crisis, distopía y culpa:

nueve piezas para un rompecabezas sobre la población* Ignacio Duque sociólogo

Los análisis demográficos convencionales han labrado unas rutinas que se encuentran progresivamente alejadas de la comprensión de los cambios en los comportamientos de la gente. Sofisticados e incomprensibles modelos conviven con montañas información estadística inexplorada y una ausencia de entramados conceptuales con los que elaborar un relato que ponga bajo los ojos lo más pertinente. En el proceso de construcción de una visión crítica sobre los fenómenos demográficos y sociales en la actual crisis económica, se han elaborado nueve aproximaciones breves a análisis concretos, sobre aspectos estructurales convencionalmente velados o denegados. Adicionalmente se puede percibir que en el discurso de los grupos sociales ha arraigado un miedo hacia un infierno distópico todavía peor, que refuerza la involución social mediante el desplazamiento y la internalización la culpa.

* Testimonio aquí los agradecimientos por las deudas contraídas en la redacción de este texto. A Luis González Calbet por su ayuda en relación con la los datos económicos y fiscales y sus interpretaciones. A José Manuel Naredo que me facilitó una vez más la información actualizada de las series patrimoniales, aumentando mi ya crecida deuda con él. A Ronald Lee, Concepción Patxot, Elisenda Rentería y Miguel Sánchez-Romero, que atendieron mis demandas de aclaración sobre las Cuentas Nacionales de Transferencias entre edades. A Mario Ortí, que me orientó en relación con la investigación social desarrollada por las generaciones de sociólogos más jóvenes y, hoy se puede apreciar, más preparadas y fecundas. A María Luisa Asens por sus pistas y ayudas en relación con los artistas plásticos.

11

7. madrileños

Ignacio Duque

A) Percepción e indecibilidad Después de tantas palabras, de tantos textos, hay un cierto reconocimiento de que no sabemos hablar de forma pertinente de lo que está pasando, que nuestra dificultad es construir un relato.1 Cuando las posibilidades discursivas convencionales se encuentran bastante mermadas me ha parecido percibir que precisamente algunos artistas no sólo han mantenido una capacidad perceptiva superior, lo que ha sido siempre habitual, sino que incluso lo han hecho con los mismos instrumentos que los científicos sociales han mayoritariamente abandonado, en aras de un descriptivismo de la obviedad o de una modelización estadística de lo incomprensible. Por ello he preferido que la apertura de este texto no sean las habituales citas de reconocidos personajes, entre el aforismo y la erudición, sino que sean imágenes de quienes son reconocidos como artistas plásticos, pero que han ofrecido sobre nuestra realidad social unas visiones iluminadoras y metodológicamente sociológicas. La cancelación por parte del MOMA de la exposición de Hans Haacke en 1971 no solo se basó en su crítica social, sino en su transgresor lenguaje estético: una detallada investigación social sobre las propiedades y relaciones empresariales en el tejido de Man-

hatan, más propia de un ejercicio de geografía o economía territorial de una facultad de ciencias sociales. Cuarenta años después su exposición en el Reina Sofía de Madrid sobre el llamado Ensanche de Vallecas (“Castillos en el aire”, 2012) le coloca como uno de los pocos analistas del tsunami urbanizador madrileño que han conseguido un espacio de exposición no marginal. Mark Lombardi se paseó por los límites entre la lucidez y el suicidio y nos legó igualmente una obra analítica impresionante sobre la configuración de cada uno de los nudos gordianos de la política norteamericana. Lombardi ha sido tan apreciado por los grandes coleccionistas, como por las unidades policiales de delitos económicos, que acudían a los museos, según parece, a la búsqueda de la inagotable información de sus lienzos. Finalmente la fotografía teatralizada de Wang Quingsong sobre la obsesión formativa como supuesto salvavidas de los países periféricos y sus límites nos permite, desde la Mark Lombardi “Banca Nazionale del Lavoro, Reagan, Bush, Thatcher, and the Arming of Iraq, 1979-90” 1988 (4th version). Detalle.

Hans Haacke “Harry Shapolsky et al. Manhattan Real State Holdings, a Real-Time State Social System, as of May 1, 1971”, 1971

12

13

7. madrileños

Ignacio Duque

vivencia crítica de la periferia oriental, reforzar nuestra crítica del mantra institucionista (y de todos los reformismos hispanos) sobre la mejora educativa como milagroso salvavidas, que permite alimentar la ensoñación de cambiar las estructuras esenciales de nuestro paisaje social sin afectar a la estructura patrimonial, el poder o los flujos económicos esenciales.

B) Unas primeras piezas. Teniendo en cuenta las dificultades discursivas antes mencionadas, puede ser conveniente rescatar el viejo texto de la Retória de Aristóteles sobre la metáfora2, de acuerdo con la completa y siempre sugerente construcción interpretativa de Paul Ricoeur3. Parafraseando la situación de la metáfora, podemos establecer que el papel del análisis social sería “poner bajo los ojos” una imagen que no sea ni completamente obvia, ni totalmente incomprensible. Además la visualización en imágenes está asociada a el cualitativo salto del pensamiento científico moderno, de acuerdo con el fascinante recorrido que nos propone Bruno Latour (1986). Descartada la viabilidad de una labor de síntesis, de un gran relato (véase epílogo), y diez años después del anterior texto sobre Madrid (Duque y Montoliú, 2003) me ha parecido que lo más sensato era aportar algunos puntos de reflexión que mostrasen tanto Wang Quingsong “Follow You”, 2013, Istambul Biennali

14

la potencia de la información disponible, como su fragmentación. Pero sobre todo que mostrasen los aspectos olvidados o velados por las aproximaciones más usuales. Huyendo de las tediosas representaciones tabulares, el formato elegido para este ensayo ha sido que cada una de las piezas que se aportan está basada siempre una imagen gráfica, excepcionalmente más de una. Una imagen que condensase lo esencial de las informaciones sobre un asunto relevante, con sus matices y paradojas. Una imagen que intentase no ser ni demasiado evidente, ni excesivamente compleja, pero sobre todo que disparase las flechas de lo novedoso y que tendiese los puentes entre lo paradójico. Con el objetivo de aligerar el texto y evitar digresiones se ha presentado cada pieza dentro de un cuadro acotado. Cada cuadro cuenta con una descripción de contexto, la imagen propiamente dicha, las conclusiones esenciales, otras enseñanzas adicionales y un apartado final sobre consideraciones metodológicas. Los textos que siguen han intentado no tanto realizar un repertorio convencional de lo que se supone son las fuentes e instrumentos del análisis demográfico, sino aportar elementos de comprensión sobre la población de Madrid, sobre la gente en sentido lato. Como no se traza un discurso encadenado y continuo he preferido denominar cada una de las partes como piezas para un rompecabezas. Dichas piezas pueden ser barajadas, como el famoso texto de Max Aub “Juego de cartas”, ya que se pueden leer de forma independiente y su comprensión no depende de la secuencia de presentación. Simplemente intentan aportar algo en medio de un piélago de desconocimientos y dudas. He intentado incorporar datos sobre Madrid en la medida que estaban disponibles, pero no he querido eliminar ningún tema relevante por el hecho de que solo dispusiéramos información del mismo para el total nacional. En relación con los propósitos iniciales, ha habido diversos asuntos que han quedado en la cuneta: el análisis de la información disponible sobre el trabajo no mercantil (de cuidados, voluntario y otros); las paradojas de los procesos reproductivos en Madrid y en España (visualizables por la tardía emancipación y baja fecundidad); la discordancia entre flujos migratorios exteriores registrados y percepción social de los mismos en distintos momentos; la necesidad de revisitar de nuevo las clasificaciones básicas por rama de actividad económica y por profesión, a fin de aliviarlas de tópicos; y el repaso comparativo de las inversiones en obra pública y las cuentas SESPROS. Quedan para futuros momentos, si hay ocasión.

15

7. madrileños

Ignacio Duque

P_1. Los persistentes condicionantes del solar hispano

Gráfico 1. Densidad de población en una rejilla de un kilómetro cuadrado. EUROSTAT

Contexto La comparación con el contexto europeo ha sido una constante, casi una obsesión, desde hace más de un siglo, especialmente desde los clásicos textos de Costa (1975 [1900]) y Ortega (2010 [1922]). Si en un principio el debate giró sobre la psicología de los pueblos o el mito del carácter nacional (Caro Baroja, 2004[1970]) en la actualidad estamos acostumbrados a una comparación que podríamos llamar “tabular”. La potente máquina de Eurostat ha convertido en una rutina las comparaciones gráficas, las tablas estadísticas entre países. Ésta abstracción bidimensional hace olvidar la geografía, como contexto concreto en el que se desarrollan los procesos económicos e históricos.

Conclusiones La imagen de densidad de población para una rejilla homogénea de 1 km2 nos transmite los enormes condicionantes de la realidad territorial peninsular. Unas limitaciones que quedan fácilmente olvidadas en las abstractas comparaciones tabulares o gráficas más convencionales. Debido a la baja densidad de población y a la ausencia de un gradiente equilibrado de asentamientos, en interacción con una dificultosa orografía, los costos para el mantenimiento de las relaciones mercantiles, sociales y de prestación de servicios son comparativamente mucho mayores en el caso español. Los costos de desplazamiento, de mantenimiento de servicios generales y de surgimiento de economías de aglomeración son un lastre territorial que refuerza las limitaciones debidas a conflictos históricos de otro tipo. La geografía española aparece como un caso atípico de brusca alternancia desierto / oasis / metrópoli. El caso de la metrópoli madrileña es bien conocido, pero es precisamente el conjunto peninsular el que se presenta como un espacio de poblamiento especialmente atípico incluso dentro de la periferia europea.

Otras consideraciones El mapa ofrece muchas posibles lecturas y matices. Fuera del núcleo central europeo y (excluyendo los territorios insulares) podríamos observar tres periferias poco densas: la nórdica, éste-sureste y la propiamente española, siendo llamativo que pueda ser observada como un caso bastante excepcional. Es sorprendente que la estructura del poblamiento español sea muy diferente de casos que por otros motivos se suelen considerar también periféricos desde el punto de vista económico, como es la situación de Polonia o Irlanda, que parecen contar con una densidad más graduada y un poblamiento más denso fuera de los grandes núcleos.

16

17

7. madrileños

Ignacio Duque

Pero sin duda lo más llamativo es la comparación con Portugal, un país con el que compartimos península y tantos procesos sociales, históricos, económicos y culturales similares.

Los datos rejilla con información de la ronda censal 2010 y realizados con procedimientos de agregación a partir de información muy detallada podrán aportar matices a esta primera impresión general.

Aspectos metodológicos.

P_2. Otra crisis más para el doble de trabajadores.

El título de este apartado supone una referencia y un homenaje al trabajo luminoso de Eduardo Hernández-Pacheco (1952). La cartografía de los fenómenos demográficos y sociales y la elaboración de mapas temáticos de diversos fenómenos, como la densidad de población ofrece numerosos problemas conceptuales y prácticos. Casi ninguna información estadística escapa a los problemas que plantean los límites administrativos de recogida de la información, que resultan un enorme condicionante ya que la mayoría de los fenómenos económicos y sociales están concentrados en una parte muy pequeña del territorio, especialmente la residencia de la población. La imagen que se presenta es el resultado del esfuerzo de Eurostat para ofrecer datos estadísticos de población para rejillas homogéneas de 1 Km de lado a nivel europeo. Este tipo de trabajos fueron ensayados tempranamente por los geógrafos que intentaron dar respuesta a los problemas y paradojas relacionados en el llamado problema de la unidad espacial modificable, también conocido como falacia ecológica. En el caso de Madrid disponemos de un extraordinario precedente en la obra pionera de Julio Vinuesa (1976, 115-179) que antes del desarrollo de las modernas herramientas GIS hizo un análisis para cuadrículas UTM de 5 kilómetros de lado. Naturalmente la magnitud de la tarea de realizar la estadística de población por rejillas a nivel europeo lleva aparejados problemas y complejidades enormes, ya que solo una parte de los países ha podido elaborar estadísticas para esta rejilla homogénea de acuerdo con el ortodoxo procedimiento de agregar las informaciones de las unidades más detalladas: edificios o aproximaciones postales. En ausencia de información para hacer una agregación de abajo a arriba, se han usado diversos procedimientos para hacer la desagregación utilizando, junto con los datos estadísticos convencionales, una información auxiliar que permita dicha desagregación. Como información auxiliar se ha utilizado generalmente una cartografía de usos del suelo, usualmente CORINE, como en los trabajos de Gallego y Peedell (2001) y Gallego (2002, 2010). Sin embargo algunos investigadores han mostrado las limitaciones de esta aproximación y han elaborado alternativas con información más detallada (SIOSE) y procedimientos de computación más refinados, obteniendo resultados más sólidos para la Comunidad Valenciana y España (Goerlich y Cantarino 2010 y 2011).

18

Contexto El discurso predominante en los medios de comunicación y los analistas más escuchados es que nos encontramos frente a una crisis sistémica, solo comparable a la de 1929. A continuación figura la acostumbrada coletilla de la futura rápida recuperación, sistemáticamente desplazada al futuro cercano. La revisión histórica de los ciclos económicos no ha sido una línea predominante, pero existen suficientes estudios clásicos (Schumpeter, 2002 [1939]) y una impresionante recopilación histórica de diferentes tipos de crisis, elaborada por economistas tan poco sospechosos de antisistema como Reinhart y Rogoff (2011), pero que subtitulan su libro “ocho centurias de disparates financieros”. Hay muchas formas de ver el impacto social de la parte baja del ciclo económico, pero sin duda la proporción de paro es la más convencional y también la más dramática. Gráfico 2. Tasa de paro y número de ocupados en la Comunidad de Madrid 1997 - 2013 (EPA) % 25

3.500

Tasa de paro 20

3.000

15

2.500

10

2.000

5

Ocupados absolutos

0

1.500

1.000

1977 1979 1981 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 2011 2013

Fuente: Elaboración propia a partir de la EPA (INE) compilada por el Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid

19

7. madrileños

Ignacio Duque

Conclusiones La población de la Comunidad de Madrid ha vivido dos crisis de desempleo con picos en 1987 y 1994-1995 que, en términos relativos, suponían unos niveles de paro (23’3 y 21’6%) no alcanzados, todavía, con los actuales registros de la EPA. Esto permitiría rechazar tanto las interpretaciones adanistas como las exogenistas. No vivimos un acontecimiento histórico singular, ni somos arrastrados por un contagio planetario de origen externo. La vida laboral de las generaciones de ocupados madrileños en los últimos cuarenta años ha estado cíclicamente marcada por fenómenos masivos de paro. Unos elevados niveles de paro durante las crisis que sin llegar a descender suficientemente durante las épocas de bonanza, sin llegar a situarse en niveles simplemente tolerables, son de nuevo golpeados por un ciclo de excedentes laborales masivos durante la siguiente crisis. Lo único novedoso de la presente situación de aguda crisis de empleo es que la masa ocupada en la Comunidad de Madrid se dobló en quince años al hilo de la fuerte inmigración exterior y del crecimiento de las tasas de actividad femenina.

