50 SOBRAS DE TAYLOR Capitulo 1 El teléfono suena en la cuarta entrada de un partido de los Marineros de Seattle. Pienso en no contestar pero las viejas costumbres nunca mueren. _ ¿Sí? _ Taylor, habla Fred Welch. ¿Tienes un minuto? _ Claro, señor, lo que necesite. _ Puede ser que tenga algo para ti. Me siento más derecho. Me vendría bien un nuevo trabajo. El seguro dental de Sophie ha drenado mi saldo bancario dejándolo a casi cero. Por lo general, mi jefe cubría todas estas cosas, pero el tío se cayó muerto al lado mío, de causas naturales por supuesto, así que estoy sin trabajo hasta que algo entre en juego. Prefiero tener un trabajo interesante, pero ahora mismo, estoy dispuesto a considerar cualquier cosa. Así que cuando mi viejo Jefe de Operaciones me dijo que había un puesto en una empresa de seguridad privada, me interesó bastante. _ ¿Cuál es el trabajo? _ Un nuevo cliente. Un hombre que se abrió camino solo y acaba de hacer sus primeros mil millones. Ha recibido algunas amenazas no específicas contra él recientemente, algo que ver con los despidos en una fábrica que compró. Nada grave, pero ahora que está en la liga de los súper ricos, necesitará 24/7. ¿Te interesa? _ Por supuesto. ¿Dónde está la trampa? Welch se ríe. _ Tú no cambias, Taylor. _ No, señor. Como el Monte Rushmore. Es el lugar donde se encuentran las cuatro esculturas de granito de los presidentes de EEUU, George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. _ Y tú sigues igual de locuaz. Bueno, no sé si hay trampa o no. Todavía estoy haciendo los chequeos de fondo del cliente, pero aparte de algunos altercados de borracho juvenil, estoy con las manos vacías, ¡ah! y se retiró de Harvard, sin ton ni son. Es joven, tiene 23 años de edad. ¿Algún problema? ¡Mierda! Un trabajo de niñera. _ No es lo que piensas, Taylor, dice Welch, adivinando mis pensamientos. Cuando conozcas al tipo, tomas tu propia decisión. Me parece justo. Yo puedo hacer eso. _ Bien, dame hora y ubicación. _ A las 2.00pm en su oficina mañana. Y tendrás que firmar un acuerdo de confidencialidad antes de hablar con él. Me encojo de hombros. El tipo de gente para la que trabajo escupe acuerdos de confidencialidad a su paso. _ Espera a oír lo que está dispuesto a pagar, incluyendo seguro dental y de salud para tí y tu familia.

Welch me da una cifra que me hace silbar. Es más del doble de lo que gané con mi mejor trabajo, un príncipe saudí. Pero esto me pone nervioso. Alguien que paga mucho más debe tener algo que ocultar. Welch me da una dirección en el centro de la ciudad y cuelga. Vuelvo al juego de los Marineros. Han perdido. Una vez más. Así, en una aburrida tarde del martes, estoy de saco y corbata, preparado para conocer a este chico Grey. Estuve buscando anoche en Google y encontré un montón de historias insignificantes, pero ni una sola entrevista. Todo lo de siempre: rico, joven, un poco acerca de su familia, su madre es una pediatra y su padre es un abogado muy importante, tiene una hermana que aún está en la escuela y un hermano mayor que tiene una empresa de construcción con éxito. Seguro que sí, estos tipos ricos mantienen el dinero en la familia. El único hecho relevante que pude sacar es que él fue adoptado cuando tenía cuatro años. Eso explica la falta de parecido con su familia en las fotos que he encontrado. El bloque de 20 pisos de oficinas es nuevo y tengo que admitir que estoy impresionado de ver que es dueño de todo el edificio. Una elegante recepcionista rubia me da una etiqueta de seguridad y me envía a la planta superior. Por lo que puedo ver de los guardias de seguridad y de la televisión de circuito cerrado en el vestíbulo, tienen un sistema bastante riguroso. Una asistente de Grey me espera cuando las puertas del ascensor se abren. Otra rubia. Umm. Al chico le gustan las rubias. _ Aquí, Señor Taylor. ¿Le apetece un refresco, té, café, agua? _ No, gracias. Ella me hace pasar a una gran oficina y pongo mi primera mirada en el muchacho. Es más alto de lo que esperaba, más alto que yo, y con verlo puedo decir que tiene buena musculatura. Obviamente va al gimnasio. Con su mirada impávida, me están evalúa tan a fondo como yo a él. Cuando me da la mano puedo sentir callos. Recuerdo haber leído que estaba en el equipo de remo en su época universitaria. Me señala un asiento. Puede ser joven, pero estaba equivocado al llamarle niño, hay algo en su mirada que le hace viejo. Me recuerda a los hombres que sirvieron en Irak, los hombres que habían visto demasiado. Espero a que él comience a hablar. _ Welch me dice que necesito una unidad de protección personal y que usted tiene experiencia en esa área. _ Sí, señor. No me ha hecho una pregunta todavía. _ Mi agenda siempre está ocupada y puede cambiar muy rápidamente. Necesito a alguien que pueda ser flexible. He entendido que está separado de su esposa. _ Divorciado, sí, señor. _ Así que 24/7 no sería un problema. _ No, señor. _ Bien. Habrá un mes de prueba. Hace una pausa, midiendo mi respuesta. Puedo mantener mi cara de póquer, totalmente impasible. _ Tiene alojamiento en mi casa en el edificio Escala. Lo necesito cerca. ¿Algún problema con eso? _ No señor. En realidad me ahorraría el alojamiento.

_ ¿Cuándo puede empezar? _ Inmediatamente, señor. _ Bien. Andrea le dará los detalles. Aprieta un botón en su escritorio y la asistente rubia me escolta a la salida. Esa debe haber sido la maldita entrevista de trabajo más rápida que nunca haya tenido. Y ahora estoy realmente curioso de ver su casa. Vuelvo a mi habitación del motel y preparo mi maleta. No me voy a arrepentir de decir adiós a este basurero. He estado viviendo en este hostal barato para ahorrar dinero para Sophie. Y su madre, como cosa rara, tiene gustos caros para el poco dinero que gano. Pero ella es una buena madre y amé a esa zorra una vez, así que no me quejo. Conduzco hacia el Escala, que es otro edificio inmenso, nuevo. Grey ha hecho su dinero muy recientemente y parece muy interesado en gastarlo también. Marco el código de entrada para el aparcamiento subterráneo y aparco en el número de plaza que me dieron. No puedo quitar mis ojos del R8 que está aparcado al lado. Yo, realmente, espero que el señor Grey vaya a necesitar que conduzca eso alguna vez. También ojeo la camioneta SUV Audi que está en la siguiente plaza. Parece, a simple vista, que está blindada, con cristales a prueba de balas. Hasta ahora, todo bien. El código del ascensor me lleva al último piso. Hay otra rubia esperando en la entrada. ¿Qué tiene el Señor Grey con las rubias? Esta es mayor que las otras, tal vez cinco o seis años mayor que yo. Piernas espectaculares y una sonrisa cálida y amistosa. _ ¿El señor Taylor? Bienvenido. Soy Gail Jones, ama de llaves del Señor Grey. Le voy a enseñar su habitación. Ama de casa, ¿eh? Espero que Grey no se esté follando al servicio y que no haga las cosas demasiado complicadas. El salón principal es enorme. ¡Cristo! ¡Parece un campo de fútbol! Hay obras de arte con pinta cara en las paredes y un gran piano colocado en un rincón. Me pregunto si lo sabrá tocar o si es sólo para presumir. Gail me lleva a la sala de monitoreo por circuito cerrado. Voy a tener que examinar muy a fondo más tarde. La sigo a lo largo de un pasillo, apreciando la forma en que su culo sabroso llena su elegante falda de lápiz. ¡Mierda! mente en el trabajo Taylor. Estás aquí para trabajar y ganar una fortuna de mierda. Mi habitación es grande, luminosa y muy bien ventilada, ataviada como un hotel de primera clase, que supongo que es lo que este apartamento es. Hay una gran televisión de pantalla plana y sistema de sonido. Lo mejor de todo para el Señor Grey y su personal. _ Cocino para todos nosotros, dice Gail, irrumpiendo en mis pensamientos. Nosotros comemos en el comedor privado y el Señor Grey come por separado, por supuesto. Voy a servir la cena en una hora, ¿tiene hambre? _ Eso sería genial, gracias. Ella sonríe. Es una sonrisa tan dulce y amable que no puedo evitar sonreír de nuevo. _ Estoy segura de que le gustaría ver todo el departamento, dice ella. Si tiene alguna pregunta, por favor no dude en preguntarme. _ Gracias. ¿Dónde está el Señor Grey?

_ Está en el gimnasio del sótano. Por lo general, tiene una sesión con su entrenador personal en las noches. Asiento con la cabeza y veo cómo se va. Lanzo mi bolsa sobre la cama y voy a echar un vistazo. Además de los cuartos del personal, que son más grandes que los apartamentos más comunes, hay tres dormitorios de invitados, el despacho de Grey, una biblioteca impresionante, con una mesa de billar profesional y una sala de TV, que se ve como si apenas se usara. Una de las puertas está cerrada, tendré que preguntar a Gail sobre eso más adelante. El dormitorio de Grey está en el lado opuesto del salón principal. Compruebo que tiene una caja fuerte detrás de la pintura de su dormitorio. Es una pintura del mar, muy relajante a la vista. Pero, de nuevo, pienso que es el tipo de imagen que un hombre mucho mayor tendría. Este tipo Grey empieza a interesarme. Echo un vistazo a la sala de circuito cerrado de televisión que va a ser mi oficina. Es todo lo que puedas desear y más. Si puedo trabajar para este tipo, que aún está por verse, técnicamente, el trabajo será un lujo. He pasado un cuarto de hora mirando los otros pisos del edificio de departamentos, así como la escalera de incendios y otros puntos de acceso. Hay incluso un helipuerto en la azotea, pero todo es bastante seguro. Finalmente, me dirijo a la cocina. Los olores que salen de allí son deliciosos. Por fin voy a dejar de comer pizza o comida rápida. _ Hola, Señor Taylor, dice Gail, cuando me ve. ¿Todo a su satisfacción? _ Sólo Taylor, por favor. Una pregunta, hay una habitación cerrada con llave que no he podido acceder. ¿Tiene una llave para eso? Me gustaría echarle un vistazo. Ella levanta las cejas y trata de no sonreír. Parece que tiene una broma privada que no va a compartir. _ Esa es la sala de juegos del señor Grey. Aquí está la llave. ¿Sala de juegos? ¿Qué? Vuelvo a la segunda planta del apartamento de Grey y cuando abro la puerta, mi mandíbula golpea el cabrón piso. Así que eso es todo. El Grey es un hijo de puta retorcido. Ya sabía yo que había una trampa. No es de extrañar que esté dispuesto a pagar más de la cuenta. Voy a tener que dejar una cosa clara con él, si hay algo ilegal o menores de edad, me voy de aquí. Obviamente Gail sabe y no parece molestarle. ¡Mierda! Tal vez ella y Grey… Trato de sacar ese pensamiento de mi cabeza. No puedo imaginar a la correcta y formal Sra. Jones aquí, aunque ahora que he pensado en ello, sería un poco caliente. No. Tengo que hablar con ella sobre este Grey. Vuelvo hacia donde Gail y me le quedo viendo con una mirada expectativa. _ ¿Y bien? _ No es lo que parece, dice en voz baja. Bueno, supongo que es… el señor Grey tiene una invitada regularmente el fin de semana, una tal Srta. Saunders. Yo tengo los fines de semana libres en su mayoría, pero me la he encontrado en una que otra ocasión. Parece una joven muy agradable. Gail es discreta, muy discreta. Me ha dicho todo lo que necesito saber, sin revelar demasiado. Aun así, tengo que discutir esto con Grey. Por lo menos ahora sé que no es gay. No me molestaría si lo fuera, pero necesito saber si voy a trabajar para un hombre. Tuve una vez un cliente que se relacionaba con chicos de alquiler de los

bajos fondos y era bastante arriesgado. De ningún modo se puede hacer de escolta para alguien así, alguien a quien le gusta el peligro. Vuelvo y me siento en la sala de CCTV y pienso en lo que quiero preguntarle. Veo en los monitores cuando va a tomar el ascensor, así que estoy listo cuando entrar en el vestíbulo. _Taylor. _ Señor. Está empapado en sudor después de haber tenido una sesión de entrenamiento castigadora. _ Dé cuenta en 10 minutos, dice. _ Señor. Él se quita su camiseta mientras camina hacia su habitación. No puedo dejar de notar una serie de pequeñas cicatrices blancas en el pecho. No hay duda en mi mente de lo que son. Me recuerda a un tipo que solía apagar cigarrillos en su brazo para mostrar lo duro que era el hijo de puta. Esas marcas en el pecho de Grey son marcas de quemaduras. Pero son viejas. Y no puedo dejar de pensar en el maldito monstruo que lo usó de cenicero cuando era un niño. Dudo que fuera la buena doctora o su esposo el abogado, por lo que tuvo que ser antes de ser adoptado. Me da otra pieza del rompecabezas. Niego con la cabeza. Estoy encontrando demasiado interesante a Grey. Sólo tengo que hacer mi trabajo. Espero unos minutos y luego voy a su oficina para esperar. Me quedo con mis manos detrás de mi espalda. Cuando entra, él está vestido de manera informal con pantalones vaqueros y una camisa blanca y su cabello está mojado por la ducha. Está descalzo y esto dice me-importa-una-mierda-lo-que-pienses-de-mí. Señala una silla y me siento mientras él se coloca detrás de su escritorio. _ ¿Así que usted ha dado una vuelta por el lugar? _ Sí señor. No hay puntos de acceso de preocupación. Podría tener que ajustar un par de cámaras del circuito cerrado para una mejor cobertura y me gustaría tener una cámara más en el garaje. _ Bien. ¿Algo más? Levanta una ceja. El hijo de puta sabe lo que voy a preguntarle. Está esperando. _ Su sala de juegos, señor. Tengo que saber si es legal y consensuada. _ Así es. No puedo creer en su palabra. Creo que prefiero verlo por mí mismo. Bueno, no todo, si Dios quiere. Se detiene de nuevo. _ ¿Alguna pregunta más? _ Voy a necesitar una lista de todos los visitantes prohibidos, así como a los que se les permite el acceso. _ Está todo en un archivo en su escritorio, dice, fresco. _ Gracias, señor. Eso es todo. _ Bien. Si desea utilizar el gimnasio del sótano, el código de entrada es 1780. No voy a necesitarte otra vez esta noche, Taylor. _Señor.

Eso fue inesperado. Normalmente la gente para la que trabajo no le gusta que use sus instalaciones, desde luego Grey no es de la misma opinión que ellos. Pero no entiendo esa sensación de Grey. Extraño. Mientras camino a la cocina, Gail ha servido una comida para él. Seguro que huele bien. _ ¿Estás listo para comer también Taylor?, me pregunta amablemente. _ Sí, gracias. La sigo al comedor… nuestro comedor. Pollo en salsa con judías verdes y patatas. De repente me siento la boca agua, con hambre. _ ¿Cuánto tiempo hace que trabaja para el Señor Grey, Sra. Jones? _ Por favor, llámame Gail. Sólo unos meses. Ha sido… interesante. Apuesto. _ Todo lo que necesito saber es desde el punto de vista de la seguridad. _ Él no se complica la vida intentando gustarle a la gente dice Gail cuidadosamente. Pero creo que es un buen hombre. Un hombre con problemas, creo, pero bueno. No obstante, el Señor Grey trabaja muy duro, con un horario castigador, diría yo. Esto me interesa. _ ¿Cuál es su horario? _ Va a correr alrededor de las seis de la mañana, a veces antes, a menos que tenga un desayuno de negocios. Sale para la oficina alrededor de las 7.30 y por lo general no lo vuelvo a ver hasta las ocho o nueve de la noche. Hace ejercicios con Claude Bastille, su entrenador personal cada noche de la semana, y luego trabaja en su estudio hasta tarde. No lo veo los fines de semana, como te puedes imaginar. No, no me imagino. _ ¿Sale mucho afuera? _ Sus padres y su hermana viven en Bellevue, y su hermano, Elliott, vive en la ciudad. _ ¿Algo más? _ Eventos de beneficencia en ocasiones, cenas de negocios. Por Dios. ¿Es un chico de 23 o de 53? _ ¿Amigos? _ Bueno… está la Sra. Lincoln. Una amiga de su madre, creo. _ ¿No tiene amigos? _ No, que yo haya visto. El Señor Grey es algo solitario, diría yo. Ahora, ¿te puedo ofrecer el postre? Hay helado de vainilla, queso o galletas. Gail me ha dado mucho en que pensar. Es obvio que le gusta Grey, en una especie de forma maternal. Pero ella no es tonta tampoco y no puedo dejar de pensar que alguien como ella, una persona decente, trabajaría para Grey si él fuera un enfermo hijo de puta. Pero creo que tendré que sacar mis propias conclusiones, después de todo, Gail no está los fines de semana. Quisiera conocer a la tal Srta. Saunders. Cerca de la medianoche decido despedir el día. Grey sigue trabajando, como dijo Gail. Cuando llamo y entro en su oficina él está estudiando detenidamente unas hojas de cálculo. Con sólo mirar todas esas cifras pequeñas me da dolor de cabeza. Pero de nuevo, supongo que por eso me estoy rompiendo el culo como

escolta de un hijo de puta enfermo que tiene látigos y esposas en su sala de juegos y él es el bastardo que me está contratando. _ ¿Eso es todo, señor? Soy educado como la mierda. _ Sí, gracias, Taylor, dice en voz baja. _ ¿Entiendo que le gusta ir a correr por las mañanas, señor? Frunce el ceño y me mira cuando se da cuenta de lo que estoy diciendo, que tengo la intención de ir con él. Si se niega, me voy de aquí. Yo sólo puedo trabajar con gente que me deja hacer mi trabajo. _ Por supuesto. Seis de la mañana, Taylor. _ Señor. Me imagino que este tipo debe ser una de esas personas que no necesitan dormir mucho, ya que es muy tarde. Por suerte pueden sobrevivir con cinco o seis horas pero eso realmente no me molesta. Estuve en la Infantería de Marina lo suficiente, que no me preocupa el sueño interrumpido ni las largas horas en vela. Mi cama huele de maravilla y las sábanas están limpias y nítidas. Gracias, Gail. Ciertamente, trabajar aquí tiene beneficios adicionales. Agradecido, me deslizo debajo de las mantas y me quedo dormido inmediatamente. A eso de las cuatro de la mañana me despierto de repente. ¿Qué demonios fue eso? Me pongo de pie en cuestión de segundos, con el arma en la mano y corriendo al otro lado de la sala principal. Debe haber un intruso. Otro grito, más fuerte, alguien con dolor. El grito proviene del dormitorio de Grey. Me lanzo a través de la puerta, agarrando el arma con las dos manos y escaneando el cuarto oscuro rápidamente. No hay nadie allí, sólo Grey, cubierto de sudor, y muy pálido. Mi entrada le ha despertado. Él mira a su alrededor, confundido, con los ojos desorbitados por el miedo y puedo ver que su ritmo cardiaco está en el techo. Entonces sus ojos se fijan en mí y me percato de su cuerpo sudoroso. Sacude la cabeza en un intento de despejarla. _ ¿Todo está bien, señor? _ Sí, gracias, Taylor. A veces tengo pesadillas. Él no dice nada más, pero puedo ver que está alterado. Camino de vuelta a mi habitación lentamente, con pesar. Conozco esos gritos, de hombres que han visto demasiado. Pienso en las cicatrices que le he visto, y me doy cuenta de que las que no puedo ver, son aun mucho más profundas. Cuando me hundo en la cama, escucho el piano tocando suavemente en la habitación principal. La música es compleja y tocada magníficamente, pero de tono abrumadoramente triste. El señor Grey es un hombre con muchos talentos y muchos secretos. Capitulo 2 He puesto mi alarma a las 5:30am pero me despierto antes de que se prenda. Me pongo un par de pantalones de chándal y mis zapatillas de deporte. Están bastante desgastadas. Voy a reemplazarlas en cuanto cobre mi primera paga. Me pongo mi pistolera y compruebo mi arma. Es una X-project, me parece la más cómoda de llevar durante muchas horas, y sin duda es la mejor en caso de tener que usarla rápidamente. Mi arma es la cosa más valiosa de mi vida, aparte de Sophie, por supuesto. Es un revólver Korth .357 Combat Magnum hecho a la medida. La

cubierta del bastidor, la horquilla y el cilindro están hechos de aluminio y escandio, el cilindro es de titanio y el revestimiento del barril es de acero. Es un 40% más ligero que cualquier pistola estándar. Ha sido también, una de mis mejores adquisiciones. Podría decir que es mi salvavidas. Tengo una idea, usaré mi chaqueta de algodón sobre mi camiseta mientras esté corriendo. Oculta el Korth bastante bien. Llego al vestíbulo unos segundos antes de Grey. A estos tipos ricos no les gusta esperar y siento que la paciencia no es una de las virtudes del señor Grey. Frunce el ceño cuando me ve. _ ¿Un arma? _ ¡Por supuesto! Sí, señor. _ No me gustan las armas, Taylor. A nadie le gustan las armas. Son una herramienta como una azada o una pala, tan bueno o tan malo como el hombre quiera usarlo. Recuerdo que eso era lo que me decía mi padre, aunque tengo la sensación que la frase era de otra persona. Quiero fulminar con mis ojos a Grey, pero no lo hago. Esa sería una manera rápida de conseguir ser despedido. _ Es mi forma de trabajar, señor. Un momento decisivo, si él me dice que no lleve mi arma, me marcho. Frunce el ceño de nuevo, pero no dice nada a medida que avanzamos hacia el ascensor. Rompo el silencio sepulcral en primer lugar. _ ¿Qué ruta suele tomar, señor? _ Hacia el mercado de Pike y vuelta a lo largo de la costa. Es un circuito de unos diez kilómetros aproximadamente. _ ¿Puedo sugerir, señor, que variemos esta ruta cada día? _ Por supuesto, contesta lanzando un suspiro. Establece un ritmo rápido una vez que estamos al aire libre. A diferencia de algunas de las personas con las que he trabajado, no lo está haciendo para impresionarme, en realidad esa es sólo la velocidad a la que va. Las calles están bastante vacías en este momento y hay muy poco tráfico. Para cualquier persona que nos vea, probablemente parezcamos como dos amigos que han salido a correr. Todo el tiempo me dedico a explorar los alrededores y a hacer una evaluación de la situación, los coches aparcados, cualquier persona interesada en nosotros, cualquier persona actuando de manera sospechosa. Haría mi vida mucho más fácil si utilizara una cinta de correr, pero entiendo que quiera correr al aire libre. Las amenazas en su contra han sido en su mayoría de bajo nivel, las actualizaciones diarias de Welch recogerán cualquier aumento en el nivel de preocupación. Cincuenta minutos más tarde estamos de vuelta en el bloque de apartamentos. Ha sido bastante bueno salir fuera. En algunos puestos de trabajo el cliente espera que me siente en mi jodido culo todo el día 24/7 y que todavía me mantenga en buena forma. Así que se podría decir que algunos clientes simplemente deberían meterse el dedo por el culo cuando se trata de la seguridad, ya que no saben ni una mierda. Pero este no es el caso. Me doy una ducha rápida y me dirijo a la cocina del personal. Gail está de pie en la cocina. Vaya, se ve bien. Delantal almidonado, blusa blanca inmaculada. No me importaría arrugársela completamente. Umm. Mis pensamientos

se están dejando llevar sin necesidad de que les ayude. Ella ha colocado un lugar para mí en la pequeña barra del desayuno en vez del comedor del personal. Todo huele muy bien. Podría acostumbrarme a esto. _ Buenos días, Taylor. ¿Qué te gustaría para el desayuno? Hay una gran variedad de cereales, avena, fruta, huevos, tocino y panqueques. _ Todo suena bien, Gail. Lo que sea más fácil. _ Taylor, dice con un tono de severidad fingida. Tú y yo nos llevaremos de mil maravillas si me dices lo que te gusta y lo que no te gusta para comer, sonríe con su sonrisa cálida, para quitarle importancia a sus palabras. No estoy ofendido, ni mucho menos. _ Me gustaría bacón y panqueques, por favor, Gail. _ ¡Bien! ¿Jarabe de arce? Niego con la cabeza. No puedo enfrentar tanta azúcar por la mañana. Bate un poco de la mezcla para panqueques en una sartén y dos minutos más tarde estoy atacando a la velocidad de un rayo unos panqueques deliciosas y un bacón crujiente. Maldita sea, el café está delicioso, también. Observo que prepara un plato para Grey con una tortilla de clara de huevo y un pequeño tazón de arándanos con yogur. Ella regresa rápidamente. _ El Señor Grey dice que estará listo para salir en 20 minutos. _ Gracias. Bebo mi café mientras veo como se mueve de manera eficiente en la cocina. Si mi mirada le molesta, no da señales de ello. Se ve que está claramente a gusto con su trabajo y es muy profesional. Estoy listo y esperando en el vestíbulo cuando aparece Grey. Se ve preocupado. Me lanza una llave del coche. _ Tú conduces. _ Sí, señor. Este llavero dice Audi, y yo recuerdo haber visto la camioneta en el garaje. Gail entra en el vestíbulo y me recuerda a mi mamá cuando me despedía al irme a la escuela. El pensamiento me hace sonreír, pero lo escondo rápidamente. _ No volveré hasta tarde esta noche, Sra. Jones, así que me podría dejar algo frío afuera para la cena, por favor. _ Por supuesto, Señor Grey. Tenga un buen día, señor. ¡Mierda! ¿Sra. Jones? ¿Está casada? Estoy sorprendido por la oleada de decepción que siento. Probablemente es lo mejor, mente en el trabajo, Taylor. Nos dirigimos hacia el garaje en silencio. Tengo la sensación de que Grey no habla por hablar. Me viene bien. No estoy aquí para ser su amigo. Va a salir él primero del ascensor, pero me apresuro. _ Perdone, señor. Se da cuenta y me deja ir primero. Sí, todo bien, nada inusual de lo que preocuparse. Señalo el llavero en la camioneta y las luces parpadean una vez. Abro la puerta trasera para Grey y se monta sin hablar. Mientras me deslizo en el asiento del conductor, tomo nota con satisfacción, que se pone el cinturón de seguridad sin que yo tenga que recordárselo. Prudente, Señor Grey. Me gusta eso en un cliente.

Son las 07.15 de la mañana y apenas estamos saliendo del garaje cuando su móvil comienza a sonar. _ ¿Ros? ¿Qué? Sí. Diez minutos. Dile a Andrea que la convoque. El Señor Grey insiste en que le deje en frente de su edificio. Prefiero dejarle en el aparcamiento subterráneo, allí es más privado, pero él no está de humor para esperar. Me dice que vaya a su oficina una vez que haya estacionado. Sólo hay otros dos vehículos que ya estaban allí aparcados, un deportivo de Saab y un pequeño Audi A2. Seguridad me echa un vistazo cuando entro en el edificio, saben quién soy, las presentaciones no son necesarias, pero hacen su trabajo. Me dirijo a la planta superior como lo hice ayer y la rubia acaba de salir de la oficina de Grey. _ Buenos días, Señor Taylor. Soy Andrea Parker, asistente personal del Señor Grey. Nos conocimos ayer. Él me pidió que le explicara su agenda para la semana. Se pondrá en contacto conmigo para establecer los horarios, día a día. Eso hace que las cosas sean más simples. Grey ciertamente le gusta ser organizado. _ ¡Andrea! Oigo los gritos de Grey desde su oficina. Suena enojado por algo. _ ¿Dónde está Taylor? _ Es mejor que no se vaya, susurra, mirándome un poco nerviosa. Entro y veo que Grey no está solo. Él está con una mujer alta, de aspecto fuerte, con el pelo castaño y corto. Umm, no es una rubia. _ Ros, se trata de Taylor. Taylor, la Sra. Bailey. _ Hola, Taylor. _ Señora. Por las notas de Welch, sé que Ros Bailey es el número dos de Grey. Andrea entra con un cuaderno. Cuando mira a Grey, se sonroja y sus manos tiemblan un poco. ¿Qué? Pillo a Ros poniendo sus ojos en blanco y me sonríe. Bien, lo entiendo. La Sra. Bailey no está interesada en Grey, por razones obvias. También es obvio que Andrea sí lo está, pero ella no va a llegar a ninguna parte. Extraño, pensé que le gustaban rubias. Tal vez es lo suficientemente inteligente como para no joder al personal. El pensamiento me lleva de vuelta a Gail. Aún no he descubierto nada de ella todavía. Casada. Umm. _ Taylor, vamos a volar a Portland esta mañana en el helicóptero. Un cambio de la programación, tenemos reunión en la Universidad de Washington. Regresamos a las cinco. Andrea, vamos a necesitar un coche desde Portland y programa mis reuniones de esta mañana para más adelante en la semana. De camino al aeropuerto, Grey tiene un flujo constante de llamadas telefónicas en su móvil. Por Dios, si yo tuviera que contestar todas esas llamadas mientras conduzco, mi historial de seguridad se vería considerablemente abollado. La mayoría son llamadas cortas, Grey toma decisiones rápidamente. Con la única persona que parece tener más larga su llamada es con Ros. En el helipuerto somos recibidos por un tipo que identifico como uno de los instructores de vuelo. Él asiente con la cabeza hacia mí. _ Señor Grey, está todo listo para usted. Sólo quedan tres semanas.

No sé a lo que se refiere, pero por primera vez desde que lo conocí, Grey sonríe. Por un segundo, parece un joven de su edad, pero la barrera vuelve a aparecer y está hablando de velocidades del viento, calidad del aire y de la visibilidad. Deduzco que Grey está compensando las horas con el fin de obtener su licencia de piloto. Corre a través de las comprobaciones previas al vuelo con su competencia habitual. No me gusta volar mucho, el recuerdo de haber sido tiroteado en el aire al mismo tiempo que todo se iba a la mierda nunca se ha alejado de mi mente, pero su minuciosidad es muy tranquilizadora. Pero poco. Hago un gran esfuerzo para no agarrarme a mi asiento. No quedaría bien mostrar los nudillos blancos. Cincuenta minutos más tarde, Grey pone el interruptor hacia abajo en dirección a un edificio de piedra rojiza en Portland. ¡Joder!, el instructor no ha tenido que darle ni una sola corrección. Un veterano le da la bienvenida al vernos. _ Gracias, Joe. Nos volveremos a por ella a eso del mediodía, espero. Tal vez un poco más tarde. _ Sí, Señor Grey. Tenga un buen día, señor. Estamos de camino a la Universidad cuando el móvil de Grey suena otra vez. Veo sus ojos mirándome en el espejo retrovisor. _ Welch, voy a poner esto en modo manos libres Taylor puede oír. Él toca un botón y la voz de mi viejo Jefe de Operaciones llena el coche. _ Una concentración improvisada se ha organizado fuera del edificio de la División de Agricultura, señor. No es grave, pero podría ser un poco incómodo. _ ¡Oh, por el amor de Dios!, grita de pronto Grey, pasándose la mano por el pelo. Me sorprende, no haberle oído antes perder los estribos. Parece haber salido de la nada. _ ¿Qué mierda tienen esos estudiantes en contra de la alimentación de los países en desarrollo? La respuesta de Welch es tranquila y pragmática. _ Ellos creen que la investigación tiene que ver con General Motors, señor. _ Hijos de puta ignorantes, gruñe Grey. _ El Director ha sugerido utilizar la entrada trasera, señor. Por alguna razón sus palabras hacen sonreír a Grey. _ Bien. Lo tomaré como un aviso. Él se separa del teléfono, aparentemente parece haber recobrado su equilibrio. _ Vamos a entrar por la entrada de atrás, Taylor, comenta de manera uniforme. A medida que nos acercamos a la entrada puedo ver pequeños grupos de estudiantes que empiezan a congregarse. Automáticamente paso seguro a las puertas. No suelo conducir con las puertas con seguro, en caso de que haya un accidente, los servicios de emergencia pueden perder mucho tiempo forzando las puertas cerradas, pero en este tipo de situaciones, o cuando hay tráfico de movimiento lento, lo hago. Grey no habla, sólo me mira, su rostro está impasible. No parece particularmente, estar preocupado por ser un objetivo de una multitud de estudiantes enojados. La parte trasera de la instalación está tranquila, está claro que los estudiantes no están tan bien organizados. Grey sigue a un tipo, un profesor nervioso, que ha salido a buscarle.

_ Señor Grey, lamento mucho que le hayan molestado. Le puedo asegurar que… bueno… esta demostración no es la opinión de todos nuestros estudiantes. Espero que no vaya a influir en su decisión negativamente. Todo el equipo de este decanato estamos muy emocionados de conocerle y que usted se haya tomado tanto interés en su trabajo. _ Gracias, Dr. Greenberg. Después de usted. _ Eh, sí, por supuesto, por supuesto. Por aquí. Estoy un poco confundido en cuanto a la razón de nuestra visita. No necesito saber en sentido estricto, pero estoy interesado. Y si tengo que justificarme, ayuda si conozco un poco el negocio del cliente. Supongo que Grey está involucrado en alguna descripción de agroquímicos, por la conversación del Dr. Greenberg mientras nos muestra una serie de laboratorios que parecen aburridos y algunos invernaderos que tienen la misma temperatura que en un desierto, empiezo a entender que Grey está considerando la posibilidad de ser una especie de benefactor. Esto me sorprende. Yo había supuesto que siendo tan rico y tan joven, el dinero era su única motivación. Pero al parecer no. Por lo tanto, otro misterio con forma de Grey. Rechaza las ofertas del café, que es una lástima. Después de la noche de interrupciones y el comienzo tan temprano, me vendría bien una inyección de cafeína. Pero mi trabajo es ser papel pintado, hasta que me necesiten. Finalmente nos conducen a una sala de reuniones. Me quedo de pie en la puerta mientras Grey se sienta. Cada persona que está en la habitación tiene al menos el doble de su edad, pero no hay duda de que él manda en la sala con serena autoridad. _ ¿Hay, algo más que le gustaría preguntarnos, Señor Grey?, le pregunta el Dr. Greenberg respirando con dificultad. _ Su solicitud de subvención no es viable, Dr. Greenberg, dice Grey. Los expectantes y esperanzados rostros de los académicos y científicos quedan de repente desolados. _ ¿Qué? ¿Puedo preguntar por qué?, pregunta el viejo robusto profesor. _ Va a necesitar un equipo estudiantil más grande para cumplir con sus objetivos, dice Grey desapasionadamente. Además hay que acelerar los planes para la rotación de cultivos para adelantarse a los cambios en las pautas legales de investigación. En resumen, se necesita mucho más capital de lo que se había presupuestado. Un silencio angustiado llena la habitación. _ Propongo que aumente su presupuesto a 2,5 millones de dólares sobre una base anual durante los próximos siete años, si usted desea conseguir todo lo que se han propuesto lograr. El buen profesor le interrumpe. _ ¡Señor Grey! Nosotros apenas tenemos posibilidades de conseguir ese dinero, tenemos muy pocas esperanzas, estamos hablando de mucho dinero. Los recaudadores de fondos son voluntarios. Nuestro trabajo no puede atraer ese tipo de interés cuando no hay un incentivo financiero para que las empresas lo hagan. No es que su negocio, quiero decir… Él mira angustiado y siento pena por él. Está claro que es un apasionado de su trabajo.

Una pequeña sonrisa parpadea en el rostro de Grey. _ No me ha entendido, Dr. Greenberg. Estoy diciendo que Grey Empresas Inversiones financiará su trabajo. Dos millones y medio de dólares al año por un período de siete años, que serán revisadas en 13 meses. ¡Joder! ¿Acabo de oír bien? ¿Grey tiene previsto regalar 17,5 millones de dólares? Por la expresión de la cara de los demás, yo no soy el único preguntándose si tienen cera en sus oídos. _ ¿Tú…usted… quiere…continuar? _ De hecho, Dr. Greenberg, dice Grey en voz baja. Voy a tener que enviar a mi gente para el papeleo. Se pone de pie de repente y el profesor comienza a dar saltos. _Yo… nosotros… no puedo agradecerle lo suficiente, Señor Grey. Esto es muy generoso… muy generoso, ¡de verdad! _ Estoy ansioso por ver los resultados positivos de la investigación de su equipo, Dr. Greenberg. Gracias por su tiempo. _ ¡No, no! Gracias a usted, Señor Grey. Estoy seguro de que el equipo de relaciones públicas de la universidad estarán encantados de… Grey frunce el ceño y el profesor se acobarda visiblemente. _ No hay publicidad. _ No… ¿No hay publicidad?, el profesor se ve confundido. _ Ninguna, dice Grey con determinación. Él estrecha la mano del profesor que está totalmente sin fuerzas, entonces procede a abandonar la habitación, negocio concluido. Yo, realmente, no entiendo a este tipo. Acaba de regalar un gran pedazo de su propio capital y no quiere que nadie lo sepa. Umm Es tarde para cuando nosotros por fin regresamos a Escala. Tengo muchas ganas de ver lo que Gail… quiero decir, la Sra. Jones ha hecho para la cena. Pero apenas hemos salido del ascensor cuando una chica alta y hermosa con el pelo castaño y corto se lanza a Grey. _ ¡Christian, sorpresa! ¿Sorpresa? ¡Por Dios! Ella casi hace que me dé un ataque al corazón. Mi mano estaba a medio camino de mi arma, ¡por amor de Dios! No puedo dejar de fruncir el ceño. Esta chica parece joven, demasiado joven. _ ¡Ahí lo tienes, querida! Aparto la mirada de la chica y veo a una mujer madura muy atractiva caminando hacia nosotros. ¡Oh! Acabo de reconocerla por las fotos, ella es la madre de Grey, por lo que la niña debe ser su hermana. Me relajo inmediatamente. _ ¿Quién es él?, pregunta la chica, mirándome. _ Taylor. Trabaja para mí Mía, dice Grey. Taylor, esta es mi madre, la Dra. Grace Trevelyan-Grey y mi hermana Mía. _ ¡Hola, Taylor!, me saluda Mía. ¡Encantada de conocerte! Y sostiene mi mano. _ Señora. Se ríe. Nos damos la mano y ella se asoma hacia mí a través de sus pestañas. _ ¿Tienes un arma?, pregunta curiosa. Estoy desconcertado.

_ ¡Mía!, le regaña su madre, meneando la cabeza. _ Sólo estaba preguntando, dice Mía, haciendo un mohín. ¿La tienes? _ Es suficiente, Mía, dice Grey, parece enojado. Para mi sorpresa, ella lo ignora por completo. _ No seas tan mandón, Christian, dice ella poniendo los ojos en blanco y luego se vuelve hacia mí. _Apuesto a que tienes un arma. Aquí todos lo desaprueban, ya sabes. No sé qué responder a eso, así que me escapo para los cuartos del personal. Pero no he contado con que la tenaz Srta. Grey me iba a seguir. _ Creo que es genial que Christian tenga un guardaespaldas, me dice ella, mirándome de arriba abajo. _ Yo prefiero el término de escolta personal, Srta. Grey. _ Parece lo mismo, sin embargo, no es así, dice riendo. Christian tiene un montón de problemas, ya sabes. Se pone de los nervios. Pero creo que le gustas…puedo ver por qué. No sé si es porque hace calor en la cocina, pero de repente siento bastante calor en el cuello. Camino alrededor de la barra del desayuno para poner cierta distancia entre la fuerza de la naturaleza que es Mía Grey. _ Te ves muy fuerte, Taylor. ¿Entrenas? Apuesto a que lo haces. Yo solía hacer Judo, pero lo odiaba. ¿Qué hiciste antes de cuidar a Christian? ¿Eras un soldado? Apuesto a que sí. Mis amigos van a alucinar cuando les cuente que he conocido a un verdadero guardaespaldas. Ella me sigue alrededor de la barra. Me siento como que estoy siendo acosado. ¡Mierda! Yo no tengo una ruta de escape a menos que salte por encima de la barra. Créeme, lo estoy considerando. De repente Gail entra en la cocina. Nunca he estado tan jodidamente contento de verla de nuevo. _ Hola, Gail, grita Mía. Estaba preguntado a Taylor todo sobre él. ¿No crees que parezca un galán? _ Buenas noches, Srta. Grey, saluda Gail con calma, aunque se ve un poco sonrojada. El Señor Grey ha pedido que vaya a la sala principal. Mía hace pucheros. _ Oh, Christian siempre estropea mi diversión. No importa Taylor, estoy segura de que nos veremos más a menudo. ¡Adiós! Ella me tira un beso, abraza Gail, y se precipita de nuevo a la sala principal. _ ¿Estás bien?, me pregunta Gail divertida. La Srta. Grey puede ser un poco abrumadora. _ ¡Oh, joder, sí! _ Has sido un regalo para mi vista, Gail, me las arreglo para decirle. Pensé que tenía que salir corriendo de aquí. Ella se ríe, pero puedo ver que se ruboriza, también, y me doy cuenta que mis palabras pueden haber sido interpretadas de otra manera. Culpable la pequeña Srta. Grey. Capitulo 3

El final de la semana coincide con el final del mes financiero. Grey ha cambiado su carrera de la mañana por una sesión con su entrenador personal. He oído hablar de Claude Bastille, él es muy exigente con quien se enfrenta aunque sea un cliente. No está interesado en los ejecutivos suaves que comen en exceso, beben demasiado y piensan que pueden evitar un accidente cerebro vascular con un aumento de su ritmo cardíaco una vez a la semana. Él y Grey se corresponden, están centrados hasta el punto del fanatismo, son muy intensos. Miro por un momento el intento que tienen de patear la mierda el uno al otro mientras paseo por la sala de circuito cerrado de televisión que se ha convertido mi oficina. Estoy leyendo los partes de trabajo de algunos empleados de Grey. Hay 3.209 personas solo en Empresas Grey, todas con acceso potencialmente, a él. Según Welch se han hecho verificaciones de antecedentes, pero me gusta ser minucioso, la vida de mi cliente y mi vida podría depender de ello. Estoy sorprendido de ver en el escritorio, un sobre con mi nombre escrito con puño y letra de Grey. Me hace fruncir el ceño. No ha dicho nada, si me va a despedir, seguramente tendría las pelotas para decírmelo en persona. Pero cuando lo abro dos cosas se caen, un grueso fajo de papel que resulta ser un contrato indefinido y un cheque por una cantidad ridículamente grande de dinero. Es mucho más de lo que había acordado con Welch. No entiendo lo que está pasando. ¿Me está pagando por varios meses de antelación? ¿Es un error? Eso parece poco probable, Grey no comete errores. Decido que debe ser una prueba, quiere saber si soy honesto y que voy a avisarle de su error. Estoy un poco decepcionado de que haya usado este tipo de táctica, tan obvia. Normalmente los clientes me ponen a prueba, dejando sus jodidos relojes Rolex de mierda. Puedo ver en el circuito cerrado de televisión que el entrenamiento de Grey con Bastille ha concluido y que pronto estará en el vestíbulo. Decido esperar hasta que Gail le sirva su desayuno antes de preguntarle cuál es la historia de esta mierda, me he dado cuenta de que él, por lo general, tiene un mejor estado de ánimo cuando no tiene hambre. Pensar en Gail me irrita. Todavía no le he preguntado si está casada. Hemos hablado un poco y sé que ella tiene una hermana en Portland, pero no ha mencionado un marido. Se me ocurre que yo podría buscar en los archivos de Grey, pero de alguna manera me parece una invasión de su privacidad. ¡Oh, por el amor de Dios! Soy la seguridad personal de Grey, se supone que debo saber cosas como esta, pero aún así, no acabo de decidirme a hacerlo. Me estoy volviendo un blando de mierda. Cuando la cabeza de Grey pasa para su oficina espero un momento y luego llamo a su puerta.

