PROBLEMA: DIOS. EDAD MODERNA. DAVID HUME. DIOS David Hume (1711-1776) se propuso construir una ciencia del hombre para destruir la metafísica racionalista y, en último término, a la religión –fuente, según los ilustrados, de todo tipo de supersticiones, intolerancias y fanatismos-, con lo que pretendía liberar a los hombres de la fe en Dios para que abrazasen la fe liberal y científica. Su crítica del conocimiento le condujo a una defensa de la tolerancia basada en la creencia y en la probabilidad, y a una CRÍTICA RADICAL DE LA METAFÍSICA. Así desde crítica al principio de causalidad cuestionó el concepto de sustancia Infinita (Dios). En su obra póstuma, los Diálogos Sobre Religión Natural sometió a las tradicionales demostraciones de la existencia de Dios a una crítica radical y que, al mismo tiempo, expresa un análisis fundamental de la concepción del mundo. Según el filósofo escocés las tradicionales pruebas para demostrar la existencia de Dios no demuestran nada. En las pruebas a priori o el argumento cosmológico o de la causa primera, se daba un “salto ilegítimo”, dado que la “idea de Dios” no responde a “ninguna impresión”; no obstante, aunque el argumento de la causa primera pudiera demostrar que hay un ser que existe por necesidad, eso no demostraría que ese ser sea Dios tal y como lo han concebido tradicionalmente los cristianos. Y con las “pruebas a posteriori” o hoy llamado “del diseño”, típicas de la religión natural, – el aparente designio o finalidad del universo demuestra la existencia de Dios- ocurría algo parecido ya que todas ellas, aparte de basarse en analogías relativamente débiles, aplicaban el principio de causalidad para llegar a la supuesta demostración de la existencia de Dios. No obstante, la crítica más contundente a este argumento la proporciona el problema del mal. ¿Cómo puede haber diseñado un Dios benévolo, paternal y omnipotente, un mundo donde hay tanto sufrimiento? De este modo Hume “destroza” todos los argumentos tradicionales acerca de Dios, y como escéptico moderado confeso, sin llegar a declararse ateo, defiende que la razón no puede revelar nada significativos sobre los atributos de Dios. No obstante afirma que es evidente que Dios existe y que las cuestiones importantes versan sobre cuáles son los atributos de Dios. No está claro si esto es, o no, un toque irónico agregado humeano para evitar que las autoridades prohibieran la obra por una defensa del ateísmo. Como ilustrado se dedicó a estudiar a la religión guiado por planteamientos muy críticos que deseaban desentrañar la constitución de las diferentes ideas históricas sobre Dios y poner en cuestión sus cimientos. Todo ello le valió el sobrenombre de <>. Entendió que la religión era un producto de la mente humana cuyo origen radicaba en circunstancias psíquicas, como el miedo y la esperanza, que procedían de la debilidad y la inseguridad de la existencia. Considero que, originalmente, y siguiendo la historia natural, todas las religiones fueron POLITEISTAS; entonces el hombre tendía a dar a las cosas y a los otros seres vivos sus propias características íntimas; al observar en la naturaleza la actuación de fuerzas que le resultaban semejantes -aunque muy superiores-, por ello las deifica. La transición al MONOTEISMO se produce por el deseo de dar un valor más elevado, frente a otras, a una divinidad local de la que se cree estar en una particular dependencia, de modo que se pueda conseguir así su especial protección. Por lo que el monoteísmo siempre va unido a un aumento de INTOLERANCIA. En el transcurso del tiempo el concepto de Dios se vuelve más abstracto y más racional, excediendo así la capacidad intelectual de la multitud, por lo cual florece de nuevo la SUPERSTICIÓN.