Otras consideraciones En el perfil de la tasa de paro también llama la atención otros aspectos. En primer lugar, el sostenido crecimiento de la proporción de parados durante la fase de transición política e instauración democrática desde 1977 al cuarto trimestre de 1985, con lo que pueden ejemplificarse las formidables presiones que tuvo la sacralizada (hasta hace bien poco) transición, así como las decisiones estratégicas que marcaron los cambios de ciclo. En segundo lugar, es muy relevante que, mientras los procesos de descenso de la tasa de paro son llamativamente prolongados (aproximadamente seis años para el primer ciclo y diez años para el segundo), los procesos de empeoramiento son dramáticos y rapidísimos (dos años y cuatro años aproximadamente).

Aspectos metodológicos En la medida que la fuente de datos es la Encuesta de Población Activa es suficientemente conocida no precisa comentario. Aunque durante este periodo se han producido diversos cambios metodológicos, especialmente el de las definiciones del primer trimestre de 2005, no se ha considerado que a los presentes efectos la dimensión de los cambios sea de consideración. Más interesante hubiera sido ampliar el periodo temporal de observación de la tasa de paro, teniendo en cuenta que Reinhart y Rogoff (2011, 216) califican la crisis española de 1977 entre las Cinco Grandes crisis financieras de las economías avanzadas con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial. 20

Sin embargo dicho ejercicio requeriría, además de la recopilación de las bajas tasas de paro en las primeras EPA, hacer una estimación de los ocupados que el país estaba expulsando vía emigración exterior, especialmente europea, una tarea imposible dentro del marco temporal en el que se ha realizado este trabajo. Sin embargo, el retroceso en el tiempo nos plantearía otros desafíos intelectuales, que se pueden experimentar con la impactante lectura, desde hoy, del Informe sociológico sobre la situación social de Madrid (FOESSA, 1967). Al tiempo que recoge las medidas de paro de las fuentes oficiales para los años 1962-1965 (que como mucho alcanzan el 1%) se recoge que un 16% de los ocupados “cabezas de familia” están pluriempleados, aunque para las ocupaciones de asalariados intermedios o altos puede superar el 20% (FOESSA, 1967, 286-289). Un retroceso en el tiempo que nos traslada a otro escenario: trabajo muy mal remunerado (como el sector secundario en la actualidad), pero muy abundante.

P_3. Dualización de la relación salarial. Contexto Desde que se hizo clásica la descripción del proceso de dualización de las ocupaciones de los trabajadores en función de las condiciones de los distintos sectores de actividad (Doeringer y Piore, 1971; Berger y Piore, 1980), el término de dualización, junto a los de segmentación, precarización y un largo etcétera, se ha situado en el centro del debate sobre la evolución económica y social. El fenómeno se ha desarrollado espectacularmente a ojos de cualquier observador, pero no obstante no es fácil disponer de una medida estadística de su impacto, en parte porque tampoco existe un consenso sobre el concepto mismo y su operacionalización. Las características de los segmentos secundarios del mercado de trabajo son: empleos menos estables, a tiempo parcial, más expuestos a la competencia de otros trabajadores, encadenados con situaciones de desempleo, en ocupaciones con poco salario, poco deseables y que no permiten el desarrollo de carreras profesionales. Sin embargo convencionalmente el debate se ha reducido al análisis del tipo de contrato de los asalariados, dicotómicamente diferenciado en indefinidos (fijos) o a término (eventuales).

Conclusiones Si a los asalariados inestables unimos los parados e hiciéramos alguna estimación sobre los autónomos precarios y los inactivos desanimados, probablemente al menos un tercio de la población activa de Madrid entraría en ese gigantesco empleo secundario, con bajos salarios, elevada rotación y nulas posibilidades de promoción. Los indicadores de dualización seleccionados trazan un panorama en tres fases.

21

7. madrileños

Ignacio Duque

25

25

30

30

26

03A.Asalariados temporales EPA

26

20 20 16 10

03A.Contratos temporales por asalariado no indefinido y año

16 10

5

Contratos temporales por cada asalariado temporal

Gráfico 3. Aproximación a indicadores de dualización de las relaciones salariales en la Comunidad de Madrid

5

0

1968 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014

Fuente: EPA y contratos de los servicios públicos de empleo recopilados por el Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid

La primera se extiende hasta el cambio de ciclo de 1992 y en ella se produce un fortísimo crecimiento de la proporción contratos eventuales, pero todavía la explosión de los contratos de duración muy pequeña no ha hecho su irrupción, e incluso se están reduciendo. Desde 1992 el nivel de contratos eventuales se estabiliza hasta 2004 y luego tiene un nuevo impulso hasta la llegada de la crisis en 2008. Esa aparente estabilización del indicador convencional de temporalidad no está sino ocultando una fuerte trituración de la dimensión temporal de los contratos: el número medio de contratos anuales por eventual se multiplica por siete entre 1992 y 2008. Pero, para aumentar las perplejidades, es la crisis de 2008 la que permite mejorar el nivel de eventuales y la rotación de los contratos: por el expeditivo procedimiento de convertir a una buena parte de los cada vez más rotatorios eventuales en parados.

Otras consideraciones La evolución es muy similar para el conjunto de España (Cruces, Fuente, Martínez y Llopis, 2013, 30), siempre con unas tasas de temporalidad muy superiores en el caso de las mujeres. 22

Ya tempranamente se avistó que el proceso de transición quedaba anclado a una norma de empleo precario (Bilbao 1999). “Una condición social que dotaría de una nueva unidad a esos colectivos frágiles del mercado de trabajo —jóvenes, mujeres, trabajadores en edad madura— pero cuyo origen vuelve a ser necesario remitir a la dinámica conflictiva de los años 1970 y a la particular imposición de una conciencia de la crisis que permite, en el caso español, postergar indefinidamente la intervención estructural del Estado en la distribución de la renta. Instalando de forma permanente a un porcentaje progresivamente mayor de la población asalariada en la condición —transversal a otras segmentaciones del mercado de trabajo— del «precario laboral», que afectaría de una u otra forma a alrededor del 43% de la población activa” (Albarracín, Ibáñez y Ortí, 2000). La asociación entre descentramiento de las relaciones laborales y los procesos políticos fue tempranamente señalada como crítica por Carlos Prieto (1999, 544): “Mucho se ha investigado sobre el desencanto político, pero, que sepamos, poco o nada se ha investigado acerca de la relación que puede tener con la crisis del empleo”.

Aspectos metodológicos No disponemos de indicadores regulares sobre el efecto de la temporalidad y precariedad en los ocupados, en su sentido longitudinal acumulativo. Las encuestas transversales no permiten abordar adecuadamente estos interrogantes. Incluso los resultados de los Flujos longitudinales de la EPA, con ser enormemente relevantes, son demasiado cortos en el tiempo, pues lógicamente solo abarcan el periodo en que los mismos individuos permanecen en el panel rotatorio de la muestra de la EPA. Este nicho investigador debería lógicamente ser ocupado por la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL), una de las operaciones estadísticas más innovadoras de los últimos años. Sin embargo la MCVL ofrece una riquísima información, pero está disponible en forma no elaborada y deben ser los investigadores los que desarrollen sus propios estudios de acuerdo con sus particulares hipótesis. En el repaso que hemos hecho de las investigaciones que toman por base la Muestra Continua de Vidas Laborales no hemos encontrado los indicadores agregados oportunos que permitiesen mejorar los elementales incluidos en el gráfico anterior. También es necesario señalar que las dificultades de identificación de unos indicadores que definan las nuevas condiciones de trabajo están parcialmente asociadas a la disposición de taxonomías sociales suficientemente estables en el tiempo y con un mínimo de soporte teórico. En nuestro sistema estadístico la única taxonomía, hoy prácticamente

23

7. madrileños

Ignacio Duque

P_4. Laboriosos que no consiguen añadir mucho valor y perezosos que generan mucha riqueza Contexto El debate social y político dominante sobre los reajustes de las cuentas públicas en la Unión Europea y en los modelos de financiación autonómicos han estado enfocados desde la perspectiva territorial-identitaria. Catalanes, holandeses, andaluces, vascos, griegos, chinos, alemanes, etc. son tratados como conjuntos homogéneos, sin diferencias de clase, a los que hay que tratar por sus características esenciales: es la vuelta a la psicología de los pueblos, el carácter de las naciones, casi al borde de la discusión sobre la genética de las razas. Y el principal argumento de los territorios ricos en contra de los mecanismos de nivelación, a veces de las migajas en medio del naufragio, es que los pobres lo son porque trabajan poco. Nada tiene que ver la organización económica, el aparato productivo, capital acumulado, la educación y destrezas de la fuerza de trabajo, etc. El debate sobre las claves de la riqueza y del desarrollo, sobre el círculo vicioso del subdesarrollo y de la pobreza es complejo y dilatado. Pero todo estos factores sociales, económicos e históricos, son apartados, para analizar el mérito o demérito de un inencontrable “hombre medio” de cada territorio: el regreso triunfante de Quetelet (1835).

Conclusiones Es casi una tautología señalar que los países y regiones más desarrollados y ricos son los que sus ocupados son más productivos, generan más valor mercantil por unidad de tiempo. En el gráfico anterior figuran en abscisas el PIB por hora trabajada (en una comparación neutra por el diferencial de precios, las denominadas paridades de poder de compra). Sin embargo es menos usual mostrar que precisamente estas sociedades avanzadas son las que menos horas medias trabajan por ocupado (en el eje de ordenadas del gráfico 4). Es muy llamativo iluminar el debate sobre los ajustes públicos al hilo de los datos de Contabilidad Nacional y de las Encuestas de Trabajo (LFS y EWCS). En todos los indicadores los alemanes, holandeses y noruegos figuran como los que menos horas medias trabajan y griegos, polacos, húngaros, bálticos y otros periféricos, como los trabajadores que desarrollan más tiempo de trabajo medio por ocupado. 24

Gráfico 4. Promedio anual de horas trabajadas y PIB por hora trabajada por país. 2006. (€ en PPS) 2.200

2.200 EL

2.100 promedio de horas trabajadas

abandonada, fue la denominada condición socioeconómica y quizá los últimos intentos de formulaciones operacionalizarse fueron protagonizados por Juan Jesús González (1992) y desde el ámbito de la medición de la clase social en las ciencias de la salud (Álvarez-Dardet, Alonso, Domingo y Regidor, 1995)

2.000

2.000

HU EE

1.900 1.800

2.100

PL

RO

LV

CZ

1.900

CY

LT PT

MT SK

1.700 UK

1.600

IE

IT

1.800

UK

SI EU27

1.700

EU25 ES

EU15 SL DK

LU FR

1.500

BE

1.500

DE

1.400

NL

1.300

1.600

NC

1.400 1.300

1.200

1.200 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40 42 44 46 48 50 52 54 56 58 60 62

PIB por hora trabajada Fuente: EUROFOUND 2009

Para las víctimas de los epítetos (los trabajadores de la periferia europea) supone una especie de doble y sádico castigo, además de trabajar más horas, la acusación de holgazanería permite justificar una descarga desigual de los costos de ajuste.

Otras consideraciones Como señala el informe de Eurofound la correlación estadística es elevada (0’693) y también es llamativo los casos atípicos que señala el mismo documento: Holanda y Alemania tienen menos horas medias por empleado que la que sería predecible por la recta de regresión y Grecia, Polonia e Irlanda trabajan mucho más que lo que sería predictible de acuerdo a su PIB por hora trabajada. También el mismo informe señala que es muy llamativo que la evolución 2000-2006 no parece apuntar a unas líneas claras de convergencia, entre los que están por encima de la media puede haber descensos, pero también incrementos de las horas medias trabajadas y tres de los países con horas trabajadas muy por debajo de la media (Alemania, Holanda y Luxemburgo) han experimentado descensos también por encima de la media europea en este periodo.

25

7. madrileños

Ignacio Duque

Esto se produce en una evolución a largo plazo de ligera pero sostenida reducción del tiempo de trabajo, tanto por la reducción de tiempo de los ocupados que trabajan mucho, como por el aumento de los ocupados a tiempo parcial y que trabajan pocas horas. Lógicamente estas medias deben ser consideradas al hilo de las distintas características de la población ocupada de un país, sobre todo en lo relativo al nivel de sus tasas de ocupación (especialmente femenina) y de la proporción de empleos con jornadas reducida. También ha de tenerse en cuenta que se trata de una aproximación exclusivamente medida por el mercado, que no entra a medir el tiempo dedicado a tareas socialmente necesarias de cuidado o reproductivas, tanto de las realizadas por los ocupados, como aquellas realizadas por los denominados inactivos. Pero no parece que estas consideraciones puedan restar fuerza a la comparación media, que por otra parte tiene toda su lógica: precisamente por su riqueza y productividad, las sociedades más desarrolladas pueden permitirse el lujo de disminuir el tiempo medio de trabajo, una constante en la evolución histórica observable a través de las pistas estadísticas disponibles a lo largo del último siglo y medio.

Aspectos metodológicos Las informaciones del anterior gráfico proceden de las Cuentas Nacionales que proveen los datos sobre el total de horas trabajadas y el número de ocupados, con lo que se obtiene la media de horas trabajadas por ocupado. El informe Eurofound (2009) combina además dos tipos de fuentes: la Encuesta Europea de Fuerza de Trabajo (LFS) que recopila información sobre horas trabajadas medias, proporción de ocupados a tiempo completo y parcial y ocupados en distintos regímenes horarios (módulo de 2004); y la Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo (EWCS) que se ha realizado en 2005 y 2010 y que ha permitido desarrollar una visión comparativa muy relevante, dentro de un rico y complejo universo de información estadística desarrollado por la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo: Eurofound (http://www. eurofound.europa.eu/). Más información puede obtenerse en los informes de Eurofound “Working conditions in the European Union: working time and work intensity” (2009) http://www.eurofound.europa.eu/pubdocs/2009/27/en/1/EF0927EN.pdf, “Foundation Findings - Working time in the EU” (2012) http://www.eurofound.europa.eu/pubdocs/2011/45/en/1/EF1145EN.pdf Desde luego los problemas de medición del tiempo de trabajo son complejos y han sido desarrollados por la OIT en su informe “Measurement of working time” (2008).

