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Agradecimientos Moderadora Proyecto MewHiine Staff MewHiine

EvaMedina

Isane33

Pili

melusanti

3lik@

Krispipe

Anelynn

Sarahflowerz

Moderadora de Corrección Tamis11 Staff isane33

Meellc

tamis11

Diiana

sttefanye

Karlix Lectura final MewHiine Diseño Nati Bell

Mewhiine

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índice

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Sinopsis Lucky Morgan ha tenido su parte de desamor. Ella queda devastada cuando su novio la abandona después de dormir con él y se jura a sí misma que no la volverán a utilizar. Ella decide que el siguiente tipo con el que tenga una cita y se acueste, será su único y verdadero amor. Zane Beaumont es el hombre misterioso y snob que va de cena cada noche del viernes con una chica diferente. Él es el tipo de hombre que ha aprendido a evitar: sin preocupaciones, rápido, guapo, rico y sarcástico. Desafortunadamente, ella no puede dejar de pensar en el brillo diabólico en sus ojos. Cuando el coche de Lucky se avería una noche después de una fiesta, es Zane que viene a su rescate. Cuando Zane intenta hacer caer a sus pies a Lucky, pronto se da cuenta de que nada es lo que parece y que Zane puede ser muy bien el hombre por quien ella cambie las reglas. Eso es hasta que conoce a Braydon.

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Prólogo Traducido por Anelynn Corregido por tamis11

É

l no estaba seguro por qué siempre escogía esta cafetería. Era algo

riesgoso de hacer. Si alguna de las meseras metía la pata y mencionaba sobre todas sus citas aquí, arruinaría todo. Todo lo que sabía era que le

gustaba esta cafetería: era sencilla, cómoda y relajante. Le permitía entretener a las chicas sin sentir ninguna presión. Todas eran hermosas mujeres, y era capaz de conseguir lo que quería de ellas fácilmente. Eran todo lo que él quería y nada de lo que necesitaba. Si era honesto con él mismo, sabía que le gustaba de esta manera. No le iba a permitir a una mujer meterse bajo su piel. Nunca iba a cambiar de parecer sobre enamorarse. No por alguien, y absolutamente no por una pelimorena llamada Lucky quien apenas conocía. Tenía que concentrarse en el plan en mente, y no podía tener en cuenta emociones para entrar en el camino de lo que necesitaba hacer.

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Capítulo 1 Traducido por EvaMedina Corregido por MewHinne –¿Te puedes creer que ese chico está aquí otra vez con otra chica? –Shayla observó desde dentro al comedor y negó con la cabeza–. ¿Esas chicas son estúpidas? – ¿A lo mejor no les importa? –me encogí de hombros, indiferente a cuántas citas diferentes traía al restaurante el Sr. Propinas Grandes todas las noches de los viernes. –O no lo saben –ella puso lo ojos en blanco mientras preparaba dos ensaladas de jardín para su último cliente–. Pero en serio, ¿cómo pueden no saberlo? Una mirada te dice que ese es un chico que no va a ser fiel. –Shayla –me reí mientras ordenaba montañas de cubertería y doblaba conjuntos de ellos dentro de servilletas–. No puedes juzgar a un libro por su portada. –¿Así que irías a una cita con él si te lo pidiese? –Oh, diablos, no –me reí y miré hacia fuera al alto y guapo deportistucho1 sentado en una de mis mesas. Su nombre era Zane Beaumont y ha estado frecuentando‖ Lou’s‖ Burger‖ Joint‖ cada‖ viernes‖ por‖ la‖ noche‖ en‖ los‖ últimos‖ tres‖ meses con una chica diferente cada vez. La cita de esta semana parecía tan insulsa como las otras chicas que había traído previamente a cenar. Pero ya no estaba 1

En el original “Jock”, que es una forma peyorativa de referirse a los atletas /deportistas.

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sorprendida, no como lo estaba Shayla, él siempre entraba con una chica nueva. De hecho, hubiese estado más sorprendida si entrase con la misma chica dos semanas seguidas. – ¿No crees que es guapo? –Shayla se giró hacia mí y contoneó sus cejas antes de irse a entregar sus ensaladas. –Oh, de acuerdo, él es guapo –me reí otra vez y lo miré, estudiando su rostro de forma clínica–. Pero tiene que ser el mayor jugador de Miami –Zane era todo lo que quería evitar en un chico. Era demasiado guapo para ser un chico bueno, con esos ojos celestes y cabello castaño oscuro ligeramente demasiado largo. Su cabello siempre estaba perfectamente espinado con un mechón en su rostro que peinaba con sus dedos para darle una apariencia enmarañada. Su rostro era cincelado y clásicamente hermoso, y siempre tenía una mirada ligeramente petulante y superior. Había algo en su imagen que te atraía instintivamente. Pero sabía que no había forma que alguna vez procediera según la atracción que sentía, no que él fuera a estar interesado en mí de alguna manera. –Deberías ir a por ello, chica –María, la otra camarera trabajando esa tarde, contoneó sus cejas en mi dirección cuando terminó de contar sus propinas–. Siempre se sienta en tu mesa. Apuesto a que está deslumbrado por ti, chica2. –Gracias por el voto de confianza, María, pero lo dudo –me reí fácilmente mientras un cálido rubor corría por mi cuerpo–. Incluso si estuviese interesado, que no lo está, nunca tendría una cita con alguien como él. No hay manera en que él se ciñese a mis reglas. –Ay dios mío3 –Maria puso los ojos en blanco–. ¿Estás hablando de esas reglas otra vez. Olvida las reglas. Sólo déjate llevar.

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En español en el original. En español en el original.

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–Tú sabes que no puedo hacer eso, María –suspiré–. Creé esas reglas por una razón. Ya no quiero ser sólo una compañera en la cama de algún chico. Me estoy salvando a mí misma del problema real. –Si tú lo dices –ella metió su fajo de billetes en su bolso y se levantó–, pero estoy segura de que él sería dinamita en la cama si cambiases de opinión –ella se rió y yo tuve que asentir para mostrar mi concordancia. Había algo en la forma en la que Zane Beaumont se movía que era rítmico y sexy. Además, sus manos eran grandes, cálidas y masculinas. Me sonrojé al recordar el shock de electricidad que sentía cada vez que nuestros dedos se tocaban cuando recogía sus pagos. –Adiós, María. ¿Te veré mañana? –No, chica, Pedro y yo vamos a ir a un baile de salsa –ella sonrió e hizo un par de pasos en la cocina. –Oh, eso debe ser divertido –le sonreí, ligeramente envidiosa. Yo deseaba que pudiera permitirme tener las noches de los sábados libres. No era que en realidad importase de todas formas. No tenía un novio, y mis dos mejores amigas tenían pareja. Así que cuando sí tenía una noche libre, usualmente estaba sola en casa, viendo películas‖de‖porquería‖con‖un‖gran‖bote‖de‖helado‖de‖Ben‖&‖Jerry’s‖Phish‖ Food. –Deberías venir con nosotros una noche, chica. El primo de Pedro acaba de mudarse a aquí desde New York, su nombre es Armando. Creo que te gustaría. –Está bien. Gracias, María –me reí e hice rápidamente mi camino hacia dentro del comedor cuando una nueva pareja se sentó en mi mesa. Suspiré cuando se sentaron en el reservado del mismo lado. Obviamente eran una pareja nueva, intentando estar tan juntos como sea posible. Era difícil trabajar en el restaurante las noches del viernes y del sábado porque eran usualmente citas nocturnas. Pero también eran las mejores noches para las propinas. Zane Beaumont siempre me daba la propina de, al menos, el 50%, ¿qué chica podía decir que no a eso?

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–Hola, soy Lucky, y yo seré su camarera esta noche. ¿Puedo empezar por alguna bebida? –mantuve la sonrisa pegada en mi rostro, incluso cuando la pareja no me estaba prestando atención. Estaban demasiado ocupados besándose–. O quizá les daré unos minutos –me alejé de la mesa mientras ellos continuaban ignorándome y fui a chequear a Zane y su cita. –Hola, ¿está todo bien? –sonreí cordialmente, intentando ignorar el entusiasmo en mi estómago cuando Zane levantó la vista hacia mí cuidadosamente con una sonrisa sexy. –¿Ésta es una cola light? –me preguntó la preciosa morena con actitud inapropiada–. Pedí una cola light y esto sabe como una cola normal. –Puedo asegurarte que ésa es una cola light, señora –intenté asegurarme de no poner los ojos en blanco–. Yo personalmente llené tu orden de bebida y me aseguré de golpear el botón de la cola light. –Bueno, ¿estás segura? Porque no sabe como cola light –me fulminó con la mirada y me giré hacia Zane–. ¿Algo más que necesite, Sr. Beaumont? –Te dije que me llames Zane –él se rió–. Y no, estamos bien aquí. Gracias, Lucky. –Un placer –sonreí y volví a la cocina sonriendo. Nunca se lo admitiría a Shayla o a María, pero amaba ver a Zane Beaumont todas las semanas. De hecho, verlo era lo único que me mantenía cuerda y me alejaba de morir de soledad. He estado soltera hace un año ahora, sin citas, sin besos y, ciertamente, sin sexo, y eso estaba empezando a exasperarme. Me habían pedido salir algunos chicos, pero ninguno al que le daría tiempo de mi día, y ciertamente ninguno que encontrase tan atractivo como Zane. No sólo mis amigas del trabajo estaban shockeadas por mi carencia de citas, si no que también lo estaban Leeza y Shannon, mis dos mejores amigas. Nosotras tres nos habíamos unido durante la Semana de Estudiantes de Primer Año en la Universidad de Miami, y habíamos sido asiduas a casi todas las fiestas del campus

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por nuestros dos primeros años. Nosotras habíamos ido de novio en novio y yo no pensaba en nada sobre nuestros hábitos de citas. Eso es, hasta hace un año, cuando mi novio de turno, estudiante de último curso, que también era el presidente de su fraternidad, Sigma Chi, rompió conmigo. Eso me había devastado bastante, y fueron sus últimas palabras lo que había tenido mayor impacto para mí: “No creíste que esto era serio, ¿verdad, Lucky? Todo el mundo sabe que tú eres una chica para pasarlo bien. ¿Con cuántos chicos has estado desde que empezaste en la UM? Eres como un huracán con los chicos” y luego se había reído de su broma “Huracán, ¿lo entiendes?” había preguntado él, y yo había asentido sin palabras. El hecho de que él haya comparado entre bromas mi historial de citas con el equipo de fútbol de la Universidad, no me parecía gracioso. Me había hecho sentir como una zorra, como si yo fuera una de esas chicas que sólo iban de chico en chico y de cama en cama. Sabía que él pensaba que yo era esa clase de chica, pero yo no lo era realmente. Al menos no como él había pensado. Era verdad que había salido con unos ocho chicos diferentes durante mis tres años en la UM. Pero sólo había dormido con tres de ellos. Aparentemente, los cinco con los que no había dormido no pasaron esa información cuando hablaban de mí. Me había tomado alrededor de un mes superar el daño y dolor, y había tomado una decisión conmigo misma, que ya no iba a salir con alguien sólo por salir con alguien. Quería asegurarme que con todo chico que saliese, tenía la posibilidad de ser mi último novio. Eso significaba, que tenía que caber dentro de varios parámetros: 1. Tenía que ser honesto. 2. Tenía que ser guapo, pero no demasiado guapo, o tendría demasiadas mujeres tras él, algo que yo sabía por experiencia. 3. Tenía que estar buscando una relación seria, pero no ser demasiado viejo o demasiado desesperado para sentar la cabeza. 4. Tenía que ser financieramente seguro, pero no demasiado rico, o demasiadas mujeres irían tras él, otra vez, algo con lo que tenía experiencia. 5. Tenía que ser gracioso, leal, fiel y discreto. 6. Tenía que estar de acuerdo con esperar a estar casados o comprometidos para tener sexo.

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Me imaginé que había creado una lista bastante meticulosa. Shayla, María, Shannon y Leeza, todas pensaban que estaba siendo ridícula con mi lista y estaba destinada a una vida de soltería. Pero les expliqué que ya no estaba sólo buscando a alguien con quien salir, estaba buscando al chico que sería mi último novio. Ésta era la única manera en que podía asegurarme de que no me pisotearían otra vez el corazón. Así que, aquí estaba yo, un año después a los 22 y cerca de graduarme de la Universidad sin novio actual y ninguno a la vista. Zane Beaumont era el tipo de chico a por el que hubiese ido antes de crear la lista. Pero él también era el tipo de chico que sabía que agarraría mi corazón y lo desgarraría en pedazos. –Hey, Lucky, tu nueva mesa está lista para ordenar –Shayla entró corriendo a la cocina con un plato en sus manos–. Y Mike, ellos pidieron carne blanca, no oscura. Tienes que hacer la carne blanca especial otra vez, por favor, y rápido. No quiero perderme otra propina. –¡Lo pillo, Shayla! –sonrió Mike y dejó el pollo en la freidora profunda. Él le guiñó un ojo y ella suspiró antes de volverse hacia mí con una mirada exasperada en su rostro. –Te lo digo yo, no creo que sea inteligente trabajar con tu novio. –No lo tendrían de ninguna otra forma, Shay –le sonreí antes de volver al comedor. Shayla y Mike tenían una relación casi perfecta. Ambos habían estado trabajando‖en‖Lou’s‖por‖m{s‖de‖cinco‖años‖antes‖de‖que‖Mike‖se‖decidiese‖a‖pedirle‖ una cita, y habían estado juntos desde entonces. –Hola, ¿están listos para ordenar ahora, chicos? –Nos gustaría una cheeseburger y patatas fritas –el chico ordenó por ambos y la chica sólo se sentó allí, sonriendo–. Vamos a compartir, así que pon los pepinillos a un lado, por favor.

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–Y la cebolla también –habló la chica finalmente, y ambos se rieron. –De acuerdo, ¿así que una cheeseburger y patatas fritas? ¿Algo más? –No, sólo dos aguas –y luego volvieron a besarse otra vez. Fui a la fuente para conseguirles dos vasos de agua y suspiré. No va a haber una gran propina por parte de ellos, de eso estaba segura. Intenté calcular cuánto dinero había hecho en la noche y mordí mi labio. Todavía no era suficiente para llevar mi coche al mecánico. Mi Toyota Corolla del 1991 estaba en sus últimas y estaba bastante segura de que la junta de la cabeza iba a volar otra vez. Estaba exhibiendo las mismas señales desde hace un año cuando se había volado, y supe que no podía permitirme estar sin mi coche ahora. No sería capaz de llegar a la Universidad y al trabajo si no tenía un coche, y seguro que no podía permitirme comprarme uno nuevo. Pero el mecánico quería $800 por arreglar mi coche y sólo tenía $500. Tenía la esperanza de que esta noche pudiera ver clientes hambrientos felices-por-gastar de Sudamérica, pero no había tenido tanta suerte. –Supongo que mañana será –murmuré para mí misma mientras caminaba con las dos aguas hacia la mesa. –Aquí tienen –dije, a nadie en particular y volví a la cocina para hacer más cálculos mentales. Quizá si le preguntaba al propietario si podía pagar el alquiler un poco tarde, pensé. Quizá podía usar el dinero del alquiler para arreglar mi coche. Suspiré mientras pensaba en acercarme a mi propietario con cara de mezquino. Tenía un presentimiento de que no estaría feliz si le preguntaba si podía pagar mi alquiler ligeramente tarde. –¿Estás bien, Lucky? –Mike me miró desde dentro de su posición y yo asentí rápidamente. No quería que Mike y Shayla se vieran envueltos en mis problemas. Sabía que ellos querrían prestarme el dinero, pero también sabía que tenían a dos niños que mantener y que apenas eran capaces de hacer eso. –Sí. Gracias, Mike.

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–¿Qué hizo Mike ahora? –Shayla volvió a entrar en la cocina y miró a Mike de pies a cabeza–. ¿Estás molestando a mi chica? –No, Shay. Lucky sólo estaba mirando hacia abajo un poco. –Oh, lo siento chica, quizá no sean tan baratos como parecen –Shayla me sonrió mientras hablaba de la nueva pareja que se había sentado en mi área. Todos los‖ que‖ trabajaban‖ en‖ Lou’s‖ sabían‖ desde‖ el‖ momento‖ en‖ que‖ se‖ acercaban‖ a‖ la‖ mesa, qué tipo de propina iban a recibir. Siempre que una pareja joven entraba toda acaramelada, usualmente significaban propina baja. –Estoy segura de que lo serán –me reí–. Están compartiendo su plato principal. –Oh, hombre –Shayla negó con la cabeza y me dio palmaditas en el hombro para mostrar sus condolencias–. Pero al menos tienes al Sr. Rico, que debería estar bien por unos dólares, ¿verdad? –Sí. Él siempre deja buenas propinas –sonreí y miré fuera hacia el comedor para asegurarme de que ninguno de mis clientes esta buscándome. Miré a Zane Beaumont otra vez y vi que mantenía sus manos a los lados de la mesa. Siempre veía a sus citas con sus manos extendidas moviéndose lentamente hacia él, pero nunca los vi sujetándose las manos. Me pregunté si él había dormido con todas ellas. Ciertamente, él era lo suficientemente guapo como para encamarse con cualquier chica que quisiera. Me pregunté si las dejaba apenas dijeran que sí. No me sorprendería si averiguaba que era el tipo de chico de déjalas-a-la-mañanasiguiente. Sacudí mi cabeza y sonreí para mí misma, él era el tipo de chico de pasar-la-noche-en-sus-casas-e-irse-temprano-a-la-mañana. Estaba segura de ello. – ¿Qué es tan gracioso, Lucky? –Sólo preguntándome si el Sr. Rico es tan bueno en la cama como parece –dije irónicamente y me giré hacia Shayla con una sonrisa. –Y no te atrevas a decir una palabra.

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–Chica, no voy a decir nada –ella me guiñó un ojo y se rió–. Pero apuesto a que es un hombre que puede estar toda la noche entera. –De acuerdo, me voy de aquí –gemí y volví apresuradamente al comedor. No quería pensar en Zane ni en sexo. Había pasado tanto tiempo desde que había salido con alguien o tenido sexo, y de sólo pensar en él me estaba poniendo a cien. Pero había sido mi decisión y necesitaba recordar eso. No podía permitirme fantasear con un chico como Zane. –¿Está todo bien, Lucky? –La voz de Zane era profunda y ronca, y él me miraba con preocupación–. Espero que nada se esté quemando en la cocina. –Oh, no. está todo bien –le sonreí y me alejé de su mirada. Cada vez que decía mi nombre sentía un sonrojo interno–. ¿Ustedes necesitan algo más? –Sólo la cuenta –su sonrisa se había ido y sus ojos volvían a estar vacíos–. Y rápido, por favor. –Por supuesto –me alejé, confundida por el repentino cambio en su comportamiento–. Lo haré ahora mismo. –Así que Zane, ¿a dónde vamos ahora? –se pavoneó su cita. – ¿Pensé que podíamos ir a beber unos cocktails en la playa? – ¿South Beach? –Sí, ¿podemos ir a Washington? Conozco un lugar genial. –Podemos ir a mi casa. –Sí, podemos hacer eso –su voz era fluida como la seda. Eché un vistazo por encima de mi hombro y vi cuando él acarició su mano. ¡Idiota! Pensé para mis adentros mientras imprimía la cuenta de Zane. Quería darme una bofetada por pensar que quizá no era el playboy que había pensado que era. Obviamente lo era. No era material de novio, y tenía que seguir recordándome eso.

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–Aquí tienen –dejé la cuenta en la mesa y le hablé a la chica, ignorando a Zane– Pueden pagar en el frente –volví caminando a la cocina rápidamente y entré al baño. Trabé la puerta y salpiqué agua con rapidez en mi rostro caliente. Estaba molesta y frustrada. Miré al espejo a mi cabello castaño oscuro y pasé mis dedos por mi cola de caballo. Miré a mis amplios y molestos ojos a través del espejo y vi las líneas de stress en las esquinas y suspiré. Parecía deprimida y desgastada; ni siquiera podías compararme con el rebaño de chicas que Zane exhibía dentro y fuera del restaurante. A veces vivir en Miami me daba un complejo de inferioridad y yo no soy propensa a la baja auto-estima. No me malinterpretes, tengo mis días como todos los demás, pero generalmente estoy feliz con mi apariencia y mi vida. No soy Miss América, pero no creo que sea fea. No me gustaba el sentimiento incómodo en mi estómago. Realmente no entendía por qué estaba molesta por el trato desdeñoso de Zane. No era como si fuéramos amigos o tengamos algo. Y no era como si fantasease con él. Quiero decir, sí, lo admitiré, creo que él es mono, pero eso es todo. Y él es un jugador y pomposo. El típico guapo chico rico que ha tenido todo fácil. No era el tipo de chico con el que quería terminar. No, no en absoluto. Sólo tenía que seguir recordándome eso. –Lucky, ¿estás bien? –Shayla golpeó la puerta. –Sí, saldré en seguida. –Mejor que lo hagas, tu jovencito te está esperando fuera. –¿Qué jovenc...? –Oh, mierda, pensé. Probablemente estaba enfadado porque le di la cuenta a la chica. Mi corazón empezó golpear y me sentí un poco enferma. ¿Qué si él decidí que no iba a volver a este restaurante? ¿Qué si nunca lo volvía a ver? –Gracias, Shayla –salí del baño y pasé por la cocina hacia el frente de la tienda donde Zane estaba esperándome con una expresión de preocupación en su rostro. –Hey, Lucky, gracias por venir a hablar antes de que me vaya –sus ojos azules perforaban los míos y yo le devolvía la mirada sin una sonrisa.

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–Por supuesto. –Tengo que irme en un segundo porque ella está esperando en el coche. –De acuerdo –quería‖preguntarle‖por‖qué‖la‖llamaba‖‚ella‛‖en‖lugar‖de‖por‖su‖ nombre–. Así que, ¿hice algo mal con la cuenta o algo? –Quería disculparme si dije algo que te molestase –se detuvo–. Sólo espero que no resultase irrespetuoso. –Oh, no, por supuesto que no –su afirmación me tomó por sorpresa. –He sido criado para tratar a todos por igual –continuó él y lo miré con sorpresa. ¿De qué estaba hablando?–. ¿Espero que no pensases que te estaba faltando al respeto a ti como camarera? –No, en absoluto –me sonrojé y alejé la mirada. Todo lo que él veía cuando me miraba era a una camarera. Quería reírme. Incluso si no tuviese mis reglas, él no estaría interesado en mí. –Bien. Bueno, que tengas una tarde placentera, Lucky. –Tú también –le sonreí débilmente. –Oh, eso planeo –él me sonrió y entonces salió por la puerta después de frotar mi hombro. Volví a su mesa para recoger el dinero que había dejado sobre ella como‖mi‖propina.‖Mi‖mandíbula‖se‖cayó‖cuando‖vi‖$100‖y‖un‖corto‖mensaje‖de‖‚lo‖ siento‛‖en‖una‖servilleta.‖Volví‖a‖mirar‖al‖frente‖del‖restaurante‖y‖suspiré.‖Metí‖la‖ mota en mi bolsillo y volví a la cocina con mi cabeza empezando a pulsar. Estaba tan confundida y casi me sentía delirante. Toqué el punto en mi hombro que él había frotado y sentí una calidez pasar por mi cuerpo mientras recordaba su cálido tacto. Sacudí la cabeza por el sentimiento entusiasmado que estaba corriendo por mis‖venas.‖‚Recuerda‖las‖reglas,‖Lucky‛,‖murmuré‖para‖mí‖misma‖cuando‖empecé‖ a seguir con mis deberes del trabajo.

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Capítulo 2 Traducido por Isane33 Corregido por MewHiine —Lucky, ven a la fiesta con nosotras esta noche —me suplicó Leeza mientras yo entraba en la cocina bostezando la mañana del sábado. —Estoy trabajando esta noche. —Ven después del trabajo. —Voy a estar muy cansada. —Vamos Lucky —rogó ella—. No has salido en mucho tiempo. —Leeza, sabes que no estoy de humor para ir de fiesta —suspiré. —No es una fiesta de fraternidad —gimoteó—. Esta chica que conocí en Econ está saliendo con un DJ y él tiene una conexión en la isla Star y un sexi actor celebre está dando una fiesta para celebrar que su nueva película es la número uno o algo así. —¿Qué actor? —preguntó con curiosidad. —No lo sé, pero estoy segura de que habrá un montón de chicos guapos allí. —No me preocupo por chicos guapos —suspiré —Puedes ser una monja ahora Lucky, pero eso no significa que tienes que perderte cada pedazo de diversión en el universo. —Leeza echó su largo cabello

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rubio sobre los hombros y negó con la cabeza—. Sólo se es joven una vez, así que vamos a pasar un buen rato. —No voy a conocer al chico que estoy buscando en una fiesta esnob. —Podrías. —¿Entre los fumadores de marihuana y los adictos a la cocaína? —¿Desde cuándo eres tan prejuiciosa? —Desde que decidí que quería un buen chico que me fuera a valorar. —Bostezo. —Leeza bebió un poco de jugo de naranja recién exprimido y puso los ojos en blanco—. Sólo haz la prueba y ven, por favor, Lucky. Ya sabes tú, Shannon y yo no hemos salido en años. —¿Es una noche de chicas? —La miré con recelo. —¡Sí! —Me sonrió inocentemente y yo suspiré sabiendo que si la veía sola por cinco minutos, me sorprendería. —Está bien, lo intentaré. —Esto ayudará a evitar que mis sueños con Zane Beaumont, por lo menos. Ese tipo estaba haciendo seriamente un número en mi cabeza. Me intrigaba y yo estaba empezando a tener demasiados sueños traviesos con él haciéndome cosas que sólo había visto en las películas. —Ponte algo lindo esta noche, Lucky. —Ella me sonrió y salió corriendo de la cocina—. Diviértete en el trabajo hoy, me voy a la playa para conseguir mi bronceado. —Suertuda. —Dije envidiosamente, y ella se echó a reír. —No hay necesidad de decir tu nombre chica.4

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Lucky en inglés significa “suerte”

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—Jaja. —Abrí la nevera mientras ella corría a su habitación y busqué algo para comer. Quería asegurarme de comer algo sustancioso antes de alistarme para el trabajo.‖ Lou’s‖ Burger‖ Joint nos daba un descuento del 50% en todas nuestras compras, pero sabía que no tenía dinero de sobra hasta que arreglara mi auto. Miré la lechuga pudriéndose y las pechugas de pollo de apariencia dura que había cocinado unos días antes y suspiré. Arrugué la nariz y abrí el congelador y cogí un Hot Pocket rápidamente. Sabía que no eran míos, pero también sabía que a Leeza no le importaría si me comía uno. Tan pronto como el microondas sonó, agarré el Hot Pocket con un pañuelo de papel y volví corriendo a mi habitación a contar mi dinero. Ahora si tenía suficiente para arreglar mi auto. Había pensado en solicitar una tarjeta de crédito para pagar por él hasta que consiguiera el dinero en efectivo. Pero entonces me acordé de lo fácil que era para la gente meterse en deudas de tarjetas de crédito. Veía a Suze Orman en la televisión religiosamente; sabía que problemas podrían ser las tarjetas de crédito para alguien de mi edad. Yo ya tenía suficientes problemas financieros, no necesitaba añadir nada más a la mezcla. Me tumbé en la cama y me estiré. Parecía que nada iba bien en mi vida. O por lo menos, nada de lo que yo quería que fuera bien. Odiaba estar soltera. Necesitaba tomar medidas proactivas para encontrar a un chico nuevo —uno que se ajustaría a lo que yo estaba buscando. Encendí mi radio reloj y canté la última canción de Britney, y me pregunté cómo era tan fácil para algunas personas a encontrar un hombre para sentar cabeza, y por qué era tan difícil para mí. Estaba empezando a sentirme un poco como una fracasada. Sabía que era bonita e inteligente, pero eso no parecía estar llevándome a ningún lado. Me levanté de un salto cuando me di cuenta de la hora. Tenía que estar en el trabajo en unos 30 minutos y ni siquiera estaba casi lista. Sentí que mi vida ya era demasiado monótona. Todo lo que siempre parecía hacer era el ir al trabajo y a la escuela. Se estaba empezando a sentir tedioso y aburrido, y me alegré de haber decidido asistir a la fiesta con Leeza esta noche. Necesitaba algo que me sacara de mi rutina normal, sólo necesitaba recordar que no estaba allí para participar en la locura, sino para tener un poco de diversión.

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*** Estaba cansada cuando salí del trabajo y me dirigí a casa sintiéndome deprimida. Apenas había hecho algo de dinero y ya no tenía ganas de ir a la fiesta, pero sabía que Leeza y Shannon se sentirían decepcionadas si no me presentaba. Leeza me había llamado en mi descanso para asegurarse de que iba a ir. Había sonado tan emocionada de que finalmente iba a pasar una noche con ellas como lo habíamos hecho en el pasado, y me sentía demasiado culpable para decir que no. Supe que sin duda tenía que ir cuando vi un vestido verde esmeralda en la cama con una nota de Leeza diciendo que lo había comprado para mí como un regalo. Suspiré mientras entraba por la puerta en la fiesta. Me sentí abrumada por la cantidad de personas y automóviles y brevemente consideré irme y volver a casa. La casa estaba llena de un montón de gente que no conocía, y un montón de gente que no podía permitirme el lujo de conocer. Me había estacionado en el camino entre un Rolls Royce y un Bentley, y me había sentido fuera de lugar, incluso antes de que hubiera salido de mi coche. Miré a mí alrededor para ver si podía localizar a Leeza y me quedé sin aliento cuando vi a Zane Beaumont hablando animadamente con un hombre que parecía muy familiar. Seguí mirándolos, tratando de averiguar quién era el otro tipo cuando Zane se dio la vuelta. Él debe haber sentido mis perforadores ojos en él, porque me miró directamente. Su expresión cambió rápidamente y pasó por la gama de sorpresa, feliz y molestía. Me di la vuelta cuando lo vi fruncir el ceño y me alejé rápidamente, con el corazón latiendo rápido. ¿Qué estaba haciendo Zane aquí? Rápidamente agarré una copa de champán de una de las bandejas de los camareros y bebí de un trago el líquido, esperando que me diera un poco de coraje líquido para pasar la noche. No podía creer que Zane estaba en la fiesta. Todo mi cuerpo se sintió vivo cuando hicimos contacto visual y me alegré de que estuviera tan oscuro que no habría visto mi rostro sonrojarse —¿Lucky? —Oí su voz y traté de no estremecerme cuando me tocó en el hombro.

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—Hola. —Me di la vuelta lentamente y traté de evitar sus ojos mientras le sonreía rápidamente. —Me pareció que eras tú. —Frunció el ceño mientras me miraba de arriba abajo—. Te ves diferente. —Sí. Estoy usando un vestido —bromeé—. Y tengo maquillaje que aún no se ha derretido. —Y tu cabello está suelto. —Él extendió la mano y lo tocó—. Es tan suave y sedoso. —Gracias a Chi —bromeé y maldije internamente. Es probable que él ni siquiera supiera lo que era Chi—. Tengo el cabello rizado natural, así que lo utilizo para controlar el frizz y alisarlo. —Le expliqué, con ganas de patearme por lo aburrida que estaba siendo. —Ya veo. —Él asintió con la cabeza, luciendo como si no tuviera ni idea de lo que estaba hablando. —Debes verlo cuando esta rizado. Es una locura. —Bueno, no puedo notarlo. —Soy como el monstruo del frizz. —Me reí con nerviosismo. Tómalo con calma, Lucky. Respiré hondo y traté de nuevo. —Eres afortunado. Tu cabello es siempre tan liso y sedoso naturalmente. — Quería abofetearme tan pronto como las palabras salieron de mi boca—. Quiero decir, eso es como se ve ahora, no en el pasado. Nunca lo había notado en el pasado. —Gracias. —Se rió. —¿Utilizas algún producto especial? —Deja de hablar del cuidado del cabello, Lucky.

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—No. Uso champú y acondicionador Head and Shoulders y eso es todo. —Oh. —Miré alrededor de la habitación con la cara roja y agité mis manos—. Esta es una fiesta muy buena, ¿eh? —Está bien. —Se encogió de hombros—. No sabía que conocías a Mike. —¿Quién? —Mike Vegara. El chico dando esta fiesta. —Oh, no lo conozco. —Me mordí el labio—. Mi amigo me invitó. No se lo digas a nadie, pero no estaba invitada. No soy realmente parte de esta gente. —¿Qué gente? —La gente rica y famosa. —Y entonces me acordé de cómo Zane me conocía—. Bueno, ya sabes eso. —Dejé escapar una risa débil—, no estaría trabajando en Lou’s‖si‖fuera‖rica‖y‖nadara‖en‖dinero. —Entonces me alegro de que no eres rica. —Él sonrió, con una sonrisa gigantesca con dientes y no podía evitar devolverle la sonrisa—. Porque siento pena por cualquiera que es una parte de esta gente. —¿Ah, sí? —Lo miré con sorpresa. —Es una larga historia. —Suspiró—. No quiero aburrirte. —No creo que tengas un hueso aburrido en tu cuerpo. —¿Por qué era tan obvia? Quería pellizcarme. —Hay muchas chicas que discreparían contigo allí. —Se rió. —Entonces, ¿quién es tu cita esta noche? —Le pregunté mirando a su alrededor. —Sin cita esta noche. —Se rió y moví las cejas con sorpresa.

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—Eso tiene que ser una primera vez. —Por lo general reservo los viernes para mis citas. —Me miró a los ojos—. Creo que has conocido a todas las mujeres con las que he salido en los últimos meses. —Una diferente cada semana. —Me reí, tratando de no dejar que mi curiosidad sacara lo mejor de mí. Quería saber por qué salía con tantas mujeres diferentes, pero sabía que no era de mi incumbencia. —Bueno, tengo que conseguir lo que necesito. —Se aclaró la garganta—. Lo más importante, no se te ocurra tomar los viernes por la noche libre. No estoy seguro de que mis citas iría tan bien si no estuvieras allí. —No estoy segura de que soy un amuleto de buena suerte. Nunca te veo con la misma chica más de una vez. —Esperaba que recogiera la indirecta y respondiera mi pregunta no formulada. —¿Qué hay de ti? ¿Estás aquí con tu novio? —Sus ojos se clavaron en los míos con atención. Incluso en la oscuridad de la habitación, sus ojos brillaban de un azul intenso. —No. —Por alguna razón, no quería decirle que no tenía novio. No quería que sepa‖que,‖desde‖que‖había‖estado‖frecuentando‖Lou’s,‖él‖era‖todo‖en‖lo‖que‖podía‖ pensar. —Me sorprende que te deje salir sola —continuó, tratando de sacarme una respuesta. —Estoy aquí con unas amigas. —Sonreí y miré alrededor con nerviosismo. —Entonces, ¿qué hace? —insistió y me pregunté por qué era tan importante para él saber. —¿Quién? —Fruncí el ceño, pretendiendo estar confundida. —Tu novio.

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—Oh, bueno, no tengo exactamente uno ahora mismo. —Aw, ¿estás disfrutando la vida de soltera? —Él sonrió y se acercó más a mí. —Se podría decir que sí. —Puse los ojos en blanco. —Eres una chica hermosa, estoy seguro de que tiene que haber alguien en quien estés interesada. —En realidad no. —Sólo tú, y eres un mujeriego, por lo que no, gracias, me dije. —Sin embargo este no es el tipo de fiesta para conocer a un chico bueno — habló Zane seriamente—. Quiero decir, un montón de los chicos de aquí no son el tipo de chicos que le recomendaría a una chica como tú. —Bueno, voy a tratar de recordar eso. —No estaba segura si su comentario estaba destinado a ser útil o denigrante. —Estoy seguro de que conocerás al Sr. Perfecto pronto. —Hizo una pausa—. Supongo que eso es lo que quieren las mujeres, ¿no? ¿Un Sr. Perfecto para hacerles perder la cabeza y prometerles un para siempre? —Se podría decir que sí —le respondí con honestidad—. Aunque estoy esperando pacientemente. Sé que el chico correcto está disponible en alguna parte. —Tengo la esperanza que vendrá más pronto que tarde, pero no había manera en que iba a decirle eso. —Así‖que,‖Lucky.‖¿Qué‖m{s‖haces‖adem{s‖de‖trabajar‖en‖Lou’s? —Estoy estudiando historia en la UM. Sé que suena un poco aburrido, pero me encanta. —Historia, ¿eh? —Sus ojos brillaban—. ¿Sabes algo de la era de los derechos civiles?

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—Es mi especialidad en realidad —hablé con entusiasmo—. En realidad estoy centrada en este período de tiempo para mi tesis. —Puedo notar que lo disfrutas. —Él sonrió suavemente, se acercó y me acarició la mejilla con suavidad—. Hay algo maravilloso sobre una mujer que es una apasionada de algo. —Soy una... —Se me cortó la respiración y mi mejilla ardió bajo su tacto. —Lucky, ahí estás. —Leeza corrió hacia mí y me gritó—: Estaba tan preocupada de que no ibas a venir. —Estoy aquí. —Sonreí e hice un pequeño giro. Vi reír a Zane por mi pequeño baile y le devolví la mirada amablemente. —Quiero que conozcas a este tipo. —Ella me agarró del brazo con entusiasmo. —En realidad estoy hablando con alguien. —Le sonreí a Zane en tono de disculpa, y él me sonrió. —¿Ah, sí? —Leeza se dio la vuelta y miró a Zane, sus ojos azules casi saltando mientras lo miraba de arriba abajo—. Hola, soy Leeza, la mejor amiga de Lucky. ¿Y tú eres? —Ella tiró su cabello rubio sobre los hombros y me tomó todo lo que tenía no sonreír y poner los ojos en blanco. Era una coqueta desvergonzada y nunca conoció a un hombre que no quisiera hacer caer bajo su hechizo. —Zane. —Le sonrió a Leeza brevemente y luego me miró—. Soy amigo de Lucky. —Nunca me dijiste acerca de cualquier Zane. —Leeza me miró con ojos acusadores. —Bueno, hemos estado comenzado a conocernos recientemente —empecé. —Ahora, Lucky. —Zane deslizó su brazo alrededor de mi cintura—. ¿Qué pasa con los últimos tres meses? ¿La luna de miel?

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—Bueno, ya sabes. —Me quedé sin habla por su pequeño acto y su mano encendido una estela de fuego en mi espalda mientras se movía hacia atrás y adelante. —¿Ustedes dos están saliendo? —Siseó Leeza—. Tienes que estar bromeando. —¿Por qué? —Preguntó Zane—. ¿Lucky no te contó sobre nuestras sesiones maratónicas en el dormitorio? Creo que casi rompimos su cama la otra noche. —Zane. —Me reí y le pegué en el brazo—. Leeza es mi compañera de cuarto. —Bueno, maldita sea. Valía la pena intentarlo. —Él me sonrió y su nariz rozó la mía mientras se inclinaba para hablar conmigo. Por los próximos segundos, sólo nos miramos el uno al otro y lo único que quería era que me besara. —Fue bueno verte, Lucky. Ten una buena noche. —Zane se apartó de mí lentamente y sentí esa fuerte punzada de remordimiento porque no me había movido para darle un beso. Antes de que pudiera decir algo, se dio la vuelta y desapareció entre la multitud. Me sentí decepcionada, pero traté de ocultar mi frustración cuando me volví hacia Leeza. Probablemente era mejor que no pasara mucho tiempo conociendo mejor a Zane, no quiero terminar como uno de sus citas de los viernes por la noche. —Él era lindo. —Leeza sonrió—. Pero parece un psicópata. —¿Por qué parece un psicópata? —No lo sé. Sólo algo en él parecía fuera de lugar. Y su broma de mierda. —Él es‖un‖buen… —Vamos Lucky, permíteme presentarte a Evan. —Leeza me cortó y tiró su cabello sobre su hombro otra vez. Llevaba un escaso mini vestido súper ajustado y yo estaba un poco preocupada de que sus pechos se iban a salir cada vez que tiraba de su cabello.

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—¿Quién es Evan? —le pregunté desinteresadamente. Miré alrededor de la habitación para ver si podía ver dónde había ido Zane. —Sólo ven. —Ella me agarró del brazo y se abrió paso a través de la multitud de gente a la moda hasta que llegamos a las escaleras y luego lo soltó—. Todos los muchachos geniales están pasando el rato en la sala de música. —¿Uh?, de acuerdo —Fruncí el ceño—. Sin embargo, ¿no es la fiesta en la parte inferior de la escalera? —No sea una aguafiestas, Lucky. Todo el mundo sabe que las mejores partes de una fiesta no ocurren en la parte pública de la fiesta. Toda la gente genial como Evan pasa el rato separado. —No soy genial y no quiero un chico genial —suspiré. —Estoy segura de que te va a gustar Evan —declaró Leeza. —Leeza, realmente no estoy de humor para esto. —Es un bombón y es rico. —Leeza sabes que no estoy‖buscando…‖ —Sólo dale una oportunidad, Lucky. Tu plan exactamente no ha estado funcionando para ti. No te he visto en una cita en meses. Y ni siquiera creo que tengas un vibrador. Sólo dale una oportunidad, ¿de acuerdo? No me detuve a corregir su comentario. No era como que yo quería gritarlo al mundo:‖ ‚No he tenido relaciones sexuales en más de un año‛. Sabía que no ayudaría en mi caso. Intenté olvidarme de Zane mientras seguía a Leeza por las escaleras. Hubiera querido tener una poción para detener mi corazón de correr cada vez que lo veía. Podía cerrar los ojos y imaginar sus irises azul cielo miraban a los míos. Siempre parecían tan abiertos y honestos. Pero sabía que él era un mujeriego —un hombre en quien no se puede confiar. Ojalá pudiera incrustar esa información en mi corazón.

