CARLOS JOSÉ ROMERO MENSAQUE UNED Centro Asociado de Sevilla EL ESTILO DE SANTIDAD EN LA SEVILLA DE COMIENZOS DEL XVII Y LA CARIDAD HERÓICA DEL HERMANO TERCERO FRANCISCANO ANDRÉS DE MEDINA Resumen: Andrés de Medina (1565 - 1636), terciario franciscano de Sevilla, es un arquetipo del concepto de Santidad del primer Barroco español, donde a pesar de las contradicciones, había una inquietud importante y una aspiración a la santidad como un compromiso de renuncia voluntaria a los valores materiales y consagrarse al servicio a los demás, especialmente los más desfavorecidos. Palabras clave: Andrés de Medina, Tercera Orden Franciscana Seglar Santidad, Sevilla Summary: Andrew of Medina (1565 - 1636), terteary franciscan of Seville, is and archetype of de concept of holiness of the first Spanish Baroque, where, in Spite of the contradiction, there was an important worry (restlessness) and an aspiration to the holiness as a commitment of the voluntary resignation to the material valores and to the devote itself (himself, herself) to the service to the others, specially the most disadvantaged. Key words: Andrés de Medina, Saintliness, Third Order.

Preliminares. Enmarque de una época En el universo de la Sevilla del primer barroco, la religión abarca toda la vida de las personas como una estructura integral de sentido que ampara y controla la Iglesia y el estado. La fe se concibe como algo natural, que se da por supuesta, aun con sus contradicciones y antitestimonios, pero es una fe muy singular, pues realmente en Sevilla Dios era evidente y real, se le podía ver y palpar en los múltiples elementos estéticos: cruces, iglesias y sobre todo las imágenes. El Barroco potencia así la manifestación de un Dios accesible al hombre a través de sus sentidos y también de los sentimientos: la propia estética del arte, los cultos y ceremonias, la música, el perfume... todo crea una atmósfera en donde se parece confundirse el cielo con la tierra... es esa desaparición murillesca de la línea del cielo. Los santos, la Virgen María, el propio Cristo cobran vida en el ámbito de los hombres.... El concepto de religiosidad y el de fe son ciertamente distintos, pero teóricamente complementarios. Hay una fe “ordenada”, que es la vez “escuchada” (homilías, misiones…), “aprendida” (catequesis) y “celebrada” (sacramentos, liturgia) y una fe “vivida” o “testimoniada” en obras. Ciertamente la fe se suponía en una sociedad donde la religión era una superestructura de sentido vital, en la que difícilmente podía separarse el ámbito civil del eclesiástico. No obstante, esta fe “ordenada” contrastaba con la testimoniada o fe “vivida”, casi un ideal, que parecía reservarse popularmente al elemento clerical: secular o regular, que marcaba un “estilo de santidad”, que también se “ordenaba”, pero que en determinados predicadores: Fernando Contreras, Hernando de Mata, Fray Francisco de Santiago, fray Juan de Prado o el padre Pedro León... adquiría una vivencia sincera impresionante, que “elevaba” también a quienes los escuchaban, creándose un clima espiritual, que marcaba sobre todo las cuaresmas sevillanas1 Gracias a esto, la evidente contradicción entre la fe

1

Constituciones sinodales de Niño de Guevara, “De vita et honestitate clericorum”, cap 1. XI CURSO DE VER ANO “EL FR ANCISCANISMO EN ANDALUCÍA” PR IEGO DE CÓR DOBA, 2005

CARLOS JOSÉ ROMERO MENSAQUE

280

y el comportamiento, especialmente en la Sevilla precapitalista, metrópoli del comercio indiano. Esta fe se traducía institucionalmente, se patentizaba en el conocimiento obligado de una doctrina o “fe aprendida” y “escuchada”, tal y como se recoge en los cánones sevillanos postridentinos2, en las tablas de las parroquias, en las prédicas y catequesis dominicales, pues los prelados pretendían pastoralmente que no sólo se conociera la verdad revelada, sino instruirse en ella, para que la vida de cada persona se conforme con esta fe, amén de una necesaria adaptación a la sociedad religiosa. Este aspecto se hacía especialmente sensible con los moriscos, a quienes se asignaban clérigos concretos para su instrucción y pastoral, con objeto de asimilarlos a la comunidad cristiana.3, mientras que a los esclavos los confiaba a la discreción de sus amos. La religiosidad sería la expresión o manifestación de este Fe, tanto la “ordenada” como la “vivida” y cabe referirse a dos tipos de religiosidad: la oficial y la popular. La religiosidad “oficial”, ordenada y controlada por el clero con la ayuda inestimable de la instancia civil, comprendía, a su vez, tres tipos: -

-

-

La sacramental o Litúrgica: asistencia a la misa dominical y la recepción de los sacramentos, especialmente la confesión y la comunión, al menos en Pascua, de lo que se hace especial énfasis en los sínodos. En el marco del régimen de cristiandad, amparado y patrocinado por la corona, era perfectamente coherente que esta práctica religiosa fuera obligatoria y se persiguiera eclesiástica y civilmente a sus infractores, que eran a la vez pecadores y delincuentes. La Extralitúrgica institucional: Comprendía las Fiestas y Procesiones anuales organizadas conjuntamente por el Cabildo Catedral y el de la Ciudad: Corpus Christi, San Sebastián, Bula de la Santa Cruzada, etc., así como extraordinarias como las Rogativas en ocasión de alguna calamidad pública. La de las prácticas de piedad públicas y privadas: En este campo hay que situar los ejercicios de disciplina que en cuaresma se celebraban en las iglesias a cargo de congregaciones o hermandades y que se van a generalizar a partir de la segunda mitad del XVII, en el marco de una religiosidad marcada por la tragedia de 1649 y determinadas devociones como el Vía Crucis, Cinco Llagas o el peculiar ejercicio de las Siete Llagas en que se va considerando como las heridas de Cristo, su dolor y sufrimiento se corresponden a las que en las almas producen los pecados capitales.

