ANTONIN DVORAK, EL MÚSICO CHECO Antonin Dvorak nació en Nelahozeves, pequeña población al norte de Praga, el 8 de septiembre de 1841. De muy pequeño recibió las primeras enseñanzas musicales y aprendió a tocar el violín, el piano y el órgano. A los 17 años se traslada a Praga viviendo en casa de un tío suyo, mientras estudiaba en la Escuela de Órgano de la ciudad. Antonín Dvorák disponía sin duda de un gran talento. Su amplia biblioteca y los recuerdos de sus amigos coinciden en afirmar que se trató de una persona muy culta. La literatura fue para Dvorák una importante fuente de inspiración. Otra gran afición de Antonín Dvorák fue la pintura. Solía pasar largas horas en galerías de arte, llegando a encontrar un gran paralelismo entre los cuadros y la música. Cosechó grandes éxitos en Inglaterra. Dvorak recibió muchas invitaciones para dirigir sus obras en ese país y fue muy querido por el público inglés. Recibió el título de Doctor Honorario de Música por la Universidad de Cambridge. Antonín Dvorák realizaba largos paseos por los bosques porque la naturaleza era una de sus grandes fuentes de inspiración. Un día, inesperadamente, Dvorák recibió un telegrama que hizo cambiar su tranquilo y acostumbrado modo de vida. Le ofrecieron dirigir el Conservatorio Nacional de Música de Nueva York. Antonín Dvorák aceptó la oferta y 1892 emprendió viaje a Nueva York. La nueva atmósfera, el conocimiento de nuevas culturas como la indígena, quedaron plasmadas por Dvorák en la Sinfonía "Del Nuevo Mundo", que tuvo su estreno en 1893 en el Carnegie Hall. En la obra abundan hermosos motivos musicales, así como la nostalgia por su patria. Dvorák regresó a Praga tres años después, retomando inmediatamente su trabajo en el Conservatorio Musical de Praga. Antonín Dvorák falleció en 1904, a los 62 años de edad. Conoció en vida a músicos y compositores de su época de gran renombre como Smetana, Brahms, Wagner y Tchaikovsky.