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Pero cada semana que él entraba en el restaurante, era una semana donde encontré que me gustaba más y más. Era divertido. Yo era su mesera y no éramos realmente amigos, pero habíamos tenido algunas conversaciones muy interesantes en el restaurante. A veces sucedieron mientras esperaba una cita por llegar ya veces se quedaba en el restaurante y charlábamos un poco si la chica decidía tomar un taxi a casa. Conocer a Zane estos últimos meses realmente había iluminado mi día y no me podía imaginar una noche de viernes sin él viniendo. —Vamos, Lucky —me gritó Leeza por las escaleras mientras yo caminaba lentamente hacia ella—. Date prisa, no tengo toda la noche. —Voy —suspiré. —Vamos. —Ella me agarró del brazo cuando llegué a la parte superior de las escaleras y luego me llevó a una habitación—. Esta es mi amiga Lucky, todo el mundo. —El tono de Leeza cambió cuando abrió la puerta, y yo la seguí vacilante. Había cuatro chicos sentados en sillas y beber, y lo único que me sonrió, mientras me miraron—. Lucky, este es Evan. —Señaló a un hombre alto, de pelo negro azabache y ojos verdes llamativos. —Hola. —Le di la mano y él se inclinó para besarme. —Hola hermosa. Me sonrojé ante sus palabras y di la vuelta, un poco incómoda. Vi a otro hombre en la esquina de la habitación, dándome una mirada de simpatía y se levantó de un salto. —No molestes Evan. —Golpeó a Evan en el hombro y me tendió la mano—. Hola, soy Braydon. —Hola, soy Lucky. —Le sonreí, agradecida de que no tenía que lidiar con Evan. Leeza ya había desaparecido y ya me sentía un poco molesta. —Ese es un nombre poco común. —Rió Braydon—. ¿Quieres un trago?

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—Estoy bien, gracias. Tengo que manejar de regreso a casa, así que no voy a tomar nada más. —Bueno, eso no es divertido. —Sonrió. —Lo siento, creo que no soy una persona divertida. —Sonreí y quise dar la vuelta, pero él me agarró por el brazo. —Oye Lucky, ¿quieres sentarte? —Sí. Gracias. —Lo seguí hasta la esquina y nos sentamos en un sofá de cuero marrón. —Háblame de tu nombre, Lucky. —Él sonrió con una genuina sonrisa de niño y me relajé, mientras miraba sus ojos marrones. Parecía un buen tipo, algo familiar, pero sabía que nunca lo había visto antes. —Mis padres pensaban que no podían concebir. Lo intentaron durante años. —Sonreí—. Y entonces, me tuvieron Y ellos se consideraban los padres más afortunados del mundo. —Guau, eso debe haber sido una agradable sorpresa. —Sí. Ellos estaban muy contentos de tenerme. —Sonreí con nostalgia—. Solían decir a la gente que ganaron la lotería. Y entonces ellos se jactarían de cómo eran las personas más afortunadas del mundo. —Bueno, apuesto a que lo son. —Él me sonrió suavemente, aunque me di cuenta de que tenía los ojos un poco vidriosos. —Sí. —Dejé mi voz la deriva mientras sentía las lágrimas pinchar mis ojos. No quería estar hablando de esto ahora—. Entonces, ¿cómo conseguiste el nombre Braydon? No es tan común tampoco. —Mi madre lo inventó. —Se rió y se pasó las manos por la calva—. Quería un nombre que ningún otro chico tuviera. Así que inventó Braydon.

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—Es un nombre genial. —Un nombre genial para un chico que no es genial. —Se rió ligeramente. Me quedé mirándolo mientras se reía, y estaba a punto de decir algo cuando me di cuenta de que él se veía muy muy familiar. —Oye, ¿te conozco? —Incliné mi cabeza, tratando de pensar de dónde lo conocía—. No creo que lo haga, pero hay algo en tu cara. —Oh caray, finalmente lo descubriste. —Negó con la cabeza, y vi un rubor en sus mejillas—. Soy Braydon Eagle. —Uhm, está bien. —Hice una pausa, no muy segura de lo que se supone que había descubierto. —Aún no lo sabes, ¿verdad? —Él se rió y lució divertido. —No, lo siento. —Me mordí el labio y me sonrojé, avergonzada de que no tenía ni idea. —Eso está bien. Tuve que afeitarme el cabello la semana pasada. Imagíname con una cabeza llena de cabello rubio oxigenado. —¡Dios mío! —Lo miré con sorpresa—. Eres Braydon Eagle. —Sentí mis mejillas sonrojarse. Era el famoso actor Braydon Eagle. Había sido una estrella infantil y recientemente había tenido un gran éxito en las películas. Hollywood lo llamaba él el nuevo Leonardo DiCaprio. Incluso tenía un póster de él en mi pared cuando estaba en la escuela primaria. —Aunque no se lo digas a nadie. —Se rió y se pasó la mano por la cabeza otra vez. —Te ves realmente diferente sin el cabello. —Lo sé. Estoy tratando de acostumbrarme. —Se rió tímidamente—. Nadie me confunde con un surfista ahora.

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—Por lo menos puedes estar de incógnito. —Eso siempre es bueno en fiestas como éstas. —Habría pensado que disfrutabas de toda la atención. —En realidad no. —Se rió—. Bueno, solía hacerlo. Ahora, no tanto. Ya he tenido suficiente de la vida de Hollywood. —Me sorprende que cualquiera pudiera tener suficiente de eso. —Sonreí y me recosté en la silla cómodamente—. No conozco a muchos chicos que dirían eso. —Se trata de la calidad y no la cantidad. —Se rió—. Escúchame. Sueno como un fanfarrón, ¿no? —No, en absoluto —le dije con sinceridad. —Oye Lucky, ¿voy a tener suerte esta noche? —gritó Evan desde el otro lado de la habitación y me sonrojé incómoda. —Cállate, Evan. —Braydon negó con la cabeza y se inclinó hacia mí. —No tienes nada, Braydon, mi hombre aquí está tratando de ligar. —Evan, deja de fumar marihuana. No tengo ni idea de lo que estás hablando. —Braydon rodó los ojos y se inclinó hacia mí—. No le hagas caso. Sólo está siendo un tonto. —Gracias. —Sonreí agradecida—. A pesar de que no es la primera vez que he oído ese comentario ingenioso. No sé por qué los chicos piensan que son los primeros en inventar el comentario de tener suerte esta noche. —Ojalá no todos fueran tan molestos como Evan. —No todos. —Sonreí y Braydon rió. —Entonces, ¿qué haces para ganarte la vida, Lucky?

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—Estoy en la universidad y trabajo. —¿Ah, sí? ¿Dónde vas a la universidad? —A la Universidad de Miami. —Excelente. Yo estaba pensando en aplicar allí. —¿En serio? —Lo miré con incredulidad. —Bueno, un poco. —Se rió—. Iba a estar en el remake de Miami Vice, pero decidieron posponer la serie y luego me decidí a dar el salto de la televisión al cine. Pero siempre es bueno tener algo a lo que recurrir. No puedes tener suficiente dinero. —Oh, está bien. —Quería que pellizcarme para asegurarme de que no estaba imaginando nada. Toda la situación se sentía surrealista. No podía creer que estaba en una habitación, sentada en un sofá con Braydon Eagle, una de las estrellas más jóvenes de Hollywood. Este tipo de cosas no me sucedían. —¿Qué estás estudiando? —Historia. —Me reí al ver la expresión en su rostro—. No te preocupes, no voy a interrogarte. —Gracias. Apenas puedo recordar el nombre de nuestro presidente actual. No me preguntes cualquier otro. —Eso está bien. No creo que la historia sea un tema popular. —Sonreí. —¿Así que cuando te gradúas? —El año que viene. Espero. —Me reí. —¿Y qué sigue? —No tengo idea.

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—Bueno, todavía tienes tiempo. —Sí. —Me pasé las manos por el cabello e hice una mueca al sentir las ondas rizadas. Demasiado para mis mechones lisos, pensé. La humedad se había ocupado de eso. —¿Crees que va a ser una maestra? —Continuó Braydon—. Siempre me he visto casándome con una maestra. No sabía muy bien cómo responder a su pregunta y traté de formular una respuesta en mi mente antes de que la puerta se abriera. —Hola a todos. Ya estamos aquí. —Una rubia alta de piernas largas entró en la sala riéndose y la miré con curiosidad. Ella era hermosa. Tal vez una de las mujeres más hermosas que alguna vez había visto en mi vida. —¿Qué pasó, Angelique? —le silbo Evan y ella se rió de nuevo. —Nada, Zane y yo queremos empezar esta fiesta. —Me quedé helada al escuchar sus palabras y miré hacia la puerta y vi a Zane parado allí. Tenía una cerveza en la mano y los botones superiores de la camisa blanca estaban desabrochados. —Oye hermano, ¿qué tal? —Evan se levantó de un salto y chocó su puño. —No mucho. ¿Qué tal, Evan? —Zane no sonrió mientras hablaba con indiferencia. Parecía relajado, pero yo podía sentir una tensión extraña viniendo de él. —Vamos, Zane. —La rubia lo agarró del brazo y tiró de él en la habitación. Sentí un dardo de los celos mientras permitía que ella lo guiara hacia adelante. Me di la vuelta, miré a Braydon y sonreí. —He estado pensando sobre enseñar o ir a la escuela de posgrado.

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—Increíble. Siempre me he preguntado... —Sabía que Braydon seguía hablando, pero podía sentir los ojos de Zane en mí. Mi cuerpo se congeló y moví mi cara ligeramente para mirarlo. Me estudiaba en el sofá con Braydon y asintió con la cabeza antes de alejarse de mí, y sentí mi cuerpo ruborizarse con confusión. —Sí. —Asentí a Braydon, sin siquiera molestarme en preguntarle lo que acababa de decir, y él se rió. —No has oído una palabra de lo que acabo de decir, ¿verdad? Negué con la cabeza, sintiéndome culpable, y él se rió aún más fuerte. —Lucky, eres un verdadero soplo refrescante para mí en este momento. —Uh, gracias. —Sonreí con rapidez, no realmente segura de lo que quería decir. —Me encantaría salir contigo alguna vez. —Oh. —Me sonrojé, sin saber qué decir en respuesta. Para evitar responder de inmediato, decidí arreglar mi vestido. —Braydon Eagle, perro astuto. —La rubia corrió hacia el sofá y se sentó en su regazo—. No sabía que estabas aquí. —Hola Angelique. —Él sonrió y rodó los ojos. —¿Por qué no me llamaste? Quería que vinieras con nosotros a la previa de la fiesta. —Estoy aquí ahora. —¿No me has echado de menos? —Ella hizo un mohín y pasó su dedo por la mejilla de él. Estaba sentada allí incómodamente y comencé a levantarme. —Angelique, estas poniendo a Lucky incómoda. —Braydon la empujó fuera de su regazo, y ella me miró con disgusto.

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—Estoy bien. —Intenté sonreír, pero Angelique movió su cabello y llamó a Zane. —Zane, Braydon está siendo grosero. —Estoy seguro de que lo es. —Zane se acercó a Angelique y puso su brazo alrededor de ella. —Sí, lo era. —Ella hizo un mohín—. Haz algo al respecto. —No te preocupes, estoy intentando —murmuró Zane en voz baja y me miró fijamente. Frunció el ceño hacia mí y pude sentir que no estaba contento conmigo por alguna razón. Continuamos mirándonos y vi a Braydon mirar hacia atrás y adelante de nosotros. —¿Ustedes dos se conocen? —Su tono sonaba extraño. —Sí —dije a la vez que Zane decía: —No. Mis sentimientos fueron heridos porque él fingió no conocerme y aparté la mirada y miré al otro lado de la habitación. —Hola Braydon. —La voz de Zane era brusca mientras saludaba a Braydon. —Zane. —Braydon asintió, y yo los miraba con curiosidad mientras un mensaje silencioso parecía pasar entre ellos. —Zane. Vamos a ir en el jacuzzi. Braydon, por qué no te unes a nosotros. —Estoy teniendo una conversación, Angelique. —Braydon le habló a Angelique, pero miró a Zane. —Estoy seguro de que no le importará. —Su voz sonaba aguda y sentí la mano de Braydon agarrar la mía. —Angelique, por qué no van tú y Zane.

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— ¿No quieres que interrumpa tu conversación con Lucky? —La voz de Zane era suave con un ligero trasfondo. —¿Qué te importa? —Braydon frunció el ceño y le lanzó una mirada desafiante. —No me importa. —La voz de Zane era fuerte y parecía enviar a Braydon un mensaje. —Nos conocimos en el restaurante en que trabajo —intervine en la conversación, tratando de dejarle saber a Braydon que no era una de las muchas chicas de Zane. —¿Trabajas en un restaurante?— Angelique me miró con desdén y pude sentir la antipatía emanando de sus ojos. Era evidente que no le gustaba la atención siendo alejada de ella. —Vamos, Angelique. —Zane la apartó antes de mirarme durante unos segundos. Observé mientras caminaban por la habitación y salieron, y traté de exhalar la decepción que resonó a través de mi cuerpo. —Lo siento por Angelique, que puede ser un poco bruja. —Braydon se acercó a mi lado y puso su brazo alrededor de mí. —Está bien. —Le sonreí brevemente y traté de alejarme de él ligeramente—. ¿Cómo conoces a Zane? —le pregunté con curiosidad. —¿Zane? —Braydon me miró con una mirada divertida en sus ojos—. No lo conozco muy bien sinceramente. Yo era amigo de su hermano. —¿Ah, sí? —Sí. Pero los conocí a ambos por su padre. —¿Su papá? —Sí, su padre es Jeff Beaumont, director de Paragon Studios.

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—Oh guau. —Me sentí desmayar por sus palabras. Así que no me había equivocado. Zane era un niño rico malcriado. Sólo que era más rico de lo que yo había imaginado. No es de extrañar que saliera con tantas mujeres diferentes. Él tenía el mundo a sus pies. —¿No lo sabías? —Braydon sacudió la cabeza con incredulidad—. De verdad eres única en tu especie. —Gracias, creo. —Me reí, y Braydon se unió. —¿Puedo llevarte a almorzar mañana, Lucky? —Yo, uh, no lo sé. —Prometo no morder. —Levantó algunos dedos—. Palabra de honor. —¿Fuiste un explorador? —Lo miré con sorpresa. —No, pero he interpretado a uno en una película cuando era niño. —Se rió y negué con la cabeza, sintiéndome atraída por su encanto juvenil. —Bueno, supongo que eso es suficiente. —¿Entonces mañana? —Me miró con seriedad—. Sé que no me conoces para nada, pero en realidad, soy un buen tipo. Sé que la mayoría de los actores son retratados como estúpidos y mujeriegos, pero no soy uno de esos tipos—. Negó con la cabeza y sonrió—. Me siento como un idiota por sólo decir eso. —No lo hagas. —Lo miré fijamente a los ojos y asentí—. Voy a ir a almorzar contigo. —¡Sí! —Chocó los puños y se pasó la mano por la cabeza otra vez—. Déjame tu número y te llamaré por la mañana. —Está bien. —Le sonreí tímidamente y me detuve un momento para pensar en todo. No estaba segura de si Braydon iba a tener todas las cualidades que estaba buscando, pero sabía que era hora de empezar a salir de nuevo para encontrar ese

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tipo perfecto. Sabía que no podía seguir fantaseando con Zane. No había manera de que pudiera competir con alguien como Angelique. —Genial. —Se levantó de un salto y agarró mis manos para levantarme—. Ahora, vamos a ir a bailar y pasar un buen rato. *** Eran las 2 am cuando finalmente me fui de la fiesta. Braydon prácticamente me había rogado que pasara la noche, e incluso se ofreció a compartir su cama conmigo. Había sido halagada, pero había permanecido firme con mis ‚no‛. Había visto a Zane mirándonos mientras bailábamos alrededor de la habitación y me sentí cohibida ante sus miradas. Medio había esperado que interrumpiera y me pidiera un baile, pero nunca lo hizo. Estaba sonriendo mientras caminaba hacia mi coche y me di cuenta de que estaba realmente feliz de que Leeza me hubiera invitado a la fiesta a pesar de que no la había visto desde la aparición anterior. Braydon parecía ser un tipo muy agradable y divertido, y casi me olvidé que era una estrella de cine mientras bailábamos alrededor de la habitación. Todo acerca de la noche había sido perfecto. Bueno, casi perfecto. Había visto a Zane unas cuantas veces más durante toda la noche, y él sólo me había mirado fijamente y con algo de frialdad. Me había hecho sentir incómoda y molesta. Una parte de mí no sabía por qué parecía tan disgustado conmigo. ¿Estaba molesto porque yo estaba con todos sus amigos ricos cuando era una camarera humilde? Había tratado de hacer contacto visual con él y sonreír, pero él había permanecido estoico y apartaba la mirada de mí todo el tiempo. Traté de descartar el dolor que corría por mis venas por su mirada, pero no pude erradicar el sentimiento. —No pienses en eso, Lucky —murmuré para mis adentros mientras conducía de regreso a mi apartamento. Gemí cuando mi auto empezó a hacer un ruido raro y casi me eché a llorar al oír el motor apagarse, y cuando me estacionaba a un lado de la carretera, se detuvo. Estaba sentada detrás del volante, sin saber qué hacer, cuando vi las luces de otro auto detenerse detrás de mí—. Oh, mierda. —Me dije

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mientras veía una figura salir del auto y caminar hacia mí. Revisé para asegurarme de que mis puertas estaban cerradas y me mordí el labio con fuerza—. Por favor no me mates, por favor no me mates. —Cerré los ojos un instante y casi gritó cuando oí el golpe en la ventana. Me asomé por la ventana y la hice bajar lentamente. Me sorprendí al ver el rostro de Zane mirándome. —¿Todo bien, Lucky? —Sus palabras parecían excesivamente duras, pero sus ojos estaban preocupados. Mientras lo miraba fijamente, me pregunté cómo él por casualidad estaba detrás de mí, mientras me averiaba. Asentí con la cabeza lentamente, un poco confundida en cuanto a mis sentimientos al verlo allí. Mantuve la boca cerrada porque no estaba dispuesta a hablar. Tenía la sensación de que mi voz iba a ser demasiado chillona y no quería que él viera lo asustada que había estado. —¿Se averió tu auto? —preguntó otra vez y asentí de nuevo, mirando sus labios rosados. Tragué saliva mientras me imaginaba lo que sentiría al tener sus labios apretados contra los míos. —¿Necesitas que arranque tu auto con cables puente? —preguntó al mismo tiempo que le preguntaba: —¿Me estabas siguiendo?

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Capítulo 3 Traducido por krispipe Corregido por Isane33

—¿P

uedes salir del coche, Lucky? —La voz de Zane sonaba

áspera, y se veía furioso. Estaba un poco preocupada de que me fuera a regañar por algo sobre lo que yo no tenía el

control. La expresión en su rostro me recordó la de mi padre cuando yo era una niña y había hecho algo mal. —Puedo, pero no estoy segura de que lo haré —dije en broma, tratando de cambiar el estado de ánimo. Cuando él no respondió, rápidamente cambié mi tono—. Pero no intentes cambiar de tema, ¿me estabas siguiendo? —Por supuesto que no. —Su voz era distante mientras abría la puerta—. Sal del coche y déjame ver lo que está pasando. —Puedo chequear yo sola, ya sabes —escupí, molesta por su actitud y un poco decepcionada. —Lucky. —Su tono se elevó. —Mi junta de la culata ha desaparecido —suspiré y me bajé del coche. —¿Cómo lo sabes? —Él parecía sorprendido al oírme utilizar un término mecánico.

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—Porque sabía que estaba desapareciendo. —Suspiré de nuevo y lo miré. Su cara estaba oscura en la luz de la luna y todavía parecía furioso cuando me devolvió la mirada. —¿Me estás diciendo que sabías que la junta de la culata había desaparecido, pero todavía decidiste conducir? —Su voz se elevó—. ¿Y, aún así fuiste a una fiesta por tu cuenta y pensaste que era inteligente salir en las primeras horas de la mañana? Asentí, un poco asustada para contestarle. —De todas las cosas irresponsables que hacer, Lucky —gritó—. Pensé que eras más inteligente que eso. ¿Puedes imaginar lo que tus padres sentirían si recibieran una llamada telefónica de un policía sobre tu coche rompiéndose y tú siendo atacada o asesinada? —Creo que estás exagerando un poco, Zane. —Fruncí el ceño—. Soy una chica grande, puedo cuidar de mí misma. —Así que, ¿qué estarías haciendo ahora, entonces? —Dio unos golpecitos con el pie y se apoyó en el coche. Él se veía como un bastardo presumido, y me sentí avergonzada por permitir que mi corazón corriera mientras lo miraba fijamente. Era un idiota sexy, eso era seguro. —¿Vas a ayudarme o qué?—espeté. —Oh, ¿así que ahora quieres que te ayude? —En realidad, lo que quiero es saber cómo sucedió que estabas detrás de mí cuando me averío en medio de la noche. —No importa —suspiró, se agachó y sacó las llaves de mi contacto—. ¿Tienes todo lo que necesitas de tu coche? —Sí, ¿por qué?

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—Porque te voy a llevar a casa. —No voy a ninguna parte contigo. —Déjame llevarte a casa —suspiró. — ¿Qué pasa con mi coche?—protesté—. No puedo dejar mi coche aquí. Lo necesito. —Podemos llamar a una grúa para que venga a recogerlo —dijo con calma. El tono bajo de su voz estaba en contraste directo con mis gritos. — ¿Cuánto va a costar? — No estoy seguro ¿Quizá 150 dólares? Estoy seguro de que tendrá un cargo extra por ser en medio de la noche. —150 dólares —suspiré pesadamente. ¿Cómo iba a pagar a la grúa y conseguir arreglar mi coche? Simplemente no iba a poder pasar. No con la cantidad de dinero que tenía en mi cuenta. ¿Cómo iba a llegar al trabajo y la universidad? Todo se estaba cayendo a pedazos a mí alrededor, y me sentí como si fuera a empezar a hiperventilar. —Encontré un número de grúa local. Puedo llamar ahora. —Zane me miró con una expresión de preocupación. — ¿Sabes a dónde quieres que remolquen el coche? — ¿No pueden simplemente llevarlo a un garaje? — ¿Cuál? —No lo sé —suspiré—. No puedo permitirme arreglarlo de inmediato. —Oh. —Él me miró con preocupación en su voz, y me le di la espalda porque no quería ver compasión en sus ojos—. ¿Puedes pedirles a tus padres que te presten dinero?

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—No. —Mi voz fue cortante—. ¿Me puedes llevar a casa, por favor? — ¿Cómo vas a llegar a tu coche? —Conseguiré que me traigan. —Mordí mi labio. ¿Qué pasa si Shannon y Leeza no contestaban el teléfono o venían a casa, cómo volveré a mi coche por la mañana? — ¿Qué tal si te quedas en mi casa, y mañana por la mañana, vemos qué hacer con tu coche? —No lo sé. —Aparté la vista, sin saber qué decir. —Te prometo que no muerdo. —Sonrió con picardía. —Esa no es una preocupación que tengo. —Si no quieres que te muerda, por supuesto. —No gracias. — ¿Creo que los vampiros están de moda ahora? — ¿Los vampiros?—Fruncí el ceño, preguntándome si estaba drogado o algo así. — ¿No es toda la locura de Crepúsculo? ¿No aman todas las chicas al chico Edward Pattinson o algo así? Me eché a reír, y él me miró mientras lágrimas salían de mis ojos. —Edward Pattinson, jajaja. —No podía controlarme y Zane se quedó allí, mirándome con una perpleja expresión sobre mi cara. — ¿He dicho algo gracioso?

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—Su nombre es Robbert Pattinson, interpretó el personaje de Edward Cullen, y no, no soy un gran fan. Bueno, soy una pequeña fan, o lo era cuando estaba en la secundaria, pero no eso no quiere decir que quiero un tipo que es un vampiro. — ¿Porque existen? — ¿Quién existe? —Los vampiros. —No, no existen. —Así que no importa si quieres uno o no, entonces. —Sólo estaba respondiendo a tu pregunta —dije, furiosa contra él—. Tú fuiste el que los sacó en primer lugar. —Entonces, ¿es un sí o un no? — ¿A qué es un sí o un no? —dije, completamente confundida en este punto. — ¿Quieres que te muerda?—Se inclinó hacia mí y sus ojos estaban brillando. Contuve la respiración cuando sus labios quedaron a centímetros de los míos. Tenía miedo de que fuera a besarme, pero sabía que no lo alejaría si lo hacía. Cerré los ojos y esperé sentir sus labios presionando contra los míos. Podía sentir el calor de su aliento en mi mejilla, y mi corazón empezó a golpear, entusiasmado con lo que iba a suceder. Esperé pacientemente durante unos segundos y luego abrí los ojos para ver lo que estaba pasando, ya que no había sentido sus labios presionados contra los míos todavía. Cuando abrí los ojos, vi que Zane me miraba con una mirada indescriptible en su rostro. Vi varias emociones destellando a través de sus ojos rápidamente, y la mirada era tan intensa que mi respiración se detuvo. Nos miramos el uno al otro durante un rato, y luego él miró hacia otro lado. —Vamos. —Me agarró de la mano y me llevó de vuelta a su coche, y lo seguí, silenciosamente confusa. Sabía que habíamos tenido un momento, pero no lo

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entendía. Quería preguntarle por qué no me había besado. Todo mi cuerpo estaba todavía en el borde, esperando la reunión de nuestros labios. —No me besaste. —Solté mientras me metía en el coche. Él me miró con una expresión de‖ sorpresa.‖ Su‖ expresión‖ de‖ ‚qué‖ mierda‛ igualó los gritos en mi cabeza. Estaba conmocionada y horrorizada de haber pronunciado las palabras en mi cabeza en voz alta. —No creí que fuera una buena idea —dijo, arrancando lentamente su coche. — ¿Por qué?—continué, no muy segura de lo esperaba que él fuera a decir. —No estoy buscando una relación, Lucky. No creo que fuera una buena idea que nos enrolláramos. —Un beso no es enrollarse. —Sentí mi estómago doblarse ante sus palabras. Sentí más que un ligero tono de decepción por su rechazo. —Eres una buena chica, Lucky. No estoy buscando involucrarme. —Sus palabras salieron duramente, y el veneno en ellas me tomó por sorpresa. —Está bien. —Miré por la ventana, visiblemente alterada y confundida. ¿Había imaginado las miradas que pensé que habíamos compartido?—Supongo que tienes a Angelique y las otras chicas de todos modos. —Angelique es una amiga —dijo suavemente—. Ella conoce la jugada. —Ella se veía como más que una amiga para mí —dije celosamente. —Es más que una amiga. —Su mirada estaba retándome a decir otra cosa, y quería darle una bofetada. —Está bien —dije simplemente—. No me importa. —Lucky, ¿puedes decirme honestamente que eres el tipo de chica de una sola noche?

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—No, no puedo —susurré todavía molesta. Debería estar feliz de que él no había tratado de seducirme, después de todo lo que había estado esperando. Y sobre todo ahora que había conocido a Braydon. Zane no valía la pena, mi energía o mi tiempo. Él no me quería, y por lo que a mí respecta, no lo quería. Ya sabía que era un playboy. Condujimos en silencio, y cerré los ojos, esperando superar el dolor sordo que resonaba en mi corazón. Quería sacudirme por sentirme triste. Apenas conocía a Zane y lo que conocía no era exactamente positivo. Él no tenía ninguna de las cualidades que buscaba en un hombre. No podía permitirme el lujo de estar emocionalmente unida a él. Necesitaba a alguien que me pudiera dar lo que quería. Alguien que me amara y estuviera conmigo para siempre. Zane no era ese tipo. Yo sabía eso y tenía que aceptarlo. Abrí los ojos y vi un Volkswagen Escarabajo adelantándonos,‖ y‖ estaba‖ a‖ punto‖ de‖ gritar‖ ‚Punch‖ Buggy‛5cuando recordé que estaba en el coche con Zane, no con mis padres. Me mordí el labio cuando sentí que empezaba a emocionarme. Había sido un día largo, y había sucedido un montón, y estaba empezando a sentirme abrumada. Miré mi teléfono, y todo lo que quería hacer era llamar a mi mamá. Sólo quería escuchar su voz diciéndome que todo iba a ir bien, y que los chicos iban y venían. Me alegré cuando Zane se detuvo en la entrada de lo que supuse que era su casa. Salté del coche rápidamente, feliz de ser distraída de mis pensamientos. —Gua, este lugar es enorme —dije, impresionada por la grandeza de su casa— . ¿Vives aquí solo? —Sí. —Él asintió y se dirigió a la puerta principal—. Ven. Vamos adentro. Lo seguí hasta la casa, y era lo único que podía hacer para evitar que mi mandíbula se cayera al suelo cuando entré por la puerta. La casa de Zane no se parecía a nada que hubiera visto antes en mi vida. Era de planta abierta, y podía 5

Punch Buggy: Es un juego en donde la primera persona que ve un Volkswagen Escarabajo golpea

en el hombro a la persona a su lado mientras‖grita‖‚Punch‖Buggy‛.

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ver la sala de estar, comedor y cocina, pero lo más sorprendente era la vista. La parte posterior de la casa se componía de ventanas desde el piso al techo y daba a una enrome piscina y un jacuzzi. Las paredes estaban pintadas de blanco y tenían enormes pinturas en ellas, estaba bastante segura de reconocer un Chagall y mi respiración se cortó. Había una enorme araña de cristal colgando del techo e imaginé mis novios de la fraternidad intentando saltar y balancearse en ella. Me reí para mis adentros al pensarlo. Esta era la casa de un hombre culto y distinguido, no un Sigma Chi borracho. El piso brillaba debajo de mis pies y noté que era mármol macizo. Pero era la enorme piscina la que me hacía señas desde más allá del cristal. —Me encanta tu piscina —dije tímidamente. —Gracias, Noah solía nadar en ella todos los días. Fue la razón por la que compramos este lugar. Es de tamaño olímpico. Él habló de manera casual, y me giré para mirar su cara. —¿Quién es Noah?—pregunté tranquilamente, preguntándome si ¿Zane quizás era gay? Tal vez por eso no estaba realmente interesado en besarme, pensé. —Mi hermano. —Su voz fue cortante—. Te voy a enseñar tu habitación. Lo seguí hasta la escalera de mármol en silencio, era obvio que no quería que le preguntara más sobre su hermano. Me pregunté dónde estaba él y por qué había dejado esta casa increíble. Tenía un millón de preguntas diferentes dando vueltas en mi cerebro, pero las guardé para mí. Zane no parecía estar interesado en mis preguntas, y no quería que pensara que era indiscreta. Yo era, después de todo, casi como su personal. Me sentí un poco rara siguiéndolo por las escaleras como si fuera su invitada. Realmente sólo lo conocía del restaurante. Un encuentro en una fiesta no nos hace exactamente grandes amigos. —Esto es realmente bonito —hablé con entusiasmo, mientras lo seguía a una habitación enorme. Estaba empezando a sentirme como un robot, pero realmente no sabía que más decir.

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—Déjame ir a buscarte un pijama. —Su voz era áspera, y caminé hacia la puerta. —Está bien. —Mi voz era débil—. Puedo dormir con la ropa puesta —hablé más fuerte, queriendo mostrar que esta situación no se me estaba haciendo incómoda. Me ignoró y siguió caminando a su habitación, y yo suspiré mientras me pasaba los dedos por el cabello. Quería correr al baño y revisar mi reflejo en el espejo. Tenía un mal presentimiento de que me veía como un desastre, y no estaba segura si me había manchado de mi delineador de ojos y rímel cuando había estado frotando mis ojos antes. —Aquí. —Zane apareció en la puerta de nuevo—. Puedes ponerte esto. —Me dio un par de calzoncillos y una suave camiseta azul, y miré hacia él con una mirada agradecida. —Esos se ven muy cómodos. —Le sonreí agradecida—. Gracias. —No hay problema. —Siguió mirándome y me parecía que estaba debatiendo entre si debía decirme algo o no. Mi corazón comenzó a golpear mientras él miraba en mis ojos y pude sentir mis inhibiciones desapareciendo. Tuve la sensación de que iba a pedirme que durmiera con él. También tuve la sensación de que no iba a decirle que no—. Lucky, puedes decirme que me menta en mis asuntos, pero, ¿por qué condujiste tu coche por la noche si sabías que tenía problemas mecánicos? —¿Qué?—Fruncí el ceño, confundida. Había estado preparándome para acceder a sus caricias, no había estado esperando un sermón. —No creo que sea seguro para ti estar conduciendo por la noche en un coche que no es muy fiable. —Frunció el ceño y se inclinó hacia mí—. No quiero imaginar lo que te podría haber ocurrido si yo no hubiera estado allí.

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—¿Por qué exactamente estabas allí? —Le disparé a la defensiva—. Me parece un poco sospechoso que estuvieras conduciendo justo detrás de mí. Pensé que ya habías abandonado la fiesta. Él apartó la vista rápidamente, se pasó las manos por el cabello y suspiró. —Quería asegurarme de que llegabas a casa a salvo. —¿Qué?—jadeé—. ¿Me estabas siguiendo? —No te estaba siguiendo por que sí. —Negó con la cabeza—. Y deberías darme las gracias. Salvé tu culo. —Mi culo no necesita ser salvado, —mi voz se elevó—. Eres un pervertido. No puedo creer que estabas siguiéndome. —Quería asegurarme de que estabas bien, Lucky. Eres una chica demasiado simpática para ir a ese tipo de fiestas. —¿Qué se supone que significa eso? —Las chicas de esas fiestas conocen el trato. Encajan en ese tipo de vida. — Zane hizo una pausa—. No quiero verte herida. —¿Y cuál es ese trato Zane?—Fruncí el ceño—. ¿Te refieres a que estas chicas son‖parte‖del‖‚Club‖de‖piernas‖sueltas‖de‖Zane‛? —¿El qué? —Me miró y se echó a reír—. ¿Acabas de inventar eso? —Sabes a lo que me refiero. —Lo miré—. Me parece que crees que eres el único que puede cuidar de sí mismo. —Me fui por la tangente—. Puedo ser una chica, pero no necesito que vengas a salvarme, Zane. Puedes ahorrar eso para las putas de 2 dólares con las que sales las noches de los viernes. —Eso es un golpe bajo, Lucky. —Frunció el ceño—. Y te haré saber que no me acuesto con todas las chicas con las que salgo.

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—¿En serio? Así que no te acostaste con ninguna de las chicas con las que te he visto‖en‖Lou’s. —Bueno, espera. —Sonrió—. Nunca he dicho eso. Mi corazón cayó ante sus palabras. Tenía la esperanza de que dijera que nunca se había acostado con ninguna de ellas. Que estaba buscando a la Sra. Correcta, y que por eso había ido a tantas citas. En el fondo de mi corazón, lo había imaginado diciéndome que también se había estado guardando para su futura esposa, y entonces, yo le diría que me había estado guardando, también, y cabalgaríamos hacia el atardecer juntos. —¿Así que te has acostado con la mayoría de ellas?—Miré hacia arriba con curiosidad, la expresión casual en mi cara ocultando la urgencia detrás de la pregunta. —Prefiero no hablar de mi vida sexual contigo, Lucky. —Me miró con una expresión seria—. Lamento que estés incómoda conmigo siguiéndote, pero pensé que era lo mejor. Y resulta que tenía razón. Seguí mi instinto Lucky, y mi instinto me decía que me asegurase de que llegabas bien a casa. —¿Qué pasa con Angelique?—Solté con furia. Estaba enojada porque no quería contarme más sobre su vida amorosa. —Ella llegó a casa bien, estoy seguro —suspiró y se dio la vuelta—. Voy a dejar que te vayas a dormir. Por la mañana podemos llamar a una grúa y remolcarlo hasta la tienda. —No tengo dinero para pagar a un mecánico todavía —suspiré en voz baja—. Bueno, tengo un poco de dinero, pero no lo suficiente. —Miré abajo a la exuberante alfombra color crema bajo mis pies, sintiéndome avergonzada. —Ya se nos ocurrirá algo. —Se acercó y me agarró del brazo—. Lo prometo, Lucky. Todo irá bien.

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Sus ojos azules se arrugaron cálidamente mientras me tranquilizaba, parecían estar tratando de comunicarse conmigo en un leguaje desconocido, y me sentí tratando de entender su mensaje silencioso. —Espero que sí —suspiré, dejando mi largo pelo castaño cubrir

mi cara.

Estaba empezando a sentirme aún más confusa, y pude sentir una ligera melancolía acumularse en mí. Una oleada de cansancio me golpeó y bostecé ruidosamente. —Entendido, Lucky. —Zane sonrió y guiñó un ojo—. Te veré en la mañana. —Buenas noches. —Lo observé mientras salía de la habitación y rápidamente grité—: Y gracias. —No hay problema. —No miró hacia atrás mientras paseaba por el pasillo y rápidamente cerré la puerta antes de sacar la ropa y ponerme sus calzoncillos y camiseta. Olí la camiseta para ver si podía oler su aroma, pero olía a suavizante. Me reí de mí misma por mi cursilería antes de meterme en la cama de matrimonio. Gemí de placer mientras me deslizaba entre las sábanas. Me recordaban a las sábanas de hotel, y sabía que tenían que ser de 500 hilos de algodón egipcio. Moví mis piernas hacia atrás y adelante, amando la lujosa suavidad contra mi piel. Me acosté con la cabeza contra las almohadas de plumas, y me pregunté qué estaba haciendo y pensando Zane. Sentí una emoción cálida en el estómago al pensar en él estando preocupando por mí. Había sido un poco espeluznante que él hubiera estado esperando por mí, pero una parte de mí se sentía eufórica y cuidada. Tenía que gustarle un poco si había estado preocupado por que llegara a casa a salvo. A menos que me viera como una inocente e ingenua chica local y sintiera una responsabilidad‖ por‖ mí‖ porque‖ me‖ veía‖ cada‖ viernes‖ en‖ Lou’s.‖ Me‖ sentí‖ decepcionada entonces. Tal vez no le importaba en absoluto. Al menos no de la manera en que yo quería. Sentí que mis ojos caían y bostecé. Me di la vuelta exasperada conmigo por seguir esperando significar algo más para él. Ni siquiera te conoce Lucky, pensé para mis adentros mientras me quedaba dormida. ***

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Me desperté alrededor de dos horas más tarde, sudando y delirante. Me sentí desorientada en la gran cama, y salté y caminé por la habitación. Quería ir a casa. Quería estar en mi propio espacio y mirar las fotos de mis padres. Despejé mi cabeza y me aclaré mi seca garganta y decidí bajar a la cocina a buscar un vaso de agua. Sabía que no podía volver a la cama de inmediato. No con las imágenes de mis padres tan frescas en mi mente. Caminé ligeramente, esperando no hacer ningún ruido y miré alrededor de la casa con asombro. Era preciosa y grande, de una manera no ostentosa. Esto debe ser lo que había sentido ScarlettO’Hara cada día en Tara, pensé mientras flotaba por las escaleras imaginándome ser la señora de la casa. ¿Qué se sentiría al vivir en una casa palaciega como esta? Miré a las estatuas del vestíbulo, iluminadas por la luz de la luna brillando a través de la ventana. Estaba un poco sorprendida por la decoración de la casa. Parecía un poco sofisticada para alguien de la edad de Zane, pero, ¿qué sabía yo realmente? Salté de la escalera al suelo, y el piso de mármol bajo mis pies estaba lo suficientemente frío para hacerme gritar ligeramente. Me detuve, y miré hacia la escalera para asegurarme de que no había molestado a Zane. Caminé rápidamente por el pasillo hasta la cocina, tratando de ser lo más silenciosa posible. Entré en la cocina y miré alrededor con asombro—era hermosa. Estaba a punto de abrir la nevera de acero inoxidable de tamaño doble cuando sentí algo en mi espalda. —¡Argh!—grité y me di la vuelta rápidamente, mi corazón latiendo rápidamente. —Oye, lo siento. —La voz de Zane era tranquila y lenta, y me miraba con un brillo en sus ojos—. No pretendía asustarte. —Sólo venía a por un poco de agua —murmuré, sin poder parar de mirar su pecho desnudo. Zane se veía aún más guapo y musculoso de lo que había imaginado, y yo estaba un poco abrumada por el impulso de pasar mis manos

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sobre su pecho—.‖ Me‖ sentía‖ sexy…‖ quiero‖ decir,‖ sedienta.‖ —Me corregí rápidamente, ruborizándome. —No veo por qué no puedes haberte sentido de ambas maneras. —Se rió y abrió un cajón—. Creo que voy a acompañarte con un vaso. —¿Te he despertado? —Vi sus bíceps flexionarse cuando tomó los vasos, y tragué saliva. —No, no podía dormir. —Oh. —Quería preguntarle por qué, pero no quería que pensara que estaba siendo curiosa. —Estaba a punto de entrar al jacuzzi. —Oh. —Miré hacia abajo y me di cuenta de que él estaba llevando un bañador de natación. Me quedé mirando sus musculosos muslos y me pregunté si jugaba al fútbol. Siempre he tenido debilidad por los chicos que jugaban al fútbol. —Eres bienvenida a unirte a mí, si quieres. —No tengo un traje de baño. —Por favor no me digas que tienes uno para prestarme, me dije. No podía soportar pensar en mí usando uno de los mugrientos trajes de sus novias. —Podemos bañarnos desnudos. —Él guiñó un ojo, y se rió de mi expresión mortificada—. Estoy bromeando, Lucky. —Lo sabía. —Me tragué el agua rápidamente, tratando de ignorar los sentimientos reveladores en mi estómago—. Sólo debo ir a la cama. —¿O podemos simplemente hablar?—Sonrió—. Si eso ayudaría. —No quieres hablar. —¡Qué poco confías en mí, Lucky! —Inclinó la cabeza y sonrió—. Pero en realidad sí, me encantaría hablar.

