STAFF MODERACIÓN Anjhely, Socister.Pam, Jazly* y DaraNicole

TRADUCTORAS

CORRECTORAS

Pajarita

DaraNicole

Snowmoon

Lu_Rodriguez

Mary_ann

Ivonne

Letizia Grey

Marieta16

Barrazafanny

Nony_mo

Grey-Whitely

Anjhely

Carla Retamal Lu_Rodriguez

REVISIÓN Y RECOPILACIÓN

Lilizita15

DaraNicole

miray

Anjhely

Yulenca

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2

Okandar RebecaRocio Socister.Pam Ayrim

DISEÑO Itzy Brooks

Esta traducción fue hecha sin fines de lucro. Es una traducción de fans para fans. Si el libro llega a tu país, apoya al autor comprándolo. También puedes apoyar al autor con una reseña, siguiéndolo en las redes sociales y ayudándolo a promocionar su libro.

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¡Disfruta la lectura!

ÍNDICE CAPÍTULO 1

CAPÍTULO 12

CAPÍTULO 2

CAPÍTULO 13

CAPÍTULO 3

CAPÍTULO 14

CAPÍTULO 4

CAPÍTULO 15

CAPÍTULO 5

CAPÍTULO 16

CAPÍTULO 6

CAPÍTULO 17

CAPÍTULO 7

CAPÍTULO 18

CAPÍTULO 9

CAPÍTULO 19

CAPÍTULO 9

CAPÍTULO 20

CAPÍTULO10

EPÍLOGO

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CAPÍTULO 11

SINOPSIS

L

a vida de Sarah Langham era la personificación de lo normal hasta que su padre se acostó con otra mujer cuando tenía dieciséis años. Esto destrozó su familia y Sarah de veintidós años, los mantiene juntos, sin embargo. Esperando en la estación de tren para ir a casa el primer día en su primer empleo formal fuera de la Universidad, descubre a un hombre. Él es un enigma para ella. Ella se siente atraída hacia él, con su mandíbula cuadrada, pelo alborotado, y su alta y solida complexión, vistiendo bajo la figura de su traje de negocios. Y él la ha estado mirando también. El destino los reúne esa noche sobre un huracán de cita, superior a cualquier cosa que Sarah ha experimentado antes. El incluso este más interesado en ella de lo que ella está interesada en él. Por último, ella quiere confiar en un hombre por primera vez desde que tenía dieciséis años. Pero luego descubren algo.

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Algo que significaba que nunca fueron dos desconocidos en una estación de tren. Y eso amenaza con destruir su futuro antes de que, realmente, incluso comenzara.

1 Comienzos Traducido por Ayrim Corregido por Anjhely

C

LUEGO

uando Sarah vino por primera vez a casa, sus orejas tenían un pálido aro en ellas, y ahora, en el dolorido silencio, ellos zumbaban en sus orejas ferozmente. Su primer pensamiento fue: Ah! Calma relativa por una vez. Voy a ir a hurtadillas y conseguir mi teléfono móvil. Ahora deseó que su padre hubiera estado haciendo cualquier cosa, incluso tocando esa estúpida música rock 'n' roll. Ella tenía una solución para eso: conectar su lista favorita de reproducción y subir el volumen. Escuchó el primer gemido, susurrando a través de las paredes. Se sentía atraída hacia el sonido en el dormitorio de sus padres, era como el innegable temor de ver a alguien siendo intimidado desde lejos. Te hacía sentir insegura de cómo hacer que se detenga. Pero la madre de Sarah estaba fuera, y allí estaban definitivamente dos personas haciendo esos sonidos dentro. Durante los primeros momentos, Sarah se preguntó si su madre de repente se había materializado aquí. ¿Por qué otra razón su padre estaría gimiendo en sincronización con esa voz femenina, y las patas de la cama estarían chillando de esa manera? Ella recordó llegar en el silencio que la había atrapado, remplazando los sonidos palpitantes de la fiesta en la que ella había estado, pensando que todo parecía demasiado tranquilo aquí.

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Ella tenía razón. Sarah sintió que la sangre se iba de su cara. Un sentimiento de vacío se apoderó de ella mientras frenaba su palma en la pared exterior del dormitorio de sus padres, evitando por poco que sus tambaleantes piernas la llevaran hacia abajo. ¿Qué debe hacer?

Ella quiso taparse los oídos para bloquear lo que había escuchado, pero sabía que pegar sus dedos en los agujeros de sus orejas no ayudaría ni una pizca. Y su padre no merecía ser la razón por la que ella se hiciera daño a si misma si ella se los metía dentro muy duro. Sarah deseó poder correr, pero en lugar de eso, sus pies se quedaron arraigados contra de la pared, y se estremeció ante la elección que tenía que hacer. ¿Qué iba a hacer, decirle a su madre que podía oír el crujido de la cama contra el marco, que la amiga de su padre no estaba tratando en absoluto de estar callada? Los sonidos provocaron un recuerdo. Había descubierto un raro mensaje de texto cuando estaba sentada en el banco de la cocina, jugando con el teléfono de su padre, su madre todavía en el trabajo. Su padre cerró de golpe el teléfono móvil de sus dedos y le dijo que fuera a su habitación. Su conmoción en aquel entonces debilitó su elección de decírselo a su madre. Su voz no funcionó cuando trató de hablar, y tenía la garganta apretada, incluso cuando ella tragó. Ahora, escuchando lo que estaba sucediendo detrás de la pared, no tenía ni idea de incluso por dónde empezar. Sarah puso una mano sobre su boca en caso de que ella sollozara en voz alta, forzó la otra mano sacando su mano de la pared donde había estado congelada, y caminó hacia la puerta principal. Volvió a la fiesta, volvió atravesando las sombras de la oscuridad y orbes impares de luz, a lo largo de la acera, de vuelta al ruido y al alcohol, y a la gente, tratando de olvidar sus responsabilidades.

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Ella pasó los dedos por su pelo marrón chocolate, las puntas cayendo en sus pechos. Era el mismo color que el de su madre. ¿Su padre la odiaría ahora, al acordarse de la esposa que el claramente no había cuidado? ¿Los factores físicos, como los ojos de color gris pálido de Sarah, la misma favorita sombra cárdigan de su madre, serían tan horribles para el cómo sus cualidades interiores? Se dio cuenta cuando llegó a la fiesta de que nunca consiguió su teléfono móvil de su habitación como tenía originalmente previsto, por lo que tendría que esperar a que alguien abra la puerta. Había dos plantas abriéndose en abanico que enmarcaban la entrada de puerta doble. Un porche se extendía bajo el balcón del primer piso y un banco que se balancea en el extremo opuesto al lado del borde del jardín. La música sonaba muy fuerte, el bajo vibraba a través del hormigón debajo de sus pies y solo podía oír un leve sonido cuando intentó llamar a la puerta de todos modos. Ella parpadeó evitando el recuerdo del sonido del crujir del marco de la cama y ese sonido de gritos que hizo que sus entrañas se agitaran,

hasta que muy pronto una chica borracha en minifalda tropezó por la puerta con un hombre mirando su culo, riéndose de nada en absoluto. Sarah se deslizó dentro, encontró un rincón libre en un sofá junto a dos personas hablando y se mordió el labio, pensando demasiado cuando no debería haber estado pensando en absoluto, como era normal a los dieciséis años en una fiesta.

DESPUÉS El padre de Sarah no fue siempre de esa manera. De hecho, el padre de Sarah solía ser el hombre más perfecto del mundo, en la mente de Sarah. Ella había ido a la escuela y había anunciado los logros de su padre—: Mi papá construyó mi propio cuarto para mí. Y era cierto. Él no compró el cuarto de una tienda en un paquete plano y con clavos juntos. Él amaba pasar horas en el cobertizo con ella, aun cuando mamá tendría hecha la cena esperándolos. Mamá tendría que llamar a Sarah y su padre al menos dos veces cada vez que estaban fuera construyendo. Pero a medida que Sarah se sentó en el sofá en esa fiesta, no le importó los roces con la espalda de alguna persona ebria y su constante risa un poco demasiado dura, y hablando un tono demasiado en voz alta, y dando sacudidas hacia atrás con el codo o la cabeza a su lado o en el cuello. No le importaba tanto como debería haberlo hecho. ¿Qué significaba un poco de incomodidad en el esquema de su vida ahora? Iba a olvidar a esas personas borrachas arrogantes, y ellos ni siquiera recordaran sentarse junto a ella. Nunca olvidaría el sonido de la cabecera golpeando la pared y el ardor después de que ella apartara sus dedos de sus oídos. No debería haber estado otra mujer allí. ¿Por qué Sarah se había quedado en silencio? Su grupo en la escuela eran tan diferentes, y sin embargo, parecidos en sus objetivos. Por un lado, Brittney nunca se habría quedado congelada cuando se hubiera dado cuenta que su padre estaba con otra mujer, como Sarah había hecho. Ella probablemente incluso los habría interrumpido. ¿Por qué Sarah no hizo eso?

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Dejó caer la cara de vergüenza. Era cierto que de repente se sintió muy pesada para sostenerla, pero también había perdido la voluntad de pretender estar aquí como si estuviera cansada o tímida. Sopló las hebras de pelo de su rostro, soplando aire hacia arriba por delante su nariz. Y no le importó si eso parecía raro.

Eso es todo, Sarah decidió. Tan pronto como ella estaba a punto de empujar hacia arriba el cojín del sofá para levantarse, un muchacho se acercó a ella , señaló el espacio junto a ella y le dijo—: ¿Está todo bien si me siento? Él no necesita ningún permiso de Sarah, sin embargo, ella sonrió, sintiéndose especial, y se desplazó para dejarle pasar. Se dio cuenta de que eso fue un error. ¿Cómo iba a levantarse ahora que se había cambiado de asiento como si fuera a quedarse aquí? Bueno, un par de minutos y luego puedo fingir que he cambiado de opinión. —Entonces —preguntó el chico—. Soy yo ¿o esta mierda está haciendo que quieras meterte palos en los oídos? Mirándole ahora, Sarah olvidó sujetar sus manos cuidadosamente en su regazo como había estado haciendo al comienzo de su cuenta atrás. Ni siquiera se dio cuenta de que su mandíbula colgaba abierta, hasta que el chico se inclinó un poco más cerca haciendo que su corazón tartamudeara, y la cerró con un dedo. Ella se quedó atrapada en sus intensos ojos marrones, iguales que los de su padre. Estaban enmarcados por pestañas gruesas, demasiado bonitas para un chico. Sarah sonrió, sabiendo que ella no tendría que irse después de todo. Esto era mucho mejor que hacer frente a la perspectiva de ir a casa. —Odio esta “mierda” también, no se siente, solo es 'thromp, thromp, thromp' en patrones de alternancia. R&B es mucho mejor. —Vale, voy a tener que preguntar tu nombre. No hay manera de que pueda continuar esta excelente conversación sin saber el nombre de esta chica hermosa. Sarah no se dio cuenta de que parecía una chica hermosa esa noche. Llevaba puestos unos oscuros y recién lavados jeans, unas bailarinas lisas y un top sin mangas con texto impreso en metálico. Tal vez era su pelo, ella razonó. Tal vez los bucles desordenados de su pelo en realidad parecían un peinado sexy.

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—Soy Sarah Langham. Él asintió con la cabeza ligeramente, como dando su aprobación de que se trataba de un buen nombre. —Bueno, soy Nicholas Brookland, y no, no me gusta ser llamado Nick. Solo Brooks por sus siglas en todo caso, y no, no voy a decirte mi segundo nombre.

—Eso está bien —dijo Sarah—. Nunca he preguntado. Parecía que era la primera vez que alguien le había respondido de esa manera a la forma en la que Nicholas se presentó. Dio a Sarah una mirada, llena de oscuridad y profunda intensidad, que la hizo sentir incómoda, pero en un buen sentido. Sabía que lo había impresionado de manera que otras chicas no lo habían hecho esta noche, o tal vez nunca. Él se acercó más y un tipo vino a pararse a una pulgada de su cara. Sarah no pudo evitar reírse, y tuvo que taparse la boca, aunque la música era lo suficientemente fuerte como para ocultar su grito de sorpresa. El otro tipo empezó a charlar con alguien, su culo en una directa línea con la cabeza de Nicolás. Sarah se rió de nuevo y Nicholas, con las mejillas rojas y los labios apretados en una línea tensa, se movió más cerca de ella, con la mano apoyada detrás de su trasero. —Tú me has hecho hacer esto. Ahora tengo que apretarme cerca de ti —dijo él, retorciendo sus dedos cerca de los suyos para enseñarle a lo que él quería decir, aunque no había manera de que ella olvidara donde estaban. Él sostuvo la mirada, ahora centímetros de su cara. Ella tragó saliva, pero esto le proporcionó un poco de alivio. Sus ojos eran tan marrones, tan cálidos que ya estaba perdida en ellos. Había besado a un par de chicos, pero solo un pico, porque no estaba muy segura de cómo meter su lengua dentro sin preguntarles que abrieran su boca para ella. Quiso que Nicholas la besara, pero no tenía idea de cómo pedírselo, hasta que ella no tuvo que hacerlo. Ella pudo ver venir el momento. Su mirada, intensa y cautivadora, creó un peso en su pecho que no podía mover. Él bajó la mirada a sus labios. Inconscientemente, ella los lamió, sabiendo que era lo que él estaba buscando. Hizo un ruidito cuando ella hizo eso. Esa noche, Nicholas Brookland se inclinó hacia Sarah Langham y conectó sus labios con los de ella. Ella solo se dio cuenta de que sus moldeadas lenguas se sincronizaron juntas después de que ya se hubiera aprendido de memoria la suavidad de su lengua en la de ella, y ya era demasiado tarde.

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Fue una estúpida decisión la de quedarse en la fiesta hasta la una de madrugada, porque Sarah se quedó atrapada cuando llegó a casa.

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Esa noche se pasó todo el tiempo en ese sofá con las manos envueltas en la parte inferior de su cabello, sus manos cuidadosamente en su cintura o en su mandíbula, sonriendo a sus labios. Esa noche, la fiesta no se volvió la estúpida cosa para matar su tiempo y distraer su mente.

Sus padres no escucharon ni una palabra de lo que ella dijo. Sarah golpeó la puerta cerrada de su dormitorio y odió la noche de su primer beso de verdad, ya que estaba arruinada.

Ella quería llegar a casa y decirle a su madre lo que su padre había hecho, pero no se molestó en escucharla, esa noche o el resto de ese fin de semana. Cuando la nueva semana comenzó, sus padres tuvieron que ir a trabajar, y Sarah tenía que ir a la escuela. Pero, razonó Sarah, probablemente nunca se lo habría dicho a su madre de todos modos.

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No porque ella no quisiera, sino porque, de cualquier manera que se lo dijera, le habría roto por completo el corazón.

2 Encuentro Traducido por Socister.Pam Corregido por Anjhely

L

AHORA a primera vez que Sarah lo vio, estaba apoyado contra un pilar en la estación de Flinders Street, doblando la rodilla contra la pared, mientras comprobaba el tiempo en su reloj.

A las cinco y media, después de su primer día como un editor de Junior, ella todavía no había dejado de temblar de emoción. Ella había memorizado los nombres de todos los trabajadores en su equipo, y le encantó la manera en que entró en la oficina y olía a papel caliente, directamente de la impresora. Debe haber habido al menos seis impresoras por un solo piso. Ahora, en la estación de tren, ella supuso lo que tuvo sentido en que este hombre se destacó. Ella estaba en estado de alerta y era imposible perderse. Con los ojos bien abiertos, se dio cuenta de él, como si fuera una fotografía. La apertura dio vuelta baja mientras el bullicio de otros transeúntes se hizo borroso al cabo de un momento.

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Ella se sentó en su asiento esperando, pretendiendo ver el texto en su celular. De vez en cuando ella parecería como si se preguntara: "¿Cuándo viene el tren?" Al igual que se había olvidado. Bajó las pestañas, y dio una mirada casual hacia la plataforma donde estaban barriendo, ella vio algo nuevo en él. Primero fue la mandíbula. Sarah no sabía por qué la mandíbula de un hombre extraño le importaba, pero lo hizo. Ella podría imaginar el giro brusco de cómo ella dibujó de oreja hasta la barbilla y hasta su otra oreja con su dedo. Se imaginó a todos sus viejos carteles de pin-ups1. Sarah no era una chica exigente. Ella tenía a James Dean, Elvis Presley, Bon Jovi, Brad Pitt, Zac Efron e incluso a los hermanos Hemsworth.

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Pin-ups: Poster de sus artistas famosos.

Por el momento, la mandíbula de este hombre era tan buena o mejor sostenido, pero lo suficientemente suave para querer tocar. Ella levantó la vista de nuevo, pero pensó que él la vio, entonces ella rápidamente examinó a una madre que empujaba un cochecito de niño, otro pequeño niño que sostenía su barra de lado y pisando muy fuerte a lo largo. Ella miró más arriba y vio que tenía dos minutos para el final antes de que su tren realmente llegara. Sarah nunca había querido que un tren llegara tarde antes, aunque ellos siempre fueran con el sistema loco ferroviario de Melbourne. Hoy, ella lo hizo. Los tipos en sus conferencias y tutes atrás en la universidad eran siempre mujeriegos o bichos raros o ya no disponibles. Ahora, en su primer trabajo apropiado de jornada completa, ella solo tenía un hombre en su equipo y ella no tenía esperanzas para él, ya que ella estuvo segura que la llamada telefónica en la de hora de comer era a su "amor", y aquel "amor" sonó a un hombre. Sarah no era codiciosa. Un hombre haría y él no tiene que ser el más guapo o el más amable, pero tenía que ser el adecuado para ella. Y ella no pudo escoger si habría algún problema con este hombre que se inclinaba contra el pilar, esperando su tren, pero esperaba que tal vez él cogiera la misma línea que ella y ella se pondría a pensar en él más tiempo. La tercera vez que ella alzó la vista ella notó más de él, más detalles aquí y allá. No tenía un maletín, pero estaba en pantalones perfectamente planchados, zapatos de vestir de cuero y una camisa ligera de melocotón, un botón desabrochado más abajo que la mayor parte de hombres de negocio que ella vio. La camisa en su cintura ajustada que abrazaba sus caderas. Ella pensó que él, naturalmente, llenó el pecho, dando forma a una perfecta V, y las mangas enrolladas mostraron el toque de antebrazos con cable que agitaban más su imaginación. Él tenía un pelo alborotado que cubría su cabeza, lo suficiente para llamar la atención sobre los contornos sensuales de su cara y cuerpo sexy.

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Justo en ese momento, la señora por el altavoz anunció que el tren estaba llegando y Sarah se levantó, al igual que todos los demás. Ella colocó su bolso sobre su hombro y encontró su camino justo detrás de la línea amarilla, la elección de caminar en diagonal, hacia el interior, de modo que ella se puso de pie a pocos metros del hombre. Las puertas se abrieron, y las personas en la plataforma esperaban a la gente a bordo para bajar. Sarah, sin embargo, se volvió hacia el hombre, y lo vio sacar su móvil y luego lo guardó con la misma rapidez. Levantó la vista y el pensamiento inicial de Sarah era rápido.

¡Fingir! Oh mi Dios, pretende que tú estabas mirando algo extraño detrás de él. Pero esos encubrimientos tontos solo la gente lo mira peor, así que decidió abrazar esta oportunidad y ofrecer una pequeña sonrisa, pero se acobardó a mitad de camino y tuvo que abandonar su mirada al suelo, ni siquiera capaz de ocultar su sonrisa. El suelo frente a ella comenzó a desocuparse, por lo que se metió a su manera a través de las otras personas desesperadas por encontrar un asiento. Sarah, si tenía su manera, ella sujetaba su bolso bajo el brazo, aseguraba de que los tacones eran constantes y luego hacia una carrera a los dos asientos más cercanos libres, arrojaba su bolso en el repuesto delante de ella y deja a ese hombre esquivar a través de las rodillas de los demás en el arreglo del asiento y sentarse en frente de ella. En el frente fue siempre mejor, porque los hombres tenían largas piernas. Ella había aprendido los pros y contras de estar sentado en frente de los hombres en los trenes antes. Muchas veces, hombres malolientes o grandes hombres tenían sus piernas abiertas y Sarah tuvo que cerrarse más pequeña entre ellos con poco espacio de separación. O, tendría que cruzar las piernas y conseguir un calambre tratando de mantener la pierna cruzada doblada detrás, para no tocarlos. Pero en los pensamientos de Sarah... es todo lo que eran. Había unos asientos aquí y allá, pero ni Sarah ni el hombre consiguió alguno. Él podría tener, pero él ofreció su mano y dejar a aquella madre con el cochecito de niño y su pequeño niño. Sarah se encontró gustarle a él aún más. Su último novio había amado a los clubes de la ciudad y fue en uno de ellos, no lejos de aquí, que él había besado a su otra novia que Sarah nunca supo. O bien, no hasta que ella decidió darle una sorpresa esa noche y encontró sus piernas alrededor de sus manos, ahuecando bajo su culo en una sección fuera de la pista de baile.

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Aunque este hombre no se sentó junto a ella, encontró un poste para agarrarse en el vagón de tren, y Sarah encontró uno frente a él. Una vez más se fijó en ella, pero Sarah no había estado buscando este momento. Él debe haber estado haciendo algunas miradas propias suyas. Sarah se preguntó si aquel hombre había estado haciendo lo mismo todo el tiempo, Sarah tenía su propio juego en marcha. Se preguntó esto como el tren se fue y se quedaron casi en alcanzar la distancia. Ambos con una mano que sostiene el poste al lado de ellos. Sarah se preguntó en qué parada se bajaría.

ENTONCES El columpio no se movió para Sarah. Se quitó del suelo y se dejó llevar hacia atrás y hacia adelante, pero ella nunca iba a ninguna parte, no realmente. Hasta trató de agarrar las cadenas hasta que los nudillos se le pusieron blancos. Tomó aire, e hizo todo el asunto de cuenta atrás. Tres, dos, uno… Pero aún, descubrió que estaba atrapada. Sus pies se moverían, finalmente se dio cuenta, pero era sus pensamientos atrapados en el lugar. Bloquearon el bosque de árboles con troncos interminables hacia fuera más allá de la cerca de su propiedad. Los árboles grandes, como pequeñas ramas de sauce, pretendió ser algo que no eran. Todo parecía tan delicado. Ella tenía que volar. Si tan solo pudiera volar. Sarah estabilizó su peso en el centro de la oscilación con la suela de sus sandalias en la viruta de corteza debajo de ella, aunque eso no importaba, recordó más tarde, porque nada se movía por ella, de todos modos. Ni siquiera el viento. El viento pasó su piel como si estuviera en una burbuja. El perforar cuando se mueve sobre ella ayer y el día anterior, durante las mañanas frescas de primavera era una cosa del pasado que quería volver. Antes, ella odiaba el viento atacarla cuando lo único que quería hacer era desplazarse hacia abajo de los columpios cerca de la frontera con el bosque y la punta la cabeza hacia atrás, sintiendo la sacudida en su sentido del equilibrio. Cuando ella dio vuelta, le encantaba la punta, atornillando con el lugar donde el horizonte estaba destinado a permanecer. El balanceo en los columpios siempre se utilizan para darle una carrera, solo un pequeño empujón. Al igual que aquí. Esta es la sensación que se siente. Su estómago se inclinaría la primera vez que se inició, y que había que preparar su cuello para la fuerza, pero entonces ella solamente se movió sin el movimiento. Ahora, Sarah no vio nada, como si los troncos de los árboles de sauce, la corteza pálida que salpicaba todo el camino en lo alto, donde tenía que estirar el cuello para ver, nunca existieron.

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Hoy los árboles tenían troncos gruesos, indescriptible patrones sobre ellos. Pero lo que más odiaba Sarah eran acciones indiferentes de su padre desde esa noche. Vino a dejar sus pensamiento, consejos y soltar sus inhibiciones en los columpios. Ella siempre quiso la sensación de que ella estaba cayendo, aunque en realidad ella nunca caería. La prisa siempre hizo ese primer momento de su corazón aquietar la pena.

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Hoy en día, el columpio no se movió para Sarah, y ella se preguntó dónde tendría que ir y qué hacer a partir de ahora para sentir algo emocionante otra vez.

3 Rechazo Traducido por RebecaRocio Corregido por Anjhely

S

LUEGO arah tenía diecinueve años cuando Nicholas le propuso matrimonio. Era el arreglo perfecto, excepto por el hecho de que no era el correcto para ella.

Las pistas estaban allí sobre cuán profundamente sentía por ella, incluso yendo camino de regreso a la primera vez que se habían besado en receso para el almuerzo en la escuela cuando eran años más jóvenes. Cerca de la cancha de futbol ovalada había lugares favoritos para pasar el rato, para el franeleo, para quejarse, para observar. Nicholas decidió cambiar hasta su “lugar” para el día. Él lo había planeado la noche anterior cuando le llevo hasta las dos de la madrugada poder dormir y fue reprendido en clases por los profesores en todo el día. —¡Nicholas! Tierra a Nicholas.

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Sarah descubrió sus planes más tarde, pero en ese momento, ella estaba más emocionada por tomar un descanso con sus amigos. Había demasiadas risas cuando jugaban con las manos de cada uno, y por lo menos un amigo, haría que una ridícula carcajada sea lo suficientemente cerca como para dar un pico en los labios o susurrar en el oído. Nicholas retuvo sus manos para entrelazarlas con los dedos de Sarah. Ella lo miró, vio su cabello, del color de la arena, de una pulgada de largo. Vio como dejaba un rastro en su camiseta del colegio y como este encajaba cómodamente sobre su pecho. Había un viejo árbol de eucalipto en un lado del ovalo. Tenía un gran tronco que algunos de sus amigos habían conseguido una vez para juntarse alrededor, que juntaron las manos para hacer una circunferencia. Las ramas barren de manera que caen encima de sus caras, lo suficiente para la intimidad en ambos lados del tronco. —Aquí nena —dijo Nicholas.

Sarah se sentó y cruzó las piernas bajo ella. Nicholas se sentó a su lado, más cerca de lo habitual y, mientras lo hacía, él puso su brazo detrás de ella, que serpenteaba debajo de ella. —Nicholas —dijo Sarah—. ¿Cuándo fue la primera vez que querías darme un beso? Sarah no siempre fue así de ir primero, pero ella lo había conocido hace años y hasta ahora, apenas le dio un beso en la fiesta de hace una semana. Sarah lo miró. El radiante sol de la tarde blanqueaba el cielo de la neblina detrás de él mientras ella lo miraba fijamente, y las ramas y hojas del árbol de eucalipto los albergaba, como si estuvieran en su propio toldo romántico. —Desde la primera vez que te vi —le respondió. Sarah sonrió, pero por dentro, ella se preguntó si sabía quién era el. Él siempre decía ese tipo de cosas que los actores decían en las películas, o expresiones que ella había escuchado antes. La verdad la primera vez que lo vio él estaba pelando una mandarina para comer. Ni siquiera podía pensar en una mentira para hacer que el sonido sea atractivo comparado con la respuesta. —Aww —ella arrulló. —Me gustas un montón Sarah. Sarah lo miró fijamente, y él retuvo la mirada fijamente de vuelta. Mirándose fijamente el uno al otro, con anhelo, era como si confirmaran que estaban solos, ese derecho ahora era perfecto. Ella trató de inclinarse para acercarse más hacia él, pero no podía por voluntad ella misma para hacer más. Su labio inferior tembló cuanto más cerca estaba. Ella no debería estar ansiosa. Ellos ya se habían besado mucho en el partido, pero eso había sido hace una semana y, justo ahora, su intensidad era como una gruesa pared que ella no podía mover.

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Nicholas se inclinó. Él estaba mirando su piel, y luego, el siguiente segundo, el presionaba contra sus labios. La pared se había ido. Sus labios se movían y mordían al otro, besándose tan duro como cada uno de ellos pudieran, pero al final, ella estaba demasiado nerviosa para hacer más y no podía pegar su lengua. Se fueron a clases después de eso, y al día siguiente Sarah fingió estar enferma. Ella se quedó en casa y jugó juegos en internet, leyó una novela entera y vio una nueva temporada de su programa de televisión favorito. Ella no pudo tener libre el próximo día de escuela así que fue, diciendo que todavía estaba un poco enferma. Cada día, ella tenía una excusa suficiente para contener atrás el intento de Nicholas de besarla de nuevo.

No se sentía bien justo ahora estaba sobria, y ahora ella no tenía alcohol de un par de copas para estropear sus sentidos. No hubo chispa. Quitando el ambiente de fiesta y el alcohol y no había mucho para él. Ellos rompieron unos días después. Fue un par de años más tarde, en sus celebraciones del día de embarrarse después de realizar sus exámenes finales de la escuela secundaria cuando conectaron de nuevo. Hablaron sin parar sobre todo y nada, prácticamente el tiempo perdido, y hacer salir sobre una silla cubierta en medio de otros amigos borrachos. Fue al final del primer año de universidad que Nicholas la llevó a una hermosa cena. Sarah recordó que fue cara. El agua era la única cosa gratis. Incluso un plato de papas fritas para uno, sin salsa, era diez dólares. Nicholas pagó por el vino, la entrada, el plato principal y un postre para compartir de su cartera, a pesar de la insistencia de Sarah contra ello. Sarah no necesitaba un hombre para pagar su cena. Ella no quería sentirse culpable por ello después. Pero Nicholas parecía tan feliz al cuidar todo, y ella quería una gran noche, ella se imaginó que pagaría por ellos al salir en la noche siguiente. Pero eso nunca sucedió porque Nicholas la llevó de paseo a lo largo del puente sobre el río Yarra después. Por la noche, el agua era negra, pero las luces brillaban a lo largo del río, la iluminación del puente. Se detuvo en el medio, y Sarah se apoyó en la barandilla, sus codos colgando de la espalda mientras lo observaba. Nicholas se dejó caer sobre una rodilla y le pidió que se casara con él. Sarah quedó estupefacta, pero lo hizo quedarse sin palabras. Ella debe haber, debería haber sido más amable, pero en cambio, ella negó con la cabeza suavemente, y se mordió un labio. Un peso estaba sobre ella. Ella le dijo que no lo amaba de esa manera, y todavía tenía que considerar si quería casarse con cualquiera, alguna vez.

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Sarah solía querer casarse, pero si su padre no podía permanecer fiel a su mama, la mama más bella y amable en el mundo, entonces ¿Qué esperanza tenía la vieja y simple pequeña Sarah? Sarah nunca se divorciaría de su esposo, y ella quería ser mucho más feliz de cómo habían terminado sus padres. A los diecinueve años, Sarah no podía sentirlo con Nicholas, y solo había pensado una vez lo que sería casarse con él. Ella estaba borracha, luego, lo que hace es salir con él. Ella sabía que iba a terminar de ama de casa, cuidando y amando con adoración. La mujer que salía a tomar café al mediodía con sus mejores amigas, y volvía a casa sumisamente para hacer el amor con su marido de alto perfil.

Nicholas era el tipo de persona que trataba correctamente a una chica en todos los sentidos, y Sarah no podía poner su dedo sobre solo porque parecía que era para ella. ¿Por qué una chica no querría lo que tiene Nicholas para ofrecer? Ellos solo hablaban en el camino a casa cuando tenían que hacerlo. “¿Te importa si cambio de estación?” “¿Está bien subir el calentador?” Preguntas sin sentido porque Nicholas sabia la música que le gustaba a Sarah, y fue una noche fría de todos modos. Nicholas no se contactó con ella después de esto. Ella no lo había esperado, había esperado algún tipo de lucha desesperada por amor. Sarah estuvo curiosamente distanciada, como si ella misma no podía llegar a Sarah. Después de algún tiempo, ella uso sus viernes y sábados por la noche para ir a las discotecas con sus amigas. Ella casi siempre encuentra a un chico que pescar. Sarah era delgada y estaba bien dejar que un tipo dejara fuera las correas del top. O en pulgadas bajo su ropa interior, pero ella no aceptaba desnudarse a sí misma. Todo lo que ella tuvo que hacer es mover el puente se sus bragas y la hazaña se podía hacer, de todos modos. Allí estuvo eso, y el absurdo secreto de ella no decirle a cualquier chico. Sarah no tenía motivo para ser cohibida-piel lisa y suave, sin cicatrices, buenas caderas y piernas grandes, suficientes tetas para sostener la mano de un chico, pero aun así no se sentía lo suficientemente cómoda para mirar a un chico a los ojos y quitarse las ropa ella misma. Pero la vida de soltera no era para ella, y Sarah se preguntó porque su papá no pudo mantenerlo en sus pantalones, tal vez ella no se habría convertido en una persona demasiado independiente para ser una novia, y demasiado sola para ser soltera. Ella buscaba un chico, el más apropiado.

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A los dieciséis años, ella no había estado lista para ver sus ideales perfectos destruidos por su papá. Pero ellos estaban destruidos, y cada beso y cada chico parecía estupendo, pero no lo suficientemente bueno, como si hubiera hecho un pacto secreto con ella misma que ella sería mejor que su papá, y encontraría un hombre que conecte con ella perfectamente. Ella sabía que en el momento que ponga sus ojos en el hombre adecuado, tópicos aparte, ella estaría segura de que era él.

4 Descubrimiento Traducido por RebecaRocio y Lu_Rodriguez Corregido por Nony_mo

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AHORA

arah finalmente empujó sus auriculares y articuló la letra de algunas canciones de su lista de reproducción favorita. Era una colección mixta, pero sobre todo de canciones populares que eran tocadas en los clubes. Ella finalmente era una editora en jornada completa, aunque era una auxiliar, estuvo observando a un espléndido hombre que también la observaba a ella, y nada menos que una tonada optimista haría. El olor del hombre a su lado, jadeando y sudando obviamente por correr para tomar el tren, no le importaba. Tampoco el hecho de que ella estaba parada con zapatos de tacones en el tren por una hora de viaje. Poco le podía importar en este momento, a excepción de cuando el tren de repente se detuvo y el conductor anuncio un retraso. —Nos hemos detenido para asistir a un pasajero enfermo a bordo — dijo—. No sabría decir cuánto tiempo llevará la espera, pero podría ser hasta cuarenta y cinco minutos debido al tráfico de la hora pico y la condición del paciente. Gracias por su comprensión. En ese momento, Sarah escuchó una profunda, sin embargo, suave voz decir.

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—Suerte que no planea estar en cualquier lugar. Sabía que era él antes de que ella levantara su mirada y lo mirara a los ojos. Aparte del hecho de que estaba segura de que vino de algún lugar frente a ella, o por allí, una voz en su cabeza la asociaba con el hombre al que había casi perfilado en todo detalle. Mirando hacia arriba, vio su cara y por alguna razón, a sabiendas de que su voz sonaba como para atar un moño en la parte superior de su paquete perfecto. —No es como que tenga que estar en cualquier parte. —Sarah estuvo

de acuerdo. Por un momento, ella igualó su mirada, tratando de dejar de hacer nada coherente. Quería lamer sus labios pues estaban secos, y ella estaba segura de que incluso una pequeña sonrisa los agrietaría. Solo hace una hora había tenido un brillo labial en su especial primer día de trabajo, pero ahora se sentían secos e inútiles. Oh, con cada momento que ella se quedaba ahí, se ponía peor. Ahora la cabeza le picaba. Si tan solo pudiera acercar sigilosamente una uña para rasguñarla. Justo por encima y detrás de la oreja. Solo un poco. Pero Sarah no podía. ¿Por qué un extraño estaba haciendo esto con ella? Sarah mantenía su lugar, mirando con el mayor poder tanto como él. No lamería sus labios. O se rascaría la cabeza. Y ahora ella era un monstruo crispado seco. Rellenarse. Ella se giró un poco, tratando de ocultar su mano, y quejándose por el pelo cubriendo cerca de su oído, y lamio a la distancia la sensación agrietada de sus labios. Cuando levantó la vista, el hombre descaradamente la miraba fijo. Conocía esa mirada. No hay duda de que era un error, por alguna razón, estaba tan intrigado por ella como ella por él. —Aquí —dijo el hombre. Se inclinó y se apoyó en la barandilla detrás de su espalda, con las rodillas sobresaliendo a los lados, y sus enormes piernas separadas en una forma que hizo a Sarah querer mirar hacia otro lado, pero no podía—. Siéntate aquí, tus pies deben estar adoloridos. Eso hizo a Sarah cohibirse, incapaz de moverse. ¿Había visto sus zapatos? ¿O la miró de arriba abajo? La idea le entusiasmo, y un momento después, dijo: —¿Allí abajo? Le tendió la mano y luego hizo un gesto junto a él. —Te enfrentas a al menos una hora y media de pie en esos zapatos —dijo él.

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Otra vez con los zapatos. Sarah sabía que los hombres que se percataban de los zapatos eran gay. Y esto era muy, muy malo para las esperanzas y sueños de Sarah. Sarah deliberadamente se dejó caer contra la barandilla detrás de su espalda, ocultando su falta tubo por encima de las rodillas con el bolso. No quería ser involuntariamente provocativa, especialmente si él resultaba ser gay, pero en ese instante, ningún otro método elocuente de sentarse en una falda de esa longitud le vino a la mente. Al darse cuenta de que había espacio frente a ella, al lado del hombre, se deslizó en sus piernas, cruzando los pies justo por encima de sus talones, y dijo:

—¿Cómo calculas que por lo menos tengo una hora y media? El hombre no respondió al principio. No sonreía completamente, pero su rostro no estaba quieto, tampoco. Sarah no sabía qué hacer de sus caprichos, tan sutiles, y mucho más competentes en la seducción de cualquier chico siempre que había impactado en ella. Él dijo: —Porque puedo decir que no vives en la ciudad. Te ves emocionada, nueva. Probablemente no tengas tu propio apartamento cerca de aquí. No te ves como si fueras de la mitad del suburbio, cerca de la ciudad si tú conduces. Gente como tu tienen un aire sobre la forma en que se destacan o se sientan o “cruzarse de piernas”. —Sarah noto el énfasis allí, pero no estaba segura de sí era algo bueno o malo, ya que él continúo—: Así que apuesto a que eres de más lejos, de donde mucho de los pasajeros del tren viven. Fuera de allí, donde solo hay fincas y familias, y una infinita posibilidad de lo que eres. —Dices una espantosa gran cantidad de extraños. Todo en lo que Sarah podría pensar era en cómo ella hizo un balance de los detalles acerca de este hombre. Tenía una mandíbula asesina; iba vestido para hacer su imaginación salvaje, incluso aunque su atuendo era elegante; sus palabras lo hacían parecer profundo y reflexivo. Se sentía expuesta, y recruzó sus piernas de otra manera. ¿Qué quiere decir eso acerca de mí? ¿Eh?, pensó Sarah. —Soy accesible. —¿Eres psicólogo también? —Nop. Sarah no sabía por qué, pero ese “nop” en lugar de “no” o “no lo soy” lo sintió personal. Como si no se hubieran aprobado el juego secreto de miradas que roban. Ahora habían pasado a charla amistosa. — ¿Qué eres entonces?

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—Ese tono ciertamente no es accesible, señorita. Sarah se sintió extraña, de repente. Quería saber más de él, su nombre, entre aquellos rasgos deseados, pero tuvo que estar también bajo su hechizo, a darse cuenta que no había, de hecho, preguntado su nombre. Ahora ese referirse que él había tenido hacia ella, lo odiaba, ya no tenía la oportunidad de preguntar su nombre de manera informal como podía haberlo hecho antes. —Te bloqueaste. —¿Eh?

Sarah cruzó los brazos sobre el pecho. —Estás bloqueándote, vuelve a mí. El hombre no podía bloquearse ahora. La tomó en observación y le dio un ligero asentimiento, impresionado. —Así, pues, ¿eres un CEO2? ¿Contador? —En realidad no soy ninguno de los títulos que estás a punto de recitar. Sarah se apretó los brazos con más fuerza. El hombre no ocultó la revisión de sus tetas en ese momento. Se alegró. Ella era potente. No había otra cosa que él pudiera hacer ahí, sentado al otro lado de este vagón con gente hablando, muchos utilizando tonos quejumbrosos, y el aire se sentía más denso, con todo el estrés que rebota. —También eres confiado. —Pero no engreído. —Él frunció los labios, sabiendo que había robado los pensamientos de su mente. —Siempre vas a ser un lector de mentes para mí. —Ahora lee tú mi mente —dijo él. Le gustaba ese tono, también. En el poco tiempo que habían hablado, ella estaba empezando a ver que era agresivo cuando quería, pero de alguna manera todavía emanaba esa sensación de “accesible”. Y él tuvo un desmayo digno. Sarah deseó poder leer su mente. En realidad, se preguntó si estaban leyendo su mente. La conexión entre ellos, de dos extraños, era sorprendente. Sabía que era absurdo, ella lo vio primero hace ¿qué, veinticinco minutos o menos? Habían hablado bien después de eso. Sin embargo. Sin embargo…

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Ella apostó a que le podía decir que no estaba tratando de tener un éxito con ella, o meterla en la cama. No al menos por ahora. Apostaba que había pensado en ello un par de veces ya, pero él estaba mucho más interesado en ver lo lejos que podía hacerla estremecer, una especie de prueba, para ver si estaba igualando su intensidad. Ella también podía apostar a que, de lejos, el más emocionante aspecto del juego era no saber el nombre de cada uno. Al menos lo era para ella. Lo que Sarah salió con sus preguntas de leer la mente fue: —Lo acabo de hacer. 2

CEO: Director ejecutivo.

Él sonrió ante esa respuesta. No quiso presionarla más. Pasaron los siguientes quince minutos hablando de vez en cuando, pero sobre todo fue, nuevamente, miradas robadas. Sarah empujó sus auriculares de nuevo y presionaba el reproductor de música, a pesar de que no ahogaba la presencia eléctrica que la tenía al borde. Ellos nunca comprobaron el uno al otro, nunca desacreditaron lo que sea que estaba pasando con sus ojos, joder, una invitación a él para pedirle ir a algún lugar, probablemente el suyo, para acabar de una vez y listo. No le tomaron otros cuarenta y cinco minutos al conductor volver a hablar por el altavoz diciendo que el viaje se retomaría breve, una vez que se sentaron. Solo momentos. Sarah miró al hombre cuando el anuncio sonaba. Ninguno de los dos parecía decepcionado, pero Sarah estaba triste por dentro. Ella no sabía si quería besarlo, pero estaba definitivamente intrigada por el extraño. Fue solo después que el tren partiera que Sarah se dio cuenta de que él no se presentó, tampoco la ayudó a levantarse. De pie, sintió como si hubiera hecho un paso hacia atrás, y el único paso después de eso fue alejarse y olvidar cualquier cosa que hubiera sucedido. Confortada por el hecho de que todavía estaba compitiendo para poder, no se movió. Ni siquiera después de que la madre puso al bebe de nuevo en el cochecito, y le pidió permiso para que otro niño se sentara en su regazo. No después de que los otros, quienes finalmente se habían sentado. Sarah jaló sus auriculares fuera, perdió el interés. El vagón fue de nuevo lo que era antes de que el pasajero enfermara, pero no para Sarah y él. Él se quedó de pie hasta la parada de ella. Sus labios temblaban con ansiedad mientras el tren desaceleraba para detenerse. No tenía nada que guardar; su bolsa estaba como lo tuvo cuando ella subió.

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Sarah no estaba interesada en buscar un adiós nostálgico. No era lo que ella quería para ellos, y entonces se preguntó cómo podían tener algo después de todo. Fue cuando bajó del vagón que una voz le gritó. Se dio la vuelta rápidamente. Él se inclinó hacia adelante, sobre la brecha entre el vagón y la plataforma donde ella estaba de pie; una brecha llena, de muchas cosas, y sin embrago nada en absoluto. Él le alcanzó sus auriculares. —Oh, gracias. Se acercó para tomarlos, y la correa de su bolsa se deslizo, derramando su contenido. El hombre no pensó en lo que hizo, sin duda, se movió rápidamente. Como si hubiera estado esperando esa oportunidad.

Bajó a la plataforma, ambos se inclinaron hacia abajo, y juntos recogieron el contenido de su bolsa, que ningún hombre hubiera querido ver. Las puertas del tren sonaron la bocina, cerrándose, y tanto Sarah como el hombre no se molestaron en mirar hacia arriba para verlo. —Por suerte esta es mi parada, también.

AHORA Era una noche de verano cuando el hombre había bajado del tren y recogió el brillo de labios de Sarah, que estaba rodando por la plataforma mientras el tren sonaba y remontaba a la próxima parada. Él dejó caer el maquillaje en su bolso, junto con un paquete de pañuelos de papel. Sarah lo miró a los ojos y se preguntó qué respuestas les gustaría que le dieran. Una acción tan simple, colocando sus artículos dispersos de regreso a donde pertenecen, pero fue su toque y la confianza con la que se movía lo que la hizo mirar lejos. Él no se inmutó, no retrocedió para ver si ella iba a abrir el bolso para él. No recogió el brillo de labios y los pañuelos para dárselos a ella, dando a entender que no estaba seguro sobre sus límites. De alguna manera este extraño había entrado en su espacio personal, ella estaba segura de que podía confiar en él y con todos pasajeros dispersos, subieron a la plataforma, taconeando contra el concreto. Otros pasos golpeando ligeramente mientras subían las escaleras de salida de la estación. Sarah sintió los ojos del hombre en ella, así que lo miró. Él era una cabeza más alto, pero sintió como si la cabeza de él fuera el sol, y resplandecías rayos, también, brillaba a menos que ella entrecerrara los ojos y mantuviera su mano como un visor. Marginalmente logró detenerse de hacer eso.

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—¿Vas por este camino? — pregunto él, señalando el lado norte de la estación. La pregunta pareció decepcionante. Ella había esperado algo como: “¿Quieres que te deje sola? ¿Quieres que me quede? ¿Quieres algo de comer?” Pero, una vez más, el hombre tuvo esa confianza que amaba. Ella solo se dio cuenta después de ese momento cuán absurdo era preguntar, si se iban a separar. Parecía imposible que él se le escapara, como una sombra debajo de

una puerta, nunca lo encontraría de nuevo. Sarah asintió, y comenzó a dirigirse a las escaleras al final de la plataforma. Ella sintió la espalda desnuda mientras oía los pasos de él siguiéndola. Bloqueó la voz en el altavoz, la mujer que estaba riendo y conversando por su teléfono, caminando delante de ella. En cambio, Sarah solo oía los pasos del hombre, sintiendo como si fuese la ganadora de este juego ahora. Ella encabezaba; él seguía. Sus pasos eran uniformemente espaciosos, y en algún lugar entre un clomp y un ligero tap, tap. Ellos eran estables y seguros, sin tratar de cubrir que estaba poniéndose al día con ella. Y le gustaba eso. Ese pequeño gesto decía que este breve encuentro tenía su propia forma de vida, y fue el mantenimiento de estos dos extraños asociados. En las escaleras, sin embargo, las piernas de Sarah, aunque magras y largas, no eran rival para él. Ella lo sintió acercarse, y finalmente cerrando el espacio, hasta que tomó de a dos escalones. Pronto, ella vio la elevación y pliegue de sus pantalones, el dobladillo exponiendo sus calcetines blancos mientras él subía. Notó sus zapatos cónicos otra vez, negros y con clase, simple y aún con estilo elegante que ella había visto por 50 dólares en Payless Shoes, pero también en una tienda de lujo por 300 dólares. Sus pasos también eran ligeros, y Sarah estaba demasiado ocupada intentando no tropezar y plantar cara, para notar si eran de cuero o un material sintético. Lo alcanzó en lo alto de las escaleras, viéndolo aún entre personas buscando sus billetes de tren y deslizándolos, ocupados con sus teléfonos y tecleando, o corriendo para salir. Él metió sus manos en los bolsillos. Ahí tenía un aire fresco. —Soy afortunada, olvidé mi Cardigan hoy y no ayer. — Sarah miró el cielo mientras continuaba—. Es sorprendentemente suave para… —ella sacó su teléfono para mirar la hora—… ser las seis. El hombre frunció los labios, bajando sus ojos. Parecía tomar el aire de alrededor, evaluando su juicio. Él ladeó la cabeza.

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—Puede ser una vergüenza o un día de surte, depende de la forma en que lo veas. Sarah no podía hablar de esa indirecta. El hombre dejó el espacio entre ellos lleno, repleto de distintas respuestas que cada una hacia un nudo en su pecho por distintas razones. Ella no dijo una palabra para traicionar su frialdad, pero él estaba empezando a asuntarla tanto como su actitud distante la atrajo. Odiaba el final de este juego, pero la noche era una templada noche de verano de su primer día en su propio primer trabajo de tiempo completo, y eran las seis en punto, una hora en la que todos andan

cabizbajos, sin decir una palabra de las personas que se habían sentado a su lado por una hora o más, e iban por caminos separados. Así era como hoy, y el día siguiente, funcionaria. Y cada día, Sarah tuvo que estar alerta. Viendo ruidosas, borrachas, personas extrañas en el tren, o en el camino al trabajo, o cerca de su carro. Ella era una mujer joven –apenas una mujer, en su mente– y había visto demasiadas historias devastadoras de abuso a mujeres, maltratadas y abusadas. Solo porque él lucía seductor, no quería decir que ella tenía que hacer el papel de boba, y meterse en problemas. El hombre volteó su cabeza para mirarla, y ella cubrió su miedo con un poco de tos. ¿Cómo lo notó? Él lo notó. ¿Qué cambio en ella? Eso no podía ser una coincidencia. Los dientes de Sarah mordieron el interior de su labio. Tenía que pensar en una forma para dejar este hombre fuera. No era lo que ella quería, pero después del repentino flujo de pensamientos, se había asustado por la creencia de la estupidez de esta situación. Tenía que ir a esperar a su padre la recogiera en el estacionamiento después de todo, ordenar algo de comida china para llevar y recoger sus fideos de camino a casa. —Necesito ir al centro —dijo el hombre. Sarah paró de caminar, se detuvo en un lado del camino mientras otros cruzaban la carretera cuando el hombrecito verde caminando lo indicó. Él se hizo a un lado, también, y ellos volvieron a estar solos en su espacio mientras el mundo se iba, sin ellos. —Oh, está bien —dijo Sarah. No tenía intención de sonar tan decepcionada, pero lo estaba descaradamente en su tono. —Bien, eso es… —comenzó el hombre. Sarah miró más allá de él haciéndole parar a mitad de la frase. Se alegró. No había sido la única en decir esas palabras cliché, pero ni quería escucharlo decirlas, tampoco.

