06 CIENCIA Y DESARROLLO » FEBRERO 2010
EL TAPIR REPRESENTANTE ANCESTRAL DE UNA TIERRA DE GIGANTES Eduardo Mendoza Ramírez
El tapir es uno de los últimos representantes de la megafaunaI que existió en el continente americano, la cual incluía animales como el mamut, el tigre dientes de sable, los megateriosII y los gliptodontes,III entre otros. Juntos formaban parte de un conjunto de animales comparable en diversidad y talla al que actualmente existe en los bosques y sabanas de África. Esta fantástica fauna fue reducida por una ola de extinciones a finales del Pleistoceno,IV cuya causa aún se debate, pero se considera asociada a los grandes cambios climáticos ocurridos durante esa época, así como al impacto de la cacería practicada por el Homo sapiens.1
1. Animales con una masa corporal mayor a 44 kg.
FEBRERO 2010 » CIENCIA Y DESARROLLO 07
el tapir
E
ntre los contados mamíferos de gran talla que fueron capaces de sobrevivir este periodo de intensas extinciones se encuentra el tapir, un mamífero robusto que puede rebasar los 300 kg de peso, el metro y medio de longitud del cuerpo y el metro de altura. Su redondeado cuerpo es similar al de un cochino, aunque los animales con los que está emparentado de manera más cercana son caballos y rinocerontes (figura 1). Como rasgo distintivo, el tapir tiene una trompa prensil que usa para alcanzar el follaje o los frutos de las plantas que constituyen la base de su dieta herbívora, y es debido a la presencia de esta trompa que mucha gente lo confunde con el oso hormiguero, animal con el que no tiene relación alguna.
Los tapires son un grupo ancestral que sobrevivió a la gran extinción de finales del Pleistoceno. Actualmente, son los animales de mayor tamaño que habitan la región tropical del continente americano Factores de amenaza Existen sólo cuatro especies de tapir en el mundo, tres habitan en el continente americano y la restante –que es la de mayor tamaño– en el sureste de Asia. En América, el mayor de los tapires es el centroamericano, también conocido como tapir de Baird, danta, danto, anteburro o tzimin (vocablo maya). Las dos especies restantes son el tapir de los Andes –restringido a la región de montaña de los páramos andinos– y el tapir brasileño, distribuido en la cuenca amazónica. El tapir centroamericano se distribuía al principio, de manera prácticamente continua, desde el norte de Sudamérica, en Colombia y Ecuador, hasta los estados de Guerrero y Oaxaca en México;3, 4 sin embargo, esta especie, que ha sido parte integral de los ecosistemas de Centroamérica por miles de años, ha visto drásticamente reducida su área de distribución a causa de dos factores principales: la rampante deforestación que ha promovido la conversión de ecosistemas naturales en sistemas muy simplificados como monocultivo o potreros para ganado, y la cacería indiscriminada para consumir su carne, o bien
08 CIENCIA Y DESARROLLO » FEBRERO 2010
es atacado como reacción ante un animal desconocido, pero que generalmente resulta inofensivo. Los tapires, que en cautiverio alcanzan una longevidad de 30 años, son particularmente sensibles a la perturbación, ya que las hembras llegan a la madurez sexual entre los 2.5 y 4 años de vida, su gestación es II. Perezosos gigantes que alcanzaban los 6,000 kg de peso y, a diferencia de los perezosos contemporáneos, eran de hábitos terrestres. III. Animales semejantes a los armadillos actuales, pero con un peso cercano a dos toneladas y de tamaño similar al de un auto compacto. IV. Época de la era Cenozoica que abarcó desde 1.8 millones hasta 10,000 años antes del presente.
» FIGURA 1. Tapir centroamericano adulto (Tapirus bardii).
» FIGURA 2. Pisada fresca de tapir en la Selva Lacandona. Foto: Eduardo Mendoza Ramírez.