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Mordí mi labio y reí. —No quise decir que querías algo más ni nada, sólo que tal vez querías relajarte y no sentir la necesidad de entretenerme. —Gracias por aclarar eso. —Sonrió y abrió un armario—. ¿Quieres unas galletas? —¿Qué galletas tienes?—Hice una pausa—. ¿Y tienes también chocolate caliente? —¿Vas a comer galletas y además tomar chocolate caliente?—Zane me miró con una expresión de asombro. —Hay una razón por la que no soy una talla 0. —Me reí, sintiendo de repente una ligereza entre nosotros. No estaba segura de lo que había cambiado entre nosotros, y era casi imperceptible, pero podía sentir un cambio en la forma en que Zane estaba sonriéndome. —¿Podrás hacernos chocolate caliente si puedo encontrar los ingredientes? — Zane‖sacó‖un‖frasco‖de‖chocolate‖Cadbury’s‖para‖beber,‖y‖abrió‖la‖nevera‖en‖busca‖ de un poco de leche. —Por su puesto. —¿Vas a mojar tus piernas en el jacuzzi por lo menos? —Me sonrió—. Mientras tomamos nuestro chocolate caliente. —Supongo que podría hacer eso. —Reí. —Muy bien, tengo bizcocho LornaDoone y Oreos. ¿Cuál quieres? —Ambos. —Me reí y cogí una Oreo—. Mis padres solían llamarme el verdadero monstruo de las galletas. —¿Ah, sí? —Hizo una mueca—. Solían llamarme Elmo Cosquillas. —¿En serio? ¿Por qué?

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—Porque me encanta hacer cosquillas. —Metió la mano bajo mis brazos y comenzó a hacerme cosquillas. Grité y me aparté de él. —Oh, para. —Reí histéricamente—. Soy muy cosquillosa. —Suplícame que me detenga. —Me miró, y me di cuenta de que me había respaldado contra el mostrador. Sentí su pecho desnudo empujando contra mí, y no pude detener a mi cuerpo de reverberar contra el suyo mientras me hacía cosquillas. —Zane, por favor. —Tragué saliva mientras miraba a sus diabólicos ojos azules. —Suplícame —ronroneó él hacía mí con voz sedosa. —Te estoy suplicando, Zane. —Puse mi mano en su antebrazo y nos quedamos inmóviles durante unos momentos, sólo mirando a los ojos del otro. —Tienes un bonito cabello —dijo él distraídamente. —Gracias. —¿Cuántos años tienes, Lucky? —Tengo 22. —Lamí mis labios nerviosamente y estudié la hendidura en su barbilla—. ¿Qué hay de ti? —25. —Me miró a los ojos, sin pestañear. —Muchos años de playboy por delante para ti entonces, ¿no?—Escuché las palabras saliendo de mi boca, y no estaba segura de por qué las había dicho. —Se podría decir que sí. —Sus ojos se arrugaron y dio un paso atrás. Quería gemir, porque mi cuerpo perdió el calor del suyo tan cercano al mío, pero en su lugar me di la vuelta para echar un poco de azúcar en las tazas—. Así que no tienes novio, ¿eh? —Escuché su voz susurrar en mi oído, y casi salto fuera de mi piel por

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lo cerca que estaba. Podía sentir su pecho contra mi espalda y su aliento estaba haciéndome cosquillas en la oreja. —No, no en este momento. —Eso es una lástima. —¿Lo es? —Sí,‖una‖chica‖hermosa‖como‖tú‖necesita‖un‖hombre‖que… —No necesito un hombre para nada. —Fruncí el ceño, molesta por sus palabras. —Obviamente necesitas un hombre para cuidar de ti. —Se rió y cogió una galleta—. Eso no es una cosa mala. —No necesito que nadie cuide de mí, —levanté la voz, y pude sentir mi presión arterial aumentando. —Cada chica que conozco necesita un hombre. —Yo no soy cada chica que conoces. —Entrecerré los ojos y pasé junto a él—. Creo que me voy a saltar las galletas e ir a la cama. —Espera, Lucky. —Me agarró el hombro y suspiró—. No quise molestarte. —Estoy segura. —Rodé mis ojos y me detuve cuando vi sus ojos arrugarse y mirar lejos de mí. —Tú no eres como las otras chicas, ¿verdad Lucky? —No, no lo soy. —¿Vamos a hablar al jacuzzi? —No gracias. —Me di la vuelta—. Creo que quiero ir a la cama. —Crees que soy un imbécil, ¿no?

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—Creo que eres un asno egoísta, sí —escupí, mis duras palabras desmintiendo la calma en mi cara. —Eso es duro. —Él frunció el ceño. —Sales con una chica diferente cada semana y me dices que necesito un hombre. Creo que cualquiera estaría de acuerdo conmigo. Eres un asno. —No salgo con una chica diferente cada semana. El hecho de que lleve a una chica a cenar no quiere decir que sea una cita. —Ni siquiera me importa —suspiré—. Tengo otras cosas de que preocuparme. —Te lo dije, te ayudaré con tu coche. —No necesito tu ayuda. —Yo necesito tu ayuda, sin embargo. —Su voz era baja—. ¿Podemos ir a hablar por favor? —Lo miré con recelo. ¿Qué ayuda podría posiblemente necesitar de mí? —¿No puede esperar? —Bostecé, toda la emoción y la adrenalina habiendo salido de mi cuerpo. —Puede esperar. —Él me sonrió dulcemente y se estiró. Vi como sus músculos se flexionaban y me encontré con los ojos en su pecho sexy de nuevo. Tenía una ligera salpicadura de pelo a través de sus pectorales, y quería alcanzarla y acariciarla. Quería que mis dedos confirmaran que su cabello era tan suave y sedoso como parecía. Quería sentir sus brazos alrededor de mí, sosteniéndome cerca. Quería mi cabeza presionada contra su corazón, escuchando sus latidos. Zane Beaumont era el hombre con el que había estado fantaseando desde hace meses, y ahora estaba aquí delante de mí en toda su gloria. Contuve un gemido. Estaba enojada conmigo por querer estar con este hombre. De todas las maneras equivocadas. —Me voy a la cama. —Me di la vuelta y corrí por las escaleras rápidamente.

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—No muerdo, Lucky —gritó hacia mí desde la parte inferior de las escaleras con una sonrisa, y corrí rápidamente a mi habitación. Me metí en la cama y me quedé mirando el techo, respirando con dificultad. Todo lo que podía imaginar era la cara de Zane. Suspiré, me di la vuelta y traté de pensar en otra cosa, pero no podía sacarlo de mi mente. Mientras me quedaba dormida, imágenes de Zane, encima de mí y besándome por todas partes, inundaron mi mente.

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Capítulo 4 Traducido por pili Corregido por Isane33 ucky, ¿estás despierta?

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—No —gemí en la cama, con los ojos aún cerrados. —¿Puedo entrar?—La voz de Zane sonaba demasiado sexy

para esta hora del día. —No —gemí y rodé sobre la cama. Oí la puerta crujir ligeramente cuando Zane la abrió y se acercó a mi cama. —Buenos días, Lucky. —Realmente no.—Rodé y me asomé hacia él por debajo de las sábanas. Me decepcionó un poco cuando lo vi con una camiseta gris, y traté de ignorar la necesidad de llegar hasta él y tirarle hacia abajo, hacia mí. —Disculpa por despertarte, pero pensé que debíamos ir a recoger el coche antes de que sea remolcado por la policía. —Oh mierda. —Salté de la cama rápidamente—. No pensé en eso. —Tropecé ligeramente golpeando contra el suelo y Zane me agarró por la cintura. —Cuidado. No podemos permitirnos que te lastimes. —Estoy bien. —Me alejé de él a regañadientes.

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—Bueno.—Deslizó su mano por su cabello, y miré mientras frotaba la superficie alrededor de su boca—. Por lo tanto, tengo una propuesta para ti. —¿Ah sí? —Le miré extrañada, preguntándome qué iba a decir. —Creo que es algo que funcionará para‖ ambos.‖ Necesitas‖ dinero‖ y‖ yo…‖ — continuó con una sedosa voz. —No voy a ser tu acompañante remunerada —solté—. Puedo necesitar el dinero, pero no lo necesito tanto. —Lucky,‖sólo‖iba… —Sé qué crees que soy un desastre, y que necesito un hombre. Pero no lo necesito. Puedo cuidar de mi misma. No necesito tu dinero y no te necesito en mi cama. —¿Quién dijo algo sobre cama? —Sonrió socarronamente. —No quiero ser tu sub6. —¿Mi sub? —Él frunció el ceño—. ¿Cómo mi sándwich? —No —susurré lentamente—. No soy una desviada sexual. —¿Y yo sí? —Sus ojos brillaron—. Lucky, ¿cómo sabías que iba a pedirte que fueras mi sumisa a cambio de pagar por las reparaciones de tu coche? —Espera, ¿qué? —Fruncí el ceño hacia él y gemí—. Lo siento simplemente ignora todo lo que acabo de decir. Creo que aún estoy medio dormida. —¿Estuviste soñando con ser mi sumisa? —No por supuesto que no. —Así que simplemente sexo, normal.

Sub: En inglés sumisa. También puede traducirse como sándwich.

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—Sí —murmuré y me ruboricé—. Quiero decir no. No estaba soñando. Ni siquiera creo en el sexo ocasional. Bien, ahora ya no. —¿Oh? —Zane se sentó en la cama y sonrió mirándome. —Necesito una ducha. —Me di la vuelta y me alejé, nerviosa—. Me confundiste despertándome de mi sueño así. —¿No quieres escuchar mi idea primero? —¿Qué idea? —Fruncí el ceño, mirando de vuelta hacia él. —Siéntate. —Dio unas palmaditas al lugar junto a él en la cama—. Siéntate, respira profundamente y escucha. Me senté en la cama junto a él y lo miré curiosa. —Eres realmente muy mandón, ¿sabes eso? —Lo sé. —Sonrió—. También sé que no eres la chica callada y dulce que parecías ser en Lou´s. —¿Decepcionado? —Me reí conscientemente pasando mi mano por mi cabello castaño. —En absoluto. —Se volvió hacia mí y me alcanzó para frotar algo sobre mi ojo—. Lo siento tenías una lagaña en el ojo. —Gracias. —Me sentí sin aliento cuando su dedo se deslizó abajo por mis mejillas. —Eres hermosa. —Sus palabras eran lentas, y hablaba como en trance—. Eres realmente hermosa. —Gracias. —Me mordí mis labios, no estaba segura de cómo responderle—. No sé realmente qué decir. —¿Puedo besarte? —Se inclinó hacia mí y moví mi cabeza.

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—No. —Contuve mi respiración, con la esperanza de que me besase de todos modos. —Me encanta esto.—Movió la cabeza y se echó a reír mientras se separaba de mí. —Seguro que sí. —Tienes una boca rápida, ¿eh? —¿Vas a decirme tu idea antes de que mi auto vaya a ser remolcado, Zane? — Traté de fingir que no estaba total y absolutamente deslumbrada por él—. No tengo todo el día. —Estoy buscando a alguien para ser mi asistente a tiempo parcial. —Se detuvo—. Me agradas y confío en ti, y sé de observarte en Lou´s que tienes una fuerte ética del trabajo. —¿Tú qué? —Lo miré como si estuviera loco. Eso fue lo último que esperaba escuchar—. ¿Quieres que trabaje para ti? —Sé que no es tan emocionante como ser mi sumisa, pero necesito una mano derecha por así decirlo y tú necesitas dinero, así que pensé que tal vez podríamos hacer algo de trabajo. —No sé. —Fruncí el ceño—. Entre la universidad y el restaurante, no tengo mucho tiempo. —Entonces creo que voy a tener que encontrar a alguien. —Saltó de la cama y caminó hacia la puerta, haciendo una pausa y mirando hacia atrás justo antes de salir—. ¿Tienes alguna otra sugerencia para tu coche? —Yo, espera, ¿qué? —Me levanté de un salto y negué con la cabeza—. No he dicho que no, acabo de decir que no sé. —Lucky. —Él frunció su ceño hacia mí—. No tengo tiempo que desperdiciar.

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—¿Qué? —Camino hacia él—. Apenas me has dado un segundo para pensar sobre esto. Él suspiró y apartó su mirada de la mía. —Quizás no fue una buena‖idea.‖Tal‖vez‖no‖sería‖tan… —Acepto la propuesta. —Mi voz era firme y fuerte. Estaba enojada con la forma desdeñosa que él estaba teniendo—. Acepto la propuesta, y me gustaría ir y recuperar mi coche ahora. —Está bien. Te espero abajo en cinco minutos. —Espera, ¿no vamos a discutir esto más a fondo? —Podemos hablar después. —Salió de la habitación y se volvió para decir—: Abajo en cinco minutos. Me apresuré al cuarto de baño y me lavé la cara rápidamente. No estaba segura de lo que acababa de aceptar, pero me sentía muy emocionada. Emocionada y asustada al mismo tiempo. Zane Beaumont no era el tipo de chico con el que debiera involucrarme con mayor profundidad. Eso lo sabía en mi alma, pero algo me empujaba atrayéndome más y más cerca de él. —Me voy abajo ahora, Lucky. —Oí la voz de Zane y me precipité rápidamente dentro de la habitación y me puse mi ropa. —Estoy llegando. —Fui corriendo por las escaleras, y vi a Zane riéndose de mí mientras me reunía con él en el vestíbulo. —Podrías haberte retrasado unos minutos. —Se rió y agarró las llaves de su coche, fruncí el ceño hacia él—. La mayoría de las chicas lo hacen. —No soy la mayoría de las chicas. —Lo seguí fuera y pase mis dedos a través de mi cabello para desenredarme los nudos. Entré en el lado del pasajero y Zane sin hablar entró en la carretera—. ¿Así que cual es el plan? —pregunté impaciente.

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—¿El plan? —Miró hacia mi lado y levantó las cejas. —¿Qué voy a hacer como tu asistente? —Atender a todos mis caprichos. —Sonrió socarronamente y sacó su teléfono—. Oye Gus, voy a remolcar el coche de una amiga a tu garaje. Ponte con él, arréglalo, yo te pago, ¿vale? Lo miré con los ojos muy abiertos mientras hablaba por teléfono con alguien y fruncí el ceño. ¿Cómo se atreve simplemente a tomar el control sobre lo que iba a pasar con mi auto? —No estoy seguro lo que pasó, pero se estropeó anoche. Sí, en la carretera. Ella es afortunada yo estaba allí. —Colgó, y me incliné hacia él. —Ni si quiera me has preguntado si quería que tu amigo remolcase mi coche. —No es mi amigo. Él es mi mecánico, y es uno de los mejores en Miami. Me pareció que no tenías ningún sitio a donde llevarlo. —No es el punto —suspiré—. Simplemente no puedes tomar una decisión así por mí. Ya tengo un presupuesto .No tengo ni idea de lo que este tipo va a cobrar. —Yo me ocupo de eso. —No quiero que te encargues de ello, no es tu problema —dije con sarcasmo. —¿Tienes algo contra los hombres Lucky? —¿Tienes algo en contra de las mujeres? —Moví mi cabeza—. Eres insoportable, Zane Beaumont. —Creo que estoy siendo un chico muy agradable. —Dibujo una sonrisa hacia mí, me aparte de él. Oí su teléfono timbrar y mis ojos se pusieron en blanco cuando oí su voz ronronear en el teléfono. —Buenos días amor. —Sentí celos mientras él hablaba por teléfono y saqué mi teléfono para ver si tenía algún mensaje. Sentí una cálida sensación dispararse a

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través de mí cuando vi que tenía un texto de Brandon, preguntado si había llegado a casa bien. Le escribo un mensaje de vuelta, tratando no de hacer caso de Zane que engatusaba a alguna muchacha por teléfono. —¿Tal vez podamos ir a cenar? —ronroneó—. No estoy disponible para comer hoy. —No la declines por mi —siseé hacia él, y le vi fruncir el ceño cuando se estacionó detrás de mi coche, todavía hablando por teléfono. —¿Angelique, te puedo llamar más tarde?—Detuvo el coche y salté fuera, sin querer escucharle los halagos a la despampanante rubia que yo había conocido la noche anterior—. Lucky regresa al coche. —Zane se bajó de su coche y me gritó mientras caminaba hacia mi coche—: Es demasiado peligroso que estés parada a ese lado de la carretera. —¿Puedo comprobar mi auto, por favor? —dije malhumorada—. No eres mi padre, Zane. Para de mangonearme. —Estamos en una carretera, Lucky. Dejar de ser un bebé y entra en el coche — me gritó y me agarró del brazo. —Ay, eso duele —chillé cuando él me arrastró hacia su coche—. Quiero comprobar mi coche. —Es el mismo de ayer, Lucky —gruñó mientras abría la puerta—. Siéntate. —¿O qué? —No quieras saber qué. —Eres un verdadero gilipollas. —Fruncí el ceño hacia él y me acurruqué hacia atrás cuando se inclinó hacia mí. —Lucky‖eres‖la‖m{s…‖—Su voz parece haberse alejado de él cuando me besó, y cerré los ojos mientras sus labios se aplastaban contra los míos. Le permití empujar su lengua en mi boca durante unos segundos antes de apartarme de él.

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—¿Qué estás haciendo? —pregunté, jadeante. —Callarte. —Sonrió abiertamente y cerró de golpe la puerta, cuando estaba a punto de gritarle. Me recosté y vi como sacaba su teléfono. En pocos segundos, vi a una grúa detenerse delante de mi coche y vi como Zane se acercó para saludar al tipo de la grúa. Me senté en el coche durante un rato esperando aguantar mi respiración antes de que saliera del coche. Toqué mis labios suavemente, pensando en el escozor que sentía todavía en ellos. Nunca me habían besado así antes: con fuerza, apasionadamente, todo proyectado. Estaba enojada y mareada por el toque de Zane y al salir del coche, me di cuenta que tenía sentimientos por Zane. Sentimientos que me hicieron pensar que aceptar la proposición de trabajar para él sería una mala idea. Me acerqué hasta el tipo de la grúa e ignoré la luz deslumbrante de Zane. —Hola, me llamo Lucky Morgan, soy la propietaria del coche. —Uh, hola señorita Morgan. —El tipo de la grúa me miró con curiosidad mientras le daba la mano—. Tendré acabado esto dentro de 30 minutos. —Gracias. —¿Lucky, no te dije que permanecieras en el coche? —La voz de Zane era grave y enojada. —Creo que mi junta de la culata se ha ido. —Seguí hablando con el tipo de la grúa—. Usted puede avisar al mecánico. —Sí señora. —El hombre miró a Zane y luego mí, y volvió de vuelta rápidamente a la grúa —¿Cómo te atreves a dirigirte a mí así? —siseé hacia Zane. —Lucky… —No soy tu Lucky. —Le recordé—. No me puedes tratar como una de tus bellezas.

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—¿Puedes por favor dejar de tratar con desprecio a las chicas con las que salgo? —Zane miró hacia mí con el ceño fruncido—. Que los celos no se conviertan en una característica. —No estoy celosa de nadie. —No quiero que te confundas, Lucky. —Zane agarró mis manos—. Lo siento, no debí haberte besado. —No estoy confundida. Besas a muchas chicas, estoy segura. —Yo... —Hizo una pausa y desvió la vista—. No estoy buscando una relación. —Me lo imaginé. —Pero me gustas. Espero que podamos ser amigos. —Apretó mi mano, y sentí mis ojos tornarse pesados. —Claro. —Vayamos a desayunar y podemos hablar de trabajo. —Creo que Braydon quiere llevarme a desayunar o almorzar. —De repente lo recordé. —¿Braydon Eagle? —Frunció el ceño. —Sí. —Dile que no.—Caminamos hacia su coche, me abrió la puerta. Entré en el coche y saqué mi teléfono. —No pienso así.—Fingí marcar algunos números. —Lucky. No vayas a la cita con Braydon. —¿Por qué no? —No es el chico para ti.

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—¿Por qué no? ¿Es un mujeriego como tú? —Lucky. —Puso sus dedos debajo de mi barbilla y me miró duramente—. No pruebes mi paciencia. —¿O qué? —Puse los ojos en blanco cuando entró en el coche a mi lado y puso el teléfono en mi bolso de nuevo. —¿Puedes sólo confiar en mí en esto, Lucky? —¿Por qué? Ni siquiera te conozco. —Me conoces. —Sus ojos perforan los míos y suspiró. Tenía razón. Sabía esto al final del día, él era un buen chico. Siempre había sido un tipo agradable conmigo en el restaurante; lo que hizo con las otras mujeres no tenía nada que ver conmigo. —Bien, vayamos a desayunar. —Solté un suspiro enorme y moví mi cabeza hacia él—. No te entiendo, Zane Beaumont. —A veces ni yo me entiendo. —Su tono fue teñido de ironía y otra emoción que no podía localizar—. Pero gracias por darme la oportunidad. —Su mano llegó hasta mi rodilla y la apretó, mirándome agradecidamente. —No sé por qué —susurré. Miré fijamente por la ventana, preguntándome lo que estaba haciendo. Sentí que era Alicia y ahora estaba en el país de las maravillas. Todo lo que sentía estaba al revés, y una parte de mi cerebro estaba diciéndome que simplemente olvidara mis reglas y dejara que este camino me llevara a donde quería ir. —No esperé toda la noche por ti a que dejases de bailar alrededor de la habitación con Braydon como una concursante de Bailando con las Estrellas7 para nada —refunfuñó Zane y me quedé boquiabierta.

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Bailando con las estrellas: Es el nombre dado a una serie de programas de televisión internacionales basados en el formato del programa de televisión inglés DancingwiththeStars.

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—¿Espera? ¿Estabas esperando para asegurarte de que no me iba a casa con Braydon anoche, no es cierto? —Levanté la mirada hacia Zane, evidentemente hacia su comportamiento casual. —Te lo dije. Quería asegurarme de que llegarasa salvo a casa—gruñó Zane y me miró rápidamente—. No tienes que andar con Braydon Eagle, Lucky. —Porque tú eres mucho mejor, ¿verdad? —vociferé hacia él y me recosté hacia atrás, asustada cuando Zane se apartó a un lado de la carretera, paró y se giró hacia mí. —Tengo que decirte algo, Lucky.

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Capítulo 5 Traducido por 3lik@ Corregido por sttefanye

—¿L

o que tengas que decirme tiene que ser dicho a un lado del camino y no en un restaurante? —le pregunté sarcásticamente.

—¿Podrías dejarme hablar? —Supongo que ese es mi deber, de aquí en adelante. —Bajé la cabeza sumisamente con las manos entrelazadas en el regazo y esperé a que hablara. —Lucky, eres irritante. Lo sabías, ¿verdad? —Estoy esperando. —Vamos a buscar el desayuno, y te lo diré después de comer. —¿Ahora te burlas de mí, Zane Beaumont? Sólo me dejaras en ascuas, ¿verdad? —Necesito un café grande negro antes de lidiar contigo, Lucky. —Se rió y arrancó el auto y se puso en marcha de nuevo en el camino. —Necesito panqueques y tocino. —Me lamí los labios y me reí de sus palabras. ¿Por qué me era fácil perdonar a Zane y sus comentarios? —No me gusta que mis sumisas coman tocino. —Hubo una ligereza en la voz de Zane, y me reí de su profunda voz.

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—Nunca vas a dejarme en paz por ese comentario, ¿verdad? —Bueno, no todos los días una chica me pregunta si quiero que sea mi sumisa. —Hizo una pausa por un momento—. Y sabes que tengo que preguntar por qué ni siquiera me has preguntado eso ahora. —Argh —gemí, avergonzada. —¿Hay algo que debería saber sobre de ti, Lucky? ¿Eres una estudiante y una camarera de día y una dominante por la noche? —Uhm, si fuera una dominante, no te estaría preguntando si quieres que sea tu sumisa. —Me reí. —Así que sabes mucho acerca de ese mundo, ¿eh? —Zane me miró rápidamente con una leve sonrisa, y me dio un puñetazo en el hombro. —En realidad, no —Me reí—. He leído un par de libros que eran acerca de parejas que vivían con ese estilo de vida. —¿Y eso te interesa? —No —Mi voz fue más aguda de lo previsto—. No, no creo que haya nacido para ser una dominante o una sumisa. —Sí, no creo que seas ninguna. —¿Qué significa eso? —Sólo que no te veo en cualquiera de los roles en el dormitorio. —¿Has pensado en mí en la habitación? —grité, sorprendida y un poco bromista. —Bueno, no —Se rió—. Vamos a cambiar de tema. No quiero meterme en problemas otra vez.

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—Uh huh. —Sabía que estaba tomando la conversación por un camino resbaladizo, pero sentí que íbamos a la par, así como pensaba en él, él pensaba en mí. Era una sensación cálida y feliz, y quería aferrarme a ella el mayor tiempo posible. —Creo que eres adicta al sexo. —¿Qué? —Me reí. —Siempre lo estás mencionando. —No, no lo estoy. —Rodé los ojos. —Sí, lo estás. —Entonces vamos a hacer una apuesta ahora. La siguiente persona que mencione‖el‖sexo‖tiene‖que‖darle‖a‖la‖otra‖persona… —Un masaje desnudo. —me interrumpió Zane mientras se estacionaba. —Ya quisieras. —Rodé los ojos. —Tal vez acepte. —Se lamió los labios, y salimos del auto. —A partir de ahora, la siguiente persona que mencione el sexo tiene que dar a la otra persona 100 dólares. —Vaya Lucky, no quiero tomar tu dinero. —Voy a tomar el tuyo y no estoy preocupada por hacerlo. —Los dos nos reímos y entramos en el restaurante IHOP. —Oh Lucky, tan honesta y tan segura. —Estoy pensando en que voy a gastar mis 100 dólares —ronroneé, tan pronto caminamos a nuestra mesa. Abrí el menú con entusiasmo, tratando de decidir lo que quería comer. Mi estómago estaba gruñendo por el olor de la grasa, y quería llenar mi rostro con muchas cosas en el menú.

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—¿Ya sabes qué quieres ordenar? —Quiero ordenar huevos, tocino, salchichas, panqueques, tostadas y croquetas de patata. —Me reí—. Y también estoy mirando las crepas. —Que apetito. —Bueno, ya sabes cómo somos las supermodelos. —Oh, por supuesto, necesitas un buen desayuno antes de la pasarela. —Exactamente, o el viento nos arrastrará. —No podemos tener al viento arrastrándote ahora. —Zane me guiñó un ojo, y se inclinó con una sonrisa. —Exacto, no cuando estoy haciendo un favor a la humanidad, desfilando feos vestidos que cuestan miles de dólares. —Si quieres que te compre uno de esos vestidos, házmelo saber. —Puedo comprármelos... —Me reí—. Goodwill tiene un montón de diseños que coinciden con los de la pasarela, y puedo comprar varios conjuntos por 20 dólares. —Pues bien, aquí tienes. —Zane sacó su cartera y sacó 20 dólares y los puso sobre la mesa—. Vuélvete loca para mí. Tomé los 20 dólares y los guardé. —Vaya, gracias, Sr. Beaumont, lo que digo es creo que eres mi héroe ahora. — He hablado con un profundo acento sureño, y se rió. —Tal vez debería presentarte a mi papá, me parece que podrías tener una gran carrera en la actuación. —¿Por qué? Lo que quieras decir, amable Señor. No soy actriz, sólo soy una belleza sureña.

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—Me gusta la belleza sureña. —En este momento, Zane y yo estábamos mirándonos a los ojos, y nuestros rostros estaban a centímetros el uno del otro. Si me moviera un poco hacia adelante, nuestros labios se tocarían. —Buenas, gracias por venir a IHOP. ¿Puedo ofrecerles algo de tomar? —Una señora ya mayor de aspecto amargo, estaba de pie en la mesa, mirándonos, y me senté rápidamente, avergonzada de haber sido atrapada en un no-íntimo, momento íntimo. —Quiero un pequeño jugo de naranja y una taza de café, ¿por favor? —Le sonreí a la mujer, y ella me miraba hoscamente. —¿Y usted, Señor? —Me dio la espalda y miró a Zane. —Voy a tomar lo mismo que mi bella, joven debutante. La mujer rodó los ojos y pasó una página de su libreta. —¿Están listos para ordenar o necesitan unos minutos? —Estoy listo, ¿y tu Lucky? —Zane movió sus cejas hacia mí, y sostuve una carcajada. —Sí. Estoy lista. Voy a ordenar el Desayuno Continental, por favor. —Y yo quiero; un jamón, pimiento verde y tortilla de queso, por favor. —Zane le sonrió a la señora, y ella le dio una dura mirada. —Traeré sus bebidas en unos minutos. —Se dio la vuelta y regresó a la cocina. —Y esa es la razón por la que vengo a comer todos los viernes. —Zane se rió. —Ah, sí, ¿por qué? —Porque‖tengo‖el‖mejor‖servicio‖de‖todos‖en‖Miami‖Lou’s. —Shayla es bastante buena.

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—No es tan buena como una chica llamada Lucky. —Bueno, ya sabes lo que dicen. Las niñas que van a través del cotillón son las mejores servidoras. —Creo que aprendo algo nuevo cada día. —Se rió y luego frunció el ceño cuando su celular sonó—. Lo siento, ¿me disculpas, por favor Lucky? Tengo que contestar. —Por supuesto. —Le sonreí, tratando de ignorar la curiosidad que crecía en mí. ¿Quién estaba al teléfono? Quería saber, y sin embargo, no lo hice. Sabía que si me enteraba de que era Angelique, mi estado de ánimo se arruinaría. Decidí distraerme en lugar de espiar su conversación y saqué mi celular mientras esperaba. —¿Has hablado con él? —Zane silbó en el teléfono—. ¿Y qué te dijo? Me mordí el labio, preguntándome quién le había hecho enojar. —¿Volar? —Suspiró—. ¿Sabes quién era la chica? Abrí los mensajes de texto, una grata sorpresa al ver que tenía un mensaje de Braydon, quiere que lo acompañe a comer esta noche. Estuve a punto de cerrar mi teléfono sin contestarle cuando escuché a Zane decir. —Le daré una llamada y veré si puedo llevarla a la cita la próxima semana. Mantuve mi boca abajo, herida y enojada, respondì rápidamente al texto de Braydon: Eso suena muy bien. ¿A qué hora estas pensando? —Lo siento. —La voz de Zane me interrumpió. —No hay problema.

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—Entonces, ¿de qué estábamos hablando? —me preguntó con una breve sonrisa. Sus ojos parecían distraídos, y me di cuenta de que su mente estaba todavía en su llamada telefónica. —No me acuerdo. ¿Tal vez puedas decirme lo que tienes que decir? —¿Lo que tengo que decir? —Me miró con una expresión en blanco. —Eso cuando te orillaste en el camino. —Fruncí el ceño—. Dijiste que tenías algo que decirme. —Oh, sí. —Hizo una pausa—. No es importante. —Solo dímelo. Quiero saber. —Lucky —Se inclinó hacia mí otra vez y habló en voz baja—. Quiero que seas mi amante secreta. Quiero que recreemos todas las escenas de cincuenta sombras de Christian y... Mi boca se abrió mientras lo miraba. Sabía que era un bicho raro. O mejor dicho, un monstruo pervertido. —¿Qué? ¿Te refieres a las cincuenta sombras de Grey? Zane se echó a reír y asintió. —Lo siento, tenias que ver tú cara. Lo saqué del libro que lees. —Eso no es gracioso. —Fruncí el ceño e ignoré la pregunta—. Me debes 100 dólares. Zane sacó su cartera y sacó un conjunto de veintes. —Con toda seriedad Lucky, quiero que vengas conmigo a Los Ángeles mañana. —No puedo ir a Los Ángeles —Negué con la cabeza—. Tengo escuela, y tengo que trabajar.

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—Está bien. —Se echó hacia atrás y sonrió a la camarera mientras colocaba los platos en la mesa. —¿Qué quieres decir con, está bien? —Fruncí el ceño—. Eso es todo. Ni siquiera vas a decirme, ¿por qué? —Me dijiste que no podías ir. —Pero eso no significa que no puedas convencerme. —Eché un poco de sal y pimienta en mis huevos—. Convénceme. —¿Qué estudias, Lucky? —Zane cortó su tortilla—. Ayer por la noche creo que me dijiste historia, ¿cierto? ¿Conoces a un montón de cosas de los derechos civiles? Él hablaba despreocupadamente. —Sí, historia. —Asentí. —Me gusta la historia. —Sonrió mientras masticaba—. Te conviene. —¿Por qué me conviene? Me va por vieja y poco elegante. —Es difícil llamar a una supermodelo vieja y desaliñada. —¿Entonces por qué me conviene historia? —No podía dejar de reír. —Esto me demuestra que eres una pensadora. Eres inteligente. Te preocupas por el pasado. Te preocupas por la gente. Te preocupas por no cometer el mismo error dos veces. —¿Qué estudiaste en la escuela? —Literatura Británica Importante. —Sonrió—. Un Grado muy, muy útil. —Acerca de lo más útil que es conocer los nombres de todas las esposas del rey Enrique VIII. —Me reí.

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—Todos sabemos sobre el rey Enrique VIII. —Se rióZane—. Abandonó la iglesia católica para que pudiera obtener el divorcio de Ana Bolena, ¿verdad? ¿O fue Catalina de Aragón? —Brillante. —Le saqué la lengua—. Nombra para mí todas sus esposas y estaré aún más impresionada. —¿Tienen que estar en orden? —No. —Le sonreí. —Bueno, eso es fácil. —Me sonrió de nuevo—. Catalina de Aragón, María, Ana Bolena, y uhm, la otra hermana Bolena. Me eché a reír mientras fruncía el ceño. —¿La otra hermana Bolena? —¿Cierto? —Inclinó la cabeza—. O es una película. —Creo que saber los nombres de todas sus esposas no es tan común, ¿cierto? —Está bien, me atrapaste. ¿Cómo se llaman? —En‖primer‖lugar,‖‖‚La‖Otra‖Bolena‛‖fue‖un‖libro‖de‖Philippa‖Gregory.‖Ahora,‖ a sus esposas, en ese orden fueron: Catalina de Aragón, de quién se divorció, Ana Bolena, quien ejecutó, Jane Seymour, que murió, Anne de Cleves, de quién se divorció, Kathryn Howard, que fue ejecutada y otra Katherine, Katherine Parr. —¿Qué pasó con la última Katherine? ¿Huye,‖asustada‖de‖que‖el‖gritara,‖‚¡Qué‖ le‖corten‖la‖cabeza!‛‖¿O‖qué?‖—Zane fingió emoción. —En realidad no, Enrique murió cuando aún estaban casados y ella enviudó. —Apuesto a que ella lo envenenó. —Se río. —Bueno, eso seguro habría sido karma. —Me reí y corté mis crepes—. Hmm, estos son tan buenos.

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Dejé que el sabor de los arándanos rojos morara en mi boca mientras masticaba lentamente, saboreando cada bocado. —Ven conmigo a Los Ángeles, Lucky. —Su voz era baja y mesurada cuando cambió de tema. —Todavía no sé por qué quieres que vaya. —Necesito una asistente. Alguien que conozca mucho sobre la historia. Alguien quién sé que puedo trabajar y confiar. Y confío en ti. No confío en mucha gente. —Pero tengo clases. —Suspiré. —¿Puedes tomar un permiso para ausentarte o de retirarte de las clases? — Hizo una pausa—. Voy a pagarte por las clases que hayas asignado para que así no pierdas el dinero y voy a pagar por el resto de los créditos correspondientes a otras clases que tengas que llevar. —No lo sé. —Me mordí el labio—. Ya casi termino. —Estoy trabajando en un documental. —Hizo una pausa—. Se trata de los 60. Derechos Civiles y todas esas cosas. Creo que realmente me podrías ayudar, como historiadora. —¿Haces películas? —Miré hacia arriba sorprendida y un poco desconcertada. ¿Por qué no me había dicho antes que estaba haciendo un documental sobre el movimiento de derechos civiles? —Bueno, no películas. Documentales. —Sonrió—. Mi papá hace taquilleras, yo sólo tanteo, por así decirlo. —¿De qué se trata tu documental? —El sistema educativo a partir de 1954.

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—¿Te refieres después del Caso Brown contra el Consejo de Educación? — pregunté con entusiasmo. —Sí. Hablo para que la gente vea cómo el fin de la segregación afectó sus experiencias educativas. —Nada ha cambiado realmente. —Hice una pausa—. No por mucho tiempo. —¿Conoces sobre el tema? —Un poco —Tomé un poco de café y pensé por un momento—. Mi tesis principal está relacionada con el tema en realidad. —¿Ah, sí? —Asintió y sonrió—. Bueno, entonces me parece que serás una mejor asistente de lo que pensaba. —No estoy segura. —Podrías ser uno de los entrevistadores si lo deseas. Puedes usar lo que has aprendido para ayudarte en tu investigación. Hablar de una increíble fuente primaria. Asentí en acuerdo. Sería una gran oportunidad para realmente hablar con gente que estaba viva y pasaron por la integración, en lugar de sólo escribir sobre entrevistas que otros historiadores han sido parte y escrito acerca de eso. Este es el tipo de investigación que me haría entrar en un programa de postgrado, que me ofrezca una mejor oportunidad para un vestigio de ocupación para cátedra en una universidad superior. —Tendría que estar en la escuela por un semestre adicional sin embargo. — Hablé en voz alta, expresando mis preocupaciones. —¿Qué es un semestre adicional en comparación con la oportunidad de tu vida? Piensa en ello, Lucky, tienes toda tu vida para vivir como todos los demás lo ha planeado para ti. ¿Sabes lo que significa seis meses a la amplitud de tu vida? No significa nada. Esto puede ser una experiencia de crecimiento real. Oportunidades

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como esta no llegan para todos. Esta es una oportunidad para romper lo mundano, lo cotidiano de tu vida. —Es sólo que tengo planes, ya sabes. —Fruncí el ceño. Mi plan siempre había sido graduarse en cuatro años, casarme, ir a la escuela de posgrado, tener algunos niños, y convertirme en un maestro o profesor. Pero, ¿hacia dónde me llevará esto? Suena como el plan de mi novio. Bien, en teoría, pero no va a ninguna parte. Estaba prácticamente como una monja en este momento, y no había ningún tipo de potencial en cualquier lugar en el horizonte, bueno, tal vez en el horizonte, si las cosas salen bien con Braydon—. Y estoy buscando a alguien ahora mismo. Sólo no quiero irme. —Pensé que no tenías novio. —La voz de Zane era acusadora. —No, pero tengo una primera cita de esta noche. —¿Con? —Eso no es asunto tuyo. —¿Vas a venir conmigo a Los Ángeles? —Se echó hacia atrás, y vi cómo se limpió la boca con la servilleta. —Yo... —Toma la oportunidad, Lucky. Te prometo que no te arrepentirás. —Ni siquiera te conozco. —¿Quieres que hable con tus padres? Puedo llamar ahora y hablar con ellos si estás preocupada acerca de lo que van a decir. —No estoy preocupada. —Aparté la mirada de él, y me quedé viendo a un niño que soplaba burbujas en la leche con chocolate en la mesa de al lado. —Esta es una oportunidad increíble, Lucky, estoy seguro de que lo entenderán. —Sentí la mano de Zane llegar y agarrar la mía, y me giré hacia él.

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—Mis padres no tienen que entenderlo. Están muertos. —Vi la simpatía en sus ojos tan pronto como dije esas palabras y me estremecí. No quería que él sintiera lástima por mí. No quería que todas las conversaciones que tengamos de aquí en adelante se centraran en su compasión por mí—. Y tú no tienes que tratarme de forma diferente debido a eso. —No voy a tratarte de manera diferente. —Bien. —Deja que te lleve a cenar esta noche. —Tengo una cita. —Fruncí el ceño—. Ya te dije. —¿Así que sólo te recogeré mañana por la mañana, entonces? Asentí lentamente. —Supongo que sí. —Y eso fue todo. Mi decisión estaba tomada. Creo que lo sabía tan pronto como él lo había preguntado, cuál sería mi respuesta—. Tengo que llamar a Shayla y a María para ir a cenar y hacerles saber. —Sacudí la cabeza mientras hablaba—. No puedo creer que esté haciendo esto. —No te arrepentirás, Lucky. Te lo prometo. —Los ojos de Zane parecían un poco abrumados cuando me sonrió. Realmente no entiendo por qué. De repente me pregunté si había cometido un error. ¿Cómo podría abandonar la universidad y mi trabajo? Todo por un chico que no conocía muy bien y un trabajo que ni siquiera había comenzado. Me mordí el labio y suspiré, todas mis paredes se venían abajo y no estaba segura de lo que iba a pasar a continuación.

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Capítulo 6 Traducido por Melusanti Corregido por Meellc

—T

e ves increíble, Lucky —silbó Braydon cuando me metí

en su coche. Estaba Un poco molesta de que no había venido hasta mi puerta para acompañarme, pero traté de

despedir esos sentimientos de mi cabeza. —Gracias. —¿Te gusta mi coche? —Él sonrió mientras estiraba sus manos y acariciaba los asientos de cuero. —Es un coche bonito —Asentí con la cabeza, un poco incómoda por la forma en que estaba acariciando los asientos. —Es un Bugatti —continuó—. Bonito, ni siquiera comienza a describirlo. —Oh, lo siento. —No tenía ni idea de lo que era un Bugatti. —No lo sientas, simplemente siéntate y disfruta del viaje más suave que jamás hayas sentido. —Uh, está bien. —Intenté sonreír, pero estaba bastante segura de que me salió una mueca en su lugar. Braydonrió mientras miraba mi cara y me sentí aún peor. —Lo siento Lucky, estoy un poco sobre-el-top de los coches. Supongo que es cosa de hombres.