26

P_5. El sostén económico del Estado en la crisis pivota crecientemente sobre los asalariados Contexto Si bien el peso de los gastos del Estado sobre el Producto Interior Bruto no varió significativamente a lo largo de del siglo XX hasta casi 1975-80 (Francisco Comín y Daniel Díaz, 2005, 887 y 882), la extraordinaria labor de elaboración de series homogéneas de Ángel de la Fuente (2009, 2010a, 2010b, 2010c y 2012) permite trazar el panorama del peso del trabajo y de la remuneración de asalariados en el Valor Añadido Bruto de la economía madrileña y española. En la medida que el resultado del proceso histórico ha hecho que los Estados han terminado asumiendo la crisis financiera y bancaria, tiene enorme interés revisitar de nuevo las grandes fuentes fiscales que sostienen la intervención pública. Considerando que los impuestos sobre el consumo final (IVA) y los impuestos especiales tienen un reparto acorde con su naturaleza, conviene analizar el peso de los grandes de los impuestos directos: rentas del trabajo asalariado, rentas mixtas (autopatronos) y beneficios del capital corporativo (sociedades).

Conclusiones La conclusión del gráfico 5 (ver siguiente página) es clara: los procesos asociados a la crisis han determinado que la participación de los asalariados en los impuestos directos (por encima del 65%) sea enormemente superior a su participación en el valor añadido de la economía (cercana al 45%). La magnitud de las cifras absolutas hace que esta diferencia sea enorme. Esto no se ha producido por un incremento de los tipos efectivos de tributación de las rentas del trabajo, sino por la combinación de rebajas fiscales a las sociedades, comenzadas en épocas de bonanza, por el hundimiento de los ingresos (financieros y patrimoniales) no directamente ligados a la producción típica de cada rama de actividad o tipo de negocio, así como por el hundimiento final del excedente bruto de explotación de las empresas. Esto hace que el impuesto de sociedades haya perdido dos tercios de su potencia recaudatoria relativa y se haya situado por debajo del 10% de los impuestos directos. Los asalariados españoles, tributariamente sobrecargados, se enfrentan durante la crisis en primer lugar a la conciencia de su situación fiscalmente atrapada. Los asalariados tienen una desventaja fiscal en relación con los autopatronos, con más margen de maniobra frente a la Hacienda, y no digamos en relación con las sociedades, que llegan a registrar tipos tributarios efectivos a la baja e incluso inferiores a los del trabajo (en su medición del tipo de resultados contables positivos), como se observa en la evolución de las rentas

27

7. madrileños

Ignacio Duque

Gráfico 5. Proporción de remuneración de asalariados en Valor Añadido Bruto y en recaudación directa

Gráfico 6. Tipos efectivos y resultados de las sociedades

0,60 0,62

Remuneración asalariados Madrid

0,65 Salarios IRPF sobre Impuestos Directos AEAT

0,60

0,6 0,55

0,56 0,5 0,54 0,52

200.000

24,0

180.000

22,0

160.000 140-000

20,0

120.000

18,0

0,58

Remunración asalariados España

0,45

M.€

Tipo 26,0

100.000

16,0

80.000

14,0

60.000

12,0

40.000

10,0

20.000

8,0 0,4

0,50 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Fuente: Ángel de la Fuente (2010a y 2012)

1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Tipo sociedades BI consolidada No Financieras. Resultado Bruto de Expotación No Financieras. Resultado antes de impuestos

Tipo salarios IRPF Tipo sociedades. Resultado contable positivo

Fuente: AEAT. Series históricas de bases tipos e impuestos denengados

superiores (Alvaredo y Sáez, 2007, 4). Por si fuera poco, las familias que se mantienen con el trabajo de sus miembros, deben adicionalmente soportar la red de solidaridad con los dramáticos niveles de desempleo y la disminución de las ayudas sociales. Cuando normalmente se habla del desapego de la población con el funcionamiento político democrático, se manejan razones de tipo moral o ejemplarizante, que sin duda son relevantes. Pero convendría considerar la realidad objetiva del reparto de los costos de la crisis como la base estructural sobre la que este desapego puede hacerse efectivo, con unos u otros argumentos. Los asalariados no solo aumentan su contribución, sino que son tratados como parte del problema que todavía hay que disciplinar. En contrapartida los emprendedores y las sociedades piden más rebajas fiscales al autoconsiderarse como supuestos solucionadores de la crisis, mientras en la práctica consiguen adelgazar drásticamente su aportación al proceso de socialización de pérdidas en que la crisis económica se ha convertido.

28

Otras consideraciones Como se ha mencionado el incremento de la participación del trabajo en los tributos directos no se produce por incremento de los tipos tributarios nominales, sino por el hundimiento de la contribución aportada por las sociedades, cuya velocidad requiere un breve comentario. El gráfico 6 intenta una primera aproximación a la evolución de la recaudación fiscal de las sociedades en los últimos veinte años. De acuerdo a los datos de la Agencia Tributaria la participación del Impuesto de Sociedades dentro de los impuestos directos subió hasta situarse ligeramente por encima del 15% en 1998 y en ese entorno se estabilizó para aumentar sensiblemente su aportación a los tributos directos desde el 16% al 23% durante el periodo 2002-2006. Este comportamiento es tan resaltable como su hundimiento durante los últimos años. La explicación se encontraría en el crecimiento de los rendimientos no asociados a los excedentes brutos de explotación convencionales de cada sociedad. La evolución absoluta de los resultados antes de impuestos de las sociedades tienen una mayor oscilación que la más regular evolución del excedente bruto de explotación.

29

7. madrileños

Ignacio Duque

Gráfico 7. Ratios patrimoniales y migraciones. Madrid y España Millares 170

23

El intento de hacer comparaciones pertinentes entre las informaciones y los conceptos de Cuentas Nacionales y de gestión tributaria resulta extremadamente complejo y en buena parte inalcanzable. Por ello hemos circunscrito la comparación a la remuneración de asalariados, comparando esta rúbrica en las cuentas nacionales con la información de impuestos devengados de salarios de IRPF de la Agencia Tributaria. Hemos utilizado el citado trabajo de enlace y homogeneización de series de Ángel de la Fuente (2010), ya que permitía disponer de una serie larga con todas las garantías y con la información de la Comunidad de Madrid y de España, así como los datos en fichero: http://www.sepg.pap.minhap.gob.es/sitios/sepg/es-ES/Presupuestos/Documentacion/ Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO/D201004.pdf; http://www.sepg.pap. minhap.gob.es/sitios/sepg/es-ES/Presupuestos/Documentacion/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO/REGDAT_v22_5509%20%28Anexo%20D-2010-04%29.xls A la hora de incorporar los datos más actualizados de la Contabilidad Regional del INE nos ha parecido intuir una ruptura en el enlace 2008-2009 entre ambas series que no hemos podido investigar: http://www.ine.es/jaxi/menu.do?type=pcaxis&path=/t35/ p010/homoge&file=pcaxis Los datos de la Agencia Tributaria están disponibles en las utilísimas series históricas de bases, tipos e impuestos devengados (denominadas trimestrales, aunque también con información anual) y los informes anuales de recaudación y sus correspondientes ficheros:http://www.agenciatributaria.es/static_files/AEAT/Estudios/Estadisticas/Informes_Estadisticos/Informes_mensuales_recaudacion_tributaria/2013/SeriesBases_trimestral.xlsx;http://www.agenciatributaria.es/static_files/AEAT/Estudios/Estadisticas/ Informes_Estadisticos/Informes_Anuales_de_Recaudacion_Tributaria/Ejercicio_2012/ Cuadros_IAR_12.zip

P_6. Cuentas patrimoniales y migraciones. Contexto El proceso de crecimiento económico en general y el de las grandes metrópolis en particular debe verse, en la larga duración, como un proceso cuantitativo y cualitativo de acumulación de recursos económicos: patrimonio, capital y personas. La asociación entre los aspectos económicos (bienes reales de producción e infraestructura para el consumo) 30

20

Ratios España en tantos por 1 (excepto serie A)

Aspectos metodológicos

140

17 110

14 11

80

8 5

50

2 20

-1 -4

-10

-7

-10

-40

Migraciones EVR (Estadisticas de Variaciones Residenciales)

Estas oscilaciones están asociadas con las provisiones, amortizaciones, ingresos y gastos financieros de las sociedades, cuyo comentario en detalle excede el espacio disponible y los conocimientos del autor.

1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 2011

Ratio Incremento Patrimonio Neto / Ahorro Bruto Incremento anual valor patrimonio inmobiliario Madrid Migraciones EVR origen extranjero y destino C. Madrid

Incremento Patrimonio Neto / Renta Bruta Disponible *0,1 Deuda acumulada (pasivo / Patrimonio neto *100 Migraciones EVR netas entre Madrid y otras CC.AA.

Fuente: Naredo y Carpintero (2002) y Naredo, Carpintero y Marcos (2007)

y las relaciones sociales que gestionan los recursos y el patrimonio (sistema de propiedad, reparto y gestión) son los elementos clave de todo el proceso histórico y sus conflictos. Sin embargo la progresiva reducción del universo conceptual del pensamiento económico dominante a los parámetros de los flujos económicos corrientes, medidos por los sólidos pero limitados marcos convencionales al uso (Stiglitz, Sen y Fitoussi, 2009), presenta disfunciones en todos los órdenes. La reciente inmigración masiva a España en general y a Madrid en particular ha planteado una vez más el desafío de su inexplicabilidad dentro de los parámetros de la evolución económica de acuerdo a las magnitudes PIB. La complejidad tipológica de flujos migratorios es enorme (ONU, 1998) y su vinculación a la dinámica de crecimiento es diversa y se realiza a diferentes niveles. Hace una década ya era constatable el punto ciego en que se encontraba la interpretación de los flujos migratorios entonces recientes, si solo se miraba a las cifras de los intercambios corrientes reflejadas por el Sistema de Cuentas Nacionales (Duque y Montoliú, 2003). La Cuentas Nacionales arrojaban unos crecimientos excesivamente modestos respecto al proceso de atracción migratoria internacional que se produjo (en la práctica estadística

31

7. madrileños

Ignacio Duque

son las personas residentes y los empleos por ellas ocupados lo que “desencadenan” el crecimiento del valor añadido de la economía). El gigantesco proceso de migraciones internacionales solo podía haber tenido un impulso con el que financiarse, si se observaba los excedentes corrientes que procedían, no tanto de la actividad productiva regular, sino de las enormes revalorizaciones patrimoniales de todo tipo, pero sobre todo de los bienes inmuebles, principalmente vivienda. Diez años después, el proceso que entonces se iniciaba ha sido llevado primero a su paroxismo y posteriormente ha encontrado los límites que están reservados a todos los procesos basados primordialmente en las expectativas no soportadas en procesos concretos de creación de valor. Pero este largo ciclo de financiarización y patrimonialización económica y social deja muchas trazas y no pocos interrogantes.

Conclusiones Los ratios de incremento patrimonial seleccionados para el periodo disponible muestran dos grandes ciclos de crecimiento del valor del patrimonio neto (impulsado por su principal motor que son las revalorizaciones del patrimonio existente): 1986-1991 y 2003-2006 y finalmente un ciclo decreciente en el que nos encontramos. Durante el primer ciclo alcista no se produjeron fuertes flujos migratorios, como si los recursos internos disponibles fueran suficientes para el proceso de acumulación en marcha. Sin embargo el segundo ciclo disparó a un nivel nunca observado los niveles de atracción migratoria de España. El lado oscuro de esta fuerza económica extraordinaria es la deuda de los hogares, el pasivo en su denominación contable. El primer aspecto a señalar es que la deuda no se reduce sensiblemente durante las fases altas del ciclo, y el segundo, obviamente, es que dicha deuda permanece durante las crisis, puesto que está asociada a obligaciones independientes de la dinámica económica. Finalmente la deuda se incrementa sobre un patrimonio de valor menguante tras la crisis y las fuertes caídas de los precios. Es impactante advertir que a pesar que el valor del patrimonio neto se multiplicó por 3’3 durante el periodo 1985-1994, la deuda acumulada por los hogares españoles se mantuvo siempre por encima del 10% y su tendencia a la baja fue muy ligera, para finalmente dispararse en términos relativos desde 2007. De nuevo durante el período 19952007 el patrimonio neto se multiplicó por 3’5 pero aún así durante dichos años no se produjo una reducción de la carga de la deuda, sino que da la impresión que pudo más la atracción de las expectativas de un enriquecimiento indefinido. En 2007, el momento final álgido del ciclo, la deuda acumulada de los hogares terminó en el 12% del valor del patrimonio neto, para alcanzar en 2011 el 15%.

Otras consideraciones 32

Es interesante la comparación con otras economías (Francia, Gran Bretaña y Japón) que realizan Naredo, Carpintero y Marcos (2007 y 2008). En lo que se refiere a la dinámica de crecimiento del patrimonio neto, las cifras españolas son solo ligeramente superiores a las francesas o británicas (salvo con posterioridad a 2002). Nada pues que pueda reforzar el tópico del excepcionalismo hispano: todas las economías desarrolladas han entrado en una aguda fase de financiarización y revalorizaciones patrimoniales. Por el contrario existe una característica especialmente española, y se refiere a la parte del patrimonio total que corresponde a los activos inmobiliarios, especialmente la vivienda. En un caso de la periferia europea como el español, dicho proceso general está más ligado a los bienes inmobiliarios, o visto de otra manera, menos apoyado sobre activos financieros, como corresponde a una historia económica más determinada por las fases patrimoniales primitivas de acumulación y, en consecuencia, a un tejido industrial y de servicios más minifundista. Es curioso observar las peculiaridades de un proceso histórico en el que una característica retardataria de la historia española, como es el caso de la orientación fuertemente patrimonial de la vida económica y social, resulta terminar asociada a las fases supuestamente avanzadas del desarrollo económico internacional (casos como Estados Unidos o Gran Bretaña). No extraña por lo tanto que en este contexto tan familiar, los viejos apellidos y los nuevos aventureros inmobiliarios hispánicos hayan destacado por su capacidad de adaptación a una posmodernidad que resultaba tan conocida en las estrategias de la acumulación patrimonialista madrileña y española.

