Torn

You From

Nashoda Rose

Créditos Moderación ilovebooks

Traducción Clarisse-Geek-Hornitt

Carool

Lucia Black

ilovebooks

Corrección LuVelitta

PauLiNalp

Lucia Black

Ama

Jhovanka

ilovebooks

Recopilación y Revisión ilovebooks

Diseño Lucia Black

Disclaimer La traducción de este documente fue realizada sin fines de lucro, hecha por fans para fans y tiene como propósito brindarles a las personas de habla hispana la posibilidad de leer este libro que por uno u otro motivo no se encuentra en su idioma. Los personajes, las situaciones e información encontrada aquí son obra intelectual del autor. Si tienen la oportunidad no olviden comprar el libro y apoyar el trabajo del autor.

Índice Sinopsis

Capítulo 18

Dedicación

Capítulo 19

Prólogo

Capítulo 20

Capítulo 1

Capítulo 21

Capítulo 2

Capítulo 22

Capítulo 3

Capítulo 23

Capítulo 4

Capítulo 24

Capítulo 5

Capítulo 25

Capítulo 6

Capítulo 26

Capítulo 7

Capítulo 27

Capítulo 8

Capítulo 28

Capítulo 9

Capítulo 29

Capítulo 10

Capítulo 30

Capítulo 11

Capítulo 31

Capítulo 12

Tres semanas más tarde

Capítulo 13

ExtrasP.O.V.Logan

Capítulo 14

Siguiente libro

Capítulo 15

Sobre el autor

Capítulo 16 Capítulo 17

Sinopsis El amor es como una avalancha. Golpea duro, rápido y sin piedad. Por lo menos así me pasó a mí cuando Sculpt, el vocalista de la banda de rock Tear Asunder me tiró a mis pies. Literalmente, porque también es un luchador, ilegalmente por supuesto, y me enseñó a luchar. También me enseñó a amar y caí duro por él. Es decir, el tipo podía ser dulce, cuando no estaba siendo mandón, y me gusta dulce. Entonces todo se hizo añicos.

Secuestrada. Muerta de hambre. Golpeada. Estaba sola y luchando por sobrevivir. Cuando oí la voz de Sculpt, pensé que estaba allí para salvarme.

Me equivoqué. *ADVERTENCIA: Este libro contiene algunas situaciones inquietantes, lenguaje fuerte y contenido sexual. Más de 18 años.

Dedicación Bloggers, Reseñadores, amigos de Goodread y Facebook, este libro está dedicado a vosotros. Gracias por todo su apoyo y amables palabras. Mi sueño está vivo por ustedes.

Prólogo Cuando me desperté estaba oscuro afuera, y estaba acurrucada en los brazos de Sculpt, sentada entre sus piernas, su cuerpo delgado y duro envuelto alrededor de mí. Sus dedos acariciaban lentamente la cara externa de mi muslo mientras que la otra mano se apoyaba en mi abdomen, un dedo rodeando mi ombligo. Me volví para mirarlo por encima del hombro. Él estaba mirando al otro lado del campo iluminado con la luz de la luna, observando los caballos en la distancia. —Eme. —Se inclinó más hacia mí y besó el lado de mi cuello. —Lo siento, no fue mi intención caer dormida. Debe haber sido tu sexy y ronca voz. — Me acurruqué más cerca, y su brazo se apretó—. ¿Terminaste la canción? —Su guitarra yacía junto a nosotros. —Sí, Mouse. Está bien. Me incorporé, excitada por él. Me había dicho la semana pasada que no había escrito nada para la banda en un año. Todavía tenía que verlos tocar, y estaba emocionada de oírlos, pero nerviosa también. Quiero decir, Sculpt mide un metro noventa y es todo músculo. Tiene lo que yo llamo sexy cabello de dormitorio, siempre un poco desordenado con un flojo rizo que cae sobre su rostro. Y tiene tinta corriendo por su brazo izquierdo hasta el codo, lo que hacía que lo caliente fuera escalofriantemente caliente. A eso tengo que agregarle el hecho de que está en una banda y hace un poco de peleas clandestinas e ilegales... Bueno no había ninguna duda que las chicas estaban sobre él, y yo no estaba preparada para enfrentar la realidad de lo que implica salir con Sculpt. Habíamos estado saliendo desde que le pedí que me ayudara a aprender cómo luchar hace un par de meses. Fui asaltada una semana antes de buscar a Sculpt, estaba volviendo a casa de la cafetería, de mi amiga Georgie, donde trabajo. Estaba tan sorprendida y aterrorizada que cuando mi agresor me empujó al suelo me quedé congelada. Cuando salí fuera de mi estupor, me las arreglé para morder su mano y gritar con fuerza, lo que asustó al tipo. Después de eso estaba en una misión para aprender a luchar. Sculpt, siendo un luchador clandestino fue la elección perfecta. También me enteré que necesitaba dinero para ir de gira con su banda, y yo estaba dispuesta a pagar. Nunca me dejó. Extendí la mano y corrí mi dedo sobre la ligera hendidura en su barbilla. —¿Puedo escucharla?

Niega con la cabeza, y a pesar de su falta de sonrisa, porque rara vez sonríe, veo el destello de diversión en sus ojos. —No, Eme. Vas a escucharla con la banda en el escenario y voy a estar cantando para ti. —La diversión deja sus ojos, y lo siento ponerse rígido—. ¿Has pensado en lo que te pregunte? Sabía exactamente a lo que se refería. Tuve una guerra perpetua en mi cabeza durante los últimos tres días, no estaba preparada para conseguir que mi corazón fuera atacado con púas de puercoespín cuando Sculpt me dejara para ir de gira, pero tampoco estaba lista para ir de viaje con un grupo de chicos que ni siquiera había conocido todavía y tener a Sculpt responsabilizándose por mí. Tengo planeado comenzar la universidad en un mes. Tengo una vida aquí, con mi mejor amiga Kat y su hermano Matt, que también eran mis compañeros y mi única familia. Desde la escuela primaria cuando Kat y yo habíamos empezado a salir, Matt había estado allí para nosotras dos. Tenía dieciocho años y Kat diez años cuando sus padres murieron en un accidente de conductores borrachos. Él se había convertido instantáneamente en el guardián de Kat. Dado que yo no tenía un padre, Matt se convirtió en una especie de figura masculina en mi vida. Levanté la vista hacia él. Me metí por la ventana del dormitorio de Kat en numerosas ocasiones después de huir de mi mamá cuando traía un nuevo novio a casa. Matt nunca me echó, nunca me dijo que me fuera a casa, ni tampoco llamo a mi mamá. En cambio, él me compró un teléfono celular, programó su número en él, y me dijo que si alguna vez necesitaba salir de mi casa podía llamarlo, y que él vendría a buscarme. Los tres éramos cercanos y aunque no quería que Sculpt se fuera, no me veía a mí misma yéndome. —Eme. —Sus brazos se apretaron a mí alrededor—. Dime. —Se movió, fácilmente recogiéndome debajo de los brazos y dándome vuelta así estaba sentada frente a él, con las piernas dobladas a cada lado de él. Era tan íntimo, y Cristo, era difícil resistirse a él y no sólo joderlo y decirle como me siento y que lo acompañare—. Eme, dime. —¿Decirte qué? Me mira con atención, sus ojos inquebrantables. —Sabes lo que estoy preguntando, pero esta vez voy a complacerte. Dime que no quieres más. Mierda. Sabía que estaba loca por él. Que había estado tratando de mantener mis sentimientos... bien escondidos, algo. Es obvio que no estaba funcionando. Lamí mis labios y trate de apartar la mirada, pero él estaba preparado para eso y sostuvo mi cabeza entre sus manos. —Eme. No era tan buena en esto. La última persona a la que le expresé mis sentimientos fue mi padre cuando estaba en el hospital, muriendo de cáncer de pulmón.

—Mouse. —Se inclinó, y mis manos fueron a sus muslos sintiendo la flexión de sus músculos bajo mis palmas—. Mírame. —Lo hice—. Te quiero conmigo. Voy a cuidar de ti. — Su voz era baja—. No estoy feliz dejándote aquí, nena. Y ese era el problema, no quiero ser alguien a quien ―cuidar‖ después que me he protegido a mí misma toda mi vida. Mi mamá... A veces me pregunto si ella siquiera recordaba que tenía una hija. —Emily. Yo no juego. Ya te dije lo que quiero, y yo sé que me quieres. No sabía si sentirme enojada o reírme de su arrogancia. Lo que sí sabía era que estaba excitada a lo grande. ¿Cómo podía hacer eso? Quiero decir, él solo me estaba mirando, y sin embargo... sus ojos me secuestraron. —Sculpt... yo... Sculpt aprieta sus piernas mí alrededor. —Eme. —Agarra mi barbilla y me mantiene estable. Espera unos segundos, y finalmente inhalo una respiración temblorosa—. Nunca voy a hacerte daño. Sé que estás preocupada acerca de las mujeres. —Abro la boca para hablar, pero sus ojos se estrechan, y la cierro de nuevo—. Soy un luchador. Estoy en una banda. Las mujeres siempre estarán ahí, pero estoy contigo. Y ese era el problema. ¿Por qué estaba conmigo? No era bonita, tenía grandes caderas, ratonil cabello castaño, y mis muslos eran mi mejor característica. La mayoría de los chicos no dirían eso, porque sólo medía un metro cincuenta y tres, y a ellos les gustaban las piernas altas y flacas como de cervatillo. A mi gustan mis muslos, porque montaba a caballo, y eran la parte más musculosa y esbelta de mi cuerpo. Se puso rígido, y reconocí el cobre en sus ojos reflejarse en la luz de la luna. Puse mis manos sobre su pecho sintiendo su corazón latir bajo mi tacto. —Jesús, Emily, tienes que enterrar esa mierda que tu madre te dijo. Juro que si ella no fuera una mujer, le patearía el culo. Doy un grito ahogado. ¿Cómo sabía de mi mamá? —Sí, Mouse, sé lo que está nadando alrededor de tu cabeza como un tiburón que se come toda tu confianza. ¿Crees que no te presto atención? Te he preguntado sobre tu madre, y veo lo que te hace. Pasaste la mayor parte de tu infancia con Matt y Kat. Una chica no hace eso si su madre es algo especial. Estoy seguro de que la tuya no lo es. Ella puso mierda tóxica en tu cabeza. —Sculpt... yo... mi... —Sí. No tenía palabras. Estaba en lo cierto. Mi mamá era tóxica, y ese era el por qué nunca la veía, no es que ella lo recordaría si lo hiciera. Metió mi pelo detrás de mí oreja. Parecía tan natural, me pregunté si él se daba cuenta que lo estaba haciendo. —Estamos explorando esto, Eme. Te quiero de gira conmigo. —Necesito más tiempo, Sculpt. No puedo decidir de repente que voy a cambiar mi vida e ir contigo. La escuela va a comenzar y Matt y Kat... —Mi voz se apaga. Silencio.

—Quieres entrenar caballos. ¿Por qué pierdes el tiempo en ir a la universidad para tomar contabilidad? Habíamos pasado por esto. —Sculpt, es un sueño tonto. Necesito concentrarme en lo que es real y eso es encontrar una carrera y ganar dinero. —Te equivocas, Eme. Deberías estar persiguiendo tu sueño. —Suspiró—. Me voy. La semana que viene. Mi respiración se detuvo, y mi corazón se sentía como que había sido perforado con púas, y él ni siquiera se había ido todavía. —Pero pensé… —Las cosas han cambiado. Nos vamos antes de lo que habíamos planeado. Yo no podía ir. Dios, quería, pero él necesitaba vivir su sueño, y yo tenía que hacer mi propio camino. Nunca querría que él se arrepintiera de estar conmigo. Todo lo que quería en la vida tenía que conseguirlo por mi cuenta. No quería que alguien más lo hiciera por mí. Una cosa buena que había aprendido de mi madre era que si quería algo, tenía que conseguirlo yo misma, porque seguro como el inferno no iba a ser dado libremente a mí. —Sculpt. No puedo. —Emily. —Él se echó hacia atrás en la hierba frunciendo el ceño—. Estás pensando demasiado esto. —Pero Sculpt… —Nada de peros, Emily. No puedo manejar cualquier pero. Estoy enojado ahora. —Pero… Se sentó de nuevo, sus cejas bajaron. —No. —Pero te va a gustar mi pero. —Me inclino hacia él y mordisqueo su barbilla. Esto hace que se calme, y sus músculos se relajen. —Ya me gusta tu trasero1. —Su mano se desliza por la parte baja de mi espalda a mi culo y aprieta. Fue juguetón, pero todavía podía ver la oscuridad en sus ojos, y su rostro era duro. —Sculpt. Mi pero es importante... —Sí, Eme, lo es. —Le doy una palmada en el hombro, y me alegro cuando se echa a reír. —Está bien, entonces ¿cuál es tu pero? —Yo iba a decir, pero… —Sus cejas se levantaron—. Antes de que te vayas, quiero que me hagas el amor. —Hago una pausa, mirando sus cejas levantarse por la sorpresa, y luego seguí adelante rápidamente antes de perder los nervios—. Como ahora, Sculpt. Ahora mismo. Aquí, en este lugar donde siempre estamos juntos. Nuestro lugar. Tú con tu guitarra, y yo con los caballos.

1

Juego de palabras en el original, but: pero – butt: trasero

Sus manos que me recorrían lentamente, se detuvieron apretando mis muslos, y me miró con tal intensidad que me estaba poniendo tan caliente de verlo mirarme. —¿Ese es tu pero? Asentí con la cabeza. —Yo sabía que me iba a gustar tu trasero. —Puso las manos a ambos lados de mi cara y me miró a los ojos—. Si estás en mi cama... no lo estás en la de cualquier otra persona. ¿Lo entiendes, Mouse? Incluso si no puedo convencerte de venir la próxima semana conmigo, nadie más. —Está bien. Lo mismo va para ti. —Rodeado de mujeres, noche tras noche iba a ser mucho más difícil para él que para mí. Sculpt acarició el costado de mi cara. —Emily. Borras el mal en mi vida. No me podía imaginar a Sculpt teniendo algún mal. Él era caliente, tenía una voz increíble, tenía un cuerpo que sin duda en el diccionario era la definición de músculos, y tenía el sexy pelo de dormitorio con intensos ojos oscuros. Puede que no riera muy a menudo, pero cuando lo hacía era mágico y compensaba todas las otras veces que no lo hacía. Sentí la dureza en él, la parte más intocable que se negaba a dejarme descubrir, pero sólo nos habíamos conocido mutuamente durante un par de meses. Su pulgar acarició mis labios, y el dolor entre mis piernas se intensificó. Mi estómago no estaba más todo lleno con pequeñas mariposas, sino que había una bandada de garzas tomando vuelo en él. Me recogió y me puso en el césped a su lado, luego se puso de rodillas delante de mí. Se inclinó hacia adelante, y me eché hacia atrás hasta que estaba descansando en la hierba, y él se cernía encima. Mis nervios estaban despertando en todas las direcciones mientras que la punzada entre mis piernas se convertía en un espasmo de dolorosa necesidad. Estaba respirando tan rápido que era como si hubiera corrido una maratón. —¿Alguna vez has sido tocada, Emily? Negué con la cabeza demasiado jadeante para responder verbalmente. —Si no estás lista... dímelo ahora. Mejor que estés malditamente segura de esto, Eme. Hablaba muy en serio, y eso envió un extraño escalofrío a través de mí. No quiero esperar. Lo quería a él aquí y ahora con el viento en contra de mi piel, estando en mi lugar favorito en el mundo con Sculpt. —No quiero esperar. Su mano se extendió en mi pelo y se enredó a través de las hebras. Sus dedos se cerraron, y se echó hacia atrás, y mi respiración se detuvo. —Voy a probar tu coño. Entonces Emily, voy a follarte hasta que grites. ¿Eso te pone nerviosa? Porque estás temblando. —Sí. —Susurré. —Sí, ¿de nerviosa? ¿O si vas a gritar cuando me hunda en tu interior, por primera vez?

—Sí, a todo. —Había deseado a Sculpt desde la noche en que lo conocí. Lo necesitaba. Era como si hubiera estado viviendo con anticipación por este momento toda mi vida. Esto me asustaba sin reparo. ¿Qué pasaba si era absorbida en ello? ¿Y si éramos incompatibles? ¿Y si yo era rara? —Quiero que grites y tiembles. Y nena, deberías estar nerviosa... porque tengo pensado cambiar tu mente y hacer que me ruegues porque te lleve de gira. —Las comisuras de sus labios se movieron, y mis entrañas se encendieron como un maldito petardo. No podía dejar de pensar en lo que él podía hacer por mí, cómo le diría adiós cuando llegara la hora que se fuera—. Estás construyendo Legos, Emily. ¿Repensando tu decisión? Me aleje y lo miré a los ojos. Allí estaba, sus ojos bailando con la risa y el deseo, una combinación sexy que me hizo apretar mi agarre en sus bíceps. No esperó mi respuesta. —Demasiado tarde, Mouse. Eres mía. Él inclinó la cabeza, como siempre lo hacía antes de darme un beso, y demandó mis labios. Y lo hizo reclamando, devorando, y alimentando el hambre que sentíamos entre nosotros. El calor fluyó sobre mi piel como si el sol de la tarde estuviera radiante sobre mí. Pequeñas chispas bailaron y enviaron escalofríos por todo mi cuerpo. No había ninguna duda en lo que estaba tomando, en lo que quería, y caí en el beso como la mantequilla derretida. Sus manos acariciaron mis lados luego hacia abajo de nuevo. —Dios, estas curvas. Él gimió, y la vibración envió mi frecuencia cardíaca en picada. Mis manos encontraron su camino en su pelo, tirando de él más cerca, más fuerte. Dios, lo necesitaba. Era como si estuviera respirando por este hombre. No era normal. ¿Era esto normal? ¿Importaba? —Sculpt. Tomó mis manos y las puso encima de mi cabeza, entrelazándolas con las suyas. —Logan. Llámame Logan, Eme. Oh Dios. Su nombre. Me dijo su nombre real. Nadie sabía su verdadero nombre. —Logan. —Le dije y le oí gemir. —Una vez más. —Logan. Sus labios arrastraron suculentos besos por mi garganta, sus dientes mordisqueando, luego su lengua lamiendo para llevarse una probada. —Quiero que me llames así cada vez que estemos solos, Emily. Llámame Logan. —Está bien. —Fue un gemido susurrado mezclado con un suspiro. Con los ojos cerrados, la cabeza echada hacia atrás, acerqué mis piernas por debajo de él a cada lado y las envolví alrededor de sus caderas. Él gruñó cuando apreté, con la esperanza de aliviar el dolor, pero lo único que hice fue hacerlo más intenso. Más consciente. —Oh Dios, Logan, por favor. Te necesito. —Podíamos probar, saborear y descubrirnos mutuamente el resto de la semana, pero en este momento quería a Logan en mi interior.

Quería sentirlo desnudo contra mí. Era como esperar en la cima de una colina en un trineo y ser jalada hacia atrás y adelante, antes de ser empujada por el borde. —Lo sé, Mouse. —Mordisqueó el lóbulo de mi oreja y luego chupó, y luché contra las manos que me mantenían clavada en el césped. Tenía que tocarlo, sentir su piel, deshacerme de la ropa que nos separaba —Logan, por favor. La ropa. Alzó la cabeza besando mi clavícula. —Vamos a tomar esto lento. A mi manera. He esperado demasiado tiempo para tenerte justo donde estás ahora, debajo de mí, tu coño dolorido, caliente y sexy como el infierno. Nunca había sido llamada sexy en mi vida, y esto envió un estremecimiento a través de mi al escucharlo de Logan. —Me gusta jugar, Emily. Es quien soy. Y también está en ti. Sé que te excita cuando tomo control. —¿Lo hago? No tenía experiencia suficiente como para saber realmente de lo que estaba hablando—. Pero si tienes miedo de algo, necesito que digas que no. Eso es todo lo que necesitas, y nos detenemos. ¿Entiendes? Entiendo lo que estaba diciendo. Quiero decir, no era ajena a las relaciones sexuales. Sabía que ―jugar‖ podía significar un par de cosas, y eso me dejaba nerviosa y excitada al mismo tiempo. Soltó mis muñecas, y puse mis manos sobre su abdomen y levanté su camisa centímetro a centímetro. Logan se cernía sobre mí, observando mis ojos. Lo vi aspirar aire y cerrar los ojos por un segundo cuando mis manos se deslizaron por su pecho y luego lentamente acariciaron sus tetillas. Conserve mis ojos en él, amando su reacción. Amando como mi contacto lo estaba volviendo loco. Mis dedos trazando todos los músculos en su pecho y luego hacia abajo a su abdomen. Cada contorno era una nueva montaña por explorar. Yo estaba jadeando, y Logan tenía los ojos cerrados y respiraba con más fuerza que yo. —Camisa, Logan. —La levanté hacia arriba, y sucumbió a mi petición y se quitó la camisa. Mis manos fueron al botón de sus pantalones vaqueros, y él agarró mis manos y las inmovilizó. —No. Te dejé jugar, así podías relajarte. Ahora soy yo. —En cuestión de segundos había levantado mi camisa por encima de mi cabeza, y sus dedos estaban trabajando en mi sujetador. Los broches cedieron, y mis pechos cayeron de sus confines en sus manos—.

Emily. —Sí. —susurré. Bajó su cuerpo, y luego su lengua rodeó mi pezón mientras sus manos acariciaban mi costado, mi cadera, luego, de regreso otra vez para burlarse de mis pechos. Mi cuerpo estaba explotando con sensaciones, dolor mientras mordía mi pezón, luego placer cuando succionaba con dulzura y lamía la sensible piel con caliente humedad.

Agarré su pelo, con los ojos cerrados y mi cuerpo arqueándose hacia él mientras me enviaba a un horno de calor. Mantenerme lejos de él durante los últimos dos meses ni siquiera podía empezar a competir con la cosa real. Se movió más abajo, suaves besos arrastrándose por mi pecho a mi estómago. —Esto. Y esto. —Deslizó su mano hasta mi cadera—. Me encanta todo sobre tu cuerpo. —Sus besos fueron más lejos, y mi cuerpo ya estaba anticipándolo. Anhelo ya no era una palabra asociada con lo que me estaba haciendo, sino que era mucho, mucho más que eso. Mis manos se cerraron en la hierba, y gemí cuando sus dedos deshicieron mis vaqueros. El botón estalló. El lento descenso de la cremallera me volvió loca. El sonido era agonizante, porque quería que los rasgara y se sumergiera muy profundo en mí, duro y rápido. Pero Logan quería hacer esto lentamente. Disfrutando de cada momento, y sin embargo, me estaba muriendo por él. —Logan. —Mi gemido susurrado fue recibido con un ahogado, ―Cristo‖ cuando sentí sus dedos alcanzar mis pantalones y más abajo. Y bajando hasta… Me puse rígida, aspirando aire. —Estás mojada. Bueno, sí, yo había estado mojada durante dos meses y medio. Logan me excitaba con sólo mirarme. Pasé las manos por su pelo. —He estado mojada desde el día en que te conocí, Logan. Alzó la cabeza, y sus ojos se abrieron. Dios, tenía que haber sabido lo mucho que lo deseaba. —Jesús, Emily. —Me estaba besando otra vez, manos curvadas en mi cabello, y su boca dura contra la mía. No había respiración, ni pensamientos, sólo hambre pura. Levantó la cabeza, ambos respirando con dificultad, su sexy cabello de dormitorio cayendo delante de su ojo derecho mientras él me miraba con embrujada franqueza. —No voy a dejarte ir. Ahuequé su mejilla con mi temblorosa mano, el pulgar acariciando a través de su barba. —Nunca me hagas daño. —Nunca. —Se incorporó, luego se trasladó hacia abajo, agarrando los bordes de mis vaqueros y tirando. Levanté mi culo y mis bragas salieron junto con ellos. Se detuvo en la mitad del muslo. —Hermosa. Y afeitada. Eso es una… sorpresa. Tenía una pequeña, lo que ellos llaman, pista de aterrizaje, pero el resto estaba libremente encerado, una brasileña. Nunca me había gustado el pelo ahí abajo, y que a Logan le gustara, me hizo derretir por dentro. Su dedo recorrió el pequeño parche de pelo, y me quedé sin aliento cuando separó los pliegues y luego lo metió en la humedad.

—Logan, oh Dios. —Arqueé la espalda, tratando de doblar las rodillas, pero no pude debido a que mis jeans atrapaban mis piernas—. Jeans, Logan. Jeans. —Espera. —Continuó disfrutando y acariciando mi clítoris hasta que gritaba y jadeaba, entonces, cuando sentía que me acercaba a la orilla, retrocedía e iba más allá rodeando mi apertura. Lo quería dentro de mí tan desesperadamente, que me estaba arqueando por su encuentro, hasta que puso su mano en mi estómago y me obligó a permanecer abajo. Puso dos dedos a cada lado de mis pliegues, los deslizó a través de la humedad, luego vaciló en mi apertura. —Logan. Por favor. —Ruégame. —Logan. —Emily. —Por favor, Logan. Te lo ruego. Hundió dos dedos parcialmente en mi interior, e inspire profundamente ante el repentino asalto. Me atrapó. Me sostuvo. No me dejó ir. Se retiró, y grité en decepción sólo para encontrarme con un beso rápido en la parte superior de mi clítoris. Luego halo mis vaqueros el resto del camino y se recostó entre mis piernas. —Dobla las rodillas. —Lo hice. —Abre. Lo hice también. Confiaba implícitamente y que él tomara el control parecía rellenar una necesidad en mí de entregarme a él. Tenía la oportunidad de olvidarme de todo y disfrutar de cualquier placer que me diera. Empujó suavemente sus dedos un poco más, y cerré los ojos y mordí mi labio cuando lo sentí succionar mi clítoris. Oh Dios. Las sensaciones dentro de mí estaban tan desbocadas que sabía que no iba a durar más de un par de minutos con la boca de Logan en mí. Nunca me había imaginado que sería así. Gemí arqueando la espalda mientras la lengua de Logan se deslizaba dentro de mí. Agarrando la hierba a ambos lados de mi cabeza, gemía mientras él hacía magia con su lengua a través de mis pliegues, saboreando la humedad, entonces chupando mi clítoris de nuevo. La presión en mi abdomen dolía, construyéndose, y estaba escalando. Me tensé. Tan, tan cerca de la orilla, casi impulsándome por la colina. Se detuvo. —Todavía no, nena. Oh Dios, ¿cómo podría hacerlo? —Logan, no puedo. No puedo aguantar. —Lo harás. —Su voz era áspera y exigente, y me hizo aún más caliente. Sus dedos empujaron dentro de mí, pero nunca hasta el final—. Tan apretada. Bombeó dentro y fuera de mí varias veces y luego me lamió de nuevo. —Tu coño es perfecto. Sabía que tendrías este sabor. Estás hecha para mí, Emily.

—Logan —jadeé, cada musculo contrayéndose—. Por favor. Te necesito dentro de mí ahora. Él sacó sus dedos de mí, y luego me observó mientras los lamió uno a uno. Casi me vine sólo de observarlo. La forma en que sus ojos se clavaron en los míos, como si pudiera ver justo a través de mí. Como la curva de su boca parcialmente se elevó hasta una sonrisa mientras me probaba. Era él. Todo lo que hacía, lo adoraba. Cómo caminaba con confianza, sin alardear, pero cuando entraba en una habitación lo hacía con presencia. Cómo iba en busca de su sueño con su banda, dispuesto a tomar todo el dinero que tenía para tratar de triunfar en un negocio que estaba saturado de grandes bandas. Tomaba riesgos porque tenía fe en sí mismo. No soportaba la mierda de nadie. Cómo lo ponía todo de sí mismo en lo que estaba haciendo. Pero sobre todo, me encantaba la forma en que me miraba y veía todo lo que soy y puedo ser. —¿Estás en algo? Asentí. —La píldora. Para controlar mi dolor en la ovulación. —Estoy limpio. Me hice un chequeo dos semanas después que te conocí y no he estado con nadie desde entonces. No había estado con nadie. ¿Y había ido a hacerse un chequeo? ¿Era porque pensaba... estaba pensando en nosotros? —Sí, Emily. Quería asegurarme que estaba bien antes de tocarte, condón o no. Guau. —Te quiero dentro de mí, Logan. Quiero sentir todo de ti. Él se inclinó hacia un lado y se quitó los vaqueros. Bajé la mirada, antes que él se trasladara encima de mí y vislumbre su erección, enorme y palpitante, y me pregunté cómo demonios iba a ajustarse dentro de mí. Antes que pudiera empezar a construir Legos y asustarme, extendí la mano entre nosotros y lo toqué. —Eme —murmuró mientras mis dedos se cerraban en torno a él y luego acariciaba cada centímetro suyo. Su pene estaba palpitando y caliente, y mientras lo acariciaba, sus ojos estaban cerrados y la cabeza echada hacia atrás mientras gemía. —Para. Mierda. Me voy a venir antes de siquiera estar dentro de ti. —Agarró su pene y lo frotó entre mis piernas, la humedad aferrándose a él. —Voy a ir lento, Mouse. Mi mano se alzó y cerré mis dedos en su pelo. —No, ve rápido. Acabemos con esa parte. —No. —Su voz era dura y firme—. Vas a recordar esto y no con dolor. —Su boca descendió cuando se hundió más abajo, su polla empujando mi apertura. Envolví mis piernas alrededor de su cintura y mis brazos alrededor de su espalda, presioné hacia arriba con mis caderas, y la punta presionó contra mi barrera. No podía hacer que entrara más lejos, y mi cuerpo estaba tan adolorido que iba a gritar.

Apartó la boca de la mía y me agarró de la barbilla. —Mírame, Emily. Quiero verte cuando te tome. Quiero mirarte mientras gritas mi nombre. —Logan. Empujó sus caderas hacia delante y entró un poco más en mí. Podía sentirlo estirando mi himen, y estaba segura que él también podía. Agarró mi barbilla para asegurarse que no me movía, luego giró sus caderas y se retiró, y yo gemí. —Lento, Eme. Se movió dentro de mí de nuevo, y esta vez siguió su camino hasta que sentí un repentino y agudo dolor como si me hubiera apuñalado.

Mierda. Mierda. Dolía. Y sin embargo… con él erecto y lleno dentro de mí era... estábamos tan conectados y era tan surrealista. Como si nos convirtiéramos en uno. Se inclinó y me besó mientras se hundía profundamente en mi interior. Un beso lánguido y lento que me hacía olvidarme del dolor y en su lugar me llenaba de una nueva urgencia. Yo quería que se moviera. —Logan. —Dios, necesitaba que se moviera. Empujé hacia arriba, y se hundió aún más profundo. Sí, Dios sí. —¿Estás bien? La ternura fue anulada por la dolorosa necesidad. Asentí con la cabeza, y él comenzó a moverse. Apreté mis piernas a su alrededor, los tobillos cruzados en su espalda, los dos jadeamos, con los ojos fijos en el otro. —Eres mía, Emily. —Se movió con más fuerza, más rápido, y trate de cerrar los ojos, pero él me agarró la barbilla. —Mírame. Cada pulsación nos acercaba, estaba en el borde, lista, el dolor aumentando a un lugar que podría ir más allá. Presionó sus caderas en un movimiento hacia arriba para frotarse contra mi clítoris, y una sacudida me atravesó, luego otra y otra. La intensidad construyéndose por dentro era demasiada. Presionó con más fuerza. —Oh Dios. Logan. Logan. —Lo dejé ir, mis ojos se cerraron—. Logan. —Grité cuando todo mi cuerpo explotó en pequeñas ráfagas. —Emily. —Él bombeó con más fuerza, el golpe de la carne con carne era ruidoso. Él empujó más profundo. Luego tomó mi boca con una hambrienta locura cuando su cuerpo dejó de latir, y sus músculos se tensaron mientras su cuerpo temblaba. —Mouse. —Cayó a un lado y me llevó con él, así estaba bien acomodada en su pecho, mis piernas enredadas con las suyas—. Emily. Eres un maldito trofeo. Mi trofeo. Cerré los ojos, la cabeza apoyada en su pecho junto a mi mano. Se inclinó hacia adelante y me besó en la cabeza, mientras su mano acariciaba arriba y abajo de mi brazo. Su otra mano se enredó con mis dedos sobre su pecho. —¿Logan?

—¿Sí, nena? —Umm, alguien nos está mirando. Logan levantó la mirada, y ambos nos echamos a reír mientras la Appaloosa 2 nos observaba.

2

Una raza de caballo.

Capítulo 1 2 días más tarde Día 1 Desperté tirada en el húmedo piso de cemento. Me senté e inmediatamente deseé no haberlo hecho cuando mi cabeza empezó a palpitarme, un impresionante caos. La habitación giró, y mi visión fue borrosa durante los primeros minutos mientras trataba de reconstruir lo que pasó. Entonces todo me inundó de nuevo como un tsunami. El bar. Logan preparándose para cantar con su banda. Kat me decía lo hermosa que me veía. Ir al baño corriendo, porque no quería perderme a Logan en el escenario durante un sólo segundo. Luego un brazo se ciñó alrededor de mi cintura justo cuando puse mi mano sobre la puerta del baño. Un trapo con olor dulce fue empujado por encima de mi nariz y boca. Entonces nada.

Oh, Dios. Miedo me catapultó. Era como ser comprimida a cal y canto en un saco de dormir sin escapatoria. Me ahogaba, no podía respirar. Sentía un hormigueo en mis extremidades cuando el miedo se convirtió en la piedra angular para un ataque completo de pánico. Escalofríos atormentaron mi cuerpo y empecé a hiperventilar. Las lágrimas corrían por mis mejillas y luego goteaban sobre mi clavícula y se deslizaban en el material de mi vestido. Mi vestido. El que escogí para Logan, agonicé durante horas en la tienda con Kat. Quería lucir bella para él, y lucir hermosa era una tarea difícil teniendo en cuenta que nunca me sentía hermosa. Era algo con lo que vivía y lo acepté después de años de escuchar a mi madre decirme lo fea que era. Pero con Logan... Incluso sí no era bonita, él me hacía sentir de esa manera. Me hacía sentir protegida y cuidada, y era porque confiaba en él. Sabía lo que necesitaba, incluso si no lo hacía. Existía un deseo natural de renunciar a mi control con él, no para que pudiera usarlo en mi contra. No, era porque él podía darme lo que necesitaba. Y lo que necesitaba ahora era a Logan.

Dándome la vuelta me arrastré de rodillas, y mi estómago se opuso al movimiento. Golpeé mi mano sobre mi boca y logré llegar a la esquina de la habitación donde vomité las dos cervezas que había tomado en el bar y luego exhalé, respiré varias veces hasta que mis lados se contrajeron. Cuando por fin me detuve, percibí el olor a orina rancia, y mi estómago se tambaleó otra vez, y me atraganté. Puse mi cabeza abajo, tomando varias respiraciones profundas por la boca mientras apoyaba mis manos contra la pared para no caer. Sabía que estaba en un sótano, y que era oscuro en el exterior. Podía ver un sólo rayo de luz de la luna entrar en raudal desde una pequeña ventana en lo alto de la pared del fondo. El sótano era húmedo y pequeño y estaba completamente vacío, excepto por una escalera de madera que tenía una barandilla que parecía se iba a desmoronar en el momento que pusieras tu mano sobre él. Las paredes eran de color verdoso con tintes en la parte inferior, como si el sótano una alguna vez se hubiese inundado. Algo se arrastró a través de la palma de mi mano y tropecé hacia atrás gritando. Mi columna golpeó la pared opuesta, y giré, envolviendo mis brazos alrededor de mí cuando retrocedí hacia el centro de la habitación. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué estaba aquí? ¿Dónde estaba Kat? ¿Estaba también aquí? Subí corriendo las escaleras y comencé a tirar de la puerta. Cuando no se movía, me estrellé y luego lancé un grito y golpeé mi cuerpo contra ella hasta que cada parte de mí estaba magullada. Mi vestido de gasa blanca que había comprado especialmente para la presentación de Logan estaba cubierto de manchas marrones. Dos ganchos arrancaron el encaje derecho de la parte frontal, dejando expuesto el material de seda debajo. Mis brazos estaban doloridos y sensibles, y mis piernas tenían varios hematomas, y estaba sangrando por una pequeña incisión justo por encima de la rodilla derecha. No tenía idea de quién me había tomado ni por qué, pero todo dentro de mí estaba gritando por salir. Me tambaleé hacia atrás por las escaleras, y luego, en mis manos y rodillas, comencé a buscar en el piso cualquier cosa para ayudarme a escapar. Recé porque mi bolso hubiese sido arrojado aquí conmigo. Aunque sabía que quien estaba haciendo esto no sería tan estúpido como para dejar mi bolso con mi teléfono en él. Pero el pánico superó la sensibilidad, y busqué en cada centímetro del suelo, con las manos barriendo el húmedo cemento, a veces escuchando algo escabullirse lejos de mis movimientos. Traté de mantener mi cordura, pero el terror era como una bandera roja en la playa que advierte de no ir a nadar debido a la fuerte corriente. Yo estaba en la corriente, y no podía salir, y seguía tirando de mí más en el mar. Estaba llorando en completo estado de pánico ahora, mi pecho agitado con cada entrecortada respiración. No. Por favor, no. Logan. Él me iba a encontrar, ¿no? Me estaba buscando en este momento. La policía... ¿Llamaron a la policía? ¿Vendrían a buscarme?

¿Cuánto tiempo había estado fuera? Dios, ni siquiera sabía qué día era ni cuánto tiempo había estado desmayada. Al no encontrar nada en el suelo, eché a correr por las escaleras y comencé a golpear la puerta de nuevo. —¡Ayuda! ¡Déjenme salir! ¡Ayuda! Oh Dios. ¡Por favor! Por favor, dejen que me vaya. Golpeé la puerta una y otra vez hasta que mi garganta estaba en carne viva de tanto gritar. Cuando mis puños estaban demasiado adoloridos para golpear la madera por más tiempo, golpeé la puerta con las palmas de mis manos. —Por favor —sollocé—. Por favor, déjenme salir de aquí. Caí de rodillas, incontrolables gritos rasgando mi cuerpo, mis manos contra la puerta, mi mejilla apretada contra ella. El miedo corría por mis entrañas, desgarrando mi cordura con cada respiración. No tenía idea de cuánto tiempo permanecí acurrucada en una bola en el rellano, pero debe haber sido horas cuando los rayos del sol por fin se asomaron por la ventana. Tenía la garganta tan seca que era como si hubiera estado chupando una lija toda la noche. Mis labios pegados entre sí, y cuando los separé arrancaron una delgada capa de piel de mi labio inferior. Todo lo que quería era a Logan. Necesitaba que me sostuviera, que me dijera que todo iba a estar bien. Pero las horas pasaron, y él nunca llegó. Nadie lo hizo. Terminé teniendo que orinar en un rincón de la habitación, y nunca me sentí tan sucia en mi vida. Me sentí como un animal, y lloré mientras lo hice. Era humillante, y me hizo volverme loca otra vez, y grite y tire, jale, y pateé la puerta. Nada. ¿Iba a morir de hambre? ¿Moriría olvidada sin nunca ser encontrada? Mis uñas rasguñaron la puerta de madera hasta que las astillas se clavaron en ellas. Pero nada comparado con la tortura de la sed. Mi boca sabía a vómito seco, e incluso tratar de tragar era doloroso. Después de horas de raspar en la puerta me acurruqué en una bola, mis dedos empujaron debajo del delgado espacio debajo de la puerta. La palabra aterrorizada adquirió un nuevo significado mientras yacía allí en un lío lloroso. Mi mente estaba envenenada con las posibilidades de lo que me iba a pasar. Había visto Criminal Minds, sabía de lo que las personas eran capaces. Pero creo que lo peor que cualquier otra cosa era el miedo a lo desconocido. El silencio de mi secuestrador estaba carcomiendo mi cordura mientras estaba temblando en la parte superior de las escaleras. No sé cuánto tiempo pasó antes que el pomo de la puerta girara. Tal vez un día, podrían haber sido dos. Todo lo que vi fue la salida del sol y la caída, pero cuando caía dormida nunca estaba segura de cuánto tiempo había estado inconsciente. La puerta se abrió, y una gran sombra se proyectó sobre mí. Me las arreglé para sacar una sola palabra de mis labios resecos. —Por favor. El hombre se inclinó hacia adelante, me agarró por el brazo y me arrastró hacia arriba.

No podía gritar. Simplemente colgar como muñeca raída, mis extremidades entumecidas y débiles. Él me dio una bofetada en la mejilla, y me sacudí cuando el dolor explotó en mi cabeza. Traté de hablar, pero nada salía de mi boca, excepto un graznido. Me levantó y me tiró encima de su hombro como un saco de grano, luego me llevó por un pasillo. La luz me cegó, y durante varios minutos no pude ver nada, excepto una borrosa visión de color amarillo brillante. Quemaba mis ojos, y tuve que cerrarlos hasta que el dolor disminuyó. —Cuélgala allí arriba. Hice una mueca cuando abrí mis ojos de nuevo, mirando hacia donde había provenido la voz, pero era oscuro en el otro lado de la habitación, y todo lo que vi fue la silueta de un hombre de pie cerca de la pared. Me pusieron de pie, y al instante cedieron, y caí al frío suelo de baldosas. Logré un gemido mientras levanté la mirada al hombre. —Por favor. Agua. Su ancho rostro era como la parte delantera de un camión Mac, aplanada nariz, mejillas y frente amplia y ojos verdes redondos y brillantes. Me miró por un segundo, y luego una cruel sonrisa apareció justo antes de levantar el pie y darme una patada en las costillas. Grité, tratando de arrastrarme lejos, el dolor zambulléndose en mi pecho una y otra vez mientras él continuaba su asalto hasta que me di la vuelta en una bola y traté de proteger mi pecho y estómago de su pie. —Suficiente. No necesitamos su cara accidentalmente magullada. Las patadas se detuvieron. El tipo de cara plana me levantó por el pelo, y trate de ponerme de pie cuando él tiró con fuerza, mi cuero cabelludo en llamas. —¿Qué quieres? Dios, por favor, sólo déjame ir. Mi mente estaba rodando por el miedo que corría por encima de mi cordura. ¿Iban a violarme? ¿Me iban a golpear hasta la muerte? ¿Torturarme? No podía permitir que eso sucediera. No lo haría. No quiero morir así. Mi instinto de supervivencia era todavía fuerte, y a pesar de saber que la fuga no podía ser posible, tenía que luchar. La adrenalina bombeaba a través de mis venas cuando las palabras de Logan durante las clases de autodefensa me llenaron, y me hicieron reaccionar. Levanté mi codo hacia atrás con fuerza y rapidez. Discordante dolor pasó por mi brazo, ya que se puso en contacto con una nariz, y oí el inconfundible crujido. —Perra. —Él retrocedió tapándose la sangrante nariz. Oí un hombre gritar en otro idioma a medida que continuaba mi propósito y me fui por los ojos de cara plana. Mis dedos se enterraron en ellos, él me empujó hacia atrás con un brazo. Estaba tan débil y fuera de balance que caí sobre mi costado, y me tomó un segundo ganar mis pies otra vez. Me volví para correr junto a él y me di un golpe directo contra un duro e inamovible cuerpo. El hombre me dio la vuelta para que mi espalda estuviera contra su pecho y luego cerró su brazo alrededor de mi garganta y apretó. Moví mi cadera hacía atrás hacía su pelvis

como Logan me había enseñado y estaba a punto de abrir su agarre cuando el frio metal presionó en mi cabeza. Me quedé helada. —Es una lástima que no tenga tiempo para probarte yo mismo. Me gusta una buena pelea. —Su voz con acento envió escalofríos hasta los dedos de mis pies—. Alfonzo. Átala. — Su brazo se aflojó, y traté de obtener una visión de él, pero me empujó hacia adelante, hacia cara plana, que sólo podía asumir era Alfonzo, y se alejó. Alfonzo tenía sangre que goteaba de la nariz y los ojos inyectados en sangre. Me agarró las muñecas, y sentí los grilletes, gruesos y pesados abrochados alrededor de ellos. —Pagarás por eso, perra —dijo Alfonzo entre dientes mientras me tiraba más cerca. Tiré mi rodilla hacia arriba, pero él estaba preparado para ello y dio un salto atrás. Sentí el dolor ardiente en mi mejilla cuando me abofeteó. —En la cara no. —Gritó el hombre con acento—. Dios. Alfonzo crudamente tiró de mis brazos por encima de mi cabeza, y sentí la presión en mis muñecas y escuché el ruido de las cadenas metálicas. Levanté la mirada, las esposas en mis muñecas estaban enganchadas en una cadena que colgaba del techo. Oh Dios. No. No lo hagas. Los sollozos comenzaron de nuevo mientras pateé, y mi cuerpo se balanceó hacia atrás y adelante, las cadenas tintineando. —Por favor. ¡No! —Lloré. Las lágrimas que pensé se habían secado ya, salieron en torrente por mis mejillas. El hombre se echó a reír y luego se alejó, y le oí hablar con el otro tipo, pero no podía entender. Estaba frente a una chimenea de ladrillo con los pies apenas capaz de tocar el suelo. Totalmente indefensa. El miedo se deslizó a través de mi piel. ¿Qué estaban haciendo? ¿Por qué estaban haciendo esto? ¿Quiénes eran? —Denle agua. Mi cabeza se sacudió ante la palabra agua, y traté de voltear, pero el hombre me agarró del pelo y tiró mi cabeza hacia atrás y luego comenzó a verter agua caliente en mi garganta. No me importaba si era el agua más sucia del mundo, sólo la dulzura de algo que se deslizaba por mi garganta era el cielo. Rocío las esquinas de mi boca, y me atraganté un par de veces mientras él vertía continuamente. Tragué lo más rápido que pude, con miedo de no conseguir nada más. Oí un crujido en la puerta abierta, entonces cerrarse de golpe. Alfonzo empujó mi cabeza lejos de él con tanta fuerza que me balanceé atrás y adelante en las cadenas. Entonces… —¿Estás jodiendo nuestro acuerdo ya, Raul? Ella es mía. Esto no era negociable. Creo que me he hecho bastante claro. Me rompí. La voz de Logan nadó en mi cuerpo temblando y me envolvió en su calor. Empecé a llorar, mi cabeza cayó hacia adelante haciendo que mis brazos y hombros gritaran de dolor mientras me sacudía. Logan había llegado por mí. Él está aquí para llevarme lejos. Para detener el dolor. —Es tuya cuando te diga que lo es. Y pierde esa actitud o nuestro trato se acaba.

Silencio. Podía oír el silbido del viento a través de las grietas en los marcos de las ventanas. —Nuestro acuerdo es sólido. ¿Logan? ¿De qué estaban hablando? ¿Qué trato? ¿Un acuerdo para sacarme de aquí? Traté de dar la vuelta para verlo, pero no pude conseguir el suficiente punto de apoyo para hacerme balancear en torno a mí misma. Risa. Fría. Violenta. Siniestra. Era como el crepitar de fuegos artificiales mezclados con el chirrido de los neumáticos sobre el pavimento mojado. —A ella le gusta pelear. —Su tono acentuado se profundizó, y toda la diversión se fue—. Tienes suerte que estoy permitiendo esto. Ella haría una cantidad fuerte en el mercado. ¿Preferirías que probara esa teoría? —¿Logan? —llamé—. Logan. Por favor. —¿Por qué no me ayuda? —No. Tú tienes lo que querías, y yo tengo lo que quiero, ella. El resto queda solo. Su voz. Era diferente. Más frío. Logan siempre irradiaba serenidad, pero este cambio era más que eso. Como ira latente bajo la superficie. ¿Por qué no estaba corriendo hacia mí? ¿Sosteniéndome en sus brazos? ¿Cómo me había encontrado? ¿Por qué estaba hablando con el tipo como si lo conociera? ¿Acaso no me veía? ¿Tal vez no me reconoció? —¡Logan! Por favor. —Luché con las esposas de nuevo, mis muñecas en carne viva por el corte de metal en mi piel. —¡Nunca lo llames así! —Gritó el hombre—. Él es amo para ti ahora. Un latigazo ardiente se arrastró en mi espalda, y grité. Intensas, punzantes réplicas apretaron mi carne cuando mi cuerpo trató de contener el dolor. Oh Dios. No. Por favor. No. —Logan. —Grité. —Haz exactamente lo que te dicen, Emily. —Las palabras de Logan eran rígidas y controladas. Ni siquiera estaba segura que fuera Logan. ¿Estaba mi mente jugando trucos conmigo? No podía entender por qué no iba a venir a ayudarme. Oí el reptar del cuero deslizarse por el suelo y luego el zumbido en el aire. Me tensé. Cuello agarrotado, ojos cerrados. El látigo cayó duro otra vez y me sacudí, arqueando la espalda cuando golpeó. Mis brazos llevaron el peso de mi cuerpo mientras colgaba inerte de las cadenas... sollozando, con el pecho agitado, las lágrimas corrían por mis mejillas. Silencio. Respiré dentro y fuera, mi espalda en carne viva y con la sensación como si un soplete hubiese cepillado a través de ella. —Habla sólo cuando te digan que lo hagas o vas a sentir el corte de la fusta. ¿Entiendes? El látigo cayó con fuerza en mi espalda de nuevo, y me quedé sin aliento, echando la cabeza hacia atrás mientras mi cuerpo se balanceaba atrás y adelante. —Sí. Sí, lo entiendo.

El sonido de la risa de chico hizo que mi estómago se revolviera, y el agua amenazaba con volver a subir. Empecé a respirar pesadamente a través de mi boca, desesperada por mantener la preciada agua en mi estómago. Oí el deslizamiento de cuero en las baldosas. —Por favor, no más. Mi petición fue ignorada cuando el látigo crujió y cortó en la parte posterior de mis piernas. Grité y traté de escapar, tirando de las cadenas y moviendo mi cuerpo hacia atrás y adelante. Una vez más llegó. Entonces de nuevo. Y otra vez. Perdí la cuenta de cuántas veces él me azotó una y otra vez, mi piel ardiente y palpitante de los hombros hasta los tobillos. Oscilé hacia atrás y adelante en las cadenas, floja y sin poder pelear más. Mi mente no dejaba de gritar, pero me quedé en silencio, temerosa de gritar, de llorar, de hacer cualquier cosa que pueda hacer que continúen golpeándome. Luego se detuvo. —Salimos en dos días. Llévala a la ubicación del transportador. Él la va embalar y se encontraran… —No. —dijo Logan—. Eso no será necesario. —Por dentro le estaba pidiendo que me abrazara, que me llevara en sus brazos y me dijera que todo iba a estar bien. Que él iba a llevarme lejos de aquí. —¿Crees que confió en ti? —Oí el roce de algo pesado deslizarse sobre el suelo. —Ella muere en el transporte, entonces no tienes nada. Y yo no tengo nada. La chica se queda conmigo. Silencio. —Muy bien, pero Dave y Jacob le acompañarán. Logan... no cometas errores. ¿Comprendido? De repente sentí un cuerpo detrás de mí, y me entró el pánico cuando olí el aroma a bolsa de gimnasio de Alfonzo. Una mano se deslizó lentamente por mi espalda sobre la parte superior de los verdugones y se detuvo en el escozor de mi culo. Apretó, e hice un gesto de dolor cuando sus dedos cortaron en los verdugones. Podía sentir su cuerpo contra el mío, su dura polla presionándose en mí. Gemí y me sacudí violentamente haciendo que mi cuerpo se balanceara en las cadenas. Él se rió en mi oído, su aliento flotando por mi mejilla. Su mano se deslizó más abajo, vaciló y luego me ahuecó con fuerza entre mis piernas. Grité más fuerte, tirando de mis amarres, sangre goteando de mis muñecas. —Por favor no me toques. Ayúdame... —Me detuve de decir el nombre de Logan, con miedo que me azotaran otra vez. —Él no te ayudará más. Nadie lo va a hacer. —Alfonzo susurró en mi oído. Hizo a un lado mis bragas y metió un dedo dentro de mí. Una parte de mí murió en ese momento. Era

como si todo el llanto, la sed, el dolor no fuera nada en comparación con la violación de mi cuerpo mientras Logan estaba de pie detrás de mí y no hizo nada. —No. Por favor, no. ¿Por qué haces esto? ¿Cómo podría Logan hacer esto? ¿Cómo podía ver a otro hombre lastimarme? Lloré en silencio mientras su grueso dedo presionaba dentro y fuera, con la respiración pesada junto a mi oído. Escuché su ropa crujir como si... No podía pensar. Mi mente estaba en una nube con la incredulidad sofocando cualquier esperanza que Logan fuera a parar esto. Oí agudas voces furiosas detrás de mí. No podía entender lo que decían, y en realidad, ya no me importaba. Estaba tan dolida y humillada, y todo lo que quería hacer era acurrucarme y morir. Sentí frío. Sola. Y era incapaz de detener al depredador que estaba violando mi cuerpo. Alfonzo soltó un gemido bajo, se puso rígido, y luego retiró su dedo. Mordisqueó la parte superior de mi oreja con tanta fuerza que grité. —Va a ser dulce follarte de verdad mientras que ruegas por misericordia. Me tragué el grito en mi garganta y me mordí la lengua tan fuerte que podía probar el hierro en mi boca. Alzó la mano y soltó las esposas, y yo caí con fuerza sobre mis rodillas. Me tomó unos segundos antes que pudiera dejar atrás el dolor y levantar la cabeza. Poco a poco me di la vuelta y miré por encima de mi hombro a Logan. Cuando lo vi, mi corazón se detuvo por unos segundos y luego empezó a latir de manera irregular. Era él, pero no había nada en sus ojos del hombre que yo conocía. Estaba frío e inexpresivo mientras me observaba. Ni un atisbo de simpatía en sus ojos. No reconocí nada del hombre por el que había caído enamorada. La esperanza murió cuando la realización me golpeó. Él era parte de esto. Él me hizo esto. Vomité toda el agua antes de que todo se volviera negro.

Capítulo 2

Día 3 La devastación sobrepone todas mis otras emociones. Desesperanza. La agonía de ser arrancada de todo lo que pensé era real. Él crudo dolor me hizo insensible a todo. Estoy tumbada en el suelo de cemento del sótano donde me tiraron con dos botellas de agua después de enfrentarme a Logan. Él me había traicionado. Me había mirado como si yo no fuera nada. Como una pieza de molde mientras era degradada y golpeada en el suelo. Mi mente luchó con lo que había presenciado, tratando de dar sentido a algo que no lo tiene. ¿Cómo había pasado por alto eso? ¿Cómo no había visto esa frialdad que vi en él ahora? ¿Era posible que estuviera tan atrapada por él que había bloqueado lo que no quería ver? No. Kat dijo que lo había visto. Él estaba enamorado de mí. Pero el hombre que vi aquí no era un hombre enamorado. Ese era un monstruo. Había mirado a través de mí, con los ojos vacíos de emoción. Ignoró mi súplica mientras que otro hombre metió un dedo dentro de mí. Observó mientras era azotada una y otra vez. Eso no era humano. Pero Logan tenía una banda. Georgie y Deck le conocían. Cantó en el bar de Matt. No tenía sentido, y sin embargo... permaneció de pie y me observo ser abusada. Habló con los hombres como si supiera quiénes eran. No sé cuánto tiempo lloré. Estaba sangrando y sola, tan herida y desolada que cuando el entumecimiento de los golpes me atravesó lo dejé. Pero no duró mucho. La ira llegó, con el odio por Logan. El temblor se detuvo, y me senté durante horas mirando por la pequeña ventana, la mayor parte del tiempo pensando en nada más que el odio ardiente por Logan, no, Sculpt. Logan ya no existía. Lo que parecieron días más tarde, pero pudieron haber sido sólo unas horas, se abrió la puerta y los pasos se detuvieron en la parte superior de las escaleras. Me levanté y caminé a ellas, hacia Alfonzo, cada paso era agonía emparejada con desesperación sangrando a través de mis venas. No tenía nada por lo que luchar por más tiempo. Logan me traicionó. Ni Matt ni la policía vendrían por mí, nadie lo haría. —Detente. —Lo hice.

—Ponte esto. —Me pasó una camiseta limpia y pantalones, luego lanzó un par de chanclas a mis pies. Sabía que pedir privacidad era inútil, y realmente no me importaba. Mi cuerpo ya no me pertenecía. Había sido privada de comida, golpeada, y cegada por la oscuridad. Los verdugones en mi espalda y piernas todavía palpitaban, y podía sentir la sangre seca donde me habían azotado tan fuerte que rasgaron mi piel. Nunca había experimentado un dolor tan insoportable antes, lo peor era recibir una patada en las costillas por un caballo. Pero este dolor no era sólo físico, sino que era emocional. Estar encerrada durante horas, esperando lo desconocido y rezando para que alguien me salve, mientras que la fría voz de Logan, me torturaba a cada momento. Abrí la cremallera de lo que quedaba de mi vestido y salí de él. Podía sentir sus ojos vagando sobre mi piel desnuda. Era asqueroso, y me sentía sucia, y rápidamente me puse los pantalones y luego la camiseta por encima de mi cabeza al mismo tiempo que me deslizaba en las sandalias que eran un par de tallas más grandes. Me pregunté sobre la chica que las había llevado en el pasado. Estaba esperando que me tocara. Que me empujara abajo al suelo y me pateara o me usara, y el menor movimiento me tenía saltando y retrocediendo. Sin decir palabra, hizo una seña con la cabeza hacia una puerta situada al final de un estrecho pasillo. Cuando llegamos, la abrió y me empujó fuera y me encontré a dos pasos sobre una pasarela. Tan pronto como el olor del aire fresco se coló dentro de mí me detuve y respiré. Después de días de oler orina, me dieron ganas de llorar sólo de tener esta oportunidad de respirar aire fresco. Cuando miré a mi alrededor vi nada excepto campos. Nadie que ayudara. Nadie que escuchara mis gritos. Un movimiento a mi izquierda me llamó la atención, y los vi... caballos en la distancia. La emoción de la libertad me hizo una seña, y sabía que nada me podía parar. Corrí. Escuché su refriega mientras él giró hacia mí, entonces maldijo cuando me escapé de sus manos. Gritó detrás de mí cuando me quité las sandalias y corrí tan rápido como podía. Mis piernas temblaron, y trastabillé mientras corría a través del camino de grava hacia la valla de cedro. Mi mente estalló en pánico, la adrenalina evitando que caiga de bruces. Estaba justo detrás de mí, jurando y maldiciendo. Podía oír sus pasos y sabía que si me atrapaba, no sería bueno. Él era malo... cruel. Estaba en sus ojos, y sabía que me haría daño si me cogía otra vez, y ese pensamiento me empujó a correr más rápido. Si pudiese llegar a los caballos y pillar uno, lo montaría hacia donde estaba el establo... Alguien tenía que estar allí para ayudarme. Cualquier persona. De ninguna manera él podía atraparme en un caballo. Yo podría hacerlo. Sabía que podía. Sentí su respiración pesada en la parte de atrás de mi cuello cuando me lancé a la valla. Mi mano tocó la barandilla de cedro, y luego el viento salió de mí.

Su cuerpo me atrapó contra la valla, una mano envuelta en mi pelo y tiró hacia atrás. Grité de dolor y luego disparé mi codo hacia atrás, pero esta vez estaba listo y me esquivó. Se desquito enganchando su brazo alrededor de mi garganta tan apretado que no podía respirar. —Esta vez no, perra. Empezó a caminar, arrastrándome hacia la furgoneta. Luché, pateando y retorciéndome contra su agarre, pero su brazo alrededor de mi garganta apretó con más fuerza hasta que estaba luchando por cada respiro. Estaba a punto de desmayarme o morir, cuando de repente me soltó y caí al suelo aspirando aire. Deslizó la puerta lateral abierta en sus pistas de metal y me dio una fuerte patada en el estómago. —Adentro. Resollé mientras me arrastraba a mis pies, tratando de moverme, pero sabía que si no lo hacía me daría una patada de nuevo. Él me empujó con fuerza en la parte baja de mi espalda, y caí hacia adelante, enterrando mi abdomen en el borde de metal de la camioneta. Tan pronto como estaba todo el camino dentro, cerró la puerta. No había ventanas en la furgoneta, y la puerta de atrás estaba encadenada con un pesado candado. Oí una llave en la cerradura de la puerta lateral y luego el mango fue probado. Me sentí como un animal para ser transportado. Una fuerte risa ronca salió de mi garganta, yo era un animal. En realidad menos que eso. Un cadáver, un pedazo de carne muerta que estuvo colgada, cortada, probada y tirada. Reboté en la parte posterior de la furgoneta por lo que supuse era una hora hasta que oí los neumáticos bajar la velocidad, y crujir a lo largo de un camino de grava. La camioneta se detuvo, y la puerta se abrió. —Fuera. Me acurruqué en la esquina trasera de la furgoneta. Demasiado miedosa de salir y aun así queriendo hacerlo, pero sabiendo que lo que me esperaba no podía ser bueno. —Si tengo que ir por ti, puta, no te gustará. Sabía que lo decía en serio. Era como si disfrutara verme sufrir. Poco a poco me arrastré hasta la puerta, y Alfonzo agarró mi brazo y tiró. No tuve tiempo de pararme, y aterricé duro sobre mis rodillas en la grava suelta. Levanté la mirada, lanzando el pelo fuera de mis ojos y encontrándome cara a cara con... Oh Dios, Logan. Me tomó un segundo registrar su rostro cuando se quedó mirándome. Estable. Compuesto. Casi como si hace cinco días no hubiéramos hecho el amor. Como si ni siquiera me conociera. Toda la rabia contenida se disparó desde mis pies hasta mi cráneo y exploté. —Maldito bastardo. —Grité y salí volando por él. Mi puño logró conectar con su rostro antes que fuera atrapada por detrás y arrastrada por el pelo. Me retorcí contra el agarre de Alfonzo, perdiendo el equilibrio y cayendo sobre mi culo, todo mientras Logan simplemente permanecía ahí y observaba.

—¿Has terminado? —preguntó cuándo dejé de luchar y me tumbé en el suelo respirando con pesadez mientras que Alfonzo mantenía el asimiento de mi pelo. —Es una perra luchadora. Voy a follarla a carne viva cuando hayas terminado con ella. Logan se movió rápido, apartando su mano de mi cabello y agarrándolo por la camisa y golpeándolo contra la camioneta. —Ella es mía. Entérate. No vas a tocarla, nunca. El rostro del hombre se puso rojo remolacha, y frunció los labios juntos cuando escupió. —Ella no es tuya. Raul es su dueño, y yo entreno a todas sus chicas antes de que él las venda. El aluminio se arrugó cuando Logan lo estrelló contra la camioneta de nuevo. —Ella va a ser vendida cuando yo esté dispuesto a venderla. Si la tocas otra vez como lo hiciste en la granja... te cortaré la polla y te la meteré en la garganta. Los ojos de Alfonzo me miraron tendida en el suelo, pero finalmente levanto las manos en alto, y Logan lo deja ir. —Levántate. —Logan se paró frente a mí, con los pies a centímetros de mis manos presionadas en la grava. Me tense, y sus ojos se estrecharon—. Ahora. —Vete a la mierda —dije, y le eché un puñado de grava en su rostro. Estaba sobre mí antes de mi próximo aliento, tomando mi brazo y sin dudarlo arrastrándome hacia otro coche. Empujé hacia atrás con los pies, tratando de ganar equilibrio, pero él estaba caminando muy rápido, y no pude hacer otra cosa que sentir las piedras clavándose en mis caderas mientras me tiraba al otro lado de la calzada. —Transpórtala con el resto de ellas —gritó Alfonzo—. La perra necesita una jodida lección. Después de eso, no va a estar poniendo mucha más pelea. Tan pronto como Logan me dejó ir, salté a mis pies y me disponía a correr cuando su mano me atrapó por el cuello. —No lo hagas, Emily. Corres y tengo que perseguirte, no va a ser bonito. Estaba jadeando más allá de la presión que tenía en el cuello, mis manos en la parte superior tratando de quitar sus dedos. Un recuerdo me sobrevino, la mano de Logan en la parte de atrás de mi cuello, mientras estaba penetrándome, y mi respiración se detuvo. No, no me dejes recordar. No lo hagas. Por favor. Juro que lo oí susurrar mi nombre, pero tenía que ser mi imaginación. Mi mente estaba tratando de encontrar algún tipo de esperanza a la que aferrarse cuando no había nada y me pregunté si tal vez me estaba volviendo loca. —Dile a Raul que me pondré en contacto con él una vez que crucemos la frontera. — Logan abrió la puerta del pasajero de un Lexus y puso su mano sobre mi cabeza como hace la policía cuando está poniendo criminales en la parte trasera de un coche patrulla. Entré y observé a dos tipos sentados en el asiento trasero. Los reconocí, pero no sé de dónde, hasta que de repente me golpeó cuando Logan caminó alrededor de la parte delantera del coche. La lucha, los guardaespaldas. La noche que Kat y yo fuimos a la lucha

de Sculpt y le pedí que me enseñara autodefensa. Estos hombres habían estado en la parte de atrás del almacén viendo a Logan. Pero eso fue hace meses. Oh Dios. ¿Habían estado observándome durante semanas? ¿Todos los días con Logan habían sido una mentira? ¿Estaba él, poniéndome a prueba para esto? Comencé a hiperventilar al pensar en todas las veces que había estado con Logan. Cómo me acunó en sus brazos mientras nos sentábamos viendo los caballos. Cómo era tan protector conmigo. ¿Por qué me había protegido si iba a dejar que me golpearan? La confusión tejió con tanta ansiedad sobre mí que tuve problemas para respirar. Logan conocía a estos tipos. Los había reconocido meses atrás. La verdad era... Logan me hizo esto. La puerta se cerró de golpe cuando Logan entró. Arrancó el coche y salió a toda velocidad. Lo noté mirar brevemente en el espejo retrovisor a los dos hombres y fruncir el ceño como si estuviera enojado. ¿Con ellos? Al menos pensé que frunció el ceño, pero tenía sed y estaba delirante y no podía estar segura de si lo que estaba viendo era real o lo que yo quería ver. —Ellos estaban en tu pelea. Logan se puso rígido, miró en el espejo retrovisor de nuevo, y sus manos se tensaron sobre el volante. —¿Por qué? ¿Por qué te molestaste siendo amable conmigo? —Emily. Silencio. —¿Por qué no me tomaste semanas atrás? ¿Cuál fue el punto de ser agradable conmigo en absoluto? ¿Por qué…? —Emily. —Su tono agudo fue suficiente para detenerme—. Vamos a pasar por esto una vez. Una vez, Emily. —Miró al frente, la voz tranquila y rodeada con frío, como una pica de hielo golpeando a cada palabra—. Nunca hables a menos que te lo pidan. Haz exactamente lo que te digo sin vacilar. La pataleta que tuviste... Eso es motivo suficiente para que te maten, y eso es si tienes suerte. Peor es entregarte por la noche a un grupo de trabajadores. Entonces desearás estar muerta. Me resultaba difícil tragar, mi mente enferma de recuerdos de dejar que este chico me besara, me sostuviera. Oh Dios, me hizo el amor. No podía creer que era el Logan que amaba los helados, que tiernamente me besó, me sostuvo en sus brazos, me cantó. Mentiras. Mentiras sumergidas en ácido. Su tono de voz sonaba como si esto fuera una conversación casual. Abrí la boca para preguntar acerca de sus otras víctimas cuando vi su mandíbula contraerse y recordé lo que había dicho. Apreté los dientes en su lugar y dejé que el sentimiento de traición me llenara. —Vas a comer, beber e incluso mear cuando yo te diga. —Sus palabras salían entre dientes, como si estuviera teniendo problemas para hablar, y su rostro era duro, con los ojos mirando la carretera—. Un error, Emily, uno. Y el tipo de la casa de campo, Raul, te romperá y te venderá al mejor postor. Si deseas permanecer conmigo… —Acentuó la palabra desear—. Tienes que hacer exactamente lo que digo. ¿Alguna pregunta?

—Sí. ¿Cuántas mujeres has jodido? Déjame adivinar, desde que tomaste tu dulce culo haciéndome caer por ti primero, supongo que cuatro chicas al año. ¿Saben tus compañeros de banda lo que haces en tu tiempo libre? ¿Qué pasa con tu madre? ¿Aprueba tus actividades extracurriculares? —La cabeza me dio un tirón hacia atrás y el borde de una cuchilla se sostuvo en mi garganta. Logan tomó en una larga respiración. —¿Ves a Jacob allí? ¿El que fácilmente puede rajar tu garganta? Bueno, él no me escucha. Es la mano derecha de Raul y hace exactamente lo que Raul quiere. Y si Raul le ha dicho que mantenga un ojo en ti y te mate por ser una perra entonces eso es lo que va a hacer, y no lo puedo parar. —Hizo una pausa y luego dijo—, o más bien, no lo haré. Sentí la frialdad de la cuchilla deslizarse en mi piel. Un hilo de sangre corrió por mi cuello y luego se deslizó en mi camiseta y se absorbió en una gran mancha roja. El crujido del cuero sonó cuando Jacob me soltó y se echó hacia atrás. Quería pelear, gritar y rastrillar las uñas por la cara de Logan hasta hacerlo sangrar como yo. Incluso consideré saltar del coche y tomar mis posibilidades con mis lesiones, pero en cambio me senté en silencio y me quedé mirando la carretera por delante. Después de diez minutos de silencio Logan me pasó una botella de agua en la mano y dos pastillas. —Trágatelas. Consideré tirárselas durante un segundo, y creo que él lo sabía, porque su ceño se profundizó. Entonces pensé en esconderlas bajo la lengua, pero sean cuales sean las píldoras no me iban a matar, sino podrían haberlo hecho fácilmente a estas alturas. Tiré las pastillas en mi boca y luego tragué hasta la última gota de agua. Estaba tan malditamente sedienta que mi piel se sentía como si se estuviera marchitando como un animal muerto que había quedado en el sol del desierto. —Compruébala. Antes que supiera lo que estaba pasando Jacob agarró mi barbilla y apretó duro. No tenía más remedio que abrir la boca. Su dedo se deslizó dentro, y me atraganté y tosí cuando él crudamente buscó en mi boca para asegurarse que me hubiera tragado las pastillas. Sentí el sabor de cigarrillos y ojalá hubiese conservado un poco de agua para lavar mi boca después que él terminó. —Limpio. Logan asintió. —Estamos cruzando la frontera. —Sacó el pasaporte del bolsillo de su jean, y jadeé cuando lo abrió y vi mi foto. Entonces vi el círculo redondo, mis anticonceptivos. Los tiró sobre mi regazo. Dios, había pensado en todo. Me pregunté por qué le importaba si estaba tomando mis pastillas o no—. Vas a sentir sueño. Si tenemos suerte no nos van a preguntar, pero si deciden que quieren hablar contigo y despiertas, vamos a una boda en Ohio. Todos somos amigos, y la novia es tu amiga, Kat. Tenemos ropa en el maletero para demostrar todo esto, así que ni siquiera pienses en joderlo. Kat. Oh Dios, Kat. Cerré los ojos y pensé en la última vez que la había visto. Las dos habíamos estado riendo.

Feliz. Otro sollozo escapó de mi garganta. —¿Emily? —Su voz era ronca y me cortó—. ¿La historia? ¿Lo tienes? —Asentí con la cabeza. —Las palabras, Emily. —¿Qué? —Tú siempre me responderás con palabras. —Sí. —Humillación nadó sobre mí, era como si estuviera hablando con un niño, y no podía envolver mi cabeza en torno al hecho de que había tenido relaciones sexuales con este hombre. Que había estado en sus brazos, dormido en ellos. No podía entender la idea de que Logan estaba actuando de esta manera. Iba a ser una estrella de rock. Tenía una banda. Tenía amigos. ¿Por qué abandonarlo todo para secuestrarme? ¿Todo lo que había pasado era una mentira también? Tumbé mi cabeza en el asiento y cerré los ojos mientras las lágrimas amenazaban con caer. No, no le daría esa satisfacción. Se merecía mi odio, no mis lágrimas. Lo que sea que uso para drogarme comenzó a surtir efecto, y no podía permanecer despierta por más tiempo. En un momento oí voces, y abrí los ojos por un momento, pero estaba demasiado cansada, y me acurruqué contra la ventana y me volví a dormir. Me mantuvieron drogada durante tres días. El coche se detuvo brevemente para escapadas de alimentos, gasolina, y baño. La mayoría de las veces me dormí demasiado atontada para luchar con Logan, y demasiado débil para hacer otra cosa que comer cuando me dio comida e ir al baño con Jacob que estaba de pie fuera del baño. Logan se había ofrecido a llevarme la primera vez, pero eso fue anulado cuando Jacob me agarró. Desde entonces Logan se quedó en el coche. Donde quiera que fuera, Jacob iba conmigo. El otro tipo, Dave, que parecía hispano y hablaba muy poco, se guardaba para sí mismo y nunca me había tocado, incluso cuando tropecé al salir del coche una vez y él estaba más cerca para ayudarme. Los días eran una bruma de niebla, de terror. Me sentía como si estuviera viviendo en el fondo de un pozo, frío y sola, casi sin respirar, y cuando lo hice fue para respirar aire viciado. Oí la ventana de Logan deslizarse hacia abajo y luego su voz estéril. —Estamos aquí. Abran la puerta.