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—Está bien —Le sonreí, realmente esta vez—. Sólo que no soy de saber mucho sobre coches. —Me reí un poco de mi comentario—. Bueno, de otros coches, por lo menos. Se un poco sobre el mío. —Oh, ¿Qué es lo que conduces? —Él me miró con curiosidad. —Un Toyota Corolla 1991—Me reí de su grata expresión aburrida—. Y en estos momentos, está en un taller, no funciona. Así, que realmente no estoy conduciendo nada. —Oh, eso apesta.—Salió a la calle—. Bueno, vamos a ir a cenar. Pensé en llevarte al RustyPelican en Key Biscayne. De esa manera podemos ver fuera, el agua. —Eso suena genial. —Le sonreí y miré por la ventana, sintiéndome un poco tensa ¿Por qué no me preguntó acerca de mi coche? O como había llegado a casa anoche. Parecía que ni siquiera le importara. No como Zane lo hizo. Fruncí el ceño mientras Zane venía a mi cabeza. No tenía sentido en mi comparación de Braydon con Zane porque sabía que Zane no quería una relación y por eso no tenía sentido en mi pensando sobre él de esa manera. Tuve que ignorar los sentimientos que su beso había encendido en mí, sentimientos que habían estado ahí desde el primer momento en que lo vi. Si era honesta conmigo misma, me había sentido atraída por Zane desde el primer momento, pero también sabía que él era el tipo de persona a la que debería evitar. Nada positivo podría venir de una relación con Zane. Si pudiera llamarla relación, ya que lo máximo que el querría sería ser amigos con beneficios. De eso, estaba segura. Y yo no quería eso. No encajaba con mi plan de Último novio, en lo absoluto. —Tierra a Lucky. —La voz de Braydon interrumpió mis sueños y me giré hacia él con una mirada de disculpa. —Lo siento, sólo estaba pensando.

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—¿Por qué, no estas pensando en una cosa de novelas? —Él se rió—. La mayoría de las chicas que conozco en Hollywood charlan estúpidamente sobre maquillajes y ropa. —Pero estoy segura que todavía quieres salir con ellas. —Me reí. —Bueno, tú sabes. —Él me sonrió—. Ese era el antiguo yo. Él nuevo yo está listo para una chica de sustancia. —¿Ah, sí? —Estudié su cara de niño y le sonreí cálidamente—, sabes, siento que es realmente raro estar en un coche con el Braydon Eagle. —No deberías. —No todos los días una chica como yo va a cenar con una estrella de cine de Hollywood como tú. —Bueno, entonces, debemos tener un poco

de champán en la cena para

celebrar un día extra ordinario. —Este es un día extra ordinario. —Asentí de acuerdo, pensando más en el acuerdo con Zane que la cita con Braydon. —Me gusta tu honestidad, Lucky —RióBraydon—. No estoy seguro de jamás haber conocido a una chica como tú. —No estoy segura. Soy esa exótica rareza que todo el mundo sigue diciendo que soy. —Me reí con timidez. —Tú eres todo eso y más. —Braydon señaló un rascacielos mientras conducíamos—. Yo vivo allí. —¿Ah, sí? —Me asomé a la ventana, pero no vi nada más que un montón de edificios altos. —¿Alguna vez has estado en Brickell? —No realmente.

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—Es aburrido —Se rió—. Prefiero vivir en la playa. —¿Así puedes ir de fiesta todo el día y la noche? —Algo así. Aunque a mi manager no le gustaría si lo hiciera. —Probablemente no —Estuve de acuerdo. —Así que Lucky. Dime el nombre de tu película favorita. —¿De todos los tiempos? —¡De todos los tiempos! Ah, y no puede ser una de las mías. —Se rió—. Sólo en caso de que te sintieras obligada a nombrar una de las mías. —Bueno,‖ya‖sabes…‖—Me reí—. Creo que mi película favorita es MyFair Lady. —Oh —Hizo una pausa—.‖La‖lluvia‖en‖España… —…es‖ principalmente‖ en‖ la‖ llanura‖ —terminé por él—. Amo a Audrey Hepburn. Ella era una buena actriz clásica. —Si, ella lo era. Es curioso que hayas elegido MyFair Lady, porque su coestrella, Rex Harrison, es mi actor favorito. —¿Ah, sí? —Si, me encantan las películas de Alfred Hitchcock y pensaba que era excelente en Midnight Lace. —Oh, nunca he oído hablar de esa película. —No es la obra de trabajo más famosa de Hitchcock, pero me encantó. Doris Day está en ella también. —No estoy segura de quien es Doris Day, me temo. —Lo miré en tono de disculpa.

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—¿No conoces a Doris Day? —Su voz estaba horrorizada—. Tal vez deberíamos saltarnos el restaurante y sólo ir y ver las películas. —Él se echó a reír. —Eso podría ser un plan. —Doris Day era, probablemente, la mejor actriz en sus tiempos. Protagonizó toneladas de películas con CaryGrant y Rock Hudson. —Oh, bien—Todavía no tenía idea de quién era ella. —Bien, ella cantó esa canción sobre lo que será, será, ya sabes esa, Que será, será . —Oh, sí. La amo. —Mi voz era fuerte de la emoción—. Me había olvidado su nombre. Mi mamá solía ver sus películas todo el tiempo. —Bien, ¡Uff! —Se rió— Así que te gusta MyFair Lady, entonces ¿Huh? Asentí, mi cabeza llena de recuerdos felices. —No sé porque, pero siempre la veo cuando estoy mal. Es mi película para-ver. —Ya veo. —Él detuvo el coche y lo miré con sorpresa—. Estamos aquí. —Oh, guau. Eso fue rápido. —Miré por la ventana y vi el Yacht Club—. Nunca he estado aquí antes. —Es un lugar muy bueno. Sin embargo, no estoy seguro de porque lo llaman el RustyPelican. No hay nada oxidado

en él. Tendremos una mesa fuera y

mirando hacia el frente sobre el agua. —Y las luces brillantes. —Sonreí. —Bueno, por supuesto. Si no hubiera luces brillantes, estaríamos sentados allí con miedo de que un cocodrilo podría salir del agua y atacarnos. —Desde luego, no quiero ser atacada por un cocodrilo. —Yo tampoco ¿Has visto mi cara? —Braydon sonrió y me reí.

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—Seguro espero tengas hambre —continuó él, felizmente me reía de sus chistes. —Oh, lo tengo. —Asentí con la cabeza. No había

comido nada desde el

desayuno. Zane me había dejado después de haber comido y había estado un poco resentido después de que no le dijera quién era mi cita. Estaba molesta, pero disgustada cuando llegué a mi habitación porque Zane había sido tan desdeñoso cuando yo había salido del coche. No lo entiendo. Sus estados de ánimo parecían ir y venir tan rápido. Suspiré. Me recuerdo llamarlo cuando llegara a casa para que me diga a que hora iba a recogerme para salir al día siguiente. Todo iba tan rápido que apenas tuve tiempo de pensar. Estaba empezando a sentirme abrumada y había pasado la tarde en mi cama viendo la televisión en vez de empacar. —Lucky ¿Estás en casa? —Una vez más, Braydon interrumpió mis pensamientos de Zane. —Lo siento. Tengo un montón de cosas en mi mente. —Puedo ver eso. Espero que no sea otro hombre. —Oh no, por supuesto que no. —Me sonrojé y me alejé. —Me gusta tu vestido, por cierto. —Braydón me miró y sonrió —. Es muy chic. —Uhm, gracias. —Le sonreí agradecida y traté de contener una carcajada. Había conseguido el vestido en Target por $24.99 y estaba bastante segura de que Braydon era el único que había usado ese adjetivo para describir el vestido. —Vamos a comer. —Él tomó mi mano y yo lo seguí a través del restaurante y luego a través de una puerta. —Guau —Dí un paso por la puerta y vi las velas en las mesas con vistas a la gran extensión de agua que estaba iluminada por los enormes condominios al otro lado—. Esto es magnífico.

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—Tenía que hacer nuestra primera cita especial —Braydon sonrió y se sentó—. Y permíteme recomendarte el Mulo de Fresa para beber, es delicioso. —Hecho. —Sonreí—. El alcohol y las fresas suena bien para mí. —Me encanta una chica que es fácil de complacer. —Bueno, esa soy yo. —Me reí. —En nuestra próxima cita, voy a llevarte en mi barco. —Oh. —Me mordí el labio y me incliné hacia delante—.‖Sobre‖eso… —Oh no, ¿Ya hice algo mal? —Él suspiró y se dio una palmada en la frente. —No, no, no. No, en absoluto. —Me apresuré a tranquilizarlo. En realidad estaba disfrutando de mi tiempo con Braydon. Más de lo que pensé que haría—. Estoy teniendo un buen momento, pero de hecho me estoy yendo a

Miami

mañana. —Espera ¿Qué? —Él frunció el ceño—. ¿Para siempre? ¿No estás en la escuela? —Estoy en la escuela —Sonreí, un poco avergonzada—. Me voy a retirar de mis clases y no estoy segura por cuánto tiempo me iré. —Lo siento, estoy muy confundido aquí. —Conseguí un trabajo. Está relacionado con mi especialidad, así que pensé que me ayudaría en mi carrera, ya sabes. —¿Vas a estar enseñando historia para los niños de África o algo así? —No. —Me reí—. Voy a estar ayudando con un documental que se centra en la era en la me centro en mis estudios. —Oh, guau. ¿Un documental? —Él me miró intrigado y luego la expresión de su rostro cambió y se veía un poco enojado—. Por favor no me digas que Zane Beaumont está involucrado de cualquier manera con este documental.

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Me mordí el labio y me quedé mirando el hermoso rostro de Braydon por encima de la mesa. No sabía que decir. —Él lo está ¿No es así? Ese imbécil. —Él no es imbécil —hablé en voz baja, defendiendo a un hombre que no estaba segura que en realidad mereciera ser defendido. —Él hizo eso por mí, ¿sabes? —siseó Braydon—. Debe de haberme oído decirle a Evan lo bonita que eras y como estaba interesado en ti. —Estoy segura de que no me ha contratado por eso. —Fruncí el ceño. —Confía en mí. —Braydon frunció el ceño—. Ni siquiera sabía que él estaba haciendo un documental. —Bueno, lo está. —Miré hacia abajo en el menú, incómoda con el lugar a donde estaba yendo la conversación. —Él necesita superar esta mierda. —Braydon maldijo y vi sus puños apretados. —¿Qué mierda? —pregunté con curiosidad. —Con Noah. —Él frunció el ceño y miró hacia la bahía—. Él necesita malditamente seguir adelante. Me recosté y deseé todavía estar en casa. El humor de Braydon había cambiado y ya no estaba cómoda en su presencia. —¿Qué paso con Noah? —pregunté, con la esperanza de finalmente conseguir algo de información sobre el hermano de Zane. Braydon me miró con los ojos nublados, e intentó una sonrisa. —No vamos a hablar de los Beaumont en estos momentos. —Está bien. —Traté de ocultar mi decepción ¿Cuál era el gran secreto acerca de Noah?

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—¿Así que estarás en Los Ángeles? —No estoy segura. —Me encogí de hombros. —¿Puedo ir a verte? —¿A dónde? —A Los Ángeles, tonta. —Oh. Claro. Aunque no estoy muy segura de lo ocupada que estaré. —¿Puedo preguntarte algo, Lucky? —La voz de Braydon era seria y asentí lentamente, preguntándome que era lo que quería preguntarme—. ¿Yo te gusto? —Creo que eres un buen chico, Si —le respondí sinceramente. —¿Podrías verte a ti misma saliendo conmigo? —No lo sé. —Fruncí el ceño—. Realmente no te conozco lo suficiente como para responder a eso. —¿Me darás la oportunidad de llegar a conocerte mejor? —Braydon parecía tímido—. No estoy seguro de que alguna vez haya conocido a una chica que a Zane y a mí parece gustarnos a los dos. —Lo siento ¿Qué? —¿Por qué había traído en nombre de Zane? —Es obvio para mí que Zane quiere meterse en tus pantalones. No se si el estaba interesado en ti antes de vernos juntos, pero estoy bastante seguro de que el te‖quiere‖ahora,‖Yo‖no… —Para. —Sostuve mi mano—. Me gustas Braydon. Pareces un buen chico. Por favor no traigas a Zane en esto. Me gustaría llegar a conocerte mejor. Si estas en Los Ángeles, llámame y podemos hablar. —No quiero que te hagas daño, Lucky. Zane no es un buen tipo —dijo Braydon con seriedad.

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—¿Y tú lo eres? —Me reí, sin poder creer que los dos chicos me había advertido el uno del otro. —En realidad lo soy. —Él se echó hacia atrás—. Tengo una buena familia, Mis padres siguen juntos. Estoy buscando el amor. El verdadero amor. No el amor de Hollywood. —Ya veo. —Sin embargo. Estoy seguro de que mucho chicos dicen eso ¿No? —Algunos lo hacen. —No espero que confíes en mí sólo porque si. Quiero probarme a mí mismo a ti. —Ni siquiera me conoces. —Lo miré con incredulidad—. No soy nadie. No me tienes que demostrar nada. —Voy a sonar loco en este momento, pero ¿Alguna vez acabaste de conocer a alguien y lo sabías? —¿Saber qué? —Saber que era la única. —No lo sé. —Me mordí el labio—. Creo que es lujuria. —La lujuria es saber inmediatamente que quieres meterte en la cama con alguien. —Se rió—. Me he sentido así muchas veces, pero no es lo que sentí cuando te vi por primera vez. —¿Oh? —Te veías tan inocente en la fiesta. Te destacabas entre todas las demás chicas. Te vi temblar cuando Evan comenzó a hablarte. Vi el rojo colarse en tu cara y vi la mirada de agradecimiento mientras iba a salvarte.

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—Gracias por eso, no estaba segura de cómo iba a escapar de Evan. —Fingí un estremecimiento, esperando que cambie de tema. —Y tan pronto como me miraste a los ojos, sentí una conexión contigo. — Braydonrió de nuevo—. Me siento como si estuviera en una película en este momento. Esto nunca me había pasado antes. —Se siente como en una película ¿No es así? —Voy a ser honesto, Lucky. Nunca he sido el mejor hombre. He hecho cosas de lo que no estoy orgulloso, pero lo digo en serio sobre el querer sentar cabeza. —Esto no es una propuesta ¿No? —Mi voz se alzó con el miedo. Sabía que sonada loca, pero había leído bastante revistas del corazón para saber que los actores se movían rápido cuando querían, Braydon parecía un buen chico y yo quería un chico que estuviera buscando un compromiso serio, pero no estaba desesperada. —¿Una propuesta? —Braydon lucía sorprendido y me reí. —Esta bien, no hay necesidad de tener un ataque al corazón. Sólo estaba comprobando. Nunca se sabe con ustedes los chicos. —Me estoy poniendo un poquito fuerte ¿Eh? —Se podría decir que sí. —Bebí un poco de mi bebida—. Vamos a disfrutar de una buena comida. Creo que he tenido demasiadas conversaciones intensas hoy. —Está bien. Eso suena como un plan. —Braydon lucía tímido y me sentí mal por él, pero no estaba de humor para otro define-la-vida momento. —¿Supongo que sería mucho pedirte que otras conversaciones intensas has tenido hoy? —Si. Si lo sería. —Me devané los sesos para algo más sobre lo que hablar—. Entonces, ¿Qué hizo que quisieras ser actor?

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—Mis padres. —Se rió—. Mi mamá estaba obsesionada con Hollywood. Había tratado de ser actriz durante mucho tiempo, pero nunca lo logró, y por eso terminó casándose con mi padre en su lugar. Y a partir de la edad de seis meses, ella me desfiló por todos los agentes que había. Supongo que ayudó que yo fuera un niño lindo. —Con tu espeso cabello rubio y grandes ojos marrones —Me reí. —Sí. —Sonrió—. Tuve suerte, en realidad. —Se rió—. Nunca mejor dicho. Bebes de pelo rubio y ojos azules había a montones. Pero niños de pelo rubio y ojos marrones eran bastante difíciles de conseguir. —Fuiste un diamante en una tienda de zafiros —gemí en mi analogía—. Bueno, ya sabes lo que quiero decir. —Si, lo hago. Y tienes razón. Tuve suerte y conseguí reparto desde una edad temprana y no ha habido vuelta atrás. —Ahora, eres Braydon Eagle, exitosa estrella de cine. —Sonreí nuevamente, todavía ligeramente perturbada de estar en la mesa sentada con él. Me sentí aun poco preocupada de que no estaba disfrutando más del momento ya que mi mente estaba todavía en Zane. —Bueno, si piensas que riquezas es igual a éxito, entonces si. Pero si equiparas el éxito de bueno amigos y amor, entonces no. —Suspiró. —Bueno, tienes uno. Y con suerte, los demás llegarán pronto. —Espero lo mismo. —El me miró fijamente—. Es gracioso. Dicen que un hombre no puede tener todo. Pero quiero demostrar que están equivocados. —¿Te refieres a la carrera y el dinero versus el debate del amor? —Si. Solía pensar desde hace mucho tiempo que el amor estaba cerrado para mí. Siendo un actor, nunca se sabe en quien puedes confiar. Pensé que sólo tendría

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que aceptar a las groupies y aceptar que iba a tener una esposa trofeo. Pero ahora… No quería preguntarle, pero ahora ¿Qué?. Con toda honestidad, él estaba empezando a ponerme nerviosa. Sólo me conocía desde hacía un par de días. No soy una bomba y no creo que la conversación hubiera sido tan ingeniosa tampoco. Quiero decir, sé que soy muy amable, pero no creo ser lo suficientemente genial como para justificar la interminable corriente de admiración y alabanza que emanaba de su boca. Quizás su verdadero objetivo

debería ser pasar de la

actuación y convertirse en un poeta. Desde luego, él sabía cómo encerar sucesivamente. Me eché a reír con el pensamiento de mi misma en cera, y Braydon me miró con curiosidad. —Lo siento. No fue mi intención ser divertido ¿Te estoy aburriendo? —No. Por supuesto que no. —Sí, me estás aburriendo. Pensé. Hablemos de otra cosa. Esto no es una película de Hollywood. Nosotros no tenemos que enamorarnos en cinco segundos y tener 2,4 hijos en tantos años. —Me han acusado de ser un poco demasiado serio en las relaciones. —¿Ah, sí? —¿Relaciones? ¿De que estaba hablando? Mantuve una agradable sonrisa en mi cara, pero estaba empezando a pensar que Braydon Eagle estaba loco y tal vez en las drogas también. Me reí y mantuve mi cabeza abajo. Mierda, me dije a mi misma. El alcohol estaba llegándome. Yo era una bebedora bastante ligera y estaba bastante segura de que esta bebida contenía un alto nivel de alcohol. Podía sentir en mi cabeza que estaba un poco borracha y tenía miedo de decirle a Braydon cuan ridículo estaba actuando. Y no quería hacer eso. Había algo en él que me gustaba, en el fondo. Parecía un chico genuino y honesto. Y me sorprendió que no estaba atemorizada por él. —¿En que estas pensando ahora mismo, Lucky?

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—Estoy pensando que este es un momento totalmente genial. —Sonreí—. Estoy sentada aquí con una gran estrella y siento como que estoy con un amigo normal. —Me gusta eso. —Braydon sonrió y los dos nos reímos cuando una mujer corrió hasta la mesa y le pidió un autógrafo. Mientras Braydon sonreía a la joven y le firmaba su servilleta, me pregunté como bajar a la tierra como él parecía hacerlo. Él era el tipo de persona que sentí que podía hacerme feliz. Era una especie de chico para siempre. Me recosté y sonreí para mis adentros. Tal vez todo iba a funcionar después de todo. **** —Lo siento mucho por traerte a casa tan tarde. —Braydon aparcó su coche y se giró hacia mí—. No pensé que estaríamos afuera tanto tiempo. —Está bien —hipé y cerré los ojos—. No debería haber tenido tanto para beber. —Sólo tuviste tres. —Se río —Estoy bastante segura de que cada bebida eran como dos y medio de las bebidas normales —suspiré—. Sólo espero no tener que levantarme temprano mañana por la mañana. —¿A qué hora te estará recogiendo Zane? —Lo olvidé —empecé a sacudir la cabeza y gemí—. Oh, Dios mío. Tengo que ir a la cama. Siento que voy a vomitar. —Oh no, —Braydon saltó del coche y corrió a abrir mi puerta —. ¿Tal vez deberías salir? —No quiero vomitar en tu Fiat. —Estuve de acuerdo. —Es un Bugatti.

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—¿Huh? —Fruncí el ceño—, pero luce como un Fiat porque es plano. —Me reí—. Tienes un Fiat plano y un gran gato peludo y está sentando en el tapete llevando una gorra de lana, no, no, está llevando un sombrero de lana. El gato con el sombrero sobre el tapete en el Fiat . —Me reí y caí contra Braydon cuando él me ayudó a salir del coche. —Estás muy borracha ¿No es así? —No —hipé de nuevo—. Sólo me estoy relajando antes de que Zane me lleve a Los Ángeles para ser su asistente. —Sí. —Braydon frunció el ceño—. No tienes que ir, sabes. Si necesitas un trabajo puedes ser mi asistente. —¿En serio? —Lo miré con sorpresa—. ¿Obtendría un Fiat también? —Yo‖no… —Espera hasta que le diga a Shayla y a María que voy a tener un Fiat. —Me reí y luego me detuve—. Oh nooo, no recuerdo si las llamé y les dije sobre mi nuevo trabajo. —Estoy seguro de que puedes hacer eso en la mañana. —Soy tan mala. —Estoy seguro de que lo van a entender. —Braydon se aferró a mi cintura mientras estábamos en la acera—. ¿Estás segura de que no quieres trabajar para mí en lugar de Zane? —Zane trae a una chica diferente para la cena cada semana ¿Puedes creer eso? —Negué con la cabeza—. Una diferente hermosa chica cada semana. Es un jugador. —Eso no me sorprende.

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—No tengo ningún interés en él ¿Ya sabes eso? —grité—. No quiero que él me bese. —¿Puedo besarte? —Braydon se inclinó hacia mí y miré a sus ojos marrones. —Si es un beso que deseas, puedes tenerlo —canté en voz alta y tiré mi cara hacia arriba en el aire con mis ojos cerrados. —¿Qué está pasando aquí? —Oí la ronca y profunda voz de Zane y abrí los ojos, sintiéndome desorientada. ¿Estaba tan borracha que ahora estaba teniendo alucinaciones? —Zane —Braydon suspiró y se apartó de mí—. ¿Qué estás haciendo aquí? —He venido para asegurarme de que Lucky llegó a casa de manera segura — Zane le gruñó a Braydon mientras lo miraba—. He estado tratando de llamarla toda la noche. —¿Zane? —Lo miré fijamente—. ¿Eres tú? —¿Estás bien Lucky? —Se acercó a mí y me miró a los ojos. Me sentí como si estuviera tratando de mirar mi alma. —¿Eres tu Sr. Big Tipper? —Me reí y toqué su brazo—. Oh, eres real. —¿Estás borracha? —suspiró y yo hice un malabar. —Y necesito ir a la cama. —Justo estaba llevándola adentro. —Braydon miró a Zane y trató de empujarlo fuera del camino. —Creo que lo tengo desde aquí, Eagle. —Zane agarró mi brazo y le dio la espalda a Braydon—. Lucky, ¿Siempre eres tan imprudente? —¿Huh? —Fruncí el ceño ante su tono enojado.

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—La otra noche condujiste a casa tarde por la noche en un coche que sabías que estaba defectuoso. Y esta noche te emborrachas en una cita para cenar con un hombre que apenas conoces. —Lo conozco. —¿Conocías a Braydon antes de la fiesta? —Bueno no, pero lo conozco de las películas. —Lucky. —La voz de Zane sonaba muy enojada y me encogí. —Lucky, ¿quieres que te acompañe adentro? —Intervino Braydon. —Estoy bien. —Sacudí la cabeza y me aferré a Zane—. Gracias por una gran noche. Nos vemos pronto. —Si. Voy a estar en Los Ángeles muy pronto. —Braydon me sonrió dulcemente—. Y piensa en mí oferta también. —Lo haré —hipé. —Vamos. —Antes de que pudiera decir una palabra, Zane estaba tomando mi brazo y me arrastraba lejos de Braydon. —Eso duele —Me quejé. —¿De que trabajo está hablando Braydon? —¿Eh? —Fruncí el ceño y cerré los ojos—. Me duele la cabeza. Sólo quiero ir a la cama. —Lucky, ¿Qué si él trataba de dormir contigo? —¿Quién? —Bostecé, abrumada por la somnolencia. —Braydon —suspiró él. —Hueles bien. —Enterré mi cabeza en su pecho.

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—¿Esta es tu puerta? —Sí —Le sonreí. —¿Dónde están tus llaves? —¿Mis llaves? —Cerré los ojos otra vez y puse mis brazos alrededor de su cintura—. Eres tan cálido. —Lucky, tus llaves. —Zane me apartó de él y gemí. —Están en mi bolso. —Hice un puchero y luego reí mientras él

tomaba mi

bolso y sacaba las llaves. Lo miré mientras él abría la puerta y me pregunté como era tan apuesto. Era demasiado guapo—. Eres demasiado caliente ¿Lo sabías? Zane me ignoró y me arrastró por la puerta principal. —Bueno. Muéstrame tu habitación. —Cerró la puerta sin hacer ruido y me miró seriamente. —¿Vas a cargarme? —Me reí. —No —Él frunció el ceño y volvió a suspirar—. ¿Qué habrías hecho si yo no estuviera aquí, Lucky? —¿Nada? —La fruncí el ceño—. ¿Por qué? —¿Sabes lo que Braydon podría haberte hecho? —Su voz estaba enojada otra vez—. ¿Tengo que vigilarte 24/7? Algo en su voz me recordó algo que había estado en mi mente desde que lo había visto. —¿Por qué estás aquí? —Te lo dije. Estaba preocupado. Quería asegurarme de que estabas bien. —Él me llevó por las escaleras—. Y no trates de cambiar de tema. —No soy un bebé. No es necesario que me compruebes.

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—Te he estado llamando toda la noche. —Oh mi batería murió. Estúpido teléfono. —Es irresponsable salir con la batería del teléfono muerta —gruñó Zane—. Especialmente cuando sales con un tipo como Braydon. —No todos los chicos de Hollywood son malos. —Esperó que no te haya drogado —susurró él—. Nunca te había visto así antes. —Pero nunca me has visto salir. —Te vi la otra noche. —Pero yo no estaba bebiendo realmente —hipé—. Yo sabía que tenía que volver a casa. No bebo y conduzco. —Bueno, eso es bueno. También te aconsejo que no bebas cuando sales en citas con chicos sombríos. —¿Porque te disgusta Braydon, Zane? —Le pregunté seriamente—. Espera. Esta es mi habitación. —Me paré de repente. —Bueno, vamos a llevarte a la cama. —Tú me quieres en tu cama como a las otras chicas ¿No? —Le guiñé un ojo. —No, no lo hago. —Zane negó con la cabeza y sentí una oleada de decepción corriendo a través de mí. Incluso ahora, cuando habían desaparecido todas mis inhibiciones, Zane Beaumont no me quería. —No iba a dormir contigo de todos modos. —¿Ah, sí? —Me miró con un brillo en sus ojos—. ¿Por qué es eso? —Porque Braydon me gusta y él podría ser mi último novio.

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—¿Tú último novio? —Zane parecía confundido. —El chico con el que me voy a casar, duh. —Caí sobre la cama. —¿Te vas a casar con Braydon? —No lo sé —Bostecé—. Pero es una posibilidad. Así que eso es por lo que no puedo dormir contigo. —Bueno, eso tiene sentido —dijo arrastrando las palabras. Se quedó allí parado torpemente al lado de la cama y lo agarré del brazo y lo tiré al lado mío. —Eres tan apuesto, pero siempre luces tan serio. —Me quedé mirándolo—. Pero también eres tan agradable. Eres uno de mis clientes favoritos, ya sabes. Y arreglaste mi coche. Pero eres un verdadero imbécil también. —Me resumiste a la perfección. —Sonrió y me empujó—. Si voy a mentir en tu cama contigo. Necesito un poco más de espacio. —No es justo. Has hecho que me duela la cabeza —Me quejé. —Déjame hacértelo mejor. —Me besó en la frente y me acercó a él—. ¿Cómo se siente? —Hmmm... —Cerré los ojos y empujé mi cabeza en su pecho—. Tan agradable y genial. —Sentí sus brazos alrededor mío y me acurruqué contra él—. Eres tan cálido y delicioso. —Oh, Lucky —suspiró él. —¿Si, Zane? —ronroneé contra él. —Vas a ser mi ruina —susurró y me abrazó con fuerza. —Soy la mejor servidora que hayas tenido. —Sí, lo eres. —Se echó a reír y sentí sus manos frotando mi espalda mientras me quedaba dormida.

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Capítulo 7 Traducido por Anelynn Corregido por Diiana

M

i cabeza estaba matándome cuando desperté. Traté de estirarme,

pero mis brazos golpearon una pared sólida. Abrí mis ojos lentamente,

bostecé

ampliamente

mientras

estaba

todavía

sintiéndome cansada. —Oh —exclamé, mientras despertaba hacia la mirada de Zane. El estaba mirando directamente a mis ojos y tenía una expresión desconcertada en su rostro. —¿Qué estás haciendo aquí? —Creo que tus primeras palabras deberían de ser gracias —dijo, con expresión impávida. —¿Gracias?—Fruncí el ceño, tratando de recordar que había pasado anoche. Y entonces todo se vino abajo. — ¿Gracias? ¿Estás bromeando? Tú malditamente me avergonzaste anoche. Pobre Brandon. ¿Qué debe estar pensando ahora mismo. —Espero que esté pensando que es mejor no molestarte nunca más —gruñó Zane. —¿Qué? —Entrecerré los ojos hacia él—. Mejor que no esté pensando eso. Espero que no piense que nos estábamos enrollando —gruñí—. Hombre, puede que justo lo hayas arruinado todo. —¿Arruiné qué? —Hizo una extraña expresión—. ¿Tú no estás pensando seriamente que vas a casarte con él? Pensé que era el alcohol hablando.

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—Nunca dije que me iba a casar con él —suspiré—, sólo dije, que quizás él podría ser mi último novio. —Me confundes, Lucky —Suspiró. Estudié su cara y me pregunté cómo era que podía estar tan guapo a primera hora de la mañana. — ¿Te confundo? ¿Es eso una broma? —No te entiendo. —Frunció el ceño y pasó sus dedos a través de su cabello. —¿Qué hay que entender? —Todo. —Alejó la vista de mí y miró a mis paredes—. Me gusta tu habitación. Tiene un buen estilo. —¿Quieres decir, para una persona pobre? —Reí, pensando en su casa amueblada con extravagancia. —No, para cualquier persona —señaló hacia algunos posters en mi pared—. Amo a Monet8. —Yo también —sonreí—. Pensé en estudiar Historia del Arte por un tiempo. —¿Pero te decidiste por la Historia Británica? —¿Historia Británica? —Tú sabes mucho sobre el Rey Henry VIII —Oh, sí. Olvidé esa conversación. Cambié mi enfoque de la reformación a la Era de los derechos Civiles. —Oh, sí. Mi experta en derechos civiles —Sonrío—. Tú eres una inteligente galletita.

8

Claude Monet: Fue uno de los fundadores de la pintura impresionista, llegando a ser considerado el máximo representante del impresionismo

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—En realidad no, pero supongo que soy comparada con las otras chicas con las que tienes citas. —Oh no, porqué dije citas. No estábamos teniendo una cita. Ni siquiera éramos amigos. Él era mi jefe ahora. Y estaba en mi cama. Quería gemir en voz alta. ¿Qué estaba pasando aquí? —Bueno tú sabes. Tengo que cambiarlo. —Sentí sus brazos alrededor de mi cintura y él me jaló hacia él. —Vamos a ver si eres una mejor besadora también. —Espera, ¿qué? —Mis ojos se ampliaron mientras sentía sus manos en mi culo—. Um, ¿Qué está pasando aquí? —Voy a ver si eres mejor que las otras chicas en todas las formas. —Zane —Dije su nombre en voz baja, mis labios estaban a sólo centímetros de los suyos, y yo estaba dolorida por sentirlos en los míos. —Sí, Lucky. —¿Por qué estabas esperando ahí por mí anoche? —Fruncí el ceño—. Es un poco escalofriante, sabes. Esperando afuera de mí casa. —¿Estás diciendo que piensas que soy escalofriante? —No —me detuve—, bueno tú sabes—. Miré a sus ojos, buscando algunas respuestas. No entendía a ZaneBeaumount y de verdad necesitaba hacerlo. Mi corazón estaba martillando y mi piel cosquilleaba. Mi estómago estaba brincando al estar tan cerca de él y todo lo que quería era hacerle el amor. Tal vez era porque todavía estaba ligeramente con resaca. O tal vez era porque ambos estábamos tumbados en mi cama. Todo lo que sabía era que quería tener sexo con ZaneBeaumount. Era casi inevitable. Me sentía de esta manera desde el primer momento que lo conocí. Cuando estaba con él, olvidaba sobre mis reglas. Sobre el plan de esperar por el chico especial. Sólo necesitaba

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estar con él. Lo deseaba. Era tan simple como eso. Estaba dispuesta a lidiar con el dolor. ¿Cuál fue el último dolor? He pasado por eso antes. Sobreviví. —Bésame —susurré. No quería pensar más. Todo lo que quería era sentir sus labios contra los míos. Quería sentir sus manos en mi piel. Zane sonrió y se inclinó hacia mí. Sentí sus labios presionando los míos, fuerte y duro. Sus manos fueron hacia mi cabeza y me llevó más cerca de él. Sentí su lengua moviéndose lentamente en mi boca, y lo besé de regreso duro. Sabía tan dulce por la mañana. Estaba envuelta en su sabor y nuestras lenguas se enredaron apasionadamente. Jadeé en su boca mientras sentía su mano en mi culo presionándome en él. Nuestros cuerpos estaban presionados y sentí su hombría contra mí, excitado y agitado. Moví mi cuerpo así podía sentirlo mejor y él río entre dientes, rodándome sobre mi espalda, entonces así estaba arriba de mí. Sus labios nunca dejaron los míos y se movió entre mis piernas, su erección luchando contra los confines de sus pantalones, envolví mis piernas alrededor de su cintura y jalé su cuerpo hacia abajo, más cerca del mío. Su pecho aplastado contra el mío y mis pechos encantados con el contacto cerca. Quería sentir su piel desnuda contra la mía y levanté su camisa, tratando de sacarla. Zane se separó de mi ligeramente y besó hacia abajo de mi barbilla a mi cuello. Sentí su mano derecha subiendo lentamente para acariciar mi pecho y gemí mientras él lo presionaba. Todos mis nervios estaban puestos al borde y quería sentir su mano en mi piel desnuda. Me retorcí debajo de él y finalmente conseguí sacar su camisa. Pasé mis manos sobre su espalda, encantada por la sensación de su piel. El era cálido al toque y gruñó mientras lo rodaba sobre su espalda y me senté en él. Bajé la mirada hacia él jadeando e inclinándome para besar su pecho, pasando mis manos a través de sus pezones mientras besaba hacia abajo por su camino feliz. —Oh, Lucky —gimió y sentí sus manos en mi cabello.

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—Mmmm —lo besé de nuevo hacia arriba en su pecho a sus labios y comencé a rozarme encima de él. Sonreí con la sensación de su dureza debajo de mí y me balanceé una y otra vez mientras me besaba. Envolvió sus manos alrededor de mi cintura y las soltó en mi culo hasta que él estaba ahuecando las mejillas de mis nalgas y empujándome abajo hacía él más a fondo. Alcancé la hebilla de su cinturón, esperando liberar su dragón, pero Zane me detuvo. —No —Zane me rodó sobre la espalda y se acostó junto a mí, besando mi nariz. —No creo que esta sea una buena idea. —¿Qué? —Suspiré y me incliné sobre él—. ¿Por qué no? —No eres esa clase de chica. —¿Qué clase de chica? —La clase de chica que tiene sexo casual sin conseguir sentimientos. —¿Qué? —Mis mejillas ardieron con sus palabras. —No soy el chico para ti, Lucky. —Sus ojos lucían sombríos—. No estoy buscando un felices por siempre. Nunca quise casarme. —¿Sólo quieres sexo casual semanalmente? —Rodé lejos de él. —No —suspiró—. Pero tampoco quiero una relación seria. —¿Quién dice que es lo que quiero? —Lo supe desde la primera vez que te vi en lo de Lou, no eres la clase de chica para nada casual. —Había alegría en su voz—. No estés enojada conmigo, Lucky. —No estoy enojada —Salté—. Como sea. No necesito que tengas sexo conmigo. —No es que no te encuentre atractiva, Lucky. Eres caliente. —suspiró—. Mierda.

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Acabas de sentir cuanto te deseo. —Lo que sea —me sonrojé. —Espera —Saltó fuera de la cama y me empujó contra la pared. Entonces agarró mi mano y la empujó hacia su hombría. —¿Sientes eso? —Asentí muda, ligeramente enojada, pero totalmente encendida. —Quiero hacerte el amor hasta que grites mi nombre, Lucky —susurró en mi oído mientras mi mano estaba cerca en él a través de sus pantalones. —Quiero que me tomes en tus manos y en tu boca. Quiero sentirme dentro de ti. Quiero hacerte sonrojar mientras te corres para mí. Mis ojos se ampliaron con sus palabras entonces sentí su lengua en mi oído y me sentí aún más encendida de lo que estaba anteriormente. Mi mano cayó de su entrepierna y pasé mis manos a través de su cabello. Cerré mis ojos y me revelé en las sensaciones que él estaba despertando en mi cuerpo. Había pasado mucho tiempo desde que hice el amor. Me sentía caliente y mis bragas estaban comenzando a sentirse incómodas entre mis piernas. Zane se alejó de mí y me miró a los ojos. —Eres una chica especial, Lucky, pero yo nosoy el chico para ti. No voy a quitar algo de ti que no debería. —No soy virgen. —susurré, queriendo que me tomara. —Ve y toma una ducha, Lucky —Zane suspiró y se alejó de mí—. Tenemos mucho que hacer hoy. Miré su rostro, vergonzosamente coloreando el mío. —Sí. Necesito dejarle saber a María y Shayla que voy a ir a LA por un tiempo. —Lucky, si no quieres tomar este trabajo, bueno, puedes retirarte. —¿Quieres que me retire? —pregunté, conteniendo mi aliento. —No —sus ojos taladrándome y sentí un secreta emoción.

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—Entonces voy a ir. —¿Te saliste de tus clases? —Las voy a hacer en línea hoy. —Traté de mantener mi respiración normalizada. Me estaba empezando a sentir ligeramente con pánico. ¿Tal vez él ya no quería que fuera? No quería pensar sobre lo mucho que me dolía. No quería admitir el hecho de que estaba realmente comenzando a enamorarme de él. —¿Le has dicho a tus compañeros de habitación? —Oh lo olvidé —golpeé mi mano contra mi boca. —Oh Lucky —sonrió—. Les podemos decir cuando salgas de la ducha. —Oh —mordí mi labio y lo mire. Lucía tan caliente sin su camisa, pero sabía que tenía que pensar en algo más—, van a pensar que te quedaste en la noche. Ellos pensaran que tuvimos sexo —murmuré la última parte. —¿Te asusta decir sexo, Lucy? —Se movió más cerca de mí y me guiñó— Estábamos muy cerca de tener sexo. ¿Es eso tan malo? —No lo entiendes —suspiré—. No he tenido sexo por un tiempo. El lucía sorprendido con mi declaración y continué. —Me he estado salvando para un chico que valga la pena. —Me sonrojé, esperando que no sacara alguna conclusión sobre mis sentimientos por él de mi declaración. —¿Así que no has tenido sexo por un tiempo? —sonrió suavemente, y me sonrojé—. Pero ibas a tener sexo conmigo. —No —me di la vuelta rápidamente—.‖Me‖voy‖a‖meter‖a‖la‖ducha… —Nunca te entenderé, Lucky. —Zane sacudió su cabeza y suspiró—. Eres la chica más complicada que alguna vez he conocido.

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—Y eso es mucho decir —sonreí y le saqué la lengua. El respondió con una rápida palmada a mi culo y corrí saliendo de la puerta riendo, preguntándome, una vez más, en qué me estaba metiendo.

Capítulo 8 Traducción SOS por MewHiine Corregido por sttefanye

—¿Q

uiere algo de beber señora? —me preguntó la azafata, con una sonrisa enorme. —Un poco de agua, por favor —dije sonriendo desde el lujo de mi asiento de primera clase.

—¿Y usted, señor? —Un ron con Coca-Cola, por favor. Miré a Zane horrorizada. —¿Vas a beber? —¿Por qué no debería? —Me sonrió y se recostó. —¿No fuiste tú el que me habló sobre el alcohol esta mañana? —Te dije que no es inteligente beber alrededor de chicos sospechosos. —Aquí está su agua, señora, ¿seguro que no quiere nada más? —¿Podría traerme una copa de champagne, por favor? —La miré con incertidumbre. ¿Tendrían champagne en los aviones?

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—Por supuesto. —¿Alcohol? —Zane levantó una ceja. —Puedo cuidar de mí misma alrededor de chicos sospechosos. — Sonreí dulcemente y volví a mirar por la ventana. Lo escuché reír y me sonreí a mí misma—. Entonces, ¿en dónde voy a estar en LA y que tanto tendré que hacer? —Me sorprende que no lo hayas preguntado hasta ahora. —Zane negó con la cabeza—. Eres demasiado confiada, Lucky. —¿Me estás diciendo que no debo confiar en ti? —Te estoy diciendo que no deberías confiar en nadie tan fácilmente. —Pero confiar en ti está bien, ¿no? —Estoy cuidando de tus mejores intereses. —¿Por qué? —le pregunté. —Siento que hemos desarrollado una amistad en estos últimos meses. —¿En serio? —Me reí—. ¿Eso fue antes o después de que llegara con tus platos? —Fue en algún lugar entre la sopa y ensalada. —Ah, ahora sé por qué siempre me dabas grandes propinas. Estabas haciendo que tu amiga consiguiera un buen salario. —Bueno, ya sabes. Eso es lo que hacen los amigos. —Se rió—. Pero ahora en serio, vas a quedarte conmigo en mi apartamento. —Oh, está bien. —Espero que eso esté bien. Así podré asegurarme de mantenerte alejada de los problemas. —No soy una niña, Zane. —Suspiré—. No necesito otro papá. —Eres mi responsabilidad Lucky. Eso hará que me sienta mejor. Que esté tranquilo. ¿De acuerdo?