Aspectos metodológicos La obtención de un balance completo de los aspectos patrimoniales de la economía española es tributario de las iniciativas del Banco de España para hacer un seguimiento estadístico sólido de las cuentas financieras (para todos los sectores, incluidos los hogares) y del desarrollo de la Central de Balances de las sociedades (empresas no financieras). Las aportaciones de Matilde Mas y Ezequiel Uriel son muy relevantes (1996, 1998, 2002, 2005, 2007), pero sin duda el empuje por rellenar los huecos y proporcionar una síntesis ha sido acometido especialmente por la tenacidad de José Manuel Naredo (1993, 1996), acompañado por Pilar Gómez Enterría (1996), Oscar Carpintero (2002) y adicionalmente Carmen Marcos (2004, 2005, 2007 y 2008). En la presente imagen se han utilizado básicamente resultados para toda España, ya que para la mayoría de ellos no existe desagregación detallada para la Comunidad de Madrid, salvo lo referido al patrimonio inmobiliario. En el gráfico se ha buscado que las ratios patrimoniales pudieran observarse en una escala similar, con lo que el incremento del patrimonio neto se relaciona con el ahorro

33

7. madrileños

Ignacio Duque

45

35

40

30

35 25 30 20

25 20

aide PF / Alc

E

ECHP

ILC

ECV / S

10 10 10 5

50

Contexto El análisis de la pobreza y la desigualdad está en el corazón de todos los diagnósticos económicos y sociales, pero está preñado de dificultades, tanto conceptuales como empíricas. En una situación de aguda crisis se ponen a prueba y quedan bajo los focos los desajustes teóricos y prácticos de la medición estadística de estos conceptos sociales, tan intuitivos como atravesados de presupuestos ideológicos. Por una parte, la pobreza, en tanto que carencia de lo necesario, es un concepto absoluto, pero al mismo tiempo implica unos parámetros contextuales, la sociedad y/o el grupo social que define cuales son las necesidades imprescindibles en un momento dado y, por lo tanto, su determinación es relativa a una axiomática histórica. Adicionalmente se ha producido un desplazamiento desde un conjunto de necesidades multidimensionales hacia una consideración meramente crematística, medida por los ingresos monetarios, obviando no solo los bienes no mercantiles, sino los principales valores relacionales, afectivos y no materiales. En tercer lugar la necesidad de establecer comparaciones en el tiempo y en el espacio ha conducido a medir la pobreza monetaria en relación a cada contexto y momento. En consecuencia se denomina como pobreza monetaria a lo que en realidad es desigualdad respecto a los ingresos. Finalmente se ha confiado, sin corrección alguna, dichas mediciones a los ingresos declarados obtenidos de las encuestas de hogares, que añaden, por si no hubiera suficientes dificultades, los problemas referidos a las poblaciones que escapan (por arriba y por abajo) a la captura de las encuestas domiciliarias, y la exactitud relativa de las respuestas.

Conclusiones 34

15

Población según umbrales de ingresos

P_7. El laberinto estadístico de la pobreza y la desigualdad.

Gráfico 8. Ingresos por decilas y población por umbrales de ingresos monetarios

Porcentaje de ingresos por decila

bruto en tantos por 1 y se compara dicho incremento de patrimonio en relación con la décima parte de la renta disponible. En el caso de las estadísticas de migraciones como se precisa información de flujos detallados y no solo de saldos netos la información está tomada de las migraciones deducidas del Padrón (la clásica Estadística de Variaciones Residenciales). Como se puede apreciar en el gráfico la serie de altas procedentes del extranjero no es metodológicamente homogénea, ya que durante los años 2003-2005 se introdujo un procedimiento administrativo de caducidad de las inscripciones padronales que afecta a la homogeneidad de la serie y que no es posible detallar en este papel.

0

0 Decila 01 Decila 04 Decila 07 Decila 10 Riesgo pobreza antes transferencias sociales

Decila 02 Decila 05 Decila 08 Riesgo pobreza -60% media Riesgo pobreza menos costo vivienda

Decila 03 Decila 06 Decila 09 Pobreza severa-40% media

Fuente: EUROSTAT (1995 - 2011) y Alcaide (Comín / Díaz)

Con posterioridad a 2008 la proporción de la población en los diversos umbrales de pobreza monetaria relativa ha experimentado un fuerte incremento (Colectivo IOÉ, 2008, 2011 Y 2012), pero da la impresión que dichos indicadores no parecen ser suficientemente sensibles a la evolución experimentada por otros indicadores con los que debería estar en sintonía, como es el caso del incremento del paro o la disminución de la proporción de la remuneración de asalariados en el conjunto del valor añadido bruto. En la medida que los indicadores de pobreza relativa son en realidad indicadores de desigualdad, pueden crecer tanto por el aumento de necesidades no cubiertas por los ingresos, como por modificaciones en los perfiles de la desigualdad o en los niveles absolutos de los umbrales, como parece ocurrir durante 2012 (Cruces, Fuentes, Martínez y Llopis, 2013, 35).

Otras consideraciones La distribución por decilas de los ingresos monetarios muestra para el periodo 19802011 una enorme estabilidad, hasta tal punto que los cambios metodológicos en los instrumentos de medida, parecen pesar más que las transformaciones de la propia realidad.

35

7. madrileños

Ignacio Duque

Aparentemente la única excepción a esta situación sería básicamente la situación de la decila de población de más ingresos, que con anterioridad a 1980 disfrutaba de una proporción mayor de los ingresos totales. En principio esto habría de interpretarse como el paso de una distribución más primitiva o subdesarrollada, a otra más acorde con los estados del bienestar europeos. Sin embargo existen dudas razonables de en qué medida dicha evolución se debe a un incremento de la igualdad o en qué proporción han operado otros factores: en primer lugar la pérdida de representatividad / fiabilidad de la renta declarada por las decilas superiores, así como la estrategia real de hacer aparecer parte de los ingresos y de los gastos como pertenecientes a las sociedades (mercantiles o meras gestoras patrimoniales), habida cuenta del amplio margen de maniobra contable y fiscal de los empresarios y altos asalariados funcionales.

Aspectos metodológicos La discusión sobre la desigualdad y la pobreza lleva inevitablemente a los problemas conceptuales y axiológicos, sea planteados estos de una forma generalizada (Illich, 1978; Wright, 1995), más cercana a los indicadores sociales de su medición (Berger-Schmitt y Noll, 2000) o mixta entre los aspectos conceptuales y la medición estadística (Naredo, 2008). La mejor visión panorámica y crítica en el largo plazo, el esencial por otra parte, puede verse en los trabajos de Leando Prados de la Escosura (2008) con un esencial trabajo de reconstrucción de series, elaboración de diversos índices de distribución y, lo fundamental, una revisión de las diversas hipótesis por periodos en una perspectiva internacional comparada. Es imposible pretender siquiera citar lo más relevante del debate y producción académica sobre la medición de la pobreza y la desigualdad, aunque solo se haga referencia a los aspectos más cercanos a su medición estadística: Ruiz-Huerta y Martínez, 1994; Ayala, Martinez y Ruiz-Huerta (1996); Pena Trapero (1996); Ruiz-Castillo y Sastre (1999); Oliver, Ramos y Raymond (2001); Ruiz-Castillo y Sastre, 2004; Casado, 2007; Ayala, 2007; García Espejo e Ibáñez Pascual, 2007; Cantó y Gradin, 2008; Martínez y Navarro, 2009; entre otros. Desgraciadamente el núcleo central del sistema estadístico abandonó tempranamente este aspecto crucial (INE, 1971 y 1981) y todo ha quedado en lamentos metodológicos sobre las dificultades estadísticas de medición (INE, 2007), no especialmente más relevantes que en otros ámbitos de la estadística oficial. Solo la producción estadística de la Agencia Tributaria ha colmado parcialmente el hueco, pero sin la perspectiva de generalidad que debe alcanzarse más allá de las fuentes administrativas. No son muy numerosos

36

los informes oficiales sobre la situación española (Secretaría de Estado de Política Social, 2008) Desde el punto de vista estadístico Eurostat lleva un par de décadas pilotando la producción de indicadores sociales, con los indicadores sobre riesgo de pobreza y exclusión a la cabeza. Dichos indicadores establecen varios tipos de estandarizaciones: a) una estandarización monetaria en relación con las paridades de poder de compra, b) una estandarización relativa a la riqueza del país al tomar un umbral respecto a los ingresos medianos, fijado por arbitrio en el 60% (riesgo de pobreza) y 40% (pobreza severa). Con plena consciencia de las limitaciones de los indicadores de distribución se han elaborado una serie de indicadores complementarios que se pretende escapen al relativismo, pero debido a la necesidad de que sean comparativos son extremadamente subjetivos. Discusión sobre la objetividad de lo subjetivo. Adicionalmente otro de los aspectos más complejos en la medición de la pobreza es la elaboración de indicadores que sean relativamente neutros en relación con las diferencias de las situaciones institucionales entre países o zonas geográficas. El factor más importante es el distinto papel de la vivienda en los diferentes contextos y sobre todo la imputación de ingresos por la vivienda en propiedad. También es relevante la medición estadística de en qué medida los sistemas de transferencias sociales terminan compensando las diferencias por los ingresos monetarios directos. Todos estos asuntos se han añadido a la imagen de este apartado, pero el comentario detallado de sus conclusiones escapa a los límites de este texto.

P_8. El grupo de poder económico como gran ausente. Contexto La constante presencia del grupo de poder económico en el imaginario colectivo o en la crónica de sociedad, contrasta con su ausencia en los análisis económicos y en los estudios sociales. La economía clásica y neoclásica al entronizar el espacio inmaculado de la libre competencia, ha desalojado no solo la consideración del poder, sino incluso la relevancia de las instituciones sociales más esenciales, que incluso son la precondición de las operaciones mercantiles. En lo referido al análisis sociológico, el uso de herramientas empíricas de base poblacional suele hacer que el grupo realmente rico o poderoso escape a la observación: las muestras convencionales no los capturan, probablemente no responderían, y la complejidad de recogida de información escapa al cuestionario estándar. Esto no ha sido así en los inicios de nuestras ciencias sociales, a través unos pioneros clásicos completamente imbricados en el debate y la confrontación política de su tiempo.

37

7. madrileños

Ignacio Duque

Conclusiones Investigando las posiciones relacionales de poder de los administradores y participaciones accionariales de las empresas que cotizan en el mercado continuo (Santos Castroviejo, 2013) se puede identificar tres núcleos de poder: un grupo de 1.323 consejeros, un “círculo interior” de 186 consejeros múltiples y un paquete de capital significativo (el que tiene al menos el 1% de una sociedad) y que agrupa el 41% de una capitalización bursátil cifrada en 259 mil millones de euros. Las principales tendencias de los últimos años, en lo referente a las relaciones de poder cruzadas, han sido la “desaparición” de la propiedad pública empresarial, que en 1992 todavía representaba el 17% (Santos Castroviejo, 2013, 166), una disminución contenida del tradicional papel de la banca en el entramado económico y un incremento y posterior repliegue del papel de las cajas de ahorro, así como el mantenimiento de los niveles de propiedad pertenecientes a fondos de inversión colectiva. El peso de las empresas muy asociadas a “familias” resulta todavía relevante y la participación del capital de no residentes se sitúa en torno a un tercio de las acciones cotizadas. Si se analiza la proporción de renta acaparada por cumbre social (Alvaredo y Sáez 2007 y 2013) se puede apreciar una relativa estabilidad de la fracción de ingresos absorvidos por los percentiles 1-5 y 5-10, pero en lo que se refiere al 1% superior de la distribución se observa un claro crecimiento de sus flujos monetarios.

Otras consideraciones

Gráfico 9. Cuota de ingreso en España (1981 - 2004) 16 15

Máximo 5 - 1%

14 13 12 Cuota de ingreso

La oligarquía fue señalada como una parte del binomio estructurante de la constitución española real por el tronante Joaquín Costa (1901) y la noble élite fue reivindicada por Ortega y Gasset (1922, 1930) como llamada a vertebrar la deriva de un país en donde opinaba que sus masas (populares) se habían desenganchado de la tradicional y debida obediencia. El grupo social y económico dominante no ha sido considerado algo marginal dentro del país y del estudio de su evolución histórica (Tuñón de Lara, 1967 y 1989). En el caso de Madrid la relevancia del estudio de la élite económica es especialmente notable, pues es la ciudad escenario de su residencia mayoritaria, de su imagen y de los megaproyectos asociados al ejercicio de su dominio.

Máximo 10 - 5%

11 10 9 8 7

Máximo 1%

6 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 Fuemte: Alvaredo y Sáez (2007, 60)

acciones muy atomizada, fondos de inversión que dirigen desde fuera unas sociedades obligadas a métodos más transparentes y dominadas por el interés obsesivo en el valor a corto plazo de las acciones, etc. En cuanto al análisis de los ingresos del 1% con mayor renta, los análisis de Prados de la Escosura (2005 y 2009) y el análisis y reconstrucción con datos fiscales (Alvaredo y Sáez, 2007), muestran conclusiones congruentes: un ciclo de aumento de la concentración de la renta y la riqueza desde mediados del XIX a la década de 1920-1930, un decrecimiento de la desigualdad durante los años treinta, pero también durante los cuarenta. La proporción de la riqueza del 1 por mil con más ingresos actual es mucho menos importante que lo que ocurría con anterioridad a los años 1930, pero las crisis de los ochenta y los noventa han empujado hacia arriba la desigualdad. En todo caso las diferencias con otros países desarrollados (salvo Estados Unidos a partir de los 80) no es muy grande: otro argumento que no permite abonarse a la manida excepción española.