La religiosidad “popular” sería no sacramental, tolerada por el clero y la instancia civil, pero con amplio margen de autonomía e incluso espontaneidad. Entre sus manifestaciones cabría señalar las denominadas “estaciones de devoción” que recoge el Abad Gordillo. La expresión pública adquiría realmente un peso específico en las devociones concretas, que los sevillanos profesaban a imágenes e iglesias, creándose un dinamismo físico y espiritual muy característico que son las estaciones, que aún hoy permanecen: Cruz del Campo, San Sebastián, 7 viernes del Espíritu Santo, 13 viernes de 2

Idem, Tit. “De doctrina...”, cap.2, 3; Tit “De officio rectoris” o “De poenitentiis”, cap 10.

3

Idem, “De summa Trinitate”, cap. 10 y 11.

EL ESTILO DE SANTIDAD EN LA SEVILLA DE COMIENZOS DEL XVII 281 San Francisco de Paula, Cristo del coro alto de Santa Paula, San Blas, santa Justa y Rufina (devoción que adquiere nuevo empuje con la traída de sus reliquias desde Alemania por Niño de Guevara). Las órdenes religiosas testimoniaban en sus frailes y sus conventos un ámbito especial que hacía muy común la práctica de vestir sus hábitos, aunque fueran reiteradamente prohibidos por los sínodos. Las imágenes eran referentes concretos y en la Sevilla de principios del XVII había algunas ciertamente carismáticas: la principal, sin duda, entre los Cristos, el de San Agustín, el gran Abogado de la ciudad en las grandes penurias, en las epidemias como las de principio de siglo y la terrorífica de 1649. Por todo ello era procesionado en forma de rogativas en frecuentes ocasiones. Entre las Vírgenes gozaban de especial predicamento la de la Antigua, Reyes (más popular), Aguas del Salvador, Remedios y entre las penitenciales, la Soledad. Pero, sin duda, la principal manifestación de esta religiosidad va a ser la Semana Santa con las estaciones de penitencia organizadas por las cofradías, con amplio margen de espontaneidad hasta que en el último tercio del siglo XVI se comienzan a establecer normas por parte de la autoridad eclesiástica, a instancia de la Corona. Esta religiosidad se nutre en las Misiones, sobre todo las cuaresmales, a cargo de órdenes regulares, teniendo un singular protagonismo la nueva Compañía de Jesús, con una dinámica muy teatral y efectista, pero al mismo tiempo, con una espiritualidad de contemplación y reflexión. Puede definirse como pública, procesional, dinámica y responde ciertamente al prototipo de Trento y el espíritu del Barroco o de Reforma Católica de “evidencia estética de la fe” frente a las tendencias iluministas filoprotestantes, pero la excesiva espontaneidad y la escasa instrucción religiosa de clero y fieles provocaban continuos excesos y contradicciones. Hay que referirse también a la figura del cofrade que, activo agente de la religiosidad popular, presenta una dualidad: los hay instruidos, practicantes sinceros y devotos de la religiosidad “oficial” y de media- alta extracción social y otros de escasa educación religiosa y perteneciente al común. Esto hace que las cofradías se encuentren en un difícil equilibrio entre la religión “oficial” (por convicción o por “obediencia debida”) y la religiosidad “popular” , de la que se nutre. Los ejercicios de San Ignacio y sus variedades populares marcaron profundamente las conciencias y conformaron, en relación con la Pasión de Cristo, una piedad “ilustrada” que contrastaba con la de la mayoría de las procesiones de disciplina pública y sus cofradías, aunque no pocos cofrades, de determinadas hermandades, quizá las más clasistas, la profesaban. De hecho, la Semana Santa suponía para muchos predicadores que se perdiera el clima espiritual creado durante la Cuaresma. Un acontecimiento, sin embargo, supone una auténtica brecha en esta división entre religiosidad oficial y popular y es la “Cuestión Concepcionista” (1613- 1617), en que las masas y su religiosidad son involucradas en un debate teológico que adquiere connotaciones paradigmáticas de la devoción institucional y popular de la Inmaculada, con un conflicto de competencias entre órdenes religiosas, de fondo.4 4 Sobre el tema sigue siendo esencial la obra monumental de Manuel Serrano Ortega, Glorias sevillanas. Noticia histórica de la devoción y culto que la… ciudad de Sevilla ha profesado a la Inmaculada