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El carro de adelante lucía como el de su padre. Él estaba ocupado estos días y no creía que él fuera a parecer a pesar de que su carro estaba siendo reparado y ella no tenía un viaje a casa, pero quizás había estado atento cuando le habló. Sacando su móvil, revisó y vio un mensaje de texto de él diciendo: “Aquí estoy, unos pocos carros debajo de la entrada”. Se disculpó con él tan rápido como pudo. Por suerte, su padre había vuelto en el momento perfecto. El hombre esperó en el borde de la acera detrás de la línea de árboles en la franja que separa el estacionamiento. Ella se dirigió por la entrada a una buena distancia entonces caminó alrededor del carro

mientras la ventana bajaba al lado del conductor. —Papá, hola —dijo, descansando en la ventana de la puerta abierta del carro—. Gracias por venir. —Oh, vas a odiarme, sin embargo. —Se pausó, solo el tiempo suficiente para destapar los dientes apretados, como si se preparara para que Sarah estallara—. Recibí una llamada. Necesito irme al trabajo ahora. La señorita dijo que era una emergencia, hay agua en todas partes. Su padre abrió los brazos, demostrando la catástrofe. —¿No te importa ir de compras por un par de horas, verdad? Puedes tomar un conjunto de armario para el resto del año. ¿Por tu brillante nuevo trabajo? Sarah esperó un momento, y luego dijo: —Oh, claro. Supongo que puedo. Es tarde para una noche de compras de todos modos. Tomaré un bus de regreso a casa. Su padre asintió y sus ojos se agrandaron. —Aquí está, 250 dólares. Es todo lo que tengo conmigo. ¡Compra cualquier cosa! Sé que amas las compras. —Está bien, usaré mi propio dinero. Su padre negó con la cabeza, chasqueó. —Pffft, no seas tonta. —Metió el dinero en la parte superior de su bolso—. No puedes comer a través de tu salario antes de haberlo recibido. Regalo de primer día de celebración, de mi parte. Su padre le hizo un guiño, y era demasiado tarde para decirle que no tenía ganas de ir de compras, que ella no había ido de compras en más de un mes, y que no le importaba por eso. Su padre era así; feliz de celebrar, sin embargo, él podría en el fragor del momento, pero nunca a largo plazo. Pensando en el fragor del momento, ella recordó al hombre y cada cosa que había sucedido esta noche, y batió su cabeza alrededor para ver sus pantorrillas y zapatos debajo del denso follaje del árbol: una calmada figura con los últimos pasajeros del tren que se apresuraban por llegar a sus coches.

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—Todo bien. Suena bien. Pero aquí, no lo necesito. —Le devolvió el dinero y retrocedió. Él suspiró colocando el dinero de vuelta a su billetera. —¿Nuevo amigo del trabajo, cierto? —Su padre inclinó la cabeza en la dirección en que ella había mirado. Sarah lo vio sobre su hombro. —Oh sí. De mi equipo.

—Puedes tomar algo de comer con él, entonces. Conocer a los miembros del equipo. Es muy importante ser amigable con ello, ya que vas a estar con ellos la mayor parte de tus días. Sarah estuvo de acuerdo, deslizando un rápido “adiós” y lo dejó ir. Ella se dio cuenta de que le había dado la libertad a este extraño de llevarla a casa si lo ofreciese. ¿Cuán tonta podría ser al esperar la parada y tomar un bus a casa ahora? El final del carro de su padre tenía unos pequeños puntos rojos de las luces del freno en el momento en que ella se reunió de nuevo con el hombre. Aún estaba claro; nunca se vería como de noche en Melbourne durante el verano. El hombre estaba mirándola dar los últimos pasos hacia atrás, y se sintió estudiada, bajó sus ojos. Ahí había algo diferente en sus ojos cuando ella se detuvo en el mismo lugar que estaba antes. No podría nombrar lo que era. —Supongo mejor te dejo ir con tu novio, entonces. Sarah dejó escapar una risita, enderezándose antes de decir: —¿Qué estás… oh, umm qué? —El hombre inclinó la cabeza—. ¡Ese es mi papá! Él sonrió disimuladamente, como si supiera que el hombre en el carro que la había llamado nunca sería realmente su novio en absoluto. Sarah recordó dónde estaban antes. Cómo su padre había cortado al hombre a mitad de camino antes de decir adiós. —Bueno, mejor te vas al centro, entonces. Necesito volver a mi casa. Sarah se había preparado para caminar lejos sin el hombre que se preocupa mucho por su pequeño juego, probando que él solo estaba interesado en acostarse con ella, pero no preocupado por la pérdida. Incluso estaba preparada para la decepción en sus ojos mientras él la dejaba irse. No estaba preparada para su respuesta. —Eres sugerente. Sarah había dado un paso atrás, pero se detuvo, arrugando sus ojos cafés en confusión por esta réplica.

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—Pensé que estaba siendo normal. —No, sugeriste que te iba a decir adiós. Sarah no podía evitarlo entonces, ella mordió su labio, pero eso no hizo nada bueno. La felicidad en su extensión como la pizca de una llama, quemándola con alivio. Eso hizo que sus labios se movieran en una tímida sonrisa. Ella era una mujer. Él era un hombre en un traje, con un rostro que no podía dejar de mirar, y un alto, cuerpo grueso que había llamado

su atención en primer lugar. Era probablemente mayor para ella. Fue mucho para sonreír. —Tú eres sugerente por pensar que quiero irme. Pero eso era una mentira, claro. Ella no podía ir por más de lo que sea que esto era, especialmente ya que hoy había estado demasiado ocupado aprendiendo de todo como para comer más de un sándwich, y no había tenido algún café. Pero podía haber tenido su café y todos sus aperitivos y comidas hoy, y todavía encontraría una excusa para ir con él. Por lo tanto ella dijo que había llegado, y se viró, sin cruzar la carretera, y se dirigió al centro de compras junto a la estación, mientras se preguntaba qué podría suceder después.

ENTONCES Esa noche, Sarah había decidido quedarse en la casa de su mejor amiga hasta tarde. Ella figuró que, si su padre podía engañar a su madre por unos pocos meses y no tener problemas, ¿por qué debería Sarah tener permiso para quedarse fuera hasta la noche las once en una noche de entre semana? Tenía dieciséis y nunca hizo este tipo de cosas. No podía hacer daño. Fue la madre de Sarah la que llamó al teléfono de la casa. Los pasos de la mamá de su mejor amiga llegaron hasta su piso, y abrió la puerta mientras decía “toc, toc”. Ella le dio una mirada a Sarah mientras le entregaba el teléfono. —Tu madre. Sin decir palabra, Sarah articuló a su mejor amiga por ayuda. —¿Qué le digo? ¿Debo solo colgar? Al final, Sarah tomó un profundo respiro y dijo: —Hola mamá.

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—¿Por qué no me dijiste dónde estabas? ¡Me tomó una hora encontrarte! El timbre de alarma sonó en la cabeza de Sarah. Su madre no sabía dónde estaba, lo que significa… —¡Revisaste mis cosas! —gritó Sarah. —Ven a casa, Sarah —dijo su madre—. Tenemos algunas cosas que discutir.

Sarah no discutió. Su mejor amiga intentó que se quedara. Le dijo que le comentara a su madre que había cogido un bicho estomacal, y no podía moverse sin vomitar o que se habían dado cuenta de que tenían un proyecto para mañana y tuvieron que empezar juntas ahora. No valía la pena. Habría implicado demasiada planificación arreglar que sus historias coincidieren y fueran infalibles. Su mamá podría preguntar por detalles, y en este momento Sarah no podía decir si estaba aliviada de estar atrapada, o si fue solo una acumulación de mentiras que no podía soportar más. Sarah esperó en el sofá en frente de la ventana con las piernas cruzadas, picoteando sus uñas, y esperando por el momento en que escuchara el familiar retumbar del carro de su madre. Debería haber estado nerviosa, estaba en problemas por quedarse fuera hasta tarde, pero no era así. Ella debería estar furiosa de que su mamá probablemente fuera por su diario, o las cosas que había guardado en su computadora, pero aun así estaba preocupada por la cosa más importante. El pensamiento de que Sarah absolutamente sabía era que su madre sabía lo que su padre había estado haciendo. Lo odiaba en secreto, pero ella era una gran cobarde. Cuando se sentía culpable, Sarah escribiría en su diario. Usaba un programa de fotos para hacer lindas imágenes con sus palabras en ellas. Sarah le encantaba leer y las palabras, palabras de cualquier tipo. Ella las anotaba, solo para volver atrás y analizar si cada una tenía razón. Así que Sarah dijo sus secretos a través de palabras. Ella no sabía cómo escribir en prosa, así que solo derramó sus secretos como la mente vomita poesía. Vino sin forma, propósito o estilo. Mientras se sentaba en el sofá, todos la dejaron sola. Su mejor amiga se sentó en el otro con su móvil, y la mamá de su amiga caminó por la casa, desempolvando pantallas y deslizando las superficies con trapos. Cuando ella vio a Sarah mirando, le sonrió y se fue a otra parte de la casa.

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¿Por cuánto tiempo? ¿Acaso la madre de Sarah lo averiguó esta noche, cuando ella había leído los secretos de Sarah? ¿Si lo hubiera sabido todo el tiempo, y ocultó esto a Sarah hasta que descubrió que Sarah sabia, de todos modos, sobre el asco, las cosas malas que su padre había estado haciendo con otra mujer? Allí estaban algunos poemas que podrían haber sido horribles para su madre. Recordaba uno ahora: / Que golpea la pared Bang, bang, bang Gime como un animal

Gemido, gemido, gemido Se escabulle como una serpiente Deslizarse, deslizarse, deslizarse / Sarah recordó ese poema. Ella regresó de la fiesta esa primera noche y pensaba en tantas cosas. Al día siguiente no sabía qué hacer, así que empezó a escribir, y se dio cuenta de que su cabeza se sentía como si alguien hubiera quitado un peso de ella. Como si alguien hubiera desabrochado su sujetador, y pudiera inhalar completamente. Ahí estaba otro poema, sobre todo un poema para cada ocasión en la que Sarah sabía que su padre había engañado a su madre. Uno de los últimos que escribió era… bueno no era su favorito, porque odiaba ese poema. Los odiaba con fuerza suficiente para quemar y encenderlos en llamas. Pero sentía algo por este poema, e incluso ahora, pensándolo bien hizo que su cuerpo se llene con odio, como si fuera una sustancia, llenando su cascarón vacío y haciendo su vida con el sentimiento. / ¿Cuándo es un bar lleno de alcohol? ¿Cuándo es un trabajo lleno de papeles? ¿Cuándo es de noche llena de dormir? ¿Cuándo no es él lleno de mierda? / No mucho tiempo después de que había estado perdida en sus pensamientos, oyó el retumbar familiar de los neumáticos del carro de su madre crujir en la grava hasta la calzada de su mejor amiga. —Es ella. Gracias por invitarme —dijo Sarah, y fue a abrir la puerta principal para salir lo más rápido posible. —¡Sarah, espera un segundo! —llamó la mamá de su amiga.

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Sarah apretó los ojos con fuerza y maldijo para sus adentros. ¿Por qué no puede la gente simplemente dejar que otras personas sean? ¿Por qué los demás no tienen el sentido de dejar a otros solos cuando había una clara señal diciéndoles que se mantenga alejado? —¿Sí? —respondió Sarah. —No hay necesidad de apresurarse. Toma un bocado para comer de las sobras, o simplemente permíteme decirle “hola” a tu mamá. Nosotras no hemos hablado en un par de semanas. Sarah miró a los botones en la parte superior de la camisa se la mamá de su amiga. Sarah se dio cuenta de eso, a partir de unas pocas

semanas antes ella podía mentir sin una ruptura en su voz, sin tartamudear o mezclar las palabras, siempre y cuando no mirara a la persona a los ojos. —Es una emergencia familiar. Lo era, más o menos. Sarah se deslizó fuera de la casa y vio a su madre calentándose las manos en las rejillas de la calefacción. Se deslizó por la puerta. Las manos de su mamá seguían siendo las mismas, pero sus ojos estaban fijos en Sarah. Sarah dejó su mochila en el suelo entre sus pies, y extendió las manos, frotándolas en frente de su calentador. —Bueno, voy a salir de su camino de entrada, ¿no? —dijo su mamá. Dio reversa, y lo hizo hasta una cuantas casas más abajo antes de que desacelerara el carro. Su madre parecía tan sorprendida de esto como lo estaba Sarah, con movimientos escalonados mientras comprobaba el espejo lateral, y desaceleraba. Su carro se detuvo a un lado de la carretera y su madre movió su mano más cerca de la ventilación de Sarah, y Sarah se dio cuenta que debería moverse más cerca. Cuando toco sus manos, su mamá las tomó sobre las suyas y entrelazaron sus dedos juntas. —Ni siquiera estoy segura de por dónde empezar. Estaba tan preocupada de saber dónde estabas. Estaba tan enojada contigo por tan solo desaparecer… ¡Soy tu madre! Estaba… Su madre se separó y Sarah se atrevió a mirarla: una sola lágrima se hizo de su ojo; luego se rompió y goteaba por su nariz, al lado de su labio, y entonces calló en su regazo. Sarah se mordió el labio. Se dijo que sería fuerte, y miró fuera de la ventana del lado del pasajero, contando las casas hasta que se volvieron puntos de colina abajo y desaparecieron en el otro lado. —Me enteré hace dos semanas.

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Así que no estaba hablando de Sarah quedándose fuera, pero ella lo sabía de todos modos. Esto era mucho peor, ella habría sido capaz de manejar oír a su madre yendo balístico, y Sarah podría decir sus disculpas, y dormir y sentirse jodida de que su mamá hubiera arruinado su noche. Ella ya sabía antes de todo cuán difícil sería recibir este discurso. —Decidimos no decirte hasta que las cosas estén formalizadas, hasta el llamado “polvo” se hubiera asentado un poco. Dios, incluso al final suena tan calculado. Como todo lo demás. —Lo supe por unas pocas semanas —dijo Sarah después de ver sus manos en la ventilación. A estas alturas, estaban tostadas, pero el calor, el sentimiento de ardor la calmó—. Lo supe, me asuste, corrí de nuevo a la

fiesta, y luego ustedes me regañaron cuando volví. Después, no estaba segura de cómo decirte, y si decía algo, me sentí como si te estuviera traicionando o a papá. Elegí mal... —Sarah decidió que era más fácil sentir quemar el calentador en las puntas de sus dedos, por lo que lo hizo, dejando a su madre comerse todas esas grandes palabras. —No puedo quedarme con él, no tiene nada que ver contigo. Te amo demasiado, Sarah. Pero preferiría ser un modelo a seguir y ponerme de pie en contra de ser tratada como un... no, él trató la edad de Lucky mejor de lo que me trató a mí. Le estoy dejando no para mostrar mis derechos como mujer, sino como una persona con morales, y como un modelo a seguir para ti, mi hija. Tu padre no es un mal hombre, pero él ha cometido errores muy grandes para olvidar después de todos estos años de sus mentiras, y no tengo que tener un compañero para hacerme compañía que continué haciendo daño a mi corazón. Puedes venir a vivir conmigo si quieres. No me importara si te vas con él, sin embargo. Sé que lo quieres mucho. Sarah vio a su mamá desde debajo de sus pestañas, sin mover su cabeza. Su madre dijo muchas cosas a lo que Sarah podría haber respondido, pero ella repetía la frase, de olvidar después de todos estos años de sus mentiras en su mente. Sentía que también era un peón en el juego de su papá. A su padre no le importaba después de todo. ¿Cómo podía su papito tener toda otra vida por todo ese tiempo y no decirle? Sarah incluso le dijo a su papá la primera vez que le vino el periodo. Ella pidió ir a McDonalds. Estaba en medio de la noche anterior se dirigían de vuelta a casa. Sarah estaba llena de dulces crujientes trozos de caramelo, e hinchada con papas fritas y helados. Pero ella estaba enferma de saber demasiado acerca de su mamá, que había leído muchos sus palabras y estaba lastimaba a causa de ellas. Sarah tenía tanto peso bajo ella que, cuando llegó a casa y su mamá la enfrentó, no recordaba quedarse dormida, pero sabía que ni siquiera llegaría a pensar en un poema, como usualmente hacía, antes de ir a la cama.

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Fue entonces que se dio cuenta de que todo era demasiado para una adolescente. Y se preguntaba qué tipo de chico amaría alguna vez, si ni siquiera alguien tan perfecto como su padre era de fiar.

5 Negocio silencioso Traducido por Okandar Corregido por Nony_mo

É

AHORA

l la recogió en el área de comida, lo que preguntase adónde podrían dirigirse. En generalmente eran en un café que el chico e incluso con amigos, si no iban al cine o un bar, irían café o algo similar.

hizo que Sarah se las primeras citas pudiese comprarle, a una cafetería por

Pero él la llevo a una tienda llamada “City Guy”. Paso sus dedos por muchos percheros de camisas manga larga de muchos colores –blanco, beige, azul, incluso rosa– y él se decidió por una camisa delgada con rayas rosa en la que Sarah fijó su vista. Ella lo siguió a la sección de pantalones formales y todos se veían iguales, pero de manera similar, él pasó sus dedos de la misma manera, pasando cada una de las perchas, apartando con su puño y volteando todos los pantalones y al final escogió uno que se veía igual, de todas maneras.

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Sarah encontró un banquito con ruedas y se sentó a esperarlo fuera del probador. Momentos después, imágenes de él desabrochándose y sacándose las mangas de su camisa por sus brazos, la pusieron nerviosa, giró y arregló su cabello mirándose en un espejo. Desenrolló su coleta y empezó a ondear su cabello ventilándolo entre sus hombros y espalda, y pasó sus dedos entre él para deshacer cualquier enredo, aunque ahora parecía como si quisiera impresionarlo por lo que se lo recogió en un moño desarreglado encima de su cabeza. Sarah estaba asegurando su coleta, cuando la puerta del probador donde estaba él se abrió, primero aparecieron sus dedos, acto seguido el resto de él con su camisa estampada a rayas. El cabello de ella cayó de su agarre, pestañeó rápidamente repetidas veces y recordó que tenía que sonreír y también dónde estaba, así que se hizo a un lado para que él pudiese salir y mostrarle el panorama entero. Sarah tuvo que preguntarse por un momento si él era gay, pero

dedujo que no podría esta atraída si lo fuese. Él debe saber cuán atractivo puede ser la seguridad en sí mismo para una mujer. Para ella. —Vamos, gira para mí —insistió ella. Él asintió con la cabeza, pero no dijo nada, como si estuviera secretamente impresionado, y se dio la vuelta. Por ese segundo, ella sin avergonzarse tuvo una buena vista de su trasero. No estaba flácido, pero estaba formado. Aunque se perdiese un poco en el material daba una idea de su trasero acopado y redondo a los lados. Sintió ese segundo como el más largo de su vida. Él se detuvo frente a ella de nuevo, metiendo las manos en los bolsillos del pantalón. Su vista se movía por la anchura de sus hombros y la forma en que la camisa marcaba el contorno de su cuerpo, como eran sus muslos de abundantes y sus piernas se veían largas. Ella sacudió esos pensamientos de su cabeza y luego dijo: —Te ves bien. —Hecho —fue su respuesta, se dio la vuelta y volvió a entrar al probador antes de que ella pudiese preguntar qué había querido decir o si le habían gustado. Cuando él salió, estaba nuevamente en su antigua ropa de trabajo en la que se veía bien. Las apiló en su puño. Pagó en la caja y el precio que marcó hizo que Sarah se sintiese asombrada pero intentó hacer parecer como si no fuera nada. Ella dudaba que él pudiese enamorarse de ella. —Lo siento, me tragué mi goma de mascar —se disculpó. Este hombre se veía como alguien que estaba pendiente de los pequeños detalles. Eso era algo por lo que otras citas se habían arruinado, cuando ella se dio cuenta qué estaba pensando vio que era raro, puesto que a las otras citas las conocía de pocas semanas y a este chico por solo una hora. —¿Me pareció que te gustaron? Ella tenía que preguntar, averiguar su nombre, él estaba haciendo que ella se sintiera intrigada. ¿Porque su cabello era corto y atractivo, como si fuera un corte de soldado? ¿Porque sus ojos eran tan malditamente cafés? ¿Quién era él? Ella tenía algunas preguntas como esas.

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—Me gustaron —dijo él en un tono cortes. —Oh, bien. Mientras caminaban hacia otro lugar desconocido, él cambió su atención enteramente hacia ella. Estaba tan sorprendida como preocupada. Había el ajetreo luego de una jornada de trabajo pero sus ojos no se movían de los suyos, como si estuviesen empujados a mirarla.

Ella dijo: —No te vi tan interesado ni hiciste un comentario, así que no estaba segura. —Si a ti te gustaron, confió en que son suficientemente buenas. —¿Suficientemente buenas? ¿Para? Una vez más, él no respondió, pero la llevó del área de comidas y rechazó su dinero mientras se encontraban en la cola para ordenar, en lugar de eso le dijo que buscase una mesa. Cuando se reunió con ella, él deslizó su café en la mesa hacia ella que lo esperaba con las manos ahuecadas. —Suficientemente bueno para impresionarte si quisieras ir a ver una película conmigo. Justo cuando estaba a punto de tomar un sorbo él habló, por ello tenía la boca llena cuando él dijo eso, lo que hizo que escupiese el café. Había estado esperando por eso. Quería hacer la pregunta ella misma. Y ahora que él lo había hecho, ella se atragantó con el café y lo escupió sobre él. Se sonrojó, tomó una servilleta y empezó a limpiar la mesa aunque la temperatura era insoportable a través de lo delgado del papel.

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—Oh, lo siento. ¡Lo siento! —dijo mientras se levantaba y tomaba el resto de servilletas para intentar limpiar la mancha y sacar la humedad su ropa. ¿Por qué tenía que hacer tan buen trabajo avergonzándose a sí misma salpicándolo? Su camisa se veía como si salpicaduras de sangres lo hubieran cubierto, como si hubiese apuñalado a alguien. Excepto, que era caliente y marrón, que probablemente lo hubiesen quemado un poco. Con un puñado de servilletas ella intentaba secar el frente de su camisa palmeando hacia abajo hasta que llegó a la hebilla de su cinturón. Sus manos subieron y palmearon lejos de ahí. Sus manos le decían que lo dejase ir, que estaba bien, pero ella lo había arruinado todo. Ahora él inventaría una excusa que ella no soportaría oír, y luego probablemente irse. Tenía que mantenerlo ocupado así que tiró las servilletas sobre la mesa y siguió dando palmaditas intentando secar la camisa que estaba metida en el pantalón. Deslizó sus manos hasta que llegó a la parte superior de sus muslos para ver si estaban mojados también, pero estaban secos, la mesa lo protegió ahí abajo. Ahí. Abajo. Estaba bien hasta que rozó cerca del bulto que se marcaba en su pantalón y recordó todas las bromas y situaciones embarazosas que

hacían al respecto en las comedias románticas que podrían hacer que una situación vergonzosa fuese aun peor. —Está bien. Él tomo los hombros de Sarah en un gentil y comprensivo agarre y miró a su silla. Atónita, ella asintió y estuvo de acuerdo. Él se acomodó en su asiento, estirando los brazos hacia atrás para alcanzar su abrigo que colgaba del respaldo de la silla, encogió sus hombros en él poniéndoselo encima. —¿Qué dices entonces? —preguntó. El rostro de Sarah no era de mucha utilidad ahora cuando debería serlo. Este chico no dejaba de sorprenderla. Lo único que estaba en su mente eran todos los recuerdos apiñados: café caliente, hombre atractivo, manoseo. —¿Lo siento que? —dijo ella sacudiendo su cabeza, para regresar a la realidad—. ¿Acerca de qué? —La cita... lo mínimo que podrías hacer luego de… —barrió con su mano por su pecho hacia abajo, señalando con su palma—. Podríamos ver una película Ella manejó una risa nerviosa, buscando por su bolso con una mano y su café en la otra. El cine estaba a uno de los extremos den centro comercial, pero él caminaba en dirección contraria. —Oye, no creo que ese sea el camino correcto —dijo ella, mirando en los negocios alrededor para buscar direcciones. Necesitaba estar segura de no estar haciendo el tonto nuevamente. Él sonreía esperando por su atención. —No, es el camino correcto para el baño de hombres. Tengo que cambiarme, para ponerme esto. —Señaló la bolsa de “City Guy”—. ¿Golpe de suerte, no crees? Ardían, ardían, ardían. Eso era todo lo que sus mejillas habían hecho, el tiempo que había estado con él. Ahora ellas ardían de nuevo. —Golpe de suerte —replicó, mientras veía como se alejaba.

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Cuando regresó, ella podría decir que él se había puesto sus nuevos pantalones. Debía haber algo en la forma en que es estos se le ceñían. Ella tenía su mirada sobre él. Aún intentaba averiguar su nombre.

AHORA Cuando estaban haciendo la fila para comprar sus entradas en la caja, había un anuncio sobre una película con Jason Statham y Will Smith, así que él fue adelante y reservó los boletos. Había pagado por ella dos veces. Sarah no era del tipo de chica que esperaba a que pagaran por todo, aunque fuera un lindo gesto. Él estaba sacando su cartera y su tarjeta de crédito cuando ella se le adelantó. Ella quiso decir su nombre, pero no pudo, así que se conformó con un: “Por favor, está bien” y se apresuró a rebuscar en su bolso por efectivo. El calor de sus manos sobre las de ella la detuvo. —No te pedí que pagaras. —Yo no te pedí que tú pagaras —replicó ella. —Yo te invité a salir. Cuando estoy en una cita asumo todos los gastos. —¿Esto es una cita? Él asintió y a Sarah se le detuvieron todos sus otros pensamientos, solo podía imaginar un letrero de luces neón alrededor de su cabeza que decía: “Chica en una cita con un chico increíble”. No, maldición, ella podía hacerse cargo de sus gastos, así que continuo buscando en su bolso por el dinero por lo que le parecieron segundos. Cuando sintió su mano sobre su hombro. Con su mirada nuevamente fija sobre él y su nueva camisa a rayas se le ocurrió que había perdido la cabeza por la forma en que la hacía sentir, ella debía de estar aturdida mientras él pagó por los boletos. —Tu boleto —le dijo, entregándoselo. Ella lo revisó. Era para la película de Jason Statham, e intentó no sonreír, aunque había una especie de campanas sonando dentro de su cabeza. Rápido, sexy, listo. Esta película decía todo lo que ella quería de su cita, y esta noche, lo sería.

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—Gracias. Sarah no acostumbraba a juzgar a una persona por cómo se veía, pero era imposible pensar de otra manera de los dos jóvenes de aproximadamente quince años que caminaban un metro por adelante de ellos, la chica con la mano cruzada sobre su pecho y el chico con las suyas en sus bolsillos. El frente del cine, el chico le tendió su mano. La chica rio entre dientes e intentó ocultarlo, antes de desaparecer en la oscuridad con él. Cuando Sarah pensó acerca de ella y de él, tuvo que preguntarse.

Por la percepción de los demás. Por su percepción. Ellos caminaron hacia su sala de cine que estaba a la mitad de pasillo. Sarah mantuvo sus ojos en la alfombra azul oscuro, adornada con pequeñas estrellas blancas y rojas. Afortunadamente, él no captó su mirada atenta. Él le tendió su mano, y en lugar de sonreír agradecida, ella se interesó en la forma en que su camisa se entrecerraba en el contorno de su brazo, en el tamaño de sus manos. Ella se permitió una sonrisa antes de entrar y sentirlo a él como una fantasma detrás de ella, provocándola con su esencia. Ella sabía por experiencia que los comerciales duraban aproximadamente unos 15 minutos y con la seguridad que le daba la oscuridad del cine se dejó llevar por sus pensamientos. ¿Qué era lo que ella sabía de él? Sentándose, esperando, la alegría por su encuentro la recorrió, se preguntó porque él estaba con ella. No tenía mucho sentido. ¿El chico y la chica en una primera cita torpe rutinaria? Carecía de sentido. Pero Sarah había tenido una jornada embarazosa en su primer día de trabajo, con 22 años, era una chica sencilla. No tenía el cabello sedoso y liso, o rizado y seductor. Más bien era un poco ondulado y no sabía qué hacer con él cada mañana. Su cabello era café oscuro y sus ojos de un gris pálido. Tenía unas cuantas pecas en su nariz pero no las había, excepto cuando se inclinaba un poco para ponerse otra capa de maquillaje. Usaba también una copa B de sostén, normal y pequeña. No sabía mucho de él, pero sabía que era demasiado bueno para ella. No es que Sarah tuviese baja autoestima. Era un hecho. La confianza que él proyectaba le daba una mayor profundidad su sexualidad, y eran muchos más de lo que Sarah sabía que jamás podría exudar. Su fuerte ángulo de su mandíbula le daba ganas de mirarlo en este momento que él había querido, solo ver la forma en que sus tendones se movían. Su corte de cabello, no decían “chico guapo”, pero no decían tampoco “chico motociclista rudo”.

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Quería decir “hombre”. Ella veía atractiva la manera en que él hacía algo. La manera en la que abrió la cartera y hurgaba en ella, tomando su tiempo para tomar el billete correcto o la tarjeta. O justo ahora, cómo él le tendió su mano, para dejarla entrar. La última vez que eso sucedió, Sarah había tenido una cita en el bachillerato con Nicholas. Chicos jóvenes y caballeros, pensó Sarah. Había dos tipos de hombres que hacían esos gestos, lo que hizo que un escalofrió recorriera su columna. Qué edad tendrían, porque ciertamente no era joven y atractivo. Él se miraba de unos 28 años, pero ella sabía que podría ser un poco más mayor. Tal vez 32. ¿Esto no lo hacía muy mayor para mí, o si? Sarah había estado en su propio mundo, ocupada con sus

pensamientos, por los 15 minutos enteros hasta que el telón empezó a deslizarse y las luces fueron apagándose. La película estaba a punto de comenzar. —¿Estas lista? —preguntó él. —Si digo sí ahora, no quiere decir que después no pueda culparte si la odio. —Es Statham. Eso es imposible. —Oye —dijo alguien detrás de ellos. La voz era profunda, sonaba contrariado—. Es muy posible que los saque a patadas a ustedes dos. Cállense. Con eso él se inclinó acercándose más a Sarah. Ella había decido relajarse y dar puntapiés mientras la película comenzaba, pero él no lo había hecho aún, claramente. Con la luz de la pantalla jugando en el borde de sus labios, era todo en lo que ella podía ver y pensar. —Cierto, ¿cómo odiarlo? —susurró Sarah, sintiendo su respiración caliente entre el espacio que había entre sus labios y los de él—. Carros, acción… sexo. —¿Eso es lo que te interesa, eh? Sarah cerró sus parpados y esperaba que él no lo hubiese dedo de cuenta. Maldición, ella estaba descubriendo cosas de sí misma de una manera muy fuerte. Justo ahora, tenía que dejarlo pasar y que reaparecieran una vez que él se hubiese ido. ¿Por qué ella apestaba en estar tan calmada y sexy cerca de él? Esta segura que si él trataba de tomar sus manos temblaría, y su corazón muy probablemente tendría pulsaciones como loco por minuto. Ella tragó. —Supongo. Él trazó con sus dedos su mandíbula cuando dijo: —¿Tienes novio? —Um, yo —empezó a decir Sarah. Ella esperó a que sus nervios se calmaran un poco—. No, no tengo novio.

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—Bien. Su dedo se deslizó, desde el punto dulce detrás de su oreja a su mandíbula hasta que ya no pudo decir nada. Mordió su labio para intentar ocultar la sensación que crecía dentro de ella. Él vio esto. Llevó su dedo sobre labio inferior de ella. Su aliento era como un calentador arrojando aire cálido hacia abajo, desde su cuello hacia su pecho, mientras miraba su boca.

Ella tenía que tocarlo. Sus dedos ávidamente buscaron la parte de atrás de su cuello y arrastrándose por su piel, haciendo su camino. Su piel estaba caliente, se sentía lamible. El deseo la recorría y lo sentía fluir entre sus piernas con el conocimiento de ellos conectados, con él tan, apenas tenía que moverse para poder besarlo. Él se inclinó más y, como el pecho de Sara sintió se apretaba y sentía como sus entrañas se estrechaba por la excitación, decidió que debía saber al menos una cosa de este misterioso hombre primero. Ella puso su dedo índice sobre los labios de él, ahora solo los separaba el dedo que ella sostenía sobre sus labios. —¿Qué está mal? —Nada está mal —respondió ella dejando caer su dedo—. Pero no ganarás tres de tres. Él retrocediendo unos centímetros, una arruga sobre sus cejas. —¿Huh? —El café, el boleto de cine… —Sarah dejo la frase en el aire un momento—. Solo quiero saber una cosa de ti. —Sí. —Tú nombre. —Estaba empezando a preguntarme cuando ibas a preguntar eso. Ella estaba hipnotizada por sus labios tan cerca, sin embargo tan lejos y él pudiese bromear de ella. Sueva, cálido, besable, decidió. —Es Malik —dijo él pronunciando las silabas Ma-lik—. Significa “Rey” en Árabe. Sarah soltó una risita, apretando su boca y sus mejillas para ahogar el sonido. Realmente no quería ser echada en ese momento. —¿Qué es tan gracioso? —dijo Malik en tono cauteloso. —Mi nombre es Sarah, Significa “Princesa” en hebreo.

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Él rio ante esto. Y entonces sucedió. Sus labios se juntaron hambrientos, primero de forma cautivadora, luego tomando sus labios y tirando de su labio. Ella lucho por morderlo a su vez. Soltó un poco la presión pero eso no la relajó, por lo que sus labios empezaron a trabajar juntos, alimentando su deseo. Ella se insinuó primero, tocando su lengua con la suya y él hizo más profundo el beso. Ella deslizó su lengua dentro de la boca de él. Sarah apoyó su frente contra la de él, exhalando. Oyó un gruñido gutural de parte de él y sintió como sus labios se presionaban contra su piel.

Las manos de ella se estrecharon más alrededor del cuello de él. Halaba su cabello, su piel. Ella sabía que, fuese lo que fuese, necesitaba más de lo que le estaba ofreciendo. Él deslizó su mano frotándola hasta su cintura y la deslizó por debajo de su top. Ahí, en la parte superior de su pantalón, sus manos se aferraron a ambos lados de su cadera. Él extendió sus dedos marcando una V hasta los hoyuelos de su espalda y persuadió a sus manos a profundizar en su carne hasta eso doliese un poco a Sarah, más bien. Malik sonreía mientras veía sus labios, luego los selló con un besito.

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—Qué bien3 — y el doble sentido no pasó desapercibido para ella.

Qué bien: en el original pone “What a fit”. Una de las traducciones de “fit” es “encajar”, por lo que el doble sentido sería que ellos encajan bien junto. 3

6 Citas Traducido por Okandar y Yulenca Corregido por Nony_mo

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ENTONCES

os nombres siempre había tenido mucho significado para Sarah, y por una semana sus padres y ella no habían dicho una palabra sobre la aventura, pero se moría de ganas por saber el nombre de esa mujer. Su mamá preparaba la cena para ellos, pero en ocasiones decía, “Sarah ¿podrías pasarme la sal, por favor?” Y su padre se inclinaba para pasarla, Sarah debía tomarla y pasarla al otro lado de la mesa. Su madre encontraba excusas para todo durante la semana. No pudo ver las retransmisiones de Everybody Loves Raymond porque una noche solo pudo encontrar un cupo para una sesión de depilación a las 8:15 p.m, el último horario de la noche. Sarah estaba recuperándose mejor de toda esta situación, como ella había dicho, en lugar de comprar víveres esta semana. No lo había dicho, pero claramente su mamá buscaba espacio, y eso provocaba también tensión entre el padre de Sarah y ella. Nunca hablaban, siempre se evitaban y permanecían solos.

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Pero luego de esa semana, Sarah tuvo que sentarse y rogar a su mamá por ayuda. Ella tenía un trabajo de Inglés acerca de la historia de Shakespeare, y no tenía la menos idea de cómo empezar a buscar información, ninguna pista acerca del significado de sus obras y muy difícilmente una idea para escribir un discurso interesante. Su madre fue a la estantería detrás de ella, y Sarah observó, girando un poco su cuerpo con sus codos detrás de la espalda. Su mama fue a la sección de abajo del estante y una vez que regresó a la mesa, asintió hacia el libro que estaba en sus manos, y una bella sonrisa se dibujo en su bello rostro por primera vez en un largo tiempo. Su madre tenía la piel clara y unos labios carnosos, y su sonrisa siempre había sido su mejor cualidad. Sarah estaba agradecida por esto, aunque estuviese aburrida de esta tonta asignación, hoy había hecho feliz

a su madre y esto quería decir que Sarah podría hablar con ella. Sarah había descubierto cuán difícil es no tener a nadie a quien dirigirse, y no quería hacer nada que pudiese llevarla a esa soledad de nuevo. —Esta es la copia que usó cuando iba a la escuela —empezó a decir su madre, pasó algunas páginas hasta que llegó a unas páginas que tenían unos garabatos escritos a lo largo del margen, desplazó su dedo por ellas. Tocando los apuntes, recorrió las letras como si estuviera escribiéndolas, al mismo tiempo que dijo—: Romeo y Julieta exploran de mala manera lo desgastante que puede llegar a ser la pasión. Ninguna emoción puede interponerse ante el poder del amor. Aunque puede ser violentado e incluso así mantenía su lealtad. Sarah pensó luego por qué su mama específicamente encontró esa escena cuando hablaba sobre Shakespeare. Ella pensó en un montón de cosas, como por qué su madre buscaba una nota que probablemente había escrito cuando era una adolescente. Tendría 16 años como Sarah, ¿cómo pudo escribir eso? Los tontos escritos diarios que Sarah hacia no eran tan profundos como los de su madre a su edad. Pero quizás había heredado su pasión por la palabra escrita y esto hizo que Sarah sonriera. Esa noche su mamó vino a visitarla a su cama de nuevo. Sarah tenía sus hojas y descansaba cómodamente con las piernas cruzadas, estaba pasando las páginas de la copia vieja de Romeo y Julieta de su madre nuevamente, para encontrar ideas para su discurso. —¿Por qué estas sonriendo Sez? —preguntó su madre. Sarah sabía que su madre estaba a sus espaldas así que hizo una pausa antes de decir: —Solo pienso en algunas cosas. Su madre asintió y avanzó hasta sentarse a su lado en la cama. Ella no miraba a Sarah, y prefirió jugar con el diseño floral del edredón y deslizar sus dedos alrededor de él. Parecía lírica, el movimiento, y Sarah se preguntó en qué podría estar pensando su madre.

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—Lo siento, bebé —dijo su madre luego de un rato—. Él ha consumido todo mi amor, y no sé quién soy o qué es mi vida, ahora todo eso se ha vuelto una mentira. —Pero yo no soy una mentira, mama —dijo Sarah, estirando sus brazos y tomó las manos de su madre, y se sostuvieron por un momento— . Siempre estaré aquí para ti. Su madre sonrió nuevamente y Sarah no pudo evitar sonreír con el contagioso sentimiento que sentía desplazándose en su interior. —Su nombre era Alyssa —dijo su madre—. Alyssa Fawnheart. No podía pensar en un nombre más bonita, parece que ella es quien tiene su

corazón. Su madre permaneció con una sonrisa triste, empezó a caminar alejándose, pero se detuvo y preguntó: —¿Tienes novio? Siento no haberte preguntado qué has estado haciendo pero por el brillo que veo en tu cara, sé que algo pasa. Sarah bajó el rostro ruborizada, buscó recuperarse y más calmada dijo: —Su nombre es Nicolah. —Tráelo mañana a cenar —dijo su madre dando golpecitos en la puerta sonriendo sin razón aparente—. Necesito conocer a ese joven. Sarah no podía dormir bien, y estuvo así alrededor de una hora, mirando el cielo falso, y cuando no pudo soportarlo más, apiló sus almohadas cerca de la ventana y observó atentamente a sus vecinos, las luces de la calle, las luces del jardín, incluso las estrellas. Ocasionalmente un carro pasaba por la calle, mientras ella se preguntaba por qué esta chica con un lindo nombre llamada Alyssa Fawnheart había entrado en sus vidas, destrozado a su madre y sus perfectas vidas. ¿No sería mejor no saberlo?

AHORA Sarah no podría decirte sobre qué trataba la película. ¿Carro, acción, sexo? Sería lo más probable. Todo lo que ella sabía era que Malik la hacía arder y hacía que su corazón se acelerara, y probablemente podría satisfacerla en esta última área.

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Se salieron en la manera usual, ahora que los créditos de la película empezaban a desplegarse se separaban para salir de la fila de asientos y unirse a la fila de personas que se dirigían hacia abajo y buscaban salir de la sala del cine. Pero algo inusual ocurrió mientras buscaban la salida. Ella notó que él rozaba el dorso de su mano, así que volteó su palma para tomarle de la mano, y aunque su rostro no daba indicios de qué es lo que estaban haciendo, él siguiendo moviendo sus dedos por el contorno de su mano. En el momento que pasaba bajo la luz del pasillo principal, él siguió moviendo sus dedos hasta entrelazarlos. Ella lo miró y observó cómo él descendía la vista observándola con los labios ligeramente separados y los ojos inyectados del mismo ardiente deseo que ella sentía por dentro. —¿Te gustó? —preguntó Malik al salir por la puerta.

La oscuridad afuera sorprendió a Sarah. Se olvidó responder en un primer momento. So esperaba tener tiempo para detenerse por eso, pero él tenía una forma de alterar sus sentidos. Las luces de las farolas estaban encendidas, las vitrinas de los negocios oscuras, las rejas de metal estaban en las puertas y ventanas de los negocios cerrados. Solo una tienda de esquina Seven Eleven estaba abierta. Ella calculó que podrían ser las nueve la noche. Más o menos. Darse cuenta de esto hizo que en su cerebro saltaran las alarmas. Está lo suficientemente oscuro como para que él tenga una oportunidad contigo, pensó. Ella podría estar a su merced. Se está lo suficientemente apartado, en realidad. —Hum —empezó Sarah—. Estuvo increíble. —Opino lo mismo. La película estuvo increíble. Compartieron una mirada. Ninguno de los dos había visto la película, mientras sus manos agarraban a la piel y la ropa. O, incluso cuando lograron no besarse por quince minutos enteros. Por lo que Sarah estuvo segura que todo ese tiempo Malik había sido consumido por los mismos pensamientos que ella tenía también. —¿Quieres sentarte? Él le señaló un banco, que estaba cerca de la parada del autobús fuera del cine en la parte de atrás. Habían tres paradas de autobús cubiertas con luces de neón a cada lado. Los faroles de la calle estaban situados en cada extremo, y varias personas esperaban el transporte. —Seguro. Colocó su bolso al otro lado de donde él se sentó, una mano sobre su muslo y la otra abrazando su bolso, manteniéndolo cerca. No tenía idea del por qué, pero el revoloteo de las mariposas en su estómago había cambiado, y en ese momento era consciente de la hora, del chico de la parada que chequeaba su horario, los dos adolescentes que sonreían apiñados sobre un teléfono encendido, los carros que pasaban. Sarah decidió que tenía que comenzar a hablar.

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—Soy una editora junior. Es mi primer día en el trabajo, apresurándome a aprender los nombres de las personas, alistando mi escritorio y mi computadora, aprendiendo regalas de higiene y normas de seguridad, trayendo café y a penas comí. Aún no estoy tan hambrienta. —Todo lo que tenías que hacer era preguntar, sabes —dijo Malik. Sarah arrugó sus cejas. —¿Qué es lo que hago para vivir? ¿Sobre mi pasado? ¿Qué color me gusta? Lo que desees saber. Nunca he pretendido ser un libro cerrado, esperando a que una bella chica como tú fisgonee un poco en él.

Sarah se rio nerviosamente. Sus hombros se sentían más relajados y levantó ambas manos, una reposó sobre su pecho y la otra se agitaba en el aire inconscientemente para indicarle que se detuviera. Su risa estaba llena de inocencia que llenó el aire, despojando a la distancia entre ellos. Era la primera emoción espontánea, real, que Sarah mostraba sin pensarlo, o sin pensar en que fuese hacerlo sentirse cómodo. No era algo elaborado o premeditado, era algo que él había conseguido sonsacarle. No había una brecha entre sus muslos. Ella posó su mano ahí, y él sintió esto. Permanecieron en silencio por unos minutos, y Sarah lo vio mirando su mano, o muslo. Pero él la observaba a ella, adonde fuese que él mirara, ella sabía que no quería que dejara de hacerlo. Su aroma distrajo sus pensamientos, su capacidad de procesar las cosas, probablemente por la confusión en que estaba debido a ésta. Esa era otra cosa que descubrió acerca de lo que le atraía de él. Olía a algo dulce pero con un toque picante. Su calor la trajo de vuelta al aquí, al ahora, con él. La mano d él cada vez rozaba más las puntas de sus dedos, y ella se, y entonces él agarró su mano, para liberarse del escalofrió que sentía con su roce. Una vez que hizo contacto con su mano áspera, cerrada en la de ella, tomándola, se relajó. Era como una droga. Él la completaba, satisfacía una necesidad, como una droga personalizada justo para ella. —Como sea —dijo Sarah—. Preferiría saber cuál es tu color favorito. Es una de las cosas más importantes que hay que saber sobre un chico. —¿Solo soy un chico para ti? —replicó él. —Claro, llámalo así. Solo un chico para mí. Él sonreía disimuladamente y miraba fijamente sus labios. Sarah se sentía desnuda, entonces, bajó sus ojos. La miraban muy profundamente, y ella desesperadamente quería saber qué es lo que él estaba viendo. Conociendo su inquietud, él dijo: —Marrón. No me preguntes por qué. No lo sé, el menos ahora ya lo sabes. ¿Tú?

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—Rosa intenso4, fucsia —dijo rodando sus ojos sonriendo—. Tómalo como quieras. Y sí, tengo dos pares de zapatillas fucsias. Uno tiene incrustaciones, el otro es de gamuza. —Hmmm —murmuró Malik. Se había aproximado hasta quedar muy cerca de ella e inhaló sobre sus mejillas, tan cerca que podía sentirlo sobre los vellos de su piel. Puso sus labios tocando justo detrás de su oreja, los dejó ahí por un momento y le susurró—: Me gustaría verte en Rosa intenso: en el original pone “hot pink”, por eso ella dicen “tómalo como quieras”, pues la traducción literal sería “rosa caliente”. 4

ellos, ver si ese color puede convertirse en uno de mis favoritos, también. Y, finalmente, le dio el beso que ella tanto anhelaba. ¿Pero por qué se imaginaba a sí misma desnuda de esa manera? Frente a ella, él dijo: —Soy un abogado de divorcios. Para hacer, —Hizo una pausa para decirlo más lentamente—, interesantes relaciones en la vida real. —Deben estar muy asustadas para casarse contigo o quedar contigo, ¿no? —preguntó Sarah. —¿Quienes? —Las mujeres, ¿miedo de que puedas arruinarlas? Sarah llevó una mano a su boca. Lástima que maldijo, y dijo todo sin pensarlo siquiera. ¿Qué pensaría él de ella ahora? —Oh, Dios, no debí… maldición5. —Oye. —Sostuvo su hombro gentilmente, buscando su rostro pues ella miraba hacia otro lado—. Nunca dije que odiara a una chica que no puede controlar su lengua. Sarah se mordió el labio, y dejó que sus ojos hurgaran en los de él. Si esto seguía así, ella estaría desnuda y en su cama a su disposición dentro de poco tiempo. No era que Sarah no hubiese acostado antes con un chico a los pocos días de conocerlo, pero no quería ser una chica de una noche, y no podía imaginar por qué un hombre seguro, sexy y capaz como Malik se quedaría con una chica pequeña y joven en su primer día de trabajo, quien además parecía estar alejada de su prototipo de chica. Ella ordenó las palabas y contestó. —Es bueno saberlo.

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—¿Sarah? —dijo él. Como si supiese que al decir esto –su nombre– la discusión pasaría por alto. Ella se preguntó si lo vería de nuevo, si lo recordaría diciendo eso. El profundo tono de su voz y la forma en que él las pronunciaba las sílabas—. No soy esa clase de chico, no le doy falsas expectativas o las engaños. Puedo preguntarle a una chica a ir más allá conmigo de la misma forma en que puedo invitarla a ver una película: si lo digo en seria y quisiera su compañía. Maldición, esto no cuadraba en sus pensamientos. Y como si ella necesitase más sorpresas de este chico. Él no tenía que hacer ninguno de esos trucos. Ella haría eso por sí misma con tal de estar en su presencia, Juego de palabras, pues lo que ella dijo anteriormente en inglés fue “Fear you’ll fuck them over?” que literalmente sería “¿Miedo de que tú jodas/folles/cojas con ellas?”, por eso la reacción de Sarah. 5

con cualquier tipo de atención que quisiera darle. Sabía que él no tenía intención de hacer nada de eso, pero la mente de Sarah volaba lejos. Necesitaba verlo por más tiempo, y volverlo a ver de nuevo. Y otra vez. Le pregunto, buscando pistas. —¿ Y qué es lo que esperas de mí? —A ti. —Fácil de decir. Él sacudió su cabeza, moviéndola de izquierda a derecha. —Tú no deberías lo difícil ser tu misma. Eres hermosa, por dentro y por fuera. —¡Já! —gritó ella—. Pero si apenas me conoces. —Bueno, te lo puedo decir. Desde que llamaste mi atención no me he desenganchado de ti. Estoy colgado, Sarah. A tú misericordia. Eso captó su atención. ¿Qué tontería estaba diciendo? Ella era en el cachorro enfermo de amor, compitiendo por llamar su atención. Los necesitaba para seguir haciendo todo lo que estaba haciendo, y más. Ella era solo una chica, bastante bonita y fácil para él. —Quiero saber.... Él ladeó la cabeza mientras ella pensaba las palabras. —¿Por qué yo? ¿Qué hay… —dijo, señalándose a sí misma—, en mí que te interesa? Si él pudiera trabajar fuera de esa clara insinuación hacia el valor físico sin torpeza o mirándose incómodo, ella probablemente le creería. —Lo primero que llamó mi atención de ti fue tu inocencia. Las chicas que me persiguen son más evidentes. Tú no te ves de esa forma. Ellas preguntan por lo que hago para vivir y pretenden que no se dan cuenta que rozan sus senos contra mí en la próxima respiración. He lidiado con muchas actuaciones en mi vida, y había algo puro en ti que anhelaba. Algo así como un imán por el que estoy muy atraído.

