DAVID HUME •
Identidad personal: El alma y la identidad personal son dos ideas que, según Hume, estarían haciendo referencia a realidades que pueden llegar a ser posible, estaríamos pensando en estas como realidades permanentes, idénticas, invariables e inmateriales. De este modo para Hume la coincidencia entre ambas sería total. Las diferencias que encuentra Hume para analizarlas de modo separado son las siguientes:
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El alma es un soporte inmaterial de nuestras percepciones.
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Hume concibe el Yo o Identidad Personal no tanto como el soporte invariable e inmaterial de nuestras percepciones, sino como algo que acompaña a las mismas y permanece idéntico e invariable a través del tiempo.
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Hume, intenta analizar ahora la idea de identidad personal o Yo y averiguar si realmente es algo de lo que podemos estar seguros al defender su existencia. Para ello, comienza afirmando que algunos filósofos defienden que nuestro YO es algo que no necesita ser demostrado, ya que, por intuición descubrimos que la existencia de nuestro yo, idéntico e invariable, es algo tan cierto que resultaría absurdo el ponerlo en duda.
Crítica del alma: Hume expone que la idea del alma es paralela a la idea de sustancia material, por lo tanto todo tipo de pensamientos, dolor o deseos son estados pasajeros, manifestaciones o accidentes del alma. Sin embargo, apunta que no hay una impresión del alma sino que yo mismo tengo impresiones de dolor, de deseo… Es decir, tengo impresiones de accidentes de mi alma. El punto de vista humano, en este apartado, es totalmente opuesto al cartesiano, por su negativa a aceptar el planteamiento substancialista. Lo que Hume creía se puede resumir en la siguiente oración: “Nuestra mente no se nos muestra como una substancia pensante, es decir como algo simple y permanente, encontramos más bien pluralidad y cambio.”
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Libertad: El concepto habitual de la libertad del ser humano está relacionado con lo espontáneo, es decir, que nuestras acciones no están condicionadas por nada. Sin embargo, Hume se opone a esta idea, justificándose con el hecho de que nuestras acciones están determinadas por uno o varios motivos, desde tu personalidad hasta tus sentimientos y pasiones; es por esto que somos capaces de entender al ser humano. Esto lo explica con la siguiente frase: “la libertad es la capacidad de actuar o no actuar dependiendo de las determinaciones de nuestra propia voluntad”.
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Experiencia: El empirismo tiende a encerrar el conocimiento a las fronteras de la experiencia. Este conocimiento se consigue mediante la sensibilidad. Según Hume, los
conocimientos proceden de la experiencia. Encontramos experiencia externa, que proviene de los sentidos; y la íntima, es decir, la experiencia propia. Todos los materiales del pensar vienen de nuestras sensaciones. Si analizamos nuestras ideas, por más alejadas de la sensibilidad que parezcan, se verá que derivan de las impresiones. Y para que sean válidas tienen que concordar con las impresiones, ya que si no es así sería una idea irreal.