Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

SINOPSIS: Ella una vez lo tuvo pendiente de una cuerda. Ahora es él quien lleva las riendas. Georgia Hotchkiss juró que ni los caballos salvajes podrían arrastrarla de regreso a Sundance, Wyoming. Por lo que es irónico verse forzada a regresar para realizar un trabajo de relaciones públicas en torno al rodeo, justo cuando sus ex compañeros de colegio organizan una reunión para reecontrarse tras diez años. ¿La única cosa peor que tener que enfrentar al tramposo de su ex marido y a su esposa embarazada? Aparecer en la reunión sola. El destino le sonríe cuando se encuentra con su ex compañero, trasformado en un caliente vaquero, Tell McKay. Con su contagiosa sonrisa y su divertida forma de ser, por no mencionar ese cuerpo caliente, él es la solución perfecta para su problema. Tell McKay pasó tiempos difíciles con Labios Calientes Hotchkiss durante la escuela secundaria mientras le permitía tratarlo como a un trapo de piso. Pero ya no es ese muchachito fácilmente manipulable, ahora, se ha ganado una reputación con las mujeres dignas del apellido McKay. Él accede a escoltarla a la reunión con una condición, que Georgia le demuestre que dejó atrás a la porrista mosquita muerta del pasado… compartiendo su cama. La química sexual entre ellos es tan fuerte, que apenas se dan cuenta que la reunión ha comenzado y terminado, y ahora están enredados en otra temida relación con “R” mayúsculas. Pero si Tell quiere mantener cerca a la chica, tendrá que improvisar una enteramente nueva técnica de nudos para ligar sus corazones.

Advertencia: Contiene un zalamero salvaje vaquero con un vagón lleno de calientes e impetuosas fantasías sexuales, y fréneticas habilidades en la cama para respaldar sus pretensiones. 2

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PRÓLOGO

Tell McKay tenía una erección. En la clase de historia. Al menos no le había sucedido en matemáticas, donde había tenido que pararse frente al pizarrón para resolver un problema y entonces todo el mundo habría podido ver… su problema. Sus mejillas se ruborizaron al imaginarse la pena que habría sentido. Se removió en su asiento y culpó de la situación a la distracción sentada delante de él. La oh-tan-caliente, oh-tan-fuera-de-su-alcance, dulce, sexy e increíblemente perfecta belleza de la clase, Georgia Hotchkiss. Oh sí, Georgia estaba siempre en su mente. Ella era algo especial. Una chica menuda llena de dinamismo. La distracción máxima. Esas malditas faldas cortas y ceñidas de porristas que mostraban su cuerpo atlético. Si él inclinaba la cabeza hacia un lado, podría tener un vislumbre de su musculoso muslo en lugar de la parte posterior de la cabeza. No es que la vista fuera mala. Su pelo era tan negro y brillante como el ala de un cuervo bajo el sol. Sumando su piel de porcelana blanca y unos labios rojos llenos, Georgia podría ser una versión moderna de Blancanieves. Eres un verdadero poeta, McKay. Lo más parecido a un jodido pervertido. Piensa en otra cosa. —¿Tell? Sorprendido por el ronco sonido de su nombre, levantó la vista de su cuaderno, hasta unos pálidos y helados ojos azules que le hicieron balbucear como un tonto. —¿Qu-qué? —¿Hiciste la tarea? Relájate. No imagines a Labios Calientes Hotckiss susurrando eso en tu oído. 3

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sip. Su boca se curvó en una sonrisa. Se preguntó si el brillo reluciendo en sus labios sería saborizado. ¿Tendrían sabor a goma de mascar? ¿A duraznos? ¿O guindas maduras? —Gracias a Dios. ¿Puedo copiarla? Tell logró quitar la atención de sus labios carnosos. Antes de que él pudiera responder, ella lo manipuló con su encanto. —¿Por favor? Me dejaste hacerlo antes. Y no tuve tiempo porque estuve… ¿Besuqueándote con el imbécil de tu novio? No, él nunca diría eso pero, hombre, odiaba a Declan "Deck" Veldekamp, no sólo porque el súper atleta —también conocido como el chico más importante del campus— estaba saliendo con la chica más caliente de su clase. El tipo era un idiota y un matón. Y esos eran sus mejores atributos. —¿Estuviste haciendo qué? —Susurró Tell en respuesta. —Alimentando con biberón a los terneros sustitutos que mi papá trajo ayer. El soltó un bufido. —¿No me crees? Lo digo en serio. Tuve quehaceres que acabar anoche. —Yo también. Y estuve despierto hasta las 3 de la mañana ayudando a mis hermanos a arrear un par de terneros, ya que mi padre —que estaba inconsciente en el establo— necesitaba un descanso, y aun así tuve mi tarea hecha. Sus labios tentadores formaron un bonito mohín. —No veo qué problema hay en que me dejes copiarla rápidamente. Claro que no lo ves. Igual que no viste un problema al pedirme que te ayude con las decoraciones de la fiesta, para luego dejarme haciéndolo todo. Igual que no viste un problema al pedirme que te ayude con las concesiones de las becas para los Atletas Cristianos, para luego dejarme haciéndolo todo. —¿Por favor, Tell? Estoy desesperada. 4

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Srta. Hotchkiss, —dijo la Sra. Walls de forma cortante—. Deje de flirtear con el Sr. McKay y prepárese para entregar su tarea. Fiiiu. Su sedoso cabello hizo cosquillas en los nudillos de Tell cuando giró la cabeza. El aroma de las cerezas viajó desde su nariz directamente a su entrepierna. Jodidamente increíble. —Me temo que ese es el problema, Sra. Walls, —entonó Georgia dulcemente—. Parece que he… perdido mi tarea y le estaba preguntando si vio el papel que cayó de mi carpeta. —¿Eso es verdad, Tell? ¿Ahora Miss Dulzura y Sensualidad le estaba pidiendo que mintiera por ella? Y una mierda. —No, señora, eso no es cierto. —Bueno, entonces, ¿De qué estaban murmurando que era tan importante como para interrumpir mi clase? —Exigió saber la Sra. Walls. Tell sabía que la inflexible maestra no dejaría el asunto. —Georgia y yo estábamos hablando del próximo proyecto de la clase, dado que somos compañeros. Ella olvidó la carpeta con nuestras notas y descubrió que había dejado su tarea en ella también. Cuando Georgia se le quedó mirando, Tell se permitió una sonrisa satisfecha, pero se abstuvo de guiñarle un ojo con complicidad. —Lo dejaré pasar esta vez, sólo porque estoy impresionada de que ustedes dos ya hayan comenzado con el proyecto, —dijo la señora Walls. ¡Bien! Ahora que Labios Calientes era su compañera para una tarea importante de graduación, ella no podría echarse atrás. Finalmente le daría la oportunidad de mostrarle al verdadero Tell McKay. No el tímido perdedor que se sentaba detrás de ella en la clase de historia oliendo su cabello. —¿Cuál es el tema? —Le preguntó la señora Wells. Mierda.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Eh. Avances y retrocesos en las prácticas ganaderas en el estado de Wyoming, —ey, eso sonó bastante bien, especialmente dado que fue dicho sobre la marcha. —Excelente. El resto de ustedes también pueden elegir a sus compañeros hoy… después de que entreguen sus tareas. La campana suena en dos minutos, así que manos a la obra. La mente de Tell voló a una dulce imagen de Georgia y él, solos, estudiando en la parte trasera de la biblioteca con sus cabezas inclinadas cerca. Cuando levantaran la mirada al mismo tiempo, Georgia susurraría su nombre y se lamería los labios, haciéndole saber que lo deseaba. Entonces ¿gentilmente tocaría su rostro y deslizaría su mano a través de esa espesa cascada de pelo negro y brillante? ¿O mantendría contacto visual con ella mientras se movía poco a poco para darle un largo y lento beso? No. La agarraría, la besaría con toda la pasión reprimida que no había tenido la oportunidad de mostrar a ninguna mujer, y menos a ella. Una pasión que sólo estaba esperando estallar libre. Mientras se besaban como locos, sus suaves manos estarían sobre él. No. Sus propias manos estarían sobre ella, por todas partes. Deslizándose debajo de su camisa para tocarle las tetas. Avanzando poco a poco a través de las bragas de lycra que llevaba debajo de la falda de porrista. Ella estaría gimiendo, frotando la mano contra su bragueta. Entonces él la cargaría… exactamente igual que en las películas. Barrería con todos los libros y papeles sobre el escritorio… exactamente igual que en las películas. Entonces suavemetne la acostaría sobre la superficie, moviendo su cuerpo encima del de ella, deslizando, golpeando, bombeando… —¿Tell? Su mirada culpable voló hacia Georgia. —Ah, ¿qué? —¿Me estás escuchando? El tartamudeó, —N-no. ¿Por qué? Sonó el timbre 6

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Mierda. —Oh. —¿Por qué sigues sentado? Porque tengo otra erección fenomenal. —Porque estoy cansado. Debo haberme quedado dormido. Ella parpadeó. —¿Con los ojos abiertos? Qué manera de ser idiota. Se encogió de hombros y lidió con otro penoso sonrojo. Por favor, no dejes que tu rostro revele que habías estado en una escena porno, follándola hasta llevarla a un orgasmo mientras gritaba tu nombre. Relájate. —¿Qué pasa? —Quería agradecerte por cubrirme, pero no puedo ser tu compañera. Todas las fantasías —y su polla— se desinflaron. —¿Por qué no? Georgia mordió sus labios. —Deck se molestará. —¿Y? Es para la escuela. Dile que la profesora nos puso juntos. —Pero Smitty estaba aquí. Él le irá con el cuento de que no fuimos asignados y nuestra asociación fue idea tuya. Entonces Deck querrá, bueno... golpearte1. —Me gustaría ver cómo lo intenta. —Oh, qué tipo tan duro, McKay. Deck limpiaría el piso con tu escuálido culo, pensó. —No puedo hacerte eso, Tell. ¿Su preocupación por él era por miedo? ¿O por otra cosa? Había estado hablándole mucho en clase el último par de meses. ¿Acaso a ella le… gustaba él?

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Juego de palabras, vulgarmente Deck significa golpear duro. “Deck will want to, well…deck you”

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Espera. Si le permitiera a Deck golpearlo benditamente duro, ¿Georgia se sentiría tan culpable que se ofrecería a besar sus heridas y hacerlas sentir mejor? Por primera vez en la historia, él realmente esperaba que un chico le diera un puñetazo en la entrepierna. Bonita fantasía de mierda, pervertido, pero eso nunca va a suceder. —Lo entiendes, ¿verdad? Él se enfocó nuevamente en ella. —¿Cuál es tu nota en esta clase? Ella bajó la mirada. —Tengo una C, menos. —Yo tengo una A. Este proyecto podría elevar tu nota a una B si lo realizas conmigo. —Bueno, está bien entonces. Pero no podemos encontrarnos para trabajar en el proyecto durante el horario escolar en el que cualquiera podría vernos. Si él hubiera tenido un ego, éste lo habría tomado como un éxito total. —¿Dónde vamos a trabajar en él? —¿En la biblioteca pública? En, ah, Moorcroft. —Sus dedos retorcían nerviosamente el anillo de castidad que colgaba de la cadena alrededor de su cuello—. Nos encontraremos allí mañana por la noche. Fue entonces cuando supo que estaría haciendo el proyecto de historia solo. Fue entonces cuando comprendió que idiota definía a un tipo como él, fácilmente manipulable por una chica bonita. Fue entonces cuando se juró que esto nunca le volvería a suceder.

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CAPÍTULO 01

Diez años después... —Tell McKay, eres un regalo para la vista. —BeeBee, querida, te juro que luces más joven cada vez que te veo. Algún día voy a pedirte tu identificación para asegurarme de que eres lo suficientemente mayor para estar sirviendo en un bar. —Incluso una vieja como yo no es inmune a los jodidos halagos. —Ella abrió la nevera—. ¿Bebes Bud Light? —Sí. —Tell cogió la botella cuando la camarera la deslizó a través de la superficie de la barra—. Gracias, Beebs. —No hay problema. ¿Y dónde está la rubia de la semana pasada? Sonrió. —Es una nueva semana. BeeBee agitó la toalla de bar hacia él. —Eres tan McKay. —Lo tomaré como un cumplido. Pero tienes que admitir que no soy tan salvaje como algunos de mis primos en su apogeo. —Creo que peor, dulzura, porque lo escondes mejor. Señor, esos hoyuelos tuyos son lo suficientemente profundos como para perderse. Y las damas se carcomen por ese divertido caballero vaquero que te sale tan bien. —Sacudió su dedo en dirección a él—. No lo niegues. —No lo hago. Pero voy a señalar que soy un divertido caballero vaquero, no es como si estuviera fingiendo algo que no soy. La mirada de BeeBee se desvió hacia algo detrás de él. 9

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Tell lentamente se dio la vuelta en su taburete para ver a una pelirroja mirándolo. Oh, infierno. No otra vez. Recordó que había tenido un poco de mambo horizontal con esa belleza el año pasado, pero no podía recordar su nombre. —Hola, mujer bonita. Ella puso los ojos en blanco. —¿Eso funciona para ti? ¿El Hola, mujer bonita cuando no puedes recordar el nombre de una mujer después de haberte acostasdo con ella? BeeBee resopló. Tell sonrió. —Síp. La mujer abrió la boca, sin duda para darle una buena reprimenda, pero él saltó antes de que ella respondiera. —Ahora, no vayas a ponerte toda indignada, cariño. Ambos pasamos un buen rato juntos, esa parte la recuerdo. Te dije desde el principio que eso sería todo. La mujer se acercó a la barra, dirigiéndose a BeeBee: —Un Jack and Seven2 dulce con limón, por favor. —Entonces ladeó la cabeza—. Soy Jamie. —Bueno, bonita Jamie, pude haber olvidado tu nombre, pero sí recuerdo una cosa sobre ti. —¿Qué cosa? Tell trazó la línea de su cuello bajando por su mandíbula hasta el hueco de su garganta. —Cuánto te gustó tener mi boca aquí. Jamie contuvo el aliento. —Eres el diablo. Un diablo guapo con palabras dulces, sucias y perversas, y unas manos muy malvadas.

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Cocktail.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Ajá. Pero aún sabiendo eso a tiempo no te impidió decirme que sí, ¿verdad? —Porque no quería decirte que no. —Su mirada gravitó a su entrepierna y subió de nuevo a sus ojos—. Ni entonces, ni ahora. Él levantó una ceja. —¿En serio? Jamie encajó su curvilíneo cuerpo en medio de sus muslos y se inclinó contra él. —Cómprame una bebida, vaquero, y hablaremos. Su noche estaba poniéndose interesante. —BeeBee muñeca, pon la bebida de Jamie en mi cuenta. BeeBee resopló de nuevo. —¿Viniste con alguien? —Quiso saber Tell. Jamie dio un prudente sorbo a su bebida. —Con mi amiga Stephanie y una chica que conoció en la escuela secundaria. La escuela secundaria. Una época de su vida que preferiría olvidar. Dejó la botella y dijo: —Baila conmigo. No había una banda, sólo un hilo de música country, pero varias parejas estaban en la pista de baile. Tres canciones rápidas después, Tell condujo a Jamie de vuelta a sus asientos en la barra. —Olvidé que eres un gran bailarín, —dijo ella sin aliento. —No hay muchas otras cosas que hacer por aquí los fines de semana. —Pero no te he visto en Ziggy por un tiempo. No mencionó que venía aquí todos los martes por la noche para la liga de dardos.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Acabamos de salir de la temporada de partos en el rancho. Ahora me estoy preparando para la temporada de rodeo. Lo que significa que voy a estar ausente la mayoría de los viernes y sábados por la noche. Ella colocó la mano sobre su pecho. —¿Es esa tu manera de advertirme? —Nop. Solo estoy relatando los hechos. —Se movió contra la barra y puso la boca en su oído—. Entonces, sabiendo eso... ¿cuáles son las probabilidades de que vayas a casa conmigo esta noche? —Eso depende. —¿De qué? —Si todavía vives con tu hermano. Sus labios le mordisquearon la línea de la mandíbula hasta la columna de su garganta. —Mi hermano sólo estaba quedándose conmigo temporalmente. Por lo que seríamos tú y yo. Seré el único que te escuche gemir cuando haga esto. —Tell abrió los labios y chupó el punto donde su cuello se encontraba con su hombro. —Dios. Eres bueno en eso. —Ella le ofreció toda su garganta. —¿En qué? —Seducirme con la boca y las palabras que fluyen de ella. Él se rió entre dientes contra su cuello. —Así que eso es un sí, mujer bo… —¿Jamie? Tell se congeló. Reconocía esa oscura voz. Suave, dulce, increíblemente sexy. Había pasado un tiempo desde que la había escuchado. Levantó la cabeza, pero mantuvo el rostro ensombrecido por debajo del ala de su sombrero. —¿No puedes ver que estoy un poco ocupada? —Dijo Jamie con enfado.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No quiero molestarte, pero Stephanie me dijo que te dijera que tu hermana ha llamado a tu celular cerca de diez veces. Piensa que deberías llamarla en caso de que hibiera una emergencia. Jamie se apartó de él, advirtiéndole, —No vayas a ninguna parte. —Aquí estaré, esperándote. —Tan pronto como Jamie se fue, Tell levantó la cabeza, mirando a la mujer que había protagonizado sus fantasías adolescentes durante tres largos años—. Hola, Georgia. La sorpresa cruzó su rostro. Se tambaleó hacia atrás y hubiera caído de culo si él no se hubiera abalanzado sobre ella. —Cuidado ahí. —¿Tell? ¿Tell McKay? ¿Tú eres el caliente vaquero con del que Jamie estuvo hablando? Tell no estaba seguro de si debía fruncir el ceño debido a la sorpresa de Georgia o si debía sonreír porque lo había llamado caliente. Una sonrisa se impuso. —Síp, soy yo. —Guau. Tú... te ves increíble. —La mirada de Georgia viajó sobre sus hombros, brazos, pecho y luego cayó de nuevo en su rostro. Apretó los dedos sobre sus bíceps como si estuviera probando la mercancía—. Quiero decir, realmente increíble. No podía apartar la mirada de ella. Cristo. Labios Calientes Hotchkiss todavía era hermosa. Su cabello de ébano estaba más corto… llegaba a sus hombros, en lugar de fluir hasta la mitad de su espalda en una maraña de seda negra. La misma boca exuberante. Los mismos fantásticos ojos azules. Había ganado peso, lo cual había suavizado los ángulos agudos de su rostro, y añadido algunas curvas a su cuerpo compacto. —Te quedaste mirándome, —le dijo la chica con esa voz baja con la que había soñado. —Tú me estuviste mirando a mí primero, cariño. Y estoy bastante seguro de que puedes soltarme ahora, a menos que quieras desafiarme a jugar una pulseada.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Ah. No. Lo siento. —Un rubor rosado se extendió desde su cuello hasta sus mejillas y ella dejó caer las manos. Interesante. Tell no podía recordar si alguna vez la había visto sonrojarse en la escuela secundaria. —Entonces, ¿qué estás haciendo aquí? —Tomando una copa con Stephanie. ¿Te acuerdas de ella? Tell frunció el ceño. —¿Estaba en nuestra clase? —Sí. ¿Stephanie Blackstone? —Ah. Ahora la recuerdo. Una de las chicas inteligentes. Pero no sabía que ustedes dos eran amigas. Sus ojos se volvieron fríos. —¿No podía ser amiga de una chica inteligente, porque era una animadora tonta? Mierda. Se había puesto en evidencia con ella como primera cosa. Sintió que los nudos se apretaban en su lengua mientras ese chico tartamudo, ruborizado y lleno de disculpas del pasado hacía una breve aparición. De ninguna manera. No iría por allí. No había sido ese chico por un largo maldito tiempo. Cogió su cerveza y bebió un sorbo. Entonces le concedió una lenta sonrisa. —Georgia, eras lo suficientemente inteligente como para tener a un chico como yo haciéndote la tarea, incluso cuando eras más que capaz de hacerla tú misma. Así que esa respuesta arrogante no viene al caso y tú lo sabes. Ella se rió tímidamente. —Supongo que me merecía esto. Al menos sabía reírse de sí misma. —No he visto a Stephanie en años. —Steph regresó a Moorcroft el año pasado, pero viaja por todo el estado debido a su trabajo. 14

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No te he visto en años tampoco. ¿Qué te trae de vuelta a Sundance? Su celular sonó antes de que pudiera responder. Normalmente lo ignoraría, pero había estado esperando -temiendo- esta llamada. Levantó un dedo y dijo, —Espera un segundo. Tengo que atender. —Pulsó en Responder—. ¿Qué pasa? —Landon ha estado chillando desde que lo dejaste aquí. No quiere ver una película. No tiene hambre. Y el pequeño mier… granuja pateó a mi perro. Cuando lo castigué, me golpeó en la cara con su camión de bomberos. Lo siento, hermano, pero no puedo hacer esto solo. Perfecto sentido de la oportunidad de mierda como siempre. —Está bien. Estaré allí en quince minutos. —Tell terminó su cerveza. Sacó un billete de veinte y lo dejó caer sobre la barra, diciendo a BeeBee—, ¿Estamos al día? —Efectivamente. ¿Te vas tan pronto? —Tengo que lidiar con un problema infantil. BeeBee frunció el ceño. —¿Tienes a Landon este fin de semana? —Sí, y se está portando lo suficientemente mal como para justificar una llamada, así que tengo que irme. Gracias. —Tell miró a Georgia con pesar—. Lamento que no tuviéramos la oportunidad de ponernos al día. Cuídate. —Se puso su chaqueta de PRCA3 y se apresuró hacia la puerta.

Georgia observó cómo el caliente vaquero de sombrero negro desaparecía en la noche. Tell McKay había sido lindo en la escuela secundaria con esa manera dulce y tonta. ¿Pero ahora? El hombre estaba para caerse muerta. Y bien construido. Santo Dios. Había conseguido un buen agarre en sus musculosos bíceps cuando él impidió que hiciera el ridículo. Ahora se sentía totalmente pervertida dado que había estado espiando a Jamie con él en la pista de baile, hipnotizada por sus rápidos, sexys y suaves movimientos. Había continuado mirándolos cuando regresaron al bar. Lo vio acercar a Jamie hacia él. Al 3

Asociación de Vaqueros de Rodeo Profesional.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 hombre no le importaba quien viera que la estaba seduciendo. Jamie había sido su único foco en un bar lleno de gente. Afortunada y suertuda Jamie. ¿Cómo sería estar en el extremo receptor de esa potente atención sexual? Lo sabría si no hubiera dejado de prestarle atención a Jamie cuando la chica agasajó a Stephanie con explícitos detalles de su última aventura con el hombre al que se había estado refiriendo como vaquero caliente. Vaya eufemismo. Recordó diez años atrás, cuando los ojos de Tell se encontraban con los suyos. Incluso entonces, había sentido que él veía mucho más que otros chicos de su edad. Tal vez inclusive había actuado un poco fría con él en algunas ocasiones, porque no había querido que nadie -especialmente un adulador McKay de vista aguda- viera demasiado profundo dentro de ella, temiendo que la encontrara... superficial. Georgia esquivó a los bailarines en su camino de regreso a la cabina. Stephanie agitaba los cubitos de hielo en su vaso mientras la observaba acercarse. —Jamie tuvo que largarse. Problemas con su hermana. Al menos no tendría que notificarle a Jamie que Tell se había ido. —Te vi hablando con el chico misterioso de Jamie. —¿Así que no sabías que el vaquero caliente del que Jamie hablaba... era Tell McKay? Los ojos de Stephanie se abrieron enormes detrás de sus gafas de color púrpura. —¿En serio? Jamie nunca dijo su nombre. —Entonces gruñó—. Luego dijo que ella no era del tipo de andar pregoneando sus asuntos amorosos a los cuatro vientos. Georgia se atragantó con su vodka tonic. —No debería sorprenderme. Así es como funciona el karma. —¿Karma? ¿De qué estás hablando? —Tú. Te gustó este nuevo Tell McKay. Él siempre estuvo medio enamorado de ti. Pero estabas demasiado ocupada siendo la novia de Deck como para darte cuenta.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Error. Ella se había dado cuenta. Pero no era como si pudiera haber hecho algo en relación a eso. Deck había estado loco de celos, y ya había suficiente enemistad entre Deck y Tell en el club de rodeo como para que ella añadiera más problemas. —A Tell le sorprendió que fuéramos amigas. Stephanie se encogió de hombros. —Nuestra amistad estaba fuera del radar. No es gran cosa. —¿Eso te molesta? —Por supuesto que no. Cuando nos veíamos en la escuela, no fingías que no me conocías. Nunca entendí qué hiciste para ganarte semejante animosidad entre las chicas de nuestra clase de todos modos, más allá de sus actitudes de mierda comportándose como ruines celosas estúpidas porque eras hermosa y salías con el chico guapo de la clase. No eras una chica mala, no como Sally Hermanson y su grupo. Solo andabas con tu propia gente… RJ, Deck y sus fanáticos. ¿Quién puede culparte por eso? Además, míranos ahora. Seguimos siendo amigas. ¿Nosotras podemos decir lo mismo de cualquier otra persona en nuestra clase? —No, pero eso es porque te apiadaste de mí después que me divorcié de Deck y me dejaste vivir contigo en Laramie. —Funcionó para las dos. ¿Qué más dijo Tell? —Nada. —Después que la camarera les tomó el pedido, Georgia dirigió la conversación lejos de su embarazoso encuentro con Tell—. ¿Sabes a quién más me encontré de nuestra clase? Maggie Malone. Luce exactamente igual. —¿Eso es todo? Has estado manteniendo un bajo perfil desde que te mudaste de nuevo a Wyoming. Mudarse de nuevo. Desterrada al purgatorio se acercaba más. —Estuve muy ocupada la última semana ocupándome de las especificaciones de Barbara. Stephanie se ajustó las gafas, lo que significaba que se estaba preparando para interrogar a Georgia. —No entiendo por qué tu jefe eligió Sundance para abrir una sucursal.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No es una sucursal. Desde que se hizo cargo de las promociones de L bar K Rodeo, tenemos que mantener una presencia física durante toda la temporada de rodeo en el verano. Sobre todo para que los comités que contrataron a L bar K se queden tranquilidos en cuanto a que tenemos la intención de honrar esos contratos. Además, Barbara cree que mis antiguos lazos con esta área podrían funcionar a nuestro favor ahora. —¿Entonces no vas a vivir aquí de forma permanente? —No. Pero ese dato se tiene que quedar estrictamente entre nosotras. Sabes cómo los lugareños reciben a una compañía ajena al estado que se traslada aquí temporalmente en busca de beneficios fiscales y entonces sube las apuestas. —Pero todavía parece extraño y... demasiada coincidencia. ¿Cómo una empresa de promociones y publicidad de Dallas termina siendo dueña de una pequeña empresa de promoción de rodeo en Wyoming? Esa misma pregunta había cruzado la mente de Georgia, sobre todo después del extraño edicto de Barbara: tomar el trabajo en Wyoming o perder su puesto de trabajo en Dallas. —L bar K pasó tiempos difíciles y hablaron con Barbara ofreciéndole comprar la parte mayoritaria. Ambas cejas de Stephanie subieron. —Una vez más, una coincidencia. —Barbara hace esto de comprar todo el tiempo. Y está recibiendo suficientes beneficios con este acuerdo, confía en mí. Algunos de los rodeos de por aquí son gemas que se pasan por alto y sólo necesitan la compañía correcta de RP4 para hacerlos brillar. —¿Qué vas a recibir tú de todo eso? —Un ascenso, si todo va bien. Mientras tanto, puedo pasar mi verano en los terrenos del rodeo, en lugar de tomar llamadas en mi escritorio en Dallas. —¿Sabe tu padre que estás aquí? Georgia agarró su bebida.

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Relaciones Públicas.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Probablemente escuchó rumores. ¿Le he llamado? No. ¿Tengo la intención? No lo sé. Stephanie suspiró. —No te culpo. Pero siento la necesidad de señalar que la gente cambia. Tú lo has hecho. ¿Por qué no has podido, al menos, dar a tu padre el beneficio de la duda, sólo una vez? Ese comentario hizo pensar a Georgia en Tell. No en lo que había cambiado, sino lo que había permanecido igual. Sus penetrantes ojos azules eran los mismos. Esa sonrisa con hoyuelos era la misma. Su dulce y servicial temperamento era el mismo. —Has mejorado tu manera de evadir las cosas, —añadió Stephanie—. ¿No quieres hablar de tu padre? Bien. Vamos a terminar la conversación sobre Tell McKay. ¿Te reconoció? —Estaba demasiado ocupado tratando de meterse en los pantalones de Jamie como para prestar atención a cualquier otra cosa que no fuera su cremallera. —No es lo que quise decir. —Sí, me reconoció. Inmediatamente. —¿Y? —Dijo Stephanie con exasperación. —¿Y qué? Fue amable, incluso cuando en cierto modo me sorprendí con él. —Gruñó Georgia y apoyó la frente sobre la mesa. —¿Tan malo? ¿En serio? —Sí. —Georgia levantó la cabeza y se imitó a sí misma—, ¡Guau, no puedo creer que seas Tell McKay! ¡Guau, déjame sentir tus grandes músculos! ¡Guau, te ves increíble! Dios, Stephanie. ¿Qué es lo que está mal conmigo? —¿Tuviste un golpe de lujuria?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Yo y todas las demás mujeres en el bar. Pero ellas no resollaron y se embelesaron como tontas. ¿Puedes creer que casi me caí de culo, y el pobre hombre tuvo que agarrarme? —Él no tenía que agarrarte, —señaló Stephanie—. Pero el hecho de hacerlo da una buena percepción de su carácter. Georgia quería hacer rodar sus ojos, pero su psicóloga amiga leería algo en ello. —No hablé con él el tiempo suficiente para averiguar algo sobre su carácter. Además, ¿qué importa? Está con Jamie. Stephanie negó con la cabeza. —Los problemas de compromiso de Jamie le impiden cualquier cosa que vayan más allá de relaciones casuales. Después de lo que me ha dicho, asumo que con el vaquero caliente, también conocido como Tell McKay, le pasa lo mismo. Georgia quería mencionar que había oído de casualidad la conversación telefónica de Tell y que tenía un niño, pero eso no significaba que tuviera una esposa o incluso otra persona significante. Sólo la mamá de un bebé, que estaba en casa, lidiando con su hijo mientras él andaba de juerga en el bar local. Quizás Tell se había convertido en un Don Juan. No sería una sorpresa, dada su buena apariencia y la salvaje reputación que los hombres McKay se habían construido a lo largo de los años. —Sabes, él podría resolver un problema importante para ti. Ella levantó la vista. —¿Qué problema importante? ¿Que necesito echarme un polvo? Stephanie se echó a reír. —No sé si alguna vez me voy a acostumbrar a oírte hablar así, G. De todos modos, tal vez esto sería un dos por uno en el departamento de resolución de problemas para ti, echas un polvo y consigues una cita para asistir a nuestra reunión por los diez años de nuestra clase. —Uh. No. Me quedo con el sexo, pero no iré a la reunión. —Sandeces. 20

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia comenzó a replicar, pero Stephanie la cortó. —Irás. No puedes no aparecer en nuestra reunión de la clase, Georgia. Especialmente cuando la gente se entere que vives aquí. Especialmente después de que tú y Deck fueron votados la pareja de la clase y escogidos como el rey y la reina del baile de promoción. —Esos títulos no surtieron mucho efecto dado que nos divorciamos hace siete años, —replicó. —Es por eso que tienes que ir. No permitas que Deck tenga la sartén por el mango. Además, sabes que va a ir allí con Tara-Lee. Ella frunció el ceño. —Razón de más para prescindir de la madita pantomina. —¿Realmente no te importa si Deck te difama? —Preguntó Stephanie—. Porque sabes que lo hará si no estás cerca para defenderte. —Tuve que lidiar con el drama de Deck toda una vida. —Es por eso que tienes que presentarte en la reunión del brazo de un sensacional vaquero. Te daría credibilidad. Daría credibilidad a Tell porque sigues siendo la mujer más caliente de nuestra clase. ¿Súmale el hecho de que Deck y Tell eran rivales en el club de rodeo? Dulce, dulce venganza. Sería una manera de demostrar que había salido adelante. Que ya no llevaba ese anillo de la castidad en su cuello como una soga. No. No podía estar considerando la idea de asistir a esa farsa de reunión. —¿A quién llevarás tú a la reunión? —Le preguntó a Stephanie. —A nadie. Voy sola. —Stephanie levantó la mano otra vez—. Y antes de que estalles de furia, permíteme recordarte que siempre estabas en el meollo de las cosas durante la escuela secundaria. Yo estaba muy feliz en el fondo, observando. —Todavía estás observando. —Así que hazlo interesante para mí. Preséntate allí y hazte notar. La introvertida chica de secundaria que eras no se atrevería a pedirle a Tell que fuera a la reunión con ella. Es exactamente por eso que deberías pedírselo. 21

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Y si dice que no? —Creo que te asusta más que responda que sí.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

CAPÍTULO 02

Landon se calmó de inmediato cuando Tell entró por la puerta. Con cuatro años de edad, se arrastró hasta el regazo de Tell con su manta de dinosaurios y rápidamente se quedó dormido. —Te prefiere a ti, incluso más que a Brandt. Tell miró a su hermano menor. —Sólo porque Brandt no ha pasado mucho tiempo con él, con el embarazo de Jessie y todo lo demás. Dalton negó con la cabeza. —Es más que eso. Creo que Landon siente más afinidad hacia ti porque te pareces mucho a… Luke. Pura mierda, en opinión de Tell. Su sobrino había nacido varios meses después de la muerte de su hermano Luke. Nadie había sabido de la existencia del niño hasta que tuvo casi un año y medio. Tener una parte de Luke había servido como catalizador de algunos cambios en su familia… algunos de ellos buenos, otros malos. Sin embargo, para ellos era importante que Landon creciera alrededor de su familia. Tell era consciente de que se parecía mucho a Luke… al menos en la apariencia física. En temperamento estaba a años luz de su impulsivo hermano mayor. Cada vez que trataba con un frustrado Landon, Tell recordaba como calmaba a Luke cuando su temperamento se apoderaba de él. —Me vendría bien una cerveza, ya que mi noche de copas fue interrumpida. Dalton trajo dos botellas de Bud Light. Bebió un sorbo antes de decir, —Probablemente vas a necesitar más de una cuando te diga que ha llamado papá. —¿Qué quería? —Ver a Landon. —Tonterías. Sólo quiere saber si el novio de mamá estará con ella cuando recoja a Landon mañana. 23

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Probablemente. —Entonces, ¿qué le dijiste? —Que estarías en el parque de Sundance mañana por la tarde. —Dalton se encogió de hombros y dio otro sorbo—. Probablemente no aparecerá. —Eso espero. —Tell dejó caer la cabeza hacia atrás en el cojín del sofá y cerró los ojos. No quería pensar en la mierda de su jodida familia ahora, cuando tendría que tratar con ello de nuevo mañana. —¿De quién te alejé en el bar para que terminaras con esa mirada irritada en tu rostro? —Preguntó Dalton. Pensar en Georgia lo sacó de un estado de ánimo potencialmente amargo. Levantó la cabeza. —Georgia Hotchkiss. ¿Te acuerdas de ella? Dalton lanzó un silbido. —Claro que me acuerdo de Labios Calientes Hotchkiss. Estabas coladito por ella. Sintió arder sus mejillas. —Claro que no. —No necesitas mentir, hermano. Dejaste que te pisoteara. Pero, maldita sea, podría haberla dejado pisotearme, también. Ella se merecía todo eso y mucho más. Un poco engreída, sin embargo. ¿Todavía es así? —No tengo idea. Me llamaste justo cuando empezaba a hablar con ella. No la había visto desde una semana después de la graduación. Dalton le disparó una mirada de consideración. —¿No eras amigo de su hermano gemelo, RJ? —Lo conocía, hicimos un par de travesuras juntos, pero no éramos amigos dado que él empezó a juntarse con Deck. —No estuviste el verano que fue asesinado. Algo triste. Landon se agitó. 24

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Tell se levantó, llevó al niño a la habitación de invitados y lo metió en la cama. Tiró la manta sobre él y acarició el cabello del niño. Entonces regresó a la sala, se dejó caer en el sofá y se estiró con un suspiro. —¿Debo tomar esto como te vas a quedar esta noche? —Sip. —¿Qué pasa si tuviera planes? Tell arqueó una ceja. —¿A las diez de la noche cuando tenemos que levantarnos a las cinco? Dalton lanzó un suspiro. —Ojalá tuviera planes. Fue horriblemente duro volver a entrar en el ritmo de la vida social después de la temporada de partos. No sé si volveré a descansar alguna vez. Hombre. ¿Este año fue brutal o qué? —Añadimos unas cien cabezas extra y Brandt está agobiado, así que, sí, fue duro. —Me alegro de no ser el único quejica llorón. —Eso me hace ser uno también. —Ahora me siento mejor. —Dalton tamborileó con los dedos sobre el brazo del sillón—. Escuché algo que podría ser de tu interés. —¿Qué cosa? —Terminó todo entre Jim y Charlene Fox… bueno, salvo las peleas. Tell frunció el ceño. —¿Por qué eso me interesa? —Saliste con Charlene, ¿verdad? Salir. Se la folló un par de veces y luego ella se casó con otro. —Sí. Hace como seis años. ¿Por qué? —Ella recuerda con cariño el tiempo que pasó contigo. Infierno, yo creo que recuerda con cariño a todos los hombres con los que ha estado, que es por lo que probablemente 25

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 se está yendo a pique su matrimonio. —Dalton sonrió—. Pero ella me dijo, en confianza, que cuando lleguen al final con Jim, le gustaría vender todo y mudarse a Austin para vivir con su hermana. —¿Cuándo te soltó Char todo eso, D? —Se detuvo aquí ayer cuando estaba fuera con Landon. Tener un niño hermoso hace que una mujer se vuelva tierna y comunicativa. De todos modos, si jugamos bien nuestras cartas, podríamos conseguir nuestra oportunidad. Eso captó su interés. —¿Oportunidad? —Sí. —La cara de Dalton se transformó en solo negocios—. La tierra ya está dividida en dos parcelas. Una sección mayor no sería una mala inversión. Especialmente si ibas en serio con lo de comenzar una instalación para engorde de ganado en unos pocos años. —Iba en serio. Pero teniendo en cuenta el precio del suelo, no hay manera de que nos lo podamos permitir. Incluso si nos hace un descuento por ser amigos y ex-amantes, ni siquiera contando lo que llevamos ahorrado. —No hay manera de que podamos darnos el lujo de dejar pasar esta oportunidad, incluso si nos lleva un par de años poner el corral de engorde en funcionamiento. Esta vez no tendríamos que depender de nadie más para que solucione cosas por nosotros. Podríamos manejar los detalles nosotros mismos y nadie lo sabría hasta después que esté todo hecho. A ambos les había quedado un mal sabor después del reparto de tierras que había tenido lugar cerca de un año y medio atrás. —No lo sé. No me gustaría hacerme ilusiones de nuevo. Hemos estado hablando con hipótesis. ¿Qué pasa si me equivoco y un corral de engorde no es viable? —No estás equivocado. Eres la persona más inteligente que conozco, T, y si alguien puede hacer que sea rentable, ese eres tú. Has hecho más que hablar con hipótesis. Incluso ya estudiaste la normativa. La fe que tenía su hermano en él lo humillaba. —¿Y no sería dulce restregárselo a la Pequeña Señorita Conozco-Todo-SobreAgricultura-Ecológica-Sostenible después de lo que nos hizo? 26

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Escupió su cerveza al escuchar a Dalton referirse a la dulce Rory Wetzler de esa manera. —Oye, tú eres el que se emborrachó con Rory y reveló nuestro secreto de querer comprar las tierras de su madre para convertirlo en un corral de engorde gigantesco. Dalton lanzó un suspiro. —Sí, eso no fue muy inteligente de mi parte, sobre todo porque habíamos conseguido mantener en secreto esa parte de nuestros planes incluso a nuestro primo Ben. —Deberías haber previsto que Rory hablaría con su madre de inmediato, así fue como Rielle terminó vendiéndole a Gavin tan rápido. Tanto Rielle como Rory tienen esa actitud hippie que no quieren ningún cambio en las tierras. —Bueno, están consiguiendo lo que quieren ya que Gavin no ha hecho una mierda con ella. Meditaron sobre esto en silencio. —¿Estarás bien ocupándote de las tareas solo el domingo por la mañana? —Preguntó Dalton—. Hay un torneo de póquer en Deadwood. El bote es de veinte mil dólares. —Ve por ello. Emborráchate, echa un polvo y gana el bote. Necesitaré recuperarme el próximo fin de semana. —¿Dónde es el rodeo? —Buffalo. Viernes y sábado por la noche. —Hecho. —Dalton se levantó—. Buenas noches, John-Boy. —Buenas noches, Mary Ellen5, —Tell se tapó con la manta que cubría el sofá y dejó que el sueño lo venciera.

La tarde siguiente, después que Tell consiguiera alimentar y asear a Landon, se dirigieron a la ciudad. Era uno de esos días perfectos, el sol de Wyoming brillaba por encima de un enorme cielo azul, sin nubes. Sólo lo suficientemente fresco para recordarle que el invierno había terminado pero el verano aún no había llegado.

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John-Boy y Mary Ellen son personajes de la serie estadounidense de vaqueros “Los Waltons”.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Landon irradiaba energía por lo que corría desde el columpio con pasamanos hasta el parque de arena, jugando con todo lo que había en medio, antes de decidir treparse a las barras. Tell perseguía al niño, corría cuando Landon lo perseguía a él, y se dejaba atrapar y hacer cosquillas. Finalmente Landon se acomodó en el parque de arena para cavar… una actividad que lo mantendría ocupado durante más de cinco minutos. Tell se recostó en la hierba, dejando que el sol le calentara el rostro. Había sido un invierno frío, nevado y sombrío. Parecía como si el sol no hubiera brillado en absoluto, por lo que ahora se deleitaba ante el cálido resplandor igual a un gordo gato de granja cuando tenía una oportunidad. No mucho tiempo después de que llegara a ese punto de perfecta relajación, una sombra cayó sobre él. Respiró profundamente, esperando abrir los ojos y ver a su padre cerniéndose sobre él. Pero el hermoso rostro de Georgia Hotchkiss llenó su visión. Le sonrió. —Bueno, es mi semana de suerte si logré verte dos veces en un par de días, dulzura. —Eres tú. No estaba segura. —¿Que te confundió? Su mirada le recorrió el cuerpo desde las botas Merrell de montaña hasta su rostro. —Podría haber sido la gorra de beisbol que estás usando en lugar de un sombrero de vaquero. Justo en ese momento Landon patinó hasta detenerse en seco, espolvoreando las piernas de Tell con arena. —¡Mírame! —El chico saltó sobre Tell y corrió alrededor del cajón de arena, haciendo ruidos de carreras. —Es una pena que el chico no tenga ninguna energía que quemar, —dijo Tell secamente. —¿Qué edad tiene? —Preguntó Georgia. —Cuatro. 28

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Cómo se llama? —Landon. —Bonito nombre. Tu hijo se parece mucho a ti. Tell se levantó de un salto. —Epa. No es mi hijo. Es hijo de mi hermano Luke. —Oh. Lo siento. Simplemente asumí..., —se aclaró la garganta—. ¿Así que le estás haciendo de niñera a Luke o algo así? —Algo así. Georgia le dirigió una extraña mirada. —Suenas misterioso. —Es probable que no hayas oído hablar de la historia porque te fuiste. Luke murió hace unos años. Antes de morir, engañó a su esposa y dejó embarazada a esta chica que conoció en un bar. Ella no apareció hasta que Landon tuvo dieciséis meses. Así que, tan raro como parezca, tenemos un acuerdo de custodia informal con la madre de Landon, Samantha. El horror hizo a Georgia abrir muy grandes los ojos. —Oh, Dios mío, Tell. No tenía ni idea de que Luke había muerto... Lo siento mucho. —Gracias. —Pateó un montoncito de arena—. Siento lo de RJ. Perder a un hermano es una mierda. —Sí, lo es. Me hubiera encantado tener un sobrino o sobrina apareciendo de forma sorpresiva en mi vida, —ella frunció el ceño—. Pero eso es un imposible, dado que la novia de mi hermano muerto está casada ahora con mi ex esposo. Tell se rió. —Esa situación me es familiar. Mi hermano Brandt se casó con la viuda de Luke, Jessie. Georgia sonrió y el corazón de Tell dio un vuelco. Maldita sea. Todavía tenía esa sonrisa abierta. Se sintió contento de ver que no había perfeccionado una falsa sonrisa educada con los años. 29

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Qué estás haciendo en el parque? —Dando un paseo, disfrutando de este hermoso día. —Se giró para mirar a Landon— . ¿Lo tienes todo el fin de semana? —Dalton y yo lo hemos tenido los últimos dos días. Mi madre vive en Casper ahora y ayuda a Samantha a cuidar a Landon. —¿Así que tus padres...? —Se divorciaron. —Tell apartó la mirada de ella y buscó a Landon. El escurridizo niño no estaba por ninguna parte. Le dijo—, Dame un segundo, —y corrió a las barras. Landon no estaba arrastrándose por el pasamanos ni sentado en los columpios. Giró en un círculo lento y entrecerró los ojos hacia un destello color rojo proveniente de las mesas de picnic. Allí estaba el pequeñajo. Se congeló cuando vio a su padre sentado junto a Landon en un banco de la mesa de picnic. Había sobornado a Landon con un helado para llamar su atención. Tell se estremeció, sintiendo que su piel se tensaba preparándose. —Papá. —No estás vigilando con atención a mi nieto, Tell. Cualquier persona podría haberlo cogido mientras tú estabas hablando con esa chica. Siempre tuviste la capacidad de atención de un perro con pulgas. Gracias a Dios, yo estaba aquí. Landon saltó del asiento y envolvió un brazo alrededor de la pierna de Tell. —Hola, colega. Siéntate. Estoy justo aquí. ¿Le diste las gracias al abuelo por el helado? —Gracias. —Landon agachó su cabeza de pelo oscuro. —Es una pena que el chico no sepa quién soy. ¿Y de quién es la culpa? —Es tu madre quién probablemente lo envenena en mi contra, —dijo Casper con una sonrisa burlona. Tell no dejaría pasar ese comentario. 30

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Creo que lo estás haciendo muy bien por ti mismo. Si deseas que te conozca, deberías pasar tiempo con él. Cosa que no has hecho, ni siquiera cuando te hemos dado la oportunidad. —Hacer la obra del Señor me mantiene ocupado. Y por supuesto que era más importante. Cualquier cosa era más importante que arreglar la grieta con su familia. —Veo que tu madre te tiene saltando de un lado a otro también. —Señaló a Landon— . ¿Con qué frecuencia te pide que cuides del chico? Demasiado a menudo, pero Tell no iba a darle esa información a su padre. —Landon y yo somos amigos, ¿verdad, colega? Landon asintió. —¿Dónde está mi hijo menor? ¿Ustedes dos no andan juntos todo el tiempo? —Dalton ayudó con las tareas y luego se fue. —No estoy sorprendido de que Brandt no se presentara. —Casper sacudió su dedo—. Recuérdale que sería bueno que me llame cuando llegue el bebé. Ya hablé con mi pastor para bautizar al niño. —Vas a tener que hablarlo con Brandt y Jessie, papá. Déjame afuera de esto. —Al menos eso es una cosa en que tu madre y yo estuvimos de acuerdo. Bautizar a todos los niños. A pesar de que no seguimos con ello llevándolos apropiadamente a la iglesia. Convertirse en un sobrio cristiano converso, no había hecho a Casper McKay una persona más agradable. Solo le había dado fe en que sería perdonado por Dios por cualquier cosa cruel que arrojase con su boca. Tell estudió a su padre sabiendo cuánto él odiaba que lo hiciera. Casper había estado sobrio por un año y medio. Había perdido toda esa piel pastosa e inflamada y la hinchazón de su cuerpo que había adquirido durante los años de abusos con el alcohol. Se había dejado crecer el pelo en lugar de mantenerlo corto, las hebras de plata prevalecían contra el negro. Sus ojos, idénticos a los que le devolvían la mirada a Tell todos los días en el espejo, estaban nítidos, pero todavía llenos de la desaprobación que Tell había sentido toda su vida. 31

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Landon gritó: —Abuela. —Corrió a través del parque, arrojándose a los brazos de Joan McKay. Tell no pudo evitar sonreír. Landon amaba a su abuela, y a su madre le encantaba tener un recuerdo del hijo que había perdido. Mientras ella se acercaba, sosteniendo la mano de Landon, Tell tuvo que recordarse a sí mismo que esa relajada y risueña mujer era su madre. No sólo era más feliz después de dejar a su marido, sino que poseía un aire de autoconfianza… demasiada, tal vez, para compensar los años en que no había tenido ninguna. Tell susurró, —Te ves bien, mamá, —y la besó en la mejilla. Luego ofreció su mano a su acompañante—. Bart. Me alegro de verte de nuevo. —Yo también, Tell. Ella miró a su ex-marido. —Casper. —Joan. —Casper repasó a Bart de arriba abajo, pero no le dio la mano. —¿Así que todo ha ido bien? ¿Sin problemas? —Preguntó ella. —Pasamos un buen rato como siempre, ¿verdad, Landon? —Dijo Tell, revolviendo el pelo del niño. —Sip. ¡Monté en el coche de cuatro ruedas tres veces! ¡Y el tío Dalton me ha comprado un juguete nuevo, una retroexcavadora, y cavamos un hoyo grande y él me dejó llenarlo con agua! Ella se echó a reír. —Y apuesto que tu tío tuvo que sacarte después. —Hemos tenido una guerra de agua. —Los chicos son chicos. Casper resopló.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Dalton ya es mayor para portarse como un niño. Él tiene que crecer y empezar a actuar como un hombre. Joan se puso rígida. —¿Y de donde se suponía que Dalton tenía que aprender a ser un hombre? Porque tú no eres definitivamente el ejemplo que él debería estar siguiendo, Casper. Mierda. Esto no era bueno. Odiaba la forma en que se agredían verbalmente el uno al otro, y que sus hermanos nunca estuvieran alrededor para presenciarlo o ayudar a detenerlo. Bart dijo, —Tell, ¿qué tal si me das las llaves así Landon y yo buscamos sus cosas? Tell se las arrojó. Bart y Landon desaparecieron. No los culpaba. Tal vez debería haberse ido también. —Te estás volviendo bocazas en tu vejez, Joan, —dijo Casper. —Tú sigues siendo un idiota en la tuya, Casper. —¿Ese jovencito está compartiendo tu cama así como tu boca sucia? —Sus ojos brillaron—. Recuerdo cuando solías… —Dios santo, papá, ya es suficiente. Casper se volvió hacia él. —No digas el nombre del Señor en vano. Dios no me castigará si te abofeteo por tu blasfemia. —Oh, dale un respiro, —espetó Joan—. Conseguimos que cambiaras tu lealtad de Jameson6 a Jesús. Y no olvides… —Eso va para ti también, mamá. Basta. Ambos. —Está bien. Tengo que irme de todos modos ya que nos reuniremos con Brandt y Jessie para la cena. —Por supuesto ella tenía que quedarse con la última palabra. Abrazó a Tell—. Gracias por todo, hijo. Te llamaré.

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Jameson: whiskey irlandés.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ni siquiera miró en dirección a su padre antes de irse. —Esa mujer necesita… —Te advierto que te calles. —Dijo Tell. Casper murmuró algo acerca de que él debería dejar de ser un niño de mamá. —Mira. Nos vemos otro día. Tengo cosas que hacer. —Fue entonces cuando Tell se dio cuenta que el drama familiar le había hecho olvidarse de Georgia por completo. Miró hacia el último lugar donde había estado, pero ella se había ido. —¿Cómo qué? —Dijo su padre por detrás mientras se retiraba. Como entrar en el bar más cercano. Necesitaba un maldito trago.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

CAPÍTULO 03

Tell pidió una cerveza y una hamburguesa. Había terminado la mitad y la mayoría de sus papas cuando su amigo Thurman Watson apareció. Thurman y él habían sido amigos desde quinto grado, actualmente eran los últimos solteros en su grupo de amigos. —Dado que me llamaste... ¿Me comprarás la cena, McKay? —Supongo. La camarera trajo a Thurman una Coors, tomó su orden y la llevó a la cocina. —¿Me llamarás cobarde si admito que no estoy con ánimos fiesteros esta noche? —Nop, —Tell arremolinó una fritura a través de un charco de salsa ranchera y se lo metió en la boca— ¿Cuánto tiempo estarás en la ciudad? Thurman pasaba tres semanas de cada mes en la carretera como camionero de larga distancia. —Hasta mañana. Debería tener la próxima semana libre, pero cogí una carga extra para ir a Seattle. Entonces iré a Salt Lake City y Denver antes de volver. Durante la hora siguiente hablaron chorradas sobre mierdas relacionadas con la familia y el trabajo, bebieron y jugaron billar. Algunos de sus amigos fueron apareciendo. Miraron a las damas que estaban pescando en el bar, la mayoría apenas parecían legales. Tell estaba hablando con el hermano mayor de Thurman, Warner, cuando Thurman dio un paso delante de él. —A que no adivinas quién acaba de entrar. —¿Si adivino, me compras una cerveza? —Claro. Porque nunca lo vas a adivinar. —Es... ¿Georgia Hotchkiss? —Dijo Tell sonriendo. —¿Cómo demonios lo supiste? —Thurman quedó boquiabierto. —Me he topado con ella dos veces, de hecho. 35

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Y de por alguna razón simplemente olvidaste mencionármelo? —Dijiste que no estabas interesado en festejar o en chismear como una vieja esta noche. —Vete a la mierda. Esto no es chisme. Esta es una noticia, mi amigo. Tell rodó los ojos. —Lo digo en serio, McKay, —Thurman miró a su alrededor antes de bajar la voz—. Estabas medio enamorado de ella. —También lo estaba la mitad de la maldita escuela. Razón por la cual Deck le dio un anillo de pureza hasta que pudo intercambiarlo por un anillo de matrimonio. Antes de que Thurman le siguiera tomando el pelo, su amigo Ned apareció junto a su esposa, Roxanne. Entonces La esposa de Warner, Leah, se unió a ellos. El grupo había aumentado a seis, por lo que se ubicaron en una cabina circular en la esquina trasera. Después de pedir un par de jarras, la conversación derivó al clima, a los deportes y a los niños. El equipo de Warner todavía lazaba en alguna ocasión, y él y Tell hablaron sobre los próximos rodeos. —¿Supongo que Jessie no ha salido tenido a su bebé todavía? —Roxanne le preguntó a Tell durante una pausa, —Le faltan tres semanas. Si Brandt pudiera sacar ese bebé, lo haría. —Entonces él querrá empujarlo de vuelta allí después de que haya estado llorando durante dos días seguidos sin parar, —dijo Warner. —Lo dice el grande y duro papá. Ahora Desiree solo tiene que hacer un puchero y papá le da lo que quiere, —comentó Leah golpeándolo con el hombro. Una esbelta rubia teñida se encaramó en el borde de la cabina, justo al lado de Tell. —Vaya si no es mi vaquero favorito. —Mira. ¿Cómo te va? —Mejor ahora que estás aquí. —¿Y a qué viene eso? —Dios, esperaba que ella no le pidiera dinero. La mujer se inclinó lo suficiente para apoyar la boca en su oído. 36

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —A que estoy tan caliente. Vamos afuera y házmelo en tu camioneta. Házmelo en cualquier lugar, —entonces sopló su aliento de borracha contra la oreja de Tell y lamió— . Por favor. La mujer borracha utilizó tanto la lengua que Tell se sorprendió de que no goteara saliva de su oreja. Ahora deseaba que ella le hubiera pedido dinero. Se acercó más a Thurman. —Siento decepcionarte cariño, pero estoy saliendo de una fuerte gripe. —No me molesta. Vamos. Tell estaba teniendo problemas para recordar por qué la había encontrado atractiva. Le desenroscó los dedos de sus bíceps. —Estoy tomando medicamentos de alta resistencia y tienen un... desafortunado efecto secundario. —Tomó un sorbo de cerveza, esperando que asimilara el significado. Los labios pintados de Mira formaron una "O" por la sorpresa. —No puedes levantarlo, —saltó sobre sus pies—. Ag. Qué pena. Ya nos veremos, —y entonces se fue. Diez segundos más tarde toda la mesa se echó a reír. —Hombre. ¿Eso te sucede a menudo? —Preguntó Ned. Tell asentía con la cabeza mientras respondía, —No. Más risas. —¿No te preocupa que ella difunda el rumor de que no se te para? —Preguntó Thurman. —Nop. Hay un montón de mujeres por ahí que disputarían esa afirmación. —Eres un perro, McKay, —dijo Warner— ¿Cuantas chicas tienes disponibles en tu lista en este momento? —¿Qué día es hoy? Las risas se cortaron abruptamente y todos miraron el extremo de la mesa. 37

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Hola, Tell. Sólo quise acercarme para saludarte. Tell sintió ese mismo zuuum en el intestino que experimentaba a los diecisiete años cuando sus ojos se encontraban. —Georgia. Me alegro de verte nuevamente —Dejó de permanecer hipnotizado con su belleza el tiempo suficiente para decir—. Seguro que recuerdas que fuimos juntos a la escuela con la mayoría de estas personas. Thurman. Ned. Roxanne… —Soy la esposa de Ned ahora, —dijo Roxanne bruscamente—. Y dudo que te hubieras acordado de mi nombre si Tell no te lo hubiera recordado. Guau. Eso fue rencoroso. —Sí, apuesto a que no sabes quién soy yo tampoco, —dijo Leah cruzando los brazos sobre su escote. Todos los ojos estaban puestos en Georgia. Pero en lugar de levantar la barbilla y mirarlos con una mirada altiva, ella dio un paso atrás. —Nuestra clase no era tan grande, Leah. Por supuesto que me acuerdo de ti. —Le disparó a Tell una lánguida sonrisa—. Perdón por la interrupción. Que tengan una buena noche, —y se alejó. —Jesús, Roxanne, que manera de ser incidiosa con ella, —le reprochó Ned. —Se lo merece por todas las veces que fue tan engreída conmigo, —replicó Roxanne—. ¿Esperaba que le diéramos un abrazo grupal? —Engordó algunos kilos, —comentó Leah con una sonrisa cruel—. De ninguna manera encajaría ahora en esa pequeñita falda de porrista. Tell frunció el ceño. Nunca había visto este lado de las esposas de sus amigos y realmente no le gustaba. —Sally Hermanson, ¿quién está organizando todo para la reunión?, dijo que cuándo llamó a Georgia el año pasado para preguntarle si estaría interesada en ayudar, le respondió que no, y que dudaba asistir al encuentro de todos modos. —Roxanne se encogió de hombros—. Y seguro como el infierno que yo no me presentaría si fuese ella. —No es broma. Se divorció del tipo con el que se casó apenas terminó la escuela. Oí que vive con su mamá en alguna comunidad hippie en Boulder. —Yo supe que su padre no tiene nada que ver con ella. 38

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Tal vez es por eso que Deck la pateó, —agregó Leah. —O consideró que era demasiado buena para estar casada con un hombre que se convirtió en un criador de cerdos. Ambas mujeres resoplaron. Tell estampó su vaso de cerveza contra la mesa. —Jesús. ¿En serio? No la han visto, ni han hablado con Georgia durante diez años y asumen automáticamente que es exactamente la misma persona que era en ese entonces ¿Por qué? Ninguno de nosotros es el mismo. Gracias a Dios que hemos cambiado, pero pueden estar absolutamente seguras de que no me voy a rebajar a su nivel y señalar los cambios, porque no todos son buenos—. Se puso de pie, arrojó un billete de veinte sobre la mesa y se fue a buscarla. Georgia se había ubicado en una cabina en el centro de la habitación. Un tipo parecía estar acosándola. Tell le dio un golpecito en el hombro y lo reconoció como un ex compañero de clases de Dalton. —Monte. Tanto tiempo. ¿Estás esperando que comience la banda? —Lo maniobró a un lado para poder deslizarse dentro de la cabina al otro lado de Georgia. —Nah. Sólo estoy buscando a alguien para que me acompañe a la fiesta de mi amigo Brad. —¿Conoces a Mira? ¿Rubia esbelta? Mencionó que quiere tener una noche salvaje. Ve tras ella, entrará en el juego. —Gracias por el consejo, McKay, —le contestó Monte y se alejó dando zancadas. —¿Asumo que no te importó que interrumpiera? —Le preguntó Tell, reprimiendo una sonrisa—. ¿O estabas interesada en acompañar a Monte a una fiesta desenfrenada? —No, —contestó echándose a reír. Su ronca y sexy risa no había cambiado tampoco. —Entonces, ¿me dejarás invitarte a una copa? —Si no arruinarás tu reputación por ser visto públicamente conmigo, —le respondió con un semblante serio.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Recuerdo cuando tú no querías que te vieran conmigo. Así que, es un riesgo que estoy dispuesto a tomar. Una camarera tomó la orden de bebidas. —Entonces, escuché parte de la conversación con tus amigos. —¿Qué parte? Espero que no sea el último comentario de Mira. —La parte de que tienes un montón de mujeres formando fila, —Georgia ladeó la cabeza— ¿Te aferraste a tu herencia de hombre-salvaje McKay, después de graduarnos, no es así? —Con las dos manos. Tenía un montón de avena salvaje para sembrar y he disfrutado como un demonio de arar cada surco7. —Se ajustó el sombrero—. Lamento que Leah y Roxanne estallaran contra ti. Esos ojos de color azul-pálido buscaron los suyos. —No es tu culpa. No es la primera vez que me veo frente a este tipo de hostilidad desde que volví a Sundance. —¿Volviste? ¿No estás sólo de visita? —Ella negó con la cabeza. Bueno ¿no se acaban de presentar algunas posibilidades interesantes? —Ponme al tanto de los últimos diez años en la vida de Georgia Hotchkiss. —Si yo desnudo todo, McKay, va a ser mejor que estés dispuesto a hacer lo mismo. —Oh, no tengo ningún problema en desnudar algo, dulzura. Ella se sonrojó. Uh. Interesante. Una vez que les sirvieron sus bebidas, Georgia dijo: —¿Cuándo fue la última vez que nos vimos? —Después de la graduación. Esa noche en el lago. 7

Wild oat (avena salvaje) es una expresión para señalar que alguien tiene un fuerte apetito sexual. La

frase completa hace referencia a que Tell lo tiene y lo aprovecha muy bien. 40

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ella había aparecido con unos cortísimos shorts ajustados Daisy Duke8 y una camiseta color azul hielo que hacía juego con sus ojos. Él había permanecido junto a la hoguera, hipnotizado por el brillo dorado reflejado sobre su bello rostro, apreciándola como una bella mujer casi transformada en diosa. Ella sólo había aparecido el tiempo suficiente como para que esa imagen quedara grabada para siempre en la memoria. —Mi vida Veamos... Deck y yo nos casamos un mes después de nuestra graduación. RJ murió el verano siguiente. Entonces mi mamá dejó a mi papá. Yo me divorcié de Deck a los veintiún años. Terminé la universidad en Laramie y conseguí un trabajo en Dallas. Eso es todo. Vale. Tal vez había esperado más. Pero... había dicho lo fundamental. Tomó un trago. —Sabes, estaba tan ensimismada en mi misma en ese entonces que no tengo ni idea si tú fuiste a la universidad. Tell negó con la cabeza. —¿Por qué no? Eras definitivamente muy inteligente. Te graduaste entre los mejores de nuestra clase. —Sólo había ciento treinta jóvenes en nuestra clase, —le respondió secamente. —¿Nunca lo consideraste? A pesar de que habían pasado diez años, Tell no podía confesar que no había habido dinero para la universidad. —Pertenezco a una generación de rancheros de Wyoming. Mis opciones de vida estaban decidias por mí cuando nací. —Tomó otro sorbo de su cerveza—. Pero me fui el verano que cumplí diecinueve. Pasé tres meses en el circuito de rodeo del suroeste. Considerado convertirme en profesional. —Parte de él no había querido volver. Pero se había sentido culpable por dejar todo el trabajo del rancho a sus hermanos, y había extrañado a Wyoming más de lo que creía posible. —Ese fue el verano en que murió RJ, —ella comenzó a estrujar la servilleta de papel. Un aire de tristeza suavizó su dura actitud. Alejó la mirada, pero Tell sabía cómo se sentía. Teniendo que fingir buena cara o una cara graciosa, porque eso es lo que se esperaba. Cubrió su mano.

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Dasy Duke: personaje de la serie Los Duques de Hazzard.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Lo siento muchísimo. Georgia no se apartó de su toque. —¿Sabías que mi padre tuvo una crisis nerviosa dos meses después del funeral de RJ? —Su mirada se encontró nuevamente con la de él—. Lo siento. Todo esto es noticia vieja para ti. Estoy segura que los chismosos de la ciudad se la pasaron en grande con todo esto. —Nunca oí nada al respecto, —mintió. —No sé qué es peor. Ser objeto de chismes. O que a nadie le importes lo suficiente como para chismear sobre ti. No tenía ni idea de qué decir a eso. La banda comenzó a afinar. El estado de ánimo melancólico de Georgia desapareció y le ofreció una deslumbrante sonrisa que encendió todas sus alarmas de advertencia. —Suficiente de hablar de mí ¿Así que estás en la ganadería? —Sí. —¿Crías Black Angus o Herefords? Tell la estudió. Había pasado un tiempo, pero todavía reconocía los disparadores… llevar sus encantos a lo más alto, significaba que quería algo de él. Momento de hacerle saber que ya no era ese adolescente incauto que había sido. —¿Realmente importa? —Le dijo, tomándola por sorpresa. —Sí ¿Por qué preguntaría si no me importara? —Porque las charlas intrascendentes nunca fueron tu estilo. Ella no lo negó. Y él fue un poco más allá. —Además, tengo la sensación de que viniste aquí esta noche buscándome. —¿Demasiado arrogante? No te pedí que te unieras a mí, Tell. Así que siéntete libre de irte. Y esa réplica fue tan de la Georgia de los viejos tiempos, que él tuvo que sonreír. 42

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Ahí está la mirada que recuerdo. Prefiero esa cosa de falso coqueteo que haces. —¿Falso coqueteo? ¿No crees mucho en mí, verdad, McKay? —No te he visto durante una década y no voy a pretender que te conozco. Del mismo modo que tú no me conoces. Así que deberías entender que soy directo y franco. Si quieres continuar con esta conversación, sería mejor que me dijeras de frente lo que quieres de mí, sin sofocarme con tus armas femeninas. —Ahora recuerdo por qué siempre me gustaste. —¿Porque me manipulabas fácilmente? —Veo que todavía lanzas todos esos aforismos en cada oportunidad que tienes para distraerme con tu encanto. ¡Uy! Se merecía eso. Le sorprendió que ella recordara eso de él. Sonrió. —Ahora estamos llegando a alguna parte. Así que suéltalo, labios calientes. —Tienes razón. Vine al bar esta noche buscándote para preguntarte si vas a ir a la reunión de egresados dentro de dos semanas. —Tenía pensado ir a la reunión de la noche del sábado, pero no al picnic familiar del viernes. —¿Tienes una cita? ¿Por qué su frecuencia cardíaca se aceleró? —Todavía no. ¿Por qué? Ella le respondió impulsivamente, —¿Quieres ser mi pareja? Después que se le pasó la conmoción, Tell se inclinó hacia delante. —¿De verdad, Georgia? —En serio. No tenía pensado ir a la reunión. No es una manera divertida de pasar una tarde, tratando con las miradas, los comentarios groseros y los susurros en relación a porqué Deck y yo estamos divorciados. O escuchar hablar acerca de lo trágico que fue que RJ terminara asesinado por conducir ebrio. 43

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Entonces, ¿qué te hizo cambiar de opinión? Sus ojos azul pálido se mantuvieron en los suyos. —Haberte visto anoche. No caigas en la trampa. Exige una razón sólida. —¿Y eso es porque...? —Porque sabes divertirte. Y si fuera contigo, podría tener una oportunidad de divertirme. —¿Tu cambio de opinión acerca de revivir esos gloriosos días no es porque Deck odia hasta mi sombra y sería un golpe duro para él que aparecieras colgando de mi brazo? Ella se permitió una ligera sonrisa avergonzada. —Bueno. Puede que haya un poco de eso Y hay que admitir que sería todo un suceso que lleguemos juntos. —Suena bien. —Y yo tampoco puedo ir al picnic familiar del viernes. Estaré fuera de la ciudad por trabajo. —Nunca te pregunté qué estás haciendo para ganarte la vida que te permitió regresar a Sundance. —Trabajo para una empresa de gestión de eventos en las afueras de Dallas. Contamos con una sección de relaciones públicas y otra de publicidad, y mayormente nos ocupamos de la promoción de eventos como rodeos, conciertos y beneficios. —¿Cuál es el nombre de la empresa? —Barb Wyre PR. ¿Te suena? Había oído hablar de ellos. Recientemente. —El comité que me contrató como juez para el rodeo en Buffalo del próximo fin de semana, mencionó que L bar K había sido comprada por esta empresa. —Espera un segundo, —sus ojos se abrieron— ¿Eres un juez de PRCA? —Hace más de dos años. 44

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No me sorprende. Supuse que siempre tendrías un pie en el mundo del rodeo. Parece ser una adicción. Tell sabía que Deck era un juez también, pero nunca habían trabajado juntos en un rodeo, y siempre se había sentido agradecido eso. —¿A cuántos otros rodeos tu empresa le proporcionó la promoción para este verano? —A veinte, hasta ahora. Y parece crecer más cada semana. ¿Por qué? La mente de Tell comenzó a lucubrar. Esta podría ser su oportunidad no sólo de conseguir más eventos para oficiar de juez, sino también para lograr que Georgia Hotchkiss estuviera donde siempre la había querido: de su brazo en público y en su cama. —¿Tienen jueces programados para todos esos eventos? —Tendría que mirar, pero supongo que no. No todos los rodeos son autorizados por la PRCA. —Lo sé. He trabajado en algunos pocos que no lo eran. —¿Cuántos eventos de PRCA tienes programado para juzgar este verano? —Sólo cuatro. Que no está mal, teniendo en cuenta que no estuve haciéndolo por un tiempo y que en su mayoría estuve oficiando de juez en pequeños rodeos de la zona durante el verano. —¿Hiciste enfadar a algún pez gordo de la gestión regional de jueces de la PRCA? —No por lo que yo sé. La única cosa en que puedo pensar es que los comités que contratan a empresas como la tuya se inclinan por los jueces que tienen más trayectoria en ese terreno. ¿Cómo se supone que puedo ganar experiencia si no tengo la oportunidad de juzgar? Georgia se quedó pensando tamborileando los dedos sobre la mesa. —Ese es un requisito, ¿verdad? —Pero tú podrías ayudarme a cambiar eso. Podríamos ayudarnos mutuamente. Si estás de acuerdo con mi performance, entonces podrías dejar caer mi nombre en los comités que contratan a los jueces para los rodeos que no sean de la PRCA. Elogiando mis… calificaciones. 45

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Y qué obtendré a cambio? Tell le otorgó su más encantadora sonrisa. —Sería tu cita para la reunión. Podría ser divertido ser el instrumento que utilices para golpear a Deck y a cualquier otro que quiera meterse contigo. Una extraña expresión revoloteó en su rostro, pero no había dicho automáticamente que no. —¿Qué? —¿Nuestros compañeros no pensarán que está armado? O peor aún, ¿que eres mi cita estrictamente por lástima? No quiero que se compadezcan de mí, Tell. Eso podría ser un problema para ambos. Chasqueó los dedos cuando se le ocurrió una solución. —Entonces sencillamente tendremos que convencer a todos en el pueblo que estamos locos el uno por el otro durante las dos próximas semanas anteriores a la reunión. —¿Fingir que estamos juntos? —Oh, dulzura, no tendríamos nada que fingir. Estaríamos juntos de verdad. —Define “de verdad”. La mirada de Tell le recorrió el rostro, entonces se sumergió en sus pechos, y no se molestó en disimular su lujuria cuando sus ojos se encontraron de nuevo. —¿Me quieres como tu cita para la reunión? También estaré compartiendo tu cama. Georgia se quedó con la boca abierta y se echó hacia atrás en la cabina. —¿Ese es un pensamiento muy repulsivo para ti? —Le preguntó él bruscamente. —Dios no. No, en absoluto. Sólo que eres tan… —Cerró la boca abruptamente conteniendo algo que había estado a punto de decir— ¿Quién lo va a creer? —Todo el mundo, si jugamos bien las cartas. —Se inclinó, intentando convencerla duramente—. Mira, ya hemos conseguido hacer rodar la bola. Hoy nos vieron juntos en el parque. Estamos sentados en la Bota de Oro en estos momentos. Regañé a las esposas de mis amigos por la forma incidiosa en que se comportaron contigo, y Leah y Roxanne son dos de las más grandes cotillas de la ciudad. Lo conseguiremos. Confía en mí. 46

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Me defendiste? —Esa mierda de chicas-crueles no va conmigo. Cuando Georgia siguió mirándolo fijamente sin hablar, empezó a molestarse. —¿Por qué estás tan sorprendida? —Porque no me lo esperaba. —¿Esperabas que estuviera feliz sólo con agarrarte de la mano y oler tu cabello? — ¿De verdad había dicho eso? Compórtate un hombre. Mantente firme. Ya no eres ese cachorrito ansioso por complacer—. Estás equivocada. Nada es gratis. Seremos amantes. No amigos. Ese es el trato. Lo tomas o lo dejas. —¿No hay espacio para la negociación? —Nop. Georgia levantó la barbilla y sus ojos eran puro escepticismo. —¿En serio? ¿Ni siquiera cuando un no de mi parte podría significar que no te asignen a más rodeos? —Síp. —Terminó su cerveza y se deslizó fuera de la cabina—. Déjame saber lo que decidas, pero si fuera tú, no me tomaría mucho tiempo para decidirme, dulzura, porque no eres la única mujer que me pidió que fuera su cita para la reunión. Malditamente difícil de hacer, pero Tell se alejó.

¿Cuándo te convertiste en una cobarde, Georgia Hotchkiss? Se apresuró a salir del bar y comenzó a pasearse por el estacionamiento, un poco sorprendida por el lado agresivo de Tell. Él siempre había sido tan relajado. Sin embargo... ¿cuánto lo había conocido diez años atrás? Nada en absoluto. Pero realmente le gustaría conocerlo ahora. En el nivel más básico y carnal. ¿Qué era lo peor que podría pasar si dijera que sí a las demandas de Tell? ¿El sexo sería malo con él? Dudoso. 47

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Sin embargo, Georgia no podía sacudirse la sensación de que esto podría tratarse de un juego. Él podría haber acordado asistir a la reunión, tener sexo con ella de antemano, y luego echarse atrás a último momento, sólo para vengarse de ella. Odiaba pensar de esta forma, pero tenía que poner esa posibilidad en la ecuación. Junto con el temor de que Tell solo estuviera viviendo una fantasía de la escuela secundaria. Tan pronto como se acostara con ella, volvería a su comportamiento machista jactándose de que se había follado a la reina de las fiestas. ¿Dónde la dejaba esto a ella? Diferentes hechos para temer. Hecho 1: Tell McKay era innegablemente caliente. Hecho 2: La quería bajo sus propios términos. Hecho 3: Ella podría ser la audaz y sexy mujer aventurera que siempre había querido ser. Hecho 4: Ella se iría al final del verano. ¿Entonces por qué se estaba debatiendo los pros y contras en el oscuro estacionamiento de un bar? ¿Por qué se había puesto tan nerviosa? ¿O porque él había hecho que sus bragas se mojaran con una simple demanda? Ella no tenía nada que perder... y mucho para ganar. Era así de sencillo. Se convertiría en la amante de Tell McKay durante el tiempo que durara. Ya decidida, Georgia se acercó a la entrada del bar. ¿Eran Leah y Roxanne las que vagaban fuera? No actuaban tan seguras sin un bar lleno de gente reforzando su valor. —¿Saben lo divertido de volver aquí? —Georgia se paseó hacia adelante— El tiempo que pasé fuera, es desproporcionado en relación al nivel de animosidad que enfrenté cuando vivía en Sundance. Entiendo que no les gustaba a ninguna de las dos durante nuestros años en la escuela secundaria. Pero ¿alguna de ustedes realmente me conoce? Vale, yo tampoco las conozco, así que voy a concederles eso. Pero lo que sí sé, es que no traté de robarles a sus novios. No las desairé porque llevaran un anillo de pureza. Nunca les puse una goma de mascar en el pelo. Nunca dibujé una X en sus rostros en las fotografías de las reuniones de ex alumnos o de la fiesta de graduación. Pero ¿saben qué? Cada una de esas cosas me las hicieron… a mí. Así que recuérdenlo cuando embellezcan el pasado y me pinten como una perra desagradable. Yo no era de esa 48

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 manera entonces y no lo soy ahora. Es una mierda que alguien las hiciera vivir un infierno en la secundaria. Pero ese alguien no fui yo. Y mis años de secundaria no fueron un jodido jardín de rosas tampoco. Piensen en ello, —pasó caminando entre ellas de regreso al bar. No se fíen de mí El ruido había aumentado de manera exponencial. La iluminación parecía más tenue. El aire más viciado. Técnicamente no se permitía fumar en el bar, pero la gente en Wyoming no apreciaba el decreto del gobierno, por lo que no hacía caso. Georgia escaneó la hilera de la barra. La pista de baile. Las mesas de billar. Entonces lo vio. Se le oprimió el estómago. Se le secó la boca. Su sexo se contrajo. Incluso en una habitación llena de vaqueros vestidos con sombreros y jeans, Tell McKay se destacaba. Un toro campeón, un semental superior, un macho viril. La observó con indiferencia, como si tratara de medir su intención. Esperando a que ella hiciera el primer movimiento. Y así lo hizo. Cuadrando los hombros, le ofreció una sonrisa sexy y se dirigió hacia él.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

CAPÍTULO 04

El resplandor del neón de las luces del bar creaba un halo azul sobre su brillante cabello negro. Pero ella no se veía como un ángel. Se veía como una seductora. Los ojos de Tell devoraron cada centímetro del sexy cuerpo de Georgia mientras ella serpenteaba hacia él. Apuró su cerveza y dejó la botella a un lado, encontrándose con ella a mitad de camino. —Has vuelto. —Sí. —¿Por qué? —Hay algo... persuasivo en ti, Tell. Siempre lo has tenido. No podía alejarme. Él reprimió un gruñido. —¿Sabes lo que eso significa? —Sí, lo sé. —Dilo. En voz alta. —Estarás en mi cama o yo estaré en la tuya. De cualquier manera, seremos amantes. Él rozó la palma de la mano bajando por su brazo, desde su hombro hasta las puntas de sus dedos. Su piel se erizó y un pequeño escalofrió la atravesó. Ahora, de esto se trataba. Sin preguntar, Tell la agarró de la mano y la llevó a la pista de baile. Sostenerla se sentía tan bien como había imaginado. Ella era una cosita pequeña. Los altísimos tacones que llevaba dejaban la parte superior de su cabeza a la altura de su mentón. Definitivamente tenía curvas en los lugares correctos, ahora. Una mujer voluptuosa, no una chica atlética. —No has dicho nada, Tell. 50

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Solo estaba pensando. —¿En qué? —En ti, siendo tan pequeña. Recordando cuando las animadoras te lanzaban en el aire en los juegos de futbol. —Estarían en apuros lanzándome hacia arriba ahora. Le levantó la barbilla. —Te veías bien entonces, pero ahora te ves aún mejor. —¿De verdad? —Le respondió, como si no le creyera. —Síp. Ahora no estaré preocupado de romperte cuando te folle duro. Esos impresionantes ojos se agrandaron. ¿Por la sorpresa? Un poco. Pero principalmente por interés. Tell solo sonrió y la hizo girar alrededor de la pista de baile. No hablaron durante la siguiente canción, se agarraron firmemente y asimilaron el ritmo de sus cuerpos hasta que estuvieron en perfecta sincronía. Georgia siguió su ejemplo como si hubiera nacido para ello. ¿Sería tan complaciente en la cama? Tú no quieres eso. La quieres como una gata en celo. Siseando, arañando, frotándose, ronroneando. —¿Estás bien? Él se centró en ella. —Sí, ¿Por qué? —Has hecho un ruido extraño. —Probablemente un gruñido. —Inclinó la cabeza cerca de la de ella—. Sospecho que vas a sacar la bestia que hay en mí. —¿Estás tratando de espantarme, vaquero? —Nop, pero quizás esto lo haga. —Tell enroscó un mechón de pelo alrededor de sus dedos, tirando de las suaves mechas para inclinarle la cabeza hacia atrás. Mantuvo sus miradas fijas, mientras su boca descendía. Una vez que sus labios se tocaron, la besó con 51

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 el entusiasmo de un chico de diecisiete años, pero con la habilidad de un hombre de veintiocho. Ella se rindió a él, besándolo con una pasión tan seductora como su propio sabor. La presión de sus labios, tan suavemente mullidos, pero tan firmemente bloqueados con su boca hambrienta, envió una punzada de deseo directamente a su polla. Tell podría haberla besado toda la maldita noche, pero ya había llevado las cosas un paso más allá de lo que era conveniente. Soltó el posesivo agarre que tenía sobre su cabello y rompió el sello de sus bocas, sintiendo las rápidas exhalaciones de sus labios hinchados por el beso. Ella abrió los ojos. Una mezcla de asombro y deseo brillaba en las profundidades de sus ojos glacialmente azules. Retomaron el baile de nuevo. —Esto podría ser material de chismerío. —Georgia no desvaneció la sonrisa. —¿Qué? —Dejémoslos con la boca abierta. Ven a casa conmigo esta noche. Su polla se mostró inmediatamente lista ante su sugerencia. Pero un polvo rápido no estaba en sus destinos. Él había esperado un largo tiempo por esto, de manera que seguro como el infierno que ella no iba a obtener una gratificación instantánea. Un pequeño coqueteo sexual sería bueno para ella. Y para él también. Ella rozó la boca cerca de la comisura de sus labios. —Sabes que también lo deseas. —Como no podrías imaginarte. Pero vamos a hacer esto de la manera correcta. Pasaremos un poco de tiempo juntos antes de que nos metamos entre las sábanas. Sus cejas se arquearon. —No lo entiendo. ¿No estamos intentando convencerlos que somos amantes? —Si queremos que la gente crea que somos realmente una pareja, necesitamos salir y hacer las cosas que hacen las parejas, no solamente follar a puertas cerradas, —Tell acercó los labios a su oreja—. Una vez que te tenga desnuda… y créeme, dulzura, que eso sucederá muy pronto, nos tomaremos nuestro tiempo. Un fabuloso largo tiempo. 52

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia se estremeció. Cuando la orquesta cambió a un ritmo más rápido, la condujo fuera de la pista de baile y deliberadamente se sentó enfrente de ella en la cabina. —¿Y ahora qué? —Tú te irás a casa. Yo voy a quedarme por aquí otra hora, más o menos. Nos encontraremos mañana. Sus ojos se estrecharon. —Vamos a dejar una cosa clara. Si vamos a ser una pareja, entonces espero que estés solo conmigo. A él se le pusieron los pelos de punta. —¿Estás pensando que en el segundo en que salgas por la puerta llevaré a alguna otra mujer a casa conmigo? Estás equivocada. —¿Estás seguro? Porque admitiste antes que te ganaste tu reputación como jugador. He visto las miradas que te lanzan otras mujeres. —Yo no controlo quien me mira, Georgia. Confías en mí o no lo haces. Ella estaba claramente indecisa, buscando más garantías, pero Tell no le ofreció ninguna. Finalmente una leve sonrisa apareció en sus labios. —Obviamente tengo algunos problemas de confianza que no son culpa tuya. ¿Entonces, que haremos mañana? Tell le acercó la mano a su boca y le besó los nudillos. —Nos divertiremos un rato. Porque tengo el presentimiento de que no has tenido ni de cerca suficiente diversión en tu vida, labios calientes. —Tell. No tienes que… —¿Conseguir que te sueltes un poco? Si, tengo que hacerlo. Porque esa es una de las cosas que mejor me salen. —¿Cuál es la otra cosa? El arqueó una ceja y sonrió con superioridad. 53

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Eres tan machista. —Y estoy orgulloso de serlo. Recuerda mis palabras, voy a hacer que te diviertas mañana, incluso si eso te cabrea. Georgia rió. —¿Qué cosa divertida tienes en mente? —Pienso llevarte a tomar un helado. Pero primero nos encontraremos en la cancha de baloncesto del parque. Lleva algo cómodo y deportivo, porque dulzura, voy a hacerte trabajar desde el primer golpe.