Capítulo 3 Día 6 Donde sea que estuviéramos estaba completamente rodeado por altos muros con guardias en las puertas y varios caminando el perímetro con pastores alemanes. La propiedad era masiva con varios edificios y un edificio principal que parecía una mansión. Logan condujo hacia la larga y estrecha entrada, entonces se detuvo en la casa y apagó el coche. Miré a Logan, mi cuerpo comenzó a temblar cuando me di cuenta que donde estábamos era el sitio en el que yo no quería estar. Sus manos se apoderaron del volante tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos, y podía oír el cuero crujir bajo la presión. Eso me asustó. No, me aterrorizó. Se bajó del auto como hicieron los dos hombres en la parte de atrás, y me senté con mis rodillas en mi pecho mirando mientras hablaba con ellos y cabeceaba hacia la casa. Ambos hombres desaparecieron dentro, y Logan me miró a través del parabrisas. Era como si fuera incapaz de moverse, su cuerpo rígido y luciendo cada pedazo la ferocidad de un peleador, no la suave estrella de rock que me escribió una canción que nunca tuve la oportunidad de escuchar. Avanzó hacia mí, y quería desaparecer en el asiento de cuero. No podía controlar el temblor, y me hizo enojar que Logan lo pudiese ver. Quería ser dura, que él no sintiese nada de mí excepto ira, pero el pánico que se extendió en todo mi cuerpo era demasiado abrumador. Abrió la puerta. —Fuera. —Me tomó varios intentos para desenganchar mi cinturón de seguridad, porque me temblaban las manos tremendamente. Cuando finalmente lo hice, enganchó mi antebrazo y me sacó—. Haz lo que digo. —Su voz era baja mientras hablaba—. No mires a nadie. Los ojos hacia abajo en todo momento y no hables a menos que te lo pidan. —¿Dónde estamos? ¿Logan? Por favor, ¿por qué me haces esto a mí? —No pude evitarlo. Las palabras escaparon de mi boca en rápida sucesión. La pequeña conexión que sentí con él se hizo añicos al momento cuando Logan me tomó por los hombros y me sacudió—. ¿No entiendes todavía, Emily? Raul te posee. Es despiadado, te va a romper, torturar, y cuando le pidas misericordia te va a torturar un poco más. —Sus dedos lastimados apretaron y me estremecí—. No lo arruines. Me rompí. No pude evitarlo y me odié por caer tan bajo como para dejar que él o alguien me vieran hacerlo, pero por ese segundo dejé que el miedo se apoderase de mí

cuando dije: —Tengo miedo. —Logan me miró con ojos que eran fríos, oscuros y sin una chispa de... nada—. Deberías tenerlo. —Mi aliento quedó atrapado, y fue en ese momento que supe que tenía que enfrentar mi miedo y conquistarlo o iba a morir. Logan no iba a salvarme, sólo yo podría hacerlo. Caminamos en lo que parecía un enorme comedor, mantuve mi cabeza abajo como dijo Logan, pero mis ojos se desviaban hacia arriba. Fue una reacción incontrolable. Supervivencia tal vez, no sabía por qué, pero me enfrentaba a lo desconocido, y tenía que ver qué era lo desconocido. La sala estaba llena con más de una docena de hombres, sentados en una mesa larga de madera repleta de comida. Podía oler el aroma de la dulzura de una gran variedad de frutas, vinos y quesos. El sonido de la risa hizo eco en las paredes, junto con el tintineo de vasos, y hombres hablando y gritando. Pero eran los sutiles sonidos de gemidos y lloriqueos lo que llamó mi atención. Mi corazón empezó a golpear más duro y más rápido. Los ruidos eran equivocados. Me recordaban a animales capturados en jaulas y sus sollozos de desesperación. Levanté mi cabeza, mis ojos registrando la habitación mientras los sonidos tiraban de mí. Tirada, temblando en el suelo había una chica desnuda. Luego otra atada a una silla. Debajo de la mesa. Desde la esquina de la habitación, una chica de rodillas. Mis ojos se ampliaron, y mi aliento se detuvo en mi garganta mientras miraba horrorizada a las mujeres… Eran jóvenes, quizá un poco más jóvenes que yo. Mi estómago rodó y se sacudió, y me tambaleé hacia atrás, luchando contra el agarre de Logan cuando las arcadas me sobrevinieron con repulsión ante la escena que estaba frente a mí. Sacudí mi cabeza hacia adelante y hacia atrás una y otra vez. —No. No... —Repetí, mi mano sobre mi boca. Una chica se arrodilló a los pies de un hombre mientras la alimentaba con piezas de carne como un perro. Llevaba un collar de metal que tenía una cadena atada a la correa del hombre. Estaba desnuda, y pude ver verdugones rojos correr a lo largo de su columna vertebral. Debajo de la mesa, otra chica estaba entre las piernas de un hombre con sobrepeso. Ella estaba… su boca estaba en su polla mientras él gemía y empujaba su cara hacia adelante y hacia atrás en él. Pero era la chica de rodillas en cuatro patas más cerca de mí quien estaba llorando en silencio. Su mejilla estaba presionada en el piso con su trasero al aire mientras un hombre joven la penetraba desde atrás. También estaba desnudo y llevaba un collar y él tenía cicatrices que cruzaban a lo largo de su espalda. —Emily. Alfonzo estaba parado al lado de la muchacha, riendo y bebiendo su vino mientras observaba con un repugnante brillo en sus ojos. Otro hombre, alto y delgado, luciendo en sus treinta años estaba parado al lado de Alfonzo mirando también, pero él no estaba sonriendo. La chica. Oh Dios, los ojos de la chica miraban... a la nada. En blanco y vacíos, pero llenos de lágrimas. Su cuerpo se movía hacia adelante y hacia atrás, su pelo balanceándose con el movimiento. Fue cuando Alfonzo levantó el látigo y golpeó al chico en la espalda y dijo:

—Más duro —que lo perdí. Estaba hiperventilando y no pude aguantar más tiempo cuando volví mi cabeza lejos y me agaché tosiendo y asfixiándome. No podía mirar cuando una chica gritó, y supe... sabía que era esa muchacha con los ojos muertos. —No. No. —Mi mente era como un tornado lleno de los sonidos e imágenes de lo que Logan me hizo presenciar. Las pesadillas no podían compararse con esto. Lo que pensé que no podría existir en este mundo... La realización de que la gente puede ser tan cruel. Que estas… esclavas... chicas... Esto estaba escondido de los ojos del mundo, pero era vivo y real. Logan me transporto su lado. Su voz baja con un acerado tono cuando susurro a mi oído. —Contrólate. Te dije que no miraras. Tienes que aprender a confiar en mí. Era una mentira. No confiaba en una sola palabra de su boca, pero de todos modos, asentí porque no podía pensar qué hacer cuando el horror me dio una patada en el estómago. Solté respiración tras respiración, mi pecho silbante, mis extremidades temblando mientras miraba las baldosas de piedra bajo mis pies y trataba de sacar las imágenes de mi cabeza. No me dejarían. Los sonidos de las chicas llorando y gritando, la mirada de la chica con su mejilla presionada al piso. Apreté los ojos cerrados, intentando desesperadamente bloquear lo que había visto, pero no se marcharía. ¿Cómo podría Logan estar ahí tan inmune al horror? ¿Era humano? No, ninguno de ellos lo era. Oí pasos lentos y casuales aproximarse y el agarre de Logan se tensó en mi brazo, y mi cuerpo se puso rígido. —Después de días en tu cuidado, creí que podría estar mejor preparada para lo que le espera. —La voz era la misma de la casa donde fui azotada. El olor a sudor y ajo flotó fuera de él. —Mírame. —Ordenó. Oh Dios. No quería, pero estaba aterrorizada de lo que sucedería si no lo hacía. Cuando levanté mi cabeza, al instante le reconocí. El hombre de la lucha de Sculpt con los dos guardaespaldas Jacob y Dave. Lo recordaba observar atentamente a Logan después que había ganado la pelea. Esa noche parecía hace mucho tiempo. El dedo del hombre tocó mi mí barbilla y me resistí a su contacto. Su puño me dio un puñetazo en el estómago tan rápido y duro que tropecé hacia atrás y hubiera caído si Logan no hubiera estado sujetando mi brazo. Intenté desesperadamente aspirar el aire que había sacado de mí. —Eso era innecesario, Raul —dijo Logan con una voz calmada y contenida. —No le has enseñado nada. —Gritó—. Nada. La voz de Logan seguía siendo controlada cuando respondió. —Estaba drogada. —Te la entregué a tu buena fe, pero si no se conforma entonces la tomaré yo mismo, y podrá ser vendida. —¿Crees que no sé lo que se espera de ella? No creas por un momento que me he olvidado, Raul. Se va a comportar. —Logan me tiró más apretada en su costado, y podía sentir cada músculo suyo flexionarse y ponerse duro—. ¿Cuándo es mi primera pelea? —En dos días. —Escuché a Raul mover sus pies hasta que estaba parado directamente frente a mí—. ¿Recuerdas lo que te dije, Sculpt?

No me atreví a levantar la mirada, pero sentí la mano de Logan tensarse en mi brazo. —Estoy aquí para pelear, Raul. No perderé, así que jamás me cuestiones en eso. —No me gusta tu actitud. Te he enseñado mejor. —Me has enseñado nada, excepto pelear. Estoy aquí y lucharé, pero sólo si consigo lo que quiero. —Entonces entrénala y conserva la correa corta, o Alfonzo la tomará y se irá a la subasta. Estaba humillada y devastada cuando vi a Logan encogerse de hombros. —Es mía, porque quiero follarla. Una vez que me canse, puedes hacer lo que quieras con ella.

Oh Dios. No. No. Estaba tan enojada y aterrorizada, tratando de comprender todo lo que no tenía sentido que sólo no podía aferrarme a mi cordura ya. Escuchar ese flujo de palabras salir fácilmente del hombre del que me había enamorado era como un ancla descansando en mi estómago con aceite vertiéndose sobre las que una vez fueron unas hermosas mariposas, oscureciendo el amor que una vez sentí por este hombre. Lo odiaba. Lo odiaba tanto en ese momento que no pude detenerme. Giré y le pegué duro en toda la cara. Entonces le escupí... me volví y le escupí a Raul. —Bastardos. Asquerosos, malditos parásitos. —Mis gritos captaron la atención de toda la habitación, y aunque sabía que lo que había hecho no podía ser bueno para mí, se sintió increíblemente asombroso. Entonces estaba en el piso con una rodilla empujada en mi espalda y una mano presionando mi cara en el suelo de piedra. Grité cuando mis brazos fueron jalados detrás de mi espalda y algo áspero y tieso fue envuelto alrededor de mis muñecas. Entonces fui arrastrada a mis pies por Jacob. Mire a Logan. —Te odio. Te voy a matar. —Fui golpeada duro en el lado de mi cabeza y sentí sangre gotear por mis mejillas—. Eres un monstruo. —La cara de Logan seguía estando impasible por mis palabras cuando su fría mirada pasó sobre mí. —Sabes qué hacer —dijo Raul, su respiración filtrándose por su nariz. Jacob asintió con la cabeza. —No —dijo Logan, su voz un profundo y oscuro murmullo—. Podré lidiar con ella. —Nos insultó a nosotros y a una habitación llena de hombres. Podrá ser tratada como cualquier otra. Tienes suerte que no la desnude y le permita a cada hombre hacer lo que quiera con ella por este insulto. Luché contra Jacob, pero era grande, y para él, yo era como un Chihuahua molesto. —Emily, detente. —La orden de Logan atravesó mi pánico e ira, y me quedé quieta. No sabía cómo lo conocía, tal vez instinto, o era la forma en que los ojos de Logan me miraban fijamente inquebrantable, pero sabía que tenía que dejar de luchar—. No puedes pelear aquí, Emily. Jamás. —Levantó la barbilla hacia Jacob, y de repente estaba siendo arrastrada lejos. Era casi como estar separada de mi red de seguridad, Logan. No era mucho, y tenía agujeros en él, pero aún había algún tipo de conexión con él y aunque ya no confiaba, no quería ser

alejada de su lado. Miré hacia atrás sobre mi hombro. Logan estaba parado en el mismo lugar mirándome fijamente. Nunca se movió, nunca miro hacia otro lado. En algún lugar dentro de mí estaba esperando que detuviera a Jacob. Que corriera detrás de mí, gritando, haciendo algo, pero sólo me miraba. Rogué y esperé que cambiara de nuevo hacia el hombre que me había invitado a su corazón. Luego, grité en silencio porque peleara por mí mientras desaparecía de su vista. Estaba aterrada, caído tan bajo como para mendigar. —Por favor. Prometo ser buena. Llévame a Logan. Jacob me ignoró como había hecho durante los últimos tres días. Ni una sola palabra dirigida a mí. En su lugar, si quería que hiciera algo, hablaba con Logan, quién luego me lo decía a mí. Me jaló por un largo y ancho pasillo con pinturas de óleo de figuras desnudas en las paredes de estuco marrón melocotón. Algunas eran de una mujer, otras de dos mujeres, o un hombre y una mujer. Eran hermosas pinturas, y sospechaba que valían una fortuna. Donde estábamos, el lugar apestaba a dinero. Jacob deslizó una llave en una cerradura y luego abrió una puerta. La madera pesada se sacudió, y cuando me condujo por una escalera y en la oscuridad, empecé a temblar. —Por favor. —Retrocedí en su agarre y sacudí la cabeza hacia adelante y hacia atrás. Haría cualquier cosa para no ser dejada sola en la oscuridad otra vez—. No. Voy a ser buena. —Odiaba las palabras que estaba dispuesta a decir, pero no podía detenerlas. Comencé a hiperventilar cuando Jacob me tiró hacia adelante. —No. No. Por favor. Jacob ignoró mis ruegos mientras me empujaba a través de una puerta y luego por las escaleras. Empecé a llorar cuando el familiar sentimiento de desesperanza se hundió en mí. No podía ser encerrada nuevamente. El terror me agarró y peleé contra el agarre de Jacob. Mi cuerpo se movía como un pedazo de papel atrapado en el viento. Mis entrañas se estaban rasgando aparte, lagrimeando, ardiendo de miedo. Jacob continuó tranquilamente por las escaleras, entonces camino por un pasillo, me retorcí contra su control todo el tiempo, sollozando, mendigando. Seguía siendo impasible cuando pateó hasta abrir una puerta y me metió dentro. Me sacudí cuando cerró detrás de mí y giró la llave de la cerradura. Retrocedí lentamente lejos de él. Me rozó al pasar a mi lado y me tambaleé hacia atrás, pero nunca me agarró. En cambio, se acercó a un grifo en la pared y agarró un cubo. Entonces el agua comenzó a verterse en la cubeta. Giré, me moví hacia la puerta y comencé a tirar de ella. No se movió. Luego la golpeé y grité pidiendo ayuda. Sabía que era inútil, pero no podía evitarlo. Creo que tenía un poquito de esperanza que Logan escuchara mi pánico y viniera. Me equivoqué. Logan nunca llegó. Jacob me obligó sobre un colchón sucio en una oxidada base de metal y me empujó. Al instante pensé que se iba a forzar a sí mismo en mí, pero no quitó mi ropa. Me empujó

con el peso de su rodilla en mi estómago luego tranquilamente ató mis muñecas y tobillos a la base. Tiré y tiré, tratando de escapar, aun sabiendo que era inútil. Observé a Jacob cuando arrastró una silla plegable de plástico detrás del frente de la cama cerca de mi cabeza, entonces trajo el cubo. Mis ojos se ampliaron con terror, incertidumbre. Jacob se sentó, alcanzó el cubo y sacó una toalla empapada. Fue entonces cuando lo supe. Sabía exactamente qué iba a hacer. Lo había visto en las películas. Había escuchado que era utilizado para hacer hablar a la gente. Tortura. Tortura inimaginable. Una toalla húmeda sobre la víctima, y el agua era vertida sobre su cara. Ahogándole una y otra vez. —¡No! —Me volví loca. Luchando contra los amarres cuando Jacob colocó la toalla sobre mi cara—. No. No. No. No Sostuvo mi cabeza hacia atrás y luego vino el agua, y mis palabras fueron ahogadas con mis confundidos gritos.

Capítulo 4 Día 7 La puerta se abrió con un chirrido de las bisagras pesadas, y luego unos pasos lentos. Sentí pánico y miedo, y traté de desvanecerme en el colchón, encogiéndome. Jacob me había vendado los ojos después de la tortura. La agonía… Pánico activando todos los nervios de mi cuerpo mientras luchaba por respirar, pero aspire agua en su lugar. Traté de gritar, suplicar, liberarme de las ataduras que me retenían en la cama, pero no había escapatoria. Estaba luchando por la supervivencia, aun perdiendo con cada respiración tirados por agua. Jacob lo había hecho una y otra vez, vertiendo el agua sobre la toalla en mi cara. Pedí que parara cuando me dejó toser el agua y aliento durante unos minutos. Sollocé, y prometí hacer todo lo que quisiera. Él ignoro mis suplicas y lo hizo de nuevo, tuve nauseas, me ahogué y luché. Luego, cuando terminó, me quitó la toalla y la reemplazó con una venda en los ojos. Los pasos se acercaban. ¿Jacob había vuelto? ¿Iba a torturarme otra vez? Quería pelear pero sabía que solo hacia la tortura peor. Así que me quede quieta y en silencio mientras los pasos se acercaban. Entonces respire el olor familiar de lo que me recordó a una hierba recién cortada, a Logan. Alivio. Sí, lo sentí. Tal vez no debería haberlo hecho, pero lo hice. Mis lágrimas se habían ido, no sé a dónde. Él las había robado. ¿Él o Jacob? No estaba muy segura de nada, ya que Jacob me había roto, y Logan me había arruinado. Pensamientos contaminados de Logan me llenaron. Un odio que debía mantener oculto y controlado porque si él me abandona aquí por más tiempo iba a perder cualquier comprensión de la realidad que me quedaba. Ya nunca seré la misma chica de nuevo, por lo menos me gustaría estar cuerda. Sentí el suave roce de sus dedos en mi brazo y retrocedió. Su toque se detuvo, y le oí caminar como si vacilara. Entonces él se alejó. Me mordí el labio para no rogarle que volviera, a liberarme, a sacarme de aquí. Se acercó de nuevo, y esta vez desató las cuerdas que bloqueaban mis muñecas y los tobillos a la cama, y gentilmente me ayudó a incorporarme.

—Emily. —Sus dedos trazaron el lado de mi cara y luego la curva de mi cuello—. No se puede luchar aquí. Su toque familiar despertó mis mariposas ahogadas en aceite, y me sentí enferma que mi cuerpo reaccionara a su toque de esa manera. Me mordí con fuerza el interior de la mejilla hasta que probé la sangre. —¿Entiendes por qué? —Sí. —No tenía otra opción. Me senté por horas, con los ojos vendados, temblando, mojada, fría y solo mientras contemplaba mi vida. Luchar contra ellos sólo lo haría más difícil para mí. Ellos no me iban a matar. No, en lugar de eso me harían sufrir cada día hasta que les diera lo que querían. Vi la prueba de ello con esas chicas. No había manera de correr y esconderme de esto en lo que Logan me había metido. No había lucha. Todo lo que me quedaba era la supervivencia y la esperanza. —Bien. —Él puso su mano debajo de mi codo, ayudó a ponerme de pie y entonces me guió fuera de la habitación. No me quito la venda de los ojos y yo no le pregunté. Caminamos por un tiempo, pasando a través de puertas y giramos hasta que sentí el brillante sol golpeando sobre mi piel desnuda. Aspiré el aroma de la carne cocinándose y el humo como si estuviera en una barbacoa. Se mezcló con el olor de las flores y... Logan Tuve la tentación de romper la venda de los ojos. Sin mí vista durante horas y horas, todos los otros sentidos fueron aumentando. La ansiedad se deslizo en mí aumentando a cada paso. No tenía idea a dónde íbamos, y si iba a ser torturada de nuevo. Dios, él podría estar llevándome a un pozo de leones y no lo sabría. El miedo se intensificó con cada paso desconocido, y empecé a temblar tanto que me tropecé. —Emily. —Su voz era firme y tranquila, y por alguna razón me calmo lo suficientemente como para seguir caminando. Escuché que una puerta se cerró detrás de nosotros. Logan puso las manos a ambos lados de mi cabeza, y me pregunte si él iba a romper mi cuello, pero cuando sus dedos juguetearon con el nudo en el pañuelo respire un suspiro de alivio. Se detuvo, y luego sus manos se desvanecieron. —Emily… Estas más segura si no puedes ver. Yo estaba temblando tanto que mis dientes comenzaron a traquetear. No estaba segura si era por la debilidad en los miembros o el miedo a lo que me iba a hacer. Le oí andar por la habitación, se detuvo, y volvió hacia mí. Su tono era... Mortal. Nunca había oído la voz de alguien vibrara con tanta furia controlada antes. Salté cuando su mano tocó mi mejilla. —Tienes que temerme, no odiarme. Yo lo hacía, le temía. Pero creo que lo odiaba más. No, sabía que lo odiaba más. Por lo que había hecho. Por lo que estaba haciendo. Por la traición. Más que nada, por empañar algo tan hermoso y convertirlo en algo feo. Confiaba en él. Me entregué, y él desprendió capas de mi alma, hasta que vio todo. Entonces me llevó. —¿Entiendes lo que debe suceder aquí? Asentí. Yo lo hice. Entendí lo que Logan quería de mí. Quería lo que esa chica con los ojos muertos se había convertido. La chica se echó hacia atrás y hacia adelante cuando un

chico golpeaba en ella desde atrás. Quería la chica debajo de la mesa. Quería sumisión total y absoluta. Él quería que yo fuera su esclava. —Respóndeme. Salte por su tono brusco. —Sí. Sí, lo entiendo. Su dedo acaricio mi labio inferior. —Abre. —No quería. Dios, mi mente luchaba, y sin embargo, tragando mi orgullo abrí la boca. Su dedo se deslizó dentro, y quería morder duro, pero no lo hice—. Chupa. Hice eso también. —Buena, chica. —Me tranquilizo, su otra mano rodeo mi cintura y me atrajo contra él. Permanecí tranquila, usando mi respiración para liberar el pánico que recorrió a través de mi cuerpo. La ceguera mantenido el miedo vivo dentro de mí. Esto es lo que quería: el miedo. —Dejadnos. Di un grito ahogado, sin darme cuenta de que no estábamos solos. Oí pasos junto a nosotros, entonces la puerta se abrió y cerró. —Raúl te está probando. —Pasó un dedo por mi clavícula y luego bajo a la parte superior de mi pecho. —Y a mí. —Un toque de pluma se extendió por todo mi pezón haciendo que se vuelva erecto como si quisiera su toque. Oh Dios… ¿Cómo es que mi cuerpo reaccionaba a él de esta manera? ¿Por qué? ¿Cómo me iba a gustar lo que estaba haciendo? ¿Por qué hubo un latido familiar entre mis piernas?

No. Para Me puse rígida y traté de no prestarle atención a sus movimientos. Bloquearlo. Mantenerlo fuera de mí. —Por favor, Sculpt, déjame. —Era natural llamarlo Sculpt como si utilizando su nombre real de alguna manera debilitaría a su poder aún más. —Eso no es posible. La ira hervía en el borde de mi cordura. —Entonces, ¿qué obtienes por traerme aquí? ¿Además de la satisfacción de ver a una mujer golpeada, torturada, y humillada? —Me aventuré por hacer la pregunta, sabiendo que no iba responder, pero con la esperanza de que me daría algo. Su mano se quedó inmóvil en mi cuello. Pensé por un segundo que iba a ahogarme, pero permanecí completamente quieta y en silencio. Estaba esperando a ser golpeada o arrastrada de nuevo al sótano, estaba ahora preocupada de haber hablado cuando no debería haberlo hecho. Quería correr y esconderme. Era un ratón tembloroso y asustado de cada chirrido o movimiento que hacía. Estaba tan insegura de todo que busqué la única tranquilidad que podría conseguir, y ese aseguramiento era de Logan. —Entiendo.

Sentí el temblor de su dedo en mi piel. Logan era firme como una roca, él no estaba concentrado. Nunca lo hizo tambalearse. Había algo más en su respuesta. Raul podía darme a Logan pero había algo más que él no me decía. —¿Por qué? ¿Por qué haces esto? Era todo lo que… —No pude terminar la frase. No debería haber preguntado, sin embargo, estaba perdiendo el control. Quería respuestas. Para saber por qué él me atrajo a su trampa. Logan me llevó más lejos en la habitación, entonces me volvió hacia él, con las manos en ambos brazos. —¿Me temes, Emily? Porque si no lo haces Raul sabrá. Él sobresale en conocer el miedo. Le das algo más, él sabrá. Entonces nos enfrentamos a más de lo que nunca imaginas. —Te odio —grité las palabras, y su agarre se apretó. —Lo sé. —Su voz era firme y compuesta como si no se viera afectado por mis palabras— . Pero el miedo debe anular tu odio. ¿Recuerda lo que te enseñe? No se puede tener eso aquí. ¿Lo que él me enseñó? ¿La defensa propia? ¿Qué hizo?... Y entonces me golpeó, había querido mi ira cuando él me había estado enseñando a pelear. Después de que Logan accedió a regañadientes a ser mi maestro, él cogió mi miedo y lo convirtió en una furia controlada. Él me dio la confianza para luchar, y ahora... ¿Ahora quería el miedo de vuelta? —Me temerás, Emily. Y si no... Lo haré de ti. —Sus palabras eran abruptas e imperturbables. Esto envió escalofríos por mi espina dorsal. ¿Yo le temo? Sí. Tenía miedo en lo que se había convertido, de lo que él era, y de aquella cara fría, sin emociones que una vez pensé que conocía. Tenía miedo de que mi cuerpo aún reaccionara a él. Cómo me traicionó. Y sí, tenía miedo de que él me diera a Raul. Porque de Raul temía la mayoría, y no estaba segura si podía sobrevivir. —Este es su negocio. Raul secuestra a niñas, mujeres. Ellos están capacitados luego subastados. Le traen un montón de dinero. Podrías traerle un montón de dinero. —Kat y Matt… —Tienes veinte años, edad suficiente para desaparecer. Raul te hizo desaparecer. Una chica más perdida no traerá la ley a México en tu busca, sobre todo con una madre que no le importa una mierda su hija. Eso me dolió, pero lamentablemente era cierto. Mi ritmo cardiaco se aceleró, y lamí mis labios secos y agrietados. Kat y Matt no se darían por vencido. Iban a venir por mí, tenían que hacerlo. Tomó mis muñecas y ató lo que pareció una cuerda alrededor. Comencé a hiperventilar, con miedo de lo que haría, asustada de ser tan vulnerable. —Yo lo hago. —¿Haces que, Emily? —Te tengo miedo. Silencio mientras continuaba apretando las cuerdas. Todo lo que podía oír era el nylon grueso, ya que se movió de un lado a otro de lo que estaba haciendo después de que él ató a mis muñecas. De repente, me dejó ir, y escuche sus pasos a grandes zancadas de distancia como si estuviera enojado. A continuación, una puerta se cerró en la dirección opuesta de

donde entramos en la habitación. Caí de rodillas, las muñecas atadas, y mi piel fría y pegajosa y... sucia. Me sentía tan sucia por dentro y por fuera. Había estado con la misma ropa durante días, sin ducha, poca comida. La puerta se abrió de nuevo. Pasos. Se detuvo frente a mí. —Hay reglas que hay que seguir. Arrodíllate cuando alguien entra en la habitación. Nunca hables a menos que se te pida. Mantén la cabeza baja, y si quieres vivir, entonces te someterás a mí. —Me agarró las muñecas, me puso de pie y levantó mis brazos por encima de mi cabeza. Sentí algo que se enganchaba en la cuerda. Me dejó ir. Di un tirón y me di cuenta que me había atado a algo por encima de mí. Tiré más fuerte, pero no podía liberarme. El pánico se arrastró sobre mi piel. Sus nudillos rozaron mi cuello, y luego sentí un tirón en el cuello de mi camisa. Con un tirón rasgo la camisa de mi cuerpo. Le rogué a Logan en mi mente. Supliqué y grité que me dejara ir, pero nunca emití un sonido. Tomé varias respiraciones profundas, sabiendo que luchar solamente prolongaría todo lo que me iba a hacer. Sus manos se deshicieron de mis jeans, y los arrastro lejos, siguieron mis bragas. Colgué desnuda, temblando, y cegada. La degradación fue tan poderosa que quería acurrucarme en una tumba y morir. Él me tomó la barbilla. Era suave y amable, como si estuviera tratando de darme algún tipo de consuelo. —Está en ti, vi la fuerza en ti —susurró Logan. Pasó el dedo por mi mejilla y luego a través de mis labios—. Tienes que ser el león aquí, Eme. Contuve el sollozo en la garganta al oír el sonido de su voz, la que yo había conocido y amado. La frialdad se había disipado y mi mente estaba gritando por él. Oí la puerta crujir al abrirse. —Está listo para ti. La mano de Logan se puso rígida sobre mí. —No, grites. Salté por el tono de su voz fría. Me dejó ir, y le oí dar grandes zancadas por la habitación y luego abruptamente girar y volver de nuevo. —Sigue las reglas. Si no lo haces... Te perderás de este mundo, y no puedo detenerlo.

Tal vez quiero perderme. Sí. No. Dios, sólo quiero volver. Mi mente estaba tan jodida que no podía pensar con claridad. Se aferra a un hombre que ya no existía... No, eso no era cierto. El hombre que conocía había sido una mentira. Su aliento flotó en mi cara, y luego su mano estaba en mi pelo, tirando de mi cabeza hacia atrás. —Emily —respiró, diciendo mí nombre como si significara algo para él—. No me falles. —Sus palabras fueron apenas un susurro. Si pudiera haberlo visto me hubiera imaginado esos

ojos que me tiraban día tras día cuando me enseño a luchar. Cuando cantó para mí en el hipódromo, cuando limpio el helado de mi barbilla. Sus dulces palabras susurradas estaban en la voz que yo aprendí a amar, la que prometió protegerme no importa lo que pase. Prometió no volver a hacerme daño. Él lo prometió. —Cuando vuelva... recuerda las reglas. Oí sus pasos desvanecer, a continuación, la puerta se cerró, y el bloqueo de el pestillo. Oh Dios, ayúdame. No me dejes así. Vuelve.

O Tres horas más tarde La venda de los ojos estaba mojada por mis lágrimas silenciosas. Perdí toda la sensibilidad en las manos de las cuerdas atadas firmemente alrededor de mis muñecas. Recé. Por la salvación. Por la muerte. Para que Logan volviera. No me quedaba nada dentro. Nada. El vacío era como una cáscara vacía, hueca, sólo, sin un solo pensamiento, salvo el instinto para sobrevivir. Mis labios estaban tan secos ahora que había rajas en varios lugares como recortes de papel minúsculos. Tenía frío a pesar de la sensación de calor en la habitación mientras estaba desnuda durante horas. Escuché puertas que se abrían y pasos constantemente. Llegó a ser tan surrealista que cada pocos segundos, jure oír pasos, sin embargo, no era nada. Mi imaginación se escapó conmigo, y no pude estar bajo control. Imágenes de quedarme aquí durante días y días. Muerta de hambre y sola. Nunca pensé que estar sola sería tan difícil de soportar, pero el silencio era como un cuchillo que se arrastraba a través de mi piel. El temor de no saber. La espera. Insegura por cuánto tiempo me quedaré aquí. Me quedé colgando de mis brazos, mis puntillas apenas me sostenían. La agonía comió su camino a través de mis músculos cuando temblé sin control. Entonces, finalmente... Pasos. Voces. La puerta se abrió y jadeé, ahogando los sollozos. Mi pecho subió y bajo con alivio y sin embargo... incertidumbre. Sabía que no debía llorar, y si lo hacía podían dejarme aquí por más tiempo. Voces se acercaban a mí. Logan y otra persona. Los pasos se acercaban, y me tense, esperando el dolor o una caricia. No sabía cuál. No podría. Mi cuerpo estaba tan angustiado con la preocupación frenética que estaba sudando. Tome respiraciones profundas como Logan me había

enseñado en defensa propia para controlar mi miedo. Pero eso era lo que él quería: el miedo. Bueno, lo tenía. Yo vivía en un océano de ello. El olor familiar de Raul me llego y me provoco nervios. Por favor. No. No dejes que me lleve. Haría cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa para que Raul no me llevara. —No voy a tolerar su comportamiento en mi casa, Sculpt. Algunos de los hombres me preguntaron por qué no la había matado por su la falta de respeto. —Yo sé cómo se opera, Raul —contestó Logan. La mano de Raul trazo sobre mi pecho, ásperas manos callosas muy diferentes a las de Logan. Mordí mi labio inferior hasta que probé la sangre en mi boca. —La confianza se gana, Sculpt. Debes ganar eso. Al igual que ella. —Sus dedos agarraron mi barbilla—. Ella es muy hermosa. Cuando te canses de ella, hará una buena cantidad en subasta. —Sospecho que lo hará. Pero por ahora, ella es mía. ¿No es así, Emily?

Nunca. Nunca más. —Sí. —Yo sabía que mi voz temblaba. Logan, Dios mío, no me hagas esto. Incluso aunque no podía ver, sentí a Logan tensarse. Era como si el aire se detuviera por un breve segundo ya que la habitación quedó en silencio. —Si pierdes la pelea, ella va a ser vendida. —No voy a perder. El dedo de Raul se deslizó a través de mis labios secos, y sabía lo que tenía que hacer. No quería hacerlo, y mi estómago se revolvió violentamente ante la idea de lo que tenía que hacer. Pero lo hice. No podía hacer frente a esa habitación de la planta baja de nuevo. No ahora. No sé si alguna vez podría volver. Deslicé mi lengua y lamí luego lo hizo entrar en mí boca. Raul rió. —Mejor. —Él me dejó chupar durante un par de segundos y luego se retiró. El corazón me latía con tanta fuerza, que juré que podían oírlo. Las lágrimas estaban sentadas en los bordes de los ojos, balanceándose como una pelota en una repisa. Apreté los dedos en puños, las uñas clavándose en mí palma, tratando desesperadamente de concentrarme en otra cosa que lo que estaba sucediendo. Me alegré de que me vendaran los ojos. Puede que haya mantenido el miedo vivo a lo desconocido, pero también me salvó de ver a Raul. De mirarle a los ojos entrecerrados mientras chupaba el dedo. Nunca hubiese sido capaz de obligarme a mirar su rostro. ¿Logan sabía eso? ¿Hubo una razón para mantenerme con los ojos vendados? No. Tuve que dejar de fantasear que Logan estaba alguna manera ayudándome. —Te pareces mucho a mí, Sculpt —dijo Raul—. Determinado, resistente y veo la confianza sin piedad cuando luchas. —No soy como tú, Raul —contestó Logan—. Yo tengo lo que tú no, y eso es la paciencia. Raúl rió.

—Ahh, me conoces bien. Sí, eso es cierto. No soy un hombre paciente. —Los pasos cambiaron, y el piso de madera dura crujió—. Si ella comete un error, se va. No toleraré nunca una desobediencia en mi casa. Deberías saberlo, Sculpt. La puerta se abrió y cerró entonces oí una llave en la cerradura. Silencio. Ambos me habían dejado. Los sollozos me ahogaban cuando me rompí en mil fragmentos. ¿Por qué me odia tanto para hacerme esto? ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué yo? La venda estaba empapada por las lágrimas. El dolor se había ido... No, estaba allí; mi mente se había desvanecido con el fin de sobrevivir. Lo que me quedaba era la debilidad. Eso era lo que sentía. Demasiado cansada para luchar. Con miedo de luchar. Y Dios, sí... Quería ser amada por él otra vez, para que me sostuviera en sus brazos y lleve esta pesadilla lejos. ¿Realmente pensé eso? ¿Cómo podía mi mente incluso contemplar amarlo después de lo que me ha hecho pasar? Pero lo hice. No podía controlarlo. Él había arrastrado y tomado posesión de mi corazón, a pesar de que ahora lo rasgara en pedazos. Pero yo quería a Logan para salvarme. Quería que el hombre del que me enamore me llevara lejos de este lugar. Quería que me llevara lejos... Y entonces... Entonces matarlo. La puerta se abrió un poco más tarde. Estaba medio consciente de las manos de Logan en mis muñecas mientras deshacía las cuerdas y la venda de los ojos. Estaba demasiado débil y cansada para hacer otra cosa que caer en sus brazos. Él me recogió y me llevó a una cama y luego tiró un camisón de noche de seda blanco sobre mi cabeza. Creí oír que él me susurraba algo cuando me acostó, pero el dolor en mi cuerpo anuló sus palabras inútiles ya que mi cuerpo gritó por la agonía. Se alejó luego volvió, y se hundió el colchón mientras se sentaba a mi lado. Me tomó la mano derecha primero, con suavidad lavo con agua tibia y luego aplico la crema a mi piel quemada. Él lentamente masajeó mis dedos fríos y entumecidos después repitió el proceso con la otra muñeca y la mano. Cerré los ojos y le dejé hacer lo que quisiera. Se sentía bien, y sin embargo quería el dolor como un recordatorio de lo que me había hecho. Él puso la crema en la mesilla de noche, y agarró una botella de agua al lado de él y lo acercó a mis labios. No dudé y bebí con avidez. Cuando había agotado la mitad de ella, la tiró a la basura, y lo devolvió a su lugar. Vi cómo se puso de pie, se quitó la ropa hasta quedar desnudo. ¿Iba a dormir conmigo? ¿Iba a tener relaciones sexuales conmigo? ¿Iba a suceder? ¿Pensó que estaba bien porque voluntariamente había tenido sexo con él una vez? Bajó la mirada hacia mí. Miré hacia atrás. Ninguno de los dos se movió durante lo que parecieron minutos, pero fue probablemente sólo unos segundos. Se veía hermoso, y me molestó que pudiera parecer tan hermoso cuando era tan feo. Retiró la sábana y luego se deslizó a mi lado. Me di la vuelta y trate de escabullirme, pero él lo esperaba y estaba listo, uso los brazos de bloqueo alrededor de mi cintura y me arrastro hacia atrás contra él, por lo que mi espalda estaba apretada contra su pecho. Me tensé cuando el dolor de las ronchas se intensificó. Él no aligero su dominio, entonces enganchó su pierna sobre la mía como un ancla, el peso fijándome en su lugar.

Fue extraño, el contacto de su piel caliente y sus brazos alrededor de mí... era reconfortante. Como si me hubiera muerto de hambre ese sentimiento de bondad, y que lo tomaría del hombre que había robado para mí en primer lugar. ¿Dios, era tan débil para tomar cualquier dulzura que él me ofreciera? Sus labios se apretaron en mi oído y me cortó la respiración en la garganta. ¿Por qué? ¿Por qué hace esto? Estaba tan confundida en quién era. Frío y desapegado en un momento y ahora... ahora me estaba sosteniendo en sus brazos como si le importara. Los dedos de Logan se extendieron por encima de mi estómago justo debajo de mi ombligo. Me entraron ganas de llorar. No por el dolor que me estaba haciendo pasar, sino por este momento que me hizo amarlo otra vez. Lo necesitaba para ser cruel. Era más fácil estar disgustada con él. Pero esto... Traté de empujar su brazo fuera y alejarme, pero él apretó su abrazo. —Quédate quieta, Emily. —Me detuve. Ganó. Él lo había dicho una vez. Siempre ganaba. Mientras yacía en la cama mirando a la pared, mis muñecas doloridas, dolores musculares de temblar durante tanto tiempo. Sentí que me resbale. No mi mente, pero yo sí. Era como si mi cuerpo fuese separado de mis pensamientos y emociones. Me di cuenta de que me sentía más segura de esta manera. Mi cuerpo era sólo un aparato, algo para ser utilizado. No tenía ningún valor real. Podía dejarlo ir y alejarse a horizontes más seguros con mi mente. Algún lugar donde nadie podía llegar a mí. Incluso Logan. Pero yo lo echaba de menos. Era una locura, lo sabía, pero en alguna parte, una parte de mí todavía amaba al hombre que me había enamorado. El hombre que me besó y me hizo el amor como si pensara que yo era la mujer más preciosa del mundo. Pero ese pequeño recuerdo de Logan se deslizaba más allá de mi alcance. Él se estaba desvaneciendo, y quería aferrarme a él antes de que se apartara de mí para siempre. En la oscuridad, en los brazos familiares de un hombre que una vez amé, fingí. Hice como que él era el Logan del que me enamoré y estaba allí para protegerme de la luz del día y de la realidad que viene con la mañana. Cerré los ojos, el calor de su cuerpo desnudo contra el mío y luego... Luego justo cuando me estaba quedando dormida sentí sus dedos que se entrelazaban con los míos y sus labios besar la parte trasera de mi hombro.

Capítulo 5 Día 8 Me desperté para encontrar a Logan todavía acurrucado a mi alrededor, con la cabeza situada en mi hombro, sus labios en mi piel. Su cálido aliento era lento e incluso coincidía con su corazón contra mi espalda. Su brazo pesaba sobre mi lado, y nuestros dedos entrelazados juntos como amantes después de una noche de pasión. Apreté los ojos cerrados imaginando que nada en la última semana había sido real y que he estado en los brazos de Logan después de que él me hizo el amor. Él se levantaba, y me besaba, y yo estaría perdida dentro de su toque. Sentí el dolor entre mis piernas mientras deje mi imaginación vagar. Su muslo descansando sobre el mío, duro y caliente. Él en la parte superior, la sensación de su peso haciendo que mi deseo inunde cada nervio de mi cuerpo. Sus manos acariciando mi piel, suave y luego posesivo como si no pudiera tener suficiente de mí. Gemí mientras me imaginaba sus dedos jugando con mi pelo mientras su otra mano apretaba nuestros dedos entrelazados. Entonces sus labios besaron mi hombro, y casi salte de mi piel cuando el deseo disparó a través de mí, y me di cuenta de que ya no era mi imaginación. Salí de sus brazos tan rápido que me caí de la cama. Cuando llegué a mis pies Logan estaba tendido en la espalda con un brazo casualmente sobre su abdomen. Se volvió ligeramente hacia mí, y sentí la frialdad en su lenta mirada sobre mí. —Ve a ducharte, Emily. —Asintió hacia la derecha, donde vi una puerta. No lo pensé dos veces antes de seguir sus órdenes mientras corría al refugio del baño, pero antes de que pudiera cerrar la puerta, dijo—:Déjala abierta. Mi mano bajó de la manija de la puerta a pesar de que lo único que quería hacer era golpearla bruscamente y bloquearla; por supuesto no había una cerradura para mantenerlo fuera. En cualquier caso, un cerrojo de seguridad no espantaría a Logan. Sospeché que nada lo haría. En cierto modo, eso fue en parte por qué me enamoré de él. Era decidido y enfocado. Insondable. Era confiado, sin temor. Una continua determinación como si nada le podría

romper. Era un miedo sexy, y eso me hacía sentir protegida. Ahora... me asustaba, Porque ahora no confiaba en él. Empecé a desabrochar los botones de mi camisón blanco que él me había dado para usar, y cuando me miré en el espejo di un grito ahogado. Podía verme. Desde la cama miraba en el espejo mientras me desnudaba. Tenía las manos entrelazadas detrás de la cabeza, y su rostro era inescrutable mientras me miraba fijamente. Mis dedos se enredaron en los botones, y me tomó varios intentos para conseguir deshacer el último. Cerré los ojos mientras deslizaba el material de seda de mis hombros y lo dejaba caer al suelo. No iba a mirarlo, trate de contenerme, pero abrí los ojos y me congelé. Calor. Deseo ardiente en las oscuras profundidades de sus ojos. Él me miró de arriba abajo lentamente, casualmente, como si tenía todo el tiempo del mundo... y lo hacía. Controlaba todo sobre mí ahora. Si llegara a ser aburrida o molesta me podía vender sin dudarlo un instante. Eso solo me hizo hacer lo que él quería. Bajé la cabeza para que no pudiera ver mi expresión, y luego abrí la puerta de cristal esmerilado de la ducha y entre. ¿Iba a venir tras de mí? ¿Iba a tocarme? ¿Abrazarme? ¿Hacer el amor conmigo? ¿Qué estaba pensando? Nunca me iba a hacer el amor otra vez, sería un maldito. La pregunta era si estaría dispuesta o no. Encendí el grifo, me estremecí de dolor cuando el agua helada golpeó mi piel. Sacudí cualquier deseo que estaba sintiendo tontamente sobre Logan por el drenaje. Rápidamente me lavé el pelo y luego cogí el paño para limpiar el hedor de mi piel. Me froté tanto que mi piel se puso roja brillante. Aligeré la presión sobre la parte posterior de las piernas y evitaba mi espalda, donde mi piel estaba todavía agrietada. ¿Necesitaba conseguir la sensación de Alfonzo, Jacob y Raul sobre Logan? ¿Por qué no había pensado en Logan? ¿Por qué no me revuelve el estómago al pensar en él reteniéndome toda la noche? —Ven aquí. La toalla cayó de mis manos mientras me miraba y vi el contorno de Logan apoyado contra el mostrador, con los brazos cruzados. Apagué los grifos y salí. Él me miró de arriba abajo y frunció el ceño, agarró la toalla colgando en el gancho. Se acercó, y luego comenzó a secar mi piel. No hubo nada metódico. Era un proceso lento y sensual; sostenía la toalla en su mano, así que podía cepillar su pulgar sobre mi piel con cada trazo. Su mano se deslizó sobre mi abdomen y luego bajo hasta que su mano descanso en mi montículo. Se detuvo y me miró. —Abre. Tragué saliva. Luego separe unas pulgadas mis piernas cerrando los ojos. Tenía una mezcla de emociones, porque me sentía avergonzada, y sin embargo había un destello de deseo. Había una línea muy fina que estaba dibujando aquí, y sólo yo. No estaba segura de qué dirección iría.

Dio un paso más cerca. Su pulgar rozó entre mis piernas con el arrastre de la toalla. Contuve la respiración. No me quitaba los ojos de encima mientras descubría la humedad sedosa de mi deseo. Dejé de respirar, odiando que él supiera que estaba excitada. Sus ojos se estrecharon, y su mandíbula se apretó. Entonces, como si no hubiera pasado nada, rápidamente secó mis muslos internos y luego tiro la toalla al suelo. —Deja afuera el camisón. Ve y arrodíllate junto a la cama. Abrí la boca para... ¿Qué, discutir? ¿Decirle que no? ¿Negarme a hacer lo que pedía y poner mi bienestar en riesgo siendo golpeada o lanzada en el sótano con Jacob? ¿O peor vendida? Salí del baño y escuche el agua de nuevo justo cuando me arrodillé en el suelo. Sabía de lo que se trataba, no era estúpida. Me di cuenta al segundo que vi a las chicas en el comedor. Me estaba entrenando. Yo era esclava sexual de Logan, aunque el sexo aún no había entrado en juego, pero no tenía ninguna duda de que lo haría. Había traído mis pastillas anticonceptivas por el amor de Cristo. Iba a hacer lo que quería sin dudar ni desobedecer, nunca hablar a menos que se me pida, y someterme a todos los hombres. Pertenecía a él, y no por voluntad propia. Logan salió del baño desnudo. —Ojos abajo. Le oía vestirse, la puerta del armario abrirse, sacar ropa y, luego, un clic cuando el armario se cerró de nuevo. Sus pasos se acercaron y se detuvo frente a mí. —Abre la boca. Lo hice, y él me puso un trozo de manzana en la boca. —Hoy vas a venir conmigo a mi entrenamiento. Debes aprender qué hacer cuando estas en público, Emily. —Sus dedos tomaron otra rebanada de manzana, y abrí mi boca, y él la deslizó dentro—. Compórtate así y no vamos a tener ningún problema. Mi estómago se revolvió ante la idea de ser testigo de la última escena en el comedor. Tenía miedo de que tuviese pánico y correr o luchar. Logan intento darme otro pedazo de manzana, pero aleje mi cabeza. —Tienes que comer. Negué con la cabeza. —Abre. —No. No, puedo. Por favor. Me siento mal del estómago. Logan por favor. —Me detuve de repente. Supe al instante que había usado su nombre verdadero cuando me dijeron que no lo hiciera. Todavía tenía las marcas rojas en mi piel del látigo y no quería volver a sentir el cruel golpe de nuevo. Bajé la cabeza—. Lo siento. Me olvidé. Empecé a temblar. Cuando su mano cayó sobre mi hombro me perdí y empecé a sollozar. ¿Me iba a azotar? ¿O llevarme a Jacob? Fue un error. No quería llamarlo por su nombre. —Emily. —Seguí sollozando, mi cabeza entre mis manos balanceándome—. Mírame. Lo hice. Iba a sufrir o algo peor de lo que había anticipado.

Él me tomó la barbilla y frotó su pulgar sobre la parte superior de la grieta justo debajo de mi labio inferior. —No puedes usar mi nombre aquí. Alguna vez. Creo que ya lo sabes. —Asentí con la cabeza—. Si debes llamarme por algo, debe ser amo. Mi respiración se detuvo. —Dilo. La palabra quedo atrapada en mi garganta, obstruida, me llené de negación de lo que tenía que hacer. Por alguna razón la idea de llamar a cualquier hombre amo era... era humillante, degradante. Dios, me hizo sentir como un objeto sin valor propio. Su mano se apretó en mi barbilla. —Emily. Era sólo una palabra. Era sólo una palabra. —Amo. —Buena chica. —Él no sonrió, en realidad, frunció el ceño, y luego se levantó bruscamente y entró en el cuarto de baño y cerró la puerta. Esperé en mis rodillas hasta que finalmente volvió a salir una fría máscara de determinación en su rostro. No me gusto su cara, no era de locura o calma o sonriendo, era ilegible, y eso era peligroso. —Una chica te traerá ropa. Úsalos. Estaré de vuelta en una media hora. —Él ni siquiera se molestó en mirarme paso de largo, abrió la puerta y se fue. Cuando regresó estaba vestida con un vestido negro de cruce tan bajo en la parte delantera que apenas cubría mis pezones. Se ajustaba bien a mi cuerpo, sobre mis caderas a mi muslo. No era sexy, era de mala calidad, y me sentí de esa manera. Me hubiera gustado llevar el camisón blanco que este vestido. Logan me ordeno ponerme de pie luego me miró de arriba abajo, y luego, como si estuviera satisfecho, asintió con la cabeza y extendió la mano. Caminé hacia él y tomé su mano. —Quería mantenerte oculta de esto, pero eso no va a suceder. Tienes que aprender a desconectar lo que está sucediendo a tu alrededor. Al igual que yo te enseñé a superar tu miedo con ira, es necesario superar tus emociones y enterrarlos. Insensible, Emily. Eso es lo que se necesita para sobrevivir. ¿Por qué me está diciendo esto? ¿Entonces, no enloquecí nuevamente? ¿Le importa si me torturaran? Él vio a otro hombre empujar el dedo gordo dentro de mí, no hizo nada cuando me estaba azotando una y otra vez. ¿Por qué se preocupa por mí en absoluto? —Ven. —Me llevó tras él, y nos abrimos paso a través de la enorme casa, las chicas pasando por nosotros, cabezas bajadas, sin hacer contacto visual. Varios guardias deambulaban las instalaciones, y me di cuenta de que algunas de las puertas tenían un guardia fuera de ellos. Logan ignoró a todos y caminó a grandes zancadas a través del complejo por un camino a otro edificio que tenía dos guardias de pie en la parte exterior. Cuando vieron a Logan abrieron las puertas dobles y asintieron con la cabeza hacia él.

Mantuve mi cabeza abajo, pero traté de ver lo más que pude, ya que pasamos lo que parecía ser un conjunto de pesas luego de varios sacos de arena roja donde dos hombres estaban trabajando actualmente hacia afuera. Logan se detuvo. —Quédate aquí. Esperé, escuchando los sonidos constantes de golpes y gruñidos de los hombres entrenando. Delante de mí había una plataforma donde estaban escasamente dos chicos. No pude conseguir una buena visión sin levantar la cabeza, en un habitación llena de hombres con los que no quería correr el riesgo de que nadie me viera. Estaba aprendiendo rápido de lo que esperaban de mí y el dolor y la humillación era mucho menos si yo mantenía mi boca cerrada y los ojos hacia abajo. ¿Eso era ser débil? No, era la supervivencia. Hay un tiempo y lugar donde lucharía, y lo haría. No sabía si estaría en mí para siempre. Nunca había renunciado a mi sueño de montar a caballo. Mamá era una alcohólica que insistía en que era inútil, fea y gorda, así que utilice lo que tenía... yo trabajaba después de la escuela ya que tenía dieciséis años y guarde hasta el último centavo. Luego a los dieciocho años me mudé con Kat y su hermano Matt. Fue Matt quien me prestó su coche para que cada fin de semana pudiera ir al establo. —Emily. —La voz de Logan se estrelló contra mí, y lo mire. Él frunció el ceño, y baje rápidamente mi cabeza de nuevo. Me levantó la barbilla a un lugar a la derecha del ring—. Arrodíllate ahí. Voy a buscarte cuando haya terminado. ¿Quería que me arrodillara en el suelo de cemento? ¿Para permanecer allí y esperar por él como un perro? ¿Qué no lo hizo pegar un collar de púas en mí mientras estaba en ello? Mis pensamientos deben haber estado vivos en mi expresión, porque él me agarró del brazo y me acercó a donde quería que me arrodillara y me empujó hacia abajo. Abrí la boca. —No. —Su abrupta, advertencia fría fue suficiente para hacerme mirar mis manos en mi regazo. Él asintió con la cabeza a la izquierda, y mis ojos vieron en la dirección, pero estaba cuidando de mantener la cabeza hacia abajo. Mi pecho se apretó cuando vi a Jacob, Alfonzo y Raul. Estaban cerca de la puerta hablando con un tipo que golpeaba un saco. Me tense cuando comenzaron su enfoque, y todo mi cuerpo ya estaba corriendo y escondiéndose en uno de los armarios en el otro lado de la habitación. Un pensamiento tonto y completamente inútil, pero cuando hombres que temes vienen hacia ti, pues tu mente surge con las ideas más ridículas. —Sculpt —dijo Raul— ¿Dónde está Dave? —En camino. —Bien. —Los ojos de Raul se posaron en mí, y rápidamente bajé la cabeza aún más—. Tengo un envío viniendo que necesita ser comprobado. Después del entrenamiento Alfonzo irá a cuidar los contenidos. Sabía lo enojado que estaba Logan por la leve contracción del dedo índice de su mano izquierda. Él no estaba contento sobre la petición de Raul o, más bien, su orden. —Envía a otra persona.

Raúl le dio una palmada a Logan en la espalda y se rió entre dientes. —Si quisiera a alguien más para ir, ya le hubiera preguntado a ellos. —Yo peleo. No soy uno de tus hombres. Raúl se encogió de hombros y luego se agachó y me agarró por el pelo y tiró de mí a mis pies y me empujó a Alfonzo. —Tienes razón. No eres uno de mis hombres y mis luchadores no reciben esclavas, ya que es una distracción. —Raúl asintió a Alfonzo—. Sácala de aquí. Ponla sobre la subasta. Cuarenta mil. Mis ojos se abrieron con pánico mientras Alfonzo miró de reojo hacia mí. Sus ojos pequeños y brillantes rieron del miedo temblando por mi cuerpo. —Lo haré. —El tono de Logan era frío y tranquilo, pero lo suficientemente fuerte para que Raul lo tuviera en cuenta y detuviera a Alfonzo. —Déjala ir. —Logan miró a Alfonzo, y pensé que podría romper su puño en la cara—. Ahora. —Déjala ir, Alfonzo. —Los labios delgados de Raul se presionaron mientras me miraba, y tuve la impresión de que no estaba contento con el hecho de que Logan había hablado por mí. Alfonzo me empujó hacia adelante, y caí de rodillas delante de Logan. Mantuve mi cabeza abajo, mis lágrimas de alivio escondidas detrás de mi velo de pelo. La puerta se abrió con un ruido fuerte, y luego vinieron pies corriendo hacia nosotros. —Siento llegar tarde. Vamos a hacer esto, Sculpt. Logan no esperó disculparse con Raul. Vi sus pies girar, y lo oí alejarse, dejándome con Raul y los otros. —No creo que vaya a protegerte todo el tiempo —Raul se inclinó mientras hablaba con su voz chillona acentuada. Él extendió la mano, y tomó todo dentro de mí para permanecer lo más quieta posible. Apreté los dientes con tanta fuerza que mi cabeza vibraba. Sus dedos se deslizaron por mi cabello después por mi hombro y delante de mi cuello y luego hacia abajo... su mano acarició mi pecho mientras corría con el pulgar hacia atrás y adelante sobre mi pezón. Mantuve mis ojos cerrados y repetí una y otra vez en mi cabeza que nada me podía tocar, nada me podía tocar. —Si pierde su pelea serás mía. —Raúl apretó fuerte mi pezón, y me estremecí—. Eres como todas las demás. No creas que eres algo especial. Con esto se puso de pie y se alejó con Jacob y Alfonzo. Me dejé caer hacia adelante, con las manos cubriendo mi cara mientras sollozaba, dejando que el pelo caiga hacia delante para que nadie pudiera ver. Raul era aterrador, calculador y cruel. Disfrutaba viendo sufrir a los demás. No tenía ni moral, ni valores y hacía lo que quería sin pensar en las consecuencias para los demás. Era peligroso. Él era peligroso. —Emily, mírame. —Logan estaba de pie en el ring, sudando y respirando agitadamente. Nuestros ojos se encontraron, y vi la furia ardiendo en las profundidades de sus ojos oscuros. ¿No sabía si estaba enojado conmigo, porque había estado llorando o era de otra cosa? Me

miró fijamente por unos momentos y al final me establecí lo suficiente como para dejar de temblar. Entonces Logan asintió, dio media vuelta y comenzó luchar con Dave de nuevo. No tenía ni idea de lo que me decía la mirada de Logan, pero me hizo sentir más juntos... bueno, juntos, como podía ser yo arrodillada en un gimnasio rodeada de hombres que podrían abusar de mí si tuvieran la oportunidad. Supuse que estaba a una hora cuando Logan terminó su práctica. Lo vi hablar en voz baja a Dave lejos de los otros hombres en el gimnasio, y no se veía feliz. Vi a Dave mirando por encima de mí, entonces su boca se movió rápidamente y con furia, como si él estuviera tan cabreado como Logan. Cuando Logan se volvió hacia mí, rápidamente bajé la cabeza y mantuve la mirada hacia abajo. Me quedé de esa manera hasta que vi la punta de los dedos de los pies al lado de mis rodillas. —Dave te llevará de vuelta. Mi respiración se detuvo, y quería protestar, pero no lo hice. No podría. El temor de las consecuencias era demasiado grande para ignorarlo. —Él no te hará daño, Emily. —Sí... amo. —Quería morir. Oh Dios, quería hacerme un ovillo y morir de mortificación. Llamarlo amo era degradante, y me hizo sentir menos persona, como mi madre solía hacer. Un objeto inútil que ocupaba el espacio y se comió su comida. Logan acarició su mano sobre mi cabeza una vez y luego dio media vuelta y se alejó. Me puse de pie cuando Dave me dijo, luego camine un par de metros detrás de él de vuelta a mi habitación. Nunca miré a nadie, ni siquiera por el rabillo de mi ojo. No tenía idea de lo que Dave me haría, y eso fue peor que saber. Había estado demasiado drogada para recordar mucho de cómo era cuando venía en coche de camino aquí, pero lo que me di cuenta fue que él no tuvo el deseo persistente en sus ojos cuando me miró. En su lugar, vi lastima y compasión. Odiaba la compasión, pero prefería la compasión que las amenazas llenas de lujuria de Alfonzo. Dave me dejó afuera de mi habitación. —Él te protegerá como le sea posible, pero está débil. Haz exactamente lo que te dicen, y sobrevivirás a esto, Emily. —Estaba sorprendida por sus palabras. Abrí la puerta, camine dentro. Él la cerró detrás de mí, y oí la llave y luego sus pasos. Estaba durmiendo en la cama más tarde esa noche cuando oí la puerta abrirse. Me senté, tirando de la sábana conmigo, ya a punto de ir a arrodillarme en el piso cuando su voz me detuvo. —Quédate en la cama. —Su tono era cansado y apacible, tranquilo. Se dirigió directamente hacia el baño, cerró la puerta y oí los grifos que se convirtieron luego en una explosión de agua. Me acosté y metí la sabana a mí alrededor. No pasó mucho tiempo antes de que saliera, la luz en el cuarto de baño iluminando su cuerpo desnudo. El pellizco entre mis piernas hizo añicos cualquier decisión que tuve de no sentirme atraída por este hombre. Mi vientre se contrajo, mientras venía a zancadas hacia el lado de la cama y luego arrastre la colcha con la sabana escondida debajo de mí.

Se deslizó en la cama y luego se relajó, el codo encorvado sobre su cabeza y el otro brazo descansando en su abdomen. Mire... Dios, se veía como Logan. El Logan que conocía. El Logan que me enamoró. No había nada frío sobre él esta noche, en realidad parecía vulnerable, y sus ojos... sus ojos tenían un deje de tristeza. ¿Podría este hombre incluso sentir la tristeza? ¿Podría estar leyéndolo mal? Lo había leído mal antes, y sin embargo... quería abrazarlo. No estaba segura de por qué. ¿Fue porque me sentía sola y asustada, y quería a alguien? ¿Alguien? ¿Incluso si era el hombre que me trajo aquí? ¿O se trataba de consolidar mi puesto con él? Para mostrarle afecto por lo que no se viera inclinado a venderme. Poco a poco me acerqué más a él, mi corazón latía de manera irregular por el miedo al rechazo, y sí... sí, anticipación de tocarlo. No porque tenía que tocarlo, sino porque quería. Miré a su cara, y sus ojos estaban cerrados, su respiración constante. Nos imagine juntos tumbados uno al lado del otro en el parque después de que él toco su guitarra y cantó para mí. Eso fue una mentira ¿no? ¿Cómo podía ser? Se sentía real y sincero. Contuve la respiración mientras ponía la mano sobre la de él apoyada en su estómago. Su respiración se mantuvo constante, y sus ojos permanecían cerrados. Me acerqué más, mi cuerpo a centímetros del suyo, empapándose de su calor, entonces puse mi cabeza en su pecho. —Mouse —susurró, y luego envolvió su brazo a mí alrededor y me metió en su costado. Suspiro, y unos minutos después estaba dormido.

Capítulo 6 Día 9 Todavía era de noche cuando me desperté. Mi cabeza se encontraba sobre el pecho de Logan, y su brazo estaba a mi alrededor, los dedos acariciando lentamente arriba y abajo de mi espalda. Sabía que él estaba despierto, podía escuchar su respiración, y no era lenta, respiraciones largas, pero... despierto. No estaba segura de sí se me permitía hablar, pero había algo en Logan que cambió cuando nos acostamos juntos. Así que tomé la oportunidad, y cambié mi cabeza hacia arriba, mi mejilla deslizándose sobre los músculos lisos, duros de su pecho. Él me miraba, y cuando me encontré con sus ojos mi respiración se detuvo. Estaba atrapada en la trampa de su deseo que estaba nadando en las profundidades oscuras. Controlar mi reacción era... bueno, era imposible. Él todavía podía excitarme con una mirada, y toda su dulzura me inundo de nuevo como ser golpeada por una ola gigante. —Logan. —Me puse rígida después de que lo dije. Él suspiró y cerró los ojos. Cuando los abrió de nuevo, vi lo que parecía angustia, confusión. Quería besarlo, tocarlo, sentirlo. Apretarlo a mí y quitarle todo el miedo y solo... yo solo quería sentirme protegida y amada por él. Tenía los labios cerca de su pecho, y no pude detenerme cuando lo besé. Se sentía como si fuera un adiós a todo lo que habíamos perdido y la tristeza me llenó. Sobre todo cuando me di cuenta de que él no había perdido nada, había ganado. Una lágrima escapó a la tierra en su piel. Empecé a alejarme y él gimió entonces su brazo se apretó a mi alrededor. Cuando lo miré de nuevo, no había ira, ni indiferencia, simplemente Logan. El Logan que conocía y... sí, me encantó. —Eme —susurró. La llama abrasadora entre mis piernas estaba iluminando por la esperanza, el deseo y la necesidad. Ansiaba este hombre, lo amaba, y lo quería de vuelta, pero estaba asustada. Tenía miedo de lo que estos sentimientos me harían cuando se dio la vuelta y se convirtió en el hombre que yo temía. Luché contra el deseo, y fallé. No se había movido hacia mí, y estaba segura, teniendo en cuenta que Logan fue siempre el dominante. Sabía que él nunca me amaría o se

preocuparía como había creído una vez, pero quería comodidad. Lo ansiaba, y si me lo daba físicamente lo tomaría. Seguí besos por su pecho hasta el cuello, y sus dedos se cerraron en mi cabello. Cerró los ojos y gimió. Lenta y vacilante, me moví hacia arriba y sobre su cuerpo, al instante sentí el calor de su piel en mi humedad. Sólo había hecho esto una vez y tenía la esperanza de que él tomaría la delantera. —Eme —su tono era amable, y una ráfaga caliente de piel de gallina roció a través de mi piel—. Jesús, ¿qué me haces? Mi mente estaba jodida, ya que luche contra el consuelo que necesitaba. Había sido golpeada, amenazada y privada de comida, fui testigo de terribles abusos y viví cada momento de terror. Anhelaba algún tipo de consuelo incluso si era por el monstruo que había mentido acerca de todo. Me había esforzado tanto para dejar de sentir nada por este hombre que rompió mi corazón y ahora... ahora quería que me hiciera el amor. Era enfermo. Estaba enferma. Bajé mis labios a los suyos, y al principio no me correspondió cuando le di el beso, deslice mi lengua dentro de su boca, y entonces... entonces él se rompió, y sus manos agarraron ambos lados de mi cabeza, y me regreso el beso. Logan. Él era mi Logan. Gemí mientras me hizo rodar sin desconectar nuestros labios. Envolví mis piernas alrededor de su cintura, y él estaba de rodillas entre las mías. —Oh Dios —le susurré sin aliento. Él se apartó, y me agarre de él, pero se había convertido en control otra vez, y besó su camino por mi cuerpo hasta que se cernió sobre mi coño. Me latía. Jadeaba. Lo necesitaba, y sin embargo, se detuvo. No se movía. —Por favor, Logan. —Dime. Dime lo que quieres. —A ti. —Me tienes a mí. ¿Qué más? Su boca estaba a centímetros de mí, y me arqueé hacia arriba pudiera... —Dime —ordenó. —Bésame. —¿Dónde? Oh Dios. ¿Por qué estaba haciendo esto? Estaba tan frustrada que eché los brazos hacia atrás y agarré la cabecera. —Mi coño. Quiero que me pruebes, Logan. No dudó por más tiempo, y en pocos minutos estaba retorciéndome y gritando con incontenible deseo. Lo hizo para mí. Todo en él ahora era el hombre que conocía y amaba. No hubo la lucha contra este hecho. Logan me llevó a la mendicidad, y luego a la cúspide y me corrí con fuerza, gritando su nombre. Se deslizó por mi cuerpo y me besó de nuevo con posesión feroz. Nos quedamos en silencio, en forma de cuchara, y sus dedos dibujando círculos lentos sobre mi abdomen. Era dulce, y me encantó la sensación de sus dedos endurecidos que

sospeché venía de tocar la guitarra. Nunca pensé por un segundo que caería en los brazos de este hombre de nuevo, y sabía que cuando los rayos del sol brillaran en la mañana me odiaría, pero por ahora iba a tomar lo que él me había dado, confort. Después de un tiempo, cuando no pude volver a dormir, le pregunté—:¿Qué hay de tu banda? Te... Pensé que te ibas de gira —Era una posibilidad remota de que no me dijera nada, pero esperaba que pudiéramos hablar como antes. Tal vez podría aprender por qué estaba haciendo esto. ¿Qué había cambiado tan drásticamente? Siguió dibujando en mí mientras hablaba. —Vamos a llegar allí. —¿Cuándo salgas de aquí? —Sí, Emily. Bueno, por lo que significaba que no tenía intención de quedarse para siempre. ¿O me iba a mantener bajo custodia? Oh Dios, ¿me dejará aquí? ¿Iba a venderme? Mi garganta se apretó cuando le dije: —¿Cuándo? —No podemos estar teniendo esta conversación. Tenía que hablar para tratar de detener el pánico de tomar el control. Tuve que fingir, al menos en la oscuridad, que estábamos en otro lugar. Que si se iba, me llevaría con él. —¿Cómo se reunió la banda? Logan se rio entre dientes, y el sonido me hizo saltar luego tensarme, sin saber por qué se reía. Mi mente infundida en pánico pensó que tal vez le había empujado a las preguntas y él se reía porque ahora iba a castigarme. Dios, sonaba ridículo. Logan no se reiría si iba a hacerme daño, estaría enojado. Me estaba perdiendo. Estaba luchando contra el miedo de él dejándome aquí o vendiéndome y todo lo que hacía era adivinar, tratando de descifrar lo que significaba. Pero no podía, ¿iba a hacerlo? Porque no sabía quién era Logan. —Desde el momento en que te conocí, no te rendías. ¿Por qué me esperaba algo diferente incluso en este caso? Tomé una respiración profunda, cuando su voz era tranquila y juguetona. Nos conocimos la noche de su pelea, cuando le pedí que me enseñara defensa propia, él se había reído, y luego después de burlarse de mí, me dijo un no directo. Pero no tomaba un ―NO‖ por respuesta, y Logan lo averiguo bastante rápido. —Conocí a Kite cuando tenía dieciséis años —Mis músculos se relajaron mientras comenzó a hablar—. Mi madre y yo habíamos acabado de mudarnos a Toronto, y Kite y yo fuimos a la misma escuela. Nos hicimos amigos al instante. —Lo sentí encogerse—. Creo que fue su actitud tranquila de no-tomar-ninguna-mierda. La primera vez que lo vi fue en el comedor, donde una pareja de chicos chocaron a propósito con él luego empujaron la bandeja de sus manos, derramando su comida al suelo. Kite recogió su bandeja, lanzó su almuerzo en ruinas en la basura luego se acercó a los chicos que estaban ahora sentados en la mesa riendo. Kite nunca dijo una palabra mientras agarraba a un chico y lo tenía en el suelo llorando en cuestión de segundos. El otro chico se echó a correr. No había ni un atisbo de

miedo o malestar en Kite. Empezamos a salir después de eso. Él acababa de dejar una banda de la que estaba jugando. Me enteré después que los dos chicos eran sus antiguos compañeros de banda. Kite tocaba la batería, y pronto descubrió que podía sostener una melodía. Logan dio un beso en mi cuello justo debajo de la oreja, y me estremecí. —Nosotros estuvimos en la cafetería local, donde comencé a escribir mi propia música. Georgie compró el lugar un par de años más tarde. —No me di cuenta que la conocías. —Ella me presentó a Crisis y Ream. Ellos eran amigos de su hermano. —¿Hermano? Ella nunca me dijo que tenía un hermano. Su dedo detuvo el rastreo por un segundo y luego comenzó otra vez. —Sí. El hermano de Georgie estaba en el JTF2-Fuerza3 de Tarea Conjunta-2 con Deck. Una unidad antiterrorista. Deck regreso de su última misión, el hermano de Georgie no lo hizo. —Oh. Dios —Yo no sabía. ¿Esa era la razón por qué era tan protector Deck con Georgie? —Vuelve a dormir, Eme. —¿Logan? —Sí, Emily. —¿Cuándo podremos irnos? —Contuve la respiración. Con miedo de hacer la pregunta, sin embargo, la necesidad de saber si estaba llevándome con él cuando se fuera. Tenía la esperanza. No, oré para que me dijera que no me preocupara. Que nunca me abandonaría. Que nunca me vendería. Pero la verdad era que no sabía. Sentí sus músculos tensarse, y respiré hondo. Nuestro momento había terminado. Cambió dentro de un segundo, y me entraron ganas de llorar y golpearlo luego gritar y gritar. En su lugar lo observé mientras echó hacia atrás las sabanas, salió de la cama con una furiosa fuerza y luego se dirigió al cuarto de baño cerrando la puerta. Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas y hundí mi cara en la almohada mientras los sollozos se apoderaron de mí. Logan me iba a vender.

O 3

Joint Task Force 2 es una unidad de operaciones especiales canadienses responsable federal contra el terrorismo. La misión de JTF2 es resolver incidentes potenciales que podrían afectar la seguridad nacional de Canadá.

En el día estaba sola después de que Logan se fue. Se había duchado, vestido, y luego se marchó sin decirme una sola palabra. Esperé todo el día que regresara, la incertidumbre de jugar con mi mente mientras me paseaba por la longitud de la habitación. No hice caso de la comida que la chica trajo y la vi fruncir el ceño cuando volvió a recoger la bandeja y la comida permaneció intacta. Por la tarde ocurrió lo mismo pero esta vez la chica mantenía los ojos abajo. Al final del día, estaba agotada de preocuparme de si sí o no Logan estaba tratando de encontrar un comprador para mí hoy. Le molestaba, lo empujé con mis preguntas. Cuando la puerta finalmente se abrió estaba oscuro afuera. Me arrodillé en la esquina de la habitación y contuve la respiración hasta que me asomé y vi que era Logan y no Alfonzo que venía a arrastrarme. Quería tirarme a sus brazos con alivio. Quería llorar y quería besarlo y darle las gracias. Dios, estaba loca. Había algo malo en mí. Estaba tan jodida con mis sentimientos hacia Logan. Un momento tenía miedo de él, al siguiente deseo y a la siguiente, aterrorizada de que iba a venderme, luego teniendo la esperanza de que me saque de aquí. Lo que me consolaba era que, si tuviera la oportunidad, me iría. Abandonaría a Logan, y saldría. Nunca miraría hacia atrás. Puedo quererlo sexualmente o desear la comodidad de alguien que una vez había amado, pero eso sería poner fin al segundo que escapé. Incluso me preguntaba si iba a matar a Logan para hacerlo. Estos pensamientos son los que ocurren cuando te quedas sola por diez horas sin nada que hacer. Mi mente se quedó en una carretera de imaginación contemplando escenarios que pueden nunca ser verdad. Pero cuando vi a Logan entrar esta noche el dolor en su expresión era peor que ayer, y comencé a preguntarme si la lucha de la cual Raul había hablado estaba empezando a pesar fuertemente en él. ¿Creía que podría perder? No había pensado en que Logan podría perder. Había estado tan preocupada por todo lo demás que asumí que ganaría, pero puede que no. ¿Qué haría Raul si perdiera? Me venderían, pero ¿qué haría Logan? Sospechaba que Raul no aceptaba demasiado bien el fracaso de nadie. ¿Logan estaba preocupado por lo que pasaría? Pero si Logan estaba preocupado por perder eso significaba que quería mantenerme bien. —Ven aquí. Me levanté y caminé hacia él. Levantó mi cabeza con la punta de su dedo debajo de mi barbilla. —No puedes hacer eso otra vez. Un crepitar de miedo me atravesó. No había hecho nada malo. Había estado bien. Su pulgar acarició el labio inferior de ida y vuelta, y ni siquiera creo que se dio cuenta de que lo estaba haciendo porque... porque él solía hacer eso todo el tiempo para mí. —Anoche estaba mal. —Bajó su mano y se dirigió hacia el otro lado de la habitación y miró por la ventana. Sus manos se apoderaron de las barras de hierro, permaneció en silencio e inmóvil.

Yo sabía lo que tenía que hacer y había una lucha dentro de mí si lo estaba haciendo porque estaba tratando de ayudarme a mí misma, o porque quería consolarlo. Me acerqué a él en silencio, deteniéndome a escasos centímetros detrás, y tome una respiración profunda y luego extendí la mano y puse mis manos en su cintura. —Por favor. —No sabía por qué estaba diciendo por favor, tal vez para que se dirigiera a mí, de vuelta y me mire, que me abrace. Dios, para decirme que nos íbamos. —Te dejare ir. Iba a hacerlo. Me puse rígida y estaba a punto, pero él había dicho esas palabras exactas para mí la noche en que lo conocí, y no escuchaba entonces. Sí, estúpido, tal vez, porque este Logan no era el mismo. ¿Pero tal vez lo fue? Tenía amigos, una banda, había una posibilidad de que el Logan que conocía existiera. Tal vez sólo tenía que encontrarlo y traerlo de vuelta a mí. Di un paso más cerca, le bese el hombro y deje un rastro de besos por su espina dorsal. —Emily. No lo hagas. Pero él me dejó. Mis manos comenzaron en sus hombros y luego baje por sus brazos hasta que descansaron en la parte superior de sus manos que agarraban las barras tan fuerte que sus nudillos estaban blancos. Levante cada uno de los dedos de la barra, hasta que se soltó, con los brazos cayendo a los costados, mis manos sosteniendo las suyas. —¿Tienes miedo de mí? Fui arrojada fuera por un segundo por su pregunta, me pareció raro que preguntara eso ahora. Le respondí sinceramente: —Sí. Su cabeza cayó hacia adelante con una media inclinación de cabeza. —Quiero... —Dios, lo quería tanto que dolía. Me estaba destrozando tenerlo junto a mí noche tras noche. No importa qué tan malo puede ser, todavía lo amaba. O tal vez quería creer tanto que él seguía siendo el hombre que amaba que haría cualquier cosa. ¿Era débil? ¿Estaba cayendo presa de lo que quería? En este momento no me importaba. Esta noche no iba a preocuparme por nada más que Logan y yo. —Por favor, Logan. Se dio la vuelta. Y cualquier reserva que pudo haber tenido persistente fue barrida a un lado en el momento en que vi sus ojos y reconocí la calidez dentro de ellos. —Por favor. Te necesito. Su mano se extendió en mi cabello, dedos se cerraron alrededor de la nuca. —Tú nunca me necesitabas, Eme. —Él estaba mal, pero no discutí porque en este momento quería que me besara, así que me quedé en puntillas y lo bese primero. En el momento en que el calor de nuestros labios presiono juntos le oí gemir. Él me abalanzó en sus brazos y me llevó a la cama y luego me puso en las sábanas arrugadas. Se inclinó sobre mí, los dos brazos a ambos lado de mi cabeza.