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Los ojos de Sarah se volvieron enormes y no podía pestañear, entonces Malik añadió: —En serio, no tienes idea de cuantas chicas están “interesadas en empezar una vida juntos”. —Él señalo con un dedo—. No puedo estar con ellas en una relación cuando anuncian esto y —señalo con otro dedo—, puedo ser un chico pero tengo suficiente cerebro para reemplazar esa patraña con el sinónimo “casa”. Ellas vienen y obtienen una parte de mis bienes si han pensado suficiente tiempo conmigo. Eso sí que no me lo esperaba. En absoluto.

—Siento por oír eso. —Ella frunció el cejo. ¿Quién era esa cazadora de fortunas?—. Solo soy precavida con los chicos, es todo. Mi padre tuvo una larga aventura con otra mujer durante años, mi madre y yo lo descubrimos cuando yo aún era una adolescente. Solo me hizo ser precavida de cada chico desde entonces. Nunca sabes, ¿cierto? Solo tienes un corazón. —Tienes que cuidar de él —añadió. —Sí. Su tono había cambiado, pero Sarah no sabía exactamente por qué había ocurrido eso. Ella miró la parada de autobús y se dio cuenta que los demás se habían ido, y habían tres personas nuevas esperando. Ella no había notado nada. Malik. Él y sus encantos. Fue ahí cuando ella se dio cuenta que aún no sabía nada acerca de este chico. Ella podría farfullar sobre sus ex-trabajos, carros, trabajo de sus padres, aspiraciones futuras. No podía hacer todo eso con Malik, pero se sentía más como ella misma con él que con cualquier otro chico. Ella no quería cerrarse a salir con otros, pero no sabía cómo hacer para que no doliese, o cómo ser ella misma con ellos. —Así que, tú sabes un montón de cosas sobre mí. ¿Qué hay de ti, Malik, abogado de divorcios? ¿Tienes novia, esposa o hijos? —Creo que tú sabes la respuesta a eso. Ella asintió con la cabeza. —Esposa, absolutamente no. Novia tampoco, pero eso no responde si estás saliendo con alguien. Y niños. Posiblemente. Malik sonrió. —Eres buena. Estoy soltero, libre, y sin ataduras pero con un niño. —Trajo a Sarah hacia él con un simple dedo bajo su barbilla. Ella se dejó acercar fácilmente, descansando sus manos sobre los muslos de él. Malik presionó un beso completo sobre sus labios. Al abrir sus ojos, ella tuvo que parpadear un par de veces para acostumbrarse a estar cerca de él. Su mente giraba. Esa cercanía, su intensidad la mareaba—. ¿Y tú me quieres?

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¿Cómo Sarah respondería a eso? ¿Lo “quería” a él? Demonios sí. ¿Debería decir eso? —Pienso que sabes la respuesta a eso —replicó ella. —¿Qué es lo siguiente, entonces?

AHORA Fue a un cuarto para los diez cuando decidieron qué hacer. Por mucho que Sarah estaba entusiasmada ante la idea de acabar en la cama, no tenía suficiente cerebro para darse cuenta de que, una vez que estuvieran allí no habría nada para mantenerlo enganchado. Él era demasiado bueno para perderlo tan rápidamente. Además, no quería actuar como una niña salida de la universidad. Ella quería ser una mujer realizada, lejos de los impulsos desesperados de la dulce adolescente que realmente tenía dentro. —Casino Crown —repitió de él—. El lugar que nunca duerme. —Así es. Sarah, en el curso de las últimas horas, había tenido la teoría de varias fantasías acerca de lo que podía hacer para aferrarse a Malik por un momento más. ¿Su casa? Demasiado sugerente. ¿Un café? Muy difícil de encontrar uno abierto tan tarde en una noche. Y cualquier lugar fuera no era una opción, ya que estaba oscuro. Pero en Crown era donde todo sucedía. Ella amaba los grandes pilares cuadrados que se encendían a medianoche, la llama barriendo alto, y el calor lo suficientemente caliente como para sentirse incluso de tres pisos hacia abajo. Le encantaba el sonido de las máquinas tragamonedas al hacer clic, el personal en las mesas repartiendo cartas. El bullicio. Dinero, restaurantes, tiendas, hoteles, entretenimiento, juegos de azar; todo lo que estaba ahí. Malik le tomó la mano y caminaron hasta el estacionamiento. Ella estaba junto a él, y él de pie junto a ella, como un novio protector, y se preguntó una vez más lo que él llegaría a ser para ella. Cuando cruzaron el semáforo, pensó en el carro de él aparcado en el estacionamiento delantero, y comenzó a adivinar lo que conducía. Un Audi, decidió. Él sería del tipo que conduce un carro europeo. Los Audi eran elegante, rápido y lujoso. Además eran costosos, y él parecía estar lo suficientemente establecido como para no tener ningún problema en gastar ese dinero. —Justo aquí —señaló él.

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Apuntó a un Ford. Su cara debe haber palidecido, porque él sonrió. —Soy un tipo Ford. ¿Esperabas un Holden? Fords eran para familias, chicos y chicas jóvenes, entusiastas del automóvil. Ford era un coche común y corriente, para un montón de gente normal. —No, no, es solo que... no sé.

—¿Un BMW? —Un Ferrari? Ella chasqueó la lengua, moviéndose alrededor del carro y lejos de él. —XR6 Turbo, edición especial. No se puede hacer mejor, en mi opinión. Sarah se sentó en el asiento del acompañante y en silencio disfrutó este desvío. No estaba segura de que un hombre que gastaba la mitad del precio de un pequeño apartamento fuera el tipo correcto con el que tener una relación a largo plazo. Fue cuando Malik se colocó el cinturón de seguridad en el asiento del conductor, arrancó el motor, dio reversa, y salió con rapidez y precisión, que ella decidió que amaba a este hombre fiel-decorazón que estaba bastante apasionado por en su coche favorito. Solo lo suficiente para complacer a su engreimiento pero no demasiado poco como para importar. En el momento en que estaba manejando su coche, el tráfico era escaso. Malik le preguntó si quería poner una lista de reproducción en particular, pero a ella no le importaba, por lo que quedó con la radio, el volumen estaba bajo. Se detuvieron en un semáforo en rojo y Sarah sintió la tensión. —¿Cómo es que no me dijiste tu nombre al principio? —He estado pensando en lo mismo que tú. —Bueno, Malik, yo pregunté primero. Él se rió de eso. —Nada. Asumí que tendrías novio. Asumí que querías mantenerlo para ti misma, y luego el momento adecuado nunca apareció como para llegar a preguntar. No pensé que serías para mí. Pero, sobre todo, asumí que, incluso si lo fueras, estoy sobre la cima para alguien tan increíble como tú. —Eso fue más que un “nada”.

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—No puedo evitar que me hagas sentir muchas cosas. Sarah no tenía la confianza para responder incluso con un agradecimiento, por lo que asintió con la cabeza y esperaba que él lo viera con su visión periférica. Sarah se asustó, pero no en el mal sentido. No importa lo mucho que ella tratara de describirlo en su cabeza, lo mejor que podía hacer era compararlo con un modelo de Nueva York masculino, menos la actitud, él era una mezcla con la personalidad de un CEO6. Y ambos no estaban en los círculos sociales de Sarah. Ni siquiera cerca de su mundo. Ella nunca se había movido de los suburbios. De hecho, una vez que 6

CEO: Presidente ejecutivo.

sus padres se separaron, su papá se trasladó al otro lado de la zona residencial. Sarah fue a una escuela primaria, una escuela secundaria, una universidad y tuvo un trabajo como chica registradora en una tienda de ropa antes de tener su primer día en el mundo real. No importaba que ella no supiera la historia de Malik, él todavía venía de un mundo diferente. Él la miró, y luego de nuevo a la carretera. —Así que, ¿vas a hacerme sufrir en silencio, esperando? —No —negó con la cabeza. Se genial—. No estoy listo para decir eso todavía. —¿En serio? Sí, lo decía en serio, no podía decirle lo que estaba pensando. No estaba preparada para que él corriera asustado, ni ahora ni nunca. —Normalmente no soy un chico de relaciones —dijo él, después de tanto silencio Sarah se había instalado tararear en voz baja la melodía de la canción que sobaba por la radio—. Solía serlo, pero eso fue hace años, y no he tenido una chica en mi propia cama en ocho años. Además de mi propia hija, cuando ella era pequeña. Así que no, no hay chicas en mi cama. ¿Chicas en mi casa? Síp. Simplemente nunca durante la noche. —Yo no era siempre así. La madre de Lucy estaba destinada a ser un guardián, pero supongo que no estaba destinada a ser. No puedo permitirme un corazón roto. Hipoteca, manutención de hijos, mi trabajo para mantener a los clientes con el corazón roto... Lo veo y lo he experimentado y la vida es mejor ahora de lo que era antes. Sarah tragó saliva. Si eso no es abrirse, entonces no podía decir lo que era. Ella no podía decidir si era peor si se tratara de un jugador o algo así, pero entonces, se sintió mal por asumir que juega con mujeres del todo. Él solo se lo había dicho de otra manera, de todos modos.

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Aun así, no podía adivinar cuál es su tipo. Ahora, lo sabía, y le pareció peor de esta manera. No porque él tuviera una niña, porque Sarah estaría encantada de conocerla, sino debido a sus hábitos. Según el aprendizaje que la vida le dio, eso significaría que ella nunca sería quien lo iba a cambiar. Se dio cuenta de que dos cosas estaban mal en eso. Se sentía atraída por Malik debido a como era él. Cambiarlo no solo sería egoísta, sino también sería perjuicio de su parte. La otra cosa era, ella ya no era más una niña. Sarah realmente sabía que solo en las películas “cambias” a un hombre. La vida no funciona así. Su padre se casó con su madre, tuvo un romance con Alyssa Fawnheart durante años, luego la cambió por Jessica Stone, y después de ella, por todas las mujeres rubias y flacas. Su padre le había dicho todo el tiempo que él “solo sabía” que la actual novia

sería la elegida. La vida no era justa, pero era lo que era. Intentando no dudar, Sarah respiró hondo y exhaló. —No significa que tenga que suceder de esa manera, ¿verdad? Malik había esperado una respuesta diferente. Pero Sarah era más madura que sus amigas. Había oído “siento mucho oír eso” y “esto se resolverá” mucho ciento de veces más, y eran débiles respuestas que vienen de una persona que no le importaba lo suficiente como para decir una respuesta adecuada. Ella continuó. —Estamos destinados a tener un padre en la familia, una esposa que lo será para siempre. Al final, tenemos que conformarnos con la forma en que todo se rompe y encontrar una manera de ponerlo de nuevo junto para ser lo suficientemente feliz con eso y seguir adelante. —Nadie más me ha respondido algo como eso —dijo Malik. —Feliz de ser la primera. Habían manejado al extremo de la ciudad, y fueron acercándose más a la Crown. La carretera eran más densas y todo era más brillante aquí: señales, luces, carros. Fue la idea que se acercaban a su destino, lo que hizo que los músculos de Sarah se tensaran, ansiosa ante la idea de llegar hasta allí, ansiosa ante la idea de que conduciría por siempre. —Aquí —dijo él en voz baja, con la mano extendida. Sarah la tomó, y una calma flotaba sobre ella. Se relajó en el asiento de cuero, y giró solo la cabeza para mirar a Malik. —¿Por qué me estas mirando así? —Pensando, realmente —dijo ella—. Me preocupaba que estuvieras demasiado ocupado-barra-importunado-barra-cualquier-otra-cosa-quequieras-añadir para estar conmigo. Pero ahora, solo han pasado cuatro horas y medias, más o menos, y... amm, ni siquiera sé cómo describirlo. — Sarah soltó un gruñido—. ¿Cómo me conoces? ¿O me comprendo?

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Sarah continuó refunfuñando, tratando de describir sus pensamientos y solo obteniendo como resultado que sus mejillas se pusieran más rojas y caliente, y estaba cada vez más agitada. —Como si estuviéramos destinados a conocernos y debimos de alguna manera habernos visto antes. Como si nos hubiéramos conocido en otra vida, o algo así. —¡Sí! —exclamó Sarah, después de que él apenas había terminado de hablar—. Espera... —Se dio la vuelta para que su rodilla estuviera doblada, el pie debajo de su muslo, y su torso frente a él—. ¿Nos

conocemos? —Espero que no, o de lo contrario estaría preocupado. ¿Cuántos años tienes? El pecho de Sarah se encogió. ¿Qué significaría lo que ella respondiera? Se decidió por la verdad. —Acabo de cumplir veintidós haces apenas unas semanas. —Sí, espero que no nos hayamos visto antes. El cuerpo de Sarah era un mundo de emociones: encogido, ansioso y ahora devastado. Sus hombros se hundieron y no pudo evitar fruncir sus labios. —Porque —dijo Malik—: las cosas que yo habría querido hacer contigo en ese entonces son las mismas cosas que quiero hacer ahora, y me gusta más mi libertad fuera de la cárcel.

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Dejando caer la mirada de su rostro, ella no podía apartar los ojos de la protuberancia en sus pantalones de nuevo y, más que nunca, pensó que podía sentir lo que ella estaba pensando.

7 Afectada Traducido por imiray Corregido por Nony_mo

S

ENTONCES

arah pasó unos cuantos días en cama después de que rechazó la propuesta de Nicholas, lo que resultó en su posterior rompimiento. La caja de pañuelos estaba siempre al alcance de sus manos. Tenía una bolsa de frituras con sabor a pollo al lado de su cama, así solo tenía que estirarse y agarrar un puñado cuando fuera necesario. Volvió a ver toda una temporada de Everybody Loves Raymond y solo dejó su habitación por comida o para trotar. Una de sus amigas no podía entender su desolación. —Pero si ni querías casarte con él —replicó—. ¡Ni siquiera lo amas tanto! No quiero sonar como una perra pero no entiendo cómo no serías feliz de que se haya ido. —Bueno —dijo Sarah mientras sorbía su nariz—, sonaste como una perra. ¿Acabo de terminar con mi novio y quieres que esté emocionada? —No te pongas toda enojada conmigo. Estoy tratando de ayudarte a superarlo y ser feliz de nuevo. —Gracias, pero prefiero ir a descansar. —Bien, descansa Sez. No pienses demasiado en él. ¿Cómo puedo no hacerlo?, quiso responder Sarah. En vez de eso dijo:

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—Adiós. Mirando hacia atrás, Sarah entendió por qué era tan raro que a ella le afectara a tal magnitud. Algunos se preguntaban por qué no se sentía libre después de dejar el compromiso con un novio que ella no quería. Ahora, Sarah también entendía eso. Las personas tienen expectativas sobre las parejas. Sarah y Nicholas habían sido del “tipo lindo”; iban de picnic, veían una película, citas de

café, citas de compras. Cada estereotípica cosa de pareja por hacer, ellos la hicieron. En su aniversario Nicholas le compró rosas, chocolates y su botella favorita de vino. Fue un gran novio, y el primer chico que hizo a Sarah sentirse segura. Nicholas solo se enojaba por algunos días, y luego se calmaba, dejando a Sarah ganar las peleas. Sarah se sentía especial con él, pero había leído novelas románticas y visto toneladas de películas, había observado la forma en que su padre miraba a su madre antes de serle infiel. Todos ellos tenían una mirada. Como si pudieran cerrar sus ojos y perderse en el otro, como si pudiesen terminar las frases de cada uno, y saber qué pensaría el otro cuando estuvieran en ciertas situaciones. Ella no miraba a Nicholas de esa forma. Sarah quería espacio. Él era asombroso, pero ella tenía que tomarlo por dosis o perdería el control, y estaría muy atrapada. Tomó una semana de llanto, una semana abatida en la universidad, y varias semanas después de eso antes de que se acostumbrara a estar sin él en su vida, pero al final lo entendió todo. Nicholas no era su por siempre. Él era su ahora, y ella lo quería cerca, antes que necesitarlo cerca. Él era todo lo que ella necesitaba y nada de lo que el verdadero amor debería haber sido. Era asfixiante si debía dormir con él dos noches seguidas. Si él se emborrachaba en las fiestas, ella necesitaba salir para respirar, él era demasiado apegado. Él estaría en sus brazos, labios o cintura y nunca se iría. Ella lo necesitaba, pero como a un amigo, y Sarah sabía eso, no importaba lo que pensaran, su corazón siempre extrañaría cuando estaba con Nicholas porque ella nunca había sido tratada tan correctamente, o tenido un novio que la escuchara o se preocupara tanto como él lo hizo. ¿Por qué no pudo haber amado a alguien tan bueno como Nicholas?

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AHORA Sarah y Malik acababan de pasar los guardias de seguridad en uno de los niveles, abriéndose paso a máquinas tragamonedas, bares, salas de estar y mesas de Blackjack, cuando sonó el móvil de Sarah. Ella no era del tipo ocupado; sus amigos no la llamaban a cada hora, por lo que supo que era importante contestar. Además, ya había entrado a Facebook durante sus tiempos libres en el trabajo y hablado con ellos acerca de cómo iba su primer día. Cuando miró a la pantalla “Mamá” apareció.

—Un segundo —le dijo a Malik levantando un dedo. Luego balanceó su teléfono entre su hombro y su oído, y respondió—: ¿Mamá? —¡Sarah! —gritó su madre—. Sé que dije que no llamarías en tu primer día porque eres una chica grande pero son las 10:50 de la noche, ¿Estás bien? ¿Pasa algo? Sarah suspiro. Por todo lo que había oído de sus amigos, sabía que tenía una gran madre. La dejaba ir a fiestas cuando estaba en la secundaria, y la dejaba quedarse hasta el final, pero por la misma razón, no le compraría un six-pack para que se emborrachara. Las madres de los amigos de Sarah eran estrictas o no les importaban sus hijos. Entre sus amigas de la escuela, las de madres estrictas estarían demasiado asustadas de intentar lo que sea, y aquellas cuyas madres no les importaba nada se volverían rebeldes, espíritus libres, salvajes y, en algunos momento, chicas peligrosas. Pero la madre de Sarah se preocupaba y era amistosa. Ellas compartían muchas cosas. —¿Casi las 11 de la noche? —preguntó Sarah para estar segura, y su mamá lo confirmó—. Fue un primer día de locos. Papá iba a llevarme a casa pero me encontré con un amigo y salí con él. Sarah no pudo evitarlo, miró a Malik y él estaba mirando devuelta. ¿Eso era o que eran ellos? ¿Amigos? El pensamiento la hizo sentirse triste, pero la mirada en sus ojos, sabiendo que ella lo había dicho para cubrirse, la hizo sentir estúpida y mareada de nuevo, como si fuese más joven de lo que era. —¡Aw! Eso es genial, pero ¿quién en la tierra puede quedarse fuera tan tarde? No tienen los dos que trabajar también… —Su madre se detuvo a mitad de sus palabras y continuó—. ¡Oh, no! ¿No me digas que te despidieron en tu primer día? —¡Mamá! —Sarah rodó los ojos. Su mama probablemente lo sabía—. No, solo quería celebrar. Estaré devuelta en la mañana. No tengo un primer día en mi primer empleo real todos los días, así que pensé que mañana podría ponerme al día con eso de dormir. —Bien, bueno, se cuidadosa, Sez.

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—Gracias, siempre lo soy. Adiós mamá. Colgó y se preguntó qué estaría pensando Malik ahora. Si había algo de lo que Sarah se había asegurado durante toda la noche era no decir nada, dar alguna pista o gesto acerca de partir o ir a casa, y ella prácticamente le había dado la exacta idea que estaba evitando. —¿Quieres ir a casa? —le preguntó él. Ella negó rápidamente. Él tomo su hombro y la acercó hacia él, por poco evitando colisión. Bajó la barbilla y ella levantó su mirada intentando

almacenar esa memoria. Sabía que él seguramente preguntaría su número, pero ahora mismo quería recordarlo todo. Esa noche. Caminaron hacia el bar. Sarah ordenó un daiquiri de fresa y coca cola, y para Malik whisky a la roca, tomó sus bebidas y caminó hacia el estrecho sofá que él había guardado para ellos. Reposaba uno de sus tobillos en su rodilla y su gran brazo descansaba en el respaldo del sofá. Cuando Sarah se sentó sintió su mano bajar hasta su hombro. Sarah se concentró en la bebida y en hablar. Si quería que él tuviera una impresión de ella era un poco sexy, pero sobre todo quería que recordara su conexión, y cómo ella podría hablar toda la noche y él aún querría continuar conversando. Tomaron su primera copa con solo un par de tema, y él le instó a conseguir otro puesto que él estaba conduciendo. Sarah estaba perdiendo algo de razonamiento para el final de su segundo coctel. Apenas había comido en todo el día, y después de dos copas, decidió que debía conseguir una tercera. Fue hasta que se las arregló para hablar de su viejo perro, Lucky, su maestro favorito de secundaria, y varios tonos de rosa en una misma oración mientras iba en busca de su tercer coctel, que Malik se acercó, la tomó por la cintura y la sentó de nuevo junto a él. Solo estuvo confundida por un momento hasta que olvidó eso, también, y envolvió sus brazos en su cuello y enganchando sus muñecas detrás. La acción le recordó su primer beso en el cine y ella se presionó contra sus labios en un latido, sorprendiéndolo. Las manos de él estaban en el cuello y la barbilla de Sarah para detener el beso, pero una vez que vio el hambre en sus ojos la tomó devuelta dejando caer la mano en su espalda baja mientras deslizaba la lengua en su boca. Ella quería esto y todo lo que él pudiera darle. Encontraron un puesto de fotos y Sarah insistió en que tomaran algunas. Él rodó sus ojos y preguntó: —¿Cuánto años tenemos? ¿Dieciséis?

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—Bastante cerca —respondió arrastrándolo adentro, luego corrió la cortina encerrándolos en su propio pequeño espacio. Tomaron una serie de fotos. Para la primera no estaban preparados, en la segunda fruncieron los labios, para la tercera mantuvieron sus labios sellados con Sarah carcajeándose por dentro porque no podía evitarlo. Para la cuarta él descansó su frente junto a la de ella con sus manos tocando suavemente la base de su cuello. Ella las sacó de la maquina al segundo que esta las lanzó, frunció el ceño y se las paso a él. —Se arrugaran en mi bolso. Hay demasiadas cosas allí, no quiero que se arruinen. Hasta mi bolso es un viejo y destartalado desastre.

Él las guardó en su billetera. —Bien, vamos. Es casi medianoche. Veamos las llamas iluminarse. Sarah se mantuvo negando con su cabeza cada vez que Malik intentaba convencerla de que ya era medianoche. Pero una vez que las torres comenzaron a encenderse su boca cayó y ella dijo: —¡Son tan grandes y calientes, debe ser medianoche! Sarah amó cada segundo que estuvo allí, viendo las llamas encenderse en secuencia. Ella vio cada torre prenderse en fuego. La brasa subiendo trepando rápido al cielo antes de rápidamente desaparecer. Esperó hasta que el show comenzó en la torre cerca de ellos. Fue su parte favorita. Con Malik detrás de ella, su brazos alrededor de su cintura y su mejilla descansando en lo alto de su cabeza. La hizo sentir cálida y acogedora. Amo el calor y la calidez física que Malik creó en ella cuando estaba fría por la noche. Fue solo cuando las llamas desaparecieron que ella sintió su erección presionando contra su trasero. Se aquietó, y supo que él sabía que ella lo había notado. Temiendo que se alejara en caso de que fue inapropiado se movió suavemente hacia atrás presionándose fuerte contra él. Aunque había música y parloteo y bullicio alrededor, ella oyó su gemido y sintió el retumbar de su pecho en su espalda y se deleitó en cómo la sensación viajó a través de ella. Sarah movió su cabeza hacia atrás permitiéndole el acceso y él bajo besando suavemente su oreja y respirando en su cuello, haciendo de la urgencia de tener un orgasmo en sus manos apenas un torturoso deseo, ahí en público. —Lo has perdido dos veces ya —susurro él en su oído. Él pudo haber susurrado instrucciones de cómo encender una podadora de césped para lo que a ella le importaba. El tono de su voz era uno que ya había vinculado con una carga sexual entre sus piernas y, con su erección presionada contra ella, ella estaba más que expectante por encontrar un lugar para dejarlo entrar. Lo quería tanto ahora. —¿Perdí qué? —dijo. —Las llamadas. Ha sonado dos veces hasta ahora.

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Sarah saltó buscando en su cartera. —¡Oh! Ni siquiera lo escuché. Estaba distraída. Envió un texto a su madre diciendo que estaba en camino a casa y disgusta miró hacia Malik. —¿Lista para irnos? No, ella quería decir, pero eso no tenía mucho sentido, así que dijo:

—Vamos. Sarah nunca había querido que el tiempo se detuviera tanto como lo deseaba cuando hacían su camino a su carro. Solo quería empujarlos a los dos de vuelta y decir: “¡Que se joda el trabajo! Nos quedaremos en Crown toda la noche”. Llegaron al carro, y consumida por su ansiedad, Sarah decidió que lograría que él se abriera de nuevo con ella acerca de sí mismo. Por primera vez esa noche se preguntó si él la dejaría ir sin preguntar por su número. —Entonces, nunca me dijiste tu edad. —¿Estés buscando una excusa para huir? —¡No! —Sarah rió—. Estas subestimando lo atraída que estoy hacia ti. Sí, ella dijo eso. —La mayoría se sorprende cuando se entera —fue su respuesta. —¡Genial! ¿Me concederías ese honor? Él negó con la cabeza, pero ella podía ver que estaba riendo por su interés. Encendió el carro y salió de reversa manipulando el volante con una mano y la otra colgando fuera de la ventanilla. Volteó a verla con mirada seria. —Treinta y cuatro. —¡Ah! Bien. Ella no quería decir nada más. ¿Debería estar decepcionada? Ya sabía que no era un chico. Hasta un ciego lo sabría solo con estar en su presencia. Tenía que darse un minuto para relajarse. Por alguna razón el pensamiento la encendió. Ella quería un hombre que supiera lo que estaba haciendo. Malik, con todos los años de experiencia adquirida para convertirse en lo que era ahora, la hizo suspirar por él. Solo pensar en eso trajo imágenes a su cabeza. —Muy viejo, ¿eh? —Nop, solo estoy pensando

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—Acerca… —De que debería pensar que tal vez eres demasiado viejo para mí. Se detuvo en la línea de salida del estacionamiento, Malik se volteó hacia ella. Sus ojos estaban iluminados con deseo. Como ella no podía saltar encima de él justo en ese momento, acercó su mano y él la tomo, y todo el camino a casa ella estaba demasiado asustada como para decir algo más.

Por muchos minutos él tomó su mano y no la dejó ir. Sostuvo el volante con las rodillas e hizo los cambios con su mano libre cuando tuvo que hacerlo. En las esquinas, usó ese truco de nuevo donde solo usaba una mano para doblar. Sarah estaba algo avergonzada de que su ropa interior estuviera un poco húmeda después de repasar cada parte de él. Cuando le dio la dirección de su casa le pidió estacionar a un lado de la calle. Malik salió y abrió la puerta por ella, quien tenía una estúpida sonrisa en la cara que no podía eliminar, incluso cuando le dio un pequeño beso que sucedió de una extraña manera. —Es en realidad unas casas abajo —admitió Sarah, mirando hacia otro sitio, ruborizada. ¿Pensó él que era tonta, o entendió por qué no quería que los vieran despedirse en frente de su puerta? —Mmm —gimió Malik, la miro a los ojos y preguntó—. ¿Puedo tener tu número? Paso. Ella en realidad tenía la posibilidad de tener algún tipo te relación con él. Mientras marcaba los números se alegró de cómo funcionaron las cosas. Nada de sexo ni liarse. Ella había hecho un buen trabajo interesándolo sin tener que dárselo todo. Intercambiaron números y cuando Sarah guardaba su teléfono en el bolso, él la sorprendió tomando su cintura y presionándola contra el carro. Ella contuvo el aliento y miró desde sus labios entreabiertos hasta los botones de su camisa, siguiendo hasta su pantalón. Allí fue donde tuvo que cerrar los ojos. Suaves y lisos. Sintió sus labios en su cuello. Con los ojos cerrados movió su cabeza hacia atrás dejándole mejor acceso y abrió un poco las piernas para que pudiera estar contra ella y el carro. Con las manos en su cintura él se inclinó, así su cuerpo estaba apretado contra el de ella y el coche.

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Empezó un rastro de besos por su cuello y pecho, así que ella se inclinó hacia atrás. La estaba deshaciendo en cada sentido, incluso si él no lo sabía. Para el momento en que dejó el último beso estaba a una pulgada de chupar su pezón, y su falta de fuerza de voluntad la había hecho inclinarse hacia atrás sobre el carro. Malik la cargó con sus manos alrededor de la parte de atrás de sus costillas y ella se agarró de su última esperanza, frotándose a propósito contra su dura erección, dejándola más larga que antes, mientras él la deslizaba por su cuerpo hasta el suelo. —Necesito… Necesito. mordiendo su cuello.

Necesito

irme.

—Él

gimió,

—Mierda, verdad. Déjame acompañarte hasta tu puerta.

sus

labios

—Bie…bien —tartamudeó. Al menos no se sentía mal sabiendo que él estaba todo caliente y falto de palabra también. Ella lo detuvo a mitad de camino frente a la casa del vecino de al lado. Miró su teléfono. Decía 12:50 am, su madre fácilmente estaría parada en el porche, esperando, o en su cuarto, mirando por las ventanas por alguna señal de ella. —Espera —dijo Sarah aferrándose a los bíceps de Malik. No estaba ni cerca de rodearlos con su pequeña mano—. Mi casa es al lado. Seré mejor despedirnos aquí. Compartieron una mirada, y ella no quería decir nada, tampoco él. No, no, no. ¿Por qué tenía que trabajar? La adrenalina la mantendrá despierta y trabajando, a pesar de que solo tendrá cuatro horas y media de sueño. ¿Por qué no podían salir por solo una hora más? No. Era. Suficiente. Malik deslizó ambas manos por sus hombros y tomó la parte de atrás de su cuello mientras la miraba. —Créeme cuando te digo que esta noche no pudo ir mejor. No cambiaria ni una cosa. Él no dijo adiós mientras esperaba que ella se fuera. Prefirió decir: —No te preocupes, llamaré. Ella asintió rápidamente y lanzó un beso en su dirección. Dos cosas pasaron al mismo tiempo: él finalmente entró en su carro y se alejó, al mismo tiempo que su madre salió y vio la sonrisa estúpida en su rostro, y Malik sacudiendo mano mientras pasaba. —¿Quien era ese? —preguntó su madre. —Un amigo. —¿Tiene tu amigo un nombre? —Malik. —Malik —repitió ella. Su tono no era juguetón. Si estaba algo, no era impresionada. ¿Qué no era honorable acerca de él? Fue todo un caballero, a juzgar por lo que su madre pudo ver. Especialmente si la llevó a casa.

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—¿Algo mal, mamá? —preguntó Sarah. —En realidad no. ¿Qué conduce? —Conduce… —La mente de Sarah buscó por los detalles. Recordó a tiempo—. Umm… Un XR6 negro Turbo, ¿por qué? —Huh —dijo su madre, caminó hacia las escaleras y desapareció, sin terminar, con algo más de información.

Sarah estaba en la cama esa noche, pensando en lo extraño que fue, hasta que recibió un mensaje a las 1:10 am con algunas palabras: “Ya te extraño. XX”.

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Luego se durmió.

8 Derrumbarse Traducido por Letizia Grey Corregido por Nony_mo

A

ENTONCES

las dos semanas, su padre fue echado. Sarah sabía que su papá se sentía culpable por romper su familia, y él lo sabía, también. El hombre no había luchado cuando su madre lo confrontó y, aunque cayó sobre sus trajes y quedó abatido alrededor de la caja de cartón del closet, él no se quejó por tener que empacar, tampoco. No luchó por persuadir a su madre, y Sarah lo vio hora tras hora, día tras día, empacar no solo sus pertenencias, sino una parte de su vida que ella amaba. Él cerró esa parte por su bien. No quería tenerla apartada de su mundo, excepto que ella tenía dieciséis años, y tendría que aprender una nueva forma de vivir. ¿Pero por qué él no luchó? Sarah nunca debió quedarse callada y dejar que pasara algo no quería. Sabía que su familia no podría volver a ser normal, nunca volvería a ser una familia unida de nuevo, ¿pero él ni siquiera lo quiso intentar? Sarah luchó antes: por amigos, calificaciones, por un costoso vestido. Se preguntó, durante los días que su padre empacó, por qué demonios él no luchó por su hija, o para que la madre de Sarah lo amara de nuevo. ¿Él se sintió agradecido cuando todo acabó? Después de pensar eso, Sarah decidió rendirse también, y con el adormecedor sentimiento de paz que venía, a un precio.

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La tarde que su padre se fue, lo alcanzó en su camino hacia el garaje mientras él llevaba una caja abrazada a su pecho. —¡Papá! —lo llamó desde la puerta principal. Se detuvo y Sarah caminó hacia él, lo siguió al garaje donde él colocó la caja en una esquina junto a otras que ya se encontraban ahí. Sarah se dio cuenta de que él no había tenido una charla apropiada con ella. ¿En qué punto él se detendría y hablarían las cosas? ¿Lo vería de nuevo?

Seguramente. Pero Sarah necesitaba saber. ¿Sería cada dos fines de semanas, como una amiga del colegio veía a su padre? Sarah asumió que eso no le podría pasar a ella. ¿Quién sería su padre? No su familia inmediata, no, sería más bien un pariente lejano. —¿Podemos hablar? Su padre estaba por abrir la puerta del copiloto pero se detuvo, giró su cara hacia ella, y miró al jardín. Ahí, Sarah y su padre se sentaron en el acostumbrado banco oxidado, que había estado allí por tanto tiempo como Sarah podía recordar, y tenía que haberse enfrentado al clima: sol, lluvia y granizo. Sarah se sentó, dobló su rodilla y descansó la su barbilla en ella, y su padre se sentó en el medio, las piernas extendidas hacia delante, y uno de sus brazos detrás de la espalda de Sarah. —Lo siento, Sez —dijo él—. No estoy seguro de qué estas sintiendo, demonios, no sé qué siento yo mismo, pero quiero que sepas que no estoy abandonándote. Solo me estoy mudando más o menos cinco minutos más lejos. Sabes, debería de estar lo más cercano posible para ir caminando. Sarah intervino con esto. Dejó su pierna en el piso junto a la otra, y giró su cara completamente hacia su padre, colocó sus manos en su regazo. —¿En serio? —Sarah sonrió ampliamente—. ¡Genial! —No quisiera que trataras de caminar en la lluvia o algo. No necesito otra razón para que tu madre me quiera matar. Pero cuando este soleado, vas y vienes cuando tú quieras. Ambos estallaron en un incontrolable conjunto de risas tontas. Al final, Sarah ahuecó sus manos alrededor de su boca, sus ojos listos para estallar en lágrimas, con mano de su padre descansando en su espalda, diciéndole que se callara. Él estaba mordiendo su labio para parar su risa, también. —Me escabulliré esta noche. —Sarah intentó una interpretar a un espía, ojos bajos, buscando alrededor cualquier movimiento. Satisfecha, ella murmuró, inclinándose—: Estaré a la 1:01 a.m. Mamá estará viendo la televisión o llorando o algo. Puedo irme a las 12:55, y comenzar la caminata a las 12:56, una vez que esté al frente de la casa. Si oyes un toque a la una de la mañana, entonces…

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—Sarah. —En serio, no preguntes si… —Sarah. Esta vez, tuvo su atención. Terror golpeó su pecho como un bloque de hielo, y tuvo miedo de lo que diría. —Alyssa no quiere que la despierten.

—Pero tu dijiste: “Ven en cualquier momento”. Él miró su regazo. —Lo sé… —Dijiste que estabas suficientemente cerca para ir caminando. Su tono se volvió más suave. —Lo sé. Sarah chasqueó. Cruzó sus piernas debajo de ella torpemente a la vez que se giraba hacia él. Sus cejas se juntaron y su tono fue cortante. —¿Para qué diablos dijiste eso, entonces? Su padre no se molestó en retarla por decir “diablos” aunque ella nunca lo había dicho alrededor de sus padres. Él no contestó por unos segundos. Sarah estaba agradecida de que él pareciera desgraciado, aunque la rabia creció dentro de ella, luchó contra el impulso de moler sus dientes. Necesitaba una respuesta —Lo dije en serio. Solo llama primero, ¿sabes? Y quizás podamos organizar un momento cuando ella no esté alrededor para empezar. Le cuesta acostumbrarse a la idea. Además, tiene un bebé y esas cosas. Y esas cosas, penó Sarah. ¿Qué podría ser más importante que su propia hija? Su padre nunca se quejó cuando Sarah necesitó que él arreglara su computadora, en medio de la noche o al mediodía. Él gastaba horas encontrando los ingredientes, comprando y haciendo tiramisú para Sarah, si su madre estaba fuera, y si ella quería hornearlo juntos. Su padre le daba su tiempo. A Sarah no le importaba si ésta bonito-nombre de Lady Alyssa Fawnheart le estaba dando a su padre. Ella era la más importante chica en su vida. No, pensó, yo solía serlo. Ella le dijo a su padre que estaba bien, supuso que lo podría llamar alguna vez. Su padre se fue, y Sarah no le habló por casi dos semanas. Solo fue a su casa cuando era el fin de semana que tenía que verlo.

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—Sara, ¿es así? —preguntó la chica que abrió la puerta. Ella dijo Sara, no Sarah y esa era otra razón para cabrearla más. —Sí —respondió, secamente—. ¿Dónde puedo poner mi bolso? —¡Encantada de conocerte! Podemos pasar todo el fin de semana conociéndonos. ¡Pregunta lo que quieras! Déjame solo acostar al bebé para una siesta, y te ayudaré a que te sientas como en casa.

No, Sarah no quería conocerla por dos días enteros. Ella no quería nada de esa estúpida destructora de hogares. No quería sentirse como en su hogar. Decidió que estaría aquí por dos días, y luego se iría. Así que no vio el punto de desempacar su bolso, de ninguna forma. Sarah se sentó en su cama asignada y encajó un zapato debajo de la puerta para estar sola. Miró fijamente todo, y se preguntó por qué Alyssa Fawnheart podía tener un nombre tan lindo, un precioso cabello rubio hasta la cintura, incluso una bronceada de porcelana y una linda sonrisa. Se suponía que su madre era la única con una linda sonrisa; no esta chica.

AHORA Estaba oscuro como una boca de lobo cuando Sarah empezó a despertar. Se sentía como si solo hubieran pasados un par de horas desde que se fue a dormir, pero, obviamente, aún estaba cansada, y era más que definitivamente de día. Sintió una mano acariciándola y de repente una luz ilumino su dormitorio. Ella lanzó sus manos fuera, tratando de buscar algo para mantener el equilibrio, ya que tenía que entrecerrar los ojos. Había una persona a su lado diciéndole: “Lo siento, solo soy yo”, y sabía que era su madre. Después de un par de minutos, sentó y apoyó contra su cabecera, con un cárdigan sobre ella y las sabanas metidas alrededor de su cintura. Notó a su madre al final de la cama, aún en su pijamas, su cabello en una pulcra cola, y parecía diez veces menos macabra que ella. Sus ojos eran grandes, atentos, ella estaba sentada perfectamente derecha. —Lo siento, Sez —le dijo su madre de nuevo. Ella frunció el ceño y jugó con el dobladillo de su chándal—. Estaba pensando un poco y me gustaría estar durmiendo para el momento en que vayas al trabajo. Tienes que saber algo. Sarah vio a su madre y ordenó a sus nervios mantenerse calmados y no agitados. Aunque no era necesario, porque Sarah estaba helada, y no en la forma estoy-congelada.

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—¿Qué? Puedes decirme lo que quieras, no te preocupes. —Sarah levantó las sabanas y las dobló hacia un lado. Palmeó el lugar que dejé disponible a su lado—. Acuéstate en la cama. Debes estar helada. —Bueno, está bien. Su madre se sentó de nuevo, estiró sus piernas, las metió en las sábanas y las cubrió, uniéndose a la posición de Sarah contra la cabecera. Ambas, madre e hija, se miraron entre sí, lo cual hizo que el agujero en el estómago creciera gracias de la cruda honestidad en esa mirada. Estas no eran malas noticias, eran terribles noticias, y repentinamente,

recordó la extraña reacción de su madre en la puerta principal cuando ella había vuelto de estar con Malik. Sarah no podía imaginar las peores noticias que podría oír justo ahora. No quería nada viniendo entre ella y su primer chico importante desde que rompió con Nicholas. Amaba sentir de todo: la alegría, la euforia, el calor, la sensación de lo erótico, sentirse cómoda… —No creo que Malik sea quien tú crees que es. —Necesito preguntarte algunas cosas antes de que sigas. ¿Soy adoptada? ¿Hay alguna oportunidad de que seamos hermanos biológicos? Espera, ¡papá de alguna forma te engañó antes de que yo naciera y es mi medio hermano! —Sarah colocó sus manos sobre su boca—. Oh dios mío... Su madre logró sofocar una risita. Ella colocó una reconfortante mano en el hombro de Sarah. Cuando Sarah la miró a los ojos, el alivio barrió a través de ella. Por la mirada en el rostro de su madre, nada podría ser más lejano de la verdad que eso. Sarah suspiró. No había nada más aparte de ese posible tabú que sería malo. Ella sabía, profundamente, que había sido lastimada antes pero era fuerte, y podría hacer cualquier cosa que quisiera, averiguando de alguna forma cualquier cosa que su madre suponía que era demasiado malo, tendría que espera hasta mañana después del trabajo. —No quería que lo vieras de nuevo antes de decírtelo. En caso de que sea una cosa seria. Los ojos de Sarah se entrecerraron. Ella miró a su madre, no parpadeando o vacilando. —Él será muy importante para mí. —O quizás solo soy yo adelantándome—. Nosotros nos seguiremos viendo, así que gracias por tú consideración, pero soy una chica grande. Y estoy segura de que me puedo cuidar sola. —No, no estoy diciéndote que él es un chico malo. Es un hombre asombroso. Lo admiro. No fue fácil, con lo que él tuvo que tratar. —¿De qué estás hablando? Su madre pasó sus dientes sobre su labio inferior. Cuando ella la miró, palmeó sus manos encima de su muslo. —¿Sabes su apellido? ¿Quién es él?

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—Lo acabo de conocer anoche. ¿Qué está mal con su apellido? —Él es Malik Fawnheart, Sarah. Es el ex-esposo de Alyssa, el padre de su hija, Lucy. Él fue el esposo, como yo fui la esposa. —¿Cómo sabes eso? —¿Cuántos Fawnhearts conoces? ¿Cuántos Malik Fawnhearts piensas que existen? Vi su carro, y si es un Ford Falcon negro, él lo tenía

en ese entonces… No creo que pudiera haber otro Malik Fawnheart con ese carro. Demasiada coincidencia. —Él dijo… —Sarah luchó con un pesado sentimiento en su pecho—. Él dijo que tenía una pequeña, que algo horrible había pasado con su mujer en el pasado. —Ella gritó—. No. Mierda, no. —Ven aquí —dijo su madre, abriendo sus brazos y jalándola hacia ella. La voz de Sarah estaba titubeando al borde de quebrarse. Sus brazos se sentían demasiados pesados, sus piernas eran de concreto y ella se preguntaba cómo tendría la fuerza para moverse, levantarse de la cama y enfrentar el segundo día de su trabajo. —Pero no creo que sea así. Coincidencias como esas no pasan. — Sarah se sintió mejor de repente. Se sintió más ligera, con energía. Se lanzó hacia arriba y fuera del abrazo de su madre. —Piensa al respecto —dijo Sarah, contando con sus dedos—. Él es muy viejo para mí, recuerda, probablemente se mudó lejos. —Sarah felizmente se encogió de hombros—. No puédelo en absoluto, pero no te preocupes. Seguro es una masiva coincidencia, yo no soy. Él no podría serlo. Eso es solo retorcido. —Sé que es difícil de creer, pero yo no estarías altamente sorprendido si no fuera así. He visto una foto de ese hombre antes, y nunca me olvidaría de él. Ambos, Alyssa y Malik, no son como las personas que he visto. Ellos son tan perfectos. Ella una modelo y él… hay algo intenso, e incluso más hipnotizante sobre su apariencia. Estas son personas que puedes detectar en una multitud. ¿La luz en su auto mientras te decía adiós? Podría jurar que lo estaba iluminando solo a él. Sarah miró hacia abajo, sin palabras, incapaz de pensar en algo que convenciera a su madre de que todo estaba bien. Sarah no era del tipo que ganaba la lotería. Jamás había encontrado 10 dólares tirados en el suelo, mucho menos 50 dólares. Jamás había tenido buena suerte, era sencilla, una persona estándar, normal. No había forma de que la primera cosa extraordinaria que le pasaba podía ser esta verdad tan retorcida. —¿Por qué no le preguntas?

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—¡Mamá, no le puedo preguntar eso! ¿Estás loca? —Le puedes preguntar algo. El nombre de su hija, quizás. Di que estas interesada. No —dijo su madre repentinamente—, pregúntale si conoce a tu padre. Su madre asintió, como si su pregunta estuviera bien. Sarah estaba demasiado asustada para admitir sus emociones porque prefería estar en

este estado de infierno-de-mierda de no saber nada, si esto significaba no confirmar las malas noticias. Sarah no quería causarle dolor a su padre. Ella todavía odiaba a bonito-nombre Alyssa Fawnheart, más que nunca. Sarah sabía, sin duda, que le tomaría mucho enfrentar todo esto. Sus miedos, odio, rabia, cada problema que ella había escondido desde que tenía dieciséis, casi siete años de emociones. ¿Podría un chico que acaba de conocer unas pocas horas valer la pena? Ella no sabía dónde había colocado sus sentimientos hacia Malik, pero su noche había sido asombrosa, se sentía más como un sueño. Seguramente siempre recordaría ese sueño, pero Sarah no esperaba que sus sueños se volvieran realidad. Quería estar sola después de eso. Su madre se disculpó de nuevo y le dijo que podía hablar con ella, cualquier cosa que descubriera. —Seguro, gracias —respondió Sarah, pero salió de la cama, sin intentar hablar con su madre del tema. Quería olvidar su, ahora, terrible noche. Se debatió de qué textearle a Malik, y se decidió por: ¿Conoces a un Nigel Langham que vive en esta zona? Sarah estaba demasiado letárgica para dormir, así que se levantó, sacó un pan y vio cómo se tostaba. Le untó mantequilla y se lo comió sobre el banco. Más tarde, tomó helado del congelador y lo comió del plato hondo con una cuchara. Después de pasar por su tercer plato, su estómago protestó agitándose y provocándole nauseas. Finalmente, se dejó caer en la cama, consiguiendo cubrirse antes de dormirse. Fue despertada por su celular cuando casi era hora de levantarse, así que lo revisó, sabiendo que lo tendría que leer pronto, y pensando que probablemente era de Malik, riéndose de su aleatoriedad. Malik: ¿Es una broma? ¿Conoces a ese cabrón? No menciones su nombre. JAMÁS.

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Sarah corrió hacia el baño, inclinándose sobre el lavabo y vomitando en él. Había perdido a su hombre soñado, había perdido la única comida que había comido en más de la mitad del día, y ahora había perdido toda su esperanza. Sarah estaba verdaderamente sola sin nada más que su trabajo, que amaba tanto, pero incluso eso no la convencía de moverse un milímetro de la posición de ovillo en la que estaba al lado de los cajones del baño. ***

Sarah miró su celular. Vibró sobre su escritorio, metido bajo de algunos papeles, así no parecería que ella estaba desperdiciando tiempo en cosas personales. En comparación de ayer, su segundo día en el trabajo fue un fracaso. Se obligó a esperar una hora y media antes de checar el tiempo, pero solo habían pasado siete minutos. Ayer, solo había checado el tiempo ocasionalmente, ahora, estaba peleando con el reloj. Al quedarse despierta media noche estaba agotada. La adrenalina no fluía a través de ella y la mantenía despierta, aunque, usualmente, ella solo se sentía cansada dos días después de desvelarse. Era un mal día en todo, porque no estaba hambrienta, aun cuando su estómago estaba vacío, y nada parecía funcionar. —Sarah —dijo un colega que estaba al lado de ella—, está bien, sabes. —Ella miró el celular de Sarah—. Puedes revisar tu celular y usarlo. No somos nazis aquí. Sarah asintió rápidamente. —Oh, bien. Sí, gracias por decírmelo. Gracias por decírmelo, pensó Sarah. ¿Cuánta más mierda podía obtener? Quizás debería copiar el guion y responder con las preguntas disponibles. No iba a formar parte del equipo si solo tomaba las órdenes y trabaja en su escritorio. Ella tenía que ser accesible, fácil y escuchar a su equipo. Sin embargo, aún no estaba lista para enfrentar a Malik. Desde que ella había visto sus llamadas perdidas y probablemente era él de nuevo, tomó su teléfono y respondió antes de que saltara al buzón. —Hola. —Sarah. Su voz sonaba diferente. No en su tono, porque era el mismo timbre profundo, pero en el efecto que tenía en Sarah. En un giro cruel, que la hizo anhelar tocarlo, tomarlo de la mano o ser metida en sus brazos. Eso casi la hizo sentirse molesta, y agobiada. Como si quisiera alejarse, y esa fuera la única opción.