Cómodo y deportivo, había dicho él. Georgia revisó su reflejo en el espejo del baño por decimocuarta vez antes de murmurar: —Al diablo—, y salió por la puerta. En el camino, tuvo consigo misma una charla motivadora. No lo analices todo demasiado. Diviértete. Sé sexy. Sé seductora. En otras palabras, actúa como si no fueras tú misma. Sin presiones. Cuando llegó al parque, se sentía más tranquila. Entonces disparó una mirada en dirección a Tell McKay y su ritmo cardíaco se aceleró entrando en la zona de peligro otra vez. Oh, sí. No se le podía confundir con un quinceañero ahora. Llevaba pantalones negros de baloncesto que colgaban por encima de sus rodillas y una camiseta gris sin mangas que moldeaba la parte superior de su cuerpo. En estos años él había aumentado su tamaño, haciendo que su pecho pareciera más amplio de lo que lo recordaba. Y oh, nena, echa un vistazo a esos brazos tan marcados. Su piel era sorprendentemente blanca desde la articulación de su hombro hasta los músculos de sus bíceps, y bajando desde allí, la longitud de su brazo era de un marrón caramelo. Hasta el bronceado de un granjero se veía bien en él. Tell la vio y se acercó trotando, sosteniendo una pelota de baloncesto. 54

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Me alegra que vinieras. —Le recorrió el cuerpo con la mirada, desde su camiseta sin mangas de licra naranja, pasando por sus capris grises de algodón, hasta sus zapatillas de deporte blancas. —Te ves genial. —Tú también. —Sin el sombrero de vaquero cubriéndole su cabello negro, notó que las puntas se rizaban levemente. Un hombre tan tentador, con ese cuerpo caliente, sus penetrantes ojos azules y esos profundos hoyuelos. Quería lamerlo por un lado y luego por el otro. Y este era un sentimiento completamente extraño para ella. Se consideraba reservada en todos los aspectos de su vida, especialmente en las relaciones con el sexo opuesto. —¿Estas lista para jugar? —¿Pensé que íbamos a ir a tomar un helado? —Después. —Él hizo rebotar la pelota alrededor de ella. Se detuvo y disparó a la canasta. Naturalmente, encestó. Entonces fue a recuperar la pelota, haciéndola rebotar mientras regresaba. —Eres bueno. ¿Porque no jugabas en la escuela? —Coincidía con la temporada de rodeo. Me gusta encestar por diversión. No todo tiene que ser una competencia. Sus ojos se encontraron con los de él en un desafío directo. —¿Así que nosotros no estamos teniendo una pequeña disputa? Tell se rió. —Me imitas realmente bien, dulzura. Sí, estamos teniendo una pequeña disputa. —No puedo ganar en un mano-a-mano contigo, Tell. Eres demasiado grande. Los ojos masculinos ardieron. —No tengo dudas de que puedes tomarme. Tomar todo de mí perfectamente. ¿No estaba simplemente lanzando insinuaciones sexuales hoy? ¿Y no estaba ella experimentando una secreta emoción con todo ello? ¿Cuándo fue la última vez que un hombre la había adulado divirtiéndose mientras la hacía pensar en piel caliente, sábanas suaves y una noche sin final? Nunca, probablemente. 55

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Vamos a jugar por un helado? El sacudió la cabeza lentamente, regalándole una sexy y astuta sonrisa. —Si ganas, tú eliges el lugar de tu cuerpo que besaré. Y si gano, yo elegiré el lugar de tu cuerpo para besar. Su mente automáticamente hizo una lista de zonas, añadiendo estrellas y corazones a sus favoritos. —Tierra llamando a Georgia. Volvió a centrar la mirada en él para ver una pecaminosa sonrisa en su apuesto rostro. —Eso suena como un maldito buen trato para mí. ¿Qué ganarás tú con esto? Él se cernió sobre ella, todo hombre duro y corpulento. —Finalmente lograré poner mi boca sobre ti en cualquier lugar que quiera. —¿Tan confiado en que ganarás? —Ya he ganado. —Tell presionó los labios sobre los de ella, dejando que el beso se prolongue. Sin lengua, solamente la cálida provocación de su boca—. ¿Confío en que sabes cómo jugar a esto? —Murmuró entre suaves besos. —Sí. Pero tengo el primer tiro porque tú vas a perder. —O yo puedo bajar sobre ti9, —sonriendo malvadamente, le pasó el balón—. Muéstrame que tienes, labios calientes. Georgia siempre había odiado ese apodo, pero viniendo de Tell, en ese ronco tono masculino... sonaba sexy. Parándose del lado derecho de la canasta, lanzó y la pelota rebotó en el cristal del otro lado. —Mala suerte. Mi turno. —Tell realizó alguna sofisticada maniobra de regate alrededor de ella. Deteniéndose debajo de la canasta, lanzó. Un tiro limpio.

Juego de palabras. Georgia dice “you’re going down”, es decir que Tell perderá el juego, él responde “I’m going down on you” que significa literalmente bajar sobre alguien, o sea dar sexo oral. 9

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Y el público aclama. —Tell giró en círculo, bombeando su puño en el aire, luego le pasó el balón. Vale. Ella podía hacer esto. Sin problema. Lanzó el balón a la canasta y encestó. Debió poner una cara de sorpresa porque Tell se rió cuando chocó la mano con ella. Le arrebato el balón y se alineó en la marca de tiro libre. Hizo rebotar el balón cuatro veces y entonces lo lanzó en el aire. Tiro limpio.10 Maldita sea. Ella nunca igualaría ese tiro. Georgia sintió a Tell moverse detrás de ella en la línea de tiro libre, su aliento cosquilleándole en la oreja. —No lo olvides. Fueron cuatro rebotes antes de tirar. Si no lo haces exactamente igual, ganarás una penalización. Se volvió para enfrentarlo. —Eso no está en las reglas. —Hay una cosa que deberías saber sobre mí, dulzura. Yo tengo mis propias reglas. Estuvo tentada a romper las reglas solamente para ver qué haría. Pero Tell probablemente esperaba eso. Hizo rebotar la pelota cuatro veces y lanzó el balón en el aire, solo para verlo rebotar fuera del aro. —Y ella gana una penalización. Mejor suerte la próxima vez. Durante los siguientes dos tiros, Tell permaneció en el mismo lugar en la línea de tiro libre. Encestó ambas veces, las cuales añadieron dos puntos a su puntuación y ella perdió sus dos tiros siguientes. Tell volvió a encestar el siguiente. —Ahora, Tell McKay, eso es simplemente cruel. Yo soy bajita. Necesito una escalera para hacer ese tiro. —O un poco de ayuda. —Le entrego el balón—. Sostente. —¿Qué? —Apenas logró chillar antes que Tell envolviera los brazos alrededor de sus muslos y la alzara—. Oh Dios mío, soy demasiado pesada para que me levantes.

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Se llama “tiro limpio” en basketball, cuando la pelota entra en el aro sin tocar los lados del mismo.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Tonterías. Ahora encesta ese balón en la canasta. Usando ambas manos, metió el balón dentro del aro. Lanzó un grito de hurra manteniendo los ojos en los de Tell mientras él la dejaba deslizarse por su cuerpo lo suficientemente lento de modo que cada duro centímetro de la parte superior de su cuerpo presionaba contra sus muslos, abdomen y pecho. Cuando estuvieron cara a cara, Tell murmuró: —Eres tan malditamente tentadora que no puedo controlarme, —y atrapó su boca en un beso. Tell McKay atravesó su alma con ese beso. Incluso después de que finalmente la dejara sobre sus pies, Georgia seguía sientiéndose en el aire. —Podría acostumbrarme a ver esa mirada aturdida cada vez que te beso. —Yo podría acostumbrarme a que me beses así, —replicó ella—. Pero sé lo que estás haciendo. —¿Qué? —Haciendo trampa. Tratando de desequilibrarme. —Síp. —El mostró una sonrisa sin arrepentimientos—. E incluso voy a dejarte tirar el siguiente lanzamiento. —Solamente porque crees que no puedo hacerlo. Él caminó hacia atrás, levantando las manos. —Entonces pruébame que estoy equivocado. Mientras Georgia sostenía el balón, tuvo una idea brillante. Dribló el balón hasta que alcanzó la línea de tiro libre. Entonces giró. —¿Georgia, qué estás haciendo? Estás parada al revés. —Lo sé. —De espaldas a la canasta, con sus pies extendidos muy abiertamente, balanceó el balón entre sus rodillas y lo lanzó por encima de su cabeza. Se volvió rápidamente, mirando al balón golpear el tablero y bordear descuidadamente la canasta antes de caer dentro—. ¡Sí!, ¡Sí! ¡Sí! —Saltó hacia Tell, mofándose de él—. En tu cara, Mckay.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Piensas que no puedo hacerlo al estilo abuelita, labios calientes? —Estoy segura que puedes. Como estoy igualmente segura de que harás un chiste de cómo prefieres hacerlo al estilo perrito. —¿Supongo que lo averiguarás, verdad? Georgia susurró: —Me apunto a eso ahora mismo. Tell dejó que el balón cayera. Se le acercó, pero no era como si ella quisiera escaparse. Él se agachó y le dio una cachetada en el culo. —Salta y envuelve tus piernas alrededor de mi cintura. —Pero... —Hazlo. Ahora. Ese pequeño toque de dominación viniendo de él era caliente. Tan pronto como ella se movió, la tomó en sus brazos, manteniendo un firme agarre en su culo. Georgia emitió un pequeño grito, aferrándose a sus hombros mientras él la hacía caminar hacia atrás, hasta que la parte superior de su cuerpo estuvo apoyado contra el poste de acero. Sus intensos ojos azules se clavaron en los de ella antes de bajar la cabeza. Ella esperaba fuego en el instante en que sus labios se tocaran, pero Tell la besó sin prisa. Manteniendo el beso suave, dulce y lento. Como si tuviera todo el tiempo del mundo para explorar su boca, para atormentar su lengua con pequeñas chupadas y mordiscos. Para llevarla al borde de la lujuria y retenerla allí durante el tiempo necesario hasta que él estuviera malditamente bien complacido. Ella enredó los dedos en su pelo, dejándose llevar a un difuso estado de placer. No podía culpar al sol por el calor construyéndose entre ellos. Solo a este hombre. Solamente rompieron el beso porque alguien silbó. Tell descansó la frente contra la suya. —Maldición. —Exactamente lo que estaba pensando. —¿Qué vamos a hacer con esto, dulzura? 59

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Tengo un par de ideas. Explícitas. —Así que si te dijera ¿Geogia, vámonos inmediatamente a mi casa a desnudarnos...? —Haría una carrera contigo hasta tu camioneta, y probablemente ganaría. Él rió. —Supongo que eso contesta mi pregunta. —¿Cuál era? Tell la estudió. —Si eres tímida cuando las puertas de la habitación se cierran. —No. Pero tampoco soy mandona. —Es bueno saberlo. Porque yo si soy mandón. Ella esperó a que él se riera y dijera que sólo estaba bromeando, pero aparentemente hablaba en serio. Muy en serio. Ella tragó. —¿Sabías que tuve una erección cada maldito día en clase de Historia? —¡Jajaja! —Georgia le golpeó el pecho—. Supe que estudiar la Guerra entre los Estados te ponía todo cachondo y excitado. —Qué graciosa. Tú me tenías cachondo y excitado. Cada vez que tus cabellos rozaban mis nudillos, imaginaba esos suaves mechones rozando contra mi polla. Miraba fijamente la parte de atrás de tu cabeza y soñaba despierto. —¿Con mi pelo? Él sonrió. —No. Principalmente con cosas sexuales sobre las que no tenía experiencia, pero el aroma a cerezas de tu pelo jugaba un papel importante en cada uno de estos calientes sueños de adolescente. Y no era el único chico de nuestra escuela que se ponía duro con sólo mirarte. Esperaba a que mi erección desapareciera cuando sonara la campana. De manera que tú no te enteraras. Un súbito sentimiento de culpa la hizo responder impulsivamente: —¿Qué dice eso acerca de mí, Tell? ¿Que yo no lo notara? 60

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Eso dice que tú eras una chica de 17 años inmersa en tus propios dramas. También dice que aun siendo la chica más caliente de la escuela, no eras consciente de tu atractivo. No lo dije para hacerte sentir mal, Georgia, solo lo dije porque estoy duro en este momento. —Me di cuenta de eso por mí misma. Él se rió. —¿Ves? Eres mucho más observadora ahora. —¿Así que cuánto tiempo planeas mantenerme presionada contra este poste? —Hasta que se me baje la erección. Dame solo un minuto para... recuperarme, porque todavía tenemos que terminar con nuestro juego. —Murmuró Tell en su oreja. —Ajá. Renuncio. Tú ganas. ¿Ahora podemos ir por nuestro helado? Tell la besó y gentilmente la puso de nuevo sobre sus pies. Recogió la pelota y le tendió la mano. —¿Pensaste en algún lugar? ¿Dairy Queen? ¿O el Drive-in? Donde quiera que vayamos, no puedes pedir un cucurucho. No habrá manera de ocultar una erección en estos pantalones si veo esa lengua tuya lamiendo. —Qué mal. Definitivamente pediré eso. —Ella gritó cuando le dio una palmada en el trasero. Después de dirigirse hacia la camioneta de Tell, él palmeó el centro del asiento y le sonrió. Georgia hizo rodar sus ojos, pero se acercó a él. El aparcamiento de Dairy Queen estaba lleno en la tarde del domingo. Tell apoyó las manos sobre sus hombros y ubicó a su cuerpo detrás del de ella mientras esperaban en la fila. Leyó cada producto del menú para ella, y consiguió que cada uno sonara erótico. Cuando se volvió para advertirle que dejara de hacer eso o pediría un plátano helado cubierto de una capa de chocolate, él la besó. Nada de un piquito rápido, tampoco. —Epa, Tell. Creo que pude ver tu lengua. —Protestó una joven voz masculina.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Rompieron el beso y miraron al chico. Pelo negro, ojos azules, pantalones cortos de camuflaje y una camiseta naranja de Toby Keith. —Hola, Ky. Supongo que no has besado a una chica todavía si te da asco. El chico se ruborizó. —Podría haber besado alguna chica si hubiera querido, ¿pero quién querría hacer eso? —La mirada de Ky se fijó en Georgia—. ¿Quién eres tú? —Georgia Hotchkiss. ¿Y tú? —Ky Mckay. Tell es algo así como mi tío. —Echó hacia atrás sus delgados hombros, estirándose a su altura máxima—. Eres un poquito baja. Soy casi más alto que tú. —Estás a punto de conseguir tareas extras por ser grosero, Kyler. El hombre que había hablado estaba parado detrás de Ky junto a otro chico de cabello negro de alrededor de dos años apoyándose en su cadera. No lo conocía de antes, y tenía probablemente una docena de años más que Tell, pero era obviamente un Mckay. —Ag, papá, solo estaba bromeando. —Se quejó Ky. El hombre le ofreció la mano y sonrió. —Soy Cord McKay. Primo de Tell. —Encantada de conocerte, Cord. ¿Quién es el pequeño? Cord miró hacia abajo mientras el niño escondía su rostro. —Beau. Ya pasó la hora de su siesta y hoy ha destrozado los nervios de su mamá. Otro niño de pelo negro, de alrededor de cuatro años, se impulsó hacia arriba para darle un cabezazo en el estómago a Ky. —¡Has robado mi juguete! Ky puso cara de inocente. —¿Qué? No sé de qué estás hablando, Foster. Probablemente lo perdiste. —¡Devuélvemelo! —No seas bebé. Solo es un estúpido juguete. 62

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Foster gruñó y volvió a cargar contra Ky, pero fue fácilmente parado por su padre. —Ya basta. Ambos. Una rubia embarazada se detuvo al lado de Cord, y Beau intentó saltar de los brazos de su padre a los de ella. Cuando Cord trató de mantenerlo sujeto, Beau gimoteó. Cord le pasó al lloroso Beau a Ky y le entregó un juego de llaves. —Lleva a tus hermanos a la camioneta. Pero ni siquiera pienses en encenderla, —le advirtió. Los chicos se fueron corriendo. Cord puso su mano en la parte baja de la espalda de la mujer y besó su sien. Pero la bonita rubia no estaba mirando a su marido. Estaba mirando a Georgia. —Es la esposa de Cord. AJ. AJ, ella es Georgia… —dijo Tell. —Sé quién es. —Replicó AJ serenamente—. Fuimos juntas a la escuela. Georgia no recordaba a esta mujer en absoluto y comenzó a tener una sensación de pánico como si debiera conocerla. —Pero ella no me conoce dado que yo no tenía tiempo para ir a los juegos de fútbol, bailes y cosas por el estilo. Estaba demasiado ocupada trabajando en el rancho. —Y esa experiencia terminó siendo sumamente práctica cuando te casaste con un ranchero, ¿no? —Cord la besó nuevamente en la sien—. Andando, muñeca, vamos a llevarte a casa. —Encantada de conocerlos—, dijo Georgia. Cord asintió, pero AJ no dijo nada. Otro desaire. —AJ usualmente es muy dulce, aunque hoy no lo parezca. Lo siento por eso. —Parece como si tuviera un mal día. —Ella sonrió, tratando de actuar como si no le molestara—. Me he decidido por un Blizzard de Oreo. Terminaron su helado en la camioneta de Tell. Entonces Tell corrió hacia atrás el respaldo del asiento y se palmeó los muslos. 63

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Parece que tienes frío. A ver si puedo calentarte. Ella puso las rodillas a cada lado de sus caderas, quedando frente a él mientras se sentaba en su regazo. —¿Revisando mis pezones, eh? Esta observación atrevida pareció sorprenderlo. —¿Qué? No. Vi tu escalofrío. —Ajá. Quizás temblaba porque te vi escudriñando mi pecho, Tell McKay. Llevó los fríos labios contra el hueco de su garganta. —Me estuve distrayendo todo el maldito día porque sé que no llevas sujetador. Georgia apoyó los codos sobre sus hombros. —¿Podría haber tenido una oportunidad de ganar el juego de baloncesto si hubieras sabido que no llevo bragas? —Nop. Pero el juego habría terminado antes de empezar. —Tell la besó ardientemente, deslizando las manos detrás de su trasero, instándola a levantarse sobre las rodillas para poder desplazar las manos desde la curva de sus caderas, pasando por su culo, bajando por la parte trasera de sus muslos, y retrocediendo. Los dedos de Georgia delineaban la anchura de sus hombros y la masa de los músculos de sus brazos. Esos bíceps definidos. Abultados. Incluso sus antebrazos eran gruesos. Dejó que los dedos se deslizaran suavemente hacia arriba para enredarse en su pelo. El beso se volvió juguetón. Cuando su lengua cosquilleó contra su paladar, ella se rió y se echó hacia atrás para mirarlo. Tell tenía una leve sonrisa en su rostro, pero sus ojos estaban oscurecidos por calor sexual. Así que aprovechó la oportunidad para que hacerlo actuar dándole un pequeño estímulo. —¿Entrarás a mi casa cuando me lleves? ¿Así podrás mostrarme en qué lugar quieres ubicar el beso ganador?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Él le delineó los labios con el pulgar. Luego el dedo dibujó una línea bajando por su garganta hasta el centro de su pecho. —Eres muy sexy, Georgia. Te deseo como un loco. Pero tengo cosas que terminar antes de que oscurezca. —Rozó los nudillos sobre el borde superior de su escote—. Una vez que te tenga en la cama, nos quedaremos allí por un largo tiempo. Eso no es posible esta noche. Georgia le extendió las palmas sobre sus pechos. —No me importaría un revolcón rápido. —A mí sí. —Movió las manos sobre sus costillas, los pulgares acariciando sus pezones endurecidos—. Pero eso no evita que imagine cómo va a ser entre nosotros. —Entonces en tu imaginación más salvaje, ¿qué es lo primero que harías conmigo? —Desnudarte. Memorizar cada centímetro tuyo con mi boca. —Mmm. ¿Me dejarías correrme mientras me tocas, o me mantendrías en el borde? —Definitivamente en el borde. —Su boca patinó encima de su clavícula—. Hasta que estés mendigando. —¿Cuando estés cansado de escucharme suplicar, usarás tus dedos para hacer que me corra? ¿O utilizarás tu malvada lengua entre mis muslos? O quizás martillarás directamente tu polla dentro de mí. —Ella había empezado a mecer la pelvis y se preguntó si él se había dado cuenta de que estaba empujando sus caderas hacia arriba para acompañar el movimiento. —¿Te gusta hablar sucio? Ella hundió sus dientes en su labio inferior, tirando ligeramente antes de soltarlo con un húmedo sonido. La llamara de deseo en sus ojos se volvió más caliente. —Me encanta. Cuanto más sucio mejor. —Pruébalo. Dime algo sucio. —Fóllame más duro, Tell. Pon tu polla en mi boca, Tell. Inclíname sobre la puerta trasera de tu camioneta, Tell.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 La respiración de Tell se entrecortó. Tenso la mandíbula. Una mano le apretó un pecho. La otra la agarró del pelo. Frotó la boca sobre su oreja, provocándola despiadadamente hasta que ella estuvo temblando en sus brazos. —¿Eso te hizo cambiar de opinión? —Susurró ella. —No. Fue jodidamente caliente. Pero te advierto. Puedes decir todas las cosas sucias que quieras. Dejándome tan malditamente caliente que estoy listo para correrme en mis pantalones. ¿Pero sabes qué? Cuanto más me provoques, más tiempo voy a hacer que esperemos. Ella no pudo evitar el desconcierto. —¿Por qué? —Porque, dulzura, puedo hacerlo. —Entonces la besó. No con hambre, sino con delicadeza. Dejando que se mezclaran sus respiraciones erráticas, provocando completamente sus labios, haciéndola desear un beso intenso. Haciéndola desear su pasión incontrolada, no cautelosa. Sostuvo su rostro con ambas manos y terminó el beso. —Vamos a llevarte a tu casa. Aturdida y un poco malhumorada, Georgia intentó regresar al lado del pasajero, pero él no la dejó alejarse. La empujó nuevamente en el centro del asiento delantero y apoyó la mano en el interior de su muslo. Dejó su camioneta en marcha contra el cordón de la calle, mientras la acompañaba a la acera. —¿Te divertiste hoy, Georgia? —Sí. —Yo también. ¿Notaste a toda esa gente mirándonos? Mañana habrá algunos cotilleos interesantes en la ciudad. Había pasado un rato tan bueno que se había olvidado que crear rumores acerca de que eran una pareja era parte del trato. Tell se detuvo frente a la puerta. —¿Estarás ocupada mañana por la noche? 66

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Un poco más de esta cosa de parecer y ser vistos como pareja? Enojándose, él retrocedió. —Puedes decir que no. —No estoy diciendo que no esta noche, Tell. —Quizás no notaría que estaba hablado comportándose como una niña malcriada. —Sé eso también. ¿A qué vienen esas preguntas bruscas y el puchero en tu cara? —No estoy haciendo pucheros. —Si lo estás. —La empujó contra la puerta—. Dame una sonrisa, Georgia. —No. —Puedes darme una sonrisa o yo te la sacaré. —Le tocó las costillas, intentando encontrar sus puntos cosquillosos. —No es justo. Para. —Lo haré. Lo único que tienes que hacer es dejarme ver esa bonita sonrisa. —Más toqueteos. Ella soltó una risita. Dios. ¿Cuándo fue la última vez que eso había pasado? —Una risa también funcionaría. La besó en la mejilla y le hizo cosquillas hasta que ella gritó. —¡Tell! Él rió. —Está bien. Me voy. —Dio un paso atrás—. Hasta mañana.

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CAPÍTULO 05

En el instante en que Tell saltó de la cama, pensó que sería un jodido buen día. No podía esperar a salir y hacer las tareas. O mejor dicho, terminar las tareas para poder volver a casa y ducharse para su cita con Georgia esta noche. Era difícil de creer que tenía otra cita con Georgia Hotchkiss. Había querido pasar más tiempo con ella ayer, pero sabía que habrían terminado en la cama y él quería esperar. ¿Por qué? ¿Haber dejado pasar diez años no fue tiempo suficiente? ¿O te estás evadiendo porque tienes miedo de decepcionarla en la cama? No. La versión más joven de sí mismo podría haber estado preocupado porque Georgia lo encontrara carente de habilidades en un dormitorio. Ese definitivamente no era el caso ahora. No se apuraría con esto, tenía una oportunidad para hacerlo bien. Haciendo malabarismos con su café, se dirigió a la casa de Dalton. Éste abrió después de que Tell llamó tres veces. Su hermano llevaba gafas de sol, lo que nunca era una buena señal. O estaba con resaca o había estado peleando… o ambas cosas. —¿Fin de semana agitado, hermano? —Podría decirse que sí. Tell señaló sus gafas de sol. —Quítatelas y déjame ver qué tan grave es. Dalton se deslizó las gafas de sol por la nariz, revelando el ojo derecho ennegrecido. —¿Satisfecho? —¿Quieres que adivine que fue lo que pasó? —En realidad no. —Empujó las gafas en su lugar y se ajustó el sombrero—. Sólo diré que el otro se veía peor que yo. 68

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Dónde sucedió esto? —¿Qué parte de no quiero hablar de esto no has comprendido? —¿Demasiado susceptible? —Síp, así que tal vez deberíamos apresurarnos hoy para que no tengas que estar alrededor de mi culo malhumorado. —Buen intento. Vamos a arreglar la cerca y nos encontraremos con Brandt. Dalton gimió. —Joder. ¿Eso no puede esperar otro maldito día? Estoy molido, T. —No es mi culpa si jugaste demasiado duro. Tenemos que terminar esa sección porque Brandt quiere llevar los toros allí después de que hayamos terminado con las vacas. —Eso será más o menos para cuando Jessie esté por dar a luz. Tell resopló. —Dudo que ella encuentre gracioso el que la compares con una vaquillona. —No, mierda. Ella no encuentra nada gracioso. Brandt me dijo que lloró durante una hora después que se le cayó un plato y no pudo agacharse para recoger los pedazos rotos. —Eso no suena como Jessie. —Eso no suena como Brandt, tampoco. Él nunca me cuenta cosas así. Tell gruñó mientras llegaban a la cima de una pequeña subida. —Él está preocupado por este embarazo. ¿Y quién puede culparlo? —Poco después de que su padre saliera de rehabilitación, Jessie había tenido un aborto. En un momento de ira, Brandt culpó de la pérdida a la tensión que su padre había causado. Siendo un completo idiota, papá dijo que la muerte del bebé era voluntad de Dios. Sí, había sido un día divertido. Así que Jess y Brandt no habían anunciado el embarazo hasta llegar al final del cuarto mes. Todo estaba progresando normalmente. Pero a decir la verdad, todos estaban un poco ansiosos. 69

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Los prados todavía tenían la hierba suficiente como para no necesitar complementar la alimentación. Era curioso cómo la única vez que el ganado les prestaba atención era cuando tenían hambre. Mientras Dalton daba una cabezada en el camión, Tell caminó hacia la línea de la cerca hasta llegar a la primera sección que tendrían que arar y trillar. Él y Dalton estaban descargando el equipo cuando Brandt hizo su aparición. —Buenos días. Hoy haremos sólo la primera mitad. Jess tiene una cita con el médico esta tarde, así que está en casa. Y no hay servicio de móvil en esta parte de la hacienda, por lo que estoy… —Preocupado, —Tell y Dalton finalizaron simultáneamente. Luego se sonrieron el uno al otro y chocaron los cinco. Espeluznante la frecuencia con que se encontraban sintonizados. Aunque Brandt y él eran más cercanos en edad, Tell y Dalton habían pasado más tiempo juntos como niños y como adultos, y Luke y Brandt habían sido inseparables. —Parece que hoy estoy trabajando con Tweedledee y Tweedledum11. Dalton atizó el vientre de Brandt. —Parece que hoy estamos trabajando con Pillsbury Doughboy12. —Jesús, Dalton, —dijo Tell con un gemido. El comentario no afectó a Brandt. —Sí, sé que cargué unos diez kilos encima. Pero Jess es tan malditamente consciente de lo mucho que come que si no como igual que ella, no querrá comer. Eso no es bueno para ella, ni para el bebé. Así que me encargaré de mi flácida panza después que ese chico esté fuera de mi esposa. —Si necesitas a alguien para que sea tu sargento instructor de fitness, me apunto, — dijo Dalton. —Sólo quieres estar encima de él y gritarle, —replicó Tell. Tweedledee y Tweedledum son personajes del cuento “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”, de Lewis Carroll. 12 Pillsbury Doughboy, popularmente llamado “Poppy Fresco” (Poppin' Fresh en inglés), es un logotipo y a su vez la mascota de la empresa de dulces y repostería “Pillsbury Company”. Consiste en un muñequito, algo gordito, aparentemente hecho de masa para donut/galletas. 11

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sip. ¿Y no estás celoso por no pensar en eso primero? Arrastraron los postes de la cerca, palas, alambre de púas y varias herramientas de mano para la primera sección. Habían hecho esto tantas veces que no había necesidad de discusión, cosa que Tell sabía que fastidiaría como la mierda a la mayoría de la gente. El silencio se instaló en las planicies del oeste y entre los McKays. Y si hubieran tenido la radio a todo volumen o hubieran estado hablando sin cesar, él probablemente no habría oído el cascabel. Había notado un trozo de roca extraña detrás de la bota de Dalton. Entonces esa roca se levantó. —Ah, Dalton. Hay una serpiente de cascabel a unos treinta centímetros de tu bota izquierda, —dijo Tell con calma—. Está lista para golpear sobre algo, así que te sugiero que no te muevas. —Mierda, —dijo Dalton, pero se quedó dónde estaba. —¿Brandt, puedes ponerte en la parte de atrás? —¿Qué se supone que debo hacer? ¿Aplastarla con un palo? —Eso es lo que papá te diría sólo para ver si te ataca primero. Golpéala con una roca a ver si se aleja. Brandt se acercó a la serpiente con una pala y arrojó una piedra desde un metro y medio por detrás de la ella. Pero en lugar de deslizarse en la dirección opuesta, la serpiente se movió hacia adelante, justo entre los pies de Dalton. Una vez que la serpiente se movió, Brandt dijo: —Cógela, —y tiró la pala hacia Dalton. Dalton sacudió la pala con fuerza, cortando a la serpiente en dos. —Bien hecho. ¿Guardarás las piezas para hacerte un sombrero de piel de serpiente? —Nunca. Ni siquiera quiero los malditos cascabeles. —Dalton se estremeció de pies a cabeza—. Odio estas malditas cosas.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Es la temporada. Supongo que es una señal para que usemos botas altas de aquí en adelante, —dijo Brandt. Dalton y Tell gruñeros. La mayoría de las picaduras ocurrían por debajo de la rodilla, las botas de piel hasta la rodilla eran necesarias en los meses de verano. Todos odiaban usarlas. A pesar de que era sólo un poco después de la una, volvieron a cargar el equipo, decidiendo dejarlo por el día de hoy. La camioneta de Jessie se estacionó en dirección a la valla. Brandt fue colina abajo antes de que Jessie abriera la puerta. Dalton y Tell no se quedaron atrás. ¿Lo primero que oyó Tell? A la dulce Jessie blasfemando. —¿Por Dios santo, Brandt, moverás el culo y me dejarás salir del maldito coche? Vale. Tal vez ella no estaba tan dulce hoy. —¿Qué pasa? —Preguntó Brandt. —No pasa nada. Vi que habías olvidado tu botella de agua y sabía que haría calor aquí, así que la traje para ti. —Señaló hacia Tell y Dalton, jadeando—. Traje para ustedes también. Parecía que el vientre de Jess había crecido otros quince centímetros en la última semana. Se veía como si se hubiera tragado una pelota playera. No es que Tell fuera a compartir esa observación con ella. —Gracias, cariño, —dijo Brandt—. Eso es muy considerado, pero ¿no se suponía que estarías…? —¿Encerrada en la condenada casa volviéndome jodidamente loca? ¿Se supone que debo sentarme con mis pies en alto para ver como mis tobillos se hinchan como sapos? —Jess... —No me digas que me calme o uses ese tono condescendiente conmigo, señor. Estarás en la caseta del perro junto con Lexi. La pequeña mierda me cabreó hoy. —¿Tu perra te cabreó? 72

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 La mirada de Jessie perforó a Dalton. —Sí. Y si eres un poco inteligente, Dalton McKay, te lo pensarás antes de cabrearme también. Las manos de Dalton se levantaron en el aire. —Olvida lo que he dicho. —Buena idea. —Cuando se volvió hacia su marido, -demasiado rápido- y comenzó a perder el equilibrio, Brandt estuvo allí mismo, manteniéndola estable. Fue lo suficientemente inteligente como para no advertirle que tuviera cuidado. O para abrir la boca. —La otra razón por la que vine aquí fue porque un tipo llamó al teléfono de la casa y necesita que hablar contigo de inmediato sobre los cabezales de los aspersores de riego. ¿Algo acerca de un pedido pendiente? Él sólo va a estar en la oficina una hora y luego se va de vacaciones por dos semanas. —Maldita sea. Habían sido pedidos hace seis semanas. No voy a esperar otro mes y medio por ellos. Vamos. Conduciré tu coche y Dalton puede traer mi camioneta a casa. —Adelante, —dijo Jessie—. Ahora que estoy fuera de la cárcel y mirando lo bonito que es, me tomaré unos minutos para respirar un poco de aire fresco. Brandt se veía desgarrado, queriendo ordenarle que entrara en el coche, pero también deseando mantener la cabeza pegada a su cuerpo. —Está bien. Pero no te desvíes. Dalton acaba de matar a una serpiente de cascabel. — Puso las manos sobre su vientre, la besó dos veces y le susurró algo que la hizo sonreír. Luego golpeó su trasero antes de correr a su camioneta. Una vez que Brandt se fue, Jessie puso las manos en las caderas y se enfrentó con los dos. —Mentí sobre necesitar aire fresco. Impresionante. —Quería hablar con ustedes sin su hermano revoloteando cerca. Tell y Dalton intercambiaron una mirada. —¿Qué pasa? 73

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Díganmelo ustedes. Brandt está excesivamente tenso. A punto de un ataque cardíaco y o un accidente cerebrovascular, y estoy asustada. No quiere hablar conmigo. Así que me preguntaba si tal vez estaba pasando algo con Casper, o con tu mamá, o con Landon, o con el rancho, o si ustedes dos cabezas huecas están tramando algo, como tratar de comprar un terreno nuevo, ¡y mi marido está escondiéndome toda esta mierda de la familia, para que yo no me enoje! La voz de Jessie se había vuelto tan alta que gritó la última parte. Dalton abrió la puerta trasera de la camioneta. —Puedes chillarnos y gritarnos todo lo que quieras, Jess, pero vas a hacerlo mientras estés sentada. Así que acomódate. Sorprendentemente, Jessie no objetó. —Lo siento. Es sólo que... no tienes ni idea de cómo está Brandt. —Sí, lo sabemos. Estábamos hablando de ello. —¿Y se les ocurrió una solución para conseguir que se calme de una puta vez? Tell dio un paso delante de ella, preparándose para su ira. —¿Sabes lo que pienso? Tienes que calmarte tú también de una puta vez. La barbilla obstinada de Jessie se elevó. —¿De qué demonios estás hablando? Estoy calmada. ¡Estoy tan calmada como el maldito mar de la tranquilidad! ¡Nadie está más malditamente calmada que yo! Un cuervo graznó en el silencio. Luego Dalton comenzó a reír. —Chica, ese bebé va a salir maldiciendo por los codos si sigues hablando de esa manera. Tell comenzó a reír también. Después de un minuto, ella esbozó una sonrisa. —No presten atención a la señora embarazada enloquecida de hormonas maldiciendo como un McKay. 74

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Mira, Jess, tú y Brandt están alimentando la ansiedad de los demás. Brandt ve que estás tensa, entonces se pone tenso y paranoico preocupándose por si algo va mal contigo o con el bebé, algo que no le estás diciendo, porque no quieres preocuparlo. Lo que te pone aún más tensa y no quieres hablar con él al respecto, porque crees que tus preocupaciones agregarán más a las suyas. ¿Ves por donde va la cosa? Ella asintió con la cabeza y se echó a llorar. —Oh, Jesús. No llores. Brandt nos matará a los dos si piensa que te hicimos llorar. —Estos dos últimos meses he llorado lo suficiente que incluso ya no lo perturba. — Sorbió por la nariz y puso la mano sobre el vientre—. Oye, pequeño pateador, eso estuvo fuera de lugar. —¿Puedo sentirlo? —Pidió Tell. Jessie le puso la mano en el lado izquierdo. —Es demasiado grande para mostrar su imitación de jugador de fútbol, pero me da un montón de acción con las rodillas y los codos. No podía creer lo dura y tensa que estaba la piel de su vientre. Entonces sintió que algo se movía debajo de su palma. —Sé que estás cansada de estar embarazada, pero esto es tan malditamente increíble. El bebé tuyo y de Brandt está ahí. Ella apoyó la mano encima de la suya. Las lágrimas llenaron sus ojos. —Gracias. Cuando me siento hinchada y no puedo estirar más las camisas de maternidad sobre este globo, y no puedo ponerme mis botas y sólo quiero que se acabe, me olvido de que esto es algo milagroso. Y lo he querido durante tanto tiempo. —Sospecho que la situación se estabilizará una vez que el pequeño polluelo haga su aparición, —dijo Dalton. —Eso espero. Gracias, chicos. Ahora sé que la tensión de Brandt no fue sólo mi paranoia de embarazada. Sólo deseo que hubiera algo que pudiera hacer por él para que se relaje. —Yo sé una cosa que lo relajará por completo. Garantizado. Una… Tell empujó a su hermano menor. 75

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿En serio, Dalton? ¿Así es como ayudas, sugiriéndole a Jess que le dé una mamada? —Uau. ¡No! ¡Iba a decir una gran copa de whisky! Dios. —Dalton lo empujó hacia atrás—. Qué pervertido, hermano. Jessie se rió. —Es muy difícil levantarme de una silla, ni se diga de conseguir ponerme sobre mis rodillas. —Y con eso... te estamos enviando a casa con tu marido. La siguieron hasta la casa, aún era raro pensar en ésta como la casa de Brandt y Jessie. Después que Casper estuvo sobrio había anunciado que no regresaría a vivir en Sundance y había entregado su casa a Brandt y Jessie. Habían contratado a Chet y Remy West para una remodelación completa. Tan feliz como había estado por su hermano y cuñada teniendo la casa de la familia, el lugar donde había crecido ya no era su hogar. En el camino para dejar a Dalton, Tell le preguntó: —¿Es la semana de póquer? —Se pospuso ya que todos se dispersaron. Cam y Domini llevaron a sus hijos a Disneylandia. Colby está probando nuevas acciones con Cash, lo que significa que Cord y Colt están saturados. Kane y Kade van a una venta de toros en Montana. Quinn y Libby están en Arizona junto con sus hijos, lo que significa que Ben está hasta el culo. Keely y Jack están en alguna clase de vacaciones tropicales. —No pasará mucho tiempo antes de que los juegos de póquer terminen por completo. —Probablemente tienes razón. —Dalton se quitó el sombrero—. ¿Crees que Ben le comentó a alguien de la familia nuestras habilidades con las cartas? —Lo dudo. Diría que dijo que somos horribles, fingiendo que somos pésimos jugadores. —Recuerdo a alguien hablando de nosotros siendo muy malos en las cartas. —Dalton rió—. Quería demostrarles que estaban equivocados, hasta que me di cuenta que con eso demostraba que era mentira y tendrían una pista. —Nunca dijiste si habías ganado o perdido en Deadwood. Dalton ladeó la cabeza. 76

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No lo dije, ¿verdad? Y no tenía intención de hacerlo, tampoco. —Idiota. Parece que vas a conseguir esa siesta después de todo, ya que hemos terminado temprano. —Gracias a Dios. ¿Qué vas a hacer tú? —Asegurarme que la empacadora esté funcionando. Ben dijo algo la semana pasada acerca de comprobar cada pieza del equipo antes de que llegue la cosecha de heno. Así que podría pasar por su casa después del almuerzo para ver si necesita ayuda, ya que dudo que Brandt recuerde hacerlo. Dalton miró por encima de sus gafas de sol. —Una advertencia, nunca te presentes por sorpresa en la casa de Ben y Ainsley. Tell frunció el ceño. —¿Por qué? ¿Porque están recién casados? Él lanzó una risa ahogada. —Sí, por eso. Extraño. —Nos vemos.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

CAPÍTULO 06

Georgia ansiaba su cita con Tell, con las esperanzas de que esa noche él pusiera en acción su audaz declaración de que serían amantes. Había tratado de trabajar después que la había dejado ayer, pero sus pensamientos continuaban regresando a él. Partiendo desde que lo había visto en el parque el sábado. Lo había observado durante un rato antes de acercarse, reacia a interrumpir la diversión que había estado teniendo con Landon. Pero la actitud jocosa de Tell cambió cuando su padre entró en escena. La tensión manaba de él tan densamente que Georgia la sintió desde el otro lado del parque. Había decidido irse poco después, Tell no querría que ella fuera testigo de una pelea entre su familia. Al caer la tarde y sin haber logrado ni una maldita cosa, había sacado sus anuarios de preparatoria. Georgia no tenía ningún interés en ver fotografías de sí misma de cuando estaba más flaca, pero no debido a los diez kilos de más que llevaba, sino porque al ver las imágenes de esa joven, se le retorcía el estómago pensando en todas las pérdidas que la esperaban. Las decepciones futuras. Sacudió esos mórbidos pensamientos, mientras examinaba el índice de menciones de McKay. Había una tonelada de entradas relacionadas con Chase McKay y Keely McKay. Un par para su hermano Brandt. Tres menciones sobre Tell. Había mantenido un bajo perfil en su segundo año. Por otra parte, Georgia recordaba que Chase y Keely habían gobernado la escuela ese año… fácil de pasar por alto incluso si su apellido era McKay. Comenzó a pasar páginas. En el primer retrato Tell estaba en el comedor con sus amigos Thurman y Ned… el trío que se hacía llamar TNT. La segunda imagen fue tomada en el club de rodeo… no era sorprendente que no estuviera parado junto a Deck, pero no estaba cerca de su primo Chase, tampoco, quién se veía adelante y en el centro de la fotografía. La última pintura era de la clase de segundo año de Tell. El chico de la foto era escuálido. Tenía su pelo oscuro brutalmente corto y ningún asomo de sonrisa, ni

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 ese brillo en sus ojos. Honestamente no recordaba esta versión sombría de Tell en absoluto. Georgia abrió el siguiente anuario. Cinco menciones de Tell durante su tercer año de secundaria. Una fotografía durante su primer partido de fútbol de esa temporada. Otra corcoveando en la rampa mientras se preparaba para montar. Otra más en el club de rodeo. Una imagen mientras inflaba globos para la fiesta de graduación de secundaria. Y su retrato de la clase junior. Por lo menos se lo veía sonriendo en éste. Se sintió culpable al ver la imagen de Tell parado junto al tanque de helio. Después de ser asignada para esa tediosa tarea por Denille, la jefa de animadoras, le había pedido ayuda a Tell. La había hecho reír todo el tiempo en la clase de inglés, por lo que pensó que haría divertida incluso una tarea de mierda. Pero cuando Deck se había enterado de que ella le había pedido ayuda, le había ido con el cuento al padre de Georgia. Y su padre se negó a dejarla pasar tiempo a solas, sin supervisión, con el salvaje chico McKay. Había estado demasiado mortificada para explicar por qué tenía que alejarse, y el pobre Tell había quedado atascado haciendo todo el trabajo. Ahora que lo pensaba, aquello había pasado más de una vez durante sus años de secundaria. Si Tell fuera del tipo vengativo, acordar llevarla a la reunión para luego dejarla plantada, sería una manera perfecta para vengarse de ella.

La hermosa noche era imposible de resistir, y Georgia se sentó en los escalones de la entrada, disfrutando de los últimos rayos del sol mientras esperaba que Tell la recogiera. Teniendo en cuenta que habían jugado baloncesto en su primera cita, ella probablemente estaba demasiado elegante, con capris, una camisa amarilla sin mangas de tela estampada con pequeñas margaritas, y sandalias. El corazón le dio un vuelco cuando vio a Tell caminando por la acera. Llevaba esa sonrisa sexy y sus habituales galas de vaquero que lo hacían verse caliente, por lo que se sintió satisfecha de haberse tomado más tiempo en su propia apariencia. —Te ves tan condenadamente bonita, sentada aquí afuera con el sol brillando en tu pelo, haciendo que se vea como oro negro. —Escúchate, Tell McKay, hablando tan dulce.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Tan pronto como Georgia se incorporó, tiró de ella hacia sus brazos. Entonces su boca estuvo en la suya recordándole que sabía cómo besar. La cabeza de Georgia estaba maravillosamente embotada para el momento en que se apartó. —Me gusta escuchar ese pequeño zumbido feliz cuando te beso. Me provoca todo tipo de curiosidad por saber qué otros ruidos haces cuando estás excitada. Georgia se rió en voz baja. —No me hago ilusiones de que lo descubras esta noche. Tell frunció el ceño. —¿Qué se supone que significa eso? —Nada. ¿Adónde vamos? —A Bill Burger Shack en Hulett. Las mejores hamburguesas de la zona. ¿Ya estuviste allí? —No. Pero, ¿primero helado? ¿Y después hamburguesas? Será mejor que tengas un plan para ayudarme a eliminar esas calorías adicionales, Tell McKay. —Lo tengo. —¿El cual es...? —¿Debería mencionar que el sexo quemaba muchas calorías? —Si te lo dijera, no sería una sorpresa. —No me gustan las sorpresas. —Lo tengo. Vamos. Andando. El paseo fue precioso. Los años lejos de esta zona le habían permitido olvidar lo espectacular que era el paisaje. ¿Alguna vez lo había apreciado realmente? Eligieron la última mesa en el restaurante de hamburguesas. Entre bocados de una enorme hamburguesa, Tell le preguntó sobre la programación para los próximos rodeos. Ella respondía lo mejor que podía, pero cada evento tenía diferentes parámetros y no se había aprendido de memoria los detalles. Eso no lo hizo feliz. Sabía que él estaba ansioso por juzgar, pero la había llevado de regreso a su casa después del viaje a DQ también. ¿Era eso todo lo que le importaba? ¿Pensaba que a ella sólo le importaba la reunión? 80

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Quizás. Para demostrarle que tenía interés en su vida, Georgia le preguntó sobre su día. Él murmuró algo sobre Dalton estando con resaca, su cuñada Jessie teniendo una rabieta y vallas rotas que no se arreglaban por sí solas. Entonces se encerró en sí mismo y la situación cayó dentro de un embarazoso territorio de citas. Tell no hablaba con ella, pero con toda seguridad que no tenía problemas en hablar con cualquier otra persona… o con absolutamente todos los que se detenían junto a su mesa. Cuando Tell la presentaba, algunas pocas personas la recordaron, en su mayoría se acordaban más de su hermano RJ. Mientras Tell charlaba con otra persona que ella no conocía, recordó su peor error después de mudarse a Sundance al comienzo de su segundo año: dejar que su novio de la escuela secundaria se convirtiera en su todo. Los intereses, actividades y amistades de Deck tenían prioridad sobre los de ella. Animar era la única actividad que podía reclamar como propia. Estar de vuelta aquí era un duro recordatorio de que había pasado sus años de instituto como una niña inocente, callada, dulce y virginal. Una chica cuyas opiniones eran consideradas tan vacías como una bolsa de algodón de azúcar. Soltó un bufido. Había un personaje pasado del que estar orgullosa. Tan orgullosa como estaba de haber madurado y tomado la decisión de dejar a Deck, sabía que pocas personas notarían a la nueva y mejorada Georgia Hotchkiss, porque en realidad nadie había conocido a la vieja Georgia. Tell se inclinó hacia adelante para capturar su atención. —Lamento eso. Tim, de mi equipo de dardos, tiende a hablar y hablar. Georgia reprimió su respuesta inteligente, no me había dado cuenta. —Es uno de esos tipos que cree que deberíamos tener una estrategia para ganar la Liga. Cuando la mayoría de nosotros estamos ahí sólo para pasar el rato y beber cerveza. —Eso sería lo único atrayente para mí. —Hablando de eso... ¿Quieres venir a Ziggy mañana por la noche y ver el partido?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Nada le disgustaba más que ser una espectadora en un evento deportivo de chicos… lo había hecho más veces de las que podía contar. Pero si quería pasar tiempo con Tell, ojalá tiempo desnudos, tendría que pasar tiempo con el equipo primero. —¿A qué hora? —La Liga empieza a las siete. Usualmente termina a las nueve. —Podría aparecer por un rato. Él sonrió. —Bien. En cuanto a esta noche... ¿Eres fanática de las películas de John Wayne? —Sólo he visto un par, así que no sé si eso me califica como fanática. ¿Por qué? —Por favor, di que regresaremos a tu casa para ver películas. En tu cama. —El Consejo de Artes de Sundance reproduce películas en el parque todos los lunes por la noche en el verano. Tienen una gran pantalla de proyección. ¿Te gustaría echarle un vistazo? Tell tenía un aspecto tan vehemente que no pudo decir que no. —Claro, siempre y cuando no se alargue más allá de mi hora de dormir. —¿Cuándo es eso? —Cuando sea que decidas que es hora de llevarme a la cama, —ronroneó. Entonces se puso de pie, añadiendo un contoneo adicional mientras tiraba el vaso vacío en la basura. Tell estuvo mucho más sociable en el viaje de regreso a Sundance. Una vez en el parque, extendió una manta sobre el césped, alejado de las familias con niños pequeños. Georgia miró a su alrededor, sintiéndose tan fuera de su elemento que bien podría estar en Marte. Luego la mano de Tell tocó suavemente su cara. —¿Georgia? ¿Ocurre algo? No encajo aquí. Nunca lo he hecho. —Sólo modorra después de comer. 82

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Él se deslizó hacia atrás, estirando las piernas en forma de V. —Puedes usarme de almohada. Georgia se arrastró hacia él. Esa sonrisa de chico malo con hoyuelos era imposible de resistir. Asentó el trasero contra su entrepierna, meneándose hasta acomodarse. Rodando la espalda contra su pecho, soltó un pequeño suspiro. Tell era tan cálido y firme. Volvió la cabeza para besar la parte inferior de su mandíbula, sintiéndose rodeada por su colonia con aroma a pino. —Eres un poco duro para ser una almohada. —Y poniéndome más duro en algunos lugares. —Apoyó la barbilla en la parte superior de su cabeza—. Te sientes bien sobre mí. —Tú te sentirás bien dentro de mí. Él se rió entre dientes. —Nunca te rindes, ¿verdad? —Nop. Así que prepárate para ser usado por mis artimañas femeninas, vaquero. Porque no sólo sé hablar sucio, puedo llevar a cabo todas esas sucias sugerencias. ¿Quieres ver? —Tal vez más tarde. La película comenzó y ella bloqueó todos los sonidos, concentrándose en el ritmo estable del corazón de Tell, en las subidas y bajadas de su pecho. En la pantalla, John Wayne estaba disparando a un forajido. Trató de concentrarse en la acción, pero sus párpados se cerraban. No estaría de más descansar los ojos. Sólo por un par de minutos. Una áspera mano se deslizó por su brazo, haciéndola sobresaltarse. —Relájate. Caíste noqueada en la primera mitad. —¿No ha terminado? —El intermedio ofrece a los grupos de niños locales la posibilidad de vender palomitas de maíz, dulces y refrescos. El club de rodeo está en el programa de la conseción para trabajar el próximo mes. —¿Cómo lo sabes?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Soy asesor del club. Algunos de estos niños necesitan orientación. Además, es divertido. Eso la sorprendió. —¿Qué más haces para divertirte en tu tiempo libre? —Quedé atrapado en las actividades del club. Mis primos Colt y Kane me persuadieron para que oficiara de árbitro en los juegos de baloncesto y fútbol de la asociación Pequeños amigos/Grandes amigos. Juego billar con Thurman, Warner y Ned. —Se encogió de hombros—. Prefiero hacer casi cualquier cosa antes que quedarme solo en casa. Eso no es divertido. —Eso es completamente opuesto a lo que me sucede a mí. Me quedaría encerrada en mi condominio en Dallas todo el tiempo, si pudiera. —¿Tanto te gusta ese lugar? No, sólo que no tengo ningún otro lugar adónde ir. Tell la besó en la frente. —Bueno, me propongo cambiar tus maneras antisociales ahora que estás de vuelta aquí en el Salvaje Oeste. —Y obligarme a divertirme. Él sonrió. —Sip. Por cualquier medio necesario. Se pasearon a lo largo de los puestos de comidas caminando de la mano. Tell entabló una conversación con la pareja delante de ellos en la fila. La mujer le disparaba miradas, hasta que finalmente Georgia preguntó, —Lo siento. ¿Nos conocemos? —Dudo que me recuerdes. Me gradué un año después. Teníamos gimnasia juntas y el Sr. Larkin nos juntó para… —Tenis, —terminó Georgia—. Obtuvimos el segundo lugar. Recuerdo eso. Eres Allison.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sí. Y era amiga de RJ. —Ella sonrió con tristeza—. Bueno, todo el mundo era amigo de RJ. —Mi hermano tenía un don con las personas. —Algo así como Tell. —RJ era un gran tipo. Esa punzada de tristeza salió a la superficie. —Sí. Lo era. Tell le apretó la mano. Pero el encuentro fue un puntual y conmovedor recordatorio de que estas cosas de pueblo pequeño no le gustaban. Donde todo el mundo conocía su triste historia familiar. Donde todo el mundo prestaba atención a sus compras en la tienda local, cotilleando si compraba condones magnum y una lasciva novela romántica. Ella prefería estar en el anonimato de una gran ciudad antes que en un pequeño pueblo. Miró alrededor del parque. Todo parecía demasiado perfecto. Casi como si hubiera sido un montaje. Mamás y papás felices descansando sobre viejas mantas mientras sus niños corrían como salvajes. Amigos riendo juntos. Reviviendo los tipos de recuerdos que ella preferiría olvidar. Tú no perteneces aquí. Georgia tenía tal sensación de inquietud que de pronto soltó la mano de Tell. Él frunció el ceño. —¿Estás bien? —Ah, sí, yo… iré a los lavados. Y huyó.

Tal vez esto no había sido una buena idea. Georgia había estado voluble toda la noche. Cuando no estaba ignorando a todo y todos a su alrededor.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Le molestó que ella no se hubiera unido a las conversaciones en el puesto de hamburguesas. No es que hubiera sido grosera. Sólo parecía desinteresada y totalmente concentrada en su comida. Tal vez es tímida. Eso lo sacudió. Georgia Hotchkiss... ¿tímida? De ninguna manera. Siempre había hablado hasta por los codos. ¿O no? No. Si no recordaba mal, la única vez que expresaba sus opiniones era cuando Deck no estaba alrededor. Igual que en la clase de historia. El resto del tiempo se había mantenido en silencio. Así que no era distante o engreída, como la mayoría de la gente incluido él- habían asumido. Con todo el tiempo que Tell había pasado observándola en la escuela secundaria, ¿cómo no se había dado cuenta que ella en realidad era tímida? Porque eras un adolescente demasiado ocupado imaginando follártela. Parecía que él también había visto sólo lo que había querido ver. Cuando Georgia regresó del baño, su rostro estaba aún más pálido. Estuvo a su lado en un instante. —¿Qué pasa? —Estoy lista para irme. Si quieres quedarte a ver el final de la película, no estoy tan lejos de mi casa. Caminaré. —Como el infierno lo harás. —Se cernió sobre ella—. Quédate aquí. Traeré la manta. No hablaron durante el corto trayecto hasta su casa. Después de que él hubo aparcado en el camino de entrada, dijo: —¿Quieres decirme qué pasa realmente? Ella siguió mirando por la ventana durante un minuto antes de enfrentarlo.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Ahora que estoy de vuelta en Sundance, puedo ver la cantidad de errores que cometí. —¿Cómo cuáles? —Como que no me esforcé demasiado en la escuela secundaria para hacer nuevos amigos. —¿Y eso por qué? ¿Porque eres un poco tímida? Georgia lo miró con dureza. —¿Cómo lo sabes? —Adiviné, supongo. —Le besó el dorso de la mano—. Continúa. —No soy excesivamente tímida ni nada de eso. Sólo que crecí en un hogar ortodoxo, donde los hombres eran dueños de su dominio. Mi mamá era una inmigrante introvertida, y terminé siendo como ella, RJ mandaba después de papá y era extrovertido. Me tomó mucho tiempo darme cuenta que la mayoría de la gente pensaba que era engreída, porque nunca fui como RJ. —Llevando el apellido McKay, tuve que tratar con muchas de esas ideas preconcebidas también. Es un asco. Ella asintió con la cabeza. —Pero sobre todo no traté de encontrar un mejor amigo porque ya tenía uno. —¿Deck? Ella negó con la cabeza. —RJ. Cuando nos mudábamos a una nueva ciudad, no me preocupaba por encajar porque yo lo tenía a él. Entonces encajó en Sundance como si hubiera nacido aquí y me hizo a un lado, probablemente por esa razón me aferré tanto a Deck. Todo el mundo conocía a RJ. A todo el mundo le gustaba. —Apartó la vista—. Lo echo de menos. Sé que han pasado casi nueve años y que debería ser más fácil, pero todavía me duele. Y estar aquí me hace enfrentarlo todos los días. —Oye. —Tell se inclinó sobre el asiento, animándola con suavidad a mirarlo—. Yo sé lo que se siente. Todavía espero que mi hermano Luke aparezca cuando estamos arreglando las vallas. Por supuesto, me diría que estoy haciendo algo mal. Esa parte no la extraño. —Sonrió—. Pero lo extraño a él. No al Luke que era un marido de mierda 87

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 para Jessie o al Luke que era el chico favorito de papá, así como su chivo expiatorio. Extraño a Luke, mi hermano. El chico que era cuando estábamos sólo nosotros cuatro. Sin tratar de impresionar a las damas, ni tratando de hacer enojar a papá, ni tratando de hacer reír a mamá cuando ella se sentía tan malditamente miserable. El tipo que me enseñaba cosas. El tipo que me escuchaba cuando le hablaba. Se fue hace casi cinco años y todavía lo echo de menos todos los días. Sé que tengo suerte de tener otros dos hermanos. Pero ninguno de ellos reemplazará a Luke. Sus ojos se llenaron de lágrimas. —Gracias. —¿Por qué? —Por entender. Por no pensar que soy una especie de chica rara por llorar a mi hermano muerto. Tell la subió a su regazo. —Yo nunca pensaría eso. Georgia se acurrucó contra él. —Siento que esto se haya convertido en una cita de mierda. —Dulzura, siempre es una buena cita cuando te tengo en mis brazos. —La besó en la frente. —Lamento que no hubieras visto el final de la película. —Yo sé cómo termina. John Wayne gana. —No sería una gran película de John Wayne, si no lo hiciera. Le acarició el pelo. —¿Puedo preguntarte algo? No entiendo por qué decidiste regresar a Sundance. Tenías que saber que habría recuerdos de RJ por todo el lugar. Georgia acarició distraídamente la parte superior de sus dedos. —Tal vez regresé aquí para enfrentarme a mis demonios. Y te advierto, tengo un buen montón de ellos.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No tantos. —Tell la reclinó hacia atrás para poder tomarse su tiempo besándola. Disfrutando de la sensación de su suave cuerpo contra el suyo. Disfrutando de la lenta exploración de su boca. Georgia deslizó los labios bajando por su barbilla, rompiendo el beso. —Estaríamos más cómodos en mi cama. —De eso no hay duda. —¿Eso es un no? —Por ahora. Georgia se desenredó de su abrazo y se sentó. —Gracias por la cena. —Ha sido un placer. —Te veré mañana por la noche en algún momento.

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CAPÍTULO 07

Tell sintió el cambio en el aire cuando Georgia entró en el cuarto de atrás de Ziggy. Abrió los ojos como un personaje de dibujos animados cuando vislumbró su atuendo… una diminuta lencería de encaje negro muy escotado, recubierto por una sencilla blusa negra. Ceñidos pantalones vaqueros que resaltaban cada jugosa curva. Llevaba su pelo negro como el carbón peinado en un caliente enredo, como si acabara de salir de la cama. Se había puesto brillo de labios. Y esos ojos. Dios. Maldita sea. Esos ojos. Georgia Hotchkiss era una maldita diosa. Georgia Hotchkiss estaba allí por él. Y Tell inmediatamente afianzó su reclamo. Envolviendo un brazo alrededor de la parte baja de su espalda, curvando la otra mano a un lado de su cabeza y atrayéndole la boca hacia la suya con un beso posesivo. Un beso público que nadie confundiría como amigable. Su polla siempre saltaba en un feliz y esperanzado saludo cuando Georgia estaba cerca, por lo que esperaba que sus amigos no se burlaran por el bulto en sus vaqueros. Durante el juego, su mirada seguía disparándose hacia la de ella, lo distraía al punto de casi incrustar el último dardo en la pared en vez de en la diana. —Enfócate, hombre, —siseó Tim. Seguro. Eran unos jodidos dardos. Pero también sentía la necesidad de impresionar a Georgia… y no había hecho ningún centro en esta ronda. Cuando llegó su turno de nuevo, hizo un tiro perfecto y rompió el empate para ganar el tercer juego. Sus amigos lo palmearon en la espalda y se ofrecieron a comprarle un par de cervezas, pero él sólo tenía ojos para ella. —Hola, labios calientes, —tirando de ella para ponerla de pie. —Hola, tú. Impresionante tiro final. Tell acercó la boca a su oído. 90

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Entre tú y yo? Estos chicos se toman los dardos demasiado en serio. —Pero tú no querías dejarlos ganar. Inhaló y el aroma de su pelo le llenó los pulmones. Señor, ella olía bien. Como a magdalenas de vainilla. —No tiene sentido hacer algo a medias. La sexy escofina de una risa lo rodeó. —Vamos. Divirtámonos un rato. Sus amigos habían dejado sólo una silla libre en la mesa atestada de gente. Lo que significaba que Georgia tenía que sentarse en su regazo. Tell hizo las debidas presentaciones. Durante una pausa en la conversación, en la que ella había contribuido poco, susurró: —¿Por qué soy la única mujer aquí? Él se encogió de hombros. —Sucede a veces. La mayoría de las esposas y novias trabajan. ¿Por qué? —Porque no conozco a nadie aquí y no debería haber… —¿Georgia? ¿Eres tú? Alguien la conocía. Se volvieron y vieron a Eugene “Smitty13” Smith. Un compañero de clase que había salido con los amigos de Deck y RJ. —¡Eres tú! —Gritó Smitty. —Ey, Smitty. —¿Qué estás esperando, chica? Dame un abrazo. Ella saltó del regazo de Tell y dejó que Smitty la tomara en brazos y la girara alrededor. Tell terminó su cerveza. 13

Smitty: Camorrero (en Arg). Alguien que siempre está buscando excusas para pelear.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No te he visto en mucho tiempo. Todavía luces como un millón de dólares. —Gracias, Smitty. —¿Qué haces aquí? No en este bar, —aclaró—, ¿en Wyoming? —Estoy trabajando en Sundance. —¿En serio? Ah. No voy mucho allí. ¿Has visto a Deck? Ella evadió la pregunta. —¿Cómo está Janice? —Gorda y chismosa. En otras palabras, la misma. —¿No dices siempre dime con quién andas y te diré quién eres? La pseudo-amigable actitud de Smitty cambió. —¿Has visto a Deck? —Repitió. La falsa sonrisa de Georgia vaciló. —No. ¿Por qué debería haberlo visto? —¿Entonces no sabes que él y Tara-Lee tendrán un niño? Lo estuvieron buscando durante años. —Era de esperarse, teniendo en cuenta que han estado practicando desde que Deck y yo estábamos casados. Tell pasó el brazo sobre el hombro de Georgia. —Smitty. La mirada de Smitty voló de un lado a otro entre ellos. —Tienen que estar bromeando. ¿Ustedes dos están juntos? —Síp. —Él no dio más detalles. Tampoco lo hizo Georgia. Y Smitty se removió en el silencio. —Tengo que irme. Nos vemos por ahí. —Le frunció el ceño a Tell y se fue torpemente. 92

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Vaya, si eso fue una muestra de cómo será la reunión, estoy pensando en que me la saltaré. Tell apretó los labios contra su sien. —Ahora ¿por qué querrías hacer eso? Esto apenas está empezando a ponerse interesante. ¿Quieres otra copa? —No. Debería irme. Le inclinó la cabeza hacia atrás. —¿Por qué? ¿Estás aburrida? —Siento que estoy invadiendo tu rato con los chicos. —Georgia le dio esa sexy sonrisa de lado—. Además, quiero pasar tiempo contigo. A solas. ¿No quieres eso? Bueno, diablos, ¿qué se suponía que tenía que decir ante eso? Di que sí, estúpido de mierda. Georgia puso las manos sobre su pecho. —Tu falta de entusiasmo por la idea me está dando la sensación de que esta atracción es unilateral. —Tonterías. Lo que deseas es marcar el ritmo de cómo van a ser las cosas entre nosotros. —Es por esa razón que las cosas no van a ninguna parte. —¿Sugieres que avancemos en nuestra tercera cita, Georgia? ¿Que nos saltemos la parte de conocernos y vayamos directamente a la cama más cercana? Ella retrocedió. —¿Sabes qué? Tienes razón. Estoy siendo agresiva. Me iré. Gracias por el trago. —Y se apartó de él. Tell no habría creído que Georgia pudiera correr con aquellos tacones rompe-tobillos, pero salió corriendo por la puerta. Maldita sea. Tim le dio una palmada en la espalda. 93

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Así que, McKay, cuando coño te has golpeado la cabeza? Tell lo fulminó con la mirada. —¿De qué demonios estás hablando? Señaló hacia la salida. —Amigo, tienes un tornillo suelto si prefieres estar con nosotros que con ella. El tipo tenía su punto. —Gracias por la patada en el culo, colega, te debo una. Tell fue tras ella atrapándola al otro lado del estacionamiento de gravilla. La cogió en brazos, cubriendo su grito de sorpresa con la boca. Ella luchó contra él durante unos dos segundos, y entonces enrolló los brazos alrededor de su cuello devolviéndole el beso. Tell no dejó de moverse hasta que llegó a la parte trasera de la camioneta, apartándose de ella sólo el tiempo suficiente para cerrar la puerta. La levantó sobre su regazo, de frente a él, cruzándole los tobillos detrás de su trasero. La luz en el estacionamiento le permitía verle el rostro, pero el ángulo en el que había estacionado su camioneta significaba que nadie podría verlos. —Huiste antes de que pudiera decir mi parte. —Porque he escuchado esa parte particular con anterioridad. —¿Ah, sí? —Sí. Estamos tomándonos las cosas con calma. Vas a pasar dos días enteros en mi cama una vez que finalmente lleguemos allí... bla, bla, bla. Eso parecía un poco sarcástico. —¿Pero tú no crees en eso? —Lo creeré cuando lo vea. —Georgia dejó que sus dedos trazaran la línea de su mandíbula, los huecos de las mejillas, las comisuras de los ojos y el arco de las cejas. Entonces murmuró: —Mírate. Tan diferente ahora. Eres todo un hombre. Casi no queda ningún rastro de ese chico bonito que conocí en la secundaria. —Su boca se curvó en una sonrisa misteriosa. 94

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Esa es una sonrisa interesante, labios calientes. —Sólo me preguntaba si ese chico de secundaria que todavía vive dentro de ti está temeroso de ser rechazado si lo intentas y me tocas. Su mandíbula se tensó bajo las caricias de sus dedos. —No es cierto. —Es cierto. —Georgia movió la lengua a través de la comisura de sus labios. Pero en lugar de profundizarlo en un beso, se retiró—. Vamos, McKay. ¿No quieres llegar a segunda base conmigo esta noche? Automáticamente bajó la mirada sobre sus pechos. Maldita sea. Ella siempre había tenido un buen par de tetas. Ahora que estaba a centímetros de esos pechos perfectos... la parte ve lento de su adulto cerebro fue repentinamente silenciada por la parte ¡muéstrame tus tetas! de su cerebro adolescente. Ninguna sorpresa sobre quien ganó. —Admito que ese trasto que llevas puesto… tan sexy como para quitártelo… es un poco intimidante para un simple chico de pueblo como yo. —Es sólo un sujetador. —Mmm. El sujeta-dor tiene que irse. —La ardiente mirada de Tell atrapó la de ella—. Desabróchalo. Ella envolvió la cinta de raso alrededor de su dedo y tiró suavemente hasta que el lazo se deshizo, dejando dos cintas cortas colgando a cada lado. —Muéstrame más. Los siguientes dos ganchos no revelaron mucho. Georgia debió impacientarse porque hizo estallar los últimos ganchos en una rápida sucesión hasta que el sujetador estuvo abierto por completo, y maldita sea si no podía ver la suave carne blanca desde su cuello hasta su ombligo. Y esos bonitos y turgentes pezones. —Hermosa. —Deslizó las manos subiendo por su espalda y alrededor de su caja toráxica para separar los lados del rígido material. Los pulgares acariciaban las ondulaciones de sus pechos así como sus suaves y regordetes lados. Con cada nueva 95

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 caricia lograba que se le pusiera la piel de gallina mientras la tenía en sus brazos. Ver la reacción que le provocó su toque hizo que su polla saltara contra su cremallera. —Tell. Por favor. Tócame. Ya que ella lo pedía tan agradablemente... —Recuérdame de nuevo aquello sobre la segunda base. Porque nunca llegué a ella en la escuela. —¿Me estás tomando el pelo? —Nop. Tuve un desarrollo tardío, ¿recuerdas? ¿Entonces la segunda base significa que solo consigo tocar? ¿O puedo usar mi boca? —Uh. Puede ser lo que quieras que sea. —Oh. Lo quiero todo. —Tell bajó la cabeza y Georgia se arqueó ligeramente hacia atrás. Él frunció los labios alrededor del duro pezón y chupó. Ella gimió y se mordió el labio inferior. Tell arremolinó delicadamente la lengua alrededor de la cima del pezón hasta hacerla retorcerse. Luego lo mordió con la presión suficiente para llamarle la atención. —¿Qué est...? —Se estremeció cuando él lo hizo de nuevo. La atrajo hacia sí en posición vertical y la apretó contra los duros planos de su pecho. Rozó los labios sobre su oreja, manteniendo la mano ahuecada alrededor del pecho atrapado entre ambos. —Te gusta un poco de dolor. —No sé de lo que estás hablando. —Mentirosa. —Pellizcó su pezón y ella se estremeció. —Tell… —¿Te gusta eso? ¿Sí o no? —Sí, ¿de acuerdo? Sí. Hazlo de nuevo. Otro apretón le sacó otro gemido.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Vas a ser honesta conmigo, Georgia. Incluso si no has sido honesta con ningún otro hombre que haya disfrutado de tu cuerpo. Tal vez, especialmente si ese fue el caso. — Sopló suavemente en su oído—. No te equivoques. Voy a disfrutar como el infierno de este cuerpo, y puedo darte todo lo que tuviste miedo de pedir. —Dios, me estás matando. Por favor. Más. Él gruñó y la empujó hacia atrás. Apretó sus tetas juntas para poder mordisquear y chupar sus pezones. Haciéndola gemir y removerse. La fragancia de su excitación le tentaba la nariz cada vez que ella mecía sus caderas hacia delante. Y maldición si no estaba montando ese dulce punto en su polla. Y doble maldición si él no quería voltearla, bajarle los pantalones y follarla. Dejar chupetones en cada centímetro de esa piel hermosa. Desde su fuerte barbilla obstinada hasta la punta de esos sabrosos pezones. Georgia gimió más fuerte y clavó las uñas en sus bíceps mientras acercaba el pezón contra sus dientes. Mierda. Era más caliente que el fuego. Tell chupó más duro, alternando entre sus pezones. Lamiendo. Mordiendo. Devorándola hasta que ella dejó salir un largo jadeo. Un par de voces masculinas hicieron eco cerca de ellos. —¿Oíste eso? —¿Qué? No escuché nada. —Eso es porque estás borracho. Gruñidos y gemidos significa que alguien consiguió una buena follada. —Veamos si podemos encontrarlos, —el chico borracho arrastraba las palabras—. Quiero ver porno en vivo. Ver algunas grandes tetas rebotando. Ambos se congelaron. Los ojos de Tell se encontraron con los de Georgia. —Lo siento, —articuló él. Ella no estaba feliz cuando comenzó a abrochar nuevamente los ganchos con manos temblorosas. Tell no se ofreció a ayudarle, sólo mantuvo las manos contra su espalda, sosteniéndola firme. La única cosa que lo había detenido de follarla allí mismo, en la puerta trasera de su camioneta fue... bueno, estaban en el portón trasero, en el estacionamiento de un maldito bar. Él quería mucho más que rebotar en su camioneta la primera vez que la hiciera correrse. 97

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Justo a tiempo, sin embargo, gracias a la interrupción de los borrachos chismosos. Tell había estado a segundos de tirar su sentido común y precaución al viento, tomando a Georgia en medio del heno, la mugre y las herramientas que tenía en su camioneta. ¿Cuán jodidamente romántico habría sido eso? Ella le tocó el hombro para llamar su atención. —Puedes soltarme ahora. —Por supuesto. —Tell se irguió y la ayudó a ponerse de pies. La chica se tomó su tiempo arreglándose la ropa y poniendo mucho esfuerzo en no mirarlo. —Georgia, lo siento… —Yo también. —Su mirada voló a la suya. No había vergüenza en sus ojos, sólo furia. ¿O frustración? Él dio un paso hacia delante solo para hacerla dar un paso hacia atrás. —Quédate donde estás, Tell McKay. Parece que pierdo todo pensamiento racional cuando pones tus manos sobre mí. Tell no pudo evitar sonreír. —Pero, dulzura, esa es la forma en que se supone que tiene que ser cuando te toco. —No en público. Una vez más. No cuando no tienes intención de seguir adelante después de ponerme tan caliente. Una vez más. Soy una idiota. Una vez más. —Georgia dio otro paso atrás—. Mira, me tengo que ir. —Pero… —¿Quieres venir a mi casa para que podamos terminar lo que empezaste? Cuando él no respondió de inmediato, ella soltó una carcajada. —Claro que no. —Se dio la vuelta y echó a andar a buen paso a través del estacionamiento. Tell la siguió. Georgia se detuvo junto a un Honda negro con placas de Texas. 98

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Nos vemos. —¿Cuándo? —Preguntó él. —Mañana no. No puedo... tengo algo que hacer. ¿Por qué él tuvo la sensación de que estaba mintiendo? —Está bien. La noche del jueves. Te recogeré. Saldremos en busca de una cena agradable. —Tell, no creo… Cerró la distancia entre ellos. —Estaré en tu casa a las siete el jueves en la noche. —Está bien. —Y vas darme un beso de buenas noches. —¿Por qué simplemente no tomas uno? —Se burló. —Buena idea. —Apretó una mano sobre su culo y agarrando un puñado de pelo, la inclinó exactamente donde la quería para poder saquearle la boca. Habían compartido algunos besos calientes en los últimos tres días, pero nada como esto. Este beso era un primitivo preámbulo de todas las cosas lascivas, sucias y pervertidas que pensaba hacer con ella. Por lo menos tres veces. Tal vez se sintió un poco petulante cuando Georgia gimió una protesta en el momento en que él rompió el beso y, tal vez se sintió un poco engreído al ver esa mirada aturdida de necesidad que había calentado sus pálidos iris a un azul más profundo. —Conduce con cuidado.

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CAPÍTULO 08

Intentando hacer doce cosas a la vez, dejó que el teléfono sonara seis veces antes de responder con brusquedad: —Georgia Hotchkiss. —Georgia. ¿Tenía que enterarme por Smitty que tienes un trabajo en Wyoming? Se había preguntado cuánto tiempo pasaría antes que la noticia llegara a su padre. —¿Ha pasado cuanto, cuatro meses desde que hemos hablado? —Te estoy llamando ahora. ¿Cuánto tiempo estarás en Sundance? ¿Por qué él no asumía que su trabajo era permanente? —La empresa de promoción de eventos para la que trabajo se ha hecho cargo de los eventos de rodeo de verano para nuestra última adquisición. Estoy aquí para asegurarme que todo funciona a la perfección. —Tenía que mantener la conversación corta—. ¿Necesitabas algo? —¿Ni siquiera puedo llamar a mi propia hija? ¿Eres demasiado buena para hablar con tu padre ahora? Georgia comenzó a pasearse. —No voy a pelear contigo. Dudo que me hubieras llamado si Smitty no hubiese mencionado que me había visto en Ziggy la noche del martes, ¿verdad? Silencio. —Está bien, lo admito, Smitty me llamó. —No sabía que tú y Smitty eran cercanos. —No lo somos. Sigue siendo un buen amigo de Deck. Se preguntaba si Deck se molestaría cuando oyó que estabas de vuelta. —¿Por qué Deck estaría molesto por algo que tuviera que ver conmigo? Hace siete años que estamos divorciados. 100

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Lo dejaste, Georgie. Un hombre no se toma muy bien esas cosas, no importa el tiempo que haya pasado. No hay razón para restregárselo en la cara. Odiaba que él la hubiera llamado Georgie. Como a un chico. Como al chico que deseaba que fuera. —La razón por la que lo dejé fue porque lo encontré en la cama con Tara-Lee. Su padre carraspeó. —Todos los hombres cometen errores. —Esa fue la proverbial gota que rebalsó el vaso para mí, y su error le costó caro, ¿no es así? —Nada es tan simple como parece. De todos modos, me estoy preguntando si vas a ir a la reunión de egresados de la escuela secundaria el próximo fin de semana. —¿Por qué no me llamó Deck para preguntármelo él mismo? —Debido a que Tara-Lee se enojaría. No es bueno para una mujer en su condición. —¿Crónicamente estúpida es una condición ahora? —Uau. ¿Aquel comentario de perra acababa de salir de ella? —Esa boca. Eres igual que tu madre. Georgia puso los ojos en blanco. Su madre tenía una boca tan dulce que las abejas pululaban a su alrededor. —Sí, voy a ir a la reunión. Con Tell McKay. —¿Por qué él, Georgie? Eso causará un gran alboroto. —Que Deck y yo estemos en la misma habitación causará un montón de especulaciones de todos modos. No le debo nada a mi ex marido, y mucho menos algún tipo de consideración por todo lo que ese hombre... —Tomó de mí. —Recuerda que tus acciones se reflejarán en ti, no en él. —Estoy encantada de escuchar que Deck sigue siendo el chico de tus ojos y se ha convertido en el hijo que perdiste. —Espera un maldito minuto, Georgia Lou, eso no es… 101

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Lo siento, papá, tendrás que disculparme, tengo una llamada de trabajo en la otra línea. —Ella le colgó. Más que furiosa, comenzó a pasearse apretando las manos a los costados. Aun cuando su padre finalmente se dignó a llamarla, no había sido para saber cómo iban las cosas en su vida. No, sino para entrometerse en ella. ¿Por qué te asombras? Necesitando ordenar su cabeza, tomó su iPod y salió con rabia afuera. Había alquilado esta pequeña casa de dos pisos porque tenía un gran patio trasero. No fue hasta que firmó el contrato de alquiler que el propietario le informó que tendría que ocuparse de todo el trabajo para mantener el jardín. Le había sorprendido lo mucho que disfrutaba cortando el césped, especialmente en días como hoy, cuando el ejercicio era el objetivo secundario. Había algo en esa mundana tarea física que aliviaba su frustración. Con el césped cortado y acicalado, Georgia desmalezó y fertilizó su pequeño jardín. Regó las macetas con flores que había plantado. Barrió el patio y limpió la mecedora del porche. Miró los desaliñados arbustos de lilas. Mejor no podarlos con su actual estado de ánimo… probablemente los cortaría hasta la raíz. Y en vista de su presente humor, consideró cancelar su cita. Pero tal vez mostrarse un poco cabreada con Tell lo obligaría a ver que ya no era la inocente llevando el anillo de la pureza que él recordaba. Tell la deseaba. La ponía del revés. Había estado a punto de arrastrarse… Infierno, casi se había corrido con esos sexys mordiscos de amor que le había dado en el estacionamiento de Ziggy. Obviamente, el hombre era un sexperto en el dormitorio si podía casi hacerla correrse con sólo los dientes sobre su piel. ¿Entonces por qué se mostraba tan vacilante en dar el siguiente paso con ella? ¿Por poder? ¿Por miedo? ¿Por tener una polla pequeña? 102

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Lo averiguaría esta noche.