282

CARLOS JOSÉ ROMERO MENSAQUE

La “Cuestión” es el resultado de varios factores y, sobre todo, de un caldo de cultivo espiritual muy bien concebido por los eclesiásticos antes citados que fueron sus promotores. La religiosidad popular manifiesta con mayor realismo lo que es la religión vivida, la real, no la soñada ni diseñada, aunque se trata de un realismo tremendamente sentimental, como la devoción en sí. Y en Sevilla hay una sensibilidad a flor de piel entre las masas populares que nada tiene que ver con la visión esplendorosa de la riqueza americana, sino con la cotidianidad difícil del sobrevivir entre periodos cíclicos de hambrunas y epidemias que marcan una actitud de temor a la muerte física y de necesidad de Salvación espiritual que domina la ciudad, y se hace especialmente evidente en la Cuaresma y la Semana Santa. La devoción a la Pasión de Cristo es una referencia inequívoca a la propia. En el caso de la Semana Santa, merced a las cofradías, se representaba, a la vez que se vivía una experiencia espiritual de cercanía sensible al Misterio de la Pasión de Cristo. Esta cercanía espiritual, vital a los Misterios de la vida de Cristo, de la Virgen y los santos cobra renovada fuerza en las Misiones cuaresmales alentadas por los prelados y predicadas con magistralidad por frailes y religiosos de diversas órdenes, que sabían mover a conversión a los fieles a través de un esquema de prédicas, actos y cultos, donde la palabra elocuente, los gestos de teatralidad dramática y efectista y el propio carisma de los misioneros movían el corazón de las gentes hacia el arrepentimiento y la conversión, siendo numerosos los casos de éxtasis personales y colectivos y multitudinarias las confesiones. “Sevilla parecía un cielo” No obstante, como bien afirma el profesor Domínguez Ortiz, la dinámica diaria del sevillano evidenciaba en no pocos casos la contradicción más flagrante entre la superestructura religiosa, la fe sincera y la práctica sacramental asidua con las actitudes y conductas. Por esa razón, las Misiones se planteaban como revulsivos de conciencias, en los que se trataba de evidenciar el orden y el sentido de los valores de la fe y así restablecer la armonía estructural del régimen de cristiandad barroca. Pero era algo más que una superestructura el concepto de religiosidad en el sevillano. A pesar de las contradicciones, había una inquietud importante y una aspiración a la santidad, planteada en determinadas personas como un compromiso de renuncia voluntaria a los valores materiales para vivir en constante penitencia por los pecados cometidos y, sobre todo, consagrarse al servicio a los demás, especialmente los más desfavorecidos. Generalmente esta aspiración se circunscribe a sacerdotes y religiosos, pero hay casos singulares de seglares como el de Andrés Medina. Andrés de Medina 5 Sobre esta figura carismática, auténtico arquetipo de varón piadoso del primer barroco sevillano, apenas se conocen detalles salvo los capítulos a él dedicados en la “Vida Concepción., Sevilla, 1893. Más reciente es la obra ROS CARBALLAR, Carlos, La Inmaculada y Sevilla, Sevilla, Castillejo, 1994. 5 Sobre Andrés Medina la fuente fundamental es la Vida del V.P. Hernando de Mata, de Fray Pedro de Jesús María impreso en Málaga en 1663, págs 136- 147 (los números, no obstante de las páginas son incorrectos en varias de ellas), quien traza una amplia reseña hagiográfica de Medina, tomada a su vez de varios testimonios de personas que le conocieron y que reproduce literales: Juan de Alarcón, Fray Pedro Martínez del Salto y Diego López de Valmaceda. Hay un ejemplar en la Biblioteca Capitular de la Catedral de Sevilla (79-1-10) Da igualmente noticias el analista Diego Ortiz de Zúñiga. Cfr Anales eclesiásticos y seculares... de Sevilla, Sevilla, 1796, tomo IV, 1612 (2), págs 232- 233 y GONZÁLEZ DE LEÓN, Félix, Noticia artística de Sevilla, Sevilla, 1844, tomo 2, págs 223- 224.