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—Comencé a pensar que habías cambiado de opinión acerca de nuestra asombrosa noche. Pero también —añadió—, he estado preocupado. Ella exhaló lentamente, y eso la ayudó a sentirse lo suficiente calmada para hablar. —¿Por qué? —Confió en ti, pero con el mensaje que me enviaste en medio de la noche… me pregunté si has estado escondiendo algo que está pasando.

—Claro que no. —No pensé que lo hicieras. Solo estoy preguntado qué fue todo acerca de todo eso. Hay mucha mierda que me ha pasado, y ese jodido bastardo es la raíz de todo. Si está bien contigo, me gustaría dejarlo en el pasado, si no estás involucrada con él. Sarah no había respondido a los mensajes de Malik, pero los había leído cerca de 10 veces cada uno. Él quería reunirse después del trabajo. El último texto decía que incluso podía dejar el trabajo entonces, solo para estar seguro que ella estaba bien. —Nos podemos reunir si aún quieres. No pude dormir así que llegué más temprano, y no descansé a la hora de comer, así que puedo irme a las cuatro. ¿Está bien reunirnos diez minutos después de eso o algo así? Nos podemos ver en Federation Square. —Pero, ¿estás bien? Sarah contuvo su aliento. Contando hasta tres mientras se concentró. No llores. No dejes que tu voz se quiebre. Respira. —Sa… —Estoy aquí. ¿Te veo entonces? —Sí —respondió, y lentamente colgó su teléfono, dejándolo de vuelta en su escritorio, sus pensamientos a un millón de millas. Pensó que cuarenta minutos hasta que saliera no estaban mal. La realidad era diferente. Ella tenía que revisar un manuscrito final de nuevo, marcando los cambios que harían antes de estar seguros de entregarlo, no pudo mantener su cabeza en las palabras, así que tuvo que regresar al inicio. Dieron las cuatro en punto, y ella recogió, y deseo tener un mejor día en su oficina mañana, y algo de buena suerte de su lado, por una vez, a la vez que caminaba hacia Fed Square para reunirse con Malik.

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El bullicio de gente fue una agradable distracción. Las personas de la cuidad durante las horas pico estaban locas. Al menos la mitad de ellos corrían tarde a sus carros, el autobús o el tren, día a día. Otros tenían su cabeza metida en sus aparatos inteligentes. Sarah no se pudo concentrar en algo excepto en no ser pisada, y reunirse con Malik. Pensó que si se paraba en el medio, en un espacio abierto, y veía si podía localizarlo cuando llegara, pero incluso aunque Sarah estaba cinco minutos más temprano, él ya estaba sentado en un banco, con sus rodillas separadas y sus manos juntas, descansando en medio de ella. Sarah miró hacia el cielo, pensando en las nubes blancas, y deseando esa imagen fuera de su cabeza. Necesitaba más que pensamientos eróticos para tener su siguiente conversación.

Malik la saludó con la mano. Él la estaba torturando, estaba segura de eso. Ella conocía esos pantalones. Estaban un poquito más apretados alrededor de sus caderas que sus otros pantalones, y no importaban sus esfuerzos, con su mirada trazó la forma de la protuberancia de su pene. Se preguntó si se sentiría enorme en su palma. Él usaba la camisa, también. Ella se sintió peor, al ver eso. Se había puesto caliente alrededor de él, sabía que había sudado un poco la noche pasada, y él debió saberlo, también. Él tuvo que levantarse temprano para lavar la ropa con la esperanza de verla de nuevo. En lugar de ello, había conseguido un mensaje acerca de Nigel Langham, la única persona que más odiaba aparte de su ex-esposa, sin saber el día que tendría por delante. —Hola, tú —susurro él en su oreja. Tenía sus brazos envueltos en su espalda baja, presionando sus caderas juntas, y solo por un momento, se sintió tan correcto que Sarah lo dejó ir y dejó que pasara, animándolo, incluso. Ella deslizó sus manos entre su cintura, sujetándose en el interior de sus antebrazos, presionándolo más cerca de ella, girando la cabeza y descansando su oreja en su pecho. Cuando el impulso de mirarlo creció demasiado, levanto la cabeza, y Malik guió su barbilla hacia arriba para encontrar sus labios. Su beso fue menos hambriento que la pasada noche, y más tierno. Más como un beso que un esposo le daría a su esposa después de un día lleno de estrés en el trabajo, después que pasar a través de la puerta principal. Ese pensamiento la trajo de vuelta y presionó sus manos contra su pecho, hasta que él se dio cuenta que el beso había terminado. Bajó la vista hacia ella, la preocupación arrugando su frente. —Sarah… —Vamos a sentarnos —sugirió ella. Una vez sentados, él colocó su mano en el muslo de ella. No muy arriba, solo tocándola, para hacerle saber que estaba ahí. —¿Puedo empezar desde el comienzo, y ponerte al día con este asunto, ahora? Sin interrupciones, sin preguntas. Solo necesito decirte todo de una vez o voy a pensar demasiado.

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Malik asintió. —Mi nombre completo es Sarah Langham. —Notó que los ojos de él se abrieron ampliamente, pero siguió hablando—. Nigel es mi padre y, cuando tenía dieciséis, lo descubrí teniendo una ventura con otra mujer. Venía de una fiesta a un par de calles para recoger algo, y escuché sonidos. Él estaba haciéndolo con ella en el dormitorio de compartía con mi madre. Y yo corrí, y la semana siguiente, solo lo escribí en mi diario, sintiéndome culpable por no decirle a mi madre. Ella encontró lo que había escrito. Resultó que él había estado teniendo una aventura con otra mujer por años. Mis padres se separaron seis meses después. Luego de él

y mamá se dejaron, descubrí que el nombre de la chica era Alyssa Fawnheart. Ella tenía un bebé, pero no supe que era tu hija hasta que mi madre te vio pasar por la casa esta mañana. Ella te recordó, y hablamos... Sarah se detuvo por un momento. Ella necesitaba un poco de aliento. Estaba demasiado herida, entonces agitó sus manos, y Malik quitó la suya de su muslo. Ella tembló, y luego miró a Malik de nuevo, sintiéndose lista para terminar. —… hablamos, y ella me dijo y me convenció de quién eres realmente. Sarah nunca se había sentido tan mal como lo hacía ahora, no desde hace años, cuando un pato estaba en medio del camino frente a ella. Se movió hacia la izquierda, a la derecha, y no pudo averiguar dónde desviarse al final, arrollándolo. Ella pasó varias noches después preguntándose qué pasaría con su compañera y sus patitos. Había sido la responsable de haber atropellado a ese inocente, pobre patito, y mucho más otros patos involuntariamente. Ahora, mirando a Malik, eso no se comparaba. Su piel bronceada había palidecido, y ella vio su manzana de Adam subir y bajar repetidamente. Su nariz se crispó, y luego él se alejó unas pulgadas, se reclinó y miró a su regazo, luego alrededor donde las personas que corrían, se sentaban y hablaban distraídos. Sarah había arruinado su vida. Sarah no quería decir nada, mucho menos podía decir algo, excepto lo siento o darle un enorme paseo por todo lo que estaba pensando. Se sentó en lugar de ello, y se repitió pensamientos llenos de esperanza, al final, las esquinas de sus labios se elevaron. Malik seguramente saldría con algo incluso más espectacular que las cosas que había descubierto desde la media noche. ¿Algo loco, como el hecho de que él tenía un gemelo idéntico con el mismo nombre? Oh, ¿a quién estaba engañando? Ella había perdido su sonrisa en ese instante, sentada pensando en nada, mirando fijamente el concreto y los patrones. Malik finalmente la miró, y Sarah no tenía suficiente fuerza para adivinar en qué estaba pensando. Ella se sentó ahí como una piel de serpiente, frágil, y vacía por dentro.

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—No te odio, Sarah —dijo—, es solo que… cómo no nos vimos alguna vez, u oímos hablar del otro antes. Es una locura. Sarah se sentó más cerca del borde. —Sabía acerca de un esposo, pero mamá… éramos tan cercanas antes, y eso nos destrozó. Nosotras solos seguimos adelante, dejando el pasado atrás. Raramente hablamos acerca de papá mucho de ella o… —de ti.

—Hmm —dijo él—.Entiendo lo que dices. Sarah aún lo miraba fijamente, dejándolo ver como tomaba un gran aliento, y luego lo expulsaba. Ella quería que él la abrazara, la tocara, pero no lo quería demasiado, por miedo a lastimarlo. Si él le recordaba los mejores y peores partes de su vida, ella solo estaba indirectamente afectada por las acciones de su padre y Alyssa. Malik estaba justo en la línea de fuego, tomando todo la basura que salió de ese lío. Imaginando qué tipo de recuerdo era ella para él, hizo a Sarah sentir enferma. —No importa —dijo Sarah de repente, tomando sus manos entre las suyas, con su cara llena de pasión—. ¿Por qué vamos a dejar que se arruinen nuestras vidas? Eso pasó hace seis años. ¡Seis!. Nosotros no tenemos nada que ver con ellos. Yo solo veo a mi padre cada par de meses, de cualquier forma. Tú jamás tendrás que verlo. Te prometo que nunca pasará. Sé que es una locura pero hace un día no sabía que existías, pero cambiaste algo en mi vida… y yo siento. Siento tanto contigo. Tú eres como una pieza de mi rompecabezas. Desbloqueaste partes de mí. Que no sabía que existían. Excepto… Sarah vio su expresión. Esto no era bueno. Él debería haber visto la posibilidad en sus palabras. Debería estar tan extasiado como ella. Pero él no lo estaba. Ni un poco —¿Qu…qué? —preguntó ella. —¿Cuándo fue la última vez que hablaste adecuadamente con tu padre? Antes de este altercado de ayer. El corazón de Sarah golpeó. —¿Semanas atrás? Espera, no estoy segura. —Alyssa y él… —Malik apretó sus dientes, y miró hacia otro lado. Él murmuró algo, pero Sarah no pudo saber que fue—. Joder, solo lo sacaré y lo diré. Están juntos de nuevo. La última vez que la vi, ella se iba a mudar con él cualquier día de estos, si no es que ya lo hizo. Malik mordisqueó su labio, y ella quiso tomar sus labios dentro los suyos, y besarlo sin sentido. Sarah estaba vacía, pero su cuerpo estaba listo para él, y su mente estaba llena de pensamientos enfocados en Malik. Eso era lo que ella necesitaba ahora.

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Y exactamente lo que ella no podía tener. —Yo… —Malik se levantó, sacudiendo el polvo de sus muslos y trasero—. Creo que necesitas tener unas charlas con tu familia. No me preguntes si estaré aquí para ti, porque lo estaré en un latido de corazón. Aún tendré el mismo número, y todavía me siento de la misma forma acerca de ti, sino más, pero necesitas ordenar tu vida. Sarah, estaré contigo en un chasquido, besándote, queriéndote, haciéndote lo que quieras. Pero creo que hay cosas que necesitan ordenarse primero.

Ella asintió, incapaz de aguantar más. Las lágrimas brotaron de sus ojos, y la primera gota bajo por su nariz. Ella no hizo ningún sonido. Malik tenía sus ojos en sus pies, pero ella sorbió y él levantó la mirada, miró todas sus lágrimas y su temblor, la tomó dentro de sus brazos, manteniéndola segura contra su pecho. —Shh —la arrulló—. No te odio. Ni un poco. Pero necesito tiempo para mí mismo. Aún no he superado lo que ella hizo. Y yo… mierda, todo se estrelló a la vez. Solo necesito procesar esto, ¿bien? Sarah asintió contra su pecho, mirando fijamente a las personas pasar, y nadie tenía idea, todos estaban felices y ocupados. Ellos se separaron y Malik dijo: —Me puedes llamar, si quieres. Ella se giró antes de que él la viera llorar de nuevo, y continuó llorando todo el viaje en tren. No había demoras, ni hermosos extraños, ni noches mágicas que la hacían sentirse viva por primera vez en muchos años. Ella pasó el viaje en tren mirando fijamente su celular, sabiendo que querían llamarlo, pero detenida por la verdad de que ella no debería. No todavía, no por un tiempo.

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Luego miró a Nicholas entrar a su vagón. Y él la vio a ella.

9 Nicholas Traducido por Letizia Grey Corregido por Ivonne

S

ENTONCES arah se preguntó cuánto ella había heredado de su padre.

Ella cumpliría dieciocho en un par de semanas; libre para conducir, votar, y beber. Ella sería quien quisiera ser. Ella había aplicado para algunos cursos en las universidades de Melbourne en inglés y literatura, deseando quedar en uno. La palabra escrita era su pasión y si ella pudiera escribir o editar, o algo como eso, sería feliz gastando la mayor parte de su vida encadenada a un escritorio con trabajo que hacer. Pero ella no sabía aún qué pasaría. Ella tenía un millón de horas de estudios que hacer para su inminente examen final, acompañada de proyectos finales y tareas de cada una de sus clases que terminar. Aun siendo menor de edad, Sarah estaba encerrada en este lluvioso fin de semana. Era Octubre, ella debería haber tenido algo de suerte relacionada con el clima de su lado, pero el sol no aparecía. Los caminos estaban oscuros y vacíos, por un tiempo, ella se arrodilló en su cama, sus manos contra la ventana, y miró hacia afuera. Su padre estaba en algún lugar afuera, con alguna mujer extraña. Alyssa hacía tiempo se había ido, y así la mujer después de ella.

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Sarah vio a una mujer joven corriendo. Ella tenía puesto, todas la cosas profesionales, zapatillas, una muñequera, y más. La lluvia caía sobre ella, su pelo demasiado oscuro para distinguir, si era otra cosa más que negro, de donde Sarah estaba mirando en su habitación. Sarah se acostó en su cama, los codos doblados cerca de su cabeza, pensando acerca de cómo había crecido a la chica de ahora, casi una adulta. ¿En quién se convertiría? ¿Motivada y confiada, como una mujer? Corriendo cada día sin una excusa, ¿o como su padre? Su padre tuvo que separarse de Alyssa solo medio año después de mudarse con ella. Él le mando un mensaje a Sarah, diciendo: Me mudaré.

¡Estaré justo a la vuelta de la esquina, chiqui! Y Sarah tiró su móvil en la alfombra a través de su habitación. Sus dos respuestas consistieron en decir que ella ya no era una niña, y por qué él le decía que estaría a la vuelta de la esquina. No era que lo viera muy seguido de cualquier manera. Ella odió como entendía la incapacidad de su padre para aferrarse a una persona. Sarah nunca engañaba, pero no era como que si ella hubiera experimentado el amor verdadero aún. La diferencia era, Sarah se había repetido a sí misma, que nunca se comprometería a confiar en algo que no tuviera su corazón a largo plazo. Ahora, dos años después. Sarah había reconectado con Nicholas, quien aún se miraba genial, por no mencionar más hermoso que cuando él era un gangly boy7, hace años, y ella pudo verse a sí misma pasando mucho tiempo con él. Parpadeando rápidamente, volviendo su atención al techo. Sarah no se movió por un rato, ella no cruzó sus piernas, o las retorció bajo su trasero. Ella incluso no humedeció sus labios con su lengua. Solo esperó y vio más allá del techo, soñando a lo grande, con mundo más amplio, y queriendo que todo funcionara. Ella quería conducir ya, tener su propia casa y dinero ya, y un novio soñado y normal, una familia enorme ya. Entonces, ella llamó a Nicholas. —Hola —él respondió. Ella había mirado hacia su puerta, sin incluso haber tomado un respiro, así ella podría escuchar si su madre estaba cerca—. ¿Quieres pasar? —¿Tu madre te dejará? —Debería estar bien. Se lo haré saber ahora, pero ella no se molestará. Yo… —Sarah mordió su labio, sintiéndose tonta por un momento, luego dándose cuenta, ella se expresó segura de sus sentimientos hacia él—, realmente te he extrañado. Está lloviendo, y me gustaría estar acurrucada. —Yo también, Sez. Te he estado extrañando muy mal. Me estaba volviendo loco tratando de detenerme a mí mismo de mandarte textos todo el día. —¡Pero te vi después de la escuela ayer!

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—Exactamente. Pensé que había pasado el límite. —Eres muy dulce. Pasa. —Vale. 7

Glangy boy: Se refiere a un chico alto, delgado y raro.

Sarah estaba en su bra, bragas y tenía el delgado top en sus brazos y alrededor su cabeza, cuando ella oyó que tocaron su puerta. —¡Espera! —ella gritó. Después de luchar contra el pánico, finalmente empujó su top por encima sus leggings. —Hey —dijo ella mientras balanceaba la puerta abierta de su habitación. La cara de Nicholas se volvía feliz, una gran sonrisa en sus labios cuando la tocó, notando obviamente su prisa. A ella le gustaba su sonrisa porque ella no podría evitar devolvérsela, incluso aunque, segundos antes, ella estaba peligrosamente cercana a ser atrapada en una situación comprometedora. Ella envolvió sus brazos alrededor de la cintura de él. Él caminó dentro, mirando a Sarah como si él estuviera fuera de ámbito en su habitación. Esa fue la primera vez que él había estado aquí aunque ellos habían sido novio y novia por un par de semanas. Ella lo miró viendo su pequeña silla, metida bajo el escritorio, silbó viendo la impresionante pantalla plana montada en la pared opuesta a su cama, y luego le dio un vistazo a ella, entre la cama y él. Ella asintió y él subió a través de la cama a la ventana, mirando abajo al jardín de enfrente y al otro extremo de la calle. —Amo tu habitación —él dijo. Sarah rodó sus ojos. Con una aburrida e incrédula mirada, ella sacudió su mano hacia él en su cama y respondió—: Tranquilo, Nicholas. —Shh, tu sabes que no me refería que me gustaba de esa forma.

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Sarah dio unos pasos tentativos hacia su cama. Cuando ella estaba alineada contra su lado, él la atrapó y la jaló encima de él. Él cepilló su cabello lejos de su cuello y hombros y besó la piel expuesta, pero no movió su bra, ni su remera sin mangas. Ella estaba de espalda, tocando su estómago y pecho, y la proximidad la hizo estremecerse. Ellos solo se habían besado una vez y habían tenido una descarada sesión sintiéndose uno al otro bajo su ropa, pero jamás más allá, sabiendo que su madre estaba en algún lugar en la planta baja; Nicholas se presionó detrás de ella, y ella se sintió rebelde y traviesa. —¿Estás bien? —preguntó él—. Sonaste preocupada por teléfono, y todo lo que quería hacer desde que te escuche, era abrazarte. Te sientes tan suave. —Él besó la piel de su clavícula, haciéndola estremecer—. Te podría abrazar todo el día, si tú quieres. Sarah estaba descubriendo que Nicholas era por mucho el mejor amigo y novio que ella alguna vez tuvo. En muchas formas. Ahora, cuando ella solo quería a alguien que la abrazara, él era perfecto en la única manera que contaba. Él estaba listo para ayudarla en cualquier momento

que lo necesitara, y había sido más que honesto él en tiempo que habían sido amigos, y ahora pareja. Ella relajó su espalda contra él. Nicholas estaba ya listo para sostener su peso en el momento que ella cayó.

AHORA —¿Sa… Sarah? Ella se deslizó en su asiento para hacer espacio. —¡Hola, Nicholas! Él había cambiado, en los años desde que ella había estado con él. Él tenía una sombra de barba, mayormente en forma de buzz-cut8. Él era de su edad, pero parecía más maduro, o quizás solo más varonil, de lo que ella había esperado. —¿Trabajas en la ciudad ahora? —preguntó él. Cuando ellos terminaron, ella tenía un trabajo de medio tiempo y estudiaba. Se sentía como si hubiera pasado mucho tiempo para ser la misma vida, excepto ella, solo una joven, creciendo, tratando de encontrar su lugar. —Sí, a solo unas manzanas. Actualmente, comencé mi primer empleo fuera de la universidad como un editor junior ayer. Eso casi se sentía como otro mundo lejano, antes de Malik.

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Su conversación pasó sin pequeñas dificultades. Nicholas estudió administración de negocios y estaba supervisando el sitio de un proyecto en la ciudad por los siguientes meses. Sarah le preguntó acerca de su gato. Billy aún vivía, aún con cataratas y un poco de pérdida de audición, excepto que él estaba viviendo con los padres de Nicholas, quienes podían pasar más tiempo con él. Sarah aún no tenía mascota, ella estaba triste con la noticia, y más triste aún porque ella seguía viviendo en la casa de su madre. Nicholas estaba rentando un apartamento, y ella no escondió su envidia. Solo con el anuncio de su parada ella saltó y checó que no olvidaba nada. Ella agitó su mano para decirle adiós a Nicholas, dejándose llevar por el torbellino de emociones de verlo de nuevo, olvidando completamente que su madre estaría esperando por ella en la estación. Ella recogería su auto del mecánico esta noche. El buzz cut es cualquier variedad de cortes cortos de cabello usualmente hechos con maquinillas. 8

Sarah quería preguntar por qué su madre no esperó en el auto. La hacía sentirse como un niño, su madre recogiéndola en la parada. Tan pronto el pensamiento cruzó su cabeza, supo que estaba siendo tonta. Su madre solo quería ver si ella está bien, y gracias a Nicholas, ella no debía de verse tan mal. —Tuve un día ajetreado —dijo Sarah. —Cuéntame más. Entre el aparcamiento y el coche, Sarah le contó sobre su día, arrastrándose siempre en la esperanza de que mañana sería tan día agradable como el primero. Ella también le contó a su madre que reunió con Malik para hablar, y justo después, vio a Nicholas. El momento en el que las puertas del carro se cerraron, Sarah estaba atrapada. Tan débil como sonaba, caminar afuera con el viento levantando las puntas de su cabello y el espacio alrededor de la hacía sentir libre. En comparación, al estar sentada en el asiento copiloto de su madre ella se sentía pequeña y dependiente. A medida que su madre abrochó su cinturón, Sarah preguntó—: ¿Por qué él no me dijo todo, acerca de Alyssa y de mudarse de vuelta? Malik tuvo que decírmelo. Con sus manos en las llaves del auto, la madre de Sarah se detuvo, dejándolas caer en el soporte de vasos enseguida de ella, y miró a Sarah. No era que Sarah estaba tratando de hacer sentir mal a su madre, pero ella se sentía enojada también, triste y sin esperanza para decirlo de otra manera. Sarah sabía que su madre no sabía mentirle. Lo más lejos que había llegado había sido por sus cumpleaños o regalos, ella había enviado a Sarah en el tren equivocado, o la inducía a ello, todo para beneficio de Sarah. Si ella estaba triste, ella simplemente se lo decía a Sarah, o se lo mostraba hablando muy poco. Antes de que ella respondiera, Sarah sabía que no podría soportar la traición de su padre. Desafortunadamente, en lugar de eso, su madre tenía el corazón destrozado, y en el momento que ellas pudieron alcanzarse, se abrazaron una a la otra para consolarse. Sarah tenía que decirle a su madre las noticias.

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—¿Cuándo? Sarah, ¿Cuándo oíste eso? Sarah sabía que su madre oyó cuando ella le dijo que Malik se lo había contado, lo que hacía que su corazón doliera más. Seguro, ella había pensado que su madre entendió lo sucedido, excepto que ella había sido una adolescente entonces.

Ahora, siendo mayor, ella vio que su madre siempre había sido hermosa, por dentro y por fuera. Ella no merecía sufrir aún por su exesposo de esta forma. —Te dije que Malik fue. Él me dijo que ellos se estaban mudando. O ya lo habían hecho. —Sarah miró lo dedos de su madre, que estaban trazando el volante con sus llaves—. ¿Mamá? —No sé. Esos dos… yo no quiero nada que ver con ellos. Ellos vienen y van más veces que un yo-yo. —Yo también. Su madre frunció sus labios, y miró fijamente el regazo de Sarah. Ella extendió su mano y Sarah levantó la suya de su regazo, y la puso en la palma de su madre. Ellas las apretaron juntas. —Sabes que no puedes desaparecer. Tú solo tienes un padre. De mierda como el quizás, él te ama demasiado, pero en su propia forma. Si no está funcionando, él busca su próxima mujer. Él está aquí, ahí y últimamente en ninguna parte, pero cuando él viene, él te ama. No lo olvides eso. Sarah se encogió de hombros. Eso tenía mucho sentido, pero ella no estaba de humor para darle crédito a su padre en este momento. Ella se sentó, sin hablar, en el carro mientras otras personas se dedicaban a sus propias cosas. Manos excavando a través de bolsos o bolsillos buscando llaves personas mandando textos mientras calentaban su auto, sonriendo a sus teléfonos. Otros apretando sus chaquetas alrededor de ellos. Ella observó a todos ellos, sin concentrarse en estar dentro del auto, pero en su mente seguía preguntándose. Ella quiso darle a Malik tiempo para procesarlo, pero ella no quería esperar. Por otro lado, ella quería decir y hacer mucho para él y con el que no sabía por dónde empezar, y la idea de estar en el mismo lugar que él, la hacía querer acurrucarse y desaparecer.

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¿Entonces que quería ella? Sarah se movió rápidamente a través de sus playlists9 de música y escogió Summer songs. La primera en barajar fue The boys of Summer10 y, en el tiempo que ellas fueron a recoger su auto Y Sarah siguió a su madre a casa, ella se sintió como si pudiera respirar profundamente. Ella colgó su bolsa sobre su hombro, y dejó su carro en el garaje, al mismo tiempo que su madre salía de su auto. Las pequeñas cosas, ayudaron. Como ver a Nicholas, o la canción, eso la trajo de vuelta un momento. Listas de música. Canción interpretada por Don Heley, como primer sencillo de su álbum Building the Perfect Beast. 9

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Sarah entró a su habitación. Y como era usual, ella tiró su bolso cerca de su escritorio y encendió la radio. Viendo a ambos, Nicholas y Malik desenterrando muchos recuerdos para ella. No hubo un momento donde ella consideró dejar ir a Malik por su bien, pero recordando cuan genial Nicholas era, pero cuan perfectos Malik y ella habían conectado, ella sabía que una estúpida pequeña reunión entre la mujer que había arruinado su vida y su padre que había arruinado la de ella no era nada de qué preocuparse. Ellos estaban en el pasado.

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Malik la hacía sentir como si nada fuera posible.

10 Anhelo Traducido por Snowmoon Corregido por Ivonne

S

AHORA

arah se dio a sí misma un día entero. Ella no habló con Malik por texto, llamada, o en persona. Era insoportable, sobre todo porque ella solo lo había conocido por tres días. Ella hubiese guardo todos los recuerdos dibujados en su mente de su compañía si hubiera sabido que él ya no podía estar en su compañía ahora. Ellos se habrían besado y abrazado, pero no era suficiente. Sarah quería perderse en él tan lejos que ella no sería capaz de recordar cualquier otra cosa. Al cuarto día, estaba agradecida por el trabajo. Desde hace unos años, había sido estudiar y trabajar a tiempo parcial. Ahora ella era responsable de sí misma. No necesitando de su madre. Ella no había recibido su primer ciclo de pago, pero había calculado, y era suficiente para hacer que sus ojos estallen. Editó más rápido, echando una ojeada y borrando los correos electrónicos que no parecían importantes. Aunque no era la parte superior de sus preocupaciones, se alegró por la distracción.

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"¿Me encontré con la chica de mis sueños ayer, y estoy emocionado de decirlo al mundo entero?”

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Pero esa noche decidió que no podía esperar más. Ella había tenido contacto unilateral con Malik y estaba harta. Ella no iba a torturarse tan mal al tratar de enterrar su memoria. Buscando en Internet descubrió que tenía una página en Facebook y una cuenta de Twitter. Era tan inútil, todo su acecho y embobados, que tenía que preguntarse si ella se estaba enamorando de este casi extraño. Él publicó algo sobre un Club Footy, luego otra vez acerca de un acuerdo sobre un manojo de hardware, y aun así, Sarah siguió desplazándose a través de sus cuentas, a la espera de algo. ¿Qué esperaba encontrar?

Ella no esperaba eso, pero era algo que si fuera agradable de encontrar. Sarah estaba en el sofá con un programa de televisión en el trasfondo. Ella no sabía lo que su madre estaba viendo porque ella no

levantó la mirada una vez. Ella había estado teniendo un poco de vuelta adelante y hacia atrás con Malik, finalmente mensajearían entre sí. Sarah: Esto es lo que me has hecho a mí. Ella envió una foto de su dedo. Malik: ¿Ayudé a hacer crecer un dedo extra de la mano? Sarah: No, tonto. Lo golpee porque estaba soñando que me besabas en el capó de tu coche de nuevo. Malik: Ni siquiera es rojo. O grumoso. Simplemente no puedes pensar en una mejor excusa para charlar conmigo. Sarah: culpable ;) Malik: mierda. Sarah: ¿Qué? Malik: Estoy teniendo un momento difícil ahora. Sarah: ¿Suena como que es mi culpa? Malik: Lo es. Estoy pensando duro pensando sobre ti, encima de mi regazo. Pensando que sería tocarte otra vez. Las manos de Sarah temblaban demasiado por el texto de nuevo, así que ella se levantó y se fue a su habitación en la que ella le marcó. Él contesto luego de un ring. —Hey. —Yo no podría escribir. Estoy arruinada para la noche ahora, Malik. —¿Cómo puedo ayudar? Sarah tragó saliva. Tenía que decirlo ahora. Ella cerró los ojos, y le dio más confianza. —Necesito verte. —Yo no... —terminó entrecortado por un momento—. No creo que sea una buena idea.

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—Oh, sí, no, eso está totalmente bien. Lo siento, no debería haber apenas sugerido eso. Acabas de conocerme, y sí. —No, tú no entiendes lo que estoy diciendo. Yo estoy tan liquidado en este momento, no quiero asustarte o hacerte daño. Estoy increíblemente apretado, como un maldito sacacorchos. —Solo prométeme que no me vas a golpear y yo te ayudaré. Quiero estar allí para ti. El pecho de Sarah se encogió de conocimiento de que ella era la razón para que él se sintiera de esta manera. Trató de imaginar casarse

con el hombre de sus sueños y tener un bebé juntos, solo para descubrir todo el tiempo que hubieras sido fiel, esperanzado, y digno de confianza, que había estado mintiendo y durmiendo con otra mujer en su lugar. Sus labios estaban secos, y ella tuvo que apoyarse a su mesita de noche para tener un trago de agua y humedecerlos. ¿Cómo se secan tan rápido? Fue como papel de lija. —Está bien, um, no estás entendiendo. ¿Está bien si soy directo? —Por supuesto. —Sarah Langham, no dejarás mi casa esta noche hasta que yo te folle sin sentido y me venga dentro de ti. No sé si eres humana, pero has iluminado mi vida y mi mente como algo fuera de este mundo, y es un tortura no estar contigo. —¿Qué pasa con Lucy? —Ella no duerme aquí las noches de semana. Bien. Sarah sabía mucho acerca de no ver a su padre cuando sus padres tenían que separarse. Ella solo había conseguido los fines de semana con su padre. Ahora, era la situación perfecta para ella, pero su corazón sufría por Malik. A excepción de esta noche. Sarah iba a disfrutar de su mundo, y ayudará a tener una buena noche. —¿Debo irme ahora? —Por favor. No tienes que cambiar tu ropa. Es caliente saber que estas vistiendo lo que sea con lo que te sientas cómoda mientras estás hablando conmigo. Sarah cogió su bolso, le dijo su madre que volvería tarde, y le dijo que no la esperara despierta luego corrió a su coche.

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AHORA Llamó a su puerta poco después de las ocho. Mientras estaba esperando, ella finalmente hizo un balance de lo que parecía. Esta mañana, se había aplicado delineador de ojos y sombra de ojos ahumados para compensar sus ojos brillosos, en la parte superior de su máscara de pestañas habitual y rubor. Ella no pensaba que se hubiera manchado todavía, y esperaba que eso fuera cierto. Ella miró por encima de su ropa. Ella estaba en polainas, zapatillas de ballet, y un suéter que colgaba de un hombro. Malik abrió la puerta con una espátula en una mano. Apretó su peso contra la puerta abierta. Él sonrió, mirándola, no importa lo que ella

pensó que ella parecía, Malik amó todo de ella, y eso es lo único que importaba al final. —¿Te gusta el chocolate? —Disculpa. La frente de Sarah se frunció mientras ella se quedó allí. Pensando. Ponderando. ¿Chocolate era un código secreto para venirse? No, eso sonaba demasiado sucio por Malik al decirlo directamente así. ¿Tal vez había preguntado si ella le gusta jugar sucio? —El chocolate con leche. ¿Te gusta tomarlo? —Oh. —Ella bajó la mirada hacia sus zapatos. Ella nunca quiso mirar hacia arriba de nuevo. Calma, se dijo, actúa fresca y está tranquila, ¡maldita sea! Ella sintió su dedo dibujar su barbilla, así que a regañadientes le devolvió la mirada. Él estaba ebrio de deseo, lamiéndose los labios, y ella pensó que era probablemente imaginar todas las cosas que podía hacer para ella. Eso hizo que una sonrisa apareciera en la comisura de los labios. Se puso de pie en sus puntillas y lo besó, con su último pensamiento en mente, ella le mordió suavemente su labio inferior, lo chupó en su boca y tiró, hasta que se dejó caer. Gruñó y con la mano libre, tiró de su cuerpo al suyo. En el momento en que se tocaron, ella sabía que sus cuerpos se hicieron para adaptarse. Era un calor instantáneo, la calma, y el deseo de que la llenara. Los labios de Malik estaban contra el costado de la boca y el borde de la mejilla cuando él le susurró a su piel. —No piensas que soy demasiado viejo para ti ¿verdad? Sarah lo miró, parpadeando.

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Eso fue algo muy al azar que decir. Aunque tenía 34, no tenía la insinuación de una arruga en los lados de sus ojos, su piel era solo rugosa de un modo varonil, con cada vez más pelo espolvoreado debajo del labio, estaba lejos de ser flácido o caído. Cuando él la miró a sus ojos y tragó saliva, ella miró derecho a su mandíbula, y la forma en que se movió. Su desarrollo de pensamientos la hizo cambiar de posición con él, tal vez vio belleza en su juventud, y sin embargo podría ser que algún día la dejaría porque era demasiado inmadura de la misma manera que él temía que ella lo dejara porque era demasiado viejo. Besó sus labios, no pudo evitar sonreír mientras ella murmuró. —de ninguna manera —Ella lo besó de nuevo—. Bueno, sí, pero no en el mal sentido. Eres perfecto para mí, Malik. Él gruñó un sonido de alivio, llenándola con una pasión que gravitó entre sus piernas.

Ella se apartó de él, recordando la espátula y apretó el mango hasta su boca, atrayendo su boca alrededor de la punta, lamiendo el chocolate derretido y arrastrando la boca poco a poco hasta el final. —Mierda. —dijo con voz entrecortada, y corrió de vuelta en la dirección en que venía. Ella lo siguió a la cocina y lo vio con las manos unidas detrás el cuello y la barbilla inclinada hacia arriba. Sarah estaba a punto de preguntarle qué le pasaba, entonces se fijo el chocolate que estaba bien, pero vio que también había estado haciendo natillas y que... bueno, que era una mancha de marrón y amarillo. Varias manchas. Sonriendo para sus adentros, se volvió para ver que él todavía estaba en la misma posición. Queriendo sorprenderlo, no dijo ni una palabra cuando se acercó a él. Incluso contuvo el aliento, temiendo hiciera un sonido. Sarah deslizó sus manos en la espalda introduciéndolas en los bolsillos de sus vaqueros y se apoyó en un ángulo de manera que sus caderas casi coincidieron. Sintió el cinturón de su hebilla en su ombligo. —¿Sarah? —El chocolate todavía está bien. Él asintió con la cabeza en la dirección de la estufa. —Todo está en mal estado. Tenía la receta y todos los ingredientes...

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Ella miró a la mesa donde había una columna roja, una vela, manteles individuales, cucharas opuestas y una lata de crema batida cerca de la vela. —Y entonces me distraje en ti y lo arruiné. —Sarah le dirigió una mirada que sugirió que deberían hacer algo acerca de la situación. Y lo consiguió. Sí, ella pensó que él era adorable por querer elaborar un romántico postre, pero fue la idea la que cuenta, no tanto el sabor de la comida. Ahora que tenía su atención retrocedió hasta el mostrador, se sentó encima de el y le hizo una seña para que se acercara. La miró de arriba a abajo y se adelantó a ubicarse entre sus piernas. Al igual que hace unas noches en su coche, ella la envolvió sus piernas alrededor de él, le estrechándolo con sus tacones. Él llevó las manos a cada lado de ella y la atrajo hacia sí a ras contra él. Podía sentir que ya había crecido con fuerza para ella. Miró su cuello, dejó caer su mirada a su pecho, y luego besó a partir detrás de la oreja y abajo por la línea de su mandíbula por lo inclinó la cabeza hacia arriba y apretó la camisa, sintiendo la contracción de los músculos de su torso. Dios, se sentía mejor cada vez que lo tocaba duro y magro. La siguió besando por su pecho, por lo que lo empujo hacia atrás, le dio una mirada de confusión y decepción marcada en la arruga de las cejas y frunció sus labios. Entonces ella sonrió, y su ceño fruncido creció en una sonrisa, también. Ella envolvió los brazos alrededor de su cintura, y se sacó el

suéter, limpio de una sola vez, arrojándolo en algún lugar muy lejos de ellos. Ropa, no iba a ser necesario. No miró hacia abajo para reconocer lo que estaba haciendo, solo movió su sujetador y correas por sus brazos, permitiendo que su parte superior se deslice hacia abajo un poco y revelar el encaje negro debajo. Estaba de nuevo entre sus piernas en menos de un segundo, y aseguraba su boca hacia su pecho. Ocupó un lado con una mano y se amasó su pecho dentro de su la boca con la otra. Con cada paso de segundo, más de su sujetador fue despojado hasta su pecho quedo fuera y al mirar a los ojos de Malik parecieron mas hambrientos por ella que nunca. Sarah no le gustaba esperar. Codiciosa, voraz, ella deslizó su mano hacia abajo entre ellos. Atrapando, succionando y agitando su pezón con su lengua, no dio cuenta de lo que ella estaba haciendo pero una vez que tomó su duro abultamiento en sus vaqueros, él se quedó quieto, y gimió en su pezón, y el aire caliente mezclada con su excitación envió una sensación tan aguda entre sus piernas que ella gimió también. —El dormitorio —murmuró él sin aliento, todavia tratando de lamer su pecho. Se inclinó a su oído, sabiendo que las persianas estaban en su mayoría cerradas, y dijo —Yo no puedo esperar tanto tiempo. Sus manos se deshicieron de su hebilla. —Yo tampoco. —Malik... —dijo sin aliento, palpitante entre sus piernas. Apenas había él se había deshecho de su cremallera cuando ella agarró sus dedos y sacó de donde ella los necesitaba. Ella estaba besado a lo largo su oreja, luego se sumergió hacia abajo y empujó la mano entre el elástico de sus calzoncillos y su piel. Se estremeció en su oído mientras acariciaba su longitud por la primera vez. —Te necesito tan mal. No puedo esperar.

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—Entonces no lo hagas. Estoy tomando la píldora. La miró a los ojos, y ella celebró su mirada. Necesitaba que él supiera que hablaba en serio. Ella lo quería, como, hace días. Estaba tan caliente para él, ella quería más, cualquier cosa, solo para recibir la liberación que ella anhelaba. Ella sabía lo que le gustaba entonces deslizó sus brazos hacia fuera de las correas de su sujetador, sacándolo y lo arrojó fuera en algún lugar muy por detrás de ella también. Tomó un balance de la situación y dio un paso atrás para quitarse los pantalones vaqueros, que ya estaban agrupados en sus pantorrillas. Se quitó sus leggings y vio su erección cuando se deslizó del elástico de sus boxers al mismo tiempo que ella deslizaba sus bragas por sus caderas y las sacaba de debajo de ella. Una vez que su ropa interior estaba fuera, ella no dejó que la besara. Ella se echó hacia atrás, arqueando la espalda hacia arriba para mantener las caderas a un mejor ángulo para él.

—Joder, Sarah, —él gimió y se inclinó, besando por su estómago para resolver, por último, entre las piernas de ella. Su lengua era cálida pero fresca contra ella. Ella estaba en llamas y adolorida. Se pasó la lengua en círculos y luego cogió de ella para lamer alrededor, que se mezcla con su propia humedad. La visión de él haciendo eso la hacía dar sacudidas, pero él la agarró de las caderas y dijo —No te muevas. Su pene erecto, colgando sin la atención, la hizo salvaje, y ella lucho para convertir sus pensamientos en palabras coherentes. —Lo necesito —ella jadeó, tronzado alrededor de su lengua—. Quiero, Malik. —Maldición. Estoy tan duro para ti. —dijo. Se sentía más húmeda al instante, y se encontró a sí misma diciendo algo que nunca pensó que lo haría. —Muéstrame que tan duro. Fóllame. Dio una palmada en el lado de su culo, y chilló. Le dolía por todos lados incluyendo entre sus piernas, y la sensación era tan grande que lo necesitaba de nuevo. —Hazlo... otra vez. Él metió un dedo en ella, y lo deslizó dentro y fuera con poco esfuerzo. Luego metió dos dedos con el mismo resultado, y antes de que Sarah preguntara si tres podría caber, sintió la punta de su pene entrar y ella gritó de placer cuando él empujó en ella por primera vez. Los ojos de Sarah rodaban, no pudo contener sus sentimientos. Era como si fueran demasiado grandes para su cuerpo, y le dolía. Necesitaba más que todo, más placer, el dolor, y el calor. Ella quería clímax más alto, más largo, más duro. Él comenzó a bombear en ella y ella arqueó la espalda de nuevo, gritando. Él daba bofetadas en el culo. Ella notó el patrón y gritó de nuevo. Él le dio una bofetada.

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Ella sintió el borde del clímax comenzar. Sarah le funcionó. Ella le dijo que era tan bueno, y él empujó con más fuerza. Ella resistió sus caderas, empujo su cuerpo con sus puños a un mejor ángulo y se metió aún más profundo. Ella dijo que todavía no era lo suficientemente profundo, así que agarró sus caderas y jugó con ella como una marioneta, tirando de ella por encima de su longitud, gimiendo mas fuerte cada vez, Sarah comenzó a apretar. Un cosquilleo había barrido profundo de su ser y del placentero estallido de dolor dentro de ella rogando por su liberación. —¿Me puedo venir? —Preguntó.

—Todavía no, justo antes que yo. Ella apretó los muslos a su alrededor con avidez, sin preocuparse porque ella no pudiera esperar. Él se dio cuenta y salió. La sensación de su longitud retirarse casi la hizo venir, pero él se había ido, y ahora ella no podía terminar. —Te dije —él inclinó la cabeza—, que todavía no —Él la miró, entre sus piernas, y su mirada viajo hasta sus ojos cuando él chasqueó la lengua, y añadió las palabras—. Chica impaciente. —Espera. —dijo ella. Él se quedó inmóvil, su erección sobresaliendo mientras ella se sentó y puso sus pies en el suelo. Ella se alejó de él y se inclinó sobre la mesa de trabajo, agarrándose del extremo más alejado. Ella se movió en una posición cómoda y luego dijo —¿Está bien? A pesar de ser sumisa, el poder construir y el hecho de temblar placer ante la idea de ser capaz de darle aún más placer. —Mierda. —Ella pensó que lo escuchó murmurar. Luego, tuvo una extraña sensación. ¿Su lengua? Lamia una línea por su pierna, hasta sus muslos internos y su clítoris. Luego, su pene estaba en ella de nuevo, y ella le hizo saber lo afectada que estaba por él. Su voz tembló y se tardó dos intentos de decir —¿Está bien así? Él gruñó más fuerte que el resto. —Más duro, Malik. Te necesito, tanto —Se bombeó más duro y más rápido hasta que ella no podía esperar, y ella gritó —Me vengo. Se sentía construir y construir hasta que gimió —Joder, yo también me vengo. Él sostuvo sus caderas con fuerza mientras ella cabalgaba. Al final de su clímax, y lo hizo crecer más cuando sus embestidas fueron más rápido.

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Ella todavía temblaba cuando finalmente se habían calmado, luego salió de ella. Cuando ella lo miró, estaba preocupada de ver como su expresión se vería. Amaba cada momento de estar juntos, pero ella no tenía la confianza para preguntarle cómo se había sentido. Ella era apenas de veintidós años y él tenía treinta y cuatro años, un ex marido, padre, y un abogado. Ella tenía un momento de duda, preguntándose si quería de ella simplemente porque era joven. Tal vez solo se perdió los días cuando él no tenía estas grandes cuestiones, en mal estado. Pero luego le tomó la mano de al lado de su pierna, y la llevó al cuarto de baño, donde pasó los próximos veinte minutos espumantes con

ella, le dio masajes en el cuello, los hombros y la espalda y la hizo venir dos veces más, y ella se dio cuenta de que estaba haciendo esto simplemente para su beneficio porque ella le daba tanto placer y eso era todo lo que él quería de la experiencia.

AHORA Malik salió del baño para que Sarah se cambiara de nuevo en su ropa. A pesar de la intimidad de Malik tocándola en el más privado de los sentidos, ella necesitaba estar sola, para tener su propio espacio después de todo. Se miró en el espejo su empapado pelo. Muerto y recto cuando estaba mojado, colgaba justo debajo de sus pechos, y ella se preguntó a qué longitud le gustaría a Malik. Agarró las puntas, por lo que tocó sus hombros. Ella parecía linda pero como de diecinueve años, así que ella soltó su cabello y lo ató de nuevo en un giro bajo por lo que el agua no gotee. Su pálida cara, sin maquillaje, la hacía ver demasiada fresca y joven, sobre todo con su pelo recogido con esmero. Sarah se estiro para tocar su reflejo en el espejo, pero se detuvo antes de hacer contacto con la pantalla. Ella apartó la mirada, esperando que su joven edad no condujera a Malik lejos. —¿Cómo te va? ¿Todo bien? Su tono cortado apartó algunas preocupaciones de Sarah. —Todo bien.

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Ella salió y entrelazó los dedos en los suyos. Ese momento los había cambiado, desbloqueado una intimidad entre ellos que sabía que nunca había dejado de lado. Fue extraño que el estar con Malik hizo su pasado claro para ella ahora. A ella le habían gustado sus relaciones anteriores. Los mejores, como Nicholas, eran increíbles, pero nunca encontró a alguien que coincidiera con ella. Alguien que coincida con la intensidad en sus ojos, o poder mirarla a la cara y ser capaz de leer lo que pensaba o sentía. Y ella, definitivamente no tenía un hombre que abrumaba sus emociones y disparó hacia arriba un interior de calor de ella, como Malik hacia, cuando él era íntimo con ella. Sarah se preguntó cuánto tiempo había estado perdida en su propio mundo, descuidando de lo que pasaba a su alrededor. Miró a su móvil. Eran justo después de las nueve. No es demasiado tarde, por suerte. Ella no quería regalar demasiadas pistas a su madre en cuanto a donde ella

había estado esta noche. Era lo suficientemente pronto para decir que ella pasó por K-mart en el camino a casa, o se encontró con un amigo para tomar un café. —¿Qué estás pensando? —dijo Malik llevando sus dedos hasta besarlos mientras que todavía se mezclaban con los suyos. El calor se extendió a través de ella cuando hizo eso. Las pequeñas cosas hacían estallar una pasión, alegría o risa en ella. Él no tenía que hacer mucho, y le preocupaba que esto se sintiera muy parecido a enamorarse de él. ¡Solo habían pasado ya cuatro días! A Sarah le tomó más de tres meses para decir esas tres palabritas a Nicholas. —Tal vez mañana, ¿cuándo es la hora más respetable en la que puedas pasar por mi casa después del trabajo? —Ella no se atrevió a mirarlo. Se sentía, en el interior, que era demasiado pronto para eso. Pero él diría que sí de todos modos para complacerla —En realidad —ella salió corriendo, después de pensar—, no te preocupes. Yo no sé por qué dije eso. Fue estúpido. Ella sacudió la cabeza, maldiciendo a sí misma, y deslizó sus dedos de Malik. Su bolsa estaba cerca del banco de la cocina por lo que se agachó para recogerla, y se aseguró de todo estuviera adentro. —Nunca me dejas responder. —Yo te puse en el lugar. En un mal lugar. —respondió ella, aclarando. —Sarah, Sarah, Sarah... —Sus pasos parecía no llegar nunca a unirse a ella en el banco de la cocina. Se sentó en un taburete bajo la parte superior de mármol y cruzo sus brazos en la superficie. —Soy un hombre adulto también me gusta pensar que, con lo que lo que tenemos, yo soy tuyo, de alguna manera pueda ser una parte de tu vida. —¿En serio?

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Se movió para mirarlo directamente. Sus codos descansaban en el banquillo, y ella se sentó con la barbilla en las palmas de las manos. Lo miró a los ojos cálidos y se pregunto cómo podían ser tan similares para todos los demás sin embargo ser tan infinitamente más que eso. Ellos tenían más capacidad para ponerla en su lugar de ensueño. Había mucho más de una historia en esos ojos. —¿No crees que es mejor hacer esto bien, verdad? Pasé por un infierno tratando de averiguar mi vida y quién era yo después de lo que me fue revelado. Yo no quiero ser la causa de que esto le ocurra a tu madre. Puedo sentir lo que está en tu interior, la bondad en ti. Yo no quiero que esto se interponga entre ustedes dos. Si quieres, yo prefiero ser honesto.