Tell sostenía un ramo de flores detrás de la espalda mientras llamaba a la puerta de Georgia. Oyó el ruido del cerrojo y la puerta se abrió. —Y por supuesto llegas justo a tiempo, —dijo ella. Él no pudo hacer que su boca articulara ni una palabra. Ella estaba impresionante. No por su ropa, aunque la blusa estilo hippie, la minifalda de volantes y los tacones altos la hacían verse aún más similar al sexo viviente, sino a causa de una especie de brillo etéreo emanando de ella. Eres un poeta de cuarta, McKay. No compartas esa patética observación lameculos “tú brillas, nena” con ella. —¿Tell? Su mirada se encontró con la de ella. —Maldita sea, mujer, te ves fantástica. —Se acordó de las flores y se las entregó—. Para ti. —Gracias. Pasa mientras las pongo en agua. —Ella fue por un pasillo y desapareció por la esquina. Tell se apoyó contra la jamba de la puerta de la sala de estar y echó un vistazo. No era en absoluto lo que había imaginado. El espacio era soso: paredes blancas, muebles de color beige. Sin fotos, libros o artículos personales de ningún tipo. Su sofá no estaba sobrecargado con esos cojines molestos por los que la mayoría de las mujeres estaban tan locas. No había periódicos ni revistas, ni siquiera el control remoto del televisor estaba sobre la mesita de café. El espacio parecía como si nunca hubiera sido usado. Como si fuera sólo una pantalla. Extraño. Es cierto que se había mudado hacía unas semanas, pero tampoco vio cajas apiladas alrededor, esperando ser desempaquetadas. Después que él se había mudado al antiguo apartamento de Brandt y Jessie, había hecho el lugar suyo, de inmediato. Su subconsciente se burló. Poner una TV de setenta y dos pulgadas no lo hacía exactamente un maldito Martha Stewart.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia caminó seductoramente hacia él, sus tacones retumbando contra el piso de madera. Acomodó las flores sobre la mesita de café. Entonces tomó su bolso y le sonrió. —¿A dónde vamos? —Depende de ti. Si quieres comer carne, el Pinos Gemelos es la mejor opción. Si deseas salir de Sundance, hay un par de lugares más informales en Moorcroft. —Tú eliges. Simplemente no Dewey. Almorcé allí hoy. — Pinos Gemelos entonces. Él abrió la puerta del pasajero, pensando que la mujer iba a necesitar un impulso para subir a su camioneta. Cuando puso las manos sobre sus caderas, ella entrelazó los brazos alrededor de su cuello y apretó los labios contra los suyos. No para darle un beso casto, sino uno del tipo vamos a desnudarnos y a volvernos locos. Su lengua era agresiva, su cuerpo tan apretado contra el suyo que podía sentir el rápido latido de su corazón. La mente de Tell se cerró a todo lo que no fuera el aroma de su pelo y el sabor a menta de su boca mientras sus lenguas se batían a duelo. Deslizó las manos hacia abajo para ahuecarle el culo, y gruñó al apretarle esos suaves globos. Fue entonces cuando Georgia rompió el beso y lo miró, sus ojos brillando con lujuria. —Soy del tipo de chica come-primero-el-postre. Volvamos adentro. Él sonrió. —Buen intento. Comeremos comida primero. Luego veremos qué pasa con el postre. Georgia estuvo silenciosa todo el camino hasta el club para cenar. No es que haya estado excesivamente charlatana mientras comían los entremeses, tampoco. Tal vez sea porque la cita se había visto interrumpida media docena de veces por las anteriores conquistas femeninas de Tell. Él no había animado a las intrusas, pero no las había desalentado tampoco. Se estuvo preguntando si Georgia lo mencionaría. —Asumo que si el número de mujeres que se han detenido a saludar es alguna indicación, has tenido citas con muchas mujeres.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Supuso que ella no era del tipo de dejarlo pasar. Bebió un sorbo de su cerveza. —La palabra cita funciona mejor que algunas otras palabras que se me vienen en mente. —Significa que te has acostado con muchas mujeres. —Supongo. Su respuesta pareció molestarla. Pero no le pidió que definiera muchas. —¿Por qué? ¿Te preocupa que tenga herpes, alguna ETS o algo así? —No. —Ella apuñaló su lechuga, luego se metió el tenedor en la boca, masticando furiosamente. —¿Georgia, quieres decirme qué está pasando? Se limpió la boca. —Necesitaba fertilizante ayer, así que fui a la ferretería. Al parecer, tu plan de convencer a todos en el pueblo que somos una pareja está funcionando. —Y eso es malo... ¿Por qué? —Evidentemente la empleada de la tienda estuvo en el extremo receptor de tu sexperiencia y chocó los cinco conmigo. Cuando Tell se removió en su asiento, pero no contestó, Georgia añadió: —No recuerdo su nombre, pero seguramente tú tampoco lo hagas, ¿no es así? Se rumorea que memorizar nombres es un gran problema para ti. Eso fue un golpe bajo. ¿Lo era, dado que era cierto? Entonces ella hizo un gesto hacia el espacio que los rodeaba. —¿Escogiste Pinos Gemelos porque sabías que habría un grupo de mujeres rondando por aquí? ¿Así yo podría comprobar lo solicitado que es por estos días el gran sexy y semental Tell McKay? —Georgia. Estás equivocada. —¿En serio? ¿Quieres saber qué más he oído hoy en Dewey? ¿De mi camarera? Porque, evidentemente, ella es otra de tus conquistas. Y escuché mucho de ella. 105

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Oh, mierda. Los dedos de Georgia se apretaron alrededor del tallo de su copa de vino. —¿No vas a negar lo que sea que me haya dicho para defenderte? —¿Contra qué? Soy un hombre. Me gusta el sexo. ¿Qué se supone que debo hacer cuando una mujer atractiva se arroja sobre mí? ¿Decir que no? Silencio. Jesús. Había caído directamente dentro de esa maldita trampa. Y ella no le devolvió un comentario sarcástico. No pronunció un sonido. Pero una extraña expresión de lo más triste cruzó por su hermoso rostro y él quiso volver el tiempo atrás hasta el comienzo de esta cita. Se estiró para tomarla de la mano, sólo para que ella la alejara de un tirón. —Es diferente contigo. —¿Porque no soy una mujer atractiva? —¡No! ¿Por qué dices eso? Sabes que pienso que eres hermosa. Georgia se encogió de hombros y se echó hacia atrás cuando la camarera trajo sus platos principales. Tan pronto como estuvieron solos de nuevo, Tell se inclinó hacia adelante. —Tengo una idea. —Yo también. —Apuntó a su plato con el cuchillo—. Come tu carne antes de que se enfríe. Él comió. Y siguió disparando miradas hacia ella. Pero Georgia no le hizo caso. No empujó el pequeño filete dentro de su boca de un solo bocado, pero estuvo condenadamente cerca. Cuando se retiró al baño de damas, Tell se espatarró en la cabina. No tenía ni idea de lo que se suponía que debería hacer para arreglar esto. Si la llevara directamente a la cama esta noche, ella nunca creería que no había sido una reacción impulsiva. 106

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Si no la llevara a la cama, asumiría que no se sentía atraído sexualmente por ella. Lo que lo llevó a preguntarse: ¿por qué había establecido estos parámetros para sus citas con ella? ¿Porque quería demostrarle que él tenía el control? ¿Porque disfrutaba haciéndola esperar? ¿O porque no quería una conexión rápida y fácil con ella? Lo que quería era algo más. Sí. Como si ella fuera a creer eso. Georgia regresó y deliberadamente esperó junto al final de la mesa. Tell pagó la cuenta. Apoyó la mano en la parte baja de su espalda mientras cruzaban el aparcamiento hasta su camioneta. —En relación a las mujeres que se estuvieron acercando… Georgia levantó la mano. —No hay necesidad de explicarlo con más detalle. De hecho, realmente preferiría que ni siquiera lo hubieras intentarlo. Esta noche se había ido directamente al infierno. En lugar de llevarla a su casa, Tell decidió seguir adelante con su plan original. Si ella reconoció adónde la estaba llevando, se lo guardó para sí misma. Se dirigió a uno de sus lugares favoritos con una impresionante vista del valle. Georgia no dijo ni una palabra hasta que él apagó su camioneta. —¿En serio, Tell? ¿Me trajiste a Flat Top? —Sí, ¿por qué? —¡Porque es el lugar de morreo local! Una vez más, no fue la reacción que había esperado. —¿Qué te pasa? —Preguntó ella. —¿Perdón? —¿Estás reviviendo alguna fantasía de secundaria? ¿Llevando a Labios Calientes Hotchkiss a Flat Top? Él echaba humo por las orejas. 107

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Y qué si estoy haciendo eso? —Entonces eres un idiota. —Georgia abrió la puerta y salió. Maldita sea. Había sido un error decir eso. La siguió. Con las nubes cubriendo las estrellas, estaba más oscuro que lo habitual, y temía que ella se hubiera olvidado de la saliente. —¿Georgia? Ten cuidado. Hay una… —Saliente. Lo sé. No es la primera vez que he estado aquí, —replicó. —Entonces recordarás que en esta época del año el suelo es blando y cede fácilmente. —No soy una idiota. Pero sin duda me tratas como tal. —Se dio la vuelta y cruzó los brazos sobre su pecho—. ¿Te estuviste divirtiendo a lo grande? ¿Mostrándote conmigo estos últimos días? ¿Tenías siquiera la intención de llevarme a la reunión? ¿O era parte de una broma? —¿Qué broma? Estoy confundido. —Ya somos dos. No tengo ni idea de cuál es tu juego, pero estoy cansada de eso. Sólo llévame a casa. Esta mujer pasaba de caliente a fría como ninguna otra que hubiera conocido. —Nop. Vas a decirme de dónde provienen esas acusaciones. —Está bien. Esta es nuestra, ¿qué? ¿Cuarta cita? Recapitulemos nuestras citas. Para la primera, jugamos al baloncesto y me llevaste a tomar un helado. La próxima, me llevaste a comer hamburguesas y papas fritas antes de arrastrarme a un cine al aire libre en el parque. En la tercera cita, te vi lanzar dardos en Ziggy. Oh, nos toqueteamos un poco esa noche, pero tuvimos que parar porque estábamos en público. Ahora esta noche empezó con flores, la cena y un viaje a la tierra de los amantes… donde sin duda nos hubiésemos tomado de la mano, mirándonos a los ojos con adoración. ¿Qué es lo siguiente, Tell? ¿Pizza y videojuegos mientras nos metemos mano en el sofá? —Si no te estabas divirtiendo, deberías haber dicho algo. —¡Estoy diciendo algo ahora! Más cabreado que herido, se cernió sobre ella.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Entonces me estás diciendo que todo el tiempo que pasamos juntos el último par de días... fue horrible? Ella levantó las manos en el aire. —Sabía que lo interpretarías de la forma equivocada. —¿De qué otra forma se supone que debo interpretarlo? —Exigió. —¡Como una crítica constructiva! Como una sugerencia de que esto no está funcionando. Cuando tienes citas con otras mujeres, ¿qué haces? Trató de recordar su última cita. Una cita real. Donde recogía a la mujer y la llevaba a cenar o al cine. No pudo recordarlo. Había pasado mucho tiempo. Un jodidamente largo tiempo. Fue entonces cuando Tell se dio cuenta que todos sus encuentros con mujeres durante los últimos años habían sido para echarse un polvo. Sin importar si conocía a la chica en un bar, en un rodeo, o en una mesa de póquer. Él coqueteaba. Ella le devolvía el coqueteo. Entonces terminarían desnudos y follando toda la noche. Por la mañana, se irían por caminos separados. No era eso lo que quería con Georgia. Quería algo... real. —Honestamente, ni siquiera recuerdo mi última maldita cita, así que tal vez es por eso que estoy un poco oxidado. ¿Por qué no me hablas de tus citas? Esa fuerte barbilla de ella se levantó. —La mayoría de los chicos intentaban llevarme a la cama en la primera cita. Tell sintió la más extraña oleada de celos. —¿Y porque no haya intentado follarte durante la primera semana que estuvimos juntos, algo está mal conmigo? —Oh, no hay nada malo en ti. Eres sexy, tienes un cuerpo increíble y no tengo ninguna duda de que sabes exactamente cómo usarlo. Actúas como si me desearas. Pero no avanzas, es solo una provocación constante. ¿Así que puedes entender por qué estoy sospechando que esto es un juego? Dado que no pudiste tenerme hace diez años cuando me deseabas, pero yo sí lo deseo ahora, ¿vas a crearme falsas expectativas para luego cambiar de opinión? 109

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Abrió la boca para negarlo, pero parte de él temía que ella tuviera razón. Si cualquier otra mujer hubiera estado tan caliente por desnudarse y volverse salvaje con él, habría saltado sobre ella la primera noche. Pero se había contenido con Georgia. No sólo una noche, sino cada vez que habían estado juntos. Mierda. Tal vez estaba convirtiendo esto en un juego. A pesar de su mortificación, la miró. —¿Qué quieres de mí? —Puedo decirte lo que no quiero de ti. No quiero que nos besuqueemos en tu camioneta en el lugar de morreo local para después quedarme toda caliente y mojada. No quiero verte corriendo por ahí medio desnudo en una cancha de baloncesto para después quedarme toda caliente y mojada. No quiero sentarme en tu regazo después de tu juego de dardos para después quedarme toda caliente y mojada. Y quiero más porque ya no somos chicos de secundaria, Tell. No hay ninguna razón para que estemos preocupados de estar llevando las cosas demasiado lejos, demasiado rápido. Mi mayor preocupación es que me veas como esa virgen llevando el anillo de la pureza que era, y que no me tomes en serio. Silencio. Incapaz de pensar en alguna respuesta inteligente, sólo dijo: —Creo que lo mejor va a ser que te lleve a casa. —¿Eso es todo? ¿No hablaremos de esto? —Me dejaste la lengua tan trabada que sólo diré algo equivocado. —Suspiró—. Mira, es obvio que soy un idiota cuando se trata de estas cosas, ¿de acuerdo? ¿Podemos irnos? Después de que la ayudó a subir a su camioneta, le dijo: —Todo un caballero. —Eso es lo que soy, Georgia. Y por alguna razón, sacas a la superficie esas cualidades caballerosas con más frecuencia que cualquier otra mujer que haya conocido. Ella le tocó la cara y se sintió como si acabara de ser golpeado por una picana eléctrica. —¿Sabes que es gracioso? —¿Qué? 110

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Tu lado caballeroso saca mi perra interior. Tell rió suavemente, apreciando su intento de aligerar el ambiente. —¿En serio? —Sí. Así que no es para extrañarnos que nuestros propósitos estén cruzados. El viaje de regreso hasta su casa fue sumamente silencioso, no es que él esperara que Georgia parloteara sin parar. Por lo que la siguiente pregunta lo sorprendió. —¿Te acuerdas cuando me llevaste a casa aquélla vez durante el último año? Jamás podría olvidarlo. Viéndola llorar fuera del gimnasio, parecía tan perdida y sola. Había actuado por instinto, tratando de calmarla, intentando que hablara con él. Le había sorprendido que le contara sobre sus malas decisiones y la falta de opciones. Entonces le había pedido que la llevara a casa y se metió en su sucia camioneta de mierda. Había bajado la ventanilla y su pelo había volado, literalmente, permitiendo que toda esa seda negra revoloteara en la brisa. Georgia había estado tan preocupada que no había notado que él la miraba fijamente. No se había dado cuenta que había estado a punto de estrellar su jodida camioneta por no ser capaz de dejar de mirarla. —¿Sabes lo que quería más que nada aquella tarde? Pedirte que siguieras conduciendo. Hasta que estuviéramos muy lejos de Sundance. —Yo hubiera dicho que sí. Te habría llevado a cualquier lugar que quisieras ir. — Habría terminado en el extremo receptor de los puños de Deck de todos modos. Pasar más tiempo con Georgia habría hecho que esos magullones fueran un poco menos dolorosos de soportar. Tell se detuvo delante de su casa. Ella no había dejado la luz encendida, por lo que la acompañó hasta la puerta principal. Se volvió para mirarlo. —Tell, yo… —No espero que mientas y digas que lo pasamos muy bien esta noche. —No era esa mi intención. Quiero saber a dónde vamos desde aquí. —¿Estás preguntándome si todavía pienso llevarte a la reunión? —No. Te estoy preguntando si piensas llevarme a la cama pronto. 111

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Define pronto. —En este momento.

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CAPÍTULO 09

Georgia observó cómo el músculo de su mandíbula se tensaba mientras sus ojos se oscurecían. Su voz era peligrosamente baja cuando por fin habló. —Dime lo que quieres con todos los detalles explícitos que tanto te gustan. No te acobardes ahora. Inhaló una respiración lenta y profunda. —No me malinterpretes, Tell, me gustó pasar tiempo contigo. Pero realmente me gustaría saber qué sonido harás cuando mi mano caiga sobre tu polla. Qué sonido harás cuando lleve tu polla a mi boca. Quiero sentir tu cuerpo sobre el mío mientras me estás follando. Quiero sentir tu cuerpo debajo del mío mientras me estás follando Quiero mirar hacia abajo y ver tu cara entre mis muslos. Quiero ver quién es Tell cuando deja de mostrar su lado divertido, coqueto y caballeroso, y comienza a mostrarme la intensidad que vi aquella primera noche que me besaste en la Bota de Oro. Él la acechó hasta que su espalda golpeó contra la puerta. —¿Crees que podrás manejarme cuando mi lado divertido, coqueto y caballeroso esté completamente sustituído por un lado absolutamente diferente de mí que no has visto? Ella levantó su barbilla una muesca. —¿Por qué no lo intentas conmigo? Entonces la mano de Tell subió inmediatamente para enroscarse alrededor de la parte posterior de su cuello, tirando de ella tan cerca que sus narices casi se tocaron. —¿Eso es lo que quieres, Georgia? ¿Sexo duro, rápido y caliente, sin sutilezas? Si sus ardientes ojos eran una indicación, había despertado a la bestia sexual dentro de él. Por fin.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 La mirada de Georgia gravitó a sus esculpidos labios. No le intimidaban sus advertencias de sin sutilezas, y respondió, —Sí. Aplastó la boca contra la de ella sin previo aviso, consumiéndola en un beso tan abrasadoramente caliente que casi le derritió el cerebro y prendió fuego su pelo. Apretó las manos en su cuero cabelludo, sosteniendole la cabeza en su lugar. El beso siguió y siguió. Una voraz demostración de calor, fuerza bruta y codicia sexual. Georgia nunca había tanto. Nunca había sido deseada así. Su boca continuó fundida contra la suya mientras sus dedos empezaban a desabrocharle los botones de la blusa. Una vez que la camisa estuvo abierta, acarició la piel húmeda con las rugosas puntas de sus dedos, desde la cintura hasta la falda, subiendo por el vientre, entre sus pechos. Apartó repentinamente la boca de la suya. —No más demostraciones públicas. Acabemos con esto adentro. Mierda. Tell le había anulado el cerebro tan completamente que se había olvidado que estaban en frente de su casa. Trató de cerrarse la blusa, pero sus manos se lo impidieron. —Una vez que los botones se sueltan, permanecen sueltos. No hay vuelta atrás. Lo haremos a mi manera. Asintiendo con la cabeza, buscó a tientas las llaves para abrir la puerta. Tell la besó mientras la empujaba por la puerta y cerraba con llave. La besó mientras la apretaba contra la pared. La besó mientras le desabrochaba el sujetador y jugaba con sus pezones. Sus manos corrían sobre él, ansiosas por tocarlo por todas partes a la vez. Sus abultados bíceps, sus anchos hombros, la gruesa columna de su cuello… Dios, demasiadas deliciosas partes para elegir. Enredó los dedos en su pelo, tirando ligeramente cuando sus dientes rozaron un pezón. Él hizo un gruñido y dijo: —No. Te. Muevas. 114

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Esa escueta orden la hizo temblar con anticipación. Su boca volvió a conectar con la suya mientras deslizaba la mano debajo su falda, acariciándola sobre las bragas. Jadeó cuando empujó un dedo dentro de ella. Entró y salió antes de añadir otro grueso dedo, el que se deslizó fácilmente en su canal gracias a que estaba muy mojada. Cuando frotó el pulgar de un lado a otro a través de su clítoris, ella gimió. La boca de Tell estuvo en su oído. —Córrete en mi mano. —Tell… —¿Quieres mi polla dentro de ti? ¿Follándote así? —Empujó sus dedos más profundamente. Se sentía tan condenadamente bueno que la hizo gemir. —Sí. —Entonces córrete en mi mano. Georgia no tuvo que decirle que necesitaba que acariciara su clítoris más rápido. No tuvo que pedirle que frotara la punta de los dedos contra la cresta de carne ubicada en la pared interior de su coño. Tell lo hizo automáticamente. Perfectamente. —Quiero oírte la primera vez que haga que te corras. Estaba tan cerca. Y el ronco jadeo de Tell en su oído realmente lo hizo por ella. Normalmente sentía alguna advertencia antes de un orgasmo, pero no esta vez. Esta vez, todo sucedió a toda prisa. Su clítoris palpitó. Los músculos de su coño se contrajeron alrededor de los dedos. Clavó las uñas en el antebrazo de Tell, sólo en caso de que decidía apartarse demasiado rápido. Él se rió entre dientes contra su garganta y la vibración viajó por su torso hasta ese lugar donde sus mágicos dedos todavía seguían trabajando. —Oh, Dios. Después que la última contracción se desvaneció, sus firmes y cálidos labios devoraron su boca.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Te deseo. Ahora. —Murmuró Tell. —Sí. Mi habitación está arriba… —Demasiado lejos. Te deseo ahora. —Sopló en su oído—. En las escaleras. ¿En las escaleras? Georgia se estremeció. Tell sacó la mano de debajo de su falda. Mirándola a los ojos, deslizó la blusa por sus hombros. A continuación el sujetador cayó al suelo. —Quítate las bragas, Georgia. Arrastrándolas por sus piernas, se las quitó. Devoró con la mirada a su cuerpo medio desnudo mientras se desabrochaba el cinturón y se bajaba la cremallera de los vaqueros. Esta intensidad era embriagadora. Ninguna sonrisa pícara, sólo sus ojos disparando fuego. Los ángulos de su rostro parecían más pronunciados. La tensión emanaba de él mientras se sacaba la camiseta por la cabeza. Se envolvió un mechón de su cabello alrededor de los dedos, usándolo para tirarla hacia él hasta que estuvieron pecho contra pecho. Georgia extendió las palmas de las manos sobre sus pectorales, deseando llevar la boca y la lengua donde tocaban sus dedos. Entonces su boca le atrapó la suya en un beso brutal. Otro caliente y húmedo aluvión que la dejó tambaleante y al borde del orgasmo otra vez. Durante ese beso devastador, Tell la movió para ponerla frente a la escalera. —De rodillas en el segundo escalón, —le ordenó. El corazón amenazaba con salírsele del pecho mientras seguía sus órdenes, apoyando los codos en el cuarto peldaño. Al oír el crujido del plástico, miró por encima del hombro mientras él rodaba el condón. —Aférrate al borde. —Sus expertas manos se deslizaron subiendo por el interior de sus piernas y empujaron la falda fuera de su camino—. Extiende las rodillas y arquea la espalda. 116

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 La alfombra raspaba sus codos y rodillas mientras ampliaba su postura. La punta de la polla hizo círculos contra su coño. Los fuertes dedos de Tell se clavaron en sus caderas cuando empujó dentro de ella a pleno. Llenándola tan completamente que sintió la cabeza de la polla golpeando contra su cerviz. Sí. Dios. Sí, esto era bueno. Él no dijo nada más salvo un largo gruñido. Dos veces más, Tell la llenó lentamente, y se retiró lentamente. Entonces no hubo más sutilezas. Empujó hacia adentro y salió por completo, martilleando rápidamente contra ella otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Los sonidos a cuerpos golpeando y a profundos gruñidos impregnaban el aire. Georgia se arqueó aun más. En este ángulo cada penetración golpeaba su punto G con una precisión milimétrica. Cada embestida le robaba el aliento. Sin duda, le robaba por completo el sentido común dado que no podía pensar en nada más allá de esto. Tell la follaba sin parar. Sin decir una palabra. Ella nunca había sido... tomada así. Su cuerpo nunca había respondido de esta manera. Su piel se estremecía desde la nuca hasta los talones. La sangre le ardía caliente mientras fluía a través de ella. Contuvo y aguantó la respiración cuando otro orgasmo la sacudió. Las embestidas de Tell se volvieron frenéticas y él dejó escapar un largo gemido. Sus caderas desaceleraron del implacable ritmo a uno más lento, convirtiéndose en pequeños golpecitos con su pelvis. Todo su cuerpo temblaba mientras luchaba por tomar aire. Entonces Georgia sintió las manos moviéndose por su espalda, erizándole la piel en cada punto de contacto. Firmes y calientes labios rozaron su hombro. Sus manos le apartaron el pelo a un lado para poder besarla en la oreja. —Tan hermosa. —La acarició desde los brazos hasta sus muñecas, curvándolas luego alrededor de sus dedos que aún se estaban aferrando a los bordes de la escalera—. Relájate, dulzura, o vas a terminar con un calambre. Seguía siendo todo un caballero. Iba a moverse. En un minuto. Cuando todas las partes de su cerebro, cuerpo y alma no estuvieran tan relajadas y laxas. 117

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Él se rió entre dientes. —Estás un poco fuera de tema, ¿no? —Salió de ella. Oyó el roce de su ropa. Su mano le rodeó el tobillo para quitarle los zapatos, dejándolos caer contra el suelo. Entonces la alzó y la acarreó subiendo por las escaleras. Georgia dejó caer la cabeza contra su cuello. Estaba tan caliente. Tan sólido. Y olía bien. Como a colonia, sudor, sexo y hombre. Aspiró otra bocanada de él y dejó escapar un suspiro. —¿Cuál es tu habitación?, —le preguntó bruscamente. —La que tiene una cama grande. Le pareció oírlo gruñir de nuevo. —Deberías haber dicho la de la gran cama color rosa. —Soy una chica. Me gusta el rosa. La dejó sobre la cama. Manteniendo los ojos cerrados, ella estiró los brazos por encima de su cabeza. —Estoy tan cansada. —Déjame ayudarte. —Las manos de Tell vagaron por su torso hasta que los dedos llegaron a la cintura de su falda y se la quitó. Le colocó la cabeza sobre la almohada antes de acomodarla debajo de las sábanas. —¿No vas a quedarte conmigo? —No esta noche. Le acarició la mejilla con tanta dulzura que la hizo inclinarse contra su toque. Esa sensación de sentirse en las nubes era maravillosa. —Gracias. —¿Por qué? —Por hacerme papilla el cerebro. Fue muy divertido. ¿Podemos hacerlo de nuevo? —Cuando quieras. —La besó en la frente—. Dulces sueños.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

Muy elegante, McKay. Follar a Georgia en las escaleras. ¿Ese fue tu gran juego sexual “espera, nena, va a ser fenomenal”? ¿Qué demonios había estado pensando? ¿Ni siquiera se tomó el tiempo para que alguno de ellos se desnudara? Sólo la inclinó sobre... Y se encontró en el cielo. Georgia Hotchkiss era tan apasionada y caliente como había imaginado. Esos pequeños gemidos que hacía. La forma en que se había entregado a él sin dudarlo. Si no lo hubiese obligado a replantearse por qué se estaba conteniendo con ella, no habría conocido el húmedo apretón de su coño alrededor de su pene. Se había corrido con tanta fuerza que se había aferrado al cuerpo de Georgia debajo del suyo, o podría haberse desmayado. La mujer se había corrido dos veces. La había hecho correrse dos veces. ¿Y lo jodidamente sexy que había estado cuando clavó las uñas en su antebrazo para evitar que esa mano cambiara de lugar? ¿O cuando se arqueaba contra él? Empujándose a sí misma más profundamente sincronizada con sus rápidas embestidas. Queriendo más, deseando todo lo que él le daba. Esas remembranzas sexuales no están ayudándote a enfocarse. Bien. Se suponía que debía estar listo para el rodeo. Tell se puso el chaleco y el pase de juez, y salió en dirección a las zonas de las caballerizas para inspeccionar los Roughstock14. Raramente tenía que juzgar a algún animal descalificándolo para la competencia, pero la salud y el bienestar de los animales eran de primera prioridad para todos los involucrados. Tell nunca se había cruzado con un contratista de ganado que pusiera algo -dinero, o una oportunidad de ser escogido por la NFR15 - por delante del bienestar de su ganado. 14

Existen dos tipos de competición en el Rodeo profesional: Roughstock y Timed (eventos sincronizados) Los Roughstock consisten en Bareback (Montar sin silla), Con silla de montar y Monta de toros. Los eventos sincronizados consisten en Steer Wrestling (los vaqueros se lanzan del caballo para hacer caer el toro), Enlazar, Atar abajo, Atar el toro y Carreras de Barril. 15 National Finals Rodeo: Finales Nacionales de Rodeo, organizado por la Asociación de Vaqueros de Rodeo Profesional (PRCA), es el evento de rodeo del campeonato de primera clase en los Estados Unidos. Es un evento de 10 días, comúnmente llamado simplemente las Finales Nacionales o NFR, que también se refiere a veces como la Serie Mundial de Rodeo y el Súper Bowl de Rodeo.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Los alrededores del circuito en Buffalo era una mezcla de estilo antiguo y moderno. Las tribunas consistían en poco más que bancos de madera con una cubierta de metal. Los asientos para espectadores que rodeaban la arena estaban reservados para los patrocinadores y aficionados que se sentían dispuestos a pagar un precio más alto para sentir la tierra salpicándoles en la cara. En este rodeo en particular, todos los eventos de Roughstock y Timed se originaban en el mismo extremo del circuito. En algunos lugares, las rampas de Roughstock estaban en un extremo y los eventos sincronizados se ubicaban en el extremo opuesto. Tell había trabajado en el rodeo de Buffalo antes, así que sabía que transcurría sin problemas. Por lo menos estaba bajo la otra empresa promotora de rodeos. Sería interesante ver si cambiaba algo al ser promovidos por la empresa en la que trabajaba Georgia. Después de los fuegos artificiales y la pompa de la ceremonia de apertura, incluyendo las apariciones de las Señoritas Rodeo de Wyoming, Montana, Dakota del Sur, Dakota del Norte y Colorado, un saludo a los veteranos, y el himno nacional, el público ya estaba acelerado y listo para el rodeo. Tell golpeó el suelo con su portapapeles y tomó su lugar como segundo juez. Las únicas veces que prestaba atención a la gente era si los jueces eran abucheados por lo que el público creía era una mala puntuación. Sucedía al menos una vez durante cada evento. Nunca lo tomaba como algo personal. La lista era bastante grande para un rodeo pequeño. A los jinetes con silla de montar les fue mejor que a los jinetes sin ellas, en cuanto a hacer esa marca de ochos segundos. Como segundo juez, Tell no estaba obligado a estar a caballo para los acontecimientos sincronizados. Ya que era un evento de dos días, no se permitían billeteras y hebillas, por lo que las festividades terminaban temprano. El otro juez invitó a Tell a pasar el rato en el bar local. No aceptó esa oportunidad como hacía usualmente… porque estaba esperando una ocasión para acercarse a Georgia. Esperó hasta que la multitud se desconcentró antes de dirigirse a la oficina de negocios. Y aun así fue detenido media docena de veces por personas que conocía. Recordó lo nervioso que había estado la primera vez que había juzgado un evento. Cómo se había preocupado de que fuera similar a la secundaria. Donde el chico del año superior se burlaba de él por ser carne fresca y que todas las preguntas estuvieran relacionadas con su primo jinete, Chase McKay, quien parecía hacerse más famoso cada año. Pero ahora hasta ese hombre salvaje había sido domesticado. 120

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Hablando de salvaje... allí estaba ella. La cosita caliente a quién quería volver salvaje toda la maldita noche. Su ropa era una mezcla entre profesional y práctica. Ningún trajecito serio de negocios, ninguna prenda cubierta de lentejuelas al estilo reina del rodeo, tampoco. Su vestido de jean se ceñía a su cuerpo lo suficiente como para ser sexy, pero modestamente corto. Estaba como para comérsela. Después que el grupo se separó, Georgia empezó a recoger los papeles. No lo había visto todavía, y eso que eran los únicos en la habitación. Cuando por fin levantó la vista, él la atrajo contra su pecho y la besó. Y siguió besándola, hundiéndose en esa dulce boca. Absorbiendo esa fervorosa respuesta como oxígeno. Se moría por tocarla, pero mantuvo las manos fijas en la parte baja de su espalda, a sabiendas de que una vez le pusiera las manos encima, no sería capaz de parar. Georgia separó la boca, echándose hacia atrás para mirarlo. —Bueno. Si no es Tell McKay. ¿Ningún Hola, cómo estás? ¿Ningún Lamento no haber llamado? ¿Sencillamente vienes hasta aquí y me das un beso de la hostia como primera cosa? —Sí. ¿Eso es un problema para ti? Ella sonrió. —No. En. Absoluto. —Bien. —Tell le acunó el rostro entre las manos—. Debería mencionar que estás completamente deslumbrante con ese vestide. Pero preferiría lo que llevabas puesto la última vez que te vi. —Estaba desnuda... Oh, ja, ja. Qué gracioso. Él desparramó pequeños besos por sus labios. —Tan caliente como estuvo lo que pasó anoche entre nosotros, tengo la intención de frenar las cosas un poco esta noche. ¿Así que vendrás a mi habitación del hotel en este momento y me dejarás mostrártela? —O podríamos ir a mi hotel. Tiene una cama king-size. 121

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Mejor aún. —Tell le acomodó un mechón de pelo detrás de su oreja—. ¿Tienes otra cosa que hacer por aquí? —Estoy libre. Alguien se ocupará de cerrar las puertas. Una extraña expresión cruzó su rostro cuando él le tomó la mano. —¿Hay algún problema con tu trabajo si la gente nos ve juntos? —No. Estoy... sorprendida de que no mantengas esto en secreto. Quiero decir, que estemos juntos en Sundance es una cosa. ¿Pero aquí? —¿Por qué iba a ser diferente aquí? La mirada de Georgia se posó en su pecho. —Porque tienes una reputación como jugador, Tell. Corre el rumor de que muchas conejitas te esperan después de un evento tanto como a los jinetes. Tell le agarró la barbilla, mirándola a los ojos. —Estamos juntos, aquí, allá y en todas partes. No voy a negar mi reputación, pero déjame puntualizar que no ando follando por ahí. Eres la única mujer con la que estoy. Como Georgia todavía no parecía muy convencida, la levantó y la dejó caer sobre la mesa de conferencias. Se abrió lugar entre sus muslos y se cernió sobre ella, obligándola a apoyar las manos sobre la mesa detrás de sí. —¿Quieres que te lo demuestre en este momento? —Eso no es necesario… —Oh, cariño, yo sin duda creo que lo es. —Le dio un suave beso en el hueco de la garganta—. Mueve la cabeza hacia un lado. Georgia arqueó el cuello. Acarició con la nariz esa cálida curva de carne, liberando un provocador aliento antes de usar la boca para besar y chupar. Arrastró los labios sobre los lisos músculos de su garganta. Inhalando su fragancia y absorbiendo las vibraciones que manaban de su cuerpo al reaccionar a su toque. Cuando ella comenzó a apretar sus muslos, le susurró: —¿Crees que estaría avergonzado y me alejaría de ti si alguien nos sorprendiera? —No. 122

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Si no te hubiera follado tan rápido y duro la primera vez, te follaría duro y rápido ahora mismo encima de esta mesa. Entonces las manos de Georgia estuvieron sobre su pecho, empujándolo hacia atrás. —Salgamos de aquí antes de que la tentación sea demasiado para resistir. Jodidamente caliente. —¿Puedes dejar el coche aquí? —Supongo. Pero realmente odiaría estar sin un vehículo. Tell ayudó a Georgia a ponerse de pie. —Te mantendré demasiado malditamente ocupada como para que se te cruce la idea de querer salir. ¿Y no puso eso una mirada hambrienta en sus ojos? —Yo conduciré. Dime adónde vamos. Por mucho que quería correr con su camioneta, no lo hizo. Por mucho que quería tomar a Georgia entre sus brazos y cargarla, besando esa tentadora boca suya durante todo el camino, tampoco lo hizo. Se palmeó la espalda a sí mismo debido a su control. ¿Pero tan pronto como llegaran a su destino? Sabía que su control sería inexistente. —Me estoy quedando en el Holiday Inn, —le indicó Georgia. Entonces recordó que había dejado su bolsa de viaje en su habitación de hotel. —Tenemos que pasar por mi motel primero. —¿Por qué? —Ahí tengo los condones. —Oh. —Ella sonrió socarronamente. —¿Qué? —Estoy bastante segura de que no vamos a ver aquella gran cama en el Holiday Inn esta noche. —Le levantó la mano y frotó el dorso de los nudillos de Tell sobre su escote—. Pero a esta altura, cualquier cama estará bien. 123

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Malditamente cierto. —Conduce más rápido. Pisó el acelerador.

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CAPÍTULO 10

Probablemente no era la primera vez que los neumáticos de una camioneta chirriaban al detenerse en el Hotel Sage y Spurs. Tell tenía el antiguo llavero en la mano cuando bordeó el extremo posterior de su camioneta. Cuando fue a ayudar a Georgia, la mujer se abalanzó sobre él y cerró los brazos alrededor de su cuello. Tell apretó las manos en su culo y medio la cargó hacia la puerta. La soltó solo el tiempo suficiente para lograr posicionar la llave. Pero con la forma en que sus manos estaban arañando su pecho, vaciló con la llave dos veces antes de que encajara en la cerradura. Tan pronto como estuvieron en la habitación, antes de que hubiera encendido una luz, Georgia estuvo sobre él. Su boca atacándole la garganta mientras comenzaba a desabotonarle la camisa. Su pelvis frotándose contra la suya. Haciendo esos sexys gemidos. Puso las manos sobre las de ella, deteniendo los movimientos frenéticos. —Georgia. Espera un momento. —Se quitó el sombrero, se estiró y golpeó el interruptor de la luz. Era una habitación bastante vulgar. Quizás mantener las luces apagadas no habría sido tan mala idea. Pero luego miró a la hermosa mujer parada frente a él. Su respiración arrítmica. Sus labios tan llenos y rosados. El rubor de excitación en sus mejillas, esos magnéticos ojos completamente enfocados en él. —Mírate. Dios. Eres increíble. —Trazó la prominente línea de su mandíbula con el dorso de los dedos—. Quítate la ropa. Esa barbilla terca se levantó. —No me desnudaré yo sola otra vez. —Me parece justo. Entonces te desnudo yo. —Tiró del vestido de jeans por encima de su cabeza. Le desabrochó el sujetador. Metió los dedos en los lados de sus bragas y tiró de ellas hasta los tobillos. 125

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia trató de dar un paso atrás, pero enredada en su ropa interior, cayó de culo sobre la cama. Tell se puso de rodillas frente a ella. Mantuvo sus caricias suaves, queriendo tomarse horas para tocar y probar cada centímetro de su piel desnuda. La explosiva pasión no iba a desaparecer por lo cual bien podría mantener las cosas a fuego lento mientras la saboreaba. Pero Georgia parecía un poco avergonzada estando desnuda. No se lo permitiría. Se empujó suavemente en el hueco de sus muslos y le ordenó, —Déjame verte. Toda. —Oyó una rápida inhalación de aire y entonces la mujer deslizó el trasero hasta el final de la cama. —Mírame a los ojos. Observa cuan malditamente excotadp estoy por tu cuerpo. — Sonrió—. Y nena, si eso no te convence… Mira la entrepierna de mis pantalones. Eso provocó su dulce sonrisa de medio lado. Presionó un beso debajo de su ombligo. Luego más abajo. Un poco más. Depositando un beso más largo en la pequeña franja de rizos negros que señalaban el camino a su destino final. Cuando su lengua siguió ese camino de seda, ella gimió. La miró con la boca a centímetros de su sexo. Entonces empujó la lengua profundamente dentro de su resbaladizo núcleo. Tan dulce. Tan mojado. Dios, quería chupar, lamer y hacer que se corriera por lo menos cinco veces antes de alejarse de ese paraíso. Su intención de explorar sin prisa cada delicado pliegue rosado, manteniéndola en el límite hasta que le rogara que la hiciera correrse… se desvaneció. Tell utilizó los pulgares para apartar los labios vaginales, colocó la boca sobre la piel que ocultaba su clítoris, y empezó a chupar. El cuerpo de Georgia se estremeció. Un ahogado gemido se le escapó y entonces se arqueó, empujando la pelvis hacia adelante. Amaba esta parte del sexo. Perderse a sí mismo con este primer gustillo de ella. Oírla gemir más fuerte cuando ligeramente serpenteó la lengua sobre esa pequeña perla hinchada. 126

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ella enredó los dedos en su pelo mientras él continuaba su asalto implacable. Todo el tiempo murmurando, —Sí, sí, sí... —Entonces su cuerpo se puso rígido y gritó. El sexo de Georgia pulsaba debajo de sus labios y en contra de su lengua. Tell permaneció allí, su ávida boca manteniendo el ritmo hasta que los espasmos terminaron. Esparció besos en los pliegues de sus muslos, deteniéndose para hundir la lengua en esa dulce miel otra vez. Ella rodó sobre el colchón con su cuerpo laxo. Lo cual era la única cosa laxa por aquí. Cuando se desabrochó el cinturón, ella reunió fuerzas y se incorporó. No dijo nada, sólo observaba debajo de esos párpados pesados mientras él se quitaba las botas, los vaqueros, los bóxers y los calcetines. Cuando su mano tiró de los botones restantes de su camisa, Georgia sacudió la cabeza. —Permíteme. —Adelante. Ella todavía tenía sus zapatos, así que cuando bajó de la cama, la parte superior de su cabeza le rozó la parte baja de la mandíbula. —Estuve deseando poner mis manos sobre ti desde el domingo en que jugamos baloncesto. Anoche estábamos demasiado... Tell tocó su mejilla. —¿Debería disculparme? —Dios no. Fue fantástico. En un momento estábamos discutiendo y al siguiente estabas desnudándome y follándome. —Tiró del siguiente botón—. Tenías esa mirada de lujuria animal y me... Él le inmovilizó la mano. —¿Qué?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Me gustó que no me trataras como a una muñequita frágil. Me deseabas y me tomaste. Ese tipo de intensidad es poderosa, Tell. Especialmente dado que es nueva para mí. —Sus mejillas se enrojecieron—. No he estado con muchos chicos. Y siempre fue un sexo bastante básico. —Se encontró con su mirada. —Pero desde la primera vez que me besaste en la Bota de Oro, supe que sería diferente contigo. Tell gruñó. —¿Y entonces, qué hice? Me convertí en la clase de hombre que no querías. Con aquellas citas anteriores esperando para desnudarte y volverte loca. —No tienes que leer el Kama Sutra para impresionarme, pero no quiero que te contengas. —Se centró en soltar sus botones y sacarle la camisa. Ahora que él no tendría que preocuparse por contenerse con ella... ¿no acababa eso de abrir la bóveda de todas sus fantasías más pervertidas? Georgia pasó las manos sobre su pecho. Rastreando las crestas de sus pectorales. Siguiendo el borde de las costillas hasta la parte baja de su abdomen. Entonces trabó la mirada con la suya mientras envolvía la mano alrededor de su polla, cepillando delicadamente el dedo pulgar sobre el punto debajo de la cabeza. Tanto como Tell quería ver esos labios calientes rodeándole el pene, podía esperar. —Qué forma de ir más despacio. Tal vez debí haber seguido con mi primer instinto y follarte contra la puerta tan pronto como entramos. —Se inclinó para alinear la boca con su pezón derecho. Lamiendo la punta endurecida con apenas la puntita de su lengua—. A la cama. Ahora. Georgia colocó un suave beso en su esternón y se deslizó en la cama. Tell abrió un condón, lo hizo rodar sobre su miembro y se arrastró a través del colchón. Ella separó los muslos, manteniendo los brazos por encima de su cabeza, haciendo que su cuerpo se vea como una larga serie de curvas que él no podía esperar para explorar. Descendiendo sobre ella, pelvis contra pelvis, encajó la polla en su centro, deslizándose dentro de ese apretado calor. Entonces deslizó las palmas subiendo por sus brazos hasta que llegó a sus muñecas. Entrelazando los dedos con los suyos, empezó a moverse. La mirada de Georgia nunca se apartó de la suya. Durante larguísimos y sensuales empujes, permanecieron con esa silenciosa conexión de cuerpos tocándose de pies a manos, piel con piel. 128

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Eres tan hermosa, Georgia. —La besó. Vorazmente, frenéticamente, incluso mientras mantenía el mismo ritmo constante. Su polla deteniéndose frente a su entrada en cada cuarto empuje antes de dar una estocada, martillando dentro de ella hasta la raíz. Retirándose lentamente. Prolongando ese placer el mayor tiempo posible. Sus bocas separándose sólo el tiempo necesario para tomar más oxígeno. Los dedos de Georgia se apretaban y abrían mientras su cuerpo se esforzaba por mantener el ritmo. Tell quería sentir ese mismo movimiento de constricción en su coño rodeándole la polla. Besó un camino hacia el punto sensible debajo de su cuello. Entonces se estrelló contra ella rápido y duro en cada golpe hasta que hacerla arquearse contra él violentamente. Su sexy gemido le quemó la oreja mientras su coño se cerraba sobre su polla. El agarre de Georgia sobre sus manos era casi doloroso mientras montaba la cresta de su orgasmo. Las fuertes pulsaciones y el ritmo moliente eran tan perfectos que su propia liberación lo tomó desprevenido. Se corrió duro y rápido. Encandilándolo. Haciéndole perder la cabeza. Cayendo en un abismo. Entonces nada más que el ruido sordo de la disminución de los latidos de su corazón llenó sus oídos. El mordisco de Georgia en su mandíbula lo trajo de vuelta a la realidad. Se echó hacia atrás y miró la cara de una mujer satisfecha. A pesar del calambre en su culo, y en sus brazos, quería quedarse aquí con ella, exactamente así… empapado en sudor, pegajoso y saciado. En lo posible, eternamente. Su pene estaba totalmente duro y sus calambres desaparecieron. Rodó las caderas y ella jadeó. —Otra vez, —le susurró, y se perdió en ella, una parte de él temeroso de nunca encontrar su camino de regreso, la otra parte agradecida por haberla encontrado.

¿Tell McKay no era tan tierno como un gatito? Después de haberle enardecido el cuerpo -dos veces- ella había esperado un dulce beso y que él se fuera. 129

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Pero luego de desechar el condón, había regresado a la cama, acurrucando el cuerpo contra el suyo, arrastrando las ásperas puntas de los dedos subiendo y bajando por su espalda mientras su cabeza descansaba sobre el pecho del hombre. Sería celestial, si no estuviera perdiendo la cabeza. Georgia no podía recordar la última vez que había sido abrazada con tanta ternura después de un sexo espectacular. Tal vez nunca. ¿No era eso triste? Deck después de follarla cogía el mando a distancia. El resto de los amantes que la habían follado, buscaron sus pantalones al instante. Por lo que no tenía mucha experiencia en esta materia... yacer con alguien en el momento posterior al sexo. ¿No sería esa una confesión impresionante? Curioso, Tell. No estoy acostumbrada a esta rutina de arrumacos porque mis amantes anteriores no podían esperar para alejarse como el infierno de mí. Tal vez decepcionados por mis habilidades en el dormitorio, o tal vez porque mi cara durante el orgasmo es jodidamente espantosa… ¿pero arrumacos después del sexo? Nop. No estoy familiarizada con eso. Así que perdona si yo… —¿Qué pasa? Te has puesto tensa. Soy una perdedora y una amante terrible, y me siento demasiado mortificada como para decírtelo, aunque probablemente ya lo descubriste. —Nada. Tell puso los dedos debajo de su barbilla, levantándole el rostro. —No te quedes en silencio conmigo ahora, labios calientes. ¿Qué está pasando por esa hermosa cabecita tuya? —Estuviste increíble. Él sacudió la cabeza, colocando un suave beso en sus labios. —Ajá. Estuvimos increíbles. Juntos. Hay dos personas en esta cama, Georgia. 130

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Lo sé. Créeme, lo sé. Yo nunca... —Frotó las puntas de los dedos sobre el rastrojo de barba que había brotado en la línea de su mandíbula—. Eres absolutamente abrumador. Una pequeña arruga apareció entre sus cejas. —¿No quieres decir arrogante? —No. Yo... Supuestamente siempre estuve a cargo de mis propias necesidades sexuales y de mi sexualidad, no tengo mucha experiencia con hombres como tú. —Hombres como yo, —repitió—. ¿Qué significa eso? Georgia parpadeó, insegura del nivel de honestidad que debería usar. Especialmente cuando él estaba desnudo y ella estaba mirando un rostro que podría hacer que los ángeles cantaran. Sí, decir cosas de chicas como esa hará que él te tome en serio… no. —¿Georgia? —Hombres como tú que tienen el control. Experiencia. —Suenas un poco cabreada por eso, —dijo escuetamente. —De ningún modo. Lo que estoy diciendo no tiene ningún sentido. Sólo olvídalo. —Nop. Respira ondo y tómate el tiempo de ordenar tus pensamientos, porque no voy a ir a ninguna parte. No quería arruinar esto. —Actué como una gata en celo alrededor de ti la semana pasada porque pensé que podría hacerte ver que no soy la santurrona que solía ser. Ahora me preocupa que estés decepcionado de que no fuera una tigresa en la cama. Y de no haber estado a la altura de todas las fantasías que supuestamente has tenido conmigo. —Jesús. Detente. Eres el sexo viviente. —Con el dorso de sus nudillos le delineó el rostro—. Quiero a la Georgia que eres ahora. No a la chica que se sentaba frente a mí en la clase de historia. Aliviada, ella soltó un suspiro. —Eh. Ella no era tan genial de todos modos. Un poco mojigata, he oído. Él se echó a reír. 131

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia trazó una cicatriz atravesando su caja toráxica. —Esto ha sido increíble. —¿Pero? —Odio traer esto a colación ahora, pero ¿cuándo piensas llevarme a buscar mi coche? —¿Pensé que te quedarías aquí esta noche? —Cuando me estabas seduciendo hubiera dicho cualquier cosa para terminar desnuda contigo. —Besó las líneas de expresión de su boca—. Me encantó cada segundo de ello. Pero tengo que trabajar por la mañana. —Puedo llevarte de regreso al recinto de rodeo como primera cosa. —Tell. Esa no es la mejor opción. —¿Por qué no? —Sus labios se aplanaron—. ¿Seguro que no te da vergüenza que te vean conmigo? —¿Puedes escucharme sin ponerte a la defensiva y paranoico? —Bien. Georgia sonrió ante su tono brusco. —No me importa quién se entere que estamos juntos. Lo que me preocupa es la vergüenza mañana por la mañana pasando delante de la gente del comité de rodeo, si aparezco con la misma ropa y con un pelo de recién follada. El entendimiento brilló en sus ojos. —Maldita sea. No había pensado en eso. —Entonces sus labios se arquearon—. Pelo de recién follada, ¿eh? —Por la forma en que siempre juegas con mi pelo. Estoy segura de que me veo como si me acabara de levantar de la cama después de un revolcón salvaje. —Luce bien en ti. —Enrolló un mechón de pelo alrededor de su dedo. —¿Entonces no estás enojado? —Nop. Pero espero que te quedes conmigo mañana por la noche.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Por supuesto que lo haría. —El sexo en un hotel es muy caliente. —Tú eres muy caliente, —le replicó con un gruñido sexy—. De hecho, vamos a revolcarnos en las sábanas una vez más antes de llevar tu sexy culo de regreso a tu coche. —La giró de espaldas y rodó encima de ella. Su vientre retumbó como un vagón vacío. La miró estrechando los ojos. —¿Por qué no me dijiste que tenías hambre? —La única hambre que me importaba saciar era la que veía en tus ojos. —Ahora, ¿quién es el que está diciendo palabras dulces? Todavía estoy hambriento de ti, dulzura. —La besó tres veces, cada beso demorándose un poco más que el anterior—. Pero no vas a ser capaz de mantenerte al día con mis apetitos si no te alimento. Georgia terminó de vestirse y observó a Tell ponerse la camisa y abrocharse la hebilla de su cinturón. Algo sobre vestirse después de experimentar un calor tan explosivo juntos, la hacía muy consciente de su estado desgreñado. Se alisó el pelo y tiró de su vestido acomodándolo en su lugar. Luego Tell estuvo frente a su rostro, dándole un beso más suave mientras sus dedos sostenían firmemente su barbilla. —Cada vez que vea esa mirada avergonzada, voy a besar tu bonito rostro. No me importa dónde, ni cuándo, ¿entendido? Estaba en su faceta de tipo juguetón y divertido. Se preguntó cuántas mujeres conocerían este lado de él. En lugar de especular, se lo preguntó, —¿Siempre eres tan intenso después del sexo? El calor de sus ojos no se disipó. Lentamente sacudió la cabeza. —Aparentemente, sólo contigo. Oh, Dios.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Se dirigieron a una parada de camiones en las afueras de la ciudad. Tell ordenó un bistec con huevos mientras que Georgia escogió tortitas de arándanos. —Tenemos suerte de que este lugar esté abierto las veinticuatro horas. Él tomó su mano y frotó los labios sobre sus nudillos. —Me gustaría mantenerte atada a mi cama durante veinticuatro horas. Ella se sonrojó, pero le sostuvo la mirada. —Esa idea no te hizo salir corriendo a los gritos. —¿Se supone que debería hacerlo? Porque la idea de que me muestres todos tus trucos sexuales y me hagas correr múltiples veces suena como una manera impresionante para pasar un día. Él se echó a reír. —Me sorprendes constantemente. —Esa soy yo. Señorita Impredecible, —dijo con un dejo de sarcasmo. —¿No te sientes de esa manera? —Sólo contigo. Otro beso en sus nudillos. —Entonces deberías estar cerca de mí todo el tiempo. —Frunció el ceño y sacó el teléfono del bolsillo—. Espera, tengo que atender esto. ¿Dalton? ¿Por qué estás llamándome tan tarde? Ajá. No. Eso está bien, pero es una mierda. Sí, sí, sí. Saldré después del evento mañana en la noche. Pero sólo recuerda que no puedes hacer esto el próximo fin de semana. Estaré fuera el sábado. Nah. Puedo el domingo pero será tarde. Bien. Conduce con cuidado. —Se rió—. Jódete si crees que voy a decírtelo, pervertido. — Tell colgó y miró a Georgia—. Lo siento. Dalton está yendo a Colorado en la mañana y no volverá hasta el lunes. Lo que significa que tengo que regresar mañana por la noche después del rodeo para poder ocuparme de las tareas del domingo por la mañana. Georgia lanzó un suspiro. —Tengo que estar aquí el domingo por la mañana para arreglar todo. Eso en cuanto a pasar mañana a la noche juntos.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Ven a mi casa el domingo, cuando hayas terminado. Permaneció en silencio demasiado tiempo antes de decir, —Está bien. Los ojos de Tell estaban fijos en ella. —¿Ocurre algo? —Nada malo. Sólo quiero quedarme tranquila de que los dos estamos de acuerdo en mantener esto casual. Solo pasamos el rato hasta el reencuentro. —¿Es importante para ti, mantener las cosas casuales? Ella asintió con la cabeza. —Por supuesto. —Tell jugueteó con el sorbete de su vaso con agua—. Estuve pensando. ¿Algunos de estos rodeos no son poca cosa para una empresa de relaciones públicas de Dallas? —Una de las estipulaciones cuando tomamos la empresa fue que cumpliéramos con los contratos de todos los eventos, sin importar el tamaño. —¿Tuviste problemas con otros contratos? —Unos pocos. Sobre todo porque el comité no quería trabajar con una empresa fuera del estado. Después del quinto contrato cancelado, mi jefe decidió enviar a alguien a Wyoming como prueba de que estábamos invirtiendo en la comunidad local. Significado de local: dentro de las 400 millas, —le respondió secamente. —¿Te ofreciste como voluntaria? —Me ofrecí. La miró detenidamente. —No pareces muy feliz por eso. Ella lo evadió. —De ninguna manera quiero pensar en el trabajo cuando tengo un precioso pedazo de hombre sentado frente a mí, —susurró—. ¿No podemos hablar de otra cosa?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Está bien. Hablemos de ti. ¿Cuál es el lugar más excitante en que has estado en los últimos diez años? —Fui a Cozumel por una semana. Una mirada depravada se instaló en su rostro. —Ahora voy a tener imágenes tuyas en bikini, bebiendo bebidas frutales de chicas en la playa. Me gustaría haber estado allí para frotar aceite bronceador en toda tu piel caliente. —Entonces la sospecha entró en sus ojos—. ¿Con quién fuiste? —Mi mamá. Fue mi regalo de graduación de la universidad. No he estado en ningún sitio desde entonces. —Tomó un sorbo de agua—. ¿Qué hay de ti? —Pasé el verano en el sur. Un amigo que conocí en el circuito me arrastró a un pantano de Louisiana y una playa en Pensacola. Fuimos a algún lugar en Mississippi, donde la pronunciación de la gente era tan pastosa como la melaza y no podía entender nada. Supongo que así es como terminé comiendo comadrejas y tortugas. Georgia se echó a reír. —¿Y fueron platillos sabrosos? —No sabía lo que era en ese momento. —¿Alguna vez te sentiste tentado de quedarte allí? Tell negó con la cabeza. —Me cansé de la humedad, los insectos, el ritmo más lento. También me di cuenta de que no tenía lo que se necesita para convertirse en un jinete de campeonato. —¿Y qué es lo que se necesita? —Dinero, principalmente. Es caro seguir compitiendo si no estás ganando. Infierno, es caro, incluso si estás ganando. —No sé cómo lo hacen estos vaqueros de rodeo. Se van por lo menos un par de veces a la semana durante el verano. —No es diferente de ti que vas de aquí para allá para hacer tu trabajo. —Yo soy del tipo de empleadas que se queda en la oficina para apagar incendios. Nada de codearme con el jet-set para mí. 136

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Tell la estudió. —¿Cuando no estás trabajando, qué haces para divertirte? —Soy feliz de estar en casa los fines de semana. Vivo a cuarenta y cinco minutos de donde trabajo y el tráfico es horrible durante la semana. A veces en el verano me dirijo a ese pequeño lago que tiene excelentes senderos para caminar. Llevo el almuerzo y me quedo sin hacer nada todo el día. —¿Sola? —Sí. ¿Por qué? ¿Suena patético? Le tomó la mano y besó la parte interior de su muñeca. —No. Suena un poco solitario, dulzura. Así que me alegro de que no tengas que volver a eso. Georgia se sintió culpable por dejarlo creer que iba a radicarse allí. —Tus horas fuera del rancho están llenas de ocupaciones. ¿Qué otras cosas haces además de jugar en una liga de dardos, ser el mentor de un equipo de rodeo, oficiar de juez en los eventos de rodeo, y encantar y llevarte a la cama a todas las mujeres del condado? —Solo estoy interesado en encantar y llevarme a la cama a una sola mujer. —¿La conozco? —Preguntó ella inocentemente. —Íntimamente. Y si no estuviéramos esperando por un poco de comida, te arrastraría a mi camioneta en este momento para representártelo. —Levantó una ceja—. ¿Por qué estás sentada tan lejos de mí? Georgia se puso de pie y se deslizó en la cabina junto a él, secretamente emocionada de que siempre la quisiera cerca suyo, y no sólo en la cama. —Mucho mejor. Entonces cuando vengas mañana, tendré un par de cosas divertidas que podemos hacer. Ya que no te gustan las sorpresas, te voy a dar una pista. Comienza con Z. —Una visita al zoológico. Él puso los ojos en blanco.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Eso sería un asco. Inténtalo de nuevo. —Me llevarás a dar un paseo a Zamboni. —En Wyoming. En junio. Nop. —Vamos a tener unos cuantos z’s16 después de que me ates a la cama durante veinticuatro horas, —ronroneó. —Esa es una idea, pero no. Último intento. Ella empezó a darse golpecitos en la barbilla. —¿Tiene algo que ver con una cremallera17? Tell sonrió. —Parcialmente. Te llevaré a dar un paseo en una tirolina18 que construí. —Tirolina. seguridad?

¿Cómo

una

tirolina

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—Eso mismo. —De ninguna manera. —Va a ser divertido. No tiene riesgos. Lo prometo. Sus dedos arrugaron el mantel de papel con dibujos sobre la historia de Wyoming. —Lo siento, pero eso no es lo mío. Tell le volvió la cara hacia la de él. —No produce miedo ni es empinada. La construí para Landon. Pruébala una vez. Por favor. ¿Cómo podría resistirse a esos malditos hoyuelos? —Está bien. Pero si termino con un golpe en el culo… —Entonces te besaré el culo hasta que te sientas mejor. Dormir. Zipper en inglés. 18 Tirolina, dosel o canopi (en algunas partes de Latinoamérica, cable). Zip line en inglés. 16 17

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

CAPÍTULO 11

El teléfono de Tell sonó a medianoche del domingo. Nada bueno. En el identificador de llamadas, leyó Brandt. —¿Brandt? ¿Qué pasa? —Jesús, Tell, Jessie está con trabajo de parto. —Eso es bueno, ¿verdad? —¡No! ¡Le faltan dos semanas! —¿Está bien Jess? ¿No está teniendo complicaciones? —Ella sólo... tiene tanto maldito dolor que ni siquiera puede hablar. Tell apoyó los pies en el suelo. —¿Dónde estás? —En mi camioneta camino al hospital. Un gemido femenino resonó a través del teléfono. —¿No puedes hacer que esta maldita cosa vaya más rápido, Brandt? Estás conduciendo a treinta millas por debajo del límite de velocidad. —Solo conduzco con seguridad, nena. Tengo una preciosa carga a bordo. —¿Brandt? —Preguntó Tell. —Vas a tener que hacer las tareas solo, al menos durante la mañana. —Estoy seguro de que puedo manejarlo. Tienes que estar centrado en Jessie. —Vamos, Jessie, bebé, respira. Otro gemido, seguido de,

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¡Es jodidamente doloroso respirar! —Mierda, hermano, tengo que cortar. —Mantente en contacto, —le dijo al tono de llamada. El caliente y desnudo cuerpo de Georgia se presionó contra su espalda y la barbilla descansó sobre su hombro. —¿Escuché que Jessie está con trabajo de parto? —Sí. Y Brandt no parece estar manejándolo mejor de lo que manejó su embarazo. Están de camino al hospital. —¿No sería gracioso si sedaran a tu hermano en lugar de a la mujer embarazada? Tell se rió en voz baja. —Volvamos a la cama. Faltan unas horas para que tengamos que comenzar con las tareas. Se volvió y la miró. —¿Tengamos? —Sí, tengamos. Dijiste que Dalton no está este fin de semana y sé que es mucho trabajo para un vaquero –incluso para un vaquero McKay- así que te ayudaré. —Lo besó en el hombro—. No soy una chica de ciudad. —Ya sé eso. —¿Sabías también que tengo un dolor en mi nalga derecha? De cuando me caí de la tirolesa. Él sonrió. —No te caíste. Tus brazos cedieron y te tiraste porque te subiste a la maldita cosa como veinte veces. —¡Pero fue muy divertido! —¿Ves? Te lo dije. —No seas engreído. Ahora vuelve bajo estas sábanas y bésame el trasero.

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Tell estuvo comprobando su teléfono toda la mañana, pero no había tenido ninguna noticia de Brandt y estaba empezando a preocuparse. Georgia fue una gran ayuda con las tareas domésticas. Ella había llevado todo el papeleo para los próximos rodeos y empezó a hacer arreglos para asignarlo como juez. Estaba contento porque trabajaría en catorce rodeos más este verano, aunque ninguno autorizado por la PRCA, y no todos ellos eran eventos en los que ella estaba trabajando. Terminaron de comer tarde cuando su teléfono vibró. Lo sacó de su bolsillo. —Brandt. ¿Tienes una buena noticia? —Sip. Jess tuvo el bebé hace una hora. Su nombre es Tucker. El niño pesó tres kilos, seiscientos gramos. —¿Y mamá Jess? ¿Cómo está? —Es extraño escuchar llamarla mamá Jess. Pero ya se está ocupando del pequeño hombrecito como si hubiera estado aquí desde siempre... —Brandt se aclaró la garganta—. Estuvo con trabajo de parto durante cinco horas antes de decírmelo, por lo que fueron dieciocho en total, en lugar de sólo las trece horas en el hospital. Está durmiendo. Las enfermeras entraron y se llevaron a Tucker para hacerle algunas pruebas o algo así hace unos cinco minutos. —¿Si Jess está durmiendo, no se supone que debes ir con Tucker donde quiera que lo lleven? Silencio. —Mierda. Probablemente tienes razón. No sé cómo hacer nada de estas cosas. —No es diferente de cualquier otra cosa. Aprenderás sobre la marcha. —¿Quieres venir al hospital? —¿Cuándo? —Ah... ahora. —¿Crees que es una buena idea, dado que Jess está durmiendo? ¿A quién llamaste para difundir la buena noticia?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Qué quieres decir? Jesús. Brandt era realmente un desastre. —Eres la primera persona que llamé, hermano. Jess llamó a su mamá. —Exhaló un estallido frustrado de aire—. Será mejor que llame a mamá, ¿eh? —Y a Dalton. Y a Skylar. Si llamas a Keely, ella se asegurará de que toda la familia McKay lo sepa. —Buena idea. ¿Era gracioso o triste que ni mencionara llamar a su padre? —Ahora ve a localizar a tu hijo, Brandt. Así, cuando mamá Jess despierte, puedes contarle lo que sucedió con el pequeño granuja. Porque ella va a querer saberlo. —Gracias. Yo sólo... Te necesito aquí, ¿de acuerdo? ¿Alguna vez había escuchado una nota de pánico en la voz de su hermano mayor? —Tengo algunas cosas que terminar aquí primero, por lo que pasarán dos o tres horas antes de llegar. Georgia frotó el brazo de Tell después de que él se quedara parado allí durante unos largos segundos sin decir nada. —Parece que las felicitaciones son lo apropiado. —Sí. Estoy feliz de que Jessie no tuviera complicaciones. Pero hombre. Brandt sigue estando tenso como el infierno. —Entonces es una buena cosa que vayas con él. Tal vez lo calmará. Tell se inclinó para besarla. —¿Quieres venir conmigo? —le preguntó en un impulso. El dolor brilló en sus ojos. —No. La primera vez que veas a tu sobrino debe ser especial. Jessie tendrá un montón de visitantes y no necesito añadirle más estrés, especialmente dado que ella no me conoce. Pero yo quiero que te conozca. 142

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Uau. Eso vino de la nada. Normalmente mantenía a la mujer con quien compartía su cama lejos de la locura de la familia McKay, a fin de no darles ideas de que él iba en serio y alimentar sus deseos de convertirse en parte de su familia. —Además, tengo trabajo que hacer hoy. Alguien, —le dio un beso en la boca—, me estuvo distrayendo. No es que me queje. —Bien. Porque no pienso dejar de distraerte en ningún momento. Georgia lo miró con esa sonrisa afectada. —¿Me llamarás más tarde? —Claro. Estaré en la ciudad. ¿Quieres hacer algo? —¿Esa es tu manera de preguntar si quiero que me folles como un loco otra vez? La respuesta es sí. —Un último beso y salió por la puerta. Lo extraño era, que Tell no había estado hablando de sexo.

Mató una hora haciendo cosas en la casa que había estado posponiendo. Demorar no era normalmente su estilo, pero sospechaba que Jessie podría estar tan abrumada como Brandt. Después de comprobar el perro de Jessie y Brandt, se detuvo en la tienda de comestibles para conseguir unas flores. Escogerlas era una mierda, así que se dirigió a Spearfish. De alguna manera se las arregló para salir de Walmart con flores, un caballo de peluche, un DVD de Parenthood, una caja de bombones y una botella de licor. Se sintió como un idiota cargando todas esas cosas hasta el hospital. Cuando preguntó en el centro de información para visitantes el número de la habitación de Jessie, la mujer lo hizo esperar. Su corazón se aceleró. —¿Algo va mal? La mujer mayor sacudió la cabeza.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —El doc Monroe puso un límite a los visitantes durante las primeras veinticuatro horas. Los McKays podrían llenar toda el ala si se presentaran al mismo tiempo. Sonrió. —Eso es cierto. —Tienes el camino libre, Tell. Habitación uno-diecinueve. Cortó camino por el pasillo izquierdo… debido a varias lesiones a través de los años, había estado en este hospital muchas veces… y se detuvo frente a la puerta. Después de acomodar todo lo que llevaba en una sola mano, golpeó. Brandt se asomó por la puerta. Entonces la abrió de par en par. —Tell. Hombre. Me alegro de que estés aquí. ¿Qué te tomó tanto maldito tiempo? —Conseguir un par de cosas para celebrar la ocasión. Los ojos de Brandt se oscurecieron por la culpa cuando vio el ramo. Maldita sea. ¿Su hermano no había salido a comprarle flores a Jessie, todavía? Tonto del culo. Jess estaba sentada, un bulto envuelto en una manta estaba acurrucado contra su cuerpo. Parecía cansada, pero feliz. Ella le sonrió. —Hola, tío Tell. ¿Qué tienes allí? —Flores de parte de tu adorado esposo. Me pidió que las recogiera por él porque no podía soportar la idea de dejarlos. —Tell le entregó el ramo de margaritas amarillas, blancas y rosadas. Los labios de la mujer se estremecieron. Miró a Brandt. —Gracias. Las margaritas son mis favoritas. —Iré por un poco de agua. —Respondió Brandt. Entonces Tell sacó el pony de peluche. —Parece un caballo hippie, pero he escuchado que a los bebés les gustan las cosas brillantes. Y no creas que te he olvidado... —Sacudió la caja de un kilo de chocolates y el DVD para ella. Jess se echó a reír. 144

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 A continuación sacó la botella de la bolsa de papel. —Mi regalo para el orgulloso papá. Licor Koltiska hecho aquí en Wyoming. Supuse que mi hermano mayor y yo necesitábamos celebrar la llegada del residente más reciente de Wyoming. —Tal vez deberías darle un trago a Brandt ahora mismo, —dijo ella secamente—. Como sea. Ven a ver a nuestro hijo. —Jessie desprendió la manta que cubría la cara del bebé. Sus ojos estaban fuertemente cerrados. De hecho, todo su rostro estaba apretado y colorado… no es que Tell fuera a señalarlo. La cabeza del bebé estaba cubierta por un cabello oscuro. Jess murmuró algo acariciando la mejilla de Tucker. El bebé abrió los ojos. —Uau. Está mirándome. —En realidad está despierto más de lo que pensé que estaría. —Hola, amigo. Bienvenido a la familia. —Tell besó la frente de Jessie—. Bien hecho, mamá. Él es perfecto. Y tan pequeño. Ella soltó un bufido. —No se sentía pequeño cuando estaba tratando de empujar hacia fuera. Tell rió. —¿Quieres sostenerlo? —En un ratito. Parece feliz. No quiero molestarlo. Jessie frunció el ceño. —¿No has visto a Dalton, todavía? —Está en camino. Ahora que Tell está aquí para hacerte compañía, iré a hacer el papeleo. —Brandt cerró suavemente la puerta tras él. La mirada de Tell conectó con la de Jessie. —¿Está todo bien?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No. Brandt... Él... —Sacudió la cabeza—. Esto va a sonar estúpido, pero me parece que no le gusta Tucker. —¿Por qué dices eso? —Brandt fue genial durante el parto. Se quedó a mi lado y no se inmutó cuando, bueno... lo golpeé. —¿En serio? —Sí. Eso ni lo perturbó. Sólo me mantuvo centrada en pasar la siguiente contracción. Después que me trajeron a Tucker y nos quedamos sólo nosotros tres en la habitación, Brandt se quedó muy silencioso. Cuando por fin hice que sostuviera a su hijo, se limitó a mirar a Tucker como si le hubiera entregado un mapache rabioso. —Jessie comenzó a llorar. Tell iba a abofetear a su estúpido jodido hermano justo en la cabeza cuando se quedaran solos. —¿Y si en realidad no quería este bebé? ¿Qué pasa si Brandt dijo que lo quería solo para hacerme feliz y ahora lo lamenta…? —Ey. —Tell envolvió las manos alrededor de la cara de Jessie, enjugándole las lágrimas—. Te prometo que voy a averiguar lo qué es lo que le pasa. Pero sácate ahora mismo de la cabeza, Jess, que él no ama a este chico. Silencio. Entonces Tucker se retorció y gruñó, poniendo la cara más divertida, haciendo que tanto Tell como Jessie se echaran a reír. Tres golpes y la puerta se abrió. Keely McKay Donohue entró libremente en la habitación, sosteniendo una bolsa azul brillante cubierta de caballos. —Gracias a Dios que el bebé ya está aquí. —Abrazó a Tell y después chocó sus caderas contra las de él, invadiéndole completamente su lugar. Sabía que Keely se quedaría un rato y consideró rastrear al idiota descerebrado de su hermano mayor. Pero optó por quedarse en caso de que Keely necesitara un estímulo para irse, porque Jess era demasiado agradable para señarle el camino hacia la puerta. —¿Quieres alzarlo? —Preguntó Jessie a Keely. 146

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sip. Déjame arrimar una silla primero. —Tomó a Tucker como una profesional—. Es fornido. Mackenna, de India y Colt, pesó tres kilos doscientos. Medio kilo hace una gran diferencia. —Ni que lo digas. Keely besó la frente de Tucker. —Dios. Me encanta la forma en que huelen los bebés. Y son tan cálidos y tiernos. —Después de ese comentario, sabes que voy a preguntar cuando comenzarán a formar una familia Jack y tú, —dijo Jessie. —Lo sé. —Keely jugueteó con la manta—. ¿Puedo preguntarte algo? En una escala del uno al diez, ¿que tan horriblemente doloroso fue tener estos casi cuatro kilos saliendo de tu vagina? Jessie lo pensó. —Un nueve. Tell no quería escuchar esta conversación, pero ahora estaba atrapado. —Mierda. Eso es lo que pensaba. Ves, AJ sale con eso de es una cosa hermosa cuando habla de dar a luz, incluso a pesar de que la vi gritándole a Cord cuando estaba con el trabajo de parto de Beau. —¡Uy! —Y ese fue su segundo bebé. —Bueno, duele como nada que haya sentido. Quiero decir, quería golpear, rasguñar y gritarle a Brandt porque yo tuve que pasar por todo esto cuando él no. Y sin embargo, el bebé aún sería mitad suyo. ¿Cómo de justo es eso? Por lo menos debería tener que sufrir de alguna manera, ¿verdad? Me refiero, pasé meses sintiéndome mal, las hormonas, la gordura, estar tan desesperadamente caliente y luego queriendo cortarle la mano o la polla a Brandt, si me tocaba otra vez. Las piernas Tell se juntaron automáticamente. —Y ahora, después del bendito acontecimiento, no sólo no habrá sexo durante seis semanas, me han advertido que mis pezones pueden agrietarse y sangrar mientras estoy amamantando. Por no hablar de las fugas de leche. Y tengo piel extra de la que 147

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 probablemente nunca me deshaga. Estoy bastante segura de que mis caderas o mi culo nunca serán del mismo tamaño. Tal vez ellas no notarían si él se tirara al suelo y se arrastrara hacia fuera. ¿Saber que las mujeres hablaban de mierdas como éstas, y escucharlas? Dos. Cosas. Diferentes. —¿Ves? —Señaló Keely—. El embarazo suena como un trato injusto para las mujeres, ¿no? El rostro de Jessie se suavizó. —Pero míralo, Keely. Es tan perfecto. Es parte de mí y parte de Brandt. Me quedo mirando su carita dulce y me pregunto si tendrá mi personalidad o la de su padre, o tal vez la suya propia. Me pregunto a quién se parecerá. —Odio quitarte la ilusión, pero este muchacho ya se ve como un McKay. Es hermoso. —Keely sollozó. Carajo. ¿Su prima, la dura vaquera estaba... llorando? La voz de Jessie cayó a un timbre suave que Tell no le había escuchado. —¿Qué es lo que pasa realmente, Keels? Estar asustada del trabajo de parto no es realmente lo que te está impidiendo tener un bebé. ¿Está Jack presionándote? Keely se secó los ojos. —Un poco. Amo con locura a Jack. Me encanta nuestra vida juntos. Nunca pensé que sería tan feliz. ¿Qué pasa si tener un bebé arruina eso? ¿Y si todo en nuestra vida se convierte en ser padres? ¿Qué pasa si me pierdo a mí misma en la maternidad? Los dos sabemos que no queremos un solo niño. Además, no creo estar hecha para pasar tiempo completo en casa siendo madre. Y me temo que eso es lo que quiere Jack, porque así es como ambos hemos sido criados. —¿Hablaste con Jack de todo esto? —No. Él es mi mejor amigo… infierno, es mi todo… pero no creo que lo entienda. No puedo hablar con AJ porque está resplandeciente con su embarazo. Mi mamá tenía cinco hijos cuando tenía mi edad. Mis amigos solteros me recuerdan que sólo tengo treinta y no hay prisa para la maternidad. Mis cuñadas y las esposas de mis primos me regañan para que me suba al tren para que los niños míos y de Jack crezcan rodeados de primos. Me parece que nadie entiende mis temores, incluso a pesar de que suenan estúpidos cuando los digo en voz alta. 148

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Tell se sentó un poco más erguido. ¿Podría ser el problema con Brandt? ¿Tenía temores y sentía que no tenía con quien hablar al respecto? —Terminarás teniendo problemas si no le cuentas a Jack lo que te detiene, desde arreglar el cuarto de los niños a elegir nombres de bebés. Confía en mí en esto. Brandt me está ocultando algo y es frustrante. Así que me imagino que Jack podría sentirse de la misma manera. Keely se rió disimuladamente. —GQ prácticamente me empujó a través de la puerta para que conociera al nuevo McKay. Creo que está esperando que las feromonas del nuevo bebé le den una buena patada a mi reloj biológico. —Bajó la vista al bulto que sostenía en sus brazos y arrugó la nariz—. Acaba de llenar el pañal. —Dámelo. ¿Me pasas los pañales y las otras cosas que están junto a la ventana? Brandt entró, su mirada fija en el rostro de Jessie. —¿Qué estás haciendo? —Cambio de pañales. —Oh. Tell observó a su hermano quedarse parado allí, sólo observando cómo Keely ayudaba, sin ofrecerse a hacer nada. Suficiente. Cogió la botella y dio una palmada en la espalda Brandt. —Venga. Me vendría bien un poco de aire fresco. —Keely va a quedarse un rato, así que estaré bien, —dijo Jessie. Tell la miró a Jessie con ojos tranquilizadores antes de seguir a Brandt por la puerta. Se dirigió a su camioneta y dejó caer la puerta del maletero. Se sentó y observó a Brandt. —Hagamos un brindis por tu hijo. —No creo que sea una buena idea. —¿Por qué? ¿Crees que seremos arrestados? Si Cam está de servicio, ni siquiera conseguiremos una advertencia por abrir una botella. 149

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Está bien. Dame la maldita cosa. —Oh, oh. Tengo los honores. —Tell desenroscó la tapa—. Bienvenido al mundo, Tucker McKay. —Luego le entregó la botella a Brandt. Brandt tomó un largo trago y se la pasó de nuevo a Tell. Después de beber, Tell le dijo, —Tu turno para hacer un brindis. —Por Jessie. La mejor mujer en todo el maldito mundo. Alrededor del quinto brindis, habían bajado cerca de un tercio de la botella. Finalmente, Brandt dejó de pasearse y saltó para sentarse en la puerta del maletero. —Compartir una botella me trae recuerdos. ¿Recuerdas esa vez que Luke nos arrastró a todos a un lago para pescar? Tell asintió. —Ni siquiera éramos buenos pescando, y Luke robó una botella de whisky barato de papá. —La primera vez que Dalton se emborrachó. —La primera vez que yo me emborraché, —le recordó Tell. —Hombre. Papá descubrió a Luke, pero bueno. Le dio el castigo por todos nosotros, porque era el mayor, y Luke debería haberlo pensado mejor. El líquido de la botella se derramó mientras Tell bebía otro trago. —Le extraño. —Yo también. —Todavía espero que aparezca cuando estamos trabajando. Patinando hasta detenerse con su camioneta, los neumáticos cubriéndonos de tierra, y luego diciendo Si no están sucios, no están trabajando lo suficientemente duro. Tell rió. —Realmente no puedo hablar con Jess sobre esto, —dijo Brandt suavemente—. No como solía hacerlo. 150

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No me imagino que puedas. Pero puedes hablar conmigo, Brandt. Tanto conmigo como con Dalton. Ninguno de nosotros quiere olvidar a Luke como si nunca hubiera existido. Brandt no respondió. —¿Quieres hablar con Jess sobre algo? Y antes de que lo niegues, es obvio que algo no anda bien. ¿Quieres decirme qué está pasando? Suspiró. —Estuvo pasando por un tiempo. Desde que Jess abortó. Ella simplemente se vino abajo, convencida de que jamás llevaría un bebé a término. Nos quedamos impactados al descubrir que estaba embarazada tan pronto. Cuando pasó de los seis meses, comenzó a respirar un poco más tranquila. ¿Pero yo? No podía respirar en absoluto. Tell alzó la botella y bebió. —Me preocupaba cada maldita cosa. Su salud. Dinero. La salud del bebé. Cada mes su vientre se hacía más grande, y también mis temores. —¿Hay un temor que es más grande que todo el resto? Brandt miró hacia otro lado. —Venga. Soy yo. Esto te está comiendo vivo, hermano. Y eso no es bueno. Se pasó las manos por la cara. —¿Qué pasa si resulto ser la misma clase de padre que papá? A Tell se le oprimió el estómago. —No me digas que eso no va a suceder. Al escuchar a los hermanos de papá, él no siempre fue un completo idiota. —¿Los tíos dijeron cuándo se produjo el cambio en papá? —Sip. Después de que él y mamá empezaron a tener niños. Jesús. No era de extrañarse que Brandt estuviera asustado. Sobre todo cuando su padre siempre había aclamado que Brandt era el más parecido a él de todos sus hijos.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Pero su hermano no era un idiota. ¿No podía ver que cerrándose a su esposa y a sus hermanos estaba cayendo presa de esa forma de pensar, y llegando a parecerse a su padre? ¿Y si tal vez él ya había caído dentro de ese ciclo? Esto era una jodida mierda. Tell maldijo mentalmente a su padre. Pero no se quedaría observando a esa mierda destruir más vidas, especialmente no la gran vida que Brandt finalmente tenía con la mujer que amaba más que a nada. Brandt cerró los ojos. —Así que ahora que tengo un niño, necesito que hagas algo por mí. —Lo que sea. —Evita que me convierta en papá. Entiendo que no es tu responsabilidad, pero ya conoces los signos, Tell. No puedo confiar en Jessie para esto. Notarás cuando haya ido demasiado lejos en esa línea y necesitaré que me sacudas de regreso al lugar correcto. —Ya que lo mencionas, has pasado esa línea en los últimos meses. —Mierda. Tell meneó la botella hacia Brandt pero él negó con la cabeza. —Tienes que hablar con Jessie. Sí, algunas cosas pueden quedar entre nosotros. ¿Pero las cosas importantes? Ella necesita saberlas. No va a juzgarte. Y sin intención de meterme demasiado, Jess tiene miedo de que estés arrepentido de tener a Tucker. La boca de Brandt se abrió por la sorpresa. —¿Por qué pensaría eso? —No tengo idea. Pero sería mejor que lo descubras pronto. Esta noche, antes de que estén abrumados con los visitantes de mañana. —Jesús. Está bien. —Brandt suspiró—. Uh, gracias por salvar mi culo con las flores. —No hay problema. —Tengo que dejar de caminar en una niebla, tan malditamente... asustado de romper a Tucker si lo sostengo. Es tan jodidamente pequeño. —Se pasó las manos por la cara—. Dios. ¿Cómo puede pensar Jess que no lo quiero?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No lo sé, pero espero que arregles ese asunto de inmediato o te patearé el culo hasta que seas un montón de huesos rotos en el suelo. Entonces pondré a Dalton contra ti. Tú no eres papá. Ninguno de nosotros lo es. Ninguno de nosotros lo será. —¿Qué pasa si no sé cómo hacer esto? —Date un poco de crédito. ¡El chico tiene solo unas pocas horas! Y tú sabes más de lo que crees. Has visto a nuestros primos convertirse en padres. Todos ellos parecen hacerlo bastante bien. Apuesto a que todos y cada uno de ellos se sentían como tú lo haces, al principio. —¿Incluso Cord? —Nah. Él es perfecto. Nunca ha jodido nada en su vida. Brandt se echó a reír. —Idiota. La camioneta de Dalton entró en el estacionamiento, la música a todo volumen. Él trotó como un perrito ansioso y tiró a Brandt en un fuerte abrazo. —¡Felicidades, hermano! ¿Qué se siente ser un papá? —Asustado como la mierda. —No hay duda. Por suerte nos tienes a Tell y a mí para mantenerte en el buen camino y no termines pareciéndote a nuestro padre. Porque tengo que ser honesto, B. La forma en que estuviste actuando un par de veces en estos últimos meses realmente me recordaste a él. Deja a Dalton ir al grano. Dalton vio la botella. —¿En serio? ¿Ustedes comenzaron a celebrar la llegada de Tucker antes de que yo llegase aquí? Una pena. Voy a tener que ponerme al día. —Levantó la botella y bebió. —Ya he terminado, —dijo Brandt—. Me pregunto si Jess me dejará sostener a nuestro hijo con aliento a alcohol. —Y eso que no has bebido tanto como yo. —Los tragos parecieron afectar a Tell todos a la vez.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No tomaré más entonces, —dijo Dalton a Tell—. Así puedo llevarte a casa. —Gracias. Pero probablemente no volveré a casa directamente. Probablemente iré caminando. —¿Adónde? —Preguntó Brandt. —A la casa de Labios Calientes. —Dalton tomó otro trago. Brandt lo miró confundido. —¿Quién es Labios Calientes? —Jesús, Brandt. ¡Espabílate! Georgia Hotchkiss. La chica con la que Tell estuvo saliendo toda la semana. Todo el mundo en la jodida familia McKay sabe sobre ella. Grandioso. Pero a Tell le molestó que su hermano mayor no hubiera prestado atención a las cosas que sucedían en su vida. Por otra parte, Brandt no había prestado atención a nada. Dale un respiro. Dalton le sonrió. —¿Finalmente te metiste en sus pantalones? Después de varios tragos, Tell no tenía el tacto para tratar con su hermano menor, por lo que no le hizo caso y se saltó de la puerta trasera. Miró a Brandt. —Sé que vas a conseguir lidiar con esto. Llámame si necesitas algo.