En lo que se refiere a la investigación de las redes de poder económico no es fácil responder a las preguntas clave en relación con las redes de gobierno de los grandes conglomerados económicos y sobre su ajuste a los modelos clásicos. Se han ensayado diversas tipologías cualitativas para identificar las características de las unidades de estas redes: propiedad familiar, cartel oligopólico interpenetrado, sector económico dominado por la banca, predominio del gerencialismo empresarial en sociedades con la propiedad de sus

Los trabajos de Ramón Tamames (1967 y 1977), Juan Muñoz (1970) y Carlos Moya (1973) han tenido escasos continuadores en años posteriores. Las excepciones son los

38

39

Aspectos metodológicos

7. madrileños

Ignacio Duque

trabajos Baena (1999), Pizarro (1984 y 2005), Rodríguez (2000 y 2003) además del texto de Santos Castroviejo (2013) en el que se apoyan bastantes de los comentarios de este apartado. Lo más llamativo es la ausencia de un tratamiento estadístico sistemático de las fuentes existentes (Registro Mercantil, CNMV y Central de Balances del Banco de España). Tampoco se ha avanzado mucho, salvo en lo relativo a las filiales de empresas extranjeras y españolas en el extranjero, en la aplicación de los conceptos de Grupo de Empresas en el ámbito estadístico (Eurostat, 1993): http:// eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=CELEX:31993R0696:EN:HTML

P_09. Insostenibilidades que no lo son, y al revés.

10

Gráfico 10. Perfiles normalizados de flujos monetarios entre edades. NTA España 2000

8 6 4 2 10

0

40

50

70

80

90+

Edades

20 -2 Valores per cápita miles €

La noción de insostenibilidad es un buen ejemplo de un tipo de fagocitación de ideas que ejemplifica cómo la arquitectura de los pensamientos dominantes reconstruye cualquier pieza crítica. Procedente de la ecología ambiental, la insostenibilidad ha sido rápidamente aplicada a los procesos sociales y económicos, casi contables, y hoy es aplicada fuera del contexto en que nació para marcar negativamente todo cuanto es disfuncional a los criterios dominantes del universo conceptual de la economía financiarizada. Esta misma génesis permite hacer un sencillo test crítico y dilucidar, sin demasiado margen de error, que lo realmente insostenible es aquello de lo que no se habla en en el debate masivo y lo calificado de insostenible son precisamente aquellas instituciones que unen solidez social y disfuncionalidad a un sistema basado en la acumulación financiera de beneficios a corto plazo. Esto podría aplicarse a muchos ámbitos. Entre los aspectos radical y ecológicamente insostenibles podemos citar el modelo de urbanización y construcción extensiva, o la falta de aprovechamiento de la capacidad de trabajo (paro) y su cualificación (subempleo), o el modelo energético, etc. Aunque el debate gira sobre la insostenibilidad de los servicios públicos, los privilegios de los empleados, o la escasa productividad de los asalariados. Pero sin duda el arquetipo más popular es el análisis de la llamada insostenibilidad de las pensiones debida a los cambios en la estructura por edades, el denominado envejecimiento de las sociedades. Denominación abusiva donde las haya, ya que de forma precisa solo envejecen los seres vivos, una metáfora que además no ilumina, ni aporta sentido sino que, como se verá a continuación, más bien encubre lo relevante.

-4 -6

Transferencias públicas Reasignación de activos privados

Gráfico 11. Perfiles normalizados de consumo e ingresos laborales NTA España 2000 14

Valores agregados en miles de millones € 12

10

8

6

4

2

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90+ Consumo

40

Transferencias privadas Reasignación de activos públicos

Fuente: www.nataccounts.org y elaboración propia

Contexto

Remuneración del trabajo

41

7. madrileños

Ignacio Duque

Gráfico 12. Flechas de transferencia de riqueza en el ciclo vital de las economias con información NTA Flujo anual Riqueza Europa & US EE.UU Suecia Alemania Austria Finlandia Eslovenia España Hungria Asia del Este Japón Taiwan Corea del Sur China Latinoaméirca Chile Uruguay Costa Rica México Brasil Sureste de Asia Thailandia Filipinas Indonesia India África Nigeria Kenia Ache etc Kung

0,5 0,12 0,67 -1,47 0,56 -0,30 0,62 1,69 0,58 1,35 0,60 -0,50 0,51 0,10 0,58 -0,13 0,59 0,22 0,57 -2,16 0,68 0,61 0,66 -3,47 0,59 -2,93 0,39 -1,9 0,65 -3,93 0,66 -3,65 0,49 -2,06 0,64 -3,9 0,77 -5,75 0,66 -4,91 0,60 -4,89 0,61 -3,48 0,59 -6,23 0,64 -5,13 0,55 -4,41 0,41 -5,49 0,50 -7,73 0,32 -3,81 0,42 -4,62 0,54 -5,40 20 30 40 50

edad media Fuente: Lee y Mason (2011) p.88

42

Conclusiones La desagregación por edades de los flujos corrientes de las Cuentas Nacionales muestra una sorprendente similitud internacional entre las edades excedentarias y deficitarias: el ciclo de superávit comienza en el entorno de los 26 años y finaliza en los 59 en España (gráfico 10), pero es muy similar en otros países tan diferentes como India o Alemania, debido a que el comienzo o prolongación de la edad de trabajar está compensado con una aportación más débil en términos del valor añadido producido. Una evidencia que sería muy relevante en nuestros simplificados debates sobre la edad de jubilación. Una segunda evidencia (Lee y Mason, 2011) es que en todos los países los flujos monetarios netos corrientes son descendentes desde el punto de vista generacional, esto es, las transferencias medias netas se producen siempre desde las edades superiores a las inferiores (gráfico 12), como por otra parte es de sentido común. Y todo ello, hay que insistir, sin tener en cuenta las transferencias de tiempo o capital, vía herencia, que son extraordinariamente relevantes como es obvio. Lógicamente estas transferencias depende mucho de la edad. Esto quiere decir que lo más “insostenible” es el esfuerzo que se ha producido, en todas las sociedades y fases históricas de la humanidad, en la alimentación, la educación y la salud de sus jóvenes, máxime cuando en los regímenes demográficos pre-transicionales la mayoría de esos esfuerzos resultaban baldíos debido a la intensidad de la mortalidad infantil y juvenil. Una tercera evidencia en el caso español (gráfico 10), como en la mayoría de las sociedades estudiadas, es que las transferencias privadas de los mayores de 65 años continúan financiando en términos netos a jóvenes y adultos maduros a lo largo de su vida. Adicionalmente este flujo privado parece que se realiza a partir de los ingresos generados por sus activos acumulados y no a costa de un des-ahorro de dichos grupos de edad. Algo muy distante del supuesto sobre el insoportable peso de los ancianos sobre los activos maduros, tal y como se repite hasta la saciedad en los relatos de la apocalipsis demográfica.

Otras consideraciones Como señala Ronald Lee, la imbricación entre análisis demográfico y económico tiene relevantes precedentes (Diamond, 1965; Samuelson 1975 y 1976; y Willis, 1988) y en la demografía no han faltado pioneros (Bourgeois-Pichat, 1978); Preston, 1982; y Keyfitz, 1985). El campo de análisis de la relación entre crecimiento económico, fecundidad y generaciones ha estado dominado por modelos excesivamente simplificados, que limitaban la comprensión final de los procesos generales en el largo plazo. Tras más de dos décadas de investigaciones y trabajo de compilación estadística, Lee y Mason se permiten hacer un repaso de lo que denominan, elegantemente, malinterpretaciones en relación con este asunto.

43

7. madrileños

Ignacio Duque

En primer lugar hay que señalar que el concepto de (primer) dividendo demográfico es en todo caso un aproximación de “potencialidades”. Las estructuras demográficas pueden favorecer los procesos de acumulación, pero es necesario que los potenciales ocupados dispongan de empleos efectivos, “decentes” en la terminología OIT (ILO, 2008). La segunda mala interpretación es que se supone que el envejecimiento (si consideramos este como un cambio en las proporciones relativas de los grupos de edades) está gobernado por la mortalidad, cuando en realidad es el descenso de la fecundidad el que gobierna la transformación de la estructura por edades, como han demostrado todas las simulaciones a largo plazo (Preston y Coale, 1982). En la medida que la reversión de la fecundidad parece fuera del alcance de cualquier intervención, solo la existencia de generaciones con más salud y educación podrá compensar, vía incremento de la productividad, el proceso de envejecimiento (Lee y Mason, 2011, 26). En tercer lugar, quizá la más relevante aportación es el concepto de segundo dividendo demográfico, esto es, el proceso por el cual los adultos jóvenes e incluso los ancianos de las sociedades que han sobrepasado la transición demográfica desarrollan, en determinados contextos, una dinámica de ahorro y acumulación de activos tan evidente como ignorada por los aficionados al catastrofismo demográfico. Según los análisis empíricos de Lee y Mason sobre la imbricación de procesos demográficos y de acumulación económica, el segundo dividendo demográfico es el proceso por el cual la reducción de la fecundidad puede inducir, en determinadas condiciones, un proceso encadenado de incrementos de inversión en la salud y la educación de los jóvenes, de ahorro y de crecimiento económico. Prueba de ello es que después de casi un siglo de constantes alarmas sobre el envejecimiento (Landry, 1934), las sociedades centrales y dominantes envejecen, pero no por ello pierden su posición privilegiada en términos de riqueza o intercambio desigual, o, si lo hacen, es dudoso que sea por el efecto supuestamente perverso de su demografía. Finalmente Lee y Mason señalan que aquellos que vaticinan que el envejecimiento provocará la bancarrota de los sistemas públicos de aseguramiento olvidan, o ignoran, que el proceso de envejecimiento afecta incluso más agudamente a los procesos de transferencias privadas. Las transferencias privadas (de las familias) son incluso más vulnerables al proceso de envejecimiento (Lee y Mason, 2011b; 28).

Aspectos metodológicos Después de tanto tiempo de simplicidades repetitivas con millares de simulaciones demográficas a largo plazo (Duque, 2012), los potentes sistemas estadísticos han sido incapaces de construir, en la intersección de la demografía y la economía, una investigación empírica real sobre los intercambios entre edades y generaciones, ni siquiera en relación con las transferencias corrientes. Ha de recurrirse por lo tanto al único proyecto académi44

co disponible (National Transfers Accounts, NTA) que ha recopilado información comparativa, de la que resultan enormes sorpresas respecto a la mayoría de los tópicos al uso. La tenacidad y el cruce disciplinario en que se sitúan Ronald Lee y Andrew Mason ha generado un entramado intelectual y empírico de extraordinario valor, esencialmente subutilizado en relación con las corrientes académicas e institucionales sobre el debate de las pensiones. Las fortalezas del esfuerzo metodológico desarrollado es que se trata de un esfuerzo de desglose del sistema convencional de cuentas nacionales, buscando su desagregación en flujos entre edades, para un conjunto de rúbricas significativas. A tal efecto se utilizan los diversos instrumentos estadísticos disponibles, principalmente encuestas de presupuestos y condiciones de vida. Para todo el detalle metodológico y empírico puede consultarse: http://ntaccounts.org/web/nta/show Muchos otros méritos se pueden destacar del proyecto NTA. El esfuerzo de producir información comparativa es uno de los más relevantes, sobre todo al producir gráficos comparativos en términos de generación de valor añadido durante la vida laboral, entre otros. Existen datos sobre España exclusivamente para el año 2000 gracias a diversos trabajos: Patxot, Rentería, Sánchez-Romero y Souto (2009, 2010, 2011a y 2011b) y SánchezRomero, Patxot, Rentería y Souto (2010) y desde 2013 unos primeros datos de libre acceso: http://ntaccounts.org/doc/repository/public%20Spain%20profile%202000.xlsx

C) Conclusión: distopía y culpa. Pero aunque no se pretenda ofrecer aquí una síntesis final de todos los procesos e informaciones bosquejados, esto no quiere decir que no sea conveniente hacer una reconsideración final sobre el impacto de la crisis. Considerando dicho impacto no solo en relación con las realidades estructurales antes mencionadas, cuyo conocimiento suele confiarse a los sistemas estadísticos oficiales, sino también considerando como estructurante la percepción subjetiva, la conciencia de la situación percibida por las personas y los grupos sociales. El efecto de la crisis sobre la percepción de la población, sobre los horizontes de salida, sobre el imaginario de las soluciones deseables o posibles es un asunto de la máxima relevancia, puesto que todo proceso de cambio implica estas percepciones sociales. Además no es algo que haya escapado a la atención de los investigadores. La conclusión es clara: en ausencia de grandes narraciones, de futuros deseables aunque no presentes todavía en ningún lugar (de utopías), el horror presente y, sobre todo, el temor al horror posible (la distopía) se ha convertido a ojos vistas en un formidable dis-

45

7. madrileños

Ignacio Duque

ciplinador social. Se trata de un proceso tan paradójico como eficaz, y también tan viejo como la historia misma. Existe un excelente ensayo de Andreu Domingo (2008) sobre la literatura distópica, centrado en la novela y el relato, que además es, sin aparentemente pretenderlo, un estupendo (y oblicuo) análisis de políticas demográficas. La creación de un imaginario infernal, sea como contemplación horrorizada o como inconfesado revulsivo anti-distópico, ha sido uno de los géneros más exitosos de la “ficción” contemporánea. Da la impresión que el miedo desatado por la crisis no es una simple sensación anímica yuxtapuesta a los análisis “objetivos”, sino que está consiguiendo una redefinición de los análisis, o mejor dicho, una redefinición del ámbito en que se concibe la crisis, esto es, del ámbito en el que puede pensarse su solución. El proceso es claro: el vector fundamental del pensamiento dominante pretende denegar el proceso histórico global (poblado de sujetos colectivos e intereses en conflicto), para sugerir una culpabilidad que debe ser asumida individualmente (donde solo hay comportamientos de personas aisladas). Se busca la asunción personalizada de la culpa, la interiorización de que una parte de las responsabilidades de la crisis está también en el alma de las víctimas, casi podría decirse en sus pecados. Este parece ser el factor clave que determinará, si se consolida, el tipo de salida histórica que se produzca en el inmediato futuro y a medio plazo. Existe un excelente trabajo, que recogiendo toda la experiencia teórica y metodológica de la Escuela Cualitativista de Madrid4, nos aporta los perfiles esenciales en este proceso a partir de un adecuado marco teórico y la información de un conjunto de grupos de discusión realizados en 2010. El texto de Luis Enrique Alonso, Carlos Fernández Rodríguez y Rafael Ibáñez Rojo (“Del consumismo a la culpabilidad: en torno a los efectos disciplinarios de la crisis económica”, 2011) es mucho más que una “nota de investigación”, como con modestia lo presentan sus autores y solo aprovecharemos aquí alguno de sus muchos iluminadores planteamientos. Resumiré brevemente lo que me parecen los elementos más importantes de esta investigación en relación con el propósito de este texto. La primera constatación de los grupos de discusión es que el miedo se ha instalado claramente en la conciencia de todos los grupos sociales. Se trata de un miedo colectivo, puesto que afecta igualmente a aquellos que reconocen que no están personalmente afectados por los efectos de la crisis. Este miedo puede constatarse por una tendencia fuerte al ahorro, casi compulsiva, que la mayoría de los grupos afirman estar practicando (Alonso, Fernández e Ibáñez, 2011, 359). El segundo elemento5 relevante es que en el imaginario colectivo se ha producido un proceso de desplazamiento e individualización de la percepción de la crisis, si es que en