Incluso si esto no es lo ideal, no tiene sentido correr porque acabamos haciéndonos daño a nosotros mismos y a otros, para luego acabar solos. Malik se extendió sobre la mesa para tomar sus manos, y ella se enderezó, descansando sobre sus antebrazos mientras se aferraba de vuelta. Se permitió simplemente cabecear, temiendo que dijera algo equivocado, o él se retractara de lo que había dicho. —Y —dijo—, me gustaria conocer a tu madre. Tú eres importante para mí. Quiero que conozcas a Lucy un día, también. Yo quiero saber todo sobre lo que desees compartir. —Yo también. —Sarah lamio sus labios, preparándose para expresarse. Pero miró hacia abajo primero y observo la forma en que acarició sus manos, nunca se quedaron quietos apretaba y masajeaba sus dedos con los la de ella, la manejó con tanta delicadeza, y aunque era solo el principio, todas las pequeñas cosas que hizo con ella se sentía más y más justo. —Mi mamá —dijo Sarah—, ella esta tan preocupada por mí. El asunto cambió todo para nosotros. Saber que papá y Alyssa están juntos de nuevo me pone nerviosa. Yo no quiero retenerla, y ella fácilmente puede sentir lo mismo, o aleja de mí lo que ella asume que me incomoda. Y, si planeas quedarte conmigo, la verás mucho en tu futuro. —Nuestro futuro —dijo Malik—. Tú ya eres mía, ¿no? Sarah se inclinó a picotear sus labios. —Claro y tú ya eres mío, ¿no? Él le hizo un gesto a su lado con un movimiento rápido de los ojos. Ella dio la vuelta y él la colocó entre sus piernas. Ellos eran de la misma altura ahora. Él apoyó los labios en el hueco de su cuello y ella hizo lo mismo. —A decir verdad —Su voz retumbó muy por debajo de su piel, mientras pensaba todas las cosas que él estaba a punto de decir—. Me preocupa. —¿Por qué?

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Pero Sarah ya se sentía lo que quería decir. Su piel se sentía pesada, como si lo haría colapsar en su interior, y su cerebro endurecido, por lo que no podía sentir ni pensar en nada más que en el temor. Ella no sabía las palabras, pero podía sentir el conflicto de desearlo, y saber que ella debería mantenerse alejada. —Lo que tenemos parece mal. Estoy a cierta edad, padre soltero, y tu padre está saliendo con mi ex. Sarah le acarició la cara y la otra mano sostiene la parte posterior de su cabeza y la acerca a ella. Ella suspira en su contra. —Somos adultos. Y no es como que yo cumplí dieciocho años ayer. Me preocupa que no soy lo

suficientemente buena. No tienes nada de qué preocuparte cuando se trata de mis sentimientos. —Lo sé, pero se siente como que estoy tomando ventaja cuando pienso en nosotros. Porque eres tan hermosa e inteligente, y me encanta cómo comprendes y lo pura eres. Estás llena de bondad. Espero que no creas que te estoy usando ni nada. Hombre. —Malik negó con la cabeza. —Me estoy tirando a esto. Él se echó hacia atrás para mantener su cara y mirarla a los ojos. Sarah podía jurar que esa mirada le calentó su pecho, extendiéndose en todas partes. ¿Cómo podía pensar eso? Tal vez si trata de ponerse en su posición tal vez tenga algún sentido, pero ella podía decir por su tono e indecisión que no creía de verdad en el interior, lo que dijo. Ella entiende que comparten sus temores acerca de su "Imagen", pero no lo que él sentía por ellos personalmente. —Lo entiendo —Ella sonrió y asintió con la cabeza, lo que hizo que sus hombros se relajan marginalmente—. Lo hago. Pero necesitamos solo preocuparnos por nosotros. Si papá y Alyssa nunca hubieran hecho lo que hicieron, y lo que están haciendo ahora, no tendríamos que preocuparnos. ¿Por qué arruinar nuestra felicidad para la gente que no cuidaron la de nosotros? Tenía un lado de la boca torcida cuando él se apoyó su frente contra la de Sarah. Su altura y la fuerza que sentían de él eran como una bolsa de agua caliente acunada contra ella. —¿Ves? Eres muy sabia y preciosa. Todo de ti. —Entonces tienes que escucharme. Vamos a pasar a través de esto. —Trato. Se despidió y se fue a casa. Antes de que ella saliera de su coche, sacó su móvil y le envió un mensaje a su padre.

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Hubiera sido bueno saber de ti el que tú y Alyssa Fawnheart están otra vez juntos. De todas formas, te deseo suerte en tu futuro. Ella sabía que él iba a necesitarla. Su padre era indeciso, y se imaginó que Alyssa no siempre estará allí. Criar a un niño sin el pleno apoyo de un hombre tenía que ser duro. Encontrar a un chico, o el tiempo para encontrar uno que la cuide a su hijo y todo, podría ser más difícil todavía. El móvil de Sarah sonó con un nuevo mensaje antes de quedarse dormida, pero ya estaba medio dormida de todas formas y cayó más bajo todavía. Hasta que estaba completamente dormida.

11 Discusiones Traducido por Lilizita15 Corregido por Marieta16

E

AHORA

sa noche cuando salió del trabajo, Sarah fue directamente al baño después de la cena. Había pasado su quinto día de trabajo amando cada momento de estar con manuscritos y estar dentro del mundo al que ella siempre se había querido unir, pero esto era cerca de diez veces más agitado de lo que ella había anticipado. Había corregido ciento cincuenta páginas, organizó la publicación de otro libro y tuvo dos reuniones. La imagen de la ducha la hizo suspirar. Necesitaba una, planeó frotarse y enjabonarse dos veces más de lo que normalmente hacía. Quedó con Malik esta noche, y ella quería que esto fuera perfecto entre su madre, él y ella. Esto era suficientemente malo, ellos probablemente odiaban la idea de estar juntos hace unos años.

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Sarah alineó su cuerpo y lo bañó en crema, decidió vainilla. Imaginó a Malik y supo que la esencia de fresa podría haber sido una mala opción. Él no parecía como si necesitara una chica dulce y empalagosa. Después de ducharse, enrolló la toalla a su alrededor y buscó en el armario. Ella pasó de los tejanos. Si sentía frío, solo tendría que encender la calefacción. Después de sacar fuera dos atuendos y cambiar de opinión, se decidió por un vestido con patrones. Este tenía tirantes de espagueti, un escote en forma de corazón -perfecto para resaltar un pequeño busto como el de ella- y talle debajo de la cintura, el material flotaba libre desde la mitad del muslo. Sarah revisó la hora y se dio cuenta que tenía poco más de media hora hasta que él llegara. Cuando Sarah estaba aplicándose el maquillaje, vio el reflejo de su madre detrás de ella. Ella cruzó sus brazos y se apoyó en el marco de la puerta. Sarah notó su sonrisa descarada y continuó. —Muy bonito. —dijo su mamá.

—No puedo lucir fea. Sinceramente, no estoy segura cuanto recuerdas de Malik, pero estoy golpeando muy por encima de mí. Eso fue tiempo suficiente de cualquier manera, Sarah había comenzado a sudar y apenas podía estarse quieta con los nervios, ella giró el rostro para mirar a su madre. Su madre, a diferencia de ella, era la dama perfecta. Tenía perlas alrededor de su cuello, una camiseta de corte bajo con una chaqueta abotonada debajo de su busto, y una falda en línea A. Su cabello caía en ondas naturales pasando justo sobre sus hombros, el flequillo sujetado hacia atrás. ¬—Yo pienso que estás enamorada de ese chico y no puedes pensar lógicamente. Eres preciosa. Si no fueras mi hija estaría celosa de ti. Yo era demasiado… rizada cuando tenía tu edad. Y regordeta. —Él es como un maldito Dios. No hay ni una parte de él que yo me pueda quejar. —Siempre puedes criticar algo de como luce alguien Sarah. —No de él. Su madre sonrió, como si fuera una broma interna de la que Sarah no estuviera enterada. —No, tú solo no puedes ver los defectos, si esa persona es importante para ti. La mandíbula de Sarah cayó abierta, pero ella no tenía nada que decir. Masculló algunas palabras incoherentes antes de ahuyentar lejos a su madre, acabando con esa conversación. —Esto irá bien Sarah. Estrésate menos. Si él no me odia, no tendremos nada de qué preocuparnos. Yo seguro no odio al hombre; no lo conozco.

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Sarah tuvo millones y millones de contradicciones, pero recuperó la compostura. En lugar de contradecir, sonrió dulcemente hasta que su madre estuvo fuera de su vista. Una vez sola, se volvió a rociar desodorante a cada axila. Tendría que encontrar alguna manera para terminar esos 30 minutos. Ella tenía cien cosas que todavía quería hacer, pero el tiempo se alejaba. ¿Cómo demonios había pasado esto? Pensó ella. El timbre de la puerta sonó, y sus ojos se abrieron como platos. Sarah esperaba lucir bien y que hubiera ayudado a su mamá a preparar suficientes aperitivos para comer. Su madre imitó un gran respiro y exhaló, y empujó sus manos para demostrar.

Sarah lo hizo, caminó hacia la puerta y la abrió. —¡Sarah! Ese era su padre. Y Alyssa. El estómago de Sarah dio un vuelco, y se sintió tan vacía que no pudo moverse. —¿Papá? ¿Qué demonios estás haciendo aquí? —¿No está bien? —Él vio después de ella a su madre—. ¿Gina, no está bien esta noche? —¿Querías que viniéramos a las ocho o así, no? Esto no podía estar pasando. Sarah no dijo “Hola” cuando ellos caminaron adentro. Su padre solo usaba una camiseta y tejanos, y Alyssa en tacones, pantalones tan ajustados que podrían haber sido leggins, y una blusa holgada que hacía que sus hombros y delicadas clavículas lucieran de una buena forma. Sarah se movió el vestido empujándolo más sobre su busto. —Nigel… —La mamá de Sarah vio entre la pareja y entonces a ella—. —¿Por qué estás en mi casa? —¿Sarah no te lo dijo? Todos los ojos se giraron a verla. Ella no estaba lista para toda esa atención. Cruzó sus brazos sobre su pecho no sabiendo que otra cosa hacer. —¡Yo no sabía nada acerca de esto! Su padre suspiró. Apuntó al sofá como si él estuviera invitando a sus invitados a sentarse. Sarah se decidió por un sillón individual. Y su madre también se sentó.

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—Sarah me envió un mensaje anoche. Le respondí el mensaje, disculpándome porque no estaba listo para decir que Alyssa y yo estamos juntos de nuevo. Yo le dije que vendríamos mañana después de la cena para discutirlo. Sarah se pasó el día evadiendo su teléfono por causa de él y ahora hacía que ella luciera como una estúpida por no saber. Sarah había vivido lo suficiente escuchando las excusas de su padre para saber que él había estado dándole más vueltas a su basura y ella no estaba de humor hoy para eso, causando que mantuviera apagado su teléfono, quien era usualmente la fuente de su mal humor. —¡Discutir! —Su madre alzó sus manos. El padre de Sarah se enfurecía constantemente con ella hasta que ellos rompieron. Esto la hizo preguntarse cuanto su madre tenía que soportarlo por amor durante todos los años que ellos habían estado casados. —Allí no hay nada que discutir. Un simple mensaje de texto podría haber sido suficiente. Incluso

una llamada telefónica. Pero Nigel… —Ella le dio una mirada mordaz— Preferiría no saber cómo es tu vida amorosa en estos días. Va demasiado rápido para mí, no me importa cómo se mueve en absoluto. No es mi problema. Alyssa se había sentado cruzando las piernas, sonriendo inocentemente. Sarah notó una chispa en sus facciones cuando su madre terminó su discurso. Ella le dio un codazo a Nigel, y vio que lo que compartían no era bueno. El timbre de la puerta sonó entonces. Para su sorpresa, ella se había olvidado de que podría pasar si Malik entraba, viendo esto. Sarah abrió la puerta y tan pronto como ella notó la radiante sonrisa en su rostro, esta cayó y se volvió amarga. Él había visto a Nigel y Alyssa allí en el cuarto de estar justo cuando entraba por el pasillo. —Nosotros pensamos que esto era muy importante para un texto — dijo Alyssa. Ella había olvidado que Sarah se levantó para ir a la puerta. Pero a pesar de que ella había estado concentrada en rescatar su momento, Malik, aquí en su vecindario impactó a la mujer en silencio. No importaba que las palabras de Alyssa hubieran confundido a Sarah, la concentración de Sarah estaba en Malik. Seguramente su padre no había mostrado mucho interés o cuidado hasta haber encontrado una mejor vida con una variedad de mujeres. Ella entró y agarró la mano de Malik, pero allí no hubo un agarre de vuelta. Su mano era cálida, pero era como si perteneciera a un hombre en coma. Ella incluso lo apretó pero… nada. Sarah vio arriba a su rostro y quería llevarse todo su dolor. Que en sus ojos marrones estaba dibujado, a ella sus ojos le daban un sentimiento frío; no cálido y acogedor. El aspecto de su cuerpo rígido era como el de un guardaespaldas, no un invitado. Ella amaba que fuera más grande y dominante pero, en un momento como este, ella deseaba la fuerza para acurrucarlo dentro de sus brazos.

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Malik estaba mirando directamente a Alyssa solamente, claramente por la forma de sus cejas alzándose, y viendo hacia abajo a ella. —¿Por qué estás aquí? —él vio al padre de Sarah—. ¿Con él? ¿Aquí? —¿Qué estás haciendo aquí, Mal? Sarah odió haber escuchado eso. El sobre nombre del ex esposo de Alyssa le recordó que ellos tenían mucha historia juntos algo que Sarah nunca podría entender o superar, por los años que vinieran. Ella caminó al frente de Malik, estando en un ángulo hacia todos. —Esto es de locos. ¿Papá y Alyssa pueden irse por favor? Estamos ocupados aquí esta noche, llama y organicemos esto para otro momento, y

posiblemente nos reuniremos. —Sarah aclaró su garganta—. Es lo mejor para todos. -Bien, bien. —su padre dijo, agitó sus manos mientras hablaba—. Nosotros no nos quedaremos mucho. Pero esto es acerca de Alyssa y esta familia. La mamá de Sarah vio a Malik. ¿Por qué no te sientas? Así está bien. He estado sentado todo el día en la oficina, y luego manejando. Estaré de pie para estas importantes noticias. Manos vinieron alrededor de la cintura de Sarah, y ella no habría adivinado que eran de Malik si él no fuese el único de pie detrás de ella. Lo dejó recargarse como él quisiera. Estaba presionada contra su frente y su barbilla tocaba su oreja. El padre y la madre de Sarah les dieron una mirada, pero fue Alyssa quien habló. —No me digan… —un ceño fruncido creció en su expresión. Ella de pronto lució como si hubiera tragado algo repugnante, y olido algo detestable—. Bueno, bueno. No es esto simplemente perfecto. Sarah odió que no pudiese decírselo a su madre ella misma. Seguramente era obvio que ellos estaban juntos pero ellos habían organizado esto para dejarle saber apropiadamente lo que estaba sucediendo, entonces Sarah nunca podría lastimar a su madre, quien había sido entonces destruida por el asunto. Ella tendría que hacer que esto cesara cuando todos se fueran. Aunque el rostro de Malik estaba fuera de su vista, ella escuchó un toque de burla en su tono. —No nos dejen robar su centro de atención — Malik movió su mano hacia fuera, dándole a entender a Alyssa que prosiguiera—. Dinos. Alyssa sacó un gran respiro y se giró a su hombre, quien la veía de vuelta con… ¿Adoración?

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Ew, Sarah pensó. Esto hizo que la bilis subiera por su garganta. Su padre veía de esa manera a otra mujer. Su padre veía de esa manera con su madre en la habitación. Irrespetuoso. El dio un asentimiento de aprobación para decir cualquiera que fuera la noticia. El interior de Sarah se volvió pegajoso, y su mente se sentía tambaleante y perdida. Ellos podrían haberse ido por la sorpresa de Malik detrás de ella, pero Sarah sentía que hubieran sido buenas noticias independientemente. Tenían que ser. Una sonrisa apareció en el rostro de Alyssa. La mano del padre de Sarah se aferró a la de ella, la otra se movió descansando en su estómago, Sarah sabía que diría antes de que abriera la boca. —Estamos esperando un bebé.

La madre de Sarah se colocó imponente encima de la feliz pareja. — ¡FUERA! —ella dijo. Su dedo apuntaba a la puerta de enfrente. Sarah podría haber estado orgullosa de su madre teniendo un carácter, si ella no se sintiera tan culpable por haber causado todo esto. —No puedo estar alrededor suyo —Malik dijo—. Necesitas irte, Alyssa, Nigle, ambos. Alyssa colocó sus manos sobre su boca. Ella miró alrededor por apoyo. Y dejó caer sus manos. —¿Sarah? ¿No estás interesada en tu pequeño hermano o hermana? —Es tu bebé, no de mi madre. Yo apenas sé de mi padre ya, pero estas en lo cierto, biológicamente es mío. Envía los ultrasonidos y llama cuando nazca. Enviaré flores y una bonita tarjeta. La sangre de Sarah hervía. Ella sentía esto, como si esto estuviera demasiado caliente. Su piel se arrastraba gracias a las repugnantes imágenes que atravesaban girando en su cabeza, y ella decidió que no podría odiar a nadie más que a esas dos personas juntas. Ella tendría que verlos en su futuro, ahora. Ella tendría un hermano. Justo ahora necesitaba tiempo. —¡Tu familia es grosera! —Alyssa lloriqueó al padre de Sarah. Ella levanto su bolsa y rabió afuera. El papá de Sarah fue dejado en compañía de su antigua familia y Malik, pero él estaba allí, sumiso. Sarah compartió una silenciosa conversación con su madre. Sus ojos le rogaban no romperse, hasta que él se fuera, y los de la madre de Sarah decían lo mismo. —¿Chicas? Sarah sacudió su cabeza. —Vete. Eso fue muy irrespetuosos, solo soltarlo enfrente de Malik y mamá, y salir con algo de esa manera. La próxima vez por Dios aprende algunos modales.

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Él se resignó a su respuesta y se unió a Alyssa, quien había estado golpeando su pie en el umbral enfrente de la puerta, tratando de llamar su atención. Ella tenía una malvada mirada en sus ojos que Sarah no quería estar recibiendo el final de esta. Esta noche ha sido mala. Era obvio que Malik estaba atraído por Sarah y odiaba a Alyssa, pero, debajo de todo esto, viendo a su ex esposa desenterraba viejos sentimientos. ¿Qué si el comenzaba a sentirse tan herido y celoso que se enojaba? Ella seguramente siempre tendría un lugar en su corazón. El padre de Sarah tocó el codo de Alyssa y la llevó de vuelta a su coche. Ellos salieron a toda velocidad y dejaron a Malik, la madre de Sarah y Sarah en el lugar del choque de un meteorito.

ENTONCES Cuando Sarah estaba con Nicholas, él la llevaba fuera todo el tiempo. Pagaba por su entrada para la película, palomitas y bebidas, a pesar de sus quejas. Compraba su regalo para su cuarto, medio y completo año de aniversario. Nicholas podría averiguar a qué concierto Sarah quería ir, y agotaba su tiempo cuando él podía haber estado estudiando, trabajando para dar en ello tan rápido como él podía para asegurar su mejor ticket. Ellos estaban pasando el rato en su habitación un día cuando él le pregunto con cuantos chicos ella había dormido. Habían estado rodeando el tema por meses, y ahora que ella finalmente había dicho las dos enormes palabras “te amo” las cosas habían sido más fáciles, hablaban más, lucía menos maquillaje si no tenía de ponerse algo más. —¿Dirás lo tuyo? —Por supuesto nena. Ella se mordió el labio, y miró a su alrededor. No estaba avergonzada de su pasado, pero que las chicas jóvenes durmieran con chicos era un tema sensible. Los padres querían que sus hijas estuvieran lejos de eso. Las novias podían presionar o hablarte dentro de lo que tienes que estar haciendo, y unirte a las chismosas. Los chicos querían chicas lindas que lucieran como si fueran las únicas para ellos. Ellos también podía preferir una chica que supiera que hacer en esa área. Sarah no quería mentir, pero ella se imaginó por un momento cual podría ser el número ideal. Podría ser uno o dos. A los dieciocho, parecería extraña si no hubiera dormido con un chico, especialmente porque ella no era religiosa, y disfrutaba de las cosas habituales de las chicas de su edad. —Tres —ella dijo. —¡Tres! —el exclamó. —Sí tres, y tú, cuatro.

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Las mejillas de Sarah se calentaron, y ella no tenía duda de que su cara podría estar roja. Todo su cuerpo se calentó de repente, y ella vio alrededor por algo con ventilador para sí misma. —Oh, nena, lo lamento. Ellos estaban en el piso de su cuarto, y él se arrastró hacia arriba, a su lado, extendiendo su brazo para tirar de sus hombros hacia sí. —Yo solo estaba sorprendido. No luces como esa clase de chica. Sarah se concentró en las cosas que diría después de eso. Debería pensarlo. —Está bien. Esto es de cierto modo alto.

Sí, lo sé. Muy alto. Sarah recordó su plan. El idiota no tenía idea del agujero que estaba cavando para sí mismo. Realmente, Nicholas tenía mucha bondad en su corazón, ella no veía que otra persona no fuera tan inteligente o tan perfecta como él era. Ya que ella estaba descansando contra sus hombros, cerró sus ojos y cogió el control. Tomó profundas respiraciones, ocultando sus intensos sentimientos por Nicholas, como si él la hiciera sentir mejor. —No quiero gente hablando de eso acerca de ti. Yo sé que tú estás conmigo ahora y no volverás a dormir con otro chico de nuevo, pero aún deseaba saber. —¿Por qué? ella preguntó, después podría parar. Se incorporó y le hizo frente—. ¿Entonces tú podrías escoger salir conmigo porque soy sucia o vergonzosa? —¡De ninguna manera! —él extendió sus manos y ella imagino que era mejor agarrarlo—. Yo, lo pensaba en el buen sentido. Yo quiero saber cada cosa acerca de ti. Se puede decir que las zorras son las que tienen problemas con sus padres, y tú eres tan normal, yo solo no esperaba escuchar eso. Después de que Sarah se fuera esa noche, muchas cosas de su conversación la hicieron sentir inferior. Nunca le diría cada cosa acerca de ella a Nicholas. Le gustaba guardar sus pequeños secretos. Como que pensaba de las personas que decían “Lo siento” en los funerales. Esto era una oración inútil, aunque esa fuera la costumbre. Ella sonaría cruel si dijera eso en voz alta. Solo no quería revelarle todo a Nicholas. Ella encendió su televisión y dejo el ruido de fondo. Mirando a su mesita de noche donde estaba el móvil, vio un mensaje de Nicholas. “Te amo muchísimo. Espero que no estés enfadada. Te amo mucho.” Le envió de vuelta. “Buenas noches amor” y apagó su teléfono.

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Ella yacía en la penumbra, con solamente una luz que provenía de la lámpara de la calle y cruzaba entre sus cortinas. Se quedó allí, haciendo nada pero deseando saber qué hacer. ¿Estaba destinada a parecer una chica de 18 años que había dormido con cuatro chicos? ¿Significaba que ella sería alguien muy fácil? ¿Qué usaría sujetador push-up, combinados con tops de corte bajo y pantalones cortos? ¿Por qué no podría ser solamente Sarah, una chica que había estado luchando por lo que quería, con su cabello largo color café moca, ojos grises, apenas nada de maquillaje y sus vestidos a la mitad del muslo y tejanos? Ella desearía saber si otros pensaban lo mismo: que era una santurrona con doble cubierta.

Trató de dormir algo. Eran las 11:30 pm y tenía que levantarse temprano para hacer un cambio en el trabajo mañana. Se dio la vuelta y pasó todas las fotos de su teléfono mientras pensaba. Cepilló su cabello con sus dedos hasta que estaba liso y suave como la seda. Sarah siempre trataba intercambiando posiciones y colocando una almohada entre sus rodillas -eso usualmente funcionaba. Su mente estaba encendida y despierta, decidió intentar tomando una taza de té de manzanilla, y dejar que el agua caliente y el aroma la arrullaran para descansar. Mientras veía la tetera, recordó algo más que Nicholas había dicho: —Se puede decir que las zorras son las que tienen problemas con sus padres, y tú eres tan normal, yo solo no esperaba escuchar eso. Ella quería llorar entonces. A Nicholas le importaba; él la conocía. Pero quizás no lo hacía. Solo porque Sarah no lloraba o gimoteaba por eso no significaba que no le importaba. Sarah quería ver a su padre más de una vez a cada dos semanas. Quería a papá de vuelta, quien podía arreglar su ordenador cuando estaba fallando. Quería un padre que la molestara por lo rara que se veía en la foto de cuando comenzó la escuela, solo entonces ella podría saber cuan malditamente bien se sentía que su padre se preocupara lo suficiente por ella para recordar una foto de cuando era una pequeña niña. Pero a Sarah no podía importarle. Si le importaba la lastimaría y su padre podría caminar directo a ella, siempre cuando sus lágrimas hicieran que su visión se nublara y ella tuvo que tragar fuertemente para mantener su respiración bajo control. Ni siquiera los ojos vidriosos le hacían levantar la vista del trabajo que había traído a casa, o de su novia-del-momento al teléfono. El padre de Sarah estaba tan malditamente ocupado, incluso para recordar la extraña foto que ella tenía de cuando empezó por primera vez la escuela, y como la tetera hizo clic ella tuvo que caminar fuera de esto y dejar sus pensamientos atrás, sabía cuan malditamente triste era esto.

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Tal vez tenía problemas con sus padres. Al menos podría decir que no lloró ni una sola lágrima por el hombre que tenía que amarla y protegerla. Y no lo hizo.

AHORA Ellos estaban de pie inmóviles como Sarah, y cuando escucharon el coche arrancar, el alivio se derramó a través de ella. Ahora no era el momento adecuado de ir con él. Sarah solo quería estrangular a Alyssa cuando ella se entrometió, y ella no quería hacerle eso a una mujer embarazada, sin importar quien fuera.

Cuando miró a su alrededor, notó el más hermoso detalle. Su madre había caminado fuera con un pequeño platillo de cristal de galletas. Este fue dejado atrás en el gabinete de la pared, al lado de una jarra de té helado. Ella había preparado una pequeña y hermosa combinación para ellos tres, y ella aún no había sacado los vasos. Sarah se sintió ridícula estando toda envuelta en su vestido. Esto era inútil, y la hacía sentir en el centro de atención, cuando todo lo que ella quería era ser invisible. —Malik, —ella dijo—, lo lamento tanto. Estaba tan cansada anoche cuando vine a casa. Incluso no le hice caso a mi teléfono. El trabajo fue frenético y no quería escuchar nada que él tuviera que decir, y entonces… —Oye, no te preocupes. El sacudió su cabeza, mirando hacia abajo, entonces ella no podía decir a qué forma se refería. ¿Podría ser que ella no se preocupara porque esto no era su culpa o que no se preocupara porque ella no había sido cuidadosa y no había nada que ella pudiera hacer para cambiar esa confrontación? La madre de Sarah caminó pasándolos para agarrar las galletas y la jarra, y fue a la cocina para volver con tres vasos. Se inclinó, para esparcir las galletas así serían más fáciles de agarrar, y finalmente giro los vasos directo al frente de Malik, de ella misma y Sarah —¿Quieren un poco? Malik río entre dientes —No—. El colapsó en el sillón y descansó su cabeza contra la parte de atrás. —No estoy tan hambriento o sediento. —Esto te calmará Ella echó un poco de té helado a Sarah y Malik luego se sentó—. No tienes que tomártelo, sin embargo.

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—Gracias —dijeron Sarah y Malik simultáneamente. Malik se sentó erguido, y ellos finalmente se vieron el uno al otro al mismo tiempo. Esto los sobresaltó. Sarah descruzó las piernas y las volvió a cruzar en otra forma, a pesar de que aun así se sentía incomoda. Quería dejarle saber de alguna manera con mirada dulce de que ella entendía, pero realmente, no lo hacía y estaba perdida en que tenía que hacer así que tuvo que apartar la mirada. Ella terminó tomando un sorbo de su té helado, a pesar de no estar interesada en esto. Este era el momento de hacer algo, y estaba contenta de que su madre tuviera una intuición previa. —¿Cómo estás Malik? —su madre preguntó. El agitó su cabeza de nuevo. El corazón de Sarah dolió por él. Ella quería hacer que todo estuviera bien. El pobre chico solo no tenía idea de que hacer, los segundos pasaban y él aún permanecía en ese estupor sorprendido.

—No estaba listo para esto. Cuando nosotros cambiamos a Lucy, usualmente esperamos en nuestros autos, y ella corre a nosotros en la entrada de coches. No había tenido que verla por meses y el entendimiento… eso costó trabajo, ¿sabes? —Yo realmente, realmente lo lamento chicos —Sarah dijo de nuevo. No puedo creer que todo esto sucediera y, maldición, yo podría haber visto sus mensajes. —No te culpes a ti misma. Está bien. Ellos tendrán un bebé. No es nuestro problema. Ellos pueden ir y tener una vida feliz por algunos segundos, y cuando ellos quieran salir, aprenderán de la forma difícil. —Disculpa mi lenguaje Gina, pero ese hijo de puta siempre pensó con su pene. Estoy muy contento de que esté fuera de la vida de su hija, y estoy muy asustado de la influencia de mierda que haya dejado en mí. Ellos rieron a carcajadas, y por primera vez desde que los habían dejado solos, el cuarto se sintió más grande y confortable, y la risa de Sarah hizo eco fuertemente como si ella fuera a desfallecer y dejarse libre por sí misma. Malik sonrió y miró hacia el lugar vacío junto a él, y luego de nuevo a ella, y alzó las cejas. Ella tomó el lugar justo cuando su madre tomo un sorbo de su vaso para calmar su respiración. —¿Entonces, ustedes dos…? —dijo su madre con una expresión de duda. Sarah vio a Malik y sonrió de alegría. Ella debería lucir normal alrededor de él cuando alguien decía que eran pareja, pero la idea hacía que flotaran mariposas en su interior. Descansó su mano en su muslo, y lentamente, el deslizó sus dedos colocándolos a través de los de ella. Sí, no pudimos evitarlo. —Sarah guiñó a su madre. —Entonces, ahí es a donde fuiste anoche.

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Sarah se sonrojó y miro a otra parte, mordiendo su labio. Tenía límites. Ella amaba hablar acerca de su nuevo novio o cómo fue su cita, pero hablar de sexo era pasar un límite. Especialmente tenía que cambiar la dirección en la que el tema se estaba dirigiendo, dada la historia de los tres en la habitación. —Gina, yo tengo las mejores intenciones con tu hija. Yo sé que soy mayor y ella aún es joven, pero ella es increíblemente madura, y realmente me gusta. Te prometo que esto no es una aventura. Si ella me tiene, yo planeo cuidarla siempre que me quiera. Sarah sabía que un discurso como ese podría conquistar a su madre, pero en su lugar sostuvo su dedo y lo agitó hacia ambos. —¡Dime —o no— como se conocieron! Esto ha estado volviéndome loca. —Ella estaba revisándome en la estación de tren.

Sarah tiró su mano fuera de la de él y palmeo su hombro. —¡Malik! No, el solo estaba allí, y entonces empezamos a hablar. Era tan tosco; incluso no me dijo su nombre hasta horas después de habernos conocido. —No, yo te observé —Él estaba mirándola profundamente a los ojos, y ella no podía ver nada más que a él—. Tú no podías parar de verme. Y pretendías no estarlo haciendo pero lo hacías. No puedes engañarme. —Él se golpeó ligeramente la frente. —¡Grr, no! —Sarah se giró para probarle el punto a su madre, pero había caminado lejos con la jarra y su vaso. Ella se volvería a defender más tarde. Cruzando sus brazos apretadamente dijo— Me estaba preguntado porque lucías tan misterioso. Eso es todo. Malik agitó su cabeza y se apoyó en ella para besar suavemente sus labios, pero lo profundizó más, y se volvió un beso más sensual, sus labios ardientes moviéndose juntos. Ella separó sus labios e imagino cómo sería hacer eso con su lengua sobre todo el cuerpo de él, hasta que el pensamiento de su madre sorprendiéndolos fue suficiente para dar un tirón hacia atrás. Ella no estaba cerca, pensó y no podría escuchar sus pasos. —Un momento, —Sarah dijo. Se puso de pie y caminó fuera de la sala. El vaso de su madre estaba en el lado sucio del fregadero. Perpleja ella revisó el frigorífico y vio el té helado dentro de este. Después de cerrar la puerta, Sarah entornó sus ojos, como si esto pudiera ayudar a forzar sus oídos para escuchar algún ruido. Escuchó pasos en el piso de arriba, y deseaba saber porque su madre los había dejado solos. Entonces de nuevo, necesitaba tiempo para hablar acerca de cómo se sentía acerca de su padre, y Alyssa y el nuevo bebé. Sarah pensó, GRACIAS MAMÁ, y volvió para ver a Malik que esperaba por ella. —Vamos a mi cuarto. Sus ojos se abrieron, inmediatamente cayendo a sus senos, resaltados por su apretado escote de corazón. —No para eso —Ella sostuvo su mano para llevárselo—. Que mente tan sucia. —murmuró.

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Él besó un lado de su cuello y fueron al piso superior.

AHORA Una vez que Sarah cerró su puerta, tomó el frente de su camisa y lo atrajo, pero él la detuvo.

—Vamos —ella se quejó—, no sexo no significa no besos. El acunó su rostro con sus palmas, y sonrío, recorriendo su rostro con la mirada. —¿Te importa en absoluto? Yo tengo equipaje. Muchísimo y tú no tienes que lidiar con eso. Ella esperó para ver si estaba bromeando pero la honestidad que vio en su expresión le probó que no lo estaba. Sarah lo empujó a la cama. Él se sentó contra la cabecera, las rodillas flexionadas. Ella cruzó sus piernas y ajustó su cuerpo en medio del de él. —Te quiero estúpido. En todo caso es reconfortante saber que éramos familiares antes de conocernos el uno al otro. Y sé que suena raro, pero es como si pudiera ayudarnos el uno al otro. Debe ser muy difícil para ti creer en una chica, pero yo sé exactamente a través de que estas pasando y me importa mucho acerca de ti antes que de cualquier otro chico. Quiero ayudarte, cuidarte y mostrarte cuan malditamente sexy eres aún. Darte lo que perdiste, hacer que una parte de tu vida sea mejor. Él agarró las manos de Sarah y las sostuvo uniéndolas entre sus pies cruzados y sus piernas. —¿Me juras que tienes veintidós, cierto? Ella sonrió —¿Por qué? —Yo era un jodido rompecorazones a tu edad. Una amenaza, un bebedor, un fiestero. No tenía ni idea acerca de cómo era el mundo real hasta que comencé a recibir mis actos a los 25, cuando conocí a Alyssa. Sarah se mantuvo sonriendo mientras él hablaba, pero al momento que el mencionó su nombre, todo lo que ella podía pensar era acerca de cuanto él había pasado con Alyssa por unos cuantos años, y Sarah solo tenía unos cuantos días de conocerlo. —¿Tengo suerte de conocerte ahora y no entonces, eh?

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El guiñó y llegó por detrás de ella para arrastrarla por el trasero y presionarla contra él. Sarah movió sus pies y sintió la cabeza presionada a sus pelotas. Esto la hizo querer moverse un poco más para conseguir una reacción de él, pero ella realmente quería estar sostenida, entonces paró después de saber que lo que estaba dando a entender. —Me gusta que seas más grande, tú sabes. Es una conexión para mí. Y no es porque valgas más que yo, o porque tengas tu propia casa. Yo quiero algo real y todos los demás… ellos solamente no son reales. Ellos están obsesionados por cosas superficiales. Supongo que yo solía ser así, pero entonces te conocí y todo se sintió mucho más profundo. Y esto es increíble, tú eres increíble. Esto es tan jodidamente caliente que… que tú quieras estar conmigo, pero que también me quieras para siempre. —Acerca de eso. —él dijo, apoyando un beso en su el lugar favorito de ese lado de su garganta.

Ella solo pudo asentir, rápido y tímidamente. —¿No estás asustada por eso o sí? —Estaría asustada si tu quisieras que esto fuera por un tiempo o una cosa temporal. —Por supuesto que no —él dijo—. Yo nunca me quedaría por diversión, tener una aventura y entonces dejarte. —¡Caramba, que elogio! El sostuvo su dedo enfrente de sus labios. —Calla. Silenciada, ella solo lo podía ver. Su rostro era delicioso, y amaba ver sus pequeños rasgos, como cuanto podía su nariz temblar cuando reía. Esa línea de su mandíbula. El hombre tenía una línea de mandíbula como las estrellas. Cuadrada y rígida, vio sus músculos flexionarse cuando el tragó. Ella se arrodilló, y bajó las rodillas de él nivelándolas contra su cama. Los movimientos de él eran nerviosos, y dobló las piernas en el último segundo en caso de haber asumido algo equivocado. Sarah sostuvo abajo sus palmas en cada uno de sus muslos y se colocó a horcajadas sobre él. Esto era perfecto, incluso aunque la ropa de ambos los separaba. Ella quería que el supiera que ella quería ser parte de su vida emocional, física y sexual. Ella quería ser su otra mitad en todos los sentidos. El envolvió sus brazos alrededor de su espalda, y hundió su cabeza dentro del hueco de sus clavículas. Sus dedos acariciaron sus lados, y los de ella hicieron una figura cruzando el cuello de él, y las yemas de sus dedos masajearon hacia arriba en su cuero cabelludo. Ella descansó su cabeza contra la de él desde su más alta posición ventajosa.

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Asustada de que él se aburriera o quisiera moverse, ella continuó masajeando su cabeza con sus dedos, y mantuvo su cuerpo presionado contra el de él, muy pegado. Menos de un minuto dentro de su abrazo, y ella sintió un endurecimiento debajo de sus piernas, pero, de otra manera, Malik no reaccionó. Esa era una reacción física masculina a su proximidad. Oculto de la vista de él, sus ojos chispearon con una emoción construyéndose que la hizo sonreír, sabiendo que el solo quería sostenerla, como ella lo hacía con él. Su vestido se desplegó sobre ellos. Completamente vestidos, esto era tan íntimo, sus actos ocultos, un secreto solo en sus corazones. —No te vayas. —ella susurró cuando él la acarició. —No planeaba hacerlo. —él dijo, y Sarah se permitió descansar con él. Sarah estaba entre despierta y dormida. Sus parpados estaban en su mayoría cerrados, aparte de cuando ella los abrió a medias

nerviosamente para ver alrededor de la habitación. Miró abajo a las manos de él rodeando su cintura, sosteniéndola como ella lo sostenía. Ella estaba tan lista en tantas formas. Físicamente sus cuerpos tenían un conocimiento inadvertido de cómo moverse juntos; emocionalmente él la escuchaba, y le permitía sentirse comprendida, no la juzgaba por el pasado, y como ella quería fundirse con él y hacer sus mundos uno; y sexualmente, encendió en ella una pasión tan feroz que rompió las paredes y mejoro sus sentimientos hacia el fuera de su placer sexual. Ella acarició su mano, volviendo a entrelazar sus dedos a través de los de él, y a cada momento, esto iba mejorando; la textura de él más áspera que la suya. —¿Jugando conmigo, nena? —Tienes manos para complacer a esta chica —Sarah respondió. —Podrías haberlo dicho antes. Sarah solo tuvo una fracción de segundo para preguntarse lo que esto significaba cuando su estómago comenzó a apretarse, anticipando algo. Entonces él la arrastro sobre él, agarrando su cintura. Se giró sobre su espalda y la volteó sobre el tan rápido que ella tuvo que parpadear para enfocarlo. El chico descarado tenía una sonrisa de un solo lado, complacido con el mismo. Ella recorrió con la mirada su pecho marcado, su camisa aferrándose a su torso contorneado, y abajo, más abajo donde ella estaba sobre él y sus caderas se conectaban. Ella se inclinó hacia abajo y él se río aliviado, para el momento en que sus labios tocaron los de él, sus manos volaron hacia arriba por sus lados y acunaron su cara. El abrió su boca y deslizó su lengua dentro de la de ella, explorando alrededor y presionando sus labios apretadamente girando con los de ella tan profundamente como ella masajeaba los suyos. Ellos retrocedieron después de algún tiempo, jadeando, y Sarah sabía por el calor en su cuerpo y mejillas que ella estaba tan sonrojada como él estaba. Ellos estaban cara a cara. La cabeza de Sarah descansaba en su almohada, su mano escondida debajo, y Malik descansaba sus codos en las sabanas, dejando su oreja sobre su palma y viéndola. —¿Qué? —él dijo.

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—¿Qué? —¿Estás jugando verdad? Ella río. No, no lo hacía. Ella solo amaba tener su atención. Malik podía actuar como un chico o como un hombre y ella amaba sacar cualquiera de los dos, su lado dominante o su lado juguetón cada vez que pudiera. —¿Preguntas?

Su sonrisa se suavizo, y sus labios ahora caían a cada lado. Incluso sus ojos habían cambiado, ellos vibraban un con una intensa curiosidad —Sí. —¿Podrías estar avergonzado de mi pasado? —No —él dijo, entonces agrego—, solo si hiciste lo que ella hizo. —Nada como eso. —Sarah vio hacia abajo al espacio entre ellos. ¿Por qué no podía ponerse ella misma en ese lugar? Preguntándole si sus parejas sexuales le molestaban o si lucían como una progresión natural en sus relaciones, pero escupiendo las palabras se sentía similar a una pulidora de dientes. Ella solo levanto su cabeza del respaldo cuando la voz de él le ordeno que lo escuchara. —Sarah… —Entonces, me refería a mi número. ¿Podría importarte el número de chicos con los que he dormido? —¿Te importa a ti? Sarah se calló. Ella casi le decía que por supuesto que no les importaba. Esto no era algo de lo que se pusiera celosa. Él se lanzó, guardándola de sus torturados pensamientos más tiempo, pensó. —Esto es lo que quiero saber. ¿Tú estás avergonzada? Luces aturdida, en realidad. No arrepentida o avergonzada de lo que has hecho. Él se apretó más cerca de ella y descansó su cara en la almohada, entonces ellos tenían el peso equilibrado. —Entonces dime, ¿Por qué podrías sentir algo diferente? —Tienes demasiada sabiduría acerca de esto para ser un chico. ¿Podrías no estar salvajemente interesado? ¿Esperando saber cada pequeño detalle, o tan celoso para no saber nada de todo?

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—Relájate, yo estoy contigo. No con tu pasado. Yo tengo todo esto, y te tengo justo ahora. ¿Por qué podría estar celoso de algo contra lo que no puedo competir? Ella se encogió de hombros. Sabía que esto lucía estúpido, pero Malik tenía el poder aquí. Bien podría estar callada, de cualquier forma, y escuchar los extraños juicios que él tenía. Seguramente un hombre con un rostro y un cuerpo como los de él -con el poder de usar sus manos, y su lengua como él podía- no tenía tantos conocimientos acerca de cómo funcionaban las cosas. —No quiero ser como esas —Sarah dijo—. Soy curiosa. Me gusta saber cosas. —Lo sé.

Malik cruzó el vacío entre ellos y pasó la mano por su seno, causando algo en ella, inyectando calor entre sus piernas. Ella enredó sus piernas con las de él. —Y —él dijo—, sería estúpido causar problemas por celos. Por la expresión de tu rostro cuando estás conmigo, yo sé que me correspondes mis sentimientos. —Allí vas de nuevo, un lector de mentes. —Por curiosidad… —Eres mi octavo. Seis no fueron serios. Uno era mi novio. —Bueno, no esperaba detalles. Um —él mordió su labio, sus ojos afligidos como si pensara—. No lo sé. Está en el nivel de he-perdido-lacuenta. —Entonces allí es cuando aprendes como vaciar mi mente. La práctica hace la perfección. —Suena como si estuvieras diciendo que soy perfecto Puso rígido su labio inferior y asintió—. Puedo vivir con eso. Sarah río, como sus ojos se cerraron y se giró con un ataque de risa, el presionó la extensión de sus cuerpos juntos. —Cualquier chico quien se arrepienta de tu historial sexual podría ser un estúpido. Si tuviste que desperdiciar malos besos con otros chicos, estoy feliz de tener estos. —¡Uau! —Exclamó Sarah en un tono sarcástico.

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—La práctica hace la perfección, nena —el susurró en su oído—. Yo adoro todo de ti.

12 Alerta Traducido por Mary_ann Corregido por Lu_Rodriguez

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AHORA

arah tuvo la semana libre para ella. No trabajó, y no tenía nada más que estudiar. Había sido solo ayer en la tarde que su papá y Alyssa vinieron. Malik había estado pasando un montón de tiempo con ella, así que no estuvo sorprendida cuando él le mando un texto para decirle que estaría trabajando hasta tarde. Ella dijo que estaba bien. No quería cansarlo o hacer que él se aburriera de ella, no importaba lo que ella dijera. Su relación se sentía como si estuviera en una nube de ensueño. De manera permanente. Entre más largo pudiera extender eso, mejor. —¡Adiós, Sez! —llamó su madre desde abajo. Sarah corrió escaleras abajo a la puerta delantera. Su madre usaba una blusa semitransparente con una camiseta debajo, una falda corte lápiz y tacones. Tenía un cardigán cubriendo su brazo y en su mano su bolso. Ni siquiera pensó que ella estaba casi en sus 50, tenía un buen cuerpo para su edad, y se veía sexy, incluso para su hija. —¿Vas a una cita? —No sé cómo termine con una hija tan dramática. Sarah se acercó más, con la mano en el pomo de la puerta notó el aire de la noche campante. Su madre se estremeció.

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Sarah estuvo cerca de abrir su boca, pero el teléfono de la casa sonó, y ella a regañadientes tuvo que dejar a su madre salir.

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—Son solo unos tragos con una compañera.

—Chica Sez —dijo su padre—. Quería probar el teléfono de casa en caso de que olvidaras mí texto o lo que sea. ¿Como estas?

—¿Hola?

—Revise mí teléfono —Ella cerró sus ojos, y maldijo en silencio por sonar enojada. Control, pensó—. Pero sí, estoy bien. ¿Y tú? —Estoy bien, pero no estoy seguro de si tú y yo lo estamos. No sé cómo seguir de largo. Pensé que estaba bien venir, y entonces todo se perdió entre nosotros. Alyssa estaba agitada. Yo sé que no es lo ideal, pero mejor tener las cosas resueltas, ¿no? De lo contrario todavía estaría con otra compañera. —Tú nunca te propusiste ¿Cómo podía su padre no verlo?

estar con ella. —dijo Sarah aclarando.

—Lo sé, y nosotros solo tenemos una cosa caliente, eso es todo. Ella es una espectacular mujer. La cual me lleva al por qué llamo. Sarah había pensado que él llamo para decirle que vendría otra vez esta noche. Eso era suficientemente malo. Sarah sola en casa. ¿Dos contra uno? Ella lo prefería de ese modo, así ella no tendría que poner a su madre y a Malik en eso de nuevo, pero si realmente tuviese una opción, deseó poder hacer que los dos se marchasen y deshacer lo de llevarlos a una vida dentro de su desordenado mundo. Odió pensar de esa manera. Es un inocente bebé que se merecía lo mejor, más de lo que obtendría. —¿Si? —Pensé que sería una buena idea para Alyssa ir. Solo una conversación de mujeres. Dejando fuera el hombre. Eso podría ser bueno, menos aturdimiento. —Está bien —Sarah replicó. Un minuto atrás ella podría haber dicho el usual no, y empujado atrás los esfuerzos de su papá teniendo un desacuerdo y luego colgaría sintiéndose amarga. Pero el pequeño bebé estaba creciendo, y vendría al mundo. Sería su medio hermano, una conexión que siempre había soñado. Ella quería ayudar siendo responsable, ser una buena hermana, un soporte cuando él o ella necesitaran a alguien. Eso no hacía que Sarah odiara menos a Alyssa, pero tendría que intentar. —Le hare saber que puede volver cualquier otro día, ¿si eso está bien para Gina?

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—Mamá esta fuera. Dile que yo dije que está bien que venga esta noche. ***

AHORA Esta vez, Alyssa parecía relajada cuando vino a visitar a Sarah. Su cabello estaba colgando en una coleta baja. Tenía Jeans sueltos y un

suéter de escote redondo. Sarah le hizo un gesto para que pasara, y extrañamente, ella escogió el mismo asiento que el día anterior, así que Sarah también se sentó en el mismo lugar. Espero que esto no acabe igual. Silencio llenaba el espacio entre ellas, y el denso aire llenaba la habitación. Los ojos de Sarah se fijaron en el vientre de Alyssa, pero no había nada ahí. Ella tenía el abdomen plano. —¿Cuánto tiempo tú y mi padre han estado esta vez? —Pensó haber visto una pequeña arruga pasar en la expresión de Alyssa al final de su boca, pero quizás se lo había imaginado. —Solo dos meses. Sarah sonrió a modo de respuesta mientras hacía los cálculos en su cabeza. Uno normalmente no anunciaría un bebé a todo el mundo hasta que estuvieras con 12 semanas. Aun así, si ellos solo habían estado juntos recientemente, ella tendría que tener un par de semanas solamente, significando que ella quedo embarazada de inmediato. Eso le golpeó, qué habría pasado, Sarah dejó caer su cabeza y se frotó la frente con la palma de la mano. Estaba claro cuando ella miro a Alyssa que sabía que estaba pensando. —No nos vamos a mentir, pero Nigel me dijo que te dijera si lo averiguabas. —Ustedes chicos… —Sarah miro lejos, manteniendo sus emociones en su pecho para concentrarse en un florero al final de la mesa al lado de ella. —Sabemos que empezamos mal, y no quiero innecesariamente ocultarte información. Pero estamos juntos, y tendremos un bebé, eso es suficiente. —¿Estabas borracha cuando eso pasó? —Alyssa expulsó un gran respiro. —Realmente quieres oírlo.

