y metal de los restos. Me desmayé de nuevo, poco después de eso. —¿Qué pasó con el puto gilipollas del conductor? —pregunta a través de los dientes apretados. —También murió en el impacto —contesto. —El Hijo de puta es afortunado, porque si no tendría que rastrear su culo y matarlo yo mismo. —¡Oh. Dios. Mío! ¿Haría eso?—. Termina tu historia, Ella —me pide en voz baja. —Lo siguiente que recuerdo fue despertar alrededor de una semana más tarde en el hospital. Mi madre murió en la ambulancia de camino al hospital. Fui la única sobreviviente. Ni siquiera pude ir a sus funerales porque estaba inconsciente. Incluso si hubiera estado consciente, estaba demasiado herida para asistir. Aparte de los pocos recuerdos que tengo del accidente, mis cicatrices están ahí para recordarme todo lo que he perdido. Todavía los extraño cada día. —Para cuando termino mi historia, estoy llorando tan fuerte que mi cuerpo se convulsiona en la cama. —Shh, cariño, está bien. —Sus ojos encuentran los míos, con lo que parece tristeza y comprensión. Tristeza, la puedo ver, pero no el entendimiento. No hay manera de que él pudiera comprender el inmenso sentimiento de pérdida que había experimentado. —¿Te quedaste con otros miembros de la familia después de eso? —No, no tenía otra familia. Por suerte, mi mejor amiga desde la escuela elemental y su familia me acogieron. Todos mis otros amigos poco a poco me fueron abandonando porque realmente no entendían por lo que estaba pasando y se sentían incómodos junto a mí. Además, debido a que tenía

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cicatrices, mucha gente pensaba que era rara. Payton de alguna manera sabía cómo me sentía. Ella perdió a su padre por la leucemia cuando tenía diez años. Así que Payton y su madre, su hermana y su padrastro intervinieron y poco a poco llenaron ese vacío, pero nunca pudieron verdaderamente sustituir a mi familia. Los quiero y siempre estaré agradecida por todo lo que han hecho por mí. Soy muy afortunada en ese sentido. —Estoy tan... feliz... de que… los tuvieras, cariño —susurra entre besos. Me doy cuenta de que está quitando con sus besos las calientes lágrimas de mis mejillas. —Yo también. —Sabes, entiendo por lo que pasaste y cómo te estabas sintiendo. Sólo que yo no tuve gente como los Clare para cuidar de mí. —¿En serio? —Sí. —Cuéntame, por favor —contesto mientras mis dedos rondan su nuca y luego se enredan en el cabello de detrás de su cabeza. —¿Ves mi tatuaje? —pregunta, levantando su brazo izquierdo para que yo pueda ver el tatuaje que cubre su bíceps. Bajando la mirada, realmente estudio el diseño. Está tatuado todo de negro y representa dos escalonadas cruces envueltas en llamas. Desenredo mis dedos de su cabello y los muevo hacia abajo para que poder trazar el contorno de las cruces con el dedo y luego lentamente recorrer las llamas en su brazo. —Es hermoso —le digo. —Representa a mis padres y cómo los perdí —dice, haciendo una pausa un minuto antes de continuar—. Al igual que tú, perdí a mi familia trágicamente. Yo era hijo único y muy cercano a mis padres. Una noche mientras estaba durmiendo, la alarma de humo se activó. Mi papá vino a mi habitación y sacó mi culo de la cama. Me cargó por encima de su hombro hacia el pasillo. Había tanto maldito humo que apenas podíamos ver a un metro delante de nosotros. Me bajó por las escaleras y hacia afuera. Dijo “No te muevas, amigo. Iré por tu mamá”. Me dijo que su primer pensamiento fue para mí cuando fueron despertados por la alarma. Ella le dijo a papá que fuera por mí, mientras ella salía de la casa. Lo único es que no estaba afuera esperando por nosotros cuando logramos salir. Mientras veía a mi papá dirigirse de nuevo a la casa, no me di cuenta de que sería la última vez que lo vería a él o a ella vivos. Mis dos padres murieron en el incendio de la casa. —¿Qué edad tenías? —pregunto. —Nueve años —responde.

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—Siento mucho que te pasó, hermoso. Entiendo perfectamente cómo se sentía y aún se siente —digo. Él reposa su barbilla en mi esternón y sus hermosos ojos azules miran los míos cuando dice—: No sabía que algo podría lastimar mi corazón tan jodidamente mal. —Me gustaría haber apartado tu dolor, Ryder —digo tratando de consolarlo. —La vida no es malditamente justa. A veces las cosas pasa y no hay nada que puedas hacer al respecto —dice. —¿Qué provocó el fuego? —Se hizo una investigación y se determinó que el incendio fue causado por un cableado defectuoso. Mis padres habían renovado recientemente su cocina y sin saberlo habían contratado contratistas con muy mala reputación. —¿Qué te pasó después? —Pasé de un infernal hogar adoptivo a otro, hasta que cumplí los dieciocho. Tuve refugio, ropa y comida, pero no familia o amor. Nadie daba una mierda por un niño punk como yo. Yo era basura para la mayoría de ellos, sólo algo que traía un ingreso extra a la casa debido a los cheques de apoyo. Conocí a Axel cuando tenía catorce. Fuimos colocados en la misma casa de acogida y rápidamente nos convertimos en los mejores amigos. En mi dieciocho cumpleaños, Axel y yo nos fuimos y nunca miramos atrás. Lo más cercano a una familia que he tenido desde mis padres han sido Axel y Mayhem. Ellos son mis hermanos y siempre tendrán mi respaldo. —Bueno, me tienes ahora también. —Lo sé, y tú me tienes a mí. ¡Santo infierno! El dulce Ryder está de vuelta. Sus labios encuentran los míos, susurrando contra ellos—: Te quiero. —Entonces tómame —contesto. —Nunca he estado con una virgen antes, Ella. No quiero hacerte daño. —No lo harás. Confío completamente en ti, cariño —susurro contra sus labios. Ryder levanta su camisa por sobre su cabeza y luego con un poco de esfuerzo, finalmente se las arregla para quitarse sus jeans. Me estremezco ante la vista de su cuerpo musculoso y sus tatuajes sexy en el cuello y los brazos. Al notar su más que grande excitación, pienso que no hay manera de que vaya a caber dentro de mí. Una vez más su mano alcanza entre mis piernas y puedo sentir dos dedos entrando en mí. —Maldición, nena estás tan jodidamente mojada. —Lo siento. —Hago un gesto de vergüenza.

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—Esa es una buena cosa. Nada de qué disculparse. Sólo significa que me quieres desesperadamente —dice entre besos. Oh, definitivamente lo quiero desesperadamente. Inmediatamente me sonrojo ante la idea. Es entonces cuando la mano libre de Ryder gentilmente acuna mi mejilla. Fija sus ojos en los míos y dice:—:Ahí está. Lo que he estado esperando. Es tan hermoso como lo imaginé. —No sé de lo que estaba hablando, pero de todos modos sonrío y acaricio con mi nariz su cuello. Bajando la mirada a mí cuerpo añade—: Todo tu cuerpo está sonrojado porque estás encendida. Vamos a ver qué puedo hacer para mantener esta apariencia en ti —dice lanzándome una maliciosa sonrisa. Continúa bombeando sus dedos dentro de mí agresivamente, pero luego los retira y hace un delicioso remolino con ellos sobre mi clítoris. Se siente tan bien, pero necesito más. Casi como si Ryder pudiera leer mi mente, su cuerpo se mueve hacia abajo y su caliente boca está entre mis muslos. Su lengua se empieza a mover e imita el remolino que sus dedos hicieron antes. Cuando barba recién crecida araña la parte interna de mis muslos, me pone totalmente en marcha. Mi cuerpo se tensa mientras un orgasmo me golpea duro. Trato de ahogar mi grito mordiendo la almohada. ¡Oh Dios, eso se siente increíble! ¿Alguna vez me cansaré de esto? No creo que sea posible. Ryder se acuesta sobre su espalda. Ruedo encima de él y beso su boca. Agarro su caliente erección y empiezo a acariciar arriba y abajo. Mis caricias aumentan de velocidad, al igual que su respiración. Cuando creo que se está acercando, repentinamente agarra mi muñeca y gime. —Ella, tu mano se siente increíble, pero no puede terminar así. — Respira profundamente y continúa con—: Quiero correrme profundamente dentro de ti. Dándome la vuelta con suavidad él se coloca sobre mí y sus muslos lentamente separan mis piernas, su erección roza sutilmente contra mi coño. Me encanta la forma en que mi cuerpo absorbe el calor de su cuerpo. Sus pulgares acarician las manzanas de mis mejillas y susurra en mi boca—: Voy a entrar en ti ahora, nena. —De acuerdo. —Pienso Finalmente. —Voy a ir muy despacio, pero si te hago daño, házmelo saber. Saldré sin importa qué. ¿Entiendes? —Sí. Coloca su frente contra la mía y me mira a los ojos. —Mírame mientras te tomo —ordena. No hay otro lugar al que quiera mirar en este momento. Mientras le miro a los ojos, despacio entra en mí y me puedo sentir como me acomodo

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para acogerlo. Cuando siente resistencia empuja un poco más fuerte sólo para romper a través de mi barrera. Puedo sentir algo cálido fluir en un hilo por mi cuerpo. Oh Dios, ¿es eso sangre? Cuando él hace esto inhalo bruscamente y grito un poco. Puedo sentir lágrimas acumulándose de nuevo en mis ojos. ¡Maldición! Sabía que iba a doler, pero no tanto. ¡No llores Ella! Mantente entera. Cierro mis ojos para luchar con fuerza contra las lágrimas. Ryder se queda quieto y murmura contra mi cuello—: Cristo, tan jodidamente apretado, nena. ¿Estás bien? —Sólo dame un minuto. Estoy empezando a sentirse un poco mejor. — Trato de tranquilizarlo. —Cariño, si te duele demasiado me detendré. Por mucho que malditamente lo quiera, lo haré. —¡NO! ¡No quiero que te detengas! —grito. —Está bien, está bien. Tranquilízate. Entonces no me detendré. —Si ríe mientras dice esto. —Muévete, por favor —suplico mientras el dolor disminuye significativamente. Empiezo a mover mis caderas debajo de él, pero me detiene con sus manos. —Tan impaciente —murmura contra mis labios. Juro que puedo sentir su boca formar una sonrisa contra mi piel—. Me voy a mover ahora, nena —me advierte. —Sí, por favor. Necesito que te muevas ahora —exijo. Su caderas se balancean lentamente entre las mías y se siente increíble, pero después de unos minutos no es suficiente. Necesito más, mucho más. —¡Más rápido, Ryder! —suplico. —Tan jodidamente mandona —responde. Entierra su cabeza entre mi hombro y cuello y comienza a empujar sus caderas más duro y más rápido. Levanto mis caderas para encontrar las suyas, desesperada por más fricción sobre mi clítoris. —Espero que estés lista para correrte pronto, Ella. Porque con lo apretado que aferras mi polla, no sé cuánto tiempo voy a durar. Una de sus manos deja mis caderas, va a mi estómago y se mueve hacia abajo para tocar donde se conectan nuestros cuerpos. Sus dedos buscan mi clítoris y suavemente hace círculos sobre la sensible área. La combinación de toque de Ryder y la presión continua de nuestras caderas empujando juntas provocan una lenta acumulación de presión entre mis piernas. —¡Ah, joder! ¡Me voy a correr, Ella! —grita.

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Sus movimientos se vuelven casi frenéticos y mueve sus dos manos para agarrar mi culo. Inclinado mis caderas hacia arriba en un ángulo diferente, su pelvis crea deliciosa fricción contra mi clítoris. Ryder cariñosamente muerde mi hombro, lo cual me lleva al límite. —¡Oh, Dios mío! —grito, mientras otro orgasmo pulsa a través de mi cuerpo. —¡Mía! —gruñe Ryder al mismo tiempo. Luego golpea dentro de mí una última vez y puedo sentir su calor húmedo derramarse dentro de mí, mientras toma mis labios en un beso posesivo. Un par de minutos más tarde estamos recostados en la cama, enredados entre extremidades y sábanas. No hablamos porque los dos estamos luchando por recuperar el aliento. Eso era tan fantástico. Quiero hacerlo de nuevo, y pronto. Ryder sale de mí y lentamente se gira sobre su costado quedando frente a mí, pasando sus dedos a lo largo de mis cicatrices. —Eso fue condenadamente hermoso. Gracias por dármela a mí. ¿Cómo respondo a eso? —¿Qué? ¿Mi virginidad? —pregunto. —Sí, eso fue hermoso, pero también gracias por compartir la historia de tu familia conmigo —dice, besándome suavemente en los labios—. ¡Mierda! —ruge Ryder, sentándose en la cama. Estoy tan sorprendida por su arrebato que me encojo en la cama junto a él. —¿Cuál es tu problema? —¡Olvidé usar un condón! Ah sí, eso también se deslizó completamente de mi mente. —¿Está limpio? —Estoy sano como un maldito caballo. Me revisé hace un par de meses, a pesar de que uso condones siempre, sin excusas. —Lo olvidaste esta noche. —Sí, lo olvidé esta noche, nena. Eso es porque no puedo pensar bien cuando estoy contigo. —El sentimiento es mutuo. Bueno, sabes que estoy limpia porque nunca he han hecho una transfusión de sangre, nunca he consumido drogas intravenosas o tenido relaciones sexuales antes. Así que todo está bien. —Cariño, podrías quedar embarazada —dice con una expresión preocupada. —Estoy tomando la píldora. Todo está bien.

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—¿Por qué tomas la píldora si eres virgen? —pregunta con rabia. —Bueno, verás, un día el verano pasado, vi a un atractivo motorista mientras estaba corriendo y no podía evitar pensar en él en todo momento. Él me dijo que me vería alrededor, así que pensé que estaría preparada por si acaso lo hacía. —Sonrío. —Es un hombre muy afortunado. —Me sonríe sensualmente de regreso. El caliente cuerpo de Ryder comienza a alejarse de mí y sale de la cama. —¿A dónde vas? —A preparar un baño para ti y luego voy a conseguirte algún ibuprofeno. Estarás adolorida mañana, un baño y algunos analgésicos deberían ayudar. Lindo. El dulce Ryder está de vuelta otra vez. Así que me baño, me tomo el ibuprofeno que Ryder dejó en el tocador para mí y me pongo unas bragas limpias con una camiseta sin mangas y me dirijo a la cama. Me detengo en el interior del marco de la puerta y miro hacia la habitación. Lo primero que noto es que las sábanas están cambiadas en la cama. Qué vergüenza, Ryder tuvo que cambiar las sábanas con mi sangre en ellas. La segunda cosa que noto me hace olvidar las sábanas. Ryder está extendido sobre su espalda con un brazo a su lado y el otro detrás de su cabeza. Puedo decir que está dormido porque su boca está relajada y ligeramente separada, y que está respirando lenta y profundamente. Qué es tan llamativo por su muy pacífica expresión en su rostro mientras duerme. Entro en la cama y me inclino hacia él, lo besó suavemente en los labios y susurró en su oído: —Gracias por esta noche, Ryder. Te amo. Finalmente le he dicho las palabras en voz alta; tal vez la próxima vez no estará inconsciente cuando las diga. Ryder me comprende como ninguna otra persona que conozco. Me recuesto con la mitad de mi cuerpo sobre el suyo. Subo una de mis piernas sobre la de él y reposo mi cara sobre su pecho. Estoy bastante segura de que también tengo una expresión pacífica en la cara cuando me duermo escuchando el latido de su corazón.

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Capítulo 13 Flores

M

e despierto a la mañana siguiente con el brazo derecho de Ryder alrededor de mi cintura. Agarro su mano en la mía y giro el brazo para poder echar un vistazo más de cerca al tatuaje en el interior de su antebrazo. Está tatuado todo en letras minúsculas y dice, "lo más importante es saber caminar bien a través del fuego". Siendo profesora de literatura, sé que es el título de un libro de poesía de Charles Bukowski. De alguna manera, no creo que Ryder lo consiguiera por su amor por la poesía. Obviamente, tiene algún tipo de significado de los eventos que rodearon el fuego de su casa desde el momento en que era un niño. Percibo un lento movimiento detrás de mí y luego Ryder está acariciando con su nariz detrás de mi oreja. —Buenos días, cariño —susurra. —Buenos días, guapo —le contesto. —¿Cómo te sientes? —pregunta. —Increíble. ¿Por qué? —Me vuelvo. —Sólo me preguntaba si te lastimé demasiado. Mmmm. Mi dulce Ryder. —Nunca sentí algo así antes Ryder, fue hermoso. Gracias —digo. —Nena, no me des las gracias, tengo que agradecerte yo a ti, de nuevo. —Bien.... No hay de qué. —Me doy la vuelta, poniendo mis manos en su pecho y sintiendo los contornos de sus abdominales. Me encantan. Me apoyo y beso su pecho, deseando hacer más de lo que hicimos ayer por la noche, tal vez un poco diferente. Ryder se da la vuelta en la parte superior de mí, tomando mi boca en un febril, beso apasionado. —Tienes que prepararte para el trabajo nena, o llegarás tarde —gruñe en mi oreja. Sé lo que significa ese gruñido sexy. Miro el reloj, con la

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esperanza de tener tiempo para algo antes del trabajo. Las siete y treinta de la mañana. Santos traseros golpeando—. ¡Me quedé dormida! —¿Por qué no me despertaste? Voy a llegar tarde —le digo saltando de la cama y corriendo al baño. Tomo una rápida ducha y me preparo para el primer día de la semana. ¿Quién no ama los lunes? Son el peor día de mi vida. Corro a la cocina para tomar algo rápido de comer y veo que Ryder sostiene un plato lleno de comida para desayunar. —Come esto —reclama. —No tengo tiempo. Voy a llegar tarde —digo. —No dejarás esta casa hasta que comas, Ella —dice con determinación en su rostro. —¿Puedo comer en el coche? —le pregunto. —Funciona para mí —está de acuerdo. —Gracias, guapo —le digo tomando el plato en mis manos mientras me inclino y le beso. Me alejo, pero soy detenida por el brazo de acero de Ryder alrededor de mi cintura. —Eso no es un beso de despedida —dice. Oh Dios. Me da la vuelta, haciendo que el plato serpenteé sobre la isla. Tomando mi cara en sus manos, pone su gran, carnosa, húmeda boca abierta dándome un beso, que me deja deseando más, mucho más. —Eso está mejor —gruñe. —Puedo llamar y decir que estoy enferma —le digo sabiendo que nunca lo haría. La única cosa que me encanta más que la enseñanza es Ryder. —Vete o llegarás tarde, nena. —Está bien. —Nos vemos después del trabajo, nena —dice mientras salgo por la puerta.

Mi día va maravilloso hasta ahora. En mi primera clase, discutimos el final de Romeo y Julieta. Los chicos pensaban que el final era extremo y que en la realidad eso nunca sucedería. Las chicas pensaban que era la cosa más romántica que nunca habían escuchado. Tuve que estar de acuerdo con las chicas, yo haría lo mismo por Ryder si alguna vez le sucedía a él. No podría continuar sin él. Tal vez esa era la diferencia. Que había encontrado a ése, y que haría cualquier cosa para estar con él, incluso renunciar a mi propia vida.

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Durante mi segunda clase, terminamos el libro Matar a un Ruiseñor. Pensé que sería bueno ver la película para comparar. Eso nos lleva a ahora. Estoy entre las clases en un descanso de quince minutos, ordenando mi escritorio, cuando hay un golpe en la puerta. Miro por encima de mi hombro y veo un hermoso arreglo de rosas rojas, con una cabeza asomando alrededor de ellas, diciendo: —¿Es usted la señorita Scott? —Um... Sí —le digo estupefacta. ¿Quién me enviaría esas? Él se acerca y coloca las hermosas flores en mi escritorio y luego me da un portapapeles. —¿Puede firmar aquí, señorita? —Tomo la pluma que está sosteniendo hacia mí y firmo por las flores. —Que tenga un buen día. —Gracias —le digo mientras se va. Admiro las rosas por un par de minutos y después, busco la tarjeta. Al abrir la tarjeta, leo: “Te amo”. Oh. Mi. Dios. ¡Ryder me ama! Tengo que verle. Mierda, tengo que trabajar. Oh, iré a verlo a la hora del almuerzo. No puedo esperar para decirle que siento lo mismo. Saco mi teléfono para enviarle un texto. Gracias. Eso es todo lo que tengo oportunidad de escribir antes de que suene la campana y mis estudiantes comiencen a caminar a través de la puerta. Salto y pongo mi teléfono en el cajón de mi escritorio. —Wow. ¡Srta. Scott! Alguien tendrá suerte —dice Ashley caminando y haciendo que los otros chicos silben y aplaudan su estímulo. —Muy bien, todo el mundo a sentarse y abrir los libros —les digo. La hora avanza con dificultad por su lentitud, pero no sin algunas preguntas y comentarios sobre mí y Ryder y las hermosas flores que me envió. Cuando suena la campana para la hora del almuerzo, la clase guarda sus cosas y yo voy a la puerta, saco mi coche. No puedo esperar a llegar al bar y encontrar a Ryder para contarle que lo amo también. Entro delante del Wilde Ride y corro a la puerta, abriéndola ruidosamente. Veo a Ryder, tan pronto como entro y voy como una tormenta hacia él. Una vez que me ve, va alrededor de la barra con una expresión preocupada en su rostro. Cuando se acerca suficiente, corro y salto a sus brazos. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y mis piernas alrededor de su cintura, mientras digo alto para que todos nos oigan. —Yo también te amo, Ryder. Mucho. —Él tira hacia atrás. —¿Qué? —pregunta.

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—Gracias por las flores y te amo también. —Me doy cuenta de la confusión en su rostro. Ay Dios, ¿no fueron de él? —¿Qué quieres decir Ryder? Las flores y la tarjeta, son tan hermosa — le digo. —Nena, ¿qué flores? —pregunta. —Las rosas que me enviaste —declaro. —¿De qué estás hablando? —pregunta de nuevo, todavía viéndose confundido. —Tú enviaste flores con una tarjeta que decía “te amo” a la escuela para mí. Bueno, pensé que eran de tu parte. —Me quedo en sus brazos y aparto la cara. —Nena, sabes que yo no envío flores —me recuerda. —Lo sé, pero pensé que después de anoche podrías haberlo hecho. —No nena, como te dije, no envío flores. —Está bien —me aparto de él, para poder ir a revolcarme en mi estupidez. —Nena, ¿quién envió las flores? —No lo sé. Es por eso que pensé que eran de tu parte. Decían te amo mucho... —Dejo ese rastro en mi voz. —¿Estás malditamente bromeando? —No. —Ella, como te dije antes. Yo. No. Envío. Flores. Así que no son de mi parte. —Um, tengo que volver al trabajo. Hablaré contigo más tarde Ryder — le digo, tratando con urgencia de irme. Puedo sentir la ira que irradia de su cuerpo. —¿Quién te las envió, Ella? Apuesto a que fue ese maldito Brent. ¡Ese maldito idiota! —ruge—. Pensé que le había enseñado una lección, pero creo que necesita un poco de tutoría en esa lección. —No. Ryder. No creo que haya sido él. No ha andado alrededor desde que le hiciste tu pequeña visita. Nadie lo ha visto. El nuevo sustituto está tomando temporalmente su lugar. Oí que algunos de los profesores dicen que su nombre era Mark o algo así. —Bueno, ¿quién más podría ser, entonces? —No lo sé, pero tengo que irme Ryder. Llegaré tarde. —Finalmente salgo de sus brazos y hago mi camino hacia la puerta. —Tenemos que hablar de lo que dijiste, Ella. Cena en casa —exige. Llego a mi coche con lágrimas en mis ojos.

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Él nunca me lo dijo también. Oh Dios, no siente lo mismo que yo. Sé que la tarjeta no era de él, pero pensé que después de que le dije lo que sentía tal vez él podría decírmelo porque él también lo sentía. Soy una idiota. ¿Por qué a un caliente, humeante motorista macarro como Ryder amaría a la ratoncita, miedosa, monstruosa como yo? Por supuesto que no me ama. Me dirijo de nuevo a trabajar y poco a poco navego por el resto de mi día haciendo lo mínimo. Creo que mis chicos notan que algo pasa, ya que se mantienen muy callados, mirándome con preocupación en sus rostros. Suena la campana y todos se apresuran fuera de la habitación para ir a casa por el día. —Srta. Scott, ¿estás bien? —me pregunta Ashley. —Estoy bien, gracias por preguntar —le digo. —¿Está segura? Se ve muy triste. No debería verse así después de su hombre de trasero sexy le envió las flores —dice. —Lo sé, pero me enteré de que nunca las envió. Estoy bien sin embargo, sólo cansada eso es todo. —¿Quién se las envió? —pregunta. —Um... no lo sé, pero no son de Ryder. —Bueno, no se ve muy impresionada. ¿Quiere que me deshaga de ellas por usted? —ofrece. —Sí, por favor. —Está bien —dice tomando las flores y yendo en dirección a la puerta— . Espero que el día mejore Srta. Scott. Nos vemos mañana. —Hasta mañana, Ashley —digo exhalando con alivio de saber que las flores se han ido. Me vuelvo a mi escritorio para terminar de clasificar los documentos y pensar las cosas. ¡Dios! Qué estúpida fui, al pensar que alguien como Ryder podría amarme. Hice el mayor ridículo. ¿Quién hace eso? ¿Quién se encuentra con él en su bar y salta a sus brazos, diciéndole que lo amas? Soy tan cursi. Actué como una de esas cabezas huecas de una película romántica. Me río de mí misma, preguntándome en qué mundo vivimos. Quiero decir, soy yo, Ella Scott. No recibo ese tipo de cosas dulces. Llaman a la puerta. —Hola, Ella —dice Sandra, es una de las profesores de matemática de la secundaria. —Oh, hola Sandra, ¿Cómo estás? —le pregunto. —Estoy bien, ¿cómo estás tú? —regresa. —Bien. Sólo estoy tratando de arreglar estos documentos —le respondo.

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—Grandioso, ¿estás pensando en quedarte aquí toda la noche? —¡Mierda! ¿Qué hora es? —le pregunto. Al mismo tiempo que escucho mi teléfono, que me dice que hay un mensaje de texto. Lo saco y hay un mensaje de Ryder. ¿Ya vienes a casa? ¡La cena está lista! ¡Mierda! ¿Qué voy a hacer? Me siento como una maldita idiota. ¿Puedo hacer eso, ir a su casa y pretender que nunca dije eso y que él nunca me devolvió el sentimiento? No lo sé. Mierda. —Son las cinco y media, ¿por qué? —Se me hace tarde. Me tengo que ir. Nos vemos mañana —le digo y como una tormenta la paso. Miro mi teléfono, cuando zumba de nuevo con otro mensaje de Ryder. Nena ¿Dónde estás? ¡Iré a buscarte! Mierda ahora tengo que devolverle el texto. Lo siento Ryder tengo algunas cosas que hacer. Nos veremos más tarde. Él responde de nuevo. Si tu dulce trasero no está en mi casa en 20 minutos, iré y te recogeré y te traeré aquí. ¡Es tu elección G.I. Jane! Bueno ahí va mi plan de evitar a Ryder. Bien te veré en 20. Ok. Poco a poco me meto en mi coche y giro hacia la casa de Ryder, impulsado por el más lento movimiento. No estoy demasiado ansiosa de tener que “hablar”, donde me diga que no se siente de la misma manera que yo. Me quedo en su camino de entrada y apago el coche. Descanso mi cabeza en el volante, cojo una respiración profunda. Espero encontrar el coraje para hacer esto y acabar de una vez, para que podamos seguir adelante sobre esto y pretender que nunca sucedió. Salgo del coche y camino a la parte delantera de la puerta. Llamo una vez y abro la puerta. Me quedo sin aliento por lo que veo. No puedo creer lo que veo. ¿Ryder hizo esto? Es hermoso. Hay un camino de ida por el pasillo, formado por dos hileras de velas encendidas a cada lado y de puerta a puerta en el suelo a su alrededor. Es como algo que puedes ver en una película. Tal vez mi hombre puede hacer algo romántico después de todo. Finalmente me muevo y empiezo a caminar en la dirección de la vela encendida. —¿Ryder? —llamo. No hubo respuesta. ¿Dónde está? Sigo las velas encendidas que llevan al dormitorio.

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La puerta está abierta una pequeña grieta, puedo escuchar la música que se detiene y que una nueva canción comienza. Empujo la puerta y ahí está él, de pie al lado de la cama con un solo lirio en sus manos y con velas votivas ardiendo en todas las superficies planas disponibles alrededor de la habitación. Estoy sin habla y no me muevo. —Nena —dice con una sonrisa en su rostro. La canción cambia y comienza a oírse “Tú y yo” de Lifehouse —una de mis canciones favoritas—. Me quedo un poco más sorprendida por lo que está delante de mí. Ryder pone la flor en la cama y camina hacia mí. Toma mi mano, tirando de mí a su duro cuerpo. —Nena, di algo —dice. —Yo… no sé qué decir —tartamudeando con shock. Ryder se ríe. —¿Te gusta? —pregunta. —Es hermoso Ryder. Gracias —le respondo. Él se inclina y toma mi boca con un suave beso, gentil. Ryder envuelve sus brazos alrededor de mi cuerpo y me levanta, acercándome a la cama. Me pone suavemente hacia abajo y se sitúa en el extremo de la cama, sólo mirándome. —Ryder —me lamento. Le deseo tanto que mi cuerpo se pone tan excitado que puedo sentir el calor a través de todo mi cuerpo. Mis mejillas se ruborizan. Él toma mi camisa y pone una rodilla en la cama, inclinándose y agarrando mis caderas en sus manos. Después, las pasa por mi cuerpo, llevándose mi camisa con ellas. Ryder tira de ella a lo largo de mi cabeza y mi camisa se va. Estoy usando un sujetador de encaje de color rojo sangre, y una tanga a juego, deseando que los viera cuando me los puse esta mañana. Supongo que mi deseo se hizo realidad. Él pone su cara en mi pecho y da besos a lo largo de mi cuerpo, poniendo extra atención a mis cicatrices que atraviesan mi abdomen. Nuestra respiración se atora con emoción. Agarro la hebilla de su cinturón Harley, apresurándome a bajarlo, cuando toma mi mano. —Hola ¿cuál es la prisa nena? —pregunta. —Te deseo Ryder, de todas las formas posibles —le digo. —También te deseo, Ella. Y te tendré. Simplemente relájate y disfruta lo que te daré. Oh guau. Me encanta el sexy Ryder. Toma mi mano y la coloca en sus labios, besándola. Después entrelaza nuestras manos juntas, las mueve por encima de mi cabeza y da senderos de besos a lo largo de mis brazos. Es seriamente bueno en toda la cosa de la seducción.

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De repente Ryder se levanta y me mira. Coloca sus manos sobre mis pantalones y abre mi cremallera, mientras juega con sus dedos a lo largo de mi cintura. Poco a poco, desliza mi pantalón por mis piernas, dejándome con nada más que mi sujetador y bragas. —Increíble —susurra. —¿Qué? —le pregunto. —Tú, eres increíble Ella. Nunca pensé que tendría algo como esto. —Estoy aquí Ryder y no me iré a ningún lugar —me comprometo. —No te voy a dejar —afirma—. Quítate el sujetador, nena —ordena. —Um... —le digo mientras hago lo que me dice. —Quítate las bragas también. —Eso va directamente a mi base. Tomo mis bragas lentamente y sexy, o al menos esperaba que pareciera lento y sexy. Lo oigo gruñir, así que sé que le gusta lo que ve. Dos pueden jugar este juego. Toma mi pierna derecha y hace senderos de besos desde mi tobillo a la parte superior de mi muslo, casi hasta mi sexo. Luego repite el mismo proceso en mi otra pierna. Ryder luego desliza su dedo a través de mis pliegues húmedos y dice: —Me encanta cuán lista estás para mí. Da un paso atrás y lentamente se desabrocha el cinturón, baja la cremallera de sus pantalones vaqueros y se los quita. Allí, de pie, lo único que puedo hacer es admirar la vista completa de su cuerpo gloriosamente desnudo. Me levanto y me arrodillo en la cama y empiezo a besar, a mordisquear y a chupar su pecho. Lo tomo en mi mano, cuando Ryder me empuja de nuevo a la cama. Coloco las manos alrededor de su cuello y mis piernas alrededor de su cuerpo. Con una de sus manos, lentamente llevando su erección a mi sexo y él entra en mí con un empuje. Nuestras bocas se unen mientras, muy lentamente, me hace el amor. —Me encanta la forma en que sientes, Ella —dice en mi boca. —Me encanta la forma en que sabes —susurra contra mis pechos y suavemente lame uno de mis pezones. —Me encanta la forma en que hueles —murmura en mi cuello, inhalando detrás de mi oreja. —Me encanta la forma en que me miras cuando estoy dentro de ti — susurra contra mis labios al mismo tiempo que se va incrustando en mí. Con sus palabras, no puedo explicar el sentimiento que me golpea. Cada terminación nerviosa de mi cuerpo está lista para explotar en la forma en que me seduce con sus palabras y acciones. Me está llevando al borde con su lento empuje una y otra vez.