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CAPÍTULO 12

Georgia estaba muy sorprendida de ver a Tell en su puerta. —¿Tell? ¿Qué estás haciendo aquí? —Estaba en el hospital conociendo a mi sobrino. Brandt y yo tomamos unos pocos tragos para celebrar, y me di cuenta que no podía conducir, por lo que me acerqué para ver si estarías interesada en ir a cenar conmigo. —Eso es muy considerado, pero acabo de terminar de cocinar. Él dio un paso atrás. —Probablemente debería haber llamado primero. No es gran cosa. Me iré. Ella agarró un puñado de su camiseta, sosteniéndolo en su lugar. —No tan rápido. Tengo un montón de comida, si deseas quedarte y comer conmigo. Tell ahuecó la mano alrededor de su mejilla. —Eres tan dulce. Gracias. Me gustaría eso. Mucho. La simple caricia de su pulgar hizo que su vientre se estremeciera. —Espero que te guste el curry. —No sé si lo haya comido. Georgia se puso de puntillas para presionar la boca contra la de él. —Entonces entra y pruébalo. Se dejó llevar hasta la cocina después de protestar porque tenía que quitarse las botas. Lo empujó suavemente en una silla y sacó otro plato de la alacena. —Té sería mejor para ti que cerveza. —Sí. No estoy borracho, pero definitivamente estoy sintiendo los tragos. —¿Cómo es el nuevo McKay? 155

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Un perfecto y corpulento bebé de casi cuatro kilos. —¿Y tu cuñada? —Lo está haciendo genial. —Frunció el ceño y trazó los bordes del mantel. Entre Tell apareciendo sin anunciarse y la incertidumbre que lo rodeaba, Georgia sabía que algo estaba pasando. Si quería hablar de eso, él lo haría, pero ella no iba a entrometerse. Sirvió dos platos de arroz basmati y vertió curry de pollo al coco por encima. —Georgia, cariño, esto huele increíble. —Es un poco picante. —Llenó dos vasos de té helado y se sentó frente a él—. Come. No seas tímido. Tell sopló su comida antes de tomar un bocado. Georgia esperó a ver si qué gesto hacía. Recordó de cuando vivía con su papá y Deck que los vaqueros no eran aventureros con la comida. Tell tragó e inmediatamente cogió otro bocado. —Ey. Esto está muy bueno. —Después de unos cuantos bocados, bebió de su té y escupió—. ¿Tiene azúcar esto? —Sí. Tell sacudió la cabeza. —Es té helado, no se supone que sea dulce. —El té dulce es la norma de donde soy, en Texas. —¿Así que no consideras a Wyoming como tu hogar en absoluto? Ella se encogió de hombros. —Nos mudamos mucho antes de que termináramos en Sundance. Podría haberlo considerado mi hogar si hubiera seguido casada con Deck. Él vació su vaso de té en el lavabo y volvió a llenar el vaso con agua. —Nunca me contaste de tu vida antes de mudarte aquí.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No hay nada emocionante. RJ y yo nacimos en Fort Bragg. Mi padre fue destinado en dos bases militares diferentes antes de jubilarse. Después de eso nos mudamos a Nebraska. Cuando el abuelo murió, mi padre y su hermano vendieron la granja, se repartieron el dinero y se fueron por caminos separados. Mi padre siempre había querido vivir en Wyoming, así que compró un pequeño rancho dedicado a la ganadería. —¿A tu mamá no le importaba mudarse? —Si le importaba, nunca dijo nada. —Georgia revolvió su tenedor a través de la comida, pensando en esos años. Cuando todo había sido normal en su familia. Sorprendida por las ásperas yemas de los dedos acariciando su mano, levantó al vista a esos hermosos ojos azules del Tell. —No quise molestarte. Su preocupación la enterneció, porque no se lo esperaba. —No lo hiciste. Fue sólo un recordatorio de que Sundance nunca será mi hogar. — Consiguió esbozar una sonrisa—. Entonces, ¿qué te parece el curry? —Realmente me gusta. —¿Quieres la receta? —No cocino mucho en realidad. Le sorprendía la cantidad de solteros que no tenían ni idea de cocina. —Entonces, ¿qué comes? —Me atengo a lo básico. Carne. Patatas. Chili. Huevos. Sándwiches. Cenas congeladas. O comer afuera. —Apuesto a que un montón de mujeres se ofrecen para prepararte una comida casera. —Normalmente acepto eso también. —Le disparó una sonrisa socarrona—. Pero ninguna de esas comidas nunca ha sido tan buena como ésta. Georgia puso los ojos en blanco. —Me ofrecería a preparar algo para ti, pero ahora que he admitido que soy un pésimo cocinero… 157

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Aceptaré la oferta, McKay, solo para verte retorcerte. La mirada de Tell se posó sobre su pecho. —Yo conozco una cosa o dos que pueden hacerte retorcer a ti, ¿no? Se echó a reír cuando ella se sonrojó. Cuando terminaron de comer, Tell insistió en lavar los platos. Ella salió por la puerta trasera hacia el patio. El patio estaba rodeado en tres lados por una valla de madera de dos metros sin árboles obstruyendo la vista del cielo. Incluso había plantado un huerto, algo que no había hecho desde que vivía en el rancho. El césped verde era suave bajo sus pies descalzos. Pasaba la mayor parte de las noches aquí. Mirando las estrellas. Escuchando los ruidos de la noche que en una gran ciudad estaban ausentes. La puerta de tela metálica golpeó contra la pared. Luego los brazos de Tell estaban alrededor de ella. —Me preguntaba dónde habías ido. —Le besó la parte superior de la cabeza—. Revisé tu dormitorio primero. —¿Te decepcionó no encontrarme allí? —Pues no. Georgia se volvió para enfrentarlo. —Es muy pacífico aquí. Los ojos de Tell estaban muy serios. —¿Es eso lo que estás buscando? ¿Paz? —No lo sé, —le respondió con sinceridad. —Ya somos dos. —Tell extendió la manta de la mecedora del porche sobre el césped. Se había quitado las botas y calcetines. Y nunca lo había visto tan sexy: mejillas oscurecidas por el crecimiento de la barba, camiseta ajustada y pantalones vaqueros de tiro bajo, pies descalzos. Se dejó caer sobre la manta con un profundo suspiro. Y Georgia siguió mirándolo embobada. —¿Ocurre algo? 158

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No. Eres un regalo para los ojos, Tell McKay. —Sólo me estás adulando esperando que con ello te lleve a la cama. —¿Funciona? Sonriendo, Tell movió el dedo hacia ella. —Tienes que acercarte, dulzura, para averiguarlo. Ella se sentó a horcajadas en su regazo, sujetándole los brazos por encima de la cabeza. —¿Qué vas a hacer ahora, vaquero? —Recordarte que lo que va, vuelve. Acomodándose a través de su cuerpo, Georgia apretó los senos contra su pecho, dándole un pequeñito mordisco en su labio inferior. —Eso suena interesante. ¿Qué significa? —Significa que... si me sujetas ahora me das el derecho de hacer lo mismo contigo en el futuro. —¿Exactamente así? ¿Sólo mis manos? Él negó con la cabeza. Uau. La oscura mirada desafiante de Tell expandió una larga lamida de deseo dentro de ella. Imaginándose con los brazos atados detrás de su espalda. O por delante. O por encima de su cabeza. O atada a una cama con dosel. —Dulzura, mirándome con esos ojos desorbitados de esa manera conseguirás que te ate... de formas muy interesantes. —¿Me lo prometes? —Susurró contra sus labios. Tell hizo un sonido bajo y tomó su boca en un beso salvaje. Inundándole el cuerpo con una ola de calor. Arremolinando la lengua alrededor de la suya agresivamente, acrecentando su lujuria. Georgia le devolvió la pasión, rodando las caderas en contra de su pelvis y a través de la dura cresta en sus vaqueros. 159

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Él arrastró besos mojados bajando por el centro de su garganta, ordenándole: —Sácate la camiseta. Quiero tus pezones en mi boca. La mujer le liberó las manos el tiempo suficiente para quitarse la camisa y soltar el broche de su sujetador. Esperaba que él tomara sus pechos con las manos, sintiendo esa deliciosa sacudida de calor húmedo cuando su boca encerraba la punta. Pero Tell mantuvo los brazos por encima de su cabeza. Su mirada clavada en la suya. —Acércalos a mí. Ella se deslizó hacia arriba, apoyando una mano en el suelo mientras se inclinaba más cerca de su boca abierta, intentando provocarle los labios con la punta endurecida para luego alejarse cuando su perversa lengua saliera a lamer. Él tuvo otras ideas. Arqueó el cuello y chupó la punta hinchada, cerrando los ojos mientras trataba de tomar más de ella dentro de su boca. Gergia sintió la carne de gallina extenderse por toda su piel, comenzando en la nuca, avanzando lentamente por su espalda, una vértebra a la vez con cada tirón rítmico. Él mordió más duro de lo que esperaba y se echó hacia atrás, lo que le permitió a Tell cambiar el enfoque oral a su otro seno. —Quédate. Quieta. Lo intentaba, pero su cuerpo estaba trémulo. El hombre cerró su succionadora boca alrededor de la dura punta y luego retrocedió, provocándola con pequeños latigazos de su lengua. Lanzando un soplo de aire sobre la humedad. Frotando la cara sobre el centro de sus pechos, rozando el rastrojo de su barba por encima de las fruncidas puntas hasta hacerlas doler. Le dolía. Por todas partes. Quería más. Georgia se movió, apoyando ambas manos en el suelo y comenzó a moler sobre él. Tell liberó su pezón. —Puedes moverte sobre mí todo lo que quieras, pero no te correrás. —¿Por qué no? —Porque lo digo yo. 160

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Lo fulminó con la mirada. La ferocidad en los ojos masculinos fue un poco atemorizante, hasta que recordó que era Tell. El relajado Tell. El Tell de esa sexy sonrisa con hoyuelos. El Tell de los ojos traviesos. El Tell de las palabras dulces. El Tell divertido que estaba provocándola. Pero no había ni un atisbo de ese hombre en el que estaba devolviéndole la mirada en estos momentos. —¿Por qué tienes esa mirada de ciervo frente a unos faros? —Porque recuerdo que me mirabas de esa manera la primera noche que me besaste mientras bailábamos. —¿Y cómo te miro? —Como si fuera tuya. —¿Eso te asusta? —Un poco. Pero sobre todo... me excita. Entonces él se irguió, su mano agarrándole el pelo con la fuerza suficiente como para hacerle picar el cuero cabelludo. —¿Te gusta ese lado mandón mío? —Sí. —Susurró. —Desvístete. Su orden hizo que un escalofrío la recorriera. Salió de su regazo y se arrodilló sobre la manta. Él le quitó la camiseta sacándosela por la cabeza. Obtuvo un condón de su bolsillo delantero y se quitó los vaqueros junto con bóxers. Georgia estaba demasiado ocupada observando a Tell revelar su magnífico cuerpo que se había olvidado de lo que se suponía que debía estar haciendo. Todo lo que él tuvo que hacer fue levantar una ceja para que recordara comenzar a desnudarse. Entonces se sintió insegura de qué hacer a continuación.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Estás un poco lejos. Ven aquí. —Tell rodó sobre su espalda. Tomándola de la mano, murmuró—, me gustaba tú encima de mí como antes. —¿Arriba? —Cuestionó, preguntándose si él podría ver su rubor. —Sip. Y date prisa, porque me muero por ver lo hermosa que eres mientras me cabalgas. Se sentó a horcajadas sobre él, presionando las manos en contra de sus pectorales, apretando esa cálida carne firme. Tell levantó una mano para delinear el borde interior de su labio con el pulgar. —Llévame dentro de ti. Rodeando su eje con la mano, ajustó sus caderas. En el instante en que la punta conectó con su apertura, las manos de Tell se posaron en sus caderas. —Despacio, —murmuró. Ella bajó poco a poco, consciente de lo mojada que estaba. Consciente de la hambrienta mirada de Tell sobre ella. Levantó la vista cuando su pene estuvo dentro de sí hasta la raíz. —Pon tus manos sobre mis muslos. Arqueándose hacia atrás le daba pleno acceso a su clítoris. —Móntame así. Llévame todo el camino afuera de ese apretado coño y luego tómame profundo de nuevo. Cada vez que ella levantaba las caderas, dejando que su eje se deslizara afuera, él arremolinaba el pulgar sobre su clítoris. Su cuerpo temblaba por el esfuerzo mientras mantenía el ritmo desesperadamente lento. Sus muslos estaban sudando. Doliendo. Cuando Tell bombeó las caderas hacia arriba para encontrarse con su movimiento descendente, ella cambió de posición. Se inclinó hacia adelante, dejando caer las manos sobre sus hombros. El deslizamiento hizo que estuvieran piel con piel, lo que se sentía increíble. Dios. Era tan hermoso observarlo estando encima de él, follándolo. Sus manos le ahuecaron el culo. —¿Impaciente? —Murmuró él.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sí. Esto es tan bueno. —Meneó el torso, sus pechos frotándose contra el vello del pecho masculino mientras incrementaba el ritmo. Dos duras bofetadas sobre su trasero desnudo la sorprendieron. Se quedó helada. —¿Qué fue eso? —Por asumir el control. —Golpeó sus nalgas de nuevo—. La próxima vez que tengas en mente tomar el control, voy a ponerte sobre mis rodillas. Su coño se apretó al visualizarse yaciendo sobre su regazo mientras esas grandes y ásperas manos conectaban con su trasero. Él se rió entre dientes. —Oh, dulzura, te gustaría eso, ¿verdad? —Tal vez, —le respondió, deslizando su cuerpo hacia abajo como un gato, empujándolo más profundo. Entonces casi besándolo se empujó hacia adelante—. Pero lo que realmente me gustaría es ver esa mirada perpleja en tus ojos cuando te haga venir. Le dio un beso en los labios. —Llévanos allí. Sus instintos tomaron el control. Aceleró el ritmo, rozándose piel contra piel hasta que sus torsos estuvieron húmedos y pegajosos. Con la boca seca, la cabeza rugiendo, cada centímetro de su piel se erizó con la certeza mientras los conducía hacia ese punto de no retorno. —Respira, bebé. Déjame que te ayude, —susurró Tell. El agarre en su culo se apretó mientras la ayudaba a moverse con movimientos más cortos y rápidos. Ese pequeño cambio de velocidad accionó un interruptor, enviándola directamente sobre el borde. —Sí. Oh Dios. —Inclinó la cabeza hacia atrás en la dulce anticipación de esa primer intenso espasmo. Los aspersores automáticos se encendieron cuando ella empezó a correrse. Jadeó ante la conmoción de la descarga de agua fría sobre su piel caliente. El tic tic tic de los

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 aspersores estaba en sincronía con las contracciones de su coño, el latido de su clítoris, y los chupeteos de Tell sobre el punto del pulso en su garganta. Para cuando su clímax se aplacó, estaba empapada. Entonces Tell la volcó sobre su espalda, tratando de protegerla de la corriente de los aspersores. Apoyando los antebrazos por encima de su cabeza, la folló con energía, pero la ternura dominaba sus ojos. —Mira lo que me haces. —Gimió y su espalda se arqueó mientras la miraba por debajo de sus párpados caídos. Su boca se apretó por la tensión, entonces se relajó de placer cuando comenzó a vaciarse en su interior. No hubo tiempo para aferrarse el uno al otro, susurrarse palabras dulces mientras los cuerpos y la respiración volvían a la normalidad. Tell tembló. —Maldita sea. Ese aspersor me está rociando justo en el culo. Georgia rió. —No necesitabas un enema. —No puedo creer que hayas dicho eso. Sólo por eso... —Salió de su cuerpo y rodó sobre sus pies, corriéndose del camino de manera que los aspersores golpearan sobre ella desde todas direcciones. Ella gritó y se apresuró a incorporarse, tomando las esquinas de la manta antes de correr hacia el patio, donde Tell estaba riéndose a carcajadas. —Debería haber dejado tu ropa allí, —se quejó ella, dejando caer el bulto mojado sobre el cemento. —Probablemente. —Tell empujó su desnudo cuerpo mojado contra el suyo—. ¿Pero no te sientes un poco mal por mí, conduciendo a casa con la ropa mojada? ¿Mientras tú estás toda calentidad, envuelta en una suave bata esponjosa? —Nope. Ni un poco. Le dio una palmada en el culo y cubrió su boca, deteniendo su chillido de protesta. El beso fue pura seducción. Tan caliente que sintió a sus labios arder. Tan dulce que sus dientes dolían. Tan íntimo que sintió como si estuviera tomando su cuerpo otra vez. 164

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No puedo tener suficiente de ti, Georgia. —Agasajó a su frente, sienes, pómulos, mandíbula y a las comisuras de su boca con suaves besos—. Estar contigo... Para mí nunca ha habido nada como esto, —murmuró Para ella tampoco. Y él parecía estar tan perplejo por todo esto como ella misma. —Odio tener que irme. —¿Quieres esperar hasta que tu ropa esté seca? —Nah. He llevado puesto cosas peores que estas. Los dedos de Georgia trazaron los músculos de su pecho. —Al menos déjame llevarte hasta tu camioneta. —La caminata me hará bien. Pero agradezco la oferta. —Cogió su ropa mojada y sólo hizo una mueca mientras se la ponía. Cuando regresó de ponerse una bata, Tell estaba reclinado contra la puerta principal. —Gracias por la cena de esta noche. Y por el… —su hambrienta mirada la recorrió de pies a cabeza—, …postre. —Cuando quieras. —¿Te veré mañana? —Si quieres. Sus nudillos siguieron la curva de la mandíbula de Georgia. —Oh, claro que quiero. —Entonces se adentró en la noche.

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CAPÍTULO 13

Georgia dedicó más tiempo arreglándose el pelo y maquillaje para la reunión de lo que había planeado. Era inútil preocuparse mientras debatía qué imagen quería proyectar a sus compañeros de clase. ¿La Georgia Hotchkiss que no había cambiado su aspecto en absoluto? ¿O la Georgia Hotchkiss que había cambiado por completo? Escudriñó su reflejo. Su pelo, unos treinta centímetros más corto que en sus años de adolescencia, se veía elegante y profesional. Espera. ¿Por qué quería verse como si acabara de salir de una reunión de trabajo? ¿Por qué no prefería lucir sexy? Maldita sea. Nada de esta mierda importaba. Alborotó su estilo elegante hasta lograr un look más salvaje. Como si acabara de salir de la cama después de un rato de sexo caliente, tirones de pelo incluidos. Tell se lo agradecería. Llevaba un vestido sin mangas, ceñido al cuerpo, de color azul pálido. Con un modesto corpiño, la tela se fruncía desde la cintura estilo imperio hasta el encaje del dobladillo, dos centímetros por encima de las rodillas. Con sus extravagantes tacones de plataforma animal print color azul y los accesorios con estrás, probablemente había añadido violación a la moda a su lista de preocupaciones, la cual ya era demasiado larga. Ver a Deck por primera vez desde la disolución de su matrimonio. Ver a Tara-Lee, embarazada. Ver a las chicas de su clase que la odiaban. Ver a los amigos de RJ. Sonó el timbre. Disparó una última mirada en el espejo sobre sí misma y se encaminó escaleras abajo. Tell no había esperado a que le abriera la puerta, simplemente entró. ¿Y no era irónico que estuviera parado al pie de las escaleras esperándola, como había visto en todas esas películas de adolescentes donde el chico aparecía para llevar a la 166

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 chica al baile de graduación? Por si fuera poco, tenía una mirada en su cara que no había visto en ningún hombre. —Dios mío, Georgia. Eres una jodida diosa. —Gracias. La detuvo antes de llegar al último escalón, poniéndole las manos en las caderas. Todavía la superaba por unos cinco centímetros. —¿Qué? —Te ves tan jodidamente perfecta que me da miedo tocarte. Temiendo desarreglarte. Llevaba los zapatos colgando de su dedo índice derecho. Apoyó los antebrazos sobre los anchos hombros de Tell dejando que los zapatos colgaran entre sus omóplatos mientras frotaba la nariz con la suya. —Me encanta cuando me desarreglas. De hecho, si quieres abandonar toda esta idea de la reunión ahora mismo, te llevaré arriba y dejaré que me desordenes como te apetezca. Durante toda la noche. Tell se rió. —Una muy tentadora oferta, labios calientes. ¿Ahora vas a dejarme darte un beso adecuado? —Por favor. Su boca descendió sobre la de ella con más fuerza de lo que esperaba. Se zambulló en un beso con lengua, abrumándola. Sus dedos se apretaron en sus caderas. E hizo estallar cada uno de sus circuitos. Entonces retrocedió y la debilitó con esa sonrisa llena de hoyuelos. —¿Ves? No te desarreglé en absoluto. Por fuera, no. ¿Pero por dentro? Era otra historia. —¿Estás lista? —Sólo tengo que ponerme mis zapatos. —Utilizó el poste de la escalera para apoyarse mientras metía sus pies en los zapatos y supervisaba el atuendo de Tell.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Una chaqueta negra de corte occidental sobre una camisa blanca inmaculada, una corbata de cordón en su cuello19. Jeans, botas y su sombrero negro. Delicioso. —Está usted muy guapo, señor McKay. —Gracias. —Parecía avergonzado por el cumplido. Georgia lo tomó del brazo. Tan pronto como salieron al exterior y se acercaron a su camioneta, Tell se disculpó. —Me temo que no apareceremos esta noche en la escuela con un coche deportivo de lujo. La única persona que conozco que tiene uno es el marido de Keely, Jack, y me pareció un poco presuntuoso pedírselo prestado. Esperó mientras Tell le abría la puerta. Entonces la ayudó a subir. Envolvió los dedos alrededor de las cuerdas de cuero trenzado de la corbata de cordón y lo atrajo hacia sí. —Soy aficionada a esta camioneta. Especialmente después de anoche. Ahora sé que es posible empañar las ventanas en julio. Tell le sostuvo la mano en el corto trayecto hasta la escuela. Ella comprobó su apariencia una vez más, adicionando una capa de brillo de labios. El aparcamiento estaba casi lleno, y se le oprimió el estómago. Esto era todo. Mientras caminaban hasta las puertas del gimnasio, Tell preguntó de forma casual, —¿Estás nerviosa? —Un poco. ¿Y tú? —No. —Le acomodó la mano colgando de su bíceps—. Estoy con la chica más caliente de nuestro curso de graduación, quien además es la mujer más sexy que conozco. Recuerdo prometiéndome hace diez años que me presentaría en esta reunión siendo la envidia de todos los otros tipos.

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Una corbata de bolo (a veces llamada corbata de cordón) es un tipo de corbata que consiste en una pieza de cuerda o cuero trenzado con puntas de metal decorativas o herretes (agujetas) asegurados con un cierre ornamental o corredera. En los Estados Unidos están muy asociadas con la ropa western, y son generalmente más comunes en las zonas occidentales del país. La corredera de la corbata de bolo y las puntas de plata han sido parte de las tradiciones de los hopi, navajo, zuñi y de la platería desde mediados del siglo XX.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Esa fantasía incluía hacer notar a todas las chicas de nuestra clase el magnífico pedazo de hombre que resultaste ser? Tell sonrió. —Me atrapaste. —Entonces parece que ambos deseos se harán realidad, dado que seré la envidia de todas las mujeres. —¿Y eso en qué se diferenciaría de la escuela secundaria para ti? ¿No querían todas ser como tú? Ella no sonrió. —¿Qué? —Esa es una declaración irónica, porque yo no quería ser yo en la secundaria. — Contuvo un suspiro de frustración—. ¿Crees que así será esta noche? ¿Sólo una demostración de nuestros compañeros para demostrar lo mucho que han cambiado? —Es posible. —Acomodó un mechón suelto de su cabello en su lugar—. ¿No es por eso que estamos aquí? —Ahora que estoy aquí, me estoy preguntado para qué vine. ¿Podemos irnos? ¿Salir a cenar o algo así? Yo invito. —No. Pero te prometo que nos iremos si esto resulta ser una mierda, ¿vale? —La besó—. Me gusta el brillo de labios con sabor a coco. La mesa de registro estaba justo frente a un conjunto de puertas. ¿Y quién estaba a cargo de la mesa? Denille Swedlund. Una de sus compañeras en el equipo de animadoras. Una presa fácil para cualquiera de los deportistas, en cualquier momento que ellos quisieran… un hecho que Denille utilizaba para presumir ante Georgia, mirando con desdén su anillo de pureza. Denille le había ofrecido a Deck hacerle una paja… hecho del que Georgia se había enterado por la misma Denille después de que Deck hubiera aceptado la sucia proposición. Denille se veía bien… pero la chica no estaba examinándola a ella en absoluto. Su mirada se había quedado clavada en la cita de Georgia. —Dios mío. ¿Tell McKay, realmente eres tú? —Sí, por supuesto. Me alegro de verte, Denille, no has cambiado nada. 169

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Denille se pavoneó y le entregó su placa. —El número en la parte inferior es la mesa a la que has sido asignado. Tell arqueó las cejas. —Estás bromeando, ¿verdad? ¿Un asiento asignado? —No. El comité pensó que sería divertido. La otra mujer en la mesa, Nicki DeSoto, también estaba comiéndose a Tell con los ojos. —Hola, Tell, ¿me recuerdas? —Por supuesto que sí, Nicki. Vimos geometría juntos. ¿Supongo que como que eras buena en matemáticas, eres ingeniera o algo así? Nicki se echó a reír. —No. Estoy casada. Vivo en Lander. —Se deslizó de su silla y se dio unas palmaditas en su vientre redondeado—. Nuestro primer bebé nacerá en octubre. —Felicitaciones. Denille finalmente se dignó a mirar a Georgia. Le entregó la placa y dijo fríamente: —Georgia. Te ves... bien. Georgia sonrió. —Igualmente. ¿Todavía vives en Sundance? —No. Vivo en Longmont, Colorado. Enseño biología en la escuela y soy la entrenadora de porristas. No era ninguna sorpresa que Denille enseñara biología teniendo en cuenta toda la experiencia previa que había adquirido con la anatomía masculina. Ooh, espera. Tan perra como ella estaba siendo, la frase: siempre puedes conocer a una jefa de animadoras por sus rodillas sucias le vino a la cabeza, lo que le permitió dirigirle a su antigua némesis una sonrisa genuina. —Eso es genial, Denille. —No estábamos seguros de si vendrías, —dijo Denille. 170

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Alguien me convenció de que era una buena idea, —dijo Georgia, empujando ligeramente Tell. Tell tomó la placa de la mano de Georgia y murmuró: —Quédate quieta, dulzura, —fijándolo por encima de su pecho izquierdo. Luego se enderezó, dejando que sus dedos le rozaran la curva del escote con obvia familiaridad— . Ya está. Perfecto. Tan perfectamente dulce como su exhibición de estoy con ella. —Gracias. Él le pasó el brazo por encima del hombro, diciendo: —Nos vemos dentro, dulzuras, —a Nicki y Denille, mientras la conducía dentro de la boca del lobo… es decir, el gimnasio. Georgia no se había dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración hasta que Tell se inclinó y le susurró: —Vamos, nena, respira. Había una barra ubicada en la esquina más alejada. Él pidió un vodka tonic para ella y una Bud Light para sí mismo. Chocó la botella contra su vaso de plástico. —Por establecer nuestras propias reglas esta noche. —Buena idea. La música pop de su último año salía por los altavoces. Bebieron en silencio, observando la acción que se desarrollaba sobre el improvisado escenario… no es que pudieran ver demasiado a través de la multitud. Georgia se puso rígida cuando se dio cuenta que la multitud estaba reunida alrededor de Deck. —Vas a derramar la bebida sobre tu bonito vestido si sigues apretando el vaso. Miró hacia abajo. Los lados del vaso estaban abollados. Dios. ¿Por qué estaba escondida en un rincón? No era justo hacer que Tell fuera su niñera porque no quería ver a su ex marido y a sus seguidores. Le gustara o no, tenía que tratar con Deck, y bien podría ser en sus términos, no en los de él. Apuró su vaso y lo dejó vacío sobre la mesa más cercana.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Vamos a alejar la mierda de nuestro camino. —¿Ahora? —Ahora mismo. Tell sonrió. —Ahí está mi chica. Nada tímida, sino una mujer con pelotas. —Apuró su cerveza. Luego puso sus labios sobre los de ella—. Vamos por ello. Una vez que llegaron al grupo, la gente empezó a reconocerla y a intercambiar abrazos. Se vio en el extremo receptor de unas cuantas feas miradas también. Tell reía y bromeaba con varios chicos, pero nunca poniendo más que un brazo de distancia entre ellos. Nadie fue directo preguntándoles sobre su relación. ¿Debido a que evidentemente eran una pareja? ¿O porque era ya era noticia vieja? Ella estimaba que más de un tercio de su clase de graduación todavía vivía en el área de Sundance y el chisme era una forma de vida por estos lados. Y Tell y ella habían estado por todo el lugar en las últimas dos semanas. Deck era el centro de atención. Smitty le dijo algo al oído, y Deck se volvió para mirarla. Georgia podía admitir que Deck se veía bien. No se había cargado un vientre de cerveza ni bultos de grasa en las caderas como muchos de sus compañeros de clase. No estaba calvo; todavía tenía una cabeza cubierta de rizos rubios. Su rostro mostraba más arrugas que la última vez que lo había visto hacía siete años. Pero todavía era un hombre guapo. Parecía estar evaluándola. Mantuvo los brazos cruzados sobre el pecho y una mueca en sus labios. Se sintió agradecida cuando Tell apoyó la mano en la parte baja de su espalda, deslizando posesivamente los dedos alrededor de la curva de su cadera. —Hola, Deck. —Afortunadamente su voz permaneció amable y no fría. —Georgia. Ha pasado un tiempo. —Sí, así es. —Me sorprendió escuchar que estás viviendo en Sundance ahora. —Desde el mes pasado. 172

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Es curioso. No podías esperar para largarte de Wyoming y sin embargo... aquí estás. De regreso. Ella se encogió de hombros. —Robert dijo que habló contigo la semana pasada. —Estuvimos un tiempo largo sin hablar. —Lo sé. —Deck echó los hombros hacia atrás—. Dijo que no irás a verlo. —Nunca dije eso. —Eso no es lo que él dijo. —Bueno, estoy bastante segura de que él sabe que los caminos van en ambos sentidos. Todas la conversaciones a su alrededor se detuvieron cuando todos en el lugar se quedaron escuchando el diálogo. Los ojos de Deck escanearon a Tell de pies a cabeza. No le ofreció la mano. —McKay. —Veldekamp. Deck señaló con la cabeza a la mujer a su lado. —Esta es mi esposa Tara-Lee. —Te recuerdo, Tara-Lee. Te graduaste un año detrás que nosotros. —Dijo Tell. —No me veo como la última vez que me viste. —Ella se rió y se frotó amorosamente la mano sobre su abultado vientre. Georgia no reconoció conocer a la mujer en absoluto. Demasiado riesgoso decir: la última vez que te vi, estabas rebotando sobre la polla de mi marido. Sam, uno de los amigos de toda la vida de Deck, empezó a hablar de algunas de las cosas locas que habían hecho el último año. Georgia escuchó cortésmente, sin recordar esos sucesos con tanto cariño.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Cuando los amigos de Deck comenzaron a hablar de RJ, Tell discretamente la empujó hasta el borde del grupo para escaparse. Y no paró de moverse hasta que estuvieron ocultos por las gradas. Le enmarcó la cara con las manos. —¿Estás bien? —Sí. Realmente lo estoy. —Bien. Pidamos a Sally que nos intercambie asientos. Veo a mis amigos aquí. ¿O hay algún grupo con el que prefieras sentarte? —Sólo tú. Pero tenemos que guardar un asiento para Stephanie.

Ellos compartieron una mesa con Thurman, Leah y Warner, Roxanne y Ned, y Stephanie, que había traído a Len Allen, el presidente del club de ajedrez. Ahora el chico parecía ser presidente del club de esteroides. Leah y Roxanne fueron sorprendentemente amables, y la hicieron reír tanto a ella como a Stephanie con las historias sobre el salón de belleza que compartían. Cuando se volvió para agradecerle a Tell por traerle otra copa, él la besó. El beso, aunque corto, fue terriblemente posesivo. Al igual que la mano deslizándose por su muslo. El hombre le sonrió satisfecho, retándola silenciosamente a retirarle la mano, porque garantizado que él la deslizaría más arriba. Cada vez que Tell la miraba con ojos ardientes, sentía el fuego en respuesta encendiéndole la sangre. Y a Tell no le importaba si todo el mundo se daba cuenta. La conexión entre ellos se estaba haciendo más fuerte, a pesar de que Georgia se recordaba a sí misma que era sólo sexo. —Están instalando el buffet, —dijo Tell. —¿Crees que será mejor que la comida de la cafetería? —Probablemente no. ¿Crees que Sally actuará como la gruñona anfitriona del almuerzo, Miz Farnsworth, pasando mesa por mesa para que hagamos una fila? —Probablemente. Era una fanática del control.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Entonces saquémosla de quicio y pongámonos primeros en la fila. —Eres una mala influencia para mí, McKay. —Admite que la chica buena en ti siempre quiso un chico malo. —Le susurró. —Y afortunada de mí, ahora tengo uno. —Al menos durante el resto de esta noche, ¿verdad? Ese comentario espontáneo la dejó un poco alterada. Como si esta fuera la última noche que estarían juntos. ¿No es eso lo que querías? ¿Una cita para la reunión y un poco de sexo caliente? Tal vez al principio. Pero todo había cambiado en la última semana. O por lo menos desde la noche en que Tell había aparecido en su puerta después del nacimiento de su sobrino, tan dulce y vulnerable. Luego siendo tan increíblemente caliente y contundente durante su enfrentamiento sexual en el patio trasero. Aunque había sabido que Tell estaba bien para conducir a casa, lo llamó para asegurarse de que había llegado bien y habían acabado hablando durante una hora más. Entonces habían charlado por teléfono durante varias horas la noche siguiente, hasta el último minuto antes del viaje de Tell a Casper para quedarse con Landon durante la noche. Tanto como admiraba su dedicación a su familia, no podía dejar de desconfiar que su familia se aprovechaba de su buen carácter y su voluntad para echar siempre una mano. El miércoles por la noche se habían encontrado en la Bota de Oro para bailar un rato y lograron quedarse durante la primera presentación de la banda. Pero estaban tan desesperados por una conexión física, que ni siquiera habían llegado a la cama de su habitación, Tell la había tomado en el suelo. Prolongando el apasionado encuentro hasta que estuvieron empapados en sudor, temblando y saciados. Habría sido feliz acurrucándose en el sofá con Tell viendo una película la noche del jueves, pero él había tenido otros planes para exhibirse. Planes para divertirse. Un picnic de búsqueda del tesoro, donde habían escogido una comida de cada restaurante de la ciudad y comieron en el parque. Seguido por una carrera de obstáculos en la zona de juegos… que él había ganado. Luego se dejaron caer por la sala de bingo para jugar un cartón… que ella había ganado. Y terminaron la noche compitiendo por quien estaría arriba en la cama. Ambos habían ganado esta última.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 A Georgia encontraba increíblemente fácil estar con él. La idea de que esto terminara, cuando apenas había empezado, le hacía sentir un pequeño sentimiento de pérdida. Pero no lo presionaría por más, especialmente porque él no había mencionado prolongar el acuerdo. Disfrutaría de esto -y de él- mientras pudiera. Después de un momento se disculpó y se dirigió al baño. A diferencia de la escuela secundaria, no había una línea de muchachas cotilleando en el espejo. Comprobó su maquillaje, se alisó el vestido y se encaminó por el pasillo. Pasando directamente junto a Deck. Trató de esquivarlo, pero él la bloqueó. Al levantar la vista, experimentó un dejo de amargura por haber desperdiciado parte de su vida con este hombre. Estando tan cerca de él otra vez, se sintió en un aprieto para recordar momentos felices. —¿Qué quieres? Deck se cernió sobre ella. —Apuesto a que piensas que eres muy ingeniosa, apareciendo aquí, delante de toda la clase, como si lo tuyo con McKay fuera real. Pero yo lo sé mejor. Es pura mierda. —Hace mucho tiempo dejó de importarme un carajo lo que pienses, Deck, por no mencionar lo que puede importarme lo que piensen los demás. Yo estoy con Tell. —Es un jodido perdedor. Siempre lo ha sido y siempre lo será. —Eso es lo que te saca de quicio, ¿verdad? ¿Tenías miedo de lo que pudiera haber hecho con esta atracción que siento por él en la secundaria y que hubiera descubierto que no eras ni la mitad del hombre que fingías ser? Una media sonrisa distorsionó su boca. —Sólo estabas intentando ponerme celoso en ese entonces y recordaste exactamente como manejaba yo mierdas como esas. Con los puños. —Todavía estás tratando de darme celos. ¿Sabes una cosa, Georgie? Eso no está funcionando. Tara-Lee es mi vida ahora. Tú no eres nada más que un recuerdo.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Entonces, ¿por qué me has seguido hasta aquí? —Le preguntó—. ¿Qué importancia tiene que yo sepa cuánto adoras a tu esposa? No soy nada para ti. —Sé que estás celosa porque esa vida podría haber sido tuya. —Hubiera sido un poco concurrida, con Tara-Lee en nuestra cama y todo eso. —Tu padre estaría tan avergonzado de tu boca sucia, Georgia. —Dejó de ser mi padre cuando se convirtió en el tuyo. —¿Por qué había soltado eso? Deck le disparó una perversa sonrisa nuevamente. —¿Ves? Estás celosa. —No, solo me entristece que mi padre te acepte como un sustituto de RJ. Él dio un paso atrás, como si lo hubiera abofeteado. Bien. —¿Georgia, cariño? ¿Está todo bien? Deck miró por encima de su hombro a Tell acercándose a ella desde atrás. —No te cabrees sin motivos, McKay. Ella está bien. —Lo tendré en cuenta, dado que ella ya no es tu preocupación,—dijo Tell con calma—. Probablemente será mejor que regreses adentro de todos modos, la mamá de tu bebé está buscándote. Mirándolos a ambos con el ceño fruncido, Deck se retiró. Georgia no tuvo tiempo de decir nada antes que Tell la tomara de la mano, llevándola más profundamente al interior de la escuela. —La reunión es en la otra dirección. —Lo sé. Es por eso que vamos a ir por este camino. —Cortaron camino a través del pasillo hacia la planta principal. Tan pronto como llegaron al pabellón de los casilleros, la empujó contra el frío metal, rodeándole la cabeza con sus manos. —Imaginé hacer algo como esto cada maldito día durante casi tres años. Desde la primera vez que te vi. —¿Imaginaste haciendo qué?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Presionarte contra el armario y besarte como el infierno. —Entonces Tell bajó la boca e hizo exactamente eso. Convirtiendo la ira de Georgia en pasión. Una pasión que podía encender inmediatamente con sólo el toque de sus labios sobre los de ella. El potente beso la golpeó como un trago de whisky. Tell rompió el beso y hundió el rostro en su cuello. El caliente aliento del hombre acarició sobre su piel húmeda y ella se estremeció. —¿Convertiste en realidad tu fantasía de adolescente? —Mucho mejor que eso. —Un sonriente Tell dio un paso atrás y le agarró la mano—. Vamos. Tengo otra idea para divertirnos. —La arrastró detrás de sí por el pasillo, deteniéndose frente a la habitación 226. —El salón de la señora Walls. —Síp. Las mariposas alzaron vuelo en su vientre cuando Tell le preguntó: —¿Cómo de aventurera te sientes, señorita Hotchkiss? —Muy aventura. —Recuerda que dijiste eso.

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CAPÍTULO 14

Empujó a Georgia dentro de la habitación y le puso el seguro. —Tuve al menos una clase contigo cada año, a lo largo de la escuela secundaria. Y cada uno de esos años tuve una fantasía de algún tipo entre tú y yo. —¿Qué incluían esas fantasías suyas, señor McKay? Pasó el dorso de los nudillos sobre la línea de su mandíbula, tentado como siempre por la suavidad de su piel. —Típicas cosas de un chico adolescente. Manoseos. Besos. Más manoseos. Tú susurrándome en el oído lo semental que era, porque yo no tenía ni una jodida idea sobre el sexo. —¿Me estás diciendo que las fantasías que tenías conmigo eran inocentes? —¿En aquel entonces? Sip. Pero ahora que tengo experiencia... Bueno, te recuerdo que no estoy precisamente domesticado en estos días. —Gracias a Dios por eso. —¿Estás dispuesta a hacer un pequeño juego de rol conmigo? ¿Haciendo un viaje atrás en el tiempo? —¿Qué tienes en mente? —Repasar la clase de historia. El último año. —Por supuesto. —Georgia sonrió y acarició las puntas de su corbata de cordón—. Quítate la chaqueta y el sombrero. El Tell de hace diez años no habría llevado esto a clase. Jodidamente caliente. Tell tomó asiento, su corazón palpitando ridículamente duro. —Comienza delante del salón de clase y camina a tu escritorio como siempre lo hacías.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia vagó hasta el frente del salón de clase. Se tomó su tiempo leyendo un cartel laminado. Luego caminó hasta el otro lado de la pizarra y estudió la salida de emergencia y los rótulos del diseño del edificio. Tell se estaba poniendo ansioso. Estuvo a punto de gritar que se diera prisa, pero se dio cuenta de que esto era parte del juego. Cada día que había estado en su asiento desde más temprano, había anhelado verla aparecer pavoneándose dentro de la habitación. Los días de partidos, había vestido su uniforme de porrista sumamente corto y ceñido. Él siempre había amado los días de partidos. Georgia tomó su asiento, sin mirarlo en absoluto. Nada diferente a cuando habían estado juntos en clase. Ella sacudió la cabeza y el aroma de su pelo flotó hacia él. Esa dulce explosión del pasado golpeó sus pulmones y viajó directamente a su ingle. Entonces Georgia estiró los brazos por encima de la cabeza y lanzó un suave gemido. Torciendo el torso hizo que su pelo sobrevolara de un lado a otro, tan fascinante como un péndulo. Años atrás, había estado demasiado asustado de tocarla. Pero no lo estaba ahora. Manteniendo la mano tan ligera como un globo de helio, acarició la seda negra. Tan tentador como para retorcer los dedos a través de él y tirar para conseguir su atención. Pero se recordó a sí mismo que Labios Calientes nunca le prestaba atención a menos que quisiera algo de él. Ella se volvió en su silla para mirarlo, regalándole su sonrisa de megavatios. —Tell McKay. Justo el hombre que necesitaba. Espero que me puedas ayudar. —¿Con qué? —Los deberes. No hice mi tarea porque estaba hasta el cuello de la limpieza de los establos, ya tenemos cuatro caballos listos para parir en cualquier momento. —¿Entonces? —Necesito copiar tu tarea. —Georgia… —¿Por favor? Sólo por esta vez. Te prometo que no voy a volver a pedírtelo. Maldita sea. Tell recordó lo fácil que lo encantaba, tentaba y engatusaba para que hiciera lo que ella quería. 180

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Pero no iba a hacer que esto fuera fácil para ella. Se inclinó hacia delante y murmuró: —Has dicho sólo por esta vez más de diez veces en el transcurso del año. Su mirada altiva era caliente como el infierno. —No me di cuenta que estabas contándolas. Tell se encogió de hombros. —Sólo creo que es hora de que yo obtenga algo a cambio de ayudarte. —¿Qué deseas? —¿Qué crees que quiero? —Contestó. Georgia pasó las puntas de los dedos a través de sus ásperos nudillos. —Nunca me di cuenta de lo grande que son tus manos. Me parece que quieres poner estas manos por todo mi cuerpo. Tell envolvió rápidamente los dedos alrededor de su muñeca. —Error. Quiero un beso. No un piquito en la boca. Un beso real. Con lengua y todo. —Está bien. —Se mordió el labio—. Puedo encontrarme contigo a la salida. Tell negó con la cabeza. —Aquí y ahora mismo. —¿Por qué no puedes esperar? —Porque te conozco. Tendrás una doble intención igual que hiciste con el proyecto. Así que si quieres copiar mis tareas, me dejarás saborear mi ración de esos labios calientes. Ahora mismo. El deseo brillaba en sus ojos. Pero Georgia igualmente siguió con el juego. —No quiero ser arrestada por PDA20. —El profesor no está aquí. —Tell se llevó su mano a la boca y le dio un beso en el centro—. Y me importa una mierda lo que piensen o digan los demás.

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Demostraciones públicas de afecto.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ella finalmente suspiró. —Está bien. Bésame. La campana está a punto de sonar. Él se rió en voz baja. —No tan rápido. —Pero… —Acércate. Georgia se acercó con la suficiente inquietud para que fuera creíble. Se encontraron en el centro del pupitre de Tell. El ángulo era un poco raro, pero así era como lo había imaginado. Sus labios estaban tan llenos y maduros que se moría por darle un mordisco. Rozó la boca sobre la de ella, capturando los bordes de sus labios superior e inferior con el suave y liso interior de los suyos. Dejando que la humedad de ambos se mezclara, antes de seguir el contorno con un minucioso deslizamiento muy lento. La respiración de Georgia se transformó en cortos jadeos, mezclándose con las moderadas exhalaciones de Tell. Cuando extendió la punta de la lengua a través de la comisura de los labios femeninos, ella gimió, abriéndose a él totalmente. Tell curvó la mano alrededor de su cuello, tomando posesión de su boca. Su lengua se mezcló con la suya, cada turbulento giro elevando su necesidad. Cada chupeteo, cada lamida, cada deslizamiento de sus húmedos labios lo instaba a arrastrarla fuera del asiento. A presionar y moler sus cuerpos juntos. Cuando ella se echó hacia atrás, él se enfocó en la sección de su garganta donde latía su pulso. Podía sentir su cuerpo vibrando, y se dio cuenta que el beso la había sacudido tanto como a él. —Georgia. —Raspó con los dientes sobre su cuello—. Te deseo. —Dios. Sí. No dejes de hacer eso. Tantas veces como se había imaginado este escenario siendo un chico de diecisiete años, no había coreografiado la logística. No quería inclinarla hacia adelante. Quería mirarla a los ojos mientras se deslizaba en su interior. Los pupitres de estudiantes eran demasiado pequeños e inestables para lo que él tenía en mente. 182

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Pero la mesa del profesor era perfecta. —Bebé, movámonos. Ella trató de alisarse el cabello en su lugar mientras se deslizaba fuera del pupitre. Él se rió y la tiró hacia sí. —Tu pelo se verá mucho más desordenado para cuando termine contigo. —Tell. No estoy segura de esto. —Se retorció fuera de su agarre y comenzó a retroceder lejos de él. Él la acechó. —Me vuelves jodidamente loco, Georgia Hotchkiss. —Tal vez deberíamos escabullirnos y hacerlo en tu camioneta. —Tal vez deberías meterte en esa linda cabecita tuya que voy a tenerte. A mi manera. Ahora. —Tell la dejó retroceder hasta que, literalmente, terminó arrinconándose por sí misma. Él estampó las manos sobre la pizarra a cada lado de su cabeza. Justo cuando Tell se inclinó más cerca, ella deslizó los brazos alrededor de su cuello, y le robó un beso. Sus movimientos de su cuerpo eran dignos de una estrella del porno mientras hacía esos pequeños gemidos jodidamente necesitados. Tenía años de fantasías girando en torno a él y a Georgia solos en un salón de clases, pero alargar esto no era una opción. —¿Estás mojada para mí? —Susurró. —Empapada, —susurró ella en respuesta. —¿Quién hubiera pensado que una boca tan bonita podría ser tan sucia? —Muéstrame algo sucio. —Le acarició el cuello—. Te he deseado durante tanto tiempo. Tanto, tanto tiempo. —Zigzagueó la lengua hacia atrás hasta su oreja—. Fóllame, Tell McKay. Fóllame ahora. Nadie tiene que saberlo. Un gruñido primitivo fue el único sonido que pudo manejar. La sostuvo de sus bíceps mientras la apartaba de la pizarra y la hacía girar hacia el escritorio. Pateó la silla a un lado, soltándola sólo el tiempo suficiente para barrer todos los papeles de la superficie, igual que en esa fantasía adolescente. 183

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ella soltó un sorprendido epa cuando la levantó para ubicarla sobre la superficie. Su caliente mirada se encontró con la suya mientras él se desabrochaba su cinturón. —Saca ese vestido de mi camino. La tela se pegaba a sus muslos mientras se subía el vestido hasta las caderas. Metió un dedo en la banda elástica de su tanga plateada. —¿Quieres que me quite éstas? —Sí. Observaba con su maldita lengua colgando, como ella arrastraba ese trozo de satén por sus temblorosas piernas, y luego se metía ella misma los dedos con un suave gemido de placer. Entonces estaba ubicado entre sus muslos. Condón puesto, empujó suavemente sus hombros murmurando: —Recuéstate. —Tan pronto como ella lo hizo, se deslizó en su interior. Fácilmente. Completamente. Se inclinó sobre ella, tomándole la boca de la misma forma que tomaba su cuerpo. Con pasión desenfrenada. Georgia se arqueó, sus tetas rebotando contra su pecho con cada agresiva estocada. Todo giraba en un torbellino de placer: el apretado agarre de su coño, el sonido de su carne golpeando la suya, el sabor de su boca y la necesidad creciendo entre ellos con cada empuje. Ella rompió el beso primero. —Necesito... más. Curvando las manos alrededor del pronunciado ángulo de sus altos tacones, le arrastró las rodillas por encima de sus caderas, separándolas un poco más. Follándola más fuerte, más profundo. —¿Así? —Sí. Pero me estoy deslizando demasiado. —Agárrate de mí. Estiró la mano para sostenerse de sus bíceps. 184

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Dios, me encanta jodidamente mucho cuando clavas tus uñas en mí, —resolló él. Jadeando, ella mecía las caderas con cada uno de sus empujes. —Mírate. Tan malditamente caliente. Mucho mejor que cualquier fantasía. —Tell. Por favor. Haz que me corra. Acomodó su pelvis para conectar con su clítoris cada vez que se adentraba hasta la raíz. —Tan cerca. Tan... —Un largo gemido brotó de su boca cuando se dejó ir. Completamente. Arqueando su cuerpo mientras su rostro se perdía en el placer. No podía apartar los ojos de Georgia, tan hermosa abandonándose a la pasión, al momento, a él. Tell no se quedó atrás. Bombeó tres veces más y eso fue todo. Sus ojos rodaron hacia la parte posterior de su cabeza en el momento en que su coño lo exprimió ordeñándolo. Santa mierda. Abrió los ojos y vio que Georgia seguía tan perdida en el momento como él. Desechó el condón y tuvo sus pantalones abrochados antes de que ella se moviera. Cuando pasó la mano subiendo por la parte interior de su muslo, ella respingó. —¿Estás bien? Georgia tenía una sonrisa soñadora mientras estiraba sus brazos por encima de su cabeza. —Me siento como un alambre sin puesta a tierra. En el buen sentido. —Así que lo conseguí. —Tell le dio otro beso. Este más dulce y perezoso. Apoyó la frente contra la suya—. Gracias. Eso fue increíble. —Mmm-hmm. Todavía me siento un poco mareada. Un sorbo de ti es demasiado embriagador. —Las yemas de sus dedos recorrieron su rostro desde la sien a la línea de la mandíbula—. No quiero volver allí. —Sólo por un rato. —Debo lucir como una mujer bien follada. ¿Crees que alguien sospechará lo que hemos estado haciendo? Espero que sí.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ella se echó a reír. —Eres tan transparente, McKay. Quieres que me pavonee dentro del gimnasio con mi pelo hecho un desastre, el vestido arrugado y una sonrisa de diez kilómetros de ancho. —Pillado. —Se puso la chaqueta y la observó mientras ella se daba prisa con su vestido y su cabello—. ¿Lista? —Supongo. —Georgia se dirigió hacia la puerta. —Mierda. Espera un segundo, —murmuró mirándole el trasero. —¿Qué? —Ah. Tienes marcas de tiza en el culo. —¿En serio? —Ella trató de mirarse el trasero por encima de su hombro. —Espera. Voy a quitártelas. —Cuando le dio un manotazo, notó el rebote perfecto en esas mejillas redondas. Tuvo un destello de nalguearle el culo hasta que esas mejillas estuvieran sonrosadas y calientes. Por lo general, él mantenía su personalidad de amante divertido a la vanguardia cuando llevaba a una mujer a la cama. Pero a veces quería más. No una conexión más larga, sino una más íntima. Finalmente había tenido las agallas de mostrarle su lado intenso a Georgia y a ella le gustaban sus exigencias sexuales. Se preguntó hasta qué punto lo dejaría continuar. —Entonces, ¿has terminado de azotarme el culo, vaquero? Tell le inmovilizó la espalda contra su pecho. —¿Y si digo que no? —Le acarició la oreja con la nariz—. ¿Si admitiera que mi otra fantasía era atarte y darte nalgadas en el culo hasta que te corrieras, te atreverías a intentarlo? Se quedó sin aire. Se tomó unos segundos antes de contestar. —Si no me obsesiono con ello de antemano. Si estamos en un momento... —¿Y si decido que es eso lo que quería de ti en ese momento? ¿Estarías de acuerdo con eso? —Sí. 186

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Él gruñó. —Has sido una chica traviesa, señorita Hotchkiss, dejándote follar en el aula. Ese comportamiento va en contra a la política de la escuela y conllevará un viaje a la oficina del director para su apropiado castigo. Ella miró por encima de su hombro. —El director McMasters tenía una vara en su oficina. —Una mano desnuda es un instrumento mucho mejor que una vara de todos modos. —¿Un instrumento para qué? ¿Placer? ¿O dolor? Tell le sonrió. —Sólo tienes que esperar para ver cuál te gusta más, ¿no crees? El baile estaba en su apogeo cuando regresaron al gimnasio. —¿Qué pasa, chicos? ¿Dónde han estado? —Preguntó Stephanie. —Dimos una vuelta por la escuela. Ya sabes, reviviendo viejos recuerdos. —Sonrió cuando Georgia le dio una palmada en la rodilla debajo de la mesa—. ¿Por qué? ¿Qué nos hemos perdido? —Un maldito concurso de limbo, ¿lo pueden creer? —Refunfuñó Roxanne—. ¿Quién hizo la planificación de este evento? ¿Chuck E. Cheese21? Georgia se atragantó con su bebida. —No me extraña que nadie quisiera ayudar a Sally. ¿Y puedes creer que ella trató de asignarnos asientos? Stephanie se inclinó sobre la mesa. —Tuve un enfrentamiento con Sally. Le dije que si ella intentaba alguna puta movida para que Deck y tú bailaran juntos como la pareja de la clase, vomitaría encima de ella. —Gracias por cuidar mis espaldas, Stephanie. —Siempre.

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Es una cadena de centros de entretenimiento familiar.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 El baile terminó y Sally subió al escenario para entregar los premios de la década. Y al igual que en la escuela secundaria, fueron premios estúpidos, prolongándose demasiado tiempo y entregándose a la multitud más popular. Con la excepción de Georgia. Su rostro era una máscara en blanco por lo que Tell no tenía idea de lo que estaba pensando. —El premio al cambio más radical es para... Tell McKay. —Cristo. ¿En serio? —Murmuró él. —Tell, tienes que subir allí, —dijo Georgia. Apuró su cerveza antes de dirigirse al podio. Sally le dio un abrazo y el pequeño trofeo. Se comenzó a dirigirse hacia las escaleras, pero alguien gritó: —¡Dí unas palabras! Mierda. Odiaba hablar delante de la gente. —Yo, ah, creo que todos en esta sala se merecen un trofeo, dado que sería una cosa jodidamente triste si fuéramos todos la misma persona que éramos en la escuela secundaria. —Se marchó escuchando los escasos aplausos. —Ahora miremos hacia atrás por los compañeros que hemos perdido. —La primera imagen en la pantalla detrás del escenario fue de Matt Wilson, que había muerto en combate en Irak. Sally habló de casi todo lo que Matt había logrado antes de su muerte. Llamó a la viuda de Matt al escenario para entregarle una placa conmemorativa. La segunda imagen en la pantalla fue de RJ Hotchkiss. Georgia se puso tensa, pero no hubo un cambio perceptible en su expresión. Cuando Tell notó que todos en la habitación la miraban, metió la mano debajo de la mesa y la apoyó en su rodilla. Sally habló brevemente sobre RJ, especialmente sobre su vida, dado que su muerte no había sido noble. Luego llamó a Georgia para que aceptara la placa conmemorativa. Ella no se movió.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Tell le apretó la pierna. —Georgia. Tienes que subir allí. —No puedo. —Sí, sí puedes. Ve ahora. Voy a estar aquí cuando regreses. Georgia caminó hacia el escenario como si estuviera frente a un verdugo. Dejó que Sally le diera un abrazo y leyó la placa antes de mirar a la multitud. —Serán nueve años el tres de agosto desde que perdí a mi hermano gemelo, mi mejor amigo, la persona que más significaba para mí en el mundo. Sé que todos recuerdan a RJ como el tipo con la sonrisa perpetua. El tipo que vivía para divertirse. El individuo con una personalidad más grande que la vida. Lo recuerdo como todas esas cosas también. Pero era mucho más. Lo echo de menos todos los días y deseo... —Georgia miró la placa, dejando caer su pelo hacia delante para ocultar su rostro. Cuando sus hombros comenzaron a temblar y Sally no hizo ningún movimiento para consolarla como había hecho con la viuda de Matt Wilson, Tell se puso de pie, con el corazón en la garganta. No podía soportar verla de pie allí sola, forzada a expresar su dolor en público. Escaló los peldaños, esquivó a Sally y se paró frente a Georgia, ocultándola del resto de la habitación. —Georgia. Vamos, dulzura, Te tengo. Georgia lo miró a los ojos. —Por favor, sácame de aquí. La acurrucó contra un lado de su cuerpo, y dejaron el escenario. Stephanie los interceptó con el bolso de Georgia y se dirigieron hacia la puerta. Tell no se detuvo hasta que llegó a su camioneta. Levantó el portón trasero y la levantó en sus brazos. Luego se sentó, sosteniéndola con fuerza mientras su cuerpo temblaba. Su voz era un suave susurro cuando por fin habló. —Lo siento. —No lo hagas. —Le besó la parte superior de la cabeza—. Vámonos. 189

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CAPÍTULO 15

Había llorado. Frente a una habitación llena de gente. La mayoría de ellos probablemente había estado feliz de verla desmoronarse. Probablemente pensaron que merecía la miseria en su vida después de llevar una existencia tan supuestamente feliz. El recuerdo de RJ quejándose que nunca ganaba nada la había golpeado cuando había aceptado el premio. No había ironía en eso, sólo tristeza. Y entonces Tell había estado allí. Rescatándola. Yendo más allá. Mostrando otra faceta de su personalidad… un lado protector. Ella sólo había arañado la superficie conociendo al hombre en que se había convertido y quería mucho más que la pequeña muestra que había obtenido las últimas dos semanas. —¿Estás bien? —Le preguntó antes de arrancar la camioneta, llevándose su mano a la boca para darle un beso ligero. —Sí. Gracias por... —Se aclaró la garganta—. Es raro pensar de nuevo en los premios del último año justo antes de la graduación. RJ estaba tan disgustado de no haber ganado el premio al alborotador de la clase. —No fue por no intentarlo, —murmuró Tell. Los vellos de la parte trasera de su cuello se erizaron. —¿Qué se supone que significa eso? Tell se removió en su asiento. ¿A qué se debía esa mirada culpable? —¿Algo que desee compartir con la clase, señor McKay? —En realidad no, pero estoy seguro de que ahora no lo dejarás pasar. —Estás en lo cierto, sobre todo si tiene algo que ver con mi hermano. —Así es. —Se pasó la mano por el pelo—. ¿Sabías que RJ y yo hicimos comercio juntos el último año? Nos asociamos para la clase de láminas metálicas. A RJ se le 190

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 ocurrió la idea de hacer una trampa para animales. Trabajamos en eso durante una semana y el gruñón del señor Krystanski nos puso una D, citando un fallo de diseño. Entonces RJ decidió que debíamos probar que el Sr. K estaba equivocado atrapando un animal en nuestra nueva y mejorada jaula y demostrarle que funcionaba. Georgia se lo quedó mirando. —¿Tú y mi hermano fueron los responsables de dejar a los zorrillos sueltos en la escuela? —Esa es la cosa. La zorrilla y sus cuatro hijos estaban en la jaula la noche que nos colamos en la sala de clases. Así que cuando vimos que la jaula estaba vacía a la mañana siguiente... no teníamos idea de lo que había pasado. El Sr. K nunca dijo una palabra y RJ y yo lo atribuimos a una broma fallida... hasta unos días más tarde… —Cuando la escuela entera apestaba a zorrillo. —Ey, no teníamos forma de saber que la zorrilla se había escapado y llevado a su camada a los conductos. Para entonces, de ninguna manera podríamos confesar, ya que tendrían que arrancar el techo para liberar a la familia de zorrillos y ninguno de nosotros quería pagar por el daño. Ella sonrió. —¿Así que el Sr. K estaba en lo cierto? ¿Su trampa tenía un defecto de diseño ya que los zorrillos escaparon? Él se encogió de hombros. —O alguien los soltó. —¿Y quién de ustedes inicialmente tomó los zorrillos? —Fue un esfuerzo conjunto después que yo le dije a RJ que me había topado con un nido. Los bichos son lindos cuando son pequeños. Pero la mamá estaba enojada cuando los tocamos. —¿Te roció? —A ambos. Georgia arrugó la nariz. —No recuerdo a RJ volviendo a casa oliendo a zorrillo. 191

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Eso es porque nos colamos en las duchas de la parada del camión y nos limpiamos. Diablos, creo que incluso descartamos nuestra ropa. —¿Nunca nadie se enteró? —Nop. RJ y yo juramos que nos llevaríamos el secreto a la tumba. —Tell se quedó inmóvil después de lo que dijo—. Mierda. Lo siento. No estaba pensando. Ella se inclinó sobre el asiento, tocándole la mejilla, sintiendo una extraña afinidad con él por el secreto que había compartido con su hermano. —Está bien. Estoy bastante segura que a RJ no le importaría que me lo dijeras. Apoyó su frente contra la de ella. —¿Estás lista para ir a mi casa? —Siempre y cuando tengas helado. Porque estoy de humor para comer helado y revolcarme frente de la tele. Tell sonrió. —Soy tan adicto al dulce que tengo cuatro tipos diferentes de helado. No hablaron en el camino al remolque de Tell. Cuando empezaron a bajar el largo camino de entrada, Georgia se dio cuenta de que no había traído otra ropa. —¿Tienes una camiseta extra que puedas prestarme? —Claro. Pero te va a costar. —¿Costarme qué? Él no respondió hasta que hubo aparcado. La miró con una sonrisa lasciva. —Hay dos cosas que van a pasar si tomas prestada una de mis camisas. Uno, que no usarás un sostén. Dos, puedo pedirte mi camisa de nuevo en cualquier momento. —Lo que significa que voy a quedarme desnuda. —Te permitiré dejarte esas bragas sexys. —Él sonrió—. A menos que estén en mi camino y entonces desaparecerán también. —¿Esta es tu manera de distraerme? —Preguntó ella en voz baja.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Él le tocó la cara. —Una de las maneras que tengo planeadas para esta noche. Reprimió un suspiro femenino. Estaba sobrecargada por dentro. Cuando Tell comenzó a abrir las ventanas, Georgia miró a su alrededor. El espacio estaba tan ordenado como la última vez que había estado aquí. —Va a enfriar rápido, pero podríamos querer sentarnos fuera hasta que lo haga. —¿Quieres que sirva el helado? —Será mejor que te quites ese vestido sexy primero para que no se te derrame encima el helado. Cuélgalo. Volveré con algo para que te pongas. Georgia vagó por la cocina y abrió los armarios, en busca de tazones. ¿Por qué tuvo una punzada de tristeza al ver su escasa selección de vajilla? Tenía cinco platos desiguales, cuatro platos de postre desiguales y tres tazones desiguales. Los tazones de plástico estaban adornados con personajes de películas animadas: Cars, Buscando a Nemo y Toy Story. La selección del material de vidrio seguía la misma línea: cuatro vasos de Tupperware plástico de la década de los ‘80, algunas pequeñas tazas plásticas de Happy Meal, tres jarrones de cerveza, dos copas y cuatro tazas de café. ¿Qué significaría que sus armarios se parecieran a los suyos? Había dejado todo atrás cuando dejó a Deck, a excepción de una maleta llena de ropa y una caja de objetos personales. Cuando consiguió tener su propia casa, comprar platos a juego y artículos para el hogar no le había importado. Algo patético que nunca hubiera cocinado para nadie en su condominio en Dallas, más allá de su madre. Tan concurrida como era la vida social de Tell, no parecía extenderse a su casa. Unos fuertes brazos la llevaron contra un pecho ancho y duro. —¿Encontraste algo interesante mientras husmeabas en mis armarios? —No. Pero me pregunto si tendré que luchar por el tazón de Toy Story. Woody es mi favorito. —Tengo un woody22 para ti, —respiró en su oído.

22

Juego de palabras, woody también significa tener una erección.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia se dio la vuelta hacia él, dándose cuenta de que se había cambiado y llevaba una ceñida camisa negra y pantalones cortos deportivos. —Tu woody tendrá que esperar. Estoy obsesionada con el helado en este momento. —Entonces será mejor sacarte de este vestido. ¿Sale sobre tu cabeza? ¿O lo dejas caer al suelo? —Al suelo. Tell deslizó los dedos debajo de la tela por encima de su escote y siguió la línea de su cuello hasta los hombros. Le acarició los brazos y tiró del vestido por encima de sus pechos y caderas hasta que se reunió a sus pies. Entonces desabrochó el sujetador. Pero esta vez la provocación no estuvo en la lentitud con que se lo quitó, sino en esos hábiles dedos sobre sus pezones después que su sujetador estuvo fuera. Permaneció quieta, a pesar de la forma en que estaba tocándola que lo hacía malditamente difícil. —Manos arriba, —murmuró Tell. Una sumamente suave y enorme camiseta cayó sobre su cabeza. El dobladillo le rozaba la rodilla. —Podría usar esto como un vestido. Salvo por esta parte. —El profundo escote en V revelaría sus pechos si ella se inclinara. —A mí me gusta ese aspecto del diseño. —Tell estiró la tela hacia la izquierda, dejando al descubierto el pezón endurecido. Inclinó la cabeza, presionando un suave beso en la punta, antes de reacomodarle la camiseta—. Me estás distrayendo, mujer. Se supone que debo darte tus opciones de helado. —Se retiró al congelador—. Veamos... Rocky road, Butterscotch ripple, Cookie dough o Chocolate y caramelo. —Una bola de chocolate y caramelo y una bola de Rocky road, por favor. Tell repartió dos cuencos idénticos y le entregó uno con una cuchara —¿Quieres sentarte fuera en la terraza de atrás? Es una noche hermosa. —Me encantaría.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Se sentaron en una pequeña mesa de picnic de madera. Estaba demasiado oscuro para ver más allá de la línea de la valla, pero recordaba que el Rancho McKay tenía diversas vistas. —¿Cuánto tiempo hace que vives aquí? —Un poco más de un año. Esta solía ser la casa de Brandt y Jessie. Antes de que yo viviera en la antigua casa de Luke. Y antes de que Dalton y yo compartiéramos un remolque de mierda. Ahora él está viviendo en el remolque de Luke. —¿Suena como si tu familia jugara a las casitas? —La muerte, el divorcio y el descontento obligan a ello. Creo que estamos todos un poco relajados porque nos gusta donde están localizadas las casas. Cerca, pero no demasiado cerca. Georgia dejó el último bocado de chocolate y caramelo derretirse en su lengua. —¿Alguno de ustedes se lleva bien con su papá? —Hay días en que todos lo hacemos. Pero son pocos y distantes. Nunca esperé que su sobriedad me disgustara. Me alegro de que lo haya hecho porque estaba matándose a sí mismo. ¿Pero la parte realmente aleccionadora para todos nosotros? No fue el alcohol que lo convirtió en cruel, idiota y gruñón. ¿Quítale la bebida? Él sigue siendo cruel, idiota y gruñón. Ella entrelazó sus dedos con los de él. Sorprendentemente, Tell siguió hablando. —Hay momentos en los que deseo que se vaya a un viaje de misión de forma indefinida. Cuando él no está, me siento culpable como el infierno por pensar eso, entonces aparece, actuando como el mismo hijo de puta que siempre fue, a excepción de los momentos en los que estaba inconciente por la borrachera. Desde que era un niño pequeño, el hombre me aterrorizaba. A todos nosotros. Todos estábamos asustados de hacer algo mal para ganar una de sus severas reprimendas. Puede sonar estúpido, pero prefería que me golpeara. Por lo menos las marcas se curarían. El látigo de su lengua siempre dolía mucho más que un cinturón. Era lo máximo que había hablado con ella acerca de los problemas que tenía con su padre. Y le dolía el corazón por él. Eso le hizo pensar... ¿Un padre cruel era peor que aquel que prefería un extraño a su propia hija? 195

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Tell empujó su tazón a un lado. —¿Deck y Tara-Lee viven con tu padre? —No lo sé. Deck y yo vivimos con mis padres hasta que RJ murió. Cuando papá compró la granja de cerdos, tuvimos una pequeña cabaña para nosotros mismos en la propiedad. A Deck no le gustaba porque era bastante básico, así que se quedó en la casa. Y a mí no me gustaba estar en casa con mis padres porque peleaban todo el tiempo, así que dormía en la cabaña. Ya que se suponía que Tara-Lee y RJ debían casarse ese otoño, Tara-Lee ya había ido a vivir con mis padres, por lo que le permitieron venir con nosotros a la casa nueva. Yo todavía estaba demasiado inconsolable, aún tratando de tomar clases en la universidad. Admito que no era la mujer más atenta. —Eso no le daba derecho a Deck para engañarte, —dijo Tell con vehemencia—. Por Dios santo, habías perdido a tu hermano, se vieron obligados a mudarse, tus padres se separaron. Él debería haberte cuidado. —Gracias. Evidentemente mi padre no lo veía de esa manera dado que se puso del lado de Deck. Cuando hablé con él la semana pasada, básicamente defendió sus acciones y las de Deck para decirme que nada es como parece. Él no entiende por qué simplemente no voy a su casa y resolvemos todo. Ninguno dijo nada durante unos minutos. Entonces Tell se puso de pie y le tendió la mano. —Quiero mostrarte algo. —¿Un poco más de tu diversión forzada? —Sí y llegará el día en que no le temas a esa palabra, dulzura. Georgia se dejó conducir bajando las escaleras y doblando por la esquina del remolque. Una hamaca para dos personas estaba ubicada sobre la loma de una pequeña colina. El suelo era rocoso y áspero -ninguna hierba suave y cuidada por aquí- y contuvo el aliento cuando algo se clavó en la parte inferior de su pie. Tell la levantó en brazos, llevándola de esa manera el resto del camino. Por mucho que le gustara estar sujeta contra su pecho caliente y duro, no pudo evitar burlarse. —¿Es aquí donde me llamas principiante? 196

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Él gruñó con exageración. —Estoy soportando estoicamente el dolor por ti, señorita, porque eso es lo que hacemos los vaqueros. —La bajó y se estiró en la hamaca antes de extender una mano hacia ella. Ésta se tambaleó, pero Georgia encontró un punto de equilibrio, cayendo justo encima de Tell, afortunadamente para ella. Suspiró. —Esta es la temperatura perfecta. —Suelo dormir aquí en el verano, cuando hace demasiado calor para dormir adentro. —¿No te comen vivo los bichos? —Nah. No debo ser lo suficientemente dulce. —Creo que eres lo suficientemente dulce. —Besó sus pectorales y se acurrucó contra su lado. Tell se movió para enredar sus piernas juntas. Todas las turbulencias de las últimas horas se desvanecieron, y una sensación de satisfacción la llenó cuando Tell arrastró los ásperos dedos sobre su piel. Después de un momento, Tell dijo: —Entonces, ¿cuál es la cosa más loca o más arriesgada que has hecho? —Nada. —Vamos, tiene que haber algo. —Siempre hice lo que se esperaba de mí. Ya sea por mis padres o por mi jefe. —En lugar de diseccionar sus aburridas elecciones, le planteó la misma pregunta a él—. ¿Qué es lo más loco o más arriesgado que has hecho, salvaje hombre McKay? Él continuaba acariciando la parte inferior de su brazo, desde la muñeca hasta la axila. —Estaba cansado de ser el McKay pobre. Así que tomé todo mi dinero, a excepción de cincuenta dólares, y entré en un torneo de póquer. O ganaba en grande o volvía a casa en bancarrota. 197

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Y qué pasó? —Valió la pena. Gané el primer puesto. Así que guardé la mitad de lo que había ganado, y utilicé la otra mitad para entrar en otro torneo el siguiente fin de semana. —¿Y? Tell rió. —Tuve una buena racha que duró todo un año. Hicimos una muy buena diferencia. Dalton fue mi cómplice, por así decirlo, por lo que ganamos lo suficiente como para comprar más tierras para añadir a nuestra parte del rancho McKay. Georgia levantó la cabeza de su pecho y lo miró. —Bien por ustedes. Pero ahora que lo has mencionado, un juego de strip póquer no está dentro de nuestros futuros planes. —Ganarías. Te tendría medio desnuda y empezaría a tener pensamientos lascivos... Ella sonrió. —Me gusta tu mente lasciva. —Y dulzura, no has visto las partes más lascivas. —Le mordisqueó la parte superior de la oreja—. Todavía. —¿Todavía estás en los torneos? —De vez en cuando. Dalton todavía lo hace. Esa euforia del jugador después de ganar en grande es algo peligroso. Pero no es como si estuviera ganando dinero por doquier. Tenemos un mecanismo de pesos y contrapesos entre nosotros, de manera que no nos suceda a ninguno de los dos, dado que vimos a muchos tipos caer presa de esa forma de pensar. Siempre queriendo la próxima gran victoria. Un cuarto de millón de dólares una semana, para perder todo la semana siguiente. Tratamos los juegos de azar como un negocio. Jugar solo un tipo de juego. Sólo entrar en eventos donde el buy-in23 es alto porque el pago es alto. Ella lo miró fijamente, fascinada de nuevo por otra faceta de este hombre. —Nunca he oído hablar de esto. En póquer es un término que se usa para decir la cantidad de dinero que se ha llevado a la mesa al comienzo de cada sesión. 23

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Eso es porque Dalton y yo lo mantenemos en secreto. Brandt sabe que ganamos algo de dinero porque compartimos la propiedad. Nuestro primo Ben lo sabe porque tratamos de hacer un negocio con él hace un año y medio, pero no se concretó. Pero nadie más en mi familia lo sabe, y esa es la manera en que queremos mantenerlo. —No voy a decir una palabra, te lo prometo. —Suspiró—. Soy aburrida en comparación contigo. Tienes esta vida secreta y… Tell detuvo su protesta con un beso. Después que liberó su boca, ella apoyó la cara en su pecho. Tell le acarició la parte superior de la cabeza y continuó con las caricias sobre su brazo. Soplaba una suave brisa. Entre el vaivén de la hamaca, el reconfortante latido del corazón de Tell debajo de su oreja, y los grillos, Georgia podría fácilmente dormirse. Estar con él de esta manera calmaba cada nervio alterado dentro de ella. —¿Quieres más helado? —Murmuró un poco más tarde—. Porque un solo tazón no cuenta como disfrute. —Claro. Pero estoy bastante cómoda en este momento. —Ya lo noté, puesto que roncabas. —Tal vez me quedé dormida. Pero la culpa es tuya. Es tan agradable estar contigo. —No sé si tomármelo como un cumplido o no, —se quejó. Georgia mordisqueó sus labios fruncidos. —Está bien. Voy a comer otro tazón de helado si eso te hace feliz. ¿Cómo vamos a salir de este artilugio? —Móntame. Ella suspiró. —Buen intento, Señor Insaciable. Él sonrió y le golpeó ligeramente el culo. —Lo digo en serio. Si te ubicas en mi centro de gravedad nos estabilizará.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —De acuerdo. Pero si siento a tu polla ponerse dura, no pueden culparme por atacarte. —Ella se equilibró con una mano en su hombro y puso la otra pierna por encima de su pelvis. —Demasiado tarde. Siempre estoy duro a tu alrededor. Espera. —Agarrándole las caderas, Tell se retorció y la hamaca se meció hacia arriba cuando dejó caer los dos pies en el suelo. Entonces se levantó, deslizando las manos hacia abajo para ahuecarle el culo mientras la llevaba a la casa. —No tienes que llevarme a todas partes, —le dijo sin mucho entusiasmo. —Me gusta. Eres pequeñita. —Se rió cuando ella tamborileó con los talones en su trasero—. Además, no llevas pantalones. Es lo menos que podía hacer. La acomodó en una silla de la cocina. Mirándolo ahora, supo que el Señor Dulce y Divertido había tomado un descanso, dejando al Señor Intenso a cargo. —Voy a querer esa camisa de vuelta ahora. Su ritmo cardíaco se aceleró y un cosquilleo de anticipación la recorrió por completo. —Además, no quiero que el helado manche tu ropa interior, por lo que será mejor que te la quite también. Una vez que Georgia quedó desnuda ante él, Tell le ofreció una sonrisa lobuna. —Voy a alimentarte. A mi manera. Si no te quedas quieta, bueno, dulzura, me veré obligado a atarte. Toda su mitad inferior se calentó y apretó. Y se humedeció, un poquito más hacia el sur. —¿Entendido? Ella asintió con la cabeza. —Bueno. Ahora siéntate en la silla para que pueda llegar a todas partes de ti mientras me sirvo. ¿Qué diablos quiso decir con para que pueda llegar a todas partes de ti? Georgia deslizó su desnudo y flácido culo hasta el borde del asiento. Pero siendo bajita, su cabeza y cuello quedaron en un ángulo extraño. Había estado tan ocupada tratando de ubicarse bien que no se había dado cuenta que Tell estaba a menos de medio metro de distancia, sosteniendo un tazón. 200

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Él frunció el ceño. —Eso no va a funcionar. Ponte sobre la mesa. A pesar de que todavía hacía calor en la casa, la superficie de la mesa estaba fresca contra su trasero. Sus piernas colgaban sobre el borde y se apoyó sobre sus manos detrás de ella. —¿Para qué es eso? —Le preguntó con un poco de temor cuando vio el paño de cocina en la mano de Tell —Para mantener tus brazos fuera de mi camino. Porque tengo la sensación de que esto te va a perturbar un poco. Georgia no se inquietó mientras la ataba, pero su cuerpo estaba hiperconsciente del suyo. A continuación Tell pasó las yemas de los dedos hasta la parte exterior de sus brazos, sobre sus hombros, deteniéndose para ahuecarle la cara entre sus manos. —¿Lista para tu helado? —Umm. Sí. —Abre. Ella cerró los ojos después que él le diera una cucharada de Butterscotch ripple. La delicia cremosa se deslizó por su garganta. —Ah-ah. Los ojos sobre mí. Lo miró mientras le deslizaba otro bocado. Tan pronto como tragó, los labios de Tell estuvieron sobre los suyos, la lengua hundiéndose dentro de su boca. El encuentro de su cálida lengua contra la suya fría, el dulce sabor del helado y el familiar sabor de Tell la hicieron gemir. Deseaba curvar la mano alrededor de la parte posterior de su cuello, sostenerlo en su lugar mientras lamía cada pizca de este nuevo combo de sabor, pero sus manos estaban fuera de servicio. Así que cuando Tell rompió el beso, ella se quejó. —Toma otro bocado antes de que se derrita. —La alimentó con otros tres bocados, observando ávidamente su boca mientras se lamía los labios. Después de la siguiente cucharada, la besó otra vez. Hablando de derretirse. Caliente y frío. Dulce e intenso. Manteniendo sus azules ojos llenos de lujuria fijos en los de ella, sostuvo la cuchara al nivel de su barbilla. Inclinó la cuchara a un lado y el helado cayó sobre su pecho, deslizándose entre sus senos 201

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ella se quedó sin aliento. —Uuuh. Parece como que voy a conseguir probar un poco, también. —Su lengua comenzó en la parte inferior de donde goteaba y lentamente lamió hacia arriba, saboreando el helado sobre su piel. Por la forma en que Tell se ubicó entre sus muslos, tenía que saber lo mojada que la estaba poniendo esta situación. El siguiente movimiento fue utilizar el extremo de la cuchara para pintarle los labios con helado. Entonces lamió y mordisqueó, provocándola incesantemente con el juego boca-a-boca, pero denegándole un beso en toda regla. Hablando de erotismo. Le dio otra cucharada. Entonces sostuvo la cuchara justo fuera de su alcance, inclinándola, de manera que las gruesas gotas nunca aterrizaban en el mismo lugar de su cuerpo. Y sólo una vez cayera sobre su pezón. Y limpió hasta la última gota de helado derretido. Chupando al punto de hacerla comenzar a estremecerse. Por dentro. Y por fuera. Georgia estaba condenadamente cerca de mendigar. Y él lo sabía. Entonces enganchó el pie alrededor de la silla, acercándola a la mesa, sentándose tan cerca que la entrepierna de Georgia quedó justo delante de su cara. Todo su cuerpo se sonrojó ante la intensa forma en que Tell observaba su parte más íntima. —Maldita sea, te ves tan bonita así. —Rastreo su hendidura desde la parte superior de su hueso púbico hasta su entrada—. A juzgar por lo mojada que estás, te debe gustar mucho el helado. —Tell. Por favor. Levantó la vista hacia ella, el deseo ardiendo en sus ojos. —Oh. Lo siento. Estoy siendo egoísta. ¿Quieres un poquito más? Ella negó con la cabeza.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Entonces no te importa si me lo termino yo? Dios Santo. Ella no iba a sobrevivir a esto. No. Iba. A. Sobrevivir. Georgia fue incapaz de hacer algo más que mirar cómo Tell usaba una mano para retirar la piel que rodeaba a su clítoris. Entonces tomó la cuchara del tazón de helado y colocó el frío metal directamente sobre esa carne hinchada. Su cuerpo se sacudió y ella gritó: —¡Dios mío, está frío! —¿En serio? Oh. No me digas. Déjame calentarlo para ti. —Alejó la cuchara y puso su boca sobre aquel punto. Su caliente, húmeda y exprimidora boca. Pero sólo aspiró brevemente. Arremolinó la lengua y lamió su coño como si estuviera comiendo un cono de helado. Una larga vuelta tras otra. Entonces acarició con la nariz la parte interna de su muslo... y otra vez cogió la cuchara. —Oh. No. —Oh. Sí. Porque no sabes cuánto me gustaría un poco de crema dulce y pegajosa. — Tell cubrió la parte posterior de la cuchara con una derretida voluta de Butterscotch. Pero esta vez, apretó su pezón mientras apoyaba la cuchara en su clítoris. Georgia se arqueó hacia atrás como si él hubiera unido cables eléctricos sobre su cuerpo. Cada pulsante punto gritaba por la liberación. Incluso sus dedos se retorcían. Su mente estaba enfocada en una sola cosa: correrse. Tell dejó la cuchara en su lugar, rozando la curva sobre la sensible protuberancia hasta que el metal se calentó debido al calor de su cuerpo. Esto era tortura. —Georgia. Mírame. Su mirada voló a la suya. Tell expuso su hinchado clítoris. Bajó la cuchara, inclinándola de tal forma que la gota de helado cayó justo en su clítoris. Esta vez, ella gritó. Una gota más y explotaría.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Y como si hubiera leído su mente, apoyó la cuchara por encima de su sexo. Cuando la inclinó, la gota quedó suspendida en el aire, cayendo en cámara lenta. En el momento en que esa gota helada conectó con su botón, empezó a correrse. Entonces la caliente boca de Tell estuvo allí, chupando su clítoris frío por el helado. Lamiéndola a través de un orgasmo de proporciones épicas. Cuando el enérgico clímax terminó, aterrizó sobre la mesa como una mariposa. Su lepidóptera neblina no duró mucho. Tell la levantó por los hombros y llevó la boca a su oído. —Necesito follarte, Georgia. Teniendo en cuenta cuánto lo necesito, va a ser rápido. Pero no dulce. La volteó sobre su estómago. Algo suave y rugoso evitó que sus caderas se clavaran en el borde de la mesa. Con las manos atadas y sus pies sin poder tocar el suelo, Georgia quedó completamente a merced de Tell. Las manos callosas le levantaron el trasero más arriba. Entonces, la cabeza de su polla rozó el húmedo centro femenino y Tell movió las caderas, conduciéndose dentro de ella ferozmente. —Córrete para mí otra vez. —No puedo. El último… —Lo puedo sentir, bebé, está justo ahí. Él empujó hasta el fondo en su próximo empuje dejándola aturdida. La follaba tan duro que la mesa se movía. La follaba tan duro que cada rápido golpe era como un mini-orgasmo… la cabeza de su polla raspó sobre su punto G para luego conectar inmediatamente con el cuello del útero, haciendo que sus músculos vaginales se contrajeran repetidas veces alrededor del grueso eje. Durante la siguiente embestida, Tell rugió su liberación. El frenético bombeo de sus caderas se ralentizó y se detuvo, a pesar de que mantenía un firme agarre sobre la parte exterior de sus muslos, como si necesitara algo sólido donde sostenerse. Georgia sintió la dura pared de su pecho y estómago cuando acomodó su cuerpo sobre el de ella.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Respiraba jadeante. Su cuerpo se estremecía. La embriagaba afectar a este hombre de esta manera. —Bebé. Eres... Guau. Eso... —Él se rió en voz baja—. No hay palabras para describir lo bueno que fue. Que hombre tan dulce y caliente. Georgia volvió la cabeza y le besó la comisura de la boca. —Para mí también. Pero vaquero, creo que mis brazos están adormecidos. —Mierda. Lo siento. —Se puso de pie y salió lentamente. Cuando intentó pararla sobre sus pies, se le doblaron las rodillas. —Uau, cariño. Espera. Te tengo. —Tell la tomó en sus brazos y se dirigió a su dormitorio. Ella acomodó la cara contra su cuello, todavía felizmente confusa por ese orgasmo que pareció durar… una hora… o algo así. Tell la abrazó estrechamente contra su enérgico cuerpo. Sintió el errático pulso debajo de sus labios y saboreó la sal en su piel. Todo en él era tan devastadoramente masculino. La apoyó suavemente en el borde de la cama y se estiró a su alrededor para quitarle el paño de cocina. Tan pronto como la liberó, le frotó las muñecas, los antebrazos y los bíceps. —¿Estás bien? —Mmm. Cansada. —Frotó la boca sobre el oscuro vello que bisectaba su torso, desde el pecho hasta la ingle. Olía tan bien allí. Todo caliente y almizcladamente masculino. —Deja de tentarme para otra ronda esta noche, mujer. —Pero podrías, ¿no? Intentar otra ronda. Tell le levantó la barbilla para mirar su rostro. —Es tu libido borracha la que está hablando. —Pasó el pulgar por su labio inferior—. Pero sí. Todo lo que tengo que hacer es mirarte para desearte. Este hombre podría desintegrarla en más niveles de los que tenía la capacidad cerebral de contemplar. —Es bueno saberlo. Pero me agotaste. 205

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Entonces duérmete. Fue una noche muy larga. Yo también pondré a descansar mi culo. —Corrió las sabanas para ella y Georgia se arrastró dentro. Tan pronto como recostó la cabeza en la almohada y se dejó llevar, se preguntó si debería preguntarle a Tell qué pasaría después, no sólo mañana, sino la próxima semana y el mes que viene, ahora que la reunión había pasado.

