TEMA 11: MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA DE LA CIUDAD EN ESPAÑA. 1. LA MORFOLOGÍA URBANA: EL PLANO DE LA CIUDAD. A. PLANO IRREGULAR. B. PLANO RADIOCÉNTRICO. C. PLANO ORTOGONAL. 2. LA ESTRUCTURA URBANA: LOS USOS DEL ESPACIO EN EL INTERIOR DE LA CIUDAD. 2.1. El centro de la ciudad. 2.2. Zonas residenciales. 2.3. Zonas industriales 3. FUNCIONES URBANAS Y TIPOS DE CIUDAD.

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TEMA 11: MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA DE LA CIUDAD EN ESPAÑA. 1. LA MORFOLOGÍA URBANA: EL PLANO DE LA CIUDAD. En todas las ciudades, las calles no son sólo los espacios públicos comunes por donde se circula y accede a las diferentes partes de la ciudad sino que son el elemento clave que organiza los barrios y da forma a la propia ciudad. A través de los planos y de la trama urbana podemos analizar cual es la forma o morfología urbana que tiene una ciudad y entender evolución histórica y su situación presente. La morfología es el aspecto externo que presenta la ciudad. Está influida por el emplazamiento y la situación urbana, y resulta de la combinación del plano, la construcción y los usos del suelo. El emplazamiento El emplazamiento es el lugar concreto donde se encuentra una ciudad. El asentamiento de una ciudad depende de la topografía del terreno y de la función para la que se creó. Existen ciudades que deben su emplazamiento en una colina o cerro a su función defensiva, como Toledo, otras situadas en la costa a su función comercial, como Cartagena, y otras cerca de un río, porque favorecían las comunicaciones y las actividades económicas, como por ejemplo, Sevilla. La localización de una ciudad es su situación con respecto a otros lugares. Su situación está relacionada con la función que ejerce hacia su entorno geográfico (control militar o político de una zona, control de un nudo de comunicaciones... ). La situación es la posición relativa de la ciudad respecto a un entorno geográfico amplio. Está relacionada con la función de la ciudad respecto al entorno (control político o militar de una zona, control de una ruta de comunicación, mercado para áreas de economías distintas, etc.). La construcción incluye la trama urbana y la edificación. La trama es la disposición de los edificios. Puede ser compacta o cerrada (cuando los edificios se disponen unos junto a otros a lo largo de grandes extensiones), o abierta (cuando dejan amplios espacios libres entre sí). La edificación puede ser colectiva y en altura (bloques y torres), o individual (viviendas exentas o adosadas). Los usos del suelo son las diversas utilizaciones que se hacen del espacio urbano (comercial y de negocios, residencial, industrial, de equipamiento, etc.). El plano es el conjunto formado por las superficies construidas y libres de la ciudad (calles, plazas, parques). Pueden distinguirse tres tipos. A lo largo de la historia las prácticas urbanísticas de creación de una ciudad han ido cambiando a medida que se iban modificando las necesidades de los habitantes, mejorando los medios de transporte, cambiando las preferencias artísticas y estéticas, evolucionando las ideologías políticas y sociales, etc. Así, cada plano y cada trama urbana suele ser representativa de una época concreta. A. PLANO IRREGULAR. En el mundo occidental, este tipo de plano se corresponde con la parte antigua de las ciudades y hace referencia a la ciudad preindustrial de origen romano o medieval. En ocasiones todavía es posible reseguir el trazado de las antiguas murallas que antaño suponían la barrera infranqueable de todo crecimiento urbano y el límite preciso con el mundo rural. Esta delimitación marcada por las murallas provocaba que se aprovechase todo el espacio interior disponible, de manera que 2