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—Oh Ryder —me quejo. Ryder detiene lo que está haciendo y me ve a los ojos con tanta seriedad. —Nena, después de la forma en que me miraste hoy pensando que esas flores eran mías, haría cualquier cosa, y quiero decir cualquier cosa para ver eso de nuevo. Así que aquí está mi versión de la persona que quiere poner esa mirada en tu cara. Nunca pensé que fuera esa clase de chico, pero quiero poner esa mirada en el rostro de la mujer que amo. Me pongo rígida. —¿Qué? —le pregunto. —Yo, nena te amo —dice. No puedo detener la súbita oleada de lágrimas que empiezan a caer por mis mejillas. Es demasiado, tanto. Nunca pensé que alguna vez tendría algo tan especial y aquí estoy con un hombre que realmente me ama y a quien no le importa demostrarlo. Ryder se empuja muy dentro de mí. —¿Estás llorando bien o mal? —me pregunta calmándose a sí mismo dentro de mí y mira hacia mí. Estoy tan abrumada, no puedo responderle. —Di algo, nena —dice viéndose seguro. —Yo también te amo, Ryder —le regreso jadeando mientras comienza su empuje con tortuosa lentitud y gira en mi hueso pélvico de nuevo. Estoy muy muy cerca. —Dilo otra vez, nena —exige. —Te amo, guapo —jadeo. —Una vez más. —Te amo y… ¡Oh Dios! —grito mientras mi clímax me encuentra. Ryder quita su boca de la mía y gruñe su propia liberación. Siento la liberación de líquido caliente en mi interior, lo que pone de manifiesto otro pequeño orgasmo. —Yo, nena te amo —susurra acariciando mi cuello. —Um... —es todo lo que puedo murmurar. Las siguientes palabras gruñidas en mi oído, envían otra oleada de humedad entre mis piernas. —Tan hermosa como fue, querida, la siguiente vez que te folle tan fuerte, dejarás de respirar y luego comenzarás a gritar mi nombre. Será tan malditamente caliente. —El sexy Ryder hace otra aparición. —¿Me lo prometes? —Es una maldita garantía, dulzura.

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Mi única respuesta es morderme mi labio inferior. Espero la siguiente vez. Ummm, como siempre. Ryder me tira encima de él, arrastrando la cubierta de regreso y nos rueda a nuestro lado y luego nos cubre con el edredón. Nos quedamos allí desnudos, la mitad de mi cuerpo está en su pecho y mis piernas enredados en su cuerpo. Abrazándome con fuerza, traza los patrones en mi espalda y dice: —Duérmete nena. Te amo. —Um... —es todo lo que puedo decir antes de que el sueño tome mi cuerpo saciado y cualquier pensamiento de las flores sea olvidado.

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Capítulo 14 Problemas

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espués de dos semanas sin incidentes, Ryder y yo comenzamos a descubrir como nuestras vidas funcionan juntas. Como resulta, encajamos bastante bien juntos. Eso es antes de la noche en la que Ryder se va de la casa a una reunión con los miembros de Mayhem. Mientras Ryder no está, hago algunas cosas como lavar la ropa y limpiar el baño. Cuando termino, decido que tomar un largo y caliente baño de burbujas será un buen modo de relajarme. Preparo la estancia con algunas velas aromáticas y suave música clásica, sonando desde el acoplamiento del iPod del baño. Debo haberme cansado con la limpieza que hice porque mis ojos comienzan a ponerse pesados rápidamente. Aunque el baño es muy relajante. Me despierto sobresaltada; hora de salir de la bañera. Me pregunto qué me despertó. Luego escucho fuertes pisadas desde la sala de estar. Esto no puede ser bueno. Ryder está en su reunión y alguien en el pasillo suena enojado. Cerré la puerta antes de acomodarme en la bañera. ¿Hice lo correcto? ¿Dónde está mi bata cuando la necesito? Y es más mi estilo, voy a ser G.I Jane sobre el trasero de alguien mientras estoy vestida con una toalla. Realmente merezco mi propio reality show. Esta mierda vendería millones, pero por ahora, de vuelta a la tarea en cuestión. Envuelvo la toalla a mi alrededor y busco algo que podría usar como arma, la opción más obvia es el desatascador. Es eso o el cepillo de dientes. Desafortunadamente no puedo ser McGyver en esta situación, y nunca he sido muy buena en golpear a nadie. Normalmente, es bueno no tener esos rasgos. Esta, sin embargo, no es una situación normal

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El sonido de una lámpara rompiéndose en pedazos me saca de mi estupor. ¿Por qué estas cosas pasan cuando Ryder no está? Lentamente abro la puerta del baño y asomo mi cabeza. Nop, el salón parece despejado. Escucho otro estallido. Sip, el sonido definitivamente viene de la sala de estar. Mis manos tiemblan mientras las aprieto alrededor del desatascador y lo levanto sobre mi cabeza listo para atacar al perpetrador. Lentamente camino por el pasillo, evitando los lugares en el piso que sé que harán ruido. Rodeo la esquina tan sigilosamente como puedo, mis ojos se enfocan en un hombre de pie en la oscura sala. Estoy a punto de atacarlo cuando me doy cuenta de que es Ryder. El ruido viene de Ryder, mi Ryder. Dejo el desatascador y me apresuro a su lado. La pura rabia que veo reflejada en sus ojos me advierte que retroceda, pero apenas puedo soportar verlo en este estado. Envuelvo mis brazos a su alrededor tratando de sacarlo de su ira. Quizás esté enojado con algo, o infierno, incluso conmigo, pero sé que nunca podría lastimarme físicamente. —Ryder, Ryder. Cariño, soy yo —susurro en su oído, aplastándolo contra mi cuerpo lo mejor que puedo. Él no me responde—. Vamos Ryder, háblame. ¿Qué te tiene tan desquiciado? Estoy aquí, resolveremos lo que sea que es —suplico. Varios minutos pasan y suplico otra vez. —Ryder, háblame. ¡Por favor! Puedo sentir la ira abandonando su cuerpo mientras trata de calmarse. Después de lo que parece una eternidad, finalmente lo siento relajarse contra mí. —Oh Ella —suspira Ryder mientras me arrastra hacia el sillón—. Hay tanta mierda ocurriendo. Nunca quise nada de esto. Nada. ¡Joder! —gruñe. —Ryder. Estoy aquí sin importar qué. Vas a destrozar este lugar si mantienes todo dentro de ti. —No puedo llevarte más bajo de lo que estas ahora. —Cielo, estas empezando a asustarme —digo—. No estamos en peligro, ¿cierto? —No, nada como eso. Aún no de todos modos. Nena, quiero contarte, pero creo que es algo muy pesado. No puedo tenerte preocupada por mierda por la que no puedes hacer nada. —Si está en tu mente, quiero hablar de ello. Sin secretos ni mentiras entre nosotros; quiero que seamos completamente honestos con el otro — confío en él. —Ni siquiera te das cuenta de lo que me estás pidiendo —espeta Ryder. —Ryder si estamos juntos, entonces estamos juntos en esto sea lo que sea.

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—¿Qué me estás haciendo mujer? —suspira Ryder y luego agrega—. Es el club. Bueno, eso claramente aclara todo, ¿verdad? Esto es más difícil que sacarle una muela a un hombre sin dientes. Cuando digo que no quiero secretos entre Ryder y yo, lo digo en serio. Ni siquiera puedo pensar sobre planear un futuro con alguien que me ocultara cosas. Si tiene que ver con él, me afecta también. Esconder cosas se transforma en mentir, la cual es una situación con la que no puedo lidiar. —Vas a pensar menos de mí. No puedo hacer eso. Ya pienso que mereces algo mejor, no necesito que pienses lo mismo —se queja Ryder. —Si pensara que tú fueras alguien que no mereciera, no pasaría tiempo contigo. He hecho eso antes, sé lo que merezco ahora —le aseguro. —¿Prometes escuchar toda la historia? —pregunta. —Por supuesto, quiero que seamos capaces de hablar abiertamente de todo. —El club quiere meterse en mierda seria. Joder, esto es realmente duro, bebé. Me siento en silencio, esperando que mi silencio lo aliente a compartir más. —El bar es mío. El club lo frecuenta constantemente. Contribuyo al club con partes de mis ganancias. Esto solo provee una pequeña parte de nuestros ingresos. Las ganancias más grandes vienen de la venta de droga. Nada muy serio, solo les damos marihuana a los traficantes locales. Somos los mediadores entre el granjero y el distribuidor, por decir algo. No es malo, pero no es bueno… ¿Me sigues, nena? ¿Estoy sorprendida? No. Sé que los fondos del club venían de algún lugar y lo más probable es que una banda de motoristas no estuviera involucrada en actividades enteramente legales. Puedo manejar la marihuana. Conozco algunas personas que la usan y honestamente un poco realmente no lastima a nadie, ¿verdad? Sí, tener un novio traficante de drogas, motoristas rudo era un poco decepcionante, pero si ese era su peor crimen, no es tan malo. Tengo esto. Ryder y marihuana. Sí, tengo esto, nada por qué perder la calma. Podría ser peor, ¿verdad? Termino de analizar los hechos hasta ahora y asiento hacia Ryder, esperando que tomara eso como un signo para que continuara. Lo hace. —Como presidente, nunca quise tomar más, para expandir. Alex, por otro lado, siempre ha estado empeñado en expandir. Esta noche cruzó la línea como VP8. Propuso un par de nuevas empresas para el club para obtener más ganancias. Nosotros no tenemos problemas en cuanto al 8

VP: Vicepresidente.

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dinero, pero algunas personas ven el efectivo, y pierden la vista de todo lo demás. Planteó la idea de trabajar más profundo en el mundo de las drogas. Aparentemente ha estado haciendo contactos con el mundo de las drogas preparándose para nuestro gran movimiento. Y lo peor, incluso mencionó meternos en el mundo de las prostitutas. Así que tiene que estar jodidamente bromeando. No somos una gran banda de la ciudad. Somos de poca monta. Hacemos lo que hacemos, para poder vivir la vida que vivimos. ¿Cómo podemos pedir más? Cuanto más dinero hagamos, más problemas vamos a tener. Esta mierda es ridícula. —Ryder se está poniendo más y más agitado a medida que habla—. Para terminar la noche con una nota alta, Axel hizo una votación. Esa mierda no va conmigo. Estaba cegado. Ese hijo de perra, hemos sido él y yo desde los hogares de acogida. Ahora tengo que defender por qué no podemos asociarnos a las drogas más profundas. Si tengo a alguien más como VP estaríamos acabados. ACABADOS. Tomé cada argumento que tenía para convencer al club de que no votara. No hay una cantidad de dinero que valga la jodida mierda en la que nos meteremos si algo sale mal con esto. Este es mi recordatorio de nunca subestimar a un miembro de un club. También es mi recordatorio de nunca hacer nada para molestar a mi hombre. Su ira comenzaba a llenar el aire otra vez. No es así como quiero que mi rudo hombre motoristas venga a casa conmigo. Sea lo que sea esta mierda, será mejor que sea solucionada pronto y de una forma que Ryder considere justa. Ryder permanece en silencio. Siento que esto es todo lo que voy a sacar de él esta noche. No puedo empujarlo a decir algo que no está listo para compartir. Sé que dije sin secretos, pero esto es una bomba bastante grande. Creo que la regla de no secretos es buena para un tiempo ahora. —Ryder, no sabes cuánto significa para mí que me hayas confiado esa información —digo—. Esta mierda suena seria, y quiero ayudar como sea que pueda, solo que no sé si puedo hacer más además de ofrecer escucharte. Necesito que confíes en mí y necesito que sepas que somos tú y yo en esto juntos. Me tienes a mí para apoyarte ahora. Y haré lo que sea que pueda para ayudarte a través de esto con el club todavía intacto. —Nena, la única cosa que necesito de ti justo ahora después de que tiré esa mierda sobre ti y todo lo que hiciste fue escuchar, no huir, sino escuchar, es que no te preocupes de los asuntos de mi club. Después de esta seria charla estaba exhausta. Estaba lista para un cambio de tema y pensé en la distracción perfecta. —Para mostrarte que no voy a huir, quiero compartir otra primera vez contigo —le sonrío a Ryder. —¿Hmm? —pregunta arqueando una ceja en mi dirección.

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—Tú tienes toda esta energía acumulada, y yo nunca tuve sexo enojado antes, y ni hablar de sexo enojado con mi novio motoristas caliente —sugiero juguetonamente. Con eso Ryder me arroja en sus brazos y se para. Mis piernas se envuelven alrededor de su cintura mientras sale de la sala hacia el dormitorio. No me gusta verlo con ese humor oscuro, pero si ayuda, tomaré ventaja de cualquier situación que involucre a mi hombre. Con ese pensamiento, Ryder cubre mi boca con la suya y el resto de la noche pasa con una intensa pasión enojada.

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Capítulo 15 Salir por una Carrera

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esde su episodio más temprano en la semana, Ryder no había mencionado mucho sobre el club. Me alegro de que sea abierto al respecto, y te puedo decir que me siento más aliviada de que no tenga que ocultar sus emociones de mí. Es jueves por la noche y Ryder está trabajando en el bar. Es un atardecer inusualmente cálido y sin nada más que hacer, decido ir a correr. Medí la distancia al bar desde la casa de Ryder antes y me imagino que puedo hacer la carrera en unos 45 minutos, justo a tiempo para atrapar a Ryder luego de su turno para que pueda conducirnos de regreso a la casa. Me cambio a un pantalón de correr, top y una sudadera con capucha de peso ligero. Ato mis zapatillas de deporte, me pongo mis auriculares, y reviso mi lista de reproducción. Definitivamente se siente como “The Pretty Reckless” un poco para correr. Nada es mejor que golpear el pavimento con los tambores y las guitarras a todo volumen en el fondo mientras una de mis chicas rockeras favoritas se escucha. Será bueno hacer algo de ejercicio y de tomar aire fresco. También es bueno saber que tendré una cola demasiado justa por si algo sucede. Nunca se puede estar demasiado segura, al menos últimamente. Salgo de la casa y miro alrededor buscando a Axel. No puedo ver a su moto o a él, incluso. ¿Supongo que significa que está haciendo un buen trabajo? Quién sabía exactamente cuáles habrían sido las indicaciones de Ryder. Siento un par de ojos sobre mí, así que busco en el área de nuevo. Tal vez sólo está escondido en las sombras. No hubo suerte. Mierda, no voy a perder tiempo tratando de encontrar a mi seguidor. Necesito medir algunos serios kilómetros, ¡Ha pasado tanto tiempo! Me caliento con una caminata a paso ligero, sintiendo la calidez, repartida en mis músculos. Me siento incómoda y exploro la zona de nuevo.

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Siento algo. Todo este sentimiento de ser observada es cada vez un poco más escalofriante. Sé que es sólo uno de los chicos de Ryder, pero todavía. Terror. Como. Mierda. Trato de hacer caso omiso de mis sentimientos. “Miss Nothing” comienza a sonar en mi iPod y empiezo a ganar velocidad. Mis piernas protestan un poco, pero nada que no pueda trabajar. Con el sonido de mi música, no puedo oír nada aparte de mi latido. Me pregunto qué tan cerca se mantendrá Axel de mí. Definitivamente me puedo adelantar a su moto, pero no podría aquí con los estruendos de su Harley. Me resulta muy difícil imaginar a Axel corriendo detrás de mí. Realmente no me parece del tipo atlético. Siempre que nadie piense que me está acechando y llame a la policía, debería ser una carrera bastante buena. Encontrando mí ritmo, con la lista de reproducción, salgo y, finalmente, me encuentro yendo más cerca del centro del distrito. Todavía puedo sentir los ojos en mí, pero al estar en una dirección en una zona poblada de la ciudad me hace menos cautelosa. De repente me empujan a un callejón vecino oscuro. ¿Qué demonios? Me golpean la cara por primera vez contra la pared de ladrillo. Un par de brazos se envuelven firmemente alrededor de mí y un cuerpo me aplasta a la áspera superficie. Empiezo a pelear, pero el agarre de mi atacante se tensa y se apoya en mí y susurra con voz ronca. —¿Dónde está tu empleado de bar ahora? Con eso me pongo a gritar. Rápidamente pone una mano sobre mi boca, mientras la otra llega a la cintura de mis pantalones de correr. Desata el cordón y empieza a tirar hacia abajo cuando oigo una puerta abrirse y a alguien maldiciendo. Mi atacante aprieta su agarre en mi boca y susurra—: Silencio. Aprovecho esa oportunidad para morder con fuerza su mano, sacándole sangre. —¡A la mierda! —grita aflojando su control sobre mí. Me libero y corro hacia la puerta abierta sin mirar atrás, gritando por alguien que me ayude. Choco sólidamente sobre alguien. Cuando levanto la vista reconozco a la persona como a Blaine Rowe, uno de mis estudiantes. —Qué mierda. preocupación.

Srta.

Scott,

¿está

bien?

—pregunta

lleno

de

Estoy demasiado conmovida para responderle. Con pánico en los ojos me introduce en su restaurante familiar. Me sienta en lo que parece ser la oficina principal, y llama a su papá. Creo que estoy en estado de shock. Mi cerebro parece no poder conectar con mi boca para formar las palabras que necesito.

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Ryder. Necesito a Ryder. —Ryder. —Finalmente, me las arreglo para ahogarme y decir su nombre. El papá de Blaine entra en la habitación y me oye explicarle a su padre lo que acaba de suceder. Ryder. Necesito a Ryder. —Todo lo que puedo centrarme en es su nombre. Lo necesito. Ahora. —Mierda, eres la mujer de Ryder —asiento. —Blaine, llama a Wilde Ride, dile que lo necesitamos aquí, ¡ahora! — su padre instruye. Blaine toma el teléfono y llama al bar. Sólo dice unas pocas palabras antes de ver el teléfono con una confusa mirada. —Sólo me colgó. Los recientes acontecimientos finalmente se ponen al día para mí y me pongo a llorar. Y no sólo lloro, sino que sollozo. El chico y su padre me dan vaso de agua y pañuelos desechables y tratan de consolarme lo mejor que pueden. Ni siquiera un minuto más tarde, oigo una conmoción en la parte principal del restaurante y mi nombre es gritado. Blaine y su padre salen para traer a Ryder de nuevo a mí. Me pongo de pie con piernas temblorosas y hago mi salida en la dirección de su voz, desesperada por sentirme segura en sus brazos de nuevo. —¿Qué mierda pasó? —Puedo oírle preguntar. —No lo sé. Yo iba al callejón para tirar algunas bolsas de basura, cuando oigo a alguien maldecir y lo siguiente que sé es que la Srta. Scott está gritando y corriendo hacia mí y un chico corre en dirección opuesta. Estaba tan asustada cuando la traje al edificio. Todo lo que podía decir era que te necesitaba. Papá me dijo que te llamara de inmediato —explica. —¿Viste lo que pasó? —Realmente no vi mucho. Estaba muy oscuro en el callejón, hombre —dice Blaine. —Vamos, hombre. Debes haber visto algo. Utiliza ese maldito cerebro tuyo y piensa realmente duro. —Blaine, si recuerdas haber visto algo eso podría ayudar a Ryder, por favor, díselo —su padre lo engatusa. —Bueno, el tipo llevaba pantalones de chándal y una capucha negra Del Mar Regional High School. ¿Eso ayuda?

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¡Oh, Dios mío! ¡Era Brent! Eso explicaría el comentario acerca de dónde estaba mi camarero. Tenía tanto miedo en el momento del ataque que nunca conecté los puntos. —¡Jesucristo! Ese puto pedazo de mierda —Ryder sisea. Obviamente, Ryder sólo los conectó. Aprovecho ese momento para salir al corto pasillo que conduce al área de preparación de la cocina. Con los ojos hinchados por las lágrimas señalo hacia el suelo, camino recto hacia Ryder y pongo mis brazos alrededor de su cintura y empujo mi cara en su pecho. Su pecho y camisa amortiguan mis sollozos ahogados, mientras Ryder acaricia mi espalda. De repente, engancha mis piernas con uno de sus brazos y la otra detrás de mi espalda y me levanta contra su cuerpo. Mis brazos se envuelven con fuerza alrededor de su cuello y sigo llorando. Siento el movimiento y lo siguiente que sé, es que Ryder me está poniendo en el asiento de su camioneta y me mete dentro. Los únicos sonidos hechos durante el viaje de regreso a la casa de Ryder son los míos llorando y su pesada respiración. Puedo decir que está real y verdaderamente enojado, pero está tratando de controlarse a sí mismo por mí. Una de sus manos está en el volante y la otra acariciando suavemente mi muslo. Tiramos en la calzada y cierra la camioneta y quita las llaves de la ignición. Nos sentamos en la camioneta por unos pocos minutos, ninguno de nosotros dice nada. Puedo sentir que está mirando hacia mí, así que giro mi cabeza en su dirección y miro sus ojos azules acerados. Rompo el silencio primero diciendo: —Lo siento mucho, Ryder. —No tienes nada que lamentar. No hiciste nada malo, nena —dice con dulzura. —No debería haber ido a correr. Era sólo una tarde aburrida y quería correr en la ciudad y encontrarte en el bar. —Entonces, ¿no se te permitirá hacer eso ahora? No pediste que algún puto trasero te atacara, Ella. Deberías poder ir a correr cada vez que malditamente quieras. Obviamente, el pinchazo no recibió mi mensaje anterior. —Ryder, pensé que Axel o uno de los otros chicos estarían siguiéndome como por lo general hacen, pero no había nadie alrededor. Ryder levanta las cejas y dice—: No estoy seguro de que se suponía que te haría eso, pero voy a averiguar a dónde diablos se fueron que era más importante que vigilar a mi chica. —Ryder.

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—¿Sí? —¿Podemos entrar ahora? —pregunto. —Por supuesto, cariño. Él abre la puerta y salta fuera de la camioneta caminando hacia el lado del pasajero. Al abrir la puerta, agarra mis piernas, gira mi cuerpo y me tira sobre el borde del asiento. Engancha mis brazos detrás de mis rodillas otra vez y antes de darme cuenta, estoy en sus brazos de nuevo mientras me lleva hacia la casa. Una vez dentro de la casa, continúa hacia abajo por el pasillo hasta el dormitorio. Suavemente me sienta en el borde de la cama y se pone de rodillas en el suelo delante de mí. —Nena, estás helada. Voy a preparar un baño caliente para que entres en calor. Ya vuelvo —dice mientras se pone de pie y camina hacia el cuarto de baño. Es cuando miro hacia abajo a mis manos y me veo temblar. No sé si es porque realmente tengo frío o si es porque todavía estoy en shock. Un par de minutos más tarde, Ryder viene de nuevo al dormitorio y me ayuda a levantarme sobre mis piernas temblorosas. Él me lleva al cuarto de baño y veo que la bañera está casi llena mientras él se inclina y cierra el agua. Volviéndose hacia mí, tira de mi sudadera por mis hombros y mis brazos. Agarra el borde de mi top y la levanta sobre mi cabeza, después me quita mis pantalones cortos para correr, ropa interior, sujetador, zapatillas y calcetines, tirándolos todos en una pila en el suelo del baño. Luego me sorprende quitándose su propia ropa y añadiéndola a la misma pila. Da un paso hacia la bañera y luego se mete él mismo hasta que está inmerso en el agua caliente. Su mano se extiende arriba y fuera, haciéndome señas para que la agarre. Mi brazo se estira y agarro su mano y me guía suavemente al agua. Él mueve mi cuerpo para que lo cabalgue y al instante se pone rígido. Con todo lo que pasó esta noche, no estoy realmente en el estado de ánimo, aunque sea Ryder. —Nena, no te asustes. No estoy a punto de saltar sobre ti. Esto no se trata de sexo, está bien. Confía en mí. —Confío en ti —murmuro en su cuello. Y porque nuestros cuerpos están tan cerca y juntos, me doy cuenta de que lo que está diciendo es cierto. Estamos juntos, frente a frente, y él no está excitado. Esto se trata de él reconfortándome, nada más. Nos sentamos así durante unos diez minutos con las palabras susurradas tranquilizadoras en mi oreja y acariciando mi espalda. Cuando mi cuerpo se relaja por completo, él comienza a poner espuma de gel de baño suave entre sus ásperas manos y lavar suavemente mi cuerpo

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tomándose su tiempo de pies a cabeza. Entonces, le regreso el favor. Una vez que nos lavamos el uno al otro y el agua empieza a enfriarse, Ryder me ayuda a salir de la bañera y me seca con una toalla blanca y esponjosa. Después de que estoy completamente seca, me envuelve en la toalla y me lleva al dormitorio. Ryder pone mis pies en el piso mientras lo veo girar el edredón y las sábanas hacia abajo. Regresa a mí y quita lentamente la toalla y me recoge de nuevo, colocándome en el centro de la cama. Deja caer la toalla alrededor de su cintura y se arrastra a mi lado, así que quedamos en cuchara, tira de la sábana y la pasa de nuevo sobre nosotros. —Quiero sentir tu piel contra la mía, nena. Así puedo sentirte aquí conmigo y sabes que estás a salvo en mis brazos —susurra contra la parte trasera de mi cuello. Yo necesito eso también, tanto. Nos tumbamos allí por un tiempo, cuando de repente Ryder dice: —Nena, nunca dejaré que te pase nada. Tienes que creer eso. Haré un seguimiento de ese maldito y terminaré con él, si tengo que hacerlo. Mi única respuesta es empezar a llorar otra vez. Me doy la vuelta y anido mi cara en su pecho a medida que continúo sollozando. No estoy segura de cuánto tiempo lo hice porque en algún punto, en realidad lloré hasta quedarme dormida.

Trato de abrir mis pesados párpados, pero es una tarea difícil. Finalmente, me las arreglo para hacer palanca y abrirlos, me doy cuenta de que Ryder no se encuentra en la cama conmigo. Extraño el calor y la seguridad de sus brazos, me levanto de la cama para encontrar a mi hombre. Antes de hacerlo, sin embargo, tengo una repentina necesidad de usar el baño. Mientras camino hacia el baño y paso por la vanidad, miro mi reflejo en el espejo. ¡Ay! ¡Me veo como el infierno! Mis párpados están rojos e hinchados de mi ataque de llanto de anoche. Agarrando una toalla, la pongo bajo el agua fría y la apoyo sobre mis ojos. Después de unos diez minutos, me compruebo a mí misma en el espejo de nuevo. Mis ojos aún no se ven muy bien, pero definitivamente hay una mejora. Me meto en un par de pantalones de sudadera y una de las camisetas de Ryder y me dirijo fuera de la habitación. Salgo a la casa y llamo a Ryder. Él no responde. Miro en cada habitación y en el garaje anexo, pero no está aquí. Empiezo a entrar en pánico porque no hay manera de que me hubiera dejado sola en el estado en que estaba.

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Fue entonces cuando le oigo gritarle a alguien fuera. Abriendo la puerta, veo a Ryder, a Pepper y a Abbi de pie junto a su camioneta. Ryder comienza a golpear la puerta del lado del pasajero repetidamente. Entre golpes que grita—: ¡Estaba tan jodidamente asustada! —¡Ella es mía! ¡Nadie se mete con lo que es mío! —¡Ese hijo de puta está bien muerto! —¡Encuéntrame a ese tarado ahora! En el último grito, el puño se estrella a través de la ventana del lado del pasajero, enviando vidrio a todas partes. Corriendo hacia él, tomo los lados de su mano y veo la sangre corriendo por su brazo y el goteo al suelo. —Nene, ¿por qué hiciste eso? —pregunto con mi boca contra la suya. Su boca se abre para contestarme, cuando oigo el estruendo de las motos viniendo en nuestra dirección. Mientras los miembros restantes de Mayhem entran en el camino de Ryder, él se aleja de mis manos y se dirige en su dirección. Se inclina a uno de los hombres que no reconozco todavía y dice algo, pero puedo escuchar lo que dice. El chico asiente en respuesta. Trato de hacer mi camino hacia él, pero Pepper agarra mi brazo y me detiene. —Que se vaya. Tiene que hacer esto. Vuelvo la cabeza hacia Ryder, mientras arranca una tira de material de la banda inferior de su camiseta negra. La envuelve alrededor de su mano sangrada y luego enciende su moto. Lanza una rápida mirada en mi dirección y luego se retira de la calzada junto con el resto de Mayhem, dejándome con Pepper y su anciana.

Ryder por fin vuelve a casa en algún momento después de la medianoche. Puedo oírle hablar con Pepper y Abbi, después la puerta de entrada se abre y cierra de golpe. Una moto ruge su motor y luego se aleja. Me acuesto despierta en la cama escuchando a Ryder caminar por la casa. La puerta del dormitorio se abre sin hacer ruido y lo siento allí de pie al lado de la cama. —Nena, ¿estás despierta? —susurra. —Sí, no podía dormir. He estado tan preocupada por ti. Él se sube a la cama y me tira más hacia él, pero no habla. El silencio me está volviendo loca. —¿Encontraste a Brent? —le pregunto. Siento su cuerpo moverse entonces dice:

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—No, el hombre es como un maldito fantasma. Comprobamos su casa, pero parece que nadie ha estado viviendo allí por un tiempo. »Hasta que podamos encontrar al maldito estúpido pedazo de mierda, no irás a ninguna parte sola. Si no puedo estar contigo, me aseguraré que alguien lo esté en todo momento. Antes de ir a ninguna parte, se aseguraré de que tengas imagen visual de uno de mis chicos antes de irte. Si no los ves, no irás a ningún puto lugar. ¿Me entiendes? —Te entiendo —respondo sin vacilar. —Además, quiero que te mudes conmigo. Te quiero en mi cama de forma permanente. —Ryder, sólo nos hemos conocido durante poco tiempo. —Me importa un carajo. Pertenecemos juntos. Eres mía y te quiero aquí conmigo en absoluto cada maldito momento. Ahora, ¿tienes un problema con eso, nena? —No, no tengo ningún problema con eso. En realidad estoy muy emocionada ante la idea de irme a vivir con Ryder. Después de todo él es único para mí. —Tendré un par de las perspectivas para que cambias tu mierda por aquí, así que no tienes que preocuparte de nada. —Está bien —digo—. ¿Averiguaste quién se supone que me vigilaría anoche? —Sí, se supone que era el maldito Axel, pero literalmente, está atado con una rubia que se enganchó la noche anterior. Pateé su puto maldito trasero. —Sus brazos exprimen mi cintura y miro hacia abajo a sus manos, notando la que está alrededor de una tira de su camisa, filtrando sangre a través de la tela. —¿Cómo está tu mano? —le pregunto. —Bien, nena. No te preocupes por mí —murmura contra mi mejilla—. Vete a dormir. Trata de olvidarte de los últimos dos días. —Te amo Ryder. —Yo también te amo, cariño. Ahora duerme —ordena. Con Ryder cerca de mí y envuelta en sus amorosos brazos, me siento muy segura y todo pensamiento de Brent se coloca en la parte posterior de mi cabeza. Pronto me encuentro a la deriva en mi sueño.

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Capítulo 16 La mascota del maestro mí.