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—Primero, ya que vale la pena, lo siento. Malik y yo tuvimos un bebé y ella está creciendo. No tenía vida. Estaba en un lugar de mierda. No intenté cogerlo. Nosotros solo pasamos de tener unos tragos en el mismo lugar cuando finalmente empecé a salir, y formamos un vínculo. Él es un gran hombre.

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—Por supuesto. Odio las mentiras más de lo que odio escuchar acerca de tus asuntos y posteriormente rupturas-reconciliaciones.

Y ella se lo robo. Para Sarah, toda la otra mierda todavía no le hacía bien, ni siquiera todos estos años después. ¿Porqué ser honesto apestaba? Seguramente Alyssa podría ver que ella robó este “extraordinario” esposo

de una extraordinaria, hermosa y cuidadosa esposa. Todo el mundo tiene mierda, pero eso no le da derecho de arrancar de raíz, la vida de todo el mundo para hacer la de ella mejor. Respira. Sarah empujó eso a un lado, también, toma dos personas para hacer una aventura. Su papá era tan culpable. Él pudo detenerlo. Su elección fue seguir adelante de todos modos. Sarah asintió, y Alyssa continúo. —Malik… siempre me sentiré mal por lo que le hice. El tenía un corazón para mí, tan grande y bondadoso. Y él es maravilloso. Y fiel. Sé lo que perdí. Sarah empezó a sentirse sudorosa. Se puso de pie y le preguntó a Alyssa si quería una bebida, ella dijo que sí, su boca estaba seca. Regresando de la cocina, Sarah trajo dos vasos de agua. Observó a Alyssa coger su vaso y tomar el agua en tres grandes tragos. Viendo, pensando. Sarah estaba molesta más por el hecho de que Alyssa usara el tiempo presente para describir a Malik. Él debió haber sido maravilloso con ella, no actualmente maravilloso. Su corazón golpeó ruidosamente, y decidió beber su agua también. El agua estaba fresca, fría e hizo por lo menos un alivio. El tono de Alyssa era monótono. —¿Pero este bebé? Tu padre y yo te queremos ahí. Tú puedes ser parte de cada etapa si quieres. Y —Alyssa puso sus manos en su regazo, sentándose más derecha—, Malik es bienvenido, también. Sabemos que ustedes dos son pareja, y tan duro como eso debe ser para él, él es parte de tu vida, y este bebé estará en la tuya. —Alyssa tocó su vientre al final de su discurso. —Gracias—dijo Sarah, y agregó—, por venir. —¿Estás bien con todo esto? Sarah tomó un respiro.

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—Mira, fuera de la relación, pareces agradable. Dejando de lado lo que le hiciste a mi familia y a mi novio, pareces agradable. Alyssa la miró como si quisiera decir “pero”, sin embargo inteligentemente mantuvo su boca cerrada. Ninguna de las dos necesitaba una explicación de más, porque esta noche era sobre actuar cordial y maduramente. Sarah podía hacer eso, incluso si quería herir a esta mujer por la mayoría de sus pecados. Ver a su novio desnudo. Agradarle a él. Lastimarlo así, aun cuando él le había dado su corazón para que lo cuidara. —Ustedes dos cuando… —Alyssa nunca termino la frase, más bien movió sus dedos juntos, significando la simbolización de estar juntos. —Recientemente.

No había manera de que Sarah le diera a Alyssa el privilegio de conocer exactamente cuándo. Ella no merecía saber cualquier información como esa. Fue suficientemente torpe y molesto que ella hubiese sido tan cercana como lo era de Malik. Sarah quería mantenerlos lejos, muy lejos, por el tiempo que él fuera su hombre. —Él es un gran chico —dijo Alyssa—. Eres afortunada de tenerlo. —Él es un hombre increíble. Soy afortunada por tenerlo. La sonrisa de Alyssa fue tirante. Sus labios estaban presionados juntos tan fuerte; formando una delgada línea, e incluso desde la mesa de café donde Sarah estaba sentada, parecía como que tenia líneas marcando su frente. Sarah hizo una nota para mantener un ojo en su novio cuando se trataba de Alyssa. Esta mujer no era digna de confianza y Malik lo sabía, la odiaba, pero tendría que ser extra vigilante. Una ex esposa, embarazada con un bebé de otro hombre, no debería parecer celosa. Sarah le dijo a Alyssa que apreció que viniera, y que fue lindo limpiar el aire. Tan pronto como Alyssa se fue, Sarah descansó contra la puerta central y se sintió más enrollada que antes. Decidió que era viernes por la noche por lo que bebería una copa de vino. O dos. ***

LUEGO Cuando Sarah tenía dieciséis años y sus padres se separaron, ella aun tenía que ver a su papá, incluso cuando se fue con Alyssa. Su madre prometió que si ella iba y se quedaba por los próximos dos días, ella le haría a Sarah su lonchera, le prepararía todos los platos y por un día su madre rentaría una película y compraría el pastel que Sarah escogiera.

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Funcionó en su mayoría. Con sólo ellos dos, ellos hicieron los deberes de la casa por igual, haciendo absolutamente nada, como la mayoría de sus amigos hacían. Lo cual era una delicia que no dejó pasar. Pero estuvo con su papá cinco semanas y fue bueno. No pudo soportarlo más tiempo. Esta vez, escaparía y nadie podría darse cuenta. Sarah había pensado esto los días anteriores. Ella actuaría de mierda, cosa que no era difícil y entonces se iba temprano a la cama, pero no demasiado temprano. Ella se quedaba hasta que su papá la chequeara. Una vez que él lo hacía, estaba segura que no podría ser atrapada. Era un plan infalible. Después de eso, él se iba a tener sexo con la puta, Alyssa. O cualquiera. Las dos últimas semanas que ella se quedó, les había demostrado lo que eran propensos a hacer el uno con el otro en vez de superarse unos a otros.

Pero esta noche, Sarah se esforzó para actuar de mierda gracias a Alyssa actuando tan agradable. Una pulgada de una sonrisa, o una verdadera carcajada sincera cualquier cosa que pareciera amigable, su papá trató de involucrarla en algo: tv, un juego, o ayudarlo en su garaje. Alyssa era el problema. Ella no peleaba. Ni una vez, Sarah quería gritarle porque era demasiado amable. Pero no debía. ¿Acaso la Alyssa agradable no era más soportable que la Alyssa perra? La cena fue exquisita. El puré de papas… Sarah apenas recordó no gemir de placer ya que era ultra cremoso, con la cantidad de sal necesaria, y el toque correcto de mantequilla y hierbas para no resistirse. La carne de res no tenía grasa o “jalea” como Sarah lo llamaba. Ella no pudo, rebanarla y luego se quejarse porque era demasiado dura para comer y irse a su cuarto, porque estaba sabrosa y jugosa, solo lo suficientemente tierno. Alyssa incluso trajo vino a la mesa aunque ni ella ni Sarah tomaron alguna, su papá seguro lo disfrutó mucho, ya que al final de la cena estaba hablando más de lo normal, luego se fue a ver Tv y no la dejó, incluso después de que Sarah había pasado mucho tiempo en Facebook hasta que estuvo aburrida, lo cual rara vez ocurría. Tuvo que navegar por Youtube. Mirando fotos de celebridades sin camisa. Finalmente, Sarah le dijo a Alyssa que la disculpara pero que sus ojos estaban adoloridos por pasar tanto tiempo en la computadora. Se fue a decirle a su papá también, pero la cabeza de esté colgaba sobre el borde del sofá, y sonoros gruñidos estaban atrapados en su garganta, hasta que comenzó a roncar en voz alta. ¡Perfecto!

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Sarah se tumbó en la cama por solo 45 minutos esa noche. Bueno, sus amigas estarían tan excitadas y chillando por poder tener una hora y media extra con ella. A las 9:15 pm, Sarah estaba lista para escapar. Su dormitorio y el de su papá eran fáciles para escapar estaban a ras del suelo, y ella solo tenía que caminar por el lado de la casa, abrir y cerrar la puerta y estaría fuera. Sarah estaba cerrando la puerta a solo metros de la acera -de su libertad- cuando escuchó un ruido. Conmoción pasó a través de su cuerpo, dejándola inmóvil, hasta que el aguijón de adrenalina se calmó y pudo pensar sin sentir como que su mente tenía una enorme presión. Los segundos pasaron, y entonces el sonido fue lo suficientemente claro. Era un carro parado fuera de su casa. No escuchó la aceleración, pero el motor rugió, como el rugido del motor del novio de dieciocho años de una de las chicas de su grupo. Él era el único que tenía una edad legal para manejar, entonces ella hizo un esfuerzo por ser amable, esperando obtener un paseo. El siempre alardeaba de cómo su carro estaba modificado. Su escape era más alto que el estándar además había hecho ajustes en el interior del capo para mejorar su desempeño.

El sonido de ese carro era diferente, no como un Honda Civic, pero si como un Ford Falcon V8 que un amigo de su padre manejaba. Sarah agarró la puerta y empujó el resto de la cerradura de nuevo en su lugar, sabía que no era más que un carro grande, un carro de alguien cachondo. Un carro de un chico. Su padre estaba durmiendo, así que no podría ser uno de sus amigos y sus amigas absolutamente, definitivamente sabían que nunca podrían venir. Aun si ella se escapaba de alguna de las casas de sus padres las llamaría después de que lo hiciera. Ellas vivían cercan, dos de sus amigas en el mismo barrio. Ella solo tendría que esperar afuera por dos minutos. El carro solo le dejo una opción, y odiaba ser sorprendida. Su cólera trepó sobre ella y le dio un puñetazo a la puerta temiendo conseguir algunas astillas. Su padre no la trataba de la mejor forma, y él fue horrible con su madre, ¿pero se merece que Alyssa lo esté engañando a él también? Sarah tenía que ver si tenía razón. Retrocedió contra los ladrillos, sus manos presionando la pared. La parte superior de su cabello se enganchó en los ladrillos, pero tenía que permanecer en las sombras, fuera de la farola que estaba frente a la casa de su padre. Sarah se inclino hacia adelante hasta que pudo ver dos figuras. Ella conocía a Alyssa perfectamente. Cabello recto, largo y sedoso. Cuerpo delgado, con ropas que siempre abrazaba cada pulgada de su piel, o vestía muy reveladora.

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Alyssa caminó hacia la figura masculina, envolvió sus manos alrededor de su cintura y dejó que manoseara su trasero. Se besaron, lo cual se convirtió en lo que parecía un beso francés por los ángulos de sus cabezas hacia un lado, trabajando furiosamente, entonces ella alcanzo su mano entre ambos para acariciarlo. Al lado de la silueta, Sarah vio los talones de Alyssa, y el resto de su cuerpo sombreado, caminó al lado del pasajero y se deslizó dentro. Sarah no se movió por un minuto después que ellos se fueron. Conto sesenta segundos, y luego se permitió mirar alrededor y escuchar por un movimiento. No había nada. Sarah miro por el camino que iba a tomar y decidió volver a su casa y entró a su dormitorio. Le mandaría un mensaje a sus amigas diciendo que no podía esta noche. Por horas, Sarah esperó, se empezó a sentir a la deriva, pero para el momento en el que el sol se torno rosa, ella apenas había dormido y nada parecía suficiente para hacerla sentir descansada. Finalmente decidió que no había porque esperar por Alyssa ya que ella no vino a casa. Después de acechar en Facebook por quince minutos, encontró, a través de amigos de amigos y sus mensajes, el chico con el que se encontró Alyssa. Por qué las personas dejaban sus mensajes de manera pública estaba más allá de Sarah. Si un adolescente sabía que no debería hacer eso, ¿porqué un adulto que estaba adaptados al uso de las redes sociales?

Robin Treel. Anotó su perfil pero sabía que lo recordaría de cualquier manera. En el baño Sarah casi chillo cuando vió su reflejo: ojeras bajo sus ojos, y estos estaban rojos e inyectados en sangre. Se veía espantosa. Se pregunto si la excusa de la computadora resultaría otra vez. Se hizo un tazón de cereal y se sentó a comerlo. Fue entonces cuando Alyssa caminó por la puerta, en pantalones deportivos y una vieja camiseta. Tenía un cartón de leche en sus manos. —Oh, hola Sarah. Estas levantada. Solo fui por un poco de leche. Sarah levanto su tazón. —Ya tenemos leche. —Alyssa titubeó. —¡Maldición! que perdida, podría jurar que no teníamos nada. —No, aun quedan tres cuartos.

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Cuando Alyssa se unió a ella en la mesa, Sarah se detuvo de chillar de nuevo. El estado de los ojos de Alyssa acompañaba a los de Sarah. No había estado equivocada, Alyssa había pasado fuera toda la noche, enmascarándolo con la excusa de traer leche.

13 Planes Traducido por Lu_Rodriguez Corregido por Lu_Rodriguez

S

AHORA

arah cogió el teléfono para ver si Malik quería ir al cine con ella. Quizás esta vez ellos podrían ver la nueva película de Will Smith. Cuando mantuvo su móvil en su mano, su mente fue de regreso al primer día que se conocieron, y a su cita de película al azar. Nunca será capaz de ver una película en el cine con él de nuevo sin un recordatorio de la noche en que la había arrastrado a sus pies. Cuando él contestó el teléfono Sarah dijo —¿Qué te perece esa película de Will Smith esta noche? Nunca conseguimos ver aquella. La sonrisa de Sarah tomó su boca antes de que terminara de hablar. Sonaba deliriosamente feliz. Pero Malik no dice sí de inmediato, y los segundos pasaban. Sarah estaba en el borde de su cama, parpadeando a través de su bolsa de maquillaje. ¿Sombra de ojos café o gris? De repente, no importaba. —Tengo que salir esta noche. —Oh, eso está bien. Estoy enferma de todos modos —Forzó una risita—. Estaba empezando a superar todo esto que tenemos. —Es mejor que no. Anhelo poder verte. Eso pico su interés. Empujo lejos su bolsa de maquillaje y cruzo sus piernas.

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—¿Qué te traes entre manos? —Voy al cine con Lucy. Sarah dejó salir un respiro, uno que estaba manteniendo por demasiado tiempo. No tenía ninguna razón para preocuparse; la actitud de Malik hacia ella y su relación probaba eso. Aun, nunca confiaba en un chico y el despojarse de ese habito, se estaba dando cuenta, podría tomar un poco más de tiempo. Miró fuera de la ventana donde la brillante luz del

sol llena su cuarto. Inhalo y vio fuera los altísimos arboles con follaje verde intenso, y dos niños en motos corriendo entre sí mientras la que parecía ser su madre trotaba detrás, en marcha de ejercicio. Quizás ella podría salir y ejercitarse en su lugar. Podría visitar el gimnasio. Sí, ella irá al gimnasio después, gastara su tiempo ahí. Después de un momento de producir ese plan, ella asintió para sí misma, orgullosa de que pudiera ser tan independiente desde que conoció a Malik como ya había sido antes de Malik. —Genial. —dijo Sarah. —Antes de decir que voy, por favor confía en mí, acabo de colgar el teléfono e iba a llamarte en los próximos minutos. Ella esperó por las palabras sintió que probablemente escucharlas. Parecía que esto iba a ser de esta forma.

odiaría

—Alyssa llamó. Dijo que Lucy la había estado molestando por nuestras tres salidas por películas porque nosotros nunca hemos hecho algo juntos. Ella le dijo a Lucy que no podríamos hacer cosas juntos nunca más pero ella realmente, realmente quería esto. Me debatía entre decir sí o no. No quise hacerte daño de alguna forma, pero no quiero lastimar a mi hija. Esto es sólo un par de horas y luego estaré en casa. Incluso puedes venir más tarde ¿Estás de acuerdo? ¿Estás molesta? —Todo está bien. Seria duro para una niña pequeña tener dos vidas separadas cuando sus amigos hacen cosas juntos con ambos padres. Estaré bien. —¿Pero estás bien con eso? ¿Realmente? Puedo oírlo en tu voz, estás pensando en algo. —Bueno, ella es la última persona con la cual quiero que veas una película en un cine oscuro, pero todo es por tu hija, y te quiero a ti y a Lucy felices más de lo que quiero ese tiempo fuera para estar contigo. Ve, goza, en serio. —Sarah… —Sí, ¿Malik?

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—Eres con quien quiero estar. No ella. Te lo prometo. —Lo sé, lo sé —Sarah no se sintió fuerte pero notó el tono de su voz. Había determinación. Ella probablemente morderá sus uñas hasta la carne viva, pero sobrevivirá. Solo se sentirá culpable y horrible si le dice a Malik que no vaya. Él probablemente escuchará y Sarah no quiere a Lucy o Malik tristes. Siempre han tenido la carga del tiempo, pero él tiene prioridades y Sarah estaba bien encajando con ellas—. No diré que estoy emocionada, pero espero que tú y Lucy se diviertan. Sé que no la ves mucho. Esto será estupendo para ti.

—Sí, bien. De verdad. Se siente como que te estoy engañando. Sarah se ríe. Él podría hacerla sonreír, incluso cuando sus nervios eran tan gruesos como el acero y temblaba ansiosa. Ahora que la tención fue rota, ella se sintió más segura de lo que dijo. No le importaba. Si pasaba cualquier cosa, le demostraría a Alyssa que Malik era todo suyo. Aun otra marca de que ella atrapa y pierde. —Solo es engañar si tú la tocas entre su pecho, por su muslo, si la besas, si pegas tu garabato en ella o coqueteas insinuantemente. Malik carcajeaba al final de la línea, y Sarah no pudo ayudar porque cayó en un ataque de risa también. En serio. ¿De qué estoy preocupada? Eso es irracional. Malik era probablemente 1,80 pies, estaba sólidamente incorporado y no tenía problema con su confianza ¿qué iba a hacer una ramita de mujer como Alissa? Tenía todas las ventajas, más el hecho de que nada lo repelería más que ella -excepto quizás el padre de Sarah. —dos problemas con esas reglas. —Sííí —dijo Sarah vacilante. Podía oír el humor en la voz de él, pero hizo lo suyo. —¿qué si le toco el tobillo o los dedos de los pies? Parece que está permitido. Yo, sin embargo, encuentro eso increíblemente intimo. Podrías considerar agregar eso a tus reglas. La otra cosa, es que yo no tengo un garabato. Yo tengo una dura, gruesa, polla larga. Hay una gran diferencia. Podrías también considerar añadir esa fraseología a tus reglas. —Bien, sabelotodo. No puedes poner tu garabato-dura-polla en ella, y tampoco tocar sus tobillos o pies. Esa cosa extraña me hizo pensar acerca de alguien tocándome allí. Malik hace un sonido de “Hmm.” Decididamente dice Estupendo, bueno, las reglas están fijas, mi hermosa novia tiene aprobados mis planes y estoy hambriento para el almuerzo. Hora de ir a prepararse para negociar con esa chiflada está noche. Sí, tomara mucho tiempo.

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—No lo dudo. Ahí hubo un silencio, uno donde Sarah se sintió resbalar en algo. Usualmente, es un “te quiero” entre una pareja, pero como ellos han estado juntos una semana y ella no estaba segura de qué sentía por él, sabía que esas palabras eran una forma de asustarlo. “me gustas” era una ridícula alternativa, pero brotó en su mente de todas formas. Después de un torpe silencio, Sarah supo que Malik lo había sentido, también. Apresuró un adiós antes de que él pudiese decir algo más.

—Bueno, disfruta el almuerzo. Te hablare más tarde. Si no lo hago puede o no puede ser que estoy ocupada contratando espías para seguirte. —Sarah amo tu sentido del humor. Hablamos luego. Malik cuelga, mientras la mano de Sarah estaba aun sujetando su móvil a su oreja. Ella no omitió la forma en que él dijo que “amaba” esa parte de ella. Después de unos pocos segundos, tiro el teléfono lejos. Sarah decidió conseguir algo de almuerzo, también, y cuando lo hizo sintió que algo andaba mal. ***

AHORA Sarah fue a un centro comercial cercano por el almuerzo. Sentada en el silencio de su propia casa, incluso mientras se preparaba para salir, acabó con el lado racional de su cerebro. Imaginaba que quizás Malik era un dulce hablador. Quizás el secretamente quería una excusa para ver a Alissa. La mente de Sarah había construido un caso en su contra hasta que quiso gritar. Así que cogió sus llaves y salió. Era un hermoso sábado. Algunas nubes llenaban el cielo azul y no tuvo que encender el aire acondicionado o la calefacción durante el viaje, bajó su ventana, encendió la radio, y cantó. Hizo un par de vueltas, luego eventualmente encontró un parque. Mientras iba caminando por la entrada, se dio cuenta que no había celebrado su exitosa primer semana de trabajo. Adentro, fue directamente a sus tiendas favoritas. Compró un bolso de polos variados, un nuevo top y tacones. Los tacones tenían destellos y brillaron cuando los giró enfrente del espejo. Al salir, cabo dentro de su bolso para mirarlos, sin darse cuenta caminó directo en el camino de alguien más. —Oh, per… Sarah levantó la vista mientras agarraba su bolso firmente, y vio que era Nicholas. Eso lo hacía dos veces en un solo día. Se preguntó por qué no lo había visto en años, y ahora se había topado con él dos veces.

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—Tú de nuevo—dijo ella. —¿Estás bien? Él tendió su mano, cerniéndose debajo de su codo, y la miró a los ojos. —Claro, todo excepto mi orgullo.

Él miró abajo a su bolso, viendo la etiqueta de la tienda de zapatos en él, y luego hasta el cartel de la tienda, colgando justo encima de sus cabezas. —Nuevo par de zapatos. —Sí, y son esplendidos. Pero, puedo haber gastado mi dinero para el almuerzo. —¿Comiendo aquí? Maldita sea. ¿Por qué Sarah era tan descuidada? Pensó de nuevo en Malik y se sintió culpable. Estaba a punto de ir en una cita para almorzar con su ex. ¿Podría importarle a Malik? Dudaba que fuera celoso, dado lo que habían hablado, pero aun así…ella no había ido a su relación pasada. Sabiendo que era también tarde para dar marcha atrás sin hacer sentir mal a Nicholas, decidió ir. —Sí. Nicholas miró en la dirección de comidas y partieron en esa ruta. —Esa fue mi primera semana en el trabajo esta semana —expuso Sarah, levantando el bolso—. Decidí darme el gusto. —Eso está bien. Felicidades por hacerlo. —Gracias. Pregunta arbitraria aquí: estoy preguntándome por qué no te he visto en años, y ahora de repente apareces dos veces en un día. El sonrió flojamente y señaló enfrente de ellos. Había una cafetería; esa tenía una mínima línea de espera comparada con las otras, comida y precios decentes. Sarah se aferró a su pregunta, ahora más que antes. ¿Cómo es que había evitado responderle? Ella ordenó un pollo y un burrito de aguacate tostado con café, y se fue en busca de una mesa para que comieran. Nicholas regresó con una hamburguesa, papas fritas y refresco en un vaso. La puso nerviosa que él lo enterrara justo alli, por lo que tomó un mordisco y trago antes de hablar otra vez.

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—No quise decir que por qué estás aquí o cualquier cosa. —Solo es una tortuosa respuesta. Um —dijo él, tragando el refresco de su vaso—, mi novia me botó. Fui interestatal por un tiempo, y decidí regresar a casa. Nada para mí allí, supongo, una vez tuve ofertas de trabajo tanto allí como aquí. Sarah asintió, decidió tomar una mordida de su burrito, sin palabras. Todo pareció tan cliché y el parecía roto, pero él tenia veintidós, como ella. Eso podría haber sido una aventura, o algo serio, una relación a largo plazo.

—¿Me alegro de que estés de vuelta?—se instaló ella. —Claro, un buen shock viendo tantos amigos, y la familia de nuevo. —Se ralentizo, preguntando— ¿tú estás…? La forma en que el pareció inseguro, nervioso, hizo que Sarah se diera cuenta que quería decir. —Oh, sí pero el está con su ex por el día de hoy por lo que yo estoy aquí, comprando… Las palabras de Sarah también fueron cayendo. Como era que iba a explicarlo? Esa mujer ¿con la que mi padre engaño a mi madre? Bueno ahora me estoy tirando a su ex marido, el padre de su hija. No, el no es de la edad de mi padre, no me des una extraña mirada, y si, él es bueno haciéndolo. Sarah sonrió, decidiendo que el silencio era mejor, y por el próximo par de minutos nadie hablo. Ellos solo comieron sus comidas. Después de terminar, Sarah cogió su bolso y se levantaron de la mesa, caminando fuera del patio de comidas. Una vez llegaron a una intersección en forma de T pararon y se miraron el uno al otro. —Este es mi camino. —dijo Sarah, señalando en la dirección sobre su hombro. —Bien, estoy en el otro camino. Asintieron, y Sarah podía decir por la incertidumbre que sentía de él que quería preguntar algo. Pero no lo hizo, y ella se giró para irse. —¿Uh, Sez? Quiero decir ¿Sarah? espera un segundo. Ella apretó juntos sus parpados, y rezó que esto no fuera demasiado embarazoso. —¿Sí? —¿Quieres hacer algo esta noche? Iba a ir al gimnasio si quieres unirte, o podemos relajarnos. —No estoy segura —Sarah miró alrededor, con la esperanza de que algo cayera del techo y le diera una excusa para correr. Decidió explicar, puesto que Nicholas había asumido diferente—. Quiero decir, mi novio puede estar ocupado esta noche, pero estoy en una relación. No creo que eso sea una buena idea.

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Una triste sonrisa cruzo por su rostro. El asintió. —Si quieres volver a… tu sabes... mi número aun es el mismo. Se dijeron adiós, y ella se dirigió hacia su carro. Reviso la hora y notó que había matado una hora y media, pero aun así era tarde, y tenía algunas horas más por matar antes de que su novio saliera por una película con Alyssa, la más atractiva ex-esposa en el mundo. También se preguntó qué otra cosa más intensa que lo que acababa de hacer había que hacer para mantenerse ocupada. Ella nunca olvidó la noche que cogió a Alissa furtivamente engañando a su padre. Nunca fue

capaz de probar algo o decirle a él. Ahora la memoria sirvió para agitar su confianza.

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En ese instante, toda la calma y pre-ocupación que había hecho para mantener la mente fuera de torturarse con pensamientos fue arruinado. Ella estaba otra vez sintiendo una oscuridad, una pesada sensación en el corazón, como si esta noche pudiera ser la noche en que todo se viniera abajo, y fuera incapaz de detenerla.

14 Soluciones Traducido por Carla Retamal Corregido por Ivonne

AHORA

S

ara estaba decidida, lo iba a hacer. Malik no era más que una persona impulsiva, honesta, y sorprendente, pero en su interior. Ella sabía que le causaba pena tener esos pensamientos. En realidad ella no debería estar preocupada. La mujer está embarazada, ¡por dios! Ni siquiera podía golpearla o simplemente hundirla con sus propias manos.

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Darle vida a esos pensamientos le trajo calma nuevamente a Sarah, suspiró, entrando a su dormitorio. Dio una mirada hacia el piso, los muebles y hasta alrededor de las paredes. Todo estaba bastante limpio, pero pensó que tal vez usaría su tiempo para dejar el lugar aún más reluciente. Odiaba limpiar en primavera, rara vez ella no iba a trabajar o estudiar, o no quería pasar el rato con sus amigos, ir de compras o simplemente hacer algo. En estos momentos ella estaría en la empresa con sus amigos, pero no podía forzar a su corazón a realizar algo más cuando estaba tan concentrada en sus sentimientos por Malik. Intentó ocultar eso. ¿Podía ella estar rendida ante él? ¿Estaba enamorada? En lugar de seguir pensando, se dejó caer de rodillas hacia una pila de ropa que había dejado en la esquina de su habitación para encargarse de ella más tarde. Cogió cada prenda de ropa y la puso en una cesta para luego lavarla, olió una bufanda y un par de pantalones que aun podían ser usados, y los volvió a colgar. Encontró suficiente ropa entre sus cosas, más la ropa que tenía en una cesta haría una carga para llevarla a la lavandería, aunque su madre recién había llevado una ayer.

Cuando termino con la ropa, Sarah cambio las sabanas de su cama, puso fundas nuevas en sus almohadas y un nuevo cobertor. Las hojas eran frescas y crujientes, se permitió un momento para retroceder en un viaje y dejo que las hojas y el viento pasaran a través de su cuerpo y la reconfortaran. Las hojas frescas eran sus favoritas. También eran las favoritas de Nicholas. En ese momento pensó acerca de todas las cosas que sabía de él y de las que no sabía de su actual novio. Tenía en su memoria un montón de detalles acerca de Malik, sin embargo, de Nicholas sabia toda una historia. A Nicholas no le importaba compartir con ella antes que con sus compañeros, aunque él todavía salía con ellos, decían que era justo al dar un cincuenta y cincuenta de su tiempo para cada parte. Incluso a Sarah, ella se daba cuenta que podía conseguir en cualquier momento a uno de sus amigos. Pero fingía que no se daba cuenta ya que disfrutaba estar acurrucada a lado de Nicholas. Tenía un agarre que ella no podía describir, poseía una personalidad de diferentes personas juntas. Tenía la ternura de los abrazos de su mamá que la confortaban cuando lloraba y la comodidad que ella sentía cuando su padre la tomaba de la mano cuando pequeña. Su intimidad y amor por ella se demostraban cuando le frotaba las manos sintiendo agradables masajes mientras ella acurrucaba su cabeza a un lado de su cuello. Ella aún estaba descubriendo todo esto con Malik. ¿Qué pasaba si Alyssa no sacaba sus garras? Él siempre fue muy unido a ella y su hija, Lucy, y era una unión hermosa en donde Malik era parte, pero hacía que su corazón se hiciera pequeño y triste, demasiado vacío como para pasar por más cosas esta noche. Sarah se quedó en su cama, no era del todo una chica de limpieza, pero de todos modos había lidiado con su ropa, y eso era suficiente.

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Se dio vuelta y tomó su móvil. De todas las aplicaciones estúpidas que había comprado, ella no podía dejar de jugar el nuevo solitario uno. Toco las cartas apiladas, uso las pistas, y cuando sintió que sus ojos le dolían dejo el móvil por un buen rato hasta que se le pasara el dolor, entrecerró sus ojos y miró la pantalla, eran las cuatro de la tarde. Sintió sus piernas dormidas, se levantó para estirarlas. Después de tomar un vaso de agua, volvió a su habitación y entonces no se pudo contener más. Cogió su teléfono y marcó el número de Malik para saludarlo. Pero se dio cuenta que tenía una llamada perdida de él. El pensamiento de que él había marcado a su celular la hacía sentir calor, tenía una gran sonrisa pasmada en su rostro mientras se metía a su cama, se acurruco bajo las sabanas, y lo llamó. Él tosió violentamente y luego dejo escapar un suspiro. —Espero que no sea nada malo, no podría estar sin besarte —dijo—. Oh, tú lo sabes bebé.

Estaba preocupada por la posibilidad de que él se enfermara, también, pero luego él le dijo la palabra bebé y la tranquilizó. Bastaban solo dos palabras de él y ya quería pedirle que se olvidara de salir con su hija y Alyssa para que así el pudiera estar con ella. Sarah le decía que disfrutara de su tiempo. Podía pedirle que hiciera lo que quisiera. El miedo había vuelto a su mente y corazón, la posibilidad de que algo se interpusiera entre ellos le envió un sentimiento de locura. Todo era demasiado bueno para ser suerte y sobre todo viniendo de alguien tan normal y con mala suerte como Sarah, teniendo a un hombre sexy con cuerpo de modelo y mayor, seguro de sí mismo e impulsado, eso se le hizo un hombre sexy como el infierno, eso era más que suficiente como para que se le revolvieran todas las posibilidades. Esto tal vez no iba a durar para siempre, pero ella estaba condenada si el final de su relación llegara debido a Alyssa. —Podría acostumbrarme a que me llames bebé. —Yo esperaba que lo hicieras, me gusta llamarte bebé. —dijo él. Hubo un silencio, uno demasiado grande, Sarah no dijo nada. Se aclaró la garganta, expulsando un poco de tos, y ella se quedó en silencio por un momento y luego dijo. —Yo no quiero que te enfermes. Gracias por llamarme. —Espero que no. —dijo él. Su voz se hizo entrecortada mientras hacia un sonido relajante en la línea. Trato de imaginar que estaba haciendo. Podría estar tumbado en el sofá, con su codo doblado perezosamente y el móvil pegado a su oreja, tal vez también estaba en su cama, Sarah se avergonzó cuando imagino el hacerlo por primera vez allí. Había que bautizar ese lugar, hacerlo ahí, para que lo recordaran por siempre. —¿Dónde estás? —pregunto.

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—En mi balcón, en una silla, mirando por encima de la colina del valle que esta por detrás de mí casa. Sarah lo conocía muy bien. Era como un oasis en un suburbio. Una cerca cerraba la zona. La hierba pasaba a través de la línea telefónica, arboles rodeaban el sendero, con pequeños caminos que pasaban por la hierba. Si se miraba más adentro, se podía ver un camino en donde la tierra terminaba y comenzaba el lago, pero depende a donde cada persona miraba. ¿Podía ver Malik el lago desde donde estaba? Ella esperaba que si lo hiciera, quería que él la llevara. Sarah había encontrado un espacio en la cerca que la sobrepasaba cuando era adolescente. Y aunque habían reparado la cerca, seguramente los adolescentes habían abierto otro lugar para poder pasar. —Me encanta ese lugar, sobre todo el lago en el verano.

—Que chica más fresca, mis días locos han quedado atrás, pero los chicos y yo solíamos descansar allí también. Nos tirábamos colina abajo. —¿Te imaginas visitarlo alguna vez? —preguntó Sarah. Cuando lo dijo, supo que era un error, pero ella apagó la gran idea de decir lo que sentía. Ella no quería escuchar un “no” de Malik. —Me pregunto mucho acerca de ti y de mí. Al igual que tú. —Ella se rio y gracias a eso, olvidó sus problemas. —Sí, estamos en distintas etapas de nuestra vida. No sé cuándo quiero niños, y estoy segura que ya quieres comenzar a tener otro hijo. Luego matrimonio y etc. —Uh, oh esto no se trata acerca del barranco detrás de mi casa ¿verdad? —Sarah negó con la cabeza y luego se dio cuenta que debía decir que “no”. —Solo quiero que estés seguro, no tienes idea de lo increíble que podría ser, y además hay tanto en ti que no conozco. ¿Por qué estoy repitiendo este tema, dándole vueltas como si fuera un disco rayado? Él me quiere, y le creo. —Oye, nena —Detuvo sus palabras un momento—. No quiero hacerte sentir incomoda, nunca, lo siento.

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—No, no quiero causarte problemas. Me preguntaba si algún día iremos a la quebrada, a pasar el rato. Entonces comencé a pensar, ¿Qué hay de malo en mí? Tiene treinta y cuatro por el amor de Dios. Es un padre, no una chica como yo, que está tratando de mantener su primer trabajo formal y reencontrándose a sí misma. Sigo viviendo con mi mamá y tenía su apoyo hace unas semanas atrás. Luego él comenzaría a arreglarse, y comencé a preocuparme si va a tener una agradable velada con alguien como Alyssa, pensé en lo fácil y bueno que sería tener una mujer bonita como ella, hacer la vida de su hija más fácil, también la suya, y volver a la normalidad. No es como mi padre, él en realidad no va a marcharse. —Sarah, Alyssa es una de esas personas falsas. Ella solo toma, es todo lo que hace. No podría decirte algo que me guste de ella. Estas mal si piensas que con mi suerte, podría tener a alguien más como tú, una chica tan hermosa, lo que jamás pensaría es como sería de mi vida sin ti. No importa si crees que es mejor ir a refrescarnos del calor o algo por el estilo. Quiero conocerte a ti. ¿Qué pasa con todas esas cosas que me dijiste acerca de nuestras vidas?, ¿No quieres todo eso? —Es normal pasar por esto, estar asustada por que esto sea algo mejor. No me importa si es un malabarismo luchar por Lucy y mantenerte a mi lado. Esa es la única forma en que yo veo esto. —¿Pero y los niños?

—Sí, me encantaría. —Yo no sé cuándo será el momento en que esté listo, sin embargo, el matrimonio. No sé si estoy listo para eso. Oh nena, enserio cálmate —Él se rio entre dientes, y comenzó a toser nuevamente—. Nos conocemos hace solo una semana, vamos paso a paso. —Mierda, lo siento —murmuró Sarah. Ella sintió un calor en sus mejillas. Tenía que salir de esta conversación antes de que lo arruinara todo. Malditas inseguridades. Estaba haciendo un problema de la nada entre ellos. Los problemas de los cuales temía que los alejaran ella misma los estaba provocando. Que lio. —Muy bien, mejor que me vaya —dijo. —No lo hagas, por favor. Puedo sentir que estas nerviosa, no tienes que preocuparte por lo que pase esta noche, o el futuro. Estás muy dentro de mí. —Pero ahora lo sé, se siente bien estar contigo. Pero esto es un desastre. Ella es tu ex, es la mujer con la que mi padre engaño a mi madre, y ahora está embarazada, tendrá un hijo de mi padre, ella lo utilizó para dormir con él y ahora que él está conmigo, muy pronto tendré un hermano que me unirá a ella también, esto está muy mal. Sarah se dio cuenta porque siempre volvía a este mismo tema: Maldita Alyssa. Ella había entrado a su vida y derrumbado la confianza que se tenía ella misma y Malik. Sarah se preguntó si cualquier otra mujer joven tendría la belleza y el valor que ella tenía. ¿O era simplemente una estupidez suya? —Detente. Se acabó. Deja de pensar Sarah, por favor. —Malik, estoy preocupada. —Te dije que no te preocupes —Tomó un respiro y cuando continuó su tono era más suave pero firme—, no empieces con esto, eres mía, no hay nada con Alyssa.

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—Es ella, tiene sus garras en ti. —Sarah se estremeció cuando dijo eso. Se golpeó la frente con el dorso de la mano y se quedó allí, ansiosa por saber que le respondería él. No habría causado problemas si le hubiera hecho caso a sus instintos, y estaba dañando a Malik. —¿Estás diciendo que te estoy mintiendo acerca de que no estoy con ella? ¿O que secretamente me importa lo que quiere y necesita? ¿Tienes duda de ello? —No estaba errada, este era el momento. Malik estaba tranquilo pero defensivo. —No, no quise decir eso. —Joder, Sarah. Ella escuchó un golpe y alejo el móvil de su oreja. Imaginando lo enojado o herido que podía estar Malik a causa de ella.

—Por favor, disculpa no quise ser una perra. Estoy jodidamente preocupada y… —Sé que estas preocupada pero no me gusta lo que estás hablando. Estas preocupada, no solo por ella, sino por mí. Puedo mantenerme por mi cuenta, Sarah, y lo sabes. La única manera de que ella volviera a mi vida, cama y corazón es que lo nuestro fuera recíproco. —Malik… —Déjame terminar —dijo— y eso no es lo que le he insinuado a ella o a ti. Tal vez deberías pensar más en nosotros. Si somos un problema, lo aceptaré, pero no quiero que tengas dudas meses después. Ya he tenido la suficiente experiencia como para aferrarme a algo que no entiendo —Sarah alejo el móvil para que él no la escuchara suspirando—. Tal vez dejar de pensar esta noche sea bueno. Basta con pensar en lo que realmente quieres, si eres lista. Simplemente parece que no confías en mí, o tal vez no estás segura. Una de las dos. Acababa de decir “dos”, comenzó nuevamente a toser. Culpó a su dolor de garganta, obviamente estaba irritado por la conversación de esta tarde. Mientras tanto Sarah comenzó a llorar. Evadir la responsabilidad o no, al parecer necesitaban un tiempo. Dijo que colgaría antes de que perdiera la voz. Cuando dijo adiós ella ni siquiera pudo despedirse. Dejó su móvil encima de unas hojas y sollozó. Ella lloró por tanto tiempo que pensó que pasaría si estaba sola, si perdía a Malik por decir estupideces. Cuando ella olió unas hojas, se dio cuenta que parecía un cadáver, comenzó a recordar cosas de Nicholas. Miró la hora y ya era momento de la cena. No podía dejar de preguntarse si Malik aún tenía planes para esta noche. ***

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AHORA Los ojos de Sarah se abrieron en medio de la oscuridad. Arrugó su frente y miró alrededor de la habitación, tratando de despertar. Las cortinas estaban abiertas y la luz de los focos pasaba directamente a través de su ventana. Por suerte, no estaba demasiado expuesta, cerró las cortinas y luego prendió su móvil para dirigirse entre la oscuridad a el interruptor de la luz.

Eran las 7:30 pm. Ella abrió los ojos y volvió a comprobar si esa era la hora. Sí, estarían viendo una película tal vez, Lucy tenía 7 años, y no podían ir hasta tan tarde. Su ritmo cardiaco se aceleró y no podía mover sus pies. Un golpe, otro y otro. Tenía una pesadez golpeando adentro de su pecho y un sonido en su cabeza. Sarah era un desastre. Lo sabía debido a su reflejo en el espejo de su baño. Su máscara de pestañas se había corrido y tenía sus ojos manchados. Tenían un horrible color negro debajo de ellos. Aún tenía marcas de su rubor en sus mejillas, sus ojos ya no estaban rojos. Había tomado una ducha por segunda vez en el día. Se desvistió y se metió dentro de la ducha, sintió el agua correr por su espalda, cerro sus ojos, y sintió el agua caer en su frente. Después de un rato se sentó y abrazo sus rodillas. Tomo el gel de baño y enjabonó todo su cuerpo. Cogió el jabón de cara y la lavo también. Cuando terminó, echó su cabeza hacia atrás y tomo un profundo respiro. El aire era denso y húmedo gracias al calor del agua, pero se sentía más libre, sin mencionar que por fin había hecho algo adecuado en su día aunque fuera a las 8 de la tarde. Sarah escogió una camiseta gris. Tenía lentejuelas salpicadas a través de sus senos dibujando un triángulo debajo de su busto. Se probó una chaqueta roja y amarró un botón justo por encima de su ombligo. Escogió unos tejanos gris claro ajustados que la hacían lucir caliente, pero no demasiado elegante. Ella observó su mirada en el espejo y decidió que ese era el traje ideal, algo casual y casi elegante, simplemente seria sensual sin mucho esfuerzo como ella era siempre, su ropa le alzaba los pechos y mostraba sus largas piernas. No dijo nada en particular pero decidió en ese momento que tenía algo bastante particular en mente. Se maquilló, agregando un poco de sombra en sus ojos y usó su delineador de ojos habitual y luego se alejó en su coche.

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*** Sarah llego al lugar, ella pensó en la posibilidad de que estuvieran en el cine. El que estaba cerca de su estación era su primera opción. De lo contrario, no había otro más cerca que quince minutos fuera de la ciudad, y otro un poco al oeste de allí. Ella iba a probar suerte en las películas que ella y Malik habían visto para su primer aniversario. Mientras conducía pensó en todos los detalles de su primera salida con Malik y los sentimientos que comenzó a tener por él desde ese día.

Sintió nuevamente en su piel todos esos pensamientos. Los roces de sus dedos a través de su brazo. La forma en que sus manos frotaban su piel alrededor de su cintura. Después de que salieron del cine aquella vez, recordó su mandíbula cuadrada, queriendo llevar sus manos hacia su rostro y así memorizar cada contorno de esta. Cuando se sentó, sus piernas se separaron por inercia, así como todos los hombres lo hacen, pero ¿Cómo sus músculos podían diferenciarlo de los demás? Era extraño. Sarah ya se encontraba en el estacionamiento. Mordiéndose el labio y estallando una sonrisa, recordó cuando Malik la hizo sonreír y a la vez le subía la temperatura, como si estuviera en el cielo, cuando la tocaba o simplemente cuando aparecía en sus pensamientos. Caminaba por el centro comercial, ni siquiera se molestó por la intensa necesidad de solo detenerse a revisar sus tiendas favoritas rápidamente. Iba enfocada en una sola cosa, y eso le restaría media hora de su tiempo. Además, no le importaba perderse su habitual recorrido por las joyas, zapatos... Una vez que llegó al lugar donde estaban las boleterías, estaba sin aliento. Contuvo la respiración mientras observaba el lugar. Solo había dos películas de dibujos animados para niños. Ella esperó que la llamaran y entonces preguntó cuál de las dos funciones estaba comenzando. Sarah espero en un banco en la esquina en donde Malik, Alyssa y Lucy deberían salir, leía y leía los carteles de películas, escuchó como la gente compraba boletos y barras de chocolate. Según el horario, tenía que esperar quince minutos hasta que terminara una función, y veinte para la siguiente. Sabía que en uno de esos deberían estar, las funciones anteriores eran muy temprano como para que asistieran a ellas y las últimas comenzaban a las 10:15 pm y esas serían muy tarde.

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Sarah trataba de mirar la hora cada 10 minutos, pero cada vez que observaba cuantos minutos transcurrían, solo habían pasado dos. No estaba segura de cuanto faltaba pero dejaría de comprar la hora de todos modos, y solo esperó. No podía arriesgarse a jugar en el teléfono. Tenía que estar pendiente. Estaba consciente al principio. Pero a medida que pasaba el tiempo, su mente se encontraba perdida, ella quería ceder a la tentación de poner su cabeza en la pared para descansar. Cuando había pasado un poco más de tiempo, comprobó la hora en su móvil. Lo que vio le sorprendió. Eran las 9:10 pm, si hubieran estado en la última película ya habrían salido hace 10 minutos. Había visto a él limpiador entrar, nadie se había quedado.

Confundida, se quedó quieta, tenía sus hombros caídos, se sentía como una mini espía tratando de conquistar el mundo, como un héroe de película de detectives. Con los dientes apretados, ella exhalo y soltó un “Grr” ahogado, puso la correa de su bolso sobre su hombro y decidida volvió a su auto. Ridícula, pensó. No habían salido por la puerta de atrás, imposible, esa salida solo la usaban los adolescentes. Estaba siempre oscuro, jamás había visto a las familias salir por ese lugar. Solo personas que no les importa el mundo, o gente estúpida que no les pasan cosas malas ellos se irían así. Sarah y Malik salían por ese lugar cuando estaba todo cerrado y esa era la única salida. Sarah puso su cabello en un moño desordenado en la parte superior de su cabeza lo amarro con una cinta de cabello que encontró en su auto. No quería que su cabello le rosara su cuello o le tapara la cara con el viento. Tiro su bolso en el asiento de atrás y se marchó. Sarah quedo atascada en el semáforo mientras salía del estacionamiento. Luego se quedó nuevamente parada en el primer semáforo al salir por una línea recta, y luego otra vez en una intersección, esperando el espacio para girar. Sabía que tenía mala suerte, y esta vez era un gran paquete lleno de cosas malas. Tal vez estaba siendo puesta a prueba para ver cuánto podía aguantar. Bueno, Sarah podía hacerle frente a la suerte de mierda. Cuando estaba alrededor de la intersección, a la espera de avanzar, fue que vio el cabello corto de Malik y su linda mandíbula cuadrada frente a Alyssa en una heladería. Ella podía ver por debajo de la mesa, como sus piernas estaban entrelazadas, y como en un instante la mandíbula cuadrada de Malik se inclinaba para besar a Alyssa. Él no se movió, dejo que sus labios satisficieran los de ella. Sarah se desvió y levantó su dedo medio hacia un conductor enfadado que acababa de pasar, se agachó para conseguir un estacionamiento en el parque cerca de la carretera, mientras esperaba que la lengua de esa bruja no se fuera demasiado lejos de su novio.

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¿Suerte eh? Suerte que los vio en ese preciso momento.

15 ALYSSA Traducido por Leticia Grey-Whitely Corregido por Lu_Rodriguez

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AHORA arah esperó en su auto, después de haber apagado el motor. Quería alejar a Alyssa de él, excepto que también quería ver si Malik lo hacía.

Sarah fue testigo de cómo los dedos de Alyssa se movieron detrás de la cabeza de él, de la misma forma que ella había hecho en su primer beso. Apretó los puños en su regazo y lanzó un gruñido de frustración. ¡Esto tenía que ser una broma! Malik se tambaleó y trató de sostenerse en una mesa, pero falló, al mismo tiempo que Alyssa lo agarraba. Él la empujó y cayó alrededor de Lucy, quién no tenía idea de lo que pasaba, sólo comía su helado. Malik agitó su cabeza y limpió sus labios. Se levantaron y él se tambaleó mientras se recomponía a sí mismo, acunando su cabeza en una mano, ella pagó y regresó con Lucy. Él se sostuvo en ella mientras lo ayudaba.

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Sarah estaba demasiado enojada para irse ahora. No quería perdonarlos, o sorprenderlos, o incluso bajarse para oír una disculpa. Estaba demasiado enojada para mover algún musculo. Arrugando la frente, golpeó sus rodillas con los puños y vio sin pestañear. Él era de la peor clase de borrachos. Desarreglado, inútil y lleno de dolor, no necesitaba nada más para permanecer alejada de él. Era un desgraciado como Alyssa, y estaba lejos del hombre seguro y sexy que había conocido primero. Encorvado en el brazo de su ex-esposa, él sólo era un inútil como su padre. Ella había bajado la guardia y confiado, con su corazón, en el primer hombre después de Nicholas, sólo para descubrir que era el peor de todos, el rompecorazones potencial. Alyssa aseguró primero a Lucy en el auto y regresó por Malik, quién estaba, aún, tambaleándose con sus manos presionadas contra la puerta

del auto. Ella se presionó más cerca de él, y Sarah vio cómo sus ojos se maravillaban bajando por el cuerpo de Malik. A Sarah le causó arcadas y tuvo que concentrarse en respirar. Ese fue el momento en el que los ojos de Malik vagaron por los alrededores y la encontraron al cruzar la calle. Por una fracción de segundo ellos la miraron y ella deseó que él explicara el por qué, excepto que él se volteó. Ese momento capturaba perfectamente su relación entera. Incluyendo el fin. * * *

AHORA El tipo favorito de películas de Sarah era la comedia romántica. Amaba odiar el momento donde uno, o ambos, de los personajes arruinaban todo, cayendo en las manos de otro amante, pero su propia vida apestaba por completo; y con su madre fuera en una cita, Sarah no podía pensar en alguien más, excepto en Nicholas. Si Nicholas fuera el mismo chico que era a los diecinueve, él se aseguraría de tener toda su noche libre en caso de que Sarah mágicamente llamara o apareciera. Incluso aunque eran casi las nueve-treinta. Si él fuera el mismo chico, aún estaría esperando. Sarah arrancó el coche y recordó sus palabras, “Mi número aún es el mismo” y no dudó en llamarlo a través del manos libres mientras conducía. —¿Sarah? —respondió. Claro. Sarah no debería haber estado sorprendida de que él hubiera guardado su número. Ella también lo hizo, pero solamente porque no había sido consiente de borrarlo. A ella no se le había ocurrido en estos años. —Sí. —dijo ella. Sarah no estaba llorando, triste o gangosa. Estaba bien. Nicholas no tenía ningún negocio conociendo o riéndose de su mierda.