_ ¿Qué?, gruñe. Es demasiado para él estar de mejor estado de ánimo después de comer. _ Quería preguntarle sobre esto, señor. Le muestro el cheque. _ ¿Y bien? ¿Qué pasa con eso? _ Es más de lo acordado. Frunce el ceño. _ Para los gastos escolares de tu hija. Él se vuelve a la pantalla del ordenador como si fuera bastante obvio. _ ¿Podría explicar eso, señor? Se pasa la mano por el pelo con irritación, un gesto que ya me es familiar durante esta semana. _ Para pagar el pre-escolar de tu hija, su educación , Taylor. Me entrega una hoja de papel. _ Una lista de los tres mejores centros de educación pre-escolar en el distrito de tu ex-esposa. Elije el que más te guste. Y estoy sin palabras. _ Pero… no he firmado el contrato permanente… sin embargo, señor. _ ¿Lo harás?, frunce el ceño hacia mí. _ Sí, señor, y veo una expresión que no puedo identificar pasando por su cara. _ Gracias, Taylor. Se vuelve de nuevo a la pantalla. Estoy siendo despedido. _ Gracias por los derechos de matrícula, señor. _ Bien. Él no se gira para mirarme, sino que se aplica en el estudio de columnas llenas de cifras. Estoy… sorprendido. No es sólo el dinero, aunque realmente aprecio eso, es el hecho de que él buscó e imprimió una lista de las escuelas adecuadas.

Estoy a punto de firmar su contrato indefinido cuando me acuerdo de lo que dijo Gail acerca de su “invitada” de fin de semana. Creo que no voy a firmar hasta que no haya conocido a esa Srta. Saunders. Soy un hombre prudente. _ ¿Jason? La suave voz de Gail interrumpe mis austeros pensamientos. Ella no llevaba su uniforme habitual de falda y blusa blanca. Lleva pantalones vaqueros azules y una camiseta de manga larga, y se ve condenadamente bien, la forma en que sus jeans se aferran a sus caderas y… _ Me voy ahora, Jason, continúa. He dejado algunas carnes frías en la nevera y una lista de platos congelados para el microondas si quieres comida caliente. Y hay una lista de los lugares de comida para llevar si el microondas te resulta un gran desafío. Su sonrisa burlona lleva el aguijón de sus palabras. Estaré de regreso el domingo por la noche. ¿Tienes mi número de celular? _ Oh, claro, Gail. ¿Y la comida para el señor Grey? _ Creo que te darás cuenta que la Srta. Saunders se hará cargo de todo lo que él quiera, dice amablemente. Me parece que ella llega a eso de las ocho de la noche. Estoy impresionado de que no hay atisbo de condescendencia en la voz. Todo lo que ella piensa sobre lo que sucede en esa sala de juegos, no afecta en la forma en que hace su trabajo, o con la forma de la que habla del jefe. Muy profesional, Gail. _ Bien, nos vemos el domingo. Me dice adiós con la mano mientras se aleja y me encuentro con el pensamiento que me quedo solo con todo el traqueteo del Penthouse, tratando de evitar a mi jefe y su invitada, es una perspectiva desagradable. Pero no me pagan para divertirme. Así que tiro del archivo de la Srta. Saunders. La primera página es normal, excepto que tomo nota que es más de diez años mayor que Grey. Esto me hace fruncir el ceño, ¿le gustan las mujeres mayores? Si intenta algo con Gail, voy a crucificar al maldito bastardo. La segunda página contiene cosas estándar, educación ¿segundo grado?, detalles de sus cuentas bancarias, registro de empleo ¿encargado de museo?, pero cuando leo el resto del archivo, mi mandíbula golpea el piso de nuevo. Se trata de un acuerdo formal que establece una lista de actividades sexuales que ni siquiera puedo leer. ¡Cristo! ¿La gente, realmente, disfruta de todo eso? O yo he estado viendo las películas pornos equivocadas, o tengo que salir un poco más. ¡Por las heridas de Jesucristo! Pero al mismo tiempo veo que se trata de un acuerdo formal entre dos adultos que consienten, cuerdos y sanos, aunque ahora que pienso en ello, estoy reconsiderando la definición de “sano”. Quiero decir, ¿qué clase de persona quiere ser lastimada?

Recuerdo que habían chicos en la Infantería de Marina que sabía que les gustaba superar los límites de lo que el cuerpo aguantaba físicamente, pero el conjunto Dominante/Sumiso, es una relación en la que no he pensado antes. Nunca he conocido a ninguna mujer que estaría de acuerdo en hacer exactamente lo que yo le diga cuando se le diga. A pesar de haber estado casado durante seis años con una zorra, aunque lo deseara un poco… en realidad, no, ni siquiera entonces. No, sólo tengo que pensar en esto como un acuerdo de negocios. Y para alguien como Grey, creo que tiene más sentido esto, que obtener una prostituta de la calle, particularmente con esos requisitos de mierda. Todavía hay muchas cosas que rondan por mi cabeza. Ahora estoy realmente intrigado en conocer a la Srta. Wendy Saunders Alison. Mi teléfono vibra, interrumpiendo mis pensamientos. _ Taylor, quiero salir en cinco minutos. _ Sí señor. Y el teléfono se corta. Pongo mi culo en marcha y lo llevo hasta el garaje. Una vez que estamos en Empresas Grey, su ayudante la bella Andrea, me da su calendario para la próxima semana. Por Dios, ¿podría haber algo más aburrido? Recaudación de fondos, cenas de empresa, una noche de gala en la ópera. Bien, eso podría ser su idea de pasar un buen rato, ir a un jodido concierto de música clásica, pero quiero decir, ¡vamos que el tipo tiene 23! Y el sábado por la noche, otro evento para recaudar fondos en casa de sus padres en Bellevue. Me quejo a mí mismo, voy a necesitar una semana para prepararme para una nueva reunión con la Srta. Grey. Armadura de cuerpo completo, ¿tal vez? Parecía que me podría hacer frente en cualquier momento. Cristo, ¿son los Grey tan intensos? Me siento en mi escritorio para leer algún archivo más sobre el personal. Entonces echo un vistazo a los centros de pre-escolar que Grey me ha recomendado. Realmente se ven increíbles. No tengo ni idea de cuál elegir entre ellos, aquel en el que los niños son los más felices, supongo. Me pregunto cuándo voy a tener la oportunidad de comprobarlo, pero si el dinero viene de mi cuenta, estoy seguro que no voy a dejar a la bruja elegirlo. A las seis, estoy esperando en el garaje por Grey. Parece más enojado que de costumbre. Me pregunto de quien será la cabeza que ha arrancado hoy. Realmente espero que eche un buen polvo y le relaje los nervios, de lo contrario el chico va a explotar. La única persona en la oficina que le hace frente a él es su número dos, Ros Bailey. Ellos han estado juntos desde el principio, por lo que puedo entender que se apoya en ella, tanto que él no confía en nadie como en ella. Es muy buena en

calmarlo cuando nadie más se atreve acercarse a él. Aunque Andrea debe ser más dura de lo que parece, lleva nueve meses como su asistente, o sólo tal vez ella es simplemente muy buena en su trabajo. Su teléfono suena por tercera vez en nuestro corto trayecto a Escala. Lo siento por quien esté llamando. _ Mía. ¿Qué es lo que quieres? Oh, su hermana. Deberíamos haberla enviado contra Saddam Hussein, todo habría terminado mucho más rápidamente. _ No, no puedes… porque estoy ocupado… ¡Oh, maldita sea, Mía! Bien, mañana a las dos… ¿qué? No, no puedo… mierda ¡No! Él se separa del teléfono, pero por debajo de su irritación puedo ver que él está enamorado de su hermanita. Tal vez ella le recuerda a él mismo. Por Dios. Pobre chico. Me pregunto si él me va a decir algo sobre su invitado. Tal vez sólo asume que Gail me ha dicho todo lo que necesito saber. Pero a medida que salimos del coche en el garaje, me dice: _ La Srta. Saunders estará aquí a las 8:00 pm, Taylor. Ya no te necesito otra vez esta noche, pero mañana voy a correr a las 6:00 am, como de costumbre. _ Sí, señor. Por tanto, ¿va a joder toda la noche y salir a amanecer? ¡Cristo! ¡Este hombre es una máquina de mierda!

correr

antes

del

A las 7.55 pm, el circuito cerrado de televisión muestra un Audi A3 azul aparcando en una de las plazas del estacionamiento de Grey en el garaje. La Srta. Saunders es puntual. No puedo ver su cara claramente en cámara, pero veo que ella tiene el pelo largo y castaño. Pensé que sólo le gustaban las rubias, Grey. Me levantaré e iré a su encuentro en el vestíbulo. Ella sale del ascensor y se detiene cuando me ve. _ Buenas noches, señora. _ ¡Oh Hola! ¿Quién eres tú? _ Taylor, señora. El Señor Grey la está esperando.

_ Lo sé, dice sonriendo. Me guiña el ojo y pasa junto a mí. No lo entiendo. Ella parece tan agradable y normal. Me siento un poco tranquilizado y me dirijo de nuevo a mi habitación a comer la deliciosa ensalada de pavo que Gail ha dejado preparada para mí. Trato de ver un partido de fútbol americano, pero no puedo concentrarme. Sé que estoy escuchando… bueno, no sé, gritos, tal vez. La sala de juegos de Grey está insonorizada, pero no puedo ayudarme a mí mismo. Es la misma sensación que tenía cuando una operación comenzaba, en espera de la seña de salida. ¡Contrólate, Taylor, son adultos que consienten! ¡No es asunto tuyo es su jodido negocio de mierda! Me tumbo en el sofá un poco más y ver si un par de cervezas me ayudan a relajarme. Extraño la relajada compañía de Gail. Sí, y todavía no sé si está casada, y mucho menos si está interesada en ti, imbécil. Me siento como un desgraciado, por lo que decido que tengo que ir a leer su archivo. Me digo a mí mismo que estoy haciendo mi trabajo, pero no me lo creo ni yo. Además, es algo que tengo que hacer mientras espero que mi cerebro se apague. Mientras estoy sentado en mi escritorio en la sala de CCTV, recibo un correo electrónico de la bruja. Ella quiere más dinero, por supuesto. Esta vez para irse ella y Sophie de vacaciones a ver a su madre en Santa Bárbara. Le envío un correo electrónico y le digo que va a tener el dinero, a primera hora de la mañana del lunes, no me gusta que no tenga dinero, a pesar de todo. Vaya, me envía otro correo electrónico de nuevo para decir gracias. Es la primera vez. Es la una de la madrugada y mi cabeza está empezando a sentirse confusa por el cansancio. He leído otros 124 expedientes del personal de Empresas Grey y no puedo concentrarme más. Soy consciente, de repente, que Grey está de pie detrás de mí. Me levanto rápidamente. _ Señor. _ ¿Por qué sigues trabajando, Taylor? Lleva un par de jeans rotos y tiene un brillo tenue de sudor en el pecho. ¡Cristo! ¿El tipo ha estado follando durante cinco horas? ¡Eso sí que es aguante, todo un semental! Quiero decir, sé que a los chicos les gusta jactarse acerca de esas cosas, aunque solo sea por eso, por presumir. Por lo menos, parece menos molesto. _ Ya me dirigía a mi habitación, señor.

Me mira y se ve como si estuviera reprimiendo una sonrisa. El hijo de puta sabe que he estado esperando para ver si algo le ocurría a la Srta. Saunders. Parece que lee mi mente. _ La Srta. Saunders se ha ido a la cama, me dice con calma. Voy a estar trabajando en mi oficina durante un rato. _ Señor. Él sabe que yo sé lo que ha estado haciendo, y le importa un carajo. Este es uno de los trabajos más extraños que he tenido… y llevo aquí menos de una semana. Sacudiendo la cabeza, apago la pantalla del ordenador, doy un último vistazo a los monitores del circuito cerrado de televisión y me dirijo a mi cuarto. Cuando la alarma de mi teléfono suena a las 5:30 am estoy tentado a arrojarlo por la ventana. En lugar de eso, me pongo mi sudadera y mis zapatillas de deporte, me afeito tan rápido que casi me cortó la garganta, estoy de pie en el vestíbulo a las 5.59 am. Grey aparece al momento, como de costumbre, y aparte del hecho de que está sin afeitar, parece que ha tenido ocho horas de sueño reparador en los brazos de su mamá, cuando yo sé a ciencia cierta que apenas ha rozado su cama. Me pregunto si esta mañana será más corta de lo normal, pero no, el mismo paso, se castiga durante diez kilómetros y por supuesto a mí también. Jodido, Grey. Él no ha reservado su entrenador para el fin de semana pero, francamente, una follada de cinco horas dejan las sesiones con Bastille como el culo. Cuando volvemos, estoy sorprendido de ver a la Srta. Saunders en la cocina, pero por la falta de interés de Grey, creo que es su rutina habitual, si se puede decir que la rutina de Grey es normal. Él se va directo a su habitación sin hablar con ella y yo me quedo cortado en la sala principal. Trato de irme sin ser visto, pero la Srta. Saunders me ensarta con su brillante mirada marrón. _ Hola, Taylor. _ Buenos días, señora, murmuro, sabiendo que me sonrojo. ¿Pero que soy, un jodido profesional de mierda? Me retiro a los cuartos del personal para tomar una ducha y comer un tazón de müesli con miel hasta que creo que es seguro cruzar la sala principal de nuevo a mi oficina sin ser descubierto. Hay un truco para ser invisible cuando se vive con su

empleador, vestirte de gris, es tan impredecible, es más difícil de lo habitual que te vean. Estoy a mitad de camino a través de la habitación principal cuando escucho de nuevo la puerta de la sala de juegos. ¡Plum!, ¡puerta cerrada! ¿Otra vez? ¡Jodidamente increíble! Hay una nota en mi escritorio de él diciéndome que esté disponible para las tareas de pilotaje a 13:30pm. Tres horas y 47 archivos personales después, una alarma en uno de los monitores indica que la puerta de emergencia en el segundo piso se ha abierto. Subo las escaleras de dos en dos con mi arma en la mano, pero cuando llego allí, no hay nada que ver, la puerta está bien cerrada. Sospecho que el cableado está defectuoso. Tomo nota para llamar a un técnico lo antes posible, y enfundo el arma. Me vuelvo cuando escucho unos suaves pasos detrás de mí. Grey está llevando a la Srta. Saunders. Lleva los mismos vaqueros rasgados, con el que lo vi anoche. Ella lleva una bata blanca y tiene sus brazos alrededor de su cuello. Es un momento íntimo y extrañamente me siento como un mirón. No es así lo que yo esperaba, no habiendo leído sobre su extraña relación. Grey me llama la atención, pero no habla. Él simplemente lleva a la Srta. Saunders a su habitación y la deposita suavemente en la enorme cama blanca, sale y cierra la puerta detrás de él. _ ¿Algún problema, Taylor?, está frunciendo el ceño. _ El monitor mostró una alarma apagada en estas escaleras. Pero seguro que el cableado está defectuoso. Llamaré para que lo arreglen. Él asiente con la cabeza, se gira y comienza a andar por el pasillo. Vuelvo a ver que tiene cicatrices de quemaduras en su espalda. Pobre jodido bastardo. Capitulo 4 Muchos de los ex militares sufren de pesadillas. Auténticos gritos con todas sus jodidas mierdas. Pero nada comparado a lo que siento al pensar en pasar toda una tarde en un pequeño yate con la Srta. Mía Grey. Para empezar, yo no soy un gran marino. Sí, sí, lo sé. Un ex-Marine debe tener el agua de mar en sus venas, pero hay una diferencia cojonuda entre estar en unas 40.000 toneladas de un destructor naval, que en una puta canoa de 33 pies con una adolescente cuyas hormonas están más desenfrenadas que un tanque de guerra blindado, y que irse-a-la-cama parpadea en sus ojos como jodidas luces de neón. _ Hola, Taylor. ¿Cómo estás? _ Muy bien, gracias, señora.

_ Va a ser muy divertido salir a navegar, ¿verdad? ¿Te gusta navegar? Me encanta navegar. Es una de mis cosas favoritas en el mundo entero. Christian ama navegar, también, ¿verdad, Christian? Él no se molesta en responder, pero puedo ver como pone los ojos en blanco. He conocido a toda la familia Grey en pleno por primera vez. Un día de diversión familiar forzada no es mi idea de diversión, bueno, no desde que me divorcié, pero los Grey parecen llevarse bastante bien. De hecho, es un poco raro ver a mi jefe relajarse hasta tal punto. Juro que en realidad lo he visto hasta sonreír, por lo menos una vez. Efectué una comprobación rápida del yate de la familia sólo para asegurarme de que no había nada mal, obvio, pero todo parecía en perfecto orden. Mira, estoy tratando de adaptarme al jodido espíritu de las cosas, ¿vale? Pero Grey se da cuenta que yo no estaba de acuerdo con toda la puesta a punto. _ ¿Algún problema, Taylor? _ Eh… creo que será mejor que me quede con los vehículos en tierra, señor, digo, agitando nerviosamente los ojos hacia la Srta. Grey, que me tira un beso mientras mi jefe está mirando, ¡por amor de Dios! Entrecierra sus ojos, creo que tiene todo el derecho de despedir mi culo, lo sé, pero en vez de eso me dice: _ Está bien, Taylor. Te veré en un par de horas. ¡Joder! ¡Por los pelos! Mía le pone mala cara. Incluso le hace pucheros. Puedo ver a su madre teniendo unas palabras con ella. Francamente, si yo fuera su padre, me compraría una bola, una cadena y una escopeta y contrataría a un guardaespaldas 24/7, una mujer, exsoviética, un guardaespaldas francotirador podría hacerlo. ¡Exacto! El Señor Grey viene a hablar conmigo. No me gusta hablar. Pero soy educado y contesto a sus preguntas inteligentes de abogado del culo de una manera neutral. No me importa si es el padre de mi cliente, pero no le voy a contar ni una mierda. Curiosamente, parece complacido por mis respuestas taciturnas y siento que he pasado algún tipo de prueba con él. Es obvio que quiere mucho a su hijo, pero todos son muy formales con él, no lo abrazan, ni siquiera la madre. Aunque la única que parece seguir sus propias reglas es la Srta. Grey. Sin sorpresas. Ella lo abrazó con la fuerza suficiente para derribar a un defensa, pero él sólo sonrió, lo cual fue bastante dulce. Estoy viendo a mi cliente con una nueva luz hoy.

Entonces, el hermano mayor, Elliott Grey, aparece. No hay archivo de él, por supuesto, pero Welch me ha dado los detalles básicos. Dirige su propia empresa de construcción pero, inusualmente, no parece dar sobornos a las leyes de derivación de zonas, trabaja con toda esa mierda del medio ambiente, paneles solares y casas neutras en carbono. Le gustan las mujeres, un montón de ellas. Pero el saludo que tiene con su hermano hace que casi me desmaye de la impresión. _ Oye, hermanito, ¿ya te has estrenado o sigues puntuando cero? Pronto cumplirás los veinticuatro, hora de solucionar ese asunto. Estoy seguro de que podrías encontrar alguna universitaria agradable con la que puedas practicar o… algún universitario, lo que más te guste. ¿Qué? _ Vete a la mierda, Elliott, le dice Grey, pero sin estar particularmente molesto, sólo ligeramente irritado. No puedo dejar de mirar fijamente a mi cliente, es evidente que su familia no tiene ni puta idea de su estilo de vida. Su propio hermano cree que es virgen, por amor de Dios, y por el tono de sus palabras incluso duda de que sea heterosexual. Vaya, esto se ha convertido en secreto a un nivel completamente nuevo. Quiero decir, ¿cómo se las ha arreglado para ocultar el hecho de que tiene una sala de juegos en su apartamento? No puedo creer que la Srta. Grey no haya pasado por ese lugar como una bola de demolición queriendo explorar hasta el último rincón. Pero supongo que no. Toda una revelación. Desde mi visión periférica veo que Grey me está mirando, pero mi cara está todavía en la posición de punto muerto. No señor, no pienso decir nada, ni aunque me torturaren. Él deja a su propio hermano que se burle de él por ser gay. No lo entiendo, en absoluto. Quiero decir, simplemente se folla a una tal Srta. Saunders durante cinco horas seguidas, sin juego de palabras, y no le cuenta ni una palabra a su hermano que cree que es virgen. No. No tiene sentido. No para mí. Quiero decir, nadie apenas comienza con relaciones de sexo y masoquismo, pero por lo que sé de Harvard habían algunos clubes de fraternidad de S & M. ¿Alguna vez estuvo en uno? Obviamente no, así su familia hubiera sabido que no es gay. Hay algo raro aquí, quiero decir más que raro. Es obvio que él se preocupa por su familia y puedo ver que los ama, pero se podía decir que no han estado cerca, no saben nada de él. O sea, ¡Cristo!, yo lo conozco hace sólo una semana de mierda y ya lo conozco mejor que ellos. No es que sea asunto mío, salvo en la medida en que afecte mi trabajo.

La otra cosa que me sorprende es que él dejó a la Srta. Saunders sola en su apartamento mientras está fuera. Para un tipo que está tan obsesionado con la privacidad, por muy buenas razones, no parecía en lo más mínimo preocupado con eso. Una vez que los Grey parten, paseo por el puerto mirando los veleros y cruceros de lujo hasta encontrar un bar con una vista despejada de todo el muelle. Leo un periódico y me tomo un café. No está mal, pero no tan bueno como el de Gail. Me pregunto qué es lo que estará haciendo este fin de semana. Me pregunto si ella está con su marido. Tengo un estado de ánimo amargo, así que comienzo a leer las páginas de deportes primero, hubiera deseado haberme traído un libro para leer. Me gusta Huxley y Burgess, pero cuando yo era un niño me leí todas las novelas de Rider Haggard. Por eso me uní a los Marines, quería ir en busca de más aventuras de las que podía encontrar en la pequeña ciudad de Idaho, supongo. La familia feliz regresa un par de horas más tarde y Grey, sin ningún esfuerzo, lo dispone todo para no dejarme solo con su hermana. Me pregunto si él va a tener algunas palabras conmigo en el coche sobre ella, pero no dice nada. Parece preocupado, perdido en sus pensamientos. Cuando volvemos a Escala me da el resto del día libre. Supongo que va a su cuarto de juegos, pero en vez de eso se dirige a su oficina. Parece ser adicto al trabajo, a follar y a la vela son las únicas maneras que tiene para desahogarse. No parece que beba mucho, no fuma, y conozco de su postura contra las drogas. Todos sus empleados tienen firmada una cláusula de hacerse análisis periódicamente en sus contratos, incluyéndome a mí. No necesito las drogas, estoy con la vida. Como no me necesitan, decido salir y tomar una cerveza, entretenerme con unos juegos en un bar de deportes que vi en el camino, hacer cosas normales ¡joder!, cuando de repente veo a la Srta. Saunders asomada en mi puerta. No me gusta el hecho de que haya entrado en el ala del personal. Esto es privado. ¡Mierda! _ ¿Señora? _ ¿Está el señor… regresó el Señor Grey? _ Sí, señora. Está en su oficina. Ella ya lo sabe, por que acaba de pasar por su jodida oficina. _ ¿Puedo preguntarte algo sobre el Señor Grey? _ No, señora, no puede.

_ ¡Oh! No voy a contarle lo que hablemos, me insta. Esto se está volviendo molesto. Necesito cortarla. _ Señora, no tengo nada que decirle. De repente veo de pie a Grey en la puerta. Su rostro está pálido de furia. La Srta. Saunders se pone pálida cuando lo ve. _ Sala de juegos, gruñe hacia ella. Ella escapa lejos mirándole aterrorizada. La expresión de su rostro es jodidamente aterradora, como si su auto-control pendiera de un hilo. Me siento mal por lo que le espera a la Srta. Saunders, pero ella siempre puede decir que no. Me quedo mirando impasible a Grey esperando que me dijera algo, pero puedo ver que su furia ha disminuido a otro nivel, se vuelve sobre sus talones y se va. Estoy tan jodidamente contento de estar fuera de ese departamento durante las próximas horas. Cuando regreso, el lugar está tranquilo. Compruebo el circuito cerrado de televisión, como de costumbre, y me doy cuenta que la Srta. Saunders y el Audi azul se han ido del garaje. Tanto si se fue o la echaron, no lo sé. Me despierto en la madrugada por el sonido del piano procedente de la sala principal. Vuelvo a dormirme escuchando a Chopin. El domingo pasa sin incidentes, Grey está de muy mal humor, pero eso no es nada nuevo. Se desquita en sus hojas de cálculo y en algún pobre inocente que le oigo gritar a través del teléfono. A la hora de comer llegan algunas personas para vaciar toda la ropa y los efectos personales de lo que fue la habitación de la Srta. Saunders. Y él me dice que ya no está en su lista de visitantes permitidos. Hasta la vista, Srta. Saunders. A continuación, el técnico llega para arreglar el cableado defectuoso en la salida de emergencia, pero el día se alarga sin cesar. Así que me siento en mi oficina, estoy con los ojos vidriosos tras continuar chequeando más archivos sobre el personal de Grey cuando el circuito cerrado de televisión me muestra que Gail está de regreso. Me irrita que esté tan feliz de verla. Por lo que sé, ella ha estado jugando este fin de semana a la familia feliz. Pero no puedo evitarlo, me dirijo hacia el vestíbulo para reunirme con ella cuando sube en el ascensor. Está sorprendida de verme, pero me regala su enorme sonrisa y no puedo evitar sonreír de nuevo. _ ¡Hola, Jason! Qué bueno que te encuentro. ¿Tuviste un buen fin de semana?

Yo sé que ella sólo está siendo amable, pero su voz es tan dulce y caliente, tan personal. Entonces recuerdo que me ha hecho una pregunta. _ Paso, Gail. Paso. Ella sonríe con simpatía. _ Bueno, apuesto a que estás listo para cambiar tu cena fría, ¿verdad? ¿Qué te parece un risotto con chorizo para cenar? _ Eso suena condenadamente bien, gracias, Gail. Ella sonríe, de nuevo, con esa sonrisa hermosa. _ ¿Y cómo está el Señor Grey? _ Preocupante. La Srta. Saunders se marchó, se llevaron todas sus pertenencias. _ ¡Ay, qué cosa!, suspira. Y eso es todo lo que ella dice. De repente se iluminan los botones del ascensor, alguien está subiendo. Algún familiar de Grey, ¿tal vez? Pero prefiero averiguarlo, así que regreso a mi oficina y miro la CCTV. Es una mujer rubia de casi cuarenta años. Supongo por la lista permitida, que debe ser una tal Sra. Lincoln. No sé cómo qué tipo de relación tienen, pero debe estar muy cerca de Grey si ella tiene los códigos del garaje y del ascensor. ¿Tal vez otra de sus compañeras en su sala de juegos? Sé que no le gustan rubias. Paso a ver a Gail de camino hacia el ala del personal antes de dirigirme hacia el ascensor. _ Es una tal Sra. Lincoln, le digo. Su boca se aprieta ligeramente. _ Ya veo, dice. Deduzco que a Gail no le gusta esta mujer por alguna razón. Interesante. Toco a la puerta del despacho de Grey. _ ¿Qué?, me escupe.

_ La Sra. Lincoln está subiendo. _ ¡Oh, por el amor de Dios! ¿Qué es lo que quiere? ¡Joder! ¡Mierda! Hazla pasar. Obviamente está encantado de verla. Se abren las puertas del ascensor, aparece la Sra. Lincoln. Es imponente, de una forma fría e indiferente. Perfecta figura, el cabello peinado de peluquería, ropa cara de diseño, pendientes de diamantes reales. Sus ojos azules de hielo me miran inquisitivamente mientras su boca se curva mostrando una falsa sonrisa. Ella es buena para fingir sinceridad. _ Buenas noches, Sra. Lincoln. El Señor Grey está en su oficina, señora. _ Oh, gracias. ¿Taylor, supongo? Ella sabe quién soy. _ Sí, señora. Ella me sonríe de nuevo, pero hay algo desagradablemente frío en la Sra. Lincoln. Su expresión es de un tiburón, un depredador. Me espero para oír el intercambio de palabras cuando ella entra a la oficina de Grey. _ Buenas noches, Christian. _ ¿Qué es lo que quieres, Elena? Estoy trabajando. Su respuesta es grosera, casi infantil. _ Sólo me he dejado caer para ver a un viejo amigo, Christian. ¿No vas a ofrecerme una copa? Parece que la Sra. Lincoln no se siente intimidada por Grey, a diferencia de la mayoría de la gente. Él la conduce a la habitación principal y me dirijo a mi oficina. Puedo oír el tono de su voz, pero no sus palabras. Suena como si le estuviera regañando por algo y él la está escuchando. Estoy intrigado. Puedo comprobar en los archivos del gabinete, así como en los archivos electrónicos a los que tengo acceso por mi trabajo, que no hay ningún archivo personal sobre ella, sino una referencia de un acuerdo de negocios que Grey tiene con la Sra. Lincoln. Estoy perplejo al ver que tiene una participación en la cadena de salones de belleza. Simplemente no parece encajar con sus intereses de negocio. Tal vez es el socio silencioso.

Mi estómago ruge, recordándome la oferta de Gail para la cena. Vago hacia la cocina, atraído por el delicioso olor que emana de allí. Pero el comportamiento de Gail es forzado y está haciendo ruido a su alrededor, mejor no cruzarse en el camino de Gail. _Realmente no puedo soportar a esa mujer, sisea con los dientes apretados. _ ¿La Sra. Lincoln? _ ¿Quién más?, me gruñe. Estoy desconcertado. ¿Por qué está enojada conmigo? ¡Jodidas mujeres! _ Oh, lo siento, Jason, se disculpa inmediatamente. Es sólo que me pone los pelos de punta. Lo sé, lo sé. No es de mi incumbencia con quién se divierte el Señor Grey pero hay algo tan… frío y calculador en ella. Y la forma como lo mira, pretendiendo ser toda dulzura y luz, cuando en realidad… Ella se detiene. _ Oh, no me hagas caso. No debo hablar de más. Por favor, olvida lo que te dije, Jason. _ Tus secretos están a salvo conmigo, Gail. Todos ellos, cualesquiera que sean. Ella suspira. _ Gracias. Realmente no debería hablar así de la amiga de la Dra. Trevelyan. _ ¿La Sra. Lincoln es amiga de la madre del Señor Grey? _ Sí. Al menos, así es como él me la presentó. La Dra. Trevelyan mencionó que el Señor Grey hizo algunos trabajos en el patio de la Sra. Lincoln, cuando estaba en la escuela. Un trabajo de sábado, supongo. Creo que esa es la forma en que se conocieron, ella se ve desconcertada. Está bien, ¿no? _ No tengo la menor idea, le digo, un tanto hipócrita. Gail frunce el ceño y yo busco una manera de cambiar el tema. _ ¿Cómo estuvo tu fin de semana? _ Oh, tranquilo, gracias. Mucho mejor que el tuyo creo, me dice sonriendo y arqueando una ceja.

Decido investigar un poco más. _ ¿Qué has hecho? _ Relajarme, leer algunos libros, dar un paseo por el océano. No mucho. _ Suena muy bien, Gail. _ Sí, lo fue, me contesta con una gran sonrisa. Ella todavía no ha mencionado a su marido. Bien, es hora de jugar o pagar. _ ¿Estabas caminando con el Señor Jones? Ella parpadea hacia mí, sus ojos azules preciosos se nublan. ¡Oh, mierda! _ Mi esposo murió hace cinco años. Había pensado que lo habías visto en mi archivo, Jason. _ Yo… no he leído tu expediente, Gail. _ ¡Oh! Hace una pausa, y luego sonríe. ¡Ya veo! Me doy cuenta que la estoy mirando, su sonrisa se desvanece lentamente y su respiración queda atrapada en su garganta. Doy un paso hacia delante cuando suena el maldito intercomunicador de la cocina. Gail parpadea dos veces y luego responde: _ Sí, señor Grey… ahora mismo se lo llevo. Ella sonríe dulcemente y se afana sobre la cocina, con las mejillas rosadas. Niego con la cabeza. ¿Qué estás haciendo, ¡mierda!, Taylor? ¡Ella es del personal! ¡Tú eres del personal! ¿Quieres perder tu jodido puesto de trabajo? Me dirijo de nuevo a mi oficina y desecho la idea de los dos juntos. Es una maldita regla de oro, nunca, pero nunca, te folles a tus compañeros de trabajo. Por supuesto, eso no fue un problema cuando estuve en la Marina. Tal vez, entonces, deberías retirarte a un jodido monasterio de mierda, Taylor. Para aclarar mi mente, pienso en lo que Gail me dijo de la Sra. Lincoln y lo que he leído en su expediente, amiga de la familia, está en los negocios con Grey, no se siente intimidada por él, la forma en que ella lo regaña, tiene su propio código de acceso privado, es fría y autoritaria, trabajó para ella cuando era un adolescente, es una siniestra hija de puta… y de repente lo entiendo, toda esa cosa del S & M, la razón por la que Grey nunca tuvo una cita, la razón de que su familia no sepa nada

acerca de su estilo de vida retorcida. Todo se resume en una cosa: la Sra. Elena Lincoln. ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! Capitulo 5 _ ¡Oh, Taylor!, te voy a galopar hasta que estalles como el champán caliente. Levanto la vista y veo a Gail caliente, muy caliente, sus ojos azules ardientes en deseo, mis manos ruedan por su cuerpo hasta tocar sus pechos llenos, redondos y hermosos. Nos movemos juntos como si fuéramos el uno para el otro y sé que estoy cerca, tan cerca… y me corro. _ ¡Oh, Dios! Un ruido de un zumbido persistente se entromete en el momento. ¿Qué carajo? Mi puta alarma se ha disparado. Y me despierto. Solo. Y… ¿Oh qué? Sudoroso. ¿Un sueño húmedo de mierda? ¡No me lo puedo creer! ¿Cómo si fueras un adolescente de mierda? No jodas, Taylor. Peleo por salir de las sabanas arrugadas y me siento en el borde de la cama, intentando calmar mis pensamientos salvajes y la respiración entrecortada. Sólo un sueño. Pero un sueño de primera. Por Dios. No he tenido un sueño así desde… nunca he tenido un sueño así. Culpo a Grey y toda esa mierda perversa que tiene con doble sentido, en este apartamento de mierda. Me tambaleo sobre mis pies y voy a la ducha, tengo que lavar el sueño, la rigidez, la confusión naciente. Este no soy yo. No es así como me comporto. No soy tan estúpido como para joder con el personal. No voy a hacer perder su puesto a Gail. No importa lo mucho que lo desees. Para esto ahora Taylor, toma ya el jodido control. Me arrastro de nuevo a mi habitación con una sensación de depresión. La cama es un desastre y, ay dios, todo es un lío de mierda. Me visto rápidamente, sudadera y zapatillas de deporte, y luego tiro de las sábanas y las enrollo para llevarlas arriba, al lavadero. ¡Mierda! ¡Gail! _ Buenos días, Jason. ¿Has dormido bien?

Sí, jodidamente bien. _ Muy bien gracias, Gail. _ Realmente no tienes que hacer eso, ya lo sabes, dice, señalando las sabanas. Dámelas, yo las llevaré. ¡Mierda! ¡No! _ No, está bien, yo lo puedo hacer, le digo con demasiado énfasis. Su cara se cae. _ En realidad, no es ningún problema. Es bueno tener a alguien más que cuidar como al Señor Grey. No sé qué decir a eso. Nadie ha cuidado de mí desde… bueno, mi madre, supongo. La bruja ciertamente no lo hizo. Pero tal vez no estoy siendo justo, los dos éramos tan jóvenes y yo estaba lejos intentando salvar al mundo en nombre de los Marines de EE.UU. Me doy cuenta de que no he respondido a Gail y ella me está mirando un poco dolida. _ Viejos hábitos, Gail, murmuro, arrojando las sábanas en la lavadora y dando un portazo. Ella me sonríe. _ Entiendo. Pero, por favor, déjame hacerlo en el futuro. Ya tienes bastante con el Señor Grey. Su suave recordatorio me hace mirar el reloj. ¡Mierda! Las 05.59 am, y el hijo de puta no se retrasa. _ Gracias, Gail. Le digo sobre mi hombro mientras corro a la sala principal. Oigo su voz riéndose a mis espaldas. _ ¡No hay de qué! Grey está saliendo de su dormitorio cuando llego al vestíbulo. Justo en ese momento. Él me lanza una mirada curiosa. _ ¿Todo bien, Taylor? ¡Mierda, al tipo, realmente, no se le escapa nada! _ Sí, señor.

Él asiente con la cabeza, mirando distraído. Montamos el ascensor hasta la planta baja, en nuestro silencio habitual. Entonces dice: _ He cambiado el horario de la mañana. Voy a ver al Dr. Flynn a las 8.30am. Todos sus datos con la dirección están en su escritorio. _ Sí, señor. Me pregunto si está enfermo. Se ve bien, tal vez un poco más distraído que de costumbre. Pero él recorre, sin ninguna tregua, el trayecto habitual de diez kilómetros, haciendo caso omiso de las miradas que recibe de otros corredores, especialmente las del sector femenino. Sospecho que sabe que es un hijo de puta bien parecido, pero le importa una mierda. Ciertamente nunca le he visto utilizar su físico con nadie, ni siquiera con la magnífica Gail. Y mejor que ni se le ocurra. A las 8:15 am, estamos en el coche y nos dirigimos a ver al doctor. Estoy sorprendido cuando me doy cuenta de que el Dr. Flynn no es un médico sino un psiquiatra. No sé qué pensar de esto, sólo puede significar que Grey sabe que tiene problemas y está tratando de lidiar con ellos. Y por un momento trato de imaginar lo que debe ser tener una riqueza incalculable, y la responsabilidad de más de treinta mil empleados a la edad de veintitrés años, tener un jodido comienzo de pesadilla en la vida, y tener las garras de una mujer como la señora Lincoln escarbando muy cerca de él. Pero mi imaginación no es tan buena. No tengo ni puta idea de cómo se debe sentir con toda esa mierda. Por lo tanto, sólo tengo que esperar, gracias a Dios que soy un simple mortal, y repaso el resto de su agenda para la semana. Realmente me gustaría tener una tarde libre para poder ir y echar un vistazo a esos jardines de infancia para Sophie y pasar un rato agradable, preferentemente, con Gail. Voy a esperar y ver en qué tipo de estado de ánimo está cuando haya terminado con el loquero. Él está ahí por una hora y media, pero parece tranquilo cuando sale. Así que en el camino a la oficina, me arriesgo a preguntar. _ ¿Señor? _ ¿Sí, Taylor? _ Me preguntaba si podía tomar la tarde libre. Me volvería a 19:00 para llevarle a la recaudación de fondos en el Fairmont. Frunce el ceño. Bueno, valió la pena preguntar.

_ ¡Joder! La recaudación de fondos. Sí, por supuesto, Taylor. Tome el Audi, si lo desea. Avise a la Sra. Jones para que envíe mi esmoquin a la oficina, me voy a ir directamente desde allí. _ Gracias, señor. Una vez más, el hijo de puta me pone a la defensiva: Tome el Audi. Joder me encanta conducir ese coche. Además de ser una gama muy alta, cuenta con una amplia visibilidad y dispone de todas las medidas de seguridad que existen. Pero lo mejor de todo, es el sistema de sonido que Grey ha mandado a instalar, es fantástico. Es como tener a los músicos en el coche contigo. Echo un vistazo a sus CDs, es una mezcla muy ecléctica incluyendo de todo, Rat Pack, Alicia Keys, Red Hot Chilli Peppers, Springsteen, Puccini, Chopin, y un poco de música antigua medieval que nunca he escuchado. Me pongo Californication y subo el volumen bastante alto. He enviado mensajes de texto a la bruja para hacerle saber que estoy llegando. Tratamos de mantener la comunicación al mínimo. Pero primero tengo que echar un vistazo a estas escuelas. No tengo ni idea de lo que estoy buscando, voy a confiar en mis instintos cuando llegue. Realmente tengo muchas ganas de hacer de papá. La primera escuela es jodidamente horrible, lleno de niños pequeños que se ensucian y se comen los gusanos, en lugar de vestir uniformes y estar sentados en filas, aprendiendo las capitales de los estados. Son tres, por el amor de Dios. El director es un verdadero gilipollas, demasiado, así que le doy mi mejor mirada de tipo duro que está hasta la polla y lo dejo temblando dentro sus zapatos sin cordones. Los dos siguientes son mucho más a mi gusto: tranquilos, amistosos, los niños con aspecto feliz y excelentes instalaciones. El último tal vez tiene la ventaja, de que parece que hacen un montón de campamentos de día y esas cosas al aire libre. No estoy seguro de cómo mi princesa Sophie se sentirá acerca de todo eso, pero seguro que se parece a su padre. Aún así, siempre puedo jugar limpio y dejar decidir a la bruja. Será más fácil si ella toma alguna elección en el asunto. Voy a decirle que el nuevo jefe va a pagar una u otra. Cuando Sophie me ve, ella tropieza, se contonea por el camino mientras me grita: ¡Papá! ¡Papá! Es un momento agridulce, al ver a mi niña preciosa y también sabiendo que yo sólo puedo disfrutar una pequeña parte de la vida de mi hija.

Me arrodillo y me echa los brazos regordetes alrededor de mi cuello y entierro mi cara en su pelo suave y rizado. No me lleno lo suficiente de este increíble olor de mi bebé. _ ¡Hola, mi niña! Creo que has vuelto a crecer. ¿Tienes un beso para tu papá? Ella me planta un beso ruidoso y húmedo en la mejilla y luego arruga su pequeña nariz. _ ¡Ugh, pinchas, papá! Y frota con cuidado su dedo por la barba tenue que me ha crecido desde esta mañana. Miro hacia arriba y la bruja me está mirando. _ Jason. _ Lucy. ¿Cómo estás? _ Bien. ¿Y tú? _ Bien. Ella suspira. _ Sigues siendo el mismo gran conversador, Jason. Frunzo el ceño, pero me tengo que morder la lengua por el centenar de recuerdos que vienen a mi mente, no delante de Sophie. Le hablo de las escuelas que he visto. Naturalmente, ella está enojada por que mi elección se restringe sólo a estas dos. _ ¿Y si yo quiero decidir una escuela totalmente diferente, un mejor lugar para enviar a mi hija? Sophie está jugando en el patio trasero, un juego complicado con un conjunto de caballos de plástico. _ Es nuestra hija. Y puedes elegir, cualquiera de esas dos escuelas, la que prefieras. _ ¿Qué pasa si no me gusta ninguna de las dos? _ No se trata de lo que te gusta, es lo que es mejor para Sophie, y esas son las mejores. _ ¿Quién lo dice?