Y

a han pasado tres días desde que Brent me atacó en el callejón. Fiel a su palabra, Ryder no me ha dejado sola. Si Ryder no estaba conmigo, tenía a uno de los miembros de Mayhem alrededor de

Firmé un contrato de arrendamiento de seis meses en mi apartamento cuando me mudé a Del Mar, por lo que el propietario no me permitió abandonar el lugar. Ryder se mudó conmigo, aunque protesté. Estaba dándome cuenta rápidamente de que era inútil discutir con Ryder. Cuando tenía puesto su corazón en algo, no había nada que lo detuviera. Ayer tuvo la posibilidad de mover todas “mis cosas”, como a él le gustaba llamarlo. Así que supongo que era oficial; Ryder y yo estábamos viviendo juntos. Así que ahora estaba aquí, quedándome después de la escuela con un par de estudiantes castigados. Oí el familiar ruido de una moto llegando a la escuela. Caminé hacia la ventana y vi a Ryder en el estacionamiento. Eso era raro. Me dijo esta mañana que ya fuese Gunner o Axel estarían aquí por mí. Antes incluso de poder asimilar que Ryder estaba haciendo una visita imprevista, una de mis alumnas habló. —Dios, Srta. Scott, su novio está muy bien. —Sara, una de las chicas de mi último periodo de clase; lo observaba. —Lleva en la ciudad solo cinco minutos y se las arreglas para embolsarse a un hombre que no sólo es el chico por el cual babearía la mayoría, sino también el líder de la pandilla de motoristas más sexy de la costa oeste. ¿Es usted millonaria? —Latisha, otra estudiante, comenta. —Creo que eso es un poco exagerado —les digo. El mismo Ryder me dijo que ellos eran de poca monta. —Lo que sea, Srta. Scott. Él todavía está en una pandilla de motoristas y está M-U-Y-B-U-E-N-O —responde ella mirando a Sarah asentir.

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—Está bien chicas, estoy segura de que no fueron castigadas sólo para comprobar a mi hombre, ¿verdad? —Lo pongo en duda, con una ligera diversión en mi voz. Ellas se ríen de mi respuesta. Si Ryder fuese diferente, estaría preocupada porque otras mujeres mostraran su interés en él. Afortunadamente, era todo mío. Después de unos quince minutos, el castigo acabó y dejé salir a las chicas. Estaba haciendo una rápida preparación para la clase de mañana y mientras me encontraba de puntillas borrando la pizarra para la nueva lección sentí su aliento a lo largo de mi nuca. —No puedo decirte cuán jodidamente me enciendes en este momento, viéndote con la espalda arqueada y el culo hacia afuera, estirada a través de la pizarra de esa manera —Ryder gruñó. —Nunca me habías visitado en el trabajo antes, ¿qué te trae hoy por aquí? Sólo falta una hora más o menos y me hubiera detenido en el bar para verte en tu rutina de camarero sexy. Si no te conociera tan bien me habría dado cuenta que todo es una artimaña para obtener más sugerencias — bromeé. Ryder presionó su musculoso pecho contra mi espalda, empujándome hacia la pizarra. Meciendo lentamente sus caderas en la parte baja de mi espalda. —Mmmm. Al parecer, esa era la única respuesta que iba a salir de él en este momento. Comenzó a arrastrar sus manos desde mis hombros, pasando por mis costados y hasta la parte delantera de mi abdomen. Mi cuerpo se estremeció, siguiendo la pista que acababa de trazar mientras trataba de anticipar por dónde iba a deslizarse sobre mi cuerpo a continuación. —¿Tu puerta tiene cerradura? —susurró Ryder. —No podemos hacer esto aquí, Ryder —declaro. Tratando de tomar cada gramo de fuerza para no darme la vuelta y saltar sobre él. —¿La puerta tiene cerradura? —dice de nuevo, esta vez más firme mientras mueve sus manos para que reposen en la cintura de mis pantalones. —Oh, Dios —chillé. Esto es demasiado. No puedo luchar contra mi libido por más tiempo, no cuando el sexy Ryder ha venido a visitarme con toda su fuerza. —Ella, o averiguamos si esta puerta tiene una cerradura o corremos el riesgo de que alguien venga y consiga algo de porno en vivo. —Puerta. Cerradura. Persianas. —Eso era todo lo que podía decir porque este hombre sacaba el animal en mí.

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—Puedes ser mi traviesa maestra de escuela, pero seré yo el que dará las lecciones —la voz de Ryder retumbaba—. Permanece presionada contra la pizarra Sra. Scott. Podía sentir la humedad propagándose a pesar de mi ropa interior, sólo de pensar en lo que estaba a punto de hacerme. El año que pasé obsesionada esperando por este hombre había valido la pena. Oí el tintineo de la cerradura y el sonido de las persianas siendo cerradas. Mi núcleo se calentó aún más. ¿Era posible que eso sucediera? Toda mujer necesita su propio Ryder. Tengo la sensación del calor del cuerpo de Ryder en la espalda. Él está cerca, pero no lo suficientemente cerca. —Te ves deliciosa —murmura antes de ascender por mi cuerpo. Deja un rastro de besos por mi cuello expuesto, cada beso arrastrándome a un frenesí. Sus manos se envuelven alrededor de mi cintura, burlándose juguetonamente en el primer botón de mis pantalones. Poco a poco tira de mi camisa fuera de mis pantalones. Sus caderas se mecen en mi espalda baja mientras sus dedos están en los botones de mi camisa. Como si lo considera una pérdida de tiempo, se olvida de los botones y va a los confines debajo de mi camisa, sobre mi carne expuesta. Su toque me hace cosquillas en la piel y envía otra oleada de placer a mi sexo. —¿Te gusta lo que te estoy haciendo, nena? —Hmmmm —Es todo lo que logro decir. De pronto, mi atención se dirige a la parte posterior de la clase. —¿Oíste eso? —le susurro a Ryder. —Nena, eres la única en lo que estoy concentrado —responde. —Juro que escuché algo. —¿Cuántos de los otros maestros suelen quedarse después del trabajo? —él pregunta. —Ninguno —me río. —Las persianas están abajo, la puerta está cerrada con llave. Incluso si alguien se está arrastrando por los alrededores, no verá mucho. —Tienes razón, siento interrumpir. Mis nervios se están calmando, pero se siente como si hubiera un par de ojos mirándome, a nosotros. Sin embargo, Ryder sabe cómo distraerme. —Supongo que tengo que mejorar mi juego si un poco de sonido te distrae. Prepárate para que sacuda tu mundo, nena —dice Ryder, mientras su mano se mueve al botón superior de mi pantalón, lo desabrocha y desliza su mano en mi ropa interior. Antes incluso de que pueda registrar el avance, ya está ahuecando mi coño.

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Por movimientos como esos, es que se me dificulta pensar estando con Ryder. —Estás tan mojada. Me encanta la forma en que siempre estás tan lista para mí —dice Ryder con voz ronca—. Lo quieres suave, pero yo quiero dártelo duro —añade, mientras con su dedo hace círculos sobre mi clítoris. Este hombre me va a volver loca. La combinación entre sus palabras y su mano me lleva al límite. Estoy temblando en sus brazos con mucha fuerza cuando me susurra al oído: —Sólo estamos empezando, Srta. Scott Muele contra mí su erección, frotándose contra mi culo. Puedo decir fácilmente que está igual de encendido que yo. —Inclínate hacia delante —gruñe. No pierdo el tiempo al hacer lo que me ordena, colocando ambas manos contra la pizarra como soporte. Siento inmediatamente el agarre de Ryder a los lados de mis pantalones y como los desliza hacia abajo por mi trasero. Luego envuelve ambos lados de mi ropa interior alrededor de sus dedos y con un tirón rápido rasga el material. Su boca reemplaza mi ropa, burlándose con su lengua sobre mi piel recién descubierta. El hecho de que no puedo llegar a él me pone más caliente y mojada. Su lengua se sumerge en mi calor desde atrás. —Oh, Jodeeeeeerrrrr —gimo. Puedo sentirlo reír mientras continúa el dulce asalto de su lengua contra de mis pliegues húmedos. Estoy llegando a mi clímax cuando se detiene. En algún momento logró liberar su palpitante polla de los pantalones vaqueros. Cómo iba a saberlo cuando me estoy perdiendo debido a sus habilidades orales, cuando se está presionando contra mí con su paquete abultado, ahora nada le impide llevarme a ese mismo momento, que es exactamente lo que hace. Ryder se alista detrás de mí y entra muy terriblemente placenteros, haciéndome jadear. duro. Me encanta hacerlo suave, pero ahora lo mueve dentro de mí, con su brazo alrededor de dedo hacia mi clítoris mientras que usa la otra mismo contra la pizarra.

rápido, con movimientos Estoy lista para hacerlo quiero duro. Mientras se mi cintura, serpentea un mano para sujetarse a sí

—Buen Dios, mujer ¿Estás cerca? —gime, mientras continua moviendo su mano hacia abajo para presionar mi pezón derecho entre su dedo índice y el pulgar. La presión es demasiada y el clímax llega casi de inmediato, mi coño agarra su polla mientras me dejo llevar a través de las oleadas de intenso placer. Antes de que mi orgasmo me golpee con toda su fuerza, tengo que

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taparme la boca con una de mis manos para ahogar mi voz, mientras grito su nombre. Segundos más tarde, siento como Ryder me llena mientras lo envío sobre el mismo borde de dulce olvido al que él me envió. Él ralentiza su bombeo y se aprieta encima de mí con fuerza mientras lo último de su corrida entra llenándome el bajo vientre con una cálida sensación de calma. Ryder se retira, enviando escalofríos por mi columna vertebral, con un recordatorio del deseo que se había hecho cargo de mí y me hizo abandonar todo pensamiento racional. —¿Qué pasa contigo? —le pregunto. —¿Mmmm? —Ryder responde. —Nunca en un millón de años me han hecho nada ni remotamente parecido a eso antes. Me refiero a realmente... ¿En el trabajo? —Nena, eres mi traviesa maestra de escuela. Sabía que estabas escondida en alguna parte. Nunca has tenido a alguien lo suficientemente hombre como para llevarlo a cabo —dice mientras me da la vuelta y toma mi boca en la suya. Su lengua se burla de mi labio inferior hasta que la abro para dejarle explorar. Es un beso intenso para poner fin a un encuentro intenso. Una vez hecho eso, nos empezamos a restablecer perezosamente. —Tengo que salir de la ciudad por un tiempo —dice Ryder. —¿Ahora? —exijo. —Algo ocurrió en el club, no lo puedo ignorar. Preferiría no tener que salir, pero nena, no tengo opción —dice con solemnidad. —Bueno, no es justo. Sólo hemos vivido juntos durante un día y ya me estás dejando. —No pude evitar mantener el tono deprimido. —Por mucho que me gustaría quedarme, tengo que irme —dice mientras se sube la cremallera de los pantalones. Una vez vestido, hace un balance de mi salón de clases. Para lo intensa que fue nuestra tórrida sesión, no está muy desordenado. Quizá la próxima vez vamos a tener que limpiar la mesa de un solo golpe por la lujuriosa pasión, como en las películas. ¿Qué es lo que este pedazo de hombre caliente está haciendo conmigo? A medida que escaneo la habitación me doy cuenta que la puerta del aula contigua estaba entreabierta. No creo que jamás la haya visto abierta. Había sido bloqueada desde que empecé aquí. Me pregunto si tiene algo que ver con el sonido que oí antes. —Cariño, ya sé lo que estás pensando, pero estoy seguro de que no es nada —Ryder me consuela. —Lo sé. Simplemente no me puedo sacudir ese misterioso sentimiento. Perdón por arruinar la situación.

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—Hola, si eso significa que sea varonil y te haga sentir segura, estoy a favor de cumplir con mis deberes de hombre de las cavernas. Caminamos en silencio hacia mi vehículo. Realmente me gustaría que no se estuviera yendo, sobre todo, sin una fecha fija de retorno. —Desearía que no te tuvieras que ir. —No voy a mentir, no va a ser fácil para mí dejarte. Pero esta mierda es jodidamente seria, tengo que hacerlo. Cuando esté cerca, de camino a casa, te enviaré un mensaje y será mejor que estés en la cama, desnuda. Ninguna otra cosa podría hacer que esto valga la pena. Después de eso Ryder se inclina para poseer mi boca por unos conmovedores cinco minutos antes de que entre en el coche. Lo observo por el espejo retrovisor mientras me dirijo hacia el camino a nuestra casa. Él me sigue todo el camino antes de continuar su viaje.

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Capítulo 17 Doble D y mensajes de texto

H

an pasado cinco días desde que Ryder me informó que tenía que salir de la ciudad a causa de las actividades comerciales relacionadas con Mayhem. No me dijo cuánto tiempo iba a estar fuera o qué es exactamente lo que implica, y me encontré pensando en él durante todo el día en el trabajo. Sé que Ryder no es un ángel, me refiero a que es un traficante de drogas, por el amor de Dios. Solo ese hecho, posiblemente, podría mandar el buen culo de Ryder a la cárcel. Sé que solo están tratando con hierba ahora mismo, pero la posibilidad de que se convierta en algo más serio, da miedo. Y no sé ni qué pensar de esta cosa del proxenetismo que mencionó. ¿Qué significa o incluso qué implica? Realmente espero que pueda convencer a Axel y al resto del club de no involucrarse en algo más serio. Sé, por lo de la otra noche, que Ryder está realmente indeciso sobre qué hacer. ¿Debía hacer lo que quería y cree que es correcto o estar de acuerdo con lo que los otros miembros quieren? Por favor, que le dejen tomar la decisión correcta, ya que, dependiendo del resultado, no estoy segura de que seré capaz de manejar la situación. ¿Su decisión afectará a nuestro futuro? La respuesta es que no estoy muy segura. Estoy ordenando mi escritorio y preparándome para salir del trabajo, y echo un vistazo a la parte trasera de mi salón de clases donde la puerta que une al aula adyacente. Por mucho que Ryder trató de convencerme de que no era nada, todavía tengo el mal presentimiento de que alguien fue testigo de nuestro encuentro en el aula. Creo que ese alguien podría ser Brent. Él tenía acceso a la llave que abre esa puerta. ¡No puedo creer que alguien me haya visto teniendo sexo! Me hace sentir mal del estómago saber que algo tan íntimo pudo ser presenciado por otra persona. Al salir al estacionamiento veo un montón de estudiantes y miembros de la facultad caminar a sus coches o corriendo para coger el autobús.

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Mientras voy hacia mi coche, me doy cuenta de que no hay nadie esperándome. Algo debe estar mal, porque antes de irse de la ciudad, Ryder hizo arreglos para que alguien me siga a casa todos los días. Las palabras de Ryder giran en mi cabeza. —Antes de ir a cualquier lugar, asegúrate de que tienes una imagen visual de uno de mis chicos antes de irte. Si no lo ves, no vayas jodidamente a ningún lado. —¿Qué hago? No puedo quedarme aquí para siempre y Ryder no está. Miro hacia atrás, a la entrada principal y veo al viejo señor Gutiérrez, el maestro de español, salir por la puerta. Su coche está estacionado junto al mío, así que camino a través del estacionamiento con él. Cuando llego a mi coche, mi teléfono vibra mientras saco las llaves. Lo busco en mi bolso y sonrío cuando veo el mensaje de Ryder. Casa. Está noche Nena. Recuerda, desnuda. Cama. Te amo. Te veo después. Le respondo de nuevo inmediatamente. No puedo esperar. También te quiero. ;)XOXO Entro en el coche y enciendo la radio mientras empiezo a conducir a casa. Después de un par de minutos, suena la canción “One More Night” de Maroon 5 y la canto. Mis pensamientos se desvían al cantante tatuado y sexy, que me recuerda a mi propio motorista tatuado y sexy. Le he extrañado un montón. Casi no puedo esperar para poner mis manos sobre su humeante cuerpo ardiente esta noche. Creo que estoy con mono de Ryder ahora mismo y necesito mi dosis. Aparco en la calle y apago el motor, lo único en lo que puedo pensar es en sumergirme en un baño de burbujas calientes y relajantes. Voy a necesitar todos mis recursos para que cuando Ryder venga a casa esta noche, esté lista. Empiezo a sacarme la parte de arriba ya que estoy casi en la puerta del dormitorio, así que la camisa está por encima de mi cabeza y me impide ver lo que me espera. —¿Qué demonios son esas cosas horribles? —¡Santa Mierda! —grito tirando la camisa hacia abajo sobre mi torso. Cuando encuentro el origen de la conocida voz, me congelo. Ahí está Macie junto con su falso doble D, con su culo desnudo y estirada en nuestra cama. —Eres un bicho raro —dice burlándose y riéndose. Ignorando su comentario, le pregunto: —¿Qué demonios estás haciendo en mi casa? Y lo más importante, ¿por qué estás desnuda?

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No estoy del todo segura de querer escuchar las respuestas a mis preguntas. Macie inclina su cabeza hacia atrás y se ríe de nuevo, consiguiendo que me den ganas de ir y golpearla en sus estúpidas tetas falsas. ¿Quién demonios solo se presenta desnuda en la casa de alguien? Oh, lo sé. Una puta, como Macie. —Escucha lo que tengo que decirte, Frankenstein. Ryder me envió un mensaje para encontrarnos aquí. Quiere follar conmigo esta noche. —Me estremezco al oír el nombre por el que me llama. Me recuerda a la escuela secundaria y cómo la gente se burlaba de mí en aquel entonces. —No me creo eso. Me envió un mensaje diciendo que volvía esta noche y vivo con él ahora. ¿Por qué te invitó aquí? —Lucho contra las lágrimas porque no quiero darle la satisfacción de saber lo que me está haciendo. —Tu argumento es tan bueno como el mío. Tal vez quiere una de tres vías, pero eso no va a suceder. No lo hago con monstruos llenos de cicatrices —se burla. —¡No hay manera de que Ryder haga eso! ¡Fuera de nuestra casa ahora! Macie se baja de la cama y lleva su culo desnudo hacia mí. Al instante se acerca, no la quería cerca de mí. —¡Escucha, perra remilgada! Ryder es mi hombre. Eres linda y dulce, te voy a dar eso. Eso es probablemente por lo que está atraído por ti. Sería un desafío para ver si alguien puro como la puta nieve, como tú, estaría con él, pero no eres realmente lo que quiere. A los tipos como Ryder les encanta lo desagradable en la cama, cuanto más sucio, mejor. No tienes lo que necesita el hombre. Y de verdad, no sé cómo puede incluso soportar verte desnuda. ¡Eres jodidamente asquerosa! —Ryder no es así. ¡Él me ama! —escupí, dándole una bofetada en su cara presumida. Solo está allí riéndose de mí, se da la vuelta y se dirige a los pies de la cama. Se agacha y coge un par de pantalones vaqueros del piso. Poniendo su mano en el bolsillo, saca un teléfono celular y camina de nuevo hacia mí. —Todos los hombres en el club son como él, Ryder no es la excepción. ¿Cuándo vas a ver a través de tu puta cabeza dura? —Eres una puta mentirosa. ¡Te quiero fuera de mi casa, ahora! —grito. —Léelo tú misma, si no me crees —se burla. Pulsando un par de botones, me muestra la pantalla. Mac, quiero joderte está noche. Está bien nene. ¿Dónde? En mi casa. Prepárate porque no caminarás derecha en una semana. ¡Joder, sí!

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Ni siquiera termino de leer los mensajes que son cada vez más asquerosos porque siento la bilis subir en mi garganta. Corro al baño y vomito en el inodoro. Las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas y trato de recuperar el aliento. No puedo creer que Ryder me hiciera esto. Pensé que me quería, pero supongo que Macie está en lo correcto. No lo hace. Solo quiere a alguien para joder y yo estaba ansiosa por dejarle entrar en mis pantalones. ¡Tengo que salir de aquí, AHORA! Agarro todo lo que puedo y lo meto en mi bolsa de viaje. Macie se encuentra todavía en la habitación y no puedo soportar mirarla. ¡Soy una maldita broma! ¿Cómo pude pensar que esto iba a funcionar? Mientras camino fuera de la habitación, Macie grita: —¡Nos vemos! ¡Pensaré en ti cuando esté jodiendo a Ryder esta noche! —se ríe. Huyo de la casa y me meto en el coche. Tratando de calmarme lo suficiente para poder conducir sin tener un accidente y matarme a mí misma, agarro el móvil y le envío un mensaje a Ryder. ¡JÓDETE ESTÚPIDO! ¡NO VUELVAS A ACERCARTE A MÍ DE NUEVO! ¿A dónde puedo ir? Ya no tengo apartamento y si me quedo en un hotel, Ryder me encontrará como lo hizo la última vez. La primera persona en la que pienso es Sandra, la profesora de matemáticas. Hemos llegado a conocernos la una a la otra en el último par de semanas e incluso hemos ido a comer un par de veces. Marco su número y recoge al segundo la llamada. —Hola. —Hola, Sandra. Soy Ella —digo sollozando. —Hola, Ella. ¿Estás bien? Suenas como si estuvieras llorando. —Sí. Escucha, necesito un favor. Algo pasó entre Ryder y yo, y necesito un lugar para pasar un par de días. ¿Crees que podría quedarme en tu casa? —Por supuesto, cariño. No hay problema. —Genial. Gracias —suspiro aliviada. Me da las indicaciones para llegar a su casa y cuelgo. Envío un mensaje rápido a Payton, haciéndole saber lo que está pasando y apago el teléfono. No quiero a Ryder tratando de ponerse en contacto conmigo, no es que crea que vaya a molestarse en llamarme, pero por si acaso. Giro la llave del contacto y empiezo a retirarme de la calzada. En el espejo retrovisor veo a Macie de pie en la puerta abierta, usando lo que parece ser una de las camisetas de Ryder. Me saca el dedo, sonríe y se desaparece dentro de la casa cerrando la puerta.

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Miro por última vez y no puedo dejar de pensar en el futuro que podría haber tenido. Me alejo con el corazón roto.

Me quedé en la casa de Sandra todo el fin de semana. Sin tener a Payton aquí, Sandra es la segunda mejor opción. Me proporciona un gran hombro para llorar y no me juzga. Una vez que se me acaban las lágrimas, intento preparar algunas pruebas para mis próximas clases. El lunes por fin asoma su fea cabeza otra vez. Cada una de mis clases tiene que completar la prueba, así que no tengo que hacer mucho ese día. Soy un completo desastre, pero me comprometo a tratar de superarlo para mañana. Tengo una clase a la que enseñar, y no puedo dejar que esto afecte mi trabajo. Todavía estoy aturdida por toda la situación Macie/Ryder. No puedo creer como me mintió tan fácilmente. Ryder no tiene lados diferentes: Ryder sexy, Ryder dulce, Ryder asustador o lo que Ryder es para ese momento. Nop, sólo hay un Ryder. ¡Estúpido Ryder! Consigo atravesar el día sin llorar. Cuando el último estudiante sale del aula, noto a alguien en la puerta. Mirando hacia arriba, veo que es Sandra. —¿Has oído algo de Ryder? —pregunta. Niego con mi cabeza. —Apagué el teléfono la noche del viernes y no lo he vuelto a encender desde entonces. No me va a llamar, pero no le voy a dar la oportunidad. —Es que no tiene sentido —dice encogiéndose de hombros. —¿El qué no lo tiene? —pregunto. —¿Por qué Ryder la invitaría a su casa sabiendo que ibas a estar allí? —Es un maldito idiota, por eso. No tiene sentido. —No estoy convencida. —Mira, leí los mensajes, Sandra. Sé que lo vi. —Bueno, si tú lo dices. ¿Vas a pasar unas cuantas noches en mi casa? —Sí, si no te importa. Puedo reservar una habitación en un hotel, si ya no soy bienvenida. Realmente no es un problema, sólo házmelo saber —le digo. —No, no. Me gusta la compañía. Es agradable tener un amigo alrededor. —Aparte de Payton, eres mi única amiga. Realmente aprecio todo lo que has hecho por mí. Ha sido muy bueno tener a alguien con quien hablar. Gracias. —Cariño, en cualquier momento —dice abrazándome.

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—¿Quieres esta noche comida china para la cena? —Claro —le respondí riendo. —Me reuniré contigo en casa en una hora. —Está bien. Nos vemos entonces. Sandra se va, cojo mis cosas y salgo al pasillo. Oigo el eco de un sonido metálico en el oscuro pasillo. Miro alrededor y no veo a nadie, pero me da esa extraña sensación, como si alguien me estuviera observando. Se me pone la carne de gallina. Está bien, jodidamente me asusta. —¿Hola? —Mi voz nerviosa hace eco por el pasillo. No hay respuesta. Tal vez fue el conserje entrando en uno de los baños. Siempre escucha su iPod mientras limpia, por lo que seguramente no puede oírme cuando llamo. Camino con rapidez fuera de la escuela y me dirijo hacia donde aparqué el coche. Cuando miro me detengo bruscamente. Ryder tiene los brazos cruzados sobre su pecho y está inclinado contra mi coche. Oh chico, se ve enojado. No sé porque tiene que estar enojado. Se abalanza sobre mí, agarrándome firmemente por los brazos. —¿Dónde diablos has estado? ¡¿Qué demonios fue ese mensaje?! — grita en mi cara. —¿Qué te importa, Ryder? —escupí. —¡Me he vuelto malditamente loco, sin saber dónde estabas o qué estaba pasando! —Como he dicho, ¿qué te importa? —le siseo. —Cariño, ¿qué coño? ¿Por qué están siendo tan perra? —En serio, ¿tienes que hacer esa pregunta? ¡Vete al infierno! No tengo nada que decirte. ¡Ahora sal de mi camino! —grito tratando de alejarme. —Bueno, seguro como la mierda que yo tengo algo que decirte —grita de nuevo, aun sujetándome. —¡Vete a la mierda Ryder! ¿Por qué estás aquí? Vuelve con tu puta, Macie. ¡Estoy segura de que los dos estarán muy contentos jodiendo fuera el cerebro de cada uno! —Trato de empujar más allá de él para llegar al coche, pero me tira hacia atrás. —¿Qué demonios acabas de decir, mujer? —pregunta apretando su mandíbula. —Vi los mensajes, Ryder. —¿Qué malditos mensajes? Le cuento lo que me encontré cuando llegué a casa del trabajo y los mensajes en el teléfono de Macie.

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—¿Por qué le pediste que viniera a casa? Maldita sea vivo contigo Ryder, sabías que estaría allí. ¿Es como que ella dijo? ¿Querías que hiciéramos algún tipo de pervertido trío? Porque te lo digo ahora, que nunca va a suceder. En realidad, nunca nada está sucediendo entre nosotros otra vez. Alguna vez. No puedo creer que te di mi virginidad. ¡Qué puto error! En cuanto lo digo, sus ojos se oscurecen y gruñe. —Nena, malditamente no vas a decir eso. Darme tu virginidad fue jodidamente bonito. Es algo que nunca olvidaré. Te amo. Pero juro por Dios, que nunca le envié a esa puta ningún maldito mensaje. Si dijo que lo hice, la perra está mintiendo. —Como dije, los leí. No solo me dijo que le pediste que viniera a nuestra casa a joder, si lo hubiera hecho no lo habría creído. ¡Vi la prueba con mis propios ojos, idiota! Mientras lucho por zafarme de las garras de Ryder, él dice—: Voy a decir esto una maldita vez más. ¡No le envié a Macie un maldito mensaje! —Me dijiste que te acostaste con ella antes, pero pensé que no habías estado con ella desde que estamos juntos. ¿La has estado jodiendo todo el tiempo que has estado conmigo? Y por favor, dime que has estado usando protección porque nosotros no lo hemos hecho. Ryder se pasa las manos por su cara y por su cabello. —Jesús jodido Cristo, la primera y única vez que jodí a Macie fue la semana antes de que entraras en mi bar. Su expresión cambia tan pronto como las palabras escapan de su boca. Luciendo como si hubiera recordado algo, mete la mano en el bolsillo delantero de sus vaqueros. Saca su teléfono celular, lo abre y presiona algunos botones. —¿Estos son los mensajes que leíste? —me pregunta pasándome el teléfono. —Ryder, realmente no quiero volver a leerlos. Recuerdo lo que decían. No cambia nada entre nosotros —le digo tratando de empujar lejos el teléfono. —No estoy de acuerdo, nena. Mira los mensajes —me ordena entregándomelo de nuevo. Tomo el teléfono y leo los mensajes. Una vez más, puedo sentir que las lágrimas se acumulan en mis ojos. No dejes que te vea llorar, Ella. Mantén el tipo, chica. —Sí, Ryder, todavía dicen la misma cosa. Nada ha cambiado. ¡Sigues siendo un infiel, mujeriego imbécil! —Nena, mira la fecha de los malditos mensajes.

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Echo un vistazo a la letra pequeña en la esquina de uno de los mensajes. Suspiro. Tienen fecha de exactamente ocho días antes de que entrara en el Wilde Ride. ¡Joder! Estaba tan molesta con Macie desnuda y sus doble D y los mensajes de texto que ni siquiera miré las fechas. Los mensajes estaban en su historial de mensajes. ¡Esa maldita perra! —¡Santa mierda! Lo siento mucho Ryder. Sólo vi a Macie desnuda en tu cama y los mensajes, y todo tuvo sentido para mí. Sólo pensé que no había manera de que un tipo como tú podría amar a una chica como yo. Como ella dijo, ¿cómo puedes incluso soportar mirarme y ver mi cuerpo? No soy más que un monstruo. —No sé lo que pasa en esa cabecita tuya, porque sé que no es así. Eres malditamente hermosa. Tienes un pequeño cuerpo caliente. Tu sentido del humor experto me levanta. El sexo está se sale las malditas gráficas. Pero lo más importante, nena, me tienes en mente, cuerpo y alma. ¿Qué más puedo pedirte? Nena, tienes que saber, ni siquiera veo tus cicatrices. Sólo te veo. Y eres hermosa. Eres mía y yo soy tuyo. Para siempre. ¡Guau! —¿En serio? —En serio. —Entonces, ¿me perdonas, por el infierno que te hice pasar? —Sí, nena. Tú y yo estaremos juntos para siempre, ¿recuerdas? —Tú y yo juntos para siempre —repito tratando de creer en sus palabras. —Un día, en el futuro, puedo verme poniendo mi anillo en tu dedo. Sonrío ampliamente, me gusta cómo suena eso. De repente tengo visiones de nosotros casados, viviendo en los suburbios, en una casa con una cerca blanca y dos punto cinco hijos y un golden retriever. Oh, sí, y una Harley. Ryder me acoge entre sus brazos y roza sus labios contra los míos. —Voy a llevarte a casa, nena. Tendremos algo de sexo de reconciliación. Su boca toma la mía en el beso posesivo que tanto me gusta. Su lengua separa mis labios y comienza a buscar mi lengua. Gimo en la boca de Ryder, mientras nuestras lenguas finalmente se encuentran después de tanto tiempo. Dios, extrañaba su sabor. —Sí, definitivamente tengo que llevarte a casa. Ahora —dice bajando su cabeza y dejando besos por mi cuello. —Deja de hacer eso o podría dejar que me tomes aquí en el estacionamiento —jadeo. —Cristo, no me tientes —se queja en contra de mi oreja.

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Llegamos a nuestra casa en un tiempo récord. Es un milagro que no nos detuvieran por exceso de velocidad. Y para que conste, ¡el sexo de reconciliación es locamente fantástico!

Despierto a la mañana siguiente y enciendo mi teléfono celular. Comprobando mis mensajes, veo que hay cerca de tropecientos de Payton. No es broma. Inmediatamente me voy a mi lista de contactos y selecciono su nombre. Me doy cuenta de que debería haber llamado antes, pero he estado un poco distraída. El teléfono solo suena una vez cuando Payton responde con: —¡Mierda, Ella! He estado muy preocupada por ti. Nunca apagues el teléfono de nuevo, o te voy a dar un escarmiento. ¿Entiendes? —Entiendo —regreso riendo. —Espera, ¿qué me he perdido? ¿Cómo es que te estás riendo, como si estuvieras feliz o algo? La última vez que hablamos, estabas con el corazón roto y hundida en la mierda. Suspiro en el teléfono y aprieto el puente de mi nariz. —Fue un malentendido. —Espera. Espera. ¿Cómo diablos se puede malinterpretar que tu hombre quiere joder a otra mujer? —pregunta sonando irritada conmigo. —Ryder se acostó con Macie, pero fue alrededor de una semana antes de que me encontrara con él otra vez en su bar. Los mensajes que me mostró estaban guardados en su historial. —Oh, voy a golpear abajo a esa perra cuando la vea —sisea. —Supongo que entonces tiene suerte de que vivas al otro lado del país. Tal vez puedas venir de visita —le digo. —Bueno, ahora que lo dices, mamá estaba tan preocupada por ti que me reservó un billete de avión. Mi vuelo llega allí a las siete y cuarto, el viernes por la mañana. Estoy chillando en el teléfono, cuando siento los brazos de Ryder envolverse alrededor de mi cintura y colocándome contra su pecho. —¿Qué está pasando nena? —pregunta. Alejo el teléfono de mi oído, cubriéndolo con mi mano. —Payton volará para visitarme el viernes, ¿se puede quedar aquí? —Cariño, no tienes que preguntar. Esta es tu casa también. Sin embargo, tendrá que dormir en el sofá. —¿Qué hay de que ella duerma conmigo en la cama y tú en el sofá?