morfológicamente el resultado acostumbraba a ser un conjunto abigarrado de edificios altos y sin un orden fijo, calles estrechas e irregulares con un trazado tortuoso. Todo ello sin planificación ni orden aparente, a menudo resiguiendo condicionantes del relieve tales como colinas o ríos. Numerosas ciudades españolas conservan todavía hoy el perímetro amurallado medieval: Lugo, Cáceres, Granada, Ávila... El paso del tiempo, los incendios y las destrucciones producidas por las guerras han ido introduciendo algunos cambios que han deteriorado estos barrios antiguos. En la medida de lo posible, las calles se han adaptado a las exigencias modernas del tránsito y una parte de las viviendas se ha remodelado y dotado de los servicios indispensables. Los sectores monumentales acostumbran a estar bien adecuados porque son zonas de interés artístico y turístico que llegan a convertirse en barrios museo para turistas y escasos residentes. B. PLANO RADIOCÉNTRICO. En ocasiones es tal la centralidad de algún edificio o monumento histórico (como una catedral, un castillo o, simplemente, una gran plaza de mercado) que llega a condicionar la forma de ordenamiento del plano de una ciudad o de un barrio. Así, desde este punto central parten calles y avenidas que, como si fuesen radios, se alejan del centro hasta llegar a los diversos rincones de la ciudad: es el plano radial o radiocéntrico. El plano radial se completa y perfecciona con la apertura de vías concéntricas, a modo de cinturones urbanos, que permiten la conexión entre los distintos barrios sin necesidad de pasar por el centro de la ciudad. No obstante, a veces los cruces entre las calles radiales y las concéntricas son bastante complicados ya que pueden formar ángulos de 120°. Esta forma urbana acostumbra a ser muy impactante ya que favorece una visión centralizada de la ciudad al propiciar que converjan en el centro gran parte de las actividades y de las comunicaciones. Moscú, París o Ámsterdam son buenos ejemplos de planos urbanos radio céntricos, así como Vitoria o, parcialmente, Pamplona, Tarragona u Olot. Muchos de los planos radiocéntricos buscaban un modelo centralizado de ciudad y partían de la plaza principal donde se ubicaban los servicios y el poder. Se potenciaba así el carácter monumental y centralizado de la ciudad. C. PLANO ORTOGONAL. Aunque hay algunos ejemplos de planos ortogonales en las ciudades de la Grecia y la Roma clásicas así como en las ciudades coloniales (por ejemplo las ciudades fundadas por los españoles en América), este tipo de plano tuvo gran éxito durante el siglo XIX (cuando muchas ciudades se libraron de las murallas y trazaron ensanches) así como el XX. Se denomina también plano reticular o en cuadrícula y presenta una forma simple 3

según la cual las calles se cortan perpendicularmente entre sí y en la que las fachadas de los edificios configuran el trazado de las calles. Ello hace que las manzanas de viviendas sean •cuadradas o rectangulares y los edificios tengan una disposición muy ordenada. La forma reticular facilita la parcelación de los terrenos y el trazado de calles anchas, aireadas y soleadas. Además, en el siglo XIX, este tipo de trama facilitaba el rápido desplazamiento de las fuerzas del orden lo que permitiría reprimir más fácilmente las revueltas populares. La cuadricula propia de este plano favorece los desplazamientos por los ejes verticales y horizontales pero complica los trayectos transversales: esto favorece la apertura de vías en diagonal. Durante el siglo XIX los ensanches se destinaron a la residencia de la clase media y burguesa, pero en una época donde no había ascensores, los pisos más altos eran más baratos de manera que era donde acababan viviendo las clases populares. Quizá el Ensanche de Barcelona sea de los más conocidos en España no sólo por su gran extensión sino porque antes de aprobarse en 1863, su diseñador, Ildefonso Cerdá, realizó notables estudios sobre las necesidades y las expectativas de la ciudad cuyo resultado fue un plano muy riguroso y preciso. Otras ciudades españolas con ensanches similares son Pamplona, León, Málaga, Santander, Alicante, La Carolina o Sabadell. En el siglo XX algunos barrios periféricos nuevos también se diseñaron siguiendo un plano ortogonal, aunque a veces el tipo de casas fue muy distinto del de los ensanches del siglo XIX.

2. LA ESTRUCTURA URBANA: LOS USOS DEL ESPACIO EN EL INTERIOR DE LA CIUDAD. El espacio urbano tiende a especializarse y cada uno de los barrios o zonas urbanas de las grandes ciudades realiza una función específica. El tráfico, los desplazamientos de población, actividad de los establecimientos... nos sirven para conocer la actividad a la que se dedica el barrio o la misma ciudad: comercial y negocios, residencial (de clases altas, medias o bajas), o industrial. Esta zonificación constituye la estructura urbana. 4