_ Mira, Lucy. Son buenas escuelas. Sólo tienes que ir y echar un vistazo. _ Estás tratando de intimidarme para que haga lo que tú quieras, como siempre, Jason. _ Por el amor de Dios, Lucy, acaba de ir y ¡mierda!, las he visto. _ No me grites, Jason. No estamos casados. ¡Gracias, mierda! _ Parecen grandes escuelas. Sólo tienes que ir y verlas, me decido a probar un tono más conciliador, por favor. Hay una pausa. _ ¿Cómo está tu nuevo trabajo?, me pregunta al fin. _ Está bien. ¿Cómo está tu madre? _ Bien. _ Bueno. Silencio. _ ¿No tenemos nada más que decir el uno al otro? _ No. _ Bueno. Entro en el jardín y beso a mi princesa. Está en medio de su juego así que ella me dice adiós con la mano de lejos, imperiosamente. Ella es tan parecida a su madre. Pero yo la amo endiabladamente de todos modos. ≈≈≈≈ La recaudación de fondos en el Fairmont es tan jodidamente aburrida que estoy en peligro de quedarme dormido con los ojos abiertos. Por el trabajo que hago, he estado en muchas reuniones de estas de alta sociedad, maratones de gente hablando llenos de aburrimiento, sólo un montón de gente rica, mostrando su dinero. Todo es por buenas causas, pero todo tan jodidamente aburrido. Por lo que me dice Andrea, Grey asiste a dos o tres de estas cosas al mes. No sé cómo Grey lo soporta. No sé cómo voy a aguantarlo.

Hay alrededor de 250 personas en total y una media docena de ellos tiene seguridad. Como yo, rondan en la parte de atrás, con los ojos parpadeando por la habitación en busca de algo fuera de lo normal, algo que puede ser señal de peligro. Reconozco a uno de ellos: James Rayment, un tipo inglés, ex-SAS, duro como una roca de mierda. Él asiente con la cabeza hacia mí y yo asiento posteriormente. No hablamos. Estoy empezando a ser capaz de leer el lenguaje corporal de Grey y puedo decir que está bastante aburrido. Lo esconde bien, pero puedo ver que él está sosteniendo su cuerpo rígido y luego cada pocos minutos se olvida y empieza a estar inquieto, y luego se da cuenta, y otra vez pone rígida su columna vertebral, tratando de mantener su atención. Creo que el hablante que tiene actualmente en frente tiene unos tres minutos antes de que Grey se marche de allí. Empiezo a contar. A los tres minutos y 45 segundos Grey me mira y me hace un guiño sutil. ¡Sí, soy bueno! Se desliza fuera de la mesa, le susurra algo al calvo a su izquierda y da pasos de distancia de la mesa. El orador vacila con su partida, lo sigue con sus ojos desde su sitio, pero Grey es un hombre con una misión, quiere salir de allí. Estoy a punto de reunirme con él en la salida cuando Rayment inclina la cabeza y me envía un mensaje sutil. Él golpea su auricular suavemente y pone tres dedos en la manga de su chaqueta. Yo frunzo el ceño y asiento con la cabeza hacia atrás. Él levanta una ceja como si me hiciera una pregunta, y mira hacia la salida. Me está preguntando si necesito ayuda. Probablemente no, le doy una pequeña sacudida de la cabeza y él indica que él comprende. Pero ahora estoy en estado de alerta. Rayment me ha dicho que hay civiles afuera, sin armas, pero provocando algún caos. Esta es probablemente la situación de bajo nivel que Welch me advirtió cuando tomé este trabajo. Rayment me está ofreciendo también un informe de seguridad y me hace saber que tiene ojos y oídos fuera de esta habitación, así que estoy tranquilo, lo que se nos viene encima está bajo control. Grey está a punto de salir de la habitación, pero se para a mirarme. Estrecho mi mirada ligeramente a sus ojos y niego con la cabeza. Se ve molesto pero espera a que llegue a él. _ ¿Qué pasa, Taylor? _ Tres hombres en el vestíbulo, posible intercepción en mente. Debemos salir por la salida de incendios, señor. Grey busca la salida más cercana de incendios, pero uno de los invitados se ha tirado a dormir allí en su silla. Si vamos por allí, vamos a tener que despertarlo.

Grey niega con la cabeza y empieza a abrir la puerta principal. _ Si yo pudiera ir primero, señor. Frunce el ceño, pero me permite salir delante de él. Los veo de inmediato y me sorprende que la seguridad del hotel no los sacara afuera, putos aficionados inútiles. Dos están sentados fingiendo leer los periódicos y el tercero está apoyado en una columna, tratando sin conseguirlo, de pasar indiferente. Casualmente reviso mi arma. No quiero tirar innecesariamente, Grey ya me ha dejado muy claro sus sentimientos sobre las armas, pero si eso significa hacer mi trabajo, no me importa un carajo lo que piense, y él lo sabe. Yo no tengo que decir a Grey que los hombres son motivo de preocupación, él puede leer la situación como yo. Pero otros dos hombres entran en el vestíbulo y las probabilidades no son tan favorables. Miro a Grey, él no entra en pánico, de hecho parece que está disfrutando. ¡Mierda! Realmente espero que él no vaya a empezar nada. Cuando ven a Grey, cuatro de los hombres empiezan a cantar. _ ¡Jaulas más grandes! ¡Las cadenas más largas! _ ¡Devorar a los ricos! _ ¡Poder para el pueblo! _ ¡Un fantasma invade el mundo! Grey pone los ojos en blanco. ¡Oh, por el amor de Dios!, ¿podrían ser menos originales? Estoy divertido, cuatro hombres le están gritando en la cara y él está irritado por su falta de originalidad. ¿Hay algo que se le pase a este tipo? Tomo nota de que un reportero acampado en el vestíbulo se ha puesto en alerta y está tomando fotos. Ya me ocuparé de él más tarde. La seguridad del hotel se está moviendo a un ritmo lento, convergiendo a los cuatro hombres cantando. El servicio de aparcacoches está de pie con la boca abierta, con su dedo metido en el culo en lugar de ir a buscar nuestro coche, maldito gilipollas. El quinto hombre, del tamaño de un defensa, tiene toda mi atención, claramente él está al mando. Él tiene algo oculto en la mano y podría ser un arma. Pero uno de los

equipos de seguridad de mierda de hotel se interpone entre Grey y yo y veo al quinto hombre hacer su movimiento. Empujo al de seguridad de mi camino cuando el quinto hombre levanta la mano. _ ¡Christian! le grito elevando mi voz mientras el obstáculo de la guardia cae. Grey se gira, ve el peligro, baja sus manos y una rodilla, y con la otra pierna barre las piernas por debajo de su atacante. El hombre cae pesadamente, dejando caer su arma. Grey lo patea, lo lanza boca abajo sobre su frente y le quita su arma de la espalda, con el pie y el brazo lo mantiene en una llave brutal, manteniendo sus manos libres. Mira alrededor de sus ojos, en busca de peligro, pero la seguridad del hotel ya ha contenido a los otros cuatro hombres. Por el rabillo del ojo veo a Rayment y a otros dos profesionales que salen de la sala, armas en mano. Grey permite a uno de los guardias de seguridad que recojan al hombre en el suelo, que está iracundo. Puedo recuperar el arma caída: una lata de pintura roja. Se acerca Rayment a mí. - ¿Estás bien, amigo? _ Sí, gracias por el aviso, Rayment. Sacudo la cabeza y veo que Rayment está sonriendo. Miro a Grey, preguntándome si todavía tengo trabajo, no debería haber dejado que la seguridad del hotel se interpusiera entre nosotros. Él está mirando al fotógrafo que acaba de tomar las fotos de toda una vida: Christian Grey maltratando a un manifestante anticapitalista en uno de los mejores hoteles de Seattle. Camino hacia el fotógrafo y él está sacando fotos todo el tiempo, alejándose de mí. _ ¡Usted no me puede tocar! Sólo estoy haciendo mi trabajo, hombre. Lo ignoro. ¿Él está haciendo su trabajo? Sí, bueno, yo estoy haciendo el mío. Saco la cámara de sus manos y echo un vistazo a todas las fotos que ha tomado. El tipo es bastante bueno, ha cogido la cosa entera, incluyendo el aspecto de goce feroz en el rostro de Grey cuando él tenía en el suelo a ese hijo de puta. Borro todas las imágenes y, sólo por buenas medidas, saco la tarjeta de memoria, la doblo entre mis dedos, y luego le doy la espalda, dejándolo completamente destrozado. Sabe que acaba de perder por lo menos un pellizco de veinte mil dólares por la pérdida de esas fotos.

Él comienza a hablar sobre la Primera Enmienda y la libertad de prensa, pero me importa una mierda. Estoy de un humor de mierda asqueroso. Grey, por otra parte, parece que está disfrutando. _ Voy a por el coche señor, le digo, echando una mirada malvada al empleado del parking que sigue actuando como una figura de cera. _ Bien, Taylor, Grey dice afablemente. El gerente del hotel viene corriendo. El hijo de puta grasoso está pálido, tiene los ojos muy abiertos con aprensión, que va a ser de su puesto si Christian Grey presenta una queja. _ Lo siento mucho, señor Grey. Nunca… No puedo creer… hablaré con nuestro equipo de seguridad… esto es un shock… nunca en el Fairmont, nunca antes… mis disculpas, señor… yo… Grey le hace callar con un gesto de su mano mientras le mira con una mirada divertida en su rostro. _ Un memorable evento para recaudar fondos, Señor Dalton, dice secamente y luego se aleja, dejando al gerente tirándose de la corbata, con el rostro sudoroso por el miedo. El servicio de aparcacoches por fin ha aparecido con el coche. Deja caer las llaves en mi mano y me esquiva a un lado antes de que pueda decirle nada a él, o algo peor. Sabiamente, él no espera una propina. Grey se desliza dentro del coche, cierro las puertas y nos alejamos, esquivando al resto de los fotógrafos de mierda que se agrupan fuera, rebuznando como una manada de burros follando. A medida que nos alejamos, yo capto su mirada en el espejo retrovisor. _ Dale las gracias a tu amigo de mi parte, Taylor. Entradas Premium para el próximo partido de los Marineros, ¿estaría bien? _ Gracias, señor, murmuro. Parece divertido, pero no habla de nuevo. Supongo que esto ha sido todo un cambio a hacer fusiones y adquisiciones. Capitulo 6

Su nombre es Leila Williams. Eso es lo que dice en el informe de seguridad que Welch me ha enviado. Ella tiene veintisiete años, una estudiante de arte de medio tiempo, trabajando en una pequeña galería de arte en la zona de Belltown, cinco o más manzanas del Pike Place Market. Ella firmó su Acuerdo de Confidencialidad y el jefe tiene una cita para reunirse con ella a las 8pm. Su fotografía muestra a una mujer bonita, con el pelo largo de color castaño hasta los hombros y ojos marrones. Ella tiene algunos delitos menores por intoxicación pública y uno por posesión de marihuana, cuando estaba en su adolescencia. Nada desde entonces. Ella se mudó hacia el oeste, hace tres años y ha trabajado constantemente desde entonces. ¿Entonces por qué diablos quiere ser la sumisa de Grey? He contratado una habitación sin gracia en un edificio de oficinas sin complicaciones para la entrevista. Obviamente él no puede hacer este tipo de entrevistas en su oficina y él no la llevará a Escala hasta que se haya decidido que se cerrará el contrato. Los hoteles están fuera de Christian Grey el soltero solitario. Quien sabe si cualquier paparazzi podría estar acechando detrás de cualquier maceta para tener la oportunidad de hacer dinero. He trabajado para un montón de hombres ricos desde que me metí en la protección personal. Grey no es el primero en utilizar las prostitutas y no es la primera vez que me han pedido que se las busque. Algunas de las prostitutas que he conocido, son profesionales, es decir, han sido bien educadas. La gente racional no las ven como una simple transacción sobre la base de las fuerzas del mercado, es muy simple: tienen algo que vender y alguien está más que dispuesto a pagar bien por ello. Están muy bien vestidas, muy limpias, conducen coches de los más caros, de los que yo nunca podría pagar. Conozco el otro lado también, sucio, lleno de drogadictos, mujeres ordinarias, horribles, con las cuales uno cruzaría la calle sólo para evitarlas. Usted se sorprendería de saber a cuántos hombres se les ponen la polla dura por estar con este tipo de mujeres. Una imprudencia bien temeraria que ni siquiera yo les cubriría la espalda. Un hombre que se arriesga de esta manera, no puedo acompañarlo ahí. No puedo proteger a un hombre que persigue este tipo de emociones. O tal vez me estoy engañando a mi mismo, no puedo trabajar con un hombre que se aprovecha de las mujeres, que las usa y las tira como basura. Tal vez sea una pequeña distinción, pero yo tengo mis límites. Ahora la situación de Dominante/Sumisa, es algo que aún no entiendo. Yo ni siquiera sabía que existía una diferencia entre el Sexo Masoquismo. Hasta que empecé a trabajar con Grey. Vivir y aprender. No es que hemos hablado de ello. Yo no subo al coche a preguntarle a mi jefe: Buenos días señor, ¿cómo lo llevas? Así que usted está pensando hoy en sacarle la mierda a una mujer, ¿cómo funciona eso? No, yo escucho con atención sus instrucciones, solo hago mi tarea de mierda. Resulta que Grey ha estado teniendo estas relaciones desde hace años. Él guarda los archivos en un cajón cerrado con llave en su escritorio. He visto los archivos. La señorita Williams es el número de expediente 12. ¿Y sabes qué? Todas las otras sumisas tenían el pelo largo y castaño, también. Lo cual es un alivio. Y ahora entiendo por qué Gail, Andrea, y todas las otras mujeres cercanas a Grey de una manera profesional son rubias, por lo que no se siente atraído por ellas. Gracias a

Dios. Vencer a la mierda de tu jefe por mirar demasiado a tu mujer no es un movimiento fácil. O la mujer que podría ser tu mujer. Mi mujer. He trabajado para Grey desde hace dos meses y no tengo que joder a ninguna parte con Gail. Ella es amable, hablamos, nos reímos juntos y eso es todo. He revisado mi contrato con Grey de nuevo y no hay nada allí sobre las relaciones con otros miembros del personal, pero todavía no estoy seguro si él puede despedir mi culo por si algo pasa entre Gail y yo. Así que en un miércoles por la tarde, en junio, un par de semanas antes del cumpleaños número veinticuatro del jefe, lo estoy llevando a la oficina que alquilé. ¿Tengo que estar de acuerdo? No es necesario que lo esté. Este es mi trabajo. Pero tengo que decir que me siento incómodo conmigo mismo, porque yo sé lo que él le quiere hacer a esta mujer. Si lo que quería era tirarse a una morena, supongo que podría aceptar eso. Bueno, después de todo, esto es consensual. No sé en qué términos se catalogaría esto como legal, yo lo catalogaría como prostitución. Perdón, no tengo un título de abogado de mierda. Pero el hecho es que yo sé que a parte de tirársela, él quiere sacar toda la mierda de ella. Quiero decir he visto todas las mierdas que tiene en su cuarto de juegos: cinturones, bastones, látigos, cadenas, esposas y otras cosas que no quiero ni pensar. Está bien, puedo entender el juego de las esposas, pero ¿por qué Grey quiere hacerle daño a una mujer así? Y lo que es peor ¿por qué ella quiere que se lo hagan? Es un fanático del control en el trabajo y gracias a él, mucha gente llega a pagar su hipoteca cada mes. Para la gente que trabaja duro y se entrega a su trabajo, es generoso hasta la exageración. Y sé que es sincero acerca de su proyecto de agricultura en la Universidad. Además él ha pagado porque Sophie vaya al mejor preescolar de la ciudad, incluso la bruja de mi ex mujer ha tenido que aceptar que es una muy buena escuela. La verdad es que Grey es una cagada, pero al menos él lo sabe. Algunas cosas malas le deben haber pasado cuando niño y me he dado cuenta que nadie lo toca, él no permite que nadie lo toque, ni siquiera su familia. Nadie lo abraza, ni una palmadita en la espalda. Bueno sólo Mía que sabe por donde abordarlo, ella se le lanza y lo agarra por los brazos. Pero me he dado cuenta que ella se cuida de cómo lo hace. La excepción de la regla, es la mujer Lincoln. Cualquiera que sea su historia, yo apostaría mi último dólar a que ella tuvo algo que ver con sus gustos. Casi que apostaría mis bolas de que ella sin duda lo metió en la escena de BDSM. Hago un rápido recorrido por la oficina, luego lo escolto hasta ella. La única persona alrededor es un tipo de seguridad de la noche, que nos pasa sin pestañear y un limpiador de aspecto hispano que lleva auriculares mientras pule los pisos. Cuando la señorita Williams llega, ella se ve nerviosa y tiene un aspecto más joven que la fotografía. Tiene buena pinta, aunque es muy flaca para mi gusto. Yo prefiero una mujer con curvas. La mente en el trabajo Taylor. La llevo a la oficina alquilada y espero afuera. No puedo dejar de preguntarme qué tipo de preguntas Grey le estará haciendo. ¿A quien coño le preguntan en un trabajo si se lo quieren tirar por el culo? La mayoría de los jefes no se molestan en preguntar eso. Cuarenta minutos más tarde, ella se va pareciendo bastante satisfecha de sí misma, así que supongo que es un hecho. El Jefe tiene nueva sumisa. En el coche cuando

hacemos nuestro camino de regreso al Escala, Grey me dice que ordene un nuevo Audi A3 en color azul, a nombre de Leila Williams y entregarlo en su dirección del barrio Broadview. No es de extrañar que ella se viera tan jodidamente satisfecha de sí misma. Espero que ella sienta lo mismo cuando la estén golpeando para sacarle los siete tonos de mierda. Leyendo en Internet veo que a algunas mujeres les gusta toda esa mierda. Yo de verdad no lo entiendo en absoluto. Incluso hay lugares, clubes nocturnos en Seattle, donde las mujeres pagan para que los hombres las golpeen y se las follen. Tal vez estoy en el trabajo equivocado. Sospecho que el jefe solía ir a lugares así, pero eso sería demasiado arriesgado ahora para un mega millonario famoso. Grey se dirige directamente a su estudio cuando entra y yo me dirijo directamente a la cocina para mi arreglo personal con Gail. Ella sonríe cuando me ve y es como si de repente veo el sol en una mañana de Seattle. No puedo evitar sonreír de nuevo. _ Hola, Jason. ¿Cómo estuvo tu día? _ Medio aburrido ¿y el tuyo? Ella se ríe. _ Bueno, tal vez pueda animarte con linguini alla Puttanesca. _ Suena bien, Gail. Pero todo lo que tú cocinas es buenísimo. _ Deja la adulación Jason. Ella me pasa un vaso y una botella de cerveza. _ Aunque no creo que la adulación esté en la lista de tu trabajo. Suspiro, pensando en algunas de las cosas raras que están en mi descripción de trabajo. _ ¿Qué te pasa? Yo me debato entre si mencionarle a la señorita Williams, me imagino que ella de alguna manera, más temprano que tarde lo sabrá. _ El jefe ha conseguido otra de sus mujeres. Una nueva sumisa. _ ¡Oh! Solo alcanza a decir. Su cara se cae. Puedo decir que ella siente lo mismo que yo. _ Bueno supongo que eso tenía que suceder. Me dice suspirando. _ ¿Por qué un hombre agradable y joven como el señor Grey, tiene la necesidad de… bueno… ya sabes? El tiene un buen corazón, yo no entiendo de dónde le viene toda esa oscuridad. Creo que tengo un mejor pensamiento sobre la situación de Gail, pero eso no quiere decir que lo entiendo. _ Gail, ¿puedo hacerte una pregunta? Ella me mira expectante, sus grandes ojos azules curiosos. _ Por supuesto, Jason. Cualquier cosa, ya lo sabes. _ Bueno, me preguntaba, ¿qué te dijo el jefe acerca de estas mujeres y de su… eh… sala de juegos? Por un breve instante me parece ver parpadear con decepción su rostro, pero se ha ido tan rápido que no puedo estar seguro. _ Bueno, cuando llegué para el trabajo, firmé mi acuerdo, por supuesto. _ Claro, le digo. _ Y tuvimos una especie normal de entrevista. Me preguntó acerca de los otros lugares en que yo había trabajado, por qué había dejado mi último trabajo y así sucesivamente. Yo pensaba que era un joven muy agradable, muy serio para su

edad. Me explicó que vivió aquí solo, pero que estaba pensando en contratar a un personal adicional para su seguridad, pero eso era todo. No tenía familia que viviera con él, ni esposa ni hijos. Yo sabía que el trabajo era atenderlo durante la semana y que él me podía necesitar de vez en cuando los fines de semana. Me dijo que tenía que hacerme cargo de la casa, organizar las compras, cocinar, la limpieza, y organizar cualquier mantenimiento del hogar. Ya sabes lo de siempre. Hace una pausa. _ Admito que estaba un poco nerviosa acerca de cómo trabajar para un hombre tan joven. No estaba segura de si podría… intentar cualquier cosa. Sobre todo porque yo estaría viviendo sola con él durante varios meses, para empezar. Pero luego dijo que tenía una invitada que venía cada fin de semana. Me sentí aliviada porque, por supuesto, pensé que se refería a una novia. Ella suspira. ¡Dios mío, entonces me dijo, y yo nunca lo olvidaré! Mi fin de semana es un invitado casi como un empleado. Un empleado especial. La señorita Saunders no se mezcla ni con la familia, ni con conocidos de negocios, ni con el personal. Me sorprendió, pero no tan sorprendida como tú puedes pensar porque como sabrás soy un Ama de Llaves y he visto muchas excentricidades en mi trabajo. Debes entenderme Jason. Asiento con la cabeza. Jodidamente cierto. _ Entonces el señor Grey me sugirió que mirara alrededor del apartamento, para que lo conociera y viera en lo que me estaba metiendo. Esas fueron sus palabras. Yo estaba encantada. El lugar era moderno y luminoso y bien ventilado, tanto para el personal como para el Señor Grey, la cocina estaba bien equipada, un sueño para trabajar. Y luego… entré en su sala de juegos… Se me cayó la mandíbula. Ella niega con la cabeza, incrédula ante el recuerdo. _ Me sentí como Alicia cayendo por el agujero del conejo. Mi reacción inmediata fue que yo no podía trabajar para él. Así que volví a su estudio y le dije que no podía aceptar el trabajo. No parecía sorprendido hablarme de la situación con más detalle. Casi se me salió preguntarle, porque bueno, estaba curiosa en cuanto a lo que me pudiera decir. Me dijo que era un cuarto de juegos para uso exclusivo de sí mismo y para el huésped del fin de semana y que todo lo que pasaba ahí, era consensual. Dijo que eran sólo ellos dos sin ningún invitado adicional. También me aseguró que era una relación puramente profesional. Pero yo tenía mis dudas. Me dijo que si quería pensarlo antes de darle una respuesta, pero la verdad yo no tenía ni la más mínima intensión de aceptar el trabajo. Nos dimos la mano y me fui. _ ¿Qué te hizo cambiar de opinión? ¡Estoy tan curioso ahora! _ Conocí a su madre. La Dra. Trevelyan llegó justo en el momento en que me iba. La vi tan dulce. Y él era tan bueno con ella, cariñoso, de lo más normal. Nos presentó y ella se sonrió y dijo que estaba tranquila al saber que alguien estaba al cuidado de su hijo. Y el Señor Grey se echó a reír y le volteó los ojos. Me fui a la casa y lo pensé mucho. Al final me decidí por un mes de prueba y bueno, aquí estoy. Ella sonríe. Y me sorprende, es una mujer valiente. _ Pero estoy curiosa, Jason. ¿Cuáles fueron tus primeras impresiones? Ella me puso en un aprieto. Así que prefiero irme por la honestidad. _ Pensé que era un hijo de puta retorcido. Gail se sonríe. ¡Bueno bastante!

_ Y si había algo ilegal o si estaban niños o cabras involucradas… o cualquier cosa extraña, yo no estuviera aquí. Creo que la he sorprendido, pero luego empieza a reír y no puedo evitar reír también. _ ¿cabras?, dice ella, con los ojos bailando con humor. _ ¡Sí!, Le digo, riendo, ¡menos mal que no hay cabras! _ ¡No hay cabras! Ella está de acuerdo. Miro hacia arriba y veo de pie a Grey en la puerta mirándonos. Me pregunto cuánto ha escuchado, pero él no parece preocupado. _ ¡Oh! Buenas tardes, Señor Grey, dice Gail. _ Me temo que el Señor Taylor está demasiado interesado en mi receta de cabra al curry. Estuve a punto de atragantarme con mi cerveza. Grey se me queda viendo y dice: _ No puedo pensar que cabra al curry sería una comida que me gustaría ver en su menú, señora Jones. _ No, señor, dice ella, con la cara seria. _ No hay cabras. Hay una pausa incómoda mientras mantengo mis ojos hacia abajo, mirando a mi cerveza como si fuera la última agua en el desierto. _ El linguini alla Puttanesca estará listo en cinco minutos, Señor Grey, dice ella, sonriéndole con suavidad. _ Gracias, señora Jones, suena excelente, mejor que la cabra. Y me gustaría revisar los menús de la semana después. _ Por supuesto, señor, le dice. Él se aleja y no puedo dejar de pensar cuando escucha la risa de otras personas en su casa. Pero ninguna risa con él. La idea es aleccionadora. Miro hacia arriba y Gail sigue sonriéndome, me distrae de mis pensamientos. No puedo evitar sonreír de nuevo. _ Jason, dice ella, ¿te puedo preguntar algo? _ Claro, Gail, ¿qué es? _ ¿Alguna vez me vas a invitar a salir? Capitulo 7 Gail me quita el aliento. Es divertida e inteligente y tiene el culo más fantástico de toda mujer que haya conocido. Y créanme, ya que ella me preguntó si alguna vez iba a invitarla a salir, he tratado la mayor parte del tiempo de no pensar en eso. _ Jason, ¿puedo hacerte una pregunta? _ Claro, Gail, ¿qué es? _ ¿Alguna vez me vas a invitar a salir? Vuelvo a pensar esa noche. Ella no tenía por qué pedírmelo dos veces. La única cosa que me había estado reteniendo era mi preocupación de que podría perder su

puesto de trabajo. La mayoría de los empleadores prefieren pensar en su personal como célibes electrodomésticos inanimados. Yo no sé si será bien visto por Grey, pero si a Gail no le importa, bueno, yo no necesito una invitación escrita de mierda. Allí estaba sentada, mirándome directamente, viéndome con esos hermosos ojos azules, se sentía tan cálida y confiada. Su mirada era magnética. Mi mano se inclinó sobre la mesa y le acaricié la mejilla. Sus párpados se agitaron y se apoyó en mi mano, suspirando suavemente. La distancia sobre la mesa estaba demasiado lejos. Me puse de pie y caminé alrededor a su lado, atraído hacia ella. Puso sus manos suaves y frescas sobre las mías y se levantó. Ella sonrió y sentí que el aliento salía de mi cuerpo. Tan hermosa. Tan jodidamente hermosa. Suavemente, ella envolvió sus brazos alrededor de mi cuello y apretó mi cara hacia ella. Sus labios tocaron los míos y el deseo latía en mí. Yo no podía aguantar más, Dios me ayude. Yo quiero cada centímetro de ella. Ella se apartó de mí, jadeando en busca de aliento, mi vehemencia la toma por sorpresa. Luego sonrió y sin decir una palabra, tomó mi mano y me llevó a su habitación. Mil imágenes chocan en mi memoria: su piel, su olor, su suavidad, su calor, la ternura de sus caricias, su pasión ardiente por mí. Una y otra vez nuestros cuerpos en perfecta combinación. La soledad borrada por el sudor, los besos y el calor. ¡Follando divino, sentimos los fuegos artificiales! Nada más fresco, tranquilo y sereno que una mujer apasionada tomando lo que quiere. Hemos dormido tal vez una hora cuando la alarma de mi reloj de pulsera se prende. _ ¡Mierda! ¡Está sonando la alarma! Me siento aturdido y desorientado un poco. Entonces veo a Gail sonriéndome, con el pelo rubio revuelto todo como algodón de azúcar, un halo brillante alrededor de ella. _ ¡Buenos días, no te asustes, Jason! Se está riendo, burlándose de mí, y soy tan feliz que tengo esa sonrisa de colegial ridícula estampada en la cara. Yo me acerco para besarla y por el más breve de los momentos quiero follarla de nuevo. Luego me pone la mano en el pecho y me empuja suavemente. _ ¡Arriba! _ ¡Sí, ya me paro!

Ella se ríe. _ Hay que trabajar. A pararse. Es hora de correr por la mañana con el Señor Grey. Después de la noche maravillosa que pasé con Gail, la última cosa que quiero es meter una carrera de velocidad de seis millas con el jefe. Ella me empuja de nuevo. _Voy a tenerte el desayuno esperando cuando vuelvas. _ Dios, tú eres una mujer fantástica. ¿Dónde has estado toda mi vida? _ Jason, ya me has tenido. La adulación no te llevará más lejos. Me encojo de hombros. ¿Estás segura de eso? Se ríe de nuevo, entonces se agacha al suelo y tira de mí mis pantalones. _ ¡Vete, no te olvides de tus pantalones! _ Las palabras que todo hombre quiere escuchar, le digo sonriéndome. Pero ahora tengo prisa. Recojo el resto de mi ropa y me paseo desnudo a través de la sala de estar hasta mi cuarto. Con la confianza de que Grey no va a venir a buscarme por el momento. Me pongo mi ropa de deporte, mis zapatos y salgo. Grey está esperando en el vestíbulo. Parece enojado. Supongo que debe ser de último segundo. Creo que va a masticar mi culo, pero luego levanta las cejas y me mira escondiendo una sonrisa. ¿Cuál es su problema? Pero cuando entro en el ascensor, y echo un vistazo a los espejos, me veo como el infierno. Mi corte de pelo sobresale de un lado. No entiendo que sucedió, porque estoy seguro que no pasamos a dormir mucho tiempo. Parece que tengo un cartel colgado en mi pecho que dice: Bien follado. Me pregunto si él va a decir algo. Pero nada, no hay comentarios. Eso cambia cuando estamos fuera. En lugar de la habitual marcha, el hijo de puta va más rápido de su velocidad normal. El maldito parece que metió motores y recorre uno de nuestros circuitos más largos y cuando echo un vistazo a su cara, puedo ver que está sonriendo. ¡Él sabe! Yo no suelo tener problemas para mantenerme al día con un cliente en una carrera. Estoy acostumbrado a hijos de puta llenos de grasa que presentan cansancio en el camino alrededor de una pista de un kilómetro. Pero Grey me está ¡matando! Y él lo está disfrutando. Hijo de puta retorcido. En el momento en que llegamos a Escala mis piernas se sienten como el plomo y mis ojos están a punto de salirse de su órbita y chorrear por mi cara. Pero él todavía

no me ha dicho nada acerca de Gail. Tengo la sensación de que estará pensando algo. Él se dirige a la ducha y me dejó de pie en el vestíbulo. Todo lo que me vaya a hacer o decir, no puedo cambiar lo que pasó, y yo no quiero hacerlo. De ninguna manera. Ni por un cabrón retorcido como Grey. Gail está en la cocina. Ella se ve muy bien en su bendito uniforme limpio de camisa blanca y falda negra, con el pelo todavía húmedo. No puedo contenerme a mí mismo. Me acerco y envuelvo mis brazos alrededor de su cintura mientras ella está cocinando y acaricio su cuello. _ Hola cariño, ya estoy en casa, le digo en voz baja. Ella se ríe. _ Bueno, ve a la ducha y te daré algo para desayunar. ¡Ahora! O voy a terminar quemando esto. Ay Dios, me encanta como me habla. En el momento en que salgo de la ducha, la cocina está vacía. Ella debe estar sirviéndole a Grey. De repente estoy ansioso de saber si él le dice algo a ella cuando no estoy ahí para defenderla. Si él comienza fastidiándola voy a matar al hijo de puta. Estoy a mitad de camino por el pasillo cuando Gail regresa. Contempla la expresión de mi cara. _ ¿Qué te pasa, Jason? Te ves… _ ¿Se dio cuenta Grey? ¿Te dijo algo? _ ¿Sobre qué? Se ve realmente perpleja, pero estoy aliviado. _ Es que… tengo la impresión de que esta mañana él se dio cuenta. Ella se sonroja. _ ¡Oh! ¿Cómo? _ Supongo… Es que esta mañana estuvo más rudo que lo habitual. Ella sonríe. _ Sí, tú no estabas tan apuesto como siempre. _ ¿Apuesto? nadie me ha llamado así. _ ¿En serio? Creo que te ves muy bien en tu traje. Pero esta mañana…, dice riendo, no estabas tan elegante como siempre. _ ¿Elegante y apuesto? Podría acostumbrarme a esas palabras, señora Jones.

_ Pues acostúmbrate Taylor. Entonces ella frunce el ceño. El Señor Grey no me dijo nada, parecía exactamente el mismo de siempre. Ah, y me pidió que te dijera que va a Bellevue esta noche a cenar con sus padres. _ Ufff… _ ¿No te gustan los Greys? _ Sí, están bien. Es sólo que… Mía. Ella se ríe. _ Señor Taylor ¿Me estás diciendo que un ex-Marine con sus años de experiencia en la protección de personal no puede manejar a una chica de dieciocho años? _ Sí, justamente por la edad que tiene. _ ¿Quieres que vaya y te proteja? _ Sí tú quieres señora Jones. _ ¿Por cierto Taylor, en verdad estás asustado? _ Jodidamente aterrorizado. El día va pasando. No soy necesario por lo general cuando el jefe está en las Empresas Grey, así que me dirijo a la sala de CCTV y dormito un poco con los ojos abiertos, con la cabeza apoyada en la mano. El resto del personal de seguridad me deja en paz, la mayoría son ex-servicios y saben por el aspecto de alguien, que ha estado despierto toda la noche. Simplemente asumen que tiene que ver con Grey, no ciertamente con la deliciosa Gail. Y ellos no van a saber. Algunas cosas son privadas. A las 7:00pm la mayoría del personal se han ido, sólo unos pocos culos jala bolas, que quieren impresionar al jefe con su ética de trabajo. Tendrían que trabajar 24/7 para ponerse al día con él. Y hay unas pocas mujeres empleadas flotando en la recepción esperando que él las tome en cuenta. Sueñen señoras, no va a suceder. No ahora que tiene su sumisa nueva. Ella va a venir este fin de semana, supongo. El pensamiento deteriora mi estado de ánimo. Gail estará ausente mientras que el jefe trae a su sumisa nueva, Leila. Tal vez voy a ser capaz de salir y ver a Sophie en vez de quedarme en el apartamento y ver a Grey en una de sus folladas maratónicas. Pero primero tengo que pasar una noche en casa de los Greys o, más específicamente, pasar la noche evitando atenciones de la señorita Mía Grey. Me

planteo la idea del camuflaje pero seguro que el jefe me hará preguntas si me consigue con la cara pintada de negro. Él está tranquilo mientras vamos hacia Bellevue. Se adapta a mí, aunque un poco de conversación me ayudaría a mantenerme despierto. Entro en la mansión de los Greys. Es hermosa y serena y otra vez me pregunto cómo alguien tan jodido podría haber salido de un lugar como este. Tal vez hay algunos recuerdos que ningún número de años felices puedan borrar. Por ejemplo, un recorrido por Irak, dos en Afganistán. Pero yo no era un niño y yo no estaba solo. La señora Grey nos espera, con el rostro iluminado, al abrir la puerta del jefe, él sale del coche. _ Feliz cumpleaños Christian querido, dice ella, besándolo en la mejilla con cuidado. Y felicidades por tu licencia de piloto de helicóptero. Sí. El jefe consiguió su licencia la semana pasada. Y el bastardo obscenamente rico se ha comprado un Eurocopter equipado para vuelo nocturno. Vete a la mierda. Él tiene más recursos que mi antigua Unidad. _ Madre, sonríe brevemente. ¿Su cumpleaños? Él no dijo nada. Pero de nuevo, ¿por qué iba a hacerlo? Aunque algunas personas con las que he trabajado le cuentan a su personal para que les hagan un desfile de mierda de felicitaciones. Pero no Grey. _ Taylor, puede aparcar el coche por un lado. Habrá una comida para usted en la cocina o… ¿puede que prefiera dormir en el coche? Tiene la cara impasible, pero puedo decir que es divertido, refiriéndose, sin duda, a la pila de mierda que lo acompañó en su carrera esta mañana. Bastardo. _ Señor. Regreso al coche cuando Mía Grey galopa a la vista. Yo diviso su rostro decepcionado por los espejos retrovisores del vehículo. Tengo la sensación de que voy a verla más tarde. La seguridad en la mansión Grey, obviamente, no es una prioridad para mí. Existen múltiples puntos de entrada posibles no menos de la orilla del agua. Si el jefe va a pasar mucho tiempo aquí, allí tendrían que haber cambios. De hecho, voy a recomendar que Welch le hable acerca de la actualización de la seguridad para toda su familia. Si alguien quiere hacer dinero rápido, su familia sería un punto vulnerable para Grey, mientras que el vive en su fortaleza aislada en el Escala.

Me doy un paseo alrededor de la casa y vago por la cocina. La cocinera se presenta como Nora. Ella es una mujer de aspecto amigable de unos cincuenta años y ha hecho una buena comida de salmón escalfado. Objetivamente, yo diría que no está a la altura de Gail, pero está bastante bueno. Estoy a punto de volver al coche cuando Mía Grey entra a la cocina, Nora está sirviendo en el comedor y a la Señorita se le ilumina la cara cuando me ve que me tiene atrapado solo. _ ¡Hola Taylor! Christian dijo que estarías durmiendo en el coche, pero aquí estás. ¿Estás esperando por mí? Tengo que cortar esto de raíz… antes de que mi culo salga rodando por el borde. _ Señorita Grey, va a ser que me despidan y me gusta este empleo. Necesito estar alerta ante todo. _ ¡Oh! No te preocupes por Christian. Eres tan lindo cuando estás hablando en serio, ¿Cuál es tu nombre de pila? Christian no me lo dirá. ¿Tienes novia? o tú eres del tipo fuerte y silencioso ¿verdad? Creo que tú y Christian se llevan bien. De repente, ella se sonroja. _ ¡Oh! ¡No me refiero a eso! No es que haya nada malo en ello. _ ¡Joder! ¿Qué me he perdido? ¿Ahora ella piensa que yo soy el “amiguito” del jefe? ¿Cree que porque no le acepto sus coqueteos son gay o qué? Afortunadamente Nora vuelve, mientras me las arreglo para conectar mi cerebro a las partes que hablan. Nora echa una mirada severa y me desaprueba, pero sonríe cálidamente a la señorita Grey. Típico de las mujeres, siempre piensan que todos los hombres son los malos. Yo hago mis excusas y me voy, mientras Mía pone mala cara. Ella me va a dar algún tipo de golpe un día y qué podría hacer yo. Me las arreglo para conseguir de cerrar los ojos por una hora en el SUV con el asiento derecho antes de que el jefe salga de la casa. Su hermano mayor Elliot está con él y puedo ver por la forma en que me está mirando, que la señorita Grey le ha informado de su última teoría. ¡Joder! ¿Ahora soy el gay del jefe? Pero por lo menos voy a mantener a la señorita Grey apartada de mi culo. Oh mierda, que expresión la de Elliot, pero dadas las circunstancias, sólo quiero largarme de aquí. Nos dirigimos de nuevo a Escala en silencio. Me pregunto si debo desearle al jefe feliz cumpleaños, pero estoy tan fastidiado con su familia que no puedo reunir el entusiasmo. Vuelvo a pensar en cómo pasé mi cumpleaños número 24. Mi cara con

el resto de mi pelotón. Grey no parece tener ningún amigo. De hecho, a pesar de su enorme riqueza, él no es un hombre feliz, un jodido miserable de lujo. La única vez que lo había visto sonreír realmente fue cuando estaba navegando o volando. Y cuando no está haciendo eso, él está trabajando, o follando. El pensamiento me recuerda que la señorita Leila Williams estará aquí el fin de semana. Conduzco en el garaje y Grey entra directamente en el ascensor y se va lejos. Hago un barrido rápido y reconozco todos los vehículos. No hay extraños aquí esta noche. Es más de medianoche, así que supongo que Gail se ha ido ya a la cama. Ella dejó una luz encendida en la cocina del personal para mí, con un vaso de leche y un plato de galletas. ¡Dios, me encanta esta mujer! Cerca de las galletas hay un papelito escrito con una sola palabra: ¿Cansado? ¡Por supuesto que no! Capitulo 8 Viernes por la noche. Gail se ha ido el fin de semana. Los cuartos del personal se sienten vacíos sin ella. Mierda, ya echo de menos su risa. Vago por el circuito cerrado de televisión en la sala, me devuelvo a mi oficina, y espero la llegada de la señorita Leila Williams. Tengo curiosidad de cómo funciona todo esto, el conjunto completo de sumisa. ¿Es sólo en la sala de juegos o esto es como 24/7 por toda la casa? Justo antes de las 8:00 pm, la alerta del garaje me dice que alguien ha entrado con el código de entrada de Grey. Me desplazo a las cámaras y veo el Audi azul que me las arreglé para ser entregado a la señorita Leila en el parque de la bahía 5. Se ve nerviosa cuando ella sale del coche. ¡Vete a la mierda! ¿Quién no lo estaría? Sabía de chicos en el servicio que eran fanáticos perseguidores de culos, pero no me puedo ver pagando por eso nunca. Quiero decir, tienes que probarlo para saber que no te gusta, ¿no? Pero, francamente ¿pagar para sacarle la mierda a alguien?, parece un poco desesperado. Hago mi camino para encontrarme con la señorita Leila y me detengo en la oficina de Grey. El está mirando las hojas de cálculo de nuevo, pero me doy cuenta por la tensión en sus hombros que él es plenamente conciente del tiempo y lo que voy a decirle. _ Señor la señorita Williams llegó, está subiendo en el ascensor. _ Muéstrale el salón, Taylor. Yo no te necesito otra vez esta noche. Mierda espero que no. _ Señor.

Cuando las puertas se abren, ella sale en busca ansiosamente a su alrededor. _ Señorita Williams. _ Oh, hola de nuevo. Taylor, ¿es como te llamas no? Ella sonríe, pero se ve un poco preocupada. _ Sí, señora. Sígame por favor. El señor Grey me pidió que esperara en el salón. _ ¡Guau! Este lugar es increíble. Contempla el arte en las paredes y parece abrumada. Me siento un poco apenado por ella. Pero ella hizo su elección por así decirlo. _ Oh, ¿él toca el piano? No quiero hablar del jefe, así que le apunte hacia el blanco sofá de cuero y le dije que se ponga cómoda. Dentro de poco te van a sacar toda la mierda de tu precioso trasero. ¿Será eso posible? Me siento tan jodidamente incómodo Sólo quiero salir de allí. La dejo, abandonada en la enorme sala y vuelvo a mi oficina. Así que tranquilízate Taylor. No es como la primera vez que fue a ver a las putas. No, no lo es. No me importa su maldito dinero. Eso no es lo que me da escalofríos. Es saber o, más bien, supongo, ¿qué pasa con él, por que usa cadenas, látigos, bastones, cinturones? A pesar de mi cansancio, no duermo bien. A las dos de la mañana oigo un portazo que viene de la sala de juegos y poco después de eso, el jefe inicia su piano. La música fluye alrededor del apartamento amplio, sin alma, algo desconocido en un tono menor. No es música alegre, el jefe rara vez toca música alegre. Es preocupante y sueño intranquilo por unas horas más. Cuando me despierto, justo antes de que suene mi alarma, no hay incertidumbre. Yo sé exactamente donde estoy. La cama se siente muy vacía. No es que me he dormido en ella las últimas dos noches, pero siento que me falta Gail aún más. No es una buena idea para sentirse así. Después de que mi ex me dijo que no sería un hombre vulnerable de nuevo. Cristo, este lugar me vuelve loco, no puedo pensar con claridad. Llego al vestíbulo al mismo tiempo que Grey. Sé que no puede haber dormido más de tres o cuatro horas, pero él no lo demuestra, excepto tal vez un poco alrededor de los ojos. Se hubiera hecho un buen Marine si no estuviera tan loco.