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—Eso no va a suceder —afirma. Sonrío y vuelvo al teléfono. —No puedo esperar a verte Payton. Te recojo en el aeropuerto. —Muy bien. Nos vemos el viernes. Te quiero, pollito. —Nos vemos. Yo también te quiero. Cuelgo y giro en los brazos de Ryder, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura. Su agarre sobre mí se aprieta. —Tomaré como que estás feliz de que tu chica va a venir —dice en broma. —¿Contenta? No, no estoy feliz, ¡estoy locamente extasiada! —Me alegro, nena —susurra en mi oído. —Sólo una advertencia, Payton viene dispuesta a darle una bofetada cuando llegue. No es la mayor fan de Macie —murmuro contra su cuello. —Nena, la perra consiguió lo que merecía y estoy seguro de que Payton sólo está jodidamente dándoselo también —dice moviendo sus labios sobre los míos—. Ahora cállate y bésame —ordena. —Está bien. Así que, le beso.

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Capítulo 18 Noche en la ciudad

M

e sentía muy emocionada por tener a Payton de visita el fin de semana. Realmente he extrañado tener a mi mejor amiga alrededor. Ryder me llevó al aeropuerto esta mañana a recogerla. Ella me abrazó y me besó cuando salió del avión y luego puso sus ojos en Ryder. Su espalda se encontraba frente a mí mientras decía—: Ryder, estoy tan feliz de conocer finalmente en persona. —Sus manos se deslizaron de inmediato hacia abajo y apretó su culo. Él se apartó de ella y se giró hacia mí con una mirada de asombro en su rostro. Me reí y dije—: Es Payton; ella es así. —Me encogí de hombros. Si no estuviera tan segura de la forma en que tanto Ryder y Payton se sentían hacia mí, estaría preocupada. Pero sé que nunca harían nada para lastimarme. Lo que nos trae al aquí y ahora. —Así que, ¿dónde está el Sr. Culo sexy de Ryder esta noche? —inquiere Payton. —Está trabajando. —Hago pucheros, deseando que su sexy culo estuviera aquí ahora mismo. —Bueno, no vamos a quedarnos. Vamos a patear la ciudad, Srta. Scott. —Me sonríe diabólicamente. —¿Quieres ir a ver una película o algo así? —le pregunto. —Por supuesto que no. Pensaba que deberíamos excedernos en todo, ir al Wilde Ride por una bebida, luego salir a un club de baile, conseguir nuestra bebida y bailar. ¿Suena divertido? Choca mi cadera con la suya. —Sí, Payton, suena divertido.

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—Vamos a prepararnos, nena —dice sonriendo como el gato Cheshire. Una hora más tarde, estoy estudiándome en el espejo y pensando que no hay una maldita oportunidad de que vaya a salir viéndome así. Un golpe en la puerta me sobresalta. —¿Vas a salir en algún momento de este siglo? —pregunta ella, claramente irritada conmigo. —Payton, no puedes hablar en serio sobre este vestido. No puedo salir viéndome así. —Claro que puedes. Eres una chica que en serio se ve sexy. ¿Cuándo vas a darte cuenta de eso? Me inspecciono una vez más en el espejo antes de dirigirme hacia la puerta y girar el pomo. Salgo del cuarto de baño hacia la sala de estar. Mi cabello ondulado cae sobre mis hombros. Mi maquillaje es un poco más profundo, con ojos ahumados y labios oscuros. Llevo puesto un vestido negro ajustado, atado al cuello, sin espalda y el largo es tan corto que debería ser ilegal. Mis accesorios son una cartera de lentejuelas rojas, un par de brazaletes de plata y pendientes colgantes. No poseo ropa de este tipo, así que Payton me obligó a ponerme prestado uno de sus vestidos. Afortunadamente, no tengo cicatrices en la espalda y el vestido no revela ninguna de las de mi torso. El vestido, combina con mis sandalias de tacón de aguja de tiras plateadas, se ve bastante pasable para una noche en la ciudad. Me quedo ahí de pie inquieta e intento tirar hacia abajo el dobladillo del vestido. No estoy muy acostumbrada a usar ropa así. Mirando a Payton digo—: ¿Estás segura en cuanto a esto? No estoy segura de que pueda salir vestida de esta forma. Oigo un silbido y luego Payton dice—: Chica estás malditamente sexy, te ves ardiente. ¡Ryder te va a comer cuando te vea! Suspiro. Una chica puede soñar. —Te ves muy sexy también, Payton. También tiene mucho maquillaje —Parece un poco más provocadora que yo—. Su cabello rubio está recogido en la cima de su cabeza y sus rizos caen desordenadamente. Tiene un vestido rojo sin tirantes de estilo tubo que apenas cubre sus pechos y culo. Su calzado consiste de botas altas hasta el muslo de cuero negro. Sólo Payton puede salir vestida así. —¿Lista para salir, nenita? —pregunta. Asiento, a pesar de que todavía me siento bastante consciente sobre mi elección de ropa de esta noche. Saco el teléfono de mi bolso y llamo a Ryder. —Nena, ¿estás lista? —Sí. —Sonrío ante el sonido de su sexy voz.

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—Voy a enviar a uno de los chicos a recogerte. —Muy bien, gracias —le digo con dulzura. —Te veo más tarde, cariño. —Te veo en un rato, guapo. —Él cortó la llamada. —¿Así que entonces hay algunos otros motoristas calientes en el grupito de Ryder? —pregunta Payton. —Es un club de motoristas, Payton, no un grupito. —Le frunzo el ceño. —Lo que sea —resopla. —Claro, algunos de ellos es bastante buen mozo, pero ni de cerca tan calientes como Ryder. —No soy tan exigente como tú, Ella. —Pone su brazo a mi alrededor y las dos reímos. Agarro mi gabardina y voy a ponérmela, cuando Payton dice—: No vas a ponerte eso, Ella. Te ves hermosa y no vas a cubrirte. —Está bien —le digo con un suspiro, colgando mi gabardina de nuevo en el armario. Exactamente veinte minutos más tarde, otro de los chicos de Ryder avanza en el camino de entrada en un gran SUV negro. Lo conocí en la fiesta que Ryder dio en la casa, pero al parecer no puedo recordar su nombre. Tan bien parecidos como lo son los muchachos, él definitivamente ha conseguido pasar. Es definitivamente mayor que nosotras, yo diría que por lo menos diez años. Pero ha conseguido tener esta vibra de súper macho y sexy con todos sus tatuajes y cabello rubio cenizo recogido en un masculino moño desordenado. Y, buen Dios, ese hombre se ve increíble en un par de vaqueros. Mirando hacia Payton, veo la forma de una amplia sonrisa en sus labios mientras nos abrimos camino hacia el hombre. —Bueno, hola, sexy —ronronea retorciendo un mechón de cabello alrededor de su dedo. Ruedo los ojos hacia ella y río. Él asiente y nos hace señas para entrar en la SUV. Supongo que es un hombre de pocas palabras—. ¿Y tú eres? —añade ella. —¿Por qué necesita saber mi nombre? —pegunta él. —Bueno, para empezar, mi madre siempre me enseñó a nunca entrar en vehículos con extraños. Pero también soy curiosa en cuanto a qué nombre voy a gritar más tarde esta noche. Dios, esa chica no tiene vergüenza. Las esquinas de la boca del hombre se levantaron en la más diabólica sonrisa. —El nombre es Diesel —dice él añadiendo rápidamente—: Ahora vamos a entrar en el SUV. Entramos y nos dirigimos hacia el Wilde Ride. Estoy bastante nerviosa porque Ryder nunca me ha visto vestida para una noche de discotecas; de

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hecho yo tampoco lo he hecho, esta es la primera vez para mí también. Unos quince minutos más tarde, estamos parando en el estacionamiento en el bar de Ryder. Salimos del vehículo y sin pensar, agradezco a Diesel por el paseo. Él sonríe y dice—: Señoras, fue un placer. Payton le guiña un ojo y luego se vuelve hacia mí preguntando: —¿Crees que la perra estará aquí esta noche? —No. Creo que sabe que no debe mostrar su cara por aquí. —Acabaré con ella en algún momento. Te das cuenta de eso, ¿verdad? —Payton, vamos. Acaba con esto ahora. No creo que vaya a meterse más conmigo. Sólo vamos a olvidarnos de esto y pasar un buen rato esta noche. ¿De acuerdo? —Está bien —dice ella, uniendo nuestros brazos, encaminándonos hacia la entrada del bar. Entramos en el bar, pero no veo a Ryder en ningún lugar. Es una locura de ocupado las noches de los viernes. Hay gente por todas partes, en su mayoría mujeres, nada inusual allí. Vamos hasta la barra y cada una recibe una Budweiser, luego nos dirigimos a una mesa disponible. Estamos bebiendo nuestras Buds cuando diviso a Ryder viniendo de la parte posterior con una caja de cerveza en sus manos. Él me ve al mismo tiempo y parece que casi deja caer la caja de cerveza. Su mirada se ve tan ardiente, que puedo quemarme espontáneamente en el sitio. Me vuelvo para encarar a Payton. Payton está tomando un sorbo de su cerveza cuando la veo mirando por encima de mi hombro. —¡Mierda! ¡Ryder está jodiéndote totalmente con la mirada justo ahora! —exclama ella, casi escupiendo la cerveza por la nariz—. Maldición chica, eres tan afortunada. Debes dar gracias a Dios todos los días por poner ese poste de luz en tu camino. No lo sé. —Estaré de vuelta en un minuto —le digo a Payton. —Será mejor que no me dejes aquí sola, para tener sexo sucio con tu hombre en la trastienda sobre una paleta de cajas de cerveza. Ella me mira acusadoramente. —Como si pudiera —le digo. Gracias por la idea Payton. Ahora, eso es por completo lo que estoy planeando hacer. Poniéndome de pie, me dirijo a la barra. Ryder me mira con los ojos entornados. Es evidente que le gusta lo que ve. —Hola, guapo, ¿cómo te va?

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—Mucho mejor desde que he puesto los ojos en tu sexy culo — responde él con sus ojos recorriendo mi cuerpo. —¿Quieres ir atrás a tu oficina, Nene? —ronroneo. Ryder inclina su cabeza hacia atrás, frotándose la cara con sus manos y gime. —Tanto como esa idea me excita jodidamente, Nena, pero estamos desbordados aquí. —Oh —le digo, mi voz mezclada con decepción. Saco mi labio en un puchero. Ryder, da vuelta hasta mi lado de la barra, me enjaula contra esta y puedo sentir cuán caliente está su cuerpo desde la cabeza a los pies. Sus dientes capturan mi labio inferior y luego lo chupa dentro de su boca. Liberando mi labio, su boca choca contra la mía dándome el beso más excitante. Cuando sus labios cálidos se apartan de los míos, agarra los lados de mi cara con sus manos y dice: —Cuando estés lista para salir del club esta noche, llámame. Diesel dejará caer tu culo borracho en casa y llevará a Payton de regreso a la suya. Tan caliente como estás, maldita sea justo ahora, esto va a ponerse mucho más caliente más tarde esta noche y no necesitamos a Payton como audiencia. —¿Por qué tengo que llamarte antes de salir? —le pregunto con curiosidad. —Así puedo estar listo para ti —responde. Lame mis labios y me besa de nuevo. ¿Podemos por favor avanzar rápido hasta el final de la noche? Ryder luego me da la vuelta y palmea mi culo. —Ahora regresa tu agradable culo hasta tu amiga y voy a traerles dos cervezas más. —Suavemente me aprieta. —Está bien —le digo. Camino de vuelta a la mesa con un balanceo extra de mis caderas, sólo con la esperanza de que tal vez Ryder vaya a cambiar de opinión en cuanto a tomar en cuenta mi oferta de sexo en la oficina. Empujando mi silla y sentándome, Payton dice: —Cómo pudo Ryder devolver tu sexy culo viéndose así, nunca lo sabré. Ese hombre debe tener bastante fuerza de voluntad. Te ves tan caliente que casi quiero llevarte atrás yo misma. Por suerte para ti no juego de esa manera. —Payton menea sus cejas hacia mí.

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—¡Oh, Dios mío! Definitivamente no acabas de decirme eso. ¡Eres tan desagradable! —chillo, pero luego me río tan fuerte que me duele el estómago. Ryder se acerca con nuestras cervezas y nos mira como si tuviéramos dos cabezas. —¿Qué es tan gracioso? —pregunta con una sonrisa. —Sólo le decía a la encantadora señorita Scott aquí cómo podría tomar esa oferta de un pequeño revolcón de oficina, ya que no estás interesado — explica ella. La sonrisa de Ryder cae repentinamente. —No va a suceder. —¡Oh Dios Mío! No puede estar celoso de Payton en serio, ¿verdad? —Ryder, ya basta. Está bromeando —digo antes de tomar un sorbo de mi cerveza. —Sí, relájate Ryder. No estoy interesada en Ella. Carece de una pieza en su anatomía que es de vital importancia para mí. Un pene —le explica. Ryder y yo nos miramos el uno al otro y rompemos a reír. —Joder, es divertida —me dice todavía riendo. Planta otro beso en mi boca y se encamina de regreso al bar. Terminamos nuestras bebidas y decidimos que vamos a pedir una más antes de salir a la discoteca. Payton me dice que las buscará ella en esta ocasión y camina hacia la barra. Segundos después de que se va, este chico de cabello maloliente y fibroso con una perilla saca una silla junto a mí. Pone su fornido brazo tatuado alrededor de mi cintura, tirando de mí hacia su cuerpo. —Voy a llevarte al callejón. Puedes joderme o mamarme. Las damas escogen —gruñe en mi oído. —No lo creo. Soy la mujer de Ryder. No voy a ninguna parte contigo — le digo tratando de salir de su agarre, pero sus manos se aprietan alrededor de mi cintura. —Me dices que crees que eres algo especial para ese idiota. Eres sólo una puta como el resto de las perras que trae por aquí. Ahora vas a salir de esa silla, caminar afuera al callejón y aliviarme ya sea con tu boca o tu coño. ¿Me entiendes? —ordena. El pánico ni siquiera tiene la oportunidad de hundirse cuando de repente, Ryder está allí con mirada asesina. Su mano se extiende, agarra el cabello de la escoria y tira al tipo de su silla, haciéndolo que me suelte. Literalmente arrastra al tipo por el suelo mientras él lucha y maldice, llevándolo fuera. Miro alrededor de la barra y es como que nadie siquiera se dio cuenta de lo que acababa de suceder, como si fuera un hecho común o algo. Payton todavía está de pie en la barra viéndose sorprendida, articulando “Santa mierda”.

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Me levanto y me dirijo a la entrada delantera. Una vez que estoy fuera puedo oír la voz de Ryder haciendo eco desde el callejón al lado del bar. Nerviosa, me acerco más y echo un vistazo alrededor de la esquina del edificio. Al lado de un contenedor de basura, Ryder tiene al tipo agarrado por el cuello con uno de sus brazos contra la pared de ladrillo. Su otra mano está sosteniendo una navaja, la cual está pegada actualmente al lado de la garganta del tipo. Una pequeña cantidad de hilillos de sangre baja donde la hoja está presionando. —Ella no es ninguna maldita puta de club en la que puedas meter tu polla. Ella es mi jodida mujer y si te veo incluso murmurándole una maldita palabra de nuevo, voy a cortar tu lengua. Si alguna vez se te ocurre en esa cabeza enferma tuya tocarla de nuevo, cortaré tu polla. Ahora, ¿estás entendiéndome? —lo amenaza Ryder. —Sí, te entiendo —grazna la escoria. —Malditamente mejor. Saca tu mierda de aquí. No quiero ver tu cara por aquí de nuevo porque si lo hago, se va a poner real y jodidamente feo — sisea Ryder, sonando seriamente cabreado. Ryder quita la hoja de su cuello y lo libera. Observo mientras el chico casi me golpea cuando corre por delante de mí para huir. Cuando miro hacia atrás, los ojos de Ryder están fijos en los míos. —Regresa al bar, nena —ordena severamente. Ni siquiera lo cuestiono. Simplemente me doy vuelta y hago exactamente lo que me ha dicho que haga, con él detrás siguiéndome de cerca. Tan cerca, que puedo sentir el calor de su cuerpo detrás de mí. Una vez dentro agarra mi codo y me lleva a su oficina. Se ve súper cabreado y yo estoy de algún modo temerosa de lo que va a decir. —¿Estás bien, cariño? —Su voz de repente se suaviza, tirando de mí hacia sus brazos. Mi cara está contra su pecho y puedo sentir su corazón latiendo rápidamente. —Estoy bien, guapo —le digo disfrutando de la sensación de estar en sus brazos. —Cristo. Casi perdí mi puta mente cuando vi a ese imbécil con sus brazos a tu alrededor. Y luego escuché lo que decía, sólo reaccioné. Ese pedazo de mierda es afortunado de que consiguiera salir de aquí con vida. —¡Mierda! —Nena, de verdad estoy bien —digo tratando de tranquilizarlo. Y cuando digo esto, estoy diciendo la verdad. Curiosamente, estoy muy bien con esto. En realidad, es una especie de vuelta que él se sienta tan protector y posesivo sobre mí. —Me viste ahí fuera. Así soy yo. ¿Estás diciéndome que estás de acuerdo con eso?

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—Sí, nene. Te estoy diciendo que estoy bien con eso. Sí, a veces me asustas muchísimo, pero te amo y nada de lo que hagas va a cambiar eso —le digo, inclinándome y colocando un suave beso en sus labios. —¿Todavía te sientes como para salir al club con Payton después de todo lo que acaba de pasar? —Estoy bien Ryder. Payton y yo realmente necesitamos este tiempo juntas esta noche. Diesel estará con nosotras esta noche, así que todo está bien. —Está bien, nena. Ten cuidado. —Voy a ser muy cuidadosa, guapo. No te preocupes. —Cuando no estás cerca de mí, me preocupo del carajo. Nos dirigimos de nuevo hacia el bar. Payton aún seguía parada allí, esperándome con dos cervezas más. Las bajamos rápidamente, de pie en la barra. Cuando hemos terminado, me inclino sobre el mostrador besando a Ryder para despedimos y nos dirigimos hacia la puerta. Diesel está esperando por nosotras y nos dirige a este nuevo club de baile llamado Pulse.

Cuando llegamos a Pulse, me doy cuenta de que hay una larga cola para entrar en el club, le doy un empujón a Payton con mi hombro y se lo señalo. —Mierda, esa va a ser una larga espera en estos tacones —dice ella apuntando a sus pies. —No es broma —le contesto. Diesel se acerca al portero, intercambia unas pocas palabras con él y le entrega lo que parecen tres billetes de cien dólares. ¡Mierda! El portero abre la puerta y dice—: Damas. Payton besa a Diesel directo en los labios y dice seductoramente—: Te mereces completamente alguna buena chupada de polla por eso. ¡Vaya! En verdad no vi esa venir. ¿A quién estoy engañando? Es totalmente algo que Payton diría. —Funciona para mí —replica Diesel agarrando a Payton por la nuca y plantando otro beso succionador de alma en sus labios antes de que nos encamináramos hacia la entrada del club. Estamos sentados en estas sillas lujosas de terciopelo bebiendo nuestro tercer Martini de manzana, asintiendo y sacudiendo nuestros culos al ritmo

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de la música, cuando Payton de repente salta hacia arriba y grita—: Oh Dios mío, me encanta esta canción. ¡Vamos a bailar, nena! Coge mi mano y me arrastra a la pista de baile. Bueno, tal vez arrastrar es una exageración porque me estoy emborrachando y estoy bastante segura de que bailaría el alfabeto en este punto. Estamos finalmente en la pista de baile, sacudiéndonos y machacando esta canción “Gangnam Style” de Psy, cuando echo un vistazo a la barra y noto un intenso par de ojos mirando en dirección de Payton. ¡Mierda! Es Diesel; está sentado en el bar y parece que lo tiene verdaderamente mal por mi mejor amiga. —No mires ahora, pero yo creo que tienes un admirador en el bar. —Oh, me he dado cuenta —dice ella, balanceando sus caderas seductoramente. —Tú putica —me burlo. —Sí, sí, lo soy —responde ella sonriendo. De repente, un par de manos masculinas serpentearon alrededor de la cintura de Payton. Este extremadamente alto y borracho gilipollas tira de ella contra él y comienza a apretarse en su contra. Ella intenta zafarse de su agarre, chillando—: ¡Escucha, idiota, saca tus malditas manos de mí! —¿O qué? —sisea él. Puedo oler el rancio olor de los cigarrillos y el alcohol que sale de su aliento desde aquí. ¡Qué asco! —O te voy a arrancar las pelotas y las meteré por tu maldita garganta. ¡Déjala ir, AHORA! —La voz de Diesel retumba a través del club. Este hombre mejor que la deje ir porque no quiero ver qué pasa si no lo hace. En realidad, retiro lo dicho. Estoy deseando por completo ver lo que pasa. Por supuesto, el imbécil dice—: Vamos, hombre. Podemos compartir, si quieres. Ella parece como que está en esa mierda. —Oh-oh, por la mirada en la cara de Diesel, eso fue sin duda lo peor que pudo decir. El puño de Diesel vuela a través del aire, golpea con un repugnante crujido contra la cara de bola de baba y la sangre salpica fuera su boca. Hay un breve forcejeo y luego Diesel saca al chico de la barra. Este chiste de hombre no tiene oportunidad contra un fino ejemplar de hombre como Diesel. —Oh. ¡Dios mío! Nadie nunca se ha metido en una pelea por mí, antes. ¡Eso fue tan malditamente caliente! ¡Lo quiero! —chilla Payton en mi oído, aun bailando. Toda la escena no pareció molestarle en absoluto. Después de un rato de estar sobrecalentadas por el baile, Payton quiso que fuéramos a la barra y consiguiéramos algunas copas más. Mientras estamos caminando, vemos a Diesel regresar dentro, viéndose tan bien como lo hizo cuando salió.

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—¿Alguien te dijo cuán increíblemente ardiente eres? —le pregunta ella, tomando un sorbo de su bebida. —Una o dos veces. —Él le da a Payton una sonrisa sexy. —Estoy sedienta. ¿Quieres tomar una copa? —pregunta ella, cambiando de tema. Asiento hacia ella. Se vuelve hacia el camarero levantando tres dedos. —Tres tragos de tequila, por favor. Diesel se niega a beber el suyo porque quiere mantenerse concentrado y alerta. Después de todo, está allí para protegernos y ser nuestro conductor designado. Eso está bien. Agarro su trago y bebo ese también.

Son las tres de la mañana, cuando Diesel me dejó en casa. Se me olvidó completamente llamar a Ryder para decirle que salíamos del club, pero el bueno de Diesel lo llamó cuando nos encontrábamos en la SUV dirigiéndonos hacia casa. Payton está de camino a la casa de Diesel para un poco de acción. Creo que realmente le gusta él y el sentimiento definitivamente es mutuo. Tambaleándome descalza en la puerta principal, con mis zapatos colgando de los dedos, trato de usar mi llave para entrar en la casa. Mis dedos simplemente no parecen querer cooperar. Estoy riendo para mis adentros y sigo tratando de que la llave entre en la puerta de nuevo, pero antes de que en realidad pueda poner la llave en la cerradura, la puerta se abrió. La vista ante mí es simplemente deliciosa. Ryder apoyándose contra el marco de la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho, usando nada más que sus tatuajes y una sonrisa. Supongo que eso es lo que quiso decir cuando él dijo que quería estar listo para cuando yo llegara a casa. ¡Delicioso! ¡Maldita sea! Quiero lamer cada centímetro de su delicioso cuerpo con mi lengua. —Si quieres hacer eso, cariño, tienes que venir adentro. —Sonríe más ampliamente. —¿Acabo de decir eso en voz alta? Asiente, mirándome de arriba a abajo como si quisiera comerme. ¡Me anoto para eso, por favor! Camino por delante de él, arrastrando mi mano a través de su ingle. Ryder gime, rápidamente cierra y bloquea la puerta principal. —¿Cansada? —pregunta. —Sí —le respondo.

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—Vamos a reformular la pregunta. ¿Estás demasiado cansada para follar? —No. He estado esperando esto toda la noche —digo. —¿Mojada para mí, preciosa? —Más allá de mojada —ronroneo, lamiendo mis labios mientras él avanza sobre mí. Durante las próximas horas, Ryder procede a mostrarme cuan caliente puede volverse esto entre nosotros. ¡Súper sexy!

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Capítulo 19 Fiesta en el Wilde Ride

E

s la última noche de Payton aquí en Del Mar y Ryder decidió cerrar el bar para lanzar una fiesta privada para nosotros y Mayhem.

Creo que es una idea perfecta. —¡Esa es una idea impresionante Ryder! ¿Qué piensas, Payton? — pregunto. —Fiesta, nena —dice ella. —Está bien, señoras, voy a informar al club y dejarte para que te prepares. Diesel o yo volveremos más tarde a recogerte —dice él, acercándose a besarme. —Suena bien, guapo —le digo, apoyándome en las puntas de mis pies para besarle de regreso. —Oye, ¿por qué no nos vamos a comprar otro vestido nuevo? — pregunta Payton. —Mmm, probablemente no debería —le digo mirando hacia otro lado. —Oh, vamos —se queja Payton. —En realidad no debería. Necesito ahorrar un poco de dinero. —Ten nena, compra lo que quieras. Nada demasiado sexy, sin embargo, no quiero tener que tomarte en el bar —dice él, mientras pone un par de billetes en el bolsillo de mi pantalón vaquero. —Ryder, no puedo —le digo metiendo la mano en mi bolsillo para devolverle el dinero. —Puedes —susurra en mi oído—. Compra algo para cuando lleguemos a casa, también. —Eso hace estremecer todo mi cuerpo. —Me gusta eso —le digo. —¡A mí también! ¿Puedo participar? —bromea Payton.

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—¿Qué pasa con Diesel? —Me río y le hago un guiño a ella. —No es una mala idea, Ella. Ya lo creo, él me enseñó un par de cosas que no voy a olvidar —dice, con una sonrisa traviesa. —Das asco. No quiero saberlo. Bueno, vamos de compras —le digo—. Gracias guapo —le digo a Ryder. —Cuando quieras nena. Te daría cualquier cosa y me refiero a cualquier cosa, Ella —afirma mientras su mirada se clava en mis ojos. —Está bien. —No sé qué más decir cuando me dice cosas como esa. —Llámame cuando estés lista. Voy a tener a uno de los chicos acompañándote —afirma. —Bien —digo mientras Ryder pasa por la puerta con su sonrisa sexy. —Está bien, ¿a dónde quieres ir, señorita Ella? —pregunta Payton. —Bueno, podríamos ir a esta increíble tienda en el centro comercial que vende vestidos sexy y luego podemos ir a una pequeña tienda de sexo travieso. Quiero recoger algo para más adelante esta noche —le digo. El calor se precipita a través de mí con el pensamiento de Ryder viéndome en algo sexy y sabiendo que estaría pensando en qué hacerme.

Regresamos a la casa y Payton va a meterse en la ducha así podemos empezar a prepararnos para esta noche. Mi teléfono empieza a sonar en mi bolso. Corro para agarrarlo antes de que vaya al correo de voz. —¿Hola? —Eres mía —dice alguien en una voz ronca. —¿Hola? ¿Quién es? ¿Qué quieres? —pregunto temblando. —¡TÚ ERES MÍA! —grita él. —Brent, ya te dije, soy de Ryder. ¿Por qué no puedes solo dejarme en paz? —Pido en una voz temblorosa, tratando de sonar valiente, pero fallando. Sé que tiene que ser Brent. ¿Por qué este tipo no puede darse cuenta del hecho de que no quiero tener nada que ver con él?—. ¿Por qué no solo vas y me dejas en paz? Payton me arrebata el teléfono y lo pone en su oído. —¿Quién es? —exige Payton. Ella quita el teléfono de su oreja, viendo hacia mi temerosa expresión facial. —Colgaron. Voy a llamar a Ryder —me informa, pero apenas la oigo. El miedo está consumiéndome. ¿Por qué Brent está haciendo esto? ¿Por qué no me deja en paz?

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—Ryder —saluda ella—. Soy Payton. ―Hay una pausa de silencio, luego—: Alguien acaba de llamar al teléfono de Ella y comenzó a decirle cosas. Creo que fue ese idiota de Brent. Otra pausa. —Ella realmente está asustada por lo que sea que le dijo, Ryder. Otra pausa más. —No lo sé, pero esto le espantó su buen momento. Una pausa final. —Está bien. Te veo en un rato. —Cuelga—. Todo va a estar bien, Ella. Ryder estará aquí dentro de poco —me asegura. —Estoy bien, de verdad... solo que me tomó por sorpresa. Eso es todo —le digo. —Bien cariño. Vamos a tomar un trago o dos, a sacarnos algo de la tensión —sugiere Payton. —Está bien. Caminamos hasta la cocina conmigo estando a medio vestir. Payton va al armario a buscar el tequila. Tengo este sentimiento como que alguien nos está mirando. Es extraño. Tal vez estoy siendo paranoica. Dios, recibo una llamada telefónica y ahora, me estoy volviendo loca. Si hay un lugar en el que sé que estoy a salvo, sería en nuestra casa. Payton saca la botella y pone dos vasos de chupito en el mostrador, llenándolos al máximo. —Hasta el fondo, nena —dice con una sonrisa. Sabiendo que si seguimos haciendo esto, no tomará mucho tiempo para que esté borracha y tenga un buen momento. Oímos pasos en el porche del frente y salto con un sobresalto. Oh, Dios. Alguien va a forzar la entrada. Oh, Dios. Tomando otro trago, Ryder pasa a través de la puerta. —Joder, Jesús, Ella, ¿estás bien? —pregunta él. —Sí, es sólo que me dio un susto. Estoy bien —digo tomando otro trago, diciéndole lo que pasó y lo que dijo. Me tira en un fuerte abrazo, poniendo mi cabeza en su pecho, sintiendo su corazón latir a mil por minuto. —Puede que tú necesites uno de esos también, guapo —le digo, animándole a tomar un trago. —Estoy de acuerdo. —Pone un beso en la parte superior de mi cabeza y Payton sirve otra ronda de tragos para nosotros tres. —Hasta el fondo damas —dice.

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Tomando el trago, siento el líquido candente correr por mi garganta y hacer que mi cuerpo hormiguee. Siento que voy a estar bien y necesito disfrutar de mi última noche con mi mejor amiga. Sólo Dios sabe cuándo voy a llegar a verla de nuevo. Ryder acuna mi cara en sus manos y pregunta: —Nena, ¿reconociste la voz en el teléfono? ¿Era Brent? —La voz resultaba familiar, pero no lo sé con seguridad. Quiero decir, ¿quién más podría ser, ¿verdad? —Miro a Payton luego de vuelta a Ryder, quiero olvidarme de todo lo que acaba de pasar y disfrutar de nuestra última noche. —¿Qué dijo él, Ella? —inquiere Ryder. —Oh, lo de siempre, ya sabes. Que soy suya y todas esas cosas — respondo. Al instante veo la tensión enrollarse en su cuerpo. No es bueno. Tengo que aliviar esta situación—. Bueno, déjame terminar de arreglarme antes de emborracharme demasiado —le digo cambiando de tema y girándome para ir a la habitación. Una mano fuerte se envuelve alrededor de mi brazo tirando de mi cuerpo de vuelta al suyo. —Podemos quedarnos en casa si quieres. Le puedo decir a todo el mundo que surgió algo —ofrece él. —No, quiero ir. No quiero vivir con miedo Ryder, no puedo —le digo. Estudiando mi cara, busca cualquier signo de que debe mantenerme en casa. —Está bien, nena, ustedes dos vayan a prepararse y luego saldremos —dice mientras Payton y yo vamos por el pasillo para prepararnos para salir. —¡Mierda! —Oigo desde el salón. Corro para ver lo que está mal y Ryder está allí con su teléfono viéndose tan molesto como podría estarlo. —¿Qué pasa? —le pregunto. —Nada nena, tengo que correr. Diesel va a llevarte al bar. ¿Estás de acuerdo? —¿Está todo bien? —Sí, tengo algo de lo que ocuparme antes de ir al bar. —Está bien, ten cuidado —le digo pensando lo peor. Envuelve sus brazos con fuerza alrededor de mi cuerpo, tirando de mí hacia él, tomando mi boca en un instante, la presión construyendo el beso que me deja con las rodillas débiles cuando se aleja. —Te quiero nena —dice. —Yo también te quiero.