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—Supongo. Pero te lo tengo que decir, tengo 22 años, no 12. —A los 22 años es cuando se cometen más errores. Rodé mis ojos y me alejé de él. Zane obviamente tenía algún tipo de complejo protector. Dudaba que fuera capaz de convencerlo de lo contrario. —¿Noah vive allí en el apartamento también? —No. —Frunció el ceño y se puso los auriculares. Pues bien entonces, me dije a mí misma. Creo que todavía no iba a conseguir averiguar sobre Noah. No entendía cuál era el gran problema, pero sabía que no quería insistir en el tema. Tenía la esperanza de que Zane me lo contara él mismo cuando estuviera listo. Me puse mis auriculares y hojeé los canales. Aún no me podía creer que estuviera en un avión rumbo a Los Ángeles. El día parecía haber volado. Después de mi ducha, Zane y yo le habíamos dicho a mis compañeros que me iba y luego‖ dejamos‖ Lou’s‖ Burger‖ Joint.‖ Las‖ mandíbulas‖ de‖ Shayla‖ y‖ María‖ habían caído al suelo cuando me vieron entrar con Zane. Aun pienso que no me creyeron cuando les dije que no nos íbamos de vacaciones con sexo como combustible. Me reí, pensando en la expresión de Shayla cuando le dije que iba a dejar las clases y me iba a Los Ángeles. Me llevó a un lado y me dijo que podía volver a Lou cuando quisiera. Le había dado un fuerte abrazo y contuve un sollozo. Shayla era como mi familia. La iba a echar mucho de menos y también a Mike. Sentí a Zane darme un toque en el hombro y me volví a mirarlo con una expresión interrogante. —¿Cómo murieron tus padres? —me preguntó en voz baja. —¿Qué? —No tienes que hablar de ello si no quieres. —Me sonrió con suavidad—. Mi madre nos dejó a mi hermano y a mí cuando éramos pequeños. —Se rascó la oreja—. Todavía es difícil hablar sobre eso. —¿Tu madre te dejó? —Me saqué los auriculares y me volví hacia él.

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—Bueno, dejó a mi padre, ella quería que le pesara. Mi hermano y yo éramos sólo la escoria en la parte baja del barril. —Oh, lo siento. —Extendí la mano para tocarle la mano—. Debe haber sido difícil. —Eso hizo que Noah y yo nos acercáramos. —Hizo una pausa—. Éramos jóvenes. Tenía seis años y Noah tenía cuatro años. —Oh guau. —Sentí lágrimas en mis ojos ante la idea de Zane ser abandonado cuando era un niño. —Todavía me acuerdo de ella. —Me miró a los ojos—. Tenía el cabello tan rubio que era casi blanco. No lo sabrías si me miras a mí. Pero Noah tenía el mismo cabello rubio blanco. Eso hizo que mi padre lo odiara aún más. Porque él le recordaba a ella. Ambos tenemos sus ojos. —Ella debió haber sido hermosa. —Lo era. —Evitaba mirarme a los ojos—. Demasiado bella para mi padre realmente. Era joven cuando se casó con él. Quedó atrapada con su estilo de vida. —¿Se casó con él por su dinero? —le pregunté en voz baja. —No. —Se rió de mi expresión de sorpresa—. Se podría pensar eso, ¿verdad? ¿Qué mujer deja a su marido y dos niños pequeños si ella los quisiera? —¿Por qué se fue? —No lo sé. —Hizo una pausa y terminó su bebida—. Mi padre nunca lo dijo y nunca se puso en contacto con nosotros. —¿Sabes dónde está ahora? —No. —Sacudió la cabeza—. Noah y yo solíamos decir que mientras el sol brillara y la luna se encendiera, nosotros no necesitaríamos a nadie más en nuestras vidas. —Eso es triste. —Fruncí el ceño- Y no creo que sea muy saludable tampoco. — Empecé a darme cuenta de que el hecho de que su madre lo abandonara debe

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haber sido la razón más grande para su resistencia a las relaciones—. No todo el mundo es como tu madre. —Puede que no. —Se acercó y pasó sus manos por mi cabello—. Pero el amor, la lujuria, sea lo que sea, no es suficiente. Todo eso hace que la angustia se más fuerte. —No creo eso. —Fruncí el ceño, mi corazón estaba adolorido por él—. No todo amor conduce a la angustia. —¿No te rompieron tus padres el corazón con sus muertes? —Bueno, por supuesto. Pero no fue su culpa. —Pero, ¿no lo entiendes? —Movió sus manos—. No tiene que ser ese el propósito, pero seguirá rompiendo tu corazón. El amor puede destrozarte de cabo a rabo. —¿Así que prefieres no amar? —Sopeso las probabilidades. Prefiero tener diversión y una vida agradable, que caer profundamente enamorado de alguien y tener mi corazón fuera de mi cuerpo. —No sabes si tu corazón se salga de tu cuerpo, como tan elocuentemente declaras. —Estoy bastante seguro de que el amor es igual a dolor. —Mis padres se amaban y a mí con todo su corazón hasta el día de su muerte. Y cada día los extraño con toda mi alma. Hecho de menos a mi madre haciéndome espaguetis y albóndigas cuando sentía que había tenido un mal día. Extraño que mi papa me llevara a la biblioteca todos los sábados por la mañana para elegir cinco libros de la biblioteca. Extraño su sonrisa tonta cuando volvía a escoger el libro Twins Valley Sweet. Hecho de menos ir a Pizza Hut y pedirnos tres pizzas diferentes, porque ninguno de nosotros se ponía de acuerdo sobre qué ingredientes queríamos. Extraño a mi papá agarrando de la mano a mi mamá y darle besos a escondidas cuando pensaba que no estaba mirando. Extraño que estan orgullosos de mí y quererme. Y todas las noches, me duele cuando pienso en ellos. Me duele cuando me voy a la cama y sé que voy a despertar a la mañana

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siguiente y que todavía no van a estar. Me duele cada vez que los quiero llamar o enviarles un correo electrónico, o ir a casa por fiestas. Pero no renunciaría ni un segundo de los recuerdos que tengo de ellos y borrar el dolor que siento cada día. Duele y arde, pero mi amor por ellos aún está vivo. —Parpadeé para alejar las lágrimas mientras tomaba un respiro y sabía que él podía ver el dolor en mis ojos. —Eres una mujer fuerte. —Tomó mi mano entre las suyas—. Siento mucho lo de tus padres. —Y ellos murieron en un accidente de auto en el camino. —Suspiré—. Iban a Miami para verme. Ellos querían darme una sorpresa por mi cumpleaños. Me sorprendieron, desde luego. —No fue tu culpa. —Zane me miró con preocupación. —Fue un camión. —Arrugué nariz—. El conductor estaba enviando mensajes de texto y cortó a través de la interestatal. La policía me dijo que murieron en el acto. Eso me da un poco de paz en mi mente, saber que no sintieron dolor. —¿Cuánto tiempo hace de eso? —Alrededor de un año y dos meses. —Me mordí el labio. Había quedado desbastada, incapaz de funcionar. Y cuando Justin me había dejado, había sentido que mi mundo se estaba desmoronando. Pensé que nunca podría escapar del dolor que me consumía y estuve en mi cama durante varios días. Y juré que nunca volvería a entregarme de nuevo a un hombre que no me amara y me quisiera. Mi corazón, mi cuerpo y mi alma eran demasiados preciosos para regalarlos a la ligera. Pero al menos todavía estaba abierta para el amor, me dije a mí misma. No me podía imaginar como sería estar tan abatido y que el amor nunca fuera una opción en mi vida. No me podía imaginar qué cantidad de dolor haría que alguien no quisiera sentir amor nunca más. O tal vez el problema era que nunca había experimentado realmente el amor. Tal vez él no sabía de lo que se estaba perdiendo. —Eso es muy reciente. —Hizo una pausa—. Supongo que los dos hemos pasado por las malas y peores . —Supongo que sí.

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—Eres una chica especial, Lucky. Sé que lo he dicho antes, pero quiero que entiendas lo mucho que lo valoro. Nunca he conocido a nadie como tú. —En realidad no me conoces. —Me reí un poco de forma delirante e incómoda ante sus palabras. —Te he mirado desde hace meses en el restaurante. —Sonrió—. Siempre estabas feliz, siempre eras amable. Te he escuchado hablando con tus compañeros de trabajo, dándoles consejos, tomando sus turnos. Siempre fuiste agradable cuando me veías, a pesar de que llevaba una chica diferente allí cada semana. —Entiendo el por qué ahora. —No, no, no lo haces. —Frunció el ceño—. Pero eso está bien. No necesitas saberlo. —Está bien. —Saqué mi mano de las de él. Me sentí herida por sus palabras. Parecía ser una calle de un solo sentido con él. Estaba siempre abierta con mis sentimientos y pensamientos, pero siempre parecía que él tenía algo que ocultar. Quería que me contara acerca de Noah, quería que se abriera sobre las cosas que intentaba muy duro mantener en su interior. Pero no quería forzarlo. Quería que él quisiera decirme esas cosas. Me dolía ligeramente el corazón mientras estaba allí sentada. Me estaba enamorando de Zane Beaumont y sabía que no había manera de que pudiéramos tener un final feliz. —Lucky, no puedo ser el Sr. Maravilloso, no te puedo dar todo lo que te mereces de un novio, pero puedo ser tu amigo. Quiero ser tu amigo. —Respiró profundamente y sus ojos se veían tan serios que sentí mi cuerpo temblar ante la intensidad de sus palabras—. Creo que tenemos una conexión especial, tu y yo. Y sí, me atraes como el infierno, y sí, quiero hacer el amor contigo, pero es más que eso. Quiero estar aquí para ti. No te puedo dar mi corazón y no quiero el tuyo, pero quiero estar ahí para ti. En tantos aspectos como tu me lo permitas. Cuando dejó de hablar, sentí mi corazón correr más rápido y más rápido, como si estuviera intentando salir en primera posición en una carrera de Fórmula 1. No estaba segura de cómo responderle. Una parte de mí quería llegar a él y besarlo y decirle que no quería dejarlo ir, pero otra parte de mí era consciente del hecho de que estaba claro que me había dicho que nunca iba a tener su corazón y que él no quería que me enamorara de él. No había futuro en una relación entre nosotros.

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Después de todo lo que me había pasado, no sabía si podría sobrevivir a estar en una relación con Zane que nunca iría a ningún lado. Pero él nunca ha conocido el amor, un pajarito me dijo al oído. Tal vez si le muestras lo que significa estar enamorado, tal vez entonces cambiará de opinión. —¿Te asusta eso, Lucky? —Zane me miró con preocupación en sus ojos, y negué con la cabeza. —No, sólo estoy pensando. —¿No será sobre ser mi sum otra vez? ¿Tengo que comprar un látigo para conseguir una respuesta de ti? —Bromeó conmigo en un abrir y cerrar de ojos y se echó a reír. —Es mejor que no compres un látigo. Creo que mi trasero no podría soportarlo. —¿Sólo mi mano, entonces? —Guiñó un ojo y le palmeé sus manos ligeramente. —No estoy realmente segura de lo que me estás pidiendo —dije a la ligera, segura de mí misma. —En realidad no lo sé. —Suspiró—. ¿Supongo que sólo quiero ver qué pasa? —¿No será raro? ¿Trabajar para ti, vivir contigo, y estar liados? —Sólo si dejamos que sea raro. —Estoy de acuerdo. —Me mordí el labio. Quería preguntarle acerca de las otras chicas, pero me daba miedo. No era como si le estuviera pidiendo ser mi novio. Pero tenía que saber—. ¿Vamos a salir con otras personas? —No puedo responder a eso por ti. ..Se frotó la cara—. Sin embargo, si vas a dormir en mi cama. No me quedaré quieto mientras tú estás follando con otro hombre. —Zane. —Miré alrededor del avión, mortificada de que alguien pudiera haber oído su crudo lenguaje. —No comparto. —Habló más suave esta vez—. Quiero tu cuerpo todo para mí.

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—¿Así que crees que vas a tener mi cuerpo? —Sólo si quieres que lo haga. —Bien. —Me reí al ver la expresión en el rostro de Zane al oír mi respuesta. —¿Sólo‖‚bien‛? ¿No un sí o un no? —Tengo que pensar en ello. —Sonreí—. Ahora, ¿puedo ver mi película? — Supongo, ya que ha sido un largo día, puedes ver tu película. —Vaya, gracias amable señor, estoy agradecida. —Hablé en mi acento sureño de nuevo. —Me alegro de que le resulte agradable, señora. —Zane se rió y se inclinó y me besó en la mejilla—. A un hombre como yo le gusta que una mujer sea suave y flexible —me susurró al oído, y antes de que pudiera responder indignada, me estaba besando. Le devolví el beso con pasión y cerré los ojos. Podía aprovechar estos momentos, pensé.

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Capítulo 9 Traducido por MewHiine Corregido por Meellc

—B

ienvenida a Los Ángeles. —Zane me sonrió mientras entraba en la plaza de aparcamiento.

—No puedo creer que me dejaras dormir en el coche. No he visto nada. —Bostecé mientras me estiraba en el asiento. —Necesitabas un sueño embellecedor. —Supongo que si. —Salí del coche y miré hacia el edificio en frente de mí. Se veía como una gran casa Española—. ¿No dijiste que vivías en un apartamento? —No se ve como un apartamento, ¿verdad? —Sonrió. —No, no lo hace. —Decidí traerte a mi casa en Los Feliz en su lugar. —Cogió las maletas y lo seguí hasta la puerta principal. —¿Por qué? —Estaba perpleja por el cambio de destino. —No hay ninguna razón. —Abrió la puerta de madera y lo seguí al interior. De inmediato me llamó la atención lo diferente que era el interior de esta casa a su casa en Miami. Los pisos eran de madera dorada que iba desde la puerta principal

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hasta llegar a las puertas francesas al final de la gran sala. Desde la parte delantera la casa se podía ver el jardín exterior, y parecía exuberante y verde, con diferentes plantas y flores. Las luces en la parte posterior junto con la luz de la luna le daban un aspecto de un jardín mágico. —Bienvenida a mi casa. —Zane puso las maletas en el suelo y me invitó apropiadamente. —Gracias. —Mi voz era pequeña cuando observé mi entorno. Me quedé asombrada al ver lo perfecta que era su casa. Había un gran sofá blanco a mi derecha y tenía brillantes cojines de color naranja que parecía acentuar el color crema y naranja de la alfombra del suelo. Había una enorme chimenea al final de la alfombra y encima de la repisa de la chimenea tenía pequeños adornos. Cuadros colgaban a lo largo de las paredes, pero no reconocí ninguno de mis clases de arte o mis visitas a los museos. —¿Te gusta? —Zane me preguntó en voz baja y pude sentir que estaba realmente interesado en mi opinión. —De verdad me encanta, Zane —dije efusivamente—. Es muy diferente a tu casa en Miami. —Aquella es realmente la casa de Noah —explicó—. Esta sí es mi casa. La elegí y la diseñé. Este es mi estilo. Nunca he traído a nadie aquí antes. —¿Ah, sí? —Si. —Él movió los pies con nerviosismo—. Normalmente llevo a la gente al apartamento que comparto con Noah, en Burbank. —Oh, está bien. —Le ofrecí una pequeña sonrisa, mientras en mi interior estaba radiante. ¿Esto tenía que significar algo, no? Él me había traído a su verdadera casa y no a la que él tenía planeada. —¿Quieres ver el resto de la casa? —Parecía inseguro y la incertidumbre me hizo quererle aún más. Era como un niño enseñando su juguete favorito. Mi corazón se cayó cuando me di cuenta que él probablemente nunca tuvo una buena infancia y su imagen del mundo se frustró por lo acontecimientos que se produjeron en su vida cuando tenía seis años.

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—Me encantaría. ¿A que estás esperando? —Enlacé mi brazo con el suyo y le sonreí con entusiasmo. —Bueno, esta es mi sala de estar. —¿Quién hizo las pinturas? —Colaboro en un hospital que hace investigaciones sobre el cáncer en los niños. Estos son algunos de los cuadros de esos niños. —Guau. Ellos son increíbles. —Miré los cuadros y me quedé impresionada por el talento de los niños y el hecho de que Zane haya colgado sus imágenes en cuadros en sus paredes. —Los adornos del recibidor son los recuerdos que conseguí de mis viajes. —¿Te gusta viajar mucho? —Lo hacia. —Hizo una pausa—. Mi padre solía llevarnos por todo el mundo con él cuando éramos más jóvenes. Él hizo un montón de lanzamiento de películas en otros países. —Eso debe haber sido muy divertido. —Fue una gran manera de aprender sobe otras culturas y personas. Muchos de los chicos que conozco lo único que les importa es su propio mirco-entorno, sólo películas o fiestas. Hay más en el mundo que sólo tener un buen momento. —Estoy de acuerdo. —Pero eso es una conversación para otro momento. Este es mi comedor, la mesa es de madera maciza por un motivo, fue enviada desde la India. —Es preciosa. —Las sillas no son muy cómodas, me temo. —Se rió—. Tengo que conseguir otras. —Por lo menos son algo que mirar. —¿Quién sabría que las sillas de metal serían tan incómodas?

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—Yo no. —Por aquí está la cocina. A algunas personas no les gustan los cajones blancos, pero a mi me encantan, creo que así se ve más limpio y fresco. Tengo un equipo de Antropología. —No sabía que los chicos conocieran sobre la Antropología. —Oh, no lo hago. Una chica con la que salía en ese momento me cogió un día y terminé juntando un buen número de piezas que me gustaron. —Oh, eso es genial. —Traté de ignorar el nudo de celos en mi estómago. ¿Qué chica, me dije a mi misma, había sido su novia? —Y por supuesto, todo es de acero inoxidable. Y el horno es de gas. —¿Sueles cocinar mucho, entonces? —No. —Él se rió de nuevo—. He pensado en hacerme la comida, sin embargo. —Puedo cocinar para ti si quieres. Realmente me gusta cocinar. —Eso sería genial, si no te importa, por supuesto. —No me importa en absoluto. —Increíble. Bueno, vamos arriba. Te voy a enseñar las habitaciones. —¿Oh, no vamos a salir fuera? —Señalé hacia las puertas francesas. —Podemos ir más tarde. Tal vez incluso podamos ir a nadar. —¿Tienes una piscina aquí? —le dije con entusiasmo. —Por supuesto. —Me agarró de la mano y subimos corriendo las escaleras. Todo era muy amplio y luminoso con una gran cantidad de ventanas. Paseamos sobre las alfombras en el suelo. Me gusta la madera, pero hay algo acerca de tener alfombra en los dormitorios que te hace sentir más cómoda y en casa. —Vamos a mi habitación primero. —Me guiñó un ojo y lo seguí hasta una puerta al final del pasillo. Entré lentamente y miré a su alrededor con cuidado para ver que podía averiguar de él por su habitación. Estaba sorprendida de que tuviera

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una cama de matrimonio en el centro de la habitación, y justo en frente de esta, había una TV de pantalla plana de 42 pulgadas colgando de la pared. Su mesita de noche sólo contenía una lámpara y un libro, y su edredón era de un azul marino brillante, un color que yo odiaba. Miré hacia la esquina de la habitación y vi una enorme ventana. Junto a la ventana había una pequeña estantería con libros bien ordenados que parecían haber sido leídos y una enorme cómoda contra la pared. Me acerqué a la estantería para ver que libros leía y fue una grata sorpresa al ver nombres de autores que me encantaban y llegué a disfrutar. —¿Cuál es tu libro favorito? —Le pregunté con curiosidad. —¿Mi favorito? Eso es difícil. —Hizo una pausa—. Pero mis primeros tres tendrían que ser Crime and Punishment9 por Dostoievski, ForWhomThe Bell Tolls10 de Hemingway, y Paradise Lost11 de Milton. —Buenas opciones. —¿Qué hay de ti? —Bueno, tengo que admitir que tengo el gusto un poco selecto. —Me reí—. Me encanta A Tale Of TwoCities12 de Dickens, prefiero TheBrothersKaramazov de Dostoevsky13, y por supuesto mi absoluto favorito de todos los tiempos es Little Women14 de Alcott. —Clasicos. —Él sonrió. —Sí, pero también me encantan los libros como BeautifulDisaster por JamieMcGuire y como ya sabes, he leído Cincuenta Sombras, y me gustó mucho. —Bueno, eso es porqué estabas ensayando para hacerte una Dom15. —Se rió—. ¿O debería ser un Sum16?

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Crimen y Castigo Por quién doblan las campanas 11 Paraíso perdido 12 Una historia de dos ciudades 13 Los hermanos Karamazov 14 Mujercitas 15 Dom: Abreviación de la palabra Dominante, sujeto que posee el mando en una relación Dominantesumiso. Y temática del libro Cincuenta Sombras, por eso el comentario de Zane. 16 Sum: Abreviación de Sumiso. 10

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—Creo que deberías decir nada. —Me reí. —Me temo que no tengo ninguna habitación secreta de placer o dolor en mi casa. —Espera, ¿Cómo sabes de la habitación roja del dolor? —Pregunté con suspicacia—. ¿Lo has leído también? —Por supuesto que no. —Él se rió y negó con la cabeza—. Bueno, en realidad no. Vi parte del guión de la película. —Oh. —Tosí—. Claro, eso fue todo. —¿Me estás llamando mentiroso? —Él gruñó y caminó hacia mí. —No. —Sí, lo haces. —Él me agarró y me hizo cosquillas debajo de los brazos hasta hacerme chillar y caer al suelo—. Ven aquí. —Zane me atrajo hacia él y puso sus brazos alrededor de mí. Se inclinó y me besó en la frente y a continuación, la nariz y los labios. Me fundí contra él y nos tumbamos en la cama mientras nos besábamos. Nos quedamos en la cama y Zane se apartó de mí un poco—. ¿Estás lista para ir a la cama? —Estudió mi rostro y supe que me estaba haciendo una pregunta completamente diferente. —No me ha mostrado mi habitación hasta el momento. —Aparté la vista de él rápidamente, sin saber cómo responder a su pregunta no formulada. —Vamos entonces. —Saltó de la cama rápidamente y lo seguí en silencio. Se me había olvidado la facilidad que tenía de pasar de todo. Yo estaba molesta con él y conmigo misma por no presionar el asunto—. Me imaginé que querrías tener la habitación de al lado. —Habló con una voz superficial, todas las burlas se fueron de su tono. —Se ve muy bien. Gracias. —Miré dentro de la habitación y fui una vez más abrumada por lo tanto que la habitación se ajustaba a mi gusto. Las paredes eran de un color amarillo claro y la alfombra debajo de mis pies era de felpa. Estaba feliz de ver que la colcha era de lujosos colores crema y las fundas eran de color melocotón.

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Había una gran ventana en esta habitación también, y había una mesa-tocador con un taburete al otro lado. Este diseño sin duda había sido planeado con una mujer en mente. Quería preguntarle por qué esta habitación era tan femenina, ¿Cual había sido su plan cuando él había creado esta habitación? —Voy a ir abajo y traer tu equipaje, y así te podrás ir a la cama —dijo, con bastante frialdad. —Oh, bien, gracias. —Me senté en la cama mientras salía de la habitación y suspiré—. ¿Iremos a trabajar mañana? —Le pregunté cuando volvió con mi maleta. —No. —Sacudió la cabeza—. Pensé que te gustaría ver los alrededores de Los Ángeles esta semana y que podríamos hablar sobre el proyecto. Vamos a empezar a trabajar oficialmente el próximo lunes. —Bueno, eso suena bien. —Le sonreí, tratando de romper la tensión. —Pensé que podríamos tener una fiesta en dos semanas. Sólo una pequeña con algunos de mis amigos. De esta forma te puedo presentar a algunas personas. —Eso sería genial. —¿Estará Noah allí? Quería preguntarle, pero me resistí. —Creo que me iré a la ducha. Siéntete libre de servirte lo que quieras en la cocina. Tienes tu propio baño, justo detrás de esa puerta. —¿Te vas a la cama? —Me mordí el labio, porque no quería el día terminara. —No, yo estaba pensando en ver una película después de ducharme. —Él frunció el ceño—. Y después hacer un par de llamadas. — ¿Puedo ver la película contigo? —le pregunté tímidamente. —Por supuesto. —Hizo una pausa—. Si no te importa verla en mi habitación. —Eso no es problema. —Yo le sonreí alegremente. —Genial. Bien. —Él me sonrió y se frotó la frente—. Me alegro de que estés aquí, Lucky. —Gracias. Yo también me alegro. —Lo vi salir por la puerta y me recosté sobre la cama mientras la cerraba. Cerré los ojos y respiré hondo. La habitación olía a mandarina y miel. Tomé otra respiración profunda y me estiré. Abrí los ojos y miré

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a mí alrededor en la habitación. Era hermosa y estaba feliz de estar aquí. Salté de la cama y abrí mi maleta, tratando de decidir que me pondría después de tomar la ducha. Quería asegurarme de verme linda y sexy, pero que no fuera evidente. Yo no quería que él supiera que estaba intentando que él me viera atractiva. Me decepcionó el hecho de que no se esforzara más para mantenerme en su habitación. Quería que me sedujera. Quería que él me deseara tanto que no pudiera mantener sus manos apartadas de mí. A veces yo sentía como si eso fuese exactamente lo que él sentía, pero otras veces, era como si no le afectara en absoluto. Decidí usar un par de pantalones cortos y una camiseta, casual y poco atractiva, Leeza se lo creyera. Estaba a punto de entrar en el cuarto de baño cuando sonó el teléfono. —Hola. —HeyLucky, es Braydon. Yo sólo quería asegurarme de que llegaste bien a la costa oeste. —Jaja, llegué a la costa oeste muy bien, gracias. —Me alegro de que Zane no haya sido un completo asno contigo, entonces. —Oh. No, estaba bien. —Hice una pausa—. Siento lo de anoche. —¿Qué hay que lamentar? Tenías un par de copas encima. Tú estabas bien. Zane, por otro lado, era como un acosador psicótico. —Estaba preocupado por mí. —¿Por qué? Apenas te conoce —se burló Braydon. —Bueno, él sabía que mi coche se rompió y me imagino... —¿Tu coche se rompió? —Oh sí, ¿No te lo dije? Pensé que te lo había dicho en nuestra cita. —Creo que dijiste algo acerca de tu coche. Pero recién ahora me estás diciendo que él estuvo allí cuando tu coche se averió. —Bueno, fue después de la fiesta y creo que él pasó por ahí casi al mismo tiempo —dije a la defensiva.

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—Lucky, quiero que tengas cuidado. —La voz de Braydon era baja—. Sé que realmente no me conoces. Pero ten cuidado con Zane. No está bien de la cabeza y creo que tiene algo en contra mía. —¿Qué? —Yo estaba empezando a molestarme con Braydon. —Sé que esto puede ser difícil de creer, pero creo lo a hecho por mí. Tal vez él está celoso o algo así. Pero en realidad él no está muy bien de la cabeza. —Braydon, ¿por qué dices eso? —Mira, yo no lo conozco muy bien. Realmente no nos mezclamos en los mismos círculos. Pero su hermano Noah y yo éramos muy unidos. Creo que... —Hey, ¿Dónde está Noah ahora? —Le interrumpí, con la esperanza de obtener alguna información sobre el infame Noah Beaumont. —¿Zane no te lo ha dicho? —La voz de Braydon era lenta y deliberada. —No, y no he querido molestar. ¿Están enfadados o algo así? Braydon suspiró y respiró hondo. —Mira, yo no quiero decir mucho, pero Noah y Zane se pelearon. Y Noah fue dejando atrás a Zane. Quería hacer algo consigo mismo. Quería ser una nueva persona. Zane era muy insular.17 Él estaba todo sobre eso siendo él y Noah contra el mundo, pero Noah quería más que eso. —Oh guau, entonces se pelearon. —Sí. —Braydon se aclaró la garganta—. Mira Lucky, quiero que estés segura. Voy a tratar de volar a Los Ángeles esta semana. —Espera, ¿dónde está Noah ahora? —Me tengo que ir. Hablaré contigo más tarde. —Y con eso, Braydon colgó y yo estaba más cerca de saber dónde se encontraba Noah. Me senté mirando mi teléfono y me preguntaba lo que podría haber pasado entre Zane y su hermano. Parecía que estaban tan unidos como dos hermanos podrían haber estado. Tal vez Zane no le gustaba Braydon porque robó su amistad con Noah. Alguien que era tan emocionalmente inseguro como Zane probablemente encontró muy difícil 17

Insular: Es como decir que Zane era muy “hogareño”.

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confiar en nadie. De repente, me di cuenta de que quería hacer cambiar de opinión a Zane. Yo quería ser quien le hiciera ver que no todas las relaciones tienen que terminar mal. No todo amor es egoísta y perjudicial. Incluso aunque me costara mi corazón. Zane se parecía a cualquier otro hombre que haya conocido antes. A primera vista, parecía arrogante, mandón e indiferente, pero estaba empezando a conocerlo de verdad, y él era un hombre muy bueno. El tipo de persona que podría ganar mi corazón para siempre. Él era el tipo de chico al que una chica le daría una oportunidad, y eso era exactamente lo que iba a hacer.

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Capítulo 10 Traducido por MewHiine Corregido por Meellc

—H

ola, ¿puedo entrar? —Llamé a la puerta y la abrí un poco para asegurarme de que Zane sabía que yo estaba allí.

—Hola, adelante —Zane estaba acostado en la parte superior de la cama en un par de pantalones cortos de gimnasia negros y camiseta gris. Su pelo estaba todavía húmedo por la ducha y lucía un limpio afeitado. —Gracias. ¿Estás listo para la película? —¿Alguna vez no lo estoy? —Él me hizo pasar a la habitación y golpeó el espacio vacío a su lado en la cama—. Toma asiento. —Gracias. —Subí a la cama junto a él, sintiéndome un poco cohibida. —¿Te gusta tu habitación? —Zane se apoyó contra la cabecera de la cama y me miró fijamente. —Es realmente muy agradable. Muy femenina —respondí, esperando que proporcionar alguna información sobre la habitación. —Me alegro de que te guste. —Él asintió con la cabeza y sonrió. Contuve la respiración mientras me miraba de arriba abajo lentamente. Mis dedos se cerraron cuando levantó una ceja y sonrió maliciosamente hacia mí—. Bonito pijama. —No tengo pijama. —Me sonrojé—. Así que por lo general duermo en pantalones cortos y una camiseta.

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—Estoy de acuerdo. —Sonrió—. Aunque no me importaría si te quitaras la camiseta. —¿Cómo dices? —Dije que, no me importa si quieres estar desnuda. —Se rió y pasó su mano por mi espalda. —¿Es así como le hablas a todas las chicas, Zane Beaumont? —Quité su mano encima de mí—. Me parece que eres mucho más vasto18 de lo que pensaba. —¿Por qué? ¿Pensaste que era un buen especialista? Lo miré por un segundo. —Bueno,‖ yo‖ no‖ pensé‖ que‖ fueras‖ del‖ tipo‖ ‚Nena,‖ quítate‖esa‖ropa‖de‖encima‛.‖Supuse‖que‖tenías‖un‖poco‖m{s‖de‖delicadeza. —¿Soy como un típico Don Juan a tus ojos, no? —Yo no diría eso. —Me reí—. Sólo parece que no puedes mantener las chicas más allá de una semana. —¿Por qué... —Él se echó a reír y me atrajo hacia él—. Eres mi pequeña chistosa personal, ¿No, Lucky? Sentí un tirón caliente de felicidad inflamar mi cuerpo cuando usó la palabra "mi". Se produjo un vínculo de cercanía que quería compartir con él. —¿Esa es tu manera de hacerme saber que quieres que te haga una broma? — Lo miré a la cara y rodé los ojos—. Sabes que sólo tienes que decirlo. —¿Sabes lo que quiero saber? —Él me sonrió y me apoyé contra él, mi espalda encajó en sus brazos cómodamente. —¿Por qué el cielo es azul? —No es azul ahora. Sin embargo, tal vez puedas decirme por qué está negro. —Debido a que no hay sol en estos momentos. —¿Dónde está el sol? 18

Bruto/torpe.

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—¿Es esto lo que querías saber? Esta es tu última pregunta. No responderé ninguna más. —Oh genio, cómo te burlas de mí. —Él se rió y yo le sonreí, tratando de ignorar el calor que emanaba de su pecho. —Una pregunta. —¿O puedo cambiar eso por un deseo? —Hmm, no sé... —¿Qué‖es‖lo‖que‖pensaste‖de‖mí‖cuando‖me‖conociste‖en‖Lou’s?‖—El rostro de Zane se puso repentinamente serio cuando me interrumpió—. Quiero saber cómo sabías que podrías confiar en mí. —¿Cómo sabes que confío en ti? —Aceptaste este trabajo. Estás aquí conmigo ahora. Tú... —Está bien, está bien. Confío en ti. —Me reí y me detuve, girando para mirarlo—. No sé por qué confío en ti. —Bueno, gracias. —Hizo un puchero. —No, no me refiero a eso. Quiero decir, yo era tu camarera, nunca fuimos realmente amigos. Y honestamente, nunca tuve una buena impresión de ti. Estábamos acostumbradas a hablar de ti en el restaurante. Todos los viernes, hacíamos rodar los ojos cuando entrabas con una chica diferente. Pero en mi interior, en secreto, yo estaba feliz. Estaba feliz de verte otra vez, porque tú siempre fuiste agradable, siempre amable, y siempre dejabas buenas propinas. —Y pensaste que era caliente, ¿eh? —Él movió las cejas y le di un puñetazo en el estómago—. Ouch. —Él se frotó el estómago y gimió. —Sí. Pensé que eras lindo. —Me reí—. ¿Por qué? ¿Qué pensaste tú de mí? —Pensé que eras la cosa más linda. —Se rió—. Todas las semanas, me decía a mi mismo que llevaría mi cita a un restaurante diferente, pero cada semana terminaba‖en‖Lou’s. —¿Por qué?

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—Porque quería ver tu dulce sonrisa, tus ojos que no me juzgaban. —Él se rió y me frunció el ceño. —¿Qué es tan gracioso? —Tal vez sólo quería ver tu pequeño paseo sexy también. —¿Qué paseo sexy? —El que hacía pivotar tus caderas. —Yo no pivoteo mis caderas. —Protesté. —Sí, lo haces. Y entonces cuando te detenías en la mesa y mientras pedía lo que quería beber, tus ojos me burlaban con otras posibilidades. —¿Qué otras posibilidades? —Estas. —Se volvió hacia mí y sentí sus labios presionando contra los míos. Yo le devolví el beso y me retorció contra él cuando sentí sus manos en mi culo, apretando mis nalgas. Encontré mis manos trabajando su camiseta y mis dedos trazaron las líneas de su gran paquete. Guau, qué perfección. Zane se retiró de mí un poco y sacó su camiseta, y la arrojó al otro lado de la habitación. Sus ojos se clavaron en la mía en silencioso desafío y yo me saqué mi camiseta y la arrojé por la habitación, siguiendo la suya para unirse en el suelo. Los ojos de Zane dejaron mi cara y cayeron a mis pechos escasamente cubiertos. Mi sujetador rosa de media copa de encaje era muy puro y sabía que si mirabas de cerca, podían verse mis pezones. Vi un nervio saltar en su cuello y yo estaba bastante segura de que se había dado cuenta. Pasé los dedos por encima de su pecho y por sus pezones y luego moví mis manos a su hermoso rostro. Me acerqué más a él y atraje sus labios a los míos, lo besé con entusiasmo, y empujé mi lengua en su boca. Toda la razón abandonó de mi cabeza cuando probé la dulce menta de su pasta de dientes contra mi lengua. Tomé su lengua en mi boca y lo chupó lentamente, y él se quejó ante mí agarrando y tirando de mí hacia él. Sentí sus manos en mi espalda, desabrochando mi sostén, y mientras lo desabrochaba, me pregunté por un momento que era lo que estaba haciendo aquí. Una pequeña parte de mí estaba gritando que estaba tirando a la basura todo lo que había defendido en el último año. Que estaba perdiendo el tiempo con Zane porque ya sabía que él no estaba buscando nada serio. Pero la otra parte de mí, la parte que

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quería que estuviera en lo correcto, dijo que sólo siguiera adelante con todo. Esta era la parte que había estado fantaseando con estar con Zane en los últimos tres meses. Esta era la parte que creía que era un hombre complejo, fuerte y apasionado, y que en algún lugar en su interior, había un niño pequeño que sólo buscaba ser amado. Esa voz me decía que, sólo tal vez, podría hacer que Zane viera que no había nada malo con amar. Que el haber amado y perdido, era mucho mejor que nunca haber amado en absoluto. Era una apuesta arriesgada, pero yo sabía que era un riesgo que estaba dispuesta a tomar. Zane Beaumont se había metido en mi sangre. Yo sabía que no podía seguir sin dar a esta relación, o lo que fuera, una oportunidad, incluso si eso significaba romper mis reglas. Zane era el tipo hombre por el que se rompían las reglas. —¿Esto está bien? —susurró mientras me quitaba el sujetador, y yo asentí. Un brillo apareció en sus ojos y me empujó sobre la cama. Su boca bajó hasta mi pecho y sentí sus dientes en mi pezón, succionando y mordisqueando con avidez. Gemí cuando él causó que un torrente de deseo atravesara mi cuerpo y mis dedos se aferraron a su cabeza, los pasé a través de su pelo hasta su espalda mientras me ponía húmeda de deseo por él. Él cambió su boca a mi otro pecho y lamió alrededor de mi pezón antes de morderlo suavemente. —Ouch — grité por el dolor de su mordedura. —Ssh —Se llevó un dedo a los labios y me sonrió. Luego besó el valle entre mis pechos mientras sus dedos jugaban con mis pezones y besaba mi cuerpo, deteniéndose en mi ombligo y jugando con su lengua unos segundos. Mi cuerpo estaba en llamas con su toque y me quedé inmóvil mientras continuaba con sus besos por mi estómago, y mis pantalones cortos. Mis piernas se abrieron involuntariamente con su toque y sentí su boca en mi dulce punto encima de mis pantalones cortos. Antes de darme cuenta, había desabrochado y sacado mis pantalones junto con las bragas y me encontré acostada en la cama desnuda. Me sentí un poco tímida por estar descubierta en toda mi gloria, pero esa sensación desapareció en cuestión de segundos cuando sentí su lengua entre mis piernas. Zane sabía exactamente lo que estaba haciendo porque sentí que todo mi cuerpo temblaba mientras trabajaba su magia con la lengua. Me llevó rápidamente hacia el clímax, y si yo no estuviera divirtiéndome tanto, habría estado un poco avergonzada de lo rápidamente que me iba a venir. Tan pronto como Zane sacó su lengua de mí, sentí que mi cuerpo temblaba y mi humedad se intensificaba. Eso no

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detuvo a Zane, todo lo contrario, pareció excitarlo aún más y lamió mi jugos con su lengua mientras la deslizaba dentro y fuera de mí, lo que me llevó a otro punto culminante. Mi cuerpo se estremeció y me lamenté cuando llegué de nuevo, y cuando mi cuerpo dejó de temblar, Zane besó su camino de regreso por mi cuerpo, sonriendo como el gato Cheshire. —¿Quién iba a saber que yo era así de buen amante? —Se rió mientras miraba hacia mí con ojos perezosos. —No he tenido sexo en un año. —Murmuré con una sonrisa. —Pero ni siquiera hemos tenido sexo todavía. —Él se rió y me besó. —Oh, sí. —Me reí y le di la vuelta sobre su espalda. Era mi turno. Besé su pecho, jugando con sus pezones y lamiendo sus abdominales. Su estómago era muy duro, y me pregunté cuanto lo había trabajado. El cuerpo de Zane se puso rígido cuando llegué a los calzoncillos. Llevé mi mano dentro de ellos para sentir su virilidad antes de desnudarlo completamente. Sonreí ante su gemido mientras mis dedos rodearon su miembro duro y sentí como me mojaba otra vez, imaginándomelo dentro de mí. Estaba largo y grueso, era obvio que estaba tan caliente como yo. Corrí mis dedos hacia arriba y abajo de su circunferencia, y él gimió cuando el movimiento de mis dedos fue confinado por sus pantalones cortos. —Lucky —murmuró hacia mí con los ojos llenos de lujuria. —¿Tienes otra pregunta, Zane? —Le sonreí mientras mi mano se detenía sobre él y me eché hacia atrás sobre la cama más o menos antes de tirar de sus pantalones cortos y tirarlos fuera de la habitación. Luego me empujó sobre mi espalda en la cama y se dio la vuelta para estar encima de mí, tenía los ojos vidriosos y podía sentir los latidos de su rápido corazón. —No sabes lo mucho que te deseo —gimió cuando se inclinó y me besó. Sentí su mano separará mis piernas y pasar sus dedos por mi dulce punto, asegurándose de que todavía estaba húmeda. —Oh —gemí incapaz de decir nada más. Puse mis brazos alrededor de él y envolví mis piernas alrededor de su cintura, con lo que lo llevé más cerca de mí. Nuestros cuerpos desnudos estaban ahora aplastados uno contra el otro y pude

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sentir la punta de su polla frotándose contra mí. Abrí mis piernas más amplias, instándole a entrar en mí, pero en cambio, sólo continuó a frotándose contra mí, sus manos apretando mis pechos mientras nos besábamos. Gemí y me moví debajo de él, y él me agarró de los brazos y me mantuvo inmóvil. —Espera. —Lo vi llegar a su mesita de noche y tomar un envoltorio de condones. Cerré los ojos mientras lo abría y se lo ponía. —Abre los ojos. —Su voz me ordenó así que levanté la vista para verlo mirándome—. Quiero ver la expresión de tus hermosos ojos marrones cuando entre en ti y te haga venir. Miré hacia él y lo sentí abrirse camino dentro de mí. Se movía lentamente al principio, y sentí toda la longitud de él entrar, sentimientos de lujuria, de placer, y delicia me envolvieron y grité cuando me llenó. Él sonrió mientras yo gritaba de placer y nuestros ojos permanecieron unidos. Continuó abrazándome, pero aumentó su ritmo, cada vez más rápido, y más y más profundo de lo que sabía que era posible antes. —Oh Zane —grité cuando me llevó al borde de uno de los orgasmos más intensos que jamás había tenido en mi vida. —Joder Lucky, me voy a correr —gruñó cuando se estrelló contra mí. Soltó mis brazos, y yo recorrí con mis dedos de arriba a abajo su espalda estremeciéndose cuando llegó al clímax. Zane se derrumbó encima de mí y me besó en el cuello. Lo abracé con fuerza contra mí y rodó a mi lado, con su brazo sobre mi cintura. —Eres tan hermosa, LuckyStarr Morgan. —Trazó con sus dedos de mi cintura de nuevo a mi seno y luego a mi barbilla. —No puedo creer que miraras mi licencia de conducir —gemí cuando dijo mi nombre completo—. Eso es tan vergonzoso. —Tienes que decirme por qué tus padres te llamaron Lucky. —Me sonrió y se inclinó para besar mis labios. —Te lo dije en la fiesta, ¿recuerdas? —Me reí y luego me congelé por mi error—. O tal vez no.