algún momento arraigó un discurso crítico de las realidades sociales estructurantes. La crisis económica no está generada en la esfera de la producción o de las finanzas, sino que la comprensión de la misma se desplaza al terreno del consumo. No se trata de que se hayan generado productos financieros sin soporte real de valores, ni de la caída de productividad en determinadas economías, ni los desajustes monetarios o de la arquitectura financiera, todos ellos protagonizados por sujetos sociales y por procesos históricos complejos. El desplazamiento es el siguiente: la crisis está en la esfera del consumo y responde a una causa muy sencilla: que algunos, muchos o todos gastan más de lo que ingresan o poseen (Alonso, Fernández e Ibáñez, 370). El problema por lo tanto es radicalmente individual o, más claramente, el problema colectivo se produce porque la suma de muchos individuos han tenido un comportamiento inadecuado (colóquese aquí el calificativo que se quiera: erróneo, despilfarrador, etc.). Lo interesante de la investigación citada son las diferenciaciones de matiz y acento según grupos sociales. Las amas de casa de clase baja señalan que a ellas esto no les ha pillado desprevenidas, puesto que siempre han lidiado con los dificultades, mirando la peseta y manifiestan no tener temor a volver a un tiempo de ocio no consumista que no les parece tan lejano. Tanto en los trabajadores jóvenes de la hostelería como en los obreros industriales es donde parece abrirse la ambivalencia popular ante la crisis. Aunque el discurso está centrado en huir de las deudas, no se percibe una reivindicación sobre la diferencia social frente al consumo y hay una asunción general de unas culpas, en las que parecen reconocer todos “hemos” participado. En relación con los estratos medios, según los mencionados investigadores, parece estar produciéndose un cambio notable en el universo ideológico de las clases medias españolas, que resulta visible por un cierto desplazamiento de la centralidad que habían representado las clases medias funcionales (Alfonso Ortí, 1987, 1989 y 1992), acorde con un crecimiento de la asalarización, el sector público y las grandes corporaciones privadas. La hegemonía ideológica es hoy sobreactuadamente reclamada por los pequeños empresarios individuales, que paradójicamente en una economía mundializada se reclaman los únicos creadores de valor, frente a unos asalariados holgazanes, un sector público derrochador o unos monopolios privados que fagocitan su trabajo. Unas clases medias pequeño-emprendedoras que consiguen imponer en los grupos de discusión una visión hogareña de los problemas macroeconómicos, y unos criterios morales, que pretenden convertir la inviable ética de la autosobreexplotación de la empresa familiar en la norma social de referencia. Un dominio ideológico que parece estar desplazando el anterior arquetipo de una sociedad equilibrada entre la generación mercantil del valor y la creación

46

47

7. madrileños

Ignacio Duque

de una norma de consumo colectivo, como la que se producía en el Estado Social de las sociedades fordistas. Este dominio ideológico del autopatrono familista es, por otra parte, perfectamente funcional respecto a los intereses de las grandes corporaciones, que no requieren ningún reconocimiento específico en una sociedad donde el valor máximo es la acumulación económica. Además estas grandes corporaciones se imponen de hecho en el mercado y prefieren un Estado de escasos controles6 y que estimule el descuaje de servicios colectivos para su gestión mercantil. Una creación de nichos de negocio a partir de servicios públicos, que está bien alejado del supuesto liberalismo e imaginario competitivo, y que se parece más a una tercera desamortización entre amigos políticos, que también podría calificarse como de “acumulación por desposesión” (Rodríguez López, 2007a, 68). Otro aspecto relevante es la aparición de uno de los arquetipos regresivos más reiterado y sádicamente recurrente de nuestro proceso histórico: la idiosincrasia española como receptáculo de todos los vicios y valladar de todas las mejoras posibles. Si durante el franquismo se reiteró que los españoles no estaban maduros para la democracia, la transición permitió ir acumulando reproches: nuestra incapacidad para el trabajo productivo y nuestra inadaptación a las nuevas tecnologías (Alonso, Fernández e Ibáñez, 2010, 365). Adicionalmente la actual crisis económica viene con el más peligroso de los compañeros: el resquebrajamiento del mítico objetivo de conseguir la equiparación a la norma europea, uno de los pocos puntos de convergencia (acrítica) de los todos los reformismos hispánicos en el último siglo y medio. Un proceso especialmente complejo y perverso para la frágil situación semiperiférica española, ya que combina una asimétrica arquitectura política y una perversa arquitectura económica de toma de decisiones, junto con un amplísimo espacio para la libre actuación de los grandes grupos económicos (especialmente los bancos y las grandes corporaciones de los países centrales). Todo ello está determinando el calvario concreto del reparto de los costos de la crisis, en el doble sentido social y territorial. En este contexto máximamente individualista y microeconómico, la circulación de una supuesta culpabilidad homogénea es el recurso fundamental para bloquear una visión que diferencie las distintas posiciones, comportamientos y responsabilidades, en un contexto complejo de crisis financiera, económica y ecológica, civilizatoria al fin. Los investigadores señalan que hay atisbos sádicos por parte de grupos mejor situados que señalan que si las clases populares intentan asimilarse a las normas de consumo burguesas, para lo que no tienen recursos ni están preparados, se trata de una osadía inviable, que sin duda pagarán en sus propias carnes7. Tampoco hay atisbos críticos respecto a otros tipos de consumo referidos a las necesidades o no adosados exclusivamente al mercado.

Paradójicamente el deslizamiento individualista y la culpabilización moral de la crisis siempre se termina señalando que se debe a otros. La responsabilidad es “de todos”, pero los pecadores han sido siempre “otras” personas, y “otros” grupos sociales.8 Es difícil aventurar cómo estos procesos ideológicos están evolucionando en la actualidad y lo harán el futuro inmediato, conforme avance la profundización de la crisis económica y social, así como el encadenamiento de conflictos políticos y territoriales. En todo caso la evolución ideológica y la percepción de la crisis va a ser un aspecto crucial, sobre todo en los grupos sociales más estructuralmente afectados por sus consecuencias económicas. La consolidación de unos discursos diferentes y de unas representaciones críticas a la interpretación hegemónica de la crisis será, sin duda, un factor enormemente relevante para romper el círculo vicioso que entrelaza la distopía, el miedo y la culpa.

48

49

Epílogo: los relatos sobre Madrid y su población. No es posible lógicamente realizar aquí una revisión exhaustiva de la literatura sobre las condiciones sociales de la población de Madrid en distintas épocas. Baste citar los extraordinarios trabajos de Souyberoux (1978) sobre el XVIII, el clásico de Hauser (1987 [1902]) o la Comisión de Reformas Sociales (1985 [1889-1893]) sobre el Madrid de la Restauración, o los primeros análisis de Bernaldo de Quiros y Llanas de Aguinaledo sobre Madrid (1988 [1901]) o del Instituto de Reformas Sociales (1910, 1911, 1923a y 1923b), como piezas de análisis global que implican todas las condiciones en un momento histórico concreto. Una revisión al vuelo de la literatura posterior a la Guerra Civil (que es como decir posterior al Plan de Estabilización de 1959) sobre la población y la sociedad de la Comunidad de Madrid hecha desde hoy produce varias impresiones. La primera es el extraordinario valor y envidiable frescura que siguen guardando los análisis de los Informes FOESSA (1966, 1967 y 1968), Mario Gaviria (1968, 1971, 1974 y 1977) y García Tabuenca, Gaviria y Tuñón (1979), u otros pioneros de la reinstauración de los estudios sociales concretos. Una segunda impresión es que los análisis sociales y económicos sobre la crisis de los 80 nos muestran una enorme paradoja. Dicha paradoja consiste en que los títulos y el tono de los textos9 dan la impresión de que se refieren a la crisis actual que arrancó en 2008. Sin embargo por otra parte la gran mayoría de los textos actuales ni consideran el anterior periodo de crisis, ni parecen tener en cuenta los anteriores análisis y precedentes críticos, no tan distantes. Se ha producido una intrigante amnesis de las crisis anteriores (no digamos de la de 1977-78). Parece que lo nuestro es encadenar amnesias colectivas.

7. madrileños

Ignacio Duque

Con sus altibajos, las grandes líneas interpretativas sobre la realidad social de Madrid han estado marcadas por grandes textos o momentos. En el inicio fueron los ya citados: el ojo del médico extranjero (Hauser, 1987 [1902]) que retrató la infraestructura de una capital cortesana y patrimonialista; y los textos de Bernaldo de Quirós (1988 [1901]) sobre los procesos de marginación desarrollados al hilo de una acumulación económica primitiva. El proceso de acumulación económica autoritaria y proteccionista al hilo de la Gran Guerra y la Dictadura de Primo de Rivera está perfectamente documentado en el ensayo de Roldán, Muñoz y García Delgado (1974) y en los libros de Shlomo Ben Ami (1984 y 2012). La fase final de confluencia de las múltiples crisis peninsulares (económica, especialmente agrícola, rural-urbana, de modelo territorial y política) está descrita en el texto de Santos Juliá (1984): de la fiesta popular a la lucha de clases. Después de un sin fin de bizantinos debates sobre las especificidades del nuevo proceso de acumulación autoritaria durante los años sesenta, el geógrafo José María Sanz (1975) da finalmente con un lema que plantea el relativo éxito del nuevo periodo y su característica esencial en un título redondo: Madrid, capital del capital. La crisis de mediados de los 70 y las nuevas tensiones territoriales quedaron bien sintetizadas en el título y texto de Juan Salcedo (1977): Madrid culpable. A partir de aquí empiezan las aportaciones de las generaciones posteriores a la mía. Probablemente el texto breve que traza una evolución más condensada y pertinente es el del Colectivo Madrid: Mario Ortí, Rafael Ibáñez y Daniel Albarracín (2002): “La ciudad y la génesis del consumo de masas. Madrid, espacio del antagonismo social en la formación del capitalismo corporativo nacional”. No es posible hacer aquí una revisión exhaustiva de lo publicado en los últimos diez años, ya que no han escaseado la elaboración académica sobre demografía y análisis social10, así como la elaboración de publicaciones o monografías por parte de la Administración.11 Una vez más el texto dirigido por García Delgado (1999) es la compilación más amplia de estudios sobre Madrid, pero no se ha planteado una tarea de síntesis y además se publicó antes de las grandes transformaciones de los quince últimos años. Si buscamos una visión al tiempo sintética y crítica, los textos más notables sobre las transformaciones recientes de la estructura económica de Madrid en el contexto global han sido sin duda los que, desde fuera de las instituciones académicas o administrativas, ha producido la tarea colectiva del Observatorio Metropolitano principalmente el fundamental “Madrid ¿la suma de todos?. Globalización, territorio y desigualdad” (2007).12

“Madrid ¿suma de todos?” es un esfuerzo sistemático que toma como punto de partida la necesidad de explicar las extrañas claves del modelo “exitoso” de Madrid en el contexto global (Rodríguez López, 2007a, 2007, 82 y 85), habida cuenta de su posición “doblemente excéntrica” (Rodríguez López, 2007a, 84). Muchas de las categorías desarrolladas tienen enorme interés13: el desarrollo de un modelo de “keynesianismo inmobiliario” (Rodríguez López, 2007a, 68 y Rodríguez López, 2007b, 104), basado en la obra pública al servicio del holding constructor-inmobiliario; el desarrollo de un proceso de “acumulación por desposesión” (Rodríguez López, 2007a, 68 y Rodríguez López, 2007b, 106) para crear espacios de beneficio blindados a la competencia en lo que antes eran servicios públicos; el recordatorio sobre una de las grandes excepcionalidades españolas y madrileñas sobre las que pocos hablan, el gran crecimiento del servo-proletariado de los servicios (Rodríguez López, 2007b, 107 y 164). También es de agradecer el intento de desmarcarse del habitual cliché culpabilizador al sector de la construcción (López Hernández, 2007, 218), así como el señalamiento de la excepcionalidad madrileña en lo referido al servicio doméstico (Rodríguez López, 2007b, 129). “Madrid, ¿la suma de todos?”, en tanto que obra de conjunto, desarrolla todos los temas esenciales y permite alcanzar una visión de panorámica difícil de encontrar en equipos con más experiencia, medios y reconocimiento académico o profesional. No en vano la mayoría de las iluminaciones sobre la dinámica social se producen, tal y como señaló tempranamente Alfonso Ortí (2002) “en el margen del centro”. v

50

51

Notas * Testimonio aquí los agradecimientos por las deudas contraídas en la redacción de este texto. A Luis González Calbet por su ayuda en relación con la los datos económicos y fiscales y sus interpretaciones. A José Manuel Naredo que me facilitó una vez más la información actualizada de las series patrimoniales, aumentando mi ya crecida deuda con él. A Ronald Lee, Concepción Patxot, Elisenda Rentería y Miguel Sánchez-Romero, que atendieron mis demandas de aclaración sobre las Cuentas Nacionales de Transferencias entre edades. A Mario Ortí, que me orientó en relación con la investigación social desarrollada por las generaciones de sociólogos más jóvenes y, hoy se puede apreciar, más preparadas y fecundas. A María Luisa Asens por sus pistas y ayudas en relación con los artistas plásticos. 1. “Nuestra incapacidad es discursiva: simplemente ya no sabemos cómo hablar de todo esto”. Tony Judt (2010: 45), citado por Alonso, Fernández e Ibáñez (2011, 355) 2. “Es necesario, pues, que sean elegantes el estilo y los entimemas estos cuando nos procuran una enseñanza pronta. Por eso no están bien considerados los entimemas obvios (llamamos obvios a los que son evidentes para todos y en los que no hay que buscar nada), ni los que quedan desconocidos después de dichos, sino los que, en cuanto se dicen, o dan conocimiento al momento, aun cuando existiera antes, o la comprensión se retarda poco; resulta, pues, como una enseñanza; de la otra manera no ocurre ni conocimiento al momento ni retardado” (Aristóteles, Retórica, III, 10, 1410b, 21). “Que las elegancias se sacan de