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Me deja ir y sale por la puerta en dirección a su moto, dejando su SUV para que Diesel nos lleve al Wilde Ride. Regreso a la habitación para poner los toques finales antes de salir.

Después de que Payton y yo hemos terminado con nuestro ritual de cantar y bailar, la canción Wannabe de las Spice Girls mientras nos preparamos, llamamos a Diesel para que venga y nos recoja. Cuándo llega, Payton y yo estamos bastante alegres a causa de consumir casi la botella completa de tequila. Él nos echa un vistazo y sonríe diciendo— :Jodedme. ¿Estoy en el cielo? —pregunta. —¿Qué? —le pregunto de regreso. —Nos vemos ardiente Ella. Eso fue un cumplido —dice Payton, acercándose a Diesel y acunando su virilidad en su mano—. Mantente así de sexy, y nosotros podríamos no llegar al bar. —Diesel deja escapar un gruñido bajo y agarra su cara y la devora. —¿Recuerdas lo que te hice anoche? —pregunta. —¿Cómo podría olvidarlo? Creo que me arruinaste para otros hombres —replica Payton en un tono de voz sensual que nunca he oído antes. —Bueno mantente viéndome y tocándome así y será diez veces mejor esta noche. —Lo prometes —ronronea ella. —Esa no es una promesa, es una amenaza. Después de esta noche estarás arruinada para otros hombres. Payton parece que va a caer al suelo si él la suelta. Es tan diferente verla así. No es el tipo de chica de volverse toda loca por un chico, pero me parece que eso podría cambiar ahora. —Ella, ¿estás tratando de conseguir que me maten esta noche? — pregunta Diesel. —¿De qué estás hablando? —Vuelvo con mi propia pregunta. —Ryder va a enloquecer contigo viéndote así —explica. —Bueno, todo esto es para él y ese es el punto. Echo un vistazo en el espejo y pienso que me veo malditamente bien. Estoy usando una mini falda asesina de cuero con una pequeña raja a un lado, una pequeña camiseta de tirantes color morado que es de corte bajo mostrando mi escote y un par de sexy tacones de aguja negros. Me veo jodidamente caliente. Ryder, sin duda, va a volverse loco. —Él de seguro tendrá sus manos ocupadas con esto —dice él riendo.

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Nos dirigimos a la camioneta y nos vamos al Wilde Ride. En el camino, interrogo a Diesel acerca de por qué Ryder tuvo que irse, pero no me dice nada. Nos detenemos delante del bar y no hay vehículos en el estacionamiento, solo Harleys, incluyendo la de Ryder. Estoy esperando con mucha ilusión a que Payton los conozca a todos. La conozco y Diesel lo lleva bien justo ahora, pero no creo que él sea el único para ella, pero lo será hasta que se aburra. Aunque, creo que puede tomar un poco más de tiempo que de costumbre, a ella parece realmente gustarle. Caminamos a través de la puerta y el lugar está lleno. Creo que va a ser una buena noche. —Barra. Bebida —dice Payton sobre la música. Inclino mi cabeza hacia la barra donde veo a Ryder sentado al lado de una bonita rubia. ¿Quién carajo es esa? Ella estira su mano y trata de frotar su pierna, pero Ryder la aleja, se levanta y se gira para alejarse. Tan pronto como se gira, sus ojos aterrizan en los míos y me ve sonriéndole. Comienza a moverse hacia mí con un movimiento depredador. Cuando Ryder por fin me alcanza, me envuelve en sus fuertes brazos. —Lo siento, por eso, cariño. —¿Por qué, guapo? Vi que la apartaste. ¿Cómo podría enojarme por eso? —le pregunto. —Dios, eres increíble. —Toma mi boca en un beso exigente. Cuando nos separamos, sus ojos escanean mi cuerpo y pregunta: —¿Por qué demonios llevas esto en público, cuando sabes lo que me hace? Mmmm, de seguro que sabe cómo llegarme. —¿Por qué crees? —le pregunto burlándome. —Para volverme jodidamente loco. Sabes que voy a estar duro toda la maldita noche con ganas de meter mi polla en tu apretado y húmedo coño —susurra en mi oído, enviando una descarga de humedad por mi núcleo. —Ese era el plan —le digo, sonrojándome. —Sí, bueno, tal vez no lleguemos a casa si sigues con esto. —Eso suena muy bien para mí. —¡Mierda! ¿Acabo de decir eso en voz alta? Oh, bueno, no me importa. Ryder agarra mi mano tirando de mí hacia su oficina, cuando Payton se para frente a nosotros. —No lo creo —dice ella entregándonos a cada uno un trago—. No te despegas de mí esta noche. Que entrometida idiota.

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—¿Qué pensabas que iba a hacer? ¿Viste cómo va vestida? Está tratando de matarme —gime Ryder. Payton y yo nos echamos a reír al ver a Ryder haciendo pucheros como un niño pequeño. —La abstinencia hace crecer el cariño. Ella es mía esta noche, así que olvídalo —dice Payton. Ryder presenta a Payton a los miembros del club que conocí en la fiesta de la casa de Ryder y luego nos lleva y nos presenta a ambas a algunos de los miembros que no estaban en la última fiesta, porque estaban en una carrera por el club. Él empezó con Bishop, Len, Dread, Rooster, Roach, Dex, Cutter, Kean y algunas de sus señoras Kerri, Chloe y Mia. Luego nos presenta a los dos candidatos. Se ven más jóvenes que la mayoría de los miembros de Mayhem. Diría que tienen unos diecinueve o veinte años; parecen muy dulces. Nos dice sus nombres, Mack y Jizz el Chico. Cuando Payton y yo preguntamos de dónde surgió el nombre, la cara del chico se vuelve color rojo brillante y se ríe, viéndose un poco avergonzado. Según Ryder, tenía un par de strippers que llegaron al Wilde Ride del club de strippers Climax para entretener a los chicos. Jizz el Chico, cuyo verdadero nombre es Cade, y Mack estaban sentados y consiguieron un baile erótico y él se puso demasiado excitado, si sabes lo que quiero decir. Cuando Ryder termina de contar la historia, Payton y yo nos miramos la una a la otra y estallamos en risa. Después de que pasa la novedad, miro a otro lado y noto que los chicos han apartado algunas mesas del camino y hay varias parejas retorciéndose juntas al ritmo de la música. Quiero a Ryder ahí conmigo. —Soy toda tuya esta noche Payton, pero primero quiero que Ryder baile conmigo —le digo, tirando de Ryder a donde todo el mundo está bailando. —No bailo, nena —señala. —Vamos Ryder, sólo una vez. Por mí —gimo. En verdad tengo ganas de estar cerca de él en esa pista de baile. Él no dice nada, sólo me mira y asiente. Camina conmigo de la mano. La canción “Word Up” de Korn comienza a tronar a través del bar y puedo sentirla vibrar a través de todo mi cuerpo. Los dedos de Ryder agarran mis caderas, colocándome enfrente de él con mi espalda contra su pecho. Una de sus manos se mueve desde mis caderas hasta el borde de mi camisa. Puedo sentir sus dedos deslizarse en el interior del borde de mi camisa y frotar la piel desnuda de mi vientre. Coloco mi mano en la parte superior de la suya y mi otro brazo sube alrededor de su cuello, mis dedos enredándose en su cabello. Mi respiración se corta cuando siento su erección frotarse contra mi culo, mientras mueve su pelvis contra mí al ritmo de la música. Su lengua barre desde la base de mi cuello hasta mi oreja y luego oigo su respiración atascarse.

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La mano en mi cadera se mueve más abajo y sus dedos juguetean en el interior de mi muslo, haciendo que un gemido se libere desde el fondo de mi garganta. —Jesús, nena, tenemos que parar o voy a tomarte justo aquí y hacerte correr delante de todos —gime en mi oído. Me doy la vuelta en sus brazos, con las manos yendo a la parte baja de mi espalda. Sus dedos una vez más están frotando la piel debajo de mi camisa. —Mmmmmm —ronroneo en su oído. —Vamos, necesito una maldita bebida —dice contra mi cuello. Me aleja suavemente, rompiendo el hechizo de Ryder bajo el que estoy. Engancha mis dedos, tirándome de vuelta hacia el bar y Payton. —Pensaba que todo lo que podíamos hacer era beber unos pocos tragos y refrescarnos. Maldición, chicos. En serio, son ardientes juntos —dice Payton abanicándose su enrojecida cara. Tiene una fila de tragos ya alineados. Todos nos lanzamos a los tragos y Payton toma mi mano y me arrastra a la pista de baile. Por la mayor parte de la noche Payton y yo bailamos; y si nosotras no estábamos bailando, estábamos bebiendo. Estamos bailando We Found Love de Rhianna y Calvin Harris cuando mi peor pesadilla entra en el bar. La puta Doble D entra por la puerta en nada más que lo que parece un sujetador y una ultra corta mini falda texana. Ni siquiera estoy segura de si cubre todas sus partes y detalles. Que estúpida puta de mierda. Tomo la mano de Payton y me dirijo hacia Ryder. —¿Qué diablos está haciendo ella aquí? —demando. —¿Qué? —¡La puta Doble D! ¿Qué está haciendo aquí? —le grito un poco más alto. Cuando ella se acerca a nosotros, me sonríe y dice—: Bueno, parece que Ryder se encuentra de humor para lo extraño esta noche —riéndose de mí. —Es mejor que ser puta —le contesto. Macie gira sus grandes ojos y Doble Ds hacia mí. —Tú perra estúpida, al menos yo puedo pararme y mirar mi cuerpo y sé que es hermoso, mientras tú pareces que eres de La Vuelta Equivocada. ¡Eso es todo! Ya he tenido suficiente de esta estúpida puta. La perra ha conseguido extralimitarse. Lanzo y estrello mi puño derecho en su perfecta cara. G.I. Jane está fuera a plena fuerza y no hay nada reteniéndola. Esa fue la primera vez que golpeé a alguien aparte de mi hermano.

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—No perra, mi familia murió en un accidente de coche al que yo sobreviví, sola y destrozada. Gracias por el recordatorio. —Estoy tan molesta que todo lo que puedo ver es rojo. Yendo a arremeter contra ella otra vez, siento dos brazos de acero trabarse alrededor de mis brazos y cintura, sosteniéndome en mi lugar. Condenado Ryder. —¡Tú, jodido coñazo, ahora me toca a mí! —¡Oh mierda! Esa es Payton y está de verdad enojada. Creo que incluso está peor que yo. El modo de perra derribando ha comenzado. —Vete a la mierda. ¡No tienes nada que ver con esto! —escupe Macie. Payton sale volando y cae encima de ella, sus puños volando de ida y vuelta. —¡Oh, Dios mío! —grita Macie—. ¡Mira lo que hiciste! Algunos chicos las separaron. Cuando ellos levantaron a Macie, no pude dejar de notar que había perdido una parte crucial del cuerpo. Ella definitivamente tenía una menos de sus Ds. ¡OH, DIOS MÍO! —¡Vas a pagar por esto! —chilla Macie. —¡Oblígame perra! —replica Payton. —Oye Macie, ¿dónde está tu teta? —pregunta Diesel con una sonrisa. Todo el mundo en el bar estalla en risas. —Quién es la rara ahora D sencilla. Por lo menos yo puedo ocultar mis problemas —le digo tratando de contener una carcajada. —¡Teta cíclope! —grita Jizz el Chico y todo el mundo se ríe de nuevo. —Nena eres absolutamente hermosa, por dentro y por fuera. Ella no tiene nada comparada a ti. Ni siquiera una pestaña —Ryder exclama para que todo el mundo lo oiga. Se vuelve hacia Macie—: Saca la mierda de mi bar antes de que te obligue a que te vayas. Confía en mí. No quieres ver eso. Como te dije anteriormente esta noche, no eres malditamente bienvenida aquí. Si uno de los chicos quiere algo, pueden encontrarte en una esquina estoy seguro. Ummm, ¿qué? ¿Es eso por lo que él tuvo que irse? ¿Porque estaba tan molesto? Esa perra. El agarre de Ryder se afloja y aprovecho esa ventaja, yendo por ella de nuevo. Le di un puñetazo en el estómago con toda la fuerza y cuando se inclina, tomo su cabeza con mi mano y le golpeo con la rodilla en su cara. Ryder me aleja de ella, gritándome para enfriarlo. —¡Sé que estás enojada y G.I. Jane está fuera, pero es suficiente! — Macie está en el suelo sosteniendo su rostro, la sangre corre por todas partes.

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—Gunner, llévala al hospital y luego a donde diablos quiera ir. —Mira hacia Macie—. No vuelvas a poner un puto pie aquí de nuevo. Y para tu seguridad, no te acerques a Ella o a Payton otra vez. Como puedes ver, ellas no van a aguantarse y tú no vas a disfrutarlo. Así que maldición, aléjate. — Ryder toma mi mano, y después la mano de Payton, y nos arrastra a su oficina y al baño. —Límpiense —demanda. Mierda, está molesto. —Estás bien. —No hay problema Ryder —dijo Payton. Payton y yo empezamos a limpiarnos. Diciéndonos la una a la otra cuán impresionante fue eso y le digo a Payton que aprendí ese movimiento de mi hermano. —No puedo creer que le dieras un puñetazo en la teta y ahora sólo tiene una D —le digo riendo. —La perra se lo tenía merecido. Salimos del baño y entramos en la oficina de Ryder, donde está sentado en su silla frunciéndonos el ceño. —Sal, Payton. Estaremos fuera en unos minutos. —Oh, oh. —Tranquilo —dice ella, caminando a través de la puerta. Oímos el bar irrumpir en aplausos cuando sale. Me vuelvo para mirar a Ryder y estoy sorprendida de ver que está sonriendo. —Veo que G.I. Jane tuvo que aparecer esta noche. Fue jodidamente caliente nena. Ven aquí —ordena. De acuerdo, tal vez no está enojado, está encendido. Poco a poco camino hacia él. Cuando estoy enfrente, agarra mis caderas, sentándome sobre el escritorio. —Extiéndelas, Ella —exige en una sexy voz. Sube mi falda y empuja mi tanga a un lado. Besa mi boca con aprecio y amor. Luego baja sobre mí y esto se siente increíble y Ryder dijo que lo que le hice después fue increíble también. Regresamos a unirnos a la fiesta. Creo que todo el mundo sabe lo que estábamos haciendo porque nos regalaron con un montón de vítores y brindis. Por el resto de la noche, todo el mundo nos dijo cómo querían hacer eso desde hace mucho tiempo, y que ella se lo había merecido, y que deseaban haber sido ellos los que se lo hicieran. Dicen que me probé digna de ser una mujer Mayhem. Cuando la noche termina, Payton se va a casa con Diesel de nuevo. Ryder y yo vamos a casa y continuamos lo que estábamos haciendo en su oficina, pero hacemos mucho más.

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Capítulo 20 El cumpleaños de Ryder

A

la mañana siguiente Payton pasea por la puerta principal con Diesel detrás de ella, ambos mirando muy satisfechas. —Mira la sonrisa en tu cara —dice Ryder.

—¿Quién yo? Pero, por supuesto. Tu amigo sabe que me hace mecer en mi cuerpo, ah y mi boca —responde Payton. —Bueno, basta de eso. No quiero saber qué Diesel puede rockear —le digo apoyándome en Ryder. No puedo dejar de pensar en la forma en que Ryder meció en mi boca y cuerpo anoche en el club, y después en su casa. —Oh, vamos, Ella. Somos todos adultos aquí —dice riendo. —¿A qué hora tienes que irte? —pregunto cambiando de tema. —Mi vuelo es a las doce. Voy a buscar un taxi. —No, te voy a llevar —dice una voz detrás de Diesel. Todos nos damos la vuelta para mirarlo—. Tal vez meceré tu boca en el camino —dice riendo. —¿Qué voy a obtener a cambio, sexy? —Payton le pregunta. —Oh, sabes lo que obtendrás. Has tenido un montón de ello todo el fin de semana —dice, guiñándole un ojo. —Suficiente. No quiero oír más. Payton él te llevará, pero sugiero que te prepares pronto porque los sonidos de la misma, que va a tomar mucho más tiempo de lo normal para llegar allí —le digo, encogiéndome ante la idea de Payton y Diesel haciéndolo en el SUV. —Voy a estar lista en diez minutos, mejillas dulces —dice ella agarrando sus cosas mientras camina por él. Diez minutos más tarde, estamos en el camino de entrada para despedirnos de Payton. —Voy a echarte de menos —le digo en voz baja al oído.

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—Yo también. Estaré de vuelta pronto. Me encanta estar aquí. Así que mucho entusiasmo y mucho que hacer —susurra de nuevo, mirando a Diesel. —Llámame cuando llegues allí —digo. —Lo haré. Dándome otro abrazo, me dejé ir y miro las lágrimas que caen de sus ojos al igual que la mía. No quiero que mi mejor amiga se vaya, pero tiene su propia vida. Ryder me tira para su lado envolviendo sus brazos alrededor de mí y besando mi frente. —Bueno, Payton, puedo decir que fue un placer conocerte. —Tú también macizo. —Dándole un abrazo y un beso y un último apretón de su culo. —Estoy seguro de que vas a perder ese buen culo tuyo —dice ella llegando al SUV. Oh, mi Payton nunca va a cambiar, gracias a Dios. Me encanta esa chica. Ryder y yo saludamos nuestro adiós y entramos a la casa. —¿Qué quieres hacer hoy, nena? —me pregunta. —¿Qué tal un día de cine? Donde pasamos todo el día en la cama sin ver ninguna película, pero explorando el cuerpo del otro —respondo quitándome mi top mientras caminaba al dormitorio. Y pasamos el resto del día en la cama. Solo salimos de la cama para comer e ir al baño. ¡Fue increíble! La noche siguiente, Ryder va al bar un par de horas así que decido tomar mi eReader y pongo la cabeza hacia el sofá para empezar a leer mi más reciente novela romántica. Mi teléfono celular vibra, me advierte de que he recibido un mensaje de Ryder. Nena, olvidé la billetera. Te envío a uno de los chicos para conseguirla. ¿Puedes buscarla para dársela? El armario en el dormitorio. Gracias Al instante le respondo. No hay problema. Me dirijo a la habitación para obtener la cartera de Ryder. Cuando veo la cartera de cuero negro, soy curiosa y tengo que espiar. Al abrirla, saco el carné de conducir. ¡Mierda! Licencia con fotografía incluso de conducir parece caliente. Mirando de cerca, me di cuenta de que hoy es su vigésimo séptimo cumpleaños. Ese pedazo de mierda ni siquiera me lo ha dicho. Hmmmmm. Al instante pienso en como sorprenderle. Voy a dar al cumpleañero su regalito.

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Mi cabello se ve muy bien, así que lo cepillé un poco para darle un poco de volumen. Maquillo mis ojos ahumados, usando brillante, gris sombra de ojos y pinto mis labios en un tono oscuro de rojo. Me veo como una maldita gatita sexy. Es increíble cómo el amor de Ryder ha cambiado toda mi visión de mi cuerpo. Nunca me he sentido más sexy y ahora realmente me siento segura de usar ropa más reveladora. Me puse un gris carbón puro, de encaje sujetador con un par a juego de ropa interior de estilo bikini. Me deslizo en un par de color rojo oscuro, escojo los zapatos que son del mismo color que mi barra de labios. Luego, para completar el conjunto, me puse el abrigo negro. El dobladillo de la capa golpea justo por encima de la rodilla. Me siento muy traviesa vestida sólo con el sujetador y las bragas debajo de mi abrigo, pero estoy segura de que Ryder me lo agradecerá. Cuando Gunner llama a la puerta, le digo que hay un cambio de planes y que se lo voy a dar personalmente. Él me mira de arriba abajo, y me da una sonrisa de complicidad. Me sonrojo y camino junto a él hacia el SUV. Quiero ahora más que nada lo que quería antes. Me pavoneo en el Wilde Ride, trabajando mi gabardina. —¿Dónde está Ryder? —pido a Dex, que actualmente está trabajando detrás de la barra. —Está en la oficina, sólo tienes que ir en la derecha —responde. Sus ojos me miran de pies a cabeza, también—. Guapa —dice sonriendo. —Gracias —respondo ruborizándome de nuevo. Cuando entro en la oficina, que está por ningún lado. Me siento bastante molesta pensando que ahí va mi plan de seducción. —¿Qué demonios? Entonces oigo encender el agua en el baño de la oficina. Me acerco, abro la puerta y en mi mejor, bochornoso sonando Marilyn Monroe impresión, empiezo a cantar “Feliz cumpleaños señor Presidente”. Ryder se da la vuelta y me mira asombrado. —¿No vas a venir aquí y abrir tu regalo de cumpleaños? —le pregunto, cuando me muerdo el labio inferior y tiro de los extremos de la cinta en mi trinchera. Ryder prácticamente corre hacia mí. Desata el cinturón en mi gabardina y tira de ella aparte. —Jodeme —se queja mientras sus ojos rastrillan mi cuerpo con sorpresa y puro deseo para mí. Me elimina por completo el abrigo y lo deja caer al suelo cerca de mis pies. —Oh, lo planeo —ronroneo.

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Alcanzo su cinturón Harley y trabajo en conseguirlo fuera de él tan pronto como sea posible. Cuando finalmente consigo su pantalón deshecho, los arranco hacia abajo y veo sólo su carne caliente. Arrodillada en el suelo, tomo su larga erección firme en mi mano y lo lamo desde la base hasta la punta. —¡Oh Dios, Ella! —se queja. Tomo su polla y la pongo en mi boca, comenzando el proceso de entrada y salida con una amplia cantidad de succión. Tiene sus dedos entrelazados en mi cabello, que me sostienen mientras bombea en mi boca. Cuando está haciendo esto, puedo sentir la humedad en mi ropa interior. Lo siguiente que sé, me está tomando el pelo a mis pies. Luego, sus manos están alrededor de mi cintura y me alza hacia el mostrador del baño. Ryder desliza ambas manos hasta mis pechos por encima de la copa de mi sujetador, mientras que amasa una y tira el otro pezón con el pulgar y el dedo. Me va a enviar por el borde al igual que esto. Deshace el clip en la parte delantera de mi sujetador, dejando al descubierto mis pechos, y les permite colgar libremente en sus manos. Me besa en el cuello y la clavícula y luego se desliza hacia abajo a mis pezones chupando uno y mordiendo con sus dientes. —Tú eres una sexy puta descarada —dice contra mi cuello haciendo su camino hasta mi boca. En su prisa por reclamar mi cuerpo, Ryder rompe una vez más mi ropa interior. Lentamente arrastra sus manos hasta entre mis piernas y las desliza por mis pliegues húmedos. —Así mojada para mí. Sus dedos mágicos remolinan mi clítoris y entra un dedo y lo bombea y pone mi boca con la suya. —Oh Ryder, me voy a venir —jadeo. —Aún no bebe. Voy a tener un gusto en primer lugar —dice. Esto ocurre tan rápido, un minuto me está besando y el siguiente me lame. Sacudiendo mi clítoris con la lengua y el bombeo de su dedo dentro y fuera, ajustándome afuera. No podía aguantar si mi vida dependiera de ello. Exploto, y como poco a poco voy a venir abajo de mi orgasmo destrozando la tierra, toma mi boca con la suya. En contra de mi boca, me dice: —Ella, voy a tomarte rápido y duro, pero te vendrás conmigo otra vez. —Oh Dios, sí —es todo lo que puedo decir, ya que comienza la conducción dentro y fuera de mí frenéticamente. Puedo sentirlo crecer de nuevo y sé que va a ser increíble. Más sorprendente que la que acabo de tener, no hace ni cinco minutos. Quiero

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decir una cosa es segura: Ryder definitivamente sabe lo que está haciendo en ese departamento. —Ven Ella. Puedo sentirlo crecer. Ahora Nena —exige. Cuando me dice esto, me envía sobre el borde con sus palabras. Luego, cuando me vengo abajo de mi orgasmo, sus dedos agarran mi culo y lo conduce a sí mismo en un clímax que me aferro. Mientras lo hace, lo miro a los ojos y susurro contra sus labios: —¡Feliz cumpleaños, cariño! —Dios, eres tan jodidamente hermosa y que sorpresa me has dado. Y Ella, ese fue el mejor regalo de cumpleaños de mi vida —dice en un tono satisfecho, con una enorme sonrisa. Quedamos allí unos momentos más, simplemente disfrutando del sentimiento de unión y aferrándonos el uno al otro. Entonces me deja ir y dice—. Tienes que limpiarte y vestirte nena. Me limpio, pero sólo pongo mi sujetador y las bragas debajo de mi abrigo. Ryder logró arrancarme otro par de mi ropa interior fuera, así que ahora estoy reducida a sólo usar un sostén debajo de mi abrigo. Creo que voy a tener que ir a casa y conseguir algo de ropa. —Lo siento, te seguí a tu trabajo. —No vuelvas a decir lo siento por hacer lo que acabas de hacer. Esa fue una de mis muchas fantasías contigo, hecho realidad. Oh Dios, me encanta cuando sale Ryder sexy. —Tal vez vamos a tener que trabajar otros también. —Oh te crees mejor nena. ¿Tienes hambre? —Sí, puedo comer, nosotros sólo tenemos un buen apetito, pero creo que voy a tener que conseguir algo de ropa primero, Nena. Estoy usando sólo un sostén debajo de mi capa, ¿recuerdas? —Tenías que recordarme, ¿no lo hiciste? —me dice. Agarra mi mano y me arrastra hacia fuera en el bar. Me lleva de vuelta a casa para vestirme, antes de que nos dirijamos al restaurante para la cena. Ah, y por fin recordé darle su billetera cuando nos sentamos a comer. Ryder se ríe de mí cuando le muestro, porque se olvidó completamente de su billetera también.

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Capítulo 21 Victoria’s Secret

L

a semana después del cumpleaños de Ryder pasó muy rápido y ahora estoy seriamente con ganas de pasar el fin de semana sola con Ryder. Recién salida de la ducha y parada desnuda en el vestidor, busco en los cajones, pensando que ropa interior ponerme. Caigo en la cuenta de que mi suministro de bragas es bajo. Ryder tiene este pequeño fetiche de arrancarme mis bragas que seriamente compromete mi selección. Sonrío, pensando en Ryder arrancándome las bragas en la sala de estar la noche pasada. Maldición, también era la más linda. Estoy pensando que necesito hacer un pequeño viaje al centro comercial y visitar Victoria’s Secret y pronto, cuando los sólidos brazos de Ryder se envuelven alrededor de mi cintura desnuda, empujándome hacia su pecho. Besando mi cuello y moviendo una de sus manos para gentilmente acariciar mi pecho, el murmura contra mi cuello: —¿Qué estás haciendo, nena? —Estoy tratando de encontrar unas bragas que ponerme. Parece como que las has arrancado todas de mi cuerpo. Luce como si vinieran de una guerra, destrozadas —digo riéndome, mientras sus besos me hacen cosquillas en el cuello. —Nena, deberías saber que no tengo problema con eso. —Ryder, Nena. Sé que no tienes problema con eso, pero tienes que saber que tengo que dar clase a chicos adolescentes en la escuela, como tú tan amablemente señalaste, probablemente estén en el baño masturbándose pensando en mí. No estoy cómoda yendo a trabajar sin ropa interior. —Tiene sentido. Consigue unas bragas sexis, nena —me mira con una sonrisa sexy. —Solo, si me prometes que no me las arrancaras. Tu sabes que puedes bajarlas por mis piernas y quitarlas, ¿verdad?

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Siento todo su cuerpo temblar de risa, mientras dice—: No puedo prometerte nada. Cuando necesito estar dentro de ti, no puedo desperdiciar tiempo. Tan calientes como se ven en ti, bloquean mi acceso. Ellas son el enemigo, y el enemigo debe ser destruido. ¿Está mal que lo que dice me excite? Sus labios encuentras los míos, y mi lengua instintivamente busca el contacto con la suya. Dios, podría vivir solo de los besos de Ryder. El hombre es un Dios besando. Nos tambaleamos hacia la cama y estoy agradecida de no llevar ropa interior en el momento porque estoy segura de que me la arrancaría también

Acabo de estacionar en el estacionamiento del centro comercial y Diesel ha estacionado su Harley al lado de mi auto. El no parece exactamente emocionado por estar siguiéndome toda la tarde alrededor del centro comercial. —Amigo, no tienes que estar siguiéndome al centro comercial si no quieres. —Sí, tengo que hacerlo. Ryder quiere alguien contigo todo el jodido tiempo. —Estoy en el centro comercial de día, donde hay miles de personas. Estaré bien. Cuando termine de comprar, te mandare un mensaje y podrás encontrarme de vuelta aquí. —Ryder no estará de acuerdo con eso. —Yo lidiare con Ryder. Después de unos minutos más de convencerlo, Diesel se sube de mala gana a su moto y sale del estacionamiento. Mientras hago mi camino dentro del Complejo Del Mar Shopping, los pelos en la parte de atrás de mi cuello se erizan por la extraña sensación de que estoy siendo observada. Quizás después de todo alejar a Diesel no fue una muy buena idea. Si algo pasa, Ryder enserio va a matarme. Rápidamente miro alrededor del estacionamiento buscando algún signo de Brent, pero no lo noto a él o algo fuera de lugar. En serio, ¡Victoria’s Secret es una jodida bomba! Tengo por lo menos docenas de bragas y sujetadores a juego. Si, lo sé, solo es ropa interior lo que necesito, pero son conjuntos. No puedes comprar uno sin el otro, ¿verdad? De repente, tengo ese sentimiento de ser observada otra vez. Levanto mi cabeza del mostrador de lencería sexy y miro alrededor, pero no veo nada extraño. Solo debo estar imaginando cosas. Encogiéndome de hombros, me dirijo a los probadores para probar mis elecciones.

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Me pruebo los trece conjuntos y amo cada uno de ellos, y sé que Ryder lo hará también. A mitad de camino a través de mi ropa interior, miro al espejo y veo una sombra en el piso debajo de la puerta de mi probador. —Hola, ¿quién está ahí? —No recibo ninguna respuesta y la sombra desaparece inmediatamente. Probablemente era una de las vendedoras. Me encojo de hombros. Considerándolo todo, decidí comprar los trece conjuntos y un hermosa bata de seda verde azulada, para remplazar la que fue robada de mi departamento. Mientras estoy esperando por las vendedoras para que terminen de revisar mis compras, le escribo un mensaje a Diesel para hacerle saber que pronto estaré lista. El instantáneamente me contesta diciendo que estará ahí en quince minutos. Mientras salgo de Victoria’s Secret algo capta mi atención. Observo mientras Brent entra en la tienda de Footlocker justo al lado. Un pequeño estremecimiento atraviesa mi cuerpo. Entonces el sigue en la ciudad, pero ¿dónde se está alojando? Ryder no había sido capaz de encontrarlo en su casa. ¿Me ha seguido y observado todo este tiempo? El pánico me golpea y sé que tengo que salir de aquí ahora. Camino rápido hasta mi auto, pero noto que Diesel aún no está ahí. Malestar me golpea mientras me aproximo a mi auto. Veo un pedazo de papel plegado en el limpiaparabrisas. Recogiéndolo, oteo el estacionamiento, aunque no veo nada. Abro la puerta y entro al auto, rápidamente bloqueándola de nuevo. Mientras espero por Diesel, desdoblo la hoja de papel. Leyendo el mensaje dejado para mí. Ella, todos los sujetadores y bragas lucen calientes como el infierno. Especialmente el negro pequeño y el rosa que te pusiste en el probador. Aunque, tengo que decir, que lucen mejor afuera. PD: No necesitas una bata. Aún tengo la tuya. ¡Santa Mierda! No era un casual E&S9 en mi departamento. ¡Era el jodido Brent! Empiezo a enloquecer, cuando hay un golpe en mi ventana y grito. —¡Jesús! ¿Qué demonios está mal contigo? —pregunta Diesel. Desbloqueo la puerta y le digo sobre ver a Brent en el centro comercial y luego le muestro el mensaje que fue dejado debajo de mi limpiaparabrisas. El empieza a dirigirse hacia el centro comercial, pero lo detengo agarrando su brazo. —¿A dónde vas? —Voy a encontrar a ese imbécil. —No, no me dejes sola. Necesito salir de aquí, ahora.

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E&S: allanamiento de morada.