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CAPÍTULO 16

Georgia se despertó sola. No era la primera vez que sucedía cuando pasaba la noche en casa de Tell. El hombre tenía que levantarse al amanecer todas las mañanas, sin importar que fuera fin de semana. Una suave brisa se colaba a través de la ventana del dormitorio. Rodó sobre su estómago, extendiéndose en las frías sábanas que olían a Tell. Nunca había prestado mucha atención al aroma de un hombre antes, pero el suyo era tan distintivo… sol, almizcle salado, sutil aroma a jabón y un toque de crema de afeitar. Mmm. Se preguntó si el olor del hombre perduraría en su piel durante todo el día. Era un incentivo para no meterse en la ducha. Tal vez si se quedaba desnuda, cuando Tell volviera, podría frotar ese aroma por todo su cuerpo de nuevo. Estaba imaginando maneras muy inventivas de cómo Tell podría despertarla, cuando llegaron voces desde el pasillo. Rodó y se plegó contra sí misma, aferrando la sábana sobre su pecho desnudo. ¿Quién estaba aquí a las –frunció el ceño sobre el reloj despertador– nueve y media de una mañana de domingo? Se quedó escuchando. No podía distinguir las palabras, pero eran dos voces masculinas. Relájate. Probablemente es uno de sus hermanos. No era como si pudiera salir y conocer a su familia. Tendría que quedarse porque su única ropa era el vestido que se había puesto la noche anterior. Un vestido que Tell había colgado cuidadosamente de la silla. ¿Cuándo había hecho eso? ¿Era esa una sugerencia para que se vistiera? También había dejado su ropa interior, sujetador, zapatos y bolso sobre el tocador… directamente en su línea de visión. Las dudas que sintió anoche resurgieron. ¿Qué pasaría ahora? La había acompañado a la reunión; ella había arreglado los juicios de los rodeos para él. Técnicamente cada uno había recibido lo que quería. Tell no había mencionado querer más. Tú tampoco. ¿Así que cuáles eran sus opciones? 207

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 ¿Arrastrarse nuevamente dentro de la cama y taparse la cabeza con las sábanas? ¿Vestirse y enfrentar el día… y a Tell? La segunda opción se impuso. Cuando entró en la cocina, Tell no la abrazó ni la besó. De hecho, ni siquiera se levantó de su asiento en la mesa. Sólo le echó un vistazo con una ligera sonrisa. —Buenos días. —Buenos días. —Este es mi hermano Dalton. Intercambió una mirada entre los dos hombres. El mismo pelo oscuro, mismos ojos azules. Dalton tenía rasgos más robustos donde los de Tell eran más angulosos. Dalton era un tipo grande… tenía unos buenos cinco centímetros por encima de Tell y 15 kilos… de puro músculo, a simple vista. Lo más probable era que Dalton tuviera la misma sonrisa de suficiencia que su hermano mayor. Pero no había ni rastro de ella mientras su mirada recorría a Georgia. Luchó contra el impulso de removerse por su aspecto desaliñado, optando en lugar de eso por levantar la barbilla una muesca y dispararle una mirada igualmente fría. —Hola, Dalton. Me acuerdo de ti. —Georgia. Te ves… Tell lo golpeó en la parte posterior de la cabeza. —Cállate, imbécil. ¿Por qué estás aquí? ¿No tienes algo que hacer hoy? Dalton frunció el ceño. —No yo, nosotros. Estoy esperándote, porque los dos tenemos que ocuparnos de esa cosa, ¿recuerdas? —¿Qué cosa? —Preguntó Tell confuso. —Ya sabes. Esa cosa. —Oh. ¡Ah! Esa cosa. Claro. Hablando de divagues. ¿Era “esa cosa” algún código secreto entre hombres del estilo déjame ayudarte a deshacerte de tu molesta huésped femenina? 208

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Síp, si las miradas que intercambiaron los chicos McKay era alguna indicación. Las mejillas de Georgia ardían. Sí, ella era toda elegancia la mañana siguiente a su reunión de secundaria… vistiendo sus ropas arrugadas de la noche anterior, oliendo a sexo, recién levantada y sin cepillarse los dientes. No era de extrañarse que Tell tuviera el aspecto de un animal atrapado. ¿Estaba preocupado de que ella lo avergonzara de alguna manera delante de su hermano menor? ¿Actuando como una novia intensa? ¿O peor... sintiéndose como en su casa? Al diablo. Mantendría la cabeza en alto. Podía actuar casualmente cachonda, como si salir de la cama de un hombre después de una noche de tirones de pelo y sexo increíble, fuera algo habitual para una tigresa como ella. Gran discurso, Labios Calientes. Saldrías corriendo por la puerta si pudieras. Sus dedos se apretaron en su bolso. —Sé que eres un hombre ocupado, Tell. Pero me temo que necesitaré que me acerques a casa. —No hay problema. Te llevaré ahora. —¿Quieres que te lleve? —Preguntó Dalton. Tanto ella como Tell se congelaron, pero no se miraron entre sí. —Nah. Estaré de vuelta en treinta minutos y podemos ir a hacer aquella cosa. Así que Tell no estaba planeando quedarse en su casa. Georgia podía sentir la mirada de Tell sobre ella mientras mantenía abierta la puerta principal. Nunca había utilizado el tipo de evasión soy-una-persona-tan-ocupada-quenecesito-constantemente-mirar-mi-celular, pero lo estaba haciendo ahora. Estaba tan absorta en la información de su teléfono que ni siquiera miró a Tell después de que la ayudara a subirse a su camioneta. Estaba tan inmersa en desplazar el texto a través de la pantalla que no prestó atención a Tell McKay en absoluto. Murmurando para sí misma mientras fingía ignorar el paisaje de Wyoming que rodaba en el exterior de la ventanilla del lado del pasajero. —¿Ocurre algo? —Preguntó Tell finalmente. —No. —Se tomó un momento para preguntarse si debería aprovechar la oportunidad y preguntarle si se verían esta semana. 209

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Lamento que Dalton apareciera esta mañana. Me olvidé por completo que le dije… Ella levantó la mano que no estaba usando para teclear en su teléfono, pero no se dignó a separar los ojos de la pantalla. —No necesitas explicarte. Tengo que ir a casa de todos modos, sólo lamento haber tenido que arruinar tus planes y que tengas que traerme hasta mi casa. Por eso insisto en conducir. No me gusta quedar atrapada en ningún lugar sin mi coche. —Llevarte a casa no es un problema, Georgia. La dura firmeza de su mandíbula y el tono cortante desmentían esa declaración. —Veo que mi jefe me dejó varios correos electrónicos porque espera los informes actualizados sobre tres proyectos que se suponía que debía tener terminados la semana pasada. Ahora sé lo que voy a hacer esta semana. —¿Qué? Georgia lanzó un profundo suspiro. —Quemarme las pestañas. No voy a tener tiempo para respirar, y mucho menos para hacer cualquier otra cosa. —Esa era la apertura de Tell, si él la aprovechaba. Pero él no la tomó. No contrarrestó con una lista de cosas que necesitaba llevar a cabo esta semana y no preguntó si podían sacar tiempo para ellos en algún momento. Tell dejó el motor en marcha cuando se detuvo en su camino de entrada. No se ofreció a ayudarla a bajar de su camioneta como siempre lo hacía. Pero se estiró en dirección a su mano. Georgia lo miró. El maldito hombre era tan jodidamente apuesto que era irreal. Y hería su orgullo que hubiera terminado con ella. Bien. Ella había terminado con él, también. Era mejor terminar con esto ahora en lugar de arrastrarlo hasta el final del verano. ¿La noche pasada, toda la gente de esta ciudad que es feliz de verte miserable, no demostró que nada, ni siquiera un caliente y sumamente dulce vaquero que te mueve el piso en la cama y te consuela cuando lloras, te convencería para permanecer en Sundance, Wyoming, de todos modos? Esa pequeña conciencia mordaz suya había adquirido un dejo sureño y la llevó de vuelta a la fría realidad de esta situación. El dulce Tell se llevó sus nudillos a la boca para un beso suave. 210

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Me lo pasé muy bien contigo anoche. —Igual yo. Se miraron. —Georgia. Yo… —dijo en el preciso momento en que sonó el teléfono móvil que ella tenía en la mano. Maldita sea. Y era su jefe, encima. Llamándola un domingo. No había estado mintiendo del todo; tenía un montón de mierda que hacer esta semana. Tell se apartó. —Será mejor que respondas, ya que estás tan ocupada y todo eso. Georgia tomó su bolso y salió sin mirar atrás.

El lunes por la mañana, Tell condujo a la casa de Ben para trabajar en la empacadora. Habían trabajado en la máquina durante más de una hora cuando Ben dijo: —Voy a tomarme un descanso antes de buscar el martillo para tratar de arreglar este pedazo de mierda. —Buena idea. —Tell lanzó sus herramientas sobre la tela de lona. —Entonces, ¿cómo estuvo tu reunión? Se limpió el sudor de la frente. —Bien, supongo. No parecía muy diferente de la escuela secundaria, a excepción del bar en el gimnasio. —Y por el hecho de que se folló a Georgia en el salón de historia. Ben se rió entre dientes. —El alcohol fue lo único que hizo la mía soportable. —Es más fácil si tienes una mujer caliente colgando de tu brazo. —No lo sé. Fui solo a mi reunión. Eso sorprendió a Tell.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿En serio? —Sip. No habría ido en absoluto, pero me enteré que la chica de la que había estado enamorado durante años estaría allí. Naturalmente, quería demostrarle lo mucho que había perdido por no aceptarme en ese momento, y darle la oportunidad de rectificar eso. —¿Y funcionó? Él sonrió. —Oh sí. Bebimos. Bailamos. Ignoramos a todos. Terminamos haciéndolo en el vestuario de los chicos y nos perdimos la ceremonia de premiación. Luego fuimos a su habitación del hotel y follamos toda la noche. Su avión salió temprano a la mañana siguiente. Tomamos caminos separados. Ambos obtuvimos lo que queríamos. Sin arrepentimiento, sin promesas, sin invitaciones a ser amigos en Facebook. Sólo una noche de convertir esas fantasías adolescentes en realidad. —Ben abrió la tapa de una botella de agua y bebió—. ¿Fue de esa manera para ti también? Tell se apoyó en el lado del granero, temiendo ese escenario. —Es diferente para mí porque Georgia está de vuelta y vive en la ciudad. —¿Entonces cuál es el problema? —Siguiendo tu tren de pensamientos. Me pregunto si sólo nos rascamos un picor. —¿Piensas que eso es todo? —No. Sé que hay más que eso dado que hemos estado pasando tiempo juntos las últimas dos semanas. Pero eso no cambia el hecho de que la única razón por la que empezamos a estar juntos fue porque ella necesitaba una cita para la reunión. Ahora que todo ha terminado... no sé a dónde vamos desde aquí. Ben frunció el ceño. —¿No lo hablaste con ella? Tell negó con la cabeza. —Soy un tipo que sólo busca divertirse, ¿recuerdas? Mis conversaciones matinales del día después son más del tipo, Ey, cariño, ¿has visto mis pantalones? Su primo se rió. 212

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Entonces Dalton apareció el domingo por la mañana dos horas antes. Les habíamos prometido a Brandt y Jessie que estaríamos en su casa cuando papá se acercara para ver a Tucker. Pero el idiota de mi hermano menor lo hizo sonar como algún grande y estúpido secreto, llamándolo esa cosa, porque ninguno de los dos quiere hablar acerca de nuestra jodida familia delante de alguien que no es de la familia. —¿Por lo que Georgia pensó que estabas qué? ¿Tratando de deshacerte de ella? Tell gruñó. —Sip. Entonces se mostró indiferente. No podía esperar a llegar lo más lejos posible de mí. Y fue malditamente vaga en relación a sus planes durante esta semana. Quejándose de que estaría tan ocupada que apenas tendría tiempo de respirar. Básicamente, me dijo: no me llames; yo te llamaré. ¿Así que entiendes por qué no sé qué hacer? —Sí. Supongo que si ella no se irá de la ciudad, no veo el daño en dejarlo estar por ahora. Tómate un par de días lejos de ella para averiguar si quieres continuar lo que empezaste y dejas que ella haga lo mismo. Buen consejo. No era lo que él quería oír sin embargo. —Gracias, hombre. Te lo agradezco. —No hay problema. ¿Vas a estar aplastado y abatido como un perro pateado si ella no quiere saber nada más de ti? Probablemente. —Vete a la mierda. Él sonrió. —No pude evitarlo. Pero en serio, ¿por qué no les hablas a tus hermanos sobre esto? —Me gustaría si pudiera hablarle a Brandt entre los cambios de pañales y a Dalton entre los juegos de póquer. Los ojos de Ben se estrecharon. —Te dejaron en la estacada de nuevo, ¿verdad?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Como si eso fuera una sorpresa. Ya sabes cómo es, Ben. Parece que nosotros los chicos del medio -Colt, tú y yo- siempre quedamos atascados con una tonelada más de jodidas tareas que los mayores o los más jóvenes. —No, señor. No tiene por qué ser así. El hecho de que Brandt se haya añadido la responsabilidad de la crianza de un niño no le da el derecho a dejar de lado sus responsabilidades en el rancho. Sé que Dalton y tú se han echado al hombro más trabajo en los últimos seis meses. He estado allí, primo, y apesta. —¿Tenías ese problema con Quinn? —Sip. El príncipe Adam llegó y las prioridades de Quinn cambiaron, lo que significaba que las tareas del rancho cayeron de lleno sobre mis hombros. Chase no estaba cerca. Mi padre trató de tomar el relevo, pero la mierda no se iba a acabar. Me molestó. Dejé que mi hermano lo supiera. Fue una situación horrible por un par de semanas, porque Quinn es jodidamente terco, pero me hizo caso. Hubiera sido peor si lo hubiera dejado pasar. Enfréntate a tu hermano, Tell, o nada va a cambiar. —Te haré caso. Supongo que si solo se tratara de cuestiones del rancho con mis hermanos, estaría bien, pero los asuntos de la familia pueden corroerme hasta terminar siendo masticado y escupido. —¿Pasa algo con el tío Casper? —No, papá no es el problema, aunque no lo creas. Mi madre... Jesús. Está tan involucrada en su propia vida que no puede ver que otras personas tienen vidas también. —¿Qué quieres decir? —Quiero decir que ella espera que yo... —Tell sacudió la cabeza—. No importa. Me siento como un maldito quejica. Nadie puede aprovecharse de mí sin mi permiso, ¿no? Así que sólo tengo que animarme y recordar decir que no. —Buen plan. ¿Dalton está trabajando contigo? Tell se encogió de hombros. —Él no es malo. Me cubre tanto como yo lo cubro a él. Es Brandt quién es un peso muerto. Ben disparó a la empacadora una mirada de disgusto. 214

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Hablando de peso muerto... Estoy harto de esa puta cosa. Estoy agotado. Es hora de comprar una nueva. —Después de todas las veces que se ha atascado el verano pasado, estoy de acuerdo contigo. —Esta no es la única pieza que ha visto días mejores. Parece que todo se rompe al mismo condenado tiempo. El coche de Ainsley se detuvo y Ben cambió su comportamiento por completo. —Parece que mi almuerzo está aquí. No sonaba como si Ben estuviera hablando de comida. Tell interpretó eso como su señal para irse.

El lunes, Georgia cargó su maletín, tratando de no temer el proceso de argumentos de venta en cold-call24. Sería más fácil conducir las diez manzanas hasta la calle principal de Sundance que de ir caminando usando sandalias con tacones de diez centímetros. El día estaba mucho más cálido de lo previsto, y estaría sudando como una puta en la iglesia para cuando llegara a su destino. Esperó en su coche un momento mientras examinaba la lista de posibles patrocinadores de publicidad para la guía de programación del Rodeo Torre del Diablo. La sugerencia de Barbara de vender a los locales -sobre todo después de la falta de comunicación de la anterior compañía patrocinadora del rodeo – asustaba un poco a Georgia. Si no vendía sería una mala imagen para ella, por lo que no tenía más opciones que conectar con su vendedora interior y vender, vender, vender. Por suerte, el comité que manejaba los contratos con el proveedor del ganado, los entretenimientos, los locutores del rodeo, los invitados especiales y los patrocinadores individuales, también tenían compromisos por parte de los bancos de Sundance para los principales patrocinios de rodeo.

Cold Calling o "llamada en frío" es un proceso de mercadotecnia para captar potenciales consumidores o clientes, telefónicamente, por correo electrónico o haciendo algún tipo de conexión en las redes sociales. 24

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Su idea -aunque una no muy original- era conseguir que las empresas en Sundance, Moorcroft y Hulett patrocinaran un premio llamado cash cow 25, en el que el ganador podría escoger entre una vaca entera completamente procesada y envasada, o su equivalente en efectivo. Su compañía había tenido éxito con este tipo de promoción para un pequeño rodeo en Oklahoma, y las empresas participantes tuvieron un gran aumento en la cantidad de clientes en sus tiendas. Georgia inhaló un par de respiraciones para calmarse y se alisó las arrugas de la falda de lino color caqui. Los nuevos negocios habían surgido en los años que había estado lejos, por lo que empezaría por allí. Fields, un restaurante de lujo que contaba con ingredientes cultivados localmente desde vegetales y granos, a carne de res, cerdo y pollo, compraron un gran anuncio. La ferretería compró un anuncio de página completa. Como también Lettie de la Bota de Oro. Luego tuvo que preguntarse si algunas de las empresas lo estaban haciendo por lástima porque era una mala vendedora. ¿Y qué? Argumentó su demonio interior. Una venta era una venta. Y si tenía que responder a las preguntas de chismosos para hacer esa venta, que así fuera. Había convencido al dentista para la publicidad. Además de la tienda de alimentos. El concesionario local estaba proporcionando gorras, camisetas y discos voladores para los descansos entre eventos, y colocaron anuncios de cuarto de página en todos modos. Todos los lugares acordaron permitir señalización promocional y folletos en sus establecimientos, además de las cajas en la entrada para el gran premio. Cuando su estómago gruñó, se dio cuenta de que se había pasado por alto el almuerzo. Se metió en Dewey con la intención de comer algo rápido. El restaurante estaba casi vacío. Afortunadamente la camarera que le había llenado la cabeza hablando mal de Tell no estaba sirviendo. Pidió la sopa y ensalada especial, mirando a través de sus notas mientras esperaba. Tenía un buen número de empresas a las que ir en Sundance y ni siquiera había comenzado en Moorcroft o Hulett.

En la jerga de negocios significa que una empresa de negocio genera un retorno constante de beneficios que superan con creces el desembolso de dinero en efectivo necesario para adquirir o iniciarlo. Muchas empresas tratan de crear o adquirir este tipo de iniciativas, ya que pueden ser utilizados para impulsar los ingresos totales de la empresa y para apoyar los esfuerzos menos rentables. 25

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 La camarera descargó la ensalada primero y derramó la sopa. Cuando maldijo en ruso, la mirada de Georgia salió disparada a la rubia esbelta. Entonces ella se disculpó en inglés. —Lo siento. Es bastante obvio que no he trabajado como camarera recientemente. —No se preocupe, —dijo Georgia… en ruso. Eso sorprendió a la mujer. —No me encuentro a menudo con alguien en Sundance que sepa hablar ruso. —Mi madre es de Rusia. —Ah. Yo nací en Ucrania. Conozco a muchas mujeres que han encontrado maridos aquí. ¿Habla ruso con fluidez? —Sólo pasable. —Georgia deslizó sus papeles a un lado y tiró de la ensalada y sopa más cerca—. Eres bienvenida a unirte a mí si no estás ocupada. La mujer sonrió. —¿En serio? Eso sería genial. Déjame agarrar el té helado. —Regresó y volvió a llenar el vaso de Georgia—. Almuerzo de trabajo. Se siente bien estar sentada. —Tomó un largo trago de té—. Soy Domini. —Georgia. —¿Llamada así por la Georgia soviética? —Sí, algunas personas notan eso. No te he visto antes por aquí. —Estoy por lo general en la parte de atrás, ordenando horarios y realizando pedidos. Solía cocinar y servir, pero lo hago a medio tiempo ahora. —Domini se encogió de hombros—. La mayoría de la gente piensa que estoy loca por trabajar cuando tengo seis hijos en mi casa. Georgia casi se atragantó con su sopa. —¿Tienes seis hijos? —Sí. Todos nuestros dulces pequeños llegaron a nosotros a través de la adopción. Aunque me encanta ser esposa y madre, necesito algo para mí también.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Mi madre no entendía eso hasta que se divorció de mi padre. —Georgia apuñaló unos trozos de lechuga con el tenedor. —¿Así que tu madre...? —¿Fue básicamente una novia por correo rusa? Sí. Es extraño decirlo, incluso ahora. ¿Qué hay de ti? Domini negó con la cabeza. —Vine a los EE.UU. con un grupo de la iglesia. Obtuve la ciudadanía y conocí a mi marido aquí unos años más tarde. Pasé la mayor parte de mi vida en un orfanato, por lo que estoy agradecida que Cam tenga una familia grande en la zona y estén dispuestos a ayudar con nuestros niños. ¿Eres de por aquí? Georgia compartió la versión editada de su vida, terminando con: —Es extraño estar de vuelta. Tuvimos nuestra reunión de secundaria el sábado por la noche. —Mi marido es policía. Estaba decepcionado que no llamaran a la policía para solucionar alguna pelea. —¿Quién es tu marido? —Cam McKay. ¿No era eso increíble? Otro McKay. —Tell era mi cita en la reunión. Domini la señaló. —¡Ajá! Tú eres de la que hablan. La bella mujer del pasado de Tell. —No tuvimos un pasado, —murmuró. —¿Tal vez ese es el problema? Tell, definitivamente, tiene un pasado ahora, con su reputación de aventuras ocasionales. Así que ten cuidado con él. Ahora que he cumplido con mi deber de advertencia… —Domini hizo un gesto hacia la pila de papeles—. ¿Qué estás vendiendo?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Los anuncios de la guía de programación del Rodeo Torre del Diablo. —Georgia sonrió—. ¿Quieres comprar una, o diez? Todos los otros restaurantes de la ciudad han comprado un espacio. Domini se frotó las manos. —Absolutamente. No se puede dejar que nuestra competencia vaya delante de nosotros. ¿Cuáles son las opciones? Cuando Georgia vaciló, Domini dijo, —Mi cuñada, Macie McKay, es propietaria de este restaurante, así que tengo la autoridad para tomar estas decisiones. Pero puedes llamarla directamente, si lo prefieres. —No. Está bien. Es solo que... creía que todos los McKays eran ganaderos. —En su mayoría. Pero un McKay que otro posee cada una de las empresas de este lado de la calle. Y el marido de Keely, Jack, es el propietario de todo el edificio. Pero eso es una buena cosa porque estás involucrada con Tell. Todas deberían ser ventas fáciles para ti. Antes de que Georgia pudiera asegurarle que nunca usaría a Tell de esa manera, Domini le lanzó una mirada astuta. —Voy a hacer un trato. Si compro un espacio publicitario, ¿me ayudarías con algo? El centro comunitario está organizando un festival el jueves por la noche. Además de la comida étnica, planeé un evento para enseñar a los niños a contar hasta diez en ucraniano. Si vienes, puedes enseñarles a contar en ruso. Sólo sería durante dos horas. Su reacción instintiva fue decir que no. Pero sería bueno para el negocio si mostraba su presencia y se interesaba por los eventos de la comunidad. —¿No tengo que usar un traje o algo así? Domini rió. —No un kokoshnik26. Te lo prometo. —Bueno, ya que no estás insistiendo en que me ponga uno de esos extraños tocados rusos que mi madre trató de imponerme... Lo haré.

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El kokoshnik es un tradicional tocado ruso que usan las mujeres y niñas.

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Para el momento en que dieron las siete, Georgia había tomado un descanso de la lista de tareas que Barbara le había enviado por correo electrónico, y se había tomado una copa de vino blanco. Se acurrucó en la mecedora del porche, sumergiéndose en los últimos rayos dorados de la luz del sol. Cuando sonó el teléfono, tuvo la pequeña esperanza de que fuera Tell. Pero era su madre. —Hola, mamá. —Moyah krasivaya doch. Su madre siempre la llamaba mi hermosa hija. —No tuve noticias tuyas. ¿Cómo fue la reunión? —Lo usual. Fue divertido ver a todo el mundo, con la excepción de Deck y Tara-Lee. —Se empujó de la barandilla, poniendo la mecedora en movimiento. —¿No tuviste problemas con Deck? —Me arrinconó. Pero conseguí manejarlo. —Georgia tomó un sorbo de vino—. La peor parte de la noche fue cuando hicieron el homenaje en memoria de RJ. Su madre estaba muy callada. —¿Has estado...? —No. Todavía no. Voy a ir. Lo prometo. —Sé que lo harás. Eres una buena hija y una buena hermana. —Se rió en voz baja—. Tuve un recuerdo raro el otro día. A la hija de un compañero de trabajo le sacaron sus amígdalas, y me acordé de cuando tuviste tu amigdalectomía. Cuando por fin te trajeron de vuelta a tu habitación, RJ no te dejaba sola. Él simplemente se arrastró dentro de la cama contigo y anunció que se quedaría allí toda la noche, porque no quería que te asustaras. —Sollozó—. Empacó un pequeño bocadillo en su mochila con una linterna, tu peluche preferido y una bolsa de malvaviscos porque estarían lo suficientemente suave para que los comieras. Georgia cerró los ojos ante el dolor que todavía la calaba hasta los huesos. A pesar de todo su salvajismo, RJ siempre había sido tan dulce y protector con ella. Había llevado la linterna para que pudieran acurrucarse debajo de las mantas y leer su alijo de cómics,

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 tratando de convencerla de que estar en el hospital era como acampar, para que no tuviera miedo. —Me había olvidado de eso. Recuerdo que RJ convenció a los enfermeros de que teníamos que tomar un helado cada hora. —Mi hijo heredó el don de su padre para usar el encanto y conseguir lo que quería. —Se aclaró la garganta—. Hablando de... ¿Qué dijo tu padre cuando te llamó? Georgia frunció el ceño. —Te llamó después que habló conmigo, ¿no? —Sí. —¿Con qué frecuencia te llama? —Cada par de meses. Por lo general, después de haber estado bebiendo. Es el único momento en que puede abrirse. —Mamá. No tienes que… —Está bien. Puedo manejar a Robert. Entonces... ¿Cómo te va en el trabajo? —Está bien. Ya sabes lo mucho que me gustan los anuncios de venta y los cold-call, que es probablemente la razón por la que Barbara me obliga a hacerlo. Hasta ahora no he ido a los establecimientos en nombre de la empresa de promoción de la que nos hicimos cargo. —¿Y te sientes bien? ¿Estando de vuelta en Wyoming? —Supongo. Sólo me sigo diciendo que es temporal. —Podría ir a verte. Cerró los ojos. —Me gustaría eso. Hablaron durante diez minutos más, reafirmando la fecha de la visita de su madre. Después de colgar, Georgia se quedó con una sensación de melancolía que no podía quitarse de encima. Después de pasar las últimas dos semanas con Tell, esta noche se sentía golpeada por lo sola que estaba en su vida. Vivía lejos de su madre. Distanciada de su padre. Si era sincera, sus amigos en Dallas eran sus compañeros de trabajo y no 221

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 era amiga íntima de ninguno de ellos. No conocía a sus vecinos en la unidad cerrada donde alquilaba su apartamento. Iba sola al cine. Cenaba sola frente a la televisión casi todas las noches. De vez en cuando tenía una cita. La mayoría de los hombres no eran lo que ella esperaba, y con toda seguridad que no eran lo que ella quería. Definitivamente ninguno era tan divertido, gracioso, perspicaz y atractivo como Tell McKay. Había pasado solo un día y lo echaba de menos. Iba a ser una semana larga.

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CAPÍTULO 17

Georgia no lo había llamado el lunes. No es que él lo hubiera esperado. Había pasado demasiado tiempo pensando en ella, ponderando el consejo de Ben en contra de su instinto visceral de conducir hasta su casa y besarla como un estúpido antes de comenzar cualquier conversación. Pero se contuvo. Un par de días sin contacto no le haría daño a ninguno de los dos. Repetía eso para sí mismo, a pesar de que no podía entender por qué tenía esa extraña sensación de tristeza hasta que se dio cuenta de que era porque la echaba de menos. Así que cuando el teléfono de Tell sonó el martes por la tarde, se decepcionó al no ver el número de Georgia en el identificador de llamadas. —Oye, mamá, ¿qué pasa? —Samantha tiene un seminario nocturno de último momento en Riverton. Ya le prometí a Bart que iría a la VA27 en Cheyenne con él para su cirugía ambulatoria, y no puedo llevar a Landon. Ningún Hola, hijo, ¿cómo estás? Ningún ¿Qué hay de nuevo en tu vida? Fue directa al grano, sin comentarios amables. Exactamente igual a lo que hacía su padre. —Por lo que me estás llamando porque me necesitas para cuidar a Landon otra vez. —Sí. Sé que es apresurado, pero no tengo otra opción. Pero yo sí. —¿Supongo que esperas que deje todo ahora mismo y conduzca hasta Casper? Lo siento. No puedo. Su silencio se sintió acusatorio y Tell casi se sintió culpable. —¿Qué está pasando contigo? —Exigió ella—. Tú nunca… —¿Digo que no? —Tell caminó hasta la ventana—. Tengo planes para esta noche. — No había un punto en desear haberle dicho que no a su madre la semana pasada cuando 27

Veterans Affairs, es una clínica para veteranos.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 tuvo que cancelar una cita con Georgia, pero podría cambiar los parámetros de aquí en adelante—. ¿Le preguntaste a Dalton o Brandt si podían ayudar? —Brandt y Jessie tienen sus manos llenas ahora mismo, ¿no crees? —Sip. Pero estoy bastante ocupado tomando el relevo en el rancho desde que Brandt está ocupándose de su paternidad. —Lo que está pasando en el rancho no tiene nada que ver conmigo, —dijo ella con un resoplido. —Eso es porque Landon ha sido tu única preocupación en los últimos años. —Igual que Luke siempre fue tu prioridad número uno. Infantil, probablemente, pero cierto, y no era la primera vez que había tenido ese pensamiento. Pero era la primera vez que se lo decía. —Tell McKay. Eso no es cierto. Pensé que te gustaba cuidar de Landon. —Me gusta. Adoro a ese chico. Pero odio que la única vez que lo veo es cuando soy el último recurso para cuidarlo. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que Landon se sienta resentido por enviarlo donde su tío soltero en el último minuto? —Ahora estás siendo ridículo. —Ese soy yo. El idiota de Tell, revoloteando alrededor como una maldita mariposa sin ninguna preocupación en el mundo. Un largo silencio. —Hijo. ¿Has estado bebiendo? Forzó una risa. —Mira, mamá, tengo que irme. Hablaremos pronto, ¿de acuerdo? —¿Realmente estás diciendo que no? —Síp, de verdad. Adiós. —Colgó. Y se sintió bien. Una hora más tarde Tell estaba pensando en un sándwich de carne mientras se preparaba para la liga de dardos, cuando oyó a alguien en su puerta. Dudando que fuera su dulce mujer, pero mantuvo una sonrisa tonta en su lugar mientras se abotonaba el último botón de la camisa de manga corta, y abrió la puerta. 224

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Pero era su hermano Brandt quien estaba de pie en el porche delantero. —Hola, hermano. ¿Está todo bien? —No según mamá. —Brandt se abrió paso dentro. —¿Mamá te llamó? —Sip. Pensaba que estabas borracho o drogado o alguna maldita cosa, así que me envió a ver cómo estabas. —Brandt lo miró entrecerrando los ojos—. ¿Lo estás? —¿Borracho? No. ¿Drogado? No. —¿Cabreado? Tell se encogió de hombros. —Cerca, dado que mamá llamó a mi hermano mayor para asegurarse de que no estaba chinchudo o haciendo pucheros. Así que tal vez sería mejor si huyes a tu casa con tu mujer y tu hijo. Brandt no se movió. —¿Qué está pasando? Nunca discutes con mamá. —No fue realmente una discusión… a excepción de que ella no quiso escuchar cuando le dije que no iría a Casper para cuidar de Landon esta noche. —Ella mencionó eso, y no veo cuál es el gran problema. Eso hizo que Tell volviera a ponerse firme empedernidamente. —¿Sí? Entonces, ¿por qué no te subes a tu coche y lo haces tú? —Porque tengo una esposa y un niño que cuidar. —¿Y porque nadie cree que tengo una vida fuera del trabajo del rancho, mi tiempo libre está disponible? Pídele a Tell que haga un viaje de tres horas, no le importará. ¿Adivina qué? Si me importa, maldita sea. Brandt quedó con la boca abierta. —¿Qué? ¿Esperabas que estuviera bromeando? —Supongo que sí. 225

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Lástima que hoy no me sienta gracioso. Se miraron el uno al otro. —¿Cuántas veces te pidió mamá que cuidaras a Landon en el último año? —Por lo menos dos veces al mes. Lo que se ha vuelto más frecuente desde que terminó la época de partos. —Y dices que sí cada vez que ella te lo pide. —Esa fue una declaración. Tell asintió. —Menos hoy. Eso no significa que vaya a dejar de ayudar por completo, solo que no lo haré hoy. —Ahora que he oído tu versión, me alegro de que te enfrentaras a ella, porque mamá se ha vuelto... autoritaria últimamente. —Brandt suspiró—. Algunos días, me recuerda a papá. —Me alegro no ser el único que lo ha visto. —Me di cuenta de ello y también lo hizo Jess. Pero sabes, Tell. Eso por sí solo no es suficiente para que te enojaras. ¿Enojarse? Había sido francamente agradable con su madre. ¿Cómo reaccionaría la gente si realmente se enojara? —Sueles aguijonearme hasta que empiezo a hablar, por lo que voy a hacer lo mismo contigo, hermano. ¿Qué otra cosa te pasa? —Preguntó Brandt—. Porque has estado actuando cabreado. Sospecho que tiene algo que ver conmigo. Tell contó hasta veinte en un intento por moderar su respuesta, pero tal vez era mejor soltarlo. —Bien, Brandt, aquí está. Has sido un socio de mierda en el rancho los últimos seis meses. Entendí tu distracción cuando Jessie estaba embarazada. Pero ahora que Tucker está aquí, estuve esperando para que dieras un paso e hicieras tu parte, lo que no ha sucedido todavía. Estoy frustrado y cansado de hacer tu trabajo. Me veo obligado a tomar decisiones porque tú no las quieres tomar, y entonces me cuestionas en cada maldita cosa que decido. Dalton y yo estamos cansados de eso. El rostro de Brandt se cubrió de motas rojas. 226

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 En los momentos terriblemente tensos que siguieron Tell se preguntó si Ben le había dado un mal consejo, tanto en enfrentar su problema familiar con su mamá y Brandt, como en mantenerse alejado de Georgia. Entonces Brandt se dejó caer en el sofá. —Joder. ¿Cuándo me convertí en ese tipo? ¿El tipo que hace la mínima cantidad de trabajo, que llega tarde, se va temprano y pone su vida por delante de todo lo demás? — Se regañó Brandt durante un rato—. Cristo. Estoy actuando como lo hizo Luke. —No he dicho eso, pero desde que... Sí. Tal vez un poco. —Lo siento, Tell. No hay ninguna excusa. —No. —No sucederá más. Lo prometo. —Es bueno saberlo. Brandt se puso en pie. —¿Así que, cansado de hacer mi trabajo? Así nada más, Tell supo que los días de vagancia de Brandt habían quedado atrás. Nadie necesitaba seguir dándole vueltas a este tema, estaba enterrado y zanjado, y seguirían adelante. Ahora deseaba haber dicho algo antes. —Tal vez un poco. —Sonrió y dio un ligero puñetazo a Brandt en el brazo—. Hey. Quizás Dalton se cabree y terminarás en problemas. —No me extrañaría de ese chico. Siempre tiene un maldito secreto. —Soltó un bufido—. Chico. Ahora sí que sueno como Luke. De todos modos, gracias por la patada en el culo antes de tener que patearme el culo literalmente. —Brandt tomó a Tell del brazo—. Entonces, mientras estamos siendo sensibleros y esa mierda... Jess quiere que vengas a cenar mañana por la noche. —Gracias, pero no puedo. Iré mañana a un rodeo en Belle Fourche que dura hasta la noche. —Supongo que me merezco hacer las tareas yo solo para variar, ¿eh? —Le sonrió y le dio un puñetazo en el brazo a Tell un poco más duro que la primera vez, lo cual era una señal de que las cosas estaban volviendo a la normalidad—. Ven de todos modos si no 227

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 es demasiado tarde, porque estamos por lo general muy cansados. —Brandt sonrió—. Te prometo que no te pediremos cuidar del bebé.

—No es que no sea bueno verte, Thurman, —dijo Tell, deslizándose en la cabina en Ziggy—, pero normalmente no llamas la noche de liga buscando un compañero de copas. ¿Qué pasa? Thurman bebía su cerveza. —No estoy buscando emborracharme. Voy a salir de la ciudad mañana y quería saber la verdad sobre ti y Labios Calientes, ya que se fueron tan rápido el sábado por la noche. ¿Cómo van las cosas? —Meneó las cejas—. ¿Planeando ir hacia el altar, ya? —Vete a la mierda. Está muy ocupada esta semana, así que no la he visto. —Eso sonaba plausible. Casual. No dejando salir la verdad de cómo ella había alejado su culo—. Estuve lidiando con las cosas del rancho y la divertida mierda familiar de todos modos. —¿La divertida mierda familiar tiene algo que ver con Dalton? —No. ¿Por qué? —Oí un par de cosas. Normalmente no doy mucho crédito a los rumores... pero éste sobre Dalton llamó mi interés. Thurman no era del tipo chismoso, así que Tell de inmediato se puso en alerta. —No me dejes en suspenso. —Evidentemente, alquiló una habitación de motel en Hulett en algún momento del mes pasado. Proclamando que estaba tratando de romper un nuevo récord McKay de follar a más mujeres en una sola noche. —Jesús. Esa es una meta en la vida. Y lo está haciendo parecer como si todo lo que hacen los McKays solteros es sentarse a presumir sobre conquistas femeninas. —Tu familia tiene una reputación, Tell. Ya sea mentira o no, no es de mi incumbencia. —Thurman se encogió de hombros—. Sólo quiero asegurarme de que alguien sepa en lo se está metiendo Dalton y que no está embarazando a la mitad de las jóvenes del maldito condado.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Su comida llegó, lo que le dio a Tell tiempo de considerar esta noticia con respecto a su hermano. Algo había cambiado con Dalton justo cuando su padre había entrado a rehabilitación. Con tantas otras cosas en la cabeza, tal vez no había prestado tanta atención a las aventuras de su hermano menor. Pero Dalton era un hombre de veinticinco años, no un niño. No necesitaba una niñera. —Estás muy callado, Tell. Miró a Thurman. —Sólo debatiendo si es mi responsabilidad comprobarlo. —No, no lo es. Te digo esto porque espero que vayas al Shady R Motel en Moorcroft para ver si el camión de Dalton está aparcado allí. —Te lo agradezco, a pesar de que no me hace feliz. —Tell tomó otra cerveza—. Curioso, sin embargo. ¿Tu fuente te dijo cuántas mujeres Dalton... atendió esa noche? —¿Por qué? ¿Crees que tu récord sea mejor que el suyo? —Bromeó Thurman. Tell le mostró el dedo medio. —Escuché que Dalton estuvo con trece chicas diferentes. —¿Trece? Mierda. Thurman empujó su plato a un lado y se acercó más. —Pero esa no es la sorpresa. Según entendí lo hizo con las trece mujeres juntas en la habitación con él. Y estas damas le daban consejos y sugerencias. —¿Como un grupo de discusión sexual? —O un seminario sexual. Tell sacudió la cabeza. —Maldita sea. Ni siquiera quiero pensar en doce mujeres paradas allí, observándome tener sexo con otra mujer y criticando mi actuación. —Tampoco yo.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Incluso cuando era un adolescente y mi pene estaba duro todo el maldito tiempo, no creo que me masturbara trece veces en un día, sin mencionar hacerlo muchas veces en unas pocas horas. —Increíble, ¿verdad? Me imagino que venció a Chase y a Colt, quienes probablemente eran los que tenían el récord McKay. —No es como si fuera a preguntarles. —Puede que Dalton lo haga. Sólo para fanfarronear. —Thurman apuró su cerveza. —Venga. Olvídate de eso. Juguemos una partida de billar antes de perder a los dardos. De camino a casa, Tell no había logrado sacarse a Georgia de la cabeza, ni siquiera durante tres horas. Se encontró a sí mismo mirando alrededor del bar, esperando que ella apareciera. La echaba de menos. Teniendo en cuenta su agenda, mañana tendría tiempo para replantearse las cosas, pero si no sabía nada de ella la noche del jueves, aparecería en su puerta.

El miércoles por la mañana, Georgia abordó el trabajo en el otro extremo del Edificio Sandstone. Primera parada: Masajes Healing Touch. Una suave melodía sonaba mientras caminaba a través de la puerta. El espacio había sido decorado con toques occidentales, sillas de cuero falso en la zona de recepción, una mesa de café elaborada en troncos. Con paredes de color moca y alfombras de felpa, el área encarnaba una sensación de calma. Desde la parte de atrás, una voz trinó: —Estaré allí en un segundo. —Entonces una gaveta se cerró de golpe y la rubia embarazada que Georgia había conocido en Dairy Queen deambuló por la esquina. Oh, hola, hostilidad. Esta iba a ser una venta divertida. Georgia sonrió, esperando que no verse cursi. —Un gran lugar, AJ. —Gracias. ¿Estás aquí para un masaje? 230

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No. Estoy vendiendo espacios publicitarios para la guía de programación del Rodeo Torre del Diablo. AJ apoyó su brazo doblado sobre su vientre. —Compré un anuncio el año pasado y no vi los beneficios. —Es por eso que el comité contrató a una nueva empresa de relaciones públicas. Estamos ampliando la guía este año. —Nunca pregunté a dónde va el dinero de la publicidad. —Una parte va a la impresión de los folletos. Otra parte va al comité local. Ellos la usan para tratar de traer a los patrocinadores más grandes. —¿Así que el patrocinio local de las empresas locales no es suficiente? Si tienes más peces que freír, ¿por qué debería desembolsar mi dinero? Hablando acerca de ser espinoso. —Te lo explicaré. Los patrocinadores más grandes proporcionarán desembolsos más grandes para el evento, que atraerá mejores competidores, lo que traerá más gente a la zona y a las empresas de la zona. No estamos buscando para reemplazar el anuncio que colocarías con uno para un patrocinador más grande. —Oh. Bueno, eso tiene sentido. —¿Te gustaría ver ejemplos de anuncios que estamos haciendo para otras empresas? ¿Y escuchar la promoción que he hecho, el cual requiere poco o ningún esfuerzo por parte de los anunciantes? —Supongo. Cuando Georgia terminó de mostrarle a AJ todas las opciones, y las respuestas de la mujer embarazada solo fueron una aspiración, un gruñido o un encogimiento de hombros, perdió toda confianza en sí misma y cualquier esperanza de realizar una venta. Empezó a ordenar sus papeles. —Gracias por escucharme. —¿Eso es todo? —Los ojos de AJ se estrecharon—. Si has terminado, ¿por qué todavía luces tan tensa? —Porque tú me pones nerviosa. 231

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 AJ parpadeó con total suspicacia. —¿Porque quieres que compre un anuncio? —No es eso. —Dejó escapar un lento suspiro—. ¿Aquí entre nosotras? Las ventas Cold-call no son mi fuerte. Añade el tratar de convencer a la gente que no soy la animadora distante que ellos recuerdan, sino una mujer profesional... no es exactamente un juego de niños. —¿Por qué simplemente no dejas escapar todas tus inseguridades frente a un cliente potencial, Georgia? —Entiendo tu punto porque definitivamente yo no soy la chica tímida que era en la escuela secundaria. Y gracias a Dios por eso. —AJ salió de detrás del mostrador—. Venga. Te voy a dar un pequeño masaje en los hombros. Invita la casa. —¿Por qué? —espetó Georgia. —Porque puedo sentir la tensión rodeándote. Tengo una cita con un sueco en treinta minutos y será bueno ejercitar mis manos. —AJ la llevó a lo que parecía una silla de belleza, pero en forma inversa, con un óvalo abierto para colocar su cara y brazos acolchados debajo de ella. El reposapiés era ajustable, podía poner los pies delante, o detrás como si estuviera montando en una motocicleta. —Tendrás que quitarte la chaqueta. Puedes quedarte con la blusa. —AJ se acercó y tiró de la tela—. No luce como si se fuera a rasgar. ¿Rasgar? ¿AJ planeaba darle un masaje con violencia suficiente para desgarrarle la ropa? —Ah. No sé… —Relájate. —AJ estaba junto a la silla, dando golpecitos con el pie casi como desafiándola, esperando mientras Georgia se subía al artilugio. Respiró profundo. —Ya está. Ahora sólo tienes que fingir que somos dos amigas charlando en el salón de belleza. ¿Amigas? Seguro. AJ podía enseñar tácticas de tortura. Georgia se quedó sin aliento cuando dos dedos se hundieron en la piel al lado de sus omóplatos, casi hasta el hueso. —Te has hecho masajes antes, ¿verdad?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Uh, sí. —Simplemente no así. Entonces sintió varios duros pellizcos hasta la parte posterior de su cuello. —Con el fin de no tenerte en suspenso, voy a comprar un anuncio, —dijo AJ. —Vale, —logró decir. —¿Cómo ha estado yendo tu negocio? Más presión mientras AJ apretaba los pulgares en el hombro de Georgia. —No es asunto mío. —Dijo Georgia, contenta de que AJ no pudiera ver su cara cuando hizo una mueca de dolor. —Cuando me gradué de la escuela de comercio y me instalé en Sundance, no estaba segura de poder hacerlo funcionar. Ahora tengo una clientela bastante estable que podría hacerme abrir ocho horas al día, seis días a la semana si quisiera, pero lo hago a tiempo parcial. —Gruñó—. Así que te has enganchado con Tell. No le tomó mucho tiempo sacar el tema. —Hemos estado pasando el rato. —Escuché que eran una pareja. Georgia ignoró deliberadamente el eran. —Fuimos a nuestra reunión de la clase juntos. —Me salté mi reunión. Keely y Chase eran las estrellas de nuestra clase de todos modos. —AJ tiró de una sección de piel—. Y tú eras la estrella de tu clase. —No era algo que yo quisiera, créeme. Y nunca me sentí de esa manera. —¿En serio? —Tell era la estrella. Yo era la novia sumisa con el genial hermano divertido que todo el mundo amaba. Las manos de AJ dejaron de moverse con tanto vigor. —Ag, mierda, Georgia, olvidé que tu hermano murió. Lo siento mucho. —Gracias. En cierto modo Tell me recuerda a RJ. Es extrovertido.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Lo que significa que Tell sale todo el maldito tiempo. Él ha tenido muchas novias, quiero decir muchas, pero nunca ha tenido una novia en serio. En lugar de jadear y decir que no tenía idea de que era un semental, comentó casualmente: —Sí, ha surgido en la conversación. —Bueno. Todos somos un poco protectores con él. ¿Oh, por el amor de Dios, en serio? ¿Como si Tell McKay necesitara protección de ella? No podía decirlo en voz alta. —Porque el inocente Tell no tiene absolutamente ninguna experiencia con mujeres como yo, ¿verdad? —Dijo Georgia con agudeza—. ¿Yo soy la perra rompe pelotas de su pasado que ha fijado su interés en romper su pobre corazón? —Oh, vaya, —dijo AJ. —No eres la primera en advertirme que me aleje del dulce, divertido y perfecto Tell McKay, AJ. —Nunca dije que era perfecto, pero estoy de acuerdo en que es dulce y divertido. Y no te estaba advirtiendo que te alejaras de él, sino solo advirtiéndote en general. Tell no está listo para sentar cabeza. Así que no te hagas ilusiones. Entonces se sintió como si AJ estuviera cortándola a lo largo de ambos lados de su médula espinal para dejar sus huesos expuestos. Con sus propias manos. O tal vez con sus dientes. —Listo. —Dijo AJ finalmente. Georgia se empujó hacia arriba. —Gracias por el masaje. Una vez que tenga un mejor manejo de mi agenda, reservaré una cita completa. —Se puso la chaqueta—. Hagamos el anuncio antes de que llegue tu próxima víctima. Le sonrió con descaro a AJ y quedó totalmente sorprendida cuando la malhumorada mujer embarazada se rió y le dijo, —Sabes, animadora, me gustas.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 A pesar de la venta, Georgia se sentía menos confiada en la siguiente parada: India’s Ink y Sky Blue. Una mujer y dos niños pequeños estaban sentados en una mesa de plástico de tamaño infantil junto al mostrador de la entrada. Una beba de cabello oscuro rebotaba en la rodilla de la mujer. La mujer llevaba un vestido de flores y un montón de tatuajes. Su pelo corto y oscuro tenía dispersas rayas azules de color azul eléctrico. —Hola. Si estás aquí para un tatuaje, tendrás que esperar hasta que mi marido regrese por mis pequeños ayudantes. —No estoy aquí para eso. Sus ojos suspicaces se centraron en el maletín de Georgia. —¿Quién eres y qué estás vendiendo? ¿Cuántas jodidas veces iba a tener que pasar por esta perorata? Todo lo que tardara en llenar la maldita guía de programas. Antes de que pudiera regurgitar el discurso que se había aprendido de memoria, el hijo mayor dijo, —¡Mamá, mira! ¡Dibujé un pez! —Eso es realmente bueno, bebé Hudson, a ver si puedes dibujar el otro. Él frunció el ceño a su madre. —No soy un bebé. —Lo siento. Me olvido de que eres un niño grande ahora. Estos eran los niños más hermosos que Georgia había visto en su vida. Tenían que ser niños McKay con ese pelo negro y vívidos ojos azules. —¿Qué decías? —Soltó la mujer. —Perdón por quedarme mirando, pero tus hijos son preciosos. Ella sonrió.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Gracias. Tienen los genes de su padre. —Le tendió la mano—. India McKay. Georgia la estrechó. —Encantada de conocerte, India. Parece que estás ocupada, así que puedo volver más tarde. —No. Quédate. No suelo traer a los niños a trabajar conmigo, pero a veces no tengo otra opción. —Besó la parte superior de la cabeza de la niña—. Muéstrame lo que tienes. Extiéndelo sobre el mostrador, lejos de los libros de colorear de los niños. —Buen plan. —Después que Georgia alineó las piezas e hizo su discurso de ventas, sintió a India mirándola. —Ahora sé por qué tu nombre me es familiar. ¿Estás saliendo con Tell? Esa conexión le tomó treinta segundos. —Supongo. La mirada azul de India se agudizó. —¿Qué quieres decir con supongo? ¿Cómo podía admitir que la palabra con R 28 nunca había surgido entre ellos durante las dos semanas que estuvieron follando como conejos? —Umm... Es complicado. —No cuando se trata de un macho McKay. Son muy territoriales. Georgia se preguntó si los chicos de la familia McKay lo tomarían como un insulto o un cumplido. —¿Y? ¿Qué pasa con ustedes dos? ¿Esta mujer sólo esperaba que le soltara todo? India se echó a reír. —Ah, ya entiendo por qué eres tan precavida acerca de tu estado civil y de usar la palabra complicada. Debido a que Tell está en su etapa de gilipollas en estos momentos.

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R: Relación.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Le dio a Georgia unas palmaditas en el antebrazo—. No te preocupes. Todas hemos estado allí. Después de la firma de los contratos, un fuerte golpe sonó detrás de ellas. El niño más pequeño había dado una patada en la mesa y la estaba golpeando con una pata de la mesa. —¡Ellison McKay! Suelta eso y pon tu trasero en esa silla ahora mismo, señor. —¡No! —No me hagas empezar a contar. —¡No! —Bueno. Uno. Ellison se tiró al suelo y empezó a llorar. Su hermano aprovechó la oportunidad para saltar sobre él. Lo que solo hizo que el muchacho gritara más fuerte. —¡Hudson! ¿Qué haces? Suelta a tu hermano. Los chicos no hicieron caso. Rodaron por el suelo. Esquivando golpes y puñetazos. Gritando. Llorando. La niña de repente soltó un fuerte gemido. —Vamos, McKenna bebé, tú también no. Georgia reunió sus cosas, agradecida de haber concluido los negocios antes que las rabietas comenzaran. El timbre de la puerta sonó, pero eso no terminó el caos. Un silbido rasgó el aire. Entonces un hombre separó a los chicos. —Ey, ey, ustedes dos. Sin pegarse. —Justo a tiempo, Colt, —dijo India. El niño más pequeño se aferró al cuello del hombre cuando se puso de pie. Colt se instaló al niño en la cadera y alisó el cabello del chico mayor. —¿Quieres decirme qué está pasando?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Hudson negó con la cabeza. Entonces el hombre miró brevemente a Georgia. Y ella casi se atragantó con el charco de baba formándose en su lengua. Este tipo... Guau. Sí, los niños definitivamente habían heredado su sorprendente aspecto. Pero entonces él sólo tenía ojos para su esposa. —Perdón por la interrupción, Indy. Me llevaré a los chicos. —Eso funcionará. Pero debes conocer a Georgia Hotchkiss. Georgia, este es mi marido, Colt McKay. —Georgia. ¿Igual que la Georgia de Tell? ¿Y ella pensaba que las personas en Sundance eran chismosas? Ni que hablar de la familia McKay. India le dio un codazo. —A veces hay una desconexión entre tu boca y tu cerebro. Sí, esta es la Georgia que conoce Tell. No, ella no le pertenece a él, hombre de las cavernas McKay. Colt sonrió. —Encantado de conocerte, Georgia. Voy burlarme de mi primo, estás fuera de su alcance. Georgia se sonrojó. India se inclinó para abrazar a Hudson. Luego se levantó y besó la mejilla de Ellison. —Sean buenos con papá hoy, chicos. —Ella se dio la vuelta. —Ey, mamá. ¿Dónde está mi beso? Ella suspiró y se puso de puntillas para llegar a sus labios para un beso rápido. Pero Colt envolvió la mano alrededor de la parte posterior de su cuello y mantuvo a su esposa en su lugar mientras le daba un beso muy minucioso. Georgia se sentía como una voyeur, mirando la íntima conexión entre estos dos, rodeados de sus traviesos hijos, pero sumergidos en su propio mundo. ¿Alguna vez se había permitido tener ese tipo de profunda conexión con un hombre? ¿O siempre se contenía? 238

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 ¿Como se había contenido con Tell? ¿Como se contenía con todo el mundo, desde la muerte de RJ? Metió todo en su maletín. El tatuaje en el interior de la caja de cristal le llamó la atención. Algunos diseños eran realmente geniales, especialmente los tatuajes conmemorativos. Algunos eran retratos, otros sólo fechas, líneas, o alguna combinación de los tres. —¿Ves algo que te guste? —Preguntó India. —¿Son todos diseños tuyos? —La mayoría. —Son increíbles. —Gracias. ¿Estabas pensando en un tatuaje conmemorativo? Georgia levantó la vista. —Nunca lo he hecho antes. Pero parece... India le dio unas palmaditas en la mano. —Es difícil marcar un triste suceso. Pero si te decides a hacerlo, puedo diseñar cualquier cosa, desde llamativo a discreto. —Definitivamente, volveré. Esa noche, mientras Georgia escribía su informe de ventas para su jefe y trazaba su plan para las empresas en Moorcroft al día siguiente, seguía dando furtivas miradas a su teléfono celular. Comprobándolo como una adolescente enamorada, preguntándose si su teléfono se había roto de alguna manera... porque había pasado otro día y no había sabido nada de Tell. Entonces llámalo. Seguro. ¿Después de escuchar las preocupaciones de su familia sobre que ella era una especie de femme fatale rompecorazones? Ahora estaba bastante inquieta con la situación de no llamar ella primero. No por mezquindad, sino por instinto de conversación.

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CAPÍTULO 18

Temprano la mañana del jueves, Tell miró a Dalton, parado a su izquierda. Hombre. Su hermanito parecía un cadáver. Entonces notó que Brandt estaba bostezando. Eran un grupo muy animado. Cord había convocado una reunión en los corrales de clasificación, el cual era un terreno neutral y el centro de la finca. Varias Pickups estaban estacionadas en un círculo desigual. Sus primos estaban distribuidos en grupos de hermanos. Kane y Kade tenían una profunda discusión. Colby, Cord y Colt se reían de algo. Quinn y Ben estaban de pie juntos, sin hablar en absoluto. —¿Tienes alguna idea sobre el tema de esta reunión? —Le preguntó a Brandt. —Nop. Ojalá hubiera traído más café. Estoy arrastrando el culo hoy. —Volvió a bostezar—. Tucker lloró toda la noche. Nos despertaba cada hora. —Eso es una mierda. Brandt le ofreció una pequeña sonrisa. —Oh, no es tan malo. Es frustrante cuando no podemos entender por qué está llorando. Lo único que lo tranquiliza es cuando alguien lo sostiene, por lo que Jess y yo nos turnamos. Dalton se acercó más. —¿Alguno de ustedes tiene Tums29? Estoy a punto de vomitar después de beber tanto anoche. —Hay algunas en la guantera, —dijo Brandt. Cuando Tell lo miró boquiabierto, dijo: —¿Qué? Jess comía puñados de Tums cuando estaba embarazada. Las guardé en mi camioneta ya que yo era su chofer.

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Pastillas para la acidez.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Eso no es lo que me sorprendió. Sino el hecho de que no le soltaste eres un imbécil a nuestro hermano menor. —Estoy demasiado jodidamente cansado para preocuparme. —Brandt le lanzó una sonrisa de satisfacción—. Y estoy practicando para no ser un idiota. Tell resopló. Cord dio un paso al frente y toda la conversación terminó. —No hemos tenido una reunión formal de accionistas desde el año pasado en esta misma fecha, por lo que pensé en que la lleváramos a cabo de esta manera. —¿Así que estamos haciendo esto sin la presencia de la anterior generación McKay? —Preguntó Quinn. —Técnicamente, son accionistas, pero dieron los derechos de voto cuando nos pasaron las riendas. Quedó sin decir que ninguno de ellos quería tratar con Casper después de lo que pasó el año pasado. Una interminable oración seguida de una interminable letanía de críticas y quejas. —No tengo que hablar de los estados financieros, porque todos tienen copias relacionadas con sus acciones. Todos tuvimos un año récord el año pasado y hasta ahora parece que éste podría ser incluso mejor. Todos asintieron. —Dicho esto, hemos conseguido reemplazar una gran cantidad de equipos, y eso es caro, pero ya que son equipos que todos usamos, la compra va a salir de la cuenta principal del rancho. —¿Estamos pagando dinero en efectivo? —Preguntó Ben. —Eso es lo que tenemos que votar —dijo Cord—. Si queremos sacar un préstamo o usar las reservas de efectivo. Colt tomó la palabra. —Prefiero utilizar parte del dinero, digamos treinta o cuarenta por ciento, y financiar el resto. Si todavía tenemos una sólida cantidad de dinero en efectivo dentro de un año, entonces podemos considerar pagar el importe restante. O extender el préstamo a un año más. 241

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Estoy de acuerdo, —dijo Kade—. ¿Quién sabe qué pasará con la economía, el precio de los piensos y el mercado de ganado en los próximos doce meses? Mejor ir a lo seguro. —¿Cualquier otro comentario o sugerencia? —Preguntó Cord. Ben levantó la mano. —A riesgo de erizar algunas plumas, sugiero que nos aseguremos de estar recibiendo la tasa más baja del Banco Settler’s First antes de que nos comprometamos a tomar dinero prestado de ellos. —Lo dice el marido de la presidenta del banco de la competencia, —dijo Tell secamente. Todo el mundo se echó a reír. —Estoy de acuerdo con Ben, —dijo Brandt—. No estaría de más hablar con el Banco American West para ver lo que ofrecen. —Y para ser claros, no estaré involucrado de una manera u otra. Sólo quería mencionarlo, —añadió Ben. —¿Entonces, levanten la mano quienes estén de acuerdo en un pago parcial? Todas las manos se levantaron. —Bien. ¿Levanten la mano quienes estén de acuerdo en que Kade, Brandt, Quinn y yo busquemos la tasa de préstamo más baja? Todas las manos se levantaron. Cord se acarició la barba de chivo. —Ya pasó la votación y toda esa mierda. ¿Qué sigue? —Ya que estamos hablando de gastos conjuntos, deberíamos hacer algo con la barraca, —dijo Kade—. En los últimos meses, Colby y yo encontramos una tonelada de latas de cerveza adentro y afuera. Han quemado toda la madera que habíamos almacenado, por lo que alguien estuvo viviendo allí. O más probablemente, algunos chicos han estado usándola como una casa de putas. —Una vez convertido en una central de putas, va a ser un infierno conseguir que esos chicos dejen de ir allí, —añadió Colby.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Y Cam no puede patrullar esa zona todo el tiempo porque está abusando de su posición, —señaló Colt—. ¿Alguna idea sobre cómo deberíamos manejarlo? —Propongo que diez de nosotros nos sentemos en el interior. Cuando las pequeñas mierdas aparezcan, sacamos diez escopetas cargadas por violar la propiedad privada, — sugirió Dalton. Risas. —Yo voto por quemarla, —dijo Tell—. No es como si la usáramos mucho de todos modos. Ni siquiera durante la temporada de partos, y no hemos jugado póquer allí en más de un año. Todos miraron a Tell como si estuviera sosteniendo una lata de gasolina y un soplete. —¿Jesús, Tell, no puedes ser serio por un puto segundo? —Demandó Kane. Tell odió cómo se le calentó la cara. —Lo digo en serio. No es como si pudiéramos moverla, abajo está hecha de hormigón. Utilizamos materiales baratos para construirla y no la hemos cuidado, por lo que se caerá en ruinas. Mejor quemarla nosotros mismos que esperar que algunos condenados adolescentes tontos le prendan fuego accidentalmente, así como a la maldita hierba que la rodea. —¿Quemarla? —Dijo Kade—. Parece un desperdicio. La discusión estalló. Tell sabía que nada se decidiría hoy. Silbó y todo el mundo dejó de hablar. —Yo creo que hay dos opciones sobre la mesa. ¿Cord? Vamos a votar. Cord ladeó la cabeza. —Estás agresivo hoy, Tell. ¿Qué pasa? ¿Tienes que ir a algún lugar? —Tal vez se ofreció a ayudar a un grupo de ancianos a cruzar la calle, —comentó Colt. —O tal vez tiene que pulir su rutina de comedia para el concurso de la Persona más Graciosa de Wyoming en el Cheyenne Frontier Days30, —bromeó Colby.

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Es un rodeo al aire libre que se celebra anualmente desde 1897 en Cheyenne, Wyoming, EE.UU.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —O tal vez tiene que juzgar un concurso de trajes de baño en su habitación, —dijo Kane. —Apuesto a que quiere salir de aquí porque tiene una cita ardiente con Labios Calientes, —dijo Dalton con picardía. Tell lo empujó. —Vete a la mierda. —Miró a sus primos—. Todos ustedes pueden simplemente irse a la jodida mierda. —Hablando de eso... conocí a tu mujer en la tienda de India. Ella es increíble. Indy dice que es una chica dura. —Colt hizo una pausa y sonrió—. ¿Entonces, qué demonios está ella haciendo contigo? Risas. —Muy divertido, primo. —Sabes, AJ mencionó que tu chica se había presentado en Healing Touch. Evidentemente fuiste el tema principal de conversación, —dijo Cord. —Jodidamente perfecto. Ahora me pregunto si India tatuó a Georgia antes o después de su masaje con AJ, —murmuró Tell. Colt sacudió la cabeza. —No se hizo un tatuaje. Vendía publicidad. —Ahora que lo pienso, Skylar me habló de esta encantadora pequeña bomba de Sundance, que se detuvo en la planta de fabricación de Blue Sky y dejó caer su nombre. Tell le lanzó una mirada a Kade. —¿Cuándo fue eso? —El miércoles. —Suena como tu mujer, —Kane arrastró las palabras—. Se presentó en la oficina de Ginger también. —¿Quieres apostar a que se acercó a Domini en Dewey? Supongo que también se encontró con Keely para los anuncios de patrocinio. —Dalton miró a Ben—. ¿Qué tal Ainsley? 244

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Ainsley aprobó un anuncio para American West ayer. Y sacó un anuncio personal para mi negocio de muebles después de que Georgia mencionara que amaba la mesa de café que hice para la casa de Tell. Tell sólo podía ver a Georgia en las empresas de las esposas de sus primos desbordando carisma. Sus entrañas se apretaron y su corazón se detuvo. Jesús. ¿Georgia había compartido alguna cosa privada sobre ellos, esperando impulsar una venta? —Suena como que este jugoso melocotón de Georgia es hermosa, inteligente y sabe cómo jugar. ¿Cuánto tiempo crees que durarás con ella? —Preguntó Colby con una sonrisa. Más risitas. —Por lo menos hasta que venda espacios publicitarios a todos los parientes de Tell con la guía de programación del rodeo, —dijo Dalton—. Entonces probablemente le dará una patada en el culo. —Ja. Jódete. —La burla le molestó. No debería ser una sorpresa que sus primos estuvieran haciendo lo que siempre habían hecho, haciéndole sentir como si no estuviera a la altura de los estándares McKay. Como si fuera un milagro que una sexy mujer inteligente como Georgia estuviera interesada en él. Pero tal vez... había un grano de verdad en esto. Georgia había dejado claro el domingo que estaría ocupada trabajando esta semana. Evidentemente había estado ocupada... Ocupada visitando a todos sus jodidos parientes para sacarles dinero. —Volviendo a los negocios, votemos por lo de la barraca, —dijo Cord—. ¿Quién quiere prenderle fuego? Tell levantó la mano y miró a su alrededor. ¿Ni siquiera sus hermanos le apoyaban? Eso apestaba. —¿Quién quiere hablar de esto más adelante? La mayoría de manos se levantaron. Kade sacudió la cabeza. —Bien, podemos dejarlo por ahora, pero tenemos que hacer una revisión diaria hasta que tomemos una decisión final, ya que estamos entrando en la temporada de incendios. 245

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Y eso significa que todo el mundo va a hacer su parte. Voy a escribir un horario y le daré a cada uno una copia. En aras de la equidad, tomaremos una semana de turnos y vamos de mayor a menor. Colby golpeó juguetonamente a Cord en el brazo. —Eso significa que eres el primero, viejo. La reunión se disolvió. Brandt, Tell y Dalton fueron los últimos en irse. Y debido a que Dalton había abierto la boca, estaba a punto de conseguir un regaño. —Gracias por ser un idiota en frente de todos. Dalton le frunció el ceño. —¿Fui un idiota sobre qué? —Sacar a Georgia a colación. —Vamos, Tell, no seas tan condenadamente inmaduro. Hablamos mierdas como estas todo el tiempo. Y si hubiera sido otra persona, no habrías dicho nada. Tell sabía que su hermano tenía razón, pero no le gustaba estar en el extremo receptor. —Deberías estar contento deque lo hiciera, porque parece que no tienes ni idea de lo que ella ha estado haciendo. —Dalton le dirigió una mirada curiosa—. ¿No has sabido nada de ella desde que la vimos el domingo? —No, —admitió molesto. —No me sorprende. Esa mañana estaba muy distante. Como adiós imbécil, conseguí lo que quería de ti -una cita para la reunión- y ahora me largo. —¿Y no sería posible que ella quisiera más de mí que eso? —Exigió Tell. Dalton se frotó un punto entre las cejas. —Mira. No sé por qué estás sorprendido de que esté tomando ventaja de su conexión contigo para vender publicidad a los miembros de nuestra familia. Georgia Hotchkiss utiliza a las personas. Siempre lo hizo. Siempre lo hará. Ese tipo de personas no cambian, Tell. —Estupideces. 246

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Siempre has estado colado por ella. No importa lo que te pida. No andabas tras ella como un tonto enamorado, pero eras un flan tembloroso cada vez que te pedía ayuda con algún estúpido proyecto escolar. Tell echaba humo, pero no arremetió contra su hermano, por lo que Dalton lo tomó como una señal para seguir hablando. —¿Quién acabó llenando mil globos de helio para la fiesta de secundaria? Tú. ¿Estaba Georgia allí después que te rogara que la ayudaras? Nop. ¿Quién tuvo que trabajar en el toldo en los eventos en la Comunidad de Atletas Cristianos? Tú. Y nunca fuiste del tipo cristiano como ella. ¿Estaba Georgia allí? Nop. ¿Quién terminó haciendo toda la investigación y el trabajo para el proyecto de historia del último año? Tú. ¿Tu compañera Georgia ayudó en absoluto? Nop. —Nada de esa mierda del pasado importa. Ella ha cambiado. Y ninguno de nosotros puede ser considerado responsable por lo que éramos cuando estábamos en la escuela secundaria. —Jesús. Estaba empezando a sonar como un disco rayado. Dalton comenzó a abrir la boca, pero Brandt le dio un codazo, advirtiéndole, —Déjalo estar. —No. Si Dalton tiene algo más que decir, déjalo, porque Dios sabe que no se estuvo conteniendo hasta ahora. —Vamos, Tell, lo verías si no la miraras con estrellas en tus ojos. Georgia está de vuelta en la ciudad para mostrar a la gente que no es la santurrona que solía ser. ¿Quién mejor para llevarse a la cama durante las semanas previas a la reunión que a un McKay salvaje? El mismo McKay que su ex odiaba. El mismo McKay que ella siempre manipuló. El mismo McKay que se ha sentido atraído por ella por trece años. —Es suficiente, —espetó Brandt—. Tell es un chico grande. Me cuesta creer que no pueda ver toda esa mierda. Mientras Tell apreciaba que Brandt diera la cara por él, sabía que las especulaciones de Dalton no estaban tan fuera de foco. Pero no tenía ni puta idea de qué hacer al respecto. Una cosa era jodidamente segura; no iba a dejarlo estar.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

CAPÍTULO 19

Georgia nunca se imaginó que los eventos comunitarios fueran tan divertidos. Los años que había vivido en Sundance, sólo había participado mínimamente en eventos de clubes, de la escuela y la comunidad porque sus padres preferían que dedicara su tiempo libre a actividades de la iglesia. Su nerviosismo por ayudar en este evento de herencias culturales desapareció rápidamente cuando un montón de niños se presentaron en la caseta, con ganas de aprender. Le habían rogado recitar el alfabeto después de escuchar su conteo hasta diez en ruso, diciéndole lo genial que era que ella conociera otro idioma. Lo cual era irónico, porque había estado avergonzada por el origen étnico de su madre cuando era niña y había odiado cuando su madre le hablaba en ruso. Debido a que era Sundance, reconoció una gran cantidad de personas. No sólo los compañeros de escuela, sino maestros, ganaderos y personas que había conocido en la iglesia y los que conocían a su padre y a su madre. Durante un intervalo, un joven muchacho rubio corrió hasta la caseta y se jactó de hablar portugués. Recitó números y frases, sólo para ser desmentido en portugués por una chica de pelo oscuro que parecía ser su hermana pequeña. —No sabes todo, Sophia, —se mofó él. —Si lo sé, —replicó ella. Una sonrisa taimada se posó en sus labios y le preguntó a Georgia, —¿Cómo se dice bocazas en ruso? La chica gruñó y lo empujó, sonando como si estuviera maldiciéndolo en portugués. Un agudo silbido los hizo apartarse. Georgia miró al trío avanzar hacia los niños. Dos hombres guapos -uno rubio, el otro con el cabello oscuro y piel morena- y una mujer menuda. Con un dejo de herencia Nativo Americana y un andar que exhumaba: verdadera vaquera. Georgia la reconoció de inmediato. 248

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Chassie West? La mujer se detuvo y le cedió el niño de cabello oscuro que dormía en su hombro al hombre rubio. Ladeó la cabeza. —Ver para creer, Georgia Hotchkiss, ¿qué diablos estás haciendo de vuelta en la ciudad? Georgia se dirigió directamente hacia Chassie y le dio un fuerte abrazo. —¡Te ves muy bien! Me preguntaba si todavía estabas por aquí. —Nos hicimos cargo de la hacienda de mi padre hace unos años. —Le dio unas palmaditas a sus hijos en sus cabezas—. Veo que has conocido a nuestros hijos mayores, Westin y Sophia. —Me contaban que hablan portugués. —Eso es porque él es de Brasil. —Chassie hizo un gesto en dirección al impresionante hombre de cabello oscuro—. Él es Edgard. —Luego señaló al chico rubio sonriendo a la pequeña que saltaba a su alrededor—. Y él es Trevor. Son los padres de los niños. Edgard le tendió la mano. —Siempre encantado de conocer a una amiga de nuestra hermosa Chassie. Trevor puso los ojos en blanco. —El brasileño chalado siempre tiene que ser el encantador. Un placer conocerte, Georgia. ¿Debes haber ido a la escuela con nuestra Chass? —No, íbamos a la misma iglesia. Pero admitiré que la última vez que puse los pies por aquí fue en el funeral de RJ. —Lo mismo sucedió conmigo después que Dag y mi padre murieran. Georgia y Chassie intercambiaron una larga mirada. Algunas personas sumidas en el dolor se sumergían en la iglesia en busca de consuelo. Era raro encontrar a alguna persona que se hubiera alejado deliberadamente de la iglesia, cuando esos rituales familiares y doctrinas parecían trivialidades. La comprensión se abrió paso entre ellas, cuando reconocieron que ambas habían perdido algo más que a miembros de su familia por tomar esa elección. Chassie se extendió y le apretó las manos. 249

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Entonces, ¿qué estás haciendo de vuelta en Wyoming? Georgia le contó la versión abreviada. —Me encantaría que nos reuniéramos en algún momento, —dijo Chassie. —A mí también. ¿Cuál es tu número? —¡Yo lo sé! —Dijo Sophia y lo dictó en inglés. Lo que motivó a Westin a repetirlo en portugués. Lo que llevó a otra discusión que Edgard y Trevor inmediatamente cortaron de raíz. Chassie anotó su número. —Llámame. —Sí, por favor llámala, —dijo Trevor besando la mejilla de Chassie—. Ella no sale tanto como debería. —Porque soy feliz en casa con ustedes, —protestó Chassie. —Y nosotros contigo, querida, pero a veces es bueno variar, ¿no? Chassie resopló. —Ambos solo están esperando que Georgia me saque a beber para que regrese a casa y me ponga salvaje. —Nos encanta cuando eres salvaje, cariño, —dijo Trevor—. Te conviertes en algo muy especial. Edgard y Trevor se miraron y se rieron cuando Chassie les miró la entrepierna a los dos. —Ahora que mis hombres me han avergonzado a fondo, propongo que vayamos a tomar un trago en este momento. —Pero mamá, prometiste que haríamos galletas esta noche, —se quejó Sophia. —No te preocupes, Chassie. Podemos dejarlo para después. Te llamaré, lo prometo. —La familia se alejó, y Georgia le sonrió a Westin que le gritó adiós en varios idiomas. A medida que el evento de dos horas terminaba, ella miró al otro lado del pasillo hacia India, que estaba aplicándole un tatuaje falso a una niña rubia con trenzas. Las mujeres casadas con los McKay que había conocido, eran muy diferentes. Nada que ver 250

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 con las esposas rancheras tradicionales que había conocido mientras crecía. Georgia recordó que Chassie West estaba relacionada con algunos de los McKays, y parecía que tampoco ella estaba viviendo el estilo de vida tradicional. Georgia tenía treinta minutos para pasear a través de las exposiciones antes que terminara el evento. La mayoría de las casetas se dedicaban a la agricultura. Algunas organizaciones cívicas, la sociedad occidental preservacionista, bancos, restaurantes, e incluso un par de bandas locales habían establecido pantallas. Por alguna razón no se sentía nerviosa en absoluto al acercarse a estas personas y entablar una conversación. Probablemente porque no estaba vendiendo nada. Al dar la vuelta por la esquina, vio la caseta de la Escuela de Rodeo de Sundance. Y sentado en la mesa estaba Tell McKay. Se le saltó el corazón a la garganta. El hombre era algo. Incluso llevando un ceño fruncido mientras se le acercaba. —Hola, Tell. Estoy sorprendida de verte aquí. Tell parecía igualmente sorprendido de verla. No en el buen sentido. —Georgia. No pensé que los eventos comunitarios fueran tu estilo. —Eso fue un poco sarcástico—. ¿Estás aquí intentando vender algo para tu negocio? —No. Sólo estaba… —Ah, claro, eso es porque ya has abordado ese problema esta semana, ¿verdad? —¿De qué estás hablando? Él se puso de pie y se inclinó tan cerca, con tal hostilidad, que ella sintió la tentación de dar un paso atrás. —Sabes exactamente de lo que estoy hablando. No te hagas la inocente, Georgia, eso sólo me enojará. —¿Me estás reclamando porque he estado tan ocupada esta semana que no he tenido tiempo de llamarte? —No. El hecho de que no he oído hablar de ti no es realmente una sorpresa, dado conseguiste lo que querías de mí. Pensé que sería diferente esta vez. Pero seguro como la mierda que pisoteaste mi orgullo cuando los miembros de mi propia jodida familia me refregaron por la cara tus habituales tácticas. 251

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ella apretó los dientes y esperó a que él fuera al grano, ya que era obvio que solo había empezado a hablar. —No sé cómo demonios no vi más allá de la forma en que apareciste en Sundance actuando como si fueras la dueña del lugar, arrastrándome por las narices. —Nadie puso una correa alrededor de tu cuello o tus pelotas, y yo menos. Así que deja de hacerme el numerito de hombre herido y ve al verdadero problema. —El verdadero problema es que te acercaste a las esposas de todos mis primos para vender patrocinios para la programación del rodeo. Actuando como si fuéramos una pareja para garantizar una venta. —Eso es mentira, Tell. —¿Lo es? ¿Así que no has estado visitando a los miembros de mi familia en busca de dinero? —Sí, pero es… —Es una total y completa mierda que me hayas usado para llegar a ellos. Estoy más que cabreado por esto, Georgia. Yo también. Lo miró, mordiéndose la lengua, tratando de permanecer civilizada. —¿No tienes nada que decir? —Sí, tengo algo que decir. No sé si has notado una pequeña peculiaridad relacionada con el área metropolitana de Sundance, Moorcroft y Hulett, pero un buen número de las empresas son propiedad de algún miembro de la familia McKay. Así que sí, me acerqué a AJ, India, Skylar, Domini, Ginger, Keely y Ainsley. También me acerqué a los propietarios de todos los bares, restaurantes, tiendas, al dentista, al médico y al departamento del sheriff. Por lo que no solo fui en busca de la familia McKay para mi nefasto plan de promoción de un rodeo que beneficiará a todos los propietarios de negocios de la zona. Para tu información, no mencioné tu nombre. Tus familiares trajeron a colación nuestra relación, no yo. Y te recuerdo que aquella estrategia de ser vistos para convencer a todos en el pueblo de que éramos una pareja antes de la reunión, fue idea tuya. ¿Ahora estás cabreado porque funcionó? ¿O sólo estabas esperando que la gente se lo creyera el tiempo suficiente para poder presumir ante tus primos McKay que finalmente te follaste a la reina de la fiesta? Esa réplica hizo que la vena en su sien comenzara a latir. 252

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No cambies… —No te comportes como si esto fuera un asalto personal en contra tuyo. No tenía nada que ver contigo hasta que lo convertiste en algo tuyo. Te aseguro que no necesito tu permiso para hacer mi trabajo. Aclara los hechos antes de empezar a lanzar acusaciones. El corazón de Georgia estaba desbocado. Su cuerpo vibraba por la ira y la indignación. Y dolía. Dios, dolía que Tell pensara tan mal de ella. El hombre que había hablado con tanta audacia sobre el cambio en las personas... creía que ella no había cambiado en absoluto. Los ojos del hombre brillaban con advertencia, pero no con culpa. —Este no es el momento ni el lugar para tener esta discusión. —¡Tu empezaste! —Cálmate un poco. Muéstrate tranquila—. Además. —Se echó atrás el pelo por encima de su hombro, completamente desafiante—. No hay nada que discutir. —Y una mierda. Estaré en tu casa tan pronto como esto haya terminado, así que prepárate. —Esto ya se ha terminado. —Georgia se dio la vuelta y se alejó, ignorando por completo los intentos de Tell por llamar su atención, luchando contra el impulso de sacarle el dedo.