EL ESTILO DE SANTIDAD EN LA SEVILLA DE COMIENZOS DEL XVII 283 del padre Hernando de Mata” de Fray Pedro de Jesús María, fuente de la que derivan otras noticias sobre él. No se trata de una reseña biográfica, sino hagiográfica, que no da suministra directamente datos objetivos, sino que en todo se sujeta a un plan o guión estándar, semejante a otras personas de reconocida santidad de la época. No obstante se trata de un texto muy próximo a la fecha en que murió Medina y además recoge testimonios escritos de personas que lo trataron, por lo que, a pesar de lo anterior, pueden obtenerse algunas noticias fidedignas. Andrés de Medina (1565- 1636) era natural de Sevilla. De los testimonios sobre su vida anterior a su conversión ciertamente se sabe muy poco, aunque sus hagiógrafos, sin duda para resaltar su fama de santidad, la tachan de poco ejemplar y llena de pecados. Sólo se conoce a ciencia cierta que poco antes de cumplir los 40 años toma estado y se casa con Isabel, matrimonio que no tendrá hijos. Es importante resaltar su gran devoción a la imagen del Santo Cristo de la Columna, imagen que pudo ser la titular de la hermandad de penitencia que hoy se conoce como “Las Cigarreras” y que en estas fechas, según López Bernal, se veneraba en la iglesia del convento de San Francisco de Paula, de los Mínimos6, pero esto no parece nada claro por el testimonio del cura de San Marcos, como se verá más adelante. Asimismo se supone tenía relación con el convento de los Terceros, cenobio que ya por entonces debía frecuentar, así como el trato con la comunidad franciscana, que ejerció mucha influencia en su vida espiritual al punto de ingresar como tercero en 1607 y vestir el hábito, aunque no llegase a profesar formalmente hasta pocas fechas antes de su muerte. Precisamente a esta imagen del Cristo de la Columna atribuye Medina la gracia de su conversión en los primeros años del siglo XVIII. Por entonces llevaba sólo tres años de casado. Juan de Alarcón, cura de la parroquia de San Marcos, en una carta- testimonio de 1654, describe el momento de la conversión de Medina, tal y como él mismo se lo contara poco antes de morir: Estando en la plaza de San Román hablando con un amigo suyo, y despidiéndose de él, llegado a las puertas de San Marcos, le dieron noticia que el tal amigo quedava muerto de una estocada a la puerta de San Román. Quedó tan admirado de esta brevedad y de lo miserable de nuestra naturaleza, que se entró en la capilla del Santo Cristo de la Columna, donde estuvo algunos días sin salir de ella llorando sus culpas y el beneficiado de esta iglesia Rodrigo Fragoso lo confesó generalmente y desde entonces perseveró en su exemplar vida, que tan notoria es en esta ciudad”7 El relato es bien significativo de la época y responde a un esquema hagiográfico común, que es utilizado igualmente con profusión en las Misiones cuaresmales cuando el 6 Esta imagen fue adquirida en 1602, siendo su autor Amaro Vázquez. Sobre la historia de esta Hermandad, LÓPEZ BERNAL, José Manuel, “Real e Ilustre Hermandad...” en Misterios de Sevilla, tomo 2, Sevilla, 2003, págs 79- 117. 7

JESÚS MARÍA, Fray Pedro de, Vida del V.P. Hernando de Mata, Málaga, 1663, pág 139. El autor transcribe parte de una carta remitida a Juan Fernández de Espinosa, administrador del Hospital del Cardenal. Todo parece indicar que el santuario del Cristo de la Columna se hallaba en una parroquia, pues contaba con beneficiado, pero en ningún lugar se expresa cual.

CARLOS JOSÉ ROMERO MENSAQUE

284

misionero predica el denominado “sermón de la muerte” en que, mostrando una calavera e incluso dialogando con ella, explicara al auditorio con gran dramatismo lo efímero de la existencia y cómo de improviso puede llegar la muerte y encontrar el alma en grave pecado, con riesgo cierto de condenación eterna. Lo usual era que se narrasen testimonios concretos de personas para ilustrar con más convicción. Medina asistía sin duda a estas Misiones, y debía emocionarse profundamente, sentimientos que el sevillano volcaba en la Semana Santa y en su participación como flagelante, penitente o cofrade de luz acompañando a la imagen devocional. La experiencia de la muerte de su amigo tuvo un efecto psicológico impresionante en Medina, asociado sin duda al clima misional y a su devoción especial por el Cristo de la Columna, que en aquel momento era su único asidero emocional. La oración contemplativa y la confesión general descubrieron en su vida un horizonte muy distinto al que hasta entonces había contemplado. La fe dejaba de ser para él un concepto aprendido y cobraba un sentido vivencial y con él la penitencia, que ya no era sólo acompañar como cofrade a su imagen devota, sino un compromiso con Cristo en la propia vida y para con los demás. Discípulo de Hernando de Mata. La búsqueda de la “santidad” Probablemente Medina tenía inquietudes espirituales, que ahora cobran pleno vigor . Esto hace que se anime a exponer su caso a un sacerdote realmente admirable y carismático, Hernando de Mata, que gozaba de gran predicamento entre los sevillanos por su verbo elocuente y testimonio ejemplar de una vida dedicada a la oración, penitencia y las renuncias a los placeres del mundo. Era, ante todo, un maestro espiritual, que creó una auténtica “escuela de santidad”, contando con numerosos alumnos que lo acompañaban en sus sermones, retiros, ejercicios y otras prácticas, sobre todo en Cuaresma, como los vía crucis a la Cruz del Campo. Hacía especial énfasis en la oración mental y examen cotidiano de conciencia, la penitencia según el estado y disposición de cada uno y asimismo ejercicio de disciplina comunitario los lunes, miércoles y viernes. Bajo su tutela se fue configurando un grupo de eclesiásticos y seglares que, al año siguiente de su muerte, promovieron el movimiento inmaculista de 1613, pues discípulos fueron Bernardo del Toro o Mateo Vázquez de Leca. Esa labor magisterial fue clave en su existencia y en la de quienes le tenían por auténtica “referencia de santidad” No obstante, no era en modo alguno una persona vehemente ni exaltada, poseyendo quizá como mayor virtud un discernimiento excepcional que valoraba el sentido común para explicar los acontecimientos, incluso los presuntos hechos milagrosos, a los que eran tan proclives las gentes de la Sevilla del XVII. Mata aprobó las inquietudes de Medina y en los siguientes años le orientará y aconsejará espiritualmente, especialmente en los ámbitos de la oración y penitencia y, sobre todo en la importancia de la eucaristía, una de sus grandes devociones y compromisos, ya que comulgaba diariamente. En este sentido, se afirma que, en los primeros momentos de su conversión, Andrés se quedaba como aturdido o embobado contemplando el Santísimo Sacramento a tal punto que las gentes lo tachaba de iluso e incluso de hereje (“alumbrados”) y que fue Mata quien consiguió que ese amor y devoción al Señor Sacramentado lo derivara sobre todo a realizar la caridad con el prójimo.8

8

Idem, relación de López de Valmaceda, pág. 145 vto.