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Viendo mi pánico, dice—: Muévete, yo conduciré. —¿Qué? —Estas temblando, Nena. No puedes conducir así. —¿Q… que pasa con tu Harley? —Le diré a una de los chicos que la recoja. Asiento y me muevo. Mientras Diesel me lleva de nuevo a la casa. Le mando un mensaje a Ryder con las manos temblando e informándole todo lo que pasó. Instantáneamente me responde, diciendo que estará en la casa cuando lleguemos. Cuando entro a la casa, Ryder arranca las bolsas de mis brazos y me abraza con fuerza, olvidando la compra de la nueva ropa interior completamente. Con mi cabeza descansando en su pecho, finalmente me rompo. Llorando en su pecho, Ryder se derrumba en el suelo conmigo y simplemente me sostiene mientras lloro. Cuando finalmente termino de llorar, Ryder pregunta—: ¿Dónde estaba Diesel, cuando esta mierda estaba pasando? —No fue culpa suya. Lo convencí de que estaría bien. Me imaginé que estaría bien en el centro comercial lleno de gente, que no podía pasar nada. Soy tan jodidamente estúpida —digo encogiéndome. En realidad no quería meter a Diesel en problemas. No fue culpa suya. —No eres estúpida, Nena. Solo prométeme que no iras a ningún lado sola. Perdería mi jodida mente si algo te pasara. —Lo prometo, señor —le aseguro. —¿Cómo te sientes? —pregunta. —Mejor ahora —contesto acurrucándome en su cuerpo. —Te gustaría ir a pasear en la Harley —pregunta levantando las cejas. —Ah, sí, me gustaría —digo limpiándome las lágrimas cayendo por mi mejilla. Ryder agarra mis manos, sacándolas de mi cara. Remplazándolas con sus pulgares, continúa limpiando las lágrimas restantes. —Pensé que dirías eso —dice poniendo un suave beso en mi mejilla— Y quizás, si te sigues sintiendo bien después del paseo, puedes mostrarme algunos de los Victoria’s Secret —sugiere. —Quizás, si eres afortunado. —Ella, tu eres mía. Soy jodidamente el bastardo más afortunado. Ryder se para y agarra mis dos manos en las suyas, ayudándome a pararme junto con él. Ambos nos equipamos y nos dirigimos hacia afuera donde esta estacionada la moto. Se monta en el asiento mientras observo, parada el lado de la moto. El extiende una mano para que la tome, lo que por supuesto hago, y subo detrás de él. Me deslizo más adelante en el

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asiento, así estoy tan cerca de Ryder cómo es posible, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura mientras sus manos agarran mis muslos y aprieta. Se inclina a un lado y me mira. —¿Alguna vez te dije lo sexy que luces en mi moto? —niego. —La cosa más sexy que jodidamente he visto. Como que pone algunas ideas malvadas en mi cabeza. Se gira otra vez y trae la moto a la vida. Los relajantes sonidos y vibraciones de la moto al instante me calman. Me inclino hacia el cuerpo de Ryder y descanso mi cabeza en su hombro. Nos saca de la acera y se dirige a la carretera, destino desconocido

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Capítulo 22 ¿Quieres dar una vuelta?

H

abían pasado tres días desde lo de Brent y el incidente en Victoria Secret. La vida está yendo como siempre, mientras trató de no dejarme gobernar por el miedo. Ryder y yo pasamos cada minuto que podemos juntos y me encanta cada segundo de ello. Ambos trabajábamos hoy. Y llegue a casa y cene. Decidí que ya que últimamente no he estado yendo a mis carreras matinales, aprovecharía el gimnasio. Puse mi iPod y sonó mi música a todo volumen, mientras corrí por una hora en la cinta. Cuando la hora pasó, decidí tomarme una ducha rápida para quitarme todo el sudor de encima. Quiero decir eso no es nada atractivo. Recién había salido de una ducha caliente y secaba mi cabello una toalla. Agarré la nueva bata de seda, me la puse y entre en el dormitorio. Medio esperaba ver a Ryder, pero la habitación estaba vacía. Camine a lo largo del pasillo para ver si se está ejercitando en el gimnasio. Antes de abrir la puerta tengo que sacudirme la imagen mental de él sin camisa y sudoroso. No querría que pensara que soy alguna descarada, libertina y que lo atacaría mientras está en medio del levantamiento de pesas o alguna otra cosa. Calmándome a mí misma, abro la puerta y entro. También está vacío. ¿Dónde podría estar Ryder? Mientras salgo al pasillo y entro al salón vacío, me imagino que el único otro lugar en el que podría estar es la cocina. Pero al llegar allí veo que esta habitación también está vacía. En ese momento escucho un gran ruido llegando de la puerta de fuera de la cocina. Rápidamente abro la puerta e inmediatamente veo al hombre que he estado buscando. Ryder está en el garaje contiguo. No me escucha entrar ya que la música está sonando desde la base de conexión de su iPod. Estaba arrodillado en el suelo, junto a su Harley, vistiendo sus desteñidos y desgarrados pantalones y una vieja camiseta blanca sin

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mangas. Cubierto de manchas de grasa, parecía estar ajustando alguna cosa en su moto. Cuando llevo el brazo por debajo del depósito de gas, su camisa se tensó a lo largo de su pecho y tuve que reprimir un gemido. Buen Dios, ¡el hombre en serio es muy apuesto! Instantáneamente me excité. Como si me sintiera en la habitación Ryder levantó la vista, mirándome directamente a los ojos. Tiene una mirada cruda en sus ojos mientras me mira de arriba a abajo. —Bonita bata —dice poniéndose de pie y caminando hacia a mí sigilosamente, como un cazador tras su presa. Mi estómago se agitó y mi coño palpitó por la anticipación de lo que ocurriría después. Me alcanza en unas pocas zancadas y me levanta contra su cuerpo, sus manos agarrando mi culo. Mi frente está presionada contra la suya y su lengua abre mi boca cuando me da un ardiente beso. Estoy tan ensimismada con Ryder que ni siquiera me doy cuenta que se está moviendo, hasta que rompe nuestro beso... y noto que estamos parados al lado de su Harley. —Desnúdame —me ordena. Agarro el borde de su camiseta y rápidamente la quito de su duro y sólido cuerpo. Me inclino y usando la parte plana de mi lengua, lamo alrededor de su ombligo y me dirijo hacia su pecho. Él se saca las botas de motorista a medida que sigo desabrochando su cinturón y bajando sus pantalones, mientras mi lengua continúa el asalto a sus pezones. Una vez más, Ryder no está llevando nada de ropa interior y mis manos al instante buscan contactar con su dura y caliente piel. Sonrío enormemente. Ryder besa la sonrisa en mi cara y lo siento tirar del cinturón de mi bata. Mientras el sedoso material se desliza fuera de mi cuerpo y cae al suelo, siento como el aire fresco golpea mi abrasadora piel, enviando escalofríos a lo largo de mi columna. Los labios de Ryder pronto dejan los míos y se sienta en la moto, montándose a horcajadas en el asiento. Su mano agarra su polla y comienza a acariciarse, poco a poco. ¡Oh Dios mío! Creo que mi mandíbula literalmente cae al suelo. Lo que no haría por tener una cámara justo ahora para que esto estuviera en el salvapantalla de mi laptop. ¿Puedes decir ardiente? Estoy tan excitada que no puedo aguantar más, necesito tocarlo. Mi mano rápidamente empuja la suya fuera del camino y sujeto su eje continuando las firmes caricias mientras él se recuesta en sus codos, la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados. Mi boca se hace agua cuando la necesidad de probarlo me consume. Me inclino sobre él y golpeo mi lengua sobre la cabeza de su polla y después lentamente lo tomo dentro de mi boca. Un gemido bajo se liberó de la parte

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posterior de la garganta de Ryder y se incorporó en una posición sentada, con sus manos sujetando mis lados, los dedos clavándose en mi piel. —Quiero. Estar. Dentro De. Ti. Ahora —gruñe. ¡Oh mi Dios! Al instante sentí un chorro de humedad reunirse entre mis muslos. Quien necesita juegos previos cuando él me puede tener mojada y lista solo con decir esas cinco pequeñas palabras. Los brazos de Ryder se envolvieron en mi cintura y me alzó para que estuviera sentada a horcajadas en su moto. Puedo sentir su erección rozar contra mi estómago. Oh, wow, esto es diferente, pero me encanta. —¿Vamos a dar una vuelta? —pregunta besándome y mordisqueando la piel de mi cuello. —Ya fuimos a dar una vuelta la noche pasada, guapo —le digo tímidamente. —Esta será una vuelta un poco diferente. —¿Cómo entonces? —murmuro en su oído. —Lo verás —gruñe. Ryder me agarró de la cintura, levantando mi cuerpo mientras miro sus ojos. Después, lentamente me bajó en su palpitante eje, pulgada a gloriosa pulgada. Estoy tan estimulada que al instante en que está completamente enterrado en mí, alcanzo el orgasmo. Mi cuerpo colapsa contra su pecho y acaricio su cuello con mi rostro, tratando de recuperar mi respiración. Mi garganta emite pequeños gemidos mientras me sobrepongo. —Maldita sea nena, adoro como responde tu cuerpo al mío. —A mí también —jadeo, continuando las caricias por su cuello. Ryder se ríe de mí. —Vamos a ver lo que podemos hacer para conseguir uno o dos más de esos para ti. —Bien —digo con impaciencia. —Pon tus pies en los pedales para hacer palanca. Quiero que me montes —dice, mientras sus manos acarician mi vientre y suben agarrando mis pechos. Pellizca mis pezones y ordena—. Ahora. Pongo mis pies en cada uno de los pedales y empiezo a joderme a mí misma en la polla de Ryder. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y mantengo nuestros cuerpos muy cerca. La fricción de mis pezones frotándose contra su pecho se siente tan bien, que casi puedo venirme por solo por esa sensación, pero me resisto. Una de sus manos se estira y me sujeta de la parte posterior de mi cuello, mientras la otra baja por mi espalda, parando en mi coxis. Utiliza esa mano para presionar mi pelvis contra él más duro y ahí es cuando pierdo

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el control. No puedo moverme lo bastante rápido y siento mi orgasmo empezar a construirse de nuevo. Este golpea duro y rápido. Mi coño se aprieta alrededor del eje de Ryder y me vengo por segunda vez. —¡Oh Dios mío! —grito todavía sintiendo el latido de mi más reciente clímax. La respuesta de Ryder es inmediata. —Inclínate hacia atrás contra el deposito —gruñe empujándome con una mano. —Este va a salir realmente salvaje, nena —añade. En ese momento, la canción que estaba sonando acabó y otra más comenzó a sonar. Era “Closer” de Nine Inch Nails y que Dios me ayude, creo que estoy incluso más excitada ahora que escucho la letra de la canción. No es el tipo de música que normalmente escucharía pero considerando la situación actual, es extremadamente erótica. La sensación del frío metal del depósito contra mi cuerpo hace que mi piel de gallina se levante y mis pezones se arruguen. Su cuerpo desnudo se cierne sobre el mío cuando alcanza el manillar. Sus pies se fijan en los pedales mientras mis piernas envuelven sus caderas, asegurando mis pies juntos detrás de su espalda. Utilizando el manillar y los pedales para hacer palanca, Ryder pierde el control y se golpea a si mismo dentro de mi cuerpo en un ritmo despiadado. Cuando siento su dura vara moverse dentro de mí, incrementando la intensidad, me doy cuenta que no vamos a durar más tiempo de todas formas. Mientras se mueve encima de mí, arrastro mis uñas en su esculpido abdomen. Esto debe provocar a Ryder porque lo siento temblar y gritar: —¡Mierda! —Puedo sentir su polla sacudirse y liberar su caliente semilla dentro de mí, lo cual desencadena mi tercer orgasmo. Cuando exploto alrededor de Ryder, él se traga mis gritos de éxtasis con su boca. Mis músculos continúan con los espasmos alrededor de su polla, mientras reduce la velocidad de sus empujes. —Amo cómo te sientes cuando te vienes mientras estoy dentro de ti — jadea. Debo estar de acuerdo con él porque definitivamente también adoro como me siento cuando me vengo mientras él está dentro de mí. Ryder finalmente frena sus movimientos y descansa su torso en el mío. Colocando su cabeza sobre mi frente, puedo sentir su respiración contra mi boca. —Guau —dice. —Sí, guau —jadeo recuperándome de mis tres —sí, tres— orgasmos.

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—Diré, que, esta será mi canción favorita desde ahora —dice sonriéndome. —La mía también —añado. —Nena, esa fue la jodida más caliente. Pierdo el control cuando estoy contigo. Es como si nada más existiera, únicamente tú y yo. —Me siento de la misma forma, guapo —contesto, mientras lentamente me levanta fuera del depósito de gas para que esté sentada a horcajadas de nuevo, con él aún dentro de mí. Envuelve sus grandes brazos a mí alrededor y me abraza tan fuerte que casi no puedo respirar. Sus labios rozan los míos y susurra contra ellos—: Te amo, Nena. —Yo también te amo, Ryder —le susurro de vuelta. —Vamos a tomar una ducha y limpiarnos, preciosa. —Pero acabo de salir de la ducha. —Sí, pero yo no estaba allí contigo. ¿Dónde está la diversión en eso? Poco a poco me desliza de encima de él y al instante siento la perdida de nuestra conexión. Bajamos de la moto, recoge mi bata del suelo y luego me agarra. Levantándome y alzándome sobre su hombro, me lleva cargada a través del vestíbulo hasta el baño. Todo el tiempo traté de darle unas palmadas a su culo mientras reía. Una vez en el baño, me enseñó realmente como de divertida podía ser una ducha acompañada. Sí, Ryder tenía razón. ¿Dónde está la diversión en ducharse solo?

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Capítulo 23 El Ataque

—H

sorprenderme con entusiasmadamente.

Ola, guapo, estoy saliendo de la escuela, ¿quieres que vaya allí o que te vea en la casa? —pregunto. —Umm, creo que deberías verme en casa y algo sexy cuando llegue allí —contesta

—¡Me gusta! ¡Te veré pronto! Te amo. Me dice que también me ama y cuelga. Mientras me pregunto qué clase de diversión podríamos tener Ryder y yo esta noche que compita con el caliente y loco sexo que tuvimos ayer, escucho y siento algo contra mi cuello, como si alguien respirara sobre mí. Me doy la vuelta y me encuentro cara a cara con la última persona que esperaba ver. Matt. ¡MALDITA SEA! Pienso. —¡Dios, Matt! Me has asustado. —Me estremezco. Me siento muy incómoda con esta situación. Algo no está bien aquí. —Lo siento no quería asustarte —dice suavemente. —¿Qué haces aquí? —pregunto. Matt debería estar en Nueva York, no aquí en Del Mar. —Vine por ti Ella. Te extraño y aun te amo —dice solemnemente. —¿A qué te refieres Matt? Terminamos hace meses, seguí adelante —le espeto. —Sí. Me di cuenta. Has bajado mucho tus estándares, sexy —dice. —¿Perdón? De dónde… —me detiene a mitad de la frase. —¡Cállate Ella! —grita haciéndome saltar —Vine a este maldito pueblo para llevarte de regreso. He renunciado a un magnífico puesto en Nueva York y tomado este estúpido trabajo de profesor sustituto, para poder estar

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contigo. Y cuando llego, encuentro tu casa vacía. Entonces descubro que estás viviendo en los suburbios con algún piojoso que no te deja fuera de su vista. Pero ahora tengo mi oportunidad —dice amenazante, empujándome hacia atrás contra algunos casilleros. —No te pedí que dejaras tu trabajo por mí, Matt. Y seguro que no te pedí que vinieras a vivir aquí. Eso fue cosa tuya —respondo muy nerviosa. Como si no me oyera, Matt continuó. —¿Quién crees que tomó esa sexy bata tuya? ¿Cuántas veces me he hecho una paja mientras huelo tu esencia? ¿Quién te dejó los mensajes en la pizarra y el coche? ¿Quién más te enviaría flores a la escuela? Te habría tomado esa noche que corrías por la calle, pero los niños nos interrumpieron. Eres mía Ella y no voy a dejarte ir ahora. Ya es hora de que te des cuenta —tiene una aterradora mirada de excitación en sus ojos, dándome ganas de correr. Oh. Dios mío. Todo este tiempo creyendo que era Brent, pero en realidad fue Matt —¿Matt qué haces? Estoy con Ryder, las cosas no funcionaron entre nosotros y lo sabes. Siento haberte herido, pero quiero a Ryder y estamos juntos —le digo, echándome hacia atrás cuando se mueve más cerca con una mirada de desquiciado. Una de sus manos sube y agarra con rudeza uno de mis senos. —¡Detente! ¡Te juro que gritaré! —digo precipitadamente. —No hay nadie aquí Ella. Nadie te oirá. —¿De qué está hablando? ¿Esto está sucediendo? Estoy demasiado asustada. —Ahora voy a follarte contra la pizarra, justo como él lo hizo. Diciendo eso se acerca y sus manos empiezan a recorrer mi cuerpo. Subo mi rodilla tan rápido y duro como puedo, conectándola con sus bolas. Mi pie baja y piso fuerte en su zapato con el tacón y corro tan rápido como puedo. Corro por el corredor, dándome cuenta de que durante toda esta locura llevaba el celular en la mano y Ryder está en marcación rápida. Mientras vuelo por las escaleras, soy capaz de llamarlo. Mirando atrás, veo a Matt siguiéndome, grito en los silenciosos pasillos de la escuela. Alcanzo la puerta y Matt empuja mi cuerpo contra ésta moliéndose contra mi espalda. —Aléjate de mí, por favor —suplico queriendo que me deje ir y olvidar que todo esto está sucediendo. —Mira lo que has hecho. Ahora debo arrastrar este precioso y pequeño trasero tuyo de regreso a la clase, para así poder hacértelo. Prometo que lo disfrutarás. Aunque debería ser rudo por ese pequeño tropiezo que desplegaste. Estoy temblando ahora y petrificada.

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—Está bien —digo en voz baja, esperando que baje su guardia. —Vamos, sexy. Hagámoslo —dice, luciendo una sonrisa demente. Noto que se relaja y doy un giro con mi codo para clavárselo en la nariz. Tropieza hacia atrás conmocionado, consiguiendo tiempo suficiente para pasar por las puertas de la escuela y correr al estacionamiento. Axel debería estar esperándome, pero el lugar está vacío a excepción de mi coche. Corro tan rápido como puedo, deseando conseguir la seguridad en su interior, pero llevo tacones y uno se hunde en un bache, haciéndome tropezar y caer. Trato de levantarme y seguir corriendo, pero antes de que tuviera la oportunidad Matt me levanta tirándome del cabello. Grito por el dolor, de hecho lo siento arrancar algún mechón de la parte de atrás de mi cabeza con su agarre. Me arrastra hacia mi coche y me lanza sobre el capó. —Iba a ser amable contigo… —Deja esa frase colgando, para que sepa que esto no será bueno. Matt nota el celular en mi mano y me lo quita. Lo lanza al suelo, destrozándolo. Espero que Ryder haya recibido mi llamada. Me retuerzo y serpenteo, esperando poder alejarme, pero él ya lo esperaba. —Matt, por favor no hagas esto —le suplico. —¡Cierra la maldita boca, Ella! —habla bruscamente, frotando su cuerpo y erección contra mí. Me da la vuelta para que mi espalda este contra su pecho y me empuja hacia abajo sobre el capó del coche. Se inclina y siento el peso completo de su cuerpo en mi espalda. Dejo salir un gemido desolador, esperando que eso lo detenga y vea lo que me está haciendo. Este es un Matt que no sabía que existía. El Matt que conozco es suave, gentil y amable. Nunca me haría daño. ¿Qué le ha pasado? Estoy luchando para lograr salir de debajo de él, cuando toma el dobladillo de mi falda y lo desgarra, subiéndola por mis muslos y presionándola alrededor de mi cintura. Cuando la tiene donde quiere, Matt comienza a mover sus manos entre mis piernas. —Oh Dios, Matt. Por favor no —lloro, aun tratando de hacer que se sensibilice. —Estuve empalmado por ti tres jodidos años y no me diste nada. No eras más que una calienta pollas. Me lo debes —sisea—. Te follaré tan duro que nunca me olvidarás. Me perteneces, Ella —sisea en mi oreja. —Tú no eres mi dueño, Ryder lo es. ¡Le pertenezco a él! —grito. Su mano libre cae a mi cadera y agarra el lado de mis bragas, rasgándolas para que se deslicen por mi pierna. Tomo ese momento para empezar a luchar tanto como puedo, tratando desesperadamente de liberarme. No puedo creer que esto esté sucediendo. El Matt con el que estuve en una relación por tres años va a violarme. No hay forma de que

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permita que esto suceda. Trato de retorcer mi cuerpo, así podría patearlo en las bolas de nuevo, pero agarra de nuevo mi cabello y jala, haciéndome llorar del dolor. Me las arreglo para girar la cabeza y mirarlo a los ojos. Todo lo que puedo ver es ira irradiando de todo su cuerpo. —Esto va a ser muy divertido —su voz susurrante contra mi cuello. Puedo sentir su erección presionar entre mis muslos. —¡No! —grito. Mis manos instintivamente se mueven entre mis piernas tratando de mantenerlo fuera. Mientras lo hago, Matt aprieta más fuerte y con un fuerte tirón empuja y golpea mi cabeza contra el auto y todo se vuelve negro.

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Capítulo 24 Secuela

M

is ojos revolotean abriéndose y el brillo de las luces envía un dolor punzante a través de mi cabeza, haciendo que mi estómago se revuelva.

—Voy a vomitar. —Arrastro las palabras, rodando para mi lado. Mientras estoy vaciando el contenido de mi estómago, alguien está a mi lado con una papelera. Cuando no queda nada en mi estómago, me acuesto de nuevo y cierro los ojos. —Estás bien, cariño. Quiero ver esos hermosos ojos marrones. ¿Puedes abrirlos para mí otra vez? —dice Ryder suavemente en mi oído. Puedo sentir su mano acariciar el lado de mi cara. Lo oigo levantarse y luego agua corriendo. Regresa y presiona un paño frío y húmedo contra mi cara. Espero unos minutos, mi cabeza doliendo, no sintiéndome del todo lista para abrir los ojos, incluso con la gentil persuasión de Ryder. Finalmente, puse mi mano sobre mi frente para protegerme los ojos de la luz cuando los abro de nuevo. Lentamente los abro y me centro en el rostro lleno en preocupación de Ryder. —Hola, preciosa, ¿cómo te sientes? —pregunta. —Como si acabara de ser golpeada por un tren de carga —le respondo— . ¿Qué pasó? Tan pronto como la pregunta sale de mi boca, los recuerdos asaltan mi cerebro y olvidándome de mis náuseas, me incorporo rápidamente en la cama. Los brazos de Ryder instantáneamente se envuelven alrededor de mi cuerpo y acarician mi espalda, mientras rompo a llorar. Empiezo a temblar y retorcerme, tratando de salir de sus brazos. No quiero que me toque. Me siento tan sucia. Ryder libera mi cuerpo y se vuelve para mirarme. Aparto la mirada, no queriendo ver el disgusto en

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su rostro. Toma mi cara entre sus manos y me estremezco al recordar cómo Matt hizo lo mismo sólo que mucho más rudo. —Por favor no me toques —susurro todavía temblando violentamente. Quiero acurrucarme en él y creer que todo va a estar bien, pero sé que las cosas nunca volverán a ser lo mismo otra vez. —Shh. Está bien, Nena. No te lastimaré NUNCA —promete. —Oh Dios, Ryder. Acaso, por favor no. —Sigo llorando—. ¿Acaso él me violó? —tartamudeo, y siento su cuerpo tensarse contra mí. —¿Quién es él, Nena? —cuestiona. —Fue Matt, mi ex —susurro. —¡Mierda! ¡Debí matar a ese imbécil! Ryder grita, haciéndome estremecer. —¿Lo hizo? Por favor, Ryder, ne… necesito saber —suplico. —No lo sé, cariño. El médico no me dirá nada porque no soy de la familia —dice, alisando mi cabello con una de sus manos. Trato de no encogerme lejos de su toque, pero sólo sé que es esto. —Axel no estaba allí —digo. —¿Cómo dijiste? —Puedo sentir la tensión acumularse en su cuerpo de nuevo. —Axel no estaba esperándome después del trabajo. Salí corriendo en el estacionamiento en busca de ayuda, pero él no estaba allí. —¡Mierda! Con todo lo que ha estado pasando, me perdí eso. Él va a responder ante mí. Mis ojos caen a mi torso y me doy cuenta de sus manos acariciando mi vientre y cadera. Están vendadas en una gasa y la sangre se está filtrando a través del material. Agarro la mano que descansa sobre mi vientre. —¿Qué le pasó a tus manos? —No te preocupes por eso, Nena. —Necesito saber, Ryder. Necesito saber qué pasó —digo. —Nena. Por favor. —Ryder. Yo. Necesito. Saber —grito. —Cuando recibí tu llamada y escuché lo que estaba pasando, llegué allí lo más rápido que pude. Joder, no fui lo suficientemente rápido, Nena lo siento. —Su voz en mi oído era cruda por la emoción.

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—Me violó, ¿no es así? —pregunto en un sollozo susurrado. —Honestamente, malditamente no lo sé. Cuando llegué, él estaba presionado contra ti en el capó del auto. Todo lo que pude ver fue tu falda hasta la cintura y tus bragas estaban en el suelo. Sus pantalones estaban abajo alrededor de sus tobillos. Todo lo que vi fue rojo, así que salté de mi moto y comencé a golpear a ese maldito idiota. —Él me violó —sollozo. —No sabemos eso, Nena. Espera hasta que el médico venga, ¿de acuerdo? —Pero ¿qué si lo hizo? No me vas a querer entonces. —Lloro, temerosa de perderlo. Él es todo lo que me queda. —Nena, siempre te querré. Nada va a cambiar eso. No importa lo que descubramos, vamos a salir de esto juntos —dice, tratando de tranquilizarme. Sus palabras suenan tan sinceras, pero no sé si puedo creer en ellas. El médico entra en mi habitación, agarrando la tabla al final de mi cama. —Buenas tardes Srta. Scott, soy el Dr. Stone Ashford. Hemos completado un examen físico completo desde que ha sido ingresada y las lesiones físicas que ha sufrido son una contusión, algunos moretones de menor importancia en los brazos, las caderas y algunas costras en la nuca debido a que su cabello fue jalado. Estuvo inconsciente durante casi dieciocho horas debido a la conmoción cerebral, así que recomiendo quedarse la noche en observación, por si acaso hay algún problema subyacente. El Departamento de Policía de Del Mar nos contactó y debido a las circunstancias de su ataque, se realizó un examen de violación para determinar si un asalto sexual... Lo interrumpí. —¿Me violó? El Dr. Ashford baja la mirada en mi expediente, luego la levanta, bloqueando sus ojos en los míos. —De acuerdo con los resultados del examen, no hemos encontrado evidencia de un asalto sexual. —¿Está seguro? —le pregunto con incredulidad. —No había señales de desgarro o hematomas en sus paredes vaginales que pudieran indicar que se había producido un asalto sexual. Estoy al cien por cien seguro de que no fue violada, Srta. Scott.

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Con eso, yo, literalmente, me derrumbé. Llorando incontrolablemente en el pecho de Ryder, mientras sus manos frotan mi espalda tratando de calmarme. —Enviaré a la enfermera con la medicación para su dolor y las náuseas. Y estaremos comprobándola cada hora hasta que le den de alta. ¿Tiene alguna pregunta antes de irme? —ofrece El Dr. Ashford. Sacudiendo la cabeza dolorida, le digo—: No. Gracias Dr. Ashford. Estoy bien. —Está bien, la veré en una hora —dice sonriéndome. Se da la vuelta y sale por la puerta hacia la sala de enfermería, al final del pasillo. —Nena, no te tocó. Llegué a tiempo. Gracias a Dios —murmura Ryder contra mi boca, y me dio un suave beso en los labios. —Estaba tan segura que Matt me había violado. Lo último que recuerdo antes de ser noqueada era a él gritando en mi oído que había invertido tres años para conseguirme. ¡Por fin iba a cobrarse lo que era suyo y que iba a disfrutarlo! Recordando la forma en que su cuerpo se presionó contra mí antes de que me noqueara. Siento una oleada de náusea golpear mi cuerpo. —Definitivamente ojala hubiera matado a ese hijo de puta —sisea Ryder, curvando sus manos en puños. Sigo explicándole a Ryder sobre toda la dura experiencia con Matt. Una vez que termino, él me cuenta como condujo hasta allí y como vio a Matt sobre mí en el auto. Estaba esperando ver a Brent cuando se detuvo. En su furia, atacó a Matt a puñetazos y dijo que le hubiera cortado la garganta, si Diesel no hubiera aparecido cuando lo hizo. Después de quitarle el puñal a Ryder y calmarlo, Diesel le dijo que viera por mí, luego llamó a la policía y 911. Ellos le permitieron ir en la ambulancia conmigo y mientras un EMT me atendía, el otro atendió las manos de Ryder. Una vez que sus lesiones fueron tratadas, los policías lo llevaron a la comisaría para interrogarlo. Estuvo allí durante horas antes de ser puesto en libertad; todo el tiempo lo estaba matando no saber lo que me pasó. Mientras Ryder está terminando de contarme las secuelas de su ataque a Matt, su celular comienza a sonar. Baja la mirada a la pantalla y frunce el ceño. Respondiendo dice—: Más vale que esto sea bueno. —Escucho en su conversación para tener una idea de quién está en el teléfono, pero Ryder no dice mucho más que sí y no. Se desconecta sin siquiera decir adiós. —¿Quién era en esa llamada? —le pregunto. —Era uno de los cerdos que me llevaron para interrogarme —responde.

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Ryder procede a decirme que Matt fue tratado en un hospital de la vecina localidad de Solana Beach. Cuando volvió en sí, reconoció rápidamente las amenazas y el asalto a mí, a la policía. Será transportado a la cárcel de San Diego, donde estará detenido hasta que tenga que comparecer ante el tribunal para su comparecencia. Según Ryder, los policías le dijeron que será procesado en el tribunal en dos días y como Matt se declaró culpable, será sentenciado por el juez. No voy a tener que soportar un juicio. Gracias a Dios. Mientras termina de decirme todo, una enfermera entra con mi medicación. Ryder me da un vaso de agua para tragar las pastillas cuando el Dr. Ashford entra en la habitación de nuevo. Estoy bastante segura que una hora no ha pasado aún. —Bueno, acabo de recibir algunos resultados más de la prueba. Todo se ve bien, pero hay algo. Voy a tener que insistir en que no tome el medicamento para el dolor —dice, lo que me pone nerviosa y mi cuerpo se tensa. Ryder me siente tensarme y apresura al médico. —Escúpalo de una vez, doctor. —Parece que estás embarazada, Srta. Scott. Felicitaciones. Fue entonces cuando siento el cuerpo de Ryder ponerse rígido y no en el buen sentido. —Eso no puede ser. Estoy tomando la píldora —le digo sin poder creer lo que estoy oyendo. —El médico que le recetó la píldora anticonceptiva le habría explicado que como cualquier otro método anticonceptivo, nada es cien por ciento eficaz. El laboratorio administra tanto un análisis de sangre como de orina. Ambas pruebas resultaron positivas. Usted está definitivamente embarazada, Srta. Scott —confirma. —Oh —le digo en estado de shock. —Le he programado una cita la próxima semana con uno de los obstetras en el personal. Ella va a determinar el régimen para la atención prenatal y qué tan avanzado está su embarazo. —Me entrega una tarjeta con el nombre de la doctora, mi hora de la cita escrita en ella. Dr. Ashford toma los medicamentos de la mesa de lado, nos deja solos a Ryder y a mí de nuevo. Esto no puede estar pasando. Bajando la mirada a la tarjeta de nuevo, me doy cuenta de que esto es. Sé que yo pensaba en cuanto a estar casada con Ryder y tener cinco hijos, pero no esperaba empezar a trabajar en la parte de los niños tan pronto.