Podían llamarla obstinada, pero no trotaría a casa a esperar al Señor Acusatorio. Se dirigió directamente hacia la Bota de Oro. Se metió en una cabina y pidió un vodka con tónica y un sándwich de jamón y queso tostado. La ira de Tell la sorprendió porque nunca lo había visto enojado. Era tan relajado que a veces se preguntaba si algo lo sacaba de sus casillas. Había visto su lado intenso. Su lado mandón. Pero ninguno de esos podría ser confundido con el enojo. No tenía derecho a estar enojado. Y ella era tan jodidamente patética preguntándose cómo sería tener sexo violento con él, que no se dio cuenta que se había terminado toda su bebida en aproximadamente un minuto. —¿Georgia? 253

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Sobresaltada de su estado de ánimo sombrío, levantó la vista para ver a Leah y Roxanne de pie junto al borde de la mesa. —Hola, chicas, ¿qué pasa? —¿Estás esperando a Tell o algo así? —No. Ayudé en el centro comunitario, y me detuve… —para evitar a Tell, en realidad— para comer algo rápido. —¿Te importa si nos unimos a ti? Se las arregló para ocultar su sorpresa. —Eso sería genial. Roxanne y Leah ya tenían bebidas. Rosadas. —¿Qué están bebiendo? —Cosmos. Ned siempre se está burlando de mí porque me gustan las bebidas de chicas. Pero si bebo cerveza, me siento como una mierda al día siguiente. —Chorradas, Rox. Te sientes como una mierda porque por lo general estás bebiendo tequila y cerveza a la vez. —Es cierto. Entonces ordenemos un cosmo para Georgia, así no pareceremos unas borrachas. —Eres tan diferente de lo que recuerdo, —soltó Leah después de un brindis. —¿Es por eso que han cambiado tanto conmigo? ¿Pasé alguna prueba secreta? Leah se quedó pensativa. —Bueno, nos dimos cuenta de lo perras pueblerinas que fuimos después de lo que nos dijiste en el estacionamiento esa noche. —Y decidimos darte el respeto que pediste. Además, debe haberte tomado un montón de valentía presentarte en la reunión. No sólo porque Deck es ahora tu ex, sino también porque perdiste a RJ. —Roxanne le palmeó el brazo—. No puedo imaginar perder a mi hermana. A veces me cabrea como el infierno, pero es mi mejor amiga. —Ese es probablemente el motivo de que no tuviera muchas amigas cercanas en la escuela secundaria… porque tenía a RJ. 254

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Bueno, nos tienes a nosotras ahora, y estamos recuperando el tiempo perdido. — Roxanne sonrió—. Ahora que somos amigas y todo eso, tengo que preguntarte algo. Y ten cuidado, es algo personal. —Mierda, Rox, qué sutil eres, —gruñó Leah. —Puedes preguntar, pero eso no significa que tenga que responder, —dijo Georgia tímidamente. —¿De verdad eras virgen en la secundaria? —Roxanne se inclinó hacia delante—. Quiero decir, llevabas orgullosamente un anillo de pureza. Y Ned dijo que Deck se enojaba cuando alguien le preguntaba si ustedes dos estaban haciéndolo. Pero apuesto a que te hacías la molesta y mentías sobre ello. —Técnicamente, sí, era virgen. —¿Técnicamente? —Repitió Rox. —Deck y yo no tuvimos relaciones sexuales hasta que nos casamos. —Así que en otras palabras, se morreaban. —Bastante. Tenía un amplio conocimiento de determinados actos que no implicaban penetración y solo requerían el uso de mis manos y mi boca. —Sonrió e inmovilizó a Leah una mirada—. ¿Qué hay de ti y Warner? Leah se echó a reír. —Nosotros no nos guardamos para el matrimonio. Pero probablemente obtuviste la mejor parte del trato manteniendo a Deck a la espera durante años. —¿Cómo es eso? —El beneficio de un montón de juegos previos, porque eso es todo lo que podías hacer. Una vez que comienzas a follar... esa parte del sexo de toqueteos y besuqueos calientes se vuelve menos importante. —Nunca lo pensé de esa manera. —¿Qué mierda sabe un hombre sobre el sexo a los dieciséis años de todos modos? — Rox suspiró—. Tal vez era por eso yo estaba disgustada porque usaras un anillo de pureza. Debería haber esperado.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sé que parte de la razón de que Deck y yo estuvimos en el altar un mes después de la graduación fue porque finalmente él podría follarme. Roxanne se atragantó con su bebida. —¿En serio? —No es una buena manera de empezar un matrimonio —Dijo Georgia secamente—. Dado que la acción duró menos de un minuto. —¿Cuál fue la otra razón por la que Deck se casó contigo? —Preguntó Leah. —Para entrar en el negocio del ganado de la familia con mi padre y RJ. —Mis padres no estaban contentos de que Warner y yo nos atáramos el nudo al cuello cuando cumplí diecinueve. Ellos querían que esperáramos. Pero no lo hicimos. El sándwich llegó y la conversación quedó estancada mientras comía. Tan pronto como Georgia terminó de comer, Leah dijo a la camarera: —Otra ronda de bebidas. Esas bebidas bajaron por la garganta demasiado fácilmente. Sobre todo cuando los brindis estuvieron dirigidos a nuestra nueva y divertida amiga, Georgia. Yo también sé cómo divertirme, Tell. Y Georgia se la estaba pasando muy bien. En medio de la acalorada discusión de Leah y Roxanne sobre Tabatha’s Salon Takeover, una pareja de guapos chicos jóvenes se acercó a la mesa a flirtear con ellas. Georgia podría haberse sentido cohibida de que dos mujeres casadas estuvieran coqueteando, pero estas chicas eran condenadamente entretenidas. De alguna forma el dúo convenció a los chicos para que compraran otra ronda de bebidas y luego los instaron a que se marcharan. Leah y Roxanne llamaban a su técnica para adquirir bebidas gratis el poder del escote. Un poder del que Georgia admitió, despreocupadamente, haber nacido sin él. Lo que hizo que sus nuevas amigas hiparan de risa. Roxanne tenía esa mirada en los ojos nuevamente, y Georgia se preparó.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Muy bien, señorita subversiva. Siguiente pregunta entrometida. ¿Todavía puedes hacer una herkie31? Georgia puso los ojos en blanco a Roxanne. ¿Señorita subversiva era su nuevo apodo? —Esas son fáciles. —Demuéstralo. —¿Qué? ¿Ahora? —Sip. Fuiste tú quien dijo que es fácil, —dijo Leah con una dulce beligerancia—. Así que has una. Podría evadirse. Las dos charlatanas podrían olvidarse de eso y pasar a otro tema. —Voy a necesitar otra bebida. Leah hizo un gesto a la camarera y ésta trajo tres chupitos de tequila. Roxanne sonrió. —¿Vas a tomártelo antes de saltar? ¿O después? Ahora estaba atrapada. —Después. Las mujeres aplaudieron y silbaron al igual que su séquito privado de animadoras. Georgia salió de la cabina. Había hecho esto muchas veces, era pan comido. Cerró brevemente los ojos -Uau, nada bueno para el equilibrio después de unas copas- y los volvió a abrir, sonriente, animosa, jovial, en completo modo animadora. Aplaudió dos veces y siguió con una voltereta completamente borracha. —Adelante, hermana. ¡Hazlo! —Entonaban Georgia, Georgia, Georgia. Alineó su cuerpo. Echó los brazos al aire, realizando herkies consecutivos. Y añadió un Pike32, sólo para hacerlo más complejo. Los aplausos estallaron. Incluso algunos silbidos.

Un salto con una pierna estirada hacia un lado y la otra plana doblada debajo del cuerpo. Posición en la que ambas piernas están en línea recta, las rodillas bloqueadas. Los brazos en movimiento al frente para crear una posición plegada en el aire. 31 32

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Respirando con un poco de dificultad y agradecida de practicar Pilates para mantenerse ágil, Georgia se tomó el chupito y chocó los cinco con Roxanne y Leah. —Ahora una de ustedes tiene que hacer algo dado que acabo de humillarme completamente a mí misma. —¡Lo sé! —Dijo Leah, saliendo de la cabina—. ¿Alguna vez has visto la película Coyote Ugly? Es la peli favorita de Rox, y la mía también. Y a veces, si está un poco lento aquí, Lettie nos deja bailar sobre la barra. Vamos a preguntarle. —Pero sólo si te unes a nosotras, Georgia. —Roxanne ladeó la cabeza, echando un vistazo al cuerpo de Georgia mientras se deslizaba de la cabina para pararse a su lado—. A los hombres les encanta ver rebotando las partes del cuerpo de una mujer. ¿Si haces un par de saltos de porrista en el extremo de la barra? ¿Toda sensual? Chica. Estaríamos bebiendo gratis toda la noche. —Infierno, sí, de eso es de lo que estoy hablando, —dijo Leah, dándoles a cada una con el puño. —Lo siento, señoras, pero eso no va a suceder. El corazón de Georgia saltó a su garganta cuando oyó la voz de Tell detrás de ella. Se dio la vuelta y miró su rostro enfurecido. —Hola, Tell, —dijo Roxanne vivazmente—. ¿Qué estás haciendo aquí? —Intentando arruinar nuestra diversión, al parecer, —dijo Leah suspicazmente—, lo cual es irónico dado que Tell McKay es el autoproclamado rey de la diversión, ¿no? Los ojos de Tell no se apartaban de los de Georgia. —Buscándola a ella. —¿Por qué? ¿Tienen una cita? —No, —le dijo Georgia—. Pero si quieres quedarte por aquí, después que termine de bailar en la barra, te venderé algún espacio publicitario para la guía de programación del Rodeo Torre del Diablo. —No. Es. Jodidamente. Divertido. Despídete, Georgia. Nos vamos. Entonces Roxanne y Leah la flanquearon. —No tan rápido. Te ves un poco cabreado, McKay. 258

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Estoy cabreado y esto no es asunto tuyo, Roxanne. Así que no te metas, —le dijo Tell con un tono mesurado. Leah ondeó su dedo en la cara del hombre. —De acuerdo con el código de amigas… Tell puso la boca en el oído de Georgia. —Puedes salir caminando. O te llevo a cuestas. Tú eliges. Sus tácticas de He-Man la enfurecieron, haciéndola más audaz de lo habitual. O tal vez era el alcohol. Poniendo la mano en su pecho, lo empujó hacia atrás. —Tú deja de entrometerte, McKay. Roxanne y Leah lanzaron un coro de ooohs. Georgia le volvió la espalda a Tell y continuó con la conversación, a pesar de que la airada mirada de Tell era lo suficientemente caliente como para escaldar agujeros en su ropa. —¿Elegimos nuestra propia música para el baile de la barra? Porque “Las Chicas Solo Quieren Divertirse” sería… Su frase terminó en un grito cuando Tell la levantó y la arrojó por encima de su hombro. —¿Qué estás haciendo? —Cumpliendo con mi advertencia. Pateó y se sacudió hasta que él apretó los brazos con más fuerza alrededor de sus piernas. Lo golpeó en el trasero con sus puños. —Bájame, imbécil. Tell salió dando zancadas. Mofas, silbidos y más abucheos los siguieron hasta afuera. Lo mismo hicieron Roxanne y Leah. Estuvieron tratando de liberarla del férreo agarre de Tell hasta que él gritó, —¡Suficiente! Esto es entre Georgia y yo. Ahora vayan a casa con sus maridos antes de que los llame y les diga lo que han estado haciendo esta noche. 259

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Cómo sabes lo que hemos estado haciendo? —Exigió Roxanne. —Porque estuve observándolas durante las últimas dos horas. Silencio. —Uh. Georgia, nos lo pasamos muy bien esta noche, pero te veremos luego. —Leah hizo la señal universal de llámame y ambas huyeron. Traidoras. Dejándola con un Tell muy cabreado. —Bájame. —Si te bajo, te pondré sobre mis rodillas. —Inténtalo y te patearé los huevos, —le espetó. —¿Ahora te haces la chica dura? —¿Ahora eres el hombre de las cavernas? —Lo imitó ella. Su respuesta fue un bajo gruñido de advertencia. Ella pataleó, golpeando las manos en su trasero mientras la llevaba a Dios sabía dónde. —¡Eso es suficiente! —Tell la volteó y la dejó en el suelo. Entonces le sacó la blusa por la cabeza y la bajó hasta sus muñecas, atando algún nudo vaquero que le inmovilizó los brazos desde las manos hasta los codos. —¿Esto es jodidamente cierto? ¿Me ataste con mi propia maldita camisa? —Sip. Y si sigues fastidiándome, te amordazaré con el sostén. Se quedó sin aliento. —No te atreverías. Tell estuvo justo delante de su cara. —Ponme a prueba. Mierda. Su cosa masculina de no jodas conmigo estaba humedeciéndole las bragas. ¿Qué demonios te pasa?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Eso la hizo reponerse. —Si piensas por un segundo que te dejaré… —Silencio. —Apoyó las manos en sus hombros y llevó los pulgares sobre los pulsantes puntos en su cuello—. Dos cosas. Primero: ¿de verdad crees que te haría daño, Georgia? ¿Incluso enojado? Porque si tu respuesta es sí, bueno, entonces lo segundo no importa. Los ojos de la chica buscaron los suyos. Tell podría empujar sus límites, pero no haría nada que ella no quisiera que hiciera. —No, no creo que me hicieras daño. —Bien. Segundo: vamos a exponer nuestras diferencias. —¿Voy a estar atada durante esta discusión? —¿Lo quieres? Ella abrió la boca para negarlo, sólo para tener la de Tell sobre la suya. Besándola con tal potencia que sintió a su resistencia derretirse en un caliente charco junto con su cordura. Cuanto más largo hacía el beso, más entendía Georgia las diferentes maneras en que él podría comunicarle la forma en que se sentía, sólo con su malvada boca. Liberó su boca progresivamente, besando, arañando, acariciando, dándole pequeños mordiscos de amor hasta que ambos respiraron normalmente otra vez. —¿Ves? ¿No es mejor que no te amordazara? Ella suspiró. —Pero voy a mantenerte atada durante un ratito más, aún. Me das todo tipo de ideas interesantes. Espera. —La tomó en sus brazos, llevándola hacia el lado del pasajero de su camioneta—. Y también podrías relajarte, porque será una noche larga.

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CAPÍTULO 20

Una vez que estuvieron en casa de Georgia, Tell hizo su movida. Antes de que ella encendiera las luces. Tampoco es como si pudiera hacerlo con las manos atadas. La cosa buena de todo esto era que ella no podía ver su sonrisa de suficiencia acerca de este hecho. Probablemente deberían hablar, porque los temas sin resolver colgaban entre ellos, pero hablar no era el fuerte de Tell. Siempre decía lo incorrecto, empeorando la situación. O soltaba la broma equivocada en el peor momento. Cuando intentaba hablar en serio, nadie lo tomaba de esa manera… otro de los inconvenientes de ser conocido como el bromista divertido. Todo el mundo esperaba que fuera de esa manera todo el tiempo. La empujó contra la pared, apoyando las manos a cada lado de su cabeza. Entonces comenzó la seducción. —Cierra los ojos, —susurró en su oído. —Umm. ¿No íbamos a hablar? —Te dije que íbamos a exponer nuestros problemas, —le mordisqueó el lóbulo. —¿Sin palabras? Tell presionó un beso mojado detrás de su oreja. —Las acciones hablan más que las palabras, ¿no es así? —Ella se estremeció—. Las palabras vendrán después. —¿Después de qué? —Después de que te toque. —Frotó la boca sobre su piel—. Después de que te pruebe. Me estoy muriendo por ti, Georgia. Otro escalofrío, seguido por un gemido.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Arquea el cuello. —Bajó la boca depositando besos y chupeteps por tenso cordón de su cuello. Deteniéndose para rozar los labios contra su clavícula—. Se honesta. O me convertiré en el hombre de las cavernas que tanto te excita. No hubo respuesta. Le mordió la piel entre el cuello y el hombro. Todo el cuerpo de Georgia vibró. —Respóndeme. —Sí, idiota. Sabes que sí. —¿De qué manera me transforma en idiota el hecho de saber lo que te gusta? —Porque cada vez que utilizas ese tono mandón y a continuación pones tu boca sobre mí, pierdo cualquier tren de pensamiento racional. Y me cabreo contigo. —Yo también estoy enojado contigo. Así que tal vez no es por mi boca que deberías preocuparte, dulzura, sino por mi mano. —¿Qué? —¿Recuerdas lo que te advertí que cualquier cosa que me hicieras, yo te la devolvería? ¿Tienes alguna idea de cuántas veces tu mano conectó con mi culo esta noche? Ella inmediatamente se puso rígida. —¡No! ¡E incluso si lo hubiera hecho, eso no contaría, porque estaba bajo coacción! —¿Coacción? —Gruñó—. Labios calientes, yo estuve bajo coacción viéndote beber con esas mujeres salvajes, preguntándome qué les estabas contando sobre nosotros. Sus ojos se encontraron desafiantes con los suyos. —Tomé cuatro bebidas en poco más de dos horas. Y no les dije nada. Lo que sucede entre tú y yo, queda entre tú y yo. No soy indiscreta, Tell. —Soltó una risita, pero su humor se desvaneció cuando él no se rió—. Todavía pareces sorprendido de que no esté chismorreando donde sea que vaya, así que realmente debes pensar lo peor de mí. —Georgia… —¿Por qué estás aquí si soy una chismosa poco fiable? 263

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Él se frotó la mandíbula. —Ya sabes por qué. —No, no lo sé. Especialmente después de que me acusaras de aprovecharme de tu familia porque tenemos... lo que sea que es esto. Parecía como que dependía de él definir esto. —Lo que sea que es esto... es una relación. Aunque ninguno de nosotros hayamos querido darle un nombre, eso es lo que ha sido desde el primer día. —Se echó hacia atrás y la miró a los ojos, medio asustado de que ella lo negara. —¿Estás bien con eso? —Preguntó ella con recelo. —Sip. ¿Y tú? ¿Si continuamos manteniéndolo informal? Georgia levantó la barbilla. —¿Sólo sexo? Él negó con la cabeza. —Fue algo más que sexo para nosotros desde el primer día también. Puedo admitir eso ahora. ¿Puedes tú? —Sí. —Georgia cerró brevemente los ojos y presionó la boca sobre la suya—. Te he echado de menos esta semana. Pensé mucho en ti. Y lamento haberme sentido tan insegura sobre nosotros y esta… relación como para coger el maldito teléfono y llamarte. Esa dulzura era una de las cosas que más le gustaba de ella. —Igual aquí. Ahora que supuestamente somos diez años más viejos y más sabios, estamos actuando como adolescentes inmaduros, ¿no? Ella se rió en voz baja. —Dejemos de hacer eso. Actuemos como adultos. ¿Entonces deberíamos escupir en nuestras manos y apretarlas? ¿O funcionaría mejor una promesa del meñique? Maldita mujer, lo hizo reírse. —¿Qué tal si sellamos el trato con un beso?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Hecho. —Ella tomó su boca como si le perteneciera. Y maldita sea si eso no lo puso duro como el jodido poste de una cerca. —Ya que estamos aclarando las cosas, lamento haber escuchado especulaciones de mi familia antes de hablar contigo. Te mereces algo mejor de mí. Me comporté como un idiota. No sucederá de nuevo. Lo prometo. —Le dijo una vez que recuperó el aliento. Georgia pareció desconcertada por sus disculpas. E incluso se mostró aún más sorprendida cuando él murmuró: —Dicho esto, cariño, todavía recibirás una azotaina. —Entonces fundió la boca con la de ella. Besándola hasta que su sentir la polla dura como el cemento y a su esbelto cuerpo inclinado contra el de él. Cuando se separaron para tomar aire, Tell adoró el aspecto hinchado de los labios de Georgia después de sus rudos besos. —Date la vuelta, —le dijo luego de desatarle la camisa para liberar sus brazos. Tan pronto como ella estuvo en posición, acarició la parte posterior de su cabeza, respirando su aroma—. Dado que me estoy sintiendo... generoso, voy a dejar que conserves tus pantalones. —¿Así que no tendré tu mano desnuda sobre mi culo desnudo? —Suenas decepcionada. —No es cierto. —Vale. Porque te has ganado catorce golpes en ese perfecto culo tuyo. —Mantuvo la boca en su oído, provocándola con su aliento caliente y con palabras aún más calientes—. ¿Cuán rosado crees que estará tu culo cuando termine? Ella se retorció. —Te garantizo que vas a sentir el escozor, incluso a través de la ropa. —Trazó una curva por encima de su oreja con una fugaz lamida de lengua—. Pero si tuvieras el culo al aire, me valdría de mi lengua para enfriar esas mejillas encendidas cuando termine. — Delizó la nariz detrás de su oreja, siguiendo esa sección de piel hasta el hueco debajo del lóbulo—. ¿Puedes sentir mi boca sobre todo tu dulce culo? Sintió que ella tragaba saliva. —Inclínate y prepárate. 265

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia apoyó las palmas de las manos contra la pared, acomodando su cuerpo en un ángulo de noventa grados. Maldición, se veía hermosa. Pasó las manos subiendo por su espalda y sobre la compacta línea de sus hombros. Sólo había un problema. Deslizó las manos dentro de su pelo y tiró de su cabeza hacia arriba. —Mucho mejor. Quédate así. Ella lo miró por encima del hombro, no desafiante, sino con cautela. —¿Por qué? —Voy a necesitar ver tu rostro, dulzura. Para ver si te gusta lo que te estoy haciendo. —¿Y si no me gusta? —Preguntó en voz baja. —Entonces dime que pare y lo haré. Georgia fue la primera en romper el contacto visual. Tell dejó que sus manos la recorrieran. Nunca permaneciendo demasiado tiempo en un mismo lugar. Frotando. Acariciando. Apretando. Aumentando la tensión. Finalmente cedió y golpeó su nalga izquierda. —Oh. —Ella bajó la barbilla contra su pecho y pareció recobrarse. Entonces levantó la cabeza, lista para el siguiente. Pero Tell no tenía intención de alargar esto ni de hacerla contar los golpes. Le palmeó el culo con duros y rápidos azotes. Para cuando terminó, Georgia estaba presionándose hacia atrás, en su contra, con cada azote. Su respiración salía en breves jadeos y gemía suavemente. Sensualmente. Golpeando las manos contra la pared por encima de las de Georgia, Tell atrapó su cuerpo debajo del suyo. Georgia giró la cabeza para llegar a su boca. Besándolo locamente. Con calientes serpenteos de su lengua, los labios moviéndose encima de los suyos mientras trataba de tragárselo entero. El zumbido de necesidad se hizo más fuerte y más fuerte hasta que Tell tuvo que obligarse a dejar de besarla. —Tengo que saberlo... ¿Estás mojada? 266

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sí, —ella prácticamente sollozó—. Nunca creí que podría ser así... Dios. Eso no se pareció en nada a las azotainas que recibí cuando era niña. Tell soltó una risa ahogada. Ella se frotó la espalda en contra de su pecho, presionando el culo contra su ingle. —Por favor. Me siento como si estuviera a punto de estallar. Después de un último mordisco en su nuca, la empujó para que se incorporara. Entonces tiró de sus hombros haciéndola girar contra la pared, otra vez atrapando su cuerpo bajo el suyo. —Te quiero en mi boca. —Sí. Otra suave caricia de sus labios sobre los de ella. —Y quiero tu boca sobre mí. —Oh. —Una pausa para dejar claras sus intenciones, entonces—, ¡Oh! —Levanta los brazos. —Tan pronto como lo hizo, le sacó la camisa de encaje y se llenó las manos con sus pechos. Presionó besos partiendo de su boca, bajando por su garganta, entre su escote, dejándose caer sobre las rodillas y continuando su progresión hacia el sur, sólo deteniéndose cuando llegó a la cintura de sus vaqueros. Tomándose un momento para maravillarse de que esta hermosa mujer compartiera tanto con él, además de su cuerpo. —¿Tell? —Mmm. Lo siento. Sólo tomándome un minuto para admirar la vista. —Ah. ¿Podrías admirar y quitarme los pantalones más rápido? Porque me estás produciendo todo tipo de calentura. Sonriéndole, palpó el botón antes de que su pulgar lo abriera. Luego bajó la cremallera lentamente. Tan jodidamente apurada, observando la acalorada impaciencia arder en esos ojos azul-hielo. Georgia levantó una ceja.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Recuerda que todo lo que me hagas a mí, te lo devolveré… exactamente de la misma manera. Él se rió y tiró de sus pantalones hasta los tobillos. —Sácate los zapatos. —Después que ella se los quitó y dejó a un lado sus vaqueros, puso la boca sobre su montículo. Lamiéndole el clítoris a través de la tela de seda. Respirando el olor de su excitación. Serpenteando la lengua debajo de la tela elástica para saborearla. —Dios. Haz eso un centenar de veces más, ¿quieres? —En un minuto. —Ella realmente empezó a inquietarse cuando sus bragas desaparecieron y no hubo ninguna barrera entre ellos. Deslizó las manos subiendo por la parte interior de sus muslos, con la intención de abrirla para un pequeño beso, cuando Georgia apretó las manos alrededor de su cara y cerró las piernas. —Ah-ah. Mi turno. Ponte de pie para que pueda desnudarte. —Le sonrió—. Y jugar contigo un poquito. —Cuando él se puso de pie, lo empujó contra la pared. Jesús. Georgia atacó los botones de la camisa. Una vez que la tuvo abierta, sus manos estuvieron por todas partes sobre su pecho. La forma en que sus uñas rasparon bajando por sus pectorales le endureció las tetillas y la polla, haciéndole que fuera malditamente difícil tragar. Giró el dedo dentro de su ombligo. Trazó cada costilla. Delineó cada músculo. Con su lengua. Ajena a la forma en que su cuerpo se estremecía, jugó con sus tetillas. Chupando y mordiendo. Retorciéndolas con sólo las puntas de sus dedos. Volviéndolo condenadamente loco, lo que probablemente se merecía. —Dame tu pie para que pueda quitarse la bota, —le dijo arrodillándose a sus pies. —Está bien, puedo hacer eso. —Me dejarás hacerlo, o esa gran polla tuya no entrará a mi boca. Un poco sorprendido por su vehemencia, Tell levantó el pie. —¿Quién te dijo que estabas a cargo? —Tú acabas de hacerlo. —Llevó la mano alrededor de una bota y la sacó—. La otra.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Esto era extraño. Y gracias a Dios que se había puesto calcetines limpios hoy. Desde que era niño, había sido consciente de sus pies malolientes. Se agachó para levantarla antes de que pudiera captar el tufillo, pero ella se soltó fuera de su alcance. —Lo digo en serio, Tell, basta. Apoya tus manos en la pared y déjame hacer esto. —¿Por qué? —Porque quiero. —¿Y si no puedo? —¿Cuál es el problema? Se honesto. —Porque... mierda. Mis pies huelen a alguna cosa malditamente muerta dentro de mis botas, ¿vale? No quiero que... Georgia sólo parpadeó mientras le quitaba el calcetín. Luego se agachó y... No. Santa madre de Dios, no... Lamió su pie, justo a través de los nudillos de sus dedos. Dos veces. Luego deslizó la lengua entre la separación de cada dedo. Dos veces. Mierda. Sus jodidas rodillas se doblaron. Echó un rápido vistazo a sus vaqueros. ¿Quién hubiera sabido que esto era tan erótico? Y maldita sea, ella transformó un momento embarazoso en algo completamente dulce y caliente. Tell no protestó cuando le quitó el otro calcetín. Pero no estaba preparado en absoluto para cuando Georgia lamió y chupó los dedos de sus pies. ¿Quién podría saber que había una línea invisible entre sus pies y sus bolas? Cada lamida se sentía como si tuviera la lengua en sus testículos. Suficiente. Cuando ella se levantó sobre sus rodillas, la agarró por sus bíceps y la empujó hasta que estuvieron cara a cara. —Tu coño en mi cara. Ahora. —Uh. Bueno. La cogió en brazos y la llevó a la sala, dejándola sobre la silla reclinable. 269

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Los ojos de Georgia estaban enormes y acalorados. Se quitó los pantalones y boxers. Su mirada recorriendo la silla reclinable mientras caminaba hacia ella. —¿Debería asustarme de esa mirada salvaje en tus ojos, vaquero? —Sólo si no eres lo suficientemente flexible para la forma en que quiero intentar que hagamos esto. Pero te vi haciendo esos saltos de animadora, así que no creo que vaya a ser un problema, chica elástica. —Ahora tienes mi atención. —Sus ojos recorrieron el largo de su cuerpo y se centraron en su polla—. Aunque la has tenido desde el instante en que te vi esta noche. —¿En serio? —Tell apoyó las manos sobre el acolchado reposabrazos y la besó—. ¿Recuerdas cuando dijiste que me tomarías de cualquier forma que pudieras tenerme? ¿Dentro, afuera, arriba, abajo? Bueno, dulzura, estamos a punto de probar esta última. —Le palmeó el muslo—. Gira alrededor para que tu cabeza quede sobre el asiento y las piernas contra el respaldo. Ella le lanzó una sonrisa torcida y siguió sus instrucciones. Y maldición si no le hizo agua la boca ver la división en V de sus piernas, mostrando ese jugoso coño. Tomó una almohada del sofá y la acomodó debajo de su trasero. Con el sillón reclinado en la primera posición, su cabeza colgaba por el borde del asiento y sus piernas quedaron extendidas alrededor de los lados de la silla. Se quedó sin aliento cuando Tell amplió su postura y apoyó los antebrazos en los reposabrazos. Luego puso la boca sobre su sexo húmedo. Ella jadeó. Tell pudo sentir la respiración jadeante de Georgia sobre su eje. La primera lamida vacilante. El húmedo calor de su boca encerrando la punta. Entonces sus uñas arañaron subiendo por el interior de sus muslos hasta llegar a las bolas. Cristo. No iba a aguantar mucho. Sin el uso de sus manos, tenía que ser creativo con la lengua, labios y dientes en su coño. Cuando retiró la lengua de ese cremoso canal, dejó que el rastrojo de la barba raspara sobre su clítoris. Eso la hizo arquearse, lo que condujo a su polla hasta el fondo de su garganta. No te corras. 270

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia se aferró a la parte externa de sus muslos, marcando el ritmo de cuán profundo y rápido lo estaba tomando. Y mierda santa, lo llegaba a tomar muy profundo en esta posición. Lamió su clítoris. Arremolinando la lengua alrededor de éste. Encendiéndola, provocándola hasta que sus piernas temblaron y los músculos de su abdomen se apretaron. Ella estaba cerca. Y gracias a Dios, porque no sabía cuánto tiempo más podría aguantar. Con la mamada que le estaba dando y la saliva de su boca dejándole la polla tan resbaladiza, estaba listo para explotar. Tell se concentró en esa hinchada perla. Tenía el rostro cubierto con sus jugos, y mientras lamía ese hinchado nudo, su lengua todavía buscaba más de su cremoso sabor. No podía tener suficiente. Nunca lograba tener suficiente de esta mujer. Ella casi se arqueó fuera de la silla cuando llegó a la cima. Su boca le había liberado el pene para aullar un largo gemido, la única palabra discernible era su nombre. El coño convulsionaba en contra de su boca con tales impulsos que quería rugir de orgullo por haberla llevado hasta este punto. Con sólo su boca. Je, je. Tell rozaba la nariz contra el interior de su muslo y la parte superior de su montículo, mientras el orgasmo disminuía. Deseando poder usar también las manos para acariciarla y apaciguarla. Entonces esa maravillosa, mojada y habilidosa boca estuvo sobre su polla de nuevo. Centrada en la cabeza mientras sus dedos le acariciaban las bolas y el eje. Cuando él bombeó las caderas, ella movió su mano más rápido. El fulgor de la liberación comenzó en la base de su espina dorsal y viajó hacia arriba, lentamente, como una montaña rusa subiendo por la primera colina. Su estómago estaba hecho un nudo, su culo contraído esperando esa primera gota... y luego bum. Cayó en picado dentro del abismo del oscuro placer. Corriéndose por el final de su polla con chorros calientes, mientras una firme lengua tragaba y un suave músculo ordeñaba la cabeza hasta que no quedara nada. Ni semilla. Ni aliento. Ni cordura. Uaaa-uuuu. Después de darse cuenta que sus brazos temblaban, se puso de pie. 271

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Su cabeza todavía le daba vueltas, su corazón seguía golpeando, y bajó la vista sobre Georgia para ver la misma mirada aturdida en su cara. En su rostro al revés. Entonces ella le sonrió y meneó las cejas. En ese momento supo que esta mujer era todo lo que siempre había querido. Cuando ella se dio la vuelta, la arrastró en sus brazos, dándole besos provocadores y una palmada en el culo. —Tú. —Beso—. Eres. —Beso—. Jodidamente. —Beso—. Increíble. —De hecho, lo hice33, pero me quedo con el cumplido, bestia sensual. —Alisó las manos sobre su pecho—. ¿Entonces, estamos bien? ¿Hay algo más que haya sucedido esta semana que necesite explicar? —No. Quise decir lo que dije, Georgia. Debería haber venido a hablar contigo primero, en lugar de mostrarme todo cabreado a posteriori. —¿Eso es una disculpa por arrojarme encima de tu hombro y sacarme de la Bota de Oro? Él mostró sus dientes en una sonrisa depredadora. —Nop. No me arrepiento de eso en absoluto. No debería haber sido tan testarudo en cuanto a llamarte, tampoco. —Acomodó los salvajes mechones de su pelo otra vez en su lugar—. No soy bueno para estas cosas de las citas. Siempre me jacté de que no me gustan los jueguitos, pero parece que es lo que estuve haciendo contigo. Poniéndote a prueba para ver si realmente querías volver a verme después de la reunión. Esperando a ver si me llamabas primero. —Sus mejillas se calentaron—. Lo sé. ¿Cuántos años tengo? ¿Catorce? Eso fue jodidamente estúpido. —Es un poco inquietante que los dos sigamos comportándonos como adolescentes. De alguna manera Tell se contuvo de hacer ruidos de pedos. Aunque Georgia probablemente se hubiera reído. —Intentaré dejar de hacerlo. —Yo también. 33

Juego de palabras, Tell le dice: ’You knocked my socks off’, literalmente quiere decir ‘Me quitaste los calcetines’ pero significa que ella lo sorprende o lo vuelve loco en el buen sentido. Es por eso que ella le contesta que literalmente le quitó los calcetines.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Ahora ¿qué te parece si nos duchamos, buscamos palomitas de maíz y nos acurrucamos en el sofá un rato antes de tener que irme a casa? —Él vio la decepción en sus ojos—. Lo siento. No me puedo quedar esta noche. ¿Quieres venir a mi casa? —No. Tengo que salir temprano para el rodeo de dos días en Evanston. —Me gustaría poder ir contigo. —A veces ser un ranchero apestaba—. Pero te prometo que tendré una divertida sorpresa planeada para cuando regreses. —Diversión, —repitió—. ¿Debería asustarme? —Probablemente.

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CAPÍTULO 21

—Minigolf —repitió Georgia. —Síp. —¿Quieres que juegue al mini golf contigo? —Sí. —¿Esa es tu gran sorpresa divertida? Sonrió. —Vamos. Admite que no te esperabas esto. —Uh, no. Y admito que no sé por qué lo escogiste. —Porque necesitas diversión en tu vida. Y como el McKay famoso por ser el rey de la diversión, también conocido como el niño que no quiere crecer, se me ocurren muchas mejores ideas en materia de diversión… con la ropa puesta… que a ti. Tan mordaz como su sonó respuesta, Georgia pudo leer la broma. —¿Tus primos te llaman así porque creen que estás divirtiéndote todo el tiempo, mientras ellos están atados por sus esposas e hijos? ¿Alguno de ellos sabe lo duro que trabajas en el rancho? ¿O cuánto tiempo ofreces voluntariamente a la comunidad? ¿O cuánto tiempo pasas ayudando a tu familia? Si alguien merece divertirse, ese eres tú. Su hermosa sonrisa se desvaneció y ella quiso patear su propio culo por ello. —Tell. Lo siento. No es de mi incumbencia. Él curvó la mano a un lado de su cara. —Estoy sorprendido que te des cuenta de cosas que la mayoría de la gente, incluso mi propia, familia, no ve. La verdad es que no había mucha diversión en mi casa mientras crecía, así que aprendí a divertirme por mi cuenta. De esta forma cuando estaba fuera de casa, no podía culpar a nadie más que a mí mismo por cómo fueran las cosas. Divertirme no es algo que surgió de forma natural, como mis hermanos pueden

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 dar fe. Dalton es mejor dándome la lata que Brandt, pero sólo porque Brandt es menor y yo puedo vencerlo. Georgia se rió por lo bajo, incluso cuando un poco de dolor se había alojado debajo de su corazón. —¿Entonces, qué dices? ¿Un viaje a Spearfish por un rato de minigolf y una cena? —¿Cómo podría resistirme?

Después de errar el noveno hoyo de los dieciocho, Georgia se dio cuenta por qué nunca jugaba minigolf: porque apestaba haciéndolo Suspiró y le dio un golpe a muerte a su estúpida bola rosa, la que rebotó fuera del estúpido agujero, sobre la estúpida hierba. —¿Ah, dulzura? Ese fue tu undécimo golpe. ¿Por qué le pegaste tan duro? —Porque estaba esperando que la pelota estallara, así no tengo que terminar este juego estúpido. Él le sonrió y aparecieron sus malditos hoyuelos. Agg. Georgia quería golpear el palo de golpf en contra del puente de madera de pura frustración. ¿Cómo podría el Señor Profesional del Minigolf Tell tener ese semejante buen temperamento cuando ella estaba pasando un mal momento? Entonces esos diabólicos hoyuelos estuvieron otra vez frente a su rostro. —Que puchero tan sexy. —No estoy haciendo pucheros. —Sí, lo estás. ¿Quieres que te haga cosquillas para sacarte una sonrisa otra vez? Georgia balanceó el palo de golf como un bate de béisbol y gruñó. Tell levantó las manos en señal de rendición y dio marcha atrás. —Está bien, prefiero verte haciendo pucheros que permitir que me golpees en la cabeza con un palo de golf porque estoy ganando. —Sus labios se retorcieron—. Así que veamos si podemos hacer el juego más interesante. 275

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Cómo? ¿Vas a dejarme convertir esta réplica de mina de oro en un verdadero incendio cuando levante el nivel de este partido? Él suspiró. —¿Has notado que tienes tendencias violentas cuando no estás ganando? —¿A quién le gusta perder? —Es un juego. Se supone que es para divertirse, Georgia. Di-ver-tir-se. Repítelo conmigo. —Jó-de-t-e con tu di-ver-sión, McKay. El hombre la hacía mearse de la risa, lo que hacía imposible permanecer enojada con él. Le sonrió. —Está bien. ¿Cuál es tu sugerencia para di-ver-tir-te? —Dado que hiciste treinta y siete golpes de más en la primera ronda, hagamos que los golpes adicionales... cuenten para el segundo juego. Esto podría ser entretenido. —Estoy escuchando. —Cada golpe fallido -lo que significa todos los golpes por encima de seis para cada hoyo- te hará ganar un castigo cuando lleguemos a casa. —¿Qué tipo de castigo? —Un duro azote en el culo. Extendida sobre mis rodillas con el culo al aire. —Se encogió de hombros y lanzó la pelota de golf verde neón al aire y la atrapó—. Probablemente te ate las manos. Tal vez incluso te amordace. Gulp. —¿Y qué hay de ti? Sonrió satisfecho. —El mismo trato. —¡Pero eso no es justo! ¡No has tenido que tirar más de tres veces a un hoyo en todo este juego! 276

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Entonces será mejor que te concentres, ¿no crees? Si no quieres que mañana te empiece a escocer el culo. —Le saqueó la boca con un beso que le hizo curvar los dedos de los pies—. Puedes pedirme ayuda en cualquier momento. Porque, labios calientes, vas a necesitar toda la ayuda que puedas conseguir. No puedo esperar para empezar a impartir tus castigos... ¡Ja! Ella le enseñaría. Iba a ganar este maldito juego. O por lo menos iba a concentrarse para conseguir un mínimo de nueve azotes en el culo. Fue entonces cuando Georgia empezó a divertirse. Tell se burlaba de ella sin cesar. Alentándola irónicamente en cada hoyo, diciéndole lo buena que era. Ganándole cada vez que le era posible. Robándole besos. Tocándola sólo porque sí. Lo que era realmente caliente. La tocaba mostrándose muy dulce con ella, pero a la vez segregando una vibración atrás, ella es mía a cualquier tipo que le echara un vistazo. En el momento en que llegaron al último hoyo, Georgia tuvo una milagrosa mejora en su juego de golf. Sólo consiguió tres golpes de castigo, a los cuales Tell se ofreció renunciar si ella le daba tres largas y minuciosas caricias a su polla Con la boca Una oferta estupenda, en su opinión. En Applebee, Tell insistió en sentarse del mismo lado que ella en la cabina. Georgia pidió una Limonada Dirty Girl34 y él optó por una Corona y agua. Hablaron mientras esperaban su comida. Mantuvieron una conversación relajada sobre sus planes de trabajo para la próxima semana. Ella le contó del rodeo, pero decidió no mencionar que el comité había contratado a Deck como juez. Se sentía como una completa idiota por no haber notado el nombre de Deck tanto en la lista de jueces de los rodeos del PRCA como en los que no pertenecían a éste. Por supuesto, su nombre estaba debajo del todo en la lista, ya que no juzgaba mucho, pero después de su encontronazo, había hojeado los papeles y descubrió que estarían trabajando en otro evento durante este verano. Los tres, Deck, Tell y ella. Juntos. Eso podría ser divertido… o no. Decidió no mencionarlo hasta poco antes del evento. No valía la pena molestar a Tell o poner en riesgo su relación. ¿Y quién sabía lo que pasaría entre ella y Tell de aquí hasta entonces? Tal vez ya estarían separados.

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Bebida alcohólica consistente en vodka, limonada y sprite.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 La idea hizo que se le revolviera el estómago. Hacerle saber que se iba al final del verano sería lo más responsable para hacer, pero cuanto más tiempo pasaba con Tell, más tiempo quería estar con él. Y sabía que si se lo decía, él le pondría fin ahora. No estaba preparada para eso. Georgia suspiró suavemente y apoyó la cabeza en su hombro… sólo porque podía. —Sé honesta. ¿Te divertiste hoy? —Tell tenía un brazo alrededor de ella y pasaba suavemente los dedos sobre sus bíceps. —Sí. Siempre lo paso muy bien contigo. No importa si estamos luchando por palomitas de maíz, si estamos en un bar, o en la cama. Me gusta estar contigo, Tell. Él ahuecó la mano alrededor de su mandíbula, volviéndole la cara hacia él. Georgia esperó un piquito dulce, pero él encendió todos sus interruptores, sobrecargándolos, con un beso hambriento. El insistente apareamiento de bocas era demasiado para un público de restaurante. Pero, bueno, Tell vivía el momento. Todo lo que le había dicho era que sentía lo mismo, sin decir absolutamente nada. —Por el amor de Dios, Tell McKay, ¿qué es lo que pasa contigo? Tell no arrancó la boca de la suya mientras terminaba el beso, pero todos los músculos de su cuerpo se paralizaron. Fulminó con la mirada al hombre parado junto al extremo de la mesa. El parecido era evidente. —Papá. ¿Qué estás haciendo aquí? —¿Ya olvidaste que paso mis domingos en Spearfish para ir a la iglesia? No es que alguna vez te hayas tomado la molestia de visitar mi casa o la casa del Señor. La descortés mirada azul del hombre aterrizó en Georgia. —¿Quién eres tú? —Georgia Hotchkiss. ¿Y usted? —El padre de Tell. No es que me gustara proclamarlo algunas veces cuando hace cosas estúpidas como esta.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Antes de que ella respondiera, Casper McKay se deslizó en el asiento de enfrente. Examinando a Tell. —Escuché de mis hermanos que la reunión anual se celebró la semana pasada. ¿Por qué ninguno de ustedes me avisó? —Porque no puedes votar, y después de lo que pasó la última vez, honestamente, no puedes estar sorprendido. —Claro, pueden hablar sobre beber y prostitutas todo el día, pero cuando los invité a decir una oración antes de comenzar la reunión, parecía como si les hubiera pedido que violaran a una cabra. Las mejillas de Tell se pusieron rojo brillante. —Jesús, papá. ¿Tienes que hacer esto ahora? —Cuida tu lenguaje. —Espetó Casper—. No puedo imaginarme que esta chica quiera oír tu sucia boca. Oh, quiero escucharlo hablar sucio más de lo que puede imaginarse, ignorante HDP. Tell no dijo nada. Sólo tomó un sorbo de su bebida. —No he sabido nada de Brandt desde que vi a mi nuevo nieto el domingo pasado. Estabas allí cuando prometió llamarme. Georgia se dio cuenta que aquella cosa, sobre la que Dalton y Tell habían hecho referencia, era un código para una situación familiar que implicaba al espinoso Casper. Qué alivio. —Supongo que no llamó porque está cansado de escucharte insistir para que bauticen al bebé dentro de acuerdo a tus tiempos. A Casper se le dilataron las fosas nasales. —¿Siempre va a recaer la culpa sobre mí, verdad? —Esto es porque por lo general la tienes. ¿Por qué tardaba tanto tiempo su comida? Georgia levantó la vista para encontrar a Casper mirándola. —Hotchkiss, ¿eh? ¿Eres hija de Robert? 279

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sí. — Ah. ¿A qué iglesia vas? —Papá, eso no… —Está bien, Tell. —Le sonrió a Casper—. Cuando vivía aquí antes, estábamos en la Evangélica Libre. —Georgia hace poco regresó de Dallas a Sundance, —comentó Tell. —La chica puede hablar por sí misma, ¿verdad? —Replicó Casper—. Es tan propio de ti, muchacho, siempre tratando de suavizar las cosas. Sólo estamos hablando. No es como que si estuviera contándole secretos embarazosos relacionados contigo. —Papá. Basta. Casper estiró su brazo a través de la parte posterior de la cabina. —¿Ya hablaste con tu madre sobre ella? —Su nombre es Georgia. Y no veo cómo es de tu incumbencia lo que mamá y yo hablemos. Casper sonrió con malicia a Tell y se dirigió a Georgia. —Mejor ten en cuenta esto. Él no está interesado en establecerse. Sobre todo si no le ha hablado de ti a su madre todavía. Tell termino su copa. Georgia no acostumbraba a ser insolente con sus mayores. Así que por mucho que quisiera presumir que el perverso sexo todo-vale con Tell era lo que realmente le interesaba, y no la oportunidad de enganchar a un McKay, no se atrevería a hacerlo. Pero le rompía el corazón ver a Tell sentirse miserable. —Su madre y yo nos divorciamos, —soltó Casper de la nada. —Mis padres se divorciaron también, mi hermano, RJ, murió en un accidente de coche. —Me acuerdo de eso. Pero no fue un accidente. Él iba conduciendo borracho, ¿no? —Sí. —Y gracias por señalarlo. 280

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Tuve mi cuota de eso. No me enorgullece decirlo incluso cuando ahora sé que tenía ángeles cuidándome. Alabado sea el Señor que está de mi lado ayudándome a alejarme de la botella. Tienes suerte de que no mató a nadie más con él. No como lo que pasó con mi hijo mayor, Luke. Algunos idiotas no sabían cómo conducir en la niebla y mi hijo pagó el precio. Finalmente su comida llegó y Georgia esperaba que Casper continuara su camino. Pero temía que pudiera sentirse inclinado a quedarse y dar las gracias. Tell comenzó a remover la mezcla de verduras. —Sabes que no te hará ningún daño agradecerle al Señor por todo lo que tienes antes de comer, como si nunca hubieras visto la comida. —Le dijo Casper. Tell empezó a masticar. —Eres terco. —Entonces Casper se dirigió a ella—. ¿Quieres escuchar lo terco que es? Cuando tenía catorce años, teníamos ese viejo bote de pesca inservible. Tell pensó que podría hacerlo funcionar, a pesar de que es un inútil cuando se trata de cosas mecánicas. Le dije que estaba malgastando su tiempo. Pasó cada hora del día trabajando en ello cuando no estaba haciendo alguna otra tarea en el rancho. De alguna manera convenció a Luke para que lo ayudara a transportarlo hasta el lago. —Casper gruñó—. Esa porquería se hundió como una roca, con la proa apuntando directamente hacia arriba. Así que cuando estamos en tiempo de sequía, aquello sobresale porque el nivel de agua es muy bajo. Dado que Tell le amarró una ridícula especie de bandera pirata, todo el mundo sabe que es suyo. Todos pueden contemplar su error. El chico testarudo debería haberme escuchado. Tell levantó la vista, sus ojos oscuros de furia. —Te agradecería que te fueras ahora, papá. Estoy en una cita. Eres la tercera rueda que nadie quiere. El rostro de Georgia se calentó con esas duras palabras. Pero esto no perturbó a Casper. Se deslizó fuera de la cabina. —Bien, puedo entender una indirecta. Nos veremos. —Y se fue. Georgia se concentró en su plato de pastas, cuando echó un vistazo a Tell, éste había revuelto su comida, pero no había comido mucho. Pobrecito. Quería envolver sus brazos alrededor de él, pero él lo interpretaría como lástima, no como consuelo. 281

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 El hombre debió haber percibido que estaba clavándole la mirada. Pero no levantó la cabeza. —Lo siento. —Como si tuvieras algún control sobre el lugar donde se presenta para cenar. —Sí. Bueno. ¿Podemos olvidarlo? Tell sólo se comió la mitad de su carne y la camarera puso el resto en un recipiente. Georgia sintió su impaciencia para que ella terminara y pudieran salir del restaurante. En la camioneta, él no palmeó el asiento para que ella se acercara. Ni la tomó de la mano. Sólo se encorvó sobre el volante y condujo en silencio. A mitad de camino a casa, ella se asomó por encima del elefante invisible dentro la cabina. —¿Siempre es así con tu padre? —No. A veces es peor. —Sólo quiero decir… —No digas nada. ¿Podemos dejarlo simplemente? —No. Estás molesto y herido, y quiero ayudarte. —Georgia tomó su mano y le besó la palma—. Por favor. Estuviste allí para mí y no tienes idea de lo mucho que aprecio eso. Necesitas hablar sobre esto, Tell. Y yo estoy aquí mismo. Lista para escuchar. Sin juicios.

Pasaron unos largos kilómetros. Entonces, él comenzó a hablar. —Se puso peor después que Luke murió, pero esa actitud desagradable es exactamente quién es, ya sea que esté bebido o sobrio bajo la luz de Dios brillando sobre él. Nadie en nuestra familia puede soportar estar cerca de él. Puedes notar por qué. No sé cómo mi madre lo soportó durante tanto tiempo. Finalmente optó por una vida diferente y estoy feliz por ella. Sin embargo, eso nos deja a mis hermanos y a mí lidiando con papá sin ella para apaciguar las cosas. Georgia sabía exactamente cómo se sentía, pero esto era sobre Tell. No sobre ella.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Nunca cambia. Dios, estuvo avergonzándome toda mi vida. Me gustaría poder decir que no fue tan malo, porque al menos no estaba borracho. Pero todavía contengo la respiración en cualquier maldito momento que abre la boca en público. Y por lo general con buena razón. Georgia esperó a que continuara. Él suspiró. —Mira. Aprecio lo que estás queriendo hacer, pero nada hará desaparecer este mal humor ahora, por lo que sería mejor si te llevo a casa. —Eso no va a pasar. Podemos tranquilizarnos en tu casa, pero no voy a dejarte revocándote solo. Nos revolcamos bastante bien los dos juntos la última vez, si mal no recuerdo. Tell le lanzó una mirada. —¿Esperas que el helado ayude? Se inclinó para besarlo en su fuerte mandíbula. —El helado siempre ayuda. Pero esta vez voy a servirme por mí misma.

Tell necesitaba aclarar su mente después de la pelea con su padre. Abrió un par de cervezas, pero quedaron básicamente sin tocar sobre la mesita de café, Georgia y él se acurrucaron en el sofá, tratando de ver la televisión —Todavía pareces tenso. Miente. Tómatelo a la ligera. Intenta bromear. Pero no pudo. —Lo estoy. —Puedo ayudar con eso. Él levantó una ceja. —¿Sí? ¿Y cómo es eso? —Quítate la ropa y te lo mostraré.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 No tuvo que decírselo dos veces. Se desnudó, arrojando al suelo la camisa y los pantalones cortos de camuflaje. Ella observó cómo su dormida polla se excitó. —Recuéstate. Tell se acomodó con los brazos cruzados detrás de la cabeza, dejando que su mirada la inundara. Georgia se deslizó entre sus piernas. Pasando las palmas sobre sus muslos, trazó sus musculosos cuádriceps con las puntas de los dedos. Utilizando acaricias tan tiernas que cada vello de sus muslos se erizó, disputándose su atención. —¿Esta es tu manera de distraerme? —Le preguntó. Ella le tocó la rodilla. —Una de las maneras que tengo planeadas para esta noche. Él recordó haberle dicho lo mismo la noche de la reunión. Pero la mirada de sus ojos no era suave o dulce. Sólo determinada. —¿Me vas a torturar? —Quizás. Me gusta tocarte. ¿No te gusta? —Revoloteó los dedos alrededor de su ingle, pero sin tocarle la polla. En absoluto. —Me gustaría mucho más si te centraras en un lugar en particular. —Lo haré. —Extendió las manos sobre sus pectorales y besó su esternón, manteniendo los ojos en los suyos—. Tal vez quiero volverte un poco loco. Como haces tú conmigo. —¿Te vuelvo loca? Una peligrosa sonrisa serpenteó en sus labios y Tell se preguntó si debería estar preocupado. —Sabes que sí. Los suaves y cálidos labios continuaron hacia su hombro. 284

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Lo primero que hizo fue darle un beso. Apoderándose de su boca completamente. Deslizando la lengua profundamente. Chupando, mordiendo y lamiendo hasta que todo el cuerpo de Tell se sacudía por la necesidad. Con tan solo un beso. Intentó mover los brazos, para tratar de recuperar el control, pero las uñas de Georgia se clavaron en sus bíceps. Y levantó los labios brevemente para advertirle, —Déjalos allí. Y deja caer la cabeza hacia atrás. Esa obstinada barbilla tuya está en mi camino. —Desparramó besos en línea recta desde su mentón hasta la clavícula. El húmedo deslizamiento de su boca sobre esa sección de piel le puso la carne de gallina desde la parte posterior del cuello hasta las rodillas. Debió haber hecho un sonido porque Georgia continuó haciéndolo. Mientras las manos de la mujer viajaban por todo su bajo vientre, apretó los puños. La mandíbula. Las nalgas. —Se supone que esto es para relajarte, —murmuró ella, besando sus costillas inferiores. —La última cosa que quiero hacer con tus manos sobre mí es relajarme. —Entonces deberías mantenerte enfocado. —Lamió desde sus bolas hasta la punta de su polla como un helado. Maldición, eso se sentía bien. Casi se atraganta cuando se metió toda la polla en su boca. Chupando con tanta fuerza que sus mejillas se ahuecaran. Tomándolo tan profundamente que la cabeza de su pene golpeaba contra el paladar antes de deslizarse hasta su garganta. Arrancándole un suave sonido de satisfacción que vibró desde sus bolas a la parte posterior de su cuello. Entonces liberó su polla poco a poco, deteniéndose hasta dejar que el borde inferior rozara con sus dientes. Lamió la parte inferior con azotes húmedos y calientes. Una vez que se acostumbró a la sensación de cosquilleo y anticipó la siguiente arrolladora lamida, Georgia retrocedió. Sus muslos temblaron. Apretó los dientes mientras bombeaba la pelvis hacia arriba en el momento en que sus labios se cerraron firmemente alrededor del glande. Ella chupaba suavemente, mientras él anhelaba ese deslizamiento húmedo y rápido de su polla sumergiéndose dentro y fuera de la boca de la mujer.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia lo atormentaba. Acariciando su saco con toques tiernos. Chupándole las bolas mientras con la mano lo pajeaba lentamente. Entonces cambió la táctica, apretando, lamiendo, chupándolo con abandono, mientras masturbaba su polla duro y rápido. Pura. Jodida. Tortura. Manos suaves. Boca caliente. Aliento cálido. Lengua malvada. El cuerpo de Tell vibraba. Apretó el culo, los abdominales y las pantorrillas, tratando de mantenerse a raya y demostrar... ¿qué? ¿Que tenía resistencia? A la mierda la resistencia. Necesitaba correrse ahora. —Suficiente. Hazme correr. Georgia liberó su polla, inclinando la cabeza para acariciar con la nariz la parte interior de su muslo, manteniendo esos ojos sexys sobre los suyos. —¿Cómo quieres que te haga correr? —Tus manos sobre mis muslos. Inclínate, pero arquea la espalda. Así. —Él empuñó su eje, todavía resbaladizo por la saliva de la mujer—. Abre la boca. Tell se masturbó, cada movimiento más rápido. Ese cosquilleo en el coxis fue una breve advertencia y una gota de corrida aterrizó en la barbilla de Georgia antes de empujar la polla entre sus labios y gemir, —Chúpame y traga. Todo, —y disparó su carga. Las mejillas de Georgia lo apretaban y los músculos de su garganta besaban la cabeza de su polla con cada trago. Caliente. Mojado. Apretado. Se sentía tan condenadamente bien. Manteniendo el agarre sobre su cabeza, cerró los ojos, bombeando las caderas en su cara con cada pulso, dejándose ir hacia el apacible lugar donde ella lo había llevado. Dientes arañándole la polla lo alejaron de su placentero estupor. Pasó los pulgares sobre sus pómulos mientras se retiraba del refugio de su boca. —Mírate. Tan bonita y juguetona sobre tus rodillas. Ella parpadeó lentamente y le disparó una sonrisa ladeada.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Ven aquí. —Tell la arrastró sobre su regazo y la besó, su lengua batiéndose a duelo con la de ella. — Mmm. Mi sabor en tu boca es malditamente excitante. —Pareces más relajado. —Gracias a ti. Chupaste toda la tensión y todo el veneno de mí, nena. Riendo, ella le dio un manotazo. Tell se extendió en el sofá, atrayéndola encima de sí y pasando los dedos por su suave cabello cuando ella acomodó la cabeza sobre su pecho. Él estaba completamente ensimismado. —¿Qué tienes planeado para esta semana? —Trabajo. Concertar entrevistas de radio para los próximos eventos. Lograr que los competidores se pongan de acuerdo para hablar en vivo por la radio es un dolor en el culo, así que cité a un contratista y a un miembro del Comité en caso de que haya algún problema. —Suspiró—. Estando sola en esto, no tengo a quien recurrir, ni con los problemas relacionados con la dotación del personal, ni con los temas sobre las interrupciones en la comunicación entre los miembros del comité. —¿Algún problema con el rodeo de este fin de semana en Pine Haven? —No, pero es pequeño y tan a última hora que no esperan milagros en cuanto a relaciones públicas. —Su rostro se puso serio mientras hundía los dedos en el oscuro vello de su pecho. —¿En qué piensas, dulzura? —Nada importante. Es extraño. Algunas personas que conocía del pasado, o a RJ, o a mis padres, o de la escuela, se me acercaron en el centro comunitario. —¿Qué querían? —Parece que desde que me presente voluntaria, asumieron que estoy interesada en ser voluntaria para otros proyectos de la comunidad. Antes de que darme cuenta de lo que estaba pasando, estuve de acuerdo en ayudar a recaudar fondos para la cámara de comercio y en ayudar a organizar un taller para el equipo de animadoras. ¿Qué habían dicho estas personas a Georgia para atraer su interés por las actividades comunitarias? Tenía que beneficiar a la compaña de relaciones públicas de alguna manera. 287

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 No es agradable, Tell. Confórmate con saber que no está recluida en casa. —Hay una reunión el martes en la noche sobre el taller de animadoras. Tell frunció el ceño. —¿Eso quiere decir que no te encontrarás conmigo en Ziggy para la liga de dardos? —Diablos. Me olvidé. Puedo cancelar… —No te preocupes. Podemos reunirnos después. —¿Estás seguro? —Sip. Ya que estás en modo voluntaria, me vendría bien un poco de ayuda con la recaudación de fondos del club de rodeo en dos semanas. —Hecho. ¿Algo más? —Sí. —Dejó que la punta de sus dedos siguieran los planos y ángulos de su cara—. Trae esa boca aquí. Necesito otra degustación. Ella lo besó con tanto fuego que su polla se endureció. —Dulzura, tienes demasiada ropa puesta. Ella alzó una altiva ceja. —¿Y de quién es la culpa? —Tuya. Desnúdate.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

CAPÍTULO 22

Georgia estaba situada bajo el letrero del banco de Moorcroft, debatiéndose entre la posibilidad de cruzar la calle para almorzar en el local de comida mexicana o bajar en dirección a la cuchara grasienta35, cuando la puerta del banco se abrió y su padre salió a la luz del sol. Ella parpadeó durante un segundo o dos, preguntándose si sus ojos le estaban jugando una mala pasada. Él parecía igual de aturdido. Entonces la envolvió en un abrazo de oso. —¡Georgie! Dios mío, chica, estaba pensando en ti y aquí estás. —Hola, papá. —Mírate. Tan pequeña como siempre. Se me olvida lo enana que eres, —bromeó. Luego agregó—, pero, maldita sea, chica, eres una belleza. Buena cosa que te parezcas a tu madre, ¿no? —Y mamá dice que tengo tu temperamento. —Apuesto a que no te dijo la suerte que tienes con ese rasgo. ¿Qué haces en Moorcroft? Contuvo la respiración, esperando que exigiera saber por qué no lo había llamado diciéndole que estaría en la zona, pero él sólo la miraba expectante. Feliz. —Haciendo unas pocas visitas comerciales. —¿Ya comiste? —No, pero tengo que volver… —¿Ni siquiera vas a dejar que tu viejo padre te compre el almuerzo? Hola remordimientos.

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Es una expresión coloquial en Gran Bretaña y Estados Unidos sobre locales donde se sirve comida barata y se alimenta la clase trabajadora de la sociedad.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Claro. Te dejaré comprarla... Siempre y cuando sea mexicana. Él frunció el ceño. —Eso funcionará. ¿Su padre no había discutido ni insistido en comer en el restaurante de su elección? Esto era diferente. Tal vez él estaba diferente. Mientras caminaban, su padre comenzó una pequeña charla sobre el tiempo e insinuó que le daría grandes noticias relacionadas con su vida. Después de que estuvieron sentados con los menús, Georgia estudió a Robert Hotchkiss mientras se ponía un par de gafas de lectura. Habían pasado dos años desde que había aparecido de improviso en Dallas. No se veía muy diferente. Los mismos ojos de color marrón pálido. El mismo pelo gris y corpulencia rechoncha. Levantó la mirada con una pequeña sonrisa. —¿Qué vas a comer? —El plato de enchilada de carne. ¿Y tú? —El Bistec probablemente, aunque mi médico quiere que coma más mierda verde. Georgia sonrió. —Mamá trató de que comieras más mierda verde durante años. —Finalmente consiguió hacerme desarrollar un gusto por todas las maneras diferentes en que puede cocinar remolachas. —Mi borscht36 nunca sabe tan bien como la de ella. —La comida de tu madre es sólo una de las muchas cosas que extraño de ella. El camarero sirvió sus bebidas, -té helado para ella y una cerveza para su padre-, y tomó su orden. El borsch es una sopa de verduras, que incluye generalmente raíces de remolacha que le dan un color rojo intenso característico. 36

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Pidieron papas y salsa como aperitivo. El restaurante tenía la típica decoración mexicanas -piñatas colgando del techo y llamativos sombreros en la pared pintada de un color brillante. Cactus de plástico esparcidos por todos lados. En el fondo sonaba música de Mariachi. Filamentos de luces en forma de chile cubrían el techo. —Hablando de tu madre... Hablé con ella el otro día. —Lo he oído. Sus pobladas cejas se levantaron. —¿Qué dijo de mí? —Solo que habías llamado. —Removió un paquete de azúcar en su té—. Vendrá de visita. —¿Por qué le había dicho eso? —¿En serio? No lo mencionó. —Me sorprendió escuchar que la llamas con regularidad. Honestamente parecía perplejo. —¿Por qué? Irina fue mi esposa durante veinticinco años. —Me imaginé que después de la monstruosidad de su divorcio... —Mira, Georgie, después de RJ... todo se nos fue de las manos. Nunca esperé... — Suspiró—. Es complicado y nunca fui bueno en las cosas complicadas. Soy horriblemente hábil para empeorarlas. Georgia se mordió la lengua. Cambiar de tema sería la forma más segura de acabar este almuerzo. —¿Cuál es la gran noticia que mencionaste antes? —Voy a retirarme. —¿En serio? ¿Cuándo? —Tan pronto como el papeleo se solucione. Vendí la granja de cerdos a una corporación en las afueras de Dakota del Sur. Me sorprendió el buen acuerdo que me ofrecieron. Y, bueno, no me estoy volviendo más joven. —Acabas de cumplir sesenta y ocho años, ¿verdad? 291

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sip. Eso suena viejo para una persona de veintiocho años, ¿eh? Eso sonaba viejo. Su padre tenía cuarenta años cuando ella y RJ nacieron y su madre sólo tenía veintidós. Durante su infancia no había notado la diferencia de dieciocho años que cambió las cosas en la relación entre sus padres. Pero se preguntó si sería ese el motivo por el cuál nunca había salido con hombres mayores. —Intenté llamarte el mes pasado para tu cumpleaños. —Lo sé. —Georgia alineó la parte inferior del cuchillo con la punta de la cuchara—. No lo celebro ni hago nada. Es sólo otro día más. Su padre se rió entre dientes. —Tu madre solía tirar la casa por la ventana para tus cumpleaños. —El año que nos dieron las pistolas de agua fue el mejor. —¿En serio? ¿No rompiste la tuya de inmediato? —No, RJ rompió la suya. Estaba tan molesto que le di la mía y juramos no decirlo nunca. Sus cejas se levantaron. —No lo sabía. —Éramos muy buenos cubriéndonos el uno al otro. —Y dando la cara por el otro. Recuerdo el verano que tenían siete. Recién nos habíamos mudado a la granja y atrapé a RJ subiéndose en el granero con un edredón que pensaba usar como paracaídas cuando saltara desde el tejado. El chico trataba de provocarme un paro cardíaco. Zurré muy bien su culo. —Sacudió la cabeza—. Después marchaste hacia mí, audaz como el latón, y me dijiste que era mejor que también te zurrara a ti, ya que era tu edredón y planeabas saltar justo después que él. Georgia sonrió. —No sé si te diste cuenta que llevaba ropa extra como relleno. Él se echó a reír. —Nop. No noté eso. —Fue idea de RJ. Pensó muy bien en ello. 292

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Me imagino. Ustedes dos siempre fueron carne y uña. Ese comentario sacó su dolor a la superficie, no es que alguna vez lo hubiera enterrado profundamente. Se apresuró a cambiar de tema. —Así que jubilación, ¿eh? ¿Qué vas a hacer cuando ya no tengas que limpiar cerdos? —Tal vez voy a terminar de niñera del hijo de Deck y Tara-Lee, —dijo con una risa—. Pero ya que él está ganando un poco de dinero, Deck probablemente... —levantó la vista bruscamente—. Lo siento. Sé que Deck es un tema delicado. ¿Te parece? —Pero ahora que el gato está fuera de la bolsa, quiero explicarte… Georgia levantó la mano. —No vayas por ese camino. Por favor. Estábamos teniendo un buen almuerzo y no quiero estropear mi apetito. —Tenemos que hablar de esto en algún momento, Georgie. Han pasado siete años. La comida llegó. —¿Cuál es tu principal responsabilidad en este trabajo? —Le preguntó. Agradecida de que cambiara de tema, sonrió. —Estoy en los terrenos del rodeo para asegurarme de que nuestra parte en el evento es adecuadamente controlada. Trabajar de antemano con los comités. Vender anuncios. Arreglar propagandas en la radio. Él cortó un gran trozo de carne. —¿Qué pasará cuando termine la temporada de rodeo de verano? —Volveré a Dallas. Pero conserva eso para ti. No pretendo que nuestros contratistas piensen que voy a irme antes de lo planeado, ya que somos nuevos en el pueblo. Él gruñó y constantemente demolió su filete. La conversación se quedó estancada, aunque no debido a la tensión. —Gracias por invitarme a almorzar, papá.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No hay de qué. —Reclinándose en la cabina, cruzó los brazos y poniéndolos sobre su estómago dijo—: ¿Entonces te veré de nuevo antes de que te vayas? —Lo intentaré. El camino va en ambos sentidos. Te podrías aventurar hacia Sundance. —Lo tendré en cuenta. Su padre la miraba de una manera que nunca había visto antes, con arrepentimiento. —¿Qué? —La gente cambia, Georgie. Guardar rencores no es la manera de ir por la vida. ¿Se refería a perdonar a Deck? Tal vez se refiere a que lo perdones a él. Tomó una lenta respiración. —Estoy escuchando. —Me tomó un tiempo, pero por fin estoy empezando a darme cuenta de lo que me costó contralar mi enojo. —¿Con quién estabas enojado? —Con Dios. Por llevarse a mi hijo. He perdido mi fe. Robert Hotchkiss siempre había sido un hombre de fe, no sólo proclamaba ser religioso. Había tratado de vivir su vida de acuerdo a las reglas de Dios, esperando que su familia hiciera lo mismo. No había sido la forma más fácil de crecer, pero tampoco lo cuestionaba. No hasta que RJ murió. Aunque ella se desvió de las enseñanzas de la iglesia, no juzgaba a las personas que veneraban los principios de la religión, con tal de que no intentaran empujar sus creencias sobre ella. Así que su respuesta sobre la pérdida de su fe la sobresaltó, tal vez por ello su padre estaba tan irreconocible como consecuencia de la muerte de RJ. Él no había tenido a nadie a quien recurrir. Así que se había alejado de todo el mundo. —¿Pero la peor parte? —Continuó en voz baja—. Por culpa de la rabia, también perdí a tu mamá. Y a ti. Lo perdí todo y a todos lo que me importaban. —Bajó la vista—. No estuvo bien. Y no sé qué puedo hacer para arreglar las cosas.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Yo tampoco. —Pero estoy dispuesto a hacer cualquier cosa, Georgia. ¿Significaba que quería tratar de hacer las paces? Su teléfono sonó, recordándole su próxima cita. —Papá, me tengo que ir, —le dijo. —Entiendo. Gracias por alegrarme el día. Yo... odio que sea así entre nosotros. No te conozco como adulta, Georgia. Eso me pone más triste que nada en el mundo, —declaró con voz ronca. —Nos vemos — murmuró Georgia completamente perdida y prácticamente salió corriendo del restaurante.

La semana de Tell comenzó con una nota amarga y siguió cuesta abajo desde allí. No había visto a Georgia en todo el lunes y cuando la llamó, ella sonaba preocupada, aunque juró que estaba cansada. El martes por la noche fue un esfuerzo inútil. Ella lo había invitado a su casa después de que su juego de dardos terminó, pero solo había hablado de cuanto se divertía con la gente nueva que había conocido y los viejos amigos con los que había reconectado, le había surgido una oleada de celos y entonces simplemente se había ido a casa. Solo. El miércoles por la noche era la noche de chicas de Georgia con Stephanie, Leah y Roxanne. Y un montón de otras mujeres. Evidentemente, ella lo había pasado de maravilla, un hecho que le había contado Ned la mañana del jueves. E incluso Dalton le habló de ello. ¿No fuiste tú quien la animó a desinhibirse y pasarla bien? ¿A divertirse? ¿A que hiciera amigos? ¿A involucrarse con la gente? Sí. Podría parecer paranoico, ¿pero ahora que Georgia había encontrado un nuevo grupo, quizás uno más agradable, lo había abandonado? La persistente duda fue confirmada la noche del jueves, cuando Tell siguió a Georgia a la Bota de Oro, treinta minutos después que se suponía debían reunirse para cenar en Fields. Se apoyó en la pared y la observó mientras charlaba con el alcalde, el 295

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 superintendente de las escuelas, el dueño de la empresa local de bienes raíces, y el abogado de una empresa de gas metano. Todos hombres solteros. Todos mirando a Georgia con ojos llenos de lujuria. Todos hombres muertos, en lo que a Tell se refería. Pero en lugar de lanzarse y arrastrar su culo fuera como lo había hecho antes, él se quedó atrás. Justo como lo había hecho en la escuela secundaria. Esperando que ella notara su presencia. Sigues siendo un aspirante, McKay. Nada ha cambiado. Mentira. Pero analizó esa voz de la duda y recordándose así mismo actuar como un adulto maduro en esta relación, no estimuló a sus pies para moverse. Estaba atrapado en el infierno, viendo a Georgia reír con estos payasos, ajena al hecho de que había faltado a su cita. Treinta minutos pasaron mientras permaneció en las sombras, tomando una cerveza. Largos treinta minutos en los que no se cruzó por la mente de Georgia puesto que no había hecho ningún esfuerzo por comunicarse con él. Aleccionador y humillante. Le envió un mensaje: Debo haberme confundido. Pensé que teníamos una cita en Fields. Estoy cansado y vuelvo a casa. Te veo luego. T. Tal vez era retorcido, pero se quedó cerca para ver su reacción. Georgia sacó su celular del bolsillo de su chaqueta y miró la pantalla. La culpa cruzó su cara y maldijo. Inmediatamente comenzó a apretar botones. Y un momento después le sonó el teléfono que tenía en la mano. No, era esta noche. ¡Lo siento! No quise dejarte plantado. Me distraje. ¿Sigues esperando en Fields? Tell esperó unos sólidos cinco minutos antes de responder. No te preocupes. Tendremos otra noche. Mañana tengo un día ocupado de todos modos. Te veo el sábado en el Rodeo Pine Haven. 296

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia frunció el ceño y escribió frenéticamente, ignorando por completo los hombres en la mesa. Lo siento mucho. ¿Puedo ir a tu casa y hacerte la cena? Probablemente eso le hacía un colosal idiota, pero sólo quería estar enojado con ella. No. No puedo conducir y escribir al mismo tiempo. Me tengo que ir. Nos vemos. Tell terminó su cerveza. Preguntándose si Georgia se quedaría en el bar a beber con estos tipos o si se iría a casa. Pero no se quedaría para averiguarlo.

Soñó con ella aquella noche. Soñaba que estaba de vuelta en la escuela secundaria, donde era invisible y la miraba con adoración desde la línea lateral37. Georgia. Hermosa, perfecta Georgia. Su Georgia. No la Georgia inalcanzable del pasado. Se acercó a ella en el comedor. Pero la chica no se dignó a mirar en su dirección, o incluso a hablar con él. Le tiró el pelo y la llamó por su nombre en la clase de historia, pero ella no hizo ningún gesto de reconocimiento en absoluto. En el sueño siguiente, Georgia estaba rodeada por sus primos. Los fuertes y robustos McKays. Con esa buena apariencia de morenos irlandeses. Hombres ricos. Ganaderos exitosos. Rebosantes de confianza. Derrochando encanto. Cuando se abrió paso entre la multitud para llegar a ella, fue empujado hacia atrás. Tomando su lugar al final de la línea. —Ella no te quiere, —se burló Kade. —Ella nunca lo ha hecho y nunca lo hará, —susurró Colby. —Ella es demasiado buena para ti, —añadió Colt. —No eres lo bastante hombre para manejarla, —advirtió Ben. En futbol americano las "líneas laterales" son las líneas blancas o de color que marcan los límites exteriores de un campo de deportes. 37

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Te está utilizando, y eres un perdedor que se lo permite, —dijo Dalton con burla. Su padre apareció, toda actitud perversa y fealdad. —Eres una vergüenza para el nombre McKay. —Casper dio la espalda a Tell, rechazándolo. Luego, uno a uno, sus parientes McKay empezaron a reírse de él. Señalando. Susurrando. Burlándose. Intentó huir, pero sus pies estaban enterrados en la tierra. La verdadera patada en los huevos se produjo cuando Georgia lo miró con lástima y desprecio. —Realmente no creíste que tendrías una oportunidad conmigo, ¿verdad? Se despertó enojado. La ira irracional de un sueño estúpido, pero odiaba que hubiera algunas verdades en sus temores. El hecho de que nunca sería lo suficientemente bueno para ella. Ante sus ojos y los ojos de todos los demás. Verdades que lo hacían sentirse novato e indefenso. Verdades que lo hicieron desesperarse por despejar esos temores por cualquier medio. Las tareas del rancho lo mantuvieron ocupado toda la mañana del viernes. Así que cuando su identificador de llamadas, le informó que era Chase, casi no respondió, pero la curiosidad pudo más que él. —¡Oh, mi Dios! ¿Es realmente Chase McKay? ¿El jinete campeón mundial de la PBR38? ¿Llamándome? ¡Me siento honrado! —Sí, lo soy, y por qué no sólo sigues adelante y besas mi famoso trasero por ese comentario de mierda. Tell se echó a reír. —¿Qué pasa, primo? —Estaré en la ciudad para el Rodeo Upton mañana por la tarde. Presidiendo el concurso, corriendo la voz sobre los cascos de seguridad. Estuve hablando con Verna, la secretaria del Rodeo Upton, y me dijo que les falta un juez para mañana. Le dije que te llamaría para ver si estás interesado en cubrirlos. Diablos, sí que le interesaba. Entonces se dio cuenta. No podía. Era una lástima que Georgia lo hubiese contratado para trabajar mañana en el Rodeo Pine Haven. 38

Professional Bull Riders. Monta de toro profesional.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Una lástima que Georgia te haya estropeado toda la puta semana. Uau. Parecía que su subconsciente seguía estando resentido. Pero el punto era que el Rodeo Upton estaba autorizado por la PRCA. Más dinero y más prestigio que un insignificante rodeo. Por no mencionar que conseguiría compartir el escenario con su famoso primo por una tarde. Nadie le culparía por tomar esta oportunidad. Bueno, Georgia podría hacerlo. Bueno, ella podía chupársela. —¿Tell? ¿Estás ahí? —Sip. Lo siento. Eso suena genial. —Fantástico. Estoy seguro de que estas más preparado ahora. Tengo ganas de verte.

Georgia no comprobó su teléfono la mañana del sábado hasta después de quitar la mala hierba de su huerta, ducharse y terminar la mitad de una taza de café. Sonrió, al ver un mensaje de Tell a las 06 a.m. Adoraba las fotos que le enviaba de sus quehaceres en el rancho a temprana hora de la mañana. ¿O sólo había escrito cosas dulces porque había estado pensando en ella? Esos mensajes habían sido escasos los últimos tres días. Lo atribuyó a que ambos estuvieron muy ocupados. Abrió el mensaje: Lo siento, pero hoy tengo que bajarme como juez del Rodeo Pine Haven. Surgió un asunto familiar… no te preocupes, nada serio, te escribiré cuando pueda. T. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? Dos jueces eran el requisito mínimo. Intentó con ocho números de la lista de jueces y no había nadie disponible. Fue entonces cuando le entró el pánico. Piensa, Georgia. Se le ocurrió una solución. La desechó. Muchas veces. Hasta que simplemente siguió adelante e hizo la llamada, paseándose mientras la línea seguía sonando. Entonces una voz ronca respondió. —¿Hola? 299

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Hola, papá. ¿Cómo estás? —¡Georgie! Estoy bien. Feliz de saber ti. ¿Qué pasa? —¿Está Deck por ahí? Silencio. Entonces: —Oh. ¿No llamaste para hablar conmigo? Su tono esperanzado se había atenuado y se sintió culpable. —En realidad estoy casi sin tiempo. Necesito hablar con Deck y no tengo su número. Es una cuestión de negocios estrictamente. —Georgia, querida, ¿todavía queda café? —Preguntó su madre cuando entró en la cocina. —¿Tu madre está en Sundance? —Le consultó su padre. —Sí. Te dije que pensaba visitarme. ¿Ahora dime, está Deck o no por ahí? —Sí. Él está aquí. Espera. Unas voces amortiguadas se mezclaron en el fondo con los sonidos de los cerdos volviéndose salvajes, y entonces Deck se puso al teléfono. —¿Robert dijo que necesitabas hablar conmigo? Ve directa al grano. Sé profesional. —Sí. Me falta un juez para hoy en el Rodeo Pine Haven. ¿Estarías dispuesto a reemplazarlo? —¿Quién se retiró?— Una risita—. Fue McKay, ¿no es así? Maldición Tell, me la debes. —Sí. Mira, el evento dura dos horas y media, como mucho. Comienza a la una. —¿Qué gano yo? —La tarifa de paga de rodeos no sancionados por la PRCA. Hay comida para los concursantes, jueces y miembros del comité. Además, podría conseguirte un boleto de acompañante para Tara-Lee. 300

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Cuándo necesito estar allí? —A la una. Una pausa. —Supongo que podría echarte una mano. Sólo por esta vez. Cerró los ojos, agradecida de que él no haya añadido nada más como dado que estás desesperada porque McKay te dejó plantada. —Gracias, Deck. Realmente lo aprecio. La documentación estará en la oficina de la secretaria. —He hecho esto antes. —En el teléfono se escuchó un murmullo ahogado—. Espera, Robert quiere hablar contigo otra vez. — ¿Tu madre estará en ese rodeo? —Quiso saber su padre. Georgia quitó la mano del teléfono y miró a su madre, apoyada en la jamba de la puerta. —¿Vas a venir conmigo hoy? —Es mejor que estar sentada sin hacer nada. ¿Por qué? —Papá quiere saberlo. Irina Hotchkiss sorbió lentamente su café. —¿Él irá? Por el amor de Dios. —No soy una intermediaria. Ustedes dos son adultos. Averígüenlo. Pero me voy dentro de media hora. —Le dio a su madre el teléfono celular y subió corriendo a terminar de arreglarse. Cuando Georgia volvió abajo, su madre esperaba junto a la puerta. Con un nuevo trajecito. Con un escote muy pronunciado. No preguntes por qué ella dejó a sus chicas completamente expuestas. —¿Lista? —Preguntó Georgia alegremente.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sí. Pero decidí seguirte en mi coche por si me aburro y quiero volverme. —Está bien. —Le entregó a su madre una llave de la casa y un boleto de cortesía—. Voy a estar ocupada. Sólo mándame un mensaje y déjame saber lo que estás haciendo. De esa manera no tendría que interferir entre sus padres y hacer frente a su exmarido.

Mientras Tell se ponía el chaleco blanco y negro oficial de juez de la PRCA, escuchó gritar a Verna. —¿McKay? —¿Sí? —Respondieron Chase y él a duo, entonces se rieron. —Estoy buscando al juez McKay, no al jinete McKay, —dijo Verna, entregándole a Tell un portapapeles—. Estamos contentos de que estés aquí, y que no tuvieras ningún compromiso hoy. Ningún compromiso. Bien. Volverle la espalda a Georgia fue una actitud de mierda, pero no había mentido exactamente. Estar aquí era una cosa de familia. Esta era la primera vez que oficiaría de juez mientras su primo, campeón mundial en monta de toros, Chase McKay, estaba compitiendo. Chase había accedido a montar como una exposición en el último minuto. La empresa de promoción estaba por todo el lugar, luchando para aprovechar al máximo la oportunidad. Lo qué le llevo a preguntarse qué estaría haciendo Georgia. Maldiciendo su nombre, lo más probable. Firmó el papeleo. —¿Y ahora qué? —Esperamos. Hay un par de camarógrafos establecidos para las entrevistas. —¿En serio? Chase se encogió de hombros. —Bienvenido a mi vida. Soltó un bufido. 302

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sí, es una mierda ser tú. Casado con una magnífica estrella de cine, viviendo la gran vida en una playa de California, y no nos olvidemos de ese diminuto cinturón de Campeón Mundial de PBR con hebilla que estás luciendo. Una gran sonrisa apareció en la cara de Chase. —Es bueno ser yo. —Pasó el dedo sobre la gran hebilla—. Todavía no puedo creer que haya ganado el año pasado. —Te lo merecías, tuviste una gran temporada. ¿Están tus hermanos y amigos aquí hoy para animarte? —En realidad, no. Mamá y papá están en Phoenix, quedándose con Sierra ya que Gavin tiene una semana de conferencias en Atlanta. —Frunció el ceño—. Esa chica está dándole a Gavin muchos dolores de cabeza, y confía en su ex con ella. Ben y Ainsley están en Gillette en una boda. Y Quinn y Libby están en Spearfish hoy para el juego de T-ball39 de Adam. —¿Cuánto tiempo te quedas? —Sólo esta noche. Pasaré la noche en casa de Ben. —¿Ava no está contigo? —Ojalá lo estuviera. —¿Cómo está? Chase sonrió. —Jodidamente espectacular. Soy el hombre más afortunado del mundo. Tell le dio un puñetazo en el hombro. —Mírate, todo enamorado y esa mierda. Nunca pensé verte con la soga al cuello. —Y no lo haría de ninguna otra manera. —Cruzó los brazos sobre el pecho—. Hablando de soga al cuello... Me detuve en el negocio de AJ temprano esta mañana para un masaje. Mencionó que llevas tiempo con una tal Georgia Hotchkiss. ¿No es la caliente porrista de tu clase? ¿Su novio estaba en el equipo de rodeo?