Cuando volvemos de nuestro recorrido diario, la nueva mujer está en la cocina principal. No puedo dejar de notar que ella está caminando un poco tiesa. Tengo que tragar la bilis que se me eleva, pero cuando ve que el jefe llega pone una enorme sonrisa de mierda, radiante. Yo sé que él la vio, pero él simplemente dice: _ Voy a tomar el desayuno en 10 minutos. Parece que sus emociones prenden y apagan como un interruptor. Las náuseas me vuelven y yo sólo quiero salir de esa maldita habitación. Grey me da el resto del día libre y le mando un texto a la ex para tratar de arreglar algo de tiempo con Sophie. Pero al parecer, la princesa tiene una cita para jugar con uno de sus nuevos amigos de pre-escolar y los padres no pueden ir. La próxima vez, me dice, ¡bruja!, como si ella no sabe que es imposible por mi trabajo. No es que a ella le importe, pero si yo no hubiera exigido mis derechos cuando nos separamos, yo no tendría ningún tipo de relación con mi hija. Cuando hice mi primera gira en Afganistán los tipos de mis unidades les llegaban las cartas con el encabezamiento de “querido” era realmente increíble ver lo emocionados que se ponían. ¿Y saben qué me escribió la bruja a mí? Las cosas tal vez podrían haber funcionado si hubiéramos pasado más tiempo juntos, si hubieras estado aquí. ¿Qué diablos pensaba ella que estaba haciendo? Quedarme sentado en el barro de mierda con una congelación de un invierno afgano ¿sólo por el puro placer de hacerlo? El punto es que hay que luchar por lo que se quiere, pero tienes que tener armas y tienes que tener la oportunidad. No sé lo que el jefe quiere pelear porque tiene todo el confort físico, dinero, puede comprar lo que se le dé la gana, él es rico y exitoso y él actúa como si él no tiene corazón como si su alma ha sido extirpada quirúrgicamente. Pero entonces pienso en las pesadillas terribles, que nos despertaban a todos nosotros en situaciones regulares, y a él también. Y sé que es el miedo el fondo de todo. El dinero no puede ahuyentar el terror. ¡Qué manera tan jodida de vivir! Y para los próximos tres años y medio yo no tenía ninguna razón para cambiar de opinión, hasta que un día, a principios de mayo… El jefe había estado de un humor de perros durante semanas. _ Él tiene que echar un polvo, le digo a Gail. _ ¡Jason! Gail se hace la sorprendida.

_ Es verdad. Sus últimas sumisas no duraron más allá del tiempo de castigo. _ Pensé que Susana era muy dulce. Pongo los ojos en blanco a Gail, pero no puedo evitar sonreír. ¿Crees que era tan dulce? Ella suspira y paso la mano por su rodilla subiendo hasta acariciar su cuello. _ ¡Jason estoy tratando de cocinar aquí! Mis manos están llenas de harina. Ella se ríe y se quita mis manos. _ Me gustas harinosa. Es acogedor… _ ¡Acogedor! Hmm, no estoy segura de que te gustaría verme fea, y no es lo que dijiste anoche. _ Es verdad. Anoche estábamos calientes, pero ahora estas harinosa, y es acogedor. Me gusta. Y aún le digo que el jefe necesita echar un polvo. Sería un hombre mucho más feliz si él lo fuera. Gail me empuja hacia atrás, dejando huellas de sus manos blancas sobre mis hombros. _ Bueno, creo que estás equivocado, el sexo por sí mismo no hace feliz a la gente. _ Oh, no lo sé, estoy seguro de que hay una razón por la que soy un hombre feliz. _ Lo digo en serio, estas sumisas suyas, no pueden hacerlo feliz, ¿verdad? No son más que una distracción, eso es todo. _ Tal vez, pero yo no creo que vaya a cambiar ahora, Gail. Lo conocemos casi cuatro años y es simplemente la misma mierda, en un día distinto. Gail frunce el ceño. _ Eso es lo que quiero decir. Él no será feliz hasta que cambie, me gustaría que se dé cuenta de eso. _ Tal vez debería hablar contigo en vez del Dr. Flynn. guardia?

¿Estará la Dra. Jones de

_ Muy divertido, Jason, tu deberías ser comediante. Ah… me olvidaba, eres un comediante.

Ella me pega con el paño de la cocina. No voy a aceptar que una mujer me pegue, así que la clavo en el fregadero y le doy un beso condenadamente bueno para ponerla en su lugar. Pero, como siempre, ella es la que tiene el poder y yo estoy indefenso en sus manos, mi cuerpo presionando contra ella, deseando, necesitando de ella. Eventualmente, ella se aleja de mí. _ ¡Eres una mala influencia, Jason Taylor! Ella resopla, su respiración rápida a juego con la mía. _ ¡Bien! y mientras yo estoy influenciando, ¿has pensado un poco más sobre mi oferta? Hay una pausa larga, pero ella no responde. _ ¡Por Dios, mujer! ¿Estás volteando tus ojos en mí contra otra vez? _ ¡Sí! Ella resopla. _ ¿Eso es “sí” que me estás volteando los ojos, o “sí” has pensado en mi oferta, o…, y yo difícilmente no puedo dejar de hacerle la pregunta o… estás diciendo “sí” me voy a casar contigo? Ella suspira, y sé que la respuesta es “no”. _ Jason, ya hemos pasado por esto. No puedo hablar de eso ahora. _ ¿Por qué no? _ Porque yo estoy ocupada y porque tu tienes que sacar tu culo harinoso hasta el garaje para llevar el Señor Grey a trabajar. _ ¿Mi culo harinoso? Ella me sonríe. _ Ya te he dicho antes que no me interrumpas mientras estoy cocinando. Deseo que ella diga que “sí”, pero no estoy preocupado. Vivimos juntos para que no pueda irse tan lejos de mí. Voy a llegar en la noche a follarla con un poco de encanto del viejo Taylor. Mi pene erecto me recuerda que me lo tengo que ajustar para ir abajo. Tengo que arreglármelo antes de hacer mi camino hacia el garaje y tener el Audi listo para el corto viaje a las empresas Grey.

El mal humor del jefe no ha mejorado. Él me regaña porque encuentra que la música está demasiado alta; ladra cuando su teléfono suena por tercera vez y Barney recibe una reprimenda junto con uno de sus nuevos ejecutivos de la compañía que acaba de comprar. No lo tomo como algo personal, porque hay una gran diferencia entre el ser un bastardo miserable y un mal jefe. Durante los primeros meses me quedé esperando verlo metido en un negocio sucio, o comprando a algún político, o llenándose las manos de cochinadas para hacer su dinero. Pero no, el tipo es inteligente, y va derecho con todos sus negocios, sabe cómo mantener las cosas bien, el que quiera hacer negocio con él siempre tiene que ir por el buen camino. La única excepción a esto es cuando juega al golf. Tiene acceso a todas las noticias informales de empresas, que siempre utiliza a su favor. Esta mañana él tiene una sesión de pesas, seguido del Kick Boxing, que es realmente lo suyo. Espero que la sesión con Bastille le haga quemar un poco el mal humor del jefe. A veces funciona. A veces. Una parte de mí, tiene que admitir que desearía que se encuentre una sumisa morenita para que el resto de nosotros no tengamos que caminar sobre unas cáscaras de huevo de mierda todo el tiempo. Yo lo dejo en la entrada de las Empresas Grey y voy a aparcar el Audi en el garaje subterráneo. Hay un círculo de tiburones tratando de obtener una plaza en el aparcamiento cerca de Grey, pero pocos son los que tienen la oportunidad de agradecer. A Grey Lo único que le importa es que todo el mundo trabaje, y trabaje duro. Cuando llego a mi oficina, al lado de la sala de CCTV, recojo el horario de la semana del jefe que me da Andrea. Oh mierda. Esto no me agrada, lo primero que tiene esta tarde es una entrevista con una estudiante de la Universidad, una tal Katherine Kavanagh. Por supuesto, un chequeo rápido me hace ver que el tipo está conectado con el papá de ella, me imagino que por eso accedió a darle la entrevista. El no es de los que hacen uso del soborno, pero no es reacio a mantener un favor en su bolsillo trasero. Me pongo a pensar en Gail, tengo que seguir trabajando en cambiarle el nombre por el de Taylor, tengo que insistir y no darle ninguna oportunidad en pensar más. Pero justo a las 13:45, antes de que la señorita Kavanagh se entreviste con el jefe, me llaman de recepción, para decirme que no es Kavanagh la que ha aparecido, sino una mujer llamada Anastasia Steele. La seguridad no está feliz y yo tampoco, no me gustan las sorpresas y tampoco a Grey. Le echo un vistazo por el circuito cerrado de televisión, mientras que hago una comprobación rápida de su perfil, al acceder a los datos privados de la Universidad.

Oh, mierda. Ella es una morena. Muy bonita, delgada, con el pelo largo, del tipo de pelo al que el jefe le gusta trenzar por alguna razón que realmente no quiero saber. No es bueno. No es jodidamente bueno. Pero nada en su expediente universitario constituye un motivo de preocupación. Ella es una buena estudiante, con un promedio de 4,0 y puntajes del SAT en la década de 2000. Pero ella no está pidiendo trabajo como estudiante, así que no entiendo por qué ella está aquí para esta entrevista. Por otro lado, ella no parece estar afiliada a ninguno de los grupos de estudiantes. Es sólo cuando puedo comprobar su dirección que lo entiendo: es compañera de cuarto de Kavanagh. Esto es, probablemente, que Kavanagh la mandó a hacer la entrevista por ella. Debe tener algo grave, porque perderse una entrevista con el multimillonario de moda, es difícil. La veo contorsionarse en la Recepción. La pobre chica está tan nerviosa. Se ve torpe y nerviosa. Y mal vestida con esa falda mal ajustada y un suéter feo. Se retuerce las manos y luego se obliga a quedarse quieta. Entonces ella se muerde el labio y mira su reloj de pulsera. Me recuerda a Bambi en el hielo. Hay algo vulnerable y casi entrañable en ella. Espero que el jefe no la trate con tanta fuerza, porque creo que se partiría en dos si le lanza una palabra dura. Me relajo. Esta chica no es una amenaza obviamente, excepto tal vez para la paz de la mente del jefe. Llamo a recepción y les digo que pueden dejar pasar a la señorita Steele. Capitulo 9 El jefe está de un humor asqueroso. Una vez más. Sospecho que tiene que ver con la estudiante de pelo castaño de la Universidad. Andrea me dijo en voz baja que él canceló su reunión con Barney para pasar más tiempo a solas con la señorita Steele, luego la acompañó hasta el ascensor después de la entrevista. Ella realmente no tenía por qué contármelo, yo lo vi todo en CCTV. Y me di cuenta de la expresión del rostro de Grey. Él está interesado de una manera que nunca he visto antes. Quiero decir, conozco esa mirada, él la pone cuando está entusiasmado si alguien le está hablando acerca de un nuevo proyecto de trabajo, o si le hablan del desarrollo agrícola de la Universidad. Es muy raro, pero también le he visto esa expresión cuando él está volando o navegando. Él está emocionado, no hay duda. Y tengo un mal presentimiento sobre esto. Si el jefe está muy entusiasmado con una mujer, sólo puede terminar de una manera que ya conozco, sacándole la mierda hasta dejarlas sin sentido. Y la señorita Anastasia Steele se ve tan joven, tímida e inocente. Él ha ordenado una revisión de la vida de la señorita Steele a Welch y sabes qué, no hay nada que encontrar. Ella no está sobregirada en el banco, ella no se droga, no parece que bebe mucho, ella casi nunca sale, ella tiene un trabajo de medio tiempo

en una tienda de ferretería, por el amor Dios, y Welch no puede encontrar ninguna evidencia de un novio, lo que es extraño. La chica es muy linda, incluso metida en esas ropas mal ajustadas de tienda de segunda mano. Mientras tanto, el jefe está trabajando como si fuera la única cosa que el cerebro lo obliga. Corre conmigo, entrena con Claude, y trabaja en el gimnasio del sótano. ¡Carajo! a falta de un buen polvo, deja toda la energía acumulada ahí. Todas las noches de esta semana, se ha despertado gritando, y estoy tan jodidamente cansado de esa mierda sensiblera que interpreta en su piano a las 4:00 am todos los días. Estoy pensando en comprar tapones para los oídos, pero la seguridad no me lo permite, estoy pagado para tener ojos y oídos 24/7 en alerta. Estoy seriamente pensando en buscar un nuevo trabajo, y me gustaría si no fuera por Gail. Ella ve que hay algo con Grey, pero a pesar de lo que sabe acerca de él, ella cree que es decente. ¿Es esa la palabra? En parte es cierto, he visto la profundidad de sus proyectos filantrópicos, su falta de interés en la publicidad, lo duro que trabaja pero… y es un gran pero, hay algo detrás de sus ojos, una violencia apenas contenida. Gail nunca lo ha visto venir de cerca y perder la cordura, pero yo lo he visto como el gran Krakatoa cuando algo no sale como a él le gusta. Y luego, por supuesto, están las sumisas, una tras otra, golpeadas hasta la sumisión. Sólo Leila se alejó de él. Extrañamente, ella era la que yo hubiera dicho que iba a quedarse. A pesar de su frialdad y el distanciamiento con ella, pude ver que se preocupaba por ella, a su manera atrofiada, pero lo hacía. A veces incluso le hizo sonreír, su vivacidad, su naturaleza traviesa. O tal vez fue la pintura de mierda horrible que ella le hizo y que él accedió a colgar en sus paredes, en el cuarto blanco que ella llamaba su hogar. ¡Nunca pude entender eso! Leila lo empujó más allá que cualquiera de las otras chicas, ella puso Beyoncé y Britney en su iPod, no me gusta esa mierda. La tomó un día y la llevó de compras de ropa, que él nunca había hecho con ninguna de las otras sumisas. Gail estaba convencida de que iban a terminar como el novio-novia. Pero terminó después de seis meses, al igual que todas lo hacen. Al menos fue lo suficientemente inteligente como para alejarse antes de que ella se quebrara. Y ahora esta chica, Anastasia. Ella es demasiado joven, demasiado inocente, no ciertamente a alguien parecido en su estilo de vida torcida. No me gusta eso. _ Jason, ¿de verdad crees que el señor Grey le haría daño a esta chica? Gail está frunciendo el ceño. Yo conozco una manera de traer una sonrisa a su cara. Así que trato de envolver mis brazos alrededor de su cintura y tiro de ella en mi regazo, pero ella se ríe y se para.

_ Oh no, vamos a tratar de tener una conversación que no termine conmigo preguntándote dónde he dejado mi sostén. _ Esas son mi tipo favorito de conversaciones, señora Jones. _ Me he dado cuenta, señor Taylor. Pero vas a tener que tomarte un tiempo para esa conversación, estoy preparando la cena y el Señor Grey estará de regreso del gimnasio pronto. Ella frunce el ceño mientras dice esto. Vaya, ella realmente se preocupa por él. _ No hay problema. Me gusta ver como cocinas, mujer. Ella me lanza una de las toallas de la cocina, y me las arreglo para agarrarla junto a tiempo antes de que caiga al piso. _ Buenos reflejos, Señor Taylor. _ Le puedo mostrar algunos mejores. _ ¡Jason! ¿Alguna vez te vas a detener? _ No, nena. Veinticuatro por siete, por eso es lo que estoy pagado. Pero si tu accedes a casarte conmigo, me gustaría ser todo tuyo, 24/7. Ella suspira. _ Ya hemos pasado por esto. La respuesta sigue siendo “no” _ Un día me vas a decir que sí Gail. _ Si lo hiciera, tendrías un ataque al corazón _ Sí, pero qué manera de morir. Ella niega con la cabeza y suspira, un sonido de exasperación, pero a pesar de que ella está de espaldas a mí, yo sé que ella está sonriendo. La pregunta de Gail me carcome, ¿Crees que Grey le haría daño a la chica? Sólo si está de acuerdo con las normas de sus Cuarto de Juegos. Así que, sí, creo que le haría daño, si le da la oportunidad. Después de todo, esa es su única forma de tener una relación con una mujer. Maldito enfermo. Así sea que esta chica esté de acuerdo con él, esto es algo completamente distinto, porque sus sumisas las busca de otra manera. Sé que Grey es carismático, le he visto en acción con suficiente frecuencia, he visto la forma cómo las mujeres responden a su aspecto y he visto como las rechaza. No en vano le gusta vertirse bien, no deja de ponerse su uniforme marca Grey, su imagen de hombre en la lista de los solteros más codiciados de Seattle. Así que sería ingenuo de mi parte pensar que una joven chica de la

Universidad, de un pueblo pequeño no caiga en las garras de un millonario como él. Haga los cálculos. Si no me gusta la manera como van las cosas, voy a tener que renunciar con o sin Gail. El pensamiento me hace tan enfermo como mierda. Así que cuando él me dice que está volando a Portland el sábado no estoy totalmente sorprendido. El jefe no se aguanta, han pasado cinco días sin tomar acción directa desde que vio a la señorita Steele, esa es la única sorpresa. Ah, y entonces él me dice que reserve dos coches de alquiler. Sé cuando no me quieren… y sé a dónde va. Para ver a la chica. Solo. Bueno, la señorita Steele, tiene más de 21, por lo que la elección es suya. Hacemos reservas en la suite del Heathman que Andrea ha arreglado, a continuación, compruebo los detalles sobre la reunión en la División Agropecuaria de la Universidad. Reunión que ha reservado para esta tarde, la razón aparente para esta visita. O tal vez eso sólo lo hace como un gasto deducible de impuesto sobre actividades económicas. Cuando regresa de un humor de mierda extraño, sonrío para mí un minuto, se pasea por la habitación gritando órdenes a su celular. Va a ser un fin de semana largo, de mierda. Gail se ha ido con su hermana así que ella está a sólo nueve kilómetros de distancia. No sé si voy a tener la oportunidad de irla a visitar, yo sólo he visto a su hermana Allison dos veces en los últimos cuatro años. Ella es muy bonita, más vieja que Gail, con cuatro hijos ya mayores. No estoy seguro de si ella me aprueba, pero ¿por qué iba a hacerlo? Divorciado, con una hija, sin casa propia, ex-marine. Yo todavía no sé lo que Gail ve en mí, pero cuando miro a los ojos de su hermana, sé exactamente lo que Allison ve y no es tan bueno. Es temprano en la noche y el señor Grey ha estado en su ordenador portátil durante toda la tarde. Caminé hacia fuera y me compré un par de libros de bolsillo para leer para pasar el tiempo. Él quiere ir a correr antes de la cena. Estamos a punto de salir cuando suena su teléfono maldito. _ Grey. Señorita Steele. Qué bueno saber de usted. _ Oh, conozco ese tono suave. _ Me quedo en el Heathman en Portland. ¿Diremos nueve y media mañana por la mañana? La espero señorita Steele.

Él me mira y tiene esa mirada, la misma que ves en los programas de Animal Planet, cuando el león está a punto de abalanzarse sobre el pequeño bebé cebra que se separó de su madre. _ Sesión de fotos para el periódico estudiantil de la Universidad, dice. Sí, claro. Sin segundas intenciones en absoluto. El gimnasio del Heathman generalmente abre a las 6 am. Pero para el señor Christian Grey, el acceso no tiene horario y está ahí trabajando desde las cinco. A continuación, vamos a por la carrera de unas seis milla habituales, excepto hoy que quiere ir más allá. Sí, el hombre siempre quiere más. A veces creo que nació con ganas de más. Tiene mucha energía para quemar. Estar cerca de él, es como ver a un niño tomar el polvo negro de los fuegos artificiales, sólo para ver lo que sucede cuando se enciende todo de una vez. A las 8.45 am, estoy en la sala de CCTV con el personal del hotel para ver a los estudiantes de periodismo y ver llegar a la señorita Steele. Por fin llego a ver a Katherine Kavanagh, la que se suponía que debía entrevistarse con el jefe el lunes pasado. Ella es bien bonita. Y puedo ver que ella no tomaría ninguna mierda de Grey, lo que significa que no es su tipo en lo absoluto. No como la pobre y dulce señorita Steele. Pero creo que el jefe tiene competencia, el fotógrafo la mira y le lanza una mirada romántica. Sí, señorita Steele, mejor pega con el fotógrafo, apuesto a que no tiene floggers que cuelgan en la pared de su dormitorio, aunque nunca se sabe… A las 9:30 es hora del show. Sigo a Grey hasta la suite que los niños han reservado en el hotel. Me paro en la esquina, para no mezclarme con el fondo de pantalla, pero igual de quieto. _ Señorita Steele, nos encontramos de nuevo. Sí, el jefe está haciendo su número a la pobre muchacha, utilizando todos los trucos del libro. Sólo un extra de micro segundos para el apretón de manos, un pequeño apretón de sus dedos, mirando directamente a ella, sosteniendo su mirada un poco más de lo normal. Ella se sonroja y por dentro me siento tan mal por ella. Ella no tiene ni puta idea. La señorita Kavanagh, sin embargo, parece un poco repelida por el jefe. Su sonrisa es cortés, profesional y fría. Pero ella es rubia, así que no tiene nada de qué preocuparse. Cuando la señorita Steele presenta el fotógrafo a Grey, se nota que podría congelar un helio con su expresión. Si él me miraba de esa manera, estaría viendo tras mi espalda durante una década.

_ ¿Dónde le parece bien?, dice Grey. Suena más como, no jodas con mi nuevo juguete. En la siguiente media hora, la señorita Kavanagh organiza todo diciendo lo que hay que hacer. Es jodidamente divertido ver al jefe como se ordena alrededor de una niña, especialmente cuando el fotógrafo lo deja ciego por las luces portátiles. Sí, estoy realmente disfrutando de mí mismo. Y no se me ocurre ver realmente que la señorita Steele pueda aguantar esto. Me da curiosidad. ¿Qué pasa con ella? Las sumisas de Grey han sido atractivas, ¿y qué tiene de especial esta chica? Tal vez sea el hecho de que ella es tan joven e inocente, yo no lo sé. Pero el jefe seguro como que la mierda es marrón, no puede dejar de mirarla. Ella es tan tímida, la pobre chica sólo le llama la atención dos veces, y se sonroja cada vez. Me da esperanza. La esperanza de que él no tenga una oportunidad con ella después de todo. Sin duda, una chica linda correría más de una milla a lo que Grey le va a ofrecer. ¿O no lo haría? Por último, el fotógrafo dice que tiene suficientes fotos. ¡Casi no me lo creo! Nunca he visto el jefe quedarse quieto por mucho tiempo o ser tan paciente con un puñado de aficionados de mierda. Él les da las gracias educadamente y luego dice: ¿Quiere caminar conmigo, señorita Steele? La pobre chica se ve sorprendida absolutamente tomada fuera de onda. Ella realmente no lo entiende. No ha calculado que estamos aquí por ella. _ Te llamo, Taylor, dice Grey. Él me quiere fuera de aquí. Cuando estoy a mitad de camino por el pasillo, feliz de ocuparme de mis asuntos él me llama de nuevo. Él quiere que yo maneje hasta la casa de los tres estudiantes para que pueda tomar un café con la señorita Steele. ¿Café? ¿Está tratando de concertar una entrevista con ella? Pero la señorita Steele tiene sus propias ideas, me alegro de darme cuenta. No me necesitan así que les dejo, preguntándome qué va a pasar, esperando a ver si la señorita Steele quedará deslumbrada o si lo mandará a la mierda antes de que él se la saque a ella. Una hora más tarde vuelve Grey. Con una cara, que nunca se la había visto, se veía tan seguro de sí mismo cuando salió. ¿Será que la señorita Steele lo rechazó? Parece que sí. Vaya eso fue rápido, más rápido que una de las entrevistas que le hace a sus sumisas. Chica inteligente. Pero yo realmente siento un poco de pena por el jefe. No me esperaba eso. Él tiene una mirada desconcertada. Él hace una cita con Flynn para el lunes a primera hora. Y luego, extrañamente, la anula casi de inmediato.

Lo siguiente que me dice es que hagamos las maletas y regresemos a Seattle. Estoy jodidamente curioso por escuchar lo que Gail piensa de todo esto. ~~~~~ _ Así que el señor Grey se la llevó para tomar un café. _ Como te lo he dicho. _ ¿Y cuando él regresó, él estaba molesto? ¿Era él? ¿Cuál será la mejor manera de describirlo? _ Él fue sacudido definitivamente. La cara no era de molesto, estaba como desconcertado. Gail sonríe. _ A él le gusta. _ ¿Eso crees? Ella me pone los ojos en blanco. _ ¡Jason! Es obvio. Él se ha enamorado de esta chica, de una manera agradable, normal. Yo no estoy tan seguro. Pero yo no quiero discutir. Sólo quiero tomarla entre mis brazos y olvidarme de Grey y de todo su jodido, retorcido mundo. Estamos en su vida, pero Gail es mi santuario, y en este momento, sólo quiero sentir su cuerpo suave y cálido, quiero volver a casa. _ Te ves muy estresado, Señor Taylor. Creo que tengo algo que podría aliviar la tensión. _ Creo que podría estar en lo cierto, señora Jones. _ ¿Alguna vez te mencioné que eres una mala influencia, señor Taylor? _ Yo espero que sí, señora Jones. Y de buen grado nos adentramos a su habitación. Capitulo 10 Esta semana ha sido una de las más largas semanas de mi vida, y eso incluye la gira de invierno que hice en Afganistán, hasta mis bolas se llenaron de barro en un hoyo de mierda de un pueblo que se llama ahora Zad.

El jefe está en un estado de ánimo vil. Entonces, ¿qué hay de nuevo, en estos días? Todo el mundo está caminando sobre cáscaras de huevo, esperando a no ser la presa de Grey y rezando para no estar en la línea de fuego cuando él anda por ahí, aunque el jefe no ha despedido a nadie en realidad hoy en día, que yo sepa, pero todo el mundo está cagadísimo. Sí sigue así van a renunciar en masa. Olivia casi consiguió que la botaran cuando dejó caer una taza de café en la mesita de centro de la oficina del jefe, la de Bauhaus, porque sus manos temblaban mucho. Aunque con Olivia no puedo decir si está nerviosa por el comportamiento del jefe o sí es porque se le caen las bragas cuando lo ve. Quizás debió elegirla como sumisa, lástima que ella es rubia. Sin embargo, Olivia y la mesa sobrevivieron, gracias a que Andrea le salvó el día con un puñado de toallas de papel y un frasco de valium para Olivia. Maldita sea esa mujer se merece una medalla, aunque creo que esta semana se ha envejecido. Tal vez lo que necesita son unas vacaciones. Olivia pasó la mayor parte del día en el baño llorando. Ros acaba con todos los rollos a golpes, a ella nadie la despide. Ella es una mujer dura y Grey es lo suficientemente inteligente como para no gritarle. Ella probablemente lo pondría fuera de combate si lo intentara. Para el jueves, no soy el único miembro del personal que ora por que el fin de semana llegue rápido. Lydia, la recepcionista, me llama para recibir una caja de seguridad que le parece extraña. La paso por la máquina de rayos X, pero me doy cuenta que sólo son unos libros antiguos de gran valor. Unas primeras ediciones sospecho. Espero que Grey me diga que va a hacer con esta mierda. A mi casi me da un ataque al corazón pensar que fuese algún artefacto explosivo. No sería la primera vez. Para eso soy su seguridad. Al menos los libros parecen agradarle. Él le dice a Andrea que pare todas sus llamadas y desaparece en su oficina durante la hora siguiente. La paz es un alivio para todo su personal. No dura, por supuesto. El siguiente en la línea de fuego es Sam, de Relaciones Públicas, que tuvo la brillante idea de conseguir que el jefe les entregue los títulos a los estudiantes que se gradúan en la Universidad. Vamos a estar allí la próxima semana, la ceremonia es el jueves. Me pregunto si el jefe está pensando en acechar a una estudiante en particular. El dinero inteligente dice “sí”. Estoy deseando que llegue el fin de semana como si fuera el último bote salvavidas del Titanic. Tengo planes con Gail, y no implicará salir al aire libre. Pero todo cambió y la licencia se cancela. Grey está en movimiento. ¿A dónde? ¡Carajo a Portland! ¡Otra vez! Se podría pensar que el sitio era Las Vegas, La Meca y las Bahamas, todo en uno.

Llamo a Gail, muerto del cansancio _ ¿Qué te pasa, Jason? _ Lo siento, cariño, el fin de semana se cancela. El jefe está volando hasta Portland, una vez más. Se necesita ropa para la semana, trajes, camisas, lo de siempre. Si sobrevive más tiempo, agrego oscuramente. _ ¿Por qué? ¿Está enfermo? _ No, pero voy a tener que matarlo por estropear nuestros planes. Gail se ríe suavemente. _ Estoy seguro de que podemos organizarlo nuevamente, Jason. _ Me gustaría que acabara de buscarse una sumisa pequeña y agradable y sacarnos a todos de nuestras miserias. _ No me refiero a eso. _ ¡Joder! ¿Sólo porque él no puede echar un polvo, nadie más puede? _ Jason… _ Sí, bueno. Te echaré de menos. _ Te echo de menos, me dice en voz baja. _ ¿Lo suficiente como para casarte conmigo cuando volvamos? Pregunto esperanzado. _ ¡No! adiós Jason. Y yo me quedo sosteniendo el teléfono en silencio en mi mano. Quiero usarlo para vencer a la mierda de Grey y, posiblemente, incluso se lo meta por donde el sol no le entra. Está volando a Portland con su hermano esta noche. Por lo menos, voy a tener un par de horas para mí en el coche, llevo la camioneta conmigo. Escucho algo de música y dejo que la deriva me lleve por el mundo. Se hace un cambio agradable. Por supuesto, la triste verdad es que no me gustaría estar aburrido como un G.I, Joe, en el trabajo.

Cuando llego, Grey está en el Heathman, la mejor suite, claro. Pero ha organizado buenas habitaciones para su hermano y para mí también. Una de las cosas que voy a decir de él, es que nunca me reserva una mala habitación. Tengo que estar cerca, por supuesto, así que es una razón. Pero él no es ninguna persona avara, no como algunos cabrones ricos con los que he trabajado. Tal vez se siente culpable por echar a perder mi fin de semana porque me da la noche libre. Además, está la cena y las bebidas con su hermano, ¿cuántos problemas puede haber en el hotel más alto de Portland? Arrastro mi triste culo a un bar de deportes a un par de cuadras del Heathman y pretendo ver un partido de pelota, mientras dejo que mi cerveza se caliente. Yo no soy muy bebedor y aparte de eso soy conductor de Grey, y tampoco me puedo dar el lujo de perder mi licencia. De todas maneras, en cierto modo perdí el sabor después de seis meses de sequía en Afganistán. Me como una hamburguesa, que estaba tan dura la carne que la podría haber utilizado como suela para los zapatos del ejército. Me falta Gail y su comida, me siento malhumorado y agresivo por estar a la disposición de Grey. Poco antes de la media noche me dirijo a colgar mi chaqueta cuando suena mi Black Berry. Sé quien es sin siquiera mirar el identificador de llamadas. _ Tengo una situación. Nos vemos en la entrada trasera del Heathman en quince minutos. Necesito una asistencia muy discreta. _ Puerta trasera en quince minutos, confirmo. ¿Qué carajo? ¿Qué ha hecho el bastardo ahora? La seguridad en este lugar me conoce, así que soy capaz de irme a la salida posterior y me voy a apagar las cámaras de circuito cerrado de televisión durante cinco minutos. Además no soy el único oficial de escolta que necesita favores para la entrada discreta. Todos nos hemos hecho la vista gorda a ciertas actividades extra-curriculares de nuestros empleadores. A veces es una mierda. Pero aún me sorprende cuando el jefe se presenta con la señorita Steele en el asiento del pasajero de la camioneta, desmayada. _ Es sólo alcohol, no hay drogas involucradas. No creo que la señorita Steele requiera asistencia médica, pero por favor mantén los números de un médico adecuado en alerta por si acaso, dice, mirando más preocupado por lo que su tono de voz implica. _ Sí, señor. ¿Qué más puedo decir? No me gusta. Simplemente cuando sé cuales son sus gustos. Por lo menos él quiere que esté alerta. Eso es algo.

Me ofrezco para ayudar a llevarla, a pesar de que no parece que ella pesaría mucho, pero él insiste en llevarla él mismo. Lo entiendo: nadie más puede tocar el juguete nuevo del jefe. Lo llevó al ascensor de servicio, y nos montamos en un incómodo silencio. Luego reviso el corredor, no hay nadie y le digo que salga. Pero él no la puso en el sofá, me sorprende que la esté llevando a su dormitorio. ¿Seguramente tratará de seducirla en ese estado? Pero la acuesta tan suavemente, con una mirada de temor, casi de asombro, que me deja mudo. Gail tal vez tenga razón, quizás se preocupa por ella. Él me dice que me vaya y me voy a mi habitación, lleno de recelo. Pero justo cuando estoy acomodándome para dormir, vuelve a sonar el Black Berry. _ La ropa de la señorita Steele tiene que ir a la lavandería. Cómprale algo nuevo para mañana, algo azul. _ Sí, señor. Vuelvo a la habitación y recojo un par de vaqueros cubiertos de vómito y unos calcetines. ¡Oh, tiene que estar bromeando! ¿He mencionado que este trabajo apesta? Meto la ropa vomitada en una bolsa de lavandería y les digo que el servicio tiene que ser expreso. Luego busco el directorio para organizar unos grandes almacenes cercanos que abran a las 7:00 am. Entonces, justo cuando estoy a punto de poner mi cabeza en la almohada, me sale un texto del jefe con las tallas de la señorita Steele. Tamaño de bragas: XS, Tamaño de sostén 36-B, tamaño de zapatos: No, 6, vaqueros, talla 2, blusa talla S, y se cancela la carrera de mañana, sólo va al gimnasio media hora. ¡Joder el jefe le sabe la talla a una mujer con solo mirarla! Oh por fin me voy a dormir ahora. A las seis y media me voy a salir a hacer las compras para la ropa de la señorita Steele. Espero que aprecie toda esta mierda. Es bastante fácil escoger una camisa azul y unos pantalones vaqueros. Sé que la asistente de ventas está curiosa cuando me ve que llego tan temprano. Ella elige un par de converse negro del tamaño de la señorita Steele y luego me acompaña al departamento de lencería. ¡Santo infierno! ¡No tenía ni idea! Quiero decir, el jefe suele tener un personal para este tipo de mierda. De vuelta en Seattle, no sería un problema, él hace una llamada y eso es todo, pero aquí estoy por mi cuenta. Estoy sorprendido por la variedad de estilos, colores y… eh… artículos. No tengo ni puta idea por dónde empezar. La vendedora sonríe cuando ve el pánico en mis ojos.

_ Tal vez lo pueda ayudar en algo _ Eh… en azul, me las arreglé para decir. Hay algunas cosas de encaje en color azul medianoche, pero parece demasiado crecido para la señorita Steele. _ ¿Algo en azul pálido?, pregunto. Ella me lleva a otra parte de la tienda. Sí, eso está mejor. Color azul claro le sienta bien. Doy a la asistente las medidas que me dio Grey. Las bragas son diminutas ¿cuál es el punto de eso? Mi garganta se cierra, haciendo un gran esfuerzo para no imaginar. Vamos en camino a pagar cuando de pronto veo unas lencerías realmente elegantes, negro con ribete de satén. Ahora sí me alegro de imaginar a Gail metida en unas braguitas de esas. Es jodidamente caro, pero con solo imaginarla me da directamente una erección. Sí definitivamente vale la pena. _ ¿Y esto también, señor? _ Sí, pero en un tamaño ligeramente más grande. Sí, eso es amor. La expresión de su cara no tendrá precio. No me puedo resistir. _ Este es para mi esposa. El otro es para mi novia. _ Por supuesto, señor, ella murmura, con la cara con un color atractivo remolacha. Tal vez crea que soy como un voyeur acechando a través de la ropa interior de las mujeres. Le envío un texto al Jefe para decirle que estoy fuera de la habitación. El abre la puerta sin hacer ruido. _ Estoy yendo al gimnasio. Mantén a la señorita Steele bajo estrecha vigilancia. _ Sí, señor. ¿Es ella eh… está completamente recuperada? _ Todavía está durmiendo como un bebé. Frunce el ceño. Busca un poco de Advil que lo envíen con un poco de zumo de naranja natural. Voy al gimnasio sólo será media hora. _ Sí, señor. La ropa de la señorita Steele la he enviado a la lavandería, tengo la ropa nueva. _ Yo se la voy a dar a ella cuando vuelva.

Sí, él no quiere que se vaya sin antes hablar con ella. ¿Por qué? Cuando Grey se va, no puedo dejar de mirar en el dormitorio. Necesito saber si la señorita Steele está bien, es todo lo que quiero saber. Está durmiendo pacíficamente, con el pelo largo desplegado detrás de ella. Ella se ve aún más joven que veintiún años, Dios no me creo que ya tenga edad para follar legalmente. No puedo dejar de dar un suspiro de alivio al ver que ella aún lleva la camisa puesta que tenía anoche. El no la ha tocado, gracias a Dios. Y entonces me doy cuenta, ha pasado la noche en su cama, y aunque yo apuesto a que no durmió mucho, durmió con ella. Esto es nuevo. He trabajado para Grey durante casi cuatro años y sé que nunca ha metido una mujer en su cama. Tal vez esta es diferente, Gail como que está en lo cierto. Cierro la puerta con cuidado y regreso a la sala de estar. Ella no puede pasar por aquí sin que yo la vea. Espero que ella no se despierte antes de que el jefe regrese. Yo lo menos que quiero es tener una conversación con ella. Me sorprende cuando vuelve Grey del gimnasio tan rápido, tiene que estar realmente preocupado de que ella trate de irse. _ Situación sin cambios con la señorita Steele. Estoy agradecido y aliviado cuando me despide de las funciones de niñera. Pero no del bastardo de Grey, la Black Berry vibra de nuevo media hora más tarde. _ Voy a necesitar el Charlie Tango, desde Portland. _ ¿Y regresarlo al campo de aviación Boeing, señor? _ No, se quedará en Escala en espera toda la noche, con un piloto en Stand-by. ¿Por qué coño quiere eso? _ Sí, señor. Eso fue raro. ¿Por qué necesita un piloto de stand-by durante toda la noche? Y la materia gris que pasa por mi cerebro se arrastra hasta el engranaje. Claro él está llevando a la Señorita Steele al Escala y le va a mostrar su sala de juegos. Y lo más probable es que ella meta una carrera de mil millas cuando la vea. Quiere asegurarse de que se vaya cuando ella quiera. Bueno eso es… decente. Está siendo honesto con ella. Y no la jodió la noche anterior. Está claro que en ella ve algo que nunca había visto en otra mujer.

Es probable que sea una medida prudente tener el Charlie Tango en stand-by. La chica se dirigirá a las colinas, una vez que haya visto el tipo de relación que Grey quiere tener con ella. ¿Qué persona cuerda no lo haría? A las 19:45, conduzco a Grey a una ferretería triste, una pulga en la parte trasera de Portland, en un polígono industrial sin salida. Doy gracias a Dios, yo odiaba a mi viejo tanto, que me uní a los marines, porque de lo contrario podría haber terminado trabajando en un lugar como este. Grey está ansioso y, si no lo conociera, diría que emocionado, tal vez incluso nervioso. ¿Nervioso? El está flotando en la entrada de la tienda, mirando desde el coche. Su cara se ilumina bastante cuando ella lo ve. Pobre chica. Pobre chica, pobre. El jefe no es un mal tipo, pero esto es incorrecto. _ Voy a abrirle yo la puerta a la señorita Steele, dice en voz baja. Los veo por mi espejo retrovisor. Están sonriendo el uno al otro como un par de adolescentes en una primera cita. Es raro ver al jefe actuando de esta manera. _Buenas noches señorita Steele, dice. Ella sonríe y asiente con la cabeza educadamente, _ Señor Grey. Cuando ella me ve que la observo, sonríe tímidamente _Hola, Taylor. _ Buenas noches, señorita Steele. Casi me desmayo cuando el jefe le toma la mano. Trato muy difícil de no escuchar la conversación, pero no puedo ayudarme a mí mismo. Yo nunca he visto al Jefe sostener la mano de una mujer, ni siquiera la de su hermana, ¿Qué mierda está pasando? ¿Cuándo empezó el mundo a dejar de girar y por qué nadie me lo dijo? _ ¿Cómo estuvo el trabajo? Le dice. _ Muy largo, susurra de vuelta. Cristo la tensión sexual en el coche me hace sentir como un alhelí. Me da la sensación de que si yo no estuviera aquí, Grey saltaba sobre ella en el acto, o tal vez la tímida y retraída señorita Steele haría el primer movimiento. En este momento, todas las apuestas están apagadas. ¡Por el amor de Cristo!

Me deslizo más abajo en mi asiento y trato de actuar sordo y mudo para el resto del camino. Yo cerrara los ojos también, si no fuera por el hecho de que estoy conduciendo. No puedo llegar a la pista de aterrizaje con la suficiente rapidez. Por último, corto el tráfico y llegamos allí. Abro la puerta de la señorita Steele y el jefe se desliza rápido detrás y sale inmediatamente, como si él no puede soportar estar en demasiada distancia de ella. _ Taylor, asiente con la cabeza hacia mí bruscamente. Asiento con la cabeza de vuelta y vuelvo a la camioneta. Bueno Srta. Steele, ahora se queda usted sola ante el peligro, sola por su cuenta. Capitulo 11 Poco antes de la medianoche con cautela paso por las puertas del ascensor en el vestíbulo. No hay nadie alrededor. Yo realmente no quiero tropezar con el jefe de mierda tirando en el suelo, o en cualquier otro lugar de la casa. Hay algunas cosas que el personal no necesita ver. Si yo no hubiera estado tan cansado, me habría considerado seriamente subir 30 pisos de la escalera de incendios sólo para evitar ese escenario en particular. Pero el apartamento está tranquilo. Realmente me gustaría dirigirme a la cama, bueno, a la cama de Gail, aunque sé que no está en ella, pero hay algo que tengo que hacer primero. Afuera, en el techo, Charlie Tango está a la espera de cualquier cambio. En el cuarto pequeño el piloto está dormitando sobre „Soldier of Fortune‟. Sí, eso me mandaba a dormir, también. _ Hey, Bull, ¿cómo estás, amigo? Mi voz hace que salte y se le cae su revista. _ ¡Oh, mierda, Taylor! ¿Qué me has despertado, hombre? Estaba soñando con Britney Spears. _ Realmente necesitas buscar a alguien en tu vida, Bull. _ ¿Eso crees? Es un punto justo. _ ¿Grey Ha estado en contacto?

