Historias de Vida Don Luis Leitón Álvarez: “Un colono llamado Luis”. Por Damaris Leitón Quesada* Don Luis Leitón Álvarez, cariñosamente llamada don Luis, nació el 12 de marzo de 1926 en la comunidad de El Roble de Alajuela. Hijo del matrimonio de doña Etelgive de las Mercedes Álvarez Solórzano
y Rosendo de las Piedades
Leitón Esquivel (hijo de migrante irlandés). Sus progenitores vivían en Alajuela, su padre era agricultor y comerciante, se dedicaba a la siembra del cultivo de café, su madre era modista, por muchos años confeccionó prendas para la tienda LLobeth en Alajuela. Desde niño, don Luis se caracterizó por ser innovador, y un excelente alumno, obteniendo cuadro de honor en la escuela, pero como hijo mayor también se le adjudicaron tareas que debía cumplir al convertirse en adolescente, no permitiéndole ir al colegio, esto lo marcaría para toda la vida, tanto que cuando tuvo a sus hijos esa era la
prioridad número uno, verlos
convertidos en
profesionales, enseño que el estudio era la única herencia que podía dejar.
Don Luis Leitón Álvarez y su esposa doña Melva Quesada Chacón. Fuente: cortesía de la autora.
De joven, viajó a Panamá a trabajar en el canal y luego en las plantaciones bananeras como capataz, de regreso a Costa Rica contrae matrimonio con Melva de las Mercedes Quesada Chacón, hija de Ana María Chacón Rojas y Alberto Quesada Bolaños, grandes hacendados de Grecia. En el año de
1961 se creó en Costa Rica el Instituto de Tierras y
Colonización (ITCO), cuyo objetivo en materia agraria era impulsar, programas de reforma de un sistema de tenencia y explotación justa de la tierra, para sustituir el régimen latifundista, y
contar con la propiedad privada
oportunidad de crédito para los parceleros. Los Programas
de producción, de Colonización
Dirigidos dieron origen a la fundación de diez (10) "Colonias" para la dotación de tierras de labriego y organización para la actividad productiva agraria, siendo Batán una de ellas. Esto conlleva a que el Gobierno difunda o emita anuncios en los diferentes medios de comunicación para poblar este cantón. Para esa época la familia Leitón Quesada estaba radicado en Grecia y habían engendra 8 hijos, desempeñaban la labor de comerciante, don Luis se interesa por la idea emanada por el gobierno, como trovador viaja en busca de nuevas oportunidades, así llega al cantón de Matina a mitad de la década los sesenta, se desempeña como albañil en la empresa bananera La Miluca, pero pronto ve la oportunidad de comprar tierras y dedicarse por completo a ellas. Así nace un nuevo proceso en su vida, de convertirse en colono en estas tierras lejanas, ya en la década del setenta trajo su familia, la cual siente un choque emocional, deben adaptarse a costumbres, clima y etnia deferente, recuerda doña Miurel
que con ansia esperaban las vacaciones para viajar
nuevamente a su lugar de origen, sus padres procrearon dos hijos más y se instalan de forma permanente en el distrito de Batan, desempeñando su padre la labor de agricultor y comerciante. . Como hombre visionario y luchador, todavía sin una carretera establecida, trajo el primer vehículo a la zona, así mismo empieza a sembrar y comprar plátano, por lo que construye una empacadora y exporta este producto a Centro
América, también tiene el negocio de “Jala de Material” arena y piedra que extrae del río Barbilla. Posterior, se introduce en la ganadería y siembra del arroz, siendo pionero en este cultivo, compra maquinaria y equipo apto para esta labor, que comparte con otros colonos, en la actualidad, casi cincuenta años, aún se trabaja en sus parcelas, dadas por el ITCO (hoy INDER) y ubicada en la comunidad de Batán. Hace 12 años doña Melva, una gran mujer que trabajó con él a brazo partido deja esta tierra, y hace tres años partió don Luis
de este mundo, pero es
fundamental e importante destacar la labor que realizaron a la comunidad, ya que con su espíritu luchador,
fueron
pioneros
en la diversificación agrícola,
protectores de los recursos naturales, de la tierra que les dio el sustento para poner a estudiar a sus hijos, hoy día profesionales, enseñaron a luchar por la tierra, a organizar a la comunidad y la familia, heredaron a sus10 hijos, 27 nietos y 15 bisnietos el espíritu de lucha, de tesón por la superación, el apego al trabajo digno y honrado. Hoy solo me resta decir; gracias papi y mami por enseñarme el valor del respeto, de compartir, de amar la tierra y luchar por ella, de superación, del estudio, pero sobre todo del amor a Dios y la familia, doy gracias a Dios por darme la oportunidad de conocer a seres excepcionales como fueron mis padres
Fuente: Familia Leitón - Quesada. Cortesía de la autora. *Mag. Damaris Leitón Quesada. Profesora de la Universidad Estatal a Distancia, de Universidad de Costa Rica, y Liceo de Matina. Correo electrónico:
[email protected] Fuente Entrevista realizada a doña Miurel Leitón Quesada en Batán, Matina, Limón. 17 de junio del 2015