T-ball es un deporte de equipo basado en la simplificación del béisbol y el softbol. Está concebido para introducir a niños de 4 a 8 a desarrollar habilidades de juego de pelota y divertirse. 39

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sí. Salimos de vez en cuando. No es gran cosa. —Le disparó una fría mirada a Chase—. ¿Cómo diablos salió eso en la conversación con AJ? —Evidentemente AJ está tratando de casarte. —¿Con Georgia? Jesús. Fue justo la semana pasada que todas esas mujeres estaban hablando mal de ella, asustadas de que rompiera mi pobre corazoncito yendo detrás de sus propósitos. —Eso cambió. Están cantando alabanzas ahora. AJ pensó que dado que yo soy el ex chico malo McKay te gustaría escuchar cómo vomito corazones y flores acerca de lo mucho más feliz que es mi vida ahora que me establecí. —Chase se encogió de hombros—. Lo cual es cierto. Pero recuerdo lo cabreado que estaba cuando nuestros primos intentaron decirme lo mismo. —Los McKays son un puñado de entrometidos, —se quejó Tell. —Eso nunca va a cambiar. ¿Entonces, ella está aquí? —Nah. Está trabajando en otro evento de rodeo hoy. —¿Chase? —Una mujer elegantemente vestida entró en la tienda—. ¿Estás listo? —Como siempre. —Dio una palmada a Tell en la espalda—. Vamos, primo, es el momento. Una hora después, Tell ni entendía cómo Chase hacía esta mierda todos los días, cámaras de filmación y fotógrafos lanzando flashes y micrófonos a su cara, grabando cada palabra suya como un evangelio. Tell se contuvo para esconderse detrás de él y hacerle orejitas de conejo detrás de la cabeza. Sería inmaduro. Divertido como el infierno, pero definitivamente inmaduro. Finalmente la mujer de relaciones públicas terminó las entrevistas. Vagaron detrás de las rampas y se separaron. Tell se centró en el juego, y ya era la hora del rodeo. Cada evento era como un reloj. Chase fue el último en montar. Su montura era una exposición, pero eso no significaba que fuera fácil. El toro que le asignaron no había sido montado y era una bestia de casi dos mil libras. El toro se puso en posición vertical al salir de la rampa.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Chase lo retuvo. Espoleó, haciéndose uno con el animal a través de cada giro, vuelta y salto. La multitud se volvió loca, conscientes de que estaban siendo testigos del manual de una monta perfecta. Tell calificó muy alto al toro y a su jinete. No porque Chase fuera su primo, sino porque el hombre era pura poesía sobre el lomo de un toro. La puntuación final fue de noventa y tres puntos. Después que se adjudicaron las hebillas, Chase expuso su charla acerca de los problemas con los cascos de seguridad, y una buena parte de la multitud se quedó a escuchar. Tell comprobó algunas cosas junto a la secretaria del rodeo, esperando que Chase terminara otra entrevista. Y no era el único que lo esperaba. Comprobó casualmente a las mujeres que colgaban de los corrales, anticipándose a la aparición de Chase. Como si Chase fuera a mirar dos veces a cualquiera de estas conejitas, cuando tenía a la maravillosa Ava Cooper en su cama todas las noches. —Fue una buena monta, —dijo una rubia tetona. Su amiga pelirroja asintió. Luego le echó un vistazo a Tell. —Hola. Eres uno de los jueces. Él sonrió. —Me has pillado. —Eres muy guapo. Dios, me encantan tus hoyuelos. —Su mirada bajó a la cintura de sus pantalones vaqueros y pareció decepcionada de que no llevara una hebilla—. ¿Solías competir en los rodeos? —Hace unos años. —Ooh. Puedo dar fe… —arrulló la pelirroja mientras apretaba sus bíceps—, que tienes el cuerpo para ello. La rubia, para no quedarse atrás, metió las tetas en su cara. —Estás acostumbrado a clasificar a los toros y jinetes. ¿Pero qué calificación me darías a mí?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Se tragó el comentario malditatamente cerca de la desesperación que se le vino a la cabeza. Dejó que su mirada la recorriera. —¿En una escala del uno al diez? Bella dama, eres un sólido quince. Y eso antes de comprobar cómo puedes montar. Ella rió por lo bajo. La siguiente cosa que Tell supo, era que estaba rodeado por media docena de mujeres. Todas riéndose de sus chistes, manoseándolo. Haciéndole promesas sexuales con sus bocas y sus ojos. ¿Y Georgia? ¿Qué pasa con ella? No está aquí. Y todas estas conejitas querían para pasar el rato con él. ¿Porque les gustas? ¿O porque tienen la esperanza de que Chase aparezca? Y por primera vez en la historia, Tell no temió ese escenario. ¿No sería eso dulce? ¿Ver la expresión de sorpresa en el rostro de su famoso primo, cuando por fin se diera cuenta de que Tell no era el deslucido subcampeón en todo? Ese Tell tenía sus propios movimientos y su propio grupo de pollitas calientes que competían por un bajo y sucio trozo de él. Frívolo, McKay, jodidamente frívolo. —Tengo sed, —se quejó la morena número uno. —Yo también, —dijo la rubia tetona. —Igual, —dijo la pelirroja. Las expectantes miradas disparadas en su dirección, lo instaron a decir: —No puedo soportar ver a sus bellezas sufriendo de deshidratación. ¿Y si nos vamos todos a Moorcroft, y conseguimos una mesa en Ziggy? La primera ronda va por mi cuenta.

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CAPÍTULO 23

—Excelente trabajo, Georgia. No podemos agradecerte lo suficiente por trabajar tan duro en nuestro pequeño rodeo. Georgia sonrió a Esther Wheel, presidente del comité. —Realmente fue un placer. Espero que el Rodeo Pine Haven continúe por muchos años más. —Puedes apostar que estaremos haciéndolo en esta misma fecha el próximo año, así no estaremos compitiendo con el Rodeo Upton. —Esther la miró con astucia—. Debería estar agradecida de que Relaciones Públicas Barb Wyre no lo esté promoviendo. O de lo contrario no habrías tenido tiempo para nosotros. Hoy había estado lleno de golpes de suerte. No sólo Deck había aceptado en el último momento, y no había sido desagradable, sino que debido a sus esfuerzos de relaciones públicas la asistencia a este rodeo había superado las expectativas iniciales. —Tan feliz como estoy con los ingresos de taquilla, los puestos de comida y el bar al aire libre, no puedo evitar preguntarme si nuestra inversión habría sido mayor de haber enganchado a nuestro vagón a una celebridad como el jinete Chase McKay. —¿Por qué dices eso? —Porque hoy Chase se presentó en el Rodeo Upton. —¿En serio? —Dijo en un impulso. Acomodó meticulosamente una pila de papeles y se preguntó por qué Tell no lo había mencionado. —Según mis fuentes, había toda clase de cobertura por parte de los medios. —Esther se pasó la mano por su corto cabello gris—. Especialmente después de esa monta de noventa y tres puntos. Pero tengo que decir, que es una buena cosa que la monta fuera de exposición, dado que la puntuación definitivamente estaría en tela de juicio, dado que el primo de Chase McKay era parte del juzgado. Georgia se quedó helada. Tell. Mentiroso de mierda. Una cosa de familia mi culo. 307

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 El Rodeo Upton era un evento mucho más grande y además autorizado por la PRCA. ¿Realmente había pensado que no se enteraría por qué él se había desentendido de ella? ¿O es que no le importaba que su deserción la hubiera dejado en el problema de encontrar otro juez a último minuto? ¿Especialmente después que ella le hubiese abierto camino para ubicarlo en más actuaciones donde juzgar? O tal vez esta es finalmente su venganza por todas las veces que lo dejaste plantado. Esa idea se alojó en su vientre como una roca. —No pensaba hablar de esto, pero ¿no me habías dicho que supuestamente Tell McKay oficiaría de juez aquí, hoy? —Dijo Esther. Ahora tendría que tratar de dar la cara por los dos. —Sí. Tenía dos compromisos al mismo tiempo y... —Oh, no me sorprende que este insignificante evento no fuera su prioridad puesto que su primo está en pleno apogeo. Sólo sentía curiosidad. —Entiendo que Chase McKay es generoso con su tiempo y su popularidad, especialmente con los rodeos de su estado natal. Deberías agendarlo para el próximo año antes de que Upton se adueñe de él. —O tal vez deberíamos fijarnos en él, así obtenemos la mirada de la PR hacia nosotros, —dijo Esther con picardía. Georgia forzó una sonrisa y se enrolló la correa de su bolso en el hombro. —¿Quién sabe dónde estaré el próximo año? —Respondió. —Si estás interesada en tener una plática previa con McKay, Ziggy es el lugar frecuentado por la gente del rodeo después de una actuación. Estaba pensando en dirigirnos allí mismo. De ninguna manera. Georgia no iría a Ziggy. Forzar una confrontación pública con Tell no era inteligente, teniendo en cuenta que la última vez que había hablado con él la había echado encima de su hombro y llevado afuera del bar. Así que iría a casa, haría planes con su madre para tener una noche tranquila. Con muchas cantidades de vino y otras tantas de llantos. La acérrima auto-advertencia no sirvió de nada. 308

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Una hora más tarde, Georgia se encontró buscando sitio en el estacionamiento de Ziggy. Pagó el precio de la entrada en la puerta. Mientras se abría paso entre la multitud, por primera vez vio un rostro familiar: su padre. Eso era raro. Él nunca había sido del tipo de pasar el rato en los bares, ni siquiera antes de la muerte de RJ. Avanzó poco a poco para ver quiénes compartían la cabina y sus ojos se desorbitaron. ¿Qué demonios? ¿Sus padres estaban cenando juntos? Los observó durante varios minutos más. A pesar de que estaban hablando, no parecían contentos con la conversación. Tal vez era mejor que no estuviera allí para mediar, el cielo sabía que no había hecho un gran trabajo en el pasado. Aun así, todo aquello la ponía nerviosa. Los temas y acontecimientos de hoy la habían dejado exhausta y sobre el borde. Por supuesto, justo en ese momento fue cuando oyó su risa. Profunda, rica y fuerte. Se volvió hacia el sonido y vio a Tell en una cabina circular, rodeado de mujeres. Riendo con ellas. Bebiendo con ellas. Desplegando sus encantos con ellas. Exprimiendo cada pedacito de atención femenina. Sintió un repentino ataque de celos. Quería darle un puñetazo en su guapo rostro por su colaboración en su día tan estresante. Pero no tenía ni idea de cómo manejar esto. Quedarse parada allí, disparándole venenosas miradas secretas a la compañía femenina que estaba compartiendo su mesa, no tenía sentido. ¿Debería mostrarse y presentarse cómo… la qué de Tell? ¿Cómo su calentura de la secundaria? ¿O aparecer como toda una dura empresaria y exigir una explicación de por qué no había cumplido con un compromiso profesional? Cuanto más tiempo se revolcaba en la indecisión, más se daba cuenta... que no haría una mierda. Esta reacción la envió en retrospectiva hacia atrás en el tiempo. Cuando Deck hacía o decía algo malo y ella mantenía la boca cerrada en lugar de enfrentarlo. Cuando los chicos solteros que habían estado dando vueltas a su alrededor se acercaban con ese oye, nena ¿vienes aquí a menudo?, brillando en sus ojos, Georgia decidía irse. Pero intentando evitar que los tiburones la miraran como carnada, había atraído la atención del Tell.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Sus ojos se encontraron. Ella esperaba que el hombre apartara la mirada rápidamente. Sintiéndose culpable. Pero él se mantuvo enfocado en ella. En parte desafiándola, en parte con esa cosa de jodido orgullo masculino con la cual ella no quería tratar. Ahora se vería incluso más patética si se fuera de allí. Su decisión de enfrentarlo o huir se vio pospuesta cuando una voz masculina dijo, —¿Georgia? Entonces se encontró cara a cara con Chase McKay. El hombre tenía la constitución de una excavadora. Sus ojos… del mismo azul cautivante que los de Tell… le devolvían la mirada. Su amplia sonrisa era pura sonrisa McKay también. — ¿Me recuerdas? —Soltó ella bruscamente. —Por supuesto, —Chase no le tendió la mano, la abrazó. La abrazó—. Te ves fantástica. —Ah. Gracias. Tú también. Él le sonrió como si tuviera un gran secreto. —Mi primo es un pedazo de idiota. Ser terco es un rito de transición para los McKays, pero éste va a estar especialmente encantador a la hora de pagarlo más adelante. Confundida, Georgia sólo parpadeó. —No tenemos mucho tiempo, así que vamos a llevar al máximo este juego. —Se hizo a un lado para que ambos quedaran dentro del campo visual de Tell—. Dalton me contó que Tell se molestó cuando pensó que estabas buscando a nuestros parientes para sacarles dinero para el patrocinio. ¿Te imaginas lo mucho que va a cabrearse, el estar preguntándose si estás tratando de engatusarme para una aparición en un rodeo para tu agencia de relaciones públicas? —¿Por quieres que Tell piense eso? —Porque necesita despertar de una puta vez. Y puesto que lo que va, vuelve, le estoy haciendo un favor. Así que, cariño, mírame como si estuvieras derrochando encanto. Georgia desplegó una alegre sonrisa. —¿Incluso cuando estoy cabreada con él?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Porque está rodeado de conejitas? —Se burló Chase—. No está colgado alrededor de esas pollitas para darte celos. Está relacionado conmigo, lo cual igualmente apesta. ¿Por qué estás tan cabreada con él? —Porque me dejó plantada. —Le contó como Tell había desistido presentarse en el Rodeo Pine Haven. —Para ser honesto, estoy sorprendido. Hace dos años, Tell no me dejó competir con otro nombre en un evento de la PRCA. Siempre está haciendo lo correcto. —No esta vez. —Vamos a usarlo en su contra. —Chase hizo mímicas de firmar un documento contra su mano—. ¿Quieres jugar un juego? —¿Qué juego? —Uno que haga explotar la cabeza de Tell. —Los ojos de Chase brillaban—. Vamos, será divertido. Sólo tendremos que caminar casualmente saliendo por la puerta principal como si estuviéramos enfrascados en una conversación. Georgia no entendía qué propósito tendría esto. No era un coqueteo sexual entre Chase McKay y ella. Había seguido su carrera y sabía que el jinete estaba felizmente casado. Se detuvieron en medio del estacionamiento. —Ahora no tardará, —dijo Chase. —¿Qué se supone que debo decir? —Cuanto más cabrona te pongas, más intentará quedarse a solas contigo para engatusarte con palabras dulces y hacerte cambiar de parecer... Pero mantente firme, Georgia, porque él tiene que aprender a humillarse seriamente. —Nunca voy a entender a los hombres. Chase se rió. —Ahora que has dicho eso... No me estoy sintiendo muy varonil. Es jodidamente bizarro que acabe de mencionar exactamente lo que mi esposa diría. Y como Chase había predicho, Tell salió echo una furia, directamente hacia ellos.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Qué demonios está pasando? —Estoy hablando con Georgia. —¿Sobre qué? —No de tu jodida incumbencia, —soltó Georgia. —Infierno si no lo es. ¿Qué es lo que ella quiere de ti? A pesar del hecho de que Tell sobrepasaba a Chase por unos buenos quince centímetros, Chase le hizo frente a su primo. —¿Siempre eres tan malditamente desconfiado? —¿Que los dos se vuelvan tan amigos? Sí. Eres una celebridad, Chase. Ella está en relaciones públicas. Saca cuentas. —Saqué cuentas y surgió un pequeño juez para el Rodeo Pine Haven de hoy, —le dijo Georgia dulcemente—. ¿Te suena? Tell se congeló, sonrojado. Abrió la boca, pero no salió ningún sonido. Chase sacudió la cabeza. —Nada bueno, primo. No eres del tipo de eludir tus responsabilidades. —Soy un juez de la PCRA. Debería haber estado en la lista durante el Rodeo Upton en primer lugar. Además, el Rodeo Pine Haven es de pacotilla. —Esas vaqueras y vaqueros que pagaron dinero para competir en él no pensaron que fuera de pacotilla, —dijo Chase con vehemencia—. Jesús. ¿Cuándo te convertiste en un snob del rodeo, Tell? —No me hables de ser snob, Chase. Chase se centró en Georgia. —¿A quién encontraste para tomar el puesto de juez en tan poco tiempo? —Deck Veldekamp. —Sintió la furiosa mirada de Tell tratando de fundir su cara. —Así que como Tell se echó atrás, tú…

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Tuve que suplicarle a mi ex marido que me ayudara? Sip. —Ella apartó la vista—. Lo cual fue humillante porque Deck sabía que había sido Tell quien canceló a último momento. Ah, y también lo sabía la secretaria del comité del rodeo, por lo que fue un día fabuloso. Tell supo que su momento para aprender a humillarse estaba cerca, porque inmediatamente invadió el espacio personal de Georgia, obligándola a encontrarse con su mirada de perro apaleado. —Mierda, Georgia. Lo siento. Lo siento tanto. Ella lo miró con frialdad. —Nunca pensé... Maldita sea. Soy un bastardo de mierda por haberte hecho eso. —Yo diría que estás muy jodido, —dijo Chase alegremente—. Mentir a tu mujer por razones personales o de negocios no es nunca una buena idea. Y desde donde yo me encontraba parado en el bar, te veías espantosamente cerca de engañarla, también, con algunas de esas calientes conejitas. —No. Me. Ayudes, —dijo Tell con los dientes apretados—. ¿Por qué no te largas de aquí antes de que pierda el sentido del humor? —Está bien. Me iré. Pero recuérdalo, Georgia. Te debo una buena cita de relaciones públicas. Solo dímelo. —Eso es muy generoso, Chase, pero no es necesario. —En parte es mi culpa que Tell no estuviera en el Rodeo Pine Haven. Le pedí a Verna que echara a uno de los jueces y pidiera a Tell como reemplazo. No tenía idea de que tenía otros compromisos como juez agendados para hoy. Silencio. —Por supuesto que la única razón por la que me dieron el trabajo fue debido a ti. La vergüenza de Tell suavizó el temperamento de Georgia. ¿Por qué no había considerado que a Tell le molestaría estar a la sombra de su primo? Si tuviese la oportunidad de salir de allí y ser el centro de atención, ¿la tomaría? Georgia quería mirar la grava debajo de sus pies, o la farola, o las estrellas, o cualquier cosa, que no fuera la miseria en los ojos de Tell. Se obligó a mantenerse firme. —Entonces, vaquero, ¿quieres pedir disculpas para empezar? 313

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

Georgia estaba preguntándole algo. Como si tuviera alguna pista. No era como si pudiera pedirle algún consejo al egocéntrico adolescente que había vuelto. Actúa como un hombre. Piensa. —¿Tell? No intentó llegar a ella, tanto como quería. —¿Podemos ir a algún lugar donde pueda explicarme en privado? Los ojos de Georgia brillaron con advertencia. —No quiero una explicación, quiero una disculpa. —Me refiero a darte una disculpa. Aunque tome toda la noche. —Si por toda la noche, estás pensando que tú y yo nos desnudemos y tengamos sexo salvaje… —No. Quiero decir, sí, quiero tener sexo salvaje contigo todo el puto tiempo. — Mierda. Eso no había sonado bien. Metió las manos en los bolsillos y dio un paso atrás— . Lo juro. Sólo quiero hablar. —No podemos ir a mi casa porque mi mamá está quedándose conmigo. ¿Era parte de la razón por la cual ella había estado tan rara esta semana? ¿Y por qué él no lo había sabido? Porque tienes los sentimientos heridos y has estado malhumorado. —¿Qué hay de mi casa? —Está bien. Nos encontraremos allí. El corto trayecto en coche le daría tiempo a Tell para averiguar qué diablos quería decirle. Abrió las ventanas de su remolque para dejar entrar el aire fresco de la noche. Sirvió dos vasos de té, colocó un bote de azúcar y una cuchara al lado. Para cuando se hubo cambiado de ropa, ella apareció por el camino. Su corazón latía tan fuerte como los golpes en la puerta. —Ey. Entra. 314

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia se quitó los zapatos, igual que siempre. Después de revolver tres cucharadas de azúcar en su té, se sentó en la esquina del sofá con los pies metidos debajo de ella. Tell tragó la mitad de su té, deseando que fuera whisky, y se sentó en la mesa de café frente a ella. —En primer lugar. Lamento haberte abandonado en el Rodeo Pine Haven. No va a suceder de nuevo. —¿Porque sólo tienes programado tres rodeos más junto con PR Barb Wyre? —No. Porque lo que hice fue una mierda. Te mereces algo mejor después de todo lo que has hecho por mí. No puedo disculparme lo suficiente, Georgia. —Continúa. —Y si hubiera sabido que Chase estaba tirando de las cuerdas en Upton, definitivamente habría estado en Pine Haven. —Dejó su té en la mesita y le tomó las manos entre las suyas—. Siento que hayas tenido que llamar a Deck. ¿Fue un capullo contigo? —No fue tan malo, en realidad. —Bien. —Tell le frotó los nudillos con sus mejillas—. Te he echado de menos esta semana. —Lo mismo digo. —¿En serio? No lo parecía. Un pequeño ceño apareció entre sus cejas. —¿Por qué dices eso? —No te vi el lunes. No viniste a Ziggy la noche del martes. —Pero te pedí que vineras a mi casa. —Es cierto. Pero me dejaste plantado el jueves por la noche. —Sabes que no fue intencional, —dijo ella en voz baja. —¿Lo fue? Porque fui a buscarte. Y te vi muy amigable en una cabina con los que mueven los hilos en Sundance. Cada uno de esos osados tipos coqueteaba contigo. Me 315

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 volvió loco. Sabía que si me quedaba, iba a terminar en una pelea de bar con uno de ellos, por lo que me fui. Sus ojos se enfriaron. —Si estuviste allí, entonces sabes que no les devolví sus coqueteos. —Todo lo que mi cerebro vio fue a esos individuos exitosos. Y lo malditamente hermosa que eres. Entonces me pregunté qué diablos estás haciendo conmigo. Supuse que pensaste lo mismo y que estabas buscando a pasar el rato con otra gente como una manera de acabar con conmigo. —Tuvo que apartar la mirada. Cristo, ya había dicho demasiado. Los dedos de Georgia fueron firmes en su barbilla cuando le volvió la cara para que la enfrentara. —Fue una reunión de negocios con un trago. No fue mi idea. Y créeme, no fue divertido. Aunque tuve que fingir que lo era. —¿Y si hubiese interrumpido la reunión para recordarte nuestra cita para cenar? —Probablemente te hubiese besado. Justamente así. —Sus labios se encontraron con los suyos en un beso intenso. Entonces, el agarre en su barbilla se apretó—. Y ya que estamos con este tema, ¿qué pasa contigo y esas fanáticas del rodeo? ¿Estabas pasando el rato con ellas para darme celos? ¿Para vengarte de los celos que sentiste la noche del jueves? Sintiendo que sus mejillas se ruborizaban, apartó la barbilla de su agarre. Entonces se puso de pie, cogió su té y se retiró a la cocina. Tentado de verter un chorro de whisky dentro de él. —¿Tell? Su suave voz estaba justo detrás de él, pero no se volvió. —Habla conmigo. Por favor. Odiaba hablar de estas cosas. Odiaba reconocer que tenía inseguridades personales, así que ¿por qué señalárselas a los demás? Pero por alguna razón, desnudarse frente a Georgia no era tan desconcertante como no mencionarlas. Ella podría no entender, pero el hecho de que estuviera aquí significaba que le importaba en algún nivel.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Algo de lo que Chase se había ocupado que él notara. Su primo se había quedado esperándolo cerca de su camioneta, aprovechando la oportunidad de masticarle el culo otra vez. Recordándole que había una buena mujer en un millón, pero Tell no tenía que pasar por un millón de mujeres para encontrarla. A veces Tell odiaba al maldito bastardo. Especialmente porque sabía que Chase tenía razón. Había encontrado esa mujer en Georgia. Y no había reunido el coraje para hacerle saber cómo se sentía. Pero tal vez demostrándole que podía hablar de sus sentimientos y toda esa mierda, sería el primer paso. Respiró hondo. —¿Tienes alguna idea de cómo se siente ser la sombra de alguien hasta el punto de desaparecer? Eso es lo que me pasa cuando estoy cerca de Chase. Él es la estrella. Aquí, allá y en todas partes. No estoy diciendo que no se lo merece. Siempre tuvo el talento, las mujeres, la fama, el dinero, el encanto, la presencia. Yo palidezco comparado con él en todos los niveles. Chase me dejaba acompañarlo a los rodeos cuando tenía quince o dieciséis años. No importaba si era porque sentía pena por mí debido a mi situación familiar, o porque yo no estaba ni cerca de él en cuanto a habilidades en la monta. Me sentía bien... hasta que algún imbécil lanzó un estúpido comentario diciendo que no se me permitiría estar cerca de Chase si no fuese el pobre pariente aficionado y feucho. No tenía la experiencia de vida para que eso me resbale, así que empezó a corroerme por dentro. —Me lo imagino. —No eran sólo sus habilidades de monta lo que envidiaba. Siempre tenía todas estas conejitas a su alrededor... Por lo que esta noche cuando esta conejita estuvo encima de mí, pensé que era una mierda caliente. Era yo quién hacía los movimientos, ¿verdad? Y al final, terminó siendo una de las conejitas que Chase rechazó. Ella sólo quería follar con un McKay, y puesto que Chase no estaba disponible, vino a mí. Nunca quise sentirme segundo de nuevo. Pero lo hice. Muchas veces. Así que hoy quería que él viera que cuento con mis propias seguidoras. Y que ya no soy ese chico flacucho que sólo consigue lo que él descarta. Una ráfaga de viento sopló tan fuerte que hizo temblar la puerta mosquitera. —¿Ese fue el gran objetivo de tu vida? ¿Tener tu propia pandilla de coños? — Le preguntó Georgia sin sarcasmo. 317

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Tell se volvió, dispuesto a negarlo, pero algo en sus ojos frenó su intención de mentirle. —No era la única, pero una pandilla de coños definitivamente era una de ellas. —¿Lo lograste? —Hace mucho tiempo. —Gracias a Dios que lo tachaste de tu lista de deseos. Gracias a Dios que no estaba enojada y lanzándole cosas. —Lo siento, Georgia. Me comporté como un idiota de mierda hoy. ¿Recuerdas cuando me dijiste que la venta de publicidad a mis parientes no tenía nada que ver conmigo personalmente? Esta es una situación similar. Coquetear con esas mujeres no tuvo nada que ver contigo personalmente. Y lo creas o no, no planeaba aceptar ninguna de sus ofertas. —Te creo. Me sorprendí a mí misma por lo mucho que quería desafiarlas a todas a una pelea de gatas con arañazos y tirones de pelo. Buen estímulo para su ego que haya sentido celos. Apoyó la barbilla en la parte superior de su cabeza. —Entonces, ¿estamos bien? —Supongo. Una vez más metimos la pata en esta especie de relación adulta. —Sí. Pelear contigo apesta. Odio hacerlo. Nunca tuve una relación lo suficientemente larga como para luchar por ella. —Ahora me siento especial. Tú eres especial. Tan especial que me asusta como la mierda. —Pero tengo que señalarte que las semanas en que hemos estado peleando fue cuando no pasamos mucho tiempo juntos. —Una solución sencilla sería que pasáramos juntos todo nuestro tiempo libre. —Mmm. —Georgia, cariño, ¿quieres quedarte conmigo esta noche? 318

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ella echó la cabeza hacia atrás para mirarlo. —Sí, pero sin sexo, ¿recuerdas? —¿De verdad vas a mantener eso? —Tell deslizó el pulgar sobre el punto pulsante en su cuello. —No te he tocado en toda la semana. Me estoy volviendo loco. Estuve pensando en las cosas salvajes, lascivas y pervertidas que quiero hacer contigo. —Entonces otra noche te permitirás añadir esas fantasías, ¿no es así? Él gimió. —Podría morir. Georgia se rió en voz baja. —Sobrevivirás. Encontraremos alguna otra cosa para mantenernos ocupados. —¿Cómo qué? —Podrías enseñarme a jugar al póquer, —levantó la mano—. No strip póker. —Aguafiestas. —O podríamos ver una película. Burlarnos de los malos programas de televisión. —¿Eso incluye estar en el sofá y dejarme al menos meterte mano? —Tell movió las cejas con tal exageración que ella se rió. —Eres tan masculino. —Y puedo probarlo. Tres o cuatro veces por lo menos. —Entonces sopló en su oreja y la sintió estremecerse de pies a cabeza—. ¿Estoy haciéndote cambiar de idea, dulzura? Ella negó con la cabeza. —Tanto como adoro meterme entre las sábanas contigo, me gusta estar contigo. Me haces reír. Me gusta contarte cosas. Y no me tratas como una animadora tonta. —¿Quién demonios te ha dicho eso? —Un montón de personas. No sólo los chicos en la escuela. Escuché a alguien decir que era una buena cosa que fuera una chica bonita porque nunca conseguiría nada por mi inteligencia. —Sonrió con tristeza—. Una vez Smitty hizo algo estúpido cerca de RJ. Mi hermano golpeó a Smitty con tanta fuerza que rompió sus lentes. Así que no eres el 319

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 único que tiene dudas sobre sí mismo, Tell. Por mucho que me gustaría fingir que lo superé, algunas de esas actitudes y comentarios se han quedado conmigo. —¿Por qué tenemos mejor memoria para las cosas malas que nos dicen? Ella se encogió de hombros. —¿Tal vez porque nos hace apreciar más cuando alguien dice algo bueno? Le dio un beso en la nariz. —Eres tan inteligente.

El dulce aroma a mujer lo excitó. Conveniente que no estuviera usando bragas. Tell echó un vistazo al reloj. Cuatro y media. Tenía que empezar las tareas en una hora de todos modos, por lo que bien podría usar este tiempo a su favor. Georgia dormía a su lado, hecha un ovillo. Deslizó los dedos por debajo del dobladillo de la camiseta que le había prestado, encontrándose con su cálida y suave piel. Cuando las manos comenzaron el minucioso ascenso por su columna vertebral, ella arqueó la espalda y emitió un sonido. Un sonido que salió disparado directamente a su polla. —Georgia, —susurró, aspirando el embriagador aroma de su cabello. —¿Mmm? —Es de mañana. ¿Sabes lo que eso significa? —¿Qué nos fuimos a la cama demasiado tarde? —Murmuró adormilada. —No. —Con la boca encontró su oreja y la acarició con la lengua—. Significa que puedo hacerte el amor puesto que la noche ha terminado. Ella rodó a medias hacia él, enredando sus piernas y frotándolo con su suave pantorrilla. —Pero estoy cansada.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Yo te despertaré. —Le besó las comisuras de los ojos. Sus sienes. Los bordes de su sonrisa—. Te quiero así. Caliente y dulce, y apenas despierta en mi cama. —Mckay. —Ella se levantó lo suficiente para deshacerse de la camisa—. Siempre tienes esas grandes ideas. —Entonces rodó sobre su espalda, manteniendo los brazos sobre la cabeza y los ojos cerrados. Tell acarició las curvas exteriores de sus tetas, inhalando la fragancia de su piel a primera hora de la mañana. El subyacente sabor penetrante… de su sudor. Chupeteó una pequeña magulladura de amor en la curva superior, a continuación, centró su atención en sus pezones. Chupeteo. Lamida. Mordida. Pellizcos. Complaciéndose a sí mismo con su cuerpo y convirtiéndola en una masa temblorosa y jadeante. Arrastró los dedos sobre su coño, buscando su núcleo caliente y húmedo. Los hizo girar dentro de esa dulce crema. —Alguien está despierta ahora, —murmuró y dio un golpecito a su cadera—. Date la vuelta. —A alguien le gusta tomarme por detrás, —murmuró mientras rodaba sobre su vientre. Tell se abrió lugar entre sus piernas y le levantó las caderas. Sus manos recorriéndole los brazos, la fuerte espalda, las caderas y el culo. Joder, tenía el mejor culo. Esparció besos por su torso. Siguiendo la línea de la columna vertebral desde los hombros hacia abajo, presionando besos mojados en los hoyuelos de su culo. Frotó su barba matutina contra las mejillas, y entonces siguió la grieta de su coxis, adorando su respiración entrecortada cuando hundió la lengua para rodearle el ano. Luego le inmobilizó el cuerpo debajo del suyo y alineó su polla. Su necesidad de hundirse en ella casi lo abrumaba mientras se deslizaba a casa. Pero se detuvo sólo para respirar, sólo para absorber esta perfecta unión de sus cuerpos mientras le hacía el amor. Saboreando cada gemido. Cada conexión de su dura carne con la suavidad de la de ella. De pronto intensificó el ritmo del juego. Golpeando contra ella. Volviéndose primitivo ante la vista de sus grandes y ásperas manos aferrándole las nalgas. Su rígida polla desapareciendo en ese coño húmedo y acogedor. Georgia empujaba las caderas hacia atrás, tomando cada embestida. Podía hacerlo durante horas por las mañanas, por lo que un orgasmo tan inminente lo tomó por sorpresa. Soltó un suave gruñido al sentir los calientes chorros salir de su 321

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 polla. Puntos blancos y negros se desplazaban detrás de sus párpados, y mantuvo el ritmo rápido hasta que se sintió mareado y se dio cuenta de que había estado conteniendo el aliento. Fue entonces cuando también se dio cuenta que no había usado un condón. Cayendo sobre sus manos, tomó aire y no se molestó en tratar de disimular el temblor de sus extremidades. —Maldita sea, Georgia, lo siento. Me olvidé del preservativo. —Está bien. Estoy tomando la píldora, por lo que estamos protegidos. —Gracias a Dios. Se empujó de nuevo sobre sus rodillas y suavemente le dio la vuelta, sabiendo que ella no había llegado aún. Subiendo las manos por el exterior de sus piernas, se detuvo para cubrir la sensual curva de sus caderas. Entonces movió las manos hasta su vientre, moldeando su compacta caja torácica, apretando esas grandes tetas y ahuecando sus delgados hombros. —Tan perfectamente hermosa. En todas partes. —¿No estoy soñando? —Nop. ¿Pero ser capaz de tocarte así, cuando yo quiera? Es un sueño hecho realidad para mí. Georgia envolvió los brazos alrededor de su cuello. —¿Siempre eres tan dulce en las horas de la madrugada? —Podría aprender a serlo. Si hiciéramos esto cada mañana para empezar bien el día. —Empujó su polla profundamente con el primer embiste. —Sí. —Ella se arqueó—. Me encanta que todavía estés duro. Incluso después de llegar. —Tú me haces eso. No puedo tener suficiente de ti. —Bueno. Porque estoy muy cerca. No pares. —Gimió cuando él inclinó su pelvis, rozándole el clítoris. Tell enterró la cara en su garganta. 322

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Estás allí, nena. Puedo sentir tu coño apretándose alrededor de mi polla. —Él jadeaba mientras embestía con fuerza, llegando al fondo con cada empuje—Tómalo. El cuerpo de Georgia se arqueó tanto que él sólo podía ver la punta de su barbilla mientras ella se deshacía. Le clavaba las uñas en el culo tan profundamente que sabía que le quedarían rasguños en las nalgas. Fue entonces cuando fundió la boca a la de ella y se perdió en el sabor de su beso. Fue entonces cuando Tell supo que haría cualquier cosa para mantenerla a su lado.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

CAPÍTULO 24 Hola, salida bochornosa40. Con su madre en la casa. Pero valió la pena. Mucho. Georgia caminó de puntillas por las escaleras, notando que la puerta de la habitación de invitados estaba cerrada. Se desnudó y se metió entre las sábanas, dejándose llevar por el sueño con una sonrisa en su rostro. Se despertó tres horas más tarde y preparó una taza de café para desperar de su letargo. Tentada a recostarse bajo el sol como un gato satisfecho. Pero como no había pasado tiempo con su madre ayer, quería hacer algo divertido hoy. Divertido. Tell McKay definitivamente le estaba contagiando sus costumbres. Al cruzar el vestíbulo para recoger el periódico, escuchó un fuerte golpe en la habitación de invitados. Miró el reloj. Era extraño que su madrugadora madre no estuviera despierta a las nueve en punto. Tal vez estaba enferma. Georgia subió las escaleras, deteniéndose en la puerta. Oyó más golpes. —¿Mamá? ¿Estás bien? —Abrió la puerta y se quedó inmóvil al ver la espalda y el trasero desnudos de su padre rebotando mientras follaba a su madre desde atrás. —¡OhmiDios! ¿Qué están haciendo? —Como si no fuera obvio. Su madre gritó y ambos se derrumbaron sobre la cama, su padre tirando valientemente de las mantas sobre ellos. Eso fue lo último que Georgia había esperado volver a ver. O querido ver, con toda franqueza. —Georgia, es… —No es asunto mío y voy... —A salir corriendo como el infierno. Cerró la puerta, apresurándose a bajar las escaleras y salir de allí.

Walk of shame, es una expresión que se usa cuando una persona llega a casa con la misma ropa del día anterior, dando a entender que pasó la noche con alguien. 40

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 El cielo era azul, la hierba verde, el sol amarillo. Nop, no había caído de alguna manera dentro de otra dimensión. Bien. Dios. Había encontrado a sus padres teniendo sexo. A sus padres divorciados. Robert e Irina Hotchkiss se odiaban. ¿O no? Tendría un infierno que pagar si había perdido el depósito porque sus amorosos padres -por el amor de Dios- habían abollado la plancha de yeso de la cabecera de la cama al golpear contra la pared. ¿Cuánto tiempo había estado sucediendo esto? Y ¿qué significaba? Georgia no tenía idea de cuánto tiempo estuvo acurrucada en el columpio mientras pensamientos inciertos rebotaban en su cabeza. Se sobresaltó cuando la puerta mosquitera chirrió. —¿Georgia? —Hay café en la cocina. —Mira, sobre lo que tú… Ella levantó la mano. —No quiero volver a hablar de ello. Jamás. Ni pensar en ello. Jamás. Estoy medio esperando que el sol chamusque mis retinas y queme las imágenes que ningún niño debería ver nunca. —Estás siendo ridícula, —la regañó su madre—. No es la primera vez que tu padre y yo hemos tenido sexo desde que nos divorciamos. —Oh, Jesús, mamá. ¡No necesito saber eso! —¿Qué? ¿Porque todavía me gusta el sexo? O porque todavía me gusta el sexo con Robert… —¡Deja de hablar! Deja de hablar ahora mismo. —Georgia metió los dedos en sus oídos diciendo—, la la la, no puedo oír, —por si acaso su madre seguía hablando. Muy maduro. Eso hizo que su madre se alejara dando pisotones, y cerrando de un golpe la puerta trasera.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Lo cual no fue exactamente maduro tampoco. Debería haberse quedado con Tell hasta que terminara las tareas. Entonces no habría sabido que sus padres eran una especie de amigos con beneficios. Amigos con beneficio. Sus padres. Se reiría si no tuviera tantas ganas de llorar, gritar y esconderse, todo al mismo tiempo. —¿Ya terminaste con tu berrinche? —Preguntó su madre con esa imperiosa inflexión rusa. —Tal vez. El metal raspó contra el cemento y su madre se ubicó en frente del columpio para no darle posibilidades de escapar. —Lamento que nos hayas visto. —No tanto como yo, —murmuró. —¡Por el amor de Dios, estás un poquito grande para sentirte traumatizada por esto! Sobre todo cuando las posibilidades son muy altas de que tú y Tell McKay hayan estado haciendo exactamente lo mismo anoche. No te ruborices. —Pero ustedes no tuvieron que verlo, ¿o sí? ¿Y qué se supone que debo pensar? ¿Papá y tú van a volver a estar juntos? Su madre pareció sorprendida por la pregunta. ¿O era culpa porque estaba usando a su ex marido para tener sexo? —La verdad es que no sé lo que pasará después. Robert y yo... tenemos que resolver algunos asuntos. Demasiados, al parecer. Y luego, cuando lo vuelvo a ver, es como si esos asuntos desaparecieran. Buen Dios. ¿Estaba hablando... de lujuria?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Es por eso que cuando lo dejé tuve que mudarme lejos. Porque cuando estamos en esos momentos íntimos, todo lo demás pasa a segundo plano. Entonces la realidad se interpone… —¿Todavía lo amas? Los ojos de su madre se encontraron con los suyos. —Nunca dejé de amarlo, moyah doch. Solo no podía vivir más con él. Georgia sintió el impacto de esa clara declaración hasta la médula de sus huesos. —No lo sabía. Ninguno de ustedes... —Las cosas que suceden en privado entre un esposo y su esposa no deben ser compartidas. Especialmente con los niños. —Se pasó una mano por el pelo—. Robert y yo estábamos tan heridos y enojados después que RJ murió. Él quería un nuevo comienzo. Yo estaba demasiado sumida en el dolor para cuestionarlo. Cuando me desperté de esa niebla, de inmediato comenzamos a jugar el juego de la culpa. —¿Por la muerte de RJ? —No, por ti. No me había dado cuenta de lo mucho que te apartaste de todo el mundo. Robert me culpó por ello. Le eché la culpa por hacernos mudarnos a una granja de cerdos. —Pero yo no me aparté de nadie. Traté de ser el lazo que mantenía a todos juntos. A papá y a ti. A Deck y a mí. Ella sacudió la cabeza. —Estabas hecha un desastre. Tan confundida que ni lo recuerdas. Cariño, todavía sigues siendo un desastre. No dejas que nadie se acerque a ti. Abrió la boca para negarlo, pero honestamente no pudo. Así que cambió de tema. —¿Estás diciendo que el hecho de que mi marido estuviera follándose a otra chica es de alguna manera... mi culpa? —¡Dios mío, no! Asumimos una gran parte de la culpa por aceptar a Deck en nuestra familia. Pensábamos que te hacía feliz. Y que él quería casarse contigo... nunca dijiste lo contrario.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Sus padres no habían visto nada malo en animarla a casarse tras salir de la escuela secundaria. El matrimonio precoz era la norma para las mujeres de su familia. Su madre se había casado a los diecinueve años. Sus abuelas se habían casado a los diecisiete. Y Deck y ella no eran la única pareja de su clase que intercambió votos el verano siguiente a su graduación. —No puedo deshacer ninguno de esos errores del pasado, Georgia. Esa sensación surrealista se apoderó de ella otra vez. Ellas nunca habían hablado de nada de esto. —Entonces, después que RJ murió, tu padre le prestó mucha atención a Deck porque no podía contar conmigo. Robert perdió la fe y siempre había usado su inquebrantable fe en Dios para reforzar la mía. Sin sus convicciones... yo no tenía ninguna. Así que ambos perdimos nuestro camino. Estamos poco a poco encontrándolo de nuevo. —¿Están encontrando su camino de vuelta el uno al otro? Ella se encogió de hombros. —Tal vez. Pero sin importar lo que pase, creo que es hora de hacer las paces con tu padre. —Levantó la mano—. Y no, él no me empujó a hacer esto. —No sé por dónde empezar. —Irónicamente, tampoco él. —Frunció el ceño—. Pero ha mencionado que han estado haciendo un esfuerzo, no es que yo sepa lo que eso significa. —Almorzamos juntos. —¿Eso es todo? Robert lo hizo sonar mucho más comprometido que eso. Georgia no necesitaba señalarle a su madre los grandiosos planes de su padre. —Bueno, si veo a papá, voy a hacer un esfuerzo también. Durante el tiempo que esté en la zona. —¿Está bien si lo dejo saber eso? —Claro. —Se tumbó en la mecedora del porche—. Entonces, ¿qué quieres hacer hoy? Se supone que no hará demasiado calor. Podríamos caminar por el largo sendero que rodea la Torre del Diablo. O tal vez ir al Cañón Spearfish para ver las Cascadas Roughlock. 328

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Ah. Bueno. Le prometí a Robert que le ayudaría a limpiar la casa. Dejé las cosas allí y él no sabía qué hacer con ellas ahora que el lugar fue vendido. ¿Su madre estaba abandonándola? ¿Por su papá? Increíble. —Espero que no estés enojada. —No. Eso está bien. Tenía planes con Tell de todos modos. —No me contaste demasiado sobre él. —Su madre tomó un sorbo de café—. Me hace pensar que hay algo más en esta cosa que tienes con él. —No importa, porque no me quedaré aquí. Tengo una vida en Dallas. —Hmm. Odiaba que su mamá dijera hmm. —¿Qué? —No creo que estés siendo honesta contigo misma. Siento que volviste a Sundance porque tienes asuntos pendientes aquí. —Mi jefe no me dio una opción. Yo desde luego no he decidido volver. —Pero ahora que has estado aquí por un tiempo, ¿esa actitud ha cambiado? Sí. Y no sé qué hacer al respecto. Su madre se echó a reír. —RJ y tú tenían esa mirada. Cuando veo la obstinada inclinación de la barbilla, sé que el tema está cerrado. —Se puso de pie—. Tengo que encontrarme con tu padre y no sé cuánto tiempo va a tomar. Así que, umm... no me esperes.

Georgia esperó una hora entera antes de llamar a Tell. —Hola, dulzura, ¿qué pasa? —Como ya sabes siempre estás sorprendiéndome con tus impulsivas diversiones. Bueno, hoy es tu día de suerte, vaquero, porque voy a devolverte el favor. —¿En serio? ¿Y qué cosas divertidas puedo esperar? 329

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Yo en un bikini. Ponte tus sexys pantalones cortos y trae una toalla. Cuando Tell no respondió de inmediato, se preocupó haber dado por sentado que tendría la tarde del domingo libre. —Mira. Si no quieres… —No malinterpretes las cosas. No es eso. Estoy más sorprendido que otra cosa. —Su voz se volvió profunda—. Y me estoy sintiendo un poco engreído porque estés tomando la delantera. Admítelo, labios calientes, te gusta que yo te haya ayudado a dar rienda suelta a tu lado divertido. Presionó la frente contra la puerta del armario. —Te lo agradezco más de lo que puedas imaginar. —¿Cuánto tiempo tengo para estar listo? —Media hora.

La áspera punta del dedo índice de Tell se arrastró subiendo por el interior de su brazo, provocándole carne de gallina desde la muñeca hasta el hombro. —Vamos. Por favor. —No. —Pero tú siempre quieres intentar algo nuevo. No te sonrojes. —Piense en ello. Estás respirando con dificultad. Sudando por el esfuerzo. Y cuando estás en el momento, sintiéndote relajada y flotando, no quieres que se termine. Georgia le dirigió una mirada burlona. El hombre hacía que todo sonara sexual. —Veo los engranajes girando en tu mente, Georgia. Quieres hacerlo. Sabes que lo deseas. —Frotó la boca a través de sus nudillos—. Por favor, di que sí. —Explicarme algo. —Cualquier cosa, nena.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Por qué un hombre adulto tiene un trampolín gigante? Tell se encogió de hombros. —Lo compré para Landon. Le encanta esa maldita cosa. —Claro. Para Landon. Como la tirolina que tienes para Landon. Cuando le ofreció esa sonrisa completamente avergonzada y absolutamente encantadora, ella se derritió. —Pillado. Siempre quise una cuando era niño y papá nunca nos dejó tenerla. Así que estoy recuperando las oportunidades perdidas de la infancia. —Qué triste. —Ella frunció el ceño—. ¿Qué más te negó tu padre? —Las visitas de Santa. —No. ¿En serio? —Ajá. Ni Conejitos de Pascua, ni Hadita de los Dientes, ni la Gran Calabaza41. —Pobrecito. —Bromas aparte, le causó un sordo dolor imaginar a un pequeño Tell perdiéndose algunos de los mejores aspectos de ser un niño. La sensación de maravillarse. Y la posibilidad de que existiera la magia. Sus padres se lo habían dado a ella. —¿Lo más extraño? Tuvimos motos de cross. Supongo que a papá no le importaba si nos rompíamos un hueso o nos abríamos la cabeza por ser muchachos imprudentes, pero los calcetines llenos de dulces y los juguetes eran peligrosos. —Él sonrió, pero no se tradujo a sus ojos. —Mi padre se puso furioso cuando entré al equipo de porristas. Dijo que era demasiado peligroso que me lanzaran en el aire. Pero no tenía ningún problema con que RJ montara sobre el lomo de un toro o de un caballo. —Eso apesta. Pero el lado bueno para mí fue que mi padre era partidario de la igualdad de oportunidades. Nadie tenía un tratamiento especial… a todos nos trataba mal.

La Gran Calabaza (The Great Pumpkin, en el inglés original) es un personaje fantasma de la tira cómica Peanuts, creada por Charles M. Schulz. 41

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Tan pronto como Tell dijo eso, Georgia supo que se sintió arrepentido de su honestidad. Trataba tan condenadamente duro de aparentar ser un hombre feliz y despreocupado. Si ella seguía pensando en el dulce pequeño niño que nunca había tenido una visita de Santa, podría empezar a llorar. Así que le contó de sus recientes problemas con sus padres. —En la prisa por ver tu cuerpo medio desnudo, brillando completamente bajo el sol, me olvidé de compartir contigo lo que vi esta mañana después de llegar a casa. Tell le besó las puntas de los dedos. —Si no lo dije, lo pasé muy bien contigo en el parque acuático. Estuvo jodidamente cerca de ser un día perfecto… viéndote saltar alrededor con un diminuto bikini. Untarte bloqueador solar por toda esa piel cremosa. —Él sonrió—. Todavía no puedo creer que te deslizaras por el Turbo-Slam. Dos veces. —Casi pierdo mi bikini en ese destructor de culos, —murmuró. Había sido una gran tarde. Deslizarse por los diferentes toboganes. Competir con él para ver quién llegaba al fondo. Dejándose arrastrar por las aguas transparentes del “río” en los tubos interiores. Nadar con Tell fue una experiencia en sí misma. Su cuerpo caliente, húmedo y musculoso deslizándose contra el de ella. Estar en sus brazos. Besarlo bajo el agua. —Tierra llamando a Georgia, —dijo él con voz sedosa. —Lo siento. Sólo recordaba algunos momentos de hoy. —Le sonrió—. En fin, escuché ruidos extraños en la habitación de invitados. Cuando subí las escaleras para comprobar lo que sucedía, encontré a mis padres follando como conejos. —¿Estás bromeando? —Nop. Les pregunté si estaban de nuevo juntos y ella no pudo responder. Pero no tuvo ningún problema en admitir que todavía ama a papá. Y, evidentemente, todavía le encanta tener sexo con él. Tell frotaba suaves círculos en la base de su pulgar. —¿Estás impresionada? —Un poco. Ella dijo algunas otras cosas que pasaron después que murió RJ que me hicieron preguntarme si no estaba viendo las cosas con claridad, porque estaba en shock. No en relación a Deck, sino a los sucesos familiares. —Así que necesitabas una dosis de diversión hoy. 332

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ella sacudió la cabeza. —Necesitaba una dosis de ti hoy. —Cuando quieras. —Tell le dio un suave beso en los labios. Sus ojos eran tiernos y ella sintió esa sensación de fusión otra vez. —¿Te preguntaste alguna vez como sería si tus padres volvieran a estar juntos? —Nunca sucederá. Mis padres se odian. Incluso cuando las cosas eran una mierda en casa, nunca se dijeron el tipo de basura que se escupen ahora en público. Mi mamá pasó por una gran transformación y es más feliz, pero también es un poco egoísta. Entiendo por qué es así, ya que hizo mucho por todo el mundo durante tantos años y muy poco para sí misma. Pero no es la misma persona. Me hace sonar como un niño malcriado, pero a veces echo de menos la madre que solía tener. —Entiendo lo que quieres decir. —La madre de Georgia había pasado de ser una reservada ama de casa cristiana que hacía lo que su marido quería, a una intérprete rusa con el INS y una defensora vocal de MADD42. —Sabía que lo entenderías. —Tiró del lazo del bikini colgando alrededor de su cuello—. ¿Sabes cuánto me gusta poder hablar contigo? ¿Sobre cualquier cosa? Nunca me dices que soy inmaduro o que me controle. Georgia sintió un aleteo en el estómago ante la admisión de Tell, y eso la asustó demasiado porque estaba empezando a confiar en él. Había jurado que nunca volvería a ser ese tipo de mujer otra vez, incluso cuando su subconsciente le recordó que nunca había confiado en Deck. No había sido amor para ninguno de ellos, sólo había sido un matrimonio basado en la conveniencia, la familia y las expectativas. Ella dirigió la conversación hacia donde habían empezado. —¿Así que crees que todos nuestros problemas familiares podrían haber sido evitados si hubiéramos tenido un trampolín? —Posiblemente. Después de ver a tus padres haciéndolo, hay una razón adicional para que te vuelvas un poco loca y deseches esa imagen de tu cabeza. —¿Con qué frecuencia saltas en él?

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Mothers Against Drunk Driving: Madres contra conductores ebrios. 333

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Todo el maldito tiempo. —Él sonrió—. Especialmente si tuve un día de mierda. Es difícil estar de mal ánimo después de rebotar en el aire por un rato. ¿Entonces, que dices? Ve a saltar. Muéstrame algunos de esos saltos de porristas. —Si lo hago, es mejor que estés dispuesto a masajear cualquier torcedura43. Los ojos azules de Tell pasaron de encantadores a ardientes. —Oh, cariño, puedo aliviar todas tus torceduras y algo más. Su frecuencia cardíaca se disparó cuando él levantó su brazo a la boca y besó la sensible piel del interior de su antebrazo. Tell mantuvo su mirada moja-bragas en la de ella mientras le lamía la curva del codo. Sólo la punta de su lengua trazándole el pliegue del codo como si estuviera probando su raja, y Georgia sintió el tirón de respuesta en su sexo. —Quiero verte. ¿Verme qué? ¿Verme deshaciéndome por solo una lamida en mi maldito codo? Claro. Ya estoy allí. —¿Verme qué? —Dejándote ir. —Tell se inclinó hacia adelante, arrastrando la boca por el costado de su cuello—. Sabes bien. A sudor, sol, crema solar y cloro. Y espera... puedo detectar el sabor de... ¿miedo? Ella lo empujó. —No es gracioso. No tengo miedo. Estuve muchas veces en un trampolín. —Créeme. Lo sé. Pero no voy a creer que no tienes miedo hasta que te subas allí arriba y me muestres algunos movimientos fogosos, labios calientes. Después de expulsar un profundo suspiro, Georgia trepó sobre la superficie elástica. Los lados del trampolín estaban ajustados a postes flexibles y redes metálicas, para impedir que las personas salieran volando hacia afuera. Tell esperaba afuera de la red, con una sonrisa tonta en su hermoso rostro. Su corazón se saltó un latido. Te estás metiendo en territorio peligroso, Georgia. Esto estaba empezando a sentirse como algo más que una aventura de verano. 43

Utiliza el término “kink”, que tiene un doble sentido.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Guau. ¿Y acabas de descubrirlo? El material negro estaba tenso y caliente debajo de sus pies descalzos. Rebotó un par de veces para orientarse. Haría algunos saltos básicos y lo daría por terminado. Pero una vez que empezó a saltar, quiso seguir haciéndolo. Ver cuánto más aire podría coger. Usando cada aterrizaje para impulsarse más alto. Poniendo a prueba sus límites. Echó los brazos hacia arriba como si estuviera buceando en el cielo. Entonces los llevó hacia fuera formando una T. Rebotó e hizo un giro en círculo en el aire. Brincó y cayó sobre sus rodillas, girando rápidamente su cuerpo antes del próximo rebote para aterrizar con las piernas cruzadas. Realizando ese movimiento cada vez más rápido hasta asemejarse a un Cossack. Tell la miraba, sus dedos enroscados a través de la barrera de malla. Mientras Georgia rebotaba y daba vueltas, se sentía ligera como una pluma. Libre. Feliz. Especialmente cuando miró a Tell, sabiendo que si no la hubiera empujado, ella todavía estaría sentada en la mesa, hablando sobre los problemas de la familia, sobre los que no tenía ningún control. —Muéstrame algún salto de animadora. —¿De qué tipo? —Preguntó ella, respirando con dificultad. —Mi favorito eran esas piruetas en el aire. —¿Sí? ¿Cómo ésta? —Georgia rebotó dos veces, extendiendo los brazos y talones de forma simultánea. Tell gritó. —Demonios. ¡Ese estuvo perfecto! Hazlo otra vez. Sonriendo, Georgia rebotó más duro y atrapó más aire mientras se abría como una estrella de mar. Con Tell incitándola, realizó un par de herkie, pikes y volteretas hacia atrás, figuras de nueve, terminando con un backscratcher y un giro inverso. Sintiéndose mareada y exaltada, pero increíblemente renovada, aminoró los rebotes y se arrastró de rodillas hasta donde se encontraba Tell. En un impulso, le dio un beso a través de la red. Los únicos lugares que se tocaban eran sus bocas y las puntas de sus dedos. Erótico y de alguna manera íntimo. 335

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Pero él rompió el beso demasiado pronto. Apoyando la frente contra la de ella. —¿Harás algo por mí? —¿Qué? Entonces los dedos del hombre estuvieron en su barbilla, obligándola a mirarlo. —Quítate el bikini. —¿Aquí mismo? ¿Por qué? —Porque tengo otra fantasía en la que estás involucrada. —¿Cuál? —Muy adolescente. —Allí estaba su tímida sonrisa de nuevo—. Pero siempre fui un tipo simple. —Entonces cuéntame esta simple fantasía de adolescente. —Tú. Saltando sobre un trampolín. Desnuda. Le tomó un momento procesarlo. —Oh, Dios mío. No puedes estar hablando en serio. Sus hoyuelos hicieron su aparición cuando esa sonrisa de chico malo surgió. —Hablo totalmente en serio. —Pero... ¿por qué? —Es jodidamente sexy como el infierno. Ver todas tus partes femeninas rebotando desnudas. Me vuelve loco pensar en observar cada pedacito de tu dulce coño rosado cuando haces un salto donde te abres. Estaba bastante segura de le habían saltado los ojos fuera de su cabeza. Él se echó a reír. —¿Impresionada? —Sí. Dios mío. ¿Cuánto tiempo has estado pensando en esto?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Siempre. Desde la primera vez que te vi con esa pequeñita falda de porrista saltando en el aire, dándole a todo el mundo en las gradas un vistazo de tus dulces pequeñas nalgas. Me masturbé con esa imagen más veces de las que puedo contar. —Él realmente gruñó—. Así que sí, he estado soñando con esto por condenadadamente muchísimo tiempo. —¿Y has estado aquí en tu trampolín con tus partes masculinas rebotando? —Infierno, no. —Él sonrió—. Podría hacerme daño. Terminar con moretones en el pecho cuando mi erección rebote contra el trampolín. Ella soltó una risita. —¿Tu pecho? ¿No es eso demasiado machista? —No te he oído quejar por mi machismo. —Tell sólo sonrió—. Mira, Georgia, cariño, no iba a pedírtelo. —¿Por qué? ¿Porque sabes que es una petición ridícula? —No. Porque sabía que ibas a decir que no. Lo miró con los ojos entrecerrados. Era un hombre astuto. —¿Qué? —Dijo Tell con una expresión tan angelical que la hizo reírse. —Oh, no trates de sacar esa mirada inocente, McKay. —¿Qué? —Dijo de nuevo—. Fuiste tú quien dijo que no eres muy aventurera. —No lo soy. —¿Entonces? Tengo un punto. No lo harás. No caigas en esto. No. Le hincó un dedo en el pecho. —¿Sabes qué, vaquero? Estoy a punto de volverme atrevida. Muy atrevida. Tan atrevida como Criss Angel44.

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Christopher Nicholas Sarantakos, conocido artísticamente como Criss Angel, es un mago, ilusionista, escapista y músico estadounidense. Conocido por los trucos llevados a cabo principalmente en la serie de televisión Mindfreak de A&E, en la que también fue el director.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿En serio? —Sí. —Se quitó la parte inferior del traje de baño y la arrojó sobre él—. Pero... si quieres que me despoje del resto, tienes que hacer algo por mí. —Dímelo. Georgia ladeó la cabeza y se concentró en su entrepierna. —Quiero verte masturbarte como lo hiciste más veces de las que puedas contar mientras pensabas en mí saltando sobre un trampolín. Las mejillas de Tell se sonrojaron. —Muy divertido, Georgia. —No estoy bromeando. Si quieres que salte desnuda, entonces te tocarás mientras me observas. Pasaron diez segundos completos hasta que Tell se bajó de un tirón sus pantalones cortos. —Quítate la parte superior. Georgia desató la parte superior del traje de baño, haciéndola girar alrededor de su dedo y arrojándola hacia él. Pero quedó atrapada en la red. Tell envolvió la mano alrededor de su circunferencia y comenzó a acariciarse lentamente. Ella cayó sobre su espalda y rebotó un par de veces antes de abrir las piernas mientras movía su pelvis hacia arriba, directamente en línea con los ojos de Tell. —Oh sí. La Dulce Georgia ha abandonado el lugar. Trayendo a la Traviesa Georgia. —Silbó unas cuantas estrofas de “El Desnudo”, y ella se echó a reír. Haz un buen espectáculo. Haz que babee. Haz que se corra. Hazlo tuyo para siempre. La mano izquierda de Tell estaba curvada en la tela de red, su mano derecha firmemente enroscada en su polla. Sus ojos habían aquirido ese azul profundo mientras la miraba por debajo de sus pestañas. Sus labios entreabiertos, liberando respiraciones cortas.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Rodando sobre sus pies, Georgia comenzó a saltar. Sus pechos se bambolearon e inmediatamente sus pezones se endurecieron. Y él enfocó la atención a su pecho. Increíble. Después de algunos saltos, ella se volvió. Dejándole ver cómo meneaba el culo. Tell gimió detrás de ella. Entonces realizó un salto de rana alrededor del perímetro del trampolín. Luego hizo algunos giros y quedó nuevamente de frente a él. Rebotando y rebotando. Esa mano empezó a moverse más rápido después de su primer salto con las piernas abiertas. Saltó hasta tocarse los pies. Un Pike. Más saltos de piernas abiertas. Sus meneos, sacudidas y rebotes realmente hicieron mella en él, porque soltó su polla y graznó: —Suficiente. Maldita sea, para, no puedo más. —Entonces los nudillos de sus ambas manos estaban blancos contra la malla. Cuando Georgia se puso de rodillas para recuperar el aliento, su cuerpo comenzó a agarrotarse en algunos lugares. Estaría adolorida mañana. Realmente dolorida en más lugares que los músculos poco utilizados para la gimnasia, si se salía con la suya. Gateó por el trampolín, pero Tell no abrió los ojos. Aunque su mirada voló a la de ella cuando le lamió los dedos a través de la malla. —¿Y? ¿Estuvo a la altura de tu fantasía? Él negó con la cabeza. Una pequeña chispa de incertidumbre comenzó a arder. Entonces la punta de su dedo le delineó un labio. —Fue un millón de veces mejor. Esas palabras estimularon a su chica mala. Le chupó el dedo, girando la lengua alrededor de él. Gimiendo cuando pudo saborear su almizclada esencia que persistía allí. 339

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Fóllame. —Gruñó él. Le liberó el dedo produciendo un sonido a humedad. —Buen plan. —Georgia se enderezó, dejando que sus pezones se asomaran a través de la malla. Cuando Tell trató de capturar uno, se echó hacia atrás y se rió seductoramente. —Puedes tenerme de cualquier manera que quieras, McKay, pero vas a tener que capturarme primero. Tell se abalanzó sobre el borde del trampolín como un primate escalando un árbol de plátano. Dios, él era increíble. Todo un concentrado y excitado espécimen masculino. Se quitó la camisa por la cabeza, y entonces ambos estuvieron desnudos. Salvajes. Dando vueltas entre sí como luchadores en el ring. —A la mierda con esto, —dijo Tell entonces, y se lanzó hacia ella, llevándose la peor parte del rebote contra su espalda mientras la empujaba para hacerla caer. Ella gritó y la hizo girar boca abajo, haciéndola caer sobre sus muslos mientras le levantaba las caderas. —Te atrapé. —Le apartó las rodillas, abriéndose lugar detrás de ella. Le abrió los muslos y la empaló hasta la raíz en la primera embestida—. Y eres toda mía ahora. Dilo. —Soy toda tuya. —Georgia empujaba para encontrarse con sus golpes. Perdiendo el equilibrio mientras rebotaban juntos, pero se sentía demasiado bueno como para parar. Él encontraría el ritmo, siempre lo hacía. Salió y ella gimió. Se recostó, con las piernas estiradas, y la atrajo encima de su regazo. —Eso no estaba funcionando. Lleva tú el ritmo. Ella tomó su dura longitud en la mano, alineándola con su vulva y dejó caer sus caderas hasta que la llenó por completo. Tell jadeó contra su pecho, su boca siguiendo la curva desde su pecho a su pezón.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia echó la cabeza hacia atrás y le clavó las uñas en los hombros. Tratando de encontrar el ritmo adecuado para subir y bajar. Cada vez que trataba de llevar su grueso falo más profundo, rebotaban contra el trampolín… no de una manera productiva, sino de forma de hacerles perder el ritmo. Tell trataba de equilibrarlos manteniendo las manos sobre el trampolín detrás de él, pero entre la crema bronceadora, el sudor y los rebotes, se deslizaban hacia los lados cada vez que ella se movía. —Para, —dijo él haciendo una mueca. —¿Que pasa? —Esto está pellizcando mis bolas. —Oh. Lo siento. —Cuidadosamente salió de encima de él. Tell se estiró entre sus muslos y se acomodó las bolas. Ella estaba sudorosa, frustrada y necesitaba un jodido orgasmo. Ahora. Tal vez sólo deberían entrar en la casa. Georgia levantó la vista para ver a Tell acechándola a cuatro patas, plantando besos al azar sobre su carne temblorosa mientras colocaba su cuerpo sobre el de ella. El calor en sus ojos le dejó la boca seca. La levantó, aferrándole las nalgas entre sus manos. —Envuelve tus piernas alrededor de mi cintura, —le dijo. Tan pronto como lo hizo, enterró su dura polla en un movimiento seguro y sexy. Sí. Miró hacia abajo, las rodillas de Tell estaban extendidas, su estómago plano frotándose contra el suyo con cada giro de sus caderas, mientras su pene desaparecía dentro de ella. —Maldición, te sientes bien encima de mí, —murmuró Tell. Ella se entregó a las sensaciones de calor, sudor y sexo intenso. Sentir esas grandes manos suyas apretándole el culo mientras la ayudaba a montar su polla. Sintiendo su boca atacándole la garganta mientras sus resbaladizos cuerpos se deslizaban entre sí. Cuando sus cuerpos unidos rebotaron, lo llevó más adentro. Cada. Vez. Más. Y ella gritó cada vez. A pesar del calor que sentía y de los rayos del sol, todo su cuerpo era una masa de carne de gallina. 341

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Tan cerca. La sensación de tensión se inició en su coxis e irradió hacia arriba. —Estás ahí, bebé. Llévame contigo. Y cuando Tell mordió suavemente su oreja, ella se perdió. El orgasmo la golpeó con la fuerza de un huracán, ningún aviso de tormenta, simplemente la inundó. Oleada tras oleada de placer estrellándose contra ella, haciéndole difícil respirar, pensar, aferrarse, mientras el poder del orgasmo la inundaba. El rugido en sus oídos se detuvo. Su cuerpo dejó de vibrar de la última tormentosa oleada y se desplomó contra Tell. Saciada. Y con sueño. El clímax devastándola por completo. Entonces las manos de Tell sostuvieron su rostro. Su dulce boca caliente estaba en la de ella, besándola con esa perfecta mezcla de reverencia y gratitud. —Joder, —susurró contra sus labios—. ¿Llegaste a ver el nombre del tren carbonero que nos atropelló? Ella soltó una risita. —No, pero estoy segura de haber oído en un momento música de circo. —Maldita sea, mujer. Una vez que empezaste a correrte, seguiste y seguiste, y yo estuve frito. —Colocó suaves besos dónde sus labios aterrizaban—. Tan puñeteramente caliente. —Creo que me dejaste hecha pelota. Estoy bastante segura de tener moratones por el trampolín en mis rodillas y codos. —Al menos no los tienes en tus bolas, —murmuró. Georgia metió las manos en su pelo, inclinando la cabeza hacia atrás para mirarlo a los ojos. —Aguántate, vaquero. El trampolín fue tu idea. —¿De verdad crees que voy a quejarme por terminar con una lesión en el sexo después de follar en un trampolín? —Sonrió y puntuó cada palabra con un beso—. No. En. Esta. Vida. Nena. —Eres tan machista.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Y lo acabo de probar. —Le dio una palmada en el culo—. Venga. Entremos a asearnos. Aunque el aceite bronceador y el sudor se habían borrado de su cuerpo, Georgia estaba ansiosa por una ducha. Agua caliente, hombre caliente, después de tener sexo caliente… ¿qué más podía pedir? —Dios. Tu piel es increíble. Me podría pasar todo el día sólo tocándote. Tan suave. Tan perfecta. —El dedo de Tell siguió el arco de su columna vertebral hasta la mitad de su espalda, bajando por el centro de su culo. Ella no se movió. Esos hipnóticos ojos azules no se apartaban de ella. La ducha golpeaba sobre sus hombros, las finas partículas de agua caían por el rostro de Tell. Las gotitas quedando atrapadas en el oscuro vello de sus mejillas y en sus largas pestañas. En ese momento, con su intensa mirada, él era el hombre más impresionante que había visto nunca. Oh, era un hombre peligroso. Ella haría cualquier cosa que él quisiera, sería cualquier cosa que él deseara, si sólo la mirara de esa manera para siempre. Pero te irás, ¿recuerdas? No quería pensar en eso ahora. No cuando Tell estaba haciéndole hervir la sangre con el fuego de sus ojos y volviendo su mundo del revés con el adictivo poder de su toque. El dedo se detuvo en su ano. Acariciando insistentemente la piel fruncida. Presionando un poco más duro, insertó un solo dedo en su interior, sin dejar de girar suavemente contra el músculo apretado. No podía apartar la mirada, incluso cuando sus mejillas se volvieron de color rojo brillante. Ningún hombre había tocado esa parte de ella. —¿Alguna vez te han jodido por aquí? —No. Tell hizo un suave gruñido. —Esto es mío. Si no lo has notado, no soy un hombre paciente en lo que se refiere a lo que quiero de ti. Y lo quiero todo. Georgia perdió la capacidad de respirar. 343

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Vas a dármelo, ¿verdad? Asintió con la cabeza. —Lo quiero ahora. —Inclinó el rociador de la ducha para que golpeara contra el suelo. Entonces cogió un pequeño tubo, lo abrió y se cubrió los dedos. —¿Guardas lubricante en la ducha? —Sip. Me gusta masturbarme aquí. Se le aceleró el corazón cuando él bajó la cabeza. Rozó dos veces sus labios sobre los de ella y le susurró, —Relájate. —Entonces hundió la lengua en su boca mientras deslizaba el dedo dentro de su culo. Eso se sentía raro. No mal, pero tampoco normal. Ella lo besaba mientras ese dedo resbaladizo entraba y salía, y su cuerpo se tensó con anticipación y un poco de miedo. Tell alejó la boca deslizándola hasta su barbilla, esparciendo besos hasta la línea de su mandíbula, chupando ese punto en su cuello que la volvía loca. Mareada. Loca de deseo. Esos cálidos labios carnosos rozaron su oído. —Córrete así. Tócate el clítoris. Estirándose entre sus piernas, Georgía se deleitó con el erotismo de la mano de Tell justo allí. Colocó su mano sobre la suya, sintiéndolo deslizar el dedo profundamente en su pasaje anal. —Caliente como el condenado infierno, Georgia. Dame más. Ella dejó que la yema del dedo pasara sobre el canal de piel que separaba las dos aberturas. Menó el dedo medio dentro de su coño, cubriéndolo con sus jugos, para arrastrarlo hacia la carne hinchada. —¿Cuándo folle tu culo esta primera vez? Voy a tomarte desde atrás. De esa manera puedo tirarte del pelo y morderte la parte trasera del cuello, porque sé que eso te vuelve loca.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Dios, la ponía cachonda cuando le susurraba cosas picantes. Suaves gemidos comenzaron a salir de su boca mientras se tocaba el clítoris y Tell adentró otro dedo dentro de su culo. Estirándola. Construyendo otro nivel de anticipación al punto de que comenzó a temblar. Cuando se dio cuenta que la cabeza de su pene estaba frotándose contra el interior de su brazo, comenzó a mover su brazo más rápido, aumentando la fricción para ambos. Tell atrapó su boca en un beso abrasador. Georgia se perdió en este momento. Tocando. Degustando. Absorbiendo la nueva sensación. Sintiendo la piel caliente y húmeda frotándose entre sí. Oyendo las respiraciones jadeantes y el golpeteo de las gotas de agua contra la puerta de cristal de la ducha. Serpenteó el dedo contra su clítoris con rapidez, hasta que la hormigueante energía cobró impulso en la base de su espina dorsal. —Los ojos sobre mí cuando te corras, —dijo Tell con voz ronca, rompiendo el beso. Esa demanda la lanzó sobre el borde. Gimió su nombre cuando las pulsaciones superaron todo. Su culo se apretó alrededor de su dedo. Su coño se contrajo y su clítoris palpitó. Se quedó sin aliento con cada latido de placer, viendo la llamarada de satisfacción en los ojos de Tell. Entonces sus dedos se habían ido y él murmuró entre dientes, —Date la vuelta. Su corazón todavía se estrellaba contra su pecho mientras se sostenía contra los azulejos. Él extendió sus nalgas y la gruesa cabeza de su falo se deslizó sobre su ano. De un lado a otro hasta que sintió la ardiente necesidad de un contacto mayor. —Tell. —Relájate y déjame entrar, dulzura. Se sentirá increíble. Lo prometo. Asintió con la cabeza. Uno, dos, tres empujes. En el cuarto, la punta violó ese anillo resistente.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Respira, bebé. Iré despacio. —Entonces le rozó el hombro con la boca mientras se conducía adentro, centímetro a centímetro. Su culo quemaba. Pero con una extraña clase de ardor que no era doloroso, sólo constante. —Tan apretado. Dios. Es como tener mi polla envuelta en terciopelo caliente. ¿Estás bien? —Mmm. —Voy a moverme ahora. Se retiró, no completamente, y empujó nuevamente hacia adentro. Lentamente. Cuidadosamente. Metódicamente. Tell era un amante atento, incluso cuando ella sentía su agitación y su necesidad de liberar el poder de su cuerpo sobre el suyo. El ardor se había desvanecido y otra vez, Georgia sentía esa desconocida necesidad de querer más. —¿Tell? —¿Sí? —Fóllame. Como tú quieras. ¿Recuerdas cuando me dijiste que no tendrías que preocuparte por romperme cuando me follas duro? Hazlo ahora. Un gruñido de advertencia fue todo lo que consiguió antes de que su mano hiciera un puño en su pelo, tirándole la cabeza hacia un lado para que poder trabar la boca sobre su cuello. Fue entonces cuando se retiró pasando por el apretado músculo y se estrelló de nuevo. La piel de gallina cubrió todo su cuerpo cuando él comenzó a follarla. Haciendo una pausa en su esfínter antes de empujar su grueso eje dentro de sus entrañas. La mordedura de dolor en su cuero cabelludo se emparejó con la mordedura de dolor en su culo y le gustó, le gustaba dejarse llevar. Sus caderas embistieron más rápido. Duro. Perforando en su pasaje anal con cada profunda penetración. Él soltó un grito ronco y el calor húmedo bañó sus tejidos inflamados. Bombeó y empujó hasta quedar seco. Hasta respirar jodeante. Hasta

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 murmurar cosas sin sentido contra su cabello. Le ladeó la cabeza hacia un lado y tomó su boca en un beso brutal. Un beso que era el final perfecto para este oscuro placer. Su pene laxo se retiró y él volvió el rociador de agua sobre ellos, a pesar de que estaba casi helada. Georgia se volvió para mirarlo, curvando la mano alrededor de su nuca, apoyando la frente húmeda contra su pecho. Dejando que su cuerpo sostuviera el suyo porque se sentía tan sólida como un fideo. Entonces esas ásperas manos se arrastraron por su espalda, haciéndola estremecerse de nuevo. —¿Tuvimos suficientes juegos de agua por hoy? —Ajá. Ella no se movió mucho cuando Tell la tomó en brazos. Levantándola para salir de la ducha. Secando con una toalla cada centímetro de su cuerpo. Extendiéndola en sus sábanas arrugadas. La besó con pura sensualidad. Suave, húmedo y lento. —No pienses ni por un segundo que no eres aventurera. Que eres algo menos que jodidamente perfecta. Y fue entonces cuando ella se enamoró de él.

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CAPÍTULO 25

Georgia Hotchkiss era su novia. De verdad. Se sonrió a sí mismo en el espejo mientras se afeitaba, repitiendo la frase en voz alta. —Georgia Hotchkiss es mi novia. Y eso era jodidamente increíble. Habían sido inseparables durante las últimas tres semanas. Las responsabilidades del trabajo de Georgia habían disminuido, dejándola con tiempo libre. Tiempo que ella prefería pasar con él. Si se quedaba a pasar la noche, se levantaba al amanecer para ayudarlo con las tareas. Entonces tendrían el resto del día para estar juntos. A ella le encantaba explorar el rancho subida a la cabina trasera de su todoterreno. Él siempre había supuesto que ella era una chica femenina, pero a Georgia no le importaba ensuciarse. Le había enseñado cómo montar en motocross, pero casi se le detuvo el corazón cuando ella se había caído rodando por el suelo. En el momento en que Tell le había quitado el casco y el equipo de protección, ella había recuperado el aliento. Le golpeó las manos cuando insistió en comprobar si tenía huesos rotos y golpes. La obstinada mujer se había subido a la moto, decidida a maniobrar por la curva cerrada. Cosa que hizo. Luego había estado tan bombeada de adrenalina, que lo había follado como una gata salvaje sobre el capó de su camioneta. Y eso había sido un espectáculo para la vista, su hermosa piel brillando intensamente mientras los últimos rayos del sol besaban su húmeda carne. Sus labios abiertos mientras gritaba con pasión. Clavándole las uñas en los antebrazos mientras le hacía el amor a la mujer que había capturado su interés como ninguna otra. Una mujer que había empezado a necesitar como una droga. Era un analgésico, un reforzador del humor, un afrodisíaco, todo eso envuelto en un paquete diminuto y potente. Si Tell lo pensaba, podría considerar que el sentimiento era amor. Pero al nunca haber estado enamorado, no estaba seguro.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Afeitó otra capa de bigotes de su rostro. La piel de Georgia era tan delicada que tenía que afeitarse dos veces al día o dejaría irritaciones de barba en su piel. Recordó de nuevo la semana pasada cuando ella le había prohibido afeitarse porque quería ver esas marcas en el interior de sus muslos y pechos. Había estado malditamente inquieta en la liga de dardos esa noche. Pero beber chupitos con Roxanne y Leah opacó su incomodidad, porque cuando él se había vuelto pudo verla realizando un Herkie en la parte trasera del bar. La Pequeña Señorita Georgia había conseguido que le zurrara el trasero por eso. Y ella había amado cada minuto de ello. El vapor empañó el espejo del baño y lo limpió. Sólo pensar en ella elevaba su temperatura. ¿El sexo con Georgia? Más allá de lo espectacular. Más emocionante, espontáneo, reconfortante, divertido y caliente de lo que nunca había soñado que podría ser con una mujer. Pero por mucho que él viviera para desnudar a la sexy mujer, los momentos que pasaban fuera de la cama estaban más allá de lo ordinario también. Nunca había imaginado que sería tan intuitiva. No esperaba que él siempre tuviera una cara de felicidad. Si había tenido un día de mierda, no tenía que ocultarlo. Pero sus días de mierda eran pocos y distantes últimamente. Y atribuía eso a ella. Encajaba con sus amigos. Ser parte de una pareja salvaba distancias que no sabía que existían. Casi como si sus amigos lo tomaran más en serio desde que estaba en una relación estable. Lo cual era irónico, dado que se sentía más inclinado a quedarse en casa con ella más que ir a la ciudad. A través de los años se había mofado en secreto de sus primos y amigos casados y de su aparentemente limitada cantidad de tiempo libre disponible. Pero ahora entendía por qué los chicos querían quedarse en casa con sus esposas. Incluso Brandt y Jessie animaban a Tell para que llevara a cenar a Georgia. El ataque de timidez de su chica desapareció cuando sostuvo al bebé Tucker, entonces ella y Jessie charlaron como si fueran viejas amigas. Tell estaba fascinado por cómo los bebés unían a las mujeres. Cuando empezó a imaginar a un niño de pelo oscuro con los ojos azul pálido de Georgia, y su propia sonrisa, pensó que Dalton le daría una bofetada en la cabeza por pensar como una chica. Abrió los grifos y se aclaró la crema de afeitar. Mientras se secaba la cara, trató de recordar cómo había accedido para ayudar como acompañante en el baile organizado por el Club de Promotores de la Secundaria de Sundance. Claro. Georgia. Después de ayudarlo con la recaudación de fondos para el club de rodeo y de asistir a las porristas, 349

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 ella había tenido la gran idea de reunir a todos los clubes de la escuela durante un divertido evento. Todo el mundo estaba emocionado y Georgia estaba creando un entusiasmo positivo. La única nota amarga era la situación parental de ambos. La madre de Georgia empezó a presionarla para que trabajara en la reconstrucción de la relación con su padre. Tell no podía culpar a Georgia por su inquietud. Sólo una persona que había sufrido dramas familiares entendía que el perdón no se daba automáticamente. A veces no se ganaba. Y a veces dejar ir era la mejor opción. No era lo políticamente correcto, pero a menudo era lo necesario. Tampoco la situación de Tell con su padre había cambiado mucho. Casper sólo lo llamaba para quejarse sobre algo. Y no había sabido nada de su madre más allá de un par de mensajes breves. Ella no debía haber necesitado una niñera. En lo que a Tell se refería, ojos que no ven, corazón que no siente, era la mejor manera de lidiar con sus padres. No podía cambiarlos, ni a ellos, ni a su comportamiento, así que ¿por qué siquiera intentarlo ahora? Él estaba más allá de pretender hacer una diferencia. El único control que tenía sobre esta situación era no permitir que su pasado arruinara su futuro. Un futuro que esperaba tener con Georgia.