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—¿Qué haces? Él se río entre dientes— Viendo está realmente mala comedia romántica. Tiene a este bombón de chico con un verdadero acento gangoso, y esta chica muy delgada, plana como una tabla, sin embargo, usa escotes drapeados. Ella se echo a reír. Esas palabras eran exactamente las de ella. — ¿Por qué lo del escote drapeado?

Sarah una vez se lo había dicho a Nicholas, cuando estaban saliendo—. Si no tienes tetas, cúbrelo, y crea una ilusión de que tienes. Aun si tienes que rellenar con pechugas de pollo tu bra y no preguntes, no son de pollo real. —Nicholas sólo había agitado su cabeza. Sarah rápidamente había dicho que sólo podía pasar por alto esa película por el aspecto y acento de ensueño de Matthew McConaughey. —Eres gay. —No. Sólo estoy algo triste, un chico heterosexual muerto de aburrimiento. —Bueno, ¿quieres compañía? —Err… qué hay de… tú dijiste que no era apropiado… —¿Quieres la compañía, Nicholas? Sí o no. Sarah no lloraba, pero estaba llena de rabia, y Nicholas sabía cómo manejarla. Otra razón de por qué Nicholas y ella tenían tanta historia, y Malik y ella tenían nada, sólo un breve noviazgo, como él lo describió. Significaba que en un momento como este, Nicholas sabía qué decir, él querría su compañía, dejaría todo, y correría en su dirección. * * *

ENTONCES —Hola, mamá —dijo Sarah. Ella estaba sentada en el banco giratorio debajo de la barra de la cocina—. ¿Qué hay acerca del tipo? ¿Cómo se lo está tomando? Por semanas, Sarah vio a su madre perder su pasión por todo y convertirse en algo parecido a un duendecillo, por dentro y fuera. Su cabello ahora estaba constantemente en un estado mate. Lo que solía ser una hermosa piel de porcelana y unos llenos labios rosas ahora se veían mal. Su palidez era la de alguien enfermo, y sus labios eran demasiado grandes para su cara. Sarah no podría decir si ella había perdido peso pero se veía muy frágil. No como una mujer con figura delgada, después del parto, sino simplemente frágil, como la figura rara de una adolescente.

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—¿Quién Sarah? —respondió su madre, todo mientras separaba cazuelas, platos y cubiertos del lavavajillas. —El esposo de Alyssa Frawnheart… te recuerdo diciendo que ella tenía un esposo. ¿Están juntos aún? —No lo sé. Sarah miró a su madre ir del cajón de los cubiertos, al montón de platos y al armario. Ella no perdió el ritmo, no paro para mirar a Sarah. Tenía el ritmo de un robot.

—¿Piensas que ellos rompieron? —¡Oh, demonios! —Su madre finalmente reaccionó, levantando las manos en lugar de recoger más platos—. No me preocupo por él o ella. No quiero tener nada que ver con ellos. Sarah metió su barbilla en su pecho y sacó la suciedad debajo de sus uñas. No supo que tanto tiempo estuvo sentada ahí, con la cabeza baja jugando con sus uñas, pero sintió a su madre a su alrededor. Al mirar hacia arriba, vio a su madre acomodándose en el banco al lado de ella y le dio una amable sonrisa de disculpa, cruzando sus brazos al final de la barra. —¿He estado malhumorada últimamente? —Bueno, esa es una forma de decirlo. —dijo Sarah. Ella miró fijamente a los ojos de su madre, y miró algo de sentimientos por primera vez en mucho tiempo. Su madre no se escondió en su interior, sus ojos aparentemente buscaban a Sarah y reconocían algo, quizás también extrañando el tiempo que alguna vez habían pasado juntas. Ellas rieron por minutos, sin ser capaces de decir nada, y sólo rieron más fuerte una vez que trataron de parar y hablar. Eventualmente, liberaron la risa que habían estado escondiendo todo ese tiempo. Su madre dijo —He oído que él no lo está afrontando. Aparentemente es un alcohólico. Incluso no ha conseguido ver a su pequeña mucho, y sé que yo estaría loca de la angustia, enojada y sintiéndome desesperada. Al parecer él es un desastre borracho. —Qué triste. —dijo Sarah. —Lo sé. —Su madre frunció los labios, frotando algo a lo largo del banco—. Es una pérdida —añadió—. Los alcohólicos pierden mucho en su vida: dinero, salud, relaciones, y felicidad. Realmente espero que él se recupere y encuentre paz.

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—Me siento mal por él. Tú me tienes a mí. Él no tiene a nadie, mamá. Sarah quería acurrucarse. A la vez que ella empezaba a doblarse para descansar su mejilla en la superficie fresca, su madre arrastró su silla, acercándola más. —No podemos hacer nada por él, Sez. Nosotros sólo debemos esperar que él lidie con sus demonios antes de que su alma se haya ido. —¿Por qué? ¿Qué pasa luego? —preguntó Sarah. —El alcohol será una parte de quien es él. Pobre chico no tendrá una relación real de nuevo.

Descansando contra el pecho de su madre, segura en sus brazos, Sarah le agradeció a quién fuera que estuviera ahí afuera que ellas se tuvieran una a la otra. Había sido una mierda a veces, pero las dos juntas, lo habían arreglado. Sarah haría cualquier cosa para que su madre fuera feliz de nuevo. Incluso podría trabajar los fines de semana, y la mayoría de las noches de la semana, si necesitaran más dinero.

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Pero ese pobre hombre, pensó. Le habían arrebatado a su hija, su esposa destrozo su vida, y ahora él estaba destruyendo lo que quedaba de él. Deseo poder ayudarlo, excepto que ella ni siquiera sabía su nombre, sin hablar de la manera de ayudar a un hombre quién se emborrachaba a sí mismo para dormir.

16 SECUELAS Traducido por Barrazafanny Corregido por Lu_Rodriguez

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AHORA

arah cerró su coche en el aparcamiento de huéspedes de los apartamentos, y alzó la vista hacia el complejo de Nicholas. Era una urbanización cerrada, ubicada frente a la carretera principal en la ciudad. La hierba era verde brillante o Sarah podría decir que sería durante el día, cuando las luces se derramaron sobre el borde de la vía que divide las puertas giratorias. Caminó entre dos gruesas columnas y se preguntó cómo demonios iba a subir las escaleras para encontrarse con él, cuando lo vio con las manos en los bolsillos, de pie en medio del vestíbulo de la entrada. Él estaba en pantalones de chándal, que en este momento, durante la noche, se sentían demasiado íntimo con el material suelto sobre sus caderas. Tenía una camiseta y una sudadera con capucha por encima. Nicholas se miró así mismo, y le dijo —Oye, mmm, olvidé que estaba holgazaneando. Espero que no me veas como un gran patán. —Nunca. —respondió Sarah, besando su mejilla. —¿Quieres salir? Puedo tirar unos vaqueros, y arreglarme un poco. Sarah negó con la cabeza. —No tengo ganas de salir, realmente.

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—Todo bien. Te mostraré el camino. Nicholas los llevó a los ascensores y subieron unos pisos más arriba. Las alfombras eran lujosas mientras las uñas de Sarah se hundían en ella, haciéndola querer enganchar sus zapatos sobre sus dedos y sentir las fibras entre sus dedos. Caminaron por el pasillo principal. Todo parecía sacado de una película de Hollywood. Alfombras color crema, paredes crema clara-todo emitía vibraciones cálidas.

Nicholas la llevó a un lado y abrió la puerta para que entrara por primera vez en un apartamento. —Impresionante —dijo Sarah, mirando a su alrededor en la habitación ordenada. Era en un vivir-en-condiciones algunas tazas y platos estaban en el lavabo, posavasos en la mesa de café, cajas de DVD apiladas y algunos DVD que está encima del reproductor, pero no había alimentos medio comidos o envoltorios al azar por ahí, como la mayoría de los soltero que había visto en las películas o conocido. —Bueno, un pequeño apartamento no es por lo que la mayoría de las personas se impresionan, pero oye, me tomaré tu cumplido. Nicholas le guiñó un ojo y la golpeó. Cuan equivocado todo esto parecía. Sarah, enojada, afligida y llamando a su ex por la noche. Ella no había venido aquí a cometer un estúpido error o a rebajarse a un precio como Malik. Ella se sentía tan inmensamente solitaria que, en el momento en que su corazón se rompió, ella necesitaba una compañía y nadie la hacía sentir tan segura, antes de Malik, como Nicholas lo hizo. Sarah no respondió, pero siguió adelante, tejiendo alrededor de la parte trasera del sofá y más allá de la mesa de comedor para mirar por la ventana. Separó las cortinas, desde aquí, era lo suficientemente alto como para casi ver las cimas de algunos pequeños edificios y otras estructuras iluminadas de la ciudad. Los letreros de neón se destacaron entre los coches que iluminan las calles, mientras la ciudad bullía abajo, era impresionante de ver. —Esto sin duda se ve mejor que la vista desde mi habitación. Nicholas se acercó a ella y apoyó las manos en el alféizar de la ventana, sus brazos se tensaron cuando él se inclinó hacia delante y miró hacia fuera, también.

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—Me gustaba la vista desde tu habitación. Algo de eso se sentía bien, de verdad. Había siempre los mismos corredores y dúos de perros, familias... a veces había esa rara van blanca que hacía vueltas en las noches de fin de semana. Sarah se puso rígida al oír a Nicholas hablar. ¿Cómo o por qué, se acordó de todo eso? No fue como que Sarah lo olvidó. Estarían besándose o acurrucados en la cama y escuchaban el sonido distinto del motor de la camioneta, y se asoman como suricatos sobre el alféizar para ver lo que era. Y todos los otros pequeños detalles se precipitaron en su mente, la hacían sentirse joven y fresca, una vez más. Segura, como siempre hacía cuando Nicolás estaba con ella. —¿Te acuerdas de... —dijo ella en voz baja. Siguió un silencio, y Sarah contó los segundos hasta que él dijera algo, algo malo. Entonces se dio la vuelta y lo dejó mirando por la ventana,

y miró más allá, entonces después se relajó de nuevo en el sofá y cruzó las piernas. —¿Té? —¿Café irlandés? —preguntó Sarah en respuesta. Él asintió con la cabeza, con una pequeña sonrisa mordiéndose sus labios. Volvió con ello y lo que olía a café regular para él. Cuando se sentó, ella sintió la inclinación del sofá hacia él, aunque dejó un hueco respetable. Sentía el instinto de empujarse más cerca, pero tuvo que recordarse a sí misma no hacer nada demasiado sugerente. —No puedo creerlo. Él me jodió otra vez, de igual forma a diferencia de que prometió que no lo haría. —¿Quién? Sarah bajó la barbilla y se quedó mirando sus hermosos pantalones vaqueros estúpidos, todo el camino hasta sus hermosos zapatos. No se veía hermosa. Parecía tonta. Si le preguntaba a Nicholas ahora, eso sería la única respuesta que podía darle. —Malik. Él sólo... qué mierda. ¿No es la vida una jodida mierda, Nicolás? Nicholas se volvió hacia ella. Ella sintió dos cosas, ambas abrumadoras, por lo que se centró en la ira, porque ahora, por fin hablaría de cuan terriblemente dolía su corazón entristecido. La última cosa en que quería convertirse era un desastre lloriqueando todo a Nicholas en el sofá de su apartamento. Pero la mirada en los ojos de él hacía fácil distraerla de su mente loca. Era cálido y tranquilo. Esos almendrados y de color marrón cálido que había aprendido de memoria de cuando ella estaba con él. —Estoy de acuerdo —Cogió su taza de café e introdujo unos dedos entre el mango y la copa—. El nombre de mi ex es Brittney. Ella comenzó a enviar mensajes de texto en el último par de días. Al parecer, cometió un error dejándome ir. Y, al parecer, ella realmente me necesita. El infierno, ¿sabes? —Bebió un poco de su café, dejando a Sarah digerir eso.

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—¿Qué hay de mí teniendo que lidiar con no necesitarla a ella? Es una mierda. De acuerdo. Sarah lo miró a los ojos y sonrió. Él le devolvió la sonrisa, y se cayeron en una conversación fácil sobre Malik y Brittney. Aunque Sarah no vio una foto de ella en un marco en cualquier lugar, se había dibujado una imagen mental de ella. Piel bronceada, oliva que no iba pastosa en invierno, fríos ojos grises, un lunar junto a sus labios el cual Nicholas probablemente besó cuando estaban juntos y un tipo de cuerpo que puede sostener un sujetador sin tirantes a la

perfección. Bajo lo superficial, parecía del tipo frenética. No es lo que Sarah había supuesto inicialmente para él en absoluto. Brittney no se comprometía a citas con sus amigos porque las olvidaba, además de que no se le ocurriría organizar algo. Ella se levantaba y se iba cuando le daba la gana. Rara vez cubrió sus piernas. Incluso en invierno, ella se pegó a medias, leggings y vestidos, estaba llena de botas de caña alta o sobre la rodilla. Brittney vivía con sus padres todavía y rescató a los perros de la perrera. —Nicholas, me sorprendes. —¿Porqué? —Me esperaba a alguien más... ¿normal? No, como, aburrido, pero suena como un cubo y un medio de diversión. Todo. El. Tiempo. Y a veces la mitad de un cubo de más de lo que una persona puede manejar. Nicholas siguió para describir esa Brittney que también odiaba ser restringida física, social o mentalmente. Ella hizo lo que quiso en casi todas las ocasiones. —¿Esperabas a alguien como tú? Sarah se ahogó con nada en absoluto. Tal vez sólo se tragó el aire por el camino equivocado. Nicholas le dio unas palmaditas a su espalda, pero ella se movió para escapar de sus manos. Cualquier toque o contacto con él parecía raro, como si ella hubiera dicho eso porque ella sentía algo por él. Ese sólo pensamiento hizo querer ocultarse. Ella quería un abrazo, yacer con un hombre, y odiaba a Malik demasiado para hacerlo con él, y Nicholas era cada vez más atractivo en ese sentido. —Dios, Nicholas. No. Ella simplemente no parece ser el tipo de soportar a nadie alrededor. Lo es. O lo era —Él frunció el ceño—. Y ahora lo es otra vez, supongo.

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Él miró hacia abajo a su bolsillo y sacó su móvil. Leyó un mensaje y, luego sacudió la cabeza mientras se puso de nuevo en distancia. Sarah le cuestionó con una mirada confusa. Él continuó —Ella todavía tiene su propio sonido. Ese era de ella. Una vez más. Debes saber que soy muy deseable. Puede que tú no tengas mucho tiempo para ponerte en contacto conmigo. Sarah negó con la cabeza ante su humor ridículo, pero aún se rió. Nicholas se levantó y en vez de un café, Sarah pidió un vaso de vino en su lugar, un toque de alcohol antes de pidiera a gritos por más. Ella terminó en medio de una pequeña conversación. —¿Cómo es él? —¿Malik? —preguntó Sarah, sentándose con la espalda recta.

—Sí, el Señor Chico Enamorado. —¿chico? —Sarah se rió entre dientes—. Es un poco mayor que yo. Nada chico sobre él. Me encantó que era fuerte, confiado y honesto. Lo que vi esta noche fue todo lo contrario, y eso me hace mierda. Sabía que era demasiado diferente ¿sabes? Y hay mucha más mierda. Es alguien con historia entre nosotros que hizo que el estar juntos al principio fuera raro, pero llegamos más allá de eso. ¿Ahora? Todo está jodido de nuevo, y no puedo evitar preguntarme si somos demasiado diferentes, en diferentes etapas de nuestra vida —Sarah hizo un gesto hacia el espacio entre Nicholas y ella misma—. Nosotros somos niños pequeños, aún pensando todo lo que fuera, carreras, relaciones, metas. Él está en los treinta, con todo eso detrás de él, y tiene una hija. Simplemente me hace pensar si esto es sólo un momento precioso en el tiempo, no algo para siempre. —¿Por qué crees que Brittney no era mi tipo? —En que “sus personalidades y vidas parecen tan diferentes” de esa manera, sí. —Tengo que discrepar —dijo Nicholas—. A veces, dos de las mismas personas crea una relación destructiva. Brittney no sabe cómo ahorrar su dinero, yo me esfuerzo por gastar demasiado. Ella no planea, yo planeo más de un plan para otro plan, en lugar de hacer. Cuando trabajamos, era bueno para los dos. —No sabes lo que hizo esta noche, sin embargo —murmuró Sarah. El alcohol le había dado un empujón de coraje, y con tanta audacia, ella se levantó y vertió más vino para ella misma. Regresó, sorbiendo—. No puedo confiar en él ¡Qué idiota! —Bueno, lo que haya pasado suena como que necesita organizarse, pero él suena como el hombre para ti, de lo contrario. Sarah, puede que no te haya visto por unos cuantos años más pero tú y yo somos como hermanos por el amor de Dios, no novio y novia. —Eso es un giro a partir de hoy.

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Sarah miró hacia abajo y dijo —lo hizo. Quiero decir, realmente, realmente feliz. Pero no nos amamos el uno al otro. Sólo ha pasado una semana.

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—Bueno, míranos no relajamos con las bebidas, y charlamos sobre nuestros amantes. Esta es la verdadera amistad ser capaz de recoger con facilidad después de todo este tiempo. Pero Malik, parece un gran tipo para ti. Espero que no te lastime demasiado mal, o al menos que pueda ser perdonado, porque suena como que él te hizo feliz antes de esta noche.

—El tiempo no tiene que medir el amor. Ustedes están conectados y tienen algo especial. Creo que eso es lo que cuenta.

—Quizás. —dijo Sarah. Ella terminó su copa de vino y se movió contra Nicolás. Él estaba rígido al principio, pero luego levantó su brazo y ella se acurrucó contra su pecho. Sarah se estaba quedando dormida así que él la levantó y la dejó descansar su cabeza contra el brazo de sillón. Volvió con una manta y la colocó sobre ella. Le quitó los zapatos de sus pies, y los dejó en la parte inferior de la silla. Cansado, Nicholas se tambaleó a su dormitorio, ya marcando un número. Él respondió. —Sí, hey —mientras cerró la puerta detrás de él. ***

AHORA La cabeza de Sarah giró cuando se despertó, pero eso no era lo que había interrumpido su sueño, un golpe lo había hecho. Ella tomó varios segundos para que su mundo siguiera, en los que oía sus pasos ya adentro y entonces él estaba frente a ella. —¿Sarah? ¿Qué está pasando? Malik habría buscado intimidarla cualquier otro día, pero hoy, el tipo era un desastre. La piel alrededor de sus ojos estaba oscura, su camiseta tenía un agujero que expone su Six-pack y su cinturón hizo un pésimo trabajo de sostener sus pantalones sucios... el elástico de los calzoncillos alcanzó su punto máximo a cabo en el lado opuesto donde su camiseta estaba escondida al azar. De hecho, Sarah podía ignorar lo enojado que estaba con él por haberle mentido y traicionado su confianza, y apreciar que Malik podría haber sido la muestra del hombre más perfecto que jamás había visto. Pero entonces el beso entró en sus pensamientos, y era imposible recordar una vez más por qué sentía algo romántico por él. —¿Cómo has entrado?

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—Llamé a la puerta. Nadie respondió. La puerta se abrió. ¿Esto es — Malik miró a su alrededor, su resoplido rápido, como si estuviera disgustado por los resultados—… Desquite? —No, ¿pero dices desquite porque te acuerdas de lo que hiciste, o porque esa hermosa esposa que tenias, Alyssa, te lo dijo? —El cuerpo de Sarah picaba para moverse. Ella no era lenta en su estado de sueño ilusorio ahora en absoluto. Se puso de pie, con las manos en las caderas— . Apuesto que ella no lo admitiría, ni siquiera si se le pregunta. Debes haber estado sobrio como para recordar lo que hicieron ustedes.

—No me lo dejes todo a mí. Vine aquí, sintiéndome como una mierda después de lo ocurrido, quería contar la historia completa. ¿Entonces veo que has dormido en algún lugar de un chico al azar? En ese momento, Nicholas entró, su mano revolviéndole el pelo, los ojos entrecerrados. Se despertó en un instante, sin embargo y sus ojos se hincharon de par en par. —¿Quién coño eres tú? ¿Y qué estás haciendo en mi casa? ¿No he cerrado la... —Nicholas se quedó helado. Cuando volvió a hablar, su voz era casi de vuelta a la normalidad— Tú eres Malik. Malik miró a Sarah, con los ojos llenos de preguntas. Negó con la cabeza ligeramente hacia ella, con las cejas fruncidas. Levantó las manos. —¿Qué infiernos es esto? —Tendremos que irnos. Gracias Nicholas. Lo siento. Te lo agradezco. Sarah no perdió un segundo poniendo sus zapatos de nuevo. Esperaba que su maquillaje no estuviera demasiado mal, y limpió bajo su párpado inferior y al lado de los ojos en caso de que el aspecto de mapache se hubiera extendido allí. Ella se fue, liderando el camino con Malik tras ella. Él frunció el ceño hacia Nicholas. Media cabeza más alta que él, Malik era suficiente para no intimidar bien, incluso para alguien como Nicholas, a pesar suyo, el estado desordenado-resaca. Tan pronto como Nicholas cerró la puerta detrás de ellos, Malik habló mientras ella los llevó hasta el ascensor. —¿Follaste con él? —¿Follaste con ella? —respondió Sarah. Malik gruñó y apretó el botón G y luego dio un paso atrás y se cruzó de brazos mientras esperaba. Sarah miró debajo de las cejas, colocándose el pelo detrás de la oreja con la mano. Sus bíceps eran más grandes y sobresalían cruzados sobre el pecho. Incluso sus tríceps daban sus brazos más tono y la forma triangular en sus hombros remataron la forma perfecta. Sarah miró hacia otro lado. —Quiero saberlo.

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—Yo también, Malik. Yo también —Respiró y habló esta vez más tranquila—. ¿Cómo está tu garganta? —le dijo para disminuir la tensión. Se detuvo en un primer momento. —Oh, ¿por el teléfono ayer? —Ella asintió con la cabeza—. Sí, la conferencia de Skype irritaba, pero es mejor hoy en día. —Oh, bueno. Tomaron el ascensor para bajar y Sarah comenzó hacia las puertas giratorias, pero Malik cogió del brazo y la condujo hacia la izquierda.

—Déjame —dijo Sarah con los dientes apretados, lo suficientemente bajo como para que apenas él escuchara, y no causar una escena. Él no contestó, simplemente empujó la puerta de aseo para minusválidos a la vuelta de la esquina en el complejo y empujó el cuerpo de Sarah contra ella, bloqueándola cerró, atrapándolos en el pequeño espacio. —Recurres a secuéstrame, ¿verdad? Él dio un paso atrás y una vez más, la distrajo por el cruce de sus brazos. —Necesitamos privacidad y nos distraemos por ahí. —No, no lo harás. No puedes decirme que hacer. Soy una adulta. —Dime la verdad. ¿Eso fue sólo para conseguir que vuelva? Deberías haber dejado explicarme. —Te dije que sólo sería honesta contigo. Ella lo fulminó con la mirada, acomodando su postura, cruzando los brazos bajo su pecho. Sabía exactamente lo que estaba haciendo, y tal vez ella estaba actuando infantil ahora. Pero tenía pechos que eran fáciles de ser empujado hacia arriba y le dio poder sobre él. Sólo esa mirada soñadora que se pegó a su pecho se lo dijo. —Lucía diferente para mí, si obtuvieras mi posición. —Pues ese beso parecía bastante real desde mi posición y lo mismo hizo sus cuerpos juntos, si estas en mi posición. —Dios, Sarah... —susurró, sus labios apenas entreabiertos, tieso. Él entró en escena y se inclinó hacia ella, con los antebrazos presionados a la puerta en cada lado de su cabeza. Sus dientes aún estaban apretados, sus labios en una delgada línea, pero estaban ligeramente abiertos, y la intimidad de eso envió su control lejos. Ella se dejó llevar por su presencia. Su olor era como una droga para ella. Podía cerrar los ojos y describirlo. Brisa fresca del mar, pero con tonos de oriental, almizcle y vainilla. Ella cerró los ojos y un gemido delicado no sólo estremeció sus labios, sino que hacía sus piernas débiles, también. Cuando abrió los ojos, él estaba mirándola y tenían hambre, su respiración jadeante y los labios a una pulgada de distancia.

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Él cerró los ojos y su respiración se igualó al salir. —Creo que tengo algunas explicaciones que dar. —Creo que yo, también. Sarah cedió a sus necesidades y llevó los dedos hasta su mandíbula. Él atrapó sus dedos justo cuando estaban a punto de caer y los entrelazó los suyo con ellos. Sus ojos se encontraron y ella leyó esa expresión como

No. No le importaba escucharlo, pero su corazón latía como loco por su tacto. Ninguno de los dos quería separarse. Ella se mordió el labio al recordarlo besándola por primera vez y no se dio cuenta que su cuerpo había arqueado en lo más mínimo hasta él. Pero él lo hizo. Atrapó su otra mano y la llevó cerca de la parte baja de su espalda, y las apretó contra la puerta. Ella volvió la cabeza mientras él se inclinaba para besarla. No estaba seguro de si ella estaría dispuesta a compartir los mismos labios que había tocado Alyssa, pero definitivamente no fue ahora. Su cuerpo se había traicionado a su enojo por él. Ella había ido y deslizó sus dedos entrelazadas debajo de la línea de los vaqueros. Afortunadamente, estaban apretados, y mientras se deslizaban las manos de Malik, justo para no llegar muy abajo, dejando un poco de espacio para pensar. Detente, detente y sal de aquí, ahora. Sus manos lograron aplastar contra cada una de sus mejillas cuando él la levantó del suelo y sus piernas encontraron un agarre envolviéndolas alrededor de sus muslos. Ella gimió, pero era una súplica desgarrada, una de necesidad erótica, pero también el dolor. Justo cuando estaba a punto de hablar, su voz se quebró. Al menos una parte de ella quiere parar esto. Justo en ese momento, dejó caer sus labios detrás de su oreja y susurró. —Te quiero tanto, Sarah. Te necesito. Por favor. —Sarah se empujó contra él, y necesitaba sus vaqueros desabrochados para sentirlo más cerca de ella. Ella miró hacia abajo a su botón, buscándolo a tientas, luego buscando nuevamente, mientras Malik besó justo debajo de su oreja. Él soltó el aliento y respiró el aire caliente en su nuca. Ella se estremeció, luego se centró y desabrochó el botón. La cremallera siguió por sí mismo, con las piernas tensas alrededor de su cuerpo con tanta fuerza.

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—Por favor, olvida lo idiota que fui, te amo —Él la besó en la sien, su mejilla, sus labios—. Quiero todo de ti. —Oh, Malik. —gimió. Te amo brilló en sus pensamientos, pero ella estaba demasiado en conflicto con lo que debería haber estado haciendo para dejar que saliera en la agonía de sexo. Ella se colocó ligeramente por encima de su cara y murmurando esas palabras mientras se presionaba contra su mejilla, debe haber sido tanto como un cambio para él, ya que sólo había sido para ella. Él apretó sus manos alrededor de sus mejillas, luego se deslizó hacia fuera y trazando sus curvas, empujando hacia arriba sus pechos, y gruñendo cuando sintió sus túmulos carnosos apretados en sus palmas.

Sus labios se picoteaban en puntos cercanos a la boca hasta que encontró los de ella, aún más urgente que nunca, a ciegas en busca de contacto. Ella sintió sus manos en la línea de su panty, sintiéndolo deshacer la hebilla con el dorso de los nudillos. Se deslizó fuera de él por un momento para sacarse sus zapatos y quitarse sus pantalones vaqueros. Él sólo tenía los calzoncillos, los vaqueros se agrupaban cerca de sus pies, y las ondulaciones de los músculos de sus hombros llegaban hasta los antebrazos. Su pecho se estrechó ampliamente para formar un triángulo perfecto, donde sus abdominales estaban claramente definidas en un sixpack, donde su línea de V insinuó más músculos de abajo. Cuando ella dejó caer los pantalones al suelo a su lado, vio su mirada feroz, su lengua se deslizó por encima de su labio inferior. La cabeza de Sarah estaba llena de pensamientos de todas las cosas que su lengua podría hacer. En cada lugar, en todo el cuerpo, y se abalanzó sobre él de nuevo, asegurándose a sí misma alrededor de su cuerpo una vez más. Malik les volteó y chocó en la parte superior del banco. Ella se deslizó hacia delante y se acomodó perfectamente entre sus piernas. Su dureza se apretó contra ella, eso la hacía humedecer entre sus piernas. Ella dejó caer la cabeza hacia atrás y gimió suavemente, agarrando sus duros bíceps mientras lloraba. Dios, ¿había una parte de Malik, que no fuera dura? Ella podía sentir una parte especialmente dura para ella. —Argh, te odio Malik —gritó ella como echaba la cabeza hacia arriba. Ella se aferró a los lados de su cara—. Te odio tanto... —ella quería recitar una lista de todo lo que era, pero a su cuerpo no le importaba eso. Ella tiró de su labio luego envolvió sus labios alrededor de su lengua y lo chupó. Se echó hacia atrás y hacia delante, luego hundió la mano debajo de los calzoncillos para ahuecar su erección. Él estaba tan duro como necesitaba estar a gusto en ella completamente. Ella continuó trabajando su lengua con sus labios de la misma manera que envolvió sus dedos alrededor de su erección y de manera fluida los movió de atrás hacia adelante también.

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Él se apartó de ella lo suficiente para que sus labios se deslizaran de los de él. —Sarah —gimió—. Podría venirme en mis pantalones con tus manos alrededor de mí en estos momentos. Mmm. —Odio cómo embriagas mi control. Él la besó en el cuello, colocando las palmas en sus pechos de nuevo, acariciando sus pezones.

—Odio la forma en que sabes exactamente lo que quiero que hagas, incluso, lo que no debería querer. —Sólo tú. Oh mi Dios —él gimió, trabajando su propia erección en su mano. Sarah lo odiaba mucho, pero en ese momento su odio era igualado por su necesidad. Ella lo empujó hacia atrás y tiró de sus calzoncillos. Deslizó sus calzoncillos por sus muslos. Arqueó sus caderas y bajo sus bragas sobre su trasero. Las empujó sobre sus rodillas y levantó sus piernas para que pudiera deslizarse por sí mismas. Ella movió rápidamente sus dedos y los dejó caer al suelo. Malik los miró por un momento, considerándolo, luego se acomodó entre sus piernas. Él la agarró por los pies alrededor de las plantas y con su toque extendió los dedos del pie en punta en ángulos opuestos. Una mirada desde la punta del pie hasta su carne rosada expuestas y sus ojos se pusieron en blanco. Él se hundió entre sus piernas y cerró su boca sobre la de ella, soltando un aullido por un momento antes de que ella pudiera apretar su mano sobre su boca. Durante unos minutos, él movió su lengua en la de ella, chupó y chasqueó su lengua junto con el poder de su dedo vibratorio que trabaja en su apertura. —Por favor. —gritó ella, cuando estaba tensando su lengua y su dedo. Ella miró abajo hacia a su erección sobresaliendo por sí mismo y sus ojos se cerraron sobre su objetivo, ella tenía que darle placer, tanto para su placer y para ver su reacción. Ella lo miró a los ojos mientras se escurría sobre su palma. Ella lo volvió a trabajar, su mano deslizándose con rapidez, ayudando a que ella le bombease más rápido que antes. Él empezó a jadear, de pie, inmóvil, con las manos impotentes cerca de su cabeza, abriendo y cerrando. Su cuerpo se sacudió, y Sarah sintió su erección empezaba a palpitar. Se echó hacia atrás. Descansando su cabeza contra su frente, le preguntó.

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—¿Me odias todavía? —Sí, no, mm... —Sarah inhaló, y suspiró—. ¡Calla! Te voy a dar la respuesta equivocada. —Sólo dame un minuto. Él se inclinó y se pegó a su pecho, chupando uno y masajeando el otro con sus manos. Su lengua se movió en su pezón y sus dedos se transfirieron desde su pecho pellizcando el otro pezón. Sarah terminó apretando los muslos alrededor de su cintura, frotando su humedad sobre él mientras lo estaba marcando. Ella trató de detener sus pulsaciones pero

la magia que producía intensificaba su excitación y era demasiado grande para que ella controlara sus reacciones. Ella deslizó su mano por su pecho y su cintura. —Ahora. Él gruñó y luego cogió su erección y la agitó en la piel alrededor de su abertura. Tanto Sarah y Malik miraron hacia abajo, a poco minutos de estar conectados. Sus labios estaban a un suspiro de ella, sus ojos muy abiertos y tomándola, él la penetró. Los ojos de Sarah se abrieron y se estremeció, sus caderas se desplomaron con el tamaño de él entrando en ella. Él comenzó a besarla y ella se perdió, deslizando su lengua alrededor de él, profundizando el beso, ya que bombeaban sus caderas juntas. Las manos de Malik ahuecaron sus nalgas y Sarah se sumergió de nuevo para descansar la parte posterior de la cabeza contra el espejo detrás de ella. En un ángulo lejos de él, el ápice de sus excitaciones llegó a su límite y ella cerró los ojos, dejando que sus pensamientos de Malik trabajaran para su placer lleno de imágenes en su cabeza. Ella comenzó a tensarse alrededor de él y no pudo contenerse por más tiempo, la presión haciéndola escurrir la piel y todo su cuerpo caliente, a pesar de que estaba completamente desnudo. —Vamos, nena. Vente. —dijo él. Ella permitió que sus palabras penetraran de golpe, como una autorización y se estremeció a su alrededor, llevando sus manos a la pata en la superficie dura del espejo detrás de ella, presionando con fuerza en algo, para aliviar la sensación destrozándola por dentro. —Joder, Sarah —dijo Malik—. Eres tan hermosa como esa... oh, joder. Sarah, me vengo. —Hazlo —suplicaba ella.

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Ella sintió su pulso y sus movimientos lentos, hasta que poco a poco se deslizó fuera. Momentos después se dio la vuelta para el rollo de papel higiénico, para limpiarse a sí mismo. Sarah se deslizó hasta el suelo, pero tuvo que agarrarse a la barandilla en la pared cuando las piernas le temblaban y no podían sostenerla. Cuando se establecieron, sacó sus bragas de respaldo y termino sentándose en el suelo cuando vio a Malik encajando su camiseta hacia abajo sobre su abdomen.

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—Mierda —dijo él, apretando sus manos en su culo, y golpeando frenéticamente con ella—. Me vengo justo ahora.

—¿Acabo de liar las cosas entre nosotros? No podía pararme a mí mismo. —dijo. Sarah exhaló un largo suspiro, tomándose su tiempo para dejar su cabeza aclararse.

—Yo tampoco podía parar. ***

AHORA Cuando Sara salió del bloque de sanitarios para discapacitados, se alisó el pelo, por temor a que estuviera levantado y en mal estado por el rose contra la puerta, el espejo y él. Por el rabillo del ojo, echó un vistazo hacia Malik. Él estaba tratando de ocultar la misma sonrisa descarada que ella tenía. —¿A dónde vamos? —preguntó ella. —Realmente tengo que explicarte las cosas ahora, antes de empieces a preguntarte hasta qué punto necesitas alejarte de mí. —No he dicho eso, Malik. Él no contestó ni dijo donde la llevaba y el estaba demasiado avergonzado por lo que acaba de pasar, así ella no se lo repitió y dejó que sus preguntas candentes la carcomieran. Después de la caminata a través de las puertas giratorias, ella vio el Turbo XR6 negro de Malik estacionado detrás de su pequeño vehículo. Se veían lindos alineados juntos. ¿Cuál de los carros deberíamos tomar? Se preguntó. Sarah se desvió a los coches, pero la mano de Malik encontró la de ella, y tiró de ella hacia la acera, en la dirección opuesta.

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—No está lejos. Tomaremos el tranvía y caminaremos. El día era perfecto para eso, también. Sarah comprobó la hora, notando que era tiempo de almorzar. El sol salió hoy y las nubes eran escasas. Era una luz brillante, no una caliente, por lo que ella sacó sus gafas de sol de su bolso y se las puso. Malik se encontró a su lado, pero ahora que había espacio para respirar, la mente de Sarah había logrado sacar un horrible e incluso más hiriente recuerdo de la noche anterior, cuando había visto lo que estaba haciendo con Alyssa, así que necesitaba espacio. A pesar de que era una mano, Sarah no quería tocarlo, suspiró profundamente al pensar de nuevo que se había dejado ir demasiado lejos en los baños. Su cuerpo todavía lo anhelaba, pero Sarah tenía que ser una mujer adulta sensata. Él no era el adecuado para ella en una relación, si la noche pasada era su verdadera naturaleza. Argh, y besé los mismos labios que ella besó. Sarah comenzó a reunir pistas sobre donde estaban yendo mientras se dirigían al tranvía. Caminaron por el sendero a la entrada de la estación y bajaron las escaleras. Era un domingo por la mañana y al lado de las horas previas, más cerca del amanecer, cuando los servicios se pusieron en marcha, esto era lo más tranquilo que ella podía imaginar la Estación.

Una voz llamó que el siguiente tren por partir era el de las 10:20 am, y sólo dos personas se subieron el. Malik y Sarah pasaron a la misma plataforma en la que se conocieron, y se sentaron en un banco entre el lugar que ella lo estaba espiando y donde en secreto él la había visto, también. Sarah hizo subir sus pies para descansar en el borde del banco y agarró los extremos de los zapatos, sosteniendo sus talones cerca apoyando la barbilla en las rodillas. Quería preguntarle por qué demonios Malik fue y arruinó algo tan magnífico entre ellos. Así es como Sarah describiría lo que tenían; grande, hermoso, inmenso. Todas las formas para describir magnífico eran lo que él era para ella. Él era esta cosa exterior, grande y por mucho un poco viejo para ella. Supongo que ella estaba tan cegada por sus aspectos positivos, no vio a la serpiente que se arrastra detrás de ella, lista para atacar abajo. —El alcohol es mi kriptonita, Sarah. Soy un adicto. No quiero beber, pero me tomo uno a la vez de todos modos, porque no puedo evitarlo y una copa, no es la gran cosa. Entonces uno se convierte en cinco, se convierte en diez, y... y no soy el hombre que debes querer. He pasado años bebiendo dinero y mi vida. Estoy sobrio desde hace tres años, pero joder, no le importa a Alyssa. Ella conoce mi debilidad. A ella no le importa. Sarah tragó saliva y sintió que su cuerpo se estremecía después. Volvió la cabeza, necesitando ver a Malik.

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—Ni siquiera puedo explicarte lo que pasó. Obviamente estoy jodidamente engañándome a mí mismo... No estoy por encima de mi adicción. No recuerdo por qué tuve una bebida, o cuando me quedé a tener más. Yo no tenía nada en mí y sin embargo me puse tan destrozado... Ni siquiera puedo explicar por qué salí de mi camino para tomar una copa. Yo sólo... Él gruñó y enterró la cabeza entre sus palmas, ocultando toda su cara, pero sus oídos, tenían un tinte rojo en ellos. Oyó su respiración entrecortada a través de sus gruesos dedos, que fue seguido por otro gruñido de frustración. Su puño debe haber sido blanco por la tensión, que pronto fue de color rojo y ensangrentado. Sarah quería que se detuviera, pero sus piernas eran demasiado débil para pararse, sus pensamientos zumbando. ¿Él estará demasiado abrumado para parar? ¿No me reconocerá en su rabia y me pegará? Ella se sentó allí, con los ojos abiertos, y sin saber qué hacer. Las respiraciones de Malik se convirtieron en bocanadas de ira. Sarah sintió su dolor en su corazón. No podía recuperarlo, pero tenía piedad de él, y sintió pena de que hubiera intentado todo lo posible para conquistar esos demonios, ella y su madre se habían compadecido de este pobre extraño, los que aún se arrastraban sobre él.

Está claro que Sarah era tan magnífica para él como él para ella. Pero ahora eso se arruinó, cambió por una noche débil. No parecía que pararía en cualquier momento pronto, ella llegó detrás de él y sostuvo una mano firmemente cruzados sobre su pecho superior y una fuerza alrededor de su cintura, deteniendo la forma de su cuerpo curvado por detrás con el empuje de ella. Él se quedó quieto, bajó los antebrazos contra la viga y hundió la cabeza entre sus brazos. Sarah creyó oír un lamento susurrado, pero no lo dijo más fuerte, de todos modos. —Lo siento. Estoy tan, tan apenado. Eso todavía no es siquiera adecuado. Después de unos minutos, él, hizo un par de vueltas arriba y abajo y luego se sentó junto a Sarah de nuevo. Sarah tenía sus manos agarradas del borde de sus tacones y sus rodillas dobladas. Él la hizo girar por los tobillos para que ella lo enfrentara directamente. Sarah se quitó las gafas de sol y no pudo evitar barrer su mirada hacia arriba y disfrutar en Malik, un hombre torturado. Entiendo que dejes ir tus inhibiciones cuando estás borracho, pero Dios, Malik Sarah suspiró. Besaría a un chico siendo demasiado tímida para decir hola, o levantarme y bailar delante de una multitud cuando nunca tendría el valor antes o algo más loco, pero todo sería porque, en secreto quisiese probarlo. No me puedes decir qué dentro de tu corazón no sientes algo por Alyssa después de que la besaste y estaban uno encima del otro. —Apenas lo recuerdo. Todo es confuso. Todo es un continuo pedazo de mierda. —¿La tocaste después de eso o dormiste con ella? —No, me quedé dormido, no pasó nada después de eso.

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—¿Pero me recuerdas viéndote? —Eso está claro. Tu rostro. Era como si hubieras visto un fantasma y luego hubiera un golpe enorme en tu pecho, entonces fueras pisoteada por todos, todo en tus ojos y tu expresión. Eso está claro como el cristal. Lo que no lo está, es todo lo demás. Ni siquiera tengo el impulso de beber. Estaba con Lucy, y cualquier tiempo que tengo de ella, ella es en todo lo que pienso. Me encanta hacer el día de mi hija conmigo tan especial como pueda, por lo que tiene algo con que crecer.

—¿Y Alyssa? diablos, Malik. No te puedes imaginar lo mucho que duele. —Discúlpame por sonar grosero, pero no puedo. Mi esposa, el amor de mi vida y mi todo, en su momento rompió mi corazón. Ella me dejó solo, y yo era esta persona sin nada. No he venido aquí para lanzarme a una serie de afirmaciones y negaciones. El alcoholismo siempre será parte de mí tengo así que mantenerlo a raya y bajo llave. Estaba bien cuando nos conocimos. Bien durante años. —Pero entonces te conocí. No me di cuenta que necesitaba todo de mí mismo. Y eso ha hecho mi última semana la más feliz desde... desde que no puedo recordar haber estado tan feliz, ha pasado mucho tiempo. Apenas puedo quedarme aquí contigo, sabiendo que te he lastimado un poco, como ya he sido herido. La odio. Me ocupo de ella, pero yo no... De ninguna manera... tengo sentimientos por ella. Tienes que confiar en mí. —Lo hice. Realmente lo hice. Pero tal vez lo que me dijiste era la inseguridad de una reflexión profunda dentro de ti que aún no se ha reconocido. Nunca he pensado en otra cosa que estar contigo —Sarah empujó hacia atrás y se enfrentó a las vías del tren de nuevo—. Así tal vez eres tú quién tiene que pensar si alguna vez realmente me quisiste, o tenías idea de mí. Tal vez tú has sugerido lo que somos, no es más que un torbellino, porque es lo que tú realmente crees. Necesitas pensar un poco si no entiendes por qué hiciste lo que hiciste con tu ex. Como me dijiste una vez, esto no es un juego para mí. Así que no me gusta jugar. —Lo digo en serio. —Sus labios apretados y su barbilla temblaron. No era que él estuviera a punto de llorar. Más como, Sarah lo podía imaginar, cayendo de rodillas y envolviendo sus brazos alrededor de las piernas de ella, su mejilla presionada contra sus muslos con desesperación. —No siento nada por ella. —Perdona por dudar de eso. Él se encogió de hombros, asintió con la cabeza, abatido.

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Si no puedo confiar en ti, y no sabes lo que está pasando y por qué hiciste lo que hiciste anoche, ¿qué esperanza nos queda? Ella levantó las manos en el aire. Sarah se puso de pie. No tenía nada más que decir, y no quería arriesgar que su servilismo la hiciera cambiar de opinión. Él le tendió la mano para abrazarla, pero ella se apartó. —Lo siento. ¿Qué pasa con lo que hicimos justo antes? No puedes decir que no fue increíble.

—Lo fue, somos demasiado compatibles, sin embargo incompatibles. Nosotros hicimos lo que sentimos, no lo que pensamos que deberíamos. Y ahora mismo, tenemos que pensar. —Déjame recompensarte. Correctamente. Te quiero. Por favor, Malik. No reacciones. Piensa en esto. No eres sólo tú quién ha sido herido de gravedad antes. Necesito que estés seguro, y seas confiable. Por el momento, no estoy segura de por qué dices que nunca me mientes. Parece una promesa delgada ahora. Sarah bajó de la plataforma y camino para a tomar el tren de regreso. Ella no se volvió, no oyó a Malik seguirle y no sabía a dónde ir desde aquí.

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Por lo menos, él todavía respetaba sus deseos por encima de sus propias necesidades.... lo cual le dolió como un golpe de talón en su garganta.

17 PATERNIDAD Traducido por Letizia Grey Corregido por DaraNicole

AHORA

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arah manejo hasta su casa, sintiendo como si su cuerpo y su mente estuvieran en dos lugares diferentes. Ella se sentía como una repisa vacía, excepto su cabeza llena de dolor y traición, tanto que ella se preguntaba por qué su cuerpo estaba hecho para hacerla sentir tan deprimida. El trayecto del tren no se paso ni rápido ni lento, fue pacifico y sin contratiempos, cuando ella entro a su casa todo estaba callado salvo por algo proveniente de la cocina. Sarah tiro su bolso al lado de la entrada y corrió a su habitación. Ella no quería ver a su madre vestida como lo estaba, o empezar una charla y que preguntara cosas antes de que ella estuviera lista. En su habitación, Sarah se quito sus jeans, top y su maquillaje. Se vistió de nuevo en un chándal, un top de tirantes y recogió su cabello en un moño en la cima de su cabeza. Aun escuchando el ventilador de encima de la estufa y a su madre moviéndose en la cocina, ella se dirigió ahí. Ahora lista, imagino que su madre podría necesitar algo de ayuda al hornear. Solo un poco.

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¡Sarah! Su madre chillo. Hola Ella trago y lamio sus labios, bajándole al fuego y descansando la cuchara de madera en la orilla de la cacerola. Es solo la salsa boloñesa que compró cuando hacemos pasta. Ella ondeo su mano como si no hubiera nada de qué preocuparse. Ella se inclino sobre la isla de la cocina y le indico a Sarah que se sentara en el banco. Sarah se sentó agradecida de ser capaz de sentarse en algún lugar y no sentirse como el centro de atención. ¿Café, jugo, agua? A Sarah se le hizo agua la boca pensando en algo de beber. Era muy temprano para algo tan desabrido como el agua, pero ella definitivamente tomaría algo de jugo. ¿Hay algo de jugo de naranja?

Su madre regreso con un vaso lleno. Era de la clase con pulpa así que Sarah se deleito con el agrio sabor y los pedazos de la naranja, cerrando los ojos y tomándolo todo de un solo trago. ¿Tengo a una Sarah borracha o a una Sarah hambrienta por el desayuno? Bueno, no estoy borracha. Sarah dijo. Su madre se giro y tomo algo de pan, huevos y unos pedazos de tocino. Ella mantuvo los ojos bajos fuera del alcance de Sarah, lo que incito a Sarah a sentarse y pensar. Diablos, ella se dará cuenta, justo ahora que había insinuado que Sarah estaba hambrienta por el desayuno, pero no era solo eso. Su madre empujo un plato con tocino, huevos y tostadas enfrente de ella, con una taza de jugo de naranja llena de nuevo. Gracias. Sarah dijo, dándole vueltas a su comida con el tenedor. Su estomago gruño, la comida se veía deliciosa, excepto que ella aun no estaba lista para comer. ¿Algo te preocupa, Sez? Sarah la miro y asintió, aun frunciendo el ceño y jugando con sus labios. Primero, ¿cómo estuvo tu cita? Su madre le dio una sonrisa. ¿Amigos? Sí, claro. Era definitivamente una cita. Quizás lo vea de nuevo su madre dijo con una sonrisa de satisfacción. El no tiene deudas, tiene dos hijos pero es viudo, tiene un trabajo regular y no consume drogas o cualquier cosa especialmente rara o estúpida. Lo mejor de todo, el es endemoniadamente guapo, me hace reír sin parar e incluso jalo mi silla por mí al sentarme y tomo mi abrigo. Creo que me saque el premio gordo. Suena bien para ti. Bueno, somos muy parecidos, excepto que es un representante comercial. El viaja al extranjero cerca de dos meses del año. Y viene de una familia adinerada pero es un buen tipo para mí en la forma que cuenta.