_ No. Ni un sonido. Entonces, ¿cuál es el lío? ¿Por qué estoy en stand-by durante toda la noche? _ No tienes porque saber, Bull. _ No seas mierda Taylor. Otro punto justo. _ Estás siendo bien pagado, Bull. En este negocio todos hemos tenido asignaciones abrumadoramente aburridas. Esperando la llamada que nunca sucede, la llamada fatídica. Puedo simpatizar con Bull pero no puedo dejar que se quede a dormir en el trabajo. Probablemente si la señorita Steele quiere salir corriendo, entonces él anda medio dormido y el jefe le está pagando para que esté preparado. _ ¿Necesitas un café o quieres comer algo, cualquier cosa Bull? _ No, ya me atendió el ama de llaves, Gail antes de irse. ¿Oye nunca te dije que tenía un gran batidor? ¿O a lo mejor ya te diste cuenta eh Taylor? Siempre estás en contacto con ella. _ ¡Cabrón! Te voy a reventar la boca si vuelves a referirte a Gail de esa manera. _ ¡Guau! ¡Simplemente decía, no hay necesidad de molestarte, Taylor! Sabiamente Bull levanta las manos en un gesto de paz, no me había dado cuenta de que las mías estaban apretadas para lanzarle un puño. _ Lo siento, tío, no sabía que tenías algo con la señora, simplemente estaba diciendo, eso es todo. _ Sí, sería bueno que la próxima vez no hables de esa manera, o te quedarás sin dientes. Mi voluntad natural machista, parece haberse salido durante esta breve conversación con Bull, bueno, ahora estoy un poco tranquilo, por ponerlo en su puesto. Por lo menos me sacó del aburrimiento. Atrás hijo de puta, ni se te ocurra con Gail. Bueno, deber cumplido y servido con honor, me dirijo de nuevo a la casa. Cuando entro al salón, ¡Oh mierda!, no está todo tan tranquilo como pensé. Los sonidos inconfundibles del orgasmo de la chica están emanando desde la habitación del jefe. Demasiada información para mí.

Lo que me asombra es que él nunca ha metido a una mujer en su habitación, ni para dormir ni para follar, la verdad es que ya me está entrando curiosidad con la señorita Steele, está llena de sorpresas. Me dirijo a los cuartos del personal. Con la puerta cerrada con firmeza detrás de mí, me relajo un poco. Hay una nota en la barra del desayuno. ¡Hola guapo! Pollo sub con mayonesa en la nevera y un éclair de café. Y si no eres Jason Taylor, ¿qué estás haciendo en mi cocina? Gxx Me hace sonreír, pero realmente estoy demasiado cansado para comer. Me desnudo rápidamente, lanzando mi ropa en el suelo de una manera que haría a Gail fruncir el ceño, luego me derrumbo en la cama. La almohada en su lado de la cama huele a ella, así que a ella me abrazo y espero tener sueños dulces. En algún momento de la madrugada, oigo el piano. Me sorprende, pensé que las cosas serían diferentes, por estar la señorita Steele durmiendo en el dormitorio del jefe. Pero no, algunas cosas nunca cambian. Estoy algo sorprendido cuando me despierto. La luz es más brillante de lo esperado. ¡Mierda las ocho! Me he dormido, he debido olvidar de poner la alarma. ¡Mierda! De inmediato miro para comprobar mi Black Berry, tengo que mirar dos veces para asegurarme de que no hay textos o llamadas perdidas del jefe. No. Nada. Nada de nada. Eso es simplemente extraño, sólo puedo concluir que el jefe tuvo una muy buena noche. En cuanto a mí, dormí profundamente, pero echo de menos el despertar y ver la cara dulce de Gail. Y francamente extraño el despertar sexual. La cama es un planeta solo sin ella. A pesar de mi profundo sueño, me siento de mal humor porque Gail no está. Vaya, contrólate, Taylor, que tienes una vida con ella. Yo odio los fines de semana cuando ella no está. Y no he visto a Sophie durante casi seis semanas. Ella va a olvidar la cara de su padre. Me voy a darme una ducha y salgo directo a comerme el sub de pollo que Gail dejó para mí. Esto es una broma que tenemos entre nosotros, poniendo primero la palabra “sub” a cada cosa que decimos. Aprovecho que Gail no está para comerme mi écleir de café y poner tres cucharadas de azúcar en mi café. Me visto rápidamente y compruebo mi arma, lo sé es un día domingo, el día del jefe, y no ha habido ninguna amenaza de alto nivel contra él en estos meses, pero uno nunca sabe en qué momento se necesitará, así que mejor estar preparado.

Luego, sintiéndome bien vestido, llamo a Sandy Bull y creo que lo desperté de nuevo porque esta de mal genio. Como un anfitrión generoso le digo que venga a comer algo en la cocina del personal antes de volar de vuelta en el Charlie Tango. Estoy realmente contento de haber comido primero antes de que lo llamara. Puedo oír a alguien que se mueve en la cocina principal y sabiendo que el jefe sólo conoce el camino a la nevera y al microondas, me imagino que debe de ser la señorita Steele. ¡Que! ¿Demonios que es esto?, cuando yo la veo, que lo único que lleva puesto es una de las camisas del jefe. Y cuando digo “lo único”, créanme, sé de lo que estoy hablando, gracias a mi par de ojos con visión 20:20 y estoy tan sorprendido como el infierno. Vaya, esas trenzas son lindas. Me alegro de que no me haya visto, me siento como un pervertido. Oficialmente todavía estoy de guardia, pero sin nada que hacer me siento en mi oficina, reviso el circuito cerrado de televisión mientras navego por Internet para buscar un regalo para mi niña de siete años. ¿Correas para niños de siete años? ¿Tienen que estar bromeando? ¿Qué clase de hijos de puta enfermos, retorcidos hay ahí afuera? Bien, yo trabajo para un hijo de puta enfermo, retorcido, eso es realmente lo que yo quería decir. Uno debe mirar a un niño de siete años como a un niño de siete años de edad, y no como una prostituta de las Vegas. Tal vez mejor le regalo libros a mi princesa Sofía. Oigo voces en la cocina, el jefe ya está despierto. Me sorprendí de ver que la señorita Steele se despertó primero que él. La verdad es que ha estado actuando muy extrañamente desde que la conoció, tanto, que estoy empezando a darme cuenta que todas las apuestas están prendidas. Tengo la sensación de que mi mundo de rutina va a estar un poco jodido y que lo del Jefe con sus amigas en la sala de juegos está a punto de cambiar. Y tal vez esto no es malo. Sobre las 11:30 am estoy aburrido como un tonto. El jefe y la señorita Steele han desaparecido de vuelta a su habitación y he tenido que poner un poco de música bastante fuerte para bloquear el ruido. O bien él es realmente bueno, o ella es muy fácil de complacer, pero los ruidos que me llegan a través de su habitación me tienen al borde. Quisiera que fueran menos ruidosos para poder trabajar con tranquilidad. Y después de un rato un coche que reconozco entra a las instalaciones del garaje subterráneo privado. ¡Mierda, Joder! ¡La Dra. Trevelyan, su madre! Oh, esto va a ser interesante. Sintiéndome un poco nauseabundo con la confrontación que viene, la espero en el ascensor. Casi valdría la pena de ser despedido para no tener que hablar con la doctora en estos momentos. ¿Qué se supone que tengo que decir? Lo siento

doctora, pero el hijo que pensaba que era gay está tirando de lo lindo en su dormitorio por primera vez, en lugar de su sala de juegos, ya sabes, la sala en donde tiene los látigos y las cadenas. Oh, y para que esté tranquila es con una chica. ¿Le importaría volver más tarde cuando termine su orgasmo?

Gail realmente se está perdiendo de toda esta diversión. La puerta corredera se abre y sale doctora Grace Trevelyan Grey del ascensor con una sonrisa. _ Hola, Taylor. ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu hija? _ Está bien, gracias, señora Grey. Ella sonríe y me pasa por un lado mientras estoy parado como un tonto como si tuviera una escoba insertada por el culo. _ ¿Y mi hijo? _ Eh… está todavía en la cama, señora. ¿Quiere dejar algún mensaje? _ ¿En la cama? ¿A esta hora? Ella se encamina al dormitorio del jefe. ¡Oh mierda! Ella está a punto de entrar y será una visión que ninguna madre debería tener que ver. Estoy bastante seguro de que va a ser no apto para cardíacos. Consigo adelantarla bloqueándole el paso a la habitación. _ Pero si todavía está en la cama, entonces tiene que estar enfermo. Él nunca está en la cama a estas horas. Christian nunca se levanta tarde, me dice. _ Señora Grey, por favor… Dios que embarazoso es esto. Ella me mira con una mirada de mil yardas que aterrorizaría a un pelotón de infantes de marina. Realmente desearía que Gail estuviera aquí, esto es sin duda un momento de mujer a mujer. _ ¡Taylor! No me puedes impedirme que vea a mi hijo. ¡Estoy jodido! Así que revelo el secreto. _ Señora Grey, no está solo. Y esta es mi última esperanza de mantener mi trabajo. _ ¿Qué quieres decir con que no está solo? ¡Oh, por el amor de Dios! ¿Qué crees que significa mujer?

_ Está con alguien. _ ¡Oh! ¡Gracias al cielo! Ella finalmente lo ha captado. _ Ya veo. Gracias, Taylor. Creo… creo que voy al salón y sentarme un momento, si no te importa. Pero su voz ha alertado al jefe de su llegada y en tiempo record está en camino a la sala principal. Me dirijo de nuevo a mi oficina para dejarlos solos. Afortunadamente mi Black Berry zumba, me distrae del drama de este día en el apartamento de Grey. _ Hola Taylor, soy Ros. _ Hey, Ros. _ ¡Dile a Christian que tiene el teléfono apagado! Tengo que hablar con él acerca de un problema con el envío de Darfur. ¿Por qué diablos no está respondiendo él de todos modos? _ Él ha estado muy ocupado. _ ¿Con qué? Oh, no importa, no necesito saber, lo entiendo. Dile que me llame de una puta vez, ¿De acuerdo?

El teléfono se corta. Sí, adiós a ti también. Puedo oír el murmullo y el tenor de sus voces en la habitación contigua, pero no las palabras. Estoy más que sorprendido cuando escucho la suave voz de la señorita Steele que se une a ellos. Hasta donde yo sé, el jefe nunca jamás ha presentado una mujer a su madre antes. Apuesto a que la doctora esta jodidamente feliz de conocer a la señorita Steele. Sorprendida, pero encantada. De repente me doy cuenta de que el Dra. Trevelyan por fin se ha dado por aludida y se marcha. Corro a la sala principal para escoltarla hasta el vestíbulo. _ Señora Grey. _ Gracias, Taylor. Caminamos hacia el ascensor en silencio, yo no soy un tipo hablador. Y la doctora Grey, por otro lado está aturdida e inicia una conversación.

_ Bueno, la verdad, es que ha sido una sorpresa, Taylor. ¿Cuánto tiempo hace que Christian y Ana se están viendo? _ No mucho, creo, señora. _ Lo siento, no debí hacerte este tipo de preguntas. Es que… ha sido una sorpresa. Bueno, buen día, Taylor. _ Señora. Tan pronto como ella se ha ido tomo mi oportunidad de dar el mensaje de Ros al jefe. En la habitación principal está él con el ceño fruncido mirando a la señorita Steele. Me pregunto qué ha hecho mal. Estoy seguro por su expresión que se ve como si estuviera a punto de salir corriendo. ¡Chica inteligente! ¡Corre antes de que tu culo grite de dolor! _ Sr. Grey, hay un problema con el envío de Darfur. Él asiente con la cabeza. _ ¿Han llevado al Charlie Tango de nuevo en Boeing Field? _ Sí, señor. Siento los ojos de la niña sobre mí. Me vuelvo a mirarla. _ Señorita Steele, saludo con un gesto de la cabeza. Ella me da una sonrisa dulce y tímida, mientras me dispongo a salir. Realmente es una buena chica. Espero que el jefe se ocupe de ella, de buena manera. Grey se encarga de los negocios, mientras yo vuelvo a mi oficina, dejando a la señorita Steele con cierta incertidumbre en la habitación principal. Ella parece abrumada por su entorno y un poco de miedo al jefe. Pobre chica. Espero que esté bien. Me doy cuenta de que el jefe está listo para salir. _ Mañana, entonces. _ Sí, señor. ¿Qué coche va a llevar, señor? _ El R8.

Hijo de puta con suerte. _ Buen viaje, señor Grey, señorita Steele. Ella realmente es una chica dulce, y yo realmente espero que no planee presentarla a los placeres dudosos de su sala de juegos, pero supongo que eso es demasiado pedir. Como mi mamá solía decir: un leopardo no cambia sus manchas. Historia de Gail Jason está en Portland con el señor Grey toda la semana. El apartamento es muy tranquilo y vacío sin ellos. Se hace fácil para mí hacer mi trabajo, pero echo de menos a los dos. Sé que Jason finge no ser muy aficionado del Sr. Grey, pero yo sé que sí. Y realmente, el Sr. Grey es un hombre dulce, fácil de tratar y un buen jefe. Él es atento y amable, un hijo amante, un hermano atento, y un gran trabajador. No entiendo por qué tiene que tener una sala de juegos y por qué él tiene que hacer… lo que sea que él hace. Quiero decir, es bastante obvio, he estado limpiando el cuarto de juegos por más de cuatro años y veo todos los látigos y bastones y otros accesorios. Yo no entiendo el por qué. Y algunas de esas mujeres, sus “sumisas”, que eran niñas bonitas. Bueno, eso no me gusta mucho, Melisa, Susana y alguna más, ellas no duraron mucho tiempo tampoco. Hubo un tiempo en que pensé que Leila podría significar algo más para él, pero se fue, simplemente dejó de venir un día, como todas lo hacen. Sé que el Sr. Grey tiene su temperamento, Jason lo ha mencionado muchas veces, pero nunca, ni una vez, perdió la paciencia conmigo. Él siempre está agradecido por todo lo que hago y se come todo lo que le pongo delante de él. Si todos los jefes fueran así, sería muy fácil de hacer los trabajos. Mi hermana, Allison, es muy curiosa acerca de él, ¿quien no lo estaría? Pero he firmado mi acuerdo de confidencialidad y entiende que no puedo hablar de mi trabajo. Ella es mucho más elocuente acerca de Jason, por desgracia. Ella no me lo ha dicho directamente, pero yo sé que ella sólo piensa que soy conveniente para él. Ha sido muy incómodo las pocas veces que hemos estado los tres juntos. Jason es lo suficientemente astuto como para ver lo que piensa de él, así que calla por completo a su alrededor, no es que él es la persona más locuaz, pero me gustaría que ella lo pudiera ver como lo hago yo, cálido, divertido y cariñoso. Allison piensa que Jason es peligroso. Los cacharros de la cocina parecen mi peor enemigo no paro de golpearlos. Suspiro. Jason realmente no es el más limpio y ordenado. Me da trabajo a tiempo completo cuidando de él, gracias a Dios el Sr. Grey es metódico y ordenado. Es un placer trabajar para alguien que está tan organizado, realmente hace la vida mucho más fácil como empleada.

No puedo evitar sonreír cuando veo que Jason ha acabado con la mitad del contenido de la nevera. Esto es señal de que le gusta mi comida pero no quiero ser responsable de que pierda su cintura. Realmente es algo maravilloso para una mujer de unos cuarenta años hacer el amor con un hombre como Jason. Él tiene un cuerpo realmente fabuloso, la mayoría de mis amigas están lamentándose de las barrigas cerveceras de sus maridos, papada y, también, la falta de apetito sexual, debo decir. No hay ni una pulgada de grasa en Jason, eso es seguro. Y él es un amante maravilloso, pensativo. ¡Y si hablamos de resistencia! Desde luego, no tengo ninguna queja en ese tema. Realmente me siento muy afortunada. Me ha pedido que me case con él de nuevo. No lo haré, por supuesto. Yo no creo que sea realmente serio. Después de todo, él es siete años más joven que yo y todavía podría conocer a una mujer con la que quiera tener una familia, hermanos y hermanas para Sophie. No voy a ser la que le impida seguir adelante cuando eso suceda. Pero hay otra razón: el trabajo que hace. He perdido a un esposo y yo no podría soportar perder un segundo. Sé que hay muchos puestos de trabajo peligrosos por ahí, pero yo odio, que Jason lleve una pistola cada día y trabaje en estrecha protección. No podría casarme con un hombre que lleva un arma a trabajar, no podría verdaderamente. La idea me hace estremecer. Después de haber limpiado la cocina del personal decido que hoy sería un buen día para hacer la lavandería y cambiar las sábanas. De esta manera el señor Grey tendrá su cama limpia y fresca al volver y ¿a quien no le gusta el olor a fresco en las fundas de su almohada? Pero cuando retiro la colcha me siento aturdida. ¡Hay sangre en las sábanas! Por un momento me siento confusa, luego recuerdo que Jason dijo que el Sr. Grey traería una nueva chica al apartamento, ¡pero no tenía ni idea de que ella estaría durmiendo en su cama! Quiero decir, estoy contenta, un poco sorprendida. ¡Bueno muy sorprendida! Nunca he entendido por qué el señor Grey no se acuesta con sus amigas. Sospecho que tiene problemas acerca de ser tocado y por las pesadillas que tiene, pero aún así. Bueno, parece que esta señorita Steele es diferente. Supongo que debe haber tenido su período. Si el señor Grey ha conocido a alguien con la que pueda tener una relación adecuada ¡eso sería maravilloso! Yo estaría muy contenta por él. Jason dijo que era muy dulce, tímida, inocente. Tan sólo 21 años de edad y… ¿Inocente? ¡Oh no! ¿Tan inocente? Y en ese momento me siento con la certeza de que estoy mirando la evidencia de su virginidad perdida. Aparto las sábanas de la cama y pongo las

limpias rápidamente. No sé qué pensar de esto, yo realmente no quiero ni pensar. No es asunto tuyo, Gail. ¡Cálmate! Oh, señor Grey. ¿Qué has hecho? Para el resto del día estoy en un dilema, no sé qué pensar y es difícil explicar por qué esto me preocupa mucho. Obviamente, yo no sé a ciencia cierta lo que ha ocurrido, es sólo un instinto. Esta chica, tan joven, tan tímida, tan inocente, estas fueron las palabras que Jason ha utilizado sobre ella dos veces. ¿Está el señor Grey realmente dispuesto a presentarle sus vicios? He sido capaz de aceptar que sus amigas han elegido ese estilo de vida por las razones que sean y yo realmente no quiero ni pensar el por qué, pero para iniciar una chica joven e inocente en esto no me parece, para mí es reprobable e imposible de aceptar. La señorita Steele puede ser joven y sin experiencia, pero ella no es una niña y ella no es estúpida, ella es un adulto que debe asumir la responsabilidad por sí misma en la vida. Pero ¿y si fuera mi hija? ¿Cómo me sentiría entonces? Y eso es lo que me hace pensar, si yo hubiera sido bendecido con una hija, ella podría haber sido de la misma edad que la señorita Steele, y aunque yo sé del corazón del Sr. Grey, no querría una hija mía iniciada en su estilo de vida. Es demasiado, demasiado oscuro. Deseo que Jason esté aquí. Desesperadamente quiero hablar con él sobre eso, pero no creo que sea una conversación que pueda tener por teléfono. ¿Qué hago ahora? ¿Qué se puede hacer? ¿Qué debería hacer? Las preguntas me persiguen implacablemente a través de cada tarea trivial de mi día. Finalmente, agotada por mi propia compañía y contemplando una migraña de plena madurez, concluyo una cosa: tengo que ver a la señorita Steele y comprobar por mí misma que ella estará bien, mi conciencia me lo exige. Capitulo 12 Estamos de vuelta en el Heathman de mierda. Una vez más. El jefe está trabajando en su computadora portátil, gritando órdenes a su Black Berry a cada rato y yo me quedo girando los pulgares y estoy pensando en pegarme un tiro sólo para aliviar el aburrimiento. En la guerra, siempre habían algunos soldados que tomaban la iniciativa de pegarse un tiro en el pie o en la mano sólo para ser enviado de vuelta a su casa. Pero sospecho que si me pego un tiro en un dedo o dos, Grey simplemente volteará sólo para ver por donde estoy sangrando. Y todo esto es por culpa de una cierta señorita Steele. Es como si el jefe no puede soportar estar lejos de ella. Está ansioso y nervioso de una manera que nunca antes había visto, me está poniendo nervioso.

Paso la mayor parte de mi tiempo en el gimnasio del Heathman y leo los informes de seguridad diarios que me pasa Welch. Nada nuevo. No hay nada interesante. ¡Mierda! No debo pensar así, en este trabajo estar aburrido es bueno. El único punto brillante en el día es hablar con Gail. _ Hola, nena, ¿me echas de menos? _ Por supuesto, Jason. Siempre lo hago. ¿Cómo ha estado tu día? _ Aburrido. ¿Y el tuyo? _ Oh, bueno, está bien, su voz suena distraída. _ ¿Qué tiene de malo? _ Nada. Estoy bien. _ No suenas bien; suenas rara. _ Bueno, gracias, Jason, eso es bueno saberlo. _ Vamos, Gail, no quiero decir así. Pero algo anda mal, ¿por qué no me dices lo que pasa? Ella no responde directamente. _ ¿Ha visto a la señorita Steele el señor Grey? _ Hoy no. ¿Por qué? _ Oh, yo sólo preguntaba. _ ¿Por qué preguntas eso? _ Jason, preferiría hablar de cara a cara. Pero no es nada de qué preocuparte, te lo prometo. _ Ahora estoy muy preocupado. Por favor, Gail, dímelo antes de volverme loco. Ella vacila. _ Es sólo que esta chica parece… diferente a los demás. Ella es mucho más joven, ¿no? _ Sí, ella es una estudiante. ¿Y que con eso, Gail? _ Nada. Estoy tonteando aquí. Dime lo que has hecho hoy.

Reconozco ese tono, y todo lo que ella no me está diciendo va a tener que esperar. Pero entonces el teléfono vibra irritante. _ Espera, Gail, tengo otra llamada entrante en mi teléfono. La puse en espera y respuesta. Es el jefe. _ Taylor, voy a salir. _ ¿Necesita que le lleve, señor? _ No. _ ¿Podría decirme a dónde va Sr. Grey? Hace una pausa y luego a regañadientes me da su respuesta. _ Voy a ver a la señorita Steele a su apartamento, estaré fuera un par de horas. _ Sí, señor. Corto la llamada y vuelvo a hablar Gail. _ ¿Está todo bien, Jason? _ Sí, era el jefe, él va a ver a la señorita Steele. _ ¿En serio? _ Así es. Dice que va por un par de horas. _ Eso es raro, ¿normalmente no haría eso verdad? _ Gail, tan dulce, raro ha sido una de mis palabras favoritas desde que lo conocí. Ella se ríe suavemente. Muy cierto. ¿Me llamas mañana? _ Por supuesto. Te echo de menos, cariño. _ Y yo a ti, Jason. _ ¿Lo suficiente como para casarte conmigo? _ ¡Buenas noches, Jason! Oh, bueno, valía la pena intentarlo. Una vez más.

Y ahora me siento aún más jodido e irritado; Grey se va a ver a su alumna un rato y yo me tengo que quedar en un hotel de mierda a trescientos kilómetros de distancia de la mujer de mis sueños. Algunos tipos tienen toda la suerte de mierda. Parece que voy a tener que pasar algún tiempo en el gimnasio otra vez o me voy a la cama con una seria erección. El hablar con Gail tiene ese efecto en mí. Así que estoy levantando pesas y corriendo en la maldita máquina con un poco de ejecutivos con grasa, sudor y además tengo que mantener un ojo en el jefe. El R8 tiene dispositivo antisecuestro, así que sé dónde está en cada momento, y en estos momentos está fuera del dúplex a unos seis kilómetros de distancia. Espero que el jefe no esté pasando por uno de sus folladas maratónicas, porque no me gustaría estar en esta maldita máquina toda la noche, esperando a que él regrese. Tal vez recordará que la señorita Steele tiene trabajo por la mañana y que no sería justo que la tenga desvelada toda la noche. Pero, poco después de las 10pm, veo desde el GPS en mi teléfono que su coche se dirige de vuelta al hotel. Yo agarro la toalla con gratitud y hago mi camino hasta el piso de arriba para verlo entrar en su habitación, con una expresión relajada en el rostro. Bastardo. El martes es igual de aburrido y largo. Que pesadilla. Parece que el jefe no tiene planes de ver a la chica hoy. Así que salimos a correr por las calles de Portland. En Seattle creo que hemos agotado todas las vías posibles en cada parte de la ciudad. Al menos esto es nuevo. Y por lo menos el clima el fresco. Yo tenía un trabajo en Florida, donde el chico con el que estaba de guardia corría todos los días con el 98% de humedad en el ambiente. Bien por él, pero yo tenía mi arma atada a mi lado y tenía que cubrirla con una sudadera. Estuve a punto de derretirme, era como un verano en Afganistán y llevar una armadura de cuerpo completo. En resumen: es una mierda de las grandes. Para el miércoles estoy tan aburrido que estoy pensando en matar a Grey yo mismo. Pero entonces, en voz baja me informa de que la señorita Steele cenará con él en el Heathman y que ha reservado un comedor privado. Oh, y puedo tener la noche libre. Sí, sí. Vete a la mierda, yo voy a pasear por las calles de Portland. Poco antes de las 7:00 pm, estoy sentado tranquilamente en uno de los sillones bajos en la zona de estar del vestíbulo. No estoy exactamente escondiéndome detrás de la palmera, pero quiero ver a la señorita Steele llegar. Y tengo que decir que parece una modelo con un vestido que abraza su figura y con tacones. Todos los chicos en la habitación tiene la lengua colgando hasta sus ombligos, pero por primera vez el jefe no parece darse cuenta. Él está buscando a la señorita Steele como si fuera el último oasis en el desierto.

Pero él se dará cuenta del pedazo de mierda que ella conduce. Un escarabajo antiguo que es más viejo que ella. Vaya, yo tenía un coche así cuando tenía su edad, pesado sobre la dirección y los frenos como rocas. El jefe no le gustará. Estoy bastante seguro de que querrá que ella tenga un Audi A3 como los demás. No hay problema, conozco el nombre de pila del tipo de ventas en el concesionario Audi. Demonios, probablemente mantiene dos o tres en acción sólo para el jefe. Así que me pongo a leer el periódico, tomo una cerveza y pido un sándwich para terminar de comer rápido. Al poco rato vuelvo a ver al jefe en dirección a la salida llevando a la señorita Steele.

Ella se ve enrojecida e infeliz y también distraída. Pero la cara del jefe es peor. Supongo que sus planes para la noche no se han confirmado después de todo. La cena terminó rápida y me parece raro que la señorita Steele no lo acompañe hasta su habitación. ¿Se va a perder un polvo el jefe esta noche? Casi no lo puedo creer. Apuesto a que no sucede muy a menudo. Sí, mi corazón siente que habrá ruptura. Parece que la señorita Steele no es tan fácil como parece. Interesante. Pero él me sorprende y mucho más cuando se quita la chaqueta y la posa sobre los hombros de ella. Se trata de un gesto íntimo y me siento como un mirón. Al jefe le cambia la cara al ver a distancia el auto de ella, tal como lo pensé, le abre la puerta del coche y la ayuda a subir. Ella le susurra algo al oído y él niega con la cabeza. Luego observa mientras ella se marcha en una nube de humo del tubo de escape, y un ruido sordo que sólo un coche así de viejo puede hacer. Se pone de pie, simplemente observando. Su rostro es inexpresivo, pero sé lo suficiente como para decir que él está molesto por algo. Probablemente el hecho de que va a pasar la noche solo. Y sé lo solo que se siente. Te salía Grey. Grey me ve y se acerca, pasándose las manos por el pelo. _ Taylor, la señorita Steele necesita un coche nuevo. Un A3. En rojo. Para mañana. _ Sí, señor. ¿Algo más? _ Tengo la ceremonia de graduación en la Universidad mañana entre las once y la una. Voy a necesitar que me traigas lo habitual. _ Sí, señor. Él deambula buscando… no sé… un poco triste. Tomo el ascensor hacia mi habitación y, aunque ya es tarde, quiero oír la voz de Gail.

_ Hola, cariño. _ ¡Jason! ¿Estás bien? Ya es tarde. _ Lo siento, cariño. ¿Estabas durmiendo? _ No, sólo estaba preparándome para ir a la cama. _ ¿Ah, sí? ¿Qué llevas puesto? _ ¡Jason! _ Vamos Gail tengo curiosidad. _ Yo estoy usando esa ropa interior negra preciosa que me compraste de Victoria Secret… gimo interiormente… Y llevo una blusa blanca y falda azul marino. _ Quítate la falda. _ Jason… _ Hazlo para mí, cariño. Oigo la sonrisa en su voz. Bien Jason. Estoy bajando la cremallera de mi falda. La estoy deslizando por mis caderas, pasando por mi trasero y listo está en el piso. Ahora la estoy tomando y doblando para ponerla en la silla, como se supone que debes hacer con tu ropa, Taylor. _ Oh, nena, no arruines el momento. Quítate la camisa, un botón y luego otro. _ Aquí voy por el primer botón, ahora el segundo, ahora el tercero, ahora me voy viendo el sujetador, ahora estoy soltando los puños, ahora estoy deslizando mi blusa sobre mis hombros. Ahora estoy sólo con mi sujetador y bragas. Voy a meter el teléfono por la parte de enfrente de mis bragas para poder desenganchar el sujetador… ¡Oh, mierda, sí! De repente, hay un ruido sordo. _ Oh, lo siento, Jason, se me cayó el teléfono. Allison está en la otra línea, voy a tener que dejarte… ¿Qué? ¡No! _ ¡Adiós Jason!

¡Maldita Allison! Sabía que había una razón por la que odiaba a su hermana. Y yo tengo una erección durísima. Tomo una respiración profunda, mejor me dirijo de nuevo al gimnasio. Pensándolo bien, es mejor bajar por las escaleras. Cuando llegue al sótano, debo estar de vuelta a la normalidad. ¡Oh, por el amor de cristo! Jueves por la mañana estoy preparado y listo para conducir al jefe a la Universidad. Yo sé que él odia hacer esta mierda de publicidad pero parece más inquieto que de costumbre. Sospecho que la señorita Steele podría tener algo que ver con eso. Welch ha tenido algo de inteligencia de una manifestación de posibles estudiantes, debido a la participación de Grey con la división agrícola. Estamos acostumbrados a esa mierda pero Welch me ha conectado con la seguridad del campus, aunque yo no estoy esperando nada que no pueda manejar. A medida que nos acercamos recibo la confirmación de que una pequeña manifestación, unos cincuenta estudiantes, están esperando en la entrada VIP. Y el SUV es un coche bonito, yo no quiero que lo cubran de pintura de nuevo. _ Señor, hay una concentración, es mejor evitarla, sólo lo de siempre. Voy a llevarlo por la entrada trasera. Él asiente con la cabeza sin responder. Caray, realmente esta distraído. Normalmente se pone azul y verde, cuando los estudiantes se manifiestan contra su participación en la división de agricultura. Me contacto con la seguridad del campus y nos guían a través de una entrada diferente y alrededor de la sala donde la graduación se lleva a cabo. El Director nos espera, con aspecto agitado y desconcertado, está preocupado de que por culpa de la manifestación, su principal benefactor mande todo a la mierda y se dé vuelta a Seattle. Reconozco a la reina del hielo, a la señorita Kate Kavanagh mirando al jefe con disgusto. ¡Guau!, una mujer que no ha caído por los encantos de mi jefe. Ya son dos y mi Gail es la otra. ¡Ah! y Ros, aunque no estoy seguro pero creo que Ros batea para el otro equipo. La amiga, de la señorita Steele hace un discurso impresionante. No es sólo una cara bonita entonces. Tal vez por eso no le gusta el jefe, ella sabe que hay algo en él. Me pregunto si la señorita Steele le ha contado sobre las aficiones particulares del jefe, no creo, porque seguro que firmó el acuerdo de confidencialidad. Aunque no ha firmado todo el acuerdo completo, aún no lo he visto en su expediente. Realmente no puedo imaginar que ella lo haga, pero ha sido una de mis mayores preocupaciones desde que comenzó mi trabajo para el jefe. Y, en realidad, es sólo una cuestión de tiempo, ¿no es así?

Entonces el jefe se pone de pie y hace su discurso. A pesar de que le he oído hacer otros similares en el pasado, todavía me pone. Sé de algunas cosas que le pasaron cuando era niño. He visto las cicatrices y de vez en cuando todavía oigo sus gritos en la noche. Es un sonido escalofriante de mierda. Los estudiantes responden a su discurso con un gran aplauso, como sabía que lo harían. Hay aplausos entusiastas y probablemente un montón de bragas húmedas entre las hembras y posiblemente algún hombre también. Lanza una última mirada en la dirección de la señorita Steele y se sienta. Conozco esa mirada. Quiere llevarla a una habitación. Cuando abandona el escenario habla con la señorita Kavanagh. Ella se ve enojada por algo, pero él es insistente. Ella pone mala cara y marcha hacia fuera, regresando rápidamente con la señorita Steele. El jefe se ve muy enojado por algo y sorprende demasiado al Director y tres rectores, cuando se aparta con la señorita Steele a un vestuario de hombres. Quiero decir, sé que dije que “necesita una habitación”, pero se trataba de una metáfora, por amor de Dios. ¿Seguro que no la va a sentar en el suelo del vestuario? Él está actuando muy raro, yo no me pondría por delante de él, sé que nunca le ha importado mucho acerca de lo que la gente piense de él, pero ¡vamos! No soy el único que se ha aliviado cuando ambos vuelven a aparecer a los pocos minutos. La señorita Steele se apresura lejos, mirando roja y nerviosa, soy probablemente el único que puede decir que el jefe está perdiendo su calma habitual de auto controlarse. Por último, se va lejos de los cerebritos de la universidad. _ Me voy a tomar una copa de mierda, Taylor. Voy a estar cerca de media hora. _ Sí, señor. Lo sigo a una discreta distancia y me paro por la entrada de la carpa. Todo parece tranquilo, pero no me gustan las multitudes, las cosas pueden salirse de la maldita mano rápidamente. Observo con interés como el jefe es arrastrado por la señorita Kavanagh y escoltado hacia su amiga. Ella está de pie hablando con un hombre de mediana edad a quien yo reconozco de la foto en su archivo como padrastro de la señorita Steele. Hay un tipo alto y rubio con el brazo alrededor de la señorita Steele. Esto se pone interesante. Puedo reconocer la expresión de la cara del jefe, sé que seriamente quiere patear la mierda del chico rubio. En su lugar, le da la mano al padrastro de la señorita Steele y le tiende la mano a la chica reclamándola. Suave.

El rubio se aleja con la señorita Kavanagh y noto el parecido familiar. Para mi sorpresa extrema, la señorita Steele se aleja y deja a Grey con su padrastro. Si recuerdo correctamente en el archivo dice que el señor Steele es un exmilitar. Ciertamente no es intimidado por el jefe. Lo que me hace reír es la manera como Grey está hablando con el señor Steele, tratando de cautivarlo, bueno eso se le da de un bueno, todo el mundo cae. Quién lo hubiera pensado… el jefe en reunión con el papá de una niña. Ahora el padrastro se macha y llega la señorita Steele. Y luego un fotógrafo con suerte, consigue hacer una foto del jefe con la señorita Steele. Eso va a estar en las páginas de chismes mañana. El jefe no estará contento. Pero entonces la señorita Steele le dice algo y el jefe parece que esta en el cielo, vislumbrado. Cierra los ojos y cuando los abre me sorprende que la carpa de mierda no se incendie. Es como si sólo él y su chica, estuvieran solos en la tienda. Tengo que mirar hacia otro lado, se merecen un poco de intimidad. El jefe apenas parece consciente de su entorno. Toma la mano de la chica y la besa con amor. Nunca lo había visto así. Y entonces lo sé con certeza: está enamorado. ¡Bueno, no me jodas! Capitulo 13 El jefe está completamente ajeno a todo y a todos. Realmente es bueno que esté yo, en caso contrario, probablemente condujera contra un árbol o diese un paseo a través de los carriles de la otra autopista, lo que quiero decir, es que este hombre no está aquí. Si no le conociera, diría que está flotando en un mar de felicidad con esta sonrisa tonta del culo que tiene pegado en su cara de revista. Jodidamente nauseabundo. Sí, sí, ya sé que todos hemos estado así. Demasiado jodidos por una mujer para pensar con claridad, pero yo nunca pensé que vería a Grey con esa mirada de amor. ¿Qué pasa con esta chica Steele? Ella es hermosa y todo, cualquier tonto puede ver eso, pero el jefe ha tenido un montón de mujeres hermosas que se han lanzado contra él. Francamente, han sido un montón de mujeres, de todas las edades. Entonces, ¿qué tiene de especial esta? ¿Tal vez porque ella no salta cuando él se lo pide y no pregunta antes qué tan alto? En cualquier caso, está demasiado herido para trabajar, así que me pongo la sudadera y nos dirigimos por el parque más cercano a poner distancia. Y seamos sinceros, se siente fatal el estar atrapado en Portland, él no es el único que se siente sexualmente frustrado. Cuando regresamos, el Audi A3 rojo que ordené ha llegado. Lo mira y asiente brevemente. Sí, unos flamantes 40.000 dólares que es el valor del coche, y apena le echa una breve mirada.

Todo lo que quiero hacer es tomar una cerveza y una hamburguesa, no quiero la comida del hotel más lujoso. Joder, echo de menos la cocina de Gail. Ella sabe cómo complacer a un hombre, en muchos sentidos. Dejaré lo de la cerveza para otra ocasión, oficialmente aún estoy de servicio y en este momento los planes del jefe están cambiando de un minuto a otro. Dudo que la Srta. Steele sea consciente de ello, pero está seriamente jodiendo mi vida social. Efectivamente, poco después de las 7:30 pm, me llama el jefe, lo que yo decía, él va a su apartamento. Con una botella de champaña fría que ha ordenado desde el hotel. Vamos en el Audi rojo pequeño y puedo ver que está sonriendo para sus adentros. ¡Mierda! ¿Acaso esto es una cita? Tengo que admitir que tal vez sí. Qué infierno, uno pensaría que estaría acostumbrado a esto a estas alturas. Nos dirigimos los seis kilómetros en silencio. El jefe no es que es Chatty Cathy, una de esas muñecas habladoras, gracias a Dios. Cuando llegamos al apartamento de la Srta. Steele. Le entrego las llaves y su teléfono y luego agarro un taxi. Tengo que volver a recoger la camioneta, porque no sé como tiene planeando pasar la noche. Puedo ver desde el otro lado de la carretera mientras se abre la puerta, la sonrisa tímida de la Srta. Steele puede derretir el corazón más duro, el jefe no tiene ninguna oportunidad. Sí, se ven como un par de adolescentes esta noche, eso si los adolescentes pudieran pagar lo que vale una botella de un champán superior y un flamante Audi A3. El taxi llega y tomo el SUV del Heathman. Me compro esa hamburguesa, que he estado anhelando, para comerla fuera del coche, por supuesto. Me pregunto distraídamente cuando fue la última vez que el jefe se comió una buena hamburguesa americana, grasienta y salada. No desde que lo conozco, eso es seguro. Media hora más tarde, estoy de vuelta aparcado fuera del apartamento de la Srta. Steele. ¡Infiernos!, podría estar fuera durante horas. Espero que esté de humor para un polvo rápido, pero el champán sugiere lo contrario. ¿Sabe usted lo incómodo que es tratar de dormir en posición vertical en un coche? Incluso en el SUV, ni con entrada de violines. Para pasar el tiempo, hago una llamada a Gail. _ Hola, nena

_ Jason. Y sólo con la forma que dice mi nombre… _ ¿Qué haces, nena? _ No mucho. Sólo leer un libro. ¿Y tú? _ Acecho. _ ¿Perdón? _ Estoy sentado frente al apartamento de una cierta Srta. Steele esperando a que el jefe… bueno, a la espera del jefe. Hay una breve pausa. _ Ya veo. _ Sabes, Gail, yo diría que lo tiene malo. Deberías haberlo visto hoy en su ceremonia de graduación, no podía apartar los ojos de ella. Y cada vez que cualquier otro hombre se acercaba a ella, pensé que iba a terminar rompiendo en una pelea. Está muy colado por ella, eso es seguro. Nunca lo había visto así. _ ¿Crees… crees que esta chica va a ser… diferente?, Gail utiliza las palabras tentativamente, inquisitivamente. _ Tal vez. Quiero decir, él está en su apartamento ahora… oh, espera un minuto, están saliendo… le está mostrando el Audi. ¡Oh, se ve muy enojada! _ ¿Qué? _ En realidad, parece jodidamente enojada. _ ¡Oh, Jason! ¿Sabes lo que eso significa, no?, balbucea Gail. _ ¿Qué no le gusta Audi? _ ¡No, tonto! No le gustan los regalos caros, ella no lo quiere por su dinero. ¡Oh, eso es maravilloso! Yo no estoy tan seguro. _ ¿No te gustan los regalos caros?

Estoy pensando en la ropa interior de Victoria Secret que le compré que realmente no nos hemos divertido con ella tanto como esperé. _ Jason, me encantan los regalos que vienen de ti, y tú también sabes que no me gusta que gastes tu dinero en mí, me pone de mal humor, sabes lo que quiero decir. _ Me gusta comprarte regalos, Gail. ¿Qué hay de malo en eso? Es mi dinero el que gasto, y yo no lo veo como dinero desperdiciado. Ella suspira. _ ¿Qué están haciendo ahora? _ Hablar. Bueno, ella está hablando, él está escuchando un poco abatido… eh, quiero decir… Ella todavía se ve loca. Oh, espera, ella lo besa en la mejilla. _ ¡Oh!, suspira Gail. ¡Eso es tan dulce! Oh, me gusta esta chica, Jason. Ella es diferente. ¿Qué están haciendo ahora? _ Eh… ¿realmente quieres una descripción? Parece que han olvidado que están afuera. Lo bueno es que no hay periodistas de mierda por aquí. No, espera, está bien, la está arrastrando de vuelta en el apartamento. Creo que tendré que estar aquí un tiempo. _Lo siento por ti, que tengas que esperar afuera. ¿Has comido algo? _ Sí, comí una hamburguesa. _ Eso no es muy saludable. Pongo los ojos en blanco. _ Estaba buenísima. _ Umm… ¿Estás tratando de hacerme enojar? _ ¿Funciona? _ ¡Sí! _ No te pongas así, nena _ Te lo voy a mostrar cuando regreses. Gimo.

