DESDE 1965, EL
ABRIL
2 DE
SE CELEBRA CADA
AÑO, EL DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO INFANTIL EN RECUERDO DE LA FECHA DEL NACIMIENTO DEL ESCRITOR DANÉS HANS CHRISTIAN ANDERSEN.
Hans Christian Andersen Junto a las aguas del Báltico, en una ciudad llamada Odense, vino al mundo Hans Christian Andersen el 2 de abril de 1805. Su padre era un zapatero y su madre una lavandera. Dicen que eran tan pobres que su cama fue construida con maderas recicladas directamente del cementerio. Su infancia estuvo llena de miseria y de dolor, Andersen siempre soñó con un mundo diferente, con convertirse algún día en un príncipe encantado. Fue por esa razón que a los 14 años se marchó a Copenhague, para estudiar y triunfar en el mundo de las artes. El oficio de sastre, que le había deparado su familia, no satisfacía sus aspiraciones: él deseaba ser bailarín, cantante o actor. Flaco, desgarbado, narizón, era la burla de sus condiscípulos cuando –con la ayuda de algunos aristócratas que vislumbraron su talento– consiguió estudiar. Pero no estaba en el teatro, ni en la ópera ni en la danza el futuro de Andersen, sino en las letras. Así lo descubrió y se entregó a la tarea de probar fortuna como autor. Un profesor de canto lo acepta, pero el cambio de voz pone fin a sus aspiraciones en ese campo. Personas influyentes cuidan de
él y le pagan los estudios para que pueda mejorar su deficiente educación. Gracias al interés del director de teatro Jonas Collin, obtiene una beca que le permite seguir sus estudios de forma regular. Superado el bachiller, a partir de 1830 comienza a publicar sus primeros relatos. Su joven reputación y la ayuda de Jonas Collin le proporcionan una beca de viaje. Conoce países como Egipto, China, Dinamarca, Alemania, España, y muchos otros lugares que luego trasladará a sus cuentos. El Rey conoce algunos de sus escritos y le paga una beca para que escriba tranquilamente. Un día de 1844 escribió: “Hace veinticinco años llegué con mi atadito de ropa a Copenhague, un muchacho desconocido y pobre: y hoy tomé chocolate con la Reina.” Es así como empezó a escribir sus más de 164 cuentos infantiles, los que lo han llevado a ser reconocido como uno de los grandes autores de la literatura mundial. Entre sus más famosos cuentos se encuentran El patito feo, El traje nuevo del emperador, La reina de las nieves, Las zapatillas rojas, El soldadito de plomo, El ruiseñor, El sastrecillo valiente y La sirenita. Han sido traducidos a más de 80 idiomas y adaptados a obras de teatro, ballets, películas, dibujos animados, juegos en CD y obras de escultura y pintura.