EL ESTILO DE SANTIDAD EN LA SEVILLA DE COMIENZOS DEL XVII 285 Sin embargo, Medina no se integra en la comunidad de sus discípulos, mayormente eclesiásticos, en parte por su matrimonio y, sobre todo, porque su misión apostólica le consumía todo el día. En parecida circunstancia se encontraba el otro laico dirigido por Hernando de Mata: Diego Fernández de Mantilla.9 La “santidad heroica” Desde este momento, su vida se convierte en una generosa entrega a la voluntad de Dios “ofendida con los pecados de su mocedad que lo habían convertido en jumento”. Como penitencia quiso reflejar en sí mismo esta imagen animal, vistiendo muchos años una albardilla como las que llevan las bestias de carga sobre sus lomos. Demostrando un desprecio absoluto por su cuerpo, no se contentó con esta demostración de arrepentimiento, sino que se privó de todo aquello que pudiera causar alguna satisfacción a su sensualidad, mortificándose especialmente con el apetito del gusto, mediante frecuentes ayunos, especialmente en cuaresma y sólo tomando una colación diaria para cubrir estrictamente las necesidades de su organismo. No contento con ello, llegó incluso a exageraciones increíbles: “no paraba en quitar el cebo al apetito de la gula, sino que en su lugar le ofrecía las llagas acanceradas de los pobres que, puesto de rodilla, no sólo vesava con grande humildad sino que las limpiava con su lengua y esto no una vez u otra, sino tantas quantas las encontraba y llegó a tiempo que la mortificación de Andrés y la umildad de los pobres andava en piadosa competencia: ellos en huir de Andrés y Andrés a buscarlos y seguir sus pisadas y alcanzes”10 Pero sin duda su mayor penitencia consistió en la castidad respecto a su esposa “más angélica que humana, más admirable que imitable, pues en treinta y cinco que vivió en compañía de su fiel compañera la Madre Isabel (assí la llamaba), no sólo guardó castidad conyugal sino treinta y tres años de un sagrado celibato, de una castidad purísima, sin el menor desaseo de obra, palabra ni pensamiento. Y para que este sacrificio fuesse más grato, lo confirmó desde luego con perpetuo voto. Lo mismo hizo su esposa persuadida de su exemplo, y para más bien decirlo, ganada con las oraciones de Andrés” Efectivamente en un principio, la esposa ni comprendía ni aceptaba la decisión de Andrés, “[...] oponiéndole los peligros de su observancia en tanta mocedad, pues ella aún no tenía treinta años de edad y Andrés aún no cuarenta y con tanta familiaridad y doméstico trato, pues se avían de quedar en una misma casa y verse muchas vezes todos los días, empresa no sólo dificultosa al parecer humano, sino imposible: mas como Andrés gobernaba esta acción por el divino, y la fiava de superiores fuercas impeliéndole con eficacia grande el Espíritu Santo a la execución de tan heroica obra no podía contener en los senos de su alma el amor de la castidad que tanto amava y assí la persuadía muchas vezes a su esposa, que viendo su resistencia, 9

Idem, pág. 24

10

Idem, pág. 137 vto.

CARLOS JOSÉ ROMERO MENSAQUE

286

acudía a la oración, en que gastó muchos días y pidiendo a Dios tocasse el corazón de la hermana (que assí la llamava él) [...]” La vocación a la que se siente llamado Andrés es singular. No podía ingresar en un convento ni formarse como sacerdote secular. Su misión estaba entre las gentes, en su propia cotidianidad, y con su mujer. La empresa era ardua y es lógico que su esposa no comprendiese esa actitud tan radical. Sólo podía rezar y cifrar en Dios todas sus esperanzas, persuadido como estaba que Él le reservaba una importante misión como seglar. Así lo hizo y finalmente consiguió no sólo que su mujer aceptase esa renuncia, sino que desde entonces fue su más fiel colaboradora. Fray Pedro Martínez del Salto, tercero franciscano, que tuvo ocasión de hablar con él poco antes de morir, refiere su testimonio de que, estando en oración, le fue revelado que su esposa había cambiado de actitud y lo esperaba contenta en su casa: “Salióle a la puerta a recibir su querida consorte y con los brazos abiertos y los ojos vertiendo lágrimas, le dio el último abrazo diciendo: ya, hermano mío, quiero lo mismo que vos” Fue sin duda la más difícil prueba que encontró en su “proyecto de santidad” y realmente lo afrontó con decisión y con la ayuda sin duda de su director espiritual, confesores y muy probablemente de la Orden Tercera de San Francisco, comunidad que regía la iglesia donde se encontraba al Cristo de su devoción y que debía de frecuentar. Pero esta vida de oración, penitencias y renuncias iba a hacer descubrir a Andrés la empresa concreta en la que debía ocupar su tiempo y su más encendido espíritu de caridad: “[...] andando con esta amorosa congoxa, entró un día vestido con la mortificación de la albardilla en la iglesia de nuestro padre San Francisco de la casa grande, viole una mujer y admirada de ver aquel tan desusado traje, y tocada interiormente de superior mano, le llamó y le dio cuenta muy despacio de su mala vida y como la avía empleado muchos años en la amittad de un hombre, de quien tenía algunos hijos y estava tan obstinada en su culpa que, aunque el amigo le avía rogado muchas veces que se casara, no lo avía podido alcancar della, más assí como vio al humilde Andrés, con aquel humilde traje, vivo desprecio del mundo, se halló tan en vistida del amor del cielo que le mostró como índice el remedio de su alma y que sólo Andrés, después de Dios, podía efectuar el casamiento, como lo hizo, con gran consuelo de su alma, quedando estampado e impresso en ella un sentimiento y luz del cielo [...]11 Medina se entusiasmó con el proyecto que pronto percibió como iluminación divina: acogería en su propia casa a prostitutas, mujeres que vivían amancebadas , o bien solas y en necesidad, procurando concertar matrimonios para todas ellas con su pequeña dote. Era una labor ingente en la que empleaba toda su capacidad de persuasión hacia estas mujeres, a las que convencía de abandonar su vida de pecado y emprender una nueva vida, preocupándose 11