—¿Quieres esto? Asentí. —Dime, Emily. —Quiero esto. Te deseo. Me miró fijamente durante unos segundos, y no me di cuenta de que estaba conteniendo la respiración hasta que finalmente habló de nuevo. —Entonces, esta noche, muéstrame. Muéstrame exactamente lo que quieres y tómalo. Asentí de nuevo, aunque me sentía insegura y nerviosa. Mi experiencia era, bueno, nada de nada, pero Kat y yo habíamos visto porno numerosas veces, riéndonos de las posiciones ridículas y gemidos, pero aun así había aprendido mucho. Logan se deslizó de sus vaqueros y su camiseta, pero se dejó sus bóxers luego subió a la cama y se acostó de nuevo a mi lado. Realmente iba a obligarme a seguir con esto. —Logan. —Si quieres esto, entonces tienes que ser tú. —¿Por qué? Me gusta cuando... —¿Cómo podía decir que estaba totalmente encendida cuando él era el agresor? Logan acarició la parte posterior de mi cabeza, y me miró. —Te lo daré. Pero no esta noche. Sentí el calor en mis mejillas mientras pensaba en lo que iba a hacer con él, el dulce dolor en mi vientre como anticipación probando y observando su rostro mientras lo hacía. Me deslicé sobre la parte superior de su muslo para que pudiera estar entre sus piernas, y luego puse mis dedos sobre el material que mantenía su polla oculta de mí. Vi sus ojos mientras poco a poco deslice lentamente sus bóxers. Él levantó su trasero un poco, y entonces mis ojos se movieron por su abdomen hasta su polla, ya que se liberó de sus confines. Vacile, y extendí la mano para tocar la punta, sintiendo la humedad. Él aspiro el aire y me hizo sentir más valiente mientras deslizaba sus bóxers fuera el resto del camino y luego envolví mi mano alrededor de la base de su pene. Al instante, se sacudió, y Logan gimió. Dios, me sentía poderosa. Era increíble que pudiera hacerlo sentir así con solo sostenerlo —Emily. —Su mano acarició mi mejilla, y cuando lo miré vi aliviar sus rasgos. Sonreí. Había pasado más de una semana desde que había sonreído, y me sentía como si hubiera sido puesta en libertad por solo este momento. Esto fue siempre como me imaginaba que sería entre nosotros. Bajé los ojos a su polla de nuevo, y luego siguió mi boca. —Mierda —murmuró. Lamí la punta probando un dulce sabor salado que se quedó en mi lengua. Poco a poco, lo tomé más y más hasta que no pude más. Mi mano acariciaba sus bolas al mismo tiempo que chupaba, suave y luego más y más duro, moviéndose arriba y abajo, su palpitante polla en mi boca con cada golpe.

—Jesús, Eme. —Sus dedos se cerraron en mi pelo, y me instaron a ir más rápido. Se arqueaba en la cama a mi encuentro, y un par de veces empujó demasiado lejos, tuve nauseas, y él inmediatamente se retiró. Bromeé con mi lengua, mis labios, y entonces agarré la base y apreté hasta que él juró y gimió. De repente estaba siendo arrastrada por encima de él, mi rostro a centímetros de distancia del suyo. —¿Vas a follarme ahora? Porque no durare mucho más. —Sí. —Entonces ponme dentro de ti. Sentí su polla entre mis piernas palpitante, y me levanté, agarré de ella luego se deslizó hacia arriba y abajo de mi entrada, mi humedad se aferraba a la punta de la misma. —Ahora. Dejé su polla ir y su respiración se detuvo cuando sus ojos se abrieron con sorpresa. Luego frunció el ceño y consiguió esa mirada aterradora. Por un segundo, dejé entrar el miedo, y luego me lamí los labios, me senté con la espalda recta, y puse mi cabeza hacia atrás, cerrando los ojos. —Juega con tus pezones. Mis ojos se abrieron de golpe y un pellizco golpeando mi vientre con sus palabras. Lentamente deslicé mis manos por mi cuerpo a mis pechos. Cuando empecé a jugar con mis pezones el deseo en sus ojos se intensificó. —Oh, mierda. —Todo su cuerpo se puso rígido por debajo de mí, y no tenía que mirarlo para saber lo que estaba haciendo con él. Y maldita sea, se sentía bien. Todavía me gustaba cuando él tomaba el control, pero al estar donde estábamos y después de dar todo mi control sobre él, y sabiendo lo que este lugar representaba... bueno, teniéndolo que sucumbir a mí me hizo sentir fuerte otra vez. Pellizqué mis pezones con fuerza y luego baje, agarrando sus manos y poniéndolas sobre la parte superior de mis pechos. —Tócame, Logan. Necesito que me toques. Y así lo hizo. No hubo más juegos como los de nosotros mismos perdidos en el deseo. Jadeando con la necesidad de posesión. Se sentó, llevándome con él, entonces bajo la cabeza y succiono mis pezones, rodando su lengua sobre la superficie sensible. —Ahora, Emily. Quería decirle que esperara, pero la verdad era que no podía. Puse la mano entre nosotros, tomé su polla, y la guie dentro de mí. Tiré hacia atrás la cabeza, y él gemía mientras empujaba lo más profundo, y cayó hacia atrás contra el colchón. Empecé a moverme, él alcanzo entre mis piernas y rodeó mi clítoris enviando a mi cuerpo en un torbellino de deseo dolorosamente vivo que fue subiendo más y más con cada golpe. —Logan. —Puse mis manos en su pecho y empujé duro y más rápido, mis piernas temblando y contrayéndose. —Joder. Ahora.

—Espera. —Exigí, y sus dedos perdieron el ritmo en mi clítoris por un segundo a mis palabras. Él gruño en la parte posterior de la garganta, y luego sus caderas estaban empujando hacia arriba, haciendo coincidir mi ritmo mientras se conducía dentro de mí. Le grité. —¡Ahora! Logan me tiró sobre mi espalda en un movimiento y luego se metió en mí varias veces más duro. Implacable. Se vino con fuerza. Mucho tiempo. Y gritaba como yo lo hice. Estaba completamente inmóvil, las venas de su cuello palpitante, su polla masturbándose en mi interior cuando terminó. Cuando nuestros ojos se encontraron los dos sabíamos que esta noche fue algo más que cualquiera de lo que nosotros habíamos esperado. Fue catártico y poderoso. Logan me había dado el control en un lugar donde yo no tenía ninguno. Él me había dado la opción de decir no. Había regresado mi dignidad. Se inclinó, y entonces me estaba besando suave y gentil, era hermoso, y fue un beso que me hizo suspirar mientras vagaba sobre mi boca perezosamente. Logan se deslizó fuera de mí y luego fue al baño donde escuché el grifo abierto. Cuando regresó a la cama, al instante me llevó a su lado y luego besó la parte superior de mi cabeza. Él nunca dijo nada, y tampoco yo. Siempre habíamos sido buenos con momentos de tranquilidad, como si las palabras que sabíamos sólo arruinarían la belleza en el silencio. Fue sólo cuando me iba a la deriva cuando me pareció oír decir: —Dulces sueños, Emily.

Capítulo 7

Día 10 —Me interrumpió. —Su voz era firme y clara—. Ha hablado sin ser pedido. —Su voz se elevó—. Y tú, joder me llamó Logan. —Él caminaba de un lado a otro de la habitación—. Joder. Yo había estado arrodillada junto a la mesa en el comedor principal. Dave había estado allí con Raul. Charlaron sobre la próxima pelea mientras me arrodillaba durante una hora en baldosas de piedra fría junto a la silla de Logan y estaba harta de sus dedos. Tuve que ir a orinar, y había cometido el error de llamar a Logan. Nunca lo había visto tan enfadado. Todo su cuerpo pasó de relajado y casual a rígido y peligroso en cuestión de segundos. Raul y Dave se fueron en silencio mientras Logan se volvió a mirarme como si fuera un perro que acababa de morder su tobillo. Sus ojos... Dios, habían sido tan intensos, y sí, estaba asustada por lo que había hecho. Pero fue un error, Logan tuvo que haber visto eso. Había empujado su silla hacia atrás con tal violencia que cayó hacia atrás, entonces él me agarró por el brazo, y antes de que pudiera ganar mi equilibrio me había arrastrado fuera de la habitación del comedor. No se detuvo hasta que estuvimos de vuelta en su habitación, donde estábamos ahora. Antes de ayer por la noche había sido una flor moribunda. Pedazos de mí cayéndose al suelo, marchitándose y desintegrándose día tras día. Estaba sobreviviendo, pero apenas. Había estado perdiendo la parte de mí que prosperó en el sol, la claridad que viene con la vida. Pero anoche, Logan despertó a la mujer que solía ser y me dio lo que tenía que anhelar. Pensé que las cosas podían haber cambiado entre nosotros. Me equivoqué... la frialdad había descendido sobre él bloqueando todo lo que habíamos compartido. Fue devastador. Y era cruel. —Emily. Salté ante su tono agudo.

—Sí. Amo. —Evité sus ojos, bajando la cabeza. No había dejado en mí una pelea. Se había llevado ese hilo de esperanza con la forma en que reaccionó en el comedor. ¿Hizo esto a propósito? Tal vez por eso me sostuvo en sus brazos, trajo a mi cuerpo vivo en la noche... por lo que me podría romper por la mañana, me destruiría una y otra vez. Así que podría odiarme a mí misma más que a él. Sus pasos se acercaban, y me puse rígida, sin saber lo que me haría, sin embargo, tenía la esperanza de que nunca me había hecho daño físicamente. Había despertado mi cuerpo a su toque, pero ni una sola vez me había hecho daño. Pero dejo que otros me hicieran daño, ¿no? Él los observaba. ¿Por qué? ¿Había disfrutado viendo Alfonzo azotarme? Fue su silencioso suspiro lo que me hizo tragar mi miedo. Su dedo tocó debajo de mi barbilla y me levantó la cabeza. Estaba a centímetros de mí, y traté de dejar de sentir. Me esforcé mucho, pero fallé. —Emily. Mi corazón se estrelló, por la forma en que dijo mi nombre hizo que el miedo aumentara. —No lo hagas otra vez. —Me miró durante unos segundos, luego se volvió y se marchó, cerrando la puerta tras de sí. Me desplomé en la cama y lloré. Era de noche cuando él volvió, y me estaba cepillando el pelo después de mi ducha mientras miraba por la ventana sin ver más que imaginar todo. Cuando la puerta se cerró con llave detrás de él me volví y me arrodillé en el suelo, coloque el cepillo a mi lado. Las tablas del suelo crujían mientras caminaba hacia mí y se detuvo. Contuve la respiración. Se agachó y me atrajo hacia adelante luego bajo la cabeza. Mi corazón dio un vuelco, la boca de mi estómago cayó, y mi respiración se apoderó de todo al mismo tiempo. Sus labios descendieron, suave y tierno, mientras deslizaba su lengua dentro de mi boca. Sus brazos me encerraron en su abrazo, el control sobre mi cuerpo era feroz e implacable, a diferencia de su beso que era dulce, suave. Eché la cabeza hacia atrás, y él profundizó el beso gimiendo. Mordisqueó mi labio inferior y luego me tomó en sus brazos con un tirón y me llevó a la cama. Sin dejarme ir, me hizo descender sobre él y luego su peso estaba encima de mí. —Eres mía. Siempre serás mía. Estaba en el camino. Pertenecía a él. Tuve relaciones sexuales con él. Y por la noche lo amaba, pero con la salida del sol por la mañana venia el odio hacia el hombre que estaba haciéndome esto. —¿Quieres esto? ¿Estaba débil porque ansiaba su afecto? ¿Quería que me acaricien y ser acariciada y amada por este hombre tan desesperada que me sentía muerta por dentro sin él? ¿Eso me hace ser patética? —Emily. Cerré los ojos y susurre. —Sí.

Él arrastró suavemente mi camisón hacia arriba y sobre la cabeza, y luego sus ojos vagaron por mi cuerpo, y sentí como si la punta de los dedos se arrastraba a través de mi piel. Nunca había pensado en mí como bonita o atractiva, sencilla y simplemente promedio. Mi madre me llamó ―un desperdicio de espacio‖. Pero cuando Logan me miro, me hizo sentir hermosa, y no quería que terminara. —Las manos sobre la cabeza. Escuché, envolviendo mis manos alrededor del borde de la cabecera. Sabía que esto era lo que le gustaba-completa sumisión-y era desesperante, porque me encendía. Me gustaba mucho. Ni siquiera trataba de entenderlo. Oí el sonido de la cremallera y luego el roce de la tela mientras se quitaba la ropa. —Piernas —me ordenó. Abrí mis piernas. Las separo más y se instaló entre ellas. Él gimió cuando sus dedos acariciaron mis pechos y luego mis pezones, duros y sin embargo, Logan tuvo esta dulzura en él. Existió, yo sabía que lo hizo. No podría ser mi imaginación. —Ni esta noche. Ni cualquier noche. Nunca me llames Logan de nuevo. No era estúpida. Sabía que había cometido un error. Tenía la esperanza de que tal vez Logan me estaba protegiendo contra Raul. Me había vendado cuando Raul había llegado a la sala aquella vez. Logan podría haber sospechado que forzaría y pelearía si hubiera sido capaz de ver la cara de Raul tal vez por eso me arrastró fuera de la sala del comedor de modo rápido. O tal vez sólo estaba siendo absurda con la idea de Logan preocupándose por mí. Luego me dio un beso, y los bloques de Lego en mi mente se desmoronaron. El beso de Logan se hizo más fuerte cuando me rendí a él. No luché. No, quería sentirme viva de nuevo, incluso si estaba equivocada. ¿Estaba forzándome para someterme a él porque yo quería? Estaba luchando por la salvación, y si Logan me la daba entonces yo gané. Sus dedos entraron en mí y gemí. —Emily. Eres mi todo. Condujo sus dedos dentro y fuera, con los dientes raspo a través de mi cuello y luego a mis pezones. Succionó y jugó con ellos y luego mordió, yo gritaba de dolor y solté mis manos de la cabecera. —No te muevas. —Su voz era exigente y sabía que no debía desobedecer, pero también escuche un toque dulce en su voz. Puse mis manos atrás. Logan me mordió de nuevo, y esta vez deje que los sentimientos fluyeran a través de mi cuerpo sin movimiento. Dolor y luego el placer llegó justo después. Me alimento. Me dio lo que necesitaba, y me despertó a él. Él agarró mi barbilla. —Mírame. Lo hice. —Dime.

—¿Qué? —Dime que me quieres dentro de ti. Eso es lo quería. Mi permiso. Mi sumisión completa. Y se la di. —Sí. —Dime. —Te quiero dentro de mí Lo... —Me detuve abruptamente. Él esperó. —Te quiero dentro de mí... amo. —Más amplio, nena. —Me encogí cuando me llamó así. Me destrozó. Era la forma en que lo dijo, su oferta de tono, como si él se preocupara por mí—. Quiero que me mires cuando ponga mi polla dentro de tu apretado coño. Separé mis piernas más mientras miraba hacia él, luego entró y gemí mientras su polla me llenó por completo. Era como si el mundo se convirtiera en un lugar seguro en el momento que estaba dentro de mí. Como si él fuera mío y yo fuera suya y nada que nos rodeara existía ya. Puse mis piernas alrededor de su cintura y arqueé la espalda queriéndolo más profundo, más cerca, necesitándolo encerrado en mí mientras bombeaba con locura. Nuestros cuerpos golpeaban juntos, el sonido vibrando a través de la habitación. Mantuve los brazos por encima de mi cabeza, pero era difícil no pasar mis manos en su longitud. De repente me agarró por la cintura y me dio la vuelta. —Mejilla a la almohada. Una mano en la cabecera. Mi respiración se detuvo. —Culo en el aire. Te voy a follar por detrás, Emily. Levanté mi culo y sentí sus manos agarrar el asimiento de mis caderas. Oh Dios, se sentía dulce y caliente, y lo quería de vuelta dentro de mí. Sabía que me iba a venir rápido con él llevándome así. No entró de inmediato, en lugar su dedo se deslizó por la grieta de mi culo, y lentamente, a su vez en mi coño y luego volvió a subir mientras arrastraba la humedad hasta mi culo. Me tensé mientras rodeaba la estrecha abertura. —Relájate. —Su voz era suave y dulce—. Necesitas relajarte y extender. Fue vergonzoso, y no estaba segura de si quería su dedo en ese lugar prohibido. Pero también me estaba sintiendo más caliente. Su dedo empujó y me tense. —No, Eme. No luches contra él. Te prometo que te vas a sentir bien, pero no puede ser si no te relajas. Tomé varias respiraciones profundas y luego gemí, mientras empujaba su dedo dentro de mi culo apretado al mismo tiempo. —Oh Dios. —Me sentía plena y rara y... joder, se sentía ilícito y también increíble. Luego, empezó empujando su dedo dentro y fuera como si estuviera follando a mi culo mientras él continuó jugando con mi clítoris, casi explote.

—Te voy a follar el culo un día. Tan firme y dulce, y te encantará tener mis bolas tan profundo dentro de ti. —Dios, ¿por qué estaba tan excitada con esto?—. Ahora, voy a follar tu coño, y tú vas a gritar. Él se puso en mi entrada luego empujó duro y profundo. Su mano estaba en la parte baja de mi espalda presionando hacia abajo mientras con la otra me agarró la cadera, los dedos clavándose en mi carne. Sus bolas golpeaban contra mí mientras empujaba una y otra vez. Estaba jadeando y arqueando mi espalda mientras me empujaba hacia atrás contra él. —Vamos, Eme. Tócate. Lo hice, y en cuestión de segundos estaba viniéndome y gritando mientras continuaba golpeando contra mí. Ambas manos estaban ahora sosteniendo mis caderas mientras me tiró de nuevo hacia atrás con una fiereza que envió a mi orgasmo en una larga e interminable alta. —Joder. —De repente dejó de moverse, la punta de los dedos se clavaban en mi piel al sentir su polla en mi interior—. Jesús. Cuando salió de mí, el calor espeso de Logan vino con él y corrió por la parte interna de mis muslos. Estaba a punto de acostarme totalmente saciada cuando él acarició mi cabeza y luego por la espalda a mi culo acariciando mis nalgas. —No te muevas. El colchón sumergido mientras yacía a mi lado y me miraba con el culo en el aire, en arco y el cuerpo calentado. Después de varios minutos, enganchó su brazo alrededor de mi cintura y me acercó a su lado y luego me besó la sien. —Tu coño está hecho para mi polla. Sí, lo estaba. El problema era que a pesar de lo que hemos compartido sexualmente, sabía que lo dejaría sin un segundo de vacilación si se me diera la oportunidad de escapar. Tal vez tenía esta esperanza secreta de que escaparíamos juntos, pero era pequeña, una mota de polvo en un tornado. Me estaba quedando dormida, envuelta en sus brazos cuando finalmente escuché las palabras. —Dulces sueños, Emily.

Capítulo 8 Día 11 Era de mañana y Logan me dejó sola, como solía hacer cuando iba a entrenar. Me acosté en la cama, perdida en mis pensamientos de ayer por la noche cuando la puerta se abrió de repente. Trepe en el colchón y me arrodillé en el suelo mi golpeteo de calor de forma errática a su temprana aparición inesperada. Logan cerró la puerta. El bloqueo se volvió. Luego se acercó a mí. Me quedé mirando el piso, las manos apoyadas en los muslos, aunque en reposo no era una palabra que debería asociarse a cómo me sentía, más como tambaleando con la incertidumbre. ¿Había hecho algo malo? ¿Por qué estaba de vuelta antes? Mi mente se dirigió en todo lo contrario que pasó anoche. ¿Lo había llamado Logan? ¿Acaso no hice todo lo que pidió? —Arriba. Me puse de pie. —A la ducha. Ahora. Entré al baño, y él enganchó mi mano antes de que tuviera la oportunidad de sacarme la camisa de dormir. Era frágil y transparente, pero era la única ropa que se me permitía, por lo que la llevaba. —Desnúdame. Levanté la vista hacia él y vi la oscuridad mezclada con lujuria arremolinándose en sus ojos. Vacilante, puse mis manos sobre el filo de su camiseta y luego tire de él por encima de su cabeza. —Suéltala. Dejé deslizar la camisa de mis dedos. Él esperó. Estaba mirando a sus músculos que estaban apretados y flexionados. Logan no tenía un paquete de seis, tenía un paquete de ocho y cada uno brillaba. —Emily. —Su tono bajo que advertía me tenía alcanzando sus pantalones cortos. Mis dedos agarraron el material en sus caderas—. Poco a poco. Me moví hacia abajo, teniendo sus pantalones cortos conmigo, su polla salto libre y mi boca a centímetros de ella. Me lamí los labios. Él vio.

—Eme. Mi respiración se detuvo, mis ojos se reunieron con sus ojos. No había más ira sólo pura lujuria adulterada y su lujuria era para mí lo que me encendía más. Pensé que sabía lo que quería y tomé su polla en mi mano. Le oí inhalar bruscamente y él se retorció en mis manos. Fui a tomarla en mi boca cuando él agarró mis hombros y meneó la cabeza. —Ahora no. En la ducha. —Me tiro a mis pies y luego abrió los grifos y me llevó al final—. Lleva el camisón de noche. Di un paso bajo la ducha, el material blanco pegado a mi piel en el momento en que se mojó. Se sentía extraño, debería quitármelo, pero en el momento en que vi los ojos de Logan, sabía que lo convertía en el gran momento. Entró en la ducha y luego me empujó contra las baldosas, con las manos agarrando mis muñecas y encerrándolas en su única mano sobre mi cabeza. Era áspera y caliente y una pizca de miedo me atravesó cuando me di cuenta de que podía hacer lo que quisiera para mí en este momento. Su boca tomó la mía con tal fuerza y poder que se sentía como si estuviera respirando bajo el agua. Había algo más en su beso hoy, como si se estuviera muriendo de hambre por mí. Enloquecido con su necesidad y posesión. Me dejó débil y temblorosa. Su boca se separó, y se inclinó succionando mis pezones a través del material y luego mordió con fuerza. Gemí, arqueándome contra la pared, mis músculos se tensaron del dolor y luego se relajaron en la dulzura. Su cuerpo se estrelló contra mí, su mano en mi pelo empapado después vago por delante mientras seguía besándome. —No hay otro. Me dejó ir y presiono en mis hombros, me fui hacia abajo hasta que estaba de rodillas frente a él, roseando en la parte posterior de mi cabeza, chorreando por mi cara como la lluvia sobre un cristal de la ventana. Él agarró su polla en la mano. —Chúpame. Tan pronto como puse la punta en mi boca, sus manos se apoderaron de mi pelo, y él gimió. Poco a poco me burlé de él con mi boca, succionando la punta, deslizando hacia abajo y luego hacia arriba de nuevo. Deslicé mi mano alrededor de la base y apreté al mismo tiempo que lo llevé a la parte posterior de mi garganta y chupe duro. —Jesús. Joder. —Sus caderas comenzaron a moverse, y relaje la parte posterior de mi garganta cuando lo llevé más profundo. Tire firmemente con mi boca, y él empujó sus caderas hacia delante mientras gemía. Me atraganté, pero no me detuve. Tampoco lo hizo él mientras bombeaba dentro de mi boca hasta que lo sentí ponerse rígido y detener la polla en la parte posterior de mi garganta, un fuerte gruñido escapo cuando dijo mi nombre. Caliente, líquido espeso roció en la parte posterior de mi garganta, y trague mientras

seguía viniendo y viniendo. Su semen se deslizo por los lados de mi boca, y el agua lo quito lavando. Su polla tembló durante varios segundos y luego se quedó inmóvil. Fui a retirarme, pero Logan me mantuvo en mi lugar, mi boca envuelta alrededor de él, hundido profundamente. —Quédate. Mi mandíbula estaba dolorida, pero hice lo que quería, mi lengua acariciaba lentamente la superficie caliente y húmeda de su polla. —Tu boca a mi alrededor... nunca había sido tan dulce. —Sus manos alisaron el pelo cuando me miró, con mi boca todavía a su alrededor mientras su polla se calmaba poco a poco—. Cuando consiga otra erección, Eme, voy a follar tu coño contra la pared. Estaba tan encendida, que sólo se requeriría que entrara en mí para saciarme. Conociendo a Logan, haría que durara hasta que pidiera mi liberación. Empecé a mamar la polla, la suavidad convirtiéndose pronto en dura y su prominencia más profunda en mi garganta. Me recogió, me puso contra la pared y luego me ordenó envolver mis piernas alrededor de su cintura. Lo hice. Vaciló y mi cuerpo estaba pidiendo que entrara en mí. Vi su expresión endurecerse cuando habló fue sin calidez. —Nunca pienses que estás a salvo conmigo. Te follo porque necesito liberarme, eso es todo lo que puede ser para mí. Luego empujó dentro de mí.

Día 15 La rutina de Logan era la misma cada día. Me dejaba en la mañana y regresaba por la noche, y teníamos sexo. Sexo apasionado que me hizo olvidar, al menos por un tiempo, donde estábamos y en que se había convertido. Pero, desde esas palabras en la ducha, había cambiado. Ahora, mantuve la esperanza guardada. Hemos tenido relaciones sexuales porque era lo que deseaba y lo que necesitaba para asegurarme de que no me vendería. Nunca le llame Logan y siempre tenía el control, pero de una manera sentí que yo también lo tenía. Vi lo mucho que me quería y me dio el poder. O por lo menos imaginaba que lo hacía. A pesar de eso, todavía sentía temor demandando a través de mí cada vez que la cerradura de la puerta giraba. Nunca estaba segura de sí era la chica llevando mi comida o Alfonzo o Raul que venían a llevarme. La amenaza de ser vendida era un terror constante, y siempre estaba nerviosa de si Logan estaba cansado de mí o había cambiado de opinión acerca de mantenerme. Hoy Logan no fue a hacer ejercicio y en vez de eso desayuno conmigo luego me llevo a la ducha y lavo cada centímetro de mí. Me di cuenta de los moretones en su piel y cada día parecía haber cada vez más de ellos. ¿Era su entrenamiento que no iba bien? ¿Existía la posibilidad de que los luchadores de aquí fueran mejor que Logan? O tal vez... ¿tal vez los

golpes eran de algo más? ¿Era posible que Logan quisiera salir de aquí? Salimos de la ducha y él me recogió, me sentó en la mesa y me tomo largo y lento. Me besó por todas partes como si memorizara cada curva y ángulo. Era dulce, y una pizca de esperanza despertó de nuevo. Traté de sofocarlo, con miedo de que él dijera algo para hacerme daño otra vez, pero era difícil de mantener mis emociones sin reaccionar ante su dulzura. Sabía que era peligroso pensar que Logan nos sacaría a ambos de aquí, pero cuando se comportaba así, no podía evitarlo. El temor constante era agotador y la esperanza era todo lo que me quedaba. Creo que mi mente me dio la esperanza a propósito para mantenerme cuerda. Si perdía la esperanza entonces me perdería. Me dejó durante varias horas y regresó al atardecer con un traje en la mano. Yo sabía lo que era. Esta noche era su lucha. Él me había dicho que estaba luchando contra un tipo que nunca había sido derrotado. También me dijo que había una gran fiesta planeada después. Una que sería como la primera vez que había entrado en el recinto de Raul. Él puso el traje en la cama, o lo que realmente era nada y luego extendió en la mano, una pieza de joyería que colgaba de sus dedos. Era como lo que había visto a las otras chicas llevar en el cuello. —Ven aquí, Emily. Me levanté y caminé hacia él, mi corazón latiendo con fuerza mientras miraba fijamente el collar de plata. —Date la vuelta. —Lo hice—. Esto te protegerá de los otros hombres. Tú me perteneces. Ellos sabrán eso. —Empujó mi cabello a un lado y luego lo rodeo, y sentí la frialdad del collar, ya que se instaló en mi piel—. Hay cosas que no quieres ver esta noche. — Puse mi mano y toqué los eslabones de plata intrincados que tejían alrededor de mi cuello. Era hermoso y sin embargo... este lugar y el significado que el collar representaba lo hicieron feo. Él me dio la vuelta y puso su mano debajo de mi barbilla. —Debes someterte por completo a mí. Si haces algo... —dejó caer la mano y se alejó, comenzó a pasearse de un lado a otro de la habitación, con las manos metidas dentro de los bolsillos delanteros. Era raro que Logan pareciera inquieto y perturbado. Siempre fue firme y seguro de sí mismo. Él parecía diferente esta noche, nervioso. ¿Podría estar preocupado de que sería derrotado? —Tienes que hacer exactamente lo que te digo. Asentí. —Lo sé. —Comportarme era imperativo ya que Logan me había dicho que algunos de los principales compradores de Raul iban a estar presentes. Lo que no sabía era que estaban comprando, y estaba aterrorizada de que fuera a mí. Dejó de caminar y luego avanzó hacia mí y me agarró del brazo. —¿Lo haces? Emily, no tienes ni idea de la puta mierda que ocurre aquí. —Él me dejo ir, y me tambalee hacia atrás hasta que el dorso de mis rodillas golpearon la cama. Me senté— . No hare nada, nada, si cometes un error. Voy a dejar que te vayas.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al oír sus palabras. —Lo sé. —Y lo hacía. Lo que no sabía era por qué él me estaba diciendo esto. El frío sin emoción había sido borrado de su rostro. Una parte del hombre que una vez conocí y amé se paró frente a mí otra vez. Esto hizo que mi interior se enrollara y luego rebotara como si tuviera miedo de sentir esa seguridad. Logan hizo un gesto brusco. —Un resbalón y desapareces. —¿Estás... ¿me estás vendiendo esta noche? —El miedo se intensificó a través de mi cuerpo cuando él permaneció en silencio. Dios, ¿y si se deshacía de mí? Se sentó a mi lado y puso su mano en el borde de la cama sobre la parte superior de la mía. Inhalé bruscamente y me tense mientras lo miraba. —Si pierdo la lucha... —Sabía lo que eso significaba, y mi cuerpo comenzó a temblar—. Tengo la intención de ganar. Pero esta noche empujaran tus límites. No pienses por un segundo que no lo harán. La imagen de la chica apareció ante mis ojos, a ella se la follaban por detrás, Alfonzo riendo y mirando. ¿Harían que lo haga yo? ¿Me someterían a ser follada delante de una sala llena de extraños? —¿Vas... me vas a dar a los demás para... follar? Oh Dios, no puedo hacerlo. ¿Y si otro hombre quiere tocarme? ¿Sería permitido? ¿Logan me daría a él? —Mírame. No podría. De pronto, las imágenes se convirtieron en un rollo de película, y mi mente comenzó a pensar hasta los peores escenarios posibles... no podía hacerlo. Iba a ser subastada y nunca más me encontrarían. El collar alrededor de mi cuello empezó a apretar, me asfixiaba, estrangulándome con cada respiración. Logan colocó las manos a ambos lados de mi cabeza, presiono duro cuando me obligó a reconocerlo. —Contrólate. Tienes que hacer esto. No tienes otra opción. Negué con la cabeza hacia atrás y adelante. No podía ser vendida. Podría manejar a Logan, podía estar aquí con él, pero el miedo a la subasta se sentía como una cadena oxidada batiendo en mi estómago. —No puedo. No puedo. No puedo. No hagas que me vaya. No lo hagas. —Todas sus advertencias, sus normas pasaron por el suelo—. No lo hagas. Por favor. Las lágrimas corrían por mi rostro y con las yemas de sus pulgares las limpió. —Emily. —Por favor. Me quedaré aquí. Déjame aquí. Voy a ser buena. Voy a arrodillarme. Voy a hacer lo que quieras. Átame, véndame los ojos. Pero, no me hagas ir. Su voz era controlada y firme cuando dijo—:No puedo. Raul te quiere allí, así que si pierdo... No terminó la frase. Lloré por quien me había convertido, esta mujer débil. Me

detestaba por amar a un hombre que me estaba salvando de Raul guardándome, y me detestaba por odiar a ese mismo hombre que estaba destruyendo mi dignidad. Sus dedos entrelazados en mi cabello. —No hay otra manera. —¿Por qué? ¿Por qué yo? Te amé —mi voz se elevó—. Yo te amaba. —Solloce las palabras, mi punto de ruptura aplasto el muro de protección que cuidadosamente había construido a mi alrededor. Logan se puso de pie, caminó hacia el otro lado de la habitación, y golpeó su puño contra la pared. La sangre goteaba por la parte posterior de su mano mientras se volvía. Entonces vino directamente hacia mí. El terror me empujó a reaccionar en contra de lo que sabía podía hacer que me castigara y corrí hacia la puerta. Mis manos se cerraron alrededor de la perilla de la puerta justo cuando Logan me agarró por los hombros y me hizo girar. Él me tiro fuerte, así que fui aplastada contra su pecho. Su boca se cerró sobre la mía, un gemido retumbando se le escapo mientras me acurrucó contra él. Su beso fue posesivo e irrompible; él estaba tomando lo que había sido suyo y sin embargo había una parte de él que una vez había conocido. Sus labios se suavizaron cuando me incliné hacia él. Nuestra respiración entrecortada era el único sonido en la habitación, ya que nos mirábamos el uno al otro por minuto. —Vístete —dijo Logan luego giró y salió de la habitación. Me puse rígida. Entonces traje a la frialdad que me había mostrado y me convertí en lo que necesitaba que fuera, porque sabía que él era el único que podía salvarme de esta noche.

Capítulo 9 3 horas más tarde Había visto la lucha de Logan sentada entre Jacob y Dave, Raúl a unos pocos asientos de distancia de mí. Esta no era la ubicación típica de un sucio almacén subterráneo. No, Raúl tenía un ring real y asientos. Obviamente había estado organizando estas peleas por un tiempo. Logan derrotó a su oponente, pero había sido brutal y duro, y yo había estado en perpetua ansiedad todo el tiempo. Sabía que si perdía estaría vendida, pero era más que eso. Una pequeña parte de mí estaba preocupada por él. Tal vez fue la naturaleza humana. Tal vez el amor no podía ser detenido, o tal vez estaba pensando irracionalmente. Llevaba el collar, y me di cuenta el asentimiento de Raúl de aprobación cuando me vio con Logan. ¿O era el estado de mi vestido lo que aprobó? O más bien la falta de vestido. Traté de no pensar en ello, pero era difícil teniendo en cuenta que no había nada debajo. Se sumergía tan bajo en la parte delantera que mis pezones se expusieron. La primera vez que me lo puse, lo arranqué de nuevo y lo lance a través de la habitación. Incluso fui y me puse el camisón y esperé junto a la cama de Logan para que viera, que no llevaba lo que él puso para mí. Entonces el pánico se apoderó cuando me di cuenta de que estaría de vuelta en cualquier momento y no estaba vestida. Esta noche no era una opción. Tuve que hacerlo. Por lo tanto, me puse el vestido, y mis pechos se derramaron del material apretado, esperé a Logan mientras estaba de rodillas en el suelo. Cuando me vio, no era como lo esperaba. Estaba enojado mientras sus ojos me tomaban, su cara fría e inexpresiva bajó sobre él. Nunca dijo una palabra para mí cuando se cambió, luego me llevó a su pelea en la que traté de ignorar las miradas de los hombres a medida que jadeaban sobre mi cuerpo como si fueran animales. —Emily. —Logan había pasado de sus pantalones cortos de combate en un par de pantalones negros y una camiseta blanca de botones. Se veía diferente, contenido, formal, y no me gustaba. Me agarró la mano y luego levanto la barbilla a Dave que se había quedado conmigo hasta que Logan regresó—. Tres días. Dave asintió.

—Ese último cargamento... dos estaban muertos. —He oído —dijo Dave. Ni siquiera me quiero imaginar a lo que se estaban refiriendo, pero me acordé de cuando Logan dijo que Alfonzo no iba a embalarme y enviarme. —Algo va mal... —comenzó Logan. —Sí, hombre. Lo sé. Logan hizo un gesto brusco y luego dejamos a Dave cuando hicimos nuestro camino de regreso a la casa principal, donde Raúl sostenía la celebración. Ni una sola vez me miro, casi como si no pudiera, como si estuviera disgustado. Me daba asco a mí misma, ser humillada emocionalmente degradada frente a los demás hombres. Era un objeto para ellos. En eso se había convertido mi realidad. Quería gritar y golpear y alucinar, pero la estupidez no tenía lugar en mi vida. Tenía que ser más fuerte que ellos, inafectada y más fría. Al igual que Logan. Todo mi autocontrol se desvaneció al segundo en que los sonidos me golpearon. Los gemidos de dolor, los gemidos de placer, el gruñido, el chasquido del látigo, la risa, y luego el llanto. Dudé en la puerta, y la mano de Logan apretó en mi brazo. —Bloquéalo —susurró en un áspero gruñido—. Mantén tus ojos cerrados si tienes que hacerlo. Él me dio un tirón hacia adelante y tropecé más en la habitación. Mi pecho se movía dentro y fuera mientras trataba de controlar el pánico. No había forma de escapar de esto, pero no apreté los ojos cerrados hasta que oí la voz de Raúl. —Ahí está. —Una silla raspó sobre las baldosas de piedra—. Sculpt. Mi luchador más preciado. —Hubo un fuerte aplauso. Logan se detuvo, y a pesar de tener los ojos cerrados yo sabía que Raúl estaba cerca de mí podía oler el aroma de ajo y los cigarrillos—. He hecho un montón de dinero esta noche. Esa es una razón suficiente para una celebración. Peleas mejor de lo que esperaba. —Gané porque mi oponente no podía controlar su temperamento, y estaba luchando por algo que quería, un esclavo que es un maldito buen polvo. Ahora me doy cuenta por qué están en gran demanda. —Su voz era tensa, y podía sentir la tensión en su cuerpo. —Ahh, sí. Ella es su primer esclavo. Lo has hecho bien con ella. No estaba seguro de que estaba en ti, Sculpt. —Abrí los ojos cuando Raúl puso el dedo bajo mi barbilla y me obligó a mirarlo. Tragué saliva—. Ella es muy hermosa. Cuando te canses de ella, voy a encontrar un comprador para ella que aprecie a una mujer con espíritu. —Eso no va a ser por un tiempo. Raúl rió mientras miraba mis pechos. —No, sospecho que no. —Le dio una palmada en la espalda a Logan—. Disfruta de la velada. Espero que mucho más como tu deberías. Logan asintió y luego me llevaron a una mesa en la esquina más alejada de la habitación donde cuatro hombres estaban sentados. Me encogí cuando vi que había dos chicas de rodillas al lado de sus dueños, ambas llevaban collares y estaban desnudas. El otro hombre tenía un esclavo masculino de pie detrás de la silla que llevaba un collar de cuero

negro con tachuelas y luego una cosa de tipo sujetador de cuero que tenía correas cruzadas y anillos de metal. Cuando nos acercamos al esclavo miró y me sonrió. No había nada en su rostro joven y guapo que decía que no quería estar exactamente dónde estaba. Traté de no mirar a nadie más, pero es como cuando la gente se ralentiza a medida que pasan de un accidente en la carretera. Ellos tienen que buscar, es una reacción irresistible, y cuando miré a la chica Logan me arrodillo al lado, sabía exactamente quién era. Bueno, no su nombre ni nada, pero era la chica que hizo que mis sueños se convirtieran en pesadillas. Ella no se movió un centímetro cuando me arrodillé a su lado; la mano de Logan estaba encima de mi cabeza, como si se estuviera asegurando de que no me levantaría y correría por mi vida. Acudió a mi mente durante dos segundos. Pero Logan tenía razón: el miedo por las consecuencias era lo que iba a mantenerme viva aquí. —Sculpt. Buena pelea. —La voz profunda era controlada y envió escalofríos por mi columna vertebral, y no eran buenos escalofríos—. Kai. —No levante la vista, pero supuse que le temblaban las manos—. No tengo ningún interés en el circuito de la lucha, pero estaba muy impresionado por tu habilidad. Y perdí mucho dinero esta noche. Logan comenzó a acariciar mi cabello. —Raúl mencionó su nombre al pasar. Tengo curiosidad, ¿por qué es que usted ha viajado hasta aquí para una pelea de la cual no está interesado? Me tensé cuando vi la mano del hombre llegar a la chica a mi lado y agarrarla por el mentón y levantarle la cabeza. —Ella. Tenía curiosidad cuando Raúl me envió la invitación a la lucha. Sin embargo me negué. Raúl debe haber sabido que lo haría, y es inteligente. Él también sabía que si me negaba a venir otros muchos de mis conocidos tampoco vendrían, así que me ofreció a ella. Alfonzo era el último. Rápidamente agaché la cabeza y me cubrí la boca con la mano para impedir que gritara. No podía ni siquiera imaginar lo que significó la formación de Alfonzo. No quería, y estaba horrorizada con lo que la chica debe haber pasado. Sin mover la cabeza, miré a sus ojos muertos. Alfonzo habrá cavado sus patas sucias en su alma y lo arrancó dejando a esta chica con nada más que una cáscara dispuesta a cualquier cosa. La pierna de Logan me dio un codazo y bajé la mano de mi boca. —¿Se la está dando a usted? A Raúl no le gusta regalar nada. Kai se rió entre dientes. —No, pero yo necesitaba una nueva chica, y Raúl sabía. Cuando vi su foto tenía que tenerla. Me deslicé más cerca de Logan cuando Kai la agarró por el cuello y tiró hacia arriba. La chica nunca hizo un sonido, pero vi una lágrima brillando en sus ojos cuando Kai la levantó en su regazo y empezó a acariciarla. —Él conoce mi tipo y éste... —No pude evitar mirar hacia Kai—, es especial. Logan me vio mirando y rápidamente cambió el tema a la lucha. Fue un par de horas más tarde, después de que me había alimentado como un perro y escuchaba los sonidos pulular como insectos arrastrándose sobre mi piel, que Kai se interesó en mí.

—Ella es impresionante. Logan tenía la mano en la nuca de mi cuello, y me pareció que se ponía rígido. —Hmmm. —La cena parece haber terminado, y mi entendimiento es que a Raúl le gusta jugar después. ¿Quieres disfrutar?

Oh Dios. No. No, Logan. Por favor. —En realidad no. —Entonces, ¿por qué molestarse con ella? Mi sugerencia es domar, nada para asustar a su pequeño esclavo. Ella se ve como si quisiera ser tragada por el suelo. —Kai se acercó y acarició el costado de mi cara con su dedo—. Mírame. Lo hice. Mis ojos se reunieron con su intensidad verde intermitente. Era guapo y solemne, como imagino que un hombre de negocios con una gran cantidad de riqueza se vería así. Supuse que estaba en sus comienzos de los treinta años, y tenía, características fuertes definidas, las cejas muy oscuras y la piel bronceada. —Yo no comparto —dijo Logan en lo que sonó como un gruñido. —Yo tampoco —dijo Kai, y su mano bajó de mí para acariciar la cara interna del muslo de su chica—. Pero viendo las mujeres juntas. Dos bellezas... ahora disfrutaría. —No. —La voz de Logan era áspera. —¿No, qué caballero? —Raúl estaba de pie detrás de la silla de Logan, y rápidamente bajé la cabeza, el pelo cayendo en frente de mi cara. Kai habló—:Yo sugerí un poco de juego entre las mujeres. Sculpt ha declinado. —Yo nunca he dicho eso. Mi respiración se detuvo. Logan por favor no lo hagas. —No tenía otra cosa en mente para esta noche. Kai empujó a la chica de su regazo, y ella cayó al suelo y rápidamente se enderezó y se arrodilló al lado de Kai. Extendí mi mano a la de ella. Fue instintivo y reactivo, algo que no debería haber hecho, pero al verla tratada tan cruelmente había provocado un incendio en mí. Peligroso. La chica me miró horrorizada, su rostro palideció ante el gesto. Entonces, tan rápido, estaba sosteniendo la pierna de Kai acariciando suavemente como si fuera un perro que lame a su amo. —Yo estaría interesado en escuchar esto —dijo Raúl—. Kai, Sculpt ha estado escondiendo esta joya fuera por más de una semana. Estaba empezando a pensar que ella se había escapado. —Kai se echó a reír—. Ella era más bien... desobediente cuando llegó. Estaba anticipando a Alfonzo a tener que entrenarla como lo hizo con su nuevo esclavo. Pero —Raúl hizo un gesto hacia mí—. Ella ha sido su reina. Después de estar lejos de nosotros durante tanto tiempo, estaba pensando que Sculpt se había vuelto blando. —Entonces, ¿qué es lo que tienes en mente para esta parte de la noche, Sculpt? — preguntó Kai. Logan se quedó en silencio, y podía sentir sus dedos contraídos. Contuve la respiración, sabiendo que todo lo que él decidiera no me gustaría.

Clavé las uñas en mis muslos y traté de bloquear mi imaginación dando vueltas. —Tal vez Kai puede follarla mientras ella lo chupa. —No —dijo Logan—. Más de un espectáculo. No podía controlar el sollozo que salió de mi garganta, y Logan reacciono rápidamente. Empujó los platos de la mesa con un solo golpe de su brazo, y luego me agarró por el brazo tiro mi cara abajo sobre la mesa, colocando su mano sobre la parte baja de mi espalda. —Quieres follarla. Y quiero follar. —Logan tiró de mi vestido, y podía sentir el aire caliente en mi culo desnudo. Mi mejilla presionada contra la madera de la mesa, y cuando abrí los ojos vi a Kai observándome. Nuestros ojos se encontraron y vi la expresión inafectada fría para mi terror. Mi respiración se hizo en cortos jadeos agitada. Oí voces a mí alrededor y apreté los ojos cerrados cuando los sonidos se hicieron más fuertes y más cerca. Iban a ver a Logan cogerme aquí en la mesa. —Piernas —Logan gruñó. Apreté los ojos cerrados e hice lo que me dijo. Empujó mis piernas más separadas y luego se instaló entre ellas, sentí su polla y la tela de los pantalones en mi contra. Empecé a luchar, él se retiró y luego me pego en el culo tan duro que grité. —Quédate quieta. Él me pegó de nuevo y masajeó mi culo. Lo repitió varias veces, nalgadas y luego masajeaba, para entonces yo estaba sollozando. No era de ser azotada, sino de la humillación. Sentí el peso de él encima de mí, y su boca junto a mi oído. —Tenemos que hacer esto, Eme. No pienses en nadie más. Céntrate en mí. Nada más. —Besó mi cuello y luego a través de mis omóplatos, mientras que su mano se fue debajo de mi vestido, entre las piernas, y comenzó dando vueltas a mi clítoris. Al principio no sentí nada, mi cuerpo se negaba a excitarse por esto, por todo lo que estaba pasando, pero Logan estaba tranquilo y apacible, y pronto sentí el hormigueo, la mano de Logan presionando mi espalda alivió. —¿Por qué te molestas en darle placer? —Escuché decir a Raúl. —No es divertido follar un esclavo seco —contestó Logan. Su ropa frotaba mi espalda mientras se apoderó de mí una vez más y me susurró al oído—:Voy a ser rápido. No luches contra mí, Eme. ¿De acuerdo? ¿Entiendes por qué tenemos que hacer esto? Asentí. Sabía que él estaba tratando de protegerme de algo mucho peor que el públicamente follarme. No estaba mojada, pero ligeramente húmeda de la estimulación y cuando él empujó su polla dentro de mí no me dolió. Mis caderas empujaron hacia el borde de la mesa mientras él empujaba dentro de mí una y otra vez. Podía oír a los hombres hablar a nuestro alrededor la fusión con el sonido de su pelvis golpeando en mi culo. Vidrios resonaron juntos y oí a hombres pidiendo a Logan que fuera más duro. Una chica sollozaba y luego el chasquido de un látigo y luego más sollozos. Raúl rió y luego se fue al lado de mi cabeza metiendo el dedo mi boca.

—Chúpalo como si fuera mi polla —Raúl ordenó. Las manos de Logan se clavaron en mis caderas como si estuviera en alerta y sabía que tenía que hacerlo. De buen grado deslicé mi lengua alrededor del dedo de Raúl, probando los jugos de la carne de su comida. Lo echó hacia atrás y hacia adelante en mi boca que coincida con el ritmo de Logan mientras chupaba y bromeaba con el dedo como si fuera su polla. La risa me rodeaba. Hombres que gritaban sugerencias enviaron a mi estómago agitado y habría vomitado si Raúl no hubiera tomado su dedo de mi boca en ese momento. Oí a Logan gruñir y apretar sus manos en mis caderas mientras se sacudió una vez más en mí. Apenas había terminado de venir antes de escuchar el sonido de la cremallera, entonces mi vestido fue derribado, y él me arrastraba fuera de la mesa. —Ahora, voy a follarme a la mierda de su culo en la intimidad. Creo que me lo merezco después de ganar la pelea de esta noche, caballeros. —Logan tomó mi mano, asintió con la cabeza a los hombres, y salió del comedor, remolcándome. La capacidad de hablar fue arrancada de mi mente como si Logan hubiera arrancado las cuerdas vocales de mi garganta. Nada podía decir de lo que pasó. No estaba segura de sí tenía la intención de follar mi culo, pero tan pronto como estábamos fuera de la vista de los demás, era como si todo el terror, la ira, el asco y el horror corriera a través de mi cabeza. Me imagine agarrando la ametralladora del primer guardia de paso y volver corriendo al interior y matar a cada uno de esos hombres. Entonces los miraría retorcerse por el suelo, sufriendo una muerte lenta y dolorosa... porque eso es lo que cada uno de ellos merecía una muerte lenta y agonizante. Nada rápida. No la cárcel que era demasiado amable. Justicia sería dejarlos caer en un pozo de ratas, cubierto de sangre, y que tuviera ratas rodeando en ellos durante días... no semanas. Todas y cada molécula de mi cuerpo había sido embotellada lentamente por la rabia y el disgusto por la cena. Sabía que si estaba conmovida por el camino equivocado, podría explotar en un lio espumoso, gritando el desastre de un lunático. Sentí como si tuviera que dejarlo ir, gritar, hacer algo para liberar todas las emociones que estaban pisando a través de mis entrañas. Yo sobrevivo, pero esas chicas... no estaba tan segura de cuánto tiempo lo harían. Y el regalo recién adquirido de Kai, Dios, con esos ojos perseguiría mis sueños por la eternidad. Había estado aterrorizada cuando traté de consolarla. El pánico hizo caso omiso de cualquier otra emoción que pudo haber sido una vez parte de esa chica. Esta noche había visto con horror la degradación de los seres humanos. Logan me acompañó a través del patio, con la mano en la parte baja de mi espalda. —Lo hiciste bien, Emily. —Las palabras de Logan me golpearon como si hubiera tomado un bate y me hubiera golpeado al otro lado de mi cara. ¿Bien? ¿Lo hice bien? Sus palabras fueron las equivocadas. Sacudieron las moléculas llenas de rabia, y todos ellos aparecieron al mismo tiempo.

—¡Bien! ¡Bien! ¿Lo hice bien? —Grité y luego me arrojé a él y comencé a golpearlo. No me importaba dónde ni cómo, con tal de que mis puños estuvieran golpeando algo. Oí su maldición cuando mi puño conecto con su mandíbula. —¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste? ¿Por qué has hecho eso? ¿Y esas chicas? Las dejaste ser objeto de abuso. Dejas que esto ocurra mientras esos hombres pedazos de mierda las destruyen. —Le golpeé una y otra vez—. Son seres humanos, maldita sea. —Las imágenes de los ojos muertos de la chica presionaban en la vanguardia de mi cerebro—. Kai va a matarla. Está casi muerta. ¿Cómo puedes dejar que lo haga? —Emily. Basta. —Trató de controlarme, pero yo estaba fuera de control, las imágenes de ellas sufriendo gritaron a través de mí—. ¡Mouse! —El uso de Logan de mi apodo se perdió por mis gritos, ahogados bajo la ira innegable. Estaba llorando y gritando al mismo tiempo. Mi voz irreconocible cuando le grité. Me engancho por la cintura, puso la mano sobre mi boca y me recogió mientras seguía gritando palabras apagadas. Fue entonces que vi a Alfonzo corriendo hacia nosotros. —Jesús, Emily. Maldita sea. Alfonzo lo detuvo. —Sculpt. Logan me soltó y puso su mano en mi hombro. —De rodillas. Ahora. Sabía lo que podía hacerme Alfonzo, así que hice lo que me dijo, pero mi cuerpo aún temblaba de ira. —Dámela —dijo Alfonzo—. Raúl está furioso. Escuchamos sus gritos en el interior. Agarré la pierna de Logan. —Por favor. No. No dejes que me lleve. Voy a ser buena. Te lo prometo. Por favor. Nunca en mi vida pensé que iba a rogar de esa manera y no creo que nadie piense que lo hará hasta que se enfrentan a esto. Mi mente fui construida para tomar tantas cosas y pasar por la tortura de nuevo me iba a matar. Necesitaba ese pedazo de mí que todavía quería vivir, luchar, tener algún día mi sueño de libertad hecho realidad. Alfonzo iba a quitar eso. Iba a destruir ese último fragmento de esperanza, y sería como las otras chicas. Moriría por dentro. —No —dijo Logan a Alfonzo y contuve los sollozos cuando un alivio abrumador se instaló en mí—. Yo me encargo de esto. El sonido de pasos largos y casuales vino hacia nosotros. Mantuve la cabeza baja, pero sabía en el momento en que se acercó lo suficiente, por su olor característico que era Raúl. —Llévatela —las instrucciones de Raúl a Alfonzo eran claras. No había ni una sola onza de simpatía en su tono de acero—. Sabía que no iba a durar. Alfonzo me agarró del brazo y me arrastró a mis pies. Podría haber rogado a Raúl, pero ya era demasiado tarde. Lo sabía. También sabía que no tenía nada que perder, porque ir a la sala de la planta baja o ser vendida sería el final de quién era yo. Me quedé inmóvil delante de Raúl y levante lentamente la cabeza hasta que me encontré con sus ojos.

Ellos parpadearon con sorpresa por un segundo en mi mirada fija valiente. —Emily. —La advertencia de Logan fue baja y apenas audible—. Alfonzo sácala de aquí. Alfonzo tiró, y me dio la vuelta, golpee mis dos dedos índices en la tráquea de Alfonzo. Me dejó ir, tambaleándose hacia atrás, asfixiándose. Antes de que Raúl y Logan me pudieran detener, me tambaleé de vuelta y cerré mi codo en la cara de Raúl con tanta fuerza que sentí la grieta en su pómulo. —Emily. —Logan gritó agarrándome. Sabía que no tendría ninguna posibilidad contra él si me agarraba. Me enseñó todo lo que sabía. Fue Alfonzo quien me llevó a la tierra, su furia en cada movimiento. Su rodilla se clavó en la parte baja de mi espalda y tiró mis brazos detrás de mí con tanta fuerza que juro que ambos se dislocaron. Sentí algo duro y frio contra mi cabeza. Con mi mejilla contra el suelo con la mano de Alfonzo, no podía levantar la cabeza, pero, por el rabillo de mi ojo, vi a Raúl que se agachó junto a mí, una pistola empujó contra mi sien. Inclinó el martillo. —Raul. —Logan rompió. —Sabía que estabas muy cerca de ella. —Raul apretó el arma más fuerte contra mi sien— . Debería matarte ahora mismo. —Podía oír su respiración pesada y olía el aroma de su último cigarrillo—. Es algo bueno que seas hermosa. Tú vales mucho más que yo vivo entonces no puedo tener la satisfacción de soplar tus sesos. Quizás Kai está interesado. Él te encuentra atractiva. —Ella es mía, Raul. Yo gané la pelea, ¿o se te olvida eso? —¿Y te olvidas de con quién estás hablando demasiado? Cualquiera de esos hombres aquí esta noche estarían dispuestos a comprarla ahora mismo. Silencio. —Sabes cómo operamos, y las segundas oportunidades no existen en este mundo. Ella me pertenece ahora. —Raul tocó la pistola contra mi cabeza—. ¿O prefieres que le dispare? No podía ver lo que hacía Logan, pero escuche el arrastre de sus pies, y sabía... sabía que Logan se alejaba.

Capítulo 10 Una hora después Me senté con una venda en los ojos en el cuarto de tortura, atada a la cama de metal. Cada sonido me hacía saltar y mi cuerpo se estremecía con miedo mientras esperaba por… qué, no sabía. ¿Me estaba vendiendo Raul ahora mismo? ¿Alguno de esos hombres iba a poseerme? ¿Kai? ¿Dejaría Raul que Alfonzo me ―entrenara‖ primero? La espera me estaba volviendo sin sentido. Sin saber cuándo iba a venir alguien. Con miedo del crujido en las tablas del suelo. O del grito distante. O como el aire en el cuarto cambiaba. El sonido de los pasos de Logan mientras se alejaba hacían eco una y otra vez en mi cabeza. Me dejo. Me entrego a Raul. No peleo. Actuó como si yo no fuera nada para él. Me dijo que lo haría, pero siempre tuve está loca e ilógica idea de que me defendería. Pudo haberme traído aquí y mantenerme en este sitio, pero también me protegió de esto. Me equivoque. Él se alejó. No le importa si era vendida o asesinada. Logan camino lejos de mí. La puerta voló abierta, y emití un pequeño grito, pero no llore. No lo haría. Nadie en este sitio merecía mis lágrimas. Manos agarraron mis muñecas, las reconocí. Las de Logan. No era Alfonzo o Jacob. ¿Me iba a torturar? ¿Me iba a llevar con mi nuevo dueño? ¿Podría ser tan cruel? Soltó los amarres en mis muñecas y jalo mi venda y me ayudo a levantarme. Nuestros ojos se encontraron. Y de algún modo lo supe. Sin tener certeza de si lo sentí o lo vi en su expresión, no lo sabía, pero el hombre de pie frente a mí era el hombre que yo solía amar. —Una oportunidad en esto. Una. No estamos preparados, pero no tenemos alternativa. Él te va a vender y… Mouse, cámbiate. Ya. —Fue entonces que note la ropa encima de la cama. Logan agarro la parte delantera del vestido de encaje negro y lo rasgo fuera de mi entonces lo tiro a un lado. Permanecí de pie pasmada, observándolo hasta que su voz cortó a través de mi conmoción—. Ropa. Ahora.

Levanto lo que parecía como una extra grande camiseta negra y un par de jeans y me los tiro, entonces camino de regreso a la puerta. Lo seguí mirando mientras me cambiaba, sin tener certeza de lo que estaba pasando. Había una línea de determinación en su rostro, imparable y peligrosa mientras ponía su oído en la puerta. Estaba subiendo la cremallera del jean cuando se movió hacia mí. —Necesitaba que estuvieras fuera hace diez minutos. Muévete. —Agarro mi brazo justo cuando la puerta voló abierta de nuevo. Logan me empujo tan duro detrás de él que caí sobre mi trasero. —¿Qué de… Sculpt? —Los ojos de Alfonzo pasaron de mi a Logan—. ¿Qué estás haciendo aquí? Ella está vendida, Sculpt, la voy a llevar con su nuevo dueño. —No. —La voz de Logan era firme y calmada—. Eso no va a pasar. —Me levante a mis pies. Los ojos de Alfonzo se siguieron moviendo entre Logan y yo. —Tu padre va a crucificarte, luego a ella. ¿Padre? ¿Qué? Mis ojos se agrandaron, y retrocedí hasta que mi espalda golpeo la húmeda pared de cemento. ¿Raul? Oh Dios. ¿Logan era hijo de Raul? Logan era el hijo de Raul —Tal vez. Pero consigo vivir con la satisfacción de lo que he querido hacer por semanas. —Logan tomo dos zancadas y golpeo con fuerza y rapidez, su puño conectando con la mandíbula de Alfonzo y enviándolo de espalda contra la pared—. Tú. Eres. Escoria. Un parasito. —Logan lo golpeo otra vez y sangre se filtró de su nariz hasta su labio superior. Alfonzo gruño y trato de golpearlo de regreso, pero no era pareja para Logan, y tan pronto como fue por su pistola, Logan la pateo de su mano, se deslizo a través del piso. —La tocaste. Ese fue tu error. —Logan continuo golpeando a Alfonzo una y otra vez hasta que Alfonzo estaba yaciendo en el piso inmóvil. Yo lo miraba, observándolo, confusa y sin saber qué demonios estaba pasando excepto que Alfonzo parecía muerto y Logan estaba cubierto con su sangre. Lance un vistazo al arma luego de regreso a Logan, que estaba de pie sobre Alfonzo mirando su cuerpo sin movimiento. No sabía que estaba pasando, pero no iba a dejar que se me escapara esta oportunidad. Me dirigí al arma. Mis dedos se curvaron alrededor de la culata, pero salte sobre mis pies justo cuando escuche la voz de Logan. —Emily. Baja el arma. Sacudí mi cabeza de ida y vuelta mientras el arma temblaba en mis manos cuando la apunte a él. —No. Voy a escapar de aquí. Y tú no me vas a detener. Tomo un paso adelante, y yo sujete el arma con mi otra mano entonces quite el seguro. —Tienes razón. Vas a escapar de aquí, pero no por tu cuenta, y creo que sabes eso.

Voy a ayudarte. Me aleje cuando se acercó más. —No, no te creo. ¿Por qué harías eso? Me trajiste aquí. Me mantuviste aquí. Él es tu… él es tú padre. Ese hombre es… —No podía decirlo de nuevo, me enfermaba del estómago pensar que yo voluntariamente me había acostado con el hijo del bastardo. —Baja el arma. —Extendió su mano—. Nunca te he mentido. Sacudí el arma hacia él cuando hable. —Mentira. Cada día me mentiste. ¿Eran una mentira las noches también? ¿Soy igual que todas las demás? Tal vez estaría mejor con un nuevo propietario, por lo menos sé que cuándo me folle lo odiaré. No como tú. Me hiciste amarte entonces me destrozaste con esto. Entonces... entonces me devolviste pieza por pieza cada noche para quitarme todo de nuevo en la mañana. —Nunca te he mentido. Jamás. —Asintió a la pistola—. Disparas eso aquí y estamos muertos. Cada hombre en este lugar estará aquí. Estoy tratando de ayudar y está mierda está a punto de estallar en nuestra cara. No le creí. Mi confianza había sido destruida, al igual que su corazón cuando le disparara. —Atrás. —No puedo hacer eso. —Se tiró sobre mí. Apreté el dedo en el gatillo y cerré los ojos. Entonces sentí el discordante dolor en mi espalda cuando Logan lanzó su peso encima de mí y ambos nos estrellamos en el suelo. Agarró el arma de mis manos y la deslizó en la parte trasera de sus pantalones vaqueros. Sin decir una palabra me llevó a mis pies, deslizó su celular del bolsillo y agarro mi mano. Presiono un número en su teléfono y lo puse en su oreja. —Deck. ¿Deck? ¿El Deck de Georgie? ¿Qué? No, no podría ser. —Es ahora —dijo abruptamente en el teléfono—. No me importa si tus hombres no están preparados. Esto sucede. ¿Estás seguro de que tu hombre la tiene segura? Bien. — Asintió luego su espalda se puso rígida cuando escuchó—. No sucederá, Deck. No voy a aceptar esa oportunidad. —Silencio, excepto por los golpes de mi corazón y la sangre corriendo por mis venas. Logan me halo a las escaleras—. Deck, no me importa. ¿Me oyes? Cambio de planes. Ella se va. Podre lidiar con Raúl y las consecuencias. Él me había propulsado por un pasillo, luego por una puerta lateral que nos estaba llevando afuera. Se detuvo, puso su mano sobre el receptor y dijo—:Dave. Dave apareció por detrás de los arbustos. —Vamos a tomar una arriesgada reunión. —Asintió al teléfono—. Tomando un riesgo usando eso. Es para el final del juego. —Este es el final del juego. Lo que debe suceder. Alfonzo está abajo. — Mierda. Sculpt, que era… —La sacamos de aquí y miraré después el resto. ¿Tienes la señal? Dave pasó la mano por su cabello.

—Sí, pero Sculpt. Jesús. No es una buena idea. Deck dice… —¿Parece que me importa? Hazlo. Yo estaba tan confundida sin tener idea de lo que estaba pasando pero Dave estaba sorprendido, Logan estaba perdiendo el control y Deck estaba gritando a través del altavoz. Estaban hablando el uno al otro como si... como si esto estuviera planeado. ¿Podría ser verdad? ¿Estaba Deck aquí? ¿Podría Logan estar hablando de sacarme de aquí? ¿Por qué ahora? ¿Por qué ese cambio repentino de idea? El parpadeo de esperanza estaba tratando de surgir debajo de mi miedo. Tenía miedo de lo que estaba haciendo Logan, de lo que sucedería si éramos capturados, si estábamos atrapados. Estaba confundida en cuanto a por qué Dave estaba ayudando y preocupada de que esto era una especie de ardid. —¿Qué? —dijo Logan en el teléfono. Podía oír a Deck en la línea. —Sculpt, arruinaste esto, estás jodido. Te dije que siguieras abajo, pero tenías que esperar. Mis hombres están en misión, estoy esperando a dos más. Los necesitamos, Sculpt. No tenemos suficientes hombres para una completa baja de este lugar. Jodiste esto ahora, él sabrá que algo está pasando, y si te escapas, ninguno de los dos estará seguro por el resto de sus malditas vida. —Me ocuparé de Raul. Sácala. —Logan cerró los ojos un segundo y me miró. El dolor que vi allí fue tan brutal que mi aliento quedo enganchado, y quería ir a él para hacerlo más fácil. ¿Cómo podía sentirme así? Él no merecía nada de mí. —Raul te va a torturar hasta que te orines y vomites sangre. Entonces va a matarte — gritó Deck por teléfono—. Sólo espera coño. Sabemos lo que estamos haciendo. —Es demasiado tarde para eso. Dave la está sacando. Estén preparados. —Logan bajo el teléfono de su oreja. Debe haber presionado el botón terminar, porque ya no se oían los gritos de Deck—. Sabes qué hacer. —Alcanzo en su bolsillo y sacó lo que parecía ser un pasaporte—. Esto te llevara a casa. —Me lo pasó a mí. Mi mano tembló cuando lo tomé de él. ¿Por qué hacía esto? No tenía sentido. Había hecho que le temiera y amenazó con venderme. Había dicho que no me protegería si me portaba mal. —Hombre, Deck tiene razón. Unos días más… —Ella no tiene un par de días más, tiene cero. —Estaba hablando como si... como si le importaba lo que me pasara—. Deck se reunirá contigo. No vuelvas, Dave. No vuelvas aquí otra vez. Lo qué pasó con tu hermana... mierda... lo siento. Dave se tensó y asintió como si no se necesitara decir más y Logan puso su mano sobre el hombro de Dave y apretó. ¿Hermana? ¿Qué pasó con la hermana de Dave? ¿Pudo haber sido una esclava? ¿Era una de las chicas que había visto? ¿Había sido asesinada? ¿Por qué le importaba a Logan? ¿Qué tan buenos amigos eran? Cuando Logan se movió de posición, sus ojos se encontraron con los míos. El Logan del que había caído enamorada, no el hombre frío que me había mantenido

cautiva, se paró frente a mí. Lo vi en él, la forma en que sus ojos se calentaron, la forma en que sus dedos acariciaron la palma de mi mano. Y me aterrorizó. Porque no importaba cuánto lo combatiera, aún amaba a este hombre. Dave jalo mi brazo y mi mano y la de Logan se separaron. Lo mire, incapaz de moverme. —Emily. Vete. Dave tiro, pero me negué a ceder. —Chiquita, tenemos que irnos. Entonces la frialdad descendió sobre la cara de Logan. —Vete de aquí, Emily. Esto es lo que soy. No pienses diferente porque te follé un par de veces. Quedé boquiabierta. Dave juró bajo su aliento. —Sácala de mi vista. Fulmine con la mirada al hombre que acababa de aspirar la última parte de esperanza en mi corazón. —¿Por qué me dejas ir entonces? ¡Solo véndeme, cabrón! ¿Por qué correr el riesgo? Sacudió la cabeza. —Estoy arriesgando nada. Mi padre estará ligeramente molesto, pero soy su boxeador y si decido dejarte ir entonces es mi elección. —Suavizando su tono, la dureza se mantuvo en sus ojos—. Ve y repárate de este lugar, Emily. —Sculpt. —Dave suspiró y bajó la cabeza, claramente infeliz en lo que pasaba. Mi respuesta fue automática, como si las palabras estuvieran sentadas en la punta de mi lengua esperando ser habladas. —Algunas cosas no pueden ser reparadas. Las rompes tan mal que no pueden ser reparadas. Su cuerpo se estremeció. La mandíbula apretada y vi su dedo índice sacudirse contra su muslo. Estaba enojado, pero también reconocí el dolor en su expresión. Y me alegré de lastimarlo. Viviré. Sobreviviré. Me di cuenta que no lo tenía en mí para perdonarlo o para olvidar. Pero encontraría un lugar en el que podría vivir. Dave tiró duro en mi mano y corrimos. La última visión que vi de Logan era de él dándome su espalda.

O

Dave transporto mi trasero a través del compuesto, pegado a las sombras mientras me arrastraba detrás de él. Estaba demasiado agotada para otra cosa que seguirlo y si era cierto que iba a salir de aquí, entonces haría lo que él me dijera. Se detuvo detrás de una de las casas, su dedo en su boca, asegurándose de que estuviera en silencio. Oí el ruido constante de patas y pies y me apoye contra la pared, aguantando la respiración, rezando para que no escucharan a mi corazón latir irregularmente. Cuando el guardia y el perro se alejaron, Dave hizo un gesto para que me quedara quieta mientras él se arrastraba bajo a través del patio. Vi el destello de su cuchillo reflejarse contra la luz de la luna cuando lo saco de la funda. En un rápido movimiento el guardia junto a la pared cayó al suelo. Dave hizo un gesto hacia mí y fui a correr con él. De repente hubo tres disparos fuertes y un montón de gritos cuando los guardias empezaron a correr hacia la casa principal. —Tonto. —dijo Dave explorando en la dirección de los disparos—. Esa es nuestra señal. Agarró mi mano otra vez y corrimos por la longitud de la pared. Se sintió por siempre mientras trastabille detrás de él, tratando de evitar agacharme cuando más disparos resonaron. Dave se detuvo y cayó de rodillas en una rejilla en el suelo. Tiro varias veces antes de que cediera. —La escalera está resbaladiza. Cuidado. Deslicé primero mis pies y sentí el peldaño de la escalera entonces empecé a bajar. Me detuve cuando oí un golpe de metal. —¿Dave? —No confiaba en el hombre y no sabía por qué me ayudaba a escapar, pero ahora era todo lo que tenía. —No te detengas, Chiquita. —Su voz llego por la húmeda alcantarilla—. Tienes que darte prisa. —¿Vas... vas a venir? —No, Chiquita. Ve rápido. Oh Dios, no iba a venir. Estaba sola en una alcantarilla sin dinero y en algún lugar en México. Me quedé helada en la escalera, los dedos apretados alrededor del delgado y húmedo metal. No sabía qué hacer, dónde ir o incluso cómo llegar allí. ¿Tal vez esta alcantarilla era un callejón sin salida? ¿Había registrado Dave incluso a donde conducía esto? ¿Era esto una prueba? ¿Sculpt estaba probando para ver si me iría si me dan la oportunidad? ¿Podría todo esto ser un cruel y enfermo juego para atormentarme? —¿Emily? Mi cuerpo se pegó instintivamente contra la escalera. La voz llegó por debajo de mí... era vagamente familiar, pero estaba tan asustada que no confiaba en nada de lo que mi mente estaba pensando ahora. —¿Emily? Demonios. ¿Deck?

La descarga de emoción me golpeó tan duro que resbalé abajo dos peldaños, y el sonido resonó como un tambor a través del túnel. —¿Emily? —Llamo Deck. —S-sí. Sí, soy yo. —Baja, hermosa. Estaba llorando histéricamente cuando sentí las manos en mis caderas y entonces estaba siendo levantada y colocada en mis pies. Giré en los brazos de Deck y me derrumbe en ellos, mi mejilla presionada contra su pecho y mis brazos sosteniéndolo firmemente alrededor de la cintura. Apenas conocía al tipo, pero era lo mejor que había visto en quince días. El alivio fue abrumador, como si hubiese sido rescatada después de estar enterrada viva sin esperanza, sin aliento... sola sin nadie en quien confiar, hasta ahora. Deck acaricio mi cabello. —Tenemos que movernos mucho, Emily. ¿Estás bien para correr? Asentí, moqueando. —Matt está aquí. Vamos a llevarte casa. —Oh Dios —lloré. Matt. Había venido. Él y Deck. No me habían olvidado. Escuche varios disparos más y salte. Pensado en Logan; no podía evitarlo. Había ayudado algo a que yo saliera de aquí. Aunque nunca le perdonaría por lo que había hecho. Él había destruido cualquier inocencia y lo había manchado con desconfianza y temor. Me puso en un mundo que vivirá por siempre en mis pesadillas. No sabía por qué Dave no había venido conmigo. Logan lo había hecho sonar como si Dave se suponía lo haría, pero él ha optado por volver. ¿Por Logan? ¿Logan necesitaba ayuda? No, Logan era hijo de Raul. Deck apretó mi mano. —Estás segura ahora, Emily. ¿Segura? Nunca estaría segura otra vez. Sabía que nunca sería la misma chica que entró en el ring de una pelea ilegal y le pidió a Sculpt que le enseñara cómo luchar. No sabía en qué me había convertido o cómo lo haría o donde incluso iría desde aquí. Lo que sí sabía era que nunca olvidaría.

Capítulo 11 2 años más tarde La grava crujió debajo de unos neumáticos cuando el distintivo rugido de una motocicleta llegó disparado por la entrada hacia mí. Era raro que alguien viniera a la granja, excepto por Deck que conducía su dulce Audi negro con los vidrios polarizados, se deslizaba hasta la entrada tan silenciosamente que rara vez lo notaba. En realidad, el coche me recordaba a Deck misterioso, peligroso, con una tranquila serenidad que despertaba cada nervio en el cuerpo. Deck había tomado para sí mismo vigilarme cada tanto desde que él y Matt me habían traído de México, Georgie dijo que era su forma de decir que ahora yo estaba ―en el redil‖. Bueno, el redil podía ser un dolor en el trasero y Georgie estaba completamente de acuerdo puesto que había estado en el radar de Deck desde que él fue honorablemente dado de baja de la JTF2. Empezó su propia compañía llamada Unyielding Riot. Recientemente me enteré que Riot era el nombre del hermano de Georgie en el JTF2. Deck había sido de gran ayuda cuando volví, ayudó con la policía y la investigación del FBI y estuvo conmigo cuando tuve que contarles la historia. Aunque algunos detalles quedaron por fuera como la identidad de Sculpt, nunca hablé de él; supongo que idea de Deck y mía también. Sculpt me había ayudado a salir de allí. Deck al ser un ex JTF2 trabajaba a menudo con la ley en casos y por lo tanto tenía algunos ―amigos‖ que ayudaron cuando no quería nada más que dejar de hablar de ello. Mantuvo la presión lejos de mí y trató con la mayoría de las preguntas y respuestas. En ese tiempo, no podía ni recordar la mayoría de lo que se dijo puesto que estaba tan entumecida a todo. Acariciando el cuello blanco y liso de Havoc, sentí las venas sobresalir debajo de su piel, un estremecimiento corrió a través de su cuerpo, y tembló. Chasqueando la lengua, moví a Havoc en un paseo, los caballos eran animales de presa y cuando se asustan, huyen. El rugido de la motocicleta se acercó a nosotras. Las orejas de Havoc se irguieron y sus músculos se enrollaron como un resorte.

Me hundí más profundo en la silla de montar, sin embargo me asegure de permanecer tranquila. Apretar las riendas con un caballo temeroso era como un león de montaña saltando sobre su espalda. —Buena muchacha, Havoc. —La insté a dar vuelta para enfrentar el ofensivo ruido que todavía no desaceleraba. La moto hizo una pausa en la bifurcación en el trayecto de entrada, un camino se dirigía a la casa principal, el otro al granero. Aceleró entonces viniendo hacia el granero. —Maldición. Havoc aspiro aire para dar un fuerte resoplido. Tomé mis pies fuera de los estribos para bajarme, al mismo tiempo que la ofensiva moto hacía un ruido de petardo. Havoc explotó. —Mierda. —Coloqué mis dedos en su melena cuando Havoc se levantó sobre sus patas traseras, pateando en el aire. Mi espalda baja golpeó duro contra la parte trasera de la silla de montar de cuero cuando ella regresó a cuatro patas, trotó en un loco galope alrededor del ring, sus patas traseras pateando a un lado y lanzando mi cuerpo fuera de balance. Havoc llegó a un abrupto fin, las aletas de su nariz ensanchadas y su costado jadeante. Entonces sucedió. La moto patinó hasta detenerse frente al granero, polvo, grava y guijarros volaron en el aire golpeando la pared del granero de aluminio y haciendo un fuerte ruido como de fuegos artificiales. Las orejas de Havoc se echaron hacia atrás, su columna vertebral arqueada, y ambas patas traseras fueron hacia arriba en el aire cuando rechinó. Viré bruscamente sobre su cabeza y aterrice justo en mi trasero. —Ughhhh. Caí hacia atrás y permanecí en la tierra mientras escuchaba a Havoc escapar alrededor del ring levantando polvo. Soltando la correa de mi barbilla, sacudí mi casco y levanté la mirada para ver las ominosas nubes. —Qué demonios. —La verja hizo un sonido metálico. Pasos. Me quedé inmóvil contemplando qué tipo de dolor iba a causar al culpable. Había pasado meses ganando la confianza de Havoc y esto me retrasaría semanas, sino meses, los otros seis traumatizados y maltratados caballos que había rescatado y que habían venido con Havoc de la casa de matanza ya habían sido reubicados, les había ayudado a ganar su orgullo y confianza de nuevo, pero Havoc estaba tomando mucho más. Ella era una yegua alfa y empujarla sólo haría que se sublevara, la última reacción que quería. Me imaginé que otro par de años de ayudar a clientes con ―problemas‖ de caballos, y más clientes que no entendían los problemas de sus caballos y con la reventa de los caballos maltratados a buenos hogares sería capaz de comprar mi propia granja. Amaba vivir aquí con Kat, pero quería mi propia casa, creo que de alguna manera lo necesitaba. Había estado adherida a Matt y Kat por mucho tiempo, y quería una carrera y poder mantenerme. Los pasos se detuvieron a mi lado.