PROBLEMA: SER HUMANO. EDAD MODERNA. DAVID HUME

PROBLEMA DEL H

David Hume (1711-1776) lleva a sus últimas consecuencias los planteamientos filosóficos empiristas de Locke y Berkeley desembocando en un escepticismo moderado y en el fenomenismo. En el Tratado de la Naturaleza Humana (1734) pretendió aplicar el método inductivo newtoniano de la ciencia natural a la <>. Pretendía unificar todas las ciencias basándolas en la fundamental ciencia de la naturaleza humana. Este proyecto debía realizarse: dentro del empirismo (que tiene como tesis psicológica básica que todas nuestras ideas tienen su origen en la experiencia sensible) y con la metodología newtoniana, y siendo el instrumento de análisis las leyes de asociación de ideas. Hume se propone construir una ciencia del hombre para destruir la metafísica racionalista y, en último término, a la religión, y que le sirva de fundamento para una nueva ética basada en principios empiristas que niegan la existencia de las ideas innatas. Así su finalidad última en sus consideraciones antropológicas coincide con los IDEALES ILUSTRADOS que proclaman la libertad, la tolerancia y la supresión del fanatismo y de la ignorancia de la superstición que había alimentado las guerras y la intolerancia europeas. El filósofo escocés, por lo tanto, comparte los principios de la antropología ilustrada; ésta es consecuencia de la nueva visión científica del hombre y de la naturaleza. La revolución astronómica había desplazado al ser humano del centro del universo y así, dentro de esta perspectiva, destaca la visión del hombre desde un punto de vista mecanicista y materialista: el «hombre máquina>> y la perspectiva sensista. La teoría del conocimiento conllevó las críticas al principio de causalidad y a todas las ideas de la metafísica y, sobre todo, al concepto de substancia. Hume puso en duda la propia identidad del individuo lo que le generó apuros a la hora de explicar la idea o conciencia de uno mismo que tienen los seres humanos. Si creemos en la existencia del alma, del sujeto cognoscente (“res cogitans”) o "yo", es decir, en la idea de una sustancia “espiritual”, que “subyace” o “está por debajo” de todos nuestros actos, conocimientos y recuerdos, carece de base, dado que no hay impresión alguna de ese “yo”. Para tener tal impresión, tendríamos que permanecer fijos e invariables a lo largo de toda nuestra vida, y ello no es posible. Entonces, lo que denominamos “yo” no es otra cosa que un conjunto de “percepciones” que cambian constantemente. Y la identidad personal, por lo tanto, se forja a través de la memoria: gracias a ella se unifica nuestra existencia, ya que la memoria permite conectar en el tiempo la multiplicidad de impresiones que se suceden. Para Hume el origen de los comportamientos humanos nos hay que buscarlos en la razón sino en los sentimientos: nociones como la simpatía y la empatía o las pasiones están en el origen de la conducta ética y política. Desde el punto de vista ético, el EMOTIVISMO MORAL de Hume, considera que las acciones morales se originan en los sentimientos de SIMPATÍA E INTERÉS COMÚN. Tradicionalmente se hacía derivar la moralidad de la razón, pero Hume niega que pueda existir el llamado conocimiento intelectual y, por tanto, esto no puede ser la causa de la moralidad. Según el escocés si el ser humano solo puede conocer hechos, los JUICIOS MORALES deben tener como origen EL SENTIMIENTO de rechazo o de aprobación que los hechos suscitan en el interior de una persona. Desde el plano político el ser humano es un ser social por naturaleza que actúa movido por el principio de UTILIDAD.

PROBLEMA: SOCIEDAD O POLÍTICA. Edad Moderna. DAVID HUME. David Hume (1711-1776) en su estancia en París entró en contacto con el proyecto de LA ILUSTRACIÓN FRANCESA y, a partir de entonces, se dedicó a estudios particulares (moral, religión, economía, política, etc.) empleando un método descriptivo e histórico llamado “historia natural”. Por ello, su finalidad política coincide con los IDEALES ILUSTRADOS que proclaman la libertad, la tolerancia y la supresión del fanatismo y de la ignorancia de la superstición que había alimentado las guerras y la intolerancia europeas. Su teoría política está expuesta fundamentalmente en los Ensayos Políticos que son una recopilación de diferentes ideas como: El Contrato Social, La libertad de prensa, El equilibrio de

poderes, La obediencia pasiva, etc. Para Hume el origen de los comportamientos humanos no hay que buscarlo en la razón, sino en los SENTIMIENTOS: nociones como la simpatía y la empatía o las pasiones están en el origen de la comunidad de seres humanos, de la sociedad. En relación a su Teoría sobre el origen de la sociedad consideró “El Estado de Naturaleza” de Locke, Hobbes y Rousseau que suscitaba un pacto originario, como una ficción filosófica y no lo da ninguna importancia; el hombre es un ser social por naturaleza. Tampoco para Hume existe nada parecido a un contrato social como defendían los contractualistas; no hay pacto entre gobernantes y el pueblo interesado en preservar la paz durante el mayor tiempo posible porque la experiencia dice que no hay diálogo entre los gobernantes y los gobernados, más bien un gobierno por la fuerza; con ello sugiere que en muchos Estados se hace con el poder político el jefe militar por medio de la fuerza y la violencia. Considerando que el hombre es un SER SOCIAL la razón por la que una comunidad elige tener gobierno en vez de no hacerlo es la UTILIDAD, la bondad del mismo y la garantía de que este preserve sus intereses al cubrir las necesidades y evitar los disturbios. Entonces se necesitan REGLAS que regulen los DERECHOS (especialmente el de propiedad). Su teoría política da atención a los datos de la experiencia y rechaza las hipótesis que no se confirmen con los hechos. La sociedad se forma de LA FAMILIA Y el Estado surge al formarse la sociedad para administrar justicia Expresó su desconfianza por los intentos de reformar la sociedad para llevarla lejos de la costumbre establecida, y aconsejó a los pueblos que no se rebelasen contra sus gobernantes, excepto en casos de tiranía flagrante. Creía que se debía equilibrar el anhelo de libertad con la necesidad de una autoridad poderosa, sin sacrificar ninguna de las dos. Apoyó la libertad de prensa y se mostró simpatizante de la democracia, aunque con restricciones. También se mostró optimista respecto al progreso social, pues creía que gracias al desarrollo económico que resulta de la expansión del comercio las sociedades progresaban desde la barbarie a la civilización. Según él, las sociedades civilizadas son abiertas, pacíficas y sociables, y sus ciudadanos son, en consecuencia, mucho más felices. Aunque fuertemente pragmático, Hume produjo un ensayo titulado Idea de la mancomunidad perfecta, donde detallaba qué reformas se deberían acometer, que incluían la separación de poderes, descentralización, extender el sufragio a todo el que tuviera propiedades de valor y limitar el poder de la iglesia; propuso el sistema del ejército Suizo como la mejor forma de protección. Las elecciones deberían de tener lugar anualmente y los representantes del pueblo no deberían de cobrar sueldos.