» FIGURA 3. Imagen de un tapir obtenida con cámaras colocadas en el campo. Foto: Edgar Matus Pérez.
prolongada (13 meses aproximadamente), muy espaciada (alrededor de 17 meses entre el nacimiento de una cría y la concepción de otra), y generalmente culmina en la procreación de una sola cría.3, 4 Se ha estimado que en los últimos 30 años la población total de tapires se ha reducido a la mitad, y es calculable que, de no aplicarse medidas enérgicas de conservación, se podría producir la extinción total de la especie.5 En nuestro país sólo persisten poblaciones grandes de tapir en contados bosques y humedales tropicales, ubicados entre 0 y 2,000 m snm (metros sobre el nivel del mar), como las reservas de Calakmul, Campeche; Sian Ka’an, Quintana Roo; Montes Azules, Chiapas y la Selva Zoque que abarca parte del los estados de Veracruz, Chiapas y Oaxaca.
El tapir ha mantenido su aspecto y hábitos de vida a lo largo de miles de años, por lo que se puede considerar un fósil viviente.6 ¿Cuánta gente no ha fantaseado con la idea de volver a la vida a los dinosaurios? En el caso del tapir aún estamos en la etapa en la que con un esfuerzo coordinado se podría conservar esta especie única sin fantasear con ideas poco prácticas que, técnicamente, rayan en la ciencia ficción, como la clonación en serie. Por otra parte, la extinción del tapir no sólo representaría la pérdida irreversible de un linaje evolutivoV muy distintivo, sino que también podría tener V. Secuencia de especies en una línea de descendencia, que constituyen una rama del árbol de la vida.
FEBRERO 2010 » CIENCIA Y DESARROLLO 09
el tapir
La destrucción del hábitat de los tapires, así como su cacería intensa los ha colocado en la situación de especie al borde de la extinción, en las próximas décadas implicaciones muy profundas para la permanencia a largo plazo de los ecosistemas en los que esta especie habita. Los tapires influyen en la supervivencia y crecimiento de una gran variedad de plantas, ya que son ávidos consumidores de follaje y frutos, por lo que su presencia tiene el potencial de afectar los patrones de regeneración de la vegetación.
Perspectivas de conservación
» FIGURA 4. Habitante de la comunidad de Nuevo Cunduacán colocando una cámara en el campo con el M.V.Z Edgar Matus Pérez. Foto: Eduardo Mendoza Ramírez.
» FIGURA 5. Sello usado por la comunidad de Nuevo Cunduacán que muestra un tapir derribando un árbol de Cecropia, cuyo follaje es muy apreciado por la especie. Cortesía: Edgar Matus Pérez.
10 CIENCIA Y DESARROLLO » FEBRERO 2010
Para implementar estrategias de conservación es necesario contar con información precisa sobre el tamaño de las poblaciones silvestres de tapir pero, al igual que otros mamíferos, los tapires son difíciles de observar en su hábitat natural, por lo que, tradicionalmente, el método más empleado para estimar el tamaño de sus poblaciones consiste en recorrer a pie rutas predeterminadas para registrar la cantidad de individuos avistados o, en su defecto, el de excretas y huellas (figura 2). Si bien estos métodos son eficientes para determinar la presencia/ausencia de la especie, son más limitados en lo relativo a su capacidad para cuantificar de manera precisa el número de individuos presentes en un área establecida, debido a la dificultad para determinar si las huellas y excretas registradas corresponden a individuos distintos. Afortunadamente, el desarrollo tecnológico está permitiendo contar con métodos que prometen más eficiencia y rapidez en la estimación del tamaño de las poblaciones de tapir en nuestro país. Ejemplo de estos métodos son las foto-trampas (cámaras que se colocan en el campo, las cuales se disparan automáticamente al paso de algún animal), así como análisis genéticos que, a partir de muestras de pelo o de excretas, permiten determinar la identidad y el sexo de un individuo, así como averiguar el grado de conexión entre poblaciones distantes (figura 3). La implementación de estos métodos puede ser un factor determinante para avanzar en la desafiante tarea de generar información rigurosa sobre la ecología y el estado de conservación del tapir en México.