Mis ojos golpearon unas botas de cuero negro con molduras al tobillo, botas de motociclista que se ocultaban parcialmente por unos jeans descoloridos en un par de piernas largas y magras. Mis ojos subieron y subieron más entonces, mi mundo se detuvo. Oh Dios, había trabajado tan duro en enterrar las emociones, el sufrimiento, el dolor, y sobre todo el miedo y de repente todo estuvo de vuelta. Meses de terapia perdidos. No podía respirar. Atrapada dentro de mis tensos pulmones, sofocada con el devastador y alucinante conocimiento de quién estaba junto a mí. Era como si me no hubiera ido nunca. Logan. Oh. Mi. Dios. No, no puede ser. Pero lo era. Logan. Entonces él se agachó, a unas pulgadas de mí. Mi ritmo cardíaco triplicó su velocidad y la saliva en mi boca se desvaneció cuando mi pasado me abofeteó en la cara. Las emociones pululaban, atacando desde todas las direcciones. Quería correr y esconderme, tal vez incluso encogerme. Este era el hombre que causó que ocultara un cuchillo debajo de mi colchón durante los últimos dos años. Se veía diferente pero igual de alguna manera. Más duro, más siniestro, definitivamente. Tenía una cicatriz por la longitud de su barbilla, el lugar donde solía correr mi dedo para rastrear su hoyuelo. —Mouse. Me puse rígida. Nadie me había llamado así desde él. Oír su voz... llamándome así otra vez. —Emily. —Su voz era apenas un susurro, como si tuviera problemas para decir mi nombre. Logan era aún impresionante, pero ahora incluso más, y me inquietó que pensara eso. Su pelo era un poco más largo, cayendo debajo de sus orejas en ondas relajadas, suaves, aún desordenadas y de varias capas. La barba en su rostro era nueva, y este hombre había arrancado mi corazón. Dios, me hizo su esclava sexual. De repente estaba deseando que Havoc lo pisoteara, así podría huir. Logan se levantó y extendió su mano. Mis ojos golpearon su brazo derecho que ahora estaba cubierto de tatuajes desde el codo hasta debajo de su camiseta, sólo había tenido su brazo izquierdo entintado antes. Arrastrándome sobre mi culo, me lancé a mis pies. En mi torpe prisa me caí hacia atrás y resbalé sobre mi casco de montar caballo. Extendió la mano de nuevo para mí. —No, no. —Sostuve mi mano mientras me las arreglé para conseguir mi balance. Logan tocándome otra vez... no. No podía incluso registrar que estaba aquí, delante de mí, después

de dos años, tres cosas cruzaron por mi mente. Correr como el demonio, molerlo a golpes, o saltar en sus brazos y besarlo. No hice ninguna de las anteriores. Logan me ignoró, tomó mi brazo y me atrajo de vuelta hacia él antes de que tuviera la oportunidad de escapar. Aterricé con mis manos descansando en su pecho y mi mirada al nivel de su cuello, sus músculos se contrajeron, y su manzana de Adán se movió hacia arriba y abajo cuando tragó saliva. Logan, estaba en sus brazos. El tipo que me envolvió en su corazón entonces lo destruyó. El tipo que he tratado de olvidar. No, maldita sea, lo había olvidado. Viví cada día durante dos años sin él, he vivido, sufrí y respiré. Entonces defendí mi camino y gané. Es irónico que fuera él quien terminó dándome las herramientas para repararme del mismo temor que había depositado en mí. Su mano se acercó a mi mejilla, ahuecándola y alejé mi cabeza, a pesar de las mentiras a mí misma, nunca lo olvidé. —Mouse. Un sollozo se forzó desde mi garganta cuando me llamó por mi apodo. Intente escapar de su alcance, pero sus dedos excavaron en mis brazos, no me dejo ir y a pesar de que Logan estaba más delgado que cuando lo conocí, era fuerte como el infierno. Mi mente se tambaleaba con miedo, ira y desesperación. Tenía que juntar mi mierda, lo necesitaba, no llegue así de lejos sólo para ser destrozada otra vez. Empujando contra la pared de su pecho me preparé para encontrarme con sus ojos y rechiné mis dientes. —No me llames así. —Emily. —Su voz era suave y gentil. Mi instinto era hacerle daño de cualquier modo que pudiera. Empujarlo a la tierra y hacer que Havoc pisara fuerte encima de él con sus pezuñas. Tal vez el amor no podía ser olvidado. Pero tal vez, sólo tal vez podría ser sofocado por el odio. Ignoró mi constante empuje contra su pecho y acarició mi cabello como solía hacer cuando yacía en sus brazos. —¿Estás herida? —Como si te importara una mierda. —Le vi estremecerse y me alegré. —Eme, por favor. Mi estómago tocó fondo. Jesús, era esa voz, ese tono. Fue como un puñetazo en mi estómago. —Déjame ir, Logan. —No debería haber dicho su nombre real; lo sabía. ¡Maldita sea! Me acordé. No de lo malo, sino del hombre cálido y protector que me cantó. El qué me recogió todas las mañanas para llevarme al trabajo, montada en su moto, mis brazos alrededor de él, sintiéndome tan enamorada. Volví a empujar su pecho y al instante me dejó ir, inmediatamente di tres pasos atrás.

Distancia. Puedo ser un poco mayor y haber desarrollado agallas, pero en el momento en que puse mis ojos en él otra vez, se comenzó a romper, y lo sentí. —No, no tienes derecho a estar aquí. Sus ojos se redujeron cuando di un paso atrás. —Tenemos que hablar. Oí a Havoc patear el suelo; fue un fuerte golpe que coincidía con mi corazón. El enjambre de calor que cambió de puesto a través de mi cuerpo era intoxicante. Logan me había hecho sentir real antes de traicionarme y sí, después de eso fue un tipo real pero diferente. Un crudo y revelador real de lo que un hombre puede hacerte. No había nada que decir. No había palabras para él, así que en vez de quedarme de pie delante de él como una muda, gire y me dirigí hacia Havoc. Escuché los pasos en la tierra detrás de mí cuando llegué a la andaluza blanca. Él había enganchado mi mano y arrastrado a una parada. —Déjame explicarte, Eme. Un estremecimiento de miedo se desplazó a través de mí con su tono y la reacción me hizo enojar. —No puedes hacer eso, me dejaste ir, recuerda. Ahora estoy libre y no necesito nada de ti, no soy tu puta esclava sexual para que metas tu polla todas las noches. —Jesús —gruñó—. Ni una vez te tomé sin tu consentimiento, y lo sabes. —Así fue porque si no lo hacía, las consecuencias habrían sido peores. —Bien, estaba mintiendo, porque estaba enojada y lastimada y sí, también estaba un poco asustada. No tenía ni idea de por qué Sculpt estaba aquí, y la idea de volver... no, nunca volvería. Su voz era tranquila. —Nunca te golpeé, Emily. He intentado protegerte. —¿Así es como vives contigo mismo? No, solo me quitaste mis opciones. Observaste mientras que otras personas me golpeaban, desgarraste mi autoestima. Maldita sea, arrancaste mi corazón. —Te saqué en cuanto pude. —Sí, en pedazos. Logan no movió un músculo. Ardiente y caliente ira brillaba en sus oscuros ojos chocolate. —Emily —Logan hizo una pausa esperando que lo mirara—. He vivido dos años sin ti, no lo haré más. Vamos a hablar. —¿Qué? —Mi corazón estaba latiendo tan rápido que sentí que pronto me daría un paro cardíaco. —El compuesto está destruido. Mi aliento quedó atrapado inmediatamente pensé en todas esas chicas. —¿Las chicas? —La mayoría salió. —¿La mayoría? —¿Qué significa eso? —Raúl está muerto. —¿Así que has venido a buscarme para decirme eso? ¿Que tu despiadado, y pedazo de mierda de padre está muerto? No me importa, he seguido adelante.

—¿Segura? Me detuve, y fue un error, porque se dio cuenta. —Tienes que irte. Se movió y vi la intención en su cara, la forma en que sus cejas bajaron, la manera cómo sus ojos se oscurecieron. Sabía lo que iba a hacer, pero antes de que pudiera girar me agarró por los hombros. —Te dejé ir una vez, porque tenía que hacerlo. Ahora no. Empecé a temblar con ira y miedo revuelto en mi vientre. Había una incertidumbre de si iba a agarrarme y llevarme lejos y nunca me encontrarían otra vez. Mi confianza en Logan se había roto, y no podía ser reconectada. —Sí, díselo a la policía cuando la llame para que te arresten, ellos saben lo que me pasó. —Pero no sabían que Logan estaba involucrado, quizás fue un error. Alcancé mi bolsillo entonces me di cuenta que no tenía mi teléfono. —Mouse. —La mano de Logan fue a mi cuello, y sus dedos acariciaban mi piel causando que la inquietante piel de gallina apareciera. No, no quería que mi cuerpo reaccionara a él—. Necesitas entender lo que pasó y oírlo de mí. Eso me hizo enojar. ¿Quería que yo entendiera? No, nada podría hacerme entender. —Viví cada día con lo que me hiciste. Tanto dolor había subido a la superficie, porque se atrevió a venir aquí. Me hizo daño, me lastimó, los recuerdos dolían. Sabía que escapar era mi única respuesta antes de que me cayera de espaldas en un lugar al que juré no ir otra vez. —Cristo. —Logan corrió su mano a través de su pelo y los mechones cayeron fácilmente en su lugar—. Lo hice para protegerte. —¿Así que necesitaba ser azotada y torturada por protección? ¿Y torturada? Oh y no nos olvidemos de ese tiempo en el patio cuando tenía un arma presionada en mi frente por tu padre y te alejaste. Y la humillación de ser públicamente... follada. Logan se acercó y sentí su aliento en mi piel, su olor flotando dentro de mí como lo recordaba. —Nunca te tomé contra tu voluntad. Jamás. Tenía razón, nunca lo hizo. Incluso cuando me folló en el comedor me preguntó, lo hicimos para apaciguar a Raúl y no empeorar la situación. Me sentía como una mimada chica de quince años cuando tenía veintidós. En su lugar casualmente tomé unos pasos para alcanzar a Havoc y recogí su plomo. Empecé a caminar con Havoc en el ring cuando Logan gritó. —Emily. —Seguí caminando—, siento que pasaran esas cosas. Mi mano cayó en el picaporte de verja. —No puedes decir eso. —Di la vuelta, la furia llenándome como si estuviera prendida en fuego. Dejé el plomo y avancé, resuelta mientras lo miraba fijamente—. No puedes decir que lo sientes, Sculpt. Permaneció estoico y sólido y, estaba furiosa de que pudiera estar tan tranquilo y seguro mientras yo me estaba desmoronando por dentro.

—Emily. —Sus brazos me rodearon en un cálido abrazo y sentí los últimos dos años, la devastación, la soledad, la pérdida ser sofocada por el peso de él. El endurecimiento en mi pecho dolía tanto que me pregunte si mis costillas estaban hurgando en mis pulmones. Respirar se volvió insoportable cuando las distintas memorias de este hombre me golpearon como una ola. Mis dedos se curvaron en su camiseta, y sentí la dureza de su pecho, el camino que contorna sobre su tensa piel, recordé cómo ondeaban sus tatuajes cuando se movía. Lo recordé y esto me enojó tanto, estaba claro. —Déjame reparar esto. Sus palabras susurradas me golpearon y me tragué el sollozo tratando de escapar y avergonzarme. Ahora era más fuerte. Sobreviví a él y a su padre. Y también sobreviviría a esto. Me aparte, instantáneamente sintiendo la machacante desesperación descender sobre mí. ¿Por qué? ¿Por qué volvió? —Me hiciste temerte. Hiciste que tuviera miedo de mi misma, me encerraste en mi interior tan profundo que me tomó meses para liberarme de nuevo. ¿Reparación? ¿Crees que puedes repararlo? —Resoplé—. Creo que deberías mirarte y reparar tu jodida cabeza antes de que te ofrezcas a reparar otra persona. Me di vuelta y me aleje, mirando hacia adelante, ignorando el vertiginoso calor que sentí en la espalda. Y sabía lo que era, Logan.

Capítulo 12 Puse a Havoc en su campo y caminé de regreso a la casa cuando empezó a llover, escuché la motocicleta arrancar minutos más tarde, y una oleada de alivio me invadió. No sabía a dónde iba, y no me importaba con tal de que no estuviera aquí, la realidad era que no tenía idea de quién era Logan, era el hombre del que me enamoré o el hijo de un sádico y despiadado Raúl. ¿Estaba tomando el negocio de su padre, ahora que estaba muerto? ¿Tal vez él estaba aquí para llevarme de vuelta? En algún lugar dentro de mí, sabía que no era cierto. Había escapado gracias a él, se las había arreglado para llevar a Deck a México para sacarme. No estoy segura de cómo o por qué, pero así fue como se fue abajo. Cuando abandoné a Logan esa noche todo lo que sabía era que los hombres de Deck se quedaron atrás, nunca me pregunté qué había pasado, y Deck nunca me lo dijo, asumí que el FBI había ido después por Raul cuando les conté lo que pasó. Pero, ¿por qué había tardado dos años? ¿Y por qué no fue arrestado Logan si estaba con su padre? Me incliné sobre la cerca y vi como Havoc galopaba por el campo hacia su manada, la lluvia abundo en mí, y cerré los ojos, incliné el rostro hacia el cielo, y dejé que goteara por mis mejillas, se sentía fresco después del calor abrasador del día. En cuestión de segundos mi camiseta estaba empapada y mis pantalones pegados a los muslos como Velcro, sacudí mi pelo mojado y pasé los dedos a través de él. Una imagen de Logan acariciando mi cabeza, acariciando mi pelo… Cerré mis palmas contra la valla y las curve. No, basta. Apoyé la frente contra la baranda de cedro, mientras la lluvia golpeaba con fuerza en mi espalda y los hombros. Me gustaba su toque, cuando estaba conmigo, me sentía vacía sin él. Maldita sea, ¿qué hay de malo en mí? Mi terapeuta había dicho que los pensamientos de lo sucedido se desvanecerían, que con mucho esfuerzo y reconstrucciones, dejaría de oír los gritos de las chicas y tener pesadillas. Pero ella no lo sabía todo; no tenía idea de que yo amaba al hombre que me trajo a ese mundo, para ella era un desconocido que me secuestró y me llevó a México a ser una esclava sexual. Deslizándome por el suelo, me senté con mis rodillas dobladas debajo de mi barbilla y mis brazos alrededor de ellos. Durante dos años había sido capaz de mantener a Logan encerrado dentro de mí, mi terapeuta y yo trabajamos a través de lo que había presenciado y sufrido, y las pesadillas se desvanecieron. Cuando ella comenzó a empujar para saber más

acerca de lo que había sufrido de manos del ―extraño‖, fue entonces cuando dejé la terapia. Me negué a hablar con Kat y Matt sobre lo que pasó. Kat me rogó y suplicó para que hablara, pero no pude, ella sabía de Logan y cómo me sentía por él y yo quería olvidar, no revivir la humillación, pero finalmente ambos dejaron de preguntar, y me deslié en mi vacío de vida. Georgie se acercó un par de veces a la semana, y ella era la misma de siempre, sin tapujos así era ella, me habló de su hermano Riot, y hablamos de la pérdida y de cómo Deck había sido sobreprotector con ella desde entonces. Mis lágrimas caían como la lluvia, cayendo por mis mejillas mientras me mecía hacia atrás y adelante, sacudida como agujas latiendo en mí, lloré. No sabía por qué en realidad, solo lo hacía y dolía. Ver a Logan me desgarró, y yo estaba sangrando, y la cosa era que no sabía cómo detenerlo. —Mouse. Salte hacia atrás, levantando mi cabeza. Él estaba parado frente a mí, empapado, el agua goteaba por la cara como gotas de lágrimas. Dejé de balancearme, se veía como el hombre al que amaba, estaba allí, con las manos metidas en los bolsillos de jean frontales, un poco incómodo, tal vez no estaba seguro de sí mismo. No, Logan nunca fue inseguro. Dio un paso más cerca. —Emily. —Su voz. Fue tensa y dura como lo era cuando... estábamos juntos. Se puso en cuclillas delante de mí, la lluvia había empapado su camiseta, revelando la tinta oscura en su piel. Logan nunca me había dejado, él siempre había estado en mí, sin embargo, yo lo negaba. Luché porque estaba mal, fue anormal. Tenía que estar loca para amar aún este hombre, y sin embargo... algún fragmento de mi alma lo hizo, no creo poder arrancarlo, pero seguiría intentándolo. Alargó la mano hacia mí. —Aléjate. —Le di un puñetazo en el pecho y luego en el hombro, mis puños como baquetas golpeándolo una y otra vez—. ¿Por qué me haces esto?, déjame. Me sujeto por los hombros, sin dejar de mirar mi cara, su expresión tranquila mientras dejaba que lo asaltara hasta que me cansé. Cerré los ojos y caí hacia atrás hasta que estaba sentada en la hierba húmeda, el pecho agitado y mis puños palpitantes. —¿Lo has hecho? Mis ojos se abrieron de golpe, levanté la mano y le di una bofetada en la cara, el sonido resonó, y la palma de mi mano picaba como si hubiera abofeteado una encimera de mármol tan fuerte como pude. No me importaba, quería que doliera, necesitaba el dolor. Hice un gemido extraño en la parte posterior de mi garganta y fui a darle una bofetada de nuevo, pero esta vez él agarro mi muñeca. —Una vez lo tomaré. Dos veces no. Cuando relajé mi brazo, Logan me dejó ir. Se quitó la chaqueta y trató de envolverla alrededor de mí, pero lo rechacé, frunció el ceño y los ojos se oscurecieron mientras él cedió y lo arrojó sobre la cerca en su lugar. Y fui cediendo, porque Logan hacia lo que quería, y si él elegía envolver una maldita chaqueta a mí alrededor lo haría. Me quedé mirando las hendiduras familiares de su pecho moldeadas a través de su apretada, camiseta mojada.

Contrólate, dejó que me torturarán. Él me humilló. Me mordí el interior de las mejillas hasta que fue tan doloroso que me acordé de lo que había sufrido con Logan era un billón de veces más. —Te fuiste, oí la motocicleta… —La puse en el garaje, fuera de la lluvia. —Bueno, yo no la quiero en mi garaje. Él no me hizo caso. —Tenemos que hablar de esto. —Tomó mi mano; sus ojos estaban abatidos y vidriosos, pero duros. Emociones que había escondido lejos torpedeando a la superficie. No, yo no quiero esto. Me lancé a casa, pero Logan era un luchador, rápido y ágil, él corrió tras de mí y luego engancho mi mano, me dio la vuelta, y me atrapó contra un tronco de árbol. —Tú estás... asustada y enojada y tienes derecho. —Me miró, y me quedé congelada, gotas de lluvia deslizándose por mis mejillas—. Eme, no estoy aquí para llevarte, estoy aquí para decirles lo que pasó. —Yo estaba allí, recuerdo, sé exactamente lo que pasó. —No Eme, tú no. —Sus ojos se estrecharon cuando fui a discutir, me quedé callada. Con Logan aprendí cuándo escoger mis batallas; ésta no era una de ellas—. Creo que la mierda que está en este momento te está carcomiendo —¿Cómo sabía eso?—. La verdad, Mouse. Tienes que escuchar la verdad, no podía dejar que Deck dijera algo hasta que Raul estuviera muerto, era demasiado arriesgado... Y quería decírtelo yo mismo. Me hizo comprender que él me ayudó a salir. Simplemente no era suficiente para borrar todo lo demás, sus brazos me encerraron cuando se inclinó hacia delante, su pecho a centímetros del mío, las gotas de agua brillando en su piel bronceada. Se acercó más, y volví la cabeza hacia un lado, una chispa se encendió cuando su aliento golpeó mi piel justo debajo de la oreja. Un profundo dolor debilitando mi resolución de acabar con él con mis puños. —No te estás cerrando como has hecho creer a todo el mundo durante los últimos dos años. —¿Cómo sabía eso también? Sus labios estaban tan cerca de mi piel que si tomaba una respiración profunda se tocarían, lágrimas se tambaleaban en el borde de los párpados. —No. —Rogué, porque no podía decirle que no hay ninguna otra forma. Metió el pelo mojado detrás de mí oreja. —Eme, mírame. Aspiré el aire cuando su mano acarició mi barbilla y atrajo a mi cabeza para mirarlo a la cara. Mantuve los ojos bajos, con miedo de mirarle y perderme en las profundidades de chocolate. —Sculpt, tienes que dejarme ir. —No me pidas que haga eso. Me puse rígida y apreté mi mandíbula mientras me aplastó. —Nada de lo que digas hará una diferencia, ya no es así. —Te lo estoy preguntando aquí. Logan nunca preguntó. ¿Si le diera esto iba a dejarme en paz?

—Di lo que tienes que decir y luego te quiero fuera de mi vida. Se echó hacia atrás, pero aun así pude sentir su aliento en mi cara. —Raul… Me puse rígida y espete—:¿El hombre que me había sometido a la tortura? ¿Quién deshumaniza chicas? ¿Quién puso una pistola en mi cabeza? ¿Te refieres a tu maldito padre? —Me tomó por los hombros. —Sí, Emily. Sí, él era mi padre, pero yo no lo elegí al igual que tú no elegiste a tu madre. —Está bien, punto, mi madre era cruel y egoísta se preocupaba de nada, excepto su próximo trago. Ella ni siquiera sabía lo que me había pasado, no es que a ella le importara. —¿Crees que no quería pegarle un tiro a cada delincuente que se encontraba allí? ¿Crees que yo no quería meter esa puta arma en la garganta de mi padre y apretar el maldito gatillo? —Miré a mis pies sintiéndome vulnerable... bien, me sentía muy vulnerable. Logan estuvo siempre en control, y en este momento con sus cejas abajo, con la mandíbula apretada y su voz elevada, Logan estaba perdiendo el control. —Emily, por favor. Mírame —Lo hice—. Todo lo que pasó me destruyó. He entrenado todos los días para tratar de controlar la furia que asolaba a través de mí, así que no te mates atornillando todo esto. Maldita sea, Eme, necesito que me mires mientras te digo esto. —No me había dado cuenta de que estaba mirando hacia abajo de nuevo, en realidad, estaba tratando de no escuchar. No quería escuchar lo que me estaba diciendo, me las había arreglado muy bien en creer lo que había hecho, y no podía manejar cambiarlo—. He vivido dos años sabiendo que me odias. —Él me empujo lejos del árbol y se pasó las manos por el pelo empapado—. Dime. ¿Qué otra cosa podía hacer? Hice todo lo que pude para salvarte. Puse mi cabeza contra el tronco del árbol y cerré los ojos sintiéndome mal del estómago. Estaba confundida e insegura, sus ojos se llenaron de este incendio destructivo de la ira que era... ¿Podría ser de dolor? ¿Fue verdadero dolor? ¿O era un frente? Más mentiras, negué con la cabeza hacia atrás y adelante. No, no, Logan había visto. No había hecho nada, él había conducido todo el país para el complejo de su padre del infierno. ¿Por qué no había matado a Jacob en lugar de llevarme tres días para México? Dave había sido su amigo, él podría haberle ayudado. ¿Por qué no sólo me había llevado a otro lugar para escapar? Era un luchador; él podría haber luchado. No, Logan era tan culpable como su padre. Caminó hacia mí y se inclinó hacia delante, las manos apoyadas contra el árbol a cada lado de mí. Puso un dedo debajo de mi barbilla y la mantuvo allí. —Nena. Quería correr y esconderme, olvidarme que alguna vez estuvo aquí. —Mi madre fue esclava de Raúl durante diecisiete años. —Oh Dios. Mis rodillas se debilitaron ante sus palabras, ni siquiera había pensado en la madre de Logan—. Ella quedó embarazada de mí en el plazo de un año de su captura. Raúl no estaba contento de ello hasta que nació un niño, luego hizo planes para mí. —La lucha —murmuré.

Él asintió. —Mi madre trató de protegerme de esa mierda que viste, Eme. Pero en un lugar como ese, no fue fácil. Conocí a Dave, y ambos entrenamos desde que teníamos cinco años de edad en el ring, eso es todo lo que hicimos. No recuerdo mucho más, aparte de salir con Dave y luchar, fuimos a la escuela, pero nadie quería hablar con nosotros, imagino que era de Raul, nadie quería meterse con nada suyo. Raúl consiguió mi primera pelea a los doce. Yo era joven desgarbado y no era prominente, pero era ágil y decidido. —Hizo una pausa, y sentí su aliento en mi piel al respirar dentro y fuera—. Nunca fui parte de lo que has visto en el comedor, Mouse, nunca. A Raúl no le importaba que no fuera, porque él se centró en los combates, y no quería que las chicas nublaran mi enfoque. Mi madre me mantuvo real. Ella me enseñó lo que recordaba de su vida, los valores, la moral, lo que estaba mal en mi padre y la vida en la cual crecí. —¿Cuántos años tenías? —¿Cuándo se la llevaron? Asentí. —Dieciocho. Bajé la cabeza, y la lluvia golpeó la punta de mi nariz. Dios, eso debe haber sido terrible y horrible, y ella estaba allí por tanto tiempo, y aquí estaba yo quejándome de unos quince días. —Mi madre había estado planeando para sacarnos por años. Finalmente la oportunidad llegó, y ella la tomó, nos escapamos. Hice la pregunta que tenía miedo de preguntar. —¿Te querías ir? Cerró los ojos por un minuto —Es todo lo que conocía, a pesar de las historias que mi madre me dijo, ese lugar fue donde pasé dieciséis años de mi vida. —La parte de atrás de su mano acarició mi mejilla, y quería apoyarme en él, en lugar de eso me aparté—. Aun así, odiaba ese lugar, cada segundo de él, luché para permanecer lejos de todo lo demás, pero vi lo que pasó allí. Las chicas, el dolor, la violencia, las drogas. Mi madre y yo necesitábamos el dinero después de que nos escapamos, por lo que continuaron los combates, pero nunca me gustó. Hice lo que tenía que hacer, Emily, eso fue una de las cosas que aprendí, sobrevivir a mi padre, la determinación y la voluntad de hacer lo que sea necesario. Renunciar no existe para mí. Así es como me encontró. Él rastreó circuitos de lucha, enviando a sus hombres a buscarme. Le tomó ocho años, pero le llegó la noticia de una Sculpt invicto, y se presentó en una de mis peleas. —La noche que te pedí que me ayudaras. Él asintió. —¿Es por eso que adelantaste la fecha del viaje? —Sí, tuve que salir. Tuve que salir del mundo de la lucha, pero era demasiado tarde. Pensé que una vez que me negara a luchar por él, se iría sólo, y lo hizo durante un mes más o menos. Debería haberlo sabido mejor, Raúl consigue lo que quiere, y él quería que luchara

para él —Levantó la vista y me miró a los ojos—. Lo habría hecho durante todo el tiempo que él quería si prometía dejarte en paz. Mi respiración se detuvo, no me podía hacer esto, no podía hacerlo mejor. No estaba segura de poder manejar la verdad. Bajó la cabeza, mientras se pasaba la mano por el pelo. —Pero no lo conoces, él no funciona de esa manera, lo sabía. Cualquiera que lo conoce lo sabe. Él encuentra tu debilidad y te destruye con ella. —Y yo era tu debilidad. —Tú y mi madre. Raul tenía hombres con ella, si no aparecía contigo en México, ella iba a ser asesinada y no sólo de un disparo en la cabeza. Las muertes de Raúl son largas, lentas y agonizantes. —Por eso nunca intentó escapar conmigo cuando nos fuimos a México— . Antes de verte, después de que fuiste tomada por Alfonzo... entré en contacto con Deck. Él estaba fuera del país, pero dejó todo para volver, me dijo lo que tenía que hacer y lo que se necesitaba para bajarlos. Deck consiguió que mi madre saliera de los hombres de Raúl en un plazo de cuatro días. No me había dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración hasta que lo dejé pasar cuando dijo eso. Y añadió—:Eso fue cuando tuve que tener mucho cuidado con la forma en que te traté, Raúl sabía que mi madre se había ido de sus garras y todo lo que tenía era a ti para aprovechar. Él no confiaba en mí, y tenía que convencerlo de que estaba allí porque quería luchar y... y que no significabas nada para mí, excepto un esclavo que quería follar. Si supiera lo mucho que me importabas... era la única forma de salvarte. Necesitaba dar tiempo a Deck. —Pero, ¿por qué no me lo dijiste? Estábamos solos la mayor parte del tiempo. Podrías habérmelo dicho, Logan. —Respóndeme esto, Emily. Si te hubiera dicho todo esto, ¿me hubieras temido? ¿Hubieras temblado? ¿Hubieras tenido esa mirada de miedo en tus ojos? Sabía la respuesta. No, he temido en su lugar a Raúl y Alfonzo, siempre me sentía protegida por Logan. Pero nada de eso importaba, porque todavía me sentía como si me hubieran desgarrado y estaba tratando de poner mis piezas juntas. —Me siento rota. Su mano se deslizó en mi pelo. —Vamos a arreglar esto. Volví la cabeza para evitar su contacto. —Sculpt. —Lo vi estremecerse cuando evité usar su nombre real. —Ya es demasiado tarde, no podemos volver atrás. No puedo, lo siento... Dios, creciste con lo que le sucedió a ti y a tu madre... es horrible, impensable, pero yo... Sculpt, quiero seguir adelante con mi vida, y tú eres un recordatorio de lo que quiero olvidar. —Mouse… —Tal vez es lo que tenías que hacer, pero cuando te miro ahora, no estoy segura de que es lo que veo, el hombre del que me enamoré o el hombre frío e inexpresivo que me

vio sufrir, y me hizo temerle. —Tomé una respiración profunda y dije las palabras que tenía que decir para salvar a mi corazón ya dañado—. Estoy segura que... estoy mejor sin ninguno. Me volví, me deslicé bajo su brazo, y corrí a través de la lluvia furiosa, le oí gritar mi nombre y maldecir varias veces antes de llegar a la casa. Fui a mi habitación, cerré la puerta y me apoyé contra ella, mi pecho jadeante, y mis nervios disparando como el Cuatro de Julio. Después respiré profundo, me quité los pantalones empapados y después la camisa, me sequé y me deslicé en los pantalones vaqueros sin siquiera buscar la ropa interior. No tenía duda de que Logan podría venir en pos de mí, mi carrera no le disuadiría de terminar lo que empezó, tomé mi camiseta rosa de la cama y la puse encima de mi cabeza justo cuando la puerta se abrió. Logan estaba en la puerta, con las manos apoyadas en ambos lados, parecía decidido e impenetrable. Las gotas de agua cayeron de la punta de su cabello, y su camiseta estaba pegada a su ancho y duro pecho, no había suavidad en sus ojos; él era duro y determinado con la humedad brillante aferrándose a su piel. Me robó el aliento, y por un momento no me podía mover, era su autoridad lo que hizo mi cuerpo más consciente, era como esta necesidad básica en mí rogando cumplirse. —Tal vez soy como él, porque hubiera matado, asesinado... lo habría hecho, si te hubiera vendido, habría hecho esas cosas para que regresaras. Sí, te vi siendo azotada, acariciada, siendo arrastrada lejos, sabiendo que ibas a ser torturada. Y sí, mi padre puso una pistola en tu cabeza y tuve que alejarme de él o arriesgarme a que te matara, sólo para hacer un punto. —Sus manos se apretaron en el marco de madera de la puerta—. Y lo haría de nuevo, debido a que no había una jodida manera que te estaba tomando de mí ¿Lo entiendes, Emily? De eso es lo que se trata esto. Hice lo que tenía que hacer, has sobrevivido. Y te lo digo ahora, que se lo que es crecer con él, sabiendo lo que era esa mierda, como no habrías sobrevivido a ser vendida, y no iba a dejar que eso sucediera, así que hice lo que tenía que hacer, y tú también. Me senté en la cama, cruzando mis temblorosas manos en mi regazo. Una lágrima se deslizó de su cautiverio, y estaba furiosa con él, no se merecía mis lágrimas. —Odio lo que me hiciste. —Odias lo que pretendía ser, odias que yo no fuera tu caballero de brillante armadura, odias que hiciera que me temieras. Pero no huyas de la verdad, Eme, quieres esconderte detrás de los bloques de Lego y no tomar la oportunidad de ser vulnerable de nuevo. Pero la verdad es que eres más vulnerable ahora, porque te estás ocultando. —Tú me hiciste de esta manera, tú me hiciste vulnerable —grité. —Eso es mentira, fuiste fuerte como el infierno luchando contra Raúl y Alfonzo. Mierda, sostuvo una pistola para ti. —Se acercó a mí y corrió sus manos por mis brazos y luego hacia abajo de nuevo—. Mouse, podemos arreglar esto. —No sólo está roto, Sculpt, se hizo añicos. Él permaneció en silencio, sus ojos se encontraron con los míos, me miró mientras yo seguía limpiando las lágrimas estúpidas que se negaban a detenerse.

—Esto, nosotros. Me duele mucho. —Mis palabras apenas escaparon de mi boca antes de que se levantara y me besara. Un lento, largo beso en movimiento a través de mi boca como si hubiésemos sido fundido juntos, sus manos llegaron a ambos lados de mi cabeza mientras su beso se volvió más duro, su lengua deslizándose dentro, su agarre se apretó en mí, era tan fresco y crudo, como si los dos hubiésemos muerto de hambre el uno por el otro. Probé la sal de mis lágrimas en mi lengua mientras su boca tomó la mía en una dulce urgencia, mi cuerpo respondió, recordando el sabor de él, la sensación de tenerlo en mi piel, y quería más y eso me aterrorizaba. —No. —Empujé en su pecho, y él retrocedió. —Emily. Una parte de mí, el lado que estaba completamente loco por este chico, quería saltar en sus brazos y devorarlo. Pero había tanta angustia paralizante dentro de mí y sospecho que en él también, de su padre, y él mismo. Estábamos obligados a destruirnos mutuamente más de lo que ya estábamos. —Esto no puede suceder, Sculpt. —Inténtalo, nena. Negué con la cabeza hacia atrás y adelante. —Lo hice, tenía la esperanza. Traté de creer que eras el hombre que conocí, pero lo apagabas cada mañana, y luego, cuando me dejaste ir... —Tenía que ser cruel, Eme. Estaba perdiendo el control, y sabía que lo habías visto. Estabas empezando a tener fe en mí de nuevo, necesitaba que lo dejaras ir. —¿Por qué? ¿Por qué, maldita sea? ¿Por qué no viniste conmigo, entonces? —Joder. —Se pasó la mano por el pelo y gimió—. Raúl... me quería. Te uso para asegurarse de que me tenía, por lo tanto, era imperativo que me quedara, así que no podía ir por ti. Me atraganté con un sollozo. No quería creerle, pero vi la verdad como una luz intermitente en frente de mí, era mucho más fácil enterrar el pasado que tenerlo pegado delante de mí. Y la realidad era... cuando miré a Logan dolió, y no quería más dolor. —No puedo hacer esto. —Emily. —No, por favor. No puedo. Sus ojos se oscurecieron durante varios segundos, y me observaron bajo su intensidad. Un temblor de miedo se deslizó a través de mí, y envolví mis brazos alrededor de mi pecho como un escudo. Se dirigió a la puerta y se volvió. Reconocí la mirada, porque a menudo lo tenía en mis ojos cada vez que me miraba en el espejo, tormento. —No voy a caminar lejos de nosotros. —Sculpt… —Se necesita tiempo lo entiendo, pero yo no voy a renunciar. —No puedes quedarte aquí. Yo vivo aquí y… —Soy el propietario del maldito lugar, Emily, has estado viviendo en mi granja durante dos años.

Capítulo 13 Kat me encontró una hora después, sentada en el suelo, apoyada en los pies de mi cama. El shock se había asentado, y me sentí como si estuviera enterrada bajo un mar de agua. Hacía demasiado frío para reaccionar, entumecida y mirando fijamente pero no viendo nada. Logan era dueño de la granja. Había estado viviendo aquí durante dos años pensando... Sin embargo el rompecabezas encajaba; tenía sentido. Matt trayéndome aquí en lugar de la casa en la ciudad donde los tres habíamos vivido. Había sido la casa de sus padres antes de que murieran en un accidente por beber y conducir, su padre era el conductor y el borracho. Se estrelló contra un puente de cemento a noventa millas por hora. Matt puso la casa en el mercado, una casa que nunca pensé que vendería. No solo eso, sino que también puso su bar a la venta. Pasaron varios meses, pero la casa y el bar se vendieron, y Matt compró en su lugar un condominio en el centro y la granja, por lo menos pensaba que la tenía. Con la venta de su antiguo bar, compró uno nuevo y lo nombró ―Avalanche‖. ¿Logan les había dicho que se mudaran? ¿O había sido Deck? ¿Por qué escucharon? ¿Cómo fue que ocuparon la finca con tanta rapidez? ¿Y cómo Logan pudo comprarla cuando estaba conmigo? Kat estaba en la puerta. Había lágrimas en sus ojos. Kat nunca lloraba, no desde que nos conocimos cuando teníamos diez años. —¿Puedo pasar? —Y ella nunca pedía entrar en mi habitación. Siempre irrumpía cuando le convenía. Asentí con la cabeza, y se acercó y se sentó a mi lado, apoyada en la cama, con las piernas hacia fuera, los tobillos cruzados. Inclinó la cabeza y su pelo rubio corto tambaleó hacia delante para cubrir sus brillantes ojos azules como el mar. Ella era una belleza clásica; una piel suave y sin defectos, cejas delgadas y rasgos afilados. —Sculpt se ha ido. —Por supuesto, si la finca pertenecía a Logan, Kat lo había conocido, y sin embargo, ella nunca había dicho una palabra—. Cuando desapareciste esa noche... Dios, Eme, era como un Armagedón. —Podía ver sus manos temblorosas. Kat siempre era firme y segura de sí misma, llena de vida, no se arrepentía. No ahora. Ahora se veía preocupada—. Cuando no regresaste del baño esa noche, llame a Matt. Y luego llamó a la policía que no era de mucha ayuda considerando que eres mayor de edad, te habías ido quince minutos, y estábamos en un bar. Matt estaba perdido. Él se fue derecho al escenario en medio de la interferencia de banda y lo cerró. Todo. Cerró el bar. Cuando se enteró

Sculpt... lo perdió de vista. Cuando sonó el teléfono... mientras escuchaba... su rostro era tan pálido. Yo estaba aterrorizada. Joder, nos asustó como la mierda. Sculpt habló con Kite, y luego arrojó su guitarra sobre el borde del escenario, la partió por la mitad. Él era... Jesús, él estaba enojado... y asustado, Emily. Era sólo una señal de ello, pero te juro que estaba asustado. No creía que un hombre como él... Nunca hubiera pensado que vería algo tan crudo y expuesto en él. —Encogí mis rodillas hasta el pecho y puse mi mejilla en ellos. Las lágrimas comenzaron a escaparse de mis ojos mientras luchaba con los sentimientos que estaba teniendo imaginándome a Logan así. —Él lo sabía Emily. Él sabía lo que pasó. Decidimos no decir nada a la policía de lo contrario tu vida... Me dijo que si lo hacíamos, nunca volvería a verte. Así que no lo hicimos. Se comprometió a traerte de vuelta. Y luego hubo una loca carrera para contactar con Georgie. Ella era la única que tenía el número de emergencia de Deck. Sculpt se fue esa noche. Yo no lo había visto... hasta hoy. —¿Por qué Matt vendió el bar, Kat? ¿Y la casa? Era la casa de tus padres. ¿Por qué... por qué estamos viviendo en una granja que pertenece a Sculpt? Kat se acercó y tomó mi mano. —Haría cualquier cosa por ti... lo sabes, ¿verdad? Matt también lo haría. Eres nuestra familia, Emily. —Me apretó la mano—. Kite nos habló del padre de Sculpt. El tráfico sexual. Las lágrimas cayeron más rápido al pensar en las chicas que había dejado atrás, la chica con Kai que estaba tan destruida que no creía que nunca iba a volver por el abuso que había sufrido. Había tratado de olvidar cuando... cuando tal vez no debería olvidar. —Kite nos dijo que si Sculpt... no, cuando Sculpt te sacara, no podías ir a casa. Que necesitabas comenzar una nueva vida en otro lugar por si acaso... en caso de que el plan fracasara, y el padre de Sculpt tratara de volver por ti. —Ella se acercó más y nuestros hombros se tocaron—. Todo lo que Matt y yo tenemos ahora está bajo el nombre de mi abuela, así que Raul no podría vincularte. O por lo menos no tan fácilmente. —¿Y la granja? —Sculpt la compró bajo una compañía numerada que tiene con Kite. Yo no sé cuándo se creó o por qué, pero Sculpt vacío su cuenta el día que se fue, le dio todo a Kite y le dijo que era para comprar una granja con el nombre de la empresa que tuviera espacio para los caballos y su ocupación inmediata. Le dio el dinero de la gira. Todo ello, para comprar la granja. Oh, Dios. Logan. No. Su sueño. Para... para mi sueño. Kat se detuvo, y yo levanté la cabeza para mirarla. Había lágrimas en su rostro, sus líneas negras de rímel derramas en sus mejillas. —Quería decirte. Pero cuando Matt te trajo de vuelta, estabas tan enojada y herida, y luego te fuiste... parecías un zombi, Emily. Matt y yo tratamos de hablar contigo, pero era como hablar con una pared de piedra. Tú querías olvidar. Así que, después de un tiempo te dejamos. Yo viví en un agujero oscuro durante meses, y no fue la terapia la que me trajo de vuelta, fueron los caballos. Kat me hizo venir a la granja y ayudarle a descargar seis caballos

del remolque. Los caballos estaban tan flacos sus cabezas hundidas y sus espinas sobresalían. Sus pieles tan embotadas que ni siquiera se podía decir cuáles eran sus colores reales. Pero lo peor... lo peor fue la mirada en sus ojos. Conocía esa mirada tan bien. Lo había visto en la chica de Kai. Sus ojos estaban muertos. Vidriosos y muertos. Su espíritu... estaba roto. Ese fue el día que comencé a luchar para recomponerlos de nuevo. Los caballos y yo reconstruimos nuestra confianza y se volvió a llenar la luz en nuestros ojos. Los caballos comenzaron a galopar en los campos, y yo empecé a reír. También fue cuando decidí que dejaría de vivir y esconderme debajo de Matt y Kat y ganar lo suficiente para comprar mi propia casa y construir un clientelares ayudando a otros con sus caballos. —Kite nos pidió nunca decirte que Sculpt y él era dueños de la granja. Él dijo que te irías y necesitabas quedarte. —Sí, probablemente lo habría hecho—. Lo siento. No sé si nos equivocamos al no decírtelo, pero cuando llegaron esos caballos... Emily, cobraste vida, y Matt y yo sabíamos que era lo correcto. Perteneciste aquí. Y maldita sea, yo también lo hice. Nunca pensé que me gustaría palear mierda, pero los caballos son increíbles, y desde que empecé a pintar, la demanda de mi trabajo se ha triplicado. ¿Quién hubiera pensado que nos gustaría tanto estar viviendo nuestros sueños haciendo lo que amamos? Sonreí. En el poco tiempo que habían estado aquí, Kat estaba aprendiendo montar a caballo y a menudo fijaba vallas y reparaba el tractor. Ella también estaba vendiendo sus obras de arte en tres galerías de la ciudad. Yo no había sido la única que sufrió. Matt y Kat también. Los había puesto en esta situación a través de meses de no hablar, la falta de voluntad para continuar con la terapia a pesar de que probablemente lo necesitaba. Ellos se pusieron junto a mí y estaban allí para mí, ni una sola vez me dijeron que dejara de esconderme, para dejar de odiar a Logan, dejar de sentir lástima por mí misma. No, ellos acabaron aceptando en lo que me había convertido y lo abrazaron. —¿Fue idea de Sculpt traer los caballos maltratados? —Por supuesto que tenía que haber sido él. Le había contado sobre mi sueño de tener mi propia granja de caballos y ayudar a los caballos maltratados, y ahora lo estaba viviendo. Me sentía mal del estómago por lo mucho que lo había detestado, y él... él me había dado mi sueño y se había llevado el suyo. Hice buen dinero ayudando a la gente con sus caballos. Él me había dado eso. —Supongo, pero no sé a ciencia cierta. Ninguno de nosotros supo de Sculpt durante meses después de que volvieras. Ni siquiera Kite. Deck regresó a México, y esta vez él se había ido por un largo tiempo. No sé qué pasó, pero cuando Deck volvió Sculpt no estaba con él. —Kat puso su mano sobre la mía. —Lo siento, Emily. Dios, me gustaría poder quitar lo que les pasó a los dos. —¿Sabes lo que pasó allí? —Podía sentir mi pecho apretarse y el pánico comenzar a arrastrarse en mis venas ante la idea de decirle a Kat. Ella negó con la cabeza—. No, en realidad no. Sólo sé que cuando Matt te trajo a casa estabas tan rota y herida. Pude ver la ira detrás de tu dolor. Te quiero. Matt y yo haríamos cualquier cosa por ti. —Su voz se calmó—. Sculpt... Sé que lo odias, pero ahora que sabes la verdad tal vez… —Kat. Dios, él... él hizo todo lo posible para sacarme, pero no puedo. Simplemente no puedo.

Ella bajó la cabeza y asintió. —No puedo olvidar. Lo entiendo. Lo hizo para protegerme. Él me sacó. Y supongo... Fue una víctima también. Pero los recuerdos cuando lo veo... Es demasiado en lo que se convirtió. —Si alguna vez quieres... Mierda, Emily, sé que no quieres volver a un terapeuta, pero si tienes que hablar, soy una buena oyente. Sonreí. —Kat, eres una oyente horrible, eres demasiado impaciente. Ella se echó a reír. —Es cierto. —Kat, tú y Matt significan el mundo para mí. Eres mi familia. Después de lo que pasó... me diste tiempo para sanar. Sí, odie descubrir que Sculpt es propietario de la granja. Me hace sentir... —Culpable, tal vez. Había renunciado a su dinero de la gira por lo que tendría un lugar para vivir y estar a salvo de su padre—. Kat, tú y Matt lo dejaron todo por mí. —Dios, odio decir esto, pero también lo hizo Sculpt. Mi respiración se detuvo. La miré, y mi interior se retorcía como si me hubiera golpeado en el estómago. Tenía razón. La tenía. Pero ella no tenía ni idea de que Logan me vio ser arrastrada para ser torturada. Lo peor fue cuando Raul tenía el arma en mi cabeza y escuché sus pies cambiar, y luego... me dejo allí. En mi cabeza yo sabía la verdad de por qué tenía que hacerlo de esa manera, pero no podía dejarlo de nuevo. La confianza. Las risas. Todo lo que había sido bueno entre nosotros, fue dañado. Una segunda oportunidad... no había una para nosotros. Kat se puso de pie y colocó las manos en sus caderas mirándome. —Necesito un trago. Tú necesitas un trago. Un montón de bebidas. Y estoy segura de que Georgie necesita un montón de bebidas, por lo que vamos a Avalanche esta noche. Yo realmente no tenía ganas de bailar o de socializar, pero estar aquí preguntándome si Logan iba a volver era la última cosa que quería hacer. Necesitaba adormecer la peste que se estaba ejecutando a través de mi cabeza. Kat se puso en acción mientras abría las puertas del armario y empezó a tirar ropas sobre la cama. —Ponte maquillaje. Te estoy escogiendo algo de ropa. Nos veremos extra calientes esta noche. Lo que yo quería era una botella de vino y tumbarme frente a la TV. Entré en el cuarto de baño y me miré por mucho tiempo en el espejo, incapaz de ver hacia atrás a la chica rota y perdida que se enamoró de un hombre o una mujer que aprendió a sobrevivir con un corazón roto. Tal vez era un poco de ambas.

Capítulo 14 Brett estaba sirviendo como un campeón, vertiendo tres bebidas a la vez, tomando el dinero en efectivo y usando su cadera para cerrar la caja registradora. Esperé pacientemente para llamar su atención. No tenía ninguna prisa, Kat y yo habíamos estado bailando durante una hora ya, y necesitaba un descanso y otro chupito. Habíamos tomado tres tequilas cuando llegamos, y estaba prevista para otro. Una mano se estrelló delante de mí. —Emily, ha pasado un tiempo. ¿Dónde has estado, algo caliente? Para toda la conmoción, Brett parecía malditamente en calma. Sus ojos azules parpadearon con diversión mientras se servía una Stella del grifo del bar y lo deslizaba hacia abajo a la barra, a la vez que su atención no se apartó de mí. —Todavía recuperándome de nuestra última noche. —Kat y yo estuvimos aquí hace un par de semanas, y los tragos de tequila no se sentían tan bien al día siguiente, especialmente cuando tuve que montar a Havoc y el trabajar con cuatro caballos de rescate. Hemos hecho un hábito de venir al bar dos veces al mes y quedarnos en el condominio, por lo que podíamos ver a Matt. Matt estaba tan ocupado con el Avalanche que rara vez lo veíamos ahora. También veníamos a ver a Georgie que recientemente no frecuentaba la granja tan a menudo para vernos. —¿Estás diciendo que no hay más tequila esta noche, cariño? Incliné mi cabeza y levanté mis cejas. Brett se rió y me sirvió un trago. Estaba casi siempre sirviendo en el Avalanche. Kat juraba que Brett sólo trabajaba allí para ligarse a las chicas, ya que durante el día era un magnate de bienes raíces. Era difícil imaginar el rubio con los rizos rebeldes y apuesto ojos azules, vistiendo un traje de negocios. Dejé un billete de veinte. —Buen intento, Emily. —Es un consejo. —Matt insistía en que obtuviéramos nuestras bebidas gratis, pero trataba de pagar cada vez que estaba aquí. El bar era una especie de terapia para mí, estar cerca de los hombres, bailando y perdiéndome en la música. La primera docena de veces que había venido aquí había sido desastrosa. La segunda vez cuando sentía un hombre cerca de mí, sentía el miedo, el terror de que estaría secuestrada y luego obligada a ir a ese mundo nuevo. Me habría dado por vencida si Kat no hubiera seguido empujándome a volver una y otra vez. Bailábamos y ella se mantenía cerca de mí y hablaba conmigo o cantábamos y me

hacía reír. Poco a poco con el tiempo el terror disminuyo hasta que empecé deseando salir a bailar de nuevo. —No necesito el dinero. ¿Dónde está Kat? Hice un gesto a la pista de baile, y Brett echó un vistazo, rodo los ojos y negó con la cabeza, lo que desató un rizo que colgaba delante de su cara. Seguí su mirada y vi a Kat frotándose eróticamente contra algún individuo, sus manos debajo de su camisa. —Ella va a aterrizar a sí misma en lo profundo una de estas veces. Y yo apuesto a que va a ser esta noche. —¿Por qué hace eso? —Le pregunté. Kat siempre fue muy coqueta, pero había algo en la forma en que trataba a los hombres que me pareció que era diferente en los últimos dos años. No era como si ella disfrutara de su atención, a pesar de que ciertamente parecía que lo hacía. Era más... como que lo necesitaba y lo odiaba al mismo tiempo. Brett se encogió de hombros mientras se vertía un ron con Coca-Cola. Metió un limón en ella luego lo deslizó hacia un chico joven a unos asientos de distancia de mí. —Sólo es un sentimiento eso es todo. Me di cuenta de que todavía estaba viendo a Kat. —¿Por qué no tienen una cita? Brett echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. —No tocaría ese dulce culo. Número uno, no quiere ni necesita una relación. Número dos, tiene un hermano sobreprotector, y número tres, ella pertenece a Ream. Y él está de vuelta. Me gustaría mantener mis dientes. ¿Qué? ¿Ream? ¿El chico de la vieja banda de Logan? Nunca lo había conocido, pero había oído su nombre cuando investigué sobre Logan en internet cuando nos conocimos y Logan había mencionado a Ream que era su amigo y de Deck. Brett se inclinó hacia delante, apoyando los codos en la barra. —Es mejor mantener una estrecha vigilancia sobre su chica esta noche. Ella despierta demasiados problemas con Ream aquí... a él no le va a gustar. Creo que ella ni siquiera sabe que ha vuelto todavía. La banda se ha mantenido muy secreta. —La banda solía tener una gran base de fans en Toronto hace unos años, pero pensaba que habían dejado de tocar cuando Logan se fue a México. Tal vez habían encontrado un nuevo cantante. Brett tomo otra orden y se movió hacia abajo en la barra. Antes de que tuviera la oportunidad de preguntar, Kat me golpeo con su cadera y agarró la cerveza del tipo al lado de nosotros y tomo la mitad de ella. Pasó el dedo hacia abajo sobre su hombro mientras él la miraba con la boca abierta. —Gracias, cariño. Su voz era seductora y dulce, y era suficiente para tener al tipo babeando en lugar de quejarse. —¿Ream? ¿Has estado viendo a Ream? El rostro de Kat cayó por un breve segundo antes de que ella lo cubriera con una media sonrisa. —Nos liamos, Emily, brevemente, muy brevemente, tanto que incluso no tiene valor la

mención breve. Cuando tú y Sculpt... Bueno, cuando te fuiste él estaba cerca. Ayudando, ya sabes con el traslado a la granja y la mierda. Yo estaba molesta, y él me escuchaba. Luego regresaste; ya no estaba molesta, y nos liamos luego rompimos. Fin de la historia. —Ella echó su brazo sobre mis hombros—. Vamos, vamos a bailar. Esta solo por ahí. —¿Kat? ¿Por qué no me dijiste nada? —No fue nada, Eme. Además, tú no querías hablar de nada que tuviera que ver con Sculpt. Ella tenía razón. Me hubiera asustado si hubiera mencionado a Logan ni nada que ver con él. —¿Te has acostado con él? Supe de inmediato que lo había hecho, porque ella me ignoró por completo y empezó a saltar arriba y abajo bailando. Kat maneja los problemas como un niño. ¿Como cuando un padre le dice a su hijo que deje de hacer algo o que guarde sus juguetes y el niño sólo se sienta fingiendo no oírlo, pero sabes muy bien que él o ella lo hace? Así era Kat. —Vamos, señorita, tenemos que perdernos esta noche. —Kat me agarró la mano y tiró de mí a través de la multitud hacia la pista de baile. Me gustaba bailar, y era buena en eso. Podía cerrar los ojos y dejarme llevar. La música prosperó en mí, y mi cuerpo se movía con facilidad al ritmo. Kat era más de una bailarina salvaje, saltando, moviendo sus brazos y cantando en voz alta. Y si eso no era suficiente para llamar la atención el ajustado, vestido rojo ciertamente lo hizo. Mis ojos se cerraron mientras mi cuerpo se movía adelante y atrás, las caderas balanceándose, deslizando las manos arriba y abajo de mis costados cuando me perdí a la nueva canción de Avicii. El calor subió en mi espalda y estaba a punto de dar la vuelta cuando unas manos se posaron en mis caderas. No era inusual que un chico viniera por detrás y comenzara a bailar contigo, y si podía bailar y no superar los límites entonces yo estaba bien con eso, bueno eso era una mentira. Todavía me sentía incómoda, pero las imágenes de lo que sucedió en el comedor de Raúl se habían desvanecido y ya no me asustaba cuando un chico me tocaba por detrás pensando que él me tiraría bruscamente hacia abajo. Sus muslos me rozaron cuando él se acercó, poniendo sus manos sobre las mías y deslizándolas hasta la curva de mis caderas hacia mis costillas y luego hacia abajo de nuevo a mis muslos. Me mordí el interior de la mejilla para evitar empujarlo. Podría hacer esto. Esta era mi terapia, mi manera de convencerme de que estaba superando lo que pasó. Solía bailar con chicos extraños todo el tiempo, pero eso fue antes de México. Ahora, el sentimiento de un hombre extraño en mi contra tan íntimamente estrechado, era asfixiante. El chico se acercó más, su pecho contra mi espalda a medida que nos movíamos al ritmo perfecto de la música. Podía oler el alcohol en él mientras se inclinaba, su cálido aliento se arrastraba a través de mi cuello desnudo. Mi estómago se revolvió, y me trague la bilis. Necesitaba esto, maldita sea. Logan entrando a mi vida otra vez había puesto una sensación de incertidumbre y confusión. Sólo quería sentirme segura y libre de todas las emociones que acompañaban a Logan.

Su dedo me apartó el pelo sobre mi hombro, y luego sus manos volvieron de nuevo a mis caderas. Cuando su lengua tocó la punta de la oreja me aparté, pero sus manos estaban listas, y él me tiró hacia atrás. —Bromeas —dijo arrastrando las palabras, y se echó a reír. —Déjame ir. —Mi ritmo cardíaco se triplicó mientras luchaba por escapar de sus brazos—. Basta. No. De repente, sus manos fueron arrancados de mí y me di la vuelta para ver a Logan empujando al chico hacia atrás. —Hey. Joder, hombre. Esa fue la última palabra de mi pareja de baile antes de que Logan lo arrastrara fuera y golpeara al hombre en la cara. Se fue volando a través de la multitud aterrizando de espaldas en el suelo de baldosas. Logan caminó hacia él con la cara roja, los labios apretados, los ojos entrecerrados, y las cejas dibujadas sobre ellos. Oh, Dios, parecía que iba a matarlo. Y podía. Logan era un luchador; sus manos eran armas y... —Sculpt, no —grite mientras cogía al chico por la parte delantera de la camiseta. Empuje frenéticamente a través de los espectadores, forzando mi camino hacia él. Mis manos tiraron de su brazo—. Déjalo ir. Sculpt. —Él lo mataría. Nunca había visto este lado de Logan. Incluso cuando estaba en el ring, estaba en completo control. Esto estaba fuera de control y por lo tanto era diferente a él—. Logan, por favor. El uso de su nombre real parecía funcionar cuando Logan se volvió hacia mí. Di un grito ahogado cuando vi la mirada de acero, frío en sus ojos. Se veía dominante, inflexible y furioso. Dejó caer mi pareja de baile en el piso. Tres chicos de seguridad se empujaron hacia delante y recogieron a mi pareja de baile llevándoselo, pero mantuve mi enfoque en Logan. —Qué estás… Logan me agarró la mano y me llevó a través de la multitud embelesada a la barra. Empujo hacia arriba la puerta en la barra, luego empujo la palma de su mano en el vaivén de la puerta trasera y me arrastró hasta la mitad del pasillo. Se detuvo y me apoyó en la pared, y luego me atrapó, sus manos sobre mi cabeza, elevándose sobre mí. —Logan… —No. —Me interrumpió bruscamente. Salté, y se dio cuenta. Fue entonces que vi la furia disiparse lentamente de sus ojos. Las líneas alrededor de su boca se aliviaron, y respiró hondo—. Dime que no estás viendo a ese idiota. —No. Pero él no se lo merecía. —Él tenía su lengua en tu puta oreja. —No, no lo hizo. —Bueno, técnicamente no de todos modos, pero incluso si lo hacía, el hombre ciertamente no merecía un puño en la cara por ello—. E incluso si lo hubiera hecho, no tiene nada que ver contigo. —Joder sí, Eme. No esperé dos años para llegar a ti solo para ver un pene con las manos y lengua sobre ti. Oh. Mi. Dios. Se había perdido. El Sr. Tranquilo y fresco habían volado literalmente

juntos. Él siempre estaba en control de sus emociones, antes incluso de México. Los había escondido bien, excepto tal vez su deseo. —Sculpt, yo estaba bailando. Con un tipo. No era un gran problema. —Pero lo era. Dios, lo era, porque odiaba las manos de un extraño en mí—. Puedo bailar con quien yo quiera. Me agarró por los hombros y se inclinó, sus ojos oscuros, su pulso palpitando en su cuello. —No mientras yo todavía estoy respirando, no puedes. Nos miramos el uno al otro, emociones que disparaban de ira, y sí, había un deseo. Siempre habíamos tenido eso entre nosotros, e incluso años después palpitaba. —¿Por qué eres así? —Traté de mantener la voz firme, pero me estremecía bajo su intensidad, y Logan conocía la intensidad—. ¿Qué derecho tienes de venir aquí y empezar a golpear al chico con el que estoy bailando? Él gruñó y luego retrocedió mientras que pasaba la mano por su cabello después volvió y ahueco mi barbilla. —Mouse. —Y no me llames así. Una tranquila calma se apoderó de él. Vi el cambio como si un escudo bajara. Reconocería esa frialdad familiar en cualquier lugar. —Romperé a través de ellos. —¿Romperás a través de qué? —Los legos, Emily. —Y yo te dije que no está sucediendo. Kat llegó a toda velocidad por la puerta. —Mierda, ahí estás. Sculpt, ¿qué fue eso? Matt está furioso. Ese tipo que golpeaste quiere presentar cargos. Logan se apartó de la pared y se encogió de hombros. —Todo el mundo vio lo que hiciste. Matt está tratando de calmarlo, por suerte no se rompió nada. De lo contrario, tendrían que llamar a la policía. —¡Sculpt! —Un hombre gritó. Miré por el pasillo y vi a tres chicos que salían de un cuarto trasero—. Estamos arriba. —Sí. Ya voy. —Logan levanto la barbilla hacia ellos y luego se volvió hacia mí. Su expresión se suavizó, y me sentí derretir tan solo un poquito. Logan estando aquí hacia a mi determinación de mantener mis emociones bajo control fracasar miserablemente. Sus dedos se deslizaron por mi clavícula de ida y vuelta, suave y lento. —¿Todavía tocas? —Le pregunté. Se acercó. Mis mariposas que no había sentido en dos años se empezaron a animar cuando una lenta sonrisa se formó iluminando sus ojos. Dios, ¿por qué tenía que sonreír? Cuando sonreía como ahora veía al hombre del que me enamoré. Se estrelló sobre mí, y sentí todo lo que una vez había significado para mí. La parte de atrás de su mano rozó mi mejilla. Fue un momento fugaz, pero aun así

aspiró el aire justo fuera de mí. Desearía que hubiera sido el alcohol, pero sabía que Logan podía hacer que mi cuerpo perdiera a él con un simple toque. —Nos llaman Tear Asunder ahora. —Pasó el dedo por encima de la hendidura en mi barbilla—. Finalmente estamos de gira. Esta vez mi aliento se fue realmente mientras lo miraba. Su sueño. Todos los días que habíamos pasado sentados en el hipódromo, él con su guitarra, yo mirando a los caballos. —¿La banda está todavía junta? —Con todo lo que había pasado, todavía estaba siguiendo su sueño. Logan nunca dejaba que nada lo detuviera; era decidido e implacable. Fue una de las razones por la que había estado atraída por él. —Sí, Eme. Yo tenía que hacer algo para no venir a por ti. —Se inclinó tan cerca que su boca tocó mi cuello justo debajo de la oreja—. Dios, hueles igual. —Suspiró—. Déjame entrar. Recuerdos de lo nuestro vivían conmigo para siempre, y me las había arreglado para adormecerlos. Ahora, con Logan de vuelta, golpeaban con toda su fuerza. —Sculpt, me diste mi sueño. Yo... yo no encuentro las palabras para decirte lo que hicieron por mí después de... —Cerré los ojos y lo sentí ponerse rígido—. Pero no puedo. — Las palabras eran apenas un susurro, y yo ni siquiera sabía si me había oído. Kat se aclaró la garganta y le tomó un segundo antes de que él se alejara y se girara hacia Kat y dijo:—Matt reservo una mesa para los dos cerca del escenario. —Entonces él me miró de nuevo—. Quédate y escúchame cantar, Eme. —Hizo una breve pausa como esperando una respuesta de mí, luego se volvió y se dirigió por el pasillo, y desapareció por la esquina. —Mierda. ¿Qué fue eso? —dijo Kat. Necesitaba escapar. Rápido. Con tequila en mi sangre y mi cabeza llena de pelotas de ping pong rompiendo todo, yo era un desastre. Tenía que salir de aquí. Lejos de él y lo que podía hacerme. —Kat. Me tengo que ir. Kat tomó mis manos entre las suyas. —Estás jodida emocionalmente. Lo entiendo y es mi culpa. Si hubiera sabido que estaban aquí, nunca hubiera sugerido que viniéramos. Yo ni siquiera sabía que toda la banda estaba en la ciudad. Vamos. Vámonos antes de que empiece la escena. Logan tocando la guitarra y cantando era lo último que quería ver. Sabía lo que me podía hacer con su voz. Él podía envolverme en su interior con un bonito lazo y luego con un tirón deshacerme en sus brazos. —Tú te quedas. Atiende con Matt, cálmalo. Voy a tomar un taxi. —Como habíamos decidido quedarnos en el condominio esta noche, que generalmente lo hacíamos en nuestras salidas nocturnas, era sólo un viaje en taxi de diez minutos. —De ninguna manera. Yo voy contigo. Le apreté sus manos. —Kat. Eres mi mejor amiga, Te amo, pero necesito algo de tiempo... Sculpt... —Mierda. ¿Cómo decirle que yo sólo quería estar sola? —Voy a llamar a Deck. Él te puede llevar a casa y pasar el rato contigo por un tiempo.

—Kat. No. —Deck no era una niñera. Jesús, el hombre había sido parte del grupo de trabajo de élite para la lucha contra el terrorismo. Sus ojos se estrecharon e hice mi mejor esfuerzo para darle una media sonrisa. Ella asintió con la cabeza. —Lo que quieres es estar sola y que nadie te moleste. —Asentí con la cabeza. Dios, ella me conocía demasiado bien—. Está bien, pero no me gusta. Y me testeas tan pronto como llegues a casa. —Dile a Georgie que lo siento. La veré mañana para el desayuno. —Georgie ni siquiera ha salido de su lugar todavía. Ella me envió un mensaje hace diez minutos, dijo que Deck fue a verla. —Kat bajó la voz—. Sus palabras, Emily, fueron, Deck necesita un puto ejército de hormigas rojas metidas en el culo. Entonces ella me dijo que tenía que ir a cambiar su atuendo. Juro que Deck sólo debe follarla y sacarla de su sistema. Me gustaba Deck, pero sospechaba que era el tipo de persona que necesita un control completo y Georgie, Georgie... dejando que un tipo como Deck le diga lo que debe hacer... bueno, eso era una sobrecarga explosiva. Hicimos nuestro camino a través de la multitud. Acababa de esquivar el brazo de un chico cuando lo escuche hablar por el micrófono. Aspiré el aire, cerré los ojos y me pare en seco. Sabía sin mirar que era su voz. Esto hizo que saltara mi pulso y mi estómago como si estuviera en caída libre. Se sentía como si sus palabras dibujaran a través de mi piel. Logan. Poco a poco me di vuelta y lo vi en el escenario. Estaba encerrado en él. Su presencia era cautivadora. Su dominio como si nada pudiera tocarlo allí. Estaba sexy con su media sonrisa y su cabello despeinado y aún peligroso e inaccesible. Dios, era confiado, siempre lo había sido, y ahora mirándolo en el escenario me di cuenta de que este era el lugar donde debía estar. No en el ring golpeando a su oponente en una masa sanguinolenta, sino allá arriba con una guitarra sobre su hombro. Sabía por qué esta banda sin siquiera cantar una sola nota llegaría a donde quisiera. Él. Logan. Su magnificencia en el escenario me atrajo a él. La facilidad en su postura, la forma en que sostenía el micrófono como si estuviera sosteniendo a una mujer en sus brazos. Los celos mordieron un pedazo de mí al pensar en Logan con otra mujer. Era un peso de plomo en el estómago, y no quería volver a imaginarlo con su brazo colgando sobre una chica de nuevo. Mientras hablaba a la multitud, me quedé hipnotizada... perdida en el sonido de su voz que corría por mi espalda y calentaba todo mi cuerpo. Si sentía que estaba a mi lado, con su aliento flotando encima de mi oreja, su mano apretada contra la parte baja de mi espalda. Oh Dios, él estaba en mí. —Maldita sea, se ve humear. Matt me dijo que han estado de gira en conciertos desde hace casi un año y los acaba de notar un manager que los quiere —dijo Kat. Sí, que iban a ser grandes. Me gustaría haber sabido desde el día que escuche cantar a

Logan. Y oyéndolo cantar esta noche que me desharía como antes. ¿Creía que estaba absuelto porque me dejó ir? ¿Debido a que renunció al dinero de su gira? ¿Porque él lo hizo para protegerme? ¿Debido a que era una víctima de Raúl también? Sí. Dios, sí. Lo hacía merecer el perdón, pero no podía olvidar la imagen de él siendo tan frío y sin corazón hacia mí. ¿Estaba eso dentro de él? ¿Había una parte de él que podría alejarse si alguien sostuviera una pistola en mi cabeza? Me acordé de él mirándome fijamente, sin expresión, cuando me caí de rodillas después de ser azotada. Observó lo que sucedía. Dejo que sucediera. Pero Logan me había salvado. Lógicamente lo sabía, pero encontrar esa confianza de nuevo... era como llegar a una manzana demasiado alta en el árbol. Logan dijo algo a la multitud, y luego se echó a reír. Fue el espectáculo más mágico. Logan rara vez se reía, pero cuando lo hacía era cautivante. No podía apartar la mirada de su sonrisa brillante, sus ojos seductores. Juro que podía escuchar el gemido de las mujeres en el bar, y yo en medio de ellas. Estaba a punto de arrancar mis pies y dejar de ver boquiabierta al hombre que hizo que mi cuerpo se encendiera, cuando me encontró. Me encontró con la mirada y no la soltó. Todavía estaba hablando a la multitud, pero sus ojos permanecieron en mí. Su sonrisa se había ido, e incluso a un centenar de metros de distancia noté su mano apretar el micrófono. Entonces él dejó de hablar y se me quedó mirando. Mi corazón latía en su jaula. Mi sangre bombeando tan rápidamente a través de mis venas que pensé que podría quemarme. Logan me acariciaba con sus ojos y tiraba de mí para correr hacia él. Y lo hice, corrí en la dirección opuesta empujando mi paso entre la multitud, haciendo caso omiso de los gritos de Kat. Estaba en la puerta antes de que Logan cantara su primera nota.

Capítulo 15 Desperté con Kat saltando sobre la cama. Kat aterrizó boca abajo junto a mí, alcohol flotando fuera de su piel. Tenía la cara enrojecida, y estaba sonriendo de oreja a oreja. Gemí, arrojando mi brazo sobre mis ojos. —¿Qué hora es? —murmuré. —Dos. No, hmm, quizás las cuatro. Tienes que levantarte. Saqué el edredón por encima de mis hombros y me volví a mi lado. —Kat. ¿Las cuatro de la mañana? No es una casualidad. Tengo el desayuno mañana por la mañana de Georgie luego cinco caballos para montar. —Es de mañana y realmente tienes que levantarte. —Ella tiró de las sabanas. —Kat, en serio. Sea lo que sea puede esperar hasta mañana. —Um, no. No puede. Gemí y entreabrí los ojos. —Espero que me estés despertando por una historia caliente de ti y de ese tipo Ream. Kat ladró—:Bah. Fantasía de mierda denegada. Nope. Ream no me va a tocar con un palo de mil metros de altura. En realidad, cuando me vio esta noche, se veía enfermo, entonces se fue. Así que, me divertí con Crisis. Jesús, ese tipo es rudo, pero muy gracioso. Prostituto y totalmente follable. —Ella se llevó un dedo a los labios—. ¿Por qué vine...? Oh sí, tu hombre está aquí. Me levante como un rayo. —¿Qué? —Mierda. Oh, Dios mío. ¿En el condominio?—. ¿Qué? ¿Quieres decir aquí? ¿En el apartamento? ¿O en la planta baja y quiere subir borracho? Obviamente borracho y despreocupado sobre mi pánico, Kat se encogió de hombros. —En la cocina aquí. —¿Qué? —Repetí luego presione mi cabeza en la almohada murmurando cada mala palabra que se me ocurrió. Kat ahuecó su almohada y dejó caer la cabeza hacia abajo, cerrando los ojos. —Creo que él está herido de que no te quedaras para el show. Lo vi mirándote mientras cantaba. Se veía triste. Mierda, estoy borracha. —Ella gimió y se acurrucó a su lado— . Traté de detenerlo para que no viniera, pero... estoy borracha y bueno... incluso cuando le di un puñetazo y le dije que no quería tener nada que ver con él... él seguía viniendo. ¿Sabías que tiene abdominales como una maldita casa de ladrillo? Mierda. Sí, por supuesto que sí.

Creo que me rompí la mano golpeándolo. —Ella la levantó y luego la dejo caer pesadamente de nuevo en la cama. —Tú no rompas tu mano. Kat murmuró algo ininteligible. Creo que fue una especie de disculpa. Oí cerrarse un armario y después la apertura y el cierre de la nevera. Luego, el sonido de algo que se vertía en un vaso. Estaba aquí. Logan estaba en la cocina. Empuje a un lado las sabanas, sacudiendo la cabeza en la cara a Kat desmayada por primera vez en mi cama, con las manos y piernas despatarradas. Logan miró hacia arriba en el momento en que aparecí. Se trataba de un apartamento de concepto abierto, y los únicos muros que existían rodeaban a los cuartos de baño y tres dormitorios. El tiempo estaba en cámara lenta. Sus ojos comenzaron en mi cara, cayendo por mi cuerpo a mis pies descalzos y luego volvió de nuevo a mirarme a los ojos. Se apoyó en el mostrador y tomó un sorbo de su jugo de naranja. Una oleada de deseo me golpeó cuando me acorde de él apoyado en su camioneta comiendo helado y mirando tan... tan sexy. Como si nada en el mundo pudiera tocarlo. No sabía por qué, pero su confianza era un giro enorme para mí. De repente me sentí desnuda en mi bóxer rosa con flores y camisola blanca. Sus ojos me tomaron, sentía como sus dedos estaban leyendo en braille a través de mi carne. Pero la ira podía deshacía mi vergüenza, y lo hizo cuando me detuve a pocos centímetros de distancia y fulminándolo con la mirada. —No está bien, que estés aquí. —No me gusto, tu yéndote sola a media noche, borracha. —No estaba borracha exa.. —¿Bebiste cuatro chupitos de tequila? ¿Cómo sabía eso? —Bueno, sí, pero… —Entonces estabas borracha. Debiste haber hecho que Kat o Matt volvieran aquí, Eme. —Puso su zumo de naranja en el mostrador, y el sonido hizo mi pulso saltar. Sus ojos permanecieron en mí, ni una sola vez dudaron. Es lo que hacía bien. Él podía hacer que alguien temblara de miedo sin necesidad de abrir la boca. Él asintió con la cabeza hacia el dormitorio. —¿Kat? Resoplé. —¿Qué piensas? Se desmayó. Son las cuatro de la mañana, y esta emborracha como un castor. —Castor. —Él frunció el ceño mientras pensaba en ello—. Tu padre solía decir eso sobre tu madre. Recordó. Le dije una tarde mientras nos sentábamos y nos tomábamos un helado en el camino de regreso a los caballos. Mi papá le decía castor, porque mi mamá se movía como la mierda por toda la casa cada vez que se emborrachaba. Le dije a Logan cómo mi padre trató de ayudar a mi mamá a volverse sobria, pero luego tuvo cáncer de pulmón y a los seis meses

se había ido. Yo tenía diez años de edad y murió en la misma época cuando Kat y Matt perdieron a sus padres. Creo que es por eso que todos conectamos tan bien. Nos necesitábamos unos a otros. —Sí. —¿Por qué corres, Mouse? —Tengo caballos para montar mañana... hoy y... —Deja de morder el interior de tus mejillas y dime la verdad. ¿Por qué huiste? Joder. No estaba preparada para esta conversación. No se merecía saber que su voz me iluminó como un petardo, que mirarlo en el escenario me deshizo y que no podía controlar el deseo dentro de mí. Entonces Logan hizo algo para lo cual no estaba preparada. Engancho mi mano, me tiró contra él, y me acarició el pelo. —Me gusta el aspecto cama. Y los bóxers de color rosa... —Atrapó mi mano detrás de su espalda—. Me gusta eso también. Ira, ¿dónde estás? Este tipo me lastima. Trituró cada parte de mi dignidad y la pisoteó. Pero las palabras de Logan eran eróticas. Sensuales. Al igual que cuando él estaba en el escenario. Me recordó cómo era antes. Él tejió a través de mí, hizo a mi cuerpo cantar. Logan estaba en mi cocina tomando mi jugo de naranja a las cuatro de la mañana, y por un segundo lo quería aquí. —Sculpt. Déjame ir. —Eso era todo lo que podía ocurrir; cobardía. —Dejaste un bar solo luciendo hermosa y borracha. No lo hagas de nuevo. —Sculpt… Me interrumpió, con voz dura e implacable. —No, Emily. Matt debería saberlo. No tomar bebidas de chicos, nunca dejar una bebida desatendida, ir al baño de dos en dos, y nunca dejar ir un maldito borracho solo a casa. Jesús. ¿Hablaba en serio? ¿Él aparece de nuevo en mi vida después de dos años, agita el pasado, hace saltar todo lo que pensaba de él, y luego me hace exigencias? —Veo el edificio de Legos. Deja de pensar y prométeme que tendrás más cuidado. Bien, era un poco estúpido. Estar borracha y subir a un taxi sola no era inteligente y a pesar del deseo de querer replicarle, asentí. Debido a que la lucha contra él en esto solo lo hacía más difícil para mí, cuando lo único que podía pensar era en él besándome. Mierda, en serio necesitaba un manicomio. —Quería que nos oyeras tocar, nena. —No quiero oírte tocar. —No había ninguna posibilidad de torturarme escuchándolo cantar—. Tienes que irte. —Eme. —Su mano libre se acercó y siguió la curva de mi cuello. Tragué saliva. Me miró—. Danos una oportunidad. —Log... Sculpt, por favor... no lo hagas. —Empujé la mano de mi cuello y luego di un paso atrás para poder tomar una respiración sin tener que respirar su delicioso aroma. Él no iba a irse, y yo lo necesitaba rápido. Silencio.

