M.ª Ángeles
VALLE DE JUAN Presidenta honorífica del Grupo Español de la Sección de Archivos Parlamentarios y de Partidos Políticos del Consejo Internacional de Archivos
Aprovechando la nueva y más cómoda situación de presidenta honorífica del grupo español de la SPP, que disfruto desde mi reciente jubilación, basten unas palabras para agradecer a la Asamblea de Extremadura a través de su vicepresidenta, que nos acompaña en esta apertura, su acogida para la celebración de esta reunión anual, y también a nuestras colegas sus esfuerzos para su organización y especialmente por el empuje que se han propuesto dar al tratamiento de los documentos electrónicos y audiovisuales, tema al que venimos dedicando muchos esfuerzos como colofón de conservación de los documentos en formatos especiales y para el acceso de los ciudadanos a la información que contienen. Pero el reto de los archiveros, como garantes de los derechos de los ciudadanos al conocimiento y control de la actividad de sus administraciones, nos plantea cada día nuevos quebraderos de cabeza. Hace años que venimos trabajando por una auténtica Ley de archivos y de acceso a los documentos que cumpla esos objetivos, pero por propia experiencia os confirmo que no es fácil. En lo que me concierne, desde 2008 aproximadamente, no ha sido posible, a pesar de diferentes borradores de proyectos de ley elaborados por grupos de expertos archiveros, impulsados desde la Dirección General, pero que siempre se encontraban con el freno de los más altos responsables de la administración, en general más defensores de cautelas, precauciones y ciertas incluso opacidades, opuestas desde luego a la exigencia constitucional del artículo 149.2. Un hecho grave que plantea una cierta bipolaridad es sin duda la dependencia de los archivos públicos del área de cultura del 19
M.ª Ángeles Valle de Juan
Gobierno, escasa generalmente de competencias para exigir al resto de ministerios acatamiento de sus normativas, añadiéndose además la peculiaridad española de las competencias de las comunidades autónomas que en materia de cultura además disfrutan casi todas ellas. Sobre nuestra tarea, quiero llamar solo un momento vuestra atención sobre los comentarios que actualmente van apareciendo respecto a la elaboración de una posible Ley de Transparencia. ¿Por qué ese nombre? ¿Por qué no de acceso a los archivos? Ante la Prensa, acabo ahora de comentar que sigo considerando más necesaria una ley general de libre acceso a la información y la competencia de la Presidencia del Gobierno respecto a la gestión, conservación y difusión de documentos de las administraciones públicas, que una normativa puntual sobre transparencia. Creo que siempre que se hace una ley cuando hay pendiente otra más amplia semejante a la del resto de países democráticos, especialmente los anglosajones, es para limitar algún derecho. Estos países tienen unas leyes impecables en las que el ciudadano y la prensa tienen derecho “absolutamente a toda la información” que generan las fundaciones e instituciones públicas porque “donde hay dinero de los ciudadanos hay derechos” y en caso de limitar el acceso deben justificarlo en plazos de tiempo razonables. Donde está la gestión del dinero público, insisto, no tiene que haber Ley de Transparencia, sino ley de acceso a los documentos porque solo ellos reflejan la verdad. Este otro tipo de ”transparencia”, según se lee en la prensa, plantea ciertos riesgos que resumo en grandes líneas: - Cantidades ingentes de información pero sin garantía de que lo que se ve sea todo lo que existe respecto al tema que se desea. Es decir, que el bosque tape los árboles. - Información decidida, elaborada y cocinada por los responsables de las administraciones con ausencia, parece, de los profesionales de archivo. 20
XVII Reunión anual del Grupo Español SPP-ICA
- Posibilidad de información confusa, parcializada y redirigida. No quiero ir más lejos y me gustaría equivocarme, simplemente quería trasladaros mi preocupación y alertaros para que estéis vigilantes, pues no solo está en juego el derecho de los ciudadanos a la información sino nuestra propia profesión.
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