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—Argh, adivino que fue a Braydon. —Frunció el ceño y sus ojos se oscurecieron. —Sí. —Me mordí el labio, con la esperanza de que no hubiera arruinado el estado de ánimo—. Espero que... Los labios de Zane aplastaron los míos y yo le devolví el beso, felizmente saciada. Me reí cuando sentí sus manos alcanzar entre mis piernas. —Zane — gemí mientras jugaba conmigo. —Lucky. —Él se rió y me lamió los labios, trayendo de nuevo su mano hacia arriba y acariciando mi pelo—. ¿Lista para una película? Asentí con la cabeza, con los ojos caídos mientras me atraía hacia él. Se dio la vuelta un poco y echó la cobija hacia abajo y puso las sabanas encima de nosotros. —Ven. —Él me llevó hacia el rincón de su brazo y me quedé junto él, con sensación de calor y amor—. Pensé que podríamos ver una comedia francesa. Es una vieja favorita mía. —¿Cómo se llama? —Bostecé. —No te duermas todavía, querida. —Sonrió—. Le Diner De Cons. —Oh, no tengo ni idea de lo que eso significa. —La cena de los idiotas. —¿Ah, sí? —Volví a bostezar y me acurruqué en su pecho—. Suena interesante —mentí y él se echó a reír. —Confía en mí, es muy graciosa. Hicieron un remake19 de la misma llamada DinnerForSchmucks con Paul Rudd y Steve Carrell, pero apesta. —Oh, he visto esa película —me quejé—. Es tan mala. —Ésta es mucho mejor. —Hmmm, te creo. —Cerré los ojos cuando se giró hacia su TV.

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Un remake es como una copia pero “legal”. Zane está diciendo que hicieron una copia de la película pero en inglés.

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—No vas a verla, ¿verdad? —susurró hacia mí mientras me frotaba los hombros. —Lo haré —murmuré con una sonrisa en mi cara. —Uh huh. —La voz de Zane parecía divertida. —La estoy viendo —murmuré, mientras me quedaba dormida, escuchando la música instrumental francesa que sonaba junto con los créditos iníciales de la película. —Dulces sueños, Lucky —Zane susurró en mi oído y me dormí con una enorme sonrisa en mi cara. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía en paz y contenta. Yo sabía que iba a tener un muy feliz sueño.

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Capítulo 11 Traducido por Sarahflowerz Corregido por Diiana

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oy, voy a enseñarte el Los Ángeles que amo. —Zane se inclinó para besarme tan pronto como se abrieron mis ojos. Me estiré y corrí mis dedos por su pecho.

—Así que, ¿anoche fue real entonces? —Sonreí, saciada y satisfecha. —Puede ser real de nuevo en un minuto. —Alcanzó y apretó mi pezón. —Por mucho que me gustaría eso, quisiera salir de esta casa hoy. —Arrugué mi nariz hacia él y saltó fuera de la cama, quitándome los cobertores de encima. —Hey. —Chillé y rodé. —Tomemos una ducha. —Me alcanzó y me cogió. —¿Juntos? —Por supuesto, ¿hay alguna otra manera? —Gruñó y me llevó al baño—.Te lavaré y tú puedes lavarme. —Yo froto duro, ya sabes. —Puedes frotarme tan duro como desees. —Me empujó hacia él y me besó suavemente—.Tus labios saben a caramelo de nuevo. —Estoy segura de que no. —Reí. —Hueles como un jardín rociado en una mañana de primavera. —Recorrió su cabeza en mi cuello y respiró en él. —Me estás intoxicando con tu olor.

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—Eso no es todo con lo que puedo intoxicarte. — Lo empujé contra la pared y agarré su masculinidad. Él estaba despierto ya, y creció incluso más duro en mis manos mientras lo exprimía. —¿Pensé que estabas desistiendo esta mañana? —Su voz era ronca y seempujó a sí mismo dentro de mi mano así que estaba recorriendo todo su conducto. —Bueno, creo que puedo olvidarlo por 15 minutos. Ha pasado un rato. — Me quejé mientras él me cogió y me puso contra la pared. Envolví mis piernas a su alrededor y bajó su cabeza a la mía. Lo besé duro y cuando lo sentí entrar, me sostuve contra él como si me fuera la vida en ello. —Oh, Zane. —Grité mientras se deslizaba fuera y dentro de mí, cada movimiento estaba atormentándome y mi orgasmo se estaba construyendo rápidamente. —Oh, Lucky, te sientes tan estrecha y resbaladiza. Siempre estás lista para mí. —Gimió y colapsó contra mí mientras nos vinimos juntos unos pocos minutos después. Me deslicé de su cintura y nos quedamos allí jadeando y sosteniéndonos el uno al otro. —Necesito empezar a entrenar si vamos a seguir así. —Exclamé, intentando coger mi aliento. —Quizás deberías ir por la mañana, al mediodía y en la noche—Susurró en mi oído—.Porque eso es lo mucho que te quiero. —No podemos tener sexo tres veces al día —Jadeé—.Tenemos trabajo que hacer. —Podríamos practicar en él. —Zane encendió la ducha y entramos, dejando que el agua caliente callera en cascada sobre nosotros. Cogí una barra de jabón y la corrí sobre su cuerpo, tomándome mi tiempo para sentir y apreciar cada centímetro de él. Este hombre era perfecto, desde sus brazos musculosos, hasta su estómago tonificado, y su apretado trasero. No podía apartar mis ojos de él, y solté una risita. —¿Qué es tan divertido? —Inclinó su cabeza hacia un lado y se lamió los labios.

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—Estaba pensando que la semana pasada me preguntaba cómo lucirías desnudo y aquí estamos. —¿Paso la inspección? —Creo que no podrías haberla pasado más alto. —Reí, acariciando su culo. —Tienes unos pechos perfectos —Sonrió y los sostuvo con manos jabonosas—. Tienen el tamaño perfecto para mí. —Ya, seguro. —Sacudí la cabeza—. Son demasiado grandes. —No hay tal cosa como que unos pechos son demasiado grandes. —Se Inclinó y chupó mi pezón izquierdo. —Quiero tocarlos y jugar con ellos todo el día. —Bueno, no puedes hacer eso. —Gemí, mientras él mordía y chupaba. —Zane, por favor. —¿Sí, Lucky? —No puedo hacerlo de nuevo. —Gemí—. Estoy muy inflamada. —Vale, esperaremos hasta esta noche. —Rió y me besó de nuevo mi cara. —Así que, ¿qué vamos a hacer hoy? —pregunté curiosamente mientras salíamos de la ducha. Zane cogió una gruesa toalla color crema y la envolvió a mí alrededor y le sonreí gratamente. Era genial tener a alguien cuidándome de esta forma. —Es una sorpresa. — Sonrió. —No es justo. —Quiero enseñarte las partes de Los Ángeles que van a hacer que quedes impresionada. Tú me impresionas, pensé para mí misma. —Oh, estoy entusiasmada. —Bien —Frotó la toalla hacia arriba y abajo sobre mi cuerpo—. Abre tus piernas y extiende tus brazos para asegurarme de que cada gota está seca. — Hice

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como él dijo y me quedé ahí hasta que me secó. Este era el momento más íntimo que he tenido en toda mi vida y nos miramos el uno al otro mientras él tiernamente me frotó por debajo. Sus ojos azules eran intensos y concentrados, y mi respiración se atascó en las emociones que vi reflejadas en ellos. —Estamos locos, lo sabes —Finalmente hablé—. Bueno, a lo mejor solo yo. —¿Por qué estás loca, Lucky? —Este momento es loco. Este maravilloso, hermoso y especial momento. Apenas te conozco, todavía, y aquí estoy, desnuda en frente de ti y tú me estás secando y me encanta y estoy tan abrumada. —Paré para coger aire. —Solías ser ese chico arrogante que se sentaba en mi cabina‖y‖ahora…— Mi voz disminuyó. —¿Y ahora qué? — Zane paró lo que estaba haciendo y me miró. —Y ahora, eres el chico con el que estoy teniendo sexo.

—¿Sólo soy el chico con el que estás teniendo sexo? —Medio sonrió y estaba confusa. Podría asustarle si le decía sólo cuánto estaba empezando a significar para mí. —No, eres el chico que me hace reír, y me hace estremecer. —Dije seriamente. — ¿Sabes que he pensado sobre este momento un millón de veces? — la voz de Zane se cortó y suavizó el pelo de encima de mi cabeza. — No me llames un hombre horrible,‖pero‖cada‖vez‖que‖te‖veía‖en‖Lou’s,‖me‖preguntaba‖cómo‖lucirías‖ en mi cama. Me preguntaba si sabrías tan dulce como luces. —¿Y? —Sonreí y froté la línea de su mandíbula. —Eres más dulce de lo que alguna vez imaginé. Gracias por darme a mí esta oportunidad. —Su voz se estancó con la emoción. —Gracias por darme a mí esta oportunidad. —Recorrí sus labios con mí dedo. —Me alegra tanto haber venido. Incluso sabiendo que es sólo el segundo día.

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—Me alegro de que estés aquí. Y tienes razón. Estamos locos. Pero me alegro de que estemos locos. Si no estuviéramos locos, no tendríamos momentos como estos. —Y Dios sabe que la escuela no se está moviendo a ningún lado. —Reí. —A veces sólo tienes que tomar la vida por los cuernos y montarla a donde sea que te lleve. Esta es una cosa buena para nosotros. La escuela es importante, y no diría lo contrario, pero esto te está dando un conocimiento del mundo real. Puedes ir de nuevo a tus clases de historia y decirle a todo el mundo, hey chicos, esto es lo que realmente pasó. —Sí, eso sería genial. —Sonreí rápidamente, tratando de ignorar el sentimiento punzante en mi corazón por sus palabras. No quería ir y contarle a todo el mundo sobre eso. Estaba atascada en este momento, en el aquí y ahora, y no quería estar en otro lugar excepto aquí. No quería estar con nadie, excepto con él. —Esa es mi Lucky —Besó mi nariz y cogió otra toalla—. Ahora vamos a vestirnos así podemos irnos. —Sí, señor. —Corrí fuera de la habitación, riendo y cantándome a mí misma mientras me preparaba. **** —Vale, primera parada. —Zane aparcó el coche y saltó fuera. —Bienvenida a la Plaza Los Ángeles y la estatua de Felipe de Nevé. Es considerado el primer fundador de Los Ángeles. —Wow. —Miré a la estatua con admiración. —Nunca había escuchado de él antes. —La mayoría de la gente no lo ha hecho. —Zane cogió mi mano. —Felipe era un Gobernador Español y su permanencia fue desde 1975 hasta 1982. —¿1975? —Sonreí. —No me había dado cuenta de que California era tan nueva. —Quiero decir, 1795 hasta 1782 —Rió—. Felipe tuvo el permiso aceptado por Carlos II de España para encontrar y establecer Los Ángeles.

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—Estoy impresionada de que sepas eso. —Lo miré con admiración. —Vale, no puedo mentir. — Suspiró y me empujó más cerca de él. —Mira hacia arriba. Nunca había oído hablar de Felipe hasta esta mañana cuando miré sitios históricos que enseñarte en LA. —No tenías por qué hacer eso. —Estaba tocada con que había hecho una búsqueda por mí. —Quería llevarte a sitios que amaras, y amas la historia. — Se encogió de hombros. —Parecía una apuesta segura. —Eres mucho más impresionante de lo que pensaba, ¿lo sabías? —Le empujé hacia mí y le di un beso. —Si eso significa que consigo un montón de besos, entonces lo espero. —Me besó de vuelta y me empujó más cerca de la estatua. —Veamos lo que dice la inscripción. Felipe de Nevé (1728-84). Gobernador de California 1775-82. En 1781, por orden del Rey Carlos III de España, Felipe de Nevé seleccionó un sitio cerca del Río Porciúncula y presentó a la ciudad como El Pueblo de Nuestra Señora La Reina de Los Ángeles, uno de los dos pueblos que él encontró en Alta California. Leí la inscripción en voz alta, impresionada de lo bien que él había recordado los hechos básicos. —Parece que tú recordaste todo correctamente, pantalones listos. —Bueno, no soy solo toda buena vista. —Entonces, ¿dónde vamos ahora? — ¿Tienes hambre? —Sí —Reí—. ¿Vas a ir a por comida? Por favor, di que sí. —Vamos a conseguir un perrito caliente dePinky’s.‖Creo‖que‖debe‖ser‖el‖stand más famosos de perritos calientes del mundo. —Creo que los he visto en Food Network.(1) ¿No tienen una larga cola o algo?

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—No tendremos que esperar. Te olvidas de que mi papá dirige la ciudad. —Oh bueno, lo siento. —Puse un acento elegante. —Estoy bromeando. —Sonrió. —Bueno, algo como eso, mi padre es bastante influencia, y no tendremos que esperar. —¿Conseguiré conocer a tu padre? — Pregunté con vacilación. —No estoy seguro. —Frunció el ceño—. Está en el extranjero ahora mismo. —Oh. —Mi corazón punzó por él ligeramente y de repente me di cuenta de por qué él se sentía con ese tipo de espíritu paternal. Por todos los intentos y propósitos, éramos uno y el mismo. Estábamos los dos solos en el mundo. —Pero todavía puedo presentarte a algunas estrellas de cine, ¿si eso es lo que te preocupa? —No. —Me reí y sujeté su mano fuertemente. —Realmente no me importan los actores y la gente famosa. —Definitivamente eres única en tu tipo. —Me gusta pensar eso. — Sonreí felizmente hacia él y caminamos de vuelta a su coche. —Así que ahora vamos por perritos calientes, ¿qué va después? —Eso será una sorpresa. —Tú y tus sorpresas. —Sacudí mi cabeza y pretendí fruncir el ceño. Estaba deleitada con que se hubiera salido de su camino para hacer esto especial para mí. A lo mejor el Zane que estaba esperando encontrar ya estaba saliendo a la superficie. A lo mejor nos enamoraríamos y este podría ser nuestro ‘Comieron‖ Felices‖Por‖Siempre’. —Vamos por unos perritos calientes. —Suena bien. —Así que Lucky, quería saber más sobre ti. Cuéntame sobre lo que hace que actives la señal.

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—Me encanta ver series criminales. Ley y Orden, Mentes Criminales, CSI, y Dexter… —Adoro Dexter. Los libros son geniales también. Jeff Lindsay es un gran escritor. Su sentido del humor es impresionante. —Oh, nunca he leído los libros. Tendré que mirarlos. —Tengo algunos en casa. Puedes tomarlos si quieres. —Eso sería genial. —Oh, por cierto, me llamaron esta mañana del taller, tu coche tiene un problema en la junta de la culata. —Te lo dije —Le pegué en el brazo—. No soy solo una chica tonta, tú sabes. —Ow, eso dolió. — Sonrió, y frotó su brazo. —No estoy seguro de si quiero ser tu sumiso, te dije eso ya. —Eres un idiota. —Le pegué de nuevo. —Lucky, realmente soy propietario de unas esposas, sabes. No quieres probarme. —Agarró mi mano y la sostuvo fuerte. —Disfrutaría‖espos{ndote‖y… —Zane, voy a empezar a pensar que sólo estás detrás de mí por mi cuerpo. — Estaba sólo medio bromeando, pero mantuve mi tono ligero. —Lucky, tu cuerpo es sólo una de las razones por las que me gusta estar contigo. — Dejó ir mi mano y frotó mi pierna. — Eres la primera chica con la que he sido capaz de estar, sin expectaciones. No estás esperando que te lleve de compras‖a‖Rodeo‖Drive,‖no‖est{s… —¿Estás queriendo decir que no voy a ser capaz de vivir mi momento Julia Roberts: PrettyWoman20 hoy? —puntué, y él río. —Podemos ir a la tienda de lencería si quieres. Está La Perla en Beverly Hills a la que puedo llevarte.

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Mujer Bonita

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—Ooh vas a comprarme perlas. ¿Qué va después, un diamante? — bromeé, pero inmediatamente quise pegarme por mi metedura de pata. —La Perla es una tienda de lencería de gama alta. —La voz de Zane sonaba divertida. —Y no, no hay diamantes viniendo, estoy asustado. —Sólo‖ he‖ estado‖ en‖ Victoria’sSecret‖ antes. — Mantuve la conversación fuera de la charla sobre joyería e intenté ignorar el dolor que sentí, una vez más, por sus palabras. Sabes que no está buscando un para siempre, Lucky. Sólo trata con ello. —Vamos a conseguirte algo de peluche. Me encantaría ver eso. —Está bien. —Pausé y mordí mi labio. Estaba empezando a sentir que todo lo que él quería de mí era solo sexo. Esperaba que fuera más que eso. Las esperanzas son para idiotas, Lucky, el pequeño diablo dentro de mi cabeza susurró. No seas una idiota. Disfruta el sexo, ten diversión, espera a que él cambie, pero no te envuelvas emocionalmente. Suspiré y encendí la radio. No quería seguir pensando y analizando la situación más. Lo que sea que fuera a pasar iba a pasar. Sólo tenía que asegurarme de mantener a mi corazón protegido. Había elegido caminar lejos de mis reglas. Si salía herida sería mi culpa. —Puede que podamos ir otro día. —Después de los perritos calientes, voy a llevarte al Observatorio Griffith. Golpeó su boca. —Oh mierda, dejé al gato fuera de la caja. —¿Qué es eso? ¿Un lugar donde podemos ver las estrellas? —Estaremos arriba en las colinas y podremos ser capaces de observar lamayoría de LA desde arriba. Es un día inusualmente limpio hoy, así que tendremos una vista genial. —Suena fantástico. —Apoyé la espalda en el asiento y escuché los sonidos del jazz suave viniendo del estéreo. No era el género musical al que normalmente escuchaba, pero parecía encajar en este momento. —Me alegro de que estés aquí, Lucky. —Zane interrumpió mi ensimismamiento. —En caso de que no lo pudieras decir. Realmente me alegro de que estés aquí.

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Capítulo 12 Traducido por Melusanti Corregido por Diiana

—N

o puedo creer que estemos teniendo la fiesta esta noche— Le sonreí a Zane mientras me preparaba un bocadillo para almorzar

—Lo sé —Gimió—. Debería cancelarla. Quiero tenerte toda para mí esta noche. —Me has tenido toda para ti durante dos semanas enteras —Me reí alegremente—. Me sorprende que no te hayas puesto molesto conmigo todavía. Normalmente nos veíamos el uno al otro durante algunos momentos una vez por semana y ahora me ves 24/7. —No podría pensar en una mejor persona con quien trabajar y dormir. —Tú no me dejas dormir—Me estiré y Zane se quedó en mis pechos a través de mi top. —¿Mirando algo?—Sonreí. —Bueno, no puedes no usar un sostén y esperar a que no me de cuenta—Él se apartó de la mesa y se acercó a mí. Golpeé su brazo mientras llegaba a mi lado y se inclinaba para agarrar mis pechos. —Zane—Reí—. Tengo hambre y todavía tenemos una entrevista esta tarde antes de que tengamos que estar listos para la fiesta. —Todavía tenemos tiempo para un rapidito. —Nunca es rápido contigo —Salté de la cama y envolví mis brazos a su alrededor y le di un beso rápido. Pasé mis manos por su pelo y lo alejé mientras

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pasaba sus manos sobre mi culo. —Está bien, es suficiente. Voy a cambiarme, y con suerte, mi almuerzo estará listo. —Bromista—Gimió y me golpeó en el culo cuando corrí fuera de la habitación riéndome. Mientras corría por las escaleras para conseguir algo de ropa de mi habitación, me maravillé de cuan geniales habían sido las últimas dos semanas. Había estado un poco preocupada de que Zane tendría remordimientos al día siguiente después de haber tenido sexo por primera vez, pero el había estado genial. Había sido dulce y cariñoso y habíamos sido inseparables desde que llegamos a Los Ángeles. Era casi surrealista. No había esperado que nos acercáramos tanto tan rápidamente. Era aún más maravilloso de lo que podría haber imaginado. Entré a mi habitación y miré la cama con una sonrisa. No había dormido en ella ni una noche y, aunque parecía cómoda, no estaba triste sobre eso. —El almuerzo está listo— Zane Gritó por las escaleras. —Acabo de llegar a mi habitación, Zane—Le grite, mientras pasaba a través de mi ropa. —Voy a estar en unos minutos. —¿Quieres que vaya y ayude? —No, Gracias. —Soy realmente bueno para obtener la ropa fuera. —Esa es la menor de mis preocupaciones—Me reí y agarré un par de pantalones cortos, un sujetador y una camisa de cachemira que había conseguido en una tienda vintage. Rápidamente me vestí y cepillé mi pelo, dejando que quede suelto y no en mi cola de caballo habitual. Apliqué un poco de maquillaje y un poco de brillo de labios y sonreí a mi reflejo. Lucía bonita y enamorada, y pensé que este momento era tal vez el más feliz que había tenido en mi vida— ¿Todavía no estas lista?— Escuché a Zaneen mi puerta y me dí la vuelta. —Eres tan impaciente— Rodé mis ojos. —Te extrañé —Entró en la habitación y me agarró, tirando de mí hacia él. Me aferré a él y me quedé mirando su hermoso rostro, sus ojos azules parecían muy abiertos y había una chispa diabólica en ellos —No estoy teniendo sexo contigo, Zane Beaumont.

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—¿Quién dijo que quería sexo?—Hizo un puchero y arrastró su dedo por mi garganta —Sólo vine a asegurarme de que estabas bien. —¿En caso de que cayera en el baño o algo así? —Tú sabes, no puedes ser demasiado cuidadosa. —Bueno, por supuesto que no. —Tú eres la chica cuyo coche se averió en medio de la noche, después de todo. —De hecho, lo soy. —Y tú eres la chica que aceptó un trabajo con un extraño y se movió portodo el país. —Lo sé ¿En que estaba pensando?—Sacudí la cabeza con desesperación —Soy una tonta, tonta chica. —Si, lo eres—Me besó en la nariz —Así que, por supuesto entiendes porque tenía que venir y asegurarme de que estas bien. —Hmm, sigo pensando que no vas a conseguir un polvo ahora mismo. —Bueno, entonces, vamos a comer—Se rió, plantando un firme beso en mis labios y arrastrándome fuera de la habitación. —Y por cierto, tu brillo de labios sabe a batido de fresas. —Delicioso —Le saqué la lengua y me apretó la mano .Al entrar en la cocina, agarré mi teléfono para ver si tenía mensajes. —¿Todo bien?—Zane me miró y notó mi ceño fruncido. —Si. Es sólo Leeza —Le ofrecí una sonrisa rápida y volví a mirar el mensajede texto de Braydon. HeyLucky, te extraño. No he oído de ti en casi dos semanas. Dame una llamada. Voy a ir a Los Ángeles pronto. Me encantaría llevarte alrededor y pasar un buen rato. Espero que todo tu historial de conocimiento esté dando sus frutos y

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que Zane no este siendo un total y absoluto idiota. Vi a Angelique la otra noche y me‖dijo‖que‖lo‖ abandonó…‖ Estoy‖seguro‖que‖est{‖bastante‖dolorido,‖ así‖que‖sólo ignóralo. Escríbeme o llámame. Leí el texto dos veces antes de bajar mi teléfono. Sentí que mi corazón latía mientras aceptaba el sándwich de Zane. Estudié su rostro para ver si podía ver las líneas de tensión alrededor de su rostro. Me quedé en silencio mientras comía mí sándwich. El texto de Braydon había arruinado mi estado de ánimo y, de repente, sólo quería estar sola. —Hey, Lucky.¿ Que tenía para decir Leeza?—Zane me miró desde el otro lado de la mesa con una expresión reservada. —Sólo quería saber cuando volvería a Miami. —Oh—Él miró hacia otro lado—. ¿Qué has dicho? —No respondí. Realmente no lo sé. —Supongo que cuando se termine el documental—Se puso de pie—. ¿Has terminado con tu plato? Asentí con la cabeza y mordí mi labio mientras él llevaba los platos al fregadero. —Así que, ¿Tienes un lugar para las citas en Los Ángeles, también? —Lo siento ¿Qué?— Se dio la vuelta con el ceño fruncido. —¿Tienes algún lugar para llevar a tus citas los viernes por la noche aquí también? —No—Su respuesta fue cortante. —¿Por qué estabas en Miami?—Le pregunté con cautela—. ¿Estabas investigando para el documental? —No—Hizo una pausa—Tenía otras cosas que hacer. —¿Cómo salir con una chica diferente cada semana? —¿Que puedo decir? ¿Me gusta la compañía de mujeres hermosas? —Se alejó de mí. —¿Estas lista?

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—¿Tuviste una cita con Angelique? —¿Angelique?—Miró bruscamente—. ¿Por qué? —Sólo tenía curiosidad. Fuiste muy acogedor con ella en la fiesta, pero nunca la vi contigo en la cafetería. —Nunca la llevé a la cafetería. — ¿Así que ella es más que una cita de una sola vez? —¿Por qué me haces estas preguntas, Lucky?—Suspiró—Hay que ponerse en marcha, el Sr. Johnson se estará preguntando dónde estamos. —¿Por qué mi habitación es tan femenina?—Las palabras salieron disparadas de mi boca antes de que pudiera detenerlas. —¿Acaso Angelique diseñó la habitación? —¿Cuál es tu repentina preocupación con Angelique? —Suspiró—. ¿Podemos hablar de esto más tarde? —¿Por qué no me lo dijiste? —Continué, ahora frustrada—. ¿Era tu novia o no? —Mira Lucky. Angelique no era mi novia, y tú tampoco. Deja de regañarme por favor. —Abrió la puerta y espero que caminé a través de ella. Las lágrimas escocían mis ojos mientras camine por la puerta frontal. Mi corazón latía tan fuerte que estaba segura de que Zane podía oírlo. No eres su novia, Lucky. No eres su novia. Eso era en todo lo que podía pensar. Me metí en el auto en silencio. Sus palabras hiriéndome en mi mismo centro y miré hacia la ventana. Bueno, eso te pone en tu lugar, me dije a mi misma. Podemos ser amantes y es posible que tengamos una amistad en desarrollo, pero eso es todo lo que era, y todo lo que podía llegar a ser. Suspiré y me recosté. Quería ir a casa. Esto era mucho más difícil de lo que pensaba que iba a ser, y si era honesta conmigo misma, sabía que no estaba hecha para el rechazo. No después de todo. No era el tipo de chica que podía y lo pondría al día con cualquier cosa con tal de conseguir al chico que amaba. Esa realidad me golpeó como una tonelada de ladrillos. Estaba enamorada de Zane, y no quería que sea una creciente batalla. Quería que él supiera y se diera cuenta tan seguramente como lo hacia yo, que teníamos una conexión. Quería que él fuera el que me persiguiera y no al revés.

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—No pretendí ser grosero contigo allí, Lucky—Zane empezó a hablar entamente mientras conducía. —Sabes que creo que eres especial. Simplemente no soy uno de esos tipos que le gusta ser interrogados. —Entiendo—Murmuré, sin dejar de mirar por la ventana. —Conocí a Angelique a través de mi hermano, Noah. Tenemos una relación especial. —Su voz era suave. —¿Ella sabe que me quedo contigo? —Yo no respondo ante nadie, Lucky. Pensé que lo habías entendido. — ¿La amas? —Yo no amo—Suspiró —Si no crees que puedes manejar una relación convencional, hay que terminar esto ahora, Lucky. —¿Terminar, que?—Mi voz se elevó —¿Quieres decir que debemos dejar de follar? —Si no eres capaz de separar el sexo del compromiso, entonces tal vez deberíamos —Su voz era ronca—. Se que no has estado en una relación desde hace tiempo y entiendo si no puedes hacer esto. —¿Hacer que? —Me reí ligeramente, tratando de ocultar el dolor en mi voz. —Se que es difícil para las chicas dormir con un chico y no desarrollar sentimientos, pero pensé que después de nuestra conversación conocías el acuerdo. —Conozco el acuerdo. —No quiero discutir contigo, Lucky. He disfrutado de dos semanas hasta el momento. Pero no me voy a poner al día contigo tratando de ir por el camino de relaciones y celos. —¿Qué celos? —Dije, sintiéndome avergonzada—. Sólo estaba haciendo algunas preguntas. No es un gran problema, Zane ¿Cuál es el maldito problema?— Comencé a gritar— ¿Por qué todo es un secreto? Mierda, todos tenemos problemas. Todos hemos sido heridos. Sólo trata con ello.

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—Cálmate —La voz de Zane se volvió fría—. Respira hondo y cálmate. Vamos a parar en la casa del Señor Johnson en pocos minutos. No quiero que él vea que luces como arpía. —No luzco como una arpía—Le grité furiosa. Estaba molesta de que él había girado todo en mí y no había abordado mis preguntas. — ¿Tienes preparadas las preguntas que vas a hacerle?—Cambió de tema— necesitaremos fechas y nombres precisos de él. Anota todos los detalles. También debemos confirmar cuando estará disponible para que volvamos con las cámaras. —¿Así que no vamos a hablar más de eso? —Lucky, tienes que tomar una decisión— Me miró brevemente y yo rápidamente aparte mis ojos de su mirada. —¿Tengo que tomar una decisión? —Me reí sarcásticamente—.No creo que esto tenga que ver conmigo. —Si esto es demasiado difícil para ti, no tenemos que continuar. —Su voz era suave cuando se detuvo en la entrada —No quiero hacerte daño—. Sentí su brazo sobre mi hombro y yo seguí mirando por la ventana. Podía sentir que las lágrimas brotaban de mis ojos y la cabeza empezaba a latirme con fuerza. —Lucky, mírame por favor. —¿Qué?—Me giré hacia él, y me sorprendió el dolor de su expresión. —No quiero hacerte daño—Suspiró y se frotó la frente. Estaba empezando a darme cuenta de que ese era su muestra indicadora de cuando se sentía estresado —Tal vez esta no era una buena idea. —Tal vez no lo era —Respondí lentamente, y suspiré. —Me gustas mucho, Lucky—Sus palabras eran lentas —Me encanta despertar contigo en la mañana. Me encanta pasar tiempo contigo. Me encanta hablar contigo acerca de historia y el cine. Pero no estás enamorado de mí. Lo miré y estudié el corte de su mandíbula.

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Era tan cuadrada y fuerte. Su rostro era tan clásicamente guapo. Pensé que podría ser una estatua cincelada de un dios romano. Era tan duro y firme. Hasta cierto punto también parecía indiferente, pero sabía que no era en absoluto lo que parecía ser. En el interior, él era uno de los hombres más cuidadosos y maravillosos que he conocido. —¿Vas a contestarme, Lucky? —Vamos adentro—Me quité el cinturón de seguridad y abrí la puerta del auto. No estaba dispuesta a tener esta conversación ahora. Necesitaba tiempo para pensar. Sabía que debería decirle que todo había terminado, pero había una parte de mí que odiaba la idea de decir esas palabras. Ya no quería renunciar a él. Él ya había infiltrado su camino en mi vida, y no quería dejar que ese sentimiento se vaya. —Bien, vamos a ver al Señor Johnson—Asintió con la cabeza mientras cerraba su auto y se dirigía hacia la puerta principal. Lo seguí en silencio, esperando a no empezar a llorar durante la entrevista. **** —Gracias por darnos la oportunidad de hacer esta pre-entrevista con usted, Señor Johnson—Zane sacudió la mano del hombre de edad avanzada y yo asentí con la cabeza afirmando. —No hay problema—El hombre nos acompaño dentro de su casa —Nos sentaremos en la cocina si no te importa. Mi esposa ha hecho un poco de té y galletas. —Eso suena muy bien, Gracias. —Le sonreí. —No hay problema. Estamos encantados de recibir visitas —Él se rió entre dientes—. Mi Betty y yo no conocemos mucha gente aquí en California —Se mudo desde Chicago ¿No?— Sonreí, tratando de impresionarlo con mi conocimiento. —Sí—Él se estremeció—. Nos mudamos para alejarnos del frío.

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—La artritis de Sidney no pudo tomar un invierno más—Una señora mayor se me acercó y me dio un abrazo —Hola querida. Soy Betty Johnson, la esposa de Sidney. —Encantada de conocerla, Señora Johnson—Le di un fuerte abrazo y una genuina sonrisa, feliz de olvidarme de mi conversación con Zane por un tiempo. —No hay problema. Sidney y yo estábamos felices de escuchar que se iba a realizar un documental sobre la Segregación Residencial. No se oye mucho sobre ello en estos días. —Es por eso que es tan importante para nosotros hacer este documental— Intervino Zane. —Bueno ¿Qué querías saber?—Sonrió Sidney Johnson. —Todo—Reí. —Lucky es una major21 en Historia, con un enfoque en el movimiento delos Derechos civiles—Explicó Zane —También es mi ayudante.

—Oh, ¿así que sabes algo de lo que ocurrió entonces?—Sidney me miró con su especie de ojos marrones. Le sonreí y pensé en mi padre. Tenían la misma aura en ellos, y de alguna manera inexplicable, sentía cierta conexión con este anciano hombre afroamericano. —Me gustaría oír hablar de ello desde su perspectiva—Miré a Zane y él asintió — ¿Tenía algunas preguntas, pero pensé que tal vez usted podría hacer una especie de carrera a través de su experiencia primero? —Por supuesto. Mejor toma asiento—Él se echó a reír —Y un poco de té y galletas.

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Major: En Estados Unidos y Canadá es la disciplina académica a la que un estudiante de pregrado se compromete formalmente, es decir su especialización académica. Un estudiante que complete exitosamente los cursos prescritos en una especialización académica reúne los requisitos para una licenciatura.

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—Sidney puede hablar, así que espero que tengas mucho tiempo—Betty serió de nosotros, y le devolví la sonrisa. —Gracias—Me ayudé con una galleta y me recosté. —Bueno, yo nací en Carolina del Norte. En aquellos días, la mayoría de nosotros estábamos todavía en el sur. Nací en la década de 1930, justo antes de la Segunda Guerra Mundial y La Gran Depresión. —Sidney, eso fue antes de la Segunda Guerra Mundial—Betty rodó los ojos. —Bueno, la Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939, ¿Cuándo nació usted, Señor Johnson? —Le pregunté. —Nació en 1930—Rió Betty. —Wow, se ve bien para su edad, Señor Johnson— Zane felicitó al anciano hombre. —Es porque mi mujer me ha tratado muy bien todos estos años—Él se rióy Betty lo golpeó con un paño—Él siempre está tratando de enmantecarme. —Así que, como he dicho. Nací en Carolina del Norte. Pero en aquellos días, realmente no teníamos ninguna oportunidad para el trabajo o la escuela. Mis padres tuvieron seis hijos, ya sabes. Tenían un montón de bocas que alimentar y querían que tuviéramos una buena educación. —¿Así que ellos no podían conseguir trabajo en Carolina del Norte?— Interrumpió Zane. —No. No en aquellos días—Le interrumpí—. El Sur todavía estaba muy lleno de JimCrow22. Estoy segura de que sus padres solo habrían conseguido trabajo de aparceros o en alguna granja. —Así es—Sidney me sonrió y asintió con la cabeza —Mi mamá consiguió trabajo limpiando casas para algunos de los blancos ricos de la ciudad, y mi papá

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JimCrow: Este término se convirtió en una forma de nombrar a los afroamericanos y dio su nombre a las leyes de JimCrow que fueron la base de la segregación racial en el sur de los Estados Unidos desde 1876 hasta 1965.

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trabajó en un campo de algodón. Hicieron dinero bien, pero no tenían ninguna escuela para los negros en la ciudad que vivían. —Los blancos no querían que los negros recibieran educación —Interrumpí, pues me di cuenta de la cara perpleja de Zane —En aquellos días, muchas personas no iban a la escuela. Sólo los blancos ricos. Los blancos pobres tenían alguna oportunidad, pero los negros sólo tenían acceso si otro negro decidía enseñarles, o si un maestro bajaba del Norte. —Gracias— Zane me sonrió y me dí cuenta del respeto a mi conocimiento en sus ojos. —Y muchacho, déjame decirte. No había oportunidad para ninguna educación en mi ciudad—Sídney meneó la cabeza —Así que cuando el hombre bajó del norte, diciéndole a mis padres que tenía trabajo para ellos, y que había escuelas para nosotros para ir, bueno ellos se pusieron muy contentos. —Yo ya estaba en el norte—Interrumpió Betty—Así que mi familia no pasó por esto. —Sí, el bisabuelo de Betty se liberó—Asintió Sidney —Él era mayordomo de una rica familia blanca en Nueva York. —Trataron a mi familia muy bien —Asintió Betty— Toda la familia era muy agradable. Nos trataron bien. —¿Él se liberó de ser esclavo? —Zane se inclinó hacia delante con entusiasmo — Apuesto a que es una historia emocionante. —Una de la cual no tiene tiempo para hoy, Zane—Le recordé suavemente y Sídney se rió. —Ustedes dos me recuerdan a mi esposa y a mí. —Oh,‖nosotros‖no‖somos…—Comencé, pero Zane frunció el ceño y sacudió la cabeza ligeramente. —Continúe con su historia, Sidney—Zane habló sobre mí —Todo esto esnuevo para mí, y estoy emocionado de escuchar lo que pasó después.

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—Bueno, mi papá nos empacó a todos y nos trasladó hasta Chicago—Hizo una pausa —No era así como pasaba normalmente. La mayoría de las veces, el hombre subía al norte por si mismo y tenía todo listo y enviaba por su familia después. Pero mi papá no quería estar sin mi mamá. —Eso es tan dulce—Exclame tocada. —Si. Bueno, pudo haber sido dulce, pero no estoy seguro de que fue inteligente—Sacudió la cabeza—.En el momento en que llegamos a Chicago, la Gran Depresión había golpeado. Ellos no estaban dando puesto de trabajo nada más que a los negros. No había suficientes puestos de trabajo para repartir y estábamos en la parte inferior de la pila. No ayudó que ninguno de mis amigos tuvieran un diploma de secundaría tampoco. —Entonces ¿Qué hicieron?—Me incliné hacia delante. —Tenían un poco de dinero ahorrado, por lo que trataron de alquilar un apartamento en Hyde Park. Era una buena parte de Chicago y tenían buenas escuelas. No segregaban todo el tiempo por lo que podíamos ir a ellas —¿Así que parece como que todo había salido bien?—Zane miró a Sidney con curiosidad. —No seria digno de documental si fue así ¿Verdad? —Sidney rió y negó con la cabeza—. Al principio pensé que lo haría, nos dieron un lugar con dos dormitorios y mi mamá encontró un trabajo como limpiadora para una bonita familia. Pero entonces elevaron la renta. Ellos querían que pagáramos el doble de lo que los blancos estaban pagando o teníamos que irnos. —Eso no es justo— Interrumpió Zane de nuevo. —No había ninguna ley de vivienda entonces—Sidney meneó la cabeza — Cuando dijimos que no pagaríamos más que los blancos, fuimos expulsados. Mis padres trataron de encontrar otro apartamento en esa parte de la ciudad, pero nadie le mostró ninguna. Diciendo que no estábamos calificados. Bueno, sabíamos que lo que querían decir era que no éramos blancos. —Sucedió todo en Chicago, Nueva York y Bostón—Asentí. —La segregación residencial era desenfrenada después de La Gran Migración.

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—¿La Gran Migración?—Zane frunció el ceño. —Eso es lo que ellos llaman el período de tiempo en que una enorme masa de negros se trasladaron del Norte hasta el sur. Al principio, a los blancos no les importaba, no tenían el mismo racismo institucionalizado como lo hacían en el Sur. Quiero decir, no era todavía racismo, pero eso hacía cualquier persona nueva realmente: Los irlandeses, los italianos. Eran recibidos con escepticismo. Pero las grandes ciudades, crecieron demasiado rápido, y se perdieron puestos de trabajo, los nuevos inmigrantes eran los que sacaban las hostilidades. —¿Ellos perdieron sus empleos debido a la migración? —No, ¿Sabes algo sobre la Gran depresión? —¿No realmente? —Oh—Fruncí el ceño repentinamente confusa ¿Por qué Zane estaba haciendo un documental sobre un tema que sabía muy poco? —Estas muy bien informada, Lucky— Sonrió, Lucky —Por desgracia, había mucha corrupción en Chicago y mucha política pasando. Ellos crearon un gueto en el lado sur y, básicamente, todos los negros se vieron forzados a vivir allí. —¿Forzados?—Intervino Zane—. ¿Cómo te obligaban? —Te lo explicaré, Zane—Puse mi mano sobre su brazo y lo miré a los ojos. —Dejemos que el Señor Johnson termine su historia. —Mi papa finalmente abandonó su familia. —Sidney nos miró con ojos intensos —Pensó que era un fracaso. Mama todavía estaba lavando ropas. Nunca tuvo un trabajo. Mi hermano fue reclutado por la mafia y se convirtió en un traficante de drogas de poca monta, y yo y mis hermanos, realmente no obtuvimos ninguna educación. —¿Pero usted consiguió un buen trabajo? —Interrumpí—. ¿Cómo sucedió eso?—Dicen que todo el mundo tiene un ángel de la guarda ¿No?—Él sonrió de repente. —Un día estaba caminando por la calle, llegando a nada bueno, y vi a Betty corriendo detrás de una bolsa.