_ ¿Alguna idea de cuándo será eso?, continúa. _ Mañana, en algún momento. ¿Me podrías informar como estás de enojada, entonces? Ella se ríe. _ Buenas noches, Jason _ Buenas noches, nena. Me recuesto en el asiento, con una sonrisa en mi cara. Duermo durante un par de horas con los ojos abiertos cuando veo al jefe salir del apartamento. Él se inclina para besar a la chica y cuando se vuelve a mirarme, se ve tan jodidamente feliz. Su expresión es más difícil de leer, ella se ve… bueno, no soy un experto, pero yo diría que ella se ve como si estuviera a punto de llorar. Oh mierda. ¿De qué está hecho? Y por un momento me siento enojado, pero sé que no es asunto mío. Me paga para que no sea de mi incumbencia. Me pide que ponga algo de música, así que mientras viajamos de nuevo al Heathman escuchamos Gymnopédie, de Erik Satie. Yo no sabía una mierda de música clásica hasta que empecé a trabajar para Grey, pero sus gustos son realmente buenos. Yo no quería admitir ante mis viejos compañeros de pelotón, pero me gustaba mucho la música de Puccini. Lo que me recuerda, que tengo que recoger las entradas para Gail y para mí, para ir a ver a Madame Butterfly. Está en la Casa Seattle Opera, el jefe nos ha permitido usar su palco privado. El hijo de puta puede ser generoso. Ni siquiera tuve que preguntarle, él entró en mi oficina un día y me vio mirando el programa, lo siguiente fue que el gestor de mierda me llamó me preguntó que noche era conveniente para mí y para la Sra. Taylor. Me gustó mucho como sonaba eso. Supongo que es una pequeña broma del jefe. Él sólo hace cosas así, nunca dice una palabra. Sé que es inmensamente rico, así que no es el dinero, es el hecho de que él se da cuenta. Una parte de mí se pregunta si no se trata sólo de darme dulces porque requiere tenerme aquí, no ir a buscar a otro tonto para vivir en su mundo de extraño crepúsculo. Pero otra parte de mí, esa que está siendo entrenada por Gail piensa que él es bueno y por eso lo hace. Esa es la palabra que usa de él. Bueno. Me siento mucho menos caritativo cuando mi Black Berry de mierda está zumbando en mi oído poco después de la media noche, me despertó de un muy buen sueño acerca de Gail y un almacén lleno de lencería Victoria Secret. _ ¿Señor?

_ Voy a salir, Taylor. Me llevo el R8 y voy a estar fuera toda la noche. Sólo quiero hacértelo saber. ¿Qué carajo? _ Sí, señor. Usted tiene programada una reunión de desayuno en la sala de conferencias a las 8:00am. _ Sí, gracias, Taylor, dice irritado. Sólo hago mi trabajo, jefe. La llamada termina y puedo adivinar a dónde va: volverá con la Srta. Steele. ¡Caray! ¡Ojalá uno de ellos pudiera decidirse lo que está pasando entre ambos, porque está haciendo estragos en mis hábitos de sueño y qué decir en mi vida amorosa! Tiro la Black Berry en la parte superior de un montón de ropa en el suelo y regreso a mi sueño de nuevo. A las 7:00am todavía no hay señal del jefe. Estoy a punto, duchado y afeitado desde hace 45 minutos, pero él no da señales de vida. Puedo comprobar el GPS en mi Black Berry, el R8 está todavía fuera de la casa de la Srta. Steele. Pienso en llamarlo, pero decido que me gustaría mantener mi trabajo un poco más. A las 7.45am, los hombres trajeados comienzan a llegar a la reunión. Les muestro la sala de conferencias y me aseguro de que tienen café y panecillos danés para mantenerlos felices. ¿Dónde está Grey? Puedo comprobar el GPS, que ya está el R8 en movimiento. ¡Por fin! ¡Acelere bien Grey! Llega cinco minutos más tarde, todavía con sus pantalones vaqueros y una camisa de la noche anterior y sin afeitar… pero con una enorme sonrisa de mierda en la cara. La Srta. Steele ciertamente parece tener un efecto beneficioso sobre él. Los hombres con traje no están del todo seguros de qué hacer con esto. Ellos hacen lo más inteligente y lo ignoran. He traído su portátil a la sala de conferencias sabiendo que lo va a necesitar. Entonces me coloco detrás de él, así puedo tener una visión clara de la puerta y me preparo para aburrirme casi hasta la muerte. También sucede que tengo una visión clara de su computadora portátil y que puedo decir, no está tan

completamente absorto en NASDAQ como parece. De hecho, si yo no lo estuviera viendo diría que está metido en la reunión, pero se pasa toda la reunión enviando y recibiendo correos electrónicos con la Srta. Steele. ¡Mente en el trabajo, jefe! ¡Por el amor de Dios, a este paso va a terminar vendiendo Empresas Grey a Azerbaiyán por accidente! A las 9:00am estoy aburrido y por fin termina la reunión. Espantando a los esbirros, él se va a tomar una ducha, pero no antes de que me informe que mi trabajo ahora incluye la de vender el escarabajo antiguo de la señorita Steele. ¡Oh, vamos! Así que a las 17:45 llamo a la puerta de la señorita Steele para recoger las llaves del viejo monstruo de metal. Me encargaré de activarlo de nuevo sin que ella se dé cuenta y me pondré en marcha. _ Srta. Steele, he venido para su coche. Ella se ve sorprendida y avergonzada. _ Oh, sí, por supuesto. Espera, voy a coger las llaves. El apartamento es pequeño y medio vacío, con cajas de embalaje por todas partes. ¿Se están mudando? Supongo que eso tiene sentido, ahora que se ha graduado y todo. Tengo una epifanía repentina: apostaría a que ella va mudarse a Seattle. Sí, claro. Me da las llaves y caminamos hacia su coche. Me pregunto qué clase de mierda es lo que guarda en su guantera. Yo sé lo que Gail mantiene en ella: gafas de sol, lápiz de labios de repuesto, cepillo para el pelo y hoja de ruta. Pero la Srta. Steele saca una linterna. Me parece extrañamente conmovedora y me pregunto si su padrastro se la dio a ella. Él parece ser el tipo de persona que se aseguraría de que tuviera una linterna. Acaricia el coche y lo mira con tristeza. Sí, así me sentí con mi primer coche también. Gail tenía razón, esta chica realmente no le importa el dinero de Grey. Ella prefiere su escarabajo al brillante Audi rojo. Tan loco como pueda sonar, teniendo en cuenta todas las cosas raras del jefe, ella ve a través de todo esto y le gusta él por sí mismo. Tal vez hay esperanza para ellos. ¡Por Dios! Voy a estar cantando sobre el maldito arco iris en un minuto. Contrólate, eras un infante de marina. _ ¿Cuánto tiempo hace que trabaja para el Sr. Grey?, me pregunta en voz baja. _ Cuatro años, Srta. Steele. Puedo decirle que mucho.

Ella pone esa mirada, como si me quisiera preguntar la historia de su vida. Tengo que cortar, pero puedo decirle la verdad, bueno eso sería demasiado, solo una versión de la verdad. _ Él es un buen hombre, Srta. Steele. Me subo en el Escarabajo, y lucho con la dirección pesada del coche. El jefe me ha dicho que lleve el coche al concesionario más cercano para chatarra pero este coche es un clásico. Conozco a un tipo que conoce a un chico y él me ofreció cinco mil dólares en efectivo. Es un buen precio. Veinte minutos más tarde con el dinero en mi billetera, estoy de vuelta en el Heathman. Por fin nos marchamos y el servicio de habitaciones se encarga que el equipaje esté en la camioneta, yo solo miro como lo hacen. El jefe se ha ido adelante en el R8. Son casi las once en el momento en que vuelvo a Escala. Estoy hambriento y cansado y con ganas de ver a mi chica. Pero primero pongo los cinco grandes en un sobre para entregarlo al jefe. Puedo verlo sentado en su escritorio, con la cabeza entre las manos, el portátil abierto delante de él. Lleva su traje: fijo, otra cena para recaudar fondos. _ ¿Qué?, gruñe cuando toco a la puerta de su estudio. Su Srta. Steele no se ha comunicado situación anormal, parece. _ El dinero de la Srta. Steele, del escarabajo, señor. Cinco mil. Él mira sorprendido. _ ¿Tanto por esa chatarra? _ No del todo, señor. Es un clásico. Se lo vendí a un coleccionista. _ ¿Alguien pagó dinero por ese montón de mierda? Miro hacia atrás, sin expresión. Es una mirada de recluta, se aprende en la primera semana, pero con Grey puedo mirarlo a los ojos. _ Bien, Taylor. No te necesito, otra vez, esta noche. Dejando a su estudio, oigo su teléfono. _ Hola, dice en voz baja.

Supongo que por el tono de su voz tontona es la Srta. Steele, que está haciendo un buen trabajo de domar a la bestia salvaje, por lo que me dirijo a los cuartos del personal. Gail está dormida en el sofá, me imagino que ella se cansó esperándome. Dios, se ve tan hermosa, tan tranquila. Y eso es lo que me hace sentir, profundamente pacífico y también jodidamente cachondo. Me inclino hacia abajo y acaricio su mejilla. _ Hola, nena. Ella abre sus ojos. _ ¡Oh, Jason! ¡Has vuelto! ¿Tienes hambre? Tengo un poco… Pero no la dejó terminar. Tengo mi boca sobre la de ella, probando la forma de sus labios otra vez, recordando, respirando su aliento. Suspira profundamente y las cascadas de sonido vienen a través de mí, va calentando cada célula de mi cuerpo. Le recojo en mis brazos y ella se ríe. _ ¡Jason! ¿Podemos tener primero una conversación? Yo no lo creo. Planeo hacer toda mi conversación con mi cuerpo. Abro la puerta de la habitación de una patada, la poso sobre la cama. Ella me deja sin aliento, sonriendo hacia mí. _ ¿Hablamos más tarde, entonces? Lanzo mi chaqueta en el suelo, me quito los zapatos y me hundo a su lado. Se apoya en un codo y me toca el pecho, así que estoy acostado en la cama. Luego tiro de su falda y lanza una pierna al otro lado así que ella está sentada sobre mí. _ Creo que esto hay que quitarlo. Con dolorosa lentitud deshace mi corbata y la desenrolla suavemente de mi cuello. Luego se desabrocha la camisa y se la quita. Se siente tan jodidamente bueno tener sus manos sobre mí, moría por que me tocara. Ella desliza sus manos sobre mi pecho, pasando los dedos por el pelo y tirando con fuerza. Luego se inclina hacia adelante para que sus pechos empujen contra mí y roza con los dientes hasta mi cuello. Pongo mis manos alrededor de su cintura y bajo a su culo delicioso, empujando la falda más arriba hasta que se arruga alrededor de sus caderas. _ Llevas medias.

_ Un regalo de bienvenida a casa, respira en mi cuello. _ ¿Puedo desenvolverlo ahora? _ Bueno, yo no voy a esperar hasta la Navidad, se ríe suavemente. Ella se arrodilla para que yo pueda tirar de sus bragas hacia abajo. Agarro sus muslos y paso mis dedos por el interior de sus piernas, disfrutando de la sensación de la carne bajo la seda. Entonces ruedo de repente y la empujo dejando su espalda contra el colchón. Le termino de quitar sus bragas y las tiro por lo alto de mi hombro. De alguna manera rara se han enganchado en el pomo de la puerta y cuelgan allí como el pabellón de un ejército derrotado. Ella agarra mi muñeca y deshace primero un puño, luego el otro y empuja la camiseta de mis hombros, pasando sus uñas en mi espalda y todo el camino de nuevo. _ ¡Aaagh! ¡Mierda Eso se siente bien! Frota las manos contra mi erección dura, haciéndome jadear. _ ¡Joder, Gail! Ella sonríe pero no habla, y ahora la quiero desesperadamente, la necesito. Me quito mis calcetines, porque seamos sinceros, ¿qué tipo de los bajos fondos folla con sus calcetines?, y luego ella me ayuda a arrastrarme fuera de mis pantalones y mis bóxers. Ella me jala hacia ella y pasa su dedo por mi pene, girando alrededor de él, empujándome hacia abajo, y hacia ella. Yo estoy dentro de ella con un movimiento rápido, feroz ella grita, arqueando la espalda de la cama. ¡Oh infierno! Yo quería hacer esto lentamente, pero ahora no puedo ayudarme a mí mismo. Estoy golpeando en ella y sus caderas suben a mi encuentro, sus uñas arañando mi espalda, con la boca abierta y los ojos cerrados. Puedo sentir las medias de seda mientras ella cierra sus piernas alrededor de mi cintura, me agarra con fuerza. Trato de contener para hacerlo durar más tiempo, pero ella es demasiado suave, demasiado dulce, esta demasiado jodidamente húmeda, y llegamos pronto al clímax, mis músculos se ponen rígidos.

Me derrumbo encima de ella, mi peso apoyado en mis brazos y ella me jala con fuerza a ella para que pueda sentir los botones de su camisa empujando en mi pecho desnudo saboreando los últimos restos de placer también. Salgo de ella suavemente y me pongo a su lado. _ ¿Puedo quitarme la falda de ahora?, me pregunta con una sonrisa. Todavía está arrugada en torno a su cintura, sus hermosas piernas vestidas de seda. ¡Demonios, ella es tan jodidamente sexy! _ ¡Hazlo, adelante! murmuro mientras me acerco a besarla, mi erección salta de nuevo, empujando contra su cadera. _ ¿Ya?, dice con una risa suave. _ He estado fuera toda la semana, Sra. Jones, un montón de tiempo perdido que hay que compensar. Creo que me debes por lo menos seis polvos más. _ ¿Estamos llevando la cuenta, Sra. Taylor? _ Sólo para mantener al personal contento, Sra. Jones. Ella me golpea juguetonamente. _ Bueno, usted no ha hecho un mal trabajo hasta la fecha, Sr. Taylor, pero te voy a dar tu evaluación, después. _ Voy a tomar lo que tienes, nena. Y tenemos toda la noche. Entonces cierro mi boca sobre la de ella y le muerdo el labio, duro.

Gail Yo realmente quería hablar con Jason, pero parece que nos hemos desviado. Eso pasa mucho y ahora es un hombre con una misión. Al ver el ardiente deseo en sus ojos sólo me excita de una manera que no puedo explicar. Y el muchacho, ¿mencioné su resistencia? Sí, Jason ha estado ausente durante 24 horas o más y puedo esperar cuando llegue, una sesión el método Pilates, Yoga, Zumba y buenos ejercicios aeróbicos pasados de moda, todo en uno. El último fin de semana Allison me preguntó en la mesa cómo he logrado mantener mi figura, que qué hago para estar así. Casi me ahogo con mi puré de patatas. La respuesta no es algo que yo pueda compartir.

Me gustaría que le gustase Jason, pero después de cuatro años no creo que eso vaya a cambiar. Ella dice que es peligroso; que debido a su trabajo, es adicto al peligro. Realmente espero que eso no sea cierto, pero a veces, sólo a veces pienso que ella podría tener razón. Pero en este momento, alejo todos los pensamientos y me concentro en mi hombre. Bien, un pensamiento más, voy a tener que enviar esta falda para limpieza en seco, de nuevo. Su boca se cierra en la mía y me tira del labio inferior con los dientes y muerde con fuerza. Gime y pasa las manos por mis piernas, sobre mi falda y hasta mi camisa. Se arrodilla y abre los dos primeros botones y pasa la lengua entre mi escote, acariciándome y puedo sentir la barba en mi piel, después tendré toda la piel roja. Deshace el resto de los botones y tira de la camisa desde mi cintura. Luego me sienta y me desliza fuera de ella, la tira en el suelo con el resto de la ropa. Se sienta detrás de mí y se inclina contra la cabecera, tirando de mí entre las piernas, luego empieza a darme un masaje, delicioso y profundo en mis hombros y los músculos del cuello. Sus dedos fuertes y ágiles alivian toda la tensión acumulada de la semana pasada, luego pasa la lengua por la parte de atrás de mi cuello y sus dedos vagan alrededor al encuentro de las copas del sujetador. El masajea mis pechos y me recuesto contra él y descanso mi cabeza en su cuello. Desabrocha el sujetador y lo desliza despacio. _ Me voy a tener que quitar la falda Jason. Esto ya no es una falda. _ Está bien, él está de acuerdo a regañadientes, pero te dejas las medias. ¿Qué pasa con los hombres y las medias? Sonrío para mis adentros, pero no me importa. Me pongo de pie y deslizo la muy arrugada falda hasta el suelo. Entonces miro hacia abajo a mi hombre. Su piel es una luz, color dorado, que yo sepa rápidamente se oscurece al sol. Está muy bien entonado con largas piernas de corredor y musculoso estómago y pecho y brazos fuertes que incluso Allison no puede negar que se ve realmente fabuloso. Su pelo, como siempre rapado, y su piel, una piel caliente que me encanta acariciar y pasar mis dedos por ella. Sus ojos son oscuros, a menudo ilegibles, pero cálidos y ahora llenos de humor y de deseo. Sí, podemos hablar mañana, o la próxima semana o el próximo año… Capitulo 14

Mía Grey está de nuevo en la ciudad. Lo sé, escuche al jefe cuando atendió su Black Berry mientras hablaba con ella, realmente hablaba con el mismo efecto de un tsunami, arrasando todo a su paso. Creo ver al jefe estremecerse, reflejando casi una mueca de dolor, y sé tiene un umbral de dolor muy alto, a pesar de que llega a desesperarle muchas veces, el apenas la regaña, aunque de todas formas tampoco le vale de mucho. Nadie puede con el huracán Mía Grey. Tengo entendido que el jefe va ir a recogerla al aeropuerto, su vuelo llega mañana por la mañana temprano. Ya estoy temblando por la llegada de la Srta. Grey. Mejor él que yo. Así que la mañana del sábado ya apareciendo la aurora, el jefe va rumbo al Sea-Tac para recogerla y llevarla hasta donde sus padres en Bellevue. Se ha llevado la camioneta en el supuesto caso de que traiga demasiado equipaje. Estoy tan jodidamente contento de que no me ha pedido conducir hoy. Prefiero andar a pie y clavarme un tenedor en el ojo antes que escuchar a su hermana a todo volumen a estas horas de la mañana. Pero de repente, sonrío para mis adentros al sentir la tibieza del cuerpo de Gail junto al mío, es todo un lujo poco común y muy bienvenido después de la semana pasada. Sólo estoy pensando que es una lástima dejar perder mi habitual erección matutina, cuando sus ojos parpadean abiertos. _ Hola, ojos azules. Ella me sonríe. _ Jason Taylor, creo que estás contento de verme, me dice al sentir lo que está presionando contra su muslo. Sí, y eso es suficiente conversación por ahora. No puedo perder el tiempo…y me adentro en mi mejor misión: explorar el cuerpo de Gail. Horas más tarde (bueno eso decimos los hombres)… un poco más tarde los dos estamos saciados sobre nuestras espaldas. Gail está sin aliento y yo con una sonrisa de mierda en la cara. _ Creo que voy a cancelar mis clases de Pilates, dice por fin, todavía sin aliento. _ Yo no sé para qué vas a esas clases cuando me tienes para mantenerte en forma bebé. _ Porque soy mayor que tú Jason, si quiero tener esperanzas de mantenerte el ritmo… _ Nena para mí eres perfecta. ¡Por Dios esta mujer no sabe tomar un cumplido!

_ Lo digo en serio ¿Por qué habría siquiera mirar a otra mujer cuando te tengo a ti? Ella niega con la cabeza, como si mi pregunta la desconcertara. Pero es verdad: después de haber estado casado con la perra, mi ex esposa, yo sé de lo que estoy hablando. _ Como te decía, comienza a cambiar el tema. Yo quería preguntarte acerca de la señorita Steele. _ ¿Qué pasa con ella? _ Bueno ¿cuál es tu opinión sobre ella? Por qué las mujeres están intrigadas por otras mujeres? Para mí es un misterio completo. _ Ella me parece buena, normal, ya sabes. Ella tiene al jefe saltando a través de los aros. El pobre diablo no sabe si viene o va. _ Esto sin duda hace un cambio, me dice sonriendo. _ Sí, así es. Pero en serio es una pesadilla de mierda en este momento. En un minuto esta esperando los violines tocar y al día siguiente está mordiendo la cabeza de algún pobre tonto que respiraba sin su permiso. _ ¡Ha mi nunca me ha gritado! _ ¡Ni que se atreva! Le respondo con una mueca. Gail se ríe, sí, ella siempre se ríe de mí. De alguna manera no parece importarle. _ ¿Así que realmente crees que le gusta esta chica, Ana? _ Locamente enamorado de mierda, en mi humilde opinión, Sra. Jones. _ ¡Jason! Tú no conoces la humildad ni te has tropezado con ella. _ Puedo ser humilde. _ Oh, Jason, que se derrita la Antártida es más probable. Lo que tú digas. _ ¿Crees que ella ama el Sr. Grey? Y esa es la parte de la que no estoy seguro. Ciertamente él le gusta mucho, pero a veces hay una mirada en sus ojos que me dice que está destrozada por

dentro. Como que no puede adivinar lo que la hace sentir de esa manera. Tal vez, teme que él la deje, digo finalmente. _ ¡Oh, Dios mío!, dice Gail, y ella parece descontenta al escuchar mis palabras. _ ¿Por qué te molesta? _ Bueno, es que… en realidad no es de mi incumbencia… _ Escúpelo fuera, Gail. _ Creo saber y tengo la firme sospecha de que ella era virgen, hasta que conoció al Sr. Grey, hasta el fin de semana pasado en realidad. _ ¿Cómo? ¿Qué? ¿Cómo lo sabes? Estoy aturdido. Muy, pero que muy aturdido. Jodidamente traumatizado, diría yo. Gail se ve preocupada. _ Tres buenas preguntas, Jason. _ ¿Y las respuestas son? _ Encontré sangre en las sábanas… _ Y si él se corto al afeitarse. ¡Gran cosa! _ No, no hombre, ¡cómo crees! _ Más abajo… en las sábanas de su cama. _ Oh. Me estoy imaginando. _ Podría haber sido sólo… ya sabes… cosas de mujer… _ Tú sabes, Jason, realmente vas a tener que ser capaz de decir la palabra periodo en algún momento, tienes una hija después de todo. Realmente, no quiero pensar en eso. _ Pero tienes razón, continúa. _ Yo no lo sé. Llámalo intuición. _ Bueno, está bien, ella es una virgen… era una virgen. ¿Importa? Ella me mira como si acabara de bajar en paracaídas desde Marte. _ ¡Por supuesto que importa! Quiero decir, ya sabes cómo es… lo que hace en la sala de juegos. Sí, lo sé, y no me gusta mucho tampoco. _ Gail, puede ser… sin experiencia… pero es una mujer adulta. Creo que todas nacéis sabiendo cómo dirigir a un hombre por su polla, pero lo que si te digo, es que

ella es la que manda en esta relación. Ella le telefonea o manda e-mails y él deja todo y sale corriendo tras ella. ¡Demonios, ni siquiera hace eso por su propia familia! Se ve un poco más feliz. Ya está bien. Porque estoy harto de hablar del jefe, ¿es que no tenemos nuestras propias vidas que vivir la de él también? Y con ese pensamiento en mente, agacho la cabeza bajo las sábanas y muestro a mi mujer una o dos cosas sobre lo que nunca debe olvidar jamás. Domingo por la mañana, Gail me echa de la cama y me ordena ir a trabajar. ¡Por el amor dios! ya tengo un jefe, no necesito otro. A menos que, por supuesto, ella se decida y se comprometa a casarse conmigo. Todavía estoy trabajando en ese proyecto. Pero está bien, me levanto a regañadientes de la cama, me ducho y me afeito cuando veo al jefe dirigirse al garaje subterráneo. Me pongo en posición firme cuando él sale del ascensor. _ Buenos días, señor. _ Taylor, hoy espero a la Srta. Steele a la 1pm. Le he dado el código del garaje y del ascensor, pero mantente en alerta en caso de que tenga algún problema. Y a la 1:30pm estoy esperando a la Dra. Greene. Hazla pasar y llévala a la habitación de la Srta. Steele. _ Sí, señor. No puedo dejar de preguntarme para qué es el médico. Supongo que no quiero saber.

Durante toda la mañana el está tan nervioso como una caja de ranas, es jodidamente molesto. Si no fuera mi jefe le diría que se tomara un descafeinado o una ducha fría. Pero a las 12:59 coge el Seattle Times y se sienta en su sofá leyendo una sección y actúa como si estuviera totalmente a gusto y relajado. Todo es cuestión de que nunca dejes que nadie sepa cómo te encuentras en tu interior. Gail es la excepción de la regla para mí, la única cosa que me dijo el maldito inútil de mi padre fue que nunca le mostrara a la perra de mi ex como me sentía, aunque sinceramente nunca me fue de utilidad. La Srta. Steele llega a tiempo. Ella conduce hasta la plaza de garaje su Audi A3 rojo. Lleva el mismo vestido púrpura que llevaba en el Heathman, el día que huyó de él. Si yo fuera él, que, gracias a la mierda no lo soy, le compraría un vestido nuevo, maldita sea. No es que ella no se vea bien, porque ella se ve sexy. Yo sólo espero que no sea un presagio. No creo que pueda soportar esos días de espera si ella lo deja de nuevo, no quiero buscar un nuevo puesto de trabajo en estos momentos. _ Buenas tardes, Srta. Steele.

_ Oh, por favor llámeme Ana. No puedo evitar sonreírla, es una niña dulce. _ Ana. El Sr. Grey está esperándola. Y tengo muchas expectativas y espero que se puedan cumplir, tener una vida tranquila y mantener mi trabajo por un tiempo más. Ella entra en la habitación, vacilante. El jefe no puede apartar los ojos de ella y a ella le pasa igual. Me dirijo de nuevo a mi oficina a esperar que no entre ninguna jodida llamada urgente. Realmente no quiero interrumpir lo que podría estar pasando, hacia abajo o hacia arriba. Y en realidad es hora de tirar una moneda, cara o cruz, para ver si van a ser capaces de esperar hasta después de que el médico se haya ido o se rasgan las ropas antes de que llegue. Les urge, conseguir una habitación. Oh, espera, él vive aquí. Entonces, la buena doctora llega, una rubia que está a la misma altura que Gail, ese tipo de mujer exuberante. ¿Qué clase de médico es ella? Tal vez ella es una terapeuta sexual. Eso tendría un retorcido sentido. Pero cuando entro a la habitación principal para anunciar la llegada del médico, ellos se están frunciendo el ceño el uno al otro de una manera que me trae recuerdos desagradables de mi matrimonio. _ La Dra. Greene está aquí, señor. _ Enséñale la habitación de la Srta. Steele. Entonces le oigo susurrar a ella: _ ¿Lista para la anticoncepción? ¡Qué obsesión por el control de mierda! ¡No puedo creer que ella aguante con toda mierda! Y me pregunto si mi evaluación de la Srta. Steele podría haber sido un poco precipitada. Para ser justos, sé por lo poco que Gail me ha dicho que todas esas pastillas y esas cosas no son baratas de conseguir. Sólo he comprado gomas, así que es un área de inteligencia que se me pasó por completo y no me arrepiento de eso. Mientras la señorita Steele está siendo vista, el jefe me informa que no me necesitará hasta 7.00pm para llevarle a él y a la Srta. Steele a casa de sus padres, para la cena.

Estoy conmocionado. ¿Cena en casa de sus padres? Bueno, supongo que ya saben que no es gay. Lo cual es un alivio, ya he tenido suficiente de la señorita Mía Grey haciéndome preguntas importantes como si me gusta o no Abba, qué si no he visto la película Mama Mía, su idea de una broma. De hecho, su broma me ha seguido en uno de esos fines de semana desafortunadamente raros cuando fui invitado por las hermanas de Gail. ¿Qué coño estaba haciendo James Bond, el agente 007 de todos los tiempos cantando desafinadamente en un musical? Eso no se puede entender. Pero antes de ir a Bellevue, a ver a sus padres y celebrar la heterosexualidad de su hijo, tengo una idea bastante acertada de lo que van a hacer en las próximas cinco horas. Pobre chica, espero que esté en forma. Capitulo 15 Al final, no puedo soportar el silencio. Desaparecen en la sala de juegos del jefe y yo vago por los cuartos del personal. No sé lo que estoy esperando, tal vez la Srta. Steele se quede sin gritar. Al final, soy yo el que tiene que salir, la tensión es más que latente en el cuerpo. Me refiero a mi propio cuerpo. Me acerco a Denny Regrade y le pido que llame a Belltown, ahora. Es un corredor de apuestas. No es como Nitelite, un bar de categoría, simplemente estoy en un bar de deportes, no será de lujo pero por lo menos está limpio. Gail odia que visite estos lugares. Por alguna razón, piensa siempre se va a terminar en una pelea. No voy a ser arrogante, bueno tal vez un poco, pero cualquier persona que quiera comenzar una pelea conmigo tiene que tener claro que no va a llegar hasta el final. De todos modos, tendría que tener en cuenta que meterme en una pelea, sería un maldito error por mi parte. En mi trabajo hay que ser capaz de saber cuáles personas son las que sólo se van de boca y las que son realmente peligrosas. Y soy jodidamente bueno en mi trabajo. Realmente me gustaría sentarme en el bar, ver el partido de los Marineros y darle a la lengua con una cerveza fría en la mano. Pero estoy de guardia esta noche, así que me quedo con el café. Probablemente haya una docena de cafeterías que sirvan café mejor que en este lugar. ¡Mierda! De hecho, el café es tan malo que pienso que lo han hecho con el agua sucia de lavar los cacharros. Es como si a un tejón le han lavado el culo con el agua. Esto no se puede beber, ¡joder! Ciertamente no mejora mi estado de ánimo cuando me pregunto cómo sería trabajar para un jefe normal y tener una vida normal. La verdad es que sé que no soy el tipo de persona que estaría feliz arrastrando mi cuerpo cansado a una oficina todos los días, de nueve a cinco. Yo creo que por eso no le gusto a la hermana de Gail, Allison, ella piensa que no soy capaz de ser un tipo normal con una vida normal y, por esas razones, no soy bueno para su hermana. Lo que me molesta es que ella podría estar en lo cierto. A veces la vida con Grey me da una migraña de mierda, pero nunca es aburrido. Cierto, en muy raras ocasiones él es jodidamente aburrido, por lo general siempre tengo que estar en alerta con su seguridad. Hay casi siempre una amenaza de bajo nivel a tener en cuenta. En estos días Welch tiene la inteligencia fuertemente

cosida, que estamos bastante por delante del juego. Pero eso no significa que sea el momento de bajar la guardia. Un tipo que es un multimillonario crea enemigos y un montón de ellos. Pero no es sólo eso, por ejemplo mira el caso de la Srta. Steele, nos ha jodido a todos la vida. No es que ella lo haga, pero al estar tirándose al jefe, al estar alrededor de su polla, todos los que trabajamos para él tenemos que alinearnos y seguir el jodido juego del jefe. Al menos Gail esta noche está en casa, definitivamente algo que espero con interés. Sólo ha salido para comer con sus hermanas, y pasar juntas la tarde. Espero no haber salido en su conversación. Poco después de las 6pm me dirijo de nuevo a Escala para obtener el informe de la situación. Tengo tiempo para una ducha rápida y afeitarme y ya estoy preparado, estoy sentado en el sillón de mi oficina, mirando el circuito cerrado de televisión desde el último par de horas. No hay nada que informar. Siento que alguien me mira y volteo y veo de pie a Grey en la puerta. _ Señor. _ Me gustaría salir a las 19:30, Taylor. No va a ser una noche larga, la Srta. Steele tendrá que ser llevada a su casa después de haber cenado con mis padres. Él hace una mueca y no sé si es porque la cena con su gente no es de su agrado o porque la señorita Steele no se quedará en la noche. ¡Vaya, lo tiene mal, muy mal! Él se aleja como si no supiera que hacer consigo mismo o con su nueva compañera de juegos, supongo que el aguante de la Srta. Steele no está a la altura. Conociendo al jefe, y mira que lo conozco, él va a hacer que ella firme cuatro sesiones de sesenta minutos con un entrenador personal, así es como podrá follarla sobre una media semi regular. Tal vez debería alistarse en la Infantería de Marina, sería más fácil para ella. Media hora más tarde oigo el sonido de Dean Martin resonando fuera de la habitación principal y sé que vuelve a estar de buen humor otra vez. Vaya, el tipo cambia su estado de ánimo más que los precios en un supermercado. El combo de música relax suele ser su música preferida cuando está de buen humor. A Gail le gusta Dean Martin y Rosemary Clooney, pero yo soy más de Frank. Aunque nadie puede vencer a Elvis, en sus días pre Vegas por supuesto. Oigo el sonido de Witchcraft de Frank Sinatra a la deriva a través de los altavoces. Estoy en mi sitio esperando y puedo ver al jefe que abraza y se mueve con la Srta. Steele mientras bailan. Yo no soy muy buen bailarín, no soy de moverme al compás de la música, moverme con mi chica es más lo mío. Gail le gusta bailar, ella me dice que es la única área en la que la decepciono. Yo sé que ella está bromeando pero me escuece sus comentarios. Así que soy sensible, ¿quién sabe? Él se inclina para besarla y le susurra algo que la hace sonreír. Es un trabajo extraño ser personal de seguridad de alguien, las cosas que vemos y oímos, tenemos que fingir que uno es sordo, mudo y ciego. Por lo menos, el jefe no espera que yo actúe como un idiota. Menos mal porque algunos jefes no pueden soportar que el personal tenga cerebro. Él levanta la mirada y asiente con la cabeza hacia mí. Esa es mi señal para ir a traer el SUV a la puerta principal. Antes de que pueda salir a abrir la puerta para ellos, el

jefe me ahorra el trabajo. Se asegura que la Srta. Steele esté bien atada. Apuesto a que le gusta es, al hijo de puta pervertido. Al principio todo parece ir bien, pero luego están los cambios de expresión del jefe y cuando miro por el espejo retrovisor, lo veo mirando por la ventana, con el ceño fruncido. La chica se ve nerviosa, mordiéndose el labio y mirando fijamente cada pocos segundos. Pobre niña, parece como si estuviera a punto de ser interrogada por el FBI y él la está ignorando por completo. Realmente deseo que me hubiera pedido algo de música, pero no puedo interrumpir todos los pensamientos que están cruzando en la parte de atrás. Al final, el silencio incómodo se hace demasiado para la chica y le pregunta donde aprendió a bailar. Se la queda mirando por un momento y luego dice: _ ¿De verdad quieres saberlo? A la Sra. Robinson le gustaba bailar. Por un momento no adivino que quién está hablando, pero entonces me doy cuenta. La Sra. Robinson es Elena Lincoln. Buen nombre para la perra. Parece que tenía razón sobre el alcance de su relación con el jefe. Siempre he sospechado, pero ahora lo sé con certeza. Lo vi bailando con ella en el apartamento una vez. Sí, todo esto tiene sentido y la Srta. Steele sabe de ella. Realmente he subestimado a esta chica Steele, ella sabe de qué pie cojea el jefe, por así decirlo. Y si él le cuenta sus secretos, es que debe ir en serio, como dijo Gail. Y, seamos sinceros, él tiene enormes y jodidos secretos que esconder. El jefe parece como que él hubiera deseado mantener su boca cerrada. Esa canción de Sinatra estaba en lo cierto, él está bien embrujado. Lo tiene mal. No sé por qué eso me molesta. Tal vez porque es bastante impredecible, ni que añadir un enfermo en el juego del amor, podría explotar como un volcán. O tal vez, y esto es un maldito secreto a nivel superior, tal vez es porque me siento protector de esta chica. No, eso es una tontería. Esto sólo es un maldito trabajo. Y hay muchos más puestos de trabajo por ahí si éste se va a la mierda. La niña está mirando por la ventana y yo diría que sus pensamientos no son felices. El jefe le susurra algo mientras le agarra su mano y se la besa. Es un gesto muy dulce. No me jodan, que ahora el jefe va a estar viendo películas de Julia Roberts y la de ese inglés maricón con flequillo, ese que fue arrestado porque lo estaba mamando una prostituta, no todos los romances son cursis. A Gail le gusta ese tipo de películas, es su único defecto. Pero infiernos, ellas hacen su efecto también, así que no me voy a quejar. Bien, parecía como que el jefe estaba siendo romántico, pero luego comienzan hablar sobre unas bridas y la chica se pone roja como la remolacha. He conocido a unas cuantas mujeres de mi tiempo y tengo que decir que ninguna de ellas se ha encendido de esa forma al susurrarle la palabra brida en su oído. Las mujeres son raras. Unos minutos antes de las 20:00 cruzo en el camino de entrada de la casa de los Grey. Han mejorado la seguridad desde que empecé a trabajar para el jefe, pero sigue siendo un lugar de fácil alcance si sabes lo que estás haciendo. _ ¿Estás lista para esto?, le pregunta. Pero yo diría que de los dos es él, el más nervioso. Supongo que saber, claramente, que tus padres han asumido que eres homosexual debe ser muy duro, o simplemente jodidamente divertido, dependiendo de tu punto de vista.

Entonces él le dice algo que hace que se sonroje de nuevo. Estoy realmente contento por no saber lo que le dijo. Muevo mi cabeza y tomo el coche para aparcarlo a la vuelta, la rutina habitual. Incluso desde esa distancia puedo oír los gritos de la señorita Mía Grey como un marine borracho en la noche de paga. Esa mujer es droga dura. Me dirijo a la cocina y a toda velocidad como un poco de chorizo y vieiras. Está bueno, pero no tan bueno como la de Gail. Creo que he sido muy rápido, pero no lo suficientemente rápido. Estoy de espaldas a la puerta, siento algo que no me gusta nada… _ Hola, Taylor, me saluda la Srta. Mía Grey con un tono muy suave, nada que ver con su habitual voz chillona. Ella camina hacia mí y yo hago una evaluación rápida de las posibles salidas, no descarto cavar un túnel a través del suelo de la cocina. Sus ojos grandes están tristes ahora, entonces ella pone su mano en mi brazo y cuando me dispongo a tomar una acción evasiva, la escucho decir. _ Esto… realmente lo siento. Ella me mira como si mi perro se acabara de morir. _ Sé que debe ser difícil para ti. Sólo espero que sepas que pase lo que pase, de verdad, pase lo que pase siempre voy a estar agradecida por la forma en que has cuidado de mi hermano. Estoy seguro de Christian realmente se preocupa por ti… a su manera. ¿Qué carajo? _ Te voy a dar un momento… ¿Qué carajo? Entonces ella me da una palmadita en el brazo de nuevo y se va, mirándome, como para comprobar que no me estoy cortando las venas. Me quedo sentado con mi mandíbula en el suelo. ¿Qué carajo? ¿Ella…? ¿Dijo…? ¿Era eso…? ¿Es ella? … ¿Qué carajo? ¡NO soy el puto NOVIO del jefe! ¡De ninguna manera! A continuación, Gretchen, ayudante de la familia Grey, entra en la cocina. Ella tiene una cara como un bulldog masticando una avispa. _ ¡No puede estar hablando en serio! A él le gusta…no puede ser en serio. ¡Le gusta ella! ¡Ella! ¿Esa cosita insignificante? ¿Esa poca cosa? ¡Christian merece algo mejor que ella! Gretchen me echa un vistazo. _ Lamentable, Jason. Sé que realmente le gustabas, también. ¡Bien, entonces no soy el único que no se está tomando esto bien, pero ya he tenido bastante de esta mierda! _ ¡Gretchen, se puede tirar al equipo de los Marineros completo, por lo que a mí respecta. ¡YO NO SOY GREY, quiero decir GAY! ¡YO NO SOY GAY! ¿De acuerdo? ¿Bien? ¿Entendido? Tan recto como una regla de mierda. Entonces su cara se suaviza y hasta parece dulce, si eso fuera posible. _ Vale, Jason. Nadie se preocupa en estos días.

Por lo general no soy una persona con un rápido temperamento, soy más de los que se van quemando lentamente, pero esto es todo lo que me faltaba al final de un jodido día de mierda. _ ¡Escuche, señorita! ¿Quiere que la folle sobre la mesa y se lo demuestre? Aparece un extraño destello en sus ojos y un gesto especulativo en su cara. Eso es todo, me voy de aquí. Voy cabreado, muy cabreado hacia el coche, intentando que no me dé una aneurisma. Me siento en el coche silenciosamente echando humo. Necesito escuchar algo de música para calmarme. ¿Queeeeeeeeé? Toda la recopilación de los éxitos de los años setenta de ABBA están sonando, pero que sucede hoy, el universo conspira en mi contra. ¡VETE A LA MIERDA!, le grito a la radio. Realmente estoy furioso, bastante furioso. Lo único que podría calmarme en estos momentos es pasar un largo tiempo con Gail. De repente un grito suena en el aire de la noche, salto fuera del coche con el arma en la mano, entonces veo que el jefe cruza por el patio con la Srta. Steele sobre su hombro. Me tomo un segundo para respirar profundamente antes de que las quemaduras de adrenalina se vean sobre mi piel. Me dirijo hacia el coche agotado, parece que me ha pasado por encima una manada de elefantes. ¡Joder! Realmente tengo que conseguir otro trabajo. Veinte minutos más tarde recibo un texto del jefe para que lleve a la entrada principal el coche. La amiga rubia de la Srta. Steele se marcha con el hermano de Grey, ellos necesitan conseguir una habitación, lo llevan escrito por todas partes. El jefe y la Srta. Steele están asquerosamente acaramelados. ¡Infiernos! Abro la puerta para la Srta. Steele, llevando puesta mi cara de que no escucho nada, no veo nada. El jefe me mira relajado. Entonces estoy seguro, en ese paseo, de conversación nada, es una maldita máquina de follar. _ Bueno parece que también le has caído bien a mi familia, le comenta. _ ¿También?, le mira confusa. Creo que te has visto obligado a traerme. Y por una vez, pienso que no he sido el único que ha pasado una mal rato esta noche. El jefe está muy sorprendido, y puedo ver por qué. La chica no tiene ni idea de cómo, realmente, es él. Lo cual, supongo, no es irrazonable porque, seamos sinceros, la idea del jefe de cortejar a una mujer consiste en reunirse a firmar un acuerdo de confidencialidad, para luego firmar un contrato de qué mil formas retorcidas se la puede follar, para luego darle bien duro los fines de semana, mientras está atada a una cama con bridas. Eso tiene que ser más que un poco confuso, ¡mierda! _ No te preocupes por Taylor. Habla conmigo, dice. No, por favor no se preocupe de mí, su chófer tiene los ojos, la boca y los oídos cerrados. _ Sí. Pensé eso. Y otra cosa, solo mencioné Georgia porque Kate estaba hablando de Barbados. No he tomado una decisión. ¿Georgia? _ ¿Quieres ir a ver a tu madre?

_ Sí. ¡Por supuesto que sí! ¡Está saliendo con el Rey del Dolor! _ ¿Puedo ir contigo? ¡Fuuuuck! A punto he estado de estrellar el coche. Sólo me he desviado alrededor de esa zarigüeya, jefe. _ Umm… No creo que sea una buena idea. _ ¿Por qué no? _ Tenía la esperanza de un descanso de toda esta intensidad, para tratar de pensar las cosas. _ ¿Soy demasiado intenso? ¡No jodas, Sherlock! Estoy asombrado y más que un poco aliviado al oír risas en la Srta. Steele. Sí, ella se ríe de él. Eso te va a gustar Gail. Pero de pronto la conversación se oscurece de nuevo y yo realmente temo por lo que siente el jefe. Él está allí por esa chica y parece que ella está teniendo segundos pensamientos. Grey, ciertamente, así lo cree. _ Háblame, Anastasia. No quiero perderte. Esta última semana… Y sé lo que quiere decir, pero no puede llegar a pronunciar las palabras. Ella merece otro mundo y él no sabe salir del suyo. No sabe cómo evitar caer. Lo siento, amigo. No hay paracaídas para ese viaje. Confía en mí, lo sé. Ella mira hacia abajo y por un minuto horrible creo que ella va a decirle que se acabó. Pero estoy equivocado. Una vez más. _ Sigo queriendo más, susurra ella. Y en ese mismo instante sé que Gail tiene razón. Ella lo ama y no es por las cosas que pueda darle. En aquellas pocas palabras ella le ha dicho que quiere más de su corazón, más de su amor, más de él. La pregunta es: ¿puede él darle eso? Hay un largo silencio y ella no es la única que espera para ver como esto llega a su fin. _ Por ti, Anastasia, lo intentaré. Luego ella se sube en su regazo y lo besa. Miro fijamente todo derecho en el camino y de repente me doy cuenta de que he estado conteniendo mi aliento, también. ¡Para, ¡joder! esto es solamente un trabajo, Taylor! Cuando ella le dice que firmará el contrato, él le contesta que lo firme a su regreso de Georgia, que se lo piense mientras está lejos. Tal vez, aún, hay esperanza para este follador retorcido. Y supongo que lo que va a decir a continuación, son las palabras que toda mujer quiere escuchar, pero… _ Deberías ponerte el cinturón de seguridad. ¡Qué idiota!, sacudo mi cabeza. Nada. No hay ninguna esperanza para él. Capitulo 16 Dejo a la Srta. Steele y al jefe en la entrada principal del edificio y luego me dirijo a aparcar el SUV en el garaje subterráneo. Decido tomar el ascensor de servicio hasta el ático, por la mirada en el rostro del jefe no creo que la Srta. Steele pueda conseguir dormir mucho y yo realmente no quiero

tropezar con ellos antes de que se metan en el dormitorio. Al menos eso es donde supongo que la llevará, pero con el jefe, nunca sabe uno qué va a suceder.