2.1. El centro de la ciudad. El centro de la ciudad, llamado también área central o CBD (Central Bussines District o distrito central de negocios), es la zona de los negocios. Se acumulan gran número de servicios (comercios, edificios públicos, oficinas, bancos, hostelería), debido a su fácil acceso. Esta concentración provoca que el tráfico alcance en este espacio una gran intensidad durante la jornada laboral, por lo que el transporte público urbano tiende a hacer converger sus principales líneas en este ámbito. Debido a la intensa utilización del suelo se produce una fuerte competencia por el espacio y el valor del suelo crece desmesuradamente, por lo que la población residencial tiende a venderlo a las grandes empresas para que estas creen edificios con un gran desarrollo en altura. La concentración de actividades y la densidad del tráfico puede llegar a limitar la accesibilidad al centro, por lo que el comercio, cuando se alcanza cierto grado de saturación tiende a dispersarse hacia nuevas zonas. 2.2. Zonas residenciales. Las zonas residenciales se difunden por toda la ciudad, aunque tienden a ser poco importantes en el centro urbano y en las zonas de industrias y almacenes: - En el núcleo antiguo de la ciudad, si no se ha remodelado, aparecen barrios residenciales antiguos, muchos de ellos de carácter histórico-artístico, degradados por la falta de intervención urbanística. Las calles son estrechas y las viviendas pequeñas y poco confortables. Se localiza en él una población de escaso poder adquisitivo, ya que los alquileres no pueden ser muy elevados por 1a antigüedad y poca comodidad. Están habitados por jubilados, asalariados de bajo nivel de renta inmigrantes recién llegados. Uno de los ejemplos más claros en Andalucía de este tipo de vivienda eran las tradicionales viviendas en corrales o patios de vecinos, donde las distintas viviendas del edificio se articulan en torno a un patio central. En el casco antiguo de las grandes ciudades se ha producido una especulación que ha llevado a revalorizar los solares y viviendas allí ubicadas, lo cual ha incidido en propiciar el desplazamiento de los habitantes de casas de vecinos hacia la periferia de la ciudad. No obstante se observa desde los años setenta un proceso de recuperación del Centro como residencia de clases acomodadas (profesionales cualificados y artistas). - Los ensanches, barrios residenciales tradicionales de asiento de las clases acomodadas, con calle trazadas en cuadrícula y viviendas espaciosas y de calidad. Actualmente estos espacios son abandonados por la burguesía que se instala en nuevos barrios residenciales, mejor acondicionados. Sus antiguas residencias pasan a ser ocupadas progresivamente por oficinas o por clases medias con menor poder adquisitivo. - Las áreas residenciales modestas, barriadas obreras, se aglomeran cerca de los edificios industriales y en la periferia de la ciudad, donde el suelo es barato. Las construcciones se caracterizan por emplear materiales de poca calidad y las fachadas de los edificios son austeras. Los equipamientos sociales están por debajo de las necesidades requeridas: en servicios públicos, infraestructuras, zonas verdes y recreativas... - Áreas residenciales acomodadas y burguesas aparecen en los espacios periféricos de las ciudades, formando urbanizaciones de casas unifamiliares y chalés, en zonas de fácil acceso a los principales ejes viarios. Se caracterizan por la ausencia de industrias y un trazado racional con abundancia de parques y jardines, calles amplias. Las viviendas son de alta calidad, espaciosas, con jardines privados y cocheras propias. Sus habitantes se desplazan diariamente al trabajo a la ciudad y tras la jornada laboral vuelven a sus residencias (movimientos espaciales pendulares). - En el extrarradio de las grandes ciudades, ocupando terrenos públicos o baldíos marginales (cursos de agua, vacies, o en los espacios vacíos existentes entre los ejes de comunicación), aparecen construcciones espontáneas y marginales, sin ningún criterio urbanístico, autoconstruidas con materiales de desecho. Se trata de los barrios de chabolas. El destino de estos barrios suele ser la sustitución por bloques de viviendas en el mismo emplazamiento, o el realojamiento de sus habitantes en barrios de promoción pública. Se trata de planes urbanísticos de absorción, conocidos como Unidades Vecinales de Absorción (UVA), concretados en el caso de Sevilla, por ejemplo, en la construcción de viviendas y albergues en el Polígono Sur o en el barrio Juan XXIII. 5