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—Estaba ayudando a mi mamá y ella me había enviado a recoger unos zapatos—Intervino Betty, frotando la espalda de Sidney. —Y se veía tan bonita y dulce, y ella me despreció completamente—Se rió— Ella era demasiado buena para gente como yo, y ella lo sabía. —Yo era de una buena familia. Él no era más que un chico de la calle— Betty sonrió. —No estaba bien que yo me asociara con un chico de la calle. —Me enamoré de ella a primera vista. Sabía que tenía que hacer todo lo que podía para ganar su corazón. Fui a una escuela que uno de mis vecinos había establecido. El era autodidacta y tuve la oportunidad de conseguir un trabajo como repartidor en una tienda local. —Llegó hasta la universidad—Sonrió Betty con orgullo—Él sólo comenzó a recibir una verdadera educación a los catorce, y llegó hasta la universidad. —Sólo porque sabía que no te casarías con un hombre sin educación—Rió Sídney. —¿Te refieres a cita?—Ella sacudió la cabeza, pero sus ojos estaban radiantes. —Quiero decir casarse, mi amor. Yo sabía desde el principio que quería casarme contigo. —Así que, ¿Cambió su vida por amor?—Sentí lágrimas en mis ojos. Ellos se habían desviado totalmente de la conversación de la segregación residencial, pero estaba atrapada en su evidente amor entre si —Que maravillosa historia de amor es esta. —Ahora me dirás que deseas enfocar el documental sobre el amor y no el movimiento—Sídney se echó a reír y lo vi apretar la mano de su esposa. —Me encanta una buena historia de amor—Le sonreí, y evité la mirada de Zane —Especialmente cuando tiene un final feliz.

—Bueno, tenemos cuatro hijos y siete nietos bebés, así que creo que salió bastante bien —Sídney rió y se levantó—. Discúlpenme. Tengo que levantarme y estirar antes de que mis viejos huesos queden atrapados en esa posición.

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—No se preocupe—Me puse de pie también—. ¿Quiere que nos reunamos la semana que viene? Podemos continuar donde lo dejamos. —No tienes que irte—Sidney estiró los brazos y le hice un gesto a Zane. —Creo que tenemos todo lo que necesitamos en estos momentos— Hice una pausa—. ¿Tiene una lista de nombres y números de las otras personas sobre las que nos habló de su barrio? —Sí, Betty lo escribió para ti —Sidney asintió—. Algunos de ellos pueden estar muertos ahora, nos está llegando el tiempo. —Entendemos, y Gracias Señor Johnson—Zane se puso de pie y tomó la mano del Señor Johnson. —No hay problema, hijo. Se amable con esta joven aquí. Ella es buen partido— Él me guiñó un ojo—. Tómalo de alguien que sabe, no dejes que se escape. Me sonrojé furiosamente con sus palabras, y podía sentir que Zane me estaba mirando —Gracias por todo, señor Johnson—. La voz de Zane era suave, pero yo sabía que debía estar sintiéndose molesto. —Y señorita Lucky, ya tengo ganas de volver a verte. Dame un abrazo— Sídney me dio un gran abrazo y me susurró al oído —Tu joven hombre vendrá a tu alrededor. No renuncies a él. —¿Yo que?— Lo miré en estado de shock, y me guiñó un ojo. —Sólo déjenme saber cuando desean venir otra vez. Betty y yo vamos a estar aquí. —Gracias, señor y señora Johnson—Les sonreí mientras salíamos de la casa. Me metí en el coche de Zane en un estado de ánimo mucho más feliz que cuando había salido. —Ellos fueron muy amables —Zane me miró antes de prender la ignición—. Y tú estuviste genial. —Gracias, fueron increíbles —Suspiré—. Lo que una pareja perfecta es. Y hombre, esa historia. Que triste. Pero, sin embargo, tan dulce.

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—Va a ser un buen documental— Asentí y respiré hondo —Quería preguntarte algo. —Adelante —Su voz era tensa. — ¿Por qué estás haciendo un documental sobre el movimiento de los derechos civiles, cuando es obvio que no sabes nada al respecto?—Mire hacia mi regazo. —Supongo que te debo una respuesta ¿No?—Suspiró. Levanté la vista hacia él y me miraba con los ojos emocionados. —Si no te importa. —Mi hermano estudiaba historia también— El medió sonrió —Todavía no se mucho sobre ello. —¿Noah? —Si —Asintió—. Cuando éramos jóvenes, vimos una película llamada Imitación a la vida. Pensé que era terriblemente deprimente, pero a él le encantó. Siempre quiso hacer una película sobre ese período de tiempo. Como una mirada a las relaciones raciales durante la era de los Derechos Civiles, estaba casi obsesionado con ello. —¿Oh? —Creo que éramos tan jóvenes cuando nuestra madre se fue. Y teníamos tantos problemas sin resolver. Bueno, creo que quería desplazar su dolor. Él quería entender la Psique humana. Por qué la gente trataba a las personas como lo hacían. —Siempre me he preguntado eso también. —Si. Puedo ver eso —Suspiró—. A Noah realmente le gustarías. —¿Voy a llegar a conocerlo? —Le pregunté en voz baja. Zane me sonrió con una mirada dolorida. —No

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—Oh, esta bien. —¿Porque? Quería preguntarle, pero quería que el hablara de su hermano cuando estuviera dispuesto a hablar conmigo sobre él. —En realidad, deberíamos salir de su camino —Se rió torpemente. —Si—Estaba decepcionada. Justo cuando estábamos empezando a llegar a alguna parte, él calla de nuevo. —Noah murió el año pasado—La voz de Zane era baja mientras encendía el coche, y me quedé inmóvil con sus palabras—. Encontré todas estas notas para este documental en sus cosas. Quería hacerlo en honor a él. —Lo siento — Quería llegar a él, pero no sabía como iba a responder. —Él era mi hermano pequeño—Apretó el volante—. Era todo lo que tenía. Y ahora se ha ido. Estoy haciendo esto por él. —Esa es una buena manera de honrar a tu hermano. —Mi voz era suave y alargué mi mano y apreté la suya. —Amaba el fútbol. Estaba obsesionado con ello. Cuando tenía dieciocho años, lo llevé volando a Londres y vimos un partido del Chelsea y Tottenham. —¿Quién? —Son dos equipos de fútbol británicos. Le encantó. —Su voz se quebró —Él dijo que era el mejor regalo que yo podría haberle dado alguna vez. Mejor que llevarlo a Ámsterdam y conseguirle algunas hierbas y prostitutas— Él se echó a reír. —Wow, él realmente amaba el fútbol. —Él no era como yo. Amaba todo lo que yo no. Era un buen chico. Su mayor objetivo en la vida era tener una familia. Iba a tener niños y yo iba a ser el tío que los estropearía. —El tío soltero. —Bueno, tú sabes —Suspiró—. ¿Quieres comer algo antes de ir a casa? —Tenemos que conseguir tener listo tu lugar para la fiesta de esta noche.

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—Mierda. Me olvidé de la fiesta. —Puedo hacer algo de comer si tienes hambre. —Ofrecí. —Eso estaría bien. Noah te hubiera amado. —El suena como que era un gran chico. —Siento haberte hecho enojar, Lucky —Hizo una pausa—. No era mi intención hacerte pensar que no amo nuestro tiempo juntos, o que yo no te quiero. Porque eso no es cierto. Es sólo que no quiero terminar lastimándote. No puedo hacerlo por siempre. Y eres el tipo de chica que necesita un para siempre. —No sabes eso —Le susurré. —No se ¿Qué? ¿Que te mereces un para siempre, o que no te lo puedo dar?— Su voz era dolorosa. —Se ambas de esas cosas. Pero soy egoísta y te quiero. No quiero que esto termine todavía.

—Yo tampoco —No quiero que esto termine. Nunca. Contuve un suspiro y me quedé mirando su perfil. Este hombre estaba tratando de llegar a mí, Finalmente de forma lenta pero segura quería aferrarme a él y nunca dejarlo ir. Pero sabía que había una fecha de caducidad a nuestra relación. Que un día, tal vez en un mes, tal vez en un año, tal vez mañana sería el día en que se habría terminado y que nunca sería la misma otra vez. —Así que estas dispuesta a darme otra oportunidad. —Nunca he dejado de darte una oportunidad —Me reí. —No te merezco. —¿Alguna vez has estado enamorado? —Le pregunté rápidamente, ansiosamente esperando su respuesta.

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—No se si debería responder a eso —Su voz se fue apagando—. ¿Puedo alegar la 5º? 23 —Sólo estoy curiosa —Por favor, di que no, di que no. —Me enamore una vez. Y ella rompió mi corazón —Su voz era suave—. Y no, no merecía la pena. —¿Sigues en contacto con ella?—Por favor di que no, por favor di que no. —Es divertido que preguntes eso. La vi hace poco. —Oh —Miré por la ventana. Así que supongo que era verdad. Quizás Braydon había dicho la verdad. Quizás Angelique era su ex y ella había roto su corazón — Así que ¿Supongo que Noah conocía a Angelique? —No quiero hablar de ello —Su voz era tensa—, lo siento,Lucky pero nopuedo hablar de eso ahora. Por favor, no lo tomes como algo personal. —Está bien—Mi voz se quebró. No se como no tomarlo personal—. ¿Hay alguien más con quien preferirías estar?—No podía detenerme. —No quiero ser una chica de conveniencia. —Lucky, puedo decir honestamente que en este momento no hay nadie con quien preferiría estar en mi cama. —Esta bien—Me mordí el labio y traté de no dejarle ver cuán herida estaba por sus palabras. No quería que me quisiera sólo en su cama; quería que me valorara en su vida.

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Plead de 5 th: La negativa a responder a una pregunta porque la respuesta podría contener pruebas de auto incriminación.

Capítulo 13 Traducido por 3lik@ Corregido por sttefanye

—Z

ane querido, luces muy guapo esta noche. —Una hermosa pelirroja le dio un beso en los labios cuando entró a la casa—. Y tu casa, sólo mírala. Es maravillosa.

—Gina, es bueno verte. Te ves tan sexy como siempre. —Bueno, lo intento, querido. —Ella dio vueltas y se rió—. Y ahora, una copa de champagne. ¿Dónde está el champagne? —Sígueme. —Se rió y observé mientras él la tomaba del brazo y la llevaba a la cocina. Sentí mis celos que estallaban de nuevo, y suspiré mientras me apoyaba contra la repisa de la chimenea. Miré alrededor de la habitación y sonreí lo acogedora que parecía, rodeada de los amigos de Zane. Todos ellos estaban riendo y bebiendo, y todos lucían atractivos y ricos. A decir verdad me sentía abrumada, era una ironía, reconocía a la mitad de la televisión y el cine, y todos lucían más bellas y guapos de lo que los recordaba de la pantalla. —Oh, Zane —gritó Gina y salió corriendo a la habitación—. Eres un niño travieso. —Exclamó a todos en la sala. Vi algunas de las chicas rodando los ojos y sonreí. Parecía que Gina estaba poniendo nerviosos a todos.

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—¿Así que tú eres Lucía? —Gina se me acercó y me miró de arriba abajo. Sus ojos verdes me miraban con desprecio, ya que inspeccionó mi falda caqui y top negro. Supongo que se dio cuenta de que el costo de mi atuendo valía menos que su manicura. —Lucky. —Sonreí. —¿Lucía Lucky? —se burló—. Ese es un nombre raro. —No, mi nombre es Lucky. —Mantuve la sonrisa estampada en mi rostro. —Oh, ¿es irlandés? —¿Es a lo irlandés? —le pregunté confundida. —¿Tu nombre? Pensé que Lucía era italiano, pero si dices que es irlandés, supongo que tendré que creerte. —Mi nombre es Lucky, no Lucía. —Suspiré y traté de no rodar los ojos. —Eres una niña fastidiosa, ¿no Lucía? —Gina tomó un sorbo de champagne y se burló de mí—. Aunque supongo que tienes un buen cuerpo, debajo de esa espantosa ropa. —¿Perdón?--Me incliné hacia delante, no estaba segura de haberla escuchado bien. —Ahí estás, Lucky. —Zane se me acercó y me dio un trago—. He estado buscándote. —Sólo estaba conociendo a tu amiga, Zane, ella es tan pintoresca. —Gina sonrió y se acuñó a su brazo. —Lucky está trabajando conmigo en el documental. —Me sonrió cálidamente, y sentí un cálido hormigueo en mi estómago mientras me miraba. Él llevaba una camisa blanca con finas rayas azules y un par de jeans negros y lo único en que pensaba mientras lo miraba era a mí arrancándole la ropa. —Oh, ¿eres una secretaria? —Gina me sonrió, y quería darle una bofetada. —En realidad soy una Mayor en Historia.

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—Oh, ¿todavía estás en la escuela? —Se echó a reír—. Qué lindo, Zane cariño, fuiste a buscar una interna. —Sé amable, Gina. —Zane negó con la cabeza y se echó a reír, y me sentía enfadada con él por no ponerla en su lugar. —Oh, Zane. Siempre soy amable. —Tiró de él hacia ella de nuevo y le dio un beso en los labios—. ¿Te acuerdas, ¿verdad? Me quedé mirándolos horrorizada, y Zane me miró y rodó los ojos. Se liberó de ella, y me susurró al oído: —¿Te estás divirtiendo? —Lo estaré más tarde —le susurré y le guiñé un ojo. Sonrió y sentí su mano en mi trasero de nuevo. —No me hagas promesas que no puedes cumplir, Srta. Morgan. —Oh, las cumpliré. —Le sonreí, de pronto feliz de nuevo. Estaba a punto de decirle exactamente lo que iba a hacerle, pero el timbre de la puerta sonó. —Oh, deben ser Angelique y Braydon —gritó Gina emocionada—. Espero que no te importe, pero sabía que no lo harías. Acaban de llegar a la ciudad hoy. —Se rió y Zane frunció el ceño. —¿Por qué invitaste a Braydon y Angelique, Gina? —Lo sé, lo sé. —Rodó los ojos—. Pero tienes que superarlo algún día, Zane. Angelique estaba enamorada. Ella no estaba enamorada. Es una mujer privilegiada. No puedes aferrarte a ella para siempre. —Sabes que estoy hablando de Braydon. —Oh, Zane. Superarlo. —Suspiró—. Braydon es uno de nosotros. —No, no lo es. —Zane se acercó a la puerta, y lo seguí con el corazón en la boca. —Zane, cariño. —Angelique pasó a través de la puerta, y le dio un abrazo—. Luce tan bien como la recuerdo. —Sonrió mientras miraba alrededor de la casa.

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—Gracias. —Zane sonrió y se frotó la cabeza—. Es bueno verte. —¿Y a mí, espero? —Braydon tropezó a través de la puerta, un poco borracho y miró alrededor de la habitación—. Lucky, ahí estás. —Sonrió cuando me vio—. Lucky, te he estado llamando. —Hola Braydon. —Le sonreí débilmente, consciente de que Zane estaba mirándome. —¿Recibiste mi mensaje? —Me abrazó con fuerza—. Te eché de menos. —Lo recibí. —Asentí—. Lo siento, estaba ocupada. —Bueno, espero que Hollywood no te haya tentado demasiado. —Me besó en la mejilla, y vi a Zane por el rabillo del ojo acercándose a nosotros. —¿Cómo te atreves a aparecer por aquí, Braydon? —la voz de Zane sonaba enojada. —Gina nos dijo a Angelique y mi que estaba bien. —Sonrió y se puso a mi lado—. Además, quería ver a Lucky. Le prometí una cita cuando llegara a la ciudad. —Eso es asunto de Lucky, y pueden quedar para una cita lejos de mi casa. — Zane evitó mirarme a los ojos y se dio la vuelta—. ¿Te gustaría algo de beber, Angelique? —En realidad, te importa si subo a recostarme —susurró—. Mi cabeza me está matando. —Por supuesto. —Zane parecía preocupado—. ¿Necesitas algo? —No amor. —Le sonrió y le frotó el brazo—. Conozco el camino. Voy a la planta superior. Ven a buscarme en una hora si no bajo. —Está bien, descansa. —Vi a Zane darle un rápido abrazo y un beso en la mejilla, y un cuchillo se torció en mi corazón. La mirada que Zane le dio era lo más parecido al amor que vi en su rostro.

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—Gracias, mi amor. —Angelique sonrió y subió las escaleras. Era obvio que había estado allí antes. Sentí una profunda decepción. No era la primera chica que había estado aquí. No fui su primer huésped. —Así que Lucky, ¿qué vas a hacer mañana? —susurró Braydon en mi oído, y su aliento me hizo cosquillas. —Lucky, ¿crees que puedes venir y ayudarme en la cocina, por favor? —Zane me agarró del brazo y me llevó con él—. Si quieres salir con Braydon, no voy a detenerte, pero no lo hagas delante de mi rostro —susurró. —¿De qué estás hablando? —Fruncí el ceño y tiré del brazo. —Sé que mentiste temprano acerca de los mensajes de Leeza. —Me empujó contra el mostrador de la cocina—. Si estás interesado en Braydon, no hay necesidad de mentir. —Yo‖nunca… —Nosotros no somos excluyentes. Puedes hacer lo que quieras. —Acercó su rostro al mío—. Si quieres salir con un tipo que trajo a otra chica a la fiesta. —Yo… —Él no se merece a Angelique. —Se rió con amargura—. Ella es demasiado hermosa para él. —Bueno, tal vez. —No sé cómo ella puede salir con él. —Negó con la cabeza—. Juro que las mujeres a veces son muy tontas. —Porque no vas y hablas con Angelique si tanto te molesta. —No voy a molestar a Angelique. —Sacudió la cabeza, y su voz se suavizó—. Ella no se siente bien. —Bueno, si no se siente bien. —¿Y qué hay de cómo me estoy sintiendo en este momento? ¿Qué pasó con lo de cuidarme? Quería gritarle a Zane. Quería que se preocupara por mí tanto como lo haría por él. Quería que nuestra relación fuera algo más que sexo. Me mordí el labio cuando sentí sus manos en mí otra vez.

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—Quiero tirar de tu falda y follarte aquí mismo —gruñó en mi oído y me atrajo hacia él—. Te ves tan sexi. —Deslizó sus manos por mis piernas y tiró de mi falda. —Zane, no. —Rápidamente me aparté de él—. Hay personas doblando la esquina. —No se escandalizaran si te escuchan gritar mi nombre. —Sus dedos se deslizaron dentro de mis piernas y arriba de mi entrepierna—. De hecho, ¿por qué no lo vemos? —Zane —susurré cuando sus dedos encontraron mi punto dulce. —¿Estás usando una tanga para mí, Lucky? —Sonrió. —No. —Negué con la cabeza, sonrojándome. —Siénteme. —Llevó mi mano contra él, y apreté mi palma contra su dureza—. Nos tomaría solo unos minutos. —Eso no es una buena idea. —Me reí y me empujó contra el mostrador. —¿Qué no lo es? —Se inclinó para besarme, y sentí su mano que subía por debajo de mi camisa y acariciaba mi pecho. —Zane. —Puse mis brazos alrededor de él y cerré los ojos. ¿Por qué no podemos tener siempre momentos como éste? ¿Por qué la vida real siempre tiene que interponerse y hacer las cosas más complicadas? —Lucky, ¿estás aquí? —Empujé a Zane lejos de mí cuando Braydon entró en la cocina. Mi cara estaba enrojecida, y lo miré con un sentimiento de culpa. Realmente necesitaba tener una conversación honesta con Braydon. —Hola. —Le sonreí y tomé una copa—. Estaba buscando un trago. —Oh, pensé que Zane estaba advirtiéndote que te alejaras de mí. — Braydonrió, y Zane lo fulminó—. Porque soy un gran lobo feroz y demás. —Braydon, te veré en el jardín en un minuto, ¿de acuerdo? —Lo empujé hacia las puertas francesas—. Vuelve al patio trasero. Saldré en un momento. —Te estaré esperando, labios de azúcar. —Braydonrió y se fue.

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—Oye. —Me di la vuelta y miré a Zane—. No puedo esperar lo de esta noche. —Me acerqué a su lado y se alejó. —No quiero que hables con Braydon nunca más, Lucky. —Frunció el ceño, sus ojos mirando a la nada. —No puedes prohibírmelo. —No saldrás y hablarás con él. —Su mirada era severa—. No voy a decírtelo de nuevo. —¿Por qué no? —Él es un problema. —¿Por qué es él un problema? —Negué con la cabeza, aturdida. —Sólo escúchame. —Su voz era aguda—. No tengo que dar explicaciones. —Porque siempre se basa en tus términos, ¿cierto? —Alcé la voz—. No puedo seguir con este juego, Zane. No puedes escoger decirme sólo lo que quieres. No es justo. —Te conté sobre mi hermano hoy, Lucky. —Su voz era dolorosa—. Ese fue un gran paso para mí. —Y me alegro de que me hayas dicho, pero no tiene que ser un secreto, Zane. Te hablé de mis padres. Sabías que lo entendería. Sé lo mucho que duele. — Suspiré. —No lo entiendes. —Me miró con enojo—. Lo de nosotros no es lo mismo, Lucky. —No estoy diciendo que es lo mismo. Sólo digo que sé lo que se siente perder a un ser querido. —No sé lo que quieres de mí, Lucky. —La mirada de Zane era sombría—. No te conozco lo suficiente como para compartir contigo mis más profundos y oscuros secretos. Lo siento. Eso no es lo que soy. —No esperaba que lo fueras. —Me mordí el labio y suspiré—. Mira, tienes invitados por ahí, no tenemos que hablar de esto ahora.

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—Lucky, estoy esperando —me llamó Braydon desde la puerta y caminé hacia él, apartando la mirada de Zane cuando salí—. Espero no meterte en problemas. — Braydon frunció el ceño cuando me reuní con él—. Zane me odia. —¿Por qué viniste si sabes que no le agradas? —Quería verte. —Sonrió con picardía—. Te extrañé y estaba preocupado por ti. —¿Por qué estabas preocupado?-—Zane está algo loco. —Sacudió la cabeza—. Me sentiría horrible si algo te hubiera pasado. —Nada va a pasarme. —Suspiré. De repente estaba terriblemente cansada. Había sido otro día largo y estaba agotada emocionalmente. —Zane tiene problemas de ira. —Braydon me miró seriamente—. Mira, tal vez no debería decirte esto, pero Zane quiere vengarse de mí. —¿Qué? —Sé que es una locura, pero él está realmente loco. Sabes que sale con cada chica de la que he estado interesado. —¿Eh? —Zane ha salido con todas mis ex. —Sacó su teléfono—. Esa es una de las razones por las que he estado tratando de localizarte. Me preocupo por ti. No quiero que te use. —¿De qué estás hablando, Braydon? —Mira. —Abrió la galería de fotos en su teléfono y comenzó a mostrarme las fotos—. ¿Ves a todas esas chicas? Estas son todas las chicas con las que he salido una sola vez. —¿Y? —Estaba tan enfadada que ni siquiera miré las fotos. —Echa un vistazo. —Puso el teléfono en mi rostro y baje la mirada.

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—Bueno, ¿y? —Estaba a punto de decirle que se alejara cuando vi la siguiente foto en la pantalla—. Espera, déjame ver esa. —Fruncí el ceño y agarré el teléfono. Pasé rápidamente por todas las fotos, y sentí que mi corazón se paralizaba. Reconocía al menos 10 de las mujeres en la cámara como las cita de los viernes de Zane—. ¿De dónde conoces a estas chicas? —Son todas las chicas con las que he salido. —Braydon se inclinó hacia mí—. No quiero darte celos, Lucky. No estoy interesado en ellas ahora. Con todas pasé un buen rato, quiero un compromiso real ahora, con alguien como tú. —¿Saliste con todas esas chicas? —Bueno, ya sabes. —Sonrió—. Dormí, pasé un par de semanas, ese tipo de cosas. —Y luego frunció el ceño—. Pero Zane siempre las alejó de mí. —¿Te quitó tus novias? —Fruncí el ceño—. ¿Por qué iba a hacer eso? —Está loco. —Negó con la cabeza—. Y ahora está detrás de ti. Pero tú eres especial para mí, Lucky. No puedo dejar que se aproveche de ti. —Conozco algunas de esas chicas. —Sacudí la cabeza con incredulidad—. Lo he visto con algunas de ellas en el comedor. —Lo siento, Lucky. No era mi intención hacer de tu vida una película de Hollywood. —Me tengo que ir, Braydon. —Me puse de pie—. Gracias por decírmelo todo. —¿Puedo llevarte a almorzar mañana? —No lo sé. —Miré su rostro serio y sentí que algo encajó. Braydon no era el tipo de hombre con el que siempre quise salir—. Tal vez, llámame mañana, y te lo haré saber. —Genial. —Me atrajo hacia él y me dio un gran abrazo. Olía a sol, arena y cerveza. Pero era cálido y suave, y me sentía reconfortada por su abrazo. —Hablaré contigo mañana. —Le di un beso en la mejilla y caminé rápidamente por la sala. Tenía que ir a la cama. Sólo quería estar sola. No me importaba si estaba siendo grosera por dejar la fiesta temprano. No eran mis invitados y ninguno de ellos había sido particularmente amable conmigo. Por lo que, no les

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debo nada. Son invitados de Zane y no me importaba si pensaban que era una mal co-anfitriona. Caminé rápidamente por la habitación e ignoré los gritos de Gina. —Lucía, Lucía. Tuvo suerte de que no me diera la vuelta y le dijera que se callara. Subí corriendo las escaleras y estaba a punto de entrar en mi habitación cuando vi que la puerta de Zane estaba entreabierta. No estaba segura de sí se trataba de una descarga o curiosidad lo que me hizo caminar hasta la puerta, pero empujé la puerta sin hacer ruido y me asomé dentro. Vi a Zane sentado en la cama y le acaricia la mejilla a Angelique. La bella rubia estaba acostada en la cama y decía algo. Me incliné para tener una mejor vista y vi las lágrimas que corrían por su rostro. Mi respiración se detuvo y me esforcé por oír lo que decían. —No te culpo, Angelique. —La voz de Zane era tierna. Se inclinó hacia ella, pero no pude ver lo que estaba haciendo—. Mi corazón está roto también. — Suspiró mientras se retiraba—. No sé si volveré a ser el mismo‛. —Lo siento —susurró Angelique y quería irrumpir en la habitación y despedazarla. Tuviste tu oportunidad perra, quería gritarle. Déjalo en paz. No voy a romperle el corazón. Se me cortó la respiración y un sollozo se me escapó. Di un paso atrás rápidamente y me dirigí a mi habitación. Cerré la puerta con llave, y luego fui al baño. Corrí al baño, me quité la ropa, y apagué las luces antes de entrar. Las lágrimas comenzaron a fluir por mi rostro tan pronto me metí en la bañera. Sumergí mi rostro en el agua y sollozaba mientras estaba allí. Lloré con abandono y confusión. ¿Por qué Zane ha salido con todas las ex de Braydon? ¿Había estado durmiendo conmigo sólo porque Braydon había mostrado interés en mí? No tenía sentido después de todo. Él ha venido al comedor durante meses y siempre ha sido más que cordial y amistoso conmigo, como su camarera. Nunca mostró ningún interés adicional o me invitó a salir. No mostró ningún interés hasta que fui a la fiesta y me vio con Braydon. Inmediatamente después de eso, me llevó a su casa, se encargó de mi auto, me consiguió un trabajo, y me sedujo. Cambió mi vida y todo fue tan rápido. ¿Cómo me metí en esta situación? Esta era la razón por la que mi

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plan del último novio estaba en primer lugar. Para salvarme del dolor innecesario. Lo creé para protegerme. Pero lo eliminé en un instante, sólo para estar con él. Lo sabía, una vez más, dejé que mis emociones prevalecieran sobre mi cerebro. Sabía que Zane Beaumont era un problema. Sabía que un tipo como él sólo me rompería el corazón. Y ahora, aquí estaba, con el corazón roto. Lo arruiné todo. Me lavé la piel mientras yacía en la bañera. No puedo creer que abandoné mis clases. ¿En qué estaba pensando? Cerré los ojos y respiré profundo. Todo va a estar bien. Has hecho peores cosas. Me repetí una y otra. Debería estar feliz por Zane. Ahora él tenía a su verdadero amor. Me parece que él y Angelique están hechos el uno para el otro. Nunca lo vi tierno y cariñoso con nadie. Bostecé y cerré los ojos mientras me recosté en la bañera. Me sentía tan cansada. Me pareció oír unos golpes en la puerta, pero estaba demasiado cansada como para levantarme y comprobar. Todo lo que podía pensar era en Zane con una cita diferente cada semana. Y todas esas chicas eran las ex de Braydon. Me he burlado de ellas cuando las miraba. Pensaba que todas eran muy tontas. Me había sentido superior a ellas, sabiendo que él entraba con una chica diferente cada semana, pero la broma se me revertió. Como pensé que podría cambiarlo. Era yo la que estaba sentada aquí con el corazón roto. Y una más en su cama. Otra chica que le había quitado a Braydon. Suspiré y me di la vuelta y me di cuenta que todavía estaba en la bañera cuando me tragué un poco de agua. Me senté rápidamente, derramando agua, y salté de la bañera. Me envolví en una toalla y me fui a la habitación, demasiado cansada como para ponerme algún pijama. Me metí en la cama y me hundí en las sábanas. Me sentía sola y sin Zane allí para acurrucarme. Lo extrañaba. Me puse a llorar de nuevo. ¿Cómo iba a extrañarlo de mala manera? Lo odiaba. Quería gritar y gritarle. ¿Cómo pudo hacerme esto? Como no podía dormir, me di cuenta de que podría detener el pensamiento de Zane de que ha ganado. Si regreso con Braydon y salgo con él, entonces sería demostrarle a Zane que no me ha robado de él. No habría ganado. Eso es lo que tengo que hacer, me dije a mí misma y entonces caí en un sueño profundo. Tengo que salir con Braydon.

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Capítulo 14 Traducido por pili Corregido por Karlix

―L

ucky,‖ abre.‖ ―Una‖ voz‖ estaba‖ gritando a través de la puerta y gruñí por debajo de las sábanas. ―Deja‖de‖golpear‖―grité‖de‖vuelta,‖sin‖abrir‖los‖ojos.

―Abre‖la‖puerta.‖―La‖voz‖de‖Zane‖era‖furiosa‖y‖sonaba‖como‖que‖iba‖a‖echar‖ la puerta abajo. ―Est{‖bien,‖est{‖bien.‖Espera‖―gemí‖cuando‖salí‖de la cama. Mi cabeza estaba dolorida‖ y‖ todavía‖ estaba‖ envuelta‖ en‖ mi‖ toalla.‖ ―Buenos‖ días‖ a‖ ti‖ también‖ ―saludé‖a‖Zane‖y‖él‖se‖apresuró‖a‖entrar‖en‖la‖habitación. ―¿Dónde‖ est{‖ él,‖ entonces?‖ ―Corrió‖ a‖ la‖ cama,‖ abrió‖ los‖ armarios‖ y‖ ‖ luego‖ corrió‖al‖baño.‖―¿Dónde está él? ―¿De‖quién‖hablas?‖―moví‖la‖cabeza‖desconcertada. ―Braydon.‖ Ambos‖ abandonaron‖ la‖ fiesta‖ al‖ mismo‖ tiempo‖ y‖ tú‖ cerraste‖ con‖ llave la puerta.

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―Me‖ di‖ un‖ baño‖ y‖ me‖ acosté.‖ ―Froté‖ mis‖ ojos‖ y‖ tome‖ en‖ cuenta‖ el‖ aspecto‖ desaliñado‖de‖Zane.‖―¿Dormiste con tu ropa anoche? ―¿Dormiste‖en‖una‖toalla‖anoche?‖―me‖agarró‖los‖hombros‖y‖bajo‖la‖mirada‖ hacia mi cara. Sus ojos parecían salvajes y locos, y por un segundo estuve preocupada‖ de‖ que‖ él‖ estuviese‖ perdido.‖ ―¿Por‖ qué‖ tienes‖ los‖ ojos‖ rojos?‖ ―Él‖ frunció el ceño. ―No‖lo‖sé‖―miré‖hacia‖abajo. ―Espere‖ un‖ segundo‖ ―corrió‖ hacia‖ el‖ baño.‖ ―La‖ bañera‖ todavía‖ est{‖ llena.‖ ¿No caerías dormida en la bañera, verdad? ―Es‖una‖posibilidad‖―confesé‖con‖vergüenza―.‖Pero‖yo… ―Lucky,‖¿sabes‖lo‖peligroso‖que‖es?‖―su‖voz‖se‖elevó―.¿Por‖qué‖pareces‖no‖ tener ninguna preocupación por tu vida? ―Desperté‖y‖me‖fui‖a‖la‖cama. ―Después‖ de‖ quedarte‖ dormida‖ en‖ la‖ bañera.‖ Una‖ bañera‖ llena‖ de‖ agua.‖ ¿Sabes cuántas personas han muerto en la bañera? ―Esto‖ no‖ es‖ una‖ película‖ de‖ terror,‖ Zane‖ ―Bromeé, pero él no me dio una sonrisa. ―Puede‖ que‖ no‖ te‖ importe‖ tu‖ bienestar,‖ pero‖ a‖ mí‖ sí.‖ ―Se‖ dio‖ la‖ vuelta‖ apart{ndose‖de‖mí.‖―Me‖iré‖durante‖un‖rato. ―Entiendo. ―Tengo‖ que‖ llevar‖ a‖ Angelique‖ a‖ casa,‖ ya‖ que‖ Braydon‖ sencillamente‖ la‖ abandonó aquí. ―¿Paso‖la‖noche?‖―‖Mi‖voz‖se‖quebró. ―Sí,‖por‖supuesto‖―suspiró―.‖Durmió‖en‖mi‖cama. ―Ya‖veo.‖―Tenía‖ganas‖de‖llorar,‖pero‖yo‖no‖iba‖a‖permitirme‖venirme‖abajo‖ delante‖de‖él.‖―¿Imagino‖que‖vuelven‖a‖estar‖juntos‖ahora? ―¿De‖qué‖hablas?‖―La‖voz‖de‖Zane‖era‖fuerte‖y enojada.

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―¿Zane‖ querido,‖ est{s‖ listo?‖ ―Angelique‖ metió‖ su‖ cabeza‖ por‖ la‖ puerta.‖ ―Tome‖prestada‖tu‖camiseta,‖espero‖no‖te‖importe. ―Se‖ve‖mejor‖en‖ti‖que‖en‖mí,‖por‖supuesto‖que‖no‖me‖importa.‖―Sonrió‖hacia‖ ella‖con‖cariño.‖―Vete‖bajando‖las‖escaleras,‖me‖reuniré contigo en pocos minutos. ―Est{‖bien.‖―Ella‖salió‖de‖la‖habitación‖con‖su‖cabello‖rubio‖balance{ndose‖y‖ me quede allí de pie en la desesperación. Esto realmente se había convertido en una pesadilla. ―¿Te‖vas?‖―No‖‖iba‖a‖darle‖la‖satisfacción‖de‖oír el dolor en mi voz. Eso me lo reservaba para mi sola. ―Pensé‖que‖nosotros‖habíamos‖hecho‖progresos‖anoche,‖Lucky.‖No‖entiendo‖ lo que está pasando. ―¿Est{s‖bromeando?,‖tú‖eres‖el‖único‖que‖paso‖la‖noche‖con‖Angelique‖―siseé‖ furiosa. ―Angelique‖durmió‖en‖mi cama,‖y‖yo‖dormí‖en‖el‖cuarto‖libre.‖―Zane‖frunció‖ el‖ceño.‖―¿Cómo‖es‖posible‖que‖pensaras‖que‖pase‖la‖noche‖con‖ella? ―No‖ sé.‖ ―No‖ quería‖ decirle‖ que‖ había‖ estado‖ fisgoneando‖ alrededor‖ de‖ la‖ puerta la noche anterior. ―Lucky.‖Tú‖me‖gustas‖―suspiró―.¿Qué‖más tengo que hacer para demostrar eso? ―Tengo‖una‖pregunta‖para‖ti.‖―di‖un‖gran‖trago‖y‖lo‖encare.‖―¿Tú‖espiaste‖ mi‖cita‖con‖Braydon?‖―Lo‖mire‖mientras‖la‖expresión‖de‖enojo‖abandono‖su‖cara‖y‖ la palidez la sustituyo. Y fue entonces cuando lo supe. No había otra explicación. No‖fue‖sólo‖una‖gran‖coincidencia.‖―Es‖cierto,‖¿no?‖¿Saliste‖con‖la‖ex‖de‖Braydon?‖ Te‖pedí‖que‖confiaras‖en‖mí.‖―Apartó‖la‖mirada‖y‖camino‖hasta‖la‖puerta. ―Solo‖dime‖la‖verdad,‖¿Espiaste‖mi‖cita‖con‖Braydon? Se detuvo en la puerta y se dio la vuelta y me miró con una expresión sombría. Su‖mirada‖era‖blanca‖y‖parecía‖tan‖frío‖como‖una‖estatua‖del‖hielo.‖―Sí. La palabra era directa y firme, y tan rápido como llegó. Él se encontraba ya fuera de la puerta y bajando por las escaleras. No tenía explicación y ningunas

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palabras consoladoras para darme. Es como si incluso no le importaba cómo me afectarían sus palabras. Pero, por supuesto que no le importaría. Zane Beaumont era incapaz de amar. Él ya me había dicho que no quería una relación. Yo era la tonta que había pensado que podría cambiar eso. Podría hacerle ver como de grande era el amor. Cuando en realidad, era sólo una tonta, nada más y nada más. *** La mayoría de las mujeres habrían saltado en un avión y regresado a casa si hubiesen pasado por lo que yo había pasado. Pero yo decidí quedarme. Decidí quedarme por dos razones. Una de ellas era que no tenía dinero para irme a cualquier lugar. La otra era que me gustaba mucho el Sr. Johnson, y realmente quería hacer este documental y realizar esta investigación. Sidney Johnson fue parte de la historia. Él había tenido que seguir adelante por lo que leí acerca de él en mis libros de historia. No había ningún modo por el que fuera a dejar esta oportunidad. No por un tipo frío-sin corazón como Zane. Sabía que sería difícil, sólo pensando en él daño, pero sabía que no sería tan malo si no estuviera con él. Saqué mi bloc de notas y bajamos al comedor de Zane. Me senté a la mesa e hice notas de nuestra reunión de ayer. Había algo acerca de la historia de amor de Johnson que me inspiraba. Creo que fue porque el amor cambió su destino. El amor de Betty hizo a Sidney querer ser una mejor persona. Cuando todos los demás en su familia se habían rendido, cuando todas las probabilidades estaban abajo, perseveró y lo logró. Lo que le había sucedido a su familia había sido verdaderamente horrible. La segregación interna había sido algo malo, seguía siéndolo, pero todavía había hecho algo de sí mismo. El poder del amor era verdaderamente genial. Mientras garateaba mis notas en el cuaderno me di cuenta que quería que este documental se centrase en los aspectos positivos que había salido de JimCrow y nuestro terrible pasado. Quería que el documental honrase a aquellos quienes golpearon al sistema y derrocaron las probabilidades. Yo quería que fuera edificante. Yo no estaba segura de cómo Zane se sentiría acerca del cambio y me daba miedo. Sabía que quería hacerlo para honrar a su hermano y su trabajo, pero no estaba segura de sí estaría dispuesto a virar ligeramente fuera de pista. Estaba apasionada por los cambios que quería hacer, pero no estaba segura de si quería tener esa conversación con él. Debo haber pasado unas cuantas horas escribiendo, porque no me di cuenta de que Zane había salido hasta que mi estómago comenzó a quejarse. De repente, me

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sentí encerrada y sola en la casa. No quería estar aquí sola. No quería ir pasar por su nevera y hacerme algo de comer. Se sentía demasiado íntimo en su casa sin él aquí. Cerré los ojos y trate de olvidar todo lo que había aprendido en las últimas 24 horas. No quería concentrarme en el dolor sordo en mi corazón que hacía que fuera más difícil para mí respirar y concentrarme. Cogí mi teléfono rápidamente y marque el número de Braydon antes de que pudiera cambiar de opinión. ―Hola,‖sweet‖pea. ―Hola.‖―Mi‖voz‖era‖baja‖e‖insegura.‖No‖sabía‖qué‖decir. ―¿Est{‖ todo‖ bien?‖ ―Su‖ voz‖ sonaba‖ preocupada.‖ ―Lamento‖ haberme‖ marchado anoche, estaba fuera de mí. ―Est{‖ bien‖ ―suspiré―.‖ Angelique‖ estaba‖ fuera‖ de‖ si‖ también.‖ Ella‖ se‖ quedó‖ anoche.‖―¿Por‖qué‖no‖la‖llevaste‖a‖casa?,‖quería‖gritar. ―Si‖ella‖juega‖duro,‖se‖cae‖ con‖fuerza.‖―Su‖voz‖era‖ligera―. ¿Quieres que te recoja para ir a comer algo? ―Me‖lees‖el‖pensamiento‖―me‖reí,‖cuando‖mi‖estómago‖gruño‖otra‖vez. ―¿Necesitas‖transporte‖o‖nos‖reunimos‖allí?‖―Él‖estaba‖dudoso.‖―No‖quiero‖ que Zane venga detrás de mí con una escopeta. ―Puedes‖pasar‖a‖recogerme.‖Estaré‖lista‖en‖media‖hora. ―Nos‖ vemos‖ luego.‖ ―Braydon‖ colgó‖ el‖ teléfono,‖ y‖ me‖ quedé‖ mirando,‖ preguntándome si había tomado la decisión correcta. Había algo sobre Braydonque no podía entender completamente. Él siempre era muy simpático, y siempre parecía estar realmente contento de verme, pero había algo en lo que estaba un poco perdida acerca de él. No podía quitar mi dedo de ello. Normalmente, le habría evitado, pero después de que Zane me había prohibido hablar con él y de todas las cosas de sus citas con sus ex, había decidido seguir viéndolo. Era como estar atrapada en una especie de tornado y no podía salir. ***

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―Espero‖ que‖ te‖ gusten‖ los tacos.‖ ―Braydon‖ sonrió‖ mientras‖ conducíamos‖ hasta‖una‖taquería.‖―No‖son‖caros,‖pero‖est{n‖buenos. ―Me‖encantan‖los‖tacos.‖―Sonreí,‖sorprendida‖de‖lo‖a‖gusto‖que‖me‖sentí‖con‖ él. ―¿Podemos‖ probar‖ uno‖ de‖ cada‖ uno?‖ ―preguntó,‖ lamiendo‖ sus‖ labios.‖ El‖ cabello le había empezado a crecer de nuevo y parecía sorprendentemente sexy. ―No‖sé‖si‖pueda‖comer‖muchos‖tacos.‖―moví‖mi‖cabeza. ―Yo‖ acabare‖ con‖ todos‖ los‖ que‖ no‖ puedas‖ comer.‖ ―Agarró‖ mi‖ mano‖ y‖ me‖ llevó‖a‖una‖mesa.‖―Siéntate‖aquí,‖iré‖a‖pedir. ―Est{‖ bien.‖ ―Me‖ senté‖ y‖ miré‖ a‖ mi‖ alrededor.‖ No‖ hay‖ nada‖ m{s‖ impresionante acerca de este agujero en la pared en un restaurante de comida mexicana y por eso era que me encantaba. Braydon me habría podido llevar a cualquier lugar para tratar de impresionarme. Había estado esperando un lugar lujoso en Beverly Hills o Hollywood, pero él me había llevado a una frenética ciudad de Corea y estábamos sentados en una mesa de madera antigua. Me di cuenta que no sabía nada realmente de Braydon. Resultó ser un tipo que nunca habría asociado con una gran estrella de Hollywood. ―Bien,‖aquí‖vamos.‖Tenemos‖tacos‖de,‖lengua,‖carne‖asada,‖camarón,‖pescado‖ y‖pollo.‖―Él‖transporto‖los‖platos‖hasta‖la‖mesa‖en‖un‖delicado‖acto‖de‖equilibrio. ―Esto‖es‖mucha‖comida,‖pero‖todos‖ellos‖parecen‖deliciosos.‖―Agarré‖un‖taco‖ de camarón y di un mordisco. ―Oh,‖ esto‖ es‖ increíble.‖ ―Me‖ reí‖ cuando‖ la‖ salsa‖ resbalo‖ hacia‖ mi‖ barbilla.‖ ―Oh.‖―Agarré‖un‖pañuelo‖y‖me‖lo‖limpie,‖Braydon‖se‖rio. ―Me‖alegro‖que‖te‖gusten.‖Este‖es‖mi‖lugar‖favorito‖en‖Luisiana. ―¿En‖serio?‖―Me‖sorprendió‖aún‖m{s. ―Sí,‖Noah‖y‖yo‖solíamos‖venir‖aquí‖todos‖los‖días.‖―Se‖rio.‖―Buenos‖tiempos,‖ hombre. ―Entonces‖ ¿qué‖ pasó‖ con‖ Noah?‖ ―pregunté,‖ manteniendo‖ deliberadamente‖ mi‖voz‖ligera.‖―Sé‖que‖falleció,‖¿pero‖qué‖sucedió?