Él la sostuvo en sus brazos mientras ella dormía durante casi todo el viaje, era un poco dulce. Él está muy enamorado de ella, pero todavía tengo mis dudas acerca de su relación, o contrato, o lo que coño sea. Quiero decir, seamos realistas, encontrar un amor como el de la Srta. Steele, todo inocente y hermoso, que está dispuesta a dejar que la golpeen y sacarle toda la mierda, además tener sexo caliente en las formas que lo han tenido, tener todo eso con una persona es como tener la suerte de que te toque la lotería. Pero tal vez sea su turno. El jefe realmente no es un tipo de personalidad fácil, y yo entiendo por qué. Muchas de las razones de su forma de ser, literalmente, están estampadas en todo su cuerpo. No sólo eso, tiene decenas de miles de personas en media docena de países diferentes que viven de lo que les paga. Si él mete la pata, eso sería un montón de gente sin empleo. Además con el plus de que su caminar, su hablar, y su maldito destino es objetivo para todos los tipos que le odian por su riqueza, ahí es donde entro yo. Y todo lo que pasó con él y la Reina de Hielo, cuando era un niño, él ha estado bastante jodido con las mujeres desde entonces. Tal vez sea cierto que todo el mundo tiene la oportunidad de redimirse. La pregunta es: ¿será lo suficientemente inteligente como para tomarla? Todo esto de tener que preocuparme por el jefe me está dando un dolor de cabeza de mierda. Estoy muy contento de que es domingo, porque sé que Gail me estará esperando cuando yo regrese, y que ella es la mejor cura que he conocido para mis dolores de cabeza.

Está todo tranquilo mientras camino en silencio a través del apartamento. Yo no estaba entrenado en operaciones encubiertas para nada. ¿Quién diría que iba a ser muy práctico para ser escolta de un hijo de puta retorcido como Grey? Algunos fines de semana, cuando él tenía sus sumisas alrededor, yo necesitaba un par de anteojeras para caminar por el apartamento. Quiero decir, yo realmente no necesito ver al jefe follando en su despacho, en la sala principal, en la cocina, y una vez ¡en mi oficina de mierda! ¡Bastardo! Me llevó un tiempo mirar la mesa del circuito cerrado de televisión de la misma manera, ¡joder! Imágenes como esas se graban en el cerebro de un hombre. Apago las luces a medida que voy pasando pero el apartamento no es muy oscuro, no con la ciudad brillando suavemente abajo. Me gusta no tener cortinas. Extraño, lo sé.

La puerta del dormitorio de Gail está ligeramente entreabierta. Oficialmente todavía tenemos habitaciones separadas, pero apenas y duermo en mi habitación. A veces duermo ahí si tengo que hacer una salida muy temprano y no quiero despertarla. Odio esas noches, la cama es demasiado grande y siento un maldito frío sin ella. Me quito la chaqueta y la corbata y las suelto en el sofá, a continuación, abro la puerta. Está dormida, tumbada de lado, con un brazo llegando al espacio vacío en el que realmente queremos estar. Su hombro está desnudo, pálido en la penumbra. Dios, ella es hermosa. Su cabello se extiende sobre la almohada como una aureola de plata. Yo soy un bastardo afortunado. Me inclino a desatar mis zapatos luego les doy una patada debajo de la cama y salgo de mis calcetines. Me estoy moviendo lo más silenciosamente posible, pero cuando me quito mi camisa sobre mi cabeza, se despierta, y ella parpadea adormilada. _Lo siento, cariño. Yo estaba tratando de no despertarte. _No me importa que me despiertes, Sr. Taylor. Te he echado de menos. _ Yo también te extrañé, nena. Mucho. _ Umm, te has quitado tu camisa, dice ella. ¿Necesitas algo de ayuda con los pantalones? _ Necesito todo lo que me puedas dar, cariño. Ella sonríe como una esfinge y se sienta. No puedo ayudar a mis ojos siguiendo a las sábanas que caen hasta su cintura. Ella está desnuda y es tan jodidamente fabuloso. Extiende la mano y mete sus dedos en mi cintura, tirando de mí hacia ella. _ Creo que estás contento de verme, Sr. Taylor. No puedo responder porque me está pasando la mano sobre el jodido enorme bulto que acaba de hacer el despegue en mis pantalones. Me baja la cremallera muy lentamente, es todo tan jodidamente caliente. No deja de mirarme todo el tiempo. Dios, es tan…. Ella me agarra, duro. ¡Joder! Y no puedo esperar más, tiro de mis pantalones y salgo de ellos. _ ¿Acabas de dejar los pantalones en el suelo, Sr. Taylor? _ ¿Qué? Sí, ¿y? _ ¿Qué te he dicho sobre dejar la ropa en el suelo?

Ella se ve muy enojada. ¿Qué carajo? _ ¿Crees que estoy aquí sólo para recoger tus cosas?, me suelta con enojo. _ Gail, no. Por supuesto que no. Ella agarra la cintura de mis calzoncillos bóxer y tira hacia abajo. Eso no es nada doloroso. _ Has sido malo, Jason. ¡Tienes que ser castigado!… te voy a dar tu castigo… ¿Qué? Y ella saca un par de esposas rosadas, suaves, debajo de la almohada. Rompo a sudar frío. ¿Desde cuándo Gail le pervertida? ¡Lleva demasiado tiempo trabajando aquí!

gusta

toda

esta

mierda

_ Er, Gail… De verdad que no… _ Shhh… ahora, Jason. Esto no te va a doler mucho. !Feliz aniversario, cariño! Ella me tira sobre la cama y me extiende los brazos a ambos lados. _ Aaaagh! _ ¡Jason! ¡Jason! ¿Qué te sucede? Me doy cuenta de que me estoy revolviendo en la cama cuando Gail se sienta y enciende la luz de posición. Entorno mis ojos por el brillo de la luz y dejo que mi respiración vuelva a algo parecido a la normalidad. _ Jason, ¿qué diablos pasa? Su voz está llena de preocupación. _ Oh, Dios, sólo una… ¡Cristo! Yo sólo soñaba con Gail y unas esposas… ¡ella me las ponía! _ ¿Tuviste una pesadilla? ¿Fue una pesadilla? Umm, tal vez no. Pero, ¿Gail con esposas? _ No, no exactamente. _ ¿Entonces qué?

Ella pasa sus suaves dedos sobre mi pecho mientras me siento e inclino hacia atrás contra la cabecera. Y, de repente, no quiero admitir a ella lo que estaba soñando. ¡Mierda, Grey! ¡Es su culpa, el hijo de puta retorcido! _ Dime, querido, dice ella, su voz hipnótica, bordeado por la preocupación. No puedo mentirle a esta mujer. Pero estoy entrenado en operaciones especiales, tácticas y juegos de guerra. Puedo tomar una acción evasiva, sujetándola a la cama y pasando mis manos sobre sus hermosos senos redondos y suaves. Y, dejando a un lado lo de las esposas, continuo donde terminó mi sueño. _ Jason, ¿Qué te pasa? _ No lo sé, cariño, pero te aseguro que quiero estar dentro de ti. _ Tengo que estar arriba en pocas horas. _ Yo estoy arriba ahora, nena. Ella se ríe y corre sus uñas en mi espalda. _ Eso es un argumento muy persuasivo, Jason. Ella pasa sus dientes por mi garganta hasta mi hombro y me muerde. Empujo mis manos entre los muslos y puedo sentir su cuerpo temblar bajo el mío, ella gime en mi cuello y me muerde otra vez. Mañana estaré negro y azul pero valdrá la pena. Normalmente, me gusta tomarme mi tiempo, pero después del día que he tenido, y esa extraña pesadilla o un sueño o lo que coño era, y esos pequeños mordiscos de broma, ya no puedo continuar esperando. Me sumerjo en ella y siento su increíble coño húmedo y caliente, tan suave y firme, acariciándome todo el camino hacia arriba, todo el camino hasta mi puño. ¡Mierda! Luego se aprieta a mí alrededor y estoy golpeando dentro de ella, de cero a cien en un segundo, acelero y cambio de marcha. Arrastra sus uñas en mi espalda, haciéndome gritar, a continuación, envuelve sus piernas alrededor de mi cintura y me bloquea con los talones detrás de mí. Empujo más fuerte, con la cabeza enterrada en su cuello, respirando como si hubiera corrido una milla entera con 40 kilos de armadura encima de mí. Su cuerpo empieza a temblar y temblar y me aprieta por dentro y por fuera. Aprieto los dientes y en silencio continúo dentro de ella, sin parar.

Ella se deja ir en un orgasmo aplastante, devastador y yo la sigo, empujando duro, finalmente me corro dentro de ella. Nuestros cuerpos están encerrados juntos, una película de sudor brilla sobre nuestra piel. Yo no quiero salir de ella, pero al cabo de medio minuto, ella abre sus piernas y empuja suavemente contra mi pecho. De mala gana, la dejó ir y permanezco a su lado, con la cabeza apoyada en su estómago. Ella me acaricia el pelo suavemente. _ Dios mío, Jason! ¿Qué fue todo eso? _ Sólo el placer de verte, nena. _ ¡Eso parece! ¿Vas a decirme por qué te has despertado? Sonaba como si estuvieras teniendo una pesadilla. Yo realmente no quiero pensar en eso. _ Nada que tu no puedas arreglar, nena. Me la he follado con fuerza, todo gracias a que trabajo con un extraño y jodido multimillonario de Seattle, con peculiares tendencias sexuales. Es lunes por la mañana pero tengo el lujo de estar durmiendo. Una vez que supe que no iba a llevar a la Srta. Steele de vuelta a su casa, en el barrio del Mercado Pike, sabía que el jefe no iba a ir a correr por la mañana temprano. Tenía la esperanza de trabajar en algunas de las tácticas más evasivas con Gail, pero alejó de un manotazo mis manos errantes y me sobornó con la promesa de bacón y panqueques… si yo soy bueno. ¿Por qué, señora Jones? Si siempre soy bueno contigo. Gail interrumpe mis fantasías agradables trayéndome el desayuno en la cama. No puedo dejar de sonreírle. _ Usted es una mujer completa, Sra. Jones. _ Oh, gracias, Sr. Taylor. Un piropo inesperado pero muy bienvenido. _ Y seguro que puede cocinar, mujer. _ ¿Eso es el principio y el final de mis talentos, Sr. Taylor? Porque si no recuerdo mal, y tomé nota de ello, anoche me dijo que yo follaba como una virgen bestial en

una excursión de domingo con el equipo de futbol del instituto. En el mejor sentido de la palabra, por supuesto. Sonrío hacia ella. En el mejor sentido ¿eh? _ Bueno, tal vez literalmente. Por cierto, acabo de conocer a la joven dama del Sr. Grey. _ ¿Y? _ Creo que la avergonzaba. Estaba claro que no sabía quién era yo, probablemente piensa que soy una de sus sumisas. Se ríe de la idea, pero yo no estoy tan contento. No quiero que nadie tenga que pensar eso acerca de Gail. Pero, por supuesto, eso es exactamente lo que yo me preguntaba cuando la conocí. El recuerdo me hace enojar. _ Parece muy dulce, la Srta. Steele. Y muy amorosa… _ Sí, ella y el jefe ¡coño! Tendrían que racionarse. _ Umm, ya veo, lo he pillado, Sr. Taylor. Casi llego a agarrarla pero ella me esquiva apartándome de su camino. _ No va a recibir ningún dulce como recompensa de nuevo, me dice con severidad. _ ¿Seguro? _ Bueno, no en un día de trabajo. Además, creo que el Sr. Grey quiere hablar contigo, aunque no va a ir a la oficina hasta las 2pm. _ Tengo algunas ideas sobre cómo podemos pasar el tiempo entonces, le digo.

Y esta vez ella no es lo suficientemente rápida. Estoy realmente ansioso por tomarme este desayuno, quiero algo muy dulce y caliente. Capitulo 17 He llevado a señorita Steele de vuelta a su apartamento en el A3 rojo y he dejado al jefe en Empresas Grey. Ahora me dirijo de nuevo a Escala para ayudar a Gail con las compras del supermercado. Después de estar cuatro adultos en el apartamento se ha reducido severamente las reservas alimenticias.

Gail está en la entrada esperándome cuando llego al Edificio. Maldita sea, ella se ve caliente y provocativa. Hay algo muy sexy metido dentro de esa blusa blanca y esa falda elegante azul. ¡Todas esas curvas increíbles y yo voy sin frenos! Tal vez sea solo yo que la veo así, pero no, Frank el portero, tiene sus ojos de mierda clavados en ella. Atrás hijo de puta que yo ya la he tomado. Me paro a poca distancia de la entrada. De ningún modo voy a permitir que ese hijo de puta le vaya a abrir la puerta, me bajo inmediatamente y le doy a Frank una mirada de advertencia. Da un paso hacia atrás. Sí, el mensaje recibido y comprendido, ¡cuello de lápiz! Ayudo a Gail a subir a la camioneta y ella levanta una ceja hacia mí, con una expresión divertida en su rostro. Sí, sí, sólo cuidando a mi señora. _ ¿A dónde, señora? _ Al centro Jason por favor. En el mercado es que realmente consigo todo lo necesario, y además tienen la mejor selección de quesos. Me ha gustado tener a la señorita Steele aquí, ella parece su novia, pero como que no come mucho. _ Probablemente porque se pasan todo el tiempo fo… er … bueno… atornillados… Ellos necesitan energía. _ Yo podría decir lo mismo de ti, Jason, dice desafiante. _ Soy un adicto a ti, cariño. Me da hambre… y no sólo por la comida. _ Concéntrate en el manejo, Jason. _ Sí, señora, sonrío a ella. Ella niega con la cabeza, pero se sonríe. _ Bueno, dice, divertida, por lo menos el señor Grey estará de nuevo a su rutina normal en pocos días. Bueno la normalidad y el jefe no son dos conceptos que normalmente se podrían encontrar en una frase. Además, creo que se equivoca. _ ¿Eso crees? Porque yo creo que ella se va de viaje a Georgia. _ ¿Y eso qué? _ Gail, que ahora como no está, se va dar de carreras temprano en la mañana, se va al gimnasio a patearle la mierda a Claude, se pone a gritarle a Olivia hasta que la pobre vomita y lo peor, es que el huracán Mía ya está en la ciudad.

_ Oh, querido. _ Si. _ Pobre Olivia. Hay una pausa. _ ¿Crees que la señorita Steele sea la causante? Me encojo de hombros. _ Tal vez. Pero espero que el jefe se las arregle para echar un polvo. _ ¿Qué quieres decir? _ Le oí decirle a Andrea que investigue que vuelo está tomando y que la suba a primera clase. De hecho le ofreció el Jet, pero ella lo rechazó. El jefe intenta ser un buen hombre, Gail, a pesar de asustar a la pobre de Olivia y a la mayoría de su personal. Pero hay que reconocer que en Empresas Grey todo el mundo está bien pagado, con un seguro médico y dental de primera. Y dado el hecho de que casi nadie tiene un día para sí mismo, la paga de las vacaciones es bastante generosa. Mucho mejor que la mayoría de las empresas ofrecen. Ninguno de estos beneficios se puede aplicar a la señorita Steele, ya que no ha firmado su contrato de mierda todavía y como él no ha tenido una novia antes, no sabe cómo lidiar con ella cuando se impone y no lo deja hacer su voluntad. El no está acostumbrado a poner sus sentimientos en ninguna persona. Cuando la vi por primera vez pensé que era una chica tranquila, amable, pero creo que no va a dejar que él se imponga, y te aseguro que no va a tomar su mierda. _ Eso es bueno, ¿no? _ Sí, ¿quién quiere una mujer que hace exactamente lo que se les dice todo el tiempo? Gail baja su mirada y me ve y por el rabillo del ojo veo que sostiene una sonrisa. _ Sólo quiero decir que, aunque parte de él le gusta cuando ella le lleva la contraria, él tiene un mecanismo para hacerle frente a esa situación, ya sabes… sacarle la… No me atrevo a terminar la frase, porque no es necesario. _ Sí, ya veo lo que quieres decir, dice Gail, que suena seria. _ Realmente espero que te equivoques Jason. Eso espero.

Aparcamos en el garaje subterráneo del Mercado Metropolitano y llevo a Gail a la tienda mientras ella pasa sus ojos sobre lo que parece ser una lista muy larga. _ Jason, ¿por qué no te vas a tomar un café? esto va a tomar un tiempo. Dame media hora. _ Claro, cariño. Me dirijo a una tienda de café cerca, agradecido por la oportunidad de pasar un momento agradable leyendo la sección de deportes y el juego de Los Pumas contra Águilas Rojas. He estado allí unos 20 minutos cuando de pronto oigo una conmoción en la caja registradora. Empujo mi silla hacia atrás automáticamente por el sonido inesperado y pongo mi mano extendida hacia la pistolera. Pero mi reacción fue injustificada, veo que son dos mujeres mayores en la línea de autoservicio que se les ha caído el té y las magdalenas, quedaron esparcidos por todo el piso incluyendo el monedero con las monedas. Sí, me imagino los titulares: Masacre de abuelitas en el automercado por un oficial nervioso. Por suerte nadie se ha dado cuenta de mi revólver Korth y la camarera se preocupa más por limpiar todo el sitio. _ ¿Puedo ayudarle, señoras? Me agacho y empiezo a recoger las monedas de diez y veinticinco centavos. _ Oh, gracias, jovencito ¡Gracias! No sé lo que pasó. Qué torpe soy. _ Está bien, señora, encantado de ayudar. Mientras tanto, la camarera ha sustituido el té y las magdalenas de mala gana y las llevó a una mesa vacía. Las ancianas siguen hablando angustiadas y tengo unas ganas de sacudir la amarga cara de pit-bull de una de las camareras. Le doy el montón de monedas a las señoras y se las pongo sobre la mesa. _ Ahí está su cambio, señora. _ Oh, muchas gracias, joven. Por favor, vamos a comprarle un café por las molestias.

_ No se preocupe señora, ya había terminado de todos modos, simplemente encantado de ayudar. Es hora de ir a recoger Gail. Puedo verla agitando su mano a través de la ventana de la cafetería mientras va caminando, y sopla un beso. Gail está terminando en el check-out y me acerco a ella. Le ayudo a cargar las bolsas en el carrito de compras y nos vamos fuera hacia la camioneta. _ ¿Qué estás buscando tan contento?, dice. No me había dado cuenta de que me estaba sonriendo. _ Una mujer se ofreció a comprarme un café. Supongo que ella pensó que yo estaba interesado. _ Bueno, no puedo discutir con eso Jason. ¿Debo tener celos? _ No, nena. Ella no era mi tipo. Nos dirigimos a casa escuchando canciones de “Evita”. ¿Qué pasa con las mujeres y las melodías amor? Yo no lo entiendo. Apenas termino de dejar las bolsas en la cocina cuando mi Black Berry vibra. _ Me tengo que ir, nena. Voy a recoger al jefe. _ Será mejor que se den prisa para preparar la cena. Se vuelve a ir. Oh no, nena, todavía no. Yo le abrazo entre mis brazos y la beso duro. Sus labios brillantes con sabor a fresas. _ ¡Jason! ¿Qué te pasa esta semana? Ella se aleja sin aliento. _ Creo que es al revés, nena. Ella me pega con el paño de la cocina y hace una retirada estratégica. Me pongo directo a manejar hacia las Empresas Grey y le mando un texto al jefe para hacerle saber que ya llegué. Me apoyo en el capó de la camioneta y Joe, el guardia de seguridad del vestíbulo viene a darle a la lengua. _ Hey, Joe. ¿Alguna cosa que reportar?

_ No, señor Taylor. _ ¿Alguno que haya perdido su empleo? ¿Alguien está en la línea de fuego del jefe? Joe resopla. _ Olivia casi la despiden. Leonie me dijo que ella ha estado llorando en el baño de mujeres la mayor parte del día. Una vez más. Volteo mis ojos. ¿Qué ha hecho esta vez? _ El Seattle Times llamó por teléfono para confirmar un rumor que anda por ahí, que habían oído que el jefe iba a llevar a una gala de lujo a una chica este sábado. _ ¿Y? _ Al parecer, la muy tonta dijo: No puedo confirmar si la señorita Steele acompañará el Sr. Grey. Niego con la cabeza. Olivia realmente es tan boba. _ No puedo creer que ella haya caído en ese viejo truco, Andrea debe estar loca. Joe sonríe. _ Sí, ella ha estado recibiendo llamadas desde entonces. El señor Grey se molestó bastante por eso. ¿Así que es cierto? ¿El jefe finalmente se consiguió una novia? Siempre pensé que estaba en el camino equivocado de la autopista. _ Sin comentarios, Joe. Vemos al jefe a través del vestíbulo, el personal prácticamente corriendo para no encontrárselo en el camino. Realmente anda en otra dimensión. Entonces Joe abre la puerta del coche, Grey frunce el ceño, “gracias” y entra sin hablar, la tensión anda rodando fuera de él en oleadas. Esta va a ser una noche larga, muy larga. Me dirijo hacia el tráfico nocturno. En el espejo puedo ver al jefe mirando este Black Berry cada pocos segundos. No hace falta ser un genio para darse cuenta que está esperando tener noticias de la señorita Steele. Es Casi increíble de creer que lo tenga de esa manera. Al borde de la desesperación. Vaya jefe hasta que por fin le toco su turno ¿no? Finalmente llega un mensaje y veo que relaja todo su cuerpo. Voy a tener que poner una nota en su calendario: Consíguete una vida de mierda. En todo el camino de regreso a Escala está verificando los mensajes en su teléfono celular, pero se ve bastante feliz. Tal vez ella realmente le echó de menos. Él ya le había dicho a Welch que echara un vistazo a la madre y su nuevo marido, sin contar a parte, de que lo hizo correr para ponerle vigilancia directa a la señorita Steele. Qué jodido fanático del control. Rastrea cada movimiento desde su celular, es compulsivo, realmente no puede ayudarse a si mismo. Si supiera que la mitad del

tiempo que ha estado pasando a lo mejor la inocente señorita Steele ya se haya alejado a las colinas. Aunque ella no lo sabe, no tiene ni idea de que se ha convertido en el centro del mundo del jefe. Se dirige directamente a su despacho, diciendo que él va a comer después de que haya echado una carrera. No es que me importe, pero joder, ¿no se puede mantener quieto? Por lo menos, llegaré a mantenerme en forma en este trabajo. Hacemos nuestro camino en torno a un circuito de seis millas todo de nuevo, marchando para tratar de vaciar su cerebro, corriendo para escapar de sus propios pensamientos, corriendo para escapar de su compulsión de controlar. El nunca puede correr lo suficientemente rápido. Casi siento pena por él. Gail le sirve unos filetes de lubina con patatas fritas y ensalada. Sé que están condenadamente bien, menos mal que vamos a tener la misma comida. Pero el jefe come solo. _ ¿Cómo está? Yo le frunzo el ceño a Gail. Vaya, ¿no podemos tener una comida en la que no se hable de él? _ Jodido como siempre. _ Jason… Me encojo de hombros. Es cierto: los dos lo sabemos. _ Tal vez deberías ir a hablar con él. _ ¿Y decir qué? Él es mi jefe no es mi amigo. Y la única persona que con la que él quiere hablar ha volado 2.942 millas para alejarse de él. _ ¿Pensé que iba a ver a su madre? _ Claro, pero también le dijo que necesitaba un descanso de él, ella le dijo que era intenso. _ ¿No te creo? _ Sí, fue bastante gracioso. ¿Sabes qué? él se ofreció a ir a Georgia con ella. Ella le dijo que no creía que fuera una buena idea. _ ¡Oh, Jason! A veces ustedes los hombres son tan literales _ ¿Qué? Ella quiere alejarse de él. Así lo veo yo.

_ Estoy segura de que lo está echando de menos… si le da una oportunidad. Pobre señor Grey. _ Pobre, no es. _ Sabes lo que quiero decir, Jason. Lo que sea. Mi Black Berry zumba. _ El jefe va al gimnasio. Voy a ir y hacer un barrido rápido. Vuelvo en un minuto, cariño. No voy a anticipar problemas, sólo la mitad de los 245 apartamentos de Escala están ocupados, y muchos de ellos parecen no haber descubierto el gimnasio. Y menos a las 11pm. Sí, el lugar está desierto, que es como al jefe le gusta. A veces me pregunto porque no compra el edificio entero para tenerlo para sí. _ Gracias, Taylor. Ya no te necesito esta noche, pero voy a estar corriendo mañana a 5.30 de la mañana. ¡Vete a la mierda! Si de reventar el culo se trata, el jefe es un experto. Me dirijo de nuevo para persuadir a Gail de que se case conmigo, como lo tengo en mente. Ella no es una mujer de voluntad débil, pero estoy enamorado de ella. Nada. No logré nada, como siempre. Me quedo dormido acurrucado en sus brazos. Pero no por mucho tiempo. En algún momento de la noche, soy vagamente consciente de que el jefe está tocando su piano. ¡Santa María madre de Dios! Mientras me arrastro fuera de la cama a las 5:00am, estoy pensando seriamente en ponerme en contacto con la señorita Steele y rogarle que vuelva pronto. Tal vez si le pago… Una cosa buena acerca de levantarse temprano es que me da tiempo de poner mi rutina al día. La verdad es que me pongo un poco nervioso cuando el jefe corre varios días consecutivos por la misma ruta. Eso lo convierte en un blanco fácil. Y para variar con la lengua de Olivia, ahora los paparazzi entran en vigor, por supuesto, todos quieren investigar con quien va a la gala del sábado el jefe. Aunque no veo que ninguno de esos cabrones perezosos se levante temprano.

Él parece estar en un estado de ánimo mucho mejor en el camino a la oficina, así que sólo puedo asumir que la señorita Steele se ha dignado a enviarle un correo electrónico, a pesar de que parece preocupado, los informes que le llegan desde Georgia como que no le gustan. El día que pasa lento. El único entretenimiento es ver a Olivia tratar de evitar la mirada fría de Andrea y volver a su trabajo. Yo no querría meterme con Andrea, ella mandaría a una persona a unos mil metros de distancia sólo lanzándole una mirada dura. No sé como se ha mantenido de Asistente Personal del jefe durante tanto tiempo, no es una rubia candorosa, es tan fría que puede congelar cubitos de hielo con su culo. El jefe insiste en otra sesión de ejercicios antes de comer. Me hace reír como se van concentrado las mujeres alrededor del vestíbulo, dando vueltas como pendejas, nada más para ver al jefe regresar todo sudado. Sueñen señoras, eso nunca va a suceder. ¡Vaya incluso hay una ahí de la edad de mi madre! ¿Estás mujeres no tienen vergüenza de desear a un chico de veintisiete años? Nada. Ninguna. Qué pregunta más tonta. La verdad es que en eso el jefe tiene hasta suerte, ese mujerero babeando por él por donde pasa. Pobre niño rico, si supieran la mierda que lleva encima. Poco después del almuerzo, Ros llega a mi oficina y toca a la puerta. _ ¿Tienes un momento, Jason? _ Claro, Ros. ¿Qué necesitas? Ella entra y cierra la puerta. Hmm. _ ¿Qué le pasa a Christian? Él ha estado arrasando por todo el edificio la última media hora. Me sorprende que el lugar no esté a punto de explotar. Amenazó a Barney si no deja de fumar. Olivia está llorando aunque eso no es nada nuevo, y Joyce a tenido que pedir un pastel de merengue para todo el piso par evitar que se vayan en masa. Tengo que saber lo que está pasando Jason. No te preguntara, si la situación se pudiera controlar. Ya sé que no es nada de negocios, así que… tú me dirás. _ Ros, sabes que no puedo hablar contigo sobre el jefe. _ No me vengas con esa mierda, Jason. Lo conozco desde hace siete años y nunca lo había visto así. Necesito saber cuál es el problema. Tiene razón, lo necesita saber, pero yo realmente no quiero ser el soplón. Tomo una respiración profunda. _ Se trata de una mujer.

Ella parpadea. ¿Una mujer? ¡Por Dios, he dicho una mierda! _ ¿Qué clase de mujer? ¡Por el amor Dios! del tipo con tetas y culo. Querrás decir, ¿qué clase de mujer? Me quedo mirando impasible esperando que se vaya. Espero y espero y entonces me rindo. _ Una amiga, Ros. Su expresión perpleja me dan ganas de reír en voz alta, pero luego una lenta sonrisa se envuelve alrededor de los dientes. _ Así que los rumores son verdad. ¡Christian tiene una novia! ¿Cómo es ella? Bien, no respondas a eso, no es asunto mío. Pero eso es genial. Realmente genial. Hace una pausa a mitad de camino a través de su ataque de adulación. Bueno, ¿por qué está en tan mal humor, entonces? Debe ser un buen cambio para él conseguir a alguien. Si supieras lo jodidamente divertido que es. _ Ella tuvo que irse. _ Oh. Bueno, eso lo explica todo. El primer amor y todo eso. Bien, bueno no tengo nada de qué preocuparme. Al menos, yo no lo creo. Frunce el ceño y luego mira hacia arriba. _ Esta novia… ella no fue a Savannah por casualidad, ¿verdad? Ahora, ¿cómo diablos sabe eso? Ros sonríe. _ Christian pasó a mencionar que había un pedazo de tierra allá abajo que estaba interesado en ver. Me pregunté por qué, de repente quiere comprar algo en Georgia cuando hemos puesto miles de horas-hombre en Detroit. Pues bien, es el amor de Christian. Esto debe ser interesante. Sí, sí, y los chinos tienen una maldición: ¡Ojalá vivas en tiempos interesantes! Justo cuando tenemos lo que queremos, no se nos da la oportunidad de disfrutarlo. Ella se va, sonriendo para sus adentros, pero mi boca no parece querer unirse a su risa. Tengo un mal presentimiento sobre esto.

Capitulo 18 Después de que Ros se comportara como la inquisición, la tarde transcurre en relativa paz. El jefe le ha pedido a Welch que inicie la investigación de unas casas editoriales en Seattle y mi trabajo es hacer una visita informal a ver hasta dónde puedo entrar sin que me pidan información. ¿Será que esto tiene algo que ver con la entrevista que la señorita Steele tenía ayer? No. Nada. En absoluto. Bueno no me jodas. Claro y los cerdos vuelan. Seattle Independent Publishing, conocida por sus siglas como SIP, está ubicada en una calle tranquila, a un par de cuadras de Barnes y Noble, parece acertada. Hay cinco tiendas en el edificio de ladrillo rojo con una escalera de incendios de metal en el este y caras al norte. Estimo que me llevaría entre dos y tres minutos entrar al edificio. Probablemente uno, no me gusta presumir, pero… Yo me paseo por la recepción y cuando pienso que la mujer atractiva en la recepción me va a decir algo le hago un guiño a ella. Ella parpadea un par de veces, luego sonríe y sacude su pelo largo sobre sus hombros y se sienta un poco más alto, mostrando un escote impresionante. Yo podría haber estado interesado en otro momento nena, pero tengo toda una mujer que me tiene loco. Así que gracias, pero no. El circuito cerrado de televisión sólo está en el vestíbulo y sólo tiene cámara hacia la entrada principal. No hay nada más. Hay dos Chesterfield de cuero oscuro verdes donde los visitantes esperan. Me recuerdan la sala de juegos del jefe. Sí, creo que Grey se sentiría como en casa, una buena opción para batir bancos y paredes rígidas, de color blanco de estilo carcelario. Yo espero que no sea aquí donde trabajará la señorita Steele, bueno no es que haya alguna diferencia, la pobre chica no tiene posibilidad de cualquier manera con la vigilancia del jefe. Me dirijo a través de las oficinas abiertas detrás de la recepción y hago mi camino a través de la planta baja. Unas pocas personas me ven pasar a su alrededor pero nadie me desafía, ni me pregunta nada. Subo las dos escaleras hasta el siguiente piso, pero es la misma historia, a nadie parece importarle mi presencia. Menos mal que soy un ciudadano honrado y moralmente conciente, de lo contrario habría podido robar a lo grande en este sitio. ¡Carajo! Podría regresar en la noche y llevarme todas las computadoras, son tan condenadamente ingenuos, que probablemente me dejen una nota de agradecimiento. Cuando me estoy yendo, un chico de pelo largo y aretes de hippie me ve. Frunce el ceño. _ ¿Te puedo ayudar? _ No, me estaba yendo. Se queda mirando detrás de mí. El hijo de puta tiene ojos fríos y reconozco su tipo. De repente me siento muy contento de que no es Gail la que va a trabajar aquí, pero no se contentará el jefe, de eso estoy seguro. Me dirijo de nuevo a Empresas Grey. He estado fuera durante noventa minutos y el jefe no se ha comido a nadie. Tal vez él tiene un corazón después de todo. Puedo chequear la oficina. Olivia no está llorando, listo; Barney está vagando por ahí con el culo colgando de sus pantalones en busca de un cigarro, listo; la presión arterial

de Andrea parece haber vuelto a bajar, listo. Y luego veo al jefe sonriendo a su ordenador y casi me desmayo. ¡Jodidamente raro! Realmente echo de menos los días anteriores a la señorita Steele. Los días en que la tierra todavía giraba cada 24 horas. El jefe dice que va a salir en una hora, yo sólo tengo tiempo para leer los informes preliminares que Welch me ha enviado de SIP. No hay mucho de interés, un par de miembros del personal con precauciones por consumir droga, un hombre que quedó atrapado con esteroides anabólicos. Pero entonces algo me llama la atención, uno de los jefes de redacción ha tenido cinco diferentes asistentes en los últimos 18 meses. ¿Por qué? Hago clic para abrir el archivo de personal y al instante reconozco al hijo de puta, el mismo de fríos ojos azules, de pelo rojo y zarcillos de hippy de mierda. Umm el hombre que entrevistó a la señorita Steele ayer, el hombre que va a ser el jefe de la señorita Steele. Mis sentidos no me fallan y comienza un hormigueo por mi mente y no en el buen sentido. Me pregunto cuál es la mejor manera para que el jefe se entere, sin tener que encadenar al hombre por sus pelotas. Culpable hasta que se demuestre lo contrario, parece ser el lema del jefe cuando se trata de la señorita Steele. O ahora que pienso en ello, cualquier bípedo humano. _ ¿Cualquier cosa que informar, Taylor? No puedo dejar de saltar cuando escucho su voz detrás de mí. Miro hacia arriba y veo el hijo de puta que se divierte. Bastardo. _ El edificio está totalmente abierto a todo público señor. La seguridad es una mierda, necesita reforma completa. _ ¿Qué más? No le contesto, pero apunto a la pantalla. Él explora el archivo de un Jack Hyde y frunce el ceño. Las personas que no conocen al jefe pueden creer que él es fresco, tranquilo y sereno. Y puede ser. Pero cuando lo conocen como yo, sabe que hay un burbujeo de violencia apenas contenida bajo su piel. Cualquier cosa que sienta que está mal en su mundo cuidadosamente controlado y en minutos se puede poner como el volcán del Monte Santa Elena. Él no dijo nada, pero yo sé que él está imaginando todo tipo de soluciones violentas para alejar al hombre que podría ser el nuevo jefe de la señorita Steele, pero no dice nada. Por otro lado, si Hyde termina con un mosquero en la boca detrás de un callejón oscuro una noche, mi primer sospechoso sería un tal “jodido fanático del control” _ Quiero hacer un alto en el camino a casa, Taylor. _ Señor. Nos dirigimos de nuevo a su oficina para recoger su chaqueta. Olivia se ve pálida, la doncella de hielo da una sonrisa fría y baja la cabeza. La franquicia de Cartier parece como una tarta de mármol verde con apliques dorados en la pared. Asiento con la cabeza al tipo de seguridad como una cortesía profesional. Puedo ver que me está mirando a ver si llevo un arma. Bueno ya se dio cuenta, sólo cuido al hombre que acaba de entrar. _ Tengo una tienda llena de joyas de gran valor que cuidar, me dice.

Grey recoge un par de pendientes de diamantes con clase, que había encargado antes. Yo apostaría mi sueldo del año que son para una asistente de una editorial que actualmente está de vacaciones en Savannah. Por un breve instante lamento que no hay nada aquí que yo pudiera permitirme el lujo de comprar a Gail. Esta tienda es para los ricos, en serio. Él parece relajarse un poco mientras nos dirigimos a casa. Saca su celular para atender una llamada y estoy realmente esperando que no sea la señorita Steele, odio ruborizarme y conducir. _ Elena, hola… Sí, bueno gracias… ¿Qué? No… ¿Qué estás libre para cenar esta noche? ¿A las ocho? Bueno. Yo te recojo… ¿qué? Está bien. Gimo interiormente. ¿Qué tan tonto de mierda puede ser? Su novia está fuera de la ciudad menos de veinticuatro horas y lo primero que hace es aceptar reunirse con el segundo frente. Realmente espero que la señorita Steele no se entere de esto porque si lo hace, va a patear el culo del jefe. Y, francamente, él realmente se lo merece. Admito que no puedo ser uno de los nuevos hombres que Gail me dice que ha leído en las revistas en la peluquería, ella me dice Neanderthal, parece ser uno de sus adjetivos favoritos, no tengo ni puta idea de por qué, pero incluso yo no soy tan tonto como para hacer lo que el jefe está haciendo. Y tengo la horrible sensación de que sólo va a seguir adelante y se lo dirá a la señorita Steele que él la está viendo de todos modos, porque cuando se trata de leer los sentimientos de la mujer, el jefe se encuentra en pañales todavía. Claro, claro, él puede hacer que se corran libremente como el Expreso de Oriente, pero aún no sabe nada acerca de las mujeres. Yo le dejo en la entrada de Escala y luego estaciono el SUV. Gail está en la cocina personal y algo huele muy bien. La rodeo con mis brazos y le beso la parte posterior del cuello. _ Mmm… usted sabe bien, señora Jones. _ ¡Jason estoy cocinando! _ Yo también, nena, aquí me estoy calentando muy bien. Ella se ríe y me empuja. _ ¿Cómo estuvo tu día? Me encojo de hombros. _ Ros quería saber por qué el jefe estaba actuando tan raro. _ ¿Qué le dijiste? _ Ella estaba asustada porque pensaba que se trataba de algo comercial. Le dije que tenía una novia, así que se quedó tranquila. _ Apuesto a que ella se sorprendió, lo conoce más que nadie, excepto su familia. _ Sorprendida, bien sorprendida, casi aturdida. Lo que me recuerda… _ Estamos sólo tú y yo esta noche, nena, el jefe va a salir. _ ¡Oh! ¿No había nada en el calendario? _ Va a cenar. Con la señora Lincoln. _ ¡Esa bruja! Ella se cruza de brazos y mira enojada. Pues sí, más o menos la misma reacción que tuve. _ Realmente pensé que tenía más sentido. Yo no sé lo que ve en esa mujer. Bueno, sólo espero que la señorita Steele no se entere, me dice. _ Nena probablemente se lo diga.

Ella me pega. _ ¡Por supuesto que no! ¿Por qué? Quiero decir, si te vas fuera a cenar con tu ex en el momento en que estoy fuera de la ciudad y me lo dices yo… Se detiene y frunce los labios. ¡Oh, a veces me preocupo por el Sr. Grey! _ Tú, yo y la mitad del hemisferio occidental, nena. Le paso la mano por su muslo, subiendo por su falda y la dejo descansando junto a la parte superior de sus medias. _ Tenemos toda la noche para nosotros nena, te voy a hacer gritar. Ella se sonríe y pasa sus manos sobre mis caderas y mi culo y me da un buen apretón. Doblo mis caderas contra ella para que pueda sentir mi creciente erección. _ Realmente, Jason, yo no creo que debas hacer promesas que no puedas cumplir. _ ¿Eso es un reto señora Jones? _ Por supuesto, señor Taylor. Y realmente no me importa que esté tan hambriento y mi estómago anda haciendo ruidos ensordecedores; y tampoco me importa si el jefe está todavía en el edificio. Yo agarro a Gail sobre mi hombro y me la llevo directo a la habitación, con la intensión de mostrarle de que está hecha esta relación. **** La mañana comienza como cualquier otra, jodidamente temprano. Gail está metiendo su cabeza en mi pecho y tiene un brazo alrededor de mi cintura. Las sábanas están en una maraña en torno a nosotros y me pregunto por qué vagamente estamos con los pies apuntando hacia la cabecera. Me agito suavemente y acaricio su cabello. Me encanta la forma en que se siente en la nuca, todo suave y velloso. Veo el azul de sus ojos parpadeando hacia mí. _ Buenos días, Jason. _ Hola, preciosa. Ella se estira y se las arregla para darme con el codo en mis bolas. _ ¡Aagh! _ ¡Oh, lo siento! ¡Oops! Accidente. Entonces ella me sonríe. _ ¿Quieres que lo bese mejor? _ Cariño es la mejor oferta que he tenido en… eh… varias horas. Pero entonces mi Black Berry vibra. Es el jefe. ¡Caray son las 5:00am! ¿Es que también me va a joder los pocos polvos mañaneros? Gail se inclina y me arroja el celular. _ ¿Señor? _ Taylor, vamos volando a Savannah. Llama a Stephan. Quiero salir antes de las 9:00am. _ Sí, señor. ¿Cuántos días vamos a estar? Como si no pudiera adivinar mierda. _ Regresamos el viernes. Él cuelga y suspira Gail. _ ¿A dónde van ahora? _ A Georgia. Lo antes posible. Vamos nena termina rápido lo que me ofreciste. _ Jason, conociendo al jefe, ya debe estar en la sala esperándote. ¡Vamos arriba! Será mejor que me ponga a hacer el desayuno. Ella me empuja fuera de la cama y me dirijo a la ducha. Doscientos minutos más tarde estamos en el aeropuerto. El jefe anda actuando bastante nervioso, como una cucaracha en baile de gallinas. _ Stephan, ¿tiempo de despegue?