2.3. Zonas industriales En las ciudades con carácter industrial, las instalaciones fabriles tienden a ubicarse alejadas del centro urbano: - Las más próximas al centro suelen ser las industrias discretas, no contaminantes, que buscan un contacto próximo al cliente para distribuir sus productos. Suele tratarse de almacenes o depósitos, industrias textiles o de artes gráficas (imprentas o copisterías). - En las áreas suburbanas tienden a localizarse los polígonos industriales, donde se localizan las industrias molestas, concentradas por las directrices de las autoridades públicas para evitar accidentes, contaminación o ruidos, ya que necesitan amplios espacios para sus instalaciones y facilidad de acceso para la carga y descarga. Requieren un suelo barato y la proximidad a las grandes vías de comunicación: carreteras, estaciones de ferrocarril o puertos. 3. FUNCIONES URBANAS Y TIPOS DE CIUDAD. Cuando se habla de las funciones desempeñadas por una ciudad en la región o en el país, funciones exteriores, se insiste en sus aspectos originales. En general las ciudades pequeñas tienden a especializarse en alguna función en particular, mientras que en las grandes, superiores a 150.000 habitantes, las actividades económicas son muy heterogéneas, predominando las ocupaciones del sector secundario y de los servicios, que suelen ser la actividad dominante. En la actualidad casi todas las ciudades son importantes sedes comerciales. En ellas el grado de diversificación es muy alto (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Valladolid... ). Por contra, las ciudades menores de 20.000 habitantes suelen dedicarse mayoritariamente a la agricultura. La industria y la construcción son los sectores dominantes en ciudades medias de 50 a 150.000 habitantes. Ciudades muy especializadas y con fuerte tradición en este sector se localizan en el País Vasco (Sestao, Basauri ... ), Cataluña (Mataró, Sabadell, Manresa ... ). En España podemos distinguir distintos tipos de ciudades, según la actividad principal: - Transporte y comunicaciones: destaca Madrid, por ocupar el nudo principal desde donde parte la principal red de carreteras nacionales. El caso madrileño también destaca por su función políticoadministrativa, financiera, universitaria y de actividades de investigación. En otras ocasiones el desarrollo del transporte se debe al hecho de tratarse de escala en las principales rutas de tráfico marítimo, tal es el caso de Santa Cruz de Tenerife o de Cádiz. - La función comercial sobresale en Barcelona, que destaca además como foco cultural de primera magnitud y metrópoli económica y financiera. - La función político-administrativa es muy significativa en aquellas ciudades de capitalidad regional, como Mérida o Valencia, aunque en esta ciudad también destacan los sectores financiero, comercial e industrial. Otras como Zaragoza, Sevilla o Valladolid mantienen, además de esta actividad, otras funciones específicas. - La función industrial predomina en Bilbao junto con su importante sector financiero. En algunas ciudades medias (entre 50.000 y 150.000 habitantes), sobresalen las ya mencionadas del área catalana y vasca más Alcalá de Henares (en el centro), Avilés, Gijón, El Ferrol, Langreo y Vigo (en el norte, con una clara función portuaria e industrial), Elda, Inca y Alcoy (en el levante), Linares y La Línea (en el sur). - Se habla de ciudades universitarias, como es el caso de Santiago de Compostela, Salamanca o Granada. - Ciudades turísticas o de ocio: destaca Palma de Mallorca, junto a otras como Marbella, Benidorm, Torrevieja o Salou. - En el caso de núcleos urbanos que superan los 20.000 habitantes y más de un tercio de la población activa se dedica a la agricultura, se habla de agrovillas o agrociudades, características del sur peninsular, como es el caso de Carmona u Osuna.

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GUÍA PARA EL COMENTARIO DEL PLANO 1. Análisis del emplazamiento y la situación • Determinar la situación y el emplazamiento de la ciudad. La evolución histórica de la ciudad, puede evidenciarse al considerar el emplazamiento originario (donde está el casco antiguo) y los barrios que progresivamente se añadieron. • Señalar el lugar donde se ubica. ¿Es una localidad costera? ¿Pasa por ella algún río? 2. Análisis de la trama urbana • Diferenciar las zonas o los barrios que integran la ciudad (casco histórico bien definido, tipos de ensanches, si se muestran barrios periféricos con bloques de pisos o chalets aislados, etc.) • Señalar los elementos que definen la morfología: señalar si la tipología edificatoria es ordenada o desordenada e indicar el tipo de plano de cada barrio (irregular, ortogonal, radiocéntrico, lineal). • Observar el plano ¿es posible apreciar directamente sobre el plano el tipo de edificación? • Indicar cómo es el plano, ¿homogéneo o heterogéneo? ¿Por qué? • Identificar las infraestructuras, los equipamientos y las zonas verdes. 3. Análisis de las funciones urbanas • Localizar en el plano aquellas zonas que se identifican con un tipo de función. • ¿Qué relación existe entre el tipo de actividad y las diferentes zonas en las que se divide el plano?

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