Idem, pág. 137

EL ESTILO DE SANTIDAD EN LA SEVILLA DE COMIENZOS DEL XVII 287

de que recibieran instrucción, pero sobre todo mucha comprensión y afecto.... , aunque sin duda era su propio ejemplo de vida el argumento principal. El objetivo final, como dije, era concertar matrimonios o bien restablecerlos regulando las distintas situaciones canónicas y civiles, para lo que realizaba las gestiones oportunas Para mantener su admirable, aunque precaria institución salía todos los días a la calle a pedir limosnas, moviendo a caridad a los sevillanos con su admirable humildad y desprendimiento. En este sentido se solía colocar en la iglesia de San Francisco, en la esquina con San Pedro, junto a la puerta del Tagarete y en las iglesias donde se celebraran cultos de especial relevancia. Los hagiógrafos resaltan el espíritu de caridad que inflamaba todo su ser, un amor desinteresado y agradecido que experimenta como don de Dios, pero que necesita contagiar a los demás, especialmente a sus mujeres, aunque no de manera exclusiva. Era una labor diaria. Así escribe Martínez: “Todo su caudal era amor. Dixolo el santo varón en un testamento que hizo delante de su confesor el padre maestro Fray Juan Durán [...] Luego que el Señor le llamó, encendió su corazón con esta amorosa llama, de suerte que ya no contento con amar al próximo como a sí mismo, pasaba adelante y como olvidado de si deseava con Pablo ser anatema por sus hermanos y con Moysen, que antes fuesse él borrado del libro de la vida que sus próximos. Palabras eran estas del sabio idiota Andrés; centellas eran de fuego sus palabras, cuya conclusión y tema era siempre aquel motete dulce que siempre entonava este divino músico: y lo mereció por letra de sus armas en sus pomposas exequias: amor y amor sólo de Dios nuestro Señor. Assí lo dezía, assí lo sentía, pues siempre su alma dulcemente atormentada de un ansioso desseo de estar hecho tapadera del infierno para que ninguno estuviesse allá [...]12 “[...] Con esta caridad visitava todos los días muchas vezes con espíritu los calabocos del purgatorio y los refrigeraba con la sangre del Señor de que andava bañado. Esta caridad lo sacrificava por momentos muriendo por amor y aziendo vivo holocausto por sus próximos, sacando para ello brasas de la hornaza del espíritu, que assí lo decía él”.13 Este autor se refiere al número de conversiones que hizo en vida, atribuyéndole la salvación de más de seis mil almas, entre ellas no sólo las relacionadas con sus arrepentidas, sino incluso con musulmanes, a los que logró se bautizasen y a quienes impuso su mismo nombre, Andrés.14 Tenía un lema de vida, una frase con la que culminaba todas sus pláticas “Amor y más amor sólo de Dios Nuestro Señor”, y que figurará en su sepultura. La Orden Tercera de San Francisco La religiosidad de Andrés, al principio espontánea, sencilla, con una instrucción básica y común a la generalidad de los fieles , se va ilustrando en contacto con Mata y 12

Idem, pág 137 vto

13

Ibídem, pág. 139 vto.

14

Ibídem, pág 138.