7. madrileños

Ignacio Duque

la metáfora de analogía y de representar las cosas ante los ojos, queda expuesto; debemos, pues, decir qué es lo que llamamos poner ante los ojos y cómo se logra que esto resulte. Llamo poner ante los ojos algo a representarlo en acción” (Aristóteles, Retórica, III, 10, 1411b, 22). 3. “A ce même trait Aristote rattache un caractère de la métaphore qui n’est pas encore apparu et que au premier abord paraît quelque peu discordant. La métaphore, dit-il, «fait image [m. à m.: place sous les yeux]» (III, 10, 1410 b 33); autrement dit, elle donne à la saisie du genre cette coloration concrète que les modernes appelleront style imagé, style figuré. Aristote, il est vrai, n’emploie aucunement le mot eikôn, au sens où depuis Charles Peirce nous parlons de l’aspect iconique de la métaphore. Mai l’idée que la métaphore dépeint l’abstract sous les traits du concret est déjà là” (Ricoeur, 1975, 49) 4. Ortí (2000 [1986]), Alonso (1998), Lucas (1992). 5. En este punto me aparto y reinterpreto lo señalado por Alonso, Fernández e Ibáñez (2011). 6. Es importante enfatizar que la fobia del Estado está muy asociada a los controles sociales modernos, lo que Michel Foucault nombró como nacimiento de la biopolítica (2004, 77-104) 7. Es mi propia reinterpretación de lo señalado por los autores: Alonso, Fernández e Ibáñéz (2011, 362) 8. “...en las mayorías dominantes de los grupos no aparece un discurso crítico frente al consumo, al que se identifica mayoritariamente como motor de la economía y del bienestar. Sólo se lamenta el consumismo ‘de los otros’, pero sin profundizar en la posibilidad de desarrollar formas alternativas de consumo ni cuestionar la insostenibilidad del modelo actual. Al final, la crisis se representa como el resultado de errores de otros que se endeudaron y vivieron por encima de sus posibilidades, siendo la única salida posible una remoralización de los hábitos de consumo y ahorro que se defiende con cierto escepticismo. En este sentido, la crisis económica, instalada entre nosotros desde hace años tras un período de un consumismo sin precedentes históricos en nuestro país, no parece haber servido para cuestionar el modelo consumista español sino, en todo caso, resucitar una serie de discursos acerca de la singularidad española (en forma de auto-culpabilización por falta de racionalidad como pueblo descontrolado y sin disciplina) que recupera, al menos a nivel simbólico, nuestra condición de semiperiferia europea, pero sin cuestionar el modelo socioeconómico y en definitiva, el modelo de consumo actual” (Alonso, Fernández e Ibáñéz, 2011, 377) 9. Sirva como botón de muestra, y en parte homenaje a Luis Toharia, los siguientes: Fina y Toharia (1987) y Bentolila, Toharia y Segura (1991). 10. Sobre todo al hilo de los Congresos de la Federación de Asociaciones de Sociología (2004, 2007, 2010 y 2013) y de las publicaciones de la Asociación Madrileña de Sociología. 11. Consejo Económico y Social, publicaciones de análisis del Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Madrid. 12. Ya que el último trabajo (“Paisajes devastados. Después del ciclo inmobiliario: impactos regionales y urbanos de la crisis”, 2013) lo he conocido cuando ya el presente texto estaba prácticamente finalizado. 13. Estimo más frágil lo referido a la conceptualización de capitalismo cognitivo, producción cognitiva o trabajadores cognitivos (Rodríguez López, 2007a, 49, 74, 114, 152).

Bibliografía citada • ALCAIDE INCHAUSTI, Julio (1999): Distribución Sectorial, Factorial y Personal de la Renta. En GARCÍA DELGADO, José Luis (ed.) «España, Economía: Ante el siglo XXI»; 457-481. • ALONSO, Luis Enrique (1988): La mirada cualitativa en sociología. • ALONSO, Luis Enrique; FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Carlos J.; IBÁÑEZ ROJO, Rafael (2011): Del consumismo a la culpabilidad: en torno a los efectos disciplinarios de la crisis económica. «Política y Sociedad»; 353-379.

52

• ALVAREDO, Facundo; SÁEZ, Emmanuel (2007): Income and wealth concentration in Spain in a historical and fiscal perspective. - (2013): The Top 1 Percent in International and Historical perspective. «Journal of Economic Perspectives»; 3-20. • ÁLVAREZ-DARDET DÍAZ, Carlos; ALONSO, Jordi; DOMINGO, Antonia; REGIDOR, Enrique (1995): La medición de la clase social en Ciencias de la Salud. Informe de un grupo de trabajo de la Sociedad Española de Epidemiología. • ARISTÓTELES (1999): Retórica. • AYALA CAÑÓN, Luis (2007): El análisis económico de la pobreza y la exclusión social: algunos retos para la investigación aplicada. En VIDAL, Fernando; RENES, Víctor «La agenda de investigación en exclusión y desarrollo social - Colección de estudios»; 149-163. • AYALA CAÑÓN, Luis; MARTÍNEZ, Rosa; RUIZ-HUERTA, Jesús (1996): La distribución de la renta en España desde una perspectiva internacional: tendencias y factores de cambio. En Luis Ayala (ed.) «La desigualdad de recursos»; . • BAENA DEL ALCÁZAR, Mariano (1999): Élites y conjuntos de poder en España (1939-1999). Un estudio cualitativo sobre el parlamento, gobierno, administración y gran empresa. • BEN-AMI, Shlomo (1984): La dictadura de Primo Rivera 1923-1930. - (2012): El cirujano de hierro : la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). • BENTOLILA, Samuel; SEGURA SÁNCHEZ, Julio; TOHARIA CORTÉS, Luis (1991): La contratación temporal en España. • BERGER, Suzanne; PIORE, Michael J. (1980): Dualism and discontinuity in industrial societies. • BERGER-SCHMITT, Regina; NOLL, HEINZ-HERBERT (2000): Conceptual Framework and Structure of a European System of Social Indicators. «EurReporting Working Paper»; 73. • BERNALDO DE QUIRÓS, Constancio; LLANAS AGUILANIEDO, José María (1988 [1901]): La mala vida en Madrid. Estudio psicosociológico con dibujos y fotografías del natural. • BILBAO, Andrés (1999): El empleo precario. Seguridad de la economía e inseguridad del trabajo. • BOURGEOIS-PICHAT, Jean (1978): Le financement des retraites par capitalisation. «Population»; 1115-1136. • CANTÓ, Olga; GRADÍN, Carlos; RÍO, Coral del (2008): La Dinámica de la Pobreza en España: Cronicidad, Transitoriedad y Recurrencia. «Congreso sobre exclusión y desarrollo social en España (Madrid, 29, 30 y 31 octubre 2008)»; 20. • CARO BAROJA, Julio (2004[1970]): El mito del carácter nacional. • CASADO, Demetrio (2007): Cien años de estudios sobre pobreza y marginalidad social en España. En VIDAL, Fernando; RENES, Víctor «La agenda de investigación en exclusión y desarrollo social - Colección de estudios»; 21-40. • COLECTIVO IOÉ (2008): Barómetro social de España: nuevos indicadores sobre la evolución del país. «Papeles de relaciones ecosociales y cambio global»; 165-185. - Efectos sociales de la crisis. Una evaluación a partir del ‘Barómetro social de España’. «Papeles de relaciones ecosociales y cambio global»; 177-188. - (2012): Crece la desigualdad en España. «Barómetro social de España»; 12. • CLUB DE DEBATES URBANOS (2003): Madrid. • COMÍN, Francisco; DÍAZ, Daniel (2005): Sector público administrativo y estado del bienestar. En CARRERAS, Albert; TAFUNELL, Xavier (coordinadores) «Estadísticas Históricas de España»; 873-971. • COMISIÓN DE REFORMAS SOCIALES (1985 [1889-1893]): Reformas Sociales. Información oral y escrita.

53

7. madrileños

Ignacio Duque

• COSTA MARTÍNEZ, Joaquín (1975): Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno de España: urgencia y modo de cambiarla. • CRUCES AGUILERA, Jesús; FUENTE SANZ, Luis de la; MARTÍNEZ POZA, Alicia; LLOPIS, Elvira S. (2013): Desigualdad y Estado Social en España. «Estudios de la Fundación» • DIAMOND, P.A. (1965): National debt in a neoclassical growth model. «American Economic Review»; 1126-1150. • DOERINGER, Peter B.; PIORE, Michael J. (1971): Internal Labor Markets and Manpower Analysis. • DOMINGO I VALLS, Andreu (2008): Descenso literario a los infiernos demográficos: distopía y población. • DUQUE, Ignacio (2012): ¿Tienen alguna utilidad las ratios demográficas de dependencia para comprender y tomar decisiones sobre el desafío social del envejecimiento?. En MINISTERIO DE EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL (editor) «Seminario “La reforma del sistema de pensiones en España” Santander 2011»; 23-77. • DUQUE, Ignacio; MONTOLIÚ MARTÍNEZ, Enrique (2003): Vuelta a los fundamentos en relación con la población de la Comunidad de Madrid: la imbricación de los comportamientos demográficos y la estructura económica y social en la región metropolitana (con especial mención a la inmigración madrileña reciente). En CLUB DE DEBATES URBANOS «Madrid»; 24-71. • FINA SANGLAS, Lluis; TOHARIA CORTÉS, Luis (1987): Las causas del paro en España: un punto de vista estructural. • FOUCAULT, Michel (2004): Naissance de la Biopolitique. Cours au Collège de France. 1978-1979. • FUENTE, Ángel de la (2009): Series enlazadas de algunos agregados económicos nacionales y regionales, 1955-2007. «UFAE and IAE Working Papers»; 80. - (2010a): Series anuales de algunos agregados económicos y demográficos regionales, 1955- 2009. «UFAE and IAE Working Papers»; 7. - (2010b): Series enlazadas de empleo asalariado y rentas del trabajo regionales. «UFAE and IAE Working Papers»; 11. - (2010c): Series largas de algunos agregados demográficos regionales, 1950-2009. «Estadística Española»; 501-527. - (2012): Series enlazadas de empleo y VAB para España 1955-2010 (REGDAT_NAC VERSIÓN 30). «Documentos de Trabajo de la Dirección General de Presupuestos»; 32. • FUNDACIÓN FOESSA (1966): Informe sociológico sobre la situación social de España. - (1967): Informe sociológico sobre la situación social de Madrid. - (1968): Efectos sociales queridos y no queridos en el desarrollo español. • GALLEGO, Javier (2002): Fine scale profile of CORINE Land Cover classes with LUCAS data. En GALLEGO, Javier (editor) «Building agro environmental indicators. Focussing on the European area frame survey LUCAS»; 121-136. - (2010): A population density grid of the European Union. «Population and Environment»; 460-473. • GALLEGO, Javier; PEEDELL, Steve (2001): Using CORINE land cover to map population density. «Topic report»; 94-105. • GARCÍA DELGADO, José Luis (1975): Orígenes y desarrollo del capitalismo en España. Notas críticas. • GARCÍA DELGADO, José Luis (director) (1999): Estructura económica de Madrid. • GARCÍA ESPEJO, Isabel; IBÁÑEZ PASCUAL, Marta (2007): Los trabajadores pobres y los bajos salarios en España: un análisis de los factores familiares y laborales asociados a las distintas situaciones de pobreza. «EMPIRIA-Revista de Metodología de Ciencias Sociales»; 41-67. • GARCÍA TABUENCA, Antonio; GAVIRIA, Mario; TUÑÓN, Patxi (1979): El espacio de la fiesta y la subversión: análisis socioeconómico del Casco Viejo de Pamplona.

54

• GAVIRIA, Mario (1968): Gran San Blas: análisis socio-urbanístico de un barrio nuevo español. - (1971): Campo, urbe y espacio del ocio. - (1974): Turismo charter y neocolonialismo del espacio. - (1977): El Bajo Aragón expoliado. • GOERLICH GISBERT, Francisco José; CANTARINO MARTÍ, Isidro (2010): A Population grid for Spain: Experiences is assembling population and cartographic data from publicly available sources. «E-Proceedings of European Forum for Geostatistics Conference. 5-7 October, 2010 Tallinn, Estonia»; 48-53. - (2011): Cartografía y demografía. Una ‘grid’ de población para la Comunitat Valenciana. «Do cumentos de trabajo»; 34. • GONZÁLEZ, Juan Jesús (1992): Clases sociales: estudio comparativo de España y la Comunidad de Madrid 1991. • HAACKE, Hans (2012): Castillos en el aire. • HAUSER, Philiph (1979 [1902]): Madrid bajo el punto de vista médico-social. • HERNÁNDEZ-PACHECO, Eduardo (1952): El solar en la Historia Hispana. • ILLICH, Ivan (1978): Towards a history of needs. • INSTITUTO DE REFORMAS SOCIALES (1910): El descanso dominical y las tabernas de Madrid. Informe emitido por el Pleno del Instituto de Reformas Sociales en su sesión de 21 de Noviembre de 1910. - (1911): Preparación de un proyecto de Ley referente a la obligación de proporcionar asientos a las mujeres empleadas en tiendas y almacenes. - (1923): Historial de las huelgas de empleados y dependientes de Banca y Bolsa 1921-1923. - (1923): Lock-out y huelga general del ramo de la madera en Madrid (Julio-Diciembre de 1922). • INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (1971): Informe sobre la distribución de las rentas 1964-70. - (1981): La Renta Nacional y su distribución. - (2007): La pobreza y su medición. Presentación de diversos métodos de obtención de medidas de. «Metodología de Encuestas»; 31. • JULIÁ DÍAZ, Santos (1984): Madrid, 1931-1934 de la fiesta popular a la lucha de clases. • KEYFITZ, Natham (1985): The demographics of unfunded pensions. «European Journal of Population»; 5-30. • LANDRY, Adolphe (1982 [1934]): La révolution démographique. Etudes et essais sur les problèmes de la population. • LATOUR, Bruno (1986): Visualitzation and cognition: thinking with eyes and hands. «Knowledge and Society: Studies in the Sociology of Culture Past and Present»; 1-40. • LEE, Ronald; MASON, Andrew (2011a): Generational Economics in a Changing World. «Population and Development Review»; 115-142. - (2011b): Population Aging and the Generational Economy A Global Perspective. • LUCAS, Ángel de (1992): Actitudes y representaciones sociales de la población de la Comunidad de Madrid en relación con los censos de población y vivienda de 1991. • MARTÍNEZ LÓPEZ, Rosa; NAVARRO RUIZ, Carolina (2008): Pobreza y condiciones de vida. «Congreso sobre exclusión y desarrollo social en España (Madrid, 29, 30 y 31 octubre 2008)»; 74. • MUÑOZ, Juan (1970): El poder de la Banca en España. • NAREDO, José Manuel (2008): Necesidad y pobreza: reflexiones conceptuales y algunas cautelas estadísticas. «Papeles de relaciones ecosociales y cambio global»; 39-45. • NAREDO, José Manuel; CARPINTERO, Oscar (2002): El Balance Nacional de la economía española 1984-2000.