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Desearía tener eso. Sarah dijo entre dientes. ¿Qué? Sarah movió su mano en el aire. Hora de comer el desayuno que su madre hizo para ella. Ella corto el tocino y lo dividió varias veces, amontonándolo, luego tomo algo de huevos fritos y se lo metió a la boca. Con la boca llena, sus mejillas ruborizadas observa lejos de la mirada fija de su madre.

¿Estuvo bien anoche? Me metí en la cama alrededor de medianoche. Lo siento por no esperarte. Pero me guarde mis bragas de Gran Madre, y trate de darte tu espacio. No, hiciste bien, madre. Soy yo. Deberías de pensar que soy lo suficiente inteligente para saber en quien confiar. Lo eres. Su madre le indico que la esperara. Ella apago la estufa, vacio la salsa boloñesa en unos pequeños envases y los puso dentro del refrigerador y volvió a sentarse al lado de Sarah, descansando sus codos en la isla. Ahora… Si. ¿Fue Malik? ¿O tu padre? Tienes que dejar de culpar a todos los hombres del mundo. Equivocada. Tengo que olvidar a tu padre, quien es un hombre que no puede controlar sus ansias. Estoy preocupada por ti y Malik. Confiaba en el, preocupándome ayer y luego espiándolo, de cualquier forma. Bueno, pensaba que estaba sintiéndome insegura y tonta. Eso era, hasta que lo encontré besándose con Alyssa en una noche familiar con Lucy. Ellos se estaban tocando uno al otro. Cuando hablamos esta mañana, el dijo que no se había dado cuenta porque estaba borracho, demasiado borracho, y realmente no recordaba haberla besado Sarah espero la reacción de su madre, pero ella aun seguía escuchando. ¡Qué mierda! El obviamente sigue sintiendo cosas por ella, y obviamente se lo niega a sí mismo. El fue tan sincero al decirme que me quería en su vida, en serio y cuando me dijo que no pensaba o sentía algo por ella.

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Su madre se estiro y tomo las manos de Sarah. Ella quiso alejarse, alejarse de cualquiera que quisiera sentir lástima por ella o ayudarla. No estaba ayudando. Sus instintos la habían traicionado, y luego estaba Malik. Nada podía hacer esto mejor. Pero Sarah dejo a su madre apretar su mano. Unos segundos, eso la calmo y sonrió. Su madre la conocía mejor de lo que ella misma. Para que sepas, cuando lo vi un momento del día, y lo que he escuchado de él, es honesto, un hombre increíble. Nada parecido a Alyssa. Para ser honesta contigo, estoy sorprendida de que el hiciera eso. Eso es un giro de 180 grados de lo que él dijo y como actuó contigo, y de lo que tú me has dicho a mí. A veces hay granujas que parecen sinceros, y te enamoras de ellos. Después, te das cuenta de que lo debiste de haber notado. Otras veces, los granujas son brutalmente honestos, y tú sabes que te debes mantener alejada de ellos.

Su madre sacudió su cabeza, pareciendo pensar antes de decir el final. Pero en ocasiones, pasan cosas que no tienen sentido, e incluso después, después de mucho tiempo, siguen sin tener sentido. No tomes ninguna decisión y tampoco no acabes con tus reflexiones. Solo haz algo de espacio y piensa, reevalúa. El tiempo es la única cosa que funciona a veces. El tiempo es también un jodido asesino. Su madre masajeo su hombro y luego le dio un beso en la sien. Las mejores cosas de la vida pueden venir con equipaje.

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Sarah se sentó ahí mientras su madre limpio y luego siguió en otro lugar. Sarah se sentó, quieta, solo mirando fijamente una mancha insignificante en la pared frente de ella, hasta que su trasero estuvo entumecido y ella se tuvo que mover también.

18 CURACIÓN Traducido por Mary_ann Corregido por DaraNicole

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AHORA

or días, Sarah estuvo como un matojo rodante en el viento. No tenía un propósito para sus métodos, ella solo aceptó e hizo lo que tenía que hacer trabajar, limpiar, tomar un café con una amiga. Sin su corazón comprometido con algo. Ella encontró un paquete con su dirección esperando por ella cuando chequeo el correo después del trabajo. Pesándolo en sus manos, supo que contenía algo pesado, del peso de un ladrillo, pero dispersamente delgado. Las facturas y otros sobres podrían esperar. Deslizándolos a través del banco, ella abrazó el paquete a su pecho entonces lo coloco en su cama. Sarah tiró de la tapa y lo abrió, punteando para ver un negro… ¿un libro negro? Mientras ella lo deslizó fuera, la realización de que era eso, la hizo

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aspirar. Ella pulió sobre la tapa dura, sintiendo la áspera textura sobre su toque, y apretó sus dedos en la orilla para abrirlo. Era una foto de Sarah. Ella recordaba la foto. Era de ella a los 21 años. Y para estos días no recuerda quien la tomo, pero su amiga, Brittany, le envió un montón de fotos, y Sarah puso esta como su foto de perfil en Facebook. En ella, tenía un sombrero11 y estaba agarrando una botella de tequila con su propio mini sombrero en la tapa. Ella recordó cómo se sentía cuando reía en ese punto, mareada desde las bebidas, y feliz, sin ninguna razón específica para estarlo. Ahora, mirando en el álbum, ella toco la foto, sintiendo la sacudida de emociones como si tuviera un choque de chispas de

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En el español original.

electricidad. ¿Recogió la foto porque el alcohol simbolizaba algo profundo? O ¿el la recogió porque podría decirle cuan libre y feliz Sarah se veía? Ella paso a la siguiente pagina para encontrar un bosquejo. Lucy tuvo que dibujarlo asumió Sarah, desde la pinza y el mellado de líneas de lápiz su papa, con una corona sobre él. El garabato escrito “Malik”, y lo próximo era, un insignificante menos horrible, y menos infantil dibujo como algo entre una figura de una rama y un bosquejo completo era una mujer con largo cabello marrón moca, ojos grises y una pequeña corona en ellos. Sarah sonrió notando las diferencias en los dibujos que Malik había dibujado de ella misma. Ella volteo la pagina para ver una foto de Malik y su cabeza puestas en el cuerpo de Jason Statham con su heroína en sus manos. Había un subtitulo que decía, “solo quiero ser tu hombre perfecto.” Y cuando paso la pagina de nuevo, un tiro profesional del Crown Casino había sido tomado en medianoche, con las flameantes columnas y disparando flamas en lo alto, grabada hacia abajo. Ella pasó y paso, ese era Malik cuando él era de la edad de Sarah, en el barranco, rodando en el suelo con suciedad apelmazada sobre él, y sus compañeros apuntándolo y riendo, borrosos en el fondo. Dentro de la caja había uno de los más hermosos pares de tacones rosados que Sarah jamás haya visto. Finalmente, había un bolsillo de expedientes adjunto a la última página, Sarah inclino el libro al revés y lo sacudió. Fotos cayeron abajo, pero después las miraría, ella sabia cuales eran. Tenía grandes números de papel pegados arriba de ellas, entonces recogió la número uno, sonrió tristemente a la imagen de cuando Sarah entro en la cabina y estaba mirando los labios de Malik, diciendo algo que no puede recordar ahora como la primera bala lanzada. En la parte posterior leyó, unas palabras escritas por Malik, “quiero darte el espacio que mereces”.

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Ella recogió la número dos y continuo, “porque tú me diste amor, vida y risas en un mundo donde ya no creía en la perfección” Ahora, su corazón se había acelerado, y ella busco por el tercero, pero estaba justo enfrente de ella. Leyó, “aunque eres la primera y la última cosa que pienso cada día, no puedo olvidar el modo en que deje mi arruinado pasado, la única cosa perfecta en mi vida eres, tu…” Los ojos de Sarah se sentían pesados y llenos de lagrimas cuando ella empezó a leer la ultima, “… te amo lo suficiente para darte lo que deseas, aunque pienso que siempre estarás entrelazada a mi corazón, no hay problema si no puedes aceptarme de regreso.”

Por los próximos 15 minutos, Sarah no puedo retirar su cabeza de la cama. Sollozo en la almohada y quiso llamarlo. Quería decirle lo que estaba sintiendo. Pero no pudo, debido a la enorme gama de sus sentimientos exaltada, herida, excitada, triste. Así que agarró los extremos de la almohada en su cara, arrugándola para hundir la cabeza dentro. El dolor en su pecho era más pesado de lo que había experimentado antes. Era tan pesado como estar usando ropa de invierno en la parte más profunda de una piscina, tan caliente como un agudo sartén, y afilado como el momento en que una aguja se inserta a través de la carne. Ella empujo el álbum con el dedo del pie demasiado impotente y pesado para moverlo, ella lo agarro con su mano para poder tirar del álbum más cerca y así poder ver. Paso a través de cada página, forzándose a sí misma a dar marcha atrás a sus lágrimas. Quizás Malik realmente la amaba. Todo lo que Sarah había conocido se destrozo en ese momento. Su papá tuvo un amor parecido con su mamá desde que ella tenía 16, esta noche, ella nunca tendría que escoger que era lo que él iba hacer a su familia. La lujuria y una atracción profunda trajo a Sarah y Malik juntos, y así formaron una relación sexual casi tan rápido. Aun todos estos años, Sarah había actuado de cierta manera debido a lo que su papá hizo. Asegurándose que ella no era lo suficientemente tonta para dejar a un chico manejar su mundo. Asegurándose que ningún chico la hiciera débil y estúpida. Asegurándose de no dejar a ningún chico entrar en su corazón, ya que no se podía confiar en ellos, no absolutamente. Todos estos años, pensó que era más inteligente que otras chicas quienes obtenían su corazón pisoteado. Pero Malik estuvo luchando por su amor, incluso después de empezar su relación de lujuria y sexo. Él era el último que ella esperaría que luchara por sus sentimientos. Su padre nunca lo hizo

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Su madre nunca le demostró a ella como ser feliz y seguir adelante. Nicholas no vino después de que su ruptura el solo desapareció a Sydney otro estado. Pero Malik le demostró a ella que la amaba lo suficiente para darle su espacio, incluso si eso significaba dejarla ir de su vida completamente, pero estaba recordándole que él estaba ahí, queriendo cada único momento que tuvieron juntos, no importa cuán corto sea. Ella escribo, “gracias por todo, Malik.” Ella envió otro rápidamente, esperando que él no lo tomara de manera equivocada

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“gracias por el regalo, o gracias por el tiempo que tuvimos juntos.” pero al final, ni siquiera ella sabía a qué se refería.

19 DESCUBRIMIENTO Traducido por Mary_ann Corregido por DaraNicole

AHORA Un mes después

S

arah paso ese tiempo sin hablar o ver a Malik. Durante esos días, el equipo editorial no lanzó demasiadas pilas de trabajo en ella, pero era el dolor de cabeza de autores induciendo tareas a quienes siempre estaban tarde o descuidados con sus presentaciones de manuscritos. Un amigo que hizo en el trabajo le dijo que el gerente estaba impresionado con Sarah, y sabía que ella podía manejar las cosas que los empleados más viejos no podían. Así que Sarah trabajo duro y se ocupó de eso. Ella estaba ahí media hora antes para poder encontrar algún tiempo de tranquilidad para poder capturar los emails y empezar antes el trabajo, tenía solo 20 minutos de descanso en el almuerzo en lugar de una hora, entonces hacia lo que sea que tuviese que terminar de su trabajo. Ella sabía que los empleados que trabajaban duro obtenían promociones, si el gerente la recomendará y Sarah quisiera subir todo el camino hasta la cima del editor principal algún día. Quizás ella podría lograrlo en solo un par de años.

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Pero esa noche cuando llego a casa y vio el carro de su padre estacionada en el frente de su casa, empezó un efecto dómino dentro de ella. No había visto a su papa desde la sorpresiva visita y el anuncio del embarazo. Ese fue el día que se preocupo sobre los motivos de Alyssa y su modo de ser. Tiempo después de que ella se fue afuera con Malik y se besaran dejando el corazón de Sarah roto. Malik, ella recordó su nombre, que significa “rey” en Arabe, y como el de ella significa “Princesa” en Hebreo, y el momento en el que simultáneamente pensaron como eran de perfectos el uno para el otro, solo otra razón en el tope de una larga lista.

Ella sacudió su cabeza, cerró de golpe la puerta de su carro y lo bloqueo, mientras acechaba la puerta delantera. Ella no podía dejar que hombres como su padre o Malik la obtuvieran. Ellos se ajustan mal a alguien como Sarah, que quería un hombre en su vida que la protegiera y que cuidaran de ella. Y que se quedaran. —Sez, querida —llamo su padre—. Ven, siéntate. Tú madre y yo estábamos poniéndonos al día. — ¿Poniéndose… —Sarah pausó, esperando— al día? Su padre asintió, Sarah notando como malditamente feliz era su sonrisa. No es bueno. —Ven, siéntate. Hay más galletas aquí, y una taza de té si quieres. —Nah —dijo Sarah, a propósito tomando una silla cerca de su padre. Dejando un espacio entre ellos—. Estoy bien. Realmente. —ella miró a sus padres. Su madre rodó sus ojos. —Tú padre estaba solo preguntando si nosotros teníamos algún efectivo. ¿Creerías eso? —al contrario de sus palabras, ella lucia malditamente feliz, pero Sarah observo rápidamente que ella se estaba burlando a su padre. —Vayan al grano ¿Qué está pasando con ustedes chicos? No te he visto en un mes, papá ¿Y ahora te apareces por dinero? —Es que es demasiado difícil con el bebe. Alyssa necesita tanto, gasta como loca por muebles, ropas y cualquier otra innovación de bebe conocida. Nosotros tenemos ideas opuestas sobre prepararse para un bebe en la marca de los tres meses. Ella incluso no me lo está mostrando y mi hijo está listo para el nacimiento. Cada vez que vengo con miles, ella demanda que se irán directo para un fondo fiduciario para el futuro. —Y ahora tú quieres que mi madre te de su dinero para un bebe que no es incluso de ella, biológicamente o están siquiera socialmente conectados. —Es tu hermano.

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—Medio —corrigió Sarah—. ¿Eso hace que medio o media sea importante? Su padre suprimió un suspiro. Obviamente, Él no estaba en una posición de apostar aquí, su historia no hizo nada para alentar a Sarah o su madre a caer a sus pies y ofrecer ayuda por ser tan amable con ellas toda su vida. —No me hagas sentir como mierda. No me gusta preguntar a mi exesposa y mi hija por dinero. Yo solo pensé que ustedes posiblemente querrían ayudarme. No importa.

Él se puso de pie. Y se apartó de su silla. Agarró su chaqueta, le dio la vuelta sobre su brazo y se dirigió a la puerta. La madre de Sarah la miro, empujándola hacia la puerta con su mirada. Sarah levantó sus manos y negó con la cabeza. De ninguna manera estaba ella yendo a arrastrarse hasta él y rogar por su perdón por ser tan insensible. Su madre articuló por favor, y tan pronto Sarah escuchó la puerta delantera abierta, ella llamó. — ¡Espera! Su padre se dio la vuelta, y Sarah se encontró con él afuera en el frente de la casa. —¿Está todo bien con Alyssa? —Oh, sí. El bebe acaba de pasar el periodo de peligro, está listo, el bebe y la madre están todos bien. —¿Qué sobre Nigel y Alyssa? —Sarah cruzó sus brazos, y dio un vistazo a su padre—. ¿Cómo van ustedes dos? —Estoy tan avergonzado. Lo sigo estropeando. Ella se arrastra de regreso y yo la amo, es estúpido, pero lo hago y esa sola noche, ella quedo embarazada, así que decidí que eso era una señal para mí de comenzar una vida juntos. Yo hice las cosas bien, pegándome a ella. Pero, como usualmente, se está deshaciendo. Ella no demanda dinero para ella, pero ella necesita más de lo usual en su situación actual, y esta demasiada cansada para mí. Yo solo bebo o veo televisión y ella está afuera con sus amigas tomando un café. Me siento como una viga de soporte, menos y menos como una pareja, actualmente —Él sacude su cabeza—. Pero, como dije la amo, y un bebe es una gran cosa. Nos estamos ajustando. —Ella no te está usando ¿cierto? —Eso me ofende. Alyssa nunca me usaría, o a cualquiera. Ella es hermosa, luchadora e independiente, ella nunca haría eso —Su padre bajo las escaleras hacia el camino—. En realidad, estaremos bien para el dinero.

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Sarah observó a su padre caminar a su carro y manejar alejándose. Ella se paró ahí por un tiempo después de que él se fue, preguntándose como Alyssa era una aprovechada, ella tuvo que usar muchos hombres y probablemente mujeres en su vida para obtener lo que ella quisiese, y solo para su beneficio, incluso en perjuicio de otras personas. No se podría confiar en Alyssa en lo absoluto. Sarah le preocupaba el asunto, se preocupaba por su papa. Ella tenía que ir después a él y disculparse, al menos hacerlo parecer como si entendió. Si él no tenía idea, qué tipo de cosas hizo Alyssa entonces ¿ella lo hizo ajeno a eso? ¿Qué espera esta mujer tener más de él? ***

LUEGO Sarah se fue en su coche luego de que se fuera su padre. Con solo un par de minutos después de él, ella manejó a su lugar. Sola en su carro Sarah pensó. Su padre pudo no haber sido el mejor padre después de su primera aventura con Alyssa, pero él tenía las mejores intenciones en su corazón. Fueron solo esas intenciones que salieron malinterpretadas, con él cegado por la fachada de Alyssa y un poco perdido en su propio ser. Su papá necesitaba una mujer en su vida. Él solo no pudo escoger una y quedarse con ella, y al final la que terminó escogiendo fue una lunática. En el lugar, estaciono en el camino de entrada y tomo unas cuantas respiraciones profundas antes de caminar hasta el porche a la puerta delantera. Allí, ella toco dos veces, y dio un paso atrás, rodeo su pecho con sus brazos. Su padre abrió la puerta, agotado. El no estaba mirándola, miraba alrededor adentro de la casa. Él ni siquiera se quedo en la puerta, o la invitó a entrar. Solo dijo —Oh!, hola de nuevo, Sez. —y regreso dentro, cavando dentro de un recipiente en el banco de la entrada mientras Sarah lo pasó. —¿Perdiste algo? —Sí, mi billetera. Sarah empujó hacia atrás su charla. Él parecía como si necesitaba encontrar eso sobre cualquier cosa, o de lo contrario su charla entraría por un oído y saldría por el otro. —Yo miraré arriba por ti, si tú quieres. Su padre refunfuño algo. Puedo haber sido gracias, pero su cabeza estaba abajo y enfocado en mirar a través del recipiente en frente de él. Su inquietud amplificaba su preocupación. ¿Cuánto dinero estaba en la billetera para que él este ansioso por encontrarla? Ella no pregunto ya que solo empeoraría su estado, y ninguno de los dos necesitaba eso.

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Sarah decidió que había que comprobar el baño. Demasiadas veces ella había ido a lavar sus manos, ponerse maquillajes o ajustar algo, y ella había dejado sus lentes, llaves o monedero ahí. Pero incluso después de que Sarah mirara por encima de las encimeras, abriera los cajones y mirara debajo de los armarios, ella termino vacía. Sarah caminó hacia su habitación, esperando que a él no le importara que ella husmeara por ahí. La cama estaba hecha, el cobertor propagado sin una arruga. La alfombra estaba limpia, sin pilas de ropas, o bolsas tiradas alrededor. Eso parecía esperanzador, hasta que ella vio la cartera de cuero escuro en una mesita de noche. Sarah había venido al cuarto de su padre esporádicamente. Cuando ella venia aquí rara vez iba escaleras arriba hacia la habitación de su

padre. La ultima vez ella estuvo aquí podría haber sido hace medio año. Pero, ahora Alyssa estaba establecida aquí, ella notó que donde la billetera se encontraba era el lugar de Alyssa. Tenía un lápiz labial en ese lugar, alojado entre un par de collares. Tenía un mini recipiente con sus anillos y pendientes, y una etiqueta por un abrigo Myers, el precio en la etiqueta era de 350 dólares. Sarah dijo —¡Papá! La encontré en tu habitación. ¿No sería ese el primer lugar en que él debió haber mirado? Recordando su pánico, ella la abrió y encontró unos 10 dólares en ella. ¡Diablos! Ella pensó. Movió todos sus compartimientos, y noto que todas las ranuras estaban llenas con tarjetas de crédito. Nada estaba perdido. No hubo pasos viniendo a ella. Su padre debe haber estado perdido profundamente en la búsqueda de la billetera, para estar en su propio mundo lo suficiente para no escuchar su llamado. Ella estaba a punto de llamar otra vez, cuando sus palabras se estancaron. Ella estaba casi segura que esto no era sobre Alyssa necesitando dinero para el bebe otra vez. ¿Cuánto dinero podría necesitar una mujer con un trabajo propio en la temprana etapa del segundo trimestre? Tonterías. Sarah se puso de rodillas, y busco a través de su mesa de noche. Ella encontró recibos de toda clase, viejas bandas para la cabeza, una caja de cámara vacía, más chatarra. Había bolsas de platico Ziplock, con viejas, retorcidas y descoloridas joyas en ellas. Una de esas bolsas, ubicada justo en el fondo, tenía un teléfono móvil en ella. Sarah respiro rápidamente mientras lo sacó. El teléfono móvil estaba apagado. Era un viejo modelo que probablemente no tenía acceso a internet en él. Ni siquiera valía la pena quedárselo en estos días y época. El interés de Sarah despertó. Ella lo prendió, pero él pregunto por una contraseña.

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—Mierda. —ella murmuro, presionando sus labio juntos. Ella volteó el teléfono, notó una protuberancia colgando del respaldo, y la tomo. La batería ocupaba casi todo el espacio, pero un papel con solo cuatro dígitos revoloteaba fuera. Sarah lo recogió, leyendo “4116” esta vez, cuando ella encendió el teléfono e introdujo el código que encontró, le permitió ir a la pantalla de inicio. Cuando Sarah tragó sonó alto, ya que ella tenía que empujar más allá de la opresión en su garganta. La realización de estar descubriendo

potencial crucial información acerca de quién Alyssa realmente era, hizo a sus ojos ampliarse. Sacudiendo su cabeza, ella se obligó en enfocarse de vuelta en el teléfono. Ella tenía que introducir otro código para entrar a los mensajes, la cual no era la misma. Ella intento con cuatro ceros: fallido. Sabiendo que solo tenía tres oportunidades, intercambio los dígitos originales a 6114, y funciono. Sarah era increíblemente inteligente o Alyssa increíblemente tonta. Había solo tres contactos en los mensajes que ella tenía. El último de ellos y el primero eran de un par de meses. Sarah parpadeo. Ella tenía que acercar más el teléfono, aunque el texto ya era lo suficientemente grande para leerlo. Ella tragó saliva, y se obligo a pensar en el nombre. Robin Treel. Pequeño hijo de puta. ¡Ambos! Si, Sarah no había olvidado ni un poquito esa noche hace tantos años, encontrándolo en Facebook. Todos los mensajes eran nauseabundos. “Te amo más que cualquier cosa, sexy!”, “Quiero estar contigo por siempre” y “vamos a correr lejos juntos. Olvida ese viejo cabrón”. Ella se sentó, inmóvil, sintiendo un hormigueo en sus pies por sentarse en ellos directamente todo ese tiempo, entonces ella notó la mesita de noche, la cama vino que de regreso a su línea de visión, y ella recordó el hecho que ella estaba analizando a través del sucio secreto de Alyssa en la habitación de su padre. Ella llamó. —¡Papá! —más alto esta vez. Las pesadas pisadas de su padre se delimitaban en la entrada. Él estaba jadeando y su rostro tenía un tinte de color rojo. Ella le entregó la billetera, y su padre hizo su propia inspección. Cuando él miró hacia arriba, su cara había palidecido en ese par de segundos. —¿Tomaste algo de esto? Sarah se quedo ahí con arrugas en sus cejas. Ella había planeado soltar la sorpresa, pero ahora olvido todo sobre el teléfono y lo que vio, y dijo —Por supuesto que no. Yo solo la encontré y te llame.

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—No, pero está perdido. Sarah tragó saliva. —¿El qué? —El dinero que obtuve de vender mi moto. No la usé demasiado, así que la vendí para nosotros, y el bebé. ¡La vendí tan solo ayer! —Su padre empezó pacientemente mirando alrededor, debajo de los muebles—. Yo no lo deje en cualquier lugar. No hay manera de que alguien podría haberlo robado. ¡Mierda!

Sarah abrió el cajón de Alyssa, y buscó a través de él en caso de que el dinero estuviese ahí. Detrás de ella, escuchó a su padre murmurando cosas. —Estás seguro que no lo depositaste en el banco directamente, o… —Ayer fue sábado. No llegue a tiempo. —¿Cuánto tenias? Su padre se quedo inmóvil, y por lo perdido de su expresión, ella notó que parecía como si la esperanza hubiese sido drenada de él. No era el momento adecuado para golpearlo con incluso más devastadoras noticias. Él se dejó caer en el extremo de la cama. —Uh, eran, umm —su papá no estaba enfocado. Él parpadeo y termino apagado—, ocho grandes. —¿¡Ocho!? Él asintió, con su barbilla hacia dentro. —Alyssa va a matarme. —él agrego. Ahí fue cuando las otras cosas empezaron a hacer click para Sarah. ¿Por qué su padre estaba asumiendo que él había perdido el dinero? ¿Por qué Malik se puso tan borracho al punto que no sabía lo que estaba haciendo, besado, y estando todo sobre Alyssa esa noche después de que ella estuvo con él, y cuando él había estado sobrio por tres años previamente? Él había tratado de defender su inocencia. Tuvo que recurrir a todo el problema de hacer el álbum que Sarah ahora tenía escondido bajo de su cama. Su cuerpo se llenó con calor, rabia brotando de sus profundos pensamientos a través de su cuerpo, hasta que tuvo que apretar los dientes y su sujetador se sentía como si estaba cortando su pecho cada vez que tomaba una respiración.

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¿Había ella planeado un embarazo para su propio benéfico financiero, y entonces, fuera de los celos, ahogó en bebidas a Malik para arruinar su relación y la de Sarah? Sarah tenía que saber más sobre eso. Ella tenía que dar a Malik otra oportunidad y una disculpa, si él también fue otra víctima de Alyssa. Ella había estado esperando por algo que finalmente terminara su separación ya sea con una finalización, o una segunda oportunidad. Ahora, parecía como si ella podía obtener su final feliz. —Papá ella dijo—. Llama a Alyssa. —Nah, yo chequeare con ella después. Ella tuvo que ir a ver a sus padres. Ellos están más o menos fuera de alcance en su propiedad. Sarah dudó eso. Alyssa estaba probablemente fuera para ver a su propio amante.

—La llamare. Seriamente, tú necesitas ese dinero. Ve si ella puede ayudarte a encontrarlo. Su padre tenía sus manos tirando de su cabello en esta etapa. Todo lo que pudo manejar fue asentir con la cabeza, y tender una mano para señalar el teléfono inalámbrico en el banco del pasillo, justo afuera. Sarah encontró el numero móvil de Alyssa programado en el número uno. Ella guardo el número dentro de sus propios contactos y la llamo desde su movil. Sonó y sonó, no era sorprendente. Sarah no tomó a Alysaa por una completa tonta, dado todo lo que ella había hecho. —¿Hola? —dijo Alyssa, justo antes de que Sarah colgara. —Oye, es Sarah. Tiene tu…. —Pero la línea se corto antes de que ella pudiera terminar. Sarah intentó llamando de nuevo, pero decía que el teléfono no está disponible. Ella se detuvo, mirando a su teléfono, sintiendo como su corazón latía frenéticamente ahora. Sarah se sentó cerca de su padre en la cama, y le permitió mirarla antes de hablar. —¿Está bien, puedes prometer que me escucharas? —Claro. —Tú necesita hablar con Alyssa. Encontrarla. La llamé desde mi teléfono. Ella respondió, no sabiendo que era yo. Tan pronto como dije que era yo… bueno, ella me colgó antes de que incluso terminara de decir que estábamos buscando tu dinero, ahora su teléfono esta fuera de servicio. No veo un modo de cómo alguien más pudiera tener tu dinero. Papá. Por favor, piensa sobre esto. Ella ha estado beneficiándose demasiado de una relación donde ustedes chicos ya no han estado románticamente felices. ¿Por qué más tiene ella que apegarse? ¿El bebe?, ¿dinero? ¿Otro beneficio personal? Sarah se detuvo y tomo una respiración profunda. —Hay más. Su papá apenas logró asentir con la cabeza; ella podía ver la tensión que se apegaba a él, en su estado de congelación, para hacer siquiera eso.

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—Encontré esto —ella le tendió el teléfono secreto de Alyssa—. estaba escondido en la parte trasera de su mesa de noche. Ella lo usa para mandar textos algunas veces. Pienso que deberías verlo. Su papá ya estaba viéndolo. Él había comenzado presionando botones al segundo que ella se lo dio, y había obviamente ido directamente a los mensajes, como Sarah hizo. Él estaba ahora viendo la realidad en estos segundos, se sentía demasiado lleno de tensión para ser meros segundos, y demasiado rápido para ser solo segundo. Ahora sabía que Alyssa no era quien ella había clamado ser. Su padre se paro y caminó en círculos. Sus labios moviéndose, y sus manos estaban metidas en sus bolsillos, pero por otra parte, Sarah no

podía decir si él estaba enojado o herido o estresado, o cual de todas ellas él sentía más. Él levanto un dedo. —Yo iba originalmente a refutar todo lo que acabas de decirme al comienzo. —él dijo. Sarah no sabía que decir. Desde su lugar, él se veía como si necesitara algo de espacio. Ella estaba demasiada afectada y no podía pensar. Pero quizás era mejor que ella escuchara sus necesidades. — Estaré justo escaleras abajo. Ya vuelvo. Escaleras abajo, ella rebusco en su nevera por jugo de naranja y se lo tragó. Ella lanzó el vaso en el fregadero y se apoyo en la encimera. ¿Qué iba a hacer? Su papa necesita dirección y ella era cualquier cosa menos confidente, audaz y… pero ella sabía de alguien quien sí lo era. Y alguien que pudiera ayudarlos. Malik. Él siempre se las arreglaba para parecer sin miedo y controlado. Él mantenía a la nueva Alyssa adentro. Y ella incluso necesitaba preguntarle algunas cosas sobre la noche de la cual ella ahora había descubierto nueva información. Ella lo llamó a su teléfono. — Malik, necesito a favor tuyo. Papá y yo necesitamos tu ayuda. —¿Sarah? Seguro, ¿están ustedes bien? —Bueno… — Sarah finalizó dejando que colgara ahí. Ella no quería mentir, o explicar todo eso por teléfono, y ella no sabía que más decir. — ¿Sabes donde vive mi padre? —Nope, pero puedo estar ahí pronto si tu quieres. —Sip. Sarah dio a Malik la dirección. Él prometió venir, en ese instante.

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LUEGO Malik llegó a la casa de su padre. Ella conocia el sonido de su motor, y lo miró desde detrás de una cortina, donde ella había estaba viendo. Sip, era él. Ella abrió la puerta antes que él tocara, y con cara aturdida, él entró, vagando su mirada a través de la entrada. Él tenía a Lucy en una mano. Sarah estaba agradecida de que era su fin de semana para quedarse con su hija. ¿Habría Alyssa dejado de ocuparse de ella, también? —Estoy sintiendo que algo va mal. ¿Qué más hice? ¿Posee tu padre su propio rifle?

Sarah se encontró riendo. Él había hecho que su ira y ansiedad se evaporaran como una columna de vapor. Ella tenía la esperanza, de que ella se había llenado de conclusiones erróneas, no le creyó, al contrario. —No es tú culpa esta vez —dijo Sarah. Ella se agacho y se presento ella misma a Lucy—. ¡Hey! soy Sarah, amiga de tu papi. Lucy sacudió su mano, pero no sonrió. Demasiado pronto para ser amistad con un extraño, supuso Sarah. Ella prendió la televisión para Lucy y la pequeña niña se arrodillo en un cojín, buscando a través de los canales para encontrar algo que ella quisiera ver. Malik y Sarah se sentaron en silla de la mesa principal, detrás de Lucy. Su papá llego donde ellos. —Papá perdió un poco de dinero y Alyssa se ha ido. Ella incluso ah escrito mensajes de textos secretos, quiere correr lejos con un tipo. Sarah explicó la situación con su padre perdiendo dinero, el teléfono descubierto, y la llamada fallida a Alyssa. —¿Tú conoces a sus padres bien? —El padre de Sarah pregunto—. No puedo creer que no los haya conocido aun. Después de todos estos años, después de todo. Yo tengo sus números, pero…. —Sip —él dijo—, nosotros solíamos llevarnos bien. Les daré una llamada. Malik se levanto y caminó alrededor de la esquina, su voz era un susurro a los oídos de Sarah. —¿Realmente crees eso? Sarah asintió. Ella quería mirar lejos, pero su papá la necesitaba ahora. —Yo no te dije lo que paso con Malik y ella hace un mes. —Ella no vio a Malik —dijo su padre, su tono lento inseguro—, quiero decir, ella no ha estado con él a solas. Solo cuando todos nosotros no encontramos donde tu madre.

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—No, confía en mí, era definitivamente su lengua en su boca y sus manos y piernas envueltas alrededor de él. La boca de su padre cayo abierta, y después de que habían pasado segundos, el no se veía dispuesto a ofrecer más palabras, o una expresión. El hombre estaba cansado, más viejo en el exterior de lo que actualmente era. —Un mes atrás Alyssa invito a Malik y Lucy a salir por una noche familiar de películas ¿Qué te dijo ella? —Que tenía que estar con unas amigas en estos grupos de apoyo y esas cosas. No puedo recordar que mencionara a su ex.

Sarah selló sus labios, sintió el rugido vibrando en su garganta. Ella contó con nosotros para no decir y olvidar lo que paso sobre eso, con el tiempo lo cual nosotros eventualmente hicimos —Sarah sacudió su cabeza—. Volviendo al tema, ellos salieron para una película, y Malik no recuerda beber o ponerse sumamente borracho, pero él lo hizo, y Alyssa estuvo ahí para estar sobre él. Ella sabía que él era alcohólico después de que ellos rompieron. Él ha estado limpio por tres años, y ella de repente aparece para verlo y esto sucede. —Lo matare. —su padre se puso de pie para encontrar a Malik, pero Sarah puso su mano sobre él. —Papá, escucha, estoy cabreada, incluso Malik esta cabreado. Él la odia más que nunca. Él no tiene sentimientos por ella. Esto solo podría haber sido ella, ¿no los ves? La cara de su padre se transformó desde inmóvil y rígida a más suave a algo como la comprensión. —Nosotros tuvimos una gran charla, papá. En realidad tengo miedo de que Malik reaccione como tú. Ustedes dos se culpan a ustedes mismos, pensando que fueron los únicos que lo arruinaron. Estando fuera de esto, yo estoy viendo las similitudes ahora, y es loco. Ella hace creer a las personas que ella es una víctima para distraerlos y tener un corte limpio. —No puedo creer esto. Malik regresó, metiendo su teléfono en su bolsillo. —Ella estuvo donde sus padres esta mañana. Eso es verdad. Él se puso detrás de una silla y se agarro del respaldar. —Ella es su hija; ellos saben como es. Tendrán una charla. Eso suena como si ella dejo el dinero ahí con ellos cuando ella estuvo fuera el otro día. Quizás para ver a este tipo Robin. Ella regresara para obtenerlo. Su padre entró en acción. Recogió sus llaves y puso su cartera en su bolsillo.

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Sarah le dijo a Lucy que era tiempo de irse, apagó el televisor y sujeto la mano de Lucy, satisfecha de que la chica estaba bien con ella. —Malik, ¿papá? Los hombres voltearon a verla— ¿Qué tal si ustedes chicos van a la casa de sus padres? Yo llevare de vuelta a Lucy a tu casa, Malik, y esperaremos allí. Creo que es lo mejor ya que mi papá no conoce a los padres de Alyssa. Los labios de su padre se curvaron en los lados, y Malik le dio a ella una sonrisa calienta corazones. Su padre le dio un beso en la mejilla y se fue. Malik coloco sus manos en su cintura, y miro hacia ella. Sarah sonríe contra sus labios. Y lo besa. Sabiendo que todo estaba bien. Quizás

el problema podría convertirse en bien, arreglar su pasado y su futuro también. El besa a Lucy y se endereza —las veré después chicas, ¿está bien? Sarah y Lucy asintieron, y vieron a los dos hombres salir. —Ahora, ¿quieres parar por un helado de camino a casa?.

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Lucy estalló en una sonrisa.

20 ENTRELAZADO Traducido por Snowmoon Corregido por Lu_Rodriguez

E

AHORA

l día había pasado, en el momento que regresa Malik. Ella estaba en la cocina. Lanzándose sobre unos fideos de dos minutos, cuando lo oyó entrar. Lucy había convencido a Sarah que eso era todo lo que ella había comido y Sarah pensó en hacerla sentir cómoda ante el sacrificio de una pésima comida que estaba bien. Ella deslizo el bol en frente de Lucy. Cuándo se volteó, la mano de Malik ya estaba dentro de su top y aunque estaba aturdida y desprevenida él besó su boca abierta y luego su lugar favorito debajo de su oreja. —Buenas noches, bebé —dijo él—. ¿Todo bien hoy con mi pequeña munchkin12? Sarah sacudió su cabeza. Lucy, con media boca llena de fideos murmuro —Papá, ¡ella es un novia genial! —¿Novia? —repitió él, pero con sus ojos centrados en Sarah, no en Lucy. —¡Arhg Lucy! No quisiste decir eso, te dije que sólo soy su amiga. Malik se acerco y susurro —Espero no trates a tus amigos de la manera que me tratas a mí.

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—Entre ustedes dos, estoy a punto de perder. —Sarah sonrío y se sentó en una silla de la mesa sacudiendo su cabeza a nadie en especial. Cuando Lucy volvió a comer sus fideos, Malik dijo —Ella les dijo a sus padres que salió con algunas amigas y ganó en el casino. Era domingo y tuvo que salir y se sintió incomoda con todo ese dinero con ella. Sarah sacudió su cabeza. —Estúpido, ¿huh? —Dijo Malik—. Ella puede ser tan tonta como engañosa. De todos modos tu papá tiene su dinero de vuelta. Él esperó ahí 12

es una raza de gato

para cuando ella regresó, me testeó en mi camino a casa. Yo no quería llevar los problemas de otra familia. Él le sonrío satisfecho y ella también. Malik era problema de nadie más que de ella, y si ese fuera el caso, estaba más que feliz de tener este tipo de cuestiones. —él dijo al final que estába rompiendo con ella para bien. —Sólo quiero ver algo de televisión papá. —Dijo Lucy y corrió dentro de la sala. Malik se volvió hacía Sarah. —Ella me llamo en mi camino a casa. Admitió que ya que yo tenía una pastilla para la tos eso había anestesiado mi dolor de garganta en el momento, deslizó en un poco de alcohol en mis bebidas porque no pude probar la mierda todos modos y al parecer necesitaba aflojar la puta boca. Y luego ella quería recordar lo que era besarme. Sabía que no la besé voluntariamente. Él se estremeció. —Ella uso Vodka triple destilado, ya que con jugo de naranja, enmascara el sabor a alcohol más que cualquier otra mezcla. Con un jugo de naranja tan dulce, lo suaviza y en las proporciones correctas. —¿Ella en realidad pico tus bebidas? —Sep. Malik levantó la barbilla de ella con un dedo. Él estudió su cara con una torcida, sonrisa triste. —No me crees.

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—Nah, lo hago… —Sarah se conformó encogiéndose de hombros como el final de eso. En parte debido a la conmoción, todavía estaba procesándolo todo. —Me encantaban mis bebidas, incluso cuando estaba con ella. Lo mismo hacía ella. —Él Sacudió la cabeza, tirando de sus vaqueros por sus muslos cómodamente—. Ella sabe cómo mezclar todo lo que sea una carta de cócteles, así como puede ser una perra. Yo también podía mezclar muy bien con mis favoritos, mezclaría cualquier cosa para hacer la bebida perfecta. La mente de Sarah comenzó a pensar en sus palabras. El tono seguro de su voz hizo que ella creyera lo que decía, pero no podía evitar la sensación de que bajo sus palabras había algo más. —Esa era tu elección de bebida. Cuando tú naranja y vodka triple destilado.

bebías.

Jugo de

Él no la miró a los ojos mientras asintió con la cabeza. Su mirada estaba clavada en sus manos, que se aferraban al borde de la banca. Malik, sin palabras, se quedó mirando. Sarah debería haber sido la que respondiera pero la conmoción la arraigó. ¿Qué tipo de persona usa la debilidad de alguien contra ella? De la misma manera, que había crecido con un padre que tenía una incurable adicción a las mujeres. Él había mirado a su mamá con la suficiente seriedad para que Sarah creyera que sus sentimientos eran verdaderos, pero su padre no pudo ayudarse a él mismo. Mujer, engaño, mujer engaño, mujer engaño. Era un ciclo que se encendió, no importaba el tiempo que Sarah ignorara sus llamadas o hablara de vuelta con el constantemente, hasta pensar en su padre estaría fuera de foco, olvidadizo y rígido después de que sabía que había jodido, y Sarah estaba molesta otra vez. La adicción de su padre de romper los corazones de las mujeres era tan similar como diferente al alcoholismo de Malik. Y Alyssa sabía que tan fácil podría tener a los dos en la palma de su mano si los cortaba muy cerca de sus corazones. —Sí —dijo Malik eventualmente—. Me hice tan bueno en eso, casi podría probar el vodka cuando lo mezclaba. Podía beber tres veces más rápido, y tener menos de una resaca debido a la pureza del vodka. Malik de repente hizo una bola con los puños y los golpeó contra su frente. Desde hace algún tiempo, mientras que los latidos del corazón de Sarah golpeaban duro, en su garganta, él estaba inmóvil en esa posición. —Lo hago —dijo Sarah—. Creerte, eso es todo.

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Era como si alguien hubiera ralentizado tiempo. Malik se movió lo más mínimo, y luego sus puños se dibujaron hacia abajo, y derrumbó una palma en el banquillo. Él encontró su mirada cuando estuvo listo. —Sé cómo es estar entrelazado con una adicción tan mala que sientes tan profundamente que te sustituye. Por años, me besaba con un chico en un bar o club, tal vez ir en algunas citas y conectábamos, pero no estaba con ellos. Me sentía como si tuviera que hacerlo. Se sentía bien y normal, simplemente al igual que mis amigos lo estaban haciendo. Pero nunca quise quitarme la ropa, y no me importaba ver a alguien en ello, como debería. Ellos estaban bien. Bueno, incluso. Estaba envuelta en una rutina. Es lo que hice. No es algo que tenga sentido Suspiro Sarah—. Supongo que lo que estoy tratando de decir es que tu pasado está entrelazado contigo, pero no tiene que ser quien eres tú ahora. Nuestros miedos y debilidades pueden seguir asustándonos. Eso nos hace humanos para equivocarnos, pero nuestras intenciones y acciones ahora mismo son lo que importa. Y puedo ver el hombre que eres ahora y no quien eras.

—Sigo sin estar bien, Sarah —Malik acarició la cara de ella—. No tienes que tratar de aceptar lo que he hecho. —Oye, ¿ahora tú no crees en mí? —Ja —Malik se iluminó con una sonrisa, y esa hermosa mandíbula suya abierta para mostrar un conjunto de dientes blancos—. Lo hice. Sólo quería ver si estabas segura. —Estoy segura de ti, estúpido cabezón —Bien, estúpida cabezona —Malik sostuvo ambos lados de la cara de Sarah y se inclinó, por lo que sus labios se rozaron entre ellos. —Lo soy también —dijo contra ella. ***

AHORA Esa noche, Sarah soñó sobre esto y eso, todo lo mundano hasta lo último. La parte posterior de las manos de esta persona a lo largo de su mejilla y corriendo por su cuello. Las manos se retorcieron y las yemas de los dedos se arrastraron sobre su pecho, y los dos dedos índices pellizcaban cada lado de sus pezones desde la parte inferior hasta la punta luego en cada lado de su cuerpo, los dedos se arrastraban balanceándose en su cintura, para trazar la curva y luego volver arriba en forma de V. Fue cuando las manos giraron dentro de sus bragas como una flecha, que ella despertó y abrió sus ojos. Sus bragas estaban mojadas y eso no era un sueño. Era la mano de Malik, vio ella, mientras revoloteaban sus ojos y se enfocaba en la oscuridad. La lámpara de él estaba encendida y la luz se derramó detrás de él, iluminándolo como una silueta. Sarah arqueó su espalda, sus caderas siguiendo el movimiento hacia arriba alentando sus dedos al sur. Sarah decidió que amaba ser despertada en medio de la noche así. Ella extendió sus piernas y Malik se arrastró sobre ella y se colocó en medio. Cuando él la toco sus ojos inmediatamente se ampliaron, su mirada cayo donde ellos estaban conectados. El estaba duro, duro como una piedra. Listo para tomarla ahora si ella deslizaba sus bragas.

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—Todo por ti, tuve un sueño sobre ti y desperté con una erección. Decidí, que puedo tomar ventaja de ti indefensa a mi lado, te daría una oportunidad —Él besó su cuello—. No puedes resistirte a mí.

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—Estas duro. —dijo ella, necesitando decírselo.

—Me despertaste y me excite en un segundo. Eso es una hazaña. Deberías saberlo.

Eso no era una pregunta.

—Soy suertudo por tenerte, sé lo muy, muy suertudo que soy Sarah —Empujó más duro en ella, observando sus párpados batir disparejamente y cerrarse mientras ella se estremecía bajo él y presionaba hacia arriba—. Te amo, realmente lo hago. No estoy diciendo esto porque te tengo así, y no lo dije en la estación porque estaba atascado. Pienso en lo mucho que te amo cuando haces tus pequeñas ocurrencias y te encuentras aquí a mi lado y abres tu boca para hablar. Amo todo sobre ti. Solo han sido seis semanas, pero mi vida ha cambiado por ti, y quiero que sepas cuán importante eres. —También te amo —Sarah le rozó con los dedos los hombros, hacia abajo a sus pectorales duros y sus abdominales sólidos como una roca—. Y no es porque tienes el cuerpo más increíble si no que me conoces de adentro hacia afuera. Sabes lo que tienes que decir o hacer para hacerme reír cuando lo necesito, sentirme cuidada cuando lo necesito, y todo lo demás. No me puedo imaginar la vida sin ti. Malik hizo esa sonrisa de nuevo, una que tenía significado para Sarah, ahora mismo, él estaba a punto ponerla en el éxtasis absoluto. Dibujó detrás de ella, luego lamió un camino hacia abajo a su pecho a su barriga, lo que provocó un tirón justo cuando sus dedos oscilaban en quitar las bragas y la lengua de él se hundida profundamente en ella. Sarah echó el brazo sobre su boca y lloró en su piel. Cuando él la rodó y sus dedos al mismo tiempo, ella se mordió la muñeca de permanecer bajo control. Pero se estaba engañando a sí misma, Malik le hizo perder el control, y por el fuego bombeando en ella, y la tensión culminando en el interior, estaba muy cerca de perderlo. —Conmigo —Jadeo ella—. Por favor. Malik se movió para estar al nivel de sus ojos, enterrado su boca cerca de su oído Y empujándose a sí mismo en el interior. Él hizo todos los ruidos del clímax, gruñido y emoción, lo cual llevó a Sarah a lo alto, más duro y más rápido.

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Cuando se vino dentro de ella, ella ya había colapsado en jadeos tratando de respirar por aire y viajaba por su propia montaña rusa dentro de su mente y cuerpo. Pero la mejor parte del sexo de media noche era que después de que el volvía a la cama. La acariciaba y Sarah no podía manejar más que pequeñas siestas hasta el amanecer, sabiendo que sus brazos la estaban protegiendo, tocándola y lo harían por siempre.

EPILOGO Traducido por Pajarita Corregido por DaraNicole

S

arah dormía en casa de Malik la noche siguiente también. Planeaba ir a casa en algún momento, pero no podía separase de él por el momento, no con la forma en que la afectaba.

Después del trabajo de ese día ella regreso de nuevo con Malik para verlo, pero él todavía estaba conduciendo a casa desde el trabajo, así que llamó a su madre para charlar. Cerca del final de la conversación, se oyó un golpe en la puerta principal por lo que Sarah y su madre se despidieron. Malik se le acercó por detrás recorriendo sus manos por el cuello, los hombros, sus costados y se inclino para besarla. Lucy estaba en casa de Alyssa esta noche, por lo que estaban completamente solos. ¿Esa era tu mamá? Si. ¿Estaba teniendo dudas acerca de que te quedes aquí dos noches seguidas? Nop. Malik le tocó la mejilla pasando sus dedos, mirando su rostro. ¿Y tú? Por supuesto que no.

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Sarah le devolvió el beso y sintió sus brazos moviéndose hacia abajo, hasta que llegó a sus dedos, y luego los entrelazo con los de ella.

SOBRE LA AUTORA

R

ebecca Berto escribe historias sobre amor y relaciones. Ella se excita cuando sus lectores se emocionan al leer sus libros, y pone aún más de una patada cuando se lo dicen. Es extrañamente imaginativa, pasa demasiado tiempo en su computadora y es una loca cuando trabaja en su ficción.

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Rebecca Berto vive en Melbourne, Australia con su novio y sus mascotas.

TRADUCIDO, CORREGIDO Y DISEÑADO

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http://infinitydreams.foroactivo.mx

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Page 2 of 189. Página. 2. STAFF. MODERACIÓN. Anjhely, Socister.Pam, Jazly* y DaraNicole. TRADUCTORAS. Pajarita. Snowmoon. Mary_ann. Letizia Grey.

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