Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe Vol. 11, No. 2 Julio-Diciembre, 2014, ISSN: 1659-0139
Fe de erratas Se hace constar que en el artículo “La maternidad en la historia: deber, deseo y simulacro” de María Flórez-Estrada Pimentel, el cual forma parte del Volumen 11, Número 2, 2014, de Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, pp. 259-288, se han advertido los siguientes errores:
Página 263. El primer párrafo aparece de la siguiente manera: En la economía política del honor, las mujeres no tenían problema con que los productos de sus embarazos se mantuvieran alejados de ellas y fuesen criados por otras personas o institucionalizados, pues lo que les importaba era no perder su honra. Y, en función de ello, las estrategias de encubrimiento, como las llama la autora, no eran realizadas solo por sus familiares: Incluso la iglesia católica colaboraba en la protección de su honor, omitiendo su nombre en el acta de nacimiento de la criatura. No obstante, si una mujer deseaba mantener su reputación pública de virgen, no debía reconocer o criar abiertamente a su descendiente. Entre las ciento ochenta y siete madres e hijos ilegítimos que comparecieron para solicitar cédulas de legitimación, 67 (35.8 por ciento) tuvieron embarazos secretos. Se ocultó su identidad en las actas de nacimiento o no se encargaron de cuidar al niño (Twinam, 1991, 134).
Debería ser: En la economía política del honor, las mujeres no tenían problema con que los productos de sus embarazos se mantuvieran alejados de ellas y fuesen criados por otras personas o institucionalizados, pues lo que realmente les importaba era no perder su honra. Y, en función de ello, las estrategias de encubrimiento, como las llama la autora, no eran realizadas únicamente por sus familiares: Incluso la iglesia católica colaboraba en la protección de su honor, omitiendo su nombre en el acta de nacimiento de la criatura. No obstante, si una mujer deseaba mantener su reputación pública de virgen, no debía reconocer o criar abiertamente a su descendiente. Entre las ciento ochenta y siete madres e hijos ilegítimos que comparecieron para solicitar cédulas de legitimación, 67 (35.8 por ciento) tuvieron embarazos secretos. Se ocultó su identidad en las actas de nacimiento o no se encargaron de cuidar al niño (Twinam, 1991,134).
Página 265. El segundo párrafo aparece de la siguiente manera: Por tanto, la mujer, por su honor, se resignaba a cumplir con su misión terrenal. Pero el maltrato y la crueldad de los que se sentía objeto tenían un límite más allá del cual eran inaceptables para ella. Concepción García, mayor Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, Vol. 11, No. 2 Julio-Diciembre, 2014
Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe Vol. 11, No. 2 Julio-Diciembre, 2014, ISSN: 1659-0139
de edad, que demandó a su esposo, Ramón Cubero, artesano, herediano, en juicio de divorcio, declaraba que había criado a cuatro hijos que le habían causado toda clase de sinsabores, desvelos y trabajos, y que sufriría todo con resignación y prudencia, a no ser por el trato que le daba su cónyuge. En 1861, ya no estaba dispuesta a sufrirlo más (González, 1997, 241).
Debería ser: Por tanto, la mujer, por su honor, se resignaba a cumplir con su misión terrenal. Pero el maltrato y la crueldad de los que se sentía objeto tenían un límite más allá del cual eran inaceptables para ella. Concepción García, mayor de edad, que demandó a su esposo, Ramón Cubero, artesano, herediano, en juicio de divorcio, declaraba que había criado a cuatro hijos que le habían causado toda clase de sinsabores, desvelos y trabajos, y que sufriría todo con resignación y prudencia, a no ser por el trata que le daba su cónyuge. En 1861, ya no estaba dispuesta a sufrirlo más (González, 1997, 241).
Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, Vol. 11, No. 2 Julio-Diciembre