Podía oír el lento goteo del grifo en el fregadero de la cocina. Goteo. Goteo. Goteo. Me estaba volviendo loca y me estaba convirtiendo rápidamente cuando él se quedó allí sin decir nada. Maldita sea. Me acerqué al fregadero de la cocina y abrí el grifo hasta el fondo. Silencio. Mis manos agarraron el borde del mostrador mientras seguía de espaldas a él y si mis uñas pudieran penetrar mármol habría sangre en la piedra. Él se movió detrás de mí, con las manos corriendo por mis brazos desnudos hasta que descansaban sobre las mías. Su pecho duro se inclinó hacia mí, así que fui presionada en el mostrador, no hay escapatoria. No hay lugar para correr. —Mouse —me susurró al oído, su aliento como una cálida brisa acariciando mi piel—. No te dejes ganar. —Sus dedos me habían obligado a apartar los míos para que nuestras manos pudieran entrelazarse. Fue íntimo, demasiado íntimo. —Tú me arruinaste. —Apenas reconocí mi susurro irregular como mi voz—. Tenía miedo de ti. Yo... yo todavía lo tengo. —Lo sé. Jesús, lo sé. —Sus muslos eran duros contra los míos; su ingle presionado en mi culo—. Siempre voy a hacer todo lo posible para protegerte de que otros te hagan daño. No quiero que me tengas miedo. Yo haría cualquier cosa por ti. Ya lo sabes, ¿verdad? Una pequeña parte de mí quería creerle, pero la mayoría no. —Era débil, y me odio por ello. —Juró entre dientes y luego empujó la barra, y al instante sentí la frialdad filtrar en mis venas. —Eres la mujer más fuerte que conozco. Pero nena, tienes que perdonarte a ti misma. Tu cuerpo sabía lo que tu corazón y tu mente no. —¿Qué? ¿Eso estaba bien para ser follada por ti? ¿Perdonarme para disfrutar de ello? —Sí. —Me entregue. Rogué. Me arrodillé en el piso y te llamé amo. Cerró los ojos brevemente y dio un profundo suspiro. Las esquinas exteriores de sus labios derribadas y la oscuridad en sus ojos, ya no estaba. En su lugar, vi la vulnerabilidad. —Sí —dijo en voz baja y luego se pasó la mano por el pelo—. Te entregaste a mí, con el fin de sobrevivir. Si no lo hubieras hecho, te habrías muerto o, peor aún, te hubieran vendido. Esa es la fuerza, Emily. Yo... yo hice todo lo posible para protegerte. Pero la mala mierda pasa. A veces, no se puede detener. No pude evitarlo, cariño. —Él cambió de posición y las tablas del suelo crujieron—. Jesús, te he echado de menos. Tragué saliva, sintiendo las lágrimas brotar de mis ojos. ¿Cómo podían cuatro pequeñas palabras darme ganas de correr a sus brazos? No. Yo era más fuerte ahora. —Bueno, no puedo decir lo mismo. Suspiró, y vi el endurecimiento en su cara cuando hizo una mueca ante mis palabras. —Eme, me voy mañana. Sus palabras sonaron como una bofetada en la cara. Jesús. ¿Qué diablos estaba mal conmigo? Yo quería que se fuera. Necesitaba que se fuera. ¿Por qué cada parte de mí gritaba como un niño de cinco años de edad, por no salirse con la suya? No debería haberlo

mirado, pero lo hice de todos modos y se dio la vuelta. —Eso es bueno. —Tan pronto como lo dije, quise devolverlo. No era bueno; bueno, lo era, pero no era así. Dios... estaba más jodida de lo que pensaba. Esa expresión fría que conocía íntimamente estaba de vuelta. Era tan controlado que por un segundo sentí ese miedo familiar. ¿Quiero decir, no sabía realmente lo que hacía? Esta noche fue un buen ejemplo cuando él dio una paliza a ese tipo por bailar conmigo. Nunca pensé que iba a perder el control de esa manera. Él entrecerró los ojos. Sus manos se cerraron; su cuerpo se puso firme. Y todavía se veía caliente. Mi cuerpo debería estar enfermo de asco. Debería estar gritando en mi cabeza para alejarlo de mí; en cambio quería gritarle que me tocara. —Lo que teníamos, no podemos volver, Sculpt. —Podemos, porque nunca jodidamente lo dejare. No dije nada. Mi pecho se elevó y cayó de forma desigual, en gran medida, y sabía que mis pezones tenían que estar mostrándose a través de mi camiseta ajustada, aunque él no estaba buscando allí. No, su mirada no se apartaba de mi cara de nuevo. Era desconcertante. Inquietante. —Jesús, Eme. No sé qué hacer. Dime qué debo hacer y lo haré. Bajé la cabeza. No había nada que pudiera hacer. No estaba en mí pasar por esto otra vez con él. Para tener una oportunidad y luego destrozarme a pedazos. —No hacer nada, Sculpt. Eso es lo que debes hacer. Él se apartó y luego se dirigió a la puerta y la abrió. Estaba enojado, y sí, vi lo mucho que lo había lastimado. Logan puede ser difícil y confiado, pero esta noche he visto más de él. Lo vi herido. Pero no confiaba en él más ya. Se dio la vuelta justo cuando estaba siendo tan estúpida como para admirar su culo en sus jeans descoloridos. Me pilló mirando y sentí mis mejillas ponerse rojas como la remolacha, y rápidamente miré a mis pies. Oí sus botas en el piso de madera mientras se acercaba y me quedé sin aliento, mientras tomaba mi barbilla. —Mírame. —Su pulgar acarició rítmicamente a través de la hendidura en mi barbilla—. Solo... por favor danos una oportunidad. Bajé los ojos y su mano cayó lejos de mi barbilla. Él se acercó más y su voz se redujo a apenas un susurro. —Eme. Lo siento. —Logan me soltó, dio media vuelta y salió por la puerta. Me desplomé en el suelo de la cocina y empecé a respirar de nuevo. Logan me atropellaba, lo acababa de hacer, lo hacía de nuevo.

Capítulo 16

Traté de extinguir a Logan de mi mente, pero no servía de nada porque cada vez que oía una motocicleta mi respiración se detenía, mi corazón comenzaba a martillear y las mariposas en el estómago hacían erupción. Cerré la puerta del balcón y bloquee los sonidos de las calles de la ciudad, motocicletas incluidas. Entonces no dejaba de oír su voz diciendo ―lo siento‖ o ―te he echado de menos‖. Me estaba carcomiendo por dentro, sabiendo que estaba haciendo lo correcto, sin embargo al ver el daño que causé, no era él lo que me hacía daño. —¿Vas a desayunar con Georgie? —Kat atrapó su café del mostrador y tomó un sorbo. —Sí. Deck me envió un texto, dijo que nos recogería ya que pasa justo por el condominio. —Desde que nos mudamos a la granja, habíamos hecho el hábito de visitar a Georgie siempre que nos alojábamos en el condominio. A pesar de sentir mi cabeza como si tuviera un conjunto de tambores vibrando en ella, sabía que no podía sacar de apuros a Georgie ya que extrañé verla anoche. Matt no había regresado al apartamento, por lo que sospechaba que durmió en el bar, como hacía a menudo. —No puedo ir. Hank me envió un texto esta mañana. El tractor necesita atención médica, y cree que conoce el problema y está pensando en arreglarlo. Tengo que llegar antes de que llegue al tractor. Tendrá piezas metálicas tiradas por todo el garaje, así que vamos a estar fuera de un tractor durante semanas. Sonreí. Hank era un ángel con los caballos. Pero no tenía ninguna habilidad a la hora de arreglar las cosas. Lo jubilaron y el tipo vino con la granja. Tenía una casita en la parte trasera de la propiedad y era muy dulce. —Está bien, así que nos vemos en la granja más tarde. —Sí. Avísame si pasa algo jugoso. Deck parecía bastante enojado anoche. Juro que sus ojos nunca dejaron a Georgie y su ceño fruncido... Ese tipo es la definición de peligro. Estoy pensando que el atuendo de Georgie tenía algo que ver con eso. Deck era cauteloso sobre lo que hacía implacable en los disturbios, y teniendo en cuenta que él me sacó del recinto de Raul y, a menudo trabajaba con las autoridades tenía que ser peligroso. No estaba segura si él mantenía una estrecha vigilancia sobre Georgie porque se sentía atraído por ella o porque su hermano nunca volvió de su última misión y se sentía obligado a cuidar de ella. También existía la posibilidad de que el trabajo de Deck

tuviera repercusiones potenciales. —¿Por qué? ¿Qué llevaba puesto? —Georgie vestía un poco... diferente, sin miedo de lo que otros pudieran decir. —Voy a ponerlo de esta manera. Apuesto a que Deck le dijo que se cambiara y lo hizo... en algo aún más revelador. —Kat rió—. Incluso la boca de Matt quedó boquiabierta al verla. Y sobre Sculpt… La detuve. —Sculpt se ha ido, Kat. —No escucha, quería disculparme por dejarlo en la noche. —Estabas borracha. Y te lastimaste la mano tratando de detenerlo. —Sí. Pero aun así. —Kat suspiró—. Tengo la sensación de que va a estar de vuelta. Es decir... Sculpt no parece el tipo que se rinde fácilmente, en todo caso. Oí el timbre y me acerqué a la puerta y presioné el botón de transmisión. —¿Sí? —Un caballero está aquí para verte. —Está bien. Gracias, Eddie. Déjalo subir. —Voy a ducharme. Saluda a Deck por mí. —Kat se dirigió por el pasillo—. Ah, y para que lo sepas, Hank y yo estamos poniendo los caballos en el campo inferior hoy por si vas a montar más tarde. —Kat se detuvo. —Emily... quizás es el momento para, ya sabes... encontrar a alguien. Dejar entrar un chico de nuevo. Si no es Sculpt entonces alguien más. —Ella desapareció en el baño, y antes de que pudiera empezar a contemplar sus propias palabras, un golpe sonó. Giré la llave y abrí la puerta. Logan. Mi estómago cayó duro y rápido con una mezcla de incertidumbre emocional. Jesús, yo estaba tan jodida cada vez que lo veía que mis emociones no sabían cómo reaccionar. Mariposas liberadas en todas las direcciones, algunas buscando escapar, otros revoloteando de alegría. Esperaba como un delicioso Häagen-Dazs4 en sus gastados pantalones de mezclilla y una camiseta gris que realzaba sus ojos oscuros. Y ellos estaban oscuros. ¿Qué estaba haciendo aquí otra vez? —¿Me vas a dejar pasar? Tenía el ceño fruncido y parecía que no había dormido, y aun así parecía irresistible. Incluso con esa cicatriz en la barbilla. Me preguntaba de dónde la consiguió. ¿Lucharía en México, después de que me fui? —¿Mouse? Bien. Lo deje entrar. Estaba sin palabras que ni siquiera podía pensar con claridad. Di un paso fuera del camino, y Logan pasó junto a mí. Fue directamente a la isla y se apoyó en ella cruzando los brazos. Me quedé congelada en la puerta totalmente abierta. 4

Es una marca de helados

—¿Vas a cerrar eso? Cerré la puerta y me apoye en ella. Él me miraba, con los ojos inquebrantable, intenso y sí, reconocí la pizca de deseo en su expresión. Finalmente desenredé mi lengua, y solo lo conseguí, porque estaba en un lado de la habitación y en el punto más alejado. —¿Qué estás haciendo aquí? Otra vez. —Ven aquí, Emily. Casi lo hice. Fue automático hacer lo que él pidió al decir una orden como esa. Tuve que detenerme y sentí como si fuera en contra de algo dentro de mí. No, yo no era más su esclavo. Además, acercarme más a Logan tenía un efecto en mí que tenía que mantener alejado. Ese innegable dolor entre mis piernas era peligroso y la distancia era la seguridad. Enamorarme de Logan de nuevo era, sin duda, la peor clase de castigo al que podía someterme. Tenía planes y Logan no era parte de ellos. —Ayer por la noche... —Hizo una pausa, y por un segundo me pareció ver ese destello de vulnerabilidad en sus ojos de nuevo. Era sorprendente ya que Logan tenía la confianza de un toro. Todo lo que tenía que hacer era caminar en una habitación y todos los ojos se desviarían a él como si fuera alguien importante—. Lo que debería haber dicho es que te amo. Mi respiración se escapó, y lo mire fijamente boquiabierta. Y nada parecía desalentarlo. —Yo nunca he dicho eso a nadie, excepto a mi madre. Debido a que nunca amé a nadie más hasta que te conocí. Oh Dios. No podía hacer esto. Estaba preparada para manejarlo estando enojada y fría, no que me dijera que me ama y que él nunca lo ha dicho a nadie, excepto a su madre. Una madre que lo arriesgó todo para conseguir sacar a su hijo de un horrible lugar inmoral. —Eme. Desearía… Negué con la cabeza hacia atrás y adelante. —Sculpt… —Déjame decir esto. Mis emociones se enrollaron firmemente, atadas con pensamientos de Logan cuando nos conocimos. Pensamientos como, cuando él me miraba realmente me miraba y me veía. Su presencia me recordó cuando dijo que contrataría un avión con una pancarta que dijera lo hermoso que era volar por mi ventana. Él había dicho que tenía que ser dicho a menudo, después de toda esa mierda que mi madre había puesto en mi cabeza. ¿Había sido real? ¿Tuvimos algo de eso? Yo estaba constantemente luchando contra los recuerdos de los dos meses que habíamos pasado juntos a ser eclipsada por los quince días de infierno. Incluso con Logan diciéndome la verdad, estaba teniendo problemas para confiar en que nuestro tiempo juntos había sido real. —Emily. —Su tono era duro e inflexible, y por un segundo sentí el parpadeo de temblor saltar a través de mis entrañas, pero luego tan rápido como llegó, se fue de nuevo—. Desearía más que nada poder haber estado aquí para ti en los últimos dos años. Ayudarte. Te dije la verdad. Jesús, a veces desearía que nunca hubieras estado de acuerdo en que te

enseñara autodefensa. Pero entonces... entonces yo nunca me hubiera enamorado de ti. —Nena, tú eres lo que me dio la fuerza para sobrevivir a Raul. Siempre lo has sido. Siempre serás tú. Emily... eres mi trofeo. Y te perdí. —Cerró los ojos y respiró hondo—. No puedo perderte de nuevo. Tengo que hacer lo que sea para ganarte de vuelta. —Y nunca pierdes. —susurré más para mí que para él. Él permaneció en silencio. Enderecé mi espalda y levanté mi barbilla, luchando contra el impulso de echarme para atrás después de escuchar las palabras más conmovedoras que he escuchado alguna vez de Logan. Mis entrañas se revolvían y estaba teniendo problemas para controlar mis lágrimas. Pero había luchado duro durante dos años para recuperar la confianza y como uno de mis caballos de rescate, finalmente tuve un poco de dignidad de nuevo y no podía. Simplemente no podía dejarlo entrar. Un golpe en la puerta me hizo saltar lejos de ella y mire desde atrás de la puerta a Logan. Eddie el portero debe haber reconocido a Deck y lo envió hacia arriba. Estaba agradecida y, sin embargo, de alguna manera masoquista decepcionada por nuestra interrupción. Logan me miraba, y nerviosamente lamí mis labios bajo su mirada. Sus ojos siguieron la acción sutil y rápidamente cerré de golpe la boca y luego me frote los brazos cuando los escalofríos me recorrieron. Logan logró borrar todo pensamiento excepto de él y me llevó a un lugar que no tenía intención de volver nunca más. Yo iba a tener mi propia granja, mi negocio y ayudar a salvar a los caballos que me necesitaban. Nunca me iba a someter a otro hombre de nuevo y ser tan débil. Otro golpe. —¿Quieres que lo reciba? —Um, no. —Cogí el pomo de la puerta, luego me detuve—. ¿Sculpt? —Sí, nena. Dios, cuando me llamaba así sentía como si pudiera borrar todo lo que pasó y empezar de nuevo. Otro golpe. Fuerte. Miré a la puerta y luego de vuelta a Logan. —Yo no soy algo que ganar. Logan frunció el ceño. —No. No, no lo eres. Pero eres algo para atesorar. —Logan… —Me detuve en cuanto su nombre salió de mis labios. Comenzó acercándose lento y constante. Pensé que me iba a tocar, tirar de mí en sus brazos, incluso besarme. En su lugar, su brazo estaba rozando mi espalda baja. —Y un trofeo... que siempre voy a atesorar. —Logan abrió la puerta. Deck estaba de pie en sus vaqueros desteñidos y una camiseta negra cuando él me miró y luego a Logan le tendió la mano y Logan la sacudió. —Logan. —Me sacudí. Deck lo llamó por su verdadero nombre—. La banda sonaba muy bien anoche. ¿Todo bien?

—Podría estar mejor. Los ojos de Deck se volvieron hacia mí. Fruncía el ceño, no era inusual que frunciera el ceño, pero estaba dirigido a mí, y no estaba segura de por qué. —¿Le dijiste? Decirme, ¿qué? —No vayas allí, Deck. —La voz de Logan fue baja, y fundamento en las palabras. ¿A dónde? Era como si de repente yo no estaba en la habitación y los dos hombres más asertivos y seguros de sí mismos en la ciudad estaban teniendo una conversación privada a pesar de que yo estaba de pie allí. Deck asintió brevemente hacia Logan. —¿Vienes con nosotros? Me puse rígida y mire a Logan. —¿Con Georgie? ¿Por qué iba a venir? Deck y Logan intercambiaron una mirada y luego Deck dijo—:Georgie invitó a la banda para el desayuno anoche, Emily. —Oh. —No me gusta eso. Significaba que Logan se integraría en mi vida. Logan puso su mano en la parte baja de mi espalda. Era apenas un toque, una ligera capa de la mano, pero era posesivo y... se sentía protector. —Tengo que reunirme con Matt y luego estaré cerca. ¿Pero sabes lo que dijo Georgie anoche? Deck asintió. Los dedos de Logan apretaron mi cintura. —Quiero verte antes de irme, Mouse. —¿Para qué? Deck levanto las cejas y me di cuenta del más mínimo temblor en la comisura de su boca. La mano de Logan encontró la mía y él entrelazo nuestros dedos y apretó. —Nos vemos en un rato, Eme. —Y luego se fue. Un torbellino acababa de pasar a través de mí. Estaba tan confundida e insegura de cómo me sentía acerca de Logan en este momento que me sentía mal del estómago. Era demasiado. Los mismos amigos, él siendo dueño de la granja. Fue como si estuviera siendo arrojada a él desde todas las direcciones, y Logan estaba allí esperando con los brazos abiertos.

Capítulo 17 Tomo diez minutos para llegar a donde Georgie, y Deck estaba en silencio el viaje entero. No es que él fuera muy hablador de todos modos y yo normalmente no habría notado si no hablaba. Excepto por que la expresión de Deck era de aprensión. Ceño fruncido en su lugar, hombros bajados, cejas tiesas y los labios apretados. Algo le había enojado, pero no tenía idea de qué. Es decir, se comportaba como si él y Logan estuvieran bien el uno con el otro. En realidad, parecía que yo era la persona con la que Deck no estaba bien y estar del lado poco —bien—de Deck... sí, eso me ponía tensa. Se detuvo en la casa adosada de Georgie en el King Liberty Village, y estábamos caminando por el callejón entre las casas hacia el patio cuando Deck tomo mi mano y me llevó a una abrupta parada. Estaba frunciendo el ceño de una manera que causó que escalofríos de inseguridad bailaran el vals en mi piel. —¿Estas en él? —¿Qué? —Oh. Mi. Dios. —Me has oído. —A veces su actitud no-idioteces era muy molesta. —Bien, te he oído. Simplemente no sé qué decir. —Fácil, ¿sí o no? —¿Por qué, Deck? ¿Qué importa? Especialmente para ti. —Hermosa, saca la cabeza de tu culo. Ningún hombre atraviesa lo que él ha pasado si no está en ella. Logan está en ti. Sé que estás teniendo problemas con lo que pasó, pero si supieras… —Deck… —No he terminado. —Mordí mi labio inferior. Su tono se suaviza. —Lo que vi entre tú y Logan parece algo. Logan te sacó de esa mierda, y atravesó el infierno. Si le preguntas por lo que pasó cuando te fuiste. —Sé lo que pasó. Luchó por su padre y… Me interrumpió. —No. Crees que lo sabes. Pregúntale a él. Se lo debes. —¿Se lo debo? —No podía creer que él había dicho eso. Deck era tan directo como se era posible. Él decía las cosas como son. Pero en este caso estaba equivocado. Yo le debía a

Sculpt nada, y sin embargo, Deck estaba evitando decirme algo. —Él no tenía que venir a buscarte, Emily. ¿Alguna vez pensaste en eso? Podríamos haber sacado a su madre debajo de Raul y desaparecer. Logan nunca tuvo que ver a su padre ni volver allí. Sí, yo habría ido por ti, pero para ese entonces ya habrías desaparecido. Logan se aseguró de que eso no sucediera al actuar rápido y haciendo lo que hizo. —Puso su dedo bajo mi barbilla para poder ver mi cara—. Odiaba a su padre. Me pregunto cuándo tenía dieciocho años, mucho antes de que algo de esto pasara, para intentar encontrar una manera de llegar a Raul. Pero yo no pude localizarlo. El tipo se trasladó después de que Logan y su madre escaparon. —Cerré los ojos contra las lágrimas—. Hermosa, arriesgó su vida por ti. Y si piensas por un segundo que su vida no estaba en riesgo incluso más que la tuya, entonces estás equivocada. Casi salté fuera de mi piel cuando la puerta de atrás se abrió con un estallido, interrumpiéndonos. La mano de Deck cayó y puso su mano en la parte baja de mi espalda. —Sin follar chicas en el callejón, Deck. Joder, pensé que ya habías superado esa mierda adolescente. —Me di vuelta y los ojos del tipo se iluminaron con reconocimiento—. Oh mierda, eres Emily. Por fin voy a conocer la belleza por la que Sculpt ha estado suspirando. —No podía imaginar a Logan suspirando por algo—. Yo soy Crisis. Oh, el guitarrista de la banda. Sus rizos rubios volaron con la fresca brisa de verano mientras sus ojos bailaban con malicia. Sus ojos azules estaban inclinados en las esquinas exteriores, y sus rasgos suaves le hacían guapo. También tenía una sonrisa asesina. —¿Deck te está dando problemas? Porque soy capaz de patear su culo. —Lo dudo. —dije en voz baja, pero él me oyó. Crisis era delgado y ágil, pero Deck era más alto y más grueso. Crisis puso su mano en su pecho y se tambaleo hacia atrás. —Ohhh, herido. Deck sacudió su cabeza hacia atrás y hacia adelante, luego me urgió por delante de él hacia el patio trasero. Mi cabeza estaba girando todavía, y no podía controlar lo que me había contado Deck. ¿Que estaba escondiendo Logan? Obviamente, Deck pensaba que era lo suficientemente importante como para empujar el tema. El pequeño patio tenía una mesa de patio y sillas con unos llamativos paraguas anaranjados, amarillos y morados, una barbacoa y un jardín de rocas en el borde de la valla de atrás. Georgie lo había llamado patio trasero de sello postal, pero para la ciudad era de un buen tamaño. Cuando Georgie me vio, chilló y corrió, abrazándome. —Oye, Eme. —Bajó su voz—. Oh Dios mío, deberías haber visto a Ream y Kat anoche. Hablando de un experimento de química que salió mal. Levante mis cejas. Vaya. Kat no había dicho nada. —Ven a conocer a Raven. —Georgie me llevó a una muchacha sentada en la mesa con un jugo de naranja sin tocar delante de ella. Por detrás se veía frágil, con débiles hombros inclinados hacia adelante como si estuviera tratando de ocultarse y su pelo colgando en ondas por su espalda—. Raven, esta es Emily.

Raven levantó la cabeza y nuestras miradas se encontraron. Jadeo. Era ella. La chica de Kai. Esa mirada vacía era algo que nunca olvidaría. Permanecí de pie mirándola, y entonces me quedé mirándola un poco más hasta que Georgie me dio un codazo, y extendí mi mano. —Hola, ah, Raven. Encantada. —No estaba segura qué decir realmente. Estaba tan sorprendida de que la chica estuviera aquí que falle con mis palabras. La chica sacudió mi mano, si se le podría llamar así. Era más como que tocó mi mano. Por la forma en que sus ojos se ampliaron, sabía que ella también me reconoció. Miré a Deck. Él dio un guiño sutil y es entonces cuando lo supe. La había sacado. ¿Logan le había pedido que lo hiciera? ¿Cuándo se había ido? Habían pasado dos años desde que la había visto. La puerta se cerró de golpe, y Raven saltó. Por la forma en que lucía y reaccionó, supuse que no había sido rescatada hace mucho tiempo. También era extraño que estuviera aquí en vez de con su familia y amigos. La mamá de Georgie, Karen salió y sonrió cuando me vio. Conocí a Karen cuando empecé a trabajar en la cafetería de Georgie un par de meses antes de conocer a Logan. —Cariño. Dame un abrazo. Nunca te vemos desde que te has mudado a la granja. —Me aplasto en su regazo y luego besó mi frente. Bajó su voz y susurró en mi oído. —Te ves mejor, cariño. Pero todavía cansada. ¿Duermes lo suficiente? ¿Necesitas algo? La madre de Georgie era lo más cercano que tenía a una madre, y sospechaba que Georgie le había contado que mi mamá era una perra y por suerte estaba fuera de mi vida. —Deck. —gritó—. Consíguele a Emily un trago. —Bajó su voz—. Los hombres de estos días, todos machos y sin gallardía. Qué pasó con los James Stewarts del mundo. —Karen estaba metida en las películas clásicas. No iba a decirle que Deck era mejor que James. Todo lo dulce estaba pasado; lo caliente y aterrador con una cucharadita de dulce era la moda. Deck tenía eso. Maldición, Logan lo tenía. Deck me sirvió un vaso de jugo de naranja, me lo paso y luego se deslizó en el asiento frente a Raven. Ella parecía preparada para escapar ante la vista de él, aunque noté que sus ojos nunca lo miraban directamente. En cambio, mantuvo la cabeza baja y las manos en el borde de la silla como si estuviera lista para empujarla y correr en cualquier momento. Deck suspiró y miró sobre la cabeza de Raven a Georgie. Georgie puso la mano en el antebrazo de Raven y se agachó para hablar tranquilamente con ella. —Oye, Emily. Soy Ream. —Oh, vaya. No es de extrañar que Kat no quería venir hoy. Ream estaba aquí, y estaba súper caliente. Se sentó al lado de Deck, las piernas estiradas, casualmente con una cerveza en su mano. Me acordé de Logan diciéndome que Ream y Crisis habían sido amigos con Deck y Georgie antes de que ni siquiera se juntaran con Logan y Kite. Ream miró a Deck. —¿Sculpt va a venir?—Asintió.

Deck me miró, ojos estrechos y rostro pensativo. Maldita sea, el hombre podría enviar a una chica de rodillas con esa mirada, excepto a Georgie. Tomé un sorbo de mi jugo. Cuando miré de nuevo Deck todavía me miraba. Me moví incómodamente en mi silla. Raven se movió incómodamente en su silla. Karen rompió el silencio. —Deck, ¿has invitado a salir a mi hija todavía? —Eso deshizo la mirada y él observo a Karen y había un amago de sonrisa en su rostro. Crisis abrió la tapa de la parrilla y comprobó el tocino. —¿Así cuál es la mierda, Emily? ¿Dónde estabas anoche? —Insultando delante de las chicas. Sin gallardía. Si el padre de Georgie estuviera aquí ahora, te esposaría al parachoques de su coche y arrastraría unos diez km. —Me encanta tu mamá, Georgie. —dijo Crisis. Deck pudo haber sonreído, pero fue más un gruñido. Karen se fue antes de que el desayuno-almuerzo fuera servido, alegando que tenía que llegar a casa y darle de comer al perro. Cualquiera que conociera a Karen, sabía que ella iba a casa hacia su esposo Frank, que estaba generalmente haciendo jardinería el domingo y le gustaba estar con él. Cuando los conocí, vi al instante el amor que tenían por el otro. Y ahora que sabía que habían perdido a su hijo... era agradable que se tuvieran el uno al otro para depender después de algo tan trágico. Comimos tocino, huevos revueltos y croquetas de papa. Bueno, la mayoría de nosotros comió; Raven solo picoteo la de ella. Sabía que la mierda que ella había pasado era muy mala. Alfonzo era inmoral, corrupto y cruel, y había sido entrenada por él para ser una esclava sexual. Crisis hizo la mayor parte de la conversación y la conversación se mantuvo ligera, lejos de mí, y nada se mencionó sobre Logan, aunque constantemente estaba nerviosa esperando que llegara. Preguntándome si todavía iba a venir. Esperando que sí, y aun así rezando que no. Entonces me preguntaba por qué le estaba tomando tanto tiempo para llegar aquí. Era una perpetua ansiedad. La puerta se abrió. No tuve que dar vuelta para saber quién estaba detrás de mí cuando la piel de gallina se apresuró a través de mi piel. Mi vientre cayó mientras lentamente giré y me encontré con los ojos de él. Dios mío, era magnético. No había una pizca de incertidumbre en él, y eso era desconcertante y atractivo. Sí, Logan era atractivo como el infierno estando ahí observándome como si fuera a comerme vivo con su deseo. —Oye, tío. ¿Qué pasa? —dijo Crisis, entonces me miró y se golpeó la cabeza con la palma de su mano—. Por supuesto. Logan se estaba moviendo. Escuche a Ream rezongar, diciéndole a Crisis que era un imbécil. Me levante, al igual que Georgie y Ream. Había una determinación en su caminar como si nada pudiera impedir que me alcanzara, y envió mi pulso en una carrera. Logan se detuvo delante de mí. Hizo una pausa por un segundo. Entonces enganchó

su brazo alrededor de mi cintura y me llevó contra su pecho. Su cuerpo caliente se hundió en mí y pude sentir su pecho subir y bajar mientras me mantuvo apretada contra él. —Mouse. —Su palabra susurrada goteaba como la miel a través de mi mente, y tuve un momento difícil para no fundirme en él y hacer caso omiso de las señales de advertencia—. Necesitamos un poco de privacidad. ¿Estás bien con eso, Eme? ¿Lo estaba? Georgie tomó mi mano y apretó. —Recuerdo específicamente no invitarte, Logan. Te dije anoche que Emily iba a venir y no era una buena idea. —Georgie. —dijo Deck—. Déjalo. Georgie ignoro a Deck y me miró. —¿Estás bien con esto? —Dude entonces asentí con la cabeza. —Estaremos de regreso en diez minutos. —Logan agarro mi mano y me sacó fuera de la puerta y al callejón al frente de la casa donde me puso contra la pared y se inclinó hacia mí. Me preguntaba si lo hacía a propósito, cuando el recuerdo de él besándome a las afueras del restaurante Brazen Head me golpeó con toda su fuerza. Lo amé en ese entonces. Confié en él. Logan deslizó su dedo a través de mi sien, bajando por el lado de mi cara a la curva de mi cuello donde se detuvo. —Ojalá que tuviéramos más tiempo juntos, Eme. Traté de llegar antes, pero Matt tenía mucho que decir. Podía imaginarlo después de la pelea que Logan comenzó ayer por la noche. Permanecí contra la pared; sus dedos ubicados en mi cuello, y con cada palabra que hablaba una respiración suya barría en mi oreja. Me dolía. Lo deseaba, y sin embargo, entregarme a él era todo lo que había dejado atrás. No podría hacerlo. No sería esa chica otra vez. —Dame tu número de móvil, Mouse. —No. Su cuerpo se tensó y el rítmico movimiento de su pulgar se detuvo. Sentí cada músculo flexionar, y había una frialdad que invadió mi cuerpo cuando mis palabras lo golpearon. —Emily. —No es una buena idea. —Claro que sí. —Su cálido aliento acariciaba a través de mi mejilla cuando se inclinó a mí—. Jesús. ¿Por qué no me miras? Lo hice y me arrepentí porque mi vientre cayo. —¿Está bien tu madre, Sculpt? Él pareció relajarse a la mención de ella. —Está bien. Suspiró y cabeceo. No podía imaginar lo que su madre debe haber pasado al vivir con Raul y luego quedar embarazada con Logan y criar a un hijo en ese lugar. Deck tenía razón, ese lugar era la pesadilla de Logan y de su madre. Y él voluntariamente había entrado de nuevo.

Se movió más cerca. —Deck y sus hombres tomaron el lugar unos meses después de que te fuiste, Eme. Raul escapó y pasó a la clandestinidad. Deck lo encontró recientemente. —¿Unos meses? ¿Qué tomó tanto tiempo, Sculpt? ¿Por qué te quedaste ahí? —Viste el lugar. Estaba bien vigilado. Después de que escapaste, Raul sabía que algo estaba pasando y duplicó su seguridad. Le tomo tiempo a Deck para organizar suficientes hombres para eliminar el recinto. —¿Dónde estabas? Después de que salí, ¿qué pasó, Sculpt? ¿Te quedaste para luchar con Raul? Era muy raro que Logan evitara mis ojos, pero lo hizo y supe inmediatamente que no iba a decirme. Otra razón de por qué no podía confiar en él. —Raúl está muerto. Dejemos el resto fuera de nuestras vidas. —Inclino mi cabeza hacia arriba para que lo mirara directamente a él—. Emily, significas más para mí que cualquier otra cosa. Te amo. Quiero estar contigo... ayudarte a sobrepasar esto. Nena, te extrañe tanto. Empuje su pecho, pero él no cedió, así que en lugar de eso estrelle mis puños en él. —No. No puedes hacer eso. No puedes decirme que me amas y que me extrañaste y creas que lo haremos mejor. Que yo te perdonare. Se quedó rígido e inamovible. —No necesito tu perdón. Lo hice para que siguieras con vida, y si eso significaba que tenía que verte sufrir o hacer que me temieras es lo que podría pasar. —Su mano fue a la parte posterior de mi cabeza, y enredo sus dedos en mi pelo—. ¿Sabes por qué? Porque sabía que un día que te sacaría de allí y todo eso valdría la pena. —Tú me llevaste a eso. Tú. Es tu culpa. —Pero sabía que no era su culpa. Raúl era el único responsable; Logan sólo pasaba a ser su hijo. —Mouse. —Apretó su mano en mi pelo y me puso una mano bajo mi barbilla, para instarme a que lo mirara. Oh Dios, él vería la profundidad acuosa y no quería que lo hiciera. —Sí es mi culpa que él llegó hasta ti. Me vio contigo y sabía que eras mi debilidad. Tengo que vivir con eso. Pero el resto... Lo haría otra vez. Me mataría, pero sin duda lo haría. Porque estás aquí delante de mí. —Su voz era baja—. Cada vez que te toque fue real. —Te amé. Usaste eso contra mí. —susurré con voz desigual. —No. Lo usé para salvarte. —Su voz era tranquila y estable. El profundo efecto que Logan tenía sobre mí era innegable. Era como él me sostenía, cómo me miraba, cómo me empujaba a mis límites. Mi cuerpo y mi mente se morían de hambre por Logan y no quería admitirlo. Maldita sea, quería someterme a él. Quería rendirme a él y estaba luchando contra esto con todo lo que tenía. Me levantó en sus brazos, envolviéndome en su abrazo protector, su mano acariciando mi espalda. Sentí su aliento en mi pelo luego sus dedos en la parte trasera de mi cuello, acariciando, reconfortando.

Besó la parte superior de mi cabeza. —Por favor no me pidas que te deje ir. No puedo hacerlo. No soy lo suficientemente fuerte para hacerlo de nuevo. Permanecí en silencio, pero mi cabeza estaba tambaleándose. Los Legos comenzando a caer en pedazos. —El tour termina en un par de semanas. —Acaricio el lado de mi cara con la parte posterior de sus nudillos—. Entonces regreso. Mientras tanto, quiero que tengas cuidado. Si necesitas algo Deck te ayudará, ¿estás bien? Me aleje. —Dime lo que pasó después de que salí de México. —Sus ojos se endurecieron y frunció sus labios juntos. —Nada. —Pero Deck…. Sus cejas cayeron sobre sus ojos. —¿Qué te dijo? —Sólo me dijo que preguntará. No dijo nada, y sabía que no lo iba a hacer. —La chica... la chica de Kai. Deck la saco fuera. Asintió. —Le hable de ella. Luego de que escaparas, Kai desapareció en todo el alboroto. —Los disparos. —Sí. Una distracción. Kai es discreto y no se sabe mucho sobre él, pero desapareció al momento en que las cosas se hicieron inciertas. La chica quedó atrás, no sé si fue hecho a propósito o no. Le conté a Deck y la encontró hace unos meses. Estaba en subasta. Kai estaba allí. Deck la saco antes de que él tuviera la oportunidad de comprarla.

Oh Dios. —Se está quedando con Georgie hasta que esté lista para volver a casa. A partir de ahora, se niega a hablar de ello o volver con su familia. No saben que está viva. Alfonzo había destruido a esa chica. No podía imaginar lo que le había sucedido durante los últimos dos años. Kai... No estaba segura acerca de él, pero sabía que era peligroso y si él sabía quién se la llevó, no había duda de que Kai vendría detrás de ellos. —Dame tu teléfono, Mouse. —Tú y yo. No estamos saliendo. —No tenía intenciones de salir con nadie, pero yo hablaría con él. Sería mi terapia. —No, no lo estamos. Ya hemos pasado por eso. Teléfono. Dude. Logan frunció el ceño. Entonces tire de mi teléfono fuera de mi cartera, escribí la contraseña de seguridad y se lo entregue. Él miro la pantalla luego comenzó a introducir números en mi teléfono luego me lo devolvió. No saco el suyo. —¿Vas a recordar mi número solo con una mirada? —Emily. Te perdí por dos años. Finalmente tengo tu número. ¿Crees que podría

olvidarlo? Programe mi celular en tu teléfono. —Sculpt… —Contesta cuando te llame. —Sculpt, ahora soy diferente. Se movió más cerca, un brazo ceñido alrededor de su cintura. —Sí. Eres más fuerte, más atractiva y tienes una actitud. Me hace querer más. Logan no se daba por vencido fácilmente. En realidad, no creo que alguna vez se había dado por vencido y mientras estaba en sus brazos no quería que lo hiciera. —De acuerdo. Se alejó, tomó mi mano y apretó, entonces me llevó hacia la banda que está hablando tranquilamente en el patio. Bueno, Deck estaba parado solo apoyado contra la valla. Tan pronto como aparecimos se empujó lejos de la valla y avanzó. —La banda se va esta tarde. —dijo Logan a Deck y movió su barbilla hacia mí —Sí. En eso. ¿Le dijiste? —pregunto Deck. —Estoy parada aquí. ¿Qué eso? ¿Y dime qué? Logan miró fijamente a Deck por un segundo. —Nada malo la toca. Ella no necesita esa mierda y espero que siga así. —Sculpt, de qué estás hablando… —Eme, te llamaré más tarde. —Interrumpió Logan, obviamente a propósito—. Chicos, estoy recogiendo a Kite, nos vemos en el aeropuerto. Crisis, te pierdes el vuelo esta vez y nos vamos sin ti. —No puedes hacerlo. Ream recogió su cerveza. —Claro que sí. Metes la pata la mitad del tiempo de todos modos. —Eso es mierda... —Ream y Crisis argumentaban de ida y vuelta. —Te acompaño. —Deck le dio una extendida mirada a Georgie que estaba sentada con Raven y luego siguió a Logan fuera del patio. Yo me quedé de pie, mirando tras ellos.

Capítulo 18

Era de mañana, y necesitaba café. Kat ya estaba despierta y el olor a café me hizo inhalar profundamente. Se sentó en el taburete de la barra con su cuaderno de dibujo delante de ella. —Hey, Emily, ¿vas a trabajar con Havoc hoy? Puedo ponerla en el corral redondo después de comer. —Negué con la cabeza—. Voy a jugar con ella en el campo. Trabajo libre con los otros caballos alrededor. A ver si puedo conseguir que se unan a mí mientras la estoy distrayendo. Silencio. —¿Quieres llevarte los caballos esta tarde? —Kat golpeó el lápiz en el borde del mostrador. —Sí, claro. —A menudo llevábamos a los caballos más inexpertos a dar un paseo por las tardes cuando Kat no estaba ocupada pintando o arreglando cosas. Había tomado un curso de mecánico el año pasado e incluso ajustaba los coches de Matt y Deck. —Está bien. —El silencio duró sólo diez segundos. Kat no podía guardarse nada—. ¿Qué ha pasado entre tú y Sculpt? —Nada. —Mentira. Ustedes son como el agua y el aceite en una licuadora en plena explosión. Sí, era así. Tratando de endentar, pero no podíamos. —Estamos rotos, Kat. Lo que paso... nos rompió. —Mi estómago dio un vuelco. Había sido un ratón en un mundo de serpientes—. Él me hizo daño. Aunque sé que ahora... Él no encaja en mi vida más, Kat. —¿Todavía lo amas? Oh Dios. Realmente no podía responder a eso, porque sabía que una parte de mí siempre lo haría. Una parte de mí siempre será esa chica inocente que cayó enamorada del chico que estaba sentado en el hipódromo tocando su guitarra. Pero ya no era inocente, y él no era el mismo hombre. Ella me miró, y mire hacia otro lado por temor a hacerme un lio. —Te amo. Más que nada y si decides seguir pateando a Sculpt a la acera, yo te apoyo. Sólo quiero que lo pienses antes de hacerlo. Miré a mi café y dando vuelta en círculos poco a poco a la taza. Seguía recordándolo allí de pie y viendo cómo me arrastraban lejos, el sonido de los pies de Logan en la grava

mientras se alejaba cuando su padre puso una pistola en mi cabeza. Me sentía tan traicionada y... Dios, ¿dónde estaba mi héroe? Quería que Logan fuera mi héroe, maldita sea. ¿Por qué no me defendió? Quería gritar y gritar y mover el cielo y la tierra... Quería matar a su propio padre. Y sin embargo, eso no era justo. Lo sabía. Él luchó por mí, pero de otra manera. Luchó por mí más de lo que jamás podría haber imaginado. Tal vez era en parte la culpa que me empujaba, porque no tenía derecho a odiarlo, y lo había hacho. Le había dicho cosas horribles, y ahora sabiendo la verdad, las palabras tenían que haberle herido. Tal vez en su propio derecho, había sufrido más de lo que tenía. Se había criado en ese lugar y aun así, se las arregló para ser fuerte y decidido y luchar por lo que quería en la vida. Kat puso su mano sobre la mía. —Vi la forma en que te miraba en Avalanche. —Ella se echó hacia atrás en el taburete—. Él te ama. Creo que jamás dejara de amarte. —Las comisuras de sus labios se levantaron—. Sólo tenemos una vida y... bueno nunca se sabe cuándo va a terminar. Así que, estoy pensando que sólo lo deberías follar y ver qué pasa. Escupí mi café, rociándolo sobre el mostrador. Ella se rió y se encogió de hombros. —Era una especie de broma. Bueno, no realmente. Emily, estoy aquí para ti y estaré detrás de ti al cien por cien. También soy tu mejor amiga y te diré lo que pienso si lo deseas escuchar o no. Eso no significa que no te quiera, simplemente significa que me importas. Si no me importara, no diría mierda. ¿De acuerdo? Mi teléfono vibró en el mostrador entre nosotras. Kat miró la pantalla. —Sculpt. Huh. ¿Él consiguió tu número de celular? Titulé mi cabeza y le di un lo que ves es lo que es. Lo recogí, conecté mi contraseña, y leí el texto.

¿Dormiste bien Mouse? xxx —¿Qué dijo? —preguntó Kat. —Me preguntó si dormí bien. —¿Vas a responder? ¿Era yo? No era realmente gran cosa. Los mensajes de texto eran impersonales. Pero de alguna manera se sentía muy personal. Logan lo hacía sentir de esa manera. Incluso a través de mensajes de texto sentí la actitud protectora sobre él que yo anhelaba. ¿Era patética porque deseaba eso? Pero cuando fui a escribir un mensaje de vuelta, mi mano temblaba.

Bien, gracias. ¿Y tú? Tan pronto como le di enviar sabía que era estúpido, y ya no lo podía devolver. Por supuesto que él no dormía bien. Él tenía un vuelo ayer a Chicago y luego tenían un concierto y era probablemente toda la noche.

Dormí en el avión. Te llamo más tarde. Te extraño Eme. ¿Cómo podría no derretirme después de leer eso? Cerré los ojos imaginando su profunda voz susurrando esas palabras en mi oído, y sentí escalofríos como rociando gotas de lluvia a través de mi piel. Dios, él estaba a cientos de kilómetros de distancia, y yo todavía lo sentía. Le envié un mensaje de vuelta.

Bien. Ni x’s ni o’s. Sin emociones. Simple. ¿Por qué se sentía cualquier cosa menos simple? El día fue terapéutico, y casi me olvide de Logan. Casi. Él sólo vino a mi cabeza, oh, alrededor de mil veces. Havoc sentía mi tensión en el paseo, encabritado, se asustaba de cualquier cosa. Todo el día fue agotador mentalmente y cuando por fin caí en la cama con mi teléfono situado en mi mano. Me desperté de golpe con mi mano vibrando. Sin abrir los ojos, conteste el teléfono. —¿Hola? —Mouse. —¿Logan? —Me senté derecha, de pronto despierta. Entonces me di cuenta de que lo llamé Logan, no Sculpt y quería darme una patada en el culo a la acera—. ¿Qué hora es? — Caí sobre las almohadas, miré la hora en mi teléfono y era la una de la mañana. Suspiré puse el teléfono en mi oreja—. Debería colgarte. Él se rió entre dientes y sabía que no lo haría, no después de escuchar ese sonido de grava sexy. Logan rara vez se reía, pero cuando lo hacía, era como un golpe de algo dulce. Y maldita sea, me olvidé de lo caliente que su voz era hablando por teléfono. Podía imaginarlo en la cama, su sexy pelo de dormitorio extendido en mi almohada, con los ojos cansados y perezosos. —Quería darte las buenas noches, Eme. Oh. —Podrías haberlo hecho hace horas. —¿Eme? —¿Sí? —Desearía poder estar allí contigo. —Hizo una pausa—. Me encantó. Nosotros. Juntos cada noche. Sentirte a mi lado. Odiaba despertarme cada mañana sabiendo lo que tenía que hacer. Sabiendo que me odiarías y temerías cuando todo lo que quería hacer era protegerte. Oh Dios. —Me gustaría verte dormir durante horas. Tu nariz sacudirse cada vez que acariciaba tu cabello y sonreías, luego gemías y te acurrucabas más cerca de mí. ¿Lo hice? Mierda. —Odio que estés solo. Yo debería estar contigo.

—¿Sólo? Quién dijo que estoy solo. —Necesitaba que dejara de decir cosas como esas porque me encendían por dentro y me gustaba, pero también me asustaba, porque cada paso más cerca de Logan significaba la incertidumbre. Silencio. Podía oír lo que sonaba como sus vaqueros mientras se movía. —¿Sculpt? —Mi corazón comenzó a golpear duro. A pesar de saber que no estábamos juntos, yo todavía estaba contenta de que llamara. Debe ser esa estupidez en medio-de-lanoche apoderándose de mi mente. Su voz era baja y enojada. —Jesús, Eme. Te digo lo que siento. Tratando como el infierno aquí y estás slexing 5 con… —¿Slexing? —Sí. Sexo después de dormir. Slexing. —Bueno, yo no estoy slexing o teniendo sexo, sólo estoy durmiendo. Bueno, ya no, pero lo estaba, y era un buen sueño. Maldijo entre dientes y luego lo que sonó como un gemido. —¿Sobre qué era? —¿Qué? Suspiró y por teléfono salió áspero y sexy. —El sueño, Mouse. ¿Sobre qué era? Quiero saber todo sobre ti, Eme. Incluso tus sueños. Oh. Mierda. Luche por algo que decir y no se me ocurrió nada. Así que seguí adelante con prudencia. —Escucha, Sculpt, yo estaba pensando y… —Nena, termina con la construcción de Legos. —Su voz era exigente y dura, y mis mariposas se trasladaron en helicóptero. ¿Estaba encendida, o era insinuación de mi miedo? ¿O las dos cosas? ¿Por qué me gustaba cuando sonaba así? —Tal vez nosotros hablando no es una buena idea. Silencio. —¿Has tomado en cuenta algo de lo que dije ayer? —¿Qué? —Lo imagine con el ceño fruncido y su mano apretando el teléfono. —¿Emily? —Por supuesto te escucho. —¿Así que has oído esa parte en la que dije que te amaba? Sí. Y de la forma en que me extrañaba. Quería dejarlo entrar, pero me hacía sentir expuesta. —No estoy persiguiendo solo una chica que quiero follar. Estoy persiguiendo una mujer que amo, y que no me deja entrar. —Dios, Sculpt. Estoy bastante segura de que no tienes que perseguir a ninguna mujer. 5

Slexing es la unión de dos palabras dormir y tener sexo.

Oí una fuerte explosión. —Me importa un carajo otras mujeres. ¿Me estás escuchando? —Lo estaba, pero estaba ignorando las partes acerca de cómo él estaba persiguiendo a una mujer que ama—. ¿Qué quieres que haga? Qué necesitas de mí y lo tendrás. Aparté las mantas y me senté. —¿Qué pasó después de que me fui, Sculpt? —No, Eme. No se trata de eso. Estas tratando de alejarme, porque tienes miedo de cómo todavía reaccionas a mí. Estás cambiando esto en otra cosa. —Sculpt… —Emily, joder. Dime. Sólo dime qué diablos está pasando en tu cabeza. Estaba tan enojada de empujarme lejos de él que no podía detener las palabras desbordantes. —¿Quieres saber lo que sentí cuando te vi de nuevo? La angustia. El dolor. La sensación de que estaba en caída libre en una cascada de un calor abrasador. Como si hubiera perdido el aliento. Un hormigueo estúpido en mi piel que se sentía como si hubiera sido prendida en fuego. El dolor profundo que se niega a desaparecer cada vez que pienso en ti. Ah, y las mariposas en mi vientre, entran en un frenesí cada maldita vez que escucho tu maldita voz, pero no estoy segura de sí todo eso es porque estoy excitada o porque tengo miedo. O de que tengo miedo. Siento que todo cuelga de mi cuello como un cencerro. Es un recordatorio de lo mucho que te amaba y temía. Y lo estúpida que era desearte al mismo maldito tiempo. Queriendo eso. No quiero volver a sentirme impotente de nuevo. Me siento como si estuviera fuera de control y sólo tú sabes cómo detenerlo y no me gusta eso. —Tomé una respiración profunda. Silencio. Más silencio. Entonces... —Voy a estar allí en un par de horas. —Lo oía moverse. El crujido. Una cremallera. —¿Qué? —Lancé mis piernas por un lado de la cama y me levanté y empecé a caminar—. No. ¿Por qué haces eso? Estabas aquí. No seas ridículo. —Joder. No debería haberte dejado. Yo debería estar ahí contigo. —Logan. En serio, no. Por favor. No quiero que tomes un vuelo sólo para venir aquí. Estas con la banda. Haciendo lo que siempre has soñado. Vas a estropear tus posibilidades si te vas. Logan, piensa en lo que estás diciendo. —¿Dios, Logan estaba loco? No, después de todo era lo él que quería. Silencio. Entonces. —Llámame Logan. No más Sculpt. Error. Dos veces lo había dicho. —¿Eme? Cerré los ojos. —¿Sí?

—¿Me has oído? —Sí. —Dilo. —Es esa voz, la que yo anhelaba. Y eso me aterraba porque sentía... Dios, me hacía sentir de nuevo todo. Me hundí en la cama, baje mi cabeza en mis manos. —Logan —le susurré. Me imaginaba las comisuras de sus labios levantarse, y vaya si no quería verlo. —Dulces sueños, Emily. —Luego colgó. Me caí de espaldas sobre mi cama, sosteniendo el teléfono en mi pecho con ambas manos. Dulces sueños, Emily.

Capítulo 19 Lancé un copo de heno en el establo de Stanley para su comida de noche. Él era un cruce Clydesdale6 grande que tenía varias heridas abiertas en la espalda desde un arnés mal ajustado cuando se utiliza para tirar de un carro demasiado pesado para un caballo. Su dueño lo mandó a matar hace dos semanas cuando Hank lo vio y lo recogió. Stanley y algunos otros caballos con lesiones venían al granero por la noche, hasta que sanaran. No teníamos lobos, pero había coyotes merodeando por la noche. —Ya hiciste eso. —Kat estaba sentada en el piso de cemento con su cuaderno de dibujo sobre sus rodillas dobladas. Miré por encima de la puerta de la cuadra y vi los dos copos de heno. Mierda. Que tenía. Stanley tendría más esta noche, que estoy segura de que no le importaría. Yo estaba completamente distraída preguntándome por qué Logan no había llamado o enviado mensajes de texto todavía. Él siempre llamaba antes de las diez. Bueno, todas las noches durante los últimos diez días. Estaba acostumbrada a ello. Lo esperaba. Mierda, estaba enojada, porque me di cuenta de que él no había llamado. Kat noto que me di cuenta. Y sabía que escuchar a Logan antes de ir a la cama se estaba convirtiendo en algo que he estado esperando cada noche. Ayer por la noche habíamos estado hablando mientras yo estaba en la cama, y él me hablaba del último lugar donde tocaron y como Ream estaba dando actitud a una chica que los había estado siguiendo. La chica quería a Ream; Ream la tuvo una vez y ahora ya no la quería. Logan luego procedió a decirme que todo lo que tenía tetas y culo Crisis lo follaba. Kite fue más moderado al respecto, pero lo hizo también, sólo más silencioso que Crisis. También me enteré de que todos iban a volver a la granja después de la gira. Tenían una fiesta de celebración prevista a finales de mes su manager la estaba organizando. —¿Hablas con Sculpt todavía? —Kat estaba dibujando otra vez, tratando de actuar indiferente. —Nope. —Huh. Sabía que ella estaba esperando para que dijera más, pero no tenía ninguna intención 6

Es un animal atractivo y fuerte, de temperamento tranquilo y amistoso. En sus orígenes se lo conocía como un caballo de trabajo. Hoy su reputación es de un caballo de exhibición y concurso

de hablar de ello. Logan estaba con la banda. O con una chica. Mierda. Apoyé mi frente en la viga de madera. Maldita sea. Maldita sea. Sabía que esto iba a suceder. Estaba demasiado cerca de nuevo. Estaba pensando en él constantemente. Contando los días hasta que llegara a casa. ¿Casa? Sonaba como una novia esperando a su novio regresar. Oh Dios. Esta era mi casa, y mierda... esto era también de Logan. Estaba trabajando duro para ganar mi independencia de Matt y Kat, y sentía que estaba perdiendo a Logan. Él estaba tomando la distancia haciéndome que lo necesitara. Dios, ¿qué estaba diciendo? Logan no iba a obligarme a hacer nada. Era yo. Era mi necesidad de entregarme a él. Algo dentro de mí que estaba intentando desesperadamente de bloquear y negar. Sentí una mano en mi espalda. —Emily, es genial. Él está en una banda, son poco fiables. Esas cosas pasan. Estaba tratando de convencerme de que no me importaba si llamaba o enviaba un mensaje. Pensé que podría superar la intensidad entre nosotros. Fallé. Y sólo lo había reforzado con sus llamadas. Hablamos de todo, excepto de Raul y lo que pasó. Sobre todo la banda, su amor por las motocicletas y mi amor por los caballos. Era como solíamos hablar. Hemos evadido alrededor de su madre, pero sí me dijo su nombre, Isabella, y que tenía cabello largo, de color marrón oscuro con una ligera ondulación. Logan también dijo que tenía una sonrisa que iluminaba todo su rostro como un niño abriendo regalos en navidad. Luego se arruinó esa imagen con el hecho de que rara vez se la vio sonreír. Tenía que dejar de pensar en él. —Vamos a ir al Avalanche —sugerí. —¿Qué? ¿Ahora? —Estoy declarando una noche de chicas. —Necesitaba salir y olvidar. Beber. Divertirme—. No hablar de chicos. Solo las chicas. —Acaricie el hocico de Stanley y le dio un toque a mi hombro. Kat ya estaba en su teléfono. —Le envié un mensaje de texto a Georgie. Nos duchamos y nos vestimos en una hora. Yo llevaba jeans ajustados con mis tacones de tiras rojas y una blusa blanca que me quedaba ajustada en la cintura. —Kat. Emily. Se ven bien —el portero Dan dijo mientras sostenía la puerta abierta para nosotras—. ¿Ustedes chicas escuchan? Una muy buena banda tocando esta noche. Matt los contrató hace unas semanas. Tienen que impedir sentir. —Oh voz ronca. Nos gusta. Genial. Gracias, Dan. —Kat le dio un beso en la mejilla, y caminamos, encontrando rápidamente a Georgie en una mesa cerca del escenario. Raven venía con ella, parecía completamente fuera de su elemento, enroscada en sí misma. Sus hombros estaban caídos, las manos cruzadas sobre el regazo; su cabeza estaba abajo y el rostro oculto por su pelo largo, fibroso. Yo quería envolverla en mis brazos y sólo llorar por ella, pero sospechaba que sería lo último que ella querría. Bebimos, hablamos, reímos... bueno, todos excepto Raven. Aunque, al principio de la noche hable con ella unos minutos. Me sorprendió cuando ella inició la charla, inclinándose

hacia adelante en su silla y mirándome. Tenía círculos oscuros bajo los ojos como si su máscara, que no llevaba, la había manchado. Me preguntó dónde vivía ahora. Sonreí y fui a poner mi mano sobre la de ella, pero me detuve cuando ella se echó hacia atrás en su silla. Le hablé de la granja y los caballos entonces sugerí que viniera y que la llevaría a caballo. Pensé que sus ojos se iluminarían pero, no lo hicieron. Muertos. Aburridos. Fue realmente espeluznante como ella no tenía ninguna emoción, excepto el miedo. Cada movimiento la hacía saltar, y ella parecía nerviosa e incómoda. Entendí por qué. Quiero decir no lo hacía, pero probablemente lo hacía mejor que nadie aquí. Tomaría mucho tiempo antes de que ella volviera a confiar. Si alguna vez. Kat y yo bailamos un par de veces, mientras que Georgie se quedó con Raven. Estaba en mi quinto Cosmopolitan por el momento en que la banda se encendió, y lo sentía. Me refiero a realmente sintiéndolo mientras bailaba con la música, dejándome perder en el ritmo. La banda se sacudió. El cantante era de unos treinta algo rubio con penetrantes ojos azules y una voz profunda que se apoderó de la música como si fuera parte de ella. Bailamos, bebimos, reímos y hasta que mi cara dolía. La banda terminó, y estábamos en nuestra última copa cuando Matt nos interrumpió todos nos reímos histéricamente. Rodo los ojos y se alejó dando a Brett la señal de corte sobre la garganta. Brett y yo nos miramos a los ojos y luego los dos nos reímos. Casi me caí de mi silla y sospechaba que así hubiera sido sino fuera por la mano agarrando mi brazo y sosteniéndome derecha. Miré hacia arriba. —Hey, gracias. —Entonces sonreí cuando lo reconocí—. Oh, tú eres el cantante. — Mierda, estaba arrastrando las palabras, y tenía dos narices. Él se rió entre dientes. —Sí, princesa. —Asintió con la cabeza a Kat, Georgie, y Raven. Me di cuenta de que los otros tres miembros de la banda ya se habían sentado a la mesa. Raven estaba incomoda cuando uno de los chicos, creo que el guitarrista principal, empezó a hablar tranquilamente con ella. El cantante principal acercó una silla a mi lado y se sentó al revés sobre ella, apoyándose con los brazos cruzados en la parte posterior de la misma. —La última canción era para ti... Le tendí la mano. —Emily. Tomó mi mano y besó la parte de atrás y luego sonrió. Mi visión borrosa tomó los hoyuelos en sus mejillas. —Ethan. —Sí, te conozco. —Me encontré inclinada demasiado hacia delante en el asiento. Recordé su cara; Kat me mostró su foto en la revista Toronto Now hace unos meses. —Todavía no, pero lo harás. —Él tomó mis manos, y su pulgar acarició un lado a otro el dorso de ellas. ¿Ningún novio esta noche? Nope. No Logan. Él fue extinguido de mi mente. Numerosos cosmos podían hacer eso a una chica. —Nope.

—Es bueno escucharlo, Emily. ¿Quieres darme tu número? ¿Número? Eso fue rápido. —Um, bueno... —Es sólo un número, princesa. Te he estado observando toda la noche y me gustaría hablar contigo un poco más, pero parece que Matt está cerrando pronto, por lo que tu número sería bueno. —Qué demonios... ¿Por qué no? —Después de todo, se lo había dado a Logan. ¿A quién le importa si este tipo lo tenía también? Estaba en una buena racha. No parecía importar mucho esta noche. En realidad no me importaba nada excepto terminar con mi bebida. Tragué de nuevo más de lo mismo antes de llegar a mi bolso y sacar mi teléfono. Escribí la contraseña, bueno me costó tres intentos, luego se lo pase a Ethan. —Bien podrías darme también el tuyo, así sé quién está llamando cuando llames. —Hey, ¿sabes que tienes veinte llamadas perdidas? Chica Popular. —Él estaba escribiendo nuestros teléfonos y luego pasó el mío de nuevo. ¿Veinte llamadas perdidas? Entrecerré los ojos al mirar el número. Logan. Mierda. Mi teléfono se iluminó de nuevo, y su número brilló. Mierda. Rápidamente hice clic en silencio y lo guardé en mi bolso. Las cejas de Ethan se levantaron. —No vas a responder, supongo. —Nope. No... a él. —Me acerqué y me mordí el labio inferior. Me sentí audaz, atrevida ahora. Estaba enojada, tanto en la forma encolerizada y en la forma de ebriedad. ¿Qué hace llamándome veinte veces? Normalmente estaría en la cama durmiendo por ahora. ¿Por qué diablos estaba llamando tan tarde? ¿Por qué no me había llamado antes? Kat empujó hacia atrás su silla y se puso de pie, tambaleándose un poco. Ella tenía su teléfono en su oído y le gritaba a alguien. Cuando sus ojos se clavaron en mí yo sabía quién era. —Dios, Sculpt, ella está bien. ¿Cuál es el problema? Y si ella no contesta su teléfono, no tiene que hacerlo. ¿Cómo demonios conseguiste mi número de todos modos? — Silencio—. Joder Ream. —Kat negó con la cabeza, sacó el teléfono de la oreja, y pulso finalizar—. ¿Has entendido, Emily? Asentí con la cabeza. Kat miró a Ethan entonces de nuevo a mí. —Creo que deberíamos irnos. Baño primero. —Kat enganchó la mano de Georgie. Ninguno de ellas iba al baño sola, nunca. —¿Qué fue eso? —Ethan se movió de su silla más cerca. Se inclinó hacia delante y pasó el dedo por mi barbilla. Un toque suave, plumoso que debería haber enviado piel de gallina bailar el vals a través de mi piel... en cambio, la caricia envió nada. Ethan era estrella de rock caliente con tatuajes, delgado, alto, sexy como el infierno en el escenario con su ronca voz y un balanceo dulce de sus caderas. Exactamente de lo que prometí mantenerme alejada, y, sin embargo, esta noche tenía ganas de correr riesgos. Necesitaba demostrarme que yo tenía el control. Me incline más cerca de su toque al igual

que él. Su dedo se detuvo acariciando mi barbilla, y ahueco la nuca de mi cuello, acercándome más. Éramos un aliento y quería que me besara. Quería que él borrara el sello de Logan. —Eres dulce, Emily. Muy dulce, imagino. Y me gustaría que vinieras a mi casa esta noche. La mano de Ethan se apretó, y de repente sentí un temblor pasar a través de mí, y no era un buen temblor. —Emily. Me sacudí hacia atrás cuando Matt se acercó a mi lado sosteniendo su teléfono. —Es Sculpt. —Luego se volvió hacia Ethan—. Manos fuera, Ethan. Esta noche era ―Noche olvídate de Logan‖, y yo estaba haciendo un buen trabajo. Cosmos y Ethan. —Él está preocupado por ti. Le dije que estas bien, pero quiere oír tu voz. ¿Qué quieres que le diga? —Dame el teléfono. —Logan no tenía derecho de llamar a Kat y ahora a Matt tratando de llegar a mí. Dios, ¿cuál era su problema? ¿Por qué era así? —No creo… —Matt. Está bien. Matt colocó el teléfono en mi mano, pero no lo soltó. —¿Estás segura? —Vamos, Matt. —Vaciló unos segundos y luego soltó su teléfono. Ethan todavía me sostenía, su mano se había deslizado hasta mi cintura. —Si quieres este concierto, quítale las manos de encima antes de que yo lo haga —dijo Matt, mirando a Ethan—. Ella está borracha, tío. Puse el teléfono en mi oído mientras Ethan ponía ambas manos hacia arriba y se echaba hacia atrás. —Deja de llamar. —Lo dije en un gruñido. —Estás borracha. Por esta razón sabía que no debía hablar con él. Era como si su voz me acurrucara contra él, apretada. Todo este trabajo tratando de beber sacándolo de mi mente y que reinviertan toda su fuerza con unas pocas palabras. —Emily. Son las dos de la mañana. —Estoy... tu selladura... fuera. —¿Perdón? —El sello. Tengo que deshacerme de él. —Sabía que mis palabras fueron murmuradas con el cosmos en pleno efecto. —¿Esta Kat contigo? Miré a mi alrededor. —Nope. Solo Ethan. Silencio. —¿Ethan? ¿De Strikeback?

Me volví hacia Ethan. —¿Eres de Shrrikeback? —Mis palabras salieron muy torpes, pero parecía que me entendía. —Sí, princesa. Mi banda. —Él sonrió y me guiñó un ojo. —Él dice que sí. —¿Él te acaba de llamar princesa? Ummm. —Dale el teléfono. Ahora. —Oh, sonaba enojado. Necesitaba otro trago. Pasé el teléfono de Matt a Ethan—. Él quiere hablar contigo. —Me puse de pie y luego tropecé hacia donde Brett estaba limpiando la barra. Me tomó tres intentos para conseguir ponerme en el taburete de la barra. Brett hizo un gesto hacia Ethan riéndose entre dientes. —Puedo oír a Sculpt gritando desde aquí. Solo le dijo a Ethan que va a patearle el culo cuando vuelva. —Oh Dios, no. Él... él no puede hacer eso. —No quería que Logan luchara contra nadie. Sabía que él lo odiaba y... Logan había ido a México a luchar con su padre, para salvarme. Casi me caí sobre mi culo cuando fui corriendo de nuevo hacia Ethan y cogí el teléfono. Logan aún estaba gritando algo acerca de su mujer. —Logan. Logan... Deja de gritar. Él se quedó en silencio y luego. —Eme. —Suspiró—. Me alegro de que salieras con tus amigas. Pero... tienes que ir a casa. Necesito que estés a salvo, nena. —Le oí jurar cuando algo se estrelló. Alguien gritó en el fondo, tal vez Ream o Crisis. —¿Logan? —Si algo te pasara... Yo solo, maldita sea, necesito que estés a salvo. Dios, él parecía tan preocupado. No entendía cuál era el gran problema y ahora mismo mi cabeza latía y no podía pensar con claridad. Me hundí en la silla, con la cabeza entre las manos. —Yo no te puedo borrar. Lo intenté, pero no puedo. —No se puede borrar lo que está grabado. —Sí —murmuré. —Dale el teléfono a Matt, nena. —Está bien. —Le pasé a Matt y beso mi frente antes de andar a zancadas de distancia, con el teléfono en la oreja. Kat estaba caminando hacia mí, sus cejas arqueadas en algo por encima de mi hombro izquierdo. Parecía sorprendida y un poco preocupada. Me di la vuelta, así que tropecé, y tuvo que agarrar la silla para mantener el equilibrio. —Oh, mira, problemas acaba de entrar y se está chupando la diversión justo de entre mis piernas —Georgie dijo mientras seguía la mirada de Kat. Kat me miró y luego a Deck. —¿Crees que él tendrá un cosmo con nosotras?

Georgie recogió el resto de su cóctel y tomo la mitad. —¿Puedes realmente ver a Deck tomar un cosmo? ¿Además, ves la arruga entre sus cejas? Sí... bien cabreado, como la clase-extrema-de-culo-cabreado. Yo estaba demasiado borracha o demasiado emocional después de las palabras de Logan para decir algo. Me deslicé hacia abajo en la silla más cercana a mí, media nalga fuera porque ya estaba perdida. Deck se dirigía hacia nosotras, y su ceño fruncido era la clase que tendría a la mayoría huyendo. Me habría escondido debajo de la mesa si creyera que serviría. No sé por qué los ojos de Deck estaban sobre mí, como si yo acabara de traer el infierno sobre él. Recogí mi cosmo y sorbí el último de ellos, haciendo un ruido de succión fuerte. Matt de repente estaba a mi lado, y me arrebató la copa de la mano y la cerró de golpe abajo suavemente en el otro lado de la mesa. —No estoy contento —dijo Deck. ¿Estaba feliz alguna vez Deck? Quiero decir, realmente, rara vez hablaba, y cuando lo hacía era serio. —Esta. La noche fantástica —dijo Georgie sonriendo—. ¿Un cosmo, Deck? Podría hacerte sonreír. Sus ojos se dirigieron a Georgie y ella ladeó la cadera y levantó su vaso casi vacío. Lo cogió, tomo el contenido nuevo y lo arrojó sobre la mesa. —¿Me ves sonriendo, Georgie? —No —dijo Kat y se rió. Deck no se reía. Él estaba enojado. Estaba pensando, tal vez que Logan lo llamo, o Matt. No sé por qué; es decir, nos estábamos divirtiendo y estábamos un poco borrachas, pero las chicas lo hicimos, y fue divertido, y nos permitimos tener diversión. —¿Saben por qué estoy aquí? Georgie, Kat y yo nos miramos la una a la otra y reíamos mientras sacudíamos nuestras cabezas. Georgie fue la única que no negó o era estúpida o lo suficientemente valiente como para responder. —¿Esperando que este lo suficientemente borracha como para llevarme a casa y follarme toda la noche en cada posible orificio? —dijo Georgie. —Jesús, Georgie. —Matt gimió. Deck frunció el ceño, y sus manos se apretaron en puños. —No voy a hacer esta mierda cada maldita noche, Georgie. Tienes que juntar tu mierda. ¿De qué estaba hablando? —No necesito una niñera. —Parece que lo haces. ¿Y arrastraste a Raven contigo? ¿Qué diablos estabas pensando? —Ella me pidió venir —Georgie se opuso Deck frunció el ceño. —Sí, claro. Entren en el coche. Todos ustedes —Deck ordenó, y aunque pude ver a Georgie querer protestar, no lo hizo. Sabía que ella salía mucho, pero la conversación sonaba como a que estaba ―saliendo‖ un poco demasiado a menudo, y a Deck no le gustaba. Georgie se acercó a Raven que seguía sentada con el guitarrista de Strikeback y le extendió su

mano. Raven ignoró la mano, pero se levantó y la siguió mientras Georgie se despedía de Matt y la banda como si no hubiera recibido mierda de Deck. Empecé a caminar hacia la puerta cuando Deck cayó a mi lado. Él dio un levantamiento de barbilla a Matt que estaba hablando por teléfono, supongo que con Logan. —Estás borracha, puede que no recuerdes lo que te voy a decir, hermosa, pero necesito que escuches esto de todos modos. —Deck me detuvo antes de llegar al coche—. Él debería haberte dicho el otro puto día lo que pasó después de que salió de ese agujero de mierda. Fue su elección. No la mía. —Deck me agarró del brazo para estabilizarme cuando me balancee—. Fue malo, Emily. Muy malo. Se ganó mi respeto de por vida por lo que hizo por ti, caminando de vuelta a ese infierno... Es difícil de conseguir mi respeto, fácil de perderlo. Deck respetaba a Logan. —Esto no es porque él me pidió que te cuidara. Esto es porque me preocupo por ti y Logan también. Se preocupa por ti y tiene todo el derecho a estarlo. —¿Qué significaba eso? Deck juró entre dientes—. Emily... —Se detuvo en el coche donde ya estaban apilados Georgie, Kat y Raven en el asiento trasero. Pensé que iba a decir algo más, pero en lugar de eso me ayudó a subir al coche, y cerró la puerta. Me quedé pensando de qué demonios estaba hablando. ¿Lo que quiso decir era realmente malo? Tuve esta repentina necesidad de hablar con Logan, escuchar su voz y asegurarme de que se encontraba bien. Agarré mi bolso contra el pecho para evitar sacar mi teléfono. Entonces Deck nos llevó al apartamento donde procedí a vomitar en el inodoro y luego repetí en el piso.

Capítulo 20 Desperté en el frío duro suelo de baldosa en algún momento del día siguiente, sentía como si un zorrillo hubiera rociado en mi boca y tuviera atizadores de hierro pegados en mi cabeza. Gimiendo, use el inodoro para levantarme hasta el lavabo, tome mi cepillo de dientes, apile pasta de dientes, y lo metí en mi boca. Lo hice tres veces y luego incline mi cabeza en el lavabo y bebí el agua fría para aliviar un poco la sequedad de mi boca. Cuando cerré el agua, mi bolso vibró al lado del inodoro en el piso. Caí de nuevo en mi culo, me apoyé contra el armario mientras revolví en mi bolso por mi teléfono. Eche un vistazo a la pantalla y volví a gemir. —¿Me estás llamando tan temprano a propósito, ¿no es así? El castigo por mis pecados. Logan se rió entre dientes, y pese a amar el sonido de su profunda risa sexy, que raramente oí, me aparte el teléfono de mi oído. —Ouch. —¿Estás bien? —Hmmm. —Cerré los ojos y recogí mis rodillas hasta enganchar mi brazo a su alrededor. —Yo debería estar ahí. Resoplé. —Sí, estarías haciendo sonar sartenes juntos. —No, te llevaría el desayuno a la cama con Advil. Mierda. Maldita sea, ¿por qué tenía que ser dulce? Hizo todas mis reservas sobre la antorcha en cenizas. Y no tenía ningún comentario de vuelta. —Después de hablar contigo anoche, Eme. —Hizo una pausa, y podía imaginarlo pasándose la mano por el pelo; quería que fueran mis manos. Bueno, tal vez no sea buena idea en este momento. Agaché la cabeza y la apoyó en mis rodillas—. Cuando hablamos, es bueno. Anoche no lo hicimos. Me encontré con el nuevo manager, y no podía llamarte. Hicimos nuestro concierto, y lo intente después del concierto, pero no contestaste. Pensé que podrías estar durmiendo, así que llamé a Matt después de que él salió para ver cómo estaba trabajando fuera Strikeback, me dijo que estabas ahí. Luego me dijo que estabas arrastrando tus palabras. Ocho cosmos. Ocho.