_ A las nueve treinta y cinco, señor Grey. Fue la primera palabra que le dijo. Por el amor de Dios jefe, le cuesta mucho decir, buenos días ¿Cómo estás? Stephen lo ignora él sabe que el jefe no se graduó en la escuela de encanto. La asistente de vuelo es una mujer que no he visto antes, guapa y morena uh-oh. Ella huele al jefe como un sabueso oliendo a un sándwich de jamón. _ Le presento a Natalia señor. El sólo hace un gesto con la cabeza. Stephan se dirige de nuevo a la cabina y frunce el ceño Grey mira su reloj. Sí, mirándolo cada 30 segundos eso realmente no va a hacer que el avión vaya más rápido. _ ¿Desea tomar un café, señor desayuno? _ No, gracias, murmura. Ella se ve decepcionada pero se vuelve hacia mí, con una sonrisa profesional en sus labios rojos brillantes. _ ¿Y usted señor? _ No, gracias. Ella pone mala cara y tengo un repentino impulso de reír a carcajadas. Finalmente despegamos. Sé que me estoy agarrando fuertemente a la silla y conteniendo la respiración. Lógicamente, sé que no hay misiles tierra-aire dirigidos a nosotros, pero con una vez fue suficiente. No es algo que quiero repetir en esta vida o en cualquier otra. Tan pronto como estamos en el aire el jefe saca su laptop y comienza a desplazarse por las páginas de los números pequeños, frunciendo el ceño y murmurando para sí mismo. Está tan tenso, la atmósfera en el avión cae a un balsámico menos diez. Trato de no hacer caso del jefe que anda encendido como siempre, y me hundo de nuevo en el asiento para disfrutar de la calma relativa del libro “Alguien voló sobre el nido de cucú”. Algunos de los personajes me recuerdan a él. Al mediodía, Natalia corre el riesgo de cruzar el umbral de la cocina del avión y se pone delante de Grey, le ofrece algo para el almuerzo. Por la expresión de su rostro me parece que ella se puso en la parte superior del menú. _ ¿Puedo tomar su orden para el almuerzo, señor? Grey toma el menú y ni la mira, de hecho la ha ignorado durante las dos horas y media que llevamos de vuelo, frunce el ceño y dice: _ Ensalada de pollo. Gracias. _ ¿Y para usted, señor? La señorita plástica 2011, ahora echa sus sonrisas a mi dirección. _ Lo mismo. Gracias. Sí, soy un hombre de pocas palabras. Grey come su comida de forma mecánica. Si alguien le pregunta, no sabría contestar que fue lo que se comió. Sigue echando un vistazo al reloj. Es tan jodidamente irritante, estoy a punto de lanzarlo del avión yo mismo sólo para que haga el viaje más rápido. Cuando la puerta del avión finalmente se abre en el Hilton Head, Grey sale de prisa. Es casi vergonzoso, está tan ansioso de ver a la pequeña señorita Steele. Sí, Gail tiene razón acerca de que ella era una virgen… es decir, ¿sino por qué el jefe está tan ansioso? Definitivamente algo en esa mujer lo tiene más loco de lo normal.

Andrea nos ha hecho la reserva en el Hotel Mansión en el distrito del centro histórico y alquiló la usual SUV de Audi para yo conducir. La navegación GPS está preprogramada y tengo que agradecérselo a la doncella de hielo, ella tiene un buen ojo para el detalle. Veo el jefe comprobar su Black Berry y puedo casi adivinar que no es el mercado de valores de NY que tiene toda su atención. Estoy seguro que lo que quiere conocer son las últimas noticias del paradero de una tal chica de ojos azules, cabello castaño. _ No te necesitaré esta noche, Taylor, dice. _ Yo no voy a ninguna parte hoy. Debo admitir que me sorprende. Hemos volado por todo el continente y ahora va a esperar… ¿qué? El jefe no espera. Como si no lo conociera, lo que está es nerviosísimo. Y admito que me despierta curiosidad. ¿Qué le pasó que cambió de idea en venir a Georgia, cuando la señorita Steele, lo rechazó el domingo pasado? El cenó con la Señora Lincoln anoche. ¿Qué le habrá dicho la puta mayor? No me puedo imaginar qué consejo le habrá dado, porque estemos claros, ella es la que le consigue las sumisas. Me aparco y hago un barrido rápido en la suite del jefe. La seguridad del hotel es superior a la media, lo que me ahorra un par de migrañas o dos. Me presento al jefe de seguridad, un Walter Dubois. _ Bienvenido al Hotel Mansión, señor Taylor. ¿Qué puedo hacer por usted esta tarde? _ Sólo rutina, señor Dubois. No quiero anticipar ningún problema, porque aquí no hay amenaza de seguridad específica. Para su conocimiento, no quiero a ninguno de su personal armado en la planta del señor Grey. Y las únicas personas autorizadas en la lista de visitantes es la señorita Anastasia Steele y yo y el personal de mantenimiento del hotel como de costumbre. _ ¿Y puedo saber si usted está llevando un arma de fuego, señor Taylor? _ Sí, señor Dubois. Aquí está mi permiso y mi tarjeta. Cualquier problema, por favor llámeme a mí en primer lugar. _ Bueno, todo parece estar en orden, Sr. Taylor. Disfrute de su visita, señor. _ Ah, una cosa más, he alquilado un Bugatti Veyron por unos días. Va a ser entregado por la propia seguridad de la concesionaria. Puedo ver sus los ojos brillar al pensar en los dos millones de dólares que cuesta ese deportivo y que estará estacionado afuera de su establecimiento. Por Dios, no me gusta ver babear a un hombre adulto. Me dirijo hacia fuera y encuentro un lugar agradable y tranquilo, y en el menú tienen algunos mariscos. Mientras estoy esperando la comida, llamo a Gail. _ Hola bebé. ¿Despierta todavía? _ Por supuesto, Jason. ¿Qué tal el vuelo? _ Largo _ ¿Está todo bien? _ Es difícil de decir. No ha ido a verla todavía. Pero él quiere llevarla a volar por la mañana al amanecer. _ ¡Dios mío él nunca ha hecho eso antes! Ni siquiera la señorita Grey ha logrado persuadirlo de que la lleve a ella, y mira que es bastante tenaz.

Esa es una de las palabras para describir a la señorita Grey, pero yo soy demasiado caballero para decir en voz alta a los demás lo que se me ocurre pensar de ella. _ No lo sé, Gail, hay algo fuera de balance a su alrededor. Yo no lo entiendo. _ ¡Oh, de verdad, Jason! ¡Él está enamorado! Por supuesto que está fuera de equilibrio. Eso es lo que hacemos las mujeres. _ Punto justo, señora Jones. Pero eso no es a lo que me refiero. Fue a ver a la mujer Lincoln anoche, ¿verdad? Es silencioso y puedo ver que ella sabe a dónde voy con esto. - ¿Y crees que… ella lo influencia de alguna manera? - No sé cuál es su intensión Gail, pero esa mujer es una perra fría. No puedo creer que le haya dicho al jefe que venga aquí a darle todos los corazones y las flores a la señorita Steele. Así que no dejo de preguntarme ¿qué es lo que quiere? - Bueno, ella se preocupa por el Sr. Grey… A veces Gail es demasiado inocente. - Gail, no puedo soportar a la bruja de hielo más de lo que puedo. ¿En serio me estás diciendo que ella tiene los mejores intereses para el señor Grey, en ese agujero frío que ella llama un corazón? Gail está en silencio por un momento. _ No, la verdad es que no. - No. Yo tampoco. Capitulo 19 Es agradable pasear al final de la tarde en el sol de Savannah. El calor del día se ha quemado y la gente está tomando con calma, relajados en los bares, o sentados en los cafés al aire libre disfrutando de un té helado. Ojalá estuviera aquí Gail. Le encantaría hurgar en todas estas pequeñas tiendas. Ella tiene un gusto por la vida y yo ando enamorado de ella. Me gustaría poder llamarla pero sé que estaba pensando en tomar la tarde libre para ir de compras de ropa y luego cenar con una amiga. Espero que se compre algo sexy. Bien, yo probablemente no debería pensar en ello demasiado, o me voy a poner caliente e incómodo muy rápido. Sobre todo porque estoy usando una chaqueta de mezclilla para ocultar mi pistolera y el calor aquí es abrazador. Decido regresar al hotel y tomar un baño en la piscina. Yo espero que no sea una de esas de tipo jacuzzi grupales, donde la gente en vez de nadar terminan en una sudoración infernal. Pero me detuve en seco cuando paso por la barra y veo a la señorita Steele sentada allí con una atractiva mujer mayor. La reconozco de los ficheros, es la madre de ella. Y entonces descubro que el jefe está errante en el bar. El mira distraído a su teléfono, luego sube la mirada y la ve. Su expresión cambia, me doy cuenta que es mejor mirar a otro lado porque aunque hay una multitud en el bar, este momento es privado.

No me necesitan, así que los dejo. De vuelta en mi habitación uso la caja fuerte para asegurar mi Korth para luego ir a la piscina al aire libre. Pero es una gran decepción, en lugar de un sitio que se puede nadar, es lo que ellos llaman una “piscina de relajación”, que significa que es un poco más grande que la piscina de plástico infantil de Sophie. Puedo nadar durante media hora de todos modos y luego descansar en las gradas, viendo el cambio de color del cielo hundiéndose hacia la noche. Al rato otros huéspedes llegan a enfriarse. Por costumbre tengo que mantener un ojo sobre quién está a mi alrededor, la evaluación de los posibles problemas. Dos mujeres están mirándome, por lo general cuando estoy con el jefe él consigue la mayor parte de la atención, ahí no hay competencia, pero viajando por todo el mundo con él, como lo he hecho, he tenido un cierto número de, vamos a decir, oportunidades. No se imaginan la cantidad de mujeres aburridas, bastantes de ellas casadas, que vienen a mí. Algunas se excitan por el hecho de que yo soy el guardaespaldas contratado, sólo porque me ven con un arma de fuego creen que follo de lo lindo. No es que no, pero bueno… todo eso es para Gail. Algunos de los otros compañeros que conozco que están en esta línea de trabajo, no pierden el tiempo en echar un polvo si tiene a su jefe ocupado, pero ese no soy yo. Puedo decir que una de las mujeres está simplemente disfrutando de la vista, pero la otra tiene esa mirada depredadora que me dice que está tratando de calcular cuánto valgo. Yo realmente no necesito nada de esto, así que me pongo de pie y me voy. Ella le sonríe a su amiga y parece que quiere hacer un movimiento. _ ¡Señor Taylor! Lamento molestarlo, señor, pero sólo para que tenga conocimiento, su Bugatti ha llegado. Dubois está jadeando un poco, ya sea por el calor o por la emoción de la llegada del Bugatti, no lo puedo decir. _ Lo tenemos en nuestro garaje. Pensé que le gustaría saber, señor Taylor. _ Gracias, señor Dubois. Voy a tomar las llaves. Me las entrega y los ojos de las mujeres se iluminan como si acaban de ganar la lotería. Pero yo hago mi salida rápida, eludiendo la trampa. Aun así, le echo un vistazo por encima de mi hombro, parecen como si alguien les robo el helado. No puedo evitar sonreír, a veces es bueno ser yo. Vuelvo a mi habitación y reviso las disposiciones relativas para mañana. Será otro comienzo temprano, pero nada de qué preocuparse así que pongo la alarma en mi reloj.

Todavía está oscuro cuando suena mi alarma. Por un momento me acerco a Gail, pero entonces recuerdo dónde estoy. El servicio de habitaciones deja unos panecillos, fruta fresca y café, mientras me duchaba. No está mal, pero prefiero el desayuno de Gail. Me pongo un par de pantalones vaqueros y una camiseta y salgo, dejo las señas del Bugatti en la recepción para el jefe. A esta hora ni me molesto en interrumpirlo, no vaya a ser que esté en unos de sus polvos gloriosos. Para el jefe no hay hora. Realmente espero tener la oportunidad de conducir ese coche, casi estoy conteniendo la respiración. El club de vuelo de avión sin motor no está tan encantado ante la situación de iniciar su trabajo tan temprano. Señalaron que el clima es una mierda en este momento del día. Pero el jefe quiere volar y cuando el dinero no es importante, es sorprendente como un “no” se puede convertir en un “si”. Además el piloto es un profesional, un atleta de velocidad británico que ya ha hecho los vuelos preliminares antes de que yo llegue. La seguridad no debería ser un problema. Me doy cuenta que nadie viene desde muy lejos. Echo un vistazo al planeador en busca de signos evidentes de deterioro. No hay ningún problema. Yo soy la única persona que sabe para quien es la reserva del planeador. _ ¿Es usted un Ex de las Fuerzas? _ ¿Perdón? _ Que si perteneció a las Fuerzas. Mi nombre es Benson, Mark Benson. ¿No será Bond, James Bond? _ Jason Taylor. _ Entonces, ¿quién es el pez gordo que voy a remolcar? _ Mi jefe. _ ¿No me va a dar el nombre? _ Sí claro, cuando se reúna con él. Se ríe. _ Me parece bien. Bueno, no va a estar allí mucho tiempo, veinte minutos más o menos. ¿Quieres un café, Taylor?

_ Claro, eso sería bueno. Pero justo cuando voy por mi otra dosis de cafeína, oigo el rugido gutural del Bugatti. Benson abre de los ojos de una forma que se le van a chorrear por la cara. Nunca he visto la mirada del jefe así, que… ¿cómo se dice…? feliz. Camino y voy a abrir la puerta a la señorita Steele y él se ve tan orgulloso de ella. Es como ver una de esas películas amorosas que a la hermana de Gail le gustan. Está bien jefe, usted es el que está flotando en el aire, pero es ligeramente nauseabundo para cualquier persona que está a su alrededor. Pero tengo que admitirlo: se ven bien juntos. La señorita Steele me ve con una sonrisa y no puedo evitar sonreírle de nuevo. El Sr. Grey, esta con su piloto, el Sr. Mark Benson. Se dan la mano y hablan acerca de las comprobaciones previas al vuelo. Siento los ojos de la señorita Steele sobre mí. _ Hola, Taylor, murmura tímidamente. _ Señorita Steele. Ella frunce el ceño hacia mí y me lleva todo de 0,25 segundos para averiguar por qué. _ Ana. Ella me sonríe. _ Ha sido un infierno sobre ruedas los últimos días. ¿Qué carajo me hizo decir eso? Me alegro de que esté aquí, agrego sin convicción. El jefe la llama y le da esa sonrisa gloriosa y traviesa y sé que mis palabras no profesionales están a salvo con ella. _ Nos vemos más tarde, me dice en voz baja y le tiro un saludo burlón que le hace reír. Me dirijo al estacionamiento, sólo quiero acariciar al Bugatti. Sí, sí lo sé, pero sólo soy un hombre. El jefe me ha dicho que la vuelta al hotel será aproximadamente a las 10:00am. De mala gana me despido del Bugatti, reconociendo que es tan hermoso como Gail y probablemente casi tan divertido de montar. El latido del motor, las líneas largas y elegantes. ¡Oh por el amor de Dios, lo quiero montar! Conduzco de regreso al hotel

sintiéndose un poco desanimado. Es demasiado pronto para llamar a Gail. Así que vuelvo a mi habitación, para tener mi segundo café del día y comienzo a leer un periódico local. El jefe sigue sonriendo cuando llega una hora más tarde. No puedo acostumbrarme a verle esa maldita cara feliz. Es desconcertante. Me encuentro esperando, esperando realmente que él no vaya a arruinar esto. Podría acostumbrarme a tener esa sonrisa tímida de la señorita Steele todos los días. Pero primero nos vamos a una reunión con algunos peces gordos del ayuntamiento. Están tan desesperados por tener negocios con Grey que casi le pulen los zapatos y le besan el culo. Empieza a mirar irritado mientras escucha los argumentos de venta, pero luego se distrae por un mensaje de correo electrónico. Por la expresión de su rostro diría que no se trata de trabajo. ¡Por Dios, el jefe y la señorita Steele están actuando como un par de adolescentes! Me hace pensar en Sophie. Su madre dice que ella ya está hablando de chicos, ella apenas tiene siete años, por el amor de Dios. Si tengo la oportunidad de intervenir más, no tendrá novio sino cuando llegue a la universidad. Me molesta reconocer el hecho de que no tendré nada que ver con eso. Soy un padre a tiempo parcial, no veo suficiente a mi hija. El jefe empieza a cerrar la reunión cuando recibo una llamada a mi celular. Es Gail. Que raro, ella normalmente manda sólo mensajes de textos cuando estoy fuera trabajando para no interrumpir nada. Generalmente soy yo el que suelo llamarla. El jefe mira cuando escucha el tono del celular y frunce el ceño. Señalo con mi barbilla para mostrarle que voy a tomar la llamada externa y él da un pequeño guiño de reconocimiento. _ Gail, cariño, ¿estás bien? _ ¡Oh, Jason! Su voz es ahogada y puedo decir que está tratando de no llorar. _ ¡Gail! ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? Pero ella no puede pronunciar las palabras y por unos segundos que parecen durar toda una vida, estoy conteniendo la respiración. _ Jason… estoy… en el hospital. Toda la sangre corre por mi cara y me apoyo contra la pared. _ ¡Dime que estás bien, Gail, por favor!

_ Estoy bien Jason, no soy yo, dice ella, luchando para controlar la voz. Leila vino a la casa… _ ¿Leila? _ Sí. Fue temprano en la mañana. Cuando me levanté, oí a alguien en el apartamento. Creo que mi corazón se va a detener de puro terror. Y yo no estaba allí. ¡Yo no estaba allí, joder! _ Yo estaba confundida… Me preguntaba si habían llegado temprano a casa… pero luego la oí gritar. Ella llamaba al señor Grey. Sólo gritaba y lloraba. Jason, nunca he visto a alguien así, tan descontrolada. _ ¿Qué ha hecho? Las palabras me salen de la garganta en un tono apretado que apenas puedo escupir. _ Ella… tenía una navaja. Yo… no creo que ella me hubiera hecho daño, Jason, de verdad que no… Pero ella estaba tan fuera de control… cuando me vio, empezó a gritar más duro por él. Ella no me creyó cuando le dije que él no estaba aquí. Corrió por todo el apartamento. Cuando vio en su cama, que no había dormido en ella, se desplomó en el suelo. Pensé que todo había terminado porque estaba llorando tan fuerte. Yo… traté de ayudarla, pero ella empezó a gritarme, diciendo que no podía soportarlo más… y entonces… Sus palabras se desvanecen. _ ¡Gail! ¿Qué hizo ella? La oigo respirar jadeando. _ Ella se cortó la muñeca. Silencio. _ ¡Oh, Dios mío! ¿Estás bien? Ella no te hizo daño, ¿verdad? _ No, estoy bien, Jason. Sólo… sólo un poco agitada… Tomé un poco de gasa de la caja de primeros auxilios… _ ¡Joder, Gail! tu no te acercaste a ella de nuevo, ¿verdad?

_ Por supuesto que lo hice. Yo tenía miedo de verla morir desangrada. De todos modos, la rabia parecía haber salido de ella. Ella se sentó en el suelo. Ya ni siquiera estaba llorando, solo se mecía su cuerpo. Llamé al 911 y llegaron los paramédicos. Estoy aquí en el hospital con ella. Ella sigue preguntando por él. _ Estoy en camino, Gail. Solo… solo ten cuidado. No te acerques a ella otra vez. _ Jason, estoy bien. Ha sido… preocupante, pero es ella la que necesita ayuda. No yo. Toda la rabia corre a través de mí. Rabia por estar Gail en peligro, rabia porque no estuve ahí, y rabia por el jodido bastardo de mi jefe, que ha permitido que esto suceda. Pero yo no necesito ira: Tengo que cuidar de esto. Tengo que ser de piedra. _ Gail. Yo no te quiero en ese hospital. Yo no quiero que de ninguna manera estés cerca de allí. Vete a casa ahora. _ Pero Jason… _ ¡Ahora, Gail! ¡Esto no es una petición de mierda! Yo te quiero en la casa y quiero que estés a salvo. Voy a llamar a Welch que mande a alguien para allá que se quede con ella y a ti que te lleven a la casa. _ Jason, eso no es necesario… _ Eso es lo que voy a hacer Gail, y tú harás lo que te digo. _ Está bien Jason, me dice con voz tranquila. _ No te muevas hasta que un hombre de Welch llegue allí. _ Esta bien. _ ¡Prométemelo! _ Te lo prometo. _ Voy a llegar a casa tan pronto como pueda, nena. _ Adiós Jason. _ Adiós. Me siento como una mierda enorme.

Lo primero que hago es llamar a Welch. Él está tan sorprendido como yo, pero inmediatamente se compromete a enviar a Sawyer para proteger Gail. Estoy aliviado. Lucas Sawyer es un buen tipo, he trabajado con él y confío en él. Lo siguiente que hago es llamar a Stephan, y decirle que tenga el Jet listo, para una salida inmediata. El está sorprendido pero no hace preguntas. Los hijos de puta de peces gordos de Savannah, están jalando más bolas que nunca. No sé si son genéticamente estúpidos o están demasiados desesperados por hacer el negocio. Pero con tanta jaladora de bolas el jefe está más que irritado. Así que viendo su cara de pocos amigos, interrumpo la reunión. _ Señor, tenemos un problema. Él ve la expresión de mi cara y sacude a los burgueses. _ ¿Qué pasa, Taylor? Tomo una respiración profunda. _ La señorita Williams, Leila Williams, se metió en el apartamento esta mañana. Al parecer ella lo estaba buscando. Gail la escucho gritar, llamándolo a gritos, una vez que vio que usted no estaba, comenzó a cortarse las muñecas. Gail la llevó al hospital, está con ella ahora, Welch está enviando a alguien para allá porque no quiero que esté sola. El jefe se puso tan blanco como el hueso. _ ¡Mierda! Es Gail… ¿está bien la señora Jones? _ Ella está bastante agitada, pero físicamente está bien. _ ¿Leila entró en el apartamento? _ Sí, señor. _ Pero si desde entonces se han cambiado muchas veces los números de seguridad. _ Sí, señor. _ Entonces, ¿cómo? _ No lo sé, señor, pero yo voy a averiguar esa mierda. _ Dile a Stephan que tenga el jet en stand-by. Estamos volando de vuelta ya.

_ Ya está listo, señor. _ Bueno. _ ¿Señor? _ ¿Sí? _ Señor, tengo que preguntarle ¿ha estado en contacto con la señorita Williams últimamente? _ ¡Vete a la mierda, no! No he oído hablar de ella en… dos, casi tres años. Puedo ver que un pensamiento se le ocurrió. _ Pero creo que ella se mantuvo en contacto con Susannah. No lo sé, ¿tal vez ella le dio los nuevos códigos? _ No, señor. Todos los códigos fueron cambiados nuevamente. Niega con la cabeza. _ Nos preocuparemos de eso más tarde. Vamos a largarnos de aquí. _ Sí, señor. En el coche de camino a Hotel, llama a la señorita Steele. _ Tengo que volver a Seattle. Ha surgido algo. Estoy en camino a Hilton Head ahora. Por favor, pide disculpas a tu madre, pero no puedo estar para la cena. Tengo una situación que resolver. Nos vemos el viernes. Voy a enviar a Taylor para que te recoja en el aeropuerto. Cuelga y se inclina hacia atrás en su asiento, con los ojos cerrados. Realmente que jodido en estos momentos lo odio. Si no fuera por su estilo de vida jodido, Gail nunca habría estado en ese peligro. Puse mi pie en el acelerador y hago 110 mph hasta el final de la pista de aterrizaje. Grey no dice ni una palabra. El vuelo de regreso es insoportable. No sé quién está más tenso, si él o yo. Todavía no puedo averiguar cómo Leila entró en el apartamento. Estoy dando vueltas en mi cabeza para saber cómo accedió a la seguridad. Pero es que hace tanto tiempo que se fue. Cada vez que el jefe cambia una sumisa, se cambian los

códigos. ¿Cómo ha entrado? ¿Cuánto tiempo estuvo ahí? ¿Y si hubiese atacado a Gail mientras dormía? Y lo único que puedo pensar es que yo no estaba ahí. ¡MIERDA YO NO ESTABA AHÍ! La idea gira y gira alrededor de mi cabeza. Sigo preguntándome si Gail realmente está bien, si no me ha engañado para no preocuparme. Joder es que estuvo muy cerca, pudo haber jodido a cualquiera. Grey ni me habla, ni me pregunta nada, mejor así, porque en la forma en que me siento, podría arrancarle la puta cabeza. Stephan ha llamado con antelación para que el SUV esté a la espera en el hangar privado del aeropuerto. Lanzo el equipaje al maletero y apenas entra Grey, me voy manejando como alma que lleva el diablo. Yo grito en el garaje de la Escala. Mierda de equipaje, voy a sacarlo más tarde, ahora solo quiero ver a Gail. Nos metemos en el ascensor y da un puñetazo en el código de acceso al ático. Cuando las puertas se abren, veo la fuerte presencia y tranquilizadora de Lucas Sawyer. Nos damos la mano y Grey apenas y lo saluda. Corro a través de la habitación principal hasta que llego a los cuartos del personal. _ ¡Gail! Ella está sentada encorvada sobre un café en la mesa de la cocina. Sus ojos están de un color rojo y está claro que no ha parado de llorar. _ ¡Oh nena! Yo la abrazo fuerte y ella se deja ir, llorando en mi hombro. Nuca la había visto así. No se parece a mi mujer; fuerte y hermosa. Mi roca, mi todo. _ Había tanta sangre… por lo tanto… _ Sshh, nena. Tranquila, no hables por favor… La abrazo y le acarició el cabello. Cuando miro hacia atrás el jefe está de pie en la puerta. Mi expresión deja claro que él no es bienvenido. _ Sólo tengo que ver que la señora Jones no está mal. _ ¡No, ella no está jodidamente bien! le gruño. Él mira sorprendido pero no enojado. _ Jason… Gail pone una mano tranquilizadora mi brazo.

_ Voy a estar bien. Gracias, señor Grey. _ Tengo que preguntarte… la señorita Williams. ¿Dijo por qué quería verme? ¿Qué la llevó a esto? _ No, señor. Lo único coherente, que dijo aparte de su nombre, era “se ha ido”. Pensé en ese momento que ella lo quería ver, pero más tarde me pregunté si se refería a alguien más. Hace una pausa. _Yo recuerdo que ella me dijo hace ya casi tres años, que se iba porque se casaba, ¿es eso cierto? Grey asiente con la cabeza lentamente. _ Sí. No la he visto desde entonces. No sé lo que podría haber precipitado esto. Yo… lo siento… que haya tenido que pasar por esto señora Jones. La seguridad será reforzada y vamos a investigar cómo pasó la seguridad. Sí, sí, la culpa de toda esta pila de mierda en mi culpa, Grey. Ya sé que la seguridad es mi trabajo. La cagué. Yo lo sé. Pero yo no me atrevo ni a mirarlo y, finalmente, se va. Sé que estoy volcando mi ira sobre él, pero la verdad es que la culpa es tanto mía como de él. La seguridad es responsabilidad mía, pero toda su mierda loca es responsabilidad de él y debido a eso y a que metí la pata, la mujer que amo pudo haber sido gravemente herida. Yo solo quiero abrazarla y nunca dejarla ir. Capitulo 20 Gail no duerme bien. Ella se retuerce toda la noche, murmurando para sí misma. Nunca la he oído hablar en sueños antes. La única palabra que oigo es “No”. Sigo pensando sobre las medidas de seguridad en mi cabeza. No puedo conseguir dónde estuvo el punto débil. A las cuatro de la mañana me rindo y me salgo de la cama. Gail está frunciendo el ceño mientras sigue durmiendo y yo la beso suavemente. Me pongo unos vaqueros y una camiseta y empiezo a trabajar a mi manera caminado por el apartamento una vez más, compruebo cada puerta, cada ventana, cada posible punto de entrada, excepto el balcón en el dormitorio del jefe. Tendría que estar jodiendo, ni que fuera la mujer araña para haber entrado por ese lugar. Veo una luz en el estudio del jefe. Otra persona que no puede dormir. Yo no tengo ganas de hablar con él, por lo que vuelvo a la cocina. Pero no está en su estudio, está sentado en el bar del desayuno, todavía con la ropa puesta, no se ha cambiado. Él ni siquiera ha tratado de conciliar el sueño. Empiezo a retirarme de la cocina, pero escucho su voz baja.

- ¿Está bien Gail? Suspiro. Bien, vamos a hacer esto. _ No, en realidad no. _ Lo siento, Taylor. No tengo ni idea de lo que Leila estaba haciendo aquí. No he hablado con ella desde que se fue. Yo no podría haber imaginado que ella haría esto… _ ¿No? _ ¿Qué quieres decir? Pero no tiene que contestar porque se lo supone. Me alejo, porque si digo algo ahora, uno de nosotros realmente lo va a lamentar. Por la mañana, todos estamos cansados y nerviosos. El ingeniero de alarma llega a las 8:00am para comprobar que todos los sistemas estén bien, pero yo sé que no hay nada malo con ellos. Vuelvo a comprobar el circuito cerrado de televisión por millonésima vez, pero no hay señales de Leila en el garaje o en el vestíbulo. Es como si ella volara hasta el piso treinta. Tengo mis sospechas acerca de una de las salidas de emergencia, pero no hay señales de entrada forzada y sé que es un hecho que el jefe no le da las llaves a nadie. Pero sólo para estar tranquilo conmigo mismo, utilizo un método viejo. Coloco un pequeño trozo de algodón sobre la puerta de la escalera de incendios. Si alguien trata de abrirla, lo sabré. Odio la idea de cerrar la puerta del establo, luego que el caballo ya se ha ido. El jefe ha estado trabajando como siempre. La administración del hospital, no dice nada sobre Leila porque no somos parientes cercanos y luego las cosas se ponen peor. _ ¿Ella qué carajo? La mitad de Seattle probablemente pudo escuchar el grito del jefe. _ ¿Cómo? Sawyer ¿No se supone que tenías puesto los ojos en ella 24/7? Él escucha atentamente, pero se me cae el alma. Puedo adivinar lo que ha pasado: Leila huyó del hospital. Ella ha desaparecido. Lo veo paseando arriba y abajo por la habitación principal.

_ ¿Va a ir a trabajar hoy, señor? Se vuelve bruscamente. _Sí. Voy a trabajar. En veinte minutos, Taylor. Después de que lo dejo, estaciono la camioneta y me dirijo directamente a mi oficina para llamar a una reunión a todo el personal de seguridad. Hay un escalofrío de emoción: Nunca he hecho esto antes en Empresas Grey. _ Señores… Srta. Andrea. Tenemos una situación que es necesario hacerles saber y que tomen debida cuenta. Esta mujer, Leila Williams… Les muestro una foto colocada en la pared. Tiene un rencor personal con el señor Grey. Ella trató de entrar a su casa el día de ayer y se lesionó así misma en el proceso. No hay necesidad de contarles todos los detalles sangrientos. _ Ella se ha dado a la fuga del hospital en que estaba, nadie sabe dónde está y se considera una amenaza grave. Nadie y quiero decir nadie, entra a las Empresas Grey sin autorización. No me importa si es un repartidor de pizzas, o si es una abuelita en su bicicleta. Simplemente nadie entra si autorización. ¿Alguna pregunta? _ Señor Taylor ¿Quién es ella? He oído que el señor Grey tiene una novia… ¿es ella…? _ Sólo sabemos que ella es una mujer cualquiera que se ha fijado en él. ¿Algo más? Nadie hace más preguntas y todo mundo al trabajo de nuevo. Me aseguro de que todos estén saltando como ranas en una placa caliente y luego regreso al apartamento. No me gusta dejar a Gail sola. Welch ha dispuesto que otro conductor recoja a Grey del trabajo. De ninguna manera voy a dejar Gail sola ni siquiera durante una hora. _ Realmente, Jason. No tienes que preocuparte. Estoy bien. _ Bueno, yo no voy a estar bien hasta que encontremos a la señorita Williams… y luego voy a retorcerle el cuello de mierda. Gail sonríe débilmente. Pero eso es una mejora. Por la noche, todavía no hay señal de Leila y es el momento para mí en ir a recoger a la señorita Steele al aeropuerto. El jefe quiere estar en la casa por si hay alguna noticia, pero no va a confiar a la señorita Steele a nadie más que no sea a mí. Tal vez debería sentirme halagado. Aunque no lo estoy. Llego al aeropuerto a tiempo. Hago un cartel que dice “Señorita Steele”. Sí yo soy un tipo divertido.

Su vuelo es anunciado y después de una breve espera, la veo caminar por el pasillo de llegadas. Como de costumbre, ella tiene los ojos fijos en el suelo. Cuando por fin se levanta, sonríe. _ Hola, Taylor. _ Señorita Steele. _ Taylor, llámame a Ana. No me gusta tratar con informalidad a alguien que tiene que ver con el jefe, pero ella es tan dulce, que no puedo decirle que no. _ Ana. ¿Puedo tomar su equipaje, por favor? _ No, yo puedo llevarlo, gracias. ¡Oh, por el amor de Dios, dame las malditas bolsas para hacer el trabajo que me corresponde! _ Pero, si estás más cómodo llevándolas… ella balbucea. _ Gracias. Así está mejor, señora. La oigo suspirar y por dentro me estoy sonriendo. Ella no se da por vencida. Abro la puerta para ella y guardo su pequeña maleta en el maletero. El tráfico de la hora pico es lento y estoy ansioso por volver. _ ¿Cómo está Christian, Taylor? _ El señor Grey está preocupado, señorita Steele. _ ¿Preocupado? Me encuentro con su mirada ansiosa en el espejo retrovisor. _ Sí, señora. Me doy cuenta que me quiere preguntar algo más, pero esto es una mierda de Grey y depende de él si se lo quiere decir. _ ¿Está bien? Pobre chica. Ella realmente se preocupa por el hijo de puta jodido. Quiero gritarle ¡corre mientras puedas!

_ Creo que sí, señora. Ella suspira. _ ¿Te sientes más cómodo llamándome señorita Steele? _ Sí, señora. _ Bueno, está bien, dice ella en voz baja. Eventualmente, ella me pide que le ponga algo de música, _ algo calmante. Elijo Canon Pachabel, uno de mis favoritos y pronto los dos estamos perdidos en nuestros pensamientos mientras constantemente sigo las líneas de los coches y camiones que se dirigen a la ciudad. Me tardo 25 minutos en llegar de nuevo a Escala. No puedo evitar sonreír ante ella cuando abro la puerta del coche. _ Voy a traer el equipaje. _ Gracias por ir a buscarme. _ Es un placer, señorita Steele. Realmente lo es.

Gail está en la cocina, mirando por la ventana. No se dio cuenta que estaba caminando hacia ella, pero cuando me mira ella salta y se lleva la mano a su corazón. _ ¡Oh, Jason! No te he oído. Un sollozo se le escapa y la acerco a mis brazos. _ Oh, nena. Odio verte así. Nos quedamos ahí, abrazados muy juntos, hasta que su respiración se calma. _ ¿Está mejor? Ella asiente con la cabeza. _ ¿Seguro que no quieres que te lleve? _ No, el señor Grey te necesita. Y el señor Welch dijo que te llamaría más tarde. Voy a estar bien en casa de Allison. Yo sólo… tengo que salir de aquí por un tiempo. Lejos de toda esta mierda jodida. ¿Lejos de mí?

La acompaño hasta el garaje y pongo su equipaje en el maletero. _ Llámame cuando llegues, por favor. _ Podría ser muy tarde. _ No me importa, nena. Sólo llámame. Necesito saber que has llegado bien. Yo no le doy la oportunidad de que me diga que no, yo la abrazo más fuerte y la beso con fuerza, haciéndole saber lo mucho que significa para mí, sosteniéndola con fuerza hasta que ella se aparta en mis brazos. _ Jason, estoy bien. No te preocupes por mí. Veo cuando el coche sale fuera del garaje y siento como si un pequeño pedazo de felicidad se acaba de ir de mi vida. Sé que va a estar de vuelta en la noche del domingo, pero, joder, voy a extrañar a esa mujer. Vuelvo a mi oficina y compruebo a través de las imágenes de circuito cerrado de televisión una vez más. No hay nada nuevo. Me pongo a ver una película de zombies en la televisión hasta que mis párpados se sienten como si tuviera un kilo de plomo en cada uno. Gail me envía un mensaje de texto para decir que ha llegado, pero ella no me llama. Supongo que ella no quiere hablar conmigo. No puedo culparla. Arrastro mi cuerpo cansado a la cama. Está muy vacía sin Gail y con todo lo que ha pasado en las últimas 48 horas, mi cerebro está demasiado ocupado como para permitirme hacer algo más que dormitar por unos minutos a la vez. En algún momento de la noche oigo al jefe tocar el piano. En serio, pienso en bajar y darle unos coñazos, pero podría molestar a la señorita Steele. ¡Joder! Alrededor de las 7:00am, me doy una ducha. Cuando me miro en el espejo, me doy cuenta de que estoy empezando a parecerme a uno de esos malditos zombies de la película que vi anoche, con los ojos inyectados de sangre, la cara demacrada, y cuando comienzo a ponerme mi corbata… ¿Oh, espera, que es eso? Oigo ruidos. Dejó la corbata y me dirijo a la sala principal y realmente desearía no haberlo hecho.

La señorita Steele está de pie allí, mirando como si quisiera hacer una audición para la película de zombis. Es obvio que ha estado llorando y ella camina un poco incómoda, al verla siento un golpe en mi pecho.

¡Ese hijo de puta! ¡Ese hijo de puta la trato mal! ¡Mierda, lo ha hecho! ¡El desgraciado jodido lo ha hecho! ¡La golpeó! ¡Lo sé! ¡Yo sé que es mierda! ¡Ni siquiera puede caminar bien! Estoy tan enojado, que apenas puedo respirar. Sé que debería salir de la habitación, pero yo sigo allí, cierro mis puños por mis costados. Trato de tomar cada pulgada de auto control, cada pedacito de entrenamiento y respiro profundo para detenerme y no hacer algo del que tenga que arrepentirme luego. La veo congelada mientras coloca su Black Berry, la llave del coche y un ordenador portátil en la barra. Me doy cuenta entonces que ella se va. Me doy cuenta que la chica ha llegado a sus límites. Pero la mirada en el rostro del jefe me hace temblar. No puedo creer lo que estoy viendo. Se ve desesperado. Casi al punto del llanto. _ ¡Ana No quiero esas cosas, son tuyas! Por favor, llévatelo. _ No, Christian. Yo sólo los aceptaba bajo tolerancia y ya no los quiero más. _ Ana, sé razonable… Como si ese hijo de puta retorcido sabe lo que significa “razonable”. _ Yo no quiero nada que me recuerden a ti. La niña se encuentra firme. Ella le dice que lo único que quiere es el dinero que obtuve por la venta de su escarabajo. Estoy un poco sorprendido de que el jefe no se lo ha dado a ella. _ Taylor consiguió un buen precio, le dice, torciendo la verdad siempre tan jodidamente para su beneficio. _ Es un coche clásico. Se lo puedes preguntar. Él me llama la atención. _ Taylor va a llevarte a casa.

_ No te preocupes, soy capaz de llegar a casa sola, gracias. Pobre chica. Ella realmente no quiere saber nada de él. Me pregunto cómo me sentiría si Gail me habla de esa manera. El pensamiento me hace estremecer. _ ¿Vas a desafiarme a cada paso? Su voz es baja pero furiosa. Una vez más, la niña se encuentra firme. Ella es una chica valiente. _ ¿Por qué cambiar un hábito de toda la vida?

_ Por favor, Ana, deja que Taylor te lleve a casa. Nunca he oído que al jefe mendigar antes. No creo que Dios haya escuchado el jefe mendigar antes. _ Voy a por el coche señorita Steele, digo inmediatamente. Yo también quiero que la señorita Steele salga de aquí, antes de que el bastardo se le ocurra convencerla de quedarse. No puedo soportar la tensión en la sala más. Y la señorita Steele necesita un paseo. Entro al ascensor solo y puedo decir que ella apenas se mantiene de pie. Busco el coche rápidamente y la espero hasta que baje. Abro la puerta para ella y ella entra, sin decir una palabra. Me dirijo por la 4ta. Avenida y ella todavía no ha hablado. Ella está tratando de no llorar, pero las lágrimas empiezan a correr por su rostro. En un semáforo le pase un pañuelo. _ Gracias, ella jadea, entonces las compuertas de su llanto se abren. Ella está llorando tanto que casi no puedo soportarlo. No sé si es por el dolor que el bastardo le infligió o si es porque lo ha dejado. Sólo tres veces en mi vida, he sentido la necesidad de herir a alguien. La primera vez fue cuando el desgraciado de mi padre, golpeó a mi mamá, yo tenía catorce años, y de verdad quería arrancarle la cabeza. La segunda vez en Afganistán y la verdad no quisiera recordar eso. Y esta es la tercera vez. En estos momentos quiero sacarle la mierda a Grey. Impulsos de rabia pasan a través de mí. ¿Voy a dejar que siga con esto? ¿Cuántas mujeres van a terminar de esta manera? ¿Cuántas más Leilas? ¿Cuántas más Anas? ¿Cuántas veces Gail se pondrá en peligro a causa de su estilo de vida jodido?. No. Esto se detiene aquí. Se detiene ahora, por lo menos para mí. Cuando vuelva, voy a hablar con él y simplemente renuncio, con o sin Gail. No puedo soportar esto más. Al ayudar a la señorita Steele a salir del coche, me doy cuenta que ella no puede hablar. Ella no quiere mirarme, sé que se siente avergonzada. Ella niega con la cabeza cuando le pregunto si le gustaría que la acompañe hasta su apartamento. Puedo ver su lucha para conseguir la llave en su bolso y sus ojos azules están borrosos por las lágrimas. La puerta de cristal se cierra detrás de ella, quisiera quedarme para a ayudarla, pero sé que ella no querría eso. _ Adiós, señorita Steele, le digo en voz baja.

Conduzco de vuelta demasiado rápido. Quiero correr por las escaleras porque el ascensor parece tan lento, pero no lo hago. Tengo que calmar mi respiración. Tengo que recuperar el control, lo único que quiero es empacar mis cosas y largarme. Pero cuando las puertas del ascensor se abren, yo no puedo corre a hacer nada de lo que pensé. Grey está sentado en el suelo de la sala al lado del ascensor, tiene la cabeza entre sus manos. Levanta la vista cuando me escucha y veo a un hombre completamente destrozado. Jamás hubiese pensado ver al jefe de esta manera. Tan altivo, tan arrogante, tan impasible, tan duro de carácter y ahí estaba, como suspendido en el tiempo, sus ojos nublados, casi encogido. _ Eh… _Yo… pensé que le gustaría saber que a la señorita Steele la lleve con toda la seguridad de vuelta a su apartamento, señor. Tal vez fue su propia estupidez… tal vez era su propia mierda retorcida… no lo sé. Pero de repente, todo lo que veo es a un hombre débil, un hombre que se ahoga, un buen hombre que cometió un error. Un hombre que había encontrado el amor y lo lanzó lejos. Él me mira como si no entiende mis palabras, asiente con la cabeza muy lentamente. _ Gracias, Taylor. Mira hacia abajo, casi perplejo, como si él no puede entender por qué está en el suelo. Se levanta y se aleja lentamente, con las manos metidas en los bolsillos y la cabeza colgando hacia abajo. Es como si pudiera oír el sonido de su corazón astillado.

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Voy a servir la cena en una hora, ¿tiene hambre? _ Eso sería genial, gracias. Ella sonríe. Es una sonrisa tan dulce y amable que no puedo evitar sonreír de ...

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