PROBLEMA: ÉTICO O MORAL. EDAD MODERNA: DAVID HUME. David Hume (1711-1776) viviendo una época de profundas transformaciones y cambios radicales -científicos, sociales, políticos y económicos- intentó explicar y fundamentar ese nuevo mundo que se abría ante sus ojos. La obra de Hume, el Tratado de la Naturaleza Humana (1734), pretendía unificar todas las ciencias basándolas en la fundamental ciencia de la naturaleza humana con el afán de que le sirviera de fundamento para una nueva ética basada en principios empiristas. Vista su evolución intelectual podemos decir: (1) que mostró gran interés por la FILOSOFÍA MORAL impregnada del rechazo hacia el dogmatismo racionalista ya que se olvidaba de cómo piensan y actúan los seres humanos. (2) Que su crítica del conocimiento le condujo a una CRÍTICA RADICAL DE LA METAFÍSICA Y MORAL TRADICIONALES y una defensa de la tolerancia basada en la creencia y en la probabilidad. (3) Y que su finalidad coincide con los IDEALES ILUSTRADOS que proclaman la libertad, la tolerancia y la supresión del fanatismo y de la ignorancia de la superstición que había alimentado las guerras y la intolerancia europeas. Su teoría ética se denomina de EMOTIVISMO MORAL por la importancia que da a los sentimientos de SIMPATÍA E INTERÉS COMÚN como determinantes de la acción moral, ya que no hay posibilidad de explicar la moralidad sin recurrir a ellos. Tradicionalmente se hacía derivar la moralidad de la razón. Hume niega que pueda existir el llamado conocimiento intelectual y, por tanto, esto no puede ser la causa de la moralidad. Según el escocés si el ser humano solo puede conocer hechos, los JUICIOS MORALES deben tener como origen EL SENTIMIENTO de rechazo o de aprobación que los hechos suscitan en el interior de una persona. Esto le lleva a considerar que en la vida ordinaria el hombre debe dirigirse por sus creencias naturales ya que la filosofía no tiene porqué ser norma de conducta; así explica que muchas reflexiones no son fruto del razonamiento pues la razón es una manifestación más de la naturaleza instintiva del hombre. Si orientamos las acciones por medio de juicios morales que suponen conocer previamente lo bueno y lo malo, y ello no puede ser establecido por la razón, ya que no tenemos impresiones o ideas en que basarnos, tiene que apoyarse en la vida emocional. Por lo tanto, cuando obramos bien nos sentimos a gusto y contentos, y cuando obramos mal, al contrario. Y Los sentimientos se fundamentan en las creencias, no en la razón, ya que son el resultado de hábitos, de costumbres, que no se pueden definir pero sí describir como percepciones más vivas e intensas que las ficciones de la imaginación. La “común naturaleza humana” es fundamento y raíz de la moral y, por ello, las acciones se dirigen al INTERÉS COMÚN; con ello se evita el peligro del subjetivismo, tanto en la acción como en la valoración moral, y nos hace esperar que una acción despierte el mismo sentimiento de aprobación o desaprobación en todos los hombres. La ACCIÓN ES MOTIVADA POR EL SENTIMIENTO guiado por la experiencia de PLACER O DOLOR, lo que provoca AGRADO (= beneficioso) o DESAGRADO (=perjudicial). La RAZÓN colabora con la moral preparando el terreno al sentimiento haciendo distinciones, comparaciones, sacando conclusiones correctas, analizando relaciones y circunstancias, etc., que concurren en una posible acción. En definitiva, la tesis fundamental del emotivismo moral consiste en que los llamados sentimientos morales que son los que determinan la conducta humana.

PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO. EDAD MODERNA. DAVID HUME. David Hume (1711-1776) llevó a sus últimas consecuencias los planteamientos filosóficos empiristas tanto Locke como Berkeley desembocando en el escepticismo moderado y en el fenomenismo que entiende a la sola experiencia como el límite de nuestro conocimiento. En el Tratado de la Naturaleza Humana (1734) con afán sistemático ya pretendió unificar todas las ciencias en la ciencia de la naturaleza humana, y ello, dentro del empirismo y con la metodología newtoniana y teniendo como instrumento de análisis las leyes de asociación de ideas. Más tarde en la reformulación hecha en Investigación sobre el Entendimiento Humano (1742) se centró específicamente en el análisis del entendimiento humano con un fuerte carácter crítico. Al encontrarse con el sujeto cognoscente indagó en la naturaleza humana e investigó a fondo las características y los modos de la experiencia humana en la que se gesta el conocimiento. Sus investigaciones fueron estrictas y rigurosas tanto desde el punto de vista empírico como respecto a la elaboración lógica. El punto de partida humeano es una teoría del conocimiento que entiende que los FENÓMENOS son todos aquellos objetos de la percepción. Ésta se a todos los contenidos (o ideas) de la mente que proceden de la experiencia, es decir, podemos sentir, desear, pensar e imaginar. Las percepciones se dividen en dos clases, según el grado de fuerza y vivacidad como se nos presentan sus contenidos: (1) las impresiones, que son los datos precisos e inmediatos de la experiencia sin los cuales no podríamos conocer nada, ni siquiera lo ficticio e imaginario. Son los átomos que conforman la materia prima del conocimiento. Así, la realidad queda reducida, a apariencias, a fenómenos (lo que aparece) entre los cuales no es posible establecer conexiones. Hume –desde la prudencia más radical o desde el escepticismo- que solo se puede conocer la existencia de realidades externas como representaciones de la mente. Y (2) las ideas, copias o imágenes mentales de impresiones precedentes; pero solo podemos saber si una idea es válida o no señalando la impresión de la que procede. Estas ideas se asocian entre si dando lugar a otras ideas complejas rigiéndose por tres leyes asociativas: 1. De Semejanza; 2. De Contigüidad en tiempo y lugar; 3. De Relación causa – efecto; según Hume, ésta última es la más importante para el conocimiento científico. Con todo esto creía haber encontrado la aplicación al mundo psíquico de la ley newtoniana de atracción de los cuerpos. Los dos tipos de percepciones dan origen a dos tipos de conocimiento, o de razonamientos o modos de proceder de la mente; el primero es a priori y son las relaciones de ideas que trabajan con ideas lógicas y matemáticas, y el segundo, a posteriori, y son las cuestiones de hecho que se basan en la experiencia. Si para saber si una idea es verdadera basta con comprobar si procede de una impresión o no, supone que solo puede haber conocimiento de hechos pasados o presentes, pero no de los futuros. Una herramienta que analiza Hume y que tradicionalmente era usada para prever el futuro era la inferencia causal, la relación causa-efecto de los sucesos sobre los que se ha tenido un previo conocimiento. Hume planteó que todo razonamiento sobre la experiencia se basa en la suposición de que la naturaleza transcurre de un modo uniforme, pero defiende que una sucesión constante en el pasado no tiene por qué ser necesaria en el futuro ya que esta es solo una creencia basada en el hábito. La aceptación de los principios de inducción y causalidad se debe a la observación de una conjunción constante –en el espacio y en el tiempo- de los hechos en la experiencia, pero llegar a suponer que <> implicaría un salto conceptual. Tenemos por costumbre asociar lo que hemos observado que se produce repetidamente, y traducimos la asociación como una conexión necesaria. La <> es puramente mental, no está en las cosas, ni en la naturaleza. A pesar de que muchas veces estemos convencidos de que hemos visto la causa del fenómeno, ésta no es observable, solo vemos secuencias de acontecimientos que nosotros relacionamos de un modo causal pero que perfectamente pueden haber ocurrido de otro modo. Por último, principio empirista permitió a Hume, examinar las distintas ideas que tenemos sobre el mundo, especialmente las ideas más abstractas y confusas, como las de la metafísica: las ideas de sustancia, Dios, Yo, etc., preguntándose si tienen alguna impresión de la cual provengan; si no es así, habría que rechazarlas como meras ficciones o inventos de la imaginación.