CARLOS JOSÉ ROMERO MENSAQUE

288

diversos religiosos, especialmente los de la Orden Tercera, institución muy a propósito de su vocación seglar, sobre todo en el ámbito de la oración.. En ella ingresa en 1607 de mano de Fray Andrés de Santa María, que era también su confesor, pronuncia los votos, especialmente el de pobreza y castidad, viste el hábito (era conocido como “el hermano Andrés”), pero no profesa porque teme que, en virtud de la obediencia debida a sus superiores, pudiera resentirse la empresa caritativa que había emprendido. Lo hará cuando ya siente próxima su muerte, al igual que hizo su mujer. En ello mostró siempre una irreductible voluntad de independencia. Era la razón de ser de su vida, su “proyecto de santidad”, ante la que debía rendir cuentas sólo a Dios. Hay que decir que Medina no sabía leer y, sin embargo, causaba admiración entre los eclesiásticos por su espiritualidad y discernimiento Muerte en olor de santidad Con 71 años de edad y una vida muy gastada en el servicio de sus recogidas, Andrés siente que llega su última hora. Su obra parece consolidada, tiene dos discípulos: Rodrigo y Hernando, especialmente el primero, también tercero, que continuaron junto a su mujer la humilde residencia, cuya memoria se prolonga hasta 1649. Una enfermedad progresiva y muy dolorosa fue consumiendo su existencia hasta que el 25 de octubre de 1636 murió finalmente entre sus hermanos terceros, que quisieron se sepultase en la iglesia del convento a pesar de la férrea resistencia de Andrés que lo consideraba una formidable vanidad. En la relación de Diego López de Valmaceda, se transcriben las que se dice fueron sus palabras al respecto: “No ay cosa más peligrosa en esta vida que esta tentación porque el más ajustado anda por maroma como volantín y a qualquier desvanecimiento de cabeza cae a los profundos y assí pido a N. Señor que quando me muera hieda tanto mi cuerpo que muy apartados del no puedan sufrir el olor, y que sea necesario que con garfios me saquen arrastrando a la calle y me tengo de mandar enterrar en el cementerio de San Román junto a la puerta, para que todos los que entren en ella me huellen y pisen”15 La fama de santidad se acrecentó en los días siguientes a su muerte, siendo muchos los que se acercaron al convento de los Terceros a rezar ante su cadáver y le acompañaron en su entierro, así como nutridas representaciones del clero secular y regular de Sevilla. Prueba del arraigo que tuvo en Sevilla fue la celebración de un Novenario de sermones en su memoria, que predicaron religiosos de diversas órdenes. Posteriormente se colocó en su sepultura una expresiva lápida, con esta inscripción: “Aquí yace el venerable hermano Andrés de Medina, natural de Sevilla, religioso profeso de esta sagrada religión tercera de penitencia de N.P. S. Francisco. Murió de edad de 71 años en el de 1636 a 25 de octubre: su zelo y caridad ganó siete mil almas para Dios Nuestro Señor: sus obras y palabras son las que señala esta tarjeta” e igualmente figura un corazón, alas y la frase emblemática de su vida: “Amor, y más amor, sólo de Dios, Nuestro Señor” 15

Ibídem, pág 145.

EL ESTILO DE SANTIDAD EN LA SEVILLA DE COMIENZOS DEL XVII 289

Lápida sepulcral de Andrés de Medina. Iglesia de los Terceros. Sevilla

EL FRANCISCANISMO EN ANDALUCÍA

MANUEL PELAEZ DEL ROSAL DIRECCIÓN Y EDICIÓN

EL FRANCISCANISMO EN ANDALUCÍA PASADO Y PRESENTE DE LAS COFRADÍAS Y HERMANDADES FRANCISCANAS ANDALUZAS CONFERENCIAS DEL XII CURSO DE VERANO (Priego de Córdoba, 25 a 28 de julio de 2006)

CÓRDOBA 2007

A.H.E.F Sede de Priego de Córdoba MANUEL PELAEZ DEL ROSAL (Ed) “El Franciscanismo en Andalucía” XII Curso de Verano (2006) Primera Edición Julio 2007 Páginas: 490 pags; tamaño 17 x 24 cm; resolución: 150 - 200 ppp. Composición: María Isabel García de la Puerta Tipografía:

Texto realizado en tipo Times New Roman 10, notas y cabeceras en 8 pts. Papel: Estucado de 80 grs. Encuadernación: Rústica, cosido con hilo vegetal y cubierta plastificada Motivo de la cubierta: Columna del claustro del antiguo convento de San Francisco de Priego de Córdoba (en proceso de rehabilitación) Motivo de la contracubierta: Estado de la cubierta este, en 1979. ISBN: 978-84-933977-7-6 Depósito Legal: CO-1088-2007 © MANUEL PELÁEZ DEL ROSAL © A.H.E.F. Impresión: Digital Asus, S.L. Sor Ángela de la Cruz, 3 14014 - Córdoba Teléfono 957 270 200 E-mail: [email protected] IMPRESO EN ESPAÑA - PRINTED IN SPAIN

ROMERO 01 (Curso12,2006), pp. 279-290.pdf

... histórica de la devoción y culto que la... ciudad de Sevilla ha profesado a la Inmaculada. Page 3 of 19. 18.- ROMERO 01 (Curso12,2006), pp. 279-290.pdf. 18.

1MB Sizes 4 Downloads 153 Views

Recommend Documents

ROMERO 02 (Curso12,2006), pp. 291-300.pdf
San Antonio, de los Portugueses (1604) (aunque no se relaciona), Concepción Inmaculada,. Nuestra Señora de Consolación (1636), San Diego de Alcalá ...

11.- GIL 01 (Curso12,2006), pp. 157-190.pdf
en su octava y misa rezada todos los jueves de su festividad. Page 3 of 41. 11.- GIL 01 (Curso12,2006), pp. 157-190.pdf. 11.- GIL 01 (Curso12,2006), pp.