—Um, sí. Estoy pagando por ello hoy, confía en mí. —Emily. Tenías ocho cosmos, y yo no estaba allí para cuidar de ti. Llamé, y nunca contestaste y... joder, Eme, estaba preocupado. Bueno, para ser justos, no había oído mi teléfono sonando, aunque incluso si lo hubiera hecho no habría contestado. No anoche en mi misión de eliminación de sellos. —Veinte veces —murmuré. —Sí. Veinte veces. —Parecía muy enojado, la clase de enfado donde sólo tenía que mirarte y no habría más discusiones. Por suerte, no podía ver su rostro. —Logan, no oí el teléfono. —Sí. —Suspiró—. Mouse, cuando salgas con las chicas, necesito asegurarme de que puedes oír el teléfono. Estabas borracha y arrastrando las palabras. Ethan creía que conseguiría algo, y yo no estaba allí y no podía llegar. Jesús... hay algunas cosas pasando… — Se detuvo bruscamente—. No contestabas el teléfono y después te emborrachaste en el bar... —gimió y sonaba como si golpeara algo duro con el puño—. Joder. —Hizo una pausa y luego con una voz suave, dijo—: Tengo pesadillas, nena. Todo dentro de mí quiere protegerte y siento que estoy fallando. Levanté la cabeza y la golpee en la puerta del armario. Vaya. Simplemente Vaya. Y también ―mierda‖. Dije en voz baja:— Matt estaba allí. Y Logan... no puedes fallar en algo que no es tu responsabilidad. Yo estaba con resaca, sentada con el teléfono a la oreja escuchando las palabras de Logan, y con ganas de llorar. Él diciendo cosas como esas hacía difícil mantener mis emociones endurecidas contra él. Logan se había preocupado. Tenía pesadillas. Pensaba que me estaba fallando. No iba a llorar. Dios, se sentía abrumadoramente bueno que él estuviera preocupado, y eso me asustaba. No quería ningún hombre controlándome otra vez. Quería asegurarme de que estaba a salvo. Sabía que Ethan era un perro y lo había asustado. —Le di mi número —solté. Hizo una especie de gruñido. —¿Todo lo que tenía que hacer era llegar a emborracharte? Eme, ¿en serio? —Bueno, en mi defensa estaba enojada contigo. Así que se lo di a él. —¿Estabas enojado conmigo? —Sí, Logan. Estaba enojada. —¿Por qué, cariño? —Su tono se había suavizado, y me lo imaginé cantando una balada de amor lenta en su sexy voz, grave, el micrófono entre las manos, los ojos cerrados. Sí, sabía que podía cantar una canción de amor muy bien. Y no quería responder a su pregunta—. ¿Por qué? Froté mi mano por el lado de mi cara. Si no tuviera tanta resaca tendría algún tipo de técnica evasiva. —No llamaste. —Dulce Jesús. —Estaba siendo estúpida, y quería tratar de olvidarte, y el alcohol puede hacerlo si

bebes lo suficiente, lo traté de hacer, pero… —Grabado Emily. —Sabía exactamente lo que quería decir—. Sé que tienes miedo de nosotros, pero cuando vuelva vamos a trabajar en ello. Nena, si necesitas una llamada de mí entonces llámame. Si estoy ocupado te diré que estoy ocupado, y volveré a llamar. No salgas cabreadas lejos de mí y bebas con las chicas toda la noche y des tu número a un tipo que no conoces. —Le oí cubrir la pieza del teléfono y gritar algo a Crisis—. Eme, me tengo que ir. —¿Estás bien. Logan? —Sí. —Lo siento. Me refiero a lo que pasó después... ya sabes, después —tomé una respiración profunda—. Que me sacaste. Había respiración en el otro extremo, pero no respondió. —Deck lo dijo anoche... él te respeta. Dijo que fue malo después de que me fui. Tenía que ver conmigo dejándote, ¿no es así? Él siguió sin responder. —Dime que no te lastime. —Sentí las lágrimas brotar, porque lo sabía. Deck no empujaría esto si no fuera algo horrible, y conociendo a Raul y su vena cruel, sospechaba que no tomó mi salida y la participación de Logan muy bien. —Te llamaré más tarde antes del concierto. Café. Advil. Y después, un gran desayuno. ¿De acuerdo? —No vas a decirme, ¿verdad? —Come algo, Eme. —Está bien. —Si Ethan llama, le dices que no sales con perros. Sonreí. Logan colgó. Sostuve el teléfono en mi pecho, tratando de contener las lágrimas. Me di cuenta de que si Logan no decía nada significaba que había sido malo. Raúl era cruel, pero ¿habría hecho daño a su propio hijo? Lo conocía, sí. Raúl no dejaba que nadie se saliera con la suya haciéndole parecer un tonto.

Capítulo 21 Logan me envió mensajes varias veces durante los próximos dos días. Pequeños recordatorios de que era dulce y... sí, él me estaba recordando el Logan que una vez amé. Todavía era nuevo en mi cara que esto iba a alguna parte, pero en lugar de enojarme con él por empujar por más de lo que quería, me encontré sonriendo y rodando los ojos. Logan estaría de vuelta en cuatro días, y a pesar de nuestros recientes mensajes de texto y conversaciones, todavía tenía problemas para confiar en él. Una vez que regrese, sabía que las cosas tendrían que cambiar, y me di cuenta de que iba a tener que pasar de la granja antes de lo que había previsto. Logan y yo podemos hablar, pero el hecho de vivir juntos no era algo que estaba ni siquiera considerando. Había llamado anoche dos veces. Era ruidoso y difícil de hablar cuando Crisis y Kite se mantenían gritando el uno al otro durante la reproducción de lo que sonaba como un juego de video en el fondo. Entonces, me llamó más tarde después de que los chicos se durmieron. Yací en la cama hablando con él durante una hora, sobre todo acerca de las cosas que nos gustaban, música, comida, películas. No era profundo, pero estaba muy bien, y era normal. Logan y yo no habíamos tenido mucha normalidad. Cogí mi teléfono, que tristemente, odiara admitirlo, iba a todas partes conmigo en caso de que Logan enviara un mensaje, animada corrí escaleras abajo. Kat ya estaba sentada en el sofá, un tazón de palomitas de maíz en su regazo y dos vasos de vino tinto en la mesa de café. Nos decidimos que una noche de The Walking Dead estaba en orden. Me dejé caer y agarre la almohada y la cerveza y luego, puse el teléfono en la mesa. Kat lo miró, con las cejas levantadas. Luego sonrió y sacó la lengua y la movió. —Asqueroso, Kat. —No lo dirás cuando él regrese y tenga la cabeza entre tus muslos. —Ella subió el volumen del televisor cuando empecé a tartamudear mi objeción. Estiré la mano y cogí un grano de palomitas y se la arroje. Golpeó a su derecha en la sien. Oí el sonido del ataque de mis tripas en el fondo. —No es así. —Hice reventar un par de granos en mi boca y tome un sorbo de vino. Kat tomó un trozo de palomitas de maíz, y la arrojó hacia mí. Volví la cabeza en el último segundo, y rebotó en mi oído. —Sculpt te quiere en sus pantalones. —Sculpt estaba en mis pantalones, ahora él no lo consigue. —Tiré el resto de mi

puñado de palomitas de maíz en ella. Se enredó en su pelo, y ella dejó su vino abajo y luego la recogió una a la vez—. Hablar con Sculpt es mi terapia. —Bah, es más que eso. Estás constantemente mirando tu teléfono para ver si él envió un mensaje, así que estas enamorada de él otra vez. —Te equivocas. No es así. Kat puso sus manos sobre sus orejas y comenzó a cantar ruidosamente. Lancé un puñado de palomitas de maíz en su risa. —He visto la forma en que lo miras. Estás babeando. Jadeante. Tus bragas mojadas en el momento en que dice—:―Ven aquí Emily‖. Traté de controlar el estallido de risas con la impresión de Kat sobre Logan y fracasé. —Kat —le grite luego agarre el tazón de palomitas de maíz. Ella chillo saltando al mismo tiempo. Las dos agarramos el tazón y las palomitas de maíz estaban en todas partes. Kat tiró con fuerza, y me deje ir al mismo tiempo. Las dos nos fuimos volando hacia atrás y aterrizamos en el suelo una frente a la otra. Kat tomó un puñado de palomitas de maíz y lo metió todo en su boca y luego estábamos rodando en el piso riendo histéricamente. —¿Qué mierda? No tenía ni idea de qué voz era, y rápidamente me puse de pie, escuchando el crujido de las palomitas de maíz por debajo de mí. —Ream —Kat incoherente en su boca rebosante de palomitas de maíz. Oh mierda. De pie en la puerta nos miraba como si estuviéramos locas el Ream de Kat. Bueno, no es su Ream por decir, pero Brett dijo que era, y por la forma en que sus ojos se desplazaban sobre ella estaba pensando que tenía razón. Kat estaba todavía en el suelo, con el cabello cubierto de granos blancos. —Kat. —Ream caminó más en la habitación y luego dejó caer la bolsa al suelo. Llevaba una camiseta blanca, tinta se arrastraba sobre sus brazos y en el lado derecho de su cuello. Estaba más delgado que Logan y alrededor de una pulgada más bajo pero todavía era muy alto—. Emily. —Él asintió con la cabeza hacia mí. Kat se levantó y miró a Ream y a la bolsa. —¿Qué es esto? —Quedándome aquí. Kat lentamente sacudió los granos blancos. —¿En serio? Sorprendente, teniendo en cuenta que no puedes soportar estar en la misma habitación que yo. —Joder, Kitkat. —¿Kitkat?¿Él tenía un apodo para ella? Mierda, había mucho más entre ellos que lo que Kat me había dicho—. No empieces. —No empiezo nada, solo señalo los hechos. —Kat comenzó a recoger los granos en el suelo y lanzarlos en el tazón. Estaba actuando indiferente, pero había algo más que eso. Kat se sentía incómoda; ella nunca se inquietaba. En este momento estaba haciendo todo lo posible para no mirar a Ream. —Jesús, Kat, eso no es cierto. —¿Esperas quedarte aquí? —Kat agarró el tazón de palomitas de maíz, fue a la cocina y

lo puso en el fregadero antes de darse la vuelta y mirar a Ream—. ¿Tienes el descaro de quedarte aquí? No te puedo creer. —La granja es de Logan. La banda está de vuelta en T.O., lo que significa que nos vamos a quedar aquí. —Sí, lo sé. Pero supuse que no lo harías. Sabes que yo vivo aquí Ream, y yo no te quiero cerca de mí —Kat estalló. El rostro de Ream endureció, y yo caí de rodillas y rápidamente comencé a recoger palomitas de maíz vagos que Kat había perdido. La historia entre estos dos fue explosiva y no en el buen sentido. —Kat. —Ream se pasó la mano por el pelo—. Tienes que entender que por qué no podía hacerlo. —Te largaste tan pronto como tuve un pequeño monstruo a lo largo de mi mierda. No es bueno. Necesitas una recompensa por el mejor movimiento de mierda hecho alguna vez. —Kat, no estás siendo justa. —Su voz era tranquila, pero había algo borde—. Eso era algo muy serio. Su voz se endureció. —Claro que lo es. Vi tu cara cuando te dije. Tus pies estaban corriendo antes de que terminara de hablar. No tenía ni idea de lo que estaban hablando, lo que era extraño porque conocía a Kat desde que éramos niñas. ¿Qué mierda sabia ahora Ream que yo no? El rostro de Ream cayó. —Joder, Kitkat. Eso es mentira. Necesitaba tiempo para asimilarlo. Kat levantó los brazos. —¿Sabes qué? Realmente no me importa una mierda ya. Duerme donde te dé la gana. —Kat se marchó a su habitación y cerró la puerta. Miré a Ream y deseé no haberlo hecho. El tipo parecía enojado, ojos fríos como si él fuera a unirse a la tripulación de The Walking Dead y arrancarles la cabeza a los zombies de sus hombros. —Sculpt regresara para tratar con alguna mierda. —¿Por qué esta la banda de regreso antes de tiempo? —Ese es el acuerdo de Sculpt. —Ream evitó mis ojos cuando tiró su bolsa al hombro y luego miró a la puerta cerrada del dormitorio de Kat, negó con la cabeza, y subió las escaleras hasta el segundo piso. Terminé de limpiar, apagué la TV, y fui y llamé a la puerta de Kat. —Soy yo. ¿Quieres hablar? La oí caminar a través de los pisos de madera abrió la puerta. Ella había estado llorando. Su cara estaba toda llena de manchas, y había lágrimas rodando por sus mejillas. Mierda. ¿Qué estaba pasando entre los dos? Di un paso y la abrace. Ella envolvió sus brazos alrededor de mí y luego sollozó en mi hombro. Kat se apartó y se limpió las lágrimas con su brazo y luego sollozó. —Gracias, Eme. Pero no puedo hablar de eso ahora. Y veo tu cara... Sí, debería

haberte dicho hace mucho tiempo, pero es... Yo no quiero ser tratada diferente. No tenía ni idea de lo que estaba hablando. ¿Por qué la trataría diferente? Pero fuera lo que fuera Ream sabía que era algo serio, lo que significaba que entendía por qué era difícil hablar. —Si me necesitas... en cualquier momento, Kat. ¿De acuerdo? Ella sonrió, pero sus labios temblaban, y sabía que ella estaba tratando de contenerse. Oí la puerta cerrarse detrás de mí.

Capítulo 22 La cama se sumerge. Mis ojos vuelan abiertos, y me encuentro cara a cara con Logan. Estaba sentado junto a mí, su espalda contra el cabecero, sus piernas descansando sobre el colchón, los tobillos cruzados. Su pelo estaba mojado y unas cuantas gotas habían caído y estaban haciendo manchas sobre los hombros de su camiseta blanca. Se veía absolutamente delicioso y sexy, y estaba en mi cama. —¿Logan? —Eme. —Su voz era baja y tranquila, más profundo cuando hablaba así. Más sexy—. Vuelve a dormir. ¿Iba a verme dormir? Estaba incierta si estaba cómoda con eso o no. La intimidad de él sentado en la cama, aunque con la ropa puesta, era inquietante. Está bien, realmente inquietante, porque me recordó esas noches en México cuando me abrazó a él después de que tuvimos sexo, y amé esos momentos. Fruncí el ceño cuando vi el corte por encima de su ojo derecho y sabía al instante por qué llegó mucho más tarde que Ream. Me decepciono de verdad. No tenía que pelear más, y me dijo que lo odiaba. Entonces, ¿por qué todavía lo hacía? —¿Has ganado? Su boca tembló, y mi vientre hizo este tirón y se retorció, dejando un dolor insaciable. Dios, quería atraparlo y saborear sus labios con tantas ganas que casi extendí la mano y toque su cara. Maldita sea, mi yo soñadora necesitaba controlarse un poco. —Nunca pierdo. Lo sabes. Figúrate. En realidad, era difícil imaginar a Logan tirado en el suelo después de recibir una paliza de mierda. Mi corazón agarro velocidad con el pensamiento. Nunca querría verlo así. ¿Eso fue lo que pasó en México después de que me fui? ¿Estaba Deck tratando de decirme que Logan había perdido una pelea muy mal? ¿Tal vez Raul le había hecho algo porque perdió? —Yo no peleo así más. No desde la noche que escapaste. —Oh. Así explotó esa teoría— . El corte es por romper un altercado que Crisis tuvo en el último lugar. —Entonces ¿por qué llegaste aquí tan tarde? Esperaba vacilación o alguna señal de que vacilaría al decirme o no me diría nada. En su lugar me sorprendió cuando dijo—:Tenía una reunión con Deck.

—¿Deck? ¿Qué tipo de reunión? —¿Por qué tendría una ―reunion‖ con Deck? —Ve a dormir, Mouse. —Logan, tal vez deberías… Frunció el ceño, y tuve ganas de sonreír. Él era bueno luciendo enojado, y sin embargo por alguna razón tenía ganas de correr mi dedo sobre sus cejas. Era extraño, porque esto es como solía sentirme cuando estábamos juntos. Yo quería que me abrazara mientras dormía. No había nada sexual en ello, solo para sentirme protegida y cuidada. Él siempre me había dado eso. Incluso cuando no tuvo más remedio que hacerme daño, todavía me protegió, yo sencillamente no lo había sabido. —Cierra los ojos. —Logan bajo la mirada a mí y espero hasta que hice lo que él pidió—. Dulces sueños, Emily. Cuando me desperté, Logan se había ido, pero su impresión permaneció en la cama y en mí. No tenía ni idea de cuánto tiempo se quedó; todo lo que sabía era que todavía podía olerlo. Me di la vuelta y abrace la almohada donde había estado y respire profundo. Estaba de vuelta. Presione la almohada en mi cara y gemí. Después de la ducha, tomando cuidado extra para afeitarme y lavarme el pelo, me vestí en mis pantalones marrón chocolate con una camiseta negra ajustada. Cuando llegué a la cocina, Kat estaba de pie en el mostrador con un aspecto bastante desaliñado. Estaba vestida en unos pantalones rotos, un mugriento top con pintura hecho pedazos, y su cabello necesitaba una cita con un cepillo. Me pareció sorprendente verla despierta considerando que generalmente caía de la cama cinco minutos antes de que saliera por los caballos. Pero por el aspecto que tenía probablemente había estado pintando toda la noche. Medio-sonrió, y me di cuenta de la hinchazón alrededor de sus ojos. Lo que estaba pasando entre ella y Ream era malo. Kat era ruda, y esto le estaba destrozando. —Hola —murmuró Kat entonces cogió su café y se fue, sentándose en la isla. Estaba en medio de servirme uno cuando sentí una presencia detrás de mí. Casi se me cayó la cafetera cuando sus manos se apoyaron en mis caderas. Mi cuerpo reaccionó al instante, y sentí la carne de gallina correr a lo largo de mi piel como un reguero de pólvora. Su aliento soplo en mi cuello desnudo, y cerré los ojos mientras trataba de controlar el impulso de girar y solo lanzarme en sus brazos. —Buenos días —susurró en mi oído. Fue lo más erótico que había escuchado. Baja y grave con un toque de sexo como si acabáramos de hacer el amor toda la noche y estaba besando mi cuello cuando dijo las palabras. Quería que él besara mi cuello, para sentir sus labios contra mi piel. Maldita sea, el roce de su aliento era suficiente para causar un intenso dolor entre mis piernas, creo que tendría que volver a mi habitación y sacar mi conejito antes de poder funcionar. Encontré mi voz, pero se rompió —Um, buenos días. —¿Dulces sueños?

Ojalá que se alejara de mí, así podría pensar claramente. Ni siquiera podía levantar mi café sin que él viera que mis manos temblaban. Asentí. —Bien. —Sus dedos exprimieron mis caderas cuando se inclinó más cerca, su boca a unos centímetros de mi oreja—. Eres sexy mientras duermes. Jesús. Cuando se alejó, tomé varias respiraciones profundas antes de voltearme. Café en mano, me encontré inmediatamente con los ojos de Kat. Sus cejas se levantaron, y pretendió bajar sus pantalones. Le disparé una mirada malvado y le eche un vistazo a Logan que afortunadamente tenía su espalda hacia nosotras mientras buceaba a través de la nevera. Mi mirada se congeló en él. Logan no llevaba camisa y cada músculo era visible, flexionándose con cada movimiento que hacía mientras movía las cosas en la nevera. Tenía un tatuaje que iba desde la parte superior de su hombro derecho en su espalda hasta su omóplato medio camino a su cintura entonces giró hacia lo que imagine era su pecho. Nunca esperé que los impresionantes dibujos de lo que parecía como un caballo se fusionaran con un halcón rodeado por lo que pude ver de él, la cola de un dragón. También conseguí un buen vistazo del tatuaje de su costado que decía Tear Asunder en escritura caligrafía. Por Dios, estaba babeando. Se enderezó y se dio vuelta con el jarro de leche en la mano. Mi boca cayó abierta mientras miraba su pecho. Recuerdos de él me golpearon como una enorme ola de calor. Cómo solía tocarlo, abrazarlo, enroscarme en él y sí, incluso los recuerdos que he intentado olvidar pero no pude. Nosotros en la ducha. Arrodillada. Tomando su polla en mi boca. Cuando me dijo que me desnudara. Recostada y entregada totalmente a él. Me excitaba y lo quería de nuevo, quería el Logan dominante sin el temor de lo que había venido con él durante esos quince días. Y él estaba haciendo que esto sucediera. Debe haber sabido que estaba babeando por la forma en que su boca tembló mientras me observaba mirarlo. Rápidamente baje la mirada a mis pies y fui a sentarme junto a Kat que nos estaba mirando. Se desabrochó sus jeans y el sonido hizo eco. Jadeé. Ella se rió y luego lo escondió aclarando su garganta. Por lo menos le había hecho sonreír. Logan no nos estaba prestando atención cuando tomó el resto del contenido de la leche y luego la tiró a la papelera de reciclaje. Cuando me miró, aparte la mirada. Estaba segura que por teléfono podía resistirlo pero ahora, ahora no estaba tan segura. —¿Cuándo te vas a ver a ese caballo? Se acordaba. El otro día le dije acerca de un nuevo cliente. El potencial para ampliar mi clientela con este cliente era enorme teniendo en cuenta que estaba involucrado en la comunidad de carreras de pura sangre. Si ayudaba a su caballo y luego se extendía la palabra y yo podría ganar más clientes lo que significaba tener mi propia granja antes de lo planeado. —Bueno, le dije que estaría allí a las diez. En poco tiempo. —¿Estaba mi voz temblando? ¿Lo había notado? —Te llevo.

—¿Qué? —Mierda. No es una buena idea. Pasar incluso unas horas cerca de él no era una buena idea. Kat tenía razón, estaba a punto de caer y esto me aterrorizaba—. No creo que eso sea un… —Eme. Legos. Detente. —Su corto abrupto de mi apodo envió una sacudida a través de mí—. Hemos estado hablando por teléfono durante semanas, ahora vamos a hablar en persona. —Se inclinó contra el mostrador, las palmas a ambos lados de él descansando sobre la superficie de mármol. Con su postura así, hizo que los músculos de su brazo tatuado sobresalieran y su pecho... —¿Emily? Mi mirada se alejó sus brazos y hasta su cara. Sus ojos bailaban con malicia y sospechaba que Logan sabía exactamente cómo parecer irresistible. Nunca lo había hecho durante las semanas en México. Nunca coqueteó, nunca me miró de otro modo que con ojos de frio acero. —No me gusta gente alrededor cuando estoy trabajando así... —Sí, él definitivamente no iba a tomar un no como respuesta. —No vas a ir sola. No sabes quién es este tipo y no es seguro. Yo no me arriesgaré —el tono de Logan cambió a calmado y asertivo. Iba a seguir empujando esto. —Entonces llevare a Kat. Ella levanto ambas manos. —Lo siento, Eme. No voy. El herrador va a venir esta mañana y veinte caballos van a ser desvasados7 y una fecha límite para la galería de dos pinturas más al final de la semana. Mierda. —Entonces llamare a Deck. —Deck tiene mejores cosas que hacer —dijo Logan abruptamente. Sí, como cazar a tipos como Raul y salvar a niñas como Raven. —He estado viendo los caballos de los clientes durante dos años. No voy a cambiar ahora porque de repente estás de regreso y eres sobreprotector. El tipo es bien conocido en el mundo de las carreras y… —No vas sola. —Ugh. —Mire a Kat y ella inmediatamente salto. —Sculpt, estás siendo ridículo. Este es su negocio ahora. Ella ayuda a los caballos y… —No te metas, Kat. Esto no es sobreprotector, esto es ser prudente. Baje mi taza de café con un poco fuerza en el mostrador y oscuro líquido se derramo sobre los lados. —Bien. ¿Estaba loca? Sí. Tenía escrito ―perdedora‖ en toda mi frente, pero una parte de mí, bien una gran parte de mí, estaba emocionada de pasar el día con Logan.

7

Recorte de cascos que no interfieran en el correcto aplomo del caballo.

Ream irrumpió en la cocina luciendo tan malo como Kat. La tensión era de aproximadamente 60 a 1 mil en cuestión de segundos. La espalda de Kat se atieso y miró a Ream que evitaba mirarla. Él dijo buenos días, entonces tomó una taza y se sirvió un café. Ream levanto la barbilla a Logan. Noté su rápida mirada a Kat. —¿Dónde están Crisis y Kite? —Anoche fueron a Avalancha. Esta mañana... desmayados con chicas sospecho. Ream resoplo. —Pensando que debería haber estado con ellos. La raspadura de una silla moviéndose a través del suelo resonó luego Kat escapo a su dormitorio. Me di cuenta que tan pronto como su espalda giro los ojos de Ream nunca la dejaron.

Capítulo 23 Cuando Logan dijo que conduciría, no me esperaba que fuera en su motocicleta, quiero decir, debería, pero no pensé en ello. Acarició el manillar, sus largos dedos en una suave caricia como si estuviera tocando la espalda de una mujer. Mis labios se abrieron mientras miraba. Maldita sea, iba a estallar antes de subir a la maldita motocicleta. —Has estado en mi moto antes, ¿por qué te ves como si te estuviera pidiendo que patearas un gatito? —Yo sólo... ha pasado un tiempo. Estoy incómoda. —Qué mujer no querría montar en la parte trasera de una moto con alguien como Logan. Esta situación es como una fantasía hecha realidad y un paso más hacia lo que estaba tratando desesperadamente de evitar. —¿Incómoda? Supongo que tener tu apretado coño en mi culo te tiene incómoda. —Sus labios se curvaron hacia arriba, y me catapultó de nuevo a cuando él había estado mirando una motocicleta en la tienda de la esquina, donde solíamos parar y tomar un helado. Sus ojos se habían iluminado como un niño en la mañana de Navidad. Tenía una motocicleta; yo había estado en ella, pero no era nada como la que vimos ese día. El propietario salió de la tienda, y charlaron durante media hora sobre los motores, mientras que fui y conseguí sándwiches de helado y luego nos comimos dos de ellos mientras que me inclinaba en su camión admirando su dulce culo. —Te acuerdas de esa motocicleta que… —Vimos en la tienda —terminé—. Sí. Tuviste una erección por ello. Logan ahogó una risa, y el sonido envió un escalofrío de deseo a través de mí. —Eme. Tuve una erección por ti. La moto era una ventaja. —Cogió un casco luego lo deslizo suavemente sobre mi cabeza. Metió mechones de cabello y luego abrocho la correa de la barbilla. Él se echó hacia atrás—. Todavía estremeces en un casco, nena. No sé qué me pasó, pero le di una pose, poniendo el dedo en mi boca y ladeando la cadera con la otra mano apoyada sobre ella. Esta vez él se echó a reír, mostrando sus dientes blancos y perfectamente alineados. Me convertí en splat chisporroteando mantequilla a fuego alto. El tipo era amenazador y exigente la mayor parte del tiempo. Cuando se reía, era como si me llenara con un arco iris. Él se puso serio. —Todavía no entiendes lo caliente que eres, ¿verdad? No. Yo estaba muy bien con mi aspecto; quiero decir, acepté lo que me dieron.

—Tu madre es una pieza de trabajo. Ella lo hizo para sentirse mejor. Te mereces algo mejor que una madre borracha. —Ella tenía problemas. Y Logan, creo que tu padre lleva el premio a la ―obra de trabajo‖. —El maldito no lo hizo. Cuando estemos bien, vas a conocer a mi mamá y descubrir lo que realmente es una. Estaba sorprendida por la mención ocasional de Logan de su mamá y yo conociéndola. Él tenía razón, mi madre era una puta. Ella nunca hizo una mierda cuando me mudé con Kat y Matt. La única vez que supe de ella fue cuando rompió con un chico y necesitaba dinero, que rara vez he tenido. Ya que no sabía nada de la granja o dónde encontrarme, no había hablado con ella en años. —¿Eme? —Acarició una línea en mi nariz—. Tienes esa mirada. ¿Qué es lo que ocurre en ese cerebro tuyo que no dejas de pensar? —Nada. Deslizó su mano en la mía, y nuestros dedos entrelazados. El olor de su jabón llego a mí, inhale profundamente, cerrando los ojos. No podía dejarlo ir, incluso si un tren se interponía entre nosotros. Tenía ganas de llorar por lo que me estaba perdiendo lentamente. Me estaba perdiendo de nuevo con él, y no importaba lo mucho que quería mantenerlo fuera, él estaba rompiendo el camino de vuelta. Pero se iría con la banda de nuevo, y dejaría su granja. A pesar de que Logan me había dado la posibilidad de tener mi sueño, no era mi granja. Había vivido de Matt, y ahora de Logan. No podía hacerlo más. No lo haría. Y pronto, tendría dinero suficiente para conseguir mi propio lugar. —¿Emily? —Me miró a los ojos—. Deja ir lo que pasó por hoy. ¿Estaba en mí? ¿Podría dejar ir al viejo Logan el cual ame durante un día? —Nena. La moto. Los caballos. Logan me miraba como si yo fuera la única mujer en el mundo. Todos los recordatorios. ¿Podía confiar en él? No, esa ya no era la pregunta, me di cuenta. ¿Podría confiar en mí misma con él? Asentí con la cabeza, y el peso del casco se deslizo hacia adelante, y él sonrió mientras se movía hacia atrás. —Cabeza pequeña teniendo en cuenta toda la mierda que lleva alrededor. Sonreí. Estaba en lo cierto. Se puso el casco, y me dio una palmada en la parte superior donde estaba el cráneo pintado. Debajo estaban las palabras Tear Asunder. —¿Qué significa? Quiero decir sé que significa destrozar, pero ¿qué significa para la banda? ¿Por qué el nombre de la banda? —Lo hicieron por nosotros. La banda voto. Y puesto que la banda también fue destrozada por un tiempo, al igual que tú y yo, bueno, era adecuado. Chasqueó el pie de apoyo y luego comenzó la moto, acelerando el regulador. Él asintió con la cabeza hacia mí y me puso detrás de él. Yo estaba en shock. Eso significaba... significaba que Logan pensaba que lo que pasó entre ellos era como ser destrozados. No estaba alejándome. O yo evitándolo. Éramos los dos destrozados. Forzado. Rasgado. Roto.

¿La banda conocía los detalles de lo sucedido? Tenían que saber sobre el padre de Logan y mi secuestro, pero ¿cuánto más? El momento en que me deslicé contra él, mis muslos internos próximos a su exterior, mi pelvis ajustada a su culo, sentí el calor abrasador barrer a través de mis venas. —¿Logan? —Apenas pronuncie su nombre; era una sugerencia de un susurro. —Estábamos destrozados, porque Eme, nunca hubiera estado lejos de ti de otra manera. —No tuve nada que pelear. Nada. Sentí como caía contra él y llorando por él, para nosotros, y para lo que nos habían hecho a los dos. Su mano se posó en mi muslo, y lo apretó—. Pies. —Puse mis pies en alto—. Te necesito cerca. Brazos. —Me acurruqué, y luego sentí el estruendo en su pecho y lo que sonó como un gemido—. Cristo, ¿qué tan lejos está ese lugar? —¿Logan? —Quería decirle... que se girara y me mirar para que pudiera decirle que también lo sentí. Nos habían destrozado. —Ahora no, cariño. —Él negó con la cabeza una vez—. ¿Qué tan lejos? Cedí. —Una hora. —Envolví mis brazos alrededor de su cintura, mis dedos entrelazados. Sentí los músculos de su abdomen contra mis antebrazos, rocas duras y tensas. Respiraba dentro y fuera rápidamente, y apuesto a que si me agachaba sentiría la dureza un poco más bajo. Me mordí el labio, trague, y luego cerré los ojos. —Joder. —Logan salió disparado, a toda velocidad por el camino como si la moto fuera parte de él, y fueran parte de la carretera. Me tomó cinco minutos antes de que me relajara contra él. Entonces levanté la cabeza que había estado presionada contra su espalda y se sentía como en los viejos tiempos. Fue estimulante. La vibración de la energía por debajo de mí se apoderó y me negué a dejarla ir. Me sentía parte de él otra vez. Esto era algo que él amaba, que me hacía amar también. El trayecto pasó demasiado rápido. Logan detuvo la moto fuera de las puertas de un largo camino bordeado de sauces. Potreros con puras sangre pastando en la exuberante hierba alineados a cada lado. El propietario me había hablado sobre un caballo de carreras que había estado en un accidente. El trailer se había volteado en la carretera Four Hundred, y el caballo había quedado atrapado durante horas. Tomó mandíbulas de vida 8 para obtener el semental, y desde entonces, el caballo se asusta cuando siente presión sobre él. De acuerdo con el propietario, el caballo de carreras campeón tampoco podía entrar en un puesto sin un tranquilizante. Logan rodó la motocicleta hasta el intercomunicador y pulsó el botón. Un hombre, con un fuerte acento de voz, preguntó si yo era Emily. Las puertas se abrieron en cuanto comprobé que era yo. Hice un gesto para el largo camino de entrada. —Sigue lento, estrella de rock. Asustas a los caballos, y pierdo este trabajo. 8

Mandíbulas de vida (Jaws of life) es una marca de Hale Products Inc. Son utilizadas para auxiliar en la extracción de víctimas de un vehículo que se haya visto involucrado en un accidente automovilístico, así como de otros espacios pequeños.

La contracción en la esquina exterior de sus labios apareció. —Me gusta que me llames estrella de rock, Mouse. —Se dio la vuelta y aceleró el regulador y luego pasa a través de las puertas en paso de tortuga. Tomó cinco segundos después reunirme con el dueño de la granja y el caballo de carrera antes de tener que dejar a Logan golpear al tipo en el culo. Estrella de rock tatuada ex-luchador y rico promotor no se mezclaban; lamentablemente el chico promotor Rob quería su caballo de carreras establecido, y, supuestamente, yo era su última esperanza. La culpa es de la dulzura de mi nombre, mierda, no lo sé, pero Rob me tomó con sus ojos, y estaba claro que él planeaba tenerme en su cama al mediodía. Logan iba a exprimir su testosterona masculina, listo para cerrar de golpe su puño en la cara aristocrática de Rob tan pronto como los ojos de Rob pasaran de mi cara hasta los dedos de mis pies. Rob tenía una expresión arrogante y una media sonrisa mientras tomaba mi mano y la besaba. —No me esperaba una mujer hermosa. Me agarraste con la guardia baja aquí, Emily. De repente deseo ser ahora yo el semental con el problema. Uh oh. Logan estaba de pie detrás de mí, pero de la nada estaba al frente, el efecto bulldog. Puse mi mano en su brazo y la apreté. Por favor, no arruines esto para mí . Rob estaba dispuesto a pagar lo que fuera necesario, y el caballo me necesitaba. Rob rió; era más de un chasquido falso. —Sculpt de Tear Asunder. Acabo de ver tu foto en la revista Toronto Now. No sabía que tenías una mano en los caballos. No puras sangre, imagino. Conozco a cada uno en el mundo de las carreras. Shetlands, ¿tal vez? Me opuse. Sabía que Logan no tendría ninguna idea de lo que era un Shetland, y yo estaba dando gracias a Dios por eso. Los ponis miniatura eran lindos y peludos, no era algo que Logan encontraría gracioso viniendo de Rob. —Emily y yo traemos caballos maltratados. No somos prejuiciosos acerca de la raza. — Logan coloco su brazo alrededor de mis hombros y me tiró cerca. Logan, obviamente, creía que la posesión era la décimo novena parte de la ley. De repente Logan nos había convertido en una pareja, y estaba insegura de si él estaba haciéndolo para dar a Rob esa impresión, o si realmente nos tenía en cuenta conjuntamente. Las cejas de Rob se levantaron. —Oh, no me di cuenta. ¿Y la guapa rubia en la foto? Vaya. Rob sabía cómo jugar duro, y yo trataba de ignorar el comentario, pero aun así una oleada de celos me invadió al pensar en cualquier guapa rubia en su brazo. ¿Era una groupie tal vez? Kat dijo que la banda era bastante popular ahora, y habría un montón de chicas queriendo algo más que una foto con Logan. Me aclaré la garganta tratando de atraer su atención lejos el uno del otro. —Así que, ¿dónde está el caballo? Logan puso su casco en el asiento de su moto. Fue un movimiento calculado-lento, deliberado, y liberó sus manos. Estoy segura de que Rob no tenía ni idea de que Logan

creció luchando. Y yo iba a perder un cliente que posiblemente significaba una gran cantidad de nuevos clientes. —Yo no juego, Richard. Emily me pertenece. Quieres joder con eso, entonces tenemos un problema. Dame un problema, entonces Emily tendrá uno. Ella quiere trabajar para un idiota como usted, que es su negocio. Coqueteas con lo que es mío. Sí. Acabo de perder un cliente. Mi corazón latía probablemente tan rápido como un pura sangre en una puerta de salida. Rob nos miraba a ambos, su rostro no mostraba nada en cuanto a si nos iba a dar una patada fuera de la propiedad o no. —Vamos a ver el caballo, ¿de acuerdo? —Rob se volvió y se dirigió hacia el establo, y deje escapar un profundo suspiro de alivio. Entonces le di un golpe a Logan en el pecho. Me lastimé la mano, pero me negué a admitirlo. Logan no reaccionó, pero lo que hizo fue inclinar la copa de mi cabeza hacia abajo y conectar con mis ojos. —Tú, Emily. Vales la pena luchar. He luchado toda mi vida, pero nunca por cualquier cosa que valga la pena. Ahora... Ahora estoy luchando por mi corazón. Las gilipolleces terminan aquí y ahora. Cualquier argumento que tuve fue quemado con esas palabras. Pero no podía dejar de imaginarlo aún con su brazo alrededor de una rubia. Tiré de su mano y di un paso atrás. —¿Y la rubia? Su expresión de sorpresa cambió a una sonrisa. —La rubia era una fan, nena. Buscaba un autógrafo para su hermano pequeño. —Fue rápido cuando él enganchó un brazo por mi cintura y me besó en los labios—. Pero me encanta que seas celosa. Es caliente. —Hey, ¿vienes? El caballo está detrás de la cuadra —Rob llamó. Logan dejó caer sus manos de mi cintura y di la vuelta y me dirigí hacia el establo, oyendo la risa sexy de Logan detrás de mí.

Logan Logan miró a Emily trabajar con el semental castaño en el corral redondo. La danza que jugo con el caballo era fascinante. Ella se convirtió en otra persona, la calma se asentó sobre ella como si cualquier cosa que hiciera el semental no pudiera despegarse de ella. Era paciente y relajada con una confianza firme y consistente que el caballo intentó poner a prueba una y otra vez con sus payasadas. Fue mágico. Emily era mágica. Esta mierda que ella seguía poniendo entre ellos tenía que parar. La moto, Cristo, la moto con ella en contra de él, era una tortura caliente y pura.

Podía sentir su cuerpo estremecido, el pulso de su corazón contra su espalda. Tomo dos años para conseguir la mierda fuera de su vida que le robó a ambos una oportunidad de estar juntos. De acuerdo con Deck anoche, esa mierda todavía no se había ido. Rob le había enviado en el modo de lucha. Maldita sea dejó en claro que Emily era suya, y si el promotor bola de baba no respetaba eso, entonces iba a arrastrar su culo de ahí. No es una opción que trabaje para un tipo que no la respeta. Mierda como la que lleva a una atención no deseada, y la atención no deseada lleva a peor mierda. Rob se acercó a él con los brazos enganchados sobre el tercer carril de la valla. Logan no se molestó reconociéndolo. —Ella es buena. Logan se quedó en silencio. —Era escéptico cuando me enteré de ―la chica que habla a los caballos‖. Busque en google, pero no encontré mucho. Sorprendente teniendo en cuenta lo buena que es. Logan mantuvo la mirada hacia adelante. Emily estaba en el medio del círculo, los ojos bajos, su lenguaje corporal invitaba al semental entrar. Los ojos del caballo eran más tranquilos ahora. Luego bajó la cabeza y caminó lentamente hacia ella. Fue una hermosa vista. Hace diez minutos la esclerótica de los ojos del semental ardían, sus músculos contraídos, el miedo emanaba de cada uno de sus poros. El semental la empujo en la espalda con su hocico, y Emily se volvió lentamente y comenzó a acariciar su nariz. —Diez minutos —dijo Rob mientras sacudía la cabeza—. Mis chicos han estado tratando de conseguir acercarse a este caballo por semanas. Logan levanto la barbilla hacia ella. —Ella siempre ha tenido una especial habilidad con los caballos. —¿Suena como si la conocieras desde hace tiempo? —Sí, desde hace tiempo. —Logan mantuvo sus ojos pegados a Eme. Dios, le recordaba a cuando se sentaban y veían la manada de caballos a un cuarto de milla todo el día y ella le explicaba lo que estaban haciendo, cómo un caballo le decía al otro. Nunca pudo ver, pero Eme... Era como si ella viera en ellos. —¿Dónde se conocieron? Él realmente no tenía ganas de explicar su pasado a un pene, que ha coqueteado con su chica, pero jugaría semicordial por el amor de Emily. —Un ring de lucha clandestino. —Maldita sea. —Rob se aclaró la garganta y luego continuó—:Ella necesita un sitio web. Tu chica es buena. Haría bien en la comunidad de las carreras. Alto perfil. Un montón de dinero. —Rob asintió hacia Emily—. Ella es un talento natural. Si se corre la voz, y me aseguraré de que así sea, estará rechazando clientes porque estará muy ocupada. A él le gustaba que Rob llamara a Emily ―su chica‖. Tal vez el tipo no era tan malo después de todo, joder no. Él era un hombre, y había estado pensando en conseguir entrar en los pantalones de Emily. Ese pensamiento no desaparece porque al tipo lo derribaron. Él todavía estaba pensando en lo que está por debajo de su culo apretado, y esto cabreaba a Logan.

—Emily no tiene un sitio web, puede ser porque ella no quiere estar ocupada. —El dinero habla. Nunca he conocido a nadie que lo rechazaría. ¿Alguna vez rechazaste un concierto si el dinero es bueno? No. Pero lo haría si fuera necesario. —Mejor aclararlo con ella antes de ir haciendo publicidad. —Y ella no recorrería lejos la granja de cada polla sola, no estaba bromeando ahora. Jesús, estaría en el borde de cada segundo que ella estuviera fuera de su vista. Mierda tenía que bajar pronto o él tendría que decirle lo que estaba ocurriendo e iba a hacer todo lo posible para evitar eso. El miedo en sus ojos de nuevo, no. Nunca. Otra vez. Deck dijo que estaban cerca. Que lo estaba manejando. Rob se volvió hacia él, con las cejas levantadas, los ojos cuestionando. —Es difícil mantenerse en las sombras cuando estás saliendo con el vocalista de una banda emergente. —Sí, bueno, Eme es más fuerte de lo que parece. Ella puede lidiar con lo que se le ponga en su camino. —Y esas palabras eran más ciertas de lo que Rob sabría nunca. Eme tenía espíritu, más del crédito que se daba ella misma; lo había visto en ella el día que se conocieron. Mierda, Emily había llegado hasta él en un almacén abandonado donde acababa pulverizando a su oponente. Tenía un corte en la sien, la sangre corriendo por su rostro, y sin camisa. Ella había envuelto su pequeña y delicada mano, alrededor de su bíceps, y recordó que preguntaba dónde el rubio atractivo le había pegado. Él acababa de ganar un montón de dinero y fue corriendo con adrenalina. Raul había estado allí esa noche. Era la primera vez que Logan le había visto desde que tenía dieciséis años; por lo que fue acelerado y jodido. Emily llevaba pantalones de corte vaqueros cortos, un pequeño top lindo color rosa con destellos en el frente, y su cabello era un desastre. Sus largos mechones castaños alcanzaban más allá de sus hombros y estaban teniendo un tiempo difícil decidiendo de qué lado separarse. ¿Se enamoró allí mismo? No. Ni siquiera cerca. Ella era tímida y no podía mirarlo a los ojos; no había ninguna atracción sexual por ella. Joder, podía recordar pensando que ella sería jodidamente aburrida como el infierno. Él le dijo que no a las morenas. No es una mentira, nunca lo hizo. Se hubiera alejado y nunca le hubiera dado un segundo pensamiento, excepto cuando dijo: ―Tengo que aprender a pelear‖. Él se había reído, muy muy duro, y rara vez se reía. Tenía el aspecto de un ratón pequeño, no podría ser más de un cuarto de cinco pies, nariz pequeña, cintura pequeña, caderas dulces. Se recordó pensando durante un segundo, a pesar de su humildad, que esas caderas sería agradable para tomar mientras se bombeaba en ella por la espalda. Ese pensamiento se pulverizo cuando ella le dijo por qué quería aprender a pelear, y luego se sintió como un maldito idiota por pensar eso. Entonces Kite se acercó, y eso fue todo. Chica olvidada. Pero ella insistió, y fue entonces cuando él supo que había algo más en ella que lo que pensó por primera vez. Cuando ella lo agarró del brazo, los dedos curvándose alrededor de su bíceps, había mirado hacia abajo a su pequeña mano sobre su piel y sintio un extraño

brote de calidez a través de él. Él le dijo que lo dejara ir, pero las palabras se quedaron, porque por alguna razón él no quería que ella lo dejara ir. En ese momento, la adrenalina todavía reventaba a través de él. Vio como ella sacudió la cabeza para decirle que no estaba escuchando. El pelo le caía delante de sus ojos, y él tenía el deseo de empujarlo hacia atrás. Fue como un puñetazo en el plexo solar. No le gustaba ponerse imbécil en absoluto. Ella miró hacia abajo a sus pies, arrastrando los pies un poco, entonces lo miró sus ojos muertos. Cuando dijo: ―Fui atacada después del trabajo por un chico...‖ Ira se levantó en él tan jodidamente grande que estaba listo para entrar en el ring y darle una paliza a su próximo rival. Las palabras desgarradas de su boca se sentían como el ácido, y sólo podía contener la respiración a la espera de una respuesta, ya que si esta chica estaba recibiendo, Jesús, no podía siquiera decir la palabra y el pensamiento le revolvió el estómago. Trajo recuerdos de los gritos, las chicas golpeadas, el abuso, y su padre. Es posible que le pego más duro de lo normal debido a ver a su padre aquella noche. Pero cuando le preguntó si ella fue agredida sexualmente y ella le dijo que no, era como si una ola de alivio fresco le cubriera. Gracias mierda. Él había mirado hacia abajo a los delicados dedos sobre sus músculos abultados. Imaginando esa mano cerrada en un puño... No, no podía hacerlo. Entonces estaba siendo un idiota, diciéndole como ella nunca podría luchar, porque realmente, imaginando a esta chica teniendo que pelear con alguien lo estaba molestando. Se sentía como envolviéndola en sus brazos y llevándola lejos de toda la mierda mala en el mundo. Entonces ¿qué carajo hizo…? La condujo al peor lodo del mundo, su padre. La había traído envuelto como un regalo para su padre. —Jesús. —¿Logan? —La mano de Emily se apoyaba en su brazo, aún pequeña y delicada, al igual que la primera vez que la conoció. Al mirarla ahora, no sabía por qué no se había enamorado de ella en el momento en que la vio. Era perfecta, la forma en que sus pestañas bajaron para cubrir la mitad de sus ojos cuando estaba pensando, cómo sus pechos se enmarcaban perfectamente debajo de su camisa, y sus muslos, maldita sea, sus muslos eran de roca sólida. Sentía cada pedacito de ellos en su maldita motocicleta. Pero era mucho más que eso. Su chica tenía una fuerte empatía con los caballos, y la forma en que estaba a su alrededor, era sexy. Dios, ella no podía ver lo hermosa que era, lo que le volvía loco, pero cuando estaba con los caballos, su incertidumbre o inseguridad o desconfianza desaparecía. Determinada como el infierno, pero todavía sensual y... femenina. Su determinación estaba jugando contra él en este momento, pero a pesar de que la respetaba más, Jesús, la había arrastrado al infierno y le había hecho daño. Ella no veía su fuerza, pero él la vio desde el principio. Dios, oraba cada día de mierda que Raúl o Alfonzo o Jacob no la rompieran. Y había estado tan jodidamente orgulloso de ella cuando resistió a su mierda de padre, y a pesar de que fue el peor juego que podría haber hecho, una parte de él quería tomarla en sus brazos y llorar, porque no estaba rota. Emily nunca se rindió.

Logan gimió, cuando la envolvió en sus brazos y suspiró cuando ella entro de buena gana. Jesús, amaba a esta mujer. Había pensado en nada más que ella por dos años. Ella no sabía lo que pasó después de que él la dejó ir, y nunca se lo diría; no necesitaba manchar su vida. Pero ella fue lo que le dio la fuerza para sobrevivir al infierno que Raúl le hizo pasar. Deck... le debía a Deck su vida por sacarlo. La apretó contra él. —Te veías caliente, Mouse. Allí con ese semental... Te voy a comprar más caballos. —Puedo comprar mis propios caballos, Logan. Le encantaba cuando ella le llamaba Logan. Eme y su madre eran las únicas que lo llamaban así. Ahora era llamado Logan por dos mujeres notables en su vida que sobrevivieron a su padre. Y Deck. Deck sobrevivió a su padre también, y arriesgó su vida. Él lo sacó de allí y fue testigo de la forma en que se encontraba. Deck quería que le dijera a Eme lo que pasó, pero él no podía. Ella había tenido suficiente terror en su vida; no necesitaba oír su horror. La protegería de eso para siempre si pudiera. —Sé que puedes, no es lo mismo. Él le acarició la mejilla, y ella se inclinó ante su toque, cerrando los ojos y suspiró. —Caballos de rescate. —¿Hmmm? —¿Quieres comprar caballos? Salva a los que más lo necesitan. Esa era su Emily. —Lo que tú quieras. —La besó en la frente—. Trofeo, Emily. Eres un trofeo.

Capítulo 24 Cuando entramos a la casa, Crisis y Kite estaban sentados en el porche tomando cervezas y Ream estaba apoyado contra la baranda. Desabroche mi casco y se lo pase a Logan que lo colocó en las barras de la manija al lado del suyo. Rápidamente pasé mis dedos por mi cabello al tiempo que evitaba sus ojos. —Yo te, ah... nos vemos. Mejor voy a ver a los caballos. Me di la vuelta, mi corazón en mi garganta y el familiar dolor pulsando. Estando con Logan hoy había sido... fue como el sol quemando a través de la niebla de mi mente. Y allí en el brillo estaba parado Logan y era protector, fuerte y dispuesto a todo para repararnos. ¿Confiaba en él? Quería creerle, así que ¿por qué estaba dudando en confiar en él? Logan tomo mi mano y me hizo tambalearme hacia atrás. —No corras más. —Su pulgar acaricio casualmente la palma de mi mano, y se sentía bien. Muy bien. —No estoy corriendo… —Lo estás. —Dio un tirón y yo estaba contra su pecho, mi respiración atrapada, y él me miraba con esos sexys ojos de infarto—. ¿Por qué, nena? —Su mano apretó las mías, y sentí esa familiar calidez de su actitud protectora envolverme. Él sabía cuándo necesitaba suaves palabras alentadoras o ásperos y duros comandos. Le gustaba el control, y lo entendía y él lo hacía bien, quería el escape que me daba cuando yo no tenía que pensar y solo sentir. Dios, él me conocía mejor que yo misma. En México no había habido ninguna confianza; ahora nuestra relación tenía que tenerla más que nada. —Logan. La confianza entre nosotros, sigue siendo… Me detuvo, inclinándose y besándome en los labios. Fue brusco, y fue dulce. Cuando se alejó, la suave piel de nuestros labios se sostuvo junta brevemente como cuando tocas tu lengua con un cubo de hielo seco. —La confianza se construye. La nuestra sólo necesita ser reconstruida y esto lleva tiempo. Pero nena, lo haremos juntos. Y por primera vez, me entregue completamente a él. Desprendí de mi cabeza la mierda y lo que pasó y acepte lo que me estaba dando él. Y Dios, parecía como que el elefante que estaba sentado sobre mi pecho finalmente se levantó y se alejó. Todas las conversaciones se detuvieron y tres pares de ojos aterrizaron en Logan y en mi mientras caminamos al porche.

—Dulzura, luces muy bien en esa moto. —Crisis guiño el ojo—. Estoy pensando ahora que tengo que conseguirme una. —Su leve arrastre era sexo sobre ruedas con esa voz y mirada—. Un coño apretado contra… Logan interrumpió abruptamente. —Y conoces a Kite. —Asentí hacia él, y él sonrió. Con esos pómulos y brillantes ojos verdes, debe haber roto corazones en todos los bares a los que iban—. Emily. Es bueno volver a verte. Kite tenía tinta en sus brazos, y en el lado izquierdo de su cuello había un halcón o un águila en vuelo. Tenía la cabeza rapada y varias perforaciones, una de ellas en su ceja izquierda. Era aterrador, pero él había sido dulce cuando me había protegido contra la ira de Matt esa noche que nos colamos para ver la lucha subterránea de Logan. —Oye, Kite. —Y ya conoces a Ream. —Um, sí. Nos conocimos brevemente con Georgie y anoche otra vez. —El sexy y caliente monstruo de Kat que carecía de una sonrisa pero rezumaba en atractivo sexual. —Ya vuelvo. —Logan entró y cerró la puerta detrás de él. Me senté en la silla columpio de madera, y se sacudió. —No había visto a Sculpt tan relajado en meses. —Kite me guiñó un ojo. —Ha sido un jodido imbécil —dijo Crisis. —Tú has sido el imbécil. Con eso mierda que empezaste con el novio de esa chica. No nos haces ningún favor —dijo Ream—. Sabes que puedes dejar la banda cuando quieras. Guau. Estaba insegura de lo que estaba pasando, pero Ream estaba fulminado con la mirada a Crisis y Crisis estaba sonriendo. La mosquitera se sacudió abierta y Logan salió con dos cervezas frías. Me pasó una y luego se sentó a mi lado, su muslo derecho contra el mío. Puso su brazo alrededor de la parte posterior del columpio, sus dedos tejiéndose en mi cabello mientras jugaba con él. —Sculpt dice que lo has estado haciendo bien con la cosa de hablar a los caballos —dijo Kite. —Bueno, no lo llamaría hablar a los caballos. Pero sí, me comunico con ellos en su idioma, su lenguaje corporal, se podría decir. —¿Conoces a cualquier otra habladora del lenguaje corporal, Emily? Este caballo podría usar una real charla. —Crisis bajo la mirada a sí mismo, y ambos Ream y Kite regaron la cerveza fuera de sus bocas. Ream limpio su boca con el dorso de su mano. —No le prestes atención, Emily. Sólo está enojado de que su pequeño pony no consiguió nada anoche. Logan se tensó. — Jesús, chicos. Suficiente. —Ream, ¿cuál es tu jodido problema? ¿Estás en tu periodo otra vez? —Crisis dejo su cerveza con fuerza sobre la mesa al lado de él—. ¿Estás todo molesto porque Kat me pidió que fuera a montar mañana y no a ti? Seguro que te estás preguntando qué tipo de montura

estaremos haciendo. Ream estaba apretando los puños, y Crisis estaba sonriendo como si quisiera pelear. Logan se inclinó hacia mí, el brazo sobre mis hombros llevándome más cerca cuando susurró. —Nena. Mierda, lo siento. Crisis tomó un largo trago de cerveza. —Logan estaba meditabundo y silencioso, Emily. Juro que la única vez que habló fue cuando nos levantamos en el escenario. No sé por qué demonios le tomó diez meses volver aquí. Jesús, si yo me estuviera tirando algo caliente como tú, habría vuelvo a Toronto jodidamente pronto. —Jesús, Crisis. Tranquilo. —Logan le miró y estaba moviendo la cabeza hacia adelante y hacia atrás. —Dos años, quieres decir —corregí La frente de Crisis se levantó y alzó su cerveza a Logan. —Estás arriba, amigo. —¿Logan? Barrió mi pelo con sus dedos y luego rastreo una caricia al lado de mi cara. —Tomó un tiempo volver. Necesitaba algo de tiempo solo después de esa mierda. —¿De lo que Deck estaba hablando? Se detuvo y pensé que no iba a decirme entonces dijo—:Sí. No lo empujé. No era el momento ni el lugar para hablar de ello, pero me alegré de que no me cerrara esta vez. —Santa madre de Dios, mírala. —Crisis se levantó, sus ojos en Kat que caminaba hacia la casa. Ella tenía un par de jeans apretados de corte bajo, una camiseta turquesa aún más apretada y un par de botas de cuero para equitación—. Definitivamente necesito entrar en sus pantalones. Ream atrapo lo qué Crisis estaba mirando y vi la instantánea tensión ir desde su mandíbula hasta sus pies. Sus ojos se redujeron, y sus cejas se fruncieron. Sus manos se apretaron en la barandilla, y si la madera cedía, la cosa se estaba rompiendo bajo la presión. Kat camino por las escaleras. —Joder, nena. Te ves bien. Ese dulce culo puede sentarse en mi silla de montar en cualquier momento —dijo Crisis. Kat se rió, pero no objeto y se acercó a Crisis, enganchando su cerveza, bajándose la mitad antes de colocarla de nuevo sobre la mesa. Se estaba convirtiendo en una costumbre de ella. Su lento y largo lamer de sus labios tenía a Crisis gimiendo. —Jesús, Kat. Ponte un poco de ropa joder. —La voz de Ream era amarga y cruel—. ¿Vas a follar a todos en la banda como una groupie? Santo Guau. Ream estaba loco de lo furioso. Como un toro luchando a lo loco. Podía ver su sien palpitar y sus labios estaban fruncidos juntos, apretados. Kat no parpadeó, y tengo que decir que estaba orgullosa de ella. Sonrió y puso su brazo alrededor de Crisis que instantáneamente correspondió colocando su mano en el

bolsillo trasero de su jean y apretando su culo. —Por lo menos son sólo cuatro. No como tú... follando cientos de fans que besarían tus pies malditos como si fuesen de helado. —Oh, ellas no besan mis pies, Kitkat. El helado está un poco más arriba —respondió Ream. —Sí, frio y siempre derritiéndose. Insultar el pene de un hombre es la forma más rápida de que te odie y parecía que ella estaba apuntando a eso. Crisis y Kite echaron hacia atrás la cabeza con risa histérica. —Eso es sólo cuando estás aquí. —dijo Ream. Kat llegó a él, su calma finalmente rompiéndose. Crisis la agarro de la cintura mientras ella pateó y gritó para que la dejara ir. Él le susurró algo al oído y se tranquilizó, pero Ream se dirigió hacia ella y Crisis, estaba listo para explotar un vaso sanguíneo. —Esta noche no, Ream. Deja ir esa mierda. —Kite palmeo a Ream en la espalda, su mano enterrándose en su hombro, deteniendo su avance. —Te lo juro, Kitkat, voy a… —Toma un paseo. —Tronó de repente Logan. —Te arrepentirás hombre, déjala en paz. —Kite lo guió por las escaleras del porche, y vi a Ream estrellar su puño en el pilar en la parte inferior de los escalones. —¿Qué pasa con ellos? —susurré a Logan. —No lo sé. Pero sea lo que sea, tienen que resolverlo antes de que se maten el uno al otro. Viendo a Ream cruzar el patio con Kite, sabía que cualquier cosa que había separado a Ream y Kat era grande. Intenté recordar a Kat actuando raro cuando volví de México pero yo había estado tan absorta en mí misma después de lo que pase que tal vez lo había pasado por alto. —Entonces, barbacoa. ¿Filetes o hamburguesas?— Crisis había dejado ir a Kat, pero su mano estaba todavía en su bolsillo. Kat estaba ida, los ojos centrados en una cosa, Ream. —¿Estás bien con los filetes? —preguntó Logan. —Bueno, no tengo mucha hambre… —Vas a comer, y entonces vas a mi cama —dijo Logan en voz baja. Mi aliento quedo atrapado. —Logan, yo… Mantuvo su voz baja, para que los otros no escucharan. —Eme, hemos dormido juntos antes. Era como una bola de medicina que fue cargada en mi garganta. Intente otra vez. —Eso fue diferente. —¿Querías dormir conmigo? —¿Qué? —Respóndeme, Eme. —Eso no es justo.

—Estoy pidiendo la verdad. ¿Hazlo? —Bueno, yo realmente no tenía… —Eme. Dios. —Sí. Pero Logan, necesito tiempo para digerir esto. Es muy rápido, y… Él me llevó a mis pies y me arrastró a la casa, bajo el pasillo luego abrió la puerta a la oficina. La golpeó detrás de nosotros. —Tenías tiempo. Me aleje hasta que estaba frente a un escritorio, mis manos agarrando el borde. —Pero principalmente, estás mintiendo. —Se acercó. Conocía esa mirada; era inflexible. Determinada. Y no tenía miedo. Ni por un segundo. Tomé varias respiraciones profundas. —Lo veo. —Su voz era baja y profunda. ¿Qué veía? Levanté la barbilla y tensé mi mandíbula. —Me deseas. —Mantuvo su distancia a pocos metros—. Deja de negarlo. Sé quién eres. Sé lo que necesitas y lo que tu cuerpo necesita. No hubo ni una sola vez que no estuvieras excitada cuando estuvimos juntos. Ni una vez. —Te equivocas. El sexo en público no era lo mío. Tomó los pasos finales hacia mí. No lo podía controlar. Una desatada necesidad me cubrió. Él debió haberlo visto, viéndome vacilar en el borde, el gancho que me retenía de confiar en él lentamente alejándose de mi piel. —Déjame amarte. Y entonces hice lo que quería hacer desde el día en que él entró en mi vida de nuevo. Me derrumbe en sus brazos, y Logan me envolvió en su cálido abrazo protector. —Te amé, Logan. A ti no te importaba lo que me hicieron, y fue devastador. Ahora sé por qué y que tuviste que hacer, pero a veces... No quiero volver a sentirme así indefensa. Logan acariciaba mi pelo mientras que su otra mano se había unido con la mía y le dio un apretón tranquilizador. —Pase lo que pase entre nosotros, es porque ambos lo queremos. Nadie, nadie te hará sentir indefensa de nuevo. Nena, te amo. Nunca lo he dejado de hacer, y sin importar cómo de desamparada te sentiste, no estabas sola. Nunca estarás indefensa. Eres demasiado fuerte. —Sus dedos acariciaron el lado de mi cara—. ¿Sabes qué es lo primero que me enseñó mi madre en ese lugar? Sacar la emoción de la ecuación. Eso es lo que siempre me hizo un buen luchador. Nunca perdí el control. —Suspiro—. He ocultado mis emociones durante mucho tiempo. Soy bueno en eso. —Cuando vine de regreso aquí por ti, necesitaba que vieras quién soy, y sí, lo perdí un par de veces como con tu pareja de baile en el bar. Pero Mouse, te voy a dejar ver todo de mí así puedes aprender a confiar en mí. Tienes que confiar en mí de nuevo. Sabía que lo que Logan dijo o hizo fue siempre para protegerme. Él empujó su autoridad y le gustaba el control, pero yo confiaba en él. Sexualmente, ansiaba ese escape

que me daba. Me liberaba de las decisiones y como diría Logan de: ―Construir Legos‖. Sorbí por la nariz y algunas lágrimas cayeron. —Lo siento. Por lo que tú y tu madre han tenido que atravesar. Él besó las lágrimas. —Nena. Sabía que lo que dijo o hizo Logan fue para protegerme. Nada más se dijo mientras me abrazó con fuerza. Me sentí bien en sus brazos. Él había hecho todo por mí. Esa jaula sin emociones en la que se encerró para ocultar sus sentimientos a su padre me salvo. Él había sufrido demasiado. Ambos lo hicimos. Y tal vez mi cuerpo había sabido todo el tiempo que el Logan que odiaba era también el Logan que amaba. Tal vez mi cuerpo sabía que el hombre al que temía no era el verdadero Logan. —¿Estas bien Eme? Asentí contra su pecho, con la sensación de sus músculos deslizándose a través de mi mejilla. —Vas a dormir conmigo de ahora en adelante. Mis dedos se curvaron en su camisa. Entonces cabeceé. —Necesitas algo de mí, me dices. Lucharemos esta mierda juntos. Sonó un golpe en la puerta y Crisis gritó. —¿Oigan chicos han acabado de hacer las paces? Joder, estoy hambriento aquí. —¿Emily? —De acuerdo. —Fue un susurro de una palabra, y con esto todos los Lego previamente acumulados en mi cabeza se derrumbaron en el suelo a los pies de Logan. Le estaba dejando entrar de nuevo. Acaricio el lado de mi cara y me apoyé en él, suspirando. —Haz una ensalada con Kat. Nosotros haremos la carne y las papas a la parrilla. ¿De acuerdo? Asentí. Tomó mi mano y nos sacó de la oficina. Cuando los chicos gritaron que los filetes estaban listos, Kat y yo llevamos la ensalada y el vino fuera a la mesa al lado de la piscina. Nunca hacía falta la conversación mientras los hombres compartían historias de los bares en los que se habían presentado y entonces la emoción sobre la adquisición de su nuevo manager Daryl. —¿Cuánto tiempo se van a quedar? —pregunté, incierta de cuáles eran los planes de Logan. —No estoy seguro todavía, cariño —respondió Crisis—. Pero me gusta quedarme aquí si eso significa que puedo ver dos tías guapas cada mañana. —Crisis guiñó un ojo, pero cuando miró a Logan, dio marcha atrás—. Desde la distancia. Como a una milla. Tal vez diez kilómetros. Joder, lo siento cosita rica, pero no voy a admirarte en absoluto. Sólo admirare a Kat. Kite se rió entre dientes.

—Puedes admirar a todas las chicas que quieras en la fiesta. —Joder sí. Dulces culos en abundancia. —Crisis movió las cejas—. Este caballo necesita algunos saltos. —Eres un cerdo. —dijo Kat riendo. Crisis se inclinó y puso su brazo alrededor de ella, tirándola más cerca. —¿Qué tan alto puedes saltar, ricura? —Ella no salta. KitKat ara a través de ello. —Ream tiro de su silla hacia atrás, recogió su plato y se fue adentro. Hubo un fuerte sonido y luego un estruendo. Entonces la puerta se cerró de golpe. —Mierda, Kat. ¿Nunca vas a decirnos que carajos pasó entre ustedes? —Kite se reclino hacia atrás y estiró sus piernas, cruzando los tobillos. —No. —Ella empujo su silla hacia atrás y cruzó las piernas—. Y no importa, nunca voy a tocar eso otra vez. Crisis tosió ―mentira‖ bajo su aliento, y Kat lo golpeó en el brazo. Él lo froto y fingió un puchero. Logan se puso de pie y me llevó con él. Se inclinó y susurró —¿Me ayudas a lavar los platos? —Sí, seguro. —Pude haber estado desaparecida de la vida de Logan durante dos años, pero sabía exactamente lo que estaba haciendo. Tiempo a solas. Tres viajes con platos a la cocina, y luego estaba enjuagando los platos en el fregadero cuando Logan apareció detrás de mí y barrió el pelo a un lado con el ligero toque de su dedo. —Eme. ¿Por qué haces eso? Tenemos un lavavajillas. —Cerro el grifo, tomó mis manos y dio la vuelta para enfrentarme a él. Entonces me agarró por las caderas y me levantó en el mostrador. —Logan. Puso su brazo alrededor de mi cintura, la otra en mi nuca. —Joder, me encanta cuando dices mi nombre. Necesito probarte otra vez, nena. —Me jaló hacia él. El calor de su boca golpeo en el blanco justo debajo de mi oreja y provoco piel de gallina en mí. Deposito suaves besos hacia abajo, su lengua jugando, degustando. —Me gusta cómo te sacudes en mis brazos. Es como si tu cuerpo no pudiera esperar para estar con el mío. —Apretó el brazo alrededor de mi cintura—. Lo sabe. Todo este tiempo, ha sabido que eres mía. Cerré mis ojos, mi cabeza inclinada hacia atrás. Oh Dios. Lo que él me hacía... —Eme. No sé por qué, y juro que no estaba sola en esto, pero cuando un chico pone tu pelo detrás de tu oreja, es... bueno es el movimiento más erótico, atractivo y quita bragas y Logan lo hacía todo el tiempo, así que me derretí, a lo grande. Calor líquido corrió a través de mí, y lo dejé. Encontré sus ojos y el explosivo deseo me golpeo, duro. La cabeza de Logan se inclinó, los ojos estaban ardiendo con ansia; sus labios estaban ligeramente separados.

Derretida no era suficiente; estaba hirviendo. Susurró mi nombre nuevamente, entonces reclamó mis labios; Yo era suya. No es que haya sido de otra persona. No, siempre he sido suya. Presiono en mí, duro y caliente, implacable mientras su boca tomó la mía en un lenta necesidad, una exploración de lo que tanto anhelaba. Mis brazos se envolvieron alrededor de su cuello, dedos curvados en su pelo, agarrando, sosteniendo, nunca dejándolo ir cuando jale e incline la cabeza para llevarlo más profundo. Su gemido vibró en mi boca y mi cuerpo tembló. Sus manos se apoderaron de mi culo. —Piernas, Eme. Envolví mis piernas alrededor de su cintura y cruce mis tobillos. Nunca querría dejarme ir. De él. De Logan. Él siguió besando mi cuello e incline mi cabeza hacia atrás, los ojos cerrados, suspirando cuando su lengua se sacudió a través de mi cálida piel. La humedad entre mis muslos había mojado mis bragas, y esa intensa punzada se agudizo. —Logan. —murmure. Él gimió contra mi garganta, su mano subiendo entre nosotros para hacer círculos en mi pezón entonces apretó ligeramente. Jadeé. —Cristo, te extrañe. —Él continuó haciendo círculos en mi pezón, luego exprimió—. No desperdiciemos más tiempo. —Su otra mano me mantuvo en su lugar sosteniendo la parte de atrás de mi cabeza mientras encontraba mis ojos. Flexione mis muslos, y sabía que él lo sintió por la forma en que su mano apretó las hebras de mi cabello. Me lo imagine por encima de mí, mis muslos alrededor de él mientras se deslizaba dentro de mí, la plenitud, conduciendo en mi duro y lento. Entonces me imaginé a Logan mirándome antes de que llegara, antes de que yo lo dejara ir para reunirme con él. —Jodido infierno, Sculpt. —Kite paseó en la cocina y tiró su cerveza en la caja vacía en el piso. Intenté desenganchar mis piernas, pero Logan no me dejo cuando agarró mi muslo. Se recostó en mí y murmuró. —Quédate. No te muevas hasta que te lo diga. Kite abrió el refrigerador y agarró otra cerveza. —Será mejor que salgas. Ream está de vuelta y parece que está golpeando de nuevo más que unas cuantas quemaduras. —Mierda —dijo Logan—. ¿Crisis? —¡Provocándolo! —Kite abrió su cerveza, y sonó un siseo. —Joder. —Logan soltó mis piernas, puso sus manos en mis caderas y me ayudó a bajar del mostrador—. Tengo que lidiar con esto, Mouse. —Está bien, voy a terminar aquí. Logan agarro mi mano. —No. No te vas a quedar aquí limpiando. Lo haré mañana.

Salimos a la piscina, Kite detrás. Crisis, Kat y Ream estaban allí y se estaba calentado. Los adoquines grises brillaban bajo las luces que rodeaban la piscina. El agua brillaba y la luz de la luna se reflejada en la superficie lisa. —Vete a la mierda, Ream —gritó Crisis—. ¿Cuál es tu problema? —Tú eres mi problema, imbécil. Quita tus manos de ella. —Los ojos de Ream se dispararon a Kat—. ¿Vas a tirártelo también? ¿Vas a follar a cada tipo que mire en tu dirección? ¿Has pensado en pedir dinero? Serías rica por ahora. La cara de Kat palideció, y sospechaba que si Crisis no tuviera su brazo alrededor de su cintura, ella se habría desplomado. Su expresión era tan lastimada, los ojos abiertos con horror, la boca abierta con la sorpresa. —¿Estás ofreciendo a compensarme por los servicios prestados? —Joder. —murmuró Logan—. Quédate aquí. —Comenzó a caminar hacia ellos. Ream estaba en la cara de Crisis, siseando sus palabras. —¿El jodido Crisis, Kat? ¿El hombre puta? Esto no va hacia abajo. De ninguna jodida manera. —Ream, necesitas alejarte hombre. —dijo Kite acercándose. —Ream. —La voz de Logan era más que un sonido de advertencia, y lo reconocí bien. —No te pertenezco, Ream. Recuerda. Crees que soy un pedazo de mierda, así que no importa lo que piensas de mí. —Estaba lo suficientemente cerca para ver las lágrimas balancearse en el borde de los ojos de Kat. La cara de Ream cayó, y corrió su mano dos veces encima de su cabeza afeitada. —¿De dónde sacaste esa mierda? Yo nunca dije eso. Yo nunca jodidamente te dije eso. —Me miras como si fuera basura. Yo podría también jugar esa parte. El cuerpo de Logan estaba tenso, listo. Se veía como antes de una pelea, controlado y tranquilo pero mortal. Levanto la barbilla a Kite y luego caminaron detrás de Crisis y Kat. —Dios mío, no creo eso. Pero si sigues con esto, voy a cambiar mi mente. Jodido infierno, Kat, ¿por qué haces esto? Los hombres. Jesús. Kat se deslizó de Crisis y retrocedió. —Ni siquiera fuiste capaz de hablarme después de eso. Ream deslizo su mano a través de su pelo, y se tambaleó un paso cuando perdió el equilibrio. —Kitkat... Yo no podía... No podría enfrentarme a... Kat estalló. —¿No podías enfrentarlo? ¿Hablas en serio? Yo lo enfrente. Lo sabía. Maldición, sabía que pasaría esto. Nunca le dije a nadie por este maldito motivo. —Caminó hacia él, sus manos apretadas en puños—. Todavía lo afronto, Ream. Yo. —Kat lo empujó en el pecho, y él tambaleó atrás un paso—. No tienes derecho a decirme con quien puedo estar. Ninguno. — Chocó ambas palmas contra él otra vez. —Oh mierda. —Logan juró mientras Ream perdió el equilibrio y retrocedió varios pies entonces cayó sobre el borde de la piscina. Crisis rugió de risa.