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Mi mirada cae sobre Ryder, se ve como si estuviera en estado de shock también. —Ryder, no sé qué decir —le digo en voz baja. Puedo sentir las lágrimas empezar a brotar de mis ojos de nuevo. —No hay nada que decir, Nena. Yo te embaracé. Eso lo explica todo — contesta. Ummm. Bueno, no es la manera más agradable de describirlo, pero da igual. —¿Estás bien con esto? —pregunto nerviosamente. —Sip —dice, y me sonríe débilmente. Sip. Eso no es exactamente la reacción que esperaba. A pesar de que esta es la última cosa que había planeado, estoy como emocionada y feliz de saber que estoy embarazada de Ryder. —Me tengo que ir en un minuto. Llamé a Payton, después de ser liberado en la comisaría. Obviamente, ella se asustó y quería estar aquí. Ella y Karen tienen reserva en el vuelo más próximo que pudieron encontrar y estarán aquí en una hora. Voy a ir a recogerlas en el aeropuerto —me dice Ryder. Se sienta en el borde de la cama, y dándome un beso rápido en la sien, diciendo que me verá más tarde, se levanta y se va. Justo después que Ryder se va, el Dr. Ashford entra en mi habitación con dos detectives de la policía para obtener mi declaración. Accedo, dando la información que puedo recordar.

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Capítulo 25 De vuelta a casa

A

lrededor de una hora y una visita del médico más tarde, Payton y Karen entran por la puerta.

—¡Esa pequeña mierda estúpida! Si Ryder no hubiera pateado ya su culo, estaría dirigiéndome a la cárcel e iría a todo Karate Kid en el culo —ella grita mientras se sentaba al lado de mi cama y envolviendo sus brazos alrededor de mí, apretando fuerte. —Shh, Payton. Esto es un hospital. ¡Cállate! —digo abrazándole de vuelta. —No me importa una mierda, Ella. Ese pijo punk necesita otra patada en el culo y estoy bastante segura de que soy la que tiene que dársela. Estoy medio tentada a ir a la cárcel para ver si me dejan verle —ella contrarresta apretándome más fuerte. Observo mientras Karen se va hacia el otro lado de la cama y se une a Payton y a mí en nuestro abrazo. Estoy en un sándwich claro y estoy amando cada minuto de ello. —Ryder nos puso al corriente de todo en el trayecto desde el aeropuerto. Siento mucho esto que te ha pasado, cariño. Pero estoy muy agradecida que Ryder estuviera allí para detenerle —dice en voz baja al oído. Comienzo de inmediato a llorar otra vez y ambas mujeres me abrazaron, hasta que deje de llorar. —¿Dónde está Ryder? —pregunto. —Tenía que ir a casa a limpiar. Además, quería dejarnos un rato a solas contigo —contesta Karen. —¿Te dijo lo que nos ha dicho el médico? —Lo único que nos dijo fue que no fuiste violada. Y que tenías una conmoción cerebral y algunos moretones. Eso es todo. ¿Hay algo mal? — pregunta Karen con su voz llena de preocupación.

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—Estoy embarazada —dejo escapar. —Oh. Dios mío —ambas mujeres dicen, al mismo tiempo, liberando su agarre sobre mí. Creo que están tan sorprendidas como yo cuando me enteré de la noticia. La única diferencia es que no he tenido tiempo para adaptarme y ya no tengo miedo. Esto es algo bueno y no puedo esperar para experimentarlo. Sólo espero que Ryder quiera experimentarlo conmigo. Dice que está de acuerdo con esto, pero no estoy tan segura. —En realidad me estoy acostumbrando a la idea de convertirme en madre —le digo, colocando suavemente mi mano en mi vientre plano. —¿No estás asustada? —pregunta Payton. —Lo estaba un poco al principio, pero no lo estoy ahora. Tengo un gran trabajo y un hombre que me ama y os tengo a vosotras. —Creo que, sin duda, vas a ser una madre maravillosa —afirma Karen, tirando de mí en un abrazo de nuevo. —Lo mismo digo —Payton añade haciendo un sándwich de nuevo. —Awww. Gracias tía y abuela —digo. Y de repente, somos un montón de abrazos, mujeres lloronas de felicidad. Las chicas pasan la siguiente hora manteniéndome despierta al hablar de mi trabajo, de bebés y por supuesto del sexy señor Wilde. Una enfermera entra en la habitación para comprobar mis signos vitales y luego informa a Payton y Karen que las horas de visita se terminaron. Ambas me abrazan de nuevo y están despidiéndose, cuando Ryder entra por la puerta. —Listas para iros —pregunta a las chicas. —Hola, sexy —Payton le saluda—. Amigo, debes tener unos nadadores muy potentes para conseguir dejar embarazada a Ella mientras está tomando la píldora —añade con una sonrisa de oreja a oreja. Veo a Ryder sonreír, pero la sonrisa no coincide con la expresión de sus ojos. Sus ojos se ven asustados no felices. No estoy segura de qué hacer. —Payton y yo vamos sólo a esperar en el vestíbulo por ti Ryder. Para darte a ti y a Ella un minuto a solas —dice en voz baja Karen. Ambas dicen que estarán aquí mañana cuando sea dada de alta y que ambas me aman, a continuación, salen por la puerta dejándonos a Ryder y a mí solos mirándonos el uno al otro. —Ryder, por favor, dime lo que estás pensando —le suplico—. Necesito saber que estás bien con esto. —Cariño, estoy bien. Me tomó por sorpresa, pero me acostumbraré a la idea —dice en tono distante. —Está bien, guapo. Estoy un poco cansada, ha sido un día muy largo. Te veré mañana.

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—Por supuesto, cariño. Nos vemos mañana —replica caminando hacia mi cama, colocando un suave beso en los labios. Cuando Ryder se va, trato de descansar, pero no es fácil cuando las enfermeras se mantienen despertándome cada hora para comprobar mis vitales.

A la tarde siguiente, el Dr. Ashford me da el visto bueno y me libera del hospital. Me dice que lo tome con calma y tenga mucho reposo en cama durante el próximo par de días. Payton establece mi bolsa de viaje en la cama junto a mí. Empaca algunos pantalones cómodos y zapatillas de deporte para cambiarme en nuestro viaje a casa, lo cual es una buena cosa porque estoy bastante segura que la bata del hospital que he estado usando estará un poco ventilada. Mientras camino fuera del cuarto de baño, me doy cuenta que Ryder y Karen están en la habitación con Payton. —Hola cariño, ¿cómo te sientes hoy? —le pregunta Karen tirando de mí en un abrazo. —Todavía tengo un dolor de cabeza asesino, pero las náuseas han pasado —le digo, frotando ligeramente mis sienes. —Vamos a llevarte a casa y dejar que descanses, cariño. —¿Estás segura que todo está bien? —pregunta Ryder con cara de preocupación. —Estoy bien, magnífica. El médico no me habría dado de alta si no creyera que estaba bien —le digo, tratando de tranquilizarle. Me tira en sus brazos y me abraza fuerte y mi cuerpo se relaja al instante en el de él. Siento su aliento cálido en mi cuello y murmura al oído algo que suena como—: Dios, te voy a extrañar. No, debo haber entendido mal. Tirándome hacia atrás, le miro a los ojos. —¿Qué acabas de decir? —le pregunto sintiendo un pánico profundo. —Dios, quiero besarte —dice. Y hace exactamente eso. No puedo dejar de responder a su beso y fundirme en sus brazos. Después de todo, se trata de Ryder Wilde de quien estoy hablando. —Está bien, los dos separaos. Vamos a llegar a casa antes de empezar a golpear las botas. Este es un hospital no un hotel —dice Payton interrumpiendo el momento entre Ryder y yo. Ryder libera su dominio sobre mí y dice que nos encontraremos abajo en la entrada principal con su camioneta. Nos deja a las tres en la habitación. Antes de dirigirse a la recepción del hospital, me detengo en la estación de enfermeras y firmar un par de papeles de baja.

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Cuando los tres logramos llegar a la entrada principal, Ryder está exactamente donde dijo que iba a estar. Salta y me da una mano metiéndose en el asiento del acompañante y me ayuda a abrochar el cinturón. Me encanta la sensación de su cuerpo mientras se inclina sobre mí para asegurarme. Una vez que todo el mundo está acomodado, Ryder se retira de la zona de estacionamiento y se dirige a casa. Nos deja en la casa, pero nos dice que tiene que salir e ir al bar por un par de horas. Me da un rápido beso en los labios y sale del coche. Viéndole alejarse, no puedo evitar sentir que algo no está del todo bien con él. Payton y su madre se alojan en un hotel, pero están de acuerdo en venir a pasar el mayor tiempo posible, atendiéndome. Dios, amo a estas chicas. En el instante en que entramos en la casa, Karen y Payton me instan a ir a la habitación y tener una siesta. Dado que las enfermeras se mantuvieron comprobándome cada hora durante la noche, no dormí mucho. Antes de acostarme, siento la necesidad de usar el baño, ducharme y lavarme los dientes. No hay nada como sentirse limpia y fresca. Caminando de regreso a la habitación y hacia la cama, retiró el edredón y me arrastró dentro. Acostada en mi lado, puedo oler a Ryder en la almohada y al instante me suaviza. Prácticamente me quedo dormida en cuestión de segundos. Siento la cama hundirse y un duro y cálido cuerpo presionarse contra mí. Después de un minuto, me doy la vuelta y me acurruco en el pecho de Ryder. Puedo sentir su aliento cálido en la parte superior de mi cabeza y sus manos masajeando suavemente mi espalda. Inmediatamente me deslizo de nuevo a dormir.

Durante los próximos dos días, Karen y Payton, literalmente, me miman hasta la muerte. Me siento muy bien ahora. Cualquier último efecto de mi conmoción se ha ido. Quiero que las cosas vuelvan a la normalidad, pero sé que normal significa que Payton y Karen se estarán yendo para volver a Boston pronto. Ryder ha sido amoroso y de apoyo en el último par de días, pero también está llegando a ser muy distante. Me da miedo porque no sé lo que está pensando. Incluso con todas las veces que se lo he preguntado, me dice que está bien. Sé la diferencia. Algo pasa con él y me asusta, A LO GRANDE.

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Poco puedo saber que estoy a punto de averiguar, qué le está molestando.

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Capítulo 26 Tengo que marcharme

P

ayton y Karen decidieron ir a San Diego para un pequeño viaje de compras. Yo no me sentía apta para ello, así que decidí quedarme en casa y descansar un poco más. Estoy acostada en el sofá leyendo, cuando escucho la Harley de Ryder detenerse en la entrada. Después de aproximadamente cinco minutos, él todavía no ha entrado por la puerta. Me levanto y camino hacia la ventana, buscándolo. Él todavía está montado sobre su Harley con sus brazos doblados por encima del manubrio. Tiene su barbilla descansando sobre sus brazos y está mirando hacia el lago detrás de su casa. Se ve tan intenso que me asusta. Siento el pinchazo de lágrimas detrás de mis ojos. Doy vuelta y camino de regreso al sofá, dándole a Ryder alguna privacidad. Lo que sea que lo molesta, no está dispuesto a hablarlo conmigo todavía. Diez minutos más tarde, escucho la puerta abrirse. Ryder entra y me mira con ternura. Hablando suavemente, él dice—: ¡Hola! —¡Hola!, eres tú —contesto. Sentado al lado mío en el sofá, noto que su cuerpo está muy tenso. Nada como el Ryder despreocupado, amante de la diversión que he conocido todo este tiempo. Uh-oh, algo pasa. Él deja escapar un largo suspiro. —Nena, no sé cómo decirte esto. —Solamente dime lo que tienes en mente Ryder. Soy una chica grande. Puedo manejarlo. Si algo te molesta, dime —le exhorto. —Jodidamente te amo. —Te amo también —digo sonriendo. Me digo a mí misma que tal vez él me lo va a proponer. Estamos enamorados y tengo su Nena. ¿Por qué no? No sería una idea totalmente absurda.

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—No había terminado. Por favor, déjame decirte esto sin interrupciones. Va a ser bastante duro como es. —Suspira. Nada bueno. Mi estómago comienza a dar vueltas. —Te amo tan jodidamente que duele. Te necesito más de lo que necesito mi próxima respiración. Tal vez no lo creas, pero amo a nuestro Nena tanto y por eso tengo que hacerlo. —Hace una pausa, se levanta y pasea por el piso de la habitación—. No soy bueno para ti y para el nena. No puedo ser el gran esposo y padre que necesitas que sea... No me importa; Tengo que interrumpirlo. —Eso es mentira, Ryder. Me harías la mujer más feliz del mundo, si fuéramos a casarnos. Y serías un padre fantástico. Serías un amoroso, protector y un dedicado hombre de familia. Aun cuando solo nos conocemos por un corto tiempo, sé que eres un hombre bueno. —¿Cómo puedes jodidamente decir eso? Soy un maldito miembro de un club de motoristas y un traficante de drogas. Bueno, podría no hacerlo personalmente, pero permito que se haga bajo mi liderazgo. Si sólo supieras la otra mierda que he hecho a lo largo de los años, correrías por las colinas. Estoy haciendo esto porque te amo. Tienes que olvidarme. Vuelve con Payton y Karen. Encuentra un mejor hombre, un hombre bueno y decente, que cuide de ti y de nuestro Nena. Mi labio inferior comienza a temblar y las lágrimas caen en mi rostro. —Ryder, por favor. No puedes querer decir lo que estás diciendo. —Sí, lo hago, Ella. —Ryder, te amo tanto. Tú me dijiste que nosotros estaríamos juntos para siempre. ¿Dónde está nuestro para siempre ahora? —Me acerco a él y envuelvo mis brazos alrededor de su cintura. —Hago esto por ti y nuestro bebé. Ambos merecen mucho más que lo que les puedo ofrecer —susurra él, alejándose de mí y poniendo su mano sobre mi vientre que ni siquiera muestra la panza de embarazo todavía. Lo miro mientras una sola lágrima cae por su mejilla. Inclinándose, él levanta el dobladillo de mi camisa y con cuidado coloca pequeños besos alrededor de mi vientre. Él tira hacia abajo y luego sus manos están a los lados de mi rostro y me besa apasionadamente. Como si fuera el último beso que alguna vez compartiremos y lo está enviando a su memoria. Rompiendo el beso, susurro contra sus labios—: Dijiste que nunca me dejarías. —Tengo que marcharme. —No, no lo hagas. Tú decides marcharte. Hay una diferencia. —Trato de no perder la cabeza, pero estoy seriamente cerca de perderla.

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—¿Qué pensarían tus padres acerca de que estés haciendo algo como esto? —le pregunto, lamentando al instante las palabras mientras estas se deslizan por delante de mis labios. —No los metas a esto. Ellos están muertos. Las opiniones de personas muertas no importan —me sisea. Y así como así, me deja ir y pisando muy fuerte sale por la puerta, saltando sobre su Harley. Escucho el motor acelerando, mientras mi cerebro trata de procesar si esto realmente está sucediendo. Esto no puede estar pasando. Solamente estoy de pie allí en shock. ¿Qué está mal contigo Ella? Corre tras él. Cuando llego a la puerta, es demasiado tarde. Él simplemente está viajando fuera de mi vida. Me siento en el escalón llorando por el amor que he perdido, que hemos perdido. Así es como Payton y Karen me encuentran dos horas más tarde. Ellas tienen que llevarme a la casa y me ponen a dormir.

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Capítulo 27 Devon

C

inco días después…

Entro al estacionamiento del hospital para mi primer control prenatal. Payton no quería que viniera sola, pero si Ryder no podía estar aquí para experimentar esto conmigo, no quería a ninguna otra persona conmigo. Todavía estoy lidiando con el hecho de que Ryder nos hubiera dejado, todavía no puedo creerlo. Me dijo que no creía que fuera ser un buen padre, pero yo sé que sería un excelente padre. Me dijo que me ama, a mí y a este bebé y que quiere lo mejor para nosotros. De lo que no se da cuenta, es que él es lo mejor para nosotros. Después de enterarme de que estaba embarazada, pude ver el pánico en sus ojos desde el principio, pero él seguía asegurándome que todo estaba bien. Pero todo estaba lejos de estar bien. No tengo idea de donde está Ryder, espero que pueda enfrentar esta situación. Es triste pensar que él tiene una opinión tan baja de sí mismo. De todas las cosas malas que Ryder ha hecho en su vida, las buenas las superan ampliamente. Si tan solo el pudiera ver esto de él, si pudiera verse como yo lo veo. Él quiere que me mude de vuelta a Boston con Payton y Karen, pero no lo hice. No me daría por vencida sobre nosotros todavía. No se termina hasta que G.I Jane diga que termino. Me detengo al lado de mi coche, frotándome ausentemente mi panza de embarazada que aún no tengo, tratando de evitar que las lágrimas que luchan por salir, salieran; lo extraño muchísimo. Camino hacia el hospital cuando lo siento, una aguda sensación de escozor a un lado de mi cuello, como si fuera el pinchazo de una aguja. Sin tener la oportunidad de darme vuelta para ver qué sucede, todo se vuelve negro.

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Abrí mis ojos, pero todo se siente extraño, me siento como drogada y lucho para mantenerme despierta. Parece como que no puedo mover ni mis brazos ni mis piernas. Levanto mi cabeza, he intento mirar lo que me rodea. No puedo ver nada. ¿Qué demonios está pasando? ¿Dónde mierda estoy? —¡Ryder! —grito en pánico antes de desvanecerme nuevamente en la oscuridad. Recuperé la conciencia, aun sintiéndome un poco drogada. Intento mirar a mí alrededor otra vez, pero todo estaba negro. Parece como si alguien me hubiera vendado los ojos. Intento mover mis brazos y piernas de nuevo, pero no puedo. Definitivamente me siento como si estuviera acostada en una cama con mis manos atadas sobre mi cabeza. Algo lastima mis muñecas y tobillos cuando intento mover mis extremidades. Sin poder ver, y teniendo la sensación de estar sola, puedo decir que estoy en alguna instalación como prisionera. Siento como si estuviera usando solo mis bragas. El resto de mi piel se siente desnuda. Hay un sonido en la esquina de la habitación, y todo mi cuerpo se tensa. —¿Quién está ahí? —pregunto intentando sonar valiente y evitando llorar. El sonido de pasos se acerca, y la venda es retirada. Le toma a mis ojos unos momentos el poderme ajustar a la luz, cuando veo a Alex inclinándose sobre mí. —Gracias a Dios. Alex, sácame de aquí, ahora. —Eso no va a suceder, Ella —dijo fríamente. —¿Qué quieres decir? —le pregunto confundida. —Has jodido todo para el club, así que ahora te joderemos a ti — arremete casi gruñéndome. —No entiendo —me quejo. Estoy tan asustada, no sé sucediendo ni donde estoy—. ¿Cómo es que jodí al club?

qué está

—Mayhem ha tenido recientemente unas lucrativas oportunidades de negocios, disponibles para nosotros. El tipo de oportunidades que nos haría ganar muchísimo dinero. Tanto dinero que no tendríamos que hacer nuestra mierda de trabajo diario. ¡Pero por su puta, Ryder no quiere saber de nada! —el escupió sobre mí, al mismo tiempo que me abofetea con el dorso de su mano. —Otra vez, ¿cómo lo jodí para ti? Nunca le dije a Ryder como manejar los asuntos del club. Eso depende de él. —Finalmente me quiebro y lloro, y nuevamente me golpea con su mano.

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—Sé que sabes acerca de las drogas, pero no sé si te ha contado o no, acerca de cómo vamos a entrar al negocio de la trata de mujeres10. Ryder está en contra de eso. —¿T…trata de mujeres? —tartamudeo intentando de que creyera que no sabía de qué me estaba hablando. —Sí, prostituyendo mujeres. Algunas vienen voluntariamente, otras no. Como tú. —¡Oh Dios mío! —me ahogo —De modo que votamos, sin Ryder. El voto fue unánime. Librarnos de ti. —¡No! Estoy embarazada, no puedes hacer esto. Ryder confió en ti — grito luchando con mis ataduras. Se ríe. —No vamos a matarte puta, le di algunas oportunidades a esa bolsa de mierda de tu preppy11 ex, pero el idiota seguía cagándola. Y el triste intento de asustarte de Macie también fallo, entonces volvimos con nuevos planes. Apuesto que te estás preguntando donde estas. Estas en una de las peores instalaciones que pudimos montar, a espaldas de Ryder. Te mantendremos drogada y atada, y entreteniendo hombres por el resto de tu maldita vida. Aunque no sé qué tanta ganancia podremos sacar de una puta asustada como tú. Sobre tu bebé, el futuro es incierto. Quizás lo tengas o quizás no —se burla. —NO puedes decir eso. Ryder los quiere como si fueran hermanos. ¡Cómo puedes lastimarlo de esta forma, el me ama a mí y a este bebé! —él no nos quiere, intento mantener estos pensamientos lejos. —¡Jódete tú y tu bebé! —Él me golpea nuevamente y me desmayo por el dolor abrasador. Cuando me despierto, continuo mareada y con nauseas. Alex debe haberme drogado nuevamente, porque me resulta muy difícil mantener mis ojos abiertos. Escucho voces en el pasillo, justo fuera de la puerta de la habitación en la que estoy encerrada. Alex entro a la habitación con otro hombre. Aunque no estoy demasiado alerta, mi cuerpo se tensa cuando vi un rostro familiar que me mira. El hombre con cabello marrón oscuro y barba me mira furiosamente, haciéndolo parecer más peligroso aun que aquella última vez que lo vi. Es Hunter, el motorista que me ataco aquella primera vez en el bar de Ryder.

10Trata

de mujeres: Se refiere al comercio sexual de mujeres, tanto voluntarias como secuestradas para tal fin. 11Preppy:

Se refiere respectivamente como chico de preparatoria.

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Intento luchar con la bilis que subió por mi garganta. —Eres su primero John. Desafortunadamente para ti, ella ya no es virgen. Ryder ya se encargó de eso, hombre —dijo Alex golpeándole la espalda. —Mierda, ¿enserio?, yo pensaba desgarrarla esta noche. —¡Oh! Estoy seguro de que aun así, podrás hacer algún daño esta noche —dijo riéndose, mientras sale de la habitación. El aterrador motorista inmediatamente cerró la puerta y dijo—: No queremos que nos molesten ahora ¿verdad? Recuerdos de mi reciente secuestro por Matt, pasan a través de mi cabeza y comienzo a tironear de la cama, las ataduras cortan mi piel. Acechando sobre la cama, él tomó mis muñecas y pude sentir su aliento caliente en mi cara. —Por favor no me lastimes —balbuce. Esto no podía estar pasando nuevamente. —Cierra los ojos y duerme —susurró Mis ojos se cierran y no hay nada que pueda hacer al respecto, por las drogas que circulan por mi sistema. Mis ojos se cierran contra mi voluntad, y me desvanezco en la oscuridad, nuevamente. Cuando vuelvo en mí, las palpitaciones en mi cabeza son tan intensas que siento que voy a vomitar. Siento que las ataduras de mis muñecas y tobillos ya no están. Puedo ver las marcas de sangre seca alrededor de ellas y las siento palpitar. Me siento aun desnuda pero con mis bragas puestas y con una manta sobre mí. —Estás despierta —dice una voz en un rincón de la habitación. Grito en respuesta. Hunter rápidamente corrió a un lado de la cama, e intento luchar para alejarme de él, pero termino cayendo por el borde de la cama al piso. Se montó a horcajadas sobre mí, cubriendo mi boca, siseó—: Cálmate malditamente y estate tranquila. ¿Si saco la mano de tu boca, prometes no gritar? —asiento mirándolo directamente a los ojos. Entonces saca su mano de mi boca, permitiéndome hablar. —Creo que voy a vomitar —digo mientras giro mi cabeza y vomito. Me tomo por los brazos, alejándome del suelo sucio—. Por favor no me lastimes, estoy embarazada —imploro —No voy a lastimarte a ti o a tu bebé, estoy aquí para ayudarte. —Sus ojos son ahora más amables. ¿Qué dijo? Me sentó en la cama y se alejó de mí, sacándose su sudadera. Notando el pánico en mi cara cuando comenzó a desvestirse, rápidamente dijo—: Solamente me la estoy quitando para que puedas vestirte con algo. Debes

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tener frio, Ella. —Ahí es justo cuando recuerdo que solo llevaba puesta mis bragas. El me alcanza su sudadera y agradecidamente me la pongo. Dado su tamaño me llega a las rodillas. Me senté de nuevo en la cama, doblando mis rodillas de modo que me quedarán dentro de la sudadera y así mantenerme caliente, y le dije—: Necesito irme de aquí, ahora. Sentándose al lado mío, me responde—: Nos iremos, pero debemos pasar la noche aquí. —No entiendo, ¿Qué está pasando? —Mi verdadero nombre es Devon Ryan, Soy un agente encubierto del departamento de policía de Del mar. Mi compañero Jack De luca y yo nos hemos infiltrado en el Mayhem y el club de motoristas Devil’s para destapar el negocio de la prostitución y tráfico de drogas que han llevado adelante en los últimos seis meses. Me lo quedo mirando en shock —Pensamos que Ryder era el cerebro de la operación, pero resulta que Alex ha estado llevando estos asuntos a espaldas de él. Mi compañero me informo de los planes que Alex y el resto del club tenían para ti. Hay un equipo especial reunido planificando un allanamiento a los locales. Desafortunadamente eso lleva tiempo. Vine aquí y te compre por una noche, de modo que nadie pudiera tocarte. Maldito Ryder por ponerte en esta situación. —Según tú, él no tenía idea de lo que sucedía a sus espaldas. Entonces el no pudo saber que me estaba poniendo en peligro. De hecho hizo todo lo posible para protegerme. Hasta el momento en que se enteró de que estaba embarazada. Entonces me dejo sola, desprotegida. —No te enfades con él, Ella. Él piensa que esta gente son sus hermanos y que le cubrirán las espaldas. Sabes también como todos, que a veces la gente nos engaña y te hacen creer que se preocupan por ti, pero todo el tiempo quieren hacerte daño. Mira lo que sucedió con Matt. Él te ama. — dijo firmemente. —Sé que lo hace. Pero no soporta estar cerca de mí o de este bebé. Él no nos quiere. —Él es un hombre. A veces hablamos sin pensar o hacemos cosas malditamente estúpidas. Sé que Ryder volvió a la ciudad esta mañana. »Cuando no te encontró en tu casa, fue hasta el hotel para ver si estabas con Payton y Karen. Ellos han estado buscándote implacablemente. Puedo decirte que él se está volviendo malditamente loco por no saber dónde estás. Oh Dios mío, ¿Acaba de decir que Ryder está nuevamente en la ciudad? —Necesito verlo

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—Y lo harás. Solo tenemos que esperar hasta que el equipo de asalto llegue. Porque no te acuestas e intentas descansar un poco. Te despertaré cuando llegue el momento. —No creo que pueda, no siento sueño. —Bostezo haciéndome parecer una mentirosa. Devon se recuesta en la cama y me tira contra él para calentarme. Siento mucho frio y el calor de su cuerpo se siente muy bien. —Shh Ella, tienes que descansar. Has pasado por mucho hoy —me dijo con dulzura en mi oído—. Duerme. —Mis ojos inmediatamente se cerraron. Me desperté a la mañana siguiente temprano con el sol brillando en la ventana. Devon está sobre la puerta silenciosamente, la abre y sale.

escuchando,

luego

despacio

y

Esta fuera por lo que pareció una eternidad, y comienzo a preocuparme. —Vamos Devon ¿Dónde estás? —me digo a mí misma. Las drogas parece que ya han salido de mi sistema, porque me encuentro pensando con claridad de nuevo. Luego me di cuenta. Ellos me drogaron y estoy embarazada, ¿habrán lastimado a mi bebe? Me acuesto en la cama en posición fetal y comienzo a sollozar. Devon vuelve a la habitación y me hizo señas para que lo siguiera. —Vámonos, el equipo de asalto está justo fuera de la propiedad y está despejado. Es el mejor momento para que salgamos de aquí. Lo alcancé y me tomó de la mano, arrastrándome fuera al pasillo para escabullirnos. Podía oír los gemidos de placer y llantos de agonía de las distintas habitaciones que pasábamos y me estremecí. Esa podía haber sido yo. Me solté de la mano de Devon y cubrí mis oídos mientras que atravesábamos el pasillo y llegábamos a unas escaleras. Corrimos escaleras abajo, necesitábamos salir de aquí rápido.

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Capítulo 28 ¿A quién eliges?

E

n cuando llegamos a la parte inferior de las escaleras, vi de inmediato a Ryder. Sintiendo nuestra presencia, Ryder se dio vuelta, fijó sus ojos en los míos y empezó a correr hacia mí. A mitad de camino, sus ojos miraron a mi izquierda y sé que finalmente vio a Devon. Deja escapar un gruñido salvaje y se lanza hacia él. —¡Voy a matarte, maldición! —ladra, montado sobre el cuerpo de Devon y dándole puñetazos en la cara una y otra vez, hasta que se queda fláccido. Así es como debe haber sido cuando vio a Matt atacarme—. ¡Tú, maldito pedazo de mierda! ¡Nunca la tocaras otra vez! —grita. Escupiendo en la cara de Devon, Ryder continúa su asalto. Oh, Dios, él piensa Devon me hizo esto. Trato de detenerlo y grito—: ¡Para, Ryder! Oigo pasos detrás de mí. Con la esperanza de que sean los refuerzos de Devon, giro rápidamente mi cabeza, pero mi cuerpo se queda quieto. Son Axel y Diesel. No, no, no. Esto no puede estar pasando. Empiezo a temblar y sollozar. Ryder detiene su ataque. Levantándose, se da la vuelta con sus ensangrentadas manos en puños a los costados. —¿Qué estás haciendo aquí? —pregunta Axel a Ryder. —Recibí una llamada donde me decían que podría encontrar a Ella aquí. Una mejor pregunta es, ¿qué coño estás haciendo tú aquí? —pregunta, pareciendo confundido. —Nos dimos cuenta de dónde estaban reteniéndola. Vinimos a rescatarla y llevarla contigo. Empiezo a flipar y gritar—: ¡Eso es una maldita mentira! —le digo todo lo que recuerdo de anoche.

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Ryder está ahí, apretando la mandíbula con una mirada de incredulidad, diciendo—: No hay puta manera. Me mira con una expresión oscura e incrédula. ¡Oh, Dios mío! ¿Acaso no me cree? Axel se acerca a Ryder, agarrándolo por los hombros, diciendo—: ¡Vamos, hombre! Está drogada y alucinando. No sabe de qué coño está hablando. Hombre, somos tus hermanos. Nunca haríamos cosas así a tu mujer y bebé. Eso es jodido. Hunter la atacó el primer día en que entró en el bar. Tiene que ser él. Ryder, está tratando de hacer que nos des la espalda. Somos tu familia y siempre lo seremos. Es el momento de decidir. Tienes que escoger, ella o nosotros. ¿A quién eliges? Él me mira por encima de su hombro y veo que aprieta la mandíbula. Se ve enojado. Vuelve la mirada e intercambia algún tipo de comunicación silenciosa con Axel y Diesel. Debido a que está de espaldas a mí, no puedo ver su expresión cuando los mira. Mientras esto está ocurriendo, todo lo que puedo pensar es: “elígeme. Elígenos a nosotros. ¡Elige a nuestra familia!” Disparándome otra mirada furiosa, me da la espalda y se va con los dos hombres. —¡No! —grito mientras camina por la puerta, dejándome atrás. Realmente no debería sorprenderme su abandono. Se alejó de nosotros una vez, ¿por qué no iba a hacerlo de nuevo? Caigo al suelo de rodillas, colocando mi mano sobre mi vientre y susurro: —No nos escogió. —Mi labio inferior comenzó a temblar y pude sentir las lágrimas picando en mis ojos. Ryder los escogió a ellos. A pesar de que nos ama, los ama más a ellos. Me arrastro hacia Devon y veo que todavía respira. Gracias a Dios que no está muerto. Con la ferocidad del ataque de Ryder, pensé que lo había matado. —Despierta, Devon. Tenemos que salir de aquí —digo ahogándome. No me responde. ¿Qué voy a hacer? ¿Y dónde está ese equipo de refuerzo del que hablaba? Tengo que salir de aquí, si no es por Ryder, entonces por nuestro bebé. De repente, oigo un rugido desde el exterior. Me seco las lágrimas y salgo corriendo sin pensar. Estoy sorprendida por la escena que está sucediendo. Ryder se enfrenta al dúo, poniéndonos por encima a mí y a nuestro bebé. Saca una pistola de la cintura de sus pantalones vaqueros.