01.- BELLIDO (Curso12,2006), pp 15-40.pdf
el Centauro Neso, pintura de carácter mitológico que se caracteriza por su destacado. naturalismo. Sin duda alguna, los años que reside en Roma serán ...

01.- AGUILERA-GRACIA (Curso18-19,2012-2013), pp. 13-27.pdf ...
Page 1 of 23. ALBERTO AGUILERA HERNÁNDEZ. Centro de Estudios Borjanos. [email protected]. MANUEL GRACIA RIVAS*. Asociación Hispánica de Estudios Franciscanos (Borja, Zaragoza). [email protected]. MIEMBROS ILUSTRES DE LA FAMILIA FR

Rogelio Romero Muñoz.pdf
diversos evento s organizados en algunas ciudades del. país así como en el extranjero. Ha publicado diversos artículos en revistas científica, es coautor del libro “Redefiniendo a la. Criminología Académica” y autor del “Juramento del Criminólogo”. E

Myriam-Romero-Monteverde.pdf
Sign in. Page. 1. /. 3. Loading… Page 1 of 3. Page 1 of 3. Page 2 of 3. Page 2 of 3. Page 3 of 3. Page 3 of 3. Myriam-Romero-Monteverde.pdf.

Dr. Myriam Romero Monteverde.pdf
Sign in. Page. 1. /. 8. Loading… Page 1 of 8. Page 1 of 8. Page 2 of 8. Page 2 of 8. Page 3 of 8. Page 3 of 8. Dr. Myriam Romero Monteverde.pdf. Dr. Myriam ...

PÉREZ ROMERO, Emilio.pdf
Sign in. Loading… Page 1. Whoops! There was a problem loading more pages. Retrying... PÉREZ ROMERO, Emilio.pdf. PÉREZ ROMERO, Emilio.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In. Main menu. Displaying PÉREZ ROMERO, Emilio.pdf.

nicky romero krewell legacy.pdf
nicky romero krewell legacy.pdf. nicky romero krewell legacy.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In. Main menu. Displaying nicky romero krewell legacy.pdf.

PP-introduction.pdf
Page 3 of 95. Motivation. Scientific Computation. Definitions. Parallelism. Distributed Computing. Faster. Better. Olympic Games. The modern Olympic Games are the leading international sporting. event featuring summer and winter sports competitions i

01.- BOADAS (Curso20-21,2014-2015), pp. 19-86.pdf
adelante, con el devenir del tiempo, se equipararía a cenobio (vocablo de origen ... 19-86.pdf. 01.- BOADAS (Curso20-21,2014-2015), pp. 19-86.pdf. Open.

PP-principles.pdf
... University Parallel Algorithm Principles. Whoops! There was a problem loading this page. Whoops! There was a problem loading this page. PP-principles.pdf.

PP HKI.pdf
PENGATURAN HKI SECARA. NASIONAL. HKI. Hak milik. perindustria. n (Industrial. Property). Hak cipta. (Copy Right). Paten. Paten. sederhana. Merek. Desain.

pp october.pdf
with mirror and glitter (use glitter sheet for. making diya). Size of diya should be according to. the width of ring. 17.10.17 Diwali Celebration Send your ward in traditional dress and send 2. packets of Cadbury Gems. MONTHLY SYLLABUS. ENGLISH. Writ

PP-4C.pdf
Line. Item. State Asset. Tag #. Division. Name Description. Serial. Number. Wolf's FD. Document. Number. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. Agency Rep Signature: ...

07.- RODRÍGUEZ M. 01 (Curso12,2006), pp. 103-114.pdf ...
Sign in. Page. 1. /. 4. Loading… Page 1 of 4. Page 1 of 4. Page 2 of 4. Page 2 of 4. Page 3 of 4. جمـــزؤة : الــكهــــــربـــاء ) 3 ثانوي إعدادي ( من اعداد : 3. Page 3 of 4. 07.- RODRÍGUEZ M. 01 (Curso

Testimonio de Edwin Romero-The Path of Truth.pdf
There was a problem previewing this document. Retrying... Download. Connect more apps... Try one of the apps below to open or edit this item. Testimonio de ...

PP-algorithm.pdf
People doing parallel processing, e.g. me, are not fond of this. kind of computation. Pangfeng Liu National Taiwan University Parallel Algorithm Examples.

1720-01-01
Mar 28, 2017 - (6) All classifications shall be subject to the Eligibility Verification for .... (9) A “covered individual” under the federal Veterans Access, Choice, ...

03 01 01) 01)z 02). 02)z 01 01)z
polymerization reactor using the CMAC neural network for knowledge storage,” Proc. Inst. Elect. ... work was supported by the National Natural Science Foundation of China under. Grants 60304017, 20336040, and ... impossible to propose a universal s

0800-01-01
Apr 1, 2017 - (5) “Employer” means a person engaged in a business who has one or more employees and includes state ..... Chemical Abstract Service Number, the CAS number is for information only. ... 67-64-1. 750. 1800 1000 2400. —.

pp[87]_sprawozdanie_merytoryczne.pdf
Krakowskie Przedmieście 13. 00-071 Warszawa. Page 3 of 23. pp[87]_sprawozdanie_merytoryczne.pdf. pp[87]_sprawozdanie_merytoryczne.pdf. Open. Extract.