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Braydon se paralizo mientras comía y sus ojos marrones se volvieron oscuros. ―¿Zane‖te‖conto‖que‖murió? Asentí en silencio. ―Wow,‖estoy‖sorprendido.‖Él‖nunca‖habla‖de‖Noah.‖―Limpió‖su‖boca‖y‖tomó‖ un‖sorbo‖de‖su‖Horchata.‖―Noah‖fue‖uno‖de‖mis‖mejores‖amigos‖ya‖lo sabes. Zane siempre odio eso. Creo que es ahí donde los celos comenzaron. Debido a que los dos eran amigos. ―Porque‖ lo‖ aleje‖ de‖ Zane.‖ Desde‖ que‖ su‖ madre‖ los‖ abandonó‖ eran‖ ellos‖ dos‖ contra el mundo, pero entonces Noah comenzó a separase. Quería una vida fuera de las paredes de Beaumont, sabes. Él era brillante y guay. Pero él también tenía un lado menos firme. Sencillamente Zane es apasionado y loco todo el tiempo. ―No‖ todo‖ el‖ tiempo.‖ ―Fruncí‖ el‖ ceño.‖ ―Él‖ puede‖ ser‖ ‖ suave‖ y‖ feliz‖ a‖ veces‖ también. ―Wow,‖ realmente‖ bebiste‖ el‖ KoolAid‖ ,‖ ¿eh?‖ ―‖ Braydon‖ me‖ agarró‖ la‖ mano.‖ ―No‖necesito‖saber‖lo‖que‖ocurrió‖contigo‖y‖Zane,‖en‖realidad‖no‖quiero‖saberlo.‖ Pero créeme cuando te digo que no es un buen tipo. No es como nosotros, Lucky. Él no puede disfrutar sencillamente de la vida y ser feliz. Suspiré‖ ante‖ sus‖ palabras.‖ ―Simplemente‖ no‖ entiendo.‖ ¿Se‖ suicidó‖ Noah‖ o‖ algo por el estilo? ―No.‖―Braydon‖saltó.‖―Espera,‖necesito‖m{s‖toallas‖y‖agua.‖―Mire‖como‖se‖ marchó rápidamente y suspiró cuando dos adolescentes corrieron hacia él, efusivas y le pidieron un autógrafo. No entendía el secreto detrás de la muerte de Noah. ¿Por qué nadie quería hablar de ello? Sabía lo difícil que era abrirse después de que un ser querido ha muerto. No quise hablar de mis padres durante meses, pero si alguien preguntaba que ocurrió, no estaba vacilante o sigilosa. Vi a Braydon firmar una de las camisetas de las jovencitas y cogí mi teléfono para comprobar la hora. Gemí cuando vi cinco llamadas perdidas y tres mensajes de Zane, exigiendo saber dónde estaba y si estaba bien. ―Serías‖ capaz‖ de‖ escribir‖ si‖ no‖ estuvieses‖ bien‖ ―me‖ murmuré‖ a‖ mí‖ misma.‖ Empujé mi teléfono de vuelta a mi bolso sin contestar a cualquiera de sus mensajes. Tenía 22 años y Zane no era mi guardián. Déjalo tirarse de un acantilado

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o algo así me dije a mi misma. No podía seguir con él y sus cambios de humor. Y no creo que yo quisiera saber si él solo me había usado para devolvérsela a Braydon. ―Lo‖ siento‖ mucho.‖ Aquellas‖ chicas‖ me‖ pidieron‖ un‖ autógrafo.‖ ―raydon‖ estaba parado en la mesa.‖―Lamento‖realmente‖esto,‖¿pero‖te‖importaría‖si‖te‖llevo‖ a casa ahora? ¿Tengo algo más que tengo que hacer? ―No‖ hay‖ problema.‖ ―Salté.‖ ―Debería‖ regresar.‖ Por‖ cierto,‖ ¿averiguaste‖ si‖ Angelique llego a casa bien? ―¿Angelique?‖ ―Braydon‖ me‖ miró‖ sorprendido.‖ ―Ella‖ es‖ una‖ chica‖ grande.‖ Estoy seguro que llego a casa bien. ―Estaba‖realmente‖enferma.‖―Fruncí‖el‖ceño.‖―Tú ―Mierda,‖¿Qué‖dijo?‖―Se‖inclinó‖hacia‖mí‖furioso.‖―¿Dijo‖que‖‖yo‖le‖di‖algo?‖‖ Está mintiendo. Yo no ―Para.‖―No‖puedo‖m{s‖que‖levantar‖la‖mano‖confundida.‖―No‖tengo‖ni‖idea‖ de lo que estás hablando. ―Oh.‖Lo‖siento.‖Olvida‖lo‖que‖he‖dicho. ―¿Qué‖es‖lo‖que‖ella‖tomo‖ayer?‖―Mi‖mente‖comenzó‖a‖arremolinarse.‖―¿Es‖ por eso que ella estaba enferma? ¿Ella estaba en algo? ―¿Cómo‖se‖supone‖que‖voy‖a‖saber?‖―dijo‖abruptamente‖y‖arranco‖antes‖de‖ que me pusiera el cinturón de seguridad. ―¿Los‖ chicos‖ tomaron‖ drogas‖ antes‖ de‖ que‖ tú‖ vinieras?‖ ―Mi‖ voz‖ se‖ elevó.‖ ―Tú‖estabas‖actuando‖bastante‖extraño‖la‖última‖noche‖también. ―Si‖ te‖ refieres‖ a,‖ que‖ fumamos‖ algo‖ de‖ marihuana, entonces hacemos todos?

sí. ¿No lo

―Yo‖no.‖―Fruncí‖el‖ceño‖y‖mordí‖mi‖labio.‖―Ustedes‖no‖estaban‖colocados‖de‖ marihuana. Estoy en la universidad, ¿recuerdas? Estoy alrededor de fumatas cada día.

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―Lucky.‖Estas‖comenzando‖a‖enojarme.‖―El‖tono‖dulce de Braydon se había ido.‖ ―Pensé‖ que‖ eras‖ una‖ chica‖ guay.‖ Y‖ vine‖ todo‖ el‖ camino‖ desde‖ Miami‖ para‖ asegurarme de que estuvieras bien. ―Nunca‖te‖dije‖de‖venir‖―protesté,‖ahora‖irritada. ―Estoy‖ buscando‖ una‖ esposa.‖ Alguien‖ que‖ est{‖ dispuesta‖ a‖ comprometerse. Cuando nos conocimos pensé que eras una posibilidad, pero no creo que lo seas. Zane te ha envenenado, obviamente. No quiero tratar con esta mierda nunca más. ―Vaya,‖¿qué‖ha‖ocurrido‖aquí?‖―Lo‖miré‖como‖si‖estuviese‖loco.‖―No‖estoy‖ tratando de ser una bruja, pero no estoy interesada en ti de ese modo, Braydon. Y esto no tiene nada que ver con Zane. Llegaste de un modo muy rápido. Eres un chico bastante agradable, pero nunca tendrás mi corazón. ―No‖quiero‖tu‖corazón.‖―Se‖rio‖como‖un‖loco.‖ ―o‖estas‖hecha‖para nuestro público, Lucky. Sigue mi consejo, deja Los Ángeles y vuelve a Miami. Zane va a comerte por completo y masticarte. Y vas a encontrar tu corazón arrancado y vertido en un lado de la carretera. ¿Y sabes qué? No vas a tener a nadie a quien culpar salvo a ti misma. Mordí mi labio y miré fuera a través de la ventana mientras seguía conduciendo. No iba a responder a sus odiosos comentarios. La verdadera personalidad de Braydon estaba saliendo y no era bonita. Estaba tan contenta de haber elegido a Zane sobre él, incluso aunque Zane no pudiera comprometerse y sencillamente me usase para alguna clase de venganza enfermiza. ―Gracias‖por‖el‖paseo.‖―Salté‖del‖coche‖y‖cerré‖de‖golpe‖la‖puerta‖sin‖mirar‖ hacia atrás. Corrí hasta la puerta delantera de Zane e hice una pausa cuando me di cuenta que no tenía llaves para entrar. Joder‖―refunfuñé‖y‖me‖pregunté‖si‖debería‖tocar‖el‖timbre‖o‖llamar‖ a‖Zane.‖ Antes de que pudiera incluso tomar una decisión, la puerta se abrió y Zane estaba de pie allí delante de mí con una mirada furiosa en su cara. ―¿Dónde‖has‖estado?‖―Su‖voz‖era‖sorprendentemente‖grave.‖―Te‖he‖estado‖ llamando todo el día. He estado como loco de la preocupación por ti. ―Fui.

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―¿Y‖ ese‖ no‖ era‖ Braydon?‖ ¿No‖ te‖ dije‖ que‖ no‖ lo‖ vieses?‖ ¿No‖ te‖ dije‖ que‖ te‖ alejaras de él? ―Él‖solo. ―Él‖es‖lamentable,‖Lucky‖―gritó,‖sus‖fosas‖nasales‖llameaban‖y‖su‖cara‖estaba‖ roja―.‖No‖sé‖qué‖otra‖cosa‖tengo‖que‖decirte‖para‖conseguir‖que‖pase‖a‖través‖de‖ tu cráneo. Él es pésimo. No quiero tener que preocuparme de ti también. Ya estoy preocupado por Angelique. ―Lo‖ siento,‖ no‖ soy‖ tu‖ preciosa‖ Angelique‖ ―solté,‖ enojada‖ por‖ su‖ tono‖ condescendiente. ―¿Estas‖tratando‖de‖hacer‖que‖me‖moleste‖contigo,‖Lucky?‖¿Tratas‖de‖que‖me‖ suba‖la‖presión‖arterial?‖―Se‖sentó‖en‖el‖sof{‖y‖me‖senté‖junto‖a‖él, esperando que se‖calmase.‖―Si‖algo‖te‖hubiese‖sucedido… ―Sólo‖fuimos‖a‖almorzar,‖Zane.‖―Suspiré.‖―Lo‖veo,‖realmente‖lo‖hago.‖Él‖no‖ es un buen tipo. Lo vi hoy. ―Oh‖Dios.‖¿Qué‖hizo?‖―Zane‖saltó.‖―¿Te‖dio‖algo? ―No.‖―Negué‖con‖la‖cabeza.‖―Solo‖fuimos‖a‖comer tacos y luego se tuvo que ir. ―Él‖probablemente‖tenía‖una‖entrega‖―Zane‖dijo‖con‖cinismo. ―¿Qué? ―Nada.‖―Suspiró‖y‖respiro‖hondo.‖―Simplemente‖no‖puedes‖irte‖así‖Lucky,‖ me preocupe tanto. ―¿Preocupado‖ acerca‖ de‖ qué?,‖ Soy‖ una‖ chica‖ grande.‖ Puedo‖ cuidar‖ de‖ mi misma. ―No‖ estaba‖ preocupado‖ de‖ que‖ estuvieras‖ herida,‖ Lucky.‖ ―Se‖ volvió‖ hacia‖ mí.‖―Estaba‖preocupado‖de‖que‖te‖hubieras‖marchado. ―Aun‖trabajaría‖en‖el‖documental‖si‖me‖fuera. ―Que‖le‖jodan‖al‖documental‖―Zane‖blasfemó‖y‖caminaba‖de‖un‖lado‖a‖otro.‖ ―Me‖daba‖miedo‖que‖me‖dejaras.‖Estuve‖preocupado‖toda‖la‖noche,‖y‖luego‖esta‖

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mañana, no sabía que decir o hacer. Y tuve que llevar a Angelique a casa, y ella tuvo que ir a buscar algunas recetas. Y me apresure a volver para disculparme por cómo te hable ayer y tú estabas fuera. Y mi corazón se encogió. Estaba tan preocupado. Y no contestabas al teléfono. ¿Por qué no contéstate al teléfono? Pensé que volviste a Miami. Que tal vez que lo hiciste por mí. Quizás habías terminado conmigo.‖ Yo‖ estaba‖ tan‖ destrozado‖ para‖ ti.‖ ―Vino‖ y‖ se‖ recostó‖ en‖ el‖ sof{‖ y‖ me‖ contempló,‖la‖intensidad‖en‖sus‖ojos‖los‖hizo‖parecer‖zafiros‖brillantes.‖―No‖quiero‖ que me dejes, Lucky. ―Ni‖ siquiera‖ me‖ conoces‖ realmente.‖ ―Oí‖ mi‖ voz‖ hablando,‖ pero‖ no‖ sonaba‖ como‖yo.‖―¿Por‖qué‖te‖preocupaba‖que‖me‖marchar{? ―¿Por‖ qué‖ me‖ importa?‖ ―Se‖ rio‖ amargamente.‖ ―Quiz{s‖ porque‖ eres‖ la‖ primera persona en la que pienso cuando me despierto por la mañana. Eres la razón por la que me quede en Miami tanto tiempo. Vivía para aquellas citas de los viernes. Solía creer que era porque estaba recibiendo información sólida, pero era porque conseguía verte. No lo comprendes pero eres un ser humano tan bello e inteligente. Ver tu cara todos los viernes era el toque de luz de mi semana. ―No‖ sé‖ qué‖ decir.‖ ―Mi‖ corazón‖ estaba‖ disparado‖ por‖ sus‖ palabras,‖ pero‖ yo‖ tenía miedo de ilusionarme demasiado. ―Cuando‖era‖m{s‖joven‖solía‖leer‖este‖poema‖de‖William‖Wordsworth‖y… ―¿Es‖‚Vagué Solo como una Nube‛?‖―Hablé‖con‖excitación. El‖asintió‖con‖la‖cabeza.‖―Lo‖conoces. ―”Yo vagaba solo como una nube, que flota en lo alto por valles y colinas" ―comencé. ―”Cuando de repente vi una muchedumbre, un anfitrión de narcisos de oro” ―siguió,‖y‖tomo‖mi‖mano.‖―Este‖es‖mi poema favorito. ―Es‖el‖mío‖también‖―dije‖tímidamente. ―Estoy‖ acostumbrado‖ a‖ el‖ siendo‖ yo‖ contra‖ el‖ mundo.‖ Siempre‖ tuve‖ que‖ ser‖ fuerte. Tenía un hermano para el cual tuve que ser fuerte. Nunca quise que él me viera triste o deprimido. Pero yo estaba muy solo.

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―Estoy‖segura‖de‖que‖Noah‖lo‖apreció. ―Noah‖quería‖que‖yo‖saliese‖de‖ahí.‖―Suspiro.‖―Irónicamente‖él‖quería‖que‖ yo fuera débil, que abriera mi corazón. Eso es lo que hizo. Se enamoró. Una y otra vez. Y obtuvo un corazón roto y se refugiaría en sí mismo, pero luego él mejoraría. Él siempre mejoraba. ―Un‖corazón‖roto‖es‖parte‖de‖la‖vida,‖Zane.‖―Suspiré.‖―No‖debes‖evitar‖las‖ relaciones porque quieres evitar el dolor. ―Lo‖mató.‖―La‖voz‖de‖Zane‖mostraba‖dolor. ―¿Un‖ corazón‖ roto‖ mató‖ a‖ tu‖ hermano?‖ ―Fruncí‖ el‖ ceño, muy confusa. ―¿Cómo? ―Él‖ nunca‖ lo‖ superó.‖ Pensó‖ que‖ esta‖ vez‖ era‖ ella,‖ que‖ era‖ la‖ correcta.‖ Estaba‖ tan enamorado de ella que cuando ella lo abandonó, necesito algo más, algo que yo no podía darle. ―Lo‖siento. ―Él‖creyó‖que‖podía‖volar. ―¿Qué? ―La‖noche que murió, él pensó que podía volar. ―No‖entiendo. ―Volvió‖a‖las‖drogas‖―Zane‖suspiró―. Estaba puesto de polvo de Ángel tal vez lo conozcas como PCP, y una noche el creyó que vio a Angeliqueesperándolo en una nube, y salto del tejado del edificio para reunirse con ella porque pensó que podía volar. ―Lo‖siento‖muchísimo,‖Zane.‖―Apreté‖sus‖manos‖y‖las‖l{grimas‖empañaron‖ mis ojos. ―No‖ es‖ tu‖ culpa.‖ ―Suspiró.‖ ―Hay‖ tantas‖ cosas‖ que‖ me‖ gustaría‖ poder‖ cambiar. Ojalá que yo hubiese estado allí más para él, desearía no haber estado tan cegado. Ojala hubiera matado a Braydon la primera vez que me ofreció drogas. ―¿Braydon?‖―Mi‖voz‖se‖elevó‖sorprendida.

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―Es‖por‖eso‖que‖no‖te‖quería‖cerca‖de‖él.‖Braydon‖es‖un‖traficante‖de‖drogas.‖ ―Zane‖sonaba‖enojado. ―Pero‖es‖un‖actor. ―Él‖ no‖ tiene‖ suficiente‖ dinero‖ para‖ mantener‖ su‖ estilo‖ de‖ vida,‖ por‖ lo‖ que‖ trafica‖ con‖ drogas.‖ ―Zane‖ frunció‖ el‖ ceño.‖ ―He‖ estado‖ tratando‖ de‖ obtener‖ suficientes trapos sucios de él como traficante de drogas de modo que pueda conseguir ser procesado como un traficante de drogas. Él es responsable de la muerte de mi hermano. ―¿Angelique‖ fue‖ novia‖ de‖ tu‖ hermano?‖ ―Esperaba‖ que‖ él‖ no‖ estuviese‖ enfadado de que había cambiado el tema lejos de Braydon, pero tan pronto como había mencionado su nombre, mi corazón se había parado. ―Sí.‖Ella‖todavía‖se‖siente‖culpable.‖Por‖eso‖he‖estado‖tan‖preocupado‖por‖ella.‖ Me preocupa que vaya a hacer algo tonto. ―Pensé‖que‖ella‖era‖la‖chica‖que‖amabas.‖―Apresuré‖mis‖palabras,‖de‖repente‖ sintiéndome‖ligera.‖―Creía‖que‖ella‖era la chica que amaste y te rompió el corazón. ―¿Angelique?‖―Se‖rio.‖―No,‖no,‖no.‖Fue‖la‖novia‖de‖Noah‖durante‖dos‖años.‖ Ella incluso me ayudó a elegir este lugar cuando ellos estaban saliendo. Ella lo abandonó cuando su carrera de modelo comenzó a despegar. Ella consiguió un contrato importante de modelaje en Italia. ―Oh,‖wow. ―Ella‖todavía‖lo‖ amaba,‖pero‖ella‖no‖ quería‖renunciar‖a‖su‖carrera‖así‖que‖ le‖ dijo que siguiese adelante. Él no pudo aceptarlo. El dolor fue demasiado para él. Nunca entendió por qué no podían estar juntos cuando ellos aún se amaban. ―Debió‖ser‖una‖decisión‖difícil‖para‖ella‖de‖tomar. ―Lo‖lamenta‖cada‖día‖de‖su‖vida.‖―Zane‖suspiró.‖―Pero‖no‖es‖su‖culpa.‖Es‖de‖ Braydon. Noah nunca tomo drogas duras. Solía fumar algo de hierba, pero Braydon consiguió engancharlo. Él estaba con Noah la noche que murió. ―¿Él‖lo‖estaba?‖―Me‖impresionó,‖pero‖pareció‖tener‖sentido.‖―¿Por‖qué‖no‖lo‖ arrestaron?

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―La‖ policía‖ no‖ tenía‖ nada‖ contra‖ él.‖ Él‖ les‖ dijo‖ que‖ no‖ tenía‖ ni‖ idea‖ de‖ que‖ Noah hubiese estado en drogas. Yo sabía, por supuesto, me entere unas semanas antes de que Noah muriese que estaba en algo y lo confronté. Tuvimos una gran pelea, y él se fue y se mudó con Braydon. Yo iba a ir a pedirle que volviese, pero mi orgullo se interpuso en el camino y fue demasiado tarde. ―Oh,‖ Zane‖ lo‖ siento‖ tanto.‖ ―L{grimas‖ corrían‖ por‖ mis‖ cara,‖ me‖ las‖ limpié‖ enseguida.‖―Me‖duele‖el‖corazón‖por‖ti. ―No‖ quiero‖ cometer‖ el‖ mismo‖ error‖ dos‖ veces.‖ No‖ quiero‖ guardar‖ mis‖ sentimientos‖para‖mí‖solo,‖Lucky.‖―Respiró‖hondo.‖―‖Mierda, esto es difícil. Me gustas mucho. Me gustas, realmente me gustas. Y no quiero dejar esto ir. Creo que podríamos tener algo. Sé que esto viene de la nada y sé que puedo ser un loco y cambiante y esquizofrénico, pero quiero que me des otra oportunidad. Quiero que empecemos de nuevo. Quiero ver si puedo ser el chico que has estado esperando. ¿Nos dejaras empezar de nuevo? ―Oh‖Zane.‖―Me‖quedé‖mirando‖su‖rostro‖y‖me‖preguntaba‖cómo‖nunca‖había‖ notado el miedo en sus ojos antes. Siempre pensé que él era tan fuerte y difícil, pero era un ser humano, igual que yo, tenía temores y preocupaciones como yo. ―Contéstame,‖Lucky.‖―Apretó‖mis‖manos‖fuertemente.‖―Por‖favor. ―Cuando‖perdí‖a‖mis‖padres,‖pensé‖que‖mi‖mundo‖se‖había‖derrumbado‖ante‖ mí. Y a continuación unas semanas después mi novio me dejo tirada. Y luego supe que era ello. Sabía que el mundo estaba a punto de terminar. No podía respirar. No podía dormir. Nunca quise volver a sentir. Mi vida se convirtió en rutinaria. Protegí mi corazón. Y estaba contenta con esto. Quería asegurarme de que el siguiente chico con el que saliese fuera el último. Sabía que mi corazón no podría soportar una ruptura más y no quería quedarme atrás. Pero luego tú comenzaste a aparecer en el local y en todo lo que podía pensar era en lo que sería tener una cita contigo, hacer el amor contigo, ser la chica con la que tienes esa cita. ―Hablando‖de‖citas,‖Lucky‖―Zane‖interrumpió. ―Espera.‖ Permíteme‖ terminar.‖ ―Sonreí‖ con‖ ternura.‖ ―Cuando‖ te‖ vi‖ en‖ la‖ fiesta y hablamos, lo único que quería era llegar a conocerte mejor. Yo quise hablar contigo toda la noche. Y luego te vi con Angelique. Estaba celosa y quería gritar. Y

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creo que fue cuando entendí que me gustabas más que como el chico que venía mucho al comedor. ―¿Lo‖supiste?‖―Sonrió‖esperanzado. ―Y‖entonces‖mi‖coche‖se‖averió‖y‖tú‖te‖lanzaste‖como‖si‖yo‖fuera‖una‖damisela‖ en apuros, y me sacaste de quicio. Sin embargo, me hubiera gustado que estuvieras allí para cuidar de mí. ―Siempre‖quiero‖cuidar‖de‖ti,‖Lucky. ―No‖ necesito‖ a‖ nadie‖ para‖ cuidar de‖ mí.‖ ―Moví‖ mi‖ cabeza.‖ ―Soy‖ fuerte,‖ Zane. Eso es lo que quiero que entiendas. Rompí mis reglas para estar contigo, aunque supiera que podía terminar con un corazón roto. Pero estuve de acuerdo con esto porque sé que soy bastante fuerte para manejarlo. Preferiría tener un mes, o una semana, o incluso un día contigo que nada en absoluto. Hay algo en ti que hace que mi corazón se disparé. Soy adicta a ti. Tu olor me vuelve loca. Tus besos me hacen tempestuosa. Tu sonrisa me hace creer en los Ángeles. No necesito una promesa de futuro cuando estoy contigo, porque hoy es lo único que importa. ―Quisiera‖ ser‖ capaz‖ de‖ darte‖ una‖ promesa‖ de‖ futuro,‖ Lucky.‖ Quiero‖ darte‖ todo‖ lo‖ que‖ te‖ mereces.‖ Eres‖ m{s‖ fuerte‖ que‖ yo.‖ Estas‖ m{s‖ abierta‖ que‖ yo‖ ―dijo‖ abruptamente―.‖No‖quiero prometerte nada que no pueda darte. ―No‖quiero‖que‖me‖prometas‖algo‖que‖no‖puedas‖dar,‖Zane.‖―Había‖l{grimas‖ en‖mis‖ojos.‖―Solo‖quiero‖que‖tú‖nos‖des‖una‖oportunidad‖justa. ―Lucky,‖ no‖ he‖ tenido‖ citas‖ en‖ años.‖ Creo‖ que‖ esto‖ demuestra‖ que‖ estoy‖ a‖ punto de darnos una oportunidad justa. ―¿No‖has‖tenido‖una‖cita‖en‖años?‖―Me‖reí‖y‖lo‖mire‖como‖si‖estuviera‖loco. ―Aquellas‖ chicas‖ que‖ lleve‖ al‖ local,‖ bien‖ tenías‖ razón.‖ Eran‖ exnovias‖ de‖ Braydon. Salí con todas ellas porque estaba tratando de conseguir información de ellas. Quería que ellas incriminaran a Braydon como un traficante de drogas para que pudiese tener suficientes pruebas para conseguir procesarlo. ―Oh.

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―No‖ eran‖ verdaderas‖ citas,‖ Lucky.‖ Ellas‖ no‖ significaban‖ nada‖ para‖ mí.‖ La‖ única chica a la que podía mirar cada vez que iba a Lou´s era a ti. ―¿Pero‖quién‖fue‖la‖muchacha‖que‖rompió‖tu‖corazón?‖―le‖pregunté,‖con‖mi‖ corazón en mi boca. ―¿La‖chica‖que‖rompió‖mi‖corazón?‖―Él‖frunció‖el‖ceño. ―De‖la‖que‖me‖hablaste‖el‖otro‖día. ―Espera,‖oh,‖jajaja‖―Comenzó‖a‖reír.‖―Esa‖era‖Lily‖ Chen,‖mi‖primera‖novia‖ de clase. Pensé que ella iba a ser mi princesa ninja guerrera, pero todo lo que a ella realmente le importaban eran las Barbies y los legos. Ella me dejo tirado cuando me negué a jugar que las Barbies van de compras. Me rompió el corazón durante una semana y luego me di cuenta que el amor no merece la pena. ―Oh‖Zane.‖―Reí‖y‖moví‖la‖cabeza. ―Estoy‖jodido,‖ Lucky.‖Realmente‖jodido.‖ Sé‖que‖jam{s‖realmente‖supere‖que‖ mi madre nos abandonasé. ―Oh‖Zane.‖―Lo‖atraje‖hacia‖mí.‖―Ningún‖niño‖puede‖comprender‖y‖superar‖ que una madre lo abandone. Ningún adulto tampoco. No estas jodido, mi amor. Estás herido, estás roto y rechazado. Pero ella no te dejo, Zane. Juro a Dios, que ella no te dejo porque no fueses querido. No te abandonó porque no te quería. Sé que tuvo que haber otros motivos. No hay forma de que ella se fuese por causa de ustedes. ―No‖ entiendo‖ por‖ qué‖ ella‖ no‖ me‖ amo‖ lo‖ suficiente‖ para‖ quedarse.‖ No‖ entiendo por qué no trato de hacer frente a mi padre por mi o por Noah. ¿Por qué no nos amó lo suficiente para tratar de resolver algo? Ella nos abandonó, Lucky. No puedo superar eso. No sé por qué no fui querido. Éramos solo yo y Noah. ―Zane‖rompió‖a‖llorar‖en‖mis‖brazos.‖―Era‖yo‖y‖Noah.‖Y‖lo‖soporte‖por‖él.‖Quise‖ ser fuerte por él. Era él y yo contra el mundo y podríamos hacer cualquier cosa. Pero entonces él se fue y se rompió el corazón y el no pudo hacerle frente. No podía hacerle frente y no había nada que yo pudiera hacer para arreglarlo. No había nada que podía decir para hacerle estar bien y lo perdí. Lo perdí sólo así. Era él y yo contra el mundo, y deserté. Se mudó con Braydon y nunca lo vi vivo otra vez.

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―Lo‖siento,‖Zane.‖―Besé‖su‖frente‖y‖lo‖mantuve‖cerca‖de‖mí.‖―Pero‖no‖es‖tu‖ culpa. No podías haber sabido. ―Braydon‖ me‖ dijo‖ que‖ Noah‖ creía‖ que‖ podía‖ volar.‖ Un‖ segundo‖ que‖ estuvieron de pie allí bebiendo en la azotea, y antes de que él lo supiera, Noah corrió y salto del tejado gritando el nombre de Angelique. Braydon ni siquiera tuvo tiempo para reaccionar. Él estaba jodidamente colocado con drogas también y para cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando Noah estaba saltando del edificio. ―No‖me‖puedo‖creer‖que‖alguna‖vez‖pensara‖que‖Braydon‖era‖un‖buen‖chico.‖ ―Suspiré. ―Él‖actúa‖bien.‖Es‖un‖actor,‖¿recuerdas? ―Él‖perdió‖hoy,‖sin‖embargo.‖Apuesto‖que‖pensó‖que‖yo‖ya‖sabía‖lo‖que‖había‖ hecho. ―¿Qué‖ quieres‖ decir,‖ con‖ que‖ perdió?‖ ―Zane‖ se‖ apartó‖ de‖ mí‖ y‖ empujo‖ mis‖ hombros‖hacia‖atr{s‖y‖me‖miro‖a‖los‖ojos.‖―¿Te‖hizo‖daño,‖Lucky?‖Dios‖me‖ayude‖ pero lo matare si él te lastimo de algún amanera. ―No,‖no.‖Él‖no‖me‖hizo‖nada.‖Estoy‖bien. ―Por‖favor‖dime‖que‖no‖lo‖volver{s‖a‖ver‖otra‖vez,‖Lucky‖―Zane‖me‖suplicó. ―No‖lo‖veré‖de‖nuevo.‖Confía‖en‖mí.‖Él‖no‖es‖el‖tipo‖de‖chico‖del‖que‖quiero‖ ser amiga. ―Por‖ lo‖ tanto,‖ ¿estamos‖ bien?‖ ―Zane‖ se‖ levantó‖ y‖ me‖ levanto‖ con‖ él.‖ ―¿Vamos‖a‖intentarlo‖de‖verdad? ―¿Vas‖a‖continuar‖con‖m{s‖citas‖falsas?‖―Me‖mordí‖mi‖labio.‖―Entiendo‖por‖ qué lo hiciste, pero no sé si podría aceptarlo si continúas saliendo con otras chicas. ―No‖quiero‖ver a nadie, excepto a ti, Lucky. ―¿Por‖ lo‖ que‖ seguimos‖ como‖ est{bamos?‖ ―Contuve‖ la‖ respiración,‖ insegura‖ de cuál sería su respuesta. ―Cuando‖est{bamos‖en‖el‖avión,‖te‖dije‖que‖no‖quería‖que‖te‖enamorar{s.‖Te‖ dije que nunca podría ser alguien para darte el felices para siempre. Y todavía no

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sé si puedo ser tu todo. No sé si puedo ser el hombre que quieres que sea. Pero te puedo asegurar que quiero probar. LuckyStarr Morgan, pregunto, ¿Puedo ser tu último novio? ―¿Quieres‖ser‖mi‖último‖novio?‖―Me‖quedé‖boquiabierta en estado de shock. ―¿Sabes‖lo‖que‖est{s‖diciendo? ―Es‖ difícil‖ para‖ mí‖ decir‖ las‖ palabras,‖ Lucky,‖ no‖ estoy‖ acostumbrado‖ a‖ estos‖ sentimientos y no estoy acostumbrado a querer más de una relación. Pero sí, sé lo que estoy diciendo. Quiero ser esa persona para ti. ―¿Quieres‖ser‖mi‖último‖novio?‖―Me‖reí,‖delirantemente‖feliz.‖―No‖creo‖que‖ sepa qué decir. ―Di‖sí.‖―Se‖rio.‖―Di‖que‖sí‖y‖déjame‖que‖te‖lleva‖arriba‖para‖poder‖arrancarte‖ la ropa y hacerte lo que he estado esperando para hacer durante las últimas 24 horas. ―¡Zane!‖―Me‖reí‖tontamente.‖―Eres‖demasiado. ―Tenemos‖ que‖ recordar‖ el‖ condón‖ esta‖ noche,‖ aunque‖ ―Meneó‖ sus‖ cejas.‖ ―Supongo‖que‖no‖estas‖tomado‖la‖píldora,‖¿verdad? ―Sí,‖no‖la‖estoy‖tomando. ―Eso‖ es‖ lo‖ que‖ yo‖ pensaba.‖ ―Me‖ agarró‖ las‖ manos. ―Sabes‖ que‖ hay‖ una‖ posibilidad de que estés embarazada, ¿verdad? ―¿Qué?‖―Fruncí‖el‖ceño.‖―¿Cómo? ―El‖baño. ―Oh.‖―Me‖puse‖roja‖al‖recordar.‖La‖protección‖había‖sido‖la‖última‖cosa‖en‖mi‖ mente.‖―Ay.‖No‖me‖atreví‖a‖pensar‖en‖ello. ―Quiero‖que‖sepas‖que‖estoy aquí para ti, Lucky. Pase lo que pase. Quiero que sepas que estoy en esto contigo todo el tiempo. ―Oh,‖ Zane.‖ Te‖ amo.‖ ―No‖ lo‖ podía‖ guardar‖ m{s.‖ ―Realmente,‖ realmente‖ te‖ amo. Sé que no es políticamente correcto que lo diga antes que tú y sé que no nos

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hemos conocido el uno al otro por tanto tiempo, pero te quiero tanto, Zane. No quiero vivir sin ti. No quiero estar sin ti. Los ojos de Zane estaban vidriosos con lágrimas no derramadas y me atrajo hacia él y me besó con tanta ternura que pensé que iba a llorar.‖ ―Te‖ amo‖ demasiado, Lucky. Te amo tanto que las palabras no pueden describir adecuadamente todos los sentimientos en mi corazón. Mi corazón está tan lleno que parece que está a punto de romperse. ―Oh‖Zane.‖―Mi‖respiración‖se‖detuvo‖y‖sentí‖que‖mi‖corazón‖iba a estallar de felicidad. Este momento no parecía que fuese real. Yo no podía creer lo que estaba escuchando las palabras que yo había esperado toda mi vida. ―Dame‖tu‖mano,‖Lucky.‖Yo‖quiero‖que‖sientas‖mi‖corazón.‖Este‖sentimiento,‖ este latido de corazón que sientes bajo tus dedos. Es debido a ti. Es por ti. Todo lo que‖soy‖y‖todo‖lo‖que‖quiero‖ser,‖a‖partir‖de‖este‖momento‖se‖debe‖a‖ti.‖―La‖voz‖de‖ Zane era entrecortada y movió la cabeza como si estuviese tan asombrado como yo, de escuchar las palabras que‖ salían‖ de‖ su‖ boca.‖ ―No‖ me‖ preocupa‖ lo‖ que‖ pueda suceder. No tengo miedo de lo que va a pasar. No tengo miedo de que fallemos‖en‖el‖amor..‖Nada‖de‖eso‖es‖tan‖importante‖como‖lo‖que‖sentimos,‖‚el‖aquí‖ y‖ el‖ ‖ ahora‛.‖ Y‖ ahora,‖ quiero‖ que‖ sepas‖ que‖ eres‖ todo‖ para mí. Mi corazón es tu corazón para hacer lo que quieras. Solo te pido que lo sostengas con cuidado. ―Lo‖ hare‖ mi‖ amor,‖ lo‖ haré.‖ ―Acaricié‖ su‖ rostro.‖ ―Sostendré‖ tu‖ corazón‖ tan‖ delicadamente como he sostenido el mío. ―¿Esto‖es,‖no‖es‖así‖Lucky?‖―Su‖voz‖era‖temerosa.‖―Estamos‖en‖la‖hora‖de‖la‖ verdad. ―Creo‖que‖por‖fin‖he‖encontrado‖mi‖último‖novio.‖―Me‖reí‖y‖nos‖fundimos‖el‖ uno en el otro con un beso, sabía en mi corazón que él era el primero y el único. Sin él no habría yo. Quería parar el tiempo para que pudiéramos estar para siempre en este momento de amor y maravilloso para siempre.

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Próximo libro

El segundo libro de la serie del Bestseller del New York Times y del que miles de lectoras se enamoró con Lucky y Zane en The Last Boyfriend y ahora su historia de amor, la esperanza y la redención continúa en The Last Husband. Lucky Morgan abandonó sus reglas de las citas por Zane Beaumont y le permitió caer a sus pies, a pesar de que no creía en el amor. Sin embargo, a medida que avanza su relación, Lucky se da cuenta de que Zane no es el hombre que ella pensaba que era. Zane

Beaumont

ha

pasado

los

últimos

meses

tratando de ignorar la sonrisa de Lucky y tratando de vengarse de Braydon Eagle. Zane no se detendrá ante nada para hacer caer al hombre al que considera responsable de la muerte de su hermano. Aunque eso signifique arriesgar su nueva relación con Lucky, cuando se revelen secretos desgarradores del pasado, la frágil confianza y el amor que han construido juntos se pondrá en peligro .. Lucky y Zane serán libres de decidir si pueden superar las nuevas revelaciones dolorosas que amenazan con romper sus corazones para que puedan centrarse en su futuro juntos. Libro 3: Before Lucky Libro 4: The Other Side Of Love Libro 5: Guarding His Heart

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Info. Redacción y Realización La recopilación, redacción y realización completa de este documento es total y directamente sin ánimo de lucro. Con esto no se intenta agraviar los bienes o posibles beneficios de las autoras ni causar inconvenientes a las partes legales con derecho de autoría. Por el contrario, intentamos divulgar su trabajo que de otra forma, a causa de la no publicación de los ejemplares en español, no podría llegar. También queremos esparcir y difundir la lectura a todas las personas que sea posible. La dedicación y entrega que hace posible cada trabajo es gracias a las aportaciones y ayuda de todas lectoras comprometidas con los proyectos sin ninguna otra intención que el amor por leer. Con esto, no ganamos dinero ni tampoco lo pretendemos. Pero si invitamos a nuestras lectoras a apoyar a las autor@s con la compra de ejemplares físicos siempre que les sea posible y así ayudar e incentivar futuras obras. Este trabajo es únicamente por diversión y aprecio a la literatura y sin intención de perjudicar a nadie, así que esperamos no causar inconvenientes a ninguna de las partes.

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