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—Malditos, ustedes le hicieron esto, ¿no? —escupe hacia ellos. —Ryder, hombre. Somos hermanos. Mayhem es tu familia. ¿De verdad crees que haríamos cosas así? —le grita Axel de vuelta. —¡Ustedes. No. Son. Mi. Familia! Ella es mi maldita familia. ¡Ella y nuestro bebé, son mi familia! —grita. Incluso con la locura de la situación, una pequeña emoción pasa a través de mí cuando oigo esas palabras. —Ryder, tú y yo tenemos una historia. Hemos cuidado la espalda uno del otro desde que teníamos catorce años y estábamos en la casa de acogida. Ese es un tiempo malditamente largo, hermano. Esta chica te está arrastrando de tu polla por ahí. Estás pensando con la cabeza equivocada, hombre. No puedes decirme que eliges a ese pedazo de coño sobre nosotros. ¡Puedes conseguir un coño en cualquier lugar! —gruñe. —Déjala aquí y ¡vámonos! —Estás muerto para mí. Mayhem está jodidamente muerto para mí. Guárdense su mierda y déjennos ir, ¡o juro por Dios que voy a volar sus putas cabezas hasta que sangren en el suelo! —arremete. Mira hacia atrás, me nota y me hace una seña para que me acerque a él. Cuando llego a su lado, pone su mano en mi cadera y me empuja detrás de él en una postura de protección; nos alejamos rápidamente. Cuando subimos a su moto, una serie de eventos ocurren casi simultáneamente. Oigo el sonido de un disparo, y al darme la vuelta veo que Axel tiene una pistola apuntando en nuestra dirección. Diesel saca un arma y la apunta hacia Axel, gritando—: ¡Policía! ¡Suelta el arma! Axel ignora la orden de Diesel y aprieta el gatillo otra vez. Diesel lo ve y responde con un disparo de su propia arma, derribando a Axel, pero ya es demasiado tarde. A mi derecha, casi al mismo tiempo, veo que Ryder salta delante de mí. Su cuerpo se estremece y cae al suelo boca abajo. Me arrodillo junto a él, dándole vuelta, y ahí es cuando lo veo, el oscuro líquido rojo que se extiende por su pecho. Ryder ha recibido un balazo, sus ojos están cerrados y no responde a mis gritos. —¡Oh Dios! ¡Nene cariño, despierta! ¡Quédate conmigo! ¡Por favor, no te mueras! —Nada. No hay respuesta—. Ryder, por favor abre los ojos para mí —le ruego de nuevo. Mis labios se presionan contra él, deseando que abra sus ojos, pero aún no responde—. Te amo mucho, cariño. Por favor, ¡no nos dejes, Ryder! Con todas mis fuerzas, tiro de su cuerpo sin vida contra el mío, poniendo mi oreja contra su pecho. No escucho o siento el familiar sonido de los latidos de su corazón. Me quiebro hasta la histeria. Se ha ido y no hay nada que pueda hacer al respecto. Ryder recibió una bala por nosotros. ¿Qué voy a hacer sin él?

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Sin aceptar su muerte, agarro los lados de su chaqueta de cuero, tratando de sacudirlo hasta despertarlo. Veo que algo cae de su bolsillo. ¿Qué es eso? Me inclino, levanto una pequeña caja azul y la miro. Cuando la abro mi cuerpo empieza a temblar y lloro aún más porque este debería haber sido uno de los momentos más felices de nuestras vidas. Es un solitario y hermoso anillo de compromiso de platino. Tomo el anillo de la caja con dedos temblorosos y lo pongo en mi dedo anular izquierdo. Susurro “para siempre” en su oído. Es entonces cuando siento un par de brazos envolverse alrededor de mi cintura, tirándome lejos del cuerpo de Ryder. Lucho tratando de liberarme, miro hacia abajo y veo la fuerza de vida abandonar su cuerpo. Su sangre está por todas partes, cubriendo su cuerpo, el suelo, su ropa, cabello y manos. —¡Oh, Dios! ¡Ryder está muerto! —grito. Los brazos que sosteniéndome me dan la vuelta y me encuentro mirando hacia los ojos de Diesel. Pongo mi cara en su pecho y continúo llorando incontrolablemente. Hablando en voz baja, Diesel dice—: ¡Mierda! No debería haberlo llamado para informarle dónde encontrarte. Si no lo hubiera hecho esto no habría sucedido. Él no sabía en qué se estaba metiendo. Por favor, perdóname, Ella. —No fue culpa tuya. Tú no lo mataste, lo hizo su hermano —le digo mientras sollozos siguen atormentando mi cuerpo. Me sostiene apretadamente, dándome apoyo. Mientras Diesel me está sosteniendo, otros agentes de la policía llegan a la escena y unos cinco minutos más tarde llega una ambulancia. Miro a los paramédicos que cortan la camisa de Ryder para abrirla y colocan un estetoscopio en su pecho. Comienzan a moverse frenéticamente, preparando el desfibrilador y colocando almohadillas en su pecho. Le dan una descarga. No ocurre nada. Luego se repite el proceso. Una vez más, no hay respuesta. Todo mi cuerpo se estremece y me derrumbo en el suelo rodeada por los brazos de Diesel. El sonido de mis gritos de angustia ahoga todos los demás ruidos a mí alrededor. Ryder Wilde. El amor de mi vida, el hombre que pensó que no sería un buen padre o esposo, dio su último sacrificio por su familia. Su vida.

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Capítulo 29 Recordando

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uatro meses más tarde...

Mirando hacia el lago desde la parte trasera de la casa por la ventana de la habitación, no puedo evitar recordar la primera noche que Ryder me trajo aquí. De lo mucho que lo deseaba, pero al mismo tiempo estaba demasiado asustada de él. Levantando mi mano izquierda, miro el anillo con el que me comprometí con Ryder que usaría siempre. No era tanto por el anillo por lo que me estaba comprometiendo, sino porque que sería suya para siempre. Dios, lo extraño. Mi cabeza baja y mis ojos se llenan de lágrimas cuando caen sobre mi muy embarazado vientre. Instantáneamente mis manos acarician mi barriga. No creo que pueda estar más sorprendida de lo que estuve cuando me enteré de que estaba embarazada, pero descubrir que estaba embarazada de gemelos fue una doble sorpresa. La necesidad de salir es inmensa. Abro la puerta y camino hacia el lago, descalza ya mis pies están muy hinchados por mi embarazo. Mi largo vestido suelto blanco de tirantes, se arrastra en el suelo, por lo que recojo algo de la tela en una mano levantando el dobladillo para no tropezar con él. Mientras camino, evoco la primera vez que conocí a Ryder y lo caliente que pensé que era y lo idiota que era entonces. Atesoro los recuerdos de nuestra primera vez juntos y cómo compartimos nuestras desgarradoras historias de la pérdida de nuestras familias entre nosotros y especialmente el momento en nos dijimos el uno al otro, “Te amo”. Hay tantos grandes recuerdos y amo cada uno de ellos. Las lágrimas corren por mis mejillas cuando llego a mi destino al borde del lago. Bajo la mirada a la arena fría entre mis dedos y tomo una respiración profunda. Secando mis lágrimas, volteo a un lado y levanto la vista. Los más bellos ojos azules me miran. Ryder. Dios, amo a ese hombre.

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Cuando pienso en ese día hace cuatro meses cuando creí que lo había perdido, me estremezco. No ver nunca dentro de esos ojos azules de nuevo es demasiado insoportable para pensar. Incluso después de que había renunciado a él y pensado que se había ido, los paramédicos continuaron trabajando en él sin descanso, hasta que pusieron su corazón a latir de nuevo. Interrumpiendo mis pensamientos, se inclina hacia mí. —Siempre tan hermosa —me susurra al oído. —Tú también —le susurro de vuelta. Ryder anoche se quedó con Diesel, perdón, quiero decir en el departamento de Jack porque según Payton es de mala suerte ver a la novia el día de la boda. Así que ella se aseguró de que él estuviera fuera de la casa antes de la medianoche de ayer. Y puesto que es casi de noche otra vez y se pone el sol, ha pasado demasiado tiempo sin que viera su amado rostro. Le he echado mucho de menos. —Me encanta la canción que elegiste para caminar hasta mí —dice. —Tú la inspiraste. —Había escogido la canción "Beautiful With You" de Halestorm. Simplemente encaja. Nadie me hace sentir más bella que Ryder. Oigo un carraspeo detrás de mí. Dándome la vuelta, veo a Payton dándome una mirada matadora. —¿Vamos a poner este espectáculo en marcha o qué? —Risas estallan ante su comentario. Echo un vistazo detrás de Ryder y veo a su padrino, Jack, mirando a Payton tratando de contener la risa. Ella le mira fríamente a cambio. Le entrego mi pequeño ramo de alcatraces a Payton. Luego reenfoco mi atención al atractivo hombre delante de mí. Viste un traje gris marengo sobre una camisa negra y corbata. Se ve increíblemente sexy y no puedo esperar para arrancárselo más tarde esta noche. Entrelaza sus dedos con los míos y coloca nuestras manos sobre mi vientre. —¿Lista, nena? —pregunta. Asiento. —Siempre estoy lista para ti —le respondo. Me lanza una sexy sonrisa y sus ojos adquieren aquella mirada caliente que me derrite. Todo mi cuerpo arde mientras siento un rubor tomar el control de todo mi cuerpo. Las cosas que Ryder puede hacerme. Toda la ceremonia transcurre en un borrón mientras prometemos nuestro amor y devoción el uno al otro con nuestros propios votos contemporáneos. No somos una pareja tradicional, así que por qué intercambiar votos tradicionales. Nuestras manos permanecen en mi vientre hasta que es hora de que intercambiemos las alianzas de boda de platino a juego. Una vez más, debido a mi embarazo, el mío queda un poco ajustado.

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—Ahora les declaro marido y mujer. Puede besar a su novia —anuncia el Juez de Paz cuando finalmente intercambiamos el tradicional “Acepto”. —¡Demonios que sí lo haré! —grita Ryder. Gentilmente agarrando los lados de mi cara, me guía hacia él. Sus labios rozan los míos en el más suave beso amoroso, pero luego su lengua lentamente separa mis labios y entra en mi boca profundizando nuestro beso. Sus manos se deslizan por mi cuerpo y me jala dentro de su cálido abrazo. Me derrito en sus fuertes brazos. Siento sus cálidos labios apartarse y coloca su mejilla contra la mía. —¿Podemos enviar a todos a casa? Necesito estar dentro de ti ahora — gruñe en mi oído. Al instante siento ese familiar hormigueo pasar entre mis piernas. —Ryder, podemos esperar unas horas —digo sonriendo. Me encanta saber que tengo ese efecto sobre él. Que él me necesita tan desesperadamente que no puede esperar. Me siento de la misma manera. Estoy segura de que estas pocas horas parecerán días, pero estoy segura de que podemos sacrificarnos por nuestros seres queridos. Damos la vuelta para mirar al pequeño grupo de amigos y familiares que se han reunido para compartir este día especial con nosotros. Y si no fuera por ellos, esto no habría sido posible. Veo los sonrientes ojos de Payton, Karen, John, que es el padrastro de Payton, Evan, que es la hermana de Payton, Sandra, Jack y Devon. Los dos paramédicos, Brad y Jonny, quienes trabajaron tan duro para conseguir que el corazón de Ryder latiera de nuevo, rápidamente se han convertido en muy buenos amigos nuestros y también les invitamos a esta reunión íntima. Y por último, pero no menos importante, el Dr. Stone Ashford. Sin él, nada de esto sería posible. Sus hábiles manos ayudaron a quitar la bala alojada en el pecho de Ryder y a reparar cualquier daño que pudo dejar a su paso. Siempre estaré agradecida por todo lo que hicieron para asegurarse de que tuviéramos nuestro final feliz. No puedo evitar notar la tensión sexual que aún rodea a Payton y Jack. Esta es la primera vez que se ven desde hace cuatro meses. Cuando ella se enteró de quién era él en realidad ese día en el hospital, rápidamente se volvió explosiva. Me dijo que pensaba que era caliente como un motorista, pero una vez que se enteró de que él era policía, pensó que estaba aún más atractivo. Realmente se enfadó con él, porque si hay una cosa que a Payton no le gusta, es un mentiroso, pero creo que con el tiempo llegará a perdonarlo. Los brazos de Ryder bajan, me levanta y comienza a caminar hacia la casa. Le veo hacer una mueca de dolor tan pronto como lo hace. —Ryder, bájame. Sigues herido, cariño —exijo.

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—Tengo que llevarte a cruzar el umbral, mi bella esposa. Sólo déjame hacer eso y luego te bajaré —dice. Estoy a punto de decir está bien, cuando sus labios están presionados contra los míos otra vez, dándome suaves y gentiles besos de mariposa. Se aleja de nuevo. —Dios, jamás me cansaré de besarte —suspira. Yo tampoco. En cuanto logramos llegar a casa, me baja. Puedo ver en sus ojos que todavía le duele, pero no lo admitirá. Todavía le queda mucho tiempo antes de que se recupere por completo de su herida de bala. Cree que es una debilidad. No estoy de acuerdo con él. Creo que muestra una gran fortaleza. El resto del grupo se une a nosotros a medida que continuamos la fiesta hasta bien entrada la noche. Cuando todo el mundo ha bebido demasiado y han comido hasta caer en coma, poco a poco comienzan a irse.

Finalmente Ryder y yo estamos solos en la casa. Casi no puedo creerlo. Somos marido y mujer y yo nunca había querido a nadie más. La única cosa que puede hacer nuestras vidas más perfectas es el día en el que daremos la bienvenida a nuestros Nenas a este mundo. Llevándome a nuestra habitación Ryder enciende la familiar canción que estaba sonando la primera vez que hicimos el amor "You and Me" de Lifehouse. Tomando mi mano nos guía hacia el lado de la cama. Se para detrás de mí con su pecho en mi espalda. Muy suavemente quita las correas del vestido y las baja por mis brazos en forma de caricias. Mi vestido cae al suelo, haciendo una piscina alrededor de mis pies. Puedo sentir su caliente aliento soplar contra la piel de mi espalda, haciéndome temblar. Mueve su mano a mi cuello y hace el cabello a un lado, se inclina y coloca delicados besos ahí. —Eres la mujer más hermosa en esta tierra. Te amo, Ella. Para siempre —susurra en mi oído. —¿Lo prometes? —digo moviendo mi mano detrás de mí hacia su cuello y enredando mis dedos en su cabello. —Para siempre —declara. Dándome la vuelta para enfrentarlo, muevo mis manos hacia su camisa y desabrocho los botones deslizándola hacia abajo por sus hombros. Mis manos acarician su pecho, tomando tiempo extra en la cicatriz justo a la izquierda de su corazón y luego coloco un suave beso en ella. Se agacha y coloca sus manos detrás de mis rodillas, levantándome y recostándome en la cama. Trepando cuidadosamente encima de mí para asegurarse de que no pone todo su peso sobre mi vientre, toma mi boca en un beso apasionado. Muevo mis manos más abajo y trabajo su pantalón

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abriéndolo y eliminándolo. Libera un silbido cuando lo tomo en mi mano y acaricio su regalo de Dios. —Te deseo, Ryder —ruego. —Ah, me vas a tener, cariño —gime en mi boca. Me mueve de tal manera que estoy sobre mi costado y su pecho está una vez más presionando contra mi espalda. Su mano agarra mi pierna y la engancha sobre su muslo abriéndome a él mientras me penetra por detrás en una sola estocada lenta y tortuosa. Sus dos brazos envuelven mi cintura y sus manos frotan mi hinchado vientre. Recuesto mi cuerpo contra su pecho, cierro los ojos y sonrío cuando siento el tamborileo de su corazón en mi espalda. Me consuela cuando siento el ritmo acelerar con cada delicioso movimiento que hace con sus caderas. —Ryder —gimo. —Disfrútalo, nena. Aquí es donde todo comienza —dice. Vuelvo la cabeza hacia un lado y su boca instantáneamente busca la mía. Traga los sonidos de mis gemidos mientras sigue tomándome lento y suave hasta que ambos alcanzamos nuestra liberación sexual juntos. Después de que ambos hemos terminado de alcanzar el clímax y me mete en su costado. —Duerme, cariño —susurra en mi oído. —De acuerdo. Te amo, Sr. Wilde —Me gusta el sonido de eso. —Te amo, Sra. Wilde —Me gusta el sonido de eso aún más. Y nos dormimos.

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Epilogo Ryder

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inco años después…

Es un hermoso día soleado y decidimos llevar a Harley y Hendrix en nuestras motos algunas noches a la cabaña de la playa antes de que empiecen la escuela. Miro atentamente como Ella está preparando a nuestra hija Harley poniéndole al casco y ubicándola en el asiento de su propia Harley Davidson personalizada violeta oscuro. Se la regalé en nuestro quinto aniversario de boda. Ella jodidamente enloqueció, saltando como una niñita. ¡Jodidamente le encantó! Sé lo mucho que ella ama montar la mía, así que le conseguí un par de lecciones y obtuvo su licencia de motorista. Ahora, aquí estamos en nuestro primer viaje largo junto a los niños en nuestras motos. Ella camina hacia nuestro hijo Hendrix y con cariño coloca un casco en la parte superior sobre la mata de rizos marrones y luego lo sube sobre mi moto. Lo agarro y lo pongo en el asiento de adelante de mí. Me inclino hacia Ella y le doy un beso. Froto mi mano por su brazo vestido de cuero, y agarro su mano tirando de ella hasta mi boca. Beso la parte interna de su muñeca mientras inhalo su familiar esencia. Hasta hoy, no puedo oler manzanas sin ponerme duro. Dejo caer su mano en mi muslo, la muevo de un tirón por lo que su palma esta hacia arriba. Mis dedos trazan el tatuaje en su muñeca que es idéntico al mío. En una simple letra negra están las palabras “para siempre”, con la fecha de nuestra boda y la fecha de nacimiento de nuestros hijos abajo. Ella mira abaja nuestras manos con una malvada sonrisa sexy. Luego inclina su cuerpo caliente contra el mío y susurra: —Tan asombrosos como son nuestros hijos, realmente extraño tener un bebé en la casa. —¿Qué estás diciendo, nena? —pregunto esperando que ella esté pensando lo que yo estoy pensando.

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—Quiero tener otro bebe, Ryder —dice con una sonrisa de muerte en su adorable rostro. Solo el pensamiento de su vientre redondo con mi hijo otra vez, me pone instantáneamente duro como una roca. —¿De verdad? —pregunto esperanzado. —Sí, Ryder, de verdad. Salto de la moto con cuidado para no golpear a Hendrix y pongo mi hombro contra su estómago, alzándola sobre mi hombro. Sí, sé que soy una especie de cavernícola, pero ella saca eso de mí. —Viaje cancelado —le digo a los niños corriendo con Ella hacia la casa. Los niños comienzan a reír mientras me observan cargar a su madre. —Ryder bájame. Se lo prometimos a los niños —dice riendo tan fuerte que resopla. Cristo, amo a esta mujer. —No puedo esperar, Nena. Me tienes tan duro ahora mismo que podría usar mi pene como un jodido martillo —le digo —Ryder tenemos toda la noche, guapo. Espera que lleguemos a la cabaña y haré que valga la espera —me promete con su voz sexy, la cual no ayuda a que este menos duro. De mala gana me detengo y pongo sus pies de vuelta en el suelo. Ella sigue siendo la mujer más jodidamente hermosa en la que he puesto mis ojos, y confía en mi he visto mi parte justa de mujeres. Incluso después de todo este tiempo, la anhelo como mis pulmones anhelan el oxígeno, cada segundo de cada día. He tenido muchos polvos de una noche, pero nunca tuve toda la cosa del amor. Hasta el día que Ella entró a mi bar, luego fui un caso perdido. Todas las otras mujeres dejaron de existir para mí. Caí duro por ella. Infierno, para ser honesto conmigo mismo, me enamoré de ella cada vez que puse mis ojos en ella. Lo gracioso es, que cuando vi a esta chica correr contra un poste de luz y caer a tierra supe que sería lo suficientemente afortunado para pasar el resto de mi vida con ella. Un hombre no podía ser más afortunado. Ella es el amor de mi vida, la madre de mis hijos y una jodida salvaje en la cama con un alter ego de G.I Jane. ¿Quién puede pedir más? Ha pasado mucho desde que nos conocimos y no estaba seguro de que sobreviviríamos a todo, pero aquí estamos. Los días que le siguieron a la noticia de embarazo de Ella, luché con lo que tenía que hacer. Dios, como quería ser el hombre que ella merecía y el padre que mi hijo merecía, pero no era ese hombre. Era un maldito cobarde y tomé la decisión de dejarlos. Solo estuve fuera un par de días y estaba sufriendo, realmente mucho. Me di cuenta de que no podía hacerlo. No era el mejor hombre después de todo. Era egoísta. Tenía que estar con ellos; no, necesitaba estar con ellos. Ambos estábamos acostumbrados a estar solos sin nuestras familias, pero

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aquí estaba finalmente con la suerte de poder tener una familia otra vez. Sólo esperaba no haberlo jodido todo y que Ella no hubiera abandonado la ciudad con Payton y Karen. Antes de volver a Del Mar, me detuve en una joyería Tiffany y compré un sencillo pero precioso anillo de platino. Me la imagine diciendo sí y poniéndolo en su pequeño y delicado dedo. Sonaba como el jodido cielo para mí. Nada me haría más feliz que pasar el resto de mi vida con esa increíble mujer. Finalmente regresé a la ciudad luego de haberme ido por cinco días e inmediatamente fui a nuestra casa buscándola. No estaba ahí, pero sus cosas aún lo estaban, así que me dirigí al hotel en el que sabía que Karen y Payton estaban alojadas. No estaba allí tampoco y ellas nos sabían dónde estaba. Payton me dijo que ella había ido al hospital a una cita con el médico, pero nunca apareció por ella. Traté de llamarla al celular, pero ella no estaba contestando. Iba directamente al buzón de voz. Habían contactado a la policía y no había nada que pudieran hacer hasta que ella estuviera pérdida por más de cuarenta y ocho horas. Los bellos de mi nuca se erizaron. Sabía que algo serio jodidamente malo estaba pasando. Busqué en todos lados en los que pude pensar, pero ella no estaba. A la mañana siguiente estaba en la oficina de Wilde Ride, tratando de hacer un plan, cuando mi teléfono sonó. Mirando la pantalla, decía “Llamada desconocida” .Contesté con un—: Dime. Una voz contestó con—: Sé dónde está Ella —me dijeron su localización, y luego ya sabes el resto de lo que pasó ese fatídico día. Apestó bastante recibir una bala en el pecho, pero lo haría otra vez sin pensarlo un segundo, si eso significa salvar a alguien que amo. Puedo recordar despertarme en el hospital y no ser capaz de hablar por el jodido tubo de respiración bajando por mi maldita garganta. Miré arriba aterrorizado y el primer par de ojos con los que hice contacto fueron los maravillosos ojos marrones de Ella. Estaban llenos de lágrimas mientras me miraba y sentí sus dedos cuando acariciaban el dorso de mi mano. Mis ojos bajaron y vi mi anillo en su dedo. Cuando la miré de vuelta y nuestros ojos se conectaron otra vez, ella asintió y simplemente dijo—: Sí. —Esa pequeña palabra me hiso relajarme lo suficiente para que pudieran sacar el condenado tuvo de mi garganta. Dolió como un hijo de puta, pero me comporté como un hombre. Las primeras palabras ásperas que salieron de mi boca fueron—: Bésame. —Y que jodido beso fue. Cuatro meses después cuando ella me dijo—: Acepto. —Fue uno de los mejores días de mi vida. Nunca pensé que podría ser mejor, recordándola caminar por el pasillo en ese vestido blanco sexy como el pecado, pensé que iba a explotar. Mi pecho estaba tan apretado. Estaba esperando que algo lo

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arruinara, como todo lo demás en mi vida. Ahora que ella es mía, nunca dejare que nada le pase otra vez. Luego Ella tuvo a mis niños. Ese fue el mejor día de mi vida. Recibí la llamada mientras estaba en Wilde Ride, atando algunos cabos sueltos antes de irme para pasar un tiempo con Ella. Había contratado a alguien para que trabajara en el bar porque ella estaba en reposo, tratando de mantener a los gemelos dentro tanto como fuera posible. Nunca estuve tan asustado en toda mi vida como cuando recibí esa llamada. Ella estaba de treinta y seis semanas de embarazo, así que no era muy pronto, pero seguía siendo pronto y era la primera vez que la dejaba desde que tuvo que hacer reposo. Odié cada segundo de ello. Corrí a casa para verla acurrucada por el dolor. Payton y Karen estaban ahí dándole su apoyo. Payton estaba frotando su espalda y Karen estaba contando con ella y pasando a través de algunos ejercicios de respiración para hacerlo más fácil. Corrí hacia Ella, levantándola y llevándola a mi camión. Una vez que estábamos todos acomodados, nos dirigimos al hospital. Cuando llegamos, el TOCÓLOGO de Ella, el doctor Chaulk, nos apresuró a la sala de partos. Aparentemente Ella había estado en labor por bastante tiempo y no quería molestar a nadie en caso de que fuera una falsa alarma. El doctor dijo que si hubiésemos esperado más, ella hubiera dado a luz en casa. Me cambié con una bata verde y tuve que tomar unas que respirar profundamente antes de entrar a la sala de partos. No voy a mentir. Estaba completamente aterrorizado. Yo, Ryder Wilde, iba a ser padre y me asustó jodidamente sin sentido, pero aun así no podía esperar para ver por primera vez a nuestros bebés. Aparté toda esa mierda y entré, listo para darle a Ella todo el apoyo que necesitara. El nueve de mayo de dos mil doce, a las doce y un minuto y a las doce y quince minutos, mi maravillosa esposa dio a luz a nuestros hermosos bebés. Ellos eran y todavía lo son la cosa más asombrosa que he visto. La enfermera me los dio, situándolos en cada uno en mis brazos y se los lleve hacia Ella y dije—: Hola mami —grazné, mi garganta encogida con emoción. Me incliné y puse un suave beso en sus labios. —Hola papi —replicó con lágrimas deslizándose por sus mejillas. Podías oír la alegría y el cansancio en su voz. Se empujó hacia arriba en sus codos poniendo suaves besos en las cabezas de nuestros bebes. Maldición, amo a mi familia ferozmente. Dos de las enfermeras ayudaron a Ella y los bebés a limpiarse y luego los instalaron en el cuarto. Alzando a mis pequeños milagros, coloqué a Harley y Hendrix en brazos de su madre mientras salí a buscar a Payton y Karen.

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Cuando entraron, me incliné hacia Ella y tome a Hendrix mientras ella sostenía a Harley y nos hicimos nuestra primera foto familiar. Tengo una copia de esa fotografía en todas partes. Colgada en el bar, en mi camioneta y plegada en mi billetera. Esperé mucho tiempo para tener una familia y no podía ser más feliz. Amo a mi esposa. Ella sigue dándome el mejor regalo posible, una vida feliz. En cuanto a los que trataron de mantener separada a mi familia de mí, digamos que simplemente obtuvieron lo que se merecían. El día que me dispararon rescatando a Ella, el departamento de policía de Del Mar hiso un allanamiento de los locales y otra propiedad. Obviamente encontraron algunas chicas que habían sido secuestradas y retenidas contra su voluntad y encontraron un alijo de cocaína y heroína. La mayoría de los miembros de Mayhem y los Devil’s Disciplines terminaron por unirse después de ser sentenciados a quince años de cárcel. Al principio, no podía soportar la idea de mantener el contacto con los tipos que planearon vender a mi mujer por sexo y matar a mis bebes, pero Gunner me contactó a través de una carta y quería que lo visitara así podría explicarme sus acciones. Durante mi visita me dijo que Axel y los miembros de The Divil’s Disciples habían amenazado con torturarlos y matarlos y a sus familias, si ellos no estaban de acuerdo con los planes. Hicieron lo que tenían que hacer, para proteger a sus familias. Ya no puedo estar enojado con Axel por el papel que jugó en lo que le pasó a Ella porque el obtuvo su castigo, murió. Matt fue sentenciado a cinco años con posibilidad de libertad condicional después de tres años, por su intento de violación a Olivia. No es jodidamente suficiente en mis libros. Si fuera por mí, el imbécil pasaría su vida. Él fue encarcelado en la misma prisión que mis hermanos. Hace dos años, Ella recibió una llamada notificándole que Matt estaba disponible para la libertad condicional y le dieron la opción de asistir a la audiencia y dar el testimonio de víctima. En esa época Ella se puso muy nerviosa y empezó a tener terrores nocturnos causando que gritara, despertando a toda la casa. Todos jodidamente sufrimos, mirándola revivir su trauma del ataque me Matt. Un par de días después de recibir esa llamada, fui a visitar a Gunner y arreglamos el golpe. Tres días antes de la audiencia, recibimos una llamada de la prisión informándonos que Matt había sido degollado en su celda. El hijo de puta se desangró en el piso antes de que alguien lo encontrara, no podría haberle pasado a un tipo mejor. Ella durmió como un bebé desde entonces. Ella todavía tiene que preguntarme eso, pero estoy seguro de que sabe qué parte jugué en su muerte. Si ella pregunta en el futuro, la respuesta es simple. Hice lo que tenía que hacer para proteger lo que es mío, mi familia.

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Para Brent, aparentemente el mensaje que envié fue recibido. Renunció a su trabajo y se mudó de vuelta con su mami y su papi. Me siento un poco mal por golpear al tipo por algo que Matt hizo, pero seguía moviéndose en mi territorio. No podía saber eso, ¿verdad? Miro hacia abajo con adoración a mi esposa y entrelazo nuestros dedos. —Vamos a la carretera, nena. Cuanto más rápido salgamos antes llegaremos a la cabaña y podré meter tu hermoso trasero en la cama y empezar a hacer algunos bebés más —De acuerdo, cariño. Te amo —dice. —Yo también te amo —le contesto levantando su mano y besando el tatuaje en su muñeca. —Para siempre —decimos juntos. Es como la cosa que nos decimos el uno al otro ahora. Caminamos y saltamos en nuestras motos, moviendo a nuestros niños así están sentados en el asiento entre nosotros y el tanque de gasolina. Me inclino y hablo en la oreja de Hendrix: —¿Estás listo amigo? —Él asiente con su pequeña cabecita con el casco Echo un vistazo a mi esposa e hija. Ella está diciendo algo en la oreja de Harley. Harley me mira y me gesticula con los dos pulgares arriba. Ella y yo sonreímos mientras encendemos nuestros motores y salimos a nuestro viaje. Sip, la vida es jodidamente buena.

Fin

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Próximo Libro Sweet Ride – Ride #2 Las apariencias pueden ser engañosas. Payton Clare, la desenvuelta, chica amante de la diversión, se traslada a Del Mar, California, para estar más cerca de su mejor amiga. Nadie sabe que un acto de violencia en su pasado, la ha dejado dañada sin posibilidad de reparación. Ella considera que es difícil confiar en los hombres, especialmente en Jack De Luca, el macarra, motoristas, policía encubierto que tiene el potencial de convertirse en algo más. Jack ha estado ausente de su vida durante años y está de vuelta en la ciudad y luchando contra sus propios demonios personales. ¿Pueden encontrar su camino de regreso el uno al otro, superando su pasado para hacer una vida digna de ser vivida juntos?

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Sobre la autora Maegan Lynn Moores

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anya Baikie pasó su infancia en Gander, Newfoundland, Canadá. Ella reside actualmente en la ciudad de Happy Valley -Goose Bay, Labrador, Canadá con su esposo y sus tres perros. Después de soportar once largos años de tratar de formar una familia, Tanya y su marido estuvieron increíblemente extasiados al descubrir que esperaban su primer hijo para enero del 2014. Cuando no está trabajando, le gusta pasar tiempo en la cabaña junto con su marido, la lectura, y por supuesto la escritura. Jillian Moores creció en Deer Lake, Newfoundland, Canadá. Ella vive actualmente en la ciudad de Happy Valley -Goose Bay, Labrador, Canadá con su esposo y su adorable hija de tres años. Durante su tiempo libre, Jillian le encanta pasar tiempo con su esposo e hija, invertirlo en un romance tórrido, escuchar música rock, y la escritura. Maegan Rowe nació en Summerside, en Prince Edward Island, Canadá de padres militares que finalmente se establecieron en Happy Valley -Goose Bay, Labrador, Canadá, cuando era adolescente. Actualmente se está preparando para mudarse a Prince Edward Island, Canadá con su novio para continuar su educación en el campo de la nutrición. Cuando no está desarraigando su vida, le gusta disfrutar del aire libre, excursiones a la cabaña y de camping, leer algunos libros chick lit, y la escritura.

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