Tardó varios segundos antes de que él saliera a la superficie farfullando. Crisis aún se reía mientras que Kat fruncía el ceño, su mirada centrada en Ream quien nadaba hacia el lado y salió de la piscina. Sus vaqueros y camiseta se aferraban a su cuerpo como una segunda piel, y cuando miré a Kat, ella miraba a Ream como... si estuviera enamorada de él. Crisis se había doblado, agarrando su estómago riendo. Pero fue la mirada de Ream que me tenía preocupada por Kat. Logan tiene esa mirada, un brillo en sus ojos que sabía que decía travesuras. Ream sacudió su cabeza y las gotas de agua se dispersaron como las de un perro sacudiéndose después de su baño. Parecía indiferente, casual, y eso era peligroso. —Kat…—era demasiado tarde. En el momento en que dije su nombre, Ream voló a ella. Su cabeza bajo cuando sus brazos se envolvieron alrededor de su cintura y la levantó sobre su hombro. Ella chilló, pateó y lucho. —¡Ream! Déjame… —él saltó. El grito de Kat fue cortado cuando desaparecieron debajo de la superficie del agua. Logan miró a Kite. —Necesitamos dar un paso en esta mierda. Kite golpeó a Crisis en el brazo. —No estás ayudando una mierda, imbécil. —¿Yo? Necesita despertarse joder. Yo le estoy ayudando. —Crisis levantó sus manos, fingiendo inocencia aunque sus labios se estaban contrayendo. Qué mierda perturbadora. Me mordí el labio. Logan se mofó. Ream y Kat surgieron de debajo de la superficie del agua y Ream tenía su brazo enredado alrededor de su cintura, ayudando al lado de la piscina. Logan encontró mis ojos y reconocí la chispa, la conocía, la sentía, y me acordé. Me acordé cuando me había enamorado por primera vez de Logan. Se acercó, un paso lento, casual. Retrocedí un pie tras otro. Sus ojos se deslizaron por mí luego retrocedió otra vez. Entonces, Dios esa sonrisa. —Logan. —Levanté mi mano mientras continuaba caminando hacia atrás. Sus cejas se levantaron para coincidir con su sonrisa. —Logan, no. —Sí, Emily. Me di vuelta y corrí, pero él estaba sobre mí en dos pasos, deslizando su brazo alrededor de mi cintura y llevándome mientras yo pataleaba y gritaba al borde de la piscina. —¡Logan! Logan, no te atrevas. —Enterré mis puños en su espalda—. No. Por favor. —¿Te vas a quedar en mi cama? —No, no. Quiero decir que sí. —No entiendo tu respuesta. Tal vez un poco de agua fría ayudará. —Nooooo. Él saltó en el aire. Grité. Sentí el agua fría descender sobre mi cuerpo, entonces mi cabeza cuando nos

hundimos. Las manos de Logan estaban sobre mí, reteniéndome en su contra mientras llegamos a la parte inferior y él se agachó y empujó. Al momento en que podía aspirar aire, luché por quitarme sus manos para poder nadar a la orilla de la piscina. Logan se reía tanto que no pudo sostenerme cuando pataleé y lo golpeé en el estómago. —Bastardo. —grité. Trate con mucha fuerza de contener mi risa y actuar muy molesta, pero cuando me atrapó en el costado de la piscina y me arrastró a él, sentí sus labios en la parte posterior de mi cuello y luego el toque de sus manos debajo de la camisa, su piel contra la mía. Acaricio mi abdomen luego para arriba a través de mis costillas y... —¿El agua te aclaró un poco? —Mordisqueó el lóbulo de mi oreja—. No estoy pidiendo sexo. Sino que estés en mi cama. Resistir a Logan era como detener un tren de carga con mis manos. —De acuerdo. Vi a Ream alcanzar a Kat cuando salió de la piscina, atrapando su mano. Ella hizo una pausa, giro la cabeza y todo lo que vi fue una incuestionable hostilidad en carne viva. Ream dijo en voz baja. —¿Por qué, Kat? Kat nunca dijo nada, simplemente se alejó y caminó hasta la casa. Entonces, Crisis y Kite se arrojaron al agua.

Capítulo 25 A pesar del agua fría de la piscina, estaba ardiendo. No podía negar que mi atracción por él había catapultado a otro nivel. Esto no era sólo amor, se trataba de un amor debilitante abrumador que no podía ni siquiera comenzar a descifrar. Me agarraba el alma. Joder, era completamente envolvente; ni un solo pensamiento podía ser adquirido sin abrazarlo en mi interior. Logan me enseñó su cuarto de baño de arriba en el tercer piso. Kat y yo nos alojamos en la planta principal, desde que nos habíamos mudado a la granja. Se veía extraño el segundo piso ocupado por la banda y el tercer piso por Logan. Las habitaciones habían permanecido sin uso antes que la banda llegara a excepción de una en el segundo piso en el lado sur. Kat la había estado utilizando como una sala de arte; ahora que estaba ocupada por Crisis, cuando se quedaba aquí. El baño pasó a tener todos mis artículos de higiene establecidos; aparentemente Logan los trasladó desde el baño de abajo. Tomó mis manos, las mantuvo a mi lado, y luego inclinó la cabeza y me besó. —¿Cuándo tú...? —Envié un mensaje a Kite cuando estabas trabajando con el caballo. —Me acarició la mejilla y luego asintió con la cabeza hacia la derecha—. Usa la camisa en la cama, nena. —¿Qué? Cogió un botón de mi camisa blanca de hombre. Fui a objetar y decirle que tenía mis propios pijamas cuando él frunció el ceño. —Verte en mi camisa es dulce. Y esta noche quiero dulce. Maldita sea. Basta. ¿Por qué tenía que decir cosas así? Quiero decir qué chica no quiere oír a un chico diciéndole que la quería en su camisa. Que quería dulce y ella sería dulce en su camisa. Mi boca se abrió y luego se cerró de golpe mientras él se acercó, encendió los grifos. El chorro de la ducha cayendo. Ajustó la temperatura del agua. Se puso de pie con la espalda recta. —¿Necesitas ayuda para quitarte esa ropa mojada? Puse los ojos en blanco. —Fuera. Logan sonrió levantando las manos. —Tratando de ser útil.

Dejé que mis labios fruncidos se deslizaran, y sonreí. No pude evitarlo, viendo a Logan reír y la sonrisa era contagiosa. —Afuera. Ahora. Observando a Logan casualmente andar a zancadas por el baño, admire su culo en sus pantalones vaqueros mojados, los músculos de su espalda como cables visibles debajo de su camiseta blanca aferrada a su cuerpo como una segunda piel. Me incliné y sentí la temperatura del agua perfecta. Quite mi ropa, las colgué en el toallero luego di un paso bajo la ducha caliente. Me lavé lo más rápido que pude para evitar que la imagen de Logan me afectara cuando pasé las manos sobre mi cuerpo. Estaba imaginando que mis toques eran sus manos sobre cada centímetro de mí. Todo lo que había hecho, lo había hecho para salvarme. Para salvarnos. Lo estaba dejando entrar, y él me estaba dejando entrar. Esta noche iba dormir junto a él, y me sentí mareada y un poco nervioso, pero era un nerviosismo bueno. Cerré los ojos, las manos contra la pared, el agua golpeando en mi cuerpo como había estado durante mi cautiverio hace dos años. Sus manos habían estado en mis caderas, los dedos clavándose en mi carne mientras me follaba por detrás ese día en la ducha. Sus labios mordisqueaban en el hueco de mi cuello mientras desaceleraba, entrando y saliendo. Gemí, suplicando para que él fuera más duro, más rápido mientras salía, envolvió las manos alrededor de mi cabello y tiró mi cabeza hacia atrás para poder tomar mi boca con un beso profundo cruel, que tenía mi cuerpo gritando por más. Él había estado en lo cierto. Fue grabado en mí, y ninguna cantidad de tiempo o de lavado iba a sacarlo de mí. Tuve que aceptar eso. Realmente lo acepté. Me apoye contra los azulejos a medida que más recuerdos me inundaron. Nunca oí la puerta abierta, ni la caída de la ropa en el suelo, todavía perdida en las garras del deseo. Manos ahuecaron mis mejillas, y mis ojos se abrieron de golpe. Nuestros ojos se encontraron. Los sostuve. El deseo se movió en espiral alrededor de nosotros atándonos juntos. Logan inclinó la cabeza, el agua golpeando sobre él mientras se inclinaba más cerca. Cerré los ojos y lo inhale. Él era parte de mí. Logan nunca me había dejado. Y sabía que incluso si lo negáramos, nunca conseguiría sacarlo de mí. El amor no funciona de esa manera. —No puedes tocarte sin mí. Gemí, y eso fue todo lo que hice antes de que sus labios se estrellaran sobre los míos. Nuestra necesidad era tan intensa que cada parte de mi cuerpo me dolía. No había nada dulce en su beso. Su fuerza era dolorosa, implacable, y me robó el aliento. Mis manos estaban sobre él, agarrando, acariciando, tirando de su pelo un minuto y acariciando su espalda al siguiente.

—Emily —murmuró mientras su boca quemaba mi piel y mordisqueó en toda la curva de mi cuello hasta que chupo mi hombro. Sus manos corrían por mis costados a mis muslos y luego volvía a subir. Apoyé la cabeza hacia atrás, con sus manos ásperas acariciando mi piel mojada. Lo necesitaba más fuerte. Yo quería más. Se detuvo. —¿Sigues con la píldora? —Sí. —Gracias joder. Sus manos me dejaron drenando mi cuerpo del calor a pesar de que el agua todavía estaba bajando hacia nosotros. Mis ojos se abrieron de golpe. —¿Logan? —Respiraba con fuerza, y me acerque a él incapaz de detenerme. Lo necesitaba, desenredando la sensibilidad. No sabía cómo ser sensible a su alrededor. Él golpeaba la razón justo fuera del universo. —No te muevas. Di un grito ahogado. Era esa voz. Esa voz profunda, resonante que utilizaba cuando me obligaba a llamarlo Amo. Mi cuerpo se sacudió con el deseo, y deje de respirar cuando lo contemple mirándome. Este hombre controlaba todo sobre mí. —Por favor —le supliqué. —Separa tus piernas. Lo hice. —Amplio. Lo hice, mi pecho subiendo y bajando mientras mis ojos no se apartaban de él. Se acercó, entonces su mano me agarró, y gemí ante su toque. —Shh, Emily. Sin sonidos. —Logan. —Seguí pidiendo. Su mano se apartó, y grite agarrando su mano para devolverla. Pero él me detuvo con una mirada, y mis manos cayeron a mi lado, y sabía exactamente lo que estaba haciéndome. Me haría esperar. Había llenado mi cuerpo con tal necesidad que haría cualquier cosa por él, así que iba a terminar mi tortura dichosa. —Ningún toque. —Las órdenes eran familiares, pero esta vez sabía la intención del hombre que las dijo. Logan me amaba, y maldita sea, sabía que esto es lo que necesitaba. Lo había sabido todo el tiempo, y él me estaba mostrando que no importa lo que me hizo durante aquellas dos semanas, he deseado esto. Quería esto y todavía lo hacía. Él nunca me obligó. Me dio lo que quería, sin embargo, aunque lo intentara negar. Casi me rompí cuando sus dedos se deslizaron entre mis pechos a mi ombligo y luego bajo hasta que se deslizaron hacia atrás y adelante a través de mis pliegues. Mis ojos se cerraron, las piernas me temblaban, y contuve la respiración mientras me torturaba. Las yemas de sus dos dedos en tijeras a cada lado de mi clítoris, apenas tocando luego se devolvió de nuevo. Estaba a punto de romperme cuando llevo sus dedos dentro de mí, y mi cabeza cayó hacia atrás contra la pared de azulejos. Cuando gemí, se retiró, y casi le grite, pero sabía que no obtendría nada haciendo eso, así que lo mire y trague saliva, esperando.

—Buena chica. —Él sonrió, y sus dedos rodearon mi clítoris, lenta y suave hasta que estaba jadeando, la urgencia construyéndose en mí tan intensa. Estaba desesperada por venirme. Pero Logan no me dejó cuando se retiró y bajó la cabeza para succionar mis pezones, primero uno y luego el otro. Sus manos agarraron mis caderas mientras él sin descanso tiraba el sensible pezón con los dientes hasta que vio mi cuerpo tenso y arqueándose contra él de dolor. Luego lo soltó y marco el punto sensible con su lengua. —Date la vuelta. En el momento en que tuve mi mejilla contra los azulejos, tomó mis manos y las puso encima de mi cabeza extendidas en águila. Sus manos se cerraron alrededor de mis muñecas y las encerraron allí. Empujé de nuevo en él y sentí su polla sacudirse, cuando tocó mi culo. Él gimió, y su boca se adentró en el hueco de mi cuello. —Necesito mi polla dentro de ti. Necesito follarte tan duro que temo que voy a romperte. En respuesta, me moví contra él, y soltó mi muñeca se deslizo por mi pecho hasta entre mis piernas, donde comenzó su asalto, trayéndome tan cerca pero deteniéndose una y otra vez hasta que casi lloré. —Logan. Ahora. Por favor. Por favor. —Inclínate hacia delante. —Él dio un paso atrás para que pudiera. Él gimió, y luego sus dedos tejieron en mi pelo y tiró hacia atrás para poder llegar a mi boca. Su beso fue feroz cuando se empujó dentro de mí tan profundo que era casi doloroso. Él me llenó, hinchándose estirando mis entrañas mientras empezaba a moverse dentro y fuera. Su brazo bloqueado alrededor de mi cintura, mis manos apretadas contra la pared, con la boca en mí oído, escuchando su áspera, respiración agitada cuando fue más rápido. —Nena. —Condujo más duro, y me empujó contra él—. No puedo... no puedo parar. —No te detengas. No vuelvas a parar. Empujó una y otra vez, bombeando dentro de mí, el agua golpeando en nuestra espalda y hombros. El agua podía estar en ejecución en frío ahora, pero no me importaba, porque no podía sentirlo. Todo lo que podía sentir eran a los dientes de Logan mordiendo mi hombro y los míos mordiendo mi labio. Cuando llevo su mano entre mis piernas y tocó mi clítoris, grite y me vine más allá del borde, sacudidas largas rebotando a través de mí mientras él golpeaba sin descanso hasta que todo su cuerpo se tensó, y empujó con fuerza una última vez. Las contracciones espasmódicas parpadeaban a través de mi cuerpo cuando él se inclinó hacia mí, con las manos sobre las mías contra los azulejos mojados. Sus dedos se cerraron hasta que nuestros dedos estaban entrelazados en ese momento sentí el tirón de su polla antes de que se retirara. —Jesús —Logan me susurró al oído. Llevó nuestros brazos hacia abajo y luego me encerraron a mí alrededor. Besó el lado de mi cuello—. Nunca te hubiera follado si no quisieras. Nunca. Cuando estábamos juntos... Eme, éramos sólo tú y yo. Nadie más. Tenía miedo allí también, y yo te necesitaba. —Salió de la ducha y busco una toalla—. Ven aquí.

Apagué los grifos y me acerque a él. Secó mi cuerpo, lento y suave, tomándose su tiempo. Era erótica la forma en que sus manos recorrían mi piel en un movimiento rítmico con la suavidad de la toalla. —¿Estás bien? Asentí con la cabeza. Solo me había dado un orgasmo para matar a todos los orgasmos. Sí, estaba bien. Asintió con la cabeza una vez y luego cogió una toalla y salió del cuarto de baño. Me quedé mirándome en el espejo, mi piel rosa del agua y las manos de Logan. Pude ver sus marcas de dientes en mi hombro izquierdo y la otra marca roja más arriba, debajo de mi oreja. Me pasé un dedo a través de ella luego hasta mi hombro donde dejó su huella en mí, y luego cerré los ojos y envolví mis brazos a mí alrededor. Todavía lo sentía en todo mi cuerpo, en mi interior como si estuviera nadando a través de mis venas. Lo amaba. Este hombre que me había roto, y al mismo tiempo me salvó. Los dos estábamos rotos tanto en cierto modo. Me di cuenta de que él lo estaba más que yo. Éramos incapaces de repararnos. Pero tal vez era por eso que estábamos tan bien juntos.

Logan Escucho la puerta del baño abierta y su polla saltó a la atención antes de que ella apareciera. Mierda. Era como si las compuertas de la Presa de Hoover9 se hubieran roto. Quería tenerla otra vez tan desesperadamente; era insoportable. Nada, ni siquiera los meses de tortura que había soportado habían dolido más que ser negado por Emily. Logan yacía de espaldas, con un brazo torcido por encima de su cabeza mientras la vio salir del cuarto de baño, vestido con su camisa blanca con botones en el que apenas cubría su culo. Parecía un ángel tímido; estaba nerviosa, sus pasos vacilantes y deteniéndose cerca de la cama. No hizo ningún secreto de su reconocimiento y en cada centímetro de ella. Ella se sonrojó bajo su intensa mirada; y era dulce, y su polla ya estaba hinchada, necesitándola de nuevo. Pensó que había perdido a esta mujer. Pensó que iba a morir en ese sótano frío de mierda. Raul había hecho un número, destripando a Dave justo en frente de él, y eso fue sólo el comienzo. Ser un luchador no ayudó contra las cadenas que sujetaban sus músculos estirados más allá de su límite. Podía recordar oír el clic de la puerta, el paso lento inevitable de Raúl mientras caminaba en la oscuridad hasta que el padre se puso de pie frente a su hijo. Entonces Raúl hizo la misma pregunta que le hacia todos los días durante meses. 9

La Presa Hoover (Hoover Dam, en inglés) es una presa de hormigón de arco-gravedad, ubicada en el curso del río Colorado, en la frontera entre los estados de Arizona y Nevada (EE. UU.). Está situada a 48 kilómetros al sureste de Las Vegas.

—¿Dónde están? Y Logan dio su misma respuesta. —Vete a la mierda. —Él sufriría mil años antes de que le diera a Emily o la localización de su madre. Deck había trasladado su madre, y Emily estaba a salvo en la granja con Deck y sus hombres que aseguraron que nunca nada la tocaría. Sí, estaba jodido después de que Deck la sacó de allí, tomó tres meses para recuperarse físicamente y luego otro poco para conseguir su cabeza bien puesta. Creció con la jodida mierda; sabía cómo hacer frente, bloquear la mierda. Eso no quería decir que no tenía problemas para hacer frente; eso significaba que encontraría una salida, su música. —¿Logan? —Su voz era un susurro suave de dulzura, y empujó su memoria en la caja negra, cerrada con llave de su cabeza. —Nena, ven aquí. —Casi parecía frágil, el aspecto protegido en sus ojos había desaparecido. Había jodido bien fuera de ella. Estaba sobre el maldito tiempo también. Ella se arrodilló en la cama, y la camisa se trasladó hacia arriba para revelar el interior del muslo. Él gimió cuando su polla se sacudió de nuevo. Esto es lo que le hacía a él. Era masilla en sus manos, y lo jodido era que pensaba que tenía el control. Cuando ella comenzó a arrastrarse desde el extremo de la cama hacia él como un gato, casi hizo estallar su carga. Cada músculo se tensó, y jadeaba como un perro en celo. Ella no estaba tratando de ser sexy; era sólo su forma de moverse que enviaba a su libido por el cielo a la derecha en Plutón. No podía verla más la agarró por las axilas y la atrajo hacia él. —Si no estás dolorida, te voy follar de nuevo. Calor brilló en sus ojos, y él quería hacer una reverencia ante los dioses por haberle dado esa mujer. Una gota de agua se deslizó por un mechón de su cabello, y él la atrapó entre sus dedos antes de que cayera sobre su camisa. Deslizó su dedo en la boca y saboreó el aroma de su champú, papaya de coco con un toque de vainilla. Él le dio la vuelta sobre su espalda luego vino encima de ella, agarrando sus manos, así que estaban por encima de sus cabezas. —Mantenlas en la barra. Su pene estaba en plena atención y se endureció aún más cuando la vio someterse a su mando. Ella era tan sumisa, y ni siquiera lo sabía. Maldición, estaba hecha para él. Enroscando la mierda que se hundía. Atornillándolo todo; esta mujer lo tenía encerrado a ella, y él sufriría un millón de Raul con el fin de estar justo donde estaba ahora. —Logan. Y eso de ahí, su suave mendicidad de su nombre podría deshacer a cualquier hombre. Apretó los dientes para no hundirse en ella y no parar hasta llegar. En cambio, endureció su mandíbula y le dio lo que quería y necesitaba. —Usa una mano. Juega con tus pechos. —Él esperó, observando para ver lo que haría, y poco a poco, ella obedeció, acariciando las olas, sus dedos rodeando sus pezones—. Pellízcalos —Su boca se abrió, vacilante al principio, pero lo hizo. Y fue hermoso. Su espalda

se arqueó, y ella se quedó sin aliento cuando sus dedos se cerraron sobre los picos rojos alegres. Maldita sea. —Duro. —Vio la renuencia de nuevo. Necesitaba esto tanto como él lo hacía—. Más duro, Emily. Cuando sus dedos apretaron sus pezones en esta ocasión, vio una mueca de dolor, y cada uno de los músculos tumbados debajo de él se tensó. Perfecto. Joder perfecto. Empujó su mano a un lado y se inclinó hacia abajo y agarró el pezón entre los dientes y tiró hasta que la oyó aspirar aire. Entonces, él arremolinó su lengua suave y dulce en todo la protuberancia, calmando el dolor. —Abre las piernas, nena. —No hubo ninguna vacilación ante eso, y él sonrió mientras llegó entre ellos y sintió que estaba empapada o húmeda. Cualquiera que sea, no importaba. Su pelvis se inclinó hacia él, y negó con la cabeza—. No. Espera. —Quería reír al ver su frustración, el adorable flash de desafío en sus ojos y luego la respiración profunda y su resolución de obedecer. Él deslizó su dedo dentro de ella y gimió. Así apretado. No es de extrañar que su polla la quisiera tan desesperadamente. Él frunció el dedo dentro de ella mientras su pulgar jugaba con su clítoris, haciendo círculos, acariciando, cambiando entre la presión fuerte y suave, sin dejar que su cuerpo supiera lo que iba a hacer después. Observó su rostro, el juego de sus emociones que le decía cuando ella se estaba acercando demasiado y tenía que retroceder. —No puedo soportarlo. Deja de torturarme. Ella estaba un poco enojada, y él no podía permitir eso. Ella debería saberlo. Detuvo el movimiento de su dedo pulgar, pero mantuvo su dedo dentro de ella, completamente inmóvil. La dejó arreglar el error y moverse hacia arriba contra él, tratando de conseguir lo que necesitaba desesperadamente. Joder, era como ser entregado un pedazo de cielo. Casi se derrumbó al ver su cuerpo moverse hacia arriba y hacia abajo en su dedo, y si no acabara de tenerla en la ducha habría dicho a la mierda y la hubiera tomado. —Sin movimientos. Sus ojos se abrieron, y ella dejó de moverse. Hubo esa mirada de pánico en su cara, no de si él la lastimaría, bueno... un poco... pero como si fuera a hacerla gritar. —¿Creo que sabes las reglas? Congelada, ella suplico con los ojos, y quería comérsela en un maldito banquete de dos semanas de fiesta. En lugar de ello, decidió salir a comer y que ella se retorciera en su boca por misericordia. Y él la dejaría gritar, decidió. Sólo escuchar su voz iba a hacerlo venir. Cristo, poco sabía ella que era más una tortura para él que para ella. —Vas a tener que suplicar. —Su boca se torció cuando vio sus ojos cerrarse brevemente y su cabeza hundirse aún más en la almohada. Sí, mejor tumbarse y relajarse, porque iba a tomarse su tiempo en su dulce culo. Besó su camino por su cuerpo, su lengua tomando cada centímetro de su piel de terciopelo deliciosa hasta que llegó a su pubis desnudo. Joder, le encantaba que ella lo mantenía afeitado. Su cabeza se movía hacia adelante y atrás mientras él la tomó en su boca y la chupó. Jesús, sabía cómo el paraíso envuelto en un arco. Él gimió,

la vibración haciéndola estremecerse y temblar las piernas. Empujó sus piernas para que sus rodillas se doblaran más. —Más amplio. —Eso es todo lo que tenía que decir; ella no lo había olvidado. Separó las piernas hasta el límite, y él se acercó para comenzar su fiesta, su lengua rodando sobre su clítoris y luego deslizándola hacia abajo en la humedad y volviendo a subir. Utilizó sus dedos para separarla y se hundió en lo profundo, elevando su lengua en ella. —Oh Dios, Logan. Detente. Ella no estaba en el dolor. Podía oír el placer en su voz. Y si le gustaba, nunca se detendría. Hizo caso omiso de sus súplicas y arremolinó su lengua alrededor de su clítoris, sintiéndola temblar y su espalda se arqueo hacia arriba empujándose a sí misma más en su boca. Ella estaba cerca. Mierda. Él quería que ella se viniera para que pudiera tragar cada centímetro de ella. —Por favor, cariño. Por favor, déjame ir. No podía dejar que eso pasara, no todavía. Deslizó sus dedos en ella y bombeo con fuerza y rapidez, pero evitó deliberadamente tocar donde ardía por él para acabar con ella. Todavía no. —Eme, piernas. —Ella estaba tratando de cerrarlas, de encontrar algún tipo de alivio—. Abre. Ahora. —Obedeció al instante con la esperanza de que él le daría una recompensa antes. No ocurrió. Vivió para verla retorcerse debajo de él. Subió a su cuerpo y oyó su gemido de frustración, pero no iba a dejar que se detuviera. Necesitaba esto tanto como lo hacía. Se detuvo para dar vuelta a su lengua alrededor de sus pezones y luego continuó hacia arriba hasta que estuvo cara a cara con los ojos entrecerrados. —Vamos, Emily. —Él quería sus manos sobre él, tocándolo, poniéndolo en llamas como una maldita ciudad en llamas. Sus manos se hundieron en su pelo, y él tomó su boca, besándola hasta que ella estaba jadeando. Cuando se retiró, vio la completa y absoluta sumisión, y si él no estaba tendido en la cama, estaría en sus malditas rodillas. Le hacía esto a él. —Te voy hacer venir en mi boca. Luego te voy a follar hasta venirte otra vez. —No esperaba una respuesta; ella apenas podía respirar por la forma en que su pecho subía y bajaba por debajo de él. En el momento en que llegó a su coño, sus manos estaban agarrando firmemente en su cabello y su cuerpo se movía. Pensó que se había venido antes incluso de llegar a su destino. —Inclínate para mí. —Cuando ella empujó con su pelvis y miró hacia abajo ese coño brillante, desnudo, llegó un poco, y eso le molestó. Estaba perdiendo el control, y joder si eso estaba sucediendo. A medida que sus ojos vagaban por su cuerpo para cerrarse con el suyo; sabía que esta mujer podía destruirlo. Soltó sus emociones para recuperarla; nunca se sintió tan vulnerable como lo había hecho en las últimas semanas, pero valió la pena. Él la miró mientras ella yacía jadeante. —¿Logan? —Fue una mezcla de súplica e incertidumbre.

—Te amo, Emily. No puedes tomar eso de mí. Nunca. Nadie lo hace. —Él vio que sus ojos se iluminan con sorpresa, y luego bajo sobre ella e hizo su mundo espiral fuera de control, y joder, ella gritó. Cuando él entró en ella estaba floja y flexible por debajo de él. —Piernas. —La ayudó a deslizarlas alrededor de sus caderas, y luego tuvo su camino... bueno, siempre tuvo su camino, pero era todo sobre ella. Siempre. Fue sabiendo lo que ella necesitaba y cuándo. Con el placer de ella, llegó el suyo. Fue lento y se tomó su tiempo, aumentando de nuevo hasta que ella se estremecía y luego lo llamo por su nombre mientras su cuerpo se tensó y se estremeció. Dios, era la más hermosa vista. Emily envuelta alrededor de él temblando, sus labios contra los suyos, el dulce aroma de su piel tan cerca que lo probó. Y cuando se liberó en ella gimió su nombre, con las manos entrelazadas con las de ella por encima de sus cabezas. Cuando Logan se dio la vuelta, se la llevó con él, una pierna encima de él y su cabeza estaba en su pecho. Le acarició el pelo y cerró los ojos, apretándola. —Siempre te he amado, Logan —susurró. Sonrió. —Eme, nosotros... estamos sólo rotos cuando estamos separados.

Capítulo 26 Me desperté con mi cara acurrucada en el hueco de su cuello, mi mano apoyada en su pecho y mis piernas entrelazadas con las de Logan. El olor de él con cada respiración tenía mis entrañas temblando y mi estómago cayendo. Se sentía cálido, seguro y protector. Logan. Era difícil de entender que estaba en su cama. Mi cuerpo dolorido pero todavía queriendo más de él. Inhalé profundamente, y mis pezones cepillaron contra él. Era intoxicante y no quería salir de la cama nunca, pero otra necesidad me impulsó a levantarme. Lentamente intenté deslizar las piernas por debajo de las suyas y levante el brazo que estaba arrojado sobre mi cintura. Había ganado unos centímetros antes de que él gimiera y, con un áspero jalón, me tiró más cerca. —No estoy listo para levantarme —murmuró—. Dame un beso de buenos días, cariño. —¿Qué? —Me has oído. Bésame. Y si es bueno, te dejaré ir. —No seas ridículo —tartamudeé. Uno de sus ojos se sacudió abierto, y levanto las cejas. —Puedo descansar en la cama todo el día. ¿Y tú? —Tengo que orinar, Logan. —Mejor bésame rápido entonces. —Bien. —De verdad necesitaba hacer pis y discutir por esto sólo lo iba a hacer más difícil para mí. Además, quería darle un beso. Alzando mi cabeza para que mis labios estuvieran a la par de los suyos, me incliné hacia adelante y le bese. La segunda humedad conectando a la humedad, me estremecí. —Mmmm. —Me hizo rodar sobre la espalda y se cernió sobre mí. Estaba respirando con fuerza, mi corazón corriendo y todo dentro de mí pulsando cuando me reuní con sus ojos. Hizo esa media sonrisa sexy y sus ojos estaban bailando. —¿Estás bien? Asentí. Demasiado sin aliento para las palabras. Miedosa de que mi voz se quebrara. El peso de él se sentía tan bien, potente y cálido y... y todo Logan. Era mi dulce. Mi paleta y me estaba fundiendo en él más y más. Todavía era incierto por cuanto tiempo, pero por ahora le estaba dejando. Pensaría en mis planes para mudarme más tarde; en este momento sentía como si me estuviera curando finalmente y estaba aferrándome a la espera mientras podía.

Él gimió y retrocedió, balanceando las piernas por el lado de la cama. —Ve al baño. Voy a hacer café. Dos cremas, azúcar ¿no? —Sí. Asintió luego se fue, y me levanté y fui al baño. Bajé con mis pantalones negros y una camiseta rosa. Había atado mi cabello en una cola de caballo baja y luego de contemplar cuánto maquillaje ponerme durante diez minutos, sin querer parecer como si lo hubiese intentado demasiado, porque a pesar de lo que intenté convencerme a mí misma, quería lucir bien para Logan. Acabé con rímel y suave lápiz labial rosa. Entre en la cocina y no creí incluso que él me escuchara cuando asintió hacia el café humeante en la isla. —Tuya, Mouse. Caminando hacia él, no pude evitar admirar su amplia espalda desnuda mientras volteaba algo en la sartén. Se estiro hasta el armario. Había un tatuaje que note anoche en el lado opuesto de su tatuaje de Tear Asunder. Era un caballo encabritado, pero se rompía como un corazón cortado por la mitad. Los bordes dentados divididos por el centro. Los bordes emparejaban perfectamente o al menos parecía como que lo hacían. Entre las dos piezas del caballo había una guitarra con sus cuerdas rotas, y las intensas líneas negras enrolladas alrededor del cuello del caballo. —¿Me oyes? Tire. —¿Disculpa? Se medió volteó hacia mí. —La tostada, nena. Empújalo hacia abajo por mí. Los huevos están casi hechos. —Oh sí. Seguro. —Me acerqué al mostrador y empuje la palanca hacia abajo, y la tostada desapareció—. ¿Quieres jugo de naranja o café? —Sólo un café. Tomó la sartén lejos del quemador mientras yo alistaba los platos. Él recogió una abultada cantidad sobre ambos platos entonces dejo la olla en el fregadero y encendió la licuadora. Todavía se hacía su batido de proteínas. Sonreí cuando fui a la tostadora justo cuando la tostada apareció con un bonito color dorado. No era a menudo que una tostadora hacía su trabajo a la perfección. Rápidamente las saque y coloque dos piezas en cada uno de nuestros platos entonces les unte de mantequilla. Parecía relajado trabajando en la cocina. Sexy y... Bueno, era caliente tener un hombre parado sobre la estufa haciendo huevos. Si se crió en el recinto con Raul, no podría haber pasado mucho tiempo haciendo cosas como esta. Creo que Raul tenía esclavos para alimentarlos. Lo sentí venir junto a mí, y vi como su mano se colocó encima de la mía. —Estás ahogando el pan.

Miré hacia abajo y me reí, notando los pegotes de mantequilla en una pieza de pan tostado. —Oh. Empecé a limpiarlo cuando él detuvo mis movimientos. Inclinó su espalda contra el mostrador y luego me hizo girar así estaba frente a él, el cuchillo de la mantequilla en una mano y mi otra mano acaparando su bíceps. —Eres linda cuando te distraes. ¿Qué pasa? —Nada. Me apretó. —Trata de nuevo. —Estás cómodo aquí. En la cocina es decir. —Sí, mucha práctica. —Oh. —Eh. —Sólo pregunta. No quería herirlo trayendo a colación su infancia. Siempre había sido muy cerrado sobre su vida. ¿No querría decirme? ¿Me dejaría entrar? —Eme. —Um, bueno te criaste con Raul. Pensé que tú... no sé, no habías aprendido a cocinar. Sus manos frotaron lentamente arriba y abajo por mis brazos. —Ni siquiera vi una cocina allí. Gaste la mayoría de mi tiempo entrenando, pero la comida siempre estaba disponible. Aprendí a cocinar después de que escape y llegue aquí. Mi madre era un fantasma, apenas hablaba, sólo existía. Fue como si toda la adrenalina y lucha que tenía era para protegerme y luego escapar; el trauma finalmente la alcanzó, y se estrelló. Entonces, cuide de ella. Y aprendí a cocinar. —Logan dejo de acariciar mis brazos, y lo miré a los ojos—. Crecí en un lugar de mierda con gente más mierda que no tenía ni moral ni valores. Mi madre intentó protegerme. Ella luchó duro contra esto, para que yo no me manchara por ello. —Para cuando yo tenía seis años estaba observando y entendiendo lo que ella veía, el horror y la repugnancia con quien era Raul. Me protegió lo mejor que pudo. Aprendí la paciencia y persistencia de ella también, la resistencia que era mejor que todos ellos. El luchar me ayudo a liberar mi enojo por lo que le estaban haciendo a las mujeres, y sí, había niños. Todo lo que le importaba a Raul era hacerme el mejor luchador que podía. Así que me quedé sin tocar por la mayoría. Pero mi madre... —Descanse mi cabeza sobre su hombro y apreté mis brazos; lágrimas corrían por mi cara mientras lo escuchaba—. Mi madre no tuvo tanta suerte. Ella sufrió. Pero también sabía cómo mantener a Raul feliz, así que hizo lo que tenía que hacer. Para sobrevivir. Para protegerme. Me dio esa voluntad para luchar por lo que quisiera. Para nunca rendirme. Y para proteger lo que amo con todo lo que tengo. —Logan. Lo siento tanto. —Logramos salir. Y aprendí a cocinar. Yo diría que es una cosa malditamente buena para ti. Medio sonreí contra su camisa, y podía sentir su risa retumbar en su pecho.

—Mouse, los huevos se están enfriando. —Agarró los platos, y nos fuimos a las sillas y nos sentamos al lado del otro—. Estás vestida para montar. A pesar de saber lo que llevaba puesto, todavía miré hacia abajo. —Sí. Voy a sacar a Havoc hoy. —Te quiero conmigo hoy. —Bueno, ah yo... Su tenedor cayó en el plato e hizo un fuerte ruido. —No corras. —No lo estoy. —Y por primera vez, lo decía en serio. Agarró mi barbilla y me hizo mirarlo. —Dilo. —¿Qué? —Intente quitar su mano, pero él sostuvo con firmeza—. Dime que no estás corriendo. —No estoy corriendo. Me dejo ir y asintió con la cabeza como si estuviera satisfecho con mi respuesta. —Vas a conocer a mi mamá. No hoy, pero lo harás. —¿Qué? —Oh Dios. —Tu mamá ya no es parte de nuestras vidas, y sé que no la has visto en años. Ahora vas a conseguir a mi mamá. Me tensé. —¿Cómo lo sabes? —Pero yo sabía la respuesta. Deck. Tenía que ser Deck. En los dos años que Logan había estado vacante de mi vida, Deck debe haberlo mantenido informado. Por eso llegó a mí. Oh Dios, todo este tiempo, Logan había estado velando por mí. Eso podría explicar la cosa del ―amigo‖, lo cerca que parecían ahora. Deck y Logan habían estado hablando durante los últimos dos años. Cuando me reuní con sus ojos, él sabía que yo lo sabía. —Sí, Eme. Mantuve pendiente de ti. Deck se aseguraba que estabas bien. Tenía que estar seguro de que eras atendida. Aunque no podía estar contigo. Incluso si esta mierda me alejaba de ti, sabría que eras atendida. Ahora, ve a cambiarte. Usa los pantalones vaqueros y una blusa blanca sexy. Te llevo en mi moto, vamos a montar un rato después por un helado. Fue entonces cuando lo dejé ir. Toda la desconfianza, el dolor, el sufrimiento. Lo dejé ir todo, y dejé que la seguridad de Logan envolviera mi corazón. Era mío, yo era suya y quería que me protegiera. Y no era porque fuera pasiva o débil o indefensa. Era porque él me daba todo lo que necesitaba. Una básica necesidad pura y cruda que él llenaba porque le importaba. Logan debe haber intuido algo de mi epifanía, porque estaba allí, extendiendo su mano y llevándome en sus brazos. Logan era mi avalancha. Se estrelló en mi vida otra vez y limpio todo lo malo entre nosotros, hasta que yo estaba desnuda con nada excepto la aceptación por lo que nos pasó. No era yo nada más, éramos nosotros.

Pasamos el día en su motocicleta, comiendo helado, y hablando, nos reímos. Fuimos a la ciudad y vimos a Georgie en la cafetería luego cenamos en el Brazen Head donde comimos por primera vez cuando éramos una nueva pareja hace dos años. Logan incluso me besó afuera, contra la pared como había hecho en aquel entonces. Llegamos en un tiempo récord a la granja, incluso aunque Logan se encargó de obedecer las leyes de tráfico. Él una vez me dijo que le gustaba conducir rápido, pero cuando yo estaba con él, su carga era más valiosa que su placer. No paramos para charlar con Kite y Ream que estaban sentados en la cocina; en cambio, Logan me arrastró arriba e hicimos el amor, caliente, duro y rápido. Entonces me quedé dormida anidada dentro de su abrazo. Me desperté con Logan acariciando mi cuello, su pierna entre las mías cuando deslizó su mejilla en mi espalda. Su brazo cubriendo mi cadera, sus dedos jugando sobre mi estómago. Sonreí mientras los escalofríos corrían a través de mi piel cuando su lengua de terciopelo lamió la parte sensible debajo de mi oreja. —¿Mouse? —Las graves palabras susurradas hicieron que mis entrañas dolieran por ser tomadas otra vez—. Puedo sentir los latidos de tu corazón. Enlazando mis dedos con los suyos, jale de él más cerca. Estábamos todavía desnudos, y su polla saltó contra mi culo. —Ponlo dentro de mí, cariño. Se tensó. Sonreí. Entonces dejó ir mi mano y sus dedos viajaron por mi piel hasta que se deslizaron al calor entre mis piernas. —Joder, estás mojada. —Siempre estoy mojada para ti. —Sí. Amo eso. —Desenredo nuestras piernas luego en un lánguido y lento movimiento se empujó a sí mismo dentro de mí. Gemí y me empuje contra él. —¡Maldita sea! Estás tensa. Fue sexo lento antes del desayuno, no la dura necesidad desesperada de anoche. En cambio, me abrazó, nuestros cuerpos conectados, despertando del sueño con un lento viaje hasta caer al éxtasis. Fue caliente. Logan besó mi cuello, mi espalda y me sostuvo contra él mientras murmura palabras dulces de amor en mi oído. Cada sensación estaba grabada en mi mente, tal como él era. Estábamos gravados en piedra. La mañana fue perezosa mientras hicimos el amor dos veces más, cada vez más intensa que la anterior. Yo estaba en carne viva y dolorida, pero en cuanto me tocó, estaba lista para él otra vez. No había ninguna pretensión, no preocupación, y lo hice como él quería y deje los pensamientos fuera de la habitación.

Antes de las once deambulamos de nuestro nido, y fui a la ducha mientras que Logan fue a hacer algunas llamadas. Estaba en el teléfono cuando bajé, el cabello todavía húmedo. Pude ver a Ream y Kite fuera en la piscina hablando. Logan asintió con la cabeza a una taza en la isla y luego caminó hasta la puerta corredera que conducía a la piscina. Salió y me senté en uno de los taburetes y vi cómo se paseaba de ida y vuelta, sus cejas fruncidas y el pliegue alrededor de sus ojos acentuados. No había ninguna duda de que estaba enojado por algo. Tomó largos pasos; sus músculos flexionándose debajo de su camiseta, su pelo cayendo al azar a través de su frente. Quería encerrarlo en mi abrazo y alejar lo que sea que le estuviera molestando. Pateó una de las sillas del patio, y la derribó. Levanto la mirada. Me vio. Me miro por tres segundos entonces se dio vuelta lejos y comenzó a pasear otra vez. Cuando regresó dentro tiró su teléfono en el mostrador y vino justo hacia mí. Se sentó en una silla, agarró ambos lados de mi taburete y me jalo más cerca así mis piernas estaban entre las suyas. Luego descansó las manos a ambos lados de mis muslos exteriores. —Tú y yo, necesitamos tiempo juntos. Estoy intentando conseguir ese tiempo. —Frotó sus manos arriba y abajo de mis muslos y un estremecimiento se disparó a través de mí—. Pero… —¿Me estás dando un pero? —Alcé mis cejas e incline mi cabeza. Resopló. —Insolente. Sonreí. La primera vez que hablamos de ―peros‖, tomó mi virginidad. Logan se inclinó más cerca y ahueco mi barbilla. —Pero amo la listilla de Emily. Es linda y quiero pasar los próximos sesenta años escuchándola. —Hmm, está bien. —Me incline hacia adelante y me fundí en él, mi boca bajando hacia la suya mientras tomaba lo que había perdido durante demasiado tiempo. —Tengo que encontrarme con Deck esta mañana. Tenemos esa fiesta en una semana y tenemos que hacer algunas cosas. —La fiesta. Claro —Logan mencionó algo sobre una fiesta hace un rato. —Hemos tenido una casi cada año en el bar de Matt desde que la banda empezó, pero este año la haremos aquí. El manager ha organizado unos productores que vienen a oírnos tocar. Ah. Esto era grande para la banda. —Es genial, Logan. Realmente genial. Asintió. —Tal vez podrá ir contigo y pasar el tiempo con Georgie en la cafetería mientras hablas con Deck. Su rostro se oscureció, y su mano se apretó. —No. —¿Por qué no? No tengo ningún caballo hoy o clientes, y puedo montar a Havoc más adelante cuando esté más fresco. ¿Qué voy a hacer sin ti?

—Estar junto a la piscina. Volver a la cama. Ver una película. Prométeme que no dejarás la granja. Y nada de paseos. Quiero que cierres por hoy. —¿Logan? —Algo no estaba bien. ¿Por qué no quería que fuera de paseo? ¿Por qué cerrara? —. ¿Qué está pasando? —Nada, Eme. Me preocupo cuando no estoy contigo. Supe al segundo que dijo las palabras que él evitaba decirme algo cuando su dedo índice golpeó contra mi cadera. —¿No confías en mí? —Jesús, no se trata de eso. —Entonces dime lo que está pasando. Sentí los minutos antes de que él hablara y pude verlo contemplar ignorándome, por la forma en que evitó mirarme. Luego lo hizo y desearía que no lo hubiera hecho porque sabía que lo que iba a decirme no era bueno. —Deck ha estado buscando a Alfonzo. Fue visto en la subasta en la que estaba Raven. Así es cómo nos enteramos de que está vivo. Me sentí mal del estómago. Yo había asumido que Alfonzo había muerto, si no cuando Logan lo había golpeado en una masa sanguinolenta luego cuando el recinto fue desmantelado. Logan ahueco mi mejilla. —Alfonzo no tiene idea acerca de la granja. Los hombres de Deck se han asegurado que ninguno de nosotros haya sido seguido durante semanas. —¿Has sabido esto durante semanas? —Por supuesto que sí. Eso explica por qué me había advertido el tener cuidado, por qué Deck había venido a sacarnos del bar. Por qué Logan me acompaño a la granja de Rob para trabajar con el caballo de carreras. O pudo haber sido como dijo, para estar conmigo. —Semanas, sí. Pero Alfonzo no era una amenaza para ti. Estaba en Nueva York hasta ayer. Pero, el hombre de Deck lo perdió. —Logan me besó y fue lento, persistente y largo—. He intentado cancelar la fiesta, pero no soy sólo yo aquí. Son los chicos. Lo que necesitan. Deck está manejando la seguridad y confía en que la granja es todavía segura. Aunque eso podría cambiar. Asentí. Estaba asustada y nerviosa, pero por alguna razón no tanto como pensé que lo estaría. Estaba más concentrada en el hecho de que Logan había confiado en mí para ser capaz de manejar esto. Porque conocía a Logan y la razón por la que no me había dicho hasta ahora era porque no quería hacerme sentir nerviosa o asustada. —Creo que puedo quedarme dentro y jugar con mi vibrador. Las cejas de Logan bajaron, y sus ojos consiguieron esa oscura intensidad. Era tan sexy cuando escuchaba algo que no le gustaba. —Ese coño no va a ser follado, tocado o jugado sin mí. Lo que necesites, estoy feliz de dártelo. Pero tú, tumbada en la cama jugando sola, no.

Quería reír; en cambio, escondí mi sonrisa, porque pensé que el reírme sería malo considerando que parecía verdaderamente enojado. Me gustó que él quisiera ser el que cuidaba de mis necesidades. Era caliente, y me sentí deseada, atesorada. —Bueno, cariño. —Me encanta cuando me llamas así. Linda y dulce. —Se levantó y se acercó al fregadero y empezó a poner los platos en el lavavajillas—. ¿Qué vas a hacer cuando me haya ido? —Supongo que montare tu caballo, luego descansar junto a la piscina. Dejó lo que estaba haciendo y se quedó inmóvil por un segundo. —Nunca han sido míos, Emily. Cualquier caballo aquí siempre ha sido tuyo. La moto es mi caballo. No tengo nada que pueda patear, morder y tirarme sobre mi culo. —Una moto puede tirarte de culo. —Sí, pero no va a volver para morderme después. —Logan, los caballos no van a morderte. —Pueden levantarse sobre sus patas traseras y dejarme sobre mi culo luego caer sobre mi cabeza con pies grandes que cuestan una fortuna cada pocas semanas para obtener manicura. Me reí. —Quieres decir encabritado y a los caballos no les gusta pisar a la gente. En realidad, lo evitan a toda costa, y sus pies se llaman cascos que necesitan ser recortados cada seis semanas o tendrás caballos gruñones caminando en sobrecrecidos dedos del pie. Para tu información, Sculpt. —Él gruñó bajo y luego dejo el tenedor que tenía en la mano en el mostrador y comenzó a dirigirse hacia mí. Me moví sobre mis pies, pero no a tiempo para evitar su salto hacia mí. Atrapo mi brazo y, de un movimiento, me levantó sobre su hombro. —Mi verdadero nombre. Siempre. —¿De qué estás hablando? —Me burlé. —Mi nombre, dilo. Sabía lo que iba a pasar y esto me dejo vertiginosa dentro. Había pasado mucho tiempo desde que me sentí tan juguetona y relajada. Bien, podría admitir que estoy totalmente e irrefutablemente enamorada. —¿Y qué pasa si no quiero, Sculpt? Golpeó mi culo y comenzó a subir las escaleras. —Voy a follarte todo el día. —Mi ritmo cardíaco se triplicó. —No puedes. Verás a Deck. —Deck entenderá. Apretó mi culo. —Sculpt. Detente. —Pero en realidad, no quería que se detuviera mientras tomaba las escaleras dos a la vez, pateaba la puerta del dormitorio y luego la cerraba, y entonces me tiró en la cama. —Di mi nombre. —Sculpt.

Bajó con fuerza encima de mí, ya arrancando mi camisa. Me sacudí al principio, riéndome hasta que su mano rozo mis pezones, y jadee. —Logan. —dije, sabiendo que si no lo hacía me torturaría por más de lo que yo quería o podría tomar. —Otra vez. —Logan. —No harás eso otra vez, ¿quieres? Dudé. —Dime. —No, Logan. Su boca bajó con fuerza contra la mía, y luego me folló.

Capítulo 27 Tuvimos una semana para tumbarnos junto a la piscina y tener sexo y no hacer nada excepto estar juntos. Él pasaba más tiempo con la banda practicando, pero los chicos se hicieron escasos siempre que podían. Raramente vi a Kat, y supuse que estaba en el piso con Matt casi todas las noches. Si estaban dándonos a Logan y a mí un poco de tiempo a solas o para evitar a Ream, no lo sabía con certeza, pero estaba suponiendo lo último. Georgie apareció con Deck, y nosotras pasamos junto a la piscina mientras Deck y Logan se fueron para charlar. Logan había estado tirando firmemente de las cuerdas de su guitarra, pero lo había superado como nada más excepto los planes para la fiesta. Sabía que era Alfonzo que estaba llegando a él, pero cuando le pregunté me tiró encima de su hombro entonces tomó las escaleras de dos en dos y me llevo a la cama donde me hizo olvidar todo excepto él entre mis piernas. Entonces descansamos un poco, tuvimos sexo y se comimos nuestra siguiente comida en la cama. Fue dulce y me alimentó con uvas y vino. Me domino y yo me rendí a él. Nunca pensé que encontraría el someterme a un hombre de nuevo sensual después de lo que había visto en México, pero no se trataba de eso. Se trataba de someterme al amor que compartíamos. Me di cuenta que renunciar a mi control ante Logan no me hacía débil. Era mi escape. Mi necesidad y él estaba complacido por darme lo que yo necesitaba. Se trataba de una completa actitud receptiva y confianza. Y lo amaba. Nunca había dejado de hacerlo; sólo lo había estado sofocando. —Eme. Levante la mirada. Logan había dejado de tocar su guitarra y me miraba con ojos que eran tan expuestos y reveladores. Sentí que podía ver a través de ellos, todos sus deseos y fuerzas, una pizca de incertidumbre que yacía debajo de las profundidades. Estábamos sentados en el hipódromo como solíamos hacer, y él me estaba interpretando la nueva canción que la banda iba a debutar esta noche en la fiesta. Era suave, cruda, insensible, y trajo lágrimas a mis ojos. Su voz corto a través de las palabras como si le lastimara decirlas. Se llamaba «Torn from You» y era sobre nosotros. Extendió la mano y limpió la lágrima extraviada de mi mejilla. Me apoyé en su mano y sonreí, cerrando los ojos. Nunca pensé que llegaríamos a volver a este lugar. Creo que tenía miedo de la esperanza de que pudiéramos.

—Esa canción va a hacerte famoso. Es hermosa. Te amo, Logan. Puso su guitarra a un lado y luego me agarró, me volcó sobre mi espalda y se cernió sobre mí. Lentamente su peso bajó a mí, y sentí su polla presionar entre mis piernas. Enviando un hambre feroz a través de mi cuerpo. —¿Estás bien con ser follada en medio del campo de los caballos? Me reí, porque había estado en un campo de caballos cuando había tomado mi virginidad. —Sí. Estoy bien con eso. Ahora dame un beso —le ordené. Él se rió entre dientes. —Te lo estoy influyendo. —Entonces deja de bromear y pon tu polla dentro de mí, estrella de rock. —Jesús, Eme —Él gimió, y su boca se estrelló en la mía. Fue duro, y era Logan tomando lo que yo le daba con cada parte de mí. Nos estábamos poniendo la ropa, bueno yo lo estaba; él se estaba subiendo los vaqueros, cuando oí la puerta resonar en la distancia. Levante la mirada. —Deck. Logan se giró entonces rápidamente se paró frente a mí mientras yo terminaba de abrochar mi sujetador y tirar de mi camisa. Cuando terminé, me paré a su lado y tome su mano; él la apretó. —Emily. Logan. —Deck levanto la barbilla. Parecía molesto, pero pensándolo, Deck siempre era difícil de leer. Su estado de ánimo podía estar fácilmente fuera porque tuvo un café de mierda esta mañana. —Tenemos que hablar —Dirigió la oración a Logan. Logan se tensó y supe que Deck no tenía un problema con un café de mierda. Se trataba de Alfonzo. —Eme —Logan se agachó y me besó y luego soltó mi mano. —¿Es acerca de él? —pregunté a Deck—. ¿Lo encontraste? —Yo le conté —Logan puso su brazo sobre mis hombros. Deck asintió con la cabeza una vez. —No ha reaparecido aún. Pero sabemos que no ha cruzado la frontera. Tenemos ese ángulo cubierto —Deck asintió con la cabeza hacia mí—. ¿Te importaría darnos unos minutos, Emily? No había ninguna razón para preguntar si podía quedarme. Ambos eran súper protectores y querrían ocultarme esto tanto como fuera posible. —De acuerdo. Voy a empezar a prepararme para esta noche —Empecé a caminar lejos cuando Logan atrapó mi mano y me llevó contra su pecho. Deck caminó lejos de nosotros y nos dio la espalda. Entonces Logan susurro en mi oído con esa voz sexy que avivaba mi deseo una vez más.

—Toma una ducha. Entonces túmbate desnuda en la cama de espaldas. Brazos sobre tu cabeza. Las piernas separadas, las rodillas dobladas. Mi aliento quedo atrapado, y me aleje. —Voy a atarte. De nuevo mi aliento se detuvo, pero porque recordé la última vez que había estaba atada y a solas durante horas. Todavía estaba sacudiendo mi cabeza cuando él metió un mechón detrás de mí oreja y besó la punta de mi nariz. —¿Confías en mí? Así es. A pesar de lo que pasó, sabía que todo lo que él había hecho era para protegerme. —Sí —dije en voz baja. —No se trata de estar indefensa. O de dictar o controlar. Se trata de que confíes en mí para que haga lo que tu cuerpo necesita. Es saber que yo siempre voy a cuidar de ti. Asentí, todavía indecisa ante la idea de unas cuerdas alrededor de mí. Me ponía nerviosa e insegura de mí misma, y sin embargo, quería confiar en él. —Estaré ahí en veinte. Asentí y entonces él me dejó ir, y mientras me alejaba, mi corazón golpeaba con fuerza contra mis costillas. Miedo o emoción bailaba a través de mí. Había una línea muy fina entre los dos. Para cuando Logan entró en la habitación, mis piernas temblaban tanto que la cama estaba sacudiéndose. Sus ojos viajaron debajo de mi cuerpo desnudo entonces arriba. Su expresión para los demás parecería fría, oscura y tal vez incluso tensa, pero lo que yo vi fue más profunda y era asombro. Esto fue lo que me mantuvo sobre mi espalda y evito que corriera por mi vida. Parecía tan anonadado por la vista ante él, y toda mi confianza se disparó, porque yo podía hacerle esto. Pateó la puerta cerrada y el ruido me hizo saltar, pero me quedé en la posición que me había pedido. —Emily —Sus ojos estaban en mi coño y juro que la humedad en el interior estaba bajando por mis muslos al tenerlo mirándome así—. Jesús —Sus ojos llegaron a los míos—. No te merezco. —Logan —Quería que dejara de estar ahí y viniera a mí, pero él se estaba tomando su tiempo, admirando la vista y dejándome más caliente. Yo estaba moviéndome con inquietud a medida que mi necesidad aumentada—. Por favor. Caminó hasta la cómoda en la pared y abrió el cajón inferior. Lo escuché buscar alrededor y luego se enderezo con un pañuelo de seda negro en sus manos. Mi pecho empezó a agitarse. La cama se hundió.

Se arrodilló junto a mi cabeza, la seda cayendo sobre su muñeca cuando se estiró a mis manos. Tire y él frunció el ceño. —Estás a salvo, nena. Asentí, pero la idea de estar atada otra vez e incapaz de escapar hacia que mi estómago se revolviera. Dejo que la bufanda yaciera sobre mis muñecas entonces ahueco mi barbilla y giró mi cabeza a él en vez de mirar a la bufanda. —Siempre puedes decir no. Una palabra y me detengo. Creo que necesitas esto. Lo necesitamos. Quiero tu confianza, y para conseguirlo tenemos que trabajar a través de lo que pasó. Cambiar lo que sentiste en algo hermoso. —Lo he hecho —respondí, y fue una mentira. —No, nena. No lo has hecho. Vi tu cara cuando mencioné que te ataría —Logan se inclinó hacia adelante y me besó—. No estás lista, esperaremos. Dejó la cama llevándose la bufanda. El cajón abierto, y la decepción que sentí fue abrumadora. Yo quería esto. Yo quería que él tuviera el control. Necesitaba dejarme ir, completamente. Quería borrar los malos recuerdos con unos buenos y Logan podría hacer eso. —Está bien Logan dio la vuelta. —Por favor. Yo lo quiero. Confío en ti, Logan. Se acercó a mí y deslizó la seda sobre mis muñecas. Sentí el deseo nadar a través de mí para reemplazar el miedo. El material suave acariciaba mi piel como la punta de una pluma mientras él planeaba en cada brazo y bajaba de nuevo. No fue áspero y ni brusco, sino suave y fresco contra mi carne caliente. Lentamente envolvió la seda alrededor de mis muñecas por encima de mi cabeza, pero no las ató a los peldaños de la cama como pensé que iba a hacer. —No estás lista para eso. En otro momento. Lo estaba. Quería lo que él quería de mí. Acarició el lado de mi cara. —Quiero que te rindas y me des todo de ti misma. El miedo no es parte de eso. Salió de la cama y comenzó a desnudarse, y lo observe, deseando tocarme a medida que cada pieza de ropa caía al suelo. Luego él subió desde el fondo de la cama, así su cabeza estaba entre mis piernas. Yo estaba aferrando las barandas de la cama con tanta fuerza que oí el crujido de mis movimientos. Me estaba arqueando hacia él, queriendo que me lamiera, que me diera lo que ansiaba. Lo que necesitaba. —No te muevas —Ordenó, y el sonido de su profunda y resonante voz disparó una ola de deseo a través de mí. Se inclinó más cerca, y pude sentir su aliento en mi coño, un calor tan ardiente y abrasador que estaba lista para gritar solo para que me tocara. Sabía que mi dulce tortura duraría más.

—Estás hinchada y brillante. Dios, Emily. Tú eres mía. Este coño es mío. Nada lo toca excepto yo. —Cariño. Por favor —Mis rodillas temblaban tanto que él tenía que afirmarlas con sus manos alrededor de mis tobillos. Entonces extendió mis labios, separándolos y me tocó con su lengua. Gemí y me hundí más en la cama cuando él comenzó a chupar con intensidad y dureza, y luego suave y dulce. Arrastrando mi humedad con su lengua y luego arremolinándola sobre mí, tenía mi cuerpo entero arqueado para encontrarse con él. Incapaz de tocar, tenía mis manos atadas juntas y Logan tenía total control sobre mi cuerpo; era una descarga de puro éxtasis. Entregarme a él, confiando en él para hacer lo que yo necesitaba, lo que mi cuerpo deseaba. Estaba cerca de estallar cuando condujo dos dedos dentro de mí al mismo tiempo que chupaba duro mi clítoris. Grité, arqueándome y él puso su otra mano sobre mi estómago para mantenerme quieta. Apartó su cabeza. Gemí. —Oh Dios, Logan. Por favor. —Todavía no. Espera, Emily. Cada vez, a menos que te diga lo contrario. —Luego se dio la vuelta y tumbado sobre su costado a mi lado, su polla a pulgadas de mi boca, tan cerca que hubiera podido sacar mi lengua y tocarlo. Lo deseaba, Dios, yo deseaba probarlo. —¿Quieres esto? —Él se apoderó de su polla en la mano. Asentí. —Bien. Porque te lo voy a dar —Sus rodillas llegaron a ambos lados de mi cabeza, y luego bajó hasta que la punta de su polla estaba tocando mis labios—. Abre. Toma todo de mí. Voy a llegar dentro de tu boca, nena. Abrí y su cálida dureza entró en mi boca y envolví mis labios alrededor de él, saboreando el dulce pero salado liquido preseminal en la punta de mi lengua. Se puso rígido y gimió. —Oh mierda —Acomodándose encima de mí, y luego sentí sus manos empujar mis piernas abiertas. Chupé mientras él se movía hacia arriba y hacia abajo, follando mi boca mientras conducía sus dedos dentro de mí, lamiendo y chupado hasta que estaba gritando por dentro, queriendo la liberación. Sin embargo cada vez que me acercaba, él retrocedía. Sus bolas golpeaban mi cara mientras él bombeaba duro en mi boca una y otra vez, y yo sabía que estaba cerca cuando empezó a chupar despiadadamente. —Ahora, nena. Chupe su dura polla, tomándolo profundo dentro de mi garganta, mis muñecas tirando contra la bufanda de seda mientras mi cuerpo se arqueaba entonces alcance su apogeo al mismo tiempo que lo sentí tensarse. Su polla estaba profunda en mi boca, y el chorro de su semen se deslizó por mi garganta. Trague y gemí, engullendo más cuando él llego al mismo tiempo que yo lo hice. Fue hermoso y él me estaba dando todo lo que yo quería. Se trasladó, dándose la vuelta y me tiró en sus brazos.

—Te amo, Eme —Acarició mi espalda luego mi trasero, entonces arriba otra vez hasta que sus manos deshicieron los amarres, y finalmente pude tocarle. Y con mis manos en su pecho sintiendo sus latidos y mi cabeza anidada en el pliegue del brazo me quedé dormida.

Capítulo 28 —Mouse. Desperté con la voz atractiva de Logan, pero no estaba a mi lado. —La fiesta ha comenzado. Vamos, nena. —Mierda. ¿Me dejaste dormir? —Lo necesitabas. Me estiré como un gato después de una buena siesta y sentí el dolor dulce en mi mandíbula y sonreí. Maldita sea, nunca había hecho nada tan erótico como anoche. El pensamiento de Logan envió una onda de calor a través de mí. Un calor que llenó mi corazón y lo hizo sentirse, completo. Y cuando mire a Logan parado al final de la cama vestido en vaqueros oscuros y una camisa de vestir con botones de raya diplomática morada, caí totalmente enamorada de nuevo. Podría quedarme aquí durante horas y admirarlo con su pelo de dormitorio delicioso y camisa morada que mostraba sus ojos rojizos. Frunció el ceño. Lamí mis labios. Dios, lo amaba. Pareció tan confiado y seguro de sí mismo aunque esta noche la banda tuviera que impresionar a algunas grandes figuras en la industria de la música. Probablemente yo estaba más nerviosa. No podía creer que este hombre fuera mío. Nunca renuncio a mí. Nunca perdió la esperanza de nosotros. —¿Puedo conseguir un beso? —Ahora mismo, todo que quiero hacer es decir que se jodan y avanzar lentamente atrás en la cama contigo. Por lo tanto venir un poco más cerca... es una mala idea. La sabana bajó a mi cintura cuando me senté y lo oí gemir. —Joder. No había duda no estaba consiguiendo un beso, así que eche a un lado las sabanas y me deslice al borde de la cama. Sus manos apretadas en puños cuando sus ojos viajaron abajo por mi cuerpo desnudo luego volvió a subir. Negó con la cabeza de acá para allá e inhaló una respiración profunda. Se sentía increíble lo que podría hacer a este hombre, haciendo que me quisiera. Siempre me hizo sentir hermosa. Todavía lo hacía, y lo amaba aún más si eso era posible. Aclaro su garganta, pero todavía era un poco inestable cuando dijo: —Te compré un vestido. Está en el cuarto de baño. Me senté.

—¿Me compraste un vestido? Dio un breve guiño. —También hay zapatos. —¿Cuándo hiciste eso? —Habíamos pasado casi cada momento de la semana pasada juntos. —Cuando fui a ver a Deck. Vístete, Eme. Nos vemos abajo. Quiero que conozcas a nuestro nuevo manager. —Salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él un poco fuerte, y me reí. También noté cómo sus vaqueros se habían ajustado entre sus piernas cuando devolví las sabanas.

O Cuando llegue abajo, siguiendo el sonido de las voces en el patio que ahora tenía una tienda de lona blanca enorme, me sentía… bueno hermosa. No podía recordar la última vez que me sentí verdaderamente atractiva. Es decir, definitivamente no cuando era una niña creciendo con la beligerancia constante de mi madre. Logan me contemplaba. Nuestros ojos se cerraron. El tipo con que estaba charlando dejo la conversación y giro para mirarme también. Sí, me sentí hermosa. Logan siempre me había hecho sentir así. No importa que mierda derramara mi madre, todo era mentira. La única manera que ella se sintiera mejor era dejar a alguien más, y ese alguien resultó ser su hija. Mi vestido encajaba perfectamente, una simple asimétrica falda de gasa blanca, cayendo con un escote muy bajo con una espalda cruzada que contrastaba con un forro negro sutil. Logan había puesto un par de tacones de tiras blancos y negros que, sorprendentemente, también encajaban. Me preguntaba si Kat tuvo algo que ver con eso. Después dejó una caja envuelta con un lazo amarillo encima de mi bolso de maquillaje. Jadeé cuando lo abrí, los ojos se me llenaron de lágrimas cuando vi el collar de terciopelo azul. Los diamantes de buen gusto colgaban en una cadena de oro sólido, delgada. Cuando me lo puse, el collar encajaba perfectamente en mi cuello, tocando el centro de mi garganta de modo que pudiera ver mi piel a través del centro de los diamantes. Era asombroso, y durante unos minutos lo admiré en el espejo ya que se acomodó contra mi piel. No estaba segura donde tenía el dinero para ello, pero era de él, y había estado pensando en mí. Cuando vi la nota cuidadosamente doblada debajo de la caja, sonreí. Decía:

―Sin bragas esta noche, Emily. Quiero estar en el escenario sabiendo que estas desnuda debajo de ese vestido. Amo cada parte de ti.‖

Ahora estaba de pie delante de mí y sentí que éramos las únicas dos personas en la habitación. —Emily —Logan pasó su brazo alrededor de mi cintura mientras se inclinó y susurró en mi oído—. Me dejas sin aliento. —Gracias por el collar. —¿Hiciste cómo te pedí? Quise reírme de él usando la palabra ―pedir‖. Logan raramente pedía; hablaba, y se hacía, y no era sólo conmigo. Asentí, y él juró y gimió entonces me besó. —Buena chica. Entonces fuimos separados por una voz. —Ahora entiendo lo que te mantuvo fuera de mi oficina esta semana. Logan me estrecho contra él. Era posesivo y estaba diciendo algo al tipo. —Emily, este es nuestro nuevo manager Daryl. Daryl, Emily. Sacudí su mano y al instante sentí el que calor emanaba de él. Llevaba un traje y corbata que se adaptaba a su forma esbelta, alto, y su cabello era corto y diseñado con estilo. No había ninguna mirada de estrella de rock en él. Era controlado, pero tenía este aire casual que me hizo sentir relajada. Charlamos durante varios minutos hasta que las muchedumbres comenzaran a llegar, y estaba envuelta en la acción ya que Logan me presentó a gente que reconocí del Avalanche, pero generalmente los invitados eran forasteros. Vislumbré a Deck en cierta ocasión, pero estaba en el modo de trabajo, merodeando por el recinto y estando seguro que la seguridad era firme. —¡Emily! —Georgie llamó mientras se apartaba en medio de los invitados y venia hacia mí. Me miro de arriba abajo. —Maldita sea, parece que estas lista para ser follada o sólo fuiste follada. —Se encogió de hombros—. Independiente de, que te esté dando una azotaina caliente. ¿Logan, qué demonios? ¿Ataste a esta chica toda la semana o qué? No he escuchado nada de ella. Sentí que mis mejillas se calentaban en la mención de ser atada, y Georgie típico no le dejó pasar. —Ah, bueno átame. —Me agarro por los hombros y me atrajo susurrando—. ¿El luchador estrella de rock a quien le gusta un poco actividad extraescolar en la cama? Maldita sea, es un infierno de pastelito. ¿Me pregunto si le gusta dar nalgadas? Matt y Kat llegaron, Kat se veía impresionante con su pequeño vestido negro y pelo rubio cayendo sobre sus hombros delgados. Era casi tan alta como Matt puesto que llevaba sus tacones negros puntiagudos y se elevaba sobre mí. Logan se inclinó y apretó mi culo. —Quédate cerca de Matt. Él sabe lo que está pasando. Estas más segura en una multitud, así que no dejes la fiesta. Quiero decir, Eme. Ni por un segundo. —Sabía que se

preocupaba por Alfonzo aunque Deck y sus hombres tuvieran el lugar cubierto—. Si tienes que ir al cuarto de baño o refrescarte, llama a Deck. Tendrá su teléfono. Nadie más. Asentí. —No me gusta estar lejos de ti ni siquiera por un segundo. Acaricie su mejilla y tomó mi mano y besó mi palma. —Mi corazón está reparado, Logan. Tú hiciste eso. —Nena. —Me tiró en sus brazos, sus manos a ambos lados de mi cabeza cuando me besó. Era duro e intenso y me hizo olvidar que estábamos rodeados de personas—. Borraste lo malo en mi vida. Besó mi frente entonces retrocedió. —Tengo algunos ejecutivos para impresionar. ¿Estás bien? —Sí, cariño. Levanto la barbilla a Matt y hubo una mirada entre ellos. Y luego Matt estaba a mi lado, su mano en la parte baja de mi espalda. Logan asintió luego desapareció entre la multitud. Lo vi parar y hablar con Ream que acompañaba a una linda rubia, y luego caminaron hacia el escenario. Fueron más de diez minutos antes de que la banda saliera al escenario, y pude ver a Logan otra vez. Estaba cómodo cuando estuvo de pie frente a la multitud, su confianza era natural, como estar en el escenario era donde pertenecía. Y lo hacía. Sin duda Tear Asunder se hacía grande, y Daryl obviamente pensaba lo mismo. Logan dijo unas palabras a la multitud y los hizo reír y al instante caí bajo su hechizo. Era increíble que este hombre que destilaba autoridad y poder pudiera tener un grupo de ejecutivos elegantes derretidos a sus pies. Cuando Logan estaba en el escenario, era como si nadie hablara a menos que les dijera. Me encendía, pero era mucho más poderoso que eso. Pareció que estaba dentro de mí, haciendo latir mi corazón, mis pulmones respirar. Me hizo sentir completa de nuevo. Él realmente nos reparó. Los ojos de Logan encontraron los míos. Esperé sin aliento entonces me guiñó, y sentí que acababa de barrer sus manos sobre mi piel caliente. —Esta es una nueva canción que tocaremos esta noche llamada ―Torn from you‖ — Cerró sus ojos y asintió con la cabeza tres veces y luego Kite hizo clic con sus palos juntos. Lo trajeron, verdadero y crudo con cada cuerda, cada nota corriendo era una emoción a través de la multitud. La voz de Logan era poderosa, grave y extrema con el coro, luego busco la profundidad suave que envió temblores a través de mi carne durante los versos. —Joder. Son geniales. —Georgie estaba asintiendo con su cabeza al ritmo, y cuando mire a través de la multitud, todos estaban clavados en Logan—. Pienso que tal vez necesito conseguir algo de eso. Mi boca cayó abierta. Georgie se rió. —No es tu hombre, chica. Crisis. Esa lengua podría hacerme maravillas. Rodé mis ojos y Matt gruño, obviamente odiando oír algo sobre Crisis, lengua y Georgie en la misma oración.

El resto de la noche, no vi mucho a Logan, pero a quién realmente vi mucho fue a Deck. Siempre estaba dentro mi vista, y Matt nunca se apartó de mi lado. Era la una de la madrugada cuando todos se despejaron excepto la banda, Georgie, Matt, y Kat. Deck apareció de la nada cuando estábamos tumbadas junto a la piscina. Asintió con la cabeza a cada uno de nosotros entonces habló silenciosamente con Logan durante unos minutos antes de que anduviera por el camino hacia el frente de la casa. Cuando Logan volvió a mí lo mire y él sabía exactamente lo que quería antes de que tuviera que preguntar. —No hay rastro de él. Deck dice que es muy improbable que Alfonzo pueda averiguar sobre la granja a menos que haya estado siguiendo a cualquiera de nosotros, te lo dije, los hombres de Deck han asegurado que no nos ha seguido. Solo estamos tomando medidas de precaución hasta que lo encontremos. No hay ninguna razón por la que querría venir a buscarte, Eme. Sería estúpido si lo hiciera. Sabe que Deck está detrás de él. Deck gritó—:Georgie. Nos vamos. Georgie se acercó a mi lado y lanzó su brazo alrededor de mis hombros. Pronunciaba mal sus palabras, y su peso estaba sobre mí. —Me quedo aquí. —Georgie. Trae tu culo aquí. —La voz de Deck era áspera y un poco enojada. Bien súper enojado. —¡Qué va! No es divertido. No voy con... tigo. —Georgie tropezó hacia adelante avanzado en el pecho de Crisis—. Voy a follar junto al Sr. Delicioso aquí. Los ojos de Crisis se ensancharon entonces puso su brazo alrededor de Georgie. No estaba segura si era porque le impedía caerse o porque iba a sacar a Deck y tomar a Georgie en la cama. —Joder. —Logan juró bajo su aliento cuando Deck vino andando a zancadas hacia Georgie—. Déjalo, Crisis. —Sí. No jodas con esto. —Crisis susurró algo en el oído a Georgie, y su sonrisa se desvaneció y junto sus labios apretados en un puchero borracho. Ella no debe haber oído el enfoque de Deck, pero todos lo vimos, y de repente, estaba siendo recogida y llevada en su hombro como un saco de grano. Nunca dijo una palabra cuando se fue con una Georgie colgando riendo y maldiciendo al mismo tiempo. Logan los miró irse entonces sin mirarme dijo—:Eme. Cama. Ahora. Oh, el cavernícola Logan. No más estrella de rock con el guiño atractivo y sonrisa-paramorir. Dijimos buenas noches a todos, y luego tan pronto como estábamos fuera de vista, Logan me cerró de golpe contra la pared y me besó. —Joder. He querido besarte toda la maldita noche. Su polla presionando en mí cuando sus manos se entrelazaron en mi pelo, y nos devoramos el uno al otro. Era salvaje y crudo con la furiosa necesidad solamente entre

nosotros. No pensé que llegáramos al dormitorio, pero llegamos a las escaleras subiendo, y lo tenía medio desnudo por el momento nos quedamos allí y cerramos de golpe la puerta. Logan no esperó a quitar mi vestido. Tiró de él por encima, y luego me tenía contra la puerta, levantándome. —Piernas —exigió. Envolví mis piernas a su alrededor, enganchando mis tobillos, y luego se hundió dentro de mí. Mi cabeza golpeó la pared con fuerza con cada empuje cuando gimió y me tomó sin piedad, y así lo quería. —Más duro, Logan. Sus caderas empujaron hacia atrás y luego hacia adelante más duro, y sentí que él se hundía aún más en mí. —Oh, Dios. Sí. Logan. Descansó su cabeza contra mi hombro, sus dientes mordiendo mi carne cuando gimió y empujó. —Ahora, nena. Ahora. Estaba allí ya. Cada empuje poniéndome más cerca del borde hasta que gritó mi nombre y me estrellé y grité con él. —Joder. —Se hundió profundamente dentro de mí, y pude sentir los espasmos de su polla. Levantó su cabeza de mi hombro y me besó, duro e implacable. Me llevó a la cama donde me desnudó lentamente, y luego hicimos el amor hasta primera hora de la mañana. Nos quedamos dormimos con nuestras desnudas extremidades enredadas.

Capítulo 29 Cuando me desperté, Logan se había ido, pero había una nota en la almohada, y sonreí mientras la abrí.

―Te amo nena. Estoy en la ciudad en el estudio con los chicos. No dejes la granja, Emily. Matt se está quedando contigo por el día. Cena está noche, mi mama va a venir‖. Oh, mierda, pensé, y entonces termine de leer. ―No tengas miedo, Mouse. Ella te amará. Y yo voy a cocinar. Llámame cuando despiertes‖. Su mama iba a venir, y esto parecía serio porque Logan no había compartido su mamá con nadie tal vez excepto Kite. Me di cuenta que nosotros íbamos a estar juntos, pero todavía necesitaba mi propio lugar. Está era la granja de Logan, y sabía que él decía que era diferente pero se sentía como suya, no mía. No era mi hogar, y aparte de lo que estaba pasando entre nosotros, yo todavía necesitaba eso. La cuestión era cuando y como iba a traer a colación el tema con Logan. Extendí la mano por mi celular y ya tenía tres mensajes: uno de Georgie preguntando qué demonios había pasado la noche anterior y como terminó durmiendo en sujetador y bragas en la de cama Deck, otro de Kat hace diez minutos pidiendo ayuda para reunir a los caballos en el campo este porque traspasaron la valla, supongo que fue Havoc reaccionando a todo el ruido de ayer por la noche, luego un texto de Logan diciendo buenos días y pidiendo que lo llamara. Me vestí rápidamente, un poco adolorida por la maratón de la noche anterior. Conteste a Georgie primero mientras iba a despertar a Matt.

Borracha. Deck te llevo a casa. Y no parecía feliz. Georgie inmediatamente contesto.

No estaba borracha. Pedo. LOL. Siento como si Deck estrello mi cabeza en un lado de su auto. ¿Lo hizo? Me reí.