55

7. madrileños

Ignacio Duque

• NAREDO, José Manuel; CARPINTERO, Oscar; MARCOS GARCÍA, Carmen (2007): Boom inmobiliario, ahorro y patrimonio de los hogares: evolución reciente y comparación internacional. «Cuadernos de Información Económica»; 71-91. - (2008): Patrimonio inmobiliario y Balance Nacional de la economía española (1995-2007). • NAREDO, José Manuel; MARCOS GARCÍA, Carmen; PÉREZ RICOTE, Josefa; RODRÍGUEZ CEBRIÁN, Manuel (2000): Composición y valor del patrimonio inmobiliario en España 1990-1997. • OBSERVATORIO METROPOLITANO (2007): Madrid ¿la suma de todos?. Globalización, territorio, desigualdad. • OBSERVATORIO METROPOLITANO (eds.) (2013): Paisajes devastados. Después del ciclo inmobiliario: impactos regionales y urbanos de la crisis. • OIT (2008): Informe I. Informe general. «18ª Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo, Ginebra, 24 nov. - 5 dic. 2008»; 76. - (2008): Report II. Measurement of working time. «18ª Conferencia Internacional de Estadísti cos del Trabajo, Ginebra, 24 nov. - 5 dic. 2008»; 58. • OLIVER ALONSO, Josep; RAMOS MORILLA, Xavier; RAYMOND BARA, Josep Lluis (2001): Distribución de la renta en España, 1985-1996. «Papeles de Economía Española»; 67-87. • ONU (1998): Recommendations on Statistics of International Migration. • ORTEGA Y GASSET, José (2010 [1922]): España invertebrada. Bosquejo de algunos pensamientos históricos. En ORTEGA Y GASSET, José «Obras completas»; 421-512. • ORTÍ BENLLOCH, Alfonso (1987): Estratificación social y estructura del poder: viejas y nuevas clases medias en la reconstrucción de la hegemonía burguesa. En AAVV «Política y Sociedad. Estudios en homenaje a Francisco Murillo Ferrol»; 711-736. - (1989): Transición postfranquista a la Monarquía parlamentaria y relaciones de clase: el desen canto programado de la socialtecnocracia. «Política y Sociedad»; 7-19. - (1992): Para una teoría de la sociedad de clases medias de los 80. «Documentación Social»; 209-234. - (2000): La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta semidirectiva y la discusión de grupo. En ALVIRA, Francisco; GARCÍA FERRANDO, Manuel; IBÁÑEZ, Jesús «El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación»; 219-282. - (2002): En el margen del centro: la formación de la perspectiva sociológica crítica de la genera ción de 1956. «Revista Española de Sociología»; 119-166. • ORTÍ MATA, Mario; IBÁÑEZ ROJO, Rafael; ALBARRACÍN SÁNCHEZ, Daniel (2002): La ciudad y la génesis del consumo de masas. Madrid, espacio del antagonismo social en la formación del capitalismo corporativo nacional. «Política y Sociedad»; 131-157. • PATXOT CARDONER, Concepció; RENTERÍA, Elisenda; SÁNCHEZ ROMERO, Miguel; SOUTO, Guadalupe (2009): The Impact of Changes in Population Age Structure on the Economic Growth of Spain. «XXVI IUSSP Conference, Marrakesh, 27 Sept. - 2 October 2009»; 20. - (2010): How Intergenerational Transfers Finance Lifecycle Deficit in Spain. «Working Paper National Transfer Account Project»; 30. - (2011): Integrated results for GA and NTA for Spain: some implications for the sustainability of welfare state. «Moneda y Crédito»; 7-51. - (2011): How intergenerational transfers finance the lifecycle deficit in Spain. En LEE, Ronald; MASON, Andrew «Population Aging and the Generational Economy A Global Perspective»; 237-240.

• PENA TRAPERO, Bernardo (1996): Distribución personal de la renta en España. • PIZARRO PONCE DE LA TORRE, Narciso (1984): La élite española y la presencia en ella de los burócratas. «Documentación Administrativa»; 73-133. - (2005): Solidaridad estructural y cohesión en las élites del poder en la transición española: Estado economía. «Cuarto Seminario Ingernacional sobre Gobierno y Políticas Públicas. IAPSIN». • PRADOS DE LA ESCOSURA, Leandro (2005): Long-Run International Inequality in Real Income and Human Development: Evidence from Europe and the New World. «First Conference of the Research Training Network Unifying the European Experience: Historial Lesson of Pan-European Develpment - Europe’s Growth and Development Experience, Warwick, 28-30 October 2005»; 89. - (2008): Inequality, poverty and the Kuznets curve in Spain, 1850-2000. «European Review of Economic History»; 287-324. • PRESTON, Samuel H. (1982): Relations between individual life cycles and population characteristics. «American Sociological Review»; 253-264. • PRESTON, Samuel H.; COALE, Ansley J. (1982): Age structure, growth, attrition, and accession: a new synthesis. «Population Index»; 217-259. • QUETELET, A. (1835): Sur l’homme et le développement de ses facultés ou Essai de physique sociale. • REINHARDT, Carmen M.; ROGOFF, Kenneth S. (2009): This time is different. Eight Centuries of Financial Folly. • RICŒUR, Paul (1975): La métaphore vive. • RODRÍGUEZ LÓPEZ, Emmanuel (2007): La ciudad global o la nueva centralidad de Madrid. En OBSERVATORIO METROPOLITANO «Madrid ¿la suma de todos?. Globalización, territorio, desigualdad»; 41-94. - (2007): Nuevos diagramas sociales. Renta, explotación y segregación en el Madrid global. En OBSERVATORIO METROPOLITANO «Madrid ¿la suma de todos?. Globalización, territorio, desigualdad»; 95-166. • RODRÍGUEZ, Josep A. (2000): El círculo de poder: la estructura social del poder económico en España de los noventa. «Sistema»; 53-89. - (2003): Revisitando el poder: cambios en la estructura del poder económico español (1991- 2000). • ROLDÁN, Santiago; GARCÍA DELGADO, José Luis; MUÑOZ, Juán (1974): La consolidación del capitalismo en España. • RUIZ-CASTILLO, Javier; SASTRE, Mercedes (1998): Desigualdad y bienestar en España en términos reales: 1973-74, 1980-81, 1990-91. «Documentos de Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid»; 22. • RUIZ-HUERTA, Jesús; MARTÍNEZ, Rosa (1994): La pobreza en España: ¿Qué nos muestran las EPF?. «Documentación Social»; 15-110. • SALCEDO, Juan (1977): Madrid culpable. Sobre el espacio y la población en las ciencias sociales. SAMUELSON, Paul (1975): The optimum growth rate for population. «International Economic Review»; 531-538. - (1976): The optimum growth rate for population: Agreement and evaluations. «International Economic Review»; 516-525. • SÁNCHEZ ROMERO, Miguel; PATXOT CARDONER, Concepció; RENTERÍA, Elisenda; SOUTO, Guadalupe (2010): From Transfers to Capital: Analyzing the Spanish Demand for Wealth using NTA. «MPIDR Working Paper»; 47. • SANTOS CASTROVIEJO, Iago (2013): La élite del poder económico en España. Un estudio de redes de gobernanza empresarial.

56

57

7. madrileños

• SANZ GARCÍA, José María (1975): Madrid, ¿Capital del capital español?: contribución a la geografía urbana y a las funciones geoeconómicas de la Villa y Corte. • SCHUMPETER, Joseph Alois (2002 [1939]): Ciclos económicos. Análisis teórico, histórico y estadístico del proceso capitalista. • SOUBEYROUX, Jacques (1978): Pauperisme et rapports sociaux à Madrid au XVIIIe siècle. • STIGLITZ, Joseph; SEN, Amartya; FITOUSSI, Jean-Paul (2009): Report by the Commission on the Measurement of Economic Performance and Social Progress. • TAMAMES, Ramón (1970): Los monopolios en España. - (1977): La oligarquía financiera en España. • TUÑÓN DE LARA, Manuel (1967): Historia y realidad del poder. El poder y las ‘élites’ en el primer tercio de la España del siglo XX. - (1989): Las élites del poder en la España de la Restauración. En FERRER BENIMELLI, José Antonio (coord.) «Masonería, política y sociedad»; 825-844. • VINUESA ANGULO, Julio (1976): El desarrollo metropolitano de Madrid: sus repercusiones geodemográficas. • WILLIS, R. (1988): Life cycles, institutions and population growth: a theory of the equilibrium interest rate in an overlapping-generational model. En LEE, Ronald; ARTHUR, W.B.; RODGERS, G. «Economics of Changing Age Distributions in Developed Countries»; 106-138. • WRIHT, Erik Olin (1995): El análisis de clase de la pobreza. En CARABAÑA, Julio (ed.) «Desigualdad y clases sociales. Un seminario en torno a Erik O. Wright»; 133-150.

58

dinámica geodemográfica, espacio residencial y territorio en la comunidad de madrid Julio Vinuesa Angulo geógrafo

La dinámica geodemográfica de la CM sigue marcada por los efectos del proceso de desarrollo metropolitano. Las sucesivas fases de concentración y expansión propician una distribución espacial de poblaciones con composiciones desequilibradas y, por ello, sometidas a permanentes tensiones con otros elementos de la estructura territorial, especialmente con el parque residencial. El estudio aplicado de la dinámica demográfica para dimensionar las necesidades de vivienda exige, además de un más correcto manejo de las variables al uso, estimar los flujos de aparición y desaparición de hogares. Hay que superar la práctica que utiliza el planeamiento general para dar respaldo legal a injustificables desarrollos residenciales, basándose en simples estimaciones generalmente infundadas de futuros crecimientos de la población. La valoración de los factores geodemográficos, como variables interactivas, proporciona argumentos en favor del cambio del actual modelo de desarrollo urbano y de la necesidad de una estrategia territorial metropolitana que ordene y coordine las exageradas expectativas locales de crecimiento.

59

CDU_Madrid materia de debate_75_Duque.pdf

La cancelación por parte del MOMA de la exposición de Hans Haacke en 1971 no. solo se basó en su crítica social, sino en su transgresor lenguaje estético: ...

2MB Sizes 3 Downloads 170 Views

Recommend Documents

Descargar actualizacion de microsoft security essentials materia ...
pdf.descargarangry birds rio para pc windows vista.428273982860 ... Free download. descargar nero ... .38857452983537.descargar iphoto para mac gratisen ...

CDU_Madrid materia de debate_97_Paton.pdf
Whoops! There was a problem loading more pages. Retrying... Whoops! There was a problem previewing this document. Retrying... Download. Connect more ...

CDU_Madrid materia de debate_76_Vinuesa.pdf
Hombres Mujeres. Españoles Extranjeros. Page 3 of 9. CDU_Madrid materia de debate_76_Vinuesa.pdf. CDU_Madrid materia de debate_76_Vinuesa.pdf.

CDU_Madrid materia de debate_73_Monfort.pdf
ciudad, en forma de huertos ocupando terrenos que quedaban entre los edificios. En la. primera mitad del s.XX los huertos urbanos volvieron para solucionar la ...

CDU_Madrid materia de debate_95_Rubio.pdf
Así se explica que en 2006, el antiguo subdirector de. estudios del BBVA, David Taguas, fuera nombrado director de la Oficina Económica de. José Luis Rodríguez Zapatero, para recolocarse un año y medio después como presidente. de SEOPAN, patronal de

CDU_Madrid materia de debate_52_Delgado.pdf
alturas más ático, lo que lleva a una media-baja densidad, y homogeneiza los nuevos. desarrollos urbanos sin tener en cuenta la geografía ni las condiciones, ...

CDU_Madrid materia de debate_20_Ruiz Sanchez.pdf
estructuras que permitan al máximo posible de seres urbanos sentirse representados v. Notas. 1. Dkellerm. Sasquatch music festival 2009 – Guy starts dance party. http://www.youtube.com/watch?v=GA8z7f7a2Pk. 2. zuloark, Declaración Universal de los

CDU_Madrid materia de debate_16_Aroca.pdf
una ciudad de realengo, dependiente directamente del Rey (que era lo más parecido en. aquella época a ser libre), aunque para ello debe ceder a la corona el ...

CDU_Madrid materia de debate_89_Basagoiti y Bru.pdf ...
CDU_Madrid materia de debate_89_Basagoiti y Bru.pdf. CDU_Madrid materia de debate_89_Basagoiti y Bru.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In. Main menu.

CDU_Madrid materia de debate_55_Nieto.pdf
Page 2 of 8. Page 2 of 8. Page 3 of 8. CDU_Madrid materia de debate_55_Nieto.pdf. CDU_Madrid materia de debate_55_Nieto.pdf. Open. Extract. Open with. Sign In. Main menu. Displaying CDU_Madrid materia de debate_55_Nieto.pdf. Page 1 of 8.

Los estudios en materia de prevención de la violencia desde la obra de Herbert Marcuse
Se toma de referencia la obra Cultura y Sociedad de Herbet Marcuse, para articular brevemente la necesidad de crear una licenciatura en estudios enfocados a las formas de criminalidad, y su prevención. El escrito de Marcuse, se enfoca en ideales de v

Composicion de la materia Dia 2. YM.pdf
Whoops! There was a problem loading this page. Whoops! There was a problem loading this page. Composicion de la materia Dia 2. YM.pdf. Composicion de la ...

Censo de organismos no gubernamentales en materia criminal en México
Un censo permite conocer la cantidad sobre algo que se esté investigando, por ejemplo, de población, comercios, casas, etcétera. Aquí se presenta el censo de organismos no gubernamentales en materia de criminología, criminalística, victimología, fore

CDU_Madrid materia de debate_03_Gago Arias Lopez Groh Gago.pdf
There was a problem previewing this document. Retrying... Download. Connect more apps... Try one of the apps below to open or edit this item. CDU_Madrid ...