La oportuna implementación de estrategias de conservación de los tapires, de una manera concertada entre sociedad y gobiernos, podría impedir que una especie más desaparezca de nuestra diversidad Asimismo, es necesario articular estrategias que involucren la acción conjunta de pobladores locales, investigadores y autoridades. En este sentido se puede mencionar el caso de la comunidad de Nuevo Cunduacán, en el estado de Quintana Roo, cuyos habitantes, con el apoyo del programa del Área de Protección de Flora y Fauna de Bala´an Ka´ax, el programa PROCYMAF (Programa de Desarrollo Forestal Comunitario), coordinado por la CONAFOR (Comisión Nacional Forestal), y la asesoría técnica de la consultoría Desarrollos, Proyectos y Gestoría Ambiental S.A de C.V. están desarrollando un programa de actividades de corte ecoturístico que usan como atracción el entorno natural y, con ello, favorecen la conservación del hábitat (figuras 4 y 5). Este programa tiene como foco de atracción los tapires, los cuales llegan a esta comunidad para hacer uso de las aguadas, sitios de acumulación somera de agua de lluvia, las cuales son visitadas frecuentemente por esta especie que disfruta usar los cuerpos de agua para refrescarse. Mediante el uso de foto-trampas y la experiencia de los habitantes de la comunidad se está buscando la forma de ofrecer a los visitantes sitios que permitan la observación de tapires, minimizando la perturbación para la especie. En la evaluación del éxito de esta iniciativa va a ser importante medir el impacto que la visita de turistas tiene para los tapires. Sin embargo, el que la comunidad de Nuevo Cunduacán se encuentre en la periferia del Área de Protección de Flora y Fauna de Bala’an Ka’ax, puede ayudar a disminuir el impacto al ofrecer un refugio a los tapires que visitan las aguadas de Nuevo Cunduacán. En todo caso, el ejemplo referido muestra el tipo de alternativas que es posible poner en marcha cuando se cuenta con el incentivo del gobierno, la capacidad técnica y el interés de los habitantes locales. La puesta en práctica de estas acciones de manera más amplia, junto con el desarrollo de programas de investigación sólidos, y la cooperación de instituciones gubernamentales, locales y federales, así como de las comunidades involucradas puede dar paso a un futuro más alentador en nuestro país para el tapir cuya historia evolutiva, tamaño corporal y hábitos lo han convertido en uno de los representantes más carismáticos de la fauna de nuestro país. Referencias 1. P. S. Martin. Twilight of the Mammoths: Ice Age Extinctions and the Rewilding of America (Organisms and Environments). Berkeley: University of California Press, 2007. 2. A. L. Nolasco. “Distribución actual y estado de conservación del tapir centroamericano Tapirus bairdii Gill, (Perissodactyla: Tapiridae) en México”. Tesis licenciatura. Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México, México; 2009, 84 pp. 3. A. L. Nolasco, I. Lira, y G. Ceballos.. “Ampliación del área de distribución histórica del tapir (Tapirus bairdii) en el Pacífico Mexicano”. Revista Mexicana de Mastozoología, 11, (2007): pp. 91-94. 4. E. J. Naranjo. “Ecology and Conservation of Baird’s Tapir in Mexico”. Tropical Conservation Science, 2, (2009): pp. 140-158. 5. A. Castellanos, C. Foerester, D. J. Lizcano, E. Naranjo, E. Cruz-Aldan, I. Lira-Torres, R. Samudio, S. Matola, J. Schipper, y J. González-Maya. Tapirus bairdii, en: IUCN 2009. IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2009.1. . Consultado el 12 septiembre del 2009. 6. C. Janis. “Tapirs as Living Fossils”, en: N. Eldrege y S. M. Stanley, eds, Living Fossils. Nueva York: Springer-Verlag, 1984, pp. 80-86.