Después de haberla llamado por vigésima vez, y caer inmediatamente en el correo de voz por vigésima vez, condujo a la ciudad. Su pánico aumentó cuando se detuvo frente a su casa y vio a su coche aparcado en el camino de entrada. ¿Y si estaba enferma? No respondió cuando tocó a la puerta. Se sintió tentando a entrar por la fuerza, pero encontró un espacio entre la valla y un arbusto de lila que le permitió entrar por el patio trasero. Esperaba que ella solo hubiese perdido la noción del tiempo y estuviera sentada en el columpio, disfrutando del sol de la tarde en este suave día de verano. No había señales de ella. Tell probó con el picaporte de la puerta trasera y descubrió que estaba cerrada con llave. Entró en la cocina y gritó, —¿Georgia?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Silencio. La cafetera estaba a medio llenar con café frío. Un plato, una cuchara y una taza estaban en el lavabo. Justo cuando decidió revisar su habitación en la planta superior, notó su teléfono celular sobre la mesa. Justo al lado de un calendario. Él no solía prestarle mucha atención a las fechas, y la mayoría de los días estaría en apuros para responder si alguien le preguntaba la fecha real. Vio que ella había escrito los eventos para todos los días de este mes a excepción de uno. Hoy, el tres de agosto, no tenía ninguna anotación. Un dejo de tristeza lo golpeó, tanto como la culpa. Ahora tenía una idea bastante clara de dónde estaba. Georgia no lo había mencionado. Esperaba que no rechazara su consuelo porque él no había recordado que día era hoy. A pesar de que no estaba muy lejos del cementerio, Tell optó para conducir. Las puertas seguían abiertas y se estacionó en el lote de los visitantes. La grava crujía debajo de sus botas cuando empezó a caminar por el primer tramo. Este era uno de los pocos lugares en Sundance, donde crecían árboles de hoja caduca. Sauces llorones, que eran apropiados, supuso. Suaves brisas agitaban las ramas. La luz del sol arrojaba sombras sobre los cuidados jardines y lápidas. Tell evitaba el cementerio como regla general. Los McKays tenían su propia sección en la esquina, en la parte más antigua, ya que su tatara-tatara-abuelo Jonas McKay había sido uno de los primeros colonos en el territorio de Wyoming. Lo curioso era que sólo había estado en este cementerio dos veces. Para el entierro de su abuelo Jed McKay y cuando enterraron a Luke. Recordó su sorpresa al ver cuán pocos McKays estaban enterrados allí, y sintiendo tristeza por cómo había mucho espacio disponible para los McKays existentes. Nunca había entendido por qué su madre venía con flores y lágrimas… porque Luke no estaba aquí. ¿Las visitas serían sólo un recordatorio de la irrevocabilidad de la muerte? ¿O algún extraño ritual para que los sobrevivientes no olvidaran al ser querido que habían perdido? Tratando de mantener alejados sus pensamientos mórbidos, recorrió las secciones perfectamente ordenadas de lápidas, algunas elaboradas, algunas más sencillas, otras

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 tan deterioradas por el duro clima de Wyoming que los nombres y fechas ya no eran visibles. Entonces la vio, cinco hileras más allá, sentada con las piernas cruzadas, de espaldas a él. Su glorioso pelo negro brillaba bajo el sol. Una parte de él quería irse, permitirle tener su momento de privacidad, sintiéndose aliviado por saber dónde estaba. Pero una gran parte de él quería que ella notara que estaba allí, dispuesto a darle todo lo que necesitaba, cuando lo necesitara. Y fue entonces cuando Tell supo que estaba enamorado de ella. No de la niña bonita de su pasado que había puesto en un pedestal. Sino de la mujer hermosa y compleja en la que se había convertido, incluso cuando ella misma juraba no estar segura de quién era esa mujer. La mujer que podría adorar cada maldito día de su vida, si ella se lo permitía. Confesar su amor mientras lloraba en la tumba de su hermano, posiblemente podría ser el momento más inoportuno del mundo. Se acercó con cautela. Georgia levantó la vista cuando la sombra de Tell cayó sobre ella. Se secó las lágrimas y esbozó una débil sonrisa. —No sé por qué me sorprende que me encontraras. Tell se agachó, permaneciendo al alcance de la mano por si ella se sentía inclinada de llegar hasta él. —En cuanto a los escondites, éste es uno muy bueno. O muy malo, dependiendo. —Malo, por lo general. Pero nadie te mira divertido si estás sentado a solas llorando. —Ella sorbió por la naiz—. La mayoría solo te dejan estar. —¿Quieres que me vaya? Negó con la cabeza. Él la miró, no sorprendido por su pena, sino por el hecho de que no lo estuviera echando. Tal vez lo necesitaba para algo más que sexo y buenos momentos.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No había vuelto aquí desde un año después de su accidente. —Sus dedos arrancaban trozos de hierba, convirtiendo las hojas en confeti verde—. No sé qué esperaba que fuera diferente. Tal vez que si empezara a hablar con él, como en las películas, apareciera su fantasma. Pero para ser honesta, probablemente me mojaría los pantalones y huiría gritando si eso sucediera. No tenía ni idea de qué decir a eso, por lo que no dijo nada. —Lo extraño. —Ya lo sé, cariño. Georgia destrozó más pasto. Las lágrimas corrían por sus mejillas. Su barbilla temblaba. Se sentía tan condenadamente impotente, aun cuando él sabía exactamente lo que estaba pasando. Lidiaba con el aniversario de la muerte de Luke de manera diferente, rodeándose de personas -generalmente desconocidos- por lo que no tenía más remedio que poner una cara feliz y no pensar en la pérdida. Así estuvieron durante un largo momento. Entonces ella se acercó a él ciegamente. —Yo... Tell se puso de pie y la levantó como si fuera una niña, acunándola contra su pecho. —Está bien. Aquí estoy. Ella se fundió en él. —Gracias, —susurró. —Estás rompiendo mi corazón, dulzura. ¿Qué puedo hacer? —Llévame a casa. Se dirigió de nuevo a su camioneta, deseando poder envolverla en algodones y mantenerla a salvo de todo el daño existente en el mundo. Frotó los labios sobre su coronilla, respirando su olor, murmurando promesas de que estaría allí para ella, sin importar nada más. Georgia había dejado de llorar, pero seguía aferrada a él.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 En el momento en que llegó a la playa de estacionamiento, una punzante sensación hizo que el vello de la parte posterior de su cuello se erizara. Se volvió y vio a un hombre mayor en el extremo opuesto del camino. Un hombre que reconoció como el padre de Georgia. Tell comenzó a ir en esa dirección, pero el hombre negó con la cabeza. Luego señaló a Georgia, indicándole a Tell que continuara con lo que estaba haciendo, atentiendo a la mujer que lloraba en sus brazos. Tell asintió, pero eso lo inquietó, dada la tensa relación que Georgia tenía con su padre. —¿A dónde? —A tu casa. Una sorpresa que ella prefiriera su trailer de mierda a su propia casa en la ciudad. Un momento. ¿Ella consideraba la casa de él... como un hogar? Georgia se quedó en medio del asiento, acurrucándose a sí misma en contra de él por lo que no quedaba espacio entre ellos. Tell ociosamente jugaba con su cabello, dejando que la música de la radio llenara el silencio en el camino a casa. Una vez que estuvieron dentro de su remolque, se dio cuenta que ella se estaba sosteniendo el brazo. —¿Qué pasa? —Siempre me olvido de mi tatuaje y me froto contra él. Tell frunció el ceño. —¿Cuándo te hiciste un tatuaje? —Antes de ir al cementerio. Es un tatuaje conmemorativo que India hizo para RJ. Así no me olvido de lo que él significaba para mí. Oh. Dulzura. Eres una mujer hermosa. Por dentro y por fuera. —¿Te duele? —Un poco. —Dejó escapar un largo suspiro—. Bueno. Me dolió mucho. Lloré mientras lo hacía. Lloré cuando terminó. —¿Tal vez las lágrimas no eran sólo por el dolor de la aguja? —Murmuró. 354

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Sus hermosos ojos se humedecieron de nuevo. —No. ¿Cómo lo supiste? Él se la quedó mirando. —Lo siento. Irreflexivo de mi parte, ¿no es así? A veces soy tan... egoísta con mi dolor que me olvido que no soy la única persona en el mundo que ha perdido a un hermano. —Pero eres la única que ha perdido a tu hermano, —dijo Tell suavemente. Georgia le tocó la cara, las palmas de las manos ligeramente apoyadas en su mandíbula mientras los pulgares le acariciaban los pómulos y sienes. —Eres un buen hombre, Tell McKay. Todo el mundo te subestima, ¿verdad? Creen que eres un tipo relajado y divertido que siempre está pasándolo bien. Y tú mantienes las cosas ligeras porque no quieres que la gente note la intensidad emocional dentro de ti. ¿Cómo diablos había notado ella eso? —Gracias por dejarme ver esa parte de ti. Gracias por permitirme tener un poco de tu fuerza. —Cuando gustes, dulzura. Siempre. Ella bajó la vista y las lágrimas gotearon sobre sus vaqueros. —Estoy tan cansada. —Lo sé. Ven aquí. —Tell tiró de ella sobre su regazo. Georgia se movió hasta que se acomodó y suspiró. La besó en la coronilla. —Descansa. Te tengo. Ambos dormitaron. Georgia se movió y algo pegajoso frotó contra su brazo. Miró hacia abajo y vio sangre. La besó en la frente, queriendo despertarla suavemente.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Georgia? Tu gasa está sangrando. —Supongo que esa es la señal para limpiar la piel y cambiar el vendaje. —Se incorporó—. ¿Eres impresionable? —No. ¿Por qué? ¿Necesitas ayuda? —Probablemente. Tell la siguió al baño. La mujer arrancó la gasa junto con la cinta quirúrgica. Humedeció un cuadrado grande de algodón con agua y roció encima jabón antibacteriano, limpiándose la sangre seca. Después de enjuagar con agua limpia, palmeó el área seca. —¿Quieres verlo? —Claro que sí. Georgia le mostró el interior de su antebrazo. Las iniciales en negrita de RJ estaban afuera de un círculo rojo. Pero al inspeccionar más de cerca, el círculo parecía estar en 3D, igual que el vientre redondeado de una mujer, con los símbolos del yin y el yang en el centro. —Esto es perfecto. ¿Lo diseñaste tú? —Sólo los bocetos. India hizo el diseño real. Tell acarició el pliegue de su codo. —No fue un arrebato momentáneo para ti. Ella negó con la cabeza. —Así es como terminas con malos tatuajes, al estilo de símbolos chinos sin sentido, según India. Programé una cita para hoy hace varias semanas. Justo después que decidiera hacerme una marca permanente en el cuerpo que coincidiera con la marca permanente que he tenido en mi alma desde que RJ murió. La pobre mujer tenía profundas grietas de tristeza en su interior. —Yo podría haber ido contigo. —Lo sé. Y te agradezco la oferta. Pero era algo que tenía que hacer por mi cuenta. 356

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Untó A&D en la superficie y lo cubrió con una gasa. Él besó cada lado del tatuaje. Cuando la miró, lágrimas se agrupaban en sus ojos de nuevo. —Gracias. Se siente mejor ahora. Tell colocó un mechón de pelo detrás de su oreja, entonces siguió la línea de su mandíbula hasta la otra oreja. —Déjame amarte un ratito, Georgia. —¿Me veo como que necesito cuidado especial hoy? Sí. —Tal vez después de verte así... soy yo el que lo necesita. Su dulce sonrisa ladeada casi lo desarmó. —Bueno. La besó suavemente. Lentamente. A la espera de ese momento en que se tambaleara hacia él. Cuando eso sucedió, la levantó en sus brazos y la llevó a su dormitorio. Mantuvo la boca sobre la de ella mientras la desnudaba, sus manos acariciando cada trozo de expuesta piel. —Tiéndete. Mientras ella se estiraba, se desnudó y se puso un condón. Se colocó encima de ella, amando cómo sus brazos inmediatamente le rodearon el cuello, acercándolo más. Su pene no necesitaba ninguna orientación; conectó con su apertura y se adentró en un deslizamiento húmedo y lento. Apoyando la frente en la de ella, permaneció quieto, perdiéndose en este momento. Entonces las manos de Georgia lo agarraron del pelo, tirándole la cabeza hacia atrás para mirarlo a los ojos. —Ey. Estoy bien. Yo no. Ella no tenía ni idea de cómo todo había cambiado para él hoy. Darse cuenta que la amaba y esperando que una parte de ella estuviera lo suficientemente en sintonía como para percibir el cambio. Le sostuvo la mirada mientras comenzaba a moverse, su apretado canal un ajuste perfecto.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ella rodaba las caderas para encontrarse con sus fáciles empujes, no en un intento de conseguir que aumentara el ritmo, sino demostrándole que no era él haciéndole el amor a ella, eran ambos haciéndose el amor. Incluso cuando sintió su clímax acercarse, no cerró las piernas alrededor de su cintura, agarrándole el culo para molerse contra él. Sólo lo dejó seguir su curso, dejando que la conexión de sus cuerpos la llevara hasta allí. Tell vio su hermoso rostro inundado de placer. Cuando él mismo no pudo contenerse un segundo más, echó la cabeza hacia atrás, sintiendo la boca de Georgia en su garganta, besándolo a ritmo con las pulsaciones que salían disparadas de su polla. Era glorioso, esta cosa del amor. Sus malditas piernas casi no lo sostenían cuando se levantó de la cama para deshacerse del preservativo. Se examinó a sí mismo en el espejo mientras se lavaba la cara y las manos. Preguntándose si estar enamorado le daba un aspecto diferente. Nop. Parecía el mismo, a excepción del enorme chupetón que Georgia le había dejado en un lado de su cuello. Nunca había entendido el atractivo de estas marcas hasta ahora. Por los próximos días, recordaría que la mujer que amaba se lo había hecho en un momento de pasión. Georgia estaba apoyada en las almohadas, aferrando las sábanas contra su pecho cuando él volvió. Algunas de las sombras habían desaparecido de sus ojos, y le sonrió al verlo. —Hola. Se abalanzó sobre ella. —Tú. —Él dio un beso de sus labios—. Sacudes. —Otro beso—. Mi. —Un último beso—. Mundo. —Y gracias a ti por... Oh, Dios, eso es un... ¿Chupetón? —Sus mejillas se volvieron del mismo color que la marca que había dejado en su piel—. ¿Yo hice eso? —Sip. Y estoy bastante seguro de que es lo que me hizo correrme tan duro. Ella se sonrojó más profundamente. Esta mujer era una contradicción, atrevida en un segundo, tímida al siguiente. Le encantaba eso de ella. Te encanta todo sobre ella, tonto del culo. 358

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Entonces, ¿qué quieres hacer esta noche? Podríamos quedarnos en la cama. Ver una película. Probablemente tengo pizza congelada. Hay cerveza y refrescos en la nevera. Georgia llevó las manos a su cara otra vez, tocándolo con tanta ternura y gratitud. —Gracias, Tell. No me importa lo que hagamos, siempre y cuando lo haga contigo. Si no mantenía las cosas ligeras, podría caer a sus pies y rogarle que se quedara con él todas las noches. —Ahora que no hay límites, estoy pensando en sacar las esposas.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

CAPÍTULO 26

Georgia observaba desde la tienda de campaña médica cómo Tell conversaba con un grupo de chicos antes de que comenzara la presentación. El hombre era magnífico. No sólo su físico. No sólo su rostro. No sólo su encanto. No sólo la facilidad que tenía para llevarse bien con las personas. Todas esas cosas por sí mismas eran bastante impresionantes, pero él era un barril de dinamita envuelto en un paquete de guapo vaquero. Este sería el último evento en el que trabajarían juntos antes del Rodeo Torre del Diablo de la próxima semana. Esa podría ser una situación tensa dado que Deck tenía previsto hacer de juez también en ese evento. No es que ella le hubiese contado a Tell sobre esto. No sólo eso, no le había hecho saber que se iría dentro de dos semanas. Cada vez que pensaba en abordar el tema, el miedo la superaba. Solo imaginar las acusaciones y el dolor en su mirada le provocaba un escalofrío de pavor arrastrándose hacia arriba por su espalda. Georgia no tenía más remedio que volver a Dallas. Su posición no era la de un trabajador independiente, no podría realizar su trabajo desde aquí. Dudaba que hubiese ofertas de empleo para ella en Sundance, Moorcroft o Hulett. Si pudieras encontrar trabajo aquí, ¿te quedarías? En un latido del corazón. No podía pensar en eso. Barbara estaba lo suficientemente satisfecha con su desempeño en el trabajo por lo que había programado una revisión para dentro de dos semanas, después de su regreso a la oficina, para hablar de su ascenso. ¿Qué significaría un ascenso? ¿Más dinero? No podía ser mucho, continuaba siendo una empleada de nivel inferior, y por eso la insistencia de Bárbara para que Georgia se reubicara en Wyoming durante el verano realmente fue una sorpresa. Un par de compañeros de trabajo estuvieron celosos, aun cuando tenían familias y no podían aceptar el trabajo de todos modos. Tal vez esto le molestó un poco porque los consideraba sus amigos y no se molestaron en llamarla en las últimas once semanas.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Pero Roxanne y Leah la llamaban. También Stephanie. Almorzó con Chassie. Domini le dedicó algo de tiempo cuando fue al Dewey. India la llamó para ver cómo le fue después de hacerse el tatuaje. Incluso AJ llamó y la fastidió para que fuera a tomar un masaje. ¡Qué cambios desde la primera vez que había llegado a la ciudad! Ya no tenía miedo de ir a la tienda de comestibles, preocupándose acerca de quien podría encontrarse, incluso después de haberse topado con Tara-Lee. Podía hablar con la gente sobre RJ sin descomponerse. Le gustaba explorar su lado doméstico, preparar la cena para Tell y trabajar en su pequeño jardín. Ansiaba salir con los amigos que se habían convertido en algo más que amigos con los que sólo salía para beber. Descubrió que ser voluntaria le daba un sentido de propósito y satisfacción. La parte que le preocupaba era que no tendría nada de eso cuando regresara a Dallas. Pero sobre todo, no tendría a Tell. Así que podría tenerlo ahora. Lo tomaría tantas veces como pudiera tenerlo, de todas las maneras posibles. Georgia sintió la mirada de los otros hombres sobre ella mientras se acercaba a Tell. —Señores, ¿nos disculpan? Necesito hablar con el señor McKay. —Muéstreme el camino, señorita Hotchkiss. Su uso formal de los títulos no estaba engañando a nadie, no es que estuvieran intentando mantener su relación en secreto. Deseando privacidad, Georgia vagó hasta el otro lado del corral, lejos de los concursantes y demás funcionarios del rodeo. El paisaje era espectacular. Inhalando una bocanada de aire puro, supo que echaría de menos el olor de la salvia y cómo los abrasadores días se convertían en frías noches de montaña. Cuando se dio la vuelta para admirar la vista, otra vista increíble le dio la bienvenida. La espalda de Tell estaba apoyada contra una sección metálica de la esquina del corral. Tenía la cabeza inclinada en un elegante ángulo, su rostro ensombrecido debajo del ala de su sombrero. —¿Necesitabas algo oficial, señorita Hotchkiss? Georgia negó con la cabeza. 361

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Todavía estás cabreado conmigo? Sus ojos azules atraparon los suyos. —Tal vez. Ella se había desmoronado la noche anterior, sintiéndose culpable por su incapacidad para contarle la verdad en todos los niveles. Su inmediata necesidad de consolarla sólo incrementó sus sentimientos de culpa y salió huyendo sin darle ninguna explicación. Lo llamó más tarde y se disculpó, inventándole la historia que todo eso fue provocado por el estrés laboral, pero Georgia supo que él no le había creído. Avanzó lentamente hacia adelante, luciendo una sonrisa de lo-que-desees-chico-malo en sus labios. —¿Me permitirías recompensártelo? Las grandes manos de Tell se cerraron alrededor de sus caderas y la empujaron contra su cuerpo. —¿Qué tienes en mente? Sus labios se encontraron con los del hombre con lentos movimientos. Georgia quería convertir de forma gradual los dulces besos en apasionados. Pero como de costumbre Tell le arrebató el control. Besándola apasionadamente. Tratando de empujarla hasta el punto en que su necesidad por él superara a su sentido común. No esta vez. En un momento de espontaneidad, decidió ver qué tan lejos podría presionarlo. Georgia interrumpió el beso con un murmullo, —Eres un chico malo, McKay. Él sonrió contra su mejilla, pero no se disculpó. Ella cambió su postura. Fue deslizando la mano derecha hacia abajo por su chaleco, deteniéndose en el cinturón. Un rápido tirón y la hebilla estuvo fuera de su camino, permitiendo el acceso a su botón y cremallera. —A pesar de que aprecio tu intención de hacer lo correcto entre nosotros, debemos resistir… —Oh, no tengo la intención de resistirme. Tengo la intención de conseguir que te sueltes un poco. Ahora mismo. 362

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Georgia. Estamos en público. Cualquiera podría venir aquí y ver lo que estás haciendo. —Entonces es mejor si mantienes un ojo abierto, ¿no crees? —Georgia le bajó la cremallera y metió la mano entre sus boxers hasta llegar a su piel caliente y encontrarse con su premio. La polla de Tell no estaba completamente dura… pronto arreglaría eso— . Además, parece que estamos teniendo una intensa conversación privada. Nadie nos molestará. La gente del oeste es educada en ese sentido. —¿Qué te ha poseído? —El sentido aventurero. Mi propia y personal manera de divertirme. Tell gimió. —Me lo merezco. —Y más, —Le encantó al forma en que el miembro de Tell se hinchó en su mano y siguió apretándolo hasta que él estuvo totalmente erecto. Entonces comenzó a acariciarlo. Pero no lenta y suavemente. Sino rápido y duro, exactamente como a él le gustaba. Acercó los labios para susurrarle al oído—. Desearía que mi mano estuviera resbaladiza con lubricante. —Dulce Jesús, —dijo él entre dientes. —Tal vez deberías besarme el cuello un poco, así parece que estamos teniendo una disputa de amantes. —Vas a pagar por esto desconsiderada, —murmuró, acariciándole un lado de su rostro. —¿Me obligarás a ponerme de rodillas? ¿Así podrás sentir esto… —bombeó su polla dos veces—, deslizándose por mi lengua mientras llenas mi boca con cada centímetro? —Estás tirando de la cola del diablo aquí. —¿En serio? Pensé que estaba tirando de otra cosa. —La punta de su polla goteaba constantemente y Georgia movió la mano más rápido. Se perdió a sí misma en ese momento… tomando realmente por sorpresa a Tell. —Maldición, eso se siente bien. —No inclines la cabeza hacia atrás para que parezca como si estuvieras a punto de correrte.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No aprietes tan fuerte a menos que estés intentando evitar que me corra, —le respondió rápidamente. —Quiero que te corras. Quiero sentir esas pulsaciones que te hacen gemir y sacudir tu cuerpo. —No tardará mucho. Me aceleras en un tiempo récord, labios calientes. La voz ronca se envolvía alrededor de su cuerpo como una caricia de terciopelo. —Dámelo, Tell. Tell dejó caer la cabeza hacia adelante. Su agarre en las caderas aumentó pero sus caderas no se movían contra su mano. Estaba completamente pasivo, dejando que controlara su placer. Confiando en ella. Georgia aumentó el ritmo. Tan pronto como escuchó que contenía la respiración, pegó los labios a los suyos. Tragó su gemido de satisfacción. Besándolo desesperadamente mientras derramaba su calidez y humedad a lo largo de sus dedos. Los pulsos en su eje se detuvieron y Tell soltó un último estremecimiento. Varios tiernos besos después, se reclinó mirándola a los ojos. Todo lo que Georgia deseaba estaba justo allí. Su corazón se paralizó. ¿Cómo iba a dejarlo? —Georgia, ¿qué pasa? Cuidadosamente retiró la mano. —Nada. Tendrás que lidiar con la mancha en tus pantalones vaqueros, mis manos están un poco pegajosas. Su risa se transformó en un gruñido masculino cuando ella se llevó los dedos a la boca y los chupó. Uno por uno. Luego la besó. De esa manera tan suya. Tan deliberadamente dulce que las lágrimas amenazaron con derramarse, y cuando finalmente liberó sus labios, ella estaba temblando. —No sé qué puso esa tristeza en tus ojos, dulzura. Pero puedes hablar conmigo de cualquier cosa. La atención y los cuidados que le proporcionaba Tell desde el día en que la había seguido hasta el cementerio, le estaban sacudiendo el piso. Tell no se presentó

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 frívolamente ni intentó convencerla de salir de ese estado de ánimo. Solamente la vio a ella, aceptando el equipaje de tristeza, ofreciéndole su consuelo hasta que ella lo aceptó. Solo dilo Georgia, lo más rápidamente posible. Te amo, Tell McKay. El grito del locutor llegó por el altavoz, interrumpiendo el momento. Y cuando ella se retiró, Tell la dejó ir.

El sol rajaba la tierra. El polvo le tapaba la nariz. La última vez que Tell había escuchado, la temperatura superaba los treinta y siete grados. Por lo general, la tierra en el circuito del rodeo registraba diez grados más, así que era un jodido horno. Todo el mundo sufría cuando hacía tanto calor. Los animales, los competidores, la multitud. Su camisa estaba claramente empapada de sudor. Incluso sus pantalones estaban húmedos por el excesivo sudor de todos los poros de su cuerpo en un intento por refrescarse. Se secaba la cara con una toalla cada vez que podía, pero no servía de mucho, o de prácticamente nada. Su día había comenzado con un molesto enfrentamiento con uno de los jueces que descalificó a un caballo y dos toros debido a un golpe de calor. El contratista había exigido una segunda evaluación por parte de los jueces, pero Tell todavía no veía ni un pelo del otro juez. Tampoco había visto a Georgia. Los dos últimos días habían sido bastante agitados, pero se sentía como si estuviera ocultándole algo. Probablemente sólo era paranoia de su parte, dado la tendencia de ambos a evitar conflictos. Todavía estaban dando pasos de bebé en su relación. Pero si por él fuera, darían de una vez ese enorme paso para irse a vivir juntos. Paseó por detrás de las rampas, ansioso porque las cosas comenzaran. Entonces vio a Deck. Dado que el hombre estaba dirigiéndose exactamente en su dirección, no podría fingir no haberlo visto. ¿Realmente quieres escapar y esconderte de ese pomposo idiota como lo hiciste en la escuela? No. Demonios no. Se paró firmemente sobre sus pies, con los brazos cruzados sobre su pecho. —Veldekamp. —McKay. 365

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Que sorpresa verte aquí detrás de las rampas de este rodeo. —¿Por qué? Tell se encogió de hombros. —Pensé que sería un mal recuerdo para ti, considerando cómo caíste públicamente y fallaste en tu tierra natal aquel verano después de la graduación. Tuvo que ser como una patada en las bolas que tu carrera en los rodeos nunca alcanzara la proporción épica que siempre alardeabas llegar a hacer. —¿Cómo lo...? —Murmuró—. Por Georgia. —No. Todo el pueblo lo comenta. ¿Curioso, no, lo felices que son algunos al ver cómo fallan otros? —Yo no fallé, me lesioné. Hay una gran diferencia. —Como quieras. —Al menos lo intenté. A diferencia de algunas personas, no tengo nada que demostrar. Fui campeón estatal. Ya sabes lo que dicen. Aquellos que pueden, lo hacen, los que no, son solo unos idiotas amargados por los éxitos de los demás. Era una idiotez. Pero estaba dando en el punto. —Además, no estoy aquí como espectador, —dijo Deck. Miró hacia el chaleco de Tell. Luego, a sus ojos. Sus labios se torcieron en la parodia de una sonrisa—. Supongo que a Georgia se le olvidó mencionar que soy el segundo juez del día de hoy. Tell sintió que cada músculo de su cuerpo se paralizaba. ¿Maldita sea, Deck estaba hablando en serio? ¿Tendría que trabajar con este idiota? Tell empezó a echar humo en silencio, sabiendo que Georgia no había aparecido el día de hoy porque no quiso darle la noticia. ¿Qué otra cosa le estaba escondiendo? No importa. Haz de tripas corazón y ocúpate de tu trabajo. Al menos Tell era el magistrado superior. Lo miró a Deck con una mirada de superioridad. —Llegas tarde. Busca tu chaleco, y haz un rápido conteo. Regresa a reportármelo aquí de inmediato. —Vas a desquitarte dándome órdenes, ¿verdad? —Lo acusó Deck. Él le ofreció una sonrisa idiota. 366

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —No tienes ni una maldita idea. Y es una jodida pena que me hayan quitado mi látigo. Tell se centró en su trabajo y se aseguró de que Deck hiciera su parte. Le sorprendió lo cercanas que estuvieron sus puntuaciones en las competencias. No le sorprendió que ninguno de los dos haya sido capaz de contener la mutua hostilidad cuando tuvieron que deliberar. Tras el fin de la monta de toros, se entregaron los premios. La multitud era enorme este año. ¿Qué parte de esto se debía a los esfuerzos de relaciones públicas de Georgia? Anduvo vagando por el lugar viendo a los concursantes y al ganado. Probablemente la mitad de su familia estaba en las gradas, pero que no quería lidiar con ellos ni mezclarse con sus amigos. No era del tipo melancólico y trataba de pasar inadvertido cuando ese carácter aparecía. No quería hacer nada más que hablar con Georgia y llegar al fondo del motivo de su comportamiento tan distante. Se dirigió hacia la sede del comité. Deck lo acechó fuera de las rampas de carga. —¿Dónde está Georgia? —¿Qué necesitas de ella? —No es de tu incumbencia, —Deck cruzó los brazos sobre el pecho—. ¿Te hace sentir como un gran hombre? ¿Obtener el premio al más cambiado en la reunión y actuar como si fueras mejor que el resto aquí en el rodeo? Tell no quería hacer esto, pero Deck había estado presionando sus botones durante años y sabía en este punto que la cosa se pondría fea. —Yo diría que todo esto de convertirte en juez fue para revivir tus días de gloria, pero nunca tuviste ninguna, ¿verdad? Toda la gloria fue de tu primo Chase. —¿Te hace sentir como un gran hombre, nuevamente, decirme idioteces como hacías una década atrás? —Tell se inclinó un poco—. Madura, Deck. Sólo te estás avergonzando a ti mismo. Deck apretó fuertemente los labios. —No más de lo que lo haces tú, siguiendo a Georgia como un gatito enamorado. Unos pies arrastrándose por la tierra los rodeó mientras las personas los esquivaban. —¿Qué está pasando aquí? 367

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ni Tell ni Deck apartaron la mirada de su adversario a pesar de que reconocieron la voz de Georgia. Ya era hora de que apareciera. Cuando Tell la vio moverse dentro de su campo de visión, dijo, —Georgia. ¿Por qué no te vas del recinto del rodeo? Esto no es asunto tuyo. —O al menos eso es lo que McKay quiere que pienses. Pero siempre se ha tratado de ti, —dijo Deck con una mueca de desprecio. La cabeza de Tell le decía que no mordiera el anzuelo, pero su boca se ocupó del asunto. —¿Esta actitud de idiota la tienes porque ahora yo tengo a Georgia? —¿La tienes? ¿Por cuánto tiempo? Decir que para siempre parecía cursi, pero quería que Deck supiera cuánto había crecido la relación entre ellos desde el verano, y que era un verdadero compromiso. Por lo que dijo, —Para siempre. Deck rompió el contacto visual y miró a Georgia. —Él no lo sabe, ¿verdad? —Ey, habla conmigo, imbécil, no con ella. ¿Saber qué? Deck lanzó una fuerte carcajada. —Eres tú el que va a quedar en ridículo, McKay. Georgia se irá al final del verano, tan pronto como la temporada de rodeo finalice. Nunca tuvo la intención de quedarse en Wyoming permanentemente. No. Eso no podía ser cierto. Ella no le haría eso, mentirle tan descaradamente. Tell se dio la vuelta y la encaró, su mirada buscaba la suya mientras se acercaba acortando la distancia entre ellos. Cuando Tell había visto antes esa mirada en el rostro de Georgia, no había sido capaz de comprender, pero finalmente la reconoció: culpa. En este momento deseaba que el calor y la suciedad simplemente se lo tragaran. Nuevamente jugaron contigo ¿Cuándo aprenderás? Automáticamente comenzó a retroceder, apartándose de ella, con la tentación de dar media vuelta y salir corriendo. Pero Georgia lo siguió. —Espera. 368

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Por qué no me lo dijiste? —Tenía miedo. —Pero pudiste contárselo a tu ex marido. —Yo no se lo dije. Mi padre debió hacerlo. Se supone que nadie tenía que saberlo. —Bueno, eso lo hace mucho mejor. —Bajó la voz para que sólo Georgia lo escuchara—. ¿Recuerdas cuando te pregunté si estabas jugando? ¿Esto es lo que has estado haciendo todo el tiempo? ¿Enredándome para así poder ver cómo me desmorono cuando cortes para siempre todos los lazos que tienes aquí? —No. Dios no. —¿Sientes algo por mí, Georgia? —Sí. Podía trabajar con eso. —Entonces, ¿realmente le puedes dar la espalda a esto? ¿A nosotros? ¿Regresarás a Dallas y fingirás que esto nunca sucedió? Su mirada se desvió hacia un lado, hacia Deck, y ella suspiró. —Sólo vine a Sundance porque no tuve otra opción. Una patada en las bolas no podría haberlo lastimado más. Si se quedaba un segundo más allí, probablemente se descompondría. Y le rogaría que no se fuera. Delante de Deck Veldekamp. Eso sólo sería un poco menos humillante que el hecho de haberse enamorado, verdaderamente, de una mujer que seguía sin poder tener. Los latidos de su corazón se tranquilizaron, convirtiéndose en un ruido sordo en sus oídos mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar alejándose de ella. No le sorprendió que Deck no ignorara ese hecho. —Ella es como la canción, ¿no? —Gritó Deck—. Georgia Porgie besó a los niños y los hizo llorar ¿No hay una línea allí que habla de ser un cobarde y salir corriendo? ¿Esa se ajusta a ti, McKay, no es cierto? Contra su mejor juicio, Tell le respondió, 369

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Eres un maldito idiota. Pero si realmente quieres que te patee en la cara, sigue así. Estuve esperando esto durante años. Veremos si eres tan rudo cuando tus amigotes no me estén agarrando para que puedas golpearme. —No eres lo suficientemente hombre. Nunca lo has sido. Nunca lo serás. —Deck dio un evidente paso hacia adelante—. ¿Lo eres? Deck no esperó el primer golpe tan rápido. El segundo golpe lo hizo tambalearse. El tercero lo tumbó al suelo. Tell se abalanzó sobre él, sus puños conectando con carne y huesos. Dejó fluir esos años de rabia contenida. Deck no se defendía en absoluto. Desafortunadamente, Tell no pudo golpearlo lo suficiente antes de ser bruscamente apartado del maltratado rostro de Deck. —¿Qué demonios sucede aquí? —Preguntó el hombre. Tell luchó contra la adrenalina y de un tirón se soltó del agarre del hombre. Lo único que le importaba era Georgia. Quién estaba en cuclillas en el suelo al lado de Deck. Su mano sosteniéndole el brazo. Su furiosa mirada dirigida directamente a él. A él. No a Deck. Todo el aliento se esfumó del cuerpo de Tell, junto con esa pequeña pizca de esperanza. —¿Qué te pasa? —Dijo entre dientes—. ¿Por qué lo atacas? Justo fuera de la línea de visión de Georgia, los labios de Deck se levantaron en una repulsiva sonrisa mostrando la sangre en sus dientes. El maldito había ganado. Georgia escogió nuevamente a Deck. Tell dio un paso atrás. Cuando Deck abrió su enorme bocaza, Tell se dio la vuelta y se alejó.

Georgia tuvo una abrumadora sensación de pérdida mientras Tell desaparecía entre la multitud. Sacudió la cabeza intentando aclarar la confusión. Estaba allí y no tenía ni idea de lo que acababa de suceder. Tell y Deck estaban discutiendo acerca de un pasado 370

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 humillante y después estaban en el suelo, Tell golpeando a Deck, quien no hizo el intento defenderse. Algo estaba mal con esa imagen. —¿Ahora vas a ir corriendo detrás de McKay? ¿Secarás sus lágrimas? Porque te garantizo que ese perdedor está llorando. Siempre lo hace. Georgia lo miró. —¿Por qué tendría que llorar? Tú ni siquiera le diste un golpe. —No esta vez. —Se limpió la sangre de la boca sonriendo. —¿Qué quieres decir con no esta vez? —¿Crees que es la primera ocasión en que nos hemos peleado? No. Pero yo siempre lo he tirado golpeándole el trasero. —¿Siempre? ¿Cuándo fue la última vez? —Al final del último año de secundaria. Toda la sangre se drenó de su rostro. Recordó cómo Tell había llegado a la escuela hecho una completa ruina. Tell había dicho que esas heridas se las había provocado al caerse de un caballo encabritado. —¿Esos moretones en su rostro fueron obra tuya? ¿Fuiste tras él? ¿Por qué? —Porque te dio un aventón a casa y él sabía que no debía tocar lo que no le pertenecía. —Me dejaste varada en la escuela. Me llevó a casa. Eso fue todo. Deck se encogió de hombros. —No según él. Me localizó, dijo que estabas triste y llorando por mi culpa, que te merecías a alguien mejor, por lo que debería dejarte en paz. Ella retrocedió. —No tenía ni idea. —Por supuesto que no. Incluso McKay no es tan estúpido como para presumir que logró que le dieran una buena paliza. 371

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia no estaba hablando de la pelea. Estaba sorprendida de que Tell hubiera dado un paso para apoyarla hacía tantos años. Por una chica que apenas conocía. —¿Ver esa mirada en el rostro de McKay cuando le dije que no te quedarías por aquí? No tiene precio. Dios. Se sentía mal del estómago y tan confundida como nunca. —¿Por qué lo odias tanto? —No lo odio. Simplemente me gusta ponerlo en su lugar. Así que no era por ella. Sólo otro ejemplo más de Deck sacando a relucir sus tendencias de matón. Y Deck sabía que ella se pondría del lado del chico que recibía los golpes, no del lado del chico que los daba. Ella había jugado en sus manos perfectamente. —El comité puede detener mi cheque por una semana más o menos, ¿no? Georgia se volvió a centrar en el idiota de su ex marido. —Supongo. ¿Por qué? —Tara-Lee y yo nos mudaremos a Nuevo México. — ¿Qué? ¿Cuándo surgió esto? —Tan pronto como Robert me dio el dinero de la venta de la granja de cerdos. —¿Mi padre se va contigo? —Deck resopló. —No. ¿Por qué iba a hacerlo? —Porque ha sido como un padre para ti. —Uau. Robert no es mi padre. Y siempre ha sido un poco espeluznante que actuara como si lo fuera. Pero sólo hasta el punto en que esto beneficiara a Deck, como cuando Robert proporcionó un montón de dinero en efectivo a un hombre que consideraba su hijo. —¿Después de todo lo que mi padre hizo por ti? ¿Solo vas a tomar el dinero y salir corriendo?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —He ganado cada centavo de ese dinero por todos esos años que fui un esclavo en esa granja de cerdos, —replicó con vehemencia—. Robert y yo somos amigos, Georgia, pero sobre todo somos socios. Ahora que la empresa se vendió, tomaremos caminos separados. —¿Socios? —Repitió ella—. Siempre has sido mucho más que eso—. ¿No? Deck negó con la cabeza. —Robert me agrada. Es un gran tipo. Sé que necesitas culpar a alguien por cómo terminaron las cosas con él después que RJ murió, pero tu padre no me escogió. Tu madre lo abandonó. Tú lo abandonaste en mente y espíritu mucho tiempo antes de que lo hicieras físicamente. Robert no tenía a nadie más que a mí. Nunca intenté tomar el lugar de RJ, Georgia. Tampoco intenté tomar el tuyo, por mucho tiempo Robert ha sido un hombre derrotado. Quizás es el momento en que aparezcas en escena y que lo ayudes a seguir adelante. Las acusaciones de Deck fueron muy explícitas, y él se alejó para siempre.

Georgia sintió una extraña ráfaga de ansiedad cuando se detuvo delante de la casa que no había visto en años. La casa de la que huyó y nunca miró hacia atrás. Es concreto y madera. Ni la estructura ni los recuerdos contenidos adentro tienen poder sobre ti. Cuando comenzó a subir por la acera, captó un movimiento por el rabillo del ojo. Vio a su padre sentado en una pila de neumáticos, mirando hacia la casa. Incluso desde un centenar de metros de distancia, un aura de derrota lo rodeaba. —¿Papá? El volvió la cabeza hacia ella mientras acortaba la distancia entre ellos. —¿Georgie? —¿Alguien más te llama papá? —Su respuesta salió un poco dura. —No. —Vi a Deck en el torneo de Rodeo Torre del Diablo. Estoy un poco sorprendida de que finalmente se vaya a mudar a Nueva México. Él gruñó. 373

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Te sorprende que se vaya? —No. Deck siempre ha sido inquieto y estuvo buscando una salida desde que dejó embarazada a Tara-Lee. Después de casi nueve años, los dos estábamos listos para seguir adelante —Escupió un chorro de jugo de tabaco en el suelo y la miró—. ¿Qué te trae por aquí? —Vine a ver si estabas bien. —Veo que todavía tienes esa vena de bondad que heredaste de tu madre. — Suspiró—. No estoy bien. No lo he estado desde hace un tiempo. Estoy cansado. Algunos días es… demasiado. Y ahora... no es como si tuviera algún lugar dónde ir. Georgia no sabía qué decir. Su padre era la persona más reservada que jamás conoció. Así que realmente debía de estar angustiado para abrirse así con ella. —¿Las cosas entre mamá y tú...? —Irina no me ha invitado a vivir con ella en Boulder si eso es lo que estás preguntando. Lo haría al instante si pensara que hay una posibilidad de que me aceptara de nuevo. Pero estoy seguro de que no quieres oír hablar de eso. —Entrecerró los ojos hacia ella—. ¿Hoy ha sido el último rodeo para esa compañía de relaciones públicas para la que trabajas? ¿Quién se lo habrá dicho? Ella no se lo dijo y esto no era de conocimiento general. —Sí. —¿Así que cuando regresas a Dallas? La idea de meterse en su coche, dejar a Tell y Wyoming, hacía que le doliera el estómago, sus ojos ardieran y sintiera pesado su corazón. Su vida cambió en los últimos meses. Cambió para mejorar. Aunque si hubiese hablado con Tell, dudaba que viera cualquier cambio en ella en absoluto, ya que nuevamente le ocultó la verdad. —¿Tal vez la pregunta debería ser si regresarás nuevamente a Dallas? —No lo sé. El tiempo que he pasado aquí ha sido diferente de lo que imaginaba. —¿Tell McKay ha jugado un papel en eso? No había razón para mentir ahora. —Una gran parte.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Es un buen hombre. Lo vi... asegurándose de que estuvieras bien en el aniversario de la muerte de RJ. Georgia lo miró sorprendida. —Tell nunca dijo nada sobre ti, que estuvieras en el cementerio. —No estaba allí para ti más que de lo que tú estabas allí para mí. Es un día que me gustaría olvidar, pero no puedo, no importa cuánto lo intente. —Su padre le señaló el tatuaje—. A tu hermano le hubiese gustado lo que hiciste en su memoria. Georgia vio su expectativa… Su padre quería que ella dijera algo conmovedor, pero las palabras no salieron. —Mira, estoy seguro de que cualquier cosa que decidas hacer, ya sea quedarte o regresar a Dallas, Bárbara lo comprenderá. Es de costumbres antiguas, pero es capaz de ver las cosas de diferentes ángulos. Esa es la razón por la que es tan exitosa. El pelo en la parte posterior del cuello de Georgia se erizó. —Uau. ¿Me estás diciendo que conoces a Bárbara Wyrelinski? Su padre asintió con la cabeza. —¿Desde hace cuánto que la conoces? Una pausa. Un pesado suspiro. —Cuarenta y tantos años. Es la hermana de mi compañero del ejército que fue asesinado en Vietnam. Me adoptó como una especie de hermano mayor. Ambos teníamos interés en el estilo de vida del oeste y nos hemos mantenido en contacto. —¿Por qué yo no sabía eso? —Estuve por todo el mundo y tengo un montón de amigos a los cuales no conoces, — dijo con firmeza. —Lo entiendo. Pero es de mi jefa de la que estamos hablando, papá. En los cuatro años que estuve trabajando para ella, ni una sola vez mencionó conocerte ¿Por qué? —Porque yo no permití que te lo dijera. Georgia frunció el ceño. Recordó nuevamente las conversaciones con Stephanie. Sobre las probabilidades de ser asignada para un trabajo en Sundance, Wyoming. Entonces, ¿qué posibilidades existían de que Bárbara, propietaria de un negocio de

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Dallas, quien justamente era amiga de su padre, fuera precisamente uno de los entrevistadores de empleados en Laramie, Wyoming, hacía cuatro años? Astronómicamente escasas. Entonces lo supo. Su padre preparó todo el asunto. Siempre había guiado su vida con mano dura y al parecer no importaba qué tan lejos se mudara, nunca estaría fuera de su alcance. Se puso de pie y caminó airadamente, levantando el polvo que olía a estiércol de cerdo. —Siempre creí que había conseguido esa entrevista con Bárbara por mis propios méritos. Pero ahora me entero que... —Su cuerpo entero ardía por la humillación. —Conseguiste que te contrataran por méritos propios, Georgie. Sí, le pedí a Bárbara que te hiciera la entrevista oficial en UW, pero ella hace eso todo el tiempo. Y no te hubiera contratado para hacerme un favor a mí… es una mujer muy astuta en los negocios como para hacer eso. A Bárbara le gustó lo que vio en ti… esa fue la razón por la que te ofreció el trabajo. Y no me he entrometido en tu vida desde entonces. Su cabeza le daba vueltas. —¿Acaso mamá sabe esto? —Nadie más que Bárbara y yo. —¿No crees que es algo malo si tienes que mantenerlo en secreto? ¿De todo el mundo? ¿Especialmente de mí? —¿Qué hubieses hecho tú, Georgie, si te hubiera dicho que le pedí a una vieja amiga que te entrevistara? Te hubieras negado a ir a la reunión por ira y resentimiento, sólo porque esa opción venía de mí. Georgia abrió la boca. Después la cerró. Eso no era cierto ¿O sí? —Estoy de acuerdo en que parte del enojo que sientes conmigo sea justificado. Pero eres mi hija. Me importa lo que te sucede. Como tu padre, no puedes culparme por intentar ayudarte a conseguir un trabajo que de cualquier manera podrías fácilmente conseguir por ti misma. Lo vuelvo a repetir, en la única parte de este proceso en la que tuve que ver fue haberte conseguido la primera entrevista. El resto lo hiciste por tu cuenta. Y deberías estar orgullosa por eso. Dios sabe que yo sí lo estoy. Georgia estaba demasiado enfadada como para reconocer que estaba orgulloso de ella. 376

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —¿Y en qué parte tuviste que convencer a Bárbara para que me asignara un trabajo en Sundance? —Preguntó Georgia. Él miró hacia otro lado. —¿No te inmiscuirse en mi vida nunca más? Mentira. —Yo sé que eso es lo que parece. Pero Larry y Kim Pradst, que son dueños de L bar K, son amigos míos. Estuvieron conmigo cuando nadie más lo hizo. Cuando fueron golpeados por tiempos difíciles a causa del cáncer de Larry, les di el nombre de Bárbara para una posible compra ya que la promoción del rodeo es parte de su negocio. Bárbara lo manejó desde allí, pero los Pradsts sabían que tú trabajas para ella. —¿Cómo sabían eso? —Preguntó ella. —Porque se los dije. —Bajó la voz—. Tienen la promesa de Bárbara de que tú tomarías más de sus eventos en Wyoming, aunque sólo sea por esta temporada. A lo largo de las compresiones y recriminaciones, una pregunta se repetía en su cabeza, ¿alguna vez su vida le había pertenecido? ¿Alguna vez se le había permitido tomar sus propias decisiones? La ronca voz de su padre la sacudió. —Georgia Lou. Por favor. Deja de llorar. Solo vas a lograr enfermarte. Georgia levantó la mano para descubrir que sus mejillas estaban mojadas. Y aunque el sol estaba en lo alto del cielo, tenía frío. Tanto frío. Se estremeció. —Me tengo que ir. Tengo que... — ¿Qué? ¿Adónde iría cuando su vida estaba en ruinas? Entonces su padre hizo la cosa más extraña. La atrajo a sus brazos, la abrazó con fuerza, le dio unas palmaditas torpemente en la espalda y la soltó bruscamente. —Sé que estás molesta. Pero eso era la última cosa pendiente entre nosotros. Ahora que hablamos, podemos comenzar de nuevo. No quiero perderte ahora que hay una posibilidad de que podamos arreglar esto. Georgia asintió aturdida, tratando de ignorar el tono suplicante. Lo único que quería ordenar ahora mismo era… una bebida.

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CAPÍTULO 27

En la Bota de Oro, Georgia liberó sus sentimientos con Stephanie. Stephanie hacía sonidos compasivos, le palmeaba la mano y le ofrecía pañuelos desechables mientras ordenaba otro trago. —G, sabes que te quiero, ¿no? —Sí. ¿Y no te he dicho que el día que nos convertimos en compañeras de cuarto en la universidad fue uno de los días más afortunados de mi vida? —Tan aduladora, —dijo Stephanie secamente—. Pero ese dulce sentimiento no hará que endulce mis observaciones. —Lo sé. —Georgia se secó los ojos—. Por esa razón tenía que contárselo a alguien con una opinión imparcial. Stephanie agitó cuidadosamente su bebida. —Normalmente soy la primera en señalar que no hay ninguna forma de cómo sobrellevar la pérdida de un ser querido, ¿pero la forma en que tu padre manejó la muerte de RJ? Fue de la forma equivocada. Muchas familias se destruyen después de ese tipo de eventos. La tuya no es la excepción. Parecía que tu padre prefería a Deck sobre ti. No puedo decir qué lógica había en eso, salvo preguntar ¿qué es lo que hubiese pasado si tu padre hubiera echado a Deck, hubieses renunciado a tu carrera y ayudado con la granja de cerdos? Georgia arrugó la nariz. —No. —Tu padre, que estaba de duelo, se lanzó a una nueva empresa para ocupar su mente tratando de olvidar su pérdida y su dolor. Necesitaba ayuda, pero no la conseguiría de su esposa o de su hija. ¿Quién fue la única persona que lo apoyó? —Deck. —Sí, Deck. Su yerno, el hombre con quien te casaste, el tipo que considera parte de su familia. Eso es normal, Georgia. Tal vez no fue tan normal para ti cuando te fuiste, que Deck se quedara, pero así fue como se desarrollaron las cosas. Y desear que hubiese sido diferente no cambiará nada. 378

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Nunca se me pasó por la cabeza preguntarle a Deck si quería venir conmigo, porque era justamente de él de quien quería escapar. —Hizo una mueca—. Yo no era exactamente una buena esposa. —Eras muy joven para cargar con la responsabilidad del matrimonio. Agrégale las otras cosas... me sorprende que hayan durado dos años. Escapaste solo unos meses después de tu madre. Esto no cambia el hecho de que tu padre aún necesitaba ayuda. Deck estuvo junto a él. Dudo mucho que tu padre estuviera de acuerdo con la manera en que Deck te trató. ¿No había su padre intentado explicárselo, en su hosca manera, que cuando una mujer abandona a un hombre, hace que éste haga cosas estúpidas? Era extraño pensar que su padre no hubiese estado hablando sobre Deck y ella. Sino refiriéndose a que no estuvo pensando de manera correcta cuando su esposa lo abandonó. ¿Cómo podía Stephanie estar cambiando esta cuestión en su cabeza y logrando que Georgia sintiera simpatía hacia su padre? Tal vez finalmente estás madurando y poniendo esos desaires en el contexto adecuado. Viéndolo desde el punto de vista de tu padre. Entendiendo que la muerte de RJ hizo que todos actuaran de una forma irracional. Incluyéndote a ti. —Su única opción para hacer las paces contigo. Cuando llegara el momento de que abrieras tus alas, quería que tuvieras un aterrizaje seguro, así que se puso en contacto con Bárbara. —¿Pero eso no es una forma de ser controlador y manipulador? —Preguntó Georgia. Stephanie suspiró. —Sólo si te hubiese dicho que se puso en contacto con Bárbara por ti y que esperaba que aceptaras el trabajo no importando de qué se tratara, porque rechazarlo arruinaría su amistad y se había tomado muchos problemas por ti. Pero tu padre no te dijo que había arreglado todo, probablemente porque desde un principio te negarías a esta gran oportunidad. Conseguiste la entrevista por él, pero conseguiste el trabajo por méritos propios. Y cariño, eres muy ingenua si piensas que ese tipo de nepotismo no sucede todo el tiempo, en cada rincón de los negocios. —¿Qué sucedió con el trabajo sobre el rodeo de este verano? Básicamente también lo arreglo él. Stephanie hizo rodar los ojos.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sí, lo estabas pasando muy mal en Wyoming. No estás atrapada en una atiborrada oficina. Volviste a conectar con viejos amigos. Te probaste a ti misma que eres buena en ventas y gestión de eventos. Te has divertido. Actuando como alguien de tu edad, para variar. —Ella se acercó más—. ¿Hace falta señalar que estás enamorada de Tell McKay? —No. Es atemorizante lo que siento por él. ¿Pero lo que él debe sentir por mí? Lo destruí por haberle mentido. Lo vi en su rostro, Stephanie. Desconfianza, incredulidad y enojo. —Georgia cerró brevemente los ojos, tratando de parpadear para alejar esa imagen—. Probablemente lo mejor es que se olvide de mí. —¿Lo mejor para quién? Eres más feliz de lo que nunca fuiste… o lo eras hasta hoy. ¿Simplemente vas a chasquear los dedos y olvidarte de todo eso? ¿Cómo si nunca hubiese ocurrido? Georgia se echó hacia atrás en la cabina. —Dios, no. — ¿Pero esperas que Tell lo olvide? ¿Y lo hará? —Eso no es una comparación justa. —Es justa, porque es verdad. Tell te ama. Lo pude ver esa noche en la reunión, independientemente de si estaba dispuesto o no a admitirlo todavía. Estás tan preocupada porque todo el mundo toma decisiones por ti, que no te das cuenta de que le estás haciendo lo mismo a él. Eso la sorprendió. —¿Qué se supone que debo hacer? —Toma el control de tu vida. Nada está predestinado, Georgia. La gente hace cambios importantes en su vida cada día. —Pero mi trabajo está en Dallas. Mi vida está allí. Stephanie golpeó la mano sobre la mesa. —¿Puedes por favor admitir que comenzaste a vivir tu vida cuando regresaste a Wyoming? Eso la hirió, pero no lo hacía menos cierto. Estuvo viviendo mecánicamente en Dallas. Trabajar. Dormir. Los fines de semana los pasaba mayormente sola. Viviendo en el limbo. Esperando... ¿qué? ¿Qué un hombre como Tell entrara en su vida? 380

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 No. No necesitaba a un hombre para sentirse completa. Si eso era cierto, ¿por qué se sentía tan vacía? ¿Tan incompleta? ¿No tenía lo que cada graduado de una Universidad deseaba… un trabajo, un lugar decente donde vivir y un poco de dinero en el banco? Sí. ¿No era eso suficiente? No, nunca lo había sido. Igual que ser la esposa de Deck nunca fue suficiente. Estar con Tell le dio algo que nunca obtuvo de ninguna persona, lugar o trabajo… la sensación de sentirse en casa. Un íntimo vinculo que se hacía más fuerte cada día. El tipo de conexión que tenía demasiado miedo de forjar, temerosa de perderlo una vez encontrado. Fue en ese momento cuando Georgia supo que haría lo que fuera necesario para mantener la felicidad que había encontrado aquí. Dar un salto tan aterrador hacía que su estómago se estremeciera, pero si no tenía fe en su capacidad de elegir su propio camino, todavía estaría permitiéndole a los demás que movieran los hilos. Y acabaría con eso. Comenzando desde ahora. Al menos si en esta ocasión se caía de bruces, sabría exactamente quién la hizo tropezar. Georgia levantó la vista y vio a Stephanie sonriéndole. —Sabía que tomarías la decisión correcta. Yo estoy aquí para ti, para cualquier cosa que necesites. Ahora ve a buscar a tu hombre y comiencen a ser felices para siempre. — Stephanie la abrazó y se fue. Mientras Georgia se dirigía hacia la puerta, alcanzó a ver a un hombre de pelo negro en los alrededores de la pista de baile. El corazón le dio un vuelco. ¿Tell estaba buscándola, después de todo? Pero después de observar al tipo, se dio cuenta de que era un McKay, solo que no era su McKay. Era Dalton. Un Dalton borracho. Se tambaleaba, intentando sostenerse a sí mismo y enderezarse. Intentaba prestarle atención a una esbelta morena que estaba dándole la madre de todos los sermones. Dalton extendió la mano para acariciar el cabello de la mujer y ella esquivó su mano. Cuando ese movimiento lo hizo caer hacia atrás, la mujer lo agarró de la parte delantera de la camisa, tirando de él y enderezándolo.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Ahí es cuando todo se fue al infierno. Dalton atrapó el rostro de la morena entre sus manos y la besó. No fue un beso delicado, más bien fue un beso rayando en lo vulgar. La mujer rompió su agarre y lo empujó. Los brazos de Dalton se agitaron y aterrizó fuertemente sobre su trasero. Ella saltó encima de él antes de alejarse rápidamente. Un par de clientes del bar ayudaron a Dalton a levantarse, pero él agitaba airadamente los brazos alejándolos, mientras se tambaleaba por el pasillo dirigiéndose hacia la puerta de atrás. Preocupada, Georgia lo siguió. Dalton no estaba apoyado contra el edificio ni caído en un montón en el suelo. Y en el estado en que se encontraba, no podía haber ido muy lejos. Lo vio de pie junto a una camioneta blanca. ¿No estaría intentando conducir hasta casa, o sí? A pesar de los tacones de tres pulgadas, Georgia corrió. Para el momento en que llegó a su lado, Dalton tenía la puerta abierta del lado del conductor, pero había dejado caer las llaves en el suelo. Georgia rápidamente se agachó y las recogió. —¿Buscabas esto? —Sí. Se me cayeron de la mano. —Dalton se tambaleó y mantuvo un ojo cerrado mientras la miraba—. ¡Georgia! Hola. Si es la ardiente chica con la que mi hermano tiene sexo, ese bastardo afortunado. —Que amable eres al señalarlo, —replicó ella. —¿Aún tienes mis llaves? —Sip. Pero me las voy a quedar porque no estás en condiciones de manejar. —Al diablo con eso. Estoy bien para conducir. —Mentira. Dalton se inclinó sobre ella. —Dame mis malditas llaves. Georgia perdió por completo el control. Lo empujó contra la cabina y se puso de puntillas para estar a la altura de su rostro. —No tienes que hacer esto. Si algo te pasara, destruiría a tus hermanos. Eres un idiota al pensar siquiera en ponerte delante del maldito volante cuando estás borracho. — 382

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia dio un paso atrás, respirando con calientes y enojados jadeos. Un puño mantenía las llaves apretadas en su mano, el otro puño listo para noquearlo si hacia algún movimiento para quitárselas. —Mierda, —la agresiva actitud de Dalton comenzaba a desvanecerse. Dejó caer la barbilla contra su pecho, probablemente para ocultar su vergüenza—. Lo siento. No sé en lo que estaba pensando. Yo no debería... —Tienes razón, tú no deberías. Métetelo en esa dura cabeza McKay, no estás en condiciones de conducir. Llamaré a Tell para que venga a recogerte. La cabeza de Dalton comenzó a agitarse negando rápidamente. —No. Mantén alejada a mi familia de esto. No quiero que me vean así. —¿Así cómo? ¿Borracho? Él negó con la cabeza. —Como un maldito idiota. Confundida, Georgia se lo quedó mirando. —Dalton. Cariño. Estas hecho un lío. ¿Me dejas que te lleve a casa? —¿En serio? ¿Harías eso? —Por supuesto. —¿Lo haces por Tell? —No. Por RJ. Otro momento de silencio se sumió entre ellos, entrecortado por los gritos de los fiesteros que salían del bar. —Gracias. Te acompañaré hasta tu coche, —dijo Dalton. Ella lo miró. —Vine caminando hasta aquí desde mi casa, así que no tengo mi coche. Eres un tipo grande y no hay manera de que pueda ayudarte a entrar dentro de la cabina de esa monstruosa camioneta que tienes. —Está bien. Puedo entrar por mí mismo. —Dalton dio un brinco para subir a su camioneta. Luego se deslizó por el asiento hasta el lado del pasajero.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Georgia tenía experiencia conduciendo camionetas, pero esta era enorme, y apenas podía alcanzar los pedales. Con su suerte, Dalton probablemente se desmayaría antes de que le dijera donde vivía. Conducir sin rumbo por las zonas rurales de Wyoming, a las once de la noche llevando a un borracho que tenía el corazón destrozado, no era su idea de diversión. Entonces llama a Tell. No. Dalton le pidió que no lo hiciera. Lo que la dejaba con una sola opción. Estacionó el pesado trasporte en la acera frente a su casa porque tenía miedo de destrozar los arbustos de sus vecinos si se estacionaba en la calzada. Dalton salió tambaleándose de su camioneta y entró en su casa por cuenta propia. Georgia lo condujo hasta el sofá de la sala. Él se quitó las botas por costumbre y se dejó caer en el sofá con un suspiro de cansancio. Puso el brazo sobre sus ojos. —Voy a estar pagando por mi maldita fiesta de autocompasión por el resto de la noche y la mayor parte de la mañana. Cristo. Mi cabeza da vueltas como un maldito tornado. —¿Quieres un café? —Nah. Gracias. Sólo dormiré. Georgia le trajo una almohada y una manta. —El cuarto de baño está en el pasillo, al otro lado de la cocina. —No voy a vomitar, si eso es lo que te preocupa. Puedo mantener mi licor adentro. —Bueno, también preferiría que no orinaras en mi sofá. Así que ya sabes dónde está el baño en caso de que necesites usarlo. Dalton soltó un bufido. —Eres graciosa. Y dulce. No eres todo lo que pensé que serías. Georgia se sentó en el borde de la mesa de café. —Tengo miedo de preguntar qué fue lo que Tell dijo sobre mí. —Nada, en verdad. Eso dice mucho. —¿Por qué? —Si mi hermano no está hablando de ti, significa que hay algo de lo que hablar. 384

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Eso no tenía sentido. —No estás jugando con él, ¿verdad? —Dijo Dalton en voz baja—. Se merece algo mejor. —Tell merece lo mejor porque él es el mejor hombre que he conocido. —¿Le has dicho eso? —Todavía no. Pero tengo la intención de hacerlo. Dalton gimió. —Bien. Pero Diablos. Realmente seré el último hombre soltero de los Mckay, ¿verdad? Sí, si Georgia tenía algo que decir al respecto. —Buenas noches, Dalton. —Buenas noches, John-Boy. Se quedó helada. —¿Qué has dicho? —Nada. Habladurías de borracho. Tell, Brandt, Luke y yo siempre fingíamos que era una estupidez la forma en que los Walton decían las buenas noches a todo el mundo al final de la serie. Pero realmente pensábamos que era algo genial. Porque nunca hacíamos eso en nuestra familia. Así que empezamos a hacerlo como una broma. —¿Sabes lo que es raro? RJ y yo hacíamos lo mismo. Solo que él siempre quiso ser John-Boy. —Igual que Tell. El bastardo me hizo ser Mary Ellen. Georgia se echó a reír. —Buenas noches, Mary Ellen. —Tú y Tell son dos gotas de agua. En el momento en que Georgia le preguntó, —¿Qué es lo que quieres decir? —Vio que la respiración de Dalton era lenta y que había quedado fuera de combate.

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CAPÍTULO 28 El domingo por la mañana, Tell fingió estar enfermo y evitó ayudar en las tareas. Se había pasado la noche del sábado después del rodeo dormitando entre los reality shows de mierda del Discovery Channel. Punto para él no haber bebido hasta desmayarse. Su mente sólo se había desconectado por sí misma y su cuerpo la había seguido. Se preguntó si serían así los días y las noches si Georgia estaba fuera de su vida para siempre. No podía vivir así. No podía volver a la forma en que había sido. Bueno, podía, pero su corazón no estaría involucrado, no desde que Georgia se había adueñado de ese hijo de puta antes de pisotearlo. Esta mierda de corazones rotos apestaba. Estar sin Georgia apestaba. El resto del día y toda la noche apestaron también. El lunes por la mañana, Tell y Dalton comenzaron y terminaron las tareas sin hablar, lo que no era inusual. A veces pasaban casi una semana sin discutir nada, además del trabajo en el rancho. Trabajar con la misma gente todos los días, a sabiendas de que continuarían así durante el resto de su vida, hacía fácil dejar las cosas a un lado, pensando que tendrían mucho tiempo para hablar. Pero eso no había pasado con Luke, ¿verdad? —Así que no fuiste a ayudar con la fogata ayer, —dijo Dalton. La mirada de Tell salió disparada hacia él. —¿De qué estás hablando? —Colt, Kane, Ben y Brandt incendiaron el barracón ayer por la mañana. Eso lo sorprendió. —¿Qué? ¿Cuándo lo decidieron? Dalton se encogió de hombros. 386

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Fue una cosa de momento. Colt se presentó para inspeccionar el lugar y encontró a una docena de chicos pasando el rato allí. Eran los mismos que todos han estado viendo. Colby encontró algunos árboles que habían cortado y un fogón en el centro del maldito campo. Al parecer todo el mundo había tenido suficiente. Kane y todos los demás están pateándose a sí mismos por no haberte escuchado antes. Iban a dejarte hacer los honores, pero Brandt les dijo que estabas enfermo y que se encargaría de ello. —Ah. Bueno, me alegro de oír que no piensan que siempre estoy bromeando y que deberían tomar mis sugerencias en serio de vez en cuando. —Ninguno de ellos cree que seas un payaso. Sólo que era una solución extrema al problema. Así que puntos para ti, hermano, en la jerarquía McKay. Tell puso los ojos en blanco. —¿Estuviste allí ayer por la mañana? —Un rato. Luego tuve otra cosa de la que ocuparme. Por la forma en que Dalton se removió inquieto, Tell supo que pasaba algo. —Escúpelo, D. —Lo tenemos. —¿Qué cosa? —Esa parcela de terreno de Charlene. —Dalton metió la mano en el bolsillo de atrás y sacó una hoja de papel—. Tengo su documento de venta ya notariado. No está tan barato como me hubiera gustado. Quinientas hectáreas con acceso a la autopista. Además, ella nos está dando la opción de comprar algunos de los corrales y equipos. Tell se quedó mirando a su hermano menor, una mezcla de orgullo y miedo llenándolo. —Pero, ¿cómo? Una tímida sonrisa se apoderó de su rostro. —Estuve sacándole provecho a tus eficaces herramientas como hizo Brandt. Pero ya está pagado. Seremos dueños de esas tierras libres de créditos. —¿Libres de créditos? ¿De dónde sacaste el dinero?

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —De los torneos de póker. Cuando dejaste de ir conmigo, subí mis apuestas y estuve jugando a lo seguro. En el último año y medio yo... ah, —se rió tímidamente—, he estado yendo a Las Vegas, además de ir a todos los grandes torneos de por aquí. Y me fue bien. Tell frunció el ceño. —Pero no tomaste dinero de nuestra cuenta conjunta. —Sí, lo hice. Saqué la mitad durante un fin de semana largo. Lo utilicé como capital inicial y se duplicó en tres días. Así que devolví el dinero y continué usando el beneficio para jugar con eso. —Dalton levantó la mano—. No, no soy adicto a los juegos de azar. Era una herramienta para conseguir lo que necesitábamos. Y una manera de probarme a mí mismo. —Dalton. Debes saber que... —¿Cómo decirlo sin que su hermano se enojara?—. Nunca esperé eso de ti. —Esa es la razón por la que tenía que hacerlo. Mira, Brandt es el mayor, tú el más inteligente y yo siempre fui el más joven. Así es como todo el mundo me ve. —Pateó un cascote de tierra—. Necesitaba demostrarme a mí mismo, y a ustedes, que yo podía aportar algo a la gestión del rancho, además de la mano de obra. El dinero es algo que siempre necesitamos. —Amén a eso. —Tell dio un codazo a su hermano—. Tú, pequeño saco mentiroso de mierda. ¿Cuánto dinero tienes recaudado? Dalton sonrió. —Bastante. Incluso después de comprar las tierras. Hablaremos con Brandt sobre los planes para el engorde, pero creo que será mejor que lo ocultemos a todos los demás hasta que sea un hecho. —Vale. ¿Pero tengo que preguntar si Rory Wetzler tiene algo que ver con tu motivo para mantenerlo en secreto? —En parte. Sólo no quiero que nuestros primos salten dentro de nuestra nueva empresa. Pero oí un interesante chisme sobre Ben ayer por la mañana. Supongo que Rielle está luchando para encontrar otro lugar para vivir porque Gavin consiguió la custodia exclusiva de Sierra y se mudará a Sundance. Durante el próximo par de semanas antes de que empiecen las clases.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Mierda. ¿En serio? Eso es una sorpresa. Tiene que hacer feliz a Ben y Quinn, sin embargo. —Ya veremos. Gavin no es exactamente un McKay, en más de un sentido. Supongo que Sierra ha estado andando con malas compañías y Gavin ya tuvo suficiente. Esta era la apertura que Tell había estado esperando. —Hablando de andar con malas compañías... escuché un interesante rumor sobre ti hace un tiempo. Dalton lo miró a los ojos mientras bebía de la jarra de agua. —¿Qué oíste? —Que estabas teniendo una especie de orgía en un motel de Hulett, con un grupo bastante variado. Dicen que tenías a trece mujeres contigo, y que te follaste a cada una, mientras que las otras miraban. Dalton hizo rodar los ojos. —Cristo. No es de extrañar que los McKays tengan tan mala reputación como hombres que suelen irse de putas. No es que los rumores no estuvieran parcialmente basados en hechos. Pero los hechos se distorsionan. Y mucho. Sí, estaba con algunas mujeres en una habitación de motel. Pero seguro como el infierno que no había trece. Sólo eran tres. —¿Sólo? —Repitió Tell. —Esto sonará muy extraño, pero dos de las chicas eran lesbianas. —¿Y la tercera? —La mujer que con la que estuve saliendo. Willa. Tell frunció el ceño. —Esta es la primera vez que la has mencionado. Dalton se centró en excavar una roca de la de tierra con la punta de su bota. —Eso es porque no estoy exactamente orgulloso de ella. Conocía a ella y a sus amigas en un club de striptease. Eso debió haber sido mi advertencia de que se gustaban entre sí. Willa acababa de salir de una relación y estaba buscando pasar un buen rato. Como 389

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 yo. Lanzó esta idea del cuarteto para mí. Como el hijo de puta caliente que soy, estuve de acuerdo. Fue jodidamente extraño, hermano. Después que estuve con cada una de ellas, lo hicieron entre ellas. Haciendo cosas que no había visto en mi vida, ni siquiera en el porno. Y entonces fue como si yo ni siquiera estuviera en la habitación. Willa me dejó la noche del sábado. Yo debería haberlo dejado estar, pero no lo hice. Fue entonces cuando me dijo que había vuelto con su ex. Su ex-novia. —No, —jadeó Tell. —Sip. Evidentemente soy tan jodidamente malo en la cama que puedo hacer que una mujer vuelva a ser lesbiana. —Venga. Realmente no crees eso. Pateó una mata de trébol. —No sé qué creer. Y mientras estoy confesando mierdas, deberías saber... fui un muy buen mentiroso durante los años acerca de con cuántos chicas me acostaba. Pretender ser un semental McKay que lo sabía todo sobre el sexo se volvió contra mí, en grande. No voy a entrar en detalles sobre lo que pasó, porque es la cosa más vergonzosa que he hecho y he sido perdonado por la persona involucrada. Mientras tanto, he estado tratando de obtener toda la experiencia sexual que había estado fingiendo tener. Que es como terminé haciéndolo con tres lesbianas. Sólo debería atenerme a jugar al póquer. Tengo mucha más suerte en las cartas que en el amor. Al ver a su hermanito tan abatido y su rostro tan rojo de la vergüenza, Tell intentó aligerar el ambiente. —Así que Dalton y tres lesbianas entran a un club de striptease... —Vete a la mierda, —dijo Dalton, pero sonrió—. Esto me lleva al siguiente punto. Estaba en la Bota de Oro la noche del sábado. Georgia me vio hacer un borracho idiota de mí mismo y tomó mis llaves. —¿Ibas a conducir? —Supongo. Ella me llevó a su casa a dormir. —Dalton lo miró a los ojos—. Me retracto de las cosas de mierda que dije sobre ella. No tenía que ayudarme, podría haberme dejado dormir en mi camioneta. Pero ayudar a un vaquero estúpido como yo, mostró su naturaleza generosa. Ese no es el tipo de cosa que hace una persona que usa a otra. Ella es dulce, feroz, inteligente y leal. Es algo especial.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 No lo sé. —Eres un tipo con suerte, hermano. Es perfecta para ti. —¿Dijo algo sobre mí? —Sólo que eres el mejor hombre que ha conocido. Parecía algo triste. ¿Me estuve perdiendo algo? ¿Por qué no estaban juntos la noche del sábado después del rodeo? —No. Tuvimos una discusión cuando me enteré que ella nunca tuvo la intención de permanecer aquí permanentemente. Dalton alzó las cejas. —¿Vas a dejar que se vaya? —No es como si tuviera elección. —Mentira. No seas idiota, Tell. Convéncela de quedarse. Cautívala con un poco de ese encanto McKay que yo no tengo. Él soltó un bufido. —Cierto. Como si fuera a funcionar. —Entonces tal vez deberías decirle la verdad. —¿Cuál? —Cristo. ¿Realmente vas a hacer que lo diga? Dile que la quieres y no puedes vivir sin ella. No podía ser tan sencillo. ¿Podría? Valía la pena intentarlo. Tell sonrió a su hermano. —Gracias, hermano. Sabes, tienes una vena romántica. Puede haber esperanza para ti. Ahora, si me disculpas, iré a buscar a mi mujer.

Tell se limpió y vistió con una ropa mejor de lo que normalmente llevaba un lunes por la tarde. En el camino a la ciudad, se advirtió que no debería preguntarle qué 391

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 demonios había estado haciendo ella divirtiéndose en el bar después de la mierda que había caído entre ellos en el rodeo el sábado por la tarde. Se recompuso rápidamente… una mezcla de encanto, sarcasmo e ingenio. Luego practicó para mantener su rostro en una máscara en blanco si ella soltaba, fue una aventura, regresaré a Dallas y nunca volveré, pero sabiendo que nunca lo llevaría a cabo porque se derrumbaría irremediablemente si Georgia se iba. Entonces, ¿qué iba a hacer para conseguir que se quedara? ¿Qué haría falta para seguirla? Nunca había considerado esa opción. ¿Podría realmente irse, dejar a su familia y todo lo que siempre había conocido? ¿Sólo para estar con una mujer? Sí. Si esa mujer era Georgia. Uau. Antes de comenzar a empacar su mierda y buscar puestos de trabajo en Texas, sería mejor averiguar si eso era algo que Georgia quería. Tell libraba una ola masiva de ansiedad mientras tocaba a la puerta. La puerta se abrió y Georgia se quedó de piedra. Su corazón comenzó con esa lenta y triste caída a sus pies hasta que Georgia se lanzó a sus brazos y lo apretó con tanta fuerza que entonces su corazón dejó de latir por completo. —Vaquero caliente, estoy tan feliz de verte. Si no hubieras venido hoy, hubiese ido yo a tu casa. —¿Sí? —Sí. —Georgia tiró de él para hacerlo entrar a la sala de estar y lo empujó sobre el sofá—. No te llamé porque tenía algunas cosas importantes que tratar en primer lugar, no porque estuviera esperando que tú llamaras primero. Estamos más allá de ese comportamiento, ¿no es así? —Ella se sentó en el borde de la mesita de café, frente a él. —Espero que sí. ¿Qué está pasando? —Sé que tenemos que hablar de muchas cosas. Pero antes de llegar a todo eso, tengo que preguntarte una cosa. —Sus ojos buscaron los suyos—. ¿Hablabas en serio cuando le dijiste a Deck que querías estar conmigo para siempre? Con todo mi corazón. Con todo lo que soy. 392

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Síp. —¿Seguro? Esta cosa entre nosotros se suponía que era una divertida distracción con caliente sexo ocasional y se convirtió en mucho más que eso. No creo que alguno de nosotros estuviera preparado para que todo cambiara tan rápidamente. A pesar de que es bastante obvio que nunca fue informal. Siempre hubo algo especial entre nosotros. Algo que nunca había sentido. ¿Georgia estaba balbuceando? Puso las manos en sus mejillas. —Dulzura. Cálmate. Y si estás diciendo lo que creo que estás diciendo, bueno, tengo que escuchar cada palabra. Alto y claro. —Te amo, —soltó ella de repente. Allí estaba esa sensación de nuevo. —Dilo para mí una vez más. —Te amo. Te amo tanto que me da miedo. —¿Por qué te asusta? —Después que RJ murió, me aparté de todas las relaciones. No soportaría perder a nadie más que me importara, así que no me molesté en preocuparme por nadie más… ni un amigo ni un amante. Necesité hacerle frente a esto por mucho tiempo. No es sorprendente que cerrara el círculo en Sundance. Cuando me vi obligada a tomar este trabajo, me sentí segura que me gustaría volver aquí, exorcizar mis demonios y seguir adelante. Entonces me involucré contigo. Y tú lo cambiaste todo. Me desafiaste. Me aceptaste. Me liberaste. Tell tenía que respirar lentamente, de manera constante, porque que el rugido en sus oídos amenazaba con ahogar el sonido de las palabras de Georgia. —Acabo de darme cuenta que estoy cansada de culpar a otra persona de todo lo malo que pasa en mi vida. Mi apresurado matrimonio de mierda con Deck. La muerte de RJ. Mis padres separándose. El luto de mi padre. Mi trabajo. Durante el día de ayer, comprendí que es obvio que tengo que asumir la responsabilidad por mí misma y mi propia felicidad y vivir mi vida a mi manera. La pura y absoluta verdad es que me haces feliz. Más feliz de lo que nunca fui en mi vida. ¿Y no vale la pena tomar una decisión para cambiar tu vida por ese sentimiento? ¿Ese sentimiento de felicidad no debería determinarlo todo? Sí. Así que renuncié a mi trabajo ayer. 393

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Su voz era apenas un susurro cuando él preguntó, —¿Estás segura de que es lo que quieres? —Sí. Seguro que mi decisión de renunciar a mi vida en Dallas para quedarme aquí contigo, en Sundance, no es políticamente correcta. Se supone que debo creer que no necesito a un hombre para ser feliz. Pero ¿sabes qué? Eso es basura. Eso pasa cuando escucho las opiniones de otras personas en vez de escuchar a mi propio corazón. Mi corazón me está diciendo que me quede aquí contigo, Tell McKay. Mi corazón te ama. Te amo. Me encanta todo sobre ti. No puedo imaginar nada mejor que despertar contigo todas las mañanas. Me gusta cuando me haces reír. Me gusta que me hayas enseñado a divertirme. Me gusta que me hayas mostrado lo que significa tener sentido de comunidad. Lo que significa la amistad. Me gusta la forma en que comprendes mis problemas familiares y que no creas que todo tenga que tener una solución rápida. No me gusta que los dos hayamos lidiado con tanta tristeza y pérdidas, pero amo poder hablar contigo al respecto. Aceptas todo. Cada parte de mí. Si la boca de Tell no estuviera tan condenadamente seca y su corazón no golpeara a millones de kilómetros por hora, podría haber pensado que en realidad estaba soñando. —La gente ha tomado tantas decisiones por mí durante toda mi vida. Esta vez estoy tomando una postura y haciendo mi propia elección. Esta vez te estoy eligiendo a ti. Tan calmado como parecía por fuera, por dentro, su adolescente interior estaba gritando, ¡En tu cara, idiota, esta chica es mía! Ella se sonrojó y jugueteó con el cuello de su camisa. —Así que, ah, por favor, no me digas que ibas a venir aquí para romper conmigo o algo así. Él se echó a reír. Se echó a reír hasta llorar. O tal vez estaba llorando porque esta mujer lo hacía el hombre más feliz del mundo. La acercó lo suficiente como para mirarla fijamente a los ojos y sentir su entrecortado aliento contra sus propios labios. —No voy a romper contigo, pero debes entender que no soy bueno en esto, porque nunca lo dije antes. —Tell, no tienes que…

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 —Sí, tengo que hacerlo. Te amo, Georgia. He comprendido algunas cosas también. Quiero estar contigo tanto que estaba dispuesto a mudarme a Dallas si eso fuera necesario para que estemos juntos. —¿Hubieras hecho eso? —En un maldito latido del corazón. Quiero una vida contigo. Matrimonio, bebés, cenar con nuestra familia y amigos, ir a la ciudad, plantar un jardín y hundir nuestras raíces muy profundo. He visto a mis primos tan felices, y cada uno ha construido su propia familia. Quería eso para mí, pero no creía que fuera posible hasta ti. Me haces sentir tantas cosas. Me haces sentir cosas que nunca he sentido antes. Y sí, me asusta como el infierno también. Se miraron el uno al otro. Ella sonrió y dijo: —Uau. Ese fue un discurso muy adulto. —Sí. Y muy dulces también. —Le besó los dedos—. Amo todo sobre ti. Amo que sepas todo sobre mí, y al parecer me amas de todos modos. Ella se rió en voz baja. —Tú me haces feliz, Georgia. Y voy a pasar el resto de mi vida asegurándome que no te arrepientas de haberme elegido. —No tengo nada que lamentar. —Lo besó con pasión, corazón y fuego. Él la tomó como a un narcótico. Drogándose con su sabor, sintiéndola, a esta mujer que lo amaba. Tell rompió el beso para murmurar. —Y no lo tomes a mal, pero no tienes que conseguir un trabajo de inmediato si no quieres. Yo te apoyo. —Mira lo dulce que eres. —Le mordisqueó la barbilla—. Gracias. Te lo agradezco, pero tengo algunas ofertas. —¿Ya? —Leah y Roxanne me han ofrecido un trabajo en el salón de belleza. Stephanie dijo que me contrataría para organizar su sistema de archivos. Domini mencionó que siempre están escasos de personal en Dewey, así que probablemente podría servir mesas. En la recaudación de fondos, la entrenadora de porristas dijo que había un 395

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 trabajo para asistente de porristas para mí en la escuela si lo quería. Y la Cámara de Comercio de Sundance podría estar buscando una persona de relaciones públicas a tiempo parcial. Así que tengo opciones. El trabajo no importa, siempre y cuando tenga la oportunidad de volver a casa todas las noches. —Bueno, ahora que lo mencionas, estaba sopesando la idea de conseguir un compañero de cuarto. —¿En serio? —Ajá. Pero que tiene que ser alguien especial. Una mujer a quien no le importe que vaya a ser un ranchero el resto de mi vida. Una mujer que esté de acuerdo con que sea juez de rodeo ocasionalmente. Una mujer que sepa que no sé cocinar. Una mujer que entienda que una vez que ella se mude, nunca podrá irse. Una mujer que sepa que la amaré, adoraré y protegeré todos los días de su vida. Que esto es para siempre. Los ojos de Georgia se llenaron de lágrimas. —Estoy lista para firmar en la línea punteada por todo eso. —¿Y no tienes suerte de que yo justo tenga una pluma? Ella se echó a reír. —Dios. Te amo, Tell McKay. Mi propio vaquero caliente. Aceptaré tu oferta como compañera de piso, si incluye privilegios de trampolín y tirolina. —Por supuesto. —Tengo que ir a Dallas a buscar mis cosas y cancelar el alquiler de mi apartamento, pero sólo debería tomar un par de días. —Iré contigo. Sus cejas se levantaron. —¿En serio? —Te aseguro que no permitiré que conduzcas todo el maldito país arrastrando tus pertenencias. Necesitarás ayuda para cargar tus cosas. Y quiero ver dónde viviste y trabajaste, porque eso es parte de lo que eres. —De quien era, —lo corrigió—. También quiero que mis colegas y mi ex jefe sepan exactamente por quién dejo Dallas. 396

Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13 Él sonrió. —Eso también. Ahora eres mía, labios calientes, y estaré orgulloso en dejárselo saber a todo el mundo. Especialmente de hacértelo saber a ti. —Rozó los labios sobre los de ella suavemente—. A pesar de que te haces la dura, sospecho que derramarás algunas lágrimas diciéndole adiós a tu vida, y me necesitas alrededor para hacerte reír en el largo viaje de vuelta a casa. —Te necesito para mucho más que eso. —Es bueno saberlo. Te amo. Vas a estar muy cansada de oírme decir eso. —Nunca. —Y estoy bastante seguro de que puedo encontrar un montón de cosas divertidas que hacer en el largo camino a Dallas. Parques de atracciones y cosas así. —Oh, diablos no. Nunca me harás subir a una montaña rusa, McKay. Tell sólo sonrió y la besó, sabiendo cuán dulce sería cuando estuvieran al borde de la primera caída, viendo los bucles y giros por delante, y luego experimentando esa caída repentina. Georgia estaría gritando como una loca, conteniendo el aire con todas sus fuerzas, pero también viviendo el mejor momento de su vida, porque estaba con él.

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Lorelei James – Kissing Tell Serie Rough Riders 13

FIN Traducido por Dahi, Anita2, Rochi, Joliard, AnaB, Chusa, Ana_g, ainegue Corregido por Estéfani y Dahi Corrección general por Dahi Editado por Paz

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