Sin duda Deck sentía ganas de hacerlo. No que yo sepa. Hablamos luego. Los caballos escaparon ayer por la noche, la fiesta debe haberlos asustado. Georgie me envió una cara triste. Matt estaba inconsciente en la habitación al lado de la antigua mía. Sacudí su hombro. —Oye. Los caballos escaparon. Necesito ir a ayudar a tu hermana a rodearlos. Matt gimió, luego dio la vuelta y echó hacia atrás las sabanas. Todavía llevaba lo que había usado por la noche. —Joder. ¿Cómo hicieron eso? —Tuvimos una fiesta anoche, Matt. Los caballos probablemente estaban asustados por el ruido. Vamos. Si se meten en el camino, alguien podría salir lastimado. —Sí. Sí. Ya me levanto —Matt corrió su mano hacia adelante y hacia atrás sobre su cabeza y cara—. Dame un segundo. Rápidamente llamé a Logan mientras Matt fue al baño, pero fue directo al buzón de voz. —Buenos días, cariño. Diviértete en el estudio. Todavía pensando en lo de anoche y pensando que necesito un poco más de eso esta noche. Después de que se vaya tu madre. Y Logan, gracias. Por querer compartirla conmigo. Cuando salimos al campo trasero, no vi a Kat o los caballos. Mierda, eso significaba que probablemente se habían ido para el vecino o en el camino. —Así que, ¿tú y Sculpt están bien? —dijo Matt, su brazo sobre mi hombro mientras caminamos hasta la colina. Sonreí. —Sí. Lo estamos. Muy bien, Matt. Me apretó los hombros. —Él te ama y… abajo. —Matt repentinamente me empujó lejos de él y me caí al suelo.

Bang. —¡Matt! —Grité cuando lo vi caer en la hierba—. Matt. No, Matt. —Acercarte a él y ella muere. —Alfonzo puso una pistola en la cabeza de Kat, y pude ver sangre goteando de su sien. Ella estaba amordazada, y sus manos estaban atadas a su espalda. Sus ojos eran salvajes con una mezcla de miedo y rabia. —Ven aquí —rugió Alfonzo. Dudé cuando miré a Matt que se estaba agarrando su pierna y tratando de arrastrarse a Kat.

Bang. Grité mientras el cuerpo de Matt se sacudió y cayó hacia adelante sobre su cara.

—No. Detente. Para. Voy a hacer lo que quieras. Alfonzo ardía con odio, sus ojos salvajes e inestables mientras me insultaba. Sus ropas estaban sucias y su cabello grasoso como si no se hubiera duchado en semanas. —Perra, al suelo. Me hundí lentamente a mis rodillas, llorando. Kat hizo un sonido, y Alfonzo levantó su arma y estrello su cabeza contra el barril. Ella gritó y cayó a su lado, y él se adelantó y le propino unas patadas en las costillas. —¡No! —Grite y salte, corriendo hacia ella. Caí encima de Kat para salvarla de las consecuencias de su abuso. Él continuó dándome patadas en el costado hasta que finalmente, se detuvo y me levantó por el pelo y me obligó a arrodillarme delante de él. Alfonzo levantó el arma.

Click. Bang. Grité al mismo tiempo que la bala salió, y vi el cuerpo de Kat sacudirse. —¡Noooo! Oh Dios. Oh Dios. No. Kat —Yo gritaba histéricamente, lágrimas por mis mejillas mientras un charco de sangre comenzó a filtrarse en suelo, manchando la hierba verde. —Cierra la boca, puta —Alfonzo giro el arma hacia mí, y esperé por el dolor mientras me agazapaba sobre Kat apretando, negándome a dejarla ir. —Ellos te crucificarán —le prometí a través de jadeantes respiraciones—. Deck y sus hombres. Logan. Ellos te van a matar. —Mi voz se volvió más estable. Si Kat estaba viva entonces su única oportunidad sería seguir presionando la herida e ir a un hospital. Sobre el hombro de Alfonzo vi la yegua blanca, Havoc. Ella debe haber escuchado mis gritos y el disparo. Sus ojos constantes y observando. Fue lo único que pude pensar, silbe, un sonido largo y agudo. Las orejas de Havoc se entiesaron, y movió la cabeza entonces vino al galope hacia nosotros. Alfonzo escuchó las pezuñas golpeando en el suelo y se dio la vuelta. Hice dos cosas, pulse redial en mi teléfono y luego volé hacia Alfonzo. Caí duro encima de él, mis manos fueron por el arma. Havoc venía galopando hacia nosotros. Alfonzo me dio un codazo entre las costillas y golpeó el viento fuera de mí. Caí hacia atrás, y él llegó encima de mí, empujado con fuerza el arma contra mi pecho. —Me gustan las combatientes. Entre más pelees mejor. Voy a amarrarte y a follarte hasta que sangres. Vas a chuparme y luego cuando termine voy a venderte. Apreté los dientes y me negué a apartar la mirada de él. Havoc relincho detrás de nosotros, entonces me levante, las piernas temblando. Alfonzo se dio vuelta y apuntó con el arma a Havoc. Grité justo cuando la bala salió. Sentí la vibración en el suelo cuando Havoc cayó. —Havoc —grité. Alfonzo enterró su arma tan fuerte en mi pecho que me cortó la respiración. —No te muevas —podía oír a Havoc chillando y golpeando para llegar a sus pies—. Raul debería haber matado a Sculpt cuando tuvo la oportunidad. Ese bastardo era demasiado

ambicioso. Creía que su hijo podría unirse a él y convertirse en su boxeador. Yo lo sabía. Advertí a Raul que Sculpt estaba planeando una mierda. Pero el hijo de puta era demasiado arrogante. Pensó que nadie intentaría derribarlo. —Cuando Logan ponga sus manos sobre ti, desearas estar muerto. Él se rió. —Puede intentarlo. Pero una vez que desaparezcamos de ese mundo, nadie nos encontrará. Ni siquiera esos tipos de comando élite. ¿Y tu novio? Ese bastardo bendecido como demonios está todavía vivo. Tu novio luchador no se parece mucho a un luchador cuando su padre lo torturo durante meses después de que te dejó ir. —Me tragué la bilis en la garganta. Oh, Logan. No—. Apuesto a que no podía caminar ni siquiera cuando lo sacó ese tipo Deck. Ese bastardo logro acabar con nosotros. También encontró a Raul. Pero no me ha encontrado y ahora te tengo a ti. Raul destino a Sculpt una muerte larga y lenta por su traición. En cambio, yo hice mi misión para dejarte tomar su lugar. Alfonzo se levantó y entonces me tiró a mis pies. Él levanto mis manos detrás de mi cabeza y las ato juntas. Miré a Kat, tratando de ver si todavía estaba viva, pero no podía ver nada. Matt movió su pierna, entonces lo vi llegar lentamente a su bolsillo y sacar su teléfono. Estaba a medio camino de alcanzar el teléfono a la oreja cuando cayó y quedo inmóvil. —No puedes dejarlos así. Havoc estaba acostada de lado, su pecho levantándose dentro y fuera, pero ya no había ninguna pelea para levantarse. Sangre oscura y roja impregnaba su bata blanca donde la bala había penetrado en su cuello. Él me tiro hacia la línea de árboles. —Kat —grité. Traté de tirar libre de Alfonzo, pero con las manos atadas por encima y detrás de mi cabeza, rápidamente perdí el equilibrio y caí de rodillas. —Levántate. —Me pateó en el costado, y traté de ponerme de pie, pero no pude. Él tomó mi codo y me llevó a través del bosque hasta que llegamos a la calle donde estaba estacionado un automóvil. Sabía que lo peor que podía hacer era entrar pánico, Logan me lo enseñó. También dijo que nunca entrara en un coche. Ellos siempre tenían la ventaja en un segundo lugar. Sabía que una vez desapareciera, estaría perdida. Logan me había dicho eso. Alfonzo me dijo eso. Él me palpo, encontrando mi celular y maldijo, tirándolo en la hierba hacia la zanja. Recé para que Logan lo hubiera escuchado, pero no sabía, y todo lo que podía hacer era confiar en mi misma en este momento. Abrió el baúl y me tiró allí. No. Esto no iba a pasarme a mí. Me di la vuelta justo cuando él iba a empujarme dentro, y mi codo lo golpeó en el lado de la cara, entonces me agaché al mismo tiempo

cuando él hizo un intento de agarrarme. Tropecé. Cayendo de rodillas en la grava y tratando de levantarme. Sus manos estaban alrededor de mi cintura y fui levantada del suelo pataleando y gritando tan fuerte como pude. —¡Logan! Le dispararon a Kat. A Matt. En el campo de Havoc. Alfonzo —Recé que mis gritos alcanzaran el teléfono. Que de alguna manera, el correo de voz de Logan recogiera lo que estaba sucediendo. El baúl se cerró, y me encontré sumergida en la oscuridad.

Logan —¿Vamos a Avalancha más tarde? —preguntó Crisis—. Después de ver lo caliente que está Georgie anoche, necesito un coño montando rápido esté caballo. Maldita sea, esa mujer es genial. Creo que me vine un poco cuando me dijo que quería cogerme. —Toca ese culo y tu culo no existirá más. Eso es de Deck. —Kite lanzó sus baquetas en el aire, las atrapó y luego las coloco en su bolsillo. Logan miró su teléfono y sonrió cuando vio una llamada perdida de Emily. Su polla tembló cuando su dulce voz sonó en su buzón de voz. —Qué demonios, Kat es de Ream, pero él no lo está haciendo con ella, y Georgie es de Deck y él no lo está haciendo. Yo estaría haciéndolo con ellas, joder al mismo tiempo. —Jesús, Crisis —dijo Kite. Logan miró a Ream que estaba parado con la mano en el picaporte listo para dejar el estudio. El buzón de voz pasó al siguiente mensaje, y mientras él esperó su voz otra vez dijo— :Voy a tener una cena con mi mama esta noche chicos. Emily… joder. —Logan corrió hacia la puerta, presionando el teléfono en su oreja. —Hombre. ¿Qué? —dijo Kite. —¿Sculpt? ¿Qué diablos? —dijo Crisis, siguiéndolo. Ream abrió la puerta de golpe—. ¿Sculpt? —Llama a la policía y que una ambulancia nos encuentre en la granja —Ream agarró su brazo mientras los gritos de Emily iban a través del teléfono. —Joder —gritó Logan. No, de ninguna jodida manera. Alfonzo no iba a conseguir a su mujer. Logan nunca había sentido esta intensidad de miedo y rabia cortando a través de él. Necesitaba controlarse antes de que lo perdiera completamente. Presiono el teléfono más duro en su oído y escucho atentamente. Allí estaba el sonido de Emily gritando el nombre de Kat. Luego Alfonzo estaba hablando sobre la tortura. Escuchó una puerta de un coche entonces Emily gritando por él. Gritó algo indistinguible y ahogado, luego la palabra disparó

y luego algo sobre Havoc. Logan escucho los chirridos de neumáticos y la línea quedo en silencio. La ambulancia estaba esperando cuando él llegó. Deck estaba hablando con dos oficiales, pero en cuanto lo vio se le acerco. —La policía está registrando la casa, y mis hombres se dirigen ya a todos los lugares conocidos para el transporte de las chicas. Logan se sintió enfermo del estómago. —Debía protegerla. Se lo prometí —Las emociones corrían desenfrenadas a través de él lo debilitaban mientras pensaba en cualquier daño que Emily estuviera sufriendo—. Joder — estrelló su puño en el capó del coche. —No había manera de que Alfonzo pudiera haber sabido que estaba aquí. Alguien tenía que haberle dicho. Alguien en quien confiamos. —Jesús —Logan comenzó a caminar hacia la casa, pero Deck lo detuvo agarrándolo de brazo. Logan empujó su mano—. Tengo que encontrarla. —Sí, lo hacemos. Pero eso no va a pasar si te comportas irracionalmente. Lo sabes mejor que nadie. Tengo que escuchar su mensaje. Tratando de actuar con calma y paciencia lo estaba matando. Todo lo que quería hacer era encontrarla. Sostenerla. Protegerla. Dios, no le merecía. Joder. ¿Cómo sucedió esto? Logan sacó su teléfono y maldijo cuando vio su mano temblar. Fue a su correo de voz, luego se lo pasó a Deck. La voz de Emily se escuchaba por teléfono y se sentía como si un cuchillo estuviera rasgando a través de él. Cuando oyó gritar el nombre de Havoc esta vez escuchó también la palabra campo. Miro a Deck y ambos corrieron al campo del caballo. Parecía que sus pies estaban en arenas movedizas. El golpeteo de pies estaba detrás de él, cuando todos ellos salieron corriendo. Siguió por la inmersión en la colina y tropezó cuando primero vio el cuerpo del caballo tumbado en la hierba, luego a Matt y Kat. —Tengo a Matt —gritó Deck. —Jesús —Logan cayó junto al cuerpo de Kat, un charco de sangre debajo de ella. Logan comprobó su pulso. Joder, Kat. Tenía que mantener la calma. Tranquilo y controlado. —No. —La asombrada voz de Ream estaba detrás de él. Logan asintió con la cabeza hacia Kite que agarró del brazo de Ream justo cayó de rodillas al lado de Kat. Su voz era un susurro embrujado mientras repetía de Kat una y otra vez. Uno de los paramédicos puso un collar alrededor de su cuello y luego suavemente le rodaron en la camilla. Matt estaba rodeado por tres oficiales y un paramédico. Logan había escuchado a alguien llamando a otra ambulancia por la radio. Deck tenía su teléfono en su oreja y le daba órdenes a quien estaba en el otro extremo.

La mente de Logan estaba en un torbellino e intentaba desesperadamente mantener el control, pero el grito de Emily le seguía atormentando. Sabía sobre la explotación sexual; él sabía que tan rápido desaparecían las chicas y si Alfonzo todavía tenía conexiones, Emily podría estar fuera de Canadá dentro de horas para no ser vista otra vez. Joder, lo sabía. Deck le dijo que Alfonzo había aparecido, pero ninguno de ellos pensó que vincularía la granja a Emily. Habían tomado precauciones por si acaso, tenían seguridad para la fiesta, mantuvo a un hombre siguiéndolos siempre que alguno de ellos llegaba a la granja para asegurarse de que no tenían rastro. Pero Alfonzo de alguna manera la había encontrado. —¡Joder! Un paramédico aplico presión en la herida del estómago mientras que otro tomaba un extremo de la camilla y Crisis el otro. —Kitkat —dijo Ream—. No te atrevas a morirte —Ream tenía lágrimas en los ojos mientras se apoderaba de su mano. —Kat —Logan oyó a Matt gritar y un paramédico le instó a que no se moviera y no hablara—. ¿Está viva? Joder. Logan escuchó al paramédico tratando de mantenerlo calmado y luego Kite estaba hablando con él, diciéndole a Matt que Kat estaba bien. Logan no estaba seguro de si eso era cierto o no, pero Matt tenía que calmarse o se haría más daño a sí mismo. Un oficial estaba al lado de Havoc aplicando presión sobre la herida de bala, pero la yegua no se movía. Logan miró a Deck y movió la cabeza. Él sabía lo que significaba, no hay señal de Emily. Su corazón se sentía como si un bloque de cemento hubiera aterrizado en él. Tenía dificultad para respirar; incluso las volteretas en su estómago se habían detenido como si estuviera construyendo una enorme ola de insoportable dolor. Ream y Crisis ayudaron a los paramédicos con las dos camillas a la ambulancia, y Ream saltó dentro. —Voy al hospital también —dijo Crisis. —No es bueno, hombre. Tú y Ream joden todo y en el mismo hospital. Yo iré. — Ofreció Kite. —No. Puede que no lo parezca, pero Ream es mi mejor amigo. Esta es su chica y es mi amiga, así que voy. Otra ambulancia se detuvo y los paramédicos se apresuraron a meter a Matt allí. Crisis saltó con Matt. Deck estaba dirigiéndose al auto mientras escuchaba a quien llamó por teléfono. Logan comenzó a ir tras él entonces saltó en el coche. Kite en el otro lado y asintió con la cabeza a él. Kite era el tipo que lo respaldaría cien por ciento aun cuando existía una oportunidad de que no pudieras salir vivo. Deck lanzó el auto en marcha.

—Esa fue Georgie. Raven fue quien delató la ubicación de Emily. Está ayudando a Alfonzo.

Capítulo 30 Caí al suelo, y mi nariz golpeó con fuerza e inmediatamente comenzó a sangrar en la alfombra. Alfombra de pelusa naranja. No muchas personas tenían la alfombra de pelusa naranja, excepto Georgie. —Mantenla en ella —dijo Alfonzo—. Hace un movimiento, pégale un tiro en la pierna. Alcé la vista y vi a Raven apuntando con el arma en mi cabeza. Oh Dios, no. ¿Por qué? ¿Por qué Raven le ayudaba? ¿Por qué fueron a Georgie? —¿Dónde está la otra chica? Tenían que estar hablando de Georgie. —Ella... me escucho hablando con usted por teléfono y corrió. Yo... No vi a donde fue, amo. Lo siento. Lo siento, amo. —Joder. Muchacha estúpida. Tenemos que salir de aquí. —Alfonzo sacó su teléfono y comenzó a caminar en la otra habitación. —¿Raven? Alfonzo vino acusando, el teléfono en su oído cuando su puño estrello en mi estómago golpeando el aire de mí. —Ninguna jodida conversación. —Escuche el timbre del teléfono, y luego Alfonzo estaba caminando en la otra habitación hablando tranquilamente. Parecía agotado mientras marcaba el paso de acá para allá. —Raven. Por favor. —Me esforcé por sentarme luego frote la sangre de mis ojos lo mejor que podía con mi hombro—. ¿Por qué? Raven estaba pálida y temblorosa. El arma vaciló, y sus ojos estaban en blanco mientras hacía lo que le decían. Parecía aterrorizada. Me preguntaba si ella estaba haciendo esto por miedo a Alfonzo. Un miedo probablemente arraigado tan profundamente que parecía un robot, incapaz de actuar más por su propia voluntad. —Raven. Por favor. Deck te ayudará. No hagas esto. No tienes que hacer esto. Temblaba tan mal ahora que tuvo que cerrar sus brazos en el embrague a sus lados para impedir dejar caer el arma. —Sí, maldita sea. —Alfonzo gritaba en el otro cuarto—. Tendrás su espalda. —Pateo una silla en la cocina, y fue volando a la nevera. —¿Dónde está Georgie, Raven? Raven me contempló como si yo no hubiera hablado.

Alfonzo vino andando a zancadas de la cocina, y Raven se estremeció tanto que dejó caer el arma. —Puta inútil. —Alfonzo recogió el arma, luego la agarro por el cuello, arrastrándola contra él—. ¿No es así? —S-sí, amo —contestó Raven en una temblorosa voz susurrante. —Kai dijo que te comportes, Raven. Sigue haciendo exactamente lo que digo, y él todavía te va a comprar. —Bajó su boca y la besó cruelmente—. Has sido buena. Muy buena obteniendo información para mí. Ella asintió. —Sí, amo. Mierda. Por eso Raven se acercó y me hablo en el bar. Creía que había sido extraño que hubiera tomado la iniciativa así, pero ha estado pasando la información a Alfonzo. ¿La había puesto en la subasta, de forma que Deck la sacara? ¿Raven se había negado a volver a casa porque sabía que tenía que conseguir la información para Alfonzo en cuanto a dónde estaba? —Sigue haciendo lo que te digo, y te venderé a él. ¿Quieres ir a Kai? ¿O quedarte conmigo? Oh Dios, el pensamiento de Raven bajo la mano de Alfonzo durante los dos últimos años me revolvió el estómago. Realmente no tenía idea si Kai era mejor, pero entendía por qué Raven haría cualquier cosa para escaparse de Alfonzo. Raven no respondió, y él levantó la mano y la abofeteo en la cara. Ella incluso no se quejó, pero bajó sus ojos a Alfonzo y dijo: —A él, amo. Vi a los ojos de Raven cerca el fracaso; Alfonzo la castigaría por eso, por contestar a una pregunta que obligo a ella. Un esclavo admitiendo que quiere a alguien además de su amo está contra las reglas. Oí un sonido encima de mí, en el ático. ¿Georgie? Si ella se estaba escondiendo, habría la posibilidad que hubiera llamado a Deck. Dios, por favor, le haya dicho a alguien donde estamos. —Ahora, Emily. Me sacudí con el sonido de la voz sorda de Georgie encima de mí, pero no vacilé cuando empujé a mis pies corrí y me incline en Alfonzo, di un cabezazo en la parte posterior de las piernas. Fue desplomándose hacia adelante, en la puerta del pórtico, y el arma salió volando. —¡Perra! —gritó—. Voy a malditamente torturarte hasta que… —Georgie aterrizó encima de él cuando salió de la rejilla en el techo. Rodaron por la puerta mosquitera y abajo por las escaleras del pórtico. Podía oír a Alfonzo gritar cuando usé la pared para ganar mis pies otra vez. Estuve a punto de seguir cuando vi a Raven apuntándome con la pistola. —Raven. No. Déjalo. Te ayudaré. No tienes que ir con Kai. Ella sacudió la cabeza, lagrimas caían por su rostro.

Raven quito el seguro del martillo y apunto con el arma a mi pierna. —Raven. No. No quieres hacer esto. —Yo... yo... tengo. —Su voz era un susurro de un escalofrió, y podría decir que no quería hacerlo, pero pensaba que no tenía otra opción, que lo que la conducía era hacer esto. —No quiere que me hagas daño, Raven. Me tienes que proteger. Temblaba tanto que pensé que se desmayaría, su cara pálida y sus ojos salvajes cuando siguió estremeciéndose de los ruidos hechos por Georgie y Alfonzo luchando fuera. Entonces de repente silencio. Los ojos de Raven se deslizaron a la puerta mosquitera, y salté. La abordé, el arma se deslizo lejos a través de la alfombra naranja y aterrice mi cuerpo justo encima de ella. Casi quería decir que lo siento, porque sentí sus huesos frágiles rotos bajo mi peso y ella incluso no lucho. De repente fui arrastrada de ella por la pierna y levantada con una mano cerrada alrededor de mi brazo. Comencé a luchar hasta que escuche la voz. —Basta. Lo hice. Me sorprendió verlo. Y aterrorizada porque no era Alfonzo, en cambio un hombre que era probablemente más letal. Kai exudaba poder, aún más, de lo que esperaba, de Raul, y esto lo hacía muy peligroso. —Raven —Kai dijo. Raven se encontraba en sus pies y a su lado. Ni siquiera la miro—. ¿Dónde está el transportista? Alfonzo había devuelto a Georgie dentro. Le dio una patada detrás de las piernas, y ella estremeció cuando cayó de rodillas. Tenía cuerdas en sus muñecas a la espalda. Todo lo que podía pensar era en Deck y cómo le iba a dar un ataque si viera a Georgie así. Alfonzo recogió su arma. —Le prometí a Raven. La tiene. Ese es nuestro acuerdo. La mano de Kai apretó mi cuello. —Nuestro acuerdo ha cambiado. ¿Qué haces con esa? —Kai asintió hacia Georgie. —Ella viene con nosotros. Y esa perra —asintió hacia mí—, escapo de Raul. Nadie escapa de Raul. —Raul está muerto. Alfonzo pateo a Georgie en la espalda, y gruñó y cayó de bruces. —Una vez termine con su formación, ira a la subasta y nunca será encontrada otra vez. Eso es si sobreviven. Sabía que Georgie no podía mantener su boca cerrada no importaba cuanto dolor tenía. Sus labios se fruncieron y sus cejas estaban abajo sobre sus ojos. De repente, cerró de golpe su cabeza hacia atrás en la rodilla de Alfonzo. Oí el sonido de su cráneo golpear su rodilla; entonces Alfonzo gritaba. —¡No! —Grité cuando Alfonzo levantó su arma a Georgie. —Su muerte es una pérdida —declaró Kai, su voz estable y fría—. Llévame al transportista. Necesito hablar con él.

Alfonzo tenía su arma en la cabeza de Georgie, sus dedos entrelazados en su pelo. —No puedo hacer eso. Ese no era el acuerdo. Raven y el dinero. Eso es todo. —Es el acuerdo ahora. —Kai se mantuvo inquebrantable. La cara de Alfonzo giró. —Te estoy vendiendo a la chica por la mitad de su precio. —Podría haber encontrado fácilmente a Raven yo mismo. ¿Te encontré, verdad? Lo que quiero es el transportista. —Nadie sale para encontrarlo. No se encuentra con nadie. Nunca. Kai se encogió de hombros. —Lo hará. Llámalo. Alfonzo palideció. —Simplemente no lo llames. Se ha establecido ya… —Raul está muerto. Esto significa que tú y tu transportista ya no tienen una fuente principal. Llámalo. Ahora. O te mato y me llevo a las tres chicas. —Joder. —Alfonzo estaba perdido y molesto. Sus dedos se sacudían en el arma, y era obvio que estaba asustado de Kai y lo que haría si no llamara a este transportista. Alfonzo levantó el arma y golpeó a Georgie en la cabeza. —Georgie. —Traté de alejarme de Kai, pero su agarre era implacable—. Por favor no le hagas daño. La voz de Kai era baja y casi inaudible cuando dijo: —Es mejor que este así. Alfonzo ató una tira de tela alrededor del brazo de Georgie y vi la jeringa. No sabía si eran drogas callejeras o algo más, pero algo puesto en su sistema no era nada bueno. Luche para llegar a ella, mis piernas pateando a Kai. —Por favor, no. Georgie. —Para. —Kai tiró a mi brazo a un lado y lancé un grito en agonía. Georgie no se movió, pero podía ver sus ojos parpadeando, pareciendo aturdida por el golpe. Alfonzo deslizó la aguja en su vena, y dentro de unos segundos su cuerpo se relajó y sus ojos se cerraron. Comencé a gritar, y mis piernas protestaron, pero no me caí. Kai me sostuvo contra él, su brazo ahora bloqueado alrededor de mi pecho. No sabía si era para mantenerme erguida o impedirme correr a Georgie. Alfonzo estaba en el teléfono murmurando algo sobre Kai y una reunión. Entonces colgó y asintió con la cabeza a Kai. —Vamos —pidió Kai. Alfonzo lanzó a Georgie sobre su hombro, y salimos por la puerta trasera.

Capítulo 31 Permanecí en el suelo de cemento al lado de Georgie. Estábamos en una especie de almacén que parecía había sido una fábrica. Podía oler el distintivo olor del río Don, que era el acre olor de la basura. Imagine ya que nosotros no habíamos conducido muy lejos que estábamos en el centro de la ciudad. Alfonzo me vendo los ojos y ató las muñecas antes de meterme en el maletero, pero yo había conseguido quitar la venda hace una hora. Kai estaba parado con los brazos cruzados, apoyado en una gran pieza de maquinaria pareciendo completamente relajado. Raven estaba arrodilla junto a él, sus manos en su regazo y su cabeza inclinada. Georgie todavía estaba drogada, sus ojos estaban vidriados y no respondía a su nombre. Su respiración era lenta, pero constante, y sospechaba que lo que le habían dado no era lo suficientemente dañino para matarla. Alfonzo caminaba de ida y vuelta en ritmo constantemente mirando a la puerta entonces a su teléfono. Finalmente la puerta metálica se deslizó en sus pistas y se abrió. Estaba oscuro y no podía ver la gran sombra que venía hacia nosotros hasta que la luna lo golpeó justo cuando se detuvo frente a Kai. Miedo y reconocimiento chocó contra mí. Jacob. Él me había ahogado una y otra vez sin piedad cuando yo estaba cautiva. Me torturó sin piedad, y ahora parecía frío como una piedra. —No me gusta cambiar de planes —dijo Jacob a Alfonzo—. Causa errores. Kai mantuvo sus ojos en Jacob. —La mano derecha de Raul. Pensé que estabas muerto. —Igual que todos —Jacob asintió a Raven—. Has viajado una gran distancia por una chica, ella no parece valer la pena. —¿Dónde están las otras chicas? —Aquí. A espera del envío. Yo estaba a unos diez metros, y me di cuenta que la tensión en Kai fue de cero a cien en segundos. Algo no estaba bien. —Georgie —dije en voz baja—. Georgie —le toqué con mi hombro, y ella gimió. La atención de Kai, Jacob y de Alfonzo estaba en ellos—. Georgie. Pasó tan rápido. Jacob sacó una pistola, se volvió y le disparo a Alfonzo en la cabeza.

Alfonzo cayó al suelo. Kai nunca movió un músculo, en su lugar se veía aún más casual mientras su mano subía sobre la cabeza de Raven, y acaricio su pelo como para tranquilizarla. —Le dije, que no me encuentro con clientes. No escuchó. —Así que eso me haría una responsabilidad —Kai sonaba como si no le importara que Jacob acabara de matar a Alfonzo y que él pudiera ser el próximo. Yo estaba aguantando la respiración, esperando la bala que mataría a Kai. No me importaba si moría; Jacob era tan peligroso como cualquiera de ellos, pero cada hombre muerto es uno menos para defenderme otra vez. —Tu oferta despertó mi interés —Pensó en ello durante un segundo—. Necesito una base para traer a las chicas antes de la subasta. Me puedes proporcionar con eso. La mano de Kai dejó de acariciar el cabello de Raven. —¿Quién ha estado proporcionando desde la muerte de Raúl? Jacob deslizó su pistola en el cinturón. —No hay nadie. Este es nuestro primer embarque en más de un año. Ese tipo Deck y sus hombres han estado encima de nosotros, y ahora, Alfonzo la cago tomando a esa. — Asintió a Georgie—. No cometo errores, Kai. Soy cuidadoso. Alfonzo no lo fue. —Oh, pero has cometido un error, Jacob. Sólo podía ver un perfil lateral de Jacob, pero su rostro de repente brilló con un momento de sorpresa, y luego él se zambulló y rodó justo cuando Kai lanzó un cuchillo que por poco corta la garganta de Jacob. —Raven. Ve a las chicas —exigió Kai, y entonces se estaba moviendo. Jacob desapareció detrás de una gran pieza de maquinaria. Necesitaba sacar a Georgie de aquí. Raven vino y se sentó junto a nosotras, sus rasgos inexpresivos, pero había algo en sus ojos, una mirada de pánico mientras miraba alrededor de la bodega. —Desátame, Raven. Ella me ignoró, y usé una voz más fuerte. —Raven. Desátame ahora. Eso llamó su atención, pero aun así no hizo un movimiento para ayudar. Joder. —Kai se enfadará si no me desatas y somos heridas. Estará enojado de que redujeras nuestro valor. Le di la espalda para que ella pudiera desatar la cuerda. Esperé por lo que parecía por siempre; entonces oí un eco de un disparo, y sus manos estaban en mis muñecas. Casi estaba hiperventilando, estaba tan ansiosa de estar libre. Quería gritarle para que se apresurara, pero sabía que no haría ningún bien. Por último, la cuerda se deslizó de mi piel dolorida y en carne vida y fui a Georgie que gemía y —¿qué demonios?— sonreía. Lo que le habían dado, ella lo estaba disfrutando. Tire de ella debajo de las axilas y empecé a caminar arrastrándola hacia la puerta.

Estaba a mitad de camino cuando lo vi—Logan. Contuve mi llanto, y seguí tirando de Georgie. Se escondió detrás de una cinta transportadora, y tenía una pistola. Ni siquiera tenía idea que Logan sabía cómo disparar. Pero había crecido con Raul, claro que sí. Quería correr hacia él, mis brazos alrededor de él. Llorar. Decirle que lo amaba. No podía hacer nada de eso mientras él sacudía la cabeza, diciéndome que no. Miró detrás de mí y vi a Jacob. Estaba sosteniendo a Raven frente a él y su pistola apuntándome. Lentamente baje a Georgie al suelo y me volví para enfrentarme a él. Kai apareció a la izquierda de Jacob, no sostenía un arma sino un cuchillo y lo estaba sosteniendo abajo a su lado. —Dejarla ir. —El tono del Kai era furioso. Sus ojos nunca dejaron a Jacob por un segundo, ni siquiera cuando Raven gimió por el agarre de Jacob. —En segundos, puedo matar a la mujer de Sculpt y romper el cuello de tu esclava. —Entonces hazlo —dijo Kai. Miré a Logan, pero se había ido. No lo busque. Él no me dejaría aquí. Sabía que no lo haría. No importa lo que había hecho cuando su padre puso una pistola en mi cabeza, sabía que Logan no me dejaría. Yo confiaba en él. Logan siempre había sido mi caballero. Fue entonces cuando vi a Deck a la derecha de Jacob, agachado detrás de un montón de barriles. Él estaba haciéndole gestos a Kai. Sucedió de repente. Un arma sonó, y yo estaba tirada en el piso al lado de Georgie, el aire fuera de mí cuando un gran cuerpo aterrizó en la parte superior. Olía a él; sentí su conocida longitud, y cuando cogí aliento, dije su nombre. —Logan. —Quédate abajo —Cubrió mi cabeza con sus manos, y podía oír el arrastre de pies y las voces y el sonido de una pistola sonando otra vez. Me sacudí. De repente Logan me volteo y bajo la mirada a mí, sus manos a ambos lados de mis mejillas. —Eme. Dios, cariño. —Deck se acurrucó junto a Georgie, y Logan se agachó y me besó duro. —Nos encontraste. ¿Cómo está Georgie? —Le pregunté, aferrándome a Logan y viendo a Deck inspeccionar a Georgie—. Drogada. Pero bien —Deck sostuvo el brazo de Georgie extendido mientras dirigía su dedo sobre lo que supuse era la marca de aguja. —Heroína —dijo la voz de Kai y me sacudí con el sonido. Estaba parado a unos metros, su brazo alrededor de la cintura de Raven, la cabeza de ella en su pecho. Deck asintió con la cabeza. —Probablemente mejor. Georgie se habría hecho matar con esa boca. —Deck se levantó—. La policía estará aquí pronto. Mejor te vas. ¿Qué? ¿Deck iba a soltar a Kai?

—¿Logan? —dije en voz baja. Kai desenredo a Raven de él, y vi los ojos de ella ensancharse cuando él la empujó hacia nosotros. —Tienes que quedarte con ellos, Raven. Deck va a llevarte a casa. La cara de Raven cayó y palideció. Cayó de rodillas frente a él y tomó sus jeans. —Por favor. Por favor, llévame contigo. Los brazos de Logan se apretaron a mi alrededor mientras observaba a Kai y Raven, horrorizada de que la chica tuviera la oportunidad de ir a casa, y que le suplicara a Kai para que la llevara con él. Kai permaneció inmóvil mientras la miraba. Él suspiró y luego asintió con la cabeza a Deck que avanzó y engancho el brazo de Raven, alejándola. Las lágrimas corrían por la cara de Raven, pero no hizo un sonido. Se veía tan destrozada que lo sentía por ella. Esta chica estaba tan mal que no quería volver a casa. Sentí las lágrimas resbalar de mis ojos, y Logan las limpio. A lo lejos se oían las sirenas. Kai tomó una última mirada a Raven y desapareció en la oscuridad de la bodega. —¿Logan? No lo entiendo. Deck me miró. —Kai nunca estuvo aquí. Entiende eso, Emily. Nunca aquí. —Entonces estaba en el teléfono, Raven a su lado y Georgie a sus pies. La policía irrumpió con Kite y Deck habló con el tipo a cargo, diciéndole todo. Todo, excepto ni una sola palabra fue mencionada acerca de Kai.

Tres semanas más

tarde —Eme, ven aquí. Mire fijamente mi nombre en el documento y no podía creer que él fue e hizo esto sin siquiera decirme. No le hablé acerca de comprar mi propia granja, y sin embargo, él lo sabía. Logan sabía lo que yo necesitaba. Había una nota adhesiva amarilla en la parte delantera del sobre. Decía:

―Has trabajado duro para hacer de la granja un lugar para que los caballos sanen. Y Eme... para que tú también puedas repararte. Has hecho todo un éxito. El alquiler que le estabas pagando a Matt fue hacia el pago que hice en la granja. Sé que nunca serías feliz de vivir en mi granja, así que ahora es tuya y te lo ganaste. La compraste. La granja ha sido siempre tuya, nena. Ahora firma la maldita cosa, deja de discutir conmigo y promete ir de gira conmigo‖. Me limpie las lágrimas de mis mejillas y me reí. Luego recogí la pluma en el tocador, firme el documento y puse de nuevo en el sobre de vainilla. Tome una última mirada al espejo, humedeciendo mis labios otra vez y respirando hondo para hacer mi camino abajo. Mi estómago había estado atado con nudos durante días. Desde que Logan me dijo que su madre iba a venir a la fiesta de bienvenida para Kat. Mi pecho estaba tenso, tenía un tumulto de mariposas bailando en mi estómago, y mi boca estaba seca.

Pero Kat iba a venir finalmente a casa. Ella había estado en cuidados intensivos durante días, después de haber perdido una gran cantidad de sangre. Habían extraído fragmentos de bala de su abdomen y daños en su interior. La preocupación era que ella pudiera morir de la infección, así que permaneció durante semanas con antibióticos intravenosos, bajo estricta observación del hospital. Matt había estado hospitalizado durante cinco días con heridas superficiales en ambas piernas. Según las enfermeras, había sido un paciente horrible, había intentado salir de la cama después de la cirugía con el fin de llegar a Kat. Tuvieron que mantenerlo sedado durante cuarenta y ocho horas. Cuando él fue capaz de ir al cuarto de Kat, Logan y yo habíamos estado sentados con ella. Nos dirigimos a la puerta para darle tiempo a solas con ella, pero antes de que la puerta cerrara oí a Matt atragantarse con un sollozo entonces decir a su hermana. —Has ganado contra todos los pronósticos antes, hermanita. Puedes hacerlo otra vez. Logan y yo nos quedamos en el centro, en el condominio de Matt casi todas las noches durante la primera semana que estuvo en el hospital. Matt era un desastre y cerró el bar durante una semana; entonces puso a Brett para que lo manejara desde entonces. Matt nunca estuvo lejos del hospital y de Kat. Ream vivió en el hospital durante cuatro días seguidos, y luego cuando las enfermeras finalmente le permitieron visitar a Kat, se fue sin verla. Nadie lo había visto desde entonces. Y Havoc. Era como yo... una luchadora. Ella peleo su camino de regreso, primero de un abuso severo y ahora de ser disparada. Se estaba recuperando, con actitud, en el establo. Baje las escaleras a la cocina. Cuando vi a una mujer de pie junto a Logan en la cocina, lo supe... Supe inmediatamente que ella era calidez y amabilidad. Un ángel moreno con los ojos azules más suaves y la piel más lisa, y suave. Tenía una belleza clásica, sutil y sincera. No había una pizca de mi madre en ella y una ola de alivio me invadió. Estaba hablando con Logan, su voz tranquila y silenciosa cuando puso su mano sobre su pecho como si estuviera diciendo algo significativo. Me di cuenta que ella no sonrió, pero imaginé que si lo hacía, encendería su cara entera como la de su hijo. Pero había una pista en los ojos, ese brillo que yo sabía debió tomar mucho tiempo para volver después de vivir con Raul. Logan levantó la cabeza y me vio de pie en la puerta observando. —Eme. —Se acercó y engancho mi mano, tirándome hacia él para luego robar un beso—. Estás preciosa. —susurró—. ¿Hiciste lo que dije? Envolví mi mano alrededor de la parte posterior de su cuello y lo jale hacia mí. —Gracias, Logan. Por todo. —Besé su mejilla y él gimió, entonces apretó su agarre y me besó en los labios. Tiré de nuevo. —Tu madre está ahí. —Hmm, y verá que no puedo mantener mis manos lejos de ti. —Logan. Se rió entre dientes.

Miré a su madre que nos estaba viendo. —Tu madre es preciosa —dije en voz baja. —Y está emocionada de conocerte. —Su mano se deslizó por mi espalda a mi culo y lo golpeo discretamente—. Sonríe, Mouse. Tomé una inhalación profunda. —Quiero gustarle. —Ella ya te ama. Cualquier madre que vea a su hijo tan feliz como yo lo estoy ama a la mujer que le hace eso. Apreté su mano. —Te amo, Logan. Eso es todo lo que necesitaba, su brillante sonrisa iluminando su cara entera. Cuando me enfrenté a Isabella, ella nos estaba sonriendo y es entonces cuando lo vi. Su sonrisa era exactamente como la de él, majestuosa. Logan me presentó a su madre, y ella inmediatamente me tiro en un abrazo. Había lágrimas en sus ojos cuando retrocedió. Ella sabía lo que nos pasó a Logan y a mí. Bueno, no sabía todo lo que pasó, especialmente lo que Logan sufrió durante meses después de que me saco. En cuanto a lo que su madre y los demás sabían, Logan se había quedado y había luchado por Raul hasta que finalmente él lo dejó unirse a su banda. —¿Qué diablos? ¿Dónde está la invitada de honor? —Crisis irrumpió en la casa, coloco una caja de cerveza en el mostrador y luego se acercó y besó a Isabella en cada mejilla—. Oye, tú eres mamá. Ella se ruborizó, y fue tan dulce, que quería abrazarla otra vez. Logan tenía razón; así era como una madre debía ser, cálida y amable. Isabella había dado más que la mayoría de las mujeres; le dio a su hijo la oportunidad de una vida mejor. Kite abrió la puerta corredera, pinzas en mano. —Las hamburguesas ya están. ¿Dónde está Kat? —Llegando —contesté. Matt me envió un mensaje hace diez minutos desde el hospital— . Estarán en unos quince minutos. La mosquitera chirrió cuando se abrió. —Hola panquecitos. Vaya, vaya, ¿esa es tu madre, Sculpt? —Georgie fue directamente a Isabella y tiró de ella en un abrazo—. Soy Georgie. —Se retiró y sonrió—. Estás muy guapa. Caliente. ¡Maldita sea! Sculpt, ¿qué te pasó? Logan rodó sus ojos y susurró algo a su mamá quien le dio una media sonrisa a Georgie y luego dirigió su atención a Deck que había llegado después de Georgie. Me excusé para tirar de Georgie a un lado. —¿Raven? —No podía sacar la chica de mi cabeza, y no podía imaginar lo que ella tenía que haber pasado para llegar hasta el punto en el que era mentalmente incapaz de tomar decisiones propias, estar tan condicionada a hacer lo que quería su amo, que incluso mataría a alguien. —Deck está con los labios sellados, y Deck con los labios sellados significa que nada pasa más allá de sus dulces, sexys y follables labios. —Georgie le echo un vistazo a Deck que

estaba hablando tranquilamente con Isabella y Logan—. Dice que ella está a salvo, sea lo que sea. Deck se va esta noche a quien coño sabe dónde por una cantidad de tiempo no revelado. —Bajó su voz como Deck cuando dijo la parte de ―cantidad de tiempo no revelado‖. Georgie siempre se ponía un poco inquieta cuando Deck se iba por un trabajo; sospechaba que era por lo que le sucedió a su hermano, pero era más que eso. Sabía que a Georgie realmente le importaba Deck, quizás más de lo que ella nunca admitiría. —Le gustas a Deck, Georgie. Georgie se rió—duro. Tan duro que golpeó con su mano el mostrador de la cocina y todo el mundo hizo una pausa para mirarla. Se inclinó, su mano en mi hombro. —Fastidio la mierda fuera de él. Deck es incapaz de que le guste algo excepto su camino. Y si no te gusta su camino, entonces él lo empujara por tu culo, tu garganta y luego se asegurara de que aprenderás a que te guste. No me gusta su camino. Georgie y yo charlamos por un rato, luego Logan se acercó para unirse a nosotras, deslizando su brazo alrededor de mi cintura y beso el lado de mi cuello. Crisis, siempre bulloso y ofensivo mientras que Kite terminó charlando con Isabella durante mucho tiempo. Una bocina sonó. Me deslice de los brazos de Logan, y Georgie y yo fuimos corriendo a través de la puerta del patio y alrededor de la entrada a donde Kat y Matt estaban saliendo del auto. Llegué a Kat y tiré mis brazos alrededor de ella. Cuidadosa de no apretar demasiado, pero era difícil no hacerlo. —Dios, es bueno que estés aquí. Kat retrocedió un poco, y a pesar de su sonrisa, vi la mirada torturada en sus ojos. La había visto en el hospital, pero ella estaba tan cerrada, no hablaba de nada. Conocía la sensación de primera mano así que me callé y no la presione. —Ven, bomboncito. Dame un abrazo. —Georgie abrazó a Kat, besándola en ambas mejillas y luego coloco su brazo alrededor de las dos y comenzó a caminar hacia la casa. Matt estaba sacando las bolsas del maletero, pero noté que sus ojos nunca se apartaron de Kat. Le tomaría mucho tiempo superarlo. Sospechaba que más que cuando sus padres murieron. —Ten cuidado con ella, Georgie —gritó Matt cuando Georgie empezó a saltar y a sacudirnos. Todos aplaudieron y le dieron besos y abrazos a Kat. Crisis le pasó una cerveza y se mantuvo al lado de Kat como si fuera su bulldog privado, aunque no sabía de qué. —¿Estás bien, Emily? Ese fue Deck. Logan tenía su brazo alrededor de mi cintura y sus dedos estaban acariciando la piel desnuda de mi vientre debajo de mi blusa. Asentí. —Sí, Deck. Me alegra que Kat esté en casa. Deck miró a Logan y luego de nuevo a mí otra vez. —Necesitas algo. Llama. Eso va para ambos.

—Sí, necesito que la convenzas de que deje a Kat y Matt y venga de gira con la banda en algunos meses. ¿Puedes ayudar con eso? Deck bajó la cabeza como para ocultar la contracción en la comisura de su boca que atrape mirando. Era caliente. Deck era muy caliente, y Georgie necesitaba envolver su cabeza ante el hecho de que Deck no cuidaba de ella porque tenía una obligación con su hermano; lo hacía porque se preocupaba, y que Deck se preocupara era enorme. Garanticé que él no se preocupaba fácilmente. La cena era una barbacoa en el patio, y fue agradable. Mejor que bien. La mamá y papá de Georgie aparecieron. Su padre era genial, pero no aguantaba la actitud de nadie, lo que significa que daba miedo, y también era caliente. —¡Ream, amigo! —gritó Kite—. ¿Dónde diablos has estado, hombre? Miré a Kite, entonces a donde estaba mirando a la puerta del patio. Entonces busqué a Kat, quien miraba fijamente a Ream. Ella palideció. Se puso blanca en realidad, y creo que tenía que ver con la chica que se estaba sosteniendo del brazo de Ream. La mano de Logan se extendió bajo la mesa, tomo la mía y apretó. Él lo sabía. También había visto la reacción de Kat. Ream levanto el mentón. —Esta es Lana. —No se molestó en presentarla a cualquiera de nosotros. En su lugar se recostó en ella y le susurró algo al oído. La rubia se echó a reír, le dio un beso y luego fue a la casa. —Nada inteligente, amigo —dijo Kite, entonces se dio vuelta lejos y empezó a hablar con la mamá de Georgie. Ream ignoró el comentario cuando se encontró con los ojos de Kat. —¿Te sientes bien? Yo estaba aguantando la respiración. Sabía que Kat podría perder los estribos muy fácilmente, y era un movimiento verdaderamente idiota por Ream al traer una chica a la fiesta de bienvenida de Kat. Pero ella hizo algo que no esperaba. Kat asintió con la cabeza y luego miro hacia otro lado. Parecía vencida, y me rompió el corazón verla así. Crisis puso su brazo alrededor de la parte posterior de su silla, su mano se elevó a su hombro y acarició de ida y vuelta. Él se inclinó y le susurró algo a ella. Lana salió segundos más tarde con dos cervezas, pasándole una a Ream. La tensión finalmente se desvaneció mientras todos charlaban, bebían y comían una tonelada. Fue Georgie borracha y tropezando en las puertas corredizas de vidrio después de volver del baño lo que finalmente acabo la fiesta. —Bueno, mierda. —Frotó su cabeza, donde golpeo el cristal—. Esa cosa está tan limpia que ni siquiera lo vi. —No lo viste porque tu visión está malditamente borrosa —gritó Crisis, riendo. Georgie rió luego se tambaleo hacia el patio. Me levanté al mismo tiempo que Deck. —Eme, déjalo hacer frente —dijo Logan y me arrastró hacia abajo, pero esta vez me puso en su regazo y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura. —Pero…

—Eme. —Pero… —Emily —gruñó Logan en mi oreja, y esto hizo dos cosas, me puso mojada y me hizo ceder. Deck avanzó hacia Georgie. Ella se alejó. Él la persiguió, y su rostro parecía enojado. Es decir, yo no habría jodido con esa cara, pero Georgie era Georgie, y estaba borracha. —¿Vas a darme nalgadas otra vez? ¿Otra vez? Logan se rió entre dientes. Y vi que la mamá y el papá de Georgie no se movieron para proteger a su hija de Deck. Deck miro brevemente al padre de Georgie, Frank, y me fijé en que asintió a Deck como si estuviera dando su permiso. ¿De qué? —Deck —Georgie sonrió—. ¿Vas a llevarme a tu casa otra vez y dejarme en tu cama desnuda? Me mordí el labio. Crisis se rió con ganas, y vi a la madre de Georgie sonreír. —No —dijo Deck—. Voy a hacer otra cosa totalmente. —Oh. Suena delicioso. —No te va a gustar. Georgie frunció el ceño. —Creo que me quedaré aquí entonces. Deck había terminado de hablar cuando aferró su mano. Él asintió con la cabeza a Logan luego arrastró a Georgie dentro. Podía oír su chillido luego su grito, y finalmente, ella estaba soltando profanidades. Una puerta se cerró de golpe y luego otra. Pronto Georgie y Deck fueron olvidados, y la fiesta terminó una hora más tarde. —Mouse. —Logan me arrastró arriba al segundo que su madre y los padres de Georgie se fueron. Cerró la puerta y me tiró duro contra él—. Mi mamá te ama. Sonreí. —Ella es una mujer increíble, Logan. Tienes suerte de tenerla. —Sí. Ahora es tuya también. Eso me hizo sentir caliente dentro y me moví más cerca de él. Su mano se curvo alrededor de mi cuello. —Vas a ir a la gira conmigo. No era una pregunta; era una declaración. —Logan… —No estoy preguntando más. Esto es grande y te quiero conmigo. Le pidieron a la banda que abriera para Damaged y estarían fuera seis meses. —¿No crees que es un poco egoísta? Tengo un negocio… —No. Te lo dije. Vamos a intentarlo y trabajar en estas clínicas en las paradas que hagamos. Necesitamos tiempo juntos, nena.

—Logan. —Él tenía razón. Lo hicimos. Era el turno de Logan de vivir su sueño. Me había dado el mío ahora era mi turno para estar ahí con él. —Emily. Se acercó, me besó y me fundí. Es decir, era un beso increíble, uno que alejó cualquier argumento que me quedaba, y lo sabía muy bien. Iría de gira con él. Quería verlo tocar frente a grandes multitudes; quería oírle cantar todas las noches. Dios, sólo quería estar con él. Hundió sus manos en mi pelo. —Eres todo para mí. Lo mire fijamente, mi dedo corriendo a través de sus labios. Él lo atrapó entre sus dientes luego lo atrajo en su boca y chupó. Mi tumulto de mariposas tomó vuelo en todas las direcciones, y mi estómago se hundió. Le sonreí al hombre que había sido mi caballero de brillante armadura desde el principio, solo que yo no lo había visto. Juntos habíamos sido capaces de sanar. Lo besé y mordisquee en el lóbulo de su oreja cuando dije en voz baja. —Me curaste.

Fin

Extras

P.O.V.

Logan

No los dejes

respirar

La puerta se sacudió cuando la empujé abierta. Se sentía como si estuviera abriendo la puerta a mi alma y está estaba gimiendo en su último hilo de cordura. Había vomitado cinco veces esta mañana, mientras que caminaba de ida y vuelta esperando encontrarme con mi padre. Pensé que no había nada en este mundo que podría hacerme caminar voluntariamente de regreso a su vida... Me equivoqué. Entre en la casa poco iluminada, y luego cerré de golpe la puerta con el talón del pie, anunciando mi presencia, aunque sospechaba que Raul conocía el momento en que salí de mi casa hace una hora. Al segundo en que mis ojos cayeron en ella fue como si una parte de mi corazón fuera extraído de mi pecho y destrozado. El corte de puro odio a mi padre me pareció tan profundo que tuve que cerrar los ojos y tomar varias respiraciones profundas para evitar desgarrar su garganta con mis propias manos. Tenía que respirar a través de esto. Bloquearlo. No sentir. Sentir algo iba a matarnos a Eme y a mí.

Alfonzo empujó de cabeza de Emily lejos de él, y el cuerpo de ella se tambaleo hacia adelante y hacia atrás en las cadenas. Mi peso se desplazó hacia adelante, el instinto de correr a ella automático. Joder. No. Jesús. Tenía que juntar mi mierda o mi madre estaba muerta y Emily... Emily sufriría un destino peor que la muerte. Miré lejos de ella. Esto era supervivencia. Yo crecí sabiendo cómo mantener mis emociones bajo control, sin embargo, ver a Emily ahora... cada pequeña emoción estaba estrellándose sobre mí al mismo tiempo, y me iba a romper. Podía sentirlo. Mi mente gritaba con la necesidad de protegerla, y aquí estaba de pie mirando como colgaba cruelmente de las cadenas. No sé cómo me las arreglé para mantener mi voz lo suficientemente estable para hablar, pero lo hice. —¿Estás jodiendo nuestro acuerdo ya, Raul? Ella es mía. Esto no es negociable. Creo que me he hecho bastante claro. Supe el momento en que reconoció mi voz. Su cuerpo estaba temblando, y entonces ella comenzó a sollozar. Jesús. Joder. No podía hacer esto. ¿Cómo podría dejarla colgar allí cuando estaba a menos de diez metros?

Joder, nena. —Es tuya cuando te diga que lo es. Y pierde esa actitud o nuestro trato se acaba. Permanecí callado, intentando mantenerme bajo control mientras por dentro era un maldito tornado que se dirigía directo a Raul, listo para desmenuzarlo en pedazos y meter partes de su cuerpo en el trasero de Alfonzo hasta que él vomitara. El viento silbaba a través de las grietas en los marcos de las ventanas y el sonido tapo mi fuerte inhalación cuando lentamente contuve mi respiración en secreto. —Nuestro acuerdo es sólido. Raul se rió, y recordé el sonido tan claramente, como si fuera ayer que mi madre y yo escapamos de él. —Tienes suerte de que estoy permitiendo esto. Ella haría una fuerte cantidad en el mercado. ¿Preferirías que probara esa teoría? —¿Logan? —Llamo Emily—. Logan. Por favor. Mordí el interior de mi labio tan duro que probé hierro. Las palabras de mi madre se repitieron una y otra en mi cabeza. Las emociones van a hacer que te maten aquí. Ahógalos.

No los dejes respirar. Utiliza un recordatorio físico de esto cuando lo necesites, Logan. Fue un buen consejo que necesitaría más de lo que lo necesite para crecer en este lugar. Enterré un dedo de mi mano derecha en la cama de la uña del dedo tan fuerte que no podía pensar en nada más excepto el dolor. Fue suficiente para ponerme bajo control. —No. Tienes lo que quieres, y yo tengo lo que quiero; Ella. El resto se queda solo. — Me desconecté de los sonidos de las cadenas en las que ella se balanceaba y escude mi mente mientras hablaba. —¡Logan! Por favor.

Jesús, Mouse. Jesús, no pelees. Quería gritar. Quería rogarle para que dejara de luchar y decirle que la sacaría de esto. Pero no podía. Si Raul por un segundo sospecha que yo estaba jugando con él, la perdería. Su única esperanza era que el Logan que ella conocía muriera. Para convertirme en el hombre que Raul quería como su hijo. Fue entonces cuando la bloqueé de mi mente. Una cascada de frialdad se filtró en mi cuerpo cuando deje entrar al chico sin emociones que una vez yo había sido. —¡Nunca lo llames así! —Gritó Raul—. Él es Amo para ti ahora. Vi a Alfonzo levantar el látigo y extendí mi brazo para detenerlo, pero la aguda mirada de Raul me hizo bajarla. No podía detener lo que iba a suceder. Un latigazo barrió a través de su espalda, y ella gritó. Ese sonido... ese grito me perseguiría durante toda mi vida, y me lo merecía. —¡Logan! —Gritó. —Haz exactamente lo que te dicen, Emily —replique. El reptar del cuero al deslizarse sobre el suelo resonó y luego el silbido en el aire. Mi cuerpo rechazó todo lo que estaba pasando, y los calambres en mis músculos al estar contraídos tan apretadamente se convirtió en una agonía. Pero yo quería el dolor; Lo necesitaba. Tomaba todo en mi interior para evitar gritarle a Alfonzo que me azotara a mí en su lugar. Que me golpeara. Que me destrozara, así podían dejarla en paz. Repetía una y otra vez que esto se acabaría pronto. Emily era fuerte. Sobreviviría. El problema era que tenía miedo de que ella fuera demasiado fuerte. De que luchara cuando yo necesitaba que cediera. Joder, yo quería que luchara. Le enseñé a luchar, maldita sea. Y sin embargo, esa era la peor cosa que podía hacer aquí.

—Habla sólo cuando te digan que lo hagas o vas a sentir el corte de la fusta. ¿Entiendes? El látigo volvió a bajar duro en su espalda, y Emily soltó una respiración, lanzando la cabeza hacia atrás mientras su cuerpo se mecía de ida y vuelta. —Sí. Sí, lo entiendo. Escuche el cuero deslizarse una y otra vez por los azulejos. —Por favor, no más. Su petición fue ignorada cuando el látigo crujió y le cortó en la parte posterior de las piernas. Ella gritó y trató de escapar, jalando las cadenas y moviendo su cuerpo en diferentes direcciones. De nuevo otra vez. Entonces otra vez. Y otra vez. Sangre goteó de la cama de mí uña. Maldije bajo mi aliento y Raul lo oyó. Ese fue mi primer error. Él continuaría con los latigazos debido a ese error. Lo hice esto a ella. Joder, nena. Joder. Raul asintió con la cabeza a Alfonzo, y el crujido del cuero sonó una y otra vez. Lágrimas se agruparon en mis ojos mientras ella colgaba ahora floja y sollozando. La ira era lo único que me queda para mantenerme cuerdo, pero tenía que mantenerlo contenido. Fulmine con la mirada a mi padre quien finalmente levantó su mano y le ordenó a Alfonzo que parara. La furia era a mí mismo por hacer que la destrozaran así. El odio era para mí. No habría cabida para errores o simpatía. La simpatía y la preocupación harían que fuera vendida. —Nos vamos en dos días. Llévala a la ubicación del transportador. Él la va embalar y se encontraran… —No —dije, tratando desesperadamente de mantener en secreto el pánico en mí— Eso no será necesario. —Había crecido escuchando sobre las chicas que morían en esas cajas. —¿Crees que confió en ti? —Raul se levantó, y la raspadura de su silla chilló. Me encontré con los ojos de mi padre. —Ella muere en el transporte, entonces no tienes nada. Y yo no tengo nada. La chica se queda conmigo. Silencio.

—Muy bien, pero Dave y Jacob te acompañarán. Logan... no cometas errores.

¿Compendia? Vi a Alfonzo caminar detrás de Emily, y pensé que se iba a deshacer las cadenas, pero cuando su mano se deslizó lentamente por su espalda sobre los rojos verdugones y luego se detuvo en el culo... No. Joder, no. —Raul —Di un paso hacia ella y Raul levantó su mano. —Te acercas a ella —Recogió su teléfono— Y tu madre está muerta. No podía ver exactamente lo que Alfonzo le hacía, porque bloqueaba mi vista con su cuerpo, pero vi el cuerpo de Emily sacudirse violentamente. Ella lloró más fuerte, tirando de sus cadenas, la sangre goteando de sus muñecas. —No me toques. Ayúdame... Mis dos pulgares estaban sangrando mientras permanecía allí, sin poder hacer nada excepto observar con horror. Sabía que Raul estaba probando mi lealtad, las longitudes en las que podría ser empujado con Emily. Era inmoral y satánico con una mente sucia y cruel que yo no podría olvidar —nunca. Lo que a mí me parecía malo, nunca era demasiado malo para él. Cuando pensé que nada podría empeorar... lo hacía. —No. Por favor no. ¿Por qué haces esto? Su ruego rompió mi fría fachada sin emociones por un breve segundo. —¿Qué diablos? Ella es mía. Nadie la toca. —Tu esclava es mío. Voy a dejar que la tengas, pero no hasta que te pruebes a ti mismo. —La boca de Raul se crispo, y Alfonzo hizo un gemido bajo y rígido.

Jesús, Cristo. Iba a golpear hasta la mierda de ese tipo luego cortaría su pene y se lo metería en su garganta. Alfonzo se estiró y soltó las cadenas, y ella cayó duro sobre sus rodillas.

Mouse. Eme. Te quiero. Joder, nena, lo siento. Jesús, lo siento tanto joder. Sabía que ella me miraba, y quería darme la vuelta. Para evitar ver el odio, el dolor y, lo peor de todo, la traición en sus ojos. Pero me merecía cada una de esas emociones de ella. Necesitaba verlo, así podía convertirme en quien ella necesitaba que fuera. Lentamente se dio vuelta y miró sobre su hombro.

Mi respiración se detuvo mientras la miraba de regreso. Pero yo no la estaba mirando. Ya no estaba viendo a Emily. No veía nada. Yo era nada. Mi mente se había convertido en un lugar frío y oscuro donde viviría por las próximas semanas hasta que la sacara de aquí. Logan estaba muerto.

Sin dejar marcas

Mi cuerpo se sacudió violentamente desde la posición de estrés que me habían dejado. No tenía ni idea de cuánto tiempo había estado colgado hasta el techo esta vez. Los días y las noches se habían convertido en complejas redes de pesadillas mezcladas con mi realidad. Traté de escupir el sabor de las náuseas del moho y la suciedad de mi boca, pero no tenía suficiente saliva y termine tosiendo y ahogándome con la sequedad de mi garganta reseca. No quedaba nada de mí. Era una cáscara de la existencia. Lo único que me mantenía cuerdo era el conocimiento de que Raul todavía no la había encontrado. Nada más importaba. Oré porque la puerta se abriera, no para recibir alimentos o agua, pero que Raul entrara. Sabía que si seguía torturarme y exigía día a día saber dónde estaba, entonces ella estaba a salvo. Era entonces que podía caer en mí mismo y volver a encontrarla; al menos por un rato. Cuando cerré mis ojos, la vi, la sentía en mis brazos, la suavidad de sus labios en mi piel, el sabor de su humedad sedosa entre los muslos. Dios, cómo las envolvía alrededor de mi cintura mientras me conducía en ella... Su recuerdo era mi única salvación. Conseguir una erección era imposible, dadas las circunstancias, pero Eme podía hacerme eso, siempre lo había hecho. Sus últimas palabras a mí seguían repitiéndose como un disco rayado en mi cabeza. ―Hay cosas que no se pueden reparar. Lo rompes bastante mal, que no se pueden arreglar‖. No podía creerlo. No lo haría. Ella sobreviviría. Emily no era un ratón; ella era un león. Ella se repararía. La granja la ayudaría. Tenía que hacerlo. Ellos me habían dejado colgando de las muñecas a varios metros del suelo durante horas. El dolor era insoportable. Era incapaz de respirar correctamente y había perdido la circulación en mis brazos. Mi cuerpo temblaba tanto de la conmoción y el frío que las cadenas temblaban constantemente. Me habían impedido dormir durante días antes de que me colgaran aquí. Constantemente despertándome en el momento en que me quedaba dormido, sólo para tener la parte inferior de mis pies golpeados con una pala de madera. Las primeras veces, me las arreglé para evitar gritar de dolor, pero recientemente... joder... recientemente, no podía controlar los gritos rasgando a través de mi garganta cruda

cuando me golpearon hasta que me desmayé. Por lo general, despertaba atado y obligado a pararme en mis suelas magulladas y maltratadas. No podía decidir qué era peor, la golpiza o la posición después. Sabía que pronto, con este giro de las "técnicas de interrogatorio mejoradas", mi cuerpo se apagaría. Nadie podía soportar este tipo de tortura durante mucho tiempo. La pesada puerta de metal se abrió y mis músculos rotos, rasgados se tensaron. Esperé. Mis pies todavía ardiendo desde la última vez que los golpearon y rece para que no fuera la pala de nuevo. Pasos lentos emergieron de la oscuridad, y respire un suspiro de alivio cuando los reconocí. Estás a salvo, nena. Todos los días por los que tuvo que ser semanas, quizás incluso meses, mi padre cayó en la fría oscuridad de mi mundo y me hizo la misma pregunta. Lo que él no sabía era que no importaba lo que él me hiciera, yo nunca dejaría a Emily. Nunca le permitiría llegar a ella. Hubo un forcejeo de pies detrás de Raul, y quería lanzarme el momento en que vi a Dave en el agarre de Alfonzo. Mierda. Mierda. Jesús. No. Alfonzo ato un alambre delgado alrededor de la garganta de Dave y lo empujó hacia adelante. Cuando la bombilla parpadeante encima de mí iluminó el rostro de Dave, dibujé la frialdad hacia abajo sobre mi mente. Era mi único salvador, evitaría perder mentalmente mi mierda y la destrucción de la astilla de la cordura que me quedaba. El rostro de Dave estaba destrozado. Su nariz enganchada a un lado, su ojo izquierdo estaba... Joder, ya no existía, como si hubiera sido excavado con una cuchilla sin filo. Sus pómulos sobresalían, y su piel era pálida y gris. Era obvio que había estado muerto de hambre. ¿Por qué? Mierda. ¿Por qué demonios no se había ido con Emily? Se suponía que iba a salir con Emily. Pero yo sabía por qué. David se quedó para ayudarme. Sabía que mi cautiverio pasaría si yo no mataba a Raúl como tenía la intención y, sin embargo, él había tomado el riesgo. Raúl levantó el brazo izquierdo de Dave, y oí el crujido de huesos rotos mezclarse con sus gritos. Alfonzo lo sostuvo mientras el cuerpo de Dave se retorcía, la cabeza echada hacia atrás con su aullido torturado. Me negué a mirar hacia otro lado. Tenía que ver. Si no lo hacía, Raúl lo haría peor para él. —¿Dónde está? —Las palabras de Raúl eran las mismas de siempre, y sus fosas nasales se abrían una pequeña cantidad a medida que hablaba. El bastardo se quedó tranquilo y frío, sin emoción, excepto tal vez el destello de impaciencia que había visto en él durante la última media docena de veces que me había visitado. Permanecí callado, como lo había hecho por semanas. No había ninguna razón para responder. El idiota enfermo había intentado todo para hacerme hablar. El submarino. Retención de alimentos y agua. Posiciones de estrés. Las palizas. El maldito cerdo no tenía

idea lo que la lealtad y el amor significaban. Tal vez si lo hiciera, se daría cuenta de que nunca me rendiría. Nunca rompería. Alfonzo empujó a Dave de rodillas delante de mí, y me tragué la bilis en mi garganta cuando escuché su gemido de sufrimiento puro y absoluto. Con un ojo, Dave encontró con mi mirada, y la comisura de su labio partido curvada hacia arriba, y sabía lo que quería decir –que se jodan. Le di la menor inclinación de cabeza, la confianza que esperaba mostrara mis ojos ni una sola vez lo dejara, por el bien de Dave. Los dos sabíamos que era el final. Sería doloroso y repugnante, y ninguno de nosotros tenía la esperanza de su supervivencia. Pero teníamos una cosa los dos, y era la lealtad. David sabía a dónde Emily iba. Se suponía que iba a estar viviendo en la granja con ella, pero él nunca dio por su paradero a ellos. Y por eso después de haber sido separados por ocho años, Dave seguía siendo mi amigo. Creciendo juntos en este lugar se había formado un vínculo tan fuerte que nada pudo romperlo. —Voy a encontrarla, hijo. —Si tuviera la saliva, lo habría escupido en la cara por llamarme así—. Es sólo cuestión de tiempo, al igual que encontré a tu madre y a ti. —Raul asintió a Alfonzo, y me observó mientras él sacó un cuchillo dentado de su bolsillo trasero. Mantuve mi concentración sobre Dave. Era todo lo que podía dar cuando Alfonzo levantó el cuchillo. Dave levantó la barbilla, y doble mis manos en puños. El cuchillo se hundió profundamente en el abdomen de Dave. Mierda. ¡Dios, no! Apreté los dientes cuando el cuerpo de Dave se sacudió, y la sangre se derramaba por la comisura de su boca como si se hubiera mordido la lengua en el dolor agonizante. Alfonzo empujó el cuchillo más profundo dentro de Dave y lo retorció. Un grito miserable surgió de la garganta de Dave, y las cadenas que me mantenían suspendido del techo temblaron cuando luché contra ellas. —Nadie se me escapa, hijo. Nadie. Deberías saber eso a estas alturas. ¿La chica... un esclavo... es que vale la pena todo esto? Dime dónde está, y la tortura se detendrá. Todo va a volver a ser como era... luchararas para mí, y te la daré. Ella sigue siendo tuya. ¿Es eso tan malo? Puedes tener todo lo que quieras aquí. —Raúl cogió el cuchillo de la mano de Alfonzo, sacándolo de estómago de Dave. —Jesús. —No podía detener las palabras que cayó de mis labios resecos. Dave, aún con vida, escupió sangre y trató de caer hacia delante sobre su rostro, pero el alambre alrededor de su cuello se lo impidió. Raúl cortó el cuchillo en el aire delante de mí, y me quedé estable, ya que arrancó una gran arboleda en mi piel debajo de mi labio. La cálida humedad, almibarada se deslizo de la hendidura de la barbilla y goteó sobre mi pecho desnudo. Vi su inestabilidad, su frustración y la impaciencia por no poder romper conmigo. —¡Dime! La furia era como un volcán en erupción en mi voz mientras soltaba las primeras palabras que le había dicho en las al menos veinte veces que había venido aquí.

—Nunca. Nunca lucharé otra vez y nunca voy a abandonarla. Raul me miró fijamente durante varios segundos, y luego asintió a Alfonzo, quien le paso el cuchillo. Las desgarbadas palabras de Dave hicieron eco. —Joder, mata a estos bastardos, Loga… Su última palabra fue cortada cuando Alfonzo enterró el cuchillo en su estómago luego tiró hacia arriba, destripando a Dave delante de mí. No sabía que estaba sosteniendo mi aliento hasta que vi que los ojos de Dave quedaban vacíos y el alivio se vertió a través de mí. Alfonzo empujó lejos su mutilado cuerpo y Dave cayó primero de bruces a mis pies. Nunca sentí ganas de llorar en mi vida. Había estado inmune a los horrores en los que había crecido, pero me falló la capacidad de evitar que las lágrimas escaparan de las esquinas de mis ojos. Dios, Emily. Dame la fuerza para sobrevivir. Fue entonces que Jacob salió de las sombras. Yo sabía lo que significaba la presencia de Jacob, y mi cuerpo también cuando comencé a respirar más pesadamente, aspirando el aire que pronto me haría falta. Mi padre obtenía un gran placer torturándome sin dejar cicatrices en un solo lugar de mi cuerpo. El corte en mi barbilla que había entregado hoy era el primer signo de debilidad de Raul, y tomé gran satisfacción sabiendo que yo había roto a través de su tranquila fachada. Cerré mis ojos. Era la única forma en podía hacer frente ahora, imaginando a Emily, la calidez de sus brazos alrededor de mí, la suave dulzura de su voz me llevaba lejos de aquí. Ella me protegería... como siempre. —Nena —susurré mientras mi cuerpo se estremecía. Ella me envolvía con su amor, y suspiré cuando dejé que me llevara a un lugar en mi mente que se había convertido en mi cielo.

—Jesucristo. Oí la voz familiar, sin embargo, era incapaz de levantar la cabeza. Unas manos se apoderaron de mis muñecas y luego fui liberado de las cadenas, y caí en un montón, amortiguado por unos brazos. —Te lo dije. Joder, te dije que él te haría esto. Deck. Traté de hablar, pero las palabras se negaron a salir de mi garganta seca y en cambio, fue un gemido bajo, agrietado. Él me recogió, su brazo alrededor de mi cintura, tomando todo mi peso. Intenté otra vez, pero era ronca e inaudible. —Eme. —Maldita sea, hombre. Apenas estás con vida. Salgamos de aquí. Traté de nuevo, más fuerte, necesitando que dijera lo que necesitaba. Necesitando oír las palabras mientras él medio-arrastraba mi cuerpo hacia la puerta.

—Eme. —Joder. Sí, está bien. —Dile que... —Sabía que tenía que sacar las palabras si esto era lo último que iba a decir—. La...amo. Dile... que lo siento. —Para nada, amigo. Puedes hacerlo tú mismo. Ahora, salgamos de esta mierda y volvamos a casa. Pánico corrió a través de mí con el pensamiento de Emily viéndome así. Nunca. Nunca le permitiría saber qué pasó aquí. Ya la hice pasar a través de un infierno. Ella había sufrido bastante por mi culpa. —¿Raul? Sentí los brazos de Deck tensarse, y sabía —que él se había escapado. —Lo vamos a agarrar, Logan. Mis hombres están volando cada pedazo de este lugar. Estará en la carrera. No tiene nada. —No a casa. —El riesgo de llevar a Raul de regreso a Emily no era uno que tomaría. Tampoco le informaría lo que había pasado aquí. Deck abrió la puerta y parpadeé por la brillante iluminación de las bombillas el sótano. —Lo que hiciste por ella...—Gruñó Deck y entonces me levanto por encima de su hombro como un saco de patatas—. No te ha superado, hombre. Todavía te necesita. Así que, maldición no te atrevas a morirte por ella. Mi cuerpo finalmente se cerró ante sus palabras. No sabía si me estaba muriendo, pero ya no importaba. Emily estaba a salvo, y finalmente podría dejar que la oscuridad me atrapara.

Siguiente libro ―Overwhelmed by You‖ Nashoda Rose El amor es feo y los secretos te destruirán. KAT Yo no mendigo. Yo no lloro. Y no doy segundas oportunidades. Ream, el guitarrista de la banda de rock Tear Asunder, merece una medalla de oro por la mejor polla al huir en el momento en el que descubrió mi secreto después de dos días de sexo caliente. Entonces llevo a una chica a mi fiesta de bienvenida del hospital —tras ser tiroteada. Lo odio. Hasta que... El metro ochenta de Ream bordea fuera del coche después de estar desaparecido de gira durante ocho meses. Lo miro fijamente. Y en mi defensa, cualquier chica miraría. Casi sería grosero no hacerlo porque Ream es el tipo de persona que destaca. No porque es ruidoso y odioso. No, era porque él es todo lo contrario. Sutil y peligrosamente tranquilo. Si habla, será mejor que le gustes porque de lo contrario podrías estar cayendo a sus pies pidiendo clemencia. Excepto yo... Yo no mendigo —nunca. Pero cuando nuestros ojos se encuentran, es la confianza constante de Ream la que disparo mis nervios como rociadores.

Entonces... Ream me dijo que no necesitaba una segunda oportunidad porque todavía estaba trabajando en la primera. REAM El sexo es feo. Se trata de utilizar a alguien para tu propio placer narcisista. Lo he hecho, pero lo odie, hasta ella. Ella era jodidamente inesperada. Luego tuve que arruinar nuestro comienzo con mi pasado de mierda. No la merezco, pero soy egoísta y de todos modos voy a llevármela. Esto es lo que soy y es demasiado tarde para cambiar. * ADVERTENCIA contiene violencia, contenido sexual y lenguaje vulgar. Algunas escenas pueden ser factores desencadenantes. Para público adulto 18 +. Un romance contemporáneo con mucha angustia.

Sobre el autor

Nashoda Rose vive en Toronto con un surtido de mascotas. Ella escribe romance contemporáneo con un toque de oscuridad, o tal vez sea un maremoto. Su novela ―Torn from You‖ es el primero en la serie Tear Asunder. Cuando ella no está escribiendo, puede encontrarse sentada en un campo leyendo con su perro a su lado mientras sus caballos pastan cerca. Le encanta interactuar con sus lectores en Facebook y charlar sobre su adicción — libros. Feliz lectura, Nash Nashoda Rose también escribe bajo el nombre de Cindy Paterson su serie de fantasía paranormal: Jump (The Senses #1) Step (The Senses #2) Fall (The Senses #3) y próximamente Take (The Senses #4).

Traducido, Corregido

y Diseñado en:

http://divine-insanity.foro-activo.mx/

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